¿No hace un poco de frío? [Moderado nivel 2][Kroren]

El muchacho siguió las indicaciones del matón sin rechistar, dejándose guiar por aquel montón de cortinas. Jane iba a mi lado girando la cabeza de vez en cuando. Ella aún desconfiaba de aquel hombre, y con razón, pero las ordenes de Kroren fueron claras y las estaba acatando.

Se detienen frente al sujeto que Kroren andaba buscando. El joven rápidamente se fija en el arma que llevaba aquel hombre. Era preciosa. Evidentemente, el traficante de armas que suministraba al ejercito revolucionario no podía ir mal armado. Kroren sólo movió su mirada por la sala en la que se encontraba, ya que no quería poner nervioso al matón que había detrás. Contó las puertas, se fijó en la cantidad insana de trastos que había en la habitación y, por último, miró la forja, por curiosidad más que por interés...de momento.

Los hombres empezaron a hablar entre ellos y permanecí en silencio hasta que me dieron la palabra. La petición era sencilla, sólo querían saber donde estaban sus compañeros. ¿Le creerían si decía la verdad? ¿Era útil una vez supieran la verdad? Ambas preguntas tenían la misma respuesta, así que Kroren tragó saliva antes de soltar la mentira.

-No toques a mi perra, prometo que colaboraré de lo contrario tendrás que matarme -avisé-. Somos tres. Uno está fuera asegurando la ruta de escape. El segundo...

Hizo una pausa al escuchar el pequeño zumbido tras su sien, quiso saber que era, pero no se le ocurría que podía ser.

-El segundo -prosiguió- dijo que entraría por otro lado, pero desconozco por donde.

Aquella mentira podría haber sido mejor, pero aquello le valía. Él sabía que si creían que habían más de su parte, le mantendrían con vida al menos para usarle de intercambio o de rehén.

Sobre la forja - que está apagada- hay unos cuantos moldes de piezas de artillería que parecen rotos. El resto, lo que viene siendo el cuerpo del horno, los calderos donde se funde el metal y demás parece que está bien. Hay martillos y pinzas muy muy largas como para mover el metal, así como unas especies de arpones extraños que no tienes idea para qué se usarán. Cosas de herreros.

Siguiendo con la trama...

Yloras sonríe con superioridad, ahora sabe que como muchos otros dueños tú también tienes aprecio a ese despreciable animal. Se muestra bastante satisfecho de cómo están saliendo las cosas, y cree fervientemente que podrá salir vivo de allí.

Desgraciadamente, también sabe que mientes. Pero bueno, él lleva allí mucho más tiempo que tú y sabe más cosas.

-Claro, claro- dice, asintiendo y haciendo un mohín-. Ruta de escape, claro. ¿Para qué ibais a querer una ruta de escape? Eso no tiene sentido, soy yo el que está escapando- Tiene razón, ya practicarás más mentiras en el futuro-. ¿La pregunta del millón de berries es... estás solo? Y no me cuentes al sucio perro este.

¿Qué contestarás? ¿Cuál es la respuesta a esa pregunta?

Mientras contestes, puedes ver como los ojos del traficante se abren como platos, asustado. Disparará, pero por suerte no lo hará hacia tu perra, sino más bien en tu dirección y altura. Y créeme, no dejará de disparar hasta que se le acabe el cargador.

Kroren se fijó en la asquerosa sonrisa del sujeto. Aquello no le gustaba para nada ¿Porqué sonreiría, si según su mentira había, había un compañero mio por la zona? ¿Es que no se creyó que venía acompañado? ¿Era más creíble que viniera solo a un lugar lleno de enemigos?

Durante la conversación del hombre, Kroren analizaba cada frase que decía este. ¿Para que quería escapar? Estaba en una isla dominada por los revolucionarios, se supone que un CP necesitaría ayuda para salir de aquella cueva. ¿Él estaba intentado escapar? ¿De qué? Aquello era una misión secreta, aparte del CP ¿Quién más iba a por él?

La última pregunta que formuló no le dio tiempo a pensarla.

-Pues... -murmuró.

Antes de continuar, el muchacho se fijó en la cara de terror que puso el traficante y como este levantaba la bonita arma hacia la dirección del él. Con miedo de que fuese su objetivo, saltó hacia un lado y rodó  por la habitación, a modo de voltereta improvisada. Aquel lugar era pequeño y, por ello, sólo necesitó una única pirueta antes de llegar a la forja donde, si llegaba sano y salvo, agarraría uno de los arpones para defenderse. Kroren amenazaría con el arma hacia la escena y se fijaría en que estaba sucediendo antes de hacer nada.

