La curiosidad tentó al gato. [Moderado Nivel 2 - Moja]

Hace unas semanas llegaron a tus oídos rumores de un par de aventureros que estaban ofreciendo informaciónsobre islas con tesoros en múltiples puntos de la geografía del Nuevo Mundo. Hace tres días llegas a la isla de Samirn, ya que según escuchaste en algún momento harían un alto en su viaje en la ciudad de Ur'Tuban.

Te encuentras en la taberna desayunando cuando comienzas a escuchar murmullos, parece ser que ya han llegado a la isla y que se dirigen hacia allí.
Quieres esa información y tienes ante ti varias opciones, esperarlos o salir a su encuentro. Como obtengas la información que tienen es decisión tuya.

Los tres días se me habían echo eternos esperando que llegara la gente con la información, baje de la habitación con mis armas encima, no sabia si las necesitaría y no estaba de más ser precavido. Me senté en la mesa del fondo, donde me había sentado los últimos días, sin decir palabra me sirvieron el desayuno, ese día tocaba unos huevos fritos, una tortilla francesa y correspondiente vaso de leche. Al empezar a escuchar el alboroto decidí dejar mi desayuno a mitad y beberme de un trago la leche.

Salí y me escabullí entre la gente gracias a la habilidad de pasar desapercibido. Hacia un buen día y había bastante bullicio lo que me permitió colocarme detrás de ellos sin que me detectaran a escuchar lo que decían, o eso creía, necesitaba la localización, pero lo mejor era conocer a una persona antes de empezar a negociar, eso me permitiría tener mejor oportunidad de conseguir lo que quería o incluso llegar a poder robárselo, afine mis oídos e intente escuchar que decían.

Das alcance a tus objetivos en el mercado de la ciudad, hoy es día de ventas así que está a rebosar. En la muchedumbre puedes observar todo tipo de gente: gnomos, minks, animales parlantes, humanos...

Abriéndote paso entre la multitud de forma sutil te posiciones tras ellos, no alcanzas a distinguir su raza ni genero, pero se trata de dos figuras embutidas en armadura y casco cerrado que parecen no haberse percatado de tu presencia, apenas hablan pero de lo poco que dicen alcanzas a captar que van a dar una vuelta por el mercado y luego se dirigirán a un pequeño hostal cercano a la taberna en la que te encontrabas desayunando.

Aquella estrategia no había merecido la pena, no pude escuchar nada de lo que decían, salvo que iban a dar una vuelta por el mercado, lo cual me llevo a decidirme a volver a al hostal y acabarme mi desayuno, si es que la camarera me lo había guardado, aunque según como había salido y el rato que llevaba fuera lo dudaba la verdad. Volví al hostal lo mas aprisa posible, quería llegar antes que aquellos hombres terminaran de dar su vuelta. No sin antes pasarme por una tienda que había descubierto en los días anteriores de mi estancia y llegue a adquirir un veneno de parálisis y un suero de la verdad, no estaba muy seguro de si funcionarían pero me habían costado poco mas de 20.000 berries, algo barato a decir verdad. Introduje las capsulas en mis dagas una con parálisis y la otra con el suero. Esperaba no tener que utilizarlas.

Volví al hostal y para mi sorpresa me habían guardado el desayuno. Termine la media tortilla y el huevo que me quedaban y mientras esperaba a aquel par de aventureros sentado en la misma mesa donde había desayunado, saque mi fusil, lo puse encima de la mesa y con un paño limpio, empece a sacar brillo a ese color azulado oscuro que tenia.

El desayuno estaba ya frío, pero claro, cuando el hambre aprieta....

Conforme te encuentras sacando brillo a tu fusil sobre la mesa te das cuenta de una serie de cosas, no ha pasado desapercibido y a tensado un poco el ambiente el hecho de que tienes un arma de fuego encima de la mesa, y, además, en el otro extremo del salón están las dos figuras embutidas en sus armaduras sentadas dándote la espalda.

Ves a la camarera llevándoles jarras, asado y un pastel, también te percatas de que nadie lleva intención de interrumpirles.

Guardé mi fusil, no se porqué pero me daba la sensación de estar llamando la atención y eso no era bueno para mi reputación. Espere a que aquellos hombres terminaran de comer antes de asaltarlos y comprar la información. Mientras esperaba sentí como mi estómago se revolvía, creo que comerme el desayuno frío no me había sentado bien. Salí de la mesa y me fui directo al baño, aún tenía tiempo ya que aquellos hombres con armadura apenas habían empezado a comer. Fue algo rápido a decir verdad, los hombres casi habían terminado cuando volví. Pero ya no podía aguantar más las ganas de averiguar que sabían. Antes de que terminaran, me acerqué a ellos.

