Tsang Yue
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La muchacha de la marina estaba igual de flipada que Tsang al ver el hombre mantis, o eso es lo que intuye el joven Yue al verla, pero eso no es lo más sorprendente, sino la llegada de un hombre muy conocido, Arribor News un pirata muy conocido por poseer una recompensa enorme, pero su nivel de combate está totalmente fuera del alcance del agente que sabe perfectamente la fama del pirata y su potencial. Además de conocer muy bien sus limitaciones de fuerza. La chica le dice que está buscando a su camarada, al cual describe con una precisión asombrosa, se nota que se le da bien recordar detalles fisiológicos, o eso o que ha convivido bastante con ese chico. De pronto unos tipos, relacionados con Arribor por las palabras del primero, llegan con unos comentarios realmente sin gracia, seguramente para ellos tenía gracia ese humor sarcástico, pero el iniciado no tiene tiempo para gracietas de piratuelos.
Todos parecen igual que él al ver al hombre mantis, alucinados y sin saber muy bien cómo actuar, pero en el momento en que la tensión era máxima en aquél grupo el hombre mantis, que había estado observándolos a todos, se come una mosca que pasaba por allí. El único movimiento que hace aquella extraña criatura desde que se dejó ver. Arribor, que estaba al parecer flipado, abstracto, tras eso se lanza a golpear a la criatura, al tiempo que sus compañeros los amenazan indirectamente y de forma muy sutil. Tsang, que no quiere perder la oportunidad de llevarse un pequeño trofeo a casa, toma una de sus guadañas con la mano derecha y tras unos pocos giros a su lado, lanza la misma hacia la criatura, haciendo una curva para evitar golpear a Arribor con la misma, aparte de que no cree que fuera a causarle mucho daño, si es que se lo llegara a causar, eso podría ocasionar un combate contra aquellos tres, lo que sería una sentencia de muerte segura para el joven. -“No puedo hablar por ella, pero el chico que busca ella no es mi amigo, simplemente nos unimos por casualidad, sin embargo tampoco es que busque bronca con vosotros, sé muy bien quien es el que os acompaña y prefiero no tener que enfrentarme a él, lo que quiero es algo de ese ser, despierta mi interés y voy a llevarme algo de él conmigo, si no queréis combatir conmigo mejor, pero yo prefiero llevarme algo ahora a esperar encontrarme con otro ejemplar.”- Dice a los dos que le habían hablado anteriormente.
Todos parecen igual que él al ver al hombre mantis, alucinados y sin saber muy bien cómo actuar, pero en el momento en que la tensión era máxima en aquél grupo el hombre mantis, que había estado observándolos a todos, se come una mosca que pasaba por allí. El único movimiento que hace aquella extraña criatura desde que se dejó ver. Arribor, que estaba al parecer flipado, abstracto, tras eso se lanza a golpear a la criatura, al tiempo que sus compañeros los amenazan indirectamente y de forma muy sutil. Tsang, que no quiere perder la oportunidad de llevarse un pequeño trofeo a casa, toma una de sus guadañas con la mano derecha y tras unos pocos giros a su lado, lanza la misma hacia la criatura, haciendo una curva para evitar golpear a Arribor con la misma, aparte de que no cree que fuera a causarle mucho daño, si es que se lo llegara a causar, eso podría ocasionar un combate contra aquellos tres, lo que sería una sentencia de muerte segura para el joven. -“No puedo hablar por ella, pero el chico que busca ella no es mi amigo, simplemente nos unimos por casualidad, sin embargo tampoco es que busque bronca con vosotros, sé muy bien quien es el que os acompaña y prefiero no tener que enfrentarme a él, lo que quiero es algo de ese ser, despierta mi interés y voy a llevarme algo de él conmigo, si no queréis combatir conmigo mejor, pero yo prefiero llevarme algo ahora a esperar encontrarme con otro ejemplar.”- Dice a los dos que le habían hablado anteriormente.
- Zal (Sarah, Zacky):
- - Observar como se desarrollan los acontecimientos.
- Lanzar una guadaña al bicho evitando golpear a Arribor.
- Responder a Sarah y Zacky
Ban Midou IV
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Ban se estampó contra el suelo, formándose una especie de charco de magma ardiendo. Aquel líquido naranja se formó en menos de cinco segundos, tomando la forma del chico, el cual observaba la situación tranquilamente. A su líder se le había ido la cabeza y ahora atacaba a todo el mundo con el poder de su fruta. Los enemigos de Zal caerían ante aquel ataque, pero no pensaba quedarse quieto. Una sonrisa ladeada se formó en su rostro y a continuación desenvainó a Azazel, realizando un sonido metálico en el trayecto. Se ajustó bien las gafas de Sol y después se remangó la camisa blanca un poco. Era el momento de terminar con aquella guerra de una vez por todas.
- A tus órdenes, Meneror.
Mencionó dando la última calada al puro y tirando lo poco que quedaba al suelo. Activando el soru, se lanzó a una velocidad endiablada hacia varios de aquellos seres, alejándose de la nube negra y liándose a cortes con todos los enemigos posibles. Su mirada parecía ser mucho más seria de lo normal y se notaba que disfrutaba, pues una especie de sonrisa tétrica adornó entonces su rostro. Sin piedad alguna, trató de continuar con sus ataques y terminar con todos los enemigos posibles.
- A tus órdenes, Meneror.
Mencionó dando la última calada al puro y tirando lo poco que quedaba al suelo. Activando el soru, se lanzó a una velocidad endiablada hacia varios de aquellos seres, alejándose de la nube negra y liándose a cortes con todos los enemigos posibles. Su mirada parecía ser mucho más seria de lo normal y se notaba que disfrutaba, pues una especie de sonrisa tétrica adornó entonces su rostro. Sin piedad alguna, trató de continuar con sus ataques y terminar con todos los enemigos posibles.
- Sarka:
- Seguir las órdenes de Meneror.
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El puño del pelirrojo impactó en el rostro de uno de sus adversarios, dejándolo tirado en el suelo y con muy mala pinta. Su gesto era serio ante todo y parecía estar viéndose algo malo venir. Las tropas aliadas no paraban de caer ante los ataques explosivos del bando rival. Encima, Corinna había desaparecido en la nada. Soltó un suspiro calmado y después de unos momentos notó una presión en su espalda. El olor de aquella persona era el de la peliblanca, pensó que se había ido, pero no resultó ser así. Teniendo los dos las espaldas cubiertas, continuó lanzando golpes sin parar a los rivales que se acercaban.
Justo entonces notó un ataque que logró evadir gracias a su velocidad. Uno de los hombres de Zal había intentado un ataque. En poco tiempo se dio cuenta de que era la cruda realidad. Les estaban traicionando y eso era algo que Venom no pensaba tolerar de ninguna forma. Frunció el ceño unos momentos y acto seguido asintió a las palabras de la peliblanca. Se dejó llevar por ella hasta que estuvieron en una posición distinta. Era el momento de cambiar de bando. La joven comenzó a atacar a unas bestias con algunas armas de filo.
- ¡Por Sarka!
Gritó empezando a reírse y lanzándose a por los seres que la chica atacaba. De una patada alta trató de impactar su pie en los ojos de uno de ellos. Se notaba que disfrutaba de aquello y su cambio de bando había sido disimulado con creces.
Justo entonces notó un ataque que logró evadir gracias a su velocidad. Uno de los hombres de Zal había intentado un ataque. En poco tiempo se dio cuenta de que era la cruda realidad. Les estaban traicionando y eso era algo que Venom no pensaba tolerar de ninguna forma. Frunció el ceño unos momentos y acto seguido asintió a las palabras de la peliblanca. Se dejó llevar por ella hasta que estuvieron en una posición distinta. Era el momento de cambiar de bando. La joven comenzó a atacar a unas bestias con algunas armas de filo.
- ¡Por Sarka!
Gritó empezando a reírse y lanzándose a por los seres que la chica atacaba. De una patada alta trató de impactar su pie en los ojos de uno de ellos. Se notaba que disfrutaba de aquello y su cambio de bando había sido disimulado con creces.
- Zal:
- Lo mismo que Liv, cambio de bando y ayudarla.
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Kedra saltó de aquel pequeño robot en cuando notó que echaba humo. Se quedó mirándole por unos momentos y finalmente quedó impresionado al darse cuenta de que se había roto. A lo mejor solo necesitaba descansar, por lo que decidió dejarlo allí. En ese momento notó las presencias conocidas, sobre todo la de Dexter. Pudo ver a una especie de “cosa” sobrevolar la muralla también, pero debido a que él no podía hacerlo, continuó trotando por el pasillo. Era mejor reservar las fuerzas para lo que pudiese pasar. Soltó un suspiro al mismo tiempo que avanzaba y mostraba un gesto serio. El lobo negro tosió un poco y después se llevó la mano derecha a la mejilla.
- Joder, qué rápido va. Malditos marines del diablo, será gracioso ver si son tan fuertes cuando avancen por sí mismos y no con la tropa…
Dijo al mismo tiempo que avanzaba. No podía creerse que aquellos parásitos le hubiesen molestado en su pelea. Por otro lado, la niña que lanzó aquel ataque que partió su onda había despertado en él un sentimiento de batalla enorme. Kedra quería luchar con ella y mostrar que era el más fuerte, pero los cobardes abundaban por el mundo. Ahora que lo pensaba, pudo tomar la bala que rebotó en él y seguir el olor hasta el cobarde. Lástima que no se le ocurriese en el momento. La bestia continuó avanzando tratando de alcanzar a Dexter cuanto antes.
- Joder, qué rápido va. Malditos marines del diablo, será gracioso ver si son tan fuertes cuando avancen por sí mismos y no con la tropa…
Dijo al mismo tiempo que avanzaba. No podía creerse que aquellos parásitos le hubiesen molestado en su pelea. Por otro lado, la niña que lanzó aquel ataque que partió su onda había despertado en él un sentimiento de batalla enorme. Kedra quería luchar con ella y mostrar que era el más fuerte, pero los cobardes abundaban por el mundo. Ahora que lo pensaba, pudo tomar la bala que rebotó en él y seguir el olor hasta el cobarde. Lástima que no se le ocurriese en el momento. La bestia continuó avanzando tratando de alcanzar a Dexter cuanto antes.
- Team Zafiro:
- Cruzar el pasillo e ir con Dexter
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Hinori había logrado alcanzar a su capitán y ahora estaba a su lado derecho sin separarse de él lo más mínimo. Esperaba que pudiese seguirle el ritmo y no quedarse muy atrás. Su mirada era calmada en todo momento, hasta que vio a aquella persona lanzarse a por su capitán. No le hizo nada de nada y cuando Dexter echó a andar, el chico cayó al suelo. Eso provocó que la morena riese un poco, pero también mirase a la persona con una expresión algo más seria de lo común. Nadie tenía derecho a meterse con su dragón y menos aquella persona. Se relamió despacio y continuó avanzando junto a su capitán.
- Deja de intentarlo, Dexter-sama es el hombre más fuerte y guapo del mundo.
Dijo mirando a Zuko tranquilamente. No sabía el porqué de lo segundo, pero le daba lo mismo, se le escapó. Continuó caminando junto al dragón tranquilamente y silbando despacio mientras avanzaban. Ya estaba pensando en una nueva receta de pollo que estaría deliciosa y eso no iba a cambiar de ninguna manera. Soltó un pequeño suspiro y esperó la reacción de los demás para saber qué iban a hacer finalmente en aquel lugar tan feo.
- Deja de intentarlo, Dexter-sama es el hombre más fuerte y guapo del mundo.
Dijo mirando a Zuko tranquilamente. No sabía el porqué de lo segundo, pero le daba lo mismo, se le escapó. Continuó caminando junto al dragón tranquilamente y silbando despacio mientras avanzaban. Ya estaba pensando en una nueva receta de pollo que estaría deliciosa y eso no iba a cambiar de ninguna manera. Soltó un pequeño suspiro y esperó la reacción de los demás para saber qué iban a hacer finalmente en aquel lugar tan feo.
- Team Zafiro:
- Decirle a Zuko le bello que es Dexter (?)
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Taiga reaccionó a las palabras de la peliblanca. Había estado embobado todo aquel tiempo y resultó no estar solo en el mundo del tormento. Le había dado un mareo o algo por el estilo. Lo primero que hizo fue mirar lo que estaba ocurriendo ¿Le estaban mordiendo la mano a Al? Soltó un suspiro y miró a la albina con una sonrisa amable en todo momento. Algo le decía que de no ser por ella, él hubiese estado en su mundo feliz aún. Se llevó la mano derecha a la barbilla y después le habló en un tono realmente calmado y relajado.
