Liv L Astrid
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Akuma no mi
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Había acabado de bajar la temperatura a las armas tras un rato, seguía sin saber si funcionaría, sin embargo, tampoco las iba a usar para comprobarlo, iba contra mis principios. Además, de pronto escuché unas voces acercándose. Aquello me informó de que debía marcharme de allí y así lo hice, con cuidado de que nadie me viese salí de aquella cubierta y subí a la principal y me dirigí hacia algún lugar en el pareciesen necesitar ayuda.
-Liv, no entiendo porqué te has arriesgado a hacer eso con las armas, no creo que sirva de nada – me dijo Trece mientras caminaba.
-Es posible que no sirva, pero si sí lo hace la revolución habrá perdido poder ofensivo contra el Gobierno y eso inclinará la balanza a favor de este – le respondí en un murmullo. – Ahora, tengo que pensar en algún modo de llegar a otro barco para intentar inutilizarlo también. – continué en el mismo tono.
-Bueno, es cierto que te lo han mandado, pero, por otra parte, podrías liarte a mamporrazos con todos los de esta nave, seguro que te gusta más esa idea.
-Sin duda alguna, pero son ordenes – dije esta vez en un tono más normal.
-Liv, no entiendo porqué te has arriesgado a hacer eso con las armas, no creo que sirva de nada – me dijo Trece mientras caminaba.
-Es posible que no sirva, pero si sí lo hace la revolución habrá perdido poder ofensivo contra el Gobierno y eso inclinará la balanza a favor de este – le respondí en un murmullo. – Ahora, tengo que pensar en algún modo de llegar a otro barco para intentar inutilizarlo también. – continué en el mismo tono.
-Bueno, es cierto que te lo han mandado, pero, por otra parte, podrías liarte a mamporrazos con todos los de esta nave, seguro que te gusta más esa idea.
-Sin duda alguna, pero son ordenes – dije esta vez en un tono más normal.
- resumen:
- no hago nada relevante, salir a la cubierta principal del barco e intentar pasar desapercibida pensando una para ir a otro barco.
Kaori Nanami
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Todo había sucedido en un par de segundos. Bob había parado su ataque con una facilidad que no se la esperaba y la dejó tumbada en el piso, con él sentado, cómodamente, en su espalda. ”Sal encima de mí, maldito” – pensó con rabia. Tenía un brazo menos, pero tampoco era mucha cosa, sabía que tenía una oportunidad de escapar y volver al juego, pero necesitaba una distracción, algo que le hiciera perder la atención de ella. ”¿Qué hago?” – suspiró con desgana mientras sopesaba sus opciones. Contaba con que Dretch o Eric la ayudaran, pero la situación ya estaba bastante tensa como para intentar hacer algo más. Y, tomando en cuenta las palabras del capitán, notaba cada vez más que ese sujeto escondía algo. ¿Por qué sabía tanto? El Cipher Pol tenía la fama de ser una agencia secreta, algo que muy pocos sabían de su existencia. ¿Por qué hablaba como si los conociera? La idea de que él estuviera infiltrado o bien fuera un ex agente, rondaba más de una vez por su cabeza.
– Relájate, piensa, debes ser paciente… Estoy segura que ellos harán algo. – Murmuró en un tono inaudible.
Por alguna extraña razón, confiaba en sus compañeros. Confiaba en que pensarían en alguna forma de sacarla de esa situación. Tuvieron la oportunidad de irse, pero no lo hicieron. Tuvieron la oportunidad de dejarla a su suerte, pero no lo hicieron. Mostraban cierto grado de lealtad y de compromiso… Como si no quisieran dejar a alguien a la deriva. Escuchó las palabras del parcheado y no pudo evitar sonreír. Era cierto, la alianza que les proponía y los hechos que él había demostrado, daban a entender que era algo en lo que confiar. ¿Quién, en su sano juicio, salvaría la vida de un enemigo? Pudo haber dejado muerto a Bob y, en base a eso, mandar sobre los otros y seguir con su plan. No lo hizo y, no obstante, el “capitán pirata” Bob se mostraba reacio… Casi como si estuviera jugando con ellos. ”¿Eso es…? – Elevó su mirada unos segundos y logró divisar una… ¿Cartera? Tenía toda la pinta. Una especie de billetera en uno de sus bolsillos. ¿Por qué la tendría? ¿Por qué un pirata la tendría? ”Sea lo que sea, tengo la oportunidad de robarlo y ver qué esconde” – se dijo mientras esperaba su oportunidad. Dretch, una vez acabado su discurso, se acercó para estrechar su mano con la del supuesto capitán.
– No… No todavía. – Murmuró, otra vez. Tenía que mantener la cabeza fría, necesitaba un impulso más.
Quería salir pronto de ese embrollo y robar la cartera de ese sujeto, pero necesitaba algo más que unas simples palabras como para que Bob se distrajera. Aunque… ¿Alguien como él en verdad se distraería? ¿Por qué lo haría? Tenía la confianza suficiente como para hablar con naturalidad ante ellos, los subestimaba y los dejaba ver como niños desesperados por un dulce. Fue entonces que se encontró con la mirada de Eric… ”Si hay alguien que puede ayudar ahora, eres tú” – pensó. Sabía que el salvaje podía hacer algo, quizás no atacar directamente, pero por sus impulsos podía tener la distracción perfecta. Pero… No pasó nada. No hizo nada, al menos, no como se lo esperaba. Sintió el temblor y en cuanto el barco empezó a moverse, fue que se movió, lo primero que hizo fue hacer la suficiente fuerza en sus piernas como para intentar levantarse ella y a Bob en el proceso. Fue en ese mismo instante, en que, con su mano libre, intentaría sacar la cartera del bolsillo de su pantalón e intercambiarla por la suya propia. Algo limpio, rápido y eficaz. Si lo conseguía, solo tenía que correr en la dirección opuesta y quedar a las espaldas de Dretch. Si no funcionaba nada… Solo tenía una opción: Quedarse en el suelo con Bob en sus espaldas.
- Resumen:
- Relleno, reaccionar a lo que sucede en el barco, intentar liberarme del agarre de Bob e intentar robar su cartera.
Del cuerpo del pelirrojo continuaba emergiendo una gran cantidad de fuego enfocada en un único punto, el cual, si él quisiera, podría derretir incluso la roca de aquella dichosa isla. Sin embargo, no pensaba hacerlo, al menos por el momento. Se concentró intentando prever que haría Arribor, pero no sucedía nada. En el escaso lapso de tiempo que duró su ataque no pudo ver como esquivaba o se retiraba, era como si el atáquele hubiera dado de lleno, y eso le hizo mostrar una pequeña sonrisa que no duró mucho en su rostro. El latido de su corazón se volvió lento, como si todo se ralentizara, pudo notar como un pie se apoyaba con fuerza sobre el suelo, como algo que estaba frente parecía moverse en medio de aquel infierno de fuego; y algo en su interior le decía que corría peligro. Instintivamente, aún con el cuerpo recubierto de haki y sus espadas envueltas en energía espiritual, dejó de lanzar fuego y agitó sus alas, intentando elevarse varios metros, al mismo tiempo que posicionaba sus katana en guardia baja –apuntando hacia abajo-. Fue entonces cuando una abrumadora fuerza, la cual apenas puedo ser bloqueada por sus armas, aunque lo intentó, le envió por los aires varios metros hasta chocar contra una elevación del terreno que bloqueó su recorrido.
«Maldita bestia»
Pensó, notando dolor en todo su cuerpo. Salió de la hermosa oquedad que había hecho en la roca, y usó su fuego etéreo para curarse las heridas que había recibido con el golpe. Después de todo, si tenía que seguir luchando contra Arribor debía estar en perfectas condiciones. Desde la lejanía, el aspecto de su oponente parecía quemado. Les separaba una distancia de diez u once metros, quizás algo más, tal vez algo menos. Eso daba igual. Y de pronto, como si el destino quisiera ponerle a prueba ante los peligros del mundo, una zarpa azul como un zafiro apareció en escena, golpeando el suelo y creando una onda expansiva que le devolvió a la roca. Aquella aura le era conocida, era la de Dexter Black, ¿qué demonios quería ahora ese cansino? Se preguntó, saliendo de nuevo de la roca. Su fuego curativo seguía sanando sus heridas, hasta el punto que apenas sentía dolor, quizás una leve molestia que se iría yendo en pocos segundos; eso si le dejaban algo de cuartel.
Cuando la nube de polvo se disipó había un hombre, un hombre vestido con mallas rojas y una capa, con una espesa barba, fofisano como ningún otro hombre que haya visto y subido en un ridículo caballo. No, No era un caballo, era un… ¿pony? Ese hombre estaba subido en un maldito pony. ¿En serio ese era Dexter? Aparentemente no, ¿pero quién aparte de él tenía semejante poder de destrucción y garras azules?
-¿Te importaría dejarnos pelear en paz? –saltó Zane, acercándose más hacia aquel hombre, aunque quedándose a una distancia prucendial-. Nadie te ha dado vela en este entierro.
«Maldita bestia»
Pensó, notando dolor en todo su cuerpo. Salió de la hermosa oquedad que había hecho en la roca, y usó su fuego etéreo para curarse las heridas que había recibido con el golpe. Después de todo, si tenía que seguir luchando contra Arribor debía estar en perfectas condiciones. Desde la lejanía, el aspecto de su oponente parecía quemado. Les separaba una distancia de diez u once metros, quizás algo más, tal vez algo menos. Eso daba igual. Y de pronto, como si el destino quisiera ponerle a prueba ante los peligros del mundo, una zarpa azul como un zafiro apareció en escena, golpeando el suelo y creando una onda expansiva que le devolvió a la roca. Aquella aura le era conocida, era la de Dexter Black, ¿qué demonios quería ahora ese cansino? Se preguntó, saliendo de nuevo de la roca. Su fuego curativo seguía sanando sus heridas, hasta el punto que apenas sentía dolor, quizás una leve molestia que se iría yendo en pocos segundos; eso si le dejaban algo de cuartel.
Cuando la nube de polvo se disipó había un hombre, un hombre vestido con mallas rojas y una capa, con una espesa barba, fofisano como ningún otro hombre que haya visto y subido en un ridículo caballo. No, No era un caballo, era un… ¿pony? Ese hombre estaba subido en un maldito pony. ¿En serio ese era Dexter? Aparentemente no, ¿pero quién aparte de él tenía semejante poder de destrucción y garras azules?
-¿Te importaría dejarnos pelear en paz? –saltó Zane, acercándose más hacia aquel hombre, aunque quedándose a una distancia prucendial-. Nadie te ha dado vela en este entierro.
- Resumen:
- Defenderme del ataque de Arribor + Usar mi fuego etéreo para curar heridas + blablablá + decirle a nuestro atacante que nos deje tranquilos.
En medio de la plaza da lugar una lucha entre piratas de la más alta categoría... y algún marine, se crea en poco tiempo una zona 0 en la que si alguien se mete lo más seguro es que salga volando por los aires. Un oficial con pinta bastante importante observa el combate mientras da una calada a un gran puro.
- Señor ¿Deberíamos hacer algo? - Pregunta un marine.
- No... Dejadlos luchar.
Mientras tanto los misteriosos soldados de piedra empiezan recibir cañonazos por parte de las torretas con cañones navales que están en el perímetro de la isla. Lo que iguala la batalla.
- Señor ¿Deberíamos hacer algo? - Pregunta un marine.
- No... Dejadlos luchar.
Mientras tanto los misteriosos soldados de piedra empiezan recibir cañonazos por parte de las torretas con cañones navales que están en el perímetro de la isla. Lo que iguala la batalla.
- Gobierno:
- Jack Suzume:
- Sigues cocinando... Empieza a oler muy bien, y de pronto escuchas el sonido de una explosión en algún punto. Si asomas la cabeza verás una bestia mecánica de decenas de metros atacando a algo...
- Ori Kenobi:
- Te acercas al lugar del suceso. Parece que la granada explotó dejando un cráter de unos tres metros de radio... Es potente la cosa, vaya. Lo sorprendente es que en su interior hay una especie de perro sin piernas aullando de dolor y lo que seguramente en algún momento fue una mujer humana. Aunque ahora parece más un montoncito de carne picada. Ñam.
- Los hijos de Bob:
- Gracias a la distracción de Eric, Kaori logra dar el cambiazo con la cartera de Bob y levantarse sin muchos problemas, tras eso se sitúa tras Dretch. La cartera tiene algo interesante y que ambos reconocéis enseguida. "Código de agente nº 808 CP8, nombre en clave: Bob." a parte de otros datos técnicos. Es una identificación oficial y verdadera. Por cierto ¿Y bob? ah, ahí está con las nalgas todavía pegadas a la espalda de Kaori, sentado en una posición bastante antinatural.
- No creo que se una lectura muy apasionante señorita. - Dice antes de bajarse de un salto. - Supongo que sobran las presentaciones. La verdad es que jamás pensé que unos agentes tuvieran la misma idea que nosotros, solo que mas improvisada... mira que estáis verdes. En fin, ya que estáis aquí ayudadnos y puede que aprendáis una o dos cosas útiles sobre ser un agente y tal. Mientras tanto os haré una lista de toooooooodo lo que habéis hecho mal.
Chasquea los dedos y al instante toda la tripulación se pones seria y firme, saluda y corren a sus puestos para la batalla que va a venir.
- ¿Veis esas cajas de ahí?- Dice señalando a un montón de cajas de madera aparentemente normales. - Por ahora abrirlas e id lanzando una carga cada 50 metros.
Las cargas son pequeños bloques del tamaño de un par de puños envueltos en un plástico.
- Kai Bitches:
- El loco plan de evacuación funciona relativamente bien. A ver cómo os explico... Vamos por partes:
El avión desvía el brazo del ser mecánico, que a puntito está de daros pero en su lugar se carga por completo la parte delantera del barco. Si antes no se hundía deprisa, ahora cae a un ritmo descontrolado. El agua entra a borbotones y parece que os vais a hundir cuando lográis subiros a duras penas. De hecho, mientras la aeronave se aleja uno de los motores es golpeado por el gigante y parece fallar, pero puede seguir volando. Ahora vamos a ver lo que sucede por aquí... Vaya, parece que el gigante está calculando sus opciones... ¿Qué pasará?
- Arthur:
- -De todo, pequeño. De todo- dice una voz al otro lado de la línea. Parece una mujer, y mientras te lo explica va soltando varias referencias a tu tamaño bastante molestas, aunque nada que te sorprenda realmente-. Por cierto, Capitín... El Vicealmirante Naion está desaparecido.
- Al :
- Seguís vuestro camino hasta llegar a la isla. Ascendéis a un embarcadero situado en una cueva dentro de la roca. Más que una cueva es una gran grieta, la cual se extiende en algunos puntos muy concretos hasta la superficie por la cual se pueden ver algunos tímidos rayos de sol. El interior es un elaborado complejo con edificios excavados en la roca e intrincados pasillos que llevan a un sinfin de salas. La fortaleza está pensada para albergar a una gran cantidad de hombres sin duda. En poco tiempo llegaréis a una de las salidas principales, situadas detrás de un saliente de las rocas que se interpone entre la plaza y vosotros sirviendo de antesala.
- Kenmei:
- En medio de la oscuridad se escuchan varios disparos y gritos de los marines asustados. Unos llamándose a otros con voz preocupada.
- ¡Parad insensatos! - Gritó el topo. - Si disparáis podéis mataros entre vosotros.
Mientras tanto has estrangulado a uno de ellos con un calcetín sudado y vas a por el segundo, pero no es un método muy efectivo, ni tampoco sabes si lo has estrangulado o se ha hecho el muerto por cansino. En medio de la confusión ves como el hombre corre dando un rodeo y pasando por detrás de la armadura. Tiene los ojos cerrados, pero se mueve con bastante soltura, te dispara apuntando al hombro y la pierna, cuando llega a ti lanza una puñalada con un cuchillo directa al cuello.
- Yo lo distraeré, los que queden vivos que traten de escapar y pidan refuerzos.
(me parece bien que quieras matar personas pero si no se como lo haces tengo que trabajar con un papel en blanco)
- Fenrir:
- Mientras las balas de cañón vuelan a vuestro alrededor te lanzas al ataque, el marine trata de detener como puede con sus espada pero esta se quiebra y tu hoja logra atravesar su vientre de lado a lado. Con sus últimas fuerzas suelta la espada y te agarra con una mano, mientras con la otra enciende un Zippo.
- Cuando llegues al infierno di que vas de parte de Mc. Gelinger... y discúlpate por los inconvenientes de mi parte. - Suelta el mechero dejándolo caer en el agujero en los tablones antes formado, en una sala donde debería encontrarse el polvorín.
- Piratas:
- Deathstroke:
- La ilusión genera una gran discordia entre los presentes, a muchos los pilla desprevenidos, pero el hecho de que se transforme en medio de todos hace que quede la gente suficiente como para tomarlo por una broma de mal gusto. Aun así después de todo lo que han visto ya poca cosa les sorprende.
- Brynn y Nailah:
- El almacén es viejo y parece que no se usa desde hace años, por faltarle le falta luz eléctrica, aunque con lo poco que se cuela por las ventanas vale para ver. Por lo general encontráis, sobre todo, documentos viejos, presupuestos, pagos, entregas de pertrechos... En uno guardado en un fichero bastante bien organizado pone "proyecto Big Mom" al parecer se trata de un cañón de potencia absurda que tiene que ser transportado por dos vías gemelas en Umi Reisha. La información detallada está deteriorada.
- Yuu y compañía:
- Los autómatas disparan a los acorazados, sufren daños, pero están lejos de detenerlos dado el volumen que tiene cada uno. Tienes la sensación de que tu nave empieza a atraer miradas indeseadas pero por ahora no ves nada importante.
- Katharina:
- Los espíritus te van informando y comunicando varios sucesos importantes. "Gran pelea en el la plaza, piratas famosos, descamisado, dragón azul, hombre sangriento" "Conmoción en las piedras, soldados de roca se enfrentan a los vivos" "fuego y caos" "Braguitas a rallas" "Los cañones nos atacan" "Por favor que nadie se entere que morí con la cabeza atascada en el retrete de un baño público"
- Ragnar :
- Bueno, estás en un barco en llamas, al cual le están disparando unos acorazados y tomas el timón para reposicionarlo, al principio todo bien, pero luego ves que este se te va un poco de las manos y empieza a empujar el barco que querías proteger contra el hielo (Como molaría ser navegante o timonel para saber que puede estar yendo mal)
- Tripulación del S.S.Syxel:
- Bueno, a Ragnar se le ha ocurrido la brillante idea de conducir un barco en llamas al lado del vuestro, no debe tener mucha idea de como se maneja una de esas cosas pues más que protegeros os está empujado contra el hielo, frenando vuestra marcha y prendiendo el vuestro con unas extrañas llamas negras.
- Mura:
- En el cráter solo hay agua que va llenado el espacio donde antes había hielo.
- Revolucionarios:
- Maki:
- Vas explorando las profundidades del barco sin encontrar mucha gente, todos los que te encuentras o están huyendo o durmiendo sobre un charco rojo. Al poco tiempo te das cuenta de que no es normal que haya tanta agua en un barco, o si, no tengo ni idea. El caso es que una grieta aparece bajo tus pies, y sobre tu cabeza. El barco comienza a partirse por la mitad y tú estás justo en el medio.
- Ernest:
- Bueno, la verdad es que tras unos minutos de exploración puedes ver que los edificios de la isla son bastante viejos y están en un estado un poco deteriorado. Casi como si la marina no perdiese gran cosa si son destruidos. Ninguno de ellos, por lo menos los que están en el exterior parecen tener acceso a un complejo subterráneo ni nada por el estilo. Hay bastantes torretas de cañones situadas por el litoral, enormes bestias con baterías de tamaño naval. A lo mejor subir a algún edificio no es muy difícil y dado que la isla no es muy grande no tendrías mala visión de los eventos. También ves a una chica que parece estar en un estado de meditación acompañada de otros dos chicos, no tienen pinta de marines, bueno tu decides lo que hacer.
