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Dretch
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Salpicado hasta las cejas de entrañas de gyojin, vio entonces, desde esa misma lejanía cercana, el gesto rudo del hombre-arenque, y oyó simultáneamente el gruñido gutural que profirió el individuo antes de lanzar su enorme puño contra la cara del agente ¿Cómo osaba? Si no era fuera porque estaba totalmente convencido de aquella criatura no lograría herirlo, podría haberla considerado un enemigo.
Se obligó a mantener la mirada fija en el puño del gyojin sin parpadear. Con el miedo al dolor propio del que ha mirado a la muerte a los ojos, balanceó su cuerpo flexible por instinto, pero sin levantar los pies del suelo. No podía moverlos, se lo negaba su propia voluntad, ventajas del Seimei Kikan. En realidad, el agente estaba ciego ante el impacto, veía al gyojin, veía el puño, escuchaba las maldiciones que proferían a su alrededor, pero no haría nada, salvo esperar el impacto de su agresor.
Con sus músculos paralizados, su respiración agitada, el sudor bañándole el alma y la piel, dejándose llevar por la situación. Un hilo de luz se abrió de repente como un espejismo de salvación en la mente del agente, como se abre el recuerdo de la vida y la libertad de un reo a punto de morir fusilado, el último fluorescente de la esperanza. Y a ese lugar inasible y sin límites concretos de su mente se aferró su espíritu de supervivencia, su voluntad de perseverar y de resistir el impacto.
Al principio, comenzó a sentir un cosquilleo en sus extremidades, pero poco a poco su cuerpo comenzó a endurecerse y a compactarse, hasta su parpadeo se hizo lento y completamente pesado. Antes de que aquella sensación se extendiera hasta su cabellera, pronuncio la palabra que había estado evocando en su mente en aquellos instantes.
- ¡Tekkai! – gritó, con gesto serio.
Tras encajar el golpe, relajo súbitamente su musculatura y mediante un rápido movimiento desenfundo su revolver encañonando al rostro del gyojin. Pero lejos de tratar de herirlo, le indicó educadamente mediante un par de sutiles movimientos con su barbilla que se apartara a su derecha. Se estaba perdiendo el combate de la Trilobites, seguramente habria ocurrido algo espectacular mientras le habían forzado a usar el rokushiki.
- No te ofendas, pero yo no trabajo la bisutería – se excusó vagamente, mientras volvía a ponerse de cuclillas para analizar con ojo critico.
Se obligó a mantener la mirada fija en el puño del gyojin sin parpadear. Con el miedo al dolor propio del que ha mirado a la muerte a los ojos, balanceó su cuerpo flexible por instinto, pero sin levantar los pies del suelo. No podía moverlos, se lo negaba su propia voluntad, ventajas del Seimei Kikan. En realidad, el agente estaba ciego ante el impacto, veía al gyojin, veía el puño, escuchaba las maldiciones que proferían a su alrededor, pero no haría nada, salvo esperar el impacto de su agresor.
Con sus músculos paralizados, su respiración agitada, el sudor bañándole el alma y la piel, dejándose llevar por la situación. Un hilo de luz se abrió de repente como un espejismo de salvación en la mente del agente, como se abre el recuerdo de la vida y la libertad de un reo a punto de morir fusilado, el último fluorescente de la esperanza. Y a ese lugar inasible y sin límites concretos de su mente se aferró su espíritu de supervivencia, su voluntad de perseverar y de resistir el impacto.
Al principio, comenzó a sentir un cosquilleo en sus extremidades, pero poco a poco su cuerpo comenzó a endurecerse y a compactarse, hasta su parpadeo se hizo lento y completamente pesado. Antes de que aquella sensación se extendiera hasta su cabellera, pronuncio la palabra que había estado evocando en su mente en aquellos instantes.
- ¡Tekkai! – gritó, con gesto serio.
Tras encajar el golpe, relajo súbitamente su musculatura y mediante un rápido movimiento desenfundo su revolver encañonando al rostro del gyojin. Pero lejos de tratar de herirlo, le indicó educadamente mediante un par de sutiles movimientos con su barbilla que se apartara a su derecha. Se estaba perdiendo el combate de la Trilobites, seguramente habria ocurrido algo espectacular mientras le habían forzado a usar el rokushiki.
- No te ofendas, pero yo no trabajo la bisutería – se excusó vagamente, mientras volvía a ponerse de cuclillas para analizar con ojo critico.
