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Hamlet
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Akuma no mi
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Descendía lentamente con el gancho, tratando de mantener el equilibrio con las plantas de los pies apoyadas en la pared. Me notaba peor físicamente, con cada una de mis costillas, o lo que quedase de ellas, reverberando con los sonoros latidos de mi corazón. Tenía que apresurarme en bajar a la calle, a estas alturas no podía garantizar que esa zona fuera segura.
No me equivocaba. No lo era.
Un golpe de aire tremebundo azotó la calle, dispersando la formación. No pude ver en que dirección habían sido mandados Tobías y Bizvan. Y menos después de haber sido empujado por la onda expansiva. Para mi fortuna, el gancho permaneció clavado a la cornisa del edificio. No obstante, aquella fuerza mandó a volar mi cuerpo, como si de una vulgar muñeca de trapo se tratase. Acabe colgando de mi brazo, aun enganchado a aquella pared. La potencia de la explosión había conseguido, al empujar en esa dirección, dislocar mi brazo con facilidad.
Un dolor sordo recorrió mi cuerpo, obligándome a morderme el labio y cerrar los ojos. Sentía que en cualquier instante mi brazo se partiría en dos y saldría volando de vuelta al North Blue. Eventualmente, la potencia de aquel impacto fue disminuyendo, y yo aproveché para buscar a tientas el botón de desensamble del gancho. Logré encontrar a ciegas el botón y lo pulsé, haciéndome caer a las ruinas que una vez fueron calles.
Aterricé en unos firmes brazos que no me dejaron caer al suelo. Abrí los ojos y observé que pertenecían a una criatura antropomórfica de rasgos lobunos. "¿La mascota de la banda?", pensé.
Pude ponerme de nuevo en pie, agradeciendo internamente a la bestia que me había salvado, solo para ver a Bizvan aterrizando con mejor fortuna que yo y a Tobías llegando con un cuerpo sobre sus hombros.
-¡Joder, hay que irse! -mascullé-. ¡Otra explosión como esa y estamos muertos!
No me hizo falta buscar demasiado con la mirada para encontrar varios en el suelo. Al mirar a través de estos, observé el puerto excavado en la roca donde había atracado el barco en el que llegué. Apresuradamente, Tobías apareció, creando un constructo gelatinoso con la forma de un tobogán. Lo miré con desconfianza, inseguro de su estabilidad, mas las atronadoras explosiones que se sucedían a mi espalda me disuadieron de seguir esperando.
-Así sea -me resigné-. Es posible que el capitán nos esté esperando abajo.
Salté encima del tobogán con decisión. Esperaba que por una vez mi suerte cambiase.
No me equivocaba. No lo era.
Un golpe de aire tremebundo azotó la calle, dispersando la formación. No pude ver en que dirección habían sido mandados Tobías y Bizvan. Y menos después de haber sido empujado por la onda expansiva. Para mi fortuna, el gancho permaneció clavado a la cornisa del edificio. No obstante, aquella fuerza mandó a volar mi cuerpo, como si de una vulgar muñeca de trapo se tratase. Acabe colgando de mi brazo, aun enganchado a aquella pared. La potencia de la explosión había conseguido, al empujar en esa dirección, dislocar mi brazo con facilidad.
Un dolor sordo recorrió mi cuerpo, obligándome a morderme el labio y cerrar los ojos. Sentía que en cualquier instante mi brazo se partiría en dos y saldría volando de vuelta al North Blue. Eventualmente, la potencia de aquel impacto fue disminuyendo, y yo aproveché para buscar a tientas el botón de desensamble del gancho. Logré encontrar a ciegas el botón y lo pulsé, haciéndome caer a las ruinas que una vez fueron calles.
Aterricé en unos firmes brazos que no me dejaron caer al suelo. Abrí los ojos y observé que pertenecían a una criatura antropomórfica de rasgos lobunos. "¿La mascota de la banda?", pensé.
Pude ponerme de nuevo en pie, agradeciendo internamente a la bestia que me había salvado, solo para ver a Bizvan aterrizando con mejor fortuna que yo y a Tobías llegando con un cuerpo sobre sus hombros.
-¡Joder, hay que irse! -mascullé-. ¡Otra explosión como esa y estamos muertos!
No me hizo falta buscar demasiado con la mirada para encontrar varios en el suelo. Al mirar a través de estos, observé el puerto excavado en la roca donde había atracado el barco en el que llegué. Apresuradamente, Tobías apareció, creando un constructo gelatinoso con la forma de un tobogán. Lo miré con desconfianza, inseguro de su estabilidad, mas las atronadoras explosiones que se sucedían a mi espalda me disuadieron de seguir esperando.
-Así sea -me resigné-. Es posible que el capitán nos esté esperando abajo.
Salté encima del tobogán con decisión. Esperaba que por una vez mi suerte cambiase.
- Resumen:
- Ser lanzado a volar por la onda expansiva, casi romperme el brazo y acabar aterrizando sobre Madre. Cambiar completamente de idea e intentar huir. Bajar por el tobogán de Tobías, a falta de mejores medios.
Worgulv
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Akuma no mi
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Un gran estruendo retumbo por toda la isla. Una gran explosión que se genero donde se encontraba antes, una explosión que le hizo desequilibrarse y caer del cielo.
El hombre se preparó para la caída en un acto reflejo, replegando las alas todo lo que pudo para que no se lastimasen chocando con arboles o ramas, que se rompían en su descenso y haciendo desaparecer sus armas en un destello azulado.
Cuando se levantó del suelo, dolorido por todas las contusiones que acababa de recibir, comprobó que todo estuviese en su sitio, no tenia nada roto, pero esa gran explosión solo significaba problemas. Death estaba en la misma dirección que el estruendo, pero eso no podría haberle alcanzado, o eso esperaba, a los pocos segundos su camarada Mura habló por el comunicador, `` Aun en pie´´ contesto el hombre ante la preocupada pregunta de su compañera.
No sabia donde se encontraba su capitán, pero la cosa estaba clara, tenían que escapar de allí, por culpa del demente que había sido su objetivo, se habían desviado totalmente de lo que consideraba mas importante, su camarada cautivo. El hombre esperaba reagruparse y considerar la estrategia a seguir si no era ya demasiado tarde.
Fue entonces cuando Mura comunico también que posiblemente una gran ola se aproximaba hacia la isla y por consiguiente lo barrería todo, tenían que salir de allí.
Vergonzosamente Worgulv no estaba seguro de si su camarada podía volar y salir de allí fácilmente, así que intento concentrarse para localizarla y dirigirse rápidamente hasta ella. `` El capitán no responde, tenemos que encontrarle y si está herido sacarle cuanto antes de aquí´´ dijo el hombre tendiéndole una mano a Mura y estirando las alas `` yo te llevo´´
El hombre se preparó para la caída en un acto reflejo, replegando las alas todo lo que pudo para que no se lastimasen chocando con arboles o ramas, que se rompían en su descenso y haciendo desaparecer sus armas en un destello azulado.
Cuando se levantó del suelo, dolorido por todas las contusiones que acababa de recibir, comprobó que todo estuviese en su sitio, no tenia nada roto, pero esa gran explosión solo significaba problemas. Death estaba en la misma dirección que el estruendo, pero eso no podría haberle alcanzado, o eso esperaba, a los pocos segundos su camarada Mura habló por el comunicador, `` Aun en pie´´ contesto el hombre ante la preocupada pregunta de su compañera.
No sabia donde se encontraba su capitán, pero la cosa estaba clara, tenían que escapar de allí, por culpa del demente que había sido su objetivo, se habían desviado totalmente de lo que consideraba mas importante, su camarada cautivo. El hombre esperaba reagruparse y considerar la estrategia a seguir si no era ya demasiado tarde.
Fue entonces cuando Mura comunico también que posiblemente una gran ola se aproximaba hacia la isla y por consiguiente lo barrería todo, tenían que salir de allí.
Vergonzosamente Worgulv no estaba seguro de si su camarada podía volar y salir de allí fácilmente, así que intento concentrarse para localizarla y dirigirse rápidamente hasta ella. `` El capitán no responde, tenemos que encontrarle y si está herido sacarle cuanto antes de aquí´´ dijo el hombre tendiéndole una mano a Mura y estirando las alas `` yo te llevo´´
- resumen:
- Reconocer situación, dirigirse hasta Mura e intentar localizar a Dex para salir de allí
Deathstroke
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Akuma no mi
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Cuando intenté interceptar a Bleyd este lanzó un par de bolas, de las cuales el haki me previno sobre lo que harían y me dio tiempo a cubrirme los ojos, aunque no pude evitar de ninguna manera la sónica, lo que hizo que mis oídos comenzasen a pitar. Tras eso, Bleyd dio un poderoso golpe contra el suelo, destrozándolo y provocando que se agrietase y comenzase a ceder haciéndolo por completo cuando me posé sobre este a la vez que se producía una potente explosión cerda de nuestra posición.
-Todo bien – comuniqué por el auricular cuando Mura preguntó y Worgulv reportó.
En ese momento habló Bleyd, con un reproche sobre que ya nos podíamos haber ido si le hubiese hecho caso de marcharnos.
-Te lo dije, dices. Bueno, unos marines asustados no me producen miedo para escapar. Tampoco dije que no tuvieses razón, pero ante él huir con el rabo entre las piernas o capturar a un traidor, prefiero la segunda opción – le dije dando un par de pasos hacia él.
Sin embargo, antes de que pudiese llegar hasta él una nave descendió del cielo y habló con Bleyd. Parecía que venía a recogerle. El joven subió a la nave, momento en el que yo desactivé mi mantra, no lo iba a necesitar, mi oponente era un cobarde sin el honor que le otorgué cuando le conocí, no iba a arriesgar a los míos por alguien así, pero le vería pronto, de eso estaba seguro. Aunque mi parecer por poco no cambió cuando Bleyd se ofreció a llevarnos si nos comportábamos.
-Comportarnos dice el cabrón de él. Te lo diré solo una vez Bleyd. Tienes cuarenta y ocho horas para presentarte en Fiordia, entregar tus armas y presentarte a tu juicio por alta traición sobre tus líderes. Si no lo haces, puedes huir, correr, esconderte. Despídete de tu nave, de tu pony o de quien quieras, porque nada te evitará que lleguemos hasta ti para hacer que pagues por tus crímenes, y no seremos benevolentes. – le dije en un tono muy claro de voz, dejando el comunicador activado para que lo escuchasen todos los de la banda.
Me di la vuelta y salí de aquel agujero en la tierra para ver como una ola gigante se acercaba hacia la isla “Los del Gobierno están zumbados” pensé mientras me paraba para ir hacia la ola. Tenía en mente qué hacer para detenerla, sin embargo, aquello haría más daño que bien y la isla estaría posiblemente igual de comprometida, lo dejaría para otro momento. vista la situación fui hacia mis compañeros para ayudarles con la evacuación.
-Todo bien – comuniqué por el auricular cuando Mura preguntó y Worgulv reportó.
En ese momento habló Bleyd, con un reproche sobre que ya nos podíamos haber ido si le hubiese hecho caso de marcharnos.
-Te lo dije, dices. Bueno, unos marines asustados no me producen miedo para escapar. Tampoco dije que no tuvieses razón, pero ante él huir con el rabo entre las piernas o capturar a un traidor, prefiero la segunda opción – le dije dando un par de pasos hacia él.
Sin embargo, antes de que pudiese llegar hasta él una nave descendió del cielo y habló con Bleyd. Parecía que venía a recogerle. El joven subió a la nave, momento en el que yo desactivé mi mantra, no lo iba a necesitar, mi oponente era un cobarde sin el honor que le otorgué cuando le conocí, no iba a arriesgar a los míos por alguien así, pero le vería pronto, de eso estaba seguro. Aunque mi parecer por poco no cambió cuando Bleyd se ofreció a llevarnos si nos comportábamos.
-Comportarnos dice el cabrón de él. Te lo diré solo una vez Bleyd. Tienes cuarenta y ocho horas para presentarte en Fiordia, entregar tus armas y presentarte a tu juicio por alta traición sobre tus líderes. Si no lo haces, puedes huir, correr, esconderte. Despídete de tu nave, de tu pony o de quien quieras, porque nada te evitará que lleguemos hasta ti para hacer que pagues por tus crímenes, y no seremos benevolentes. – le dije en un tono muy claro de voz, dejando el comunicador activado para que lo escuchasen todos los de la banda.
Me di la vuelta y salí de aquel agujero en la tierra para ver como una ola gigante se acercaba hacia la isla “Los del Gobierno están zumbados” pensé mientras me paraba para ir hacia la ola. Tenía en mente qué hacer para detenerla, sin embargo, aquello haría más daño que bien y la isla estaría posiblemente igual de comprometida, lo dejaría para otro momento. vista la situación fui hacia mis compañeros para ayudarles con la evacuación.
- resumen:
- Ver lo que va pasando, decirle un par de palabras a Bleyd y salir de ahí con para ir con el resto de la banda.
- Luka:
- Consigues romper la sustancia y tras deambular un poco por el barco te encuentras a los dos mocosos. Están ambos junto al timón y puedes comprobar que han cambiado el rumbo. Al oírte se giran y te miran con miedo, pero ya no intentan nada más. Algo en sus ojos te hace pensar que saben que la han cagado pero bien.
- Crimson Wolves:
- Tobias, logras llevarte a Ciaran con éxito y llegáis a los barcos sin mayor problema acompañados de Bizvan y Hamlet. De Kimura no percibes ni rastro, Bizvan.
- Yuu:
- Desde el aire divisas un puntito negro en la cubierta del barco que acabas de abandonar. Tu contrincante, todavía manchado de sangre, ha logrado poner tierra y mar de por medio de la explosión en una especie de lancha fueraborda diminuta. Por lo demás, tú de momento pareces a salvo.
- Liv:
- - Sabemos perfectamente que las puertas estaban cerradas y el camino cortado. No es noticia de última hora precisamente. Todo lo que queda es averiguar quién de vosotros es el idiota que creyó poder engañarnos. ¡Registradles!
El revo al mando hace una señal y los revolucionarios armados se acercan hacia vosotros. Comienzan a registraros y a los pocos minutos asientes al espectáculo de la retención del chico al que le colocaste el caracolófono. Grita, jura y perjura que no sabe quién lo ha puesto ahí, pero sus propios compañeros se están apartando ya de él y acercándose más a ti. Dejan de registraros ante la evidencia y comienzan a llevárselo a rastras.