Jane estaba fuera de peligro por parte de la pistola pero, tras escuchar los disparos y ver que estos tenían intención de ir hacia su dueño, esta se dispondría a atacar al traficante con la intención de defender a Kroren.

Quizás estés un poco sorprendido de que el traficante continúe disparando al mismo sitio del que te acabas de ir... pero es que realmente está aterrorizado. No le importa que las balas se claven en el cuerpo de su subordionado, de todas formas ya estaba muerto, y si no lo estaba le quedaba más bien poco.

Continúa disparando a pesar de que tu perro carga contra él con rabia primal, e intenta seguir disparando una vez este le derriba y se aferra a su brazo. ¿Qué hay en el marco de la "puerta" que le asusta más que la criatura que está destrozando sus tendones a mordiscos?

Una mujer de pelo blanco. Una mujer con un smokin de piel. Piel humana. Caras humanas paralizadas en muecas de placer y terror por igual. Quizás sea poco práctico para el frío, pero no lo lleva puesto para evitar las inclemencias del clima.

-Yloras- dice en un susurro que casi parece maternal.

La dama recibe un disparo, el último que quedaba en la pistola y que el traficante ha preferido malgastar en la criatura frente a él en vez de librarse de la que está mascando su brazo. Ella no sangra, pero una de las caras ha quedado dañada.

-¡No,no no!- grita el pobre desgraciado, patea a tu perro con todas sus fuerzas, y este se suelta tras un gañido de dolor. El pobre desgraciado corre hacia una de las muchas puertas. Las cosas han dado un giro de 360º, ahora sabe que no saldrá de esta.

La dama se gira hacia a ti con una pequeña sonrisa.

-Vamos, chico, atrápalo- ordena con ánimo, casi como a un perro. Bueno, casi no, te acaba de hablar como se le habla a un cachorro. Quizá para ella lo seas.

Kroren observó la escena perplejo. No podía creer lo que sus ojos estaban viendo. El terrorista que le hablaba con tanta superioridad hace un instante, estaba aterrado por la presencia de ... ¿Una mujer? Sí, no había duda de que se trataba de una mujer temible. Su smokin le ponía los pelos de punta incluso a Kroren, que le encantaba desollar a sus victimas y guardar sus pieles, pero para guardarlas como trofeos no para lucirlos por ahí. Lo que más inquietaba al muchacho eran los rostros, esos rostros mostraban horror, tristeza y angustia. No podía impedir que un terror terrible le invadiera de repente. Él, como un usuario de una Akuma no mi, creía que aquello que vio se debió a algún tipo de poder concedido por la fruta del diablo, pero no se paró mucho en pensar en ello.

Se quedó inmóvil unos segundos antes de escuchar el lamento de su perra, al recibir la patada de Yloras, Kroren despertó de su asombro y miró hacia la otra parte de la habitación. Allí, Jane ya había sentido la presencia de la mujer y estaba con la cabeza agachada como si intentara esconderse. Por otro lado, el traficante estaba reptando hacia una de las puertas para huir. En ese momento, sonó la voz de la mujer como un pequeño murmullo, pero que resonó por toda la habitación y erizó la piel de Kroren.

-Vamos, chico, atrápalo.

Kroren no dudó en lanzar el arpón hacia el traficante, con intención de que impactara en su pierna y reducir más aún sus posibilidades de huir. Si impactaba, que gracias a su puntería no sería una cosa complicada, Kroren perdería unos segundos para preguntar a la mujer quien era. Si fallaba iría hacia el traficante y usaría el puñal que tenía bajo su manga para hacer lo mismo que con el arpón, pero más de cerca.

En definitiva, el joven quería asegurarse de cumplir la orden, pero después quería saber quien era aquella mujer. No quería recriminarle nada, su misión había sido cumplida y eso le bastaba. Mantener su honor era inútil, jamás tuvo de eso.  

-¿Quién sois?

No solía ser agradable con las mujeres, pero por una vez, algo en su interior le impedía ser descortés con la dama. Como si algo en su cabeza se opusiera a él mismo.

Bien bien, lanzas con destreza y puntería el arpón... que cae a dos metros de ti. Es de metal y bastante pesado como para, con tu fuerza, lanzarse... quizás con algo más pequeñito funcionaría mejor. ¿No tienes otra arma más a mano? En fin, la cuchilla es otra buena opción.

Con la ayuda de tu perra, que se invita ella sola al ataque como buen animal de manada, logras acuchillar el muslo del pobre desgraciado a la vez que Jane se ceba con la pantorilla contraria. Cae al suelo. Intenta golpearos y levantarse, pero creo que podrás reducirlo... ¿Pero qué aproximación usarás? Jane tiene bien claro que nada mejor que los dientes, pero el tipo ya está sangrando bastante.

