Deathstroke
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Akuma no mi
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Habíamos partido hacia ya bastante tiempo, habiéndome dado tiempo de leer un par de libros, y yo me encontraba en el camarote durmiendo tranquilamente tras haberme acostado a una hora tardía por terminar de leer un capitulo de mi libro, cuando de repente algo me despertó de mi sueño, muerto de cansancio mire quien había sido el que me había despertado, era nuestro capitán, parecía que nos iba a mandar algo de trabajo. Tras un bostezo y coger las Subimos a la cubierta del barco allí, pude ver dos cosas que me llamaron la atención; el miembro más nuevo de la tripulación se había adelantado a la isla que había cerca del barco, la otra cosa fue que del brazalete de nuestro capitán salió un ave con un porte majestuoso.
En vuelo corto, y en cuanto llegamos al muelle de la cala en la que nos encontrábamos, y tras un consejo de nuestro capitán, para que no pisásemos el muelle a no ser que pesásemos menos que nuestro enano pues las tablas parecían como podridas y a la mínima se romperían; nos dijo las instrucciones que teníamos, yo iría con Guny y con Worgulv a dar una vuelta por el lugar y si teníamos algún problema que hiciésemos alguna señal para saberlo. Tras preparar nuestras cosas para estar prevenidos ante cualquier cosa Legim nos pidió a Guny y a mí que le explicásemos a Worgulv el plan de nuevo y más despacio por que aun no sabía hablar bien nuestro idioma todavía. Una vez listos comenzamos a buscar cosas que hubiese por el pueblo mientras le explicábamos el plan de nuevo a Worgulv más tranquilamente.
En vuelo corto, y en cuanto llegamos al muelle de la cala en la que nos encontrábamos, y tras un consejo de nuestro capitán, para que no pisásemos el muelle a no ser que pesásemos menos que nuestro enano pues las tablas parecían como podridas y a la mínima se romperían; nos dijo las instrucciones que teníamos, yo iría con Guny y con Worgulv a dar una vuelta por el lugar y si teníamos algún problema que hiciésemos alguna señal para saberlo. Tras preparar nuestras cosas para estar prevenidos ante cualquier cosa Legim nos pidió a Guny y a mí que le explicásemos a Worgulv el plan de nuevo y más despacio por que aun no sabía hablar bien nuestro idioma todavía. Una vez listos comenzamos a buscar cosas que hubiese por el pueblo mientras le explicábamos el plan de nuevo a Worgulv más tranquilamente.
Flea
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Akuma no mi
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Me encontraba yo, Flea, un revolucionario y poco más, con Leonel, el jefe de mi banda, en una playa pequeña, la cual no recordaba el nombre. El vientito comenzaba a azotar mi cara, cosa que no me molestaba, aunque de todas formas me puse mi abrigo rojo, por si refrescaba más adelante. No podía sentir bien la gente, pero se notaba por el aire silencioso de aquel lugar que había gente, y no precisamente poca. Habíamos entrado hace poco al bosque, de hecho pasábamos los primeros árboles, cuando me sonó el Den Den Mushi. Eran de la Armada, diciendo que el resto de la Revolución estaba al caer, y que desocupemos la zona. Desembarcarían en una playa del sudeste de nuestro lugar, pero yo no sabía lo que era el sudeste, así que lo mejor será seguir al jefe a donde fuera, ya que él sabe más de puntos cardinales que yo, que conocía sólo los cuatro principales ya que la primera palabra de cada "Mar Blue" era un punto cardinal
- Leonel - lo llamé, en voz baja. - ¿Hacia dónde está el sudeste? No me digas que es el centro entre el Sur y el Este... si, es eso, ¿no? Entonces has como que no te pregunté nada. - Me sentía un tonto. La pregunta había sido realmente estúpida, ya que sudeste comprende las palabras "Sud" y "Este". De todas formas, no tenía ni idea de para qué lado estaban, así que iba a seguir al Capitán a donde vaya. Comencé a mirar hacia todos lados, cuando divisé un grupo de, para redondear, veinte Marine. Yo seguía sin saber a qué punto cardinal estaban. - Bueno, no sé, hagamos como que ese es el sudeste. - le señalé a Leonel el sitio en donde se encontraban los Marines. - tengo ganas de lamer sangre. - desenvainé mis espadas, y me puse serio. - Capitán, ¿me da usted permiso de ir y matar a aquellos Marines, para así desocupar la playita del "sudeste"? - marcando las comillas con los dedos. Esperé la respuesta, mientras me chupaba los labios, mirando a esos deliciosos y débiles defensores de la justicia.
- Leonel - lo llamé, en voz baja. - ¿Hacia dónde está el sudeste? No me digas que es el centro entre el Sur y el Este... si, es eso, ¿no? Entonces has como que no te pregunté nada. - Me sentía un tonto. La pregunta había sido realmente estúpida, ya que sudeste comprende las palabras "Sud" y "Este". De todas formas, no tenía ni idea de para qué lado estaban, así que iba a seguir al Capitán a donde vaya. Comencé a mirar hacia todos lados, cuando divisé un grupo de, para redondear, veinte Marine. Yo seguía sin saber a qué punto cardinal estaban. - Bueno, no sé, hagamos como que ese es el sudeste. - le señalé a Leonel el sitio en donde se encontraban los Marines. - tengo ganas de lamer sangre. - desenvainé mis espadas, y me puse serio. - Capitán, ¿me da usted permiso de ir y matar a aquellos Marines, para así desocupar la playita del "sudeste"? - marcando las comillas con los dedos. Esperé la respuesta, mientras me chupaba los labios, mirando a esos deliciosos y débiles defensores de la justicia.
- Notita:
- En mi TS (El cual todavía no está ni publicado ni terminado) narro el aprendizaje de Flea de los dos Hakis. En este post, hay un momento en el que digo "No podía sentir bien la gente", esto es porque no quería poner directamente que no la podía sentir para nada, ya que quizá el TS se aprobaba, como tampoco preferí poner que la sentía debido a que quiza no me llega la nota para obtenerlo. Espero que no haya problemillas con esto. Cualquier cosa, narrador, avise por Skype, y lo modifico. Un saludete!
Pato Tamashi
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Akuma no mi
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Les odio, en serio. Aunque hubieran pasado tres años desde que me hube reincorporado al cuerpo marine, seguían “castigándome” o según ellos “novatadas”. Absurdo, ¿no tuvieron suficiente con la que se montó en la feria de científicos? Tal vez fuera debido a que estuve tres años nuevamente desaparecido, pero era absurdo, me encontraba de permiso. Maldito sea el capitán que me hubo tocado, que a sabiendas de conocerme me dio uno de aquellos bocatas. “Sólo hay de jamón” me dijo entre risas y carcajadas tales que demandó la atención de los marines cercanos. Idiota, ya se la devolvería, ya, hacerme quitar el jamón… No me gustaba aquella… asquerosidad. Sería del poco alimento que no me gustara ingerir, ya que Hulk me iba obligando poco a poco, pero no, de ésta no paso. El cachondeo es que Hulk sí que lo quiere comer, y no me agrada para nada. Verlo hubiera sido divertido, observar cómo me iba cambiando de aspecto a diestro y siniestro para quitar y dejar el jamón… Y con el capitán partiéndose la caja de risa. Pero finalmente vencí, lanzando lo que venía a ser el jamón al aire, perdido entre la niebla y ensuciado de tierra. Me asustaba pensar que con lo guarro que era Hulk aun así quisiera comérselo, “uggg”, daba repelús.
Me acabé comiendo el famoso pan mágico con ingredientes de la imaginación, o casi, el centeno se camuflaba. Pero antes de eso, tuve que sacar de mi bolsillo colsitas de azúcar y echárselas por encima, por dentro y por debajo al pan, de no ser así no me lo podría comer, sería muy poco dulce. Eso sí, el pobre e infeliz que me dio el bocadillo paró de reír tras de que le pegara un buen coscorrón. A parte de la aparición de “un fantasma”. Paparruchas, se veía a la legua que no podía serlo, ¿desde cuándo se quejan los fantasmas? Por definición no sienten dolor alguno. Al menos disfrutaba en ese momento yo de la cara que ponía mi compañero, y tras mirar alrededor pude observar bien que los reclutas que tenía ahora la marina eran bastante cobardes, aunque no todos.
Como fue de esperar, era una farsa y tras un soplo del viento aquella sábana que portaba nuestro actual Almirante se perdió entre la niebla junto al trozo de jamón. Y mientras varios sonreían aliviados yo decidí echarle más azúcar a mi tentempié. Y mientras disfrutaba de esas virutas blancas darle un sabor único al pan y un placer inexplicable a mi paladar, las caras de mis compañeros volvieron a ser de terror. Al parecer recibiríamos la visita de unos piratas algo conocidos. Menudo fastidio, tocaría pelear y sinceramente a mi no me agradaba para nada la idea. La razón por la cual yo quise venir aquí fue para echar un visto a ésta isla, pues pintaba bastante interesante, llena de secretos y lugares abandonados. Los sitios abandonados siempre escondían secretos y mi mente curiosa me obligaba a investigar.
Pude observar como tras las palabras del almirante la gente se movía, uno empezó a borrar sus huellas, cogió algo de tierra e intrépido junto a su arma se fue a una de los hogares que había, para esconderse. Otro marine también optó por lo que parecería ser una emboscada. Pero de nada serviría. Eso de borrar las huellas estaba bien, tenía buena base, pero si no lo hacían los otros compañeros de nada servía. Tirando los envoltorios de los bocatas o dejándolos a medio acabar por las prisas de prepararse tampoco ayudaba. Según tenía entendido ese tal Legam Legim era una persona temible, astuta, intrépida y poderosa, engañó a toda la marina cuando fue ascendido a almirante, pobres idiotas. “Emboscada”, “trabajo en equipo”, “venga que podemos” eran algunas de las cosas que soltaban. Como se notaba que no tenían ni idea.
Yo me terminé el almuerzo tranquilo, y me levanté. Mientras todos se encontraban revoloteando como tontos, yo decidí irme. –Espera. Yo quiero pelear. –Era Hulk, sus ansias de sangre se habían despertado y tenían hambre. –Considéralo una disculpa por lo del jamón. –Comentaba intentando convencerme. –No. –Dije tajante. –No merece la pena luchar ahora, ni siquiera era nuestro objetivo al venir aquí ¿recuerdas? Además. Tampoco es el momento de enseñar lo nuevo que sabemos hacer, debemos seguir llevándonos mal. –Solté acabando la conversación. Continué mi camino en dirección norte, justo la contraria a la del puerto. Si diera el caso de que pasaran por aquí ni la “emboscada” funcionaría ni aquellos cuatro marines “fuertes” podrían contra ese enemigo.
Cuando alguien notó mi partida, me preguntaron, y tuve que repetir lo que mi mente pensaba en voz alta. –Además, somos la fuerza de “élite” que ha venido a proteger ese… “falso tesoro”. Dudo que ellos sean los únicos piratas que vengan por aquí, ni los únicos que acecharían contra el “tesoro”. Además de que es probable que no pasen por aquí y nos quedemos esperando como idiotas. Nuestro objetivo es capturar criminales. Dudo que sentados esperando a que aparezcan para “darles la sorpresa” sea la mejor manera de hacerlo. Pero ustedes a su bola, yo voy a ir a hacer mi trabajo. –Añadí para poder ponerme una excusa, ya que en realidad yo sólo quería investigar por mi cuenta, pero bastante contentos tenía ya al consejo de la marina como para seguir “liándola”. Al menos, así tenía una coartada, y para rematar añadí una cosilla. –Si alguien lo desea, que me acompañe. –Y así es como uno deja de ser el malo de la película para ser el único que sabe hacer las cosas… Lo peor de todo es que aunque fuera una coartada, tenía razón en todo, pobres de aquellos que se quedaran esperando, pero así es la vida. Allons-y.
Me acabé comiendo el famoso pan mágico con ingredientes de la imaginación, o casi, el centeno se camuflaba. Pero antes de eso, tuve que sacar de mi bolsillo colsitas de azúcar y echárselas por encima, por dentro y por debajo al pan, de no ser así no me lo podría comer, sería muy poco dulce. Eso sí, el pobre e infeliz que me dio el bocadillo paró de reír tras de que le pegara un buen coscorrón. A parte de la aparición de “un fantasma”. Paparruchas, se veía a la legua que no podía serlo, ¿desde cuándo se quejan los fantasmas? Por definición no sienten dolor alguno. Al menos disfrutaba en ese momento yo de la cara que ponía mi compañero, y tras mirar alrededor pude observar bien que los reclutas que tenía ahora la marina eran bastante cobardes, aunque no todos.
Como fue de esperar, era una farsa y tras un soplo del viento aquella sábana que portaba nuestro actual Almirante se perdió entre la niebla junto al trozo de jamón. Y mientras varios sonreían aliviados yo decidí echarle más azúcar a mi tentempié. Y mientras disfrutaba de esas virutas blancas darle un sabor único al pan y un placer inexplicable a mi paladar, las caras de mis compañeros volvieron a ser de terror. Al parecer recibiríamos la visita de unos piratas algo conocidos. Menudo fastidio, tocaría pelear y sinceramente a mi no me agradaba para nada la idea. La razón por la cual yo quise venir aquí fue para echar un visto a ésta isla, pues pintaba bastante interesante, llena de secretos y lugares abandonados. Los sitios abandonados siempre escondían secretos y mi mente curiosa me obligaba a investigar.
Pude observar como tras las palabras del almirante la gente se movía, uno empezó a borrar sus huellas, cogió algo de tierra e intrépido junto a su arma se fue a una de los hogares que había, para esconderse. Otro marine también optó por lo que parecería ser una emboscada. Pero de nada serviría. Eso de borrar las huellas estaba bien, tenía buena base, pero si no lo hacían los otros compañeros de nada servía. Tirando los envoltorios de los bocatas o dejándolos a medio acabar por las prisas de prepararse tampoco ayudaba. Según tenía entendido ese tal Legam Legim era una persona temible, astuta, intrépida y poderosa, engañó a toda la marina cuando fue ascendido a almirante, pobres idiotas. “Emboscada”, “trabajo en equipo”, “venga que podemos” eran algunas de las cosas que soltaban. Como se notaba que no tenían ni idea.
Yo me terminé el almuerzo tranquilo, y me levanté. Mientras todos se encontraban revoloteando como tontos, yo decidí irme. –Espera. Yo quiero pelear. –Era Hulk, sus ansias de sangre se habían despertado y tenían hambre. –Considéralo una disculpa por lo del jamón. –Comentaba intentando convencerme. –No. –Dije tajante. –No merece la pena luchar ahora, ni siquiera era nuestro objetivo al venir aquí ¿recuerdas? Además. Tampoco es el momento de enseñar lo nuevo que sabemos hacer, debemos seguir llevándonos mal. –Solté acabando la conversación. Continué mi camino en dirección norte, justo la contraria a la del puerto. Si diera el caso de que pasaran por aquí ni la “emboscada” funcionaría ni aquellos cuatro marines “fuertes” podrían contra ese enemigo.
Cuando alguien notó mi partida, me preguntaron, y tuve que repetir lo que mi mente pensaba en voz alta. –Además, somos la fuerza de “élite” que ha venido a proteger ese… “falso tesoro”. Dudo que ellos sean los únicos piratas que vengan por aquí, ni los únicos que acecharían contra el “tesoro”. Además de que es probable que no pasen por aquí y nos quedemos esperando como idiotas. Nuestro objetivo es capturar criminales. Dudo que sentados esperando a que aparezcan para “darles la sorpresa” sea la mejor manera de hacerlo. Pero ustedes a su bola, yo voy a ir a hacer mi trabajo. –Añadí para poder ponerme una excusa, ya que en realidad yo sólo quería investigar por mi cuenta, pero bastante contentos tenía ya al consejo de la marina como para seguir “liándola”. Al menos, así tenía una coartada, y para rematar añadí una cosilla. –Si alguien lo desea, que me acompañe. –Y así es como uno deja de ser el malo de la película para ser el único que sabe hacer las cosas… Lo peor de todo es que aunque fuera una coartada, tenía razón en todo, pobres de aquellos que se quedaran esperando, pero así es la vida. Allons-y.
