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Luka Rooney
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Saberes
Akuma no mi
Varios
El rostro de aquél robot no le resultaba nada familiar. En su vida había visto algo así, sin embargo… El aura que el ser desprendía sí que le llamaba la atención. ¿Qué diablos? Le recordó a su infancia, por alguna razón.
- No sé quién eres -comentó mientras se reincorporaba, con cierta dificultad y casi tocando el suelo la primera vez-. Pero tu aura… me resulta bastante familiar. ¿Te conozco desde pequeño?
- Algo así, sí.
- Eres… Dios, no sé. Nunca ví un robot en la isla Gyojin.
- Mientes. Viste a Lolo, el payaso con cables.
- No, no puede ser. ¿Eres tú?
- Qué va, pero te digo que viste a ese, yo también. Y nos reimos bastante con el truco de los globos.
- Ah, pues sí. Pero no sé, dame alguna pista.
Sin embargo, en ese momento oyó su nombre de la boca de Therax, y se centró en la conversación del rubio, haciéndole un gesto con la mano al robot para que parara un momento. La… ¿marina? Tenían el puto don de la oportunidad.
- Lo he oído alto y claro -respondió al rubiales-. Voy a mear en su puto barco -comentó llevándose la mano a la cabeza-. La vida del pirata es demasiado estresante… Ahora entiendo a Tom.
- Oh, Tom. Me dió recuerdos para tí, por alguna razón sabía que estabas cerca.
- La vivbre card -susurró.
- Bueno, como veo que no lo vas a acertar nunca… Soy Dorr, ¿me recuerdas?
El gyojin se quedó a cuadros. No podía ser… Era imposible. Dorr había muerto durante la guerra en la Isla Gyojin, en la primera y única separación que había tenido la banda, junto a miles de gyojins a los que Luka no pudo salvar. El tiburón agarró el metálico brazo de su hermano, y le miró a los ojos.
- Dorr… Dorr está muerto.
- Dorr como gyojin pulpo sí, está muerto. Muertísimo -remarcó con lo que parecía ser una sonrisa pintada en su casco-. Pero los médicos de la isla me recomendaron venir al archipiélago. Lo único con vida de Dorr es su cabeza, que fruto de la guerra es mucho más frágil que antes, por eso llevo este casco. Me han puesto infinidad de implantes, desde los brazos y las piernas metálicos, el torax de corindón… Y hasta disparo láseres chungos. Es una pasada.
- Pero… ¿Qué haces aquí?
- Me pusieron el último implante hace un par de meses. Tengo que venir cada quince días a que me revisen bien. Me quedan dos citas más, en cosa de un mes estaré totalmente operativo y no correré ningún riesgo.
- Sabes… Bak, y el escuadrón marino están con nosotros.
- Lo sé, me lo contaron. Me… ¿Me aceptaríais?
El gyojin miró con semblante serio al cyborg, y tras una pausa dramática, ojeó a Therax, que comentó que se adelantaría hacia los marines. Le hizo una seña con la mano, dándole a entender que después iría él. El rubio tenía la espalda ensangrentada, y el habitante del mar estaba deseoso de meterse con él. ¿Habría acabado peor que Luka?
- Puedes venir con nosotros -asintió-, pero la decisión final la tiene mi capitán.
- Zane D. Kenshin, ¿verdad? Le daré motivos para darme una oportunidad.
- Eso será después -comentó mientras salía corriendo, con alguna dificultad a la hora de apoyar el pie-. Ahora debemos ayudar al rubio a reventar a la marina. ¡Vamos!
- No sé quién eres -comentó mientras se reincorporaba, con cierta dificultad y casi tocando el suelo la primera vez-. Pero tu aura… me resulta bastante familiar. ¿Te conozco desde pequeño?
- Algo así, sí.
- Eres… Dios, no sé. Nunca ví un robot en la isla Gyojin.
- Mientes. Viste a Lolo, el payaso con cables.
- No, no puede ser. ¿Eres tú?
- Qué va, pero te digo que viste a ese, yo también. Y nos reimos bastante con el truco de los globos.
- Ah, pues sí. Pero no sé, dame alguna pista.
Sin embargo, en ese momento oyó su nombre de la boca de Therax, y se centró en la conversación del rubio, haciéndole un gesto con la mano al robot para que parara un momento. La… ¿marina? Tenían el puto don de la oportunidad.
- Lo he oído alto y claro -respondió al rubiales-. Voy a mear en su puto barco -comentó llevándose la mano a la cabeza-. La vida del pirata es demasiado estresante… Ahora entiendo a Tom.
- Oh, Tom. Me dió recuerdos para tí, por alguna razón sabía que estabas cerca.
- La vivbre card -susurró.
- Bueno, como veo que no lo vas a acertar nunca… Soy Dorr, ¿me recuerdas?
El gyojin se quedó a cuadros. No podía ser… Era imposible. Dorr había muerto durante la guerra en la Isla Gyojin, en la primera y única separación que había tenido la banda, junto a miles de gyojins a los que Luka no pudo salvar. El tiburón agarró el metálico brazo de su hermano, y le miró a los ojos.
- Dorr… Dorr está muerto.
- Dorr como gyojin pulpo sí, está muerto. Muertísimo -remarcó con lo que parecía ser una sonrisa pintada en su casco-. Pero los médicos de la isla me recomendaron venir al archipiélago. Lo único con vida de Dorr es su cabeza, que fruto de la guerra es mucho más frágil que antes, por eso llevo este casco. Me han puesto infinidad de implantes, desde los brazos y las piernas metálicos, el torax de corindón… Y hasta disparo láseres chungos. Es una pasada.
- Pero… ¿Qué haces aquí?
- Me pusieron el último implante hace un par de meses. Tengo que venir cada quince días a que me revisen bien. Me quedan dos citas más, en cosa de un mes estaré totalmente operativo y no correré ningún riesgo.
- Sabes… Bak, y el escuadrón marino están con nosotros.
- Lo sé, me lo contaron. Me… ¿Me aceptaríais?
El gyojin miró con semblante serio al cyborg, y tras una pausa dramática, ojeó a Therax, que comentó que se adelantaría hacia los marines. Le hizo una seña con la mano, dándole a entender que después iría él. El rubio tenía la espalda ensangrentada, y el habitante del mar estaba deseoso de meterse con él. ¿Habría acabado peor que Luka?
- Puedes venir con nosotros -asintió-, pero la decisión final la tiene mi capitán.
- Zane D. Kenshin, ¿verdad? Le daré motivos para darme una oportunidad.
- Eso será después -comentó mientras salía corriendo, con alguna dificultad a la hora de apoyar el pie-. Ahora debemos ayudar al rubio a reventar a la marina. ¡Vamos!
Therax caminó sin tener muy claro hacia dónde se dirigía. Se había precipitado por un hueco oculto tras una falsa pared. Hasta ahí bien, pero todo indicaba que se encontraba en el subsuelo y, siendo sincero, no era capaz decir a ciencia cierta si había abandonado el perímetro de la construcción. Ese maldito hotel —o lo que fuese— era de todo menos lo que pretendía ser.
Todo había sido muy confuso, tanto que el rubio se planteaba la salud mental de quien hubiera diseñado aquello. La sucesión de los acontecimientos era lógica hasta el punto donde les habían forzado a separarse, pero no tenía claro por qué había acabado en lo que, según parecía, era un sistema de túneles subterráneos empleados por aquel grupo de pobres diablos. ¿Acaso no se oponían a Asquerosamenterriquevic? Y si era así, ¿cómo demonios tenía él tanta facilidad para acceder a los mismos? ¿Por qué demonios no había acabado él solito con sus problemas?
Las preguntas se sucedían en la mente del espadachín, que caminaba siguiendo el recorrido que dibujaban las paredes de roca. La humedad reinaba en el ambiente, y un sinfín de raíces nacían del techo natural para dificultar la visión. Pequeños cúmulos de tierra caían periódicamente desde las alturas, arrastrados por las propias raíces, para caer sobre la cabeza y los hombros del contramaestre.
Deambuló en solitario más de un cuarto de hora, hasta que, sin previo aviso, un recodo dejó a la vista un pequeño desprendimiento de tierra. Estaba muy bien compactado, demasiado para ser natural, como si alguien se hubiese empeñado en cubrir lo mejor posible una entrada oculta al lugar. No le gustaba en absoluto la idea de salir al exterior sin más, completamente ignorante acerca de qué había al otro lado.
Había dos opciones: que el condenado viejo fuese el mejor de los estrategas o que —la más probable— fuese un demente con suerte al que las cosas le habían salido demasiado bien. «Bueno, vamos allá», se dijo, respirando hondo antes de desenvainar a Byakko. Trazó un único corte al aire, dejando que una onda cortante naciese y arrastrase consigo el tapón de tierra.
Los sonidos de las armas no tardaron en llegar a sus oídos. Aquello era casi previsible, pero en todo momento había mantenido la esperanza de que le dejasen salir de allí con unas mínimas garantías. Sólo quería volver tranquilamente a la superficie, darse una ducha y, con tranquilidad, enfrentarse a lo que Asquerosamenterriquevic hubiese tramado para darles caza.
Un rayo de sol le cegó, por lo que esperó a que pasase la ceguera transitoria antes de poner un pie fuera. El anciano mafioso presidía el comité de bienvenida, consistente en un numeroso destacamento marine. Dos uniformados que a todas luces debían llevar la voz cantante le flanqueaban, luciendo una expresión severa que pretendía taladrar al domador.
A espaldas del grupo, sendos barcos flotaban en el mar. Anunciaban que habían atracado allí con la intención de atrapar, si no a toda la tripulación del Descamisetado, al menos a dos de sus miembros principales.
Todo había sido muy confuso, tanto que el rubio se planteaba la salud mental de quien hubiera diseñado aquello. La sucesión de los acontecimientos era lógica hasta el punto donde les habían forzado a separarse, pero no tenía claro por qué había acabado en lo que, según parecía, era un sistema de túneles subterráneos empleados por aquel grupo de pobres diablos. ¿Acaso no se oponían a Asquerosamenterriquevic? Y si era así, ¿cómo demonios tenía él tanta facilidad para acceder a los mismos? ¿Por qué demonios no había acabado él solito con sus problemas?
Las preguntas se sucedían en la mente del espadachín, que caminaba siguiendo el recorrido que dibujaban las paredes de roca. La humedad reinaba en el ambiente, y un sinfín de raíces nacían del techo natural para dificultar la visión. Pequeños cúmulos de tierra caían periódicamente desde las alturas, arrastrados por las propias raíces, para caer sobre la cabeza y los hombros del contramaestre.
Deambuló en solitario más de un cuarto de hora, hasta que, sin previo aviso, un recodo dejó a la vista un pequeño desprendimiento de tierra. Estaba muy bien compactado, demasiado para ser natural, como si alguien se hubiese empeñado en cubrir lo mejor posible una entrada oculta al lugar. No le gustaba en absoluto la idea de salir al exterior sin más, completamente ignorante acerca de qué había al otro lado.
Había dos opciones: que el condenado viejo fuese el mejor de los estrategas o que —la más probable— fuese un demente con suerte al que las cosas le habían salido demasiado bien. «Bueno, vamos allá», se dijo, respirando hondo antes de desenvainar a Byakko. Trazó un único corte al aire, dejando que una onda cortante naciese y arrastrase consigo el tapón de tierra.
Los sonidos de las armas no tardaron en llegar a sus oídos. Aquello era casi previsible, pero en todo momento había mantenido la esperanza de que le dejasen salir de allí con unas mínimas garantías. Sólo quería volver tranquilamente a la superficie, darse una ducha y, con tranquilidad, enfrentarse a lo que Asquerosamenterriquevic hubiese tramado para darles caza.
Un rayo de sol le cegó, por lo que esperó a que pasase la ceguera transitoria antes de poner un pie fuera. El anciano mafioso presidía el comité de bienvenida, consistente en un numeroso destacamento marine. Dos uniformados que a todas luces debían llevar la voz cantante le flanqueaban, luciendo una expresión severa que pretendía taladrar al domador.
A espaldas del grupo, sendos barcos flotaban en el mar. Anunciaban que habían atracado allí con la intención de atrapar, si no a toda la tripulación del Descamisetado, al menos a dos de sus miembros principales.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El gyojin corría allí por donde había visto marchar a su nakama a la par que hacía recorrer el agua curativa alrededor de su cuerpo. Se sentía mejor, pero aún así notaba tirones de vez en cuando y sentía como un hormigueo en las piernas. No tenía ni idea de hacia dónde se dirigía, pero no le importaba, tenía que dar con el humano más pronto que tarde. En ese momento llegó el cyborg, que tenía un extraño artilugio en la mano. Parecía una especie de pantalla pequeña, como un móvil. Parpadeaba y mostraba una flecha, que según él, les dirigía al puerto.
- Te has vuelto muy tecnológico, Dorr -comentó el gyojin con una visible sonrisa
- Debes hacerlo si el 90% de tu cuerpo son cables, tecnología y chatarra.
El tiburón pudo seguir el rastro de Therax, entre su olor y la sangre derramada, atravesando una serie de curiosos laberintos que, sin ninguna duda, estaban ahí para despistar a los piratas. Incluso pasó a través de una pared que parecía atravesada. ¿Quién diablos había construido aquello? Seguro que tardó meses, o incluso años. ¿Acaso eran víctimas de un elaboradísimo plan? ¿O harían lo mismo a más gente?
- Esto… huele raro -comentó mientras se detenía, intentando agudizar el oído. Oía pasos arriba, cuchicheos que, en la distancia, serían palabras audibles. Y entonces se percató de que estaban bajo el nivel del suelo.
Ya habían pasado veinte minutos desde que se habían separado del rubio, y aquello era bastante como para tardar aún más.
- ¿Sabrías decirme a cuánto estamos del puerto? -le preguntó a su amigo mientras se concentraba, intentando sentir las presencias cercanas.
- Doscientos metros, pero no sé si este túnel irá en esa dirección.
El gyojin escuchó sus palabras pese a estar concentrado en sentir las presencias. Sentía un montón, y entre ellas estaba la de su fiel compañero. El espadachín debía estar al frente de una situación límite, y aquello quería decir que le necesitaba.
- Tenemos poco tiempo. ¿Puedes… llevarme al puerto de alguna manera?
- Estas paredes contienen rocas, pero no son muy gordas. Tampoco demasiado duras… Vale, creo que lo tengo. Tengo explosivos usados por mineros, que, al estallar, trituran las rocas y los gases desplazan los fragmentos. La onda de choque ayudará a taladrar esto más sencillo. Y sí, también tengo taladradora. Mi brazo puede convertirse en una de alta potencia y precisión.
- Eres una caja de sorpresas -comentó intrigado el gyojin.
Dorr colocó los explosivos con cuidado, unidos por cables y pegados a las rocas. Después mandó hacia atrás al habitante del mar, y creó una especie de escudo en su brazo izquierdo.
- No hay peligro de derrumbamiento, no te preocupes.
Y… ¡boom! Seguro que en la superficie habían oído la explosión, lo cual les decía que aún quedaba alguien abajo, aunque ya lo supieran, y quizá Therax pudiese usar la distracción para hacer algo.
Tras ello, el cyborg no tardó en taladrar la pared. En cuestión de cinco minutos, Dorr avisó que taladraría un poco más y llegaría al agua. También dijo que podría nadar, aunque no tan bien como antaño, claro.
Y entonces… La última perforación de tierra creó un agujero por el cual empezó a entrar el agua. Luka dió un par de puñetazos para agrandar el hueco y salió en busca de su nakama. Con suerte, llegaría a tiempo para formar un tándem con él y oponerse a lo que fuera que estuviesen tramando aquellos hombres.
[spoiler=Cosas]
- Te has vuelto muy tecnológico, Dorr -comentó el gyojin con una visible sonrisa
- Debes hacerlo si el 90% de tu cuerpo son cables, tecnología y chatarra.
El tiburón pudo seguir el rastro de Therax, entre su olor y la sangre derramada, atravesando una serie de curiosos laberintos que, sin ninguna duda, estaban ahí para despistar a los piratas. Incluso pasó a través de una pared que parecía atravesada. ¿Quién diablos había construido aquello? Seguro que tardó meses, o incluso años. ¿Acaso eran víctimas de un elaboradísimo plan? ¿O harían lo mismo a más gente?
- Esto… huele raro -comentó mientras se detenía, intentando agudizar el oído. Oía pasos arriba, cuchicheos que, en la distancia, serían palabras audibles. Y entonces se percató de que estaban bajo el nivel del suelo.
