Nick Valentine
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nick aún no estaba muy acostumbrado a eso de trabajar en grupo, y menLluvia áos aún a viajar acompañado, llegando incluso a echar un poco de menos su peculiar forma de viajar a base de colarse de polizón en toda embarcación que divisaba. Pero esos días habían acabado, y por el momento estaba atado a un enorme galeón con pinta de pocos amigos capitaneado por el gyojin más racista que había conocido, el cual seguía creyéndose que formaba parte de su raza.-Me salgo de un fregado para meterme en otro...-reflexionaba para sí mismo mientras leía el periódico, llamándole la atención uno de los artículos de ese periodista tan colgado que últimamente era tan famoso.
-¿Así que Wolframio? Si consigo un poco de material podría sacarle un buen provecho en el mercado negro...-si quería aprovechar todo el caos que estaba sucediendo en la isla no podía aparecer allí con una tripulación de tal tamaño y una nave gigantesca, necesitaba discreción y aprovecharse del anonimato; motivo por el que decidió ir solo, dejando únicamente una nota en la puerta del camarote de Tilikum: "Volveré en un par de días, tengo un negocio entre manos".
El tritón sería muchas cosas, pero al menos siempre le dio la libertad que quisiese, faceta que aprovechaba en todo momento para ir a su bola como el lobo solitario que seguía siendo. Sin perder más tiempo tiró el periódico en medio de la cubierta y fue en busca de uno de los botes guardados en el barco, agenciándose uno para dirigirse rumbo a la isla, la cual por suerte estaba a pocas horas en remo de su posición.
Finalmente llegó a su destino, pensándose dos veces si dar media vuelta al ver el panorama. ¿Lluvia ácida? ¿Cadáveres por todos lados? ¿La supuesta cúpula que los protegía hecha pedazos? Sin duda un poco de un metal raro no merecía la pena tanto esfuerzo, pero algo dentro de Nick le dijo que era hora de jugársela. Atracó el barco lejos aún de las lluvias, las cuales milagrosamente parecían haber cesado al menos unos minutos, dándole tiempo a los pobres malnacidos que vivían en este infierno para correr dios sabe a donde. Pero era la mejor pista que el oni tenía si quería sobrevivir hasta llegar a la ciudad y recopilar más información, por lo que siguió a un tumulto de estas personas hasta llegar finalmente a la entrada de un túnel que les sirvió como cubierta ante la lluvia.
-Buf esto parece un maldito laberinto-le iba a ser imposible orientarse entre tanta red de túneles, por lo que lo mejor sería pedir ayuda a un local y rezar porque estos profundos caminos acabasen llegando a la capital.
-Perdona amigo, de casualidad no sabes como puedo llegar a la ciudad desde aquí, ¿no?-dijo tocándole el hombro al primer hombre que vio para llamarle la atención.
-¿Así que Wolframio? Si consigo un poco de material podría sacarle un buen provecho en el mercado negro...-si quería aprovechar todo el caos que estaba sucediendo en la isla no podía aparecer allí con una tripulación de tal tamaño y una nave gigantesca, necesitaba discreción y aprovecharse del anonimato; motivo por el que decidió ir solo, dejando únicamente una nota en la puerta del camarote de Tilikum: "Volveré en un par de días, tengo un negocio entre manos".
El tritón sería muchas cosas, pero al menos siempre le dio la libertad que quisiese, faceta que aprovechaba en todo momento para ir a su bola como el lobo solitario que seguía siendo. Sin perder más tiempo tiró el periódico en medio de la cubierta y fue en busca de uno de los botes guardados en el barco, agenciándose uno para dirigirse rumbo a la isla, la cual por suerte estaba a pocas horas en remo de su posición.
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Finalmente llegó a su destino, pensándose dos veces si dar media vuelta al ver el panorama. ¿Lluvia ácida? ¿Cadáveres por todos lados? ¿La supuesta cúpula que los protegía hecha pedazos? Sin duda un poco de un metal raro no merecía la pena tanto esfuerzo, pero algo dentro de Nick le dijo que era hora de jugársela. Atracó el barco lejos aún de las lluvias, las cuales milagrosamente parecían haber cesado al menos unos minutos, dándole tiempo a los pobres malnacidos que vivían en este infierno para correr dios sabe a donde. Pero era la mejor pista que el oni tenía si quería sobrevivir hasta llegar a la ciudad y recopilar más información, por lo que siguió a un tumulto de estas personas hasta llegar finalmente a la entrada de un túnel que les sirvió como cubierta ante la lluvia.
-Buf esto parece un maldito laberinto-le iba a ser imposible orientarse entre tanta red de túneles, por lo que lo mejor sería pedir ayuda a un local y rezar porque estos profundos caminos acabasen llegando a la capital.
-Perdona amigo, de casualidad no sabes como puedo llegar a la ciudad desde aquí, ¿no?-dijo tocándole el hombro al primer hombre que vio para llamarle la atención.
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