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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Lun 3 Abr 2017 - 23:42}

El alarido de dolor que deja escapar la bestia se impone sobre cualquier otro sonido que pueda escucharse en la montaña o el bosque. Mientras la cola se estremece frente a nosotros me veo obligado a dar un paso atrás, cubriéndome el rostro con los antebrazos para evitar quedar cubierto de sangre. Al menos no más de lo que ya lo estaba. Tras hacerlo, observé como la criatura se alejaba ladera abajo, adentrándose de nuevo en el bosque en busca de refugio. Mi impulso inicial fue perseguirla, aún a sabiendas de que de hacerlo estaría entrando a su terreno, donde probablemente la ventaja sería suya. Pero tras lo que ya habíamos logrado, y estando tan cerca de la victoria, ¿como podía dejar esta se me escapase de entre las manos? Tenía la oportunidad de enfrentar hasta el final a una criatura de leyenda, y quería aprovecharla fueran cuales fueran las consecuencias. Sin embargo, no podía hacerlo.

Oí un quejido a mi espalda. No tan imponente como el que había escuchado hacía unos segundos, pero mucho más importante para mi. Al girarme me encontré con Taito, de nuevo en su forma humana, apenas sosteniéndose en pie gracias a la pared de la montaña como punto de apoyo. Su aspecto me preocupó, aunque juraría que se encontraba así más por el simple cansancio que por las heridas recibidas, ¿qué clase de amigo sería si le dejase allí solo para perseguir a la quimera? Decidido, y con cierta resignación, dirigí un último vistazo al bosque para comprobar que la criatura ya se había perdido entre sus altos árboles, y luego me dirigí a mi compañero mientras rebuscaba en mi bolsa.

- Ten - le ofrecí un pequeño frasco que acababa de sacar - es un ungüento, para tus quemaduras. Escuece un poco, pero te aliviará enseguida y evitará que se infecten.

Habiéndosela entregado me dejé caer, apoyando la espalda contra la cercenada cabeza sin vida de la serpiente. Crucé las piernas y dejé en el suelo, colocada frente a mi, la espada que había utilizado. La observé detenidamente, con una mezcla entre asombro y curiosidad. Incluso empapada en la sangre de la quimera resultaba extrañamente bella. Recordé por un momento la advertencia de Amaiar cuando la obtuve, dejando que una sonrisa se dibujase en mi rostro. Había resultado ser mucho más peligrosa de lo que imaginaba, y me preguntaba que más escondería.

- Creo que podríamos descansar aquí un rato. Mantenemos la ventaja de la posición elevada por si volviese, y tenemos buena visión de los alrededores. Además - hice una breve pausa, mientras observaba el resto de sus heridas - creo que debería vendarte eso antes de continuar.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Mar 4 Abr 2017 - 2:57}

Dolor, intenso y agudo. Una agonía completamente extendida por mi cuerpo, ya bastante cansado y debilitado como para soportar mucha carga más.

Había logrado mi objetivo de defenderme del mordisco de la serpiente, mas subestimé la fuerza e impulso de aquella cola viva, o tal vez sobrestimé mi capacidad para detenerla por completo. El por qué daba igual, el resultado no cambiaría por mucho que lo supiera: mis pies se separaron del suelo y perdí todo apoyo que tenía, mientras la embestida de la quimera no cesaba y me empujaba aún más hacia atrás. Debería haber estado agradecido de que finalmente el embate se detuvo tras unos momentos, pero me resultó imposible ver algo positivo en aquella situación... ya que lo que había hecho parar el movimiento fue mi espalda chocando violentamente contra la pared de roca de la montaña. El duro golpe castigó severamente mis músculos y consciencia, a la par que un alarido escapaba de mis labios, silenciado por el ruido de la roca al resquebrajarse. Tan solo mi resistencia sobrehumana había impedido que mis huesos se rompieran de la misma forma.

El agotamiento solo amplificaba aquel tormento, y amenazaba con dejarme KO allí mismo. Pero algo en mi interior luchaba contra la inconsciencia, mi cuerpo se dio cuenta antes que mi mente de que rendirse allí mismo supondría la muerte, y se rehusó a aceptar tal destino. La adrenalina invadió todo mi ser y el sentido del dolor se apagó para permitirme seguir luchando a pesar de las circunstancias. En lugar de soltar a mi enemigo, lo aferré con más fuerza mientras mis ojos miraban directamente a los de aquella criatura, desafiantes, ardientes. La bestia me devolvió la mirada, y por un momento algo primario en su interior debió comprender la naturaleza de mi determinación, porque casi pude palpar el miedo, la comprensión de que se había equivocado de presa.

Prácticamente al instante, el forcejeo se detuvo abruptamente, y los ojos de la cabeza de serpiente perdieron el brillo de la vida. Con algo de esfuerzo, tras soltar aquel pedazo de carne muerta que antes intentaba comerme, logré desencajarme de la roca y me tambaleé unos pasos al tiempo que pude observar cómo el resto de la quimera huía ladera abajo, salpicando sangre con los espasmódicos movimientos de su cola decapitada. Resoplando y cubierto de sudor, noté varios tirones en mis hombros, especialmente en los de los pares de brazos extra que crecían de mi espalda. Se habían llevado la mayor parte del golpe, y los podía notar entumecidos.

Regresando a mi forma humana, al desaparecer aquel dolor empecé a notar otros que habían pasado desapercibidos. Al parecer las esquirlas formadas por la fracturada pared me habían ocasionado varios cortes, todos ligeros, si bien uno en mi nuca parecía de mayor severidad a juzgar por la sangre que noté correr por mi espalda. Por suerte, mi estado de combate aún no se había apagado del todo, aún estaba alerta por si regresaba aquella criatura... Y aquel propósito renovaba mis energías poco a poco, mi cuerpo influenciado por la naturaleza de los asuras reaccionando ante la crudeza de la batalla. El poco tiempo que pasé en forma híbrida fue suficiente para al menos aminorar la gravedad de las heridas, y pronto no tendría que preocuparme demasiado por ellas.

Lo que sí me afectaba era el agotamiento. Había sido un día de locos, y eso que aún no se había terminado. Joder, apenas habría pasado la hora del almuerzo y ya estaba tan hecho mierda como si hubiera pasado por una sesión intensiva de entrenamiento explosivo. Gruñí al ver que Syxel se disponía a perseguir a la bestia, sabiendo que no podría ir detrás suyo, y al parecer eso le hizo reaccionar y atenderme como si fuera un inválido. Tenía ganas de mandarlo a la mierda, ya que no habría acabado así de no ser por su brillante idea, pero me ofreció una pomada para las quemaduras que no podía ni pensar en rechazar.

- ...Gracias. - Resoplé mientras me sentaba allí mismo y comenzaba a aplicarme el ungüento como podía en la espalda. Si no hubiera tenido la ventaja de ser más flexible que alguien sin entrenamiento, habría tenido que pedirle ayuda en la tarea al peligris, algo que en esa situación no haría jamás por orgullo. El mismo orgullo que me impedía mostrar abiertamente lo mucho que me escocía la quemadura al ser tratada. - Secundo la moción, realmente me vendría genial una paradita... - Respondí ante la sugerencia de descansar. -... pero no te preocupes por esto, ya sabes cómo van las cosas conmigo. - Concluí, rechazando su ayuda con los vendajes. De nuevo, por orgullo puro y duro.

De todas formas, las más superficiales ya apenas dejaban rastro. La notoria, aquella que podía darme problemas si no la trataba correctamente, era la del cuello. Había parado de sangrar, pero seguía estando ahí, doliéndome y podía infectarse con el tiempo. Y no tenía la energía para volver a transformarme y buscar alguna razón para entrar en "modo combate", esperando sanarla mediante mi regeneración acelerada. Así pues, lo primero era recuperar fuerzas, y ya luego improvisar.

- Aunque bien pensado... - Comencé, pasándole de vuelta el contenedor de pomada, ahora casi vacío. - Más que una venda me vendría bien algún cicatrizante o alguna de esas cosas que he visto usar a varios practicantes de artes marciales. No tendrás por casualidad algo de eso, ¿no? - Ante la respuesta afirmativa de mi compañero, recibí un bote sin etiqueta, pero que por el olor era bastante obvio lo que contenía. Suprimiendo una sonrisa amarga, murmuré: - Alcohol, ¿eh? Asumo que de la variante que no se bebe, si lo tenías guardado junto al resto de juguetitos de medicina. Gracias. - Y así, terminando la racha de cosas que me causarían dolor por el momento, rocié una generosa cantidad en mi mano para luego pasarla chorreando por la zona herida de mi cuello. Derramar el líquido directamente podría haber sido mala idea, no fuera a interaccionar negativamente con las quemaduras de la espalda al chorrear, y por consiguiente con el ungüento aún fresco.

