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Aquella isla era el objetivo del marine por el momento, su siguiente misión ocurría allí, este se hallaba sobre un tejado de una de las casas. Su mirada era seria como de costumbre, su pelo estaba como siempre, además de llevar su típica vestimenta. Una camiseta negra, la cual tapaba su pecho, unos pantalones del mismo color y unas sandalias de madera. En su espalda portaba una enorme funda de color negro donde llevaba su arma, en su bolsillo su mango extensible y en la cintura llevaba la funda de su recortada. Además de tener su hilo de piano y pistola de bengalas junto a la beretta en las fundas de su cintura. Llevaba sus vendajes y estaba listo para la acción. El día estaba siendo algo interesante, pero más lo iba a ser cuando pasara lo qué iba a pasar. De repente una manta comenzó a sobrevolar al resto de marines que estaba debajo comiendo. El haki de observación del marine se activó y pudo deducir que se trataba del Almirante. Este sonrió de lado y esperó a que el castaño saliera, nada más hacerlo comenzó a hablar a todo el mundo. La palabra que más gustó al demonio de la niebla sin duda alguna fue la de “Shirokamis” de modo que el capitán peliblanco estaba por el lugar.
Una vez el marine se fue a toda velocidad, el chico se dio cuenta de la presencia de otro Vice-Almirante, además notó como el cielo se volvía oscuro y la luna hacia acto de presencia. De repente pudo ver a una extraña sombra pasar por el cielo, algo alado al parecer (Espia callejero) No le dio mucha importancia y saltó del tejado hasta caer sobre la placeta donde se hallaban los demás, aún le llegaba el olor a jamón asado pero no le dio mucha importancia. Las opciones eran irse o quedarse, ya había escuchado a unos cuantos la opción de quedarse, pero no podía dejarlos solos, parecían rangos inferiores. El marine se cruzó de brazos y pegó un chasquido de dedos, fue entonces cuando varios reclutas aún asustados por el susto de Karl se acercaron a él. Esperaban las ordenes del alto cargo, este simplemente los miró y comenzó a hablar en un tono serio y autoritario pero calmado y analizando sus palabras antes de decirlas.
- Quiero que forméis un círculo sobre esta plaza, quiero que los enemigos piensen que hay algo valioso aquí. Si veis a la banda pirata no duden en atacar, pero dejad al peliblanco, del capitán me ocupo yo.
Dijo ahora el demonio de la niebla sonriendo de lado recordando la batalla en el hielo. Era la hora de la revancha, si el pirata aparecía por allí combatiría con él si era necesario. Sin embargo no había intención de matarlo o arrestarlo, ya inventaría algo para que Legim escapara, le caía demasiado bien y su forma de ver las cosas era perfecta incluso para ser pirata. Ahora se subió de nuevo al tejado y se ocultó en la oscuridad con su haki activado y observando a los demás, los reclutas no tardaron mucho en cumplir con las órdenes asignadas. Los demás ya parecían moverse a sus anchas, varios no eran marines, seguramente agentes o cazadores, pudo ver a uno moreno, le recordaba a alguien pero ahora no caía. Sin embargo era el momento de la verdad, las cartas estaban echadas y la noche había comenzado, el territorio del demonio estaba listo y su niebla no tardaría en salir cuando todo comenzara.
- Qué todo el mundo utilice visión térmica, pronto la vais a necesitar.
Una vez el marine se fue a toda velocidad, el chico se dio cuenta de la presencia de otro Vice-Almirante, además notó como el cielo se volvía oscuro y la luna hacia acto de presencia. De repente pudo ver a una extraña sombra pasar por el cielo, algo alado al parecer (Espia callejero) No le dio mucha importancia y saltó del tejado hasta caer sobre la placeta donde se hallaban los demás, aún le llegaba el olor a jamón asado pero no le dio mucha importancia. Las opciones eran irse o quedarse, ya había escuchado a unos cuantos la opción de quedarse, pero no podía dejarlos solos, parecían rangos inferiores. El marine se cruzó de brazos y pegó un chasquido de dedos, fue entonces cuando varios reclutas aún asustados por el susto de Karl se acercaron a él. Esperaban las ordenes del alto cargo, este simplemente los miró y comenzó a hablar en un tono serio y autoritario pero calmado y analizando sus palabras antes de decirlas.
- Quiero que forméis un círculo sobre esta plaza, quiero que los enemigos piensen que hay algo valioso aquí. Si veis a la banda pirata no duden en atacar, pero dejad al peliblanco, del capitán me ocupo yo.
Dijo ahora el demonio de la niebla sonriendo de lado recordando la batalla en el hielo. Era la hora de la revancha, si el pirata aparecía por allí combatiría con él si era necesario. Sin embargo no había intención de matarlo o arrestarlo, ya inventaría algo para que Legim escapara, le caía demasiado bien y su forma de ver las cosas era perfecta incluso para ser pirata. Ahora se subió de nuevo al tejado y se ocultó en la oscuridad con su haki activado y observando a los demás, los reclutas no tardaron mucho en cumplir con las órdenes asignadas. Los demás ya parecían moverse a sus anchas, varios no eran marines, seguramente agentes o cazadores, pudo ver a uno moreno, le recordaba a alguien pero ahora no caía. Sin embargo era el momento de la verdad, las cartas estaban echadas y la noche había comenzado, el territorio del demonio estaba listo y su niebla no tardaría en salir cuando todo comenzara.
- Qué todo el mundo utilice visión térmica, pronto la vais a necesitar.
Lykanrock94
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En seguida otro Vice-Almirante se posicionó donde estábamos nosotros, era nada más y nada menos que el Vice-Almirante Krauser. Nada más llegar, sus órdenes fueron el decir que crearamos un círculo sobre la plaza, para engañar a los piratas y hacerles creer que aquí había un tesoro. También nos dijo que no tocáramos al peliblanco, que de él se ocuparía nuestro Vice-Almirante, y que utilizáramos visión térmica. Pero, ¿qué quería decir con visión térmica? No me enteré de nada, pero acaté las órdenes aunque no sabía como iba a utilizar visión térmica si yo no era un Cyborg.
Ya estaba en la posición para formar un círculo con mis compañeros. Preparado por si los piratas venían.
Miré de reojo al Vice-Almirante Krauser, solo le había visto por el Cuartel General y sabía que su importancia en la Marina, pero no sabía que empleaba como estilo de lucha y no sabía si era un usuario o no. Pero hoy seguramente que saldría de dudas.
Esperaba a que los compañeros se pusiesen como había dicho el Vice-Almirante Krauser, para empezar con la acción.
- Esto se está poniendo interesante... Dije mientras miraba el revuelo que había.
Ya estaba en la posición para formar un círculo con mis compañeros. Preparado por si los piratas venían.
Miré de reojo al Vice-Almirante Krauser, solo le había visto por el Cuartel General y sabía que su importancia en la Marina, pero no sabía que empleaba como estilo de lucha y no sabía si era un usuario o no. Pero hoy seguramente que saldría de dudas.
Esperaba a que los compañeros se pusiesen como había dicho el Vice-Almirante Krauser, para empezar con la acción.
- Esto se está poniendo interesante... Dije mientras miraba el revuelo que había.
Roland von Klauswitz
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La situación se volvía más rara por momentos. No solo por el hecho de que la Luna hubiese adoptado un curioso color rojizo, sino por la repentina aparición de otro vice-almirante aparte de Krauser, aunque al contrario que el demonio de la niebla, Ashura no parecía tener intención de quedarse a pelear. Simplemente les informó de la aparición de un grupo de revolucionarios hacia los que fueron varios marines. Kodama permaneció en su puesto, camuflado todavía como un roble aparentemente normal y atento a cualquier movimiento en la lejanía. Además tenía que tener cuidado con los usuarios de Haki, ya que esa clase de adversarios podría sentir su presencia o algo así y su camuflaje no serviría de nada. Aun así contaba con que nadie sospechara de un árbol.
Esconderse y atacar de repente no era su estilo de lucha habitual, aunque en situaciones importantes como esta, el hombre-árbol se veía obligado a realizar ciertas acciones de ese estilo. Al fin y al cabo se enfrentarían a una banda de piratas muy conocida en la Grand Line y no podían correr riesgos. Por mucho que los revolucionarios se aproximasen a su posición, detener a los piratas era más importante. Además no tenía nada en contra de los revolucionarios, aunque eso no quería decir que no se enfrentase a ellos en cuanto los viera aparecer.
Mientras permanecía en su forma arbórea, el recientemente ascendido a capitán se preguntó como tantos criminales habían acudido a la isla atraídos por una simple leyenda. Le preocupaba el hecho de que gente tan confiada y codiciosa pusiera al mundo y al Gobierno Mundial en jaque en tantas ocasiones. Mientras tanto, la pequeña salamandra-mechero caminaba el exterior de su tronco lanzando de vez en cuando una pequeña llama. En la parte superior de su cuerpo, ocultas tras la corteza y sujetas por un par de ramas, estaban sus dos espadas con filo de kairoseki, preparadas ya para la inminente batalla.
Cuando quiso darse cuenta, el vice-almirante Krauser comenzó a dar instrucciones al resto de soldados, advirtiéndoles de que usaran algún tipo de visión térmica. Kodama supuso que iba a hacer gala de su habilidad para disminuir la visibilidad del enemigo, aunque por desgracia era un poder que afectaba a adversarios y aliados por igual. El roble se preguntó cómo demonios iba a poder ver si no poseía ese tipo de visión. Supuso que podría arreglárselas de alguna manera, y en caso de ser necesario, dispersar parte de la niebla. Solo esperaba no llevarse un espadazo por error.
Esconderse y atacar de repente no era su estilo de lucha habitual, aunque en situaciones importantes como esta, el hombre-árbol se veía obligado a realizar ciertas acciones de ese estilo. Al fin y al cabo se enfrentarían a una banda de piratas muy conocida en la Grand Line y no podían correr riesgos. Por mucho que los revolucionarios se aproximasen a su posición, detener a los piratas era más importante. Además no tenía nada en contra de los revolucionarios, aunque eso no quería decir que no se enfrentase a ellos en cuanto los viera aparecer.
Mientras permanecía en su forma arbórea, el recientemente ascendido a capitán se preguntó como tantos criminales habían acudido a la isla atraídos por una simple leyenda. Le preocupaba el hecho de que gente tan confiada y codiciosa pusiera al mundo y al Gobierno Mundial en jaque en tantas ocasiones. Mientras tanto, la pequeña salamandra-mechero caminaba el exterior de su tronco lanzando de vez en cuando una pequeña llama. En la parte superior de su cuerpo, ocultas tras la corteza y sujetas por un par de ramas, estaban sus dos espadas con filo de kairoseki, preparadas ya para la inminente batalla.
Cuando quiso darse cuenta, el vice-almirante Krauser comenzó a dar instrucciones al resto de soldados, advirtiéndoles de que usaran algún tipo de visión térmica. Kodama supuso que iba a hacer gala de su habilidad para disminuir la visibilidad del enemigo, aunque por desgracia era un poder que afectaba a adversarios y aliados por igual. El roble se preguntó cómo demonios iba a poder ver si no poseía ese tipo de visión. Supuso que podría arreglárselas de alguna manera, y en caso de ser necesario, dispersar parte de la niebla. Solo esperaba no llevarse un espadazo por error.
Simo
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Sora escribió:En seguida otro Vice-Almirante se posicionó donde estábamos nosotros, era nada más y nada menos que el Vice-Almirante Krauser. Nada más llegar, sus órdenes fueron el decir que crearamos un círculo sobre la plaza, para engañar a los piratas y hacerles creer que aquí había un tesoro. También nos dijo que no tocáramos al peliblanco, que de él se ocuparía nuestro Vice-Almirante, y que utilizáramos visión térmica. Pero, ¿qué quería decir con visión térmica? No me enteré de nada, pero acaté las órdenes aunque no sabía como iba a utilizar visión térmica si yo no era un Cyborg.
Ya estaba en la posición para formar un círculo con mis compañeros. Preparado por si los piratas venían.
Miré de reojo al Vice-Almirante Krauser, solo le había visto por el Cuartel General y sabía que su importancia en la Marina, pero no sabía que empleaba como estilo de lucha y no sabía si era un usuario o no. Pero hoy seguramente que saldría de dudas.
Esperaba a que los compañeros se pusiesen como había dicho el Vice-Almirante Krauser, para empezar con la acción.
- Esto se está poniendo interesante... Dije mientras miraba el revuelo que había.
Que yo sepa es sólo un post por pj hasta que Karl vuelva a postear de forma global. Si me equivoco háblalo con Karl. Un saludo.
Aki D. Arlia
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En medio de las ruinas había un anciano comiendo empanadilla. Había un siniestro cuervo en su hombro. Por alguna razón, miró directamente a Byakuro, ignorándome. Supuse que ya se conocían, pero en cuanto comenzó a hablar me di cuenta de que no era así. Buscando fortuna...no, no tenía ni idea de quienes éramos. El cuervo comenzó a graznar, una y otra vez, y en pocos instantes parecía que hubiera cientos de esos bichos a nuestro alrededor. Hasta que no empezó a multiplicarse, asumí que había algún amplificador oculto. Atrezzo. Un anciano con mucho tiempo libre. Pero pronto cambié de idea. No encontraba una explicación racional a este fenómeno. Antes tan sólo había un cuervo, y ahora llenaban el cielo y desdibujaban la realidad. Parecía cosa de magia...¿Tal vez un Akuma No Mi? No lograba catalogarla. Cuando miré a Byakuro para ver su reacción, el anciano estaba frente a nosotros. La barrera de cuervos se había cerrado y el chirrido empezaba a ser insoportable. Me sentía como después de tres copas, no distinguía arriba ni abajo. Pero escuché a Byakuro. El parecía tener más claro que yo lo que estaba ocurriendo. Suspiré, liberando toda la tensión que había estado reteniendo. Menos mal. Él debía tener sus motivos para no estar nervioso. Le haría caso.
Así que sólo sonreí mientras le veía encender su bastón. Solté un silbido de admiración, bonito.
-Por supuesto, así voy calentando.- Lo mas probable es que haya más gente hostil en el corazón de la isla. Un combate nos vendrá bien para desentumecernos, pensé.
-Juguemos pues, pero tendrás que explicarme las reglas. No entiendo lo que hace, y eso me es frustrante. Será un placer bailar con él.
Así que sólo sonreí mientras le veía encender su bastón. Solté un silbido de admiración, bonito.
-Por supuesto, así voy calentando.- Lo mas probable es que haya más gente hostil en el corazón de la isla. Un combate nos vendrá bien para desentumecernos, pensé.
-Juguemos pues, pero tendrás que explicarme las reglas. No entiendo lo que hace, y eso me es frustrante. Será un placer bailar con él.
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Llegué a la isla y no en el momento exacto dado que me había atrasado arreglando mi pobre barca porque me atacaron unos tiburones en mi trayecto.
