Un buen capitulo para un mejor libro [Felipe / Sarah Foxxx][Pasado][Privado]

Ahora que tengo el café frente a mi, agarro este y le doy un largo trago. La sensación del café caliente es algo que seguro que me hará estar mas tranquilo, al menos eso creo. Luego de aquel trago, termino de comerme la tostada de manera lenta, para entonces disponerme a responder a su pregunta.

-Pues veras...- justo cuando iba a responderla miro directamente a su escote, aquello que se le formó por su postura, tan solo un segundo antes de mirarla de nuevo a los ojos- Suelo colarme en los barcos de los piratas, cuando cambian de puerto me bajo de estos en busca de otros navíos pero...en Kabushi los piratas mas agresivos no son bienvenidos.

Mi mirada bajó una vez mas, mirando las migas que caían en su pecho. Claramente no miraba a los trozos de pan. No se que demonios me está pasando, pero cierro los ojos intentando no seguir mirando a aquello para no incomodarla.

Cuando me doy cuenta del montón de migas que tengo, me levanto y me las sacudo en el suelo, ya pasaría después la escoba tarde o temprano, cuando me sacudí me volví a sentar, debía terminar primero de desayunar, y luego nos pondríamos en marcha.

-Ayúdame aquí por favor, ¿yo friego y tu secas?, así terminamos mas pronto y podremos zarpar antes, -le dije empezando a fregar, y a darle los trastos limpios, cuando terminamos pasé la escoba, para que no hubiesen ratones listos.

-Buenos señorito, ¿zarpamos?, -dije estirándome, una vez mas viéndose por debajo un poco de mis pechos, sin intención de que el lo viese.

Terminamos bastante rápido el desayuno. Después de aquello me pide que la ayude ha fregar aquello, cosa que me agrada pues me siento raro al no hacer nada. Cada vez que me pasa algo mojado, intento secarlo lo mas rápido que puedo. Me extraña no romper nada, teniendo en cuenta que casi nunca hago ese tipo de tareas. Espero luego a que pase la escoba, observándola con una sonrisa.

-Pues cuando usted quiera señorita.- respondo a su pregunta, por suerte y después de tanto, he conseguido controlar mi mirada para no llevarla donde no debo- La capitana es quien manda.

Mi mirada da un bajón en ese momento. No se muy bien lo que acabo de decir, tampoco es algo que me agrade. No soy un pirata y menos aun de su tripulación. Eso no importa ahora mismo, debería dejar de pensarlo en este momento.

Yo lo miro extrañada, parece que de repente esté incómodo conmigo, al ver eso, simplemente voy al timón, y hago yo todo, sin mandarle nada, me da la sensación de que realmente no quiere estar cerca de mi, pero que finge para no poder quedarse en tierra si me enfado. No va a quedarse en tierra, pero viéndole así me dan ganas de no volver a hablarle.

-Bueno, voy a zarpar en nada, si quieres escribir o lo que sea usa mi despacho, ya sabes que allí tienes mi escritorio, y si te apetece acostarte, detrás del escritorio tienes mi cama, yo tengo mucho que hacer en la cubierta, -dije saliendo para fuera, por las escaleras.

Subí a las velas, y las solté, no sin antes subir las cuerdas y el ancla, una vez hecho esto me fui al timón, y comencé a girar hacía la derecha, encaminándonos de nuevo a Villa Syrup. El camino fue bastante tranquilo, no había tormenta, y durante casi todo el trayecto fuimos callados, no pretendía incomodarle mas.

Después de unas horas, a eso de las 5 o 6 de la tarde llegamos a Villa Syrup, al ir llegando, casualmente andaban mis vecinos, les saludé con una sonrisa ligeramente forzada, pues estaba un poco tensa.

-¡HOLA A TODOS!, saludé con la mano desde el barco a un chico que saltaba moviendo la mano, creo que era el hijo del de la tienda de licores. Cuando llegué atraque el barco, avisé al chico...

-Ya hemos llegado Felipe, -le dije con algo de desasosiego, ahora creo que era yo quien empezaba a incomodarse cerca de el. Antes de irme, en la cubierta del barco, esperé a que saliese, le facilité mi mano para estrecharla, cuando la estrechamos en parte miré a otro lado, con esa sensación de malestar no tenía intención ni de mirarle a la cara. El barco ya estaba atracado y anclado, ya me había bajado del barco, un poco triste, encaminada a mi casa, esperaba no molestar mas a aquel chico.