Katharina von Steinhell
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Akuma no mi
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Despertó del trance y dio un profundo respiro, como lo hace una persona que sale del agua tras estar un buen rato sumergida. Lo que los espíritus le informaron fue suficiente para saber qué hacer, y a qué dirección caminar. Por suerte, no tuvo ningún inconveniente a la hora de entrar al mundo de los espíritus; ningún idiota le atacó, ni a ella ni a sus sirvientes. Sin duda alguna se presentaría a un combate en el que la muerte le seguiría de cerca, por lo que lo mejor era prepararse y tomar algunas medidas preventivas. Todo eso si es que se dirigía a la plaza, lugar donde estaba combatiendo su capitán contra el hombre sangriento. Este último tenía un buen apodo; le gustaría conocerle lo más pronto posible. Y también procuraría encontrar el cadáver del hombre que murió con la cabeza atascada en el retrete de un baño público.
—Nos vamos —les ordenó a sus sirvientes, entendiendo que quizá la situación era demasiado chocante como para que pudieran reaccionar. Incluso desde su posición alejada podía escuchar los cañonazos y gritos de los caídos, un recital por lo menos tétrico y desalmado. Pero Katharina conocía todo eso, o al menos se convencía a sí misma de que lo hacía.
Sin esperar a que sus “hombres” reaccionasen, comenzó a caminar hacia la plaza. Supuso que se encontraba en el centro de la isla, aunque seguramente tardaría en llegar pues ni siquiera ella sabía dónde se encontraba. Tenía una pura especulación, considerando que viajó desde ese lado del pedazo de tierra. Pero, de momento, llegar hasta el combate no era lo más importante. En el camino, buscaría cadáveres para utilizar —y saquear—. Cabía la posibilidad de encontrar dinero, cartas importantes, quizá algún documento medio tránsfugo, incluso estaba la opción de encontrarse una buena espada, aunque en realidad no se hacía esperanzas. El objetivo central de su caminata era reunir suficientes cuerpos muertos para utilizar su hechizo Aberración, creando así un monstruo compuesto por cadáveres y almas, siendo este increíblemente resistente y fuerte.
Crearía su propio ejército de no muertos, claro. No solo necesitaría de unos verdaderos tanques colosales, sino que requería una infantería útil y reemplazable. ¿El problema? Es que terminaría algo cansada después de reanimar a tantos cuerpos. Si la situación lo permitía, utilizaría uno de cada tres cadáveres que encontraría en crear a Bobby-chan, la Aberración. Para el resto usaría su hechizo Reanimación I para formar no muertos. Imaginando que estaba en medio de una guerra de tal calibre, no esperaba encontrar meros reclutas y piratas débiles, sino que verdaderos veteranos con capacidades increíbles. Por otro lado, no tenía idea de quién era el loco que creó un ejército de soldados de roca, pero no sería el único que contase con una guardia personal de ese nivel.
Finalmente, si todo salía bien —y con un buen cuerpo militar a sus espaldas—, se dirigiría hacia la plaza. Contaba con perder al menos la mitad de su nuevo ejército en el camino, pero era un precio que estaba dispuesta a pagar con tal de llegar y ayudar a sus compañeros. Algo bastante curioso, puesto que nunca antes pensó que haría tantas cosas para ayudar a alguien que no fuese ella misma.
—Nos vamos —les ordenó a sus sirvientes, entendiendo que quizá la situación era demasiado chocante como para que pudieran reaccionar. Incluso desde su posición alejada podía escuchar los cañonazos y gritos de los caídos, un recital por lo menos tétrico y desalmado. Pero Katharina conocía todo eso, o al menos se convencía a sí misma de que lo hacía.
Sin esperar a que sus “hombres” reaccionasen, comenzó a caminar hacia la plaza. Supuso que se encontraba en el centro de la isla, aunque seguramente tardaría en llegar pues ni siquiera ella sabía dónde se encontraba. Tenía una pura especulación, considerando que viajó desde ese lado del pedazo de tierra. Pero, de momento, llegar hasta el combate no era lo más importante. En el camino, buscaría cadáveres para utilizar —y saquear—. Cabía la posibilidad de encontrar dinero, cartas importantes, quizá algún documento medio tránsfugo, incluso estaba la opción de encontrarse una buena espada, aunque en realidad no se hacía esperanzas. El objetivo central de su caminata era reunir suficientes cuerpos muertos para utilizar su hechizo Aberración, creando así un monstruo compuesto por cadáveres y almas, siendo este increíblemente resistente y fuerte.
Crearía su propio ejército de no muertos, claro. No solo necesitaría de unos verdaderos tanques colosales, sino que requería una infantería útil y reemplazable. ¿El problema? Es que terminaría algo cansada después de reanimar a tantos cuerpos. Si la situación lo permitía, utilizaría uno de cada tres cadáveres que encontraría en crear a Bobby-chan, la Aberración. Para el resto usaría su hechizo Reanimación I para formar no muertos. Imaginando que estaba en medio de una guerra de tal calibre, no esperaba encontrar meros reclutas y piratas débiles, sino que verdaderos veteranos con capacidades increíbles. Por otro lado, no tenía idea de quién era el loco que creó un ejército de soldados de roca, pero no sería el único que contase con una guardia personal de ese nivel.
Finalmente, si todo salía bien —y con un buen cuerpo militar a sus espaldas—, se dirigiría hacia la plaza. Contaba con perder al menos la mitad de su nuevo ejército en el camino, pero era un precio que estaba dispuesta a pagar con tal de llegar y ayudar a sus compañeros. Algo bastante curioso, puesto que nunca antes pensó que haría tantas cosas para ayudar a alguien que no fuese ella misma.
- Resumen:
- Hacer uso de la información obtenida, dirigirse hacia la plaza y en el camino reunir cadáveres (si es que los hay) para crear no muertos y a algunos monstruos.
- Técnicas usadas:
- Reanimación I: Forma un no muerto con todas sus características y debilidades. Obedece completamente la voluntad de la bruja, pero es consciente de sus actos. Posee recuerdos y sentimientos así como una alineación; posee todas sus características que tuvo en vida. Tiene un alcance de 1 metro. Puede usarse siempre.
Crear Aberración: Usa cadáveres y almas para formar una enorme aberración de cinco metros de altura que posee características de un devastador torre con el 75% del nivel de la conjuradora. Además, cuenta con una habilidad conocida como Aura de Pestilencia. Esta aura corroe toda la materia orgánica dentro de un radio de un metro, sin afectarle a la conjuradora.- Spoiler:
Nigromancia avanzada: Los hechizos de la escuela de nigromancia le cansan mucho menos, además de poder comunicarse con los muertos para obtener información de estos. También es capaz de permanecer mucho más tiempo en el mundo espiritual sin caer en la demencia.
Maki
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Acta de la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Cerebro de Maki. Sala de conferencias C.
Levanta acta: Maki Señor Presidente
(Maki Secretario ha escrito mal el nombre de Maki Irascible y éste le ha dado una patada en el ojo. El Señor Presidente, harto de tanta tontería, ha decidido llevar el acta él mismo. Pero como lo presidentes no escriben, pues se queda en blanco.)
Maki empezaba a cansarse de correr por todas partes. Pasase por donde pasase no encontraba nada más que gente que iba en dirección contraria o que se quedaba tumbada. Era increíble cuánta gente decidía hacerse el muerto. Él mismo había usado ese truco varias veces, pero a esos marines se les daba muy bien. El problema era que no entendía por qué lo hacían en ese momento, pero en fin, eso era problema suyo. Bastante tenía Maki con sus propios asuntos.
Y mientras el gyojin se perdía por las entrañas del barco, éste seguía sacudiéndose cada poco tiempo por culpa de las explosiones. Una de ellas le tiró el gorrito de detective, y sus ánimos investigativos se fueron tal como llegaron, sin pena ni gloria. Sin el gorro, ¿qué sentido tenía investigar? ¿Para qué quería ahora la pipa de jabón? Ya no era un accesorio de detective, sino una tontería que le hacía parecer un niño. Y Augustus Makintosh no era ningún niño.
¿O sí? Al fin y al cabo, ¿qué es ser un niño? ¿No somos todos algo infantiles en el fondo? ¿No es la infantilidad una idea creada por aquellos que desesperadamente deseaban que los viesen como hombres? ¿Acaso toda nuestra sociedad se basa en los complejos de la gente que nos precedió? ¿Y si...?
Acta de la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Cerebro de Maki. Sala de conferencias C.
Levanta acta: Maki Señor Presidente
(El Señor Presidente sigue sin escribir, como es natural, pero sí que interviene cuando Maki-Pensamientos-profundos-antes-de-acostarse intenta coger las riendas del cuerpo original. No es el momento de distraerse en cosas que en realidad nadie en la Cámara de los Makis comprende. El Señor Presidente, consciente de la gravedad de la situación y de que el barco se inclina y tambalea como un gato desbocado, es quien decide qué Maki tomará el control.)
Mientras Maki sufría en sus carnes cómo el barco se inclinaba y tambaleaba como un gato desbocado -una expresión que había surgido espontáneamente en su cabeza- se preguntaba de dónde venía toda esa agua. ¿Qué pintaba el agua en un barco? Bueno, al pasar por la cocina había visto una garrafa de agua. ¿Y si se había volcado? ¡Pues claro!
"Augustus, a veces eres muy tonto", se reprendió por no haber caído antes en la cuenta. Al menos estaba acostumbrado a moverse en el agua, por lo que no le importaba en absoluto. Sí que era un obstáculo cuando se encontraba con un agujero en el suelo o una pared de escombros. En esos casos se veía obligado a usar todas sus artimañas para seguir adelante. Y cuando se encontró con un boquete del tamaño del cuarto que de pequeño compartía con Kerny, el pulpo al que sus padres adoptaron, hizo lo único que podía hacer: saltarlo.
Maki Gimnasta llevaba mucho, mucho, pero mucho tiempo sin hacer nada útil. El pez gota no era alguien muy dado a la gimnasia, así que apenas practicaba sus habilidades. Lo primero eran los estiramientos. Dio un par de volteretas en el suelo y luego estiró un poco a Rudy. No había manera, Rudy no se estiraba ni tampoco colaboraba. Se había relajado mucho después de golpear a aquel guardia.
Después de estirar tocaba el preparamiento mental. ¿Preparamiento? ¿Eso estaba bien dicho? Le sonaba raro. Preparamiento. Sí, totalmente antinatural. Ojalá hubiese leído más de joven, aunque como el papel se deshacía en el fondo del mar, era algo muy difícil de hacer en la Isla Gyojin. Va, sí, preparamiento.
Preparamiento mental completado. Una vez hecho eso, tocaba saltar.
Con la gracilidad de una ardilla voladora y la agilidad de una ardilla no voladora, Maki dio un poderoso salto con el que llegar al otro lado. Una vez en el aire se tomó la libertad de imitar los movimientos que a los seis años aprendió de la clase de gimnasia de la señorita Popsi, estirando las piernas, una hacia delante y otra hacia atrás, hasta dejarlas casi totalmente en ángulo recto. Era difícil... Qué fácil lo hacía la señorita Popsi. Claro que ella era una medusa, así que le costaba poco hacer ese tipo de cosas.
Maki aterrizó con una elegancia digna del mejor de los gimnastistas y... ¿Gimnastistas? No, no más preparamiento mental. El problema, no supo si por su culpa o por otra cosa, fue que el barco se rompió. Una grieta enorme apareció de repente y el barco empezó a partirse en dos. Cada mitad se iba hacia un lado, y Maki estaba justo en medio, con una pierna en cada trozo.
"¡Oh, ¿qué hago?! ¡¿Qué hago ahora?!" Cada vez tenía las piernas más estiradas y, aunque su flexibilidad era grandiosa -o eso le dijo a su madre la señorita Popsi a cambio de que Maki se callase que la había visto con una botella de ginebra en clase-, empezaba a notar ciertas molestias. Pero no sabía hacia qué lado moverse, porque igual Legim estaba en el otro. Se sentía bloqueado ante tan difícil decisión, no tenía ni idea de qué hacer hasta que...
-Pero si floto -dijo en voz alta para sí mismo. El barco ya se estaba llenando de agua y él cada vez bajaba más, así que por la grieta entró un montón de agua, en la que Maki se movía perfectamente. Tanto rollo para nada. Lo malo era que si el barco se partía en dos ya no tendría ocasión de encontrar al pirata. ¿Cómo iba a cumplir su misión con la Revolución? Tal vez no le quedase más remedio que darse por vencido. Daría una última vuelta a nado y, si no encontraba al prisionero, se marcharía. Quizás hubiese perdido su oportunidad.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Cerebro de Maki. Sala de conferencias C.
Levanta acta: Maki Señor Presidente
(Maki Secretario ha escrito mal el nombre de Maki Irascible y éste le ha dado una patada en el ojo. El Señor Presidente, harto de tanta tontería, ha decidido llevar el acta él mismo. Pero como lo presidentes no escriben, pues se queda en blanco.)
******
Maki empezaba a cansarse de correr por todas partes. Pasase por donde pasase no encontraba nada más que gente que iba en dirección contraria o que se quedaba tumbada. Era increíble cuánta gente decidía hacerse el muerto. Él mismo había usado ese truco varias veces, pero a esos marines se les daba muy bien. El problema era que no entendía por qué lo hacían en ese momento, pero en fin, eso era problema suyo. Bastante tenía Maki con sus propios asuntos.
Y mientras el gyojin se perdía por las entrañas del barco, éste seguía sacudiéndose cada poco tiempo por culpa de las explosiones. Una de ellas le tiró el gorrito de detective, y sus ánimos investigativos se fueron tal como llegaron, sin pena ni gloria. Sin el gorro, ¿qué sentido tenía investigar? ¿Para qué quería ahora la pipa de jabón? Ya no era un accesorio de detective, sino una tontería que le hacía parecer un niño. Y Augustus Makintosh no era ningún niño.
¿O sí? Al fin y al cabo, ¿qué es ser un niño? ¿No somos todos algo infantiles en el fondo? ¿No es la infantilidad una idea creada por aquellos que desesperadamente deseaban que los viesen como hombres? ¿Acaso toda nuestra sociedad se basa en los complejos de la gente que nos precedió? ¿Y si...?
******
Acta de la vigesimotercera reunión de emergencia interAugustus.
Día: Desconocido.
Hora: Desconocida.
Ubicación: Cerebro de Maki. Sala de conferencias C.
Levanta acta: Maki Señor Presidente
(El Señor Presidente sigue sin escribir, como es natural, pero sí que interviene cuando Maki-Pensamientos-profundos-antes-de-acostarse intenta coger las riendas del cuerpo original. No es el momento de distraerse en cosas que en realidad nadie en la Cámara de los Makis comprende. El Señor Presidente, consciente de la gravedad de la situación y de que el barco se inclina y tambalea como un gato desbocado, es quien decide qué Maki tomará el control.)
******
Mientras Maki sufría en sus carnes cómo el barco se inclinaba y tambaleaba como un gato desbocado -una expresión que había surgido espontáneamente en su cabeza- se preguntaba de dónde venía toda esa agua. ¿Qué pintaba el agua en un barco? Bueno, al pasar por la cocina había visto una garrafa de agua. ¿Y si se había volcado? ¡Pues claro!
"Augustus, a veces eres muy tonto", se reprendió por no haber caído antes en la cuenta. Al menos estaba acostumbrado a moverse en el agua, por lo que no le importaba en absoluto. Sí que era un obstáculo cuando se encontraba con un agujero en el suelo o una pared de escombros. En esos casos se veía obligado a usar todas sus artimañas para seguir adelante. Y cuando se encontró con un boquete del tamaño del cuarto que de pequeño compartía con Kerny, el pulpo al que sus padres adoptaron, hizo lo único que podía hacer: saltarlo.
Maki Gimnasta llevaba mucho, mucho, pero mucho tiempo sin hacer nada útil. El pez gota no era alguien muy dado a la gimnasia, así que apenas practicaba sus habilidades. Lo primero eran los estiramientos. Dio un par de volteretas en el suelo y luego estiró un poco a Rudy. No había manera, Rudy no se estiraba ni tampoco colaboraba. Se había relajado mucho después de golpear a aquel guardia.
Después de estirar tocaba el preparamiento mental. ¿Preparamiento? ¿Eso estaba bien dicho? Le sonaba raro. Preparamiento. Sí, totalmente antinatural. Ojalá hubiese leído más de joven, aunque como el papel se deshacía en el fondo del mar, era algo muy difícil de hacer en la Isla Gyojin. Va, sí, preparamiento.
Preparamiento mental completado. Una vez hecho eso, tocaba saltar.
Con la gracilidad de una ardilla voladora y la agilidad de una ardilla no voladora, Maki dio un poderoso salto con el que llegar al otro lado. Una vez en el aire se tomó la libertad de imitar los movimientos que a los seis años aprendió de la clase de gimnasia de la señorita Popsi, estirando las piernas, una hacia delante y otra hacia atrás, hasta dejarlas casi totalmente en ángulo recto. Era difícil... Qué fácil lo hacía la señorita Popsi. Claro que ella era una medusa, así que le costaba poco hacer ese tipo de cosas.
Maki aterrizó con una elegancia digna del mejor de los gimnastistas y... ¿Gimnastistas? No, no más preparamiento mental. El problema, no supo si por su culpa o por otra cosa, fue que el barco se rompió. Una grieta enorme apareció de repente y el barco empezó a partirse en dos. Cada mitad se iba hacia un lado, y Maki estaba justo en medio, con una pierna en cada trozo.
"¡Oh, ¿qué hago?! ¡¿Qué hago ahora?!" Cada vez tenía las piernas más estiradas y, aunque su flexibilidad era grandiosa -o eso le dijo a su madre la señorita Popsi a cambio de que Maki se callase que la había visto con una botella de ginebra en clase-, empezaba a notar ciertas molestias. Pero no sabía hacia qué lado moverse, porque igual Legim estaba en el otro. Se sentía bloqueado ante tan difícil decisión, no tenía ni idea de qué hacer hasta que...
-Pero si floto -dijo en voz alta para sí mismo. El barco ya se estaba llenando de agua y él cada vez bajaba más, así que por la grieta entró un montón de agua, en la que Maki se movía perfectamente. Tanto rollo para nada. Lo malo era que si el barco se partía en dos ya no tendría ocasión de encontrar al pirata. ¿Cómo iba a cumplir su misión con la Revolución? Tal vez no le quedase más remedio que darse por vencido. Daría una última vuelta a nado y, si no encontraba al prisionero, se marcharía. Quizás hubiese perdido su oportunidad.
- Resumen:
- Dar una vueltecita a nado alrededor del barco partido en dos. Si no encuentra a Legim, darse por vencido en la misión
Lily Morgan
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Akuma no mi
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Acato a contrarreloj las órdenes que el jefe de técnicos, que me ha sido asignado como referente, me va dictando. Aunque la dinámica no difiere de realizar cambios de aceite, filtros, comprobar que la bomba de refrigeración esté bien y engrasar los engranajes. Pero cuando estamos limpiando los materiales, unos pasos acelerados hacen que la madera resuene y nos avise de la llegada inminente de alguien.
–¡Jefe! ¡Los cables y la caja del sistema de dirección están destrozados!
Con rapidez nos dirigimos los tres hacia la maquinaria afectada dando crédito a las palabras del recluta que ha dado el aviso. No queda duda de que alguien ha cortado a propósito la dirección del barco, y que quizás, no sea la única estructura afectada o navío. El jefe de técnicos profiere una sarta de maldiciones y tacos antes de tomar el mando de la situación. Se establecen dos objetivos prioritarios; estabilizar la situación y dar la voz de alarma.
