Steve
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La verdad es que el panorama era extrañamente entretenido y peligroso, a partes iguales, enormes animales peleaban contra humanos, un robot gigante de color rojo caía del cielo para eliminar a una tortuga gigante rosa. Espera, ¿Qué? No le había hecho mucho caso en el instante en el que lo había visto y tarde varios segundos en reaccionar, pero ver esa escena hizo que mis ojos empezaran a brillar, quedándome anonadado por el hecho de que había robots gigantes en el juego ¡yo quería uno!
Tenía que fabricar uno más grande, con luces y armas, muchas armas, sinceramente ese enorme robot me había cautivado, hasta el punto de hacerme salivar, pero primero tendría que salir vivo de aquella guerra que se había montado antes de haber llegado yo, sinceramente, no sabía exactamente porque estaba ahí a parte de por un tesoro que parecía… inexistente, mas humo que realidad, aunque quien sabe si existía, si se lo habrían llevado o simplemente si era un premio por completar el evento.
Recupere el hilo al cabo de un rato, para hacer caso a lo que me decían los desconocidos, que se habían presentado, y uno de ellos, quería ir hacía uno de los ascensores, el que quedaba más cerca, lo cual era una buena idea porque estaríamos menos tiempo en peligro, así que no me queje y seguí oteando el campo de batalla, viendo como había algo en el fondo, una figura voladora que parecía dominar los cielos, pero no podía distinguirlo bien como para saber que era con exactitud, por lo que podía ser una invención voladora o un enorme unicornio rosa volador que dejara una estela arcoíris, proveniente de su ano.
Me enfoque en el hecho de que nos habíamos puesto en marcha y estábamos evitando una variedad enorme, casi sin fin de hombres pescado, humanos y a saber que otro tipo de animal estaría escondido entre esa sangría, obviamente los pescados no nos dejaban pasar desapercibidos, por lo que tuve que defenderme de alguno a golpe de mis armas, pero sin llegar a quitarles la vida a ninguno, al igual que vi hacer a uno de mis acompañantes, sin cesar nunca el paso que llevábamos. Mientras corría, pensaba en la enorme masacre que se había formado, la sangre salpicaba a cada dos pasos que dabas, pescados y humanos yacían en el suelo y unos huían mientras los otros los perseguían, era una verdadera matanza, una… danza macabra.
Tenía que fabricar uno más grande, con luces y armas, muchas armas, sinceramente ese enorme robot me había cautivado, hasta el punto de hacerme salivar, pero primero tendría que salir vivo de aquella guerra que se había montado antes de haber llegado yo, sinceramente, no sabía exactamente porque estaba ahí a parte de por un tesoro que parecía… inexistente, mas humo que realidad, aunque quien sabe si existía, si se lo habrían llevado o simplemente si era un premio por completar el evento.
Recupere el hilo al cabo de un rato, para hacer caso a lo que me decían los desconocidos, que se habían presentado, y uno de ellos, quería ir hacía uno de los ascensores, el que quedaba más cerca, lo cual era una buena idea porque estaríamos menos tiempo en peligro, así que no me queje y seguí oteando el campo de batalla, viendo como había algo en el fondo, una figura voladora que parecía dominar los cielos, pero no podía distinguirlo bien como para saber que era con exactitud, por lo que podía ser una invención voladora o un enorme unicornio rosa volador que dejara una estela arcoíris, proveniente de su ano.
Me enfoque en el hecho de que nos habíamos puesto en marcha y estábamos evitando una variedad enorme, casi sin fin de hombres pescado, humanos y a saber que otro tipo de animal estaría escondido entre esa sangría, obviamente los pescados no nos dejaban pasar desapercibidos, por lo que tuve que defenderme de alguno a golpe de mis armas, pero sin llegar a quitarles la vida a ninguno, al igual que vi hacer a uno de mis acompañantes, sin cesar nunca el paso que llevábamos. Mientras corría, pensaba en la enorme masacre que se había formado, la sangre salpicaba a cada dos pasos que dabas, pescados y humanos yacían en el suelo y unos huían mientras los otros los perseguían, era una verdadera matanza, una… danza macabra.
- Resumen:
- Ir hacía el ascensor que nos queda mas cerca (yendo en linea recta, si seguimos el mapa)
Abby
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¡Mis ropas! No podía ser, estaba casi desnuda... solo se me veía la ropa interior... ¿qué iba a hacer ahora? Lo único bueno es que había bastante niebla y, maldita sea, estúpidos gyojins, siempre tan oportunos. Me daban ganas de patear algo, esperaba no volver a toparme con ninguno de ellos, no solo por el hecho de que yo era más débil, sino que... tenían muchas ventajas sobre mí al ser "especiales". Todavía llevaba mis pistolas en la mano ya que al no tener la ropa con los bolsillos no tenía sitio para guardarlas, aunque se me ocurrió usar la zona de las botas. He llevado alguna que otra vez una daga y esta vez meter las pistolas de forma acomodada no sería incómodo pues eran pequeñas.
Poco a poco me iba quedando helada por culpa del tiempo que estaba ocurriendo. Ahora mi principal objetivo era encontrar algo de vestimenta y no morir de frío y luego ya si eso encontrar a Shi. Caminaba en dirección recta hasta que me di un golpe en la cabeza. Me había chocado sin darme cuenta contra el muro de una pared. Si que estaba ciega... Tras eso seguí caminando en dirección distinta intentando ver algo aunque con dificultad. A medida que avanzaba se podía ver mejor e incluso me pareció ver a Shi a unos cuantos metros de distancia de mí y con su túnica viniendo hacia mí mientras decía algo.
Agarré la túnica al vuelo y me la puse. Al menos ya no estaba desnuda y me podía abrigar un poco aunque me quedaba algo larga. En cuanto le vi mi expresión cambió completamente, estaba alegre de verlo y corrí a abrazarle. Unos segundos después me separé de él y con tono serio le dije-Debemos irnos de aquí. Vayamos hacia el centro, quizás podamos estar más seguros.- Le agarré de la mano y tiré de él. La sencilla razón era la cantidad de explosiones y caos que se había desarrollado por culpa de los gyojins.-Me alegro de haberte encontrado.-Le dije sonriendo mientras corríamos.
Poco a poco me iba quedando helada por culpa del tiempo que estaba ocurriendo. Ahora mi principal objetivo era encontrar algo de vestimenta y no morir de frío y luego ya si eso encontrar a Shi. Caminaba en dirección recta hasta que me di un golpe en la cabeza. Me había chocado sin darme cuenta contra el muro de una pared. Si que estaba ciega... Tras eso seguí caminando en dirección distinta intentando ver algo aunque con dificultad. A medida que avanzaba se podía ver mejor e incluso me pareció ver a Shi a unos cuantos metros de distancia de mí y con su túnica viniendo hacia mí mientras decía algo.
Agarré la túnica al vuelo y me la puse. Al menos ya no estaba desnuda y me podía abrigar un poco aunque me quedaba algo larga. En cuanto le vi mi expresión cambió completamente, estaba alegre de verlo y corrí a abrazarle. Unos segundos después me separé de él y con tono serio le dije-Debemos irnos de aquí. Vayamos hacia el centro, quizás podamos estar más seguros.- Le agarré de la mano y tiré de él. La sencilla razón era la cantidad de explosiones y caos que se había desarrollado por culpa de los gyojins.-Me alegro de haberte encontrado.-Le dije sonriendo mientras corríamos.
- Acciones:
- Buscar ropa, darse un golpe contra una pared, coger la túnica de Shi para ponerla y llevárselo hacia el centro.
Alex14ac
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Alex esperó a todos los que subieron en Farkas y tocó la cabellera del animal para que iniciara el vuelo. Era realmente majestuosa la forma completa de aquella criatura. Finalmente, el medio lobo saltó y empezó a surcar el aire en dirección hacia arriba. La brisa acariciaba el rostro del cazador que sentía un profundo dolor en el costado. Si entendiera de medicina podría saber si se trataba de una costilla rota o de una simple fisura. Por desgracia entendía más bien poco sobre ello. Debían buscar un médico para atender sus heridas, no quería estar fuera del combate demasiado tiempo ni que hubiera algo que le impidiera luchar al cien por cien. Y estaba totalmente seguro de que Krauser se sentía igual, La explosión habí alcanzado a ambos, ¿estaría herido el almirante?
-Farkas, llévanos al Puerto del Nuevo Mundo. Hacia el Este- Le dijo al lobo.
El animal dirigió su vuelo en dirección a la zona que su dueño le había pedido, deteniéndose antes en un lugar de la ciudad santa. Había un buen contingente de hombres y gyojins, pero a Alex solo le preocupaban los suyos. Además, allí podrían pedir ayuda para ellos y prepararse para la siguiente oleada. El animal aterrizó suavemente y Alex bajó para ayudar a los dos hombres que habían subido con él.Estaban aterrados por algún motivo, aunque parecían realmente fuertes y el mantra del cazador lo confirmó. ¿Qué podían temer aquellos guerreros? Cualquier cosa, es lo que causaba la guerra. Todo eran temores, temor a morir, a ser herido, a perder a lso que uno quiere... La guerra no trae nada bueno. Como su padre siempre decía, nunca hay vencedores, solo vencidos. Decidió pedir ayuda a un viejo amigo. Pero antes volvió a subirse sobre Farkas y a despegar.
-Karl, ¿hablo con el almirante Lion D. Karl? Soy... Alex Drachen. krauser y yo necesitamos tu ayuda- Dijo por le den den mushi.
No sabía dónde estaba su antiguo maestro, pero no debía nadar muy lejos de allí y podría curarlo lo suficiente como para que siguiera luchando. Le dijo las coordenadas y esperó que pudiera encontrarlos o, de lo contrario, él mismo se dirigiría hasta el almirante. Una vez hecho eso se intentó comunicar con su equipo, necesitaba saber cómo estaban todos y esperaba que siguieran vivos. De lo contrario... no habría mundo suficiente para que estos enemigos se escondieran. Utilizó de nuevo el caracol para comunicarse y trató de hablar con ellos. Al principio no funcionaba. ¿Se había estropeado? O quizás solo era un fallo. No se desesperó y volvió a intentarlo. Finalmente alguien recibió la llamada y respondió. Se sintió aliviado pero no podía despreocuparse ahora.
-Soy Alex, ¿cual es vuestra situación? Me encuentro cerca del Nuevo Mundo, dadme las coordenadas e iré en vuestro encuentro- Informó.
El animal volaba tan rápido como podía. Si la situación había empeorado tanto no quería ni saber cómo estaba en la zona contraria. Una vez comprobara todo decidiría dónde era mejor defender y lo haría junto a los suyos. Lo primero era saber cómo estaban todos y que Karl les ayudara. Solo necesitaba seguir luchando sin problemas, que aquel dolor no le impidiera luchar al máximo de sus capacidades.
-Farkas, llévanos al Puerto del Nuevo Mundo. Hacia el Este- Le dijo al lobo.
El animal dirigió su vuelo en dirección a la zona que su dueño le había pedido, deteniéndose antes en un lugar de la ciudad santa. Había un buen contingente de hombres y gyojins, pero a Alex solo le preocupaban los suyos. Además, allí podrían pedir ayuda para ellos y prepararse para la siguiente oleada. El animal aterrizó suavemente y Alex bajó para ayudar a los dos hombres que habían subido con él.Estaban aterrados por algún motivo, aunque parecían realmente fuertes y el mantra del cazador lo confirmó. ¿Qué podían temer aquellos guerreros? Cualquier cosa, es lo que causaba la guerra. Todo eran temores, temor a morir, a ser herido, a perder a lso que uno quiere... La guerra no trae nada bueno. Como su padre siempre decía, nunca hay vencedores, solo vencidos. Decidió pedir ayuda a un viejo amigo. Pero antes volvió a subirse sobre Farkas y a despegar.
-Karl, ¿hablo con el almirante Lion D. Karl? Soy... Alex Drachen. krauser y yo necesitamos tu ayuda- Dijo por le den den mushi.
No sabía dónde estaba su antiguo maestro, pero no debía nadar muy lejos de allí y podría curarlo lo suficiente como para que siguiera luchando. Le dijo las coordenadas y esperó que pudiera encontrarlos o, de lo contrario, él mismo se dirigiría hasta el almirante. Una vez hecho eso se intentó comunicar con su equipo, necesitaba saber cómo estaban todos y esperaba que siguieran vivos. De lo contrario... no habría mundo suficiente para que estos enemigos se escondieran. Utilizó de nuevo el caracol para comunicarse y trató de hablar con ellos. Al principio no funcionaba. ¿Se había estropeado? O quizás solo era un fallo. No se desesperó y volvió a intentarlo. Finalmente alguien recibió la llamada y respondió. Se sintió aliviado pero no podía despreocuparse ahora.
-Soy Alex, ¿cual es vuestra situación? Me encuentro cerca del Nuevo Mundo, dadme las coordenadas e iré en vuestro encuentro- Informó.
El animal volaba tan rápido como podía. Si la situación había empeorado tanto no quería ni saber cómo estaba en la zona contraria. Una vez comprobara todo decidiría dónde era mejor defender y lo haría junto a los suyos. Lo primero era saber cómo estaban todos y que Karl les ayudara. Solo necesitaba seguir luchando sin problemas, que aquel dolor no le impidiera luchar al máximo de sus capacidades.
- Resumen:
- Lleva a Krauser y a todos los que van en el lobo al Puerto del Nuevo Mundo, donde está un gran grupo de marines y se comunica con Karl y con su equipo.
Mellanie Grim
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Maximilian a pesar de su herida estaba decidido a ponernos a todos a salvo a pesar de que no lo dijo con palabras, al menos lo demostraba con su actitud. Hace ya poco tiempo había decidido formar una banda con él pero ahora poco a poco sus dotes de líder me inspiraban a tener seguridad en mi misma. Cuando dejo el barco yo lo seguí, ya que aparte de ser su compañera de aventuras era el médico a cargo de su salud y no podía descuidarlo ni un momento. Íbamos a ponernos en marcha cuando unos gyojins nos atacaron. Maximilian se movió rápidamente y derrotó al más grande. Los otros dos que a mis ojos parecían niños con mazas de madera en las manos huyeron al ver a su compañero ensangrentado en el suelo.
-No deberías esforzarte demasiado – le dije a Maximilian después de eso
Sabía que si no se mantenía quieto su herida demoraría en curarse pero al menos aún conservaba su fuerza. Max se puso en marcha hacia el ascensor que pocos minutos antes había decidido que sería nuestro destino. Yo lo seguí colocándome a su lado. Pude notar que no corría como otras veces lo había visto moverse, muy probablemente por la herida que tenía. Un grupo de gyojins apareció cruzando una calle algunas cuadras más adelante.
-Voy por ellos, sigan corriendo – dije mientras adelantaba a todos y me lanzaba a golpear a los 4 gyojins que estaba frente a nosotros.
Movimientos usados
“La velocidad pequeña a veces puede desconcertar a un enemigo que no te conoce, a pesar de que sabe que lo atacaras, ganas una gran ventaja superándolo solo con tu velocidad y ni siquiera su fuerza bruta muchísimas veces superior a la tuya podrá hacer algo en contra de los veloces movimientos con los golpes pero de que vale ser veloz si no sabes dónde golpear. La precisión es una gran ayuda y un complemento necesario cuando luchas con enemigos superiores en fuerza. Usa estas dos llaves para que tu victoria sea segura”
Las palabras de mi padre resonaron en mi mente mientras dejaba en Knock Out a mi último oponente.
-No deberías esforzarte demasiado – le dije a Maximilian después de eso
Sabía que si no se mantenía quieto su herida demoraría en curarse pero al menos aún conservaba su fuerza. Max se puso en marcha hacia el ascensor que pocos minutos antes había decidido que sería nuestro destino. Yo lo seguí colocándome a su lado. Pude notar que no corría como otras veces lo había visto moverse, muy probablemente por la herida que tenía. Un grupo de gyojins apareció cruzando una calle algunas cuadras más adelante.
-Voy por ellos, sigan corriendo – dije mientras adelantaba a todos y me lanzaba a golpear a los 4 gyojins que estaba frente a nosotros.
Movimientos usados
“La velocidad pequeña a veces puede desconcertar a un enemigo que no te conoce, a pesar de que sabe que lo atacaras, ganas una gran ventaja superándolo solo con tu velocidad y ni siquiera su fuerza bruta muchísimas veces superior a la tuya podrá hacer algo en contra de los veloces movimientos con los golpes pero de que vale ser veloz si no sabes dónde golpear. La precisión es una gran ayuda y un complemento necesario cuando luchas con enemigos superiores en fuerza. Usa estas dos llaves para que tu victoria sea segura”
Las palabras de mi padre resonaron en mi mente mientras dejaba en Knock Out a mi último oponente.