Llegué a aquella isla después de atravesar una odisea porque antes de llegar me topé con una tormenta y por fin cuando llegué a la orilla vi una luna roja lo cual me asustó y me pregunté donde me estaba metiendo pero dejé al lado mi miedo y empecé a andar por la orilla dado que no me quería adentrar al bosque en aquella noche anduve y anduve hacia mi izquierda y en una rampa que subía de la playa hasta el bosque me quedé plantado mirandola y se hizo un silencio escalofriante y tenebroso. A veces se rompía el silencio con gritos de personas o algo parecido, sonidos de animales y los sonidos de las hojas de los árboles chocándose por el viento.
- ¿Donde me habré metido? Tengo que coger valor y adentrarme en ese bosque para descubrir que misterio hay en él. En fin vamos allá. Me dije a mi mismo para aclarar mis ideas y tranquilizarme.
Subí la pequeña cuesta sin problemas y empecé a caminar por el bosque sin nada raro a la vista pero sabía que ese sitio no era el más seguro del mundo.
Llegué a aquella isla después de atravesar una odisea porque antes de llegar me topé con una tormenta y por fin cuando llegué a la orilla vi una luna roja lo cual me asustó y me pregunté donde me estaba metiendo pero dejé al lado mi miedo y empecé a andar por la orilla dado que no me quería adentrar al bosque en aquella noche anduve y anduve hacia mi izquierda y en una rampa que subía de la playa hasta el bosque me quedé plantado mirandola y se hizo un silencio escalofriante y tenebroso. A veces se rompía el silencio con gritos de personas o algo parecido, sonidos de animales y los sonidos de las hojas de los árboles chocándose por el viento.
- ¿Donde me habré metido? Tengo que coger valor y adentrarme en ese bosque para descubrir que misterio hay en él. En fin vamos allá. Me dije a mi mismo para aclarar mis ideas y tranquilizarme.
Subí la pequeña cuesta sin problemas y empecé a caminar por el bosque sin nada raro a la vista pero sabía que ese sitio no era el más seguro del mundo.
- Aclaración:
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La cabaña era bastante siniestra y por supuesto tenebrosa, un lugar perfecto para aquellas personas, el vampiro y el lobo pegaban bastante en aquel ambiente. Adam y Alex estaban a sus cosas, el lobo blanco estaba en su forma completa, tumbado en el suelo cerca del vampiro y medio dormido. Vigilaba a su líder ante todo dispuesto a dar la vida en cualquier momento por protegerle. Minutos antes un tipo de la marina llegó diciéndoles que se pusieran en marcha cuanto antes. De repente el animal se espabiló un poco y pudo ver como el médico salía de aquel lugar y se iba. Esto hizo que la bestia se levantara y caminara un momento hacia la puerta, después giró el rostro observando a su líder, los dorados ojos del lobo eran penetrantes y la cicatriz del ojo derecho le daba un toque siniestro. A continuación la bestia comenzó a ponerse sobre dos patas mientras el pelaje iba desapareciendo, no tardó mucho en transformarse en su forma humana. Ya no iba sin la camiseta como antiguamente, el chico vestía con una chupa de cuero bastante ancha, la cual llevaba abierta dejando ver su pecho y abdomen. Llevaba también unos pantalones negros largos y unas botas del mismo color.
Sus ojos ahora habían cambiado a un color verde aceitunado y su expresión era tranquila y calmada. Avanzó despacio hasta una bolsa que había en un lado y cogió un pedazo de carne, se lo llevó a la boca de una sentada, aún goteaba algo de sangre pero le daba igual. Lo masticó lentamente destrozando aquel pedazo de ciervo para después tragárselo como si nada. Ya estaba acostumbrado a comer carne cruda y no le era desagradable. Ahora agarró sus nunchakus negros y sus guanteletes y de los colocó en la cintura, estaba listo para salir de allí. Pudo ver como por la ventana la noche invadía la isla, lo qué le hizo soltar una pequeña sonrisa de lado. No le era un problema la oscuridad, ya cazaba en ella usando solo su olfato, además la luna estaba preciosa pese al tono rojizo. El temible guardaespaldas avanzó despacio hasta la puerta de madera y deslizó la mano por esta acariciando el pomo y girándolo segundos después para abrirla. Dándole la espalda a los qué aún estaban dentro, dejó salir una voz seria y tranquila, bastante inexpresiva.
- No creo que sea buena idea que Alex vaya solo. Iré tras él Lord Derian. Si necesita cualquier cosa solo avíseme.
Una vez dijo aquello, salió por la puerta. Activó su haki de observación y simplemente empezó a seguir el rastro de Alex debido a su impresionante olfato y su gran capacidad de rastreo. Sus pisadas eran tranquilas, la figura de negro del chico era espeluznante, y más iba a serlo cuando aquella aura negra empezó a rodearle dándole un aspecto espectral. Se trataba de su SN1, con ella podía moverse a increíbles velocidades, aunque inferiores al Soru. Empezó a desplazarse siguiendo su olfato y buscando al médico de la tripulación. No le gustaba la idea de qué se fuera solo y le pasara algo malo. Ya había perdido a mucha gente, pero no iba a volver a hacerlo, su instinto protector era increíble y siempre iba tras los suyos vigilando sus espaldas.
Sus ojos ahora habían cambiado a un color verde aceitunado y su expresión era tranquila y calmada. Avanzó despacio hasta una bolsa que había en un lado y cogió un pedazo de carne, se lo llevó a la boca de una sentada, aún goteaba algo de sangre pero le daba igual. Lo masticó lentamente destrozando aquel pedazo de ciervo para después tragárselo como si nada. Ya estaba acostumbrado a comer carne cruda y no le era desagradable. Ahora agarró sus nunchakus negros y sus guanteletes y de los colocó en la cintura, estaba listo para salir de allí. Pudo ver como por la ventana la noche invadía la isla, lo qué le hizo soltar una pequeña sonrisa de lado. No le era un problema la oscuridad, ya cazaba en ella usando solo su olfato, además la luna estaba preciosa pese al tono rojizo. El temible guardaespaldas avanzó despacio hasta la puerta de madera y deslizó la mano por esta acariciando el pomo y girándolo segundos después para abrirla. Dándole la espalda a los qué aún estaban dentro, dejó salir una voz seria y tranquila, bastante inexpresiva.
- No creo que sea buena idea que Alex vaya solo. Iré tras él Lord Derian. Si necesita cualquier cosa solo avíseme.
Una vez dijo aquello, salió por la puerta. Activó su haki de observación y simplemente empezó a seguir el rastro de Alex debido a su impresionante olfato y su gran capacidad de rastreo. Sus pisadas eran tranquilas, la figura de negro del chico era espeluznante, y más iba a serlo cuando aquella aura negra empezó a rodearle dándole un aspecto espectral. Se trataba de su SN1, con ella podía moverse a increíbles velocidades, aunque inferiores al Soru. Empezó a desplazarse siguiendo su olfato y buscando al médico de la tripulación. No le gustaba la idea de qué se fuera solo y le pasara algo malo. Ya había perdido a mucha gente, pero no iba a volver a hacerlo, su instinto protector era increíble y siempre iba tras los suyos vigilando sus espaldas.
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El Soul Of Demon navegaba por el mar rumbo a aquella isla. El objetivo de Kedra era muy sencillo, buscaba el tesoro para intercambiarlo por objetos de valor, pues apreciaba más las armas y las municiones que el dinero. Todo esto simplemente para matar y sembrar el terror en otro lado, sin embargo el lobo negro ahora se hallaba durmiendo en su camarote. Estaba tumbado junto a su chica, Kira. No llevaba la camiseta puesta y dejaba ver su poderoso cuerpo, el cual era impresionante, en la zona del corazón tenía un tatuaje en forma de media luna negra. Portaba un pantalón largo de color blanco y unas botas del mismo color que el pantalón y hechas de metal. De repente sus ojos se abrieron, eran dorados y lo qué debía ser el blanco de los ojos, él lo tenía negro. Eran unos orbes increíblemente temibles, ahora miró a su lado y pudo ver a la asesina dormida. Se estiró un poco y se levantó despacio, acercándose a una silla de su camarote y cogiendo su sudadera blanca. Se la puso lentamente y después dejó puesta la capucha, además de colocarse un pasamontañas de color negro para taparse el rostro, su cabeza valía demasiado para ir por ahí sin protección.
Tapó a la chica y cogió su revólver y su navaja, colocándolos en su cintura como de costumbre. A continuación salió del camarote y comenzó a caminar hasta la cocina, una vez allí, cerró los ojos activando su haki de observación. Le costaba mucho reconocer a las auras, pero si se esforzaba podía hacerlo. Después de unos instantes pudo adivinar que el peli verde había salido ya, pues no le notaba. Eso hizo que sonriera de lado para después acercarse a la nevera y abrirla. Sacó un hueso donde había restos de carne seca, evidentemente, era suyo. Le pegó varios mordiscos mientras iba caminando hacia la cubierta. Ahora se dirigió a la zona de los botes, mientras agarraba uno con sus brazos debido a su fuerza, se dio cuenta de que se hizo de noche rápidamente. Miró a la luna la cual tomó un color rojizo, pero no le dio importancia y terminó de echar el bote al agua. Después de eso se subió a la borda tranquilamente y se dejó caer, aterrizando en el bote de forma perfecta y elegante para después empezar a remar. Trataba de seguir el olor del chico, pero era difícil en el agua, por eso lo haría en tierra firme.
Mientras remaba iba pensando en sí habría ya mucha gente allí, para mala suerte, la oscuridad le impedía ver bien. Aquello le molestaba sin duda alguna y seguramente debería tener cuidado en tierra, no tardó en llegar a las rocas. Una vez estaba en la isla, sonrió de lado mientras su figura iba cambiando a una forma cuadrúpeda. Su piel empezó a recubrirse de pelo azabache y sus ojos se pusieron rojos, un aura negra salió de su cuerpo como si fuera un fantasma, después de la zona baja de su espalda surgió su cola y sus dedos se convirtieron en garras. Estaba en su forma completa de Cadejo negro. Frunció el ceño con calma para después empezar a correr tratando de oler a su compañero, no podía permitir que uno de sus mejores hombres muriera. Un aura blanca comenzó a rodearle mezclándose con la negra. Estaba activando su habilidad especial, al estar en la forma completa podía alcanzar una velocidad superior al Soru, eso hizo, empezó a moverse a toda velocidad en la noche con cuidado de no estrellarse buscando a Midorima mediante su haki y olfato.
Tapó a la chica y cogió su revólver y su navaja, colocándolos en su cintura como de costumbre. A continuación salió del camarote y comenzó a caminar hasta la cocina, una vez allí, cerró los ojos activando su haki de observación. Le costaba mucho reconocer a las auras, pero si se esforzaba podía hacerlo. Después de unos instantes pudo adivinar que el peli verde había salido ya, pues no le notaba. Eso hizo que sonriera de lado para después acercarse a la nevera y abrirla. Sacó un hueso donde había restos de carne seca, evidentemente, era suyo. Le pegó varios mordiscos mientras iba caminando hacia la cubierta. Ahora se dirigió a la zona de los botes, mientras agarraba uno con sus brazos debido a su fuerza, se dio cuenta de que se hizo de noche rápidamente. Miró a la luna la cual tomó un color rojizo, pero no le dio importancia y terminó de echar el bote al agua. Después de eso se subió a la borda tranquilamente y se dejó caer, aterrizando en el bote de forma perfecta y elegante para después empezar a remar. Trataba de seguir el olor del chico, pero era difícil en el agua, por eso lo haría en tierra firme.
Mientras remaba iba pensando en sí habría ya mucha gente allí, para mala suerte, la oscuridad le impedía ver bien. Aquello le molestaba sin duda alguna y seguramente debería tener cuidado en tierra, no tardó en llegar a las rocas. Una vez estaba en la isla, sonrió de lado mientras su figura iba cambiando a una forma cuadrúpeda. Su piel empezó a recubrirse de pelo azabache y sus ojos se pusieron rojos, un aura negra salió de su cuerpo como si fuera un fantasma, después de la zona baja de su espalda surgió su cola y sus dedos se convirtieron en garras. Estaba en su forma completa de Cadejo negro. Frunció el ceño con calma para después empezar a correr tratando de oler a su compañero, no podía permitir que uno de sus mejores hombres muriera. Un aura blanca comenzó a rodearle mezclándose con la negra. Estaba activando su habilidad especial, al estar en la forma completa podía alcanzar una velocidad superior al Soru, eso hizo, empezó a moverse a toda velocidad en la noche con cuidado de no estrellarse buscando a Midorima mediante su haki y olfato.
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Delicioso, el bocadillo de jamón asado tenía un sabor increíble o al menos eso pensaba el moreno. Kogáto se hallaba junto a los demás marines en aquel lugar. Vestía un traje negro con camisa blanca y corbata negra, en sus pies unos zapatos y en su espalda podía verse su guadaña blanca y la roja. De ambas salían unas finas cadenas que iban a sus muñecas, teniéndolas atadas a su cuerpo de esa forma. Manejaba su arma con una capacidad increíble, por el momento no tenía planeado hacer nada, le aburría mucho aquello y tan solo se dedicaba a comer de forma calmada. Nadie sabía su nombre, salvo los jefes, le llamaban agente 666. De repente algo le impresionó, comenzó a hacerse de noche, era una situación extraña pero no le dio importancia. Un sonido llamó su atención, era una especia de lamento y segundos después se pudo ver una figura sobrevolar el cielo, como si fuera un fantasma. El chico frunció el ceño y la miró fijamente preparado para atacarla pero en ese momento el Almirante surgió. El chico no hizo nada, se había librado de una buena. Escuchó sus palabras de forma calmada hasta que pudo oír lo de los “Shirokami”
Una sonrisa sádica surgió de su rostro, sus compañeros podían estar allí. Kogáto era un agente corrupto al servicio de Legan Legim. Solo el peliblanco y los suyos conocían al moreno en sus dos facetas. Si aparecía por allí iba a ser un problema, pues tendría que atacar, eso o buscar un sitio seguro y cambiarse, llevaba consigo su máscara naranja, la cual ocultaba bajo su traje. El CP no había podido adivinar que tenían a un Shirokami entre ellos, el moreno ahora se relamió despacio, era la hora de divertirse un poco. Decidió largarse de allí, aunque antes escucho al demonio de la niebla hablar, había oído hablar de Krauser. Sin embargo aún no se veía capacitado de luchar contra alguien de su rango, se internó en el bosque tranquilamente y empezó a caminar despacio. Su objetivo era encontrar a los Shirokami e informarles de las órdenes que había dado el Almirante. Pero iba a ser muy difícil encontrarles. Miró hacia atrás por si alguien le seguía y activó su haki de observación. A continuación se quitó el traje y la camisa quedándose con el torso al descubierto.
Una vez hizo aquello, se colocó la máscara naranja que guardaba. Solo dejó a la vista su ojo derecho, el cual era de color rojo. Frunció el ceño y empezó a trotar de forma sigilosa entre el bosque mientras iba con los ojos entrecerrados, por allí esperaba encontrarlos o al menos algo interesante. No le daba miedo internarse por allí solo y además le encantaba la oscuridad, activó el Soru para moverse más rápido con cuidado de no estrellarse y soltó una pequeña carcajada, Jin Surfer iba a liarla bien.
