Página 1 de 2. • 1, 2
¡Buenos días reclutas! ¿Todos habéis recibido vuestro sobre con la invitación a participar en la Búsqueda del Superhombre? Mira a tu derecha. Ahora, a tu izquierda. ¿Puedes verlo? No, porque eres tú. Al menos, ése fue el discurso motivacional que dio el Almirante de la Flota justo antes de embarcar. Además, al llegar a Marineford os fue asignado un número, el mismo que el del barco al que os hicieron subir. Ahí os separaron en una serie de grupos, con un destino desconocido, y lo único que recordáis son las últimas palabras de Minato, despidiéndoos.
-Sólo uno alcanzará su noble objetivo, pero todos alcanzaréis la gloria. Partid con honor.
Ese es el contenido del sobre que os entregan al desembarcar en la Isla Kabushi. Cada uno de vosotros cuenta con sus pertenencias y un pequeño paquete con tres raciones de comida, proporcionado por el cocinero del barco que os ha llevado allí. El sobre no trae límite de tiempo, pero sois conscientes de que no sois los únicos en el juego. Es mediodía, tenéis una ardua tarea por delante. Buena suerte.
-Sólo uno alcanzará su noble objetivo, pero todos alcanzaréis la gloria. Partid con honor.
Caballeros, señorita, bienvenidos a la Primera Fase de la Búsqueda del Superhombre. Y bienvenidos, también, a la isla de Kabushi. Este lugar es conocido por la calidad de sus aserraderos y, como supondréis, ese activo sería útil para la Marina. Vuestra misión será adueñaros de la isla y reclamarla en nombre del Gobierno Mundial. No obstante, quizás encontréis obstáculos en vuestro camino. Gran parte de la población apoya a la Revolución y la posibilidad de revuelta no es descabellada. Vuestro trabajo es hacerles entrar en razón.
Luchad con valor y con cabeza, no dejéis que los acontecimientos inesperados os tumben y cumplid con vuestro noble cometido.
Luchad con valor y con cabeza, no dejéis que los acontecimientos inesperados os tumben y cumplid con vuestro noble cometido.
Ese es el contenido del sobre que os entregan al desembarcar en la Isla Kabushi. Cada uno de vosotros cuenta con sus pertenencias y un pequeño paquete con tres raciones de comida, proporcionado por el cocinero del barco que os ha llevado allí. El sobre no trae límite de tiempo, pero sois conscientes de que no sois los únicos en el juego. Es mediodía, tenéis una ardua tarea por delante. Buena suerte.
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Extraño fue el acontecimiento dos días después de salvar a ese marine en el desierto, pues me llegó una carta diciendo que estaba invitada a acudir a la Búsqueda del Superhombre. Yo no quería conocer a ese hombre, pero la curiosidad me decía que debía acudir, así hice al final. A la llegada, el Almirante de la Flota nos dio un discurso a todos nosotros, al parecer habíamos sido ya asignados en diferentes grupos con diferentes misiones cada uno. De las caras que pude ver entre las personas que ahí se encontraban, pude distinguir a Arthur, alguien contra quién luché hace mucho tiempo y a nadie más. Había visto quizás a alguno más hacía años en la guerra, pero no los conocía en persona.
El almirante dijo que todos alcanzaríamos la gloria, aunque sólo uno alcanzaría su noble objetivo. No entendía del todo el significado de esas palabras, pero tampoco les dí mucha importancia, me subí rápidamente al barco y me puse cómoda.
Sin embargo el viaje no fue tan largo como había calculado, bastante corto a decir verdad. Mis compañeros por eran: Un joven con una cicatriz en su ojo izquierdo, algo así como una quemadura, un hombre con aspecto de árbol y un chico con pelo color azabache y piez bronceada. No parecía haber mucha conversación en el barco, por mi parte estaba un poco nerviosa y no sabía muy bien en que me había metido al aceptar la invitación. Esperaba que una vez alcanzásemos la isla nos explicasen toda la situación.
Un tiempo después llegamos por fin a la isla, un lugar estupendo y con un sol brillante en el cielo. También nos entregaron una carta que explicaba nuestra misión. Había tomado nota de todo lo que ponía en la carta y salía preparada con mi arco, bastante munición, mis pequeños robotitos y un paquete con tres raciones de comida. Me acerqué a mis compañeros con la intención de hacer nuevos amigos, al menos temporalmente.
-Hola, me llamo Yumiko. No se de la profesión de los demás, pero yo soy cazadora de recompensas. Espero que nos llevemos bien. - Dije con una sonrisa mirando a los que estuviesen ahí desembarcados.
Después de presentarme miré hacia la ciudad, tenía curiosidad por ver si encontraba alguna tienda de ropa o algún sitio donde conseguir información acerca del grupo que controla la isla. Si convencíamos a ese grupo tendríamos más posibilidades de obtener el control de la isla.
El almirante dijo que todos alcanzaríamos la gloria, aunque sólo uno alcanzaría su noble objetivo. No entendía del todo el significado de esas palabras, pero tampoco les dí mucha importancia, me subí rápidamente al barco y me puse cómoda.
Sin embargo el viaje no fue tan largo como había calculado, bastante corto a decir verdad. Mis compañeros por eran: Un joven con una cicatriz en su ojo izquierdo, algo así como una quemadura, un hombre con aspecto de árbol y un chico con pelo color azabache y piez bronceada. No parecía haber mucha conversación en el barco, por mi parte estaba un poco nerviosa y no sabía muy bien en que me había metido al aceptar la invitación. Esperaba que una vez alcanzásemos la isla nos explicasen toda la situación.
Un tiempo después llegamos por fin a la isla, un lugar estupendo y con un sol brillante en el cielo. También nos entregaron una carta que explicaba nuestra misión. Había tomado nota de todo lo que ponía en la carta y salía preparada con mi arco, bastante munición, mis pequeños robotitos y un paquete con tres raciones de comida. Me acerqué a mis compañeros con la intención de hacer nuevos amigos, al menos temporalmente.
-Hola, me llamo Yumiko. No se de la profesión de los demás, pero yo soy cazadora de recompensas. Espero que nos llevemos bien. - Dije con una sonrisa mirando a los que estuviesen ahí desembarcados.
Después de presentarme miré hacia la ciudad, tenía curiosidad por ver si encontraba alguna tienda de ropa o algún sitio donde conseguir información acerca del grupo que controla la isla. Si convencíamos a ese grupo tendríamos más posibilidades de obtener el control de la isla.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kodama dejó caer al suelo las raciones de comida. Esos extraños alimentos que los soldados tomaban cuando no tenían tiempo para preparar una comida decente siempre le habían parecido antinaturales, como si surgieran de una máquina. ¿Tan difícil era meter las raíces en el suelo y absorber nutrientes como todo el mundo? Ah no, que los humanos no hacían eso. A veces tenía que recordarse que las personas eran extrañas, que no eran como él. ¡Si ni siquiera hacían la fotosíntesis!
Tanto tiempo entre humanos no había hecho que le pareciesen menos raros, pero disfrutaba aprendiendo cosas sobre ellos. O al menos algunas de ellas; no todas eran agradables. Como esa cosa que ellos llamaban "ir al baño". Cuando se enteró, estuvo a punto de vomitar. Y cuando descubrió lo que era vomitar, fue aún peor. Confiaba en que sus compañeros para aquella misión no hicieran nada de eso en su presencia.
Como buen oficial, había estudiado las fichas de muchos de los más destacados soldados de la Marina. Conocía sus nombres, sus habilidades, sus méritos... Distinguirlos le resultaba imposible debido al inexplicable parecido de todas las personas, pero se las apañaba para reconocerlos por algún rasgo distintivo. El chiquillo que no habría cumplido ni cincuenta años y que tenía la cara medio roja era Zuko. Su apellido era curiosamente parecido al nombre de Kodama, lo cual resultaba interesante. A los otros dos no los conocía de nada.
-Buenos días, sargento -saludó educadamente. Ante todo, las plantas eran educadas.
Por lo que sabía, aquel hombre era lo bastante fuerte como para que su posición se le quedase pequeña, por lo que sería un buen refuerzo. El otro chico debía de ser nuevo y la joven...
-¿Cazadora? Creí que nos enviarían soldados regulares, no a... -Kodama se abstuvo de expresar en voz alta el desagradao que le producían los cazarrecompensas. Humanos fuera de la ley persiguiéndose entre sí. Qué locura.
En cualquier caso, se presentó como dictaba la cortesía antes de pensar en la misión. ¡Y vaya misión! Aserraderos. No podían haberlo enviado a una isla con flores y árboles, no. Tenían que mandarlo a una que se especializaba en hacerlos pedazos. Kodama sabía que la madera era necesaria para los humanos y, aunque no le gustaba, lo comprendía. Por eso mismo se había preparado para poder trabajarla adecuadamente, con el respeto merecido. Pero, ¿esto? ¿Talar árboles en masa como negocio? Puede que al final sí terminase vomitando.
-Supongo que deberíamos empezar. Para controlar la isla necesitamos controlar primero su centro de poder, así que yo mismo iré a hablar con las autoridades locales -Cualquier cosa con tal de no acercarse más de lo necesario al matadero de árboles-. Asímismo, si necesitamos los... aserraderos -Kodama casi se atragantó con la palabra-, habría que destacar a un pelotón allí por si surgen problemas y necesitamos algo de fuerza bruta. Estoy seguro de que el sargento podrá ocuparse de ello. Señorita cazadora, sin duda sabrás pasar desapercibida entre los civiles y enterarte de si hay elementos hostiles entre ellos. Me refiero a peligros de verdad, no a gente descontenta. Chico -añadió, refiriéndose al nuevo-, tú quizás podrías escoltar a nuestra nueva amiga arquera. No queremos que el hecho de no ser marine la invite a causarnos problemas. Oh, ¿he dicho eso en voz alta?
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Zuko estaba en el barco, con el mono. No que tuviera un mono mascota, sino que tenía síndrome de abstinencia. Había prometido a aquella muchacha que dejaría de fumar y aquello era exactamente lo que iba a hacer. Pero no podía estarse quieto. Se llevó la mano al bolsillo y sacó de este un caramelo en palo de la marca Chapuchaps. Quitó el envoltorio y se metió el caramelo en la boca. Sabía a limón.
