Haine Rammsteiner
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Akuma no mi
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Entre la semipenumbra producida por la escasa luz que aquel fuego llegaba hasta la puerta, Haine vislumbró como unas lanzas salían tanto del suelo como del techo y aniquilaban con sus puntiagudos extremos a cualquier idea de haber permanecido cerca al activarlo. Se acarició la barbilla pensativo hasta que su mantra le avisó de que una presencia los "observaba" desde la puerta, o mejor dicho los olfateaba, pues se escuchían algunos gruñidos. Era Shiro, Haine pudo identificarlo gracias a su avanzado mantra, y lo que estaba haciendo era avisar de que estaba ahí listo para cualquier cosa. Si hubiera algún peligro fuera o en el barco lo más probable es que estuviera ladrando, pero parecía bastante tranquilo. Haine suspiró calmándose ligeramente y montado en su Typhoon, pensando por unos instantes qué debía hacer y barajeando la posibilidad de ignorar cualquier riqueza que pudiera haber detrás de esa puerta para seguir adelante. Sin embargo ya era una cuestión personal, era la curiosidad lo que lo carcomía por dentro.
Avanzó flotando en su dron de vuelta a la puerta y observó el mecanismo, suspirando nuevamente. —Si hubiera un maldito arqueólogo en mi barco esto no me estaría pasando a mí...— mencionó el albino que seguía pensativo. —Quizás pueda fabricar uno... Bueno, como sea, vamos a intentarlo una vez más y si no seguiré avanzando... Ya volveré en otro momento.— se dijo a sí mismo y volvió a tocar la puerta con una caricia, pese a que no habría hecho falta gracias a su poder. En la puerta apareció un enorme ojo que prácticamente era más grande que Haine y que lo observó como si estuviera esperando alguna palabra de su parte. —Espera a que me aleje y... Después... Simplemente ábrete, maldita sea.— le dijo al ojo que se limitó a observarlo. Lo que el líder de Morgenstern había hecho era bastante simple, poseer la puerta en lugar del mecanismo... Es decir, poseer la puerta en lugar del pomo de la misma. Quizás no pudiera saber por qué no era capaz de abrir el mecanismo, quizás por las múltiples posibilidades, pero si poseía la puerta solo habría una posibilidad. Era como empezar el típico rompecabezas laberinto por el final, solo hay una entrada que te lleva hasta él y no tienes que comprobar las demás.
Por tanto se alejó de nuevo y, cuando volvió con los Dugongs y el dron, se aseguró de que el espíritu que había poseído aquella puerta hiciera su función. —¡Ábrete ahora! ¡Abre la cerradura!— le ordenó, esperando que fuera satisfactorio. Trató de agudizar el oído para escuchar si se activaba algo por la zona, o quizás para tratar de escuchar unos pasos o algo por el estilo. Si aquello no funcionaba seguiría adelante, por el camino que todavía no había recorrido, con el único objetivo de robar y apropiarse con cualquier objeto de valor que hubiera en la zona. Había que recordar que sus costillas estaban dolidas, por lo que no era buena idea lanzarse al ataque contra alguien desconocido aunque... Ahora que lo pensaba, había un barco no demasiado lejos de donde él había aparcado el suyo... ¿Quizás podría robarlo? No era mala idea, aunque con la tormenta que rodeaba la isla iba a ser complicado.
Avanzó flotando en su dron de vuelta a la puerta y observó el mecanismo, suspirando nuevamente. —Si hubiera un maldito arqueólogo en mi barco esto no me estaría pasando a mí...— mencionó el albino que seguía pensativo. —Quizás pueda fabricar uno... Bueno, como sea, vamos a intentarlo una vez más y si no seguiré avanzando... Ya volveré en otro momento.— se dijo a sí mismo y volvió a tocar la puerta con una caricia, pese a que no habría hecho falta gracias a su poder. En la puerta apareció un enorme ojo que prácticamente era más grande que Haine y que lo observó como si estuviera esperando alguna palabra de su parte. —Espera a que me aleje y... Después... Simplemente ábrete, maldita sea.— le dijo al ojo que se limitó a observarlo. Lo que el líder de Morgenstern había hecho era bastante simple, poseer la puerta en lugar del mecanismo... Es decir, poseer la puerta en lugar del pomo de la misma. Quizás no pudiera saber por qué no era capaz de abrir el mecanismo, quizás por las múltiples posibilidades, pero si poseía la puerta solo habría una posibilidad. Era como empezar el típico rompecabezas laberinto por el final, solo hay una entrada que te lleva hasta él y no tienes que comprobar las demás.
Por tanto se alejó de nuevo y, cuando volvió con los Dugongs y el dron, se aseguró de que el espíritu que había poseído aquella puerta hiciera su función. —¡Ábrete ahora! ¡Abre la cerradura!— le ordenó, esperando que fuera satisfactorio. Trató de agudizar el oído para escuchar si se activaba algo por la zona, o quizás para tratar de escuchar unos pasos o algo por el estilo. Si aquello no funcionaba seguiría adelante, por el camino que todavía no había recorrido, con el único objetivo de robar y apropiarse con cualquier objeto de valor que hubiera en la zona. Había que recordar que sus costillas estaban dolidas, por lo que no era buena idea lanzarse al ataque contra alguien desconocido aunque... Ahora que lo pensaba, había un barco no demasiado lejos de donde él había aparcado el suyo... ¿Quizás podría robarlo? No era mala idea, aunque con la tormenta que rodeaba la isla iba a ser complicado.
- Resumen:
- Haine trata de poseer la puerta (en lugar del mecanismo) para abrirla. Si no lo consigue, seguirá adelante por el camino que aún no ha explorado. Además, Shiro seguirá a Haine solo si cabe por ese tunel (ya que ahora mide tres metros y medio hasta la cruz de la espalda).
Drako Hyrule
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La mujer a la que pregunté, quedó pensando unos minutos, o eso me pareció a mí, pues tardó en responder, a lo que dijo que eran unos viajeros perdidos, todo aquello era muy extraño. De repente, se oyó un estruendo, pues parecía un rugido. Y al poco tiempo, por el cielo, cruzó algo, que miré sin prestar mucha atención. Pero a los pocos segundos, pensé con los ojos como platos:
-¿Eso era un dragón? ¡Qué pasada de isla!-
También se oían sonidos muy ruidosos, pues parecían como si mis compañeros estubiesen en plena guerra contra los revolucionarios. Yo no podía hacer nada, pues estaba perdido. De repente, apareció una señora, pero...¿De dónde? Viviría en aquella caseta en medio del bosque, a lo que dije en voz baja:
-Qué suerte, yo también quiero vivir en esta isla con ese dragón ''chachipistachi''.-
Seguido de eso, entró en su casa, y nos invitó a una bebida, a lo que yo dije:
-Muchas gracias pero no, he venido aquí con un solo proposito, y no es tomar el té contigo. Dije guiñandole el ojo.- Si te apetece otro día quedamos y tomamos algo.-
Después, seguí andando por donde había venido, pues quería regresar a la aldea para reagruparme con mis compañeros y con suerte ver al fantástico dragón. Por suerte hasta ahora no me había encontrado con nadie ni nada con quien combatir ni con ninguna desgracia, a parte de haberme perdido.
-¿Eso era un dragón? ¡Qué pasada de isla!-
También se oían sonidos muy ruidosos, pues parecían como si mis compañeros estubiesen en plena guerra contra los revolucionarios. Yo no podía hacer nada, pues estaba perdido. De repente, apareció una señora, pero...¿De dónde? Viviría en aquella caseta en medio del bosque, a lo que dije en voz baja:
-Qué suerte, yo también quiero vivir en esta isla con ese dragón ''chachipistachi''.-
Seguido de eso, entró en su casa, y nos invitó a una bebida, a lo que yo dije:
-Muchas gracias pero no, he venido aquí con un solo proposito, y no es tomar el té contigo. Dije guiñandole el ojo.- Si te apetece otro día quedamos y tomamos algo.-
Después, seguí andando por donde había venido, pues quería regresar a la aldea para reagruparme con mis compañeros y con suerte ver al fantástico dragón. Por suerte hasta ahora no me había encontrado con nadie ni nada con quien combatir ni con ninguna desgracia, a parte de haberme perdido.
- Resumen.:
- Hablo con los ''viajeros'', quedo alucinado por el dragón, intento ''ligar'' con la mujer e intento volver a la aldea siguiendo mis propios pasos, teniendo esperanza de poder ver al dragón.
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El chico permanecía cantando tranquilamente cuando de repente un tremendo chillido llegó a sus oídos, gritó con furia mientras se caía de árbol rugiendo con los ojos iluminados en dorado. No entendía lo que pasaba pero sus sensibles oídos le estaban jugando una mala pasada debido al audio tan fuerte empleado por lo que fuera el origen del sonido. De repente surgió aquella cosa, un impresionante dragón de ojos verdes. El chico sonrió de lado observándolo, se había formado sobre el castillo, aquello quería decir que dentro había algo raro. No podía dejar aquello de esa forma, llegaba el momento de ponerse en acción, un suspiro salió del joven castaño, que ahora estaba en pie y concentrado.
Sin pensárselo ni un segundo, rugió con fuerza mientras sus ojos se ponían dorados, por un momento incluso perdieron las pupilas, después volvieron en sí, pero segundos después se volvió a repetir y se le quedaron los ojos blancos. Su piel comenzó a volverse rojiza, como si estuviera quemado, pero no era así. Era la forma en la que mostraba su transformación, su altura comenzó a cambiar hasta los dos metros, sus brazos se hincharon un poco tomando más grosor. Las venas de su frente y cuello, se abultaron violentamente, su zona abdominal aumentó también y sus pectorales no tardaron mucho en hacer lo mismo, por último las piernas, un aura rojiza salía de su cuerpo, estaba en la primera fase de su Berserker. Parecía una enorme bestia musculosa y llena de ira, sin embargo estaba muy tranquilo. Ahora sus dientes se afilaron y en su rostro se formó una sonrisa calmada y tranquila, tras aquello pegó un enorme rugido seguido de un aullido.
Un aura negra empezó a envolverle combinándose con la roja, estaba dejando salir su SN1. Su velocidad aumentaría de forma exagerada con esa habilidad, sus pies empezaron a levantarse del suelo, estaba usando su Learning To Fly para poder levitar. Sumado al poder de su aura negra, podría volar, ahora su objetivo no era otro que el propio dragón, no iba a permitir que un rugido mayor que el suyo propio se alzase. Además la habían dado ganas de luchar contra él, pero antes iba a seguirlo para ver a dónde se dirigía, empezó a seguirlo a toda velocidad por detrás, sin acercarse mucho para que no le viera, además tenía su haki de observación activado por lo que pudiera pasar.
Sin pensárselo ni un segundo, rugió con fuerza mientras sus ojos se ponían dorados, por un momento incluso perdieron las pupilas, después volvieron en sí, pero segundos después se volvió a repetir y se le quedaron los ojos blancos. Su piel comenzó a volverse rojiza, como si estuviera quemado, pero no era así. Era la forma en la que mostraba su transformación, su altura comenzó a cambiar hasta los dos metros, sus brazos se hincharon un poco tomando más grosor. Las venas de su frente y cuello, se abultaron violentamente, su zona abdominal aumentó también y sus pectorales no tardaron mucho en hacer lo mismo, por último las piernas, un aura rojiza salía de su cuerpo, estaba en la primera fase de su Berserker. Parecía una enorme bestia musculosa y llena de ira, sin embargo estaba muy tranquilo. Ahora sus dientes se afilaron y en su rostro se formó una sonrisa calmada y tranquila, tras aquello pegó un enorme rugido seguido de un aullido.
Un aura negra empezó a envolverle combinándose con la roja, estaba dejando salir su SN1. Su velocidad aumentaría de forma exagerada con esa habilidad, sus pies empezaron a levantarse del suelo, estaba usando su Learning To Fly para poder levitar. Sumado al poder de su aura negra, podría volar, ahora su objetivo no era otro que el propio dragón, no iba a permitir que un rugido mayor que el suyo propio se alzase. Además la habían dado ganas de luchar contra él, pero antes iba a seguirlo para ver a dónde se dirigía, empezó a seguirlo a toda velocidad por detrás, sin acercarse mucho para que no le viera, además tenía su haki de observación activado por lo que pudiera pasar.
- Resumen:
- Tranformarse en berserker nivel 1. seguir al dragon volando
Saito
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La cabeza de Tartaroth fue seccionada tras nuestro ataque, esta se alzó en el aire y fue tiroteada por Sinclair, no esperaba que Sinclair disparase a quemarropa a su rostro. Aquel tiroteo hizo que la cabeza del pirata estallara en varios trozos de carne y huesos que cayeron en el campo de batalla.
-Parece que te has desahogado con su rostro, ¿tan feo te parecía? – Bromeé mientras miraba todos los trocitos- Bueno, esperemos que la marina acepte su cuerpo, porque si no espero que sepas coser jajaja.
