Un buen capitulo para un mejor libro [Felipe / Sarah Foxxx][Pasado][Privado]

Ha pasado el cuarto día ya, pero yo sigo aquí encallado. Espero que no se me entienda mal cuando escriba esto en mi libro pero…Aunque Kabushi es una isla bastante bonito y con una gente muy agradable, no saldré nunca de aquí si cada rufián que entra es echado al instante, o colgado.

-En qué buena hora dejé ese navío…pensándolo mejor, si no me hubiera ido a tiempo los del pueblo pensarían que soy de esa banda de piratas.-un escalofrío recorre mi cuerpo.

No pude evitar pensar en lo que me harían si tuvieran esos pensamientos de mí. Bueno, todo eso ya no importa, ahora solo tengo que pasar los días como hasta este momento, frente al puerto y observando cada barco que pasa, buscando colarme en alguno de ellos pero por desgracia, mi plan no había surtido efecto aun. Con mi silent a mi alrededor, puedo estar absorto en mis pensamiento, pero siento un leve toque que corta este para luego escuchar una ligera vocecilla.

-¡Señor Felipe! ¡Oiga! ¿Lo he escrito bien?

Mi mirada baja para observar con una sonrisa a un chico de la localidad, al cual pagué unas monedas nada más llegar para que me hiciera una pequeña guía por la zona. No sé porque pero sus padres, los cuales me dieron alojamiento, vieron mis aparejos de escritura y me pidieron que enseñara a su hijo a leer y escribir…la verdad es que en estos días no tengo nada mejor que hacer, y aunque no soy el mejor mentor del mundo me alegra ver el esfuerzo que el muchacho le pone. Pero las ganas no lo eran todo claro, aun no sabía colocar comas o acentos, confundía palabras…el muy rufián puso “me halegro de que este aqi”.

-Pequeñin, alegro es son “h” y aquí lleva una “u”.-digo sin poder evitar reírme, mirando como al joven se le inflaban las mejillas.

Tampoco es algo tan malo, un buen pueblo donde pasar el rato. Pero aun con todo eso estoy deseando que un barco pueda sacarme de aquí cuanto antes, el tiempo siempre es limitado y más cuando un viaje tiene que ser tan largo como el que me espera.

Llegaba a la isla de Kabushi para explorarla, hacía tiempo que no venía y podía ser que hubiera cambiado algo, iba con una camiseta de manga larga remangada, con un pantalón largo holgado, el pelo suelto sobre mis hombros, y con unas gafas algo mas oscuras de lo que suelo llevar, allí hace demasiado sol, y al mínimo toque de luz con las retinas se funden, de acuerdo, estoy exagerando, pero no es bueno, como siempre, mis armas a punto, llegaba a la isla, atracando yo misma el enorme barco de Shein, desde luego, es enorme, incluso para una semigigante, había bastante gente, algunos niños me saludaban, algunos adultos también, y otros me miraban mas bien con miedo.

Miraba a mi alrededor con mucho cuidado, pues tenía precio a mi cabeza y debía tener cuidado por si andaba cerca un cazarecompensas, me juego mucho el cuello si no voy con ojos en la nuca. Me acerqué a una taberna, estaba disecada, no tenía ya cargamento en el barco, así que encima debía pasar también por una tienda a comprar.

-Hola, tomaré una cerveza por favor, -dije dejando unas cuantas monedas de mas en la barra, en cuanto me la dio, la cogí y me senté sola en una silla, mire a mi alrededor por lo que pueda haber cerca, me tomé mi tiempo para terminar la cerveza. Cuando la terminé le dejé la jarra en la barra, me quedaba de paso, así que era tontería dejarla en la mesa.

Cuando salía vi a un chico que no me sonaba haber visto nunca, no podía acercarme mucho, ya que no lo conocía y podría estar buscándome, simplemente pase por su lado intentando no llamar la atención, absurdo por mi parte por la altura que tengo, y me fui hacía la tienda, escuchaba que el chico le corregía algo que le dio el chico. ¿Sería profesor?, no se, no podía arriesgarme, así que entré en la tienda, pidiendo algo de comida y algo de bebida, compré pan, un poco de jamón de cerdo para el horno, algo de pescado, verduras, y varias cosas mas, y de bebida, variado, agua, cerveza, ron, whiskie, un poco de todo, le pagué a la chica, que al principio estaba sorprendida con mi altura, pero según vio que era una buena persona, y le pagué ya se quedó mas aliviada.