- Estoy bien, pequeña. Bueno ¿Qué diablos hacéis por aquí?
Preguntó Taiga con una expresión calmada mientras observaba lo que hacían con aquella persona. Parecía un espectáculo de comedia y se arrepintió de haberse mareado. Todo parecía ser muy divertido por lo que estaba viendo. Soltó un pequeño suspiro y a continuación llevó su mano derecha a la cabeza, rascándose y riendo un poco mientras observaba.
- Estoy bien, pequeña. Bueno ¿Qué diablos hacéis por aquí?
Preguntó Taiga con una expresión calmada mientras observaba lo que hacían con aquella persona. Parecía un espectáculo de comedia y se arrepintió de haberse mareado. Todo parecía ser muy divertido por lo que estaba viendo. Soltó un pequeño suspiro y a continuación llevó su mano derecha a la cabeza, rascándose y riendo un poco mientras observaba.
- Al y compañía:
- Reír y mirar tras responderle a Alice.
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Kotaro se apartó dejando paso a los médicos al mismo tiempo que el vikingo ponía fin a la batalla. Ahora sí que iba a cobrar la de Dios y eso le hacía sentirse feliz. Estuvo peleando todo el tiempo a base de agujas y cuchillos, mientras que muchos de los que aparecían empezaban a estorbarle. Que putas, llegaban después de todo. El trajeado mostró una sonrisa siniestra y entonces se colocó al lado del enorme hombre que terminó con la vida del pretor enemigo. Se veía como si no le hubiese pasado nada, salvo por el brazo y demás heridas, ironía. Kotaro se quedó mirándole con una expresión amable en todo momento y cerró los ojos.
- Magnifico trabajo, mi buen amigo. Has dado fin a esta guerra y además te has llevado la gloria de las heridas. Está claro que sabes lo que haces.
Dicho aquello estiraría su mano hacia él, mirándole a los ojos y esperando un estrechón de mano dado por el tipo que terminó con todo. Ahora un puto loco lanzaba humo negro a todos lados y otro chico se liaba a espadazos. Parecía ser que la cosa no había terminado, pero a Kotaro le daba igual todo lo demás, pues estaba centrado en el vikingo. Sin duda debería permanecer en contacto con aquel hombre, pues le había resultado muy interesante.
- Deja que después de esto te invite a una buena dosis de vino o de cualquier bebida que gustes, mi querido y rudo compañero. – Terminó de decir de forma algo más seria.
- Magnifico trabajo, mi buen amigo. Has dado fin a esta guerra y además te has llevado la gloria de las heridas. Está claro que sabes lo que haces.
Dicho aquello estiraría su mano hacia él, mirándole a los ojos y esperando un estrechón de mano dado por el tipo que terminó con todo. Ahora un puto loco lanzaba humo negro a todos lados y otro chico se liaba a espadazos. Parecía ser que la cosa no había terminado, pero a Kotaro le daba igual todo lo demás, pues estaba centrado en el vikingo. Sin duda debería permanecer en contacto con aquel hombre, pues le había resultado muy interesante.
- Deja que después de esto te invite a una buena dosis de vino o de cualquier bebida que gustes, mi querido y rudo compañero. – Terminó de decir de forma algo más seria.
- Sarka:
- Hablar con Worwuld
Normas del Capítulo:
- Se podrá postear cuantas veces se desee, dejando tres mensajes entre envío y envío. Sin embargo, sólo se tendrá en cuenta el último de estos.
- Cada post debe ir acompañado de un Spoiler titulado como la facción a la que pertenecéis. En él debéis resumir el transcurso de vuestras acciones (incluyendo posts anteriores). Si un post no tiene resumen, no será tenido en cuenta a la hora de moderar.
- Se moderará cada 48-72 horas. Sin embargo, no se moderarán posts más allá de las 48.
- Se obtiene lo merecido según el riesgo y la calidad de las acciones.
- No se tendrá en cuenta la longitud de los posts a la hora de determinar la experiencia.
- Cada post debe tener un mínimo de 300 palabras.
- Si un post tiene más de quince faltas de ortografía por párrafo, no se tendrá en cuenta.
- A pesar de que ya no exista, el barco de Sons of Anarchy podría ser destruido de nuevo.
- Existe la ley del plot, pero no funciona si no sigues la personalidad de tu personaje. No va a haber avisos.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Tres saltos consecutivos de turno implican la retirada del capítulo o la muerte del personaje, según si la situación era de riesgo o no.
- Mucha gente ha pedido despertar Haki del Rey. Sólo uno lo despertará. Trabajáoslo.
- El metarrol se paga con hierro.
- En general, si os portáis bien, se os recompensa. Si no... Bueno, no queréis saberlo. En serio, no queréis.
- En futuras moderaciones podrían añadirse normas según se vea necesidad.
- El mapa de la Isla será el siguiente:
- Mapa de la Isla:
- El espacio que se puede recorrer por moderación es el de un "Cuadradito". Si utilizáis Power Ups activamente podéis ir más deprisa, pero podríais cansaros.
- Mapa en malla:
- Balt está en blanco, Meln en Negro, Zilda en azul, Zal en verde y Sarka en rojo. En el centro de la Isla está la ciudad Imperial (el gran cuadrado blanco), y en amarillo las 35 centrales de Abastecimiento. Cada central tiene al lado un círculo que determina su pertenencia.
- Si nos hemos olvidado de algo, avisad por favor.
- Poned, por favor, vuestras coordenadas de destino en los Spoilers (no es obligatorio).
- Las acciones cerradas sólo cuando se os indique que podéis realizarlas, por favor.
- Cada Maná corresponde al gasto de una unidad energética, que todos compartís. El signo de girar implica que gastáis todo vuestro asalto en utilizar esa habilidad.
- Niveles y habilidades logradas durante este descanso podéis utilizarlas (no así los objetos).
- Por la mañana estarán posteadas las moderaciones de los Equipos Quimera, Dragón y Zafiro. Disculpad las molestias.
Moderaciones Generales
- General Meln:
- -Pero señor, aún está herido- retumba una voz en medio de la gran sala.
Sentado en un trono, desnudo de torso para arriba, un hombre observa la situación en un mapa de piel mientras le curan las heridas rápidamente y se viste de nuevo, con una armadura en perfectas condiciones.
-Me da igual, es la hora. Si tardamos más la Ama podría estar en peligro. Sheev ha muerto ya, no podemos perder más tiempo.
Poco después, de la base de Meln surge una potentísima luz violeta que se mezcla con los colores del cielo, y poco a poco tinta de morado todo el firmamento, por lo menos en un radio de un par de kilómetros. Las puertas se abren y todos los soldados cargan hacia la Ciudad imperial mientras de la propia isla de Meln una bandada de insectos gigantes vuela a Encuentro, atraída por la luz que desprende. Poco a poco, los alrededores del Desembarco de Meln se llenan de tropas, camino de la Ciudad.
- General Sarka:
- Los ojos inyectados en sangre de Grum no se cierran en ningún momento, y su voz resuena alto y claro a pesar de todo en el círculo de médicos que se ha formado a su alrededor. “Tenemos prisa”, es una de las frases que más repite como un mantra mientras los cirujanos curan sus graves heridas.
-Y traedme el complemento BR.4Z0, ya he demostrado lo que debía- dice, sin quitar la vista de uno de sus médicos, el que ha tomado la iniciativa en todo momento-. Y mi trono de mando. La guerra por Síderos aún acaba de comenzar.
Cae en absoluto silencio una vez empiezan a coserlo, aguantando con estoicidad cada punto y cada entrada de las agujas en su piel. Los hombres completan la operación con relativo éxito, pero se notan las prisas mientras el ejército de la ya derrotada Zal sigue avanzando hacia una muerte segura, con más ímpetu que antes. El rugir de los cañones se ve eclipsado por el rugir de las bestias, que caen mientras otras reemplazan su lugar. Muy poco a poco su número se va reduciendo, pero Sarka se ve superada en número y los tambores anuncian retirada.
Mientras los artilleros retroceden, de la base surgen grandes vehículos blindados, listos para continuar el combate en la ciudad. Cuando llegan a la retaguardia, se detienen, y una pequeña cohorte de soldados agarra al Pretor, aún herido, para subirlo al último de ellos. Una vez esté listo, será hora de la carga final.
- General Zilda:
- El pánico cunde entre las filas de Zilda. La traición de los extranjeros ha dado paso al asalto de Zal, y Beros ha desaparecido. Su señal se ha hecho invisible, y los que controlan el radar dudan entre su muerte y el abandono. Por si fuera poco, la red de espionaje se ha caído por completo, haciendo que esta segunda teoría cobre mucha más fuerza mientras en lo más profundo de la Ciudad Imperial una voz monótona retumba.
-Si... He esperado mucho, pero por fin vuelvo a veros, hijos míos. –dice Beros mientras pone una de sus escuálidas manos sobre una superficie de metal exquisitamente labrado. - Ha llegado la hora de que despertéis y toméis esta nación... para mí.
Una serie de luces azules comienzan a iluminar la estancia. Poco a poco ocho gigantescas armaduras negras comienzan a iluminarse con un potente fulgor azulado al tiempo que se empiezan a mover. El sonido de sus engranajes genera un eco estridente, un coro inquietante que puede ser escuchado en casi cualquier rincón del centro de la ciudad.
Moderaciones Particulares
- O12. La cohorte de Balarad:
- La pretora y su séquito se mueven por las calles de la ciudad con gran facilidad, a su paso salen guerreros ataviados con armaduras oscuras, a lo mejor a alguno de vosotros os suenan... o no. Los ojos de estos se iluminan con un fulgor blanquecino antes de unirse a la compañía de Balarad.
Ella y aquellos que la sigan no tardarán en llegar a una zona más central de la ciudad. Llegáis a una avenida bastante amplia y algo os hace deteneros. Un par de gigantescas armaduras, de unos 12 metros de altura os cortan el paso, de ambas sale un fulgor azulado, van armadas con dos alabardas acordes a su tamaño y a una de ellas le falta un brazo.
- Parece ser que Beros se nos ha adelantado... - Dice Balarad más para sí misma que para el resto. - No nos queda más remedio que abrirnos paso, dar un rodeo sería perder demasiado tiempo. - Dicho esto hace una señal con su brazo derecho y media docena de caballeros se lanzan al ataque.
Por cierto, delante de vosotros hay un par de chicas. Una de cabello violeta y otra con una berenjena en el cabello.
- Q9. Kodama y Gusi:
- El hombre árbol se dispone a esposar a la pretora. Sus ramas le sujetan los pequeños brazos, que no parecen ofrecer mucha resistencia. La niña sonríe al principio, justo en el momento en el cual las ramas de Kodama hacen contacto con su piel... Pero no parece pasar nada. Kodama logra poner las esposas en la niña y su cara cambia por completo a una solemne seriedad. Parece que algo no ha salido conforme sus planes. (Kodama, has notado como algo trataba de perforar tu corteza nada más tocarla, pero no ha tenido éxito)
-Esto... ¿de verdad vais a dejar que se marche? ¿Por qué me tratáis como si fuera la mala? Pregunta con voz inocente. - Tsk. Parece que la cara de niña buena ya no funciona con vosotros. - Añade, perdiendo la expresión de inocencia cambiando por una mucho más siniestra. - En ese caso tendré que quitaros de en medio. Cupcake, cookie, cracker, venid con mama.
Sus ojos se iluminan con un tono violeta mientras una ráfaga de aire os sorprende. Por un lado de la muralla se elevan tres gigantescos escarabajos. Yoai eleva los brazos y de ellos sale un tubo carnoso similar a un gusano, el cual se pega al lomo de uno de los escarabajos y se retrae para llevarla a él. Con aparente facilidad rompe las esposas. Los otros dos se lanzan hacia los que estáis ahí, tratando de ensartaros en sus cuernos.
- Y10. Jin el Surfero californiano de mirada interesante:
- Dejas atrás lo que parece ser un pueblo destruido por Meln, y cuando pisas la tierra violeta parece como si te enfrentaras a podredumbre. Estás pisando, o eso parece, carne en descomposición, y empieza a apestar. Qué raro.
- T9. Geralt, Galia y Ryuken:
- Tras los disparos, la oscuridad cae sobre vosotros, y los aldeanos se disipan. No veis nada, y parece que la única fuente de luz es el techo, alto y violáceo, de donde parece que ahora empiezan a descender una serie de… Como medusas gigantes hacia vosotros. Podéis esperarlas o seguir lo que parece ser un túnel lleno de residuos que acaba de aparecer junto a vosotros.
