La curiosidad mató al gato... [Pasado]

Era mi primera vez en la isla en la parte Norte, me separé de mis obligaciones como hijo de familia militar y salté al vacío sin paracaídas, cosa que acabé lamentando, mi intención en el mundo no era pertenecer a la marina, no era la mejor idea, por lo que me enrolé en el primer barco que salía de puerto y acabé en la peor isla para un principiante... Nada más llegar a la isla me puse cual turista de arriba a bajo a inspeccionar todo y a todos, yo iba con mi peculiar simpatía y sonrisa sin entender del todo como era el mundo real. Equipado con una pequeña mochila con algo de ropa, comida y dinero, mi espada y lo que llevaba puesto. Empecé a curiosear, a meter las narices donde no debía. Tras un rato, me interesé por un hombre que en una jaula tenía un pequeño mono, asustado y tembloroso, claramente como protector de la fauna que me creo, me llamó la atención y pregunté... Claramente hice demasiadas preguntas, me encaré un poco con el hombre pues la forma que tenía de hablarme tanto del animal como a mi no eran precisamente educadas, ¿Como lo podía tratar como mercancía? No tenía vergüenza... Y yo no tenía experiencia en este ámbito pues por eso me encuentro así ahora...

Actualmente me encontraba en un lugar de la playa solo, entre unas pequeñas rocas, totalmente amoratado y sangrando, parecía ser que me había topado con traficantes de especies exóticas y como era de esperar, meter las narices en asuntos turbios ajenos pues tiene sus consecuencias, seguí a aquél hombre hasta un barco, pude ver el nombre de dicho navío, pero fui descubierto y recibí en compensación una tremenda paliza, intentaron robarme de todo, el dinero, las ropas, la comida, hasta mi preciosa y preciada espada, pero lo único que no consiguieron robarme era mi filosa amiga, me agarré a mi arma como el que se agarra a un clavo ardiendo y la pelea se decidió con un claro derrotado. Ante la impotencia de no poder robarme el arma, uno sacó un cuchillo y me apuñaló en el costado, luego me dejaron ahí tirado y se largaron con el barco el cual estaba en la cala, evitando puertos y miradas ajenas, como buenos ilegales de vidas...

Entre las rocas tenía la mirada perdida en el mar, aún estaba abrazado a mi espada, observé como se alejaban y cuando los perdí solté dicha herramienta de filo, el agotamiento también tenía su culpa, me dí la vuelta sin perder la visa al mar... Mi primera salida de la protección familiar y voy a morir, por lo menos lo haré mirando la libertad del océano...

Hacía frío, supuse que era por la perdida de sangre y me entró sueño, la verdad que empezaba a estar hasta cómodo ahí tirado, pensé en cerrar los ojos unos segundos y así quizás poder descansar para luego intentar caminar hacia el puerto, por suerte o por desgracia según desde el punto de vista con el que se viera, cuando los parpados ya se iban a cerrar apareció la cara de una mujer que me sobresaltó, volví en mí con un chute de adrenalina por el susto, la mujer se presentó como marine y quería ayudarme... El destino es caprichoso, intento huir de mi familia marine para acto seguido necesitar la ayuda de uno... -Hola- Saludé con garganta seca, la muchacha me vendó por la altura de la herida taponando el sangrado, a ojos de un médico se vería que la herida no tenía mucha importancia, pero a ojos de un herido, estaba a punto de morir (Ya se sabe lo quejicas que somos los hombres) -Si me ayuda usted, quizás si pueda andar- Me incorporé un poco, intentando dejar la espalda contra la piedra y mirar a la muchacha -¿Que ha pasado? Me caí por las escaleras...- Típica escusa que se usa para todo, hasta yo la usé varias veces para escaquearme del trabajo -¿Que hace un marine a este lado del muro?- Tosí brevemente tras acabar la pregunta pero el estímulo de otra presencia positiva a mi lado me quitó el sueño. Agarré la espada, apoyé la punta de la funda en la arena e intenté levantarme ayudándome de la mano izquierda con la piedra que sostuvo mi espalda. La verdad que me intenté levantar esperando la ayuda de la mujer que seguramente si no ofrece caería al suelo pero mi orgullo me impedía implorar el apoyo de un marine, valiente orgullo, de gente como yo estaba el cementerio lleno...