- Datos:
- Como no se dijo expresamente que debíamos de combatir a los piratas yo me saqué eso xD Me dirijo dirección al castillo, para dejarlo más claro.
Recordad, mi personaje es arrogante, no yo xD
Uracha
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Dormir, adoro dormir siempre he tenido muchísima suerte durmiendo porque suelo dormirme con mucha facilidad y como era de esperar estaba durmiendo, cuando de repente alguien me agarro y como si nada me saco a rastras de mi cuarto.
-Pero que cojones quien me ha despertado, venga tío déjame dormir un poco más- mientras seguía medio medio dormido, mire quien me estaba empujando fuera de mi camarote y como era de esperar se trataba de Legim
-Tío Legim venga ya... ¿Por qué me despiertas? que aún puedo dormir más.-
Dije algo molesto, cuando de repente me percate de la cantidad de niebla que nos rodeaba...
-Pero que... no veo una mierda tíos donde estamos- dije levantándome y sacudiéndome un poco la ropa.
Tras despejarme un poco observe como Dexter un tío con el cual no había entimado mucho, parecía bastante serio, o al menos a mi me daba esa sensación , seguidamente observe como Legim iba sacando a los demás miembros de la tripulación uno a uno y empezó a darnos ordenes.
-Bien no se muy bien de que va todo esto, pero sé que al final haré lo que crea conveniente dije riéndome un poco-
A continuación mire al otro chico -Creo que tu nombre es Dexter, MMM el mío es Uracha, encantado- dije con mi típica sonrisa.
-Pareces un poco serio, alégrate que seguro que lo pasaremos muy bien- seguidamente mire a Jin, otro tío cual no conocía casi nada.
-Bueno tío nos toca estar unidos, espero que nos sucedan varias cosas- dije dándole un golpe en el hombro.
Mientras Legim terminaba de hablar, yo me dirigí de nuevo a mi cuarto y cogí varias medicinas que tenía ya preparadas y mis armas, después salí de nuevo junto a todos mis nakamas.
-Pero que cojones quien me ha despertado, venga tío déjame dormir un poco más- mientras seguía medio medio dormido, mire quien me estaba empujando fuera de mi camarote y como era de esperar se trataba de Legim
-Tío Legim venga ya... ¿Por qué me despiertas? que aún puedo dormir más.-
Dije algo molesto, cuando de repente me percate de la cantidad de niebla que nos rodeaba...
-Pero que... no veo una mierda tíos donde estamos- dije levantándome y sacudiéndome un poco la ropa.
Tras despejarme un poco observe como Dexter un tío con el cual no había entimado mucho, parecía bastante serio, o al menos a mi me daba esa sensación , seguidamente observe como Legim iba sacando a los demás miembros de la tripulación uno a uno y empezó a darnos ordenes.
-Bien no se muy bien de que va todo esto, pero sé que al final haré lo que crea conveniente dije riéndome un poco-
A continuación mire al otro chico -Creo que tu nombre es Dexter, MMM el mío es Uracha, encantado- dije con mi típica sonrisa.
-Pareces un poco serio, alégrate que seguro que lo pasaremos muy bien- seguidamente mire a Jin, otro tío cual no conocía casi nada.
-Bueno tío nos toca estar unidos, espero que nos sucedan varias cosas- dije dándole un golpe en el hombro.
Mientras Legim terminaba de hablar, yo me dirigí de nuevo a mi cuarto y cogí varias medicinas que tenía ya preparadas y mis armas, después salí de nuevo junto a todos mis nakamas.
Axys Newt
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Niebla, eso era todo lo que rodeaba el barco. Axys se encontraba en el interior del barco, en el camarote de Asd, pero decidió salir a estirar las piernas. Mientras estaba paseando unos ruidos extraños procedentes del exterior captó la atención de Axys. Salió caminando rápidamente a cubierta para ver que ocurría y vio a Asd transformado en unicornio. Llevé la palma de mi mano a mi cara y negué con la cabeza, pensando que él era el causante del ruido.. Cuando quité la mano y me fijé en la niebla, me pareció ver la silueta de un barco al fondo. Era aquello. Axys ladeó un poco la cabeza preguntándose de quien sería el barco aquel.
Entonces la niebla dejó ver un acantilado hacia el que se dirigía el barco, a punto de estrellar. También escuchó el g rito de alguien, de una mujer, o eso parecía, proveniente en la dirección del barco gigante. Axys no sabía qué hacer, pero Asd comenzó a moverse rápidamente. Lo único que podía hacer era abrazar a Nii y sentarse en el suelo esperando que se salvasen. Estaba muy asustado, y escuchó como su padre arrancaba el timón del barco.- Bestia...- Dijo en bajito, hablando para sí.- Fijo que lo próximo que arranca son las velas...- Acarició a Nii tratando de calmarlo, haciendo esa broma.
Sus oídos captaron el movimiento de los pasos de su padre en aquella forma, pero de pronto dejó de escucharlos. Esperó un rato y volvió a escucharlo. Axys tenía la cara escondida en sus piernas, con Nii en su estómago. Estaba sentado en el suelo, sin querer pensar nada malo. Su padre dijo que se habían salvado. Se levantó del suelo, dejando a Nii en su hombro y miró hacia Asder.- ¿Qué ha pasado? ¿Donde estamos?- Preguntó muy calmado. Parecía demasiado calmado para el miedo que había sentido en aquel momento.- ¿De quien es el barco aquel?- Señaló hacia, aparentemente la niebla, pero se refería al barco que había tras ella.- Y lo más importante... ¿Qué hacemos ahora? Te has cargado el timón.- Dice señalando hacia éste y soltando un suspiro.
Entonces la niebla dejó ver un acantilado hacia el que se dirigía el barco, a punto de estrellar. También escuchó el g rito de alguien, de una mujer, o eso parecía, proveniente en la dirección del barco gigante. Axys no sabía qué hacer, pero Asd comenzó a moverse rápidamente. Lo único que podía hacer era abrazar a Nii y sentarse en el suelo esperando que se salvasen. Estaba muy asustado, y escuchó como su padre arrancaba el timón del barco.- Bestia...- Dijo en bajito, hablando para sí.- Fijo que lo próximo que arranca son las velas...- Acarició a Nii tratando de calmarlo, haciendo esa broma.
Sus oídos captaron el movimiento de los pasos de su padre en aquella forma, pero de pronto dejó de escucharlos. Esperó un rato y volvió a escucharlo. Axys tenía la cara escondida en sus piernas, con Nii en su estómago. Estaba sentado en el suelo, sin querer pensar nada malo. Su padre dijo que se habían salvado. Se levantó del suelo, dejando a Nii en su hombro y miró hacia Asder.- ¿Qué ha pasado? ¿Donde estamos?- Preguntó muy calmado. Parecía demasiado calmado para el miedo que había sentido en aquel momento.- ¿De quien es el barco aquel?- Señaló hacia, aparentemente la niebla, pero se refería al barco que había tras ella.- Y lo más importante... ¿Qué hacemos ahora? Te has cargado el timón.- Dice señalando hacia éste y soltando un suspiro.
Rylanor
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PD: Algunos habéis leído mal algunas cosas en mi post anterior. Son detalles tontos, pero antes de postear deberíais leer bien tanto el spoiler que os dedico a cada uno como el párrafo de situación general. Leer "situación general" no es opcional, pues puede tener datos muy importantes, y es donde pongo las cosas que notáis todo el mundo para no tener que repetirlas en todos los spoilers.
Situación general: De repente, unos grandes nubarrones cubren los cielos. A pesar de que el viento no parece particularmente fuerte en superficie, en las alturas ha sido tan exageradamente rápido que ni os habíais dado cuenta de que las nubes lejanas se estaban acercando a una velocidad brutal (excepto los climatólogos de nivel 45 o más que predijeron la tormenta). Ahora han cubierto el cielo, tapando los últimos rayos del sol poniente y acelerando el oscurecimiento. Los últimos rayos de luz que asomaban entre las masas nubosas van desapareciendo al terminar de ocultarse el sol, dejando todo a oscuras. Las nubes sigue avanzando, y entonces podéis fijaros en un extraño espectáculo: la tormenta ha rodeado la isla, pero no abarca esta. Es decir, estáis en el ojo del huracán, la única zona no afectada por la tormenta... y atrapado en la isla hasta que cese. En la lejanía escucháis los truenos y el ruido del viento. La luna se alza en el cielo, siniestra. Es una luna de color rojo sangre. Cualquiera con un mínimo de conocimientos acerca del Grand Line o de ciencias (arqueólogos historiadores, navegantes climatólogos y científicos de cualquier rama nivel 30) saben que se trata de un fenómeno óptico muy común en estas zonas del mundo. A continuación, durante un leve momento una sombra parece pasar por delante de la luna (todos los que tengan zoans con mejores características oculares, alguna parte cyborg o poder que mejore su visión verán que es alguna especie de ser alado. Los espías callejeros pueden haberlo notado también).
Situación general: De repente, unos grandes nubarrones cubren los cielos. A pesar de que el viento no parece particularmente fuerte en superficie, en las alturas ha sido tan exageradamente rápido que ni os habíais dado cuenta de que las nubes lejanas se estaban acercando a una velocidad brutal (excepto los climatólogos de nivel 45 o más que predijeron la tormenta). Ahora han cubierto el cielo, tapando los últimos rayos del sol poniente y acelerando el oscurecimiento. Los últimos rayos de luz que asomaban entre las masas nubosas van desapareciendo al terminar de ocultarse el sol, dejando todo a oscuras. Las nubes sigue avanzando, y entonces podéis fijaros en un extraño espectáculo: la tormenta ha rodeado la isla, pero no abarca esta. Es decir, estáis en el ojo del huracán, la única zona no afectada por la tormenta... y atrapado en la isla hasta que cese. En la lejanía escucháis los truenos y el ruido del viento. La luna se alza en el cielo, siniestra. Es una luna de color rojo sangre. Cualquiera con un mínimo de conocimientos acerca del Grand Line o de ciencias (arqueólogos historiadores, navegantes climatólogos y científicos de cualquier rama nivel 30) saben que se trata de un fenómeno óptico muy común en estas zonas del mundo. A continuación, durante un leve momento una sombra parece pasar por delante de la luna (todos los que tengan zoans con mejores características oculares, alguna parte cyborg o poder que mejore su visión verán que es alguna especie de ser alado. Los espías callejeros pueden haberlo notado también).
- grupo 1 - Midorima:
- Poco a poco, la playa va quedando atrás. La zona donde estás es de ligeras colinas y pendientes suaves de hierba. No parece haber un lugar claro al que dirigirse, y en el momento en que termina de oscurecer (leer situación más arriba) todo queda oscuro como boca de lobo. Escuchas el canto de los grillos nocturnos a tu alrededor, y de vez en cuando el suave canto ululante de los búhos. Al cabo de un rato te ves metido de repente en una pequeña hondonada entre las colinas. En esta hay una especie de círculo de piedras con formas extrañas y grabados. Al acercarte, te das cuenta de que es alguna especie de zona de rituales. Y también te das cuenta de que el suelo está mojado... y lleno de cadáveres humanos recientes. Tienen el cuerpo arañado y destrozado a mordiscos. A duras penas logras reconocer a pesar de estar empapados en sangre sus uniformes; son marines. De repente escuchas un suave gruñido. Entre las sombras, al otro lado de la hondonada, ves dos puntos rojos acercándose lentamente. Un gruñido a tu espalda te indica que otro de esos seres se acerca a tu espalda. Lentamente las bestias se acercan a ti. De repente la que queda a tu frente queda expuesta a la luz lunar. Es un monstruo cuadrúpedo de tamaño descomunal que reconoces bien, pues es como la forma completa de la zoan de tu capitán: un cadejo negro, el perro demoníaco. No es más alto que tú, pero sí muy corpulento, y no tiene pinta de ser muy amistoso... a tu espalda, el otro cadejo se te acerca también. De las bocas de ambos gotea sangre y babas. Has caído en la emboscada... ¿pelearás, o tratarás de huir? En cualquier caso, deberías decidirte rápido, se te acaba el tiempo.
[En caso de que te quedes a pelear abriré un post en batallas históricas]
- Grupo 2 - Dealer Foxes:
- Demasiado lentos. Por el motivo que sea, Leonel se lo ha pensado demasiado y no habéis avanzado sobre la playa a tiempo. Podéis ver ya en el horizonte tres barcos de guerra revolucionarios saliendo de la tormenta marina. Sin embargo, algo raro ocurre... tienen las velas rajadas, y aspecto de acabar de salir de un combate. En la playa los marines empiezan a gritar y darse órdenes. Preparan los cañones y empiezan a disparar contra la flota. Sin embargo, a medida los barcos se acercan, podéis escuchar ruido de acero y gritos de pelea. ¿Hay combates entre los propios revolucionarios? ¿Qué estará ocurriendo? De repente una especie de pájaro negro muy grande desciende entre vosotros y cae pesadamente en el suelo boscoso. De repente se transforma en un anillo, pasando al dedo de la persona a la que estaba transportando... el moribundo comandante revolucionario Azumi Kento. Tiene serias heridas por todo el cuerpo. Este alza débilmente la cabeza hacia vosotros.
- ¡Leonel...! Me pillaron por sorpresa... - tose sangre - Todo esto ha sido una trampa, y no del Gobierno... todos hemos sido engañados.
El poderoso revolucionario cae inconsciente. Entonces os fijáis en que los barcos revolucionarios están casi sobre la playa. La pelea en estos parece haber terminado. De repente la niebla se hace más espesa, así que no podéis distinguir bien las figuras de los combatientes, pero veis lo que pasa. Los cañones marines logran hundir uno de los tres buques, pero los otros dos, en lugar de anclar y desembarcar normalmente, navegan a gran velocidad en una carga suicida hacia la playa, apoyados por los remos. Ambos barcos encallan en la arena, y varias pasarelas son tendidas desde los navíos a la playa. Una enorme multitud baja de estos dando gritos, y se abalanza contra los marines. Estos tratan de mantener la posición, pero se ven superados ampliamente en número y son masacrados. La marabunta tras eso comienza a dirigirse hacia el norte. ¿Os uniréis a ellos u os retiraréis a otra zona? Algo huele muy mal en todo este asunto, y tal vez lo más sensato sea cuidar del comandante y esperar a que recupere la consciencia.
- Grupo 3 - Legendary Hunters:
- Desembarcáis con ciertas dificultades en la costa, pero ya estáis en la isla. El lugar está bastante silencioso. Todo lo que veis es colinas en todas las direcciones y una especie de ciudad en ruinas hacia el este. En todo caso por esta zona parece haber un único sendero a seguir entre las elevaciones. No pasa demasiado hasta que escucháis un grito de dolor y veis un marine volando que se estampa contra una pared y cae inconsciente. Entonces un hombre enorme, de más de dos metros de altura, aparece en escena arrastrando el cuerpo inerte de otro marine. Tiene los puños ensangrentados y mueca feroz. Lo podéis reconocer porque es un nombre conocido en el Grand Line: es el sangriento pirata Tartaroth, con una recompensa de 150.000.000. Es un hombre con una fama bastante mala. Se dice que es increíblemente violento y que no atiende a razones una vez empieza a pelear. Hay una anécdota que cuenta que una vez despedazó a un hombre con sus manos desnudas por toser frente a él. Y otra dice que su collar de huesos está hecho con los dedos de gente a la que ha asesinado. No os ha visto aun. ¿Le atacaréis o lo dejaréis pasar? En caso de no atacarle, podéis tratar de dar un rodeo hacia las ruinas, o dirigiros hacia el sur.
[En caso de atacarle, pasaré a abrir combate en batallas históricas]
- Grupo 4 - Alex Empanadilla y Pato Tamashi:
- Ambos os habéis adentrado en el bosque desde diferentes direcciones. Al principio los enormes arces de hojas rojizas parecían hermosos a su manera. Ahora, a la luz de la luna roja el ambiente se ha vuelto terriblemente siniestro e inquietante. Mientras avanzáis, escucháis aullidos en la lejanía, ulular de búhos, y en ocasiones ruidos más alarmantes: gritos de terror o dolor ocasionales arrastrados por el viento, o sonidos de pisadas furtivas no muy lejos de vosotros... en cierto momento, Pato escucha un sonido de cascos de caballo que pasa no muy lejos de él y se dirige hacia el sur a toda velocidad. El caso es que tras un rato bastante inquietante os encontráis repentinamente el uno frente al otro. Estáis en los lindes de un gigantesco claro, en medio del cual se alza un castillo siniestro de grandes proporciones y elevadas torres puntiagudas. La puerta principal queda de cara a vosotros. Supongo que es hora de las presentaciones... aunque la silueta del castillo resulta inquietante y atrayente a la vez para ambos. Hey... ¿es eso en la ventana del tercer piso luz?