- T9. Haru:
- El hombre está a punto de responder cuando el sonido de tus balas inunda la estancia. Crees oír un “no” bastante seco, y de pronto, estás en una estancia totalmente diferente junto al tipo este. Te mira con odio mientras se aprieta la herida del pecho, y con sus últimas fuerzas te dedica unas palabras:
-La primera respuesta anula las demás preguntas.
Tras eso, cae y muere.
A tu alrededor no hay luz. Todo está en completa oscuridad, y cuando echas un vistazo te das cuenta de que estás a oscuras. Y… De que no ves, vaya. Salvo por una especie de medusas que flotan suavemente hacia tu posición. ¿Tu única salida? Lo que parece un puente de piedra, aunque no sabrías decir si lo distingues de verdad o es sólo tu propia imaginación. Por cierto, notas presencias cerca, aunque no sabes exactamente su ubicación.
- Q9. Chema y Misa:
- Xemnas, tus heridas desaparecen, al menos las más leves. Tus costillas siguen delicadas, así que yo no las forzaría. Dicho eso, subir a la muralla tal vez sea descabellado, pero la puerta está a apenas cien metros de vosotros. ¿Entráis? Oh, mira, ahí va Kai. ¡Hola Kai!
- O12. El violador la alcachofa:
- El no muerto intenta avanzar hacia ti, y repentinamente el contacto telepático se corta. ¿Se habrá ido de vacaciones? En fin, con tu olfato detectas olor a sangre. También una presencia muy poderosa en esa dirección, así que no sé si te compensará. De todos modos, detrás de ti avanzan más presencias muy poderosas. Por suerte para ti, si no te decides, hay una escalera descendente que va a dar a una portezuela desvencijada.
-¡Llegó el bigotes!- un tío pasa por encima de ti en dirección Oeste montado en un aerodeslizador lanzando rayos láser. Parece majo, igual quieres subirte con él.
- O12. Gera y Dafne:
- Vaya chico más raro, ¿Verdad? Por cierto Dafne, te cuelga una berenjena del pelo. Cuando intentas arrancarla duele, ¿Qué demonios te has inyectado? En fin, cuando preguntáis a las estatuas, con un movimiento muy sonoro se miran entre ellas, sus ojos se iluminan y os miran de repente.
-Lo lamento, señoritas. Es una orden que nadie atraviese este puente- dicen los dos a la vez-. El amo ha pedido detener a cualquiera, aunque sea por la fuerza.
En ese momento, sus armas caen sobre el puente y un tipo que lo estaba atravesando acaba hecho lonchitas, justo antes de deshacerse en polvo. Y tras vosotras llega una mujer rubia en un carro tirado por osos, a cuya orden una docena de soldados blancos se lanzan contra las estatuas.
- O12. Piña-chan y Pollo-kun:
- Aterrizáis en una parte del muro, al mismo tiempo que un tipo moreno desciende por ella para acercarse a alguien que sin duda reconocéis. Pelo bicolor, pintas de pirata… Bueno, igual no lo conocéis, y además está lejitos y tal… Bueno, cosa vuestra lo que hagáis.
- V8. Syxel, Noah y Amaiar:
- El enorme portón de Meln permanece cerrado pese a los esfuerzos de Syxel, por lo que ascendéis hasta poder subir al tejado, donde hay un pequeño tragaluz. Sin embargo, las puertas se abren de golpe y una larga comitiva, en cuya cabeza va el tipo ese, avanza a marchas forzadas. En vanguardia el Caballero Negro sobre un caballo bayo, seguido de una horda de jinetes a lomos de sus monturas. Cerrando la comitiva, un montón de “descerebrados” siguen de cerca los soldados a pie que van tras los caballos. Todos portan armaduras hechas a medida, puramente ajustadas y se notan mucho más profesionales que los anteriores. Finalmente, un único hombre los despide. Va vestido con una túnica blanca y el símbolo de un sol en ella, rezando unas palabras.
-Su nombre era Muerte, y el infierno lo seguía.
Por cierto, si miráis al agua… Hay una espada un tanto extraña clavada en el agua.
- Adam:
- - Señor me temo que no podemos cumplir esa orden. no podemos quebrantar el protocolo, en caso de emergencia reagrupase en la base para poder reorganizar las filas. - Te dice uno de los encargados del caminante.
Parece ser que no sólo las comunicaciones con Beros han fallado, incluso las comunicaciones con la base fallan. La red de espionaje no muestra nada. Es como si alguien hubiera apagado los servidores o estuviese saboteando a toda Zilda desde dentro.
En cuanto a lo del C4 no tienen de esos en mini, tienen unas cargas de reserva en uno de los compartimentos y unos tres pequeños drones de reconocimiento, pero necesitan ser pilotados.
- T11. Milena y Elya:
- En la distancia, hacia el sur, podéis ver como se acerca un pelotón de soldados, quien sabe si amigos o enemigos y hacia el norte parece haber un gran caos montado, aunque no podéis confirmarlo. Al cabo de un rato notáis cómo las explosiones empiezan a estar más cerca de vosotras, sin llegar a estar peligrando vuestra vida. Quizá deberíais poneros en marcha, sea la dirección que sea.
- T13. Osuka, Neo y Yoko:
- Osuka logra agarrar la mano del robot, “inmovilizándolo”. Pero eso no evita que al acercarse Yoko contra el robot, se estampe contra la barrera exterior con un característico “clank”, aunque es mayormente aire. Al caer la fémina, podéis ver como la barrera tiene una ligera brecha. Dado que el gólem está agarrando el brazo del robot, este simplemente va recogiendo la cuerda que une su mano al resto del brazo, cogiendo cierta velocidad contra ti. En el proceso le salen varios taladros del cuerpo, uno de ellos de la cabeza con intención de perforarte de un lado a otro.
- L13 Arribor, Zack, Sarah, Corinna, Tsang Yue, Maki, Teravan, Yarmin, y el hijo de la tía de la vecina soltera:
- El hombre mantis suelta un IIIIIH cuando Arribor le golpea y se pone a dar manotazos con sus brazos como cuchillas. Arribor, te roza la mejilla. Te ha afeitado de gratis, solo ha sido un rasguño pero pica.
Maki, al salir encuentras al resto. Parecen estar mirándose y hablando mucho, casi como si estuvieran a punto de comenzar a demostrarse tanto amor como los escarabajos.
- K13 Corvo, Kotaro, Meneror, Midou Worgulv, Rezvan:
- Grum continúa gruñendo incoherencias en voz baja, pero no parece correr peligro de muerte. Os habéis apartado un poco del grueso de la batalla y uno de los hombres que atendían al pretor se abalanza nervioso sobre Worgulv al oírle. Rapidamente te aplica un torniquete y para la hemorragia tras limpiarte como puede la herida. La batalla sigue empeorando a ojos vistas, pero el sonido os suena ajeno ahora que habéis logrado respirar unos momentos.
Corvo, la artillería responde a tu llamada y se abre fuego sobre el extraño tipo. Ves que ni siquiera se cubre para evitarla y que aún herido y sangrando continúa combatiendo. A su alrededor hay varios cadáveres más que antes.
Meneror se desliza entre las tropas de Zal que, enloquecidas, se lanzan a por él sin importarles nada. Muchos mueren a su paso y en general todo es un caos. En el momento en el que asomas de la nube, un globo ocular perdido te rebota en la frente y se te queda pegado al cuello de la camisa. Puaj, qué gente más guarra.
- J12 Zero:
- Ante tu impresionante transformación el gusano se baja con elegancia a suelo para contemplar de forma solemne tus ataques. No parece que nadie ose ponerle un dedo encima entretanto. Cuando le miras, sonríe terroríficamente. Por su cuerpo aparecen varias púas de aspecto metálico y se yergue hasta quedar a la altura de tu estómago. Se inclina hacia un lado y de un mordisco le arranca un brazo a un tipo que pasaba por allí. ¿De qué bando sería? Acto seguido, enrosca su cuerpo alrededor de su presa, clavándole las púas y haciéndole aullar de dolor. Para cuando cae al suelo inerte, se separa un poco y te mira.
-No soy pequeño, humano. Soy de tamaño funcional, como puedes comprobar.
- R13 Ushio:
- El buitre te mira con odio y grazna una última vez mientras le cortas el cuello. Cae a tierra, dejándote solo. En tu cabeza todavía resuenan los ecos de sus graznidos, aunque no hay más pájaros a tu alrededor. De repente, oyes a alguien aplaudiendo. En el suelo, un hombre sentado elegantemente sobre una piedra mira hacia ti sonriendo mientras aplaude. El cadáver del último buitre está a su lado. ¿Quieres saludar o seguirás camino?
- M10 Kasai Kuro:
- Por fin, tras tu ataque pareces perder de vista los extraños y portentosos proyectiles. Te giras a mirarle y compruebas que tu adversario asiente lentamente mientras levanta una ceja en señal de aprobación. Vaya.
- Al y pans & company:
Bizvan, te alejas un poco. Justo cuando los pierdes de vista a tu espalda, oyes un alarido delante de ti. ¿Hay alguien? Oh, no, solo fue la ardilla. Una ardilla que chilla en el suelo como si la estuvieran matando, justo delante de ti. Ciaran, vas un par de pasos por detrás de él, oyes lo mismo.
Al, te pica la mano. No, espera, no te pica. Te duele. Ese mendrugo te ha mordido con todas las de la ley. Tobias le recubre de sirope, pero él se deja. Levanta la barbilla muy digno y continúa repitiendo: - NO, NO HABLARÉ. ME NIEGO. ASÍ ME MATÉIS. JUM. NO, NO Y NO.
- K14 Venom y Liv:
- Venom, Liv te arrastra antes de oír siquiera tu opinión. Antes de que te des cuenta comienza a pelear a favor de Sarka, con mucha rabia acumulada. La batalla continúa su curso, hasta que de repente uno de los soldados de Zal se lanza a por la chica al grito de - ¡TRAIDORA! ¡PAGARÁS POR ESTO! Nadie más parece darle importancia, pero tampoco parece que él tenga planeado rendirse.
- P12 Raghersir:
- Consigues salir del edificio sin más problemas y echas a andar. Sin embargo, vas pensando en tus cosas y cuando te das cuenta te cuesta orientarte. Miras a tu alrededor, hay varios edificios y muchas ruinas, pero el que buscabas ha desaparecido… o eso o estaba en otra parte. ¿Darás media vuelta o seguirás investigando?
- M13 Drake:
- Sigues caminando, comienzas a ver edificios en ruinas aquí y allá. Algunos de ellos incluso se tienen en pie todavía, de puro milagro. De repente, te sientes ligero. Una estúpida sonrisa
, más que de costumbre, vaya,recorre tu cara. Te ríes sin poder evitarlo y los edificios comienzan a sonreírte. Oh, ese ladrillo parece apetitoso y tiene unos ojillos… Una diminuta, diminuta voz te dice en tu cabeza: Drake, hijo, ¿Se puede saber qué coño te has comido?
- N2. Ai Nanasaki:
- Ante tu pregunta, los soldados te miran con incredulidad, como si le hubieras preguntado algo tan sumamente estúpido que se lo hubieran imaginado.
¿A qué vamos a la base? A reabastecernos para volver a la batalla, por supuesto. - dijo con un tono firme – Todos. - terminó, tajante -
La base cada vez queda más cerca y acercarte a esta no parece que aumente tus posibilidades de huida.
- P11. Sans:
- Intentas huir, pero las ramas se mueven más rápido que tu, agarrándote y tirándote hacía la flor autodenominada Flowey. Según caías al suelo, varias bolas blancas, posiblemente era algún tipo de polen, salían volando contra ti, algo que el vegetal había denominado “friendliness pellets” y parecían inofensivas. De todas formas, el movimiento en el suelo era complicado, debido a la gran cantidad de raíces y las bolas que se extendían no solo a la altura de suelo sino que también se extendían hasta una gran altura del suelo. Por cierto, notas la presencia de otro incauto entrando por el pasillo. Si giras la cabeza quizás llegues a divisar que se trata de Kedra.
- P11. Kedra:
- Pasas el túnel y de repente te encuentras en lo que paree un jardín lleno de flores amarillas sonrientes, enredaderas de buen grosor que dificultan el caminar y que parecen haber atrapado a un esqueleto en el aire y esferas blancas tanto en el suelo como flotando, las cuales parecen peligrosas. Algunas de las flores parecen notar tu presencia y varias enredaderas intentan agarrarte.