Ya habían pasado veinte minutos desde que se habían separado del rubio, y aquello era bastante como para tardar aún más.
- ¿Sabrías decirme a cuánto estamos del puerto? -le preguntó a su amigo mientras se concentraba, intentando sentir las presencias cercanas.
- Doscientos metros, pero no sé si este túnel irá en esa dirección.
El gyojin escuchó sus palabras pese a estar concentrado en sentir las presencias. Sentía un montón, y entre ellas estaba la de su fiel compañero. El espadachín debía estar al frente de una situación límite, y aquello quería decir que le necesitaba.
- Tenemos poco tiempo. ¿Puedes… llevarme al puerto de alguna manera?
- Estas paredes contienen rocas, pero no son muy gordas. Tampoco demasiado duras… Vale, creo que lo tengo. Tengo explosivos usados por mineros, que, al estallar, trituran las rocas y los gases desplazan los fragmentos. La onda de choque ayudará a taladrar esto más sencillo. Y sí, también tengo taladradora. Mi brazo puede convertirse en una de alta potencia y precisión.
- Eres una caja de sorpresas -comentó intrigado el gyojin.
Dorr colocó los explosivos con cuidado, unidos por cables y pegados a las rocas. Después mandó hacia atrás al habitante del mar, y creó una especie de escudo en su brazo izquierdo.
- No hay peligro de derrumbamiento, no te preocupes.
Y… ¡boom! Seguro que en la superficie habían oído la explosión, lo cual les decía que aún quedaba alguien abajo, aunque ya lo supieran, y quizá Therax pudiese usar la distracción para hacer algo.
Tras ello, el cyborg no tardó en taladrar la pared. En cuestión de cinco minutos, Dorr avisó que taladraría un poco más y llegaría al agua. También dijo que podría nadar, aunque no tan bien como antaño, claro.
Y entonces… La última perforación de tierra creó un agujero por el cual empezó a entrar el agua. Luka dió un par de puñetazos para agrandar el hueco y salió en busca de su nakama. Con suerte, llegaría a tiempo para formar un tándem con él y oponerse a lo que fuera que estuviesen tramando aquellos hombres.
[spoiler=Cosas]
- Agua revitalizante: Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
Tipos de curación:- Tipos de curación:
Los tipos de curación dependerán del tipo de daño recibido y su gravedad:- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Daño moderado: (Ej: Cortes más profundos, fisuras internas). La curación comprenderá un periodo de tiempo de entre unas horas a unos días (en función de la gravedad). La mejora es autoincremental.
- Daño grave (Ej: Amputaciones, huesos rotos, etc). En el caso de ser una amputación (un miembro entero, ya sea un dedo, una mano, etc), se sanarán los tejidos en pocos días, pero no habrá posibilidad de regenerar. Si por el contrario, es algún tipo de daño grave, sanará en función de su gravedad, siendo el mínimo tiempo un par de semanas (un hueso menor roto) a un máximo de cuatro meses (el cráneo roto, por ejemplo). Éste tipo de saneamiento va de más a menos, notando una pronta mejoría, pero al cual se “estanca” y avanza más lentamente que empieza.
De nivel 1 a 99, podrá emplear esta técnica con terceras personas, pero la sanación será a un nivel inferior (si es daño grave, se empleará cura como si fuera moderado), no sanando nunca por completo. A nivel 100 y posteriores, se empleará la cura tal y como lo haría para sí mismo.- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
—¡Therax Palatiard! —exclamó uno de los tipos situados junto al mafioso local—. ¡Luk...! —comenzó, mas se calló, algo confuso, al comprobar que el espadachín no tenía compañía alguna. Dirigió un rápido vistazo al soplón, visiblemente molesto porque aquello no se ajustaba a lo que le habían prometido, pero continuó con su discurso—. Se te acusa de piratería, alteración del orden público, destrucción de propiedades del Gobierno Mundial y sustracción de documentos de alto secreto, así como desafío a la autoridad y manifiesta agresividad hacia la misma... Entre otras cosas —culminó, desplegando por completo una larga lista de delitos que no estaba dispuesto a leer.
El marine, que debía rondar los tres metros de altura, lucía un pelado militar y una expresión severa cuanto menos. El otro oficial alzó la mano izquierda, regalándole al rubio una sonrisa de satisfacción. Los fusiles de todos los allí presentes fueron aferrados con más firmeza, liberando un sonido similar al crujido de la madera. La melena castaña de quien se quería erigir como verdugo ondeó al viento, siendo golpeada por una de las numerosas pompas que abarrotaban el aire.
—Curiosa forma de detener a alguien, ¿no os parece? —preguntó el domador, llevando su mano izquierda a Yuki-onna.
—¿No has leído el cartel que hay con tu cara? Pone vivo o muerto, pero nos obligan a soltaros la parrafada de rigor —respondió el del pelo largo—. ¡Fuego!
El contramaestre hizo surgir dos alas en su espalda y, tras agitarlas una única vez con fuerza, se elevó hacia las alturas y quedó suspendido a algunos metros. No obstante, la descarga de disparos nunca tuvo lugar. Un estruendo silenció la orden del de la capa. Therax no necesitó mirar para saber de quién se trataba. Tampoco fue necesario que aspirase para captar el olor a sardina enlatada, pues sólo Luka podía irrumpir de ese modo en un intento de fusilamiento.
—Me parece que le estabais buscando, ¿no? —sonrió, desenvainando por fin su espada y trazando un corte horizontal al aire. Una onda cortante nació de la zona donde el sable había rasgado el aire, dirigiéndose peligrosamente hacia el destacamento de uniformados. Hubo una reacción similar a una explosión, pues la tierra saltó por los aires al recibir el impacto del ataque. Los gritos de quienes pretendían atraparle no tardaron en ser perfectamente audibles. Algunos de los allí presentes se arrastraban en busca de sus armas para recuperar la compostura, mientras que otros no encontraban el modo de moverse.
La confusión se manifestó claramente en los semblantes de los mandos, mas no tardaron en volver a la realidad. Esa vez había tenido suerte, por decirlo de algún modo, pero tenía claro que a partir de ese momento encontraría una resistencia mayor que se opusiese a sus ofensivas. Sí, tendría que esforzarse más de lo que había necesitado hasta el momento para volver junto a los Arashi. El grito de un soldado, que se refería a su superior mediante su rango, confirmó las peores sospechas del rōnin alado.
El marine, que debía rondar los tres metros de altura, lucía un pelado militar y una expresión severa cuanto menos. El otro oficial alzó la mano izquierda, regalándole al rubio una sonrisa de satisfacción. Los fusiles de todos los allí presentes fueron aferrados con más firmeza, liberando un sonido similar al crujido de la madera. La melena castaña de quien se quería erigir como verdugo ondeó al viento, siendo golpeada por una de las numerosas pompas que abarrotaban el aire.
—Curiosa forma de detener a alguien, ¿no os parece? —preguntó el domador, llevando su mano izquierda a Yuki-onna.
—¿No has leído el cartel que hay con tu cara? Pone vivo o muerto, pero nos obligan a soltaros la parrafada de rigor —respondió el del pelo largo—. ¡Fuego!
El contramaestre hizo surgir dos alas en su espalda y, tras agitarlas una única vez con fuerza, se elevó hacia las alturas y quedó suspendido a algunos metros. No obstante, la descarga de disparos nunca tuvo lugar. Un estruendo silenció la orden del de la capa. Therax no necesitó mirar para saber de quién se trataba. Tampoco fue necesario que aspirase para captar el olor a sardina enlatada, pues sólo Luka podía irrumpir de ese modo en un intento de fusilamiento.
—Me parece que le estabais buscando, ¿no? —sonrió, desenvainando por fin su espada y trazando un corte horizontal al aire. Una onda cortante nació de la zona donde el sable había rasgado el aire, dirigiéndose peligrosamente hacia el destacamento de uniformados. Hubo una reacción similar a una explosión, pues la tierra saltó por los aires al recibir el impacto del ataque. Los gritos de quienes pretendían atraparle no tardaron en ser perfectamente audibles. Algunos de los allí presentes se arrastraban en busca de sus armas para recuperar la compostura, mientras que otros no encontraban el modo de moverse.
La confusión se manifestó claramente en los semblantes de los mandos, mas no tardaron en volver a la realidad. Esa vez había tenido suerte, por decirlo de algún modo, pero tenía claro que a partir de ese momento encontraría una resistencia mayor que se opusiese a sus ofensivas. Sí, tendría que esforzarse más de lo que había necesitado hasta el momento para volver junto a los Arashi. El grito de un soldado, que se refería a su superior mediante su rango, confirmó las peores sospechas del rōnin alado.
Luka Rooney
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
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Precisión
Intelecto
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Akuma no mi
Varios
Justo antes de llegar a tierra, el gyojin intentó contar las presencias que se encontraban cerca de él. Pero aquello era una pérdida de tiempo increíble. Lo que sí notó fueron dos que estaban por encima de la media, algo que le hizo pensar que había dos jefazos.
Saben a por quién vienen Pensó a la par que ascendía hacia la superficie, notando como su agua curativa seguía intentando mejorar su estado físico.
Continuó su ascenso a gran velocidad, pero… Dos barcos se toparon en su camino. Lucían imponentes, y eran claramente gubernamentales, o al menos creados por ellos. Se podía deducir aquello por la base de kairoseki que había en el casco de ambos. Y entonces, a Luka se le volvió a ocurrir uno de esos planes tan locos y, aparentemente, ilógicos que solían venir a su mente.
- Therax -comentó al den den-. Tú no me ves y yo a tí tampoco -comentó soltando una pequeña risa-. Pero sé a quién o quienes tienes delante. Si no has empezado la fiesta sin mi ya… El show estará mejor.
El gyojin comenzó a concentrarse, controlando una ingente cantidad de agua a su alrededor, dispuesto a liberarla de un modo jamás visto con anterioridad.
- Pon el manos libres -esperó un par de segundos a que su nakama lo hiciese, si es que podía, tiempo que aprovecharía para terminar de concentrar todo el agua que pudiera-. Señores, señoras, seres y objetos. Mi nombre es Luka Rooney, y supongo que soy la segunda persona que buscan. ¿Dónde estoy? Estaré… ¿En el cielo? O puede que… ¿Detrás vuestra? No… Detrás no, no es mi estilo. Oh, bueno, puede que esté…
El gyojin manipuló el agua para crear unos brotes de agua que rodeasen el barco, como si de zarcillos se tratasen. Una vez los hubo rodeado con entre cinco y siete pasadas cada barco, atraería el agua hacia el fondo del océano, hundiendo ambos barcos y creando una intensa inestabilidad en el agua. La madera rota flotaría por la zona, y las astillas acompañarían a cada ser que se decidiese a nadar. Aquella era su carta de presentación.
- Pues sí, estaba en el mar. Mini-premio para quien quiera que haya acertado.
Ágilmente -aunque con ciertas dificultades por la inestabilidad creada en el agua- el gyojin subió a la superficie, donde ya estaba Dorr, sentado, y Therax, al frente. Una multitud de marines le aguardaban.
Luka había aprovechado el control del agua para guardarse una alta cantidad de ella en el cuerpo, así como para salir con cuatro brazos marinos más largos y contundentes de lo normal.
El tiburón observó el panorama antes de actuar, no sabía muy bien qué era lo que el rubio tramaba, pero si había intentado ir por la vía pacifista o diplomática, el gyojin la había vuelto a liar. Su pulsera volvió a llamarle, quemando ligeramente, aunque aún no era el momento de usarla.
Si el rubio no estaba peleando, se acercaría a él lo máximo posible. Cuanto más cerca estuviesen, mejor podrían concentrar sus fuerzas. O eso creía el bueno de Luka.
Saben a por quién vienen Pensó a la par que ascendía hacia la superficie, notando como su agua curativa seguía intentando mejorar su estado físico.
Continuó su ascenso a gran velocidad, pero… Dos barcos se toparon en su camino. Lucían imponentes, y eran claramente gubernamentales, o al menos creados por ellos. Se podía deducir aquello por la base de kairoseki que había en el casco de ambos. Y entonces, a Luka se le volvió a ocurrir uno de esos planes tan locos y, aparentemente, ilógicos que solían venir a su mente.
- Therax -comentó al den den-. Tú no me ves y yo a tí tampoco -comentó soltando una pequeña risa-. Pero sé a quién o quienes tienes delante. Si no has empezado la fiesta sin mi ya… El show estará mejor.
El gyojin comenzó a concentrarse, controlando una ingente cantidad de agua a su alrededor, dispuesto a liberarla de un modo jamás visto con anterioridad.
- Pon el manos libres -esperó un par de segundos a que su nakama lo hiciese, si es que podía, tiempo que aprovecharía para terminar de concentrar todo el agua que pudiera-. Señores, señoras, seres y objetos. Mi nombre es Luka Rooney, y supongo que soy la segunda persona que buscan. ¿Dónde estoy? Estaré… ¿En el cielo? O puede que… ¿Detrás vuestra? No… Detrás no, no es mi estilo. Oh, bueno, puede que esté…
El gyojin manipuló el agua para crear unos brotes de agua que rodeasen el barco, como si de zarcillos se tratasen. Una vez los hubo rodeado con entre cinco y siete pasadas cada barco, atraería el agua hacia el fondo del océano, hundiendo ambos barcos y creando una intensa inestabilidad en el agua. La madera rota flotaría por la zona, y las astillas acompañarían a cada ser que se decidiese a nadar. Aquella era su carta de presentación.
- Pues sí, estaba en el mar. Mini-premio para quien quiera que haya acertado.
Ágilmente -aunque con ciertas dificultades por la inestabilidad creada en el agua- el gyojin subió a la superficie, donde ya estaba Dorr, sentado, y Therax, al frente. Una multitud de marines le aguardaban.
Luka había aprovechado el control del agua para guardarse una alta cantidad de ella en el cuerpo, así como para salir con cuatro brazos marinos más largos y contundentes de lo normal.
El tiburón observó el panorama antes de actuar, no sabía muy bien qué era lo que el rubio tramaba, pero si había intentado ir por la vía pacifista o diplomática, el gyojin la había vuelto a liar. Su pulsera volvió a llamarle, quemando ligeramente, aunque aún no era el momento de usarla.
Si el rubio no estaba peleando, se acercaría a él lo máximo posible. Cuanto más cerca estuviesen, mejor podrían concentrar sus fuerzas. O eso creía el bueno de Luka.
- Cosas:
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
Tipos de curación:- Tipos de curación:
Los tipos de curación dependerán del tipo de daño recibido y su gravedad:- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Daño moderado: (Ej: Cortes más profundos, fisuras internas). La curación comprenderá un periodo de tiempo de entre unas horas a unos días (en función de la gravedad). La mejora es autoincremental.
- Daño grave (Ej: Amputaciones, huesos rotos, etc). En el caso de ser una amputación (un miembro entero, ya sea un dedo, una mano, etc), se sanarán los tejidos en pocos días, pero no habrá posibilidad de regenerar. Si por el contrario, es algún tipo de daño grave, sanará en función de su gravedad, siendo el mínimo tiempo un par de semanas (un hueso menor roto) a un máximo de cuatro meses (el cráneo roto, por ejemplo). Éste tipo de saneamiento va de más a menos, notando una pronta mejoría, pero al cual se “estanca” y avanza más lentamente que empieza.
De nivel 1 a 99, podrá emplear esta técnica con terceras personas, pero la sanación será a un nivel inferior (si es daño grave, se empleará cura como si fuera moderado), no sanando nunca por completo. A nivel 100 y posteriores, se empleará la cura tal y como lo haría para sí mismo.- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Carga pulsera: 1 turno.
- Fōmu no sakusei-sha: Luka es capaz de formar una masa de agua de un máximo de diez metros cúbicos. Con ella puede crear formas que saldrán alrededor de cualquier parte de su cuerpo, siendo una extensión de éste. Por ejemplo, podría crear una esfera de agua para aprisionar a su rival, decidiendo si dejar la cabeza fuera o no. Para romper el agua, el ataque del usuario debe superar tres veces la resistencia de Luka.
Mejora: Durante su uso, el tiburón puede realizar un activable que duplique su fuerza en el siguiente golpe y aumentará su fuerza activa x2. - Tiempo de canalización: 0.2 segundos por métro cúbico que se cree, pudiendo llegar a un máximo de 10 metros cúbicos en 2 segundos.
- Duración Activable: 3 posts.