Algo pasó en ese momento que cambió el viaje. Asentó con mi rostro al escuchar su idea. Quizás un largo rato de escritura sería capaz de tranquilizarme, de dejar mis ideas claras. Me dirijo a su despecho y coloco todos mis utensilios de escritura, es el momento para dejar correr la tinta y escribir todo lo que he pensado estos días. Pero algo va mal, puedo notar como pasa el tiempo y no soy capaz de plasmar nada. "Mi encuentro con Sarah" era un titulo provisional hasta que lo plasmara en mi libro, pero por ahora no tenía mas que un simple título, luego del cual intento escribir pero no soy capaz. En todo el viaje no he sido capaz de poner nada, cada vez que miro aquel nombre daba un suspiro, sabía que algo no iba bien desde que deje la cubierta pero no salí.

-¿Que?- la oigo avisarme, pero mi mente estaba algo confusa- Vale, recojo las cosas y vamos.

Le contesto adecuadamente cuando soy capaz de enterarme. Una vez estoy frente a ella una vez más, puedo notar en su rostro que es está como siempre, mas aun cuando me tiende la mano, la cual correspondo, pero no me mira al dármela. Parecía que eso era una mala despedida. Una vez fuera del barco ella fue por el camino que supongo era su cara, pero yo no iba a dejar las cosas así.

-¡Sarah!- le grito con fuerza, llamándole la atención mientras me acercaba a ella- ¿Puedes agacharte un momento?- le pregunto esperando que lo haga, para cuando tengo la altura de su rostro lo bastante cerca, darle un ligero beso en los labios- Te notaba un poco mal, así que hice esto por que...no se, cuando tú me diste un beso a mí, fue algo que me alegro mucho...-aquello es un poco vergonzoso, pero lo hice igualmente- Además que nuestro viaje aun no ha acabado, tengo que seguir molestándote un tiempo más.

Accedí a su petición de agacharme, no sabía que quería en realidad, pero cuando me dio el beso, me quedé sorprendida, primero se incomoda, y ahora me da el un beso, igualmente notaba que estaba tenso, y era por que yo le incomodaba de algún modo, me fijaba que la gente a nuestro alrededor nos miraba, unos bien, otros mal, y otros pasaban de nosotros.

-El que parecía incomodo eras tu, según vi que mi comportamiento te tensaba o incomodaba, fui haciendo un poco mas fría, no quería volver a incomodarte, -le dije dándole mi mano, -ven, aquí la gente nos está mirando raro y no es sitio para hablar esto, ven a mi casa, -le dije guiándolo con mi mano, no estaba lejos del puerto, así que llegamos pronto.

Una vez llegamos, -por fin en casa, -pensé al llegar, según entré me fui a la habitación, sin cerrar la puerta, y me escondí un poco de la vista de Feli para que no se incomodara de nuevo, me puse cómoda, con un pantalón corto muy típico de mi, y una camiseta de espalda nadadora ajustada, desarmada, y con un tipo de botas mas cómodas de color blanco.

-Siéntate por favor, ¿quieres tomar algo?, -le dijo aun un poco entristecida, yo para mi cogí whiskie con hielo, sinceramente necesitaba algo fuerte que no me recordara lo que incomodo a este chico, con el whiskie preparé un plato con algo para picar. Era media tarde, casi noche, y ya había que ir comiendo algo.

-Escucha, en todo este tiempo no quise incomodarte, simplemente soy así, no pienses que fue por provocarte ni mucho menos, -doy un trago del whiskie, alargando el momento de seguir hablando, -me sentó mal notarte tan tenso, tan...como describirlo, incomodo con las cosas que hacía, -me llevé las manos a la cabeza me recogí el pelo entre mis dedos para ponerme los mechones sueltos hacía atrás, y me froté los ojos, mirándole, -este fue uno de los viajes que nunca olvidaré, espero que me perdones por todo lo que te haya podido incomodar, -después de eso, me levanté, y fui a la habitación que era mía, ya que yo me fui a la de Shein, le preparé la habitación rápidamente, con la ventana abierta para que se refrescara.