[Libertad total]
- Grupo 5 - Marines y CPs en la aldea:
- De repente escucháis una voz que todos reconocéis: es el Vicealmirante Ashura. Os dice a gritos que salgáis inmediatamente todos de vuestros escondites y os reunáis en la plaza central. Una vez estáis allí, empieza a hablar con gesto serio. Parece realmente preocupado, lo que os inquieta. Ashura es un hombre despreocupado y pasota que nunca habéis visto darle importancia a nada. Suele tomárselo todo a broma.
- Uno de los escuadrones acaba de entrar en combate al suroeste. El ejército revolucionario acaba de desembarcar en la isla. Tenemos que ir a hacerles frente de inmediato - por un momento parece que esté a punto de añadir algo más, pero se calla. Tras unos segundos, continúa - Necesito un grupo de voluntarios que se vaya a contener a los revolucionarios mientras voy a buscar ayuda. Un segundo grupo debe quedarse aquí. Tenemos un francotirador experto en la torre más alta del castillo de Mapleburg que os dará cobertura desde la distancia si los piratas de Shirokami se presentan aquí. Ni lo oirán venir; la torre está a unos dos kilómetros de este pueblo. Ahora todos en marcha.
Tras su parco discurso, parece claro que tenéis dos opciones: o quedaros a esperar a los Shirokami en el pueblo o ir con el grupo que se prepara para entablar batalla con los revolucionarios. Si alguno se acerca a la zona sur del poblado podrá ver a un hombre con una armadura extraña.
[El hombre de la armadura es Deathstroke. Antes de interactuar con él, leed su post si ya lo ha hecho]
- Grupo 6.1 - Legim, Uracha y Dexter:
- Ya habéis desembarcado y estáis listos para partir en la dirección que más os convenga. Un viejo camino de piedra continúa hacia el norte desde el desembarcadero, pero hay más camino posible. Hacia el este es todo una gran pradera que bordea la costa hasta una masa de árboles rojizos, y hacia el oeste hay colinas llenas de arbustos espinosos, pero no debería ser difícil avanzar entre estos. Más aun con vuestras capacidades. Hacia el norte os parece escuchar ruido en cierto momento (los que tengan mejores sentidos como Dexter escucharán claramente gritos y ruido de gente en movimiento). A vuestro alrededor de momento no veis nada en especial, pero la luz de la luna roja ha vuelto el lugar bastante tétrico. Ey... Deathstroke parece haberse adelantado... ¿dónde estará? Mientras os lo preguntáis, de repente escucháis un ruido y veis a un hombre que se os acerca tambaleándose y se desploma cerca vuestra. Está ensangrentado y cubierto de heridas de mordiscos. Parece que aun está vivo, pero se desangrará pronto si no recibe atención médica.
- Grupo 6.2 - Deathstroke:
- Inmerso en tu pequeña expedición, has perdido de vista a Worgulv y Guny. De camino al pueblo has escuchado ruidos y gritos no muy lejos. Ahora sales de entre las colinas y te encuentras de lleno en mitad de la aldea. Es un pequeño conjunto de casas unifamiliares con aspecto de llevar ya un tiempo en abandono. Oyes ruido de pasos y ves a gente uniformada corriendo de un lado para otro. ¡Marines! ¿Qué están haciendo aquí? Parece que han decidido tender una trampa a los incautos que vayan tras el tesoro. ¿Qué harás? Aun estás a tiempo de retroceder en busca de Legim o esconderte. O tal vez tengas otro plan en mente.
[Antes de postear, lee los posts del Grupo 5 para ver si alguno interactúa contigo].
- Grupo 7 - Sons of Anarchy y Soul Beast:
- A pesar de que el bruto de Asderdeker ha reventado su barco, parece que ha hecho un apaño y ha podido seguir a la banda de la Shichibukai. Ahora acabáis de desembarcar en una zona de praderas al sur de los acantilados. La pradera está rodeada en todas las direcciones por un espeso bosque de árboles rojizos... o eso parece. En el aire veis un montón de figuras blancas flotando. ¡Fantasmas! De repente varias de las figuras va a toda velocidad hacia vosotros, un fantasma por cada uno (si os tocan, os atravesarán y os dejarán en un estado depresivo durante un buen rato). Tras unos momentos revoloteando cerca vuestra, los fantasmas se van volando. En la lejanía, en los lindes del bosque veis una figura espectral cabalgando a lomos de un corcel. ¿Qué narices pasa en esta isla? En todo caso, la tormenta os ha dejado atrapados.
[Libertad total]
- Grupo 8 - Dave, Iku, Tyrion y Break:
- Mientras vais en el bote, el gyojin se presenta a Iku y habla con ella. Parece un tipo simpático. Una vez llegáis a la costa, Dave crea con sus poderes una especie de escalones de hierro que os facilitan la subida. El barquero se despide y se aleja hacia el barco. Parece que es demasiado tarde para que el capitán del barco se vaya, pues la tormenta ya ha llegado. Una pena, pero sabía a lo que se arriesgaba cuando aceptó aquel trabajo. En la costa os espera Break, el chico rubio. Estáis en una colina bastante alta donde podéis observar el terreno. Desde vuestra posición privilegiada podéis ver que os hayáis en un cabo. Tanto hacia el este como al oeste veis dos calas. En la oriental veis entre la niebla un único barco, pero en la occidental hay dos barcos con enseñas revolucionarias desembarcando en una playa. El único camino claro es avanzar hacia el norte, una zona de colinas. Desde ahí podéis seguir hasta un extensísimo bosque de árboles rojizos, hacia el oeste al encuentro de los revolucionarios o hacia el este, donde veis otras colinas. Os fijáis en que hay otro hombre más junto a vosotros, que reconocéis de haberlo visto en el barco. Es un anciano de piel oscura envuelto en una capa marrón y con la cara cubierta por una capucha. Lleva un cayado de madera consigo. El cazador de la capa se separa de vosotros y comienza avanzar, no sin antes haceros una advertencia.
- Habéis cometido un error viniendo a esta isla. Esta noche ocurrirán eventos perturbadores y extraños. Tened cuidado y procurad evitar el enfrentamiento directo cuando veáis cosas raras o que no acabéis de comprender. Suerte.
Tras estas enigmáticas palabras, se va, desapareciendo entre las sombras. Es vuestro turno de decidir lo que haréis.
[Libertad total]
- Grupo 9 - Byakuro y Aki:
- Mientras avanzáis por la isla hacia las ruinas, escucháis un aullido a lo lejos que os pone la carne de gallina. Recuerda al de un lobo, pero bastante más grave. Fuese lo que fuese ese bicho, es grande. En todo caso, mientras estáis avanzando, veis de repente a un anciano sentado en una roca. Tiene un bastón a su lado y lleva una gabardina verde con ribetes dorados. En su hombro lleva un cuervo que grazna al veros. Está comiendo lo que parece una empanadilla de bonito. El hombre levanta la cabeza hacia vosotros y os mira con curiosidad, frotándose las manos.
- Vaya, vaya. ¿Qué trae a dos mozalbetes como vosotros a una isla tan peligrosa? ¿Dos alocados aventureros más buscando fortuna?
El hombre clava su mirada en los ojos de Byakuro. Sus ojos son rojizos, y está calvo. Parece que tenga alguna clase de tic nervioso, pues aunque ha dejado de frotarse las manos, ahora no deja de tirarse del lóbulo de su oreja derecha. Su mirada brilla con malignidad y te dice:
- Tienes un interesante poder chico. Te he visto llegar a la isla y lo que hiciste. Bonito parche.
De repente el cuervo grazna, y ocurre algo extraño. El sonido de su graznido entra en bucle, escuchándose una y otra vez de manera repetida. Cada vez que se repite, se duplica el número de graznidos que se escuchan a la vez, pareciendo que hay toda una bandada de cuervos. El hombre se ríe. Su pájaro echa a volar, y de repente en el aire parece dividirse en una nube de cuervos que rodean una zona amplia a vuestro alrededor. La realidad parece desdibujarse en la zona externa a la cúpula de cuervos, dándole un aspecto irreal, como si todo lo que viesen allí fuese una masa informe de colores que se entremezclaban. Lo único que parece ser "real" era la zona interna de la cúpula de aves. El anciano ya no estaba donde antes. Ahora estaba frente a ellos, apoyado en su bastón y sonriendo.
- ¿Qué harás ahora, joven? Demuéstrame el alcance de tus poderes. Pero recuerda que ahora ya no puedes salir de esta zona... - dijo, ignorando totalmente a Aki.
Así como pronuncia esas palabras, notáis una sensación de clautrofobia, y asumís inconscientemente que estáis atrapados. Sensación que se ve acrecentada por la gradual deformación de todo lo que hay al otro lado de los cuervos. Cada vez lo que veis es menos realista y más psicodélico. ¿Qué narices ocurre?
[Depende de lo que hagáis se abrirá un combate o no en batallas históricas]
- Grupo 10 - Haine:
- Comienzas a avanzar entre los bancos de arena. Hay enormes rocas por doquier que te tapan la vista, y pronto dejas de ver tu barco. De vez en cuando ves pozas llenas de peces y pequeños moluscos como cangrejos. No parece haber nada fuera de lo común, y estás a punto de darte por rendido cuando al rodear una roca vez algo que realmente merece la pena investigar. Una roca especialmente grande con unas grietas que parecen formar una puerta y una manija de piedra. Un pasadizo secreto nada secreto, vaya. Pero realmente no hacía falta disimularlo, pues frente a la puerta hay una manada de pequeños animalejos de aspecto afable que en realidad son bastante más peligrosos de lo que parece: se trata de kung fu dugongs, una especie de mezcla entre manatí y tortuga marina. Al verte comienzan a dar gritos y se ponen en posición. ¿Qué harás?
[Depende de lo que hagas se abrirá o no un combate en batallas históricas]
- Grupo 11 - Yokohama y Vongola:
- Los dos vais avanzando en la misma dirección, sin percataros de que habéis tomado el mismo camino porque Vongola salió un poco antes. El lugar es cada vez más siniestro. Las formas de los árboles son retorcidas, y algunos troncos parecen tener rostros humanos con expresiones de dolor. Algunos incluso parecían humanos. Y todo bajo la sobrenatural luz de la luna roja entre las hojas color sangre de los arces. Al cabo de un rato, Vongola se encuentra una formación de piedra en mitad del bosque, una especie de roca gigante con una abertura que bajaba hacia las profundidades de la tierra: una cueva. Y guardándola, un gigantesco perro de tres cabezas. Al pararte para decidir qué hacer, llega Yokohama a tu lado. Ahora os toca tomar una decisión: atacar al perro, tratar de escurriros en sigilo hasta la cueva o pasar de largo.
[Dependiendo de vuestro post se abrirá el combate en batallas históricas o no]
- Grupo 12 - Xiba:
- Vas avanzando bajo la sobrenatural luz de la luna roja entre los ancestrales arces. La atmósfera es tensa... casi parece como si todo el bosque te estuviera observando. A medida penetras más en las profundidades de la espesura, la oscuridad aumenta, hasta que llegado cierto punto vuelve a haber luz repentinamente. Estás en un enorme claro presidido por un gigantesco castillo gótico de altas torres. No ves la puerta principal. Podrías rodearlo o tratar de entrar de otra manera. Eso, o buscar otra cosa que hacer. Aunque de haber un tesoro en una isla abandonada, o al menos algo interesante, ¿qué mejor lugar para buscar? Aunque por otro lado, parece un lugar peligroso y amenazante... ¿deberías entrar?
[Libertad total]
- Grupo 13 - Meneror:
- La luz roja de la luna en el cielo parece un mal augurio. Los hombre la miraban supersticiosamente y besaban amuletos de protección contra el mal de ojo, asustados. Ya han terminado de levantar el campamento, y ahora mismo estás observando los alrededores fumando un puro. Todo parece muy tranquilo, cuando de repente escuchas un grito de lamento que viene de detrás tuya. Ves a uno de tus hombres tendido en el suelo, mientras un humano demacrado lleno de heridas le mordía el cuello, arrancándole un cacho de carne. El ser comenzó a devorar ávidamente a tu hombre, mientras este alza una mano hacia ti en una muda súplica de auxilio. Entonces empiezas a escuchar más gritos y ruidos de disparos y metal cortando carne, mientras ves como decenas de figuras tambaleantes avanzan entre las tiendas. Han debido aprovechar la oscuridad para aproximarse en silencio. Es el momento de que hagas algo, y rápido, o masacrarán a tus hombres.
[Permiso para hacer acciones cerradas a estos NPCs]
AlexEmpanadilla
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Alex seguía avanzando por el bosque de árboles de hojas rojas. Era un lugar agradable, con todos aquellos tonos tan vivos y coloridos. Le pareció ver una ardilla correr cruzando el camino más adelante. El doctor se sentía tan solo en aquel lugar... era perfecto. Le apetecía estar a su bola un rato. Derian podía quedarse con su sangre y Drake con sus ronquidos. Y Adam... con lo que fuera que se quedara. Alex estaba tan rodeado de árboles que no podía ver nada de lo que ocurría sobre su cabeza. Y tampoco era que le interesase mucho. De todos modos, sintió como de pronto el sol era tapado por unas nubes. Tras unos instantes, el cielo volvió a la normalidad.
Según anochecía, sin embargo, el ambiente se hacía mucho más tétrico y siniestro. La luna se alzó en el cielo, roja como un enorme rubí. No, no exactamente. No brillaba como una gema. Más bien parecía un trozo de queso al que alguien le hubiera echado por encima un chorro de ketchup muy aguado, dejando una pátina de un color rojizo. Alex sabía que aquello era un fenómeno más o menos normal en aquel lugar. Lo había leído en un libro. Pero aquello no quitaba que la maldita luna estuviera roja. Era un aspecto bastante terrorífico sin duda. Y la figura que pasó por delante no hizo sino aumentar la sensación de terror. Por suerte, Alex no la vio.
El médico empezó a sentirse un poco oprimido por los árboles, parecía que las ramas quisieran engancharse en su ropa. Tal vez si dejara de salirse del camino la cosa mejorase. No, aquel no debía ser el problema, el problema eran del que había plantado aquellos árboles allí. Tampoco era que le fuera muy molesto. Cuando una rama intentaba engancharse, el doctor simplemente se deshacía en una nube de gas verde y seguía su camino. A no ser que se encontrase con un árbol que supiera utilizar el haki, no tendría problema alguno. Se detuvo medio segundo: ¿los árboles, como seres vivos que son, podrían llegar a dominar el haki? Aquel podía ser un interesante tema de estudio.
Según caminaba, acabó llegando a un claro. La luna brillaba en lo alto, en toda su grandioso y rojo esplendor. Aunque a Alex le seguía pareciendo una bola de queso con ketchup. Suspiró. En medio del claro había un edificio, que le recordó al caserón de Derian. Grande, oscuro, tétrico, pétrico, gótico, y otras cuatro o cinco palabras que terminasen en "-ico". A unos metros de él, por el camino, descubrió una figura que se acercaba. Un hombre vestido con uniforme de la Marina. En cierto modo era un fastidio. No era que los marines le cayeran mal al médico, pero si un montón de ellos se cayeran en un ventilador gigante empujados por un animal desquiciado, el no sería el que fuera a ayudarlos. Además, le había fastidiado su solitario paseo. Aquello iba a ser un fastidio. Se llevó las manos a los bolsillos y miró con cara de indiferencia al tipo.