Una sonrisa sádica surgió de su rostro, sus compañeros podían estar allí. Kogáto era un agente corrupto al servicio de Legan Legim. Solo el peliblanco y los suyos conocían al moreno en sus dos facetas. Si aparecía por allí iba a ser un problema, pues tendría que atacar, eso o buscar un sitio seguro y cambiarse, llevaba consigo su máscara naranja, la cual ocultaba bajo su traje. El CP no había podido adivinar que tenían a un Shirokami entre ellos, el moreno ahora se relamió despacio, era la hora de divertirse un poco. Decidió largarse de allí, aunque antes escucho al demonio de la niebla hablar, había oído hablar de Krauser. Sin embargo aún no se veía capacitado de luchar contra alguien de su rango, se internó en el bosque tranquilamente y empezó a caminar despacio. Su objetivo era encontrar a los Shirokami e informarles de las órdenes que había dado el Almirante. Pero iba a ser muy difícil encontrarles. Miró hacia atrás por si alguien le seguía y activó su haki de observación. A continuación se quitó el traje y la camisa quedándose con el torso al descubierto.
Una vez hizo aquello, se colocó la máscara naranja que guardaba. Solo dejó a la vista su ojo derecho, el cual era de color rojo. Frunció el ceño y empezó a trotar de forma sigilosa entre el bosque mientras iba con los ojos entrecerrados, por allí esperaba encontrarlos o al menos algo interesante. No le daba miedo internarse por allí solo y además le encantaba la oscuridad, activó el Soru para moverse más rápido con cuidado de no estrellarse y soltó una pequeña carcajada, Jin Surfer iba a liarla bien.
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Aquel lugar se había convertido en una ratonera, una enorme tormenta nos rodeo, el frio volvía esta vez para quedarse, a lo yo simplemente me resigne a seguir caminado por el bosque, cada vez más sombrío, cada rama parecía un brazo, cada árbol, un ser que te quería arrancar el alma, las maderas parecían estar impregnadas de dolor, algunas hojas rojizas se desprendían a mi paso...Mire al cielo y vi la luna roja:
-"Esto es un signo de mal augurio en algunas culturas-pensaba mientras caminaba.
Continúe guiándome por mi brújula, la miraba cada poco rato, sin desviarme mucho del rumbo que esta marcaba. La sostenía con mi mano izquierda, mientras que sostenía mi arma con la derecha, una nodachin de un tamaño respetable...era algo muy valioso para mí. Mi cubo de Menger, dorado, oscilaba de mi cinturón a cada paso que daba. No mucho más tarde me encontré una formación rocosa en medio del bosque, en la roca que más destacaba había una gran abertura, hacía la que me dirigí, sin mayor dilación, según me aproximaba me parecía ver un hombre, el cual recordaba a un hombre de aspecto oriental, a la de un luchador de karate o un arte marcial por el estilo.
Un poco más lejos, una gran bestia, un perro, grande gigante, como el que me encontré hace muchos años en Loguetown, la única diferencia es que yo había crecido, por lo que ahora se trataba de un monstro, un cerbero de tres cabezas, una bestia de cuento:
-"Esto debe ser una señal del Destino"-pensaba mientras desenfundaba mi nodachi, el hombre de al lado se lanzo a por la bestia a uno de sus cuellos.
Yo aprovechando la cobertura del valiente compañero rodeé a la bestia tratando de ponerme a su espalda y hacer un tajo a lo largo de su cuerpo, o mejor dicho, su abdomen.
-Esta vez yo no estoy solo-le solté al bicho sin intención de que me respondiera.
-"Esto es un signo de mal augurio en algunas culturas-pensaba mientras caminaba.
Continúe guiándome por mi brújula, la miraba cada poco rato, sin desviarme mucho del rumbo que esta marcaba. La sostenía con mi mano izquierda, mientras que sostenía mi arma con la derecha, una nodachin de un tamaño respetable...era algo muy valioso para mí. Mi cubo de Menger, dorado, oscilaba de mi cinturón a cada paso que daba. No mucho más tarde me encontré una formación rocosa en medio del bosque, en la roca que más destacaba había una gran abertura, hacía la que me dirigí, sin mayor dilación, según me aproximaba me parecía ver un hombre, el cual recordaba a un hombre de aspecto oriental, a la de un luchador de karate o un arte marcial por el estilo.
Un poco más lejos, una gran bestia, un perro, grande gigante, como el que me encontré hace muchos años en Loguetown, la única diferencia es que yo había crecido, por lo que ahora se trataba de un monstro, un cerbero de tres cabezas, una bestia de cuento:
-"Esto debe ser una señal del Destino"-pensaba mientras desenfundaba mi nodachi, el hombre de al lado se lanzo a por la bestia a uno de sus cuellos.
Yo aprovechando la cobertura del valiente compañero rodeé a la bestia tratando de ponerme a su espalda y hacer un tajo a lo largo de su cuerpo, o mejor dicho, su abdomen.
-Esta vez yo no estoy solo-le solté al bicho sin intención de que me respondiera.
Xiba Jundo
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“Uuuu”, menudo frío que empezó a hacer de repente. Aun me encontraba cerca de la costa cuando observé que una gran tormenta se acercaba. –En menuda buena me he metido. –Me dije pensando que la tormenta caería de lleno en la isla. Pero no, no llegó a pasar las fronteras de la costa, dejando lluvias torrenciales, mares inestables y grandes truenos. Yo me quedé la verdad que muy “afk”, no entendía aquello, daba escalofríos pensar que la isla tuviera una especie de “Haki Armadura”. Sin embargo había navegado tanto por los mares y había visto tantas insensateces que lo dejé pasar, no me despertaba curiosidad alguna aquél fenómeno. Así pues seguí mi camino adentrado en el bosque. Seguía teniendo frío, tal vez no fuera mala idea del todo llevar algo que me cubrirá los piececitos, ya que anteriormente pisé un charco húmedo y se me quedó congelado. Y para colmo, cada vez el sitio se volvía más oscuro. Y más oscuro, y más y más. No podía distinguir apenas aquellas hojas relucientes de los árboles ni la reciente luna carmesí.
Llegó un momento en el cual me encontraba caminando a ciegas, sin conocimiento alguno de por dónde ni hacia dónde iba. Eso me recordaba a esos meses en los cuales estuve encerrado en cierto laberinto… Maldito viejo… Pero bueno, no era tan malo, era una sensación familiar. Me puse a hacer malabares con la vara, para pasar el rato. La verdad es que hube venido hacia esta isla para encontrar algo de diversión, pero nada de nada. Me estaba replanteando volver hasta que recordé aquella fatigosa tormenta. Concluí con que lo mejor sería intentar pasar el rato hasta que la discusión de los cielos con el mar cesara.
Acabé por encontrar la luz. Sí, mientras hacía el tonto el bosque decidió cesar y dejarme paso hacia un claro en el cual la luz rojiza de la luna iluminaba todo el lugar. Y “waooo”, menudo descubrimiento. Me había topado con toda una infraestructura que se llevaba todas las papeletas para ser considerada un castillo. Típico, piedra, aires góticos, vamos, que ésta era una “isla del terror” bien “adornada”. –Seguramente dentro haya algo interesante. –Me dije para mi mismo. Aunque había un fallo, y era que no me encontraba en el lugar de la puerta, y la verdad es que daba pereza rodear algo tan grande… No pasaría nada por algo de “trampas”, pensé. Me acerqué hasta la pared del castillo y la toqué con la palma de mi mano derecha. –Yami Yami No… -Dije mientras una capa de manto negro salía de la palma de mi mano, la cual se iba tragando poco a poco la superficie del castillo, almacenando todo aquello en una dimensión la cual aún no acababa de comprender. Decidí parar cuando ya hube quitado suficiente pared como para que mi flexible cuerpo pasara al interior. Al hacerlo un enorme escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Estaba todo muy oscuro, y apenas entraban luces por el hueco que había hecho. Era tenebroso. Y yo, en un alarde de inteligencia volví a sellar la pared con aquello que absorbí, dejándome completamente a oscuras. A ver cómo investigaba ahora el sitio. –Soy idiota…
Llegó un momento en el cual me encontraba caminando a ciegas, sin conocimiento alguno de por dónde ni hacia dónde iba. Eso me recordaba a esos meses en los cuales estuve encerrado en cierto laberinto… Maldito viejo… Pero bueno, no era tan malo, era una sensación familiar. Me puse a hacer malabares con la vara, para pasar el rato. La verdad es que hube venido hacia esta isla para encontrar algo de diversión, pero nada de nada. Me estaba replanteando volver hasta que recordé aquella fatigosa tormenta. Concluí con que lo mejor sería intentar pasar el rato hasta que la discusión de los cielos con el mar cesara.
Acabé por encontrar la luz. Sí, mientras hacía el tonto el bosque decidió cesar y dejarme paso hacia un claro en el cual la luz rojiza de la luna iluminaba todo el lugar. Y “waooo”, menudo descubrimiento. Me había topado con toda una infraestructura que se llevaba todas las papeletas para ser considerada un castillo. Típico, piedra, aires góticos, vamos, que ésta era una “isla del terror” bien “adornada”. –Seguramente dentro haya algo interesante. –Me dije para mi mismo. Aunque había un fallo, y era que no me encontraba en el lugar de la puerta, y la verdad es que daba pereza rodear algo tan grande… No pasaría nada por algo de “trampas”, pensé. Me acerqué hasta la pared del castillo y la toqué con la palma de mi mano derecha. –Yami Yami No… -Dije mientras una capa de manto negro salía de la palma de mi mano, la cual se iba tragando poco a poco la superficie del castillo, almacenando todo aquello en una dimensión la cual aún no acababa de comprender. Decidí parar cuando ya hube quitado suficiente pared como para que mi flexible cuerpo pasara al interior. Al hacerlo un enorme escalofrío recorrió todo mi cuerpo. Estaba todo muy oscuro, y apenas entraban luces por el hueco que había hecho. Era tenebroso. Y yo, en un alarde de inteligencia volví a sellar la pared con aquello que absorbí, dejándome completamente a oscuras. A ver cómo investigaba ahora el sitio. –Soy idiota…
Axys Newt
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Axys se quedó algo atontado mirando como su padre en forma "mega-gay" o fusión con el unicornio le acariciaba. Miró como el bajaba del barco de un salto. Aquel lugar le producía miedo a Axys además de un mal presentimiento. No quería bajar ni continuar pero tampoco deseaba quedarse solo en el barco. Axys bajó poco a poco agarrándose a lo que quedaba del barco, tratando de no resbalar y caer. Estaban en una pradera llena de flores.- Este lugar es extraño.- Pensó para si mismo, mirando detenidamente el lugar mientras bajaba. Una vez abajo dirigió su mirada a la mujer que dirigía el otro barco. Aquella mujer dijo algo como "fantasmas" o así y creó un muro de hielo. Luego se puso a insultar a las pobres flores.- ¿Las flores le han hecho algo?- Dijo ladeando la cabeza con confusión. Aquella mujer le resultaba a cada segundo más extraña.
Cuando dejó de mirar a la mujer y miró al frente, pudo comprobar que en verdad había fantasmas. El miedo paralizó a Axys y antes de poder hacer nada, Asd se abalanzó sobre Axys tirándolo al suelo. Rodó por un poco y se quedó quieto en él. Cerró y abrió los ojos bastantes veces, extrañado por el comportamiento de aquellas personas a su al rededor.- ¿Qué ocurre?- Preguntó en voz alta, sin moverse. Olía a fuego. También escuchó a Asd decir algo de queso o así, cosas extrañas. Se levantó lentamente observando las llamas que poco a poco consumían la pradera.- Fuego... ¿F-Fuego?- No sabía que hacer, y Nii no se encontraba en su hombro. Se levantó de golpe.- ¡Nii, Nii!- Gritó llamando por su animal.
Entonces, su padre llegó volando, extinguiendo las llamas cercanas. Le miró con una expresión triste y preocupada.- ¡No encuentro a Nii!- Gritó hacia Asder.- ¡Tengo que encontrarlo!- Sus ojos se clavaron en los de Asd, quien apenas parecía hacer caso de sus palabras.- ¿Me escuchas? ¿Hola...?- Asd parecía estar ausente, pensando en algo que acaparaba toda su atención. El rostro de Axys se mostraba cada vez más inseguro y triste. Llevó su mano derecha a su brazo izquierdo agarrándolo y comenzó a mirar al suelo. No sabía qué era lo que pasaba allí ni que ocupaba la mente de su padre, pero no le gustaba. Ojalá pudiese encontrar a Nii y salir de allí, pero con el barco estaba destrozado.
Levantó la cabeza y observó como su padre volaba hacia una dirección, donde al fondo se encontraba un caballo, o eso parecía.- ¡Eh, espera! Tengo que encontrar a Nii.- Dijo con la voz cada vez más apagada, quedándose en el sitio. ¿Qué hacía allí un caballo? Era una pregunta que rondaba su cabeza. No siguió a su padre, se quedó quieto y comenzó a buscar a su mascota entre la chamuscada pradera. No aparecía, pero debía encontrarlo. Le prometió que no permitiría que nada ni nadie le hiciese nada, y así lo haría. Con ayuda o sin ella, encontraría a Nii.
En su camino, se encontró con la mujer que estaba en el otro barco y se acercó a ella.- ¿D-Disculpe?- Dijo en tono de pregunta, no muy seguro de hacer aquello.- ¿H-Ha visto a un animal pequeño, blanco y peludo?- Le preguntó con una voz triste y en bajito. Sus ojos evitaron mirar a la mujer y se quedaron clavados en el suelo.- Tengo que encontrarlo...- Esperó a que le contestase mirando al suelo. Entonces una persona en la que no había reparado cogió a la mujer y se la llevó corriendo, dejando a Axys sólo.
Cuando dejó de mirar a la mujer y miró al frente, pudo comprobar que en verdad había fantasmas. El miedo paralizó a Axys y antes de poder hacer nada, Asd se abalanzó sobre Axys tirándolo al suelo. Rodó por un poco y se quedó quieto en él. Cerró y abrió los ojos bastantes veces, extrañado por el comportamiento de aquellas personas a su al rededor.- ¿Qué ocurre?- Preguntó en voz alta, sin moverse. Olía a fuego. También escuchó a Asd decir algo de queso o así, cosas extrañas. Se levantó lentamente observando las llamas que poco a poco consumían la pradera.- Fuego... ¿F-Fuego?- No sabía que hacer, y Nii no se encontraba en su hombro. Se levantó de golpe.- ¡Nii, Nii!- Gritó llamando por su animal.
Entonces, su padre llegó volando, extinguiendo las llamas cercanas. Le miró con una expresión triste y preocupada.- ¡No encuentro a Nii!- Gritó hacia Asder.- ¡Tengo que encontrarlo!- Sus ojos se clavaron en los de Asd, quien apenas parecía hacer caso de sus palabras.- ¿Me escuchas? ¿Hola...?- Asd parecía estar ausente, pensando en algo que acaparaba toda su atención. El rostro de Axys se mostraba cada vez más inseguro y triste. Llevó su mano derecha a su brazo izquierdo agarrándolo y comenzó a mirar al suelo. No sabía qué era lo que pasaba allí ni que ocupaba la mente de su padre, pero no le gustaba. Ojalá pudiese encontrar a Nii y salir de allí, pero con el barco estaba destrozado.