-Mi nombre no importa, no realmente- dice la mujer con cierta superioridad-. ¿No sabes quién soy? Deberías saber qué soy al menos... que en parte dice quién soy, ¿no crees?- te pregunta caminando hacia ti. Entrecierra sus ojos, juzgándote. Tu respuesta es importante, porque si eres listo debes saber quién es y cómo ha llegado hasta allí. Poco a poco su desprecio irá aumentando, a medida que la imagen que tenía de tí se deteriora más y más.

La misión casi ha acabado, esto es un mero trámite, pero bastante menos tedioso que un informe escrito.

Al ver que el hombre caía de bruces al suelo, Kroren pudo alejarse del traficante para ponerse enfrente de él.
-¡Jane quieta! - gritó con voz solemne.

Jane, que aún estaba algo nerviosa por la presencia de la mujer, acató la orden rápidamente y retrocedió hasta su dueño relamiéndose la sangre que impregnaba sus dientes. Kroren agarró el collarín de la perra para impedir que esta volviera a atacar sin su consentimiento.

El traficante tenía una mano y una pierna hechas polvo gracias al rottwailer. La otra pierna estaba gravemente herida por culpa de Kroren por lo que levantarse y salir corriendo no era una opción para Yloras.

-¡Desiste de una vez! -gritó Kroren al ver que el traficante no paraba de intentar levantarse-. Es imposible que puedas huir en tales condiciones.

Aparte de las multiples heridas, Yloras había teñido de sangre la fría roca del suelo, pero ¿Sólo era sangre?. De todas formas, en algún momento, el tantos daños  harían que el hombre se desvaneciera por la bajada de tensión o algunas de los tantos sintomas que un hombre desangrado puede tener. El traficante logró avanzar un poco, pero Kroren volvió a recortar el espacio de un solo paso. Sus posibilidades eran cero, pero el hecho de que lo estuviera intentando ponía nervioso al joven.

-¿Me vas a obligar a hacerte daño...? -dijo el muchacho enseñando la cuchilla.

Aquella amenaza fue seguida por un par de ladridos de Jane que no dudó en mostrar sus dientes de nuevo y gruñir con fuerza.

La mujer avanzó a la misma vez que hablaba, hasta el punto de ponerse al lado del joven y que este pudiera verla con el rabillo del ojo. La presencia de aquella mujer mermaría más la fuerza psicológica del traficante ¿Quién no se asustaría de una mujer con un smokin así de macabro? Incluso Kroren estaba nervioso por la presencia de esta y más aún por las preguntas que había formulado y que obligaron al muchacho a ponerse a pensar.

-"Desde que llegué a la isla sólo he visto a seis secuaces, al objetivo, un padre de familia y a la madre" -empezó a analizar las posibilidades-. "Sé seguro que cinco secuaces están muertos; el sexto lo escuché caer, pero jamás vi su cadáver mas de estar vivo se hubiera hecho notar. El jefe lo tengo delante y puedo estar seguro de que no está de su lado, por lo que puedo descartar que sea una revolucionaria" -dio un leve suspiro al razonar aquello-. "De la familia sólo me falta la niña y esa mujer no tiene pinta de tener cinco años. Tanto el padre y la madre han muerto y si estuvieran vivos podría reconocerles" -siguió estrujándose el coco.

Su mirada estaba clavada en Yloras que si era inteligente y quería vivir debería saber que moverse sería una mala idea. Es posible que se hubiera devanecido por la sangre que había perdido o, al menos, no tendría fuerzas ni para moverse. Si por algún casual le quedeaban, Kroren solo tendría que seguirle e impedir que cruzara las puertas.

-"Dudo que sea una pirata o un marine, por allí no hay informes de piratas y la marina no suele visitar islas de revolucionarios. Eso me deja con la posibilidad de que sea una cazadora, pero de serlo querría cobrar ella la recompensa" -estaba apunto de terminar su hipótesis que ya revelaría en voz alta.

-La única opción lógica es que seas una agente del CP que ha venido a ayudarme o a examinarme -tragó saliva ya que temía que su deducción fuera errónea-. Llevas aquí más tiempo que yo y eres el motivo por el que esta sabandija quería huir...
Esperó la respuesta de la mujer sin quitarle la vista de encima al traficante.

Bien bien, tomas las decisiones correctas Kroren, especialmente agarrando a tu perra para que no termine de cargarse al maldito desgraciado que había disparado en su dirección. Si los perros fueran animales crueles casi podríamos decir que le tiene ganas. Además tu amenaza surte efecto, y apoyada por los ladridos de Jane aún más.

El hombre se queda en el suelo, luchando por sobrevivir intentando taparse las múltiples heridas de las que mana lentamente su preciada sangre.  