Salí de allí y ahí seguía el chico, ¿tenía algún problema?, a pesar de meterme donde no me llaman, y de ponerme en peligro, tenía curiosidad por aquel chico, aunque primero me dirigí al barco, con suerte se daría cuenta de adonde me dirijo y vendría detrás de mi.

Llegué al barco, que no estaba demasiado cerca de donde estaba el muchacho, me metí en la bodega a dejar las cosas, y volví a salir, para preparar las cosas para zarpar, no sin antes salir del barco, y dar antes un paseo para estirar las piernas.

El pobre chico está algo decepcionado por haber fallado en su intento, pero le animo como puedo y la verdad, para llevar apenas un par de días intentando, escribía cosas con mucho sentido aunque tuviera sus faltas. Justo cuando iba a volver a preguntarme una de sus muchas dudas, hago un gesto para que callara durante unos instantes. En un primer momento no me doy cuenta de ello pues estaba corrigiendo al joven, pero la gente del puerto parece un poco más agitada que de costumbre, algo que con suerte soy capaz de entender apenas pasados unos segundos.

A mi lado pasa una mujer…una gran mujer, la más grande que he visto en toda mi vida. Me acabo de dar cuenta, soy lo bastante tonto como para no darme cuenta de que algo enorme es capaz de pasar a mi lado, yo sin verlo hasta el último momento. Una imagen fugaz pasa por mi cabeza mientras la chica termina por entrar en una tienda. Llevo mis manos ahora hasta mi bolsa de viaje, sacando de estas una pequeña lista con las recompensas de algunos piratas. A todo esto, el joven sigue cayado y sin saber que está pasando, por suerte es lo bastante educado como para esperar.

-A ver a ver…Odio estos carteles, te enseñan su imagen pero no especifican…-me digo a mi mismo, intentando dar con lo que busco.

Por suerte no he tardado en encontrarlo. Una tal Sarah, 2.600.000 de recompensa, de un tamaño considerable y una fuerza que seguro que le acompaña. No me parece un buen objetivo y ni siquiera una amenaza para mí o la isla pero, un capitulo de mi libro en el que me encuentro con una giganta…sería demasiado interesante.

-Pequeño, toma esto y compra algo, luego nos veremos.-le entrego un par de monedas al joven, quien sale disparado en busca de algo que comprar.

Nada más el joven se marcha puedo observar a la gran dama, repleta de provisiones que seguramente eran para su barco. Cuando ella se pone en camino activo mi Silent a mi alrededor, con intención de seguirla hasta donde su barco estaba colocado. Fue un camino largo, pero una vez he llegado, busco un buen lugar para que no puedan verme y cotejar la situación. Puedo ver a la muchacha entrar en su barco para luego de un rato salir una vez más, parece que quiere tomar el aire.

Lo pienso poco tiempo, no sé cuanto tardaré en volver dentro y si quiero algo de información tengo que salir ya. Desactivo mi Silent, luego empiezo a caminar en una dirección cercana a la chica, no directamente hacia ella. Mi mirada vaga entre la propia mujer y su barco, dejando que ella lo note fácilmente.

-Lo sabía, debo tener cuidado, debo estar alerta, no quiero que me pille desprevenida y me pueda joder, -pienso para mi dándome cuenta que viene cerca de mi, intento girarme hacía otro lado, voy caminando despacio, pensando en mis cosas, cuando me giro en seco, esperando que el chico que me sigue de la cara, si no la daré yo.

-A ver, ¿quien eres?, -me doy la vuelta bruscamente, encarando al muchacho que me seguía, me pone muy nerviosa y mas de mal humor que me sigan, así que me planté ante el.