Levantó la cabeza y observó como su padre volaba hacia una dirección, donde al fondo se encontraba un caballo, o eso parecía.- ¡Eh, espera! Tengo que encontrar a Nii.- Dijo con la voz cada vez más apagada, quedándose en el sitio. ¿Qué hacía allí un caballo? Era una pregunta que rondaba su cabeza. No siguió a su padre, se quedó quieto y comenzó a buscar a su mascota entre la chamuscada pradera. No aparecía, pero debía encontrarlo. Le prometió que no permitiría que nada ni nadie le hiciese nada, y así lo haría. Con ayuda o sin ella, encontraría a Nii.
En su camino, se encontró con la mujer que estaba en el otro barco y se acercó a ella.- ¿D-Disculpe?- Dijo en tono de pregunta, no muy seguro de hacer aquello.- ¿H-Ha visto a un animal pequeño, blanco y peludo?- Le preguntó con una voz triste y en bajito. Sus ojos evitaron mirar a la mujer y se quedaron clavados en el suelo.- Tengo que encontrarlo...- Esperó a que le contestase mirando al suelo. Entonces una persona en la que no había reparado cogió a la mujer y se la llevó corriendo, dejando a Axys sólo.
Kaito Kazuki
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El joven cazador, acompañado por los únicos compañeros que parece estar disponible en aquél lugar logran llegar con cierta dificultad a la costa, pero están ahora en tierra al fin y al cabo están donde querían estar. El silencio se apodera del lugar, no se escucha nada, tan solo los pasos de los dos cazadores que recién llegan al lugar, eso llega a preocupar al joven cazador, pero bueno, también es señal de que no tendrán muchos problemas salvo acontecimientos que se salgan de lo común. El joven decide ojear el entorno, todo son colinas, no hay más que colinas por todos lados. De pronto la iluminación del lugar se reduce drásticamente, si ya era complicado con los pocos rayos del ocaso ahora está todo a oscuras gracias a una masa de nubes que extrañamente rodea la isla, sin afectarla. En la lejanía se escuchan los truenos y el viento montar alboroto, pero en la isla no hay nada que indique la presencia de una tormenta. Al mirar al cielo el joven cazador se encuentra con una estampa siniestra, una luna roja, como si se hubiera cubierto en sangre, aunque el joven deja eso de lado, no tiene interés en estudiar un efecto o estado de la luna, al menos no en aquél momento. Una extraña sensación en su cabeza, los paranoicos de su mente se han vuelto a enzarzar en una pelea, no se cansan de pelear, saben que ninguno de ellos tomará el control del cuerpo mientras Kaito pueda evitarlo. El joven vuelve a la tarea anterior, el estudio del entorno y comprueba que aparentemente solo hay un sendero, lo que provoca cierto recelo en el samurái, un lugar con un solo acceso es perfecto para una emboscada. |~Malditos marines…deberían haber dado más información…~| Piensa el joven espadachín mientras se prepara para todo lo que pudiera suceder.
Apenas unos momentos después un grito de dolor alcanza los oídos del cazador, justo después se puede ver a un marine caer desde el cielo, como si estuviera volando, y estamparse contra una pared para quedar inconsciente. |~¿Qué demonios…?~| Piensa el joven hasta que hace aparición el que seguramente sea el causante del vuelo suicida del marine, un hombre de grandes dimensiones, que supera los dos metros de altura, al igual que Kaito, pero es mucho más corpulento, como si estuviera petado a anabolizantes. Este aparece en escena arrastrando a otro marine, el joven no tiene aprecio alguno por la marina, pero no considera que esa actitud para con otro ser humano sea justificable, salvo casos extremos. Las manos del sujeto están manchadas de sangre, lo que lo indican como culpable de lo que les haya sucedido a los marines. Es entonces cuando el joven espadachín se percata de quien es, su cara está en los carteles que le dan trabajo al cazador, se trata de Tartaroth, un pirata sangriento con una recompensa más que jugosa sobre su cabeza, pero al ser tanta la recompensa de seguro que el pirata es bastante poderoso, aunque estando en compañía bastaría con que jugaran bien sus cartas para poder derrotarlo sin demasiado peligro. El joven comprueba que lleva todo, las espadas, las rumbles y al mirar alrededor ve el borde de la calabaza asomar por el suelo. |~Perfecto, todo parece estar a mi favor, aunque debo consultar a mi compañero.~| Piensa el joven cazador pero valorando la situación, acaban de llegar, no tienen una estrategia montada pero de todos modos prefiere consultar con su compañero. |~¿Ese no es Tartaroth...?~| Dice Saito mientras desenfunda sus katanas. |~Kaito… no podemos dejar que una mala bestia como el ande suelta por el lugar, mira lo que a echo.~| Añade dispuesto a lanzarse de cabeza a por el temible enemigo, la verdad eso es un problema, en cuanto se le pone un dilema moral al cazador este siempre acaba por arriesgar demasiado, pero dado que son más podrían abatirlo. |~Sin, ahí delante está un hombre con 150.000.000 por su cabeza, si nos lo cargamos nos embolsamos una buena cantidad de dinero. Voy a ir a por él, no directamente, sería un suicidio, voy a provocarlo para que caiga en una emboscada, haremos combate de media y larga distancia, dado que nuestras habilidades nos lo permiten. Ten listo el arsenal que pueda herirle. Además, somos tres, y tenemos ventaja numérica, pero no arriesguéis más de lo necesario, haremos golpes combinados, no podrá con todos a la vez, no si vamos bien sincronizados.~| Dice el joven cazador justo antes de golpear tres veces el suelo con los pies y que una parte de la calabaza salga a la superficie. El joven lanza un corte hacia la posición de Tartaroth, dicho corte se impregna en el sake que hay en la botella y avanza creando un mar de llamas, seguido de ese pero dividido en varios grupos, formando una red, otros muchos cortes empleando la misma técnica. |~Meikyo Shisui: Ougi: Sakura~| Susurra el joven mientras enfunda la katana y se aparta varios pasos para poder analizar la reacción del pirata.
Meikyo Shisui: Ougi: Sakura(espejo del alma, el agua mortal: Técnica secreta: Cerezos en flor)
Apenas unos momentos después un grito de dolor alcanza los oídos del cazador, justo después se puede ver a un marine caer desde el cielo, como si estuviera volando, y estamparse contra una pared para quedar inconsciente. |~¿Qué demonios…?~| Piensa el joven hasta que hace aparición el que seguramente sea el causante del vuelo suicida del marine, un hombre de grandes dimensiones, que supera los dos metros de altura, al igual que Kaito, pero es mucho más corpulento, como si estuviera petado a anabolizantes. Este aparece en escena arrastrando a otro marine, el joven no tiene aprecio alguno por la marina, pero no considera que esa actitud para con otro ser humano sea justificable, salvo casos extremos. Las manos del sujeto están manchadas de sangre, lo que lo indican como culpable de lo que les haya sucedido a los marines. Es entonces cuando el joven espadachín se percata de quien es, su cara está en los carteles que le dan trabajo al cazador, se trata de Tartaroth, un pirata sangriento con una recompensa más que jugosa sobre su cabeza, pero al ser tanta la recompensa de seguro que el pirata es bastante poderoso, aunque estando en compañía bastaría con que jugaran bien sus cartas para poder derrotarlo sin demasiado peligro. El joven comprueba que lleva todo, las espadas, las rumbles y al mirar alrededor ve el borde de la calabaza asomar por el suelo. |~Perfecto, todo parece estar a mi favor, aunque debo consultar a mi compañero.~| Piensa el joven cazador pero valorando la situación, acaban de llegar, no tienen una estrategia montada pero de todos modos prefiere consultar con su compañero. |~¿Ese no es Tartaroth...?~| Dice Saito mientras desenfunda sus katanas. |~Kaito… no podemos dejar que una mala bestia como el ande suelta por el lugar, mira lo que a echo.~| Añade dispuesto a lanzarse de cabeza a por el temible enemigo, la verdad eso es un problema, en cuanto se le pone un dilema moral al cazador este siempre acaba por arriesgar demasiado, pero dado que son más podrían abatirlo. |~Sin, ahí delante está un hombre con 150.000.000 por su cabeza, si nos lo cargamos nos embolsamos una buena cantidad de dinero. Voy a ir a por él, no directamente, sería un suicidio, voy a provocarlo para que caiga en una emboscada, haremos combate de media y larga distancia, dado que nuestras habilidades nos lo permiten. Ten listo el arsenal que pueda herirle. Además, somos tres, y tenemos ventaja numérica, pero no arriesguéis más de lo necesario, haremos golpes combinados, no podrá con todos a la vez, no si vamos bien sincronizados.~| Dice el joven cazador justo antes de golpear tres veces el suelo con los pies y que una parte de la calabaza salga a la superficie. El joven lanza un corte hacia la posición de Tartaroth, dicho corte se impregna en el sake que hay en la botella y avanza creando un mar de llamas, seguido de ese pero dividido en varios grupos, formando una red, otros muchos cortes empleando la misma técnica. |~Meikyo Shisui: Ougi: Sakura~| Susurra el joven mientras enfunda la katana y se aparta varios pasos para poder analizar la reacción del pirata.
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- Aclaraciones:
- El combate sería los tres contra Tartaroth y al ataque no sé si hay que ponerle nomenclatura, de haber que ponerla sería un [AF] con el haki armadura nivel 2.
Legim
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- Dexter... ¿Ves ese terreno espinoso? Parece ideal para alguien como tu, tu piel podría protegerte a la perfección de esas espinas, y en caso de apuros tu fuego podría ... despejar el camino.
No sabía si me haría caso, pero si lo hiciese es lo que le ordenaría, conviene cubrir el mayor territorio posible una vez llegamos a una nueva isla, saber lo máximo posible de esta antes de que empezase la acción, sin embargo alguien apareció en unas condiciones penosas y sangrando frente a nosotros, parece que los acontecimientos iban a acelerarse un poco.
Rápido estiré la mano y un tentáculo largo de alcohol iba saliendo de este hasta el pobre hombre, hasta envolver su cuerpo entero en alcohol a excepción de su cabeza. Probablemente le iba a escocer horrores y pensaría que estaría siendo torturado cuando realmente estaba desinfectando sus heridas para posteriormente cerrarlas poco a poco con ayuda de mi elemento, pero aprovechando que estaría con ese pensamiento encima por el dolor sonreí y me acerqué a él lentamente.
- Buenas noches caballero... disculpe el dolor que le estoy causando ahora mismo, no se preocupe, no morirá hoy aquí... ¿Le importaría contarnos que le sucedió? No nos gustaría acabar igual... y si de paso nos cuenta algo de esta isla le estaremos eternamente agradecidos... además, soy doctor, podría ayudarle con su estado actual, ¿Qué decide?.
Miré a mis compañeros para ver que estaban pensando con una mirada a sus rostros y automáticamente miré al tipo, esta vez prestando especial atención con mi ojo cyborg a él y a todo lo que había tras de él, quizás las causas de sus heridas estuviesen cerca, acechándonos desde allí para atacarnos cuando le fuésemos a curar.
No sabía si me haría caso, pero si lo hiciese es lo que le ordenaría, conviene cubrir el mayor territorio posible una vez llegamos a una nueva isla, saber lo máximo posible de esta antes de que empezase la acción, sin embargo alguien apareció en unas condiciones penosas y sangrando frente a nosotros, parece que los acontecimientos iban a acelerarse un poco.
Rápido estiré la mano y un tentáculo largo de alcohol iba saliendo de este hasta el pobre hombre, hasta envolver su cuerpo entero en alcohol a excepción de su cabeza. Probablemente le iba a escocer horrores y pensaría que estaría siendo torturado cuando realmente estaba desinfectando sus heridas para posteriormente cerrarlas poco a poco con ayuda de mi elemento, pero aprovechando que estaría con ese pensamiento encima por el dolor sonreí y me acerqué a él lentamente.
- Buenas noches caballero... disculpe el dolor que le estoy causando ahora mismo, no se preocupe, no morirá hoy aquí... ¿Le importaría contarnos que le sucedió? No nos gustaría acabar igual... y si de paso nos cuenta algo de esta isla le estaremos eternamente agradecidos... además, soy doctor, podría ayudarle con su estado actual, ¿Qué decide?.
Miré a mis compañeros para ver que estaban pensando con una mirada a sus rostros y automáticamente miré al tipo, esta vez prestando especial atención con mi ojo cyborg a él y a todo lo que había tras de él, quizás las causas de sus heridas estuviesen cerca, acechándonos desde allí para atacarnos cuando le fuésemos a curar.
Break Baskerville
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Su mirada se perdió en el cielo nocturno, clavada en el profundo color carmesí de la Luna, resaltando en la noche como una luciérnaga gigante que buscase la atención de toda la isla. Su luz rojiza bañaba ahora el siniestro paraje que era la isla de Sunaba, una isla que se volvía más interesante por momentos. El cazador permanecía de pie, echando un vistazo al terreno a su alrededor. A ambos lados había un par de calas con barcos anclados en la lejanía. Al oeste podía ver un par de barcos con enseñas revolucionarias; al este, un barco desconocido semi-oculto en la niebla. Lo cierto era que no tenía muy claro hacia donde dirigirse, supuso que si existía un tesoro realmente estaría oculto en algún lugar especialmente vigilado: un castillo, una fortaleza o por lo menos una cueva. Sabía que de tratarse de una construcción humana, se hallaría en lo alto de alguna colina o quizás en el centro de la isla, así que el rumbo más lógico sería ir recto, en dirección a las colinas y al bosque.
Aun así, en contra de su propia lógica se sorprendió a sí mismo encaminándose en dirección a los barcos revolucionarios haciendo caso omiso a uno de los tipos que había viajado él y sus apocalípticas predicciones. Ese hombre, un anciano vestido con una capa, les había advertido que no lucharan abiertamente contra los fenómenos extraños, algo que a Break le ponía los pelos de punta de pura emoción. Lo cierto era que ni siquiera se había dado cuenta de que el bote con los otros cazadores ya había llegado a la costa.
Break caminó a paso rápido hacia los barcos revolucionarios, pensando en si alguno de sus conocidos entre la revolución estaría allí. De ser así había posibilidades de que le echasen una mano, aunque dudaba que estuvieran allí. El verdadero motivo por el que se dirigía hacia allí era por los posibles conocimientos que poseían los revolucionarios. Aquel era un grupo que se dedicaba a enfrentar al Gobierno Mundial y por lo tanto debían tener bastante información sobre ellos y sobre sus secretos, información a la que el espadachín podría echar mano. Sin embargo no descartaba la posibilidad de que también hubiese marines y si estallaba una lucha no pensaba quedarse en medio. Pensó que lo más sensato sería estar alerta y prepararse ante cualquier situación inesperada... o paranormal.
Aun así, en contra de su propia lógica se sorprendió a sí mismo encaminándose en dirección a los barcos revolucionarios haciendo caso omiso a uno de los tipos que había viajado él y sus apocalípticas predicciones. Ese hombre, un anciano vestido con una capa, les había advertido que no lucharan abiertamente contra los fenómenos extraños, algo que a Break le ponía los pelos de punta de pura emoción. Lo cierto era que ni siquiera se había dado cuenta de que el bote con los otros cazadores ya había llegado a la costa.
