Steve
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Akuma no mi
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Estaba tan tranquilamente en cubierta, pensando en mis cosas, cuando pude sentir como el barco se empezaba a mover de forma extraña, como si se estuviera… hundiendo, ¡el Titanic se hundía! ¿cómo podía ser eso? De todas las malas sensaciones que me había provocado el barco, la que menos me esperaba es que se hundiera el navio, además me había encariñado de su baño, era tan perfecto que quería dedicarle una canción mientras abrazaba a alguien al azar en el mascarón de proa, una pena que no pudiera ya.
Mientras más se hundía, mas me iba acercando a donde quería haberle dedicado una canción al Titanic, el mascarón de proa, para ver cómo la gente iba saltando al agua, aunque de forma estúpida ya que había otro bote mucho más pequeño a un lado ¿Por qué te ibas a mojar si tenías otra embarcación al lado? Además, algo que me echaba para atrás era que al caer la gente al mar, parecía no salir de esta, además de tornarse de un color rojo, que daba muy mala espina junto a ese fenómeno, pero hey, los gráficos estaban muy bien hechos, quizás un poco vintage el efecto, pero muy logrado, había que admitirlo.
Vi como el barco empezaba a inclinarse de manera peligrosa, así que debía hacer algo ya, seguía mirando al bote más pequeño, parecía privado pero creo que de un buen salto podría llegar con suerte, si mi ojo no me fallaba y calculaba la distancia bien. Cogí aire, y lo exhale rápidamente varias veces, para empezar a correr unos segundos más tardes, saltando la barandilla de protección, y seguía con la carrera un poco más, hasta que llegue al límite del Titanic, que parecía engullirse en su plenitud por el ancho mar. Salte, mientras empezaba a gritar, algo que había aprendido antes de empezar mi viaje y lo usaba como grito de guerra en algunas ocasiones.
-¡LEEEEEROY JEEEEEEEEEEEEENKINS!-Iba soltando mientras surcaba el cielo moviendo piernas como si aun estuviera corriendo y los brazos haciendo círculos en el aire, tornándose este en un viaje a cámara lenta, porque sentía como si me fuera moviendo tan lentamente, que el salto no parecía acabar nunca.-
En medio del aire podía ver como el clima parecía que se había formado un enorme techo de nubes oscuras, haciendo que no se viera el cielo azul, no me gustaban esos cambios de clima injustificados, siempre parecía que los juegos programaban mal su sistema de clima. Mas ahora mismo intentaba no pensar en eso, dado que estaba a punto de caer de una altura más o menos considerable y si lo hacía mal, me daría un buen golpe, así que apreté los dientes y espere a aterrizar bien.
Al empezar a caer, no sabría donde lo iba a hacer con completa exactitud, pero intente hacerlo en medio del barco, donde se podía ver como varias personas y un pescado muy… grande… ¿Un pescado muy grande? ¿Qué estaba pasando ahí? ¿Acaso era un DLC que se había dado gratuitamente y añadía nuevas razas o enemigos? Lo único que esperaba era caer en medio del barco.
Mientras más se hundía, mas me iba acercando a donde quería haberle dedicado una canción al Titanic, el mascarón de proa, para ver cómo la gente iba saltando al agua, aunque de forma estúpida ya que había otro bote mucho más pequeño a un lado ¿Por qué te ibas a mojar si tenías otra embarcación al lado? Además, algo que me echaba para atrás era que al caer la gente al mar, parecía no salir de esta, además de tornarse de un color rojo, que daba muy mala espina junto a ese fenómeno, pero hey, los gráficos estaban muy bien hechos, quizás un poco vintage el efecto, pero muy logrado, había que admitirlo.
Vi como el barco empezaba a inclinarse de manera peligrosa, así que debía hacer algo ya, seguía mirando al bote más pequeño, parecía privado pero creo que de un buen salto podría llegar con suerte, si mi ojo no me fallaba y calculaba la distancia bien. Cogí aire, y lo exhale rápidamente varias veces, para empezar a correr unos segundos más tardes, saltando la barandilla de protección, y seguía con la carrera un poco más, hasta que llegue al límite del Titanic, que parecía engullirse en su plenitud por el ancho mar. Salte, mientras empezaba a gritar, algo que había aprendido antes de empezar mi viaje y lo usaba como grito de guerra en algunas ocasiones.
-¡LEEEEEROY JEEEEEEEEEEEEENKINS!-Iba soltando mientras surcaba el cielo moviendo piernas como si aun estuviera corriendo y los brazos haciendo círculos en el aire, tornándose este en un viaje a cámara lenta, porque sentía como si me fuera moviendo tan lentamente, que el salto no parecía acabar nunca.-
En medio del aire podía ver como el clima parecía que se había formado un enorme techo de nubes oscuras, haciendo que no se viera el cielo azul, no me gustaban esos cambios de clima injustificados, siempre parecía que los juegos programaban mal su sistema de clima. Mas ahora mismo intentaba no pensar en eso, dado que estaba a punto de caer de una altura más o menos considerable y si lo hacía mal, me daría un buen golpe, así que apreté los dientes y espere a aterrizar bien.
Al empezar a caer, no sabría donde lo iba a hacer con completa exactitud, pero intente hacerlo en medio del barco, donde se podía ver como varias personas y un pescado muy… grande… ¿Un pescado muy grande? ¿Qué estaba pasando ahí? ¿Acaso era un DLC que se había dado gratuitamente y añadía nuevas razas o enemigos? Lo único que esperaba era caer en medio del barco.
- Resumen:
- Ver como el "TITANIC" se hunde e intentar saltar al barco que pasa por al lado.
Vongola Ryohei
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Akuma no mi
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Mientras corro liberando a los esclavos veo que mis compañeros son unos necios y tercos que no acatan mis órdenes ya que Kiogre se pone a difundir la palabra de dios en mitad de una guerra, Ugetsu empieza a liberar esclavos por su cuenta mientras dice algo con lo que concuerdo y el liante de Ushi nos llama secuestradores entre lloros con lágrimas de cocodrilo. El plan de quedarme solo contra los guardias para que ellos escaparan no funcionó, sino que ahora los guardias, mayormente armados con látigos y rifles empiezan a disparar a los invasores, es decir, a nosotros. La primera ráfaga de disparos impactan contra mi cuerpo de metal sin siquiera provocarme un rasguño mientras que finalmente el hombre más grande saca un pequeño cañón portátil y lanza una bala explosiva hacia nosotros. Me adelanto aumentando la velocidad y rodeando mi cuerpo en Busoushoku Haki nivel 2 mientras con las garras corto la bala por la mitad provocando una explosión alejada de mis compañeros mientras mi rostro esboza una expresión calmada y tranquila.
En ese mismo momento mi cuerpo se mueve a una velocidad tremenda creando ilusiones de clones suyos conforme avanzo. Me mantengo avanzando directo a por el del cañón mientras grito Si queréis encargaos de los guardias, yo me ocupo del capataz. Aparta de mi camino escoria. Digo mientras corto el cuello de uno de los guardias insignificantes hasta colocarme frente al capataz manteniéndome erguido y mirándole con una cara tranquila. No me espero mucho a que haga un movimiento, en un abrir y cerrar de ojos me muevo a su espalda desde donde lanzo un golpe veloz con el brazo envuelto en Busoushoku Haki 2 dirigido a la mitad de su columna para, justo al llevar el brazo de vuelta cerca de mí alejarme de un salto y mirarlo con calma y paz.
Kami no Gift: Buda está en todos lados[AF][Busoushoku Haki 2]
En ese mismo momento mi cuerpo se mueve a una velocidad tremenda creando ilusiones de clones suyos conforme avanzo. Me mantengo avanzando directo a por el del cañón mientras grito Si queréis encargaos de los guardias, yo me ocupo del capataz. Aparta de mi camino escoria. Digo mientras corto el cuello de uno de los guardias insignificantes hasta colocarme frente al capataz manteniéndome erguido y mirándole con una cara tranquila. No me espero mucho a que haga un movimiento, en un abrir y cerrar de ojos me muevo a su espalda desde donde lanzo un golpe veloz con el brazo envuelto en Busoushoku Haki 2 dirigido a la mitad de su columna para, justo al llevar el brazo de vuelta cerca de mí alejarme de un salto y mirarlo con calma y paz.
Kami no Gift: Buda está en todos lados[AF][Busoushoku Haki 2]
- Resumen:
- Veo como mis miembros ignoran mis órdenes, bloqueo los ataques con haki y ataco al capataz solo.
Minato Kazuo
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Akuma no mi
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Su pregunta no fue respondida, pues el asunto estaba empezando justo delante de sus narices. No dudó ni un solo segundo, sabía que su tarea era la de no dejar que ningún inocente muriera aunque eso supusiera que él mismo cayera en ese combate. Dio un paso hacia adelante y al instante siguiente había desaparecido, sin dejar rastro alguno de dónde se encontraba. Una pluma negra apareció justo en la cubierta del barco, encima del lugar por el que un enorme pez salía del agua. Mas su cuerpo chocó contra algo en el aire, como si de la nada hubiera aparecido una barrera que frenó su avance. Encima y con su mano derecha apuntando a dicha barrera estaba el Almirante Kazuo, el cual había usado sus alas para teletransportarse encima de la bestia y su Haki Armadura para bloquear su golpe. De esta forma había salvado, o eso esperaba, a sus compañeros del Cipher Pol. Pero la cosa no había quedado ahí, ya que había gastado su acción ofensiva en realizar una técnica que prevendría cualquier daño a los inocentes.
—¡Quietos, Gyojins! ¡Si alzáis vuestra espada contra los inocentes en este momento, la enorme espada de la justicia caerá sobre vosotros!— gritó señalando la gran espada que se había colocado encima del barco. Esa espada detectaba las acciones "agresivas" de los enemigos de Minato, por lo que si alguien atacaba antes de que la Espada se desvaneciera acabaría con la vida de los Gyojins. Pero sus ansias de hablar eran mucho mayores pues no cerró la boca, todo mientras mantenía la barrera contra el enorme pez. —¡Marines, Agentes! ¡Hermanos! ¡Hoy es el día en que vuestros actos decidirán el futuro del Mundo! ¡Si estos Gyojins nos sobrepasan estarán más cerca de nuestra derrota! ¡¡Y eso es algo que no podemos permitir!! ¡¡Se que muchos de vosotros ni siquiera queréis estar aquí, pero si perdemos será el fin!! ¡¡No solo del Gobierno Mundial, también de vuestras vidas y de vuestras familias!! ¡¡¡No dejéis que la crueldad y la ira de estos seres quebranten vuestro espíritu!!! ¡¡¡No cedáis ni un solo metro y defender a los inocentes!!! ¡¡¡Juntos lucharemos!!! ¡¡¡POR LA JUSTICIAAAA!!!— gritó, casi desgarrando su garganta.
Vaya, eso no había sido el típico discurso de relleno, iba cargado de sentimiento. La barrera se deshizo y la espada comenzó a desparecer. Minato les había confiado la vida de aquellos inocentes a los Agentes allí presentes, pues sabía que aquel ser que había logrado detener era el más poderoso de la zona por el momento. Su cuerpo descendió en caída libre hasta aquel monstruo, algo peligroso y que sin duda no era lo más recomendable pero que era necesario. El pelirrojo se enfrentaría contra el pez gigante, pero tenía que recuperar unos segundos el aliento antes de volver a lanzarse al ataque. Se movería con agilidad si intentaba devorarlo al vuelo, al fin y al cabo era una de las personas más ágiles de la marina y contaba con un juguete que le permitía abrir brechas espaciales.
La Espada - [AM] -> Solo si los gyojins atacan. Es un AM porque no tiene mucho espacio y Minato no quería dañar a los inocentes partiendo el barco.
—¡Quietos, Gyojins! ¡Si alzáis vuestra espada contra los inocentes en este momento, la enorme espada de la justicia caerá sobre vosotros!— gritó señalando la gran espada que se había colocado encima del barco. Esa espada detectaba las acciones "agresivas" de los enemigos de Minato, por lo que si alguien atacaba antes de que la Espada se desvaneciera acabaría con la vida de los Gyojins. Pero sus ansias de hablar eran mucho mayores pues no cerró la boca, todo mientras mantenía la barrera contra el enorme pez. —¡Marines, Agentes! ¡Hermanos! ¡Hoy es el día en que vuestros actos decidirán el futuro del Mundo! ¡Si estos Gyojins nos sobrepasan estarán más cerca de nuestra derrota! ¡¡Y eso es algo que no podemos permitir!! ¡¡Se que muchos de vosotros ni siquiera queréis estar aquí, pero si perdemos será el fin!! ¡¡No solo del Gobierno Mundial, también de vuestras vidas y de vuestras familias!! ¡¡¡No dejéis que la crueldad y la ira de estos seres quebranten vuestro espíritu!!! ¡¡¡No cedáis ni un solo metro y defender a los inocentes!!! ¡¡¡Juntos lucharemos!!! ¡¡¡POR LA JUSTICIAAAA!!!— gritó, casi desgarrando su garganta.
Vaya, eso no había sido el típico discurso de relleno, iba cargado de sentimiento. La barrera se deshizo y la espada comenzó a desparecer. Minato les había confiado la vida de aquellos inocentes a los Agentes allí presentes, pues sabía que aquel ser que había logrado detener era el más poderoso de la zona por el momento. Su cuerpo descendió en caída libre hasta aquel monstruo, algo peligroso y que sin duda no era lo más recomendable pero que era necesario. El pelirrojo se enfrentaría contra el pez gigante, pero tenía que recuperar unos segundos el aliento antes de volver a lanzarse al ataque. Se movería con agilidad si intentaba devorarlo al vuelo, al fin y al cabo era una de las personas más ágiles de la marina y contaba con un juguete que le permitía abrir brechas espaciales.
La Espada - [AM] -> Solo si los gyojins atacan. Es un AM porque no tiene mucho espacio y Minato no quería dañar a los inocentes partiendo el barco.
- WISTHERIA, DEIVID, ISSEI, HIREN, KIDAH, LEOSHIRO, SHIROI, VRASK, FEAR:
- ¡¡Eh!! ¡¡Leed mi post pls!!
- Resumen:
- Tratar de defender a los inocentes con su técnica que solo hace daño si su rival ataca, esperando ganar tiempo para sus compañeros. Utilizar la barrera de Haki Armadura nivel 3 para detener el avance del gran pescao (ya que le saco más de 10 niveles supuse que se cumple, si no se cumple me como el daño del ataque). Después de eso, empezar una batalla sin atacar contra el pescado.
- Técnicas utilizadas:
- ◘ Aspecto de la Justicia - La Espada: La energía del pelirrojo se concentra sobre la cabeza de su rival como si de una metafórica espada de Damocles se tratara. El tamaño de esta espada dependerá de "la oscuridad" en el corazón de quien esté apuntando, aunque esto es escénico ya que en realidad es Minato el que controla el tamaño. Las dimensiones máximas son de 10 metros de envergadura por 5 metros de ancho, y es una espada de energía.
Esta espada es como un vigilante gigante, colgando sobre el cielo a la espera de que la persona a la que vigila haga alguna acción "malvada". Las acciones malvadas pueden ser crear destrozos, atacar inocentes o atacar al propio ejecutor de la técnica o sus compañeros. De ser así y justo tras su ataque debería lidiar con la gran espada cayendo sobre su cabeza a gran velocidad. En caso de no realizar un ataque en un turno, la espada desaparecerá sin dañar a nadie.
Es una técnica defensiva, aunque con conclusiones ofensivas. Es utilizada como una "Tregua" para parar el combate (ya que Minato solo puede hacer un ataque por turno), de modo que el marine pueda utilizar sus dotes como médico o pueda recuperar el aliento antes de seguir el combate. La técnica solo puede realizarse una vez por combate.
Haki Armadura nivel 3:
• Te permite detener físicamente ataques de rango AMF de pj desde 20 niveles inferiores a ti, mismo nivel y hasta 5 niveles superior al tuyo.
• Puedes proyectar hacia el exterior una barrera de voluntad, tan poderosa como tu propio Haki, a razón de un metro cada 10 niveles.
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Akuma no mi
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Ayane era muy ingenua, pensaba que el poderoso dragón negro iba a picar en sus encantos, que equivocada estaba la pobre. Pffff joder no, no estaba equivocada, el moreno se quedó flipado mirando al monumento que tenía delante, ahora solo quería cogerla y meterla dentro del barco para comérsela viva, que buena estaba. Madara se iba a poner hasta malo, pero sacudió un poco la cabeza y se dio cuenta de que el cocodrilo iba borracho mientras tocaba una canción que molaba bastante. Después las palabras de Ren llegaron a él, la verdad es que era buena idea, pero debían antes bajar al puerto, por último el que habló fue el luchador de fuego, el cual preguntaba el motivo.
- Es fácil Akai, el gobierno sabrá recompensarnos y darnos una buena suma de dinero. También podemos entrenar un poco e ir haciéndonos conocer, después de todo puede que nos concedan algún título bueno.
