Rylanor
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Escuchando a Krauser, Karl se levantó ayudado por este. Ya estaba más recuperado de la descarga, y chutándose sus drogas de médico de pondría a full en un momento. Se tomó el primer vial azul, con lo que pasó a estar conectado mentalmente con el Contra-almirante. Caminó hasta el borde del tejado, mientras su compañero se iba adelantando. Era hora de comenzar los preparativos. Comenzó a sacar pastillas y frascos de su bolsita y a tomárselas por orden. Se tomó un puñado entero de componentes vitamínicos para ponerse a tope de energía. A continuación sacó un bote de endurecedor cutáneo. Abrió el recipiente y bebió el contenido entero de un trago, tras lo cual apretó la botella y la tiró al suelo. Su piel se endureció hasta volverse casi indestructible y adquirió un color grisáceo y una contextura coriácea. Sacó un potenciador muscular de cada tipo (verde, azul y rojo), y se los tomó también. Por último se puso sus guanteletes de kairoseki y se tragó una rumble ball.
Rumble balls - Quimera de Combate
Su cuerpo comenzó a crecer, adaptándose su ropa y guanteletes a su nuevo tamaño. Su cabeza se convirtió en una de león que recordaba ligeramente a la de un humano, y adquirió cuernos de cabra. Sus brazos se recubrieron de escamas, y su torso de pelaje dorado. Una larga cola reptiliana le salió de la espalda, y sus piernas se volvieron de cabra. Era notoriamente más grande y muy corpulento. Ahora mismo su poder era inconmensurable: la fuerza que le otorgaban sus guanteletes de gemas combinada con la potenciación de los componentes vitamínicos y la pastilla potenciadora roja (la de fuerza). Todo eso combinado con su ya de por sí hercúlea fuerza y su forma de Quimera de Combate, en la cual esta se disparaba. Tenía poder suficiente en aquel momento para destrozar una fortaleza de un puñetazo. Poder que no duraría mucho tiempo, debía apurarse. Comenzó a elevarse en el aire para tomar posición, mientras con el zoom de su ojo cyborg revisaba la zona. Fue entonces cuando Krauser le indicó que atacarían a Namzug. "De acuerdo, prepara tu ataque. Yo tomaré posiciones para lanzarme hacia él en cuanto estés atacándole." Sabía que para aprovechar su velocidad al máximo y pillar por sorpresa a su mantra no debía dudar. En el momento en que decidiese atacar, el yonkou lo sabría con su haki mantra (si lo poseía, y Karl prefería evitarse sorpresas y actuar con cautela. Bastante suicida era el plan de por sí), por lo que debería lanzarse a máxima velocidad para que no tuviese tiempo a reaccionar a ambos ataques.
- Es la hora de la verdad. Krauser, prepárate - murmuró, al tiempo que le decía mentalmente a su amigo.
El demonio de la niebla lanzó un gigantesco shuriken de energía de aspecto siniestro hacia el yonkou. Sabiendo que ese ataque podría mutilarle fácilmente si atacaba ya, esperó al momento preciso en que estaba a punto de golpear al emperador pirata para coordinar ambos ataques. Entonces se lanzó a más de 500 kilómetros por hora hacia su rival mientras se envolvía totalmente en haki armadura, calculando con su ojo cyborg el momento exacto en que tendría que golpear para impactarle con su puño. Un relámpago amarillo bajó desde los cielos a una velocidad brutal hasta Namzug Aksuby, generando una onda de choque brutal al lanzar el puñetazo. Para evitar lesionar a Krauser, le alertó de que se alejase bastante y rápido. Luchs era un Almirante, y seguro que sabría apañárselas solito y emplear sus hakis para esquivar y reducir el daño de la onda sobre sí mismo. Lo letal del ataque consistía en que en lugar de lanzar la onda de choque desde lejos, la generaría en el mismo impacto sobre el espadachín pirata, causándole el daño del puñetazo a 500 km/h y el de la posterior onda de choque. Era el ataque más potente (aunque posiblemente no el más destructivo) que lanzaba en su vida.
Master Sokudan: Supreme Punch Cannon [Haki Armadura nivel 3] [Kairoseki] [AB] + Demon Killer Supreme: Apocalipsis (Haki armadura Nvl2) (AB)
Rumble balls - Quimera de Combate
Su cuerpo comenzó a crecer, adaptándose su ropa y guanteletes a su nuevo tamaño. Su cabeza se convirtió en una de león que recordaba ligeramente a la de un humano, y adquirió cuernos de cabra. Sus brazos se recubrieron de escamas, y su torso de pelaje dorado. Una larga cola reptiliana le salió de la espalda, y sus piernas se volvieron de cabra. Era notoriamente más grande y muy corpulento. Ahora mismo su poder era inconmensurable: la fuerza que le otorgaban sus guanteletes de gemas combinada con la potenciación de los componentes vitamínicos y la pastilla potenciadora roja (la de fuerza). Todo eso combinado con su ya de por sí hercúlea fuerza y su forma de Quimera de Combate, en la cual esta se disparaba. Tenía poder suficiente en aquel momento para destrozar una fortaleza de un puñetazo. Poder que no duraría mucho tiempo, debía apurarse. Comenzó a elevarse en el aire para tomar posición, mientras con el zoom de su ojo cyborg revisaba la zona. Fue entonces cuando Krauser le indicó que atacarían a Namzug. "De acuerdo, prepara tu ataque. Yo tomaré posiciones para lanzarme hacia él en cuanto estés atacándole." Sabía que para aprovechar su velocidad al máximo y pillar por sorpresa a su mantra no debía dudar. En el momento en que decidiese atacar, el yonkou lo sabría con su haki mantra (si lo poseía, y Karl prefería evitarse sorpresas y actuar con cautela. Bastante suicida era el plan de por sí), por lo que debería lanzarse a máxima velocidad para que no tuviese tiempo a reaccionar a ambos ataques.
- Es la hora de la verdad. Krauser, prepárate - murmuró, al tiempo que le decía mentalmente a su amigo.
El demonio de la niebla lanzó un gigantesco shuriken de energía de aspecto siniestro hacia el yonkou. Sabiendo que ese ataque podría mutilarle fácilmente si atacaba ya, esperó al momento preciso en que estaba a punto de golpear al emperador pirata para coordinar ambos ataques. Entonces se lanzó a más de 500 kilómetros por hora hacia su rival mientras se envolvía totalmente en haki armadura, calculando con su ojo cyborg el momento exacto en que tendría que golpear para impactarle con su puño. Un relámpago amarillo bajó desde los cielos a una velocidad brutal hasta Namzug Aksuby, generando una onda de choque brutal al lanzar el puñetazo. Para evitar lesionar a Krauser, le alertó de que se alejase bastante y rápido. Luchs era un Almirante, y seguro que sabría apañárselas solito y emplear sus hakis para esquivar y reducir el daño de la onda sobre sí mismo. Lo letal del ataque consistía en que en lugar de lanzar la onda de choque desde lejos, la generaría en el mismo impacto sobre el espadachín pirata, causándole el daño del puñetazo a 500 km/h y el de la posterior onda de choque. Era el ataque más potente (aunque posiblemente no el más destructivo) que lanzaba en su vida.
Master Sokudan: Supreme Punch Cannon [Haki Armadura nivel 3] [Kairoseki] [AB] + Demon Killer Supreme: Apocalipsis (Haki armadura Nvl2) (AB)
KK Tandem Strike [AS]
Kaito Kazuki
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Muerte, enfermedad, guerra y hambre, todos se reunieron allí de una forma u otra, representando lo que sería el apocalipsis a una pequeña escala, todo eso ocurre delante de la atenta mirada del impávido espadachín, el cazador Takeshi Yamamoto, quien tras escuchar el discurso de su aliado Krauser, quien animaba a los que le escuchaban a ir hacia la plaza a luchar contra la corrupción de la marina, el desdén de los piratas y la mala gente en general. Su semblante frío y serio oculta la batalla de su interior, donde Kai y Yugo tratan de imponerse, su sed de sangre y muerte les empuja a exigir la muerte de aquel espadachín que se encuentra delante del cazador, y ostenta el cargo de Yonkou, uno de los emperadores de la piratería, el cual además tiene una jugosa recompensa, lo que empuja a la personalidad avariciosa del joven espadachín a unirse a ellos en su pelea por la muerte del Yonkou.
De pronto el joven ve acercarse a una velocidad asombrosa a Krauser, quien lleva sobre su cuerpo una enorme arma de energía pura, algo realmente terrorífico para quien se encuentre delante siendo el objetivo de tal técnica. Al parecer tiene conexión con otro conocido del joven cazador, Lion D. Karl, también conocido como Quimera Karl, con el cual el joven había entablado combate tiempo atrás y en el cual había coleccionado unas pocas cicatrices en su cuerpo, y la isla, en el caso Sabbaody, ganó una gran piscina natural con el cráter de un ataque de Karl. Tras el enorme shuriken de energía se abalanzó Karl con un potente golpe que según deduce Takeshi de lo que conoce de Karl en combate, saldría una onda de choque, pues en su confrontación, sus ataques fueron verdaderamente devastadores y dejaban ondas de expansión.
Nada más darse cuenta de la combinación Takeshi comenzó a transformarse, su cuerpo se segmentó, de sus costados salieron dos brazos acabados en pinza, de sus piernas salen otras dos patas, terminadas como las de los escorpiones y de su espalda surge una larga y gorda cola terminada en aguijón. Cabe destacar que en esta forma su cuerpo es de por sí más resistente debido a la similitud con la fundición. Poco después diez pequeños mosquitos salieron a volar dirigiéndose al Yonkou con trayectorias individuales y aparentemente desordenadas y desorientadas, pero al final acabarían en el lugar idóneo. Al mismo tiempo Takeshi desenvaina a la katana negra, la O Wazamono Tensa Zangetsu, lanzando de ella una serie de cortes de energía negra formando un cuadrado con una X dividiéndolo en triángulos. Al tiempo que todo esto avanza el joven cazador se mueve hacia atrás y usando su habilidad del sendero de la espada, y sin perder de vista al Yonkou, usa el par Sasayaki para golpear la sombra que se encuentra delante de él, si las cosas salen bien aquél hombre caería muerto.
|~Namzug, me temo que estás despedido...~| Dice en un susurro mientras envaina nuevamente sus armas. Tras lo cual se encamina hacia el lugar de impacto, pues allí se encuentra lo que busca, la Saijo O Wazamono que porta el Yonkou. Si está muerto la Saijo la tomará el cazador, sino, tendrá que luchar.
Shadow Demon Complot[AB](Busoushoku Haki 2)
De pronto el joven ve acercarse a una velocidad asombrosa a Krauser, quien lleva sobre su cuerpo una enorme arma de energía pura, algo realmente terrorífico para quien se encuentre delante siendo el objetivo de tal técnica. Al parecer tiene conexión con otro conocido del joven cazador, Lion D. Karl, también conocido como Quimera Karl, con el cual el joven había entablado combate tiempo atrás y en el cual había coleccionado unas pocas cicatrices en su cuerpo, y la isla, en el caso Sabbaody, ganó una gran piscina natural con el cráter de un ataque de Karl. Tras el enorme shuriken de energía se abalanzó Karl con un potente golpe que según deduce Takeshi de lo que conoce de Karl en combate, saldría una onda de choque, pues en su confrontación, sus ataques fueron verdaderamente devastadores y dejaban ondas de expansión.
Nada más darse cuenta de la combinación Takeshi comenzó a transformarse, su cuerpo se segmentó, de sus costados salieron dos brazos acabados en pinza, de sus piernas salen otras dos patas, terminadas como las de los escorpiones y de su espalda surge una larga y gorda cola terminada en aguijón. Cabe destacar que en esta forma su cuerpo es de por sí más resistente debido a la similitud con la fundición. Poco después diez pequeños mosquitos salieron a volar dirigiéndose al Yonkou con trayectorias individuales y aparentemente desordenadas y desorientadas, pero al final acabarían en el lugar idóneo. Al mismo tiempo Takeshi desenvaina a la katana negra, la O Wazamono Tensa Zangetsu, lanzando de ella una serie de cortes de energía negra formando un cuadrado con una X dividiéndolo en triángulos. Al tiempo que todo esto avanza el joven cazador se mueve hacia atrás y usando su habilidad del sendero de la espada, y sin perder de vista al Yonkou, usa el par Sasayaki para golpear la sombra que se encuentra delante de él, si las cosas salen bien aquél hombre caería muerto.
|~Namzug, me temo que estás despedido...~| Dice en un susurro mientras envaina nuevamente sus armas. Tras lo cual se encamina hacia el lugar de impacto, pues allí se encuentra lo que busca, la Saijo O Wazamono que porta el Yonkou. Si está muerto la Saijo la tomará el cazador, sino, tendrá que luchar.
Shadow Demon Complot[AB](Busoushoku Haki 2)
Me olvidé de alguien...
- Empanadilla:
- Cuando saliste del baño, escuchaste un cristal romperse, probablemente un espejo. Bueno, tras tu extraña visita de vuelta, te diriges hacia el hogar del tal Heinrich, aunque con tu buena orientación vas de vuelta al hogar de Derian Markov. Lleno de guardias del rey, desvalijando la mansión del noble. Puedes contar unos doce, aunque puede que haya más. ¿Deberías avisar a Derian o sigues con el plan, esta vez tratando de orientarte mejor? Llegar al East Blue serían horas, pero tu muerte no serviría de nada ahí. Elige.