Sentado en medio del estrecho camino, evitando apoyarme en nada, adopté una pose de meditación y cerré los ojos, calmándome y concentrándome de nuevo en el flujo de mi energía interior. Pasaría un buen rato hasta que estuviera de nuevo en condiciones óptimas, por lo que a menos que el pirata tuviera algo que decir o de lo que hablar, lo mejor sería que simplemente pasáramos el tiempo recuperando el aliento.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 5 Abr 2017 - 4:02}

En ese momento os fijáis en que un aura roja recubre a Taito. Es bastante llamativa y de tonos vivos y forma una armadura en torno a su cuerpo simulando la de un samurái, con máscara de oni. Enhorabuena, parece que has logrado sacar algo en concreto de tus meditaciones sobre el chakra de la tierra. Tal vez no lo que esperabas, pero bastante sorprendente. Oh, y tiene una bonita coquilla marcapaquetes con un símbolo de una flor de loto. Bueno chicos, tras vuestro ataque de locura y casi morir contra esa quimera os echáis a descansar. No parece de momento que tu técnica para curarte tenga mucho efecto, pero algo has avanzado; por lo de pronto cuando la armadura te abandona no te desmayas del dolor (aunque hace tiempo que un golpe no te dolía tanto). Pasa un laaaargo rato sin nada a la vista salvo el bosque bajo vosotros y os encontráis algo más descansados, Taito incluido pese al tortazo. Al final vas a lograr sacarle partido a ese chakra y todo, ¿no? Bien, hora de ponerse en marcha mozalbetes. Por cierto, ¿dónde coño estáis? Siguiendo por el camino de montaña llegaréis a ese conjunto montañoso central, mientras que lejos, enfrente a vuestra izquierda podéis ver algunos blancos edificios. Por otro lado ese puto bosque parece estar por toda la isla.


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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 5 Abr 2017 - 4:36}

En cuanto mi compañero me devolvió los útiles que le había dejado los guardé de nuevo en mi mochila y dejé esta a un lado, junto a mis espadas. Luego, viendo que él pretendía aprovechar el rato para meditar, decidí hacer lo propio para relajarme a mi manera. Me recosté en el mismo suelo, con los brazos cruzados bajo la cabeza y con la mirada perdida en un agradable y despejado cielo azul. La tranquilidad de la que ahora podíamos disfrutar, tras el breve pero intenso encuentro que habíamos tenido, resultaba reconfortante.

Nos mantuvimos así durante un rato, disfrutando del silencio y sin inmutarnos, hasta que ambos consideramos que ya habíamos descansado lo suficiente. Me puse en pie de nuevo, y tras colocarme las espadas en el cinturón y echarme la mochila a la espalda, retomamos la marcha ascendiendo por la ladera.

Apenas habíamos caminado durante unos minutos cuando eché la vista atrás para comprobar que todo continuaba en orden a nuestra espalda. Al hacerlo, creí ver algo en la distancia y me detuve para comprobarlo. Llamé la atención de Taito, para que también se fijase. Ahora que habíamos ascendido a una posición algo más elevada, podíamos ver a lo lejos lo que parecía ser una edificación, sobresaliendo ligeramente en mitad del inmenso bosque. Aunque por desgracia se encontraba a una distancia considerable.

- Podríamos ir a echar un vistazo. Creo que es mejor opción que seguir andando sin tener claro a donde nos dirigimos. - Le propuse, y viendo que estaba de acuerdo, continué. - Quiero que sepas que mantengo todo lo que dije antes, pero no tengo intención de volver a atravesar esa maldita jungla.

Me situé junto a mi compañero, y tras hacer crecer un par de alas en mi espalda, le sujeté de ambos brazos y alcé el vuelo. Si todo iba bien volaría directo a aquellos edificios, manteniendo en todo momento una velocidad decente y una distancia prudencial sobre las copas de los árboles.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 5 Abr 2017 - 18:42}

Al cabo de un rato acabé notando cómo se me enfriaba el cuerpo, y se ralentizaban mis latidos. Poco a poco mi respiración fue controlando el ritmo de mi cuerpo, y lo calmé. Tras pasar buena parte del tiempo meditando de aquella forma, hasta el cansancio parecía algo ya lejano. Gran parte de mi atención estaba puesta en no caerme dormido mientras hacía aquello, para qué mentir. Al contrario de las creencias populares, entonar un aria o alguna frase mística no era necesario para entrar en comunión con uno mismo, si bien a algunos le ayudaba a centrarse y mantenerse despiertos.

Quizá fue por eso, que cuando abrí de nuevo los ojos y encontré mi cuerpo rodeado de una extraña capa de energía roja, no entré en pánico al instante.

Tras una breve observación, comprobé que la armadura que se había formado a mi alrededor no era invasiva ni maligna. De hecho, aquella energía... era básicamente la mía. No había otra explicación para el grado de sintonía que notaba con ella. Mi propio chakra, solidificado... Eso sí que no me lo esperaba. Esbocé una sonrisa, tal vez el Karma hubiera compensado mis sacrificios y esfuerzos después de todo. Tendría que entrenar para aprender más acerca de aquella técnica, pero de momento me bastaba con saber que la había despertado.

Tan pronto como perdí la concentración, la armadura se disolvió como si nada. Abrí y cerré mi puño varias veces, me notaba revitalizado, más descansado de lo que debería estar tomando en cuenta el tiempo transcurrido. Algo más motivado después de aquello, tras un intercambio de miradas con Syxel entendí que él también estaba listo para continuar. Debíamos salir de la zona salvaje antes del anochecer.

Tras un rato de camino, el pirata llamó mi atención para que mirara a lo lejos, advirtiendo yo en ese momento que hacia allí habían unas prominencias blancas. Parecían edificios, aunque no podía saberlo con seguridad. ¿Tal vez estábamos llegando a la zona de los templos? Sin el mapa no sabría decir, mi capacidad orientativa era, como poco, pobre. No obstante, Syxel coincidía en que dirigirnos allí era la mejor idea por el momento. En el mejor de los casos terminaríamos nuestro cometido en aquella isla antes de lo pensaba, y en el peor al menos no provendría de refugio temporal.

A pesar de mis quejas, Syxel insistió en que no quería volver a pasar por la jungla a pie. Comprendía su desinterés, a mi tampoco me apetecía precisamente, pero me parecía una ofensa a su maestro que se echara atrás en lo que había dicho antes sobre forjarnos nuestro propio camino. Solo tras un buen par de convincentes minutos de charla cambié de opinión, dejándome (de mala gana por supuesto) cargar de nuevo en brazos mientras el peligris volaba hacia las lejanas construcciones. Debía reconocer que lo que a pie habríamos tardado horas, volando parecía que no tardaríamos ni minutos, si bien me daban mala espina el aspecto que daban las copas de lo árboles desde las alturas. No porque pudiera caer en ellas, eso era mejor que caer directamente al suelo, sino más bien por lo que pudiera salir de entre el follaje. A estas alturas ya me esperaba cualquier cosa de la fauna local...
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Dom 9 Abr 2017 - 23:48}

Tras hora y media de vuelo, llegáis a las colinas que rodean la ciudad. En estas veis los edificios blancos que atibasteis en la distancia, templos en honor a los dioses de Gazia. Son hermosos y de una arquitectura extraña a vuestros ojos y ciertamente bella. Pero incluso estas estructuras (algunas colosales e imponentes) palidecen frente al esplendor de la ciudad que se extiende bajo vosotros. No es una gran urbe, pero las estatuas de las plazas, los ricos edificios oficiales (muchos con decoración recubierta de pan de oro) y en general la opulencia deja claro que no estáis en un lugar pobre. En fin, os recuerdo que vosotros teníais una misión en un lugar totalmente diferente de la isla, ¿qué queréis hacer?

PD: En caso de que sólo queráis ir a comer, descansar y dormir, podéis rolear ya que encontráis una posada, hacéis vuestras movidas y pasáis el resto del día y la noche aquí, y que salís de nuevo en busca del templo.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Mar 11 Abr 2017 - 1:39}

Los que vistos desde la distancia parecían ser tan solo un par de edificios, a medida que nos íbamos acercando dieron paso a una llamativa ciudad de considerable tamaño. Cuando nos encontramos a unos doscientos metros del lugar descendí hasta una llanura cercana, deteniendo el vuelo para volver a pisar tierra.

- Será mejor que hagamos el resto del camino a pie - sugerí a mi compañero mientras hacía desaparecer las alas de mi espalda. Me tomé un momento para tomar aire, pues había sido un trayecto agotador, y luego continué. - No creo que sea buena idea aparecer volando y llamar la atención.

Tras recibir un gesto afirmativo con la cabeza por su parte ambos echamos a andar, llegando enseguida a los límites de aquella ciudad. Lo primero que nos encontramos fue un grupo de enormes estructuras, construidas en su mayoría en piedra y mármol y con múltiples adornos. Enseguida los identifiqué como templos, pues recordaba haber leído acerca de ese tipo de construcciones, que eran comunes en aquella cultura. Sentí gran curiosidad y quise entrar a echar un vistazo, ver a que dioses adoraban o que clase de gente los visitaba. Pero no podía perder más tiempo y siempre habría ocasión de volver, así que continué recorriendo las calles sin detenerme.