- resumen:
- Usa el tekkai para protegerse del puñetazo del gyojin, pero se niega a contraatacar alegando que ese no es su trabajo.
Thawne logra evitar la onda de la trilobite haciendo uso de su Kami-e, aunque por muy poco. Por su parte, Sugarboy se limita a imbuir sus brazos en haki y bloquearla sin aparente dificultad. El agente prepara un plan para poner fin al combate de una vez por todas, y lo habría conseguido, de no ser porque su compañero le detiene.
Jack, en cuanto das un par de pasos hacia Kiara sus hombres se apresuran a interponerse en medio. No obstante, ella te mira fijamente desde su posición, escuchando con atención e interés cada una de tus palabras. A medida que tu discurso avanza puedes apreciar en su rostro todo tipo de sentimientos, parece has logrado llegar hasta ella.
- Está bien - responde finalmente. La voz casi se le quiebra y habla en un tono tan bajo que apenas puedes oírla. - Iré con vosotros.
Los gyojins que se encuentran entre vosotros intercambian miradas, parecen decepcionados y, sobre todo, furiosos. Kiara se dirige hasta t, pero antes de que pueda llegar, todos empuñan sus armas y os amenazan con ellas. Al mismo tiempo, el más alto y corpulento de entre todos los gyojin se encara hacia su líder y carga contra ella al grito de “¡Traidora!”. Si no hacéis algo, y rápido, puede que vuestra prisionera muera antes de llegar a hacerlo.
No muy lejos de allí, el breve enfrentamiento entre el agente, el salvaje y las sardinas termina casi tan rápido como empezó. El puño del gyojin queda destrozado al impactar contra la mano del albino, y con el barrido cae al suelo, quejándose por el dolor. Casi lo mismo pasa con el otro cuando golpea al búho, salvo que los daños son menores y este se mantiene en pie.
En menos de un minuto tenéis frente a vosotros a otros tres gyojins, bastante más grandes y aparentemente más duros que los anteriores. Llegan con intenciones hostiles, pero antes de que puedan hacer nada el mismo que acababa de atacar a Dretch les detiene, haciéndoles dirigir su atención hacia sus compañeros en plena rebelión.
- ¡Mirad! - exclama alarmado. - ¡El humano tenía razón, han traicionado a Kiara!
Jack, en cuanto das un par de pasos hacia Kiara sus hombres se apresuran a interponerse en medio. No obstante, ella te mira fijamente desde su posición, escuchando con atención e interés cada una de tus palabras. A medida que tu discurso avanza puedes apreciar en su rostro todo tipo de sentimientos, parece has logrado llegar hasta ella.
- Está bien - responde finalmente. La voz casi se le quiebra y habla en un tono tan bajo que apenas puedes oírla. - Iré con vosotros.
Los gyojins que se encuentran entre vosotros intercambian miradas, parecen decepcionados y, sobre todo, furiosos. Kiara se dirige hasta t, pero antes de que pueda llegar, todos empuñan sus armas y os amenazan con ellas. Al mismo tiempo, el más alto y corpulento de entre todos los gyojin se encara hacia su líder y carga contra ella al grito de “¡Traidora!”. Si no hacéis algo, y rápido, puede que vuestra prisionera muera antes de llegar a hacerlo.
No muy lejos de allí, el breve enfrentamiento entre el agente, el salvaje y las sardinas termina casi tan rápido como empezó. El puño del gyojin queda destrozado al impactar contra la mano del albino, y con el barrido cae al suelo, quejándose por el dolor. Casi lo mismo pasa con el otro cuando golpea al búho, salvo que los daños son menores y este se mantiene en pie.
En menos de un minuto tenéis frente a vosotros a otros tres gyojins, bastante más grandes y aparentemente más duros que los anteriores. Llegan con intenciones hostiles, pero antes de que puedan hacer nada el mismo que acababa de atacar a Dretch les detiene, haciéndoles dirigir su atención hacia sus compañeros en plena rebelión.
- ¡Mirad! - exclama alarmado. - ¡El humano tenía razón, han traicionado a Kiara!
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Cuando propuse mi plan a Sugar Boy, éste me pidió que esperase, al tiempo que avanzaba despacio hacia Kiara. Entonces, le propuso una tregua. Le habló de la convivencia entre ambas razas y de acabar con el odio. No sé si su discurso fue sincero, o solo una treta para intentar convencerla pero, para mi sorpresa, consiguió su objetivo, y la trilobite accedió a acompañarnos.