Bajaron al puerto tranquilamente cuando de repente ocurrió aquello, una oleada de Gyojines comenzaron a rodearles, pero el luchador estaba más pendiente de la chica de su banda, es que eso no era normal joder. Después dirigió una mirada a todos los seres que les estaban mirando y rodeando, al menos habría unos veinte, el joven ahora sonrió de lado iluminando sus ojos en rojo. Se puso en postura de combate y avanzó hacia uno de ellos, alzando el puño e impactándole en toda la mandíbula, haciéndole sangrar y devolviéndole al agua, tenía bastante fuerza debido a su fruta del diablo. Ahora volvió a mirar a su esquipo con una mirada seria, después pegó un suspiro dando algunas órdenes.
- Formación pentágono. No dejéis a estos idiotas avanzar hacia vosotros, tenéis que proteger al bombón de Aya… digo tenéis que defenderos mutuamente. Recordad que usan el agua, no les deis tregua, ataques a distancia si es posible ¡Crok deja la jodida canción para después!
Acto seguido observó como otro de aquellos seres corría hacia él, se agachó evadiendo una patada alta y acto seguido alzó la rodilla pegándole en el rostro y tirándolo al suelo, después dio dos pasos adelante pisándole la cabeza y volvió a la formación. Si la batalla había empezado ya, les había cogido de mala forma. No cabía duda, eso se iba a poner muy complicado, pero si salía vivo estaba claro lo que iba a hacer, esa preciosidad con espada y senos escandalosos iba a tener una reunión a solas con el jefe. La culpa era de ella, maldita cabrona buenorra.
- ¡Vamos a por ellos!
- Es fácil Akai, el gobierno sabrá recompensarnos y darnos una buena suma de dinero. También podemos entrenar un poco e ir haciéndonos conocer, después de todo puede que nos concedan algún título bueno.
Bajaron al puerto tranquilamente cuando de repente ocurrió aquello, una oleada de Gyojines comenzaron a rodearles, pero el luchador estaba más pendiente de la chica de su banda, es que eso no era normal joder. Después dirigió una mirada a todos los seres que les estaban mirando y rodeando, al menos habría unos veinte, el joven ahora sonrió de lado iluminando sus ojos en rojo. Se puso en postura de combate y avanzó hacia uno de ellos, alzando el puño e impactándole en toda la mandíbula, haciéndole sangrar y devolviéndole al agua, tenía bastante fuerza debido a su fruta del diablo. Ahora volvió a mirar a su esquipo con una mirada seria, después pegó un suspiro dando algunas órdenes.
- Formación pentágono. No dejéis a estos idiotas avanzar hacia vosotros, tenéis que proteger al bombón de Aya… digo tenéis que defenderos mutuamente. Recordad que usan el agua, no les deis tregua, ataques a distancia si es posible ¡Crok deja la jodida canción para después!
Acto seguido observó como otro de aquellos seres corría hacia él, se agachó evadiendo una patada alta y acto seguido alzó la rodilla pegándole en el rostro y tirándolo al suelo, después dio dos pasos adelante pisándole la cabeza y volvió a la formación. Si la batalla había empezado ya, les había cogido de mala forma. No cabía duda, eso se iba a poner muy complicado, pero si salía vivo estaba claro lo que iba a hacer, esa preciosidad con espada y senos escandalosos iba a tener una reunión a solas con el jefe. La culpa era de ella, maldita cabrona buenorra.
- ¡Vamos a por ellos!
- Resumen:
- Dejar fuera de juego a dos gyojines y fantasear con Ayane
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Akuma no mi
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De repente notó algo extraño con su poder. Podía ver a cientos de figuras bajo el agua. Toda una multitud submarina. Centró su poder en comprobar aquello "Giro Giro no Vision". ¡Toda una tropa de gyojins se dirigían a su barco! Un segundo barco, este marine, se aproximaba a ellos. Dios mío... habían sido unos idiotas. Centrarse en parar los pies a la Revolución cuando el auténtico enemigo se preparaba para aniquilarles. Los revolucionarios ya estaban en cubierta y uno de ellos hablaba en voz baja. Idiotas... todos iban a morir si no colaboraban. Revolucionarios, partidarios del Gobierno, qué más daba. Todos eran humanos, los tritones no harían distinciones. Así que primero tendrían que tumbar a esos bichos, y después ya se encargarían del grupo de infiltrados. Activó su mantra, preparándose para la batalla, y un escalofrío recorrió su espalda. Notaba una sensación hostil terriblemente profunda, una marea de voces reclamando sangre y muerte. Durante unos instantes, la presión fue demasiado para él y se quedó paralizado de terror, temblando. Pero logró recuperarse, y comenzó a gritar.
- ¡GYOJINS! ¡LOS GYOJINS NOS ATACAN! ¡Todos a cubierto!
En ese momento los turistas salían a la cubierta del barco. "Mierda... va a ser una masacre." Le miraban como si estuviese loco, aunque alguno se tomó la advertencia en serio y comenzó a vigilar la borda. De repente se escuchó un estruendo en el agua, y feroces gritos de guerra acompañados por los gyojins que subieron de golpe al barco. De repente las compuertas del túnel de mantenimiento se abrieron y salió una única persona. Un hombre de pelo rojo con una chaqueta de marine de alto rango llena de medallas. ¡El Almirante Akaikarasu! ¡Estaban salvados! Su disfraz sería inútil e innecesario para la pelea. Se arrancó de golpe el falso afro, mostrando su sombrero negro de estilo fedora. Con un veloz movimiento dejó caer la capa marrón y la pesada chaqueta de piel, dejando a la vista su elegante traje, su camisa amarilla y su corbata. Ao echó el vuelo, quejándose al haber perdido su lugar privilegiado en su hombro. Desenfundó su pistola y se dirigió a CPs y revolucionarios por igual.
- ¡Ahora no tenemos tiempo para pelearnos! ¡Tenemos que salvar a esta gente! ¡Proteged a los civiles!
Ejecutando un veloz kamisori, se aproximó a un gyojin que estaba a punto de atacar a un civil y trató de, aprovechando su superior velocidad, colocarse justo al lado del tritón y apoyarle la pistola en la sien en un ágil movimiento de mano con su kamie kempo. Tras eso, apretaría el gatillo para volarle la cabeza. Le diese o no, cambiaría de objetivo tras verlo siguiente: un gyojin de tamaño descomunal y aspecto monstruoso saltó sobre cubierta, agrietándolo y atacando a sus camaradas. No iba a permitir que sus compañeros fuesen atacados. En un movimiento absolutamente suicida, se lanzó con su kamisori hacia el gigantesco gyojin. Casi podía ver a cámara lenta lo que pasaba. Velozmente activó el sistema de diales de su brazo y colocó su dial de rechazo en la palma de su mano. Una "compuerta" se abrió en su palma izquierda, dejando asomar el dial. En el momento en que estaba a punto de llegar junto al gyojin, una sombra se interpuso entre él y el gigantesco monstruo y bloqueó el golpe. Issei se frenó de golpe. Erguido, impertérrito y grandioso, el Almirante detuvo sin esfuerzo al gyojin. Entonces comenzó a hablar. Sus palabras llegaron al corazón del agente, lo conmovieron y lo motivaron. Sintiéndose lleno de coraje y valor, y tan emocionado que unas lágrimas comenzaron a rodarle mejilla abajo. Alzó su brazo derecho con la pistola apuntando al cielo, y gritó, mientras Ao se posaba en su sombrero:
- ¡¡¡POR LA JUSTICIA!!!
Clavó sus ojos en el gyojin gigante, dispuesto a ayudar a Akaikarasu a vencerle. "Giro Giro no Mind" con sus poderes, se centró en los pensamientos del monstruo al tiempo que lo vigilaba también con su mantra, buscando un momento de mínima distracción para lanzarse. Y entonces lo hizo. En cuanto el gyojin estuvo centrado en el Almirante, se lanzó hacia él a 35 m/s con su kamisori, canalizando energía hacia sus manos. Entonces activó su Giro Giro no Spirit, observando el aura de su enemigo. Su poder era inconmensurable... inferior al del Almirante, pero muy superior al suyo. " Da igual lo fuerte que sea un enemigo. Cuanto más poderoso sea, más poderoso será mi Shock. ¡Derrotaré a ese bicho!" La clave de su Chishi Seido Shock era que era una técnica pensada para derrotar a oponentes más fuertes: empleaba la energía del propio oponente para atacarle con una potente descarga eléctrica. Extendió la manos hacia delante, tratando de tocarle, para canalizar su energía hacia el gyojin y lanzarle un Shock a máxima potencia, empleando su propio poder además de el del tritón en la descarga.
Chishi Seido Shock: Maximum Power [AB]
- ¡GYOJINS! ¡LOS GYOJINS NOS ATACAN! ¡Todos a cubierto!
En ese momento los turistas salían a la cubierta del barco. "Mierda... va a ser una masacre." Le miraban como si estuviese loco, aunque alguno se tomó la advertencia en serio y comenzó a vigilar la borda. De repente se escuchó un estruendo en el agua, y feroces gritos de guerra acompañados por los gyojins que subieron de golpe al barco. De repente las compuertas del túnel de mantenimiento se abrieron y salió una única persona. Un hombre de pelo rojo con una chaqueta de marine de alto rango llena de medallas. ¡El Almirante Akaikarasu! ¡Estaban salvados! Su disfraz sería inútil e innecesario para la pelea. Se arrancó de golpe el falso afro, mostrando su sombrero negro de estilo fedora. Con un veloz movimiento dejó caer la capa marrón y la pesada chaqueta de piel, dejando a la vista su elegante traje, su camisa amarilla y su corbata. Ao echó el vuelo, quejándose al haber perdido su lugar privilegiado en su hombro. Desenfundó su pistola y se dirigió a CPs y revolucionarios por igual.
- ¡Ahora no tenemos tiempo para pelearnos! ¡Tenemos que salvar a esta gente! ¡Proteged a los civiles!
Ejecutando un veloz kamisori, se aproximó a un gyojin que estaba a punto de atacar a un civil y trató de, aprovechando su superior velocidad, colocarse justo al lado del tritón y apoyarle la pistola en la sien en un ágil movimiento de mano con su kamie kempo. Tras eso, apretaría el gatillo para volarle la cabeza. Le diese o no, cambiaría de objetivo tras verlo siguiente: un gyojin de tamaño descomunal y aspecto monstruoso saltó sobre cubierta, agrietándolo y atacando a sus camaradas. No iba a permitir que sus compañeros fuesen atacados. En un movimiento absolutamente suicida, se lanzó con su kamisori hacia el gigantesco gyojin. Casi podía ver a cámara lenta lo que pasaba. Velozmente activó el sistema de diales de su brazo y colocó su dial de rechazo en la palma de su mano. Una "compuerta" se abrió en su palma izquierda, dejando asomar el dial. En el momento en que estaba a punto de llegar junto al gyojin, una sombra se interpuso entre él y el gigantesco monstruo y bloqueó el golpe. Issei se frenó de golpe. Erguido, impertérrito y grandioso, el Almirante detuvo sin esfuerzo al gyojin. Entonces comenzó a hablar. Sus palabras llegaron al corazón del agente, lo conmovieron y lo motivaron. Sintiéndose lleno de coraje y valor, y tan emocionado que unas lágrimas comenzaron a rodarle mejilla abajo. Alzó su brazo derecho con la pistola apuntando al cielo, y gritó, mientras Ao se posaba en su sombrero:
- ¡¡¡POR LA JUSTICIA!!!
Clavó sus ojos en el gyojin gigante, dispuesto a ayudar a Akaikarasu a vencerle. "Giro Giro no Mind" con sus poderes, se centró en los pensamientos del monstruo al tiempo que lo vigilaba también con su mantra, buscando un momento de mínima distracción para lanzarse. Y entonces lo hizo. En cuanto el gyojin estuvo centrado en el Almirante, se lanzó hacia él a 35 m/s con su kamisori, canalizando energía hacia sus manos. Entonces activó su Giro Giro no Spirit, observando el aura de su enemigo. Su poder era inconmensurable... inferior al del Almirante, pero muy superior al suyo. " Da igual lo fuerte que sea un enemigo. Cuanto más poderoso sea, más poderoso será mi Shock. ¡Derrotaré a ese bicho!" La clave de su Chishi Seido Shock era que era una técnica pensada para derrotar a oponentes más fuertes: empleaba la energía del propio oponente para atacarle con una potente descarga eléctrica. Extendió la manos hacia delante, tratando de tocarle, para canalizar su energía hacia el gyojin y lanzarle un Shock a máxima potencia, empleando su propio poder además de el del tritón en la descarga.
Chishi Seido Shock: Maximum Power [AB]
- Resumen:
- Alertar al barco sobre los gyojins -> Atacar a un gyojin que atacaba a un civil -> Dirigirme al grande, y emocionarme con el discurso de Minato -> Atacar al grande intentando aprovechar un momento de descuido suyo
Cánabar
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Todos se unieron a ellos. Estúpidos. Los únicos capaces de defenderse allí eran Kaiser y Cánabar, el resto solo resultaría una molestia. El tiburón blanco sintió dos hombres poderosos mediante su mantra. Eran rivales lejos del alcance del resto de miembros. Solo él o el capitán podrían derrotarlos. Pero no estaban solos, había más gente a parte de los Nobles Mundiales. Que los demás piratas se hicieran cargo de los débiles mientras ellos se enfrentaban al reto de verdad. El prepotente hombre que los había amenazado en un principio se atrevía a disparar contra Kaiser. No era necesario que Cánabar lo defendiera y, de haberlo hecho, la orca se habría enfadado en demasía.
Olfateó el aire y pudo sentir el miedo que los nobles sentían. Pocas cosas había en este mundo tan satisfactorias como eliminar la sensación de invulnerabilidad que aquellos poseían. Se relamió y dejó que su espada besara el aire. Una onda cortante se dirigió al tipo de la pistola impactando de lleno en él. "Onda cortante [AIF] Uno menos. Que satisfacción, que placer, que felicidad matar a uno de aquellos intocables. Pero no eran los únicos. Los guardias hicieron acto de presencia rápidamente dispuestos a defender a los inútiles que les pagaban el suelo. Cánabar esperara que hubieran disfrutado el anterior pago, porque este no lo iban a recibir. Había dos que destacaban especialmente.
-¿Vosotros sois los guardias de los Nobles Mundiales? Qué decepción...- Dijo para provocarles.
Utilizó su espada para detener el ataque de aquellos guerreros. La cubrió con haki y sus espadas impactaron en el enorme sable. Cánabar cargó su arma de energía y lanzo un Dragón que se dirigió hacia los dos hombres. Dado el poder que emitían no acabaría con ellos, pero era un buen comienzo. Alma de Dragón [AF]
Esperaba que el resto de miembros estuvieran bien, Kaiser podría encargarse de la mayoría sin problemas, pero los demás miembros de Atesaki no tenían esa capacidad. Quizás Bisutomaru y Sawaki podrían hacer algo. No, podía para a pensar todo aquello, había un combate de por medio. Él ya no tenía sentimientos, poco le importaba lo que ocurriera con ellos. pero entonces... ¿por qué quería protegerlos? Eran su familia después de todo. Maldita sea, no iba a permitir que les ocurriera nada. Aunque iba a ser difícil defenderlos y encargarse de aquellos hombres. No quería usar aquello, pero si no había más remedio no dudaría.
Olfateó el aire y pudo sentir el miedo que los nobles sentían. Pocas cosas había en este mundo tan satisfactorias como eliminar la sensación de invulnerabilidad que aquellos poseían. Se relamió y dejó que su espada besara el aire. Una onda cortante se dirigió al tipo de la pistola impactando de lleno en él. "Onda cortante [AIF] Uno menos. Que satisfacción, que placer, que felicidad matar a uno de aquellos intocables. Pero no eran los únicos. Los guardias hicieron acto de presencia rápidamente dispuestos a defender a los inútiles que les pagaban el suelo. Cánabar esperara que hubieran disfrutado el anterior pago, porque este no lo iban a recibir. Había dos que destacaban especialmente.
-¿Vosotros sois los guardias de los Nobles Mundiales? Qué decepción...- Dijo para provocarles.
Utilizó su espada para detener el ataque de aquellos guerreros. La cubrió con haki y sus espadas impactaron en el enorme sable. Cánabar cargó su arma de energía y lanzo un Dragón que se dirigió hacia los dos hombres. Dado el poder que emitían no acabaría con ellos, pero era un buen comienzo. Alma de Dragón [AF]
Esperaba que el resto de miembros estuvieran bien, Kaiser podría encargarse de la mayoría sin problemas, pero los demás miembros de Atesaki no tenían esa capacidad. Quizás Bisutomaru y Sawaki podrían hacer algo. No, podía para a pensar todo aquello, había un combate de por medio. Él ya no tenía sentimientos, poco le importaba lo que ocurriera con ellos. pero entonces... ¿por qué quería protegerlos? Eran su familia después de todo. Maldita sea, no iba a permitir que les ocurriera nada. Aunque iba a ser difícil defenderlos y encargarse de aquellos hombres. No quería usar aquello, pero si no había más remedio no dudaría.
- Resumen:
- Envío una onda cortante al Noble Mundial. Dado la diferencia de niveles asumo que muere. Detengo a los dos samuráis (lvl 65 ambos) y me encaro a ellos para luchar contra los dos. Utilizo el manual Draven para provocarlos y les lanzo un ataque AF. Con el manual prisa le lanzo un ataque AIF al tenryuubito.