Avanzamos durante un rato adentrándonos en la ciudad, y cuanto más veía de aquel lugar más curioso me resultaba todo. Cuando finalmente encontramos una posada decidimos entrar. Ya casi había anochecido, y aunque personalmente eso no me resultaba un problema, tras discutirlo habíamos decidido que hacer noche allí y retomar nuestro camino al amanecer. Nada más entrar el dueño del local se dirigió a nosotros. No me resultó difícil presentarnos como un par de viajeros que recorrían la isla estudiando su historia, y en cuestión de minutos ya nos encontrábamos charlando con el buen hombre, escuchando las muchas historias que tenía que contar de aquel lugar. Charlamos durante casi una hora, mientras cenábamos, para luego retirarnos a las habitaciones que habíamos alquilado.

A la mañana siguiente, después de desayunar y con las energías completamente renovadas, nos preparamos para partir. Antes de marcharnos me dirigí al buen hombre, y sumando unas cuantas monedas extra al pago por nuestra estancia, le hice unas cuantas preguntas. ¿Donde se encontraba exactamente el templo que buscábamos y cual sería el mejor camino para llegar hasta allí?, ¿que dios adoran en dicho templo y cuales adoran en esa ciudad (si es que no son los mismos)? Y, en general, cualquier información útil que pudiese darnos.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Mar 11 Abr 2017 - 18:02}

El viaje duró más de lo esperado, pero aun así sigo pensando que fue menos de lo que hubiéramos tardado a pie. Los últimos centenares de metros los recorrimos a pie para no armar un alboroto innecesario, la ciudad resplandecía demasiado como para no estar habitada. Si no estuviera tan soñoliento y con ganas de comer algo en condiciones, hasta me habría detenido a maravillarme con las vistas que ofrecía desde el aire tal asentamiento.

Al final resultaba que aquellos templos no eran los que buscábamos, por lo que no tenía sentido forzarnos más de lo necesario. Acabamos acordando continuar la búsqueda por la mañana siguiente, ya que el sol estaba por ponerse pronto si el cielo anaranjado era alguna indicación de ello. Tras encontrar un sitio donde quedarnos esa noche (seguramente una posada, no estaba en mis mejores condiciones para prestar atención a tales detalles), entramos directamente y sin andarnos por las ramas. Necesitaba comer, y necesitaba dormir, si podían ofrecerme lo que necesitaba entonces no había razón para seguir buscando.

Syxel tuvo la audacia de evitar mencionar nuestra verdadera misión, y en su lugar nos presentó como visitantes turísticos, eruditos que estudiaban la historia de la isla. Si bien nuestro aspecto no parecía acompañar sus palabras, tras unos minutos de charla el dueño pareció quedar convencido, y nos proporcionó no solo un par de habitaciones sino también una curiosa charla mientras cenábamos. Bueno, realmente el que charlaba era Syxel, yo me mantuve en silencio casi todo el rato, escuchando y saciando mi estómago vacío. Aparte de los típicos rumores y algo de información extra (que nos vendría muy bien en el futuro, de seguro), no conseguí quedarme con toda la conversación. Ya le pediría un resumen más tarde al peligris.

Y quien dice más tarde dice al día siguiente, porque fue tocar la cama y caer exhausto en ella durante horas. Por mucho que hubiera engañado a mi cuerpo, seguía teniendo los músculos doloridos, y aunque mi corazón no latía con fuerza el cansancio se hacía presente en la falta de fuerzas en general que sentía. Además, comparada con la clase de descanso que tuvimos en el viaje hasta la isla, aquella cama era demasiado cómoda como para separarse de ella hasta que estuviera de nuevo en condiciones óptimas.

A la mañana siguiente, temprano, cuando conseguí abrir los ojos Syxel ya estaba despierto. Parecía impaciente por continuar nuestra misión, y viéndolo así me costaba mantener las ganas de echarle en cara los muchos problemas que nos había causado. Su motivación era contagiosa...

Tras comer algo más para el desayuno, y cargarnos de fuerzas para el día que nos esperaba, Syxel se dirigió al dueño de la posada y le pagó lo debido, más un pequeño extra intentando sonsacar algo de información. La explicación corta es que le preguntó por nuestro objetivo. Entrando en detalles, pude notar de nuevo su carisma natural en la forma en que planteó las preguntas, aún haciendo parecer que se trataba de puro interés como visitantes que se suponía que éramos. Aquella sonrisa amigable y tono despreocupado... ¿Cómo iba nadie a sospechar de que había un motivo secundario oculto en aquel interrogatorio ofuscado?

"Yo flipo con este hombre..." Pensé, sacudiendo la cabeza, y mientras esperaba a que terminara de charlar con el simpático dueño me dirigí afuera y le dediqué un vistazo al panorama. No parecía que fuera a hacer mal tiempo, y no se veía una nube en el cielo, tal vez tuviéramos suerte... O no, nunca lo sabría hasta que no ocurriera. Pero de momento parecía que las cosas irían a nuestro favor, para variar.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Sáb 15 Abr 2017 - 12:06}

El hombre te habla largo y tendido de los mitos de la ciudad, tal vez enrollándose más de la cuenta. Sin embargo pese al emocionado discurso, sacas unas cuantas cosas en claro no poco útiles. Primero te habla de un camino de peregrinaje desde la ciudad, patrullado de manera regular por tropas de la ciudad y teóricamente seguro. Parece evidente que es la forma correcta de llegar, a menos que decidáis que la espesa jungla o los empinados caminos de montaña os parecen más atractivos. Después os habla de la historia del vellocino, la piel de un carnero alado que salvó a los dos hijos del rey legítimo de la ciudad cuando un tirano mató a su padre y tomó el control de la ciudad. Uno de los dos cayó durante el vuelo y se murió, pero el otro logró llegar a las montañas, donde sacrificó el carnero al dios de la guerra Ares y le pidió las fuerzas necesarias para llevar a cabo su venganza. Ataviado con la piel dorada de la bestia, volvió a la ciudad y logró dar muerte al asesino de su padre. Tras eso devolvió el vellocino al lugar donde había sacrificado a la bestia y ordenó levantar un templo en honor a Ares en el lugar. Al parecer lleva un tiempo algo abandonado, debido principalmente a que los caminos ya no son tan seguros como antaño y la gente sale menos de la zona civilizada, pero aún va gente en peregrinación de vez en cuando. Sin embargo el hombre te advierte que si pretendes visitar el templo no te adentres en las profundidades de este, pues los que van allí a rezar y rendir sus respetos al dios nunca se adentran más allá de las primeras salas y nadie sabe qué podría morar en las salas más profundas.

Tras la caminata y un largo pero no demasiado pronunciado ascenso, llegáis frente a un estrecho desfiladero en las montañas. Dos enormes estatuas de guerreros vestidos únicamente con taparrabos y casco y armados con un enorme escudo y una espada corta flanquean el camino, marcando la entrada. Sin ellas ni el sendero, no sería difícil pasar sin reparar en la abertura. Tras pasar entre ellas y recorrer el paso, las paredes anchean y dan lugar a un valle oculto entre las montañas, al final del cuál podéis admirar un templo de color ceniza. La entrada no tiene puerta ni nada que impida el paso, pero frente a esta hay una amenazadora estatua de diez metros de un imponente guerrero con una gran lanza. Casi parece una silenciosa amenaza del dios hacia los saqueadores, ¿aún tenéis ganas de entrar? Dado que aún no sois tan cobardes como para intimidaros por un cacho de piedra (espero) entráis y encontráis una sala de columnas, con un enorme incensario apagado al final de la estancia. Junto a las columnas hay toda clase de ofrendas: armas, comida, utensilios, pergaminos... ¿seréis tan irreverentes y codiciosos como para intentar echar mano a algo? Hay algunas piezas de artesanía que podrían valer un par de millones de berries o más, y armas de calidad extraordinaria, totalmente fuera de lo normal. Principalmente piezas de artesanía de la isla, espadas cortas y lanzas, aunque hay alguna maza. Si apartáis vuestros ojos del tesoro, veréis a los lados accesos a salas secundarias, que en caso de que intentéis investigar reconoceréis como salas de oración. En estas hay más ofrendas, además de algunas estatuillas de mármol de muy buena calidad, probablemente caras también. Al fondo, sin embargo, hay dos aberturas a los lados que llevan al mismo pasaje, una estancia cupular con grabados en el suelo, pared y techo de temas mitológicos. En el suelo, justo en el centro, hay una hendidura de unos diez centímetros, y sobresaliendo de las paredes a unos cuatro metros de altura hay un total de cinco estatuas de hombres portando diferentes objetos. Los objetos no son parte de la estatua, sino reales. Veis una espada corta, una lanza, una flecha, una pluma afilada y una fina tablilla de piedra. ¿Alguna idea de qué hacer con esas cosas? Ah, si no queréis darle al coco, hay una puerta cerrada de piedra al frente. A lo mejor queréis usar la cabeza para derribarla en vez de para abrirla.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 19 Abr 2017 - 12:07}

Saltándonos los detalles más irrelevantes... acabamos llegando al templo. Maldito templo de las narices. Se suponía que debía de haber sido un viaje sencillo y directo, una misión de entrar y salir, y nada más. Pero por alguna extraña circunstancia (a la cual le daré el nombre de Syxel) todo se había complicado, y más que faltaba por complicarse.

