Página 5 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Freites D. Alpha
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La situación era caótica, joven pirata. Más pronto de lo que creíamos todos, el caos se comenzaría a apoderar de la ciudad. Muertos y heridos por doquier y tú en lo tuyo, en tu profundo sueño. Tus Homies te vigilaban a la vez que buscaban un lugar seguro. Pero de pronto, algo salió muy mal.
-¿Qué? – La plumífera, que siempre estaba alerta se había percatado del inminente peligro que se avecinaba. Aunque no fue la única, la mink junto con el medico mink te sujetaron entre sus brazos, dándole a Suzaku y a Susanoo el suficiente tiempo de ser engullido por los Homies elementales y quedarse resguardado. Cuando aquello había ocurrido, todos habían salido disparados a la misma dirección. Por suerte, Berry había amortiguado gran parte del daño, en cuanto a tus Homies, están a salvo, aturdidos, pero a salvo gracias a su maniobra.
Pero tú, ha llegado tu momento.
-Café… - Fue la primera cosa que pediste en ese momento. - ¡Café! – Rugiste con fuerza. Rápidamente las aves salieron del interior de tus Homies elementales y se dirigieron a tu costad junto con ellos. Pronto Suzaku saco de las alforjas los instrumentos para poner a hacer café y Logi comenzaría a calentar el agua para colarlo. Por suerte, ya habían recolectado las cosas de local antes de salir. Paso el tiempo y llego el líquido negro a ti. Lo bebiste sin siquiera soplarlo. Miraste a tu costado, y veías todo vuelto un caos.
-Suzaku… ¿Qué está pasando? – Preguntaste mientras te ponías de pie.
- Caíste dormido por tu enfermedad. El mink de allá es un médico que logro hacerte volver en ti. La isla está siendo atacada por Roland. Bueno, no sé si podríamos llamar ataque a un montón de regalos de navidad explosivos pero, seguro que es obra suya. Por otro lado, fuimos atacados y por ello salimos volando para este lugar.
Observaste a tu alrededor y nada de lo que veías te gustaba. Frunciste el ceño y claramente estabas de mal humor. Era momento de ponerse manos a la obra, joven pirata. Es momento antes de que las cosas pudieran salirse manos de control. Suzaku termina de ponerte al día, sabes que la ciudad es un caos.
Como siempre, te toca sacar lo mejor de la peor situación.
- Logi… a comer. – El fuego inmediatamente comienza a comerse el incendio poco a poco. Tú, por tú parte, comienzas a levantarte y truenas un poco tu cuello. Nuevamente intentas invocar tus cuatro encarnaciones, pero esta vez con éxito. Entregas esperanza de vida robada a cada. – Todo lo que sea útil, que se una a mis filas. – Tus encarnaciones se ponen en camino. Miras nuevamente a tu alrededor y te fijas que Berry está hablando con el doctor tratando de buscar una ruta de escape. También estaba la mujer herrera, sin daños aparentes. Curioso.
- Tengo que ir a buscar al culpable de esto... – Miraste a Berry. – ¿Tu que vas a hacer, Berry? ¡Ah! Y doctor, le debo un favor.
-¿Qué? – La plumífera, que siempre estaba alerta se había percatado del inminente peligro que se avecinaba. Aunque no fue la única, la mink junto con el medico mink te sujetaron entre sus brazos, dándole a Suzaku y a Susanoo el suficiente tiempo de ser engullido por los Homies elementales y quedarse resguardado. Cuando aquello había ocurrido, todos habían salido disparados a la misma dirección. Por suerte, Berry había amortiguado gran parte del daño, en cuanto a tus Homies, están a salvo, aturdidos, pero a salvo gracias a su maniobra.
Pero tú, ha llegado tu momento.
-Café… - Fue la primera cosa que pediste en ese momento. - ¡Café! – Rugiste con fuerza. Rápidamente las aves salieron del interior de tus Homies elementales y se dirigieron a tu costad junto con ellos. Pronto Suzaku saco de las alforjas los instrumentos para poner a hacer café y Logi comenzaría a calentar el agua para colarlo. Por suerte, ya habían recolectado las cosas de local antes de salir. Paso el tiempo y llego el líquido negro a ti. Lo bebiste sin siquiera soplarlo. Miraste a tu costado, y veías todo vuelto un caos.
-Suzaku… ¿Qué está pasando? – Preguntaste mientras te ponías de pie.
- Caíste dormido por tu enfermedad. El mink de allá es un médico que logro hacerte volver en ti. La isla está siendo atacada por Roland. Bueno, no sé si podríamos llamar ataque a un montón de regalos de navidad explosivos pero, seguro que es obra suya. Por otro lado, fuimos atacados y por ello salimos volando para este lugar.
Observaste a tu alrededor y nada de lo que veías te gustaba. Frunciste el ceño y claramente estabas de mal humor. Era momento de ponerse manos a la obra, joven pirata. Es momento antes de que las cosas pudieran salirse manos de control. Suzaku termina de ponerte al día, sabes que la ciudad es un caos.
Como siempre, te toca sacar lo mejor de la peor situación.
- Logi… a comer. – El fuego inmediatamente comienza a comerse el incendio poco a poco. Tú, por tú parte, comienzas a levantarte y truenas un poco tu cuello. Nuevamente intentas invocar tus cuatro encarnaciones, pero esta vez con éxito. Entregas esperanza de vida robada a cada. – Todo lo que sea útil, que se una a mis filas. – Tus encarnaciones se ponen en camino. Miras nuevamente a tu alrededor y te fijas que Berry está hablando con el doctor tratando de buscar una ruta de escape. También estaba la mujer herrera, sin daños aparentes. Curioso.
- Tengo que ir a buscar al culpable de esto... – Miraste a Berry. – ¿Tu que vas a hacer, Berry? ¡Ah! Y doctor, le debo un favor.
- Spoiler:
- Despertar e invocar a tus encarnaciones para que fuera a la ciudad a hacer que todo lo que sea util sea un homie que se una a tus filas. Peguntar a Berry que va a hacer.
Charlotte Prometio
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Corrí a todo tren sin mirar atrás, Kirara me seguía el paso aunque muy apenas. No teníamos tiempo para perder, aquella parka pirada dispararía en cualquier momento, ¿por qué carajos quería dispararle a la torre? ¿Era algún ayudante del terrorista del trineo? Si era así, el maldito de Roland no se estaba ganando favores como para ayudarle a su causa, ni siquiera por la jugosa cantidad de dinero que ofrecía.
No había tiempo para distraerse con una situación tan precaria, nos estábamos quedando sin opciones. Decidí utilizar el poder de mi fruta, el escalofrío característico recorrió mi cuerpo y las escamas comenzaron a brotar por todo mi cuerpo, en un abrir y cerrar de ojos tomé la apariencia de la forma híbrida. Si seguíamos recorriendo los intricados pasajes de la catedral no saldríamos nunca, por lo que decidí aprovechar la fuerza extra que me brindaba mi fruta para crearnos una salida. Desenfundé mi espada y, ágilmente dibujé un rectángulo en las paredes de la torre. Había hecho con éxito una salida en una situación precaria.
-Nos vamos de aquí, bestias -le dije a Kirara mientras la cargaba con ambos brazos y brincaba por el hueco del muro.
Mientras nos iba abriendo camino por los cielos con mi técnica, Fly me to the moon, pude observar como el cañón improvisado por ese mensajero del infierno era disparado ¡Kataploom! Resonó mientras la torre se prendía en llamas. Nos habíamos alejado ya unas decenas de metros mientras contemplábamos el espectáculo de reojo.
-Fiu, un poco más y hubiésemos acabado como pollos ros...
No pude terminar mi oración cuando una explosión mucho más fuerte que la primera extinguió todo el sonido de la villa. Ruido blanco. Sentí un golpe enorme en la espalda, acompañado de un calor insoportable en la espalda. Estaba por perder el equilibrio y caer hasta que sentí un pequeño lengüetazo de Kirara en mi mano Tenía que salir de ahí lo antes posible. Seguí pateando los escalones invisibles hasta huir por completo del calor y el fuego. Cuando no lo sentí más dirigí mi mirada a la ciudad, era simplemente una pintura sacada de una historia de terror. Mis manos ardían un poco, al igual que mi espalda, tenía algunas quemaduras y algunos piedras que habían salido volando por la explosión habían impactado en mi espalda. Dolía, pero no parecían heridas mayores.
Mientras flotaba en el cielo buscando al maldito loco que había decidido volar todo el sitio pude notar algo muy curioso: el fuego parecía empezar a tomar vida, algunos objetos también parecían moverse por su cuenta, ¿me habían vuelto a dar comida echada a perder? No, no había comido más que mis propios dulces. A lo lejos pude observar una pequeña silueta, era Alpha. Con mi tigresa entre mis brazos apresuré el paso para reunirme de nuevo con él.
No había tiempo para distraerse con una situación tan precaria, nos estábamos quedando sin opciones. Decidí utilizar el poder de mi fruta, el escalofrío característico recorrió mi cuerpo y las escamas comenzaron a brotar por todo mi cuerpo, en un abrir y cerrar de ojos tomé la apariencia de la forma híbrida. Si seguíamos recorriendo los intricados pasajes de la catedral no saldríamos nunca, por lo que decidí aprovechar la fuerza extra que me brindaba mi fruta para crearnos una salida. Desenfundé mi espada y, ágilmente dibujé un rectángulo en las paredes de la torre. Había hecho con éxito una salida en una situación precaria.