Alex14ac
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El combate era de mayores proporciones de las que Alex creía. El fragor de la batalla se notaba en el aire y su sangre hervía de la emoción. Jamás había sentido algo así, esa presión en el pecho y esa adrenalina corriendo por sus venas. Era una situación terrible, pero ahora solo le importaba continuar. Todo aquello que hacía era algo especial, cada golpe encajado y recibido, cada enemigo caído a sus pies. Un frenesí que no tenía cese. Hasta la interrupción de alguien. Fue sacado de su trance con un aviso, alguien le había salvado la vida. Estaba atento a su alrededor a pesar de todo lo que le pasaba, pero no veía lo ocurrido a sus espaldas. Su salvador se presentó como Garlan Blaine, un marine de alto rango.
-Alex Harken, cazador de recompensas. Muchas gracias por tu ayuda, habría sido muy malo para mi trabajo morir así- Le dijo con una sonrisa y extendiendo su mano.
El hombre era algo mayor, pero su aspecto era realmente imponente. Tenía un tamaño enorme y una musculatura terrorífica. Portaba un arma destructiva y su piel era oscura. Su rostro era serio y rudo. Sin embargo infundía valor e inspiraba lealtad. Era alguien extraño, le recordaba a su padre. Debía ser alguien poderoso si estaba en un cargo alto de la Marina y su estampa confirmaba dicha sospecha. Alex se alegraba de contar con el apoyo de alguien así. La ayuda de alguien siempre estaba bien, como la de su amigo… ¡Krauser! Se había olvidado de él en medio del combate. Lo buscó con la vista, pero no conseguía hallarlo. ¿Dónde se podía haber metido aquel demonio?
No tardó en encontrarlo, cerca, junto a otros personajes de apariencia poderosa. Había uno con uniforme de la Marina y estaba Takeshi. Pero no era eso lo que sorprendió a Alex. Su corazón se detuvo por unos instantes, el enemigo de los tres era Namzug el Yonkou. ¿A qué nivel había llegado esto? Se esperaba enfrentamientos de gran calibre pero había sido idiota por no pensar en este nivel. No podía quedarse quieto viendo aquello, pero sus piernas no respondían. La simple visión de aquel terrible enemigo paralizaba cada músculo de su cuerpo. Cobarde, maldito cobarde, ¿qué diría Anne? No era capaz de enfrentarse a aquel criminal... si ella estuviera viva se habría lanzado sin pensarlo.
Observó la escena, el Yonkou recibía ataques por las tres bandas y todos realmente sorprendentes, pero hubo uno en especial. El marine realizó un puñetazo tan veloz que era casi imposible seguirlo y parecía tener una potencia devastadora. No, no podía permanecer inmóvil. Por el nuevo mundo que quería lograr, por él mismo, por su amigo, por Anne... por la esperanza de que a pesar de las tinieblas siempre brilla un rayo de luz. Imbuyó su puño en Haki de armadura y utilizó todo el poder que pudo de su fruta. Comenzó a correr tan rápido como pudo procurando esquivar los ataques de aquellos titanes y acercarse lo suficiente como para golpear a Namzug. Cerca, más cerca... suficiente. El puño se dirigió hacia su rostro brillando con una fuerte luz blanquecina.
¡Light of Hope! (Puñetazo con haki y el poder de la gura gura) [AB]
Los cuatro ataques se agrupan y se convierten en:
¡Mega ataque supremo de la destrucción de mundos a nivel global de desintegración hiper chachi de la muerte!- [AMS]
-Alex Harken, cazador de recompensas. Muchas gracias por tu ayuda, habría sido muy malo para mi trabajo morir así- Le dijo con una sonrisa y extendiendo su mano.
El hombre era algo mayor, pero su aspecto era realmente imponente. Tenía un tamaño enorme y una musculatura terrorífica. Portaba un arma destructiva y su piel era oscura. Su rostro era serio y rudo. Sin embargo infundía valor e inspiraba lealtad. Era alguien extraño, le recordaba a su padre. Debía ser alguien poderoso si estaba en un cargo alto de la Marina y su estampa confirmaba dicha sospecha. Alex se alegraba de contar con el apoyo de alguien así. La ayuda de alguien siempre estaba bien, como la de su amigo… ¡Krauser! Se había olvidado de él en medio del combate. Lo buscó con la vista, pero no conseguía hallarlo. ¿Dónde se podía haber metido aquel demonio?
No tardó en encontrarlo, cerca, junto a otros personajes de apariencia poderosa. Había uno con uniforme de la Marina y estaba Takeshi. Pero no era eso lo que sorprendió a Alex. Su corazón se detuvo por unos instantes, el enemigo de los tres era Namzug el Yonkou. ¿A qué nivel había llegado esto? Se esperaba enfrentamientos de gran calibre pero había sido idiota por no pensar en este nivel. No podía quedarse quieto viendo aquello, pero sus piernas no respondían. La simple visión de aquel terrible enemigo paralizaba cada músculo de su cuerpo. Cobarde, maldito cobarde, ¿qué diría Anne? No era capaz de enfrentarse a aquel criminal... si ella estuviera viva se habría lanzado sin pensarlo.
Observó la escena, el Yonkou recibía ataques por las tres bandas y todos realmente sorprendentes, pero hubo uno en especial. El marine realizó un puñetazo tan veloz que era casi imposible seguirlo y parecía tener una potencia devastadora. No, no podía permanecer inmóvil. Por el nuevo mundo que quería lograr, por él mismo, por su amigo, por Anne... por la esperanza de que a pesar de las tinieblas siempre brilla un rayo de luz. Imbuyó su puño en Haki de armadura y utilizó todo el poder que pudo de su fruta. Comenzó a correr tan rápido como pudo procurando esquivar los ataques de aquellos titanes y acercarse lo suficiente como para golpear a Namzug. Cerca, más cerca... suficiente. El puño se dirigió hacia su rostro brillando con una fuerte luz blanquecina.
¡Light of Hope! (Puñetazo con haki y el poder de la gura gura) [AB]
Los cuatro ataques se agrupan y se convierten en:
¡Mega ataque supremo de la destrucción de mundos a nivel global de desintegración hiper chachi de la muerte!- [AMS]
Cánabar
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justo cuando ambos gyojin marchaban algo llamó su atención. Tanto a su frente como a sus costados llegaban una cantidad ingente de naves. ¿Qué estaba pasando? Después de todo, quizás ahora llegaba la guerra. Sí, por fin era hora de luchar. Aunque había un problema. Si no había forma de beneficiarse Kaiser no querría participar, no era idiota y prefería no sacrificarse para nada. Cánabar salió a la superficie y observó los barcos con la esperanza de que la orca hiciera lo mismo y se convenciera. La bandera de las naves frente a él le sonaban, pero no era capaz de reconocerlas. Aunque, cuando vio la cara de Kaiser supo que era algo bueno. Kaiser sonrió y miró al tiburón con satisfacción. Era extraño verlo así después de la decepción que habían padecido, pero era bueno al fin y al cabo.
-Mihasy Hayato ha llegado. Es posible que consigamos lo que vinimos a buscar- Dijo el capitán.
Cánabar Sintió una alegría que pocas veces había sentido. Por fin había llegado el momento de luchar, que el mundo conociera al segador. Pero... ¿quién sería su víctima? Por uno de los costados llegaba un gran número de naves pertenecientes a la Marina. Los más fuertes debían estar ya en la plaza, allí solo habría reclutas. Aunque siempre podía haber altos cargos. ¿Qué importaba? Mas medallas o menos, todos iban a sangrar igual. El tiburón nadó tan rápido como pudo hacia su objetivo sin avisar si quiera a su capitán, que lo seguía de cerca. Subió en una de las naves y la orca subió tras él. Los marines se sorprendieron, pero no tuvieron tiempo de reaccionar ante el ataque de los gyojin. Kaiser se lanzó por un lado y Cánabar por el otro. Despedazaron y partieron a todos los que había en cubierta.
-Sí, ha llegado nuestra momento. Disfruta Kaiser, todo esto es para nosotros- Dijo mientras hacía bailar su espada entre carne, huesos y sangre.
No hacía falta que le dijeran nada, el capitán de Atesaki ya había empezado su carnicería y no necesitaba una chispa que lo prendiera, ya lo hacía solo. Estaban despejando la cubierta mientras la nave avanzaba. Les dispararon varias veces y una de las balas rozó su brazo. los disparos se dirigían más bien a por el espadachín, aunque los detenía con el Haki y su espada. Eso daba la oportunidad a Kaiser para eliminar a los tiradores. Y así lo hizo. Sin embargo los disparos alertarían a cualquiera que estuviera en el interior de la nave y en las homólogas cercanas. Pero ya no importaba, los gyojin habían llegado y cuantos más enemigos, mejor. Si seguían así era posible que el Yonkou se diera cuenta y decidiera apoyarlos u ofrecerles la alianza que la orca tanto deseaba. Pero solo era una posibilidad.
A Cánabar poco le importaba, una alianza con un Yonkou era demasiado bonita como para ser real. ¿Por qué iba aquel hombre a aliarse con dos insignificantes piratas? Era totalmente ilógico, peor mientras tuviera alguien con quién luchar le daba igual las fantasías de su compañero. Y, después de todo, si tenía razón se beneficiarían más de lo que lo habrían hecho en cualquier otro momento. Entonces el tiburón pensó algo, si disparaban lo cañones por ambos lados atacarían a las naves paralelas haciendo que los barcos de la Marina entraran en caos y se atacaran entre ellos. o todos atacarían la nave en la que ellos iban. Daba igual, pues caerían al agua y estarían en su medio. Kaiser parecía haber pensado lo mismo, ya que buscaba algo con la mirada mientras sonreía.
-Mihasy Hayato ha llegado. Es posible que consigamos lo que vinimos a buscar- Dijo el capitán.
Cánabar Sintió una alegría que pocas veces había sentido. Por fin había llegado el momento de luchar, que el mundo conociera al segador. Pero... ¿quién sería su víctima? Por uno de los costados llegaba un gran número de naves pertenecientes a la Marina. Los más fuertes debían estar ya en la plaza, allí solo habría reclutas. Aunque siempre podía haber altos cargos. ¿Qué importaba? Mas medallas o menos, todos iban a sangrar igual. El tiburón nadó tan rápido como pudo hacia su objetivo sin avisar si quiera a su capitán, que lo seguía de cerca. Subió en una de las naves y la orca subió tras él. Los marines se sorprendieron, pero no tuvieron tiempo de reaccionar ante el ataque de los gyojin. Kaiser se lanzó por un lado y Cánabar por el otro. Despedazaron y partieron a todos los que había en cubierta.
-Sí, ha llegado nuestra momento. Disfruta Kaiser, todo esto es para nosotros- Dijo mientras hacía bailar su espada entre carne, huesos y sangre.
No hacía falta que le dijeran nada, el capitán de Atesaki ya había empezado su carnicería y no necesitaba una chispa que lo prendiera, ya lo hacía solo. Estaban despejando la cubierta mientras la nave avanzaba. Les dispararon varias veces y una de las balas rozó su brazo. los disparos se dirigían más bien a por el espadachín, aunque los detenía con el Haki y su espada. Eso daba la oportunidad a Kaiser para eliminar a los tiradores. Y así lo hizo. Sin embargo los disparos alertarían a cualquiera que estuviera en el interior de la nave y en las homólogas cercanas. Pero ya no importaba, los gyojin habían llegado y cuantos más enemigos, mejor. Si seguían así era posible que el Yonkou se diera cuenta y decidiera apoyarlos u ofrecerles la alianza que la orca tanto deseaba. Pero solo era una posibilidad.
A Cánabar poco le importaba, una alianza con un Yonkou era demasiado bonita como para ser real. ¿Por qué iba aquel hombre a aliarse con dos insignificantes piratas? Era totalmente ilógico, peor mientras tuviera alguien con quién luchar le daba igual las fantasías de su compañero. Y, después de todo, si tenía razón se beneficiarían más de lo que lo habrían hecho en cualquier otro momento. Entonces el tiburón pensó algo, si disparaban lo cañones por ambos lados atacarían a las naves paralelas haciendo que los barcos de la Marina entraran en caos y se atacaran entre ellos. o todos atacarían la nave en la que ellos iban. Daba igual, pues caerían al agua y estarían en su medio. Kaiser parecía haber pensado lo mismo, ya que buscaba algo con la mirada mientras sonreía.
Roland von Klauswitz
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El mundo acababa de volverse loco. No solo era la plaza, sino toda la ciudad la que se veía envuelta en el humo de la guerra, la ciudad del Alfa y el Omega se iba desintegrando poco a poco, mientras los marines intentaban en vano defenderla de la escoria del mundo. Desde todas direcciones llegaban nuevos enemigos a los que enfrentar y el sargento empezaba a perder de vista el sentido que tenía aquella guerra. La ejecución ya se había realizado y según él no había motivo para continuar con aquello, solo era un derramamiento de sangre sin sentido y sin embargo allí estaba él, en mitad de todo aquello, defendiendo la entrada sur a la plaza.
Kodama preparó sus armas y cargó contra la primera oleada de piratas que corrían hacia el centro de la ciudad, apoyado por un buen grupo de marines. Sin permitirse le lujo de pararse a pensarlo, se lanzó hacia la batalla con sus armas preparadas, lanzando cortes a diestro y siniestro y pensando en como demonios iba a salir vivo de aquella locura. El marine se defendía como podía de los continuos ataques de los piratas, evitando aquellos que no podía detener. Lanzó un fuerte espadazo hacia uno de ellos y rodó por el suelo para detener a otro que estaba apunto de matar a un marine, sin embargo no pudo evitar recibir un fuerte golpe que lo mandó a volar varios metros y lo estampó contra una pared.