- Tiempo de reutilización activable: 3 posts.
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
La sorpresa fruto de su acción no había tardado demasiado en desaparecer. Las armas de fuego volvían a apuntar sus bocas hacia él, aguardando a que una autoritaria voz dictaminase que debían vomitar sus proyectiles. El rubio chasqueó la lengua. Eran muchos, demasiados, tantos que en el mejor de los casos serían una verdadera molestia. «¿Y ahora qué?», se preguntó un instante antes de que su bolsillo comenzara a vibrar.
Era Luka, que volvía a hacer acto de presencia tras... ¿cuánto tiempo llevaba desaparecido? Tampoco importaba mucho mientras estuviera bien, así que se limitó a hacer lo que le pedía. Asistió entre divertido y curioso al espectáculo protagonizado por el gyojin, cuestionándose la imperiosa necesidad que tenían algunos de sus compañeros de llamar la atención donde fuera que iban. ¿Acaso no les habían querido lo suficiente durante su infancia?
Sendos fuertes crujidos antecedieron a la catástrofe que le arrebató cualquier rastro de atención. Los barcos de la Marina comenzaron a hundirse casi al mismo tiempo, arrancando varios gritos de sorpresa entre los uniformados. La impresión y el temor acaparaban los semblantes de los más novatos, mientras que quienes llevaban la voz cantante apenas hicieron un tímido gesto de desaprobación.
—Me parece que le estabais buscando, ¿no? —inquirió el espadachín, regalando a sus oyentes un tono irónico que le proporcionaba una satisfacción casi orgásmica.
La mirada de quien había leido la orden de detención se clavó en él, llena de odio y desprecio a partes iguales. No obstante, ninguna emoción tiznó su voz cuando comenzó a dar órdenes.
—Comodoro Picciardo, es responsabilidad suya y de sus hombres atender a nuestro nuevo invitado. Dele la bienvenida que se merece. Y los demás, ¡fuego una vez más!
Las balas salieron a toda velocidad y los cañones quedaron marcados con una efímera estela de humo. «¿Otra vez lo mismo?», se quejó el contramaestre, aleteando una única vez con potencia para elevarse. La mayoría de los proyectiles vieron alterada su trayectoria al recibir la ráfaga de viento, mientras que los demás encontraron que su objetivo ya no se hallaba donde debería estar.
—¡Necesitaréis mucho más que eso! —exclamó Therax, lanzando una nueva onda cortante en dirección a sus pretendidos captores.
Era Luka, que volvía a hacer acto de presencia tras... ¿cuánto tiempo llevaba desaparecido? Tampoco importaba mucho mientras estuviera bien, así que se limitó a hacer lo que le pedía. Asistió entre divertido y curioso al espectáculo protagonizado por el gyojin, cuestionándose la imperiosa necesidad que tenían algunos de sus compañeros de llamar la atención donde fuera que iban. ¿Acaso no les habían querido lo suficiente durante su infancia?
Sendos fuertes crujidos antecedieron a la catástrofe que le arrebató cualquier rastro de atención. Los barcos de la Marina comenzaron a hundirse casi al mismo tiempo, arrancando varios gritos de sorpresa entre los uniformados. La impresión y el temor acaparaban los semblantes de los más novatos, mientras que quienes llevaban la voz cantante apenas hicieron un tímido gesto de desaprobación.
—Me parece que le estabais buscando, ¿no? —inquirió el espadachín, regalando a sus oyentes un tono irónico que le proporcionaba una satisfacción casi orgásmica.
La mirada de quien había leido la orden de detención se clavó en él, llena de odio y desprecio a partes iguales. No obstante, ninguna emoción tiznó su voz cuando comenzó a dar órdenes.
—Comodoro Picciardo, es responsabilidad suya y de sus hombres atender a nuestro nuevo invitado. Dele la bienvenida que se merece. Y los demás, ¡fuego una vez más!
Las balas salieron a toda velocidad y los cañones quedaron marcados con una efímera estela de humo. «¿Otra vez lo mismo?», se quejó el contramaestre, aleteando una única vez con potencia para elevarse. La mayoría de los proyectiles vieron alterada su trayectoria al recibir la ráfaga de viento, mientras que los demás encontraron que su objetivo ya no se hallaba donde debería estar.
—¡Necesitaréis mucho más que eso! —exclamó Therax, lanzando una nueva onda cortante en dirección a sus pretendidos captores.
- Luka:
- El comodoro se adelanta a todos sus hombres, extrayendo un martillo metálico de algún lugar que no logras ver. Ahora que te fijas, su melena debe medir lo mismo que tú... y eso que sólo cae hasta su cintura. Pues sí que es grandote.
—¡Fuego de cobertura! —exclama, y sus hombres abren fuego contra ti mientras avanza.
Cuando quieres darte cuenta, blande su arma horizontalmente e intenta golpearte las costillas. Si recibes el golpe o lo bloqueas, comprobarás que la fuerza que lleva es muy superior a la que parece haberle imprimido. Tampoco se corresponde con la velocidad que llevaba el martillo. No sé, huele a gato encerrado. No el marine, que huele a colonia de señor mayor rancio. Por cierto, si has estado atento habrás podido comprobar que ha murmurado algo un instante antes de que el metal entre en contacto contigo.
Luka Rooney
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- Therax:
No te cuesta demasiado volver a desviar y esquivar las balas. Sin embargo… notas como algo te da en el ala. En un primer momento no pareces darte cuenta, es como si una pequeña piedrecita diminuta te tocase, pero después, una luz te llama la atención. Lo que quiera que sea esa luz, no deja de parpadear. Es roja y llamativa, y parpadea cada… ¿Segundo? Eso parece. Tiene el número 23489, y parece muy bien pegada, igual te cuesta bastante quitártela… Y quizá es un tiempo del que no dispones. Qué raro todo.
Tras tu onda cortante, los marines parecen dar un paso hacia atrás y prepararse para recibirla, y entonces, un humano salta, blandiendo su espada y desviando con maestría su trayectoria.
- Yo también puedo jugar a desviar cosas -comenta mientras desciende en el aire, de manera bastante elegante y mostrando una gran capa que deja caer al suelo-. Contraalmirante Benis, qué menos que saber el nombre de aquél que te hará pasarte el resto de tu vida entre rejas.
Los marines se crecen con la presencia del más alto cargo que traen. Gritan, aplauden e incluso algún tirador dispara al cielo lleno de júbilo. Pero entre tanta alegría, Benis tiene un plan. Su agilidad es envidiable, y en unas milésimas está a tu derecha, realizando un movimiento horizontal con su katana -del mismo tamaño que la tuya-, mientras con la mano izquierda, intenta clavarte una daga de unos quince o veinte centímetros de longitud en el vientre.
La puesta en escena del gyojin era increíble. Así lo había sido siempre, y así lo sería por el resto de sus días. Desde pequeño había llamado la atención con sus chascarrillos, sus burlas a los rivales y sus contundentes actos, y se había hecho con el tiempo en un experto en llamar la atención. Como con todo, aquello tenía sus partes positivas y negativas. Las positivas eran, sobre todo, lo popular que se volvía tras cada batalla, las risas con sus compañeros después de una, el ingenio que había ido ganando con el tiempo… Pero por el contrario, si después de burlarse ante un rival perdía, no solo dolía físicamente, sino también en el orgullo. Por no decir que era imposible que pasara desapercibido. Bueno, casi imposible. El habitante del mar aún recordaba la incursión en la despensa de Saq, en la Isla Gyojin, hacía ya diez años. No dejaron ni las estanterías, malvendidas en el mercado negro. Saq aún está buscando quién entró allí, se comió todo lo que había en la nevera y le robó cada utensilio de la despensa.
El gyojin volvió de sus pensamientos y observó el panorama, viendo cómo de fuerte había calado su show. Marines inexpertos con el miedo en los ojos, marines algo más experimentados con el pulso tembloroso, y los más imponentes, con el ceño fruncido y un semblante bastante serio. Al menos ahora los tomarían como lo que eran, grandes luchadores. Cuando el habitante del mar se decidió a ir cerca de Therax, algo le frenó. La voz de un marine que pedía fuego de cobertura.
A juzgar por su altura, sería o bien un semigigante o un humano demasiado alto, aunque no había mucho tiempo para conjeturas. Las balas se dirigían a él, y el gyojin solo pudo saltar y mantenerse en el aire dando grandes pasos, mientras observaba cómo su rival portaba un extraño martillo y se dirigía hacia él.
Su pulsera continuó ardiendo, y observó cómo Dorr, el cyborg-gyojin, empezó a disparar con un arma ubicada en cada uno de sus brazos, en dirección a los tiradores. Parecían ser balas especiales, aunque desde su posición no lo tenía nada claro.
No me vendrá mal una ayuda
Si Dorr se encargaba de aquél escollo, a él le bastaría con lidiar con el comodoro. Que por cierto, cargaba con su arma hacia sus costillas del tiburón. Por inercia, éste llevó las manos hasta el lugar, e intentó parar el golpe con ellas, pero por alguna razón, la fuerza del golpe parecía mucho mayor que en un principio.
El gyojin salió despedido en el aire, costándole un par de segundos estabilizarse y seguir caminando a través de él. A Luka le había parecido escuchar un susurro a la par que su rival le golpeaba, pero… ¿A qué se debía tanta fuerza? Algo olía mal. De un gesto relativamente normal, poco forzado, y sin mostrar evidentes síntomas de esfuerzo, el marine había logrado un golpe demoledor. El habitante del mar había pensado en frenarlo, o al menos intentarlo, con la única intención de probar sus fuerzas. Pero maldecía el momento en el que lo había hecho. El gyojin se tocó las manos, y después las costillas, intentando comprobar los daños que había causado el marine en él. De cualquier manera, utilizaría su agua sanadora a través de esas heridas, con la intención de curarlas cuanto antes. Y tras ello, se lanzaría raudo y veloz hacia él.
Aún portaba los cuatro brazos acuáticos tras haber salido con ellos del mar, y en ello se centraría su ofensiva. Una vez se encontrase enfrente de su rival, a unos diez metros, daría un fuerte impulso para situarse en el lateral derecho de él, realizando un anárquico combo de unos treinta o cuarenta golpes con todos los puños. Ni siquiera Luka sabía cuál iría después, y solo frenaría en el caso de que su rival intentase golpearle de nuevo con el martillo.
Si se lo quito le meo en la cara
- Cosas:
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
Tipos de curación:- Tipos de curación:
Los tipos de curación dependerán del tipo de daño recibido y su gravedad:- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Daño moderado: (Ej: Cortes más profundos, fisuras internas). La curación comprenderá un periodo de tiempo de entre unas horas a unos días (en función de la gravedad). La mejora es autoincremental.
- Daño grave (Ej: Amputaciones, huesos rotos, etc). En el caso de ser una amputación (un miembro entero, ya sea un dedo, una mano, etc), se sanarán los tejidos en pocos días, pero no habrá posibilidad de regenerar. Si por el contrario, es algún tipo de daño grave, sanará en función de su gravedad, siendo el mínimo tiempo un par de semanas (un hueso menor roto) a un máximo de cuatro meses (el cráneo roto, por ejemplo). Éste tipo de saneamiento va de más a menos, notando una pronta mejoría, pero al cual se “estanca” y avanza más lentamente que empieza.
De nivel 1 a 99, podrá emplear esta técnica con terceras personas, pero la sanación será a un nivel inferior (si es daño grave, se empleará cura como si fuera moderado), no sanando nunca por completo. A nivel 100 y posteriores, se empleará la cura tal y como lo haría para sí mismo.- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Carga pulsera: 2 turnos.
- Fōmu no sakusei-sha: Luka es capaz de formar una masa de agua de un máximo de diez metros cúbicos. Con ella puede crear formas que saldrán alrededor de cualquier parte de su cuerpo, siendo una extensión de éste. Por ejemplo, podría crear una esfera de agua para aprisionar a su rival, decidiendo si dejar la cabeza fuera o no. Para romper el agua, el ataque del usuario debe superar tres veces la resistencia de Luka.
Mejora: Durante su uso, el tiburón puede realizar un activable que duplique su fuerza en el siguiente golpe y aumentará su fuerza activa x2. - Tiempo de canalización: 0.2 segundos por métro cúbico que se cree, pudiendo llegar a un máximo de 10 metros cúbicos en 2 segundos.
- Duración Activable: 3 posts.
- Tiempo de reutilización activable: 3 posts.
- Gegenees: Luka utiliza su Fōmu no sakusei-sha, para crear cuatro brazos que salen del costado, quedando de manera paralela a los suyos y con unas dimensiones similares. Puede controlarlos a voluntad y, al igual que en la técnica previamente mencionada, cualquier usuario con tres tiers de fuerza más que Luka podrá romperlos sin problemas.
- Tiempo de canalización: 2 segundos.
- Duración: 3 posts o hasta que se rompan.
- Tiempo de reutilización: 2 posts..
- Tobu sakana: Gracias al karate Gyojin, Rooney es capaz de usar las partículas de agua de sus pies para golpear el aire, lo cual provoca que vaya saltando más alto, dando la apariencia de que puede volar.
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
- Luka:
- Las balas levantan el césped que hay donde tú te encontrabas. Mientras tanto, los gritos de los subordinados del rubio se elevan a los cielos en un intento de coordinarse. ¿Cuántos son? ¿Una veintena? A saber, aunque tampoco tienes mucho tiempo para pararte a contarlos. Dorr dispara, y sus balas explotan al entrar en contacto con la tierra que pisan los marines. Algunos logran apartarse, pero otros no tienen la misma suerte y vuelan por los aires. Entonces, dos parejas de ellos sacan unas armas similares a lanzamisiles. Un miembro de cada pareja sirve de apoyo para que el situado delante pueda apuntar. Sendas cadenas salen disparadas hacia Dorr, intentando atraparle.
Dejando eso a un lado, el melenudo mueve los labios y esta vez sí eres capaz de escuchar lo que dice. Es lo que tiene estar tan cerquita.
―Tekkai Kempo: Ein Tausend Tonnen Wand
Tus golpes se estrellan contra la superficie más dura y resistente que has encontrado jamás. No sé qué ocurrirá con tus brazos acuáticos, pero tus nudillos crujen de un modo poco halagüeño. Me parece que te has hecho bastante daño en las manos. Vuelve a agitar el martillo en dirección a ti. Lo hace de la misma manera que antes; puede que te esté midiendo. Eso, o que tiene muy poca imaginación. De nuevo, esta vez sí eres capaz de oír lo que susurra.
―Iron Smash.
El uniformado tomó la iniciativa, arrebatándole la atención al punto brillante que pitaba en el ala del contramaestre. No tenía muy claro qué era aquello, pero la posibilidad de que explotase o lanzase una descarga eléctrica estaba ahí. No tenía en mente comprobarlo, así que se concentró e hizo desaparecer las alas que adornaban su espalda. Tal vez, al evaporarse la superficie sobre la que se apoyaba, el dispositivo se despegase del cuerpo del domador.
Una corriente de viento ascendente atenuó la velocidad con la que caía desde las alturas, mas el de la capa continuaba avanzando a gran velocidad. Therax usó uno de sus sables para frenar el que buscaba lacerar su costado. El otro, por el contrario, protegió su vientre frente a la daga que amenazaba con atravesarlo a traición.
―Vas a necesitar mucho más que eso para atraparme ―gruño, intentando empujar los filos de su contrincante para ganar algo de espacio. Al mismo tiempo, una ráfaga de viento nació con fuerza, orientada hacia el vientre del contralmirante para reforzar el impulso que debía repelerle.
En caso de conseguirlo, volvería a hacer nacer sus alas y se lanzaría a toda velocidad contra él. Esperaba tener la ventaja en el aire, su elemento, así que realizó una ofensiva tan agresiva como ambiciosa. Encadenó la serie de cortes más larga y poderosa que se sintió capaz de realizar, buscando herir las extremidades de su rival mientras aún se encontraba en el aire.
Ocurriese lo que ocurriese, en caso de separarse trataría de deshacerse de cualquier posible asistencia que pudiese tener el marine. Una vez más, lanzaría sendas ondas cortantes orientadas hacia los subordinados a los que había defendido anteriormente. Siempre era más seguro combatir con alguien en un uno contra uno, en una situación que permitiese a ambos contendientes dedicar toda su atención y esfuerzo a lo verdaderamente importante: su oponente.
Por último, aletearía una única vez para ganar algo de altura. Se sentía cómodo allí, siempre lo había estado y se mantendría en esa posición mientras la situación se lo permitiese y lo considerase favorable para él.