-Buenas, ha llegado a mis oídos que tienen algo de información, estaría dispuesto a comprarla guau.- les dije, mirándolos a la cara, mientras esperaba una respuesta que satisficiera mis peticiones. No sabía cómo iban a reaccionar a mis palabras así que utilicé mi haki de observación, por si un ataque furtivo viniera hacia mí.

- Información... - Responde una de las figuras sin tan siquiera girarse. - ¿Cazarecompensas o agente del gobierno?

- Nah, yo apostaría por pirata. - Responde la segunda figura a la primera también sin girarse. - Es evidente. ¿Has visto lo tenso y alerta que está?

- Entonces dime joven pirata. ¿Qué clase de información estás buscando? ¿Qué es lo que te interesa? - Te pregunta la primera figura.

Pero esta vez si se ha girado hacia ti, de hecho ambas figuras se han girado. No puedes ver sus caras por el visor tintado con efecto espejo de sus cascos pero aun así puedes notar como sus miradas se clavan en ti.

Al no detectar intención de atacarme de ellos deje de usar mi haki, relajándome un poco. Los visores de espejo me sorprendieron un poco, no estaba acostumbrado a ver este tipo de cosas. No parecían hostiles, lo cual me alegraba bastante. Pero no llegaba a fiarme del todo, puesto que en el nuevo mundo nunca te puedes fiar de nadie y menos en el nuevo mundo. Quizás había sido un poco ingenuo en el inicio de mi aventura, pero me sentía bastante fuerte, lleno de energía por empezar otra aventura. Di un paso hacia ellos mientras me quitaba la capucha, dejando al descubierto mi cara de pantera. No solía descubrirme ante nadie, pero pensé que la ocasión lo requería.

-He escuchado que tenéis información de unos tesoros en las islas del nuevo mundo guau- dije sacando mi sonrisa forzada, aun me costaba bastante hablar con los desconocidos. Poco a poco iba consiguiendo hablar un poco más con extraños, aunque aún estaba lejos de conseguirlo.

-¿Cual es el precio por esa información? guau- insistí, intentando sonsacar lo que pedían aquellos hombres.

- ¿Así que te interesan los rumores de tesoros? - Te pregunta la figura de la izquierda. - De esos tenemos bastantes. El precio es la buena historia que pueda surgir de ello.

Puedes sentir como tras quitarte la capucha te observan detenidamente, aunque no percibes sorpresa en sus gestos.

- Así que un joven Mink... - Dice la figura de la derecha. - Si, creo que le podrías caer en gracia a los jefes, o al menos lo suficiente como para que te den esa información. Si de verdad estás dispuesto a embarcarte en esa aventura habla esta noche con el tabernero y dile "Aló comandante". El te responderá "Ese Bleyd ocioso" y te dejará pasar a la sala de la reunión

Ante las palabras de aquellos hombres, poco más podía hacer, asentí con la cabeza y me di la vuelta dirección a mi mesa. Tenia que sentarme a pensar seriamente que debía hacer ante aquella oportunidad que me brindaban. Sentía que era una oportunidad de oro y la vez que se me pasaba por la cabeza que podría conllevar algún peligro. Pasé el día deambulando, encerrando en mi habitación, la noche se acercaba y no me decidía. Tras darle muchas vueltas decidí tirar para delante y esperar que mi suerte me llevara a buen puerto. Ya había oscurecido y baje a hablar con el tabernero. No sabia como abordarlo y decirle las palabras correctas para que me dejara entrar en la reunión.

Me acerqué al tabernero intentando mostrar mi mejor sonrisa aunque la verdad, luego pensé que había quedado como un idiota por forzarla. -Aló comandante guau- dije intentando mostrar seguridad, aunque sin mucho atino. El hombre se quedo un poco extrañado por el ladrido, pero se encogió de hombros, me miró y contestó, -Ese Bleyd ocioso-. Acto seguido me mostró el camino hasta la sala donde se celebraba la reunión.