-Si quieres puedes quedarte aquí, el tiempo que necesites, no te haré nada, una vez más, lo siento, -me levanté, le hice una pequeña reverencia, y fui al almacén a por unas verduras, y un trozo de jamón de cerdo para preparar al horno, necesitaba al menos dos horas para prepararse bien, hecho a la leña le dará un toque espectacular.

-Prepararé la cena, ¿que quieres hacer mientras esperamos?, esto necesita al menos dos horas, si quieres escribir, en el cuarto que te preparé tienes un escritorio, para que puedas seguir escribiendo, -dije mirando al cuarto, yo mientras miraba por la ventana, al agacharme un poco para mirar por la ventana se levantó un poco el pantalón corto, dejando ver un trozo muy pequeño de mis nalgas.

En un principio no quise contestarle, pues me pidió que fuéramos a otro lugar, a lo que accedí encantado. La verdad es que las miradas indiscretas también eran algo que me molestaba bastante. La acompaño hasta su casa, donde una vez dentro tomo asiento esperando que la chica se ponga algo mas cómoda.

-No necesito tomar ahora mismo nada, muchas gracias.- contesto mirándola a los ojos con una gran sonrisa.

Después de eso espero a que termine de hablar. Quería saber su punto de vista de todo esto antes de decir algo sin sentido. Simplemente me limitaba a escucharla con atención, sin dejar de mirarle. Luego observo como se levanta, parece que me está preparando un lugar para dormir, algo que me agrada pero me entristece un poco, parece que me comporté de un modo que di a entender cosas que no eran así. Todas aquellas idas y venidas no me daban tiempo a contestarle, hasta el momento en el que preguntó que hacer hasta el tiempo de la cena, cosa que me dio tiempo a darle mi opinión. Mi mirada se posó en su trasero, de manera un tanto descara, pero al instante volví a mirarla a su rostro aunque esta mirada no fuera correspondida.

-Sarah...te voy a explicar una cosa.- empecé, seguramente iba a ser algo largo- Primero de todo quiero que sepas que no me incomode por como actuabas, aquellas cosas eran...extrañas, me pillaban por sorpresa, pero no por ello voy a mentirte diciendo que no eran agradables. Ya te dije que eres preciosa y además pienso que tienes un cuerpo de escándalo.- no hay motivo para que me mienta a mí o a ella en eso, tras aclarar eso continuo- Lo segundo es que no tengo que perdonarte nada, simplemente me vino a la cabeza el hecho de que...nunca creí que pudiera estar a gusto que un pirata, no quiero que te ofendas por esto pero tenía una imagen distinta de vosotros. Pero este viaje me ha enseñado que no todos sois así...algunos pueden ser geniales como tú.

Me acerco entonces a ella. Aprovechando que estaba agachada, estiré un poco mi mano para poder así acariciar su rostro con cuidado, quería que viera la sonrisa mas sincera que he tenido en mucho tiempo. Es agradable estar junto a ella, da igual si es pirata o no, creo que es lo mas parecido que he tenido a una amiga...aunque realmente no se como es una.

Esta vez lo miré directamente a los ojos, no iba a dejar que me entrara la vergüenza de repente, algo que nunca tuve, lo escuché atentamente, todo lo que me dijo, la verdad es que notaba que aunque estaba incomodo, le gustaba lo que hacía, y así me lo confirmó, en su tez vi una sonrisa sincera, pero yo no podía sonreír, aunque no lo hacía por dentro, le acaricié la cara, mientras intentaba dejar salir mi sonrisa.

-No se si seré tu amiga o no, pero por favor, se siempre sincero conmigo, y sabiendo como soy, no te de vergüenza, ya sabes que es por que soy así, no quiero que te sientas molesto, y cuando por algún motivo te haga sentir así, házmelo saber, -le dije abrazándole hacía mi, me senté en el suelo en modo indio, y el sentado en una de mis piernas, abrazados, pero con cariño, no quería hacerle daño si lo apretujaba. Me siento bien después de ese abrazo, por fin sonrío de nuevo, yo a el ya lo considero amigo, a pesar de ser un cazarecompensas, aunque confío en el, ya que esta noche si quisiera hubiera podido matarme mientras dormía, igualmente debo andar con ojo.

Después de un rato abrazados, le busco las cosquillas, a ver si tiene, con esto se levanta rápidamente riéndose.