Crucé mis brazos esperando que respondiera, pero había un detalle peor, y es que al hacer eso, se hacía mas escote del debido, pero me daba igual en ese momento, estaba enfadada y quería respuestas. Desde luego no iba a empezar con el una pelea.

Continuo mis pasos, los cuales son lentos. Pero me detengo de manera brusca al ver como la mujer se giraba para no solo mirarme, sino también para dirigirse a mí de una manera un poco directa para mi gusto, pero quizás es normal teniendo en cuenta que la había seguido. Pienso en mi respuesta unos segundos, sin poder evitar bajar mi mirada de sus ojos apenas unos instantes, algo que intento no dejar ver en mi rostro pues aun estudioso, seguía siendo hombre. En una ligera observación de esta situación pienso que, tenía que ante todo parecer seguro, nada amenazador y mis intenciones no podían ser mostradas, por suerte no diré nada que sea mentira.

-Primero de todo…gusto en conocerle señorita, me llamo Felipe.-hago una ligera reverencia a modo de saludo- Y por si lo va a preguntar luego soy un escritor, un aventurero que pasa sus días de una isla a otra en busca de aventuras que plasmar en sus libros.

Le respondo con una sinceridad más o menos real pues todo lo que dije era cierto, pero claramente no voy a comentarle como me suelo ganar la vida. Una gran sonrisa se dibujaba en mi rostro mientras la miraba a sus ojos, evitando por todos los medio bajar mi mirada en una segunda ocasión, pues de seguro que me pillaría…si no lo hizo ya, claro está. Realmente estoy interesado en que este encuentro esté plasmado en mi obra, es un gran aliciente para el publico descubrir algo desconocido e impresionante...y esto es lo mas impresionante que he visto en mucho tiempo.

Lo miro por un instante ciertamente desconcertada, no me acabo de fiar de el, y encima mira a donde no debe, en fin, me tendré que presentar.

-Me llamo Sarah Fox, he venido a navegar, y ya que me pillaba de paso compré algunas cosas necesarias para mi barco, en cualquier caso me gustaría saber por que me estabas siguiendo, y no me hables de usted, háblame de tu, no soy tan vieja, -dije de broma intentando relajar el ambiente.

En cualquier caso no me fiaba en absoluto de el, alguna gente nos miraba extrañados, otros parecía que intentasen ocultarse por si hubiese una pelea, y otros miraban el show.

Escucho con atención aquellas palabras, esperando a que termine de hablar para continuar. Suelto una ligera risa al escuchar aquello ultimo, comprobando que no es una conversación tan tensa como parecía. Alzo mis manos mientras sonrío, asintiendo a su última petición. No me agrada que la gente nos mire, odio ser el centro de atención, pero es lo que hay que pasar a veces para conseguir lo que quieres.

-Está bien señorita Sarah, encantando de poder hablar contigo.- mis ojos ahora están posados en su rostro, ya era suficiente aquellos pensamientos sucios de antes, no necesitaba seguir pensando cosas así- Perdona si te molesta que te siguiera pero a decir verdad…no todos los días te encuentras con una persona tan grande, digamos que si pudieras dedicar unas palabras para mi libro, te lo agradecería mucho.

Espero que mi petición no sea demasiado para ella. Bajo mis manos mientras que espero atento su respuesta. Todo lo que tengo que hacer es ganarme un poco de su confianza, aunque no la cazara siempre es buena idea tener amigos por todos los mares.

Lo miro confusa, ¿que hable?, ¿que demonios quiere que diga?, en fin, tendré que preguntarle.

-Explícame que quieres que te diga e intentaré ayudarte, -le guié con la mano para que se suba al barco, no quiero estar a la vista de la gente del pueblo. Entramos y lo guío hacía mi despacho, donde esta mi mesa, con mapas esparcidos, y varias luces, con pequeñas telas adornando el lugar.

-Toma asiento, y explícame en que puedo ayudarte, por cierto, ¿quieres tomar algo?, -le pregunté, ante todo educación.