Kato caminaba con mucha dificultad, era normal que estuviese mal ya que él nos había salvado de aquel ataque tan peligroso.
-En la próxima te salvaremos nosotros Mister Hero – Le guiñé el ojo-
Este se dirigió a Tartarot y se lo subió a la espalda, acto seguido nos dijo que se iba a llevar a nuestra presa al barco, una buena idea la verdad, ya que no sería muy rentable llevarnos al mastodonte a cuesta, y mucho menos dejarlo allí para que cualquier persona se lo llevase. La idea era buena, pero había un fallo, Kaito estaba herido y no quería que hiciera más esfuerzos.
-Kaito porque no dejas que me lo llev… - Vi cómo se marchaba Kaito volando en su forma hibrida- Menudo chico, se va hacer más daño.
En cuanto se fue Kaito la cosa se puso fea... se escuchaban barios ruidos muy poco naturales, también pude escuchar el rugido de una bestia que provenía del cielo, aquella situación no era muy buena. Tras escuchar aquellos ruidos que provenían del mismo infierno, pude observar cómo se acercaban Raiden y Edgar, en ese momento volvió de nuevo Katio, este volvió a su forma humana nada más tocar tierra.
Edgar al ver al magullado Katio, se acercó a él y empezó a curarlo, mientras lo curaba se podía ver como Katio estaba recuperando su fuerza y vitalidad.
-Edgar, eres una maquina curando, que bueno que estés con nosotros.
Edgar acabó de curar a Kaito en un plis plas, este se levantó como nuevo y nos dijo que veríamos dirigirnos al bosque, nada más decirlo comenzó a caminar hacia el bosque.
-Joder, eres un jodido brujo Edgar – dije de broma mientras le daba un puñetazo suave en el hombro mientras seguía a Kaito-
-Parece que te has desahogado con su rostro, ¿tan feo te parecía? – Bromeé mientras miraba todos los trocitos- Bueno, esperemos que la marina acepte su cuerpo, porque si no espero que sepas coser jajaja.
Kato caminaba con mucha dificultad, era normal que estuviese mal ya que él nos había salvado de aquel ataque tan peligroso.
-En la próxima te salvaremos nosotros Mister Hero – Le guiñé el ojo-
Este se dirigió a Tartarot y se lo subió a la espalda, acto seguido nos dijo que se iba a llevar a nuestra presa al barco, una buena idea la verdad, ya que no sería muy rentable llevarnos al mastodonte a cuesta, y mucho menos dejarlo allí para que cualquier persona se lo llevase. La idea era buena, pero había un fallo, Kaito estaba herido y no quería que hiciera más esfuerzos.
-Kaito porque no dejas que me lo llev… - Vi cómo se marchaba Kaito volando en su forma hibrida- Menudo chico, se va hacer más daño.
En cuanto se fue Kaito la cosa se puso fea... se escuchaban barios ruidos muy poco naturales, también pude escuchar el rugido de una bestia que provenía del cielo, aquella situación no era muy buena. Tras escuchar aquellos ruidos que provenían del mismo infierno, pude observar cómo se acercaban Raiden y Edgar, en ese momento volvió de nuevo Katio, este volvió a su forma humana nada más tocar tierra.
Edgar al ver al magullado Katio, se acercó a él y empezó a curarlo, mientras lo curaba se podía ver como Katio estaba recuperando su fuerza y vitalidad.
-Edgar, eres una maquina curando, que bueno que estés con nosotros.
Edgar acabó de curar a Kaito en un plis plas, este se levantó como nuevo y nos dijo que veríamos dirigirnos al bosque, nada más decirlo comenzó a caminar hacia el bosque.
-Joder, eres un jodido brujo Edgar – dije de broma mientras le daba un puñetazo suave en el hombro mientras seguía a Kaito-
- RESUMEN:
- Tonterías varias y sigo a Kaito rumbo al bosque
Deathstroke
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Tras un momento de reflexión nos comenzamos a mover todos en dirección al pueblo del que había venido yo hacia un momento, me parecía un poco tranquilo todo aquello por el momento y sobre todo después de lo que nos había contado el revolucionario. Evidentemente ese pensamiento se acabó enseguida cuando se escucho de fondo un potente rugido proveniente del cielo oscuro con luna roja, y de trasfondo en esta se pudo ver una silueta; una figura alada que se parecía a un dragón y no pequeño si se podía ver desde esa distancia.
-Sabía yo que la tranquilidad no existe en este mundo- dije en voz alta sin esperar respuesta de mis compañeros- o y la cosa se pone mucho mejor, parece que se dirige el mismo sitio que nosotros- dije al ver como el dragón con otro rugido volaba había el pueblo.
Un esqueleto de dragón escupiendo llamas bañó el pueblo al que no dirigíamos y donde se podía ver como marine se enfrentaban a otras personas que parecían revolucionarios con perros de presa pero para ser soldados no se movían demasiado bien “¿podrían ser los compañeros de este tipo?” pensé mientras le echaba a nuestro acompañante una mirada de reojo.
De repente apareció delante de nosotros una persona, rápidamente lleve mi mano hacia atrás para coger mi Bo pero no llegue a desenfundarlo pues reconocí a la persona que apareció delante de mí era otro miembro de la tripulación el tipo de la máscara, que además estaba infiltrado en el CP, este esteba lleno de heridas, sin importarle demasiado le dijo un informe al capitán de lo que sabía que había sucedido hasta el momento, tras esto se sentó en un a roca cercana, tras pedir que le curasen esas heridas.
-Sabía yo que la tranquilidad no existe en este mundo- dije en voz alta sin esperar respuesta de mis compañeros- o y la cosa se pone mucho mejor, parece que se dirige el mismo sitio que nosotros- dije al ver como el dragón con otro rugido volaba había el pueblo.
Un esqueleto de dragón escupiendo llamas bañó el pueblo al que no dirigíamos y donde se podía ver como marine se enfrentaban a otras personas que parecían revolucionarios con perros de presa pero para ser soldados no se movían demasiado bien “¿podrían ser los compañeros de este tipo?” pensé mientras le echaba a nuestro acompañante una mirada de reojo.
De repente apareció delante de nosotros una persona, rápidamente lleve mi mano hacia atrás para coger mi Bo pero no llegue a desenfundarlo pues reconocí a la persona que apareció delante de mí era otro miembro de la tripulación el tipo de la máscara, que además estaba infiltrado en el CP, este esteba lleno de heridas, sin importarle demasiado le dijo un informe al capitán de lo que sabía que había sucedido hasta el momento, tras esto se sentó en un a roca cercana, tras pedir que le curasen esas heridas.
Worgulv
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Tras delegar la información recaudada, se escucho un ensordecedor rugido desde el bosque, la banda se dirigía hacia allí, internándose en lo oscuro del bosque. Desde lejos se podía oír el sonido de la batalla, el acero entrechocándose, disparos y en ocasiones gruñidos y ladridos, parecía que se estaba armando una buena.
Cuando llegaron el espectáculo que se les presentaba, era el ambiente perfecto en opinión de el hombre, los hombres que vestían como los que arrasaron su pueblo, marines les había oído llamar a sus compañeros, luchaban contra humanos, que parecían mal heridos, andaban torpemente, y eso era la muerte en la batalla, pero no parecía importarles lo mas mínimo, estos estaban acompañados de perros armados, el hombre se quedo mirando a las bestias, deseaba batirse con todo aquello que se moviera, pero en especia quería conseguir la piel de uno de esos perros, seria un trofeo perfecto.
Los pensamientos del hombre quedaron nublados, cuando una bestia alada, carente de carne, arraso parte del pueblo con una llamarada, haciendo arder a los hombres que encontró a su paso, los gritos y el olor a carne quemada, fueron la entrada de un enorme dragón esqueleto, Worgulv lo miro fascinado, ¨¨ El ragnarok esta próximo¨¨ pensó el vikingo, una sonora palabra malsonante surgió de su hombro, parecía que al pequeño ser también le había sorprendido tal espectáculo. El pecho del hombre estaba henchido de jubilo, en esa batalla demostraría a su capitán , que era digno de ser un subordinado, de un enviado de los dioses como el.
Algo se acerco volando, el hombre ya tenia las hachas desenfundadas antes de que tocara tierra, y un click sonó desde el arma profana del pequeño ser, el hombre había aprendido que eso significaba que estaba lista para usarse, ya habían visto un dragón arrasar media aldea, no le permitiría a otro acercarse a sus amigos. El hombre sintió una mezcla entre decepción y alivio cuando vio a uno de sus compañeros, el combate se retrasaría algo mas, estaba herido y traía noticias, el hombre miro a legim, esperando la orden para entrar en la refriega, cuando sus compañeros, en especial el recién llegado, estuviesen preparados.
Cuando llegaron el espectáculo que se les presentaba, era el ambiente perfecto en opinión de el hombre, los hombres que vestían como los que arrasaron su pueblo, marines les había oído llamar a sus compañeros, luchaban contra humanos, que parecían mal heridos, andaban torpemente, y eso era la muerte en la batalla, pero no parecía importarles lo mas mínimo, estos estaban acompañados de perros armados, el hombre se quedo mirando a las bestias, deseaba batirse con todo aquello que se moviera, pero en especia quería conseguir la piel de uno de esos perros, seria un trofeo perfecto.
Los pensamientos del hombre quedaron nublados, cuando una bestia alada, carente de carne, arraso parte del pueblo con una llamarada, haciendo arder a los hombres que encontró a su paso, los gritos y el olor a carne quemada, fueron la entrada de un enorme dragón esqueleto, Worgulv lo miro fascinado, ¨¨ El ragnarok esta próximo¨¨ pensó el vikingo, una sonora palabra malsonante surgió de su hombro, parecía que al pequeño ser también le había sorprendido tal espectáculo. El pecho del hombre estaba henchido de jubilo, en esa batalla demostraría a su capitán , que era digno de ser un subordinado, de un enviado de los dioses como el.
Algo se acerco volando, el hombre ya tenia las hachas desenfundadas antes de que tocara tierra, y un click sonó desde el arma profana del pequeño ser, el hombre había aprendido que eso significaba que estaba lista para usarse, ya habían visto un dragón arrasar media aldea, no le permitiría a otro acercarse a sus amigos. El hombre sintió una mezcla entre decepción y alivio cuando vio a uno de sus compañeros, el combate se retrasaría algo mas, estaba herido y traía noticias, el hombre miro a legim, esperando la orden para entrar en la refriega, cuando sus compañeros, en especial el recién llegado, estuviesen preparados.
- Resumen:
- Sigo al grupo- Me preparo para posible combate
Meneíllos
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*Observaba como aquellos zombies se volvían a levantar una y otra vez según los iba tirando al suelo. "Peri que demonios" pensaba Meneror mientras iba abatiéndolos. Sus hombres, exhaustos por el combate iban cayendo uno a uno y lo que era peor, REVIVÍAN. Esto no iba a ser bueno para la moral de los hombres pero Meneror seguía luchando mientras gritaba a sus hombres.
-¡El que retroceda lo ensarto y pensad que de mi garfio no se vuelve a la vida!
*Otro zombi intentó atacar a Meneror de frente, y este, usando su espada le decapita a pesar de que su cuerpo seguía luchando*
-¿Que, has perdido la cabeza amigo? *Dijo mientras clavaba su espada en su pecho podrido y lo levantaba en el aire para lanzarlo contra otros zombis que se acercaban. "No pienso morir aquí" pensaba Meneror,y, cuando todo parecía perdido un hombre entra en el campo de batalla diciendo que iba a ayudarnos a mi y a mis hombres.
"Hola, vengo a ayudar…pero antes necesito que me des los detalles de lo que está pasando…y soy Midorima Shintaro, un gusto."
*Meneror respondió*- ¿Detalles dices de lo que está pasando? *Da otro tajazo con su garfio a un zombie*- No hay tiempo para dar detalles, solo matad y luego ya nos presentaremos, si venis a ayudar sois bienvenido. *En ese momento un zombi corta con su espada el puro de Meneror mientras que el pirata estaba distraído hablando con el recién llegado. Necio, todos los hombres de Il Bianco quedaron temblando con sudor frío en sus cara*
Marinero: Oh no allá vamos...
*Meneror se quedó quieto ante aquel zombi, sus ojos se tapaban por sus mechones de pelo que cayeron hacia adelante por el combate. Un silencio abordó al zombie y al pirata frente a frente y el ser volvió a atacar a Meneror ahora que este estaba como " inmovil. Blandió su espada para darle un tajazo a Meneror y este en un veloz movimiento solo levantó su mano agarrando la hoja con su mano desnuda*
-Quién coño os creeis que sois para cortarme mi habano sucia escoria *su tono era sereno, entre enfadado y loco a la par que apretaba aquella hoja con su mano notándose un poco de sangre en su palma, unos hilillos de nada*
-Me divertía hace horas pero habéis tocado lo que no debíais....
Marinero: Agachaos....
-Pero ahora me habéis tocado hasta el orgullo.