- Barco de Syxel:
- La mayoría de marines han huido en botes a otro barco que se marcha, enhorabuena, tenéis un acorazado de la marina a medio destruir. Por cierto ¿El horizonte se está elevando o eso es una ola gigante?
- Zane y amijos:
- El corte de Hijikata corta sin problemas la primera barrera, la segunda, la madera de la pared de detrás, la barandilla del otro lado del barco y la pared de piedra que crees que hay a varios cientos de metros, dejando caer al mar estalactitas y piedras de varios metros. Tras eso, parece que se ha quedado paralizado por un momento, pero justo antes de recibir el tajo de la katana, reacciona por acto reflejo, interponiendo su propia espada.
- Ame no Habakiri, Mageru. – Pronuncia con su boca antes de que la onda cortante de la espada se parta en dos.
El tajo sin embargo ha partido parte de la madera del suelo, y hay indicios en las estructuras de detrás de que también han sido afectadas por el corte. El anciano no está intacto, tiene un profundo corte que le baja desde el hombro izquierdo hasta los abdominales. Tras eso te lanzas a por él y ves cómo es envuelto en las llamas. Un segundo después de cruzaros aparece caminando detrás de ti, con la ropa chamuscada y otro corte, no tan profundo que va desde la cadera izquierda al hombro derecho. Dos cicatrices más que se añaden a la larga lista que parece tener su cuerpo.
- Ame no Habakiri, Seifuku Suru. - Tras pronunciar esas palabras las llamas se apagan de su espada y la enfunda. – No te confíes sólo porque un par de jóvenes con algo de potencial te hayan reconocido. Tienes talento, pero ignoras los límites de tu cuerpo de forma temeraria. Si las espadas son una prolongación de tu cuerpo entonces esto te pasará algún día… y no tendrá reparo. – Señala con un dedo la mitad superior de la hoja de tu espada, clavada en el suelo.
Tu Katana se ha partido por la mitad. Te falta el pie izquierdo y tienes un corte en diagonal que te recorre desde el hombro izquierdo hasta el costado derecho.
- Ame no habakiri, es la espada absoluta, su filo corta todo lo que toca. Si las espadas fueran personas esta sería un emperador. Y no se toma muy bien que un pretendiente desafíe su autoridad.
El anciano mira hacia arriba mientras unas paredes de acero empiezan a salir del casco del barco y empiezan a cubrir la cubierta.
- Puede que dures un tiempo más, puede que me logres derrotar, pero mira a tu alrededor, estáis en medio de un avispero y esas paredes van a cerrarse en unos segundos. En cuanto eso suceda yo puedo caer, pero quedaréis encerrados y a merced de la marina. Tú puedes ser inmortal como un Suzaku, pero eso no se aplica a tus hombres. Toma tu decisión Zane D. Kenshin y hazlo rápido… Yo ya estoy viejo y no creo que dure mucho tiempo más a este ritmo.
En cuanto al resto. Vuestros ataques no parecen tener mucho problema en cargarse algunos marines, aunque sólo aquellos a los que aciertan de forma mortal. El resto ignoran sus heridas y siguen avanzando a paso lento pero seguro, apartando el queso de Marc con una fuerza sobre humana en las piernas. Nailah, el primer golpe, lo aguantas sin problemas, pero hay algo en su fuerza, el segundo te cuesta y el tercero te hace daño en los músculos. Al liberar la onda sale con tal fuerza que los parte por la cintura. Brynn tus tajos aciertan en todos los marines, pero en uno no terminan de ser mortales y te arrea un tremendo golpe con la culata del rifle en el pecho, te da la sensación de que vas a echar hasta la primera papilla y puede que te haya roto una costilla.
Más marines llegan des de otras partes del barco amenazando con unirse a la contienda, no son uno o son, son docenas.
- Kodama, Jack y Arthur:
- Kodama, tus ramas logran sujetar y fijar grandes trozos de roca y evitas que se caigan sobre algunos barcos. Seguramente aguanten alguna que otra explosión, así que les dará tiempo a evacuar de forma segura.
Jack, tienes bastantes cuerpos a tu cargo, ahora en un lugar más o menos seguro y rumbo a los barcos de la marina, donde conseguiréis la ayuda necesaria. Arthur se bebe el alcohol sin rechistar (o rechistando entre burbujas) y pierde el conocimiento.
- Blue Rose vs Bleyd:
- Tras una emotiva despedida cada uno toma su rumbo. Bleyd, logras salir de la isla.
El resto de los Blue Rose. Bueno, Dexter parece estar en su mundo. Si no responde lo más sensato sería que lo recogieseis y os largarais de esa isla lo antes posible, porque parece que esa ola gigante la va a arrasar por completo.
- William:
- Tras una larga búsqueda encuentras, entre las cajas y cajas polvorientas un uniforme de la marina. Es algo viejo pero puede servir. De todas formas no parece haber armas en ese almacén. Si encuentras una caja con algunos objetos... digamos cotidianos. Una pinza para el pelo, un cubo de rubik, un oso de peluche... parecen las pertenencias de una niña. Aunque no tienen pinta de ser nada destacable. Si sales afuera ves que todos están evacuando desde hace un rato. Si te pones el uniforme puedes ir en las plataformas de Jack, sino en los helicópteros.
- Arribor y compañía:
- Lográis escapar sin problemas a vuestra nave, no es recomendable quedarse más tiempo.
- Revolucionarios en la isla:
- Tenebrex y Osu, lográis escapar en uno de los helicópteros hasta llegar a la flota revolucionaria junto con algunos compañeros más. Las bajas son numerosas, aunque la marina ha perdido una importante fortaleza.
Maki, el vehículo anfibio explota, mueres. No, es broma. Arranca y avanza derribando la pared que tiene delante hasta salir por el pasillo de antes al embarcadero. Sin un camino calro que seguir, continúa todo recto hasta llegar al mar. Para tu sorpresa es un barco de tierra y de mar. Avanzas junto a los barcos marines que están más centrados en escapar que en detenerte, así que puedes poner rumbo a la flota revolucionaria… si sabes cómo girar un volante.
Las diferentes flotas toman rutas que las mantendrán a salvo del embate de la ola, o por lo menos que esta no les haga daño fatal. Todos los bandos comienzan a abandonar la isla.
Esta será la última moderación y una última llamada a los rezagados para escapar. Aquellos que hayan escapado a su correspondiente flota o a un lugar seguro no hace falta que posteen si no quieren. El próximo post de la moderación será el cierre del capítulo y la conclusión.
Todo había sido en balde. Los ataques del pelirrojo parecían haber dado en el blanco, pero no de la forma en la que él había esperado. El anciano aún seguía en pie y le había atacado a una velocidad en la que no pudo hacer nada. Cuando quiso darse cuenta su pie ya no estaba y un lindo corte me adornaba el torso, aunque eso era lo de menos, lo más importante es que aquel marine había sido capaz de cortar su Supuringugeiru por la mitad, dejando claro que Zane aún no era un samurái hecho y derecho. Aquella guerra se había llevado la vida útil de dos de sus katanas y eso le hacía sentir impotencia y deshonor.
“Si mi abuelo me viese” –se dijo, envainando lo que quedaba de su katana y girándose para mirar al anciano.
-No te preocupes, Hijikata –le dijo Zane, para después agacharse y coger su pie-. En Wano cuando tu contrincante tiene la fuerza necesaria como para cortar tu katana el combate acaba, o al menos es lo que me han enseñado a mí. Así que enhorabuena, esta contienda ha sido tuya. Espero volver a combatir contigo en un futuro, si es que no lo jubilan.
Dicho aquello, hizo una reverencia al marine y agitó sus alas hasta llegar hacia donde se encontraban sus compañeros.
-Es hora de que nos marchemos –dijo, lanzándole a Nailah su pie-. Guárdamelo hasta que lleguemos al barco, ¿vale? Therax, tú coge a Marc. Yo me encargo de Spanner y Nailah.
Rápidamente, agarró a Spanner y Nailah con sus brazos y echó a volar hasta las afueras de aquella cueva. Echó un último vistazo a la isla, sin embargo, poco duró, pues su atención la recibió la gran ola que se aproximaba a gran velocidad.
“Qué demonios”
-Spanner, llama a Luka y dile que salte al agua y descienda todo lo posible. Nos veremos a cinco millas náuticas en dirección oeste, y lo mismo para Kath –se puso al lado de Therax-. Vuela lo más alto posible, tenemos que superar la cresta de la ola e ir hacia el oeste. A unos diez kilómetros nos esperará Luka.
Dicho aquello, Zane elevó el vuelo hasta superar la altura de la ola, para justo después poner rumbo al lugar acordado para recoger a Luka. A mitad de camino, podría a sus dos tripulantes enganchados a su espalda y adoptaría su forma completa para volar más cómodamente.
Aquella guerra le había hecho reflexionar sobre un asunto: aún le quedaba mucho mar por recorrer.
“Si mi abuelo me viese” –se dijo, envainando lo que quedaba de su katana y girándose para mirar al anciano.
-No te preocupes, Hijikata –le dijo Zane, para después agacharse y coger su pie-. En Wano cuando tu contrincante tiene la fuerza necesaria como para cortar tu katana el combate acaba, o al menos es lo que me han enseñado a mí. Así que enhorabuena, esta contienda ha sido tuya. Espero volver a combatir contigo en un futuro, si es que no lo jubilan.
Dicho aquello, hizo una reverencia al marine y agitó sus alas hasta llegar hacia donde se encontraban sus compañeros.
-Es hora de que nos marchemos –dijo, lanzándole a Nailah su pie-. Guárdamelo hasta que lleguemos al barco, ¿vale? Therax, tú coge a Marc. Yo me encargo de Spanner y Nailah.
Rápidamente, agarró a Spanner y Nailah con sus brazos y echó a volar hasta las afueras de aquella cueva. Echó un último vistazo a la isla, sin embargo, poco duró, pues su atención la recibió la gran ola que se aproximaba a gran velocidad.
“Qué demonios”
-Spanner, llama a Luka y dile que salte al agua y descienda todo lo posible. Nos veremos a cinco millas náuticas en dirección oeste, y lo mismo para Kath –se puso al lado de Therax-. Vuela lo más alto posible, tenemos que superar la cresta de la ola e ir hacia el oeste. A unos diez kilómetros nos esperará Luka.
Dicho aquello, Zane elevó el vuelo hasta superar la altura de la ola, para justo después poner rumbo al lugar acordado para recoger a Luka. A mitad de camino, podría a sus dos tripulantes enganchados a su espalda y adoptaría su forma completa para volar más cómodamente.
Aquella guerra le había hecho reflexionar sobre un asunto: aún le quedaba mucho mar por recorrer.
- Resumen:
- Aceptar la derrota e irme de allí con Spanner y Nailah, dando la orden a Therax de que lleve a Marc y decirle a Spanner que le diga a Luka que nade
Rei Arslan
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El viento echó hacia al Quetzalcoatl, pero lo que había tenido en mente había sido efectivo. Puede que no hubiera sido una gran hazaña, pero al menos así se habría hecho notar durante aquel día en donde reinaba la discordia. Todo el mundo huía, todos querían dejar atrás Gray Rock y parecía que solo aquellos que tenían suerte lo conseguirían.
La serpiente emplumada escuchaba en todo momento lo que el moreno decía, incluso gritaba demasiado a veces, pero se le notaba animado. Para Annie no resultaba nada divertido ver como la gente pedía ayuda entre las explosiones, gente inocente quizás que simplemente habían sido llamados a las armas por órdenes de un superior. Ella no conocía el sentido de la justicia, pero tampoco estaba interesada en saberlo uno por uno. Tenía la impresión de que en la vida, si hacías cosas buenas te iría bien, o eso creía ella.
La inmensa explosión que había sonado apenas hace un momento había provocado al mar y este se ensañó echándose encogiéndose hacia sus profundidades para luego regresar con una gran ola gigante. Abrió los ojos como platos, quieta en el aire y giró la cabeza hacia la isla. Por su mente solo pasó Therax, ¿qué sería de él? ¿Habrían escapado ya?
A pesar de las dudas y el temor que sintió en ese momento, no pudo esperar y aunque hubiera deseado ir a mirar si el rubio estaba sano y salvo no tenía opción. Yuu le había indicado a dónde dirigirse y Annie alzó el vuelo, batiendo las alas lo más rápido que pudo para dejar atrás aquella gran ola. A la altura que estaban aun no era seguro así que voló hasta alcanzar un punto negro en el cielo que terminó siendo la estación del chico.
Nada más aterrizar en suelo metálico, esperó a que el hombre se bajara y después regresó a su forma humana. Se asomó hacia el borde y divisó la situación, apenada por ver como todo había terminado. Se giró y miró a Yuu, el rostro de la muchacha se mostraba impasible, pero al ver que habían llegado a salvo le hizo sonreír un poco.
-Como compensación por haberte salvado, creo que tendré que pasar un tiempo aquí hasta llegar a mi barco - comentó con sorna y cruzándose de brazos.
Al cabo de un rato divisó a una cara conocida de la banda de Zane, acompañada por tres personas más. Al final si que se había juntado gente en aquella estación, ver a la bruja -así la llamaba ella desde que había visto sus habilidades- le hizo creer que su banda estaría bien.
La serpiente emplumada escuchaba en todo momento lo que el moreno decía, incluso gritaba demasiado a veces, pero se le notaba animado. Para Annie no resultaba nada divertido ver como la gente pedía ayuda entre las explosiones, gente inocente quizás que simplemente habían sido llamados a las armas por órdenes de un superior. Ella no conocía el sentido de la justicia, pero tampoco estaba interesada en saberlo uno por uno. Tenía la impresión de que en la vida, si hacías cosas buenas te iría bien, o eso creía ella.
La inmensa explosión que había sonado apenas hace un momento había provocado al mar y este se ensañó echándose encogiéndose hacia sus profundidades para luego regresar con una gran ola gigante. Abrió los ojos como platos, quieta en el aire y giró la cabeza hacia la isla. Por su mente solo pasó Therax, ¿qué sería de él? ¿Habrían escapado ya?
