El último reducto: Mariejoa (Capítulo: Parte II)

Aquel tono burlón de Arribor no me gustó nada. Parecía que quería picarme, pero yo tan solo hice una mueca y giré mi cara de brazos cruzados. La pared finalmente cedió cayendo de golpe, fue un gran estruendo la caída y no sé como el bibliotecario no nos llamó la atención, a lo mejor estaba tan ensimismado en sus libros que... que mejor no pensar otra cosa, no quería que nos siguiésemos metiendo en problemas. Avanzamos, estaba oscuro y la visibilidad era complicada pero Franklin iba delante, quien lo diría, ese bichito nos serviría de ayuda. -¿Qué crees que nos esperará ahí abajo Arribor?

Despertó al fin. Parecía que el dolor lo había dejado inconsciente. A su lado, su pequeño gorrión lo miraba preocupado. Se incorporó, con un gañido. Estaba en una estancia oscura, llena de camillas. A su alrededor había agentes del CP, algunos sobre camillas y otros dando vueltas por la estancia. Tardó un rato en ubicarse y suponer lo que había pasado. Lo último que recordaba era estar infiltrado en el grupo de revolucionarios que iba a Mariejoa... Entonces una sucesión de imágenes pasó por su cabeza: el asalto gyojin al barco, la pelea contra el berserker, el arresto de Leonel, la huida, la conversación con Ivanovich y la pelea contra la langosta.

- Ao... ¿llevo mucho rato inconsciente?

- Unos minutos. Debes tener mas cuidado, Issei.

El pequeño gorrión se subió de un salto a su hombro, canturreando. Entonces se dio cuenta de que le habían tratado la herida. Se levantó de cama con cuidado, y notó que ya podía caminar. Suspiró de alivio... empezaba a pensar que esa herida le costaría la batalla entera, y que no podría participar más. Entonces empezó a escuchar un discurso de fondo, y decidió prestarle atención. Poco a poco, su rostro pasó de la incredulidad a la indignación. ¿Un Almirante traicionando al Gobierno? Si en su mano estuviera capturarlo, lo encerraría en lo más profundo de Impel Down para que se pudriese. Entonces se dio cuenta de que era la ocasión perfecta para trabajar. Miró a los presente y susurró: "Giro Giro no Mind" Sondeó los pensamientos generales de los agentes, y uno le llamó la atención: Nova D. Neo. Al parecer pretendía ayudar al traidor y... ¿su padre era un revolucionario? No pudo reaccionar a tiempo, pues el hombre salió del edificio corriendo. Se abrió la tapa de su brazo cyborg y sacó un den den mushi con expresión funesta, llamando a su superior directo.

- Aquí agente 42. El agente Nova D. Neo es un revolucionario infiltrado, y se dirige al centro de la ciudad a dar apoyo al traidor Lion D. Karl - dijo, en voz baja.

Rayne llegó hasta su posición. ¿Qué hacía la muchacha en ese lugar? Se acercó a Alex y le propinó un puñetazo en el estómago. La chica era fuerte, pero la resistencia del cazador impidió que le provocara algún daño severo. O eso creyó en una primera instancia. Las costillas, tocadas desde antes, se resintieron. Podría haberse roto o fisurado alguna, aunque no sentía tanto dolor como para ello. Pero estaba seguro que algo le pasó porque, cuando se inclinó hacia atrás, notó un dolor agudo y punzante. La mujer comenzó a golpear el pecho de Alex en un mar de lágrimas y reprochándole que hubiera sido incapaz de proteger a Dark. Si ella supiera todo lo que el cazador se arrepentía por aquello... no le diría esas cosas. Pero se estaba desahogando y tenía razón.

-Créeme que lo siento. Debí protegerlo y no pude, no hay nadie que pueda sentirse peor que yo. Pero venció incluso aunque yo no estuviera ahí. Lo siento por fallaros a ambos- Dijo a modo de disculpa.

Después de aquello la chica se "calmó" y le entregó unas coordenadas. Por lo que dijo allí podrían arreglarle el brazo y la pierna además de los ojos. Eso era una gran noticia, Dark podía volver a ser el de antes sin problemas. Pero antes tenían que salir de allí. Alex miró a su alrededor, tenían que evacuar a todos los heridos pero algo ocurrió. Escuchó un sonido y, cuando se giró, vio el pecho de Tyrion atravesado. No era posible. Alguien detrás de él lo hizo y desapareció. Pero había permanecido allí un enemigo. Alex sintió rabia y desesperación, acababan de matar a uno de los suyos frente a él y de forma tan cobarde que no pudo defenderlo. Cargó sus dos puños con el poder de su fruta haciendo que todo el suelo vibrara a 30 metros alrededor de ellos. Pero Shun se interpuso y pidió un combate singular para restaurar su honor y vengar al cazador.

-No solo tu honor depende de este combate, también el nuestro. confío en ti, Shun, hazle pagar por lo que le ha hecho a nuestro hermano- Le dijo al samurái. -Que nadie interrumpa el combate, es de Shun- Aclaró al resto.

Acto seguido se acercó corriendo al gyojin. Todavía estaba vivo, ¡había una oportunidad! Quizás los médicos del gremio podían salvarlo, aunque su participación ne esta batalla había terminado. Agarró el cuerpo y lo posó sobre Farkas, después instó al resto de heridos y a los médicos del gremio a subirse en el lobo y ordenó al animal que los llevara hasta testuda. Ella los pondría a salvo y allí podrían tatar las heridas sin preocuparse de su alrededor. La criatura obedeció y, cargada tanto con médicos como heridos, marchó hacia la tortuga emprendiendo el vuelo. Alex, por su parte, activó su haki de observación. Muchas de las presencias fuertes habían desaparecido, pero era sustituidas por otras y había una en especial que... ¡Krauser! ¿Qué estaba haciendo allí? Se había marchado. El cazador corrió hasta la presencia.

Cuando llegó pudo observar que Krauser estaba con alguien a quien el yonkaykio ya conocía. Minato. El actual almirante se había enfrentado a él en un torneo de parejas en Dessrosa. Estaban en una actitud hostil. ¿De verdad iban a luchar? No había nadie más cerca, por lo que el combate debía ser entre ellos. Alex no lo podía permitir. Si Krauser luchaba contra el almirante y lo mataba o tan solo si lo golpeaba sería considerado un traidor con motivos reales. No podía dejar que ocurriera eso sin si quiera haber sabido antes la verdad. Debía impedirlo, pero ¿cómo? Lo único que podía hacer ea arrestar a Krauser y esperar que Minato se lo permitiera. No quería luchar con el, pero impediría como fuera que mataran o hirieran a otro de sus amigos.

Resumen: