Encuentro curioso

*Dentro de la taberna de Loguetown había un hombre un poco inusual. Sus ropas oscuras con rojo, junto con su corto cabello color blanco, lo hacian llamativo, era serio y no parecia conocer ni ser reconocido por nadie del lugar. Estaba bebiendo un vaso de agua, sentado en una mesa en la esquina de la taberna, algo alejado de la clientela habitual de aquel lugar. Sin embargo, claramente lo mas extraño del sujeto era que, aun estando en un bar, lo unico que estaba haciendo era leer un viejo libro, cuyas paginas estaban unidas solamente por unos hilos.
Nadie mas parecia hacerle caso alguno, todos estaban ocupados bebiendo, charlando, jugando y discutiendo. Solo el encargado se habia dado cuenta de su presencia. Aquel sujeto solo estaba ahi, leyendo, y escuchando como todos hablaban de piratas y de sus propios problemas, de como la marina habia ocupado el lugar y aun asi llegaban a ver muchos piratas, de como fue nombrada la isla, y de uno que otro pirata que habian visto recientemente. Solo ante lo ultimo parecio reaccionar el joven, de forma casi indetectable, pues solo movio los ojos hacia donde se habian escuchado las palabras sobre un pirata reciente. Se quedo un poco mas a escuchar, y poco despues guardo su libro y se retiro.
Salio del bar, y se dispuso a caminar por las calles sin rumbo alguno. ¿Quien seria el pirata visto en las cercanias? ¿Alguien famoso, buscado, o solo uno mas que queria hacerse un poco de fama mientras iba andando? Quiza lo sabria pronto, pues sin saberlo, estaba caminando justo en direccion para encontrarse con dicho pirata desconocido. Sin embargo, podria decirse que el tambien era un pirata, pero uno que gustaba mas del bajo perfil. Ademas, estaban en un lugar donde constantemente podian ir y venir miembros de la marina, no habia porque andar estando exhibiendo su estatus como si fuera a ser de poca importancia una base entera de enemigos. Sin embargo, algo le inquietaba.. Pues los clientes de la taberna no se ponian de acuerdo, de si el pirata visto era hombre o mujer.. ¿Acaso habia mas de uno?*

Loguetown, yo y, para variar mis ganas de comer algo de carne.

Aquella isla era horriblemente grande, por lo que no tardé mucho en perderme y, menos aún, en aburrirme. Llevaba todo el día buscando algún puerto cargado de deliciosos barcos esperando mi llegada, pues ansiaba de uno, sin embargo y desgraciadamente, un estúpido recluta de la Marina me había visto cuando casi ya había conseguido cortar la cuerda y nada más ingenioso se me había ocurrido que volcar al mismo con enredaderas y plantas 'salidas mágicamente del mar'.

De acuerdo, eso no había sido mi mejor idea, pero había sido muy gracioso. La verdad era que los reclutas Marines no eran más que los yoyo's de los piratas, un simple juego que viene y se va fácilmente.

Huí rápidamente a esconderme, pues no tenía ganas de esperar a esos estúpidos refuerzos que llegarían de un momento a otro. Me metí entre el gran tumulto de personas que iba y venía hacia distintas direcciones, sin embargo y para mi mala suerte, no podría esconderme para siempre, allí todo rumor se extendía rápidamente, y aun que no fuera precisamente una isla pequeña tampoco estaba cultivada con pocos marines, lo que significaba que si no me daba prisa y buscaba algo mi fin sería marcado pronto.

Suspiré y fruncí el ceño. 'Vamos, idiota, ¿qué pueden hacerte un par de flotas cargadas de reclutas Marines? ¿Qué crees que pensará Naru si te ve preocupada por esta tontería?' Era cierto, todo era una tontería. El simple hecho de que me hayan visto no significaba que me encontraran entre las millones de personas que paseaban por allí, era... ¿imposible? Tal vez sólo posible, a secas.
Me miré el estómago un segundo después de oírlo rugir, por lo que, sin pensarlo dos veces me acerqué al primer bar que avisté cerca, con las únicas ganas de tragar algo comestible.

Teníamos algo de tiempo que desembarcamos en logue town, era el la ciudad del principio y el fin. Me gustaba este lugar, me daban ganas de subir aquí a todo hombre que merece morir y enseñar el principio. de una nueva época. Aun que entre mas lo pensaba mientras caminaba por las calles todo me daba mas vueltas. Todo tenia limites. inicio y fines. Me encontraba un tanto alterada con la idea pero estaba decidido.