Break caminó a paso rápido hacia los barcos revolucionarios, pensando en si alguno de sus conocidos entre la revolución estaría allí. De ser así había posibilidades de que le echasen una mano, aunque dudaba que estuvieran allí. El verdadero motivo por el que se dirigía hacia allí era por los posibles conocimientos que poseían los revolucionarios. Aquel era un grupo que se dedicaba a enfrentar al Gobierno Mundial y por lo tanto debían tener bastante información sobre ellos y sobre sus secretos, información a la que el espadachín podría echar mano. Sin embargo no descartaba la posibilidad de que también hubiese marines y si estallaba una lucha no pensaba quedarse en medio. Pensó que lo más sensato sería estar alerta y prepararse ante cualquier situación inesperada... o paranormal.
sinclair moon
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Akuma no mi
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Habíamos llegado a la isla Sunbara, no había sido fácil pues para entrar tuvimos que sortear varias rocas que nos dificultaban el paso, pero al final llegamos. Al poner un pie en la playa de aquella isla, parecía que alguien hubiese apagado la poca luz que los pocos rayos de sol, hecho que cubrió la isla de la más negra oscuridad. Todo esto se debía a unos negros nubarrones que cubrían el cielo y para ponerle más emoción a la situación, empezó una tormenta tan fuerte, que rodeaba la isla, que era mejor quedarse en ella, pues tendríamos mas posibilidades de sobrevivir en la isla, aunque en ella se escondiese la muerte en persona.
Personalmente, no le tenía miedo a la oscuridad, pero en aquellos momentos daba gracias de estar acompañado, aunque alguien debió pensar que la situación no era lo suficientemente tenebrosa pues, la luna, que también estaba en el cielo, aquella noche decidió tornarse de color rojo, un color que no presagia nada bueno. Escuche decir a kaito que los marines deberían habernos dado más detalles de la misión y sobretodo de la isla a lo que le respondí:
- Estoy completamente de acuerdo contigo, este ambiente es perfecto para que de repente una horda de zombies salga de algún lugar y nos coman el cerebro y, para ser sinceros, le he cogido cariño a la masa rosa a la que llamo cerebro.
De repente, vi salir de la oscuridad a un marine volando, cosa que me pareció extraña pues que yo sepa los marines, por si solos no se lanzan contra las paredes y además sangrando, pero pronto vi que alguien le había ayudado, ese alguien se llamaba Tantaroth, no es que le conociese en persona, solo había visto su jeta en un cartel de se busca con una jugosa recompensa de 150 millones de berrys, es posible que quizás le hubiera añadido algún cero más de la cuenta, pero aun así, era una cantidad de dinero nada despreciable, pero parecía que iba a tener que compartir con kaito y con mi compañero saito, pues ellos también querían ir a por el.
- Tantaroth, reza lo que sepas porque parece que mis compañeros tienen sus motivos para ir a por ti, y da la casualidad que tu marine volador me ha manchado la gabardina y la sangre marine no se va, asique prepárate a morir trozeado y aderezado con plomo.
Personalmente, no le tenía miedo a la oscuridad, pero en aquellos momentos daba gracias de estar acompañado, aunque alguien debió pensar que la situación no era lo suficientemente tenebrosa pues, la luna, que también estaba en el cielo, aquella noche decidió tornarse de color rojo, un color que no presagia nada bueno. Escuche decir a kaito que los marines deberían habernos dado más detalles de la misión y sobretodo de la isla a lo que le respondí:
- Estoy completamente de acuerdo contigo, este ambiente es perfecto para que de repente una horda de zombies salga de algún lugar y nos coman el cerebro y, para ser sinceros, le he cogido cariño a la masa rosa a la que llamo cerebro.
De repente, vi salir de la oscuridad a un marine volando, cosa que me pareció extraña pues que yo sepa los marines, por si solos no se lanzan contra las paredes y además sangrando, pero pronto vi que alguien le había ayudado, ese alguien se llamaba Tantaroth, no es que le conociese en persona, solo había visto su jeta en un cartel de se busca con una jugosa recompensa de 150 millones de berrys, es posible que quizás le hubiera añadido algún cero más de la cuenta, pero aun así, era una cantidad de dinero nada despreciable, pero parecía que iba a tener que compartir con kaito y con mi compañero saito, pues ellos también querían ir a por el.
- Tantaroth, reza lo que sepas porque parece que mis compañeros tienen sus motivos para ir a por ti, y da la casualidad que tu marine volador me ha manchado la gabardina y la sangre marine no se va, asique prepárate a morir trozeado y aderezado con plomo.
Iku Hanna
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Akuma no mi
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Una vez dentro del bote, un hombre se presentó amablemente. Le dediqué una pequeña sonrisa. Al fin alguien que se digna a presentarse. Yo soy Iku Hanna, Iku para los amigos. Encantada. Sonreí todavía más. Si te sirve de consuelo, yo tampoco llevo nada de abrigo, así que no eres el único tonto aquí.
Un hombre crea unos escalones de hierro que nos facilitan la subida. Me levanté y me dirigí hacia ellos, pero Tyrion se me adelantó y una vez subió el primer escalón me ofreció su ayuda extendiéndome su mano. La verdad es que no la necesitaba, pero no iba a rechazar tal acto de caballería. Cogí su mano y le seguí hasta la isla.
En la costa se podía ver al chico rubio que se fue antes. En la zona oriental había mucha niebla y apenas se distinguía un barco, en la occidental, barcos revolucionarios. Al parecer el único camino seguro era el del norte, hacia una zona de colinas.
Un extraño hombre que me resultaba familiar, aunque no sabía de qué se acercó y dijo algo muy extraño. ¿Eventos perturbadores y extraños? ¿Cómo qué? Miré fijamente a los ojos de aquel hombre. La verdad es que ya contaba con eso. Por eso estoy aquí. Dije seria. Ahora miré a mis compañeros. Bueno chicos, yo soy Iku Hanna, pero podéis llamarme Iku. Al parecer estaremos juntos en esta extraña misión, y como podéis observar hay tres caminos posibles. ¿Cuál cogemos?.
Un hombre crea unos escalones de hierro que nos facilitan la subida. Me levanté y me dirigí hacia ellos, pero Tyrion se me adelantó y una vez subió el primer escalón me ofreció su ayuda extendiéndome su mano. La verdad es que no la necesitaba, pero no iba a rechazar tal acto de caballería. Cogí su mano y le seguí hasta la isla.
En la costa se podía ver al chico rubio que se fue antes. En la zona oriental había mucha niebla y apenas se distinguía un barco, en la occidental, barcos revolucionarios. Al parecer el único camino seguro era el del norte, hacia una zona de colinas.
Un extraño hombre que me resultaba familiar, aunque no sabía de qué se acercó y dijo algo muy extraño. ¿Eventos perturbadores y extraños? ¿Cómo qué? Miré fijamente a los ojos de aquel hombre. La verdad es que ya contaba con eso. Por eso estoy aquí. Dije seria. Ahora miré a mis compañeros. Bueno chicos, yo soy Iku Hanna, pero podéis llamarme Iku. Al parecer estaremos juntos en esta extraña misión, y como podéis observar hay tres caminos posibles. ¿Cuál cogemos?.
Sawn
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Akuma no mi
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Nada más subir, lo que era un día apacible se convirtió en un día revuelto, a nuestro alrededor teníamos una tormenta. Tras subir esperé a los demás, es cierto, no me había presentado aún y no me había comunicado con ello aún, pero aún así, ya formaban parte de mi grupo de compañeros, ¿extraño verdad? Ya estábamos todos allí, desde esa posición podíamos ver varias barcos, dos de ellos atracando en la isla, tenía serias dudas si eran revolucionarios o no, ya que nunca había visto esas marcas antes. En ese momento un hombre extraño apareció.
- Habéis cometido un error viniendo a esta isla. Esta noche ocurrirán eventos perturbadores y extraños. Tened cuidado y procurad evitar el enfrentamiento directo cuando veáis cosas raras o que no acabéis de comprender. Suerte.
Tras esas palabras desapareció de allí entre la niebla que había por allí. Pensaba que un silencio se iba a apoderar del momento, pero no fue así, aquella chica, la cazadora se presentó, parecía decidida a adentrarse en aquella isla y lo que más me fascinó fue esa sensación de contar con nosotros desde aquel mismo momento, esa sensación fue agradable. No sabía que hacer, si comentar en el momento o dejar que los demás dijesen algo, aunque mi idea era adentrarme por el norte a ver que nos podíamos encontrar.
Sinceramente he venido aquí porque me interesaba la idea de venir, pero lidiar con revolucionarios...... no apetece mucho, ya tuve que hacerlo durante 3 años. -Miré hacia abajo algo triste- Por mi parte prefiero ir por el norte, puede que haya más diversión. Ah y otra cosa, perdonad por no presentarme antes, me llamo Dave. -La cara triste desapareció, apareciendo una cara alegre-
- Habéis cometido un error viniendo a esta isla. Esta noche ocurrirán eventos perturbadores y extraños. Tened cuidado y procurad evitar el enfrentamiento directo cuando veáis cosas raras o que no acabéis de comprender. Suerte.
Tras esas palabras desapareció de allí entre la niebla que había por allí. Pensaba que un silencio se iba a apoderar del momento, pero no fue así, aquella chica, la cazadora se presentó, parecía decidida a adentrarse en aquella isla y lo que más me fascinó fue esa sensación de contar con nosotros desde aquel mismo momento, esa sensación fue agradable. No sabía que hacer, si comentar en el momento o dejar que los demás dijesen algo, aunque mi idea era adentrarme por el norte a ver que nos podíamos encontrar.
Sinceramente he venido aquí porque me interesaba la idea de venir, pero lidiar con revolucionarios...... no apetece mucho, ya tuve que hacerlo durante 3 años. -Miré hacia abajo algo triste- Por mi parte prefiero ir por el norte, puede que haya más diversión. Ah y otra cosa, perdonad por no presentarme antes, me llamo Dave. -La cara triste desapareció, apareciendo una cara alegre-
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Akuma no mi
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Cada minuto que pasaba habia menos luz, el sol con gran rapidez se escondia tras las nubes dejando paso a la noche. Habia dejado ya el bote atras y me encontraba en la isla con dos cazadores más, la joven que se llamaba Iku y otro chico, Dave.
-Encantado Dave, mi nombre es Tyrion.-
Miré a mi alrededor para ver en que situacion nos encontrabamos: hacia el sur el mar, hacia el este, entre la niebla, un barco, hacia el oeste dos barcos más y hacia el norte, bosque. De pronto un señor con una capa marron, que si no me equiboco estaba con nosotros en el barco, aparecio de la nada.
-Habéis cometido un error viniendo a esta isla. Esta noche ocurrirán eventos perturbadores y extraños. Tened cuidado y procurad evitar el enfrentamiento directo cuando veáis cosas raras o que no acabéis de comprender. Suerte.- Y así como si nada desaparecio.
-Vale... Esto a sido un poco extraño...- Dije asustado y sorprendido.
Me fijé en el cielo y ví como la luna se hacia un hueco entre las nubes que rodeaban la isla, la luna tenia un color rojo intenso, la verdad es que daba algo de mal royo. De mientras, Dave propuso de ir hacia el norte ya que no le interesaba luchar.
-Estoy de acuerdo contigo, vallamos al norte, al centro de la isla, seguramente allí nos espera algo más interesante.- Asi que me puse a andar en ireccion al norte.
-Encantado Dave, mi nombre es Tyrion.-
Miré a mi alrededor para ver en que situacion nos encontrabamos: hacia el sur el mar, hacia el este, entre la niebla, un barco, hacia el oeste dos barcos más y hacia el norte, bosque. De pronto un señor con una capa marron, que si no me equiboco estaba con nosotros en el barco, aparecio de la nada.
-Habéis cometido un error viniendo a esta isla. Esta noche ocurrirán eventos perturbadores y extraños. Tened cuidado y procurad evitar el enfrentamiento directo cuando veáis cosas raras o que no acabéis de comprender. Suerte.- Y así como si nada desaparecio.
-Vale... Esto a sido un poco extraño...- Dije asustado y sorprendido.
Me fijé en el cielo y ví como la luna se hacia un hueco entre las nubes que rodeaban la isla, la luna tenia un color rojo intenso, la verdad es que daba algo de mal royo. De mientras, Dave propuso de ir hacia el norte ya que no le interesaba luchar.
-Estoy de acuerdo contigo, vallamos al norte, al centro de la isla, seguramente allí nos espera algo más interesante.- Asi que me puse a andar en ireccion al norte.
Dexter Black
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El dragón trató de investigar tan sólo con su olfato, pero no era suficiente. El olor a carne en podredumbre hacía que en parte su olfato se viera mermado, aunque podía oler algo parecido a Midorima a varios kilómetros al Oeste, acompañado del apestoso olor a perro demoníaco que llevaba Kedra siempre encima, aunque la idea de que Midorima en aquellos momentos estuviera siendo atacado por una marabunta de carne en podredumbre no llegó a preocuparlo, pues al fin y al cabo el muchacho sería inteligente como para alejarse de un peligro, por lo menos si se lo cruzaba de frente... "Dexter... ¿En serio confías en eso hablando de alguien que busca protección de La Pesadilla?". Su mente tenía algo de razón, ciertamente Kedra era la mayor demostración de que el peliverde no sabía distinguir el peligro de la seguridad. Por suerte para él, en aquellos momentos Kedra estaba ahí para salvar su culo. Era una de las virtudes del capitán pirata, por muy psicópata que fuera siempre daba todo por sus compañeros.
- Dexter... ¿Ves ese terreno espinoso? Parece ideal para alguien como tu, tu piel podría protegerte a la perfección de esas espinas, y en caso de apuros tu fuego podría ... despejar el camino.
-¿Cuántas veces tendré que decirte esto? No escupo fuego, no lanzo llamaradas. ¡No soy un maldito dragón rojo!- soltó Dexter, algo de malas. El capitán Legan Legim parecía tener muy mala memoria a veces, y lo sacaba de quicio-. Soy un dragón azul- dejó transformar su mano en una garra, que brilló como el zafiro a la luz de aquella luna roja, y se la mostró al peliblanco-. Yo lanzo chispas, tiro rayos y manejo algo el clima. ¡Pero no lanzo fuego!- su mano volvió a la normalidad, y Dexter se tranquilizó un poco-. Además, para tener más conocimiento de la isla creo que la mejor opción será que la sobrevuele un rato. Por cierto, cuidado al norte, se oyen ruidos sospechosos.
En realidad sí que tenía un par de trucos para generar fuego, pero odiaba los estereotipos.
Miró un momento la luna. Era antinatural, casi sangrienta, y una figura alada parecía verse delante de ella. "¿Qué demonios es eso?", se preguntó un instante, tras el cual lo que fuera aquello desapareció. Por suerte veía de forna aceptable, y lo demás podía olerlo u oírlo. Estaba preparado. A pesar de lo que le hubiera dicho a Legim, el Zafiro Negro no iba a explorar la isla, iba a encontrar a Midorima. Por lo común se habría despreocupado, pero olfateando en la distancia notó el olor de Kedra. No era la peste a cadejo que lo acompañaba, sino su olor humano. Si Midorima estaba con uno de esos bichos y Kedra estaba lejos sí que podría estar en un verdadero peligro. Desplegó un par de alas que surgieron en su espalda, alzó el vuelo y dejó liberar su forma completa, potenciando sus sentidos, volando más rápido de lo que podía correr, tratando de localizar a Midorima. Ya no notaba aquel hedor a bestia infernal, pero debía asegurarse.