Kaito Kazuki
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Todos se reúnen, cada uno de una forma un tanto peculiar, Guldirk sale de la bodega, Ed se encontraba por allí apoyado en uno de los mástiles del barco y Sinclair baja casi que volando desde el puesto de vigía, cada cual presenta sus ánimos para el combate de una forma diferente, la verdad es que tras el tiempo que ha pasado con ellos empieza a entender lo sucedido, los reportes sobre la anterior guerra, la de hace tres años en Loguetown le reveló que dos de ellos eran miembros del gremio del cazador y ex-shichibukai Takeshi Yamamot, aquél que murió en la guerra. Por eso parecen saber bien lo que sucede en una guerra como esta. Pero el problema no es ese es que justo antes de que Kaito pudiera ponerse a decir cómo actuar a todos una niebla impide que vean nada, por ello el joven Kazuki activa su haki de observación, la verdad es que no es necesario, pues las presencias que nota, fuera de las conocidas, son demasiado débiles como para suponerle un problema real. Kaito desenvaina dos de sus katanas, Nenekirimaru y Nanakirimaru. Con ambas tiene suficiente como para realizar lo que pretende. El joven percibe su tortuga cerca lo suficiente como para sacar a los pescados de allí y asegurarse de inspirarles el temor suficiente como para que no vuelvan a subirse a un barco que no es suyo. |~Chicos, sacad a los intrusos, los que no tengan mantra que se pongan en vuelo para evitar tener problemas los demás atacad. Pero no dañéis el barco.~| Dice justo antes de empezar con su parte.
Se lanza a por los intrusos con una velocidad prestigiosa, la verdad, casi no parece humano. Su golpes lanzan a los foráneos por los aires, y en mitad de vuelo prenden en llamas misteriosamente, bueno, no tan misteriosamente, pues se trata de una técnica del joven. |~Meikyo Shisui: Ougi Sakura.~| Susurra el joven mientras va golpeando intruso tras intruso, con una gran sonrisa en su rostro que refleja su diversión por entrar en combate, pero luego esa sonrisa se vuelve expresión seria. Pues empieza a aburrirse soberanamente de ellos y lanza una cortina que evitaría a los demás volver a subir al barco. Tras lo cual se dirige al otro lado y tras apoyarse en la borda mira de reojo a sus compañeros. |~Muchachos, sacadlos del barco, no creo que vuelvan a subir.~| Dice el joven y tras comprobar que lleva sus cuatro katanas, Chisei Itami, Nanakirimaru, Nenekirimaru y Osore Chaneringu consigo salta a tierra firme con la intención de buscar algo más interesante que lo que ha tenido en el barco.
Se lanza a por los intrusos con una velocidad prestigiosa, la verdad, casi no parece humano. Su golpes lanzan a los foráneos por los aires, y en mitad de vuelo prenden en llamas misteriosamente, bueno, no tan misteriosamente, pues se trata de una técnica del joven. |~Meikyo Shisui: Ougi Sakura.~| Susurra el joven mientras va golpeando intruso tras intruso, con una gran sonrisa en su rostro que refleja su diversión por entrar en combate, pero luego esa sonrisa se vuelve expresión seria. Pues empieza a aburrirse soberanamente de ellos y lanza una cortina que evitaría a los demás volver a subir al barco. Tras lo cual se dirige al otro lado y tras apoyarse en la borda mira de reojo a sus compañeros. |~Muchachos, sacadlos del barco, no creo que vuelvan a subir.~| Dice el joven y tras comprobar que lleva sus cuatro katanas, Chisei Itami, Nanakirimaru, Nenekirimaru y Osore Chaneringu consigo salta a tierra firme con la intención de buscar algo más interesante que lo que ha tenido en el barco.
- Resumen:
- Ordenar a los que no tengan mantra salir volando. Decir que no destruyan el barco y mandar a volar en llamas a los que están cerca de mí. Además de crear una capa de llamas que haga que se piensen el volver a subir.
Su pregunta no recibió respuesta. "Pos vaya", pensó mientras secretamente sonreía. Tenía una oportunidad más para gandulear lejos de aquel seco y antipático sargento. Si llegaba a Almirante algún día graparía la cara a todos los sargentos para obligarlos a sonreír... No, aquello sonaba cruel. Mucho mejor sólo ascender a personas alegres, o darles un cursillo sobre cómo colocar los labios para formar una sonrisa. "O suprimir los rangos de sargento. Y así directamente no habría sargentos". Aquel razonamiento era estúpido hasta para él, y su mente no tardó en decírselo. Si eliminaba el rango de Sargento, el inmediatamente superior tendría esas tareas. "¡Ya está! Suprimiré todos los puestos por debajo de Almirante. Yo sé sonreír... No, que es mucho trabajo".
-...Y no sé cantar. No esta voz no...- iba canturreando mientras trataba de mantenerse erguido para que aquella horrible prisión con forma de chaqueta blanca no cayera. Estaba convencido de que era una estrategia del Gobierno Mundial para paliar la escoliosis entre sus oficiales. O simplemente sería por guardar una estética uniforme digna de una organización de tal magnitud como sólo la Marina era. "Eso no tiene sentido". Si quisieran mantener la estética llevarían una medalla, o un pin, o algo. Tenía la sensación de estar reviviendo pensamientos anteriores, pero poco importaba.
Casi chocó contra un grupo de lo que parecían civiles, aunque guardaban una cierta formación e iban armados con, como mínimo, un par de buenas herramientas de control. Y los que no eran la "discreta" mujer llevaban pintas raras, en especial un tipo con una capa y pelo... ¿Rosa? Qué ridículo era aquello, como el tipo de los carteles de wanted, ese tal Akai Ryunosuke. "Qué criminal más patético. Vaya Loser de secano", pensaba mientras se acercaba, dispuesto a evacuar la zona. Por mucho que se escaqueara algo le había quedado claro: Nada de civiles durante la batalla, ni mujeres que tuvieran campo orbital independiente.
-Y es así como los días tranquilos ven su ocaso, ¿Verdad?- dijo, mirando hacia la gente que pretendía evacuar mientras uno de ellos se enfrentaba a un par de hombres pez-. ¡Eh! ¿Qué haces? ¡Yo soy el Marine! ¡Aquí el que te protege a ti soy yo!- gritó, enfadado porque no iba a poder evacuarlos y, lo más importante, le iban a quitar su diversión. Si algo divertido tenían las guerras, era el poder practicar esgrima contra una turba rabiosa y... ¿O eso eran las rebeliones? En cualquier caso sería divertido.
Desenvainó la espada y lanzó un ligero tajo a un Gyojin de mala cara, que retrocedió casi al instante mientras decía "Si llego a saber que iban a resistirse no venía", y otro daba la vuelta con él consolándolo.
-Tranqui, bro. Los humanos son unos salvajes, yo te comprendo...
Aquello acababa de ponerse raro, pero a decir verdad tampoco le importaba mucho. Él estaba ahí para sofocar la rebelión, no para matar inocentes, daba igual si eran atacantes o no. "Espera, ¿Llega con asustarlos? Tengo una idea". Su presencia inundó la zona, y el Haki del Rey se liberó. Tal vez funcionara y tal vez no, pero en cualquier caso esperaba que con aquello huyeran.
-Marchaos y no os haré daño- soltó, con su postura más digna mientras sacaba un cigarro y lo encendía. Odiaba fumar, pero se veía tan elegante cuando lo hacía... Tal vez se estuviera volviendo adicto, aunque lo dudaba seriamente. Aquella cajetilla tenía ya casi dos años y aún quedaban doce. No era una persona de vicios, salvo la lectura de poesía y el teatro, aunque a veces le gustaba pasear, entrenar y...- ¡Qué cojones! ¿Qué es eso?- gritó, mientras pensaba qué hacer. Dos gigantescos monstruos habían surgido del mar, y no tenían muy buena pinta. ¿Les gustaría el frío?-. ¡Todos a cubierto!
Buscó la forma de alejarse de la costa. Si un rey marino se varaba sólo tendría que congelarle el cerebro, pero mientras no atacara, lo mejor sería no darle motivos. No era cosa de ser idiota.
-...Y no sé cantar. No esta voz no...- iba canturreando mientras trataba de mantenerse erguido para que aquella horrible prisión con forma de chaqueta blanca no cayera. Estaba convencido de que era una estrategia del Gobierno Mundial para paliar la escoliosis entre sus oficiales. O simplemente sería por guardar una estética uniforme digna de una organización de tal magnitud como sólo la Marina era. "Eso no tiene sentido". Si quisieran mantener la estética llevarían una medalla, o un pin, o algo. Tenía la sensación de estar reviviendo pensamientos anteriores, pero poco importaba.
Casi chocó contra un grupo de lo que parecían civiles, aunque guardaban una cierta formación e iban armados con, como mínimo, un par de buenas herramientas de control. Y los que no eran la "discreta" mujer llevaban pintas raras, en especial un tipo con una capa y pelo... ¿Rosa? Qué ridículo era aquello, como el tipo de los carteles de wanted, ese tal Akai Ryunosuke. "Qué criminal más patético. Vaya Loser de secano", pensaba mientras se acercaba, dispuesto a evacuar la zona. Por mucho que se escaqueara algo le había quedado claro: Nada de civiles durante la batalla, ni mujeres que tuvieran campo orbital independiente.
-Y es así como los días tranquilos ven su ocaso, ¿Verdad?- dijo, mirando hacia la gente que pretendía evacuar mientras uno de ellos se enfrentaba a un par de hombres pez-. ¡Eh! ¿Qué haces? ¡Yo soy el Marine! ¡Aquí el que te protege a ti soy yo!- gritó, enfadado porque no iba a poder evacuarlos y, lo más importante, le iban a quitar su diversión. Si algo divertido tenían las guerras, era el poder practicar esgrima contra una turba rabiosa y... ¿O eso eran las rebeliones? En cualquier caso sería divertido.
Desenvainó la espada y lanzó un ligero tajo a un Gyojin de mala cara, que retrocedió casi al instante mientras decía "Si llego a saber que iban a resistirse no venía", y otro daba la vuelta con él consolándolo.
-Tranqui, bro. Los humanos son unos salvajes, yo te comprendo...
Aquello acababa de ponerse raro, pero a decir verdad tampoco le importaba mucho. Él estaba ahí para sofocar la rebelión, no para matar inocentes, daba igual si eran atacantes o no. "Espera, ¿Llega con asustarlos? Tengo una idea". Su presencia inundó la zona, y el Haki del Rey se liberó. Tal vez funcionara y tal vez no, pero en cualquier caso esperaba que con aquello huyeran.
-Marchaos y no os haré daño- soltó, con su postura más digna mientras sacaba un cigarro y lo encendía. Odiaba fumar, pero se veía tan elegante cuando lo hacía... Tal vez se estuviera volviendo adicto, aunque lo dudaba seriamente. Aquella cajetilla tenía ya casi dos años y aún quedaban doce. No era una persona de vicios, salvo la lectura de poesía y el teatro, aunque a veces le gustaba pasear, entrenar y...- ¡Qué cojones! ¿Qué es eso?- gritó, mientras pensaba qué hacer. Dos gigantescos monstruos habían surgido del mar, y no tenían muy buena pinta. ¿Les gustaría el frío?-. ¡Todos a cubierto!
Buscó la forma de alejarse de la costa. Si un rey marino se varaba sólo tendría que congelarle el cerebro, pero mientras no atacara, lo mejor sería no darle motivos. No era cosa de ser idiota.
- Resumen:
- Acercarme a esta gente. insultar a Akai mentalmente (sin saber qué es él). Repeler (si lo desea así el moderador o mis acompañantes) a los Gyojins. De no repelerlos tampoco importa. Buscar cobertura al ver los Monstruos marinos.
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El joven pelirrosa escucha atentamente a su líder decir que lo hace por la fama y la recompensa que pueda darnos el gobierno, algo que le desagrada ya que ve a los nobles como seres asquerosos pero sobre todo porque son juguetes con los que no le dejan jugar y eso lo decepciona. Todos los miembros presentes de Kyofu no Yohei bajan del barco a tierra justo cuando un grupo de peces sale del agua y los rodea a todos. Parecen confiados por su superioridad numérica pero el líder de la organización mercenaria se deshace de dos de ellos mientras grita Formación pentágono. No dejéis a estos idiotas avanzar hacia vosotros, tenéis que proteger al bombón de Aya… digo tenéis que defenderos mutuamente. Recordad que usan el agua, no les deis tregua, ataques a distancia si es posible ¡Crok deja la jodida canción para después!
El joven pelirosa se reúne con el resto mientras se extraña por esa palabra a medias de Madara llamando bombón a Ayane. De hecho el hombre dragón se comporta de una forma un tanto extraña desde que la chica salió con esa vestimenta pero eso no le incumbe a Akai que ahora esboza una sonrisa aún más amplia que la que ya portaba. Sus ojos brillan de emoción por el fragor de la batalla y activa su Kenbunshoku haki comprobando que los gyojin son realmente insignificantes por lo que no necesita ni de su ámbito para deshacerse de ellos. En un momento dado varios de ellos se lanzan a por el grupo de mercenarios y Ryunosuke con un rápido movimiento se impulsa hacia ellos y con golpes certeros con las manos formando las garras de un dragón golpea músculos y articulaciones inutilizando partes de los cuerpos de los gyojins que golpea mientras los lanza al mar. Tras mandar a volar a unos 5 vuelve a reunirse con el resto mientras dice Madara, quiero un combate, no un juego de patear insectos. ¿Cuándo empezará la auténtica diversión? El rostro del guerrero dragón demuestra una pasión exagerada por la pelea y una tendencia a la violencia muy evidente.
El joven pelirosa se reúne con el resto mientras se extraña por esa palabra a medias de Madara llamando bombón a Ayane. De hecho el hombre dragón se comporta de una forma un tanto extraña desde que la chica salió con esa vestimenta pero eso no le incumbe a Akai que ahora esboza una sonrisa aún más amplia que la que ya portaba. Sus ojos brillan de emoción por el fragor de la batalla y activa su Kenbunshoku haki comprobando que los gyojin son realmente insignificantes por lo que no necesita ni de su ámbito para deshacerse de ellos. En un momento dado varios de ellos se lanzan a por el grupo de mercenarios y Ryunosuke con un rápido movimiento se impulsa hacia ellos y con golpes certeros con las manos formando las garras de un dragón golpea músculos y articulaciones inutilizando partes de los cuerpos de los gyojins que golpea mientras los lanza al mar. Tras mandar a volar a unos 5 vuelve a reunirse con el resto mientras dice Madara, quiero un combate, no un juego de patear insectos. ¿Cuándo empezará la auténtica diversión? El rostro del guerrero dragón demuestra una pasión exagerada por la pelea y una tendencia a la violencia muy evidente.
- Resumen:
- Bajar a puerto, mandar a volar a varios gyojins golpeando zonas sensibles y volver con el grupo mientras me pregunto porque Madara menciona a Ayane
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El hombre de la armadura logra llegar a la costa, acompañado por su compañero y amigo, Eoghan, una especie de hombre gato. Al parecer no llaman demasiado la atención, lo que es un alivio pues eso les evita un problema muy serio al tener que evadir a los que quieran detenerlos, pero eso parece no ser lo peor, de pronto el agua alrededor de la embarcación empieza a burbujear, no se sabe el por qué, cosa que preocupa al joven Rowan, pues de tener complicaciones con el bote tendría problemas serios, pues no puede nadar después de comerse aquella extraña fruta que le permite ahora materializar toda energía que se le ocurra. Por suerte se encuentran ya lo suficientemente cerca como para saltar a la costa, cosa que hace el joven felino y el hombre de armadura. El felino sale corriendo en busca de un lugar en el que pensar tranquilo. El alboroto puede jugar a su favor, no destacarían tanto en el entorno.
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Todo estaba comenzando, los malditos Gyojines ya estaban saliendo del agua. La primera actuación de Alex fue haberle devuelto el saludo y decirle que había caído bajo, eso provocó que el demonio sonriera de lado. Acto seguido decidió seguirle y no tardó mucho en colocarse a su lado, pudo ver como este lanzaba un poderoso puñetazo usando la habilidad de su fruta. La diversión no había hecho más que comenzar y el maldito Alex-chan estaba acaparando toda, de modo que el marine sonrió de lado y sacó su pistola beretta 92. Tener que ir al agua a luchar no era plato de buen gusto y no quería malgastar energía con ataques a distancia en ese momento preciso.
- Eh eh déjame alguno hermano. Después de esto te invito a un local dónde ponen una comida deliciosa, pero a cambio debes salir con vida.
A continuación apuntó a la cantidad enorme de Gyojines y empezó a disparar sobre ellos, su puntería era medianamente normalita pero entre tanto objetivo era muy difícil fallar. Mientras lo hacía continuaba pendiente a la conversación pues todavía no había acabado de hablar con su colega, en plena guerra y allí de buenas charlando, vaya almirante que estaba hecho. Pero era su forma de ser y estaba muy contento de poder verle de nuevo tras tres años sin saber mucho de él.
- No sabía que tenías un puesto en el Ouka, supongo que eso es genial. Ahora dime ¿Qué has estado haciendo en estos tres años amigo? Te he echado bastante de menos, pero digamos que estuve entre rejas por así decirlo.