El tabernero te hace pasar tras el mostrador y a lo largo del almacén hasta llegar frente a una estantería, la cual de repente se desliza dando acceso a un pasillo oculto al final del cual ves una puerta flanqueada por los dos sujetos con los que hablaste en la mañana.

- Al final te has atrevido a venir pequeño Mink - Dice la figura de la derecha mirándote arriba a abajo.
-Mierda, tenías razón. - Dice la figura de la izquierda pasándole un puñado de berries a la de la derecha. - Tú ganas.
- Bueno, puedes pasar, adelante. - Te indica la figura de la derecha abriéndote la puerta.

Pasas acompañado de ambas figuras, que cierran tras de tí. Es una sala en penunmbra, con un escritorio grande de madera al fondo y una gran butaca giratoria que está dándote la espalda. Una de las dos figuras en armadura avanza hasta el escritorio y se coloca al lado de la silla.

Se agacha un poco y ves como asiente.

-El jefe pregunta que si estás dispuesto a volver con una buena historia te contará lo que quieres saber. -Ves como de nuevo se agacha y asiente un par de veces. - El jefe tiene rumores de que a una semana de viaje desde este puerto hay una pequeña isla, abandonada y que no aparece en ningún mapa que supuestamente era un centro de pruebas del Cypher Pol. - Se agacha una última vez asintiendo de nuevo. - El jefe dice que deberías darte prisa en partir, la travesía es larga y no eres el único con esa información, ya sabes como va esto, quien primero llega se lo queda. ¡Ah! Y no te olvides de si lo logras volver para contar la historia, un trato es un trato.

Escuché atentamente lo que decían aquellas personas, según decían no disponía de mucho tiempo. Tenia que apresurarme en salir, acepté el trato y recibí las indicaciones de como llegar a aquella isla sin nombre. Sentía la prisa recorrer mi cuerpo y aun siendo de noche decidí partir. Para mi que era un buen navegante no suponía ningún reto navegar de noche, de echo lo prefería. Rápidamente subí a mi habitación y recogí mis cosas a toda prisa. Salí de la taberna, no sin antes dejarle al encargado una buena propina por sus servicios prestados. Llegue a mi pequeño balandro, el cual no era muy grande, pero me sentía realmente cómodo. Acomodé mis cosas y me dispuse a zarpar dirección a aquella isla perdida. Desaté los amarres y extendí el velamen buscando el viento.

La noches parecía estar tranquila y la mar en calma, lo que me facilitaba poner rumbo a aquella isla. Esa pequeña carrera me había motivado, me sentía con fuerzas y ganas de aventuras. Aun a pesar de que fuera de noche me sentía sin sueño ni cansancio. Esperaba que el viaje a aquella isla fuera tranquilo.

En el momento en que llegas a tu barco, ves que sentada en la borda hay una mujer rubia con una minifalda azul y una blusa sin mangas comiendo un limón. En el momento en que te ve llegar sonríe y te lanza algo que llegas a coger por suerte, un objeto pequeño: un eternal pose. Puedes ver que el nombre que hay en este es "Rocky Point."

- Buena suerte, chico gato. El jefe me ha mandado a darte eso.



Tras eso se pone de pie sobre la barandilla y salta al puerto con una agilidad envidiable. Una vez tienes eso en tus manos ya estás en situación de ponerte a navegar hacia tu destino. Preparas el barco y zarpas hacia Rocky Point. Los primeros días de viaje transcurren sin problemas ni sobresaltos, hasta que hacia el sexto día notas algo raro en el ambiente. Estaba un día totalmente despejado y tranquilo, cuando de repente se empiezan a levantar olas altísimas y el mar se vuelve un caos. Empiezas a remontar una de las olas, decenas de metros más grande que tu barco, cuando llegas a la cúspide de esta y ves un paisaje aterrador: estás en lo que sólo podrías definir como una montaña rusa de agua. En diferentes puntos del mar se han levantado enormes "tubos" de agua que zigaguean, suben y bajan. Es un fenómeno muy raro del Nuevo Mundo llamado "Watery Snake." Y ahora mismo estás justo a punto de bajar en picado por una de las caídas.