*La hoja del zombi comenzó a derretirse y el zombi a no soltarla comenzó a quemarse internamente mientras que el calor se desplazaba desde la hoja hasta su interior haciendo que cayera de rodillas ante Meneror. El resto de combatientes miraba la escena. Aquel zombie comenzó a echar fuego por la boca, ojos y orejas hasta empezar a deshacerse como si de papilla fuera quedando solo ceniza delante de Meneror. Il Bianco observó al resto y extendió ahora sus dos brazos, furioso, y de ellos emanaron dos grandes columnas de humo negro caliente*
-Me habéis cansado en demasia maldita escoria. Bulley Hassam.
*Movió sus dos brazos hacia adelante lanzando aquellas dos columnas que parecían tornados del juicio final de fuego y humo negro contra las filas de los zombies. Este ataque era de los más devastadores en área , quemaría todo lo que tocara carbonizándolo internamente, dejando figuras de ceniza en el campo de batalla. Los marineros se arrojaron al suelo o clavaron sus espadas en el mismo para que aquel torbellino no los arrastrara. Los zombis eran atraídos a aquel bucle caliente entre gemidos y gritos, el cielo oscuro acompañaba a la melodía mientras Meneror controlaba aquellos bucles con una leve sonrisa*
-¡El que retroceda lo ensarto y pensad que de mi garfio no se vuelve a la vida!
*Otro zombi intentó atacar a Meneror de frente, y este, usando su espada le decapita a pesar de que su cuerpo seguía luchando*
-¿Que, has perdido la cabeza amigo? *Dijo mientras clavaba su espada en su pecho podrido y lo levantaba en el aire para lanzarlo contra otros zombis que se acercaban. "No pienso morir aquí" pensaba Meneror,y, cuando todo parecía perdido un hombre entra en el campo de batalla diciendo que iba a ayudarnos a mi y a mis hombres.
"Hola, vengo a ayudar…pero antes necesito que me des los detalles de lo que está pasando…y soy Midorima Shintaro, un gusto."
*Meneror respondió*- ¿Detalles dices de lo que está pasando? *Da otro tajazo con su garfio a un zombie*- No hay tiempo para dar detalles, solo matad y luego ya nos presentaremos, si venis a ayudar sois bienvenido. *En ese momento un zombi corta con su espada el puro de Meneror mientras que el pirata estaba distraído hablando con el recién llegado. Necio, todos los hombres de Il Bianco quedaron temblando con sudor frío en sus cara*
Marinero: Oh no allá vamos...
*Meneror se quedó quieto ante aquel zombi, sus ojos se tapaban por sus mechones de pelo que cayeron hacia adelante por el combate. Un silencio abordó al zombie y al pirata frente a frente y el ser volvió a atacar a Meneror ahora que este estaba como " inmovil. Blandió su espada para darle un tajazo a Meneror y este en un veloz movimiento solo levantó su mano agarrando la hoja con su mano desnuda*
-Quién coño os creeis que sois para cortarme mi habano sucia escoria *su tono era sereno, entre enfadado y loco a la par que apretaba aquella hoja con su mano notándose un poco de sangre en su palma, unos hilillos de nada*
-Me divertía hace horas pero habéis tocado lo que no debíais....
Marinero: Agachaos....
-Pero ahora me habéis tocado hasta el orgullo.
*La hoja del zombi comenzó a derretirse y el zombi a no soltarla comenzó a quemarse internamente mientras que el calor se desplazaba desde la hoja hasta su interior haciendo que cayera de rodillas ante Meneror. El resto de combatientes miraba la escena. Aquel zombie comenzó a echar fuego por la boca, ojos y orejas hasta empezar a deshacerse como si de papilla fuera quedando solo ceniza delante de Meneror. Il Bianco observó al resto y extendió ahora sus dos brazos, furioso, y de ellos emanaron dos grandes columnas de humo negro caliente*
-Me habéis cansado en demasia maldita escoria. Bulley Hassam.
*Movió sus dos brazos hacia adelante lanzando aquellas dos columnas que parecían tornados del juicio final de fuego y humo negro contra las filas de los zombies. Este ataque era de los más devastadores en área , quemaría todo lo que tocara carbonizándolo internamente, dejando figuras de ceniza en el campo de batalla. Los marineros se arrojaron al suelo o clavaron sus espadas en el mismo para que aquel torbellino no los arrastrara. Los zombis eran atraídos a aquel bucle caliente entre gemidos y gritos, el cielo oscuro acompañaba a la melodía mientras Meneror controlaba aquellos bucles con una leve sonrisa*
AlexEmpanadilla
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Alex vio a aquel hombre verter el cáliz en la boca del hombre del trono. El cuerpo se levantó y recogió su bastón. Inmediatamente después, el cadáver reanimado lo miró. Sabía que el médico estaba allí. No valía la pena esconderse más. El chico se encogería de hombros, pero era una nube sin forma definida. Habría abierto la boca para replicar, pero era una nube sin forma definida. Tal vez hubiera descendido de forma espectacular, con los brazos extendidos, como un dios salvador que bajaba de los cielos, pero era una nube sin forma definida. Así que simplemente se limitó a bajar hasta el suelo y tomó forma corpórea de nuevo.
- Buenas... -saludó a la gente a su alrededor, que lo miraban de forma sorprendida-. Hades, ¿no? -preguntó al cadáver del bastón-. Se te ve buena cara, para haber estado muerto hasta hace unos minutos. Se ve que la muerte le sienta bien a algunos... -suspiró-. No puedo decir lo mismo de mí. Cuando me muero, al día siguiente me levanto con dolor de cabeza.
El médico llevaba la hoja oculta en la mano izquierda, lista para usarla en caso de peligro. También podía huir por la puerta o por alguno de los ventanales del lugar. Y dejar allí al marine. Por haberle molestado en su paseo por el bosque. O también podía hacer de héroe salvador y combatir las fuerzas del mal. Mejor no, él no era un héroe, y no le apetecía cansarse peleando. Miró a los hombres a su alrededor, activando el haki mantra por si acaso.
- Por cierto, he visto que hay algunos libros muy interesantes por aquí. Pero el estado de conservación es pésimo. El último que cogí se deshizo en polvo. ¿Habéis considerado el contratar a un bibliotecario? -los miró con cierta apatía. Le gustaban los libros, y aquello le parecía una ofensa hacia los autores de aquellas obras.
Observó la sala. Era grande, y seguramente podría huir si la cosa se ponía fea. Un tapiz llamó su atención. Era un ser grande, con un montón de ojos, deforme, dentro de una especie de pirámide extraña. Si el mundo había sido creado por un grupo de seres todopoderosos, aquella criatura reflejada allí era, sin duda, una broma de los creadores hacia su creación. Era un tapiz extraño. Y feo, extremadamente feo. El médico salió de su ensimismamiento y observó de nuevo al coloso no muerto. Tal vez quisiera decir algo, o simplemente matarlo. Si pasaba lo primero, el médico estaría encantado de compartir un café con él mientras platicaban. Si era lo segundo... bueno, tendría que pelear o salir por patas.
- Buenas... -saludó a la gente a su alrededor, que lo miraban de forma sorprendida-. Hades, ¿no? -preguntó al cadáver del bastón-. Se te ve buena cara, para haber estado muerto hasta hace unos minutos. Se ve que la muerte le sienta bien a algunos... -suspiró-. No puedo decir lo mismo de mí. Cuando me muero, al día siguiente me levanto con dolor de cabeza.
El médico llevaba la hoja oculta en la mano izquierda, lista para usarla en caso de peligro. También podía huir por la puerta o por alguno de los ventanales del lugar. Y dejar allí al marine. Por haberle molestado en su paseo por el bosque. O también podía hacer de héroe salvador y combatir las fuerzas del mal. Mejor no, él no era un héroe, y no le apetecía cansarse peleando. Miró a los hombres a su alrededor, activando el haki mantra por si acaso.
- Por cierto, he visto que hay algunos libros muy interesantes por aquí. Pero el estado de conservación es pésimo. El último que cogí se deshizo en polvo. ¿Habéis considerado el contratar a un bibliotecario? -los miró con cierta apatía. Le gustaban los libros, y aquello le parecía una ofensa hacia los autores de aquellas obras.
Observó la sala. Era grande, y seguramente podría huir si la cosa se ponía fea. Un tapiz llamó su atención. Era un ser grande, con un montón de ojos, deforme, dentro de una especie de pirámide extraña. Si el mundo había sido creado por un grupo de seres todopoderosos, aquella criatura reflejada allí era, sin duda, una broma de los creadores hacia su creación. Era un tapiz extraño. Y feo, extremadamente feo. El médico salió de su ensimismamiento y observó de nuevo al coloso no muerto. Tal vez quisiera decir algo, o simplemente matarlo. Si pasaba lo primero, el médico estaría encantado de compartir un café con él mientras platicaban. Si era lo segundo... bueno, tendría que pelear o salir por patas.
- Orden de acciones:
- Bajar+Frase ingeniosa+Queja de los libros+Ver un tapiz extraño+Mirar a Hades, pensando en lo que hacer a continuación
Dexter Black
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"Vaya, la cosa se pone interesante", pensó el dragón cuando una masa de zombies se acercaban a ellos, con aparentemente muy malas intenciones. "¿Esperabas que esos bichos trajeran té con pastas?". Su mente siempre salvándolo de reflexiones estúpidas. Obviamente aquellos seres eran "depredadores", seres que se movían sólo buscando alimento, aunque era muy dudoso que fueran a encontrar algo allí. Al fin y al cabo, Dexter era bastante correoso, por no hablar de que no pensaba dejarse atrapar. Midorima había parecido triste al hablar de Sakura, y casi suicidarse tras ello metiéndose en el centro de la acción, de donde se escuchaba una voz motivadora a la par que amenazante y múltiples disparos y estocadas. "Con suerte el inepto este estará a salvo...", pensó, observando una larga cabellera blanca a través de las filas de súbditos muertos, portada por un hombre casi tan alto como Dexter. Destacaba bastante, y lo conocía de carteles de Wanted de hacía unos años: Meneror Il Bianco...
-¡Meneror, como mates al Peliverde te mataré!- le gritó, al tiempo que desplegaba su Haki del Rey tratando de dejar inconsciente a la oleada de no muertos al completo, y centrarse en lo verdaderamente divertido, aunque al mismo tiempo, preocupante.
Un dragón volaba libre por el cielo, y en aquel lugar quién sabe lo que podría ser ese bicho. Visto lo visto sería algo sobrenatural y desde luego abusivamente desagradable, pero al mismo tiempo era un ser como él, una colosal masa de fuerza que se movía libremente por el mundo, pero un peligro para todos los que estaban en el suelo. Había gente a la que había conocido en el lugar, algunos a los que incluso les tenía cariño, y no podía dejar que esa bestia hiciera daño a nadie. Dio un salto y sus brazos se transformaron en alas, al tiempo que todo su cuerpo comenzaba a adoptar una forma mucho más estilizada y reptiliana, depredadora como sólo el rey de las bestias podría ser.
Azotó el aire con sus alas, y comenzó a avanzar. Iba muy deprisa, y cada vez más cerca del animal podía verlo, en parte majestuoso, descendiendo sobre... ¿Un pueblo? Ése, si no recordaba mal, era el lugar donde en momentos anteriores había escuchado ruido, y de donde venía aquel olor a roble con Akuma no mi que ignoró en otro momento... "Kodama". La imagen del hombre-árbol llegó a su mente, y temió por él momentáneamente. Al fin y al cabo, ese tío era su tronco. "Dexter, eres idiota", soltó su mente ante aquel estúpido chiste. "Tenemos que matar a ese bicho, ¿No te parece?". Ciertamente, su cabeza tenía razón. Debía enfrentarse al animal, su "familia", como lo hacía llamado Midorima instantes antes.
El Dragón aterrizó en el suelo, y Zafiro estaba listo para el combate. Le dirigió una de sus grandes habilidades desarrolladas hacía algún tiempo, mientras entrenaba con Tomás. La mirada del Dragón, que impediría una respuesta ágil por su parte, voló instantáneamente a por el animal, y Dexter voló en picado sobre él, a su máxima velocidad, que rozaba los doscientos metros por segundo. ¿Por qué doscientos y no trescientos? Era muy sencillo: cuando el dragón fuera atravesado por la masa de fuerza irresistible, sumada a las seis balas de aire que surgían de sus falanges y se lanzaban a mayor velocidad que él mismo a por el animal, y tras atravesarlo aprovechar el resto de su aceleración plausible para evitar un golpe contra el suelo. Si el dragón moría así, sería feliz. Si no, las balas al menos le dejarían un hermoso colador para derramar fluidos vitales en los que pudiera introducir cantidades exorbitadas de electricidad, aunque... Por otro lado, no olía a vivo. Aunque de necesitarlo, algo se le ocurriría.
Volvió a su forma humana, de pie, sobre el suelo, mirando al animal, tratando de conocer el destino del dragón.
Carga de dragón+Balas de aire(6) [AF]
-¡Meneror, como mates al Peliverde te mataré!- le gritó, al tiempo que desplegaba su Haki del Rey tratando de dejar inconsciente a la oleada de no muertos al completo, y centrarse en lo verdaderamente divertido, aunque al mismo tiempo, preocupante.
Un dragón volaba libre por el cielo, y en aquel lugar quién sabe lo que podría ser ese bicho. Visto lo visto sería algo sobrenatural y desde luego abusivamente desagradable, pero al mismo tiempo era un ser como él, una colosal masa de fuerza que se movía libremente por el mundo, pero un peligro para todos los que estaban en el suelo. Había gente a la que había conocido en el lugar, algunos a los que incluso les tenía cariño, y no podía dejar que esa bestia hiciera daño a nadie. Dio un salto y sus brazos se transformaron en alas, al tiempo que todo su cuerpo comenzaba a adoptar una forma mucho más estilizada y reptiliana, depredadora como sólo el rey de las bestias podría ser.
Azotó el aire con sus alas, y comenzó a avanzar. Iba muy deprisa, y cada vez más cerca del animal podía verlo, en parte majestuoso, descendiendo sobre... ¿Un pueblo? Ése, si no recordaba mal, era el lugar donde en momentos anteriores había escuchado ruido, y de donde venía aquel olor a roble con Akuma no mi que ignoró en otro momento... "Kodama". La imagen del hombre-árbol llegó a su mente, y temió por él momentáneamente. Al fin y al cabo, ese tío era su tronco. "Dexter, eres idiota", soltó su mente ante aquel estúpido chiste. "Tenemos que matar a ese bicho, ¿No te parece?". Ciertamente, su cabeza tenía razón. Debía enfrentarse al animal, su "familia", como lo hacía llamado Midorima instantes antes.
El Dragón aterrizó en el suelo, y Zafiro estaba listo para el combate. Le dirigió una de sus grandes habilidades desarrolladas hacía algún tiempo, mientras entrenaba con Tomás. La mirada del Dragón, que impediría una respuesta ágil por su parte, voló instantáneamente a por el animal, y Dexter voló en picado sobre él, a su máxima velocidad, que rozaba los doscientos metros por segundo. ¿Por qué doscientos y no trescientos? Era muy sencillo: cuando el dragón fuera atravesado por la masa de fuerza irresistible, sumada a las seis balas de aire que surgían de sus falanges y se lanzaban a mayor velocidad que él mismo a por el animal, y tras atravesarlo aprovechar el resto de su aceleración plausible para evitar un golpe contra el suelo. Si el dragón moría así, sería feliz. Si no, las balas al menos le dejarían un hermoso colador para derramar fluidos vitales en los que pudiera introducir cantidades exorbitadas de electricidad, aunque... Por otro lado, no olía a vivo. Aunque de necesitarlo, algo se le ocurriría.
Volvió a su forma humana, de pie, sobre el suelo, mirando al animal, tratando de conocer el destino del dragón.
Carga de dragón+Balas de aire(6) [AF]
- Resumen:
- Ábreme el combate con el dragón, Maldito.
Break Baskerville
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La cabeza de su grotesco adversario se separó limpiamente de su cuerpo, cayendo y rodando por el suelo mientras unos ojos claros y vacíos le miraban con expresión ausente y sombría. Era como si un monstruo sin alma le mirase fijamente a los ojos, pensando en cómo iba a devorar la suya propia. El cazador observó como sus extraños compañeros se fijaban un segundo en el cuerpo decapitado de su líder y luego proseguían como si nada su avance hacia el espadachín. -Vaya, que fácil ha sido. -dijo sin poder evitar extrañarse por lo sencillo de aquella escaramuza, casi tanto por el hecho de que la herida en su cuello se hubiese cerrado rápidamente. El tipo grandullón le había parecido en un principio un tipo fuerte y que sin duda le daría problemas, por lo que no esperaba que pudiese acabar con él así. Supuso que era más fuerte de lo que pensaba.
El cazador esquivó el mordisco de uno de esos extraños seres parecidos a los humanos y lanzó una estocada con la que lo decapitó igual que a su predecesor. Sin siquiera girarse, echó el brazo hacia atrás y la clavó en la cabeza de otro de ellos, lanzándolo contra un tercero justo antes de solidificar un enorme martillo de aire con el que aplastó a otros dos. Sin embargo, mientras se abalanzaba contra otro de sus siniestros atacantes y lo partía por la cintura con un espadazo, vio como algunos de los que ya había derrotado se levantaban, incluido el que acababa de derribar. Por suerte pudo evitar que le cogiera de la pierna, clavando su espada en su cabeza y usándola como apoyo para girar y patear al resto.
El cazador se dio impulso y se colocó en lo alto de una de las colinas, con lo que aprovechó para rebanar a esos tipos con la ventaja que la altura le proporcionaba. Sin embargo nada de lo que hiciera parecía funcionar, pues la mitad de los que derrotaba volvían a alzarse contra él. -No importa lo fuertes que seáis, ni de que clase de infierno hayáis salido. No conozco a ninguna criatura viva que pueda seguir atacando sin cabeza. -dijo desafiante, sin saber lo equivocado que estaba al referirse a seres vivos. Aun así, en cuestión de un par de minutos logró aniquilar al grupo al completo a base de decapitaciones y seguir su camino en dirección al oeste.
Durante el camino oyó toda una algarabía de sonidos extraños, como si toda la isla hubiese estallado en una sangrienta lucha en los confines del infierno. Sin embargo lo más raro fue lo que vio en el cielo. En la rojiza luz de la luna llena, una criatura más allá de los límites de la imaginación surgió de la oscura noche como atraído por la muerte que se respiraba en la isla. Un enorme ser alado rugió antes de descender en picado hacia una zona cercana al centro de la isla. Break sonrió extasiado y sin perder un segundo se encaminó hacia donde el dragón había volado. Ya podían irse al infierno los revolucionarios, había encontrado algo más divertido que matar.
El cazador esquivó el mordisco de uno de esos extraños seres parecidos a los humanos y lanzó una estocada con la que lo decapitó igual que a su predecesor. Sin siquiera girarse, echó el brazo hacia atrás y la clavó en la cabeza de otro de ellos, lanzándolo contra un tercero justo antes de solidificar un enorme martillo de aire con el que aplastó a otros dos. Sin embargo, mientras se abalanzaba contra otro de sus siniestros atacantes y lo partía por la cintura con un espadazo, vio como algunos de los que ya había derrotado se levantaban, incluido el que acababa de derribar. Por suerte pudo evitar que le cogiera de la pierna, clavando su espada en su cabeza y usándola como apoyo para girar y patear al resto.
El cazador se dio impulso y se colocó en lo alto de una de las colinas, con lo que aprovechó para rebanar a esos tipos con la ventaja que la altura le proporcionaba. Sin embargo nada de lo que hiciera parecía funcionar, pues la mitad de los que derrotaba volvían a alzarse contra él. -No importa lo fuertes que seáis, ni de que clase de infierno hayáis salido. No conozco a ninguna criatura viva que pueda seguir atacando sin cabeza. -dijo desafiante, sin saber lo equivocado que estaba al referirse a seres vivos. Aun así, en cuestión de un par de minutos logró aniquilar al grupo al completo a base de decapitaciones y seguir su camino en dirección al oeste.
Durante el camino oyó toda una algarabía de sonidos extraños, como si toda la isla hubiese estallado en una sangrienta lucha en los confines del infierno. Sin embargo lo más raro fue lo que vio en el cielo. En la rojiza luz de la luna llena, una criatura más allá de los límites de la imaginación surgió de la oscura noche como atraído por la muerte que se respiraba en la isla. Un enorme ser alado rugió antes de descender en picado hacia una zona cercana al centro de la isla. Break sonrió extasiado y sin perder un segundo se encaminó hacia donde el dragón había volado. Ya podían irse al infierno los revolucionarios, había encontrado algo más divertido que matar.
- Acciones:
- Liquidar a los zombies y ver al dragón caer en picado sobre el pueblo. Encaminarse hacia el pueblo (aunque Break no sabe que hay un pueblo allí)
Roland von Klauswitz
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La lucha comenzaba a pasar factura a sus hombres. Poco a poco, los marines, al menos los que no les atacaban, iban cayendo uno tras otro. Sus efectivos comenzaban a verse superados por el creciente número de enemigos y por su increíble resistencia y su nula piedad para con los heridos. Cuando quiso darse cuenta apenas resistían ya la embestida de sus siniestros adversarios. Por alguna razón que desconocía, aquellos seres no se detenían por heridas que matarían a cualquier hombre y seguían luchando como si nada. Kodama decidió que lo mejor sería replegarse, buscar una manera de librarse de los rápidos y molestos perros y escapar del resto a través del bosque. Allí podrían cazarlos con los rifles o al menos evitar que los masacraran del todo.
Sin embargo su plan no tardó en irse al infierno, casi literalmente. Cuando se disponía a dar la orden de retirada, un potentísimo rugido amortiguó el sonido de la batalla. El entrechocar de las espadas y los gritos de los que caían se vieron apagados por el sonido salido de la garganta de aquel ser salido de la más profunda oscuridad. Al igual que muchos otros, Kodama no pudo evitar alzar la mirada al cielo para contemplar la mortífera bestia que se aproximaba hacia ellos. De repente, la criatura abrió sus fauces y expulsó una enorme llamarada verdosa que arrasó el pueblo casi en su totalidad. El hombre-árbol apenas tuvo tiempo de apartarse rodando para evitar quedar calcinado al igual que la mayoría de los combatientes.
El marine vio como el siniestro dragón sobrevolaba los restos abrasados del campo de batalla, mientras buscaba con la mirada algún superviviente en la zona en llamas. Sin embargo lo único que vio fue un hombre enorme, uno de esos gigantes de los que había oído hablar acompañado por un grupo que no llegó a identificar. Posiblemente fueran otra amenaza pero no tenía tiempo que perder con ellos, el enemigo más peligroso era el dragón y como uno de los rangos superiores allí era su deber enfrentarlo.
Kodama se ajustó su túnica ignífuga y envainó sus dos espadas. Usando sus ramas, trepó hasta el tejado del edificio más alto del pueblo y se encaró hacia donde el extraño y herido dragón era atacado por ¿otro dragón? Aquello comenzaba a volverse demasiado caótico y pensaba ponerle fin de una vez. El segundo dragón, uno más elegante y con aspecto más saludable le resultaba extrañamente familiar, tal vez lo hubiese visto en algún libro. Apartó esos pensamientos de su mente, adoptó su forma híbrida y saltó con fuerza sobre las dos criaturas. El hombre-árbol, ahora de unos diez metros de altura, generó una serie de gruesas ramas cargadas con Haki con las que agarraría al dragón. Con sus ramas, sujetaría las alas del dragón, mantendría su mandíbula cerrada, su cola inmovilizada y sus patas traseras juntas. Antes de aterrizar, giraría sobre sí mismo en el aire y usando la gran fuerza que esa forma le proporcionaba, partiría los huesos de la criatura y la lanzaría contra el extraño gigante y sus acompañantes.
-Forma híbrida + Haki armadura Nivel 2 + Lanzamiento [AIF]
Sin embargo su plan no tardó en irse al infierno, casi literalmente. Cuando se disponía a dar la orden de retirada, un potentísimo rugido amortiguó el sonido de la batalla. El entrechocar de las espadas y los gritos de los que caían se vieron apagados por el sonido salido de la garganta de aquel ser salido de la más profunda oscuridad. Al igual que muchos otros, Kodama no pudo evitar alzar la mirada al cielo para contemplar la mortífera bestia que se aproximaba hacia ellos. De repente, la criatura abrió sus fauces y expulsó una enorme llamarada verdosa que arrasó el pueblo casi en su totalidad. El hombre-árbol apenas tuvo tiempo de apartarse rodando para evitar quedar calcinado al igual que la mayoría de los combatientes.
El marine vio como el siniestro dragón sobrevolaba los restos abrasados del campo de batalla, mientras buscaba con la mirada algún superviviente en la zona en llamas. Sin embargo lo único que vio fue un hombre enorme, uno de esos gigantes de los que había oído hablar acompañado por un grupo que no llegó a identificar. Posiblemente fueran otra amenaza pero no tenía tiempo que perder con ellos, el enemigo más peligroso era el dragón y como uno de los rangos superiores allí era su deber enfrentarlo.
Kodama se ajustó su túnica ignífuga y envainó sus dos espadas. Usando sus ramas, trepó hasta el tejado del edificio más alto del pueblo y se encaró hacia donde el extraño y herido dragón era atacado por ¿otro dragón? Aquello comenzaba a volverse demasiado caótico y pensaba ponerle fin de una vez. El segundo dragón, uno más elegante y con aspecto más saludable le resultaba extrañamente familiar, tal vez lo hubiese visto en algún libro. Apartó esos pensamientos de su mente, adoptó su forma híbrida y saltó con fuerza sobre las dos criaturas. El hombre-árbol, ahora de unos diez metros de altura, generó una serie de gruesas ramas cargadas con Haki con las que agarraría al dragón. Con sus ramas, sujetaría las alas del dragón, mantendría su mandíbula cerrada, su cola inmovilizada y sus patas traseras juntas. Antes de aterrizar, giraría sobre sí mismo en el aire y usando la gran fuerza que esa forma le proporcionaba, partiría los huesos de la criatura y la lanzaría contra el extraño gigante y sus acompañantes.