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Akuma no mi
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Joder como dolía eso, la sangre empezó a salir de la mano del lobo mientras este rugía de dolor. Esa cosa estaba durísima, no había nada más que hacer, pero el castaño no iba a rendirse. Escuchó la enorme explosión del puerto observando como el lugar dónde estaba Genos explotaba, eso le hizo fruncir el ceño. Su energía comenzó a salir de nuevo de su cuerpo mientras trataba de controlarla. Su piel se puso más rojiza aún y su tamaño llegó a los tres metros y medio, la musculatura era increíblemente exagerada, pero fue a peor cuando echó a volar transformándose en un enorme lobo rojo de cinco metros de altura y totalmente rojizo. Soltó un enorme aullido mientras el color de sus ojos se ponía rojo. No tardó en fruncir el ceño mientras ahora abría la boca gritando con fuerza mientras apretaba los puños.
- ¡Aaaaaaaaaaaah! ¡Grrrrrrr! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Sus rugidos iban a peor, de la parte baja de su espalda empezó a surgir una cola de lobo más larga aún, su rostro de lobo volvió a ser humano y su pelo tomó un color moreno, el cuerpo perdió el pelo en la zona de los abdominales y pectorales. Ahora el tono de sus ojos era dorado aunque sin pupilas, por alrededor del parpado estaba pigmentado en rojo, sus piernas y brazos estaban llenas de venas palpitantes, gruñía de forma exagerada y seguía gritando con fuerza sin poder contenerse. El aura negra le rodeaba también en aquella forma que estaba adoptando, no podía parar.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡GRRRRRRRRRRRRRRR! ¡AAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Su forma Densetsu Okami estaba lista pero aún parecía mutar a algo más, sus gritos continuaban de forma exagerada como si estuviera rompiéndose la garganta por dentro, sus venas parecían querer estallar. Sus ojos volvieron a brillar esta vez recuperando las pupilas y poniéndose azules. El pelo se alargó tomando un tono rojizo y su cuerpo volvió a mejorar la musculatura, en esa forma era el doble de poderoso que en su forma de tres rumbles, por lo que ahora era una jodida bestia de pesadilla. A su alrededor un aura de fuego empezó a rodearle mientras que en su mano izquierda aparecía una bola blanca de energía que parecía querer estallar.
- ¡!! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! ¡!! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! ¡!!GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!!! ¡!!AAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
Ahora sí que estaba listo, sin pensárselo activó su SN1 y salió disparado hacia abajo a una velocidad superior al Soru. Su rugidos no habían parado en ningún momento, se dirigió a la zona dónde había golpeado antes pero esta vez con más furia, anuló el SN1 y activó el SN2 duplicando encima su fuerza, después con el brazo trató de impactarle aquella bola de energía en toda la cabeza imbuyendo su cuerpo en haki armadura y gritando de ira. Aquello era su Ripera Nivel 2.
- ¡!!FINISH MUNDI!!!
FINISH MUNDI. [Haki armadura y observación Nvl3] [Lobo supremo] [Berserker Nvl5] [Aura ardiente] [Ripera O Utsu Nivel2] [SN2] [AB]
- ¡Aaaaaaaaaaaah! ¡Grrrrrrr! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaah!
Sus rugidos iban a peor, de la parte baja de su espalda empezó a surgir una cola de lobo más larga aún, su rostro de lobo volvió a ser humano y su pelo tomó un color moreno, el cuerpo perdió el pelo en la zona de los abdominales y pectorales. Ahora el tono de sus ojos era dorado aunque sin pupilas, por alrededor del parpado estaba pigmentado en rojo, sus piernas y brazos estaban llenas de venas palpitantes, gruñía de forma exagerada y seguía gritando con fuerza sin poder contenerse. El aura negra le rodeaba también en aquella forma que estaba adoptando, no podía parar.
- ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH! ¡GRRRRRRRRRRRRRRR! ¡AAAAAAAAAH! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAH!
Su forma Densetsu Okami estaba lista pero aún parecía mutar a algo más, sus gritos continuaban de forma exagerada como si estuviera rompiéndose la garganta por dentro, sus venas parecían querer estallar. Sus ojos volvieron a brillar esta vez recuperando las pupilas y poniéndose azules. El pelo se alargó tomando un tono rojizo y su cuerpo volvió a mejorar la musculatura, en esa forma era el doble de poderoso que en su forma de tres rumbles, por lo que ahora era una jodida bestia de pesadilla. A su alrededor un aura de fuego empezó a rodearle mientras que en su mano izquierda aparecía una bola blanca de energía que parecía querer estallar.
- ¡!! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! ¡!! AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH!!! ¡!!GRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRRR!!! ¡!!AAAAAAAAAAAAAAAAH!!!
Ahora sí que estaba listo, sin pensárselo activó su SN1 y salió disparado hacia abajo a una velocidad superior al Soru. Su rugidos no habían parado en ningún momento, se dirigió a la zona dónde había golpeado antes pero esta vez con más furia, anuló el SN1 y activó el SN2 duplicando encima su fuerza, después con el brazo trató de impactarle aquella bola de energía en toda la cabeza imbuyendo su cuerpo en haki armadura y gritando de ira. Aquello era su Ripera Nivel 2.
- ¡!!FINISH MUNDI!!!
FINISH MUNDI. [Haki armadura y observación Nvl3] [Lobo supremo] [Berserker Nvl5] [Aura ardiente] [Ripera O Utsu Nivel2] [SN2] [AB]
- Ripera O Utsu Nvl2:
- Drake posee el nivel 1 de esta técnica ya que fue la primera que aprendió y la que hoy día es su favorita. El nivel dos le permite varias cosas, el 1 consiste en un brillo blanco que inunda el puño del chico lobo. En este nivel esa energía es algo más brillante y rápidamente es llevada a la palma del luchador en forma de esfera blanca. Esta esfera hecha de energía de choque, tiene la potencia de dos ondas de choque bastante fuertes en lugar de una. Cuando esta esfera golpea a un rival (no PUEDE ser lanzada o se desvanece en el aire) produce un poderoso golpe que libera la energía de esas ondas de choque, con esto podría expandir su golpe por la superficie de un edificio y destrozarlo, o evadir la coraza de un enemigo y provocarle un daño interno mediante ondas vibratorias . Además gracias a su aura ardiente (técnica ya obtenida) podría hacer esas ondas bastante calurosas y molestas debido a que sus golpes con esta habilidad son ardientes, formando así una esfera ardiente con el poder de dos ondas de choque potentes en el interior.
- Resumen:
- Ida de olla, AB supremo a la ballena
Yumiko Mei
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La chica se me presentó como Alice Turner y no parecía muy habladora digamos, por otro lado, el hombre que tenía el tamaño de un hombre bastante grande, algo intermedio entre gigante y humano, parecía no estar del todo bien, se encontraba algo preocupado interiormente, según observaba su aura. Su aura estaba llena de preocupación y algo desesperada, al parecer, buscaba a una niña, supuse que sería la suya y pensé en que sería buena idea estar atenta para encontrarla, no veía problema en ayudarle. Unos minutos después, una vez ya subida a la plataforma y a punto de subir, sentí un aura extraña proveniente del joven, una especie de grito, pero no gritaba desde fuera, si no desde dentro y en todas direcciones, era como una manera de intimidar a todos los de alrededor, al haberme fijado con tanta fuerza en el con el haki de observación, me asusté bastante al sentir esa sensación y caí al suelo. Seguidamente me levanté y me dispuse en pie, para hablar con el semigigante, al cual ya diferenciaba del resto de personas alrededor, era mucho más fuerte que una persona normal y bastante más poderoso que los gyojins de ahí abajo.
-Está bien, si veo a alguna niña en la ciudad, le preguntaré por tu nombre, el cual no conozco aún y si sabe algo o sospecho que tiene alguna relación, te la traeré, es horrible que un padre pierda a su niña de esa manera, los nobles se pasan demasiado al creerse tan superiores a la raza humana, cuando pertenecen a la misma, malditos sangre-azul.-Dije algo frustrada pero mostrando una sonrisa al finalizar mi frase.
Pude observar como el ascensor estaba ascendiendo y miré hacia el centro del puerto, podía ver una especie de ballena muy a lo lejos, y cerca de un edificio, que parecía haber explotado hace poco, observé un robot de tamaño considerable, su cuerpo estaba lleno de articulaciones robóticas y neumáticas, era sorprendente. Mis ojos cambiaron a unos de admiración total, mientras me fijaba en cada movimiento de este y empezaba a copiarlos, como si de una posesa se tratara, no sabía porque lo hacía, pero me encantaban enormemente los inventos tecnológicos de ese tipo. Después de un tiempo lo perdí de vista y volví a mi seriedad, pensé por unos segundos mi situación y miré hacia abajo. Ahí abajo se podían sentir varias auras llegando en dirección a los ascensores y algunos gyojins a lo lejos, para proteger la zona y alejar a estos, decidí tomar mi arco y gran cantidad de flechas. Las empecé a disparar una a una hacia el cielo y a gran velocidad, estas se encontraban imbuidas en haki de armadura y cuando terminaran de llegar hasta lo más alto, empezarían a descender, formando una lluvia de flechas sobre todo el puerto, o al menos, gran parte de este. Disparé un total de 500 flechas y paré para descansar.
Rain of Pain+Busoushoku Haki[Nivel 2][AMF]
-Creo que esto será suficiente para mantener al resto de personas alejadas de los ascensores, al final y al cabo, solo entorpecían. En cuanto a mi, yo me dirigiré por el interior de la ciudad, en busca de cualquier especie de alma benevolente que me guíe, o alguna curiosidad que me llame la atención.-Dije riéndome al final, estaba riéndome de mi propia curiosidad.
La chica parecía bastante guapa y que decir, también muy seria y fijándome más atentamente en su aura, pintaba tener un corazón de hielo, pero con un fuego en su interior que no se le permitía salir. Estaba inmersa en un frío desolador y alguien debería de sacarla de ahí, yo no sabía como tratar ese problema y lo único que se me ocurrió, fue dirigirle la palabra, empezaba a confiar demasiado en esas dos personas, pero eran las únicas que me habían demostrado tener alma en su interior. Me acerqué a ella y me senté en el suelo al lado suya, mi osito de peluche brillaba con fuerza, al parecer los dos eran usuarios de akuma no mi, pero eso no me importaba en absoluto, sus auras eran mucho más puras que las de los demás.
-Siento mi entrometimiento, ¿pero cómo es que estás inmersa en esta horrible y sangrienta guerra? Según puedo decir por mi experiencia, vine aquí traída por las circunstancias y acabé inmersa en esta improvisada guerra, no me gusta para nada y odio ver tanto dolor en los dos bandos. Sin embargo, parece necesario luchar y por ello lo haré, pero lo haré del bando que yo quiera y cuando lo vea oportuno, ahora mismo, no se ni de que bando estoy.-Dije con voz suave y mostrando una sonrisa, la verdad, no sabía ni con que parte debería estar de acuerdo, esas dos personas me inspiraban confianza, pero no sabía ni a que bando pertenecían, aunque no era necesario saberlo.
-Vosotros sin embargo, sois distintos a los demás que hay abajo, vuestras auras muestran un poder mucho más puro que el que pude distinguir ahí abajo, estoy encantada de haberos conocido. Si alguno necesita cualquier ayuda, puede pedírmelo, puede sonar extraño, pero me ofreceré a ayudarle, no podría rechazaros.-Dije mostrándome algo más seria y volviendo al finalizar unos minutos a mi sonrisa habitual.
La joven Alice, mostraba aún cierta rigidez a la hora de hablar y decidí esperar al momento oportuno para mejorar mi amistad, no parecía estar en el mejor estado emocional. Por otro lado, una vez alcanzamos las nubes, pude sentir como la humedad empezaba a cubrir mi cuerpo y para mi sorpresa, las nubes no eran blanditas, directamente eran atravesables, eso me hizo cambiar mi cara a una cara de curiosidad y empecé a mover las manos entre las nubes, unos segundos después salimos de estas y una fuerte brisa fría chocó contra mi húmedo cuerpo. En ese momento sentí el peor frío que una persona puede sentir, humedad y viento, es la peor combinación existente. En un intento de mantener el calor abracé a mi oso de peluche, pero eso no parecía dar mucho más calor y en ese desesperado intento por no morirme de frío, mantuve mis brazos abiertos hacia Alice en señal de pedir un abrazo, no sabía si estaba haciendo lo correcto, acababa de conocer a la chica y ya le estaba pidiendo un abrazo amistoso. Los pelos de mis brazos mostraron la clara piel de gallina ante esa sensación de extremo frío. Arriba se podía ver la ciudad, cada vez más cerca, pero aún a considerable distancia.
-¡Que fríoooo! No puedo creer que estemos ya a una altura tan elevada como para que haga tanto frío, no quiero imaginarme que temperatura habrá dentro de la ciudad, a diez mil metros de altura.-Dije sorprendida por ese frío y aún manteniendo mis brazos abiertos en espera del abrazo de Alice, una difícil sonrisa se dibujaba en mi cara y era difícil puesto que intentaba ocultar mi clara molestia y sufrimiento por esa sensación constante de punzante frío.
-Está bien, si veo a alguna niña en la ciudad, le preguntaré por tu nombre, el cual no conozco aún y si sabe algo o sospecho que tiene alguna relación, te la traeré, es horrible que un padre pierda a su niña de esa manera, los nobles se pasan demasiado al creerse tan superiores a la raza humana, cuando pertenecen a la misma, malditos sangre-azul.-Dije algo frustrada pero mostrando una sonrisa al finalizar mi frase.
Pude observar como el ascensor estaba ascendiendo y miré hacia el centro del puerto, podía ver una especie de ballena muy a lo lejos, y cerca de un edificio, que parecía haber explotado hace poco, observé un robot de tamaño considerable, su cuerpo estaba lleno de articulaciones robóticas y neumáticas, era sorprendente. Mis ojos cambiaron a unos de admiración total, mientras me fijaba en cada movimiento de este y empezaba a copiarlos, como si de una posesa se tratara, no sabía porque lo hacía, pero me encantaban enormemente los inventos tecnológicos de ese tipo. Después de un tiempo lo perdí de vista y volví a mi seriedad, pensé por unos segundos mi situación y miré hacia abajo. Ahí abajo se podían sentir varias auras llegando en dirección a los ascensores y algunos gyojins a lo lejos, para proteger la zona y alejar a estos, decidí tomar mi arco y gran cantidad de flechas. Las empecé a disparar una a una hacia el cielo y a gran velocidad, estas se encontraban imbuidas en haki de armadura y cuando terminaran de llegar hasta lo más alto, empezarían a descender, formando una lluvia de flechas sobre todo el puerto, o al menos, gran parte de este. Disparé un total de 500 flechas y paré para descansar.
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-Creo que esto será suficiente para mantener al resto de personas alejadas de los ascensores, al final y al cabo, solo entorpecían. En cuanto a mi, yo me dirigiré por el interior de la ciudad, en busca de cualquier especie de alma benevolente que me guíe, o alguna curiosidad que me llame la atención.-Dije riéndome al final, estaba riéndome de mi propia curiosidad.
La chica parecía bastante guapa y que decir, también muy seria y fijándome más atentamente en su aura, pintaba tener un corazón de hielo, pero con un fuego en su interior que no se le permitía salir. Estaba inmersa en un frío desolador y alguien debería de sacarla de ahí, yo no sabía como tratar ese problema y lo único que se me ocurrió, fue dirigirle la palabra, empezaba a confiar demasiado en esas dos personas, pero eran las únicas que me habían demostrado tener alma en su interior. Me acerqué a ella y me senté en el suelo al lado suya, mi osito de peluche brillaba con fuerza, al parecer los dos eran usuarios de akuma no mi, pero eso no me importaba en absoluto, sus auras eran mucho más puras que las de los demás.
-Siento mi entrometimiento, ¿pero cómo es que estás inmersa en esta horrible y sangrienta guerra? Según puedo decir por mi experiencia, vine aquí traída por las circunstancias y acabé inmersa en esta improvisada guerra, no me gusta para nada y odio ver tanto dolor en los dos bandos. Sin embargo, parece necesario luchar y por ello lo haré, pero lo haré del bando que yo quiera y cuando lo vea oportuno, ahora mismo, no se ni de que bando estoy.-Dije con voz suave y mostrando una sonrisa, la verdad, no sabía ni con que parte debería estar de acuerdo, esas dos personas me inspiraban confianza, pero no sabía ni a que bando pertenecían, aunque no era necesario saberlo.
