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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Dom 26 Ene 2020 - 18:25}

Lyneel. El lugar donde había conseguido su licencia para cazar. Al principio estaba algo perdida, pero después de un par de días estaba empezando a saber orientarse por allí. El reino se dividía en varias ciudades, pueblos y aldeas. Abigail se encontraba cerca de una de esas aldeas. Había escuchado algunos rumores en una ciudada cercana y fue a investigar por su propia cuenta. Efectivamente, estaba hecho un desastre.
Según aquellos rumores uno de estos pueblos cercanos a las montañas había sufrido recientemente un ataque pirata y había quedado en bastante mal estado: casas desvalijadas, otras destrozadas, los cultivos también se habían ido al garete. Dado que los rumores eran ciertos solo podía llegar a una conclusión: había mucho trabajo que hacer y debía ayudar.

Tsk, estaba en Karakura —murmuró al escuchar la historia de los habitantes de aquel aldea de Lyneel. Había ocurrido más o menos al mismo tiempo y... bueno, daba igual, el daño estaba hecho, no merecía la pena seguir eso. Otro tipo de persona habría solicitado un pago, pero aquella buena señora era una mujer religiosa un poco altruista, y ayudar a reconstruir un poblado era una de las buenas acciones que estaba "obligada" a hacer por su fe.

Ya llevaba un día y poco trabajando allí. El ambiente, dentro de lo que cabía, era bastante agradable. Los ánimos estaban algo bajos, como era de esperar, pero se respiraba cierta... esperanza, por decirlo de alguna manera. Especialmente entre los chavales jóvenes, que se mostraban hasta interesados en las poquitas historias que tenía que contar. Las historias del convento les aburrían, pero las de anécdotas del campo de tiro les parecían hasta graciosas. Mantener los ánimos de la juventud altos era importante, así no tomarían el mal camino como los que se había encontrado en Karakura.

Ya habían acabado con una de las paredes de la casa del alcalde y era hora de ponerse a comer junto al resto de los habitantes que trabajaban en las reformas, pero antes debía rezar. Había pospuesto demasiado tiempo su deber. Tenía la comida delante, una hermosísima sopa, pero antes... en silencio, juntó sus manos y apoyó los codos en la mesa.

Rezó en silencio, no por la comida, si no por las almas de los dos que tuvo que eliminar en su deber.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Dom 26 Ene 2020 - 22:36}

-Gracias.
Elya cogió el té que le ofrecía uno de los reclutas que la acompañaban. Acababan de llegar a Lvneel, esa misma mañana habían atracado en la costa y caminado hasta el cuartel aposentado en la capital.

Realmente, la marina no tenía mucha presencia en la isla; la justa para llevar el papeleo al día y poco más. Al fin y al cabo, era un lugar tranquilo… la mayor parte del tiempo. Una de las ciudades del interior acababa de ser masacrada por un ataque pirata. Mucha gente había muerto o terminado herida, pero lo más acuciante eran los daños materiales. Casas derribadas o completamente destrozadas, cultivos echados a perder, todo había sido arrasado. Necesitaban refuerzos. Muchos aldeanos habían hecho guardias para tratar de reparar los daños, pero no podían dejarlos a su suerte. Elya se había prestado a ayudar en cuanto oyó la noticia. Ahora, en el cuartel, les contaban los detalles antes de mandarles para terminar de mitigar los daños. Había varias casas que reconstruir, campamentos que levantar para que los lugareños pudieran descansar y recuperarse mientras tanto y escombros que retirar, por no hablar de hacer un inventario de todo lo perdido. La marina rastrearía la banda pirata. O lo intentaría, al menos. Rara vez esos crímenes terminaban pagados, ni siquiera compensados. Elya lo sabía muy bien; por desgracia para cuando tenían la información necesaria acerca de los piratas ellos ya estaban muy lejos. Lo suficiente para que según sus superiores no valiera la pena perseguirlos. Y si por algún casual lograban identificarlos y detenerlos, los bienes robados ya habían sido gastados o destrozados. Las posesiones vendidas, la comida y el alcohol agotados. Era irritante y frustrante, pero no era una excusa para no ayudar en lo que pudiera. Por eso estaba allí.

Fue la primera en levantarse de la reunión. La pusieron al mando de los otros cuatro reclutas, pues ella era la que más tiempo llevaba en la marina. No creían que la misión precisara de ningún superior, por descontado. Incluso en eso despreciaban lo que había sucedido. Pero no valía la pena lamentarse y en seguida se pusieron en marcha para llegar a la ciudad.

El lugar era un desastre. Por suerte todos los fuegos habían sido ya apagados y toda la gente herida o muerta identificada; la mayoría habían conseguido atención médica, así que se conformó con mandar a uno de los reclutas a hacer recuento para poder seguir sus progresos. Avanzó por la ciudad con los otros tres, llevando la cuenta de los daños y calculando el tiempo que se tardaría en reconstruirlo todo. No sería fácil, pero tampoco imposible. De momento, lo más importante era montar las tiendas que traían desde el cuartel para que nadie se quedase sin techo esa noche.

Paró un momento ante una escena algo… inusual. No sabía que hubiera religiosos en Lvneel. Una joven con capucha rezaba con las manos juntas antes de comer. Estaba rodeada de unos cuantos adolescentes que la miraban con casualidad. Un par incluso la imitaban, aunque estaba claro que no eran muy conscientes de lo que hacían.

Aguardó con decoro a que terminara. Interrumpir sería de mala educación. Una vez comenzó a comer se acercó con cautela y se sentó frente a ella y los adolescentes.

-Buenas tardes. Lamento interrumpir, mi nombre es Elya. Vengo en nombre de la marina, junto a unos compañeros. Queremos ayudar y me gustaría saber si usted o alguno de los jóvenes que la acompañan tienen información acerca de lo que sucedió el día del ataque. Cualquier cosa podría ser útil.

No sonrió, no era su estilo y el tema era serio. Por un momento se preguntó si sus ropas le incomodarían, pero esperaba que no fuera el caso. No tenía ganas de enemistarse con nadie del lugar.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Lun 27 Ene 2020 - 13:27}

Abigail se dispuso a comer cuando finalizó con su deber para con las almas de los que habían caído bajo sus balas. No se había fijado, pero alguno de los adolescentes la habían imitado, sobre todo los que eran más jóvenes, ahora, si sabían o no lo que hacían... no había tenido tiempo para informarles acerca de la vida de rezones, supuso que solo la imitaban y ya. Tras un par de cucharadas escuchó una voz que no pertenecía a ninguno de los habitantes que conocía. Alzó el rostro para observarla, se trataba de una mujer alta, de piel oscura, con el pelo albino y ojos de color azul, aunque era un azul más oscuro que los de la monja. Estaba acompañada por un grupo de cuatro

Comió un poco más mientras la escuchaba atentamente y dejó la cuchara sobre el plato cuando ésta acabó. Se limpió los labios y procedió a contestar.
Solo soy una cazadora haciendo su buena obra de la semana —contó, de paso revelando parte de sus intenciones: conseguir información para ir tras ellos porque tenían todas las papeletas para tener precio por su cabeza, pero eso era un objetivo secundario, realmente deseaba ayudarles. Quiso evitarles revivir el suceso más de lo necesario, así que empezó a contar lo que le habían dicho el día anterior, cuando llegó.
Sé lo que me han contado. Hace una semana y media más o menos fueron asaltados por un grupo de veinte más o menos, aunque el recuento no es del todo fiable por el pánico, podrían ser más o menos —después de todo, era difícil pararse a contar cuando estabas salvando el pellejo —. Bastantes heridos, los muertos fueron principalmente los que estaban intentando defenderse y los más vulnerables —continuó, alborotando la cabellera de uno de los jóvenes que tenía al lado, que había sufrido algunos daños al defenderse.

Se detuvo un momento y volvió a comer. No quería ser maleducada, pero sería peor si empezaban a sonarle las tripas.
No encontré muchos rastros, pero probablemente tenéis más experiencia que yo. Si encontráis algo agradecería que lo compartiérais conmigo, cuando acabe otros asuntos que tengo pendientes me interesaría ir a por ellos —comentó cuando volvió a detenerse. Ya había intentado averiguar por dónde habían ido, pero Abigail era una cazadora novata y aún estaba en la fase de cazar criminales más mendrugos que no sabían esconderse bien.
Va, id a que os asignen otra tarea, no holgazaneéis —dijo, esta vez dirigiéndose a los jovenzuelos. Éstos asintieron y se fueron, ya les asignarían tareas para que continuaran trabajando. Ahora que ya se habían ido pudo volver a prestarle su total atención a la marine y su grupo.