-Nos vamos de aquí, bestias -le dije a Kirara mientras la cargaba con ambos brazos y brincaba por el hueco del muro.
Mientras nos iba abriendo camino por los cielos con mi técnica, Fly me to the moon, pude observar como el cañón improvisado por ese mensajero del infierno era disparado ¡Kataploom! Resonó mientras la torre se prendía en llamas. Nos habíamos alejado ya unas decenas de metros mientras contemplábamos el espectáculo de reojo.
-Fiu, un poco más y hubiésemos acabado como pollos ros...
No pude terminar mi oración cuando una explosión mucho más fuerte que la primera extinguió todo el sonido de la villa. Ruido blanco. Sentí un golpe enorme en la espalda, acompañado de un calor insoportable en la espalda. Estaba por perder el equilibrio y caer hasta que sentí un pequeño lengüetazo de Kirara en mi mano Tenía que salir de ahí lo antes posible. Seguí pateando los escalones invisibles hasta huir por completo del calor y el fuego. Cuando no lo sentí más dirigí mi mirada a la ciudad, era simplemente una pintura sacada de una historia de terror. Mis manos ardían un poco, al igual que mi espalda, tenía algunas quemaduras y algunos piedras que habían salido volando por la explosión habían impactado en mi espalda. Dolía, pero no parecían heridas mayores.
Mientras flotaba en el cielo buscando al maldito loco que había decidido volar todo el sitio pude notar algo muy curioso: el fuego parecía empezar a tomar vida, algunos objetos también parecían moverse por su cuenta, ¿me habían vuelto a dar comida echada a perder? No, no había comido más que mis propios dulces. A lo lejos pude observar una pequeña silueta, era Alpha. Con mi tigresa entre mis brazos apresuré el paso para reunirme de nuevo con él.
- Resumen:
Prome escapa de la explosión, sufre algunos estragos y comienza a ver cómo algunas cosas cobran vida de extraña manera. Alcanza a ver a Alpha y se se apresura para alcanzarle.
Maki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Vaya caminata tan encantadora. Hacía un fresquito muy agradable, el camino estaba convenientemente despejado de nieve y las farolas parecían estar hechas de galleta. No lo estaban, pero lo parecía. Tres soldados anti-navideños con dolor de dientes lo habían demostrado. Desde luego, un paseo por el campo era mucho mejor que el pueblo del que venían, con toda su locura consumista.
-¿Creéis que queda mucho? -preguntó de nuevo.
-No creo, jefe -respondió uno de sus fieles, aunque ya algo escasos soldados. Estos se habían vuelto un poco más brutotes de lo que esperaba. La larga campaña contra el imperialismo les había vuelto duros. A Maki le parecía bien tener guerreros curtidos a su lado, pero los colgantes de orejas de elfo eran un poco excesivos-. Esta isla no puede ser tan grande. Pero el árbol ese brilla tanto que tampoco se ve nada muy lejos.
Era cierto. El abeto mágico, que sería muy chulo si no fuese el símbolo de la factoría capitalista a todo volumen, hacía que medir las distancias fuese muy difícil. Y brillaba tanto que ni siquiera se distinguían las luces de Nueva Pez allá atrás.
Durante el viaje, Maki chupaba una piruleta en absoluto navideña y tarareaba una cancioncita. No tenía ni idea de cuál, pero molaba. Sería la magia del invierno, esa bella época del año en la que El Líder de la Revolución dejaba un conjunto de ropa interior nuevecito y un saco con castañas a todos los revolucionarios que hubiesen sido buenos. El Departamento de Apropiación Cultural había dedicado muchos esfuerzos a inventarse esa milenaria tradición.
De repente, sonó un disparo. Maki se atragantó con la piruleta y casi se le cae su yoyó de combate. Un grupo de bandidos con las caras tapadas apareció de entre la nieve y rodeó al destacamento revolucionario.
-¡Ni un paso más! ¡Por orden del Krampus, quedáis arrestados! ¡Tirad los juguetes!
Maki siguió tosiendo, con el caramelo embutido en el gaznate y el palito apenas sobresaliendo. Intentó sacarlo, pero tenía los dedos muy rechonchos, y los guantes no ayudaban.
-¿Quién es vuestro líder?
Maki tosía y trataba de forzarse el vómito haciendo ruidos raros y guturales.
-¿Quién es vuestro...
-BLEEEEEEEGGGG.
-Vuestro...
-ÑÑÑÑUUUUUU.
-Oh, venga, nos los llevamos a todos.
Desarmados, el Destacamento Inquisitorial Anti-Navideño acabó con sacos en las cabezas y llevados como prisioneros. El saco de Maki amortiguó un poco los ruidos de su agonizante lucha contra la piruleta. Uno de los secuestradores se le acercó, le dio un golpe en la espalda y susurró a uno a de sus compañeros:
-Madre mía, este huele como el Krampus.
-Nah.
-¿Creéis que queda mucho? -preguntó de nuevo.
-No creo, jefe -respondió uno de sus fieles, aunque ya algo escasos soldados. Estos se habían vuelto un poco más brutotes de lo que esperaba. La larga campaña contra el imperialismo les había vuelto duros. A Maki le parecía bien tener guerreros curtidos a su lado, pero los colgantes de orejas de elfo eran un poco excesivos-. Esta isla no puede ser tan grande. Pero el árbol ese brilla tanto que tampoco se ve nada muy lejos.
Era cierto. El abeto mágico, que sería muy chulo si no fuese el símbolo de la factoría capitalista a todo volumen, hacía que medir las distancias fuese muy difícil. Y brillaba tanto que ni siquiera se distinguían las luces de Nueva Pez allá atrás.
Durante el viaje, Maki chupaba una piruleta en absoluto navideña y tarareaba una cancioncita. No tenía ni idea de cuál, pero molaba. Sería la magia del invierno, esa bella época del año en la que El Líder de la Revolución dejaba un conjunto de ropa interior nuevecito y un saco con castañas a todos los revolucionarios que hubiesen sido buenos. El Departamento de Apropiación Cultural había dedicado muchos esfuerzos a inventarse esa milenaria tradición.
De repente, sonó un disparo. Maki se atragantó con la piruleta y casi se le cae su yoyó de combate. Un grupo de bandidos con las caras tapadas apareció de entre la nieve y rodeó al destacamento revolucionario.
-¡Ni un paso más! ¡Por orden del Krampus, quedáis arrestados! ¡Tirad los juguetes!
Maki siguió tosiendo, con el caramelo embutido en el gaznate y el palito apenas sobresaliendo. Intentó sacarlo, pero tenía los dedos muy rechonchos, y los guantes no ayudaban.
-¿Quién es vuestro líder?
Maki tosía y trataba de forzarse el vómito haciendo ruidos raros y guturales.
-¿Quién es vuestro...
-BLEEEEEEEGGGG.
-Vuestro...
-ÑÑÑÑUUUUUU.
-Oh, venga, nos los llevamos a todos.
Desarmados, el Destacamento Inquisitorial Anti-Navideño acabó con sacos en las cabezas y llevados como prisioneros. El saco de Maki amortiguó un poco los ruidos de su agonizante lucha contra la piruleta. Uno de los secuestradores se le acercó, le dio un golpe en la espalda y susurró a uno a de sus compañeros:
-Madre mía, este huele como el Krampus.
-Nah.
- Resumen:
- El Krampus es secuestrado por los hombres del Krampus.
Christa
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Lo que decía Ely era cierto… El pueblo entero estaba ardiendo, aunque Christa había pensado que se trataba de una de las tantas maneras de celebrar la Navidad en el Palo Norte, pero igual se habían pasado con la pirotecnia o tal vez era el ataque de algún terrorista; donde hubiera fuego seguro que había uno de esos pirómanos amantes de las explosiones. Tampoco quería mostrarse como una insensible frente a la muerte de inocentes, pero es que incluso los niños atrapados entre los escombros le daban igual: en este mundo cada uno se rasca con sus propias uñas.
Christa se había acostumbrado a los gritos de horror y súplica, a los gritos de auxilio y piedad, incluso al distintivo olor de la carne chamuscada; lo había naturalizado como un cocainómano naturaliza el consumo de cocaína. Sin embargo, entendía la preocupación y el malestar de Ely, pues había elegido un camino dedicado a la protección de las personas, o eso era lo que estaba escrito en el papel.
-Si no sabes qué hacer, lo mejor será ir en busca del responsable de todo esto, ¿no? -respondió la cazadora tan tranquila, ignorando la destrucción a su alrededor mientras la música de la Orquesta continuaba propagándose por todos sitios-. Mira, es imposible sanar aquí a todo el mundo y tampoco puedes ir de casa en casa retirando a la gente de los escombros. Ya llegarán los doctores, los bomberos y quien sea que quiera echar una mano.
Una lástima que las cosas en Nueva Pesci fueran tan peligrosas, tenía ganas de tocar con los chicos de la Orquesta. Sabía que el Director continuaría tocando en medio de la guerra como un periodista reporta en situaciones críticas, todo por querer representar a la perfección la esencia del caos. ¿Tenía de qué preocuparse? Claro que no, la Orquesta no era una banda cualquiera, sino que estaba conformada por delincuentes y piratas que, cansados de sus antiguas vidas, se entregaron a la música. Había uno que otro nuevo, pero en general eran los primeros en caer y al Director le parecía bien que hubiera unas cuantas bajas, después de todo, la Orquesta debía mantener un estándar elevado.