Me explico:

Al llegar a la entrada, allí en medio del valle, una enorme estatua erigida frente a ella observaba silenciosa e impasible el camino por donde estábamos pasando, como intentando disuadirnos de entrar... como si supiera cuáles eran nuestras intenciones y tratara de intimidarnos. Por un momento me detuve en medio de un paso al fijarme, pues para ser un pedazo de piedra casi parecía demasiado... "viva."

No obstante, descartando ese tren de pensamientos como simples desvaríos de un hombre ligeramente cansado, me adentré el primero hacia el interior echando un buen vistazo a mi alrededor. Y vaya que si tuve que echar un buen vistazo, pues al principio la diferencia de claridad con respecto al exterior me hizo imposible distinguir bien nada, aparte de las enormes columnas a los lados de la sala y los objetos colocados a los pies de estas. Una vez mis ojos se acostumbraron a la falta de luz natural (sustituida por la luz de algunas lámparas que a saber quién había encendido), pude reconocer que lo que en principio parecían simples baratijas, en realidad se trataba de auténticos tesoros. Embelesado, comprobé que allí dentro había de todo, armas, oro, joyas y obras artesanales, posiblemente fueran ofrendas al Dios de la Guerra Ares, ya que el templo estaba levantado en su favor.

Fue en ese momento, cuando caí en la cuenta de que estábamos en el "suelo sagrado" de una Divinidad, y que frente a mí se encontraban las ofrendas a dicho Dios, que una voz comenzó a susurrar en mi cabeza: "Destruyelo..." Decía. "Destruyelo todo... Demuestra que no es mejor que los mortales... Demuestra que no es mejor que tú..."

Haciendo acopio de mi voluntad, rechacé tales ideas y sacudí la cabeza mientras intentaba recobrar la compostura. Conocía esa voz, no era la primera vez que me hablaba y sabía a qué se debía. Además, por mucho que me opusiera a ella, seguía insistiendo de vez en cuando, en ocasiones como aquella... Se había imprimado en mí como una segunda naturaleza, un instinto que debía resistir en lugar de obedecer. Una cosa era que no me importaran otras religiones y sus deidades, pero otra muy distinta era buscar activamente su destrucción y ruina. Aquello me parecía una falta de respeto a todos los que siguieran tales creencias, los cuales estaban en todo su derecho a hacerlo... Y sin embargo, el "Asura" en mí, el "Anti-Dios" me tentaba a ofenderlos a propósito, a rebajarlos a mi nivel y demostrar que ser Dioses no los hacía invencibles.

Desgarrado en mi interior por aquella lucha interna, me costó apartar la mirada de las ofrendas y mirar más allá, hacia la profundidad del templo. Tan absorto estaba en mis asuntos que no le presté (o más bien, no pude prestar) atención a lo que estuviera haciendo Syxel, para desgracia de ambos. En su lugar continué caminando hacia las aberturas a ambos lados de la sala, solo para ver que ambas daban a lo que parecía ser salas de oración. Junto a muchos más objetos de valor incalculable para alguien inexperto como yo, habían alfombras acomodadas de forma ordenada en el suelo, dispuestas seguramente para dichas oraciones. Y aparte de algunas estatuillas blancas no encontré nada relevante, por lo que decidí continuar sin pararme demasiado allí, no fuera a empeorar mi condición mental.

Mientras me alejaba de aquellas tentaciones, recuperando el control absoluto de mi cuerpo, acabé dando con un par de entradas algo menos vistosas, localizadas a lo que parecía ser el fondo de la sala de columnas. Ambas acababan dando al mismo sitio, otra sala cuyo propósito me resultaba desconocido. El suelo, paredes y techo estaban cubiertos con grabados, los cuales me pareció reconocer como representaciones de los mitos sobre Ares. En medio de todo aquello había una extraña abertura, y sobresaliendo de las paredes se encontraban varias estatuas de hombres sujetando diversos objetos. Lo interesante era que dichos objetos no estaban esculpidos junto a la piedra, sino que habían sido colocados después, eran objetos reales y por tanto se podían extraer y usar... Pero, ¿para qué? ¿Habría que sacar alguno y meterlo en el hueco del suelo?

La relación que había entre aquellos items me resultaba completamente desconocida. Una espada y una lanza, bueno, son armas. Una flecha, vale, contemos como que también es un arma. ¿Una pluma? Parecía afilada, pero no estaba seguro de que calificara como herramienta para la guerra. Y una tablilla... una simple y puñetera tablilla...

- ¿De qué va todo esto? - Murmuré pensando en voz alta.

Al fijarme mejor en el resto de la sala, acabé fijándome en la puerta de piedra que había más allá. Cerrada, por supuesto. ¿Tal vez la sala era un puzzle? ¿Un mecanismo de cierre que solo unos pocos privilegiados sabían cómo usar? Aquella idea me hizo sentir motivado de verdad por primera vez en todo el viaje. Un rompecabezas, simple en apariencia, pero un rompecabezas al fin y al cabo. Eso era lo que había llamado mi atención y despertado mi interés. Parece mentira, ¿verdad? Que alguien como yo disfrutara dándole al coco... Supongo que es un rebote de mi afán por las ruinas y mazmorras, que suelen estar llenas de mecanismos como aquel. Todo sea dicho de paso, esta vez no parecía peligroso en demasía ni daba la sensación de que mi vida dependiera del resultado, aunque algo mosca sí que me tenía el asunto. ¿Qué ocurriría si fallaba?

Hablando de peligros, en este momento caí en la cuenta de que había dejado al peligris atrás. Asomándome un poco de nuevo hacia la sala de columnas, intenté llamar su atención:

- ¡Hey Syx! ¡Aquí hay otra sala que tal vez te interese ver! - Omití el hecho de que realmente lo estaba llamando para pedirle ayuda, seguramente él lo sabría aunque no lo dijera de todas formas. - ¿Syxel?

"¿Qué estará haciendo ese desgraciado?" Pensé mientras lo buscaba con la mirada, rezando para que no la estuviera liando demasiado.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 26 Abr 2017 - 18:54}

Siguiendo el camino de peregrinaje que el buen hombre nos había indicado no tardamos demasiado en llegar a nuestro destino. Tras atravesar el desfiladero que hacía de entrada, debidamente indicado con las dos grandes estatuas a ambos lados del sendero, acabamos encontrando el templo que buscábamos. Frente a las puertas del mismo pudimos ver una tercera estatua, algo más pequeña que las anteriores, pero curiosamente más llamativa.

Una vez en el interior nos encontramos con una amplia estancia, inesperadamente bien iluminada. Las columnas se extendían a lo largo de los laterales, alternándose con antiguas lámparas de pie en las que el fuego ardía tímidamente. Había también algunas estatuas, por lo que pude ver todas en honor a Ares, hecho que encajaba con la historia que escuchamos. Y frente a estas decenas de ofrendas: armas, vasijas, comida y todo tipo de objetos de considerable valor.

Probablemente la mayoría habría evitado tocar cualquier cosa, por respeto o miedo a unas hipotéticas represalias por parte del dios de la guerra. Pero en mi caso molestar a un dios no entraba entre mis preocupaciones. Así pues, me acerqué a los diferentes altares y me tomé mi tiempo para observar todo lo que sobre ellos se encontraba. Gran parte de lo que allí había era de una calidad exquisita, ¿y qué clase de persona sería si dejase tantos tesoros cogiendo polvo en un lugar como ese?

Me centré primero en las armas, en especial las de filo como espadas o dagas, buscando cualquiera que me llamase especialmente la atención para llevármelas conmigo. Luego abrí la mochila y, tras rebuscar un poco, saqué de esta un par de bolsas de cuero que guardaba plegadas en su interior. Comencé a llenarlas con todo aquello de valor que tuviese a la vista. Monedas, joyas o cualquier cosa que creyese que podría vender a buen precio o serme útil.

Y mientras me encontraba concentrado en lo que podríamos llamar un abastecimiento por parte de los generosos y devotos peregrinos, la voz de Taito captó mi atención. Alcé la vista y le busqué con la mirada para encontrarle al fondo de la sala, junto a una puerta algo más pequeña que el resto. Me aseguré las nuevas adquisiciones que hubiese podido encontrar y dejé las dos bolsas junto a uno de los altares. Luego me dirigí a su encuentro.