- Vaya... un marine. ¿No estabais en otro sitio con el tío esquizofrénico ese tan raro? Uno no puede ir a dar ni un paseo tranquilo. Lunas rojas, caserones en medio del bosque... sigh -suspiró el doctor, esperando a que el otro se acercase-. A ver, tú, mira aquí -dijo señalando el castillito. Desde luego, no era el típico hotel idílico de montaña. Los hoteles de montaña no solían tener aquel aspecto. Ni aquella atmósfera de casa de los horrores. Ni aquel cartel de neón que ponía: "Pasad y morid". Aunque tal vez eso último fuera más una sensación que un cartel de neón literalmente. Aunque aquella luz del tercer piso le escamaba-. Me acabo de encontrar con este caserón y ahora tengo curiosidad por saber qué hace aquí. Ya que me has estropeado mi paseo nocturno, ¿te apetece ayudarme a descubrirlo?
Según anochecía, sin embargo, el ambiente se hacía mucho más tétrico y siniestro. La luna se alzó en el cielo, roja como un enorme rubí. No, no exactamente. No brillaba como una gema. Más bien parecía un trozo de queso al que alguien le hubiera echado por encima un chorro de ketchup muy aguado, dejando una pátina de un color rojizo. Alex sabía que aquello era un fenómeno más o menos normal en aquel lugar. Lo había leído en un libro. Pero aquello no quitaba que la maldita luna estuviera roja. Era un aspecto bastante terrorífico sin duda. Y la figura que pasó por delante no hizo sino aumentar la sensación de terror. Por suerte, Alex no la vio.
El médico empezó a sentirse un poco oprimido por los árboles, parecía que las ramas quisieran engancharse en su ropa. Tal vez si dejara de salirse del camino la cosa mejorase. No, aquel no debía ser el problema, el problema eran del que había plantado aquellos árboles allí. Tampoco era que le fuera muy molesto. Cuando una rama intentaba engancharse, el doctor simplemente se deshacía en una nube de gas verde y seguía su camino. A no ser que se encontrase con un árbol que supiera utilizar el haki, no tendría problema alguno. Se detuvo medio segundo: ¿los árboles, como seres vivos que son, podrían llegar a dominar el haki? Aquel podía ser un interesante tema de estudio.
Según caminaba, acabó llegando a un claro. La luna brillaba en lo alto, en toda su grandioso y rojo esplendor. Aunque a Alex le seguía pareciendo una bola de queso con ketchup. Suspiró. En medio del claro había un edificio, que le recordó al caserón de Derian. Grande, oscuro, tétrico, pétrico, gótico, y otras cuatro o cinco palabras que terminasen en "-ico". A unos metros de él, por el camino, descubrió una figura que se acercaba. Un hombre vestido con uniforme de la Marina. En cierto modo era un fastidio. No era que los marines le cayeran mal al médico, pero si un montón de ellos se cayeran en un ventilador gigante empujados por un animal desquiciado, el no sería el que fuera a ayudarlos. Además, le había fastidiado su solitario paseo. Aquello iba a ser un fastidio. Se llevó las manos a los bolsillos y miró con cara de indiferencia al tipo.
- Vaya... un marine. ¿No estabais en otro sitio con el tío esquizofrénico ese tan raro? Uno no puede ir a dar ni un paseo tranquilo. Lunas rojas, caserones en medio del bosque... sigh -suspiró el doctor, esperando a que el otro se acercase-. A ver, tú, mira aquí -dijo señalando el castillito. Desde luego, no era el típico hotel idílico de montaña. Los hoteles de montaña no solían tener aquel aspecto. Ni aquella atmósfera de casa de los horrores. Ni aquel cartel de neón que ponía: "Pasad y morid". Aunque tal vez eso último fuera más una sensación que un cartel de neón literalmente. Aunque aquella luz del tercer piso le escamaba-. Me acabo de encontrar con este caserón y ahora tengo curiosidad por saber qué hace aquí. Ya que me has estropeado mi paseo nocturno, ¿te apetece ayudarme a descubrirlo?
Meneíllos
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Akuma no mi
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*Aquella oscuridad solo fue el comienzo de os problemas de mi tripulación, pues,mis hombres gritaron al ver a aquel ser devorando a uno de sus compañeros, sin embargo, Il Bianco miraba la escena serio con cierta confusión (aparentemente su rostro era como de enfado, pero por dentro hasta él se alertó), los marineros no dudaron, los que pudieron, dispararon a aquel ser con la intención, si se podía, de matarlo con los mosquetes mientras que ahora había constantes ruidos en el bosque a donde nos ibamos a dirigir al salir del campamento...sin embargo no nos dió tiempo. Aquello parecía una emboscada de aquellos seres, los hombres, cada vez más asustados no sabían el que hacer, hasta que Meneror habló en alto tono*
-¡Hacer un círculo cucarachas alrededor de la fogata !,¡no temáis más a esto que al diablo !Poneos espalda con espalda y mosquetes y sables en ristre, contramaestre ojo a vizor a los lados, tenemos visita.
*El contramaestre comenzó a dar órdenes mientras los marineros formaban apresuradamente dicho círculo en mitad del lugar*
-El que rompa la formación tendrá un motivo para que yo mismo lo coja y lo lanze contra esos seres, no rompáis el círculo. *Dijo Meneror con el puro en la boca y sus manos ocultas en su abrigo, Meneror sabía que si la cosa se ponía fea, debería usar su akuma.*
-Odio tener que hacerlo todo yo...*pensó Meneror, que acto seguido, extendió su mano hacia el cielo* - Basam..*una ristra piroclástica de fuego salió de su mano rumbo al cielo haciendo a modo de bengala para iluminar un radio de 8 metros alrededor de sus hombres*
-¡Hacer un círculo cucarachas alrededor de la fogata !,¡no temáis más a esto que al diablo !Poneos espalda con espalda y mosquetes y sables en ristre, contramaestre ojo a vizor a los lados, tenemos visita.
*El contramaestre comenzó a dar órdenes mientras los marineros formaban apresuradamente dicho círculo en mitad del lugar*
-El que rompa la formación tendrá un motivo para que yo mismo lo coja y lo lanze contra esos seres, no rompáis el círculo. *Dijo Meneror con el puro en la boca y sus manos ocultas en su abrigo, Meneror sabía que si la cosa se ponía fea, debería usar su akuma.*
-Odio tener que hacerlo todo yo...*pensó Meneror, que acto seguido, extendió su mano hacia el cielo* - Basam..*una ristra piroclástica de fuego salió de su mano rumbo al cielo haciendo a modo de bengala para iluminar un radio de 8 metros alrededor de sus hombres*
Etsu
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Akuma no mi
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Seguía allí fuera esperando cuando alcé la mirada hacia arriba, en un abrir y cerrar de ojos el cielo se había nublado y el aire se movía pero sin mucha fuerza. Aquel cielo encapotado se había llevado los pocos rayos de sol que aún nos iluminaban. La luna se veía roja, parecía sangre lo que no desentonaba para nada en aquel tétrico lugar. Pero claro solo era una ilusión natural, nada más.
De repente vi aparecer al Vicealmirante Ashura. Algunos de mis compañeros ya se habían ocultado en casas pero el alto cargo de la marina los hizo salir a todos de sus escondites.
Finalmente nos reunimos todos en la plaza central. En alguna que otra ocasión había visto a aquel hombre, pero creía que era un hombre tranquilo e inalterable. Me equivocaba, en esta ocasión estaba alterado. Tras exponer lo que estaba pasando nos dijo de hacer dos grupos, y teníamos dos opciones, esperar allí a los piratas o ir a por los revolucionarios que estaban en otra parte.
Estaba acostumbrado a que las órdenes fueran exactas, por lo que me sorprendió un poco que nos diesen libertad para elegir. Finalmente y tras pensarlo durante un instante decidí quedarme allí, además si teníamos un francotirador, él haría el primer movimiento. Era hora de pararle los pies a aquellos piratas.
-Yo me quedo a esperar a los piratas -dije para hacerme oír -¡a ver si atrapamos alguno!
Dicho eso esperé a que alguien más estuviese de acuerdo conmigo, para discutir lo que haríamos en el momento que llegasen. O volver a recibir órdenes de un alto mando, lo que fuese que pasara.
De repente vi aparecer al Vicealmirante Ashura. Algunos de mis compañeros ya se habían ocultado en casas pero el alto cargo de la marina los hizo salir a todos de sus escondites.
Finalmente nos reunimos todos en la plaza central. En alguna que otra ocasión había visto a aquel hombre, pero creía que era un hombre tranquilo e inalterable. Me equivocaba, en esta ocasión estaba alterado. Tras exponer lo que estaba pasando nos dijo de hacer dos grupos, y teníamos dos opciones, esperar allí a los piratas o ir a por los revolucionarios que estaban en otra parte.
Estaba acostumbrado a que las órdenes fueran exactas, por lo que me sorprendió un poco que nos diesen libertad para elegir. Finalmente y tras pensarlo durante un instante decidí quedarme allí, además si teníamos un francotirador, él haría el primer movimiento. Era hora de pararle los pies a aquellos piratas.
-Yo me quedo a esperar a los piratas -dije para hacerme oír -¡a ver si atrapamos alguno!
Dicho eso esperé a que alguien más estuviese de acuerdo conmigo, para discutir lo que haríamos en el momento que llegasen. O volver a recibir órdenes de un alto mando, lo que fuese que pasara.
Lykanrock94
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El cielo se cubrió de negro, con una roja color sangre debido a que los nubarrones tapaban la luz del sol. Todo eso, me parecía realmente bueno ya que en la oscuridad me gustaba estar y además podría intentar camuflarme debido a mis ropajes y pelo. De pronto, escuché una voz conocida, ya que la había escuchado muchas veces en el cuartel general. Era la voz del Vice-Almirante Ashura, diciéndonos que saliéramos de nuestros escondites y que fuéramos directamente a la plaza central. Salí rápidamente de donde me encontraba y fui corriendo hacia la plaza central. Allí estaba Ashura. Su porte serio me sorprendió, pues el era un tipo pasota que se lo tomaba todo a broma, era un hombre despreocupado. Pero por lo que nos contó era de esperar que se tornara serio, pues unos compañeros nuestros habían entrado en batalla con un pequeño grupo de revolucionarios y dijo quien se presentaba voluntario para ir a ayudarles.
Yo me dispuse a hablar, haciendo un gesto militar poniendo la mano en la frente en horizontal y con la palma de la mano para abajo:
- Vice-Almirante, aqui el Recluta Gajeel Redfox señor, yo me quedaré a proteger la entrada del pueblo. Evitaré a toda costa que los piratas penetren en la aldea.
Estuve unos instantes callado tras decir eso y luego volví a hablar:
- Me quedaré con él. Dije mientras apuntaba al tipo que había hablado antes.
No conocía de nada a ese hombre, no conocía su nombre, ni su edad, ni su bando, aunque por lo trajeado que iba seguramente sería un miembro del Cipher Pol. Nunca había coincidido con ninguna persona del Cipher Pol, esta era la primera vez. Siempre se ha dicho que aunque luchen por la justicia, Marines y Agentes del Cipher Pol, lo hacen cada uno a su manera, una manera diferente de la del otro. Pero, aunque no tuvieran sus mismos ideales, podían ayudarse los unos a los otros o al menos eso creía yo.
Yo me dispuse a hablar, haciendo un gesto militar poniendo la mano en la frente en horizontal y con la palma de la mano para abajo:
- Vice-Almirante, aqui el Recluta Gajeel Redfox señor, yo me quedaré a proteger la entrada del pueblo. Evitaré a toda costa que los piratas penetren en la aldea.
Estuve unos instantes callado tras decir eso y luego volví a hablar:
- Me quedaré con él. Dije mientras apuntaba al tipo que había hablado antes.
No conocía de nada a ese hombre, no conocía su nombre, ni su edad, ni su bando, aunque por lo trajeado que iba seguramente sería un miembro del Cipher Pol. Nunca había coincidido con ninguna persona del Cipher Pol, esta era la primera vez. Siempre se ha dicho que aunque luchen por la justicia, Marines y Agentes del Cipher Pol, lo hacen cada uno a su manera, una manera diferente de la del otro. Pero, aunque no tuvieran sus mismos ideales, podían ayudarse los unos a los otros o al menos eso creía yo.
Haine Rammsteiner
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—Joder, qué rápido oscurece en esta isla...— dijo Haine que veía como el cielo se oscurecía debido a la tormenta y esta rodeaba la isla. Pero para Haine aquello era una noche normal, pues su ignorancia acerca del clima era tal que simplemente dejaba que pasara, sin intentar prevenirlo. Nikolas ya haría algo en el barco si veía que la cosa se ponía turbia, pero a Haine aquello no le interesaba ni lo más mínimo. Sin embargo el hecho de que la luna se volviera roja llamó la atención de alguien con tan pocas luces en esos temas como el albino, ¿acaso la luna se había teñido de sangre? Tendría que investigarlo cuando saliera de la isla, mas cuando estaba a punto de dejar de mirar aquella luna vio algo atravesar el cielo mas no podría decir qué. —¿Papá Noel? O espera, no será este tipo que dijo que iba a crear un barco que vuele... Adam... ¿Estará aquí también? Ay, si ha conseguido crear una máquina que vuele tengo que hablar con él...— razonaba Haine dentro de su propia ilógica.
Y tras bordear algunas piedras y estar a punto de darse la vuelta para, triste, decirle a Nikolas que entrara en la bahía para acercarlo y ya desde ahí avanzar hasta algún lugar elevado de la isla comprobó que sí que había algo que investigar allí. Se asomó con cuidado para ver una especie de puerta, o quizás una piedra enorme... O quizás una mezcla de ambas. Algo sospechoso, en resumen, algo que merece la pena investigar por al menos treinta segundos antes de cansarse y continuar la búsqueda por otro lado. Mira a su alrededor para ver si alguien lo está siguiendo, sus ojos no detectan ningún tipo de intruso a sus espaldas... Pero con el primer paso se da cuenta de que no ha sido sólo él el que ha escuchado ese pequeño desliz de la arena, sino que unas extrañas morsas con caparazón se habían puesto en guardia tras detectar su presencia. ¿Defendían aquella puerta o solo estaban allí pues habían creado allí su territorio por casualidad? —Uo, uo, uo, uo... ¡Tranquilos fieras!— dijo con movimientos algo imprecisos y alzando las manos anteponiendo estas a sus rivales.
Podría marcharse, pero la inquietud y el desconocimiento de lo que podría haber ahí detrás era demasiado para Haine, el cual estaba allí para buscar un tesoro y ese lugar podría tener algo que le ayudara a encontrarlo... Pues dudaba mucho que el tesoro estuviera allí. —Bien... ¿Queréis jugar? Pues jugamos... Sí, vamos a jugar...— dijo Haine en voz ligeramente más baja de lo normal mientras desenfundaba sus dos pistolas. Cambió de idea, no quería herir a aquellos animales pues apreciaba más a esa especie desconocida que a cualquier humano. Por tanto volvió a guardar estos dos armas de munición real y tomó la pistola de aire comprimido, Tifón plateado, su pistola indestructible que aún no había tenido ocasión apenas de probar en combate real. Absorbería aire cuando fuera a empezar el combate, pero para evitar que las heridas pudieran ser mortales no lo cargaría entero y así las ondas expansivas no los matarían. —Adelante, ¡vamos a pelear!— los provocó Haine.
Si la cosa se ponía tensa aún tenía su maniquí. Poseerlo con su akuma podría ser lo único que lo salvara si no quería matar a aquellos animales, aunque quizás le sorprendían y eran más fuertes de lo que parecía. —Odio los terrenos arenosos... Sobretodo si estos están rodeados por agua que puede matarme... Vaya asco.— dijo Haine que preferiría mil veces estar en tierra firme. Pero así era el asunto, quien no arriesga no gana. Get ready for the next battle!
[Decido darme de ostias con las tortugas ninja]
Edito para añadir el enlace de la pelea, para que quede claro pese a que ya lo ha puesto el narrador.
Y tras bordear algunas piedras y estar a punto de darse la vuelta para, triste, decirle a Nikolas que entrara en la bahía para acercarlo y ya desde ahí avanzar hasta algún lugar elevado de la isla comprobó que sí que había algo que investigar allí. Se asomó con cuidado para ver una especie de puerta, o quizás una piedra enorme... O quizás una mezcla de ambas. Algo sospechoso, en resumen, algo que merece la pena investigar por al menos treinta segundos antes de cansarse y continuar la búsqueda por otro lado. Mira a su alrededor para ver si alguien lo está siguiendo, sus ojos no detectan ningún tipo de intruso a sus espaldas... Pero con el primer paso se da cuenta de que no ha sido sólo él el que ha escuchado ese pequeño desliz de la arena, sino que unas extrañas morsas con caparazón se habían puesto en guardia tras detectar su presencia. ¿Defendían aquella puerta o solo estaban allí pues habían creado allí su territorio por casualidad? —Uo, uo, uo, uo... ¡Tranquilos fieras!— dijo con movimientos algo imprecisos y alzando las manos anteponiendo estas a sus rivales.
