Zombienrelleno
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- ¡Ahh! ¡Gran sabor el del pescado! Sin duda... ¡¡Una delicia!! - Decía con entusiasmo mientras se comía aquellos peces, sentado junto a sus compañeros.
Le dio un par de pescados a Juanma y otro par a Shion. La verdad es que comer tras explotar un ascensor, era lo mejor que había hecho en su vida. Habían trampas cerca de los ascensores, así que no se preocuparía por otra cosa que comer. La sangre del pescado crudo resbalaba por la barbilla del Shichibukai, mientras con su lengua la lamía, para así no desperdiciar ni un poco del sabor de aquella comida. Los tres seguían devorando aquello sin parar, hasta que en la bolsa ya no quedaba ni un solo pescado, ni una raspa, algo que deprimía al insaciable pirata, que solo pensaba en comer.
De pronto la calma parecía que se iba a agotar. El Den Den Mushi que le habían dado a Derian empezó a sonar cuando estaba hablando con Meneror y le avisaron de que recibirían apoyo por parte del otro Shichibukai. Podía escuchar la conversación, sus oídos eran realmente finos. "¿Ayuda? Si esto está en calma." Pensaba mientras se levantaba, para sacudirse el trasero. Miro a sus dos compañeros con una sonrisa, cuando de pronto empezó a sonar una alarma ensordecedora. No entendía que pasaba, pero entonces lo vio. Desde el agua estaban saliendo multitud de hombres peces sabrosos, algo que le abrió el apetito al joven Asder. El pescado significaba para él la vida, algo con lo que disfrutar, con lo que alimentarse... Era sin duda la comida favorita del Shichibukai.
- ¡¡Uoohhh!! ¡Más pescado! ¡¡Shion, Juanma, comida a domicilio!! - Gritaba con entusiasmo mientras sus ojos se abrían como platos.
De repente, Juanma se lanzó a la espalda de Asder, convirtiéndose en una especie de león armadura dorado, con cabello de la cabeza rojo. Eso le daba al pirata unas increíbles habilidades, más fuerza, velocidad, resistencia... Sin duda era mucho más poderoso. De repente, Shion también se lanzó a la espalda del Shichibukai, transformándose en una chaqueta que al ponérsela, surgió un breve humo que no dejó ver el cuerpo de Asderdeker.
Al desaparecer, ahora era un hombre nuevo, si se le podía llamar hombre. Su cuerpo era de pelaje blanco, con cabeza de caballo y un cuerno en la frente, larga melena color arco iris. Su musculatura había aumentado y sus piernas parecían las de un caballo, con una larga cola en el trasero. A la espalda, dos grandes alas blancas se alzaban. Ahora tenía muchísimo más poder, fusionado con Juanma y Shion era casi imparable. Su aspecto era parecido al de un animal mitológico. Empezó a correr a por los gyojin, con intenciones de devorarlos vivos si hacía falta, pero entonces algo captó su atención, su mantra le avisó de un gran poder.
En el mar se elevaron dos absurdamentes gigantescas serpientes marinos, reyes del mar que soltaban un gran hedor ha pescado. Los ojos del pirata se abrieron aún más, las babas empezaban a brotar de su boca, resbalando por su barbilla y llegando a gotear al suelo. Se había quedado quieto, su sueño estaba delante de sus narices, ya era la hora de cumplirlo y nadie le pararía. Las ganas de devorar enterito a alguno de esas dos monstruosidades le dio un inmenso poder. Sus piernas y brazos se empezaron a rodear de un aura rojiza y flameante, a la vez que de un aura azulada y giratoria como el viento.
[Wind Soul y Fire Soul]
Aquel aura flameante quemaba lo que tocaba y el otro, cortaba. Las alas de su espalda le ayudaron a levantar el vuelo y con una velocidad desmesurada empezó a volar hacia las criaturas. Un tipo con espada estaba atacando a una al igual que Meneror, usando el poder de su fruta. Asderdeker iría a por el otro, sería su comida, los pescados de antes solo fueron un pequeño entrante minimalista, y los gyojin dejaron de llamarle la atención. Ahora se dirigía hacia su presa con sus ojos fijados en el objetivo. "Devorar".
Llevó sus dos puños hacia atrás cargadas con el aura, mientras su cuerpo se volvía de color negro, imbuyéndose en haki armadura Nivel 3. Su mantra le avisó de una abrumadora fuerza que estaba cerca, pero no le dio importancia (Nat y su haki del Rey, pero para Asder es más importante la comida.).Sus brazos brillaban y de cada vez estaba más cerca de su objetivo, iba a aplastar a aquella bestia para luego comérsela el solito. Esperaba que nadie más atacara a su presa. Estaba frente a la cabeza de aquel rey marino y lanzó sus dos puños con desmesurada fuerza hacia el cráneo de aquella serpiente pescado.
- Explosive Soul: ¡Raionburö! ¡¡Boom~!! [AMF]
Aquel golpe iba directo a dejar K.O a su cena. Aquel poder era demasiado, crearía una explosión enorme, que llegaría a los oídos de todos los que estaban en el puerto del Nuevo Mundo. Aquella explosión haría que las llamas y el viento de los brazos de Asder se dirigiesen también a por su enemigo. Era una increíble explosión de 40m de radio, esperaba que fuese lo suficiente para tumbar a la bestia.
Tras ese ataque su cuerpo seguiría imbuido en Haki armadura. Si no había funcionado, trataría de sobrevolar por encima de la bestia y ver por que zona podría volver a atacar. Seguiría activado su haki de observación Nivel 3 y por si las moscas, sus sensores de movimiento de los ojos también. De todas formas, al acabar su ataque, fuese como fuese, marcaría su territorio.
- ¡¡¡Esta cena es mía y de nadie más!!!
NOTA: Todos los del puerto de la Zona del Nuevo Mundo deberían leer mi mensaje, ya que es algo "significativo" por decirlo de alguna forma.
Le dio un par de pescados a Juanma y otro par a Shion. La verdad es que comer tras explotar un ascensor, era lo mejor que había hecho en su vida. Habían trampas cerca de los ascensores, así que no se preocuparía por otra cosa que comer. La sangre del pescado crudo resbalaba por la barbilla del Shichibukai, mientras con su lengua la lamía, para así no desperdiciar ni un poco del sabor de aquella comida. Los tres seguían devorando aquello sin parar, hasta que en la bolsa ya no quedaba ni un solo pescado, ni una raspa, algo que deprimía al insaciable pirata, que solo pensaba en comer.
De pronto la calma parecía que se iba a agotar. El Den Den Mushi que le habían dado a Derian empezó a sonar cuando estaba hablando con Meneror y le avisaron de que recibirían apoyo por parte del otro Shichibukai. Podía escuchar la conversación, sus oídos eran realmente finos. "¿Ayuda? Si esto está en calma." Pensaba mientras se levantaba, para sacudirse el trasero. Miro a sus dos compañeros con una sonrisa, cuando de pronto empezó a sonar una alarma ensordecedora. No entendía que pasaba, pero entonces lo vio. Desde el agua estaban saliendo multitud de hombres peces sabrosos, algo que le abrió el apetito al joven Asder. El pescado significaba para él la vida, algo con lo que disfrutar, con lo que alimentarse... Era sin duda la comida favorita del Shichibukai.
- ¡¡Uoohhh!! ¡Más pescado! ¡¡Shion, Juanma, comida a domicilio!! - Gritaba con entusiasmo mientras sus ojos se abrían como platos.
De repente, Juanma se lanzó a la espalda de Asder, convirtiéndose en una especie de león armadura dorado, con cabello de la cabeza rojo. Eso le daba al pirata unas increíbles habilidades, más fuerza, velocidad, resistencia... Sin duda era mucho más poderoso. De repente, Shion también se lanzó a la espalda del Shichibukai, transformándose en una chaqueta que al ponérsela, surgió un breve humo que no dejó ver el cuerpo de Asderdeker.
Al desaparecer, ahora era un hombre nuevo, si se le podía llamar hombre. Su cuerpo era de pelaje blanco, con cabeza de caballo y un cuerno en la frente, larga melena color arco iris. Su musculatura había aumentado y sus piernas parecían las de un caballo, con una larga cola en el trasero. A la espalda, dos grandes alas blancas se alzaban. Ahora tenía muchísimo más poder, fusionado con Juanma y Shion era casi imparable. Su aspecto era parecido al de un animal mitológico. Empezó a correr a por los gyojin, con intenciones de devorarlos vivos si hacía falta, pero entonces algo captó su atención, su mantra le avisó de un gran poder.
En el mar se elevaron dos absurdamentes gigantescas serpientes marinos, reyes del mar que soltaban un gran hedor ha pescado. Los ojos del pirata se abrieron aún más, las babas empezaban a brotar de su boca, resbalando por su barbilla y llegando a gotear al suelo. Se había quedado quieto, su sueño estaba delante de sus narices, ya era la hora de cumplirlo y nadie le pararía. Las ganas de devorar enterito a alguno de esas dos monstruosidades le dio un inmenso poder. Sus piernas y brazos se empezaron a rodear de un aura rojiza y flameante, a la vez que de un aura azulada y giratoria como el viento.
[Wind Soul y Fire Soul]
Aquel aura flameante quemaba lo que tocaba y el otro, cortaba. Las alas de su espalda le ayudaron a levantar el vuelo y con una velocidad desmesurada empezó a volar hacia las criaturas. Un tipo con espada estaba atacando a una al igual que Meneror, usando el poder de su fruta. Asderdeker iría a por el otro, sería su comida, los pescados de antes solo fueron un pequeño entrante minimalista, y los gyojin dejaron de llamarle la atención. Ahora se dirigía hacia su presa con sus ojos fijados en el objetivo. "Devorar".
Llevó sus dos puños hacia atrás cargadas con el aura, mientras su cuerpo se volvía de color negro, imbuyéndose en haki armadura Nivel 3. Su mantra le avisó de una abrumadora fuerza que estaba cerca, pero no le dio importancia (Nat y su haki del Rey, pero para Asder es más importante la comida.).Sus brazos brillaban y de cada vez estaba más cerca de su objetivo, iba a aplastar a aquella bestia para luego comérsela el solito. Esperaba que nadie más atacara a su presa. Estaba frente a la cabeza de aquel rey marino y lanzó sus dos puños con desmesurada fuerza hacia el cráneo de aquella serpiente pescado.
- Explosive Soul: ¡Raionburö! ¡¡Boom~!! [AMF]
Aquel golpe iba directo a dejar K.O a su cena. Aquel poder era demasiado, crearía una explosión enorme, que llegaría a los oídos de todos los que estaban en el puerto del Nuevo Mundo. Aquella explosión haría que las llamas y el viento de los brazos de Asder se dirigiesen también a por su enemigo. Era una increíble explosión de 40m de radio, esperaba que fuese lo suficiente para tumbar a la bestia.
Tras ese ataque su cuerpo seguiría imbuido en Haki armadura. Si no había funcionado, trataría de sobrevolar por encima de la bestia y ver por que zona podría volver a atacar. Seguiría activado su haki de observación Nivel 3 y por si las moscas, sus sensores de movimiento de los ojos también. De todas formas, al acabar su ataque, fuese como fuese, marcaría su territorio.
- ¡¡¡Esta cena es mía y de nadie más!!!
- Aclaración:
Puedo hacer explosiones de 12m + mi ámbito lv 2 que hace las explosiones del ámbito de lv 1 el doble de poderosas (24m). Eso más el Boom de mi fruta, se duplica. 48m. Pero no lo uso con mi máximo poder.
- Resumen:
Acabo de comer, veo a los gyojin y me entra apetito. Me fusiono con mis dos familiares. Veo a las serpientes marinas. Ataco a la que no esté recibiendo daño. (Dado que no se si Shun y Meneror están atacando a la misma).
NOTA: Todos los del puerto de la Zona del Nuevo Mundo deberían leer mi mensaje, ya que es algo "significativo" por decirlo de alguna forma.
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Después de unos momentos aquellos marines empezaron a correr a otra dirección, el castaño miró hacia atrás para ver a sus compañeros. Sin embargo lo que vio fue peor, del mar empezaban a salir bastantes Gyojines. La guerra ya había comenzado y en frente de sus narices, las posibilidades eran varias o seguir al resto y luchar o separarse. No pensaba seguirlos, no era un marine, lo mejor era meterse en el puerto e internarse para investigar. Por ello hizo una pequeña señal a sus hombres y fue cada vez más lento hasta que aquellas personas siguieron su camino, miró a los dos y levantó levemente la mirada sonriéndoles y dándoles las órdenes.
- Vamos troncos, nos internaremos en la zona del puerto, allí podremos investigar algo mejor por nuestra cuenta, la guerra contra los Gyojines no es cosa nuestra. Además Lugh y yo tenemos facilidad para hacernos pasar por marines…
Dijo recordando la vez que se conocieron, que fue infiltrándose juntos en un torneo por parejas de un luchador y un espadachín. Ahora continuó corriendo de forma tranquila y tratando de ir al puerto, era su primer ataque revolucionario a una isla del gobierno y estaba bastante nervioso, pero era lo que tocaba. Llevó la mano suavemente a Gin Kiba, acariciándola muy despacio mientras ojeaba a su alrededor con el haki de observación activado por si ocurría cualquier cosa. Debía estar listo en caso de que atacaran a uno de sus hombres o a él mismo, también le convenía para evadir presencias muy peligrosas.
La verdad es que no lo hacía nada mal, también tenía huevos la cosa que la primera misión del Escuadrón 7 fuera una jodida infiltración en la isla del gobierno mundial en plena guerra. Los superiores debían odiarles o algo así por qué de lo contrario ni de coña les mandarían a esa misión, además de que no eran espías. De todas formas aquello ya estaba hecho y no podía quejarse, pero se alegraba de tener a sus aliados consigo, de modo que ahora hizo otra señal para colarse en el puerto rápidamente mientras los marines se distraían con los Gyojines que atacaban la isla.
- Vamos troncos, nos internaremos en la zona del puerto, allí podremos investigar algo mejor por nuestra cuenta, la guerra contra los Gyojines no es cosa nuestra. Además Lugh y yo tenemos facilidad para hacernos pasar por marines…
Dijo recordando la vez que se conocieron, que fue infiltrándose juntos en un torneo por parejas de un luchador y un espadachín. Ahora continuó corriendo de forma tranquila y tratando de ir al puerto, era su primer ataque revolucionario a una isla del gobierno y estaba bastante nervioso, pero era lo que tocaba. Llevó la mano suavemente a Gin Kiba, acariciándola muy despacio mientras ojeaba a su alrededor con el haki de observación activado por si ocurría cualquier cosa. Debía estar listo en caso de que atacaran a uno de sus hombres o a él mismo, también le convenía para evadir presencias muy peligrosas.