Son buena gente —comentó —. Una total extraña como yo no debería ser quien les levante el ánimo —no era un reproche realmente, entendía que la Marina no era todopoderosa, por eso existían los cazadores, para complementar las funciones que no podían permitirse cumplir, como perseguir piratas abandonando sus bases—. Puede que otros de los habitantes hayan visto más, aún no me he centrado tanto en investigar, le di prioridad a la reconstrucción —si querían investigar eran libres, Abigail pensaba preguntar una vez finalizaran los trabajos de reconstrucción.

Terminó de comer rápidamente y se levantó, cargando con su plato y cubiertos.
Si queréis echarnos una mano íbamos a seguir con la casa del alcalde, aún queda una pared por arreglar allí. Con cinco personas más recortaríamos mucho tiempo. O echar una mano con cualquier otra cosa, hay mucho para elegir —informó mientras echaba a andar.
Después de dejar el plato con el resto, la monja fue hasta la casa más grande del pueblo. Era también la que estaba más hecha polvo, ya habían reparado una de las paredes pero aún quedaba la otra, y ésta tenía un señor agujero que cubría casi la mitad de la pared.

Bueno... a seguir.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Jue 30 Ene 2020 - 12:24}

Elya asintió despacio al saber que era una cazadora. Era una buena noticia, porque seguramente quisiera colaborar en la persecución de los piratas y no estaban precisamente sobrados de ayuda o voluntarios. Escuchó sus explicaciones con calma. Tomó nota del número: muy posiblemente una banda de 20, pirata arriba o pirata abajo. Algo preocupante, no eran un grupo pequeño y ellos… ellos no eran muchos. A no ser que supiera a ciencia cierta dónde se encontraba su guarida, no aprobarían una solicitud de refuerzos. La parte buena era que dado el tiempo que había sucedido desde el ataque, si lograban localizarlos era poco probable que estuvieran en un refugio temporal. Aunque escapasen podrían inutilizarles la guarida e incautar todo lo que dejaran detrás. Quizá todavía había una esperanza, por pequeña que fuese.

La joven mandó a los chicos que se habían reunido a su alrededor a seguir ayudando. Obedecieron en seguida, se notaba que le tenían respeto. Elya reconocía esa actitud y en su opinión no decía nada más que cosas buenas de la cazadora. No era de allí, claramente, pero se preocupaba por la gente. Tan pronto terminó de comer explicó la tarea a la que habían dado prioridad; la casa del alcalde era la que más daños habían sufrido, pero creían poder terminarlo para la noche. Elya hizo un pequeño cálculo, pero al final sacudió la cabeza. Incluso si llenaban la casa del alcalde de sacos de dormir y colchones, quedaría gente fuera. Lo mejor que podían hacer de momento era asegurarse de que todos tuvieran donde pasar la noche. A continuación, comenzarían en serio las reparaciones.

-La marina ha puesto a disposición de quien lo necesite tiendas y sacos de dormir. Mis compañeros y yo vamos a montarlas en el centro de la aldea, pero una vez estén listas colaboraremos con esa pared. De hecho… creo que no necesitamos cuatro personas para las tiendas.

Señaló a dos de los reclutas que la acompañaban y les instruyó para que fueran a ayudar a la casa del alcalde. Ellos agradecerían la mano de obra extra. Antes de marcharse con los que quedaban, le puso la mano en el hombro a la monja para llamar su atención una última vez.

-Hoy no creo que sea posible, pero mañana cuando lo más acuciante esté resuelto y lo demás en proceso, me gustaría que me acompañaras. Quizá entre ambas seamos capaces de captar su rastro.

Le dejó ir y se fue al centro sin más dilación. Trabajaron duro durante un par de horas y al final levantaron 8 tiendas dobles, colocadas en círculo. Dentro, sacos de dormir en grupos de dos, tres y cuatro; había varios niños a los que definitivamente no iban a dejar dormir al lado de escombros y por suerte ellos ocupaban menos. Según sus cálculos, entre eso y un par de sacos más en la casa del alcalde, todos quedarían a salvo de la intemperie durante el tiempo que fuera necesario.

Descansó unos minutos, pero pronto se dirigió con sus dos reclutas hacia la casa del alcalde. Progresaba a ojos vista y el agujero estaba ya casi tapado. Con ayuda de todos, para el atardecer estaba todo dispuesto. Elya dejó que los reclutas regresaran al cuartel, pero ella se preparó para pasar la noche en la aldea. Solo por si acaso. Lo cierto es que se sentía más segura en el lugar del suceso.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Jue 30 Ene 2020 - 21:13}

Asintió cuando le dijo de acompañarla para intentar rastrear a los culpables de aquel ataque. Hm. Si aquella gente estaba en busca y captura quizá podría negociar quedarse con el mérito de alguna de las capturas, el efectivo nunca venía mal y el reconocimiento tampoco. Y si no podía ser pues nada, no siempre se podía ganar y sacar provecho, realmente con echar un cable tenía suficiente.

Cuando de vez en cuando alguno de los habitantes le preguntaba algo a Abigail mientras trabajaba, ésta le redirigía hacia los reclutas, no por quitárselos de encima, era más porque era mejor que se acostumbraran a acudir a la Marina para cualquier duda o ayuda que necesitaran. No todos los cazadores tenían su misma personalidad y actitud, y podía salirles mal la jugada si confiaban en el forastero equivocado. Durante las dos primeras horas estuvo ayudando junto a los dos reclutas que envió aquella mujer y luego, un par de horas más tarde, tuvo la ayuda de los otros dos y de la propia Marine. Así, el trabajo se aceleró lo suficiente como para tener la vivienda del alcalde lista para el atardecer.

Cansada y acalorada del esfuerzo del trabajo, Abigail se retiró tanto la capucha como la chaqueta, que dejó en el suelo temporalmente. Así dejaría a la vista su cabeza al completo y el inicio de su larga melena rubia. Se llevó la mano a uno de los bolsillos de su hábito y sacó uno de sus cigarros y las cerillas. Lo encendió, volvió a guardar las cerillas y con el pitillo en la boca recogió la ropa que había dejado en el suelo. Tosió un par de veces y puso una mueca de disgusto, por el amor del cielo, ¿había gente a la que le gustaba hacer eso?

Expulsó el humo de entre sus labios y se acercó a la Marine de piel oscura. Los reclutas ya estaban de camino a, suponía ella, su cuartel. Quizá consideró innecesario tener a "tantos" reclutas haciendo guardia. No le parecía mal, entre dos podían apañarse para una sencilla guardia.
Me llamo Abigail, con el jaleo del trabajo no he podido presentarme antes —ya que iban a cooperar, pensó que era adecuado decirle su  nombre. Además, si estaba estacionada en el North Blue cabía la posibilidad de encontrarse más veces, o volver a cooperar. Más que adecuado, lo consideró directamente necesario. Volvió a aspirar y expulsó el humo lejos de cualquier persona. De nuevo volvió a toser. Ugh. Las penitencias eran extrañas.
Puedo hacer guardia si te viene bien, estoy acostumbrada a las guardias nocturnas, y así mi saco lo puede usar cualquiera de ellos —se ofreció de repente. Como vigilante de su antiguo convento estaba bastante más que habituada a las largas, horrorosas y aburridas guardias de noche —. No creo que pase nada porque no queda qué sacarles a esta pobre gente, pero no me gusta la idea de no vigilar durante la noche —continuó, expresándole sus preocupaciones a la Marine.
Ahora que se fijaba mejor podía ver un detalle que le hizo bastante gracia, aquella marine era más alta que ella, no por mucho más, pero sí por unos tres o cuatro centímetros.

¿Sabes? Eres la primera mujer humana que veo más alta que yo —comentó, de paso para quitarle algo de hierro al asunto. Era un tema bastante serio, pero cuanto antes normalizaran la situación mejor lo pasarían los habitantes.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Sáb 1 Feb 2020 - 18:52}

Asintió ante las palabras de la cazadora. Al parecer, compartía sus preocupaciones. Era poco probable que atacasen la aldea una segunda vez, pero dejar a los aldeanos a su suerte tampoco parecía responsable.

-Puede tener la primera guardia si lo desea, pero despiérteme de madrugada para la segunda. Con unas horas de sueño las dos estaremos más descansadas por la mañana. Y por suerte creo que hay los sacos justos, así que no será necesario. Gracias por el ofrecimiento, de todas maneras.