En ese momento, sus subordinados comenzaron a llamarla traidora, y desenvainaron sus armas mientras la miraban con odio, el mismo con el que, hasta hace un momento, nos miraban a Sugar Boy y a mí. De repente, el más corpulento de ellos se abalanzó sobre Kiara, dispuesto a acabar con su capitana. Mi Haki Observación me alertó del inminente peligro, si no hacía algo rápido nuestro objetivo podía morir nada más entregarse.
Rápidamente, mascullé: - Soru -, y me lancé hacia aquel enorme gyojin, cargando el brazo mientras avanzaba. Cuando estuviese llegando hacia él, cubriría mi extremidad con Haki de Armadura, e intentaría bloquear su ataque, de forma que no alcanzase a la trilobite, pero a la vez sin atacarle directamente, para intentar evitar que la pirata cambiase de opinión.
Después, preguntaría mediante el vínculo a Sugar Boy cuál creía que era la mejor opción para llevar a cabo nuestra misión con éxito, si intentar sacar a Kiara de allí lo más rápido que fuera posible, o eliminar a todos aquellos gyojins que nos apuntaban con sus armas. Mientras tanto, mantendría mi Haki de Observación activo en todo momento.
En ese momento, sus subordinados comenzaron a llamarla traidora, y desenvainaron sus armas mientras la miraban con odio, el mismo con el que, hasta hace un momento, nos miraban a Sugar Boy y a mí. De repente, el más corpulento de ellos se abalanzó sobre Kiara, dispuesto a acabar con su capitana. Mi Haki Observación me alertó del inminente peligro, si no hacía algo rápido nuestro objetivo podía morir nada más entregarse.
Rápidamente, mascullé: - Soru -, y me lancé hacia aquel enorme gyojin, cargando el brazo mientras avanzaba. Cuando estuviese llegando hacia él, cubriría mi extremidad con Haki de Armadura, e intentaría bloquear su ataque, de forma que no alcanzase a la trilobite, pero a la vez sin atacarle directamente, para intentar evitar que la pirata cambiase de opinión.
Después, preguntaría mediante el vínculo a Sugar Boy cuál creía que era la mejor opción para llevar a cabo nuestra misión con éxito, si intentar sacar a Kiara de allí lo más rápido que fuera posible, o eliminar a todos aquellos gyojins que nos apuntaban con sus armas. Mientras tanto, mantendría mi Haki de Observación activo en todo momento.
- Resumen:
- - Observo con sorpresa lo ocurrido.
- Ataco al gyojin que carga contra Kiara con intención de hacer añicos su rodilla izquierda.
- Pregunto a Sugar Boy mentalmente qué plan cree que es el mejor, si sacar a Kiara de allí o luchar contra todos.
- Cosillas:
- - Haki Observación Entrenado.
- Soru.
- Haki Armadura Entrenado.
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El agente esperaba que el gyojin siguiera luchando, que continuase considerándolo la causa de todos sus males, sin embargo, la criatura se quedó en un extraño silencio. Entonces, advirtió algo en su rostro algo que no le gustaba ni un pelo. Dretch arrugó las cejas contrariado y atónito, extrañado “¿Qué estaba ocurriendo?” Pensó, ya inquieto, irguiéndose de nuevo con la espalda totalmente recta. Miró a su compañero, el primitivo Zor-El, que había estado haciendo lo mejor que sabía hacer, crujir huesos con sus manos. No pudo reprimir el gesto de desaprobación que instintivamente afloró en su rostro.
- Contrólate, eres un civil ¿recuerdas? – inquirió señalando con la mirada el destrozo que me había hecho en el uniforme – Todavía tenemos una misión que cumplir, no puedes dar a una paliza a todo el que te mire mal y menos aún si llevas esas pintas.
Cerró su ojo sano y soltó el aire con una desazón que se enredaba con la rabia que se agitaba en su interior. Seguro que el pasado la gyojin había sido una gran luchadora. Malditas historias. Y Kiara, tonta e idiota ¿No se daba cuenta que era una leyenda viva de la masacre de Mariejois? Thawne o Sugar Boy la habían engañado ¿No se daba cuenta de eso? ¿De que cualquier acuerdo con nosotros estaba cimentado en mentiras?
