La llamada de la tumba [Evento de Halloween]

Midorima caminaba junto a Dexter, un amigo y rival, era un sujeto muy fuerte y en donde siempre que peleaban la pasaba bien, algo interesante teniendo en cuenta toda la historia de ellos dos, se conocieron en un puente del helado Tequila Wolf, donde la primera pelea terminó en victoria para el Zafiro Negro, pasaron varios meses e incluso años para encontrarse de nuevo. Esta vez Shintaro era de la banda de los Kage Akuma al mando del supernova Kedra La Pesadilla y según sabía Dexter lo era también, aunque ambos habían peleado y el dragón al final se había ido de la banda, en la segunda pelea nuevamente fue victoria para el Zafiro Negro quien juró delante del peli verde que iba a derrotar e incluso asesinar a su capitán, algo que sin dudas lo tomó por sorpresa pero que después de analizarlo con cuidado, decidió que lo mejor era estar al margen y solo meterse si era necesario, conocía la fuerza de Kedra y de Dexter, y ambos eran lo suficientemente fuertes como para noquearlo sin esfuerzo y por ende lo mejor era quedarse al margen. En eso divagaba cuando escuchó la pregunta sorpresiva de su compañero…preguntaba por Sakura.

Shintaro se detuvo unos segundos, fueron pocos y dudaba que su amigo se diera cuenta, suspiro tranquilo para luego apretar sus puños, la pregunta era un tema sensible, después de todo su amada había muerto por culpa de su debilidad…y a pesar del tiempo su muerte aun pesaba sobre sus hombros, tuvo que limpiarse una que otra lágrima que caía de sus ojos para luego tranquilizarse, elevar su cabeza e igualar el ritmo de Dexter.

Es un tema delicado…mejor lo hablamos si sobrevivimos a esto, no creo que sea el momento ni el lugar para hablar sobre eso, te invitaré a unas cervezas para contarte todo…lo siento.

Fue su respuesta, su tono era algo triste y también nostálgico, algo melancólico quizás, pero sus palabras reflejaban la verdad, esta isla y estas condiciones no eran lo mejor para hablar de un tema tan sensible como ese, primero tenían que sobrevivir para luego conversar. Lo siento Dexter, pero en verdad si hablamos de esto…seguramente muera, me desconcentraré…lo siento, amigo. pensaba mientras analizaba el lugar, al final ya estaban llegando al lugar de donde había salido la bengala, los ruidos de batalla se agudizaban y Shintaro tuvo que focalizar nuevamente su cabeza para de esa manera estar preparado para todo o por lo menos, para evitar que algunas sorpresas inesperadas lo pillaran con la guardia baja, pero definitivamente nadie estaba preparado para lo que venía.

Un estruendo tremendo seguido de un rugido de miedo, Shintaro se frenó en seco para mirar hacia el cielo, sus ojos se abrieron como platos al ver la figura que descendía hacia la isla, era un dragón…solo para evitar sorpresas miró hacía su amigo para luego darse cuenta que Dexter no era aquel mítico ser alada, su elegante figura no era sinónimo de que algo bueno se acercara, le tocó el hombro al Zafiro Negro para luego decirle con una sonrisa algo nerviosa pero que mostraba seguramente algo más de broma.

Mira es tu hermano…anda, ve y acompáñalo que seguramente te este buscando, vamos Zafiro Negro…reúnete con tu familia.

Al finalizar sus palabras se adelantó unos pasos para al final internarse en la playa, la escena definitivamente no era lo que esperaba, era un verdadero campo de batalla, sí eso lo sabía pero lo que no se imaginaba era que eran piratas contra ¿marines? Se frotó sus ojos para tratar de “despertar” al ver que los que al parecer estaban muertos revivían y atacaban a diestra y siniestra, pero al parecer a los piratas los lideraba alguien, un tipo de pelo blanco que avanzaba infundiendo moral y valentía a sus hombres. seguramente sea el capitán, se nota que necesita ayuda…pero aun así tengo curiosidad de saber que hará ese dragón aquí…aunque el peli blanco podría ser de ayuda, es mejor tener un aliado más. pensó antes de finalmente golpear suavemente el hombro del Zafiro Negro y saltar a la batalla, no tenía idea de cómo reaccionarían las personas que estaban ahí, pero tenía que ayudarlos…fue entonces que golpeó con fuerza el cuello del primer no muerto que estaba por ahí, escuchó como es que se le rompía el cuello y quedaba tirado por el suelo, lo quedó mirando para darse cuenta que nuevamente se levantaba como si nada…retrocedió unos pasos para esta vez con una poderosa patada imbuida en su Haki de Armadura destrozarle la cabeza, esta salió disparada estrellándose contra una roca y haciéndose pedazos, y esta vez sí, aquel zombie quedaba muerto y tirado por el suelo…observó con cuidado todo lo que pasaba para adelantarse y con su velocidad alcanzar al peli blanco, se ganó a su lado y le dijo con una sonrisa.