Añadió después sonriente y así era, había estado encerrado en la torre sagrada por un crimen que no cometió, incluso lo tildaron de criminal, pero al final pudo demostrar su inocencia y acabar con los verdaderos traidores, así subió a Almirante. Entrecerró los ojos despacio recargando su arma para después guardarla y sacar su machete, esperando a que llegaran a la orilla, si es que su súper socio dejaba alguno vivo. Dio dos pasos hacia atrás y pegó un suspiro mientras esperaba a que llegaran.
- Alex, si pierdo la vida debo de pedirte un favor personal.
- Eh eh déjame alguno hermano. Después de esto te invito a un local dónde ponen una comida deliciosa, pero a cambio debes salir con vida.
A continuación apuntó a la cantidad enorme de Gyojines y empezó a disparar sobre ellos, su puntería era medianamente normalita pero entre tanto objetivo era muy difícil fallar. Mientras lo hacía continuaba pendiente a la conversación pues todavía no había acabado de hablar con su colega, en plena guerra y allí de buenas charlando, vaya almirante que estaba hecho. Pero era su forma de ser y estaba muy contento de poder verle de nuevo tras tres años sin saber mucho de él.
- No sabía que tenías un puesto en el Ouka, supongo que eso es genial. Ahora dime ¿Qué has estado haciendo en estos tres años amigo? Te he echado bastante de menos, pero digamos que estuve entre rejas por así decirlo.
Añadió después sonriente y así era, había estado encerrado en la torre sagrada por un crimen que no cometió, incluso lo tildaron de criminal, pero al final pudo demostrar su inocencia y acabar con los verdaderos traidores, así subió a Almirante. Entrecerró los ojos despacio recargando su arma para después guardarla y sacar su machete, esperando a que llegaran a la orilla, si es que su súper socio dejaba alguno vivo. Dio dos pasos hacia atrás y pegó un suspiro mientras esperaba a que llegaran.
- Alex, si pierdo la vida debo de pedirte un favor personal.
- Resumen:
- Hablar con alex y disparar a los gyojines al azar desde al lado del caza
Ichimura Hachiro
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Shun observó el den den mushi con severidad, sintiéndose honrado de que lo hubiesen elegido líder. Tenía ya años de experiencia como líder militar gracias a su etapa como general samurai a las órdenes del daimyo de Kamashi. Se giró hacia su grupo y lo evaluó con la mirada. Además del impulsivo chico de las marionetas, el de pelo blanco y el tembloroso joven de pelo castaño, contaba con otros quince cazadores. Eran pocos, pero suficientes para organizarse y defender aquella zona. El ronin confiaba en sus habilidades. Si la cosa se ponía fea, siempre podía crear un tornado cortante en torno a ellos para protegerles, e irse volando todos a una zona segura. Mientras pensaba cómo actuar, el moreno recriminaba al de pelo blanco su comportamiento impulsivo. No necesitaba su mantra para saberlo; aquel joven tenía miedo. Se aproximó a él, Isma creía recordar que se llamaba, y le apoyó una mano en el hombro derecho, mirándolo a los ojos con seriedad y decisión. Shun era con bastante diferencia el mayor de aquel grupo; eran todos jovenzuelos comparado con el samurai, que rozaba los cuarenta ya.
- Joven, reprimid vuestro miedo. No temáis porque estoy aquí, y pienso sacaros vivos de este lugar. Recordad quiénes somos; somos cazadores de recompensas - ahora se dirigió a todo el grupo, paseándose frente a ellos - Posiblemente todos tengamos diferentes objetivos: oro, justicia, fama, tal vez diversión... pero todos somos guerreros. Un guerrero orgulloso no se deja vencer por su miedo; no se retira sin haber al menos presentado batalla. ¿Sois vosotros cobardes sin valor? ¡No lo creo! ¡El miedo es algo natural! - al decir esto último, miró por unos instantes a Isma - Pero es una debilidad que nubla nuestro buen juicio. Señores, el destino del mundo depende de lo que suceda hoy aquí. Y ante todo, independientemente de nuestras motivaciones y objetivos, ¡estamos aquí para proteger al pueblo, a los indefensos! ¡Si fracasamos, quedarán desprotegidos frente a la horda de gyojins! ¡Si nos retiramos, los abandonamos a su suerte! No se vosotros, pero yo pienso dar hasta mi último aliento. ¡Mientras me quede un último aliento que dar, una última estocada que lanzar, no dejaré de luchar y proteger a quienes no pueden hacerlo! - desenvainó su katana y apuntó al cielo con ella - ¡Es hora de luchar, y demostrar que somos guerreros! ¡¿Quién está conmigo?!
En ese momento su mantra le alertó de un peligro inminente. Se giró y retrocedió un paso, esquivando un espadazo de un gyojin que había salido del agua. Y no venía solo. Le acompañaba toda una horda. Y algunos estaban subiéndose a la tortuga que empleaban de medio de transporte. Maldijo, y le lanzó un veloz tajo al que tenía delante. Acto seguido intentó avanzar hacia el enorme animal, pero una escuadra de algo más de diez tritones avanzó hacia él. Shun respiró hondo y envainó a Kaze no Ryoshu. Se colocó en posición de desenvainar y cerró los ojos. De repente su cuerpo se volvió azul y semitransparente. Abrió sus ojos de golpe. Se habían vuelto rojos. Dio un paso hacia delante y desapareció. Una veloz sombra se movió entre los enemigos al tiempo que se levantaba un fuerte viento. Entonces Shun apareció a la espalda del grupo, envainando la katana y caminando tranquilamente. Frunció el ceño. Notaba una presencia descomunal con su mantra avanzando hacia el puerto a toda velocidad.
- Ya habéis sido cortados... - dijo, al tiempo que acababa de envainar - ¡Compañeros! ¡Defended la tortuga de los gyojins, y a toda persona que podáis! - entonces vio lo que era la presencia: un rey marino - ¡Yo me encargaré de eso!
Se elevó rápidamente en el aire con el poder de su akuma, y se situó entre la tortuga y el rey marino, con Kaze no Ryoshu en su mano. La lluvia le mojaba las gafas, así que empleó su poder para generar una pequeña cúpula de viento débil en torno a él que la desviase. Respiró hondo y alzó la katana hacia el monstruo. El aire comenzó a arremolinarse en torno al arma. De hecho, en torno a Shun en un área muy grande de varas decenas de metros el viento se descontroló y comenzó moverse descontrolado, en poderosas rachas de más de cien kilómetros por hora. Sin embargo, este viento no molestaba a ninguno de su grupo. De hecho casi parecía que les protegiese y sólo entorpeciera a los gyojins. De repente, el aire en torno a su katana se prendió, envolviendo el acero en llamas. Retrocedió el brazo, preparando la estocada. Si aquello salía mal, tendría pocas posibilidades de salir con vida. Pero era su deber, y no iba a poner su honor en juego valorando más su vida que a sus compañeros y al noble animal que los transportaba y guarecía. El viento se enloqueció aun más aun, y de repente desde su katana se formó en horizontal un imponente tornado de aire cortante, que pronto se envolvió en llamas también. El samurai canalizó su haki hacia el ataque, y preparó el golpe.
- Kuchibue no Ken... - frunció el entrecejo y gritó - Dragon´s Firestorm!
Lanzó su estocada, y el tornado de llamas avanzó velozmente hacia la cabeza de la bestia, a ciento noventa kilómetros por hora. El extremo delantero adoptó forma de cabeza de dragón, que rugió con las fauces abiertas provocando un cavernoso sonido de viento. Shun jadeó, agotado, y envainó su humeante espada. Aquel ataque había sido lo más poderoso que había convocado en toda su vida... esperaba que diese resultado.
Hinoken + Tornado de viento cortante [Haki Armadura nivel 2] [AB]
- Joven, reprimid vuestro miedo. No temáis porque estoy aquí, y pienso sacaros vivos de este lugar. Recordad quiénes somos; somos cazadores de recompensas - ahora se dirigió a todo el grupo, paseándose frente a ellos - Posiblemente todos tengamos diferentes objetivos: oro, justicia, fama, tal vez diversión... pero todos somos guerreros. Un guerrero orgulloso no se deja vencer por su miedo; no se retira sin haber al menos presentado batalla. ¿Sois vosotros cobardes sin valor? ¡No lo creo! ¡El miedo es algo natural! - al decir esto último, miró por unos instantes a Isma - Pero es una debilidad que nubla nuestro buen juicio. Señores, el destino del mundo depende de lo que suceda hoy aquí. Y ante todo, independientemente de nuestras motivaciones y objetivos, ¡estamos aquí para proteger al pueblo, a los indefensos! ¡Si fracasamos, quedarán desprotegidos frente a la horda de gyojins! ¡Si nos retiramos, los abandonamos a su suerte! No se vosotros, pero yo pienso dar hasta mi último aliento. ¡Mientras me quede un último aliento que dar, una última estocada que lanzar, no dejaré de luchar y proteger a quienes no pueden hacerlo! - desenvainó su katana y apuntó al cielo con ella - ¡Es hora de luchar, y demostrar que somos guerreros! ¡¿Quién está conmigo?!
En ese momento su mantra le alertó de un peligro inminente. Se giró y retrocedió un paso, esquivando un espadazo de un gyojin que había salido del agua. Y no venía solo. Le acompañaba toda una horda. Y algunos estaban subiéndose a la tortuga que empleaban de medio de transporte. Maldijo, y le lanzó un veloz tajo al que tenía delante. Acto seguido intentó avanzar hacia el enorme animal, pero una escuadra de algo más de diez tritones avanzó hacia él. Shun respiró hondo y envainó a Kaze no Ryoshu. Se colocó en posición de desenvainar y cerró los ojos. De repente su cuerpo se volvió azul y semitransparente. Abrió sus ojos de golpe. Se habían vuelto rojos. Dio un paso hacia delante y desapareció. Una veloz sombra se movió entre los enemigos al tiempo que se levantaba un fuerte viento. Entonces Shun apareció a la espalda del grupo, envainando la katana y caminando tranquilamente. Frunció el ceño. Notaba una presencia descomunal con su mantra avanzando hacia el puerto a toda velocidad.
- Ya habéis sido cortados... - dijo, al tiempo que acababa de envainar - ¡Compañeros! ¡Defended la tortuga de los gyojins, y a toda persona que podáis! - entonces vio lo que era la presencia: un rey marino - ¡Yo me encargaré de eso!
Se elevó rápidamente en el aire con el poder de su akuma, y se situó entre la tortuga y el rey marino, con Kaze no Ryoshu en su mano. La lluvia le mojaba las gafas, así que empleó su poder para generar una pequeña cúpula de viento débil en torno a él que la desviase. Respiró hondo y alzó la katana hacia el monstruo. El aire comenzó a arremolinarse en torno al arma. De hecho, en torno a Shun en un área muy grande de varas decenas de metros el viento se descontroló y comenzó moverse descontrolado, en poderosas rachas de más de cien kilómetros por hora. Sin embargo, este viento no molestaba a ninguno de su grupo. De hecho casi parecía que les protegiese y sólo entorpeciera a los gyojins. De repente, el aire en torno a su katana se prendió, envolviendo el acero en llamas. Retrocedió el brazo, preparando la estocada. Si aquello salía mal, tendría pocas posibilidades de salir con vida. Pero era su deber, y no iba a poner su honor en juego valorando más su vida que a sus compañeros y al noble animal que los transportaba y guarecía. El viento se enloqueció aun más aun, y de repente desde su katana se formó en horizontal un imponente tornado de aire cortante, que pronto se envolvió en llamas también. El samurai canalizó su haki hacia el ataque, y preparó el golpe.
- Kuchibue no Ken... - frunció el entrecejo y gritó - Dragon´s Firestorm!
Lanzó su estocada, y el tornado de llamas avanzó velozmente hacia la cabeza de la bestia, a ciento noventa kilómetros por hora. El extremo delantero adoptó forma de cabeza de dragón, que rugió con las fauces abiertas provocando un cavernoso sonido de viento. Shun jadeó, agotado, y envainó su humeante espada. Aquel ataque había sido lo más poderoso que había convocado en toda su vida... esperaba que diese resultado.
Hinoken + Tornado de viento cortante [Haki Armadura nivel 2] [AB]
- Resumen:
- Suelto una arenga al gremio -> Ataco a algunos de los gyojins cercanos -> Doy órdenes a mis tropas y lanzo mi mejor golpe al rey marino
Date Musashi
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Agudeza
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A pesar de que lo había sacado de aquella celda no le debía nada, no era algo que no hubiera podido hacer él mismo. Además esos dos fortachones en realidad parecían pollos sin cabeza que corrían por su vida, por lo que no habrían podido detenerle y los marines tenían ahora mejores cosas que hacer que detener al ex-agente. Sin embargo algo había llamado su atención, dos katanas voladoras que se detuvieron delante suya antes de ser liberado. No tardó mucho en transformarse en una mujer, una interesante habilidad que le importaba bien poco en aquel momento. —Gracias, pero no necesitaba tu ayuda.— le dijo a Dexter, ese hombre del que no conocía nada pero sentía que poseía una gran fuerza, como la suya pero más intensa. En parte lo aterraba, pero estaba demasiado concentrado, preocupado y enfurecido para darse cuenta. Tomó sus armas pensando en nada más que en la localización de la pequeña Ame Sora.
—No se quienes sois, y no me importa saberlo. Lo único que deseo es encontrar lo que fue arrebatado de mi protección. Por tanto, apártense.— su voz sonaba imperativa y decidida a pesar de que aquellas dos personas pudieran matarlo si se lo proponían. Se colgó la espada en el cinto, tomó el instrumento consigo y llevó la maza en su mano derecha, tras lo que dio un par de pasos hacia los ascensores. Se detuvo, sin embargo, su orgullo no iba a dejar pasar la probabilidad de encontrar a Ame Sora. Por ello activó su Haki Mantra e ignoró la fuerte presencia de Dexter, buscando reconocer a la niña por su aura. Pero allí había demasiada gente, y más con todos esos gyojins que se lanzaban en una cruzada que para él no significaba nada. —¿Habéis oído algo de una niña con conocimientos prohibidos que fue vendida a los Tenryuubitos? ¿O habéis visto a una niña de dieciséis años por aquí con pinta de estar perdida?— no aportaba mucha información, pero era todo lo que tenía.
Se había dado la vuelta para mirarlos a la cara, en su rostro podía leerse la desesperación con facilidad, amargura que bañaba cada uno de sus músculos faciales y una cierta agresividad que se mostraba principalmente en sus cejas curvadas. Pero sobretodo, esperanza, esperanza de que pudierais ayudarlo a encontrar a la niña. Se nota que esa chiquilla es su todo, una relación similar o superior a la de los enlaces familiares. Parece que no va a decir nada más, pero abre la boca de nuevo aunque con la voz más seca. —Necesito encontrarla. Tengo que... salvarla...— y tras esas palabras su rostro se endurece como el mármol y mira a ambos esperando una respuesta de alguno de los dos. Si ninguno abre la boca en pocos segundos continuará con su plan de subir a Mariejoa, y si Ame Sora no está allí arriba empezará a enloquecer.
—No se quienes sois, y no me importa saberlo. Lo único que deseo es encontrar lo que fue arrebatado de mi protección. Por tanto, apártense.— su voz sonaba imperativa y decidida a pesar de que aquellas dos personas pudieran matarlo si se lo proponían. Se colgó la espada en el cinto, tomó el instrumento consigo y llevó la maza en su mano derecha, tras lo que dio un par de pasos hacia los ascensores. Se detuvo, sin embargo, su orgullo no iba a dejar pasar la probabilidad de encontrar a Ame Sora. Por ello activó su Haki Mantra e ignoró la fuerte presencia de Dexter, buscando reconocer a la niña por su aura. Pero allí había demasiada gente, y más con todos esos gyojins que se lanzaban en una cruzada que para él no significaba nada. —¿Habéis oído algo de una niña con conocimientos prohibidos que fue vendida a los Tenryuubitos? ¿O habéis visto a una niña de dieciséis años por aquí con pinta de estar perdida?— no aportaba mucha información, pero era todo lo que tenía.
Se había dado la vuelta para mirarlos a la cara, en su rostro podía leerse la desesperación con facilidad, amargura que bañaba cada uno de sus músculos faciales y una cierta agresividad que se mostraba principalmente en sus cejas curvadas. Pero sobretodo, esperanza, esperanza de que pudierais ayudarlo a encontrar a la niña. Se nota que esa chiquilla es su todo, una relación similar o superior a la de los enlaces familiares. Parece que no va a decir nada más, pero abre la boca de nuevo aunque con la voz más seca. —Necesito encontrarla. Tengo que... salvarla...— y tras esas palabras su rostro se endurece como el mármol y mira a ambos esperando una respuesta de alguno de los dos. Si ninguno abre la boca en pocos segundos continuará con su plan de subir a Mariejoa, y si Ame Sora no está allí arriba empezará a enloquecer.
- Resumen:
- Ser un badass. Armarse de nuevo y estar a punto de ir a los ascensores. Ser un badass desesperado. Ser un pussy. Preguntarle a Anglesey y Dexter por Ame Sora, si no le dicen nada relevante o pasan de él se ira hacia el ascensor y montará de ser posible. Ser un badass de nuevo.