La verdad es que no lo hacía nada mal, también tenía huevos la cosa que la primera misión del Escuadrón 7 fuera una jodida infiltración en la isla del gobierno mundial en plena guerra. Los superiores debían odiarles o algo así por qué de lo contrario ni de coña les mandarían a esa misión, además de que no eran espías. De todas formas aquello ya estaba hecho y no podía quejarse, pero se alegraba de tener a sus aliados consigo, de modo que ahora hizo otra señal para colarse en el puerto rápidamente mientras los marines se distraían con los Gyojines que atacaban la isla.
- Resumen:
- Optar por la opcion de separarnos del grupo marine y meternos a investigar en el puerto
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Pero que sinvergüenzas, esos tipos no solo pasaban de él, encima se ponían a disparar como locos sobre los pobres Vongola. El pelirrojo no tardó en saltar hacia atrás y esconderse tras la roca, no sin antes llevarse una herida de roce en el hombro y unos agujeros en la parte inferior de la espalda del abrigo. Al saltar esta se quedó suspendida y esos malvados la habían agujereado un poco, ahora la mirada del ex delincuente miraba su preciosa ropa con una expresión seria. Acto seguido asomó la cabeza muy despacio para ver como el jefe se cargaba una bala enorme y seguía liberando personas, la gaseosa con patas también lo hacía, no entendía como el gas ese no olía mal. Se pensaba que precedía de la cueva negra de su compañero, pero ahora no lo usaba al parecer. Ahora el crío la armó llamándoles secuestradores, eso hizo que este saliera de su escondite y se subiera a la roca de nuevo con el Jutte en la mano.
- Chico no te consiento que mientas como una perra malvada, si llamas secuestradores a tus amigos es que no estás bautizado y eso es pecado. Por el poder del señor ¡Yo bendigo tu alma impura!
De repente uno de aquellos tipos se lanzó a por el pobre pelirrojo, este frunció el ceño al ver que ese maldito usurpador se negaba a sentir los rezos. Eso enfadó al caballero y sin duda alguna estampó su arma en la cabeza de ese tipo, clavándole en el suelo con una violencia increíble mientras gruñía. Los ojos del hombre quedaron blancos y algo de sangre salió de su cabeza, ese era el castigo por haber hecho lo que hizo, ahora pudo ver como el peliblanco se lanzaba a por el tío de la pistola explosiva. Mirando los cultivos, el hombre del abrigo pudo ver una cebolla, eso hizo que abriera la boca de forma exagerada y corrió a por ella, colocándola en el suelo y poniéndose de rodillas ante ella mientras pasaba de todo. Era marroncita y con pelos, además de tener unas hierbas verdes en la parte superior, hizo un gesto de oración y empezó a hablar con ella.
- Me llevare a la cebolla Anabel al cocido, servida con una porción de patatas debe estar realmente deliciosa, de eso no me cabe duda. Espero que el señor la acoja en su seno una vez el alma haya sido devorada, creo que lo mejor ahora mismo será cantarle una canción a esta bella comida que voy a ingerir el domingo por la noche a la hora de la cena.
- Chico no te consiento que mientas como una perra malvada, si llamas secuestradores a tus amigos es que no estás bautizado y eso es pecado. Por el poder del señor ¡Yo bendigo tu alma impura!
De repente uno de aquellos tipos se lanzó a por el pobre pelirrojo, este frunció el ceño al ver que ese maldito usurpador se negaba a sentir los rezos. Eso enfadó al caballero y sin duda alguna estampó su arma en la cabeza de ese tipo, clavándole en el suelo con una violencia increíble mientras gruñía. Los ojos del hombre quedaron blancos y algo de sangre salió de su cabeza, ese era el castigo por haber hecho lo que hizo, ahora pudo ver como el peliblanco se lanzaba a por el tío de la pistola explosiva. Mirando los cultivos, el hombre del abrigo pudo ver una cebolla, eso hizo que abriera la boca de forma exagerada y corrió a por ella, colocándola en el suelo y poniéndose de rodillas ante ella mientras pasaba de todo. Era marroncita y con pelos, además de tener unas hierbas verdes en la parte superior, hizo un gesto de oración y empezó a hablar con ella.
- Me llevare a la cebolla Anabel al cocido, servida con una porción de patatas debe estar realmente deliciosa, de eso no me cabe duda. Espero que el señor la acoja en su seno una vez el alma haya sido devorada, creo que lo mejor ahora mismo será cantarle una canción a esta bella comida que voy a ingerir el domingo por la noche a la hora de la cena.
- Resumen-chan:
- Regañar al enano, coger una cebolla, vendecirla y cantarle una cancion religiosa sobre el poder de Dios
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Menos mal que Haine al menos si había bebido con él, Eris y Mark no lo habían hecho, malditos capullos de barrio, no sabían apreciar el amor de una buena birra. El peliblanco se había apropiado de la botella por el momento, Ban iba con los ojos cerrados cuando de repente escuchó al luchador decir que iba a vaciar un tanque o algo así. El devastador se quedó callado y siguió a lo suyo, pero tras cinco segundos miró al hombre de pelo azul y se asomó para qué demonios estaba haciendo. Su tono de piel se puso morado en lugar de rojo y abrió la boca para soltar un grito de pánico acercándose al líder con miedo mientras se quejaba señalando al dragón azul.
- ¡Haine-san! ¡Haine-san! ¡Haine-san! ¡Haine-saaaaaaaaaaaaaaaan! Mira lo que está haciendo ¡Ese hombre está muy loco!
Tras unos momentos se calmó, aquel mastodonte por fin había terminado de mear, el castaño rezaba por qué el viento no le diera por arrastrar aquella sustancia hasta ellos. La verdad es que ese tipo de cosas le acojonaban, volvió a su sitio despacio mientras llevaba la mano a la frente quitándose el sudor debido al miedo. No le quitaba la vista de encima al musculoso ser, ni siquiera parpadeaba, de repente notó como de forma disimulada se limpiaba en la alfombra con toda confianza…
- ¡Aaaaaaaaaaaaaah!!! ¡Aaaaaaaaah! ¡Haine-saaaaaaaan! ¡Haine-saaaaaaaan! ¡Mira lo que ha hecho!
El pobre Ban iba acojonado con aquel hombre al lado, ya ni se atrevía a tocar la alfombra y se puso de cuclillas tocando la tela con las botas. Cuando después llegaron bajó de aquello y se puso junto al líder de forma tranquila, estaba algo pedo ya pese a todo y cuando le devolvieron su cerveza volvió a beber de ella. Acto seguido pudo ver como un castor se le acercaba, vestía con un kimono blanco y una cinta roja en la cabeza, el color del animal era marrón, pegó un suspiro y miró al devastador de forma seria, después empezó a hablarle.
- Ban Ban Ban Ban… recuerda que debes seguir al grupo, pero ten cuidado con el koala Andrés, he oído que sigue por estos lares y quiere tu pupila. De modo que ten mucho cuidado amigo.
- E-entiendo…
- Eres un buen chico, yo ahora debo irme, sigue mis enseñanzas y algún día serás un gran guerrero como yo, un saludo del Castro Abraham.
Puto loco, el castaño estaba ya hasta viendo alucinaciones, después escuchó al albino y sonrió con el rostro enrojecido. Si un agente de la ley los pillaban, debían dejarle hablar a él, pues menos mal, después de unos momentos se puso a seguir a los demás con la mano derecha en su bolsillo y llevando su palo en la otra.
- ¡Haine-san! ¡Haine-san! ¡Haine-san! ¡Haine-saaaaaaaaaaaaaaaan! Mira lo que está haciendo ¡Ese hombre está muy loco!
Tras unos momentos se calmó, aquel mastodonte por fin había terminado de mear, el castaño rezaba por qué el viento no le diera por arrastrar aquella sustancia hasta ellos. La verdad es que ese tipo de cosas le acojonaban, volvió a su sitio despacio mientras llevaba la mano a la frente quitándose el sudor debido al miedo. No le quitaba la vista de encima al musculoso ser, ni siquiera parpadeaba, de repente notó como de forma disimulada se limpiaba en la alfombra con toda confianza…
- ¡Aaaaaaaaaaaaaah!!! ¡Aaaaaaaaah! ¡Haine-saaaaaaaan! ¡Haine-saaaaaaaan! ¡Mira lo que ha hecho!
El pobre Ban iba acojonado con aquel hombre al lado, ya ni se atrevía a tocar la alfombra y se puso de cuclillas tocando la tela con las botas. Cuando después llegaron bajó de aquello y se puso junto al líder de forma tranquila, estaba algo pedo ya pese a todo y cuando le devolvieron su cerveza volvió a beber de ella. Acto seguido pudo ver como un castor se le acercaba, vestía con un kimono blanco y una cinta roja en la cabeza, el color del animal era marrón, pegó un suspiro y miró al devastador de forma seria, después empezó a hablarle.
- Ban Ban Ban Ban… recuerda que debes seguir al grupo, pero ten cuidado con el koala Andrés, he oído que sigue por estos lares y quiere tu pupila. De modo que ten mucho cuidado amigo.
- E-entiendo…
- Eres un buen chico, yo ahora debo irme, sigue mis enseñanzas y algún día serás un gran guerrero como yo, un saludo del Castro Abraham.
Puto loco, el castaño estaba ya hasta viendo alucinaciones, después escuchó al albino y sonrió con el rostro enrojecido. Si un agente de la ley los pillaban, debían dejarle hablar a él, pues menos mal, después de unos momentos se puso a seguir a los demás con la mano derecha en su bolsillo y llevando su palo en la otra.
- Resumen:
- Quejarse a haine sobre lo que hace mark, quejarse de nuevo acojonado, ver a animales que le hablan debido al alcohol y seguir al lider
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La cosa se ponía muy divertida en aquel barco, un tipo se atrevió a sacar una pistola y a apuntar al capitán Kaiser con ella, ese loco no iba a durar mucho. El pelirrojo se puso en medio sin miedo sonriendo de forma enfermiza y colocó su mano en medio, cuando el disparo sonó, la bala cayó a otro lado. El haki armadura de la bestia de Atesaki había parado ese pequeño trozo de metal con facilidad, acto seguido se dispuso a matarlo pero el tiburón blanco se le adelantó. Eso provocó que Bisutomaru mirase a Cánabar de reojo y se relamiera despacio, ya estaba quitándole las presas de nuevo, no solo le bastaba con proteger al rubio, ahora a un tipo con pistola, pero encima lo había matado él. Eso no era justo pero lo único que hizo el megalodón fue sonreír de lado observando la situación.
Genial, no solo había pasado eso, además ahora bastantes tipos empezaban a atacar, iban a por ellos, no podía permitir que atacaran a los demás. ¿Por qué? Eran suyos, solo él los podría matar y nadie más, de modo que ahora empezó a reír, se fijó en que unos cuantos iban a por la orca y decidió usar su habilidad. Se giró dándoles la espalda a los enemigos y miró cara a cara a Dios, después sonrió de nuevo ampliamente y abrió la boca. Una pequeña chispa de energía se formó en esta, después se dio la vuelta y pegó un grito mientras de su boca surgía un enorme chorro de agua como si de una cascada fuese, en pocos segundos haría muchísima agua. Por el momento solo podía hacer que el agua llegara por los tobillos en barcos pequeños, pero con eso bastaría para hacer ataques.
Después de eso pudo ver como les atacaban, sonrió de lado corriendo hacia ellos en plan suicida para cuando estaba cerca de ellos tratar de saltar hacia atrás. Se llevó algunos cortes de dos tipos a los que se acercó, pero gracias al agua pegó dos patadas para tratar de empaparlos simplemente, después todo estaría listo para Kaiser. Saltó hacia atrás de nuevo sangrando por el brazo derecho y por el abdomen, pero algunos cortes los había evadido con el haki armadura. Ahora estiró los brazos hacia delante y los chocó con fuerza produciendo un brillo azulado, acto seguido soltó una carcajada y de sus puños surgió un tiburón de cuatro metros de alto y dos de largo. Estaba hecho de energía cortante y se lanzó contra el resto de enemigos sin compasión.
No sabía si les iba a dar, pero lo hiciera o no, permanecería junto al resto sonriendo de lado ignorando sus heridas por los cortes llevados, aunque escocían un poco. Había tratado de dejarlo lo más fácil posible para su capitán y los demás, era increíble lo que era capaz de hacer para que esos idiotas no le quitaran sus presas, solo él podía matar a Lugh, Sawaki y Kamemaru. En todo el ataque no había dejado de tener aquella mirada enfermiza y sádica, era todo un depredador y temible ser. Se cruzó de brazos esperando a que el resto atacaran desde larga distancia o aprovecharan el agua que había vomitado por la boca gracias a su técnica especial, la cual era muy útil.
Genial, no solo había pasado eso, además ahora bastantes tipos empezaban a atacar, iban a por ellos, no podía permitir que atacaran a los demás. ¿Por qué? Eran suyos, solo él los podría matar y nadie más, de modo que ahora empezó a reír, se fijó en que unos cuantos iban a por la orca y decidió usar su habilidad. Se giró dándoles la espalda a los enemigos y miró cara a cara a Dios, después sonrió de nuevo ampliamente y abrió la boca. Una pequeña chispa de energía se formó en esta, después se dio la vuelta y pegó un grito mientras de su boca surgía un enorme chorro de agua como si de una cascada fuese, en pocos segundos haría muchísima agua. Por el momento solo podía hacer que el agua llegara por los tobillos en barcos pequeños, pero con eso bastaría para hacer ataques.
Generación de agua: Habilidad Ofensiva
Después de eso pudo ver como les atacaban, sonrió de lado corriendo hacia ellos en plan suicida para cuando estaba cerca de ellos tratar de saltar hacia atrás. Se llevó algunos cortes de dos tipos a los que se acercó, pero gracias al agua pegó dos patadas para tratar de empaparlos simplemente, después todo estaría listo para Kaiser. Saltó hacia atrás de nuevo sangrando por el brazo derecho y por el abdomen, pero algunos cortes los había evadido con el haki armadura. Ahora estiró los brazos hacia delante y los chocó con fuerza produciendo un brillo azulado, acto seguido soltó una carcajada y de sus puños surgió un tiburón de cuatro metros de alto y dos de largo. Estaba hecho de energía cortante y se lanzó contra el resto de enemigos sin compasión.
Tiburón Gigante [AMF]
No sabía si les iba a dar, pero lo hiciera o no, permanecería junto al resto sonriendo de lado ignorando sus heridas por los cortes llevados, aunque escocían un poco. Había tratado de dejarlo lo más fácil posible para su capitán y los demás, era increíble lo que era capaz de hacer para que esos idiotas no le quitaran sus presas, solo él podía matar a Lugh, Sawaki y Kamemaru. En todo el ataque no había dejado de tener aquella mirada enfermiza y sádica, era todo un depredador y temible ser. Se cruzó de brazos esperando a que el resto atacaran desde larga distancia o aprovecharan el agua que había vomitado por la boca gracias a su técnica especial, la cual era muy útil.