A pesar de las dudas y el temor que sintió en ese momento, no pudo esperar y aunque hubiera deseado ir a mirar si el rubio estaba sano y salvo no tenía opción. Yuu le había indicado a dónde dirigirse y Annie alzó el vuelo, batiendo las alas lo más rápido que pudo para dejar atrás aquella gran ola. A la altura que estaban aun no era seguro así que voló hasta alcanzar un punto negro en el cielo que terminó siendo la estación del chico.
Nada más aterrizar en suelo metálico, esperó a que el hombre se bajara y después regresó a su forma humana. Se asomó hacia el borde y divisó la situación, apenada por ver como todo había terminado. Se giró y miró a Yuu, el rostro de la muchacha se mostraba impasible, pero al ver que habían llegado a salvo le hizo sonreír un poco.
-Como compensación por haberte salvado, creo que tendré que pasar un tiempo aquí hasta llegar a mi barco - comentó con sorna y cruzándose de brazos.
Al cabo de un rato divisó a una cara conocida de la banda de Zane, acompañada por tres personas más. Al final si que se había juntado gente en aquella estación, ver a la bruja -así la llamaba ella desde que había visto sus habilidades- le hizo creer que su banda estaría bien.
- resumen:
- Aterrizar en la nave de Yuu, lejos del caos (?).
Luka Rooney
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El tiburón había seguido el rastro de sus rivales hasta que por fín les encontró. Estaban manipulando un objeto que no debían manipular; el timón. Hablando de timones… ¿Dónde estaría la bonita mascota del gyojin?
Caminó acercándose con mal carácter hacia sus dos rivales. Su semblante lo decía todo, no iba a tolerar un nuevo error en su plan. Y sus rivales parecían saberlo. Tenían el mismo rostro de miedo y estupefacción de hacía unos minutos pero… El habitante del mar ya había caído una vez en ese juego subestimando a su rival.
- No quería acabar con vosotros, solo asustaros y que huyeseis. Pero no puedo tolerar esto. Lo siento, pero no.
Tras aquellas palabras, el tiburón se impulsaría a toda velocidad hacia sus rivales, y, una vez allí, intentaría agarrar con los brazos acuáticos a éstos y, con los normales sus rostros. Ellos notarían una gran mano palpando su cara e inmediatamente después, una bola esférica de cuarenta litros recubriría su cabeza. Dependería de la resistencia de cada uno de los humanos, pero solo era cuestión de tiempo acabar con ellos.
Pero entonces, su den den mushi sonó. Tuvo que dejarlo sonar unos segundos, y cuando estaba pronto a cortarse, hizo caer la masa de agua junto al cuerpo del humano, que posiblemente estuviese inconsciente pero no muerto. Al descolgar, el gyojin oyó la voz de Spaner. Por lo visto ya habían acabado y, cuando le dijo que se fuese nadando, el tiburón no pudo evitar frustrarse, dejando notar en exceso una vena en el cuello.
-Dile a Zane que le pienso matar. No sabe lo que he tenido que hacer para mantener el barco a flote…
Sí, los dos infiltrados no eran poderosos y aparentemente ese tema ya estaba controlado. ¿Pero quién lo sabía? A Luka le gustaba el drama, y tenía que hacerlo saber de vez en cuando.
Soltó el cuerpo de su segunda presa, probablemente muerta, y salió corriendo hacia la bodega, llenando su mochila impermeable de provisiones y cosas útiles. Y también cogió un papel y un bolígrafo. Llegó a cubierta, escribió una nota y se la metió en el bolsillo al inconsciente.
Querido amigo,
Me sentía en la imperiosa necesidad de besarte. Llevo todo el tiempo desde que te conocí en aquella isla queriéndotelo decir, pero tu temperamento y tu forma de ser han ido atrasándolo y atrasándolo. Ahora que lo he hecho y he visto cómo has reaccionado, no puedo vivir más con esa carga. Lo siento.
Me ví obligado a golpearte y perdiste el conocimiento. He decidido acabar con todo. Mi último deseo era abrazarte y morir en tus brazos, y aunque estés inconsciente, lo he conseguido.
Siempre te querré.
Luka colocó la mano derecha del joven inerte sobre el muslo de su compañero, y la izquierda sobre su pecho. Tardó un momento hasta que le quedó la pose más cómica posible. Y tras ello, miró al mar y la gran ola que se dirigía a la isla y saltó en dirección al oeste. Nadaría a gran velocidad para llegar cuanto antes al punto acordado.
¿Llegarían todos vivos?
Caminó acercándose con mal carácter hacia sus dos rivales. Su semblante lo decía todo, no iba a tolerar un nuevo error en su plan. Y sus rivales parecían saberlo. Tenían el mismo rostro de miedo y estupefacción de hacía unos minutos pero… El habitante del mar ya había caído una vez en ese juego subestimando a su rival.
- No quería acabar con vosotros, solo asustaros y que huyeseis. Pero no puedo tolerar esto. Lo siento, pero no.
Tras aquellas palabras, el tiburón se impulsaría a toda velocidad hacia sus rivales, y, una vez allí, intentaría agarrar con los brazos acuáticos a éstos y, con los normales sus rostros. Ellos notarían una gran mano palpando su cara e inmediatamente después, una bola esférica de cuarenta litros recubriría su cabeza. Dependería de la resistencia de cada uno de los humanos, pero solo era cuestión de tiempo acabar con ellos.
Pero entonces, su den den mushi sonó. Tuvo que dejarlo sonar unos segundos, y cuando estaba pronto a cortarse, hizo caer la masa de agua junto al cuerpo del humano, que posiblemente estuviese inconsciente pero no muerto. Al descolgar, el gyojin oyó la voz de Spaner. Por lo visto ya habían acabado y, cuando le dijo que se fuese nadando, el tiburón no pudo evitar frustrarse, dejando notar en exceso una vena en el cuello.
-Dile a Zane que le pienso matar. No sabe lo que he tenido que hacer para mantener el barco a flote…
Sí, los dos infiltrados no eran poderosos y aparentemente ese tema ya estaba controlado. ¿Pero quién lo sabía? A Luka le gustaba el drama, y tenía que hacerlo saber de vez en cuando.
Soltó el cuerpo de su segunda presa, probablemente muerta, y salió corriendo hacia la bodega, llenando su mochila impermeable de provisiones y cosas útiles. Y también cogió un papel y un bolígrafo. Llegó a cubierta, escribió una nota y se la metió en el bolsillo al inconsciente.
Querido amigo,
Me sentía en la imperiosa necesidad de besarte. Llevo todo el tiempo desde que te conocí en aquella isla queriéndotelo decir, pero tu temperamento y tu forma de ser han ido atrasándolo y atrasándolo. Ahora que lo he hecho y he visto cómo has reaccionado, no puedo vivir más con esa carga. Lo siento.
Me ví obligado a golpearte y perdiste el conocimiento. He decidido acabar con todo. Mi último deseo era abrazarte y morir en tus brazos, y aunque estés inconsciente, lo he conseguido.
Siempre te querré.
Luka colocó la mano derecha del joven inerte sobre el muslo de su compañero, y la izquierda sobre su pecho. Tardó un momento hasta que le quedó la pose más cómica posible. Y tras ello, miró al mar y la gran ola que se dirigía a la isla y saltó en dirección al oeste. Nadaría a gran velocidad para llegar cuanto antes al punto acordado.
¿Llegarían todos vivos?
- Resumen:
Pegarme con los dos infiltrados y recibir la llamada de Spaner (post de Zane).
Recoger cosas útiles del barco y trollear a los revolucionarios.
Saltar y nadar, que como buen pez es el pasatiempo favorito.
- Cosas:
- Bonificadores pasivos: Fuerza x4 - Resistencia x2
- Bonificadores de clase: Fuerza 8 (6 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 6 | Agilidad 4 | Velocidad 4 | Reflejos 2
- Gegenees: Luka utiliza su be water, my friend, para crear cuatro brazos que salen del costado, quedando de manera paralela a los suyos y con unas dimensiones similares. Puede controlarlos a voluntad y, al igual que en la técnica previamente mencionada, cualquier usuario con una fuerza igual o superior a Luka podrá romperlos sin problemas.
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 5.
- Bonificadores pasivos: Fuerza x4 - Resistencia x2
Brynn
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El asesino notó cómo hundía sus machetes en la piel de sus rivales. Un hecho reconfortante como ningún otro para el espadachín, que dió un paso hacia atrás y cometió el error de observar a sus compañeros sin cerciorarse de si su ataque había sido cien por cien efectivo. Y a la vista estaba que no había sido así. Notó cómo algo impactaba en su pecho, produciéndole una sensación extraña y dolorosa. Salió despedido un par de metros y tuvo un par de arcadas que no se materializaron en vómito de milagro.
Se desplazó hasta la ubicación del resto de sus aliados y observó cómo más y más marines estaban dispuestos a seguir la pelea hasta los límites de ésta. No tardó en darse cuenta que no había otra opción que escapar de allí. No conocía a nadie aparte de Nailah, pero todos habían ayudado al bueno de Brynn con los problemas que habían ido surgiendo. Ningún poder de los miembros de aquella banda era inferior al suyo, por lo que el asesino entendió que ninguno correría más peligro que él y su compañera estaría a salvo.
- Nailah, serás mucho más feliz con esta gente de lo que lo eras en tu anterior barco. Seguiré mi camino en solitario, muchas gracias a todos, compañeros ¡nos vemos!
Justo antes de finalizar la frase se acercó hasta la morena y la abrazó, susurrándole unas últimas palabras antes de emprender la que sería su vuelta a los negocios y la mala vida. Aunque a Brynn era la vida que más le gustaba.
- Cuídate, mantente viva y en poco nos volveremos a ver. Recuerda que tienes una vibre card mía. Gracias por todo.
Tras las sinceras palabras, el pirata le dio un beso en la mejilla y se separó de ella, haciendo brotar dos alas de su espalda a la par sus piernas se veían cubiertas por unas grandes patas de ave. Alrededor de todo su cuerpo empezaron a brotar inmensas plumas de gran tamaño, y su físico se fue modificando hasta tener la misma apariencia que un Argentavis.
Una vez en forma completa, Brynn graznó a gran volumen y despegó ágilmente, aunque de manera menos vistosa que de costumbre, ya que en el último momento, un gran dolor le llegó al costado derecho, quizá fruto del golpe de la culata. ¿Tendría alguna costilla rota? Probablemente no fuera el único daño en su cuerpo.
Una vez en el aire, la imperiosa ave saldría por el agujero por el que habían entrado y volaría hacia ninguna parte en concreto. El destino decidiría qué lugar era el apropiado para sanar sus heridas, así como pasar una pequeña temporada de reposo.
Se desplazó hasta la ubicación del resto de sus aliados y observó cómo más y más marines estaban dispuestos a seguir la pelea hasta los límites de ésta. No tardó en darse cuenta que no había otra opción que escapar de allí. No conocía a nadie aparte de Nailah, pero todos habían ayudado al bueno de Brynn con los problemas que habían ido surgiendo. Ningún poder de los miembros de aquella banda era inferior al suyo, por lo que el asesino entendió que ninguno correría más peligro que él y su compañera estaría a salvo.
- Nailah, serás mucho más feliz con esta gente de lo que lo eras en tu anterior barco. Seguiré mi camino en solitario, muchas gracias a todos, compañeros ¡nos vemos!
Justo antes de finalizar la frase se acercó hasta la morena y la abrazó, susurrándole unas últimas palabras antes de emprender la que sería su vuelta a los negocios y la mala vida. Aunque a Brynn era la vida que más le gustaba.
- Cuídate, mantente viva y en poco nos volveremos a ver. Recuerda que tienes una vibre card mía. Gracias por todo.
Tras las sinceras palabras, el pirata le dio un beso en la mejilla y se separó de ella, haciendo brotar dos alas de su espalda a la par sus piernas se veían cubiertas por unas grandes patas de ave. Alrededor de todo su cuerpo empezaron a brotar inmensas plumas de gran tamaño, y su físico se fue modificando hasta tener la misma apariencia que un Argentavis.
Una vez en forma completa, Brynn graznó a gran volumen y despegó ágilmente, aunque de manera menos vistosa que de costumbre, ya que en el último momento, un gran dolor le llegó al costado derecho, quizá fruto del golpe de la culata. ¿Tendría alguna costilla rota? Probablemente no fuera el único daño en su cuerpo.
Una vez en el aire, la imperiosa ave saldría por el agujero por el que habían entrado y volaría hacia ninguna parte en concreto. El destino decidiría qué lugar era el apropiado para sanar sus heridas, así como pasar una pequeña temporada de reposo.
- Resumen:
Despedirme de la Zane band y huir volando hacia donde el destino me guíe.
Nailah
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Las palabras de Nailah habían sido totalmente ignoradas, incluso Brynn no la apoyaba con la niña. ¿Nadie tenía cabeza para aquello? Estaba frustrada al ver que la ignoraron, pero no tuvo más remedio que defenderse e ignorar a la niña, ella hizo lo que pudo, pero no iba a insistir en algo que no le concernía. No luchaba por el beneficio de nadie, solo por el suyo y aquella niña parecía que no estaba interesada así que prestó atención a lo que se dirigía hacia ella.
Sostuvo con fuerza a Zireael, los primeros golpes no le hicieron nada a ella, pero llegó un momento en que no pudo soportar más la fuerza de estos y terminó por liberar la onda para separarse de ellos. Se había quedado libre, pero la gente seguía llegando.
La pirata observó la situación del pelirrojo y se quedó boquiabierta cuando vio el pie despegado del cuerpo Zane. ¿Pero qué? Ella sabía que su amigo era fuerte, pero no tanto como para que hubiera perdido un pie y, lo peor, es que tras haber acabado aquella pelea le tocaría llevarlo. En cuanto lo cogió le dio asco, estaba muy pringoso de sangre y sus manos se estaban ensuciando con ella. Miró el pie y luego al pelirrojo, se le pasó por la cabeza que lo vendieran en el mercado negro, seguro que él tenía un fanático que pagaría millones por algo así.
En cuanto todo se hubo calmada se giró al escuchar la voz de Brynn.
-¿Feliz...? - Inquirió apenas sin voz.
Aquello parecía una despedida y a la pirata no le gustaban las despedidas. Desde que su padre la había abandonado en Sabaody, tenía trauma con ellas. Sin embargo, la palabra feliz hizo que pusiera una mueca triste.
-¡Brynn!