Tuvo que inhalar profundamente para calmarse. Tenían que haber llegado a algún tipo de trato, no se le ocurría otra cosa que hiciera que los suyos la consideren una traidora. Durante unos instantes miró a los gyojin que los rodeaban, ahora más atentos al motín que a sus dos víctimas.
- Apenas habéis podido tumbarnos ¿Qué os hace pensar que podéis defender a Kiara? Somos vuestra mejor opción, nosotros la protegeremos. Esto se trata de una excepción, naturalmente no nos importáis en absoluto. Unos debiluchos como vosotros ni tan siquiera serviríais para garantizarnos una retirada, lo mejor que podeis es hacer es dejarle esto a los profesionales – se burló, a sabiendas del órdago que les acababa de soltar a aquellos gyojin mutantes.
- Contrólate, eres un civil ¿recuerdas? – inquirió señalando con la mirada el destrozo que me había hecho en el uniforme – Todavía tenemos una misión que cumplir, no puedes dar a una paliza a todo el que te mire mal y menos aún si llevas esas pintas.
Cerró su ojo sano y soltó el aire con una desazón que se enredaba con la rabia que se agitaba en su interior. Seguro que el pasado la gyojin había sido una gran luchadora. Malditas historias. Y Kiara, tonta e idiota ¿No se daba cuenta que era una leyenda viva de la masacre de Mariejois? Thawne o Sugar Boy la habían engañado ¿No se daba cuenta de eso? ¿De que cualquier acuerdo con nosotros estaba cimentado en mentiras?
Tuvo que inhalar profundamente para calmarse. Tenían que haber llegado a algún tipo de trato, no se le ocurría otra cosa que hiciera que los suyos la consideren una traidora. Durante unos instantes miró a los gyojin que los rodeaban, ahora más atentos al motín que a sus dos víctimas.
- Apenas habéis podido tumbarnos ¿Qué os hace pensar que podéis defender a Kiara? Somos vuestra mejor opción, nosotros la protegeremos. Esto se trata de una excepción, naturalmente no nos importáis en absoluto. Unos debiluchos como vosotros ni tan siquiera serviríais para garantizarnos una retirada, lo mejor que podeis es hacer es dejarle esto a los profesionales – se burló, a sabiendas del órdago que les acababa de soltar a aquellos gyojin mutantes.
- resumen:
- Aprovecha el caos y la confusión para atacar el orgullo de sus antiguos agresores, tildándolos de débiles e intenta usar la psicología inversa para que les cubran una posible retira con Kiara.
Sasaki
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Al dar los dos pasos hacia Kiara, unos gyogins se interpusieron entre esta y yo, no me importó pues me quedé quieto para hablar. Mis palabras parecieron afectar a la joven, quien mediante muecas que hizo, logré ver sus emociones a medida que hablaba. Una vez terminé mi pequeño discurso, la trilobite no tardó en dar su respuesta, y aceptó sin dar ningún problema aparente a venir con nosotros. Parecía que habíamos tenido suerte.
-Gracias. – le respondí cuando comenzó a avanzar hacia nosotros. – No ataquéis a ningún hombre de Kiara. Nos retiramos. – dije en voz bastante alta para sobreponerme al ruido y hacer que el resto de mis compañeros no atacasen a ningún gyogin más.
La reacción de los subordinados de la gyogin, fue comprensible en parte. Aún estaban llenos de odio hacia nosotros, y ahora, hacia su capitana por lo que acababa de hacer. Para ellos eso había sido una traición en toda regla, incluso uno de sus hombres avanzó hacia ella con la intención de asesinarla. Sin embargo, Thawne estuvo rápido y lo detuvo intentando no hacerle ningún daño.
En ese momento comencé a recoger el azúcar que había liberado en el combate. Sin embargo, no pude hacerlo con tranquilidad, dado que “el búho” comenzó a hablar, siendo su primera frase una completa cagada. Con toda la velocidad que pude, manipulé el azúcar para colocarle en la boca una tapa para que no se entendiese lo que seguía diciendo, justo cuando iba a preguntar algo. “Acaso los del Gobierno no piensan en lo que dicen” pensé soltando un suspiro. Esperaba que los gyogins no le hubiesen prestado atención. Luego, si Kiara seguía acercándose crearía unos grilletes de azúcar con la mayor dureza y tenacidad para ponérselas a la gyogin, si se las ponía las imbuiría en haki de armadura para evitar que las rompiese, además de no desactivar el mantra.
-Búho, - dije en un tono serio – Luego hablaré contigo seriamente.