–Encuentra al Oficial al mando y avísale de lo que has visto. Es posible que el intruso no haya abandonado el barco todavía.
Asiento con la cabeza mostrando conformidad y salgo disparada hacia el último lugar en el que fue visto el Oficial que está al mando del navío. Una vez le encuentro, le explico la situación del barco y la posibilidad de que haya un infiltrado o infiltrados entre nuestras filas saboteando los navíos de la flota.
–S-señor, antes de venir a su barco he pasado por el bergantín del Oficial Russ y la caldera estaba en un estado crítico. No he visto signos tan claros de sabotaje, pero teniendo en cuenta la situación actual, tampoco se podría descartar la posibilidad. He mandado un cuervo por si alguien quería contactar conmigo pero no he recibido más noticias. Seguiré ofreciendo mi apoyo al resto de navíos de la flota.
–¡Jefe! ¡Los cables y la caja del sistema de dirección están destrozados!
Con rapidez nos dirigimos los tres hacia la maquinaria afectada dando crédito a las palabras del recluta que ha dado el aviso. No queda duda de que alguien ha cortado a propósito la dirección del barco, y que quizás, no sea la única estructura afectada o navío. El jefe de técnicos profiere una sarta de maldiciones y tacos antes de tomar el mando de la situación. Se establecen dos objetivos prioritarios; estabilizar la situación y dar la voz de alarma.
–Encuentra al Oficial al mando y avísale de lo que has visto. Es posible que el intruso no haya abandonado el barco todavía.
Asiento con la cabeza mostrando conformidad y salgo disparada hacia el último lugar en el que fue visto el Oficial que está al mando del navío. Una vez le encuentro, le explico la situación del barco y la posibilidad de que haya un infiltrado o infiltrados entre nuestras filas saboteando los navíos de la flota.
–S-señor, antes de venir a su barco he pasado por el bergantín del Oficial Russ y la caldera estaba en un estado crítico. No he visto signos tan claros de sabotaje, pero teniendo en cuenta la situación actual, tampoco se podría descartar la posibilidad. He mandado un cuervo por si alguien quería contactar conmigo pero no he recibido más noticias. Seguiré ofreciendo mi apoyo al resto de navíos de la flota.
- Resumen:
- Comentarle la situación al Oficial al mando del navío y si no se me requiere para nada más, visitar el siguiente barco con problemas.
Kenmei Shiba
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Akuma no mi
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- Off-rol:
- ...¿Un calcetín sudado, en serio? ¿Y como explico yo eso on-rol? :lazy: Podías haber preguntado por privado, pero bueno, comprendo que somos mucha gente y que no he especificado, aunque pensé que no era gente tan importante como para tener que organizar un combate en serio, ni que fuera necesario ser explícito de que ataco con las dos espadas, pues son las armas que tengo y mi estilo de lucha, pero bueno.
Los disparos iniciales vuelan sorprendentemente desviados, el miedo, que se notaba también por los gritos, era patente por la forma de temblar y de mirar de un lado a otro que tenían aquellos estúpidos.
Tras un... desafortunado intento de noquear a uno de los presentes, desenvainé para acabar con la vida de estos trogloditas, en defensa propia, de manera rápida y... bueno, quizás no indolora, pero al menos no los torturaría. De hecho, pensando en acabar con ellos lo más pronto posible, decidí usar otro poema más.
-Como caídas del cielo,
invoco alas de acero.
Con ellas podría atacar incluso a varias personas a la vez, pero entonces me di cuenta de que alguien se estaba moviendo, al parecer, con cierta normalidad (si es que correr con los ojos cerrados es normal). ¿Quizás era el líder? Desde luego lo parecía al dar órdenes al grupo. Cuando me apuntó, apenas me dio tiempo a bloquear las balas con las alas.
Estaba muy sorprendido, había apuntado con una precisión... tal vez no sobrehumana, pero si la que se esperaría de un tirador experimentado en circunstancias normales, ¿pero dentro de la oscuridad? Aquí había gato encerrado, ¿una akuma no mi?
Al oír que se acercaba, retiré las alas con brusquedad, lanzando aire con la intención de desequilibrarlo o, al menos, confundirlo o ralentizarlo un poco. Llevaba un cuchillo levantado, y se acercaba como si fuera directo al cuello. ¿Cómo era tan preciso?
Con un veloz movimiento, crucé las alas, bien extendidas, delante de mí, cortando con sus filos un amplio ángulo. No sabía si conseguiría darle con eso o lo lograría esquivar, viendo lo hábil que parecía. De inmediato, haría el movimiento inverso, devolviendo las alas hacia atrás cortando todo a su paso y, por último, me lanzaría hacia el enemigo con ambas espadas en forma de cruz, abriéndolas cuando llegara a él. Es probable que, en el proceso, otros acabaran cortados. Lo único imposible es que alguien hubiera escapado, porque se hubieran dado de frente con la barrera que lo impedía. De seguro, si así sucedía, tendrían aún más miedo, por lo que el único peligro real era el que sabía desenvolverse.
- Resumen:
- Invoco las alas de acero, las uso para bloquear las balas, lanzar aire a mi oponente mientras se acerca con el cuchillo y atacar un par de veces barriendo todo a su paso (el borde de "las plumas" está afilado). Alguno de los que están perdidos en la oscuridad seguramente sea alcanzado por los ataques. Por último, me lanzo hacia él con ambas espadas en cruz y separándolas cuando llegara a él.
Shingetsu Nyx
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Akuma no mi
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- Vamos. Tenemos que empezar a hacer nuestro trabajo.
Colgando el rifle de mi espalda me dirijo con rapidez hacia Adry, ¿Insinúa que puede llevarnos con rapidez hacia la costa? Entonces tengo que ceder a sus encantos. Lo siguiente que veo me deja completamente embobado... Su cuerpo empieza a mutar con rapidez, y lo que antes era un gato humanoide Mink, pasa a convertirse en un ejemplar inmenso de lo que parece ser un dragón de Komodo.
- Eso... Es nuevo.
Primero debo salir de mi asombro. Es evidente que se trata de una Akuma no mi tipo Zoan, pero... El cambio es tan visceralmente opuesto que me ha tomado con la guardia baja. Por su aspecto de mamífero felino "furry", lo lógico sería esperar algún tipo de transformación más discreta; pero no debo dejar que algo así me distraiga. Así que, sin dudarlo, salto sobre mi escamoso compañero, montándolo a pelo... Suerte que no he dicho algo así en voz alta, es demasiado bizarro incluso para mi.
- Los revolucionarios no parecen tener pensado huir por el momento - comento mientras trato de sujetarme con fuerza a alguna de las escamas del reptil, que ya debería haber empezado a correr hacia la primera línea de batalla -. Supongo que desde sus retorcidas mentes es normal, después de todo han perdido a demasiados hombres como para irse sin haber logrado absolutamente nada, lo que por otra parte está en su línea. Si huyeran ahora, demostrarían que solo les mueve el deseo de poder.
Puede parecer una charla completamente superflua o artificial, pero se trata del comienzo de un plan. La revolución no puede ganar. No se trata de una convicción "Por mi patria" o algo igualmente absurdo, sencillamente es imposible. No solo deben enfrentarse a el Gobierno y la Marina, un enemigo al que nunca han sido capaces de derrotar, si no que ahora tienen ante ellos a la que era su arma secreta; el Yonko que misteriosamente atacó a quienes estaban por frenarlos. Ahora vuelven a contar solo con su fuerza y eso no vale de nada, por más que se empeñen en engrosar su ejército secuestrando niños y "liberando" a los reinos menos oprimidos. Tarde o temprano, cuando hayan demostrado de lo que son capaces, deberán huir. Y más pronto que tarde, sería interesante haber caminado varios pasos por delante de su plan.
- Enemigos cercanos, están atacando a marines y agentes por igual -. Comento con completa tranquilidad, pareciendo un nuevo tipo de soldado que surge del suelo - Son grandes, grises, y alguno parece tener... ¿Musgo...? ¿¡Son piedras!?
Como respuesta a mi duda, nos cruzamos con algunos de esos soldados pétreos. No son el tipo de enemigo al que pueda derrotar de un puñetazo o con el rifle, pero tengo mis recursos.
- Continúa corriendo entre ellos, intenta acercarme a menos de cuatro metros e iremos eliminando a todos aquellos con los que nos crucemos - Digo aquello con naturalidad y al momento siguiente, la manga de mi chaqueta empieza a convertirse en una escopeta KSG -. Gracias Lynae, es justo lo que necesitaba... Una escopeta para disparar a las piedras.
«Pensaba convertirme en un pico, pero no tenemos los permisos de obra requeridos». Responde la I.A. con un matiz robítico claramente irónico. «He cargado la munición anti tanque, debería ser suficiente; procura no disparar a tu montura reptiliana o tendrás que lavarme a mano para eliminar las manchas de sangre».
Contengo las ganas de sonreír con malicia ante sus comentarios, después de todo solo yo los estoy escuchando. Espero que el hecho de que mi ropa acabe de generar un arma para mi sea suficiente como para demostrar que no estoy loco, de lo contrario voy a tener que explicar demasiadas cosas.
Durante nuestro avance, me encargo de disparar a todo golem que se acerca a menos de cinco metros. Las criaturas de piedra resultan ser mucho más débiles de lo que en un principio podían llegar a parecer, cayendo con un solo disparo de la escopeta. Dejo a Reksair a todos aquellos que se acerquen demasiado, confiando en la aparente fortaleza de su forma recién descubierta. De este modo, abrimos un camino de escombros revolucionarios (Literalmente) mientras avanzamos hacia la costa.
Una vez en nuestro destino, mando una orden mental para que el cañón de la escopeta desaparezca, volviendo a quedar una manga de chaqueta completamente normal. Descuelgo el rifle de mi espalda y uso su mirilla para observar los alrededores. Tenemos la costa a una distancia relativamente cercana, en donde hay varios soldados, marines, piratas y revolucionarios peleando entre si; a lo lejos, muy por detrás del hielo, algunos barcos piratas y de la revolución aún pelean por atravesar el hielo para llegar hacia sus compañeros; y en el cielo se alzan varias naves voladoras, de las que han salido la mayoría de los enemigos que ahora tenemos en la costa.
- Tenemos dos opciones dragón felino. Podemos cubrir la retirada para que se arrepientan de no haber huido cuando tuvieron oportunidad, confiando en nuestros compañeros para resolver la situación en tierra. De este modo sentenciaremos a varios escuadrones. - comento con tono pausado, mientras sigo examinando cada uno de los combates que suceden a nuestro alrededor con la mirilla; paro directamente sobre un punto muy concreto del mapa, indicando así al Mink que hay algo importante en esa dirección - O podemos ayudar a nuestro calvo favorito y un compañero desconocido a eliminar a quienes parecen el mayor problema en este momento... Solo necesitaría un tiro limpio y pasaría a ser un cuatro contra uno. En cuyo caso podríamos dividirnos para ser más eficaces.
«Que noble. Pero no estás buscando enemigos con la mirilla, ¿verdad Nyx?» Como única respuesta a la última pregunta de Lynae, dibujo una sonrisa sarcástica en mi rostro... ¿Debería alegrarme o preocuparme por no haber visto aún a Lily?
Colgando el rifle de mi espalda me dirijo con rapidez hacia Adry, ¿Insinúa que puede llevarnos con rapidez hacia la costa? Entonces tengo que ceder a sus encantos. Lo siguiente que veo me deja completamente embobado... Su cuerpo empieza a mutar con rapidez, y lo que antes era un gato humanoide Mink, pasa a convertirse en un ejemplar inmenso de lo que parece ser un dragón de Komodo.
- Eso... Es nuevo.
Primero debo salir de mi asombro. Es evidente que se trata de una Akuma no mi tipo Zoan, pero... El cambio es tan visceralmente opuesto que me ha tomado con la guardia baja. Por su aspecto de mamífero felino "furry", lo lógico sería esperar algún tipo de transformación más discreta; pero no debo dejar que algo así me distraiga. Así que, sin dudarlo, salto sobre mi escamoso compañero, montándolo a pelo... Suerte que no he dicho algo así en voz alta, es demasiado bizarro incluso para mi.
- Los revolucionarios no parecen tener pensado huir por el momento - comento mientras trato de sujetarme con fuerza a alguna de las escamas del reptil, que ya debería haber empezado a correr hacia la primera línea de batalla -. Supongo que desde sus retorcidas mentes es normal, después de todo han perdido a demasiados hombres como para irse sin haber logrado absolutamente nada, lo que por otra parte está en su línea. Si huyeran ahora, demostrarían que solo les mueve el deseo de poder.
Puede parecer una charla completamente superflua o artificial, pero se trata del comienzo de un plan. La revolución no puede ganar. No se trata de una convicción "Por mi patria" o algo igualmente absurdo, sencillamente es imposible. No solo deben enfrentarse a el Gobierno y la Marina, un enemigo al que nunca han sido capaces de derrotar, si no que ahora tienen ante ellos a la que era su arma secreta; el Yonko que misteriosamente atacó a quienes estaban por frenarlos. Ahora vuelven a contar solo con su fuerza y eso no vale de nada, por más que se empeñen en engrosar su ejército secuestrando niños y "liberando" a los reinos menos oprimidos. Tarde o temprano, cuando hayan demostrado de lo que son capaces, deberán huir. Y más pronto que tarde, sería interesante haber caminado varios pasos por delante de su plan.
- Enemigos cercanos, están atacando a marines y agentes por igual -. Comento con completa tranquilidad, pareciendo un nuevo tipo de soldado que surge del suelo - Son grandes, grises, y alguno parece tener... ¿Musgo...? ¿¡Son piedras!?
Como respuesta a mi duda, nos cruzamos con algunos de esos soldados pétreos. No son el tipo de enemigo al que pueda derrotar de un puñetazo o con el rifle, pero tengo mis recursos.
- Continúa corriendo entre ellos, intenta acercarme a menos de cuatro metros e iremos eliminando a todos aquellos con los que nos crucemos - Digo aquello con naturalidad y al momento siguiente, la manga de mi chaqueta empieza a convertirse en una escopeta KSG -. Gracias Lynae, es justo lo que necesitaba... Una escopeta para disparar a las piedras.
«Pensaba convertirme en un pico, pero no tenemos los permisos de obra requeridos». Responde la I.A. con un matiz robítico claramente irónico. «He cargado la munición anti tanque, debería ser suficiente; procura no disparar a tu montura reptiliana o tendrás que lavarme a mano para eliminar las manchas de sangre».
Contengo las ganas de sonreír con malicia ante sus comentarios, después de todo solo yo los estoy escuchando. Espero que el hecho de que mi ropa acabe de generar un arma para mi sea suficiente como para demostrar que no estoy loco, de lo contrario voy a tener que explicar demasiadas cosas.
Durante nuestro avance, me encargo de disparar a todo golem que se acerca a menos de cinco metros. Las criaturas de piedra resultan ser mucho más débiles de lo que en un principio podían llegar a parecer, cayendo con un solo disparo de la escopeta. Dejo a Reksair a todos aquellos que se acerquen demasiado, confiando en la aparente fortaleza de su forma recién descubierta. De este modo, abrimos un camino de escombros revolucionarios (Literalmente) mientras avanzamos hacia la costa.
Una vez en nuestro destino, mando una orden mental para que el cañón de la escopeta desaparezca, volviendo a quedar una manga de chaqueta completamente normal. Descuelgo el rifle de mi espalda y uso su mirilla para observar los alrededores. Tenemos la costa a una distancia relativamente cercana, en donde hay varios soldados, marines, piratas y revolucionarios peleando entre si; a lo lejos, muy por detrás del hielo, algunos barcos piratas y de la revolución aún pelean por atravesar el hielo para llegar hacia sus compañeros; y en el cielo se alzan varias naves voladoras, de las que han salido la mayoría de los enemigos que ahora tenemos en la costa.
- Tenemos dos opciones dragón felino. Podemos cubrir la retirada para que se arrepientan de no haber huido cuando tuvieron oportunidad, confiando en nuestros compañeros para resolver la situación en tierra. De este modo sentenciaremos a varios escuadrones. - comento con tono pausado, mientras sigo examinando cada uno de los combates que suceden a nuestro alrededor con la mirilla; paro directamente sobre un punto muy concreto del mapa, indicando así al Mink que hay algo importante en esa dirección - O podemos ayudar a nuestro calvo favorito y un compañero desconocido a eliminar a quienes parecen el mayor problema en este momento... Solo necesitaría un tiro limpio y pasaría a ser un cuatro contra uno. En cuyo caso podríamos dividirnos para ser más eficaces.
«Que noble. Pero no estás buscando enemigos con la mirilla, ¿verdad Nyx?» Como única respuesta a la última pregunta de Lynae, dibujo una sonrisa sarcástica en mi rostro... ¿Debería alegrarme o preocuparme por no haber visto aún a Lily?
- Resumen:
- Blablabla "Ese lagarto como mola se merece una ola"... Montar a Rexair a pelo y correr hacia la costa (O a donde decida llevarme Adry si es que cambia de opinión). Luego hacerle una proposición indecente.
- Por el camino destruir algunos duros golems pétreos (De Osu) a escopetazos (Munición antitanque). La idea es vaciar como mínimo un cargador, disparando una bala por pedrolo (Es decir un total de 13). Pero dependerá del master cuantos encontramos por el camino.
- Blablabla "Ese lagarto como mola se merece una ola"... Montar a Rexair a pelo y correr hacia la costa (O a donde decida llevarme Adry si es que cambia de opinión). Luego hacerle una proposición indecente.
- Cosas usadas:
- Lynae: Está en la ficha.
- KSG: A diferencia de otras escopetas, su objetivo es disparar una sola bala y no un cono de perdigones. Pues esa bala destruirá a tus enemigos. (Con la anti tanque cargada).
- Lynae: Está en la ficha.
Rainbow662
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"Bien, le he dado a algo, eso seguro", fue lo que pensó tras golpear a Zane y hacer que se estrellase contra la roca. Era un alivio ver que no estaba hecho realmente de fuego, sino que su forma de pájaro quería decir que realmente era un pájaro. Lo que no quitaba que fuese muy rara la existencia de un animal en llamas. Las malditas frutas del diablo hacían cosas muy absurdas. En fin, al menos a todas esas cosas se les podía pegar. Y si algo se le daba bien en el mundo era pegar a los eng...
El estruendo de una salvaje explosión le sacó de sus pensamientos, y vino acompañado por una sacudida tan fuerte como para enviarlo volando hasta dar los huesos en tierra. ¿Qué cuernos había sido eso? No había sido Zane, de eso estaba seguro. Bueno, casi. No le había perdido de vista, por lo que le extrañaría que le hubiese pillado en un ataque sorpresa, aunque no podía descartar que se tratase de una nueva manifestación de sus poderes de pájaro.
Y entonces lo notó. Una presencia que le resultaba familiar, poderosa y abrumadora que solo podía pertenecer a un hombre. No, no había sido Zane.
-¡Tú! -exclamó a la par que se incorporaba-. ¿Se puede saber qué...?
El pony le dejó sin habla. Un caballo enano ya le resultaba curioso de por sí, pero que fuese de color azul y tuviese brillantes crines de colores era más de lo que podía soportar. "Y yo que creía que mi mascota era extraña". Ese bicho, empalagoso a más no poder, era lo bastante grande como para llevar a alguien sobre su lomo, el hombre de quien procedía el aura que Arribor podía reconocer. Grande, gordo, una densa barba oscura y un traje rojo demasiado apretado para la oronda tripa que encabezaba su marcha. Era tal y como lo recordaba. Sin duda, aquel era Dexter Black.