Veo el gesto que hace con su mano, quería que subiera. Subir a un barco pirata pero con estos al tanto de ello...no es algo muy normal y aun menos seguro, pero quien sería yo para rechazar la invitación de aquella dama, mejor hablar en un lugar mas recatado que en medio de allí. Mientras camino detrás de ella, mi mirada vaga de un lago a otro observando la cubierta del barco, quizás sea este el siguiente navío en el que me cuele y será necesario estar informado. Una vez en el despacho de Sarah, tomo asiento en la primera silla que puedo ver, para luego llevar mis manos a mi equipaje y sacar de este tanto una pluma con su tinta y un papel para tomar notas de lo que dijera.

-Tomaré lo mismo que tomes tú, creo que puedo confiar en tu criterio.-me limito a contestar con una sonrisa, mojando en ese momento la pluma en el tintero, que he colocado sobre una de mis rodillas- Vamos a ver...la verdad es que son preguntas bastante simples...¿De donde vienes? ¿Allí son todos tan grandes como tú?-empiezo con algo facilito- ¿Cuales son los sucesos mas raros con los que te has topado?

Espero atento a las respuestas que podía darme con la pluma preparada para escribir. Quizás sea por la emoción de una historia contada de primera mano, pero no me he dado cuenta de que debería esperar a que me sirviera algo, simplemente por educación.

Me levanto, y voy a por dos cervezas que tengo por aquí cerca, le alcanzo una a el, en la mesa, y la otra me la pongo delante.

-Puedes dejar el tintero encima de la mesa, vengo de AltaMar en North Blue, nací en el barco de mis padres, con lo cual, la tierra no la conocí hasta que pude empezar a andar por mi misma, mi familia son unos semigigantes piratas, obviamente no todos son tan altos, pero casualmente en el barco donde nací todos eramos semigigante, los sucesos mas raros a mi forma de ver, fueron..., -en realidad no quería contarle nada, me dolía horrores tener que recordar lo que ocurrió, -...en fin, cuando tenía 14 años, todos perecieron en el barco, hubo un huracán que acabó con toda mi familia, expecto conmigo y mi hermano menor, era recién nacido prácticamente, unos años después de aquello, a mi hermano lo asesinaron unos chicos, que yo misma maté, en venganza, ¿necesitas algo mas?, -dije tomando la cerveza, para ahogar las lagrimas, mirando hacía los mapas de mi mesa, echaba mi mano izquierda hacía atrás, para tocar con mi mano el nombre de mi hermano.

-Eric, aun te echo de menos, como a Shein, -un pequeño sollozo escapó de mi boca, pero lo intenté enmascarar como que bostezaba. No tenía intención de que Felipe me viese débil ante el, no me fiaba nada, y no podía flaquear.

Hago caso a su idea, pongo el tintero sobre la mesa y aprovecho para agarrar la cerveza dándole luego un largo trago. Atentamente escucho su historia, en un principio escuchando cada cosa que decía y apuntándola al instante. Puedo comprender que si sigo viajando podré ver en algún momento a alguien mas como ella, eso es algo que me alegra bastante. Mi pluma volaba apuntando todo hasta que llegó a la parte que dejaba sus nervios a flor de piel. Me detuve en ese momento, dejando escapar un largo suspiro y tan solo me limito a escucharla.

-Creo que esa parte de la historia no hará falta contarla en mi libro...aun así te agradezco que me la hagas saber, me voy a asegurar de no olvidar esto nunca.-intento parecer lo mas amable que puedo, puedo comprender lo difícil que es estar solo aunque no de una manera tan cruel.

Me paro ahora a mirar el gesto que hacía con sus manos. Fue algo extraño, lo mismo que un bostezo que se deja escuchar luego y no parece del todo real. Me sorprendo bastante con todo esto, no es la imagen que suelo tener de un pirata, gente que veo mas como rufianes que como personas con una propia historia. Espero unos segundo para que las palabras de ella tengas quizás un poco de "velo".