La idea de recuperarme gracias a ella no evocaba la intención de volver con la familia y seguir los pasos de los cabeza de familia, solo me apetecía seguir viendo mundo pero claro, con el pequeño inciso de venganza hacia esos macarras de tres al cuarto... Ese mono iba a tener una libertad total como todo ser vivo tendría que tener

La mujer tenía carácter, hasta me pareció entender una amenaza de encierro, aún que mucho no discernía de la verdad, si volvía a la muralla, esta vez me costaría más salir y podría llegar a considerarlo un encierro. La miré, normal que tuviera dudas, era cuanto menos sospechosa la situación y entendió mi broma como un ataque -Disculpe mi osadía, lo de las escaleras era una salida humorística para los nervios que estoy teniendo por la situación, no se preocupe, no se arrepentirá de ayudarme, por lo menos en lo que se refiere a la ley, no soy un fugitivo y no hay ninguna recompensa sobre mi cabeza...- Cosa que era verdad, si esta marine sabía quienes eran la familia "Seiken" y que estaba intentando huir de ellos quizás, aún que no le haya mentido me vería como un fugitivo para ellos y hasta le recompensaran por llevarme ante las cabezas de familia pero eso es un tema familiar por lo que no lo mencionaré... -La verdad que metí las narices donde no me llaman, creyendo que podría hacer algo bueno por el mundo y este es el resultado, es la consecuencia de intentar enfrentarte a gente de dudosa moral, que acabas recibiendo una dosis de realidad- Esperaba que la explicación contentara a la muchacha pues no había otro, si quería detalles se los daría pero tampoco había mucho más que contar -¿Suficiente para recibir su caridad y bondad?- Comenté desviando mi vista hacia la herida, ¿Funcionaría la pena en una ocasión como esta? Era marine, sería por querer ayudar a los demás... Espero...

La herida no era mortal ni critica pero estar de pie a medias tintas no era lo mejor para mantener la sangre dentro del cuerpo y un leve mareo me hizo tambalear el equilibrio, no caí pero por poco -Creo que necesito un médico... Con un veterinario me basta la verdad....- Comenté nuevamente riendo y haciendo el uso del humor para intentar disimular que aún que es una tontería, dolía como mil demonios...

Ante mi explicación la mujer pareció entender la situación, no podía más que agachar la cabeza con una sonrisa y poco más, tengo que decir que conseguí sacarle una tierna sonrisa a la muchacha, luego me llevó al carnicero... Entré en una sala de quirófano para mi gusto un tanto pobre, pero bueno, tendría que fiarme. El hombre me tumbó en la camilla y levantó la camisa manchada la cual noté como se despegaba poco a poco de la piel por la sangre, el hombre dijo que con un par de puntadas estaría más que listo. -¿Y como te has hecho esto? Déjame pensar... ¿Comiste demasiado? jajajaja- El tipo parecía tener mi humor pero en aquél momento yo estaba para pocas tonterías, saqué una sonrisa de compromiso y fue en ese mismo instante cuando... -¡ME CA.....!- El tío clavo una jeringuilla con un liquido en su interior en plena herida, ¿el maldito desquiciado no sabe avisar? Me hubiera preparado, dios que dolor... Como si de espasmos mezclados con contracciones se tratara me movía encima de la camilla intentando mover lo menos posible la zona de la herida pero era difícil -No te muevas tanto, que si te pincho lo que no debo la liamos- Eso me daba una confianza... Después de pinchar unas pocas veces, empecé a notar calma, ¿Me anestesió? Bueno, si unos simples pinchacitos dolían a tal nivel, no quería pensar en notar la aguja y el hilo. Efectivamente cuando el anestésico empezó a hacer efecto, noté como rebuscaba en la herida -Parece estar bien todo por aquí, has tenido suerte chico- Bueno, teníamos diferentes conceptos de la palabra "suerte" y tras una exploración concienzuda empezó a coser... Noté todo lo que hacía pero no lo sentía en términos de dolor, al poco me limpió y tapó con una gasa y esparadrapo. -Toma muchacho- Me dio una camisa con publicidad de la clínica  ya que la mía estaba totalmente deshecha -¿Tienes como pagarme?- Ante la pregunta me puse más blanco que ante la perdida de sangre... -Me lo han quitado todo...- El médico rió -Me lo imaginé, vuelve en dos días, pagarás tu deuda con trabajo- No, si al final sería majo y todo -Si encuentro trabajo de camarero antes, se lo pago- Asintió como si le pareciera perfecto o eso entendí.