-Lagarto entrometido. ¿Es que hoy todo el mundo va a interrumpirme? -protestó Arribor. Empezaba a hartarse de que más y más gente se metiese en sus peleas. A su rival tampoco parecía hacerle gracia la intromisión, por lo visto-. No te preocupes, Hombre Pollo, este tipo no impedirá que sigamos con lo nuestro. ¡Solo espera a que lo haga pedazos!
Las últimas palabras las pronunció con un grito exaltado. Una sonrisa de euforia llenaba su rostro mientras una espada de sangre cobraba forma a partir de su pierna derecha, la cual catapultó con su monstruosa fuerza hacia aquel desmejorado Yonko.
El estruendo de una salvaje explosión le sacó de sus pensamientos, y vino acompañado por una sacudida tan fuerte como para enviarlo volando hasta dar los huesos en tierra. ¿Qué cuernos había sido eso? No había sido Zane, de eso estaba seguro. Bueno, casi. No le había perdido de vista, por lo que le extrañaría que le hubiese pillado en un ataque sorpresa, aunque no podía descartar que se tratase de una nueva manifestación de sus poderes de pájaro.
Y entonces lo notó. Una presencia que le resultaba familiar, poderosa y abrumadora que solo podía pertenecer a un hombre. No, no había sido Zane.
-¡Tú! -exclamó a la par que se incorporaba-. ¿Se puede saber qué...?
El pony le dejó sin habla. Un caballo enano ya le resultaba curioso de por sí, pero que fuese de color azul y tuviese brillantes crines de colores era más de lo que podía soportar. "Y yo que creía que mi mascota era extraña". Ese bicho, empalagoso a más no poder, era lo bastante grande como para llevar a alguien sobre su lomo, el hombre de quien procedía el aura que Arribor podía reconocer. Grande, gordo, una densa barba oscura y un traje rojo demasiado apretado para la oronda tripa que encabezaba su marcha. Era tal y como lo recordaba. Sin duda, aquel era Dexter Black.
-Lagarto entrometido. ¿Es que hoy todo el mundo va a interrumpirme? -protestó Arribor. Empezaba a hartarse de que más y más gente se metiese en sus peleas. A su rival tampoco parecía hacerle gracia la intromisión, por lo visto-. No te preocupes, Hombre Pollo, este tipo no impedirá que sigamos con lo nuestro. ¡Solo espera a que lo haga pedazos!
Las últimas palabras las pronunció con un grito exaltado. Una sonrisa de euforia llenaba su rostro mientras una espada de sangre cobraba forma a partir de su pierna derecha, la cual catapultó con su monstruosa fuerza hacia aquel desmejorado Yonko.
- Resumen:
- Blablabla, calentarle el hocico al viejo Dex
Gareth Silverwing
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No quería pensarlo pero... tratándose de él podía haber ido directamente a por Aki. También era posible que lo hubiese volado por los aires y se estuviera recomponiendo en alguna esquina. O era posible que estuviese haciendo su trabajo. Sea como sea la respuesta me informó... de mas. Al parecer se había montado una buena en la plaza, así que habría que ir a poner orden en el asunto este.
Revisé mis heridas. Tras unos minutos y un poco de descanso habían dejado de darme problemas, alguna más grave no estaba del todo curada, pero por lo menos ya no se abriría con un movimiento brusco. A parte de eso volvía a empezar a escuchar a medida que se me recuperaban los tímpanos, y me daba cuenta de que, en efecto, si que había jaleo alrededor.
Me incorporé y me quité el polvo de la ropa, me estiré un poco para que no tuviese los músculos agarrotados y me llevé la mano al estómago. Toda esta acción se había cobrado su precio y ahora tenía bastante hambre. Dudaba que en esta isla y en medio de este conflicto encontrase algo decente para llevarme a la boca, así que tendría que recurrir al plan B. Estaba seguro que en medio de todo ese berenjenal había al menos una o dos personas que tuvieran alguna habilidad de generar calor o fuego (Sólo contando aliados ya salían los números) Sino, habría que improvisar.
Me elevé en el aire y miré al centro de la isla, entre las nubes de humo y polvo era difícil distinguir nada, pero había algo que, sin duda llamaba la atención. En medio de la plaza había un montón de gente dándose de hostias, y todos ellos fuertes. Me estaban llamando a gritos y no iba a ignorarlos, además, estaba seguro de que Al estaba bien... o no, pero no importaba.
Tranquilamente descendí entre la multitud que los vigilaba, había varias personas, pero las que más llamaban la atención eran un descamisetado que no me sonaba, Arribor, y un tipo muy raro cuya marca térmica no correspondía con su forma. Me abrí paso hasta situarme cerca del tipo en llamas, era una magnífica fuente de calor. Empecé a tomar prestada su energía para poder alimentar mi cuerpo y volver a estar en plenas condiciones.
Revisé mis heridas. Tras unos minutos y un poco de descanso habían dejado de darme problemas, alguna más grave no estaba del todo curada, pero por lo menos ya no se abriría con un movimiento brusco. A parte de eso volvía a empezar a escuchar a medida que se me recuperaban los tímpanos, y me daba cuenta de que, en efecto, si que había jaleo alrededor.
Me incorporé y me quité el polvo de la ropa, me estiré un poco para que no tuviese los músculos agarrotados y me llevé la mano al estómago. Toda esta acción se había cobrado su precio y ahora tenía bastante hambre. Dudaba que en esta isla y en medio de este conflicto encontrase algo decente para llevarme a la boca, así que tendría que recurrir al plan B. Estaba seguro que en medio de todo ese berenjenal había al menos una o dos personas que tuvieran alguna habilidad de generar calor o fuego (Sólo contando aliados ya salían los números) Sino, habría que improvisar.
Me elevé en el aire y miré al centro de la isla, entre las nubes de humo y polvo era difícil distinguir nada, pero había algo que, sin duda llamaba la atención. En medio de la plaza había un montón de gente dándose de hostias, y todos ellos fuertes. Me estaban llamando a gritos y no iba a ignorarlos, además, estaba seguro de que Al estaba bien... o no, pero no importaba.
Tranquilamente descendí entre la multitud que los vigilaba, había varias personas, pero las que más llamaban la atención eran un descamisetado que no me sonaba, Arribor, y un tipo muy raro cuya marca térmica no correspondía con su forma. Me abrí paso hasta situarme cerca del tipo en llamas, era una magnífica fuente de calor. Empecé a tomar prestada su energía para poder alimentar mi cuerpo y volver a estar en plenas condiciones.
- Resumen Zane, arri y demás que estén os interesa:
- Volar, situarme detrás de Zane y comerle el calor para recuperarme un poco.
- datos útiles:
- Nivel 90: Pude transmitir más temperatura y de forma más rápida así como almacenar una mayor cantidad de energía. Puede generar temperaturas de 2500º y -230º. Puede intervenir en la temperatura de objetos que se hallen a 70m de él, pero en menor medida. Su control ha llegado hasta tal punto que puede alimentarse de calor.
Aura de Violencia: Arthur emite constantemente un aura de violencia perceptible por todos los usuarios de mantra. Arthur no puede esconder esta aura, pero los que la perciban no pueden distinguir otra cosa que no sea un instinto agresivo hacia todo en general.
Segundo turno de reducción a la mitad de fuerza y velocidad tras el uso del Burst Mode.
Tobías Thorn
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Akuma no mi
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Mi atención extra en el combate resultó efectiva. No solo para comprobar que tanto Zane, como Arribor, eran dos sujetos de inmenso poder que si no estuviesen luchando entre ellos, si no codo a codo, definitivamente tendríamos un grave problema. Aunque eso no fue lo único preocupante que pude ver gracias a mis excepcionales reflejos, ya que los acompañantes del pájaro de fuego mostraron interés por nosotros. Incluso uno de ellos tuvo la desfachatez de decirnos que hacer con nuestro compañero herido justo antes de sacar su arma para dispararnos.
¿Cómo se podía ser tan hipócrita?¿Acaso no eran ellos los que habían llegado arrasando sin mediar palabra? Atacando a todo aquel con el se cruzaban por una gesta vacía de la que se enardecían. ¿Acaso no venían a parar la ejecución del Emperador Pirata abatido? Cosa que ya era deleznable, porque quién querría que estuviese libre un delincuente como él. Un violador sin precedente que se había estado paseando impunemente hasta que Naion lo había parado. ¿Cómo es que esa chica, que se atrevía a decirme como tratar a mi compañero, quería liberar a alguien así? ¿Acaso no empatizaba con todas esas mujeres que habían sufrido la opresión de ese pérfido pirata?.. Y si no era por él, ¿entonces a qué venía este enfrentamiento? ¿Habíamos sido nosotros los primeros en alzar las armas? No, todo esto era una pura pantomima o simplemente éramos los sujetos de un perverso juego al que no nos habían invitado a jugar, si no obligar... Aunque ya todo eso daba igual, porque la saeta cortó el aire dando inicio a un desenfreno de acontecimientos que no me permitieron pensar más.
-Aléjate de esa cosa - dije a mi compañero mientras volvía a recurrir a mi kempo Tempestad para salir de escena al mismo tiempo que me cubría la boca y nariz con una densa capa de sirope. Quizás ese humo solo fuese un bonito efecto de alguna técnica rara, aunque agente precavido vivía un día más.
Alcé el vuelo con una velocidad absurda esperando escapar de la trayectoria inicial de la flecha, pero esta realizó una cabriola extraña y me hizo subir aún más para escapar de ella, por lo que terminé un par de decenas de metros, más o menos, sobre el terreno desde donde adquirí una nueva perspectiva. La guerra evolucionaba más y más y nos encontrábamos en el epicentro de toda la acción. Desde mi nueva perspectiva pude comprobar como la chica no había sido la única en atacar, si no que el enorme tipo que lo acompañaba portaba algo en la mano que lanzó en dirección de mi nakama. Esperaba que Biz pudiese reaccionar ante el ataque, porque yo me encontraba demasiado lejos para hacerlo... Además la intromisión de una poderosa onda de choque de color celeste hizo que me desestabilizase durante un instante, al mismo tiempo que sentía como me vibraba todo. Con un poco de suerte eso ayudaría a dispersar la humareda antes, aunque siendo sinceros no era lo que más me preocupaba, ya que lo que más había estado temiendo había sucedido y la presencia del dragón inundó todo el escenario.
Solo su llegada podía poner todo aún peor... O no. Ante mi asombro el ataque del Emperador Pirata no había sido dirigido hacia nuestras filas, si no que se había entrometido en el combate de los otros dos piratas. ¿Acaso esto era un concurso de cuál pirata la tenía más larga? Fuese cual fuese el motivo, una vez más no pude darle muchas vueltas a esas peleas suyas sin sentido, puesto que el otro tipo que había venido con el descamisado avanzó desde su posición hacia nosotros... O mejor dicho, hacia mí.
Atravesó la zona con paso ligero y sin previo aviso desenfundó con un movimiento ligero creando una onda cortante que sesgó el aire en mi dirección. Dada a mi posición y reflejos pude actuar con premura, por lo que tras alzar la mano generé un muro con sirope endurecido gracias a mi control que me permitió parar el ataque con más o menos facilidad, ya que a pesar de que el poder destructivo de la onda no era muy grande, sí que noté como la onda desprendió una aura fría que congeló el sirope en toda la zona afectada. Tendría que tener cuidado con aquel tipo, por lo que me centraría en él primero dado que era el que más cerca estaba.
Centré mi haki observación sobre él mientras preparaba mi ofensiva, cuando de repente me sorprendió que este se introducía en el suelo como el vil topo que te estropeaba el cultivo, pero sin realizar agujero. Si no fuese porque aún sentía su presencia pensaría que el tipo usaba clones u algo así, pero como aún podía sentirlo en el terreno no dudé de mi haki y me lancé a la ofensiva apoyando mi mano en el escudo de sirope para acto seguido cambiarlo de forma tras desechar la parte congelada que cayó por su propio peso hacia el terreno.
Me centré un instante y la masa parduzca se transformó en una especie de arpón gigante, el cual comenzó a tornarse del tono metálico de mi haki armamento justo antes de salir disparado gracias a mi técnica Propulsión hacia donde mi haki me indicaba que estaba el espadachín. El arma de sirope a mitad del trayecto se dividió en diez réplicas idénticas de menor tamaño, con las que esperaba abarcar mayor terreno.
Tras mi ataque me mantendría en el aire, aprovechando que mi forma de combatir era a distancia, al igual que así me mantenía alejado del grupito de tres y de sus armas. La arquera podía terminar siendo un problema, por lo que no dejé de echarles un vistazo de vez en cuando por si decidían realizar un ataque en conjunto. No había tiempo para equívocos, así que aprovechando un pequeño lapso de tiempo abrí una abertura un momento en el sirope que me tapaba la boca para coger aire de nuevo ahora que estaba alejado de la zona cubierta. No podía fiarme de ninguna estratagema que pudiera tener preparada el enemigo y el descanso que había tenido hasta ahora ya me sabía a poco.
¿Cómo se podía ser tan hipócrita?¿Acaso no eran ellos los que habían llegado arrasando sin mediar palabra? Atacando a todo aquel con el se cruzaban por una gesta vacía de la que se enardecían. ¿Acaso no venían a parar la ejecución del Emperador Pirata abatido? Cosa que ya era deleznable, porque quién querría que estuviese libre un delincuente como él. Un violador sin precedente que se había estado paseando impunemente hasta que Naion lo había parado. ¿Cómo es que esa chica, que se atrevía a decirme como tratar a mi compañero, quería liberar a alguien así? ¿Acaso no empatizaba con todas esas mujeres que habían sufrido la opresión de ese pérfido pirata?.. Y si no era por él, ¿entonces a qué venía este enfrentamiento? ¿Habíamos sido nosotros los primeros en alzar las armas? No, todo esto era una pura pantomima o simplemente éramos los sujetos de un perverso juego al que no nos habían invitado a jugar, si no obligar... Aunque ya todo eso daba igual, porque la saeta cortó el aire dando inicio a un desenfreno de acontecimientos que no me permitieron pensar más.
-Aléjate de esa cosa - dije a mi compañero mientras volvía a recurrir a mi kempo Tempestad para salir de escena al mismo tiempo que me cubría la boca y nariz con una densa capa de sirope. Quizás ese humo solo fuese un bonito efecto de alguna técnica rara, aunque agente precavido vivía un día más.
Alcé el vuelo con una velocidad absurda esperando escapar de la trayectoria inicial de la flecha, pero esta realizó una cabriola extraña y me hizo subir aún más para escapar de ella, por lo que terminé un par de decenas de metros, más o menos, sobre el terreno desde donde adquirí una nueva perspectiva. La guerra evolucionaba más y más y nos encontrábamos en el epicentro de toda la acción. Desde mi nueva perspectiva pude comprobar como la chica no había sido la única en atacar, si no que el enorme tipo que lo acompañaba portaba algo en la mano que lanzó en dirección de mi nakama. Esperaba que Biz pudiese reaccionar ante el ataque, porque yo me encontraba demasiado lejos para hacerlo... Además la intromisión de una poderosa onda de choque de color celeste hizo que me desestabilizase durante un instante, al mismo tiempo que sentía como me vibraba todo. Con un poco de suerte eso ayudaría a dispersar la humareda antes, aunque siendo sinceros no era lo que más me preocupaba, ya que lo que más había estado temiendo había sucedido y la presencia del dragón inundó todo el escenario.
Solo su llegada podía poner todo aún peor... O no. Ante mi asombro el ataque del Emperador Pirata no había sido dirigido hacia nuestras filas, si no que se había entrometido en el combate de los otros dos piratas. ¿Acaso esto era un concurso de cuál pirata la tenía más larga? Fuese cual fuese el motivo, una vez más no pude darle muchas vueltas a esas peleas suyas sin sentido, puesto que el otro tipo que había venido con el descamisado avanzó desde su posición hacia nosotros... O mejor dicho, hacia mí.
Atravesó la zona con paso ligero y sin previo aviso desenfundó con un movimiento ligero creando una onda cortante que sesgó el aire en mi dirección. Dada a mi posición y reflejos pude actuar con premura, por lo que tras alzar la mano generé un muro con sirope endurecido gracias a mi control que me permitió parar el ataque con más o menos facilidad, ya que a pesar de que el poder destructivo de la onda no era muy grande, sí que noté como la onda desprendió una aura fría que congeló el sirope en toda la zona afectada. Tendría que tener cuidado con aquel tipo, por lo que me centraría en él primero dado que era el que más cerca estaba.
Centré mi haki observación sobre él mientras preparaba mi ofensiva, cuando de repente me sorprendió que este se introducía en el suelo como el vil topo que te estropeaba el cultivo, pero sin realizar agujero. Si no fuese porque aún sentía su presencia pensaría que el tipo usaba clones u algo así, pero como aún podía sentirlo en el terreno no dudé de mi haki y me lancé a la ofensiva apoyando mi mano en el escudo de sirope para acto seguido cambiarlo de forma tras desechar la parte congelada que cayó por su propio peso hacia el terreno.
Me centré un instante y la masa parduzca se transformó en una especie de arpón gigante, el cual comenzó a tornarse del tono metálico de mi haki armamento justo antes de salir disparado gracias a mi técnica Propulsión hacia donde mi haki me indicaba que estaba el espadachín. El arma de sirope a mitad del trayecto se dividió en diez réplicas idénticas de menor tamaño, con las que esperaba abarcar mayor terreno.
Tras mi ataque me mantendría en el aire, aprovechando que mi forma de combatir era a distancia, al igual que así me mantenía alejado del grupito de tres y de sus armas. La arquera podía terminar siendo un problema, por lo que no dejé de echarles un vistazo de vez en cuando por si decidían realizar un ataque en conjunto. No había tiempo para equívocos, así que aprovechando un pequeño lapso de tiempo abrí una abertura un momento en el sirope que me tapaba la boca para coger aire de nuevo ahora que estaba alejado de la zona cubierta. No podía fiarme de ninguna estratagema que pudiera tener preparada el enemigo y el descanso que había tenido hasta ahora ya me sabía a poco.
- Resumen:
- Varias reflexiones sobre la forma de actuar de los piratas. Esquivar el la flecha y el humo alejándome de la zona con mi kempo mientras me tapo la nariz y boca con sirope a forma de mascarilla. Me protejo con un muro de sirope endurecido de la onda cortante de Spanner y acto seguido apoyo la mano en él y lo transformo en un arpón gigante que recubro con haki de armadura antes de lanzarlo sobre donde mi haki de observación me dice que está más o menos Spanner oculto en el suelo. Dicho arpón lo divido en diez más chicos a mitad de trayecto para que abarquen más terreno.
- Cosicas:
- Tiers:
- Clave: Reflejos 8
Principales: Velocidad 6 - Puntería 7
Secundarias: Agilidad 3 - Fuerza 4
El resto a tiers 1 por el aumento de +1 de cada 30 niveles.
- Técnicas:
- -Tempestad: Gracias al uso continuo del Soru y del Geppou, Tobías ha logrado desarrollar una técnica nueva al juntar las dos, pudiéndose mover a velocidades de hasta 30 m/s incluso en el aire sin ningún problema. (Con la que me desplazo)
Control: Tobías a comprendido parte del control sobre su akuma y ha sido capaz de manipular la consistencia del sirope equiparándolo a la del acero, pudiendo así crear armas y cosas por el estilo.(Con la que endurezco el muro de sirope)
-Propulsión: Tobías es capaz de expulsar o lanzar el sirope que genera a altas velocidades. (Misma velocidad que una pistola)(con la que lanzó los arpones)
- Haki:
- Busoshoku Haki (Predilecto)::
- Asaltos:23/25
- Armadura:
-Tier 8: Mejora en su uso del endurecimiento, desgastándose sólo al triple de velocidad que el de su Haki. Aprende a concentrarlo para duplicar su efectividad en puntos concretos, renunciando a la protección integral.