El hombre-árbol se levantó rápidamente y observó la situación intentando dar con una solución para detener el avance de los piratas del Yonkou Zero. En ese momento se le ocurrió algo que tal vez podría funcionar, no los detendría pero tal vez los retrasara o le diera a la marina cierta ventaja. Iba a tirar un edificio para bloquear la entrada sur a la plaza. En concreto tenía pensado derribar uno de los edificios que flanqueban la calle de acceso a la plaza central.
El marine adoptó su forma híbrida y, esquivando los ataques que iban dirigidos hacia su llamativa forma, se acercó hacia uno de los piratas- Este medía casi tanto como él y portaba una enorme espada que manejaba como si no pesara nada. Kodama generó un par de ramas y agarró sus piernas para hacerle caer e inmediatamente después saltar sobre él y aplastar su cabeza con fuerza. Por desgracia, con ese tamaño era un blanco fácil y recibió de lleno un cañonazo que le hizo retroceder. El hombre-árbol derribó al hombre que portaba el cañón y agarró la gran espada del pirata que acababa de noquear antes de acercarse a uno de los edificios, uno bastante alto pero igualmente estrecho. Supuso que si lo derribaba podriá bloquear la entrada parcialmente y cualquier pirata que quisiera invadir la ciudad tendría que escalar por él, dándole ventaja a los marines en esa zona de la batalla.
Todavía en su forma híbrida, lanzó una serie de fuertes cortes con el objetivo de hacer caer el edificio. Uno tras otro, sus cortes iban haciendo mella en la estructura y cuando consideró que estaba suficientemente dañado, tomó carrerilla y saltó sobre él, transformándose en su forma completa en el aire y cayendo sobre con gran fuerza sobre el edificio. Este terminó cayendo en mitad de la calle aplastando a varios piratas y bloqueando el acceso sur a la plaza.
El marine cambió de nuevo a su forma humana y comprobó que la pequeña salamandra-mechero que se ocultaba en el bolsillo de su túnica seguía intacta, gracias a que la había cubierto con su corteza durante su transformación. Kodama desenvainó sus espadas y volvió a su trabajo de defender la ciudad. Solo esperaba que al menos su acción hubiera servido de algo.
Kodama preparó sus armas y cargó contra la primera oleada de piratas que corrían hacia el centro de la ciudad, apoyado por un buen grupo de marines. Sin permitirse le lujo de pararse a pensarlo, se lanzó hacia la batalla con sus armas preparadas, lanzando cortes a diestro y siniestro y pensando en como demonios iba a salir vivo de aquella locura. El marine se defendía como podía de los continuos ataques de los piratas, evitando aquellos que no podía detener. Lanzó un fuerte espadazo hacia uno de ellos y rodó por el suelo para detener a otro que estaba apunto de matar a un marine, sin embargo no pudo evitar recibir un fuerte golpe que lo mandó a volar varios metros y lo estampó contra una pared.
El hombre-árbol se levantó rápidamente y observó la situación intentando dar con una solución para detener el avance de los piratas del Yonkou Zero. En ese momento se le ocurrió algo que tal vez podría funcionar, no los detendría pero tal vez los retrasara o le diera a la marina cierta ventaja. Iba a tirar un edificio para bloquear la entrada sur a la plaza. En concreto tenía pensado derribar uno de los edificios que flanqueban la calle de acceso a la plaza central.
El marine adoptó su forma híbrida y, esquivando los ataques que iban dirigidos hacia su llamativa forma, se acercó hacia uno de los piratas- Este medía casi tanto como él y portaba una enorme espada que manejaba como si no pesara nada. Kodama generó un par de ramas y agarró sus piernas para hacerle caer e inmediatamente después saltar sobre él y aplastar su cabeza con fuerza. Por desgracia, con ese tamaño era un blanco fácil y recibió de lleno un cañonazo que le hizo retroceder. El hombre-árbol derribó al hombre que portaba el cañón y agarró la gran espada del pirata que acababa de noquear antes de acercarse a uno de los edificios, uno bastante alto pero igualmente estrecho. Supuso que si lo derribaba podriá bloquear la entrada parcialmente y cualquier pirata que quisiera invadir la ciudad tendría que escalar por él, dándole ventaja a los marines en esa zona de la batalla.
Todavía en su forma híbrida, lanzó una serie de fuertes cortes con el objetivo de hacer caer el edificio. Uno tras otro, sus cortes iban haciendo mella en la estructura y cuando consideró que estaba suficientemente dañado, tomó carrerilla y saltó sobre él, transformándose en su forma completa en el aire y cayendo sobre con gran fuerza sobre el edificio. Este terminó cayendo en mitad de la calle aplastando a varios piratas y bloqueando el acceso sur a la plaza.
El marine cambió de nuevo a su forma humana y comprobó que la pequeña salamandra-mechero que se ocultaba en el bolsillo de su túnica seguía intacta, gracias a que la había cubierto con su corteza durante su transformación. Kodama desenvainó sus espadas y volvió a su trabajo de defender la ciudad. Solo esperaba que al menos su acción hubiera servido de algo.
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Los piratas que me perseguían no tardaron mucho en aparecer por el pasillo corriendo, estos sin fijarse en el suelo como esperaba que hiciesen, se tropezaron con las cadenas de maderas que se rompieron fácilmente, pero surtió el efecto que esperaba, el susto del tropezón que dieron hizo que perdiesen el equilibrio y se cayesen sobre los cristales rotos, esto me dio tiempo suficiente para volver a sacarles la ventaja suficiente como para perderles de vista.
Seguí subiendo hacia las plantas superiores hasta que me encontré en el tejado, cuando salí al exterior me quedé paralizado pues la destrucción de la ciudad era inminente y en parte ya realizada, pude ver como la ciudad estaba completamente rodeada, y lo que más me sorprendió no fue eso, si no el ver que buques de la marina estaban atacando la ciudad sin tener en cuenta que había compatriotas suyos dentro de la ciudad que podrían morir.
Cuando conseguí volver en mí preparé unas cadenas de madera con las que descendí del edificio, por suerte para mí, pues cuando llegué al suelo puede escuchar como los piratas destrozaban la puerta de entrada en el tejado y vociferaban entre ellos. por mi parte no me quedé ahí hasta que me volviesen a encontrar por lo que salí corriendo hacia el puerto “creo que ya he tenido suficiente de esta guerra como para seguir aquí” me dije a mí mismo para no volver atrás en mi decisión. No tardé mucho en llegar al puerto y el aspecto que me dio no fue muy esperanzador ya que los barcos estaban completamente destruidos y parecía que no se podría navegar con ellos, aun así me arriesgue y estuve buscando en ellos un bote aunque fuese para salir de la isla, tras buscar por un par de barcos pude encontrar un bote de tamaño medio, pero sin remos, lo que arregle con un tablón que encontré en las cercanías del bote, lo coloqué dentro del bote y me dispuse a llevar el bote al agua, para ello hice una cadena que até al bote y arrastrándolo lo saque del barco hasta ponerlo al lado de la orilla. me seque el sudor de la frente con la manga y con un resoplido empuje el bote hasta que estuvo en el agua, me subí al bote con cuidado y salí a mar abierto, con la esperanza de que ningún barco me disparase, pues ya que la marina estaba destruyendo la ciudad dudaba que me fuese a ayudar por lo que pensé que debería de llegar a la siguiente isla yo solo.
Seguí subiendo hacia las plantas superiores hasta que me encontré en el tejado, cuando salí al exterior me quedé paralizado pues la destrucción de la ciudad era inminente y en parte ya realizada, pude ver como la ciudad estaba completamente rodeada, y lo que más me sorprendió no fue eso, si no el ver que buques de la marina estaban atacando la ciudad sin tener en cuenta que había compatriotas suyos dentro de la ciudad que podrían morir.
Cuando conseguí volver en mí preparé unas cadenas de madera con las que descendí del edificio, por suerte para mí, pues cuando llegué al suelo puede escuchar como los piratas destrozaban la puerta de entrada en el tejado y vociferaban entre ellos. por mi parte no me quedé ahí hasta que me volviesen a encontrar por lo que salí corriendo hacia el puerto “creo que ya he tenido suficiente de esta guerra como para seguir aquí” me dije a mí mismo para no volver atrás en mi decisión. No tardé mucho en llegar al puerto y el aspecto que me dio no fue muy esperanzador ya que los barcos estaban completamente destruidos y parecía que no se podría navegar con ellos, aun así me arriesgue y estuve buscando en ellos un bote aunque fuese para salir de la isla, tras buscar por un par de barcos pude encontrar un bote de tamaño medio, pero sin remos, lo que arregle con un tablón que encontré en las cercanías del bote, lo coloqué dentro del bote y me dispuse a llevar el bote al agua, para ello hice una cadena que até al bote y arrastrándolo lo saque del barco hasta ponerlo al lado de la orilla. me seque el sudor de la frente con la manga y con un resoplido empuje el bote hasta que estuvo en el agua, me subí al bote con cuidado y salí a mar abierto, con la esperanza de que ningún barco me disparase, pues ya que la marina estaba destruyendo la ciudad dudaba que me fuese a ayudar por lo que pensé que debería de llegar a la siguiente isla yo solo.
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Alex vio a los hombres del rey desvalijando la mansión de Markov, robando y llevándose los objetos de valor del rey. Con la muerte del rey, aquello sería un problema menor. Sin embargo, debía tener en cuenta que el cristal que se había roto seguramente fuera en el que había escrito el suicidio. Suspiró. Aquellos hombres no sería rivales para alguien como Drake, pero él no podía hacer nada. Empezó a volar hacia una de las torres del castillo. Entró por una de las ventanas y empezó a rebuscar hasta encontrar un Den-Den Mushi. Con algo de prisa, dejó un mensaje en el aparato, que el conde recibiría cuando el mensaje le llegase:
- Derian, unos hombres del rey han entrado en la mansión. Me dirijo a arreglar unos asuntos. No puedo con todos ellos, pero tal vez pueda entretenerlos. -al tiempo que decía esto, rezaba para que el vampiro llevara un Den-Den Mushi con él. Salió de nuevo por la ventana y voló con discreción hacia una de las zonas de la muralla ocultas de la mirada de los ladrones. Creó un clon de cloro como él mismo y lo hizo empezar a caminar por la muralla, flotando a unos centímetros del suelo. Con un poco de suerte, los guardias pensarían que era un fantasma. El clon se dirigió rápidamente hacia los devalijadores. Se lanzó contra ellos mientras Alex agarraba la lanza con firmeza. Conocía más o menos el lugar, y sabía que la única salida plausible era la entrada principal. Se movió hacia allí en extremo silencio, mientras los hombres estaban atentos del fantasma, y observó la entrada. En la puerta había un hombre armado. Alex se movió a su lado en forma de gas. Para cuando el hombre detectó el olor, su cuello ya estaba siendo cortado por la hoja oculta. El médico agarró al hombre antes de que cayera y lo dejó apoyado contra el muro, sentado en el suelo. Luego buscó el mecanismo de la cadena que elevaba el portón principal y sacó un par de pastillas rojas de su zurrón. Pastillas potenciadoras de los músculos. Sintió cómo su cuerpo se hinchaba levemente. Agarró la palanca que se empleaba de manivela y tiró de ella hasta destrozarla. La cadena empezó a correr hasta soltarse. Escuchó como un grupo de pasos se acercaba corriendo, por lo que se volvió gaseoso y se escapó saliendo por entre los huecos del rastrillo del portón principal. Con suerte aquello los mantendría ocupados lo suficiente. Observó al norte. Su objetivo estaba allí. Aferró con fuerza al lanza y salió volando.
- Menudo día... -murmuró.
- Derian, unos hombres del rey han entrado en la mansión. Me dirijo a arreglar unos asuntos. No puedo con todos ellos, pero tal vez pueda entretenerlos. -al tiempo que decía esto, rezaba para que el vampiro llevara un Den-Den Mushi con él. Salió de nuevo por la ventana y voló con discreción hacia una de las zonas de la muralla ocultas de la mirada de los ladrones. Creó un clon de cloro como él mismo y lo hizo empezar a caminar por la muralla, flotando a unos centímetros del suelo. Con un poco de suerte, los guardias pensarían que era un fantasma. El clon se dirigió rápidamente hacia los devalijadores. Se lanzó contra ellos mientras Alex agarraba la lanza con firmeza. Conocía más o menos el lugar, y sabía que la única salida plausible era la entrada principal. Se movió hacia allí en extremo silencio, mientras los hombres estaban atentos del fantasma, y observó la entrada. En la puerta había un hombre armado. Alex se movió a su lado en forma de gas. Para cuando el hombre detectó el olor, su cuello ya estaba siendo cortado por la hoja oculta. El médico agarró al hombre antes de que cayera y lo dejó apoyado contra el muro, sentado en el suelo. Luego buscó el mecanismo de la cadena que elevaba el portón principal y sacó un par de pastillas rojas de su zurrón. Pastillas potenciadoras de los músculos. Sintió cómo su cuerpo se hinchaba levemente. Agarró la palanca que se empleaba de manivela y tiró de ella hasta destrozarla. La cadena empezó a correr hasta soltarse. Escuchó como un grupo de pasos se acercaba corriendo, por lo que se volvió gaseoso y se escapó saliendo por entre los huecos del rastrillo del portón principal. Con suerte aquello los mantendría ocupados lo suficiente. Observó al norte. Su objetivo estaba allí. Aferró con fuerza al lanza y salió volando.
