¡Hola!, ¿te conozco? [Privado - Pasado] (Hatake - Narahí)

A pesar de tener una gran herida, la chica seguía como si nada. Era verdad eso que me dijo, que era una chica fuerte. Mientras bajábamos al piso de abajo, vi que Nara se daba la vuelta y le arrojaba una especie de proyectil a alguien que seguía vivo y cayó al instante. Esa mujer tenía todo tipo de armas guardadas, no dejaba de sorprenderme. Seguido de eso, se transformó en su forma híbrida y con su gran vista pudo ver cuantos maleantes nos aguardaban. Me comentó que solamente había dos y pensé que era el mejor momento para lucirme.

-Con que solo dos e, quédate aquí, este es mi turno para pelear. -Le dije mientras volvía sacar mi espada.

Corrí hacia donde se encontraban esos dos sujetos y sin que ellos me vieran les corté en dos. En teoría ya no quedaban más "soldados" y volví a donde Nara.

-Ya no hay por qué preocuparse, creo que es buen momento para buscar el tesoro. -Le dije a la vez que guardaba mi espada.

Empezamos a buscar el tesoro y al final dimos con él. Estaba en una pequeña habitación del barco, todo desordenado y el oro todo tirado por el suelo. Mi cara en ese momento era un poema, al fin encontramos lo que estábamos buscando con tanta ansia. Nos adentramos en ella y empecé a coger todo el oro del suelo. En ese mismo instante, alguien se asomó por la puerta. Era un hombre alto y muy musculado, y llevaba una espada atada a su cinturón y una pistola guardada en un bolsillo.

-Así que habéis sido vosotros los que han matado a todos mis subordinados, y no solo eso, también queréis robarme todo el oro que he estado reuniendo en todo este tiempo, nunca os lo perdonaré. -Dijo aquel hombre mientras sacaba su espada con la mano derecha y el arma de fuego con la izquierda.

Después de entrar donde estaba todo el tesoro, apareció un hombre alto con una espada y una pistola, dijo algo de que no nos perdonaría el hecho de haber matado a todos sus hombres, y de intentar robarle. A mi todo eso me daba igual, solo quería coger el maldito dinero, y salir ambos con vida. Era lo único que importaba, aunque mi vida ya estaba medio destrozada hasta que me recuperase de esta herida.

-Ocupate de él, yo guardaré todo este oro para llevárnoslo en cuanto lo mates -dije yendo a los cofres, recogiendo todo el dinero que había alrededor de ellos.

La chica me dijo que me ocupara de él, y eso era lo que tenía pensado hacer en un principio. Antes de que se fuera a donde se encontraban todos los cofres, me acerqué a ella.

-Sé que estás muy herida, pero tengo que pedirte algo. Yo pelearé con él e intentaré agotarle todo lo que pueda, pero cuando te grite quiero que le lances el mismo proyectil que has usado antes para acabar con el hombre de las escaleras. Aunque yo sea su rival tienes que estar muy atenta, tiene un arma que también sirve a larga distancia y podría atacarte en cualquier momento. De todas formas, intentaré quitarle la pistola o rompérsela de algún modo. -Le dije a Nara al oído.

La chica se alejó un poco y yo me quedé a pelear con el hombre. Saqué mi espada y fui el que atacó primero. Con la katana paraba todos y mis golpes mientras me disparaba con el otro arma. En ese mismo momento, cambié el punto de mira y ataqué al brazo que tenía la pistola y le dañé lo suficiente como para que la soltara. Él no se quedó atrás y aprovechó para atacarme con la espada y me la clavó en la pierna izquierda. Eso hizo que perdiera el equilibrio y cayera al suelo. Mi rival muy cabreado cogió con las dos manos la katana con intención matarme, cuando de repente pegué un grito.

-¡Lanza la flecha, rápido! -Grité con intención de que me escuchara Nara.