Bastión: Los usuarios con sintonía en armadura se caracterizan por su gran envergadura física y su poderío. Mientras permanecen imbuidos en Haki de armadura, sus impactos son el triple de potentes.
- Armamento:
Tier 8: Es capaz de usar cualquier cantidad de armas imbuidas en Haki sin que ello suponga un mayor agotamiento. Podría quebrar el acero o cortar la esmeralda sin esfuerzo usando su Haki.
Tizona: Los usuarios con sintonía en armamento poseen una habilidad innata para liberar su Haki. Son capaces de utilizarlo de forma casi inconsciente, pudiendo usarlo un tercio de su capacidad (redondeando hacia abajo) sin agotarse en absoluto.
- Kenbunshoku Haki Incrementado::
- Visión (sintonía)::
- Tier 4: Centrándose en un solo objetivo podría prever sus ataques con hasta dos segundos de antelación, y sería capaz de prever a hasta tres personas a la vez, pero sólo con un segundo de anticipación.
Perspectiva: Los usuarios con sintonía en visión desarrollan una calma innata, siendo prácticamente imperturbables. Es muy difícil hacerlos caer presa de bravuconadas o provocaciones.
- Empatía:
- Tier 1: Mientras se concentre activamente en ello (incapacidad para realizar acciones complejas) puede detectar a todas las personas en un área de diez metros, pero no discierne con exactitud su posición. Es capaz de mantener la concentración durante siete asaltos.
Loyal D.Edward
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Cuando Xey y un servidor conseguimos sobrepasar aquel momento de extrema conmoción, nuestros pies pudieron al fin tocar tierra firme tras un ajetreado viaje tan intenso que pareció acabarse con uno de los suspiros de la mujer a la que seguíamos sin titubear.
-¡Ha sido aún mas impresionante que aquella vez!.-Me quedé plantado al pisar la cima del acantilado durante unos segundos, recordando la única vez en la que había sido testigo del poder más terrorífico de los sietes mares. Aquel día nevado de Drum en el que el hombre de mirada firme y oscura se deshizo de los soldados con el solo poder de su presencia nunca seria borrado de mi mente.
Sin embargo, esta vez el suceso fue distinto. El día que Kurogane mostró el poder de un hombre dispuesto a cambiar el mundo, aquello se sintió como un flujo. Sin embargo, nuestro ascenso y viaje hasta la isla judicial se trataba de una corriente de energía que mis sentidos desconocían. Todas mis dudas se disiparon al escuchar la tesis de Xey, que atribuía aquel acto milagroso al poder telequinético del mayordomo que había salvado nuestra existencia.
¡¡Tienes razón Aniki!!-Cerré uno de mis puños y golpeé la palma abierta de mi mano restante con júbilo.
-Control del flujo espacial...solo de pensarlo todo mi cuerpo se estremece. Pensaba que este lugar estaba lleno de monstruos, pero ahora me doy cuenta de que el rey de las bestias es el imponente ser que nos dejaba el té con pastas encima de la mesa del comedor por las mañanas...-Mis ojos se cerraron tanto como los de un asiático, dejando escapar un par de lágrimas que ondulaban por la superficie de mis mejillas hasta fundirse con la roca erosionada sobre la que apoyaban mis botas.
Mi capitán no tardó en reportar el estado de nuestra primera misión. Parecía que la situación se tornaría mas tranquila ahora que nos encontrábamos en la periferia de la isla, habiendo conseguido no ser un blanco fácil durante el vuelo, en gran parte debido a la espesa niebla que poblaba el horizonte. Probablemente nos equivocábamos, ya que cada vez nos acercábamos mas al núcleo de aquel conflicto, donde se encontraba el hombre que había agitado a ambos bandos con su sola presencia. Definitivamente, íbamos directos a la boca del lobo.
La joven que nos guiaba, seria y de pocas palabras, comenzó a caminar al frente sin decir ni una palabra como ya acostumbraba. Cuándo conseguí salir del pequeño cacao mental que me había montado, aceleré el ritmo para situarme de nuevo a la espalda de la pelirrosa, que caminaba entre suspiro y suspiro sin soltar el mango de su instrumento de tortura favorito, su espada.
Cómo podía intuirse en sus fortuitos pasos, ella tampoco tenía claro a donde debíamos dirigirnos ahora, por lo que no tardó en pronunciarse al respecto y hacer gala de otra de sus extrañas habilidades. Nuestra siguiente misión consistía en custodiar el cuerpo en pleno trance de la joven, la cuál se sentó sin remordimiento alguno sobre el irregular trazado de roca.
-Que usuaria tan peculiar...no encuentro conexión entre su repertorio de habilidades.-Me rascaba la barbilla con confusión al tiempo que flexionaba ligeramente las rodillas para intentar suponer lo que la joven pretendía con aquel extraño ritual.
-Se ha dejado totalmente expuesta en el campo de batalla...grave error.-Agarré a Kiba por el mango y la desenvainé lentamente, dejando mostrar levemente su hoja, en la que se reflejaban las nubes de aquel turbio día que cambiaría la historia.
-Mierda...-Miré la cara de la joven con rabia mientras me aproximaba a su cuerpo con sigilo.
-Es extraño...-Me dí media vuelta cuándo estaba a tan solo un palmo de la joven.
-Pero siento que no puedo fallarle a alguien que nos necesita.-Desenvainé una de las katanas en dirección contraria al cuerpo de la joven, adoptando una posición defensiva en caso de visualizar algún enemigo. No pude evitar sentirme estúpido por aquello, pero al parecer no tenía remedio, pues me venía de familia, por lo que acabé sonriendo y aceptando mi naturaleza.
Tras unos momentos en los que el soplido del viento pareció ser nuestro único compañero, la joven dio una gran bocanada de aire al despertar de aquel bizarro estado de letargo. Rápidamente ejecuto el reanudar de la marcha, ahora la joven parecía mas decidida acerca de nuestro rumbo. Me pregunté que clase de información reveladora habría visto, pero al fin y al cabo parecía que podía beneficiarnos a todos, por lo que no tardé en colocarme de nuevo a paso firme unos pasos a su espalda. Parecía que nuestros momentos de sosiego llegaban a su fin, pues los cañonazos, el chocar de las espadas y los gritos desgarradores de los hombres que abandonaban este mundo resonaban cada vez con mas ímpetu en mi cabeza.
Mi expresión cambió por completo cuando los primeros cadáveres comenzaron a mostrarse por el suelo. Los hombres mutilados, inconscientes, los rastros de sangre y sus miradas exentas de vida y humanidad...definitivamente aquel era un lugar que mas de uno encontraría en sus peores pesadillas. Intenté dirigir la mirada al suelo y avanzar lo mas rápido que pude con la intención de ignorar las peticiones de auxilio de los hombres que se encontraban en su último aliento. Rápidamente me puse a la altura de Kath con la intención de ponerme al tanto de la situación, ya que a pesar de seguir ciegamente los pasos de la joven nuestras intenciones eran cuánto menos difusas.
-Oe, Tirana-sama.-Busqué su mirada en medio de los atronadores sonidos de la batalla.
-¿Se supone que nos dirigimos al centro de la isla a por, a por... a por... el sentenciado?¿No ibas en el barco con aquel tipo pelirrojo y su banda?Quizás debamos buscar su apoyo ahora, creo que nos estamos acercando al meollo del asunto.-Miraba fijamente a la joven, esperando que pudiese desviar su indiferente mirada aunque solo fuese unos segundos para poder saber que en que parte del plan encajábamos Xey y yo, y mas importante aún.. porqué causa arriesgaríamos nuestras vidas.
-¡Ha sido aún mas impresionante que aquella vez!.-Me quedé plantado al pisar la cima del acantilado durante unos segundos, recordando la única vez en la que había sido testigo del poder más terrorífico de los sietes mares. Aquel día nevado de Drum en el que el hombre de mirada firme y oscura se deshizo de los soldados con el solo poder de su presencia nunca seria borrado de mi mente.
Sin embargo, esta vez el suceso fue distinto. El día que Kurogane mostró el poder de un hombre dispuesto a cambiar el mundo, aquello se sintió como un flujo. Sin embargo, nuestro ascenso y viaje hasta la isla judicial se trataba de una corriente de energía que mis sentidos desconocían. Todas mis dudas se disiparon al escuchar la tesis de Xey, que atribuía aquel acto milagroso al poder telequinético del mayordomo que había salvado nuestra existencia.
¡¡Tienes razón Aniki!!-Cerré uno de mis puños y golpeé la palma abierta de mi mano restante con júbilo.
-Control del flujo espacial...solo de pensarlo todo mi cuerpo se estremece. Pensaba que este lugar estaba lleno de monstruos, pero ahora me doy cuenta de que el rey de las bestias es el imponente ser que nos dejaba el té con pastas encima de la mesa del comedor por las mañanas...-Mis ojos se cerraron tanto como los de un asiático, dejando escapar un par de lágrimas que ondulaban por la superficie de mis mejillas hasta fundirse con la roca erosionada sobre la que apoyaban mis botas.
Mi capitán no tardó en reportar el estado de nuestra primera misión. Parecía que la situación se tornaría mas tranquila ahora que nos encontrábamos en la periferia de la isla, habiendo conseguido no ser un blanco fácil durante el vuelo, en gran parte debido a la espesa niebla que poblaba el horizonte. Probablemente nos equivocábamos, ya que cada vez nos acercábamos mas al núcleo de aquel conflicto, donde se encontraba el hombre que había agitado a ambos bandos con su sola presencia. Definitivamente, íbamos directos a la boca del lobo.
La joven que nos guiaba, seria y de pocas palabras, comenzó a caminar al frente sin decir ni una palabra como ya acostumbraba. Cuándo conseguí salir del pequeño cacao mental que me había montado, aceleré el ritmo para situarme de nuevo a la espalda de la pelirrosa, que caminaba entre suspiro y suspiro sin soltar el mango de su instrumento de tortura favorito, su espada.
Cómo podía intuirse en sus fortuitos pasos, ella tampoco tenía claro a donde debíamos dirigirnos ahora, por lo que no tardó en pronunciarse al respecto y hacer gala de otra de sus extrañas habilidades. Nuestra siguiente misión consistía en custodiar el cuerpo en pleno trance de la joven, la cuál se sentó sin remordimiento alguno sobre el irregular trazado de roca.
-Que usuaria tan peculiar...no encuentro conexión entre su repertorio de habilidades.-Me rascaba la barbilla con confusión al tiempo que flexionaba ligeramente las rodillas para intentar suponer lo que la joven pretendía con aquel extraño ritual.
-Se ha dejado totalmente expuesta en el campo de batalla...grave error.-Agarré a Kiba por el mango y la desenvainé lentamente, dejando mostrar levemente su hoja, en la que se reflejaban las nubes de aquel turbio día que cambiaría la historia.
-Mierda...-Miré la cara de la joven con rabia mientras me aproximaba a su cuerpo con sigilo.
-Es extraño...-Me dí media vuelta cuándo estaba a tan solo un palmo de la joven.
-Pero siento que no puedo fallarle a alguien que nos necesita.-Desenvainé una de las katanas en dirección contraria al cuerpo de la joven, adoptando una posición defensiva en caso de visualizar algún enemigo. No pude evitar sentirme estúpido por aquello, pero al parecer no tenía remedio, pues me venía de familia, por lo que acabé sonriendo y aceptando mi naturaleza.
Tras unos momentos en los que el soplido del viento pareció ser nuestro único compañero, la joven dio una gran bocanada de aire al despertar de aquel bizarro estado de letargo. Rápidamente ejecuto el reanudar de la marcha, ahora la joven parecía mas decidida acerca de nuestro rumbo. Me pregunté que clase de información reveladora habría visto, pero al fin y al cabo parecía que podía beneficiarnos a todos, por lo que no tardé en colocarme de nuevo a paso firme unos pasos a su espalda. Parecía que nuestros momentos de sosiego llegaban a su fin, pues los cañonazos, el chocar de las espadas y los gritos desgarradores de los hombres que abandonaban este mundo resonaban cada vez con mas ímpetu en mi cabeza.
Mi expresión cambió por completo cuando los primeros cadáveres comenzaron a mostrarse por el suelo. Los hombres mutilados, inconscientes, los rastros de sangre y sus miradas exentas de vida y humanidad...definitivamente aquel era un lugar que mas de uno encontraría en sus peores pesadillas. Intenté dirigir la mirada al suelo y avanzar lo mas rápido que pude con la intención de ignorar las peticiones de auxilio de los hombres que se encontraban en su último aliento. Rápidamente me puse a la altura de Kath con la intención de ponerme al tanto de la situación, ya que a pesar de seguir ciegamente los pasos de la joven nuestras intenciones eran cuánto menos difusas.
-Oe, Tirana-sama.-Busqué su mirada en medio de los atronadores sonidos de la batalla.
-¿Se supone que nos dirigimos al centro de la isla a por, a por... a por... el sentenciado?¿No ibas en el barco con aquel tipo pelirrojo y su banda?Quizás debamos buscar su apoyo ahora, creo que nos estamos acercando al meollo del asunto.-Miraba fijamente a la joven, esperando que pudiese desviar su indiferente mirada aunque solo fuese unos segundos para poder saber que en que parte del plan encajábamos Xey y yo, y mas importante aún.. porqué causa arriesgaríamos nuestras vidas.
- Resumen.(Kath y Xey):
- -Pisar tierra y fliparlo pepinillos con lo ocurrido.
-Flashback sobre un suceso de hace tiempo.
-Intención de asesinar el cuerpo en trance de Kath, pero acabar custidiandolo. Soy un cacho de pan.
-Avanzar al centro de la isla con un panorama lamentable. Preguntarle a Kath que pintamos aquí, si un Picasso o un Dalí.
Bizvan
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Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
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Más personas se habían sentido atraídas por la presencia de esos piratas. Sin embargo el único que había captado mi interés era el grandulón, no es como si sintiera algo en él, solo era el hecho de su tamaño lo que llamó ligeramente mi atención. Junto con el grandulón se podía ver a una chica de cabello blanco. ¿Eran enemigos? No podía saberlo, pero lo mejor era estar prevenido, en especial por el par que se encontraba luchando.
- Zero, Descarte. Hagan lo que Tobías dijo e intenten moverse por los flancos sin ser detectados. Antonio busca una zona desde donde puedas disparar, tomate tú tiempo al hacerlo, no me gustaría que me volaras los sesos al hacerlo.-los esqueletos asintieron y tomaron caminos diferentes.
En el instante que vi a la mujer tensar la cuerda de su arco, activé mi brazalete y la armadura de color blanco cubrió mi cuerpo.
La flecha fue disparada y Tobías gritó para que esquivara, sin embargo no parecía que el proyectil fuese algo común. No solo su trayectoria era peculiar, sino también desprendía un humo rosado.
Me hubiese gustado seguir el ejemplo de Tobías y salir del rango del ataque utilizando esa extraña habilidad que poseía, pero por desgracia eso era algo imposible para mí. No obstante la armadura tenía un mecanismo que no fui capaz de explicarla a Wyrm cuando se la di.
Activé el sistema de Dash que poseía la armadura para retroceder sin dejar de mirar de las acciones de esos 2 y salir del rango del humo. Al no conocer la propagación del humo decidí utilizar los 3 impulsos, sin embargo antes de activar el tercero, pude ver como el gigantón creaba algo parecido a un arpón y lo arrojaba en mi dirección.
* ¿Por qué tiene que ser tan agresivo? Me hubiese gustado poder ser su amigo si la situación fuese otra. *pensé mientras intentaba frenar el retroceso provocado por los impulsos.
El proyectil se acercaba con una velocidad considerable.* Bloquear no es una opción, en ese caso… *sujeté la empuñadura de Madre con fuerza y tomé una postura adecuada. Cuando el arpón entró en mi rango, realicé un corte ascendente con toda mi fuerza.
El arpón resultó más ser más duro de lo que aparentaba, por fortuna mi habilidad con la espada fue la suficiente para cortarlo por mitad sin que impactara contra mí.
* ¿Eso era queso? *ahora en verdad lamentaba que el grandulón no pudiese ser mi amigo, habría sido bastante entretenido tener alguna aventura con él.
Dejé de lamentarme y comencé a acercarme de nuevo (pero procurando no entrar en la zona donde estaba el humo), podría utilizar el impulso restante para acelerar esto, pero decidí conservarlo en caso de ser necesario realizar un esquive lateral. Mientras trotaba noté un estruendo y al mirar en la dirección de este no pude evitar jadear por la sorpresa.
- Dexter... -no podía afirmar si su presencia era buena o mala. Por un lado era otro pirata con una fuerza temible, y por otra parte parecía que el capitán y él se conocían de alguna forma, pues ya había mencionado que era un hombre bueno... - Zero, Descarte. Hagan lo que Tobías dijo e intenten moverse por los flancos sin ser detectados. Antonio busca una zona desde donde puedas disparar, tomate tú tiempo al hacerlo, no me gustaría que me volaras los sesos al hacerlo.-los esqueletos asintieron y tomaron caminos diferentes.
En el instante que vi a la mujer tensar la cuerda de su arco, activé mi brazalete y la armadura de color blanco cubrió mi cuerpo.
La flecha fue disparada y Tobías gritó para que esquivara, sin embargo no parecía que el proyectil fuese algo común. No solo su trayectoria era peculiar, sino también desprendía un humo rosado.
Me hubiese gustado seguir el ejemplo de Tobías y salir del rango del ataque utilizando esa extraña habilidad que poseía, pero por desgracia eso era algo imposible para mí. No obstante la armadura tenía un mecanismo que no fui capaz de explicarla a Wyrm cuando se la di.
Activé el sistema de Dash que poseía la armadura para retroceder sin dejar de mirar de las acciones de esos 2 y salir del rango del humo. Al no conocer la propagación del humo decidí utilizar los 3 impulsos, sin embargo antes de activar el tercero, pude ver como el gigantón creaba algo parecido a un arpón y lo arrojaba en mi dirección.
* ¿Por qué tiene que ser tan agresivo? Me hubiese gustado poder ser su amigo si la situación fuese otra. *pensé mientras intentaba frenar el retroceso provocado por los impulsos.
El proyectil se acercaba con una velocidad considerable.* Bloquear no es una opción, en ese caso… *sujeté la empuñadura de Madre con fuerza y tomé una postura adecuada. Cuando el arpón entró en mi rango, realicé un corte ascendente con toda mi fuerza.
El arpón resultó más ser más duro de lo que aparentaba, por fortuna mi habilidad con la espada fue la suficiente para cortarlo por mitad sin que impactara contra mí.
* ¿Eso era queso? *ahora en verdad lamentaba que el grandulón no pudiese ser mi amigo, habría sido bastante entretenido tener alguna aventura con él.
Dejé de lamentarme y comencé a acercarme de nuevo (pero procurando no entrar en la zona donde estaba el humo), podría utilizar el impulso restante para acelerar esto, pero decidí conservarlo en caso de ser necesario realizar un esquive lateral. Mientras trotaba noté un estruendo y al mirar en la dirección de este no pude evitar jadear por la sorpresa.
Un escalofrío recorrió mi espalda al no conocer el motivo de su presencia.
- Resumen :
- Darle indicaciones a los esqueletos. Utilizar el sistema de impulso de la armadura para salir del rango del humo. Cortar a la mitad el proyectil de queso para evitar ser dañado. Regresar a la zona de combate.
- Información :
- Tier 8: Puede cortar esmeralda (dureza de 7.5 a 8) sin dificultad, y es tan preciso que podría ganarse la vida de peluquero con su arma cortante. Podría romper columnas de hormigón de un golpe con su arma contundente.