La mujer le caía bien. Era fácil ver que su preocupación por la gente era sincera y se ofrecía a tareas pesadas o ingratas con la misma sencillez con la que oraba. En cierto modo, esperaba que ella misma transmitiera ese aura de seguridad. Le habría gustado que la gente confiara en ella tanto como había visto que lo hacían los jóvenes que la rodeaban antes, pero la realidad era que solía apartar a las personas. El resto de reclutas tendía a hacerle caso, pero a los desconocidos les solía parecer distante. Suponía que era su personalidad, pero en el momento en el que intentaba ser más cálida todo se volvía artificial y pegajoso; había terminado por dejar de intentarlo. Sin embargo, para su sorpresa, se encontró sonriendo ante el comentario de la mujer.

-Soy de una isla algo apartada en el North Blue. Allí, la mayoría de mujeres rondaban mi altura y los hombres… ya se puede imaginar, nos sacaban de media una cabeza. Era un buen lugar.

Recordaba con cariño su hogar, si ignoraba la parte que le había obligado a marcharse. En realidad, se sentía agradecida de su educación y de los valores que el resto de guardianes le habían enseñado. Creía que por ellos era una mejor persona cada día, o al menos lo intentaba.

Se despidió de la joven y se tumbó, dejándole el peso de la primera guardia. Unas horas después le dio el relevo. Como ambas suponían, nada malo sucedió durante la noche. Hacía algo de frío y los búhos ululaban a lo lejos, nada preocupante. Una manta y un palo para atender la hoguera era todo lo que necesitaba para soportar tres o cuatro horitas sin dormir. En realidad le gustaba la quietud de la noche. La oscuridad le parecía sincera en su ambigüedad, si es que eso tenía algún sentido. Poco a poco, vio como el amanecer llegaba y conquistaba la aldea. Cuando hubo suficiente luz como para ver a tres palmos, se acercó a la cazadora y la despertó agitándole el hombro con cuidado.

Podía ver a lo lejos cómo llegaban los reclutas dispuestos a otro día de trabajo. Se acercó a ellos y los repartió por el lugar antes de volver con la cazadora e invitarle a compartir el desayuno.

-¿Habéis descansado bien? Queda todo un día por delante y la mayoría de daños graves ya están cubiertos. Los muchachos pueden coordinar el resto de las reparaciones desde aquí, así que había pensado que después de ayudarles a dar el último empujó, podríamos tratar de buscar alguna huella o rastro a la tarde. ¿Qué opina?
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Dom 2 Feb 2020 - 13:08}

Entonces harían la guardia entre las dos. Era la opción más saludable y que más respetaría los ya de por sí trastornados horarios de sueño de la pobre Abigail. Entonces ella era también del North... era un mundo demasiado grande, y había visto demasiado poco de éste. No pasó mucho hasta que la marine se fue a dormir, dejándole la primera guardia a la religiosa.

Debía admitir que le gustaba la función de guardia. Todo estaba en silencio salvo por algunos ronquidos allí o allá o los sonidos de los búhos, era uno de los pocos momentos que tenía totalmente para sí misma. Para poder cumplir su cometido más fácilmente, Abigail trepó tranquilamente por una de las paredes, sentándose así en uno de los tejados del pueblo. El nivel frío que hacía no le suponía mucho problema, tenía calor suficiente entre sus ropas su vicio de penitencia.
Dio una calada al cigarró, expulsó el humo y tosió un par de veces, ¿llegaría a acostumbrarse en algún momento?
«¿Cuánto ha pasado? ¿Un mes? ¿o algo más?» pensó para sus adentros. ¿Habrían podido acabar la reconstrucción? No podía pasarse por allí, no podía comprobarlo por sí misma. No pensó que salir fuera iba a ser tan... difícil, al menos con su mentalidad. Había demasiada violencia, y para sobrevivir debía responder con más violencia. Dio otra calada al acordarse de su primer trabajo de cazadora, ese tipo de daños colaterales acabarían siendo su día a día, pero aún estaba en proceso de asimilarlo.

No veía nada, ningún asaltante a la vista. El tiempo pasó, tranquilamente, hasta el momento del cambio de guardia. Bajó del tejado, apagó el cigarrillo y se acercó a la marine, la despertó y se intercambiaron. Durmió, sin chaqueta ni capucha, hasta que su compañera temporal agitó su hombro con delicadeza, despertándola, ¿ya había amanecido?
Abigail se frotó los ojos con la manga derecha, estaba algo adormilada pero podría trabajar bien. Asintió con la cabeza a su pregunta, no despreciaría unas horillas más de sueño pero aún había faena que hacer, ya dormiría cuando el pueblo estuviera en orden y los criminales apresados o al menos que se haya confirmado su huida.
Me parece bien, solo deme unos segundos —dijo, y es que necesitaba prepararse un mínimo. Primero se puso de nuevo sus guantes, después se puso su chaqueta y finalmente se subió la capucha del hábito. Con esos pequeños preparativos ya podía decir que estaba lista.
Vale, ya —miró a su alrededor. Los reclutas ya estaban trabajando, así como el resto de habitantes, incluyendo los jóvenes con los que había tratado antes. Éstos miraban en su dirección pero no se acercaron como ayer, hablaron entre ellos de algo y volvieron al trabajo. Jóvenes. Todos eran un poquito raros, de eso iba la pubertad.
Llenar un poco el estómago, echar una mano para que acaben ellos y ponernos a buscar, me parece buen plan —su resumen le gustaba bastante, quedaría decidir en qué daban ese último empujón. Si la mayoría de daños graves ya estaban cubiertos... ¿cultivos? no, eso era mejor que lo hicieran los habitantes, que ya sabrían qué cultivar y cómo.

Así, después de un pequeño desayuno junto a la encargada de aquel pequeño escuadrón marine, Abigail empezaría a trabajar otra vez. Ahora no hacía nada realmente importante, solo hacía de refuerzo en varias tareas. Terminaba de reparar los pozos, pasaba a seguir las indicaciones de los agricultores para plantar algunas cosillas, de todo un poco.

Pensaba que salir de su convento era mala idea pero sus propios actos solo confirmaban su ideal de fé. Esto era mucho más útil y servía más a Dios y a los desfavorecidos que simplemente rezar. Y si pillaba a los culpables de la destrucción... Iba a agujerear muchas rodillas.

El caso, que continuaría trabajando codo con codo con los marines hasta la tarde si nada se salía de madre.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Lun 3 Feb 2020 - 12:40}

El desayuno fue breve, pero tan pronto acabó Elya se aplicó al trabajo sin rechistar. Dio una vuelta por la aldea y comprobó con cierto regocijo que todo iba viento en popa. Los peores destrozos habían sido paliados o reparados por completo y algunos lugareños estaban aprovechando para hacer reformas que mejorarían sus casas. Un techo nuevo, una verja repintada… echó una mano allí donde vio que hacía falta, pero en general todo marchaba por sí solo. Vio que la cazadora había ayudado a hacer funcionar de vuelta los pozos e incluso estaban ya plantando nuevos cultivos.

Si no fuera por todos los bienes robados, la gente herida y la ausencia de los muertos, quizá podrían hacer como si no hubiera pasado nada. Quizá. Pero no podían.

Cuando se quedó sin cosas que hacer, fue hacia la zona de las hogueras donde había pasado la noche. Alguien había hecho una tetera y la había dejado allí para quien quisiera. Se sirvió una taza y dedicó un par de minutos a organizar sus pensamientos. Bien, su trabajo allí estaba hecho, pero no tenía intención de marcharse sin al menos intentar localizar a la banda. Mandaría a los reclutas de vuelta y les pediría que entregasen una petición de permiso de su parte. Con un par de días debería ser suficiente para encontrar pruebas suficientes para pedir refuerzos, o al menos eso esperaba. Sin embargo… ¿por dónde empezar? Ella había llegado días después de que sucediera el desastre.

Una lucecita se encendió en su cabeza. Terminó el té y fue a buscar a los chicos que estaban con la cazadora la noche anterior. Ellos estaban ahí. Eran jóvenes y fuertes, no creía que se hubieran quedado de brazos cruzados. Habló con ellos uno a uno y al final sacó varias conclusiones: había al menos docena y media de piratas, uno de ellos con enorme melena y barba pelirrojas. El capitán. Todos coincidían en que llevaba un sable enorme y muy manchado de algo que no habían identificado. El resto de piratas le llamaban Roki. Capitán Roki. Sin embargo, lo que más le llamó la atención fue que no se habían ido en dirección a la costa… sino hacia las montañas.