Vi como unas enorme ola se empezaba a alzar delante de mi. Como era eso posible, el día estaba despejado y el sol brillaba en lo alto, al momento lo recordé. Esto era el Nuevo Mundo donde los fenómenos extraños eran comunes. Agarré fuertemente el timón y coloqué las velas de modo que no entorpecieran en la maniobra. La remontada de la ola no suponía un reto, lo divertido vendría después una vez la bajase. Cuando estaba en la cúspide de la ola lo pude ver. No era solo una ola, aquello parecía una montaña rusa, eso haría sacar a relucir todas mis habilidades como navegantes. -Esto no era lo que esperaba guau- grité, el barco empezó a coger velocidad rápidamente. Realmente aquello era difícil de controlar, el timón no paraba de temblar. Escoré un poco el barco, de manera que bajara en diagonal y no recto, lo que haría que la velocidad no aumentara de manera tan exponencial. Si hubiera decidido ir recto el barco no soportaría la velocidad y acabaría echo papilla en la base de la ola. A mitad de la ola me toco girar violentamente el barco a la derecha. lo que venía otra pequeña subida pero esta vez a la izquierda.

Al subir la siguiente la corriente cambio de repente, sin apenas darme opción a fallo volví a dar otro viraje bruscamente, pero esta vez hacia la izquierda. -Mierda esto no va a ser nada fácil- maldije. Esto empeoraba por momentos, el barco comenzaba a crujir. Lo estaba llevando a limites insospechados.

Sigues recorriendo la Watery Snake poniendo al límite tus habilidades de navegante. La masa de agua no está simplemente elevada, sino que se se retuerce sobre sí misma, obligándote a reaccionar a los movimientos del agua y girar bruscamente el timón para evitar salirte de la corriente de agua y caer al vacío. Mientras la recorres te das cuenta de que cada vez estás más alto. La Watery Snake se está retorciendo y ascendiendo hasta que te encuentras con una súbita bajada. Un tobogán de agua de más de cien metros de altura, que desciende directo hacia el mar picado.

Ojalá fuesen esos todos tus problemas. Mientras estás a punto de descender, escuchas un montón de chillidos agudos y ves figuras saltando junto al barco, recorriendo la corriente a su par. Son una especie de seres similares a focas, pero de un tono gris claro, con aleta trasera, aire ligeramente humanoide y cara de delfín. ¡Son bandidos del mar! Estas desagradables criaturas del Nuevo Mundo aprovechan las tormentas para subirse a los barcos y saquear su comida mientras están ocupados. Más te vale reaccionar rápido. ¿Salvarás tu barco? ¿Tu barco y tu comida? La situación no pinta bien.

Estábamos llegando al tobogán de mas de 100 metros de altura, cuando aquellos animales se montaron en el barco. No tenia muchas opciones, si me concentraba en el barco, aquellas alimañas se robarían mi comida. Por el contrario si dejaba el timón, con aquella velocidad, acabaría cayendo al mar y el barco destrozado. Fue entonces cuando una idea se me paso por la cabeza, era algo arriesgado pero si tenia suerte podría llegar a salvar el barco y la comida. Solté un momento el timón, y lo mas rápido que pude cogí una de las velas de repuesto, de echo la más grande que tenía. Le até cuatro cabos, uno a cada esquina y estos a su vez a la barandilla de popa. Tiré la vela a modo de paracaídas para frenar el barco. Después de eso, volví a tomar el timón para colocarlo de nuevo en rumbo.

Una vez el barco estuvo de nuevo en rumbo saqué a mis dagas gemelas y me lancé a echar a aquellas bestias del barco. Me acerqué a la mas cercana y con mi electro imbuido en ellas le lancé un par de golpes. Me iba a ir a por la siguiente cuando noté que el barco se escoraba hacia la derecha. -Mierda guau- solté por la boca, rápidamente volví al timón a corregir el rumbo. Esta vez me costó más volver a llevar el barco a buen rumbo. Una vez lo conseguí de nuevo me lancé a por el siguiente bestia, con la que de nuevo volví a utilizar mi electro. Esperando así poder espantarlas, esa vez pude golpear a dos, para tener que luego volver al timón. Aquello era realmente difícil, pero mi animo no podía decaer.

Logras mantener a los bandidos marinos ocupados el tiempo suficiente como para llegar al final de la Watery Snake. A pesar de que gracias al "paracaídas" ha disminuido la velocidad, el barco se detiene de golpe al llegar al final del tobogán, haciendo durante un momento el caballito. El brusco escoramiento derriba a algunos de los animalejos, que empiezan a rebotar por la cubierta y entre sí. Tras eso saltan por la borda y huyen. Has logrado huir de la Watery Snake y evitar que roben tu comida. Bueno, casi toda. En el último momento uno de los bichos asoma la cabeza desde el interior del barco con una salchicha entre las fauces, se ríe de ti y se lanza al mar. Los delfines son malvados, tío.