Xeyner
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Apenas pasaron unos minutos desde que pisamos tierra, cuando Katharina se decidió a poner solución a lo que todos estábamos pensando. Nadie tenía experiencia suficiente en aquella isla, y el caos que estaba causando la guerra no ayudaba a situar nuestro próximo destino.
La pelirrosa pareció entrar en algún tipo de trance, y por un momento pensé preguntarle de qué iba todo aquello, pero no parecía la mejor idea.
-Hmmm…- dije en voz baja mientras me sentaba a su lado, y escuchaba a mi nakama Ed a unos pasos de nosotros. Miré a Kath y cerré los ojos, intentando imitar su postura, para ver si se trataba de alguna posición mágica.
Al principio no había nada raro en todo aquello. No tardé mucho en escuchar algo mejor las explosiones y el choque de enemigos en los “alrededores”. “Quizás se trata de eso… al cerrar los ojos, limita uno de sus sentidos y por consiguiente percibe lo demás con más intensidad”, pensé mientras asentía lentamente con la cabeza.
Permanecí unos segundos más así hasta que, por un segundo, me pareció notar algo raro. Algo más. Parecía haber una dirección en la que las cosas estaban más claras, como una especie de señal. No tardé en darme cuenta de que lo que ocurría era que me había quedado dormido.
-Genial, esto mejora por momentos- dije resoplando, mientras me ponía en pie.
Ed y yo seguimos a la chica en nuestra nueva dirección hacia el centro de la isla, y Ed aprovechó la oportunidad para hacerle algunas preguntas. Intenté permanecer pendiente a las respuestas de la pelirrosa, pero no pude evitar sentir algo de aprensión por el lugar por el que caminábamos.
Cuerpos de personas permanecían tirados por el suelo, consecuencias de la brutal guerra que estaba sucediendo, y todavía me costaba creer que pudiésemos pasear por allí con tal naturalidad. ¿Por qué tenía que estar sucediendo todo aquello? La guerra parecía ser algo eterno entre piratas y marines, pero perder tantas vidas… ¿De verdad era necesario?
Intenté disipar aquellos pensamientos de mi mente rápidamente y me acerqué a mis acompañantes, incapaz de pensar en algo que no fuese descubrir cuanto antes más de todo aquello que nos rodeaba.
La pelirrosa pareció entrar en algún tipo de trance, y por un momento pensé preguntarle de qué iba todo aquello, pero no parecía la mejor idea.
-Hmmm…- dije en voz baja mientras me sentaba a su lado, y escuchaba a mi nakama Ed a unos pasos de nosotros. Miré a Kath y cerré los ojos, intentando imitar su postura, para ver si se trataba de alguna posición mágica.
Al principio no había nada raro en todo aquello. No tardé mucho en escuchar algo mejor las explosiones y el choque de enemigos en los “alrededores”. “Quizás se trata de eso… al cerrar los ojos, limita uno de sus sentidos y por consiguiente percibe lo demás con más intensidad”, pensé mientras asentía lentamente con la cabeza.
Permanecí unos segundos más así hasta que, por un segundo, me pareció notar algo raro. Algo más. Parecía haber una dirección en la que las cosas estaban más claras, como una especie de señal. No tardé en darme cuenta de que lo que ocurría era que me había quedado dormido.
-Genial, esto mejora por momentos- dije resoplando, mientras me ponía en pie.
Ed y yo seguimos a la chica en nuestra nueva dirección hacia el centro de la isla, y Ed aprovechó la oportunidad para hacerle algunas preguntas. Intenté permanecer pendiente a las respuestas de la pelirrosa, pero no pude evitar sentir algo de aprensión por el lugar por el que caminábamos.
Cuerpos de personas permanecían tirados por el suelo, consecuencias de la brutal guerra que estaba sucediendo, y todavía me costaba creer que pudiésemos pasear por allí con tal naturalidad. ¿Por qué tenía que estar sucediendo todo aquello? La guerra parecía ser algo eterno entre piratas y marines, pero perder tantas vidas… ¿De verdad era necesario?
Intenté disipar aquellos pensamientos de mi mente rápidamente y me acerqué a mis acompañantes, incapaz de pensar en algo que no fuese descubrir cuanto antes más de todo aquello que nos rodeaba.
- Resumen (Kath y Ed):
- Hacerme preguntas sobre lo que ocurre. Impactado por el escenario.
El pelirrojo quiso contestar al comentario de Arribor, que lo llamaba Hombre Pollo en lugar de por su nombre o apodo, pero no pudo. Alguien con una presencia belicosa y pendenciera se había posado tras él, y lentamente su aura ígnea fue desapareciendo, podía notar como aquel mequetrefe, de cabellos rojizos como los suyos, se alimentaba de su poder. Eso le podía en una difícil tesitura, pues no solo tenía que enfrentarse a dos colosos, sino que también tenía que encargarse de una persona que, en apariencia, se alimentaba de calor.
«No me queda otra opción…»
Zane cerró los ojos y respiró hondo, trasmitiendo calor de nuevo a su Samauindo. Sabía que si quería tener alguna oportunidad frente a tales colosos debía hacer acopio de todo su poder e ir en serio en todo momento, sin dudar ni un segundo, o perecería. Se adentró en su mundo interior, buscando al demonio que habitaba en él para pedirle un pequeño favor. Como de costumbre llegó a una especie de altar de cuatro columnas, en cuyo interior estaba el majestuoso ave junto a una fuente que emanaba fuego. «Yiromaru, desátame» le dijo al suzaku, que se convirtió en una especie de ente amorfo que se adentró en el cuerpo del pelirrojo. En ese momento la fuente comenzó a expulsar fuego de forma descontrolada, y abrió los ojos en el mundo real.
Un torbellino de fuego comenzó a girar alrededor de Zane a una velocidad ingente, ocultándolo por completo, y formando una gran columna de fuego que podía contemplarse desde cualquier lugar de aquel peñasco que era Gray Rock. Su tamaño fue creciendo rápidamente hasta obtener una altura de seis metros, y su cuerpo se había recubierto de una fina capa de plumas de color carmesí con destellos dorados, sobre los que había dibujados unos tribales de un rojo intenso que brillaban con luz propia. Sus manos se volvieron unas garras de cuatro dedos afiladas como sables, y sus pies igual. En su cara nació un pico y su cabello rojizo se camuflaba con las plumas de su cabeza, siendo la simbiosis perfecta entre un humano y el animal en el que se convertía, con los ojos blancos. Su cuerpo estaba encorvado, apoyado sobre sus extremidades traseras, y a medida que se erguía el fuego que le rodeaba se iba expandiendo hasta que, llegando a cierto punto, se propagó violentamente en un radio de casi cien metros desde su posición. Aquello era literalmente un infierno que se fue apaciguando a medida que Zane tomaba el control de sí mismo, pero él se encontraba en mismo paraíso. Por último, en su espalda surgieron dos grandiosas alas blancas impolutas como las de un ángel, cuyo aleteo generaba llamaradas a voluntad. Al crecer de forma tan desmesurada sus ropajes habían cedido hasta que solo su hakama había quedado un poco servible, mientras que la parte superior era una triste tela enganchada a su hombro. De un movimiento con su brazo derecho se deshizo de él, dejando su emplumado torso al aire libre, haciendo gala de su apodo.
-Quítense sus camisetas señores. Esta noche va a hacer más calor de lo que teníais previsto –dijo el suzaku, justo antes de elevarse unos metros del suelo-. Y tú marine… -comentó, mirando de reojo al marine que estaba tras él-. Será mejor que no te metas en esto. Te viene grande.
Rápidamente, aferrándose con fuerza a las empuñaduras de sus dos armas, dejando una estela de fuego en su camino por el batir de sus alas, se impulsó hacia el lugar donde estaban Heartless y el hombre en mallas, al mismo tiempo que lanzaba una doble onda cortante en forma de equis, con la intención de golpear a ambos. Una vez hiciera eso, se quedaría a una distancia prudencial de los dos, a la espera de ver cuál sería su siguiente movimiento.
«No me queda otra opción…»
Zane cerró los ojos y respiró hondo, trasmitiendo calor de nuevo a su Samauindo. Sabía que si quería tener alguna oportunidad frente a tales colosos debía hacer acopio de todo su poder e ir en serio en todo momento, sin dudar ni un segundo, o perecería. Se adentró en su mundo interior, buscando al demonio que habitaba en él para pedirle un pequeño favor. Como de costumbre llegó a una especie de altar de cuatro columnas, en cuyo interior estaba el majestuoso ave junto a una fuente que emanaba fuego. «Yiromaru, desátame» le dijo al suzaku, que se convirtió en una especie de ente amorfo que se adentró en el cuerpo del pelirrojo. En ese momento la fuente comenzó a expulsar fuego de forma descontrolada, y abrió los ojos en el mundo real.
Un torbellino de fuego comenzó a girar alrededor de Zane a una velocidad ingente, ocultándolo por completo, y formando una gran columna de fuego que podía contemplarse desde cualquier lugar de aquel peñasco que era Gray Rock. Su tamaño fue creciendo rápidamente hasta obtener una altura de seis metros, y su cuerpo se había recubierto de una fina capa de plumas de color carmesí con destellos dorados, sobre los que había dibujados unos tribales de un rojo intenso que brillaban con luz propia. Sus manos se volvieron unas garras de cuatro dedos afiladas como sables, y sus pies igual. En su cara nació un pico y su cabello rojizo se camuflaba con las plumas de su cabeza, siendo la simbiosis perfecta entre un humano y el animal en el que se convertía, con los ojos blancos. Su cuerpo estaba encorvado, apoyado sobre sus extremidades traseras, y a medida que se erguía el fuego que le rodeaba se iba expandiendo hasta que, llegando a cierto punto, se propagó violentamente en un radio de casi cien metros desde su posición. Aquello era literalmente un infierno que se fue apaciguando a medida que Zane tomaba el control de sí mismo, pero él se encontraba en mismo paraíso. Por último, en su espalda surgieron dos grandiosas alas blancas impolutas como las de un ángel, cuyo aleteo generaba llamaradas a voluntad. Al crecer de forma tan desmesurada sus ropajes habían cedido hasta que solo su hakama había quedado un poco servible, mientras que la parte superior era una triste tela enganchada a su hombro. De un movimiento con su brazo derecho se deshizo de él, dejando su emplumado torso al aire libre, haciendo gala de su apodo.
-Quítense sus camisetas señores. Esta noche va a hacer más calor de lo que teníais previsto –dijo el suzaku, justo antes de elevarse unos metros del suelo-. Y tú marine… -comentó, mirando de reojo al marine que estaba tras él-. Será mejor que no te metas en esto. Te viene grande.
Rápidamente, aferrándose con fuerza a las empuñaduras de sus dos armas, dejando una estela de fuego en su camino por el batir de sus alas, se impulsó hacia el lugar donde estaban Heartless y el hombre en mallas, al mismo tiempo que lanzaba una doble onda cortante en forma de equis, con la intención de golpear a ambos. Una vez hiciera eso, se quedaría a una distancia prudencial de los dos, a la espera de ver cuál sería su siguiente movimiento.
- Resumen (Dexter, Rain, Arthur y cualquiera que esté en un radio de cien metros desde mi posición:
- Notar como Arthur me absorbía calor + cargar un turno más mi katana (turno 4) + usar el despertar de la fruta + hacer una explosión de fuego potente (A unos 500 ºC) +dirigirme hacia Rain y Dex lanzando una doble onda cortante
- Datos técnicos:
- Tiers:
- Reflejos: Tier 10: Tier 10: Podría reaccionar en una centésima de segundo a un vehículo tratando de atropellarlo.
Poder de destrucción: Tier 8: Puede cortar esmeralda sin dificultad, y es tan preciso que podría ganarse la vida de peluquero con su arma cortante. Podría romper columnas de hormigón de un golpe con su arma contundente.
Resistencia: Tier 8: Sus músculos son extremadamente resistentes. En el hipotético caso de que se rompiera un hueso, la tensión de estos le permitiría seguir moviendo la parte afectada.
Velocidad: Tier 4: Si se pone a cuatro patas, puede ganar en carrera a un caballo. Pero mejor hacerlo a dos.
Agilidad: Tier 3: Realiza volteretas dobles con suma facilidad. Rueda por el suelo casi tan rápido como camina y se levanta de él con suma facilidad.
- Maestría:
- Nivel 90: Sus ondas cortantes son tan potentes que una sola haría colapsar edificios de tamaño medio.
- stats:
- Fuerza/P. Destrucción x7
Velocidad x12 (2+10 racial del despertar)
Resistencia x8
Agilidad x11 (1+10 racial del despertar)
Reflejos x12 (2+10 racial del despertar)
- Datos de la akuma y del despertar:
Nivel 90: Aquí obtiene una capacidad visual increíble, llegando a distinguir rostros en una distancia de dos kilómetros y medio de distancia. El radio de acción de su fuego se ve incrementada a una distancia mil metros cúbicos, y se vuelve completamente inmune al fuego.
Despertar: El usuario ha conseguido llevar el poder que le otorga su fruta del diablo a un nivel más, llegando a obtener una forma que fusiona perfectamente los poderes del suzaku con sus habilidades como samurái. En esta forma el usuario es un suzaku antropomorfo de color carmesí con tribales rojizos muy brillantes y alas blancas, de seis metros de alto y cuatro de ala a ala. Su cara es completamente la de un ave con los ojos blancos.
Pero eso es solo en apariencia, el verdadero cambio sucede en su interior. Su mera presencia hace que la temperatura ascienda en un radio de veinte metros. El aleteo de sus alas puede lanzar llamaradas y el fuego que genera puede quemar lo que sea, incluso herir a aquellos inmunes al fuego (duplica su temperatura). Y su nivel de regeneración ha aumentado considerablemente, llegando a curar heridas leves de forma inmediata, heridas medias (cortes, contusiones, derrames internos…) en un post y heridas graves (roturas de huesos, heridas extremas en órganos…) en dos post.
Nivel 90: Cinco post de duración sin tiempo de reutilización.
Mist D. Spanner
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Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
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Akuma no mi
Varios
Bajo tierra no podía ver, sin embargo tenía su predilecto haki de observación, que le permitía saber dónde estaba su contrincante. No notó un solo cambio en su aura, por tanto dedujo que su ataque no había dado al objetivo. No esperaba otra cosa, pues era tan solo una distracción para poder desaparecer bajo tierra, tal vez incluso gastar sus energías en detener la onda. Siguió moviéndose hasta la que sería la posición del que asumía era un marine, aunque bien podría no serlo. Fue entonces cuando ocurrió.
Varias lanzas de un extraño material rompieron el suelo, atravesándolo y perdiendo velocidad, sin embargo consiguieron alcanzarlo. Una lanza atravesó su brazo, otra su pecho, una tercera su garganta y el resto pasaron por su lado. O, al menos, quedaban dos segundos para que aquello ocurriese. Gracias a su haki había conseguido verlo venir y, sabiendo que las lanzas no conseguirían mantener su potencia y velocidad todo el tiempo, se hundió más bajo tierra. Sintió como la piedra temblaba cuando las lanzas entraban en él, como un taladro, hasta detenerse, siendo frenadas por la sólida roca.
«Tal vez haya sido frenado, pero ha avanzado mucho por la roca… Debo tener cuidado con ese ataque» pensó, mientras volvía a moverse hacia delante.
Se colocó justo debajo de donde estaba su enemigo, colocando de nuevo la espada en su vaina, mirando hacia arriba. Entonces, desactivó el poder de su akuma no mi, a la par que un color negruzco ocupaba su mano, moviéndose hasta su espada. Poco a poco, el espacio donde se encontraba su cuerpo empezaba a ser llenado de nuevo con la dura piedra, empujándolo hacia arriba. Saldría disparado del suelo, como un torpedo, desenvainando la espada en un corte ascendente que congelaba el aire, con la intención de cortar a aquella persona.
Varias lanzas de un extraño material rompieron el suelo, atravesándolo y perdiendo velocidad, sin embargo consiguieron alcanzarlo. Una lanza atravesó su brazo, otra su pecho, una tercera su garganta y el resto pasaron por su lado. O, al menos, quedaban dos segundos para que aquello ocurriese. Gracias a su haki había conseguido verlo venir y, sabiendo que las lanzas no conseguirían mantener su potencia y velocidad todo el tiempo, se hundió más bajo tierra. Sintió como la piedra temblaba cuando las lanzas entraban en él, como un taladro, hasta detenerse, siendo frenadas por la sólida roca.
«Tal vez haya sido frenado, pero ha avanzado mucho por la roca… Debo tener cuidado con ese ataque» pensó, mientras volvía a moverse hacia delante.
Se colocó justo debajo de donde estaba su enemigo, colocando de nuevo la espada en su vaina, mirando hacia arriba. Entonces, desactivó el poder de su akuma no mi, a la par que un color negruzco ocupaba su mano, moviéndose hasta su espada. Poco a poco, el espacio donde se encontraba su cuerpo empezaba a ser llenado de nuevo con la dura piedra, empujándolo hacia arriba. Saldría disparado del suelo, como un torpedo, desenvainando la espada en un corte ascendente que congelaba el aire, con la intención de cortar a aquella persona.
- Resumen y cosas:
- Evito el ataque de Tobias gracias a mi Haki de observación y dirijo un ataque ascendente desde el suelo, saliendo disparado como un torpedo, con hielo y haki.
Haki de Observación: Visión Tier 4
Centrándose en un solo objetivo podría prever sus ataques con hasta dos segundos de antelación, y sería capaz de prever a hasta tres personas a la vez, pero sólo con un segundo de anticipación.
Haki de Armadura: Armamento Tier 4
Los golpes canalizados a través del Armamento aplican un 50% más de potencia al impacto. Mientras mantenga el Haki imbuido en su arma, nunca se dañará en una ofensiva.
Poder de destrucción: Tier 5
Reflejos: Tier 5
Agilidad: Tier 3
Armamento del Samurái:
Spanner centra todo su haki en una única arma y se ha acostumbrado tanto a este que puede mantenerlo durante más tiempo (dos asaltos más) y su tiempo de recuperación tras cansarse usándolo se ve reducido (un turno menos). De forma pasiva, cuando lo utiliza, su espada se ve cubierta de una energía morada.
Deathstroke
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Akuma no mi
Varios
Al pirata contra el que me había enfrentado hacía poco tiempo pareció darse cuenta del engaño, aunque bueno, la presencia del capitán no se podía ocultar de ningún modo. Y acabó hablado con el hombre pollo para que esperase mientras se encargaba de Dexter, entonces pude ver como formaba una enorme espada con su pierna. “Esto no va a acabar bien” pensé al verlo. Por otra parte, y casi al mismo tiempo, el pollo de fuego comenzó a moverse también, generando una explosión de calor. Pasé a mi forma completa y volé lo más rápido que pude hasta mi capitán y me interpuse entre los ataques, quedando en medio de la explosión y la espada que iban a Dexter. Y justo antes de que ambas impactasen en mí activé con un chasquido el mecanismo del brazo derecho, generando desde este un poderoso escudo esférico evitando de esa forma el poder de la explosión momentáneamente, sin embargo, sabía que la espada pasaría el escudo, por lo que reforcé ese lado con el haki de armadura y así poder soportarlo.
Hice girar el aire alrededor del capitán y mío para dispersas todo el polvo y el humo de la explosión del pollo y dejándonos a la vista de nuevo. Tenía el brazo flexionado y le apoyaba la mano del otro, gracias a eso había detenido por completo la espada del pirata, aunque esta había conseguido cortar ligeramente el metal de la armadura, aunque sin llegar a la piel. Esto había sido así gracias a que el escudo había conseguido absorber parte de la fuerza del ataque.
-Chicos, la comida se empieza por la verdura, no por el postre – dije empujando la espada para sacarla de la armadura – Deberíais saberlo.