Ya en la segunda estancia me tomé unos segundos para contemplar los grabados. Hacían referencia a múltiples leyendas, claramente sobre Ares. Pude reconocer la mayoría, aunque no les di importancia. En lo que sí que centré toda mi atención fue en rompecabezas que mi compañero me señaló. Aparentemente debíamos resolverlo si queríamos continuar avanzando, y aunque supuse que derribar la puerta no sería complicado, resolví que sería divertido intentarlo.

- Hay que meterla en el agujero - comenté en voz alta.

Lo cierto es que eso estaba claro, pero había cuatro opciones y no podía saber si tan solo una sería la correcta, o si habría consecuencias de escoger mal. Mas perder el tiempo tratando de averiguar cuál sería sin más datos de los que teníamos tan solo sería una estupidez, por lo que la opción que me quedaba era tan simple como ir probando.

Tras meditarlo brevemente me decanté por la pluma. Me acerqué a esta y la retiré de la estatua, para acto seguido probar a encajarla en la hendidura del suelo. Si no pasaba nada, probaría con la espada, luego con la tablilla, seguidamente la lanza y por último la flecha. ¿Qué por qué en ese orden?, ¿y por qué no?
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Lun 1 Mayo 2017 - 1:58}

Menudo botín, Syxel. Además de cientos de piezas de artesanía de gran valor, encuentras unas cuantas armas de filo que te llaman la atención. Concretamente dos dagas, una espada corta y una falcata. Las cuatro son de una calidad exquisita, especialmente la última. Sin embargo algo en medio de las ofrendas atrae poderosamente tu atención: un anillo con una calavera extraña de hierro a modo de decoración. Posiblemente quieras echarle un guante como souvenir o para sumarlo a tu tesoro.

Parece que el cafre de tu capitán ha decidido dejar de portarse como un capullo, Taito. Ves cómo va a la estancia donde estás cargado de tesoros, y entonces decide que actuar con cabeza es jugar en modo fácil e introduce una pieza al azar en la rendija. Aún está haciéndolo cuando de repente siete soldados con el rostro velado por un manto de sombras, ojos brillantes y rojos y armados con lanzas y enormes escudos entran en la estancia con actitud poco amistosa. Para mejorar las cosas Syxel ha introducido la pieza incorrecta, activando la trampa de la sala. Un rastrillo cae bloqueando la salida y del techo brotan pinchos, para a continuación este comenzar a descender lentamente. Mientras, los soldados se ponen en posición escudo con escudo y las lanzas a punto, preparados para el combate.

- Saqueadores... seréis castigados - dice uno con voz de ultratumba.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 3 Mayo 2017 - 3:44}

De un leve salto di media vuelta, encarándome a los soldados que acababan de aparecer. Supongo que no les agradaba el hecho de que tratase de salvar los tesoros abandonados, sospecha que se confirmó cuando ellos mismos me tacharon de saqueador. Una palabra que siempre he odiado. Y para añadir emoción al panorama, no solo parecía que también había errado en mi elección, sino que resulta que hacerlo activó una trampa. Igual debería controlar el ritmo en el que me meto en líos.

- Los problemas de uno en uno - murmuré para mí mismo.

Le pasé a Taito mi mochila y las armas encontradas en la otra estancia, las cuales llevaba en un manto enrollado y atado con una cuerda a su alrededor. Pensaba llevármelas como regalos para mi tripulación.

- Intenta abrir esa puerta, te ganaré todo el tiempo que pueda.

Sin decir nada más, ni darle tiempo a responderme o replicar, avancé unos cuantos pasos en dirección a mis oponentes. Mientras desenvainaba mi espada, me concentré en utilizar el haki de observación para tratar de medir su poder, al tiempo que esperaba poder prever cualquier movimiento por su parte.

No me gustaba encontrarme en una situación como esa, pero yo mismo me lo había buscado así que debía ser yo quien se encargase. Desconocer de lo que eran capaces me situaba en ligera desventaja, la cual se veía agravada por el hecho de no saber de cuánto tiempo disponía antes de que el techo comenzase a ser un problema. Y aunque también me superaban en número, eso sí que podía solucionarlo.

El suelo a mi alrededor se cubrió de sombras, y de estas surgieron los cuerpos de antiguos guerreros, muertos hacía ya mucho tiempo. Una decena en total, portando armas rudimentarias, algún que otro escudo y ataviados con restos de armaduras desgastadas. Puede que no fuesen grandes combatientes, pero confiaba en que me ayudasen a ganar algo más de tiempo.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Jue 4 Mayo 2017 - 16:23}

No estoy seguro de por qué lo dejé hacer de las suyas. Sabía que podía ayudarme, pero también podía liarla. Y cuando comentó de forma casual que había que meterla en el agujero, ya aquello debió ser el detonante para que me lanzara a detenerlo. Pero no lo hice, dejé que cogiera la tablilla y la introdujera en la hendidura, esperando que supiera lo que hacía...

Y ahora estaba en una habitación cerrada a cal y canto, con el techo descendiendo poco a poco sobre nuestras cabezas amenazando con aplastarnos si no hacíamos algo. Para colmo, una serie de seres de aspecto legionario armados con lanzas y escudos se plantó entre nosotros y la entrada, acusándonos de ser saqueadores... Pero aún no habíamos siquiera visto el Vellocino, por lo que la única conclusión posible era...

- ¡Syxel, desgracia humana, ¿QUÉ HAS HECHO?! - Exclamé horrorizado al ver cómo en lugar de negarlo, el espadachín me pasaba su mochila y un manto cuyo interior tintineaba cada vez que lo movía.

- Intenta abrir esa puerta, te ganaré todo el tiempo que pueda.

Por mucho que tuviera ganas de soltar las cosas y darle un buen puñetazo, en eso tenía razón. Si no encontraba la forma de abrir al menos una de las puertas, no importaba cuánto me hubiera quedado a gusto haciéndolo, moriría igualmente. Y no era algo que me apeteciera demasiado, la verdad. Gruñendo, me giré de nuevo hacia el enigma mientras dejaba cuidadosamente las cosas del peligris en el suelo junto a la estatua que antes sujetaba la tablilla. Aunque en el fondo esperaba que durante su combate, el pirata recibiera un corte doloroso o dos, se los merecía por cazurro.

Intentando no dejar que la rabia nublara mi mente, volví a centrarme en las otras cuatro estatuas, y en lo que representaban. La respuesta más obvia era que la "llave" sería la espada, el instrumento de guerra más conocido por el hombre, pero no podía ser tan obvio o de lo contrario el puzzle no tendría sentido. Cualquiera podría entrar y saquear las profundidades del templo... No, debía ser otra cosa. Y por alguna razón tampoco creía que fuera la pluma, me parecía demasiado bizarro que la clave la tuviera aquello que menos parecía tener que ver con Ares. Aunque tal vez alguno de los mitos lo relacionaran con un ave...

Buscando inspiración, comencé a mirar por todos los grabados que pude. En ellos podía ver al soldado representación del Dios de la Guerra, muy similar a los que ahora estarían enfrentando a Syxel, pero en ningún caso logré ver que hubieran pájaros o plumas. Y fue entonces, cuando ya estaba mirando el quinto o sexto mito, que caí en la cuenta de un detalle: Ares siempre llevaba lanza. Al Dios de la Guerra no se le representaba con una espada, sino con una lanza. Los "guardianes" portaban escudos y lanzas. La estatua de la entrada del templo portaba una lanza.

- Siempre es una lanza... - Musité, notando un nuevo rayo de esperanza arder en mi alma.

Con todo el cuidado que pude, pero también con premura, extraje la lanza de la segunda estatua, y la tablilla de la hendidura. Asumía que si iba a meter la lanza allí, debía ser por el lado sin punta, pero traté de verificarlo primero antes de tomar una decisión. Quizá pudiera ver algo dentro del agujero, un espacio reservado especialmente para alojar el arma, con un grosor específico. Tal vez tuviera que encajar la lanza como si fuera una palanca, y luego tirar de ella. Fuera cual fuera el caso, comenzaría por los imple y luego iría probando diferentes combinaciones: Meter la lanza por la parte de atrás, meterla por la de adelante, meterla y luego hacer palanca, repetir pero por el otro lado, meterla y luego aumentar la presión para intentar enterrarla más a ver si es que tenía que esperar a que hubiera un "click"...

Si nada de eso funcionaba, no estaba seguro de que pudiera tener tiempo de intentarlo con otro de los objetos. Si aun con todo la trampa no se desactivaba y la puerta de piedra no se abría, le gritaría a Syxel que se preparara, y pasaría a forma completa. Canalizando mi frustración y furia, con la fuerza aumentada que me daría esa forma de seis brazos y tres cabezas, tratando de volver a conjurar la armadura de chakra que me salvó de la quimera, acumularía todo mi poder en un solo punto (mi hombro) y cargaría con todo lo que pudiera contra la puerta de piedra, intentando derribarla por fuerza bruta.

