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Tobías Thorn
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Akuma no mi
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La velada transcurrió de forma amena, proseguimos hablando de otros pormenores mientras los platos se vaciaban rápidamente a causa de nuestro hambre voraz. Y Una vez listos, nos encaminamos con paso tranquilo hacia el establecimiento que nos habían señalado. La conversación siguió con el mismo tono distendido mientras atravesábamos la marabunta de personas que se habían congregado por la zona. Parecían celebrar algo y mi curiosidad innata me empujaba a preguntar que sucedía por allí, pero entonces, antes de terminar de decidirme qué hacer, llegamos a nuestro destino y Bizvan no tardó en adentrarse para pedir las habitaciones. No pude evitar lucir una sonrisa pícara mientras recogía las llaves de las manos del marine, del cual me despedí con un ligero guiño mientras decía en voz alta.
- Selebi, espero que no lo exprimas demasiado esta noche... Mañana será un día duro.
Sin más preámbulos, me encaminé hacia la segunda planta con Croc echado al hombro y me introduje en la habitación que me correspondía. Esta mantenía la misma estética que el resto del edificio, sencillo y confortable en su conjunto, con las cosas mínimas para pasar la noche, pero todas de una calidad más que aceptable. Los muebles parecían de madera noble, un par de macetas adornaban el alféizar de la única ventana del cuarto, por la cual entraba la tenue luz del atardecer, mientras que el camastro aparentaba ser bastante cómodo con un simple vistazo. Lo único que le faltaba para mi gusto era un lugar donde pudiese posarse Croc, aunque eso tuvo fácil solución.
Generé un poco de sirope que pegué firmamente a la pared con una de mis técnica, para luego manipularlo y endurecerlo hasta darle la forma de un palo, alargado y parduzco, adosado a la pared para que el ave tuviese un lugar donde dormir si volvía en mitad de la noche tras una de sus escapadas nocturnas, cosa que me recordó que debía de abrir el cristal si quería que el animal pudiese hacerlo.
El animal aún no se marcho, pero sabía que cuando despertase a la mañana siguiente tendría que recoger los restos de alguna pequeña alimaña demasiada descudiada... Y con esa estupidez en mente me tumbé en la cama con más ganas de despertarme que dormir.
El día amaneció con una suave brisa que hizo de despertador natural. Me levanté con paso perezoso hacia la palangana que había preparada al lado del camastro y tras unos minutos de gestos metódicos me aseé como cada mañana. Limpié los restos de la cena furtiva de Croc, el cual dormitaba aún y no quise despertar, y bajé a recepción para dejar un mensaje para el marine donde lo citaba en el restaurante para desayunar.
Me senté en una mesa vacía tras servirme de una mesa central repleta de comida y comencé a tomarme el zumo natural y el pan tostado con azúcar. Más tarde le echaría mano a unas pequeñas tiras de carne frita que había visto en unas bandejas de la que emanaba un sabroso aroma. Tenía ganas de ponerme en marcha cuanto antes para comenzar el entrenamiento, pero hasta que no llegase el marine con su simpática compañera no tenía nada más que hacer que comer y coger energías para los días que se avecinaban.
- Selebi, espero que no lo exprimas demasiado esta noche... Mañana será un día duro.
Sin más preámbulos, me encaminé hacia la segunda planta con Croc echado al hombro y me introduje en la habitación que me correspondía. Esta mantenía la misma estética que el resto del edificio, sencillo y confortable en su conjunto, con las cosas mínimas para pasar la noche, pero todas de una calidad más que aceptable. Los muebles parecían de madera noble, un par de macetas adornaban el alféizar de la única ventana del cuarto, por la cual entraba la tenue luz del atardecer, mientras que el camastro aparentaba ser bastante cómodo con un simple vistazo. Lo único que le faltaba para mi gusto era un lugar donde pudiese posarse Croc, aunque eso tuvo fácil solución.
Generé un poco de sirope que pegué firmamente a la pared con una de mis técnica, para luego manipularlo y endurecerlo hasta darle la forma de un palo, alargado y parduzco, adosado a la pared para que el ave tuviese un lugar donde dormir si volvía en mitad de la noche tras una de sus escapadas nocturnas, cosa que me recordó que debía de abrir el cristal si quería que el animal pudiese hacerlo.