No le dio tiempo a decir nada más. Zane la había agarrado del brazo y echó el vuelo rápidamente, casi a la vez que el negro. La muchacha miró al pájaro enfadada, por no haberle dejado despedirse. Miró a Brynn por última vez, apenada por no haberle dicho ni una sola palabras, pero ella sabía que el moreno conocía sus pensamientos y le deseaba lo mismo. Nos volveremos a ver, pensó con el semblante serio.
Cuando alzó a Nailah hacia arriba, a medida que él se transformaba en el ave de fuego que era. La morena con una mano se agarró fuerte a él y también el pie, sujetándolo con fuerza. Desde lo alto se podía observar la situación desastrosas que estaba a punto de ocurrir. Se alegró de que cada vez estuvieran más alto, sobrevolando la gran ola que se cernía sobre Gray Rock. Ya era hora de abandonar aquel lugar.
Sostuvo con fuerza a Zireael, los primeros golpes no le hicieron nada a ella, pero llegó un momento en que no pudo soportar más la fuerza de estos y terminó por liberar la onda para separarse de ellos. Se había quedado libre, pero la gente seguía llegando.
La pirata observó la situación del pelirrojo y se quedó boquiabierta cuando vio el pie despegado del cuerpo Zane. ¿Pero qué? Ella sabía que su amigo era fuerte, pero no tanto como para que hubiera perdido un pie y, lo peor, es que tras haber acabado aquella pelea le tocaría llevarlo. En cuanto lo cogió le dio asco, estaba muy pringoso de sangre y sus manos se estaban ensuciando con ella. Miró el pie y luego al pelirrojo, se le pasó por la cabeza que lo vendieran en el mercado negro, seguro que él tenía un fanático que pagaría millones por algo así.
En cuanto todo se hubo calmada se giró al escuchar la voz de Brynn.
-¿Feliz...? - Inquirió apenas sin voz.
Aquello parecía una despedida y a la pirata no le gustaban las despedidas. Desde que su padre la había abandonado en Sabaody, tenía trauma con ellas. Sin embargo, la palabra feliz hizo que pusiera una mueca triste.
-¡Brynn!
No le dio tiempo a decir nada más. Zane la había agarrado del brazo y echó el vuelo rápidamente, casi a la vez que el negro. La muchacha miró al pájaro enfadada, por no haberle dejado despedirse. Miró a Brynn por última vez, apenada por no haberle dicho ni una sola palabras, pero ella sabía que el moreno conocía sus pensamientos y le deseaba lo mismo. Nos volveremos a ver, pensó con el semblante serio.
Cuando alzó a Nailah hacia arriba, a medida que él se transformaba en el ave de fuego que era. La morena con una mano se agarró fuerte a él y también el pie, sujetándolo con fuerza. Desde lo alto se podía observar la situación desastrosas que estaba a punto de ocurrir. Se alegró de que cada vez estuvieran más alto, sobrevolando la gran ola que se cernía sobre Gray Rock. Ya era hora de abandonar aquel lugar.
- resumen:
- Huir con Zane & company.
Bizvan
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No hubo rastro de Kimura. Prefería pensar que el motivo de esto era el alcance de mi mantra y no que su vida hubiese llegado a su fin.
- Kimura. –no podía negar que su comportamiento había cambiado desde la perdida de nuestros nakamas, pero tenía la esperanza de que solo fuera algo momentáneo.- Parece que me equivoqué. –no podía saber que ocurría en su cabeza, mi especialidad como médico era la cirugía, pero ahora desearía haber dedicado un poco más de tiempo a la rama psicológica.
Ya no tenía sentido lamentarme por aquello que no realicé en su momento.
Noté como la presencia de mis compañeros se alejaba, era hora de seguir su ejemplo y retirarse de este lugar. ¿Qué pasaba con Kimura? Estaba seguro que no estaba muerto, pero de igual forma sabía que no lo encontraría entre aquellos que se retiraban. El pelirrojo era demasiado cabezota como para irse sin un motivo realmente importante.
Me di media vuelta y comencé a correr (utilizando los impulsos sobrantes de las botas) en dirección del tobogán realizado por el CP. Cuando me encontré cerca de este, me arrojé sin pensarlo dos veces para alcanzar al resto y escapar de este maldito lugar junto con los pocos miembros de mi flota.
Pude ver a Madre esperándome, parecía haber esperado para evitar que tomara un camino equivocado, además de ya faltar poco antes de que comenzara a dormir y regresara a su forma de espada de nuevo.
¿Que pasaría después de este día? La verdad ahora mismo eso no interesaba y no tenía intención de deprimirme por pensar en el futuro... Solo me limité a enfocarme en retirarme.
- Kimura. –no podía negar que su comportamiento había cambiado desde la perdida de nuestros nakamas, pero tenía la esperanza de que solo fuera algo momentáneo.- Parece que me equivoqué. –no podía saber que ocurría en su cabeza, mi especialidad como médico era la cirugía, pero ahora desearía haber dedicado un poco más de tiempo a la rama psicológica.
Ya no tenía sentido lamentarme por aquello que no realicé en su momento.
Noté como la presencia de mis compañeros se alejaba, era hora de seguir su ejemplo y retirarse de este lugar. ¿Qué pasaba con Kimura? Estaba seguro que no estaba muerto, pero de igual forma sabía que no lo encontraría entre aquellos que se retiraban. El pelirrojo era demasiado cabezota como para irse sin un motivo realmente importante.
Me di media vuelta y comencé a correr (utilizando los impulsos sobrantes de las botas) en dirección del tobogán realizado por el CP. Cuando me encontré cerca de este, me arrojé sin pensarlo dos veces para alcanzar al resto y escapar de este maldito lugar junto con los pocos miembros de mi flota.
Pude ver a Madre esperándome, parecía haber esperado para evitar que tomara un camino equivocado, además de ya faltar poco antes de que comenzara a dormir y regresara a su forma de espada de nuevo.
¿Que pasaría después de este día? La verdad ahora mismo eso no interesaba y no tenía intención de deprimirme por pensar en el futuro... Solo me limité a enfocarme en retirarme.
- Resumen :
- Arrojarme por el tobogán hecho por Tobías para alcanzar al resto y escapar junto a ellos.
Maki
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Acta de la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Sala de conferencias C
Levanta acta: Señor Presidente
Yo, el Señor Presidente, el Primero de los Makis, Lord Bigote y Señor del Lóbulo Frontal, Guardián de la Mente y Protector del Cosmos, declaro concluida la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus. Como dirigente único de todos los Makis ordeno y mando:
Que se proclame en la mente entera que el incidente del rescate del pirata ha terminado.
Que los archivos sobre los prisioneros del módulo de máxima seguridad de la prisión del subconsciente sean borrados y que no se hable de ellos nunca más.
Que el pueblo llore al Comandante, su héroe perdido, cuya pérdida no deja indefensos y cuyo recuerdo debe servir para inspirarnos.
Que no se olvide que, tristemente, nosotros, como partes del Único y Original Augustus Makintosh, en la importantísima misión de salvar la vida del pirata por el bien la Revolución, hemos fracasado.
Fin del comunicado.
Maki se sorprendió tanto cuando el vehículo arrancó que apunto estuvo de caerse de culo. En realidad se cayó de morros sobre esa cosa circular que giraba descontrolada mientras su barco de tierra avanzaba arrasando paredes. Maki la sujetó porque... bueno, porque cuando algo gira tan rápidamente es porque funciona mal. Además probó a pisar los pedales para ver si así conseguía que el barco fuese más despacio, pero solo consiguió que fuese más rápido. Los trozos de las paredes que atravesaba volaban como palomitas sobre una sartén, y él se esforzaba por esquivarlos y que no le arrancasen la cabeza. Tuvo cierto éxito, ya que cuando por fin llegó a una zona más abierta aún tenía cabeza.
Estaba otra vez en el sitio por donde había entrado, solo que esta vez estaba más lleno. Había muchos barcos, pero todos iban hacia fuera; no había marines apuntándole, sino que se dirigían todos hacia esos barcos que salían de la cueva como si huyesen del fin del mundo. Bien pensado, probablemente fuera así.
El gyojin se dio cuenta de que no tenía muchas más opciones aparte de salir con ellos. Su vehículo, que resultó que también funcionaba por el agua, era más pequeño que esos grandes buques, y nadie le hizo ni caso. Estarían demasiado ocupados con sus cosas. él lo aprovechó para salir de nuevo al mar. Y lo que vio le dejó helado.
La ola se acercaba. Era enorme, lo bastante como para engullir la isla entera. Y eso que Maki no entendía mucho de olas; siempre las había visto desde abajo, y ahí eran mucho menos espectaculares. ¿Cómo iba a recuperar a Legim así? No, tenía que dejar de engañarse. Estaba claro que no iba a poder. ¿Qué sería de los revolucionarios? ¿Y el bueno de Ummak? Bueno, él tenía su tabla de surf, así que podría surfear la súperola.
Aprender a girar lo que Maki llamó el Aro de Control no fue difícil. Se dio cuenta de que podía manejar el barco con él, así que puso rumbo hacia donde esperaba encontrar a sus compañeros. ¿Dónde era eso? No tenía ni idea, pero seguiría esas cosas voladoras que pululaban por el aire como trocitos de confeti. Volvería a ellos como capitán de su propia embarcación -una muy rara pero molona-, aunque ya no se sentía como el Comandante. Aquel viejo Maki que en su día guiase a los ghouls para salvar el mundo no habría fallado en salvar al pirata. ¿Qué era entonces?
Mientras avanzaba, guiado por los sabios consejos de Margaret -Rudy estaba echándose una siesta a pesar de que no había hecho nada- tuvo que afrontar una cruda realidad: había fracasado.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Sala de conferencias C
Levanta acta: Señor Presidente
Yo, el Señor Presidente, el Primero de los Makis, Lord Bigote y Señor del Lóbulo Frontal, Guardián de la Mente y Protector del Cosmos, declaro concluida la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus. Como dirigente único de todos los Makis ordeno y mando:
Que se proclame en la mente entera que el incidente del rescate del pirata ha terminado.
Que los archivos sobre los prisioneros del módulo de máxima seguridad de la prisión del subconsciente sean borrados y que no se hable de ellos nunca más.
Que el pueblo llore al Comandante, su héroe perdido, cuya pérdida no deja indefensos y cuyo recuerdo debe servir para inspirarnos.
Que no se olvide que, tristemente, nosotros, como partes del Único y Original Augustus Makintosh, en la importantísima misión de salvar la vida del pirata por el bien la Revolución, hemos fracasado.
Fin del comunicado.
******
Maki se sorprendió tanto cuando el vehículo arrancó que apunto estuvo de caerse de culo. En realidad se cayó de morros sobre esa cosa circular que giraba descontrolada mientras su barco de tierra avanzaba arrasando paredes. Maki la sujetó porque... bueno, porque cuando algo gira tan rápidamente es porque funciona mal. Además probó a pisar los pedales para ver si así conseguía que el barco fuese más despacio, pero solo consiguió que fuese más rápido. Los trozos de las paredes que atravesaba volaban como palomitas sobre una sartén, y él se esforzaba por esquivarlos y que no le arrancasen la cabeza. Tuvo cierto éxito, ya que cuando por fin llegó a una zona más abierta aún tenía cabeza.
Estaba otra vez en el sitio por donde había entrado, solo que esta vez estaba más lleno. Había muchos barcos, pero todos iban hacia fuera; no había marines apuntándole, sino que se dirigían todos hacia esos barcos que salían de la cueva como si huyesen del fin del mundo. Bien pensado, probablemente fuera así.
El gyojin se dio cuenta de que no tenía muchas más opciones aparte de salir con ellos. Su vehículo, que resultó que también funcionaba por el agua, era más pequeño que esos grandes buques, y nadie le hizo ni caso. Estarían demasiado ocupados con sus cosas. él lo aprovechó para salir de nuevo al mar. Y lo que vio le dejó helado.
La ola se acercaba. Era enorme, lo bastante como para engullir la isla entera. Y eso que Maki no entendía mucho de olas; siempre las había visto desde abajo, y ahí eran mucho menos espectaculares. ¿Cómo iba a recuperar a Legim así? No, tenía que dejar de engañarse. Estaba claro que no iba a poder. ¿Qué sería de los revolucionarios? ¿Y el bueno de Ummak? Bueno, él tenía su tabla de surf, así que podría surfear la súperola.
Aprender a girar lo que Maki llamó el Aro de Control no fue difícil. Se dio cuenta de que podía manejar el barco con él, así que puso rumbo hacia donde esperaba encontrar a sus compañeros. ¿Dónde era eso? No tenía ni idea, pero seguiría esas cosas voladoras que pululaban por el aire como trocitos de confeti. Volvería a ellos como capitán de su propia embarcación -una muy rara pero molona-, aunque ya no se sentía como el Comandante. Aquel viejo Maki que en su día guiase a los ghouls para salvar el mundo no habría fallado en salvar al pirata. ¿Qué era entonces?
Mientras avanzaba, guiado por los sabios consejos de Margaret -Rudy estaba echándose una siesta a pesar de que no había hecho nada- tuvo que afrontar una cruda realidad: había fracasado.
- Resumen:
- La reunión de los Makis termina y Maki se pira. Bon voyage
William White
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Comencé examinando las cajas una por una hasta que finalmente encontré lo que buscaba un viejo uniforme de la marina, en esa caja además se encontraban otros objetos cotidianos a los que estaba más que acostumbrado a encontrar, una piza para el pelo, un oso de peluche y un llamativo cubo de Rubik. Extrañado por cómo habían llegado los objetos de un polvorín, los examiné con detenimiento, ya que me parecían fuera de lugar, incluso palpé el peluche ya que en alguna rara ocasión había encontrado algún mensaje en el interior de algunos que se encontraban en una vieja mansión de Loguetown. Guardando el cubo y el peluche en mi bolsa me dispuse a desvestirme y ponerme el viejo uniforme, una vez que me encontré ataviado con el impoluto uniforme lo manché limpiando mi espada en ella y le hice algunos rasguños. El resto de la sangre se encargaría de emular mi aspecto desaliñado, producto de una contienda.