"¿Estás ahí, peliverde idiota?", se preguntó tras un trato de vuelo. Las nubes habían anillado la isla, de tal forma que la tormenta haría que cualquier intento de fuga por barco estuviera descartada... Y para casi todos, seguramente por aire también. Por suerte para él las tormentas eran condiciones idóneas para su vuelo. Los vientos le ayudaban a mantener el vuelo sin una fuerte batida, y preservar velocidad sin esfuerzo, además de que en las alturas el olor a muerto no enturbiaba tanto a Midorima. Creía que ya lo tenía, así que hizo un rápido picado, frenando casi en el suelo, observando el panorama mientras volvía a su forma humana. ¿Sus sentidos le habrían mentido?
- Dexter... ¿Ves ese terreno espinoso? Parece ideal para alguien como tu, tu piel podría protegerte a la perfección de esas espinas, y en caso de apuros tu fuego podría ... despejar el camino.
-¿Cuántas veces tendré que decirte esto? No escupo fuego, no lanzo llamaradas. ¡No soy un maldito dragón rojo!- soltó Dexter, algo de malas. El capitán Legan Legim parecía tener muy mala memoria a veces, y lo sacaba de quicio-. Soy un dragón azul- dejó transformar su mano en una garra, que brilló como el zafiro a la luz de aquella luna roja, y se la mostró al peliblanco-. Yo lanzo chispas, tiro rayos y manejo algo el clima. ¡Pero no lanzo fuego!- su mano volvió a la normalidad, y Dexter se tranquilizó un poco-. Además, para tener más conocimiento de la isla creo que la mejor opción será que la sobrevuele un rato. Por cierto, cuidado al norte, se oyen ruidos sospechosos.
En realidad sí que tenía un par de trucos para generar fuego, pero odiaba los estereotipos.
Miró un momento la luna. Era antinatural, casi sangrienta, y una figura alada parecía verse delante de ella. "¿Qué demonios es eso?", se preguntó un instante, tras el cual lo que fuera aquello desapareció. Por suerte veía de forna aceptable, y lo demás podía olerlo u oírlo. Estaba preparado. A pesar de lo que le hubiera dicho a Legim, el Zafiro Negro no iba a explorar la isla, iba a encontrar a Midorima. Por lo común se habría despreocupado, pero olfateando en la distancia notó el olor de Kedra. No era la peste a cadejo que lo acompañaba, sino su olor humano. Si Midorima estaba con uno de esos bichos y Kedra estaba lejos sí que podría estar en un verdadero peligro. Desplegó un par de alas que surgieron en su espalda, alzó el vuelo y dejó liberar su forma completa, potenciando sus sentidos, volando más rápido de lo que podía correr, tratando de localizar a Midorima. Ya no notaba aquel hedor a bestia infernal, pero debía asegurarse.
"¿Estás ahí, peliverde idiota?", se preguntó tras un trato de vuelo. Las nubes habían anillado la isla, de tal forma que la tormenta haría que cualquier intento de fuga por barco estuviera descartada... Y para casi todos, seguramente por aire también. Por suerte para él las tormentas eran condiciones idóneas para su vuelo. Los vientos le ayudaban a mantener el vuelo sin una fuerte batida, y preservar velocidad sin esfuerzo, además de que en las alturas el olor a muerto no enturbiaba tanto a Midorima. Creía que ya lo tenía, así que hizo un rápido picado, frenando casi en el suelo, observando el panorama mientras volvía a su forma humana. ¿Sus sentidos le habrían mentido?
- Acción y aclaración:
- Bueno, busco a Midorima por el aire, de manera que su olor no esté tan difuso por culpa de la carne muerta. Aún así, aún no sé si estoy con él o no, eso me temo que debo dejarlo a tu elección.
Rylanor
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Akuma no mi
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PD: Antes de nada, os pido perdón a todos. Se me estropeó el portátil y llevo toda la semana sin medios para postear en el capítulo o los combates. Ahora por fin lo tengo arreglado y espero que no haya más contratiempos. Sin más, aquí os dejo la respuesta.
PD 2: Introduciré una nueva norma en este capítulo; dependiendo de vuestras acciones, cabe la posibilidad de que vuelva a contestaros de manera personal antes de la nueva corrección. En este caso, os aclararé si debéis responder o no.
Situación general: Lo que era una noche silenciosa, se ha vuelto una orgía de gritos y sonidos espeluznantes. Sonidos de cañones llegan de la bahía más pequeña, al sur, donde han llegado dos barcos con banderas revolucionarias. En toda la isla se hace visible una potente bengala que sale disparada desde la playa de la bahía occidental, iluminando la noche por un momento. Ruidos de peleas y disparos de fusiles parecen llegar de todas partes, en una confusión de gritos y ruido de acero contra carne. Además, se escuchan varios aullidos en mitad de la noche, unos provenientes de las colinas del este y otros del sur del bosque, así como ladridos de perros. Por último, en el sureste se puede ver brevemente una intensa luz, como de una hoguera. Mientras, la luna parece brillar con más intensidad incluso que antes. Tras unos momentos de caos absoluto, la isla se queda temporalmente en un silencio sepulcral... como la calma que precede a la tempestad.
- Grupo 1 - Midorima y Dexter:
- Mientras se va acercando a Midorima, Dexter puede ver a alguien alejándose de ahí a toda velocidad en medio de destellos azules. Al llegar a tierra, ves a Midorima con la ropa ensangrentada, y puedes captar que desprende un fuerte olor a cadejo negro, que aunque parecido al de su capitán, no es el de Kedra. Veis la bengala bastante cerca, en la playa, debéis estar a menos de un kilómetro del sitio desde el que se lanzó. De allí comienza a llegaros ruido de tiroteo. ¿Hacia dónde os dirigiréis ahora? El bosque podría ser una opción, o tal vez prefiráis avanzar hacia el norte, bordeándolo. En todo caso, las colinas de las que viene Midorima no parecen la mejor opción. O tal vez os sintáis con suerte y queráis probar a ir al sur, a ver qué es lo que ocurre y quiénes están combatiendo.
[Libertad total]
- Grupo 2 - Dealer Foxes:
- Finalmente, el último de los cadáveres se aleja de la playa. Esto no deja en calma el lugar, pues aunque el terrorífico ejército acaba de marcharse, no todos los cadáveres se han ido. Uno a uno, los cuerpo muertos de los marines asesinados por los revolucionarios comienzan a alzarse entre gemidos y lamentos. Empiezan a caminar en diferentes direcciones, de manera errática. Un grupo sigue, gimiendo a los que se alejan hacia el norte. De repente Deivid nota que Azumi empieza a recobrar la consciencia, y sus cartas lo expulsan. El malherido comandante os mira, con ojos febriles, y dice:
- Cuando estábamos llegando, dos tipos cayeron sobre los barcos desde un pájaro gigante. No eran del Gobierno... Uno era un gigantón con una espada descomunal y el otro un tío delgaducho y muy pálido. Logré reconocer al grande... es algo conocido en el Nuevo Mundo - tose de nuevo, notoriamente cansado - Su nombre es Koldan. No tiene cartel de se busca porque el Gobierno nunca ha tenido pruebas de que le hiciera nada. Sólo hay historias. El caso es que no es amigo del Gobierno. Al otro no lo reconocí. El caso es que entre ambos destrozaron a nuestros hombres... y una vez muertos, volvían a levantarse. Me atacaron por la espalda mientras intentaba salvar a un recluta... los vi venir, pero los subestimé. Son más fuertes de lo que esperaba, y me inflingieron tales heridas que tuve que retirarme. Leonel - dice, agarrando con ansiedad al tirador - Esto no es lo que esperábamos. Me huelo que esta gente está colaborando con alguien más, y lo tienen todo muy bien planeado.
De repente veis que un zombie ha ido avanzando hacia vosotros, y está ya casi en el bosque. Con un rápido tiro, Leonel lo elimina silenciosamente, pero varios zombies estaban mirando en esa dirección. Al ver caer muerto al otro, comienzan a avanzar hacia vosotros también entre gemidos, arrastrando con ellos al resto de marines zombies que aun quedaban en la playa. En nada tenéis a una marabunta de no muertos avanzando en vuestra dirección. ¿Qué hacéis?
- Grupo 3 - Legendary Hunters:
- Finalmente comienza vuestro combate contra Tartaroth... https://www.onepiece-definitiverol.com/t10935-cazando-al-depredador-legendary-hunters-vs-tartaroth-la-bestia-prehistorica
- Grupo 4 - Alex Empanadilla y Pato Tamashi:
- Con un crujido, la puerta cede lentamente, revelando un oscuro y silencioso pasillo de grandes proporciones. Avanzáis por este, acompañados únicamente por el ruido del viento y el goteo ocasional de agua en algún lado. Cuando estabais fuera, os llegaron gritos y ruidos lejanos de otros puntos de la isla, arrastrados por el viento. Aquí no escucháis nada. Las gruesas paredes de piedra aíslan el lugar sonoramente, impidiendo el ruido entre... o salga. La decoración del lugar parece haber pasado por mejores años. Estanterías repletas de libros tan antiguos que parece que se vayan a romper al tacto, tapices desgastados y rotos, cuadros viejísimos que casi ni se distingue el dibujo... No es precisamente un lugar idílico. Finalmente llegáis al recibidor; una enorme estancia iluminada únicamente por un ventanal frente a vosotros por el que entra la luz roja de la luna. Hay varias opciones posibles por dónde avanzar, un portón grande frente a vosotros, escaleras en el frente también a derecha y a izquierda, unas escaleras que bajan a una puerta gruesa en el lado izquierdo y otras dos puertas en el lado derecho. Ambas escaleras terminan en sendas puertas, y la de la izquierda está entreabierta. De repente, comenzáis a escuchar cánticos provenientes del portón grande.
- Grupo 4.1 - Drake:
- Al fin has encontrado a Alex... junto con un castillo enorme que te recuerda al de Derian, sólo que bastante más tétrico. Está con un chico con uniforme de marine, y ambos acaban entrar en el castillo. ¿Entrarás con ellos o te irás por tu cuenta?
[Libertad total. Léete el post de Pato y Alex]
- Grupo 5 - Marines y CPs en la aldea:
- Al poco de haber marchado el grupo que avanzaba a contener a los revolucionarios, comenzáis a escuchar gritos desde esa dirección, y ruidos de tiros. No pasa demasiado tiempo hasta que un vigía da la voz de alarma. De repente los veis acercándose al pueblo, saliendo de entre las colinas: cientos de cuerpo tambaleantes y ensangrentados: hay tantos marines como soldados desuniformados que intuís que son revolucionarios. Todos tienen heridas mortales en el cuerpo y se acercan dando gemidos y arrastrando sus cuerpo destrozados. Y no vienen solos. Al poco escucháis ladridos, y un feroz rugido. En la cima de una colina, con la luz roja de la luna iluminándolo, veis una mezcla entre hombre y lobo; una bestia que parece salida de una pesadilla. Un enorme licántropo de seis metros de altura empuñando un pesado mandoble. Da un aullido, y una jauría de perros de presa de gran tamaño con armaduras con pinchos sale ladrando de detrás del montículo, en dirección a vosotros. Es hora de que os defendáis u os retiréis.
- Grupo 6 - Piratas de Shirokami:
- Parece que Dexter os ha abandonado, pero en todo caso tenéis cosas más importantes a las que prestar atención. El hombre grita de dolor y llora cuando el alcohol roza su piel, pero poco a poco, las heridas empiezan a cauterizarse. Tras unos momentos, empieza a calmarse. Entonces llegan Guny y Worgulv, y pocos segundos después Deathstroke. El hombre te mira, con los ojos muy abiertos, y dice:
- ¡Capitán Legim! ¡Eres tú! - por un momento tiembla de la emoción - Menos mal que estás aquí... mi nombre es Edgar Robins. Posiblemente no me reconozcas. Soy de la Armada Revolucionaria.
Se levanta, tambaleándose, y se sienta en una roca. Se frota las manos. Parece como recién salido de un shock bastante fuerte. De repente os mira, y dice:
- Esta isla es una locura. Vengo huyendo de mis propios nakamas. Estábamos llegando a la isla cuando unos tipos en un pájaro gigante atacaron nuestra flota. Eran sólo dos, pero muy poderosos. Mataron a unos pocos soldados en cada barco y huyeron... y para nuestra desgracia... ¡los cadáveres comenzaron a levantarse y matar a sus antiguos compañeros! Para mejorar la situación, a pesar de que nos habían prometido despejar la playa donde íbamos a desembarcar, un regimiento entero de marines no esperaba. Sus cañones hundieron mi barco... no me ahogué de milagro. Logré bajar un bote mientras nos hundíamos y llegar la costa. Corrí cuanto pude de puro terror, y el cansancio fue demasiado para mi una vez llegué aquí.
Os dais cuenta de que a pesar de que está empapado de sangre, sus heridas no son muy graves. La mayor parte de esa sangre no debe ser suya, y el que se desplomase debió ser más a causa del shock y el esfuerzo. El revolucionario se cubre las manos con la cara y empieza a llorar, temblando. Parece realmente destrozado. Mientras, desde la zona del pueblo os llegan sonidos de ladridos y ruido de tiroteos. Y de fondo, el aterrador sonido de un aullido que no parece precisamente de lobo... o no de uno pequeño
[Libertad total]
- Grupo 7 - Sons of Anarchy y Axys:
- Parece que al fin se os ha pasado el ataque de locura. Asder se ha ido de repente volando, siguiendo al jinete. Rose y Arribor habéis tratado de seguirlos, con Axys tras vosotros, pero se han perdido en la oscuridad del bosque. Tanto el jinete como Asderdeker son demasiado rápidos para vosotros, que vais a pie. Estáis en el linde del bosque. Os llegan ruidos de todos lados, y ninguno excesivamente agradable. Mientras tanto, veis a una decena de metros una pequeña cabaña entre los árboles, de la cual sale luz. ¿Deberíais ir a echar un vistazo?
[Libertad total]
- Grupo 7.1 - Asderdeker:
- Te internas en el bosque siguiendo al jinete. Poco a poco vas dándole alcance... pero te das cuenta de algo raro con tu haki. No notas dos presencias (la del caballo y el jinete), si no una. Finalmente rodeas un árbol y lo alcanzas. Es entonces cuando te das cuenta de lo que realmente es. No es un jinete; es un hombre caballo de tamaño descomunal. Un centauro de tres metros de altura con una armadura completa pesada que le cubre todo el torso (cara incluida, con una máscara deforme) y parte del cuerpo de caballo con una especie de barda. En sus manos lleva una alabarda descomunal con un filo ridículamente grande y ancho. El ser brilla con una luz azulada. De repente se frena en seco y se gira hacia ti, lanzándote un golpe. Llevas tal velocidad que no vas a ser capaz de reaccionar a tiempo. Ya estás despidiéndote del mundo y asumiendo que te va a partir por la mitad cuando algo te empuja hacia un lado, y un chorro de sangre te salpica. Caes al suelo rodando, y al alzar la mirada ves a un hombre de pelo rubio oscuro con gafas y uniforme de marine de alto rango. Lleva una katana y tiene una fea herida en el pecho que sangra bastante. En su capa pone "Vicealmirante" en letras grandes. El hombre jadea sorprendido, y se lleva una mano a la herida.