El animal aún no se marcho, pero sabía que cuando despertase a la mañana siguiente tendría que recoger los restos de alguna pequeña alimaña demasiada descudiada... Y con esa estupidez en mente me tumbé en la cama con más ganas de despertarme que dormir.
* * * *
El día amaneció con una suave brisa que hizo de despertador natural. Me levanté con paso perezoso hacia la palangana que había preparada al lado del camastro y tras unos minutos de gestos metódicos me aseé como cada mañana. Limpié los restos de la cena furtiva de Croc, el cual dormitaba aún y no quise despertar, y bajé a recepción para dejar un mensaje para el marine donde lo citaba en el restaurante para desayunar.
Me senté en una mesa vacía tras servirme de una mesa central repleta de comida y comencé a tomarme el zumo natural y el pan tostado con azúcar. Más tarde le echaría mano a unas pequeñas tiras de carne frita que había visto en unas bandejas de la que emanaba un sabroso aroma. Tenía ganas de ponerme en marcha cuanto antes para comenzar el entrenamiento, pero hasta que no llegase el marine con su simpática compañera no tenía nada más que hacer que comer y coger energías para los días que se avecinaban.
Bizvan
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Akuma no mi
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- ¡Eh! ¡O oye no digas ese tipo de cosas! –no podía ocultar mi vergüenza ante el comentario de mi compañero. Ah, primero el capitán y ahora Tobías también realizaba comentarios extraños.* ¿Acaso se debe a que solía pasar el tiempo con Gusi? *era verdad que el peliblanco solía invitarme a esos establecimientos de “servicios de relajación”, pero nunca acepté.
Recordar a mi nakama y las locuras que solían pasar al estar cerca de él me ayudaron a recuperar la compostura.
Miré como mi andrógino amigo se dirigía a su habitación y a juzgar por su sonrisa parecía de buen humor.
- No hagas caso de lo que mencionó, solo está bromeando. –dejé escapar un suspiro mientras me dirigía hacia mi habitación.
El cuarto no podía ser descrito como lujoso, más bien yo diría que era bastante modesto, y en lo personal prefería este tipo de ambientes. No me consideraba una persona refinada y si me viera en la necesidad de dormir en algún lugar fino me sentiría fuera de lugar.
Caminé hacia la cama para sentarme la orilla de esta. Era confortable y lo suficientemente grande para 2 personas. Me gustaría acostarme y dormir de una vez, no obstante había algo que tenía que hacer antes de hacerlo. Me quité la piernera y la coloqué sobre un pequeño mueble ubicado a un costado de la cama, lo siguiente fue el banano, pero de esté extraje dos pequeños frascos de vidrio que contenían plantas en su interior. Selebi al notar que había tomado esos frascos, se acercó y extendió su mano en señal de esperar recibir algo.
- Toma, pero tendrás que comerte las hierbas esta vez. –comenté mientras colocaba en sus manos unas cuantas hojas de ambos frascos en su mano.
La enmascarada se llevó las plantas a la boca y comenzó a masticarlas en silencio. La razón por la cual no se quitó la máscara fue porque el sabor de esas plantas era realmente malo y me burlaría de sus muecas, cosa que ya había ocurrido en el pasado. Al igual que la joven tomé un poco de las plantas y me las llevé a la boca para masticarlas como fuesen chicle. La combinación de estas plantas ayudaba a eliminar las bacterias de la boca, se podría decir que eran como pasta dental, pero sin el sabor a menta y el buen aliento.
Tras limpiar mi boca me preparé para dormir, Selebi también hizo lo mismo. No podía dejar de agradecer la forma de pensar de mi compañera, pues al igual que yo ella solía dormir con la ropa necesaria en caso de presentarse una emergencia. Si ella actuara un poco más femenina no sería capaz de permanecer en la misma habitación con ella y mucho menos dormir a su lado.