El resto del viaje a Rocky Point transcurre sin problemas. Bueno, probablemente un buen carpintero deba revisar tu barco después de este viajecito, pero por lo demás todo correcto. Cuando compruebas el interior del barco ves que salvo por haberte dejado todo empapado, el bandido marino no se ha llevado nada más. Aunque te ha roto un par de platos. Al día siguiente ves al fin la isla. Te queda claro que quien le puso el nombre no era muy original, porque es exactamente lo que dice: un conjunto rocoso en medio del mar. Tras un par de vueltas en torno a la isla buscando un punto donde desembarcar, pues toda la costa es demasiado escarpada, encuentras un estrecho paso entre las rocas hacia una cala oculta. En esta hay una playa y un viejo cartel oxidado y a punto de caer:


El fondo de la playa acaba en una pared rocosa, en la que hay una gran puerta metálica abierta. Esta da a unas escaleras que descienden hacia la oscuridad. Por cierto, en la cala hay otro barquito más.

Aquella caída terminó sin mas perdidas que un par de salchichas y unos platos rotos. Poco la verdad para lo que podría haber llegado a perder. Recogí la vela que había utilizado como paracaídas, la doblé y la guardé de nuevo. El barco crujía bastante, estaba claro que cuando llegara de nuevo a Sarmin, tendría que llevarlo a un carpintero para que le echara buen vistazo. Tardé un día más, en llegar a Rocky Point. Di una vuelta a la isla buscado una entrada entre sus escarpados acantilados. Finalmente encontré un lugar por donde entrar a la isla, en la que había una pequeña playa y un barco. *Joder se me adelantaron* pensé por un momento.

Eché el ancla a mi barco, baje de él. Al pisar la playa pude ver un enorme cartel. Lo que decía no me inspiraba mucha confianza. Pero el hombre que me había encargado la misión, dijo que estaba abandonada. Eso era algo que dudaba, pero bueno que seria de una buena aventura sin peligros. Le empezaba a coger el gusto. Empecé a caminar por la playa, acercándome a aquella puerta y bajando por las oscuras escaleras.

Las escaleras son metálicas y hacen ruido cuando las pisas. El ambiente está húmedo y todos los sonidos hacen bastante eco. Al cabo de unos metros te rodea una oscuridad impenetrable, cuando de repente escuchas un ruido eléctrico y empiezan a encenderse luces en las paredes. Probablemente te lleves un susto al principio, pero si miras a tu derecha verás un pequeño den den mushi guardián que ha pulsado un botón frente a él. Una grabación suena entonces, una voz de mujer:

- Sean bienvenidos al centro de investigación del Gobierno Mundial número 106, Rocky Point. Se recuerda a los visitantes que deben prestar atención durante la visita a su guía y no entrar en las zonas restringidas. El personal de la base no se hace responsable de posibles lesiones, mutilaciones o muerte causadas por no atender a las instrucciones de su guía establecido. Por favor, disfruten de la visita y no se olviden de probar nuestra deliciosa Rocky Cola en la cafetería.

Cuando llegas al final de las escaleras te encuentras con una puerta blindada abierta. Te empiezas a dar cuenta de que este centro es un búnker subterráneo. Has bajado tanto que estás bajo el nivel del mar ahora mismo. Atraviesas la puerta y ver una sala de seguridad: hay un punto de control inactivo con un detector de metales apagado y una cinta transportadora estropeada para pasar las cosas. Tal vez quieras echar un vistazo a la zona, pero salvo por chatarra, no ves nada de interés. Sin embargo al otro punto del control de seguridad entras ya en la zona principal de la base. Te encuentras un pasillo con una puerta cerrada a tu derecha en la que pone "seguridad". En caso de que intentes abrirla tendrás que improvisar algún método de forzarla, porque está cerrada con llave. Si pasas de ella y sigues de frente, te encontrarás con una puerta enfrente que pone "cafetería", un desvío hacia la izquierda que da a una puerta en la que pone "sólo personal autorizado" o puedes seguir el camino hacia la derecha, un pasillo más largo que vuelve a girar rodeando la cafetería y yendo a una zona más profunda de la base.