—Capitán Kodama -contestó a su superior, haciendo un gesto militar con la mano en la frente.
Había leído varios informes de los miembros más destacables de la marina. ¿Había algo más destacable que un árbol?
—Yo soy Zuko -dijo a la cazarrecompensas que se presentó-. Sargento de la Marina.
Escuchó pacientemente las órdenes de Kodama. Era lógico que estuviese al cargo de la operación, pues era el de mayor rango. O eso pensaba Zuko, pues no conocía al otro chico que allí estaba.
—Déjeme advertirle de algo, capitán- dijo al árbol cuando este terminó de hablar-. Si las cosas se ponen violentas, le sugiero que tenga precaución si se encuentra a mi alrededor. Mi poder es el fuego. No se si usted tendrá alguna forma de proteger su madera, pero... No querría que eso le pillara desprevenido.
—Capitán Kodama -contestó a su superior, haciendo un gesto militar con la mano en la frente.
Había leído varios informes de los miembros más destacables de la marina. ¿Había algo más destacable que un árbol?
—Yo soy Zuko -dijo a la cazarrecompensas que se presentó-. Sargento de la Marina.
Escuchó pacientemente las órdenes de Kodama. Era lógico que estuviese al cargo de la operación, pues era el de mayor rango. O eso pensaba Zuko, pues no conocía al otro chico que allí estaba.
—Déjeme advertirle de algo, capitán- dijo al árbol cuando este terminó de hablar-. Si las cosas se ponen violentas, le sugiero que tenga precaución si se encuentra a mi alrededor. Mi poder es el fuego. No se si usted tendrá alguna forma de proteger su madera, pero... No querría que eso le pillara desprevenido.
Itkovian
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Más que la misión. Más que la presencia del almirante de la flota. Más que el que uno de sus compañeros fuese un árbol parlante. Lo que más le sorprendió fue que cuando este último dejó caer sus raciones de comida nadie las levantó. Itkovian, siendo alguien de clase social baja y que alguna que otra vez tuvo que pasar tiempo en hambre por una mala cosecha o por impuestos, sin disimulo recogió las raciones del capitán. Quizás lo mirasen mal pero le importaba poco, incluso si no llegase a usar la comida quizás alguien de la ciudad podría necesitarla y si no veía pobres allí, pues su oso también necesitaba comer. Durante la mayor parte del viaje se habló poco y nada como parecía ser normal en las misiones de la marina, cada uno pensaba en sus cosas, se preparaba para la posible muerte o solo tomaba el sol. Cuando finalmente el barco llegó les dieron un sobre en el cual mencionaba su misión. La magnitud de esta dejó perplejo al castaño pero afortunadamente todos se distrajeron con una ronda de presentaciones dándole tiempo al joven sargento para calmarse.
El castaño hizo un saludo militar antes de presentarse - Itkovian Otanthalian- reveló su nombre a la cazarrecompensas luego del de la cicatriz. Señaló a su oso, una bestia de más de 2 metros de largo al cual un humano normal podría cabalgar perfectamente si así era necesario - Él se llama Magnum, si, como el arma y como el helado - y hablando sobre cabalgar, tenía incluso una montura con algunos bolsillos, allí Itkovian guardó las raciones que el capitán había tirado al piso, por si llegaba a necesitarlas. Recibió las instrucciones del tal Kodama, quien ostentaba rango de capitán, rango lo suficientemente superior al suyo como para que un simple sargento no pudiese argumentar contra su tarea encomendada - Yo también puedo utilizar fuego, pero no afecta a la gente "Buena", así que no creo que deba preocuparse al respecto - Nunca estaba de más avisar. Finalmente miraría a la cazarrecompensas - Vamos cuando quieras, y si quieres usar al oso para no caminar súbete, que no hace nada - dicho esto acarició un poco a Magnum para que no se sintiese tan mal por estar en una isla desconocida con 3 desconocidos.
El castaño hizo un saludo militar antes de presentarse - Itkovian Otanthalian- reveló su nombre a la cazarrecompensas luego del de la cicatriz. Señaló a su oso, una bestia de más de 2 metros de largo al cual un humano normal podría cabalgar perfectamente si así era necesario - Él se llama Magnum, si, como el arma y como el helado - y hablando sobre cabalgar, tenía incluso una montura con algunos bolsillos, allí Itkovian guardó las raciones que el capitán había tirado al piso, por si llegaba a necesitarlas. Recibió las instrucciones del tal Kodama, quien ostentaba rango de capitán, rango lo suficientemente superior al suyo como para que un simple sargento no pudiese argumentar contra su tarea encomendada - Yo también puedo utilizar fuego, pero no afecta a la gente "Buena", así que no creo que deba preocuparse al respecto - Nunca estaba de más avisar. Finalmente miraría a la cazarrecompensas - Vamos cuando quieras, y si quieres usar al oso para no caminar súbete, que no hace nada - dicho esto acarició un poco a Magnum para que no se sintiese tan mal por estar en una isla desconocida con 3 desconocidos.
Tras escuchar las órdenes de Kodama, él parte en busca de las autoridades locales mientras el resto os dirigís a los aserraderos.
No tenéis que caminar mucho antes de encontrarlos, ventajas de haber llegado en barco. Un rápido examen os dice que se extienden por una cuarta parte de la costa de la isla, algo nada despreciable. Tras hacer un par de preguntas descubrís lo siguiente. Sabéis que el aserradero con más renombre es Picklesbury’s trees, pero sin embargo la empresa que maneja el 60% de los tratos es Oak’s Farms. Están enfrentados, pero la razón es un misterio… al menos para vosotros. Por cierto, ¿es cosa mía o estáis recibiendo un par de malas miradas? Quizás sea por el oso, quizás por los dos uniformes de marines. Je, que curioso.
Kodama, te diriges al centro de la isla en la búsqueda de las autoridades locales. Averiguas que tienen una especie de alcalde que se hace llamar a si mismo Primer Ministro. El ciudadano que te lo comenta parece tenerle bastante respeto y aunque te mira de arriba abajo un poco asustado te indica cómo llegar hasta sus oficinas. Si te diriges allá distinguirás un edificio blanco y grande, no muy elegante, con dos hombres a la puerta. ¿Custodiándola o esperando a alguien? Si decides volver, te encontrarás con el resto en los aserraderos.
Todos: Por favor, comenzad a poner un resumen al final de cada post de ser posible, gracias.
No tenéis que caminar mucho antes de encontrarlos, ventajas de haber llegado en barco. Un rápido examen os dice que se extienden por una cuarta parte de la costa de la isla, algo nada despreciable. Tras hacer un par de preguntas descubrís lo siguiente. Sabéis que el aserradero con más renombre es Picklesbury’s trees, pero sin embargo la empresa que maneja el 60% de los tratos es Oak’s Farms. Están enfrentados, pero la razón es un misterio… al menos para vosotros. Por cierto, ¿es cosa mía o estáis recibiendo un par de malas miradas? Quizás sea por el oso, quizás por los dos uniformes de marines. Je, que curioso.
Kodama, te diriges al centro de la isla en la búsqueda de las autoridades locales. Averiguas que tienen una especie de alcalde que se hace llamar a si mismo Primer Ministro. El ciudadano que te lo comenta parece tenerle bastante respeto y aunque te mira de arriba abajo un poco asustado te indica cómo llegar hasta sus oficinas. Si te diriges allá distinguirás un edificio blanco y grande, no muy elegante, con dos hombres a la puerta. ¿Custodiándola o esperando a alguien? Si decides volver, te encontrarás con el resto en los aserraderos.
Todos: Por favor, comenzad a poner un resumen al final de cada post de ser posible, gracias.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Fuego. ¿Por qué dos de los tres compañeros que le habían asignado utilizaban fuego? ¿Qué clase de broma cruel era esa que le gastaba el azar? En fin, al menos ya no sentía pánico cuando veía una llama. Solo se ponía un poco nervioso y trataba de mantenerse alejado. Pero, ¿quién no? El fuego era algo a lo que temían todos los seres vivos. Excepto, claro, los que podían producirlo. Esa gente no podía estar bien de la cabeza.
Avanzando por las calles de la ciudad, Kodama echó un vistazo a la población local. Se fijaba en qué clase de gente vivía allí, qué tipo de negocios prosperaban y esas cosas. Era importante ser observador cuando se trataba de humanos. ¿Cuántos soldados había, si es que allí tenían ejército? ¿Habría algún marine entre ellos? ¿Alguien con pinta peligrosa? ¿Cuánta gente armada encontraría? Era una buena forma de calibrar el carácter de un lugar.
Por su parte, confiaba en que el tal Primer Ministro fuese alguien razonable. Según su experiencia, el poder atraía a personas poco de fiar. O quizás es que era el propio poder lo que las volvía así. Por el camino, Kodama atraía todas las miradas. Era lo normal; los humanos no estaban acostumbrados a ver a gente diferente a ellos mismos. Otro rasgo curioso suyo. Los árboles no tenían problemas con quienes eran diferentes, y eso que había algunos que eran muy raros. Los nogales, por ejemplo. Esos sí que daban grima con solo verlos. Y mejor no hablar de los alcornoques.
El edificio de gobierno no era ni mucho menos como lo había imaginado. No es que a él le interesasen mucho las construcciones artificiales, pero aquella apenas destacaba entre las demás. Excepto, quizá, por los dos guardias apostados en la puerta. O tal vez estaba demasiado acostumbrado a la innecesaria ornamentación de los Cuarteles Generales y por eso le parecía poco. En cualquier caso, ¿de verdad hacía falta poner vigilancia en un lugar como aquél?
-Buenas, mozos -les dijo a los dos guardias-. He venido a ver al Primer Ministro. Llevadme ante él, por favor -Y acto seguido pasó a su lado para internarse en el edificio. Más les valía seguirle y hacerle caso o tendría que ponerse serio y apartarlos delicadamente con sus ramas. Eso no ayudaría mucho a cimentar su posición allí, pero ningún ministro, aunque fuese el primero, tenía mucho que decir si la Marina exigía imponer su autoridad en sus dominios. Bastaría con explicarle quién era él y porqué estaba allí. Esperaba no tener que ponerse serio con él también. ¿Cómo les estaría yendo a los demás?