- Q10. Joseph:
- Avanzas por los bordes de la muralla y, al poco, entras por una calle medio destrozada cuando escuchas un par de escarabajos gigantes volar hacia donde Yoai debía estar. Y, ante ti, se cruza una niña. Bueno, te la encuentras, porque está llorando en una esquina. ¿Vas a preguntarle qué le pasa?
- X8. Vinnie el buenazo:
- Parece que hay un pueblo frente a ti. Está totalmente tranquilo y calmo, y huele a miel... Qué raro. Pero bueno, si hay miel habrá gente cerca, ¿No? Por cierto, escuchas ruido de cascos en la londananza. Igual quieres seguirlos.
- P13. Team Dragón :
- Madara, para cuando aterrizas, notas que todos los miembros de tu grupo, salvo el mapache, han bajado ya y este ni utiliza tus alas para hacerlo. La sensación de Arena cayendo desde tu cuello te recorre, y de repente el animal se manifiesta debajo de ti. Los demás están en el aire descargando su ira contra las “pobres” maquinas que caen como moscas. Con tanto poder y pudiendo volar, ¿cómo es que no lo han hecho antes en vez de usarte de mula de carga? Encima ya no tienes nada que golpear con tu espada de Kairo, al menos de momento. Más vale que os deis prisa en buscar a Beros, cosa que será complicada ya que no sabéis nada de él.
- T15. Team Quimera:
- Pareciera que la tecnología se riera de vosotros. Por un lado, la copia de Silver, no parece devolver el ataque a Edward, aunque tampoco parece inmutarse mucho con sus ataques eléctricos. Eso sí, cuando lo golpea siente que se ha lastimado la rodilla más de lo que él hubiera lastimado al falso Silver. La sensación es similar a la de pegar un rodillazo a una puerta metálica. Y lo mismo sucede con el puñetazo del verdadero Silver, cuyos daños hubiera sido peores de no ser porque la electricidad no parece servir contra él. Una vez acabados vuestros ataque combinados, parece que decide jugar él, saliendo corriendo hacia Valia, que se ha acercado a ayudar y haciendo el mismo movimiento que hizo Silver antes.
Por otra parte, El ataque de Krauser y DeathStroke parece un poco inútil también, aunque logran parte de su objetivo. En esta ocasión, Krauser ataca y el contrario se defiende, cruzando sus brazos por delante del cuerpo, para evitar los golpes. Primero los de Krauser, cuyo machete parece golpear contra un escudo del mismo material, mientras que las cuchillas de su guantelete no terminan de atravesar el cuerpo del contrario. ¿Qué raro, no? Además, el puño tampoco parece hacerle mucho, eso sí, algo de falsa “piel” es rasgada en su brazo y su mejilla. Parece que no se cubrió lo suficientemente bien. Krauser esto no lo ve, pero Deathstroke lo nota al pegar la patada, la cual hace retroceder al “clon”, el cual parece ser de algún tipo de metal bajo su piel. Vaya. El retroceso hace que acabe tocando la puerta. Esta se abomba un poco, pero parece no caer. Por cierto, Notas que estás un poco más débil nada más entras en contacto con él. Al detenerse, descruza los brazos en un rápido movimiento y te agarra la pierna, antes de que la bajes, con fuerza, antes de coger impulso y tratar de lanzarte hacia volando hacia Krauser. Oh, también notas que no se ha transformado. Tal vez no pueda copiar todo lo que haces.
- N11. Team Záfiro:
- Bueno, Kedra, al no saber que había algo raro por ese pasillo, ha decidido meterse en la boca del lobo. Podrías ir a ayudarle, pero eso os retrasaría aún más, además, seguro que sabe cuidarse solo. Avanzando, podréis ver una catedral, la cual se encuentra al borde de un río. Todo está extrañamente tranquilo.
- Alexandra y Eichi:
- La pareja parece relajarse con algo de resignación y ya no notáis ninguna intención hostil en ellos.
-¿Facción? - Escupe al suelo con desprecio. - Esos bastardos dejaron esta isla en cuanto vieron que ningún bando podría tomarla. Las centrales quedaron abandonadas o a merced de sus encargados, esperando el día que volviese alguien para reclamarlas. Nosotros en su día creímos en Balarad, pero tantos años pusieron a prueba nuestra fe. Ahora que han decidido volver ni siquiera vienen ellos en persona sino que mandan peones a tomar lo que dicen que les pertenece. - Hace una pausa y mira a su compañero. Este asiente en silencio.
-Por lo menos no parecéis malas personas. Marchaos, activaremos la central con una condición... Aseguraos que el próximo rey sea alguien verdaderamente merecedor del trono.
- El Barbas:
- La mujer está muy asustada, y sin decir nada señala temblando a la mesa. Allí puedes ver el aparato, pero no parece querer decir nada. Sin embargo, masculla algo así como "yaoi". Sabe Dios qué querrá decir. ¿O era Yoai? En fin, al menos no está escapando, con suerte podrías interrogarla.
Simo Baker
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Tras un rato sumido en mis pensamientos me paré por un instante a mirar a mi alrededor. Había andado bastante como para no haberme topado ya con el edificio, no cabía duda de que me había perdido. Resoplé por lo estúpido de la situación y me dispuse ocultarme un poco junto a uno de los edificios para poder examinar el mapa. En él no había información acerca de las edificaciones, tan sólo indicaba la geografía, la localización de las centrales, la posición de las bases de las facciones y el perímetro de la muralla. Nada de eso iba a servirme para volver a encontrar el edificio, pero al menos me serviría de utilidad para buscar un nuevo objetivo.
Lo primero que hice fue deducir, por lo que había andado, el punto dónde se encontraba el bunker. Desde ahí, comencé a buscar mi posición actual. Según me parecía estaba algo más cerca de la zona central de la ciudad, lo cual me extrañó, pues no creía cerca de ninguna batalla. En parte eso era una buena señal, significa que a pesar de todo el tiempo que había pasado bajo tierra los ejércitos aún no habían entrado en la ciudad. Aun así decidí no fiarme de rondar los alrededores, podía ser bastante peligroso al no saber el curso actual de la guerra. Si quería tener una posición ventajosa debía alcanzar el centro de la ciudad y prepararme allí para cuando la batalla final comenzase.
Decidido mi plan me puse a investigar el mapa para encontrar un punto clave. En el centro de la ciudad había tres centrales, lo que me incitó a pensar que entre ellas podría encontrar el edificio desde el que se gobernaba la nación. Ya fuese un palacio un castillo o un ayuntamiento si lo tomaba tendría el control de la ciudad y estaría en posición para decidir a quién favorecer como vencedor. Además, por entregar un objetivo así, sin duda sería merecedor de una tremenda recompensa. No diría que me importaba más la recompensa que el bien de la nación, pero había varios bandos que me parecían aceptables, sin duda el que me pareciese más propenso a recompensar a sus leales sería el que se llevaría mi apoyo. Listo para iniciar mi plan guardé el mapa y eché a correr en dirección al centro, debía darme prisa, no quería que nadie tomase aquel lugar antes que yo.
Lo primero que hice fue deducir, por lo que había andado, el punto dónde se encontraba el bunker. Desde ahí, comencé a buscar mi posición actual. Según me parecía estaba algo más cerca de la zona central de la ciudad, lo cual me extrañó, pues no creía cerca de ninguna batalla. En parte eso era una buena señal, significa que a pesar de todo el tiempo que había pasado bajo tierra los ejércitos aún no habían entrado en la ciudad. Aun así decidí no fiarme de rondar los alrededores, podía ser bastante peligroso al no saber el curso actual de la guerra. Si quería tener una posición ventajosa debía alcanzar el centro de la ciudad y prepararme allí para cuando la batalla final comenzase.
Decidido mi plan me puse a investigar el mapa para encontrar un punto clave. En el centro de la ciudad había tres centrales, lo que me incitó a pensar que entre ellas podría encontrar el edificio desde el que se gobernaba la nación. Ya fuese un palacio un castillo o un ayuntamiento si lo tomaba tendría el control de la ciudad y estaría en posición para decidir a quién favorecer como vencedor. Además, por entregar un objetivo así, sin duda sería merecedor de una tremenda recompensa. No diría que me importaba más la recompensa que el bien de la nación, pero había varios bandos que me parecían aceptables, sin duda el que me pareciese más propenso a recompensar a sus leales sería el que se llevaría mi apoyo. Listo para iniciar mi plan guardé el mapa y eché a correr en dirección al centro, debía darme prisa, no quería que nadie tomase aquel lugar antes que yo.
- Raghersir:
- Decidir pasar del edificio que había visto antes. Marcar el punto del bunker en mi mapa. Dirigirme hacia el centro en busca del ayuntamiento/palacio/castillo.
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La niña parecía haber aceptado que Kodama era el bueno en esa situación. Le sonrió cuando se lo explicó y trató de ponerle las esposas, dejando dócilmente que el marine hiciese su trabajo. Él, por su parte, había conseguido que el joven no muriese desangrado de forma ridícula y...
“¿Qué es eso?”. La sorpresa se reflejó en el rostro del Roble. ¿Algo había intentado picarle? No, lo que había notado era distinto. Algo había intentado atravesarle, como si quisiese meterse en él. No era la primera vez que le ocurría algo así, ya que cuando uno pasa décadas en el bosque es inevitable que algún bichejo intente hacerse un nido en su corteza, aunque eso no servía para tranquilizarle. Sobretodo porque allí solo estaba la niña humana.
Kodama miró a la pretora, como si esperase una respuesta de su parte por lo ocurrido. Su rostro había cambiado radicalmente en cuestión de un segundo. Ya no veía ni rastro de la niña llorosa, sino que parecía haber sido sustituida por una chica mucho más madura y, sobre todo, mucho más oscura.
-Tsk. Parece que la cara de niña buena ya no funciona con vosotros -dijo la joven. Incluso su voz sonaba diferente a oídos de Kodama; más fría y sin atisbo de la niña aparentemente inocente que parecía ser hasta hacía un segundo.
Cuando quiso darse cuenta, tres escarabajos imposiblemente grandes escalaron la muralla a una orden de Yoai, de cuyo brazo surgió algo indescriptible que le sirvió para auparse a uno de los animales. Kodama se incorporó, serio y decidido, espadas en alto, cuando vio como la niña hacía pedazos las esposas como si no fuesen más que de papel.
-Sube a esto y aléjate, muchacho -le dijo al joven Gusi al mismo tiempo que creaba una burbuja para él. Alrededor de él mismo creo una segunda pompa-. Jovencita -advirtió a Yoai-, ya no tengo más esposas, así que vas a tener que rendirte. La otra opción es más desagradable.
El Roble hizo surgir dos ramas de su cuerpo, las apuntaló en lo alto del muro y se impulsó con ellas hacia arriba. La burbuja le ayudó a flotar y así pudo dar una bonita voltereta con la que colocarse a un par de metros sobre Yoai y su montura. No le hacía gracia atacar a los animales, pero no se los imaginaba dejándole tranquilo. Desde la altura, catapultó esas mismas ramas hacia la pretora, dejando ya de lado cualquier tipo de diplomacia. Al mismo tiempo, dos ondas cortantes volaron desde sus espadas, cada una dirigida a los escarabajos sin jinete. Iban directas hacia sus cabezas, con el objetivo de que tras golpearles rebotasen en dirección a su enemiga, logrando así un ataque combinado. Esperaba que con eso bastase para hacer que se rindiera.
- Balt:
- Ver como Yoai se pasa al lado oscuro - Ofrecerle a Gusi una burbuja para que se meta y ella y se pire si quiere - Usar jabón y dos ramas para elevarse “grácilmente” sobre Yoai - Lanzar dos ondas cortantes hacia los otros dos escarabajos, tratando de que reboten en las criaturas y vayan hacia Yoai - Al mismo tiempo, tratar de pegarle con esas ramas
- Ámbitos usados:
- Ondas cortantes: Clásico pero indispensable. Lanzar ondas cortantes tanto rectas como curvas es una de las habilidades que Kodama ha desarrollado como espadachín. De forma pasiva, sus cortes son más potentes, ya que aprender esto le ha llevado a desarrollar su fuerza.Rebote: El bono pasivo que aporta a Kodama es una significativa mejora en su visión espacial, siendo capaz de calcular trayectorias complejas con un solo vistazo. Dicha capacidad la ha conseguido gracias a su experiencia en el bosque, calculando el vuelo de los pájaros para saber si terminarían posándose sobre él. Es una habilidad que se traslada a su forma de luchar, permitiéndole lanzar sus cortes de forma que reboten en edificios, árboles, el suelo, etc. para alcanzar a su objetivo desde cualquier ángulo.