Bajé por aquellas escaleras, cuando de pronto, me di un susto tremendo al encenderse las luces y escuchar aquella voz femenina. Al fijarme a mi derecha un den den mushi guardián había pulsado un botón activando aquello. La parte de lesiones, mutilaciones o muerte no me sonaba para nada agradable. No tenía muy claro donde me estaba metiendo, pero tenía que darme prisa antes de que se me adelantaran. Al llegar abajo pude ver la puerta blindada de un búnker abierta y más allá una sala en la que había un sistema de seguridad con detección de metales, en la cual no había nada interesante, tampoco presté mucha atención.

Continué por el pasillo y ante mí apareció una puerta que decía “Seguridad”. *Quizás pueda encontrar un mapa del recinto aquí* pensé por un momento. La cerradura era eléctrica y mi instinto de saqueador me decía que dándole una pequeña descarga eléctrica sería capaz de abrirlo. Acerqué el dedo y le di una pequeña corriente con mi electro. Si la consiguiera abrir buscaría rápidamente un mapa en la sala y continuaría por el pasillo. Si no fuera así haría lo propio y continuaría también por el pasillo.

Al poco de seguir avanzando llegué a una encrucijada. Tenía la cafetería en frente, un pasillo a la derecha y un pasillo a la izquierda que daba a una puerta que decía “Solo personal autoritario”. Llegados a este punto si hubiera conseguido el mapa me detendría a estudiarlo un momento, si no fuera así intentaría pasar por la puerta a la que daba el pasillo de la izquierda. Los caminos de personal autorizado suelen ocultar algo o incluso ahorrar camino.

Intentas abrir la puerta, pero no parece que haya sido el método correcto. Cuando le metes una descarga lo único que ocurre es que por un momento se encienden algunas luces y la pantalla electrónica muestra algunos símbolos sin sentido, pero luego vuelve a la normalidad. Mala suerte. Continuas caminando y te decides a meterte en el camino prohibido para ti. La puerta está algo vieja, y pese a que eres cuidadoso, chirría que da gusto cuando la abres. Tras eso tienes pasillo hacia la derecha o hacia la izquierda. El de la derecha no tiene nada en especial, no hay puertas y al fondo al cabo de unos metros gira a la diestra. En cambio en la otra dirección tienes una jugosa puerta metálica en la que pone "despacho del director". Tal vez quieras colarte ahí, pero tendrás que ingeniarte un método. Esta vez la puerta tiene dos métodos de apertura: o un sistema electrónico metiendo una clave, o usando una llave. ¿Probarás suerte?

Por cierto, escuchas un sonido profundo, una especie de retumbar mecánico, que viene de lo profundo de la base. Se prolonga durante unos tres segundos, y luego vuelve a haber silencio.

No había conseguido abrir la puerta del calambrazo, eso dificultaba las cosas. Significaba que no conseguiría un mapa del lugar. Eso conllevaría más tiempo para llegar a sacar algo. Continué por el pasillo y llegué al cruce de pasillos. Una vez aquí llegaba un enigma, tenía un pasillo a la derecha que continuaba y se perdía, en frente estaba la puerta de la cafetería y a la izquierda tenía otro pasillo con una puerta, de la que colgaba un cartel de “solo personal autorizado”. Al igual ahí podría conseguir el mapa o algo de interés. De normal esos sitios escondían algo.

Finalmente me decidí a ir a por el pasillo izquierdo y llegué hasta la puerta. Intenté abrir esta con cuidado, pero esta chirrió de tal manera que casi me deja sordo. Al entrar pude ver dos pasillos uno hacia a la derecha que se perdía al fondo y otros hacia la izquierda que daba al despacho del director. Ummmm ahí podría haber algo de valor. Antes de llegar a la puerta, pude escuchar un ruido al fondo de algo metálico retumbando. Eso debían de ser los que se habían adelantado a mí. Tenía que darme prisa, aquella gente se me estaba adelantando demasiado.

Busqué alguna forma de abrirlo, tenía un teclado eléctrico y una cerradura normal. Se complicada, volví a intentar a abrirlo con el electro. No perdía nada intentándolo, si esto no funcionaba intentaría echarla debajo de un empujón, aunque dudaba que aquello llegara a funcionar. Si no lo consiguiera de ninguna forma desistiría en mi empeño de abrirla e iría hacia el retumbar metálico intentando no abandonar la zona restringida.