-Vosotros sin embargo, sois distintos a los demás que hay abajo, vuestras auras muestran un poder mucho más puro que el que pude distinguir ahí abajo, estoy encantada de haberos conocido. Si alguno necesita cualquier ayuda, puede pedírmelo, puede sonar extraño, pero me ofreceré a ayudarle, no podría rechazaros.-Dije mostrándome algo más seria y volviendo al finalizar unos minutos a mi sonrisa habitual.
La joven Alice, mostraba aún cierta rigidez a la hora de hablar y decidí esperar al momento oportuno para mejorar mi amistad, no parecía estar en el mejor estado emocional. Por otro lado, una vez alcanzamos las nubes, pude sentir como la humedad empezaba a cubrir mi cuerpo y para mi sorpresa, las nubes no eran blanditas, directamente eran atravesables, eso me hizo cambiar mi cara a una cara de curiosidad y empecé a mover las manos entre las nubes, unos segundos después salimos de estas y una fuerte brisa fría chocó contra mi húmedo cuerpo. En ese momento sentí el peor frío que una persona puede sentir, humedad y viento, es la peor combinación existente. En un intento de mantener el calor abracé a mi oso de peluche, pero eso no parecía dar mucho más calor y en ese desesperado intento por no morirme de frío, mantuve mis brazos abiertos hacia Alice en señal de pedir un abrazo, no sabía si estaba haciendo lo correcto, acababa de conocer a la chica y ya le estaba pidiendo un abrazo amistoso. Los pelos de mis brazos mostraron la clara piel de gallina ante esa sensación de extremo frío. Arriba se podía ver la ciudad, cada vez más cerca, pero aún a considerable distancia.
-¡Que fríoooo! No puedo creer que estemos ya a una altura tan elevada como para que haga tanto frío, no quiero imaginarme que temperatura habrá dentro de la ciudad, a diez mil metros de altura.-Dije sorprendida por ese frío y aún manteniendo mis brazos abiertos en espera del abrazo de Alice, una difícil sonrisa se dibujaba en mi cara y era difícil puesto que intentaba ocultar mi clara molestia y sufrimiento por esa sensación constante de punzante frío.
- Resumen[Es posible que a los de puerto paraíso os interese, caen flechas sobre vuestras cabezas]:
- Intento entablar amistad con Date y Alice, le digo a Date que si encuentro a su hija se la traeré, disparo 500 flechas en forma de lluvia al puerto paraíso, estas vienen imbuidas con haki de armadura nivel 2 y por último, intento abrazar a Alice debido a la fuerte sensación de frío que sentía tras salir de las nubes.
- Rain of Pain:
- Se disparan multitud de flechas hacia el aire con trayectorias diferentes. Todas las flechas caen dentro de un circulo. Las flechas atraviesan todo lo que haya en este área y sirve principalmente para poder cubrir gran cantidad de enemigos.
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Lo había pillado. El agente lanzó su golpe velozmente con su kamie kempo. El otro le agarró la mano, pero Issei logró rozarle el cuello. Había sido un contacto casi mínimo, pero suficiente. Con su energía aplicó la presión sobre la carótida de Leonel. Lo iba capturar, costase lo que costase. El revolucionario sacó una pistola, y el chico viéndolo venir al ver sus pensamientos superficiales con su akuma y captar sus intenciones con su mantra, se echó a un lado. Sin embargo, el proyectil le dio de pasada, y resultó ser demasiado potente. Atravesó su exoesqueleto robótico como si fuese mantequilla, le reventó algo en su interior y le salió por detrás. Con un grito de agonía, cayó de rodillas con una mano en el costillar. Frente a él, el comandante cayó inconsciente. Issei apretó la mandíbula.
- Es mi momento... tengo... que llevarlo a Mariejoa. Y debo evitar que... despierte de nuevo.
Rápidamente le agarró el brazo derecho, se lo arremangó e hizo salir de su dedo índice una aguja. Estaba estaba cargada de una dosis de un veneno somnífero capaz de poner a dormir a un humano adulto varias horas. Le clavó la aguja en la arteria y suministró la dosis. Miró a su alrededor: la situación se desmadraba. Y se había quedado ya casi solo. Los gyojins comenzaban a acercarse amenazadoramente a él. Viéndose en peligro, el subidón de adrenalina fue suficiente para que ignorase momentáneamente el dolor, pero al cargarse a Deivid supo que no lo lograría. La herida volvió a molestarle aun más. Desesperado, se giró hacia el agente al que había pedido ayuda anteriormente por medio de Ao.
- ¡Rápido! Tenemos que llevar a Mariejoa a este hombre. ¡Ayúdame! Yo despejaré el camino como pueda.
Cargó el dial láser en su portadiales y encabezó la marcha, pistola en mano. Puso un cargador lleno de balas píricas y comenzó a disparar a todos los gyojins que se atrevieron a acercarse demasiado. Lograron salir del barco y llegar al muelle. Pasar al túnel de mantenimiento parecía ser más difícil. Había una auténtica marea de hombres pez aguardando. Issei se armó de valor: debía lograrlo. Dio un grito y comenzó a avanzar a balazo limpio. Cuando se le gastó el el cargador, dejó caer el vacío al suelo y comenzó a repeler a los gyojins con el dial láser mientras sujetaba la pistola con la boca y sacaba otro cargador. Velozmente recargó y se puso en guarida de nuevo. Un hombre lamprea intentó atravesarlo con un arpón, al tiempo que otro le daba un espadazo desde su izquierda. Bloqueó la espada con el antebrazo robótico, y fortaleció su torso con haki para evitar que el arpón atravesase su exosequeleto. Lo logró, pero el nivel de dolor que sintió en la herida al forzarse de esa manera lo hizo caer de rodillas gritando. Escuchó gritos y tiros, mientras su visión se teñía de rojo. Se sentía mal, muy mal. Boqueó, y recuperó poco a poco la lucidez. Frente a él los gyojins estaban muertos, y un grupito de marines peleaban contra los otros. "Salvado por los pelos... podría haber muerto." Hizo un nuevo esfuerzo y se levantó, avanzando de nuevo disparando a bocajarro. Lograron avanzar por el túnel hacia las plataformas que subían a Mariejoa, pero entre ellos y la más cercana, un hombre tiburón descomunal impedía el paso. Issei apretó los dientes, desesperado. ¿Es que no se iban a acabar nunca? Gritö de rabia y descargó todo lo que quedaba de su cargador sobre el bicho. No logró detenerlo, aunque lo hirió. El monstruo rugió y cargó hacia él portando un enorme mazo. No le quedaba más opción. Issei cargó en su portadiales el dial de impacto, y absorbió la potencia del golpe. Acto seguido apoyó velozmente su mano sobre el pecho del gyojin empleando su kamie kempo, lo que le causó otra puntada de dolor. Y entonces activó el dial. El gyojin salió disparado y cayó de espaldas, con los ojos en blanco y tosiendo sangre. Sin embargo, los efectos en el agente no fueron menos devastadores. El dolor lo quebró y cayó de espaldas, gritando. Perdió brevemente la consciencia, dominado por el dolor. Poco a poco este comenzó a remitir, y cuando lo hizo, vio que estaba en el suelo de la plataforma, de camino a Mariejoa. Ao, su mirlo, estaba a su lado
- ¡Issei! ¡Issei! ¿Qué te ha pasado?
- Me... me han disparado, Ao. Pero pronto llegaremos a Mariejoa, y allí buscaré a un médico.
- Debes tener más cuidado - dijo el mirlo, preocupado.
- Agente... ayúdame. Acércame al revolucionario y sujétalo frente a mi, agarrándole la cabeza. Que mire hacia mi en todo momento - cayó en la cuenta de que aun no sabía su nombre - Me llamo Issei. Muchas gracias... por tu ayuda.
Respirando con dificultad, se quitó la chaqueta del uniforme intentando no forzar la herida. Tenía la camisa empapada de sangre. Se la ató en torno al costillar. Dio un grito de dolor al presionarse la herida con esta, pero aguantó. No se la ató muy fuerte, tan sólo lo justo para cortar un poco la hemorragia. "Cuando esté en Mariejoa deberá verme un médico de inmediato. Hasta entonces... tendré que revisar ya mismo la memoria de este hombre. Así daré la información nada más llegue." Decidió empezar con algo sencillo. Obligó a Leonel a abrir los párpados con los dedos, mirándole directamente las pupilas. Empezó con algo sencillo, su identidad. La respuesta lo apabulló; aquel hombre era tres personas. Su nombre era Leonel Racovich, y se hacía pasar por un mero ciudadano. Pero tenía otras dos identidades: el ex-Shichibukai Spencer Vatch y el peligroso revolucionario Jack Illorian. Si era ex-Shichibukai... eso implicaba que había estado infiltrado. Decidió mirar sus recuerdos de su etapa en el Ouka. Había pasado un montón de información durante aquella época, pero resultaron más jugosos sus recuerdos de su etapa en la Saigo Yonkaikyo. Al parecer durante la guerra de Loguetown había saboteado a la Marina y disparado a uno de los Almirantes fallecidos. Aquel hombre... era un auténtico criminal.
- Maldito revolucionario... me aseguraré de que te pudras en Impel Down - farfulló, conteniendo un gruñido de dolor - Este hombre es un Comandante de la Revolución. Y ha hecho bastante daño.
Ao, preocupado, se le apoyó en el hombro y comenzó a rozarle la mejilla con el pico, intentando darle ánimos. Issei paró un momento para acariciarle su pequeña cabeza, para luego volver a obligar a Leonel... o Jack, o como debiera llamarlo, a abrir los párpados. Continuó ahondando en sus recuerdos, centrándose en los planes de la Revolución con respecto a aquel día. Ya tenía suficiente información sobre él para hacer que lo encerraran de por vida. Los planes de la Revolución eran aterradores: el propio Kokuhebi en persona atacaría Mariejoa. Y otros muchos datos más; entre ellos, la existencia de otro grupo de "infiltrados" que pretendían desactivar el arma de defensa de Puerto Paraíso. Entre otros muchos datos. "Necesito ver a alguien del Gobierno ya. Deben saber todo esto." No tardó demasiado más en llegar a arriba. Se levantó y dio un nuevo grito de dolor. Se tambaleó y por poco se cae. Sin el subidón del momento, aquello era una tortura. Salió del túnel, encontrándose con un grupo de civiles que ya habían subido. Estos se arremolinaron a su alrededor, hablándole, pero estaba demasiado confuso para entenderles. Se acercó a un marine y cayó de rodillas, respirando con cierta dificultad.
- Necesito... encontrar... a un alto rango. Ya - creyó entender algo de un médico -Necesito atención, pero eso es secundario... debo entregar información importante...
- Es mi momento... tengo... que llevarlo a Mariejoa. Y debo evitar que... despierte de nuevo.
Rápidamente le agarró el brazo derecho, se lo arremangó e hizo salir de su dedo índice una aguja. Estaba estaba cargada de una dosis de un veneno somnífero capaz de poner a dormir a un humano adulto varias horas. Le clavó la aguja en la arteria y suministró la dosis. Miró a su alrededor: la situación se desmadraba. Y se había quedado ya casi solo. Los gyojins comenzaban a acercarse amenazadoramente a él. Viéndose en peligro, el subidón de adrenalina fue suficiente para que ignorase momentáneamente el dolor, pero al cargarse a Deivid supo que no lo lograría. La herida volvió a molestarle aun más. Desesperado, se giró hacia el agente al que había pedido ayuda anteriormente por medio de Ao.
- ¡Rápido! Tenemos que llevar a Mariejoa a este hombre. ¡Ayúdame! Yo despejaré el camino como pueda.
Cargó el dial láser en su portadiales y encabezó la marcha, pistola en mano. Puso un cargador lleno de balas píricas y comenzó a disparar a todos los gyojins que se atrevieron a acercarse demasiado. Lograron salir del barco y llegar al muelle. Pasar al túnel de mantenimiento parecía ser más difícil. Había una auténtica marea de hombres pez aguardando. Issei se armó de valor: debía lograrlo. Dio un grito y comenzó a avanzar a balazo limpio. Cuando se le gastó el el cargador, dejó caer el vacío al suelo y comenzó a repeler a los gyojins con el dial láser mientras sujetaba la pistola con la boca y sacaba otro cargador. Velozmente recargó y se puso en guarida de nuevo. Un hombre lamprea intentó atravesarlo con un arpón, al tiempo que otro le daba un espadazo desde su izquierda. Bloqueó la espada con el antebrazo robótico, y fortaleció su torso con haki para evitar que el arpón atravesase su exosequeleto. Lo logró, pero el nivel de dolor que sintió en la herida al forzarse de esa manera lo hizo caer de rodillas gritando. Escuchó gritos y tiros, mientras su visión se teñía de rojo. Se sentía mal, muy mal. Boqueó, y recuperó poco a poco la lucidez. Frente a él los gyojins estaban muertos, y un grupito de marines peleaban contra los otros. "Salvado por los pelos... podría haber muerto." Hizo un nuevo esfuerzo y se levantó, avanzando de nuevo disparando a bocajarro. Lograron avanzar por el túnel hacia las plataformas que subían a Mariejoa, pero entre ellos y la más cercana, un hombre tiburón descomunal impedía el paso. Issei apretó los dientes, desesperado. ¿Es que no se iban a acabar nunca? Gritö de rabia y descargó todo lo que quedaba de su cargador sobre el bicho. No logró detenerlo, aunque lo hirió. El monstruo rugió y cargó hacia él portando un enorme mazo. No le quedaba más opción. Issei cargó en su portadiales el dial de impacto, y absorbió la potencia del golpe. Acto seguido apoyó velozmente su mano sobre el pecho del gyojin empleando su kamie kempo, lo que le causó otra puntada de dolor. Y entonces activó el dial. El gyojin salió disparado y cayó de espaldas, con los ojos en blanco y tosiendo sangre. Sin embargo, los efectos en el agente no fueron menos devastadores. El dolor lo quebró y cayó de espaldas, gritando. Perdió brevemente la consciencia, dominado por el dolor. Poco a poco este comenzó a remitir, y cuando lo hizo, vio que estaba en el suelo de la plataforma, de camino a Mariejoa. Ao, su mirlo, estaba a su lado
- ¡Issei! ¡Issei! ¿Qué te ha pasado?
- Me... me han disparado, Ao. Pero pronto llegaremos a Mariejoa, y allí buscaré a un médico.
- Debes tener más cuidado - dijo el mirlo, preocupado.
- Agente... ayúdame. Acércame al revolucionario y sujétalo frente a mi, agarrándole la cabeza. Que mire hacia mi en todo momento - cayó en la cuenta de que aun no sabía su nombre - Me llamo Issei. Muchas gracias... por tu ayuda.
Respirando con dificultad, se quitó la chaqueta del uniforme intentando no forzar la herida. Tenía la camisa empapada de sangre. Se la ató en torno al costillar. Dio un grito de dolor al presionarse la herida con esta, pero aguantó. No se la ató muy fuerte, tan sólo lo justo para cortar un poco la hemorragia. "Cuando esté en Mariejoa deberá verme un médico de inmediato. Hasta entonces... tendré que revisar ya mismo la memoria de este hombre. Así daré la información nada más llegue." Decidió empezar con algo sencillo. Obligó a Leonel a abrir los párpados con los dedos, mirándole directamente las pupilas. Empezó con algo sencillo, su identidad. La respuesta lo apabulló; aquel hombre era tres personas. Su nombre era Leonel Racovich, y se hacía pasar por un mero ciudadano. Pero tenía otras dos identidades: el ex-Shichibukai Spencer Vatch y el peligroso revolucionario Jack Illorian. Si era ex-Shichibukai... eso implicaba que había estado infiltrado. Decidió mirar sus recuerdos de su etapa en el Ouka. Había pasado un montón de información durante aquella época, pero resultaron más jugosos sus recuerdos de su etapa en la Saigo Yonkaikyo. Al parecer durante la guerra de Loguetown había saboteado a la Marina y disparado a uno de los Almirantes fallecidos. Aquel hombre... era un auténtico criminal.
- Maldito revolucionario... me aseguraré de que te pudras en Impel Down - farfulló, conteniendo un gruñido de dolor - Este hombre es un Comandante de la Revolución. Y ha hecho bastante daño.