- Resumen:
- Parar el tiro hacia kaiser con haki en la mano, recibir daños de los atacantes, usar una habilidad de apoyo y lanzar un AMF a los que van por los de Atesaki
Nemonic
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Kaito nos comentó que expulsáramos a los intrusos, aunque seguramente hubiera actuado al primer ataque de aquellos intrusos, era un alivio que el líder del gremio nos diera la orden para acabar con ellos. Sentí a varias presencias, unas 20 o 30, bueno, no estaba mal para empezar y aunque notaba que eran algo débiles, nunca se sabía, podían tener algún as bajo la manga que desconocíamos. También nos comentó Kaito que no dañáramos el barco, algo que podía ser más difícil, pero lo intentaría, si no las reparaciones saldrían de mi bolsillo y eso era algo, que me dolía mas que romper el barco. - Bien, nos encaremos de los intrusos, pero del barco no prometo nada - dije seriamente.
- Vamos no seáis tímidos, quien va a ser el primero - dije amenazando a los intrusos.
Me comencé a transformar en mi forma hibrida, creciendo hasta los dos metros y medio de altura, me empezaron a salir cuernos, uno en la cabeza en punta y otro en la nariz en forma de "Y". El cuerpo se volvió más resistente, gracias al exoesqueleto de mi zoan y con cuatro brazos, dos más de los que tenía, que salían del torso. En los antebrazos aparecieron cuatro caparazones del tamaño de rodelas, en forma de escudo. Otra parte de la transformación, era la espalda, que se recubrió casi en su totalidad de un caparazón bastante duro, escondiendo en su interior las alas.
De repente dos espadachines me atacaron casi a la vez, pero gracias al haki de observación y a mi gran agilidad, atrapé con mis manos de los brazos superiores, sendas espadas sin que me produjeran daño, gracias al guante inferno. Agarrando las espadas fuertemente, tire de ellas hacía mí, haciendo que los espadachines se desestabilizaran y mientras caían les di un buen puñetazo en el mentón, lanzándolos fuera del barco. - Ya son dos menos - dije algo en tono burlón, - vamos a por ellos muchachos, son gyojin bastante débiles- dije animando al grupo y en ese momento, vi como Kaito creaba una protección de fuego, para que no subieran más enemigos a cubierta o si subían, tuvieran unas quemaduras algo dolorosas.
Detecte un grupo de 5 Gyojin cerca de la popa, por lo que me lancé volando hacia a ellos a toda velocidad, colocando los escudos de mis cuatros brazos por delante, a modo de ariete, impactando contra ellos con una fuerza sobrehumana y empujándolos fuera del barco a gran velocidad. En ese momento imbuí mi cuerpo con frio, condensando el agua de la niebla que estaba a mí alrededor, dejando a 3 Gyojin visibles. - Vamos Sinclair, dale caña a estos ahora que los ves - le dije a Sinclair, ya que al no poseer haki, le era más difícil pelear en la niebla. Del resto se encargarían Edward y Sinclair. Después de eso, volvería junto a Kaito y esperaría órdenes, con el haki activo por si acaso.
- Vamos no seáis tímidos, quien va a ser el primero - dije amenazando a los intrusos.
Me comencé a transformar en mi forma hibrida, creciendo hasta los dos metros y medio de altura, me empezaron a salir cuernos, uno en la cabeza en punta y otro en la nariz en forma de "Y". El cuerpo se volvió más resistente, gracias al exoesqueleto de mi zoan y con cuatro brazos, dos más de los que tenía, que salían del torso. En los antebrazos aparecieron cuatro caparazones del tamaño de rodelas, en forma de escudo. Otra parte de la transformación, era la espalda, que se recubrió casi en su totalidad de un caparazón bastante duro, escondiendo en su interior las alas.
De repente dos espadachines me atacaron casi a la vez, pero gracias al haki de observación y a mi gran agilidad, atrapé con mis manos de los brazos superiores, sendas espadas sin que me produjeran daño, gracias al guante inferno. Agarrando las espadas fuertemente, tire de ellas hacía mí, haciendo que los espadachines se desestabilizaran y mientras caían les di un buen puñetazo en el mentón, lanzándolos fuera del barco. - Ya son dos menos - dije algo en tono burlón, - vamos a por ellos muchachos, son gyojin bastante débiles- dije animando al grupo y en ese momento, vi como Kaito creaba una protección de fuego, para que no subieran más enemigos a cubierta o si subían, tuvieran unas quemaduras algo dolorosas.
Detecte un grupo de 5 Gyojin cerca de la popa, por lo que me lancé volando hacia a ellos a toda velocidad, colocando los escudos de mis cuatros brazos por delante, a modo de ariete, impactando contra ellos con una fuerza sobrehumana y empujándolos fuera del barco a gran velocidad. En ese momento imbuí mi cuerpo con frio, condensando el agua de la niebla que estaba a mí alrededor, dejando a 3 Gyojin visibles. - Vamos Sinclair, dale caña a estos ahora que los ves - le dije a Sinclair, ya que al no poseer haki, le era más difícil pelear en la niebla. Del resto se encargarían Edward y Sinclair. Después de eso, volvería junto a Kaito y esperaría órdenes, con el haki activo por si acaso.
- Resumen:
Activo el haki y hecho del barco a 7 Gyojing, condenso la niebla de mi alrededor, para que Sinclair vea a 3 Gyojin y dejo les dejo el resto a los demas, esperando ordenes de Kaito
Aoi Sasaki
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Akuma no mi
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El barco al que estaba perdiendo ayuda no era nada mas ni nada menos que Max, el cual ya había vivido una aventura, y a su lado se encontraba la Señorita Grimm que también nos habíamos encontrado en alguna ocasión.
Antes de subir a su barco recogi mis armas, las cuales eran la espada del caos, aunque antes eran dos, pero el cazador me quito una de ellas, las garras de acero, la escopeta y el bate mi arma favorita, también tenia metido en una bolsa mi nuevo objeto que tenia, era una especie de ropa que se camuflaba.
Una vez en su barco Max me acepto y le digo a la señorita a que vaya a por alimentos:
-Hombre Max, cuanto tiempo, ¿Qué haces por aquí?- mientras sonreía- y usted señorita, me alegra volver a verla.
Pero de pronto a nuestro lado se encontraba un barco que al parecer se estaba hundiendo, las personas que viajaban en aquel medio de transporte se estaban lanzando al mar para poder salvar sus vidas. Max y la señorita Grimm se querían lanzar al mar para rescatarlos, aunque de repente el mar empezó teñirse de n rojo sangre y burbujas.
Un chico de pelo verde salto desde el barco al nuestro, pero por otro lado un gyogin venia a atacarnos, Max saco sus espadas para atacarle, yo para ayudarle saque mi espada del caos, y salte con intención de darle en el estomago. [AMF]
Antes de subir a su barco recogi mis armas, las cuales eran la espada del caos, aunque antes eran dos, pero el cazador me quito una de ellas, las garras de acero, la escopeta y el bate mi arma favorita, también tenia metido en una bolsa mi nuevo objeto que tenia, era una especie de ropa que se camuflaba.
Una vez en su barco Max me acepto y le digo a la señorita a que vaya a por alimentos:
-Hombre Max, cuanto tiempo, ¿Qué haces por aquí?- mientras sonreía- y usted señorita, me alegra volver a verla.
Pero de pronto a nuestro lado se encontraba un barco que al parecer se estaba hundiendo, las personas que viajaban en aquel medio de transporte se estaban lanzando al mar para poder salvar sus vidas. Max y la señorita Grimm se querían lanzar al mar para rescatarlos, aunque de repente el mar empezó teñirse de n rojo sangre y burbujas.
Un chico de pelo verde salto desde el barco al nuestro, pero por otro lado un gyogin venia a atacarnos, Max saco sus espadas para atacarle, yo para ayudarle saque mi espada del caos, y salte con intención de darle en el estomago. [AMF]
Qiang Jing
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Akuma no mi
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Las cosas se complican, al haber sido tan descuidados los descubren los guardias, aunque más bien puede ser culpa del mocoso que les acompaña, llorón infante del demonio. Los guardias, armados habitualmente con látigos lanzan ráfagas de disparos hacia los miembros de la Vongola, Ryohei los recibe sin daño pues su cuerpo es metálico, el tío raro recibe una herida de refilón y unos bonitos agujeros en su capa. Ryohei se encarga de cortar la bala de cañón antes de que llegue cerca de los suyos, el rarito recrimina a Ushi el llamarlos secuestradores, cosa que hace que Ugetsu se piense el darle una colleja al enano para ver si entra en razón. Mientras las balas de los guardias simplemente atraviesan el cuerpo del joven que tiene la habilidad de una akuma no mi del tipo logia. Eso no descarta que le moleste el hecho de que le disparen, la verdad es lo que más rabia le causa de todo lo que ha sucedido. El joven desenvaina dos de sus espadas y se lanza a por todo guardia cercano, guardia que se le cruza guardia que pierde la cabeza, por suerte parecen no haberse dado cuenta de su condición de logia, por lo que todos los ataques simplemente cruzan un cuerpo gaseoso. |~Como quieras Ryohei~| Responde a las palabras del jefe de la mafia mientras el pelirrojo noquea a uno de los guardias y se pone a cantarle un rezo a una cebolla. Todo muy raro, pero el joven sigue a lo suyo.
Blood Rain: Lluvia de sangre[AF]
Blood Rain: Lluvia de sangre[AF]
- Resumen:
- Ser atravesado por las balas sin daño. Seguir lo dicho por Ryohei y cortar cuellos de guardias menores.
Kyros Blight
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La cápsula de escape fue su salvación, pero igualmente no había sido perfectamente diseñada. Quizás fuera por el hecho de que solo podía usarse una vez y no pudieron probar si funcionaba correctamente, pero en cualquier caso eso enfurecía al Tenryuubito. El medio de transporte se estrelló contra el asfalto y él salió rodando unos metros de la cápsula, poniéndose de pie inmediatamente para mantener algo de dignidad y observar la situación. —¡Hogar, dulce hogar!— gritó Kyros a pleno pulmón mientras alzaba los brazos al cielo. Se suponía que esa cápsula tenía que llevarla hasta su palacio, pero por el contrario le había llevado hasta una calle cualquiera. Daba igual, los Gyojins no iban a llegar hasta allí por lo que eso era totalmente seguro. Sin embargo las calles estaban desiertas, estaba claro que los demás Tenryuubitos habían sido evacuados o estaban escondidos como ratas en sus casas. Pero sonreía, aunque estuviera sólo había vuelto a casa y cuando terminara la guerra podría empezar a entrenar sus nuevas habilidades.
Pero se dio cuenta de que no estaba totalmente solo, sino que varias personas estaban allí. Pensó que seguramente serían agentes del gobierno o marines por el simple hecho de que era imposible que los Gyojins ya estuvieran allí y además tuvieran aspecto humano. —¡Mi nombre es Kyros Blight, de la noble familia de los Blight!— gritó presentándose, era importante que los soldados supieran que no era la amenaza sino lo que había que proteger. Esperaba que su mente no fuera tan corta de no darse cuenta de que era un Tenryuubito, pero decidió no arriesgarse y seguir explicando. —¡He regresado a Tierra Sagrada tras un viaje de dos largos años! ¡Como Tenryuubito que soy os ordeno que me informéis de cuál es vuestra tarea aquí y del completo estado de la ciudad! ¿Ha quedado alguien en la zona? ¿Dónde está vuestro superior? Ya sabéis, toda esa información para... garantizar mi seguridad.— Sus palabras sonaban como órdenes, y en verdad lo eran, pero carecían del "tono" que otros Tenryuubitos utilizaban y que daban ganas de partirles la boca. Quizás a Kyros hubiera que partírsela por ser lo que era, pero a pesar de lo que había pedido no daba tanta repugnancia como el resto.
Tras eso miró a su alrededor buscando localizarse. Lo importante era llegar hasta su casa y, de no haber nada o nadie, buscar la protección de alguien muy fuerte en el cuartel de la marina por ejemplo. —¡Qué suerte tenéis de estar aquí, en Tierra Sagrada, en lugar de abajo muriendo por el puerto! Por tanto, dejad de perder el tiempo e informarme ya de lo que está ocurriendo.— y sin haberlo planeado, le había salido un pareado. Pero vaya, que quizás el hecho de que su cuerpo se elevara un metro del suelo y el Tenryuubito se sentara sobre sus propias piernas cruzando estas la una con la otra... Desde luego ese Tenryuubito era peculiar, no era el simple Tenryuubito que se valía de los demás... Aunque de momento, si alguien lo amenazaba, tendría que valerse del Almirante de Flota que quizás se encontraba a tan solo unas decenas de metros de su posición. Esto iba a ser divertido.
Pero se dio cuenta de que no estaba totalmente solo, sino que varias personas estaban allí. Pensó que seguramente serían agentes del gobierno o marines por el simple hecho de que era imposible que los Gyojins ya estuvieran allí y además tuvieran aspecto humano. —¡Mi nombre es Kyros Blight, de la noble familia de los Blight!— gritó presentándose, era importante que los soldados supieran que no era la amenaza sino lo que había que proteger. Esperaba que su mente no fuera tan corta de no darse cuenta de que era un Tenryuubito, pero decidió no arriesgarse y seguir explicando. —¡He regresado a Tierra Sagrada tras un viaje de dos largos años! ¡Como Tenryuubito que soy os ordeno que me informéis de cuál es vuestra tarea aquí y del completo estado de la ciudad! ¿Ha quedado alguien en la zona? ¿Dónde está vuestro superior? Ya sabéis, toda esa información para... garantizar mi seguridad.— Sus palabras sonaban como órdenes, y en verdad lo eran, pero carecían del "tono" que otros Tenryuubitos utilizaban y que daban ganas de partirles la boca. Quizás a Kyros hubiera que partírsela por ser lo que era, pero a pesar de lo que había pedido no daba tanta repugnancia como el resto.
Tras eso miró a su alrededor buscando localizarse. Lo importante era llegar hasta su casa y, de no haber nada o nadie, buscar la protección de alguien muy fuerte en el cuartel de la marina por ejemplo. —¡Qué suerte tenéis de estar aquí, en Tierra Sagrada, en lugar de abajo muriendo por el puerto! Por tanto, dejad de perder el tiempo e informarme ya de lo que está ocurriendo.— y sin haberlo planeado, le había salido un pareado. Pero vaya, que quizás el hecho de que su cuerpo se elevara un metro del suelo y el Tenryuubito se sentara sobre sus propias piernas cruzando estas la una con la otra... Desde luego ese Tenryuubito era peculiar, no era el simple Tenryuubito que se valía de los demás... Aunque de momento, si alguien lo amenazaba, tendría que valerse del Almirante de Flota que quizás se encontraba a tan solo unas decenas de metros de su posición. Esto iba a ser divertido.
- Resumen:
- Indico que soy
superior a ellosun tenryuubito de la familia de los Blight y les pido que cuenten todo lo que está pasando. Dejo en sus manos el hecho de que hablen o no.