Podría marcharse, pero la inquietud y el desconocimiento de lo que podría haber ahí detrás era demasiado para Haine, el cual estaba allí para buscar un tesoro y ese lugar podría tener algo que le ayudara a encontrarlo... Pues dudaba mucho que el tesoro estuviera allí. —Bien... ¿Queréis jugar? Pues jugamos... Sí, vamos a jugar...— dijo Haine en voz ligeramente más baja de lo normal mientras desenfundaba sus dos pistolas. Cambió de idea, no quería herir a aquellos animales pues apreciaba más a esa especie desconocida que a cualquier humano. Por tanto volvió a guardar estos dos armas de munición real y tomó la pistola de aire comprimido, Tifón plateado, su pistola indestructible que aún no había tenido ocasión apenas de probar en combate real. Absorbería aire cuando fuera a empezar el combate, pero para evitar que las heridas pudieran ser mortales no lo cargaría entero y así las ondas expansivas no los matarían. —Adelante, ¡vamos a pelear!— los provocó Haine.
Si la cosa se ponía tensa aún tenía su maniquí. Poseerlo con su akuma podría ser lo único que lo salvara si no quería matar a aquellos animales, aunque quizás le sorprendían y eran más fuertes de lo que parecía. —Odio los terrenos arenosos... Sobretodo si estos están rodeados por agua que puede matarme... Vaya asco.— dijo Haine que preferiría mil veces estar en tierra firme. Pero así era el asunto, quien no arriesga no gana. Get ready for the next battle!
[Decido darme de ostias con las tortugas ninja]
- Where is Haine?:
Edito para añadir el enlace de la pelea, para que quede claro pese a que ya lo ha puesto el narrador.
Pato Tamashi
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Tsk, panda de blandengues. No tenía intención ni esperanza de que se me unieran más de un puñado de dos o tres personas, mas, ni siquiera eso. Al parecer todos preferían asegurar su cabeza o suicidarse, según se mire. Acabé por adentrarme al bosque yo solo. Crují mi cuello y empecé a bufar un poco, no me gustaba el ambiente, parecía que nos encontráramos en alguna novela de Poe. Pude notar como la temperatura empezaba a bajar, y miré al cielo. No tenía pinta de que la atmósfera estuviera cambiando y los cielos le regalaran a la isla una bonita tormenta, tormenta que pude llegar a escuchar. Sin embargo no había ni una sola gota de agua, ni un trueno ensordeciéndonos, solo la niebla que cubría todo el ambiente. Lo único que se me ocurría era que la isla debía de ser muy seguramente el centro de la tormenta, lo que producía un efecto de rechazo para que cayera aquí nada, dejando que las nubes con cargas se vaciaran llegando el borde de la isla. Ya hube leído de fenómenos como estos en esta isla, y es así debido a su posición. Isla curiosa cuanto menos, y cada vez me decía a mi mismo y a Hulk que mereció la pena el haber venido. Aquella luna roja… era muy bella. Hizo que la luz que se emitía fuera de un color rosado, haciendo brillar las hojas de los árboles, iluminando el camino y aclarando la niebla de una forma jamás vista. Resultaba cuanto menos inquietante, y quién sabe, tal vez para algunos llegara a ser terrorífico.
No satisfecho, la fauna local ayudaría a que mis compañeros se cambiaran de pantalones con esos aullidos, y esos aularios de los búhos. A mi no me molestaba, lo único que deseaba era poder encontrar algo en ésta isla de una vez, tanto bosque me estaba cansando. Ya tuve bosque suficiente durante tres añitos, no me gustaba. Pasados unos matorrales escuché el galope de unos caballos. Pasaron cerca… Se dirigían hacia mi antigua posición, dirección sur. Vaya, al final podría ser otra cosa lo que asustaría a mis compañeros a parte de los piratas. Pero eso ya no me importa, es su problema, yo debía continuar mi ruta.
[…]
Tras un par de minutos la rojiza luna me iluminó un camino hasta un claro. El bosque cesaba, callaba, y me dejaba pasar. –Tsk, y ahora qué. –Me dije a mi mismo justo después de haber visto lo que parecía ser una silueta humana. Por suerte portaba la cazadora de la marina, y de esta forma si era un civil podría obligarle a marchar, si fuera marine o miembro del gobierno utilizar mi coartada… Pero si se llegara a tratar de un criminal… Hulk estaba más que preparado para salir cuando yo gustara, es más, empezó susurrarme un plan de emboscada que tenía. Pero no, se trataba de un civil de manera segura. Me dirigió la palabra, amigable, se le veía buena cara. Pero mi instinto me decía que no era un civil normal, ¿quién sería? Cabello corto, blanquecino, ropas de persona formal aunque casual. Me recordaba al típico inspector de la típica novela negra. Me reafirmo con respecto a Poe.
No me interesó lo más mínimo lo que me dijo hasta que me señaló el centro del claro. Allí había un castillo de una arquitectura típica, circular, piedra y grisácea. Según mis informes en ésta isla se encontraba un castillo, y debía de ser ese. Tenía suerte, al parecer me encontré con la mismísima entrada. Había venido a investigar, así que no podía dejar pasar esto por alto. El muchacho me ofreció una colaboración para investigar. Menudo personaje, no me interesaba ser molestado, pero en fin. Seguramente no tuviera más opción, si mi instinto no me falla no sería buena idea entablar una disputa, sin contar que no me agradan. –Si no me molestas tienes permiso de venir conmigo. –Le dije de forma tajante, seria y fría. Aunque no quisiera empezar una disputa, seguramente no le guste mi forma de hablar, como a casi cualquier persona, pero es lo que toca, den gracias que no dejo suelto de costumbre a Hulk.
Fui hasta la misma entrada y esperé a que se acercara mi nuevo compañero. Veamos lo que nos depara este “siniestro” lugar.
No satisfecho, la fauna local ayudaría a que mis compañeros se cambiaran de pantalones con esos aullidos, y esos aularios de los búhos. A mi no me molestaba, lo único que deseaba era poder encontrar algo en ésta isla de una vez, tanto bosque me estaba cansando. Ya tuve bosque suficiente durante tres añitos, no me gustaba. Pasados unos matorrales escuché el galope de unos caballos. Pasaron cerca… Se dirigían hacia mi antigua posición, dirección sur. Vaya, al final podría ser otra cosa lo que asustaría a mis compañeros a parte de los piratas. Pero eso ya no me importa, es su problema, yo debía continuar mi ruta.
[…]
Tras un par de minutos la rojiza luna me iluminó un camino hasta un claro. El bosque cesaba, callaba, y me dejaba pasar. –Tsk, y ahora qué. –Me dije a mi mismo justo después de haber visto lo que parecía ser una silueta humana. Por suerte portaba la cazadora de la marina, y de esta forma si era un civil podría obligarle a marchar, si fuera marine o miembro del gobierno utilizar mi coartada… Pero si se llegara a tratar de un criminal… Hulk estaba más que preparado para salir cuando yo gustara, es más, empezó susurrarme un plan de emboscada que tenía. Pero no, se trataba de un civil de manera segura. Me dirigió la palabra, amigable, se le veía buena cara. Pero mi instinto me decía que no era un civil normal, ¿quién sería? Cabello corto, blanquecino, ropas de persona formal aunque casual. Me recordaba al típico inspector de la típica novela negra. Me reafirmo con respecto a Poe.
No me interesó lo más mínimo lo que me dijo hasta que me señaló el centro del claro. Allí había un castillo de una arquitectura típica, circular, piedra y grisácea. Según mis informes en ésta isla se encontraba un castillo, y debía de ser ese. Tenía suerte, al parecer me encontré con la mismísima entrada. Había venido a investigar, así que no podía dejar pasar esto por alto. El muchacho me ofreció una colaboración para investigar. Menudo personaje, no me interesaba ser molestado, pero en fin. Seguramente no tuviera más opción, si mi instinto no me falla no sería buena idea entablar una disputa, sin contar que no me agradan. –Si no me molestas tienes permiso de venir conmigo. –Le dije de forma tajante, seria y fría. Aunque no quisiera empezar una disputa, seguramente no le guste mi forma de hablar, como a casi cualquier persona, pero es lo que toca, den gracias que no dejo suelto de costumbre a Hulk.
Fui hasta la misma entrada y esperé a que se acercara mi nuevo compañero. Veamos lo que nos depara este “siniestro” lugar.
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En el islote comienza una épica batalla entre un hombre y una panda de manatíes mafiosos...
https://www.onepiece-definitiverol.com/t10895-la-pandilla-de-manaties-matones-haine-vs-kung-fu-dugongs#115161
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En un abrir y pestañear de ojos, las nubes se habían colocado sobre nuestras cabezas en el cielo, aunque en la superficie no había demasiado viento. Cuando oí la voz del vicealmirante, el cual nos llamaba para reunirnos en la plaza mayor del poblado. Este nos informó de que un grupo de la Armada Revolucionaria se acercaba desde el Sur o desde el Oeste. No me acordaba muy bien, pero fuese donde fuese, teniamos que cortarles el paso, aunque también algunos ofrecidos debían quedarse en la aldea por si llegaba la banda de Shirokami. No ví a nadie con intención de ir a por los revolucionarios, por lo que yo me ofrecí, y asi ganar tiempo, porque al detener a los revolucionarios cuanto antes, nos evitariamos problemas en un futuro.
-Si muero, moriré con la intención de que esos tipejos no se lleven el tesoro o lo que sea que busquen.- me dije sonriendome.
Pregunté a uno de mis compañeros la ubicación del lugar en el que atracó la Armada Revolucionaria. Me respondió con un frío ''No lo se'', por lo que le eché una mirada penetrante. No conocía a ese Marine, tenía el pelo negro y llevaba una gorra de la Marina, en su boca entre sus labios carnosos llevaba un cigarrillo, el cual se fumaba como el que no quiere la cosa. Tras preguntar a varias personas, acabé sabiendo la dirección a la que me debía dirigir para exterminar (o al menos a intentarlo) a esos malditos revolucionarios. Decidí adelantarme, para inspeccionar un poco el terreno. Al salir del poblado por el Este, observé que solamente había una pradera y alguna que otra colina. Allí, había algunas vacas, malas hiervas, un gran campo de rosales y un largo camino de tierra que conducía hacia un bosque, el cual pensé que llevaría a la costa, ya que cuando llegamos no huvo que andar mucho para llegar al poblado. Seguí andando por aquel sendero hasta que en me adentré en el pequeño bosque,no se veía mucho porque el cielo estaba nublado solamente iluminaba la luz rojiza de aquella hermosa luna. En el bosque había gran variedad de animales e insectos, los cuales yo respetaba y ellos a mí. Seguidamente, continué caminando despreocupado por aquel sendero camino a la costa.
-Si muero, moriré con la intención de que esos tipejos no se lleven el tesoro o lo que sea que busquen.- me dije sonriendome.
Pregunté a uno de mis compañeros la ubicación del lugar en el que atracó la Armada Revolucionaria. Me respondió con un frío ''No lo se'', por lo que le eché una mirada penetrante. No conocía a ese Marine, tenía el pelo negro y llevaba una gorra de la Marina, en su boca entre sus labios carnosos llevaba un cigarrillo, el cual se fumaba como el que no quiere la cosa. Tras preguntar a varias personas, acabé sabiendo la dirección a la que me debía dirigir para exterminar (o al menos a intentarlo) a esos malditos revolucionarios. Decidí adelantarme, para inspeccionar un poco el terreno. Al salir del poblado por el Este, observé que solamente había una pradera y alguna que otra colina. Allí, había algunas vacas, malas hiervas, un gran campo de rosales y un largo camino de tierra que conducía hacia un bosque, el cual pensé que llevaría a la costa, ya que cuando llegamos no huvo que andar mucho para llegar al poblado. Seguí andando por aquel sendero hasta que en me adentré en el pequeño bosque,no se veía mucho porque el cielo estaba nublado solamente iluminaba la luz rojiza de aquella hermosa luna. En el bosque había gran variedad de animales e insectos, los cuales yo respetaba y ellos a mí. Seguidamente, continué caminando despreocupado por aquel sendero camino a la costa.
- Aclaración:
- Por si no quedo claro, me dirijo aquí :muajaja:
Saito
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Me encontraba en el barco de los “Legendary Hunters” Un gremio de cazadores muy conocidos, el joven con el que me encontré hace muchísimo en la isla cactus era su líder, el muchacho se llamaba Kaito.Tras conocernos en aquel extraño paraje me propuso unirme a su gremio, yo acepté pero dejé algunos detalles de mi pensamiento, “yo soy un Ronin y nada me ata en este basto mundo”.
Estando en mi camarote pude escuchar las réplicas de Kaito hacia la marina, la verdad es que no se encontraba muy cómodo con la carta que le mandó la marina pidiéndonos nuestra ayuda.
-Te quejas mucho pero bien que has aceptado muchacho, como se nota que el dinero hace cambiar a las personas de opinión… - Dije en voz baja-
Retiré mi sombrero de paja de mi cara y me levanté de la cama con pocas ganas de dejarla sola y desamparada, me dirigí hacia mis katanas que estaban apoyadas en el escritorio de madera y me fuí al exterior.
Al salir escuché a Kaito decir que debíamos desembarcar para montarnos en un bote, ya que al parecer había dificultades para llegar. Al salir de mi habitación pude ver una niebla que envolvía la costa, era lógico que Kaito prefiriera acercarse con un bote.
-¡Kaito, no estés tan gruñón a estas horas! – Vociferé en tono amistoso-
Cuando llegué al boté me senté a su lado y esperé a los demás integrantes del gremio. Navegamos con el bote buscando un lugar para llegar a la isla intentando evadir las enormes rocas que nos dificultaban la llegada a la costa. Con mucho esfuerzo llegamos a la costa y me bajé del bote, el lugar estaba tan silencioso que me recordó al primer encuentro que tuve con Kaito. Lo único que se veía en los alrededores eran colinas y una especie de ciudad en ruinas hacia el este, me fijé más detenidamente al este y pude ver un sendero que cruzaba entre las elevaciones.
-Creo que será mejor seguir este sende… - Un grito cortó mi explicación-
Pude ver como un marine salió volando y se chocó con una pared, tras esto apareció un hombre enorme, este mediría cerca de 3 metros de altura. Su aspecto no era cordial sobretodo porque arrastraba el cuerpo de un marine por el suele, aquella mala bestia tenía los puños ensangrentados y su rostro se mostraba feroz.
-¿Ese no es Tartaroth...? –Desenfunde mis katanas preparado para lo que surgiera- Kaito… no podemos dejar que una mala bestia como el ande suelta por el lugar, mira lo que a echo.
Estando en mi camarote pude escuchar las réplicas de Kaito hacia la marina, la verdad es que no se encontraba muy cómodo con la carta que le mandó la marina pidiéndonos nuestra ayuda.
-Te quejas mucho pero bien que has aceptado muchacho, como se nota que el dinero hace cambiar a las personas de opinión… - Dije en voz baja-
Retiré mi sombrero de paja de mi cara y me levanté de la cama con pocas ganas de dejarla sola y desamparada, me dirigí hacia mis katanas que estaban apoyadas en el escritorio de madera y me fuí al exterior.
Al salir escuché a Kaito decir que debíamos desembarcar para montarnos en un bote, ya que al parecer había dificultades para llegar. Al salir de mi habitación pude ver una niebla que envolvía la costa, era lógico que Kaito prefiriera acercarse con un bote.
-¡Kaito, no estés tan gruñón a estas horas! – Vociferé en tono amistoso-
Cuando llegué al boté me senté a su lado y esperé a los demás integrantes del gremio. Navegamos con el bote buscando un lugar para llegar a la isla intentando evadir las enormes rocas que nos dificultaban la llegada a la costa. Con mucho esfuerzo llegamos a la costa y me bajé del bote, el lugar estaba tan silencioso que me recordó al primer encuentro que tuve con Kaito. Lo único que se veía en los alrededores eran colinas y una especie de ciudad en ruinas hacia el este, me fijé más detenidamente al este y pude ver un sendero que cruzaba entre las elevaciones.