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El castaño caminaba dirigiéndose al barco junto a los otros dos miembros de su tripulación. Pudo verlo allí anclado, tan grande y majestuoso como de costumbre. El Soul Of Demon era un barco increíble, no tardó mucho en subir a bordo mientras suspiraba y quitó rápidamente el ancla. No iba a quedarse más tiempo en aquella maldita isla en guerra, una guerra que ni siquiera le interesaba por el momento. Ahora puso rumbo al Grand Line. Debían largarse de aquel mar, en ese momento el chico lobo miró a sus dos compañeros y dejó claras sus intenciones rápidamente. Su mirada era seria y su voz grave como siempre, estaba listo para lo que iba a hacer.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Tras haber dicho aquello caminó hacia su camarote y nada más llegar a este se tumbó despacio. Luego se despediría de Kira y posiblemente estaría unas horas a solas con ella. Después se marcharía pensando en lo pasado en aquella guerra, iba a demostrar que su poder era mayor e iba a desarrollar sus mejores habilidades de la mejor forma posible. Sus ojos estaban entrecerrados y el barco se alejaba de allí, por fin habían acabado las tonterías. Todo por ir a por una baraja de cartas al camarote, por esa estupidez había sido secuestrado y llevado allí.
Ahora todo acababa, lo que pasara en la isla ya no era de su incumbencia. Aunque al principio tampoco lo era, solo les hizo un favor a los de su tripulación. Vince le dio dos pequeños quebraderos con el salto al barco contrario o la imagen del callejón. Sin embargo consiguió su propósito de proteger a sus hombres, ya que ninguno estaba en malas condiciones, o al menos eso parecía. Mientras el barco se desplazaba rápidamente, pensaba en quién sería el nuevo emperador pirata, si la chica había muerto deberían poner otro o quizás se quedarían solo tres. Estaba claro que eso solo suponía un combate más para el final de la historia. De repente le entró algo de sed y se levantó de la cama saliendo al pasillo y caminando a la cocina.
Una vez allí, sacó una enorme botella de agua y comenzó a beber lentamente, estaba bastante fresquita, pero tampoco exageradamente. Se la bebió entera y tras aquello se pasó la mano derecha por la boca para después pegar un suspiro y agitar varias veces la cabeza. Pasó su lengua relamiéndose por los labios y tras aquello volvió a caminar rumbo a su camarote de forma calmada. Sus pasos iban lentos y tan solo el ruido del metal se escuchaba por sus pisadas. Sin embargo al llegar a su habitación, se quitó las botas de acero de forma tranquila, dejándolas en un lado, además de la capucha y el pañuelo. De esa forma quedó sin camiseta y tan solo con su pantalón blanco y unos calcetines blancos que enseguida se quitó. Le tocaba una buena siesta antes de llegar a su destino donde iba a pasar una larga temporada de entrenamiento, dolor y sufrimiento. Lo que era seguro del todo, era que no se arrepentía de su decisión y cumpliría su propósito.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Tras haber dicho aquello caminó hacia su camarote y nada más llegar a este se tumbó despacio. Luego se despediría de Kira y posiblemente estaría unas horas a solas con ella. Después se marcharía pensando en lo pasado en aquella guerra, iba a demostrar que su poder era mayor e iba a desarrollar sus mejores habilidades de la mejor forma posible. Sus ojos estaban entrecerrados y el barco se alejaba de allí, por fin habían acabado las tonterías. Todo por ir a por una baraja de cartas al camarote, por esa estupidez había sido secuestrado y llevado allí.
Ahora todo acababa, lo que pasara en la isla ya no era de su incumbencia. Aunque al principio tampoco lo era, solo les hizo un favor a los de su tripulación. Vince le dio dos pequeños quebraderos con el salto al barco contrario o la imagen del callejón. Sin embargo consiguió su propósito de proteger a sus hombres, ya que ninguno estaba en malas condiciones, o al menos eso parecía. Mientras el barco se desplazaba rápidamente, pensaba en quién sería el nuevo emperador pirata, si la chica había muerto deberían poner otro o quizás se quedarían solo tres. Estaba claro que eso solo suponía un combate más para el final de la historia. De repente le entró algo de sed y se levantó de la cama saliendo al pasillo y caminando a la cocina.
Una vez allí, sacó una enorme botella de agua y comenzó a beber lentamente, estaba bastante fresquita, pero tampoco exageradamente. Se la bebió entera y tras aquello se pasó la mano derecha por la boca para después pegar un suspiro y agitar varias veces la cabeza. Pasó su lengua relamiéndose por los labios y tras aquello volvió a caminar rumbo a su camarote de forma calmada. Sus pasos iban lentos y tan solo el ruido del metal se escuchaba por sus pisadas. Sin embargo al llegar a su habitación, se quitó las botas de acero de forma tranquila, dejándolas en un lado, además de la capucha y el pañuelo. De esa forma quedó sin camiseta y tan solo con su pantalón blanco y unos calcetines blancos que enseguida se quitó. Le tocaba una buena siesta antes de llegar a su destino donde iba a pasar una larga temporada de entrenamiento, dolor y sufrimiento. Lo que era seguro del todo, era que no se arrepentía de su decisión y cumpliría su propósito.
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El humo y el fuego cubrían los bordes la ciudad, todo a su alrededor era un autentico caos mas no tardo mucho tiempo para que el monje abandonara el lugar, Inaga siguió a su capitán hacia el Soul of Demon el barco de su tripulación, el cual como siempre inspiraba una gran presencia. Nada más subir a bordo su capitán ya estaba levando las anclas.
Se sentía impotente pues aunque había estado en el centro del asunto el monje no había conseguido hacer nada digno de mención en la historia, había estado presente en la muerte de la Yonkou, ante la que no pudo hacer absolutamente nada. El almirante de la flota había muerto a manos de otro supernova, ¿cuánta diferencia de fuerza habría entre nosotros? Frustrado como estaba se dirigía a su camarote cuando su capitán hablo a su tripulación.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Otro acto frustrante su capitán les pedía separarse. Esta tripulación era lo más parecido a una familia que había tenido desde la destrucción del monasterio, se consideraba el abuelo de la tripulación y los cuidaría como tal, por eso mismo sabía que la decisión de Kedra era la correcta.
De acuerdo, nos separaremos, toda flor necesita tiempo para crecer fuerte. Espero que dentro de tres años hayamos avanzado lo suficiente para afrontar los nuevos retos. Me dirigiré a Ohara en los textos antiguos hallare conocimiento y el conocimiento es poder.
Inaga subió a su camarote, desde el tenia unas vistas esplendidas de la ciudad la cual estaba siendo completamente destruida, mientras la dejaba atrás se puso en posición de loto y empezó a meditar buscando que defectos debía cubrir y cuáles eran sus debilidades para sobrellevarlas lo mejor posible. El monje se concentro en todo desde sus comienzos en el templo y ese era el verdadero motivo para ir a Ohara, allí se encontraba el abad de su templo que junto a Inaga había sobrevivido a la tragedia, esperaba encontrar en él la fuerza que le ayudara a mejorar.
Se sentía impotente pues aunque había estado en el centro del asunto el monje no había conseguido hacer nada digno de mención en la historia, había estado presente en la muerte de la Yonkou, ante la que no pudo hacer absolutamente nada. El almirante de la flota había muerto a manos de otro supernova, ¿cuánta diferencia de fuerza habría entre nosotros? Frustrado como estaba se dirigía a su camarote cuando su capitán hablo a su tripulación.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Otro acto frustrante su capitán les pedía separarse. Esta tripulación era lo más parecido a una familia que había tenido desde la destrucción del monasterio, se consideraba el abuelo de la tripulación y los cuidaría como tal, por eso mismo sabía que la decisión de Kedra era la correcta.
De acuerdo, nos separaremos, toda flor necesita tiempo para crecer fuerte. Espero que dentro de tres años hayamos avanzado lo suficiente para afrontar los nuevos retos. Me dirigiré a Ohara en los textos antiguos hallare conocimiento y el conocimiento es poder.
Inaga subió a su camarote, desde el tenia unas vistas esplendidas de la ciudad la cual estaba siendo completamente destruida, mientras la dejaba atrás se puso en posición de loto y empezó a meditar buscando que defectos debía cubrir y cuáles eran sus debilidades para sobrellevarlas lo mejor posible. El monje se concentro en todo desde sus comienzos en el templo y ese era el verdadero motivo para ir a Ohara, allí se encontraba el abad de su templo que junto a Inaga había sobrevivido a la tragedia, esperaba encontrar en él la fuerza que le ayudara a mejorar.
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La mayor parte de los marines cayeron alcanzados por los ataques. Del pelotón que había antes en el pasillo quedaban unos seis reclutas y el oficial de Takenuma. De repente este comenzó a gritar órdenes, y con su mantra Jack percibió sus intenciones hostiles. Su enemigo se puso en una postura extraña, y el asesino tuvo una breve imagen mental de una lluvia de balazos y proyectiles en su dirección. Sabiendo que era tarde para esquivarlo, se recubrió de haki armadura y se concentró en hacer lo mismo que durante la explosión para usar de nuevo el poder de su akuma. De repente creció de tamaño y un grueso caparazón cubrió su torso. Escondió sus extremidades y cabeza en este, y recibió el golpe de lleno. La combinación de su poderosa coraza y su haki evitaron su muerte, pero no evitaron que saliese disparado en la explosión y derribase una pared, cayendo a rebolos en un despacho. Aturdido, volvió a su forma humana. Le dolía todo el cuerpo, y en especial la espalda y el hombro derecho. Transformarse portando el brazo cyborg le desgarraba la piel. Notaba un dolor lacerante en la zona, y le era incómodo mover aquel brazo.
- Me la ha jugado... pero yo no voy a ser menos que él susurró para sí.
Entró de nuevo en el pasillo, resguardado por su dial de humo y la polvareda levantada por la explosión y el derribo de la pared. Tanteó entre los cadáveres aun calientes de los marines y recuperó siete de sus cuchillos además de tomar una katana entre los muertos. Empuñó la katana con la mano derecha, mientras con la izquierda fue envolviendo los cuchillos en energía y haciéndolos levitar con su Ha no Arashi. Una vez en el aire, comenzó a correr a través del pasillo, quitándose la mira térmica y dejándola colgada de su cuello. Salió de la cortina de humo lanzando los cuchillos a los reclutas y matándolos en el acto con precisión aterradora. Sacó velozmente su boleadora de acero y se la lanzó a Teravan. La cadena avanzó por el aire con un tintineo metálico, mientras el asesino fintaba con la katana un tajo al cuello para finalmente lanzar una estocada al corazón imbuída en haki armadura. Mientras avanzaba, su hombro derecho iba goteando sangre.
Tácticas del Asesino [Haki Armadura nivel 1] [AB]
- Me la ha jugado... pero yo no voy a ser menos que él susurró para sí.
Entró de nuevo en el pasillo, resguardado por su dial de humo y la polvareda levantada por la explosión y el derribo de la pared. Tanteó entre los cadáveres aun calientes de los marines y recuperó siete de sus cuchillos además de tomar una katana entre los muertos. Empuñó la katana con la mano derecha, mientras con la izquierda fue envolviendo los cuchillos en energía y haciéndolos levitar con su Ha no Arashi. Una vez en el aire, comenzó a correr a través del pasillo, quitándose la mira térmica y dejándola colgada de su cuello. Salió de la cortina de humo lanzando los cuchillos a los reclutas y matándolos en el acto con precisión aterradora. Sacó velozmente su boleadora de acero y se la lanzó a Teravan. La cadena avanzó por el aire con un tintineo metálico, mientras el asesino fintaba con la katana un tajo al cuello para finalmente lanzar una estocada al corazón imbuída en haki armadura. Mientras avanzaba, su hombro derecho iba goteando sangre.
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Derian se apoyó la Kokuto Yoru sobre el hombro y observó los daños. Había hundido únicamente dos barcos y dañado otros. No era suficiente. Estaba visto que aun no estaba acostumbrado a aquella clase de movimientos acrobático con espadas tan grandes y pesadas, y que aun no dominaba bien el poder de la Saijo Ō Wazamono. De los barcos salió una gran cantidad de revolucionarios, entre ellos el famoso comandante Azumi Kento. El vampiro siseó enfadado y descendió hacia la isla, ocultándose en un tramo de bosque alejado del incendio. No tenía poder suficiente para enfrentarse a una leyenda viviente como él. Menos no siendo capaz de dominar aun su espada. Decidió esperar unos momentos antes de ir a dar caza a algún grupo rezagado de revolucionarios. Algo más de una veintena de desgraciados fueron a tener la mala suerte de pasar cerca de su escondite, siendo detectados por su fino olfato. Este cambió de forma y se preparó a ir a por ellos.
Rumble balls - Hechicero Vampiro
De repente adquirió un aspecto como el de su forma completa pero de rasgos más estilizados, orejas puntiagudas y alas de murciélago. Voló hasta los soldados y se plantó ante ellos con la espada negra en su mano. Tras evaluarlos con la mirada, comenzó a hablar. Su fría voz, siniestra e inhumana, heló la sangre en las venas a casi todos los presentes:
- No sois dignos de probar el acero de mi Kokuto Yoru. Esto será suficiente para vosotros.
Envainó la magnífica espada en un veloz movimiento y desenvainó con la otra mano una de sus dos bastardas: Basilisk, el arma de Lavi. Era un arma de aspecto tosco y sin punta, con una particularidad: causar explosiones al golpear. Dichas explosiones no dañan al portador de la espada. Agarró el arma con ambas manos y empezó a deslizarse a una velocidad sobrehumana entre los revolucionarios. Parecía una leve sombra pasando de uno a otro. Finalmente apareció tras el grupo, con el arma ensangrentada. Entonces hubo un montón de explosiones simultáneas, y el grupo cayó al suelo con heridas de espada y quemaduras graves.