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-Ah, eso duele, maldito bicho -protestó Arribor ante el extraño ser que agitaba sus afilados brazos como un loco. Le había hecho un cortecito de lo más molesto. Esperaba que no se le infectase y se convirtiera en una cosa como ésa. La respuesta de pirata fue devolverle el golpe con la mano abierta.
Curiosamente, el bicho y él eran los únicos que mostraban algún signo de violencia. No estaba prestando mucha atención pero era bastante evidente que nadie allí tenía intención de pelear. En fin, ellos sabrían. Realmente no le interesaba mucho cumplir su parte del trato con los de Sarka, aunque sí quería que sus nakamas entrenasen en aquella guerra. Claro que, si no podía ser, ya les pondría a prueba de alguna otra forma.
El pirata se incorporó, ignorando la guadaña que por alguna razón había pasado rozándole, y se dispuso a decirle a los suyos que siguieran su camino. Pero entonces un negro presentimiento le nubló la mente, un escalofrío recorrió su columna con un frío glacial proveniente del más negro infierno, y el más terrible de los funestos presentimientos le hizo darse la vuelta justo en ese momento. "No puede ser", se dijo a sí mismo, en un débil intento de convencerse de que no era real. Pero si podía ser.
-¡¿Dónde estás, Molly?! -exclamó el gyojin al aparecer como de la nada del interior de un edificio. La bestia era tal cual la recordaba: una mole gris y fea, ojos diminutos como dos perlas negras, nariz bulbosa, brazos gruesos y esa voz terrible que tantas pesadillas le causaba. Era él. No podía ser él. Y aún así era él.
-¡Maki! -chilló Arribor, alarmado y fuera de sí. La boca casi desencajada y su ojo bueno a punto de salírsele de su órbita. Por desgracia, su grito atrajo la atención del demonio baboso.
-¡Eres tú! ¡El tuerto!
Maki se acercó a Arribor a paso ligero, mirándole casi como si fuesen viejos amigos. "Oh, mierda", pensó el pirata. "Viene a por mí". Decidió que no podía dejar que esa cosa se le acercase más. Sin pensar en lo que hacía fue a intentar ocultarse detrás de la chica de la otra facción, la que le había preguntado por su compañero extraviado.
-¡Aléjate de mí, maldito! -le dijo, poniendo los dedos en forma de cruz a ver si eso lo mantenía apartado. Pero el pez no se detenía-. ¿Qué quieres de mí? Vuelve con el resto de engendros antes de que os liquide -Arribor señaló al extraño ser medio insecto, con la esperanza de que ambos regresasen al infierno o a donde fuera.
-¡Molly! -vociferó el gyojin. Así que sí que lo conocía. Al pirata no le sorprendía nada-. No le chilles a Molly -le recriminó-. Primero mataste a Dimitri, ¿y ahora quieres hacerle daño a Molly?
-¡Yo no me comí a tu maldito caracol! -Arribor se acercó al hombre pez, enfadado como cada vez que le echaba en cara lo de aquel estúpido caracol. Además no fue él quien lo devoró, sino Franklin.
-¡Sí que lo hiciste! -le respondió el gyojin-. Te lo comiste porque no soportabas que me quisiera más a mí.
-¿Pero qué dices?
-¿O es que querías su dinero?
-¡Yo no me comí a esa cosa!
-Espera... ¿no será que querías quedarte a solas conmigo? Claro, por eso tiraste del globo a Su Majestad y a ese animal tan raro -Arribor no daba crédito a quién llamaba raro a quién, aunque tenía que reconocer que lo ocurrido en aquel globo con Maki, su falsa reina Derian y la morsa fue un episodio totalmente fuera de su control-. ¡¿Acaso estás aquí para secuestrarme?!
-¡Cállate, engendro! ¡Tú eres el que ha venido a atormentarme!
-Pues se siente. En fin... al menos ahora Dimitri está en un sitio mejor -dijo el pez, suspirando.
"Ojalá estuviera yo allí". Arribor no pudo evitar que esa cosa le sacase de sus casillas. Era un don innato en él. No entendía cómo lo conseguía pero era incapaz de mantener la calma con ese bicho cerca. No pudo evitar preguntarse qué había hecho para que algún cruel dios le castigase lanzándole al maldito Augustus a la cara.
- Sarka:
- Flipadas varias entre Arribor y Maki
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Krauser frunció el ceño al darse cuenta de que sus ataques no estaban sirviendo mucho contra aquella copia de Deathstroke. El cabrón parecía tener una resistencia monstruosa. El demonio de la niebla se quedó mirándolo fijamente con una expresión calmada. Tal vez era el momento de empezar a utilizar sus habilidades más especiales. Un escalofrío recorrió la espalda del militar entonces. Sin duda iba a comenzar a jugar como era debido y a dejarse de estupideces. Él no disponía de auras raras como la mayoría de personas fuertes que conocía. Simplemente iba al puro estilo de disciplina que aprendió durante tantos años. Ocultó el machete en su funda y entrecerró los ojos concentrándose en su objetivo. Su haki de observación se extendió en un rango de doscientos metros a la redonda para tener todo controlado. En ese momento observó a su compañero volar hacia él.
- Yo te cojo…
Pensó para que el comandante de Dexter le escuchase por telepatía. Se lanzó en forma de niebla hacía él también para evitar que pillase más velocidad y cuando estuvo detrás se formó. Abrió los brazos recibiéndolo con su armadura y abrazándolo al momento. El impacto lo tiró hacia atrás, cayendo al suelo de espaldas y cerrando los ojos, pero al menos pudo ayudarle. El demonio notó un incómodo dolor en la espalda debido al impacto y también a las morsas de su equipo. En cuanto pudo se colocó en pie, mirando a la copia con el ceño fruncido. Lentamente fue deslizando su mano derecha hacia su espalda, tomando el mango de su espadón y desenvainándolo lentamente. El sonido metálico fue intenso y lo siguiente que hizo el demonio fue dar un par de pasos hacia delante.
- Voy a tener que usar esto sí quiero hacerle algo. De modo que… Bienvenido al mundo del demonio de la niebla… – Dijo en un tono siniestro al mismo tiempo que miraba a su objetivo.
Sin previo aviso convirtió en niebla sus piernas y salió disparado hacia su rival. Se había dado cuenta que le gustaba bloquear y pensó en su estrategia. Lanzó un poderoso tajo en diagonal de arriba abajo, buscando partirlo en dos con fuerza. Le diese o no, usaría el golpe que su arma daría en el suelo para agarrar con fuerza el mango y saltar. Giraría en pleno aire y alzaría de nuevo su arma, lanzando otro tajo violento hacia abajo, intentando dañar de nuevo a su oponente. Nada más aterrizar en el suelo, lo haría lanzando una terrible patada contra este, liberando una onda expansiva con la que pretendía lanzar a su oponente hacia atrás. [Manual Explosión Galáctica]
- ¡Tú turno! – Pensó dándole la señal a su compañero.
- Yo te cojo…
Pensó para que el comandante de Dexter le escuchase por telepatía. Se lanzó en forma de niebla hacía él también para evitar que pillase más velocidad y cuando estuvo detrás se formó. Abrió los brazos recibiéndolo con su armadura y abrazándolo al momento. El impacto lo tiró hacia atrás, cayendo al suelo de espaldas y cerrando los ojos, pero al menos pudo ayudarle. El demonio notó un incómodo dolor en la espalda debido al impacto y también a las morsas de su equipo. En cuanto pudo se colocó en pie, mirando a la copia con el ceño fruncido. Lentamente fue deslizando su mano derecha hacia su espalda, tomando el mango de su espadón y desenvainándolo lentamente. El sonido metálico fue intenso y lo siguiente que hizo el demonio fue dar un par de pasos hacia delante.
- Voy a tener que usar esto sí quiero hacerle algo. De modo que… Bienvenido al mundo del demonio de la niebla… – Dijo en un tono siniestro al mismo tiempo que miraba a su objetivo.
Sin previo aviso convirtió en niebla sus piernas y salió disparado hacia su rival. Se había dado cuenta que le gustaba bloquear y pensó en su estrategia. Lanzó un poderoso tajo en diagonal de arriba abajo, buscando partirlo en dos con fuerza. Le diese o no, usaría el golpe que su arma daría en el suelo para agarrar con fuerza el mango y saltar. Giraría en pleno aire y alzaría de nuevo su arma, lanzando otro tajo violento hacia abajo, intentando dañar de nuevo a su oponente. Nada más aterrizar en el suelo, lo haría lanzando una terrible patada contra este, liberando una onda expansiva con la que pretendía lanzar a su oponente hacia atrás. [Manual Explosión Galáctica]
- ¡Tú turno! – Pensó dándole la señal a su compañero.
- Team Quimera:
- Luchar. Arma usada: u espada. Esta espada tienen un mango grisáceo con franjas negras y la hoja es de un gris oscuro. El tamaño es un poco mas grande que el de un mandoble. esta en su espalda llega hasta estar a unos quince centímetros del suelo. Medirá los 1.70 y pesa bastante. A Krauser le cuesta mucho agotamiento usarla en combate. el filo del arma esta cubierto totalmente de Kairokiseki. Tiene en su interior un cristal magico que le da habilidades increibles, además de ganar una energia oscura que recubre la espada haciendola indestructible. La principal habilidad es la sangre, cuando esta espada es mojada en sangre (no sirva la de krauser) filtra el liquido rojo hacia su interior y de ahi pasa a su dueño en forma de energia, le da las capacidades de eliminar cansancio y regenerar algunas heridas, segun cuanta sangre tome de su enemigo, mayores seran los efectos.
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El luchador clavó sus dorados ojos en el esqueleto que parecía estar enredado en aquellas cosas. El pasillo había llevado a Kedra hasta allí y ahora se hallaba observando la situación tranquilamente. Pudo detectar el olor del dragón y lo mejor sería ir detrás, pero aquel tipo parecía tener problemas. El lobo negro soltó un suspiro y avanzó despacio hacia él con el gesto serio y una mirada de pocos amigos. El jardín lleno de flores parecía estar vivo debido al movimiento de las raíces. El pirata no sabía bien cómo actuar en aquel preciso momento. Tal vez debería ayudar al pobre hombre parecido a un cadáver. De hecho, de no ser por su aura, hubiese pensado que estaba muerto. Las bolitas blancas parecían ser algo sospechosas, sobre todo cuando había una persona atrapada. En ese momento, unas enredaderas trataron de lanzarse por el lobo.
- Shinu…
Susurró simplemente. Kedra cerró los ojos despacio y acto seguido lanzó un terrible puñetazo hacia aquellas cosas. Antes de que sus nudillos entrasen en contacto contra el material, una explosión de energía destructiva se expandió tres metros a la redonda, tratando de hacer pedazos aquellas cosas y todas las flores posibles. Lejos de terminar allí, el conquistador de los océanos se movió a una velocidad sorprendente y saltó con fuerza. En pleno aire lanzó una poderosa patada hacia las raíces que trataban de joder al esqueleto. La explosión destructiva esta vez sería de un metro a la redonda para no dañar a la otra persona. Lo lograse o no, aterrizaría en el suelo frunciendo el ceño y mirando las flores con ambas manos en los bolsillos.
- No estoy de humor, por lo que si tratáis de joderme, os destrozaré.
Mencionó el lobo oscuro al mismo tiempo que una especie de aura oscura le rodeaba levemente y sus dorados orbes tomaban un brillo rojizo. Se notaba furioso, aunque su estado de ánimo solía estar así bastantes veces. Se colocaría cerca de aquel chico esqueleto y simplemente esperaría una reacción. No iba a darse por vencido contra unas malditas plantas y mucho menos disponiendo de su repertorio de habilidades destructivas.
- ¿Un informe? – Dijo en voz alta preguntándole al esqueleto.
- Shinu…
Susurró simplemente. Kedra cerró los ojos despacio y acto seguido lanzó un terrible puñetazo hacia aquellas cosas. Antes de que sus nudillos entrasen en contacto contra el material, una explosión de energía destructiva se expandió tres metros a la redonda, tratando de hacer pedazos aquellas cosas y todas las flores posibles. Lejos de terminar allí, el conquistador de los océanos se movió a una velocidad sorprendente y saltó con fuerza. En pleno aire lanzó una poderosa patada hacia las raíces que trataban de joder al esqueleto. La explosión destructiva esta vez sería de un metro a la redonda para no dañar a la otra persona. Lo lograse o no, aterrizaría en el suelo frunciendo el ceño y mirando las flores con ambas manos en los bolsillos.