Luego procuré descifrar para qué diablos era aquellos cachivaches y traté de descifrar para que servían, sino lo lograba me guardaría uno en la bolsa y dejaría que alguien del gremio se encargará de explicármelo, si era útil, tal vez incluso pudiéramos replicarlos. Por último, trate de discernir lo que escondían las cajas de frágil, así que cogiendo una de las cajas más pequeñas con munición y echándome a la espalda uno de los rifles, salí a toda prisa del lugar cargando como buenamente podía la pesada carga que llevaba. Incluso transforme parte de la piel de mi mano en chicle para mejorar el agarré, y la cargue al hombro.
Cuando salí, mi primera intención fue la de ir a otro almacén a buscar, más cuando vi que todo el mundo está evacuando de la isla me imaginé que algún tipo de catástrofe estaba por venir, por lo que inmediatamente me fijé en que un grupo rezagado de marines parecían estar huyendo por una especie de plataformas hechas de forma artificial.
-¿De qué diablos estaban hechas aquellas cosas?- exclamé sorprendido para mis adentros.
Aun así, debía ser algo seguro ya que los marines no parecían dudarlo demasiado. Dirigiéndome a toda prisa, corrí y corrí hasta llegar a la plataforma, la cual comenzó a descender escasos segundos después de que yo llegará. Una vez seguro traté de retomar la respiración, más esta se entrecorto por un segundo al ver como el horizonte se deformaba y se alzaba una ola enorme. Entre tanto me limite a escuchar los comentarios del resto de los marines tratando de averiguar si alguno hacia alguna referencia a lo que había ocurrido al final con Legim.
Una vez que llegará al puerto trataría de zafarme de los controles, aunque dudaba que se produjera alguno, y me subiría alguno de los barcos. Una vez en alguno dejaría la carga que llevaba en su bodega, en algún lugar recóndito de la misma y que estuviera poco visible. De tal forma que luego nadie la echará de más o en falta, luego para sacarla bastaría con simular una orden de descarga tras la primera llegada a puerto y ya sería libre. Nadie tenía por qué darse cuenta de si había un pasajero y una caja de más, era una guerra a fin de cuentas. Con ese plan en mente, traté de llevarlo a cabo como buenamente pude y si finalmente conseguía mi objetivo me limitaría a obedecer las órdenes que se me dieran una vez descargada la mercancia, a fin de cuentas era un marinero más ¿No?.
Luego procuré descifrar para qué diablos era aquellos cachivaches y traté de descifrar para que servían, sino lo lograba me guardaría uno en la bolsa y dejaría que alguien del gremio se encargará de explicármelo, si era útil, tal vez incluso pudiéramos replicarlos. Por último, trate de discernir lo que escondían las cajas de frágil, así que cogiendo una de las cajas más pequeñas con munición y echándome a la espalda uno de los rifles, salí a toda prisa del lugar cargando como buenamente podía la pesada carga que llevaba. Incluso transforme parte de la piel de mi mano en chicle para mejorar el agarré, y la cargue al hombro.
Cuando salí, mi primera intención fue la de ir a otro almacén a buscar, más cuando vi que todo el mundo está evacuando de la isla me imaginé que algún tipo de catástrofe estaba por venir, por lo que inmediatamente me fijé en que un grupo rezagado de marines parecían estar huyendo por una especie de plataformas hechas de forma artificial.
-¿De qué diablos estaban hechas aquellas cosas?- exclamé sorprendido para mis adentros.
Aun así, debía ser algo seguro ya que los marines no parecían dudarlo demasiado. Dirigiéndome a toda prisa, corrí y corrí hasta llegar a la plataforma, la cual comenzó a descender escasos segundos después de que yo llegará. Una vez seguro traté de retomar la respiración, más esta se entrecorto por un segundo al ver como el horizonte se deformaba y se alzaba una ola enorme. Entre tanto me limite a escuchar los comentarios del resto de los marines tratando de averiguar si alguno hacia alguna referencia a lo que había ocurrido al final con Legim.
Una vez que llegará al puerto trataría de zafarme de los controles, aunque dudaba que se produjera alguno, y me subiría alguno de los barcos. Una vez en alguno dejaría la carga que llevaba en su bodega, en algún lugar recóndito de la misma y que estuviera poco visible. De tal forma que luego nadie la echará de más o en falta, luego para sacarla bastaría con simular una orden de descarga tras la primera llegada a puerto y ya sería libre. Nadie tenía por qué darse cuenta de si había un pasajero y una caja de más, era una guerra a fin de cuentas. Con ese plan en mente, traté de llevarlo a cabo como buenamente pude y si finalmente conseguía mi objetivo me limitaría a obedecer las órdenes que se me dieran una vez descargada la mercancia, a fin de cuentas era un marinero más ¿No?.
- resumen y aclaración::
Bueno como hay una pequeña contradicción asumo algunas cosas, ya que escojó la que más me beneficia(o eso creo).
Pues narro un poco según los contenidos que se me describen en sendas moderaciones y decido disfrazarme de marine y salir con un "botín de guerra"(para más detalles leer el post), así como tratar de embarcarme en algún barco del puerto huyendo mediante las plataformas junto al resto de marines. Luego decido camuflar mi mercancía en la bodega y planeo como recuperara más tarde, me pongo a disposición de lo que se me ordene.
- Código:
Moderación de la página 25(si no me falla la memoria): No ves las cosas claras, así que al final le das una patada a la puerta de uno de los edificios y se viene abajo como si se postrara ante ti. Entras rápidamente y te das cuenta de que estás en una especie de almacén. Es bastante amplio y no hay paredes interiores, solo columnas y pilares maestros dispersos aquí y allá junto a montañas de cajas de madera. Hay una capa de polvo de al menos dos dedos de grosor sobre todo, incluido el suelo. No hay niebla, pero seguro que si estornudas logras algo muy parecido. En algunas de las cajas pone ''frágil'' y compruebas que dentro hay armas. Muchas armas. Munición a patadas, también. En otras, cachivaches que no consigues identificar. Algunas de las cajas se encuentran cerradas, también. Mientras las estás examinando, oyes ruidos a tu espalda. Tus admiradores han llegado.
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Echar a volar era una sensación rara. Es decir, vale que él podía hacerlo también si se lo proponía, pero notar como flotaba sin hacer nada para provocarlo, separarse del suelo cada vez más por efecto de los poderes de otra persona... En fin, ya se acostumbraría. De todas formas, técnicamente ya no era una desconocida. La chica que sin ningún esfuerzo podía hacer que volasen tres hombres y una morsa tenía un nombre tan complicado que Arribor no lo pronunciaría bien jamás, pero no era una desconocida. Se preguntó si lo conocería también a él. No le gustaba presumir, pero Arribor valía su buen dinero para los del gobierno, y le gustaba pensar que si esa chica se había ofrecido a ayudarle era por su fama. Bueno, porque su fama la había convencido de que valía la pena que Arribor Neus le debiese algo.
Encontrar la enorme cosa voladora donde habían dejado su barco no fue difícil. Seguía ahí arriba, flotando como por arte de magia, por lo que guiar a su nueva colega hasta allí fue tan sencillo como señalar el pedazo de chatarra más grande del cielo. Podía distinguir las velas de su barco todavía en su sitio; era una suerte que aún estuviera de una pieza.
-¿Qué es esa cosa? -preguntó en voz bien alta para que sus compañeros le oyesen. Señaló hacia una figura bastante rara que surcaba el aire. Era una especie de tira de serpentina verde que arrastraba el viento. Parecía un adorno de una fiesta de cumpleaños infantil. Sobre ella había una persona a quien Arribor, una vez estuvieron más cerca, identificó como el dueño de la nave.
En cuanto estuvieron cerca del aparato, se dejó caer. Aterrizó de forma poco elegante, pero se alegraba de estar de nuevo en un suelo firme. Odiaba volar. Y además estaba deseando comprobar de primera mano que su barco estuviese bien. Por suerte no parecía tener ningún rasguño, y no necesitaba saber más. Ni siquiera preguntó por los pedazos de chatarra que había tirados por ahí. Aunque ver como esa especie de serpiente se convertía en una chica sí le sorprendió. Podía entender que se transformase en una serpiente pero, ¿por qué tenía plumas?
-Gracias por el viaje... esto... Ka -No recordaba más del nombre de la mujer voladora.
Decidió que el casco de su navío sería un buen sitio para apoyarse, así que se sentó en el suelo metálico de la nave y se apoyó en la madera de su embarcación a descansar. No le apetecía nada zarpar. Sobre todo porque tendrían que replegar el globo como era debido antes de volver a usarlo, y era un engorro. Seguro que a su anfitrión no le importaba que se quedasen un rato. Unas horas. Un par de días.
Llamó a Franklin y usó su robusto cuerpo para impulsarse y levantarse. Aún estaba cansado pero no pensaba demostrárselo a esos extraños. Se acercó hasta el tipo del parche cuyo nombre no recordaba, y le expuso su idea amablemente.
-Eh, he pensado que podríamos quedarnos aquí unos días. ¿Tienes habitaciones? Bah, es igual, ya las busco yo. Espero que la más grande esté libre. ¡Eh, Jolly, vamos a elegir habitación! Pero me pido primero para la ducha. ¿Sirves desayunos? Y espero que tengas un rincón donde acomodar a la morsa, no quiero tenerla en mi cuarto. Puedes pasarte mañana a cambiar las sábanas, estaré durmiendo hasta entonces. Ah y, ¿dónde guardas el alcohol? ¿Hay minibar en los camarotes o tengo que buscar la despensa? -Entonces recordó algo importante que sería mejor comentarle a la chica serpiente-. Oye, ¿tú no dejarás plumas por ahí, no? Me dan alergia. Igual es mejor que duermas fuera. Se estará bien cuando se despeje el cielo. A las serpientes os gusta tomar el sol, ¿no?
Como experto gorrón, no dio oportunidad de que le dijeran que no y se dirigió hacia el interior de la nave en busca de una bonita habitación con la cama más grande que pudiera encontrar. Aquel sitio parecía ideal para tomarse unas vacaciones.
-¡Y no hagáis ruido, maldita sea! Me duele la cabeza.
Encontrar la enorme cosa voladora donde habían dejado su barco no fue difícil. Seguía ahí arriba, flotando como por arte de magia, por lo que guiar a su nueva colega hasta allí fue tan sencillo como señalar el pedazo de chatarra más grande del cielo. Podía distinguir las velas de su barco todavía en su sitio; era una suerte que aún estuviera de una pieza.
-¿Qué es esa cosa? -preguntó en voz bien alta para que sus compañeros le oyesen. Señaló hacia una figura bastante rara que surcaba el aire. Era una especie de tira de serpentina verde que arrastraba el viento. Parecía un adorno de una fiesta de cumpleaños infantil. Sobre ella había una persona a quien Arribor, una vez estuvieron más cerca, identificó como el dueño de la nave.
En cuanto estuvieron cerca del aparato, se dejó caer. Aterrizó de forma poco elegante, pero se alegraba de estar de nuevo en un suelo firme. Odiaba volar. Y además estaba deseando comprobar de primera mano que su barco estuviese bien. Por suerte no parecía tener ningún rasguño, y no necesitaba saber más. Ni siquiera preguntó por los pedazos de chatarra que había tirados por ahí. Aunque ver como esa especie de serpiente se convertía en una chica sí le sorprendió. Podía entender que se transformase en una serpiente pero, ¿por qué tenía plumas?
-Gracias por el viaje... esto... Ka -No recordaba más del nombre de la mujer voladora.
Decidió que el casco de su navío sería un buen sitio para apoyarse, así que se sentó en el suelo metálico de la nave y se apoyó en la madera de su embarcación a descansar. No le apetecía nada zarpar. Sobre todo porque tendrían que replegar el globo como era debido antes de volver a usarlo, y era un engorro. Seguro que a su anfitrión no le importaba que se quedasen un rato. Unas horas. Un par de días.
Llamó a Franklin y usó su robusto cuerpo para impulsarse y levantarse. Aún estaba cansado pero no pensaba demostrárselo a esos extraños. Se acercó hasta el tipo del parche cuyo nombre no recordaba, y le expuso su idea amablemente.
-Eh, he pensado que podríamos quedarnos aquí unos días. ¿Tienes habitaciones? Bah, es igual, ya las busco yo. Espero que la más grande esté libre. ¡Eh, Jolly, vamos a elegir habitación! Pero me pido primero para la ducha. ¿Sirves desayunos? Y espero que tengas un rincón donde acomodar a la morsa, no quiero tenerla en mi cuarto. Puedes pasarte mañana a cambiar las sábanas, estaré durmiendo hasta entonces. Ah y, ¿dónde guardas el alcohol? ¿Hay minibar en los camarotes o tengo que buscar la despensa? -Entonces recordó algo importante que sería mejor comentarle a la chica serpiente-. Oye, ¿tú no dejarás plumas por ahí, no? Me dan alergia. Igual es mejor que duermas fuera. Se estará bien cuando se despeje el cielo. A las serpientes os gusta tomar el sol, ¿no?
Como experto gorrón, no dio oportunidad de que le dijeran que no y se dirigió hacia el interior de la nave en busca de una bonita habitación con la cama más grande que pudiera encontrar. Aquel sitio parecía ideal para tomarse unas vacaciones.
-¡Y no hagáis ruido, maldita sea! Me duele la cabeza.
- Resumen:
- Acoplarse en la nave de Yuu como en un hotel
El sonido que hicieron muchos de los virotes al alcanzar sus objetivos se podría calificar casi como satisfactorio, aunque por desgracia con eso no sería suficiente. Muchos de los marines continuaban avanzando, algunos heridos y otros ilesos, haciendo el círculo que habían formado en torno a los Arashi cada vez más pequeño. Therax no dejaba de mirar hacia la marea de uniformes blancos, atento para reaccionar ante cualquiera que decidiese dar un paso más de la cuenta. Pudo oír cómo Marc se dirigía hacia él, pero no podía permitirse el lujo de perder a los enemigos de vista.
Se disponía a realizar una nueva ofensiva cuando un desagradable sonido precedió la orden de su capitán. El rubio miró en su dirección, contemplando atónito algo que pensó que nunca vería: ¡le faltaba un pie! En ningún momento había dudado de las aptitudes del anciano, pero jamás se la habría ocurrido pensar que le haría semejante estropicio al pelirrojo. La hoja de una de sus espadas se había quebrado y, aunque el estado del oponente de Zane tampoco era el mejor, parecía evidente que había vencido.