No tardó en comunicarle el descubrimiento a los reclutas y pedirles el favor de su permiso. Para su suerte, estuvieron de su lado y se apresuraron a llevarlo. A continuación buscó a la cazadora para resumirle lo que le habían dicho.

-Si estás de acuerdo, creo que el siguiente paso es ir por donde ellos se fueron. No tengo ninguna garantía de que vayamos a encontrarlos, pero creo que vale la pena intentarlo.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Lun 3 Feb 2020 - 18:17}

Poco después de acabar con sus tareas vio a la marine hablar con el grupo de jóvenes de la noche anterior. Supuso que estaría preguntando qué vieron durante el incidente, uno de ellos de golpe recordó más cosas de las que le había contado a Abigail y las compartió con la marine. Ésta vino a ella, para informarla sobre las novedades sobre el número de criminales y la supuesta identidad de su líder, un tal Capitán Roki.
Roki... roki... ahora mismo no me suena —murmuró, y es que como cazadora aún estaba pensando la parte de la posible cifra, además de la buena obra de tratar de recuperar lo que se habían llevado. Además estaba aquel otro tema, ¿piratas moviéndose hacia la montaña?

Sí, me parece bien —por suerte se trataba de un grupo medio-grande, no sería demasiado difícil seguirles el rastro si se habían ido corriendo —. Incluso si no los encontramos cualquier pista de su paradero me puede servir, si se han ido les daré caza —aseguró, aquello era ya un hecho. Los Piratas de Roki caerían, fuera a manos de la marine y la cazadora o a manos de la cazadora sin ayuda. Era su destino, fijado en el momento en el que decidió hacer de Lyneel su coto de caza temporal.
Solo dame un momento, compruebo rápidamente mi equipo y nos vamos —dijo, y es que había renovado su equipo hace poco. Casi todo estaba dentro de su cuerpo igualmente, al alcance de su mano tenía dos revólveres de aspecto normal a ambos lados de su cintura, detrás tenía colgada una biblia desgastada y, por encima de ésta, un revólver más grande, de aspecto bastante más pesado que los otros dos. Lo palpó todo con cuidado para asegurarse de que estaban ahí, en los bolsillos de la chaqueta tenía algunos cargadores extra, y... con eso era todo.

Vale, lo llevo todo —anunció, y acto seguido empezó a caminar en la misma dirección que habían usado los criminales cuando se fueron, esperaba que la marine fuera con ella como habían hablado. Los jóvenes de antes se quedaron mirando cómo se iban, sin despedirse, aún con dudas sobre algo que pasaba por sus cabecitas. Abigail por su parte no se despidió, no se iba, solo desaparecería un rato para trabajar.

Los testigos habían sido muy útiles, lo mínimo que podía hacer era compensarles capturando a los responsables de su desgracia.

¿Se habían ido hacia la montaña, verdad? —preguntó, aunque viendo que lo habían hablado hace poco podría pensar que era una pregunta retórica —. ¿Es posible que tengan su barco tras las montañas? Es raro que no fueran hacia la costa, esto está demasiado cerca —comentó aquella posibilidad. Tal vez se las hubieran apañado para ir por la parte más peligrosa para asegurarse una posible huida, y de paso poder tener una guarida local en las montañas.

Las montañas cercanas al pueblo ya eran visibles de antes, pero ya empezaban a cubrir todo el horizonte. Además, los árboles empezaban a aumentar en número. No tardarían mucho tiempo en entrar en  territorio desconocido, donde empezaría el verdadero rastreo de la banda de Roki.

Si yo fuera ellos... buscaría alguna gruta o algunas cavernas. En el bosque serían más fáciles de encontrar —además, para quedarse en el bosque habrían puesto rumbo a la costa. El asunto ahora era averiguar por dónde se habían ido exactamente.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Miér 5 Feb 2020 - 11:15}

A la cazadora no le sonaba el nombre del pirata, pero Elya no se sorprendió. Ella tampoco lo conocía y solía llevar la cuenta de las bandas que aparecían por los blues. No eran muchas, al fin y al cabo. Precisamente por eso un nombre nuevo era una preocupación a tener en cuenta. ¿Una banda nueva, recién formada? ¿Quizá una escisión de una banda ya existente? No recordaba ningún segundo al mando con ese nombre, pero no siempre tenían toda la información. Había una tercera opción, menos probable. Tal vez habían llegado desde el nuevo mundo o el paraíso para establecer su campo de actuación ahí. No era lo ideal porque los Blues estaban bien protegidos por la marina… pero por otra parte no tendrían competencia de otros piratas a no ser que la buscasen deliberadamente. La marine sacudió la cabeza; de una forma u otra, era inaceptable.

Le escuchó decir que si los piratas se habían ido ella les daría caza y asintió con seriedad y bastante respeto. Se mordió la lengua para no decirle que le encantaría ir con ella si al final era la única opción, pero no quería dejar a la marina. Y una recluta actuando por su cuenta tenía las oportunidades más que contadas.

Observó con aprobación como la monja se pertrechaba. Contó tres revólveres y estaba segura de que tendría cargadores de repuesto en algún lado, a mano. Ella no era familiar con las armas de fuego, más allá del entrenamiento básico que le habían dado en el cuartel. Prefería su propia arma, de todas formas. La llevaba desde que formaba parte de la Guardia y lo cierto es que si se le rompiera no tendría muy claro qué hacer o cómo conseguir otra. La apretó un poco al pensarlo.

Se pusieron en marcha. Las montañas estaban bastante a la vista, por lo que no había pérdida… en principio. El único camino que se dirigía hacia allí pasaba por un espeso bosque en el que tendrían que entrar sí o sí.

-Yo opino igual. Son piratas, siempre acaban en el mar como la cabra tira al monte. Debe haber una gruta o cueva que comunique las montañas y un caladero.

Cuando los árboles comenzaron a hacerse más densos a su alrededor Elya se preguntó si de verdad quedaría algún rastro. ¿Había llovido en la última semana? No estaba segura. Lo más lógico era dar por sentado que las huellas habían desaparecido. Sin embargo, sabía que ningún barco desconocido había abandonado la isla, la marina había estado vigilando. Tenían que seguir ahí y a no ser que estuvieran encerrados en la supuesta cueva, debían haber salido no hacía mucho. Víveres, agua, todo lo necesario.

-Tengo la teoría de que están esperando a que las cosas se calmen. No ha habido barcos sin identificar navegando por las proximidades, así que deben de seguir aquí. Y si tenemos suerte… su botín también. Podremos devolverlo.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Miér 5 Feb 2020 - 18:34}

No creía que fuera a ser necesario usar sus habilidades especiales por ahora, de forma que no dijo nada. El resto de su arsenal lo mantendría guardado dentro de su dimensión interna y, de ser posible, evitaría utilizarlo. En parte era porque no quería mostrar sus cartas antes de tiempo y en parte porque su pequeño proceso de experimentación le había enseñado que necesitaría gente para poder funcionar como es debido. Y, por encima de todo, no quería volver a pasar un rato raro explicando al vendedor de armas y diales que necesitaba que cargara él mismo el material al interior de su fortaleza. Si pudiera evitarse todas esas explicaciones... Si pudiera hacerlo sería perfecto.

Tiene sentido —dijo, refiriéndose a sus últimas palabras. Los Marines tenían más controladas las entradas y salidas de las islas, así que podía confiar en su información. Basándose en eso, una de las conclusiones más razonables era que aún seguían ahí, ya fuera por estar esperando a que se calmara la situación o por estar planeando otro "golpe".
Lo veo improbable porque es una estupidez, pero puede que quieran dar algún golpe más antes de irse —pero claro, no hablaban de personas normales, eran piratas, y quién sabe cómo tenían de subidos el ego y la codicia. No tenían mucha información de su aspecto más allá de que el jefe, el tal Roki, era un hombre de pelo y barba pelirrojas. Tendrían que llevarse a cualquier sospechoso... Agachó un poco la mirada, esperando y deseando no tener que tirotear a nadie hasta la muerte, no era una sensación bonita precisamente.