Me giré directamente hacia Arribor y extendí mi brazo con la mano recta e imbuida aún en haki de armadura, aunque ahora haría su función de armamento. Comencé a realizar un movimiento en vertical que iba desde mi cabeza hasta la cintura, fue un movimiento lento en el que según iba avanzando la mano el aire parecía ser cortado y era completamente recto. En cuanto terminé de hacerlo este corte salió disparado a una gran velocidad hacia el pirata “no estamos muy lejos, tengo la ventaja” pensé justo cuando salió disparado el corte.
-Lo siento capitán, tenía ganas hacer algo – le dije mientras metía una mano en el bolsillo y sacaba una pequeña bolsita y miraba lo que había dentro – Ten en compensación por la interrupción – dije lanzando la bolsita hacia atrás para que la cogiese el capitán – hay siete dosis, pero ya sabes que no más de cuatro de una tacada. – le comenté esta vez por el vínculo mental.
Le había entregado unas dosis para aumentar las capacidades de su akuma, no creía que las necesitase, pero por si las moscas no estaría mal tenerlas encima. Para mí siempre tenía guardadas algunas dosis en casos de necesidad, aunque esperaba no tener que usarlas.
Hice girar el aire alrededor del capitán y mío para dispersas todo el polvo y el humo de la explosión del pollo y dejándonos a la vista de nuevo. Tenía el brazo flexionado y le apoyaba la mano del otro, gracias a eso había detenido por completo la espada del pirata, aunque esta había conseguido cortar ligeramente el metal de la armadura, aunque sin llegar a la piel. Esto había sido así gracias a que el escudo había conseguido absorber parte de la fuerza del ataque.
-Chicos, la comida se empieza por la verdura, no por el postre – dije empujando la espada para sacarla de la armadura – Deberíais saberlo.
Me giré directamente hacia Arribor y extendí mi brazo con la mano recta e imbuida aún en haki de armadura, aunque ahora haría su función de armamento. Comencé a realizar un movimiento en vertical que iba desde mi cabeza hasta la cintura, fue un movimiento lento en el que según iba avanzando la mano el aire parecía ser cortado y era completamente recto. En cuanto terminé de hacerlo este corte salió disparado a una gran velocidad hacia el pirata “no estamos muy lejos, tengo la ventaja” pensé justo cuando salió disparado el corte.
-Lo siento capitán, tenía ganas hacer algo – le dije mientras metía una mano en el bolsillo y sacaba una pequeña bolsita y miraba lo que había dentro – Ten en compensación por la interrupción – dije lanzando la bolsita hacia atrás para que la cogiese el capitán – hay siete dosis, pero ya sabes que no más de cuatro de una tacada. – le comenté esta vez por el vínculo mental.
Le había entregado unas dosis para aumentar las capacidades de su akuma, no creía que las necesitase, pero por si las moscas no estaría mal tenerlas encima. Para mí siempre tenía guardadas algunas dosis en casos de necesidad, aunque esperaba no tener que usarlas.
- resumen (arribor esto te puede interesar):
- Me meto en medio de los ataques y bloqueo la espada de Arribor y la explosión de Zane con un escudito y de esa forma evitar daños a Dexter de estos ataques. Atacar a Arribor y darle unas cositas a Dexter.
- cosas usadas:
- Tiers:
- Nivel 100: Reflejos (10), Velocidad (10), Agilidad (6), Resistencia (5) y Fuerza (4). Resto de clases suben a Tier 2.
- stats:
- -Fuerza: x5 (akuma) + x10 (desinhibición muscular) +x5 (PU)= x20
-Resistencia: x5 (akuma) + x10 (desinhibidor muscular) + x9 (PU) = x24
-Velocidad: x5 (akuma) + x10 (desinhibidor muscular)+ x6 (PU) = x21
-Reflejos: x5 (akuma)
-Agilidad: x20 (interconexión perfecta)
- técnicas:
- -Desinhibidor muscular (pasiva): partiendo de que el ser humano sólo utiliza un pequeño porcentaje de toda la fuerza que posee (aprox. 20%), con esta técnica, Deathstroke puede eliminar el limitador que no le permite utilizar todo el poder de su musculatura, es decir, si Deathstroke utiliza el 20% del poder de su musculatura de forma normal, gracias a esto puede utilizar el 100%. Esta técnica va acompañada de un control perfecto del cuerpo, con esto, es capaz de hacer que su cuerpo pueda resistir el utilizar el 100% de su poder sin que le suceda nada, y conseguir además controlar la sensación de dolor de su cuerpo reduciéndoselo al mínimo (sigue sintiendo los golpes pero los resiste mucho mejor, tanto el dolor como el daño que le pudieran provocar se reducen en gran medida). Además de poder usar todo su poder, también le aumenta su poder base en x2 y aumenta en x2 cada 5 niveles hasta que pueda utilizar el 100%. El desinhibidor empezaría hasta un 40% y cada 5 niveles aumenta un 20% hasta llegar al 100%. La mejora llega hasta 200%.
-Interconexiones perfectas (pasiva): Con esta técnica, Deathstroke ha conseguido que las conexiones sinápticas de sus neuronas no tengan ningún fallo y sean perfectas. gracias a esto le permita que las acciones que realice sean 10 veces más rápidas que de forma normal, ya que la información de su alrededor la percibe mejor y de forma más precisa, así mismo, sus movimientos se vuelven precisos al 100%, el problema que tendría esta habilidad es que los receptores del dolor serían mucho más sensibles, sin embargo gracias a la técnica de desinhibidor muscular se le reduce el dolor (si hacemos una media entre las 2 técnicas el dolor sería normal, ya que una lo reduce al mínimo y esta lo aumenta en gran medida). La mejora duplica efectos.
-Supēsu bureiku III: De forma pasiva Deahstroke realiza corta el aire con el haki de armadura en línea recta con su mano extendida (no puede moverse de la posición en la que esté y el movimiento de la mano ha de ser lento). De forma activa este corte sale disparado al doble de la velocidad a la que Deathstroke puede generar corrientes de aire hasta una distancia de 450 metros, el poder de corte de esto será un 50% más potente al haki de armamento de Deathstroke (gasta un asalto) y puede aplicar en este la habilidad de bastión al nivel que corresponda, pero le consume 2 asalto más. (en este caso no usé lo de bastión, y como dato, el corte es a 600km/h o 166,6m/s)
- objetos:
- -Implante de brazo derecho: Al generarse este escudo puede detener ataques de gran potencia (fuerza, poder de destrucción tier 5, maestrías de ondas de corte/choque de hasta nivel 50 y la munición de armas de fuego (así como flechas) sin problema). Además, puede mantener este escudo dos turnos aparte del turno en el que lo genera. El escudo se expande hasta los 10 metros repeliendo lo que esté dentro de este rango y que no supere un tier de resistencia 5 (la forma de producirlo es igual que antes, realizando un chasquido con los dedos). (Al ser superada por Arribor desaparece).
-Armadura: https://www.onepiece-definitiverol.com/t17001-mi-nueva-armadura tiene una mejora que la cierra herméticamente y con deposito de 4L de aire para respirar.
Allí abajo… la calma que habitaba en el pirata se quebró completamente. Los acontecimientos ocurrían veloces y a este casi no le daba ni tiempo a pararse a contemplar cada cosa que pasaba a su alrededor. Su mente solo podía fijarse en la voz que percibía justo delante de él, la del pelirrojo. En ella, aún teniendo el sonido de los cañones a su alrededor, los gritos tanto de marines como de piratas y explosiones por aquí y por allá… pudo notar cómo estaba acelerada. Al parecer, las cosas no estaban siendo nada fáciles en el océano. Según hablaba Nassor, más caía en la cuenta el pirata de que allí estaban teniendo problemas por todos lados.
– No tiene bocina, no. Joder, pero puedo crear un aparato... déjame que piense. – el ladrón tuvo que tomarse unos cuantos segundos para pensar en algo que pudiese hacer la misma función, con lo que Nassor pudiese contactar con toda la flota mediante algo que amplificara su sonido. – Me da a mí que no va a poder ser. Si se te ocurre algo que pueda crear para llegar a toda la flota… aquí estoy. De todas formas… ¿se puede saber dónde coño está Syxel?
Nada más pronunciar el nombre del capitán, escuchó como alguien parecía llamarle la atención desde la lejanía. Al estar rodeado de ruidos ensordecedores, no pudo escuchar claramente de dónde provenía aquella voz, así que decidió ignorarla. De pronto, y pocos segundos después de escuchar la supuesta llamado, el barco donde se hallaban fue golpeado bruscamente. Yuu recobró el equilibrio poco tiempo después del impacto, y dirigió su mirada inmediatamente hacia el timón del barco que, en primera instancia, parecía que estuviese abordándoles. El navío, que consumiéndose en llamas negras se encontraba, parecía estar capitaneado por una persona con el pelo blanco, el cual no debía tener ni idea de cómo manejar un barco… o al menos eso supuso el ladrón.
Instintivamente, llevó su mano a una de sus espadas. No obstante, la vaina continuaría preservando a esta, pues el ojo del pelinegro avistó en el otro barco a alguien que coincidía con una de las descripciones que su socio le había comentado. Tenía el conocimiento de que en los Jigoku había un semigigante con un aspecto aterrador, o al menos así era lo que le habían contado. El mismo se encontraba cruzando al barco donde el pirata estaba, sin ninguna actitud hostil aparente, con lo que llegó a la conclusión de que era, sin lugar a dudas, el citado semigigante. Con ello, llegó a la conclusión de que aquello no era un abordaje, sino una chapuza cometida por el albino.
– ¡Nassor! ¿Y ese del pelo blanco quién coño es? ¿Y por qué demonios está quemando el jodido barco? – llamó la atención del pelirrojo a gritos, a la par que se centraba en el fuego que pasaba de una barcaza a otra. Creó un extintor convencional, y empezó a intentar apagar el fuego, con pocas esperanzas de que funcionase.
– No tiene bocina, no. Joder, pero puedo crear un aparato... déjame que piense. – el ladrón tuvo que tomarse unos cuantos segundos para pensar en algo que pudiese hacer la misma función, con lo que Nassor pudiese contactar con toda la flota mediante algo que amplificara su sonido. – Me da a mí que no va a poder ser. Si se te ocurre algo que pueda crear para llegar a toda la flota… aquí estoy. De todas formas… ¿se puede saber dónde coño está Syxel?
Nada más pronunciar el nombre del capitán, escuchó como alguien parecía llamarle la atención desde la lejanía. Al estar rodeado de ruidos ensordecedores, no pudo escuchar claramente de dónde provenía aquella voz, así que decidió ignorarla. De pronto, y pocos segundos después de escuchar la supuesta llamado, el barco donde se hallaban fue golpeado bruscamente. Yuu recobró el equilibrio poco tiempo después del impacto, y dirigió su mirada inmediatamente hacia el timón del barco que, en primera instancia, parecía que estuviese abordándoles. El navío, que consumiéndose en llamas negras se encontraba, parecía estar capitaneado por una persona con el pelo blanco, el cual no debía tener ni idea de cómo manejar un barco… o al menos eso supuso el ladrón.
Instintivamente, llevó su mano a una de sus espadas. No obstante, la vaina continuaría preservando a esta, pues el ojo del pelinegro avistó en el otro barco a alguien que coincidía con una de las descripciones que su socio le había comentado. Tenía el conocimiento de que en los Jigoku había un semigigante con un aspecto aterrador, o al menos así era lo que le habían contado. El mismo se encontraba cruzando al barco donde el pirata estaba, sin ninguna actitud hostil aparente, con lo que llegó a la conclusión de que era, sin lugar a dudas, el citado semigigante. Con ello, llegó a la conclusión de que aquello no era un abordaje, sino una chapuza cometida por el albino.
– ¡Nassor! ¿Y ese del pelo blanco quién coño es? ¿Y por qué demonios está quemando el jodido barco? – llamó la atención del pelirrojo a gritos, a la par que se centraba en el fuego que pasaba de una barcaza a otra. Creó un extintor convencional, y empezó a intentar apagar el fuego, con pocas esperanzas de que funcionase.
- Resumen (Nassor y básicamente todo aquel que esté en el barco):
- Hablar con Nassor, relleno narrativo, más hablar con Nassor, y crear un extintor para intentar apagar el fuego negro como buenamente puedo.
Kaori Nanami
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Akuma no mi
Varios
Había funcionado… Ni ella se lo había creído, pero había funcionado. Tenía la cartera de Bob en sus manos y la abrió justo en frente de Dretch. Su sorpresa fue mayúscula cuando notó que sus sospechas eran ciertas, Bob era un agente, del Cipher Pol 8… Tragó saliva nerviosa mientras pensaba en la suerte que tenía de que un tipo como ese fuera ahora su aliado. ¿Podían confiar en él? Lo vio bajarse de encima suya y no pudo evitar soltar una ligera sonrisa. Escuchó sus palabras y no pudo sentirse un tanto ofendida. ¿Improvisado? Bueno, quizás era cierto, pero no podía negar que era una buena idea y que, si no se hubieran topado con él, habría funcionado. Suspiró con tranquilidad y le lanzó la cartera a su dueño, ya no la iban a necesitar después de todo. Tampoco quería la suya de regreso, total, no había nada importante o de valor ahí dentro. Nunca salía con su identificación del Cipher Pol, así que tampoco habría problema.
– Lo siento por atacarte. – Le comentó con una suave sonrisa. No era del tipo de persona que se disculpaba por algo así, pero en esta ocasión, lo veía necesario. Ya no era necesario seguir con la tapadera, todos eran del mismo bando y ahora solo tenían un objetivo, ser influyentes en la guerra y destacar de una forma u otra. Estaba segura que con la ayuda de Bob lo harían mucho más fácil. ”Aunque tampoco me gusta que me digan lo qué debo hacer, pero… Puede ser divertido.” – pensó.
Vio a la banda completa más seria y mucho más comprometida. Incluso ellos habían tenido un buen papel siendo piratas. Le quedaba la duda si todo lo anterior dicho de él era verdad o solo una actuación. Podría preguntarlo, pero… ¿Para qué? Era totalmente innecesario. Eran detalles que no valían la pena saber y que, siendo honestos, tampoco le interesaban. No dijo nada y tampoco tenía algo que decir y, de todos modos, el de las frases bonitas aquí era Dretch, no ella. Solo se dignó a obedecer y lanzar las cargas que Bob decía que debían tirar. Intentaba que cada carga quedara lo más cerca posible de un barco. ”Veamos a dónde nos lleva esto” – Pensó.
– Lo siento por atacarte. – Le comentó con una suave sonrisa. No era del tipo de persona que se disculpaba por algo así, pero en esta ocasión, lo veía necesario. Ya no era necesario seguir con la tapadera, todos eran del mismo bando y ahora solo tenían un objetivo, ser influyentes en la guerra y destacar de una forma u otra. Estaba segura que con la ayuda de Bob lo harían mucho más fácil. ”Aunque tampoco me gusta que me digan lo qué debo hacer, pero… Puede ser divertido.” – pensó.
Vio a la banda completa más seria y mucho más comprometida. Incluso ellos habían tenido un buen papel siendo piratas. Le quedaba la duda si todo lo anterior dicho de él era verdad o solo una actuación. Podría preguntarlo, pero… ¿Para qué? Era totalmente innecesario. Eran detalles que no valían la pena saber y que, siendo honestos, tampoco le interesaban. No dijo nada y tampoco tenía algo que decir y, de todos modos, el de las frases bonitas aquí era Dretch, no ella. Solo se dignó a obedecer y lanzar las cargas que Bob decía que debían tirar. Intentaba que cada carga quedara lo más cerca posible de un barco. ”Veamos a dónde nos lleva esto” – Pensó.
- Resumen:
- Bla bla bla, devolverle la cartera a Bob (técnicamente, tirársela), bla bla bla, disculparse con este. Hacer caso a regañadientes, bla bla bla, lanzar las cargas.
Rylanor
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Observó con el ceño fruncido el errático vuelo del Flying Kai, pero este pareció recomponerse y continuar su camino. Con un suspiro, se giró hacia el gigante y comenzó a volar hacia él. ¿Dónde diablos se habían metido Kazuo y Silver y por qué diablos no habían obedecido su orden? Miró hacia el barco, que se hundía rápidamente, mientras la horrible idea de que estuviera en la parte del barco que había sido volatilizada pasaba por su mente. Alternó la mirada entre su enemigo y el navío destrozado, y finalmente chasqueando la lengua soltó un taco y echó a volar hacia la cubierta a toda velocidad, mientras se concentraba en intentar percibir sus presencias. Sintió un alivio enorme al detectarlas, y al verlos se preguntó por qué diablos no estaban haciendo nada. ¿Sería una técnica del rival? ¿Estarían afectado por haoshoku o algo así? "Diablos... ¡maldita sea! No puedo pelear y ocuparme de evitar de que estos idiotas se ahoguen." ¿Hasta qué punto iría la autonomía y los comandos de voz de la Iron Kai? Ante su inactividad, está ya se había colocado en torno a Kazuo, con lo que al menos estaría protegido.
- ¡Iron Kai, coge al imbécil que tienes al lado y entra en modo de vuelo estático!
Luego ya se encargaría de sacarlos de ahí y darles una buena tunda. Había cargado al tope el depósito de la armadura antes de abandonar el avión, así que debería mantenerlos a salvo un rato si nada los atacaba. Por lo de pronto... tenía un gigante del que encargarse. Alzó el vuelo de nuevo poniéndose a la altura del pecho del ser, con una mirada furibunda. Un aura negra comenzó a envolver sus dos brazos, tomando forma como de una armadura semitransparente de escamas. Alzó los brazos tomando aire y se preparó, apretando sus puños. Iba a encargarse de que aquel ser dejara de molestar durante un rato. En una rápida sucesión, lanzó un puñetazo a cada hombro del gigante, en la unión con el brazo. Al hacerlo, dos ondas de choque negras con formas de cabezas de dragón surgieron, directas a su objetivo.
- ¡Kuroi Ryuuken!
No se quedó parado. Acto seguido fortaleció todo su cuerpo con su haki y se propulsó contra el pecho del gigante como un proyectil humano. Su intención era atravesarle y una vez dentro frenarse colocando las llamas que le impulsaban en dirección opuesta. Si aquel ser no hacía más que reconstruirse (y dudaba que el truco del ácido lo frenara demasiado tiempo) entonces tenía que encontrar a quien lo controlaba y patearle el culo.
- ¡AQUÍ VIENE KAI!
Si lograba entrar, centraría su mantra en su visión, mirando en todas direcciones en busca de la presencia del tontatta.
- ¡Iron Kai, coge al imbécil que tienes al lado y entra en modo de vuelo estático!
Luego ya se encargaría de sacarlos de ahí y darles una buena tunda. Había cargado al tope el depósito de la armadura antes de abandonar el avión, así que debería mantenerlos a salvo un rato si nada los atacaba. Por lo de pronto... tenía un gigante del que encargarse. Alzó el vuelo de nuevo poniéndose a la altura del pecho del ser, con una mirada furibunda. Un aura negra comenzó a envolver sus dos brazos, tomando forma como de una armadura semitransparente de escamas. Alzó los brazos tomando aire y se preparó, apretando sus puños. Iba a encargarse de que aquel ser dejara de molestar durante un rato. En una rápida sucesión, lanzó un puñetazo a cada hombro del gigante, en la unión con el brazo. Al hacerlo, dos ondas de choque negras con formas de cabezas de dragón surgieron, directas a su objetivo.
- ¡Kuroi Ryuuken!
No se quedó parado. Acto seguido fortaleció todo su cuerpo con su haki y se propulsó contra el pecho del gigante como un proyectil humano. Su intención era atravesarle y una vez dentro frenarse colocando las llamas que le impulsaban en dirección opuesta. Si aquel ser no hacía más que reconstruirse (y dudaba que el truco del ácido lo frenara demasiado tiempo) entonces tenía que encontrar a quien lo controlaba y patearle el culo.