La mujer tras acercarse, en vez de quedarse a tu lado se pone de cuclillas al lado del herido, sacando de uno de los bolsillos internos de su espeluznante traje un pequeño set de costura. Mientras cabilas cose con  destreza las heridas del traficante, al cual no le queda otra que dejarse hacer mientras su mirada se pierde en el vacío. Sabe que le espera la muerte, pero quiere aferrarse a la vida más que le queda.

-Vaya, si que tardas en contestar- dice cortando los hilos de la ultima puntada con sus dientes. Aunque, curiosamente, no lo dice extrañada, sino reafirmando una verdad de la que ya tenía conocimiento; como quien ve a un famoso luchador romper algo con facilidad-. Me gustaría que me explicaras por qué dejaste pasar la gran oportunidad que el destino te regaló hace unos momentos...

Cuando le contestes, algo que sin duda quedará en tu informe, te informará que tu misión ha acabado. ¿Pero y si es otra prueba? Algo en sus fríos ojos te dice que aún te está midiendo, como si en su macabra telaraña aún hubiera un hilo suelto del que pudieras hacerte cargo. ¿Qué podrá ser?

Ella interrogará al traficante en privado, en una de las salas anexas, prohibiéndote como tu superior escuchar nada de su conversación (Bajo pena de traición), pero tu sabrás lo que haces.

Tendréis que pasar allí la noche, pues una enorme ventisca silba alrededor de las cuevas. La red de túneles conecta varias salidas, y tiene algunas salas más como habitaciones y una pequeña, oscura y húmeda mazmorra. Mañana volveréis en el barco y todo habrá terminado con vosotros tres siendo los únicos supervivientes de aquellos túneles.

OFF: Por mí, el moderado está terminado, pero puedes cerrar con un post por si quieres hacer algo. Cuando termines, pasaré a dejar un post con el spoiler de las peticiones (que puedes elegir pedir en tu petición de experiencia, conjunto a alguna más si la ves lógica).

Kroren miró satisfecho hacia el traficante, al parecer, no le hizo falta utilizar su as en la manga y eso le alegró el día. Al ver que la mujer se aproximaba al cuerpo del hombre, el joven guardó el puñal en su cinturón y permaneció inmóvil allí por si el traficante intentaba algo más.

De hecho, él pudo contestar a la pregunta de la mujer sin sufrir ninguna interrupción por parte de Yloras, que se dejó coser por la mujer sin decir nada durante todo el tiempo.

Cuando la dama terminó de curarle, se dirigió a Kroren para hacerle una última pregunta. Aquella cuestión no fue del todo clara, durante aquella primera misión había cometido tantos errores que recordarlos todos era hasta complicado. Así que decidió responder en términos generales para no centrarse en un suceso en concreto.

-No sé a que te refieres, he hecho todo lo que mi instinto me decía y he actuado en consecuencia de mis errores. Quizás he subestimado a mi enemigo o quizás quería demostrarme algo a mí mismo...
No pienso que haya dejado pasar ninguna gran oportunidad, opino que he logrado varias oportunidades para mejorar y ver mis defectos.

No sabía si aquella respuesta le valía, pero para él sí, era la verdad y con eso debía bastarle.

Cuando la mujer le obligó a no escuchar el interrogatorio, Kroren no puso ninguna pega. Mientras al final se fueran en el mismo barco hacia alguna central del CP, le era más que suficiente. Lo único que le apenaba era no podría torturarle él.

Durante el tiempo de interrogatorio, el muchacho fue hacia la sala donde hubo el tiroteo y recogió a Heinrich del suelo.

-Al parecer esa mujer era de armas tomar -dijo como si hubiera estado en todo momento en la otra sala.

-Pues sí, incluso Jane estaba asustada ...¿A que sí?

La perra inclinó la cabeza al no lograr entender lo que su dueño le decía.

Kroren recogió la flecha del que estaba detrás de la mesa. Al final, acabó muriendo desangrado por no haber recibido asistencia médica a tiempo, también fue hacia el que estaba en la puerta para recoger la otra flecha que había lanzado.

Sus intenciones ahora era esperar a que cesara la tormenta e irse lo antes posible de esa isla antes de que llegaran revolucionarios. No se interesó por la niña de la familia en ningún momento ya que su misión era capturar a un traficante de 10 millones y ya lo había completado. No tenía porqué hacer de canguro.

Nota:

Curiosa toma de decisiones... No saqueas nada, no haces nada con la niña (que ya se ocupará de matarla Aracne que te dio la pista). Deacuerdo pues.

A OBTENER:

La historia detrás de todo. (Para que no queden dudas, aunque no lo sepas inrol):