Antes de ir a por los cofres, escuché con atención lo que Shawn tenía que decirme. Simplemente asentí con mi cabeza y le guiñé un ojo. De vez en cuando miraba la pelea entre ambos.
``Que duro es, va a ser difícil, por si acaso iré preparando la cerbatana con el dardo´´ -pensé para mi mientras recogía algunas monedas del suelo, para meterlas en los cofres que había a mi alrededor, debía haber unos 4 cofres, en cada uno habías mas de 50.000.000 de berries, más lo que aún no recogí del suelo.

En un momento de la pelea, escuché a Shawn gritar que le tirase el dardo, puesto que estaba en mi forma híbrida lo vería muy bien, con una gran precisión. Agarré mi cerbatana, la encañoné hacia el hombre, y di un soplido fuerte, que me hizo empezar a doler la herida. Me estaba cayendo inconsciente al suelo, pero antes de quedarme inconsciente del todo, eché un último vistazo para ver si acerté.

-Tira a los hombres muertos por la borda, y recoge a Joe de la barca, nos irémos con este barco, tu lo debes dirigir, yo no puedo... -dije dejandome caer sobre el suelo, un pequeño charco de sangre salió por el lado derecho de mi cuerpo. ``Espero que Shawn sepa curar heridas´´ -pensé en mi inconsciencia. Misión cumplida, ya podía dormir tranquilamente.

Si no hubiera sido por su buena precisión yo ya estaría muerto. El plan salió a la perfección. Todos nuestros rivales habían sido asesinados y el tesoro era nuestro. Giré la cabeza y vi que Nara se estaba desmayando mientras me decía sus últimas palabras antes de perder el conocimiento. Corrí hacia donde se encontraba ella y vi su herida. No sabía prácticamente nada de medicina, pero traté de buscar algo de medicina por el barco. Buscando por todos los lados conseguí encontrar la enfermería. Cogí a la chica y la llevé a esa sala para intentar curar su herida de algún modo. Gracias a los libros que había sobre la medicina logré cerrársela como pude. No estaba muy bien curada, pero hice lo suficiente como para que dejara de sangrar.

Dejé a Nara en la camilla mientras tiraba a los cadáveres al mar, y luego fui a recoger a mi compañero Joe que se encontraba en el bote. Subió al barco y le conté todo lo ocurrido mientras esperábamos a que la mujer despertara. Con la pelea el barco quedó muy dañado, pero aguantaría un pequeño viaje más. Nos quedamos esperando a que Nara se despertara para repartir el dinero y separarnos para seguir nuestros viajes.

Me empecé a despertar muy despacio, sin incorporarme, mirando a mi alrededor, lleve mi mano izquierda a mi cabeza, intenté levantarme, y pronto me llevé la mano al costado.

``La pelea, ¿se habrá salvado?´´ -dije para mí mientras intentaba levantarme. Debía llevar varias horas inconciente, y no se como, pero había mucho libros de medicina tirados por las mesas quirurgicas.

Caminé a la cocina, necesitaba beber algo. Notaba que el barco se movía. Al llegar a la cocina, encontré a ambos bebiendo. Me uní a ellos con un buen vaso de agua, no me entraba otra cosa.

-Hola, ¿estáis los dos bien? -pregunté sentadome a su lado.

Nos encontrábamos tomando algo cuando la chica apareció. Al fin se despertó, y eso me puso muy contento. Se le veía en mejor estado y muy contenta.

-Por fin te despiertas, estaba muy preocupado por tu herida, no soy médico y estaba en dudas de si te la había curado bien o no. Mientras descansabas he repartido el dinero en dos partes iguales. Mi parte está en el bote guardado, la tuya te la he dejado allí. -Le dije señalando a la derecha. -En fin, llegó el momento de despedirnos, ha sido un placer haber comido y luchado contigo, espero volver a verte algún día y volvamos a comer juntos. Por cierto, sé que no tienes barco y he encontrado un bote del mismo tamaño que el mío en la parte superior del barco, luego te ayudo a bajarlo al mar.

Tras ayudar a Nara para que se pudiera ir, Joe y yo montamos en nuestro vote con la idea de comprar un buen barco con el dinero conseguido. Nos despedimos de la chica y empezamos a remar a toda velocidad.