- Resumen:
- Echar un vistazo a los posibles elementos peligrosos de la ciudad - Exigir a los guardias que lo lleven ante el Primer Ministro
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aún con el caramelo en la boca, miraba los aserraderos tras haberse separado del capitán. Esperaba que el roble no necesitase su ayuda, aunque estaba alerta. Ya había notado su aura con el haki de observación por si acaso. Lo cierto era que las miradas de mal agüero le estaban poniendo algo nervioso, pero era normal. La marina no era bien recibida en todas partes, y para eso estaban en ese lugar. Para cambiar la opinión general del pueblo. Pero... ¿Cómo?
- Los aserraderos rivales -dijo el sargento de golpe a sus compañeros-. Tal vez deberíamos investigar el por qué de esa rivalidad y buscarle una solución. Después de todo, la marina no siempre debe ir luchando por ahí. A veces hace falta algo de mediación para arreglar problemas. Si no os importa, como el capitán Kodama se ha marchado tomaré yo el mando. Veamos... Yumiko, ¿podrías reunir información en las calles? Pregunta sobre los aserraderos rivales y esas cosas. Itkovian, ve a Oak's Farms, yo iré a Picklesbury's trees, ¿de acuerdo?
Tras su respuesta, el dragón empezó a caminar, preguntando al primer civil que encontró, con educación, como se iba hasta el aserradero Picklesbury's trees. Su intención era hablar con el dueño sobre la situación de la isla y, si lo conseguía, su problema con el aserradero rival. Y, si podía, intentaría tener las mejores formas posibles y arreglarlo todo de forma civilizada, pues la imagen de la marina era muy importante en aquella misión. Ya tenían mala visión de ellos, no necesitaba empeorarla aún más.
- Los aserraderos rivales -dijo el sargento de golpe a sus compañeros-. Tal vez deberíamos investigar el por qué de esa rivalidad y buscarle una solución. Después de todo, la marina no siempre debe ir luchando por ahí. A veces hace falta algo de mediación para arreglar problemas. Si no os importa, como el capitán Kodama se ha marchado tomaré yo el mando. Veamos... Yumiko, ¿podrías reunir información en las calles? Pregunta sobre los aserraderos rivales y esas cosas. Itkovian, ve a Oak's Farms, yo iré a Picklesbury's trees, ¿de acuerdo?
Tras su respuesta, el dragón empezó a caminar, preguntando al primer civil que encontró, con educación, como se iba hasta el aserradero Picklesbury's trees. Su intención era hablar con el dueño sobre la situación de la isla y, si lo conseguía, su problema con el aserradero rival. Y, si podía, intentaría tener las mejores formas posibles y arreglarlo todo de forma civilizada, pues la imagen de la marina era muy importante en aquella misión. Ya tenían mala visión de ellos, no necesitaba empeorarla aún más.
- Resumen:
- Empezar un plan, dar un par de órdenes que pueden seguir o no si quieren, aunque espero que si, y dirigirme hacia Picklesbury's trees.
Itkovian
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Lo primero en cualquier misión es investigar la ubicación y, para esta específicamente, el contorno sociopolítico de la isla para ver si había algún factor aprovechable. En ese caso en particular, el control de los aserraderos sería lo más importante de la isla pues parecía ser la producción de la isla. Y la obtención del recurso era más importante que el poseer el apoyo del resto de la isla solo por las posibilidades brindadas por este recurso. Luego de hacer algunas preguntas encontraron una división de 2 aserraderos rivales, la posibilidad de que fuesen una máscara y que solo hubiese un dueño que, para tener cierto monopolio controlase ambos pasó por la mente del castaño pero no era muy probable en una isla tan poco conocida. Y si, estaban enfrentados. Posible fachada para que nadie creyese de que una persona controlaba ambas. Se sorprendió de que el otro sargento sugiriese el solucionar los problemas ajenos y no aprovecharse de estos en su beneficio, demostrando que era uno de esos buenos marines de los cuales Itkovian formaba parte. Si lograban hacer que ambas empresas se uniesen aumentaría su felicidad y serían más complacientes con la misión.
- Dale. Ya que tanto Zuko como yo buscando información posiblemente encontremos una historia de un lado con el otro culpable de todo, por que siempre pasa eso, creo que sería mejor que comprásemos den den mushis bebés para poder comparar datos y mantenernos actualizados y pedir ayuda en caso de que la necesitemos - era eso o establecer un punto de reunión posteriormente para comparar datos, después de todo daba igual cual era la información que uno pudiese obtener si no había forma de comunicársela al resto del equipo. Ya habiendo hecho la sugerencia el castaño buscaría una tienda de den den mushis para conseguirles uno a cada uno, los bebés eran lo suficientemente pequeños para poder guardarlos en un bolsillo o dejarlos en la palma de la mano así que no molestarían demasiado. Adentro de la tienda el sargento aprovecharía para preguntar sobre la ubicación del aserradero al cual se le había asignado. Una vez comprados los den den mushis, y entregado uno a Zuko y a Yumiko, Itkovian partiría hacia Oak's Farms para intentar averiguar sobre el problema entre ambos aserraderos.
- Dale. Ya que tanto Zuko como yo buscando información posiblemente encontremos una historia de un lado con el otro culpable de todo, por que siempre pasa eso, creo que sería mejor que comprásemos den den mushis bebés para poder comparar datos y mantenernos actualizados y pedir ayuda en caso de que la necesitemos - era eso o establecer un punto de reunión posteriormente para comparar datos, después de todo daba igual cual era la información que uno pudiese obtener si no había forma de comunicársela al resto del equipo. Ya habiendo hecho la sugerencia el castaño buscaría una tienda de den den mushis para conseguirles uno a cada uno, los bebés eran lo suficientemente pequeños para poder guardarlos en un bolsillo o dejarlos en la palma de la mano así que no molestarían demasiado. Adentro de la tienda el sargento aprovecharía para preguntar sobre la ubicación del aserradero al cual se le había asignado. Una vez comprados los den den mushis, y entregado uno a Zuko y a Yumiko, Itkovian partiría hacia Oak's Farms para intentar averiguar sobre el problema entre ambos aserraderos.
- Resumen:
- Antes de dejar a Zuko irse Itkovian sugiere de conseguirse den den mushis bebés para poder mantenerse en contacto, compra 3 y les da uno a cada Yumi y a Zuko antes de irse hacia Oak's Farms.
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El hombre árbol, uno de los seres más extraños que había visto hasta la fecha no se había presentado, pues parecía dar por hecho que ya conocía su nombre y no era así. Saludó al hombre de la marca diciéndole sargento, eso era un rango muy bajo en la marina. A pesar de ello, el joven parecía ser fuerte, al menos a simple vista. El chico respondió con un saludo militar llamando capitán al hombre árbol y poniéndole un nombre, Kodama. Poco después el árbol empezó a decir algo sobre cazadores, que no eramos soldados regulares, pero se calló rápidamente. No iba a comentar al respecto sobre ello, pues sabía que había varias opiniones dentro de la marina sobre nuestro trabajo, no eramos las mejores personas y nos ganábamos el pan con el trabajo sucio de ellos.
-Encantada de conoceros.- Dije sonriendo antes de que el capitán árbol comenzase dar un plan.
Un plan muy poco elaborado, consistía en que yo me encargase de buscar información entre la población, mientras él se iba a hablar con las autoridades locales. Los otros dos tenían como objetivo verificar los aserraderos. Zuko avisó en ese momento de que su poder era el fuego, tenía que tener cuidado pues no era nada divertido incendiar la isla, menos aún unos aserraderos. Finalmente se presentó el otro joven que quedaba como Itkovian. A su lado había un oso de dos metros de altura, que no sabía como pude haber pasado por alto, este se llamaba Magnum y era muy mono, pensé. Puse mi mano sobre la cabeza del oso acariciándolo y seguí a mis dos compañeros.
Avanzamos hasta unos aserraderos que estaban bastante cerca del puerto. Por el camino las personas nos miraban bastante mal, pensé que era cosa de ir con la marina, pues no me solía pasar eso muy a menudo. Ahí nos dieron unas indicaciones bastante importantes, Oak's Farms manejaba el 60% de los tratos y el aserradero de más renombre era Pickesbury's Trees. Había rivalidad entre estos dos y teníamos que buscar la manera de obtener información de ambos. Nada más terminar de hablar el hombre del aserradero el sargento Zuko empezó a dar las órdenes. Su plan consistía en que él fuese a Picklesbury's Trees, Itkovian fuese a Oak's Farms y yo reuniese información en las calles, me parecía correcto.
-Estoy de acuerdo con el plan. Pero como ha dicho Itkovian, será mejor que estemos comunicados.- Dije tras escuchar lo que dice el joven Itkovian, que propuso obtener den den mushis bebés para estar comunicados.
Seguí al joven marine hasta la una de las tiendas, de encontrarla y tras recibir mi den den mushi y sincronizarlo con los suyos, empecé a andar por las calles de la ciudad. Mi primer objetivo era encontrar una taberna, bar o restaurante donde hubiese personas. La gente suele hablar más cuando tiene una jarra de cerveza delante y cuando se encuentra en compañía de familiares y amigos, pensé. Esperaba no encontrarme ya fichada por los ciudadanos, pues no quería mostrar una relación tan ligada a la marina. Por el camino activé mi haki de observación con objetivo de encontrar cualquier evento extraño a mi alrededor, además necesitaba poder escuchar mejor a las personas y pensaba que eso me ayudaría. Era difícil obtener información en plena calle, por eso me encontraba buscando un recinto con comida y bebida.
-Encantada de conoceros.- Dije sonriendo antes de que el capitán árbol comenzase dar un plan.
Un plan muy poco elaborado, consistía en que yo me encargase de buscar información entre la población, mientras él se iba a hablar con las autoridades locales. Los otros dos tenían como objetivo verificar los aserraderos. Zuko avisó en ese momento de que su poder era el fuego, tenía que tener cuidado pues no era nada divertido incendiar la isla, menos aún unos aserraderos. Finalmente se presentó el otro joven que quedaba como Itkovian. A su lado había un oso de dos metros de altura, que no sabía como pude haber pasado por alto, este se llamaba Magnum y era muy mono, pensé. Puse mi mano sobre la cabeza del oso acariciándolo y seguí a mis dos compañeros.