Ao, preocupado, se le apoyó en el hombro y comenzó a rozarle la mejilla con el pico, intentando darle ánimos. Issei paró un momento para acariciarle su pequeña cabeza, para luego volver a obligar a Leonel... o Jack, o como debiera llamarlo, a abrir los párpados. Continuó ahondando en sus recuerdos, centrándose en los planes de la Revolución con respecto a aquel día. Ya tenía suficiente información sobre él para hacer que lo encerraran de por vida. Los planes de la Revolución eran aterradores: el propio Kokuhebi en persona atacaría Mariejoa. Y otros muchos datos más; entre ellos, la existencia de otro grupo de "infiltrados" que pretendían desactivar el arma de defensa de Puerto Paraíso. Entre otros muchos datos. "Necesito ver a alguien del Gobierno ya. Deben saber todo esto." No tardó demasiado más en llegar a arriba. Se levantó y dio un nuevo grito de dolor. Se tambaleó y por poco se cae. Sin el subidón del momento, aquello era una tortura. Salió del túnel, encontrándose con un grupo de civiles que ya habían subido. Estos se arremolinaron a su alrededor, hablándole, pero estaba demasiado confuso para entenderles. Se acercó a un marine y cayó de rodillas, respirando con cierta dificultad.
- Necesito... encontrar... a un alto rango. Ya - creyó entender algo de un médico -Necesito atención, pero eso es secundario... debo entregar información importante...
- Resumen:
- Inyecto a Leonel un potente sedante -> huyo a las plataformas del túnel empleando kamisori, por el camino me dan algunos golpes de refilón pero tan sólo rasgan mi falsa piel y rebotan en mi exoesqueleto mecánico -> Veo la memoria de Leonel con mi akuma mientras asciendo hacia Mariejoa, descubriendo quién es y los planes revolucionarios
- Para Empi:
- En mi post menciono que he descubierto cosas importantes (sobreentendiendo que como Comandante Revolucionario Leonel sabría cosas "top secret" de los planes), pero no las menciono porque como user no las conozco. Esto te da opción a elegir lo que he descubierto (a parte del grupo que iba a "desactivar" el arma), que supongo que será medianamente importante.
También doy por hecho que Leoshiro carga con Deivid, lo pondrá en su post. Si esto no ocurre, ignora la parte en que leo la memoria de Leonel y en las que interactúo con él. Y obviamente lo que digo de que tengo que entregar información.
Luego de destrozar el costado del torso de mi oponente con mi arrasador ataque comencé a sentir mareos y mi vista se ponía borrosa, a la velocidad del pensamiento me di cuenta de que de alguna manera había logrado tocar mi cuello, y sin lugar a dudas estaba por perder en el conocimiento, como acto reflejo introduje mi propio cuerpo en uno de los naipes de acero que cuelgan de mi muñeca donde solía guardar las espadas que una vez adquirí, esta pequeña medalla con forma de as caería al piso del barco pero al menos me mantendría a salvo mientras recuperaba la conciencia, ya dentro del naipe caí inconsciente sin remedio.
Mientras tanto en el exterior mi oponente estaría sangrando copiosamente por la gran herida que le había propinado mi Strong dealer Fox, y de seguro su movimiento se vería seriamente dificultado por la gravedad de la herida, me quedaba esa satisfacción, pero mi Corpulento Zorro no tendría suficiente,el ataque había atravezado el cuerpo del agente y a pesar del daño había sido solo un roce, dejando suficiente energía a mi animal invocado para un segundo impulso, furioso como una fiera mi Strong Dealer Fox dio media vuelta y se dispuso a un segundo golpe hacia mi malherido oponente.
[Revence Strong Dealer Fox][AM]
El ataque no sería del todo poderoso como el inicial pero si impactaba haría bien su trabajo, además era poco probable que el dolor y la falta de movilidad provocados por la herida fueran ignorados por el impostor a la hora de intentar evadirlo.
Mientras tanto en el exterior mi oponente estaría sangrando copiosamente por la gran herida que le había propinado mi Strong dealer Fox, y de seguro su movimiento se vería seriamente dificultado por la gravedad de la herida, me quedaba esa satisfacción, pero mi Corpulento Zorro no tendría suficiente,el ataque había atravezado el cuerpo del agente y a pesar del daño había sido solo un roce, dejando suficiente energía a mi animal invocado para un segundo impulso, furioso como una fiera mi Strong Dealer Fox dio media vuelta y se dispuso a un segundo golpe hacia mi malherido oponente.
[Revence Strong Dealer Fox][AM]
El ataque no sería del todo poderoso como el inicial pero si impactaba haría bien su trabajo, además era poco probable que el dolor y la falta de movilidad provocados por la herida fueran ignorados por el impostor a la hora de intentar evadirlo.
- aclaro:
- Me veo en posición para ignorar el post de mi oponente, 1. por que al entrar en mi naipe no podrá inyectarme el veneno y 2. por que con una herida de esa naturaleza es improbable que logre cargarme en sus hombros y ejecutar un kamisori, basta usar un poco la lógica
aunque sea cyborg su estructura está dañada, y la conección con sus piernas fallará, sin mencionar los asuntos de equilibrio que amerita usar el kamisori
Vagadus Vares
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Las palabras del noble eran más que porquerías, en lugar de enojarme me dio pena al ver y escuchar como actuaba aquel hombre, así era la verdadera cara del gobierno mundial: un grupo de engreídos hipócritas.
-Sí, vámonos- le dije, de pronto su aura parecía cansada al borde del colapso, se excedió al utilizar su poder, aun así forzó su cuerpo a dar unos pasos más, gran estupidez, el estrés por el exceso de poder le ha tensado los músculos a tal grado que le era casi imposible de caminar.
-Está bien, agárrate fuerte- le dije, cargándolo en mi espalda, era la mejor manera de cargarlo, y la menos ridícula. Avanzamos por las calles y los gritos de guerra se escuchaban cada vez más fuertes, ya estábamos llegando al puerto del Nuevo Mundo.
Me preocupaba que cuando lleguemos no haya enemigos por matar, pero estaba el obstáculo de que mi compañero no reaccionara al cien en la batalla y cayera en combate, así que pensaba mientras recorría las abandonadas calles y se me ocurrió una idea.
-Sujétate fuerte- le dije seguido de la pregunta, me concentre, mis energías se esparcían por todo mi cuerpo, tomando la forma de pequeñas chispas y relámpagos que salían de mi cuerpo mientras que las energías se acumulaban en mi cuerpo, “kanmuru” pensé y toda la energía acumulada se disparó, cubriendo a Noa y a mí en una armadura hecha de relámpagos. Ante el poder que tenía corrí con el soru, potenciando la velocidad al doble del soru normal.
-Estaremos a unos minutos en el puerto, o tal vez menos- le mencione, concentrándome en el camino a seguir, y salte. Ya estábamos al borde de la ciudad, y el puerto se ubicaba abajo. Comenzamos a descender, usando el geppou para amortiguar la caída, no esperaba un ataque sorpresa, mi poder me delataba como si fuera una estrella brillante en un cielo vacío. Sentía las auras de los hombres luchando y de los gyojines saliendo del agua como si de hormigas se trataran, no había tiempo que perder. Deje el geppou para caer encima de un Gyojin, aplastando su cabeza con los pies.
-Llegamos, recupérate, puedo luchar sin brazos- le dije con una voz confiada, solamente me defendía con patadas llenas de haki de armadura y esquivaba con el haki de observación, además de mi intuición, esperaba que se recuperaba pronto, había muchos enemigos que quería acabar con mi guadaña.
-Sí, vámonos- le dije, de pronto su aura parecía cansada al borde del colapso, se excedió al utilizar su poder, aun así forzó su cuerpo a dar unos pasos más, gran estupidez, el estrés por el exceso de poder le ha tensado los músculos a tal grado que le era casi imposible de caminar.
-Está bien, agárrate fuerte- le dije, cargándolo en mi espalda, era la mejor manera de cargarlo, y la menos ridícula. Avanzamos por las calles y los gritos de guerra se escuchaban cada vez más fuertes, ya estábamos llegando al puerto del Nuevo Mundo.
Me preocupaba que cuando lleguemos no haya enemigos por matar, pero estaba el obstáculo de que mi compañero no reaccionara al cien en la batalla y cayera en combate, así que pensaba mientras recorría las abandonadas calles y se me ocurrió una idea.
-Sujétate fuerte- le dije seguido de la pregunta, me concentre, mis energías se esparcían por todo mi cuerpo, tomando la forma de pequeñas chispas y relámpagos que salían de mi cuerpo mientras que las energías se acumulaban en mi cuerpo, “kanmuru” pensé y toda la energía acumulada se disparó, cubriendo a Noa y a mí en una armadura hecha de relámpagos. Ante el poder que tenía corrí con el soru, potenciando la velocidad al doble del soru normal.
-Estaremos a unos minutos en el puerto, o tal vez menos- le mencione, concentrándome en el camino a seguir, y salte. Ya estábamos al borde de la ciudad, y el puerto se ubicaba abajo. Comenzamos a descender, usando el geppou para amortiguar la caída, no esperaba un ataque sorpresa, mi poder me delataba como si fuera una estrella brillante en un cielo vacío. Sentía las auras de los hombres luchando y de los gyojines saliendo del agua como si de hormigas se trataran, no había tiempo que perder. Deje el geppou para caer encima de un Gyojin, aplastando su cabeza con los pies.
-Llegamos, recupérate, puedo luchar sin brazos- le dije con una voz confiada, solamente me defendía con patadas llenas de haki de armadura y esquivaba con el haki de observación, además de mi intuición, esperaba que se recuperaba pronto, había muchos enemigos que quería acabar con mi guadaña.
- Kanmuru:
Esta técnica consiste en acelerar la energía, pudiendo reaccionar velozmente a situaciones que un humano normal no podría, pero siendo muy inferior al Mantra, además de que su velocidad es sumamente comparada con la técnica soru, ya que al usuario le da una velocidad impresionante. El único defecto es que esta técnica ocupa un espacio de 3 técnicas, gastando la energía rápidamente.
- resumen:
- cargue a Noa, corrí como vil estúpido al puerto del Nuevo Mundo con el kanmuru, salto y caigo en el puerto amortiguando la caída con la cabeza de un pobre gyojin, peleo a pura patada mientras que sigo cargando a Noa en mi espalda.
Rylanor
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Observó el campo de batalla desde el aire. El tipo que peleaba contra la langosta había resultado duro de roer y la había derrotado. Sin embargo, un grupo de marines que reconoció como los oficiales de Krauser por las insignias (gracias al zoom de su ojo cyborg) peleaba contra un calamar gigante. Y además de eso, toda la situación en general parecía desesperada. ¿Debería tal vez ordenar retirada y destrozar el puerto con todos los gyojins? Tal vez sería prematuro... si esperaba unos instantes más, los gyojins avanzarían más y podría hacerlo con la seguridad de eliminar a un buen grupo de ellos. De repente escuchó un ruido, y se sacó el den den mushi. Le llamaban.
- ¿Quién es? Espero que sea importante.
Escuchó la voz de Alex, pidiéndole ayuda. Enarcó una ceja. ¿Qué les habría pasado?
- Estoy en el puerto del Nuevo Mundo. Venid hacia aquí, yo os localizaré. Pero primero tengo un asunto que atender.
Observó al calamar. Con un Lightning Shadow, se plantó frente a él, dirigiéndole una mirada intimidante al tiempo que centraba su haki del rey sobre él. Entonces, un brillo rojizo comenzó a emanar del Almirante al tiempo que de su puño derecho comenzaban a salir chispas eléctricas y de llamas. Se tiró sobre el calamar con un grito feroz, y de repente su brazo pareció desaparecer. Empleando su Master of Speed le lanzó un puñetazo a quinientos kilómetros por hora, que a su vez generaría al impactar un estallido de electricidad y llamas tan potente como para dejar frito al animal. Y yendo el golpe imbuido en haki, por supuesto. Aquel bicho difícilmente sobreviviría.
Master Sokudan: Electric Flames Fist [AMF] [Haki Armadura nivel 3]
Acto seguido, se fue volando tan rápido como había llegado, en medio de un destello amarillo. Sobrevoló el puerto hasta percibir las presencias de Krauser y Alex. Alzó la vista y los vio sobre una especie de lobo volador. Les hizo señas y gritó para que le vieran, y descendió a un tejado. En cuanto bajasen, vería en seguida sus heridas. Frunció el ceño. Tenía conocimientos decentes de medicina, pero quedaba por ver si llegaba para arreglar todo eso. Miró a su alrededor y localizó con su zoom el hospital del puerto.
- Esperadme aquí.
Activó su Sexto Camino para incrementar aun más su velocidad y se plantó en un instante frente al hospital. Entró en una habitación, se cargó con dos camillas y las transportó en un instante volando al tejado. Fue yendo entre el hospital y el tejado, cogiendo toda clase de cosas que le parecieron útiles: gasas, desinfectante, analgésicos, vendas, hilo de sutura... en cuanto tuvo todo, se dispuso a revisar sus heridas e intentar curarlas lo mejor que pudiera.
- No os prometo nada. No soy un cirujano experto. Puedo revisaros esto y haceros un arreglo temporal, pero os recomiendo ver en cuanto podáis a un médico profesional. Aunque estando en una guerra... supongo que por lo de pronto tenéis suerte de contar al menos conmigo. ¿Cómo narices os habéis hecho esto?
- ¿Quién es? Espero que sea importante.
Escuchó la voz de Alex, pidiéndole ayuda. Enarcó una ceja. ¿Qué les habría pasado?
- Estoy en el puerto del Nuevo Mundo. Venid hacia aquí, yo os localizaré. Pero primero tengo un asunto que atender.
Observó al calamar. Con un Lightning Shadow, se plantó frente a él, dirigiéndole una mirada intimidante al tiempo que centraba su haki del rey sobre él. Entonces, un brillo rojizo comenzó a emanar del Almirante al tiempo que de su puño derecho comenzaban a salir chispas eléctricas y de llamas. Se tiró sobre el calamar con un grito feroz, y de repente su brazo pareció desaparecer. Empleando su Master of Speed le lanzó un puñetazo a quinientos kilómetros por hora, que a su vez generaría al impactar un estallido de electricidad y llamas tan potente como para dejar frito al animal. Y yendo el golpe imbuido en haki, por supuesto. Aquel bicho difícilmente sobreviviría.
Master Sokudan: Electric Flames Fist [AMF] [Haki Armadura nivel 3]
Acto seguido, se fue volando tan rápido como había llegado, en medio de un destello amarillo. Sobrevoló el puerto hasta percibir las presencias de Krauser y Alex. Alzó la vista y los vio sobre una especie de lobo volador. Les hizo señas y gritó para que le vieran, y descendió a un tejado. En cuanto bajasen, vería en seguida sus heridas. Frunció el ceño. Tenía conocimientos decentes de medicina, pero quedaba por ver si llegaba para arreglar todo eso. Miró a su alrededor y localizó con su zoom el hospital del puerto.
- Esperadme aquí.
Activó su Sexto Camino para incrementar aun más su velocidad y se plantó en un instante frente al hospital. Entró en una habitación, se cargó con dos camillas y las transportó en un instante volando al tejado. Fue yendo entre el hospital y el tejado, cogiendo toda clase de cosas que le parecieron útiles: gasas, desinfectante, analgésicos, vendas, hilo de sutura... en cuanto tuvo todo, se dispuso a revisar sus heridas e intentar curarlas lo mejor que pudiera.
- No os prometo nada. No soy un cirujano experto. Puedo revisaros esto y haceros un arreglo temporal, pero os recomiendo ver en cuanto podáis a un médico profesional. Aunque estando en una guerra... supongo que por lo de pronto tenéis suerte de contar al menos conmigo. ¿Cómo narices os habéis hecho esto?
- Para Empa:
- Intentaré curar sus heridas, pero sólo si está dentro de mis posibilidades (tanto habilidad, como instrumental y situación). Si no, intentaré hacerles algún apaño para que puedan seguir moviéndose y actuando hasta que pueda verlos un médico de verdad.
PD: Soy cirujano nivel 39
- Resumen:
- Observar la situación y hablar por den den mushi con Alex -> Ayudar a la Élite contra "Calamardo" -> Ir a ocuparme de curar a Krauser y Alex
Ichimura Hachiro
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El ronin observó el caos a sus pies mientras transportaba a la gente de su gremio, sin dejar de tocar su flauta. Caos y destrucción por todos lados... había presenciado muchas guerras, pero aquella era con diferencia la más brutal y destructiva. Aunque claro, él había presenciado las guerras de Wano, donde los combatientes eran samurais, no monstruos marinos, gigantes y bestias metálicas. ¿Y por qué se habría metido Il Bianco de aquella manera en medio de su ataque? De repente comenzó a sonar su den den mushi. Descendió sobre un tejado, en una zona tranquila, y se guardó el instrumento.