- No... no se quién eres, pero has cometido un error al seguir a este bicho. ¡Lárgate! Yo lo entretendré - te dice.
Tal vez deberías hacerle caso e irte, aunque después de semejante golpe no parece que tu salvador vaya a poder sobrevivir a un uno contra uno. ¿Te queda a ayudarle o te vas?
- Grupo 7.2 - Kógato:
- Llegas al bosque tras correr en una dirección aleatoria. ¿En serio ha sido una buena idea? El lugar no parece muy agradable ahora que es de noche. Las hojas rojas de los árboles en combinación con el extraño color de la luna lo hacen muy siniestro. De repente escuchas ruido de cascos de caballo, golpes y sonido de metal cortando carne. Tras avanzar entre los árboles ves a un hombre peludo tirado en el suelo, al Vicealmirante Ashura con un tajo en el pecho y una katana desenvainada y a una especie de centauro de tres metros de altura con una armadura negra y una alabarda enorme. ¿Les ayudarás o te irás con viento fresco?
- Grupo 8 - Dave, Iku y Tyrion:
- Estabais avanzando por las colinas hacia el norte, cuando sin comerlo ni beberlo, os metisteis de lleno en el bosque. Llegaron poco a poco, sin hacer ruido. Primero visteis a un hombre con una pierna rota y un corte ensangrentado el cuello avanzando. Cuando os vió, dio un gemido y comenzó a avanzar hacia vosotros extendiendo sus brazos. Y en cuanto os disteis cuenta, más comenzaron a salir entre los árboles. Estáis rodeados por al menos unos veinte de esos seres. Algunos llevan uniformes marines ensangrentados, otros llevan ropas de cuero y fusiles, pero ningún uniforme reconocible. Y no parecen muy amistosos. Toca luchar o tratar de abrirse paso y huir.
- Grupo 9 - Byakuro y Aki:
- Comienza la batalla contra vuestro desconocido oponente https://www.onepiece-definitiverol.com/t10937-pelea-psicodelica-byakuro-y-aki-contra
- Grupo 10 - Haine:
- Seguido por tus drones y tu pequeña armada de Kung Fu Dugongs, llegas a la puerta que viste antes en la piedra. No te cuesta nada abrirla. El interior está oscuro como boca de lobo, pero puedes ver la entrada gracias a la luz de la luna. Parece una especie de cueva que desciende hacia las mismas entrañas de la tierra. ¿Qué haces?
[Supongo que sobra decir que tú eres uno de los que van a recibir una segunda moderación, dado que primero quiero saber cómo iluminas y qué haces. De ahí que el post sea tan corto.]
- Grupo 11 - Break Baskerville:
- Has decidido avanzar solo. No ha sido la decisión más sabia, pero tú sabrás lo que haces. Avanzas por la costa hacia la playa donde supuestamente han desembarcado los revolucionarios, cuando te ves obligado a pasar por un camino entre varias colinas. Y los revolucionarios te encuentran a ti... pero algo raro ocurre. Se mueven torpemente, tienen graves heridas y su mirada parece perdida en el horizonte cuando avanzan... además lanzan quejidos y gemidos. Parecen más cadáveres animados que seres vivos. Son unos diez, y te han rodeado. Pero eso no es lo peor. De repente el suelo tiembla, y un humanoide deforme de dos metros setenta de altura llega hacia ti. Parece un hombre, pero exageradamente grande, exageradamente gordo y lleno de heridas que rezuman pus por todos lados. Parece un monstruo salido de las pesadillas de un loco. El ser da una especie de gemido gutural y avanza hacia ti, seguido de sus compañeros de menor tamaño.
[Si combates, abriré post en batallas históricas]
- Grupo 12 - Yokohama y Vongola:
- Comienza vuestro combate contra el perro guardián... https://www.onepiece-definitiverol.com/t10936-cruza-la-puerta-n-y-ryohei-contra-el-cancerbero
- Grupo 13 - Xiba:
- Al principio, te rodea la más absoluta oscuridad. Pronto empiezas a escuchar sonidos extraños, susurros ininteligibles, ruidos de puertas, sonidos de pasos alarmantemente cerca... y en ocasiones te da la impresión de que "algo" está a tu lado o te ha rozado. El silencio y la ausencia de luz pueden poner las agallas del más valiente a prueba. Porque no hay nada más natural que temer a lo desconocido. Finalmente tus ojos se acostumbran al lugar, y logras captar un mínimo brillo. Te arrastras por el pasillo, poniendo tus manos en la pared para avanzar, y tras unos tensos minutos que se te hacen eternos, llegas a una zona en la cual ves luz al fondo. Es una antorcha. Mientras te acercas, escuchas pasos, y esta vez claramente audibles, que vienen de la dirección de la luz. ¿Qué haces?
[Explicación rápida: el pasillo en el que estás (el cual está a oscuras) forma una T con el pasillo iluminado. No ves la antorcha directamente, pero queda a la derecha de tu pasillo, y no tienes claro por cual de los dos lados llegan los pasos]
- Grupo 14 - Meneror:
El espectáculo es dantesco. Tu bengala ilumina el campamento entero, desvelando una escena poco agradable. Cientos de cadáveres que se mueven de manera macabra y torpe os han rodeado. Soltando gemidos van avanzando hacia vosotros. Tus hombres los mantienen a ralla disparando a diestro y siniestro, pero poco a poco van avanzando. De repente, un hombre que sí está vivo aparece entre las filas de no muertos. Es un chico que aparenta unos veinte años, bajito, más bien en baja forma, pálido y de ojos verdes. Tiene el pelo peinado en una pequeña cresta. De repente sonríe, mostrando una fila de dientes blancos afilados como cuchillas.
- Vaya, vaya... el joven supernova Meneror Il Bianco atrapado como una rata en su propio campamento. Bonita escena.
Tiene una voz suave. De repente te das cuenta de que los no muertos han frenado su avance. De hecho se han quedado en silencio total. El siniestro joven vuelve a sonreír.
- ¿Te gustan? Tal vez huelan mal y sean un poco estúpidos, pero son más numerosos y eficaces que tus patéticos seguidores.
Sus ojos se clavan en los tuyos. Su mirada parece la de un psicópata.
- Te propongo algo... colabora con nuestra tripulación y únete a nosotros. Ayúdanos a eliminar al resto de personas de la isla y saquear sus riquezas. A cambio, mis pequeños no os comerán a todos - dice, dando una palmada en la cabeza de uno de los no muertos.
¿Qué harás? Deberías darte prisa, tal vez ese hombre no sea muy paciente... y esos cadáveres parecen tener hambre.
- Grupo 15 - Drako Hyrule:
- Bueno, parece que te has perdido totalmente. Ni revolucionarios, ni marines, ni nada. Estás totalmente solo en mitad del bosque. El viento sopla entre las copas, moviendo las ramas. No te habías dado cuenta de lo tétrico que era el lugar hasta este momento. El silencio es roto de vez en cuando por gritos lejanos. En cierto momento escuchas no demasiado lejos ruido de cascos de caballo. Finalmente ves algo entre los árboles: una cabaña con las luces encendidas.
[Léete los posts de Sons of Anarchy si ya han posteado cuando tu lo hagas.
Zombienrelleno
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Perseguía aquella silueta por la oscuridad del bosque, volando, controlado por los impulsos amorosos de Shion. Poco a poco cogía velocidad, dando alcance al amor de mi compañera. Cuando estoy lo suficientemente cerca, me percato que aquello era una especie de mitad hombre y mitad caballo. Era enorme, mediría por lo menos tres metros de altura, con una gran armadura que cubría cuerpo entero y, una máscara extraña. Tenía una especie de alabarda con filos descomunales. Brillaba con un color azulado. Se giró de repente y me lanzó un golpe. No podía parar, así que mi única opción era encojerme mientras iba hacia él. Apollé mis brazos a mi estómago, los puños junto a mis hombros y, subí las rodillas para formar una bola, mientras me tapaba con las alas. Sonreí y pensé que todo iba a acabar ahí.. "Era mi hora" Cuando de repente algo me empujó hacia un lado, lo que me hizo caer al suelo rodando mientras un montón de sangre venía hacia mi. No me había dado, así que no sabía de donde era esa sangre. Abrí mis alas y me levanté del suelo y me percaté de que había un extraño rubio con una capa que ponía "Vicealmirante". Pensé que era un súper héroe, tenía una gran herida en el pecho que no paraba de sangrar. Mientras jadeaba y se llevaba la mano al pecho, empezó a hablarme.
- No... no se quién eres, pero has cometido un error al seguir a este bicho. ¡Lárgate! Yo lo entretendré
Me había salvado la vida, y se iba a enfrentar a aquella bestia por mi. No podía dejarle solo, tenía una deuda. Miré a aquel súper héroe sorprendido y agradecido mientras me preparaba para pelear.
- ¡¡E-Eres un súper héroe!! No voy a dejarte solo después de salvarme. ¡Derrotaré a esa bestia extremadamente rara! - Le decía mientras flexionaba mis rodillas y levantaba mis puños.
Estaba preparando, no iba a dejar que aquel tipo muriera por salvarme, así que empecé a ir hacia él. Mis pies empezaron a brillar, mientras la hierba se metía entre mis dedos al correr. Una explosión salieron de ellos y me moví a gran velocidad hacía aquella bestia.
- Explosive Soul: Supīdoreon
Llegué a su pata delantera izquierda, de lado, y le lancé un puñetazo directo a su rodilla. Flexioné las piernas y giré mi pie izquierdo mientras con un movimiento de cadera, cogía velocidad mi puño derecho. Empezó a brillar y lo imbuí en haki armadura. Cuando estaba a punto de golpear, provocó una gran explosión desde el.
- Explosive Soul: Raionburō + Haki Armadura Lv 1 [AF]
- No... no se quién eres, pero has cometido un error al seguir a este bicho. ¡Lárgate! Yo lo entretendré
Me había salvado la vida, y se iba a enfrentar a aquella bestia por mi. No podía dejarle solo, tenía una deuda. Miré a aquel súper héroe sorprendido y agradecido mientras me preparaba para pelear.
- ¡¡E-Eres un súper héroe!! No voy a dejarte solo después de salvarme. ¡Derrotaré a esa bestia extremadamente rara! - Le decía mientras flexionaba mis rodillas y levantaba mis puños.
Estaba preparando, no iba a dejar que aquel tipo muriera por salvarme, así que empecé a ir hacia él. Mis pies empezaron a brillar, mientras la hierba se metía entre mis dedos al correr. Una explosión salieron de ellos y me moví a gran velocidad hacía aquella bestia.
- Explosive Soul: Supīdoreon
Llegué a su pata delantera izquierda, de lado, y le lancé un puñetazo directo a su rodilla. Flexioné las piernas y giré mi pie izquierdo mientras con un movimiento de cadera, cogía velocidad mi puño derecho. Empezó a brillar y lo imbuí en haki armadura. Cuando estaba a punto de golpear, provocó una gran explosión desde el.
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El enmascarado corría mediante su Soru, llevaba cuidado de no estrellarse con ningún árbol por el camino, el ambiente era tétrico, no sabía si iba a encontrar a su capitán por aquel lugar, pero debía intentarlo. Un extraño sonido llamó su atención, parecía como si hubiese un caballo cerca, si eso era cierto, lo usaría para su beneficio, de repente se frenó en seco y pudo ver una extraña escena. El Vice-Almirante que había visto en el pueblo estaba tirado en el suelo y sangrando, tal vez era su oportunidad de matarle, pero entonces vio a la bestia que había en frente. El enorme ser medía aproximadamente unos tres metros y parecía muy peligroso, había varias cosas que pasaban por la mente del criminal, una era rematar al marine y correr, aunque aquella cosa inspiraba ser rápida. Lo mejor era tratar de largarse de allí pues pensaba que la situación era peligrosa y el monstruo podría rematar al superior herido. Justo cuando el agente iba a largarse, pudo ver como una figura familiar atacaba al centauro. Sus ojos se abrieron de forma exagerada, era el chico que una vez le compró manzanas en una misión de infiltración en el Sur.
Sin embargo le conocía por su faceta de Kogáto y no de Jin, debía quitarse la máscara pues encima había un Vice-Almirante y su cabeza valía cincuenta millones, además si disponía de mantra podría reconocerlo. Se jugaba demasiado con aquello, no se lo pensó ni un segundo más y se quitó la mascara naranja, después la metió en un bolsillo de su pantalón y suspiró. Ahora estiró sus manos hacia delante y las guadañas atadas a sus muñecas mediante cadenas se movieron un poco, después las empuñó cogiendo cada una con una mano y alzó una ceja. Iba a ayudar al chico, si el marine veía aquello tal vez se ganaba un ascenso o algo por el estilo, se relamió despacio al mismo tiempo que se mantenía callado. El chico ya había lanzado su ataque, era el momento de que el “Vendedor de fruta” pues así le conocía el castaño, que no sabía su verdadera identidad, hiciese gala de sus habilidades de la forma que mejor sabía. Su mejor arma eran sus guadañas, iba a utilizarlas, se fijó bien en el centauro. Si conseguía herir las patas, tal vez podía reducir la movilidad. Otro problema es que no podía usar su fruta, pues a ojos del gobierno, Kogáto no era un usuario.
- Soru…
Utilizando su habilidad del Cipher Pol, el moreno salió disparado por la parte de atrás del centauro intentando usar el factor sorpresa. Una vez pasó por detrás, estiró las piernas con fuerza echando el cuerpo hacia atrás para caer al suelo y deslizarse, lanzando un tajo con sus dos guadañas usando toda su fuerza, tratando de cortarle las dos patas inferiores. Lo lograse o no, rápidamente usando la inercia del desplazamiento, se alejaría unos metros y rodaría un par más para después levantarse rápidamente y comprobar si su intento de ataque había funcionado. Después miró al Vice-Almirante y al chico, iba a tener que desvelar su identidad ante él, cosa que no le gustaba, pero era mejor desvelar esa y no la de Jin Surfer, por lo que tras unos segundos las palabras salieron de su boca de forma seria.
- Señor Ashura, Asderseker. Agente 666 del CP4 presente.