- Gin Buyo: Shinobuto... - envainó a Basilisk, tras sacudir la sangre del filo con un elegante gesto - Ni siquiera merecéis que os remate, escoria...
Tenía la esperanza de atraer a algún revolucionario más poderoso con aquella acción, alguien digno de sus poderes. Tal vez incluso digno de que desenvainase a la Kokuto Yoru contra él.
Rumble balls - Hechicero Vampiro
De repente adquirió un aspecto como el de su forma completa pero de rasgos más estilizados, orejas puntiagudas y alas de murciélago. Voló hasta los soldados y se plantó ante ellos con la espada negra en su mano. Tras evaluarlos con la mirada, comenzó a hablar. Su fría voz, siniestra e inhumana, heló la sangre en las venas a casi todos los presentes:
- No sois dignos de probar el acero de mi Kokuto Yoru. Esto será suficiente para vosotros.
Envainó la magnífica espada en un veloz movimiento y desenvainó con la otra mano una de sus dos bastardas: Basilisk, el arma de Lavi. Era un arma de aspecto tosco y sin punta, con una particularidad: causar explosiones al golpear. Dichas explosiones no dañan al portador de la espada. Agarró el arma con ambas manos y empezó a deslizarse a una velocidad sobrehumana entre los revolucionarios. Parecía una leve sombra pasando de uno a otro. Finalmente apareció tras el grupo, con el arma ensangrentada. Entonces hubo un montón de explosiones simultáneas, y el grupo cayó al suelo con heridas de espada y quemaduras graves.
- Gin Buyo: Shinobuto... - envainó a Basilisk, tras sacudir la sangre del filo con un elegante gesto - Ni siquiera merecéis que os remate, escoria...
Tenía la esperanza de atraer a algún revolucionario más poderoso con aquella acción, alguien digno de sus poderes. Tal vez incluso digno de que desenvainase a la Kokuto Yoru contra él.
Jeremy se ha detenido a ayudar al joven Adam con su problema. El animalillo, tras un limpio corte del Ken-tokei, es libre. Podría ya todo el mundo ser feliz sabiendo esto, pero las cosas no son tan fáciles. En gran parte de la ciudad resuena la voz atronadora del Shichibukai, tras un haz de luz que hunde un barco.
-Atrás, Kureiji. Somos amigos, pero es mi deber. no me obligues a elegir.
Mientras, por el Este, los barcos cada vez se acercan más. La Marina se acerca a veloces pasos, y pronto logrará llegar a las costas cercanas... ¿O no? Dos intrusos se han encaramado a uno de los barcos. En ese va un vice-almirante bastante famoso, pero ¿Cómo? Si se supone que también está en la plaza. Qué raro... Aunque no lleva uniforme de la Marina, sino un esmoquin. ¿Qué idiota se vestiría elegante para una Buster Call?
Por otro lado, el bosque incendiado acaba por ser consumido por las llamas, y éstas forman un manto en el suelo, curiosamente apagado donde los revolucionarios han formado hasta la plaza, ignorando a los caídos por Basilisk. Una segunda explosión global afecta a la ciudad, otra vez en el halo, pero mucho más violenta. Tanto que los pocos edificios que quedaban intactos comienzan a tambalearse, y varios se hunden, mientras vuelan escombros y pedazod de fruta, que han explotado. Muchas de estas cosas llegan a barcos de la costa, incluidos los barcos que recientemente abandonaron el puerto y los de la Marina que se acercan. Lluvia de fruta y piedra, aunque la fruta es muy extraña... A su vez, un crujido se escucha, y el sonido del mar embravecido reina sobre el de la explosión. Cualquier climatólogo con cierta experiencia debería saber que al mar no le sienta nada bien recibir pedazos de isla.
Los que ya han abandonado el lugar no pueden verlo, pero las tropas de Zero y la finada Katrina hacen formación, rodeando la plaza, expectantes al resultado del combate de Aksubi contra Luchs. Por un momento Aksubi toma la delantera, y consigue provocarle un severo corte al Almirante, que retrocede, con una gran herida en el pecho, aunque la llegada de cuatro valientes que lanzan todo su poder sobre él dejan al Yonkou malherido en el suelo.
-Co... bardes- dice, tendido, antes de que, con un fuerte pisotón, el almirante Luchs le aplaste la cabeza con su bota de hierro..
Los Piratas parecen montar en cólera, pero la revolución se hace un hueco y detiene sus intentos de atacar el centro del lugar, donde Marines y Cazadores han quebrado la vida del Matausuarios.
-¿Qué sois vosotros?- grita la poderosa voz de Azumi Kento, derramando una especie de llanto en el aire. Un llanto por la ciudad-. ¿Hombres libres, piratas...? Vergüenza, es lo que sois. Os autoproclamáis libres y buscáis sólo vuestra diversión, vuestro placer y disfrute, sin importaros qué es de los demás. Habéis destruido una ciudad. Habéis matado cientos de personas a lo largo y ancho del mar. Habéis convertido vuestras almas libres en esclavas de la sangre. ¿Quién os dio derecho a derramar las vidas de inocentes? No lucháis por nada. Tan sólo sois escoria. El Gobierno Mundial es una farsa oligárquica, y deberá caer cuando su momento llegue, pero hoy vosotros sois el enemigo. Retiraos ahora, o la ira del ejército libre caerá sobre vosotros.
Mientras tanto, donde el animal fue liberado, el Capitán Minato Kazuo mantiene una conversación con Jeremy Brighthand.
-¿Y si lo hago, qué? Tú te llevas una medalla, y yo a la prisión, o ejecutado. He venido aquí hoy para luchar, no por Katrina ni por Luchs, sino por Jack Dragon. Tiene el sobrenombre de invencible, y quise retarlo. ¿Qué daño hago yo viviendo mi vida según los principios que me he marcado desde joven? Aún te queda mucho por aprender, Capitán. Algún día, si llegas a vencerme, me sentiré orgulloso de tener un rival digno. Pero hasta entonces nuestros caminos deben separarse- dice, y se va deslizando con suma velocidad, olvidando la situación, mientras tararea una melodía, tan penetrante y tan hermosa que cualquiera podría oírla dentro de la isla, y acaba cantando, con un registro extremadamente amplio. Aunque también es un mal presagio...
Por otra parte, en el puerto, el buque insignia de Opprimere se mueve, abandonando el muelle. ¿Qué demonios significa eso? ¿Algún traidor? Tal vez alguien demasiado listo, aprovechando que el barco está completamente vacío... Pueden ser tantas cosas...
Y en el North Blue, mientras, Alex Cooper se dirige al hogar de Heinrich, el más importante de los nobles de Halstat, con perversas intenciones, aunque por otro lado, típicas en el mundo de la clase alta. Llega al condado de Heinrich, aunque las noticias se extienden como la pólvora, y su cara ya es conocida. Sólo hay descripciones, ninguna foto, pero lo buscan... ¿Será discreto o intentará repetir lo de la lanza y el rey?
El destino del mundo está en vuestras manos, y su abrazo comienza a caer suavemente sobre vosotros. ¿Seréis quienes de rechazar su cálido amor? Si el día de vuestra muerte debe ser hoy, demostradme cómo queréis ser recordados... (Libertad Plena).
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Había estado tocando y cantando tranquilamente en la plaza mientras cuatro locos atacaban al yonkou Namzug que se encontraba peleando contra un almirante. Los cuatro lanzaron ataques de una fuerza brutal lo cual al impactar contra él acabó con su vida pues ya estaba herido del combate anterior y solo pudo pronunciar la cobardes antes de caer muerto. Al ver eso los piratas montaron en cólera pero en ese momento llegó la revolución que empezó a soltar un discurso aburrido llamando a los piratas esclavos de la sangre y chorradas similares. Las personas arrogantes que creen que su punto de vista es el válido y que lo que los demás hacen es malo me ponen enfermo pero no quería buscarme más líos que no me aportarían nada así que simplemente hice oídos sordos y seguí caminando tranquilo mientras buscaba un lugar por el que salir de la isla sin ponerme en mucho peligro.
Tras un rato caminando y tras haber pasado por el cadáver del Yonkou rodeado por sus asesinos me convertí en mi forma completa y comencé a volar a máxima velocidad hacia el norte buscando el barco en el que llegué.
Tras un rato caminando y tras haber pasado por el cadáver del Yonkou rodeado por sus asesinos me convertí en mi forma completa y comencé a volar a máxima velocidad hacia el norte buscando el barco en el que llegué.
Kaito Kazuki
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Un conjunto de ataques devastador, pues a los golpes de los marines y del cazador se suma otro, el que parece ser portador de la akuma capaz de destruir el mundo, antigua akuma de Shirohige. Todo junto deja al Yonkou que había tomado la delantera en su combate contra Luchs tumbado en el suelo prácticamente muerto, lo que deja de ser así cuando el Almirante le revienta la cabeza de un soberano pisotón. Provocando que la vida del pirata se extinga inmediatamente. En ese preciso momento el joven cazador se acerca con un paso sereno y tranquilo hasta el cuerpo inerte y sin cabeza, al menos reconocible, del Yonkou. De sus manos el joven extrae la katana que le había llamado la atención, una de las Saijo O Wazamono, Ōbāraido. Nada más tomar esa espada en sus manos nota el inmenso poder que posee, no conoce los detalles de la misma pero sabe que tiene un poder inmenso comparado con otras armas. |~Aquí comienza un nuevo orden, todo está cambiando…~| Dice el cazador en un leve susurro.
Tras tomar la espada el joven la envaina y la guarda junto a su O Wazamono Tensa Zangetsu. Su objetivo en parte está cumplido, pero ahora le queda saber si las cosas se van a tranquilizar en algún momento o si por el contrario seguirán tensándose y empeorando. Por el momento los piratas que se acumulan en la plaza se enfurecen, pero antes de que siquiera pudieran lanzarse contra los que se encuentran en la misma un hombre conocido para el joven Takeshi, Azumi Kento, líder de la revolución, acompañado por un ejército de revolucionarios, los frena criticando su actuación y lo que tratan de hacer. El joven cazador ya tiene una de las cosas que buscaba en el mismo, así pues el joven permanece quieto, esperando a ver como se suceden los acontecimientos mientras observa toda la plaza con atención.
Tras tomar la espada el joven la envaina y la guarda junto a su O Wazamono Tensa Zangetsu. Su objetivo en parte está cumplido, pero ahora le queda saber si las cosas se van a tranquilizar en algún momento o si por el contrario seguirán tensándose y empeorando. Por el momento los piratas que se acumulan en la plaza se enfurecen, pero antes de que siquiera pudieran lanzarse contra los que se encuentran en la misma un hombre conocido para el joven Takeshi, Azumi Kento, líder de la revolución, acompañado por un ejército de revolucionarios, los frena criticando su actuación y lo que tratan de hacer. El joven cazador ya tiene una de las cosas que buscaba en el mismo, así pues el joven permanece quieto, esperando a ver como se suceden los acontecimientos mientras observa toda la plaza con atención.
Legim
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No había tiempo que perder, toda la isla era un desmadre, y yo no estaba siendo un protagonista de aquello, esto tenía que solucionarse de inmediato. Sin demorarme ni un segundo más me quité la ropa de vice-almirante quedándome con mis solo con mi ropa habitual, la cuál había llevado debajo todo el tiempo por si las cosas se complicaba. Ahora volvía a sentirme yo, el capitán Legan Legim, mucho más fuerte que nunca y con deseos de marcar un hecho importante en esta guerra, un hecho del que de verdad me sintiese orgulloso. Cogí la ropa de marine y se la coloqué en las manos a Uracha con una sonrisa.
- Uracha, este joven tan valeroso está herido... y las cosas se están poniendo muy duras en este sitio... llévalo al barco que mencioné antes, yo aún tengo algo que hacer... y si la cosa se pone fea, marchaos sin mi, yo iré tarde o temprano, no te preocupes... recuerda, buen amigo... yo nunca moriré.
Sin esperar ninguna respuesta comencé a correr sin vacilar ni una milésima de segundo. Desde mi posición estaba viendo todo lo que ocurría en la plaza y alrededores, era un puro caos, lo cuál hervía mi sangre de guerrero, pidiéndome unirme a aquello, y yo no iba a ser quien se lo negase.
En mi carrera hasta el lugar comencé a observar todo, pero fijé mi vista en algo, o más bien en alguien en concreto. En el camino, empecé a mover el alcohol que había en mis brazos a una velocidad muy alta, toda la que pude alcanzar en el tiempo que llevé corriendo hasta acercarme hasta una posición que calculaba de 10 metros. Sin decir nada, lancé ese alcohol hacia él con una sonrisa de oreja a oreja e incluso comenzandome a reír.
Takeshi era el objetivo, estaba empezando a inclinarse para coger una espada que había en el suelo, y antes de que la cogiese mi alcohol le impactaría de lleno a él y a la espada si no renunciaba a cogerla por rápido que fuese a por ella. El alcohol que había acumulado era bastante, cubriría un área de 25 metros alrededor de donde la espada estaba, y con ella, Takeshi si no había logrado escapar. De cogerla, seguro que acabaría alcanzado. [A.F-Haki Armadura]
No era un alcohol normal, era un alcohol a una temperatura extremadamente alta, que si llegaba a tocar la piel de seguro que quemaba. Este alcohol estaba tan caliente que desprendía un vapor de él bastante fuerte.
- ¡Cazador de piratas Takeshi! Escuché que eras un cazador tremendamente fuerte, y se que tarde o temprano nos encontraremos por tanto... ¿Qué mejor escenario que este? JAJAJAJA, pelea como un hombre, de uno a uno, nadie más. Y deja la espada, se que no es tuya ladronzuelo. Cógela cuando mi cadáver yazca en el suelo anda. Además, seguro que no eres el único que la quiere, eres muy desconsiderado con tus compañeros de cacería, ¿Eh?