Mientras avanzaba por el bosque iba fijándose, buscaba alguna clase de marca que pudieran haber hecho en algún árbol para guiar a los suyos. Si eran una docena y media sería demasiado llamativo que siempre fueran todos. Se desvió un poco del camino y se aproximó a un par de árboles en los que había visto algunas marcas. Para su desgracia sólo eran grabados, probablemente de alguno de los jóvenes enamorados.
Hm, pensé que podrían haber dejado alguna señal, ya sabes, por si enviaban a alguien como scout, para que pudiera volver sin perderse —era una suposición un poco cogida con pinzas, pero no perdía nada por comprobarlo. Tal vez las señales estuvieran en la propia montaña, o que fueran lo bastante listos como para memorizar el camino.
Quizá más adelante... —susurró para sí misma, pero entonces se percató de un detalle que consideraba importante —. No creo que sean tan tontos como para no saber que intentarían detenerlos, puede que tengan un vigía observando la entrada de la montaña —no pensaba que pudieran ver todo el bosque o más allá, pero dado que probablemente estaban refugiados en una gruta... vigilar la montaña en sí no era un mal plan.

Creyó tener una idea de cómo podrían haber llegado. No conocía la geografía específica del Reino de Lyneel, pero había un tipo de formación rocosa que podría dar lugar a una gruta lo suficientemente grande. En ese caso puede que no necesitaran controlar el bosque. Pero conocer algo así... Al menos uno de los piratas debía ser un local, eso o tenían un navegante experto.

Avanzó un poco más y se agachó, tratando de buscar pisadas.

Eran una docena y media y no ha pasado tanto tiempo, debe haber algún rastro... aunque aquí está mezclado con las pisadas de los animales. ¿Vamos a la montaña directamente? Será más difícil que se pierda el rastro que hayan podido dejar allí —las montañas eran más resistentes que el propio suelo, unas dieciocho personas marchando con botín deberían haber dejado aunque sea solo un poquito de mella en el camino montañoso.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Vie 7 Feb 2020 - 13:35}

Palideció un poco al escuchar la teoría de Abigail.

-Espero sinceramente que no sea el caso. Puede que la marina esté en la isla, pero no estoy segura de que tengamos fuerzas como para rechazarlos sin pillarles por sorpresa.

Al fin y al cabo, ese era un factor importante. Si les encontraban, eran ellas dos contra docena y media de piratas. No parecía muy viable, pero Elya había visto suficiente como para saber que siempre había una manera. Y la confianza de la cazadora le hacía pensar que no era la única con esa opinión. Juntas serían más que suficientes. Aún así…

-Si les encontramos, tenemos que centrarnos en el líder. Una vez tengamos al capitán se volverán dóciles como corderitos, siempre ocurre.

Los piratas no tenían muchas buenas cualidades, en su opinión. Los había visto haciendo buenas obras de cuando en cuando; la marina al final del día tampoco estaba limpia como los chorros del oro. Sin embargo, tendían a ser zafios, brutos, descarados y crueles. Más cuando iban en grupo y peor cuanto más grande era ese grupo. No obstante… eran leales. A su capitán o a su bandera, quizá a sus compañeros, pero solían ser leales. Y en este caso en concreto, esa sería su mejor baza.

Escuchó las cavilaciones de la cazadora y se dio cuenta de que tenía razón. Allí no iban a encontrar nada, pero también era el camino más recto para llegar a la zona de la montaña. Ya quedaba poco, así que apretó el paso.

-Si eso es cierto y tienen un vigía debemos dar cuenta de él antes de nada. Busquémosle.

Salieron a cielo abierto no mucho después. Habían devorado gran parte de la montaña y se encontraban en mitad de los picos. Elya se había preparado para largas horas de búsqueda, pero para su suerte no tardaron demasiado en encontrar lo que buscaban. Sin dejar de caminar, le puso la mano en el hombro a la cazadora y dijo en voz baja.

-Está a nuestra izquierda, a unos 200 metros. Cree que está escondido detrás de una roca, pero puedes verle el sombrero sobresaliendo por un lado. No es una zona de paso, así que supongo que no esperaba a nadie en realidad.

Empezó a pensar a toda máquina. Iban de frente hacia él. Creía que todavía no les había visto, pero no podían estar seguras. Y si esprintaban un segundo antes de tiempo, escaparía. Respiró hondo y agarró su arma un poco más fuerte.

-Le necesitamos vivo, sabe dónde está la guarida. A la de tres, le saltaremos encima.

Contó hasta tres en voz baja y echó a correr, la vista fijada en el objetivo. Si lograba sorprenderle, le agarraría del cuello con el brazo y le apuntaría con la lanza a la yugular. Lo suficiente como para que supiera que iban en serio.

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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Sáb 8 Feb 2020 - 20:12}

Eso pasó con el último que cacé. Cuando cayó la mitad huyeron y la otra mitad se entregaron —no sabía cómo de leales eran estos, pero casi siempre que la fuerza de una banda giraba alrededor de un líder ésta se esfumaba en cuanto el jefe caía, era bastante natural en las formaciones jerarquizadas. Puede que en algunos casos ocurriera lo mismo en la marina o en el gobierno, pero ninguna de esas dos formaciones cometía crímenes así, así que no se preocupaba.

Avanzaron apresuradamente, tardando poco en llegar a cielo abierto. Recorrieron parte de la montaña y llegado un momento notó la mano de la marine en su hombro. Miró en la dirección que le había indicado y, efectivamente, allí estaba. Sus teorías sobre algún tipo de gruta estaban en lo cierto al final.
Está muy lejos de mi alcance —murmuró, y estaba casi segura de que la distorsión de su barrera tampoco le permitiría acertar desde lejos con el rifle si lo intentaba. La mejor opción era acercarse lo antes posible, a ser posible sin ser vistas.

La marine debió pensar lo mismo, pues a la de tres se lanzaron ambas. La marine fue de frente, pero Abigail se desvió un poco para asaltar al vigía por el lado mientras sacaba su revólver más pesado, el de la espalda, ¿proyectil cargado? el del polímero, no pensaba eliminar a nadie hoy. No quería ser un estorbo y de frente no podía hacer mucho. Cuando su acompañante le apuntó a la yugular el pirata se sobresaltó y se pensó el darse la vuelta, pero para eso estaba la monja cazadora, que entró por su lado izquierdo para colocarse tras él. Abigail le tapó los ojos con la mano que tenía libre, pues la otra la usaría para presionar el cañón de su revólver contra su sien.

Quieto. No hables, no te gires. No voy a matarte pero no necesitas tus rodillas para vivir —bajó el revólver, y pasó a presionar con él en su rodilla derecha. No sabía si era diestro o no pero le daba igual, tenía una lanza apuntándole al cuello y un revólver que se sentía potente apretando en su rodilla. Para un pirata relativamente nuevo no había muchas opciones disponibles.
Ahora vas a responder preguntas, ¿te parece bien? —ante las veladas y para nada sutiles amenazas de las dos mujeres, el pirata no tuvo más remedio que cooperar. Asintió con la cabeza, manos en alto. Aún le quedaban algunas luces en aquella cabeza criminal.
¿Dónde está vuestra guarida, en qué gruta? —preguntó, aún sin permitirle ver.

¡Vale, vale, tranquilízate! No puedo indicaros si no veo, ¿no crees? —dijo, y la verdad es que tenía razón. Le destapó los ojos, pero a cambio Abigail pasó a ponerle la mano en la mejilla, cerca de la boca. Lo último que quería era que se pusiera a gritar para alarmar al resto.
Tch, el capitán dijo que la Marina no tendría huevos a ir a por él con tanta gente —farfulló.

Ahora tenían un guía, y podían ponerse en marcha. Seguían allí y solo faltaba darles caza. Estaba confiada, y es que aún tenía varios factores sorpresa: el primero era su propia llegada. El segundo era su poder. El tercero era el arma con la cual estaba apuntándole.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Lun 10 Feb 2020 - 13:42}

No hacían un mal equipo. Elya dejó que la cazadora hablara, pues parecía tener la situación controlada. Entre ambas, el pirata no tenía ni una sola forma de escaparse. En cuanto fue consciente del percal en el que se había metido alzó las manos y se volvió dócil como un corderito. Se levantaron, Abigail todavía apuntando al pirata. Elya se colocó a su lado, lanza en ristre y  preparada por si su guía intentaba alguna estupidez.

-No parece que tu capitán haya tenido muchos encontronazos con la Marina, o sabría mejor. ¿Sois una banda nueva?

El pirata se quedó en silencio al principio, pero un pequeño empujón de su arma en la parte baja de la espalda le hizo hablar.