La mañana siguiente llegó y lo primero que hice tras levantarme fue tomar otro puñado de las plantas, no solo para limpiar mi boca, también el sabor amargo me ayudaría a terminar de despertar por completo. La morena contaba con un buen reloj bilógico, por lo que no me vi en la necesidad de despertarla.
Tras alistarnos y bajar a la planta principal, el dueño me indicó que había un mensaje para mí. Se trataba de una nota de Tobías indicándome donde verlo, por lo cual agradecí al dueño y me puse en marcha hacia el lugar.
Para cuando llegamos, Tobi ya se encontraba comiendo, parecía bastante motivado hoy, pues era la primera vez que lo veía comer carne, de hecho solía compararlo con los elfos de las novelas de fantasía .
Me acerqué a la mesa de mi compañero y lo saludé con un tono alegre antes de tomar una silla y sentarme. La joven solo se limitó a decir buenos días con el lenguaje de señas, para luego enfocar su atención en buscar a alguien que tomara su pedido.
Ya que hoy planeábamos entrenar, tenía intención de desayunar algo ligero para acabar rápido y salir cuanto antes, no obstante con Selebi aquí, los platos llenos con carne no dejarían de llegar a la mesa durante un largo rato.
En verdad quería saber en dónde diablos terminaba todo lo que comía.
Recordar a mi nakama y las locuras que solían pasar al estar cerca de él me ayudaron a recuperar la compostura.
Miré como mi andrógino amigo se dirigía a su habitación y a juzgar por su sonrisa parecía de buen humor.
- No hagas caso de lo que mencionó, solo está bromeando. –dejé escapar un suspiro mientras me dirigía hacia mi habitación.
El cuarto no podía ser descrito como lujoso, más bien yo diría que era bastante modesto, y en lo personal prefería este tipo de ambientes. No me consideraba una persona refinada y si me viera en la necesidad de dormir en algún lugar fino me sentiría fuera de lugar.
Caminé hacia la cama para sentarme la orilla de esta. Era confortable y lo suficientemente grande para 2 personas. Me gustaría acostarme y dormir de una vez, no obstante había algo que tenía que hacer antes de hacerlo. Me quité la piernera y la coloqué sobre un pequeño mueble ubicado a un costado de la cama, lo siguiente fue el banano, pero de esté extraje dos pequeños frascos de vidrio que contenían plantas en su interior. Selebi al notar que había tomado esos frascos, se acercó y extendió su mano en señal de esperar recibir algo.
- Toma, pero tendrás que comerte las hierbas esta vez. –comenté mientras colocaba en sus manos unas cuantas hojas de ambos frascos en su mano.
La enmascarada se llevó las plantas a la boca y comenzó a masticarlas en silencio. La razón por la cual no se quitó la máscara fue porque el sabor de esas plantas era realmente malo y me burlaría de sus muecas, cosa que ya había ocurrido en el pasado. Al igual que la joven tomé un poco de las plantas y me las llevé a la boca para masticarlas como fuesen chicle. La combinación de estas plantas ayudaba a eliminar las bacterias de la boca, se podría decir que eran como pasta dental, pero sin el sabor a menta y el buen aliento.
Tras limpiar mi boca me preparé para dormir, Selebi también hizo lo mismo. No podía dejar de agradecer la forma de pensar de mi compañera, pues al igual que yo ella solía dormir con la ropa necesaria en caso de presentarse una emergencia. Si ella actuara un poco más femenina no sería capaz de permanecer en la misma habitación con ella y mucho menos dormir a su lado.
···
La mañana siguiente llegó y lo primero que hice tras levantarme fue tomar otro puñado de las plantas, no solo para limpiar mi boca, también el sabor amargo me ayudaría a terminar de despertar por completo. La morena contaba con un buen reloj bilógico, por lo que no me vi en la necesidad de despertarla.
Tras alistarnos y bajar a la planta principal, el dueño me indicó que había un mensaje para mí. Se trataba de una nota de Tobías indicándome donde verlo, por lo cual agradecí al dueño y me puse en marcha hacia el lugar.
Para cuando llegamos, Tobi ya se encontraba comiendo, parecía bastante motivado hoy, pues era la primera vez que lo veía comer carne, de hecho solía compararlo con los elfos de las novelas de fantasía .