Cuando culmine mi ambición, este lugar será una prisión llamada la prisión de los 5 días. Y todo reo que entre tendrá 5 días de vida después será ejecutado. Si bien construyen cosas interesantes o útiles para mejorar el mundo, se les dará el perdón y podrán seguir con su vida perfeccionando o mejorando su invención. en lugares donde la vida se apodera de ti te llena de ese fuego de vivir. Es cuando realmente podrían darse cuenta para que son útiles de lo contrario. Será mejor que sean ejecutados.

Mientras caminaba absorta en mis pensamientos. Pude ver un tumulto de gente, y un orador ensima de un par de tarimas.

Orador - Estaba saltando por encima de un gran caballo, eran largos y muy diferentes a todos los caballos que allá visto en mi vida, de echo todo era an largo, que costaba creerlo. No podía dar crédito a que hasta las frutas eran largas. Era un lugar maravilloso donde podías caminar por grandes pastizales, rodeado de grandes objetos todo largo, de cierta forma amorfos, si no les apreciabas con todo lujo de detalle..

Al parecer era un viajero, yo seguía mi camino poco me importaba, todo me pertenecía. Mientras caminaba pase aun lado de una taberna muy bulliciosa. Era normal supongo todos esos lugares de mala muerte lo son. Seguí caminando y ajuste mis gafas. Me quede mirando un tanto asombrada una tienda llena de artilugios curiosos. Parecían provenir de todas partes de los mares. Había armas, objetos, juguetes, espadas, de todo hasta que mis ojos se extasiaron al ver un par de gafas.

Y, de pronto, descubrio un olor. Tenia un olfato, oido y vista sorprendentemente agudos, y que sin embargo no le causaban molestia alguna, a excepcion de ciertas ocasiones, en donde tenia que utilizar gafas de sol. Llevaba ya dos dias enteros en esa isla, y se habia paseado por todos los rincones de la misma, aprendiendo las maniobras de los marines, reconociendo su olor y su sonido, y especificamente sus rutas y horarios, todo para estar preparado por si algo sucedia. Y ahora, habia detectado un aroma distinto, estando cerca de los muelles, el rastro de perfume ligero, combinado con reciente agua marina indicaba que se trataba de una chica joven, que iba hacia una zona de comida, que pasaba justo por la taberna.. Demonios, seguramente habia pasado minutos despues de el.

Sin duda, aquella joven era una pirata, podia reconocer el aroma donde fuera, despues de todo paso mucho tiempo con distintos grupos de piratas, y todos tenian esa minima esencia compartida, incluso el mismo. Como era obvio, salio corriendo de inmediato hacia donde su olfato le indicaba, no eran mas que un par de cuadras, un poco mas lejos y quiza habria perdido el olor con los constantes cambios de la ciudad, mas por tratarse de una zona donde hay comida. Se detuvo estando cerca de aquel bar, alguien mas se acercaba, un aroma distinto, nuevo, esta vez era un hombre, y sin embargo habia una pequeña esencia de otra mujer, casi totalmente confundida con el aroma de la ciudad, quiza tenia mas tiempo que el en aquel sitio.. ¿de donde habian salido tres piratas? Bueno, no era que le sorprendiera realmente, pero si sabia lo que eso significaba, y temia asi era.. lo mejor debia ser tener cuidado. Uno nunca sabe con los piratas, especialmente cuando se es uno de ellos. Si no eres parte de su tripulacion bien pueden atacarte, por placer o porque quieren algo tuyo. Era una lastima, no tenia tripulacion propia y menos se habia unido a una, pero claro, lograba convencer a pequeños barcos mercantes de transportarlo a todos lados que le diera en gana, siempre es buena forma de convencer el tener un arma en el cuello del capitan.

No disminuyo su velocidad, sino que mas bien llevo su mano izquierda mas cerca de una de sus espadas, las cuales iban ocultas en su tunica, como varias armas mas, y de ese modo llego a la interseccion, la taberna, donde se topo casi de frente con el sujeto desconocido. Era un hombre joven, posiblemente incluso un poco mas joven que Archer. Su cabello largo, negro y ondulado por un momento podria confundirlo con una chica, pues era algo delgado. Sin embargo, como se topo de frente a el, noto sus ojos, rojos como la sangre, y unos colmillos sobresalientes.. Parecia un vampiro. Quiza, incluso, tenia sentidos como los suyos, y le estaba esperando..

A un lado de ambos, habia una chica joven con cabello bastante largo, y tan solo su forma de mantenerse en pie denotaba que venia de familia adinerada, o algo por el estilo. De seguro la criaron para que pensara por el resto de su vida que tenia el derecho de mandar hacia los demas, que era mas importante solo por como nacio o donde vivio. Era sorprendente que una persona asi fuera una pirata, sin embargo ella parecia estar atenta en otras cosas. Y, de igual modo que a la primera chica, de reojo logro ver a una chica de cabello azul, un tono algo llamativo, y parecia tener bastante hambre, pues miraba la comida como si fuera algo proveniente del cielo que, ademas, no pudiera pagar.