Ayudado de una muchacha enfermera, salí de la sala después de que lo prepararan todo y me encontré con la marine para volver a soltar mi humor irónico -Mi dinero no permite habitación de cinco estrellas con almuerzo, así que me echan ya- Sonriendo claro -Me siento agradecido por tu ayuda y por esperarme, pero me temo que actualmente no te puedo invitar ni a comer, ¿Te acompaño de nuevo a la playa? O estabas patrullando o paseando y creo que puedo acompañarte hasta que se pase la anestesia jaja- Supongo que la idea de moverse no era la mejor que podía tener, pero tenía que agradecer a esta muchacha de cualquier forma su ayuda aún que sea mal pagado con mi compañía

La chica era desconfiada, normal por otro lado -¿Dedicar? Digamos que acabo de salir de las faldas de mi madre, de la protección de mi padre y de las obligaciones de la familia, supongo que podría decirse que estoy "huyendo" de las responsabilidades- Miré a la muchacha de arriba a bajo, intentaba ir a su paso pero notaba una tirantez en el costado que me hacía pensar que me estaba apresurando, pero no iba a demostrar preocupación -Usted es marine, ¿No se cansa aún que sea un poco o brevemente a veces lo que significa la marina? Es verdad que ves mundo pero solo el que te dejan o por donde te dejan o como te dejan... Estoy harto de las cadenas, creí que necesitaba... "libertad" pero en todos lados hay obstáculos, a los hechos me remito....- Digo mientras me toco el costado. Me agaché un poco hacia delante para verle bien la cara -Por cierto, me llamo...- ¿Mi nombre? No, no iba a dar mi nombre, no quería que reconociera a mi familia -¿Que es un nombre? Llámeme como quiera, desconocido, amigo, Bobby...- Pero rápidamente pensé que ella podía pensar que me río nuevamente de ella y no con ella -Llámeme Momojiro si gusta- Primer nombre que se me pasó por la cabeza...

La anestesia empezaba a cosquillear, quizás se estaba disipando el efecto, tendría que vigilar -¿Y usted? ¿Como se llama? y si puede ¿Cual es su rango?- Si estaba sola de patrulla o era alguien a quien estaban castigando o reprendiendo o un simple cadete, nadie pasa sus días de patrulla si tiene reconocimiento o galones... La muchacha tenía carácter, no era un personaje de relleno típico e insustancial... Quizás hasta era interesante para conocer bien, por lo menos ya le debía una...

Entonces a lo lejos comenzó a escucharse un griterío de unas mujeres. Esto hizo que me detuviera en seco. -¿Lo oyes? Estábamos cerca del muro pero en la zona litoral, donde las formaciones rocosas y cavernas inundaban la zona.

Parecía sincera y cual era su situación, ella misma decidió llevar esa vida cosa que todos los marines, (con alguna excepción) decidían serlo pero no todos eran conscientes de lo que significaba, más de la mitad solo eran carne de cañón, gente que se hacen marines por el simple hecho del reconocimiento, el poder o la influencia que el traje trae consigo. -Momo significa "todo" y Jiro "Segundo". Mi madre quería decir que todo es un segundo plano, yo soy lo importante o algo así... Mi padre lo aceptó pero se lo llevó a su interpretación, "Todo" referido a poder, entreno y demás, "segundo" para su segundo hijo... Digamos que el quiso que fuera marine, pero solo consiguió que odiase la idea...- Ups, había dicho la intención de mi padre... Menos mal que no se me escapó el nombre de este energúmeno... Aún así, para que me reconociera tendría que haber dicho mi nombre real "Luke Seiken" que era el de la familia militar, Momojiro era como se me conocía entre la familia, como un sobre nombre.