- No estoy de humor, por lo que si tratáis de joderme, os destrozaré.
Mencionó el lobo oscuro al mismo tiempo que una especie de aura oscura le rodeaba levemente y sus dorados orbes tomaban un brillo rojizo. Se notaba furioso, aunque su estado de ánimo solía estar así bastantes veces. Se colocaría cerca de aquel chico esqueleto y simplemente esperaría una reacción. No iba a darse por vencido contra unas malditas plantas y mucho menos disponiendo de su repertorio de habilidades destructivas.
- ¿Un informe? – Dijo en voz alta preguntándole al esqueleto.
- Team Zafiro:
- Combatir y tratar de ayudar a Sans.
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La situación no podía ser más desesperante. Ese hombre había logrado morder a Al, y cuando vi esto, lo primero que hice fue tratar de darle un golpe con el pomo en la boca a ese tipo. Tras eso haría aparecer dos cuchillas con mi energía y las clavaría en sus pies. Estaba completamente inmovilizado, por lo que no podría resistirse a ello. Si funcionaba seguramente acabaría con algún diente suelto y un agujero el cada pie, sangrando. Entonces me quedaría cara a cara con él, ya me había cansado, y encima el vicealmirante me tomaba por un inútil en estos momentos. O hablaba ese hombre, o moriría ahí mismo, pero no sin antes sufrir.
-Muy bien señor gritón. Ya has conseguido agotar mi paciencia -estaba con el rostro completamente serio y enfurecido-. Hay dos opciones. O hablas ya, o vas a gritar con razon.
En ese momento comenzaría a hundir mi espada a la altura de una de sus piernas. El hielo le estaría dejando helado, lo cual retrasaría sus movimientos en caso de zafarse de aquello, eso me permitiría hacer algo a tiempo, aunque si esos agujeros en los pies surtían su efecto, no podría salir corriendo así por que si.
-No hace falta que te diga, que esto puede acabar mal.
-Muy bien señor gritón. Ya has conseguido agotar mi paciencia -estaba con el rostro completamente serio y enfurecido-. Hay dos opciones. O hablas ya, o vas a gritar con razon.
En ese momento comenzaría a hundir mi espada a la altura de una de sus piernas. El hielo le estaría dejando helado, lo cual retrasaría sus movimientos en caso de zafarse de aquello, eso me permitiría hacer algo a tiempo, aunque si esos agujeros en los pies surtían su efecto, no podría salir corriendo así por que si.
-No hace falta que te diga, que esto puede acabar mal.
- Resumen Balt:
- Cabrearme, mucho, sentirme frustrado a más no poder. Comenzar a torturar a ese tipo para hacer que hable
- Cosas usadas:
- Maestría enérgica: Adquiere un gran control de su propia energía, lo cual le permite solidificar la energía para crear figuras reales hechas a partir de la propia energía. Nivel 61: Puede crear cualquier forma mientras las dimensiones no excedan de quince metros de alto o ancho. El grosor máximo es de quince centímetros. Las figuras serán creadas a menos de quince metros y a los veinticinco desaparecerán.
Bushoushoku haki: Nivel entrenado
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La respiración del rubio fue mejorando poco a poco, su expresión continuaba siendo de dolor debido al poderoso impacto recibido contra el suelo. Debía admitir que pensaba que se iba a reventar, pero pudo salvar a la chica de aquel golpe. Acto seguido intentó mostrar una sonrisa para relajarla, pero le costaba. Por suerte, algo empezó a mejorar en él, curándole algunas zonas del cuerpo, aunque continuaba notando un dolor increíble en la zona de las costillas. Se quedó mirando a la chica, la cual decía unas palabras que no pensaba aceptar. Lanzó una pequeña carcajada al aire y entonces la abrazó. Le daba lo mismo debilitarla, pues no permitiría que le pasara nada malo. Había desactivado ya el haki armadura.
- No te preocupes, un tropiezo lo tiene cualquiera…
Le susurró en un tono dulce para después colocarse en pie con algo de dificultad. Notaba la presencia de algo malo sobre él, en lo alto de la muralla. Era una lástima no poder volar hacia arriba, lo siguiente debería hacerlo Kodama junto a Gusi. Confiaba plenamente en ellos. Entonces se fijó que la puerta que daba al interior estaba muy cerca. Se quedó mirando a la rubia con calma y después de unos momentos le acarició la cabeza despacio. Deberían continuar por aquel sitio si deseaban poder seguir con aquella jodida guerra. Quedaban bandos dando por culo y aquello era una realidad.
- Terminemos con esta maldita guerra…
Dijo en un tono alto al mismo tiempo que empezaba a caminar hacia la puerta de la ciudad. Con algo de suerte podría reunirse con los demás en el interior. Ya había escuchado sobre las habilidades de sus compañeros y algunas las había visto. El árbol desprendía un poder increíble y sabía que podría con cualquier cosa que se propusiese. Tenía que recomendarlo para ascender en cuanto volviese al cuartel.
- No te preocupes, un tropiezo lo tiene cualquiera…
Le susurró en un tono dulce para después colocarse en pie con algo de dificultad. Notaba la presencia de algo malo sobre él, en lo alto de la muralla. Era una lástima no poder volar hacia arriba, lo siguiente debería hacerlo Kodama junto a Gusi. Confiaba plenamente en ellos. Entonces se fijó que la puerta que daba al interior estaba muy cerca. Se quedó mirando a la rubia con calma y después de unos momentos le acarició la cabeza despacio. Deberían continuar por aquel sitio si deseaban poder seguir con aquella jodida guerra. Quedaban bandos dando por culo y aquello era una realidad.
- Terminemos con esta maldita guerra…
Dijo en un tono alto al mismo tiempo que empezaba a caminar hacia la puerta de la ciudad. Con algo de suerte podría reunirse con los demás en el interior. Ya había escuchado sobre las habilidades de sus compañeros y algunas las había visto. El árbol desprendía un poder increíble y sabía que podría con cualquier cosa que se propusiese. Tenía que recomendarlo para ascender en cuanto volviese al cuartel.
- Balt:
- Ea ea a misa, caminar hacia la puerta confiando en Kodama para terminar lo de arriba.
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La bestia derribó a otro de sus oponentes de un puñetazo violento, pero justo entonces observó al gusano bajar de su brazo. La mirada del hombre guepardo parecía ser algo más sádica de lo normal, pues se lo estaba pasando en grande durante aquel combate. Se relamió despacio sintiendo el sabor de la sangre de sus rivales. Nadie tendría el valor de decirle nada en aquella zona, pues en esos momentos era uno de los tanques de Sarka en la pelea. Sin previo aviso, lanzó un puñetazo al aire, formando una increíble onda de choque que esperaba impactar contra varios de sus rivales. La risa del carnívoro continuó aumentando sin parar a medida que se divertía peleando contra aquellos seres del averno. Su expresión comenzaba incluso a ser preocupante debido a lo abiertos que estaban sus ojos.
Justo entonces pudo ver a su pequeño gusano arrancarle el brazo a un tipo. Se alzó tomando una altura considerable y le dio una muerta esplendida a otro, usando una especie de púas alrededor de su cuerpo, con las cuales empaló a su oponente. Sus siguientes palabras provocaron que Zero sonriese de lado. La cosa estaba poniéndose muy interesante con aquel compañero de batallas a su lado. Quería continuar mostrándole cosas a su tío Derian. Alzó entonces el puño al mismo tiempo que movía la cola de un lado a otro.
- En ese caso observa esto…
El hombre guepardo pegó un enorme salto, tirándose por un grupo de enemigos. En pleno aire empezó a girar sobre sí mismo y al aterrizar sobre ellos lanzaría una terrible patada giratoria con la que planeaba hacerlos volar por los aires debido a su fuerza.
- ¡Gran torbellino del Zan Nin Na! – Gritó al mismo tiempo que lanzaba su golpe y trataba de impresionar a su querido y gusanil tito.
Justo entonces pudo ver a su pequeño gusano arrancarle el brazo a un tipo. Se alzó tomando una altura considerable y le dio una muerta esplendida a otro, usando una especie de púas alrededor de su cuerpo, con las cuales empaló a su oponente. Sus siguientes palabras provocaron que Zero sonriese de lado. La cosa estaba poniéndose muy interesante con aquel compañero de batallas a su lado. Quería continuar mostrándole cosas a su tío Derian. Alzó entonces el puño al mismo tiempo que movía la cola de un lado a otro.
- En ese caso observa esto…
El hombre guepardo pegó un enorme salto, tirándose por un grupo de enemigos. En pleno aire empezó a girar sobre sí mismo y al aterrizar sobre ellos lanzaría una terrible patada giratoria con la que planeaba hacerlos volar por los aires debido a su fuerza.
- ¡Gran torbellino del Zan Nin Na! – Gritó al mismo tiempo que lanzaba su golpe y trataba de impresionar a su querido y gusanil tito.
- Sarka:
- Batallear junto a mi gusano precioso!!!
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Los pasos de Jin continuaban conduciéndole por aquel remoto lugar. Había dejado atrás una especie de pueblo en ruinas y por el momento continuaba avanzando por aquel suelo violeta. Por mucho que avanzase no salía de la maldita isla y aquello le estaba haciendo enojar bastante. Su único ojo estaba brillando en un tono rojizo y su ceño estaba totalmente fruncido. El olor que había por el lugar era asqueroso y no había que ser un genio para saber de dónde venía. El asesino apretó el puño algo molesto y después chasqueó la lengua enojado.
- Qué asco de sitio… ¿Cuánto me queda para salir de aquí?
Preguntó para sí mismo al tiempo que aceleraba un poco el ritmo. Al menos estaba recuperando fuerzas poco a poco. Era posible que incluso pudiese enfrentar ya a los capullos que le perseguían, pero parecía haberlos despistado. Escupió a un lado y después continuó avanzando despacio, notando sus cabellos ondear levemente. Su mirada era seria pese a todo y parecía estar perdiendo la paciencia. Estaba claro que debía mejorar varios aspectos del poder de su fruta. El tema de la fuerza, velocidad y sus llamas también contaba. Si hubiese sido más fuerte, ese jodido anciano no le habría provocado tanto daño. Al menos ya se sentía bien después de haber realizado su cometido de asesinato personal del día.
- Ya mataré a ese insecto…
Susurró pensando en la pelirroja que había osado atacarle durante la batalla contra el maldito viejo. Esa rata aprovechó una oportunidad demasiado buena para darle por detrás, pero no había tenido suerte. Ya la encontraría en algún momento. Antes de nada debía centrarse en lo que estaba haciendo, tratar de salir de aquel jodido lugar. Entonces soltó un enorme suspiro, mirando al cielo tranquilamente. Trató de relajarse muy lentamente para que todo le saliese bien de una vez.
- Qué asco de sitio… ¿Cuánto me queda para salir de aquí?
Preguntó para sí mismo al tiempo que aceleraba un poco el ritmo. Al menos estaba recuperando fuerzas poco a poco. Era posible que incluso pudiese enfrentar ya a los capullos que le perseguían, pero parecía haberlos despistado. Escupió a un lado y después continuó avanzando despacio, notando sus cabellos ondear levemente. Su mirada era seria pese a todo y parecía estar perdiendo la paciencia. Estaba claro que debía mejorar varios aspectos del poder de su fruta. El tema de la fuerza, velocidad y sus llamas también contaba. Si hubiese sido más fuerte, ese jodido anciano no le habría provocado tanto daño. Al menos ya se sentía bien después de haber realizado su cometido de asesinato personal del día.
- Ya mataré a ese insecto…
Susurró pensando en la pelirroja que había osado atacarle durante la batalla contra el maldito viejo. Esa rata aprovechó una oportunidad demasiado buena para darle por detrás, pero no había tenido suerte. Ya la encontraría en algún momento. Antes de nada debía centrarse en lo que estaba haciendo, tratar de salir de aquel jodido lugar. Entonces soltó un enorme suspiro, mirando al cielo tranquilamente. Trató de relajarse muy lentamente para que todo le saliese bien de una vez.
- Ex Meln:
- Tratar de salir de la isla por troya (?)