-Gracias. – le respondí cuando comenzó a avanzar hacia nosotros. – No ataquéis a ningún hombre de Kiara. Nos retiramos. – dije en voz bastante alta para sobreponerme al ruido y hacer que el resto de mis compañeros no atacasen a ningún gyogin más.
La reacción de los subordinados de la gyogin, fue comprensible en parte. Aún estaban llenos de odio hacia nosotros, y ahora, hacia su capitana por lo que acababa de hacer. Para ellos eso había sido una traición en toda regla, incluso uno de sus hombres avanzó hacia ella con la intención de asesinarla. Sin embargo, Thawne estuvo rápido y lo detuvo intentando no hacerle ningún daño.
En ese momento comencé a recoger el azúcar que había liberado en el combate. Sin embargo, no pude hacerlo con tranquilidad, dado que “el búho” comenzó a hablar, siendo su primera frase una completa cagada. Con toda la velocidad que pude, manipulé el azúcar para colocarle en la boca una tapa para que no se entendiese lo que seguía diciendo, justo cuando iba a preguntar algo. “Acaso los del Gobierno no piensan en lo que dicen” pensé soltando un suspiro. Esperaba que los gyogins no le hubiesen prestado atención. Luego, si Kiara seguía acercándose crearía unos grilletes de azúcar con la mayor dureza y tenacidad para ponérselas a la gyogin, si se las ponía las imbuiría en haki de armadura para evitar que las rompiese, además de no desactivar el mantra.
-Búho, - dije en un tono serio – Luego hablaré contigo seriamente.
- resumen:
- Ver lo que sucede, Pedir a mis compañeros que no ataquen más y retirarnos. Ver como Thawne bloquea el ataque del gyogin. intentar evitar una cagada de Dretch con lo que les dice a los gyogins tapándole la boca con azúcar. Si todo sigue bien y Kiara no se opone después de la primera frase de Dretch, esposarla con azúcar y usar haki para evitar que las rompa.
- cosas usadas:
- las mismas que en el anterior
Kiara acepta las esposas, y aunque algunos tratan de ir tras ella, los enormes hombres pez los detienen con facilidad. Sin embargo, no tardan demasiado en darse cuenta de lo que sucede, y os miran atentamente.
-¡Después iremos a por vosotros!- grita uno de ellos, mientras reducen a los enemigos a velocidad pasmosa.
Kiara parece empezar a dudar, así que tal vez sea momento de una demostración de fuerza, pero al mismo tiempo enzarzarse en una batalla... No sé qué haría yo en vuestro lugar, pero está claro que intentaría no morir. Aunque... La vida está sobrevalorada, y tal vez sea hora de recordarle quién tiene la sartén por el mango. En fin, ¿Marcháis?
-¡Después iremos a por vosotros!- grita uno de ellos, mientras reducen a los enemigos a velocidad pasmosa.
Kiara parece empezar a dudar, así que tal vez sea momento de una demostración de fuerza, pero al mismo tiempo enzarzarse en una batalla... No sé qué haría yo en vuestro lugar, pero está claro que intentaría no morir. Aunque... La vida está sobrevalorada, y tal vez sea hora de recordarle quién tiene la sartén por el mango. En fin, ¿Marcháis?
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Todo pareció transcurrir como lo estaba haciendo y Kiara aceptó que le pusiese las esposas. Se las puse con cuidado de no hacerle daño, aunque sí bien apretadas. La cogí por el brazo y di la espalda al resto de gyogins y comencé a caminar hacia la salida del Groove. Mientras caminaba extendí la mano que tenía libre y cree una plataforma bastante grande en la que pudiésemos los cinco subidos sin que esta se rompiese. En ese momento, pude ver como Kiara adoptó una cara de duda, más aún cuando uno de sus hombres nos dijo que vendrían después a por nosotros.
-Nos vamos ya, todos arriba – le dije a mis compañeros ignorando lo que había dicho uno de los gyogins – Cuidado con el escalón, le dije a Kiara cuando íbamos a subir.
Esperé un momento a que el resto subiese a la plataforma, mientras hice que esta cubriese hasta las rodillas a la gyogin y endurecí el azúcar y lo cubrí de haki, esperaba que de esa forma no pudiese moverse hasta que llegásemos al barco. Para terminar mi parte, comencé a absorber todo el azúcar que conformaba la jaula y la que estaba puesta encima del agua que rodeaba al Groove. De esta forma, los hombres de Kiara podrían salir de allí cuando quisiesen. Una vez estuviesen todos sobre la superficie de la plataforma haría que esta comenzase a flotar y que se dirigiese hacia el Groove en el que se encontrase el barco que nos sacaría de la isla. Durante el camino, saqué de mi interior unas manzanas, y las repartí entre todos.