Entonces, vio a uno de los inquisidores haciendo de las suyas y Ely se apresuró en capturarle. El ladrón huyó sin dignidad ni honor y la capitán recuperó el regalo. Christa se decepcionó al ver que era solo un trozo de carbón, perfectamente cúbico y hasta cierto punto una obra artesanal de alta calidad, pero tenía un significado horrible. Viéndolo desde otro punto de vista, en realidad los inquisidores estaban salvando a la gente de los regalos que más bien eran todo lo contrario. Puede que realmente fueran los buenos del asunto, entonces ¿cuáles eran las intenciones de ese tal Augustus Makintosh, y dónde se escondía? Quizás era uno de esos casos en que, si bien era todo un misterio, no significaba que fuera algo impresionante.
-Yo tenía pensado ir a buscar al líder de los inquisidores, pero viendo lo idiotas que son no debería esperar mucho de su líder -se resignó, encogiéndose de hombros y pensando qué debería hacer para que la Navidad fuera una noche llena de alegría y felicidad, pero los muertos y los gritos desgarradores no ayudaban mucho-. ¿Crees que deberíamos parar al loco de las bombas?
Su amiga no tuvo tiempo de responder pues una voz aguda y pesada se escuchó a través de un megáfono. Decía pertenecer a los fanáticos del Krampus y amenazaba con ejecuciones públicas si no se juraba lealtad a su dios. Christa pasó de la indiferencia frente al caos en Nueva Pesci a la preocupación por la aparición de una secta religiosa, un escalofrío recorriendo su espalda.
-No quiero estar aquí -dijo de repente, Loki acercándose como una abeja a su panal-. No pelearé otra vez con unos malditos fanáticos religiosos, no lo haré.
Y aparecieron dos figuras con máscaras aterradoras y dos grandes cuernos, exigiendo lealtad a Krampus.
Christa se había acostumbrado a los gritos de horror y súplica, a los gritos de auxilio y piedad, incluso al distintivo olor de la carne chamuscada; lo había naturalizado como un cocainómano naturaliza el consumo de cocaína. Sin embargo, entendía la preocupación y el malestar de Ely, pues había elegido un camino dedicado a la protección de las personas, o eso era lo que estaba escrito en el papel.
-Si no sabes qué hacer, lo mejor será ir en busca del responsable de todo esto, ¿no? -respondió la cazadora tan tranquila, ignorando la destrucción a su alrededor mientras la música de la Orquesta continuaba propagándose por todos sitios-. Mira, es imposible sanar aquí a todo el mundo y tampoco puedes ir de casa en casa retirando a la gente de los escombros. Ya llegarán los doctores, los bomberos y quien sea que quiera echar una mano.
Una lástima que las cosas en Nueva Pesci fueran tan peligrosas, tenía ganas de tocar con los chicos de la Orquesta. Sabía que el Director continuaría tocando en medio de la guerra como un periodista reporta en situaciones críticas, todo por querer representar a la perfección la esencia del caos. ¿Tenía de qué preocuparse? Claro que no, la Orquesta no era una banda cualquiera, sino que estaba conformada por delincuentes y piratas que, cansados de sus antiguas vidas, se entregaron a la música. Había uno que otro nuevo, pero en general eran los primeros en caer y al Director le parecía bien que hubiera unas cuantas bajas, después de todo, la Orquesta debía mantener un estándar elevado.
Entonces, vio a uno de los inquisidores haciendo de las suyas y Ely se apresuró en capturarle. El ladrón huyó sin dignidad ni honor y la capitán recuperó el regalo. Christa se decepcionó al ver que era solo un trozo de carbón, perfectamente cúbico y hasta cierto punto una obra artesanal de alta calidad, pero tenía un significado horrible. Viéndolo desde otro punto de vista, en realidad los inquisidores estaban salvando a la gente de los regalos que más bien eran todo lo contrario. Puede que realmente fueran los buenos del asunto, entonces ¿cuáles eran las intenciones de ese tal Augustus Makintosh, y dónde se escondía? Quizás era uno de esos casos en que, si bien era todo un misterio, no significaba que fuera algo impresionante.
-Yo tenía pensado ir a buscar al líder de los inquisidores, pero viendo lo idiotas que son no debería esperar mucho de su líder -se resignó, encogiéndose de hombros y pensando qué debería hacer para que la Navidad fuera una noche llena de alegría y felicidad, pero los muertos y los gritos desgarradores no ayudaban mucho-. ¿Crees que deberíamos parar al loco de las bombas?
Su amiga no tuvo tiempo de responder pues una voz aguda y pesada se escuchó a través de un megáfono. Decía pertenecer a los fanáticos del Krampus y amenazaba con ejecuciones públicas si no se juraba lealtad a su dios. Christa pasó de la indiferencia frente al caos en Nueva Pesci a la preocupación por la aparición de una secta religiosa, un escalofrío recorriendo su espalda.
-No quiero estar aquí -dijo de repente, Loki acercándose como una abeja a su panal-. No pelearé otra vez con unos malditos fanáticos religiosos, no lo haré.
Y aparecieron dos figuras con máscaras aterradoras y dos grandes cuernos, exigiendo lealtad a Krampus.
- Resumen [Nueva Pesci:
- ]Christa piensa que Ely debería buscar al responsable de tanto caos y, con la llegada de los fanáticos del Krampus, decide que no quiere estar en Nueva Pesci justo para ser sorprendidas por dos fanáticos.
Vanko
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
“¿Que me ponga una rebequita para salir? Madre, estas ahí? Quién me habla en mis delirios?”, me pregunte en la soledad de aquella nube. Sentí una andanada de buenos recuerdos, de malos recuerdos, una lágrima corrió por mi mejilla hasta perderse en una de las cicatrices. “Joder Vanko, no es el puto momento…”, pensé. Justo en ese momento algo me sacó de mi sopor, era una gran explosión en Larpeira si mis ojos no me engañaban. “Has sido tu Sowon? Joder que poco discreta eres”, me dije mientras esbozaba una sonrisa.
Por fin tras unos minutos el den den mushi obtuvo respuesta, según me contó la mujer había encontrado a un nuevo posible fichaje para Sowanko. Un médico que según ella estaba a la altura, pero que por el efecto de la explosión, que parece ser que ella no había creado, se encontraban bastante lejos de la zona central del pueblo.
“Quedaros por la zona, llego lo mas rápido posible” y antes de esperar respuesta, me dirigía volando como hacía años que no podía hacia mi grupo de supervivientes. “Qué contrariedad, que motivo mas cruel para volar y sin embargo que bien se siente, que feliz me hace.”, pensaba con mi sable desenfundado en ristre como un ángel castigador en misión de paz.
Al llegar a la zona de Larpeira comencé a frenar, observando la caótica situación, enseguida vi el epicentro, frené en seco y me concentre como nunca antes en mi haki. Buscando discernirlo todo y nada en particular, escuchando los susurros y tratando de no morir en el intento. Al cabo de unos segundos que parecieron horas, me pareció sentir un escalofrío vagamente familiar.
Me acerqué lo mas posible tratando de no ser visto o percibido al moverme entre nubes y columnas de humo y cuando vislumbre un lugar donde hacer un aterrizaje apropiado cerca, guardé mis alas en mi espalda cual chepa bajo el abrigo y me dejé caer activando mi fruta para amortiguar el golpe en el momento de la caída.
Tras mi abrupta entrada, me levanté y sin darle mayor importancia al aterrizaje me dirigí hacia Sowon dando gracias de no haberme equivocado de grupo de gente.
“Cuanto tiempo sin verte, por un momento he llegado a pensar que la explosión tenia algo que ver contigo”, bromee mientras saludaba a la mujer del kimono.
Por fin tras unos minutos el den den mushi obtuvo respuesta, según me contó la mujer había encontrado a un nuevo posible fichaje para Sowanko. Un médico que según ella estaba a la altura, pero que por el efecto de la explosión, que parece ser que ella no había creado, se encontraban bastante lejos de la zona central del pueblo.
“Quedaros por la zona, llego lo mas rápido posible” y antes de esperar respuesta, me dirigía volando como hacía años que no podía hacia mi grupo de supervivientes. “Qué contrariedad, que motivo mas cruel para volar y sin embargo que bien se siente, que feliz me hace.”, pensaba con mi sable desenfundado en ristre como un ángel castigador en misión de paz.
Al llegar a la zona de Larpeira comencé a frenar, observando la caótica situación, enseguida vi el epicentro, frené en seco y me concentre como nunca antes en mi haki. Buscando discernirlo todo y nada en particular, escuchando los susurros y tratando de no morir en el intento. Al cabo de unos segundos que parecieron horas, me pareció sentir un escalofrío vagamente familiar.
Me acerqué lo mas posible tratando de no ser visto o percibido al moverme entre nubes y columnas de humo y cuando vislumbre un lugar donde hacer un aterrizaje apropiado cerca, guardé mis alas en mi espalda cual chepa bajo el abrigo y me dejé caer activando mi fruta para amortiguar el golpe en el momento de la caída.