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Notó la mirada de odio del último pájaro y, finalmente, terminó muerto. Al fin había acabado todo eso. Debía admitirlo, eran más fuertes de lo que aparentaban. Guardó sus espadas y fue entonces cuando tomó la decisión de volver a retomar el rumbo a la capital. ”Si que he tardado. Estúpidos pájaros” – suspiró con calma. En su cabeza aún se escuchaban los graznidos de ellos. No era su culpa, ellos quisieron pelear y no escuchar su propuesta. Quizá la forma en la que alguien los entrenó lo hizo con ese fin, pelear hasta morir. No le dio mucha importancia al asunto y se dispuso a marchar, pero fue entonces cuando un sonido le llamó la atención. Se dio media vuelta y vio a un tipo, sentado elegantemente en una piedra y lo… ¿Aplaudía? ¿Desde cuándo lo estaba observando? ¿Cómo pudo burlar su haki mantra?
– Que tipo más raro… – Susurró.
Se le quedó viendo con tranquilidad. ¿Sería enemigo? Estaba en una guerra, era normal que se encontrara con enemigos a la vuelta de la esquina. Suspiró con calma y sacó una de sus espadas y lo apuntó. Si era enemigo, era probable que ni siquiera quisiera luchar… ”¿Pero qué mierda piensas, idiota?” – descartó ese estúpido pensamiento de su cabeza y se preparó para el escenario más probable, que fuera un enemigo y que tendría que volver a luchar. De hecho, bien podía ser el imbécil que controlaba los buitres.
– ¿Eres tú quién controlaba a esos pájaros de mierda? – le preguntó sin bajar su espada. ¿Qué haría si le decía que no? Ya lo vería. – ¿Enemigo o aliado? – Finalizó con ciertas dudas en su voz. ¿En serio una pregunta así tendría peso en una guerra? No es que pudiera confiar en él, pero quizá solo traía problemas y si no, esperaba que trajera soluciones. Se quedó callado, apuntando a ese tipo con su espada negra y esperando su respuesta.
– Que tipo más raro… – Susurró.
Se le quedó viendo con tranquilidad. ¿Sería enemigo? Estaba en una guerra, era normal que se encontrara con enemigos a la vuelta de la esquina. Suspiró con calma y sacó una de sus espadas y lo apuntó. Si era enemigo, era probable que ni siquiera quisiera luchar… ”¿Pero qué mierda piensas, idiota?” – descartó ese estúpido pensamiento de su cabeza y se preparó para el escenario más probable, que fuera un enemigo y que tendría que volver a luchar. De hecho, bien podía ser el imbécil que controlaba los buitres.
– ¿Eres tú quién controlaba a esos pájaros de mierda? – le preguntó sin bajar su espada. ¿Qué haría si le decía que no? Ya lo vería. – ¿Enemigo o aliado? – Finalizó con ciertas dudas en su voz. ¿En serio una pregunta así tendría peso en una guerra? No es que pudiera confiar en él, pero quizá solo traía problemas y si no, esperaba que trajera soluciones. Se quedó callado, apuntando a ese tipo con su espada negra y esperando su respuesta.
- Zilda R13:
- Hablarle al tipazo ese que apareció de dios sabe donde.
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Milena alzó una ceja cuando la chica se colocó frente a ella cortándole el paso, indicándole que pensase mejor su decisión y fuesen al Norte. Ella no estaba allí por ninguna estúpida guerra, más bien por matar a Jin e investigar Meln desde el principio. Tal vez en otra ocasión habría ido a la batalla, tal y como iba antes, pero después de lo que pasó con aquel sucio puerco… No tenía ganas de continuar. Tan sólo quería salir de aquella isla del demonio y volver a realizar lo último que debía hacer antes de finalizar con su historia. Se quedó mirando a la mujer a los ojos con una expresión algo indiferente y después le habló con calma, pero con un tono serio.
- Yo no formo parte de la guerra, no me interesa ni me beneficia. Hace cinco minutos planeaba divertirme en ella, pero cuando te joden la vida, solo quieres pegarte un tiro y pasar de esta basura de mundo.
Sus rojizos ojos se fijaron en el Sur, por donde aparecían unos hombres que iban avanzando desde lejos. Con la suerte que tenía ese día, estaba segura de que eran enemigos. Mejor, así podía matarse con ellos. Se quedó mirando a la joven con una expresión seria y estando callada. Soltó un suspiro y después de unos momentos lanzó un corte a un árbol, partiéndolo en dos y haciéndolo caer al suelo.
- Muy bien, iré contigo para que no vayas sola. En cuanto esto termine me largaré por donde he venido ¿Está bien?
Entonces empezó a caminar junto a ella, manteniendo la cabeza agachada y sin ganas de nada, sintiendo un profundo dolor en el pecho. Era algo que la hacía retorcerse de dolor, pero al mismo tiempo no decir nada. Estuvo a punto de tirarse al suelo para lamentarse, pero su fuerte orgullo no la dejó y continuó caminando al lado de la mujer, tratando de mantenerse fría.
- Yo no formo parte de la guerra, no me interesa ni me beneficia. Hace cinco minutos planeaba divertirme en ella, pero cuando te joden la vida, solo quieres pegarte un tiro y pasar de esta basura de mundo.
Sus rojizos ojos se fijaron en el Sur, por donde aparecían unos hombres que iban avanzando desde lejos. Con la suerte que tenía ese día, estaba segura de que eran enemigos. Mejor, así podía matarse con ellos. Se quedó mirando a la joven con una expresión seria y estando callada. Soltó un suspiro y después de unos momentos lanzó un corte a un árbol, partiéndolo en dos y haciéndolo caer al suelo.
- Muy bien, iré contigo para que no vayas sola. En cuanto esto termine me largaré por donde he venido ¿Está bien?
Entonces empezó a caminar junto a ella, manteniendo la cabeza agachada y sin ganas de nada, sintiendo un profundo dolor en el pecho. Era algo que la hacía retorcerse de dolor, pero al mismo tiempo no decir nada. Estuvo a punto de tirarse al suelo para lamentarse, pero su fuerte orgullo no la dejó y continuó caminando al lado de la mujer, tratando de mantenerse fría.
- Ex Meln:
- Hablar con Elya, ir con ella.
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Galia mostró una sonrisa amable ante las palabras de su compañero, el cual le estaba revolviendo el pelo en aquel momento. Ella también le dio un leve toque en el hombro y tras eso continuó andando junto a los dos jóvenes. Habían salido de aquel sitio y a juzgar por los disparos, habría otra persona en lo alto. Ojalá le hubiesen dado su merecido al tipo que la tiró al abismo. De todas formas, ahora debían salir de allí cuanto antes. La pelirrosa se rascó un momento el hombro derecho y después habló en voz alta para que sus dos compañeros pudiesen escucharla bien.
- Llevamos toda la guerra bajo tierra… Esto empieza a ser un poco amargo para mí. De hecho, podríamos separarnos en cualquier momento con todo lo que se lía por aquí por lo que veo. De modo que… ¿Intercambiamos números, Ichi-san?
Mencionó la chica con una agradable sonrisa. Estiró el papel del suyo hacia el moreno, si él accedía, claro. Siempre era bueno tener aliados en todos lados y así ella también le ayudaría cuando necesitase su ayuda. Entonces todo empezó a volverse oscuro, como si no hubiese nada que pudiera iluminar el camino. Una fuente de iluminación surgió de la nada y cuando la chica miró hacia arriba, pudo ver una especie de medusas enormes bajar. También pudo ver gracias a aquello una especie de pasillo. La joven revolucionaria soltó un suspiro considerable y lo siguiente que hizo fue apretar el puño derecho, sintiendo algo de rabia. Estaba segura de que tampoco iba a poder dañarlos.
- Todo lo de aquí abajo es demasiado raro y eso me pone de los nervios. Si las matamos pueden pasar dos cosas, o nos quedamos con las ganas al ser intocables o nos quedamos sin luz. Propongo aprovechar la iluminación y correr…
Sin esperar respuesta de los otros dos, salió trotando por el otro pasillo que se había formado, con la esperanza de salir de una buena vez de ese sitio. Se empezaba a cansar de hallarse todo el tiempo bajo tierra, era una sensación molesta.
- Llevamos toda la guerra bajo tierra… Esto empieza a ser un poco amargo para mí. De hecho, podríamos separarnos en cualquier momento con todo lo que se lía por aquí por lo que veo. De modo que… ¿Intercambiamos números, Ichi-san?
Mencionó la chica con una agradable sonrisa. Estiró el papel del suyo hacia el moreno, si él accedía, claro. Siempre era bueno tener aliados en todos lados y así ella también le ayudaría cuando necesitase su ayuda. Entonces todo empezó a volverse oscuro, como si no hubiese nada que pudiera iluminar el camino. Una fuente de iluminación surgió de la nada y cuando la chica miró hacia arriba, pudo ver una especie de medusas enormes bajar. También pudo ver gracias a aquello una especie de pasillo. La joven revolucionaria soltó un suspiro considerable y lo siguiente que hizo fue apretar el puño derecho, sintiendo algo de rabia. Estaba segura de que tampoco iba a poder dañarlos.
- Todo lo de aquí abajo es demasiado raro y eso me pone de los nervios. Si las matamos pueden pasar dos cosas, o nos quedamos con las ganas al ser intocables o nos quedamos sin luz. Propongo aprovechar la iluminación y correr…
Sin esperar respuesta de los otros dos, salió trotando por el otro pasillo que se había formado, con la esperanza de salir de una buena vez de ese sitio. Se empezaba a cansar de hallarse todo el tiempo bajo tierra, era una sensación molesta.
- Meln:
- Proponer intercambio de numeros con Ichi, ir por el pasillo y pasar de las medusas dejando mi opinion en el aire.
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Los malditos proyectiles desaparecieron tras la oleada de tiros que tuvo que dar el cazador. Descargó el cargador vacío y metió uno nuevo con balas píricas. Entonces ocultó su arma y sonrió de forma animada. La cosa había salido bien y ahora parecía poder continuar con su camino. Entonces se dio cuenta de que había una persona también en la zona. Le estaba mirando sin hacer nada y además alzó la ceja con una expresión poco común. El tirador lo observó despacio sin saber bien qué hacer. Tal vez era el culpable de todo lo que había pasado el rubio con aquellas pesadas balas. Lo miró tranquilamente a través de sus gafas de Sol y finalmente mostró una expresión algo más desafiante. Era como si Kasai desease saber todo de una vez y no pudiese contenerse.
- ¿Eres el dueño de esos proyectiles? Necesito llegar al trono y esperar allí a todos los pretores. Creo que puedes ayudarme ¿Verdad?
Sabía que no iba a colar, pero de todas formas no perdía nada intentándolo. El cazador entonces iluminó sus ojos en un color dorado, tratando de ver el alma de aquel tipo y saber de qué tipo de persona era. Si era de color negro lo fulminaría a tiros, azul y verde se relajaría. De todas formas, el miembro del Saigo tenía mucha prisa y llevaba ambas manos cerca de sus armas. Había sido mala suerte que la pelirroja se hubiese desmayado en el momento culmen de todo. Necesitaba su ayuda, pero parecía haberse quedado solo durante aquellos instantes. Debería pelear en solitario con los retos que fuesen apareciendo en su camino.
- ¿Eres el dueño de esos proyectiles? Necesito llegar al trono y esperar allí a todos los pretores. Creo que puedes ayudarme ¿Verdad?
Sabía que no iba a colar, pero de todas formas no perdía nada intentándolo. El cazador entonces iluminó sus ojos en un color dorado, tratando de ver el alma de aquel tipo y saber de qué tipo de persona era. Si era de color negro lo fulminaría a tiros, azul y verde se relajaría. De todas formas, el miembro del Saigo tenía mucha prisa y llevaba ambas manos cerca de sus armas. Había sido mala suerte que la pelirroja se hubiese desmayado en el momento culmen de todo. Necesitaba su ayuda, pero parecía haberse quedado solo durante aquellos instantes. Debería pelear en solitario con los retos que fuesen apareciendo en su camino.
- Balt:
- Mirar el alma de ese tio para ver si es trigo limpio, preguntarle estar alerta.
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Putos edificios, eran unos cachondos. Drake empezó a reírse al mismo tiempo que los miraba frente a ellos y los señalaba. No podía creerse que las piedras y estructuras pudieran ser así de enrolladas. Era una lástima que estuviesen a punto de caer por la miseria que parecían tener encima. Pese a todo, el lobo blanco no les haría nada. Continuó riéndose como si le hubiese contado un chiste de los malos, esos que tanto le gustaban. Sinceramente no entendía lo que pasaba, hasta que pudo ver un ladrillo. Joder, el cabrón olía incluso bien. Drake no pudo evitar caminar despacio hasta él y tomarlo con sus manos tranquilamente. Se relamió despacio y tras imbuir sus dientes en haki armadura empezó a masticarlo tranquilamente. Todo era pura felicidad, hasta que escuchó aquella voz en su cabeza, sospechando que era Slayer.