En ese momento miré de reojo a Azumi con una sonrisa de lado, contento por ver a un buen y gran amigo que de seguro me apoyaría al compartir tantos ideales y aventuras juntos.
- Ey! Hola Azumi ¿Te importaría cubrirme las espaldas? No quisiera que nadie se entrometiese en este combate, ya sabes mis planes después de todo...
- Uracha, este joven tan valeroso está herido... y las cosas se están poniendo muy duras en este sitio... llévalo al barco que mencioné antes, yo aún tengo algo que hacer... y si la cosa se pone fea, marchaos sin mi, yo iré tarde o temprano, no te preocupes... recuerda, buen amigo... yo nunca moriré.
Sin esperar ninguna respuesta comencé a correr sin vacilar ni una milésima de segundo. Desde mi posición estaba viendo todo lo que ocurría en la plaza y alrededores, era un puro caos, lo cuál hervía mi sangre de guerrero, pidiéndome unirme a aquello, y yo no iba a ser quien se lo negase.
En mi carrera hasta el lugar comencé a observar todo, pero fijé mi vista en algo, o más bien en alguien en concreto. En el camino, empecé a mover el alcohol que había en mis brazos a una velocidad muy alta, toda la que pude alcanzar en el tiempo que llevé corriendo hasta acercarme hasta una posición que calculaba de 10 metros. Sin decir nada, lancé ese alcohol hacia él con una sonrisa de oreja a oreja e incluso comenzandome a reír.
Takeshi era el objetivo, estaba empezando a inclinarse para coger una espada que había en el suelo, y antes de que la cogiese mi alcohol le impactaría de lleno a él y a la espada si no renunciaba a cogerla por rápido que fuese a por ella. El alcohol que había acumulado era bastante, cubriría un área de 25 metros alrededor de donde la espada estaba, y con ella, Takeshi si no había logrado escapar. De cogerla, seguro que acabaría alcanzado. [A.F-Haki Armadura]
No era un alcohol normal, era un alcohol a una temperatura extremadamente alta, que si llegaba a tocar la piel de seguro que quemaba. Este alcohol estaba tan caliente que desprendía un vapor de él bastante fuerte.
- ¡Cazador de piratas Takeshi! Escuché que eras un cazador tremendamente fuerte, y se que tarde o temprano nos encontraremos por tanto... ¿Qué mejor escenario que este? JAJAJAJA, pelea como un hombre, de uno a uno, nadie más. Y deja la espada, se que no es tuya ladronzuelo. Cógela cuando mi cadáver yazca en el suelo anda. Además, seguro que no eres el único que la quiere, eres muy desconsiderado con tus compañeros de cacería, ¿Eh?
En ese momento miré de reojo a Azumi con una sonrisa de lado, contento por ver a un buen y gran amigo que de seguro me apoyaría al compartir tantos ideales y aventuras juntos.
- Ey! Hola Azumi ¿Te importaría cubrirme las espaldas? No quisiera que nadie se entrometiese en este combate, ya sabes mis planes después de todo...
Haine Rammsteiner
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Por fin llegaron a la zona Este del puerto, pasando por el cuartel marine mientras una nueva explosión comenzaba a derrumbar todos los edificios cercanos. ¿Querdaría algún edificio en pie después de eso o todos los escombros de estos irían a parar al mar? Como medida de precaución mantuvo alerta su sentido del Mantra, pero aparentemente ninguna piedra voladora se dirigía hacia ellos por lo que siguieron corriendo. Vieron un barco de la marina en el borde de la isla donde algunos marines trataban de refugiarse, Haine pensó que se trataban de los últimos marines del cuartel que comenzaban a huir antes de que la Buster Call llegara. Era una oportunidad perfecta de salir de aquella condenada isla, y aunque se iban con las manos vacías -o eso pensaba el albino- todavía podían dar un último golpe que, si salía bien, no tendría por qué ser necesariamente el inicio de una recompensa por sus cabezas.
—Pobre diablo, este no ha sido tan afortunado.— dijo Haine sonriendo ante el cuerpo inerte de un marine. Sí, sonreía a pesar de su desgracia, pero eso era porque aquel cadáver era la llave perfecta para colarse en el barco. Su poder consistía en poseer cosas inanimadas, por lo que las personas no entraban dentro de su espectro. Sin embargo, cuando morían y perdían todo tipo de conciencia, Haine podía poseer sus cuerpos como si fueran simples marionetas, simples maniquíes de carne que no conservarían nada de su vida pasada, pero que para situaciones como aquella podrían ser útiles. Era macabro y lo sabía, pero más macabro sería ver a Eris, a Shiro y a Gato morir a su lado por la Buster Call. Le golpeó la frente con el dedo corazón tras sujetarlo durante un segundo con el dedo gordo, de forma que el marine abrió los ojos que no miraban a ninguna parte y se puso en pie para comenzar a seguirlos. Al parecer estaba en perfecto estado, de no ser porque estaba muerto y por la contusión en la cabeza que de ser examinada por un médico habría declarado la muerte instantánea del hombre.
Llegaron hasta la pasarela desde la que se accedía al barco e inmediatamente un recluta se interpuso entre ellos, pero al ver al marine se cuadrón en el saludo militar y apresuró a demostrar sus inquietudes. —¡Soldado! ¿Está usted bien?— preguntó el recluta ligeramente asustado. Otra ventaja de su poder al poseer humanos es que podía utilizar sus órganos como si fueran máquinas, haciendo que el diafragma se moviera y el cuerpo respirara, que los esfínteres se relajaran o contrajeran... O incluso, con gran concentración, que el cuerpo poseído pudiera hablar mediante el control de las cuerdas vocales, los pulmones y los labios. —¡Toooodo bien! ¡Correcpo! ¡Debemos salvar a estos civiles cu fueron atrap a dos! ¡Va mos, rápi-do!— decía. Su voz sonaba profunda, y con errores lingüisticos, pero al ver el estado del hombre y la fingida cara de miedo de Haine les dejó pasar al instante siguiéndoles para quitar la pasarela.
Mientras corría subiendo por las escaleras Haine se quitó del cuello la venda y la correa que le indicaba la posición del otro collar, el cual le quitó a Shiro y se lo puso a él. —Toma, Eris, póntelo. Así no nos perderemos.— le dijo cuando llegaron a la cubierta del barco. No había apenas marines, un timonel y unos cuatro marines que parecían reclutas, desconocía si había más fuerzas mejores entrenadas en el interior del barco. —Disculpe, marine.— le dijo al que los había dejado pasar dándose la vuelta. Tras esto le golpeó con fuerza con el mango de la escopeta directo a la cabeza, dejándolo inconsciente en el suelo. —Eris, ¿te importaría dejar fuera de combate a los marines que quedan? Voy a preparar una farsa, y si todo sale bien robaremos este barco para salir de aquí. Si hay alguien más fuerte que un recluta ten mucho cuidado, huye de él y lo combatiremos juntos. Mira si puedes por el interior del barco, quizás guarden algo interesante. Ah, y si te ven recuerda que eres una simple ciudadana.— le pedía mientras él desanudaba unas sogas.
Pronto llamarían la atención, pues la posesión había terminado y había dos cuerpos en la entrada del barco. Tomó dos sogas y las poseyó, haciendo que una de ellas avanzara como una serpiente y atara las manos del marine inconsciente, mientras que poseía una tercera y se acercaba para atar a los marines que, de alguna forma, esperaba que estuvieran fuera de combate gracias al control de la electricidad de Eris. Mientras se acercaba a donde estaba el timonel miró los palos que sujetaban las velas, plegadas, por si algún marine se estaba escondiendo allí, pero aparentemente aquel grupo de evacuación no tenía mucha suerte. Si lograban salir de allí podrían vender el barco por una gran suma de dinero, así como el kairoseki que recubría su parte más baja si es que era una acorazado normal. Aunque el peligro por robar uno de esos le hacía que su corazón latiera con fuerza por la adrenalina que se producía directa a su sangre.
[Acciones tomadas: Poseer el cuerpo inerte de un marine, colarnos en un barco de la marina, darle el collar localizador a Eris, tratar de robar el barco para salir de allí.]
—Pobre diablo, este no ha sido tan afortunado.— dijo Haine sonriendo ante el cuerpo inerte de un marine. Sí, sonreía a pesar de su desgracia, pero eso era porque aquel cadáver era la llave perfecta para colarse en el barco. Su poder consistía en poseer cosas inanimadas, por lo que las personas no entraban dentro de su espectro. Sin embargo, cuando morían y perdían todo tipo de conciencia, Haine podía poseer sus cuerpos como si fueran simples marionetas, simples maniquíes de carne que no conservarían nada de su vida pasada, pero que para situaciones como aquella podrían ser útiles. Era macabro y lo sabía, pero más macabro sería ver a Eris, a Shiro y a Gato morir a su lado por la Buster Call. Le golpeó la frente con el dedo corazón tras sujetarlo durante un segundo con el dedo gordo, de forma que el marine abrió los ojos que no miraban a ninguna parte y se puso en pie para comenzar a seguirlos. Al parecer estaba en perfecto estado, de no ser porque estaba muerto y por la contusión en la cabeza que de ser examinada por un médico habría declarado la muerte instantánea del hombre.
Llegaron hasta la pasarela desde la que se accedía al barco e inmediatamente un recluta se interpuso entre ellos, pero al ver al marine se cuadrón en el saludo militar y apresuró a demostrar sus inquietudes. —¡Soldado! ¿Está usted bien?— preguntó el recluta ligeramente asustado. Otra ventaja de su poder al poseer humanos es que podía utilizar sus órganos como si fueran máquinas, haciendo que el diafragma se moviera y el cuerpo respirara, que los esfínteres se relajaran o contrajeran... O incluso, con gran concentración, que el cuerpo poseído pudiera hablar mediante el control de las cuerdas vocales, los pulmones y los labios. —¡Toooodo bien! ¡Correcpo! ¡Debemos salvar a estos civiles cu fueron atrap a dos! ¡Va mos, rápi-do!— decía. Su voz sonaba profunda, y con errores lingüisticos, pero al ver el estado del hombre y la fingida cara de miedo de Haine les dejó pasar al instante siguiéndoles para quitar la pasarela.
Mientras corría subiendo por las escaleras Haine se quitó del cuello la venda y la correa que le indicaba la posición del otro collar, el cual le quitó a Shiro y se lo puso a él. —Toma, Eris, póntelo. Así no nos perderemos.— le dijo cuando llegaron a la cubierta del barco. No había apenas marines, un timonel y unos cuatro marines que parecían reclutas, desconocía si había más fuerzas mejores entrenadas en el interior del barco. —Disculpe, marine.— le dijo al que los había dejado pasar dándose la vuelta. Tras esto le golpeó con fuerza con el mango de la escopeta directo a la cabeza, dejándolo inconsciente en el suelo. —Eris, ¿te importaría dejar fuera de combate a los marines que quedan? Voy a preparar una farsa, y si todo sale bien robaremos este barco para salir de aquí. Si hay alguien más fuerte que un recluta ten mucho cuidado, huye de él y lo combatiremos juntos. Mira si puedes por el interior del barco, quizás guarden algo interesante. Ah, y si te ven recuerda que eres una simple ciudadana.— le pedía mientras él desanudaba unas sogas.
Pronto llamarían la atención, pues la posesión había terminado y había dos cuerpos en la entrada del barco. Tomó dos sogas y las poseyó, haciendo que una de ellas avanzara como una serpiente y atara las manos del marine inconsciente, mientras que poseía una tercera y se acercaba para atar a los marines que, de alguna forma, esperaba que estuvieran fuera de combate gracias al control de la electricidad de Eris. Mientras se acercaba a donde estaba el timonel miró los palos que sujetaban las velas, plegadas, por si algún marine se estaba escondiendo allí, pero aparentemente aquel grupo de evacuación no tenía mucha suerte. Si lograban salir de allí podrían vender el barco por una gran suma de dinero, así como el kairoseki que recubría su parte más baja si es que era una acorazado normal. Aunque el peligro por robar uno de esos le hacía que su corazón latiera con fuerza por la adrenalina que se producía directa a su sangre.
[Acciones tomadas: Poseer el cuerpo inerte de un marine, colarnos en un barco de la marina, darle el collar localizador a Eris, tratar de robar el barco para salir de allí.]