- Haremos una breve parada mientras contesto. No os alejéis, serán unos segundos - cogió el den den mushi - Aquí Shun Hiroyuki.
- Soy Alex, ¿cual es vuestra situación? Me encuentro cerca del Nuevo Mundo, dadme las coordenadas e iré en vuestro encuentro.
- Estamos en un edificio cerca de la zona de ascensores - miró hacia el cielo - De hecho os estoy viendo ahora mismo. ¿Sois el del lobo alado? Iremos hacia vos - colgó, y se giró hacia los del gremio - Volvemos a la acción. Alex ha venido, como habréis podido oír. Acercaros a mi y volaremos hasta él.
Sacó su flauta de nuevo y volvió a tocar, generando otra vez la cúpula. Esta vez fue un vuelo corto. Aterrizaron un tejado donde se hallaban su líder y un tipo con la cara vendada y el brazo derecho herido. Llevaba una chaqueta de alto rango marine. Al mismo tiempo, una especie de destello amarillo iba circulando entre su tejado y un edificio cercano, dejando cosas tales como camillas, vendas y utensilios médicos. Extrañado, se acercó a Alex y se fijó en que estaba herido. El samurai hincó una rodilla al suelo ante él, como si estuviese frente a un daimyo, y bajó la cabeza.
- Mi señor, la situación se complicó y tuvimos que retroceder. Un rey marino intentó comerse a nuestra tortuga, pero logré ahuyentarlo con ayuda de otros guerreros. La situación en el puerto se volvió insostenible y tuvimos que retroceder para evitar ser tragados por la marea de gyojins - tras informar, alzó la cabeza y preguntó - Veo que vos no lo habéis tenido más fácil.
De repente el destello amarillo llegó una última vez y se paró. Era un hombre alto, barbudo, con chaqueta de marine idéntica a la del de las vendas y un ojo de color rojo. Este comenzó a hablar con Alex y el otro acerca de curarlos, diciendo que no era un médico profesional. Shun se levantó del suelo y retrocedió unos metros, pasando a un segundo plano. Activó su mantra y vigiló las inmediaciones, ajustándose bien las gafas.
- Haremos una breve parada mientras contesto. No os alejéis, serán unos segundos - cogió el den den mushi - Aquí Shun Hiroyuki.
- Soy Alex, ¿cual es vuestra situación? Me encuentro cerca del Nuevo Mundo, dadme las coordenadas e iré en vuestro encuentro.
- Estamos en un edificio cerca de la zona de ascensores - miró hacia el cielo - De hecho os estoy viendo ahora mismo. ¿Sois el del lobo alado? Iremos hacia vos - colgó, y se giró hacia los del gremio - Volvemos a la acción. Alex ha venido, como habréis podido oír. Acercaros a mi y volaremos hasta él.
Sacó su flauta de nuevo y volvió a tocar, generando otra vez la cúpula. Esta vez fue un vuelo corto. Aterrizaron un tejado donde se hallaban su líder y un tipo con la cara vendada y el brazo derecho herido. Llevaba una chaqueta de alto rango marine. Al mismo tiempo, una especie de destello amarillo iba circulando entre su tejado y un edificio cercano, dejando cosas tales como camillas, vendas y utensilios médicos. Extrañado, se acercó a Alex y se fijó en que estaba herido. El samurai hincó una rodilla al suelo ante él, como si estuviese frente a un daimyo, y bajó la cabeza.
- Mi señor, la situación se complicó y tuvimos que retroceder. Un rey marino intentó comerse a nuestra tortuga, pero logré ahuyentarlo con ayuda de otros guerreros. La situación en el puerto se volvió insostenible y tuvimos que retroceder para evitar ser tragados por la marea de gyojins - tras informar, alzó la cabeza y preguntó - Veo que vos no lo habéis tenido más fácil.
De repente el destello amarillo llegó una última vez y se paró. Era un hombre alto, barbudo, con chaqueta de marine idéntica a la del de las vendas y un ojo de color rojo. Este comenzó a hablar con Alex y el otro acerca de curarlos, diciendo que no era un médico profesional. Shun se levantó del suelo y retrocedió unos metros, pasando a un segundo plano. Activó su mantra y vigiló las inmediaciones, ajustándose bien las gafas.
- Resumen:
- Aterrizar en un tejado para contestar a la llamada -> Reunir al gremio con Alex y Krauser
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Erik se levantó la visera del casco y comenzó a pasear por el lugar, buscando cosas interesantes. Así que una fábrica... tal vez encontrase algún juguetito interesante. Esbozó una sonrisa medio infantil y comenzó a corretear por la fábrica, pasando de una máquina a otra. Como mecánico, todo aquello le entusiasmaba. Entonces, el ruido de una explosión le hizo recordar dónde estaba. Se centró y comenzó a buscar cosas útiles.
- Esto es una fábrica... debería comenzar por averiguar su función, y de ahí ya sabré más o menos que podré esperarme. Tras eso, veré si hay alguna clase de almacén, algún despacho o algo así.
Sacó una cerveza de su mochila, la abrió y le dio un generoso trago. Tras el susto anterior y casi morir a manos de un gigantesco robot una birra no venía mal. Le hubiese venido incluso mejor contar con algo de buena música para olvidarse de aquella otra canción horrible. De hecho, incluso se le había pegado la melodía y no era capaz de dejar de recordarla. Sacudió la cabeza y siguió buscando. Algo útil tendría que haber. Tal vez un rayo-mortal-de-la-muerte-aberrante o un libro con historias sobre ponies y alicornios. Porque nada era más brutal que un alicornio. Un bicho volador con un cuerno y capaz de hacerte potar del puto asco y de lo cursi que es hasta palmar deshidratado. Brutal.
- Céntrate Erik, que estás en una puta guerra - se dijo a sí mismo, dándose una bofetadita en el casco.
Tal vez incluso podría encontrar un alicornio robótico. Pero no provocaría el mismo efectos. "Aunque sería metálico, y eso es brutal" pensó el rockero, asintiendo para sí mismo con una sonrisa. Nuevamente se había distraído. Suspiró, dio un trago a su cerveza de nuevo y siguió revolviendo y buscando cosas.
- Esto es una fábrica... debería comenzar por averiguar su función, y de ahí ya sabré más o menos que podré esperarme. Tras eso, veré si hay alguna clase de almacén, algún despacho o algo así.
Sacó una cerveza de su mochila, la abrió y le dio un generoso trago. Tras el susto anterior y casi morir a manos de un gigantesco robot una birra no venía mal. Le hubiese venido incluso mejor contar con algo de buena música para olvidarse de aquella otra canción horrible. De hecho, incluso se le había pegado la melodía y no era capaz de dejar de recordarla. Sacudió la cabeza y siguió buscando. Algo útil tendría que haber. Tal vez un rayo-mortal-de-la-muerte-aberrante o un libro con historias sobre ponies y alicornios. Porque nada era más brutal que un alicornio. Un bicho volador con un cuerno y capaz de hacerte potar del puto asco y de lo cursi que es hasta palmar deshidratado. Brutal.
- Céntrate Erik, que estás en una puta guerra - se dijo a sí mismo, dándose una bofetadita en el casco.
Tal vez incluso podría encontrar un alicornio robótico. Pero no provocaría el mismo efectos. "Aunque sería metálico, y eso es brutal" pensó el rockero, asintiendo para sí mismo con una sonrisa. Nuevamente se había distraído. Suspiró, dio un trago a su cerveza de nuevo y siguió revolviendo y buscando cosas.
- Resumen:
- Pensar en gilipolleces, beber cerveza y buscar cosas útiles. Si hay un despacho, un almacén o algo similar, intentaré entrar.
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Los pasos del revolucionario continuaban por aquel lugar, el chico se había fijado que sus hombres habían actuado de forma perfecta y eso le hizo sonreír de lado. No tardaron mucho en llegar a una especie de mercado totalmente desierto, teniendo en cuenta que se hallaban en una guerra era totalmente normal. Pasados unos segundos escuchó como algo impactaba a su lado, miró rápidamente hacia esa dirección y pudo ver que se trataba de una flecha. Acto seguido miró al cielo y pudo ver que varias de ellas se acercaban a su posición, en ese momento frunció el ceño mientras estiraba los brazos hacia abajo. Alguien estaba atacando y eso no le gustaba, de las yemas de sus dedos salieron unos leves brillos. De repente entrecerró los ojos y esperó el momento apropiado. No pensaba dejarlas tocar a sus aliados de ninguna forma, ahora gruñó despacio y saltó “Fauna Fauna No Mi…”
Movió las manos cruzándolas entre ellas con agilidad mientras ahora se ponía serio, usando los hilos de telaraña imbuidos en haki armadura, hizo una especie de pequeña red que chocó contra aquellas cabronas, si las destrozaba mejor, si no, al menos las desviaría con ese ataque y salvaría a los suyos. Nada más hacer eso cayó al suelo de cuclillas y con los ojos abiertos, anulando aquel poder y dejando los hilos caer al suelo como si nada, ahora miró a sus compañeros y les sonrió con amabilidad. La idea era moverse y no quedarse quietos en ningún sitio, debía investigar y encontrar algo útil, por ello ahora alzó la voz y empezó a hablarles en un tono calmado y bastante tranquilo. Pese a estar en plena guerra se mostraba demasiado confiado y eso podía ser tanto bueno como malo.
- Bueno creo no nos han seguido, de modo que todo está en calma. Vamos por el buen camino muchachos, va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa y centrarnos. La primera parta ya está hecha, hemos llegado, ahora a buscar información útil.
Dicho eso se dio la vuelta empezando a andar tranquilamente, de repente pudo ver una sala en uno de los lados, se acercó y pudo ver algo que le sorprendió. Todo estaba lleno de palancas y botones, tal vez servirían de algo útil o tal vez no. activó su haki de observación por si alguien se acercaba y se quedó mirando el sitio con curiosidad. Para comprobar la efectividad de ese lugar, se acercó a uno de los botones y lo pulsó con tranquilidad simplemente para ver si pasaba algo. Si era una sala especial tal vez podría controlar cosas de la isla o algo así, solo faltaba ver los resultados, de todas formas estaba atento a todo gracias a su mantra.
- Lugh echa un vistazo a ver si encuentras algo de utilidad. Virginia preciosa, céntrate en la entrada por si mi haki falla y nos pilla de sorpresa, también pon un peso apropiado por si dice de cerrarse y dejarnos dentro.
Movió las manos cruzándolas entre ellas con agilidad mientras ahora se ponía serio, usando los hilos de telaraña imbuidos en haki armadura, hizo una especie de pequeña red que chocó contra aquellas cabronas, si las destrozaba mejor, si no, al menos las desviaría con ese ataque y salvaría a los suyos. Nada más hacer eso cayó al suelo de cuclillas y con los ojos abiertos, anulando aquel poder y dejando los hilos caer al suelo como si nada, ahora miró a sus compañeros y les sonrió con amabilidad. La idea era moverse y no quedarse quietos en ningún sitio, debía investigar y encontrar algo útil, por ello ahora alzó la voz y empezó a hablarles en un tono calmado y bastante tranquilo. Pese a estar en plena guerra se mostraba demasiado confiado y eso podía ser tanto bueno como malo.
- Bueno creo no nos han seguido, de modo que todo está en calma. Vamos por el buen camino muchachos, va siendo hora de poner las cartas sobre la mesa y centrarnos. La primera parta ya está hecha, hemos llegado, ahora a buscar información útil.
Dicho eso se dio la vuelta empezando a andar tranquilamente, de repente pudo ver una sala en uno de los lados, se acercó y pudo ver algo que le sorprendió. Todo estaba lleno de palancas y botones, tal vez servirían de algo útil o tal vez no. activó su haki de observación por si alguien se acercaba y se quedó mirando el sitio con curiosidad. Para comprobar la efectividad de ese lugar, se acercó a uno de los botones y lo pulsó con tranquilidad simplemente para ver si pasaba algo. Si era una sala especial tal vez podría controlar cosas de la isla o algo así, solo faltaba ver los resultados, de todas formas estaba atento a todo gracias a su mantra.
- Lugh echa un vistazo a ver si encuentras algo de utilidad. Virginia preciosa, céntrate en la entrada por si mi haki falla y nos pilla de sorpresa, también pon un peso apropiado por si dice de cerrarse y dejarnos dentro.
- Re:
- Bloquear con mi tecnicas las flechas que vienen de yumi a mis hombres, entrar en la sala y tocar u boton al azar, dar ordenes
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La joven avanzaba despacio debido a su estado, no podía avanzar muy deprisa por culpa del dolor y del cansancio. Su piel estaba algo rojiza y le dolía bastante, maldito robot. Si así trataban a los integrantes de la banda de un Shichibukai pues vaya falta de respeto, ella no pudo avanzar más y estuvo a punto de caer al suelo. Sin embargo notó como su mejor amigo se ponía delante de ella en una postura que recordó y le hizo sonreír. Se subió muy lentamente y soltó un quejido de dolor, al apoyarse en su espalda hacia que su piel tuviera contacto le dolía a horrores. Lo mismo le pasó en los brazos y manos, pero una vez lo hizo trató de no moverse mucho.
- Mido… trata de no moverte demasiado en el viaje duele mucho y no creo aguantar este dolor…
Dijo ahora mientras soltaba un quejido más debido al dolor y respiraba de forma agitada, la sangre ocupaba ahora su estómago y espalda y al echarse en él, lo manchó con esta, aunque él también lo estaba y pensó que eso no le importaría. Escuchó como el peli verde habló por el auricular y ahora cerró los ojos dejándose llevar mientras ojeaba de reojo a la persona que la que había hablado el pirata, si era el causante o no, ya no lo sabía pues no había estado muy atenta. Ahora simplemente trató de tranquilizarse mientras respiraba algo más fuerte, por el auricular se le escucharía y se podría imaginar uno perfectamente que estaba dolorida, eso le molestaba mucho pero ahora no era momento de alzar la mano para quitárselo.
- Tss… ahora mismo solo soy un estorbo… Mido perdóname por no haber podido defenderte…
- Mido… trata de no moverte demasiado en el viaje duele mucho y no creo aguantar este dolor…
Dijo ahora mientras soltaba un quejido más debido al dolor y respiraba de forma agitada, la sangre ocupaba ahora su estómago y espalda y al echarse en él, lo manchó con esta, aunque él también lo estaba y pensó que eso no le importaría. Escuchó como el peli verde habló por el auricular y ahora cerró los ojos dejándose llevar mientras ojeaba de reojo a la persona que la que había hablado el pirata, si era el causante o no, ya no lo sabía pues no había estado muy atenta. Ahora simplemente trató de tranquilizarse mientras respiraba algo más fuerte, por el auricular se le escucharía y se podría imaginar uno perfectamente que estaba dolorida, eso le molestaba mucho pero ahora no era momento de alzar la mano para quitárselo.
- Tss… ahora mismo solo soy un estorbo… Mido perdóname por no haber podido defenderte…
- Re:
- Montar y hablar con mido
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Krauser se hallaba junto a su amigo en aquel enorme lobo alado, trató de mover su brazo derecho y se dio cuenta de que no podía hacerlo, además le dolía a horrores, se miró rápidamente y pudo ver los trozos de metal. Frunció el ceño entrecerrando los ojos y colocó su mano del brazo bueno en el hombro del cazador mientras se miraba un poco, eso tenía una pinta horrible. Pudo ver que también se habían unido dos espadachines que parecían cansados y asustados, el almirante los miró a los ojos y les sonrió de forma tranquila mientras alzaba la voz para que pudieran escucharle.
- No os preocupéis camaradas, dentro de poco estaréis en un lugar más seguro, mientras tanto reponeos y preparaos para el segundo asalto. Pensad que vuestras familias os esperan y quieren veros de vuelta, así que más os vale sobrevivir o yo mismo iré al infierno a remataros por capullos.
Dicho aquello escuchó como su compañero hablaba con Karl por el den den mushi, eso era algo bueno ya que este tenía ciertos conocimientos médicos, pero el castaño no sabía hasta dónde podían legar estos y si serían lo suficiente buenos para ayudarles al máximo. Una vez el enorme lobo aterrizó en una zona de marines pudo detectar la presencia del otro almirante con su mantra, no tardó nada en aparecer pero al momento desapareció trayendo consigo unas camillas, esa velocidad era impresionante. Ahora el demonio de la niebla pegó un suspiro mientras observaba como se iba y traía cosas para tratarlos. Una vez empezó a curarlos, el marine se quedó callado y quieto hasta que escuchó las palabras de Karl preguntando que les había pasado.
