El abrazo del destino. La nueva era ha comenzado.

Caminaba ente los escombros hacia la plaza, decepcionado al ver que la espada no había quedado entre mis manos, así que traté de regresar para ver que estaba ocurriendo. Nada más llegar, vi tras el patíbulo a 2 sujetos escondidos, y uno de ellos me era familiar. Era Abyss miembro de Sons of anarchy, mis más recientes aliados, me impresionó mucho verle ahí acariciando el peligro tan tranquilamente, y se ponía peor, pues se escabulló hasta las espaldas del mismísimo almirante de la flota. No podía creer lo que mis ojos veían, pues de un limpio y sencillo ataque cortó su cabeza como si se tratara de cualquier cadete ahí parado, me trastornó gravemente, y cuando creí que nada podía descolocarme más, el destino siguió azotándome con sus sorpresas y al girar levemente la cabeza no pude evitar encontrarme de un confuso enfrentamiento que tubo como resultado la muerte de Katrina, la ya fallecida yonko que había liberado hace solo unos instantes, el amargo sabor de la guerra se hacía presente en su máxima expresión frente a mis ojos, así tragué saliva y me convencí a mi mismo que era momento de ponerse a tono.
Entonces la atención de la plaza fue atraída por el supernova que asesinó al hombre más fuerte de la marina, pues levantaba la cabeza ensangrentada de kurokko proclamando a favor de la era pirata, y junto a él, su cómplice le apoyaba en con aquél discurso.

Me disponía a acercarme al patíbulo cuando vi pasar frente a mi a uno de los almirantes, que se abría paso para vengar la muerte de su líder, ciertamente era claro que las habilidades de Abyss eran de admirar, por dios, había matado a Kurokko, pero eso fue por sorpresa, un enfrentamiento directo podía cambiar mucho las cosas. Claramente el chico necesitaba ayuda, y el ver que un eslabón tan grande de la marina ya había caído, me dio la confianza de emular la actitud temeraria de mi aliado.

Pero aun seguía algo impactado y realmente no sabía que hacer tenía que atacar con todo, pues no tendría otra oportunidad frente a enemigos de su rango, velozmente revisé mi bolsillo izquierdo, donde guardo los naipes que podría reutilizar más adelante, siempre ha sido mi pequeña caja de pandora, y ahí mismo estaba, el naipe que me daría la victoria

este era el naipe:

eran las espadas de antes, el ultimo respiro de Jeremy, honraría su despedida de este mundo dando muerte a esa maldita bestia.

[Double down][power up]

Activé mi double down, dándome el poder de mezclar ese naipe con uno de mis naipes con municiones, específicamente, Balas Rápidas. El naipe resultante se rodeó con un aura color rojizo y en su cara blanca se plasmó el dibujo de un copioso grupo de balas doradas y luminosas, sonreí aliviado, luego con mucha celeridad y un juego de manos prácticamente instantáneo desenfundé mi sub-fusil de asalto, el cual ya cargados con las dichosas municiones durante el mismo juego de manos, acomodé para disparar, acto seguido llevé mi propia energía espiritual hasta el cargador del arma, para bañar con ella las doradas balas, que gracias a sus características de balas rápidas triplicarían su velocidad.

[All'in Move - Gunfire Posthumous Punish][AB]

Jalé el gatillo de cada arma descargando una furiosa e imponente ráfaga de disparos que darían contra las nucas del almirante y bajarían lentamente por su columna. Mientras disparaba una luz dorada emanaba de cada una de las balas que llegaban en menos de un santiamén hasta su objetivo y en curiosamente en vez del común sonido de armas disparando mis armas emitían los acordes de la tonada que oímos tras la muerte de Jeremi, con cada disparo la tonada iba tomando más y más claridad.

aclaración:

Creo que por un momento me había desmayado, porque de repente me encontré volando por encima de los edificios. Llevaba puesta unas gafas que recordaba vagamente, como si me las hubiera puesto sin pensar realmente lo que hacía. Pero… ¿Por qué volaba? Miré arriba y una luz blanca me cegó, aun así puso ver un par de grandes alas. Se me vino a la cabeza ese chico alado que entró al gremio, pero él no emitía luz. El ángel me tenía cogido por los sobacos, me tiraba de la herida y me hacía algo de daño. Sin embargo estaba mucho mejor que antes, ya no sangraba tanto y no parecía que me fuera a morir. Volábamos hacia el bosque, donde nos encontraríamos con el jefe y los demás.

Ya estábamos llegando cuando un gran BUM nos estrella contra un árbol. Caímos al suelo-“Mierda la herida”- de nuevo estaba abierta. Miré a mi alrededor, vi al ángel tumbado en el suelo cerca de mí y un poco más allí Takeshi. “Yamamoto-sama, un poco de ayuda por favor.”

En cuanto el polvo se disipó pudo ver que se había sobrepasado, el hombre esposado había muerto y su criatura parecía bastante apenada, al menos tanto como puede estar una salamandra mezclada con un mechero. Kodama lo miró fijamente, preocupado por el hecho de haber perdido el control hasta ese punto. De repente una potentísima serie de explosiones resonaron por toda la isla, provenientes de las afueras de la ciudad. No estaba seguro de que demonios había pasado, tal vez tuviera algo que ver con el Halo o lo que fuera que había sonado antes. Fuese lo que fuese sabía que solo era el comienzo.