- KASAN, KOGATO, VAGADUS, LEÓN:
- ¡¡Leed mi post pls!! ¡Estoy cerca de vosotros y os solicito información!
Sí, soy un Tenryuubito.No me matéis.
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Akuma no mi
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Conmoción, tras la bronca al jovenzuelo que se pasa el rato observándole el trasero a su compañera de trabajo el agente de la gran espada se dirige a un punto en el que vigilar lo que pueda suceder en aquel paso. De pronto el número de agentes del lugar se incrementa, un hombre que de pronto cambia su forma de vestir alerta a todos de la llegada de los gyojins. |~Mierda…No podía llegar después o simplemente rendirse…~| Piensa el albino mientras lleva su mano a su espalda y toma de ella la enorme espada que descansa allí. Listo y preparado para la acción, no quería luchar en defensa de los que él desprecia, pero le toca, de lo contrario estaría en serios apuros. El hombre del aviso, que ahora viste de negro se lanza a por los seres acuáticos arma en mano para retenerlos, tratando de eliminarlos a todos a base de disparos. La verdad es realmente ágil, pero el peliblanco no se quedará sin divertirse, dado que tiene que estar allí pues mejor que luche y se entretenga machacando peces. Su mirada se torna seria y fría, como si analizara al detalle todos y cada uno de los que vayan a intentar pasar por donde él se encuentra. Pero surge un problema, el barco de los turistas, donde había revolucionarios infiltrados, empieza a vaciarse, siendo que todos los que se encontraban en él se marchan hacia el puerto, lo que sería una masacre, y complica las actuaciones de Shibou. No tiene intenciones de matar a inocentes, y aquello causa una confusión, no logra moverse con soltura sin dañar a nadir por el tamaño de su arma, y tampoco puede usar du técnica, esa causaría la muerte de muchos, sean enemigos o aliados, la verdad es que no quiere emplearla salvo que se vea obligado.
En mitad de carrera ve como el hombre de la pistola se dirige directo a por una especie de pez abismal, pero se detiene en seco tras ver la silueta del Almirante Minato, no es que Shiroi les tenga aprecio a los Almirantes, pero sabe que en esa situación contar con uno con ellos le viene bien, pero lo que no le agrada para nada es el discurso que suelta, hablando de que salvar esa tierra salvaría la vida de sus familias, palabras que calan hondo en el agente, pero que no causan en él para nada una buena sensación. El hombre aprieta la empuñadura de su arma y la agita para sacarse ese mal sentimiento de encima y que no se percaten de su aversión a esas palabras. Cuando vuelve a tomar su camino nota que caen gotas de un líquido rojizo de su espada, seguramente haya acabado con la vida de alguien, echa una ojeada atrás y ve a un hombre tumbado, no le da mucha importancia, ni se fija en demasía, pero por lo que vio tenía el cabello violáceo, algo muy extraño y que llamó la atención del joven pero por poco tiempo, el hombre de que avisó a todos se abalanzó a por la gran criatura lanzándole un potente ataque. El albino simplemente se dedicó a lanzar cortes amplios a todo grupo de gyojins que se acercara a su posición.
Halfmoon World[AF]
En mitad de carrera ve como el hombre de la pistola se dirige directo a por una especie de pez abismal, pero se detiene en seco tras ver la silueta del Almirante Minato, no es que Shiroi les tenga aprecio a los Almirantes, pero sabe que en esa situación contar con uno con ellos le viene bien, pero lo que no le agrada para nada es el discurso que suelta, hablando de que salvar esa tierra salvaría la vida de sus familias, palabras que calan hondo en el agente, pero que no causan en él para nada una buena sensación. El hombre aprieta la empuñadura de su arma y la agita para sacarse ese mal sentimiento de encima y que no se percaten de su aversión a esas palabras. Cuando vuelve a tomar su camino nota que caen gotas de un líquido rojizo de su espada, seguramente haya acabado con la vida de alguien, echa una ojeada atrás y ve a un hombre tumbado, no le da mucha importancia, ni se fija en demasía, pero por lo que vio tenía el cabello violáceo, algo muy extraño y que llamó la atención del joven pero por poco tiempo, el hombre de que avisó a todos se abalanzó a por la gran criatura lanzándole un potente ataque. El albino simplemente se dedicó a lanzar cortes amplios a todo grupo de gyojins que se acercara a su posición.
Halfmoon World[AF]
- Resumen:
- Se mueve hacia adelante para ayudar a los demás desenvainando su espada. Sacudida del arma para qu eno se notara su enojo con las palabras el almirante. Mirar atrás al ver sangre en su arma y ver a un hombre de cabellos violáceos.
Yumiko Mei
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Akuma no mi
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Sigo mi camino por el puerto y el joven parece acompañarme. Su nombre es Rhaegel, bastante bonito nombre para un joven de su calibre y al parecer había sido la primera persona en besarle. Al oír su frase me sonrojé y seguí caminando por el puerto con la mirada hacía abajo y esbozando una sonrisa ante su frase. En un momento, el tiempo cambió completamente, la lluvia empezó a volverse cada vez más fuerte y la visibilidad disminuya, no podía distinguir a 10 metros de mi. Seguía con el haki de observación activado y empezaba a sentir una extraña presencia, algo iba a pasar y se sentían demasiadas almas a mi alrededor. La niebla empezaba a dificultar la visibilidad aún más y al parecer, el mar estaba hirviendo, o al menos eso se veía debido a la gran cantidad de burbujas que de este salían. Por otro lado, se podía ver una gran mancha negra en el mar y muchas almas acercándose, almas poco benévolas, parecían buscar sangre y venganza.
Poco tiempo después, esa mancha parece pararse y miles de peces salen del agua, no eran peces como tal, parecían más bien peces humanizados o modificados. Tenían apariencias humanas pero con muchos rasgos marinos, eran extremadamente extraños. Algunos cayeron de nuevo al agua después de los balazos que salieron del puerto, pero muchos otros ya se encontraban entre nosotros. Estaban atacando a las otras personas que estaban en el puerto, entre ellos, se encontraba el capitán del barco en el que habíamos venido, que estaba siendo atacado por un gyojin de su tamaño, pero parecía poder plantarle cara con sus habilidades con la espada. Hay un hombre pegando patadas y mientras, en el otro lado se podía ver a otro lanzando ¿canicas? contra los gyojins. Era muy extraño, eso era lo de menos, había una chica atacando con dibujos, algo fuera de lo normal, no sabía si estaba soñando o era real, lo único que tenía claro es que mantenerme en ese lugar iba a ser muy muy peligroso. Era el momento de salir de ahí. Unos ruidos empezaron a sonar, como si fueran sirenas de alarma, eso se estaba tornando en todo un campo de batalla y yo estaba implicada en ello.
Cuando estaba a punto de coger Rhaegel por la mano y salir pitando del puerto, sentí una extraña presencia a mi espalda y me giré, era un gran hombre pez como los demás cargando con un ancla contra nosotros. Eso tenía que pesar al menos una tonelada, pensé en ese momento, tenía que hacer algo antes de ser golpeada y por suerte, podía hacerlo, su movimiento era bastante lento. Tomé mi arco y canalicé mi energía por su interior, dejando ver un aura azul oscura, seguidamente, tomé dos flechas y apunté a la cabeza de ese monstruo. Salté con fuerza, imbuí las flechas en haki de armadura y las disparé a sus dos ojos, o lo que parecían ser sus globos oculares, no estaba muy acostumbrada a pelear contra peces.
Full Power-Speed Arrows+Busoushoku Haki[Nivel 2][AF]
El hombre pez terminó golpeando con su gran hacha en el suelo y cuando caí del salto, sentí la onda expansiva de su choque recorrer todo mi cuerpo, me caí al instante y sentí un dolor atravesando mi cuerpo por completo. Esperaba que el hombre pez estuviera muerto, de lo contrario, mi esfuerzo habría sido nulo. Tras ese dolor, me levanté con cierta dificultad y grité esperando una respuesta de Rhaegel, yo me iría de ahí lo más rápido posible y de ser así, por los ascensores que había visto nada más salir del barco. Creía saber donde se encontraban, pero no estaba totalmente segura, puesto que la niebla lo cubría todo.
-¡Rhaegel, nos vemos en los ascensores!-Grité con fuerza, casi dejándome la voz en ello, si me oía sería perfecto, pero lo dudaba, los estruendos de la batalla no dejaban que mi voz se propagara como yo quería.
Salí corriendo en dirección a los ascensores y una vez estuviera cerca, intentaría entrar en uno y usarlo para subir a la ciudad magna, ahí sería mucho más seguro estar, que en esa playa cubierta de hombres pez. Por otro lado, sentía cierta necesidad de que debía subir a la ciudad, era un presentimiento de que tenía que hacerlo, no sabía el porque, pero algo me inspiraba a subir a esa ciudad llena de nobles, que probablemente sería el campo de batalla de esta guerra. Mi curiosidad había aumentado considerablemente con ese presentimiento y sería muy difícil pararme, puesto que ante todo, lo mejor era curiosear. Mi arco se encontraba aún con esa aura azul y probablemente seguiría así unos minutos más, las flechas que había disparado eran mucho más potentes y deberían haber acabado con ese hombre pez gigante. Mi cabeza estaba pensando en Rhaegel en ese momento y en su situación, no quería dejarlo solo, pero no me podía permitir estar más tiempo en esa zona infestada de bichos.
Poco tiempo después, esa mancha parece pararse y miles de peces salen del agua, no eran peces como tal, parecían más bien peces humanizados o modificados. Tenían apariencias humanas pero con muchos rasgos marinos, eran extremadamente extraños. Algunos cayeron de nuevo al agua después de los balazos que salieron del puerto, pero muchos otros ya se encontraban entre nosotros. Estaban atacando a las otras personas que estaban en el puerto, entre ellos, se encontraba el capitán del barco en el que habíamos venido, que estaba siendo atacado por un gyojin de su tamaño, pero parecía poder plantarle cara con sus habilidades con la espada. Hay un hombre pegando patadas y mientras, en el otro lado se podía ver a otro lanzando ¿canicas? contra los gyojins. Era muy extraño, eso era lo de menos, había una chica atacando con dibujos, algo fuera de lo normal, no sabía si estaba soñando o era real, lo único que tenía claro es que mantenerme en ese lugar iba a ser muy muy peligroso. Era el momento de salir de ahí. Unos ruidos empezaron a sonar, como si fueran sirenas de alarma, eso se estaba tornando en todo un campo de batalla y yo estaba implicada en ello.
Cuando estaba a punto de coger Rhaegel por la mano y salir pitando del puerto, sentí una extraña presencia a mi espalda y me giré, era un gran hombre pez como los demás cargando con un ancla contra nosotros. Eso tenía que pesar al menos una tonelada, pensé en ese momento, tenía que hacer algo antes de ser golpeada y por suerte, podía hacerlo, su movimiento era bastante lento. Tomé mi arco y canalicé mi energía por su interior, dejando ver un aura azul oscura, seguidamente, tomé dos flechas y apunté a la cabeza de ese monstruo. Salté con fuerza, imbuí las flechas en haki de armadura y las disparé a sus dos ojos, o lo que parecían ser sus globos oculares, no estaba muy acostumbrada a pelear contra peces.
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El hombre pez terminó golpeando con su gran hacha en el suelo y cuando caí del salto, sentí la onda expansiva de su choque recorrer todo mi cuerpo, me caí al instante y sentí un dolor atravesando mi cuerpo por completo. Esperaba que el hombre pez estuviera muerto, de lo contrario, mi esfuerzo habría sido nulo. Tras ese dolor, me levanté con cierta dificultad y grité esperando una respuesta de Rhaegel, yo me iría de ahí lo más rápido posible y de ser así, por los ascensores que había visto nada más salir del barco. Creía saber donde se encontraban, pero no estaba totalmente segura, puesto que la niebla lo cubría todo.
-¡Rhaegel, nos vemos en los ascensores!-Grité con fuerza, casi dejándome la voz en ello, si me oía sería perfecto, pero lo dudaba, los estruendos de la batalla no dejaban que mi voz se propagara como yo quería.
Salí corriendo en dirección a los ascensores y una vez estuviera cerca, intentaría entrar en uno y usarlo para subir a la ciudad magna, ahí sería mucho más seguro estar, que en esa playa cubierta de hombres pez. Por otro lado, sentía cierta necesidad de que debía subir a la ciudad, era un presentimiento de que tenía que hacerlo, no sabía el porque, pero algo me inspiraba a subir a esa ciudad llena de nobles, que probablemente sería el campo de batalla de esta guerra. Mi curiosidad había aumentado considerablemente con ese presentimiento y sería muy difícil pararme, puesto que ante todo, lo mejor era curiosear. Mi arco se encontraba aún con esa aura azul y probablemente seguiría así unos minutos más, las flechas que había disparado eran mucho más potentes y deberían haber acabado con ese hombre pez gigante. Mi cabeza estaba pensando en Rhaegel en ese momento y en su situación, no quería dejarlo solo, pero no me podía permitir estar más tiempo en esa zona infestada de bichos.
- Resumen:
- Trato de atravesar la cabeza del Gyojin con mi técnica de manual y el haki de armadura y me dirijo hacía los ascensores y de ser posible, intentaría subir a la ciudad. De no ser posible ver a Rhagel, subiría igualmente, mi curiosidad puede conmigo.
- Para Rhaegel:
- Si quieres, puedes seguirme o ir en solitario, yo ando en busca de sigilo, así que como veas.
Drako Hyrule
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Tras haber bajado del barco, algunos de mis compañeros bajaron a esperar a los demás conmigo. Todo estaba tranquilo, aunque muchos de los marines de la zona estaban muy alborotados, iban de un lugar a otro corriendo, con las espadas, los trabucos, las pistolas... en general las armas en las manos. No parecía que fuese a ocurrir nada pero había que estar atentos en todo momento.
En cierto momento, nuestro último compañero asomó por la cubierta del barco. Cando escuché sus palabras, supe perfectamente que le había ocurrido, se había quedado dormido. La verdad era que me había parecido haberlo visto con anterioridad, aunque no se en que lugar exacto, pero daba igual.
-Buenos días compañero, por ahora no hay problemas.- Le dije con voz amable.
Caminaba no muy nervioso por el puerto, observando el paisaje, cuando en cierto momento comenzó a llover. No me gustaba mucho la lluvia, aunque tampoco me repugnaba, si no que prefería tener un día soleado. Estas gotas de agua nos dificultaban la visión, pero no era problema, o al menos no mucho.
No le presté mucha atención tampoco a esta. En un momento poco esperado, unas sirenas comenzaron a sonar, y con motivo. Junto a estas, se empezaron a oír fuertes pitidos y estruendos de cañones y morteros. Tras escuchar todo esto, me quedé alarmado, ¿qué estaba ocurriendo? Me giré con rapidez y pude ver a una gran horda de gyojins salvajes. Frente a mi cayeron varios de estos del cielo, y sin persarselo dos veces intentaron golpearme.