Tras mi abrupta entrada, me levanté y sin darle mayor importancia al aterrizaje me dirigí hacia Sowon dando gracias de no haberme equivocado de grupo de gente.
“Cuanto tiempo sin verte, por un momento he llegado a pensar que la explosión tenia algo que ver contigo”, bromee mientras saludaba a la mujer del kimono.
- Resumen:
- Localización: Afueras de Larpeira
Interacción: Berry, Alpha, Sowon, Anagumitsu.
Resumen: Vanko consigue comunicación con el grupo de Sowon y vuela todo lo rápido posible para llegar hasta allí. Tras un aterrizaje de superhéroe comienza a pensar en la supervivencia de forma mas viable.
Berry
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al parecer todos estaban en una pieza, solo ella se había llevado lo mas grave, incluso Alpha estaba de una pieza con el grupo de criaturas parlantes que nuevamente pedían café. Ante las instrucciones de Anagumitsu la zorra conocía que lo mejor era volver al epicentro de la explosión y desde ese lugar tendrían acceso directo al puerto para buscar materiales de reserva en el barco de la marina. Siempre había provisiones para una emergencia pero nadie del puerto había respondido a su llamado y a lo mejor se encontraban montando ya las tiendas de campaña.
—Lo mejor es ir hacia la catedral, si todo voló en pedazos habrá menos escombros y tendremos el puerto despejado. ¡Yo les abro un camino!—
Y sin esperar a que Alpha terminase su café la mink olfateó la zona para comprobar que no quedaba nadie con vida más que ellos. Tras unos segundos saltó para comenzar a girar sobre si misma y envolverse en electro creando la falsa ilusión de ser una luna. Finalmente preparó su puño a los escombros que había divisado como fáciles de apartar y entrando a su forma híbrida rugió con fuerzas.
—¡Moonlight Eclipse!—
El sonido del golpe fue como un trueno que apenas aterrizar contra el escombro lo destruyó en mil pedazos, no solo el mas grande, los restos de estructuras ya debilitados por el fuego salieron volando o terminaron de destruirse. Tras la potente onda de choque, la mink había creado un pasillo amplio por donde el grupo podría deambular hasta la catedral.
Claro que tal despliegue no hubiera sido necesario de esperar a Alpha quien comenzó a darle vida al resto de fuego que no se extinguió tras el poderoso golpe. Al escuchar la pregunta del pirata la mink negó con la cabeza y explicó lo que debían hacer.
—Primero debemos comprobar que ningún inocente como doble D o la niña pez hayan muerto, según la mujer ardiente de ahí el que hizo esto debe seguir en la ciudad. Puede que doble D lo haya visto, en todo caso debemos ir al epicentro de la ciudad y evacuar a todos. Luego podremos ir juntos a matar a quien haya sido el que destrozó mi uniforme.—
La mink zorra sonrió y lamió la cara de Alpha al verlo despierto, pero antes de poder ponerse en marcha, dos sucesos le detuvieron. En primer lugar vio una especie de lagarto volador acercarse con los animales de doble D, cosa que hizo a Berry abrir los ojos y gritar señalando al extraño ser que se acercaba.
—¡Un pejelagarto volador! Solo lo había visto en revistas pero es real... ¡Tomenme una foto con él! Hmm... huele a quemado y es ¿Doble D? ¿Acaso se lo comió?—
La zorra sentía el aroma de doble D venir desde el pejelagarto y se puso en guardia sin saber si era un usuario Zoan o se lo había comido en el camino y los animales eran solo su reserva para hibernar. De pronto otra voz le hizo entrar en guardia, esta vez un gigantón de más de seis metros que al parecer era amigo o conocido de la mujer guapa.
—¡No sabía que tenía marido! Y uno tan grandote... lo debes gozar en las noches.—
La zorra lo de socializar todavía lo tenía estropeado, pero golpeó sus cachetes con fuerza y al ver que no estaba soñando suspiró de alegría al tener un buen grupo con el que trabajar.
—Bien este es el plan, la guapa, el tejón y el marido de la guapa se dirigirán al puerto una vez estemos en la plaza, Alpha dile a tus cosas que creen un camino seguro para que todos los heridos lleguen al puerto, si puedes hacer que el algodón de azucar llore en forma de lluvia hazlo, hay regalos bomba que podrían seguir inactivos. El pejelagarto... ¡Si puedes ver algo desde las alturas, cualquier cosa sospechosa nos avisas!—
La mink comenzó a correr hasta la plaza central mientras todo a su alrededor comenzaba a cobrar vida, cuando pisó lo que quedaba del epicentro de tal desastre notó como el fuego todavía persistía en algunos rincones. Más a la lejanía algunas detonaciones advertían lo que la mujer del kimono expresó sobre las bombas.
—Buen trabajo, buscaremos cualquier cosa que nos sea útil antes de irnos, también necesitaré algunos primeros auxilios pero en primer lugar curen a los civiles.—
Berry suspiró observando algunas tiendas de campaña ya dispuestas, lo único que quedaba era trasladar a los heridos y podrían centrarse en atrapar al culpable. Algunos maarines continuaban extinguiendo el fuego usando el agua de mar pero la intervención de Alpha pareció acelerar el proceso y la mayoría había comenzado a trasladar los botiquines y otros instrumentos desde los barcos.
—Lo mejor es ir hacia la catedral, si todo voló en pedazos habrá menos escombros y tendremos el puerto despejado. ¡Yo les abro un camino!—
Y sin esperar a que Alpha terminase su café la mink olfateó la zona para comprobar que no quedaba nadie con vida más que ellos. Tras unos segundos saltó para comenzar a girar sobre si misma y envolverse en electro creando la falsa ilusión de ser una luna. Finalmente preparó su puño a los escombros que había divisado como fáciles de apartar y entrando a su forma híbrida rugió con fuerzas.
—¡Moonlight Eclipse!—
El sonido del golpe fue como un trueno que apenas aterrizar contra el escombro lo destruyó en mil pedazos, no solo el mas grande, los restos de estructuras ya debilitados por el fuego salieron volando o terminaron de destruirse. Tras la potente onda de choque, la mink había creado un pasillo amplio por donde el grupo podría deambular hasta la catedral.
Claro que tal despliegue no hubiera sido necesario de esperar a Alpha quien comenzó a darle vida al resto de fuego que no se extinguió tras el poderoso golpe. Al escuchar la pregunta del pirata la mink negó con la cabeza y explicó lo que debían hacer.
—Primero debemos comprobar que ningún inocente como doble D o la niña pez hayan muerto, según la mujer ardiente de ahí el que hizo esto debe seguir en la ciudad. Puede que doble D lo haya visto, en todo caso debemos ir al epicentro de la ciudad y evacuar a todos. Luego podremos ir juntos a matar a quien haya sido el que destrozó mi uniforme.—
La mink zorra sonrió y lamió la cara de Alpha al verlo despierto, pero antes de poder ponerse en marcha, dos sucesos le detuvieron. En primer lugar vio una especie de lagarto volador acercarse con los animales de doble D, cosa que hizo a Berry abrir los ojos y gritar señalando al extraño ser que se acercaba.
—¡Un pejelagarto volador! Solo lo había visto en revistas pero es real... ¡Tomenme una foto con él! Hmm... huele a quemado y es ¿Doble D? ¿Acaso se lo comió?—
La zorra sentía el aroma de doble D venir desde el pejelagarto y se puso en guardia sin saber si era un usuario Zoan o se lo había comido en el camino y los animales eran solo su reserva para hibernar. De pronto otra voz le hizo entrar en guardia, esta vez un gigantón de más de seis metros que al parecer era amigo o conocido de la mujer guapa.
—¡No sabía que tenía marido! Y uno tan grandote... lo debes gozar en las noches.—
La zorra lo de socializar todavía lo tenía estropeado, pero golpeó sus cachetes con fuerza y al ver que no estaba soñando suspiró de alegría al tener un buen grupo con el que trabajar.
—Bien este es el plan, la guapa, el tejón y el marido de la guapa se dirigirán al puerto una vez estemos en la plaza, Alpha dile a tus cosas que creen un camino seguro para que todos los heridos lleguen al puerto, si puedes hacer que el algodón de azucar llore en forma de lluvia hazlo, hay regalos bomba que podrían seguir inactivos. El pejelagarto... ¡Si puedes ver algo desde las alturas, cualquier cosa sospechosa nos avisas!—
La mink comenzó a correr hasta la plaza central mientras todo a su alrededor comenzaba a cobrar vida, cuando pisó lo que quedaba del epicentro de tal desastre notó como el fuego todavía persistía en algunos rincones. Más a la lejanía algunas detonaciones advertían lo que la mujer del kimono expresó sobre las bombas.
—Buen trabajo, buscaremos cualquier cosa que nos sea útil antes de irnos, también necesitaré algunos primeros auxilios pero en primer lugar curen a los civiles.—
Berry suspiró observando algunas tiendas de campaña ya dispuestas, lo único que quedaba era trasladar a los heridos y podrían centrarse en atrapar al culpable. Algunos maarines continuaban extinguiendo el fuego usando el agua de mar pero la intervención de Alpha pareció acelerar el proceso y la mayoría había comenzado a trasladar los botiquines y otros instrumentos desde los barcos.