-Voy a sacar la cena del horno, creo que ya está, -dije levantándome, mientras me reía, ya venía un olor de escándalo del horno, puse la mesa, y puse la cena sobre ella, era hora de cenar.

Corté un par de filetes del jamón para el, y para mi, 3 o 4, con algunas verduras, ambos, comenzamos a comer, con una gran sonrisa ambos, veríamos lo que nos deparaba esa noche, pues estaba siendo muy entretenida.

El jamón estaba perfectamente hecho, en su punto, con un color tostado por fuera, corté un trozo del filete y lo metí en la boca, empezando a masticar, dios mio, aquello sabía a pura gloria. Se notaba que el estaba pensando lo mismo, pues hizo el mismo gesto que yo al meterlo en la boca, nos sorprendimos ambos viéndonos hacer lo mismo, nos empezamos a reír, ese podía ser el inicio de una amistad sincera, sin mentiras.

Aquel es un largo abrazo, cosa que no me molesta para nada. Me pego a ella con fuerza para sentir su cuerpo con el mio, es una sensación agradable. No creo que haga falta que conteste a sus palabras, espero que mi abrazo le deje claro que difícil sería que otro problema así pudiera suceder. Tras un tiempo así, noto como las manos de Sarah me causan cosquillas, lo que me hace levantarme rápidamente entre risas, mirándola a ella con una sonrisa de oreja a oreja.

-Está bien señorita Sarah, volvamos a ver sus dotes de cocina.- bromeo mientras me acerco a la mesa.

Me siento esperando con ansia una comida que podía oler desde lejos, creo que ni siquiera hace falta preguntar si estaría o no buena. Mi mirada se clavó en aquellos filetes que parecían tener una pinta demasiado buena. No se hace cuanto como algo así, es realmente delicioso, algo que puedo comprobar en el rostro de mi compañera, con el cual no puedo evitar reírme, parecíamos un espejo. Una vez he terminado mi comida, lo cual hice bastante rápido, quizás por lo buena que estaba, esperé a que Sarah terminara también, observándola con una gran sonrisa.

-¿Que planes hay para después de la cena?- le pregunto atento, la verdad es que ahora mismo no se que hacer, quizás la chica quería descansar un poco después de aquel largo día.

Después de aquella cena, recogí la mesa, y metí la carne que sobró en el horno de leña, aun guardaba calor, pero no estaba caliente, y no podría quemarse. Limpié todos los tratos, y una vez mas miré a Feli para que me ayudase a secar, una vez terminamos, me senté en el sofá mirando la foto de Shein, con su mujer y sus hijos, y las armas colocadas en aquella estantería.

Para no ponerme triste volví en mi, sin mirar aquellas fotos que me provocaban lagrimas. Me levanté de nuevo, y fui fuera, a mi campo, allí puse una gran manta, y me acosté a ver el cielo, y las estrellas, esperaba que Feli me acompañase, no le dije nada, solo esperaba que me acompañase, cuando le dije con el indice de mi mano derecha que viniese y se acostase a mi lado.

Como me alegra que sea ya costumbre, terminé por ayudar a mi anfitriona a limpiar los trastos después de comer. No era un gesto muy importante pero me agradaba hacerlo. Tras aquello, puedo observar como se sienta en su sofá, para luego posar su mirada en una foto, la cual supongo que es de uno de los que tenía su nombre en las espadas. No soy idiota, puedo ver que eso no lo trae buenos recuerdos.

Mis sospechas se confirmaron cuando vi como se levantaba de nuevo. Yo tan solo me limitaba a seguirla mientras mi mirada vagaba por su casa, observando los detalles de esta de vez en cuando. Una vez fuera, veo el gesto que hizo en el suelo, sobre aquella manta. No tardo mucho en acercarme, acostándome a su lado y pudiendo observar como las estrellas poblaban el cielo.

-Las estrellas son preciosas...-susurro algo bastante lógico, pero eso me da igual- Pero creo que no son nada comparadas con las dos que tienes tú en tus ojos.-tengo entendido que a las mujeres le suelen gustar esos detalles, quizás esas palabras podrían gustarle.