Avanzamos hasta unos aserraderos que estaban bastante cerca del puerto. Por el camino las personas nos miraban bastante mal, pensé que era cosa de ir con la marina, pues no me solía pasar eso muy a menudo. Ahí nos dieron unas indicaciones bastante importantes, Oak's Farms manejaba el 60% de los tratos y el aserradero de más renombre era Pickesbury's Trees. Había rivalidad entre estos dos y teníamos que buscar la manera de obtener información de ambos. Nada más terminar de hablar el hombre del aserradero el sargento Zuko empezó a dar las órdenes. Su plan consistía en que él fuese a Picklesbury's Trees, Itkovian fuese a Oak's Farms y yo reuniese información en las calles, me parecía correcto.
-Estoy de acuerdo con el plan. Pero como ha dicho Itkovian, será mejor que estemos comunicados.- Dije tras escuchar lo que dice el joven Itkovian, que propuso obtener den den mushis bebés para estar comunicados.
Seguí al joven marine hasta la una de las tiendas, de encontrarla y tras recibir mi den den mushi y sincronizarlo con los suyos, empecé a andar por las calles de la ciudad. Mi primer objetivo era encontrar una taberna, bar o restaurante donde hubiese personas. La gente suele hablar más cuando tiene una jarra de cerveza delante y cuando se encuentra en compañía de familiares y amigos, pensé. Esperaba no encontrarme ya fichada por los ciudadanos, pues no quería mostrar una relación tan ligada a la marina. Por el camino activé mi haki de observación con objetivo de encontrar cualquier evento extraño a mi alrededor, además necesitaba poder escuchar mejor a las personas y pensaba que eso me ayudaría. Era difícil obtener información en plena calle, por eso me encontraba buscando un recinto con comida y bebida.
- Resumen:
- Acepto el plan de Kodama sin rechistar, una vez llegamos a los aserraderos concuerdo con Itkovian que debemos estar comunicados y voy junto a él a comprar den den mushis bebés. Sincronizo mi den den mushi y me voy por las calles de la ciudad en busca de algún bar, restaurante o taberna, por el camino intento escuchar y ver usando mi haki de observación cualquier cosa extraña.
El primer impulso de los guardias es frenarte el paso, Kodama. Sacan pistolas de sus chaquetas y te apuntan con ellas, pero puedes ver la extrañeza en sus rostros. Cuando les apartas con tus ramas su voluntad flaquea y se hacen a un lado. Te abren la puerta, pero no parecen muy dispuestos a acompañarte. Más bien deberían buscar un baño cerca, en realidad.
Te encuentras en una sala espaciosa, con lo que parece un mostrador deshabitado y tres puertas en las paredes. Derecha, centro e izquierda. La última está entornada, a través de ella ves otro pasillo. Si lo sigues, llegarás a una puerta que pone ‘’Despacho del primer ministro’’.
Zuko, llegas sin problemas a Picklesbury’s Trees. No es muy complicado, el aserradero es grande. Está rodeado por una valla de madera pintada de dorado, bastante elegante. Cuando te acercas sale un hombre con traje a tu encuentro.
-Buenas, caballero. ¿En qué puedo ayudarle?- Tiene una gran sonrisa en su rostro y no parece preocupado por tu uniforme de marine. Qué raro.
Itkovian, deambulas un buen rato hasta dar con Oak’s Farms. Se extienden por varios kilómetros de la costa, pero sus oficinas centrales quedan un poco a desmano. Sin embargo, tras una bonita caminata logras llegar. El lugar es modesto, y pese a que varios de los hombres en él claramente te están viendo, te ignoran como si no fuera así. ¿Será el uniforme? Hm…
Yumiko, pronto encuentras una taberna de tu agrado. No descubres nada inusual con el mantra, al parecer allí solo vive gente sencilla por lo que puedes notar. El lugar en cuestión es amplio y acogedor, tienen una carta de comida gigante en la terraza y parece todo decentemente barato. Si te adentras verás una pareja en un rincón, tres hombres jugando a las cartas y una mujer regordeta tras el mostrador. Te mira tras sus gafas y medio te sonríe, pero no dice nada.
Te encuentras en una sala espaciosa, con lo que parece un mostrador deshabitado y tres puertas en las paredes. Derecha, centro e izquierda. La última está entornada, a través de ella ves otro pasillo. Si lo sigues, llegarás a una puerta que pone ‘’Despacho del primer ministro’’.
Zuko, llegas sin problemas a Picklesbury’s Trees. No es muy complicado, el aserradero es grande. Está rodeado por una valla de madera pintada de dorado, bastante elegante. Cuando te acercas sale un hombre con traje a tu encuentro.
-Buenas, caballero. ¿En qué puedo ayudarle?- Tiene una gran sonrisa en su rostro y no parece preocupado por tu uniforme de marine. Qué raro.
Itkovian, deambulas un buen rato hasta dar con Oak’s Farms. Se extienden por varios kilómetros de la costa, pero sus oficinas centrales quedan un poco a desmano. Sin embargo, tras una bonita caminata logras llegar. El lugar es modesto, y pese a que varios de los hombres en él claramente te están viendo, te ignoran como si no fuera así. ¿Será el uniforme? Hm…
Yumiko, pronto encuentras una taberna de tu agrado. No descubres nada inusual con el mantra, al parecer allí solo vive gente sencilla por lo que puedes notar. El lugar en cuestión es amplio y acogedor, tienen una carta de comida gigante en la terraza y parece todo decentemente barato. Si te adentras verás una pareja en un rincón, tres hombres jugando a las cartas y una mujer regordeta tras el mostrador. Te mira tras sus gafas y medio te sonríe, pero no dice nada.
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al parecer en la calle no parecía haber ningún peligro a simple vista y no conseguía ver nada extraño con el haki de observación. Además las personas hablaban sobre sus cosas, había algunos niños jugando, y gente corriente haciendo cosas rutinarias, como ir a trabajar y comprar el pan. Después de seguir andando un poco más di con una taberna con bastante gente, pensé que era el lugar perfecto para buscar información, así que me senté frente al mostrador y me dispuse a hablar con el tabernero.
-Un smoothie de fresa y el periódico local, por favor.- Dije con una sonrisa al tabernero.
Tras hacer mi pedido me quedé mirando a mi alrededor. Pude ver una pareja en un rincón no muy lejos de mí, varios hombres jugando a las cartas y una mujer en el mostrador. Esta última llevaba gafas y me sonrío a medias. Creí que era el momento perfecto para entablar conversación, tenía ganas de ser de utilidad al equipo y mi misión era obtener información. Mientras hablaba con ella intentaba escuchar las conversaciones de los otros, en especial los hombres que jugaban a las cartas.
-Buenos días. ¿Qué tiempo más bonito hace en la isla hoy, verdad?- Dije con una sonrisa para iniciar la conversación, si ella respondía de forma no brusca seguiría hablando.- Soy nueva por aquí, pero veo que hay cierta rivalidad en el ambiente, ¿podría darme algún consejo?- Añadí esperando una respuesta interesante.
De mientras seguiría escuchando a las conversaciones de los demás, por si acaso decían algo relacionado. Cualquier información era importante y por ello también me había fijado en los decorados de la taberna, mirando si existe alguna bandera, símbolo, marcas de balas, espadas, etc. La mirada de las personas era el último de mis temores, el mayor era que descubriesen mi conexión con la marina y no quisiesen responder mis preguntas.
-Un smoothie de fresa y el periódico local, por favor.- Dije con una sonrisa al tabernero.
Tras hacer mi pedido me quedé mirando a mi alrededor. Pude ver una pareja en un rincón no muy lejos de mí, varios hombres jugando a las cartas y una mujer en el mostrador. Esta última llevaba gafas y me sonrío a medias. Creí que era el momento perfecto para entablar conversación, tenía ganas de ser de utilidad al equipo y mi misión era obtener información. Mientras hablaba con ella intentaba escuchar las conversaciones de los otros, en especial los hombres que jugaban a las cartas.
-Buenos días. ¿Qué tiempo más bonito hace en la isla hoy, verdad?- Dije con una sonrisa para iniciar la conversación, si ella respondía de forma no brusca seguiría hablando.- Soy nueva por aquí, pero veo que hay cierta rivalidad en el ambiente, ¿podría darme algún consejo?- Añadí esperando una respuesta interesante.
De mientras seguiría escuchando a las conversaciones de los demás, por si acaso decían algo relacionado. Cualquier información era importante y por ello también me había fijado en los decorados de la taberna, mirando si existe alguna bandera, símbolo, marcas de balas, espadas, etc. La mirada de las personas era el último de mis temores, el mayor era que descubriesen mi conexión con la marina y no quisiesen responder mis preguntas.
- Resumen:
- Entrar a la taberna, sentarme delante del mostrador y pedir un smoothie de fresa y el periódico local. Seguidamente pido a la mujer algún consejo para una turista como yo.
Mientras tanto intento escuchar las conversaciones de los demás de la taberna, en especial los tres hombres de las cartas. También intento ver si hay algún tipo de símbolo, bandera, marcas de espadazos o balas en las paredes.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mira que desenfundar y apuntarle... ¿A quién se le ocurría? Podría haberlos arrestado allí mismo; muchos de los marines que conocían lo habrían hecho, en realidad. Tenían suerte de que Kodama los dejase ir sin más. Estaba demasiado atareado como para preocuparse por la desafortunada reacción de dos hombrecillos asustados. Al fin y al cabo, no eran más que retoños. Seguro que no habían visto más de sesenta o setenta primaveras.
Avanzando a buen paso, se internó en el edificio de gobierno. Era tan soso como la mayoría de construcciones humanas. Ni una sola planta adornando el vestíbulo, ni una mínima decoración natural que agradeciese a la naturaleza el permitirles construir sus aberraciones de cemento sobre ellas. Tan solo había un mostrador de recepción que está tan vacío como el resto de la estancia. ¿Qué les costaba poner un cuadrito de un río o unos pájaros?