Me acerqué a la mesa de mi compañero y lo saludé con un tono alegre antes de tomar una silla y sentarme. La joven solo se limitó a decir buenos días con el lenguaje de señas, para luego enfocar su atención en buscar a alguien que tomara su pedido.
Ya que hoy planeábamos entrenar, tenía intención de desayunar algo ligero para acabar rápido y salir cuanto antes, no obstante con Selebi aquí, los platos llenos con carne no dejarían de llegar a la mesa durante un largo rato.
En verdad quería saber en dónde diablos terminaba todo lo que comía.
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Encargué al camarero unos cuantos víveres para nuestra marcha mientras esperaba a que Bizvan llegase. No tenía muy claro si íbamos a volver a descansar al mismo lugar o si nos quedaríamos en campo abierto los días que durase el entrenamiento, por lo que siendo previsible adopté por pedir varios alimentos que no se estropeasen fácilmente y con los que podría hacer de comer durante unos días... O eso creía hasta que llegaron Bizvan y Selebi y recordé lo que comía aquella extraña mujer una vez pidieron su comida. Estaba practicamente tísica, pero devoraba por dos como mínimo.
-Perdona - llamé una vez más la atención de uno de los camareros. - Si no le importa eche el doble de lo que le he pedido, al igual que necesito su ayuda si es tan amable. Ayer vimos que había algún tipo de festividad en la zona y tengo curiosidad por saber qué se celebra - pregunté amablemente al joven que se acercó.
- No es ningún problema - contestó cortesmente mientras anotaba el extra que le había pedido. -Durante tres días se celebra la fiesta local de La Borrasca. El primer día hubo una gran fiesta de máscaras, ayer música regional por todos lados y hoy se celebran carreras de caballos por la calle principal. Lo cierto es que estos días todo está muy animado y se monta un gran mercado en la zona comercial. A veces traen cosas muy interesantes y los animales son dignos de ver.
No pude evitar lanzarle una mirada a Biz cuando escuché el tema del mercado y los animales. Se mezclaban dos de mis gustos fortuitamente y mi maldita curiosidad desplazó momentáneamente mi ansias de entrenar... Al fin y al cabo tampoco importaba mucho si empezábamos a entrenar unas horas más tarde, incluso quizás al marine le interesase a él dar una vuelta y comprar algo. No sería la primera vez que nos íbamos de compra, pero como había sido yo quien había dicho lo entrenar no quise abordar el tema. De vez en cuando me obligaba ha hacerme el digno, por lo que me limité a darle las gracias al camarero para que pudiese marcharse y me centré de nuevo en mis acompañantes.
-Bueno compañero, espero que hayas descansado y lo tengas todo listo, porque por mí podemos salir cuando queráis. Croc ya me encontrará por sí solo, por lo que yo no tengo que esperar a nadie.
-Perdona - llamé una vez más la atención de uno de los camareros. - Si no le importa eche el doble de lo que le he pedido, al igual que necesito su ayuda si es tan amable. Ayer vimos que había algún tipo de festividad en la zona y tengo curiosidad por saber qué se celebra - pregunté amablemente al joven que se acercó.
- No es ningún problema - contestó cortesmente mientras anotaba el extra que le había pedido. -Durante tres días se celebra la fiesta local de La Borrasca. El primer día hubo una gran fiesta de máscaras, ayer música regional por todos lados y hoy se celebran carreras de caballos por la calle principal. Lo cierto es que estos días todo está muy animado y se monta un gran mercado en la zona comercial. A veces traen cosas muy interesantes y los animales son dignos de ver.
No pude evitar lanzarle una mirada a Biz cuando escuché el tema del mercado y los animales. Se mezclaban dos de mis gustos fortuitamente y mi maldita curiosidad desplazó momentáneamente mi ansias de entrenar... Al fin y al cabo tampoco importaba mucho si empezábamos a entrenar unas horas más tarde, incluso quizás al marine le interesase a él dar una vuelta y comprar algo. No sería la primera vez que nos íbamos de compra, pero como había sido yo quien había dicho lo entrenar no quise abordar el tema. De vez en cuando me obligaba ha hacerme el digno, por lo que me limité a darle las gracias al camarero para que pudiese marcharse y me centré de nuevo en mis acompañantes.