Curiosamente ese comentario hace que me sonroje ligeramente, pocos hombres hacen ese efecto en mi, cuando dijo eso me giré hacía donde estaba, y lo miré a los ojos, tumbada de lado, con mi mano derecha sujetando mi cabeza, y el izquierdo apoyado en mi cintura, mientras jugaba con algunos hilillos de la manta, me quedé un buen rato mirándole a los ojos, sin saber que decir, estaba tan a gusto, como pocas veces, y mas en compañía de un cazarecompensas.

Después de aquello, le susurré algo al oído mientras le acariciaba la cara...

-La estrella eres tu, que has iluminado esta noche, y no puedo mirar a ningún otro lado que no seas tu, -dije para después darle un beso en la mejilla, y separarme de nuevo, a mi cabeza volvió la frase que le dije unas horas antes, -no quiero volver a incomodarte, -rápidamente después de ese pensamiento, cerré los ojos y sacudí mi cabeza para pensar en otra cosa. Luego me volví a girar, y de nuevo volví a mirar las estrellas, esta vez con mi cabeza sobre mi brazo izquierdo, y mi mano derecha sobre la manta, jugando aun con aquellos hilos que se soltaron de la manta a través de los lavados.

Parecía que mis palabras le habían gustado, puedo notarlo en el tono de su piel, con algo mas de color del que tenía normalmente. No puedo evitar sonreír por aquello aun sin saber el motivo. Después de eso nuestras miradas se cruzan, es agradable verla, tan guapa como la primera vez que pude verla de cerca. Noto su mano, acariciando mi rostro mientras escucho aquellas palabras que hacen ahora mis mejillas algo mas rojizas. Nunca me han dicho nada parecido.

-Bueno...la verdad es que nunca he sido una persona a la que le guste que le observen.-fue lo primero que dije, pero no va a ser lo último- Pero si eres te quien lo hace...-coloco una de mis manos sobre su mejilla, haciendo que mire hacia mí de nuevo- La verdad es que no me importa, así puedo disfrutar yo también de lo guapa que eres.-comento junto a una ligera risa.

Cuando me dice eso me quedo observándole, con una sonrisa, dado que me quedo embobada mirándole casi no hace ni falta que diga nada, se me nota en la cara lo que estoy pensando, mirándole así, y sonriendo. Mi mirada de nuevo vuelve al cielo, pero dura poco, puesto que me quedo dormida. Cuando me doy cuenta, me despierto abrazada de nuevo a el, no se en que momento me abracé ni si lo hice conscientemente, me quedo mirándole un largo rato, aún abrazada a el, el sol empieza a calentarme la cara, no quiero quemarme, así que me levanto, no sin antes darle un pequeño beso en la frente a Feli.

-Sigue durmiendo pequeño, -susurré mientras le daba el beso en la frente.

Me levanté, y me duche aprovechando la hora, pues dando como daba el sol calentaría el agua rápidamente, y me podría duchar tranquilamente, dejando agua caliente para el bueno de Feli si quería ducharse. Después de eso, salí de la ducha, con la toalla envolviéndome, y con otra mas en el pelo, me secaba todo mi cuerpo, mientras buscaba en el armario que ponerme, estaba pensando con el calor que hacía ahí poner un pantalón corto, con una camiseta de manga corta, nada provocativo ni llamativo, me dispuse a coger la ropa para poder vestirme, después comencé a hacer el desayuno, para Feli y para mi. Abrí unos croisants por la mitad, y los pasé por la sarten, preparé un café bien cargado para Feli, como me lo pidió el día anterior, y una taza de leche fría para mi, con el calor que hacía no tenía ningunas ganas de tomar nada caliente.

Cuando ya todo estaba preparado, me fui a buscar a Feli fuera, ver si aun dormía, y avisarle que viniese a desayunar.

Mi mirada correspondía a la suya. No sabía que decir en ese momento o si siquiera tendría que decir algo, pero cuando la chica clavó su mirada en el cielo de nuevo hice lo mismo. Estoy seguro de que ella se durmió antes que yo, pues llegado un momento me acerqué a ella para abrazarle mientras dormía. Sarah me correspondió a ese abrazo, pero al no decir nada supongo que ya estaría soñando.

Llega la mañana siguiente, aun no estoy despierto y puedo notar algo en medio del sueño, parecía un toque en mi frente pero no supe de que se trataba. Quizás estuve demasiado tiempo ahí pues no me desperté por mi mismo, tuvo que hacerlo Sarah. Mi mirada se alzó hasta su rostro, ya estaba vestida y parecía bien despierta, a diferencia de mi que aun estaba en el mundo de los sueños. Me levanto de la manta, estirando todo mi cuerpo al tiempo que alzo mi mano para saludarla.