- ¡Pues, una manzana muy rica!
- Si yo no te he dicho nada… Puto enfermo…
Le respondió la voz del demonio del lobo blanco en su mente, pues no recordaba haberle dicho nada al chico, sin duda Drake estaba en modo yonqui o algo por el estilo. El chico entonces continuó caminando y masticando el ladrillo, buscando algo más rico que poder comerse, pues el sabor no le convencía mucho y terminó escupiéndolo y desactivando el haki. Ivan había salido disparado durante el combate y ahora quería encontrarle para contarle cosas sobre las focas. Las risas del chico continuaban y el enfado de Slayer era mucho más notorio.
- Cállate ya, coño.
Dijo malhumorado en su mente, pero era tarde. El chico no paraba de descojonarse mientras caminaba buscando comida de alguna forma. La cosa tenía huevos, pero todo era relativo. La manzana había sido seguramente la culpable, pero con el hambre que tenía el chico, era lo normal después de todo.
- ¡Pues, una manzana muy rica!
- Si yo no te he dicho nada… Puto enfermo…
Le respondió la voz del demonio del lobo blanco en su mente, pues no recordaba haberle dicho nada al chico, sin duda Drake estaba en modo yonqui o algo por el estilo. El chico entonces continuó caminando y masticando el ladrillo, buscando algo más rico que poder comerse, pues el sabor no le convencía mucho y terminó escupiéndolo y desactivando el haki. Ivan había salido disparado durante el combate y ahora quería encontrarle para contarle cosas sobre las focas. Las risas del chico continuaban y el enfado de Slayer era mucho más notorio.
- Cállate ya, coño.
Dijo malhumorado en su mente, pero era tarde. El chico no paraba de descojonarse mientras caminaba buscando comida de alguna forma. La cosa tenía huevos, pero todo era relativo. La manzana había sido seguramente la culpable, pero con el hambre que tenía el chico, era lo normal después de todo.
- Zal:
- Masticar ladrillo con haki en los dientes, hablar con Slayer y descojonarse mientras camina.
Mist D. Spanner
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Spanner suspiró ante la sorpresa de su capitán por aquello, algo ruborizado. Era un secreto que no esperaba tener que revelar a su capitán tan pronto. Sabía que tarde o temprano lo haría, cuando estuviese preparado. Pero no entonces. Se puso la chaqueta que el pelirrojo le ofreció y se la ató bien, intentando que se notara lo menos posible.
- Lo siento, Zane... Tenía pensado contártelo cuando estuviese preparado, de verdad... Pero ahora no es tiempo de sincerarse, me temo. ¿Dónde estamos?
Miró a su alrededor. Estaban en una especie de muralla. No sabía si Zane se había dirigido hacia aquella posición a propósito, pero fuese como fuese, el espadachín debía mantenerse alerta. Activó su mantra en busca de presencias, aunque a punto estuvo de arrepentirse por lo que sintió. Una poderosa aura estaba cerca de ellos, casi golpeando su insignificancia con burla y sorna. Miró a su alrededor, desactivando su haki para evitar desmayarse ante tanto poder. No tardó en verlo. A lo lejos había un hombre alto, con el pelo de color blanco y negro a partes iguales. O casi iguales. Si bien Spanner era experto en detalles, no estaba lo suficientemente cerca como para medir la exactitud de la simetría del pelo de aquel hombre. El hombre no estaba solo, sin duda. Sin embargo, lo que más llamaba la atención que había a su alrededor era otro hombre altísimo, mucho más que el primero, de pelo negro y... alas. Su piel parecía recubierta por escamas metálicas y, tras su espalda, nacían dos enormes alas de murciélago, con cuernos decorando su frente. Spanner miró a su capitán.
- Deberíamos irnos antes de que nos detecten. No sé si son enemigos, pero... creo que lo mejor será no arriesgarse. Al menos el del pelo monocromático parece excesivamente peligroso -dijo Spanner, algo nervioso.
- Lo siento, Zane... Tenía pensado contártelo cuando estuviese preparado, de verdad... Pero ahora no es tiempo de sincerarse, me temo. ¿Dónde estamos?
Miró a su alrededor. Estaban en una especie de muralla. No sabía si Zane se había dirigido hacia aquella posición a propósito, pero fuese como fuese, el espadachín debía mantenerse alerta. Activó su mantra en busca de presencias, aunque a punto estuvo de arrepentirse por lo que sintió. Una poderosa aura estaba cerca de ellos, casi golpeando su insignificancia con burla y sorna. Miró a su alrededor, desactivando su haki para evitar desmayarse ante tanto poder. No tardó en verlo. A lo lejos había un hombre alto, con el pelo de color blanco y negro a partes iguales. O casi iguales. Si bien Spanner era experto en detalles, no estaba lo suficientemente cerca como para medir la exactitud de la simetría del pelo de aquel hombre. El hombre no estaba solo, sin duda. Sin embargo, lo que más llamaba la atención que había a su alrededor era otro hombre altísimo, mucho más que el primero, de pelo negro y... alas. Su piel parecía recubierta por escamas metálicas y, tras su espalda, nacían dos enormes alas de murciélago, con cuernos decorando su frente. Spanner miró a su capitán.
- Deberíamos irnos antes de que nos detecten. No sé si son enemigos, pero... creo que lo mejor será no arriesgarse. Al menos el del pelo monocromático parece excesivamente peligroso -dijo Spanner, algo nervioso.
- Piña-chan y Pollo-kun O12:
Ponerme la chaqueta, ver a Dexter y cía e instar a Zane que nos vayamos
Zane se llevó las manos tras la nuca y dio un pequeño paseo al ver la grandiosidad de la ciudad real de aquella isla. –“Así que por vivir en este pedazo de lugar se están peleando estos cinco grupos de chalaos… No está mal” –pensaba el pelirrojo, cuando sintió una presencia muy poderosa acercándose a gran velocidad.
Spanner, como siempre, le invitó a irse del lugar, posiblemente por miedo a que su capitán cometiera algún tipo de locura, pero Zane sabía que con alguien como él no. Usó su vista de halcón para mirar en la dirección en la que había sentido aquella aura tan fuerte. Era un hombre alto, pero no mucho más que Zane –o eso era lo que él creía–, con un color de cabello un tanto extravagante para su gusto, la mitad negra como el azabache y la otra mitad blanca como la leche, ¿sería así de nacimiento o sería por moda? Al girarse pudo ver que era uno de los cuatro emperadores del nuevo mundo. Aquel que por razones desconocidas pasó de ser un shichibukai a unos de los yonkous más poderosos de todos los tiempos, Dexter Black. Y a su lado, alguien que no era desconocido para el capitán pirata, un militar con el que había combatido hacía unos meses, Zuko.
—¿Estás seguro de que no quieres acercarte? –preguntó Zane a Spanner–. Solo es un Yonkou, ¿qué malo puede pasar?–sonrió al ver la cara de desaprobación de su compañero–. ¡Era broma! –le golpeó en la espalda y comenzó a reírse.
Tras eso, el pelirrojo observó todo el lugar con mucho detenimiento. Se encontraban en una ciudadela grande, cuyas edificaciones más reseñables eran un castillo y una catedral.
—Bueno, ¿a dónde vamos? En dirección a la catedral o al castillo. Teniendo en cuenta la posición en la que nos encontramos, tampoco hay donde elegir–. Zane se cruzó de brazos y esperó la respuesta de Spanner.
Tardaron un par de minutos en decidirse y fueron hacia el castillo.
Spanner, como siempre, le invitó a irse del lugar, posiblemente por miedo a que su capitán cometiera algún tipo de locura, pero Zane sabía que con alguien como él no. Usó su vista de halcón para mirar en la dirección en la que había sentido aquella aura tan fuerte. Era un hombre alto, pero no mucho más que Zane –o eso era lo que él creía–, con un color de cabello un tanto extravagante para su gusto, la mitad negra como el azabache y la otra mitad blanca como la leche, ¿sería así de nacimiento o sería por moda? Al girarse pudo ver que era uno de los cuatro emperadores del nuevo mundo. Aquel que por razones desconocidas pasó de ser un shichibukai a unos de los yonkous más poderosos de todos los tiempos, Dexter Black. Y a su lado, alguien que no era desconocido para el capitán pirata, un militar con el que había combatido hacía unos meses, Zuko.
—¿Estás seguro de que no quieres acercarte? –preguntó Zane a Spanner–. Solo es un Yonkou, ¿qué malo puede pasar?–sonrió al ver la cara de desaprobación de su compañero–. ¡Era broma! –le golpeó en la espalda y comenzó a reírse.
Tras eso, el pelirrojo observó todo el lugar con mucho detenimiento. Se encontraban en una ciudadela grande, cuyas edificaciones más reseñables eran un castillo y una catedral.
—Bueno, ¿a dónde vamos? En dirección a la catedral o al castillo. Teniendo en cuenta la posición en la que nos encontramos, tampoco hay donde elegir–. Zane se cruzó de brazos y esperó la respuesta de Spanner.
Tardaron un par de minutos en decidirse y fueron hacia el castillo.
- Resumen Piña-chan y Pollo-kun:
- Usar la vista de pájaro para ver a Dexter y a Zuko e ir hacia el castillo
Ai Nanasaki
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No era una pregunta tan estúpida, pero tampoco era para que le respondieran de esa forma. Suspiró con pesadez y se quedó callada. Definitivamente esos tipos no eran de su agrado. Maldijo, nuevamente, su suerte y que aún no pudiera salir de la isla. ¿Por qué se tuvo que detener a conversar con ellos? Se preguntó, casi por instinto, si sería capaz de dejarlos atrás en su forma completa. Nadie sabía de sus habilidades y ya cuando se dieran cuenta, sería tarde… O eso creía. Se quedó pensativa, sopesando sus posibilidades. La base estaba cerca y estaba casi segura que si llegaba, ya no tendría chance alguna de poder escapar. ¿Debería intentar escapar? ¿Le darían esa chance? Mientras pensaba, aflojó su paso y, lentamente, se fue quedando atrás. Necesitaría una distracción si quería escapar… Eso o intentarlo sin más.
– ¿Es posible? – susurró dubitativa. Sabía que esos tipos no le quitaban un ojo de encima. Quizá si se reabastecía con ellos y fingía ser una más, terminaría por tener una ventana más grande y un chance mucho mayor para escapar. – No sé qué hacer… – Volvió a susurrar.
Eran demasiados como intentar batirse a duelo con ellos. Eran demasiados como para enfrentarse a todos de esa forma. Solo debía tener valentía y enfrentarse a ellos sin miedo o escapar en su forma completa y que pasara lo que tuviera que pasar. Bien podría fingir que olía un enemigo a lo lejos, pero Balt había asegurado esa zona demasiado bien. No era una mentira que ellos pudieran creer y ni siquiera era buena mintiendo como hacer todo eso. ¿Qué podía hacer? Las ideas le escaseaban y, además, tenía miedo de que todo volviera a fallar… Como le estaba sucediendo últimamente. ¿Se debería arriesgar? Negó con la cabeza, si… Podía tener otra chance.
– Solo tengo que tener paciencia. Ya nada puede salir peor. – Se dijo.
– ¿Es posible? – susurró dubitativa. Sabía que esos tipos no le quitaban un ojo de encima. Quizá si se reabastecía con ellos y fingía ser una más, terminaría por tener una ventana más grande y un chance mucho mayor para escapar. – No sé qué hacer… – Volvió a susurrar.
Eran demasiados como intentar batirse a duelo con ellos. Eran demasiados como para enfrentarse a todos de esa forma. Solo debía tener valentía y enfrentarse a ellos sin miedo o escapar en su forma completa y que pasara lo que tuviera que pasar. Bien podría fingir que olía un enemigo a lo lejos, pero Balt había asegurado esa zona demasiado bien. No era una mentira que ellos pudieran creer y ni siquiera era buena mintiendo como hacer todo eso. ¿Qué podía hacer? Las ideas le escaseaban y, además, tenía miedo de que todo volviera a fallar… Como le estaba sucediendo últimamente. ¿Se debería arriesgar? Negó con la cabeza, si… Podía tener otra chance.
– Solo tengo que tener paciencia. Ya nada puede salir peor. – Se dijo.
- Balt N2:
- Seguir a los tipazos divagando con ella.
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