-Creo que será mejor seguir este sende… - Un grito cortó mi explicación-
Pude ver como un marine salió volando y se chocó con una pared, tras esto apareció un hombre enorme, este mediría cerca de 3 metros de altura. Su aspecto no era cordial sobretodo porque arrastraba el cuerpo de un marine por el suele, aquella mala bestia tenía los puños ensangrentados y su rostro se mostraba feroz.
-¿Ese no es Tartaroth...? –Desenfunde mis katanas preparado para lo que surgiera- Kaito… no podemos dejar que una mala bestia como el ande suelta por el lugar, mira lo que a echo.
Rei Arslan
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La tormenta cada vez estaba más cerca y manejar el barco no es que fuese una tarea fácil pues los fuertes vientos de las mareas empezaban a llevar al barco hacia las orillas de la isla lo que podía producir un desastroso accidente. Finalmente conseguí mantener el barco fijo en el agua a pesar del oleaje. Bajé de la zona del timón y me fui hasta la cubierta, allí desde la barandilla hice un pequeño tobogán de hielo que llevaba hasta la orilla en la que se encontraban las praderas. Apoyé mis piernas para subirme y me giré -Arribor, te ha tocado el premio de venir conmigo, vayámonos- Dije mientras bajaba hasta llegar al suelo.
Una vez allí pude ver que el cielo comenzaba a oscurecerse debido a la puesta de sol y a que la luna sangrienta salía. Lo que mis ojos vieron al pisar la hierba fue un fenómeno meteorológico que raras veces ocurría, pero era impresionante de ver. A nuestro alrededor se cernían bosques rojizos, un color un tanto extraño para la naturaleza. La tormenta seguía avanzando y rodeó toda la isla dejando solo el centro con claridad. Esto no era para nada normal, no se si deberíamos empezar a preocuparnos.
Comencé a caminar un poco hacia adelante y de repente vi como unas figuras blancas flotantes se acercaban -¿Qué es eso?- Pregunté parada hasta que empecé a retroceder hasta donde estaba Arribor. -¿¡Fantasmas?!- Grité asustada. Estaba sorprendida por esas apariciones que se dirigían hacia nosotros y lo que más me hacía dudar era de como podríamos defender de eso si jamás había luchado contra algo así.
Poco a poco iban pululando hasta llegar cerca de nosotros, lo único que hice fue sacar mis katanas y a la vez crear una barrera de hielo ante Arribor y yo para protegernos pero se ve que no sirvió de nada. La atravesaron como si nada, en ese momento comencé a alejarme lentamente y vi a la persona que al final me había resultado conocida, aunque bastante cambiada, aquel chico rarito estaba completamente distinto a lo que una vez conocí.
Seguía intentando huir pero era imposible dos fantasmas se habían acercado a mi y noté como me atravesaban. Me senté el suelo completamente deprimida y con una expresión pálida y de tristeza. -¿Qué estoy haciendo con mi vida...?- me preguntaba a cada rato, las margaritas rebosaban por las praderas -Estúpidas margaritas que llenáis todo de color... que pasaría si... prendo fuego?- ladeaba mi cabeza de un lado a otro deprimida, saqué mi Brothers of Pain y con la zona de fuego comencé a presionarla sobre la hierba en donde empezó a salir humillo y alguna que otra llama. Ahora había una columna de fuego que estaba comenzando a arder poco a poco -Ya no me queda nada por lo que vivir... y... ¿me tirase al mar?- decía en voz alta tristemente. Llevaba un buen rato en esa forma y el tiempo parecía que se hacía eterno aunque había perdido la cuenta. Comencé a arrastrarme sin fuerzas hasta la orilla para poder zambullirme el mar.
Cuando estaba completamente al borde y a punto de tirarme noté como en mi mente se empezaba a despejar y en cuanto me vi en esa situación me eché rápidamente hacia atrás y me levanté para observar como se encontraba mi compañero y la otra persona. Los fantasmas comenzaron a alejarse, las llamas habían quemado parte de las praderas y poco a poco se iban extinguiendo y a lo lejos sobre el bosque de árboles rojizos estaba una especie figura espectral cabalgando sobre un corcel. Apenas me moví de mi sitio y en voz alta dije -Que está pasando en esta isla...
Flea
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- La próxima tomaré la decisión yo mismo y no te preguntaré. - Le comenté a Leonel, algo molesto, debido a que, al no contestarme a tiempo, los Marines del sudeste hundieron uno de nuestros tres buques. De repente, y como quien no quiere la cosa, el Comandante Azumi Kento cae a nuestro lado, le dice unas palabras al peliazul, y se desmaya. Tenía heridas por todo el cuerpo. Yo en un rápido acto, lo coloqué panza arriba para analizar sus heridas. No eran demasiado graves, y menos para un hombre de la talla del Comandante, pero lo cierto era que eran bastantes. Una cosa tras la otra: Seguido de la caída de Kento, comenzó una tormenta, pero lo más extraordinario era que la misma se llevaba a cabo alrededor de la isla, y no sobre ella.
Había varias cosas claras. La primera era que no podíamos pedir refuerzos, ya que no podrían cruzar la terrible tormenta, y la segunda era que nosotros no podríamos salir de la isla. Sin embargo, dejé de pensar en esas cosas y me centré en curar las heridas del Comandante. Mis habilidades como médico no eran las mejores, por lo que me centré en curar la de mayor gravedad. Saqué un poco de hilo de mi bolsillo, lo corté con mi espada, lo pase por la aguja, la cual estaba guardad en mi otro bolsillo, y comencé a coser. Aquella herida se encontraba en la zona abdominal, pero por suerte no era demasiado profunda, y no dañó ningún órgano vital.
Por suerte comenzaba a oscurecer, y entre las nubes y los árboles del bosque, impedía que alguien con visión normal nos descubriese. Escondidos allí estaríamos seguros. Luego de hacer seis puntos, tres de cada lado, me arranqué la manga de mi remera, y la usé como venda, para impedir un desangrado en la herida. En ese momento fue cuando empecé a dudar: ¿Era este el verdadero Comandante Azumi Kento? ¿No podría ser un doble? Como primer punto, por algo nos mandó a nosotros y al resto de la Revolución, ¿Para qué iba a estar aquí? Y en segundo lugar, difícilmente una persona tan poderosa como él, iba a ser herido de tal manera, ¿Significa eso que en la isla hay una persona más fuerte que Azumi Kento? ¿O como supuse antes, era un doble para engañarnos?
Recordé las palabras que dijo cuando cayó en frente nuestro... "Me pillaron por sorpresa"... eso podría ser la explicación de por qué lo hirieron, y que no necesariamente tendría que ser alguien más fuerte que él... "Todo esto ha sido una trampa, y no del Gobierno"... ¿Entonces de quién? ¿Quién más se alza en nuestra contra? Esas cuatro palabras no paraban de resonar en mi mente. Me tomé el mentón con mi mano derecha, y le consulté a Leonel.
- Una trampa, y no del Gobierno. ¿Quién crees que puede ser? - La luna tornaba un color rojo carmesí de mi agrado, mientras la tormenta seguía a su rollo. Sólo esperaba que el Comandante recobrara la consciencia rápidamente, para poder unirnos los tres a la batalla, y ayudar a nuestros camaradas.
Había varias cosas claras. La primera era que no podíamos pedir refuerzos, ya que no podrían cruzar la terrible tormenta, y la segunda era que nosotros no podríamos salir de la isla. Sin embargo, dejé de pensar en esas cosas y me centré en curar las heridas del Comandante. Mis habilidades como médico no eran las mejores, por lo que me centré en curar la de mayor gravedad. Saqué un poco de hilo de mi bolsillo, lo corté con mi espada, lo pase por la aguja, la cual estaba guardad en mi otro bolsillo, y comencé a coser. Aquella herida se encontraba en la zona abdominal, pero por suerte no era demasiado profunda, y no dañó ningún órgano vital.
Por suerte comenzaba a oscurecer, y entre las nubes y los árboles del bosque, impedía que alguien con visión normal nos descubriese. Escondidos allí estaríamos seguros. Luego de hacer seis puntos, tres de cada lado, me arranqué la manga de mi remera, y la usé como venda, para impedir un desangrado en la herida. En ese momento fue cuando empecé a dudar: ¿Era este el verdadero Comandante Azumi Kento? ¿No podría ser un doble? Como primer punto, por algo nos mandó a nosotros y al resto de la Revolución, ¿Para qué iba a estar aquí? Y en segundo lugar, difícilmente una persona tan poderosa como él, iba a ser herido de tal manera, ¿Significa eso que en la isla hay una persona más fuerte que Azumi Kento? ¿O como supuse antes, era un doble para engañarnos?
Recordé las palabras que dijo cuando cayó en frente nuestro... "Me pillaron por sorpresa"... eso podría ser la explicación de por qué lo hirieron, y que no necesariamente tendría que ser alguien más fuerte que él... "Todo esto ha sido una trampa, y no del Gobierno"... ¿Entonces de quién? ¿Quién más se alza en nuestra contra? Esas cuatro palabras no paraban de resonar en mi mente. Me tomé el mentón con mi mano derecha, y le consulté a Leonel.
- Una trampa, y no del Gobierno. ¿Quién crees que puede ser? - La luna tornaba un color rojo carmesí de mi agrado, mientras la tormenta seguía a su rollo. Sólo esperaba que el Comandante recobrara la consciencia rápidamente, para poder unirnos los tres a la batalla, y ayudar a nuestros camaradas.
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Había pasado un rato caminando, en el cual el día se había oscurecido no solo por el anochecer, sino también por una inmensa nube que no dejaba pasar ni un minúsculo rayo de sol, por si pudiese quedar alguno que pasase el sol se había ocultado en el firmamento. Pero eso no me resulto muy curioso porque apenas entendía nada del clima, lo que de verdad me llamó la alarmante y sorprendente fue que me encontrara solo si había partido con Guny y Worgulv “que pierda al eneno lo puedo entender, pero que pierda a un vikingo no, ¿donde coño se han metido esos dos?” pensé mientras seguía avanzando en mi solitaria caminata.
Sin comerlo ni beberlo, acabe en mitad del pueblo, las casas, de tamaño unifamiliar, que lo componían estaban medio destruidas por el tiempo, parecía que allí no viviese nadie desde hacia muuucho tiempo, sin embargo, entre las casas pude ver algo de ajetreo parecían personas moviéndose de un lado para otro, tras fijarme un poco más pude ver que eran marines “lo que me faltaba, ahora marines en la isla, y no creo que pueda hacer mucho contra ellos,creo que debería de ir a avisar al capitán antes de que les puedan emboscar, aunque apenas he investigado nada”Es lo que andaba rodando por mi cabeza.
Al final decidí informar al resto de la tripulación que aunque sabía que eran fuertes, una emboscada podría truncar bastante nuestros planes en la isla. Sin más dilación en mi cabeza volví a salir del pueblo antes de que alguien me viese, en dirección de nuevo al muelle, esperaba que aun siguiesen allí para informarlos a tiempo.
Sin comerlo ni beberlo, acabe en mitad del pueblo, las casas, de tamaño unifamiliar, que lo componían estaban medio destruidas por el tiempo, parecía que allí no viviese nadie desde hacia muuucho tiempo, sin embargo, entre las casas pude ver algo de ajetreo parecían personas moviéndose de un lado para otro, tras fijarme un poco más pude ver que eran marines “lo que me faltaba, ahora marines en la isla, y no creo que pueda hacer mucho contra ellos,creo que debería de ir a avisar al capitán antes de que les puedan emboscar, aunque apenas he investigado nada”Es lo que andaba rodando por mi cabeza.
Al final decidí informar al resto de la tripulación que aunque sabía que eran fuertes, una emboscada podría truncar bastante nuestros planes en la isla. Sin más dilación en mi cabeza volví a salir del pueblo antes de que alguien me viese, en dirección de nuevo al muelle, esperaba que aun siguiesen allí para informarlos a tiempo.
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Shintaro caminaba tranquilamente, su mirada era tranquila y ni siquiera se había dado el tiempo de darse cuenta si sus nakamas lo estaban siguiendo o no, pero tampoco era que le importara mucho ya que sabía que podía estar solo en la isla sin muchas complicaciones y que podía sobrevivir estando solo, fue entonces que logró darse cuenta que su camino se empezaba a complicar en cierta manera ya que ligeras colinas y unas pendientes suaves de hierbas asoman en su camino, lo que hace que ver por dónde seguir para el peli verde se complicará, suspiro lentamente mientras notaba que la luz lentamente empezaba a escasear, no le dio importancia ya que su camino solo tenía que seguir hacia adelante y definitivamente llegaría a algún lugar interesante o por lo menos a la salida de este lugar.
Tuvo que frenarse unos segundos al notar que ahora sí que no se veía nada, una sonrisa macabra se formó en sus labios, sus sentidos rápidamente se pusieron alerta no podía darse el lujo de ser emboscado ante cualquier idiota qué pensara en hacerle frente, suspiro de forma tranquila para luego sacarse las manos de sus bolsillos, con la mano derecha se ajustó las gafas para luego seguir avanzando en plena oscuridad, sus oídos estaban alerta aunque de momento solo escuchaba el canto de los grillos nocturnos y de vez en cuando el canto de los búhos, a pesar de que sus oídos estaban mejorados no podía oír algo más, pero aun así era momento de “desaparecer” y entonces de la nada los sonidos de sus pasos empezaron a cada vez ser menos hasta terminar por desaparecer por completo. Ahora sí que Shintaro estaba listo para sorprender o bien para terminar siendo sorprendido.
Midorima: Ahora que lo pienso, no sería malo tener una linterna…no se ve un carajo.
Mencionó en un susurro que se lo llevó el viento, tuvo que frenarse en seco al darse cuenta de que las colinas cada vez se hacían más grandes y que al parecer había llegado a una hondada entre estas, su mirada se quedó pegada al observar dos cosas, la primera era una especie de forma redonda formada por piedras y que tenía todas las pintas de ser algo para un ritual, lo segundo que observó fue que el suelo estaba lleno de cadáveres, no había que ser un experto en medicina para darse cuenta de que eran recientes, se agachó para observarlos de mejor manera su sonrisa se amplió aún más al darse cuenta de que eran unos malditos marines. Midorima: Sea lo que sea que los mató se lo merecen, unos insectos menos para el mundo…pero me pregunto si el asesino estará rondando por los alrededores… pensaba mientras se levantaba, y entonces escuchó un suave gruñido…en su cabeza se vino la clara imagen de su capitán que siempre hacía esa especie de sonido, pero que descartó al ver dos puntos rojos que se acercaban de forma lenta y también escuchaba con atención otro gruñido proveniente de su espalda, su instinto le hizo imbuir ambos brazos en su Haki Armadura y prepararse para lo peor.
Una sonrisa sádica se dibujó en su rostro al ver la figura de aquel ser ante la luz lunar…un cadejo negro…una gota de sudor frío recorrió su sien derecha mientras retrocedía dos pasos hacia su izquierda quedando así en una forma triangular con los dos cadejos negros que se acercaban a su posición, al fin esto se ponía interesante y no pudo evitar reír algo despacio aunque se notaba lo sádico tanto en aquella risita y también en su mirada. Huir no era una opción, ni siquiera lo había pensado, iba a luchar e iba a ganar si o si.
Midorima: Vengan pequeños lindos perritos, les daré una buena tunda.
Tuvo que frenarse unos segundos al notar que ahora sí que no se veía nada, una sonrisa macabra se formó en sus labios, sus sentidos rápidamente se pusieron alerta no podía darse el lujo de ser emboscado ante cualquier idiota qué pensara en hacerle frente, suspiro de forma tranquila para luego sacarse las manos de sus bolsillos, con la mano derecha se ajustó las gafas para luego seguir avanzando en plena oscuridad, sus oídos estaban alerta aunque de momento solo escuchaba el canto de los grillos nocturnos y de vez en cuando el canto de los búhos, a pesar de que sus oídos estaban mejorados no podía oír algo más, pero aun así era momento de “desaparecer” y entonces de la nada los sonidos de sus pasos empezaron a cada vez ser menos hasta terminar por desaparecer por completo. Ahora sí que Shintaro estaba listo para sorprender o bien para terminar siendo sorprendido.