Meneíllos
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Akuma no mi
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*Meneror observó el toque de alarma en el lugar con su rostro serio desde el tejado donde observaba junto a Derian. De pronto, miles de gyogins saltaron sobre el muelle con intención de tomar el mismo para avanzar. No iba a dejar que tomaran ni un solo palmo de tierras por tanto el pirata exhaló una calada de su puro finalizándolo y tirando la colilla al suelo mientras miraba a aquella marea de enemigos acercarse con un rosto muy serio *
-Sois una molestia...Señor Markov me ha encantado nuestra charla pero creo que su mushi suena y sería descortés escuchar una conversación ajena, si me permite...*En ese momento el pirata ve a aquellas dos monstruosidades emerger sobre el muelle a lo que el pirata no pudo evitar decir*- Eso ya es otra cosa, que empiece el juego
*Tras decir aquello se impulsó sobre su pierna derecha para salir disparado hacia el aire, y antes de tocar el suelo,su cuerpo se tornó en una lanza de humo que se lanzó rauda a cruzar las filas enemigas. El gas tóxico y caliente rozaría a todos los gyogins que pillara a su paso además de ir asestando diversos golpes con su estoque y garfio a la par. Meneror no se cortaba e intentaba una y otra vez dañar a cuantos más podía desde el centro del muelle, pero sin salir de su forma de humo. Asestó diversos golpes a los hombres-pez tanto con su bastón así como con su garfio, a veces según giraba mientras combatía lanzaba gases piroclastos alrededor de su zona mientras se batía contra unos pocos evitando así que el resto le atacara a la vez, puesto que, morirían o bien quemados o bien intoxicados. Tras eso intentó llegar hacia la primera sierpe de cabeza amarilla la cual miró la humareda acercarse*
-Solo os dedicaré tres minutos... *Dijo el pirata mientras cargaba contra la sierpe rodeándola con su cuerpo en forma de humo y generando gas continuo alrededor de aquel ser sin dejar de moverse, pues su objetivo era asfixiarla, si lo lograba sería un éxito.Aún así Meneror observó el focus por así decir que iba a recibir el bicho así que cuando la rodeó con su gas procuró apartarse del ataque de Shun así como ascender al los cielos a una distancia prudente para evitar ser dañado *
Resumen: Ataco a varios gyogins ---- ataco a la sierpe---- intento ponerme a salvo de los golpes.
-Sois una molestia...Señor Markov me ha encantado nuestra charla pero creo que su mushi suena y sería descortés escuchar una conversación ajena, si me permite...*En ese momento el pirata ve a aquellas dos monstruosidades emerger sobre el muelle a lo que el pirata no pudo evitar decir*- Eso ya es otra cosa, que empiece el juego
*Tras decir aquello se impulsó sobre su pierna derecha para salir disparado hacia el aire, y antes de tocar el suelo,su cuerpo se tornó en una lanza de humo que se lanzó rauda a cruzar las filas enemigas. El gas tóxico y caliente rozaría a todos los gyogins que pillara a su paso además de ir asestando diversos golpes con su estoque y garfio a la par. Meneror no se cortaba e intentaba una y otra vez dañar a cuantos más podía desde el centro del muelle, pero sin salir de su forma de humo. Asestó diversos golpes a los hombres-pez tanto con su bastón así como con su garfio, a veces según giraba mientras combatía lanzaba gases piroclastos alrededor de su zona mientras se batía contra unos pocos evitando así que el resto le atacara a la vez, puesto que, morirían o bien quemados o bien intoxicados. Tras eso intentó llegar hacia la primera sierpe de cabeza amarilla la cual miró la humareda acercarse*
-Solo os dedicaré tres minutos... *Dijo el pirata mientras cargaba contra la sierpe rodeándola con su cuerpo en forma de humo y generando gas continuo alrededor de aquel ser sin dejar de moverse, pues su objetivo era asfixiarla, si lo lograba sería un éxito.Aún así Meneror observó el focus por así decir que iba a recibir el bicho así que cuando la rodeó con su gas procuró apartarse del ataque de Shun así como ascender al los cielos a una distancia prudente para evitar ser dañado *
Resumen: Ataco a varios gyogins ---- ataco a la sierpe---- intento ponerme a salvo de los golpes.
Nocturne93
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Akuma no mi
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Me desperté, me di cuenta de que me había quedado dormido, aunque las circunstancias eran la mar de tensas y no sabía cómo demonios había conciliado el sueño. Me levanté restregándome la cara y me dispuse a vestirme, sin pausas pero sin prisas. Era un día bastante relajado, tal vez demasiado, pues no se me antojaba como otra cosa sino la calma que precedía la tempestad. No me gustaba nada, los rumores de las rebeliones de los tritones y la llamada de los tres almirantes para contener los posibles disturbios y amenazas era suficiente para inquietar a cualquiera, al fin y al cabo si los tres almirantes estaban allí todo podría indicar que algo bastante grave podría estar apunto de ocurrir.
En mi camarote yo estaba completamente aterrado, no sabía que hacer y aunque trataba de relajarme no podía evitar sentir el pánico ante una posible situación que podría ser bastante crítica. Sin embargo no sabía por qué, los nervios del pánico nunca afloraban, tan solo un calor interno que me hacía sentir el seguir hacia adelante, el continuar mi camino y cumplir con mis obligaciones como miembro de la Brigada Disciplinaria. Había algo en mí que me hacía continuar hacia adelante, dejando atrás todas las afrentas que nublasen mi mente, y por ellas logré llegar hasta aquí donde estaba, tal vez fuese el deseo de volver a ver a mi familia, o de saber que se encuentran sanos y salvos. Fuera lo que fuera eso me daba fuerzas para continuar, anulaba mis miedos y mis temores, y aunque no supiera exactamente a qué se debía eso me importaba bien poco.
Decidido, con mis ropas tradicionales verdes y mi sombrero recogiéndome el pelo, equipé mis espadas en mi cinturón, los cuchillos de kairouseki en el arnés de cuero y mi arco en la espalda cruzado, con el arco por delante de mi pecho. Finalmente me cargué con los diales en el chaleco. Tras eso me dispuse a salir de mi camarote y me dirigí directamente a cubierta. Allí pude ver a varios de mis camaradas, estaban Johnny y Drako jugando a las cartas, cosa que me sorprendió bastante, mantenían la calma de una forma que me resultaba hasta ofensiva en cierto punto. No sabíamos lo que podía ocurrir, y para colmo Genos nos decía que nos preparásemos para cualquier cosa que pudiera ocurrir.
Tras asomarme por cubierta hacia el puerto pude observar cómo había una gran cantidad de marines correteando de un lado hacia otro, transportaban cosas, organizaban e incluso algunos patrullaban por la seguridad manteniendo el poco orden que se podía organizar allí entre tanto caos. Me quedé observando a mis camaradas a esperas de que se decidieran a hacer algo.
-Lo siento chicos, me quedé dormido -les dije con una sonrisa en mi rostro, ocultando la tensión que desbordaba mis músculo- ¿Hay alguna noticia del almirante o hay algo que hacer?
En mi camarote yo estaba completamente aterrado, no sabía que hacer y aunque trataba de relajarme no podía evitar sentir el pánico ante una posible situación que podría ser bastante crítica. Sin embargo no sabía por qué, los nervios del pánico nunca afloraban, tan solo un calor interno que me hacía sentir el seguir hacia adelante, el continuar mi camino y cumplir con mis obligaciones como miembro de la Brigada Disciplinaria. Había algo en mí que me hacía continuar hacia adelante, dejando atrás todas las afrentas que nublasen mi mente, y por ellas logré llegar hasta aquí donde estaba, tal vez fuese el deseo de volver a ver a mi familia, o de saber que se encuentran sanos y salvos. Fuera lo que fuera eso me daba fuerzas para continuar, anulaba mis miedos y mis temores, y aunque no supiera exactamente a qué se debía eso me importaba bien poco.
Decidido, con mis ropas tradicionales verdes y mi sombrero recogiéndome el pelo, equipé mis espadas en mi cinturón, los cuchillos de kairouseki en el arnés de cuero y mi arco en la espalda cruzado, con el arco por delante de mi pecho. Finalmente me cargué con los diales en el chaleco. Tras eso me dispuse a salir de mi camarote y me dirigí directamente a cubierta. Allí pude ver a varios de mis camaradas, estaban Johnny y Drako jugando a las cartas, cosa que me sorprendió bastante, mantenían la calma de una forma que me resultaba hasta ofensiva en cierto punto. No sabíamos lo que podía ocurrir, y para colmo Genos nos decía que nos preparásemos para cualquier cosa que pudiera ocurrir.
Tras asomarme por cubierta hacia el puerto pude observar cómo había una gran cantidad de marines correteando de un lado hacia otro, transportaban cosas, organizaban e incluso algunos patrullaban por la seguridad manteniendo el poco orden que se podía organizar allí entre tanto caos. Me quedé observando a mis camaradas a esperas de que se decidieran a hacer algo.
-Lo siento chicos, me quedé dormido -les dije con una sonrisa en mi rostro, ocultando la tensión que desbordaba mis músculo- ¿Hay alguna noticia del almirante o hay algo que hacer?
- Resumen:
- Me despierto, escénico, me visto, más escénico, cojo todas mis armas y salgo fuera con más escénico aún, donde veo a la gente y les pregunto si hay noticias o si hay algo que hacer
Sawn
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Akuma no mi
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El camino hacia la tierra sagrada fue un poco desastre, pensaba que iba a ser tranquilo y que podía pensar en mis cosas, pero no fue así. Nada más subir me encontré con un montón de cazadores, no se si novatos, pero se acercaron a mi con asombro, me quedé con una cara de asombro al ver aquello, no recordaba el momento de mi vida que me había convertido en "famoso". Casi llegando al puerto que conectaba la tierra sagrada con el Nuevo Mundo, me puse a pensar en una conversación anterior que tuve con Sawn y con Dan en una isla próxima a ésta.
Tras llegar por fin a tierra firme, decidí pasar de todos aquellos tipos pesados y adentrarme yo solo al centro de la isla, quería visualizar muy bien en dónde me metía. Activé el haki mantra para agilizar el proceso de análisis. Todo era por una parte un descontrol, no paraban de pasar marines y agentes del Cypher Pol con armas y con diversos objetos útiles para la guerra que aún estaba por comenzar. Mis pasos eran lentos pero firmes, permitiéndome ver todo lo que me rodeaba.
De repente pude notar algo raro, miré hacia el oeste y pude ver algo raro con la lluvia, no caía ni tampoco desaparecía, era una cosa muy extraña que me impactó un poco al verlo. En ese momento todo el caos que había notado se volvió mucho mayor, en cuestión de segundos un montón de Gyojin salieron a la superficie creándose al mismo tiempo unas serpientes de agua de gran altura.
Poniendo toda mi atención en todo lo que estaba sucediendo, no me di cuenta, pero fue rodeado por tres Gyojin con forma de serpiente. Tenían un arma muy rara, pero a la vez poderosa, pudiendo destrozar casi todo si se utilizaba la fuerza suficiente. -(Ese tipo de Gyojin saben muy bien como combatir frente a usuarios de akuma no mi).- Recordé en ese mismo momento la frase de Sawn en la conversación de hace un par de días. Giré en mi mismo para ver a los tres Gyojin, parecían muy contentos, podría ser porque esta guerra para ellos podía resultarles divertido.
Mi concentración aumentó bastante, me estaba enfrentando a tres bestias que podían dejar K.O a cualquier humano e incluso a usuarios de cualquier tipo (logia, paramecia y zoan). En ese momento salieron los tres con intención de atacarme con sus grandes armas. Mi cuerpo de repente se volvió de un tono más oscuro, obteniendo el poder del hierro, también activé el haki armadura por todo el cuerpo, obteniendo una dureza insuperable. No me hicieron nada, pero el impacto era tan grande que me hizo sentir una sensación muy extraña.
Actué rápido, aprovechando la cercanía de los tres, con el poco espacio que tenía y un tiempo muy limitado, realizar una onda de energía mientras realizaba un movimiento giratorio, siendo esta onda circular. Si salía bien los mandaría a cada uno lejos de su posición actual con una herida de por medio.
Giro Circular [AIF]
Tras llegar por fin a tierra firme, decidí pasar de todos aquellos tipos pesados y adentrarme yo solo al centro de la isla, quería visualizar muy bien en dónde me metía. Activé el haki mantra para agilizar el proceso de análisis. Todo era por una parte un descontrol, no paraban de pasar marines y agentes del Cypher Pol con armas y con diversos objetos útiles para la guerra que aún estaba por comenzar. Mis pasos eran lentos pero firmes, permitiéndome ver todo lo que me rodeaba.
De repente pude notar algo raro, miré hacia el oeste y pude ver algo raro con la lluvia, no caía ni tampoco desaparecía, era una cosa muy extraña que me impactó un poco al verlo. En ese momento todo el caos que había notado se volvió mucho mayor, en cuestión de segundos un montón de Gyojin salieron a la superficie creándose al mismo tiempo unas serpientes de agua de gran altura.
Poniendo toda mi atención en todo lo que estaba sucediendo, no me di cuenta, pero fue rodeado por tres Gyojin con forma de serpiente. Tenían un arma muy rara, pero a la vez poderosa, pudiendo destrozar casi todo si se utilizaba la fuerza suficiente. -(Ese tipo de Gyojin saben muy bien como combatir frente a usuarios de akuma no mi).- Recordé en ese mismo momento la frase de Sawn en la conversación de hace un par de días. Giré en mi mismo para ver a los tres Gyojin, parecían muy contentos, podría ser porque esta guerra para ellos podía resultarles divertido.
Mi concentración aumentó bastante, me estaba enfrentando a tres bestias que podían dejar K.O a cualquier humano e incluso a usuarios de cualquier tipo (logia, paramecia y zoan). En ese momento salieron los tres con intención de atacarme con sus grandes armas. Mi cuerpo de repente se volvió de un tono más oscuro, obteniendo el poder del hierro, también activé el haki armadura por todo el cuerpo, obteniendo una dureza insuperable. No me hicieron nada, pero el impacto era tan grande que me hizo sentir una sensación muy extraña.
Actué rápido, aprovechando la cercanía de los tres, con el poco espacio que tenía y un tiempo muy limitado, realizar una onda de energía mientras realizaba un movimiento giratorio, siendo esta onda circular. Si salía bien los mandaría a cada uno lejos de su posición actual con una herida de por medio.
Giro Circular [AIF]
- Resumen:
- No hago mucho, analizo todo lo que hay a mi alrededor. Cuando llego al centro del puerto del Nuevo Mundo aparecen los Gyojin, quedándome un poco asombrado por las dos serpientes de agua. Al verme rodeado de los tres Gyojin y ver que me atacan a la vez (lo se porque tengo el haki mantra activado), convierto mi cuerpo totalmente en hierro y además activo el haki armadura por todo el cuerpo también, obteniendo una gran defensa. Paro los ataques de los tres y realizo un movimiento giratorio creando una onda de corte (de forma circular). Si sale bien el ataque, esos tres saldrían volando lejos de mi posición con una herida cada uno.
Haine Rammsteiner
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Akuma no mi
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Se sentía un poco el navegante de aquella "nave", pese a que no tuviera ni idea de llevar barcos y estuviera bebiendo cerveza con su más reciente compañero. Ban era todo lo contrario a Eris, una persona que disfrutaba de la vida sin preocuparse por las adversidades en exceso. Se podían llegar a montar grandes fiestas con él, y aunque Mark podía unirse quizás no era tan despreocupado como lo era Haine. Quizás porque Haine tenía a alguien que sabía cuidaría de él aunque acabara por los suelos. Y era por eso por lo que tenía una litrona en la mano mientras conducía aquella alfombra voladora hasta la Red Line, tomando un trago ocasional para "refrescar el gaznate". Pero tampoco bebió tanto, por lo que llegaron hasta lo alto sanos y salvos. Sin embargo puso en vuelo la alfombra de nuevo, pues la idea de Mark le había convencido. Si poseían la muralla para que los dejara pasar sería muy obvio, y si la rompían más todavía, por tanto pasar por encima era lo mejor.
Se detuvo en lo alto de la muralla unos segundos para que Mark hiciera lo que tenía que hacer. No le importaba en absoluto, al fin y al cabo no estaba meando en su "Tierra sagrada", por lo que le daba lo mismo. Pero cuando descendieron por el otro lado de la muralla sintió algo, aunque no parecía que hubiera nadie por allí por lo que lo ignoró. En cualquier caso tocaron el suelo y la alfombra perdió su posesión al tiempo que Haine suspiraba cansado. Activó su mantra, desvelando así cualquier presencia que pudiera haber cerca. Más que un mantra parecía un sónar de personas, pues buscaba avisar de cualquier cosa en lugar de identificar de qué se trataba. Esto era simple, si podía detectar a alguien es que podían detectarlo a él. Le dio un buen trago a la litrona y se estiró mientras sus drones se colocaban fuera de la alfombra, tras lo que le dio la bebida a su compañero Ban. Era el momento de saquear la Tierra Sagrada y salir de allí sin que nadie los viera. O ese era el plan.