-Buenos días señorita Sarah.-le digo antes de bostezar- ¿Has tenido un buen sueño hoy?-le pregunte por educación mientras me acercaba a ella, intentando despertarme del todo en el camino.

-He dormido muy bien, ¿y tu?, por cierto, me he despertado y estábamos abrazados, ¿tu no sabrás nada no?, -pregunté sonriendo, con una ligera picardia, suponía que habría sido el quien se ha abrazado a mi, pero no me importaba, así los sueños fueron bonitos.

Cuando venía de camino desperezándose, le guiñé un ojo, y sonriendo le dije, -¿Prefieres ducharte ahora?, así desayunas un poco mas despierto, -le dije con una voz muy dulce y sutil. Si fuese el caso calentaría de nuevo su café, o le haría otro, todo dependería de lo que me dijese. Mientras tanto, me sequé el pelo y me lo peiné, dejándolo suelto para que secase antes.

-Pues digamos que si que lo se...no pude resistirme a abrazarte mientras dormías.-no creo que le importara que lo hiciera, la verdad es que fue agradable para mi y espero que para ella lo fuera también.

Mi mirada se clava en la suya, escuchando su propuesta y sin entender mucho el gesto que me hizo, normalmente no se que significa que te guiñen un ojo. Aun así es una buena cuestión, la verdad es que llevo sin ducharme dos días y no querría estar así mucho más. Por que no, dudo mucho que el desayuno se vaya a escapar por que tarde un poco.

-La verdad es que me hubiera gustado mas ducharme contigo, pero te me has adelantado.-nunca hice una broma de ese estilo, pero la verdad es que me hacía bastante gracia decirlo- Creo que si, me ducharé antes de desayunar, gracias por la idea.

Me sonrió ante aquel comentario, mientras hecho el café en la pota para que calentar de nuevo cuando salga le digo.

-Lastima que no me hubieras avisado antes, -en este caso me acerco a el, y le susurro al oído, muy pegada a su oreja, -te hubiera esperado, -le digo dándole un beso en la mejilla, siguiéndole la broma.

Mientras se va a la ducha, veo que la mañana esta genial para desayunar fuera, así que cojo la mesa, y la saco para fuera, para mi era una mesa muy ligera, apenas me pesaba, una vez fuera, puse dos sillas, una pegada a la otra, si quería sombrar solo tenía que ponerla del otro lado de la mesa.

Cuando vi que cortó la llave del agua, calenté de nuevo su café, lo eché en un tazón, y lo mismo con mi leche fría. Puse todo en la mesa esperándole fuera, con los crosisants recién sacados de la sarten.

-La sorpresa que se va a llevar cuando salga a la cocina y vea que no estamos ni la mesa ni yo, -pensé para mi sonriendo, con la mesa muy cerca de la pared de la casa para que no la viera al salir por la puerta del baño.

Ante aquel susurro, termino por sonrojarme, aunque en esta ocasión se podía notar que no me molestaba para nada. Acaricié mi mejillas una vez ella me dio el beso, dirigiéndome luego al baño para prepararme. Fue una ducha bastante rápida. Salí del baño ya con mis pantalones puesto, pero no la parte de arriba pues el pelo seguramente mojaría esta si lo hacía. Ha pasado mucho tiempo ya desde que me suelto el pelo, noto que me llega casi mas abajo de la mitad de la espalda. Dejo la parte superior de mi vestimenta en el salón, ya me vestiré del todo cuando el pelo se me seque.

Una vez duchado me dirigí a la cocina, en la cual no encuentro a Sarah ni tampoco la mesa. No tardo mucho en encontrarla, fuera de la casa, parecía que le apetece desayunar fuera. Espero que no le moleste que esté a medio vestir.

-Disculpa que esté así, no quiero que mi pelo moje mi ropa.-le aclaro, sentándome en una de las sillas con una gran sonrisa en mi rostro, al menos me coloqué una toalla sobre mis hombros para no estar sin nada en esa parte- El desayuno tiene una pinta genial y creo que comer fuera es una gran idea...pero la próxima vez avisa, que me has asustado.-bromeo mirándole con una gran sonrisa.