Imbuí ambos antebrazos en haki de armadura y tras bloquear sus ataques, creé un muñeco vudú y usando su ayuda transformé solamente dos de mis brazos en paja superresistente (5 en escala de mohs) y mis dedos en clavos de metal. Con la transformación de estos, los intenté atravesar con la punta de los clavos (dedos) por la parte del pecho. Tras esto, di un amplio salto hacia atras.
Con la respiración ya un poco acelerada, miré de reojo al mar, mirando por si se aproximaban más gyojins, pero lo único que pude divisar era un par de barcos de la marina, y otro un tanto distinto, pero no le presté mucha atención.
En cierto momento, nuestro último compañero asomó por la cubierta del barco. Cando escuché sus palabras, supe perfectamente que le había ocurrido, se había quedado dormido. La verdad era que me había parecido haberlo visto con anterioridad, aunque no se en que lugar exacto, pero daba igual.
-Buenos días compañero, por ahora no hay problemas.- Le dije con voz amable.
Caminaba no muy nervioso por el puerto, observando el paisaje, cuando en cierto momento comenzó a llover. No me gustaba mucho la lluvia, aunque tampoco me repugnaba, si no que prefería tener un día soleado. Estas gotas de agua nos dificultaban la visión, pero no era problema, o al menos no mucho.
No le presté mucha atención tampoco a esta. En un momento poco esperado, unas sirenas comenzaron a sonar, y con motivo. Junto a estas, se empezaron a oír fuertes pitidos y estruendos de cañones y morteros. Tras escuchar todo esto, me quedé alarmado, ¿qué estaba ocurriendo? Me giré con rapidez y pude ver a una gran horda de gyojins salvajes. Frente a mi cayeron varios de estos del cielo, y sin persarselo dos veces intentaron golpearme.
Imbuí ambos antebrazos en haki de armadura y tras bloquear sus ataques, creé un muñeco vudú y usando su ayuda transformé solamente dos de mis brazos en paja superresistente (5 en escala de mohs) y mis dedos en clavos de metal. Con la transformación de estos, los intenté atravesar con la punta de los clavos (dedos) por la parte del pecho. Tras esto, di un amplio salto hacia atras.
Con la respiración ya un poco acelerada, miré de reojo al mar, mirando por si se aproximaban más gyojins, pero lo único que pude divisar era un par de barcos de la marina, y otro un tanto distinto, pero no le presté mucha atención.
- RESUMEN:
- Me reencuentro con mis compañeros y saludo a Noc, que se había quedado dormido. Tras esto, doy un par de vueltas por el puerto hasta el ataque gyojin. Con esto, dos gyojins me atacan e intento matarlos (digo intento porque no se si se les podía hacer acciones cerradas) y al retroceder veo el barco de Drake.
Worick L. Arcangelo
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Parecía que incluso en una situación como aquella no había nada que me apasionase especialmente; y sin saber como acabé en un callejón tirado sobre un colchón de gran calidad, no entendía porque estaba allí pero en verdad lo agradecía. Sin darle demasiadas vueltas me eché allí durante un buen rato, tanto fue que incluso logre dormirme por unos minutos y tuve un desagradable sueño en el que disfrutaba de una bonita copa junto a Kaede en un bar, pero era demasiado bonito para ser verdad y no tardo en aparecer mi peor pesadilla, el cabezota de Ryuta que sin preguntar si quiera tomó sitio en nuestra mesa y empezó a importunar a Kaede con diversos comentarios soeces. Antes de que me diera cuenta Kaede ya no estaba a la mesa, entonces Ryuta ocupaba su lugar y empezaba a hablar conmigo de una forma algo coqueta, era algo tétrico y repugnante, decía cosas como: " Ven aquí tonto, qué te enseñe cual es mi fuerza" o " Oye, porque no te acercas un poco y me echas una mano. "
Realmente era una situación de lo más incómoda, pero por si esto no fuese suficiente una música cuanto menos agradable empezó a sonar en el lugar:
Entonces Ryuta se me acercó y se me insinuó de manera aun más directa, incluso llego a pedirme que saliera a bailar con él, entonces grité y salí corriendo. Tropecé y por suerte para mí todo era un sueño y desperté de aquella desagradable pesadilla, aunque la canción aun resonaba en el interior de mi cabeza, estaba en aquel colchón y me había despertado un pequeño bulto que sentía bajo mi mano. Quería ver que era aquello, pero me quede atontado mirando las nubes, ellas de verdad eran libres y podían hacer lo que les viniera en gana, al fin y al cabo tenían todo el cielo para ellas solas. Después de salir de aquel "trance" me acerqué para ver que era aquel bulto, parecía que había algo en el interior del colchón y realmente me picaba la curiosidad por ver que había en el interior, pero debía ir con ojo si el colchón estaba allí tal vez fuera por ese bulto. Preparé una de mis dagas y con gran precisión rasgué evitando el bulto para no dañarlo, quién sabe igual algún noble escondía allí sus grandes riquezas...
Realmente era una situación de lo más incómoda, pero por si esto no fuese suficiente una música cuanto menos agradable empezó a sonar en el lugar:
Entonces Ryuta se me acercó y se me insinuó de manera aun más directa, incluso llego a pedirme que saliera a bailar con él, entonces grité y salí corriendo. Tropecé y por suerte para mí todo era un sueño y desperté de aquella desagradable pesadilla, aunque la canción aun resonaba en el interior de mi cabeza, estaba en aquel colchón y me había despertado un pequeño bulto que sentía bajo mi mano. Quería ver que era aquello, pero me quede atontado mirando las nubes, ellas de verdad eran libres y podían hacer lo que les viniera en gana, al fin y al cabo tenían todo el cielo para ellas solas. Después de salir de aquel "trance" me acerqué para ver que era aquel bulto, parecía que había algo en el interior del colchón y realmente me picaba la curiosidad por ver que había en el interior, pero debía ir con ojo si el colchón estaba allí tal vez fuera por ese bulto. Preparé una de mis dagas y con gran precisión rasgué evitando el bulto para no dañarlo, quién sabe igual algún noble escondía allí sus grandes riquezas...
- Resumen:
- Me sobo en el colchón, tengo una pesadilla, me despierto y noto el bulto. La curiosidad me corroe y acabo rompiendo el colchón para ver qué es.
Roland von Klauswitz
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La lluvia caía cada vez con más fuerza, como si el mismo cielo intentase darle un toque extra de tensión y dramatismo a la situación. El edificio que debía proteger medía aproximadamente unos cincuenta metros de largo y parecía estar completamente cerrado. Se preguntaba si le correspondería a él utilizar el arma llegado el momento. Esperaba que no pues la tecnología se le daba todo lo mal que se le puede dar a un árbol. De pronto, el inconfundible sonido de la pólvora resonó por todo el muelle. El ambiente se plagó del estruendo alejado de los continuos disparos, señal de que la batalla había comenzado por fin. Por unos instantes incluso se hizo la ilusión de que la lucha no llegara a producirse, de que solo fuera una simple amenaza. Sin embargo, el hecho de poder escuchar los cañonazos desde tan lejos le indicaba que la batalla sería más cruenta incluso de lo que había supuesto.
Pero mientras tanto, su deber era proteger y eso es lo que haría. El hombre-árbol subió a lo alto del edificio gracias a sus ramas, un lugar desde el cual tenía una buena panorámica del puerto, excepto por la lluvia y la creciente niebla. Una vez allí adoptó su forma completa, convirtiéndose en un imponente roble. Era lo bastante alto como para que quienes lo conocieran pudieran localizarle fácilmente, aunque no creía que nadie más se fijara especialmente en un árbol con la que había liada. Fue entonces cuando lo vio. Si mal no recordaba, el hombre que se iba acercando a su posición era un revolucionario, uno junto al que ya había combatido no hacía mucho. Sin duda la noche vivida en la isla de Sunaba había tenido curiosas consecuencias y una de ellas parecía ser la extraña simpatía que aquel tipo mostraba por un marine como él. No es que Kodama tuviese un problema con los revolucionarios, pero el hecho de ver allí a uno de ellos le desconcertaba. Se suponía que la Marina había tomado precauciones para evitar su intrusión.
El marine volvió a su forma humana y escuchó desconfiado como Fel..., Flu... el revolucionario le contaba como había dejado de formar parte de esa facción para colaborar con la Marina en aquel día. Kodama no podía evitar sentirse desconfiado. Le resultaba de lo más extraño que alguien quisiera participar voluntariamente en aquel follón y menos que el Gobierno Mundial permitiera a un soldado del Ejército Revolucionario acceder tan al interior de Puerto Paraíso, fuese o no un desertor. Pero sus sospechas se vieron interrumpidas por un estruendo cercano, un intenso sonido de disparos seguidos de una lluvia de proyectiles dirigidos al almacén. -"Maldición." -pensó mientras generaba varias ramas. Si aquellas cosas explotaban allí sería un problema, especialmente porque no sabía qué era lo que había dentro del almacén.
El hombre-árbol usó sus ramas para formar con ellas media docena de pequeños "cañones". ¿Los proyectiles?, simples bellotas creadas por él mismo usando sus propias reservas de energía, disparadas como si fuesen ametralaldoras. Sin embargo esos insignificantes frutos impactaban con la potencia de balas, una potencia mucho mayor si las hacía girar previamente en el interior de esos cañones artificiales y les añadía su Haki. Con una salva de estos disparos, el capitán intentó hacer explotar todos los proyectiles antes de chocar con el edificio. Mientras tanto, con sus brazos "verdaderos" creó una buena cantidad de resina jabonosa, con la cual formó una burbuja lo más grande que pudo. Esta crecía poco a poco, pero no tardó en cubrir con ella el edificio al completo, quedando él justo encima e imbuyendo su Haki en ella para asegurarse de que no cediera fácilmente. Solo esperaba que todos los proyectiles estallasen o podría tener problemas.
-¿Quieres luchar por la justicia? Hazlo ahora. -exclamó dirigiéndose al "antiguo" revolucionario. Por desgracia para él, era un tipo un tanto confiado y no tenía tiempo para pararse a pensar si aquel tipo estaba o no contra él. Por el momento no veía porqué no podía confiar en él, pero lo mantendría vigilado. Mientras tanto ajustaría cuentas con el tirador. Kodama saltó en dirección a... ¿la enorme máquina armada que caía del cielo? -"Maldita sea, ¿qué diablos es eso?" -Supuso que eso daba igual, sería más fácil rebanarlo sin más y preocuparse luego. El Roble desenvainó sus dos espadas y las unió por los mangos. Luego las hizo girar de forma que era capaz de mover el aire a su alrededor. Iba a realizar uno de sus ataques con aire, consistente en lanzar un potente y destructivo mini-tornado dirigido hacia su adversario. Entonces detuvo el giro de sus espadas y lanzó su ataque.
Dansu Toboku: Tatsumaki Hou + Haki armadura Nivel 2 [AF]
Pero mientras tanto, su deber era proteger y eso es lo que haría. El hombre-árbol subió a lo alto del edificio gracias a sus ramas, un lugar desde el cual tenía una buena panorámica del puerto, excepto por la lluvia y la creciente niebla. Una vez allí adoptó su forma completa, convirtiéndose en un imponente roble. Era lo bastante alto como para que quienes lo conocieran pudieran localizarle fácilmente, aunque no creía que nadie más se fijara especialmente en un árbol con la que había liada. Fue entonces cuando lo vio. Si mal no recordaba, el hombre que se iba acercando a su posición era un revolucionario, uno junto al que ya había combatido no hacía mucho. Sin duda la noche vivida en la isla de Sunaba había tenido curiosas consecuencias y una de ellas parecía ser la extraña simpatía que aquel tipo mostraba por un marine como él. No es que Kodama tuviese un problema con los revolucionarios, pero el hecho de ver allí a uno de ellos le desconcertaba. Se suponía que la Marina había tomado precauciones para evitar su intrusión.
El marine volvió a su forma humana y escuchó desconfiado como Fel..., Flu... el revolucionario le contaba como había dejado de formar parte de esa facción para colaborar con la Marina en aquel día. Kodama no podía evitar sentirse desconfiado. Le resultaba de lo más extraño que alguien quisiera participar voluntariamente en aquel follón y menos que el Gobierno Mundial permitiera a un soldado del Ejército Revolucionario acceder tan al interior de Puerto Paraíso, fuese o no un desertor. Pero sus sospechas se vieron interrumpidas por un estruendo cercano, un intenso sonido de disparos seguidos de una lluvia de proyectiles dirigidos al almacén. -"Maldición." -pensó mientras generaba varias ramas. Si aquellas cosas explotaban allí sería un problema, especialmente porque no sabía qué era lo que había dentro del almacén.
El hombre-árbol usó sus ramas para formar con ellas media docena de pequeños "cañones". ¿Los proyectiles?, simples bellotas creadas por él mismo usando sus propias reservas de energía, disparadas como si fuesen ametralaldoras. Sin embargo esos insignificantes frutos impactaban con la potencia de balas, una potencia mucho mayor si las hacía girar previamente en el interior de esos cañones artificiales y les añadía su Haki. Con una salva de estos disparos, el capitán intentó hacer explotar todos los proyectiles antes de chocar con el edificio. Mientras tanto, con sus brazos "verdaderos" creó una buena cantidad de resina jabonosa, con la cual formó una burbuja lo más grande que pudo. Esta crecía poco a poco, pero no tardó en cubrir con ella el edificio al completo, quedando él justo encima e imbuyendo su Haki en ella para asegurarse de que no cediera fácilmente. Solo esperaba que todos los proyectiles estallasen o podría tener problemas.
-¿Quieres luchar por la justicia? Hazlo ahora. -exclamó dirigiéndose al "antiguo" revolucionario. Por desgracia para él, era un tipo un tanto confiado y no tenía tiempo para pararse a pensar si aquel tipo estaba o no contra él. Por el momento no veía porqué no podía confiar en él, pero lo mantendría vigilado. Mientras tanto ajustaría cuentas con el tirador. Kodama saltó en dirección a... ¿la enorme máquina armada que caía del cielo? -"Maldita sea, ¿qué diablos es eso?" -Supuso que eso daba igual, sería más fácil rebanarlo sin más y preocuparse luego. El Roble desenvainó sus dos espadas y las unió por los mangos. Luego las hizo girar de forma que era capaz de mover el aire a su alrededor. Iba a realizar uno de sus ataques con aire, consistente en lanzar un potente y destructivo mini-tornado dirigido hacia su adversario. Entonces detuvo el giro de sus espadas y lanzó su ataque.