-Forma híbrida + Haki armadura Nivel 2 + Lanzamiento [AIF]
- Acciones:
- Esquivar la llamarada, subir al edificio más alto y saltar sobre el dragón zombie para agarrarlo con las ramas de su forma híbrida y lanzarlo contra el gigante y su grupo (que si no me equivoco serán los Shirokami)
PD: El ataque con nomenclatura va dirigido al dragón
Rainbow662
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La mujer de rosa les ofreció un té como si nada, ignorando las extrañas pintas de los piratas plantados frente a su casa y del otro tipo que se había ido tal y como había venido. Los últimos minutos habían sido un tanto raros. Primero un inmenso rugido atrajó su atención hacia el cielo y Arribor llegó a ver una extraña figura alada que descendía en picado sobre la isla, probablemente la criatura que había provocado ese estruendo. Después, la dueña de la casa salió a recibirles como si se encontrase gente pateando su puerta todos los días y por último, otro desconocido salió del bosque para luego irse tras intercambiar unas breves palabras con Rose. El pirata estaba un tanto desconcertado, no tenía muy claro que era lo más raro en esa isla. Extraños sonidos llegaban de todas direcciones, como si una gran batalla se hubiese extendido por toda la isla y su interés por cazar al ser que acababa de rugir iba en aumento. Sin embargo, en cuanto la mujer pronunció la palabra "tesoro", su atención se dirigió hacia ella.
Al contrario que Rose, quien se quedó en la puerta cortésmente, Arribor entró como si fuese su casa, se sentó en un sillón y aceptó con gusto la bebida caliente que les ofrecían. -Vaya, está bueno. -dijo el luchador acomodándose en su asiento. Una persona normal sospecharía al instante de aquella invitación, pero el caso de Arribor era un tanto peculiar. De hecho ni siquiera se había dado cuenta del joven que les acompañaba desde hacía un rato. Durante el camino lo había visto pero su limitada capacidad de atención le impidió procesarlo a un ritmo normal.
El pirata se acabó el té y engulló la mitad de las pastas como el pésimo invitado que siempre había sido. Después, sin ningún tipo de educación, se dirigió a su anfitriona. -¿Y tú quién diablos eres? ¿Vives aquí rodeada por esos fantasmas y ruidos raros? -Sin preocuparse siquiera de la respuesta, se levantó y empezó a cotillear por la estancia. -¿Dónde está el baño? -De nuevo no esperó la respuesta sino que decidió echar un vistazo a la casa por su cuenta. Por suerte tenía buen oído así que igualmente podría oír lo que decían allí mientras buscaba pistas sobre el tesoro en el resto de la casa.
Al contrario que Rose, quien se quedó en la puerta cortésmente, Arribor entró como si fuese su casa, se sentó en un sillón y aceptó con gusto la bebida caliente que les ofrecían. -Vaya, está bueno. -dijo el luchador acomodándose en su asiento. Una persona normal sospecharía al instante de aquella invitación, pero el caso de Arribor era un tanto peculiar. De hecho ni siquiera se había dado cuenta del joven que les acompañaba desde hacía un rato. Durante el camino lo había visto pero su limitada capacidad de atención le impidió procesarlo a un ritmo normal.
El pirata se acabó el té y engulló la mitad de las pastas como el pésimo invitado que siempre había sido. Después, sin ningún tipo de educación, se dirigió a su anfitriona. -¿Y tú quién diablos eres? ¿Vives aquí rodeada por esos fantasmas y ruidos raros? -Sin preocuparse siquiera de la respuesta, se levantó y empezó a cotillear por la estancia. -¿Dónde está el baño? -De nuevo no esperó la respuesta sino que decidió echar un vistazo a la casa por su cuenta. Por suerte tenía buen oído así que igualmente podría oír lo que decían allí mientras buscaba pistas sobre el tesoro en el resto de la casa.
- Acciones:
- Entrar en la casa como si fuese suya. Preguntarle a la mujer su nombre y levantarse para cotillear el resto de la casa. Gracias a su oído de espía puede oír lo que se diga en el salón igualmente.
Sawn
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Cada segundo que pasaba en aquella isla se convertía en dudas y más dudas sobre lo que pasaba allí. Podía entender ligeramente porque la marina quería nuestra ayuda. Por nuestro camino nos encontramos en el bosque un grupo de seres extraños con forma humanoide que no tenían pinta de ayudarnos en nada. Al principio pude ver solo uno enfrente mía, pero finalmente a mi y a dos compañeros cazadores no rodearon completamente. Sin pensar mucho creé cantidades decentes de hierro en forma de palos de hierro resistentes para que esos seres estuviesen atrapados y seguir nosotros nuestro camino.
Mientras seguía creando, de repente noté un mordisco en el brazo derecho, en el mismo brazo que utilizaba la espada. Notaba un dolor medianamente aguantable, pero no podría utilizar la espada un buen tiempo. Cuando noté el mordisco, de forma accidentalmente, por así decirlo, me giré bruscamente activando el haki armadura en todo el brazo y le metí un golpe que lo mandé hacia atrás, pero eso no fue lo único, me sentía mareado y del movimiento me caí al suelo.
Intenté incorporarme, pero el mareo no se me iba y al intentarlo, volví a caerme. -Mierda, tengo que levantarme- Finalmente me levanté, y tras aquello pude ver a los seres atacando a mis compañeros. Primeramente fui a por uno de los dos seres que iban a atacar a mi compañera, simplemente cogí uno de los barrotes de las supuestas jaulas y se la lancé a uno de los seres, el que estaba a más distancia de Iku.
Mientras seguía creando, de repente noté un mordisco en el brazo derecho, en el mismo brazo que utilizaba la espada. Notaba un dolor medianamente aguantable, pero no podría utilizar la espada un buen tiempo. Cuando noté el mordisco, de forma accidentalmente, por así decirlo, me giré bruscamente activando el haki armadura en todo el brazo y le metí un golpe que lo mandé hacia atrás, pero eso no fue lo único, me sentía mareado y del movimiento me caí al suelo.
Intenté incorporarme, pero el mareo no se me iba y al intentarlo, volví a caerme. -Mierda, tengo que levantarme- Finalmente me levanté, y tras aquello pude ver a los seres atacando a mis compañeros. Primeramente fui a por uno de los dos seres que iban a atacar a mi compañera, simplemente cogí uno de los barrotes de las supuestas jaulas y se la lancé a uno de los seres, el que estaba a más distancia de Iku.
- Accciones:
- Simplemente tras morderme el ser, me caigo al suelo, me incorporo, veo a los seres atacar a mis compañeros, y como Tyron hace su acción, ayudo a Iku atacando al ser que está a más distancia de ella lanzando al ser un barrote creado antes para las jaulas
Rylanor
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Corría por el bosque a gran velocidad, cuando a lo lejos empecé a ver a lo lejos una aldea, atacada por un gran dragón esquelético. "¡¡Oh!! ¡Que guay! ¡Quiero montarme en ese dragón!" Pensaba mientras me acercaba hacia allí, con el Vicealmirante a mi espalda. Unos marines se acercaban a mi posición, mientras que veía a un lado del poblado, un gigante y alguien en llamas, que parecía ser Kogáto. "Maldito asesino... Te machacaré."
De repente, los marines que se acercaban a mi posición se pararon de golpe, mirándome sorprendidos y cortándome el paso. Uno de ellos, que parecía más fuerte que los otros, saca una pistola y me apunta con ella, mientras me pregunta sobre el Vicealmirante muerto a mi espalda. Saqué con velocidad el medallón que me ofreció el Vicealmirante y se lo enseñé al que me apuntaba.
- Esto me lo dio él, es una historia larga. Nos atacó un hombre caballo gigante fantasmal y el Vicealmirante me salvó la vida. Me dijo que os dijera que debíais reunir a toda la gente, todo a sido una trampa para atraernos aquí. También necesito encontrar a su hermana, Azuka, necesito decirle unas palabras... Si traigo el cuerpo a cuestas, es por que se merece un entierro digno. - Explicaba a los marines mientras tenía tendido el medallón.
Esperaba que me creyesen, necesitaba informar a todo el mundo de la trampa, para que esto no se convirtiese en una masacre. Desaté al vicealmirante y lo posé en el suelo lentamente y activé mi haki de observación. No podía fiarme de esos marines, tal vez no me creyesen, así que me acerqué a ellos y le ofrecí el medallón.
- Juro que todo lo que digo es verdad. Por cierto, al Hombre caballo solo se le puede tocar con Kairoseki, no puedes hacerle daño con nada más.
De repente, los marines que se acercaban a mi posición se pararon de golpe, mirándome sorprendidos y cortándome el paso. Uno de ellos, que parecía más fuerte que los otros, saca una pistola y me apunta con ella, mientras me pregunta sobre el Vicealmirante muerto a mi espalda. Saqué con velocidad el medallón que me ofreció el Vicealmirante y se lo enseñé al que me apuntaba.
- Esto me lo dio él, es una historia larga. Nos atacó un hombre caballo gigante fantasmal y el Vicealmirante me salvó la vida. Me dijo que os dijera que debíais reunir a toda la gente, todo a sido una trampa para atraernos aquí. También necesito encontrar a su hermana, Azuka, necesito decirle unas palabras... Si traigo el cuerpo a cuestas, es por que se merece un entierro digno. - Explicaba a los marines mientras tenía tendido el medallón.
Esperaba que me creyesen, necesitaba informar a todo el mundo de la trampa, para que esto no se convirtiese en una masacre. Desaté al vicealmirante y lo posé en el suelo lentamente y activé mi haki de observación. No podía fiarme de esos marines, tal vez no me creyesen, así que me acerqué a ellos y le ofrecí el medallón.
- Juro que todo lo que digo es verdad. Por cierto, al Hombre caballo solo se le puede tocar con Kairoseki, no puedes hacerle daño con nada más.
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Estábamos caminando despacio por el camino hacia el pueblo, lo más natural habría sido ir deprisa, y no es que no quisiera hacerlo, pero mi orden era clara, ir a paso normal y atendiendo a todo a nuestro alrededor, demasiados peligros había en esa isla como para ir deprisa de un lado para otro. Sin haber llegado a ver todavía nada extraordinario, la isla no estaba precisamente en silencio, se escuchaban gritos, grandes movimientos o puede que explosiones, y nada de esto era algo normal en una isla, aquí había algo gordo.
Nada más llegar al pueblo todo lo que vi era una batalla curiosa, marines atacando a marines, perros con armaduras atacando, y algunos que otros revolucionarios que atacaban a marines, lo cual no sería raro de no ser por el aspecto físico de estos, similar al de los marines que atacaban a los marines. No sabía que estaba ocurriendo, pero era notorio incluso para un tipo que no estudiase medicina, que varios de ellos estaban muy diferentes a lo que viene a ser una persona normal.
Analizando brevemente a las personas que agredían pude ver que tenían algo en su cuerpo que les hacía moverse de tal manera y atacando sin mirar a aliados o enemigos, ¿Tendrían cura? La respuesta era evidente viendo sus ojos desde lejos y haciendo una pequeña inspección al interior de sus cuerpos.
- Están muertos, pero aún siguen en nuestro reinado de vivos... si no tenéis cuidado acabareis mal, o puede que igual que ellos. - Les dije a los míos preparándome para ayudar a los marines. Independientemente de los ideales sus vidas eran vidas al fin y al cabo, y no merecían morir en vano.- Por cierto, bajo ningún concepto dejéis que su sangre entre en contacto con la vuestra si no está fuera de vuestro cuerpo, ningún tipo de fluidos para ser más precavidos… no se cual podría ser la forma de contagio, ¿Quién sabe si no es por el simple oxigeno y ya estamos contaminados?
Sin embargo para suerte de los marines, ellos solos se pudieron encargar de todos y no tuve que actuar, motivo por el cual quizás ahora tenía una pelea frente a mí contra ese gran grupo de soldados.
- Buenos días marines, bienvenidos a la isla donde vuestras peores pesadillas se hacen realidad... – Dije riéndome con los brazos extendidos disfrutando de sus reacciones- Sabéis quien soy y que ninguno tiene posibilidad de vencerme, así que os presentare las tres opciones que tenemos, la primera es colaborar por salir con vida todos de este infierno, la segunda pelear entre nosotros, en cuyo caso os matare a todos, y la tercera es cargarnos a todos esos tipos... no sé si lo sabéis, pero por cómo funcionan sus cuerpos, están muertos, un virus o parásito tomó el control de sus cuerpos y atacaran a cualquier ser vivo sea amigo o aliado... ahora solo son bestias... ¿Qué me decís? Yo elegiría la tercera, pero es evidente que mucho de ustedes correrían peligro de morir aquí de elegir esa opción, por lo que pensarlo bien... y tenerlo en cuenta, un fallo aquí, y moriréis.