—Vale, vamos todos juntos...— dijo Haine, asegurándose de que no hubiera nadie cerca. Si había alguien no hablaría. —A ver, hemos venido a lo que hemos venido. Nuestra prioridad no son los berries pues ya tenemos bastantes y espero que aquí haya tesoros mucho mejores. No obstante si vemos que no encontramos otra cosa, buscaremos berries. Los tenryuubitos no han podido llevarse absolutamente todas sus propiedades, los barcos se habrían hundido del peso... Así que ya sabéis, a explorar. ¡Ah! Y si nos pilla cualquier agente de la ley dejadme hablar a mí... Al fin y al cabo aún no hay recompensa por nuestras cabezas.— y con eso se dio la vuelta a sus drones, marcando aquel lugar como el "punto base". —Si nos separamos, nos reuniremos aquí. La alfombra no se moverá hasta que no estemos todos, no dejamos a nadie atrás. ¡Vamos!— dijo Haine. Los drones se quedaron quietos, y el perro de casi cinco metros se arrastró por entre los edificios siguiendo a los exploradores de Morgenstern.
Haki Mantra nivel 3 Activo. Mejora "Sentido de Emboscada" (siempre activo).
Se detuvo en lo alto de la muralla unos segundos para que Mark hiciera lo que tenía que hacer. No le importaba en absoluto, al fin y al cabo no estaba meando en su "Tierra sagrada", por lo que le daba lo mismo. Pero cuando descendieron por el otro lado de la muralla sintió algo, aunque no parecía que hubiera nadie por allí por lo que lo ignoró. En cualquier caso tocaron el suelo y la alfombra perdió su posesión al tiempo que Haine suspiraba cansado. Activó su mantra, desvelando así cualquier presencia que pudiera haber cerca. Más que un mantra parecía un sónar de personas, pues buscaba avisar de cualquier cosa en lugar de identificar de qué se trataba. Esto era simple, si podía detectar a alguien es que podían detectarlo a él. Le dio un buen trago a la litrona y se estiró mientras sus drones se colocaban fuera de la alfombra, tras lo que le dio la bebida a su compañero Ban. Era el momento de saquear la Tierra Sagrada y salir de allí sin que nadie los viera. O ese era el plan.
—Vale, vamos todos juntos...— dijo Haine, asegurándose de que no hubiera nadie cerca. Si había alguien no hablaría. —A ver, hemos venido a lo que hemos venido. Nuestra prioridad no son los berries pues ya tenemos bastantes y espero que aquí haya tesoros mucho mejores. No obstante si vemos que no encontramos otra cosa, buscaremos berries. Los tenryuubitos no han podido llevarse absolutamente todas sus propiedades, los barcos se habrían hundido del peso... Así que ya sabéis, a explorar. ¡Ah! Y si nos pilla cualquier agente de la ley dejadme hablar a mí... Al fin y al cabo aún no hay recompensa por nuestras cabezas.— y con eso se dio la vuelta a sus drones, marcando aquel lugar como el "punto base". —Si nos separamos, nos reuniremos aquí. La alfombra no se moverá hasta que no estemos todos, no dejamos a nadie atrás. ¡Vamos!— dijo Haine. Los drones se quedaron quietos, y el perro de casi cinco metros se arrastró por entre los edificios siguiendo a los exploradores de Morgenstern.
- Resumen:
- Llegamos a Mariejoa pasando por encima del muro (de ser posible, supusimos que sí) y comenzamos a explorar la zona en busca de objetos de valor, armas legendarias y minerales únicos. No obstante, si no encuentran eso empezarán a buscar berries.
Haki Mantra nivel 3 Activo. Mejora "Sentido de Emboscada" (siempre activo).
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Putos Gyojin, uno ya no podía ponerse a cantar ni en su propio barco, o eso pensaba al menos el chico lobo. El mar comenzó a burbujear y segundos después a llenarse aquello de bestias marinas, el ceño de Drake se frunció de forma exagerada, al parecer se iba a liar de verdad. Parecía estar solo en el barco ya que la pelirroja continuaba durmiendo con toda la confianza del mundo, dormía más que una marmota. El castaño salió corriendo hacia la borda y pegó un salto rumbo al mar en un acto suicida. Antes de caer sucedió algo que quizás nadie podría esperarse.
- ¡Learning to fly! ¡Okami SN1!
En ese momento un aura negra comenzó a rodearle por completo, no cayó al agua, empezó a volar a toda velocidad y con la mirada seria. Por encima de aquellos peces, empezó a dar puñetazos al aire enviándoles ondas de choque para hundirles de nuevo bajo el mar, no sabía si les iba a dar. Tras aquello se dirigió de nuevo al puerto y bajó hasta colocarse al lado de unos cuantos marines que pudo ver (brigada). Sus ojos ahora verdes se fijaron en ellos, su haki detectaba que a algún que otro tipo fuerte entre ellos, también notaba el olor de ellos y uno no parecía ser humano. Soltó una pequeña sonrisa para parecer amable y de esa forma tranquilizarlos un poco, debía ser duro ver lo que se les echaba encima.
- Yo os echare una mano con esto. Demostremos a los Gyojines que no pueden derrotarnos.
Acto seguido entrecerró los ojos estirando los brazos a los lados y empezando a gruñir lentamente, debía dejar salir toda su motivación. Miró al cielo y sin pensárselo empezó a rugir con fuerza y volumen, sus músculos parecían aumentar un poco, el color de sus ojos por unos segundos se puso blanco, pero después volvió a la normalidad. Las venas de su cuello y brazos palpitaban, la mala bestia estaba calentándose simplemente, su chaqueta de cuero no tardó en hacerse pedazos y caer rota al suelo. Acto seguido pegó un pequeño golpe en el suelo, haciendo que este se agrietara levemente pero lo justo para que no hubiera peligro de derrumbe.
- ¡Zan Nin Na! ¡Wolf Onds!
Sin pensarlo empezó a lanzar puñetazos y patadas al aire, eran tan violentos que desencadenaban ondas de choque que iban directas hacia los peces para que no pudieran avanzar, aunque eran muchísimos. Su haki estaba activado y pretendía ayudar todo lo posible a aquellos marines que allí había.
- ¡Learning to fly! ¡Okami SN1!
En ese momento un aura negra comenzó a rodearle por completo, no cayó al agua, empezó a volar a toda velocidad y con la mirada seria. Por encima de aquellos peces, empezó a dar puñetazos al aire enviándoles ondas de choque para hundirles de nuevo bajo el mar, no sabía si les iba a dar. Tras aquello se dirigió de nuevo al puerto y bajó hasta colocarse al lado de unos cuantos marines que pudo ver (brigada). Sus ojos ahora verdes se fijaron en ellos, su haki detectaba que a algún que otro tipo fuerte entre ellos, también notaba el olor de ellos y uno no parecía ser humano. Soltó una pequeña sonrisa para parecer amable y de esa forma tranquilizarlos un poco, debía ser duro ver lo que se les echaba encima.
- Yo os echare una mano con esto. Demostremos a los Gyojines que no pueden derrotarnos.
Acto seguido entrecerró los ojos estirando los brazos a los lados y empezando a gruñir lentamente, debía dejar salir toda su motivación. Miró al cielo y sin pensárselo empezó a rugir con fuerza y volumen, sus músculos parecían aumentar un poco, el color de sus ojos por unos segundos se puso blanco, pero después volvió a la normalidad. Las venas de su cuello y brazos palpitaban, la mala bestia estaba calentándose simplemente, su chaqueta de cuero no tardó en hacerse pedazos y caer rota al suelo. Acto seguido pegó un pequeño golpe en el suelo, haciendo que este se agrietara levemente pero lo justo para que no hubiera peligro de derrumbe.
- ¡Zan Nin Na! ¡Wolf Onds!
Sin pensarlo empezó a lanzar puñetazos y patadas al aire, eran tan violentos que desencadenaban ondas de choque que iban directas hacia los peces para que no pudieran avanzar, aunque eran muchísimos. Su haki estaba activado y pretendía ayudar todo lo posible a aquellos marines que allí había.
- Res:
- Lanzo ondas de choque a pces, me voy con la brigada, hablo con ellos y vuelvo a lanzar ondas a los peces
Dexter Black
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Akuma no mi
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Los hombres se alejaron asustados, y a su lado apareció Alice. Seguía pálida, pero teniendo en cuenta que la luz solar atravesaba sus facciones sin reaccionar, dotándola de una habilidad indudablemente útil, aunque, a decir verdad, no le retiraba el delicioso aroma que la acompañaba y en tres años no había llegado a olvidar. La miró momentáneamente a la cara y se dio cuenta de que estaba hermosa, aunque tal vez el haber perdido a Nadia lo hiciera más débil ante cualquier par de ojos castaños. "Lo que dirían las miradas si los ojos cantasen...", pensó, mientras la muchacha le preguntaba si se acordaba de ella. Qué coincidencia más extraña, pues él dudaba que aún lo recordase a él.
-No podría olvidarte ni queriendo- sonrió, y vio salir a un hombre de tamaño enorme. Él ya era bastante alto, sobrepasando los dos metros, y era la primera vez en muchos años que veía desde abajo a alguien. Sin duda era imponente, aunque la altura no lo era todo. Al fin y al cabo, en su vida, las personas que más lo habían dañado eran bastante más menudas que él. Aunque dudaba que él pudiera ablandar lo suficiente el corazoncito del gigante como para lograr herirlo en él. "¿Acabas de plantearte ni siquiera seducir a este tío?", preguntó su mente, sin que él llegara a apartar la mirada de aquel hombre, que poco tardó en comenzar a hablar.
"Desagradecido...". Fue la palabra que llegó a su mente tras la aportación del reo recién liberado. Lo había sacado de una probable condena a muerte, y aunque fuera capaz de liberarse él solo, le acababa de dar la opción de ir libre por Mariejoa. Incluso de escapar, si lo veía necesario. Pero no, él tenía que dar un discurso y darle órdenes. "Este hombre...", pensó mientras se echaba inútilmente a un lado, pues cuando lo hizo, el gran hombre dio la espalda y se dirigió a los ascensores, mientras un olor a pescado comenzaba a impregnar todo el puerto, y los disparos sonaban uno tras otro. Sin embargo, en el último momento, se dio la vuelta. Él estaba algo mosqueado, lo había hecho apartarse para nada, pero aún así lo escuchó, y entendió...
"Desesperado". Ésa era la verdadera palabra, aquel hombre estaba desesperado. Debía estar buscando a su hija, o hermana, o algo así. En cierta manera se veía roto, y llegaba a comprender su comportamiento. Recordaba cómo había tratado él a Tom cuando recién había muerto Nadia, y el grandullón no se estaba portando tan mal. Sin embargo, al juego de los orgullos podía jugar él también.
-Si necesitaras ayuda para escapar de una jaula de hierro- comenzó, con un tono calmado y el semblante serio-. No me servirías. Yo sí necesito ayuda, con lo que tenemos detrás. Pero lo tuyo es más importante, Timmothy- ¿Se llamaría Timmothy? Sonrió-. ¿Te llamas Timmothy? Bueno, no importa Timothy, tan sólo escucha- sonó en su oreja la voz de Deathstroke, preguntándole dónde se encontraba, y recordó lo que siempre llevaba en el bolsillo-. Estoy en Puerto Paraíso, con Timmothy. ¿Te llamas Timmothy? En fin, tanto da- se sacó un auricular del bolsillo, de los tres o cuatro que allí había, y se lo tendió-. Si lo llevas estaremos en contacto, Timmothy. Además si necesitas algo mi gente te puede ayudar, Timmothy- hizo una pausa, pensando en la niña, y su semblante tornó serio de nuevo-. No he visto a ninguna niña, pero tal vez los chicos sí, o igual te ayudan a buscar, Timmothy- aquel nombre quitaba la dignidad a cualquier persona. ¿Cómo podía pensar que alguien podría tener ese absurdo nombre? Casi se avergonzaba de llamárselo, pero no había vuelta atrás-. Si la veo te avisaré, Timmothy, y si encuentras a la niña, ven y ayúdame tú a mí. ¿Trato?- esperó un par de segundos y tendió otro auricular a Alice, y sin prestar atención a si lo cogía o no, dio media vuelta y marchó hacia la costa, pero se despidió de sus nuevos compañeros alzando la mano mientras caminaba- ¡Nos veremos pronto, Alice! ¡Espero saber tu verdadero nombre, Timmothy!
Tal vez incluso lo acompañaran, pero era una locura. Locura a la que él no tenía más remedio que abocarse. "Menudo día de locos me espera".
-No podría olvidarte ni queriendo- sonrió, y vio salir a un hombre de tamaño enorme. Él ya era bastante alto, sobrepasando los dos metros, y era la primera vez en muchos años que veía desde abajo a alguien. Sin duda era imponente, aunque la altura no lo era todo. Al fin y al cabo, en su vida, las personas que más lo habían dañado eran bastante más menudas que él. Aunque dudaba que él pudiera ablandar lo suficiente el corazoncito del gigante como para lograr herirlo en él. "¿Acabas de plantearte ni siquiera seducir a este tío?", preguntó su mente, sin que él llegara a apartar la mirada de aquel hombre, que poco tardó en comenzar a hablar.
"Desagradecido...". Fue la palabra que llegó a su mente tras la aportación del reo recién liberado. Lo había sacado de una probable condena a muerte, y aunque fuera capaz de liberarse él solo, le acababa de dar la opción de ir libre por Mariejoa. Incluso de escapar, si lo veía necesario. Pero no, él tenía que dar un discurso y darle órdenes. "Este hombre...", pensó mientras se echaba inútilmente a un lado, pues cuando lo hizo, el gran hombre dio la espalda y se dirigió a los ascensores, mientras un olor a pescado comenzaba a impregnar todo el puerto, y los disparos sonaban uno tras otro. Sin embargo, en el último momento, se dio la vuelta. Él estaba algo mosqueado, lo había hecho apartarse para nada, pero aún así lo escuchó, y entendió...
"Desesperado". Ésa era la verdadera palabra, aquel hombre estaba desesperado. Debía estar buscando a su hija, o hermana, o algo así. En cierta manera se veía roto, y llegaba a comprender su comportamiento. Recordaba cómo había tratado él a Tom cuando recién había muerto Nadia, y el grandullón no se estaba portando tan mal. Sin embargo, al juego de los orgullos podía jugar él también.
-Si necesitaras ayuda para escapar de una jaula de hierro- comenzó, con un tono calmado y el semblante serio-. No me servirías. Yo sí necesito ayuda, con lo que tenemos detrás. Pero lo tuyo es más importante, Timmothy- ¿Se llamaría Timmothy? Sonrió-. ¿Te llamas Timmothy? Bueno, no importa Timothy, tan sólo escucha- sonó en su oreja la voz de Deathstroke, preguntándole dónde se encontraba, y recordó lo que siempre llevaba en el bolsillo-. Estoy en Puerto Paraíso, con Timmothy. ¿Te llamas Timmothy? En fin, tanto da- se sacó un auricular del bolsillo, de los tres o cuatro que allí había, y se lo tendió-. Si lo llevas estaremos en contacto, Timmothy. Además si necesitas algo mi gente te puede ayudar, Timmothy- hizo una pausa, pensando en la niña, y su semblante tornó serio de nuevo-. No he visto a ninguna niña, pero tal vez los chicos sí, o igual te ayudan a buscar, Timmothy- aquel nombre quitaba la dignidad a cualquier persona. ¿Cómo podía pensar que alguien podría tener ese absurdo nombre? Casi se avergonzaba de llamárselo, pero no había vuelta atrás-. Si la veo te avisaré, Timmothy, y si encuentras a la niña, ven y ayúdame tú a mí. ¿Trato?- esperó un par de segundos y tendió otro auricular a Alice, y sin prestar atención a si lo cogía o no, dio media vuelta y marchó hacia la costa, pero se despidió de sus nuevos compañeros alzando la mano mientras caminaba- ¡Nos veremos pronto, Alice! ¡Espero saber tu verdadero nombre, Timmothy!
Tal vez incluso lo acompañaran, pero era una locura. Locura a la que él no tenía más remedio que abocarse. "Menudo día de locos me espera".
- Resumen:
- Arrebatar a Date su dignidad. Dar un pinganillo a Date y a Alice (si lo aceptan retiraré 2 de ficha). Marchar hacia la costa.
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Aguafiestas... eso eran esos peces. ¡Le habían fastidiado la fiesta en el mejor momento! Pero él les iba a enseñar quién mandaba. Se llevó la mano a la espalda y sacó su recortada, tirando de la corredera. Corrió hacia un gyojin apuntándole con esta y de un salvaje tiro a quemarropa le voló la tapa de los sesos. Comenzó a recargarla, pero otro escamitas fue a molestarle. Empuñando el arma por el cañón, le metió una "estocada" con el mango en el estómago, cortándole la respiración y frenándole el avance de golpe. Entonces comenzó a darle bofetadas en la cara con la escopeta, y finalmente se la bateó con fuerza. Terminó de recargar el arma y siguió disparando. Los revolucionarios luchaban con valentía, pero no dejaban de subir más.
- ¡Es hora de absurdas cantidades de balas y una innecesaria demostración de gran potencia de fuego! ¡Destroyer! - dijo, hablando por el comunicador de muñeca - ¡Fríe a estas sardinillas y pon algo cañero!