Aunque bueno, si al final resultaba que había dado con la clave, igualmente pasaría a forma completa, pero para darme la vuelta y tratar de apoyar al pirata en su pelea.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Dom 7 Mayo 2017 - 23:43}

Los guardianes aceptan silenciosamente el reto al ver a tus tropas de no muertos. Para resumirlo es una auténtica masacre: Se abalanzan sobre ellos a lanzazo limpio, y aunque las armas perforantes no deberían tener excesiva efectividad contra los muertos, los guerreros tienen tanta fuerza que sus golpes no solo atraviesan limpiamente (o más bien sucia y sangrientamente) su carne, sino que podéis oír los ruidos de huesos rompiendo y los seres son derribados. Bueno, un cuerpo muerto no es peculiarmente resistente, pero aún así yo procuraría tener cuidado con estos tipos. Los guerreros de Syxel siguen "vivos" (o más bien no muertos), pero en terribles condiciones. Seis de ellos están derribados y al menos dos no parece que estén en condiciones de levantarse. Viendo la debilidad de vuestros hombres, os encaran decidiendo ignorar a los muertos y avanzando con sus enormes escudos listos.

- No hay gloria para los caídos, sólo muerte - dice uno de ellos.

- No debe haber otra oportunidad para los derrotados - sentencia otro con la misma voz fantasmal.

Una buena deducción, Taito. Mientras los guardianes jugaban con los sacos de boxeo de tu compañero, tú has dado con la solución correcta. En el momento en que colocas la lanza por el lado del asta y presionas, un ruido de pesados mecanismos comienza a resonar muy rápido y haciendo un montón de estruendo, y varias cosas ocurren de repente bastante rápido. Lo primero es que dos hendidura circulares concéntricas a la ranura se marcan en el suelo de la sala, la interior de tres metros de radio y la exterior de cinco. Entre estas (pero no en el centro de la interior) se marcan una serie de hendiduras rectas que van desde dentro hacia fuera como ejes de una rueda. Lo segundo, el techo comienza a descender más rápido. En cuestión de cinco o seis segundos llegará al suelo. Lo tercero, las piezas del suelo entre las dos hendiduras circulares empiezan a bajar rápidamente a diferentes alturas formando una escalera hasta un pasillo oculto en el subsuelo. Oh, por cierto, la mayoría de los guerreros guardianes estaban sobre las hendiduras, y ahora ruedan cómicamente escaleras abajo en un amasijo de brazos, piernas, lanzas y escudos. Por cierto Syxel, uno de ellos iba más retrasado y no cayó, y ahora ha saltado los dos metros de espacio que ha dejado el hueco de las escaleras, lanzándote un golpe directo al corazón con su arma.

PD: Los siete son devastadores berserker nivel 30.

PD2: Os dejo un croquis cutre y hecho a correr en paint, pero que espero que os sirva para haceros una idea de a lo que me refería con las hendiduras, que ha quedado un poco confuso
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 10 Mayo 2017 - 13:32}

¡Bingo! La lanza era la solución, no tuve que hacer uso de la cabeza como ariete. Aunque de todas formas parecía que la verdadera salida no estaba por la puerta, sino bajando unas escaleras que acababan de aparecer. Y hablando de lo cual... ¡Mierda! ¡El techo bajaba más rápido que nunca!

Apenas tenía tiempo de reaccionar. En pocos segundos me aplastaría, aunque por suerte al transformarme no había decidido crecer, eso habría sido un error fatal en aquella sala tan pequeña. Sin perder un instante, cogí carrerilla y salté por encima de la abertura en dirección a la zona donde había dejado las cosas de Syxel, bajo la columna. Tras echarme la mochila al hombro y coger el fardo bajo un brazo, volví sobre mis pasos para poder dejarme caer por el hueco sobre la escalera, intentando no hacerme demasiado daño. Era lo más rápido que se me ocurría. Y no podía preocuparme por llevarme a Syxel conmigo, no tenía tiempo, seguramente él lo sabría y también se las arreglaría para buscarse la vida por su cuenta. De todas formas casi todos los soldados habían empezado a caer y rodar escaleras abajo, debido a su mala posición.

En mis ojos apareció un brillo malicioso al tener una idea. Si lograba calcular un poco su caída para coincidir esta con la mía, podría interceptar a los guardianes en su momento más vulnerable. Una ocasión perfecta para tratar de reducir su número. Solo tenía que tener cuidado con las lanzas y sus movimientos erráticos, ¿no? La transformación en forma completa, aparte de volverme más violento, también me proporcionaba los medios para serlo más eficazmente: fuerza y resistencia sobrehumanas. No sabía cuán duros iban a ser estos "guardianes", pero no pensaba dejar que eso me detuviera.

Así pues fue eso lo que intenté. En lugar de saltar a lo loco me dejé caer por la cornisa sujetándome con dos de los seis brazos que ahora poseía al borde de esta, y esperé unos instantes a que el grupo de legionarios estuviera a punto de pasar por debajo mío antes de soltarme con la pretensión de caer justo encima de ellos. De lograrlo, lo haría cubriéndome con un brazo la cara por si las moscas, y con los otros cuatro (sin contar el que sujetaba el fardo) empezaría a aporrear y sacudir a todo ser que se pusiera a mi alcance. Y si podía aplastarles la cabeza contra la pared de mármol, mejor aún.

Saliera como saliera ese temerario movimiento, y ya fuera caminando o rodando escaleras abajo yo también, iría descendiendo para descubrir qué había al final de la misma. Al fin y al cabo no es como si tuviera otra salida en esos momentos, con la sala circular completamente bloqueada y convertida en una trampa mortal.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Jue 11 Mayo 2017 - 0:31}

Como era de suponer, mis pequeñas invocaciones no fueron rival suficiente para los imponentes guerreros. Que haciendo gala de una considerable maestría de sus enormes lanzas los derribaron en cuestión de segundos. Aproveché la ocasión para analizar su nivel de poder y habilidades más a fondo. Y aunque pude sentenciar que de manera individual no debían de suponer un gran problema, su número y formación sí que era algo preocupante.

Di un paso al frente, decidido a presentarles batalla yo mismo, pero entonces el suelo tembló bajo nuestros pies. La sacudida fue breve, por lo que no resultó difícil mantener el equilibrio. Y cuando me quise dar cuenta el suelo bajo los pies de los guerreros cedía, dando lugar a una enorme escalera de caracol, y estos caían, desapareciendo de mi vista. Entendí que Taito había logrado resolver el acertijo, o como mínimo había dado con lo que parecía ser una salida. Lo cual me tranquilizó.

Al notar que el techo comenzaba a descender aún más rápido, me distraje durante apenas un segundo. Instante que uno de mis oponentes, que no había llegado a caer por aquella extraña escalera, aprovechó para cargar contra mí con un ataque directo de su lanza.

De nuevo, gracias al haki de observación fue fácil reaccionar a tiempo. Empuñando la espada con ambas manos golpeé su lanza antes de que llegase hasta mí, desviándola hacia la izquierda. Acto seguido, y con un simple giro de muñecas, cambié el sentido de mi espada y lancé un ataque frontal al tiempo que yo mismo avanzaba de un salto, para aumentar así la fuerza del golpe. La hoja de la espada iría dirigida a su cuello, esperando aprovechar la situación para acabar rápidamente con él. Sin detenerme a comprobar la efectividad de mii ataque, rodé por el suelo para acercarme a las escaleras y, tras ponerme de pie, salté al interior de las mismas.

Por si hubiese sobrevivido, hice que los muertos restantes se abalanzaran sobre él, aferrándose para evitar que huyese y dejando que el techo terminase el trabajo al descender por completo. Mientra, yo mismo comencé a bajar las escaleras, valiéndome de la oscuridad y la enorme cantidad de sombras para encadenar mis saltos con el paso sombrío, tratando así de llegar abajo lo antes posible. Aprovechando para, con el último salto, aparecer en la propia sombra de alguno de los guerreros y lanzar una estocada directa a su pecho.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Mar 16 Mayo 2017 - 0:24}

Bueno, en cierto modo parece haber sido efectivo, Taito. Así como caes sobre el revuelto de soldados, sombras empiezan a salir de todas partes de sus oscuros cuerpos, y cuando te das cuenta estás sobre un montón de lanzas, escudos y armaduras. No hay soldado ninguno. Por cierto, te has hecho algunos cortes con las lanzas y bordes de los metales al caer. Deberías andarte más ojo, si hubieses tenido algo de mala suerte podrías haber quedado empalado. Por tu parte, Syxel, llegar tarde a la fiesta. Le hiciste un bonito corte en el escudo al tipo de arriba, pero se las apañó para desviar tu arma con él. Sin embargo parece que el techo se ocupó por ti de rematarlo, como atestigua el nada agradable ruido de metales chirriando al ser atravesados y perforados. Bueno caballeros, ahora que estás en el fondo podéis ver un largo pasillo... espera, ¿podéis verlo? Apenas os entra luz, estáis casi a oscuras. Como sea, veis ante vosotros un arco de piedra y un pasillo recto que se pierde en las sombras.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Jue 5 Oct 2017 - 21:36}

Me puse en pie de un salto, dándome ligeros golpes en hombros, pecho y piernas para sacudirme el polvo de aquella absurda caída. Un cuarto misterioso, una puerta que no se habría, un montón de extrañas armaduras andantes y unas escaleras misteriosas... aquella aventura finalmente comenzaba a ponerse interesante. Luego recogí mi espada y la envainé, para acto seguido dirigir un vistazo a mi compañero. Quería comprobar que se encontrase bien, pues su caída había sido algo más aparatosa. Por fortuna, la suerte pareció sonreírle dado que no presentaba más que algún que otro corte superficial y un par de magulladuras. Nada que un tipo como él no pudiese soportar.