Hola, vengo a ayudar…pero antes necesito que me des los detalles de lo que está pasando…y soy Midorima Shintaro, un gusto.

Mencionaba mientras se terminaba de frenar, se quedó ahí de pie lanzando fuertes golpes a los que se le acercaba, tenía que evitar una que otra sorpresa y por lo mismo todas sus extremidades estaban imbuidas en su Haki armadura, para que de eso modo no se encontrará con algunas sorpresas desagradables, no tenía idea de que si Dexter estaba luchando o no…pero esperaba que sí, ahora todo dependía de la respuesta del peli blanco y que este aceptara su ayuda.

Muy interesante. Al abrir la puerta pude ver a un gran grupo de personas, medio centenar exactamente. Al parecer estaban rindiéndole culto, o realizando alguna especie de ritual en unas palabras desconocidas para mi, tendría que investigarlo. Al verme, el hombre que parecía ser el “líder” mandó a todas las tropas a por mi, enloquecidas y enfurecidas por haberme entrometido en su culto. –Genial. Oye idiota, no me apetece moverme ni ensuciarme, ni nada. ¿Te quieres ocupar tú? Aunque bueno, no sé ara qué pregunto, siempre quieres. –Dije hablando con mi alterno, aunque pareciera que hablase solo, justo antes de cambiarnos de cuerpo. Los contrincantes se quedaron un segundo impactados por ver algo poco usual y pararon para observarme. –*Gruñido* Ya era hora se salir y estirar un poco las piernas, joder. –Comentaba Hulk en voz alta. –Eh, idiota, menos charla y más golpear, que es lo que sabes hacer. Sabes que no me gusta estar aquí. –Le dije a esa mala bestia soltando alguna pullita. –Que sí, que sí. Déjame disfrutarlo un poco *Gruñido*. ¿Bien quién quiere ser el primero? –Dijo mientras sacaba su armo, haciéndola forma de guadaña. Los enemigos tenían espadas, sables, dagas, palos… Todo aquello que se pudiera encontrar en una “mansión terrorífica”. Saltaron a la vez contra nosotros pero Hulk con su demasía fuerza les expulsó a todos haciéndoles fuertes cortes con la guadaña. –Pum, pum. –Dijo antes de comenzar a disparar entre risas. Lo siguiente fue mera acrobacia y variación entre golpes con el filo y balazos, intentando acabar con aquellas personas. –Pan comido. –Dijo el engreído de mi doble pensando que la batalla había terminado, pero acababa de empezar. Sin embargo aquellas personas se detuvieron.

Recuperé mi forma natural justo a tiempo para ver que aquél líder hiciera algo que tan sólo los mejores médicos o médicos muy experimentados en puntos biológicos podían realizar, darle vida a un espécimen a simple vista muerto. Interesante, me preguntaba de qué manera hizo tal “milagro” el cual la humanidad llevaba siglos buscando. Pero decidí ignorarlo, el “muerto” se levantó y articuló un poco el cuerpo, pero yo miré a mi alrededor. No encontraba a la persona a la cual había venido a buscar. Oí como el “bicho ese” que ahora vivía dijera algo, pero absorto en mis pensamientos no le llegué a escuchar. Caminaba buscando en los escondrijos de la sala, pero no veía nada. Probable era que aquellos tipos con túnicas le hubieran capturado, así que decidí preguntar. –Eh, disculpen. ¿No habrán visto a una persona que al igual que yo interrumpió en su ceremonia? Es que se ha perdido y le estoy buscando. -Al escuchar mi voz, aquellos que se habían quedado para ver cómo ese cuerpo volvía a la vida volvieron a venir a por mi. -Segunda ronda. -Dijo Hulk antes de volver a robarme el puesto, y la batalla empezase de nuevo.