Yo me sonrío antes lo dicho, le pido con la mano y una sonrisa que se siente a mi lado, o de frente para que no le de el sol, por un momento me fijo en su cuerpo, esta genial el chico, seguramente tiene a las chicas haciendo cola.

-¿Alguna vez te han dicho que apeteces?, -digo dándole un mordisco al croisant, mirándole fijamente a los ojos. Desde luego el chico esta bien, es indiscutible, se nota que entrena, por que mantiene un cuerpo de infarto.

Doy un largo trago de mi leche, y se me queda una marca blanca por encima del labio, como si fuese un bigote blanco. Yo no me doy cuenta, pero quizás alguien si se de...

Estoy sentado a su lado. Agarré la taza de café dándole un gran sorbo. No se muy bien por que pero Sarah mira mi cuerpo de vez en cuando. Quizás le extrañe que yo simplemente esté esbelto, seguro que suele ver a piratas muy musculados y lo mio es algo extraño. Es un cuerpo ejercitado, pero no al extremo, solo lo necesito para correr lo mejor que pueda.

-¿Que apetezco?-en un principio no soy capaz de entender eso, pero solo necesito ser un poco mas avispado para darme cuenta- Bueno...supongo que gracias, pero hablando de cuerpos bonitos...el tuyo ya sabemos que si es de escándalo.

Mi mirada estaba cruzada con la de ella, sin darme cuenta que daba un bocado al croisant a la vez que la chica. Tras que esta bebiera un poco de leche, puedo notar como en sus labios se deja ver un rastro del mismo liquido. Sin pensar mucho en ello, pase mi dedo indice por encima de sus labios, limpiando estos para luego llevar el dedo hacia mi boca, lamiendo este.

Cuando hace me quedo sorprendida, aunque no se por que me lo esperaba, aunque esperaba mas una risa, pero bueno, eso también me gustó, con la misma me acerqué a su cuello y le di un lameton, desde la clavícula hasta la oreja casi.

-Si que apeteces si, sabes muy bien, -dije relamiendo mis labios después de saborear su cuello, esta muy rico, tiene un toque salado, y a la vez dulce, una mezcla curioso, por un momento creo que se me queda mirando extrañado por lo que acabo de hacer.

Un escalofrío. Puedo notarlo pro todo mi cuerpo al mismo tiempo que me sonrojo, seguro de una manera exagerada, puedo notarlo en el calor que siento en mi rostro. Aunque la observo extrañado, se puedo notar en mi rostro que me gustó, cosa que no me molesto en ocultar pues sería una tontería. Miro ahora su cuerpo de arriba a abajo, imaginando hacer algo parecido pero por supuesto sin la suficiente valentía.

-Vaya...no esperaba formar parte del menú del desayuno...-reí, mirándola fijamente-¿Yo no podría tomar un poco de Sarah?-bromeo...bueno, la verdad es que no se si lo digo de broma, intento que suene así pero es algo difícil después de lo que acababa de hacer.

Ante su petición, sonrío, me separo de la mesa, aun sentada, lo agarro de la mano para que se levante, y lo siento en mis piernas de frente a mi. Mirándolo fijamente a los ojos le digo.

-¿Que parte quieres saborear de Sarah?, -dicho esto me recuesto en la silla, esperando a ver que hace, me quedo mirando sus ojos.

Ahora no se que hacer. Tengo ante mi una buena oportunidad, pero no se si sabré aprovecharla. Primero mi mirada va a sus pechos...quizás en otro momento. Luego tanteo con mis ojos su cuello y su oreja, como ella hizo, pero quiero ser algo mas original. Tras unos segundo trago saliva, creo que ya se que hacer.

-Pues...si empezara por alguna parte sería por aquí...

Me incorporo un poco, llevando mi rostro frente al suyo. Coloco mis manos sobre sus mejillas para luego unir nuestros labios, dando un ligero beso que luego deja paso a una ligera pasada con mi lengua. Pero eso no era todo, aunque aquel sabor me había encantado quería algo más, así que apreté aquello grandes y jugosos labios con mis dietes para luego tirar de ellos con cuidado. Una vez hecho aquello, me dejo caer sobre sus piernas. Nunca hice nada así, estaba bastante avergonzado y acelerado.