Sin embargo, el líder de los Arashi hacía gala de una tranquilidad que sorprendió en gran medida a Therax. Tal vez fuese cierto aquello que afirmaba de vez en cuando, que era capaz de comportarse con responsabilidad y madurez cuando era necesario.
Fuera como fuere, la orden era clara. Debían abandonar aquel agujero infestado de marines y escapar hacia las alturas, lugar en el que -por cierto- el domador se sentía más seguro.
Asintió ante las palabras de su capitán, clavando sus ojos -completamente azules en aquel momento- en el cocinero de la tripulación. ¿Cuánto podría pesar? Mucho, de eso no cabía duda, así que prefirió no arriesgarse a comprobar si podría cargar con él en su estado actual.
Un agudo chillido resonó en la gruta, extendiéndose por ella y rebotando en las paredes de roca. Algunos fragmentos de las mismas cayeron de nuevo, recordándole al espadachín que una explosión nada esperanzadora había tenido lugar hacía unos momentos. Casi debía agradecer que el anciano hubiese tenido a bien lisiar a su jefe. De un modo u otro, el espacio donde antes había un espadachín alado pasó a ser ocupado por un imponente águila de plumaje azulado y dorado.
Tras lanzar hacia los marines los virotes que había decidido reservar anteriormente, el ave empleó sus garras para aferrar con fuerza a Marc, elevándose a continuación hacia las alturas y siguiendo las órdenes del pelirrojo. No obstante, cuando ya se encontraba a una altura considerable no pudo evitar detenerse a observar el horizonte. ¿Aquélla era la consecuencia de la explosión? Podía ser. Una gigantesca ola avanzaba hacia el peñasco que acababan de abandonar, amenazando con sepultarlo bajo toneladas de agua.
-Menos mal que nos hemos ido de ahí -dijo en tono de broma para que el grandullón le escuchase-. No sé tú, pero yo el tema de nadar lo llevo regular.
A su lado, Zane daba órdenes y Spanner las cumplía. Al escuchar el nombre de la sardina recordó las circunstancias en las que se habían separado. Luka se había sumergido en el mar poco antes de que él volase al encuentro del marine. ¿Cómo le habría ido? Esperaba que bien.
Sin decir nada más, se limitó a dar la vuelta y seguir al pájaro ígneo en dirección al punto de encuentro. Fuego... ¿Cuál sería el nombre del que había sido su oponente? Realmente le hubiera gustado saberlo, pues las marcas que quedarían en su cuerpo le recordarían su existencia constantemente.
Se disponía a realizar una nueva ofensiva cuando un desagradable sonido precedió la orden de su capitán. El rubio miró en su dirección, contemplando atónito algo que pensó que nunca vería: ¡le faltaba un pie! En ningún momento había dudado de las aptitudes del anciano, pero jamás se la habría ocurrido pensar que le haría semejante estropicio al pelirrojo. La hoja de una de sus espadas se había quebrado y, aunque el estado del oponente de Zane tampoco era el mejor, parecía evidente que había vencido.
Sin embargo, el líder de los Arashi hacía gala de una tranquilidad que sorprendió en gran medida a Therax. Tal vez fuese cierto aquello que afirmaba de vez en cuando, que era capaz de comportarse con responsabilidad y madurez cuando era necesario.
Fuera como fuere, la orden era clara. Debían abandonar aquel agujero infestado de marines y escapar hacia las alturas, lugar en el que -por cierto- el domador se sentía más seguro.
Asintió ante las palabras de su capitán, clavando sus ojos -completamente azules en aquel momento- en el cocinero de la tripulación. ¿Cuánto podría pesar? Mucho, de eso no cabía duda, así que prefirió no arriesgarse a comprobar si podría cargar con él en su estado actual.
Un agudo chillido resonó en la gruta, extendiéndose por ella y rebotando en las paredes de roca. Algunos fragmentos de las mismas cayeron de nuevo, recordándole al espadachín que una explosión nada esperanzadora había tenido lugar hacía unos momentos. Casi debía agradecer que el anciano hubiese tenido a bien lisiar a su jefe. De un modo u otro, el espacio donde antes había un espadachín alado pasó a ser ocupado por un imponente águila de plumaje azulado y dorado.
Tras lanzar hacia los marines los virotes que había decidido reservar anteriormente, el ave empleó sus garras para aferrar con fuerza a Marc, elevándose a continuación hacia las alturas y siguiendo las órdenes del pelirrojo. No obstante, cuando ya se encontraba a una altura considerable no pudo evitar detenerse a observar el horizonte. ¿Aquélla era la consecuencia de la explosión? Podía ser. Una gigantesca ola avanzaba hacia el peñasco que acababan de abandonar, amenazando con sepultarlo bajo toneladas de agua.
-Menos mal que nos hemos ido de ahí -dijo en tono de broma para que el grandullón le escuchase-. No sé tú, pero yo el tema de nadar lo llevo regular.
A su lado, Zane daba órdenes y Spanner las cumplía. Al escuchar el nombre de la sardina recordó las circunstancias en las que se habían separado. Luka se había sumergido en el mar poco antes de que él volase al encuentro del marine. ¿Cómo le habría ido? Esperaba que bien.
Sin decir nada más, se limitó a dar la vuelta y seguir al pájaro ígneo en dirección al punto de encuentro. Fuego... ¿Cuál sería el nombre del que había sido su oponente? Realmente le hubiera gustado saberlo, pues las marcas que quedarían en su cuerpo le recordarían su existencia constantemente.
- Resumen:
- Lanzar los cien virotes que no usé antes contra los marines y, siguiendo las órdenes de Zane, transformarme en forma completa, coger a Marc -me ha dado permiso para hacerlo- e intentar salir del agujero. Una vez hecho, un poco de blablablá e ir con los demás al punto de encuentro.
Worgulv
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Su camarada rechazo la ayuda, parecía que la muchacha tenía ya un método para escapar de la isla sin problema, ` Nos vemos luego entonces´´ dijo el hombre con una sonrisa `` voy a comprobar que el capitán está bien´´ el hombre batió las alas con fuerza y salió rápidamente en busca de Dexter.
El hombre había logrado localizar su presencia no muy lejos de allí, la destrucción era inminente y no habían logrado salvar a su camarada, ¿en que demonios estaba pensando? Se había distraído con un mero enclenque, se había descentrado de su objetivo, de su camarada, ahora solo rezaba para que Legim aun estuviese con vida, de que aun pudiese volver a formar parte de su tripulación.
Cuando llego al lugar donde había localizado a su capitán, este ya había alzado el vuelo, parecía algo desmejorado, el hombre alzó el vuelo tras el y se situó a su espalda, `` si necesitas ayuda, yo te la prestare´´ no sabía si esa condición podría transformarse en algo mas según la información del enclenque, así que estaría preparado para apoyar o transportar a su capitán de necesitarlo.
Alzando el vuelo, Worgulv pudo ver como la ola se acercaba inexorablemente hacia la isla, el hombre activo su comunicador `` Worgulv y el capitán fuera de peligro, ¿estáis bien? ¿alguien sabe algo de Legim? ´´
El hombre había logrado localizar su presencia no muy lejos de allí, la destrucción era inminente y no habían logrado salvar a su camarada, ¿en que demonios estaba pensando? Se había distraído con un mero enclenque, se había descentrado de su objetivo, de su camarada, ahora solo rezaba para que Legim aun estuviese con vida, de que aun pudiese volver a formar parte de su tripulación.
Cuando llego al lugar donde había localizado a su capitán, este ya había alzado el vuelo, parecía algo desmejorado, el hombre alzó el vuelo tras el y se situó a su espalda, `` si necesitas ayuda, yo te la prestare´´ no sabía si esa condición podría transformarse en algo mas según la información del enclenque, así que estaría preparado para apoyar o transportar a su capitán de necesitarlo.
Alzando el vuelo, Worgulv pudo ver como la ola se acercaba inexorablemente hacia la isla, el hombre activo su comunicador `` Worgulv y el capitán fuera de peligro, ¿estáis bien? ¿alguien sabe algo de Legim? ´´
- resumen:
- alzar el vuelo con Dexter para ponerse a salvo
- Cosas usadas:
- Stats:
- Poder de destrucción: 6 + 75%
Fuerza: 2 + 200%
Pericia: 6
Agilidad: 4
Resistencia: 4
- Haki:
- Armadura:
- Nivel de Desarrollo: Nivel 9, Haki Magnifico. (usable hasta nivel 6)(Predilecto)
Niveles de Armadura: 9. (usable hasta 6)
Niveles de Armamento: 9. (usable hasta 6)
Sintonía: Bastión y Tizona.
Uso: 20 asaltos
Fe imparable: Después de las continuas muestras de Fe en los dioses en batalla y al uso de Haki en las mismas, Worgulv posee fuerza y dureza suficiente para al blandir sus armas y no recibir daños a causa de las mismas. De manera activa, al usar su Haki su poder de destrucción aumenta un 50%
Fe imparable II: De forma activa, su poder de destrucción al usar Haki de armamento se ve incrementada en un 75%
- Observación:
Nivel de Desarrollo: Nivel 5, Haki incrementado (Opuesto)
Niveles de Visión: 0.
Niveles de Empatía: 5.
Sintonía: Sensibilidad.
Concentración: 15 asaltos
Trance en la batalla: de manera inconsciente y mediante el uso continuado del Haki, Worgulv entra en un trance en el cual únicamente piensa en la batalla, haciéndolo de forma pasiva inmune a efectos psicológicos o mentales de técnicas o habilidades de personajes por debajo de LvL 30
- Técnica:
- BENDICIÓN DEL WALHALA: Dos alas surgen en tu espalda, permitiéndote volar a hasta 100 km/h. Al mismo tiempo, tu fuerza se triplica, y tu piel adquiere una dureza próxima a la de Mjolnir (dureza de diamante). Este estado dura 2 turnos, y tras él, sufrirás una debilitación menor. Una vez activas este efecto, no puedes cancelarlo. En este estado, cualquier arma que portes adquirirá la dureza de Mjolnir y un aura brillante la cubrirá
- arma:
- Mjolnir :
- Nombre del objeto: Mjolnir
Usos comunes:
Habilidades especiales o destacables: Arma indestructible, su dureza es zafírea y su peso, en manos del propietario que asigne su creador (o a quien lo ceda el dueño), es infinitamente ligero. Pesa dos toneladas, por lo que poca gente más allá de su portador será capaz de llevarlo, y en su impacto libera energía eléctrica, más fuerte según la potencia del impacto.
Mecanismos: Physics.
- Rayo maestro:
- Nombre del objeto: Rayo maestro (x10, 5 de cada color)
Características del objeto: Es un tubo con un complejo mecanismo de botellas electromagnéticas en su interior para lograr utilizar "electricidad sólida" como arma, con un foco principal delantero y un foco secundario trasero, aunque ambos tienen las mismas características. El funcionamiento del mecanismo es, básicamente, que al activarse botellas electromagnéticas de distintas formas y fuerzas se combinan para que la electricidad circule por el ambiente que se genera en el interior de la jaula magnética. Tiene distintos botones (uno principal para encenderlo y tres más). Que permiten a la electricidad circulante actuar de tres formas básicas y un regulador de longitud entre 1 y 3 metros. Si está recibiendo electricidad y no se ha activado ningún modo tendrá la apariencia de un rayo blanco, con brillos (uno de ellos brilla rojizo, el otro azul). Tiene un dispositivo de seguridad (una botella que recubre la mano del que la enciende), de forma que la persona que lo encienda se ve protegida de los efectos dañinos de estos artefactos. Además, tienen una batería para 24 horas de uso, que debe ser rellenada en el CCE del barco.
Las tres formas básicas son:
Espada: Si se activa el primer botón, las botellas adoptan forma de ojo semicerrado en dos dimensiones, de manera que la electricidad circula libre por el lugar, formando una espada de doble filo (debido a la diferencia de potencial corta, entumece y hasta cauteriza al cortar) de categoría larga o bastarda. El tamaño es, lógicamente, variable y en una sola dirección (la del foco principal).
Bastón de combate: Si se activa el segundo botón, las botellas adoptan una forma cilíndrica con cabezas semiesféricas, de manera que la electricidad circule libre por el lugar, formando un bastón (golpea de forma contundente, entumece la zona si da de lleno y cauteriza de tocar algún corte). El tamaño es variable y va en ambas direcciones.
Látigo de combate: Si se activa el tercer botón, las botellas no toman rigidez, de forma que se crea un látigo de electricidad. Es un cilindro (de radio más estrecho que el bastón) con cabeza de lágrima, salida unidireccional (la del foco principal), y en cuanto se mueve puede verse que la electricidad se mueve como si fuera un látigo. Da golpes cortantes (si va con fuerza), entumece y, por la potencia eléctrica, cauteriza al contacto.
Habilidades especiales: Es, más bien, una advertencia. Debido a las altas presiones y corrientes magnéticas, cualquier persona que toque este artefacto mientras está encendido se llevará una descarga de agárrate y no te menees, a no ser que sea inmune a la electricidad.
- Artilugio:
- Calidad de objeto: épica (Lotería garantizado)
Nombre del objeto: Meginnjörð
Descripción: Este artilugio en cuestión, consta de dos imanes que se sitúan a ambos lados del arma deseada, aferrándose fuertemente mientras no se este activando. Ambos imanes tienen una forma circular y ambos portan una runa idéntica, el Vegvísir.
Usos comunes: El artefacto sin activar simplemente son dos imanes aferrados a un arma.
Habilidades especiales Al activarse, los dos imanes se despliegan a cierta distancia del arma, situándose a unos 5 cm de esta paralelamente.
Basándose en el principio del motor homopolar, los imanes como conductores paralelos (los rieles) son alimentados por una corriente eléctrica. El arma se sitúa haciendo contacto con ambos imanes cerrando el circuito. La corriente que se produce interactúa con los fuertes campos magnéticos generados por el paso de la electricidad a través de los conductores y esto acelera el arma linealmente en la dirección de los rieles, siendo capaz de disparar o simplemente acelerar masivamente la cabeza de un martillo de guerra, a una velocidad de 1,5 mach como máximo.
Maze
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El primero en cruzarse con la pelirroja fue Worgulv, poco después de su comunicado, aparentemente vano para tratar de contactar con su capitán, o eso creyó justo antes de que el comunicador sonase en sus oídos. Al parecer se encontraba bien y tenía sus últimas ordenes para la misión. debían retirarse de inmediato teniendo en cuenta el peligro que se cernía sobre la isla.