Midorima: Ahora que lo pienso, no sería malo tener una linterna…no se ve un carajo.
Mencionó en un susurro que se lo llevó el viento, tuvo que frenarse en seco al darse cuenta de que las colinas cada vez se hacían más grandes y que al parecer había llegado a una hondada entre estas, su mirada se quedó pegada al observar dos cosas, la primera era una especie de forma redonda formada por piedras y que tenía todas las pintas de ser algo para un ritual, lo segundo que observó fue que el suelo estaba lleno de cadáveres, no había que ser un experto en medicina para darse cuenta de que eran recientes, se agachó para observarlos de mejor manera su sonrisa se amplió aún más al darse cuenta de que eran unos malditos marines. Midorima: Sea lo que sea que los mató se lo merecen, unos insectos menos para el mundo…pero me pregunto si el asesino estará rondando por los alrededores… pensaba mientras se levantaba, y entonces escuchó un suave gruñido…en su cabeza se vino la clara imagen de su capitán que siempre hacía esa especie de sonido, pero que descartó al ver dos puntos rojos que se acercaban de forma lenta y también escuchaba con atención otro gruñido proveniente de su espalda, su instinto le hizo imbuir ambos brazos en su Haki Armadura y prepararse para lo peor.
Una sonrisa sádica se dibujó en su rostro al ver la figura de aquel ser ante la luz lunar…un cadejo negro…una gota de sudor frío recorrió su sien derecha mientras retrocedía dos pasos hacia su izquierda quedando así en una forma triangular con los dos cadejos negros que se acercaban a su posición, al fin esto se ponía interesante y no pudo evitar reír algo despacio aunque se notaba lo sádico tanto en aquella risita y también en su mirada. Huir no era una opción, ni siquiera lo había pensado, iba a luchar e iba a ganar si o si.
Midorima: Vengan pequeños lindos perritos, les daré una buena tunda.
- Aclaraciones:
- En el segundo párrafo su oído mejorado es por su subprofesión, y no le preste atención al ser alado por la situación en la que estoy. Y si, me quedo a luchar contra los cadejos ^^
Zombienrelleno
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Conseguí esquivar el gran acantilado, pero el barco sufrió unos pequeños daños en su lado. Unas nubes extrañas empezaron a rodear la isla y, mi barco, se veía arrastrado por el gran barco. Lleguemos a una pradera, el cielo se tornaba oscuro y yo tenía hambre. Mi barco acabó estrellándose contra la pradera y, allí se quedó encallado. La proa del barco estaba destrozada y todo por culpa de no tener un navegante en la banda. Me acerqué a Axys y le acaricié la cabeza con mi mano blanca y grande.
- Vamos, es hora de salir de aquí, hemos tenido un pequeño problema. - Le decía mientras me alejaba de él.
Bajé de un pequeño salto, acompañado de un vuelo y aterricé en las praderas junto a Raion. Estaban llenas de flores y mucho pasto, era un increíble paisaje verde que me hacía sentir feliz. En ese momento, olvidé lo que había pasado con el barco y empecé a observar el paisaje, aunque oscuro. Había una extraña luna rojiza que le daba un aspecto tétrico al lugar, pero no me importaba, la verdad es que esa luna me gustaba más que las otras, así que me quedé observándola, pensando.. ¿Sabrá a fresa, esa luna? Estaba embobado, mirando como ese color rojizo, cuando de pronto, me dio la sensación de que algo sobrevoló el cielo, pasando por esa luna, lo cual me pareció muy extraño. Seguramente fuese mi imaginación o, tal vez, un ave sobrenatural que acariciaba el aire mientras volaba. Me fijé que la extraña mujer, Chichibucal, estaba ahí también, había bajado creando un puente de hielo, una magia sin duda, alucinante. Mientras seguía adelante, escuché como gritaba esa mujer, de miedo. ¿Fantasmas? ¿De que habla esta loca? Pensé.
Me fijé como unos extraños fantasmas venían hacia nosotros, en todas las direcciones, uno hacia cada uno. Era algo raro y uno de ellos iba directo hacia Axys, lo que me hacía preocupar. Un brillo rodeó mis pies y acto seguido mis pies explotaron.
- Explosive Soul: Supīdoreon
Me moví a gran velocidad hacia Axys, pudiendo esquivar el fantasma que iba hacia mi. Una vez al lado de mi hijo, le empujé con gran fuerza, haciendo que el fantasma me atravesará a mi en vez de a él. Caí al suelo, de rodillas, realmente deprimido. No sabía porqué, pero me encontraba demasiado triste. ¿Que es de mi? ¿Por que mi barco a acabado destrozado? ¿Ahora como seguiré mi aventura? Se preguntaba mi mente mientras posaba mis manos sobre aquellas flores, aplastando estas. Un aura totalmente oscura me rodeó, sin dejarme ver nada, ni si quiera las flores. Todo era negro y eso, no me gustaba nada.
- ¿¡Por que el queso está tan malo!? ¿¡Por que inventaron un sabor tan sumamente asqueroso!? Esto no es vida.. ¡Es mierda! Estoy harto, quiero morir y irme de este mundo.. No sirvo para nada. Años buscando el pez mas sabroso y enorme.. ¿Y que he encontrado? ¡¡Nada!! - Gritaba entre llantos y tristeza.
Mi cuerpo no podía moverse, era realmente una sensación desagradable, me sentía como si fuese algo diminuto, algo inexistente, escoria. Mi cabeza poco a poco caía hacia abajo, mientras mis alas rodeaban mi cuerpo, escondiéndome del mundo. Mis lágrimas resbalaban por mi hocico de unicornio, mi cuerno dorado, ya no brillaba y, mis colores vivos, simplemente se apagaron. Mi olfato no podía oler nada, o eso creía, lo único que podía oler era oscuridad y muerte. ¿Que es lo que me pasa? Yo no soy así.. Pensaba mi cabeza, mientras abría mis alas poco a poco y levantaba mi cabeza. El aura oscura de mi alrededor, que no me dejó ver nada, empezó a desaparecer. Mis manos dejaban de aplastar las flores y un calor tremendo entraba por mi cuerpo. Cuando levanté la mirada, lo único que podía ver, era fuego.
- ¿Que ha pasado? - Decía mientras me levantaba del suelo, observando a mi alrededor.
El fuego poco a poco consumía las flores y yo, no podía saber donde estaba Axys. Empecé a batir mis alas, elevándome sobre el cielo para buscar a mi hijo y activé mi haki de observación. Ahí estás. Pensé al ver la silueta de Axys. Fui volando hacia él y empecé a escampar el fuego, provocando finas ráfagas de aire al batir mis alas. Había salvado a mi hijo, una vez mas y, un extraño aura empecé a percibir. Era un extraño corcel, en el cual había una extraña silueta encima. Empecé a volar hacia él, a gran velocidad, siendo conducido por Shion. Vamos hacia ese bonito corcel. Me decía Shion en mi cabeza. La verdad que no podía discutir con ella, ya que es la que me daba el poder de volar.
¡¡Vamos Shion!! ¡Axys! ¡Raion! - Gritaba mientras volaba hacia aquel extraño corcel.
- Vamos, es hora de salir de aquí, hemos tenido un pequeño problema. - Le decía mientras me alejaba de él.
Bajé de un pequeño salto, acompañado de un vuelo y aterricé en las praderas junto a Raion. Estaban llenas de flores y mucho pasto, era un increíble paisaje verde que me hacía sentir feliz. En ese momento, olvidé lo que había pasado con el barco y empecé a observar el paisaje, aunque oscuro. Había una extraña luna rojiza que le daba un aspecto tétrico al lugar, pero no me importaba, la verdad es que esa luna me gustaba más que las otras, así que me quedé observándola, pensando.. ¿Sabrá a fresa, esa luna? Estaba embobado, mirando como ese color rojizo, cuando de pronto, me dio la sensación de que algo sobrevoló el cielo, pasando por esa luna, lo cual me pareció muy extraño. Seguramente fuese mi imaginación o, tal vez, un ave sobrenatural que acariciaba el aire mientras volaba. Me fijé que la extraña mujer, Chichibucal, estaba ahí también, había bajado creando un puente de hielo, una magia sin duda, alucinante. Mientras seguía adelante, escuché como gritaba esa mujer, de miedo. ¿Fantasmas? ¿De que habla esta loca? Pensé.
Me fijé como unos extraños fantasmas venían hacia nosotros, en todas las direcciones, uno hacia cada uno. Era algo raro y uno de ellos iba directo hacia Axys, lo que me hacía preocupar. Un brillo rodeó mis pies y acto seguido mis pies explotaron.
- Explosive Soul: Supīdoreon
Me moví a gran velocidad hacia Axys, pudiendo esquivar el fantasma que iba hacia mi. Una vez al lado de mi hijo, le empujé con gran fuerza, haciendo que el fantasma me atravesará a mi en vez de a él. Caí al suelo, de rodillas, realmente deprimido. No sabía porqué, pero me encontraba demasiado triste. ¿Que es de mi? ¿Por que mi barco a acabado destrozado? ¿Ahora como seguiré mi aventura? Se preguntaba mi mente mientras posaba mis manos sobre aquellas flores, aplastando estas. Un aura totalmente oscura me rodeó, sin dejarme ver nada, ni si quiera las flores. Todo era negro y eso, no me gustaba nada.
- ¿¡Por que el queso está tan malo!? ¿¡Por que inventaron un sabor tan sumamente asqueroso!? Esto no es vida.. ¡Es mierda! Estoy harto, quiero morir y irme de este mundo.. No sirvo para nada. Años buscando el pez mas sabroso y enorme.. ¿Y que he encontrado? ¡¡Nada!! - Gritaba entre llantos y tristeza.
Mi cuerpo no podía moverse, era realmente una sensación desagradable, me sentía como si fuese algo diminuto, algo inexistente, escoria. Mi cabeza poco a poco caía hacia abajo, mientras mis alas rodeaban mi cuerpo, escondiéndome del mundo. Mis lágrimas resbalaban por mi hocico de unicornio, mi cuerno dorado, ya no brillaba y, mis colores vivos, simplemente se apagaron. Mi olfato no podía oler nada, o eso creía, lo único que podía oler era oscuridad y muerte. ¿Que es lo que me pasa? Yo no soy así.. Pensaba mi cabeza, mientras abría mis alas poco a poco y levantaba mi cabeza. El aura oscura de mi alrededor, que no me dejó ver nada, empezó a desaparecer. Mis manos dejaban de aplastar las flores y un calor tremendo entraba por mi cuerpo. Cuando levanté la mirada, lo único que podía ver, era fuego.
- ¿Que ha pasado? - Decía mientras me levantaba del suelo, observando a mi alrededor.
El fuego poco a poco consumía las flores y yo, no podía saber donde estaba Axys. Empecé a batir mis alas, elevándome sobre el cielo para buscar a mi hijo y activé mi haki de observación. Ahí estás. Pensé al ver la silueta de Axys. Fui volando hacia él y empecé a escampar el fuego, provocando finas ráfagas de aire al batir mis alas. Había salvado a mi hijo, una vez mas y, un extraño aura empecé a percibir. Era un extraño corcel, en el cual había una extraña silueta encima. Empecé a volar hacia él, a gran velocidad, siendo conducido por Shion. Vamos hacia ese bonito corcel. Me decía Shion en mi cabeza. La verdad que no podía discutir con ella, ya que es la que me daba el poder de volar.
¡¡Vamos Shion!! ¡Axys! ¡Raion! - Gritaba mientras volaba hacia aquel extraño corcel.
Mientras caminábamos por la playa con gran precaución, Flea comenzó a hacerme algunas preguntas muy tontas en retrospectiva, y peor aun se contestaba a sí mismo, el chico actuaba raro en extremo, pero bueno, el hombre bebe la sangre de todo aquél a quien mata, en él la palabra "raro" tiene un sistema de medición distinto al usual, así que no le tomé importancia y seguí mi camino, fue cuando divisé el grupo de marines más adelante, mientras pensaba como acabarlos a todos sin hacer mucho escándalo Flea se acercó de nuevo a mi, había visto también a los uniformados y se mostraba ansioso de entrar en acción, pero antes de lanzarse a masacrarlos a todos tubo la precaución de pedir mi permiso, lo cual sinceramente me agradó. No tuve tiempo de mencionar palabra alguna cuando el clima cambió abruptamente, oscureciendo el cielo marino con sus nubes de tormenta y sus fuertes vientos, pero extrañamente sin afectar el cielo sobre la isla que pisábamos, "extraño y preocupante" fue la primera impresión que tuve sobre el fenómeno climatológico, pero el destino no me dio tiempo siquiera de analizar este embrollo, los buques de la armada que venían en nuestro auxilio se encontraban en una batalla, peor aun, una batalla interna ¡habían sido abordados!, todo parecía una cruel pesadilla, una mala broma del destino. Fue entonces que el comandante Azumi aterrizó frente a nuestros pies gravemente herido, era casi irreal tanta desdicha en tan corto periodo de tiempo.
"¡Leonel...! Me pillaron por sorpresa... - tose sangre - Todo esto ha sido una trampa, y no del Gobierno... todos hemos sido engañados."
Sus palabras azotaban despiadadamente mi moral, pero no era momento de deprimirse, mucho menos de paralizarse, podía oír como la marina arremetía contra nuestros buques a cañonazos, ya había errado una vez al no deshacerme de esos imbésiles, y otro error podía ser igual de fatal o peor.
Flea me preguntó que quien podía ser el que nos atacaba y solo con un movimiento de cabeza le indiqué que no tenía la menor idea, u eso me preocupaba aun más, luego le dí un as de corazones y uno de tréboles a mi subordinado..
Flea, atiende bien las Heridas del comandante y luego deja este naipe en su pecho lo mantendré seguro dentro de estos naipes a penas acabes de atenderlo, yo te cubro ¡necesito que recupere la consciencia cuanto antes!.
Me voltee hacia el campo de batalla donde mientras desembarcaban los buques los marines protegían la playa, si Azumi Kento estaba en esas condiciones y había recurrido a la retirada, dudosamente aquellos que bajaban de los barcos serían miembros de la armada, y Azumi ya lo había mencionado, no fue el gobierno, había alguien que no apoyaba ni a un bando ni al otro, mi mente se inundaba con un millar de interrogantes pero luego había tiempo para pensar. Tomé mi arma de precisión y con la mirilla traté de reconocer entre la espesa niebla que se tomaba la costa la identidad de los que desembarcaban en la costa, si se trataba de la armada atacaría a los marines para ayudar al desembarque y protegerlos, pero si eran otras personas simplemente me mantendría al margen para mantener oculta nuestra posición, no sería difícil pues había visto a todos los miembros de la armada por lo menos una vez y recordar rostros es fácil para un espía con mis habilidades.
Si son Revolucionarios:
________________________________________________
coloqué en el cargador de mi arma una bala pírica. Despejaría la playa lo más posible con un solo ataque y luego tendríamos que alejarnos cuanto antes
[Infernal Dealer Fox]
Mi arma dispararía un zorro flameante de un intenso color rojo y saltaría de marine en marine penetrando sus cuerpos con la bala y dejando serias quemaduras en el lugar del impacto, así avanzaría de enemigo en enemigo hasta agotar la energía del ataque.
________________________________________________
Si no son revolucionarios o simplemente no puedo distinguirlos:
_________________________________________________
No era conveniente acercarse y arriesgar la vida, con el comandante inconsciente era necesario algo de organización, así que opté por proteger nuestras vidas, me quedaría a la defensiva protegiendo a Flea y Azumi y matando a cualquier hostil que intentara acercarse o pusiera en peligro nuestra seguridad con un rápido y limpio tiro en la cabeza.
____________________________________________________
una vez que Flea acabe de tratar las Heridas del comandante absorbería el cuerpo de este dentro del naipe de corazones e inmediatamente absorbería este naipe en el as de trébol haciéndolo llegar a mi instantáneamente, en cuanto recuperara la conciencia y tuviera noción de que se encontraba en un lugar extraño el naipe lo expulsaría de su interior.