- Resumen:
- Ubicación:Larpeira
Interacción: Alpha, Anagumitsu, Vanko, Prometio, Sowon
Berry utiliza su técnica mítica para crear un pasaje y dirige al grupo a la plaza para luego distribuirles tareas a cada uno. En busca de reducir los daños por las explosiones restantes. La marina ha creado tiendas de campaña cerca del puerto donde pudieron extinguir rápidamente los incendios. Se inicia la creación de una ruta segura para los heridos.
Mako
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Todo marchaba, ahora mismo había sonado un aviso de que mi contrincante estaba apunto de bajar para recaudar fondos, así me haría una idea de como podría ser el enfrentamiento, por la apariencia aún que engañan, puedes sacar mucha información y si ya lo ves armado, ya sea armas enfundadas o espada en su funda, mejor que mejor, más información para mi. La Mink parecía estar bastante cómoda con el lugar y el hecho de ser ella primera, claramente no aceptaría un combate a tres, era demasiado a controlar sin información, no contaba con datos precisos por lo que no podía arriesgar. Simplemente le dejaría a ella primero.
Con un movimiento de cuello, agradecí la invitación del chupito ¿Quería reducir mis capacidades lo máximo posible antes del encuentro? ¿Temía la muchacha un combate conmigo? Mi objetivo era el padre, ni la madre, ni el matón a sueldo de Rudolph. -Gracias joven- No quería levantar sospechas así que acepté el alcohol pero no me lo tomaría aún -¿Por qué tantas ganas de enfrentarte a ese hombre? ¿Sería muy descortés preguntar tu estilo?- Quería saber más, ¿Le enviaba también el loco de las bombas? De ser así, ¿Era tan peligrosa como ese desquiciado? ¿¡Y quien cojones era el gordo que gritaba a todo dios!? Panda de locos, no giré la mirada para ver al follonero por no cruzar visión, tenía pinta de borracho de bar que por cualquier motivo enzarzaba una pelea y yo necesitaba estar al ciento por ciento para acabar con la vida de mi objetivo
Con un movimiento de cuello, agradecí la invitación del chupito ¿Quería reducir mis capacidades lo máximo posible antes del encuentro? ¿Temía la muchacha un combate conmigo? Mi objetivo era el padre, ni la madre, ni el matón a sueldo de Rudolph. -Gracias joven- No quería levantar sospechas así que acepté el alcohol pero no me lo tomaría aún -¿Por qué tantas ganas de enfrentarte a ese hombre? ¿Sería muy descortés preguntar tu estilo?- Quería saber más, ¿Le enviaba también el loco de las bombas? De ser así, ¿Era tan peligrosa como ese desquiciado? ¿¡Y quien cojones era el gordo que gritaba a todo dios!? Panda de locos, no giré la mirada para ver al follonero por no cruzar visión, tenía pinta de borracho de bar que por cualquier motivo enzarzaba una pelea y yo necesitaba estar al ciento por ciento para acabar con la vida de mi objetivo
- Resumen:
Hablo con la abejoneja. Fin
Hikari
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La mesa con toda la variedad de turrones estaba frente a la muchacha, quien aún que disimulaba estaba salivando como un perro hambriento frente a un trozo de carne, tantos sabores, tanta cantidad, era un regalo para ella. Por desgracia, de la nada cae un cofre bastante grande, roto y medio quemado ¿Donde? ¡Sobre los turrones! Los ojos de Hikari se agrandan como platos y empiezan a lagrimar, sí, estaba a punto de echarse a llorar -La comida...- Susurra lamentando el accidente.
Por si fuera poco eso no es lo único que sucede, de la nada aparece gente y empieza a robar regalos a todo el mundo, entran en las casas, tiendas y roban, hasta los que llevan en las manos la gente ¡Los niños! *¿¡Es que nadie va a pensar en los niños!?*. La herrera de Wano, pasó del casi llanto al odio en cero coma, pensando que se había quedado sin comida por culpa de esos hombres que habían lanzado la caja... -Esto no quedará así...- Comenta rabiosa sin que muchos le puedan escuchar... Se acerca al cofre y observa su interior...
Sí no fuera por unos muy buenos reflejos en ese momento, Hikari habría acabado con una cicatriz en su rostro pues una espada salió de su interior y casi le deja una marca de por vida. Tras un buen salto la herrera tomó distancia y de la caja empezaron a salir muñecos, sí, muñecos, con forma de soldado, con un uniforme pintado en su cuerpo de colores rojos y una espada en mano. Dichos muñecos/soldados/cascanueces/juguetes o como los queráis llamar, empezaron a salir de la caja y no parecían tener buenas intenciones. Algunos de ellos estaban rotos, se podría suponer que por la caida, otros quemados, pero todos intentaban salir de la caja con espada en mano.
Por puro instinto, Hikari desenfundó su espada y se puso en posición de guardia
Esta cuenta NO CUENTA para volver a postear, SOLO la de MAKO
Por si fuera poco eso no es lo único que sucede, de la nada aparece gente y empieza a robar regalos a todo el mundo, entran en las casas, tiendas y roban, hasta los que llevan en las manos la gente ¡Los niños! *¿¡Es que nadie va a pensar en los niños!?*. La herrera de Wano, pasó del casi llanto al odio en cero coma, pensando que se había quedado sin comida por culpa de esos hombres que habían lanzado la caja... -Esto no quedará así...- Comenta rabiosa sin que muchos le puedan escuchar... Se acerca al cofre y observa su interior...
Sí no fuera por unos muy buenos reflejos en ese momento, Hikari habría acabado con una cicatriz en su rostro pues una espada salió de su interior y casi le deja una marca de por vida. Tras un buen salto la herrera tomó distancia y de la caja empezaron a salir muñecos, sí, muñecos, con forma de soldado, con un uniforme pintado en su cuerpo de colores rojos y una espada en mano. Dichos muñecos/soldados/cascanueces/juguetes o como los queráis llamar, empezaron a salir de la caja y no parecían tener buenas intenciones. Algunos de ellos estaban rotos, se podría suponer que por la caida, otros quemados, pero todos intentaban salir de la caja con espada en mano.
Por puro instinto, Hikari desenfundó su espada y se puso en posición de guardia
- Resumen:
Observa el cofre enorme que ha caído y de el salen soldados de juguete con armas de verdad
Esta cuenta NO CUENTA para volver a postear, SOLO la de MAKO
Matt
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Caminando por las calles de tan bonito pueblo, se encontraba nuestro agente del gobierno favorito, preguntando amablemente donde estaba la fábrica de armas sin preguntar donde estaba la fábrica de armas. Se paró frente a un abuelete, quien sin entender muy bien al soldado intentó explicarle la distribución del pueblo, pero todo se fue al garete, cajas bomba, gente robando a los ciudadanos, misteriosos muñecos con pinta tenebrosa... Todo se estaba saliendo de control y por desgracia para Matt pues le habría encantado desmontar a todos y cada uno de los muñecos presentes, bueno y a los que robaban regalos... Y para que engañarnos, si le dejaran, hasta a los pobres ciudadanos que bastante tenían ya... Pero por suerte del resto de la gente, su misión tenía prioridad y tenía que ser en sigilo, vamos, que tenía que ser un fantasma, no podía llamar la atención (Que nadie repare en que va vestido como un árbol de navidad, luces incluidas) Así que evitando problemas empezó a caminar por donde había mencionado el anciano que se salía del pueblo en dirección (o eso esperaba) a la fábrica de armas
La salida del pueblo no fue fácil, las bombas, los juguetes descontrolados, los ladrones y la gente sufriendo por todos lados hacían dificil un camino recto y pacífico, pero aún así, con todo el dolor de su corazón que no tiene, (Y me refiero al dolor, no al corazón... Que tampoco la verdad...) Tubo que ir pasando entre tantos lamentos por un bien mayor, el localizar la fábrica de armas, a sus compañeros y todo lo que ello conlleva...
Esta cuenta NO CUENTA para volver a postear, SOLO la de MAKO
La salida del pueblo no fue fácil, las bombas, los juguetes descontrolados, los ladrones y la gente sufriendo por todos lados hacían dificil un camino recto y pacífico, pero aún así, con todo el dolor de su corazón que no tiene, (Y me refiero al dolor, no al corazón... Que tampoco la verdad...) Tubo que ir pasando entre tantos lamentos por un bien mayor, el localizar la fábrica de armas, a sus compañeros y todo lo que ello conlleva...
- Resumen:
Sale de nueva pesci
Esta cuenta NO CUENTA para volver a postear, SOLO la de MAKO
Elyria Priscraft
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Elyria estaba decidida para ir con Christa a encontrar al motero bombardero—pun intended—cuándo sonó ese maldito mensaje. Inmediatamente, la ciudad se sumió en el caos. Y eso era mucho decir, teniendo en cuenta lo caótica que ya estaba antes de esto. Mucha gente entró en pánico, poniéndose a correr. Unos intentando escapar, y otros buscando el ayuntamiento para no ser asesinados. Y claro, eso sin contar todos los que parecían estar poseídos. Luego estaba Christa. Elyria se mordió el labio inferior con rabia, esto debía estar reviviendo varios de sus traumas.
“Chris…” Susurró, colocando una mano en su hombro. “No te preocupes, yo me—”
Entonces, fue interrumpida por los gritos de dos hombres enmascarados. Joder, estas putas sectas son increibles en compartir su mal gusto.