-Es interesante...aunque eres tan grande comparada conmigo, el tamaño no parece una coraza para los sentimientos. No importa de que raza seas pues un suceso así siempre hace daño, pero supongo que no estás acostumbrada a que la gente piense eso.- ahora mas sobre su historia, quiero saber sobre ella- ¿Como se siente que la gente te mire o juzgue sin saber nada de ti? En mi caso es algo que no soporto, pero conozco gente que no les afecta...por eso no lo veo una pregunta demasiado estúpida.

Miro alrededor como si buscase la puerta que ponga sobre ella ``SALIDA´´, hemos llegado a esa pregunta que en parte me saca de mis casillas, me tomo con toda la tranquilidad del mundo un buen sorbo de la cerveza, desde luego quiero dejarlo un rato en vilo, una vez echo eso, me levanté, y me dirigí a las espadas de Shein y de Eric, que tenía colgadas a los lados de las puertas de mi despacho.

-Ciertamente, según la persona que sea, me da exactamente igual lo que piense de mi, pero si es una persona que en teoría es mi amigo o amiga, y aún después de conocerme me juzga por algo que a su entender no está bien sin saber por que lo hice, si me molesta mucho, -le dije admirando las espadas de Eric, tocándolas con delicadeza, como si acariciase su cara, vi una mancha, así que cogí el trozo de tela que tenía al lado, soplé en la hoja de la espada, y la limpié.

En las hojas de las espadas, después de las empuñaduras se ven los nombres de Shein y de Eric, ambos con fecha de nacimiento y de muerte. Mirándolas me da un pequeño suspiro, y enjugo las pequeñas lagrimas, no quiero que me vea así.

Para cuando el silencio a acabado, dejo tanto la hoja en la que escribí como mi pluma sobre la mesa de ella. No necesito apuntar nada mas por ahora, prefiero simplemente escucharle. Asiento escuchando aquella explicación que me está dando, la verdad es que no es un punto de vista demasiado malo, pero tampoco tengo algo a lo que ella llama "amigo", como para saber por que es tan distante la opinión de uno de estos en diferencia a un extraño. Ahora soy yo el que agacha algo la cabeza, algunos pensamientos teticros nublan mi mente pero cayo estos lo mas rápido posible. Antes de alzarme dio un ligero trago a la cerveza.

-Ciertamente me agrada esa forma de pensar...aunque no soy capaz de entenderla, por lo que espero que me disculpes, no tengo amigos para saber cuan importantes son estos.- no me importa comentar aquello, tampoco creo que sea un dato demasiado relevante.

Mis pasos me llevan ahora al lado de ella, evitando un contacto visual directo con su rostro pues no creía que quisiera que la viera de ese modo. Aun sin haberme relacionado mucho, soy lo bastante listo como para notar que hablar de lo le afectaba. Miro con atención los nombres grabados en ambas armas, observando estos unos segundo con sumo cuidado. No se por que pero no puedo hablar en ese momento, quizás pensando que la que necesitaba hablar fuera ella.

-No tengo una palabras para animarte.- terminé por contestar- Pero creo que eso es algo que no necesitas, después de pasar algo así puedo suponer que eres mas dura que muchos de los que me he encontrado...incluso has sido capaz de contarlo, es un placer encontrarse con gente así en este frió mar.

Se que nadie puede suplantarlos, y que será muy complicado que sea capaz de que no note nada, pero debo ser lo mas fuerte posible para que no pueda verme mal, una vez se ha puesto a mi lado me vuelvo a mi sillón, cojo la jarra, y me termino la cerveza, al dejar la jarra miro el mapa que tengo delante, buscando un nuevo lugar al que ir.

-En Villa Syrup que es donde naufragué con mi hermano, y donde nos han acogido, tengo un amigo con el que puedo contar para todo, si necesito cualquier cosa me la consigue, y si avisa a algún amigo suyo y me la consigue a través de el, es la única persona en la que confío, es quien me ayudó cuando mi padrastro y mi hermano murieron, el es como mi hermano mayor, sin el estaría perdida, de vez en cuando viene conmigo en el barco, ya sea por acompañarme, o para ir a hacer un intercambio a una isla, ¿necesitas algo mas?, he de prepararlo todo para zarpar de nuevo, -le digo recogiendo la jarra de cerveza, y dejándolo en el lavamanos que tengo en la puerta, al lado de la mesa, donde tengo mi propio servicio.