- Tranquilo no ha sido para tanto, tan solo nos hemos comido una explosión gigante pero nada más, el puerto del paraíso está siendo invadido por unas tortugas bomba, se cuenta por centenares, aunque ya hemos acabado con la mayor parte. Además hay una ballena gigante y un enorme gyojin gigantesco que avanza por el mar, Drake está allí, noté su presencia. Ese capullo estará luchando con alguno seguramente, aunque tal vez esté haciendo otra cosa. Lo importante es que en unos minutos volveré a atacar, un brazo menos no es motivo para pararme.
- No os preocupéis camaradas, dentro de poco estaréis en un lugar más seguro, mientras tanto reponeos y preparaos para el segundo asalto. Pensad que vuestras familias os esperan y quieren veros de vuelta, así que más os vale sobrevivir o yo mismo iré al infierno a remataros por capullos.
Dicho aquello escuchó como su compañero hablaba con Karl por el den den mushi, eso era algo bueno ya que este tenía ciertos conocimientos médicos, pero el castaño no sabía hasta dónde podían legar estos y si serían lo suficiente buenos para ayudarles al máximo. Una vez el enorme lobo aterrizó en una zona de marines pudo detectar la presencia del otro almirante con su mantra, no tardó nada en aparecer pero al momento desapareció trayendo consigo unas camillas, esa velocidad era impresionante. Ahora el demonio de la niebla pegó un suspiro mientras observaba como se iba y traía cosas para tratarlos. Una vez empezó a curarlos, el marine se quedó callado y quieto hasta que escuchó las palabras de Karl preguntando que les había pasado.
- Tranquilo no ha sido para tanto, tan solo nos hemos comido una explosión gigante pero nada más, el puerto del paraíso está siendo invadido por unas tortugas bomba, se cuenta por centenares, aunque ya hemos acabado con la mayor parte. Además hay una ballena gigante y un enorme gyojin gigantesco que avanza por el mar, Drake está allí, noté su presencia. Ese capullo estará luchando con alguno seguramente, aunque tal vez esté haciendo otra cosa. Lo importante es que en unos minutos volveré a atacar, un brazo menos no es motivo para pararme.
- RE:
- Tratar de animar a los espadachines, dejarme curar por karl e informarle
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El caballero se encontraba muy tranquilo siguiendo al líder con el crío en su espalda mientras silbaba felizmente por el camino, sin embargo ahora empezó a sentir una sensación extraña en su espalda, se sentía calentito. Sonrió tranquilamente, el crío estaría medio dormido abrazado o algo así, pero de repente escuchó sus palabras, un escalofrío le recorrió todo el cuello mientras tragaba saliva. “No puede ser verdad…” De repente lo notó bajarse y correr a la pierna del líder, después de unos segundos el pelirrojo sintió aún más calor pero esta vez de forma líquida, abrió la boca con toda su fuerza pegando un enorme grito de cólera, rabia, miedo, asco y odio.
- ¡Buaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Yo lo mato! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Ryohei-sama!
Sus gritos no eran tan exagerados, lo justo para que los escucharan solo ellos, el caballero no tardó ni dos segundos en quitarse su jodido abrigo blanco, con lo que lo amaba y quería, era una de sus posesiones más preciadas sin duda alguna. Pegó un puñetazo en el suelo mientras unas lagrimitas le caían por las mejillas, gruñía enfadado mientras observaba la mancha amarilla expandirse por su precioso trozo de tela blanco. Gracias a Dios, su camisa azul estaba intacta y se quedó con ella, pero no pudo evitar entristecerse por su abrigo. Dirigió una mirada hacia el chico y lo señaló con su Jutte de forma un poco amenazante pero cómica al mismo tiempo por su tono de voz.
- Maldito asesino de abrigos pagaras muy caro lo que has hecho soy, el señor me protege y ahora mismo estoy seguro de que está muy triste con lo que has hecho, irás al infierno por ello ¡Ryohei-sama mire lo que ese niño ha hecho con mi abrigo! ¡Exijo un castigo y que el hombre gas me haga el sumo favor de hacerse agua lejía y me lo lave!
Sus últimas palabras eran más bien una súplica a su compañero de gas. Parecía mu desesperado, su abrigo era algo, era algo, era algo, era algo, joder algo muy preciado para él. Era su compañero y siempre lo llevaba consigo, aunque hiciera un calor de locos en el lugar al que se dirigiera. Caminaba junto al resto mientras se iba quejando cogiendo su enorme prenda blanca de un extremo y suplicando ayuda para exterminar aquella corrosiva mancha amarilla que avanzaba, puto meón.
- ¡Buaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Yo lo mato! ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Ryohei-sama!
Sus gritos no eran tan exagerados, lo justo para que los escucharan solo ellos, el caballero no tardó ni dos segundos en quitarse su jodido abrigo blanco, con lo que lo amaba y quería, era una de sus posesiones más preciadas sin duda alguna. Pegó un puñetazo en el suelo mientras unas lagrimitas le caían por las mejillas, gruñía enfadado mientras observaba la mancha amarilla expandirse por su precioso trozo de tela blanco. Gracias a Dios, su camisa azul estaba intacta y se quedó con ella, pero no pudo evitar entristecerse por su abrigo. Dirigió una mirada hacia el chico y lo señaló con su Jutte de forma un poco amenazante pero cómica al mismo tiempo por su tono de voz.
- Maldito asesino de abrigos pagaras muy caro lo que has hecho soy, el señor me protege y ahora mismo estoy seguro de que está muy triste con lo que has hecho, irás al infierno por ello ¡Ryohei-sama mire lo que ese niño ha hecho con mi abrigo! ¡Exijo un castigo y que el hombre gas me haga el sumo favor de hacerse agua lejía y me lo lave!
Sus últimas palabras eran más bien una súplica a su compañero de gas. Parecía mu desesperado, su abrigo era algo, era algo, era algo, era algo, joder algo muy preciado para él. Era su compañero y siempre lo llevaba consigo, aunque hiciera un calor de locos en el lugar al que se dirigiera. Caminaba junto al resto mientras se iba quejando cogiendo su enorme prenda blanca de un extremo y suplicando ayuda para exterminar aquella corrosiva mancha amarilla que avanzaba, puto meón.
- Re:
- Maldecir a Ushi por mearse en mi abrigo y seguir al lider suplicando por que me lo laven
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Xemnas sintió como lo cogía su hermana del brazo y tiraba de él, este se dejaba mirando emocionado la batalla y deseando participar en ella. Después de unos momentos se internaron por una calle y pudo ver como una especie de ascensores, iba a proponer ir allí cuando de repente sintió algo caer a su lado, se llevó la mano a la mejilla y vio algo de sangre en esta. Fuese lo que fuese le había rozado la cara y casi atravesado el pie, junto a su bota había una flecha, esto le extraño y miró hacia arriba, venían más. Frunció el ceño y sacó su enorme espadón, esperando a que estuvieran cerca para de un tajo apartarlas y de esa forma evitar que le dieran a él o a su hermanita.
- Hermana yo voto por montarnos en los ascensores y salir de aquí cuanto antes, o más fleches podrían llegar.
Dijo ahora mientras sonreía y corría rumbo al ascensor esperando a Xira, si lograban montarse se estaría quieto para ver qué diablos ocurriría. Simplemente esperaría a su hermana con el espadón en la mano por si las moscas, no se fiaba de nadie y ahora mucho menos tras notar que había arqueros invisibles en la zona que les disparaban. Aquello podía ser un problema bastante grave pero solo faltaba ver como se desarrollaban los acontecimientos en aquel lugar de mala muerte al que habían ido, a saber para qué. Solo Xira sabía la respuesta de eso y el rubio simplemente iba a su bola estando feliz y silbando tranquilamente, esperando a la rubia una vez metido en el ascensor.
- ¡Vamos hermanita date prisa! ¡Vaya que vuelvan a caer más de esas fleches del cielo! ¡Rápido Xira!
- Hermana yo voto por montarnos en los ascensores y salir de aquí cuanto antes, o más fleches podrían llegar.
Dijo ahora mientras sonreía y corría rumbo al ascensor esperando a Xira, si lograban montarse se estaría quieto para ver qué diablos ocurriría. Simplemente esperaría a su hermana con el espadón en la mano por si las moscas, no se fiaba de nadie y ahora mucho menos tras notar que había arqueros invisibles en la zona que les disparaban. Aquello podía ser un problema bastante grave pero solo faltaba ver como se desarrollaban los acontecimientos en aquel lugar de mala muerte al que habían ido, a saber para qué. Solo Xira sabía la respuesta de eso y el rubio simplemente iba a su bola estando feliz y silbando tranquilamente, esperando a la rubia una vez metido en el ascensor.
- ¡Vamos hermanita date prisa! ¡Vaya que vuelvan a caer más de esas fleches del cielo! ¡Rápido Xira!
- Resumen:
- Bloquear un par de flechas de la yumi y correr al ascensor
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Maldita pierna de carne y hueso, débil y deprimente, haciendo que mi paso se ralentizara cada vez más. El espadazo que el gyojin me había dado, estaba haciendo mella en mi movimiento y aparte, estaba sangrando todavía. Me paré un momento para colocarme sobre la herida, un trozo de tela de color blanco que hallé. La apreté bien fuerte aplicándome un pequeño vendaje que sirviera para detener el flujo de sangre por el momento. Detrás de mí, escuchaba a una gran cantidad de gyojin, acercándose a un ritmo rápido y por otro lado, los civiles ya habían cogido todas las lanzaderas hacía la ciudad y ahora solo quedaba una. Ahora quedaba la opción de quedarse y esperar a los compañeros o irnos en la lanzadera. La opción de huir no me gustaba y la de ayudar a mis compañeros tampoco, pero eso de matar a gyojin era lo único que podía cambiar la balanza.
Miré los cargadores que me quedaban, todavía tenía suficientes, pero tendría que racionar la munición o si no, me quedaría sin ella antes de que acabara la batalla. Mire a Kidah y Shiroi - yo me quedo a "esperar a los demás" - dibujando una sonrisa macabra en mi cara, invisible para los demás. - Escucho que viene una gran cantidad de gyojin, así que intentare reducir el túnel, para poder eliminarlos mejor, apartad si no queréis que os de - dije a los demás, mientras pensaba que esa iba a ser la mejor parte. Después de eso, usé mi técnica purificación oscura disparando 6 esferas, las cuales se dividieron, provocando varias explosiones en la zona derecha del túnel. Mi intención era dejar un paso estrecho, para entorpecer el paso de los gyojin, pero que no nos superaran en número tan rápidamente.
Si conseguía mi objetivo, me encargaría de que ningún gyojin pasara la línea imaginaria que tenía en mi cabeza - vamos a disfrutar de este momento muchachos - les dije fríamente. Algunos agentes del cp y Minato, se habían quedado en las afueras del túnel, lo que les ocurriera no importaba, pero si la situación se ponía muy fea, derrumbaría la otra parte del túnel, no me importaba dejarlos tirados, ya que no sentía ningún apreció por nadie. De repente comenzaron a aparecer los gyojin, era hora de escuchar gritar a mis presas. Comencé a disparar a discreción, evitando eso sí, darle a mis compañeros si se lanzaban al ataque.
Miré los cargadores que me quedaban, todavía tenía suficientes, pero tendría que racionar la munición o si no, me quedaría sin ella antes de que acabara la batalla. Mire a Kidah y Shiroi - yo me quedo a "esperar a los demás" - dibujando una sonrisa macabra en mi cara, invisible para los demás. - Escucho que viene una gran cantidad de gyojin, así que intentare reducir el túnel, para poder eliminarlos mejor, apartad si no queréis que os de - dije a los demás, mientras pensaba que esa iba a ser la mejor parte. Después de eso, usé mi técnica purificación oscura disparando 6 esferas, las cuales se dividieron, provocando varias explosiones en la zona derecha del túnel. Mi intención era dejar un paso estrecho, para entorpecer el paso de los gyojin, pero que no nos superaran en número tan rápidamente.
Si conseguía mi objetivo, me encargaría de que ningún gyojin pasara la línea imaginaria que tenía en mi cabeza - vamos a disfrutar de este momento muchachos - les dije fríamente. Algunos agentes del cp y Minato, se habían quedado en las afueras del túnel, lo que les ocurriera no importaba, pero si la situación se ponía muy fea, derrumbaría la otra parte del túnel, no me importaba dejarlos tirados, ya que no sentía ningún apreció por nadie. De repente comenzaron a aparecer los gyojin, era hora de escuchar gritar a mis presas. Comencé a disparar a discreción, evitando eso sí, darle a mis compañeros si se lanzaban al ataque.
- Resumen:
- Me ató un trozo de tela en la herida -> Escucho que vienen los gyojin y les digo a Kidah y Shiroi que me quedo -> Les digo después que derrumbare parte del túnel para contenerlos mejor -> Tras eso, comienzo la matanza de gyojin
León Zaid
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Desde donde nos encontrábamos aún se podían escuchar explosiones, gritos, y como los fuertes vientos causados por Kasan ya estaban aminorando, a no ser que fuese causa del lugar donde nos encontrábamos, que aislase algunos sonidos.
Comenzamos a caminar por el lugar viendo que nadie nos recibía hasta el límite exacto con la zona donde empezaba el césped, ahí alguien apareció de la nada frente a nosotros, lo cuál provocó una cierta sonrisa en mi interior, efectivamente no iban a permitir que alguien como nosotros entrasen en sus anchas al sitio, pero jamás hubiese un hombre con semejante aspecto, era bastante grande pero anciano, se notaba que era realmente un veterano en el lugar, y sus ojos eran claros, algo que pegaba bastante con el color de su bigote, rubio, y lo peor de todo, es que se mostraba ciertamente enfadado.
Percibí entonces con el mantra su poder de combate, y mis piernas empezaron a flaquear, y no solo eso, un sudor frío recorrió mi cuerpo provocando que mi cara empezase a tener gotas de sudor, el poder de aquel hombre era de lejos el más fuerte que jamás había percibido, su fuerza era realmente aterradora y me alegraba en lo más profundo de mi corazón de tenerlo en nuestro bando, como enemigo no le hubiese durado ni un segundo seguramente.
- ¿Es un monstruo?- Era lo único que alcanzaba a preguntarme en esos instantes, realmente la sensación de miedo que tenía recorriendo mi cuerpo era tan grande que me imposibilitaba moverme ni un solo centímetro, notando la boca seca para hablar por mucho que lo intentase.
El temible anciano rápido empezó a preguntarnos a modo de grito por nuestra presencia, no entendía que hacíamos ahí hasta que detuvo su mirada en Kyros, suavizándose entonces su tono y semblante. Necesitaba desatarme del miedo, con lo que me pellizqué el muslo con la mano izquierda, que estaba guardada en el bolsillo y en un ápice de sentido normalizado tras el terror me incliné hacia el anciano haciendo una clara reverencia reconociendo mis respetos por el hombre, desconocía quién era, pero siendo un anciano de tal poder en un lugar así, en mi cabeza se elaboró una rápida teoría de quién era, algo que quería aprovechar para dar una buena imagen ante el Gorosei.
- Mi nombre es León, León Zaid agente del Cipher Pol 8... - Tomé una pausa para tragar saliva y darme un nuevo pellizco para espabilar y continuar hablando.- y toda la responsabilidad es mía, era el miembro de más alto rango y tomé las decisiones que consideré mejor en el momento. Nuestras ordenes eran apoyar al Shichibukai, pero el Tenryuubito se presentó ante nosotros, con lo que consideré la mejor opción dividir en dos el equipo, la primera mitad dirigida a cumplir la misión primaria y la segunda mitad, nosotros, encargada de escoltar al Tenryuubito al único lugar donde podría estar totalmente seguro bajo mi conocimiento. Disculpe si cometí un error, solo quería arreglar este improvisto de la forma más rápida y eficaz posible para encaminarnos a nuestra misión original rápidamente.
Cuando quise darme cuenta el hombre ya no estaba frente a mi, se había alejado con Kyros y no me había respondido a mis palabras, desconocía si eso era buena señal o mala, pero al menos no había recibido un castigo por lo hecho, y había tenido oportunidad de explicar el motivo de nuestras acciones, siendo realistas no hay más opciones que tomar a parte de la que tomé que fuesen mejores, y si la había, no estaba en nuestra información.