- Posdata:
- En ningún momento decimos que no haya fuerzas mayores en ese barco, pero en caso de que las haya todavía no hemos desvelado nuestra tapadera (a menos que nos hayan descubierto de alguna forma)
Kaito Kazuki
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El joven cazador ya tiene la katana en sus manos, cuando una imagen terrible pasa por su mente, un chorro de un extraño líquido lanzado hacia su persona, y como este le produce un gran daño debido a la temperatura a la que se encuentra. El joven se gira raudo mientras activa la fase B de una de sus técnicas, la del espíritu Tengu, con lo cua su cuerpo es totalmente negro y su velocidad es realmente abrumadora, gracias a esa técnica el joven logra esquivar el líquido con un salto que lo mantiene en el aire como si volara. Su mirada en ese momento se dirige al emisario de dicho líquido, que también le habla. |~¡Cazador de piratas Takeshi! Escuché que eras un cazador tremendamente fuerte, y se que tarde o temprano nos encontraremos por tanto... ¿Qué mejor escenario que este? JAJAJAJA, pelea como un hombre, de uno a uno, nadie más. Y deja la espada, se que no es tuya ladronzuelo. Cógela cuando mi cadáver yazca en el suelo anda. Además, seguro que no eres el único que la quiere, eres muy desconsiderado con tus compañeros de cacería, ¿Eh? ~|
|~Lo lamento Legan Legim, no tengo tiempo para ocuparme de ti, tengo que asegurarme de que mis compañeros se encuentran bien, que no hayan pasado penurias ni hayan sido lastimados, en otra ocasión cruzaremos nuestras espadas, ahora ambos poseemos una de las 12, solo será cuestión de tiempo, en algún momento tu cabeza será mía, y el dinero que dan por ti engrosará mi bolsillo, pero hasta entonces, quedarás pensando en cómo pudiste fallar en tu intento de provocarme, creo que no soy un simple mercenario sin alma ni corazón. Ya se cruzarán nuestros caminos.~| Dice mientras una extraña nube oscura cubre el lugar mientras el joven aprovecha esa nube que hace que apenas se le pueda ver y usando su técnica Kōsei Pasu desaparece de la plaza buscando a sus compañeros de gremio.
|~Lo lamento Legan Legim, no tengo tiempo para ocuparme de ti, tengo que asegurarme de que mis compañeros se encuentran bien, que no hayan pasado penurias ni hayan sido lastimados, en otra ocasión cruzaremos nuestras espadas, ahora ambos poseemos una de las 12, solo será cuestión de tiempo, en algún momento tu cabeza será mía, y el dinero que dan por ti engrosará mi bolsillo, pero hasta entonces, quedarás pensando en cómo pudiste fallar en tu intento de provocarme, creo que no soy un simple mercenario sin alma ni corazón. Ya se cruzarán nuestros caminos.~| Dice mientras una extraña nube oscura cubre el lugar mientras el joven aprovecha esa nube que hace que apenas se le pueda ver y usando su técnica Kōsei Pasu desaparece de la plaza buscando a sus compañeros de gremio.
pannini69
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Una gran explosión resonó en todo el lugar; la puerta cayó derribada por un arma de fuego bastante poderosa. Cuando pensaba que todo estaba perdido, su compañero Jack Silvers apareció heroicamente para rescatarle. Con una salvaje ráfaga de balas y cuchillos derrotó a la gran mayoría de marines que se encontraban en la zona, cayendo inertes al suelo.
Aunque no todo había salido a la perfección. El marine de la extraña akuma envió varios cañonazos a su compañero, hiriéndole el hombro y alguna que otra herida en su cuerpo. Aquello enfureció a Hiren. Salió de su escondrijo estoque en mano y se plantó en el pasillo. Tenía la espalda de su contrincante, y aquello debía aprovecharlo al máximo.
-Jack, gracias por venir a ayudarme. Echemos abajo todo este cuartel, al igual que hicimos con aquella cárcel. Se nos dan bien estas cosas-decía mientras se abalanzaba a por su oponente.
Blandió el estoque con su mano derecha, pensando en enviarle una ráfaga de golpes directos a la cintura. Trataría de buscar la vejiga y los pulmones.
-Lo siento, marine, pero es hora de la revolución-sonreía mientras pensaba en aniquilarlo.
Cuando se encontró a varios pasos detrás suyo le vino un pensamiento a la cabeza. Ellos eran dos contra uno, y ambos podrían acabar fácilmente con su vida. No era justo, le dejaría su momento de gloria a Jack, se lo merecía por todo lo que lo había ayudado.
Dio media vuelta y volvió a la sala de cámaras. Por una pequeña ventana de ventilación escapó de aquel lugar y fue a parar a la calle.
Con resuello decidió dirigirse a la plaza principal. Había escuchado a su comandante Azumi Kento alentar al resto de tropas, y él no podía faltar.
-Allá voy compañeros.
(Acciones: Salir de mi escondrijo, atacar a Teravan e interactuar con Jack Silvers. Salir del cuartel sin atacar a Teravan y dirigirme hacia la plaza)
Aunque no todo había salido a la perfección. El marine de la extraña akuma envió varios cañonazos a su compañero, hiriéndole el hombro y alguna que otra herida en su cuerpo. Aquello enfureció a Hiren. Salió de su escondrijo estoque en mano y se plantó en el pasillo. Tenía la espalda de su contrincante, y aquello debía aprovecharlo al máximo.
-Jack, gracias por venir a ayudarme. Echemos abajo todo este cuartel, al igual que hicimos con aquella cárcel. Se nos dan bien estas cosas-decía mientras se abalanzaba a por su oponente.
Blandió el estoque con su mano derecha, pensando en enviarle una ráfaga de golpes directos a la cintura. Trataría de buscar la vejiga y los pulmones.
-Lo siento, marine, pero es hora de la revolución-sonreía mientras pensaba en aniquilarlo.
Cuando se encontró a varios pasos detrás suyo le vino un pensamiento a la cabeza. Ellos eran dos contra uno, y ambos podrían acabar fácilmente con su vida. No era justo, le dejaría su momento de gloria a Jack, se lo merecía por todo lo que lo había ayudado.
Dio media vuelta y volvió a la sala de cámaras. Por una pequeña ventana de ventilación escapó de aquel lugar y fue a parar a la calle.
Con resuello decidió dirigirse a la plaza principal. Había escuchado a su comandante Azumi Kento alentar al resto de tropas, y él no podía faltar.
-Allá voy compañeros.
(Acciones: Salir de mi escondrijo, atacar a Teravan e interactuar con Jack Silvers. Salir del cuartel sin atacar a Teravan y dirigirme hacia la plaza)
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Miré incrédulo como empezó a volar, desconocía que una persona pudiese volar, y me parecía aún más raro toda esa mancha negra, esa nube... era evidente que aún me quedan cosas por ver en este mundo, realmente maravilloso.
- ¿De verdad crees que voy a rendirme así como así? - Dije con una leve sonrisa de lado.
Había evitado mi ataque de una manera sorprendente con solo volar, pero en cierto modo no todo había salido tan mal, se podía sacar algo positivo de todo esto todavía.
Comencé a correr tras él al tiempo que sacaba mi brazalete, el cuál se empezó a transformar en un ave en un abrir y cerrar de ojos. Inmediatamente me subí encima y señalé a la nube negra que escapaba raudo.
- Persiguelo, y ponte frente a él. Tranquilo, no te será difícil... aunque me pregunto cuanta será su velocidad máxima.- Dije sabiendo que no iba a responderme.
En estos momentos, no había lugar para las palabras, y Simurhg lo sabía mejor que nadie, por lo que se concentró en el objetivo sin más dilación e hizo caso.
-No te escaparás tan fácilmente...- Dije en un pequeño susurro.
Volví a preparar otra carga con mi brazo izquierdo y parte del hombro con el mismo alcohol acelerado y que expulsaba inmensas cantidades de vapor por doquier. Inmediatamente lancé con la mano derecha empuñando a Ökami, varias ondas cortantes y rojas de color carmesí hacia su frente, evitando que avanzase en linea recta, y también en su zona superior, evitando también que escapase por lo alto. E instantáneamente lancé de mi brazo izquierdo centenares de gotas a gran velocidad hacia él, gotas ardientes y que expulsaban vapor debido al calor por doquier, a decir verdad esto era una señal de que no durarían mucho.
- ¡¡Ametratratratratralladora!!- Grité con una risa algo alocada. [A.M.F- Haki armadura]
-Por mucho que lo puedas predecir, si es imposible de esquivar, no lo esquivarás hagas lo que hagas... además, ya te queda poco jejeje- Pensé en mi cabeza con una sonrisa en mi rostro de oreja a oreja.
- ¿De verdad crees que voy a rendirme así como así? - Dije con una leve sonrisa de lado.
Había evitado mi ataque de una manera sorprendente con solo volar, pero en cierto modo no todo había salido tan mal, se podía sacar algo positivo de todo esto todavía.
Comencé a correr tras él al tiempo que sacaba mi brazalete, el cuál se empezó a transformar en un ave en un abrir y cerrar de ojos. Inmediatamente me subí encima y señalé a la nube negra que escapaba raudo.
- Persiguelo, y ponte frente a él. Tranquilo, no te será difícil... aunque me pregunto cuanta será su velocidad máxima.- Dije sabiendo que no iba a responderme.
En estos momentos, no había lugar para las palabras, y Simurhg lo sabía mejor que nadie, por lo que se concentró en el objetivo sin más dilación e hizo caso.
-No te escaparás tan fácilmente...- Dije en un pequeño susurro.
Volví a preparar otra carga con mi brazo izquierdo y parte del hombro con el mismo alcohol acelerado y que expulsaba inmensas cantidades de vapor por doquier. Inmediatamente lancé con la mano derecha empuñando a Ökami, varias ondas cortantes y rojas de color carmesí hacia su frente, evitando que avanzase en linea recta, y también en su zona superior, evitando también que escapase por lo alto. E instantáneamente lancé de mi brazo izquierdo centenares de gotas a gran velocidad hacia él, gotas ardientes y que expulsaban vapor debido al calor por doquier, a decir verdad esto era una señal de que no durarían mucho.
- ¡¡Ametratratratratralladora!!- Grité con una risa algo alocada. [A.M.F- Haki armadura]
-Por mucho que lo puedas predecir, si es imposible de esquivar, no lo esquivarás hagas lo que hagas... además, ya te queda poco jejeje- Pensé en mi cabeza con una sonrisa en mi rostro de oreja a oreja.
Vagadus Vares
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Al llegar al barco, kedra quito el ancla y nos dirigimos a la grand line, suspire y me puse a reflexionar por un momento, “¿Qué pasara con todas las personas de la isla?” me cuestionaba, sintiendo una vez más las auras apagándose, pequeñas llamas siendo extinguidas de manera brutal, ya no me importaba, la yonkou estaba muerta, al final me quede con los brazos cruzados, me lleve mi mano a mi hombro derecho, aun me dolía, por lo que me tenía que dirigir a la enfermería.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Es lo que nos Kedra, retirándose a su camarote, 3 años para mejorar mis habilidades, 3 años para acabar los asuntos familiares. Inaga comento sobre irse a Ohara a buscar conocimiento, y se retiró a su camarote. Me dirigí hacia la enfermería a atenderme mi herida, sentía un dolor incomodo; al llegar me atendí apropiadamente, desinfectando y cosiéndome la herida para que después cambiara el viejo trapo sucio por unas vendas decentes. La vivre card de mi padre y mi abuelo me dirigirían hacia mi destino, aun así afrontaría varias cosas en el futuro, ya sea solo o con mi tripulación.
Me dirigí a hacia mi camarote, tenía que reposar para que la herida sanara como es debido, además de que sería un largo viaje hacia la Grand Line. Me desvestía ya estando en el camarote, quitándome la túnica mojada y las botas de cuero, dejándome con el pantalón que sorprendentemente no estaba mojado al igual que mi camisa y parte de la chamarra que me había dado Kedra, todo lo deje en una silla y me dispuse a dormir.
- Escuchadme bien. Necesito que le deis un mensaje a la tripulación de mi parte, vamos a disolvernos durante tres años. En este tiempo quiero que os pongáis a entrenar como locos porque cuando pasen esos años, resurgiremos con mucho más poder. Esta decisión me ha costado tomarla, pero hoy en día hay muchos tipos poderosos. Yo voy a estar estos tres años en Arabasta, espero que os cuidéis. Cuando me vaya para ella, dejadme allí. En tres años nos reuniremos en el reino de Sakura.
Es lo que nos Kedra, retirándose a su camarote, 3 años para mejorar mis habilidades, 3 años para acabar los asuntos familiares. Inaga comento sobre irse a Ohara a buscar conocimiento, y se retiró a su camarote. Me dirigí hacia la enfermería a atenderme mi herida, sentía un dolor incomodo; al llegar me atendí apropiadamente, desinfectando y cosiéndome la herida para que después cambiara el viejo trapo sucio por unas vendas decentes. La vivre card de mi padre y mi abuelo me dirigirían hacia mi destino, aun así afrontaría varias cosas en el futuro, ya sea solo o con mi tripulación.
Me dirigí a hacia mi camarote, tenía que reposar para que la herida sanara como es debido, además de que sería un largo viaje hacia la Grand Line. Me desvestía ya estando en el camarote, quitándome la túnica mojada y las botas de cuero, dejándome con el pantalón que sorprendentemente no estaba mojado al igual que mi camisa y parte de la chamarra que me había dado Kedra, todo lo deje en una silla y me dispuse a dormir.
Eris Takayama
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Todavía sentía los labios calientes de aquel beso. Su cuerpo temblaba, y no podía reaccionar con presteza. Había hecho lo que ella había querido desde siempre, “algo soñado”, pero que la había dejado fuera de juego convirtiéndola en una inerte mujer que solamente le seguía. Quería más de aquel beso, de aquel calor que desprendía el cuerpo de él… Pero cuando se dio cuenta, tuvo que reaccionar. Si en algún momento quería devolvérselo, tenía que salir viva de aquel lugar. No obstante, también observó el cuerpo sin vida de aquel marine. Sentía pena, lástima, por cada uno de los muertos. No, Eris no era de las que iba matando así como así. Chasqueó la lengua, apartando la vista para ver como Haine se hacía con el control del cuerpo. No había pensado que su poder pudiera hacer eso pero joder, en este caso les resultaría bastante más útil de lo que podía parecer. En parte, ella quería salir solamente de allí y no causar más estragos. Apoderarse así de un barco de la marina… Pero cuando se encontraron con otro Marine, observó como podía hacerle -aunque mal- hasta hablar. Y subieron a aquel barco. Eris sentía una quemazón en la boca del estómago mientras veía como quitaban la pasarela.