Nada más acabar mis palabras Kogáto se puso frente a mi en una forma híbrida si mi memoria no fallaba, una forma bastante llamativa e imponente, en la que de su cuerpo sale fuego y humo, y para colmo me había rugido estando a tan escasa distancia. Le miré fijamente y sonriendo de lado golpee su estomago para hacer que se inclinase sin llegar a dañarle seriamente.
- No vuelvas a hacer eso... es molesto. Ahora, vuelve a la forma humana, así no podemos sanar mejor tus heridas amigo. – Le dije guiñándole un ojo para que entendiese que no estaba de malas a pesar del pequeño golpe.
Este volvió a su forma humana y sin espera a que le empezásemos a sanar dio un detallado informa de todo lo que sucedía. Nada más terminar se sentó en una roca y comenzó a descansar. Uracha se acercó a él y sonriendo envié una capa de alcohol para desinfectar todas sus heridas sabiendo que le iba a escocer.
- ¿Dónde está Krauser? Es un amigo, no quiero que muera y me gustaría verle aunque sea de lejos, ¿En qué dirección está?- Iba a continuar preguntando cuando observé a los cielos un dragón bastante peculiar.
- Es Vice-almirante... podrá aguantar un poquito si me dedico a jugar con ese bichillo... - Pensé sonriente mirando.- Si lo sabes dímelo en unos momentos, volveré rápido.
- Uracha, cuida a Kogáto, y del resto. Volveré en un ratito si no os importa, pero es que ya sabeis... jejeje, me encanta pelear contra bichos grandes y matarlos.
Acto seguido comencé a correr para inmediatamente sacar a Simurgh de mi brazalete y montar en su lomo comenzando a volar hacia el dragón especial, para que una vez que estuviese cerca pudiese contemplar a otro dragón atacándole.
- Anda, ¡¡PERO SI ES MI LAGARTITA!! ¿Te quieres llevar tú toda la atención?- Le grité divertido nada mas reconocerle ahí mismo.
Rodee el cielo sobre donde estaban observando que hacían y pude contemplar como un… ¿Un árbol? Si, eso parecía, atacaba también al dragón desconocido junto a mi lagartija favorita. El dragón había respondido con un ataque algo fiero antes, y pude apreciar que era bastante fuerte, una de mis piezas favoritas entonces. El dragón parecía removerse y se encaró frente a un tercer tipo que no había visto, algo me decía que se iba a tragar un ataque por qué no paraba de correr en lugar de defenderse, y en esta isla por una extraña razón había decidido salvar a cuantos pudiese… a decir verdad el relato de aquel hombre me había llegado, y pronto dejaría de vivir aventura con mis compañeros, así que me ponía en el lugar de los compañeros de otros y me vi obligado a salvarlo.
Volé en picado con Simurgh para finalmente dar un toque en su lomo y hacer que se guardase en el brazalete de mi brazo al tiempo que lanzaba una onda de alcohol potente y rápida más que otra cosa para desviar la bola aunque el alcohol solo sirviese para incendiarla más.
- Cuidado grandullón, un poco mas y acabas achicharrado.
Acto seguido salté en la copa de un árbol en dirección al majestuoso y extraño dragón pudiendo ver como Dexter iba a una velocidad increíble que apenas lograba observar con su ojo cyborg, y el árbol creó una especie de bola gigantesca negra lanzada hacia la cabeza del dragón, lo cual me desanimó bastante.
- Es posible que haya llegado tarde… - Pensé desanimado cuando el dragón abrió la boca por el dolor del golpe y sonreí al tiempo que desenvainaba a Kösen.
Lancé una onda cortante roja de gran poder destructivo hacia el interior de la boca acto seguido para que su garganta se partiese aunque fuese solo en un corte interno dentro de su cuerpo, un ataque simple que juntado a lo que ya habían hecho los otros confirmaba la posible muerte del dragón en ese instante, sintiéndome desanimado por haber sido el que menos había golpeado de los tres. [A.F-Haki]
- Mierda… el siguiente dragón que aparezca es solo mío… ¡¡¿¿TE ENTERAS DEXTER??!! ¡LA SIGUIENTE BESTIA ES PARA MI!- Grité en voz alto para que se enterase al tiempo que reía y observaba de reojo al árbol. - ¿Y tu quién eres tronco? – Le pregunté directamente con cierta sonrisa provocativa.
Nada más llegar al pueblo todo lo que vi era una batalla curiosa, marines atacando a marines, perros con armaduras atacando, y algunos que otros revolucionarios que atacaban a marines, lo cual no sería raro de no ser por el aspecto físico de estos, similar al de los marines que atacaban a los marines. No sabía que estaba ocurriendo, pero era notorio incluso para un tipo que no estudiase medicina, que varios de ellos estaban muy diferentes a lo que viene a ser una persona normal.
Analizando brevemente a las personas que agredían pude ver que tenían algo en su cuerpo que les hacía moverse de tal manera y atacando sin mirar a aliados o enemigos, ¿Tendrían cura? La respuesta era evidente viendo sus ojos desde lejos y haciendo una pequeña inspección al interior de sus cuerpos.
- Están muertos, pero aún siguen en nuestro reinado de vivos... si no tenéis cuidado acabareis mal, o puede que igual que ellos. - Les dije a los míos preparándome para ayudar a los marines. Independientemente de los ideales sus vidas eran vidas al fin y al cabo, y no merecían morir en vano.- Por cierto, bajo ningún concepto dejéis que su sangre entre en contacto con la vuestra si no está fuera de vuestro cuerpo, ningún tipo de fluidos para ser más precavidos… no se cual podría ser la forma de contagio, ¿Quién sabe si no es por el simple oxigeno y ya estamos contaminados?
Sin embargo para suerte de los marines, ellos solos se pudieron encargar de todos y no tuve que actuar, motivo por el cual quizás ahora tenía una pelea frente a mí contra ese gran grupo de soldados.
- Buenos días marines, bienvenidos a la isla donde vuestras peores pesadillas se hacen realidad... – Dije riéndome con los brazos extendidos disfrutando de sus reacciones- Sabéis quien soy y que ninguno tiene posibilidad de vencerme, así que os presentare las tres opciones que tenemos, la primera es colaborar por salir con vida todos de este infierno, la segunda pelear entre nosotros, en cuyo caso os matare a todos, y la tercera es cargarnos a todos esos tipos... no sé si lo sabéis, pero por cómo funcionan sus cuerpos, están muertos, un virus o parásito tomó el control de sus cuerpos y atacaran a cualquier ser vivo sea amigo o aliado... ahora solo son bestias... ¿Qué me decís? Yo elegiría la tercera, pero es evidente que mucho de ustedes correrían peligro de morir aquí de elegir esa opción, por lo que pensarlo bien... y tenerlo en cuenta, un fallo aquí, y moriréis.
Nada más acabar mis palabras Kogáto se puso frente a mi en una forma híbrida si mi memoria no fallaba, una forma bastante llamativa e imponente, en la que de su cuerpo sale fuego y humo, y para colmo me había rugido estando a tan escasa distancia. Le miré fijamente y sonriendo de lado golpee su estomago para hacer que se inclinase sin llegar a dañarle seriamente.
- No vuelvas a hacer eso... es molesto. Ahora, vuelve a la forma humana, así no podemos sanar mejor tus heridas amigo. – Le dije guiñándole un ojo para que entendiese que no estaba de malas a pesar del pequeño golpe.
Este volvió a su forma humana y sin espera a que le empezásemos a sanar dio un detallado informa de todo lo que sucedía. Nada más terminar se sentó en una roca y comenzó a descansar. Uracha se acercó a él y sonriendo envié una capa de alcohol para desinfectar todas sus heridas sabiendo que le iba a escocer.
- ¿Dónde está Krauser? Es un amigo, no quiero que muera y me gustaría verle aunque sea de lejos, ¿En qué dirección está?- Iba a continuar preguntando cuando observé a los cielos un dragón bastante peculiar.
- Es Vice-almirante... podrá aguantar un poquito si me dedico a jugar con ese bichillo... - Pensé sonriente mirando.- Si lo sabes dímelo en unos momentos, volveré rápido.
- Uracha, cuida a Kogáto, y del resto. Volveré en un ratito si no os importa, pero es que ya sabeis... jejeje, me encanta pelear contra bichos grandes y matarlos.
Acto seguido comencé a correr para inmediatamente sacar a Simurgh de mi brazalete y montar en su lomo comenzando a volar hacia el dragón especial, para que una vez que estuviese cerca pudiese contemplar a otro dragón atacándole.
- Anda, ¡¡PERO SI ES MI LAGARTITA!! ¿Te quieres llevar tú toda la atención?- Le grité divertido nada mas reconocerle ahí mismo.
Rodee el cielo sobre donde estaban observando que hacían y pude contemplar como un… ¿Un árbol? Si, eso parecía, atacaba también al dragón desconocido junto a mi lagartija favorita. El dragón había respondido con un ataque algo fiero antes, y pude apreciar que era bastante fuerte, una de mis piezas favoritas entonces. El dragón parecía removerse y se encaró frente a un tercer tipo que no había visto, algo me decía que se iba a tragar un ataque por qué no paraba de correr en lugar de defenderse, y en esta isla por una extraña razón había decidido salvar a cuantos pudiese… a decir verdad el relato de aquel hombre me había llegado, y pronto dejaría de vivir aventura con mis compañeros, así que me ponía en el lugar de los compañeros de otros y me vi obligado a salvarlo.
Volé en picado con Simurgh para finalmente dar un toque en su lomo y hacer que se guardase en el brazalete de mi brazo al tiempo que lanzaba una onda de alcohol potente y rápida más que otra cosa para desviar la bola aunque el alcohol solo sirviese para incendiarla más.
- Cuidado grandullón, un poco mas y acabas achicharrado.
Acto seguido salté en la copa de un árbol en dirección al majestuoso y extraño dragón pudiendo ver como Dexter iba a una velocidad increíble que apenas lograba observar con su ojo cyborg, y el árbol creó una especie de bola gigantesca negra lanzada hacia la cabeza del dragón, lo cual me desanimó bastante.
- Es posible que haya llegado tarde… - Pensé desanimado cuando el dragón abrió la boca por el dolor del golpe y sonreí al tiempo que desenvainaba a Kösen.
Lancé una onda cortante roja de gran poder destructivo hacia el interior de la boca acto seguido para que su garganta se partiese aunque fuese solo en un corte interno dentro de su cuerpo, un ataque simple que juntado a lo que ya habían hecho los otros confirmaba la posible muerte del dragón en ese instante, sintiéndome desanimado por haber sido el que menos había golpeado de los tres. [A.F-Haki]
- Mierda… el siguiente dragón que aparezca es solo mío… ¡¡¿¿TE ENTERAS DEXTER??!! ¡LA SIGUIENTE BESTIA ES PARA MI!- Grité en voz alto para que se enterase al tiempo que reía y observaba de reojo al árbol. - ¿Y tu quién eres tronco? – Le pregunté directamente con cierta sonrisa provocativa.
Rylanor
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Situación general: De repente, la luna brilla con una gran intensidad, y un rayo de luz roja apunta al castillo. De repente todas las criaturas malignas se retiran, y escucháis una especie de lamento lejano. Ahora todo está en una situación de calma aparente... un silencio sepulcral sólo roto por vuestras respiraciones y conversaciones.
NOTA: Olvidad lo que el que acompañaba a Legim era un gigante, ha sido un lapsus del narrador. Es tan sólo un tipo corpulento y grandote. Por cierto, la semana pasada retrasé la respuesta a esta porque el domingo faltabais muchísimo por postear. No es una regañina por mi parte, si no una aclaración de que haya esperado tanto.
NOTA: Olvidad lo que el que acompañaba a Legim era un gigante, ha sido un lapsus del narrador. Es tan sólo un tipo corpulento y grandote. Por cierto, la semana pasada retrasé la respuesta a esta porque el domingo faltabais muchísimo por postear. No es una regañina por mi parte, si no una aclaración de que haya esperado tanto.
- Grupo 1 - Midorima y Meneror:
- Los zombies no se ven afectados por el haki del rey, pues al fin y al cabo carecen de conciencia propia. Sin embargo, los golpes del chico de pelo verde y el mafioso van minando a los zombies, y finalmente los tornados de humo los exterminan, juntos con algunos hombres de Il Bianco aun moribundos que no lograron agarrarse a algo a tiempo. Los pocos zombies que quedan, de repente se retiran al bosque corriendo en el momento en que el rayo de luz lunar señala al castillo. Os habéis quedado vosotros dos solos junto con seis mafiosos supervivientes, cuando de repente se os acerca un hombre con un traje traje rojo con capucha destrozado y una chaqueta de oficial marine. Es muy corpulento y lleva dos guanteletes de acero. Por las insignias si estáis familiarizados con la jerarquía marine podréis reconocerlo como un Contra-almirante. Está algo herido y magullado, pero no se le ve muy tocado.