Hasta que no pasaron unos minutos en silencio no pude reponerme para salir de allí, el poder de ese anciano causó un miedo en mi interior que me dejó paralizado, necesitaba unos minutos respirando y tomando el aire para reponer fuerzas, y una vez hecho esto me llevé un cigarro a la boca con la mano aún temblando, por fortuna al encenderlo noté el humo del cigarro entrando en mi cuerpo una paz consiguió domar mi cuerpo, volviendo a recuperar la cordura y capacidad de raciocinio.
- Vaya agente 666... eso fue demasiado ¿Eh?. - Dije en un leve suspiro comenzando a andar en un paso nervioso que poco a poco se normalizó. - Ese hombre tenía una fuerza monstruosa... de haber querido nos habría matado allí mismo sin darnos cuenta... es una suerte contar con gente tan poderosa de nuestro lado ¿No cree?.
Esperé su respuesta disfrutando ya de las caladas que daba al cigarro, estando nuevamente normalizado cuando contemplé no muy lejos de nuestra posición una imagen realmente extraña, ¿Cómo un barco estaba navegando sobre los vientos entrando en Mariejoa? No importaba, desde luego no podía ser un aliado, con lo que cogiendo al agente 666 con varias cuerdas esperó a estar cerca del barco para agarrarse a este y con ayuda del Geppou subirse a la cubierta soltando al agente compañero en esta.
- Disculpa, pero no había tiempo de hablar. - Le dije en un susurro mientras avanzaba hasta una silueta que en pose extravagante lideraba la embarcación.
Pronto pude reconocer entonces en él al Shichibukai Zafiro Negro, algo perfecto a decir verdad, ya que su misión era ayudar a los Shichibukais y uno de estos se le había presentado delante él solo.
- Buenas tardes señor Zafiro Negro, ¿Cómo es que tenemos la fortuna de tenerle en Mariejoa liderando un barco por los vientos? - Pregunté ciertamente divertido por lo absurdo del momento.
Cuando Zafiro negro se giró a mirarme mi corazón palpitó y la sangre de mi cuerpo de enfrió por unos minutos, no era una sensación de miedo como la vivida con el anciano, esta era totalmente diferente, conocía en persona a ese hombre de algo y no terminaba de recordar por qué y cuando, pero mi cabeza pasó frente a mi varias escenas del pasado, lo sucedido aquél día en esa extraña isla y que nunca había vuelto a recordar hoy lo había recordado, todo lo sucedido había vuelto a mi memoria, o más bien despertado, ya que jamás se había ido, él fue un amigo algo extraño que me hice en aquel estado tan confuso, y en mi corazón me alegraba de reencontrarmelo.
Lo más extraño era que había visto su rostro varias veces en wanteds y periódicos, pero hasta hoy no recordé esto, solo tenía una extraña sensación al verle de sonarme familiar, pero lo atribuí a mi trabajo como agente, jamás imaginaría que aquel atentado biológico en la isla donde estuve hubiese desembocado en conocer a este tipo de una manera tan amistosa, absurda y que a más de uno le parecería divertida ¿Qué sarta de tonterías dije ese día? ¿Llegué a pegar una colleja a un perro de verdad? ¿ Realmente lloré a lágrima viva por la futura perdida de un padre, y nada más y nada menos que Zafiro negro, para un hijo imaginario al que iba a dar a luz? Aún desconocía que clase de droga inhalé en ese atentado biológico, jamás le di importancia pese a no recordarlo ya que nadie reportó nada, pero desde luego ahora me inquietaba y lo investigaría, necesitaba saber si pasó algo más.
- Zafiro... - Dije dificultoso viendo la reacción de su rostro. - ¿Pasó realmente eso en aquella isla? Tengo muy confusos los recuerdos, hasta ahora no los había recordado... ¿Qué diablos pasó Zafiro negro?
Comenzaba el reencuentro con Zafiro Negro en una situación realmente extraña, sobrevolando Mariejoa en un barco que navegaba sobre los vientos, para recordar lo que sucedió durante el atentado biológico en aquella isla que ni recuerdo, y donde ambos acabamos delirando sobrepasando la línea de lo racional por muchos kilómetros, y sin embargo, algo dentro de mi se alegraba de verle, lo consideraba un amigo sin saberlo en todo este tiempo.
Comenzamos a caminar por el lugar viendo que nadie nos recibía hasta el límite exacto con la zona donde empezaba el césped, ahí alguien apareció de la nada frente a nosotros, lo cuál provocó una cierta sonrisa en mi interior, efectivamente no iban a permitir que alguien como nosotros entrasen en sus anchas al sitio, pero jamás hubiese un hombre con semejante aspecto, era bastante grande pero anciano, se notaba que era realmente un veterano en el lugar, y sus ojos eran claros, algo que pegaba bastante con el color de su bigote, rubio, y lo peor de todo, es que se mostraba ciertamente enfadado.
Percibí entonces con el mantra su poder de combate, y mis piernas empezaron a flaquear, y no solo eso, un sudor frío recorrió mi cuerpo provocando que mi cara empezase a tener gotas de sudor, el poder de aquel hombre era de lejos el más fuerte que jamás había percibido, su fuerza era realmente aterradora y me alegraba en lo más profundo de mi corazón de tenerlo en nuestro bando, como enemigo no le hubiese durado ni un segundo seguramente.
- ¿Es un monstruo?- Era lo único que alcanzaba a preguntarme en esos instantes, realmente la sensación de miedo que tenía recorriendo mi cuerpo era tan grande que me imposibilitaba moverme ni un solo centímetro, notando la boca seca para hablar por mucho que lo intentase.
El temible anciano rápido empezó a preguntarnos a modo de grito por nuestra presencia, no entendía que hacíamos ahí hasta que detuvo su mirada en Kyros, suavizándose entonces su tono y semblante. Necesitaba desatarme del miedo, con lo que me pellizqué el muslo con la mano izquierda, que estaba guardada en el bolsillo y en un ápice de sentido normalizado tras el terror me incliné hacia el anciano haciendo una clara reverencia reconociendo mis respetos por el hombre, desconocía quién era, pero siendo un anciano de tal poder en un lugar así, en mi cabeza se elaboró una rápida teoría de quién era, algo que quería aprovechar para dar una buena imagen ante el Gorosei.
- Mi nombre es León, León Zaid agente del Cipher Pol 8... - Tomé una pausa para tragar saliva y darme un nuevo pellizco para espabilar y continuar hablando.- y toda la responsabilidad es mía, era el miembro de más alto rango y tomé las decisiones que consideré mejor en el momento. Nuestras ordenes eran apoyar al Shichibukai, pero el Tenryuubito se presentó ante nosotros, con lo que consideré la mejor opción dividir en dos el equipo, la primera mitad dirigida a cumplir la misión primaria y la segunda mitad, nosotros, encargada de escoltar al Tenryuubito al único lugar donde podría estar totalmente seguro bajo mi conocimiento. Disculpe si cometí un error, solo quería arreglar este improvisto de la forma más rápida y eficaz posible para encaminarnos a nuestra misión original rápidamente.
Cuando quise darme cuenta el hombre ya no estaba frente a mi, se había alejado con Kyros y no me había respondido a mis palabras, desconocía si eso era buena señal o mala, pero al menos no había recibido un castigo por lo hecho, y había tenido oportunidad de explicar el motivo de nuestras acciones, siendo realistas no hay más opciones que tomar a parte de la que tomé que fuesen mejores, y si la había, no estaba en nuestra información.
Hasta que no pasaron unos minutos en silencio no pude reponerme para salir de allí, el poder de ese anciano causó un miedo en mi interior que me dejó paralizado, necesitaba unos minutos respirando y tomando el aire para reponer fuerzas, y una vez hecho esto me llevé un cigarro a la boca con la mano aún temblando, por fortuna al encenderlo noté el humo del cigarro entrando en mi cuerpo una paz consiguió domar mi cuerpo, volviendo a recuperar la cordura y capacidad de raciocinio.
- Vaya agente 666... eso fue demasiado ¿Eh?. - Dije en un leve suspiro comenzando a andar en un paso nervioso que poco a poco se normalizó. - Ese hombre tenía una fuerza monstruosa... de haber querido nos habría matado allí mismo sin darnos cuenta... es una suerte contar con gente tan poderosa de nuestro lado ¿No cree?.
Esperé su respuesta disfrutando ya de las caladas que daba al cigarro, estando nuevamente normalizado cuando contemplé no muy lejos de nuestra posición una imagen realmente extraña, ¿Cómo un barco estaba navegando sobre los vientos entrando en Mariejoa? No importaba, desde luego no podía ser un aliado, con lo que cogiendo al agente 666 con varias cuerdas esperó a estar cerca del barco para agarrarse a este y con ayuda del Geppou subirse a la cubierta soltando al agente compañero en esta.
- Disculpa, pero no había tiempo de hablar. - Le dije en un susurro mientras avanzaba hasta una silueta que en pose extravagante lideraba la embarcación.
Pronto pude reconocer entonces en él al Shichibukai Zafiro Negro, algo perfecto a decir verdad, ya que su misión era ayudar a los Shichibukais y uno de estos se le había presentado delante él solo.
- Buenas tardes señor Zafiro Negro, ¿Cómo es que tenemos la fortuna de tenerle en Mariejoa liderando un barco por los vientos? - Pregunté ciertamente divertido por lo absurdo del momento.
Cuando Zafiro negro se giró a mirarme mi corazón palpitó y la sangre de mi cuerpo de enfrió por unos minutos, no era una sensación de miedo como la vivida con el anciano, esta era totalmente diferente, conocía en persona a ese hombre de algo y no terminaba de recordar por qué y cuando, pero mi cabeza pasó frente a mi varias escenas del pasado, lo sucedido aquél día en esa extraña isla y que nunca había vuelto a recordar hoy lo había recordado, todo lo sucedido había vuelto a mi memoria, o más bien despertado, ya que jamás se había ido, él fue un amigo algo extraño que me hice en aquel estado tan confuso, y en mi corazón me alegraba de reencontrarmelo.
Lo más extraño era que había visto su rostro varias veces en wanteds y periódicos, pero hasta hoy no recordé esto, solo tenía una extraña sensación al verle de sonarme familiar, pero lo atribuí a mi trabajo como agente, jamás imaginaría que aquel atentado biológico en la isla donde estuve hubiese desembocado en conocer a este tipo de una manera tan amistosa, absurda y que a más de uno le parecería divertida ¿Qué sarta de tonterías dije ese día? ¿Llegué a pegar una colleja a un perro de verdad? ¿ Realmente lloré a lágrima viva por la futura perdida de un padre, y nada más y nada menos que Zafiro negro, para un hijo imaginario al que iba a dar a luz? Aún desconocía que clase de droga inhalé en ese atentado biológico, jamás le di importancia pese a no recordarlo ya que nadie reportó nada, pero desde luego ahora me inquietaba y lo investigaría, necesitaba saber si pasó algo más.
- Zafiro... - Dije dificultoso viendo la reacción de su rostro. - ¿Pasó realmente eso en aquella isla? Tengo muy confusos los recuerdos, hasta ahora no los había recordado... ¿Qué diablos pasó Zafiro negro?
Comenzaba el reencuentro con Zafiro Negro en una situación realmente extraña, sobrevolando Mariejoa en un barco que navegaba sobre los vientos, para recordar lo que sucedió durante el atentado biológico en aquella isla que ni recuerdo, y donde ambos acabamos delirando sobrepasando la línea de lo racional por muchos kilómetros, y sin embargo, algo dentro de mi se alegraba de verle, lo consideraba un amigo sin saberlo en todo este tiempo.
- Resumen:
- Dejar a Kyros junto al anciano cheto, sentir mucho miedo hasta pasados unos minutos, donde subo al barco de Dexter junto al Agente 666 con el objetivo de cumplir las órdenes, apoyar al Shichibukai. Sin embargo sufro una gran cantidad de flashbacks que me hacen recordar el 1º rol que entregué, con Dexter, y confuso por eso le pregunto por lo sucedido ese día.
Cánabar
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El mantra de Cánabar detectó algo. Cerca de ellos había un humano y una gyojin. Por alguna razón no luchaban y no había intenciones hostiles en el hombre. La estaba... ¿protegiendo? Aquello era extraño, los trilobites odiaban a todos los humanos así que no habría uno con ellos. Pero podía tratarse de un altruista que decidió ayudar sin motivos. No podía permitir que les pasara nada, si alertaba a Kaiser querría matarlo y la gyojin correría peligro. Ignoró el hecho para no perjudicarlos. Pero no fue lo único que notó. Sintió una presencia realmente poderosa que conocía. Alguien que hacía muchos años que no veía y que estaba descontrolado. ¡Drake! El lobo estaba allí, ¿pero dónde? Miró hacia todos lados y, al mirar arriba, vio algo que lo sorprendió.
Su amigo no estaba volando, aunque no habría sido extraño en aquel sorprendente tipo, pero había algo descendiendo. No podía diferenciar bien lo que era, pero había muchas cosas desperdigadas pro todo el cielo. Imbuyó su cuerpo en Haki de Armadura (Lvl 3) y lo exteriorizó para crear una cúpula. Todos estaban lo suficientemente cerca como para que aquel poder, que rondaba los seis metros, los cubriera y protegiera. AL impactar pudo notar que se trataban de proyectiles poderosos. Una vez en el suelo descubrió que se trataba de flechas. Alguien estaba usando un arco y había intentado matarlos, si lo veía podía darse por muerto. Pero ahora había algo que le preocupaba más que eso. Siguió buscando hasta que encontró lo que quería.
-¡Kaiser, es Drake!- Le dijo al otro gyojin.
El capitán de Atesaki conocía al chico lobo y hasta le había caído bien. Cánabar no sabía si la orca le ayudaría o lucharía contra aquella criatura enorme a la que se enfentaba el "humano", pero él no se quedaría quieto y prefería avisar por si acaso. Quizás pillaba a Kaiser en uno de sus momentos asesinos y le daba igual que el enemigo fuera aquel titán. Empezó a correr mientras desenvainaba su espada de nuevo. Sus piernas tenían potencia y sus brazos fuerza, pero para matar a eso necesitaba mucho más. Solo había una solución, atacar desde el agua. No sabía la fuerza de aquella criatura ni la capacidad de su amigo, pero él iba a darlo todo.
-¡Drake!- Gritó tan alto que casi podía escucharse pro todo el puerto.
Saltó al agua y nadó hacia la ballena. Trató de situarse bajo ella, el abdomen solía ser la zona más débil de todos los animales. Además, una herida grande en esa zona tendía ser letal. Imbuyó su espada y su cuerpo en haki y activó todo lo que pudo para potenciar su ataque, usando su Behemot y su Alma de Dragón se aseguró de tener la mayor potencia posible. Además realizó el mayor ataque que podía. Con toda aquella potenciación su Apocalipsis sería realmente devastador. Que la criatura se preparara, Drake era el único humano con el que no debería haberse metido.
Alma de Dragón + Behemot + Haki de Armadura nivel 3 + Potencia bajo el agua aumentada + Apocalipsis [AB]
Su amigo no estaba volando, aunque no habría sido extraño en aquel sorprendente tipo, pero había algo descendiendo. No podía diferenciar bien lo que era, pero había muchas cosas desperdigadas pro todo el cielo. Imbuyó su cuerpo en Haki de Armadura (Lvl 3) y lo exteriorizó para crear una cúpula. Todos estaban lo suficientemente cerca como para que aquel poder, que rondaba los seis metros, los cubriera y protegiera. AL impactar pudo notar que se trataban de proyectiles poderosos. Una vez en el suelo descubrió que se trataba de flechas. Alguien estaba usando un arco y había intentado matarlos, si lo veía podía darse por muerto. Pero ahora había algo que le preocupaba más que eso. Siguió buscando hasta que encontró lo que quería.
-¡Kaiser, es Drake!- Le dijo al otro gyojin.
El capitán de Atesaki conocía al chico lobo y hasta le había caído bien. Cánabar no sabía si la orca le ayudaría o lucharía contra aquella criatura enorme a la que se enfentaba el "humano", pero él no se quedaría quieto y prefería avisar por si acaso. Quizás pillaba a Kaiser en uno de sus momentos asesinos y le daba igual que el enemigo fuera aquel titán. Empezó a correr mientras desenvainaba su espada de nuevo. Sus piernas tenían potencia y sus brazos fuerza, pero para matar a eso necesitaba mucho más. Solo había una solución, atacar desde el agua. No sabía la fuerza de aquella criatura ni la capacidad de su amigo, pero él iba a darlo todo.