Sin decir nada, no noto que el haberse quedado un par de segudos al identificar a las tres personas de seguro al menos se le haria sospechoso al chico, sin embargo, antes de darle oportunidad de cualquier cosa, se alejo un momento, dirigiendose a la chica de cabello azul, y paso intencionalmente algo cerca de la otra mujer pirata, como si ese pequeño acercamiento fuera una treta de un ladron experto. Habia algo extraño en la chica de cabello azulado, algo que no podia explicar.. Era como si la tierra misma obedeciera cada orden que ella daba inconcientemente, como si la siguiera en cada movimiento, bailando con ella. Eso era peculiarmente extraño, pues era de Archer el poder de dominar las rocas a voluntad, crearlas y destruirlas.

-Disculpe, señorita.. ¿Desea algo de comer?-

Le pregunto, tan pronto llego hasta donde se encontraba, sin siquiera pensar en si lo mandaria al diablo por ser alguien desconocido o mucho peor, le atacaria estando a solo un par de metros donde estaban los otros dos sujetos, que para ese momento de seguro ya sospecharian algo de el. Si no tenia cuidado, las cosas podrian ponerse bastante feas, especialmente porque se acercaba la hora en que un grupo de marines iba a patrullar por esas calles.

Nota off rol:
Perdonen si es un post algo malo, o forzado.. Tiene rato que no roleo y apenas estoy regresando a esto ^^u

Me encontraba feliz de la vida, mirando los objetos. Encontré un poco de materiales curiosos. Un carrete de acero replegable y también estaban unos lindos lentes negros, para no permitir el paso de la luz. Ambos objetos me agradaron y los compre. Con un ingeniero podía agregar el carrete a la ballesta brazalete y podría ser muy útil. Ajuste mis gafas y continúe caminando. Vi a kev a lo lejos no di mucha importancia al menos no estaba masacrando todo aquel que veía. Era un buen punto en un lugar tan bullicioso. Vi parado entre la gente a un chico muy bien parecido. Me le quede viendo un poco. Pero recordé que necesitaba ir con un ingeniero. Así que empece a caminar rumbo a un puesto de comida. Ya que me quedaba de paso el poder verle un poco mas. Al llegar pase a ignorarle.

El Tendero del puesto quedo estupefacto al verme. Como no lo haría con una belleza como la mía. una chica en tacones con su traje. Sin camisa mostrando el sujetador. Un cabello largo hasta los tobillos en una coleta un color negro brillante, era casi como un metal precioso mi cabello. Una tes clara y unos ojos color aqua.

Sam - Buen día. Diga me donde puedo encontrar al mejor ingeniero de este pueblo. Busco uno que pueda rivalizar con las ideas que tengo en mente.

Fritanguero - Claro que si me señora...

Sam - Doncella por favor. No confundas.

Fritanguero - Amm si perdón Doncella... - Un rostro un tanto escéptico - podrá encontrarle a unas 6 calles de aquí siga derecho, después vire a la izquierda camine 12 cuadras mas encontrara un pasillo estrecho debe subir unas escaleras caminar atra vez de dos pasillos tome el del lado derecho es un poco mas limpio y puede preguntar en la puerta con el numero 14 por Ignacio.

Sam - Bien gracias aquí tiene. Viva bien y mejore la calidad de su establecimiento, que puede servir mejor a su clientela.

Le deje un poco de dinero y pase a retirarme como si nadie ni nada existiera. Después de todo era un lugar de lo mas rastrero. Hacia mucha falta alguien que le diera un buen ajuste al pueblo aun que si lo pienso mejor, cuando sea una prisión es el lugar que merecen y necesitan. El clima era muy cálido, tenia calor creo que debía pasar a comprar algún helado. Hace falta el refrescarme y sentirme mejor.

Me senté en una de las sillas de la barra apoyando los codos sobre ella y el rostro sobre una de mis manos. Aquellos lugares me recordaban al bar de la isla en la que me crié, tan malolientes y sucios siempre, tanto que ya esas pequeñas cosas disminuían al compararlas con las personas con las que se pasaba el rato, tanto conocidas de toda la vida como de vista.

Sin resaltarme mucho, una voz asomó por mi espalda. Me giré frunciendo el ceño y examiné detenidamente el rostro del muchacho; poseía rasgos jóvenes y atrayentes. Preguntaba si deseaba algo de comer, sin embargo no tenía pinta alguna de camarero. Ya podía responder con una ironía ofensiva, como lo habría hecho habitualmente, sin embargo, no tenía ganas de mostrar una faceta agria. Levanté las cejas y coloqué una sonrisa titubeante.
—No tienes mucha cara de ser camarero —Pronuncio, guiándole la silla vecina con la mirada.