Desde luego no me fío de el, pero al menos sabe escuchar, y admitido que no va a poner toda la historia en su libro, hace bien, no quiero que mi historia la cuenten segundas personas, pueden tergiversarlo, prefiero contarlo yo a mi manera.

Me levanto y abro la puerta, bajo por las escaleras de enfrente a la bodega, y allí guardo todo lo que he comprado, con las tonterías no me dio tiempo, y aún se iban a estropear los alimentos perecederos.

Suspiro al ver como se aparta nada mas me coloqué junto a ella. Supongo que es algo de esperar. Escuché toda la explicación que me estaba dando, cotejando al mismo tiempo las posibilidades que tenía a partir de ese momento. Me giro para mirarle con una gran sonrisa al escuchar la pregunta de ella, pues algo se me ha pasado fugazmente por la cabeza. Me acerco lentamente hasta la mesa una vez mas y empiezo a recoger todos mi aparejos.

-Por favor, atiende a lo que tengas que hacer...estaré mientras en la cubierta del barco, esperándote para darte una propuesta que espero pienses unos minutos.- le comento de manera alegre.

Espero que dejara la sala para hacer lo mismo. Una vez en la cubierta del barco y esperando que la que era mi anfitriona no me viera, me acerco hasta la borda del barco, repasando una vez mas lo que estaba a punto de hacer. Saque de mi bolsa aquella pequeña lista de recompensas que tenía conmigo, la verdad es que es algo fácil de conseguir y que me puede traer problemas, así que apenas llego a dudar antes de lanzar aquello al agua, por la borda. Esos papeles pueden traerle problemas si Sarah los ve y serían un problema aun mayor para lo que estoy a punto de proponer.

Cuando terminé de guardar las cosas, me dispuse a salir de nuevo a la cubierta, mira a los lados para ver donde estaba Felipe, me acerqué a el, y apoyé mis brazos en la barandilla, mirando hacía el horizonte.

-¿Es precioso verdad?, las vistas que hay en este lugar hacen que olvide muchos de mis problemas, espero no haberte ofendido por irme así, estaba un poco decaída y no quería incomodarte, no me he comportado bien, -le digo dándole en mi mano en señal de disculpa.

Vuelvo a mirar al horizonte, y reviso mis armas, por si necesitase darles un afilado o algo, aunque lo hago cada día, aspiré profundamente, cerrando los ojos, y sonriendo, me sienta genial aspirar el aire que da el mar, nunca está de mas viajar por otros lugares, siempre con cuidado de barcos de cazarecompensas o de la marina, en la mayoría de casos este barco no lo conocen, así que voy un poco disfrazada.

-Y bien, ¿te dedicas a algo aparte de escribir?, -le pregunté mirándolo fijamente a los ojos, mientras me daba la vuelta, apoyando mis brazos y mi espalda en la barandilla, esperando la respuesta de aquel muchacho.

Miro al horizonte durante toda mi espera, la cual no es demasiado larga. Cuando la chica llega le dedico una mirada junto a una pequeña sonrisa. Espero que ahora esté mejor, que mi anterior comportamiento no fuera algo que le afectara demasiado.

-La verdad es que si...es mar es un bonito lugar, pero la verdad es que antes me daba algo de miedo.- no se por que digo eso, quizás simplemente como dato, pero no le doy mucha importancia- Y no tienes que preocuparte, comprendo que quisieras relajarte un poco.

Aquello es algo extraño para mi, nunca he dado la mano a alguien tan grande, pero por ello mismo me hizo algo de gracia cuando lo hice. Puedo observar ahora como la mirada de Sarah se clava en mi, algo que me pone un poco nervioso. Intento que mi mirada no se aparte ni un segundo de la suya, pues no sería una muestra de confianza, parecería que le oculto algo. Pienso uno segundo mi respuesta, no tengo que decir mucho mas de la cuenta, tampoco tengo que dejarle muchas dudas para no llevar a mas preguntas.