-Bueno compañero, espero que hayas descansado y lo tengas todo listo, porque por mí podemos salir cuando queráis. Croc ya me encontrará por sí solo, por lo que yo no tengo que esperar a nadie.
Bizvan
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Tobí parecío realizar algún tipo de pedido a uno de los cameros, estaba casi seguro que esto tenía que ver con nosotros. Antes de indagar sobre aquello, el camarero habló sobre el motivo por el cual las calles se encontraban tan animadas. Parecía ser alguna clase de festividad que duraba unos días.
* Joh, un mercado. *aquello se escuchaba interesante. Los mercaderes solían llevar de vez en cuando objetos o materiales interesantes e incluso a veces no tenían idea de lo que vendían y uno podía obtener cosas por bajos precios. Con respecto a los animales, no era muy bueno con ellos, había estado mirando a Tobías y sus mascotas e intentaba imitar lo que el CP hacía con ellos, sin embargo mi carisma con los animales no había alcanzado el mismo nivel de mi nakama por obvias razones, pero aun así intentaba acercarme a los animales salvajes, aunque sin mucho éxito.* Quizás sería más sencillo empezar con uno a la venta…
La voz de Tobías me sacó de mis pensamientos.
- ¿Eh? No, digo si. -aclaré un poco mi garganta y después intenté de nuevo.- Sabes, aquello que mencionó él (el camarero) se escuchaba interesante, te molestaría si pasamos a dar un vistazo, para ser honesto me gustaría ver si puedo comprar algo antes de que mi dinero acabe en pozo sin fondo.
Selebi ignoró el comentario y continuó comiendo sin preocuparse.
- Sé que fuí yo quien te pidió venir para entrenar, pero no tenía idea de que hoy se llevaría a cabo algo interesante en ese lugar. ¿Qué dices, te gustaría ir a turistear un poco?
Selebi terminó su comida y dejó de pedir más platillos, parecía estar lista para salir. Había ocasiones en las cuales ella prefería quedarse, ya sea comiendo o trabajando en alguna arma nueva, pero esta vez parecía querer venir. Dudaba que fuera por los animales, para ella solo eran una fuente de alimento cuando acampabamos, así que era probable que buscaría algún objeto de su interés o quizás más comida con la cual estafarme...
* Joh, un mercado. *aquello se escuchaba interesante. Los mercaderes solían llevar de vez en cuando objetos o materiales interesantes e incluso a veces no tenían idea de lo que vendían y uno podía obtener cosas por bajos precios. Con respecto a los animales, no era muy bueno con ellos, había estado mirando a Tobías y sus mascotas e intentaba imitar lo que el CP hacía con ellos, sin embargo mi carisma con los animales no había alcanzado el mismo nivel de mi nakama por obvias razones, pero aun así intentaba acercarme a los animales salvajes, aunque sin mucho éxito.* Quizás sería más sencillo empezar con uno a la venta…
La voz de Tobías me sacó de mis pensamientos.
- ¿Eh? No, digo si. -aclaré un poco mi garganta y después intenté de nuevo.- Sabes, aquello que mencionó él (el camarero) se escuchaba interesante, te molestaría si pasamos a dar un vistazo, para ser honesto me gustaría ver si puedo comprar algo antes de que mi dinero acabe en pozo sin fondo.
Selebi ignoró el comentario y continuó comiendo sin preocuparse.
- Sé que fuí yo quien te pidió venir para entrenar, pero no tenía idea de que hoy se llevaría a cabo algo interesante en ese lugar. ¿Qué dices, te gustaría ir a turistear un poco?
Selebi terminó su comida y dejó de pedir más platillos, parecía estar lista para salir. Había ocasiones en las cuales ella prefería quedarse, ya sea comiendo o trabajando en alguna arma nueva, pero esta vez parecía querer venir. Dudaba que fuera por los animales, para ella solo eran una fuente de alimento cuando acampabamos, así que era probable que buscaría algún objeto de su interés o quizás más comida con la cual estafarme...
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