El hecho de viajar de isla en isla sin ninguna comunicación aparte de las amargas y aburridas conversaciones antes de algún combate con los mismos se estaba convirtiendo en una aburrida monotonía. Necesitaba un destino específico, y tal vez hubiera por allí algo de lo que estaba buscando y de ser así, lo necesitaba, y lo necesitaba rápido.

Habia notado claramente los movimientos de aquella mujer de cabello oscuro y largo, que ademas por cierto tenia una forma de vestir que nunca habria imaginado de alguien con su aparente actitud, bueno, quiza solo era apariencia y no era alguien que se creia la reina del mundo. Esa sensacion de que alguien te observa, como un sentido de advertencia en la nuca, siempre se identifica, especialmente si estas entrenado para ello. Sin embargo, no le presto mas atencion cuando escucho sus pasos, en direccion a alejarse.

En lugar de preocuparse por esa chica que se retiraba, su atencion estaba en la joven hacia quien habia dirigido sus palabras. Cuando ella volteo noto en su rostro joven sus ojos, del mismo color que su cabello, y vaya que eso se veia bien. Escucho sus palabras y, sentandose en la silla que ella le indico, mostro una leve sonrisa para contestar a aquel comentario.

-Me atrapaste. Solo soy un.. viajero, cansado de siempre viajar con desconocidos.-

No menciono el ser pirata, aunque estuvo a punto. Sin embargo, se dio cuenta un momento que habia dejado de hablarle a la joven de forma respetuosa y se dirigió a ella como si ya se conocieran. No se habia dado cuenta por no mencionar ser pirata, pensando que quizá podria tomarlo de un modo que las cosas resultaran mal, como querer irse o incluso atacarlo, nunca se sabe. Tan pronto el dueño del lugar vio su presencia con la joven, les dio dos platos de comida como si nada. El primer dia de su estancia en Loguetown Archer habia ayudado a ese sujeto en especial, le debia dinero a unos bandalos y fue salvado, ellos no corrieron tanta suerte. En forma de agradecimiento, podia comer todo lo que quisiera cada vez que fuera a ese puesto, y gratis.

Justo habian recibido los platillos de comida cuando escucho los pasos del sujeto, el pirata, acercarse a ellos. ¿Que demonios era lo que iba a hacer? Archer se preparo, solo mentalmente, para atacarlo en dado caso de que sus acciones fueran parecidas a las de los bandalos de dias anteriores contra el puesto de comida o si bien iba contra alguno de ellos. Sin embargo, escucho sus palabras y descarto por completo la idea de atacarlo, al menos de momento. Sus palabras eran de una persona amable, igual que su tono, y el hecho de que no fuera tras la otra mujer pirata como con ellos, le daba la sospecha de que eran camaradas. Bueno, daba igual de todos modos.

-Sabia que podias hacer eso.-

Fue lo unico que le dijo al sujeto. Ya habia olvidado un momento sus modales con la joven que estaba a su lado, asi que porque deberia ser respetuoso con aquel chico. vio que se sento junto a el, estando Archer entre ambos nuevos interlocutores. Antes de que el sujeto llamara a un camarero ya le estaban dando un plato de comida, vaya que el dueño se habia tomado en serio ese agradecimiento.

Mientras caminaba en aquella dirección, note como un grupo de marines de golpe viraron por la esquina. al parecer terminaríamos cruzandonos de frente. Tenia dos opciones o seguir de largo y que me vean y quizás envolverme en alguna especie de enfrentamiento. O bien esconderme de una forma rastrera humillante ocultando quien soy. Para evitar muertes y llamar la atención en este lugar. Claramente alguien de mi categoría no tenia mucho que pensar. Me gire a mirar hacia el establecimiento de comida. Saque una pequeña nota y la ate a uno de mis virotes. Apunte en dirección de la mesa donde se alimentaba Kev y la dispare justo frente a el con toda la intención de que se notara el virote pero sin querer hacer daño. La nota decía:

Kev, preparate van a morir estas personas va armarse un escándalo. SSeguro de la esquina inferior trasera llegaran mas soldados después de unos 10 minutos. E visto 4 tropas patrullando. Tendremos unos 45 minutos para terminar todos los asuntos aquí antes de que algún capitán llegue a este lugar y se pongan las cosas graves de verdad. esto pasara si escuchas un grito de lo contrario ignora y ten cuidado con el hombre que esta a tu lado. Analiza mucho las cosas. E visto como mira a las personas y a mi atra vez del reflejo de los utensilios de cosían del lugar. Nadie revisa tanto sin tener intenciones.