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- Acciones:
- Subir al edificio para observar el muelle - Ver a Flea y creerse su mentira - Defender el edificio del ataque de Erik con sus ramas y una gran burbuja que rodea al almacén (si la defensa tiene o no éxito ya no lo especifico) - Atacar al robot
Kidah95
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Oía como mis compañeros discutían sobre algo en concreto, no le daba ninguna importancia hasta que oí como Shiroi le decía a Leoshiro que dejará de mirar mi trasero -Será pervertido el niño este...-. Pensé mientras se me iba hinchando la yugular -Relájate Kidah, piensa en cosas bonitas y se te quitarán las ganas de darle una paliza-. Y eso hice, pensé en cosas preciosas y la arteria ya no se marcaba tanto en mi cuello sin embargo, las ganas que tenía de propinarle una bofetada bien fuerte eran incalculables pero me contuve y seguí como si nada hubiera pasado.
Empezó a entrar niebla a dentro del muelle y me dio un escalofrío al sentir con el mantra un montón presencias, con mi nivel de haki podía sentir a las personas en un radio reducido y dudaba mucho que fueran las personas del barco, tenía un mal presentimiento... Me levanté de golpe al oír la alarma de alerta y a un hombre gritar la llegada de los gyojins, el cual se quitó sus ropajes y llevaba una traje negro, era un agente del CP y empezó a disparar a los seres acuáticos -Esto ya no es divertido-. Pensé mientras me quedaba perpleja al ver tantos gyojins, nunca los había visto en persona y aún menos luchar con estos pero siempre hay una primera vez para todo. El barco donde estaban los revolucionarios se iba vaciando y los turistas que iban dentro salieron corriendo intentando salir de ahí pero afuera seguro que sería mucho peor que aquí, como dije antes, iba a ser una carnicería.
Me coloqué bien el vestido y saqué mis dos espadas que estaban ocultas bajo mi gabardina negra y empecé a moverme a 15m/s gracias a las botas de Hermes que llevaba puestas, acercándome a varios gyojines en un visto y no visto. A la velocidad que iba, les provocaba varios cortes unos más graves que otros con las espadas y así podría salvar a los máximos civiles que pudiera pero en eso, apareció un gyojin de lo más monstruoso, parecía un pez abisal y era la cosa más fea que había visto en mi vida. Tenía todas las intenciones de atacarnos sin embargo apareció un almirante, el cual no recordaba su nombre, hace poco había entrado al CP y no conocía a los almirantes. El almirante paró el ataque del monstruo y dándonos un buen discurso que me emocionó y a la vez me puso incómoda, pero se ganó mis respeto al salvarnos. Al menos teníamos un almirante con nosotros y no se nos haría tan pesado luchar con tantos pecezuelos.
Guardé las espadas y volví a moverme pero esta vez utilicé el soru y sumándolo con las botas de Hermes iba aún más rápido que antes, y atacando a los gyojins con el shigan, no dejaría que tomaran las vidas de inocentes así como así.
Soru + Botas de Hermes + Shigan [AMF]
Empezó a entrar niebla a dentro del muelle y me dio un escalofrío al sentir con el mantra un montón presencias, con mi nivel de haki podía sentir a las personas en un radio reducido y dudaba mucho que fueran las personas del barco, tenía un mal presentimiento... Me levanté de golpe al oír la alarma de alerta y a un hombre gritar la llegada de los gyojins, el cual se quitó sus ropajes y llevaba una traje negro, era un agente del CP y empezó a disparar a los seres acuáticos -Esto ya no es divertido-. Pensé mientras me quedaba perpleja al ver tantos gyojins, nunca los había visto en persona y aún menos luchar con estos pero siempre hay una primera vez para todo. El barco donde estaban los revolucionarios se iba vaciando y los turistas que iban dentro salieron corriendo intentando salir de ahí pero afuera seguro que sería mucho peor que aquí, como dije antes, iba a ser una carnicería.
Me coloqué bien el vestido y saqué mis dos espadas que estaban ocultas bajo mi gabardina negra y empecé a moverme a 15m/s gracias a las botas de Hermes que llevaba puestas, acercándome a varios gyojines en un visto y no visto. A la velocidad que iba, les provocaba varios cortes unos más graves que otros con las espadas y así podría salvar a los máximos civiles que pudiera pero en eso, apareció un gyojin de lo más monstruoso, parecía un pez abisal y era la cosa más fea que había visto en mi vida. Tenía todas las intenciones de atacarnos sin embargo apareció un almirante, el cual no recordaba su nombre, hace poco había entrado al CP y no conocía a los almirantes. El almirante paró el ataque del monstruo y dándonos un buen discurso que me emocionó y a la vez me puso incómoda, pero se ganó mis respeto al salvarnos. Al menos teníamos un almirante con nosotros y no se nos haría tan pesado luchar con tantos pecezuelos.
Guardé las espadas y volví a moverme pero esta vez utilicé el soru y sumándolo con las botas de Hermes iba aún más rápido que antes, y atacando a los gyojins con el shigan, no dejaría que tomaran las vidas de inocentes así como así.
Soru + Botas de Hermes + Shigan [AMF]
- Resumen:
- Sentir la presencia de los gyojins con el mantra, quedarme perpleja al ver tantos, atacar a unos cuantos gyojins e intentando salvar a los turistas, oír el discurso del almirante y volver a atacar a los gyojins con el shigan.
Break Baskerville
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Una calma sin igual invadía a Break, como si hubiese alcanzado el Nirvana sin siquiera proponérselo. La lluvia caía a su alrededor pero él apenas la notaba, no era consciente prácticamente de nada de lo que le rodeaba. Supuso que eso era a lo que se referían con lo de la calma antes de la tempestad. Sabía que iba a desatarse un infierno en cualquier momento pero, ¿a quién le importa? Si hubiese sido su problema tal vez estaría nervioso o algo por el estilo, pero en vez de eso estaba preparado para todo. Su mente analizaba posibilidades, cientos de ellas. Posibles escenarios así como todas las formas que se le ocurrían para salir con vida de ellos, algo más o menos sencillo teniendo en cuenta su habilidad. Sin duda la Jotai Jotai no mi era una amante generosa, pues ahora que la dominaba mejor no tenía dudas sobre poder enfrentarse a lo que fuera.
Fue entonces cuando lo oyó, un incesante burbujeo que se prolongó durante unos segundos. No necesitó mirar para saber de qué se trataba. El mar se había llenado literalmente de burbujas, cada una de ellas señalaba la posición de un enemigo, de una bestia sedienta de su sangre. Irónicamente, la superficie estaba llena de estas mismas bestias, solo que con una perspectiva diferente. Entonces, tan súbitamente que daba hasta miedo, las burbujas de detuvieron. Fue entonces cuando abrió los ojos, en el momento justo para ver como una horda inmensa de gyojins salían del agua en busca de la gloria, la muerte o lo que fuera que les impulsara a lanzar un ataque de tal magnitud. Eran miles, probablemente más de los que pudieran contar antes de caer la noche. Y todos ellos querían verles muertos. Se sentía halagado por el interés que aquella raza mostraba por su vida, por las de los demás humanos también pero esos no le importaban.
El cazador se quedó contemplando el avance de las variadas y coloridas criaturas, pensando en si de verdad la Marina podría frenar su avance o si acabarían siendo literalmente comida para peces. El estruendo de la alarma, sumado al de los continuos disparos comenzaba a ser molesto. Al menos podría disfrutar de un buen espectáculo, pues a parte de los curiosos hombres-pez, varios de los miembros del Ouka Shichibukai estaban dispuestos en ese puerto, aunque por ahora ninguno había hecho acto de presencia en el campo de batalla. Sin embargo él sí que tendría que hacerlo.
Cuando quiso darse cuenta, se vio rodeado por un pequeño grupo de gyojins armados y bastante variopintos. Lo cierto era que nunca había visto un gyojin así que tenía bastante curiosidad. No se imaginaba que serían tan similares a los humanos, aunque con una tonalidad diferente. Uno tras otro, los hombres-pez se lanzaron vanamente a por él. El rubio no pudo evitar sentir lástima por ellos, producto de la arrogante confianza que tenía en sí mismo.
-Aún estáis a tiempo de dar la vuelta. -advirtió. Sin embargo no parecían atender a razones, por lo que tendría que acabar con ellos. Una lástima. En décimas de segundo, casi instintivamente, trazó una breve y sencilla táctica. En su mente ya estaba todo muy claro, había pensado como librarse de ellos sin ensuciarse. En cuanto el primer ataque llegara hasta él, inmediatamente se convertiría totalmente en líquido, cayendo al suelo en forma de un pequeño charco. De esa forma sería fácil evadir sus ataques y simplemente aprovechar la confusión para colocarse a un par de metros a la espalda de uno de ellos, un tipo que empuñaba dos espadas y que intentaba cortarle con un ataque en forma de X. Parecía el más peligroso, así que no quería tenerlo de frente. En ese instante recompondría su cuerpo y posaría la mano suavemente sobre el adoquinado. En cuestión de un segundo evaporaría el suelo bajo los gyojins hasta que la roca gaseosa les cubriera por completo, momento en el cual lo solidificaría de nuevo dejándolos literalmente atrapados en el suelo. Teniendo en cuenta que parte de esa roca evaporada les entraría en los pulmones, lo más seguro era que quedasen asfixiados de inmediato. Algo sencillo y limpio.
-Henka Sekai: Solid Rock Cloud [AF]
Fue entonces cuando lo oyó, un incesante burbujeo que se prolongó durante unos segundos. No necesitó mirar para saber de qué se trataba. El mar se había llenado literalmente de burbujas, cada una de ellas señalaba la posición de un enemigo, de una bestia sedienta de su sangre. Irónicamente, la superficie estaba llena de estas mismas bestias, solo que con una perspectiva diferente. Entonces, tan súbitamente que daba hasta miedo, las burbujas de detuvieron. Fue entonces cuando abrió los ojos, en el momento justo para ver como una horda inmensa de gyojins salían del agua en busca de la gloria, la muerte o lo que fuera que les impulsara a lanzar un ataque de tal magnitud. Eran miles, probablemente más de los que pudieran contar antes de caer la noche. Y todos ellos querían verles muertos. Se sentía halagado por el interés que aquella raza mostraba por su vida, por las de los demás humanos también pero esos no le importaban.
El cazador se quedó contemplando el avance de las variadas y coloridas criaturas, pensando en si de verdad la Marina podría frenar su avance o si acabarían siendo literalmente comida para peces. El estruendo de la alarma, sumado al de los continuos disparos comenzaba a ser molesto. Al menos podría disfrutar de un buen espectáculo, pues a parte de los curiosos hombres-pez, varios de los miembros del Ouka Shichibukai estaban dispuestos en ese puerto, aunque por ahora ninguno había hecho acto de presencia en el campo de batalla. Sin embargo él sí que tendría que hacerlo.
Cuando quiso darse cuenta, se vio rodeado por un pequeño grupo de gyojins armados y bastante variopintos. Lo cierto era que nunca había visto un gyojin así que tenía bastante curiosidad. No se imaginaba que serían tan similares a los humanos, aunque con una tonalidad diferente. Uno tras otro, los hombres-pez se lanzaron vanamente a por él. El rubio no pudo evitar sentir lástima por ellos, producto de la arrogante confianza que tenía en sí mismo.
-Aún estáis a tiempo de dar la vuelta. -advirtió. Sin embargo no parecían atender a razones, por lo que tendría que acabar con ellos. Una lástima. En décimas de segundo, casi instintivamente, trazó una breve y sencilla táctica. En su mente ya estaba todo muy claro, había pensado como librarse de ellos sin ensuciarse. En cuanto el primer ataque llegara hasta él, inmediatamente se convertiría totalmente en líquido, cayendo al suelo en forma de un pequeño charco. De esa forma sería fácil evadir sus ataques y simplemente aprovechar la confusión para colocarse a un par de metros a la espalda de uno de ellos, un tipo que empuñaba dos espadas y que intentaba cortarle con un ataque en forma de X. Parecía el más peligroso, así que no quería tenerlo de frente. En ese instante recompondría su cuerpo y posaría la mano suavemente sobre el adoquinado. En cuestión de un segundo evaporaría el suelo bajo los gyojins hasta que la roca gaseosa les cubriera por completo, momento en el cual lo solidificaría de nuevo dejándolos literalmente atrapados en el suelo. Teniendo en cuenta que parte de esa roca evaporada les entraría en los pulmones, lo más seguro era que quedasen asfixiados de inmediato. Algo sencillo y limpio.
-Henka Sekai: Solid Rock Cloud [AF]
- Acciones:
- Evadir los ataques convirtiéndome en líquido - Ponerme tras ellos - Evaporar el suelo sobre el que están hasta que queden cubiertos - Solidificarlo de nuevo para intentar inmovilizarlos en la roca y asfixiarlos
NOTA: He puesto nomenclatura AF por la dificultad de evadirlo y de sobrevivir si tiene éxito más que por el poder del ataque en sí mismo, pues utiliza las técnicas básicas de la Akuma.
Eris Takayama
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Observó aquella alfombra ascender despacio por aquella pared. Porque más que un acantilado era una pared. ¿Qué manera tendrían de bajar por allí? Ni siquiera quiso preguntárselo en serio. Solo seguiría la alfombra, mirando de soslayo mientras subían aquella muralla. No estaban demasiado lejos y aparentemente no había nadie. ¿Tanto habían corrido los tipos esos para salvarse? Se puso en pie, andando despacio mientras veía todavía la alfombra moverse en dirección hacia aquella muralla, siguien ella el mismo recorriendo. Pero ella podía ir más deprisa, si se lo proponía. El tamaño no era un problema, ya lo había demostrado antes. Así que, antes siquiera de que ellos llegarán se movería hasta la misma muralla apoyando la frente en la misma. Sí, puede que llamara la atención una figura tratando de escuchar la muralla. Pero, ¿qué coño iba a escuchar ella si estaba sorda? De manera permanente tenía activado el mantra de observación mezclado con su propio poder, lo que lo convertía en un potente sonar. Ventajas de ser sorda, ya sabéis. No obstante, cuando se aseguró que pasada aquella muralla y hacia dentro no había nadie, cogió algo de impulso y… Saltó. Era más sencillo así que atreverse a cruzarla convertida en logia. Podrían haber escondido partículas de Kairoseki o cualquier porquería similar. Así que una vez dentro, los esperó, apoyada de forma discreta en una pared.
Observó la alfombra detenerse en lo más alto y alzó una ceja. Pero dado que les había observado tan desinibidos anteriormente, la mujer se esperaba cualquier cosa. Aunque no lo que pudo observar al ver como todos se bajaban de aquel transporte improvisado. En lo que se giró para situar a Gato, se dio cuenta de que todos habían pronunciado determinadas palabras. La dieron ganas de gritarles a todos. ¿Es que no les había avisado por activa y pasiva que si hacían eso, ella no podría escucharles. Así que se agachó al felino, mirándole. —En silencio, y despacio...— acarició el collar que llevaba, además del propio de cuero normal. En ellos no había insignia, por lo que quizás lo tomarían como una exótica mascota cualquiera. Y sin embargo, se giró para ver cómo los otros se movían. ¿Qué diantres hacían? Y aún así había podido observar algo mientras cruzaba. Una figura, contenta. Sí, o algo así… Eris no entendía muy bien cómo interpretar la sensación de júbilo. No obstante, la muchacha se acercaría a Mark discretamente, notando un sonido raro. —¿Qué es eso que oís a lo lejos?— preguntó en bajo. Quizás también pudieron escucharla los otros dos chicos. Claramente, se refería a aquella alarma que parecía sonar lejana. Algunas ondas entraban de forma tenue en su radio de captación y no era algo a lo que ella estuviera acostumbrada.