"¡Leonel...! Me pillaron por sorpresa... - tose sangre - Todo esto ha sido una trampa, y no del Gobierno... todos hemos sido engañados."
Sus palabras azotaban despiadadamente mi moral, pero no era momento de deprimirse, mucho menos de paralizarse, podía oír como la marina arremetía contra nuestros buques a cañonazos, ya había errado una vez al no deshacerme de esos imbésiles, y otro error podía ser igual de fatal o peor.
Flea me preguntó que quien podía ser el que nos atacaba y solo con un movimiento de cabeza le indiqué que no tenía la menor idea, u eso me preocupaba aun más, luego le dí un as de corazones y uno de tréboles a mi subordinado..
Flea, atiende bien las Heridas del comandante y luego deja este naipe en su pecho lo mantendré seguro dentro de estos naipes a penas acabes de atenderlo, yo te cubro ¡necesito que recupere la consciencia cuanto antes!.
Me voltee hacia el campo de batalla donde mientras desembarcaban los buques los marines protegían la playa, si Azumi Kento estaba en esas condiciones y había recurrido a la retirada, dudosamente aquellos que bajaban de los barcos serían miembros de la armada, y Azumi ya lo había mencionado, no fue el gobierno, había alguien que no apoyaba ni a un bando ni al otro, mi mente se inundaba con un millar de interrogantes pero luego había tiempo para pensar. Tomé mi arma de precisión y con la mirilla traté de reconocer entre la espesa niebla que se tomaba la costa la identidad de los que desembarcaban en la costa, si se trataba de la armada atacaría a los marines para ayudar al desembarque y protegerlos, pero si eran otras personas simplemente me mantendría al margen para mantener oculta nuestra posición, no sería difícil pues había visto a todos los miembros de la armada por lo menos una vez y recordar rostros es fácil para un espía con mis habilidades.
Si son Revolucionarios:
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coloqué en el cargador de mi arma una bala pírica. Despejaría la playa lo más posible con un solo ataque y luego tendríamos que alejarnos cuanto antes
[Infernal Dealer Fox]
Mi arma dispararía un zorro flameante de un intenso color rojo y saltaría de marine en marine penetrando sus cuerpos con la bala y dejando serias quemaduras en el lugar del impacto, así avanzaría de enemigo en enemigo hasta agotar la energía del ataque.
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Si no son revolucionarios o simplemente no puedo distinguirlos:
_________________________________________________
No era conveniente acercarse y arriesgar la vida, con el comandante inconsciente era necesario algo de organización, así que opté por proteger nuestras vidas, me quedaría a la defensiva protegiendo a Flea y Azumi y matando a cualquier hostil que intentara acercarse o pusiera en peligro nuestra seguridad con un rápido y limpio tiro en la cabeza.
____________________________________________________
una vez que Flea acabe de tratar las Heridas del comandante absorbería el cuerpo de este dentro del naipe de corazones e inmediatamente absorbería este naipe en el as de trébol haciéndolo llegar a mi instantáneamente, en cuanto recuperara la conciencia y tuviera noción de que se encontraba en un lugar extraño el naipe lo expulsaría de su interior.
Rylanor
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En las colinas al oeste del bosque, un joven pirata lucha por su vida contra unos monstruos malévolos. ¿Quién ganará?
https://www.onepiece-definitiverol.com/t10897-las-sombras-gemelas-midorima-vs-los-cadejos-negros
Para Deivid: Lo que ves en la playa no son revolucionarios... o no en el sentido estricto de la palabra. Ves una masa informe de cadáveres de miembros de la Armada avanzando por la playa y matando y devorando a los marines. No parece que estos revolucionarios no-muertos necesiten tu ayuda... ni la quieran.
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Para Deivid: Lo que ves en la playa no son revolucionarios... o no en el sentido estricto de la palabra. Ves una masa informe de cadáveres de miembros de la Armada avanzando por la playa y matando y devorando a los marines. No parece que estos revolucionarios no-muertos necesiten tu ayuda... ni la quieran.
Vongola Ryohei
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Avanzaba tranquilo hacia el sur, rumbo al bosque que había visto en esa dirección pues algo me llamó la atención pero algo extraño me hizo subir la vista al cielo, de pronto todo el lugar se quedó a oscuras y se podían ver nubes cubriendo todo el cielo pero ni una sola gota de agua cayendo. Alrededor de la isla se escuchaban truenos y el ruido del viento y una luna rojo sangre se alzaba ahora en el firmamento. Mi mirada se volvió a centrar en los árboles de aspecto siniestro que me rodeaban, sus formas eran torcidas y algunos de ellos parecían tener rostros humanos con expresiones de dolor. Cabe decir que se veía algún que otro árbol que realmente parecía humano. El aspecto siniestro ya natural de la zona se veía incrementado al ser iluminado por la sobrenatural luz de la luna roja que brillaba entre las hojas color sangre de los arces. Al cabo de un rato tuve que bajar del bote y seguir el camino andando, siempre atento a mi alrededor por si algo o alguien me atacaba. Mis pasos resonaban debido a la aleación que componía la mayor parte de mi esqueleto que era una especie de exoesqueleto que cubría mi cuerpo. Caminaba por un camino imaginario, algo que no se veía pero que para mí era natural adentrándome cada vez más en aquél extraño y misterioso bosque en busca de algo que hiciese que mereciese la pena haber ido en esa dirección, en caso contrario mi intuición me habría fallado.
Mis pasos me llevaban cada vez más adentro hasta que me encontré con una formación de piedra pero lo más extraño no era su presencia allí sino que dicha formación tuviese una apertura que parecía una entrada a algún lugar. Me detuve un momento para pensar sobre si enfrentarme al enorme perro que se alzaba frente a mí o seguir camino buscando algo menos peligroso y justo en ese momento me percaté de la presencia de otra persona cerca de mí pero por el momento tenía otras cosas en las que pensar. Tras unos momentos meditando recordé la cara de mi abuelo y con una sonrisa alcé la vista y salté hacia uno de los cuellos de ese enorme perro.
Mis pasos me llevaban cada vez más adentro hasta que me encontré con una formación de piedra pero lo más extraño no era su presencia allí sino que dicha formación tuviese una apertura que parecía una entrada a algún lugar. Me detuve un momento para pensar sobre si enfrentarme al enorme perro que se alzaba frente a mí o seguir camino buscando algo menos peligroso y justo en ese momento me percaté de la presencia de otra persona cerca de mí pero por el momento tenía otras cosas en las que pensar. Tras unos momentos meditando recordé la cara de mi abuelo y con una sonrisa alcé la vista y salté hacia uno de los cuellos de ese enorme perro.
Byakuro Kyoya
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El cielo se encapotó, y las nubes empezaron a mover a toda velocidad sobre él. Un viejo estrambótico apareció frente a ellos. Le preguntó si estaba buscando fortuna en aquella isla. ¿Fortuna? Aquel viejo era raro. Byakuro solo había ido a la isla buscando un poco de diversión. No tenía ni idea de que hablaba aquel hombre tan raro. Y su cuervo en el hombro no dejaba de ser inquietante. Klaus era mucho mejor que aquel animal.
- Tienes un interesante poder chico. Te he visto llegar a la isla y lo que hiciste. Bonito parche. -cierto, había tenido que parchear la barca para no hundirse en medio del mar. Y como no quedaban parches, había tenido que tapar el agujero con una ilusión.
Observó al cuervo, que graznaba de forma cada vez más inquietante, multiplicándose como si hubiera una multitud de ellos. Era bastante siniestro. El chico sonrió ampliamente. El cuervo ascendió y se multiplicó en cientos de ellos, que crearon una cúpula de plumas negras sobre ellos. El cazador observó fascinado. Aquel hombre tenía un poder similar al suyo. Era un detalle interesante.
- ¿Qué harás ahora, joven? Demuéstrame el alcance de tus poderes. Pero recuerda que ahora ya no puedes salir de esta zona... -Byakuro sonrió ante aquella proposición. Podía ser interesante medir fuerzas.
- Bueno, no tenía pensado pelear, más bien me había tomado esto como una pequeña excursión, pero ahora tengo curiosidad -llevó la mano a su bastón, y lo colocó apuntando al suelo. Klaus empezó a bajar hacia el suelo por el mango del bastón-. Aki-chwan, ¿te apetece bailar?
La tormenta de cuervos sobre ellos volvía el exterior completamente irreal. Se había definido un ring perfecto. Y podía ser interesante. Y además, quería ver a Aki pelear. Sería una escena estimulante. El viejo pareció sonreír ante aquello. Byakuro dejó que Klaus saltara al suelo antes de encender su bastón con sus llamas naranjas y violetas, iluminando levemente a su alrededor.
- Bueno, supongo que si te quedas conforme, desharás este extraño espectáculo y nos dejarás pasar. Así que vamos a jugar un rato, ¿vale? -Byakuro sonrió como un niño pequeño cuando le regalan un juguete nuevo.
- Tienes un interesante poder chico. Te he visto llegar a la isla y lo que hiciste. Bonito parche. -cierto, había tenido que parchear la barca para no hundirse en medio del mar. Y como no quedaban parches, había tenido que tapar el agujero con una ilusión.
Observó al cuervo, que graznaba de forma cada vez más inquietante, multiplicándose como si hubiera una multitud de ellos. Era bastante siniestro. El chico sonrió ampliamente. El cuervo ascendió y se multiplicó en cientos de ellos, que crearon una cúpula de plumas negras sobre ellos. El cazador observó fascinado. Aquel hombre tenía un poder similar al suyo. Era un detalle interesante.
- ¿Qué harás ahora, joven? Demuéstrame el alcance de tus poderes. Pero recuerda que ahora ya no puedes salir de esta zona... -Byakuro sonrió ante aquella proposición. Podía ser interesante medir fuerzas.
- Bueno, no tenía pensado pelear, más bien me había tomado esto como una pequeña excursión, pero ahora tengo curiosidad -llevó la mano a su bastón, y lo colocó apuntando al suelo. Klaus empezó a bajar hacia el suelo por el mango del bastón-. Aki-chwan, ¿te apetece bailar?
La tormenta de cuervos sobre ellos volvía el exterior completamente irreal. Se había definido un ring perfecto. Y podía ser interesante. Y además, quería ver a Aki pelear. Sería una escena estimulante. El viejo pareció sonreír ante aquello. Byakuro dejó que Klaus saltara al suelo antes de encender su bastón con sus llamas naranjas y violetas, iluminando levemente a su alrededor.
- Bueno, supongo que si te quedas conforme, desharás este extraño espectáculo y nos dejarás pasar. Así que vamos a jugar un rato, ¿vale? -Byakuro sonrió como un niño pequeño cuando le regalan un juguete nuevo.
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La luna llena se alzaba en lo alto del cielo, imponente y majestuosa, bañando la lúgubre isla neblinosa con su siniestra luz escarlata. A su alrededor se extendía una enorme tormenta que Arribor dudaba que se mantuviese al margen de la isla durante mucho tiempo. Tras desembarcar, el pirata comenzó a pensar en la leyenda sobre el enorme tesoro oculto en aquel lugar. Lo cierto era que no tenía especial interés por el dinero, pero como pirata no podía dejar pasar un tesoro de ese calibre, mucho menos si propiciaba algún combate interesante.
Junto a Rose y un par de tipos raros que no conocía, llegó hasta una extensa y despejada pradera cercana a un bosque de hojas rojas, un color que el luchador achacó a la curiosa luz lunar. Aquel astro llamaba su atención tan profundamente que apenas podía apartar la mirada de él, abstrayéndole casi por completo. Incluso le pareció ver una especie de ave pasar por delante rápidamente, aunque no le dio importancia. Estaba tan ocupado contemplando la Luna que ni siquiera se percató de lo que ocurría a su alrededor, ni de los pequeños fantasmas semi-transparentes que pasaron frente a él. “Oh, mira, un fantasma”, fue el único pensamiento que le dedicó a ese extraño suceso. Estaba demasiado concentrado reflexionando sobre el color carmesí de la Luna. A pesar de ser bueno a la hora de escuchar varias conversaciones a la vez, su reducida capacidad de atención le dificultaba esa tarea.
Se preguntaba por qué habría ocurrido el cambio de color. El pirata no era especialmente capaz en cuanto a ciencias, él era cocinero. Para él, cuando un ingrediente se ponía rojo era porque se había puesto malo y había que tirarlo y usar otro producto. Tal vez la luna hubiese caducado o algo así. En varias ocasiones había escuchado ya la expresión “luna nueva”, quizás hubiese que cambiar la… -“¿¡¡¡Espera, eso era un fantasma!!!?” –De repente, la imagen de los fantasmas flotando a su alrededor le vinieron a la mente y por fin se dio cuenta de la situación.
Cuando quiso darse cuenta, tanto su capitana como otro de los desconocidos que les acompañaban estaban en el suelo diciendo tonterías y un muro de hielo había aparecido frente a ellos. Tras asomarse al otro lado pudo ver a un curioso jinete en el límite del bosque. Sin embargo lo que más le llamó la atención fue oír como Rose hablaba sobre tirarse al mar. ¿Acaso se había vuelto loca? -¿Cómo ha pasado esto? –preguntó Arribor en voz alta. Se despistaba un segundo y todo se daba la vuelta. Con un ágil salto esquivó a un fantasma que se arrojaba hacia él y se dirigió hacia la pelirroja, sin darse cuenta de que ya había vuelto a la normalidad. Ahora estaba enfadado, seguramente aquel tipo del caballo tuviese algo que ver, así que tendría que ir a “preguntar”. Arribor alzó en volandas a la pelirroja, atravesó el muro de hielo con una patada y, pasando totalmente de los fantasmas que le perseguían, echó a correr hacia el misterioso jinete gritando frenéticamente.
Junto a Rose y un par de tipos raros que no conocía, llegó hasta una extensa y despejada pradera cercana a un bosque de hojas rojas, un color que el luchador achacó a la curiosa luz lunar. Aquel astro llamaba su atención tan profundamente que apenas podía apartar la mirada de él, abstrayéndole casi por completo. Incluso le pareció ver una especie de ave pasar por delante rápidamente, aunque no le dio importancia. Estaba tan ocupado contemplando la Luna que ni siquiera se percató de lo que ocurría a su alrededor, ni de los pequeños fantasmas semi-transparentes que pasaron frente a él. “Oh, mira, un fantasma”, fue el único pensamiento que le dedicó a ese extraño suceso. Estaba demasiado concentrado reflexionando sobre el color carmesí de la Luna. A pesar de ser bueno a la hora de escuchar varias conversaciones a la vez, su reducida capacidad de atención le dificultaba esa tarea.
Se preguntaba por qué habría ocurrido el cambio de color. El pirata no era especialmente capaz en cuanto a ciencias, él era cocinero. Para él, cuando un ingrediente se ponía rojo era porque se había puesto malo y había que tirarlo y usar otro producto. Tal vez la luna hubiese caducado o algo así. En varias ocasiones había escuchado ya la expresión “luna nueva”, quizás hubiese que cambiar la… -“¿¡¡¡Espera, eso era un fantasma!!!?” –De repente, la imagen de los fantasmas flotando a su alrededor le vinieron a la mente y por fin se dio cuenta de la situación.
Cuando quiso darse cuenta, tanto su capitana como otro de los desconocidos que les acompañaban estaban en el suelo diciendo tonterías y un muro de hielo había aparecido frente a ellos. Tras asomarse al otro lado pudo ver a un curioso jinete en el límite del bosque. Sin embargo lo que más le llamó la atención fue oír como Rose hablaba sobre tirarse al mar. ¿Acaso se había vuelto loca? -¿Cómo ha pasado esto? –preguntó Arribor en voz alta. Se despistaba un segundo y todo se daba la vuelta. Con un ágil salto esquivó a un fantasma que se arrojaba hacia él y se dirigió hacia la pelirroja, sin darse cuenta de que ya había vuelto a la normalidad. Ahora estaba enfadado, seguramente aquel tipo del caballo tuviese algo que ver, así que tendría que ir a “preguntar”. Arribor alzó en volandas a la pelirroja, atravesó el muro de hielo con una patada y, pasando totalmente de los fantasmas que le perseguían, echó a correr hacia el misterioso jinete gritando frenéticamente.
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