El Roble supuso que no tenían mucho trabajo por aquellos lares y que por eso no había nadie trabajando allí. ¿O es que los guardias de fuera eran también los secretarios? Quizás simplemente no tenían dinero para contratar a más empleados. En cualquier caso, "para conocer bien un lugar, revisa sus papeles", le dijo una vez un veterano de la Marina. Y eso pensaba hacer él. Así que, con todo el disimulo que un árbol de más de tres metros y armado podía reunir, se puso a hurgar entre los papeles que pudiera haber en el mostrador. Podía ser que alguno ofreciese información importante.
Pero no había ido allí para tratar con papeles, sino con el que los firmaba. Tras echar un vistazo detrás de las puertas cerradas, optó por seguir el pasillo que se adentraba más en el edificio. No tardó en toparse con el despacho del Primer Ministro, y se tomó la libertad de abrir él mismo y entrar mientras anunciaba su rango. Contaba con que el ministro fuese alguien razonable, aunque si no lo era casi daba igual. Siempre le decían que su extraño aspecto le ayudaría en cualquier negociación debido a que descolocaba a los demás. Tal vez no estaría de más que aquel humano le tuviera un respetuoso y sano temor.
- Resumen:
- Cotillear en el mostrador por si hay papeles en los que ponga algo interesante. Entrar en el despacho como si fuese su casa.
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El lugar parecía digno de la profesión que allí se practicaba. El lugar, bastante grande, se encontraba rodeado por una extensa valla de madera pintada de un áureo color, casi similar a las oropélicas escamas del dragón. Vamos, dorado. Enseguida un hombre se acercó al sargento. No tenía pinta de carpintero, al menos no de trabajador raso del astillero.
—Buenas -contestó con educación al saludo, llevándose la mano a la gorra del uniforme-. Soy el sargento Zuko, de la marina. Al Cuartel General le interesa el bienestar de esta isla y sus ciudadanos, así que estoy reuniendo información. Tengo entendido que este es el aserradero más productivo de la ciudad. ¿Es usted el dueño? ¿Me permite robarles algo de su tiempo?
La diplomacia no era algo a lo que Zuko estaba acostumbrado a usar, pues era más un hombre de acción. Sin embargo, en aquel momento no había acción alguna que tomar y la única salida era recaudar información tranquilamente. Esperaba que todo le fuese bien al resto, pues no parecía que en aquella isla se tuviese en muy buena estima a los marines. Con aquella idea en mente, era muy posible que hubiese presencia revolucionaria o criminal en la isla. Esperaba que esa no fuese la situación, pues tan solo eran tres soldados y una cazarrecompensas que no estaba obligada a seguir orden alguna. Al sargento no le quedaba otra que confiar en la fuerza del Capitán Kodama y en la suya propia que, si bien hacía tiempo que no tenía aquella arrogante confianza en su fuerza, seguía siendo un desmesurado poder de dragón. Si... Todo iría bien.
—Buenas -contestó con educación al saludo, llevándose la mano a la gorra del uniforme-. Soy el sargento Zuko, de la marina. Al Cuartel General le interesa el bienestar de esta isla y sus ciudadanos, así que estoy reuniendo información. Tengo entendido que este es el aserradero más productivo de la ciudad. ¿Es usted el dueño? ¿Me permite robarles algo de su tiempo?
La diplomacia no era algo a lo que Zuko estaba acostumbrado a usar, pues era más un hombre de acción. Sin embargo, en aquel momento no había acción alguna que tomar y la única salida era recaudar información tranquilamente. Esperaba que todo le fuese bien al resto, pues no parecía que en aquella isla se tuviese en muy buena estima a los marines. Con aquella idea en mente, era muy posible que hubiese presencia revolucionaria o criminal en la isla. Esperaba que esa no fuese la situación, pues tan solo eran tres soldados y una cazarrecompensas que no estaba obligada a seguir orden alguna. Al sargento no le quedaba otra que confiar en la fuerza del Capitán Kodama y en la suya propia que, si bien hacía tiempo que no tenía aquella arrogante confianza en su fuerza, seguía siendo un desmesurado poder de dragón. Si... Todo iría bien.
- resumen:
- ser diplomático y preguntar al señor si es el dueño y si puedo hablar con ellos
Itkovian
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aprovechándose de tener una montura, Itkovian no caminó sino que cabalgó sobre su oso quien mantuvo un galope poco más rápido al de alguien trotando, no que tuviese apuro pero esa era la velocidad predilecta de Magnum cuando era cabalgado. Pasado un rato, quizás minutos quizás un poco más, logró llegar a las oficinas centrales del aserradero, justo donde deseaba ir. A pesar de que había esperado algo más grande y lujoso, después de todo era la empresa que realizaba la mayor cantidad de obras según le habían dicho. Posiblemente aquello se justificase con la calidad y la simpleza del aserradero, después de todo el otro podía tener menor cantidad de trabajos pero ser más avanzados de la misma manera que un avión de primera clase ganaría mayor dinero con menos contratos que uno turístico.
Sentir la vista a desgano de los civiles era algo familiar para el sargento. Cuando alguien miraba a un miembro de la marina pensaba en la posibilidad de ser arrestado y todo acto se volvía "falso", lo mismo que ocurría con la policía. Era la desventaja de tener cierto poder, de lo cual carecían en aquella isla, pero no todo el mundo era siempre lógico. Ya que entrar con animales podría generar conflicto Itkovian se bajó de su oso quien jadeaba un poco por el cansancio - Buen trabajo Magnum, ahora descansa un rato, ya vengo. Si me escuchas gritar ven - su mascota escuchó las indicaciones y se alejó del aserradero buscando que hacer en la tierra cercana a este, deambulando sin preocupaciones. Mientras tanto el sargento caminó hacia la puerta de la sede central y entró en esta, ignorando las vistas de la gente. Podría preguntarles algo pero parecían ocupados y no deseaba interrumpir.
Una vez entró en la sede lo primero que haría sería buscar a la recepcionista si es que había, de no ser así a un guardia de seguridad cercano - Buenas tardes, ¿Podría decirme donde se encuentra la enfermería? - ¿Por qué enfermería? Si había mucha gente entonces habría fila y aquellas personas tendrían tiempo libre. En ese eventual caso Itkovian podría ayudar con su akuma o conocimientos médicos a curar a los civiles y ellos podrían responder sus dudas. Si no habían heridos el médico de guardia tendría tiempo libre para responder sus dudas, y quizás agradeciese algo de ayuda con su trabajo. Además si conseguía ropa de quirófano quizás la gente dejase de verlo de aquella forma y se abriesen más a él.
Sentir la vista a desgano de los civiles era algo familiar para el sargento. Cuando alguien miraba a un miembro de la marina pensaba en la posibilidad de ser arrestado y todo acto se volvía "falso", lo mismo que ocurría con la policía. Era la desventaja de tener cierto poder, de lo cual carecían en aquella isla, pero no todo el mundo era siempre lógico. Ya que entrar con animales podría generar conflicto Itkovian se bajó de su oso quien jadeaba un poco por el cansancio - Buen trabajo Magnum, ahora descansa un rato, ya vengo. Si me escuchas gritar ven - su mascota escuchó las indicaciones y se alejó del aserradero buscando que hacer en la tierra cercana a este, deambulando sin preocupaciones. Mientras tanto el sargento caminó hacia la puerta de la sede central y entró en esta, ignorando las vistas de la gente. Podría preguntarles algo pero parecían ocupados y no deseaba interrumpir.
Una vez entró en la sede lo primero que haría sería buscar a la recepcionista si es que había, de no ser así a un guardia de seguridad cercano - Buenas tardes, ¿Podría decirme donde se encuentra la enfermería? - ¿Por qué enfermería? Si había mucha gente entonces habría fila y aquellas personas tendrían tiempo libre. En ese eventual caso Itkovian podría ayudar con su akuma o conocimientos médicos a curar a los civiles y ellos podrían responder sus dudas. Si no habían heridos el médico de guardia tendría tiempo libre para responder sus dudas, y quizás agradeciese algo de ayuda con su trabajo. Además si conseguía ropa de quirófano quizás la gente dejase de verlo de aquella forma y se abriesen más a él.
- Resumen:
- Itkovian entra a Oak's Farm, ve a la secretaria (o a alguien de seguridad si no está) y pregunta donde está la enfermería
Yumiko, la taberna parece en perfecto estado exceptuando unas marcas de tacones en un rincón del suelo. Qué raro, quizás alguien bailó más de lo que debía una noche. Pero cuando la mujer te habla te centras en ella:
-¿Rivalidad? ¿Alguien te ha dicho algo, pequeña? Eres muy bonita, no me extrañaría que intentaran camelarse a una nueva cara como tú pero… no sé de que me hablas. Aquí hace tiempo que no hay peleas, como mucho algún rifirrafe entre los de los aserraderos. Pero no pareces alguien que vaya a trabajar ahí jajajaja. Aquí tienes tu Smoothie, guapa.
Kodama, en el mostrador no hay mucha cosa. Una factura de la luz sin pagar, publicidad de una empresa de sacamuelas y varias cartas formales e informales sobre asuntos domésticos de la isla. Nada relevante, en realidad. Quieren hacer una fuente o algo así. Cuando entras al despacho, un grito llena el aire seguido de un FIUUUM y un CLOCK. El primer ministro te mira, no asustado, sino más bien con los ojos abiertos de par en par. Tiene una ballesta descargada en las manos y el perchero de tu izquierda ha sufrido un dudoso ataque.
-¿Q-quién eres tú?
Zuko, el hombre pone cara de sorpresa y mira a su alrededor mientras balbucea, antes de hacerte un gesto para que le sigas. Te lleva a una pequeña caseta de madera con un escritorio, un fichero y poco más. Echa el pestillo y te pide que tomes asiento.
-Lamento mi comportamiento, señor, pero no esperaba recibir esa información tan de golpe. Estoy a… a su disposición. ¿Qué precisa saber?
No hay guardia de seguridad, pero uno de los trabajadores te mira extrañado, Itkovian. Te repasa de arriba abajo con el ceño fruncido, de hecho, antes de señalar fuera del aserradero con brusquedad.
-El hospital está a dos calles, chico. Todo recto.