Luka Rooney
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- Therax:
Cuando haces desaparecer tus alas, el extraño utensilio con luces desaparece, aunque sientes algo pinchándote en el brazo izquierdo, pero aunque te gires, no verás nada.
Una vez tu rival se encuentra cerca tuya, consigues parar sus acometidas con éxito, sin embargo, sientes que su siniestra es mucho más fuerte que la tuya, y parece retirarse él voluntariamente. Aunque todo ello lo sientes como una corazonada, no tienes ninguna base de que realmente sea así. Tu ráfaga le despide un par de metros hacia atrás, pero el marine parece tenerlo todo controlado.
Cuando decides lanzarte a por el contraalmirante, tus alas lucen un tanto diferentes, parecen sacados de otro animal, una especie de… ¿murciélago? Algo así. Aunque quizá no te des cuenta en el momento, y su funcionamiento parece responder como si nada. Ah, el objeto con luces sigue presente en el ala, ¿qué clase de tecnología lleva? Parece que aunque te transformes o destransformes, seguirá ahí.
Una vez llegas hasta la posición del marine, éste responde dándote una patada justo antes de que comiences tu combo. La patada impacta en tu costado, y te limitará los movimientos durante un par de minutos. “Gracias” a ello, tu primer movimiento crea un diminuto corte en el brazo del marine, que no llega al centímetro de profundidad, y el resto del combo de sablazos es evadido con evidente facilidad por el marine, que se mueve como si fuese una simple hoja de papel. Se nota que sabe lo que hace. Notas como cortas el aire en todo momento, aunque en algún movimiento te parece que has tocado carne.
Una vez os distanciais y justo antes de que lances las ondas cortantes, puedes ver alguna herida sin mucha profundidad en el marine, que ha decidido evadir sin usar sus espadas. Su razón tendrá.
Tus ondas cortantes salen disparadas hacia la zona de los marines, sin embargo, una de ellas es repelida por el marine, que la devuelve hacia tí con más fuerza, mientras que la otra impacta en la tierra, derribando a algunos de los agentes y creando una visible nube de polvo que aún no alcanza vuestra posición.
A la par que la onda llega hacia tí, el contraalmirante se posiciona en tu costado izquierdo, realizando un combo de diez movimentos fluidos -alternando ascendentes, horizontales y diagonales- con dos dagas. Parece no seguir un patrón claro en los movimientos, y el tercer, quinto y octavo movimiento terminan siendo los de recorrido más largos, que a su vez parecen ser los cebos para que el siguiente ataque sea más certero.
Da la sensación de que aunque el marine no está dándolo todo, está estudiando cada movimiento que haces.
A veces, y solo a veces, cuesta controlarse. Hay gente paciente, calmada, que suele controlar su ira con mano dura. Gente fría, de meditar las acciones antes de ejecutarlas, de pensar en el qué dirán, en las consecuencias de sus actos. Pero qué aburridos que son.
Luka era todo lo contrario, tenía un temperamento complicado, una inquietud al alza por todo aquello que le parecía mal, un semblante particularmente serio, y una ira que rara vez mantenía en su fuero interno. Y aquello le hacía enloquecer a veces. Y estaba al borde de ello. Miró con rabia al humano, y su semblante empezó a cambiar, luciendo sus ojos de un color rojizo, aquél que solía sacar cuando la ira le empezaba a controlar.
Su combo de golpes había dado contra una roca inquebrantable. De una dureza jamás vista antes, la defensa del marine había sido exitosa, y no solo eso, los nudillos del gyojin lucían raspados, con evidentes signos de haber chocado contra lo que no debían, y, además, un color rojizo comenzaba a rodearlos. Para continuar con las malas noticias, dos de los cuatro brazos acuáticos acabaron cayendo al suelo como si fuesen simples globos de agua.
El marine tenía conocimientos de rokushiki, o al menos había nombrado una técnica en su defensa. Por lo visto había usado algo similar al tekkai. Y vaya si era duro, aquella defensa había sido una de las más robustas que jamás había visto.
- Mierda -susurró el gyojin mientras miraba la batalla que se daba abajo-. Puto saco de mierda.
Dorr se las estaba apañando bien, o eso parecía. Sus balas explotaron cuando tocaron la tierra, y gracias a ello se llevó a unos cuantos marines por delante. Aunque otros fueron más habilidosos y continuaron abriendo fuego contra el gyojin robotizado. Curiosamente, dos de ellos con armas de gran tamaño, lanzaron una especie de cadenas que, a priori, intentarían atrapar Dorr. El tiburón no sabía que intentaría su compañero, pero su situación no era mucho mejor que la suya, por lo que de momento no podía ir en su auxilio.
Cuando Luka se quiso dar cuenta, el comodoro continuó con la ofensiva, y lo hizo exactamente igual que antes, aunque ahora, por fortuna, ya no pillaba por sorpresa al pirata, que, a la par que sentía cómo su pulsera quemaba, posicionó ambas manos cubiertas de haki en la dirección del impacto del arma a la par que controlaba las escamas cercanas de sus manos, haciéndolas crecer un par de centímetros y orientándolas en la dirección del golpe.
La idea en la cabeza del tiburón era emplear la máxima fuerza posible en dirección ascendente -la contraria al golpe del humano- para chocar sus manos con el martillo y, o bien lanzarlo por los aires, o bien romper cualquier posible defensa de su rival al alzar éste los brazos.
Si conseguía tener éxito, el habitante del mar emplearía un nuevo combo de veinte golpes en el cuerpo de su rival. Esperaba que el haki le ayudase a golpearle o a romperle algún hueso al menos. Si por alguna razón, la dureza seguía siendo superior a sus golpes, no terminaría el combo.
Si, por el contrario, el golpe de su rival era más fuerte que su defensa, se limitaría a cubrirse en una pose de boxeador, intentando ver los movimientos de su rival y anteponerse a ellos, aunque de momento parecía que el humano no le fuera a sorprender.
- Cosas:
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
Tipos de curación:- Tipos de curación:
Los tipos de curación dependerán del tipo de daño recibido y su gravedad:- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Daño moderado: (Ej: Cortes más profundos, fisuras internas). La curación comprenderá un periodo de tiempo de entre unas horas a unos días (en función de la gravedad). La mejora es autoincremental.
- Daño grave (Ej: Amputaciones, huesos rotos, etc). En el caso de ser una amputación (un miembro entero, ya sea un dedo, una mano, etc), se sanarán los tejidos en pocos días, pero no habrá posibilidad de regenerar. Si por el contrario, es algún tipo de daño grave, sanará en función de su gravedad, siendo el mínimo tiempo un par de semanas (un hueso menor roto) a un máximo de cuatro meses (el cráneo roto, por ejemplo). Éste tipo de saneamiento va de más a menos, notando una pronta mejoría, pero al cual se “estanca” y avanza más lentamente que empieza.
De nivel 1 a 99, podrá emplear esta técnica con terceras personas, pero la sanación será a un nivel inferior (si es daño grave, se empleará cura como si fuera moderado), no sanando nunca por completo. A nivel 100 y posteriores, se empleará la cura tal y como lo haría para sí mismo.- Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
- Carga pulsera: 3 turnos.
- Gegenees: Luka utiliza su Fōmu no sakusei-sha, para crear cuatro brazos que salen del costado, quedando de manera paralela a los suyos y con unas dimensiones similares. Puede controlarlos a voluntad y, al igual que en la técnica previamente mencionada, cualquier usuario con tres tiers de fuerza más que Luka podrá romperlos sin problemas.
- Tiempo de canalización: 2 segundos.
- Duración: 3 posts o hasta que se rompan.
- Tiempo de reutilización: 2 posts..
- Tobu sakana: Gracias al karate Gyojin, Rooney es capaz de usar las partículas de agua de sus pies para golpear el aire, lo cual provoca que vaya saltando más alto, dando la apariencia de que puede volar.
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Tabla bonificadores "resto:
Nivel 30: Tier 0 del resto
Nivel 60: Tier 1 del resto
Nivel 90: Tier 2 del resto
Nivel 120: Tier 3 del resto
Nivel 150: Tier 4 del resto
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Piel desgarradora: La piel de un tiburón es fascinante. Parece lisa y uniforme, pero vista de cerca, uno puede percartarse de lo áspera que es: está salpicada de millones de escamas en forma de dientes microscópicos superpuestos (dentículos). Luka ha perfeccionado estas escamas para “controlarlas”, de tal manera que puede incrementar ligeramente su tamaño para frenar cortes y golpes. Los dentículos tienen la dureza de la esmeralda y una tenacidad superior al acero.
De manera pasiva resistirá a golpes contundentes y ligeramente a los cortantes. Puede emplearse por un periodo de 3 turnos.- Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Tiempo de reutilización: 3 turnos.
- Watashi wa kiraidesu: Cuando Luka pelea contra un humano, su odio hace que genere más adrenalina, ganando un 300% de fuerza y resistencia.
- Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Duración: 2 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Agua revitalizante: (Segundo post) Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.
- Sardina:
- Dorr es atrapado y lanzado con violencia hacia el suelo. Es arrastrado varios metros por el mismo, levanto tierra y césped a partes iguales y dejando un surco que marca el camino que ha seguido. Una vez ahí, las cadenas se separan de su cuerpo y recorren a gran velocidad el camino de vuelta a los cañones que las han disparado.
NOTA: si lo usas para atacar manéjalo, no me seas.
Por tu parte, retrocedes algunos centímetros, pero tus talones están firmemente clavados en la tierra. El tipo golpea muy fuerte, de eso no hay duda. No obstante, su martillo termina por rebotar y, pese a que no lo suelta, la inercia crea una abertura en su costado que eres capaz de aprovechar.
Tus primeros puñetazos dan en el blanco y notas cómo algo cruje bajo su piel. Es un sonido muy desagradable, capaz de descomponer a quien no está habituado a escuchar y sentir cómo los huesos se rompen. No obstante, no tardas en comprobar que dejan de surtir el mismo efecto. Una película entre negra y violácea ha pasado a cubrir el lugar sobre el que inciden tus golpes. No te duelen los puños, pero compruebas que a él tampoco le dañan tus porrazos. Algo es algo, ¿no?
Sea como sea, el martillo viene de vuelta y pretende caer directamente sobre tu cabeza.
—Zehn Tonnen Iron Smash —dice calmadamente, como si no hubiese sufrido ningún daño. ¿Qué demonios le pasa a ese tío? Si decides bloquearlo, notarás que la potencia es mucho mayor que la del primer mazazo, tanto como para que tus pies se hundan varios centímetros y tus brazos se resientan —creo que lo lógico sería que fuesen las manos y los hombros, pero lo dejo a tu elección—.- Por si decides esquivarlo:
- El martillo se hunde con fuera en la tierra, creando algo así como una onda de choque que crea un cráter de un par de metros a su alrededor, más profundo en el centro. No contento con el resultado, el gigantón exclama algo que suena regular:
—¡Tribal Rythm! —Aporrea el suelo una y otra vez. El boquete del suelo se va ampliando —medio metro de profundidad con cada impacto—, las ondas de choque abarcan un radio cada vez más amplio —un metro y medio cada porrazo— y se hacen cada vez más fuertes —la segunda ya sería capaz de reducir a astillas un barco de medianas dimensiones—. Por cierto, le pega al pobre manglar cinco
veces seguidas a una velocidad impropia de él, y las ondas, si pudieras verlas, tienen forma de cúpula.
¿Qué demonios era aquello? Sus alas habían cambiado completamente. ¿Tendría algo que ver con la punzada que había notado? Podía ser, pero el dichoso chisme seguía en el mismo lugar y todo orientaba a que era el responsable de lo que había sucedido con sus extremidades. No obstante, y pese a percibirlas de un modo completamente diferente, parecían ser funcionales. Maldijo por lo bajo, observando el resultado de su acometida. No había salido como esperaba, pero el resultado tampoco había sido desastroso. No le quedaba otra que conformarse.
Varios marines auxiliares habían recibido su onda cortante, pero ¿dónde estaba la otra? Ah, ahí. Cruzó sendos sables frente a él, formando una cruz para frenar la onda que el contralmirante le había devuelto. La sorpresa causó que no pudiese hacerlo de forma óptima, por lo que se vio empujado por la misma y retrocedió algunos metros antes de que se disipase. No obstante, si pensaba que el oficial se quedaría conforme con eso, estaba muy equivocado.
Cuando quiso darse cuenta se había posicionado junto a él. Había cambiado de armas en algún momento y planeaba continuar con su ofensiva. No se veía capaz de interponer sus espadas a tiempo, así que decidió confiar en el hallazgo que había hecho anteriormente: plegó sus alas frente a él, colocándolas a modo de escudo entre las dagas del tipo y su cuerpo. Había funcionado en la gruta, de modo que las alas —tal y como hacían cuando adquiría su forma híbrida— se habían comportado como armas de filo. Si todo iban bien, debían volver a hacerlo.
En efecto, pudo notar cómo reaccionaban igual en aquella ocasión. Podía sentir los veloces cortes que intentaban herirle de muerte, pero no surtían el efecto deseado. Pese a ello, un lacerante dolor se extendió por la prolongación de su cuerpo como el fuego en un bosque. La sangré salpicó por encima de la barrera membranosa que le impedía distinguir claramente qué sucedía frente a él. ¿Acaso había fallado? No, era consciente de cuándo sus habilidades no se desarrollaban adecuadamente y en esa ocasión no había sido así. Por el contrario, todo era mérito de su contrincante.
—Tendré que tomármelo más en serio —musitó, haciendo que el viento girase con violencia en torno a su cuerpo y se consolidase alrededor del mismo.
Abrió sus alas con un violento movimiento. Éstas abarcaban varios metros, por lo que el marine se vería obligado a apartarse o defenderse de los cortes que éstas pudiesen hacerle. Hiciese lo que hiciese, tomaría una vez más la ofensiva. Trataría de atravesar su cuerpo con Byakko, mientras que emplearía a Yuki-onna para anticipar el movimiento que hiciese y trazar un corte oblicuo de toda la longitud posible. No satisfecho, liberaría toda su furia y se abalanzaría sobre el tipo, encadenando una nueva serie asesina de cortes. Mientras pudiese guardarse algún que otro as bajo la manga, lo haría.
Varios marines auxiliares habían recibido su onda cortante, pero ¿dónde estaba la otra? Ah, ahí. Cruzó sendos sables frente a él, formando una cruz para frenar la onda que el contralmirante le había devuelto. La sorpresa causó que no pudiese hacerlo de forma óptima, por lo que se vio empujado por la misma y retrocedió algunos metros antes de que se disipase. No obstante, si pensaba que el oficial se quedaría conforme con eso, estaba muy equivocado.
Cuando quiso darse cuenta se había posicionado junto a él. Había cambiado de armas en algún momento y planeaba continuar con su ofensiva. No se veía capaz de interponer sus espadas a tiempo, así que decidió confiar en el hallazgo que había hecho anteriormente: plegó sus alas frente a él, colocándolas a modo de escudo entre las dagas del tipo y su cuerpo. Había funcionado en la gruta, de modo que las alas —tal y como hacían cuando adquiría su forma híbrida— se habían comportado como armas de filo. Si todo iban bien, debían volver a hacerlo.
En efecto, pudo notar cómo reaccionaban igual en aquella ocasión. Podía sentir los veloces cortes que intentaban herirle de muerte, pero no surtían el efecto deseado. Pese a ello, un lacerante dolor se extendió por la prolongación de su cuerpo como el fuego en un bosque. La sangré salpicó por encima de la barrera membranosa que le impedía distinguir claramente qué sucedía frente a él. ¿Acaso había fallado? No, era consciente de cuándo sus habilidades no se desarrollaban adecuadamente y en esa ocasión no había sido así. Por el contrario, todo era mérito de su contrincante.
—Tendré que tomármelo más en serio —musitó, haciendo que el viento girase con violencia en torno a su cuerpo y se consolidase alrededor del mismo.
Abrió sus alas con un violento movimiento. Éstas abarcaban varios metros, por lo que el marine se vería obligado a apartarse o defenderse de los cortes que éstas pudiesen hacerle. Hiciese lo que hiciese, tomaría una vez más la ofensiva. Trataría de atravesar su cuerpo con Byakko, mientras que emplearía a Yuki-onna para anticipar el movimiento que hiciese y trazar un corte oblicuo de toda la longitud posible. No satisfecho, liberaría toda su furia y se abalanzaría sobre el tipo, encadenando una nueva serie asesina de cortes. Mientras pudiese guardarse algún que otro as bajo la manga, lo haría.