- En circunstancias normales te arrestaría, Meneror "Il Bianco", sin embargo estas no lo son. Esta operación está siendo un desastre, y si no hacemos algo, todos acabaremos muertos. Esta escoria no era difícil de eliminar, por lo que no te confíes. Sin embargo hay enemigos más duros ahí fuera... por los últimos informes incluso un Vicealmirante ha sido derrotado en combate. Vengo a hacerte a ti y a tus hombres - mira a los supervivientes y a Midorima, tomándolo por otro de los mafiosos - una propuesta. He visto que tú y ese chico verde sois diestros luchadores. Haces honra a tu recompensa, desde luego. Seguidme y ayudadme a llegar al castillo del bosque. Hay alguien a quien debemos eliminar allí si queremos detener esta locura. Negaos y os arrestaré aquí mismo. ¿Qué decís?
Parece que sólo tenéis dos opciones, o colaborar con el marine o pelear con él. ¿Qué decís?
[Si vuestra decisión es colaborar, postead ya que seguís al marine. Este se dirigirá hacia el bosque.]
- Grupo 2 - Todo cristo (los de la aldea/cercanías):
- Básicamente sois los siguientes: Dealer Foxes, Drake, todos los marines y CPs menos Pato, los Piratas de Shirokami, Asderdeker y Break Barkerville.
El dragón acaba de arrasar a la mayor parte de fuerzas del Gobierno, cuando de repente otro dragón (este de color azul) y un chico "volador" (los que hayáis estado pendientes de los carteles de "se busca" o le conozcáis sabéis que es Drake) llegan persiguiéndole. El dragón azul ruge y embiste a gran velocidad al esquelético, convirtiéndose en un humano tras eso. Parece que es un zoan. Rápidamente el capitán Kodama, el hombre-árbol de la Marina, salta sobre el dragón y trata de amarrarlo con sus ramas con poco éxito, pero lo distrae el tiempo suficiente para que el chico-dragón cargue contra él de nuevo transformándose. Este segundo dragón destroza al cuerpo del primero, y acto seguido Kodama y el capitán de los Shirokamis, Legan Legim, rematan a la bestia con un ataque inesperadamente combinado hacia su cabeza. La bestia cae echa pedazos al suelo, y el brillo verde que la iluminaba desaparece. ¿Tal vez haya sido demasiado fácil? Os fijáis en que el chico de antes (Drake) ha desaparecido... Os reunís. Ha llegado gente nueva, entre las cuales hay algunos rostros famosos. Queda poco del poblado, y los restantes perros y zombies se retiran. Os fijáis en que el hombre lobo que peleaba contra el Vicealmirante Krauser ha desaparecido junto con este, aunque escucháis un grave aullido en la lejanía. Los que estabais en el pueblo lo reconocéis como el de ese hombre lobo. De repente una figura se alza en el tejado de uno de los edificios. Es un hombre de piel oscura con ropajes negros. Los cazadores lo reconocéis como uno de los cazarrecompensas del barco del Gobierno, el viejo de las "premoniciones".
- ¡Escuchadme todos! - dice con voz grave y severa - Todos habéis caído en una trampa. Las noticias sobre un tesoro en Sunaba eran una trampa para atraer gente. Esta noche ha sido resucitado, o tal vez sea más correcto decir "despertado" un peligroso enemigo: Hades el Inmortal. Mi nombre es Brendaric, y llevo toda mi vida dedicándome a combatir a las tropas de Hades. Probablemente nadie de los que estáis aquí hayáis oído hablar de él; en los bajos fondos del Nuevo Mundo se le conoce como el "Quinto Yonkou" por el gran poder que posee. No busca la fama, tan sólo meras riquezas, y por el poder de su akuma es teóricamente inmortal. Hace siete años logré envenenar a Hades en una pelea con un veneno que lo ha mantenido sumido en un coma del que sus médicos no han sabido despertarle. Sin embargo, han encontrado la cura ¡que se hallaba en esta isla! Ahora Hades está despierto de nuevo, y nosotros somos el "tributo" que le ofrecen sus hombres como bienvenida a su despertar, porque esta isla, en esta precisa noche, reúne las condiciones perfectas que Hades querría para su despertar: riquezas que saquear, o sea, las propiedades que hayáis traído con vosotros y gente que asesinar y sumar a sus filas de tropas no muertas. ¡Mirad la luna! Ese rayo de luz que ilumina el castillo de Mapleburg es la señal inequívoca de que el Inmortal prepara su ataque definitivo para exterminarnos. Tenemos poco tiempo, y muchos obstáculos por delante. ¡Olvidad vuestras diferencias por esta noche, pues todos corremos un gran peligro! Juntaos en grupos y avancemos hacia el castillo. Probablemente ni todos juntos podamos derrotar a tiempo a su mayor guerrero, Neso, así que debemos avanzar divididos para que al menos un grupo llegue a Hades y detenga su ritual.
[Mejor que avancemos rápidos con esto, así que hablad off rol para hacer los grupos y luego rolead directamente cómo os juntáis. Eso sí, evitad el meta-rol en la medida de lo posible]
[Ahora paso a poner las narraciones individuales para quien lo requiera]- Dealer Foxes:
- Lográis llegar a la aldea, pero no os encontráis con vía libre para encontrar ninguna clase de suministros. Los pocos edificios que ya no arden, se han venido abajo. Tal vez sea mejor que os agrupéis con otra gente y hagáis caso a Brendaric.
- Drake:
- (Esto para cuando recuperes internet y te reincorpores) Legim te salva del ataque del dragón, que te había pillado por sorpresa, pero una piedra que ha salido volando por una explosión te da en la cabeza. Te caes al suelo entre unos matorrales, atontado, y te encuentras una caja de carne en salazón que alguien ha abandonado ahí. Qué buena suerte, ya puedes olvidarte de todo un rato y zampar. Al fin y al cabo ya no queda dragón que reventar.
- Sora y el señor cubo de arena:
- El sargento te responde afirmativamente, y ambos os retiráis del pueblo. Poco después el dragón es derrotado y Brendaric da su discurso. El hombre de arena se gira hacia ti y te habla.
- [i]Te prometí que podías acompañarme, así que vayamos juntos. ¿Qué me dices?
- Etsu:
- Logras matar al perro, y te vendas la herida. Te escuece a horrores, pero al menos el vendado funciona. Te acercas hacia los Shirokami tras refugiarte en el pozo, y ves que más gente se está congregando en la zona, principalmente los marines supervivientes y gente sin uniformes. Reconoces a algunos tipos con recompensa, pero el discurso de Brendaric da a entender que tal vez no sea el mejor momento para pelear.
- Krauser:
- (Esto para cuando recuperes internet)El lobo te bloquea la mayor parte de tu ataque con facilidad, y acto seguido te tumba de una embestida. Está alzando su espada para rematarte, cuando de repente se detiene y se da la vuelta hacia el bosque, seguido de los perros y los zombies. Escuchas alboroto en la aldea.
- Asderdeker:
- Los marines cesan su actitud hostil al ver el medallón, y te contemplan con desasosiego y tristeza. La muerte de su líder parece haber hundido su moral. De repente el "jefe" del grupito dice:
- Nos encargaremos de darle un entierro digno cuando acabe esto, pero... ¿qué es eso de que el Vicealmirante tenía una hermana? No sabía nada de eso... lo siento, pero creo que no tengo manera de ayudarte con ello, y créeme que de buen grado te diría algo si lo supiera. Cumplir la última voluntad de este hombre... - lo mira con lágrimas en los ojos y se calla - Si me entero de algo de alguna "Azuka", te lo diré. Tan sólo dime alguna manera de localizarte.
De repente el dragón cae derrotado, entre los gritos de aclamación y victoria de los marines supervivientes. El grupo que estaba contigo se acerca corriendo a ver qué está pasando. Desde tu posición alcanzas a escuchar el discurso de Brendaric, pero posiblemente quieras acercarte.
- Break:
- Es una pena, no has llegado a tiempo para matar al dragón, pero tal vez no hayas perdido tu oportunidad de decapitar cosas. Parece que se va a montar un buen jaleo y se van a sortear tortas, ¿te apuntas?
- Drako:
- Abandonas la casa y te diriges de nuevo al pueblo. Al llegar ves un espectáculo terrible: decenas de marines muertos y la aldea en llamas. Marines y otras gentes (reconoces a algunos piratas con wanteds) se han reunido al sur de la aldea escuchando el discurso de un hombre de piel negra. Tal vez deberías unirte a ellos.
- Grupo 3 - Legendary Hunters, Aki y Byakuro:
- Os dirigís todos hacia el bosque, cuando ambos grupos os encontráis en los lindes de este. Tal vez sea buena idea que os unáis y vayáis juntos. De repente escucháis un ruido raro... una especie de lamento lejano. ¿De dónde podría venir? ¿Tal vez del castillo gótico y siniestro con un rayo de luz lunar aun más siniestra señalándolo como si fuese una quest de un juego de rol y hubiese un cartel de "BOSS DEL ESCENARIO AQUÍ"? Nah, demasiado obvio. Además de eso veis de repente surgir de entre los árboles a una criatura abominable: un hombre gordo y deforme de cuatro metros de altura que avanza desnudo. Más que un hombre parece que esté compuesto por partes de varios. Tiene puntos de sutura por todas partes y en algunos puntos del estómago estos están rotos y la piel de esa zona colgando y dejando a la vista las podridas entrañas. El ser ruge con expresión estúpida y carga hacia vosotros, saltando y golpeando el suelo con sus enormes posaderas, lo que genera una potente onda de choque. [AF]
- Grupo 4 - Alex y Pato:
- Pato logra contener a los sectarios y hiere bastante a unos cuantos, pero son demasiados. Cuando Hades revive, estos se detienen a mirarlo, lo que le da un momento de calma, pero pronto vuelven a la carga. De repente, Hades da una sola orden y los hombres se paran.
- Alto - mira a Alex - Este castillo no me pertenece, mortal. Creo que ambos pasaréis a formar parte de mi colección particular de zombies...
De repente alguien le interrumpe. De las sombras sale un tipo con una túnica morada y vendas que le cubren el rostro. Este toca a Hades en el brazo y dice, con una voz cargada como si estuviera enfermo o tuviera los pulmones destrozados.
- Me parece, mi buen amigo, que estos dos afortunados chicos pueden prestarnos un gran servicio vivos.
Alza la mano, y de entre sus ropajes comienza a salir arena que forma dos pequeñas bolas. Hades sonríe y se aparta, dejándole paso libre. El de la túnica os dice:
- Tranquilos, no dolerá... demasiado
Ambas bolas salen volando hacia vuestras cabezas, a gran velocidad. ¿Qué hacéis? [Ambos ataques van con haki, dato para Alex]
- Grupo 5 - Arribor:
- De repente el den den mushi de Rose comienza a sonar. Se disculpa y se va, obviamente a atender a la llamada. El marine también se ha ido, así que has quedado tú solo con la mujer, pues el chico de la banda de Asderdeker se ha esfumado. Comienzas a notar un intenso sueño, y empiezas a quedarte amodorrado. La mujer sonríe pícaramente y dice:
- Hora de comer.
Se arranca el kimono, desnudándose y dejando a la vista un espectacular cuerpo esbelto y voluptuoso. Se te acerca caminando sensualmente, pero de repente se gira y ves algo horrible: su pelo ha comenzado a crecer y a moverse con voluntad propia, como una especie de pulpo monstruoso, y donde debería tener nuca tiene una boca alargada, escamosa y monstruosa, llena colmillos. Además en la espalda tiene un tatuaje de una espiral psicodélica y multicolor, que nada más verla empiezas a marearte y perder la concentración. Parece que por eso se ha desnudado. Los cabellos tratan de inmovilizarte de pies y manos, agarrarte el cuello y acercarte a la boca de la bestia.
Agarre [AIF]
- Grupo 6 - Haine y Vongola:
- Off para Vongola: dado que se me olvidó hacerte la segunda moderación, en compensación te haré avanzar más y no te pondré al mini-boss que te iba a tocar. Esto no cambia demasiado la historia, de todos modos.
Vongola comienza a deambular por el subsuelo, por cavernas que suben y bajan. Te guías como puedes más por intuición que por otra cosa. Sin ninguna pista sobre el camino a seguir, eliges senderos al azar. Finalmente escuchas un ruido de metales contra roca, y al avanzar en esa dirección ves un pasillo con un extraño espectáculo: un montón de estacas que salen de techo y suelo cortándote el paso, un enorme portón de piedra abriéndose a un lado de la pared (bloqueado el acceso por las estacas, que por cierto son de alguna clase de metal) y al otro lado de las estacas, un chico sobre una especie de aparato metálico que levita sobre el suelo, alguna clase de transporte. A su lado hay un enorme robot de combate y un montón de dugongs, esos bichos medio manatí medio tortuga que se dedican a pegarle a todo lo que tienen a la vista.