-Pues bueno, eso puedo responderlo en dos partes...la primera es que soy historiador, me dedico a ir de un lado a otro descubriendo la historia y dejando constancia de esta.- la primera estaba bastante bien, algo que espero preciso y sin problemas- En la segunda parte entra en juego la propuesta que pensaba hacerte. Para escribir un buen libro hacen falta vivir aventuras, osea viajar, el problema es que no tengo un barco propio... ¿Me llevarías en tu barco? ¿Al menos hasta la siguiente isla? Puedo pagarte si quieres.- le pido sin muchos miramientos, si la respuesta era negativa tendría que esperar al siguiente navío, sino era mi salida de allí.

Dicho esto, pienso un momento pros y contras, lo he mirado bien, y no se si estará preparado para semejante viaje, suerte que me he aprovisionado bien, pretendía volver a Villa Syrup, pero tendré que preguntarle donde piensa parar.

-Verás, pensaba ir de una vez a Villa Syrup, aunque si quieres que te deje en algún lugar puedo hacerlo, menos cerca de los marines, -dije crujiendo mis nudillos, mi espalda y mi cuello. espero hacer lo correcto fiándome de el.

-Espero hacer lo correcto fiándome de ti, no me suele gustar llevar a desconocidos en mi barco, -digo pegando mi cara a la suya, cotejando sus miradas y sus ojos, suelo calar a la persona mirándole a los ojos.

Lo miré durante un largo rato, esperando que fuese sincero... -se que me ocultas algo, pero no se lo que es, y es lo que no me acaba de convencer para fiarme de ti y llevarte en barco, antes cuando te miré a los ojos te pusiste nervioso, -dije mirándole fijamente a los ojos, a unos 10 o 15 centímetros de su cara, espero que no me engañe, si no se quedará en tierra.

En un principio parece que accede a llevarme, pienso que mi plan a funcionado. Pero no era tan fácil, puedo ver como si rostro se acerca al mio y mi observa fijamente, poniéndome aun mas nervioso que antes. Ahora es cuando tengo que decidir bien que hacer, un fallo aquí sería lo peor que puedo hacer. No quiero que se enfade y menos aun que me ataque, pero hay que ser un poco valientes.

-Bien..la verdad.- odio que me observen, ella lo hace tan de cerca que hasta un rubor se deja ver en mis mejillas- Está bien, te diré la verdad.- carraspeo un poco antes de empezar a hablar- Señorita Sarah Fox...recompensa de 2.600.000 berries, me presento ante ti como el cazador Felipe buenaventura, que está decepcionado con los datos que dan los carteles de búsqueda.- directo y sencillo, no me andaré con tonterías a estas alturas- Si te preguntas por que te digo esto a la ligera...fácil, si te miento me dejaras en tierra, pero con esta verdad que te pongo delante puedes llevarme o dejarme en tierra igualmente. Simplemente no creo que después de lo que me has contado me hicieras un gran daño, no pareces una mala persona.

Esta vez soy del todo sincero con ella, no se como reaccionara pero espero que no sea de manera agresiva. Mi mirada es igual que la de ella fija, pero se puede ver una gran sonrisa en mi rostro, que acompaña al pensamiento que estoy a punto de decir.

-Y ya que voy a sincerarme, tengo que admitir que a esta distancia eres mucho mas guapa de lo que podía haber imaginado desde la lejanía.- lo comento sin pelos en la lengua, de perdidos al río.

Vaya, ahí está, un cazarecompensas, sabe mi nombre y apellido y mi recompensa, espero que no pretenda atacarme por las espaldas.

-¿No ha costado tanto verdad?, solo te llevare si prometes y juras no atacarme por las espaldas, yo mientras no me ataques no te tocaré ni un pelo, ¿trato?, -le vuelvo a ofrecer mi mano con una ligera sonrisa, satisfecha por saber quien es, así al menos si me ataca no me pillará desprevenida.

-Por cierto, te repito una vez mas, ¿adonde quieres ir?, y gracias por lo de guapa, normalmente se fijan en... otros atributos que tengo, no tanto en mi cara, -dejo caer, puesto que es cierto.