La muchacha me dijo su nombre y me dio una recomendación sobre el cuerpo de marine, rechazado totalmente -Por el momento no me haré marine señorita Nia- Pronuncie su nombre con mi sonrisa más encantadora para intentar derretir ese muro de hielo que rodea sus sentimientos, sentía que hablaba con un marine todo el tiempo y no con la persona que hay detrás del oficio, no digo que sea un robot, pero me faltaba algo por notar de su parte. De pronto se escuchó mucho ruido pero estaba algo fatigado por la herida, lo que me hizo tragarme un poco, solo un poco de mi orgullo -Me temo que te tendrás que adelantar, yo te sigo- Comenté con la mano en el costado, no era dolor, era como cansancio, quizás la perdida de sangre, el estrés y el haberme relajado ahora empezaba a afectar a mi energía...

Madre mía, que gimnasia mental había hecho la madre con el nombre de Momojiro. Aunque bueno, al menos había ganado en sonoridad y que era bonito. No tenía nada que objetar al menos con este asunto. Del mismo modo me dijo que él no estaba llamado a la Marina, y no podía culparle, pues cada uno tiene una percepción de la libertad, sea con cadenas a los pies o no.

-Si lo deseas espérame aquí- le dije en alusión a su herida, pues tampoco quería forzar a un civil a hacer mi trabajo. No era su cometido. Sin embargo debía ayudar a aquella mujer. Así que con el fusil en la mano salí corriendo en dirección a las rocas de donde provenían los gritos. Mi sorpresa fue mayúscula al ver que ,efectivamente, había una mujer y unos seis hombres ataviados con ropajes marinos muy característicos. Y una goleta semi escondida en la cala rocosa...con bandera negra..mierda, piratas..era una trampa. La mujer que gritaba era un "anzuelo" y yo caí como una tonta ante una emboscada. Sabíamos de reyertas entre la zona norte y zona sur, y más de un compañero había vuelto en una bolsa de cadáveres, y yo no lo pretendía.

-Nunca falla, siempre acaban cayendo ante mis súplicas- dijo la mujer, la cual parecía la capitana por su sombrero y chaqueta mientras sacaba una pistola del cinto y me apuntaba con ella. Los seis piratas que la acompañaban sacaron sus pistolas e hicieron lo mismo.

"Momojiro por lo que más quieras no aparezcas" Rogué en mi mente

-No queréis hacer estodije soltando cuidadosamente el fusil y colocándolo sobre la arena. Miré fijamente a la mujer, y la reconocí, pues sabía que me sonaba de algo. -Tu eres Charlotte de Berry ¿No? Tienes una recompensa de doce millones. Que haces tan la sur de la isla?

-No sabía que debía explicaciones de mis actos a un pisabreas (marines). Verás querida, teniendo en cuenta de que no vas a salir de aqui..bueno, si, con los pies por delante te lo comento. Los tuyos nos estáis ahogando cada vez más por la costa y ha llegado un punto en el que tenemos que atracar aquí e ir a pie con la mercancía hasta la ciudad turística- bufó- Y siempre nos encontramos a alguno de vosotros, pobres idiotas "patrullando" ¿Qué pasa? ¿No sabéis que tras cinco cadáveres este último mes no es buena idea venir aquí? Si para cuando viene un regimiento ya no estamos...no nos hagáis perder el tiempo querida, y lo más importante tampoco os lo hagáis perder a vosotros. Suspiró profundamente-pero bueno, a ver si con el sexto la Marina se plantea dejar de venir a patrullar esta zona, esta es mi isla.