Mura sonrió de vuelta al fornido hombre que se encontraba aún ofreciéndole su mano mientras tomaba esta para ayudarse a la hora de incorporarse. Sin embargo, no pudo más que rechazar su ofrecimiento. -Creo que sería mejor que usaras tu habilidad para ayudar al capitán si lo necesita. Yo tengo mis propios medios para escapar. Nos reencontraremos en unos minutos como mucho.- Dijo antes de que un rugido sonase de fondo con el agua en movimiento. Aquella había sido la llamada de Sumire, quien ya estaba alcanzando la isla, a una velocidad mayor que el agua, dado que Mura le había pedido ayuda poco antes de que la bomba, o lo que fuere que hubiera provocado el Tsunami, cayese.
no se lo tuvo que pensar mucho. Una vez llegó a lo que sería el borde de la isla, hecho de pierda que parecía a nada de desmoronarse, pudo ver a su compañera. Su escamada piel, de un tono níveo con cierto brillo metálico se aproximaba sobrevolando la superficie de hielo agrietada, así que solo le quedaba saltar a su espalda y sujetarse con fuerza. Para ello, por lo menos hasta que se alejaran, utilizaría una última vez sus hilos de energía, sin reforzarlos con haki, ya que aún no podía emplear este. No tardó mucho en dejar de caer, quedando sobre el lomo de su alada compañera. -Supongo que luego me echarás la bronca.- Dijo con una media sonrisa que la magnifica criatura no podría ver, ya que estaba muy concentrada con el tema de escapar de ahí, aunque un resoplido suyo basto como respuesta. -Ya sé, ya...- Murmuró "relajándose" un poco ahora que estaban "a salvo".
No tardó mucho más en alcanzar a los que parecían su capitán y uno de sus compañeros. Suponía que el mapache se encontraba subido encima de Dexter a modo de arena en los zapatos o algo por el estilo. -Oye, esto se parece a volar con Dexter o Berthil.- Escuchó entonces en algún lado no muy lejos de su cabeza, al tiempo que notaba un hormigueo.
-¿Qué demonios?- Exclamó la chica, comenzando a rascarse la cabeza. Aquella voz era similar a la del bicho por el que andaba preocupándose. -¿Rocket? Antes lo pienso... ¿Dónde estabas?- Mientras se quejaba, el animal terminó de recomponerse, a tiempo para que Akane le agarrase por el pescuezo y le sentase entre su cuerpo y el de la dragona, para que no se cayera. -Espero que no me hayas dejado pulgas o algo por el estilo en el pelo, mapache.- Bufó, terminando de sacudirse el cabello.
-¿Me perdí?- Contestó con dudosa sinceridad.
-Como sea...- Mura encendió el comunicador. -He encontrado al mapache por el camino. Nos encontramos sobre Sumire, no muy lejos vuestra, para que no os preocupéis por él.- Informó. "Hora de volver a casa".
Mura sonrió de vuelta al fornido hombre que se encontraba aún ofreciéndole su mano mientras tomaba esta para ayudarse a la hora de incorporarse. Sin embargo, no pudo más que rechazar su ofrecimiento. -Creo que sería mejor que usaras tu habilidad para ayudar al capitán si lo necesita. Yo tengo mis propios medios para escapar. Nos reencontraremos en unos minutos como mucho.- Dijo antes de que un rugido sonase de fondo con el agua en movimiento. Aquella había sido la llamada de Sumire, quien ya estaba alcanzando la isla, a una velocidad mayor que el agua, dado que Mura le había pedido ayuda poco antes de que la bomba, o lo que fuere que hubiera provocado el Tsunami, cayese.
no se lo tuvo que pensar mucho. Una vez llegó a lo que sería el borde de la isla, hecho de pierda que parecía a nada de desmoronarse, pudo ver a su compañera. Su escamada piel, de un tono níveo con cierto brillo metálico se aproximaba sobrevolando la superficie de hielo agrietada, así que solo le quedaba saltar a su espalda y sujetarse con fuerza. Para ello, por lo menos hasta que se alejaran, utilizaría una última vez sus hilos de energía, sin reforzarlos con haki, ya que aún no podía emplear este. No tardó mucho en dejar de caer, quedando sobre el lomo de su alada compañera. -Supongo que luego me echarás la bronca.- Dijo con una media sonrisa que la magnifica criatura no podría ver, ya que estaba muy concentrada con el tema de escapar de ahí, aunque un resoplido suyo basto como respuesta. -Ya sé, ya...- Murmuró "relajándose" un poco ahora que estaban "a salvo".
No tardó mucho más en alcanzar a los que parecían su capitán y uno de sus compañeros. Suponía que el mapache se encontraba subido encima de Dexter a modo de arena en los zapatos o algo por el estilo. -Oye, esto se parece a volar con Dexter o Berthil.- Escuchó entonces en algún lado no muy lejos de su cabeza, al tiempo que notaba un hormigueo.
-¿Qué demonios?- Exclamó la chica, comenzando a rascarse la cabeza. Aquella voz era similar a la del bicho por el que andaba preocupándose. -¿Rocket? Antes lo pienso... ¿Dónde estabas?- Mientras se quejaba, el animal terminó de recomponerse, a tiempo para que Akane le agarrase por el pescuezo y le sentase entre su cuerpo y el de la dragona, para que no se cayera. -Espero que no me hayas dejado pulgas o algo por el estilo en el pelo, mapache.- Bufó, terminando de sacudirse el cabello.
-¿Me perdí?- Contestó con dudosa sinceridad.
-Como sea...- Mura encendió el comunicador. -He encontrado al mapache por el camino. Nos encontramos sobre Sumire, no muy lejos vuestra, para que no os preocupéis por él.- Informó. "Hora de volver a casa".
- resumen:
- Separarme de Worgulv y ser recogida por Sumire, volar lejos de la isla, reagrupándose con el resto de Blues. Llevo a Rocket conmigo por haber hablado con su user. Se había convertido en arena y subido a Mura sin que ella se diese cuenta por no usar el haki de observación.
Cosas usadas: Fuerza/destreza (puesta en post anteriores), "trampa de hilos" y corporeidad del aura, para sujetarse bien a Sumire y no caerse.
Deathstroke
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Activé nuevamente el haki de observación para buscar al resto de los Blue Roses que quedaban por los alrededores, para comenzar a evacuar la isla. En apenas unos segundos pude notar una presencia tan abrumadora y poderosa que supe que era la del capitán, aún se encontraba en la isla. Era extraño, no el que estuviese allí, sino el hecho que no hubiese hecho ningún comentario en ningún momento desde hacía un rato.
Comencé a avanzar más rápido hacia su posición por si realmente Bleyd tuviese razón respecto al capitán, aún así, Mura y Worgulv había ido antes que yo hacia él, y de haber pasado algo lo habrían comunicado. En ese momento, pude ver como salían volando Worgulv y Dexter de una explanada y por el comunicador dijo que se marchaban ya. Por otra parte, Mura se marcho con Rocket por otro lado. Parecía que solo quedaba yo por salir de aquella isla.
-Os sigo, chicos, volvamos a casa, no ha salido el día como habíamos pensado – les comuniqué.
Tan solo al principio habíamos tenido algo de control sobre y nos iba saliendo bien, pero una vez desembarcamos todo había ido mal. Habíamos perdido la posibilidad de recuperar a Legim, nos había traicionado un ciudadano de Fiordia y no habíamos podido capturarle ni hacer que fuese a la isla. Mientras iba pensando en aquello noté como la ira en mi interior iba creciendo “Me las pagarás, Bleyd, como no te presentes” pensé mientras aceleraba a mi máxima velocidad para alcanzar al resto.
Comencé a avanzar más rápido hacia su posición por si realmente Bleyd tuviese razón respecto al capitán, aún así, Mura y Worgulv había ido antes que yo hacia él, y de haber pasado algo lo habrían comunicado. En ese momento, pude ver como salían volando Worgulv y Dexter de una explanada y por el comunicador dijo que se marchaban ya. Por otra parte, Mura se marcho con Rocket por otro lado. Parecía que solo quedaba yo por salir de aquella isla.
-Os sigo, chicos, volvamos a casa, no ha salido el día como habíamos pensado – les comuniqué.
Tan solo al principio habíamos tenido algo de control sobre y nos iba saliendo bien, pero una vez desembarcamos todo había ido mal. Habíamos perdido la posibilidad de recuperar a Legim, nos había traicionado un ciudadano de Fiordia y no habíamos podido capturarle ni hacer que fuese a la isla. Mientras iba pensando en aquello noté como la ira en mi interior iba creciendo “Me las pagarás, Bleyd, como no te presentes” pensé mientras aceleraba a mi máxima velocidad para alcanzar al resto.
- resumen:
- Pirarme de la isla con el resto de los Blue Roses.
Osuka Sumisu
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Por fin pudieron llegar a uno de los helicópteros en los que los revolucionarios estaban huyendo de lo que iba a ser dentro de poco a un cráter hundido de la isla rocosa que era objetivo de la Buster Call del Gobierno.
Sargento se acomodó a su asiento mientras su segundo al mando también. El demonio carmesí se llevaba la mano al costado donde tenía las heridas más graves de su combate contra el agente de la Chiper Pol. A la vez, observaba como el campo de batalla estaba cubierto por los cuerpos de los valientes de ambos bandos. Aquello le hizo apretar los dientes. No entendía como su estrategia se había ido al garete por un agentucho pelado. Había prometido que no iba a dejar que muriesen más de los necesarios y había faltado a su promesa. Krauser no hubiese permitido aquello. Él hubiera partido en dos a aquel cabron y se hubiese llevado a todos los heridos a cuestas. Si le estaba viendo ahora mismo desde el más allá, seguramente se estaba llevando las manos a la cabeza.
Para alguno de sus camaradas aquella batalla la habían considerado una victoria, pero para Osu no era lo mismo. Miro a su compañero, en esta ocasión tenía que decir que había sido el que mantuvo la cabeza siempre fría. Y quizá aquello le había salvado.
- Ed… Tengo que pedirte disculpas, no, tengo que pedirle disculpas a todos. Desde que Krauser se fue y me puse de nuevo líder en la division, se me subió un poco a la cabeza –suspiro con tristeza-. Creia que podría con todo, y al final me ha salido el tiro por la culata.
Sargento se acomodó a su asiento mientras su segundo al mando también. El demonio carmesí se llevaba la mano al costado donde tenía las heridas más graves de su combate contra el agente de la Chiper Pol. A la vez, observaba como el campo de batalla estaba cubierto por los cuerpos de los valientes de ambos bandos. Aquello le hizo apretar los dientes. No entendía como su estrategia se había ido al garete por un agentucho pelado. Había prometido que no iba a dejar que muriesen más de los necesarios y había faltado a su promesa. Krauser no hubiese permitido aquello. Él hubiera partido en dos a aquel cabron y se hubiese llevado a todos los heridos a cuestas. Si le estaba viendo ahora mismo desde el más allá, seguramente se estaba llevando las manos a la cabeza.
Para alguno de sus camaradas aquella batalla la habían considerado una victoria, pero para Osu no era lo mismo. Miro a su compañero, en esta ocasión tenía que decir que había sido el que mantuvo la cabeza siempre fría. Y quizá aquello le había salvado.
- Ed… Tengo que pedirte disculpas, no, tengo que pedirle disculpas a todos. Desde que Krauser se fue y me puse de nuevo líder en la division, se me subió un poco a la cabeza –suspiro con tristeza-. Creia que podría con todo, y al final me ha salido el tiro por la culata.
- Resumen:
- Huir ya en el helicoptero y pedir perdon a Ed por venirse arriba (?)
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Akuma no mi
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Era el momento perfecto, Arthur por fin, entre quejidos y atragantamientos había caído inconsciente por el alcohol, había acabado casi por completo con todas las botellas de alcohol que llevaba encima, unas veinte “Este desgraciado me va a tener que pagar todo este alcohol, como si fuese gratis” dije mirando hacia un lado. El primer paso era relativamente sencillo, realizar una incisión el hombro para comenzar a operar y de alguna manera arreglar aquella clavícula y así poder seguir con el brazo.
Según fui abriendo pude ver que no veía nada, no era mi campo de especialización, sabia donde estaban las partes del cuerpo, pero aquello me superaba por un poco. Usando los aperos propios fui colocando poco a poco la clavícula en su sitio, así como las demás partes. La clavícula, la revestí de azúcar, endurecida para que aguantase más, hasta que el hueso se volviese a unir por sí solo. Y para los músculos internos, hilo de azúcar que mientras estuvo en contacto conmigo se mantuvo en su sitio sin absorberse.
Apenas un par de minutos más y sin que empezase con la siguiente parte de aquella herida llegamos a los barcos que nos sacarían de allí, en cuanto aterrizamos absorbí todo el azúcar mientras vinieron los médicos principales, quienes se llevarían a los heridos y comenzarían sus tratamientos.
-Los piratas y Revolucionarios también hay que atenderles – ordené en cubierta a los médicos – siguen siendo personas, luego ya se verá que se hace con ellas.
De ahí fui a las cocinas para terminar de preparar la comida que había hecho y me llevé a Legim conmigo, hasta que no volviese a estar entre rejas o el capitán me lo ordenase no me separaría de él. Al final no habíamos podido disfrutar aquel banquete como era debido, pero todos los marines allí presentes agradecerían comida caliente, por lo que cuando terminó de prepararse comencé a repartirla entre los marines y heridos que aún podían comer y que habían sido atendidos.
-No te lo mereces, pero seguro que llevas mucho tiempo sin comer – le dije al capitán pirata mientras le acercaba un trozo de la tarta de queso.
Solo me quedaba por hacer un par de cosas, asegurarme de que el resto de los Kiritsu se encontraban a salvo o por lo menos vivos e ir a reportarme a Al y que me diese instrucciones. Aunque lo que me apetecía realmente era volver a Marinefort y ver a Luthien de nuevo.
Según fui abriendo pude ver que no veía nada, no era mi campo de especialización, sabia donde estaban las partes del cuerpo, pero aquello me superaba por un poco. Usando los aperos propios fui colocando poco a poco la clavícula en su sitio, así como las demás partes. La clavícula, la revestí de azúcar, endurecida para que aguantase más, hasta que el hueso se volviese a unir por sí solo. Y para los músculos internos, hilo de azúcar que mientras estuvo en contacto conmigo se mantuvo en su sitio sin absorberse.