Mientras tanto desde la plaza todavía seguían llegando estruendos y explosiones continuas, aunque algo más suaves. El marine se encaminó hacia ella, pero antes decidió que no dejaría allí al mechero viviente, al fin y al cabo había matado a su dueño así que ahora era su responsabilidad. Extendió su mano y esta se subió, no sin unos instantes de duda, y saltó al interior del bolsillo de su túnica. Al menos, gracias a que esta prenda resistía el fuego, no habría problema si le daba por soltar alguna llama.

Al cabo de un minuto llegó hasta la plaza y el espectáculo que vio allí le sobrecogió. Se topó con un paisaje caótico, plagado de humo y escombros. Mirara a donde mirara veía grandes batallas, varias de las cuales incluían incluso a los Almirantes. Eso le preocupó bastante, ya habían perdido el control de la zona de la ejecución y los Yonkou y sus tripulaciones ni siquiera habían comenzado a invadir la isla, o al menos eso creía. Sin embargo por encima de todo eso destacaba un hecho. Entre los restos de la plataforma de ejecución pudo ver los cuerpos inertes del Almirante de Flota y de la mujer responsable de todo aquello, ambos estaban muertos y aun así parecía que aquella guerra no iba a terminar fácilmente.

Se preguntó cual sería el siguiente paso, estaban allí por una ejecución que según parecía ya se había realizado así que ahora solo quedaba el caos y la muerte. No estaba seguro de que ocurriría ahora, pero sabía que su lugar estaba defendiendo la ciudad así que se dispuso a atravesar la plaza y colocarse en una de las entradas, la que daba al puerto, para detener el paso de sus enemigos y salvaguardar la justicia en el mundo. Si es que aun quedaba algo de eso.

Pasé un rato haciendo las curas necesarias a la joven que se había quedado inconsciente, sin embargo, al poco de haber terminado de haber terminado de hacerle las curas al la joven esta se despertó.

-Deberías de descansar un rato más y te recuperaras por completo- le dije a la chica, quien no escuchó mi consejo, me dio un beso en la mejilla, y se levantó dejando en el suelo a mi lado un sostén de oro macizo, y se marchó sin que pudiese detenerla.

Quieto sin saber que hacer tras lo que acababa de suceder, de repente unos ruidos y temblores me hizo volver al mundo real, guarde el sostén y me levanté de donde me encontraba. a lo lejos pude ver como entraban en escena unos piratas, y no me podía quedar allí esperando a que masacrasen a los heridos que aun estaban donde me encontraba, así que, me alejé de los heridos con la intención de llamarles la atención a los piratas que iban arrasando todo lo que tenían delante de ellos.

Tras unos gritos e insultos dirigidos a los piratas, comencé a correr hacia el edificio que tenía más cerca pues ahora me perseguían, “bueno el plan está funcionando ahora sólo queda quitármelos de encima, y no sé como” pensé mientras entraba en el edificio, por suerte era un edificio de varias plantas y me permitiría escaparme en caso de ser necesario. Así que comencé a subir a la primera planta de este. Justo cuando terminé de subir los escalones los piratas entraron destrozando la puerta eso hizo que me parecieran más fuerte de los que en un principio pensé que podrían ser, los piratas rápidamente me vieron y comenzaron a seguirme, por mi parte me adentré en la planta para intentar perderlos de vista, mientras iba por la planta toque los cristales de un par de ventanas y con mi habilidad los convertí en cadenas que con cuidado las llevé una en cada mano, al final de un pasillo giré a la derecha; por suerte había encontrado un pasillo bastante oscuro iluminado tan sólo por un farol y la poca luz que entraba desde el pasillo del que yo y los piratas que me seguían veníamos, antes de que viniesen los piratas preparé una estrategia rompí las cadenas de cristal contra el suelo haciendo que se formaran una gran cantidad de cristales en el suelo, con cuidado me acerque al comienzo del pasillo y con las paredes de madera cree otras cadenas a la altura de las espinillas con el fin de que los piratas se tropezasen y cayesen encima de los cristales. Volví con cuidado al final del oscuro pasillo con cuidado de no pisar ningún cristal y me quedé a una distancia prudente, finalmente rompí el farol con el fin de tener la ventaja de la vista ya que yo tendría la vista acostumbrada a la poca luz y ellos tardarían unos momentos en adaptarse.

Cuando Deadpool estuvo llegando a la plaza  recibió una llamada, sin dejar de correr junto a Krauser la cogio.

--Eh, creo que... necesito de tus pastillas, pero no de las que nos gustan a nosotros... Estoy un pelín envenenado, así que ven cuánto antes y trae ayuda si puedes... No te llamaría si no fuera estrictamente necesario... Estoy en cerca del patíbulo... ¡Ven!.

Era su amigo Crimson, al parecer estaba en apuros, Deadpool habló fuertemente para que todos los que estaban yendo a la plaza le escucharan, pero sin dejar de correr.