-¿Quieres una? – le dije a la trilobite con la suya en la mano, para darle un mordisco a otra que había sacado para mí.
-Nos vamos ya, todos arriba – le dije a mis compañeros ignorando lo que había dicho uno de los gyogins – Cuidado con el escalón, le dije a Kiara cuando íbamos a subir.
Esperé un momento a que el resto subiese a la plataforma, mientras hice que esta cubriese hasta las rodillas a la gyogin y endurecí el azúcar y lo cubrí de haki, esperaba que de esa forma no pudiese moverse hasta que llegásemos al barco. Para terminar mi parte, comencé a absorber todo el azúcar que conformaba la jaula y la que estaba puesta encima del agua que rodeaba al Groove. De esta forma, los hombres de Kiara podrían salir de allí cuando quisiesen. Una vez estuviesen todos sobre la superficie de la plataforma haría que esta comenzase a flotar y que se dirigiese hacia el Groove en el que se encontrase el barco que nos sacaría de la isla. Durante el camino, saqué de mi interior unas manzanas, y las repartí entre todos.
-¿Quieres una? – le dije a la trilobite con la suya en la mano, para darle un mordisco a otra que había sacado para mí.
- resumen:
- Preparar la marcha de la isla, decirle al resto que nos retiramos, deshacer la jaula y el azúcar que cubría el agua, aprisionar más a la gyogin y mientras nos vamos ofrecerle una manzana a cada uno de la plataforma.
- cosas usadas:
- haki perfecto -->2º turno sobre las esposas y ahora en la parte que cubre las piernas de Kiara.
-Endurecimiento extremos (con su mejora)
-Puedo volar, ok no, pero lo intento (con la que vuelo en la plataforma)
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El plan de Sugar Boy estaba resultando todo un éxito. Kiara aceptó las esposas de azúcar que el extraño marine le puso sin quejarse en absoluto, y nadie más logró acercarse a ella para evitar que viniese con nosotros. Sin embargo, cuando ya nos estábamos marchando un atisbo de duda pudo verse en la mirada de la trilobite. Tras esto, mi compañero creó una especie de plataforma con el material cuyo cuerpo producía, y subió a ella con la prisionera.
En ese momento, el azúcar se extendió hasta cubrir también las piernas de la pirata, de forma que no pudiese escapar en caso de que aquellas dudas terminasen haciéndole cambiar de opinión. Sugar Boy nos instó a subir con ellos para irnos hacia el barco, cosa que me pareció la mejor idea. No era el momento de caer en provocaciones ni de dejarse llevar por emociones. Teníamos una misión y estaba en nuestra mano culminarla con éxito, así que no podíamos desaprovechar aquella oportunidad.
Durante el camino al barco, permanecería atento y callado, y mantendría en todo momento mi Mantra activo por si acaso sucedía algo. Aceptaría la manzana que Sugar Boy me ofrecía, le daría las gracias por ella y me la comería rápidamente.
En ese momento, el azúcar se extendió hasta cubrir también las piernas de la pirata, de forma que no pudiese escapar en caso de que aquellas dudas terminasen haciéndole cambiar de opinión. Sugar Boy nos instó a subir con ellos para irnos hacia el barco, cosa que me pareció la mejor idea. No era el momento de caer en provocaciones ni de dejarse llevar por emociones. Teníamos una misión y estaba en nuestra mano culminarla con éxito, así que no podíamos desaprovechar aquella oportunidad.
Durante el camino al barco, permanecería atento y callado, y mantendría en todo momento mi Mantra activo por si acaso sucedía algo. Aceptaría la manzana que Sugar Boy me ofrecía, le daría las gracias por ella y me la comería rápidamente.
- Resumen:
- - Subir a la plataforma de Sugar Boy.
- Comerme la manzana que me ofrece.
Finalmente, Kiara os acompaña y abandonáis el lugar. Cuando llegáis de vuelta al barco, un dial suena felicitándoos. Es una voz pregrabada, tal vez haya otro por si hubieseis fallado, pero tampoco importa. Misión cumplida.
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