-¿Rivalidad? ¿Alguien te ha dicho algo, pequeña? Eres muy bonita, no me extrañaría que intentaran camelarse a una nueva cara como tú pero… no sé de que me hablas. Aquí hace tiempo que no hay peleas, como mucho algún rifirrafe entre los de los aserraderos. Pero no pareces alguien que vaya a trabajar ahí jajajaja. Aquí tienes tu Smoothie, guapa.
Kodama, en el mostrador no hay mucha cosa. Una factura de la luz sin pagar, publicidad de una empresa de sacamuelas y varias cartas formales e informales sobre asuntos domésticos de la isla. Nada relevante, en realidad. Quieren hacer una fuente o algo así. Cuando entras al despacho, un grito llena el aire seguido de un FIUUUM y un CLOCK. El primer ministro te mira, no asustado, sino más bien con los ojos abiertos de par en par. Tiene una ballesta descargada en las manos y el perchero de tu izquierda ha sufrido un dudoso ataque.
-¿Q-quién eres tú?
Zuko, el hombre pone cara de sorpresa y mira a su alrededor mientras balbucea, antes de hacerte un gesto para que le sigas. Te lleva a una pequeña caseta de madera con un escritorio, un fichero y poco más. Echa el pestillo y te pide que tomes asiento.
-Lamento mi comportamiento, señor, pero no esperaba recibir esa información tan de golpe. Estoy a… a su disposición. ¿Qué precisa saber?
No hay guardia de seguridad, pero uno de los trabajadores te mira extrañado, Itkovian. Te repasa de arriba abajo con el ceño fruncido, de hecho, antes de señalar fuera del aserradero con brusquedad.
-El hospital está a dos calles, chico. Todo recto.
Itkovian
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Le sorprendió la falta de respeto ajena casi tanto como la valentía de aquel desconocido que le señaló afuera. Se sorprendió por la falta de una enfermería dentro de un aserradero considerando la cantidad de gente que debía de perder dedos o manos en accidentes allí dentro, después de todo era un aserradero. Pero bueno, 2 cuadras no era tanta distancia y quizás podrían llegar a transportarse hacia allí sin demasiada dificultad. Se disgustó un poco por el fruncir del ceño ajeno pero no habló al respecto. Itkovian consideró si ir hacia el hospital en cuestión, quizás allí pudiese encontrarse con gente más cooperativa. Pero no, no podría rendirse.
El castaño puso un rostro un poco triste - Mira, entiendo que tengas cierto odio hacia la marina. Vamos, yo también la tengo. ¿Crees que trabajo de esto por que quiero? Tengo que mantener a una familia y mi isla natal no tenía una empresa tan grande como este aserradero para que pudiese trabajar. Si fuese por mi tendría otro trabajo, pero parte de mi sueldo se lo envían a mi familia en un barco que, como es de la marina, los piratas no atacan - Itkovian parecía cansado, después de todo ese era el rol que intentaba emular - Mira, esto me gusta tanto como a ti, pero me mandaron en la misión de buscar información sobre la rivalidad entre este aserradero y Picklesbury’s Trees. Así que agradecería si me pudieses decir sobre eso o si me dijeses sobre alguien que supiera sobre el tema - intentaría sonreír luego de eso, con la típica sonrisa de alguien cansado.
El castaño puso un rostro un poco triste - Mira, entiendo que tengas cierto odio hacia la marina. Vamos, yo también la tengo. ¿Crees que trabajo de esto por que quiero? Tengo que mantener a una familia y mi isla natal no tenía una empresa tan grande como este aserradero para que pudiese trabajar. Si fuese por mi tendría otro trabajo, pero parte de mi sueldo se lo envían a mi familia en un barco que, como es de la marina, los piratas no atacan - Itkovian parecía cansado, después de todo ese era el rol que intentaba emular - Mira, esto me gusta tanto como a ti, pero me mandaron en la misión de buscar información sobre la rivalidad entre este aserradero y Picklesbury’s Trees. Así que agradecería si me pudieses decir sobre eso o si me dijeses sobre alguien que supiera sobre el tema - intentaría sonreír luego de eso, con la típica sonrisa de alguien cansado.
- Resumen:
- Itkovian dice lo de violeta al empleado
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Unas marcas de tacones era lo unico que destacaba del suelo, muy poco interesante como para pensar en ello. La señora si que parecia mas interesante. Empezó a comentarme que no conocía nada sobre rivalidad alguna en la isla y que llevaban tiempo llevándose bien. Si no había conflicto entonces es que el poder ya se habia estabilizado en la isla, esto probablemente nos tomaría más tiempo de lo que habiamos planeado en encontrar la fuente que controlaba todo, pensé.
Si el poder estaba en manos revolucionarias esto iría a ser mucho más complicado. Además, no tenía ninguna razón específica en luchar contra revolucionarios, prefería pelear contra criminales malvados y no un conjunto de personas buscadas sin razón. Mientras me encontraba sumergida en estos pensamientos la señora me había servido el smoothie, lo tomé con una sonrisa y lo probé. Estaba muy bueno, con un sabor dulce intenso y con una pizca de canela, que a pesar de no ser cocinera conseguí notar.
-Muchas gracias por la información. ¿Periódico no tienen?- Pregunté pensando que se había olvidado de darme el periódico que había pedido junto al smoothie.
Me quedaría un poquito más en la taberna bebiendo el smoothie y de recibir el periódico, mirarlo y buscar algo de información relevante. No tenía prisa en salir de ahí y esperaba poder conseguir algo de información de las otras personas que había alrededor, la pareja podría ser una buena opción, puesto que de los hombres que jugaban a las cartas no obtuve nada interesante.
-¿Se celebra algún evento de baile aquí?- Pregunté a la mujer del mostrador señalando las marcas de tacones en el suelo.
Si el poder estaba en manos revolucionarias esto iría a ser mucho más complicado. Además, no tenía ninguna razón específica en luchar contra revolucionarios, prefería pelear contra criminales malvados y no un conjunto de personas buscadas sin razón. Mientras me encontraba sumergida en estos pensamientos la señora me había servido el smoothie, lo tomé con una sonrisa y lo probé. Estaba muy bueno, con un sabor dulce intenso y con una pizca de canela, que a pesar de no ser cocinera conseguí notar.
-Muchas gracias por la información. ¿Periódico no tienen?- Pregunté pensando que se había olvidado de darme el periódico que había pedido junto al smoothie.
Me quedaría un poquito más en la taberna bebiendo el smoothie y de recibir el periódico, mirarlo y buscar algo de información relevante. No tenía prisa en salir de ahí y esperaba poder conseguir algo de información de las otras personas que había alrededor, la pareja podría ser una buena opción, puesto que de los hombres que jugaban a las cartas no obtuve nada interesante.
-¿Se celebra algún evento de baile aquí?- Pregunté a la mujer del mostrador señalando las marcas de tacones en el suelo.
- Resumen:
- Beber el smoothie e insistir en recibir el periódico local, de haberlo. Intentar escuchar algo de la conversación de la pareja y preguntar a la mujer acerca de los eventos de baile, haciendo hincapíe en las marcas de tacones.
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El dragón frunció el ceño, ligeramente extrañado. No se esperaba aquella reacción a una petición educada y tranquila como lo había sido la suya. Lo primero que hizo en cuanto le pidió que le siguiera fue activar su Haki de observación y rastrear los alrededores, tal vez en busca de alguna presencia que no pudiese ver. Todo aquello le había puesto ligeramente nervioso y preocupado. Cuando llegó a la caseta con el hombre, sus alertas aumentaron al ver que echaba el pestillo de la puerta. No era normal una reacción tan alarmista ante un marine de bajo rango que pedía una charla tranquila con el dueño. Algo pasaba allí.
Decidió seguir manteniendo un perfil bajo y escondiendo su sospecha. Si de verdad ocurría algo, no tardaría en saberlo. Se sentó en la silla que el hombre le indicó, quitándose la gorra, pues es de mala educación llevar gorra en interiores, y escuchó al hombre mientras mantenía los sentidos y su haki de observación alerta.
─Me gustaría conocer el estado de la isla, como va su negocio, como es este lugar de tranquilo... ¿Cuales son aquí las fuerzas del orden? ¿Hay gente que causa problemas? En la marina velamos por la seguridad de los ciudadanos, se lo aseguro.
No le gustaba nada la situación. Aunque tal vez estaba siendo demasiado paranoico. No, su tío se lo había enseñado bien cuando era joven. Toda precaución es poca, sobre todo si sabía de primera mano que en aquel lugar los marines no estaban bien vistos. Intentó mantener una presencia tranquila sin dejar de estar alerta.
Decidió seguir manteniendo un perfil bajo y escondiendo su sospecha. Si de verdad ocurría algo, no tardaría en saberlo. Se sentó en la silla que el hombre le indicó, quitándose la gorra, pues es de mala educación llevar gorra en interiores, y escuchó al hombre mientras mantenía los sentidos y su haki de observación alerta.
─Me gustaría conocer el estado de la isla, como va su negocio, como es este lugar de tranquilo... ¿Cuales son aquí las fuerzas del orden? ¿Hay gente que causa problemas? En la marina velamos por la seguridad de los ciudadanos, se lo aseguro.
No le gustaba nada la situación. Aunque tal vez estaba siendo demasiado paranoico. No, su tío se lo había enseñado bien cuando era joven. Toda precaución es poca, sobre todo si sabía de primera mano que en aquel lugar los marines no estaban bien vistos. Intentó mantener una presencia tranquila sin dejar de estar alerta.
- Resumen:
- Activar mi haki de observación (Superior) por si acaso ocurre algo, seguir al hombre y preguntarle por la situación de la isla y el negocio
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kodama miró el virote clavado en el perchero sin inmutarse lo más mínimo; de haber sido un ataque dirigido hacia él, su haki le habría avisado. Eso dando por hecho que un arma así pudiese tener efecto alguno sobre él. La flecha disparada se cimbreaba levemente en su víctima de madera, y el hombre que la había disparado parecía que va a desmayarse en cualquier momento. ¿Qué le sorprendía más, su aspecto o no haberle matado? Por lo visto, tratar con el Primer Ministro iba a ser más fácil de lo que esperaba. Adiós a las negociaciones; bienvenido, uso de la fuerza.