- Cosas usadas:
- Wind Armour: Therax es capaz de consolidar una violenta ráfaga de aire en torno a él. Ésta se adapta a su cuerpo sin dificultarle en absoluto la movilidad. El aire va a tanta velocidad en un espacio tan reducido que, a efectos de interacción, se comporta como una armadura sólida. Tendrá una dureza de 9 en la escala MOHS y la tenacidad del platino. Dos segundos de canalización.
Wind Blade:Descripción de la técnica: Therax consolida una violenta ráfaga de aire en torno a sus espadas, actuando como un segundo filo invisible pero perceptible al notar el viento. Esto tiene varias consecuencias sobre la hoja de sus espadas:- La longitud del eje mayor y menor del filo crece un 10%.
- El grosor del filo crece un 50%.
Por otro lado, el viento que envuelve sus sables aumenta la capacidad de corte de la espada debido a la velocidad que lleva. Esto se traduce en lo siguiente:- De forma pasiva, Therax es capaz de cortar cosas con 1 grado más en la escala MOHS de lo que puede hacer en condiciones normales.
- De forma activa, con dos posts de recarga, es capaz de cortar algo cuya dureza en la escala MOHS se encuentra 2 grados por encima de su capacidad normal.
Dos segundos de canalización para el componente activo, que no he empleado en este post.
Cólera de la manada: Una inmensa furia invade a Therax, provocando que el poder de destrucción y la velocidad de sus armas principales aumenten un +100% durante 2 posts, con una recarga de uso de otros 2. Dos segundos de canalización.
Transformación parcial: Therax es capaz de transformar parte de su cuerpo en la forma completa de su Akuma. En esta caso las alas. Es una de las mejoras que pretendo obtener en el rol; desarrollada en el interior de la cueva.
Esencia de acero - PU de nivel 50: en su forma híbrida, las alas de Therax son capaces de cortar y pueden ser empleadas como filos.Es la otra mejora que pretendo desarrollar, entrenada también en la cueva. Mi intención es mejorar el PU para que se haga extensible también a la forma completa y, en consecuencia, la transformación parcia. - La longitud del eje mayor y menor del filo crece un 10%.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Therax:
Extrañas tus alas, más que nada porque sientes que éstas no se mueven igual, no son tan robustas -aunque son más ágiles-, y parecen cortar diferente. Pero sigues manejándolas como si nada, como si fuesen las alas que acostumbras a tener, algo que te ayuda a defenderte de la ofensiva de tu rival.
El marine no tiene muy claro que estás haciendo, y quizá por ello no lleva su ofensiva al 100%, sin embargo, sus sables chocan y chocan contra tu defensa, aunque en alguno de todos los ataques consigue crearte un par de heridas de profundidad media. Notarás un pequeño escozor en el momento y cada vez que muevas las alas violentamente, pero nada preocupante por ahora.
Lo interesante viene después, cuando tus alas se despliegan crean una corriente de viento, el marine se desestabiliza durante un segundo, suficiente para recibir varios cortes de distintas gravedades en torno a su cuerpo. Sin embargo, para cuando lanzas tu ofensiva el marine ya está estabilizado y con las dos espadas de tamaño similar al tuyo, adopta una pose defensiva.
La violencia de tu acometida no deja opción al humano, que se defiende a duras penas, bloqueando parcialmente tu primer embiste a la par que retrocede, y recibiendo un corte en el segundo. Impulsándose sobre tus sables, se lanza hacia atrás esperando tu siguiente ataque, que llega casi instantáneamente.
Pero el marine no es tonto. Si ha llegado hasta su posición es por los méritos que él mismo se ha ganado. Y aún no ha mostrado todo su potencial, ni mucho menos. Su mirada te indica que tiene algo planeado, y justo cuando diriges tu sable con la siniestra y entra en contacto con el suyo, notas una gélida energía que va desde el arma hasta tu hombro, pasando por la mano, el antebrazo y especialmente el bíceps, en el cual notas una carga que limitará tus siguientes movimientos, al menos hasta que vuelvas a calentarlo. Tu siguiente ataque con la diestra consigue crearle un corte oblícuo en el abdómen de unos cuatro centímetros de profundidad, pero parece que para llegar hasta tí tenía que sacrificar una defensa. Observas cómo, justo antes de alcanzarle, se mueve hacia atrás, pero lo que en un principio parece un error de cálculo, pronto te darás cuenta que tiene poco de imprevisto.
Con un giro de cadera, el marine lanza un tajo ascendente en dirección a tu antebrazo derecho, que aún sigue tenso. El filo del arma lleva una película negruzca, y la velocidad del movimiento es sorprendente. Francamente, si te alcanza, podrás tener el honor de ser añadido en la asociación de mancos de One Piece.
Por cierto, tienes 0,3 segundos desde que el filo empieza a moverse hasta que toque tu brazo. Y una vida entera para lamentarte si no consigues una defensa exitosa.
El pobre Dorr no se esperaba que aquellas cadenas le alcanzaran, pero vaya si lo hicieron. Le agarraron y dispararon hacia atrás varios metros, creando un gran surco del recorrido que había hecho. De tener piel, tendría la mitad del cuerpo lleno de heridas y quemaduras, pero gracias a su coraza metálica, el cuerpo del ex-gyojin lucía arañado, aunque aún estaba en buen estado.
Afortunadamente para él, las cadenas se soltaron y se se dirigían hacia las armas de aquellos que habían disparado.
Pero Dorr no era esa clase de seres que huyen ante el peligro. Tenía que devolverle el favor a Luka, y si le ayudaba, estaría más cerca de ver a sus amigos, vivir aventuras, y por qué no, volver a su isla natal de nuevo.
Antes de que las cadenas estuviesen lejos, el cyborg usó los propulsores de sus pies para lanzarse hacia el frente, intentando agarrar con firmeza una de las cadenas. Si lo conseguía, esperaría hasta que las cadenas llegasen a su origen. Durante el proceso iría abriendo sus sables -que saldrían de sus brazos, y tendrían una longitud de metro y medio cada uno-, y una vez allí, empezaría a realizar tajos horizontales y verticales entre los marines cercanos.
En caso contrario, si no conseguía agarrar las cadenas, abriría fuego contra los marines mientras seguía propulsándose, centrándose principalmente en aquellos que portaban las cadenas. Usaría una munición distinta, que no crearía explosiones como en la primera ocasión, sino que estaba hecha de corindón, y tenía cinco centímetros de radio, por lo que crearía un boquete en todo aquello que acertase. Una vez estuviese en una distancia cercana a los marines, emplearía sus sables e intentaría abrir a cada uno de los allí presentes.
De cualquiera de las maneras, el cyborg activaría su protocolo de defensa 2, el cual endurecía el metal de su cuerpo hasta hacerlo casi invulnerable a las municiones más corrientes.
*****
Aquél martillo tenía algo especial. En la cabeza del tiburón no entraba que el marine pudiese imprimir tanta fuerza con recorridos tan cortos. Mientras que Luka había recorrido casi un metro en su golpe, el marine había hecho la mitad, y pese a ello, al gyojin le costó sangre y sudor superar la fuerza del humano. En el momento del impacto notó cómo su bíceps se hinchaba hasta casi reventar, y tras superarlo, notó un intenso espasmo en él. Pese a ello, no le costó demasiado clavar su combo en el marine, al que notó como al menos el primer golpe le costaba algún hueso. Aquél característico sonido despertaba los instintos más básicos del tiburón, al igual que hacía la sangre. El resto de golpes fueron chocando contra una robusta defensa de haki, por lo que el habitante del mar fue disminuyendo progresivamente la fuerza de sus golpes hasta acabar su combo. Y entonces, el marine volvió a emplear su martillo. El tío del martillo.
El gyojin veía cómo el arma intentaba clavarle en el suelo, e irremediablemente recordó aquellos días en la isla gyojin jugando al juego de “atrapa a la medusa de mar”, en el que una medusa salía de unos agujeros y tenías que darle con un martillo, algo más pequeño y manejable que el que portaba el hombre, pero un martillo a fin y al cabo.
Instintivamente, el gyojin se movió ágilmente con un gran juego de piernas, apareciendo cinco metros atrás, y observó cómo el humano clavaba el martillo en el suelo, creando un enorme boquete que, a su vez, despidió una onda de choque que hizo tambalearse al gyojin. Pero aquello no era nada en comparación con lo que se venía. A la par que el comodoro decía algo que el gyojin no llegaba a escuchar del todo, empezó a golpear a una gran velocidad el centro del boquete creado, causando unas ondas de choque que cada vez eran más fuertes y alcanzaban un mayor rango.
Luka volvió a realizar el mismo juego de pies, posicionándose al lado derecho de su rival, y agarrando tanto con los dos brazos acuáticos como los reales el mango del martillo, intentando evitar que diese algún golpe más.
Durante el desplazamiento las ondas de choque golpearon al gyojin, frenando su recorrido y haciéndole disminuir la velocidad. El habitante del mar intentó contrarrestarlas con golpes al aire con haki, intentando así abrirse camino, pero no tenía la certeza de haberlo conseguido, o haber disminuido lo suficiente la fuerza de éstas como para no recibir daños.
Una vez estuviese agarrando el martillo -de haberlo conseguido-, aprovecharía el arqueamiento en el cuerpo del marine -necesario para golpear el suelo- para imprimir un golpe con vibración en el rostro de su rival, sumado al control de sus escamas. Durante el proceso su pulsera vibraría con el golpe, llamando a su portador a emplearla en el combate. Ya faltaba menos para hacerla salir.
En caso de acertar en el golpe, continuaría su ofensiva golpeando las articulaciones superiores -centrándose sobre todo en los hombros-, sin retirar los brazos acuáticos del martillo, intentando así frenar una posible ofensiva o, como mínimo, saber cuándo ésta iba a ejecutarse sin la necesidad de mirar directamente.
- Cosas:
- Carga pulsera: 4 turnos.
- Gegenees: Luka utiliza su Fōmu no sakusei-sha, para crear cuatro brazos que salen del costado, quedando de manera paralela a los suyos y con unas dimensiones similares. Puede controlarlos a voluntad y, al igual que en la técnica previamente mencionada, cualquier usuario con tres tiers de fuerza más que Luka podrá romperlos sin problemas.
- Tiempo de canalización: 2 segundos.
- Duración: 3 posts o hasta que se rompan.
- Tiempo de reutilización: 2 posts..
- Brazos activos: 2
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Tabla bonificadores "resto:
Nivel 30: Tier 0 del resto
Nivel 60: Tier 1 del resto
Nivel 90: Tier 2 del resto
Nivel 120: Tier 3 del resto
Nivel 150: Tier 4 del resto
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Piel desgarradora: La piel de un tiburón es fascinante. Parece lisa y uniforme, pero vista de cerca, uno puede percartarse de lo áspera que es: está salpicada de millones de escamas en forma de dientes microscópicos superpuestos (dentículos). Luka ha perfeccionado estas escamas para “controlarlas”, de tal manera que puede incrementar ligeramente su tamaño para frenar cortes y golpes. Los dentículos tienen la dureza de la esmeralda y una tenacidad superior al acero.
De manera pasiva resistirá a golpes contundentes y ligeramente a los cortantes. Puede emplearse por un periodo de 3 turnos.- Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Tiempo de reutilización: 3 turnos.
- Posts usados: 2/3
- Golpes con vibración: Ayudándose del Gyojin Kárate y el control de sus fluidos, Luka es capaz de generar vibraciones de distintas potencias que son capaces de crear daños internos en el enemigo cuando un golpe impacta en éste.
- Watashi wa kiraidesu: Cuando Luka pelea contra un humano, su odio hace que genere más adrenalina, ganando un 300% de fuerza y resistencia.
- Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Duración: 2 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Post usados: 2/2 posts.
- Binshō-sei: Realizando un ágil movimiento de pies Luka puede moverse a velocidades extremadamente altas, siendo casi imperceptible para el ojo humano. La técnica puede emplearse durante un periodo de dos post y únicamente se puede usar una vez por combate. Luka gracias a esta técnica es capaz de llegar a los 17m/s.
- Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Duración: 2 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Post usados: 1/2 posts.
- Carga pulsera: 4 turnos.
- Luka:
- La estratagema de Dorr funciona a la perfección, pero los marines reaccionan a sus movimientos. Por un lado, uno de ellos no es capaz de moverse a tiempo y es triturado. No obstante, los demás consiguen saltar a tiempo y alejarse de tu compañero no-gyojin. Disparan una ráfaga contra él y, al comprobar que las balas rebotan sin aparente efecto, accionan un mecnaismo de sus armas antes de accionar los gatillos. Tres lenguas de fuego nacen de los cañones de las mismas, intentando envolver a Dorr en un tornado de fuego que dudo mucho que sea capaz de soportar sin ningún daño.
En cuanto a ti, es curioso, pero en esta ocasión no identificas esa resistencia colosal que se opone a tus golpes y permite que el comodor no se mueva del lugar que ocupa. Es como si no esperase tu golpe y no pudiera haber hecho lo que quiera que hace para ser tan estoico. En consecuencia, cuando le das el puñetazo lo mandas a volar. No literalmente, claro, porque sigue siendo un tipo muy grandote entrenado para recibir golpes como el tuyo, pero se aleja de ti varios metros antes de realizar un giro y recuperar la compostura.
Puedes alegrarte, porque has percibido con claridad un nuevo crujido. Cuando el de la melena vuelve a mirarte, contemplas que su mandíbula está desencajada. Sí, literalmente, le has luxado la mandíbula de un modo que resulta hasta gracioso. La agarra con su mano libre, la que no sostiene el martillo —se ve que le tiene mucho cariño, qué vamos a hacerle—, y la recoloca. Aun así, continúas apreciando cierta deformidad en la zona y puedes intuir que esa contusión va a necesitar cuidados importantes durante bastante tiempo.
Sin embargo, la adrenalina producto del enfrentamiento hace de este hecho algo secundario para tu oponente. Tu ofensiva continúa, pero antes de que alcances la posición del rubio, éste alza la voz y grita:
—¡Semei Kikan: Dry Modo! —una gran cantidad de vapor nace de su cuerpo y, cuando desaparece, encuentras que ha perdido la mayor parte de su volumen corporal—. ¡Heavy Barrier! —añade cuando empiezas a conectar golpes. El tipo interpone sus brazos, frenando tus impactos. No hay que ser demasiado inteligente para comprobar que su agilidad ha aumentado de repente de un modo que sería difícil imaginar. Pese a ello, comprobarás que la fotaleza que demuestra en esta ocasión es bastante menor, hecho que se refleja en una mueca de concentración y dolor.
Cuando quieres darte cuenta, La cabeza del martillo apunta hacia ti, pero no lo blande como si quisiera aplastarte o golpearte de lado, sino frontalmente.
—¡Heavy Cannon! —El significado está claro. El metal ni siquiera se acerca a ti, pero del movimiento surge una poderosísima onda de choque. Para que te hagas una idea, sería capaz de abrir un agujero en tres barcos de la Marina colocados uno tras el otro—. Parece que esto se pone interesante —sentencia, movilizando otra vez su mandíbula y haciendo gala de un acento cerrado con 'r' muy sonoras.
Pese a ello, cuando el extraño calambre recorrió su brazo, cerca estuvo de soltar a Byakko. ¿Qué demonios había hecho aquel tipo? Un entumecimiento excesivamente molesto se había apoderado de su extremidad, y era consciente de que emplear ese brazo en batalla próximamente podía conllevar más riesgos que beneficios. Sus ojos permanecían clavados en todo momento en los del vicealmirante y, entonces, lo vio.
Lo que estaba por acontecer se manifestó ante sus ojos con la mayor claridad posible. El refulgente filo de una de las armas del uniformado aproximándose a su brazo izquierdo. La hoja, pulcramente pulida y limpia, salpicada por la sangre que manaba de la herida recién causada. Su brazo izquierdo cayendo desde las alturas hasta caer sobre el suelo del manglar con un ruido sordo. La sangre brotando a borbotones del lugar que éste último siempre había ocupado. Incluso la sonrisa de triunfo de su oponente. Todo estaba allí, pero aún no había tenido lugar.
Intentó alejar el brazo que recibiría el corte, así como alejarse de su oponente para ganar algo de espacio y tiempo para recuperar la compostura. Pese a ello, y aunque el ataque del oficial no surtió el efecto deseado, alcanzó a realizar un corte que recorrió por completo la extremidad del contramaestre. Un surco rojizo, nacimiento de un río rojo que regó el césped instantes después, arrancó un grito de dolor al domador.