De repente se abrieron dos compuerta en el pecho del robot, de las que asomaron dos ametralladora gathling, al tiempo que comenzaba a sonar rock a todo volumen. Las máquinas comenzaron a girar, destrozando a los gyojins que subían y la varanda de la borda de paso. Erik se guardó la escopeta en el arnés de la espalda y generó un cristal de sal en forma de cuchilla. Corrió a toda velocidad hacia un gyojin que estaba intentando subirse por la espalda del Destroyer. Lo agarró por la ropa y lo derribó tirando de él, para luego atravesar su cuello con la cuchilla. El tritón gorgoteó, ahogándose. Escuchó un ruido tras él e inconscientemente se hizo intangible. Un arpón atravesó su abdomen en medio de un ruido de cristal roto. La zona afectada tenía el aspecto de un cristal blanco agrietado. Erik se giró de golpe, arrancando el arma de las manos de su atacante con el impulso, y le dio una potente patada en los genitales. Transformó sus dedos en cuchillas de sal, y lo tumbó de un tortazo en el pecho que le dejó profundos surcos sanguinolentos. Entonces, con una sonrisa sádica y una risita, se sentó a su lado y comenzó a tirarle cachitos de sal en la herida.
- ¡Toma sal! ¡Toma sal! ¡Jajajajaja!
Miró a su alrededor cuando se aburrió de tirarle cristalitos al pez. La batalla había concluido. Entre su "líder", los revolucionarios y el dron, los gyojins habían sido repelidos. Pero Erik aun tenía ganas de fiesta. Ordenó al dron que parase la canción, y se acercó a "Fela" tirando el cristal de sal a un lado. Aun tenían una misión pendiente, y era hora de ir poniéndose un poco serios.
- Ey, camarada. He visto que puedes volar con esa forma tan molona. Podemos sobrevolar el puerto juntos y buscar el arma. Pareces fuerte, así que si me distraes a los tipos duros, yo puedo volarla en pedazos con Destroyer - dijo, dándole unas palmadas al robot - Iré montando y despegando. No debería ser difícil de localizar.
Erik era así, campechano. Le daba igual que el tal "Fela" fuese el que estuviese al mando. No iba a tratarlo como a un líder, ni a obedecer órdenes que no considerase sensatas. Porque qué cojones, para algo eran revolucionarios. Ya bastante tenían con el Gobierno para dar órdenes, como para aun encima empezar a imponerse cosas y darse órdenes entre ellos. Con habilidad, trepó por el robot hasta la cabina y entró dentro con una sonrisa. Se quitó el arnés con sus armas y las dejó al lado del asiento del piloto. Comenzó a fuchicar en los controles, activando los propulsores y retrocohetes. Ordenó al dron elevarse en el aire unas cuantas decenas de metros, mientras abría la nevera y sacaba una caja de pasteles. Con expresión golosa, abrió la caja y comenzó a devorarlos mientras ascendía. Una vez estuvo en posición, soltó una carcajada y puso al robot a volar hacia el puerto a toda velocidad, ascendiendo un poco más de camino.
- ¡Es hora de hacer explotar cosas, belleza! - dijo, hablando con su imponente máquina.
Llegaron al puerto. Comenzó a observar todos los edificios desde la interfaz. Erik podía ser un tipo un poco alocado, macarra y gustarle demasiado la violencia gratuita y las explosiones. Pero no era tonto. De hecho era una persona avispada y pragmática. "Hay unos cuántos almacenes en el puerto, pero ninguno parece especialmente vigilado... espera, acerquemos la imagen de ese. Bingo." En uno de los almacenes había una especie de hombre árbol con una chaqueta de oficial marine en la entrada. ¿Por qué desperdiciaban a un oficial vigilando un almacén en mitad de una guerra si no era por algo importante? Podría haberse pensado que poniendo a muchos tipos duros estaría más seguro, pero entonces sería demasiado obvio. Un único tipo duro no llamaría tanto la atención. Activó los altavoces externos y habló por el micrófono para que su compañero lo escuchase.
- Fela, creo que lo tengo. Junto al hombre-árbol de ahí abajo.
El robot comenzó a bajar velozmente. Aun estaba a unas decenas de metros de altura cuando comenzó el bombardeo. Con su abusivo rango de ataque no necesitaba bajar al suelo, ni aproximarse demasiado. Comenzó a enviar tandas de misiles guiados con los lanzacohetes de sus hombros en dirección al techo del almacén, esperando que Flea distrajese al marine. Una vez hubiera hecho brecha, apuntaría al interior del almacén tuviese visión de su objetivo o no (preferiblemente teniendo, pero si tenía que esperar mucho a que se disipase el humo o algo así, comenzaría a disparar a saco), y dispararía su rifle acelerador pesado.
Bombardeo extremo: Ráfagas de misiles+rifle acelerador pesado [AMF]
- ¡Es hora de absurdas cantidades de balas y una innecesaria demostración de gran potencia de fuego! ¡Destroyer! - dijo, hablando por el comunicador de muñeca - ¡Fríe a estas sardinillas y pon algo cañero!
De repente se abrieron dos compuerta en el pecho del robot, de las que asomaron dos ametralladora gathling, al tiempo que comenzaba a sonar rock a todo volumen. Las máquinas comenzaron a girar, destrozando a los gyojins que subían y la varanda de la borda de paso. Erik se guardó la escopeta en el arnés de la espalda y generó un cristal de sal en forma de cuchilla. Corrió a toda velocidad hacia un gyojin que estaba intentando subirse por la espalda del Destroyer. Lo agarró por la ropa y lo derribó tirando de él, para luego atravesar su cuello con la cuchilla. El tritón gorgoteó, ahogándose. Escuchó un ruido tras él e inconscientemente se hizo intangible. Un arpón atravesó su abdomen en medio de un ruido de cristal roto. La zona afectada tenía el aspecto de un cristal blanco agrietado. Erik se giró de golpe, arrancando el arma de las manos de su atacante con el impulso, y le dio una potente patada en los genitales. Transformó sus dedos en cuchillas de sal, y lo tumbó de un tortazo en el pecho que le dejó profundos surcos sanguinolentos. Entonces, con una sonrisa sádica y una risita, se sentó a su lado y comenzó a tirarle cachitos de sal en la herida.
- ¡Toma sal! ¡Toma sal! ¡Jajajajaja!
Miró a su alrededor cuando se aburrió de tirarle cristalitos al pez. La batalla había concluido. Entre su "líder", los revolucionarios y el dron, los gyojins habían sido repelidos. Pero Erik aun tenía ganas de fiesta. Ordenó al dron que parase la canción, y se acercó a "Fela" tirando el cristal de sal a un lado. Aun tenían una misión pendiente, y era hora de ir poniéndose un poco serios.
- Ey, camarada. He visto que puedes volar con esa forma tan molona. Podemos sobrevolar el puerto juntos y buscar el arma. Pareces fuerte, así que si me distraes a los tipos duros, yo puedo volarla en pedazos con Destroyer - dijo, dándole unas palmadas al robot - Iré montando y despegando. No debería ser difícil de localizar.
Erik era así, campechano. Le daba igual que el tal "Fela" fuese el que estuviese al mando. No iba a tratarlo como a un líder, ni a obedecer órdenes que no considerase sensatas. Porque qué cojones, para algo eran revolucionarios. Ya bastante tenían con el Gobierno para dar órdenes, como para aun encima empezar a imponerse cosas y darse órdenes entre ellos. Con habilidad, trepó por el robot hasta la cabina y entró dentro con una sonrisa. Se quitó el arnés con sus armas y las dejó al lado del asiento del piloto. Comenzó a fuchicar en los controles, activando los propulsores y retrocohetes. Ordenó al dron elevarse en el aire unas cuantas decenas de metros, mientras abría la nevera y sacaba una caja de pasteles. Con expresión golosa, abrió la caja y comenzó a devorarlos mientras ascendía. Una vez estuvo en posición, soltó una carcajada y puso al robot a volar hacia el puerto a toda velocidad, ascendiendo un poco más de camino.
- ¡Es hora de hacer explotar cosas, belleza! - dijo, hablando con su imponente máquina.
Llegaron al puerto. Comenzó a observar todos los edificios desde la interfaz. Erik podía ser un tipo un poco alocado, macarra y gustarle demasiado la violencia gratuita y las explosiones. Pero no era tonto. De hecho era una persona avispada y pragmática. "Hay unos cuántos almacenes en el puerto, pero ninguno parece especialmente vigilado... espera, acerquemos la imagen de ese. Bingo." En uno de los almacenes había una especie de hombre árbol con una chaqueta de oficial marine en la entrada. ¿Por qué desperdiciaban a un oficial vigilando un almacén en mitad de una guerra si no era por algo importante? Podría haberse pensado que poniendo a muchos tipos duros estaría más seguro, pero entonces sería demasiado obvio. Un único tipo duro no llamaría tanto la atención. Activó los altavoces externos y habló por el micrófono para que su compañero lo escuchase.
- Fela, creo que lo tengo. Junto al hombre-árbol de ahí abajo.
El robot comenzó a bajar velozmente. Aun estaba a unas decenas de metros de altura cuando comenzó el bombardeo. Con su abusivo rango de ataque no necesitaba bajar al suelo, ni aproximarse demasiado. Comenzó a enviar tandas de misiles guiados con los lanzacohetes de sus hombros en dirección al techo del almacén, esperando que Flea distrajese al marine. Una vez hubiera hecho brecha, apuntaría al interior del almacén tuviese visión de su objetivo o no (preferiblemente teniendo, pero si tenía que esperar mucho a que se disipase el humo o algo así, comenzaría a disparar a saco), y dispararía su rifle acelerador pesado.
Bombardeo extremo: Ráfagas de misiles+rifle acelerador pesado [AMF]
- Resumen:
- Acribillo a los gyojins con mi escopeta y el dron -> Hincharme a pasteles y echar a volar -> Señalarle a Flea el almacén en el que sospecho que está nuestro objetivo y bajar a bombardearlo.
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Thanatos se hallaba esperando la respuesta de sus compañeros, lamentablemente no obtuvo respuesta, cosa que le hizo mirar a otro lado y cruzarse de brazos como si nada. El hombre conocido como Isma parecía estar asustado o algo así, cosa que hizo que el espadachín comenzara a hablar. Parecía una especie de discurso, sin embargo el cazador conocido como el zorro del dolor, permanecía callado esperando. En sus últimas palabras dijo que quién estaba con él, la verdad es que llevaba razón y hablaba bastante bien, sin embargo aquel hombre no era muy hablador y simplemente levantó su mano derecha un poco. Acto seguido pudo ver como aquellos seres del mar salían del océano, además de un enorme monstruo, el cual parecía muy feroz. El samurái dijo que se ocuparía de él.
- Formación Triangulo.
Impakuto y Shirodoku empezaron a luchar usando el cuerpo a cuerpo, no eran muy bueno pero aquellos seres no parecían muy difíciles. Sin embargo el ser tan numerosos empezaba a pasar factura y sus dos cuerpos se estaban llevando bastantes golpes. Se vio obligado a esforzarse e hizo que la cuchilla venenosa surgiera del brazo del cuerpo de la marioneta venenosa, la joven de echó hacia atrás. El ser de carne humana empezó a envenenar a aquellos seres o a intentarlo mientras también recibía algunos golpes, pero el problema era que Thanatos no podía tener tantos puntos de vista para él y los demás cuerpos. Echó hacia atrás a sus muchachos y tomó su barra de hierro, los otros dos cayeron al suelo como si de juguetes fueran.
Sin duda aquellos seres estaban hechos para luchar juntos contra una o dos personas, pero no contra tantos a la vez. El devastador trataba de partir cuellos con su ataque mientras también recibía algo de daño, sus ojos se abrieron de forma exagerada al ver como aquel hombre de su equipo hacía un enorme tornado en llamas. Después lo vio jadear, parecía cansado, eso le costó un golpe en la mejilla y frunció el ceño tratando de golpear al causante. Ahora controló de nuevo a sus dos cuerpos y corrió hacia su compañero, Impakuto estiró sus manos hacia aquellos seres mientras que Shirodoku cubría la espalda, Thanatos se agachó colocándole a su compañero la mano en el hombro y otra en el brazo.
- ¿Estás bien?
- Formación Triangulo.
Impakuto y Shirodoku empezaron a luchar usando el cuerpo a cuerpo, no eran muy bueno pero aquellos seres no parecían muy difíciles. Sin embargo el ser tan numerosos empezaba a pasar factura y sus dos cuerpos se estaban llevando bastantes golpes. Se vio obligado a esforzarse e hizo que la cuchilla venenosa surgiera del brazo del cuerpo de la marioneta venenosa, la joven de echó hacia atrás. El ser de carne humana empezó a envenenar a aquellos seres o a intentarlo mientras también recibía algunos golpes, pero el problema era que Thanatos no podía tener tantos puntos de vista para él y los demás cuerpos. Echó hacia atrás a sus muchachos y tomó su barra de hierro, los otros dos cayeron al suelo como si de juguetes fueran.
Sin duda aquellos seres estaban hechos para luchar juntos contra una o dos personas, pero no contra tantos a la vez. El devastador trataba de partir cuellos con su ataque mientras también recibía algo de daño, sus ojos se abrieron de forma exagerada al ver como aquel hombre de su equipo hacía un enorme tornado en llamas. Después lo vio jadear, parecía cansado, eso le costó un golpe en la mejilla y frunció el ceño tratando de golpear al causante. Ahora controló de nuevo a sus dos cuerpos y corrió hacia su compañero, Impakuto estiró sus manos hacia aquellos seres mientras que Shirodoku cubría la espalda, Thanatos se agachó colocándole a su compañero la mano en el hombro y otra en el brazo.
- ¿Estás bien?
- Resumen:
- Lucha contra los peces y apoyar a Shun
Derian Markov
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Derian emitió una suave risa entre dientes ante las palabras del mafioso. Como siempre, Meneror cumplía sus expectativas. Había términos aun por negociar del acuerdo. No le iba a dar el 50% del botín, pues el botín eran sus tierras y la riqueza de su reino, y eso le pertenecía a él como legítimo rey. Le daría, sin embargo, una considerable cantidad de oro. Con unos cuantos millones de berries llegaría. Al fin y al cabo el mafioso pasaría a tener un condado propio entero. De criminal, a noble... no era un mal cambio, y los ingresos del lugar serían más que suficientes para que viviese toda su vida con lujos. Así que no tenía derecho a quejarse. El vampiro frunció el ceño cuando las alarmas comenzaron a sonar, molesto. Aquel pitido infernal era demasiado para su agudo oído. En el puerto, los gyojins comenzaba el asalto apoyados por dos reyes marinos. Cuando Derian iba a dirigirse hacia allí, el den den mushi que le habían dado comenzó a sonar. Dejó que Meneror se adelantara, y respondió.
- Aquí Derian Markov.
- El Shichibukai Mizsvat Graxa se dirige a apoyaros en vuestra posición. Envío a otro apoyo al Nuevo Mundo. Tened cuidado.
Derian frunció el ceñó, extrañado, y se centró en su mantra. Debía haber alguna clase de error... su haki estaba muy desarrollado. ¿Por qué no captaba nada pues?
- Conozco personalmente al señor Graxa y no he percibido su presencia en ningún momento, ni en la ciudad ni ahora mismo... Es más, tengo negocios con él y sin embargo llevo ya un tiempo sin saber nada de él. Estaré ojo avizor - respondió.
Derian sacudió la cabeza, extrañado. ¿Habría coincidido que Miszvat había quedado fuera de su rango de mantra todo el rato? Mariejoa era grande... era posible. Sin embargo se suponía que se estaba dirigiendo hacia allí, y sin embargo no captaba absolutamente nada. Tal vez estaba aun descendiendo de la ciudad. Pero cabía la pequeña posibilidad de que Miszvat no fuera Miszvat. Y eso lo sabría nada más verlo. Bien fuese por su mantra o por su olfato, dado el característico olor a azufre del Shichibukai. Decidió estar atento para hablar con él. De no ser un impostor, aun tendría temas que tratar con él concerniente con la invasión a Hallstat. Habían hecho negocios, y el Shichibukai había prometido apoyarle militarmente y ofrecerle armamento, suministros y tropas, en calidad de representante de la Corporación Sol Negro. Y sin embargo Derian llevaba mucho sin tener ninguna noticia suya. En todo caso... de momento tenía que cumplir con su labor. Se elevó por los aires y comenzó a volar hacia el puerto. El lugar estaba infestado de gyojins y lleno de gente combatiéndolos.
- Me apetece almorzar pescado - dijo, con una sonrisa sádica.
Descendió en medio de un grupo de gyojin demasiado audaces o demasiado idiotas. Estos se giraron hacia él, lanzándose a atacarle al momento. Sin esfuerzo, comenzó a moverse entre ellos, evitando todos los golpes con su mantra. Entonces comenzó a cambiar. De repente le salieron dos poderosas alas, su armadura y ropa desapareció, y su musculatura creció. Su piel se volvió rojiza, y dos enorme hojas dobles de filo rojo se le materializaron en las manos. Girando los aceros sobre sus manos, comenzó a avanzar entre los gyojins lanzando cortes en todas las direcciones. Los destrozaría sin dificultad si los alcanzaba. Su fuerza en aquella forma era muy superior a la de un humano, y golpear a alguien con tanta potencia con una hoja tan grande sería letal. Una vez acabase con el grupo, agarraría a uno tras hacer desaparecer las hojas dobles.
- A ti te quiero vivo... serás mi almuerzo.