Dirigimos entonces la vista hacia el final del pasillo, o más bien hacia la completa oscuridad que lo envolvía, dejando tan solo visible poco más que unos metros frente a nosotros. Al menos para Taito, pues mis ojos enseguida se adaptaron y pude ver con total claridad, por decirlo de alguna forma. Frente a nosotros se extendía un extenso pasillo, por el que comenzamos a avanzar. Caminábamos despacio, buscando cualquier cosa que llamase nuestra atención, pero las paredes eran completamente lisas, al igual que el techo. Tras andar durante apenas unos minutos llegamos al final del camino, donde encontramos una enorme puerta de piedra. De tamaño considerable y con aspecto de ser problemáticamente robusta, labrada en dos piezas, a simple vista no parecía presentar ningún tipo de mecanismo de apertura.

Ambos la observamos con detenimiento, analizando y palpando cada centímetro de la enorme losa en busca de cualquier indicio que nos pudiese dar una pista de como abrirla. De no encontrar nada, trataríamos de empujarla o, en el peor de los casos, de echarla abajo. Haciendo uso de ser necesario de cuanta fuerza pudiésemos reunir.

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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Jue 5 Oct 2017 - 23:49}


En un extraño arrebato de iluminación decidís empezar a actuar como historiadores de verdad que sois, ¡bravo! Syxel logra gracias a sus aguzados sentidos de dios nigga y su experiencia con tumbas y sótanos de after hours localizar una trampa. Algo antes de llegar al final del pasillo hay un cable casi a ras de suelo, pero tras avisar a Taito pasáis por encima sin problemas y llegáis a la losa. Lo que inicialmente parecía una enorme y uniforme masa de piedra no decepciona, es efectivamente una enorme y uniforme masa de piedra. Os ponéis a examinarla, pero no hay nada en ella. Sin embargo en la pared al lado hay un círculo (que no esfera) de piedra que sobresale y creéis que podría girarse. Tiene una aguja que en este momento apunta a... bueno, a nada. Además de eso hay tres símbolos equidistantes rodeando el círculo, grabados en la pared. Ahora mismo la aguja está entre dos de ellos. ¿Una pirámide y un óvalo tachado? El tercer símbolo es... ¿una flecha... o una lanza? A saber.

Spoiler:

¿Tal vez sean estos símbolos algo que conozcas como historiador...? Sé cauto y decide con calma hacia dónde girar la aguja... o sé un bruto y hazlo al azar, pero por tu bien yo no lo haría.

PD: En tu post aclara en qué sentido giras la aguja, por favor.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Vie 6 Oct 2017 - 0:57}

No hubo necesidad de emplear la fuerza bruta, al menos por el momento, pues mientras examinábamos la puerta en busca de cualquier mecanismo dimos con lo que parecía ser algún tipo de rueda en la pared, justo en un lateral. Y alrededor de esta, tres símbolos grabados.

No me resultó demasiado complicado reconocer los dos primeros símbolos: Delta, la pirámide que se encontraba en la parte superior izquierda; y Phi, la figura de la parte superior derecha. Pero por más que traté de hacer memoria no conseguí relacionar el tercer símbolo con ninguna letra del abecedario griego, por lo que tras unos minutos acabé concluyendo que debía de representar una lanza. Arma que, por otro lado, ya había aprendido por las malas que se utilizaba para representar al dios de la guerra, Ares, en cuyo honor se había erigido el templo.

Tras comentarlo con mi compañero y debatir durante un rato, ambos coincidimos en la conclusión de que debíamos girar la rueda hasta que esta apuntase al símbolo que parecía una lanza. Sin embargo, tendríamos que elegir hacia qué lado la giraríamos. Cuestión que, por lo que podíamos suponer, determinaría que cayésemos o no en otra molesta trama como la de hacía un rato.

Me senté en el suelo, cruzando las piernas, y comencé a rebuscar en la mochila algunos de los libros que llevaba. Sabiendo el lugar al que íbamos, me había asegurado de reunir algunos volúmenes que pudiesen serme de utilidad. Entre ellos, como no, una guía detallada del abecedario griego. Tras revisar esta a conciencia, comprobé que, como sospechaba, el tercer símbolo no correspondía a ninguna letra, por lo que me reafirmé en mi teoría de que debía ser una lanza.

Si partía de esa base, tan solo me quedaba elegir hacia qué lado debía girar la rueda. Asumiendo que tenía que pasar por la letra correcta o… ni tan siquiera me apetecía imaginar las consecuencias. Sin embargo, no tuve tanta suerte en esa tarea, pues por más que revisamos los libros que llevaba no encontramos ninguna referencia a esos símbolos que pudiesen darnos una pista.

Como fuera, no pensaba perder más tiempo con eso. Así pues, considerando que había resuelto parte del acertijo, decidí confiar el resto a mi buena fortuna y elegir al azar. Volví a guardar los libros y me puse en pie. Di un paso al frente, situándome frente a la rueda, y tras intercambiar una mirada con Taito y tragar saliva, giré la rueda hacia el lado izquierdo. Pasando por el símbolo de la pirámide hasta llegar al de la lanza. Mientras lo hacía, contuve la respiración, manteniendo mis sentidos alerta por lo que pudiera pasar.
Ivan Markov
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Vie 6 Oct 2017 - 1:26}


Empiezas a escuchar un ruido de mecanismos y de piedras moviéndose, mientras el suelo tiembla ligeramente. La losa empieza a levantarse muy despacio levantando polvo, mientras se escucha un golpe muy fuerte y toda la estancia es sacudida por un temblor tan fuerte como repentino y fugaz. La losa sigue subiendo, desvelando una sala alargada de gran tamaño. El suelo está a menos nivel que la entrada, y hay unas escaleras que bajan hacia este. Una fina capa de niebla a ras de suelo os impide ver cómo es. En el centro de la estancia hay un trono iluminado por un rayo de luz que cae de una abertura en el techo.

La figura que está sentada en el trono es un hombre ataviado como un general griego, con una coraza, capa, casco de escob... de esos, iatusabeh. ¿Eso es todo? Por favor, ¿por quién me tomas? Como ya debías suponer su cuerpo está grisáceo y con la piel tirante y marcando huesos y tendones, como un cadáver momificado. Al lado del trono reposa un escudo pesado de hoplita y una lanza. Y por supuesto al otro lado de la sala, tras el trono, hay un pasillo. Todo está en perfecta tranquilidad hasta el momento en que entráis.

- O pólemos eínai o páteras mou, Deimos eínai ónomá mou.

El cadáver se levanta con un desagradable sonido de huesos mientras dos llamas azules surgen en sus cuencas oculares vacías. A los lados de la sala comienza haber estallidos de llamas, de los que surgen soldados como los de arriba, con la diferencia de que su rostro no está velado por sombras y sus voces parecen muy humanas. Dan voces al unísono mientras hacen chocar sus escudos con sus lanzas.

- ¡Zito o' Aris! ¡Zito o' Deimos!

Mientras tanto, de la niebla comienzan a levantarse tres, seis... no, decenas de esqueletos con armaduras oxidadas y espadas kopis melladas, muchas rotas. Por su parte el del trono coge el escudo y la lanza y da un grito de ultratumba alzando su arma. Al instante puedes sentir un poder tan inmenso en él que resulta asfixiante, inconcebible, incomprensible. Tu haki de observación te está diciendo a gritos que estás en peligro de muerte y que el poder de ese ser es demasiado grande. Demasiado para un mortal.

No parece una batalla que puedas ganar.
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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Vie 6 Oct 2017 - 19:35}

Di varios pasos al frente mientras el enorme portón se alzaba, causando un leve temblor en el suelo bajo mis pies y las paredes a nuestro alrededor. Cuando se hubo abierto por completo avancé otro par de pasos, deteniéndome frente a las escaleras que conducían a aquella enorme sala.