Daten-Shi: Saishū ketsueki [Haki Armadura Nvl1] [AIF]
Sin embargo le conocía por su faceta de Kogáto y no de Jin, debía quitarse la máscara pues encima había un Vice-Almirante y su cabeza valía cincuenta millones, además si disponía de mantra podría reconocerlo. Se jugaba demasiado con aquello, no se lo pensó ni un segundo más y se quitó la mascara naranja, después la metió en un bolsillo de su pantalón y suspiró. Ahora estiró sus manos hacia delante y las guadañas atadas a sus muñecas mediante cadenas se movieron un poco, después las empuñó cogiendo cada una con una mano y alzó una ceja. Iba a ayudar al chico, si el marine veía aquello tal vez se ganaba un ascenso o algo por el estilo, se relamió despacio al mismo tiempo que se mantenía callado. El chico ya había lanzado su ataque, era el momento de que el “Vendedor de fruta” pues así le conocía el castaño, que no sabía su verdadera identidad, hiciese gala de sus habilidades de la forma que mejor sabía. Su mejor arma eran sus guadañas, iba a utilizarlas, se fijó bien en el centauro. Si conseguía herir las patas, tal vez podía reducir la movilidad. Otro problema es que no podía usar su fruta, pues a ojos del gobierno, Kogáto no era un usuario.
- Soru…
Utilizando su habilidad del Cipher Pol, el moreno salió disparado por la parte de atrás del centauro intentando usar el factor sorpresa. Una vez pasó por detrás, estiró las piernas con fuerza echando el cuerpo hacia atrás para caer al suelo y deslizarse, lanzando un tajo con sus dos guadañas usando toda su fuerza, tratando de cortarle las dos patas inferiores. Lo lograse o no, rápidamente usando la inercia del desplazamiento, se alejaría unos metros y rodaría un par más para después levantarse rápidamente y comprobar si su intento de ataque había funcionado. Después miró al Vice-Almirante y al chico, iba a tener que desvelar su identidad ante él, cosa que no le gustaba, pero era mejor desvelar esa y no la de Jin Surfer, por lo que tras unos segundos las palabras salieron de su boca de forma seria.
- Señor Ashura, Asderseker. Agente 666 del CP4 presente.
Daten-Shi: Saishū ketsueki [Haki Armadura Nvl1] [AIF]
AlexEmpanadilla
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El caserón no era acogedor. Por ser, no era ni siquiera higiénico. Aquello olía a humedad y a cerrado. Alex observaba con disgusto cómo la decoración, antaño grandiosa, ahora se veía relegada a una situación de completa decadencia. Los retratos de las paredes estaban descoloridos, y algunos tan gastados que más que personas, parecían representar muñecos sin expresión. A uno de ellos se le había gastado tanto la pintura en uno de los ojos que parecía que el globo ocular se le había derretido por la cara, formando una dantesca y poco agradable imagen.
- Vaya horror de decoración. Esta casa parece abandonada. Creo que ni Derian querría vivir en un sitio tan lóbrego como este. Aunque tal vez sí. Quien sabe, a lo mejor le gustan los sitios así... -Alex se encogió de hombros mientras divagaba.
Observó una pequeña estantería en uno de los lados del pasillo. Estaba llena de libros de todo tipo. Tal vez hubiera algo interesante en ellos. Los títulos dejaban entrever gran cantidad de conocimientos de todo tipo: "Doscientas recetas de cocina sencilla", "Flores de jardín: Como cultivar el geranio", "El Arcano Completo"... El médico fue a coger uno de ellos, cuando el tomo se deshizo en su mano. Debía ser un libro tan antiguo y dañado que las hojas simplemente se habían descompuesto tiempo atrás. Polvo. Todo aquel conocimiento se había convertido en polvo.
Siguió caminando en silencio, con el marine a su lado. Llegaron a una sala con varias puertas a los lados. Frente a ellos, un ventanal por el que entraba la luz rojiza de la luna. Era inquietante. Casi tanto como aquella horrorosa cortina, que no combinaba con aquella moqueta de las paredes. Alex empezó a escuchar cánticos provenientes de una de las puertas. Se transformó en una nube de gas y, perezoso, empezó a moverse en completo silencio hacia ella. Se asomó como un jirón de niebla y trató de ver lo que ocurría en la sala. Esperaba que aquellos cánticos no fueran un ritual satánico de invocación de demonios. O de pepinillos. Definitivamente, la segunda opción era mucho peor a la primera, al menos para el médico. Si había pepinillos, pronto aparecería aquel hombre. Si estuviera en forma corpórea, Alex habría tenido un escalofrío a lo largo de la espalda. Dejando de lado esos pensamientos perturbadores, el chico echó un vistazo al interior del lugar.
- Vaya horror de decoración. Esta casa parece abandonada. Creo que ni Derian querría vivir en un sitio tan lóbrego como este. Aunque tal vez sí. Quien sabe, a lo mejor le gustan los sitios así... -Alex se encogió de hombros mientras divagaba.
Observó una pequeña estantería en uno de los lados del pasillo. Estaba llena de libros de todo tipo. Tal vez hubiera algo interesante en ellos. Los títulos dejaban entrever gran cantidad de conocimientos de todo tipo: "Doscientas recetas de cocina sencilla", "Flores de jardín: Como cultivar el geranio", "El Arcano Completo"... El médico fue a coger uno de ellos, cuando el tomo se deshizo en su mano. Debía ser un libro tan antiguo y dañado que las hojas simplemente se habían descompuesto tiempo atrás. Polvo. Todo aquel conocimiento se había convertido en polvo.
Siguió caminando en silencio, con el marine a su lado. Llegaron a una sala con varias puertas a los lados. Frente a ellos, un ventanal por el que entraba la luz rojiza de la luna. Era inquietante. Casi tanto como aquella horrorosa cortina, que no combinaba con aquella moqueta de las paredes. Alex empezó a escuchar cánticos provenientes de una de las puertas. Se transformó en una nube de gas y, perezoso, empezó a moverse en completo silencio hacia ella. Se asomó como un jirón de niebla y trató de ver lo que ocurría en la sala. Esperaba que aquellos cánticos no fueran un ritual satánico de invocación de demonios. O de pepinillos. Definitivamente, la segunda opción era mucho peor a la primera, al menos para el médico. Si había pepinillos, pronto aparecería aquel hombre. Si estuviera en forma corpórea, Alex habría tenido un escalofrío a lo largo de la espalda. Dejando de lado esos pensamientos perturbadores, el chico echó un vistazo al interior del lugar.
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Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
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Los sonidos de disparos llegaron a los oídos del demonio de la niebla, el cual observaba desde lo alto del tejado. Miró al bosque de forma seria mientras se cruzaba de brazos, no entendía lo que pasaba, pero de repente pudo ver como marines y personas sangrando, salían gimiendo y gruñendo hacia ellos. No era la primera vez que veía seres así, cuando encargó el recubrimiento de Kairouseki de los guanteletes de Karl, fue enviado a una isla infectada por un virus creado por el difunto Jin Surfer. Parecían tener los mismos síntomas, con la diferencia de que aquellos parecía ser recientes, los otros contagiaban el virus mediante los mordiscos. Esperaba que no fuera igual, se puso de pie sobre el borde del tejado y frunció el ceño analizando el número de enemigos, centenares al parecer. Por si fuera poco, después escuchó un enorme aullido “Drake” pensó de repente, pero al ver la figura de la colina y activar su haki de observación, negó despacio mientras alzaba la ceja derecha. No se trataba del chico lobo, parecía ser algo muy distinto y temible, de repente una jauría de perros comenzó a salir de la colina, debido a la altura del tejado veía bastante mejor.
- Marines, nuestros enemigos son centenares. No permitáis que os muerdan, podrían contagiaros la rabia o algo parecido. No es la primera vez que veo cosas así, usad armas de medio y largo alcance. Ayudaos los unos a los otros y subíos a los tejados, pase lo que pase que nadie me siga. Voy a ocuparme del monstruo de allí arriba, si me pasara algo, quiero que os pongáis a salvo pase lo que pase. Ha sido un honor haber trabajado a vuestro lado chicos y un placer haber conocido a gente como vosotros, ahora demostrad a estas cosas quién es la marina. ¡Muerte! Adiós…
Sin pleno aviso, el Vice-Almirante saltó del tejado aterrizando en el suelo y rodando después para levantarse a unos metros de distancia. No iba a permitir que aquel enorme ser destrozara a ninguno de aquellos marines, antes daría su vida si era necesario. Son pensarlo ni un segundo más, salió corriendo a toda velocidad rumbo a la colina, deslizó la mano por el suelo unos segundos para empezar con su jugada. Una densa niebla empezó a formarse a cincuenta metros a la redonda y a treinta y cinco de altura, activó su visión térmica y junto a su haki, empezó a correr esquivando enemigos. Activó su habilidad especial, aquella niebla empezó a pesar haciendo que los expuestos a ella menos el propio Krauser, empezaran a sentirse pesados y a notar que les costaba moverse. Aquellas cosas parecían lentas de por sí, tal vez con aquello las hacía aún más, los perros eran otra cosa. Pero no iba a permitirse derrotar, confiaba en que el calor corporal de estos fuera distinto al de las otras cosas y distinguirlos mejor, de todas formas tenía alternativas. Llevó la mano derecha a la funda y sacó su enorme espadón, con su otra mano, sacó el mango extensible y se lo añadió para hacerla crecer algo más.
- Ya queda poco… el demonio de la niebla no se deja amedrentar por nada pedazo de escorias… ¡Energi Shuriken!
Estiró su mano libre a un lado, de repente en esta empezó a formarse un brillo de color blanco, lentamente se fue formando una especie de estrella ninja de cuatro puntas. Elevó la mano hacia arriba para no auto decapitarse pues aquello creció hasta tener el tamaño de una mesa. Frente a sus ojos pudo notar el calor de una pequeña oleada de perros de presa, en ese momento lanzó con fuerza aquel ataque de energía. Los animales se apartaron fácilmente al no verlo como una amenaza, pero en ese momento el marine cerró el puño y las puntas se extendieron unos tres metros, estas no dieron a ningún animal, su objetivo era reventar parte del suelo y distraerlos con la humareda. después de aquello siguió corriendo, mientras continuaba con su pequeña carrera, colocó de nuevo la mano en el suelo. La niebla de atrás se deshizo y empezó a formarse de nuevo a su alrededor, pues no podía desplazarla con él.
- Esto es entre tú y yo.
Mencionó observando al licántropo pues veía la enorme figura gracias a su visión térmica. Sabía muy bien que podían verle por los olfatos caninos y sus perfectos oídos. Nada más estar cerca de aquella cosa deshizo la niebla y se frenó al frente de ella, su mirada era seria y fría, parecía estar muy mosqueado. Esperaba qué los demás marines estuvieran bien y ningún loco le hubiera seguido hasta allí arriba, ahora empezó a respirar un poco tomando aire, después observó al que había seleccionado como oponente. Sin pensárselo un segundo más, tomó su arma con fuerza y comenzó a arrastrarla por el suelo mientras corría. Una vez llegara hasta su oponente lobuno, lanzaría un tajo con toda su fuerza, de arriba a bajo de forma horizontal, tratando de pasar su hoja de Kairouseki por la carne de aquella cosa y partirle el pecho en dos. Estaba imbuido en su haki armadura, le diera o no, saltaría usando el peso de su arma hacia arriba y trataría de encajar una patada imbuida en haki y energía cortante en la mano donde sostuviera el enorme arma, tratando de que la tirara. Acto seguido esperaría el ataque de su oponente y esperaría a ver si su técnica había funcionado.
Shoto Tamashi [AF] [Haki Armadura Nvl2] [Filo Kairouseki]
- Marines, nuestros enemigos son centenares. No permitáis que os muerdan, podrían contagiaros la rabia o algo parecido. No es la primera vez que veo cosas así, usad armas de medio y largo alcance. Ayudaos los unos a los otros y subíos a los tejados, pase lo que pase que nadie me siga. Voy a ocuparme del monstruo de allí arriba, si me pasara algo, quiero que os pongáis a salvo pase lo que pase. Ha sido un honor haber trabajado a vuestro lado chicos y un placer haber conocido a gente como vosotros, ahora demostrad a estas cosas quién es la marina. ¡Muerte! Adiós…
Sin pleno aviso, el Vice-Almirante saltó del tejado aterrizando en el suelo y rodando después para levantarse a unos metros de distancia. No iba a permitir que aquel enorme ser destrozara a ninguno de aquellos marines, antes daría su vida si era necesario. Son pensarlo ni un segundo más, salió corriendo a toda velocidad rumbo a la colina, deslizó la mano por el suelo unos segundos para empezar con su jugada. Una densa niebla empezó a formarse a cincuenta metros a la redonda y a treinta y cinco de altura, activó su visión térmica y junto a su haki, empezó a correr esquivando enemigos. Activó su habilidad especial, aquella niebla empezó a pesar haciendo que los expuestos a ella menos el propio Krauser, empezaran a sentirse pesados y a notar que les costaba moverse. Aquellas cosas parecían lentas de por sí, tal vez con aquello las hacía aún más, los perros eran otra cosa. Pero no iba a permitirse derrotar, confiaba en que el calor corporal de estos fuera distinto al de las otras cosas y distinguirlos mejor, de todas formas tenía alternativas. Llevó la mano derecha a la funda y sacó su enorme espadón, con su otra mano, sacó el mango extensible y se lo añadió para hacerla crecer algo más.
- Ya queda poco… el demonio de la niebla no se deja amedrentar por nada pedazo de escorias… ¡Energi Shuriken!
Estiró su mano libre a un lado, de repente en esta empezó a formarse un brillo de color blanco, lentamente se fue formando una especie de estrella ninja de cuatro puntas. Elevó la mano hacia arriba para no auto decapitarse pues aquello creció hasta tener el tamaño de una mesa. Frente a sus ojos pudo notar el calor de una pequeña oleada de perros de presa, en ese momento lanzó con fuerza aquel ataque de energía. Los animales se apartaron fácilmente al no verlo como una amenaza, pero en ese momento el marine cerró el puño y las puntas se extendieron unos tres metros, estas no dieron a ningún animal, su objetivo era reventar parte del suelo y distraerlos con la humareda. después de aquello siguió corriendo, mientras continuaba con su pequeña carrera, colocó de nuevo la mano en el suelo. La niebla de atrás se deshizo y empezó a formarse de nuevo a su alrededor, pues no podía desplazarla con él.
- Esto es entre tú y yo.
Mencionó observando al licántropo pues veía la enorme figura gracias a su visión térmica. Sabía muy bien que podían verle por los olfatos caninos y sus perfectos oídos. Nada más estar cerca de aquella cosa deshizo la niebla y se frenó al frente de ella, su mirada era seria y fría, parecía estar muy mosqueado. Esperaba qué los demás marines estuvieran bien y ningún loco le hubiera seguido hasta allí arriba, ahora empezó a respirar un poco tomando aire, después observó al que había seleccionado como oponente. Sin pensárselo un segundo más, tomó su arma con fuerza y comenzó a arrastrarla por el suelo mientras corría. Una vez llegara hasta su oponente lobuno, lanzaría un tajo con toda su fuerza, de arriba a bajo de forma horizontal, tratando de pasar su hoja de Kairouseki por la carne de aquella cosa y partirle el pecho en dos. Estaba imbuido en su haki armadura, le diera o no, saltaría usando el peso de su arma hacia arriba y trataría de encajar una patada imbuida en haki y energía cortante en la mano donde sostuviera el enorme arma, tratando de que la tirara. Acto seguido esperaría el ataque de su oponente y esperaría a ver si su técnica había funcionado.
Shoto Tamashi [AF] [Haki Armadura Nvl2] [Filo Kairouseki]
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