En un principio asiento ante su pregunta. Me extrañó un poco aquel trato, supongo que en el mundo de la piratería es normal hacer ese tipo de tratos, por eso mismo me limito a darle la mano con una sonrisa en el rostro.

-Claro que no pienso atacarte por la espalda, no suelo atacar a las damas.- le contesto de manera tranquila, luego pensando en la respuesta a su siguiente pregunta- Pues la verdad es que a donde me lleves, soy un aventurero sin un rumbo fijo...¿Que tal si lo decidimos juntos?- le pregunto esperando que tenía que decir a eso, pero sin dejar antes un ultimo toque a esa conversación- Quizás tengas un cuerpo bonito, pero hay que ser muy estúpido para no fijarse en una dama tan guapa...no te preocupes que si se te olvida pienso recordarte yo que lo eres.

Aquella parecía una broma, pero lo digo totalmente en serio, no tengo ningún problema en decir la verdad. Y creo que hay algo en aquella mujer que me deja algo mas tranquilo de la normal, le dije con sinceridad quien era y aun así me acepto, eso me gusta.

Miraba a aquel chico, debía estar atenta a cualquier cosa, por mucho que diga eso nunca debo fiarme de un cazarecompensas, siempre tendré las armas encima por si acaso.

-Yo ya te decía, pretendía volver a Villa Syrup, voy a ir a ver a mi amigo, el tiene una tienda para los de mi raza, así que perfecto, -mientras decía todo eso me acercaba mas a el, quiero ver sus intenciones, me tenía tan cerca que a este paso podríamos fundirnos en uno solo.

-¿Tienes todo listo?, en unas pocas horas quería zarpar, -le dije agachándome, atando los cordones de las botas bien, y colocando de nuevo la navaja.

Asiento ante sus palabras. Esa isla puede parecer interesante, un lugar tranquilo donde viajar y con alguien con el que no creo que corra peligro. No entiendo por que se acerca tanto a mí, no es algo que me disguste del todo cuando lo pienso, pero aun así sigue poniéndome nervioso. No se por que, aprovechando esa cercanía le doy un ligero toque en su frente con mi dedo indice, un gesto algo juguetón que hago para intentar calmarme.

-Me alegra que ya tengamos un rumbo.- le respondo con una gran sonrisa, mirando a sus ojos fijamente- Y podemos zarpar cuando tú quieras, ahora mismo estoy en tus manos...mas aun en alta mar.

No pensé mucho aquello último, quizás lo dije por mi cualidad, pero espero que ella no lo tenga en cuanta más que por el simple hecho de que estaría en mitad del mar. Ahora simplemente me quedo mirándola, comparado con la visión de las bodegas ella es algo bastante agradable que observar.

Miro alrededor, y de nuevo a el a los ojos, me acerco a el sonriendo, y le doy un beso en la mejilla, después de esa dulzura, lo miro de nuevo.

-¿No tienes nada que recoger?, -le digo mientras voy a quitar las cuerdas, para poder zarpar ya.

Que chico mas curioso, desde luego no esperaba que fuese así, en fin, tengo que centrarme en recoger las cuerdas y el ancla.

No comprendo demasiado bien aquel gesto cariñoso. Es agradable, no noto algo así desde que estuve con mis padres, pero ya hace años de aquello. Llevo una de mis manos a mi cara, acariciando con mis dedos el lugar donde beso, dejando verse una sonrisa en mi rostro. Parece que no todos los piratas son tan malos como se dice.

-En mi bolsa tengo todo lo que necesito...mi dinero, mis escritos y lo que uso para hacerlo.- la verdad es que no suelo viajar con nada aparte de eso y mi ropa.

Como veo que tiene cosas que hacer, me quedo cerca de la borda mirando las distintas cosas que preparaba para salir. He leído en muchos libros como se prepara un barco para zarpar, pero nunca lo vi de primera mano, es lo que tiene estar casi siempre en las bodegas. La miro con atención, quiero grabar en mi mente lo que pueda, no todos los días puedo ver algo así de primera mano.