Antes de esperar una respuesta lógica, frunció los labios. —No quiero estar aquí cuando eso llegue— pues por la intensidad de la señal y la frecuencia en la que se movían, su cerebro lo interpretaba como alguna clase de aviso, de bocina. Nada preciso. Pero dado que aquel lugar parecía vacío y no es que fuera típico que Mariejoa lo estuviera, podría entenderse su inquietud. —¿Quizás debería ir a echar un vistazo por el resto de la ciudad de forma rápida. O al menos por las cercanías. Nos ahorraríamos alguna que otra mala pasada— dijo ella, todavía en un tono bajo mientras los miraba a todos intermitentemente. Si no lee los labios, no “escucha”.
Observó la alfombra detenerse en lo más alto y alzó una ceja. Pero dado que les había observado tan desinibidos anteriormente, la mujer se esperaba cualquier cosa. Aunque no lo que pudo observar al ver como todos se bajaban de aquel transporte improvisado. En lo que se giró para situar a Gato, se dio cuenta de que todos habían pronunciado determinadas palabras. La dieron ganas de gritarles a todos. ¿Es que no les había avisado por activa y pasiva que si hacían eso, ella no podría escucharles. Así que se agachó al felino, mirándole. —En silencio, y despacio...— acarició el collar que llevaba, además del propio de cuero normal. En ellos no había insignia, por lo que quizás lo tomarían como una exótica mascota cualquiera. Y sin embargo, se giró para ver cómo los otros se movían. ¿Qué diantres hacían? Y aún así había podido observar algo mientras cruzaba. Una figura, contenta. Sí, o algo así… Eris no entendía muy bien cómo interpretar la sensación de júbilo. No obstante, la muchacha se acercaría a Mark discretamente, notando un sonido raro. —¿Qué es eso que oís a lo lejos?— preguntó en bajo. Quizás también pudieron escucharla los otros dos chicos. Claramente, se refería a aquella alarma que parecía sonar lejana. Algunas ondas entraban de forma tenue en su radio de captación y no era algo a lo que ella estuviera acostumbrada.
Antes de esperar una respuesta lógica, frunció los labios. —No quiero estar aquí cuando eso llegue— pues por la intensidad de la señal y la frecuencia en la que se movían, su cerebro lo interpretaba como alguna clase de aviso, de bocina. Nada preciso. Pero dado que aquel lugar parecía vacío y no es que fuera típico que Mariejoa lo estuviera, podría entenderse su inquietud. —¿Quizás debería ir a echar un vistazo por el resto de la ciudad de forma rápida. O al menos por las cercanías. Nos ahorraríamos alguna que otra mala pasada— dijo ella, todavía en un tono bajo mientras los miraba a todos intermitentemente. Si no lee los labios, no “escucha”.
- Resumen:
- Accede a la ciudad como el resto. Hace que su felino la siga de cerca. Capta aquella señal de alarma y aquella figura feliz, pero no puede interpretar la señal de alarma por su sordera. Tampoco se entera del plan de sus compañeros por que parecen haber olvidado que si no lee los labios, no se entera de nada. Propone darse una vueltecita por las cercanías para ver si hay alguien. Tiene miedo.
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Increíble, su Haki le advirtió que todos sus nakamas lo seguían. Suspiró tranquilo mientras ahora se detenía en seco… Escuchaba los gritos de las personas, eran molestos y ni siquiera había muchos motivos ¿o sí? Observó como es que alguien volaba directo a los ascensores, por alguna extraña razón se le hacía conocido, de haberlo visto en algún lado, de manera fugaz lo recordó, era un Shichibukai un tal Jack Dralion Stark o algo así. Escuchó a lo lejos una explosión ahogada por las calles, se giró de forma rápida y se encontró con todos sus nakamas… faltaba Nemo “Este idiota se quedó en el barco, menudo animal.” pensó mientras ahora veía a dos criaturas gigantes salir del agua. La guerra al fin había empezado y ahora un nakama estaba atrás, miró a los que estaban, Hinori, Uracha, Worgluv y el del nombre impronunciable, podría contar con ellos mientras iba a buscar al que faltaba.
– Uracha, quedas a cargo mientras no esté… Cualquier cosa te comunicas conmigo por los auriculares. – dijo con un extraño tono autoritario, sabía que podía contar con él para dejar al grupo en buenas manos. – Según sé, Dexter está en el Puerto del Paraíso. Nos encontraremos allá, suerte y que no muera nadie. Confío en ustedes. – dichas aquellas palabras fue que empezó a correr en dirección al barco… No, para que se auto mentía iba rumbo a los Reyes Marinos.
Aceleró su paso para llegar al puerto, de nuevo, y ahí estaban aquellas dos bestias gigantes… ”No, no son gigantes… esas cosas son peces de un tamaño extra grande.” le corrigió su consciencia, soltó una leve risita mientras se daba cuenta de la situación. Gyojin salían y salían sin fin, y aparte en la zona de los ascensores veía a dos Shichibukais y a un Yonkaikyo… los conocía a los tres. A Derian porque tuvo un combate en donde perdió por paliza, al segundo Shichibukai lo reconocía de un extraño combate en el Coliseo de Dressrosa y al Yonkaikyo fue el tipo que lo ayudó en Sunaba, Meneror si su memoria no le fallaba. Su Kenbunshoku le advirtió de dos ataques, una patada a su cabeza y un espadazo en diagonal a su pecho, suspiró tranquilo mientras esquivaba aquellos dos ataques con facilidad. Acto seguido observó a sus dos rivales, eran Gyojin… No eran fuertes, suspiró para luego derrotar al espadachín con un puñetazo a su rostro y luego al otro que quedaba le lanzó una patada a sus costillas. Ambos cayeron al suelo, inconscientes.
El puerto era una batalla campal. Su cuerpo ardía de la emoción y la adrenalina estaba por las nubes. Observó con cierto asco como es que Derian se estaba comiendo a un Gyojin… Era un sujeto extraño pero era imposible negar su gran fuerza y habilidad con sus espadas. Su Haki nuevamente lo alertó de algo… una presencia poderosa que por unos segundos pareció haberse hecho gigante. “Este sitio está lleno de gente fuerte.” pensó con un gozo en el alma. Sin más fue que escuchó otra gran explosión, miró al lugar de origen para ver como alguien atacaba a un rey del Mar mientras otros atacaban al segundo. Midorima suspiró mientras ahora empezaba a correr para tener más acción, tenía el presentimiento que se le olvidaba algo pero… ahora defender la isla era más importante. Se frenó en seco y gritó a los cuatro vientos:
- ¡Vengan, estúpidos Gyojin! Los haré pedazos malditos peces sub desarrollados. – al finalizar sonrió de forma arrogante mientras se reía a carcajadas. No podía contenerlo, su éxtasis era muy grande. La guerra apenas estaba empezando, la que cambiará una era al completo ¿Quién iba a ganar? Los humanos ¿Razón? Eran la especie más fuerte.
– Uracha, quedas a cargo mientras no esté… Cualquier cosa te comunicas conmigo por los auriculares. – dijo con un extraño tono autoritario, sabía que podía contar con él para dejar al grupo en buenas manos. – Según sé, Dexter está en el Puerto del Paraíso. Nos encontraremos allá, suerte y que no muera nadie. Confío en ustedes. – dichas aquellas palabras fue que empezó a correr en dirección al barco… No, para que se auto mentía iba rumbo a los Reyes Marinos.
Aceleró su paso para llegar al puerto, de nuevo, y ahí estaban aquellas dos bestias gigantes… ”No, no son gigantes… esas cosas son peces de un tamaño extra grande.” le corrigió su consciencia, soltó una leve risita mientras se daba cuenta de la situación. Gyojin salían y salían sin fin, y aparte en la zona de los ascensores veía a dos Shichibukais y a un Yonkaikyo… los conocía a los tres. A Derian porque tuvo un combate en donde perdió por paliza, al segundo Shichibukai lo reconocía de un extraño combate en el Coliseo de Dressrosa y al Yonkaikyo fue el tipo que lo ayudó en Sunaba, Meneror si su memoria no le fallaba. Su Kenbunshoku le advirtió de dos ataques, una patada a su cabeza y un espadazo en diagonal a su pecho, suspiró tranquilo mientras esquivaba aquellos dos ataques con facilidad. Acto seguido observó a sus dos rivales, eran Gyojin… No eran fuertes, suspiró para luego derrotar al espadachín con un puñetazo a su rostro y luego al otro que quedaba le lanzó una patada a sus costillas. Ambos cayeron al suelo, inconscientes.
El puerto era una batalla campal. Su cuerpo ardía de la emoción y la adrenalina estaba por las nubes. Observó con cierto asco como es que Derian se estaba comiendo a un Gyojin… Era un sujeto extraño pero era imposible negar su gran fuerza y habilidad con sus espadas. Su Haki nuevamente lo alertó de algo… una presencia poderosa que por unos segundos pareció haberse hecho gigante. “Este sitio está lleno de gente fuerte.” pensó con un gozo en el alma. Sin más fue que escuchó otra gran explosión, miró al lugar de origen para ver como alguien atacaba a un rey del Mar mientras otros atacaban al segundo. Midorima suspiró mientras ahora empezaba a correr para tener más acción, tenía el presentimiento que se le olvidaba algo pero… ahora defender la isla era más importante. Se frenó en seco y gritó a los cuatro vientos:
- ¡Vengan, estúpidos Gyojin! Los haré pedazos malditos peces sub desarrollados. – al finalizar sonrió de forma arrogante mientras se reía a carcajadas. No podía contenerlo, su éxtasis era muy grande. La guerra apenas estaba empezando, la que cambiará una era al completo ¿Quién iba a ganar? Los humanos ¿Razón? Eran la especie más fuerte.
- Resumen:
- Divagaciones varias. Ir al puerto a "buscar" a Nemo, derrotar a dos Gyojin y quedarse viendo la guerra esperando a alguien fuerte.
Kokonoe Toru
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Sigo en la cubierta del barco mientras nos acercamos a tierra esperando las indicaciones de Kaito cuando un grupo de peces insensatos aborda la nave. Kaito nos dice que saquemos la basura del barco pero que los que no tuviesen mantra volasen para evitar problemas. Eso no es un problema ya que yo tengo mantra pero si llegara a no tenerlo volar me resultaría imposible. Justo después Kaito se deshace de unos cuantos gyojins que están cerca suya, a su vez el hombre escarabajo se deshace de otros tantos y deja unos tres por ahí. Por mi parte cojo en mano mi kusarigama que se envuelve en llamas mientras corto cabezas de peces antes de patearlos de vuelta al agua antes de salir del barco.
Ahora solo nos queda buscar algo que hacer en Tierra Santa por lo que espero las indicaciones de Kaito.
Ahora solo nos queda buscar algo que hacer en Tierra Santa por lo que espero las indicaciones de Kaito.
Bale D. Edward
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Akuma no mi
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Estábamos Liam, Kirk (nuestro nuevo navegante) y yo en un bote dirigiéndonos a Mariejoa, pues habíamos oído que iba a haber un evento significativo al que acudirían muchos hombres fuertes, nuestra intención era darnos a conocer como participantes en dicho evento (por no decir "ataque"), y , con suerte, hurtar algún que otro tesoro de los tenryuubitos, conocidos por ser la nobleza mundial, una raza superior colmada de riquezas y buenos tratos. La razón por la que íbamos en un bote era que el Feather (nuestro barco) había sufrido un accidente (causado por mi mal manejo del barco en mares impredecibles) y estaba siendo reparado en un puerto cercano. Delante nuestro se alzaba la Red Line, se podían oír las olas impactando con aquella masa de roca roja gigantesca, las cuales nos impulsaban en esa dirección, suerte que nuestro navegante, el "Capitán Kirk", tenía habilidad para manejar barcos e ir a contracorriente, porque sino, nos hubiéramos convertido en tortitas de Sky Pirates. Me giré hacia mis dos tripulantes y les dije:
¡Bueno nakamas! ¿Listos para dar a conocer a los Sky Pirates?
Ellos respondieron con una sonrisa, me alegraba tener a unos camaradas como ellos. Nos faltaba John, que, por razones que no recuerdo, no podía acudir. Tras un rato en el que no notamos ningún cambio ni problema en nuestra situación (cosa que no era cierta, pues una sombra en el agua llevaba debajo nuestro un rato, aunque no habíamos percibido su presencia), una niebla espesa nos cubrió a todos y nos dejó sin visión. Segundos después notamos un movimiento irregular en el bote, y nos dimos cuenta de que ya no estábamos en el agua. Miré por la borda de estribor y vi una extensión de lo que parecían pelos, pelos castaños y muy grandes. Mi curiosidad me pudo y arranqué uno de dichos pelos, esta acción fue seguida de otro movimiento repentino del bote, junto con un rugido, un rugido de una voz que parecía humana, pero que sonaba más grave y más fuerte. Entonces me di cuenta de la situación: ¡Estábamos encima de la cabeza de un gigante!
¡GIGANTE!
Desenfundé mis Bale Rifles y los cargué con munición perforante, luego apunté a la cabeza del gigante y disparé.
¡¡BALE RIFLES... DRILL BULLETS!!
Ataque usado: Bale Rifles (AI)
¡Bueno nakamas! ¿Listos para dar a conocer a los Sky Pirates?
Ellos respondieron con una sonrisa, me alegraba tener a unos camaradas como ellos. Nos faltaba John, que, por razones que no recuerdo, no podía acudir. Tras un rato en el que no notamos ningún cambio ni problema en nuestra situación (cosa que no era cierta, pues una sombra en el agua llevaba debajo nuestro un rato, aunque no habíamos percibido su presencia), una niebla espesa nos cubrió a todos y nos dejó sin visión. Segundos después notamos un movimiento irregular en el bote, y nos dimos cuenta de que ya no estábamos en el agua. Miré por la borda de estribor y vi una extensión de lo que parecían pelos, pelos castaños y muy grandes. Mi curiosidad me pudo y arranqué uno de dichos pelos, esta acción fue seguida de otro movimiento repentino del bote, junto con un rugido, un rugido de una voz que parecía humana, pero que sonaba más grave y más fuerte. Entonces me di cuenta de la situación: ¡Estábamos encima de la cabeza de un gigante!
¡GIGANTE!
Desenfundé mis Bale Rifles y los cargué con munición perforante, luego apunté a la cabeza del gigante y disparé.
¡¡BALE RIFLES... DRILL BULLETS!!