El corte tenía un aspecto cuanto menos peligroso. Creía poder seguir combatiendo a pesar de él, pues no parecía haber dañado ninguna estructura nerviosa y el sangrado podía ser asumible. Aun así, todo el tiempo que pudiera ganar era bien recibido. Enfundó a Byakko durante un instante, aprovechando que aquel brazo no sería demasiado útil en combate por el momento. La mano derecha comenzó a enfriarse hasta alcanzar una temperatura inusualmente baja para un humano, hecho tras el cual la colocó sobre la herida. El dolor fue mitigado casi al instante y, del mismo modo, la hemorragia se redujo considerablemente.
En los escasos segundos que duró el proceso, no despegó la vista de su adversario ni un mísero instante. Había estado a punto de perder una parte de su cuerpo, y en cierto modo eso le había aterrorizado. Tanto era así que tenía claro que había decidido poner toda su atención sobre aquel sujeto. Era peligroso, demasiado.
La armadura invisible que el viento formaba en torno a su cuerpo había sido destruida, pero la corriente de viento que la formaba no tardó en recuperar su recorrido normal y cerrar el hueco que había sido abierto. Therax respiraba profundamente, consciente de que necesitaba algo de tiempo antes de volver a hacer uso de sus dos sables.
—Acupuntura —musitó al tiempo que un denso vaho comenzaba a emanar de su cuerpo, coincidiendo con los movimientos respiratorios que ejecutaba su tórax. Fue condensándose para formar una ingente cantidad de agujas de hielo, las cuales quedaron suspendidas en el aire. Un movimiento hacia delante con Yuki-onna fue suficiente. Doscientos virotes de veinte centímetros de largo y uno de grosor volaron a toda velocidad hacia su objetivo. Cada uno de ellos iba impulsado por una iracunda ráfaga de viento, la cual les proporcionaba una velocidad digna de ser contemplada.
Tras realizar un movimiento circular con el sable que aún permanecía desenvainado, el resto de agujas se dispusieron en varias esferas concéntricas, dando lugar a una estructura que recordaba a las púas de un erizo.
- Cosas usadas:
- Yuki-onna: cinco turnos de carga (si no he contado mal).
Haki de observación - Tier 9: podría prever los golpes de su oponente a hasta trescientos metros de distancia. Podría evaluar con relativa facilidad el nivel de combate de un oponente (un posible error de diez niveles). Tier 8: podría prever los ataques de una persona con una antelación de hasta cinco segundos, o hasta siete personas con dos segundos de antelación. Podría forzar esta habilidad para duplicar la cantidad de gente, pero reduciría su previsión a un segundo.
Acupuntura: Therax es capaz de materializar energía para crear agujas de hielo de 20 cm de largo y 1 cm de grosor (500 agujas). Durante 2 turnos, es capaz de controlar las agujas a su antojo, pudiendo (por ejemplo) lanzarlas a su oponente o colocarlas a su alrededor en modo defensivo. Las agujas que materialice durarán 2 turnos, con una recarga de uso de otros 2.
Wind Armour
Wind Blade
Propulsión selectiva: Therax es capaz de generar una infinidad de corrientes de aire, cada una de ellas del tamaño que más le convenga, y dotar a cada una de la dirección que elija. La velocidad de dichas corrientes irá en función de la tabla y, al ir tan rápido lo que sea que es propulsado por ellas, no podrá modificar su trayectoria.
Gale's Spirit: Therax es capaz de duplicar la velocidad que las corrientes de viento que genera alcanzan por tabla (compensa la penalización por no estar en forma completa).
Akuma - Nivel 90: las corrientes de viento que genera alcanzan los 200 km/h y tiene un radio de influencia de 1000 metros.
Creo que no me dejo nada.
Luka Rooney
Fama
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
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Agudeza
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Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Therax:
Parece que tu haki te ha salvado el brazo, aunque lo que no ha salvado es la cara de incredulidad del marine. Te mira y, pese a haberte realizado un corte más que aceptable, parece enfadado. Parece bastante enfadado.
Parece estar trazando un plan en su mente mientras te curas. Adopta una pose ofensiva, pero pronto cambia a una defensiva al ver que te estás moviendo. Observa, en silencio, todo lo que está ocurriendo y su gesto no cambia en ningún momento. Sin duda está concentrado.
Cuando decides lanzar todas las agujas hacia tu rival, éste salta ágilmente hacia el frente, y utiliza sus espadas para abrirse paso. Oyes los sables chocar contra las estacas, y algún que otro ruido procedente del marine. Puede que sea una queja, o quizá un síntoma del esfuerzo. Lo único que tienes claro es que dos ondas de choque se dirigen hacia tí, una es vertical y la otra horizontal, formando una bonita cruz.
Hagas lo que hagas, verás que tu rival tiene unas quince agujas clavadas en el cuerpo. Algunas apenas han ahondado un centímetro de piel, mientras que de otras nacen ríos de sangre de distintas intensidades.
Tu rival aguarda tu siguiente ofensiva.
El habitante del mar se esforzó como nunca en realizar cada golpe que intentó. Algunos acabaron con ese característico sonido de hueso roto, y otros con el de un puño chocando contra un robusto muro. De cualquier manera, tras varios intentos, el gyojin observó la bonita pincelada que había dejado visible en aquél humano. Su mandíbula estaba poco menos que torcida, y aquello a punto estuvo de provocar una carcajada en el pirata.
Pero no había tiempo. Su siguiente movimiento desató una gran preocupación en Luka. Lo más rápido que pudo, desplazó las partículas de agua de su cuerpo estratégicamente a cada extremidad, y tras ello cubrió su cuerpo al completo de haki, algo que sin duda frenaría parte del impacto de su rival. Todo esto, sumado a su piel desgarradora, formaría su defensa. Aunque el impacto del golpe probablemente le llevaría a volar varios metros, esperaba que fuese suficiente para poder seguir luchando contra su rival.
Su pulsera continuaba ardiendo con fuerza, y en función de cómo saliese su defensa, haría una cosa u otra. Lo que tenía claro era que la fuerza de un marine como aquél era demasiado parecida a la suya. Tenía, sin duda, que esforzarse al máximo y, si conseguía vencer, entrenar y entrenar hasta lograr superarse. Solo ahí estaba la clave del éxito.
- Cosas:
- Carga pulsera: 5 turnos.
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Tabla bonificadores "resto:
Nivel 30: Tier 0 del resto
Nivel 60: Tier 1 del resto
Nivel 90: Tier 2 del resto
Nivel 120: Tier 3 del resto
Nivel 150: Tier 4 del resto
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Piel desgarradora: La piel de un tiburón es fascinante. Parece lisa y uniforme, pero vista de cerca, uno puede percartarse de lo áspera que es: está salpicada de millones de escamas en forma de dientes microscópicos superpuestos (dentículos). Luka ha perfeccionado estas escamas para “controlarlas”, de tal manera que puede incrementar ligeramente su tamaño para frenar cortes y golpes. Los dentículos tienen la dureza de la esmeralda y una tenacidad superior al acero.
De manera pasiva resistirá a golpes contundentes y ligeramente a los cortantes. Puede emplearse por un periodo de 3 turnos. - Tiempo de canalización: 1 segundo.
- Tiempo de reutilización: 3 turnos.
- Posts usados: 3/3
- Kōgi no seishin: Debido a la perfección del Gyojin Karate, Rooney es capaz de recubrir partes su cuerpo de agua y potenciar su fuerza y resistencia hasta un 350%. El esfuerzo en realizar la técnica hará que ésta pueda ser usada durante poco tiempo.
- Tiempo de canalización: 0.5 segundos.
- Duración: 1/3 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Carga pulsera: 5 turnos.
- Luka:
- Eres arrastrado varios metros, siendo lanzado al mar en algo que seguramente considerarás un arrebato de suerte. Por fortuna nada ha detenido tu trayectoria, porque haberte dado de bruces con una roca o uno de los gruesos troncos de los manglares podrías haber resultado fatal.
Cuando salgas del mar comprobarás que tu amigo te está esperando. El martillo parece ahora mucho más grande en sus manos, pero lo blande con la misma facilidad pasmosa que antes. Parece estar escrutando la superficie de las olas en busca de algún indicio que revele tu posición, y cuando sales no se demora ni un segundo en continuar con lo que teníais entre manos.
—¡Ein Hundert Tonnen Shock! —exclama al tiempo que... Un momento, sí, está dando martillazos al aire. Detiene su arma bruscamente en pleno movimiento, produciéndose un sonido similar al que escucharías si estuviese golpeando un tambor. En lo que a ti respecta. verás que cinco ondas de choque de un metro de diámetro avanzan hacia ti con intenciones poco amistosas.
En cuanto a Dorr, ha sido cazado y parcialmente achicharrado. Tras un par de segundos acierta a apartarse de los lanzallamas. Dejando a un lado el color ennegrecido del metal que recubre lo que quede de su cuerpo, comprobarás que el aceite chorrea por diferentes puntos de su estructura. Los matines vuelven a apuntar en dirección a él, accionando un mecanismo que a saber qué sorpresas le depara.
No estaba a tiempo de contrarrestar las ondas con otras generadas por él mismo. Del mismo modo, su brazo dañado no se encontraba en condiciones de seguir prestando servicio en la batalla, así que cruzó a Yuki-onna frente a él y se preparó para lo peor. Las ondas de choque lanzadas por el vicealmirante hicieron diana, lanzándole hacia atrás y provocando que se estrellase con violencia contra el suelo. Creyó notar cómo todo dentro de él crujía, cómo hasta el más diminuto de sus huesos se lamentaba por el golpe recibido.
Pero no era momento de detenerse ni situación para plantearse si debía seguir luchando o, por el contrario, era preferible hacer uso de la más noble tradición pirata y huir. Además, dudaba profundamente que Luka se mostrase dispuesto a irse de allí sin más tras intercambiar golpes de semejante modo con el rubio de la melena. ¿¡A quién quería engañar!? Él tampoco estaba dispuesto a marcharse con el rabo entre las piernas.
La nube de tierra y polvo aún no había desaparecido del todo, pero pronto fue disipada por tres ondas cortantes lanzadas por el espadachín. Su brazo herido colgaba a un lado, sangrando mínimamente y recordándole al resto de su cuerpo que seguía allí con periódicas señales dolorosas. Sin esperar a comprobar qué sucedía con sus ondas cortantes, se irguió y se lanzó al ataque. Una feroz ráfaga de viento acompañó su movimiento, proporcionándole una velocidad mucho mayor de la que habría alcanzado en otras circunstancias.
En caso de alcanzar la posición del oficial, encadenaría una nueva serie de cortes destinados a profundizar aún más en las heridas causadas por las agujas que había recibido hacía apenas unos instantes.
- Cosas:
- Wind Armour y Wind Blade.
Filo distante: durante 2 turnos las ondas que lance adquirirán un poder de destrucción de +300% con una recarga de uso de otros 3 posts.
Lluvia afilada: durante 2 turnos, las ondas cortantes que lanza Therax viajan a una velocidad de 20 m/s. Necesita otros 2 turnos para volver a emplear esta técnica.
Akuma - Nivel 90: es capaz de propulsarse a mayor velocidad, alcanzando 125 km/h (nivel 70).
Fearless: Therax se ha ido encontrando cada vez más cómodo en los cielos, dejando a un lado la desconfianza que le inspiran las alturas cuando se encuentra en forma híbrida o completa. Esto se ha traducido en que es capaz de alcanzar las velocidades descritas en la tabla en condiciones normales, mientras que cuando se impulsa mediante sus corrientes de viento es capaz de alcanzar el doble.
Luka Rooney
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- Therax:
Tu rival, manteniendo la pose defensiva de hace unos segundos, repele con suma facilidad las ondas cortantes, sin embargo, parece no esperarse que, casi al momento, estés a su lado. Tu primer y segundo corte dan de lleno, ahondando el primero en una herida ya causada y creando un corte de unos veinte centímetros de longitud y diez de profundidad, mientras que el segundo toca otra herida de pasada, creando un nuevo corte de una magnitud similar al anterior. Con un movimiento demasiado brusco, el marine intercepta tu tercer corte, bloqueándolo con fuerza, mientras que el siguiente intenta hacer lo mismo. Lamentablemente para él, no sujeta con demasiada efusividad el arma, lo que provoca que ésta caiga al suelo, quedándose con una única arma en la diestra.
Tu siguiente impacto vuelve a tocar el frío acero del marine, sin embargo, esta vez vuelve a surgir esa maldita chispa de su filo, que hace que tu brazo haga un movimiento totalmente adverso al primero -que sale repelido, vamos-, momento que el marine usa para dar un paso hacia atrás, sacar tres dagas de su chaqueta y lanzártelas simultáneamente con la siniestra. Una va a tu estómago, mientras que las otras dos van dirigidas a cada uno de tus hombros. Además, imita tu movimiento anterior y se lanza hacia tí. Su intención es realizar una serie de cortes un tanto aleatorios. El cuarto generará un impacto de 100 voltios.
Dorr fracasa en sus diversos intentos por acabar con sus rivales, y en el momento en el que es cazado por sus rivales, observa cómo el fuego ha derretido la ya mermada parte metalica de su cuerpo, dejándole zonas ennegrecidas y agujeros por los que el aceite cae. Sonríe, sin saber muy bien por qué. Y alza la vista, observando a ambos lados, fijándose en sus rivales, y creyendo que puede haber salida aún.
Alza las palmas de sus manos y apunta a los que mantienen los lanzallamas. En un primer instante las balas salen sin problema, pero tras haber salido cinco por cada brazo, algo parece haberse quedado atascado. Parece que Dorr se las deberá ingeniar sin sus sistema de armas de fuego. Tras ello, se moverá hacia sus enemigos -a una velocidad mucho más lenta de la que había hecho gala antes-, y en caso de que las balas no les alcanzase, intentaría usar su brazo-espada derecho, ya que el izquierdo parece no funcionar tampoco.
---
El gyojin recibió de lleno el impacto, desplazándolo hasta estar sumergido en el agua, allá donde aguardaban sus hermanos, y una vez allí, pudo pensar con claridad. ¿Qué diablos era aquél martillo? ¿Por qué imprimía tal fuerza a los golpes del marine? Sin duda debería tener algún mecanismo en su interior, algo que hiciese que su fuerza se multiplicase. ¿Una especie de dial? Podría valer, pero de cualquier manera, debía encontrar el modo de vencer a aquella máquina, ya que su dueño parecía no suponer una amenaza de tal envergadura como su arma.
Consciente de todo lo que suponía, el habitante del mar salió del agua con sus relucientes brazos acuáticos en perfectas condiciones. Tuvo suerte de no haber chocado con ningún obstáculo, y mucha más de caer en el mar, ahora su cuerpo rebosaba agua por cada rincón, y aquello no le hacía sino más fuerte.
Cuando observó el panorama, se dió cuenta de que su rival no había perdido su rastro ni un segundo. Se encontraba haciendo otra de esas cosas que tanto le gustaban; dar golpes a algo sin sentido. En esta ocasión tocó el aire, y tras un último golpe que produjo un extraño sonido, una serie de ondas de choque se dirigieron hacia él.
Cubriendo su cuerpo de haki -por lo que pudiera pasar-, el gyojin chocó sus puños, tanto los reales como los acuáticos, y tras ello, liberó seis ondas de choque, una por brazo, en dirección a las que había generado el marine.
Si las suyas eran igual de poderosas o más que las de su rival -y por ende no las recibía-, correría hacia la posición del marine, e intentaría propinarle un combo de quince golpes, alternando brazos acuáticos y reales lo más aleatoriamente posible. Todo ello combinando con el haki que anteriormente había usado para defenderse.
Si conseguía acercarse tendría el combate prácticamente ganado. O eso le decía su plan, ideado en su mejor medio; el agua.
- Cosas:
- Carga pulsera: 5 turnos.
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Tabla bonificadores "resto:
Nivel 30: Tier 0 del resto
Nivel 60: Tier 1 del resto
Nivel 90: Tier 2 del resto
Nivel 120: Tier 3 del resto
Nivel 150: Tier 4 del resto
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Kōgi no seishin: Debido a la perfección del Gyojin Karate, Rooney es capaz de recubrir partes su cuerpo de agua y potenciar su fuerza y resistencia hasta un 350%. El esfuerzo en realizar la técnica hará que ésta pueda ser usada durante poco tiempo.