Tomó el collar de Shiro sin rechistar y se lo puso, acariciando una última vez a ambos animales antes de mirar hacia todos lados, atendiendo a su vez al albino, que la decía lo que tenía que hacer. Tenía que dejar k.o. a aquellos marines. —Sin problemas...— musitó ella, dando rápidamente la espalda a Haine para quitarse un guante. Similar a un pulso recorrió su cuerpo, pero únicamente hacia delante. Una estela de energía salió de su cuerpo, impactando sobre los cuerpos de los marines que se hallaban en cubierta, haciéndoles caer al suelo completamente paralizados. Se colocó de nuevo aquel guante, viendo su mano azulada, chasqueando de nuevo su lengua. Avanzó un par de pasos, pero volvió hacia Haine. —Deberíamos amordazarlos o tirarlos por la borda, no creo que podamos llegar a la siguiente isla sin que despiert...— pero se calló al sentir como el barco se movía algo más rápido. No, aquello no era propio de la embarcación sino del mar. Algo pasaba en el mar. Pero no dijo nada. Odiaba aquel agua con todas sus fuerzas.
Y aún con eso, se decidió, atorando sus guantes en su cinturón, comenzar a investigar las cosas que había en el barco, bajando en última instancia a las dependencias. Necesitaba ver si no se dejaban algo de valor por allí… Y de paso, ver si había alguien más. Fijado el rumbo y atorado el timón, supuestamente, deberían estar saliendo de allí a toda prisa.
[Acciones. Sigue a Haine hasta el barco, deja k.o. a los demás marineros de cubierta y empieza a registrar el barco en busca de objetos valiosos. -Indicado que el barco pone rumbo fuera de la isla con el timón encallado desde cubierta.-]
Tomó el collar de Shiro sin rechistar y se lo puso, acariciando una última vez a ambos animales antes de mirar hacia todos lados, atendiendo a su vez al albino, que la decía lo que tenía que hacer. Tenía que dejar k.o. a aquellos marines. —Sin problemas...— musitó ella, dando rápidamente la espalda a Haine para quitarse un guante. Similar a un pulso recorrió su cuerpo, pero únicamente hacia delante. Una estela de energía salió de su cuerpo, impactando sobre los cuerpos de los marines que se hallaban en cubierta, haciéndoles caer al suelo completamente paralizados. Se colocó de nuevo aquel guante, viendo su mano azulada, chasqueando de nuevo su lengua. Avanzó un par de pasos, pero volvió hacia Haine. —Deberíamos amordazarlos o tirarlos por la borda, no creo que podamos llegar a la siguiente isla sin que despiert...— pero se calló al sentir como el barco se movía algo más rápido. No, aquello no era propio de la embarcación sino del mar. Algo pasaba en el mar. Pero no dijo nada. Odiaba aquel agua con todas sus fuerzas.
Y aún con eso, se decidió, atorando sus guantes en su cinturón, comenzar a investigar las cosas que había en el barco, bajando en última instancia a las dependencias. Necesitaba ver si no se dejaban algo de valor por allí… Y de paso, ver si había alguien más. Fijado el rumbo y atorado el timón, supuestamente, deberían estar saliendo de allí a toda prisa.
[Acciones. Sigue a Haine hasta el barco, deja k.o. a los demás marineros de cubierta y empieza a registrar el barco en busca de objetos valiosos. -Indicado que el barco pone rumbo fuera de la isla con el timón encallado desde cubierta.-]
Minato Kazuo
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El escenario de Minato había cambiado completamente, pues estaba delante de uno de los más importantes espadachines de todos los tiempos y que estaba seguro que podría partirlo por la mitad de una sola estocada incluso si activaba el haki. La tensión en el cuerpo del marine era palpable, la presión que sentía le hacía tener sudores fríos y que sus manos temblaran ligeramente de la emoción, pero solo tuvo que apretar las manos en los mangos de las ninjato para que aquello se le pasara. No obstante, Jeremy simplemente rompió una jaula para liberar a un animal y dejó al civil que se marchara, no sin antes dirigirle unas palabras a Minato que de no tener una aptitud de hierro frente al tema de la justicia habría sido un duro golpe. —¡Si estás siendo detenido es por los crímenes que has cometido a lo largo de tu vida! ¡Eh, espera! ¡No importa cuanto corras, la justicia te alcanzará algún día ya sea de mi mano o de la de otros!— le gritaba mientras se iba, o mejor dicho, después de que se hubiera ido pues su velocidad era muy superior.
Suspiró, no era sino una hormiga en un estadio gigante donde los grandes se peleaban. Cada vez estaba más decidido a volver a Plastic Beach, el lugar donde había entrenado, y pasarse otro año mejorando sus habilidades hasta el punto de poder hacer frente a aquellos hombres. No obstante parecía que con la ayuda de otras cuatro personas, el almirante Luchs había ganado el combate y acabado con aquel hombre que lo había enfrentado, algo no muy honorable pero no podían permitir la muerte de otro almirante. Observó que estaba herido y corrió hasta donde él estaba, era posible que lo necesitaran a punto muy pronto pues un gran grupo de revolucionarios habían llegado a la plaza y los marines eran la mortadela del sandwich, pese a que por lo que había oído parecía que los dos trozos de pan estuvieran a punto de darse unas tortas. Dejando el tema culinario de lado, Minato se abalanzó hasta colocarse delante de Luchs y le advirtió de lo que iba a hacer. —Por favor, Almirante Luchs, déjeme ayudarle con eso, será solo un momento.— le pidió. Él no estaba interesado en el arma que hubiera podido dejar caer, solo quería que no la tomara alguien que pudiera hacer mal uso de ella.
Tomó hilo y aguja y los unió con la facilidad del que mete un trozo de cuerda en un neumático, esa era la precisión de los ninjas. Revistió la misma de Haki para asegurar la penetración y movió su brazo hasta la herida, planeando atravesar la carne con la aguja en forma de zig zag y con carácter ascendente, de modo que la piel quedara completamente pegada. Además terminaría por hacer un resistente nudo en los extremos con tirantez para evitar que se aflojara. —Intente no hacer grandes movimientos o la herida se le abrirá, pese a que el hilo es resistente.— mencionaba mientras trataba de cerrar la herida de aquel hombre, su superior. En cualquier caso, esperaría más órdenes y defendería aquella zona de quien intentara acercarse a Luchs, pues ese era su deber. La mirada del pelirrojo mientras trataba de curarlo dejaba clara sus intenciones y su determinación, no iba a dejar que otro almirante pereciera aun si tenía que dar su vida para ello.
[Acciones tomadas: Intentar (si se deja) cerrar la herida del almirante Luchs con sus dotes de Ciruj-ano]
Suspiró, no era sino una hormiga en un estadio gigante donde los grandes se peleaban. Cada vez estaba más decidido a volver a Plastic Beach, el lugar donde había entrenado, y pasarse otro año mejorando sus habilidades hasta el punto de poder hacer frente a aquellos hombres. No obstante parecía que con la ayuda de otras cuatro personas, el almirante Luchs había ganado el combate y acabado con aquel hombre que lo había enfrentado, algo no muy honorable pero no podían permitir la muerte de otro almirante. Observó que estaba herido y corrió hasta donde él estaba, era posible que lo necesitaran a punto muy pronto pues un gran grupo de revolucionarios habían llegado a la plaza y los marines eran la mortadela del sandwich, pese a que por lo que había oído parecía que los dos trozos de pan estuvieran a punto de darse unas tortas. Dejando el tema culinario de lado, Minato se abalanzó hasta colocarse delante de Luchs y le advirtió de lo que iba a hacer. —Por favor, Almirante Luchs, déjeme ayudarle con eso, será solo un momento.— le pidió. Él no estaba interesado en el arma que hubiera podido dejar caer, solo quería que no la tomara alguien que pudiera hacer mal uso de ella.
Tomó hilo y aguja y los unió con la facilidad del que mete un trozo de cuerda en un neumático, esa era la precisión de los ninjas. Revistió la misma de Haki para asegurar la penetración y movió su brazo hasta la herida, planeando atravesar la carne con la aguja en forma de zig zag y con carácter ascendente, de modo que la piel quedara completamente pegada. Además terminaría por hacer un resistente nudo en los extremos con tirantez para evitar que se aflojara. —Intente no hacer grandes movimientos o la herida se le abrirá, pese a que el hilo es resistente.— mencionaba mientras trataba de cerrar la herida de aquel hombre, su superior. En cualquier caso, esperaría más órdenes y defendería aquella zona de quien intentara acercarse a Luchs, pues ese era su deber. La mirada del pelirrojo mientras trataba de curarlo dejaba clara sus intenciones y su determinación, no iba a dejar que otro almirante pereciera aun si tenía que dar su vida para ello.
[Acciones tomadas: Intentar (si se deja) cerrar la herida del almirante Luchs con sus dotes de Ciruj-ano]
Date Musashi
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Las explosiones se sucedían y ya pocos edificios quedaban en pie, por no decir ninguno. Una lluvia de escombros y lo que parecía ser trozos de fruta habían comenzado a caer por toda la ciudad, siendo que al demonio de un ojo tuvo la suerte de no ser aplastado por ninguno de ellos. Sin embargo tomó un trozo de fruta del suelo, su textura le recordaba a la de las frutas que había visto en la base de Brack y por ello supuso que las pruebas habían sido eliminadas, y que salvo la lista del inventario que había tomado y entregado a su supuesto líder no le quedaba nada más. Gruñó apretando los dientes mientras tiraba los trozos al suelo, pedazos que esperaba que nadie se atreviera a comer pues comerse una akuma al completo así parecía imposible, y si comías dos pedazos de dos akumas diferentes podría ser letal, según se decía. Aunque a él no le interesaba en absoluto, ya tenía su akuma y su poder era por lo general superior a de unas zoans comunes.
—Tsk... Maldito Brack... ¿Qué estará haciendo ahora?— preguntó el demonio al aire, aunque su único oyente bien podía ser el gigante "El Cid" que era el único miembro del Cipher Pol que había encontrado. ¿Qué habría sido del resto? ¿Habrían muerto o se habrían largado? —¿Sabes algo del resto de miembros del CP? Se me ordenó traeros, pero eres el único que encontré y tu tamaño no tiene nada que ver... Sospecho que puedan haber muerto o hayan huido como ratas.— mencionó, a él también le habría gustado marcharse de allí para volver a Enies Lobby con Ame Sora cuanto antes, la echaba de menos pese a que por fuera pareciera querer comerse al primero que pasara. Se crujió los nudillos y el cuello mientras una enorme oleada de revolucionarios llegaba a la plaza.
—¡Maldita sea, Brack, ¿qué pretendes?!— mencionó en voz alta de forma que cualquiera a su alrededor podría escucharlo. La cosa se estaba complicando y a la plaza no hacían nada más que llegar más y más amenazas, hombres demasiado fuertes para él pese a que todavía no se le habían enfrentado. Estaban encerrados allí, y la única cosa en la que podía pensar era en que el lider de los pasteleros los había reunido a todos ahí dentro para simplemente activar una bomba que los mandara por los aires, pues pensaba que era él el que estaba detrás de todas aquellas explosiones y del proyecto Halo. —¡¿Qué debemos hacer, 096?!— mencionó de nuevo en voz alta, comenzaba a mosquearse y que nadie le diera respuestas solo hacía que se enfureciera más. Sobretodo porque empezaba a darse cuenta que "096" podía haber sido un cualquiera, sobretodo porque nunca había visto la cara de ese hombre en Enies Lobby.
[Acciones tomadas: Sospechar everywhere, clamar al cielo por Brack y 096]
—Tsk... Maldito Brack... ¿Qué estará haciendo ahora?— preguntó el demonio al aire, aunque su único oyente bien podía ser el gigante "El Cid" que era el único miembro del Cipher Pol que había encontrado. ¿Qué habría sido del resto? ¿Habrían muerto o se habrían largado? —¿Sabes algo del resto de miembros del CP? Se me ordenó traeros, pero eres el único que encontré y tu tamaño no tiene nada que ver... Sospecho que puedan haber muerto o hayan huido como ratas.— mencionó, a él también le habría gustado marcharse de allí para volver a Enies Lobby con Ame Sora cuanto antes, la echaba de menos pese a que por fuera pareciera querer comerse al primero que pasara. Se crujió los nudillos y el cuello mientras una enorme oleada de revolucionarios llegaba a la plaza.
—¡Maldita sea, Brack, ¿qué pretendes?!— mencionó en voz alta de forma que cualquiera a su alrededor podría escucharlo. La cosa se estaba complicando y a la plaza no hacían nada más que llegar más y más amenazas, hombres demasiado fuertes para él pese a que todavía no se le habían enfrentado. Estaban encerrados allí, y la única cosa en la que podía pensar era en que el lider de los pasteleros los había reunido a todos ahí dentro para simplemente activar una bomba que los mandara por los aires, pues pensaba que era él el que estaba detrás de todas aquellas explosiones y del proyecto Halo. —¡¿Qué debemos hacer, 096?!— mencionó de nuevo en voz alta, comenzaba a mosquearse y que nadie le diera respuestas solo hacía que se enfureciera más. Sobretodo porque empezaba a darse cuenta que "096" podía haber sido un cualquiera, sobretodo porque nunca había visto la cara de ese hombre en Enies Lobby.
[Acciones tomadas: Sospechar everywhere, clamar al cielo por Brack y 096]
- Detalles:
- Nótese que en este tema no hay ningún doble sentido para el moderador, se debe tener en cuenta la psicología de Date. En ningún momento estoy diciendo que aparezcan Brack o 096, solo está cabreado :3
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