-Buenos días -saludó Kodama, tomando asiento y recostándose en el respaldo de la incómoda silla. Nunca había terminado de dominar eso de sentarse. ¿Cómo lo harían los humanos?-. ¿Puedo preguntar a qué viene ésto? Sé que la Marina no siempre es bienvenida en todas partes, pero lo de la ballesta me parece exagerado. Tiene usted suerte de que sea paciente.
Dicho esto, echó un vistazo al despacho. Buscaba otras armas que pudiera haber escondidas, más por costumbre que por verdadera necesidad de protección. Dudaba mucho que un hombrecillo tan asustado como un conejo en una noche de tormenta supusiese ninguna amenaza. Además, el silencio solía poner nerviosa a la gente, casi tanto como su arbóreo rostro.
-Soy el capitán Kodama. He sido enviado para poner bajo protección del gobierno esta isla -dijo el Roble, sopesando para sus adentros el declive de la palabra "Protección"-. Tenía intención de tratar amistosamente con usted y discutir las condiciones, pero entenderá que esa opción ha quedado tan agujereada como el pobre perchero -Kodama miró con lástima el objeto. Nogal. Habían utilizado su madera para una cosa en la que colgar sombreros, un destino cruel, sin duda alguna-. Empecemos, pues. Necesito conocer si existe algún tipo de ejército o fuerza armada en la isla, y que usted firme los documentos pertinentes para ponerlos bajo mis órdenes de momento. Y no nos olvidemos de cualquier amenaza potencial que ponga en peligro la estabilidad. También se requerirá una lista de los... aserraderos locales, con su tamaño, personal y producción aproximada. Y despeje una zona del puerto para que los barcos de la Marina puedan ir y venir de ser necesario. Alguien tendrá que proclamar que el poder local quedará supeditado al Gobierno Mundial y gozará de su protección e influencia. Eso para comenzar. Y por favor, no vuelva a dispararme.
- Resumen:
- Preguntar a qué viene lo de la ballesta, sentarse, y mandar cosas al alcalde este
Itkovian, el hombre parece enfadarse al escucharte. Gesticula mientras te responde.
- ¿Y entonces la solución es trabajar de acuerdo a unos ideales que no compartes? Dices que en tu isla no hay trabajo pero has llegado hasta aquí. Hay más formas de hacer las cosas, pero está claro que tú perdiste el honor por el camino.- Te escupe a los pies, airado.- La marina sabe muy bien que a los de Oak no nos gustáis. Si quieres un perrito lameculos vete a Pickelsbury, yo no voy a gastar mi tiempo con un idiota.
Se larga, delante de tus narices. Así, sin más. Qué maleducado.
Yumiko, la dueña de la taberna amablemente te entrega un periódico, pero no pone nada que te sea relevante. Algunas noticias que involucran a la isla, pero nada más allá. Ni noticias internacionales ni nada que tenga que ver con acontecimientos conocidos. Hay columnas de opinión de los ciudadanos, una entrevista con el primer ministro sobre su dieta y poco más que te llame la atención.
Zuko , el hombre te escucha atento y asiente, pero se le ve algo preocupado. Calla un poco antes de responder: - En realidad… es un sitio bastante tranquilo. Hay un comando de policías a las órdenes del Primer Ministro, ellos se encargan de mantener el orden. Sin embargo, debo advertirle. Gran parte de la población aquí… simpatiza con la revolución. No son mala gente, pero tienen otros ideales. Los aserraderos de Oak’s… crecieron rápidamente porque los ciudadanos confían más en ellos, pero en realidad su calidad es comparable a la nuestra. Es un problema, la verdad.
El Primer Ministro parece irse serenando según te oye hablar, ahora que está seguro de que no vas a comerle. Deja la ballesta aparte y en cuanto te callas se levanta y rebusca entre los archivos. Parece que se toma su tiempo, como si estuviera pensando. Al final, te cede una pila de papeles y se aclara la garganta antes de hablar.
-Ahí tiene una lista completa de los aserraderos, con todos los detalles necesarios. Los barcos de la marina son perfectamente bienvenidos en esta isla, por lo que no veo necesidad de hacer un puerto solo para ustedes. Sí es cierto que parte de mis ciudadanos no simpatizan con los ideales que ustedes promulgan, pero no les pondrían una mano encima. Somos gente sencilla. Así y todo, me temo que no puedo cumplir sus órdenes. Me debo a mi población y no firmaré nada que deje el control de mi isla en otras manos. Lamento la confusión de antes, pero me veo obligado a decirle que si pretende convencerme, solo tiene dos vías. Mostrarme que es el deseo de mi gente o utilizar esta bonita ballesta contra mí. Ahí la tiene, por favor, tómela.
- ¿Y entonces la solución es trabajar de acuerdo a unos ideales que no compartes? Dices que en tu isla no hay trabajo pero has llegado hasta aquí. Hay más formas de hacer las cosas, pero está claro que tú perdiste el honor por el camino.- Te escupe a los pies, airado.- La marina sabe muy bien que a los de Oak no nos gustáis. Si quieres un perrito lameculos vete a Pickelsbury, yo no voy a gastar mi tiempo con un idiota.
Se larga, delante de tus narices. Así, sin más. Qué maleducado.
Yumiko, la dueña de la taberna amablemente te entrega un periódico, pero no pone nada que te sea relevante. Algunas noticias que involucran a la isla, pero nada más allá. Ni noticias internacionales ni nada que tenga que ver con acontecimientos conocidos. Hay columnas de opinión de los ciudadanos, una entrevista con el primer ministro sobre su dieta y poco más que te llame la atención.
Zuko , el hombre te escucha atento y asiente, pero se le ve algo preocupado. Calla un poco antes de responder: - En realidad… es un sitio bastante tranquilo. Hay un comando de policías a las órdenes del Primer Ministro, ellos se encargan de mantener el orden. Sin embargo, debo advertirle. Gran parte de la población aquí… simpatiza con la revolución. No son mala gente, pero tienen otros ideales. Los aserraderos de Oak’s… crecieron rápidamente porque los ciudadanos confían más en ellos, pero en realidad su calidad es comparable a la nuestra. Es un problema, la verdad.
El Primer Ministro parece irse serenando según te oye hablar, ahora que está seguro de que no vas a comerle. Deja la ballesta aparte y en cuanto te callas se levanta y rebusca entre los archivos. Parece que se toma su tiempo, como si estuviera pensando. Al final, te cede una pila de papeles y se aclara la garganta antes de hablar.
-Ahí tiene una lista completa de los aserraderos, con todos los detalles necesarios. Los barcos de la marina son perfectamente bienvenidos en esta isla, por lo que no veo necesidad de hacer un puerto solo para ustedes. Sí es cierto que parte de mis ciudadanos no simpatizan con los ideales que ustedes promulgan, pero no les pondrían una mano encima. Somos gente sencilla. Así y todo, me temo que no puedo cumplir sus órdenes. Me debo a mi población y no firmaré nada que deje el control de mi isla en otras manos. Lamento la confusión de antes, pero me veo obligado a decirle que si pretende convencerme, solo tiene dos vías. Mostrarme que es el deseo de mi gente o utilizar esta bonita ballesta contra mí. Ahí la tiene, por favor, tómela.
Roland von Klauswitz
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kodama miró la ballesta que el hombre le señalaba. Se preguntaba si de verdad aceptaba la posibilidad de que el arma fuera usada contra él o solamente era una de las extrañas y confusas formas de hablar de los humanos. Seguramente fuera esto último. El Primer Ministro parecía haberse serenado y actuaba como todo un líder. La información sobre los aserraderos podía ser útil y le alegraba ver que no habría problemas para que los barcos de la Marina atracasen allí. Aunque no quería un puerto en exclusiva, tan solo un espacio para ellos; todo el mundo sabía que los barcos militares estaban mejor juntos, sobre todo en un lugar con tendencias revolucionarias.
-¿Confusión? -dijo de repente el Roble. Esa palabra era interesante. El proyectil ya volaba por el aire en cuanto él abrió la puerta, antes incluso de que le viese. Y tenía guardias apostados fuera, lo cual tomaba un nuevo significado. Si no quería dispararle a él, ¿a quién?-. ¿Tiene usted enemigos? ¿A quién iba dirigido su disparo?
Él mismo había admitido parte de la información que ya le habían proporcionado: que las gentes de aquel lugar no simpatizaban con la causa del gobierno. ¿Lo haría aquel hombre? Bien podía ser que usara a su pueblo como excusa para no someterse a control alguno, o que estuviese asustado de lo que la gente pudiera hacer.
-Mi presencia aquí es un mero trámite. Si no accede a mis peticiones, se enviarán otras fuerzas para asegurarse de que así sea. Fuerzas que no dudarán en tildarlo a usted de revolucionario. Es más, yo mismo podría proclamar ahora que la Marina tiene el control de esta isla y nadie podría impedírmelo. Sin embargo, preferiría no tener que recurrir a esas opciones. Estableceremos aquí una base de los marines y cuando la gente vea como los ataques de piratas y los delitos disminuyen, nos aceptarán pacíficamente.
Si ese hombre no aceptaba, aprendería por las malas que el Gobierno Mundial jamás renunciaba a lo que quería. Kodama no lo apoyaba, claro, pero tampoco podía impedirlo. Si se enviaban tropas de ocupación o se tomaban otras medidas similares, correría la sangre inevitablemente. Con suerte, él podría evitarlo. Solo si ese hombre entraba en razón. De no hacerlo, lo arrestaría. Quizás así pudiera evitar un conflicto mayor.
- Resumen:
- Preguntar a quién pensaba disparar con la ballesta - Avisar de lo que pasará si no acepta el trato
Yumiko Mei
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me puse a ver el periódico y no saqué nada de provecho, había algunas noticias locales, unas columnas de opinión y una entrevista al primer ministro sobre su dieta. Pensé por un momento que quizás eso último me ayudaría en algo, pero rápidamente quité ese pensamiento de mi cabeza y me dispuse a pagar por el smoothie. Ahí en la taberna no había nada más que hacer.