- Tiempo de canalización: 0.5 segundos.
- Duración: 2/3 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Gegenees: Luka utiliza su Fōmu no sakusei-sha, para crear cuatro brazos que salen del costado, quedando de manera paralela a los suyos y con unas dimensiones similares. Puede controlarlos a voluntad y, al igual que en la técnica previamente mencionada, cualquier usuario con tres tiers de fuerza más que Luka podrá romperlos sin problemas.
- Tiempo de canalización: 2 segundos.
- Duración: 3 posts o hasta que se rompan.
- Tiempo de reutilización: 2 posts..
- Carga pulsera: 5 turnos.
- Luka:
- Varios de los disparos hacen diana. Los supervivientes, al ver que los brazos de Dorr se encasquillan, sonríen en una señal de satisfacción. Lo tienen hecho, y por eso no esperan que el trozo de chatarra que están destrozando poco a poco no se dé por vencido. Uno de ellos es atravesado por su afilada extremidad, mientras que el único que queda consigue hacerse a un lado.
Arroja su arma de fuego y desenvaina una extraña espada, la cual tiene un filo repleto de dientes de sierra. Acciona un botón y estos comienzan a moverse como si de una motosierra se tratase, lanzándose hacia Dorr un instante después. Realiza un corte vertical con el que pretende incrustar su espada en lo que sería su cabeza.[***
Luka, las ondas de ambos chocan y estallan con una intensidad que agrieta el suelo bajo ellas. Tomas la iniciativa, pero ttu amigo te espera con el martillo en ristre.
-¡Ein Tousand Tonnen Hammer! -exclama, interponiendo el martillo entre ambos al tiempo que deja que su mango repose en el suelo. Éste abre un agujero de proporciones exageradas, tango que por un momento crees que os podéis precipitar hacia el centro de la tierra, pero finalmente queda fijo.
Muchos de tus puñetazos chocan con la superficie metálica del arma de tu oponente, y esos golpes te duelen. De hecho, lo más probable es que si tus brazos acuáticos son los que han impactado en él, estos se rompan. Dejando eso a un lado, el resto de tus intentos por pegarle surten efecto. No consigues derrumbarle, porque está firmemente agarrado al martillo que se ha erigido como pilar inamovible. A pesar de ello, tiene la cara visiblemente amoratada y sangra por múltiples lugares. Casi te parece ver cómo se tambalea durante un instante. ¿Acaso está comenzando a flaquear? Quién sabe. La cuestión es que, tras ese lapsus, muestra su dentadura ensangrentada en algo que pretende imitar una sonrisa.
-Echo... Noise -murmura, golpeando la cabeza del martillo con su mano libre. Éste vibra antes de que, frente a tus ojos, una onda expansiva nazca a gran velocidad. Si consigues zafarte o salir vivo, comprobarás que se tambalea una vez más, y esta vez no cabe lugar a dudas.
No obstante, una de las dagas logró hacer diana en el hombro del brazo sangrante, mientras que la otra laceró el sano y le arrancó un grito de dolor que resonó en todo el manglar. La furia hervía en su interior, tanto que chispas azuladas comenzaron a nacer en torno a su cuerpo y sus armas. Se aseguraría de aquellas descargas no le volviesen a jugar una mala pasada.
Pese a todo, sus ojos no se separaban del uniformado que tanto daño le estaba haciendo. Tal vez en aquella ocasión fuese Luka el encargado de curarle a él y no al revés... porque pensaba salir vivo de allí. Se negaba a morir en una situación como aquélla. Por eso, cuando su oponente se lanzó a por él estaba preparado. Usó su brazo sano para detener los dos primeros cortes, pero el tercero consiguió causarle un corte en el pecho. La sangre manchó su rostro justo cuando se disponía a interceptar el cuarto, y pudo notar cómo la electricidad, aunque mitigada, recorría su cuerpo.
Jadeando, sonrió con toda la sinceridad y calma que fue capaz de reunir. Apenas tendría un instante, así que debía hacer buen uso de él. Su cuerpo al completo comenzó a brillar mientras que él, con un sutil movimiento, envainaba su sable para desenfundar a Hi no Tamashiii. La luz se disipó en forma de ondas cortantes circulares que nacieron de su cuerpo a apenas unos centímetros del marine.
Pero su herida volvía a sangrar. Esperando que su maniobra le diese algo de tiempo, activó la función cauterizador de su tantō y la recorrió en toda su longitud. El dolor mordía cada fibra de su ser, pero no se movió ni un ápice hasta que estuvo seguro de que, aunque no pudiese emplear la extremidad en combate por el momento, ésta no le provocaría la muerte.
Con Yuki-onna de nuevo firmemente asida, volvió a la carga. Recorrió a toda velocidad la distancia que le separaba de su oponente y, con toda la velocidad que fue capaz de imprimir, trazó media docena de cortes destinados a inutilizar sus extremidades. El último de ellos fue sucedido por una estocada que, de no ser detenida o evitada, atravesaría por completo su abdomen.
- Cosas:
- Las cosillas pasivas y permanente de post anteriores y esto:
Sharp Pulse: el cuerpo de Therax comienza a brillar con gran intensidad, naciendo de él varias ondas cortantes de 360º (a la altura de tobillos, rodillas, cintura, diafragma, hombros, cuello y nariz). Dichas ondas se expanden en un radio de 12 metros, teniendo las características de las ondas del espadachín en ese momento (influenciadas por PUs y técnicas activas). No podrá volver a emplear esta técnica hasta que transcurran dos turnos de recarga.
Sparks Cutter: del cuerpo de Therax nace un sinfín de chispas de color azulado, las cuales pueden crecer hasta alcanzar el tamaño de pequeños rayos a su voluntad. Estos rayos pueden abarcar un área de un metro como máximo y no tienen utilidad ofensiva.
No obstante, son capaces de anular o disminuir los efectos de determinadas técnicas eléctricas:- Efectos menores (entumecimientos leves principalmente): siempre y cuando la técnica en cuestión no sea capaz de pasar de ese entumecimiento leve, Therax es capaz de no verse afectado por este efecto.
- Efectos intermedios (adormecimientos o entumecimientos acumulativos, por ejemplo): una única vez, Therax puede asumir un adormecimiento como un entumecimiento leve. Del mismo modo, en caso de que contactos repetidos creen un efecto acumulativo, es capaz de ignorar el primer contacto (aumenta en uno el número de contactos necesarios para conseguir los efectos deseados).
- Efectos graves (técnicas potentes en general): esta habilidad no constituye ninguna defensa útil ni real frente a este tipo de ofensivas.
Forro estático: las chispas adquieren una capacidad destructiva mayor, pasando a proporcionar un +200% de poder de destrucción durante 2 turnos. Necesita 3 posts de recarga para volver a ser empleado en su forma activa. - Efectos menores (entumecimientos leves principalmente): siempre y cuando la técnica en cuestión no sea capaz de pasar de ese entumecimiento leve, Therax es capaz de no verse afectado por este efecto.
Luka Rooney
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Intelecto
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- Therax:
Notas cómo tu rival tiene las pulsaciones muy altas, sobre esforzándose y llevándoos tanto a tí como a él mismo al límite.
Tras su ofensiva, tienes un instante para mirar el corte del pecho. Fráncamente es bastante feo, pero parece que no ha perforado tanto como pudieras creer en un momento. Igualmente, la sangre no deja de salir, y no tendrás mucho tiempo para acabar el combate antes de necesitar atención médica.
Tus ondas, por su parte, se dirigen al marine, que parece no esperarse una respuesta tan rápida. Las dos primeras son detenidas con alguna dificultad, la tercera le roza el hombro derecho, y la quinta… La quinta da de lleno en codo izquierdo, cortando dicho brazo de manera limpia. Su grito es escuchado en los alrededores, y tras ello, no puede evitar caer al suelo, hincando una rodilla un breve instante, lo cual le hace evadir, casi sin querer, la sexta onda.
Una vez reincorporado, adopta una posición defensiva para frenar tu última acometida. Tan de cerca, verás cómo su rostro denota un esfuerzo casi inhumano, y tras unos segundos forcejeando, saca fuerzas de donde parece no haberlas para desplazar tu katana hacia el suelo, evitando el último golpe. Observarás que parece darte una patada, sin embargo, no te hace falta moverte evadirla, ya que parece haberse quedado corto.
Se impulsa hacia atrás y agarra firmemente la katana. No habla, no te mira y no parece hacer nada destacable. Pero entonces, notas una gran energía. Sus músculos se tensan, su katana empieza a soltar chispas por cada rincón de su filo, y su mirada ha cambiado totalmente a una más determinante. Suspira y se lanza contra tí, en lo que parece ser su último intento por lograr vencerte.
Su agilidad parece haber incrementado bastante, y realizará únicamente dos movimientos, uno ascendente en diagonal que llegará desde tu cintura a tu hombro, y uno horizontal que acabaría por cortarte el cuello.
Por cierto, es posible que si tus katanas chocan con la suya notes una ingente cantidad de energía en ellas. Puede que incluso te despidan con brutal fuerza.
Dorr, consciente de que está en las últimas, sonríe ante sus últimos movimientos. Parece que solo le queda un rival más, y aunque su estado es lamentable, mejor eso que caer derrotado. Observa cómo su rival activa el botón, y aprovecha ese tiempo para darse un par de golpes en las muñecas, cayendo dos artilugios al suelo. Parece que son las boquillas de los sistemas de fuego.
Pero antes de probar si era lo que atascaba el problema, su rival se abalanza sobre él, intentando realizar un corte con la espada mecánica sobre su cabeza. Dorr alza la diestra para interceptar el golpe, tras ello, posiciona su siniestra para hacer fuerza y frenar el golpe de su rival. Pese a ello, acaba saliendo disparado un par de metros, dándose un gran golpe contra el suelo y notando cómo su cuerpo se ha vuelto a abollar. Su brazo-espada ha sido parcialmente dañado por la sierra de su rival, y ya le quedan pocas opciones.
Apunta con los brazos y dispara. Las balas salen, sin embargo, no van dirigidas allá donde apunta. Vaya. Corre hacia su rival sin dejar de mover los brazos y disparar, intentando así que alguna bala de en su adversario. Durante el camino, cesa los disparos para activar un botón de su brazo derecho, el cual crea una llama que se extiende a toda la espada. Una vez llega a la posición de su rival, intenta desviar la espada mecánica con la siniestra -arriesgándose a perder el brazo- y tras ello, intenta realizar un corte en diagonal sobre el cuerpo de su rival con la diestra.
***
En un combate, hay innumerables virtudes y defectos. Vicios, maneras de combatir, y diversos factores que hacen declinar la balanza de un lado a otro en cuestión de segundos. El gyojin estaba seguro que en el gobierno, estudiaban los movimientos de los piratas más famosos antes de cazarlos, y aquello solía acabar con enfrentamientos directos entre formas de combatir similares o, a veces, totalmente contrapuestas. Algún estudio diría que era la forma más eficaz de combatir contra el pirata, o en otras ocasiones, eran simples coincidencias.
Justo después de que el marine crease un foso de proporciones inimaginables que llevasen a pensar en la muerte a Luka, el pirata, aún dolorido por los golpes de batalla, empleó su típica cabezonería en golpear tanto el arma como el cuerpo de su rival, y aquello le llevó a perder todos sus brazos acuáticos en el intento, además de notar un fuerte dolor en los puños.
Instintivamente, movilizó las partículas de agua a las zonas afectadas, y empezó a utilizar su agua revitalizante, intentando sanar aquellas zonas más afectadas. Pero el combate seguía su rumbo, y parecía que era el que el marine ponía, que mostrando una sonrisa, volvió a musitar algo que el gyojin no entendío, pero que dejaba ver que algún ataque iba a salir de aquél martillo.
El tiburón adoptó una pose ofensiva mientras escuchaba las palabras del humano, e inclinando las rodillas y ladeando la cadera, esperó hasta el momento en el que el martillo vibró para realizar su golpe maestro. La madre de todas las ondas de choque.
Su pulsera empezó a arder, y una onda de ciento cinco metros de diámetro salió de su puño, en dirección al hombre y su martillo. Fruto de la inercia del golpe, el habitante del mar salió despedido varios metros hacia atrás, golpeándose con todo aquello que encontraba a su paso.
- Cosas:
- Carga pulsera: 5 turnos. (USADA)
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.
- Bonificadores:
- Actuales: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Tabla bonificadores "resto:
Nivel 30: Tier 0 del resto
Nivel 60: Tier 1 del resto
Nivel 90: Tier 2 del resto
Nivel 120: Tier 3 del resto
Nivel 150: Tier 4 del resto
- Bonificadores pasivos:
- Fuerza x10
Resistencia x4
- Kōgi no seishin: Debido a la perfección del Gyojin Karate, Rooney es capaz de recubrir partes su cuerpo de agua y potenciar su fuerza y resistencia hasta un 350%. El esfuerzo en realizar la técnica hará que ésta pueda ser usada durante poco tiempo.
- Tiempo de canalización: 0.5 segundos.
- Duración: 3/3 posts.
- Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Onda de choque:
Luka tiene la capacidad de conservar la energía y enviarla a cualquier parte de su cuerpo con la cual pueda llegar a golpear, consiguiendo así provocar ondas de energía destructiva que amplifican tanto la potencia como efectividad de sus golpes. Además, es capaz de moldear la onda para darle una forma en concreto, algo que es totalmente escénico.
La potencia de los golpes de Luka podrán causar una onda destructiva de hasta 15 metros de radio.
A esto se le ha de añadir la pulsera: 700% de potencia y tamaño en la siguiente onda de choque.
- Agua revitalizante:
Su dominio del Gyojin Karate ha llegado a niveles que, en bocas de otros seres de los mares, podría decirse que es legendario. Gracias a ello es capaz de concentrar revitalizantes formados por su organismo y mezclarlos con el agua de tal forma que, si toca alguna de sus heridas, estas empiezan a curarse más rápidamente.- TIPOS DE CURACIÓN::
Los tipos de curación dependerán del tipo de daño recibido y su gravedad:
Daño leve: (Ej: Contusiones, hematomas, cortes de pequeño grosor, etc) Si el daño es leve, al aplicarse este agua sobre la herida, ésta sanará en segundos.
Daño moderado: (Ej: Cortes más profundos, fisuras internas). La curación comprenderá un periodo de tiempo de entre unas horas a unos días (en función de la gravedad). La mejora es autoincremental.
Daño grave (Ej: Amputaciones, huesos rotos, etc). En el caso de ser una amputación (un miembro entero, ya sea un dedo, una mano, etc), se sanarán los tejidos en pocos días, pero no habrá posibilidad de regenerar. Si por el contrario, es algún tipo de daño grave, sanará en función de su gravedad, siendo el mínimo tiempo un par de semanas (un hueso menor roto) a un máximo de cuatro meses (el cráneo roto, por ejemplo). Éste tipo de saneamiento va de más a menos, notando una pronta mejoría, pero al cual se “estanca” y avanza más lentamente que empieza.
De nivel 1 a 99, podrá emplear esta técnica con terceras personas, pero la sanación será a un nivel inferior (si es daño grave, se empleará cura como si fuera moderado), no sanando nunca por completo. A nivel 100 y posteriores, se empleará la cura tal y como lo haría para sí mismo.
Tiempo de reutilización: 3 posts.
- Carga pulsera: 5 turnos. (USADA)
- Luka:
- Si Dorr tenía pensado comprar lotería alguna vez en su vida, hoy es el día sin lugar a dudas. La espada mecánica queda, literalmente, atascada en el armazón metálico que compone su extremidad izquierda. Saltan chispas por doquier, y lo que quede de su anatomía sangra como si no hubiera un mañana. Pese a ello, el filo ardiente alcanza su objetivo y acaba con el último de los marines. Acto seguido, se deja caer pesadamente en el suelo. Todo lo que pueda fallar está fallando. De hecho, haciendo un homenaje a
su amigo de la infancia, se podría decir que está casi muerto... Pero sobrevivirá.***
Luka, ambas ondas de choque colisionan. Si tu onda es la madre de todas las demás, ésta es, por lo menos la tía. Ambas colisionan con una violencia inusitada, tanta que ambos salís despedidos sin posibilidad alguna de evitarlo dado lo inesperado y violento del impacto. Tu brazo está manifiestamente resentido, tanto que necesitará cuidados durante mucho tiempo y con una vigilancia exhaustiva. Sin embargo, el estado de tu oponente es bastante peor que el tuyo. Si consigues levantarte y decides ver cómo se encuentra, lo encontrarás en el centro de un cráter de dimensiones algo menores a las del que él mismo creó antes. Por fin se ha separado de su martillo, que se encuentra a algunos metros de su posición. Respira y su corazón aún late, aunque débilmente. Está en tu mano decidir qué haces con él.