“¡Humanos! ¡No tengáis miedo, el gran dios Krampus os acogerá en sus lorzas! Pero si vais en contra de sus deseos…”
La voz era tenebrosa, cómo si se hubiese puesto un modulador de voz. Lo primero que hizo Elyria al verlos, fue ponerse entre ellos y Christa. Sabía de sobra que la mujer sabía defenderse, pero también sabía que debía de ser una situación complicada para ella. Sin pensárselo dos veces, sacó a Khione de su saya, mirando a su alrededor para cubrir todos sus flancos.
De las calles salieron cuatro hombres más, dos por la derecha y dos por la izquierda, con las mismas máscaras horteras. Cómo sospechaba, no eran especialmente fuertes. Simplemente pobres ciudadanos que habían caído en esta manipulación. Probablemente por el mismo motivo por el que el resto de la ciudad estaba cómo poseída. La nieve. Seguía sin saber cómo, pero era el factor común, y hasta ahora no había encontrado una respuesta mejor.
“¡Fuera de aquí! ¡La Marina está protegiendo esta ciudad, así que decidle a vuestro líder que se deje de gilipolleces!” Gritó Elyria, aunque sin perder la calma.
Y entonces sintió una presencia más peligrosa. Un hombre grande, de unos tres metros, y con tanto músculo que te dejaría paraplégico de una palmadita en la espalda. Llevaba una máscara negra, pintarrajeada con unos símbolos raros. ¿Cómo demonios habían hecho todo eso en tan poco tiempo?
“¡Ignorad al resto y matad a esa zorra y a su amiguita!” Dijo el hombre, en una voz absurdamente aguda para su cuerpo. “¡Se atrevieron a intentar ir contra la palabra del único dios!”
Un segundo después, todos cargaron contra ella, sin miedo a la muerte, sin dudas. Hasta los gamberros más idiotas tenían más precaución cuándo se enfrentaban a ella. Pero claro, eso los hacía terriblemente fáciles de leer.
Disimuladamente, Elyria congeló una buena plataforma del suelo a su alrededor. Los hombres que venían del frente fueron los primeros en llegar al estar más cerca, y resbalaron de una forma lamentable, cayendo de culo al suelo. Definitivamente no eran guerreros, solo civiles siendo manipulados. Tenía que encargarse de hacerles el menor daño posible. Elyria se movió hacia atrás justo cuando los otros cuatro llegaron, dos de cada lado. Y cómo en una película de dibujos, resbalaron y chocaron entre ellos, cayendo al suelo. Decían que solo un burro caía dos veces en la misma piedra. Pues bueno, resultaba que cuatro señores drogados también. Así que solo tuvo que agacharse y noquearlos con unos golpes en el cuello. No despertarían en un buen rato, pero no les dejaría más secuelas que unos días de dolor.
“¡Idiota, deberías echar más cuenta a tu alrededor!” Gritó el hombre grande, que de alguna manera se había colado detrás de ella y Christa. Alguien que sabía lo que hacía, esto podría llegar a ser un problema. ¿Sería algún pirata o criminal afectado por lo que sea que los había llevado a este punto?
En cualquier caso, reaccionó con velocidad, poniéndose entre Christa y el hombre en un sprint, usando a Khione para bloquear el puñetazo que ya estaba lanzando. Al tener que hacerlo con esas prisas, su postura no fue ideal, y no pudo evitar retroceder por el impacto, haciéndose algo de daño en la mano. Aún eran usables, pero otro golpe así y no podría prometer nada.
“Chris, necesito que—”
Y antes de que pudiese terminar, su Haki de Observación le alertó de un ataque desde las calles al este. Disparos. Ni le dió tiempo a darse cuenta de que no eran aliados del Krampus, sino soldaditos de juguete armados. Elyria reaccionó dando un paso al frente, cubriendo el flanco de Christa. Logró usar a Khione para desviar una de las balas, pero eran demasiadas, y dos impactaron en su hombro.
“¡Todo el mundo al suelo, buscad cobertura!” Gritó con urgencia y con cierto dolor suprimido en su voz por el ardor. Esto sería un desastre si se ponían a disparar a civiles. Pero claro, bloquear y alertar a la gente le dió una enorme abertura al hombre grande del Crampus, que conectó un potente golpe en su brazo, dislocándole el hombro donde le habían disparado. Era eso o las costillas, y en el instante que Elyria tuvo para tomar esa decisión, al verse sin tiempo para esquivar, decidió terminar de inutilizar ese brazo.
Pero cómo todos estos brutos, cuándo consiguió golpear, se confió demasiado. Matones que piensan que la gente no va a responder cuándo les rompes un par de huesos. Así que Elyria aprovechó la ocasión, y pegó una fuerte patada hacia arriba en el mentón del hombre, rompiéndole la mandíbula y mandándolo a volar unos metros. Cabe decir que no se levantó.
Elyria rápidamente miró hacia atrás, buscando que Christa y Loki estuviesen bien, ignorando sus heridas por el momento. Las atendería en unos instantes, pero tenía sus prioridades claras. Además, los soldaditos, que ahora pudo ver que iban disfrazados de marineros, se estaban acercando. Y algunos se prepararon para volver a disparar. Todos en su dirección, claramente eran el objetivo. Bueno, mejor, eso haría más fácil proteger a los civiles.
“Parece que hay problemas, princesa.”
“Chris…” Susurró, colocando una mano en su hombro. “No te preocupes, yo me—”
Entonces, fue interrumpida por los gritos de dos hombres enmascarados. Joder, estas putas sectas son increibles en compartir su mal gusto.
“¡Humanos! ¡No tengáis miedo, el gran dios Krampus os acogerá en sus lorzas! Pero si vais en contra de sus deseos…”
La voz era tenebrosa, cómo si se hubiese puesto un modulador de voz. Lo primero que hizo Elyria al verlos, fue ponerse entre ellos y Christa. Sabía de sobra que la mujer sabía defenderse, pero también sabía que debía de ser una situación complicada para ella. Sin pensárselo dos veces, sacó a Khione de su saya, mirando a su alrededor para cubrir todos sus flancos.
De las calles salieron cuatro hombres más, dos por la derecha y dos por la izquierda, con las mismas máscaras horteras. Cómo sospechaba, no eran especialmente fuertes. Simplemente pobres ciudadanos que habían caído en esta manipulación. Probablemente por el mismo motivo por el que el resto de la ciudad estaba cómo poseída. La nieve. Seguía sin saber cómo, pero era el factor común, y hasta ahora no había encontrado una respuesta mejor.
“¡Fuera de aquí! ¡La Marina está protegiendo esta ciudad, así que decidle a vuestro líder que se deje de gilipolleces!” Gritó Elyria, aunque sin perder la calma.
Y entonces sintió una presencia más peligrosa. Un hombre grande, de unos tres metros, y con tanto músculo que te dejaría paraplégico de una palmadita en la espalda. Llevaba una máscara negra, pintarrajeada con unos símbolos raros. ¿Cómo demonios habían hecho todo eso en tan poco tiempo?
“¡Ignorad al resto y matad a esa zorra y a su amiguita!” Dijo el hombre, en una voz absurdamente aguda para su cuerpo. “¡Se atrevieron a intentar ir contra la palabra del único dios!”
Un segundo después, todos cargaron contra ella, sin miedo a la muerte, sin dudas. Hasta los gamberros más idiotas tenían más precaución cuándo se enfrentaban a ella. Pero claro, eso los hacía terriblemente fáciles de leer.
Disimuladamente, Elyria congeló una buena plataforma del suelo a su alrededor. Los hombres que venían del frente fueron los primeros en llegar al estar más cerca, y resbalaron de una forma lamentable, cayendo de culo al suelo. Definitivamente no eran guerreros, solo civiles siendo manipulados. Tenía que encargarse de hacerles el menor daño posible. Elyria se movió hacia atrás justo cuando los otros cuatro llegaron, dos de cada lado. Y cómo en una película de dibujos, resbalaron y chocaron entre ellos, cayendo al suelo. Decían que solo un burro caía dos veces en la misma piedra. Pues bueno, resultaba que cuatro señores drogados también. Así que solo tuvo que agacharse y noquearlos con unos golpes en el cuello. No despertarían en un buen rato, pero no les dejaría más secuelas que unos días de dolor.
“¡Idiota, deberías echar más cuenta a tu alrededor!” Gritó el hombre grande, que de alguna manera se había colado detrás de ella y Christa. Alguien que sabía lo que hacía, esto podría llegar a ser un problema. ¿Sería algún pirata o criminal afectado por lo que sea que los había llevado a este punto?
En cualquier caso, reaccionó con velocidad, poniéndose entre Christa y el hombre en un sprint, usando a Khione para bloquear el puñetazo que ya estaba lanzando. Al tener que hacerlo con esas prisas, su postura no fue ideal, y no pudo evitar retroceder por el impacto, haciéndose algo de daño en la mano. Aún eran usables, pero otro golpe así y no podría prometer nada.
“Chris, necesito que—”
Y antes de que pudiese terminar, su Haki de Observación le alertó de un ataque desde las calles al este. Disparos. Ni le dió tiempo a darse cuenta de que no eran aliados del Krampus, sino soldaditos de juguete armados. Elyria reaccionó dando un paso al frente, cubriendo el flanco de Christa. Logró usar a Khione para desviar una de las balas, pero eran demasiadas, y dos impactaron en su hombro.