La mujer... No, Nia mejor, Nia me comentó que podía quedarme en el sitio a esperarla pero era una falta de respeto, encima de que me ayuda le molesto en su rutina laboral y no solo quería que la interrumpiera una vez, si no, hasta dos, haciendole volver hasta aquí. No iba a ser. Caminé a mi ritmo por donde había ido ella, la arena de estas playas era caliente, fina y de un color marrón casi blanquecino, era hermosa la tierra. Cuando alcé la vista vi a más personas rodeando a una mujer, ¿la habían ido a socorrer? -Si que son eficientes...- comenté, ¿O eran el problema? Pero cuando vi que alzaban las armas contra Nia la cosa cambió, rápidamente me aparté a ocultarme tras una pequeña roca, la cosa no estaba muy a favor nuestro. Pensé en ir a por ayuda, pero claramente a mi velocidad la habrían matado, robado, enterrado, desenterrado, apalizado y vuelto a enterrar... Decidí actuar sobre la marcha, no podía dejar a quien me había salvado a su suerte

Me levanté y caminé lentamente -¡Donde está el dinero, devuelve el dinero donde corresponde, mi bolsillo!- Grité de lejos acercándome apoyando la funda en el suelo como si fuera una muleta, me acerqué dando la imagen del anciano que va a por la vida mirando obras -¡Ostias más gente!- Dije lo más cerca que pude y levantando las manos, aún estaba lejos de ellos -¡Esa mujer dice que mis negocios son turbios y me a "embargado" mis bienes! Tengo todos los papeles en regla, mi negocio de venta de ollas esta en pleno auge! ¡¡Mis ollas son de última generación!! No se pegan, no se queman, fácil de limpiar, hermosas y brillantes, ¡Exijo la devolución de mis cinco millones de berries!- Si picaban el anzuelo, aplazaría el mal rollo... Era la única forma que se me ocurrió para evitar que apretasen el gatillo, era fácil, si ella tenía información sobre algo interesante no dispararían fácilmente... Espera... ¿Y si me disparan a mi? ¿Y si les da igual un pobre enfermo ahroa que saben que no tengo mis millones? Mierda... Tenía que haberlo pensado antes... Ahora el que está en peligro soy yo...

Miré al más fortachón de los hombres y comenté -¿Pueden por favor ayudarme?- Mi principal idea sobre el escenario es que Nia la había liado y la iban a matar, pensé que habían intentado abusar de la muchacha y Nia como mujer y marine decente los había interrumpido, lo que les había dejado la única opción de dispararle o atraparla para correr el mismo riesgo que la mujer, ahí estaba el tonto de turno metiendo las narices donde no debe... Yo... -¡Os doy un millón de berries si la obligáis a cantar!- Dije como último recurso para salvar mi vida

Tengo que admitir que mi estrategia tenía fugas si, pero en ningún momento lo hice a malas, esperaba ganar tiempo. Si, quizás la marine se llevaba alguna leche pero era mejor que un tiro, mi intención era buscar una oportunidad para actuar pero claramente como se diría vulgarmente "Me falta calle" no salió como espera, pude ver como la mujer levantaba un arma contra la marine, mi cuerpo se tensó, la mujer no era una victima, era un problema más, no contemplé dicho escenario de ahí que me falte experiencia. Si, había estudiado muchos manuales marines, pero no te preparan para la vida real, es muy diferente lo que sale de un libro a lo que te encuentras en la calle... Se escuchó el sonido ensordecedor totalmente reconocible de un arma de fuego, la mujer había disparado, Nia cayó al suelo con el humeante disparo en el hombro... Y no pude hacer nada, le habían disparado y yo, impotente no pude ni retrasarlo siquiera, eso no podía quedar así...

Me agaché rápidamente y agarré mi arma, desenfundé con la intención de detener a los maleantes no se de que forma, pero ya vería como sucedían los acontecimientos, quizás me había llegado la hora, quien sabe... Mejor que quedarme sin hacer nada, era buscar la muerte como un caballero, mentalidad antigua de familia marine... Tras cinco o seis pasos a la carrera, noté como la herida del costado se abrió... Oh, dulce dolor, por ese movimiento me dolió hasta la ropa, sentir los puntos abrirse, sentir el fuego incesante, vaya... Podía haber durado un poco más la anestesia, que maldito e inhumano dolor...

La escena que sigue la verdad que fue algo patética, no por la demostración de poder de Nia, me refiero a mi, que no llegué a verla, del dolor, cansancio y puede ser que la falta de sangre, al sexto paso caí redondo al suelo, enterrando mi hocico en la arena fina de la playa tirando la vaina de la espada y la misma espada... Entrando en un profundo sueño... -Nia...- Fueron mis ultimas palabras antes de apagarme cual móvil sin batería...