Ataque usado: Bale Rifles (AI)
- Resumen:
- Describo un poco la situación y el porqué de la misma. Luego añado las acciones externas sucedidas y realizo un ataque al gigante sobre el que estamos.
Rei Arslan
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Akuma no mi
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Nos habíamos dejado llevar por la corriente. Fue difícil dejar el barco en aquellas condiciones. El oleaje era bastante fuerte y manejar con unos simples remos era bastante duro, sobre todo yo que manejaba los dos. La tormenta que se cernía sobre nosotros hizo que la lluvia fuese parando poco a poco, menos mal, ahora estaba empapada; creo que mi cuerpo había aumentado un 5% más en la composición del agua. Paré con los remos un momento. ¿Que podíamos hacer ahora? Pasé la mano por delante de mis ojos apoyando mi cabeza sobre la mano y cerrando los ojos. Abrí los ojos de golpe y miré hacia el barco -¡Krigan!- No me había dado cuenta de que el iba en el barco con nosotros, y se había quedado allí. Saqué mi DDM de la bolsa que llevaba siempre conmigo y en donde tenía mis objetos valiosos y le envié un mensaje avisándole de que nos habíamos ido y si veía peligro que escapase.
El agua comenzó a burbujear y a lo lejos se podía ver como si en el puerto estuviesen empezando a aparecer hordas de ¿gyojins? Si, y las alarmas sonando. Era preocupante pero la cuestión era llegar lo antes posible a tierra y evitar hundirnos. A lo lejos divisé una especie de barca con una persona, no tenía suficiente visibilidad pero no me pareció seguro ir y menos con lo que estaba ocurriendo. Le pasé los remos a Arribor. -Rema tú ahora, ya me duelen los brazos- Estiré mi bolsa y saqué un traje negro junto con una máscara. Me lo puse rápidamente. El traje era para pasar desapercibida y que no me reconociesen siendo Dark D. Rose. -Con este traje soy Shion Scarlet, si te encuentran y preguntan por los Hijos de la Anarquía, dices que has venido solo y a mi me has encontrado por el bosque. Ahora intentemos llegar lo más rápido posible a la costa.-Lo peor de todo había sido ver una especie de dos serpientes enormes. Ahora sí que había que correr.
El agua comenzó a burbujear y a lo lejos se podía ver como si en el puerto estuviesen empezando a aparecer hordas de ¿gyojins? Si, y las alarmas sonando. Era preocupante pero la cuestión era llegar lo antes posible a tierra y evitar hundirnos. A lo lejos divisé una especie de barca con una persona, no tenía suficiente visibilidad pero no me pareció seguro ir y menos con lo que estaba ocurriendo. Le pasé los remos a Arribor. -Rema tú ahora, ya me duelen los brazos- Estiré mi bolsa y saqué un traje negro junto con una máscara. Me lo puse rápidamente. El traje era para pasar desapercibida y que no me reconociesen siendo Dark D. Rose. -Con este traje soy Shion Scarlet, si te encuentran y preguntan por los Hijos de la Anarquía, dices que has venido solo y a mi me has encontrado por el bosque. Ahora intentemos llegar lo más rápido posible a la costa.-Lo peor de todo había sido ver una especie de dos serpientes enormes. Ahora sí que había que correr.
- Acciones:
- Remar un poco, avisar a Krigan de que se marchase, poner el traje de la identidad falsa y mandar a remar a Arribor.
Abby
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Seguía caminando por los pasillos de este edificio en busca de la salida. No encontraba la salida y esto comenzaba a ser un laberinto, a veces incluso creo que había pasado por el mismo sitio más de una vez. A lo mejor la única manera era abrir esas puertas una por una aunque a saber lo que me encontraba. Si, a veces era un poco miedica. Sobre todo cuando me encontraba de repente en lugares extraños, me pregunto a que se debería... ah sí... aquella noche de invierno en la que llovía y no se veía nada... que escalofríos. En fin prefiero no seguir pensando en ello no vaya hacerse realidad de nuevo y seguiré buscando la salida, porque ya van siendo horas de salir de aquí. Debería encontrarme con Shi de una vez, tenerlo a mi lado me haría sentir mejor, que estar aquí sola es muy triste.
Le hice una señal con la mano a Yoru para que me siguiera y se adelantó olfateando el ambiente. Al final del pasillo girando a la derecha vi como si hubiese algo de luz natural. ¡Al fin! Ya era hora de encontrar la salida. No me inspiraba para nada encontrar esto vacío. Corrí con las fuerzas que tenía, ya que me había recuperado lo suficiente y volvía a estar como antes o incluso mejor. A medida que me acercaba la luz se hacía más tenue pero era débil o como si estuviese desapareciendo poco a poco. Corrí mucho más y llegué a una puerta amplia, pero... una espesa niebla lo cubría todo ¿Sería seguro salir? No sabía que hacer, quedarme o salir. Retrocedí unos pasos y me giré. Ante mí se encontraba una especie de Gyojin con forma de merluza, que raros eran dios mío...
Tenía una espada en su mano y corrió directo hacia mí. Puse mis pistolas en forma de cruz para intentar defenderme de él pero finalmente las aparté y caí al suelo, aunque no sin un pequeño tajo en el centro de la camisa que rozó mi piel y causó un poco de sangre. Dolía un poco pero se aguantaba. Me levanté y empecé a retroceder sacando mis dos pistolas y apuntando hacia el a la cabeza, bajé una pistola y disparé al techo para romper las lámparas que había y así despistarlo y cuando tuviese ocasión para escapar, pero no sin antes dispararle a un brazo. Ojalá le diese.
Inpakuto [AID]
Tras eso aproveché el momento y salí hacia la niebla para poder alejarme de la merluza esa. Apenas se veía nada, pues la niebla era tan espesa que casi ni el suelo era visible. De todas formas ahora debía encontrar a Shi, así que caminé recto.
Le hice una señal con la mano a Yoru para que me siguiera y se adelantó olfateando el ambiente. Al final del pasillo girando a la derecha vi como si hubiese algo de luz natural. ¡Al fin! Ya era hora de encontrar la salida. No me inspiraba para nada encontrar esto vacío. Corrí con las fuerzas que tenía, ya que me había recuperado lo suficiente y volvía a estar como antes o incluso mejor. A medida que me acercaba la luz se hacía más tenue pero era débil o como si estuviese desapareciendo poco a poco. Corrí mucho más y llegué a una puerta amplia, pero... una espesa niebla lo cubría todo ¿Sería seguro salir? No sabía que hacer, quedarme o salir. Retrocedí unos pasos y me giré. Ante mí se encontraba una especie de Gyojin con forma de merluza, que raros eran dios mío...
Tenía una espada en su mano y corrió directo hacia mí. Puse mis pistolas en forma de cruz para intentar defenderme de él pero finalmente las aparté y caí al suelo, aunque no sin un pequeño tajo en el centro de la camisa que rozó mi piel y causó un poco de sangre. Dolía un poco pero se aguantaba. Me levanté y empecé a retroceder sacando mis dos pistolas y apuntando hacia el a la cabeza, bajé una pistola y disparé al techo para romper las lámparas que había y así despistarlo y cuando tuviese ocasión para escapar, pero no sin antes dispararle a un brazo. Ojalá le diese.
Inpakuto [AID]
Tras eso aproveché el momento y salí hacia la niebla para poder alejarme de la merluza esa. Apenas se veía nada, pues la niebla era tan espesa que casi ni el suelo era visible. De todas formas ahora debía encontrar a Shi, así que caminé recto.
- Acciones:
- Encontrar la salida, enfrentarme al gyojin, salir del hospital e ir en busca de Shi.
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Pues sí, vaya, Dex se acordaba de ella. Le parecía difícil de creer tras tres años desde la primera vez y única vez que se habían visto. Notó como un rastro de tristeza o melancolía en sus ojos pero dedujo que no era por ella. Puede que fuera por alguien que se le pareciera. Pero en fin, no iba a cuestionarlo ya que podía serle de ayuda.
El otro hombre salió de la jaula. Al ponerse en pie se fijó en que era algo más alto de lo que en un principio había parecido. Quizás incluso más de lo normal... ¿no era humano? Bueno, tanto le daba. Por otra parte, si unía eso a los músculos, al parche en el ojo... Ally podía notar algo de miedo. Él los miró desagradecido. De hecho el tono en que les habló fue incluso grosero pero si miraban atentamente se notaba a la legua que la amargura detrás de esas palabras no iba dirigida a ellos. De un segundo a otro pasaba de dar miedo a dar incluso un poco de pena. Estaba haciendo que a Alice le saltara el radar altruista con sólo mirarlo. Aunque de hecho no hacía falta demasiado para que saltara ese radar en particular.
-Yo no he visto ninguna niña... -expresó apenada. No podía dejar de plantearse el dilema ético/moral de hacer esclava a una persona. Desde luego no podía estar de acuerdo con ello, a pesar de que nunca se había encontrado en tal situación.-Podemos intentar buscarla. Tampoco es como si tuviera nada mejor que hacer excepto largarme de aquí, cosa que veo difícil...
A lo lejos, empezaron a oírse disparos. ¿Un ataque? Menos mal que no estaban tan cerca del agua. Tenían que acabar aquella conversación ya e irse. Dexter empezó a meterse con el hombre llamándolo Timmothy o algo así, para humillarlo, como una especia de venganza por su comportamiento anterior. Alice no le prestaba demasiada atención; intentaba averiguar qué estaba pasando en el mar.
Pronto volvió la vista hacia ellos dos, justo a tiempo. Extendió la mano y recogió con suavidad el pinganillo que le tendía Dexter mientras éste lo dejaba caer y poco antes se esfumara ante sus narices. ¿Para estar comunicados? Se encogió de hombros y se lo metió en el bolsillo por el momento aunque era probable que nadie estuviera atento a ese pequeño gesto. Y debería ponérselo en la oreja por si acaso pero... ahora mismo no le apetecía tener que estar pendiente de eso. Cada uno tenía en qué pensar. ¿Debería seguirlo o quedarse con el otro? Miró a Date. En ese instante parecía de esas personas a las que un golpe más puede romper. Por supuesto no un golpe físico.
-¡Espero que nos volvamos a ver Dex! -gritó esperando que fuera cierto, aunque él ya estaba lejos y a lo mejor no la oía.
-No le hagas caso -le dijo acompañado su frase de un suspiro e intentando calmar al semigigante, aunque eso ella no lo sabía o al menos no lo tenía claro. -¿Cuál es tu nombre en realidad? -Sin esperar a que respondiera trató de cogerlo por una muñeca (aunque su pequeña mano seguramente no llegaba a rodearla) y dirigirse hacia los ancensores con él, intentando huir del puerto y del ataque lo antes posible.
El otro hombre salió de la jaula. Al ponerse en pie se fijó en que era algo más alto de lo que en un principio había parecido. Quizás incluso más de lo normal... ¿no era humano? Bueno, tanto le daba. Por otra parte, si unía eso a los músculos, al parche en el ojo... Ally podía notar algo de miedo. Él los miró desagradecido. De hecho el tono en que les habló fue incluso grosero pero si miraban atentamente se notaba a la legua que la amargura detrás de esas palabras no iba dirigida a ellos. De un segundo a otro pasaba de dar miedo a dar incluso un poco de pena. Estaba haciendo que a Alice le saltara el radar altruista con sólo mirarlo. Aunque de hecho no hacía falta demasiado para que saltara ese radar en particular.
-Yo no he visto ninguna niña... -expresó apenada. No podía dejar de plantearse el dilema ético/moral de hacer esclava a una persona. Desde luego no podía estar de acuerdo con ello, a pesar de que nunca se había encontrado en tal situación.-Podemos intentar buscarla. Tampoco es como si tuviera nada mejor que hacer excepto largarme de aquí, cosa que veo difícil...
A lo lejos, empezaron a oírse disparos. ¿Un ataque? Menos mal que no estaban tan cerca del agua. Tenían que acabar aquella conversación ya e irse. Dexter empezó a meterse con el hombre llamándolo Timmothy o algo así, para humillarlo, como una especia de venganza por su comportamiento anterior. Alice no le prestaba demasiada atención; intentaba averiguar qué estaba pasando en el mar.
Pronto volvió la vista hacia ellos dos, justo a tiempo. Extendió la mano y recogió con suavidad el pinganillo que le tendía Dexter mientras éste lo dejaba caer y poco antes se esfumara ante sus narices. ¿Para estar comunicados? Se encogió de hombros y se lo metió en el bolsillo por el momento aunque era probable que nadie estuviera atento a ese pequeño gesto. Y debería ponérselo en la oreja por si acaso pero... ahora mismo no le apetecía tener que estar pendiente de eso. Cada uno tenía en qué pensar. ¿Debería seguirlo o quedarse con el otro? Miró a Date. En ese instante parecía de esas personas a las que un golpe más puede romper. Por supuesto no un golpe físico.
-¡Espero que nos volvamos a ver Dex! -gritó esperando que fuera cierto, aunque él ya estaba lejos y a lo mejor no la oía.
-No le hagas caso -le dijo acompañado su frase de un suspiro e intentando calmar al semigigante, aunque eso ella no lo sabía o al menos no lo tenía claro. -¿Cuál es tu nombre en realidad? -Sin esperar a que respondiera trató de cogerlo por una muñeca (aunque su pequeña mano seguramente no llegaba a rodearla) y dirigirse hacia los ancensores con él, intentando huir del puerto y del ataque lo antes posible.
- Spoiler:
- Observar la conversación entre Date y Dexter pero manteniéndose al margen, pensar mucho otra vez (como siempre), coger el pinganillo de Dexter, preguntar a Date su verdadero nombre, tratar de cogerlo por la muñeca para irse los dos al ascensor
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Gyojins, peligro, corren todos los marines de un lado a otro como gallinas descabezadas que no saben a dónde van, la oportunidad perfecta para escabullirse y seguir con sus labores. Tras una seña de Dranser el joven luchador, que destaca sobre la media, le sigue, al parecer piensa como él, tiene intención de dejar el marrón de los gyojins a la marina y a los agentes del gobierno pues ese es su problema y no el nuestro. |~Vamos troncos, nos internaremos en la zona del puerto, allí podremos investigar algo mejor por nuestra cuenta, la guerra contra los Gyojines no es cosa nuestra. Además Lugh y yo tenemos facilidad para hacernos pasar por marines…~| Dice su líder mientras lo mira hacia arriba, una por la diferencia de estatura de ambos y dos para que pueda verle el rostro. La verdad es que ese joven desde aquél torneo le cae bien al peliblanco. |~Me pregunto cómo se encontraran mis hermanas…~| Piensa el albino mientras avanza junto a su jefe. |~Que se encarguen de proteger el hogar de la peste y la desgracia humana, la fuente del mal de este podrido mundo es la gente que ahora huye de este lugar como gallinas.~| Responde a su jefe en un susurro inaudible más que para su jefe mientras corre junto a él al puerto.
- Resumen:
- Responder a Dranser y seguirle
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