-Llevamos juntos unos meses… utilizamos esta gruta de guarida porque está conectada con un caladero oculto. Nos conformábamos con las islas de la zona, pero el Capitán dijo que era hora de reclamar esta también.

Claramente se había equivocado, pero eso ya lo sabía. Elya frunció el ceño, preocupada. No había sabido nada de ataques a islas cercanas. Quizá eran demasiado pequeñas como para que la Marina se plantease prestarles ayuda; no sería la primera vez. Era frustrante, pero no podía distraerse. Si hacían esto bien, no tendría que preocuparse más.

Tras unos minutos más de caminata, el hombre les guió por un estrecho pasadizo que casi parecía excavado en la roca. Unos 100 metros más adelante se ensanchaba y daba paso a un túnel bastante amplio… que desembocaba en una cueva enorme. Oían voces a lo lejos, pero no distinguían las palabras. Elya procedió a calzarle las esposas al pirata. Mientras las aseguraba, le miró fijamente a los ojos.

-Si gritas o intentas alguna tontería para avisar a tus compañeros, yo misma te dejaré inconsciente. Ayúdanos y puede que tu condena sea menor.

Era un farol, claro. Aquel pobre desgraciado iba a pasar un tiempo interesante entre barras y Elya no tenía ninguna intención de ayudarle a reducirlo, pero eso él no tenía por qué saberlo. Le dejaron sentado tras una roca y se asomaron para estudiar la situación. Veían piratas aquí  y allá, algunos caminando, uno se echaba la siesta en una hamaca y había dos echando un pulso sobre una roca. No había rastro del capitán. Elya frunció el ceño, molesta y se giró hacia la cazadora.

-¿Qué hacemos? Solo tenemos una oportunidad, no quiero alertarles sin una garantía.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Lun 10 Feb 2020 - 19:13}

No eran una banda nueva como tal, es más, una banda pirata con meses de formación bien podía ser una tripulación veterana en los Blues. Eso, bajo la perspectiva de Abigail, demostraba la cautela de su capitán. Atacar islas demasiado pequeñas como para captar la atención de los marines... era un buen movimiento. Sin embargo, ir a por el Reino de Lyneel había sido un patinazo de proporciones titánicas. debía estar borracho si pensaba tomar Lyneel con un puñado de piratas.

Unos cuantos minutos más y encontraron la gruta. Era estrecha... moverse era incómodo. Después de lo que pareció una eternidad el túnel se amplió lo suficiente como para poder caminar bien. Las voces empezaban a hacerse notar y casi ni prestó atención al "trato" que estaba intentando cerrar con el criminal. Los piratas aún no se habían ido, estaban por ahí desperdigados, algunos andando, otro durmiendo, dos echando un pulso... el capitán, de momento, estaba desaparecido. ¿Estaría en el barco? Una buena forma de atraerle sería hacer ruido, pero claro, había un problema: eran más de una. El dicho decía que donde caben dos caben tres, y si veían a dos personas podrían sospechar de un batallón esperando.

Suspiró. No quedaba otra.

Antes de contestar se tomó sus segundos en examinar su revólver más pesado. Le quitó las balas, sacó las suyas propias y las organizó en el arma. Dos proyectiles de redes, dos de polímero, una de gas y una explosiva para intimidar en caso de ser necesario.

Se me ocurre algo —dio un par de pasos atrás y activó  su poder. Se desplegó una cúpula translúcida de apenas dos metros y una puerta de estilo medieval se abrió en su pecho, nada que pudiera alertar a nadie que no estuviera mirando directamente —. Te ocultaré. Si nos ven a las dos podrían pensar que viene más gente detrás, pero si voy solo yo... solo seré una cazadora apuntando demasiado alto. Puedes traerlo a él si quieres asegurarte de que no dice nada —continuó. Suponiendo que tenía preguntas se apresuró a contestar —Shiro Shiro no Mi, soy una mujer castillo, solo tienes que pasar queriendo entrar.

Si la marine aceptaba entrar en su fortaleza sería recibida por una réplica de la propia Abigail, solo que la réplica estaba armada con un rifle, y la puerta se cerraría tras ella. También vería la parte principal de su dimensión interna, una interesante combinación de la capilla de un monasterio con la solidez de construcción de un castillo. Lo tenía todo: los bancos, un altar, ventanales pintados, solo faltaba un órgano pero aún no había tenido tiempo de comprarlo. También había varias puertas con carteles que indicaban hacia dónde iban. La única que se podría abrir era la que estaba titulada como "Arsenal".

Mantenlo esposado, aunque estemos aquí dentro puede irse abriendo la puerta —comentó la réplica mientras la monja, en el mundo real, se mantenía lo más oculta que podía. Aún no entraría en acción, primero quería saber si todo estaba en orden dentro.
A tu señal empezaremos, y a mi señal saldrás, ¿te parece bien? Ah, cuando salgas tu velocidad se reducirá momentáneamente, tenlo en cuenta —dijo desde dentro —. Si juntas a muchos en un mismo sitio puedo capturarlos de golpe, quizá será mejor que ir a por todos a ciegas.

Abigail se quedó escondida, asomando solo su cabeza de vez en cuando. Por suerte el color de sus ropajes se camuflaba bien con la cueva, algo bueno tenía que tener ir cubierta hasta arriba. Ninguno sospechaba nada aún... en cuanto la marine estuviera lista se lanzaría.

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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Mar 11 Feb 2020 - 15:12}

No pudo evitar ponerse en guardia en cuanto la cúpula apareció. Y entonces se dio cuenta de que a la cazadora le había salido una puerta en el pecho. ¿Qué demonios era eso? Escuchó atentamente su explicación y su plan, todavía un poco alterada. Akumas… demonios. Frutas. No era la primera que veía, pero no dejaban de asombrarle. Asintió con cuidado y meneó la cabeza para despejarse. Acto seguido, agarró al pirata que seguía esposado y tras coger aire, atravesó el pecho de la cazadora.

Una vez dentro, se dio cuenta de que había cerrado los ojos. Los abrió, sin saber muy bien qué esperaba. Desde luego, no lo que se encontró. Abi estaba dentro, armada con un rifle. Se encontraban en una especie de capilla enorme, bastante bien avituallada. Lo primero que hizo fue dejar al pirata en uno de los bancos; con suerte no se movería de allí.

A los lados había varias puertas con carteles. La única que estaba abierta era la armería, así que se dirigió allí. Quizá hubiera algo que le ayudase a compensar… y efectivamente, lo encontró. Le pidió permiso a la dueña antes de llevárselo, por supuesto. Se lo devolvería una vez todo terminara, si todo iba bien.

-Estoy lista. Los juntaré a todos en una esquina para que puedas capturarlos y entonces podremos ir a por el jefe.

Con un pensamiento, activó las Lágrimas de Freya. Si algo iba mal, eso le protegería. Y en cuanto oyó la señal, lanzó el dial de humo blanco delante de ella y saltó fuera de la fortaleza. En la cueva, el humo espeso comenzaba a llenarlo todo, alertando y confundiendo a los piratas. Elya utilizó bien ese tiempo, poniéndose en pie y canalizando su tornado. Se alzó en el aire mientras su cristal brillaba. Desde esa postura podía ver a los piratas corriendo entre el humo. Los persiguió con calma uno a uno, arrinconándolos contra la pared de la cueva sin dañarlos. De vez en cuando uno u otro trataban de atacar al tornado, pero las espadas no podían frenar el viento que les empujaba. Más de uno acabó con cortes en los brazos, pero al final quedaron juntos en un rincón, listos para que la cazadora los tomara.

Una vez eso estuvo resuelto, Elya bajó deshaciendo el tornado y miró a su alrededor. Había contado al menos 10 piratas, por lo que les quedaban menos de la mitad. Seis y el capitán, como mínimo. Tenían que seguir avanzando.

-Buen trabajo. Este sitio, parece que lo utilizaban como sala de ocio o algo así. El botín y su barco deben de estar más abajo, a nivel de mar. Pero… creo sinceramente que podemos con ellos. Le devolveremos a Lvneel sus cosas y su seguridad.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Mar 11 Feb 2020 - 19:41}

Aunque al principio se alarmó, la marine aceptó entrar y llevar al criminal dentro, eso quitaba varios problemas, en especial un problema futuro si conseguían capturarlos: el cómo transportarlos. Ahora podrían, simplemente, llevarlos dentro de aquella dimensión. ¿Quería uasr no de sus diales de humo? Serviría. Le dio permiso de buena gana.