Enseñó los colmillos, siseando, y abrió la boca del todo. Dominado por un instinto de depredador, se lanzó a por el cuello del gyojin. Le había entrado mucha sed, y aunque había estado aplacándola con su botella, ya estaba harto. Quería sangre caliente y directa de un cuerpo, cargada de adrenalina y otras deliciosas hormonas. Quería sentir la emoción de la caza y disfrutar de su presa, notando cómo la vida se le escapaba lentamente de su cuerpo a medida se iba bebiendo toda su sangre. Los latidos del corazón apagándose poco a poco, en una hermosa melodía de muerte que sólo lo alimentaría y volvería más fuerte y letal. Aquello era vida para él... sólo se sentía realmente vivo en momento como aquel.
- Aquí Derian Markov.
- El Shichibukai Mizsvat Graxa se dirige a apoyaros en vuestra posición. Envío a otro apoyo al Nuevo Mundo. Tened cuidado.
Derian frunció el ceñó, extrañado, y se centró en su mantra. Debía haber alguna clase de error... su haki estaba muy desarrollado. ¿Por qué no captaba nada pues?
- Conozco personalmente al señor Graxa y no he percibido su presencia en ningún momento, ni en la ciudad ni ahora mismo... Es más, tengo negocios con él y sin embargo llevo ya un tiempo sin saber nada de él. Estaré ojo avizor - respondió.
Derian sacudió la cabeza, extrañado. ¿Habría coincidido que Miszvat había quedado fuera de su rango de mantra todo el rato? Mariejoa era grande... era posible. Sin embargo se suponía que se estaba dirigiendo hacia allí, y sin embargo no captaba absolutamente nada. Tal vez estaba aun descendiendo de la ciudad. Pero cabía la pequeña posibilidad de que Miszvat no fuera Miszvat. Y eso lo sabría nada más verlo. Bien fuese por su mantra o por su olfato, dado el característico olor a azufre del Shichibukai. Decidió estar atento para hablar con él. De no ser un impostor, aun tendría temas que tratar con él concerniente con la invasión a Hallstat. Habían hecho negocios, y el Shichibukai había prometido apoyarle militarmente y ofrecerle armamento, suministros y tropas, en calidad de representante de la Corporación Sol Negro. Y sin embargo Derian llevaba mucho sin tener ninguna noticia suya. En todo caso... de momento tenía que cumplir con su labor. Se elevó por los aires y comenzó a volar hacia el puerto. El lugar estaba infestado de gyojins y lleno de gente combatiéndolos.
- Me apetece almorzar pescado - dijo, con una sonrisa sádica.
Descendió en medio de un grupo de gyojin demasiado audaces o demasiado idiotas. Estos se giraron hacia él, lanzándose a atacarle al momento. Sin esfuerzo, comenzó a moverse entre ellos, evitando todos los golpes con su mantra. Entonces comenzó a cambiar. De repente le salieron dos poderosas alas, su armadura y ropa desapareció, y su musculatura creció. Su piel se volvió rojiza, y dos enorme hojas dobles de filo rojo se le materializaron en las manos. Girando los aceros sobre sus manos, comenzó a avanzar entre los gyojins lanzando cortes en todas las direcciones. Los destrozaría sin dificultad si los alcanzaba. Su fuerza en aquella forma era muy superior a la de un humano, y golpear a alguien con tanta potencia con una hoja tan grande sería letal. Una vez acabase con el grupo, agarraría a uno tras hacer desaparecer las hojas dobles.
- A ti te quiero vivo... serás mi almuerzo.
Enseñó los colmillos, siseando, y abrió la boca del todo. Dominado por un instinto de depredador, se lanzó a por el cuello del gyojin. Le había entrado mucha sed, y aunque había estado aplacándola con su botella, ya estaba harto. Quería sangre caliente y directa de un cuerpo, cargada de adrenalina y otras deliciosas hormonas. Quería sentir la emoción de la caza y disfrutar de su presa, notando cómo la vida se le escapaba lentamente de su cuerpo a medida se iba bebiendo toda su sangre. Los latidos del corazón apagándose poco a poco, en una hermosa melodía de muerte que sólo lo alimentaría y volvería más fuerte y letal. Aquello era vida para él... sólo se sentía realmente vivo en momento como aquel.
- Resumen:
- Divagaciones powah -> Hablo con el tipo rubio por den den mushi -> Me dirijo al puerto y me pongo a masacrar gyojins -> Cojo a uno como almuerzo
Mellanie Grim
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Noté en el rostro de Maximilian cierta alegría, ya que parecía conocer al chico que ahora estaba en nuestro bote. Lo miré bien y algo en él me llamó la atención. En su espalda llevaba muchas armas que a mi parecer podían haber sido la consecuencia de sus problemas, ya que un peso así resultaría ser un impedimento para cualquier viajero. Maximilian se puso de pie y se estiró un momento. Mis ojos se abrieron y me quede inmóvil al ver que un gran barco aparecía a nuestro lado. No podía creer que eso estuviera pasando cuando pude oír gritos y voces quejándose fuertemente que provenían de aquel transporte. “Titanic” estaba grabado en un lado del barco y parecía tener problemas ya que se inclinaba de un lado a otro.
-En cualquier momento…
Antes de que terminara de hablar sucedió lo que pensaba que podía ser lo peor. El barco comenzó a hundirse rápidamente mientras que las personas se lanzaban al agua para salvarse. Maximilian estaba de pie mirando aquella situación tan escalofriante y podía entender la frustración que tenía, ya que no podía nadar.
-Yo iré, entonces – dije quitándome la sudadera que traía puesta y quedándome solo con la camiseta con la que usualmente viajaba.
Me quite los zapatos y cuando estuve lista para lanzarme a la mar, algo me detuvo. El agua comenzaba a comportarse extrañamente y de la nada emergieron criaturas que nunca había visto. Mire la dirección en que nadaban y era justamente a la costa de los cuarteles generales de los marines.
-¿Que está pasando aquí? – pensé mientras seguía viendo como aquellas extrañas criaturas aparecían una tras otra.
De pronto una de ellas apareció frente a nosotros. Estaba armado con un hacha bastante grande y cuando la elevó supuse que no tenía la mejor de las intenciones. Vi como Maximilian desenvainaba a toda velocidad su katana para detenerlo y yo me disponía a golpearlo con fuerza para sacarlo del velero.
-En cualquier momento…
Antes de que terminara de hablar sucedió lo que pensaba que podía ser lo peor. El barco comenzó a hundirse rápidamente mientras que las personas se lanzaban al agua para salvarse. Maximilian estaba de pie mirando aquella situación tan escalofriante y podía entender la frustración que tenía, ya que no podía nadar.
-Yo iré, entonces – dije quitándome la sudadera que traía puesta y quedándome solo con la camiseta con la que usualmente viajaba.
Me quite los zapatos y cuando estuve lista para lanzarme a la mar, algo me detuvo. El agua comenzaba a comportarse extrañamente y de la nada emergieron criaturas que nunca había visto. Mire la dirección en que nadaban y era justamente a la costa de los cuarteles generales de los marines.
-¿Que está pasando aquí? – pensé mientras seguía viendo como aquellas extrañas criaturas aparecían una tras otra.
De pronto una de ellas apareció frente a nosotros. Estaba armado con un hacha bastante grande y cuando la elevó supuse que no tenía la mejor de las intenciones. Vi como Maximilian desenvainaba a toda velocidad su katana para detenerlo y yo me disponía a golpearlo con fuerza para sacarlo del velero.
- Resumen:
- Veo como los Gyojin salen a la superficie. Al ver que uno se sube a nuestro velero me preparó para atacarlo luego de Maximilian detenga su ataque.
Flea
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Apenas volví de inspeccionar el puerto, uno de los novatos vino a preguntarme lo que debía hacer. Fue en ese momento cuando una gran cantidad de Gyojins entraban al barco con el objetivo de atacarnos. Señalé a los seres marinos, mirando al mismo novato que me había preguntado, y desenvainé mi Urumi. Usaría la misma con la mano izquierda. Podría ser muy seguidor de la religión católica, pero si me atacaban no me quedaría con los brazos cruzados. No los mataría, pero los dejaría inmovilizados. Hice crecer mi cola para poder envenenarlos y efectuar más rápido la acción. Antes de comenzar, con la mano derecha me toqué primero la frente, luego los dos pezones, terminando con un beso en los dedos.
Mi compañero Erik no era ningún tonto. Al parecer sabía luchar. Lo bueno que tenía esta espada era que podía enrollarse, y hacer movimientos poco ortodoxos, algunos indetectables con Kenbunshoku Haki. Esto se debe a que la voz que el otro escucha sabe lo que el rival quiere hacer, no lo que hará. Con esta espada, si quiero hacer un tajo en el pecho del enemigo, posiblemente cortaría su mandíbula, o su abdomen, depende de para qué lado se enrolle. Erik poseía una especie de robot extraño el cual disparaba insesantemente a todo Gyojin que subía al barco. Llegó un momento que esa cosa podría atacarme sin querer a mí también, por lo que me abstuve de lo que quedó de pelea.
Cuando al fin terminó, lamí la sangre de los que yo había derrotado, y les corté una pierna a los pocos que quedaban vivos, para que no vuelvan a molestar. Como "líder" del grupo de apoyo, y cura, debía darle consejos a Erik, pues había matado una enorme cantidad de Gyojins. Cogí un poco de sal que él había dejado, y se la tiré en la cabeza. Una lástima que no tengamos agua para hacerlo más oficial.
- Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen - le dije, mientras echaba la sal por su coronilla, la cual difícil era de calcular, puesto que mi camarada tenía una gran cantidad de cabello. Las palabras que había dicho habían sido en latín, y significaban "Yo te absolvo de todos tus pecados, en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen." Era la forma de liberar de los pecados a la gente, o al menos esa era la que yo me había inventado en ese momento, puesto que no había cabinas, ni cortinas, ni un Padre para hablar de lo que Erik había echo. - Esta es la Revolución, aquí nadie es líder de nadie, hay demasiado libre albedrío. Sin embargo, hay dos órdenes, que bajo mi liderato, por decirlo de alguna manera, debes de cumplir, o si no... - tragué saliva y senalé hacia abajo, lugar donde se encontraba el Infierno. - Yo he muerto, y he pasado por el Infierno, creeme, es lo más horrible que existe antes y después de la muerte. Las dos reglas son: No matarás, y no robarás.
Dicho este sermón, me dio la idea de ir volando hasta el puerto y buscar la localización de la máquina hunde-buques. Le dí el visto bueno. Era Erik sin duda un hombre con mucho potencial. A mí de hecho me gustaba los tipos que no seguían órdenes e iban a su bola, pero por lástima le tocó que yo lo dirija, y siempre son esas dos reglas. Podría ser peor, debería decirle que estaba prohibido no hacer caso a los Diez Mandamientos, y no entrar en los pecados capitales, pero ya con esos dos estaba perfecto.
Nos dirigimos volando los dos hacia el puerto. Aprovechamos la niebla que de repente apareció en Paraíso, y gracias a ella pudimos pasar más desapercibidos de lo que creíamos. Luego de llegar hasta el puerto, e intentar evitar a los Shichibukais, nos dirigimos hacia unos cuantos almacenes, protegidos por un Marine. Me acerqué a más o menos treinta metros, para poder saber su nombre. Fue cuando lo leí, que me di cuenta de que era un árbol, no un humano, y que lo había conocido en Sunaba, luchando contra Koldan y Hayato. Kodama era su nombre. Aprovecharía nuestro previo conocimiento para despistarlo, y que Erik pudiera volar en mil pedazos el almacén. Al parecer mi compañero había pensado en lo mismo, pues me llamó por un micrófono que teníamos los dos, para poder comunarnos. Me paré en frente del hombre-árbol, dispuesto a saludarlo. Parecía que los años no pasaban para él, pues siempre estaba con la misma cara.
¿Te acuerdas de mí? Yo luché a tu lado, en la Isla Sunaba. - le dije, para romper el hielo. Temía hacerlo, pero no me quedaba otra opción. Después de todo, los curas abusan de lujuria acudiendo a la pedofilia. Podría permitirme mentir una vez. - Tranquilo, dejé la Revolución al hacerme católico. He ido al Infierno y volví al este, nuestro mundo. Me he dado cuenta que era un tipo malo, por algo había estado allí. Si bien ahora no trabajo para el Gobierno Mundial, si no que voy libre, se cual es la verdadera justicia ahora. Me gustaría colaborar contigo. - En ese momento comenzó Erik con sus fuegos artificiales. Sus objetivos eran los techos de los almacenes, pretendía destruírlos por completo. - ¿Te molesta si lucho de tu lado, una vez más? - le pregunté a Kodama.
Mi compañero Erik no era ningún tonto. Al parecer sabía luchar. Lo bueno que tenía esta espada era que podía enrollarse, y hacer movimientos poco ortodoxos, algunos indetectables con Kenbunshoku Haki. Esto se debe a que la voz que el otro escucha sabe lo que el rival quiere hacer, no lo que hará. Con esta espada, si quiero hacer un tajo en el pecho del enemigo, posiblemente cortaría su mandíbula, o su abdomen, depende de para qué lado se enrolle. Erik poseía una especie de robot extraño el cual disparaba insesantemente a todo Gyojin que subía al barco. Llegó un momento que esa cosa podría atacarme sin querer a mí también, por lo que me abstuve de lo que quedó de pelea.
Cuando al fin terminó, lamí la sangre de los que yo había derrotado, y les corté una pierna a los pocos que quedaban vivos, para que no vuelvan a molestar. Como "líder" del grupo de apoyo, y cura, debía darle consejos a Erik, pues había matado una enorme cantidad de Gyojins. Cogí un poco de sal que él había dejado, y se la tiré en la cabeza. Una lástima que no tengamos agua para hacerlo más oficial.
- Ego te absolvo a peccatis tuis in nomine Patris et Filii et Spiritus Sancti. Amen - le dije, mientras echaba la sal por su coronilla, la cual difícil era de calcular, puesto que mi camarada tenía una gran cantidad de cabello. Las palabras que había dicho habían sido en latín, y significaban "Yo te absolvo de todos tus pecados, en nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amen." Era la forma de liberar de los pecados a la gente, o al menos esa era la que yo me había inventado en ese momento, puesto que no había cabinas, ni cortinas, ni un Padre para hablar de lo que Erik había echo. - Esta es la Revolución, aquí nadie es líder de nadie, hay demasiado libre albedrío. Sin embargo, hay dos órdenes, que bajo mi liderato, por decirlo de alguna manera, debes de cumplir, o si no... - tragué saliva y senalé hacia abajo, lugar donde se encontraba el Infierno. - Yo he muerto, y he pasado por el Infierno, creeme, es lo más horrible que existe antes y después de la muerte. Las dos reglas son: No matarás, y no robarás.
Dicho este sermón, me dio la idea de ir volando hasta el puerto y buscar la localización de la máquina hunde-buques. Le dí el visto bueno. Era Erik sin duda un hombre con mucho potencial. A mí de hecho me gustaba los tipos que no seguían órdenes e iban a su bola, pero por lástima le tocó que yo lo dirija, y siempre son esas dos reglas. Podría ser peor, debería decirle que estaba prohibido no hacer caso a los Diez Mandamientos, y no entrar en los pecados capitales, pero ya con esos dos estaba perfecto.
Nos dirigimos volando los dos hacia el puerto. Aprovechamos la niebla que de repente apareció en Paraíso, y gracias a ella pudimos pasar más desapercibidos de lo que creíamos. Luego de llegar hasta el puerto, e intentar evitar a los Shichibukais, nos dirigimos hacia unos cuantos almacenes, protegidos por un Marine. Me acerqué a más o menos treinta metros, para poder saber su nombre. Fue cuando lo leí, que me di cuenta de que era un árbol, no un humano, y que lo había conocido en Sunaba, luchando contra Koldan y Hayato. Kodama era su nombre. Aprovecharía nuestro previo conocimiento para despistarlo, y que Erik pudiera volar en mil pedazos el almacén. Al parecer mi compañero había pensado en lo mismo, pues me llamó por un micrófono que teníamos los dos, para poder comunarnos. Me paré en frente del hombre-árbol, dispuesto a saludarlo. Parecía que los años no pasaban para él, pues siempre estaba con la misma cara.
¿Te acuerdas de mí? Yo luché a tu lado, en la Isla Sunaba. - le dije, para romper el hielo. Temía hacerlo, pero no me quedaba otra opción. Después de todo, los curas abusan de lujuria acudiendo a la pedofilia. Podría permitirme mentir una vez. - Tranquilo, dejé la Revolución al hacerme católico. He ido al Infierno y volví al este, nuestro mundo. Me he dado cuenta que era un tipo malo, por algo había estado allí. Si bien ahora no trabajo para el Gobierno Mundial, si no que voy libre, se cual es la verdadera justicia ahora. Me gustaría colaborar contigo. - En ese momento comenzó Erik con sus fuegos artificiales. Sus objetivos eran los techos de los almacenes, pretendía destruírlos por completo. - ¿Te molesta si lucho de tu lado, una vez más? - le pregunté a Kodama.
- Resumen:
- Derrotar e imposibilitar a los Gyojins. Aconsejar a Erik para que no matara ni robara a nadie en un futuro, liberándolo de sus pecados. Volar junto a él, y llegar hasta arriba de los techos de los almacenes. Reconocer, bajar, y hablar con Kodama. Al mismo le miento, diciéndole que había reconocido la verdadera justicia, y cuando Erik comienza a disparar, le propongo al árbol luchar juntos.
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