-¡Hay un herido por envenenamiento en la plaza, se trata de un conocido mio, es una persona muy fuerte si salváramos su vida nos serviria de ayuda en la operación, TODOS LOS QUE ENTIENTAN DE MEDICIA PORFAVOR VENGA CONMIGO A AYUDAR!

Cuando llegó a la plaza vio Crimson tirado en el suelo agonizando, había mucha sangre a su alrededor y le faltaba un brazo, rápidamente se acercó a el y sacó sus vendas y  3 regeneradores celulares, dado que sabia la receta y no era algo difícil de crear, nuca iba a una misión si no llevaba 6 consigo.

El cuerpo de Crimson estaba muy mal herido y perdía mucha sangre, varios colmillos estaban clavados en el, al sacar uno, un liquido azulado supuro por este, eso debería de ser el veneno. En gran parte de su cuerpo tenia clavado varios dientes, por lo que Deadpool sacó un botecito hermético de medicina y al sacar otro diente este supuró el veneno, Deadpool acercó el bote y el veneno quedo dentro, una vez dentro cerró el bote y lo guardó.

--Una persona normal con toda esta cantidad de veneno en cuerpo ya estaria muerta... he cogido el veneno e intentare crear un antídoto, pero antes tengo que cerrar tus heridas.

Deadpool acercó 2 regeneradores celulares donde antes estaba su brazo, al activarlos se podía ver como se iba cerrando la herida pero esto no era suficiente, necesitaba que algún cirujano lo tratase, le quitó de sus cuerpo todos los colmillos clavados y con el otro bote que le quedaba empezó a repartirlo por todas las heridas de su cuerpo, tras cerrar las heridas Deadpool las desinfectó y las vendó, donde estaba antes su brazo, hizo un torniquete para que no soltase mas sangre, a un que los regeneradores habían echo efecto este a un sangraba.

--Espero que no sea yo el único medico que ayas llamado, necesitas mas ayuda de la que yo solo puedo darte.

En el fondo Deadpool sabia que había llamado a mas gente, Crimson era un tío con cabeza y sabiendo su estado no solo traería a un medico, ahora solo quedaba esperar a que viniera alguien para que el pudiera irse a crear un antídoto

Un edificio derrumbado, eso era lo que su capitana quería investigar, no es que a él le interesaran mucho ese tipo de cosas pero tampoco le importaba demasiado, tal vez hubiera algo interesante por allí. Sin embargo eso tendría que esperar, al parecer el antiguo capitán de la banda, Crimson había tenido algún que otro problema y necesitaba ayuda médica inmediata, además de que Abyss había cometido la insensatez de enfrentarse a un Almirante de la Marina. Para que luego dijeran que el loco era él.

Por este motivo ahora se encontraba corriendo para salvar la vida de ese chalado, no estaba muy seguro de como lo harían ya que no se imaginaba a un Almirante atendiendo a razones, por lo que tendría que dejar que Rose se hiciera cargo tirando de título. Al cabo de unos segundos llegaron hasta su destino, allí había montada una buena. Aparte del Almirante había también varios combatientes más, de entre los cuales reconoció solo a uno de ellos. Se trataba de Minato, el marine con el que había tenido ya varias peleas y al que, inexplicablemente no le caía bien. Mientras la capitana se llevaba a Abyss prácticamente a rastras, Arribor observó divertido la situación, de alguna forma habían conseguido sacarlo de ahí ante la mirada de uno de los tres Almirantes. Por si acaso se marchó rápidamente antes de que les diese por ir a por él, no sin antes dedicarle a Kazuo unas palabras.

-Vaya, ha pasado mucho tiempo. ¿Qué tal estás marine? -preguntó en tono burlón. -Siento no poder quedarme pero tengo cosas que hacer, nos vemos. Procura no morir por ahí. -Tras decir esto, se marchó por donde había venido sin dejar de sonreír divertido.

Tras pasar por el barco, la pelirroja y él llegaron a la plaza de nuevo, aunque la mente de Arribor se podía decir que ya no estaba allí. Al acercarse al barco rosa que habían robado, había visto como gran cantidad de piratas comenzaban a desembarcar en la costa. Parecía que lo interesante estaba por comenzar. Cuando quiso darse cuenta, Kryword había llegado de nuevo y le estaba tendiendo a Rose una nueva espada con él.

-¿A mi no me has traído nada? -preguntó burlón para después dirigirse a la capitana. -Bueno pelirroja, si aun quieres visitar ese edificio te recomiendo que vayamos deprisa, nuestros compañeros de juego ya han desembarcado. -con esto se refería a los piratas que ya comenzaban a llegar desde el sur. Y como si lo hubiese invocado con sus palabras un grupo de gente llegó a la plaza, o a lo que quedaba de ella, dando voces y buscando pelea. La mayoría de ellos eran marines, por lo que Arribor decidió no atacarles, al menos por el momento. Mientras su capitana quisiera ir a ese edificio tendría que ir, así que debería dejar la lucha para otro momento. Aunque sabía que esta no tardaría en encontrarle.