Como no podía ser de otra forma, enseguida clavé la mirada en la criatura que se encontraba sentada en el trono. Como respondiendo a mi presencia, esta se puso en pie, y las llamas que brotaron donde debían estar sus ojos me devolvieron la mirada. Cuando blandió sus armas y habló pude entender a la perfección las palabras que me dirigía. Para mí, ya no cabía duda alguna de lo que era aquel ser, o más bien de quién era.

Cuando los muertos comenzaron a alzarse de la niebla que bañaba el suelo pude sentirlos, más no desvié la mirada ni por un instante. Cuando los soldados de Ares comenzaron a aparecer a ambos lados de la estancia pude sentirlos, pero aún con ello continué con mi atención centrada en aquella enorme e imponente figura. Desde el mismo momento en que puse un pie en aquel templo ya había asumido que me esperaba algún encuentro interesante, pero jamás se me habría pasado por la cabeza que sería algo así. Deimos, hijo de Ares, la personificación del terror.

Durante un instante mis piernas se paralizaron por completo. Noté como se me helaba la sangre y se agarrotaban mis músculos. Lo que podía sentir en aquella sala, definitivamente no era de este mundo. Por un momento ignoré cada una de las decenas de presencias que allí se reunían, a excepción de una. Tan oscura, tan sobrecogedora, que no podía compararla con ninguna que hubiese sentido antes. Bueno, quizás con una.

Apretando los puños con fuerza, tanta como para hacerme sangrar, me obligué a reaccionar. La puerta que se encontraba al fondo de la sala no me había pasado desapercibida, pero tratar de alcanzarla ignorando la amenaza que tenía en frente era una locura. Y desde luego dar media vuelta no era una opción. Incluso aunque lo fuese, no era de los que se retiraban frente a un desafío, menos aún ante uno de tal magnitud.

Pude oír a Taito a mi espalda, quién hacía crujir sus nudillos, señal inequívoca de que me seguiría fuese cual fuese la decisión que tomase. Pero antes de que pudiese decir nada alcé la mano, pidiéndole que se detuviera. Una idea comenzaba a rondar por mi cabeza y había algo que quería intentar.

Así pues, tras reunir hasta el último ápice de valor y determinación que pude encontrar en mi cuerpo, me forcé a avanzar. Di un paso, bajando el primero de los varios escalones que me separaban de aquella horda de criaturas. Al hacerlo, dejé que el poder recorriese mi cuerpo como ya había hecho en muchas ocasiones. Bajé otro escalón, y luego otro, y así hasta llegar al final. Y mientras descendía lentamente, mi aspecto fue cambiando. Así como mi misma esencia.

Para cuando di el último paso todo mi cuerpo emitía una intensa aura azabache, y el interior de la estancia quedó completamente envuelta en la oscuridad que generaba a mi alrededor. Resultaba obvio que algo así no supondría un problema a la criatura que me disponía a enfrentar, pero no era ese mi objetivo. Transformándome en Érebo, dios primordial, el mismísimo Inframundo, e invadiendo todo el lugar con mi esencia, generaba una pequeña oportunidad de que la locura que tenía en mente funcionase.

Me mantuve en silencio durante un poco más, tratando de reunir todo mi poder, concentrándome en aumentar mi presencia al máximo. No sería igual a la del ser que tenía frente a mí, pero sí que compartían la misma naturaleza, y esperaba que eso fuese suficiente.

- Yo soy Syxel, yo soy Érebo, yo soy la oscuridad, yo soy el Inframundo - comencé al fin, hablando en mi propio idioma. - Os ordeno que os detengáis, u os enviaré de vuelta al infierno del que habéis salido.

Pronuncié cada palabra con tanta determinación como pude reunir, asegurándome de elevar el tono lo suficiente como para que hasta la última de aquellas criaturas pudiese oírme. Y mientras lo decía desenvainé mi espada, alzando el brazo al frente y dirigiendo la hoja de la misma a Deimos, situado al otro lado de la sala. Le estaba desafiando directamente, y si era la mitad de beligerante que su padre, contaba con que no lo rechazaría.

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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Vie 13 Oct 2017 - 1:22}

Los esqueletos que estaban comenzando a avanzar hacia ti se detienen. Ahora puedes "sentirlos" pero de una manera diferente a tu mantra. Normalmente percibes un aura, una voz, que emana de los seres vivos. No era el caso de los esqueletos, aunque sí percibías un amago retorcido en forma de pura intención asesina en lugar de presencias. Sin embargo ahora eres capaz de notar algo diferente, una oscuridad que vibra en ellos y resuena con la tuya propia. Eres consciente por un instante de que a un gesto o palabra tuya podrías mandarlos de vuelta al Hades a donde pertenecen.

- Aftí den eínai i thési sas, Érebos - la voz aguda y de ultratumba de Deimos es tan intensa que parece tus tímpanos vayan a estallar - ¡NO TIENES PODER AQUÍ!


Los esqueletos comienzan a desmontarse y girar como movidos por un tornado inexistente, comenzando a arremolinarse en torno a un mismo punto. Una amalgama de huesos sin una forma reconocible se alza ante ti. Consiste en una masa informe central de cráneos, cajas torácicas y vértebras con cinco extremidades deformes y desiguales hechas de todos los demás huesos. Percibes que la oscuridad que emana de este ser es diferente, más profunda y demasiado grande para repelerla. Entonces Deimos chilla y sientes un terror indecible recorrer tu cuerpo. Cada fibra de tu ser parece estar deseando alejarse lo más rápido posible de la criatura.

- No... joder...

A tu espalda Taito ha caído de rodillas y parece estar haciendo un esfuerzo enorme para mantenerse en el sitio. Frunce el ceño y tiembla, incapaz de hacer nada más. Sin embargo tu oscuridad parece haber servido de algo, pues los soldados de Ares al verse cegados se han reunido en dos grupos a los lados de la sala, espalda contra espalda con los escudos en alto y lanzas hacia fuera. Por su parte la enorme aberración esquelética levanta una de sus extremidades y la deja caer pesadamente sobre ti.

Volved al Hades:

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Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] - Página 2 Empty Re: Recuperando el vellocino [Moderado 4] [Syxel y Taito] {Miér 25 Oct 2017 - 14:58}

El grito de Deimos hizo estremecer cada fibra de mi cuerpo, llegando hasta mis entrañas. El simple hecho de mantenerme allí en pie, en lugar de dar media vuelta, ya suponía un reto considerable. Pero me obligué a mí mismo a mantener la posición y la compostura. No habíamos llegado hasta ese punto para ahora huir sin más.

Alertado por el haki de observación fui capaz de reaccionar con bastante margen al ataque de aquella gigantesca mole de huesos. Alcé la mano izquierda por encima de mi cabeza y detuve el golpe que se cernía sobre mí. No sin dificultades, pues aunque le superaba en fuerza, el propio peso y la inercia del golpe me obligaron a flexionar las rodillas, afianzando mi posición, para no acabar aplasto como un insecto contra el suelo.

Sin darle tiempo a retirarse, sujeté el brazo mientras con la diestra pulsaba el botón rojo de la empuñadura de la espada. Tal y como esperaba, la hoja de esta comenzó a calentarse, hasta adquirir un color rojo incandescente. Alcé el brazo y, con un movimiento seco, lancé un tajo descendente que cercenó por completo su extremidad.

El crujir de los huesos al quebrarse precedió al estruendo que generó el amputado brazo al impactar contra el suelo, justo a mi lado. Y a este lo siguió el grave grito de la gigantesca criatura. Aunque no sabría decir si ese era de dolor o de ira, la mirada que sus cuencas vacías me dirigieron me hacían decantarme por la segunda opción.

- Un brazo menos... - murmuré para mí mismo mientras me preparaba para acometer.

No obstante, mis intenciones se vieron interrumpidas por un ligero temblor a mi espalda. En el momento en el que me giré para comprobar la causa, me encontré con Taito transformado en su forma completa. Una mole de músculos, brazos y ansia de batalla. Sin perder un instante dio un enorme salto, duplicando su tamaño en mitad del mismo y aterrizando justo junto a la bestia de huesos. Esta trató de golpearle, pero sin aparente dificultad mi compañero bloqueó los esqueléticos brazos con los suyos propios, para a continuación lanzarle un poderoso puñetazo directo a la cabeza. Si lo conseguía, aprovechando unos segundos de aturdimiento, trataría de situarse tras la criatura con una finta, haciendo uso de sus seis brazos para inmovilizarla.

Le dediqué una sonrisa a mi camarada, aunque probablemente este no pudiese verla. Y me preparé para aprovechar la oportunidad que trataba de brindarme. Empuñando la espada con ambas manos, dejé que la energía fluyese hasta su hoja, imbuyendo esta de haki al tiempo que generaba llamas de fuego oscuro brotando de la misma. Alcé entonces el vuelo, acometiendo a gran velocidad contra la cabeza de la bestia. Si lograba situarme sobre la misma, lanzaría de nuevo una estocada descendente, aunque prolongando esta vez la acometida hasta llegar al suelo para tratar de cortar a la criatura a la mitad.
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