-¡Drake!- Gritó tan alto que casi podía escucharse pro todo el puerto.
Saltó al agua y nadó hacia la ballena. Trató de situarse bajo ella, el abdomen solía ser la zona más débil de todos los animales. Además, una herida grande en esa zona tendía ser letal. Imbuyó su espada y su cuerpo en haki y activó todo lo que pudo para potenciar su ataque, usando su Behemot y su Alma de Dragón se aseguró de tener la mayor potencia posible. Además realizó el mayor ataque que podía. Con toda aquella potenciación su Apocalipsis sería realmente devastador. Que la criatura se preparara, Drake era el único humano con el que no debería haberse metido.
Alma de Dragón + Behemot + Haki de Armadura nivel 3 + Potencia bajo el agua aumentada + Apocalipsis [AB]
- Resumen:
- Protejo a los míos de las flechas que caen con una cúpula de Haki. Después detecto a Drake y corro a ayudarle. me sumerjo y ataco a la ballena en el abdomen con un ataque muy poderoso.
Kokonoe Toru
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El hombre escarabajo me hace el favor de cogerme y llevarme junto al resto de miembros del gremio volando hacia el continente alejándonos del muelle. Mientras nos elevamos veo un enorme robot que se une a la guerra y veo como el muelle empieza a ser casi el epicentro de la guerra. Pasado un tiempo una sensación de peligro invade mi cuerpo y la imagen de cientos de flechas cayendo inunda mi mente. No sé muy bien si es cierto o no pero por si acaso lo mejor es prevenir por lo que miro a los lados y veo la pared del continente. En ese momento digo Guldrik, acércame a la pared que tengo un mal presentimiento y una idea.
En ese momento el enorme escarabajo me acerca a la pared lo suficiente para tocarla y al hacerlo empiezo a convertir parte del continente en una enorme masa de corindón mientras grito Manteneros bajo mí, no sé porque tengo un mal presentimiento y creo que es mejor evitar dejar las cosas al azar. Tras acabar la conversión de la pared hago que se separe del resto del continente y la moldeo para que se parezca a un escudo curvado que elevo sobre mi posición con facilidad mientras subimos de forma que cualquier peligro proveniente de arriba lo tendría realmente complicado llegar a atravesar esa defensa.
En ese momento el enorme escarabajo me acerca a la pared lo suficiente para tocarla y al hacerlo empiezo a convertir parte del continente en una enorme masa de corindón mientras grito Manteneros bajo mí, no sé porque tengo un mal presentimiento y creo que es mejor evitar dejar las cosas al azar. Tras acabar la conversión de la pared hago que se separe del resto del continente y la moldeo para que se parezca a un escudo curvado que elevo sobre mi posición con facilidad mientras subimos de forma que cualquier peligro proveniente de arriba lo tendría realmente complicado llegar a atravesar esa defensa.
- resumen:
- Noto peligro por las flechas de Yumiko con el mantra nivel 2 y transmuto la pared en oro pra usarlo como escudo.
Kyros Blight
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Estuvo a punto de ponerse a gritar cuando el tal León lo tomó de la cara y lo llevó como si fuera un globo de helio en dirección al centro de Mariejoa, pero se contuvo. Quizás le daba un poco de miedo que ese tipo lo tratara como si fuera un cualquiera, pues indicaba que tenía mucho poder y que no tenía nada que perder. Pero esperó a su razonamiento y entonces lo comprendió todo. No es que no le importara en absoluto lo que pudiera pasarle, es que era tan invulnerable como él. Descendientes de Tenryuubitos, aunque era extraño pues él nunca lo había visto por allí. Aunque por lo que contaba parecía que se había unido al Cipher Pol y que no se había criado exactamente igual que un noble. Pero para Kyros seguía estando por debajo suyo, pues los Tenryuubitos no eran sino gente con muchos derechos gracias a sus apellidos... Pero él llegaría a ser algo más. No discutió, pese a que investigaría luego aquellas palabras para asegurarse que eran de verdad.
Caminaro -o mejor dicho, levitó- hasta llegar a una zona de cesped que él nunca había pisado pese a que la conocía bastante bien. Era el sitio más emblemático de Mariejoa, lugar donde el Gorosei vivía y daba las órdenes, o eso tenía entendido. Un hombre los recibió escandalizado, aunque se relajó un poco cuando vio a Kyros saludarle con la mano como si no pasara nada y con una enorme sonrisa en su rostro. Al fin y al cabo había vuelto a casa y no era un extraño, sino que era el primogénito de la familia de los Blight y eso no es un título que se olvida fácilmente. Y mientras León decía unas palabras que no le importaron en absoluto, por primera vez el noble mundial se adentró en aquel lugar que solo había visto de lejos. Pero en lugar de entrar levitando lo haría caminando, por lo que apoyó sus pies descalzos en el suelo sintiendo el cesped casi mágicamente cuidado y siguió a aquel tipo por donde lo guiaba. —Al fin un suelo digno para mis pies...— murmuró por lo bajo, mas pronto alzó la vista y trató de interrogar a su guía.
—Hey, oye... ¿Dónde está mi familia? ¿Se marcharon de aquí? ¿Tan complicado se ha puesto esto?— preguntó cuando llegaron al enorme edificio. El lugar era muy bello, digno del Gobierno Mundial y una auténtica obra de arte de la que ni siquiera sabía quién era el autor. En cualquier caso estaba preocupado por sus padres, no es que los fuera a echar mucho de menos cuando murieran pero si habían muerto significaba que él sería el cabeza de familia de los Blight. Pero ya pensaría en eso más tarde, si es que sucedía. Por el momento un hormigueo en los pies acompañado de sensación de frío le indicaron que estaba dentro del edificio, en el que sin duda había algo mágico en él. Le ordenaron que esperara en aquella posición hasta que volviera, una tarea muy difícil pero que cumpliría pues al Gorosei era al único al que le tenía algo de respeto. Sin embargo no pudo evitar curiosear por la zona mientras esperaba, moviéndose entre el mármol -supuso que sería mármol- y abriendo todos los muebles que encontraba. Parecía la típica vecina curiosa que quería ver "cómo has dejado el piso", solo que buscando algo que le gustara de verdad.
Solo esperaría porque ese tipo tenía que ser "el mayordomo" del Gorosei, pero sino habría entrado en la sala a ver qué estaba pasando.
Caminaro -o mejor dicho, levitó- hasta llegar a una zona de cesped que él nunca había pisado pese a que la conocía bastante bien. Era el sitio más emblemático de Mariejoa, lugar donde el Gorosei vivía y daba las órdenes, o eso tenía entendido. Un hombre los recibió escandalizado, aunque se relajó un poco cuando vio a Kyros saludarle con la mano como si no pasara nada y con una enorme sonrisa en su rostro. Al fin y al cabo había vuelto a casa y no era un extraño, sino que era el primogénito de la familia de los Blight y eso no es un título que se olvida fácilmente. Y mientras León decía unas palabras que no le importaron en absoluto, por primera vez el noble mundial se adentró en aquel lugar que solo había visto de lejos. Pero en lugar de entrar levitando lo haría caminando, por lo que apoyó sus pies descalzos en el suelo sintiendo el cesped casi mágicamente cuidado y siguió a aquel tipo por donde lo guiaba. —Al fin un suelo digno para mis pies...— murmuró por lo bajo, mas pronto alzó la vista y trató de interrogar a su guía.
—Hey, oye... ¿Dónde está mi familia? ¿Se marcharon de aquí? ¿Tan complicado se ha puesto esto?— preguntó cuando llegaron al enorme edificio. El lugar era muy bello, digno del Gobierno Mundial y una auténtica obra de arte de la que ni siquiera sabía quién era el autor. En cualquier caso estaba preocupado por sus padres, no es que los fuera a echar mucho de menos cuando murieran pero si habían muerto significaba que él sería el cabeza de familia de los Blight. Pero ya pensaría en eso más tarde, si es que sucedía. Por el momento un hormigueo en los pies acompañado de sensación de frío le indicaron que estaba dentro del edificio, en el que sin duda había algo mágico en él. Le ordenaron que esperara en aquella posición hasta que volviera, una tarea muy difícil pero que cumpliría pues al Gorosei era al único al que le tenía algo de respeto. Sin embargo no pudo evitar curiosear por la zona mientras esperaba, moviéndose entre el mármol -supuso que sería mármol- y abriendo todos los muebles que encontraba. Parecía la típica vecina curiosa que quería ver "cómo has dejado el piso", solo que buscando algo que le gustara de verdad.
Solo esperaría porque ese tipo tenía que ser "el mayordomo" del Gorosei, pero sino habría entrado en la sala a ver qué estaba pasando.
- Resumen:
- Dejo de levitar y espero en la sala en la que me dejaron mientras rebusco por todos los muebles que encuentro, a ver si veo algo que me llame la atención.
Kaito Kazuki
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Alzan el vuelo, todos surcan los cielos, cada uno de una forma, Kaito convertido en un hombre-pájaro de fuego, Sin convertido en un ángel, una figura celestial que emana una luz cegadora a quien no está preparado para dicha luz, mientras que Ed es cargado por Guldrik, que vuela en una mezcla de escarabajo y humano. El vuelo es tranquilo, los matices del agua, la playa, el cielo y la roca se mezclan en el vuelo de los cazadores que ascienden hacia la ciudad sagrada, esperando encontrar algo digno de su presencia, algo que haga que el cazador se vuelva a sentir animado, como en aquella pelea en el Reino de Sunaba, una pelea que le llevó a pensar en disfrutar de la vida como peleador, la verdad es que en combate disfruta de las dificultades, el aire se vuelve frío poco a poco, aunque a los cazadores no les afectaría, no porque ignoren el efecto del frío, sino porque Kazuki emite un calor tremendo que compensa la baja temperatura del aire. Es en mitad de vuelo que en la mente del joven espadachín aparece una cruel imagen, centenares de flechas cayendo del cielo sobre ellos, una imagen aterradora, pero su compañero Ed se hace cargo de la situación. Tras acercarse al muro del continente crea una especie de escudo que protege a los cazadores de la lluvia de flechas. La mirada del cazador se vuelve turbia, cruel y sanguinaria, si llegara a descubrir quien lanzó las flecha lo haría pagar por tal osadía, pero por el momento se ocupa de observar a los alrededores y asegurarse de que nada más pueda perturbar la marcha de los cazadores, que se elevan más y más en el cielo, su meta, llegar a tierra lo antes posible.
- Resumen:
- Seguir avanzando y cabrearse con el que lanzó las flechas.
Date Musashi
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El ascensor comenzó a subir, pronto estaría en Mariejoa y podría buscar a Ame Sora. No dejaría piedra sin remover hasta que la encontrara, partiría aquella montaña por la mitad si fuera necesario. Mientras subían en el ascensor él y las dos jóvenes pudo ver todo lo que ocurría en el puerto. Lo ignoró, por él podía arder toda aquella superficie mientras Ame Sora estuviera a salvo, por lo que cerró los ojos y se mantuvo con los brazos cruzados delante de su torso. Muchos se sentirían afortunados de tener tan buena compañía, pero para el semigigante solo eran dos posibles individuos que morirían si intentaban ayudarlo, con casi toda seguridad. Además de que no confiaba del todo en ellas, al fin y al cabo eran desconocidas y la cabeza de la niña tenía un buen precio. Por ello seguiría su misión de rescatarla sin importar lo que le dijeran, y si al final resultaba que sí lo ayudarían entonces su ayuda sería agradecida. Y hablando de personas que acababa de conocer...
El hecho de ver a aquel tipo llamarlo Timmothy de nuevo le puso de peor humor, mas no se dejó llevar por sus instintos pues no había nada más importante que la niña, y si destrozaba aquel ascensor probablemente no pudiera llegar hasta la cima volando. Simplemente bajó la mirada mientras apretaba su mandíbula con fuerza y sus dedos se clavaban en sus brazos cruzados, pero manteniendo la expresión prácticamente inalterada. Entonces Yumiko mencionó algo que llamó su atención, al parecer estaba dispuesta a llevársela si la encontraba pero se equivocó en una cosa. —No soy su padre. Solo me encargo de protegerla.— mencionó sin alzar la voz, bastante frío y seco. No lo había hecho a posta, en otra situación no habría respondido pero quería aclarar que no compartían sangre. Y tras un rato hablando la escuchó mencionar que ellos dos eran "puros" no pudo evitar girarse para mirarla. —¿Puro? ¿Llamas puro a esto? Mi alma es más oscura que este brazalete.— le dijo tras enseñarle aquel objeto demoníaco llamado Mortis, el cuál las miró con su gran ojo pasando rápidamente de una a otra.
La miró, sabía que las palabras que estaba a punto de decir quizás hicieran que no quisiera ayudarlo, pero le daba absolutamente igual. En verdad prefería que no le ayudaran, así no morirían personas inocentes. —Te arrancaría la cabeza y la clavaría en una estaca sin con eso salvara a la niña. Mi nombre es Date Musashi y no, no tengo un alma pura. No te aconsejo que me consideres tu aliado, aunque quisieras ayudarme.— y tras eso giró de nuevo y miró al frente, el ascensor seguía subiendo. Suspiró con fuerza, se había calentado. Literalmente se había calentado, pues las gotas de agua que se habían colocado en su ropa comenzaron a evaporarse como si estuviera a punto de convertirse en un auténtico demonio. Así era Musashi, no daba tregua ante nadie. Solo contra el mundo, todo por proteger a Ame Sora. —La niña se llama Ame Sora. Si la encuentras, dile que la estoy buscando. Y sálvala.— pidió, era algo extraño el cambio de "humor". De prácticamente una amenaza de muerte ahora le estaba pidiendo ayuda, aunque no para él sino para la chica.
Ya faltaba poco para llegar hasta arriba, su presencia podía sentirse llegando hasta la parte alta de la ciudad. No iba a dejar que nada ni nadie se interpusiera en su camino, aunque eso le costara su propia vida.
El hecho de ver a aquel tipo llamarlo Timmothy de nuevo le puso de peor humor, mas no se dejó llevar por sus instintos pues no había nada más importante que la niña, y si destrozaba aquel ascensor probablemente no pudiera llegar hasta la cima volando. Simplemente bajó la mirada mientras apretaba su mandíbula con fuerza y sus dedos se clavaban en sus brazos cruzados, pero manteniendo la expresión prácticamente inalterada. Entonces Yumiko mencionó algo que llamó su atención, al parecer estaba dispuesta a llevársela si la encontraba pero se equivocó en una cosa. —No soy su padre. Solo me encargo de protegerla.— mencionó sin alzar la voz, bastante frío y seco. No lo había hecho a posta, en otra situación no habría respondido pero quería aclarar que no compartían sangre. Y tras un rato hablando la escuchó mencionar que ellos dos eran "puros" no pudo evitar girarse para mirarla. —¿Puro? ¿Llamas puro a esto? Mi alma es más oscura que este brazalete.— le dijo tras enseñarle aquel objeto demoníaco llamado Mortis, el cuál las miró con su gran ojo pasando rápidamente de una a otra.
- Aspecto Mortis, el Escudo demoníaco:
La miró, sabía que las palabras que estaba a punto de decir quizás hicieran que no quisiera ayudarlo, pero le daba absolutamente igual. En verdad prefería que no le ayudaran, así no morirían personas inocentes. —Te arrancaría la cabeza y la clavaría en una estaca sin con eso salvara a la niña. Mi nombre es Date Musashi y no, no tengo un alma pura. No te aconsejo que me consideres tu aliado, aunque quisieras ayudarme.— y tras eso giró de nuevo y miró al frente, el ascensor seguía subiendo. Suspiró con fuerza, se había calentado. Literalmente se había calentado, pues las gotas de agua que se habían colocado en su ropa comenzaron a evaporarse como si estuviera a punto de convertirse en un auténtico demonio. Así era Musashi, no daba tregua ante nadie. Solo contra el mundo, todo por proteger a Ame Sora. —La niña se llama Ame Sora. Si la encuentras, dile que la estoy buscando. Y sálvala.— pidió, era algo extraño el cambio de "humor". De prácticamente una amenaza de muerte ahora le estaba pidiendo ayuda, aunque no para él sino para la chica.
Ya faltaba poco para llegar hasta arriba, su presencia podía sentirse llegando hasta la parte alta de la ciudad. No iba a dejar que nada ni nadie se interpusiera en su camino, aunque eso le costara su propia vida.
- Resumen:
- Date se cabrea, ea ea ea... Le da una mala respuesta a Yumiko y sigue calentándose la cabeza, quiere llegar de una Pierna vez y encontrar a Ame Sora.
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