“¡Todo el mundo al suelo, buscad cobertura!” Gritó con urgencia y con cierto dolor suprimido en su voz por el ardor. Esto sería un desastre si se ponían a disparar a civiles. Pero claro, bloquear y alertar a la gente le dió una enorme abertura al hombre grande del Crampus, que conectó un potente golpe en su brazo, dislocándole el hombro donde le habían disparado. Era eso o las costillas, y en el instante que Elyria tuvo para tomar esa decisión, al verse sin tiempo para esquivar, decidió terminar de inutilizar ese brazo.
Pero cómo todos estos brutos, cuándo consiguió golpear, se confió demasiado. Matones que piensan que la gente no va a responder cuándo les rompes un par de huesos. Así que Elyria aprovechó la ocasión, y pegó una fuerte patada hacia arriba en el mentón del hombre, rompiéndole la mandíbula y mandándolo a volar unos metros. Cabe decir que no se levantó.
Elyria rápidamente miró hacia atrás, buscando que Christa y Loki estuviesen bien, ignorando sus heridas por el momento. Las atendería en unos instantes, pero tenía sus prioridades claras. Además, los soldaditos, que ahora pudo ver que iban disfrazados de marineros, se estaban acercando. Y algunos se prepararon para volver a disparar. Todos en su dirección, claramente eran el objetivo. Bueno, mejor, eso haría más fácil proteger a los civiles.
“Parece que hay problemas, princesa.”
- Resumen:
Localización: Nueva Pesci
Involucrados: Christa,
Resumen: Los sectarios atacan, pero la mayoria resultan ser civiles siendo manipulados. Luego aparecen los soldaditos marineros. Ely es herida. Todo esto pasa en unos pocos instantes.
Elaina Sylveraen
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Elaina terminó de atender a los heridos, cuándo escuchó el sonido de la caja siendo abierta. Y luego de eso un extraño sonido metálico, seguido de uno gaseoso. Preocupada, giró la cabeza, y pudo ver como una especie de compuerta se abría en el cuerpo de una muñeca gigante, dejando salir un montón de hombres rubios de juguete. ¿Pero qué cojones está pasando aquí? Se preguntó a sí misma sin entender una mierda.
Rápidamente, los muñecos se pusieron a atacar a la gente. Y claro, ella no fué menos. Uno de los muñecos se le acercó, y le robó las vendas sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. Luego se las puso cómo una especie de cinturón, y otros muñecos a su alrededor lo miraron fascinados, cómo si hubiese hecho algo increíble. Y en un ataque de celos, se le lanzaron encima, intentando robarle su nuevo y magnífico artículo de moda vintage.
Eso le dió una idea a la princesa. Sería incapaz de derrotarlos en combate directo, pero tal vez podría hacerlo con un poco de ingenió. Rápidamente, localizó a Prometeo, al ver que era el único en la zona que estaba peleando contra los muñecos. El único que podía derrotarlos, claro. Más de uno se intentó hacer el héroe y acabó en el suelo de una colleja.
“Oye, tú, el del pelo blanco. ¡Hazme un favor y cúbreme!” Dijo en un tono de autoridad. No tenía ni idea de si le haría el más mínimo caso, pero en su isla, estaba acostumbrada a que eso ocurriese. Ser la princesa del reino provocaba esas cosas, pero claro, aquí no era nadie. Y a veces costaba darse cuenta y salir de esas suposiciones.
Fuera lo que fuese, y esperando que le cubrieran las espaldas, aunque sin tenerlo asegurado, se puso a hacer lo suyo. Sacó más vendas de las bolsas de Stormrider, cortándolas y atándolas, dándoles forma de cinturón. Entonces, las lanzó en medió de los distintos grupos de juguetes para que se peleasen por ellos.
Rápidamente, los muñecos se pusieron a atacar a la gente. Y claro, ella no fué menos. Uno de los muñecos se le acercó, y le robó las vendas sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. Luego se las puso cómo una especie de cinturón, y otros muñecos a su alrededor lo miraron fascinados, cómo si hubiese hecho algo increíble. Y en un ataque de celos, se le lanzaron encima, intentando robarle su nuevo y magnífico artículo de moda vintage.
Eso le dió una idea a la princesa. Sería incapaz de derrotarlos en combate directo, pero tal vez podría hacerlo con un poco de ingenió. Rápidamente, localizó a Prometeo, al ver que era el único en la zona que estaba peleando contra los muñecos. El único que podía derrotarlos, claro. Más de uno se intentó hacer el héroe y acabó en el suelo de una colleja.
“Oye, tú, el del pelo blanco. ¡Hazme un favor y cúbreme!” Dijo en un tono de autoridad. No tenía ni idea de si le haría el más mínimo caso, pero en su isla, estaba acostumbrada a que eso ocurriese. Ser la princesa del reino provocaba esas cosas, pero claro, aquí no era nadie. Y a veces costaba darse cuenta y salir de esas suposiciones.
Fuera lo que fuese, y esperando que le cubrieran las espaldas, aunque sin tenerlo asegurado, se puso a hacer lo suyo. Sacó más vendas de las bolsas de Stormrider, cortándolas y atándolas, dándoles forma de cinturón. Entonces, las lanzó en medió de los distintos grupos de juguetes para que se peleasen por ellos.
- Resumen:
Localización: Villa Abelia
Involucrados: Prometeo
Resumen: Elaina se pone a tirar cinturones hechos de vendas a los juguetes, que se piensan que es un increible articulo de moda vintage y se ponen a pelear entre ellos para conseguirlos.
Anagumitsu
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
“Parece que la zorra sabe acatar las ordenes de un superior.”, pensaste sonriendo por tu triste chiste.
La verdad es que la marine había hecho un camino bien despejado en dirección al puerto, no podía decirse que lo hubiera hecho de forma discreta ni metódica, pero los resultados eran indiscutibles. Corrí todo lo rápido posible contando con aprovisionarme de material el primero, tras varios recovecos y alguna pila de polvo en el camino llegué al hospital de campaña de la marina.
Enseguida me acerqué a unos hombres que allí estaban y les dije, “La primera carpa hospital queda requerida para uso privativo por requerimiento de la teniente Berry, traedme papel y algo que escriba que necesito que me consigáis todo lo posible de una lista de materiales. Por el momento, camas, suero, material de quirófano y clínica, antibióticos, calmantes, agujas e hilos, agua limpia, toallas y material de trauma.”, concluyó moviendo la mandibula mientras recobraba el aliento.
“Venga! Puta carrera, en marcha, la gente se muere!”, les grité tratando de que se pusieran en marcha y nos dejasen tranquilos en mi nueva clínica de campaña. Al menos por el momento.
Tras pasar unos minutos repasando y comprobando el estado del lugar, un hospital de campaña con capacidad para unos 50 pacientes, comenzaron a llegar los primeros suministros médicos. Miré a la puerta mientras me limpiaba las zarpas y los hombres colocaban parte del pedido y un papel en una mesa auxiliar junto a un lapicero.
"Bueno señores y señoras, pueden ir pasando, mi nuevo hospital de campaña está listo para recibirles.", dije con una amplia sonrisa en la cara.
La verdad es que la marine había hecho un camino bien despejado en dirección al puerto, no podía decirse que lo hubiera hecho de forma discreta ni metódica, pero los resultados eran indiscutibles. Corrí todo lo rápido posible contando con aprovisionarme de material el primero, tras varios recovecos y alguna pila de polvo en el camino llegué al hospital de campaña de la marina.
Enseguida me acerqué a unos hombres que allí estaban y les dije, “La primera carpa hospital queda requerida para uso privativo por requerimiento de la teniente Berry, traedme papel y algo que escriba que necesito que me consigáis todo lo posible de una lista de materiales. Por el momento, camas, suero, material de quirófano y clínica, antibióticos, calmantes, agujas e hilos, agua limpia, toallas y material de trauma.”, concluyó moviendo la mandibula mientras recobraba el aliento.
“Venga! Puta carrera, en marcha, la gente se muere!”, les grité tratando de que se pusieran en marcha y nos dejasen tranquilos en mi nueva clínica de campaña. Al menos por el momento.
Tras pasar unos minutos repasando y comprobando el estado del lugar, un hospital de campaña con capacidad para unos 50 pacientes, comenzaron a llegar los primeros suministros médicos. Miré a la puerta mientras me limpiaba las zarpas y los hombres colocaban parte del pedido y un papel en una mesa auxiliar junto a un lapicero.
"Bueno señores y señoras, pueden ir pasando, mi nuevo hospital de campaña está listo para recibirles.", dije con una amplia sonrisa en la cara.
- Resumen:
- Ubicación:Puerto de Larpeira
Interacción: Alpha, Berry, Vanko, Prometio, Sowon
Anagumitsu sigue a berry hasta el puerto y se incauta de una carpa y material medico cargandole los costes a Berry para comenzar a atender lo antes posible.
Christa
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sintió la mano de Ely en su hombro, reconfortándole y sacándole una sonrisa.
El momento de ternura duró menos de lo que le hubiera gustado, interrumpido por la aparición de los fanáticos del Krampus. Christa se alejó de Ely y se equipó, el carcaj en la espalda y el arco en mano. Sus dedos ágiles y veloces encontraron la cuerda del arma y, sosteniendo una flecha, la tensaron. Abrió fuego nada más ver que los fanáticos cargaban hacia ellas, los malos momentos aflorando en su cabeza, y la flecha impactó en la rodilla del objetivo.