Al principio la pantalla brilla como la otra y muestra una serie de símbolos ilógicos, pero de repente suena un pitido y la puerta se abre. ¿Qué has hecho diferente esta vez? ¿Mantuviste más tiempo la corriente eléctrica, menos tiempo? ¿Tocaste en otro lado? Tal vez estés aprendiendo a abrir cerraduras eléctricas, yo que tú probaría a hacer lo mismo en la próxima. En cualquier caso, en el momento en que la puerta se abre se encienden varias luces eléctricas en el interior, parpadeando, y empiezas a escuchar una canción.


La estancia en la que entras es a todas luces un despacho, como bien indicaba el cartel. Frente a la puerta hay un escritorio, a tu derecha hay una enorme pecera vacía y una nevera y a la izquierda hay una estantería con archivadores con fechas escritas en el lomo, libros de consulta y una buena cantidad de novelas románticas. Parece que al director le gustaban las historias de amor. También hay varias plantas mustias en diferentes puntos de la habitación. Por último hay un enorme cuadro bastante feo en la pared tras el escritorio, de una mujer cantando sobre un escenario. Podrías buscar en los cajones del escritorio a ver qué encuentras, aunque lo que llama tu atención es el enorme aparato que hay sobre el escritorio. Un ordenador de sobremesa. Aunque tu personaje no esté familiarizado con esos aparatos, este es bastante intuitivo de usar y hay una pequeña guía de usuario al lado. En caso de que decidas echar un vistazo, estos son los menús a los que tendrás acceso:

• Apertura de emergencia de los cierres electrónicos
  
• Diario del director
  
• Mapa de la base
  
• Memorándum
  
• Registro de avisos del sistema de mantenimiento
  
• Registro de proyectos
  

Tal vez quieras (y sea buena idea) echar un vistazo a algo más que el ordenador, pero recuerda que deberías administrar bien tu tiempo. No estás solo en esta base.

La cerradura electrónica se abrió sorprendiéndome gratamente, al entrar pude ver lo que decía el letrero de la puerta. Si era el despacho del director y me dispongo a revisarlo rápidamente. Encima del escritorio puedo ver lo que viene siendo un ordenador. Este era bastante intuitivo accedí a él y pude leer unos cuantos comandos. De lo cuales solo me interesaba el mapa del lugar y al igual la apertura de emergencia de cierres electrónicos. Cogí un papel que estuviera tirado por la mesa, un lápiz y accedí al mapa. Lo dibujé como pude rápidamente, lo doblé y me lo guardé en el bolsillo de la sudadera. Dejé la apertura de cierres electrónicos preparado para darle antes de salir de la sala. Rebusque en los cajones de la mesa y me guardaría lo que pareciera de utilidad.

Antes de salir de la sala, activé la apertura de cierres en el ordenador y salí del despacho de frente continuando por el otro pasillo que había. Imaginaba que este rodeaba la cafetería, continué avanzando por aquel lugar mirando bien los recovecos buscando si pudiera haber algún activador de trampa que pudiera esquivar. No me fiaba mucho de ese lugar, me daba mala espina.

Al momento empiezas a escuchar sonidos mecánicos de puertas electrónicas abriéndose por todos lados. Sí, has abierto todas las puertas de la base. Esperemos que no haya sido una mala decisión. Con respecto al mapa, ha estado bien que consiguieras uno, porque la base es muy grande. Sin embargo gracias a este logras determinar cuáles son las partes interesantes. En el piso -1 solo está la cafetería, seguridad y algunas oficinas. Dudas que vayas a encontrar nada más interesante en este piso salvo que te apetezca volver a seguridad, o entrar a la cafetería a por una Rocky Cola. En el piso -2 están las habitaciones. Salvo que quieras ponerte a saquear armarios y rapiñar chapas monedas que hayan quedado olvidadas, yo ignoraría ese piso. Y luego en el -3 están los laboratorios, talleres y campos de pruebas. Es ahí donde probablemente estén las cosas divertidas. En cualquier caso, no hay trampas, aunque cuando doblas el pasillo te encuentras con la puertas de la cafetería de par en par y un cadáver tirado en el suelo, ya casi en los huesos. A saber cuándo tiempo lleva ahí. Tiene la ropa destrozada y está tirado en medio de una mancha negra que probablemente sea sangre seca. O Rocky Cola, quién sabe. Por cierto, si decides bajar ya a algún otro piso, justo en frente de esta puerta de la cafetería, al lado de nuestro huesudo amigo, están las escaleras.