Apenas un par de minutos más y sin que empezase con la siguiente parte de aquella herida llegamos a los barcos que nos sacarían de allí, en cuanto aterrizamos absorbí todo el azúcar mientras vinieron los médicos principales, quienes se llevarían a los heridos y comenzarían sus tratamientos.
-Los piratas y Revolucionarios también hay que atenderles – ordené en cubierta a los médicos – siguen siendo personas, luego ya se verá que se hace con ellas.
De ahí fui a las cocinas para terminar de preparar la comida que había hecho y me llevé a Legim conmigo, hasta que no volviese a estar entre rejas o el capitán me lo ordenase no me separaría de él. Al final no habíamos podido disfrutar aquel banquete como era debido, pero todos los marines allí presentes agradecerían comida caliente, por lo que cuando terminó de prepararse comencé a repartirla entre los marines y heridos que aún podían comer y que habían sido atendidos.
-No te lo mereces, pero seguro que llevas mucho tiempo sin comer – le dije al capitán pirata mientras le acercaba un trozo de la tarta de queso.
Solo me quedaba por hacer un par de cosas, asegurarme de que el resto de los Kiritsu se encontraban a salvo o por lo menos vivos e ir a reportarme a Al y que me diese instrucciones. Aunque lo que me apetecía realmente era volver a Marinefort y ver a Luthien de nuevo.
- resumen:
- Salir del lugar hacia los barcos marines para marcharme siempre con Legim al lado para que no escape.
Liv L Astrid
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El revolucionario al mando me respondió de un amanera bastante agresiva, diciendo que sabía lo de las puertas y el camino con trampas, por lo que aquello que nos hizo entender era algo que había mandado él.
-Estas jodida, te has delatado tu solita – me dijo Trece llevándose una mano a la boca para cubrir una sonrisa.
Miré mal a la niña y me preparé para comenzar a atacar en cuanto me atacasen, sin embargo, aquel hombre ordeno que nos registrasen. Parecía que no se había dado cuenta de mi error. Debido a esto me relajé un poco y esperé a que llegasen a mí para registrarme. Y tras unos minutos del registro, detuvieron al revolucionario al que le coloqué el caracolófono, todo estaba saliendo a la perfección. EL joven aquel comenzó a gritar y jurar que aquello no era suyo y otras cosas típicas de la gente a la que arrestaban. Trece se había quedado completamente sorprendida y boquiabierta, parecía que no lo había visto venir. Gracias a eso dejaron de registrarnos y se lo llevaron. Tras estos esperé unos minutos y me dirigí al hombre al mando.
-Señor, siento nuestra incompetencia por no habernos dado cuenta del espía, espero que no vuelva a pasar. – la dije agachando ligeramente la cabeza – Ahora… quisiera reportar nuevamente el problema con la quilla del barco. – dije en un tono tranquilo – La he visto con mis propios ojos, y no creo que aguante mucho más, y si cede el barco reventará de forma literal, deberíamos irnos a uno de los otros barcos y salvar a todos los que podamos con los botes. – le propuse.
Me quedé allí esperando órdenes, si ordenaba evacuación del barco ayudaría y luego iría hasta otro barco para ponernos a salvo, en caso de que no lo quisiese hacer, le pediría permiso para ir al barco médico para ayudar con los heridos por ser cirujana además de tener habilidad para curar más rápido, de lo que le haría una demostración para que me creyese.
-Estas jodida, te has delatado tu solita – me dijo Trece llevándose una mano a la boca para cubrir una sonrisa.
Miré mal a la niña y me preparé para comenzar a atacar en cuanto me atacasen, sin embargo, aquel hombre ordeno que nos registrasen. Parecía que no se había dado cuenta de mi error. Debido a esto me relajé un poco y esperé a que llegasen a mí para registrarme. Y tras unos minutos del registro, detuvieron al revolucionario al que le coloqué el caracolófono, todo estaba saliendo a la perfección. EL joven aquel comenzó a gritar y jurar que aquello no era suyo y otras cosas típicas de la gente a la que arrestaban. Trece se había quedado completamente sorprendida y boquiabierta, parecía que no lo había visto venir. Gracias a eso dejaron de registrarnos y se lo llevaron. Tras estos esperé unos minutos y me dirigí al hombre al mando.
-Señor, siento nuestra incompetencia por no habernos dado cuenta del espía, espero que no vuelva a pasar. – la dije agachando ligeramente la cabeza – Ahora… quisiera reportar nuevamente el problema con la quilla del barco. – dije en un tono tranquilo – La he visto con mis propios ojos, y no creo que aguante mucho más, y si cede el barco reventará de forma literal, deberíamos irnos a uno de los otros barcos y salvar a todos los que podamos con los botes. – le propuse.
Me quedé allí esperando órdenes, si ordenaba evacuación del barco ayudaría y luego iría hasta otro barco para ponernos a salvo, en caso de que no lo quisiese hacer, le pediría permiso para ir al barco médico para ayudar con los heridos por ser cirujana además de tener habilidad para curar más rápido, de lo que le haría una demostración para que me creyese.
- resumen:
- Ver lo sucede con el arresto del revolucionario al que hago ver como espía, hablar con el que esté al mando y volver a informar sobre la quilla y proponerle ir a otros barcos por si en el que estamos explota, diga lo que diga, intentar ir a otro barco (para estar segura de la ola gigante).
La gran ola se aproxima a la costa de la isla, primero engulle el hielo y este se quiebra a su paso, añadiendo gigantescos trozos arrastrados al peligro que, ya de por si, representa. A medida que avanza barre navíos maltrechos, o mal preparados, estos se pierden en las profundidades del muro de agua y los gritos de los tripulantes se ahogan en cuestión de instantes. En cuestión de segundos la ola alcanza la pared del acantilado de la isla y rompe contra esta, un torrente comienza a barrer su superficie, en la cual ya quedan sólo algunos pocos desgraciados que no han sido lo suficientemente rápidos o afortunados de poder abandonar la isla. Los edificios ceden y son arrastrados, arrancados de cuajo por la corriente. Cuando el agua llega a la boca de la cueva esta entra y llena todo rincón que encuentra, saliendo con gran potencia por los agujeros del techo, formando grandes fuentes que alcanzan cientos de metros de altura. Ya nada queda en Gray Rock, sólo el recuerdo de una batalla que muchos considerarían una pérdida estúpida de vidas y tiempo.
Por fortuna para aquellos que escapan en barco la isla y el hielo hacen de amortiguador, formando una amplia zona en la cual las olas no son de un tamaño tan preocupante, lo suficientemente grande como para que escapen en ella barcos de diferentes facciones sin tener que entablar batalla, aunque ¿alguien querría continuar tras esto?
Sólo los cargos del gobierno de cierto rango saben que este está detrás de este último ataque. Sólo estos conocen que la marina ha tenido que adoptar estrategias más despiadadas y deshacerse de algunos de sus antiguos escrúpulos para poder mantener el ritmo al resto de facciones. Un plan que parece burdo y despiadado. Usar la figura de un Yonkou como reclamo para atraer a los criminales más poderosos y debilitar sus fuerzas mediante el sacrificio de una base y un gran número de efectivos. Si el plan ha salido bien o mal... supongo que será secreto. Aunque lo que sí está claro es que el Gobierno no está tan debilitado como cabría esperar, incluso mostrando el despliegue de nuevas armas.
La revolución puede descansar tranquila, de momento. A pesar del resultado de la batalla y de que el gobierno quiere mantener una postura fuerte está claro que este sacrificio ha sido muy importante para ellos. Es posible que, si los revolucionarios juegan bien sus cartas logren que el Gobierno Mundial no se recupere de este golpe que ha tenido que encajar. La estrategia de emplear una flota relativamente pequeña con una fuerza de asalto móvil ha dado sus frutos. A pesar de las bajas varios hombres afirman haber podido derrotar a algunos miembros de alto rango y haber podido sacar documentos con información importante. Un arma del terror, un gigantesco cañón montado en vías paralelas de Umi Ressha, las cuales se desplazan en el triángulo de corrientes, un cañón capaz de arrasar islas que se encuentran más allá del horizonte.
La flota pirata, aunque disgregada, ha sido capaz de escapar en su mayoría. Serán recordados los nombres de las bandas que no sobrevivieron, o puede que caigan en el olvido, eso depende de la hermandad. La mayoría os retiráis cansados y heridos, puede que peor. Durante esta batalla muchos no han perdido la oportunidad de dar su nombre a reconocer, los logros en esta isla pueden haceros un nombre para llamar la atención de tripulaciones poderosas o elevar la reputación de otras ya reconocidas de por sí. Algunos se van con las manos vacías, otros seguro que han conseguido algún pequeño tesoro. El castillo flotante de Viktor Elric, aunque maltrecho, sigue a flote y ha ofrecido sus servicios como base móvil para asistir a aquellos piratas que lo necesiten sin ningún cargo, algo bastante generoso por su parte, aunque nunca se sabe lo que trama ese hombre.
Lo que todos saben es que nadie ha visto a Legim morir. En efecto, ha sobrevivido, aunque su destino es incierto. Algunos creen que murió en medio de la batalla, solo que fue un hecho muy poco vistoso. Otros piensan que, al no poder ser un evento que mostrase la autoridad del gobierno ni su capacidad para mantenerla, este nunca dio la orden de ejecutarlo. Algunos incluso especulan que es simplemente un traidor que aceptó ser la carnaza para atraerlos a todos con tal de que al final no se le ejecutase. No se sabe si al final su destino ha sido sellado en privado o ha vuelto a Impel Down a la espera de otra oportunidad, una cosa está clara, de momento y en cuanto a la opinión pública se refiere, una ejecución oficial todavía no ha sido llevada a cabo.
Los destinos de muchos hombres y mujeres han sido sellados hoy en este fatídico día que será tristemente recordado. En esta isla, donde los caminos de tantas personas se han cruzado. En esta isla los caminos de futuras leyendas han comenzado, partiendo al mar de nuevo, con la mirada en el futuro, en busca de volver a encontrarse de nuevo.
Muchas gracias a todos por participar en este evento y tener paciencia con las moderaciones. Esperamos desde el Staff que todos lo hayáis disfrutado.
Seguidamente se pasará a la revisión para poder asignar la experiencia y los premios correspondientes a cada participante.
De nuevo Muchas gracias y un saludo.
Por fortuna para aquellos que escapan en barco la isla y el hielo hacen de amortiguador, formando una amplia zona en la cual las olas no son de un tamaño tan preocupante, lo suficientemente grande como para que escapen en ella barcos de diferentes facciones sin tener que entablar batalla, aunque ¿alguien querría continuar tras esto?
Sólo los cargos del gobierno de cierto rango saben que este está detrás de este último ataque. Sólo estos conocen que la marina ha tenido que adoptar estrategias más despiadadas y deshacerse de algunos de sus antiguos escrúpulos para poder mantener el ritmo al resto de facciones. Un plan que parece burdo y despiadado. Usar la figura de un Yonkou como reclamo para atraer a los criminales más poderosos y debilitar sus fuerzas mediante el sacrificio de una base y un gran número de efectivos. Si el plan ha salido bien o mal... supongo que será secreto. Aunque lo que sí está claro es que el Gobierno no está tan debilitado como cabría esperar, incluso mostrando el despliegue de nuevas armas.
La revolución puede descansar tranquila, de momento. A pesar del resultado de la batalla y de que el gobierno quiere mantener una postura fuerte está claro que este sacrificio ha sido muy importante para ellos. Es posible que, si los revolucionarios juegan bien sus cartas logren que el Gobierno Mundial no se recupere de este golpe que ha tenido que encajar. La estrategia de emplear una flota relativamente pequeña con una fuerza de asalto móvil ha dado sus frutos. A pesar de las bajas varios hombres afirman haber podido derrotar a algunos miembros de alto rango y haber podido sacar documentos con información importante. Un arma del terror, un gigantesco cañón montado en vías paralelas de Umi Ressha, las cuales se desplazan en el triángulo de corrientes, un cañón capaz de arrasar islas que se encuentran más allá del horizonte.
La flota pirata, aunque disgregada, ha sido capaz de escapar en su mayoría. Serán recordados los nombres de las bandas que no sobrevivieron, o puede que caigan en el olvido, eso depende de la hermandad. La mayoría os retiráis cansados y heridos, puede que peor. Durante esta batalla muchos no han perdido la oportunidad de dar su nombre a reconocer, los logros en esta isla pueden haceros un nombre para llamar la atención de tripulaciones poderosas o elevar la reputación de otras ya reconocidas de por sí. Algunos se van con las manos vacías, otros seguro que han conseguido algún pequeño tesoro. El castillo flotante de Viktor Elric, aunque maltrecho, sigue a flote y ha ofrecido sus servicios como base móvil para asistir a aquellos piratas que lo necesiten sin ningún cargo, algo bastante generoso por su parte, aunque nunca se sabe lo que trama ese hombre.
Lo que todos saben es que nadie ha visto a Legim morir. En efecto, ha sobrevivido, aunque su destino es incierto. Algunos creen que murió en medio de la batalla, solo que fue un hecho muy poco vistoso. Otros piensan que, al no poder ser un evento que mostrase la autoridad del gobierno ni su capacidad para mantenerla, este nunca dio la orden de ejecutarlo. Algunos incluso especulan que es simplemente un traidor que aceptó ser la carnaza para atraerlos a todos con tal de que al final no se le ejecutase. No se sabe si al final su destino ha sido sellado en privado o ha vuelto a Impel Down a la espera de otra oportunidad, una cosa está clara, de momento y en cuanto a la opinión pública se refiere, una ejecución oficial todavía no ha sido llevada a cabo.
Los destinos de muchos hombres y mujeres han sido sellados hoy en este fatídico día que será tristemente recordado. En esta isla, donde los caminos de tantas personas se han cruzado. En esta isla los caminos de futuras leyendas han comenzado, partiendo al mar de nuevo, con la mirada en el futuro, en busca de volver a encontrarse de nuevo.
Muchas gracias a todos por participar en este evento y tener paciencia con las moderaciones. Esperamos desde el Staff que todos lo hayáis disfrutado.
Seguidamente se pasará a la revisión para poder asignar la experiencia y los premios correspondientes a cada participante.
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