- ¡AQUÍ VIENE KAI!
Si lograba entrar, centraría su mantra en su visión, mirando en todas direcciones en busca de la presencia del tontatta.
- resumen:
- - Uso los comandos de voz para ordenar a la Iron Kai (actualmente puesta por Kazuo) que coja a Silver y se quede volando en el sitio.
- Lanzo dos ondas de choque a sus hombros.
- Me propulso hacia el pecho del ser para entrar a lo bruto y buscar al tontatta.
Puño corrosivo del dragón negro: El puñetazo y las ondas que envía se ven imbuidas con un ácido muy agresivo, similar al fluorhídrico.
Haki de armadura Nvl. 8 [Predilecto]
Soul's Eye: [Modalidad nivel 2] Desgastando su concentración al doble de velocidad, es capaz de "ver" las presencias incluso a través de obstáculos a una distancia máxima igual al rango tope de su mantra. Pasivamente es capaz de formarse una imagen mental de cómo es físicamente la persona en la que se esté centrando con el Soul's Eye. Sí, sin ropa.
Ernest F. Mühner
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La investigación dio sus frutos, aunque no los que el joven revolucionario esperaba. En cierto modo tendría que habérselo imaginado... la Marina había escogido de antemano el lugar donde se produciría la batalla, y habían empleado sus recursos de una manera lógica: un punto fácilmente defendible pero prescindible, situado cerca del Cuartel General de donde podrían acudir rápidamente refuerzos en caso de peligro y bien defendido. Ni parecía haber nada interesante que hacer con los edificios ni encontró nada más llamativo que las enormes baterías de artillería. Así pues, ¿cuál sería su siguiente paso? Si volvía con sus compañeros no haría más que estorbar, y la idea de hacer de francotirador sin más, sin un objetivo claro... negó con la cabeza y suspiró, acariciándose el mentón. Entonces unas voces atrajeron su atención, a lo que reaccionó escondiéndose tras una roca y acechando desde detrás de esta, arma en mano. Una chica rubia y dos hombres jóvenes pasaron a unos metros de él, alejándose hacia el interior de Gray Rock. Mientras los vigilaba intentó fijarse en sus rostros y ropas, buscando alguna pista de su identidad. No le sonaban de ningún cartel de recompensa, y era evidente que no eran marines por la ausencia de uniforme... sin embargo tampoco le sonaban de los transportes. Bien podían ser piratas, y a saber lo que le harían si le pillaban solo, así que los dejó pasar.
- Conflictos innecesarios... ¿para qué? - murmuró para sí, una vez hubieron desaparecido de la vista.
Por ahora lo mejor iba a ser localizar un punto por el que subir a un tejado y posicionarse para tener una buena visión del terreno. Ya había echado un ojo a algunos edificios bien situados, pero el caso ahora sería lograr subir a estos. El terreno irregular de la isla le ayudaría en esta tarea, por suerte. Sin embargo tampoco podía elegir un sitio que por ser fácil acceder no tuviera tan buena visión. Finalmente se acabó decantando por uno construido contra una de las paredes rocosas. Así el ascenso, aunque algo arriesgado, era factible. Dio un rodeo para subir a la loma por un punto menos empinado y comenzó a subir con cuidado, manteniéndose lo más cerca posible del suelo para evitar ser visto desde la distancia, con la carabina a su espalda. El tejado del almacén (¿sería un almacén? Eso parecía) sobresalía apenas un metro por encima de la roca, aunque estaba algo alejado de esta. Ernest tomó aire, mordiéndose el pulgar para atenuar su nerviosismo.
- Odio las alturas...
Se obligó a no mirar abajo, lanzó el maletín al tejado y retrocedió unos metros, tomando carrerilla antes de saltar. La parte buena fue que logró llegar. La mala, que su estómago se estampó contra el borde del tejado, cortándole la respiración. Por un momento estuvo a punto de caer, pero tras debatirse durante unos segundos y por puro miedo, logró reunir las fuerzas necesarias para subirse. Rápidamente se alejó gateando y tosiendo y se dejó caer boca arriba, tomando aire mientras se relajaba. Eso había estado demasiado cerca... tenía que dejar de abusar de su suerte de aquella manera. Respiró hondo y se incorporó, cogiendo la carabina y acercando el maletín hacia si, extrayendo de su interior la mira telescópica. Mientras la acoplaba al arma observó sus alrededores: en el centro de la isla había lo que solo podía definirse como caos y explosiones. Una gran batalla se estaba librando en aquel lugar. Sin embargo, en aquel momento no era eso lo que le interesaba.
- Si hay baterías navales, tienen que estar suministrándoles munición desde algún punto.
Alzó la mira y observó a través de esta el cañón naval más cercano. Su intención era ver cómo lo estaban recargando, si había cerca cajones o estaban carretando los proyectiles desde algún lado. Tal vez pudiera localizar de aquella manera el polvorín e ir a sabotearlo. Si no era el caso y tenían toda la munición acumulada en un mismo punto, entonces su estrategia sería otra: hacer volar todo por los aires. No era científico, pero por lo que sabía aquel chisme debía usar pólvora o algo similar. O bien en los propios obuses o introducida aparte. En todo caso, un tiro en el lugar apropiado debería mandar todo a volar por los aires. Y si no funcionaba, siempre podía rezar para que con toda la locura que estaba desatándose en aquel sitio su posición pasase inadvertida pese al disparo.
- Conflictos innecesarios... ¿para qué? - murmuró para sí, una vez hubieron desaparecido de la vista.
Por ahora lo mejor iba a ser localizar un punto por el que subir a un tejado y posicionarse para tener una buena visión del terreno. Ya había echado un ojo a algunos edificios bien situados, pero el caso ahora sería lograr subir a estos. El terreno irregular de la isla le ayudaría en esta tarea, por suerte. Sin embargo tampoco podía elegir un sitio que por ser fácil acceder no tuviera tan buena visión. Finalmente se acabó decantando por uno construido contra una de las paredes rocosas. Así el ascenso, aunque algo arriesgado, era factible. Dio un rodeo para subir a la loma por un punto menos empinado y comenzó a subir con cuidado, manteniéndose lo más cerca posible del suelo para evitar ser visto desde la distancia, con la carabina a su espalda. El tejado del almacén (¿sería un almacén? Eso parecía) sobresalía apenas un metro por encima de la roca, aunque estaba algo alejado de esta. Ernest tomó aire, mordiéndose el pulgar para atenuar su nerviosismo.
- Odio las alturas...
Se obligó a no mirar abajo, lanzó el maletín al tejado y retrocedió unos metros, tomando carrerilla antes de saltar. La parte buena fue que logró llegar. La mala, que su estómago se estampó contra el borde del tejado, cortándole la respiración. Por un momento estuvo a punto de caer, pero tras debatirse durante unos segundos y por puro miedo, logró reunir las fuerzas necesarias para subirse. Rápidamente se alejó gateando y tosiendo y se dejó caer boca arriba, tomando aire mientras se relajaba. Eso había estado demasiado cerca... tenía que dejar de abusar de su suerte de aquella manera. Respiró hondo y se incorporó, cogiendo la carabina y acercando el maletín hacia si, extrayendo de su interior la mira telescópica. Mientras la acoplaba al arma observó sus alrededores: en el centro de la isla había lo que solo podía definirse como caos y explosiones. Una gran batalla se estaba librando en aquel lugar. Sin embargo, en aquel momento no era eso lo que le interesaba.
- Si hay baterías navales, tienen que estar suministrándoles munición desde algún punto.
Alzó la mira y observó a través de esta el cañón naval más cercano. Su intención era ver cómo lo estaban recargando, si había cerca cajones o estaban carretando los proyectiles desde algún lado. Tal vez pudiera localizar de aquella manera el polvorín e ir a sabotearlo. Si no era el caso y tenían toda la munición acumulada en un mismo punto, entonces su estrategia sería otra: hacer volar todo por los aires. No era científico, pero por lo que sabía aquel chisme debía usar pólvora o algo similar. O bien en los propios obuses o introducida aparte. En todo caso, un tiro en el lugar apropiado debería mandar todo a volar por los aires. Y si no funcionaba, siempre podía rezar para que con toda la locura que estaba desatándose en aquel sitio su posición pasase inadvertida pese al disparo.
- resumen:
- Subo a uno de los edificios para reconocer los alrededores, me sitúo e inspecciono los cañones de la costa con la mira telescópica de mi carabina. En caso de que estén llevando la munición desde algún punto intento localizar el polvorín. De no ser el caso y estar la munición apilada cerca, trato de disparar a esta para hacerla volar por los aires.
Brynn
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La misión sigilosa parecía estar siendo un fracaso. Aparte de la antigua documentación encontrada por los piratas, sólo hubo algo que llamó la atención del asesino; Un fichero que, a diferencia del resto, si cuidaba bastante el orden y parecía algo útil. En la portada se podía leer “Proyecto Big Mom”, y tras echar un rápido vistazo, consistía en un gigante cañón. Aún así, había páginas deterioradas, aunque quizá alguien conociese alguna técnica para reconstruirlas.
- Buen trabajo chicos, es hora de guardar todo lo que creais útil y llevárnoslo.
Brynn le tendió el fichero del proyecto a Nailah, y tras ello agradeció las palabras que antes le dedicó.
- Llévalo tú, Nailah, y entregalo a los demás. Parece que es lo único decente que hay aquí… Por cierto, gracias por acompañarme, este viaje se habría hecho mucho menos entretenido sin tí.
El asesino se acercó a la ventana e intentó divisar qué les rodeaba, y tras ello reunió a todos los hombres, instándoles a agacharse para que no les viesen.
- Bien, compañeros. Hemos conseguido nuestra misión de infiltrarnos aquí, pero… No creo que haya sido muy efectiva. No hemos encontrado nada, y ahí fuera se está librando una guerra, que aunque ni nos va ni nos viene, puede sernos de utilidad. Podemos buscar más edificios, aunque seguramente no tengamos mucho éxito, esta isla es un puto trozo de piedra. Pero también podemos luchar y hacernos un nombre.
El asesino se acercó al resto y mostró la nota a todos los demás, haciéndola pública a la que durante un pequeño periodo de tiempo fue la banda que le acogió tras su huida del barco marine.
- Veréis, no puedo sino agradeceros todo lo que habéis hecho por mí. Pero mi misión es ésta -comentó señalando la nota-. Si me ayudais a acabar con algunos piratas, puede que consiga alcanzar mi meta. Y como no, me encargaré personalmente de haceros entrega de una buena suma de dinero. De asesino a sueldo a piratas, os pido que me ayudéis a conseguirlo. Aún así, no dejaremos de margen nuestra misión principal. Si vemos algún edificio, intentaremos entrar y obtener cualquier información valiosa que nos sea útil. ¿Qué me decís?
La mirada del espadachín se fijó sobre todo en Nailah. Sabía que si ella aceptaba, el resto de los allí presentes harían lo mismo. Aunque lo que tenía bien claro era que, en caso de aceptar, se interpondría ante cualquier peligro que pudiese haber. Su código de honor impediría que Nailah sufriera algún daño de gran gravedad por su culpa.
- Buen trabajo chicos, es hora de guardar todo lo que creais útil y llevárnoslo.
Brynn le tendió el fichero del proyecto a Nailah, y tras ello agradeció las palabras que antes le dedicó.
- Llévalo tú, Nailah, y entregalo a los demás. Parece que es lo único decente que hay aquí… Por cierto, gracias por acompañarme, este viaje se habría hecho mucho menos entretenido sin tí.
El asesino se acercó a la ventana e intentó divisar qué les rodeaba, y tras ello reunió a todos los hombres, instándoles a agacharse para que no les viesen.
- Bien, compañeros. Hemos conseguido nuestra misión de infiltrarnos aquí, pero… No creo que haya sido muy efectiva. No hemos encontrado nada, y ahí fuera se está librando una guerra, que aunque ni nos va ni nos viene, puede sernos de utilidad. Podemos buscar más edificios, aunque seguramente no tengamos mucho éxito, esta isla es un puto trozo de piedra. Pero también podemos luchar y hacernos un nombre.
El asesino se acercó al resto y mostró la nota a todos los demás, haciéndola pública a la que durante un pequeño periodo de tiempo fue la banda que le acogió tras su huida del barco marine.
- Veréis, no puedo sino agradeceros todo lo que habéis hecho por mí. Pero mi misión es ésta -comentó señalando la nota-. Si me ayudais a acabar con algunos piratas, puede que consiga alcanzar mi meta. Y como no, me encargaré personalmente de haceros entrega de una buena suma de dinero. De asesino a sueldo a piratas, os pido que me ayudéis a conseguirlo. Aún así, no dejaremos de margen nuestra misión principal. Si vemos algún edificio, intentaremos entrar y obtener cualquier información valiosa que nos sea útil. ¿Qué me decís?
La mirada del espadachín se fijó sobre todo en Nailah. Sabía que si ella aceptaba, el resto de los allí presentes harían lo mismo. Aunque lo que tenía bien claro era que, en caso de aceptar, se interpondría ante cualquier peligro que pudiese haber. Su código de honor impediría que Nailah sufriera algún daño de gran gravedad por su culpa.
- Resumen:
Recoger lo poco que había útil en el edificio.
Comentar a todos los integrantes de la infiltración cual es mi misión, y ofrecerles dinero a cambio de que me ayuden.
Nassor
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El barco se balanceó ante el impacto, con un sordo crujido de madera. No fueron pocos los que perdieron el equilibrio y cayeron, pero no fue el caso del subcapitán. Manteniendo el equilibrio con una agilidad felina, frunció el ceño y buscó con la mirada el origen del impacto, aunque los gritos de Yuu le dieron una idea bastante clara de lo que pasaba. El barco marine estaba cubierto en llamas negras, y empujaba al Heracles contra el hielo. Si no hacían algo, podría acabar abriendo brecha. A grandes pasos se acercó a la cubierta y buscó con la mirada el timón del barco enemigo, viendo sobre este a Ragnar. "Ese maldito..." por un momento alzó la mano derecha llevándose la otra al interruptor del guantelete, dispuesto a freírlo con un rayo, pero logró mantener la sangre fría lo suficiente como para pensar racionalmente. Aquello no tenía sentido, ¿por qué iba Ragnar a querer hundirles? A menos que fuese un traidor desde el principio... respiró hondo y se concentró en el peliblanco, extendiendo su "percepción" sobre él. Sus emociones le dejaron claro lo que pasaba: no era ningún enemigo, sólo un completo idiota.
- Balagus, no mates a ese imbécil. No nos ha traicionado, sólo es un completo inepto. ¿Puedes traerlo con tu ancla? Me da igual si se hace daño en el proceso, se lo merece. Pero por idiota que sea no merece morir, y si sigue así acabará matándose.
Por suerte el Heracles no iba a salir dañado más allá del choque si lograban apartar el barco, para lo que podría mandar a Noah y a Roger. Al fin y al cabo no podía arder... un vistazo al costado del barco desmintió sus pensamientos, al ver cómo las llamas negras trepaban hacia la borda. ¿Qué diablos? Aquello no podía ser fuego normal. Rápidamente hizo bocina con sus manos y comenzó a llamar a los dos gyojins a gritos:
- ¡Noah! ¡Roger! ¡Saltad al agua y alejadnos ese maldito barco de nosotros! - acto seguido se giró hacia Yuu - Tú tienes un barco, sabes navegar, ¿no? Necesito que alguien sustituya a Roger al timón y nos aleje del hielo.
Comenzó a caminar hacia la borda mientras respiraba hondo y alzaba lentamente sus brazos. El aire a su alrededor se arremolinó, formando un torbellino y sujetándolo. Dirigiendo con el movimiento de su cuerpo las corrientes de viento, se elevó rápidamente y se alejó de ambos barcos, aproximándose al mar y deteniéndose a un par de metros sobre este. Estaba tan cerca que casi podía imaginarse el oleaje rozando su piel, y por un breve instante el miedo le atenazó. Sin embargo, sin dejar que eso rompiera su concentración, comenzó a mover los brazos cada vez más rápido, aumentando la fuerza y velocidad del viento. El torbellino creció en tamaño y potencia, y el agua del mar comenzó a ser succionada por este. En pocos segundos estaba rodeado por un enorme tubo de agua marina de varios metros de alto que giraba enloquecidamente a su alrededor. Comenzó a elevarse, rodeado por la tromba, y se situó en lo más alto de esta para tener visión de sus alrededores. Localizando el Heracles con la mirada, se aproximó con el tornado oscilando bajo él, y situándose junto a la borda, frenó de golpe la rotación del aire buscando redireccionar todo el agua hacia esta para apagar las llamas.
- Balagus, no mates a ese imbécil. No nos ha traicionado, sólo es un completo inepto. ¿Puedes traerlo con tu ancla? Me da igual si se hace daño en el proceso, se lo merece. Pero por idiota que sea no merece morir, y si sigue así acabará matándose.
Por suerte el Heracles no iba a salir dañado más allá del choque si lograban apartar el barco, para lo que podría mandar a Noah y a Roger. Al fin y al cabo no podía arder... un vistazo al costado del barco desmintió sus pensamientos, al ver cómo las llamas negras trepaban hacia la borda. ¿Qué diablos? Aquello no podía ser fuego normal. Rápidamente hizo bocina con sus manos y comenzó a llamar a los dos gyojins a gritos:
- ¡Noah! ¡Roger! ¡Saltad al agua y alejadnos ese maldito barco de nosotros! - acto seguido se giró hacia Yuu - Tú tienes un barco, sabes navegar, ¿no? Necesito que alguien sustituya a Roger al timón y nos aleje del hielo.
Comenzó a caminar hacia la borda mientras respiraba hondo y alzaba lentamente sus brazos. El aire a su alrededor se arremolinó, formando un torbellino y sujetándolo. Dirigiendo con el movimiento de su cuerpo las corrientes de viento, se elevó rápidamente y se alejó de ambos barcos, aproximándose al mar y deteniéndose a un par de metros sobre este. Estaba tan cerca que casi podía imaginarse el oleaje rozando su piel, y por un breve instante el miedo le atenazó. Sin embargo, sin dejar que eso rompiera su concentración, comenzó a mover los brazos cada vez más rápido, aumentando la fuerza y velocidad del viento. El torbellino creció en tamaño y potencia, y el agua del mar comenzó a ser succionada por este. En pocos segundos estaba rodeado por un enorme tubo de agua marina de varios metros de alto que giraba enloquecidamente a su alrededor. Comenzó a elevarse, rodeado por la tromba, y se situó en lo más alto de esta para tener visión de sus alrededores. Localizando el Heracles con la mirada, se aproximó con el tornado oscilando bajo él, y situándose junto a la borda, frenó de golpe la rotación del aire buscando redireccionar todo el agua hacia esta para apagar las llamas.
- Resumen:
- -
Me cago en los muertos de Ragnar
- Le pido a Balagus que no lo mate demasiado
- Mando a los dos gyojins de nuestra tripulación a que alejen desde abajo el barco enemigo.
- Genero un torbellino a mi alrededor, recojo agua de mar y la tiro sobre las llamas de nuestro barco.
Sabaku no Arashi: Raimei to Tatsumaki: Combinando sus técnicas de viento y electricidad, Nassor comienza a crear corrientes de aire en torno a él formando un pequeño remolino que le hace levitar, al tiempo que acumula electricidad estática. Puede cargar la técnica hasta un máximo de dos posts, siendo más potente cuanto más tiempo la prepare. Cuando la libera, a su alrededor se genera un violento estallido de violento y electricidad que toma forma de decenas de brazos.
(Mi intención es variar ligeramente la técnica, no emitiendo electricidad y liberando el viento controlando ligeramente el rumbo y la intensidad para no destrozar nuestro barco en el proceso)
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