¡Pero qué mierdas! ¡Por qué siempre me ocurrían estas cosas a mi! Al parecer eran dos… ¿Sacerdotes? Con túnicas bastante peculiares y con armas que decidieron ir a por mi en cuento me vieron. –Esto pinta feo… -Me dije para mi al ver que querían atacarme. –Pies, para qué os quiero. –Dije antes de salir corriendo pasando por el pasillo iluminado por la antorcha, que era bastante bonit¡No era momento de pensar en eso!
Al fondo del pasillo vi una puerta entreabierta y pensé en colarme dentro y cerrarla, o al menos eso pensé antes de escuchar chirriosos gritos, voces y mil cosas más provenientes de ella. –Cambiemos el rumbo… Dije volviendo para atrás. Era mejor zafarme de esas dos personas que entrar allí y enfrentarme a todas las voces que escuché, di fuera el caso. No iba a atacarles, simplemente con un par de golpes al suelo y unas acrobacias conseguiría saltarles por encima. A decir verdad, no tenía idea alguna de la razón por la cual salí corriendo, yo podía de sobra contra aquellas dos. Tal vez el haber visto unas armas de filo por su parte me hubieran acongojado, o tal vez el susto que me dieron al venir corriendo… El caso, decidí volver sobre mis pasos hasta llegar de nuevo al cruce. –Gmmm, ¿de dónde habrán venido ellos? Tal vez haya algo interesante por allí… -Dije mirando el sombrío pasillo por el cual vinieron aquellos “sacerdotes”. Cogí la antorcha y decidí seguir por aquél pasillo, aunque tenía que seguir en carrera, pues aquellas personas seguramente continuasen siguiéndome.

Guao, con luz se podía apreciar muchísimo mejor el castillo. Estaba lleno de estanterías, libros, cuadros antiguos, y la alfombra seguía su precioso camino. Era agradable pasearse por allí aunque diera algo de repelús. Había también cabezas de animales disecados, jabalíes, búfalos… ¿¡Dragones!? Vi lo que me pareció la cabeza de un dragón, pero… No podría saberlo bien del todo debido a que no paraba de correr, y empezaba a cansarme. A saber dónde acabaría.

Ser cuidada con una puerta no fue lo que esperaba pues mi acompañante la abrió de un golpe. Tendría impaciencia supongo. Detrás nuestra se encontraba el niño que nos había seguido. Con tanto ajetreo se había presentado y yo me había olvidado de él. Axys se llamaba. Hice una pausa de silencio mientras el mencionaba que no era bueno hacer lo que hacíamos con la cabaña y respondí -Perdona por no haberme presentado antes. Mi nombre es Dark D. Rose y este de aquí es Arribor...- No terminé la frase del todo porque en ese momento apareció un hombre, parecía extraviado. Nos preguntaba quién éramos y si nos podía ayudar en algo. Estuve unos segundos pensando si en decirle que eramos piratas o aliados del gobierno. Lo mejor era no mencionar nada de eso. -Somos viajeros... perdidos- dije con seriedad -Y tranquilo, no creo que nos haga falta ayuda, los tres nos bastamos solos.

El bullicio que se escuchaba en toda la isla era demasiado grande. Parecía una guerra lo que estaba ocurriendo. Me había entretenido atendiendo al niño y la persona que apareció y sin darme cuenta una mujer de cabellos negros apareció. Era bella. La mujer comenzó a hablarnos y nos invitó a entrar. No sabía que estuviese habitada esta parte de la isla. Los chillidos y demás ruidos espeluznantes de luchas o cosas inimaginables, miré al cielo y en su longitud vi como un dragón lo sobrevolaba todo. Ante la pregunta de la mujer que nos invitaba a entrar pensé que sería lo mejor, puede que seguro, o quién sabe. -Entremos...- dije en voz baja a Arribor.

Avancé lentamente hacia la luz que desprendía la pequeña cabaña. En cuanto pisé un pie dentro de ella vi que era acogedora. La mujer nos hablaba tranquilamente y mencionaba algo de sus hijos. Ella se sentó en un sillón a beber una bebida caliente pero yo no avancé más de la puerta, me quede tan solo a unos metros de ella. -Disculpe, no sabía que esta isla estuviese habitada... ¿hay alguna aldea o pueblo más cerca de aquí?- preguntaba por curiosidad.