Abigail salió de su escondrijo después de seleccionar el proyectil de red de su revólver. Los piratas rápidamente se alarmaron, pero dado que solo era una persona no tardaron mucho en intentar ir a por Abigail. Venían de varias direcciones, así que no podía usar la red aún. Uno de ellos era más rápido que el resto y se acercó a la carrera a la monja, pero ésta abrió una ventana en su pecho además de la puerta cuando el pirata se encontraba a unos cinco metros.
La réplica de Abigail se había apostado en la ventana con el rifle. Apuntó y disparó una única vez. La bala viajó por la dimensión a gran velocidad y aunque su velocidad se redujo drásticamente a la mitad cuando traspasó el límite, ésta fue capaz de perforar la rodilla del que se había acercado más de la cuenta.

¡Ya! —exclamó. Después tuvo lugar la intervención de Elya. El humo llenó la gruta y la marine convocó una especie de... ¿tornado? Fuera lo que fuera estaba consiguiendo arrinconarlos a todos.
¡S-son usuarias! —empezó a exclamar uno de ellos, en pánico, al haber visto cómo había aparecido "de la nada" y aquel tornado. Ella misma debía admitir que también estaba pensando que la marine podría tener algún tipo de poder así.
Ya tenía cargado el proyectil de red, y cuando estuvieron todos juntos en un rincón bastó con apretar el gatillo una vez. Su revólver disparó y el proyectil estalló, desplegando una red de absurdas proporciones que podría atrapar incluso a un gigante pequeño. Los piratas empezaron a revolverse, tratando de cortar la red con sus navajas y sables. Un acto inútil, aquella red tenía más resistencia de lo que podían imaginar.

Eso ha ido bien —dijo mientras recogía el dial de humo del suelo, tendría que esperar a que se recargara. había merecido la pena mostrar su habilidad, ya tenían a unos once contando con el que ya estaba dentro de su castillo personal.

Dentro de su castillo, ahora cerrado, su propia réplica se movió hasta la armería y ahí se desplazó hasta la sección de diales. Estaban todo bastante bien organizado, su propio poder le permitía generar estructuras hasta cierto punto de complejidad y unos cajones entraban en sus capacidades. Agarró un dial de tinta y un dial láser, recargó el rifle y volvió a la capilla, donde se quedó esperando junto al prisionero.

Creo que antes he visto un hueco —dijo, aunque no estaba del todo segura, había demasiado humo y viento como para verlo en mitad de la escaramuza de antes —. Yo también lo creo pero debemos apresurarnos, no tardarán en darse cuenta de que algo no va bien —un vigía que no decía nada era una cosa, casi una docena farfullando y armando jaleo con sus quejas sobre pérdidas de sangre ya era otra cosa.
Caminó con impaciencia por la gruta, dónde estaba, dónde... En un minuto o así encontró un hueco un tanto grande, con una cuerda atada en un extremo y que iba hasta abajo del todo.
Voy delante —anunció y se deslizó por la cuerda hacia el nivel inferior.

El nivel inferior estaba a nivel del mar, podía ver el barco desde ahí, pero no veía a nadie más. Dio un par de pasos. Como de ninguna parte, de una gruta en la pared salió aquel hombre, el que llamaban Capitán Roki. Se lanzó a por la monja armado con un lucero del alba.
¡No sabes dónde te has metido, pichón! —exclamó el pirata al tiempo que atacaba.
Vio venir el golpe, pero al intentar apartarse resbaló por la humedad de la gruta. Se protegió con el brazo derecho, recibió el golpe de lleno y salió despedida unos metros hacia una de las paredes, sin embargo... ¿solo rasguños? Tenía la sensación de tener el brazo recubierto por algo que no podía ver, era una sensación parecida a la que sintió cuando entrenó con aquel agente del gobierno, era... ¿era algo parecido? ¿Cómo lo había llamado aquel agente? ¿Haki?

No sé cómo has pasado por todos esos pero... rubita, tu excursión acaba aquí.
Estaba acorralada, y los piratas restantes empezaron a salir de sus escondites. Una emboscada, eh... aún debían pensar que estaba sola. Hizo girar el tambor de su revólver, seleccionó una de las balas de polímero y disparó a uno de ellos en el pie, prácticamente pegándolo al suelo.

Hay más de donde salió esa, yo me lo pensaría —seleccionó la siguiente bala de polímero. No mentía, pero había algo de farol ahí. Esperaba que la marine bajara cuanto antes, bajar así de rápido había sido una imprudencia por su parte... no volvería a cagarla así.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Sáb 15 Feb 2020 - 13:43}

Continuaron avanzando y la cazadora tomó la delantera. Podía ver el barco desde allí, efectivamente la gruta daba al mar. No había un paso practicable, pero habían dejado una cuerda en la parte menos escarpada. Elya aguardó arriba mientras Abigail bajaba, sujetándole la cuerda para que se mantuviera tensa. Llegó debajo de una pieza y por un momento pareció que todo iba bien. Elya se preparó para bajar, pero un grito le hizo detenerse y ocultarse.

Era el capitán Roki. La marine vio descorazonada como la pelea escalaba. Abigail tropezó y salió volando por el ataque del pirata, aunque por suerte parecía de una pieza. Le pareció haber visto un brillo metálico o gris en su brazo y se preguntó si sería parte de su akuma. ¿La resistencia de la piedra de su castillo, tal vez? Tendría que acordarse de preguntarle… pero para eso tenía que sacarla de allí.

El resto de piratas comenzaron a salir de entre los pasadizos de la gruta, rodeándola. Elya notó como su estómago daba un vuelco. No, no. Todo estaba saliendo mal, se habían arriesgado demasiado. El sonido de un disparo le devolvió a la realidad. La cazadora lo había disparado, pero no estaba segura de que le quedaran balas para deshacerse de todos lo suficientemente rápido. Tenía que ayudarla, protegerla. Ella le había pedido que le acompañara a encontrar a los piratas y se habían metido a la cueva sin siquiera pedir refuerzos, nadie iba a venir a por ellas. Estaban solas y era culpa suya. No, no podía dejar que la cosa escalara más.

Actuó sin pensar, no conscientemente. Algo en su interior le dijo que era hora de moverse y apoyándose en esa certeza bajó por la cuerda con todo el sigilo que fue capaz de reunir. Por suerte, los piratas estaban centrados en la cazadora y llegó abajo sin mayores problemas. Lo peor empezaba ahí. Esa sensación pesada, en su pecho y en su estómago, todavía no se había ido. Le llenaba y angustiaba, casi la paralizaba. Sabía lo que quería hacer. Quería protegerla, protegerla de sus fallos y de su falta de juicio. De los piratas y del funesto destino que sin duda tendría si Elya no hacía nada. Su colgante comenzó a brillar con luz marrón y la marine extendió el brazo hacia la cazadora y el capitán. El pirata tenía una pistola en la mano y apretó el gatillo en el momento en el que Elya gritó:

-¡Alto!

Desde el suelo bajo los pies de la cazadora surgió una especie de pompa que la cubrió por entero a su alrededor, protegiéndola de la bala. Esta rebotó y varios piratas se agacharon para esquivarla. Elya enarboló su lanza y echó a correr aprovechando la confusión, tirándose encima del capitán sin pararse a razonarlo.

Le arrancó la pistola de la mano, pero él la sujetó y le encajó un puñetazo en todo el rostro. Rodaron por el suelo batallando por el control, pero al final la marine se hizo con la situación. Con la lanza apuntando al cuello del pirata, jadeaba a su espalda mirando al resto de su banda.

-Moveros y está muerto. Al suelo, con las manos tras la cabeza. Todos. ¡Ahora!

Por el rabillo del ojo, vio como la extraña pompa se desvanecía. Su cristal ya no brillaba. Tragó saliva. Nunca había hecho nada así, pero sentía una corazonada al respecto. Tendría que practicar un poco.

-¿Estás bien? Siento haber llegado tarde.- Le dijo a Abigail sin soltar al capitán.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Sáb 15 Feb 2020 - 14:57}

No sabía cuánto tiempo iba a durar su farol, pero decidió reforzarlo disparando la siguiente bala de polímero entre las piernas de otro de los piratas. Al expandirse el polímero sus dos piernas quedaron pegadas y cayó al suelo al momento. Eso le daría unos cuantos minutos, ahora seleccionaría la red que le quedaba... y en el peor de los casos podría ganar tiempo metiéndolos en una red. No se movió, se limitó de momento a analizar la situación que, por otra parte, no pintaba demasiado bien. Por suerte para su salud la marine pudo bajar sin que la vieran y el factor sorpresa jugó a su favor.