Entonces comenzó el malestar.
Sentía como si hubiera tragado arena, los labios y la garganta secos y el cuerpo tan débil que apenas podía mantenerse de pie. Preparó otra flecha y apuntó, pero el mundo se había convertido en una revoltosa y confusa pintura. Aun así, disparó. La flecha se clavó en la zona interna del muslo de su objetivo, errando por un par de centímetros. Notó la presencia de un fanático religioso acercándose por su espalda, pero Ely se encargó con movimientos rápidos y precisos.
Christa reconoció los síntomas del malestar y se sintió estúpida. Desesperada, buscó una botella de agua en los bolsillos de la capa mágica y bebió como si hubiera estado un día entero sin hidratarse. Como si se tratara de un elixir milagroso, el mareo y la confusión cesaron, pero todavía sentía el cuerpo débil.
Los fanáticos continuaron arremetiendo, dominados por el deseo de servir a su dios. Loki derribó a un grupo completo, aunque esperó la orden de Christa para la ejecución. Ely se ocupó del resto, incluso del gigantón de tres metros que lucía tan peligroso, pero resultó reducido sin mucho esfuerzo. Sin darse cuenta, Christa había sido protegida sin haberlo pedido. Era una sensación… extraña, una a la que se había desacostumbrado. ¿Debía ofenderse pues podía defenderse sola? ¿O dejar de ser una boba y agradecer sin más?
Unos soldados de juguete arremetieron con sus armas de fuego, dañando a inquisidores, fanáticos y civiles por igual. Loki buscó cobertura tras una casa y Christa cuidó el flanco de Ely, utilizando la capa mágica para generar una especie de domo de hierro impenetrable. Sintió el impacto de las balas como pequeñas piedrecillas en el cuerpo, pero no consiguieron penetrar la defensa ni dañar a Christa. Con una sonrisa de satisfacción en el rostro, se giró para comprobar el estado de Ely.
-¡¿Estás bien, Ely?! -le preguntó al ver las heridas de bala y el hombro lastimado-. Tenemos que salir de aquí ahora mismo.
A Christa no le importaba dejar a los civiles a merced de los soldados de juguete, huir en busca de un lugar seguro y replantearse las cosas. Sin embargo, Ely protegía a los que no podían hacerlo por su cuenta; una actitud noble pero insensata. Era esa clase de persona que exponía su vida en peligro por salvar inocentes, pero implacable frente a la escoria de la humanidad. A Christa le gustaba eso de ella y, si Ely quería quedarse en Nueva Pesci a salvar desconocidos, contenta le ayudaría.
-¿Problemas? Je, he aprendido unos trucos en este último tiempo -alardeó, generando un pulso electromagnético. De pronto, el mundo se mostró compuesto por ondas de todos colores, lazos unidos a cuerpos metálicos. Había un montón de líneas y Christa se enfocó en aquellas tan finas como el cabello de un ángel, y tiró de ellas con delicadeza. La cazadora atrajo los casquetes de las balas y luego los empujó con fuerza hacia el pelotón de soldados de juguete-. Vámonos, tenemos que encontrar un médico y curar tus heridas.
El momento de ternura duró menos de lo que le hubiera gustado, interrumpido por la aparición de los fanáticos del Krampus. Christa se alejó de Ely y se equipó, el carcaj en la espalda y el arco en mano. Sus dedos ágiles y veloces encontraron la cuerda del arma y, sosteniendo una flecha, la tensaron. Abrió fuego nada más ver que los fanáticos cargaban hacia ellas, los malos momentos aflorando en su cabeza, y la flecha impactó en la rodilla del objetivo.
Entonces comenzó el malestar.
Sentía como si hubiera tragado arena, los labios y la garganta secos y el cuerpo tan débil que apenas podía mantenerse de pie. Preparó otra flecha y apuntó, pero el mundo se había convertido en una revoltosa y confusa pintura. Aun así, disparó. La flecha se clavó en la zona interna del muslo de su objetivo, errando por un par de centímetros. Notó la presencia de un fanático religioso acercándose por su espalda, pero Ely se encargó con movimientos rápidos y precisos.
Christa reconoció los síntomas del malestar y se sintió estúpida. Desesperada, buscó una botella de agua en los bolsillos de la capa mágica y bebió como si hubiera estado un día entero sin hidratarse. Como si se tratara de un elixir milagroso, el mareo y la confusión cesaron, pero todavía sentía el cuerpo débil.
Los fanáticos continuaron arremetiendo, dominados por el deseo de servir a su dios. Loki derribó a un grupo completo, aunque esperó la orden de Christa para la ejecución. Ely se ocupó del resto, incluso del gigantón de tres metros que lucía tan peligroso, pero resultó reducido sin mucho esfuerzo. Sin darse cuenta, Christa había sido protegida sin haberlo pedido. Era una sensación… extraña, una a la que se había desacostumbrado. ¿Debía ofenderse pues podía defenderse sola? ¿O dejar de ser una boba y agradecer sin más?
Unos soldados de juguete arremetieron con sus armas de fuego, dañando a inquisidores, fanáticos y civiles por igual. Loki buscó cobertura tras una casa y Christa cuidó el flanco de Ely, utilizando la capa mágica para generar una especie de domo de hierro impenetrable. Sintió el impacto de las balas como pequeñas piedrecillas en el cuerpo, pero no consiguieron penetrar la defensa ni dañar a Christa. Con una sonrisa de satisfacción en el rostro, se giró para comprobar el estado de Ely.
-¡¿Estás bien, Ely?! -le preguntó al ver las heridas de bala y el hombro lastimado-. Tenemos que salir de aquí ahora mismo.
A Christa no le importaba dejar a los civiles a merced de los soldados de juguete, huir en busca de un lugar seguro y replantearse las cosas. Sin embargo, Ely protegía a los que no podían hacerlo por su cuenta; una actitud noble pero insensata. Era esa clase de persona que exponía su vida en peligro por salvar inocentes, pero implacable frente a la escoria de la humanidad. A Christa le gustaba eso de ella y, si Ely quería quedarse en Nueva Pesci a salvar desconocidos, contenta le ayudaría.
-¿Problemas? Je, he aprendido unos trucos en este último tiempo -alardeó, generando un pulso electromagnético. De pronto, el mundo se mostró compuesto por ondas de todos colores, lazos unidos a cuerpos metálicos. Había un montón de líneas y Christa se enfocó en aquellas tan finas como el cabello de un ángel, y tiró de ellas con delicadeza. La cazadora atrajo los casquetes de las balas y luego los empujó con fuerza hacia el pelotón de soldados de juguete-. Vámonos, tenemos que encontrar un médico y curar tus heridas.
- Resumen:
- Christa se enfrenta a los fanáticos y en medio del combate sufre los efectos de la deshidratación, pero es salvada por Elyria. Luego, se enfrenta a los soldados de juguete y le propone a Ely que escapen de Nueva Pesci.
Efectos de deshidratación: -1 Fortaleza [2 turnos]
Evento finalizado, muchas gracias por participar, se procede a anunciar -redobles de tambores- los premios.
Aclaración: Para reclamar estos premios quienes no hayan participado en el evento deberán entregar un rol con dicho personaje en un plazo de dos meses.
Premios y Lotería de participantes
- Premios y Lotería de cada participante:
- Prometio: 350 px 35 doblones + Loteria: 100 doblones.
Maki : 250 px 25 doblones
Berry: 400 px 40 doblones + Loteria: 200 doblones.
Sora: 200 px 20 doblones + Loteria: 130 doblones
Christa: 300 px 30 doblones
Elyria 400 px 40 doblones + Loteria: 50 doblones
Lumin Maj : 300 px 30 doblones
Aria Fox: 100 px 10 doblones
Elaina Silverain : 200 px 20 doblones
Dumah : 150 px 15 doblones
Mako : 250 px 25 doblones
Hayden : 150 px 15 doblones
Alpha : 300 px 30 doblones
Prometeo : 150 px 15 doblones
Teva Bosco: 50 px 5 doblones
Konrad L Simons : 50 px 5 doblones
Nefertari Konan : 50 px 5 doblones
Tazu : 100 px 10 doblones
Vanko (Enolthar) : 150 px 15 doblones + loteria: 300 doblones.
Sowon : 150 px 15 doblones
Anagumitsu: 300 px 30 doblones
Okada Rokuro : 50 px 5 doblones
Hikari : 200 px 20 doblones + loteria: 100 doblones
Matt : 100 px 10 doblones
Shigure : 50 px 5 doblones
Ilje : 150 px 15 doblones
Claude : 50 px 5 doblones
Lotería de no Participantes
- Loterias:
- Judy: 30 doblones
Blaze: 300 doblones
Sasaki: 100 doblones
Morgoth: 50 doblones
Dorito: 300 doblones
Hayato: 30 doblones
Alice: 300 doblones
RAL:200 doblones
Gareth: 30 doblones
Aclaración: Para reclamar estos premios quienes no hayan participado en el evento deberán entregar un rol con dicho personaje en un plazo de dos meses.
Gobierno Mundial OPD
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Página 5 de 5. • 1, 2, 3, 4, 5
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.