El estado del marine era, si cabía, aún peor que el suyo. Su brazo sangraba profusamente tras haberlo perdido, y eso no era algo sostenible a largo plazo. No obstante, el rubio sabía que, ante situaciones desesperadas, medidas desesperadas. Tanto él mismo como cualquiera de sus compañeros se había visto en ésas con anterioridad, y era perfectamente consciente de que la última ofensiva estaba por caer. La que, con toda seguridad, podía resultar más letal.
En consecuencia, volvió a envainar a Hi no Tamashii y desenfundó a Yuki-onna, que emitía un tímido vaho que confirmaba que estaba lista para mostrar su verdadero poder. Un modesto intento de patada le sirvió para ganar espacio. No mucho, sólo el suficiente para obsequiarle con lo que verdaderamente tenía reservado para él. Su espada comenzó a cubrirse con un poco o nada esperanzador manto de chispas. Chillaba, inundando el ambiente con un canto que auguraba muerte y destrucción.
Tal vez la mejor opción fuese buscar algún modo de zafarse de la ofensiva, de reducir en la medida de lo posible los posibles daños evitando el impacto. Siendo sincero, aquélla sería la alternativa por la que probablemente habría optado de encontrarse en buenas condiciones —o al menos algo mejores—. Por desgracia, el contexto distaba mucho de ser el ideal, así que únicamente le quedaba hacer lo que su oponente: dar cuanto tenía en un último lance, confiar en que su voluntad se impondría y arriesgar su vida en el proceso.
Blandió su sable con violencia, accionando el mecanismo oculto en su empuñadura y regalándole a la espada todo su peso. El filo ennegrecido con la voluntad del espadachín segó el aire sin clemencia en busca de su destino, la electricidad que emanaba de su adversaria. Todo había quedado decidido en apenas una fracción de segundo, aunque el resultado o las consecuencias de dicha decisión aún era una insondable incógnita para el espadachín. Pero tenía que volver. Apenas acababan de reencontrarse tras dos largos años. El dolor atesorado durante los mismos no podía ser reducido a la nada de ese modo, la felicidad experimentada no podía desvanecerse sin que quedase un recuerdo siquiera. Gritó, y cada gota de su alma acarició sus maltrechas cuerdas vocales instantes antes de que los aceros colisionasen.
- Cosas:
- Haki de armadura: Tier 9.
Yuki-onna: liberación ofensiva. Tras la activación de otro de los botones, el vapor de agua es liberado en el momento en que se lanzan las ondas cortantes, consolidándose en torno a éstas en forma de esquirlas de hielo. Las dimensiones de las ondas y el daño generado por las mismas aumentan (asociado esto último a las esquirlas de hielo). El almacenamiento comenzará de nuevo el turno siguiente al lanzamiento de la onda. Cinco turnos: la longitud y grosor de las ondas cortantes crece un 250% durante el turno de liberación.
Las mejoras pasivas aplicables de post anteriores.
Luka Rooney
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Recompensa
Características
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Therax:
Tu voluntad va ligada tu espada, y tu espada, a tí. Juntas sois uno, y juntas dejaréis de serlo.
Empleas toda tu energía en un último golpe, al igual que el marine. El vapor fruto de tu katana te impide ver con claridad. A ello se suma una polvareda levantada del combate de al lado. ¡Señores, aquí están peleando los mayores!
En cualquier caso, tu onda impacta en tu rival, y éste cae al suelo. Pero éste, en el último segundo, parecía haber cambiado su ofensiva. Había clavado la katana en el suelo y ésta despidió una luz que te dejó ciego un breve instante, en el cual una infindad de chispas recorren el espacio entre ti y la espada. Algunas impactan en tu cuerpo, y notas como si te clavaran un alfiler. Solo que te clavan como mil alfileres en menos de un segundo.
Tu rival aún respira, aunque probablemente no lo hará por mucho tiempo. Notarás un hormigueo continuo durante unos días, pero no pareces tener ninguna herida demasiado grave.
El tiburón sintió cómo liberaba toda la energía que tenía. Aquello casi siempre funcionaba, era su mejor golpe, el maestro, que tenía una infinidad de ko’s a su espalda, y que seguía imbatido hasta la fecha. Por eso su rostro cambió al ver cómo la onda chocaba con la de su rival y no se la llevaba por delante.
La preocupación siguió incrementando a cada milisegundo que el combate no se decidía, y llegó a su punto más alto cuando la onda despidió al habitante del mar con una brutal fuerza. Se golpeó con algo, pero no vió con qué. Le cayeron rocas, pero no sabía de dónde. Se rompió algún hueso, pero no lo sentía.
- Bicho malo… -comentó a la par que ponía las palmas de ambas manos sobre el suelo, intentando reincorporarse sin mucho éxito- Nunca muere.
La polvareda levantada evitó que Luka viese a su rival, por lo que hizo aún más esfuerzos para levantarse. En el proceso el tiburón sintió cómo su mirada se nublaba, escupió sangre, dejó de sentir el brazo derecho y sintió unas tremendas ganas de vomitar. Pero ya estaba de pié.
Caminó a paso lento, tanto que tuvo la sensación de estar levitando. Sintió hormigueos por cada parte de su cuerpo, y entonces, llegó hasta su rival. Tendido en el suelo, aún vivo, pero sin mucha esperanza. Y se acercó a su oído.
- Bien jugado -comentó, moviendo su único brazo operativo y poniendo la mano sobre su pecho-. Te dejaría vivo como premio por este gran combate. Pero perdería mi esencia. Al menos sé que te irás sabiendo que lo diste todo. Ah, y que te ganó Luka Rooney.
Sin esperar más, el tiburón acercó sus dientes al cuello de su rival y, tras contar hasta tres, mordió con firmeza, arrancando un trozo de piel y creando una grave hemorragia en su rival.
Se levantó de nuevo, con serios problemas, y se fue de camino hasta donde se encontraba Dorr. Por el camino se encontró el martillo de su rival, y no dudó en agarrarlo con firmeza. Aquél regalo se lo llevaría al barco, y con suerte, Spanner pensaría en cómo usar la tecnología que tenía en su interior.
Una vez legó a Dorr, lo observó con tristeza. Estaba tirado y parecía tener varios problemas electrónicos. No respondía a las palabras del gyojin, y también chorreaba sangre.
- Verás cuando nos vea Therax -susurro, intentando buscar a su compañero.
Lo cierto era que no tenía muy claro qué había sucedido, sólo que seguía vivo... o al menos eso parecía. Nunca se había planteado seriamente y con calma qué habría más allá de la vida, si es que había algo. No obstante, el entorno le permitía asegurar con bastante convicción que, por el momento, no se había ido al otro mundo.
Se encontraba en el suelo, con la espalda apoyada sobre lo que quedaba del terreno y observando el polvo que, suspendido en el aire, bailaba en torno a las burbujas que caracterizaban a los manglares del archipiélago. ¿Ni siquiera tras una reyerta como aquélla desaparecían? Trató de sonreír, pero una punzaba de dolor recorrió toda su cara. La sensación era idéntica a la que acababa de experimentar hacia unos segundos, cuando le había parecido ser atravesado por una infinidad de agujas diminutas. Incluso pensar en levantarse le provocaba un dolor lancinante en los músculos que deberían encargarse de ello. «Voy a tener que escuchar a la sardina hasta que muera», se quejó en su fuero interno, haciendo un esfuerzo titánico por ponerse en pie.
Las secuelas que el combate había tenido sobre los alrededores se desvanecían poco a poco, como si éste nunca hubiera tenido lugar. Pero había sucedido, así lo indicaban el cuerpo del vice-almirante y los desperfectos del terreno. Caminó empleando a Yuki-onna como bastón. Recorrer cada metro que le separaba del marine se le hizo eterno, pero finalmente pudo detenerse junto a él. Un rápido vistazo le sirvió para comprobar que, al igual que él, seguía aferrándose a la vida con la tenacidad del mejor superviviente.
—Asegúrate de que tus jefes se enteren de esto —musitó, dirigiéndose hacia el sable que tantos dolores de cabeza le había dado. Aún no tenía demasiado claro cómo demonios funcionaba aquella arma, pero quedaba claro que era, cuanto menos, digna de ser empuñada. Las palabras de su padre acudieron a su mente, recordándole que una espada era la mejor aliada de quien la empuñaba, que la conexión que establecía con su dueño trascendía la relación de un objeto con su portador.
La asió sin pensárselo, sacándola del montón de césped —el único que había resistido la contienda— en el que había sido clavada con firmeza. El brazo dañado se resintió con fuerza al ejecutar aquel movimiento. Cualquier herida dolía más en frío, y por un momento temió el calvario que se vería obligado a pasar los días siguientes. Tal vez, con algo de suerte, Haru hubiese vuelto para cuando regresasen con los demás. Era casi tan pedante como Spanner y mucho más huraña que él, pero debía reconocer sus dotes médicas.
Suspirando, emprendió de nuevo una pesada marcha en dirección al gyojin. Su estado era igual de lamentable que el del rubio, si no más. Estaba junto al cúmulo de chatarra que había resultado ser un viejo conocido, y ése sí que estaba punto de pasar a mejor vida —si es que aquello podía calificarse realmente de ese modo—.
—Vamos a hacer como si nada de esto hubiese sucedido —comenzó—. Yo no te digo nada y tú haces lo mismo conmigo, ¿te parece? —concluyó, esperando a que Luka se pusiese en marcha y le llevase hasta los demás. Lo cierto era que no tenía ni idea de dónde se encontraba, pero él llevaba allí más tiempo que él y suponía que sabría indicarle el camino a seguir—. Y ese desgraciado de Asquerosamenterriquevic ha desaparecido —concluyó, maldiciendo por lo bajo a todos los antepasados de aquel sujeto.
Se encontraba en el suelo, con la espalda apoyada sobre lo que quedaba del terreno y observando el polvo que, suspendido en el aire, bailaba en torno a las burbujas que caracterizaban a los manglares del archipiélago. ¿Ni siquiera tras una reyerta como aquélla desaparecían? Trató de sonreír, pero una punzaba de dolor recorrió toda su cara. La sensación era idéntica a la que acababa de experimentar hacia unos segundos, cuando le había parecido ser atravesado por una infinidad de agujas diminutas. Incluso pensar en levantarse le provocaba un dolor lancinante en los músculos que deberían encargarse de ello. «Voy a tener que escuchar a la sardina hasta que muera», se quejó en su fuero interno, haciendo un esfuerzo titánico por ponerse en pie.
Las secuelas que el combate había tenido sobre los alrededores se desvanecían poco a poco, como si éste nunca hubiera tenido lugar. Pero había sucedido, así lo indicaban el cuerpo del vice-almirante y los desperfectos del terreno. Caminó empleando a Yuki-onna como bastón. Recorrer cada metro que le separaba del marine se le hizo eterno, pero finalmente pudo detenerse junto a él. Un rápido vistazo le sirvió para comprobar que, al igual que él, seguía aferrándose a la vida con la tenacidad del mejor superviviente.
—Asegúrate de que tus jefes se enteren de esto —musitó, dirigiéndose hacia el sable que tantos dolores de cabeza le había dado. Aún no tenía demasiado claro cómo demonios funcionaba aquella arma, pero quedaba claro que era, cuanto menos, digna de ser empuñada. Las palabras de su padre acudieron a su mente, recordándole que una espada era la mejor aliada de quien la empuñaba, que la conexión que establecía con su dueño trascendía la relación de un objeto con su portador.
La asió sin pensárselo, sacándola del montón de césped —el único que había resistido la contienda— en el que había sido clavada con firmeza. El brazo dañado se resintió con fuerza al ejecutar aquel movimiento. Cualquier herida dolía más en frío, y por un momento temió el calvario que se vería obligado a pasar los días siguientes. Tal vez, con algo de suerte, Haru hubiese vuelto para cuando regresasen con los demás. Era casi tan pedante como Spanner y mucho más huraña que él, pero debía reconocer sus dotes médicas.
Suspirando, emprendió de nuevo una pesada marcha en dirección al gyojin. Su estado era igual de lamentable que el del rubio, si no más. Estaba junto al cúmulo de chatarra que había resultado ser un viejo conocido, y ése sí que estaba punto de pasar a mejor vida —si es que aquello podía calificarse realmente de ese modo—.
—Vamos a hacer como si nada de esto hubiese sucedido —comenzó—. Yo no te digo nada y tú haces lo mismo conmigo, ¿te parece? —concluyó, esperando a que Luka se pusiese en marcha y le llevase hasta los demás. Lo cierto era que no tenía ni idea de dónde se encontraba, pero él llevaba allí más tiempo que él y suponía que sabría indicarle el camino a seguir—. Y ese desgraciado de Asquerosamenterriquevic ha desaparecido —concluyó, maldiciendo por lo bajo a todos los antepasados de aquel sujeto.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Creo que es la primera vez que estoy de acuerdo contigo tras una batalla. Lo mejor será que nos vayamos ya y olvidemos este día.
La verdad es que el gyojin había dado todo lo que tenía en aquél combate, estaba cansado, herido y altamente preocupado por los estados de sus compañeros, así como por el suyo. Se cargó a Dorr al hombro la par que caminaba, con alguna que otra dificultad, en dirección al manglar donde tenía la habitación de hotel.
- Entre golpe y golpe pude sacar algo de tiempo para ver cómo iba vuestro combate. ¿Estabas peleando contra un manco o fue obra tuya?
El pirata solía sentirse a salvo cuando caminaba con los suyos, incluso cuando iba solo con Therax -que ciertamente era el compañero con el que más tiempo compartía-, pero aquella vez podía sentir cada herida que el hombre del martillo le había causado. Chorreaba sangre por infinidad de sitios, y encima, tenía la sensación de que eran más, debido a los problemas de Dorr.
- Espero que aguantes un par de horas más, campeón -le susurró mientras acariciaba su cabeza-. Tendrás a tu disposición a dos médicos que te cuidarán. Tienes que salir de esta, tío.
Unos minutos más tarde, el pirata consiguió llegar al manglar donde tenía alquilada la habitación. Casi no podía caminar más, pero ver que estaban tan cerca le dió aquél empujón de energías que necesitaba. Atrayendo todas las miradas de la gente que se encontraba en el hotel, el habitante del mar entró, señalando a Therax, una vez pasaron el pasillo, dónde estaba su habitación.
Las siguientes horas transcurrieron entre vendas, sangre, agujas, hilos y chillidos, pero así era el momento después de una batalla. Siempre y cuando vivías, claro. Y tanto Therax como Luka habían tenido ese honor.
La verdad es que el gyojin había dado todo lo que tenía en aquél combate, estaba cansado, herido y altamente preocupado por los estados de sus compañeros, así como por el suyo. Se cargó a Dorr al hombro la par que caminaba, con alguna que otra dificultad, en dirección al manglar donde tenía la habitación de hotel.
- Entre golpe y golpe pude sacar algo de tiempo para ver cómo iba vuestro combate. ¿Estabas peleando contra un manco o fue obra tuya?
El pirata solía sentirse a salvo cuando caminaba con los suyos, incluso cuando iba solo con Therax -que ciertamente era el compañero con el que más tiempo compartía-, pero aquella vez podía sentir cada herida que el hombre del martillo le había causado. Chorreaba sangre por infinidad de sitios, y encima, tenía la sensación de que eran más, debido a los problemas de Dorr.
- Espero que aguantes un par de horas más, campeón -le susurró mientras acariciaba su cabeza-. Tendrás a tu disposición a dos médicos que te cuidarán. Tienes que salir de esta, tío.
Unos minutos más tarde, el pirata consiguió llegar al manglar donde tenía alquilada la habitación. Casi no podía caminar más, pero ver que estaban tan cerca le dió aquél empujón de energías que necesitaba. Atrayendo todas las miradas de la gente que se encontraba en el hotel, el habitante del mar entró, señalando a Therax, una vez pasaron el pasillo, dónde estaba su habitación.
Las siguientes horas transcurrieron entre vendas, sangre, agujas, hilos y chillidos, pero así era el momento después de una batalla. Siempre y cuando vivías, claro. Y tanto Therax como Luka habían tenido ese honor.
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