Su farol no había funcionado como esperaba, el pirata había disparado su arma, pero una burbuja surgió de los pies de Abi, cubriéndola entera y protegiéndola del disparo. Viento, pompas... aquella mujer sabía hacer muchas cosas distintas. Se alegraba de no haber ido sola a cazar a esta gente, no habría salido tan bien. Había pasado todo muy rápido, apenas había tenido tiempo de temer por su vida, si iban a ser así todas las cazas tendría que empezar a pensar en entrenar y perfeccionarse ella misma.

Mientras Elya y Roki forcejeaban, Abigail decidió hacer un pequeño cambio mientras esperaba a que la pompa desapareciera por sí misma. Guardó su revólver pesado y volvió a apuntarles con sus dos revólveres estándar. La situación parecía estar controlada... y Abigail respiró aliviada. Podría haber salido muy mal.

No te disculpes, ha sido culpa mía. Me pudieron las prisas, he sido demasiado imprudente —respondió así a la marine, procurando quitarle la culpa que estuviera echándose encima. Abi había sido la imprudente y la que se había metido sola en una emboscada. Tenía demasiadas ganas de terminar aquel encargo y había pegado un patinazo, cosas del oficio que tendría que mejorar para las próximas cazas.
Gracias por salvarme, por cierto —continuó, aún encañonando al resto de piratas para que continuaran obedeciendo.

Fue moviéndose por la zona, recogiendo las cuerdas que habían estado usando para moverse entre los distintos niveles de la cueva y que también habían estado usando para transportar el botín al barco, que estaba más abajo, a nivel de mar.

No hay nada por aquí... lo tenéis todo en el barco, ¿verdad? —no contestaron a su pregunta pero daba igual, era el único sitio donde podía estar todo lo que habían saqueado. Abigail empezó a atar las manos de los piratas, uno a uno.
Cuando terminemos de atarlos podríamos llevarnos el barco entero hasta la base. A partir de ahí ya podríais devolver lo que han robado —Abigail ayudaría si podía, pero su intención era marcharse cuanto antes para buscar otro objetivo más. Se despediría de aquellos jóvenes primero, eso sí.
No tardó mucho en tener a los piratas que quedaban maniatados, se volvieron bastante dóciles después de pillar al capitán... a quien tocaba atar ahora.

Que sea la última vez que me llamas rubita o pichón —se quejó mientras procedía a atarlo para que no se fuera por ahí. Estando donde estaban era suficiente con atarlo de manos, no podría trepar y mucho menos nadar así.

Bueno, ¿vamos al barco?
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Mar 25 Feb 2020 - 18:53}

Los segundos pasaron y pareció que los piratas se rendían sin poner más pegas. Elya se dio cuenta de que llevaba un rato con un zumbido en los oídos, pero ya estaba remitiendo. Tragó saliva. Había ido de un pelo, demasiado cerca. Tenía que tener más cuidado. Se apresuró a esposar al capitán, asegurándose de registrarle en busca de armas, ganzúas o cualquier cosa que pudiera representar un problema. No dijo nada, pero le miraba con bastante enfado.

-Ni lo menciones, menos mal que llegué a tiempo.

Le ayudó a atar a los piratas que faltaban. Su idea de llevar el barco hasta la base era en realidad muy buena idea. Asintió, contenta de que lo peor ya hubiera pasado.

-Dame un momento, déjame revisarlo. Comprobaré que no haya nada peligroso en la bodega y podemos meterles ahí hasta que lleguemos. Vigílales, por favor.

Sería rápida. Subió al barco alerta y arma en mano. Nada le aseguraba que estuviera completamente vacío, pero por suerte tras dar una vuelta rápida comprobó que no había nadie. Sin embargo, el barco estaba lleno de víveres, dinero y otras cosas robadas a los lugareños. Desde vajillas, jarrones y cuadros hasta sábanas y ropa variada. Le enfadaba verlo, se habían aprovechado a base de bien. Regresó a la cueva a paso rápido y les indicó que fueran subiendo uno a uno.

-Vayamos primero a la base, me aseguraré de devolver lo que han robado. Si te parece bien diremos que fue gracias a las dos; así podrás cobrar la recompensa.

Era lo justo. Ella de todas formas no podía cobrarla, ya que trabajaba para la marina. Sin embargo, tenía la esperanza de que esta pequeña hazaña le arrancara de una vez de su puesto como recluta; estaba lista para tener más responsabilidades.

Una vez estuvieron todos, zarparon sin mayor dilación. Elya llevaba el barco; conocía ese mar como la palma de su mano. No creía que les llevara más de cuatro o cinco horas y en cuanto el rumbo estuvo colocado supo que tenía un tiempo de descanso. Se dio un respiro y se apoyó en la borda. Lo cierto es que llevaba un buen rato pensativa. Seguía recordando una y otra vez aquella burbuja que había recubierto a Abigail en el medio del conflicto. Sabía que había sido cosa suya; había visto su colgante brillar y lo había sentido en el momento en el que se había deshecho, aunque entonces estaba completamente atenta al capitán. Quiso volver  a probar.
Mirando a su alrededor, lo único susceptible de meterse en una burbuja que vio eran un par de barriles. Extendió la mano, concentrándose… y no sucedió nada. No le decepcionó demasiado. Sus técnicas estaban ligadas a sus emociones, eso lo sabía. Y no tenía claro qué estaba sintiendo cuando salvó a la mujer, había sido una mezcla de cosas, la mayoría negativas. Ahora que estaban a salvo… era complicado recordarlas.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {Miér 26 Feb 2020 - 19:41}

Hizo caso a la marine y se quedó allí vigilando que nadie hiciera ningún movimiento extraño. Mientras ella investigaba el interior, la monja se mantuvo allí, más o menos quieta, apuntando a los piratas para mantener lejos de sus mentes cualquier idea sobre escapar, intentar atacarla o cualquier cosa intermedia. Tampoco aceptaría la vía diplomática después de haber sido emboscada, y los criminales parecían comprender la situación a la perfección. Una vez la marine regresó con ella empezaron a hacerlos desfilar. Sin embargo, aún quedaban los que estaban atrapados en el nivel superior pero por suerte aún continuaban metidos en la red, de forma que fue relativamente sencillo informarles de lo ocurrido y pedirles civilizadamente -apuntándoles con el arma- que bajaran con ella.

Hm... bueno, está bien, no viene mal algo de efectivo, aunque sigo sin recordar si este tal Roki era buscado o no —dijo como respuesta. Seguía sin recordar la cara del capitán, pero... ¿y si tenía uno? Era feliz haciendo buenas obras de forma altruista, pero al final del día necesitaba fondos para poder continuar trabajando, reparando sus cosas, construyendo, y en general todo lo que rodeaba a su trabajo como cazarrecompensas.

Dado que ella apenas llevaba tiempo viajando por el North Blue dejó que fuera Elya quien llevara el barco de vuelta a la base marine. Durante ese tiempo Abigail únicamente expulsó al pirata que aún llevaba dentro, reuniéndolo con sus compañeros. Éstos empezaron a discutir por ver quién tenía la culpa pero no les prestó demasiada atención, le gustaba demasiado la sensación del mar.

Pasado un tiempo llegaron a la base marine de Lyneel, pegadita al mar para poder tener sus barcos al alcance. Allí entregaron a los piratas, no eran pocos pero estaba segura de que tendrían sitio en los calabozos o que podrían trasladarlos a cualquier otra prisión.

Ha sido un placer trabajar contigo —dijo, de forma sincera, en las puertas de la base —. Me temo que no podré acompañarte a devolver lo que habían robado, si vuelvo... esos jóvenes intentarían venir conmigo, y todavía no soy capaz de protegerlos como es debido —la monja no era idiota después de todo, sabía que la curiosidad natural de aquellos jóvenes y el hecho de haber recuperado sus pertenencias robadas haría que quisieran entrar en acción, fuera acompañándola a ella o quizá alistándose como marines.
Pero si puedes darles un mensaje cuando les veas te lo agradecería... Volveré a pasar por aquí cuando me vea capaz de trasladarme al Grand Line. Si para entonces han pensado y meditado los peligros y riesgos de esta vida les aceptaré.

Tras despedirse de Elya se marchó de la base. Aún quedaban islas por visitar en el North Blue y problemas que resolver en ellas.
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Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] Empty Re: Lo que los criminales dejan detrás [Rol de isla][Priv. Elya] {}

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