-5000 berries supongo que será suficiente. Quédese con el resto, el smoothie estuvo delicioso.- Dije sonriendo mientras dejaba el dinero sobre el mostrador.
Seguidamente salí de la taberna mirando a mi alrededor, no sabía por donde seguir buscando y tampoco tenía alguna pista que me indicase por donde debería seguir, era hora de curiosear por cualquier lugar. Quizás iría a ser una buena idea conseguir infiltrarme entre los revolucionarios de la isla, de haberlos y obtener información de primera mano, pensé. Con eso en mente, seguí caminando hasta alcanzar las afueras de la ciudad, de ser posible buscaría alguna especie de casa de apuestas o edificio más alejado. Ese sería el lugar perfecto para entablar conversación con algún revolucionario. Estaba dejando de cumplir mis órdenes, pero no tenía la intención de seguir buscando por la ciudad, parecían todos buenas personas y no me estaban ofreciendo nada de información relevante.
Estaba un poquito estresada con el tema de trabajar con marines, pues la mayoría que me había encontrado en mis viajes eran unos sinvergüenzas que no cumplían con las reglas ni ellos mismos, se tomaban la justicia como les daba la gana y trataban a los ciudadanos de igual manera. No confiaba en que estos marines fuesen muy diferentes, así que de momento mantendría una relación algo alejada, de ser necesario trabajaría con ellos por el simple hecho de recibir algún ascenso, pero no era mi primer objetivo.
-5000 berries supongo que será suficiente. Quédese con el resto, el smoothie estuvo delicioso.- Dije sonriendo mientras dejaba el dinero sobre el mostrador.
Seguidamente salí de la taberna mirando a mi alrededor, no sabía por donde seguir buscando y tampoco tenía alguna pista que me indicase por donde debería seguir, era hora de curiosear por cualquier lugar. Quizás iría a ser una buena idea conseguir infiltrarme entre los revolucionarios de la isla, de haberlos y obtener información de primera mano, pensé. Con eso en mente, seguí caminando hasta alcanzar las afueras de la ciudad, de ser posible buscaría alguna especie de casa de apuestas o edificio más alejado. Ese sería el lugar perfecto para entablar conversación con algún revolucionario. Estaba dejando de cumplir mis órdenes, pero no tenía la intención de seguir buscando por la ciudad, parecían todos buenas personas y no me estaban ofreciendo nada de información relevante.
Estaba un poquito estresada con el tema de trabajar con marines, pues la mayoría que me había encontrado en mis viajes eran unos sinvergüenzas que no cumplían con las reglas ni ellos mismos, se tomaban la justicia como les daba la gana y trataban a los ciudadanos de igual manera. No confiaba en que estos marines fuesen muy diferentes, así que de momento mantendría una relación algo alejada, de ser necesario trabajaría con ellos por el simple hecho de recibir algún ascenso, pero no era mi primer objetivo.
- Resumen:
- Pago por el smoothie y salgo de la ciudad en busca de algún edificio más oculto, un lugar donde pudiesen haber revolucionarios. Con el objetivo de infiltrarme entre ellos.
Itkovian
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Si había una idea mágica que el hombre deseaba trasmitirle pues lo hizo mal. Era obvio que le vería el lado negativo a cualquier cosa que Itkovian llegase a decir, después de todo el empleado acabó de decir prácticamente que era mejor tener honor y que su familia se muriese de hambre a trabajar en algo que no le gustase y mantener a su familia viva. Y tampoco había entendido lo del cambio de isla, claro que se había ido de su isla para terminar en aquella, no había trabajo en su isla, justamente por eso, ¿O la gente se cambiaba de isla por deseo? No, uno iba de un lugar a otro por mejores condiciones laborales. Incluso el escupirle cerca de los pies fue un acto idiota, a Itkovian no le afectaría, alguien tendría que limpiarlo, alguien quizás pisaría el escupitajo con flema y se mancharía o dejaría el piso mas manchado.
El castaño se encogió de hombros y debido a su gran habilidad de molestar levantó su diestra y saludó la agitó en forma de saludo - Genial, mucha suerte, hasta la próxima amigo mío. Gracias por tu colaboración con la marina - nótese que esto lo dijo con una voz alta, casi gritando, para que todos los presentes lo escuchasen y creyesen que ese trabajador en particular lo había ayudado con su misión. Después de todo las palabras anteriores no habían sido dichas a demasiado volumen y dudaba que los otros presentes, en sus diversas conversaciones, le hubiesen prestado atención a aquella específica. Inclusive con la actitud molesta del trabajador el sargento pudo conseguir algunos datos, la marina era mal recibida en aquel aserradero, aserradero que a pesar de tener menos prestigio tenía mayor cantidad de ventas. Sumadas ambas cosas podría implicar una afiliación con la revolución en el mercado negro, barcos que agendarían falsamente como mercantiles.
Una vez el castaño salió del aserradero llamó a Zuko y a Yumiko por den den mushi bebé para actualizarlos - Buenas, parece que Oak's odia bastante a los marines así que no puedo conseguir demasiada información. Querría saber si alguno pudo establecer cierta relación entre Oak's y la revolución. Considerando que la gente de la isla la apoya y que se usa más este aserradero y la forma en la que tratan a la marina, puede que parte de la madera se use para hacer barcos revolucionarios o algo. Sargento Zuko, ¿Le importa si busco acerca de esto o desea que siga intentando conseguir información acerca de la rivalidad? -
El castaño se encogió de hombros y debido a su gran habilidad de molestar levantó su diestra y saludó la agitó en forma de saludo - Genial, mucha suerte, hasta la próxima amigo mío. Gracias por tu colaboración con la marina - nótese que esto lo dijo con una voz alta, casi gritando, para que todos los presentes lo escuchasen y creyesen que ese trabajador en particular lo había ayudado con su misión. Después de todo las palabras anteriores no habían sido dichas a demasiado volumen y dudaba que los otros presentes, en sus diversas conversaciones, le hubiesen prestado atención a aquella específica. Inclusive con la actitud molesta del trabajador el sargento pudo conseguir algunos datos, la marina era mal recibida en aquel aserradero, aserradero que a pesar de tener menos prestigio tenía mayor cantidad de ventas. Sumadas ambas cosas podría implicar una afiliación con la revolución en el mercado negro, barcos que agendarían falsamente como mercantiles.
Una vez el castaño salió del aserradero llamó a Zuko y a Yumiko por den den mushi bebé para actualizarlos - Buenas, parece que Oak's odia bastante a los marines así que no puedo conseguir demasiada información. Querría saber si alguno pudo establecer cierta relación entre Oak's y la revolución. Considerando que la gente de la isla la apoya y que se usa más este aserradero y la forma en la que tratan a la marina, puede que parte de la madera se use para hacer barcos revolucionarios o algo. Sargento Zuko, ¿Le importa si busco acerca de esto o desea que siga intentando conseguir información acerca de la rivalidad? -
- Resumen:
- Itkovian saluda feliz y exageradamente al trabajador que lo ayudó tanto, sale del aserradero y actualiza con su den den mushi a Yumiko y Zuko sobre ese aserradero. No creo requerir moderación, solo confirmación de que hacer por parte de zuko xD
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—Comprendo... -dijo el dragón.
Se levantó de la silla y, pensativo, se llevó la mano al interior de la chaqueta para volver a sacar otro caramelo en palo. Lo desenvolvió y se lo metió en la boca, para después ofrecerle otro, pues llevaba varios, al hombre, como si de un cigarro se tratase.
—¿Quiere? Este es de Cola.
Tras su respuesta, miró atentamente a la puerta y dejó escapar un suspiro. Lo había notado desde que entró a aquella sala. Algo no iba bien.
—Digame una cosa, señor... Creo que aun no se ha presentado. Cuénteme... -se cruzó de brazos y clavó su mirada en la del hombre-. ¿A qué viene tanto nerviosismo y preocupación? ¿Por qué ha cerrado la puerta con pestillo?
Estaba preparado para cualquier contrariedad. Si notaba algo raro en la respuesta del hombre no le quedaría otra que irrumpir en su mente y, si podía, echar abajo su barrera mental para conseguir la información él mismo. Si era atacado, entonces buscaría la forma de reducir a su atacante y se marcharía a buscar a Kodama cuanto antes. Después de todo, una simple puerta de madera con pestillo no lo detendría. Además, utilizaría el Den den mushi para avisar a sus otros dos aliados. Si de verdad la presencia de la revolución era tan fuerte en aquel lugar, aquella misión no se cumpliría con tan solo un par de palabras. Por suerte, el dragón estaba preparado para todo, aunque no dejaba de preocuparle la posibilidad de empeorar la visión de la marina que tenían en aquella isla.
Se levantó de la silla y, pensativo, se llevó la mano al interior de la chaqueta para volver a sacar otro caramelo en palo. Lo desenvolvió y se lo metió en la boca, para después ofrecerle otro, pues llevaba varios, al hombre, como si de un cigarro se tratase.
—¿Quiere? Este es de Cola.
Tras su respuesta, miró atentamente a la puerta y dejó escapar un suspiro. Lo había notado desde que entró a aquella sala. Algo no iba bien.
—Digame una cosa, señor... Creo que aun no se ha presentado. Cuénteme... -se cruzó de brazos y clavó su mirada en la del hombre-. ¿A qué viene tanto nerviosismo y preocupación? ¿Por qué ha cerrado la puerta con pestillo?
Estaba preparado para cualquier contrariedad. Si notaba algo raro en la respuesta del hombre no le quedaría otra que irrumpir en su mente y, si podía, echar abajo su barrera mental para conseguir la información él mismo. Si era atacado, entonces buscaría la forma de reducir a su atacante y se marcharía a buscar a Kodama cuanto antes. Después de todo, una simple puerta de madera con pestillo no lo detendría. Además, utilizaría el Den den mushi para avisar a sus otros dos aliados. Si de verdad la presencia de la revolución era tan fuerte en aquel lugar, aquella misión no se cumpliría con tan solo un par de palabras. Por suerte, el dragón estaba preparado para todo, aunque no dejaba de preocuparle la posibilidad de empeorar la visión de la marina que tenían en aquella isla.
- resumen:
- Preguntarle al señor a que viene tanto nerviosismo y preocupación
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 1 de 2. • 1, 2
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.