Sabiamente te has vuelto a apartar, evitando una muerte segura. Cuando la puerta empezó a abrirse, la trampa se activó de nuevo. Ni tu haki te hubiese librado de eso. Al otro lado de la trampa, ves llegar a un hombre. ¿Amigo o enemigo? En todo caso, un dugong se acerca a una de las estacas y la lame con curiosidad, pero la lengua se le pega. Empieza a lloriquear y gesticular, tirando de ella estúpidamente. Poco a poco las estacas comienzan a retirarse. Al otro lado de la puerta os espera un largo pasillo lleno de antorchas y grabados en la pared. Para vosotros, que no tenéis conocimientos de arqueología, son poco más que garabatos y dibujos antiguos.
- Grupo 7 - Yokohama y Madara:
- De repente Madara comienza a tambalearse y cae sobre la arena, profundamente dormido. Tal vez no fue buena idea aceptar aquellos caramelos al tipo extraño del callejón, señor armadura. Yokohama se ha quedado sin posible aliado, así que deberá afrontar sólo los peligros del bosque y buscar algo. ¿Tal vez probar suerte con el perro de nuevo, o ir en otra dirección?
- Grupo 8 - Xiba:
- Sigues corriendo y corriendo, hasta llegar a una enorme librería circular de varios pisos. Alcanzas a ver los pisos superiores debido a que estos son simples balaustradas en torno a las estanterías. En el centro hay un estante con un orbe azul con pinta de ser exageradamente caro. Los otros dos llegan hasta ti, con cara de pocos amigos. Uno se adelanta lanzándote una estocada al pecho, mientras que el otro te lanza una daga.
Estocada [AF] + Daga arrojadiza [AIF]
- Grupo 9 - Dave, Iku y Jesaix:
- De repente los zombies se quedan quietos. Ignoran y reciben todos vuestros ataques sin reaccionar de ninguna manera, y se giran y comienzan a alejarse hacia el norte tan rápido como sus cuerpos putrefactos les permiten. Al cabo de un rato (a menos que les sigáis) los perdéis de vista. Toda la isla se queda de repente en un silencio total, a excepción de por vosotros. Es este silencio el que os permite escuchar un ruido de voces que viene del este.
[Básicamente estáis medianamente cerca de la aldea y escucháis el ruido, podéis acercaros. Leed la respuesta para los de la aldea si vais a hacerlo]
AlexEmpanadilla
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Alex vio la bola de arena volar hacia él. Más bien, su haki le avisó del ataque. Se había quedado ensimismado viendo el horrible tapiz. En serio, ¿cómo podía gustarle aquella horterada a alguien en su sano juicio? Oh, cierto, las sectas no solían estar en el top ten de las asociaciones culturales con mejor salud mental. Eso explicaba muchas cosas.
El caso es que esquivó la bola de arena. Y miró con mal humor al tipo que se la acababa de lanzar. Estaba muy enfadado. Lanzar una bola a alguien desprevenido. Eso era jugar sucio. Casi tan sucio como aquella sala.
- En serio, habéis considerado el pasar un maldito plumero por este lugar. He visto océanos con menos profundidad que la capa de polvo que hay aquí -dicho esto, tomó forma gaseosa de nuevo, y observó al tipo de las bolas de arena-. Bueno, si quieres jugar a lanzar arena, vámonos a la playa. Yo te espero allí. Y tráete a todos tus amiguitos si quieres. Será divertido. Yo llevaré a los míos.
Dicho esto, el médico se dirigió entre los hombres a la salida de la sala. Pero se detuvo a medio camino, los sectarios le miraban extrañados. El médico los miró de la misma forma. Sectarios, Hades, el tío de la arena (al que para abreviar llamaremos Arenero), el marine, los sectarios, Hades, el marine, el Arenero, marine, sectarios, Hades, Arenero, sectarios, Arenero, marine, Arenero, y el horroroso tapiz. En serio, era demasiado horrible. Alex lanzó una bomba de litio a aquella aberración para el arte antes de salir volando hacia la ventana. Se sintió mucho más aliviado al sentir a su espalda aquella afrenta para la vista arder. Su intención era salir por la ventana en forma gaseosa, dispuesto a pelear en la playa, para estar en igualdad de condiciones en un duelo de "bolas de arena".
El caso es que esquivó la bola de arena. Y miró con mal humor al tipo que se la acababa de lanzar. Estaba muy enfadado. Lanzar una bola a alguien desprevenido. Eso era jugar sucio. Casi tan sucio como aquella sala.
- En serio, habéis considerado el pasar un maldito plumero por este lugar. He visto océanos con menos profundidad que la capa de polvo que hay aquí -dicho esto, tomó forma gaseosa de nuevo, y observó al tipo de las bolas de arena-. Bueno, si quieres jugar a lanzar arena, vámonos a la playa. Yo te espero allí. Y tráete a todos tus amiguitos si quieres. Será divertido. Yo llevaré a los míos.
Dicho esto, el médico se dirigió entre los hombres a la salida de la sala. Pero se detuvo a medio camino, los sectarios le miraban extrañados. El médico los miró de la misma forma. Sectarios, Hades, el tío de la arena (al que para abreviar llamaremos Arenero), el marine, los sectarios, Hades, el marine, el Arenero, marine, sectarios, Hades, Arenero, sectarios, Arenero, marine, Arenero, y el horroroso tapiz. En serio, era demasiado horrible. Alex lanzó una bomba de litio a aquella aberración para el arte antes de salir volando hacia la ventana. Se sintió mucho más aliviado al sentir a su espalda aquella afrenta para la vista arder. Su intención era salir por la ventana en forma gaseosa, dispuesto a pelear en la playa, para estar en igualdad de condiciones en un duelo de "bolas de arena".
Sawn
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Algo raro pasaba allí, tanta complicación para luchar contra eso seres para que ahora se parasen y se diesen media vuelta ignorándonos por completo. Me sentí algo aliviado salvo por el dolor que me había producido el ser con el mordisco, rompiendo también el tejido de la chaqueta y de la camisa. Me quedé quieto viendo como los seres se iban hacia adelante, se notaba ahora una tranquilidad total, no se escuchaba nada, eso me hizo tranquilizarme aún más. Miré a mis compañeros para hablar con ellos: -Voy a seguir a esos seres a ver donde me llevan, tengo curiosidad.-
En ese mismo instante escuché un ruido, como una voz, no se escuchaba muy a la lejanía, podía suponer que a unos 150-200 metros estaba el origen de esa voz, como de una persona dando órdenes o algo parecido. -Si queréis podéis ir el origen de esa voz, yo como he dicho cojo camino hacia delante, no quiero que se me pierdan los seres que nos han atacado.-
Nada más decir eso seguí adelante con un paso no muy rápido para llegar a la altura de los seres. Aún se seguía notando esa tranquilidad por el silencio total de la zona que me rodeaba exceptuando la voz aquella que poco a poco se iba amenizando por la distancia que crecía por cada paso que daba. Tras i un poco rápido pude ver ya a aquellos seres, ya ahí me paré, me iba escondiendo detrás de los árboles por si les daba ganas de volver a atacar, era de una forma un poco inútil de esconderme. Eso sí, avanzaba al mismo tiempo que ellos lo hacían, intentando llevar el mismo ritmo que ellos.
Por un instante al ver que lo tenía controlados miré al cielo, no se veía mucho por los árboles que me rodeaban, pero lo que se veía se veía hermoso. Terminé de mirar al cielo y miré a mi alrededor por si alguno de mis compañeros me había seguido, cosa que no era correcta, nadie había venido conmigo de momento. Volví a prestar atención el los seres, avanzando la distancia prudente para no llegar a su altura, pero tampoco para perderles de vista.
En ese mismo instante escuché un ruido, como una voz, no se escuchaba muy a la lejanía, podía suponer que a unos 150-200 metros estaba el origen de esa voz, como de una persona dando órdenes o algo parecido. -Si queréis podéis ir el origen de esa voz, yo como he dicho cojo camino hacia delante, no quiero que se me pierdan los seres que nos han atacado.-
Nada más decir eso seguí adelante con un paso no muy rápido para llegar a la altura de los seres. Aún se seguía notando esa tranquilidad por el silencio total de la zona que me rodeaba exceptuando la voz aquella que poco a poco se iba amenizando por la distancia que crecía por cada paso que daba. Tras i un poco rápido pude ver ya a aquellos seres, ya ahí me paré, me iba escondiendo detrás de los árboles por si les daba ganas de volver a atacar, era de una forma un poco inútil de esconderme. Eso sí, avanzaba al mismo tiempo que ellos lo hacían, intentando llevar el mismo ritmo que ellos.
Por un instante al ver que lo tenía controlados miré al cielo, no se veía mucho por los árboles que me rodeaban, pero lo que se veía se veía hermoso. Terminé de mirar al cielo y miré a mi alrededor por si alguno de mis compañeros me había seguido, cosa que no era correcta, nadie había venido conmigo de momento. Volví a prestar atención el los seres, avanzando la distancia prudente para no llegar a su altura, pero tampoco para perderles de vista.
- Acciones:
- Tras el silencio y al escuchar las voces del este, decido ir tras los zombies para ver donde van. Supuestamente estoy a una distancia prudente y voy vigilando mis alrededores cada cierto tiempo. Mas o menos termino el post a las cercanías del pueblo por el noroeste, metiéndome por el bosque.
Legim
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El dragón fue abatido, algo que fue demasiado fácil para mi teniendo en cuenta que me suelo divertir mas en las peleas contra las bestias, todo había sido culpa de Dexter y el resto, sin duda el siguiente sería solo para mi.
Los muertos vivientes y el resto de bichos raros de aquella isla comenzaron a irse hacia el castillo, y por un momento me plantee seguirlos de una manera divertida haciéndome pasar por uno de estos, sin embargo eso sería inútil ya que existía una diferencia vital entre ellos y yo... yo estaba vivo.
Suspirando por la decepción volví rápido con los de mi banda saludándolos con desganas.
- Eeeeeeh... vaya mierda, no me divertí con ese dragón...- Dije asqueado al tiempo que miraba a Kogáto. - ¡Vete al barco a dormir la mona! Te agotaste muy rápido, así que descansa y ya volverás cuando estés bien ¿De acuerdo? Así tendremos un apoyo sorpresa al final de esta locura pero aburrida isla.
En ese momento sonó una voz algo lejana pero claramente entendible, me giré y pude ver a un tipo negro con ropa negra, aunque quizás fuese efecto de la noche y solo lo aparentase.
- A ti camuflarte se te da bien ¿No?- Comenté con cierto humor en voz baja al mismo momento en el que me cruzaba de brazos y le miraba atento para escuchar que decía.
- ¡Escuchadme todos! - dijo con voz grave y severa - Todos habéis caído en una trampa.
- Siempre lo hacemos viejo, es una forma diferente de correr aventuras, no nos juzgues por ello... ¡ME ENCANTA REVENTAR TRAMPAS DESDE DENTRO!- Contesté de inmediato sin poder frenarme.
- Las noticias sobre un tesoro en Sunaba eran una trampa para atraer gente. Esta noche ha sido resucitado, o tal vez sea más correcto decir "despertado" un peligroso enemigo: Hades el Inmortal.
- Pues no será tan famoso cuando es la primera vez que oigo hablar de él.- Interrumpí rápido riéndome. Al parecer hoy estaba respondón y gracioso, solo esperaba que la factura que me pasase la vida por eso no fuese muy cara.
-Mi nombre es Brendaric, y llevo toda mi vida dedicándome a combatir a las tropas de Hades.
Tosí fuerte y entre tosido y tosido dejé escapar unas palabras rápidamente: "Obseso, estás obsesionado con Hades". Si me escuchaba ese hombre, acabaría odiándome.
- Probablemente nadie de los que estáis aquí hayáis oído hablar de él; en los bajos fondos del Nuevo Mundo se le conoce como el "Quinto Yonkou" por el gran poder que posee. No busca la fama, tan sólo meras riquezas, y por el poder de su akuma es teóricamente inmortal. Hace siete años logré envenenar a Hades en una pelea con un veneno que lo ha mantenido sumido en un coma del que sus médicos no han sabido despertarle. Sin embargo, han encontrado la cura ¡que se hallaba en esta isla!
- Perfecto, no se te ocurrió matar a sus médicos y sus aliados para evitar esto ¿No? Viejo, no eres mas que otro novato mas.
- Ahora Hades está despierto de nuevo, y nosotros somos el "tributo" que le ofrecen sus hombres como bienvenida a su despertar, porque esta isla, en esta precisa noche, reúne las condiciones perfectas que Hades querría para su despertar: riquezas que saquear, o sea, las propiedades que hayáis traído con vosotros y gente que asesinar y sumar a sus filas de tropas no muertas.
- Jajajaja, pues conmigo se han equivocado, somos pobres ahora mismo, veniamos a hacernos un poco ricos.- Dije entre risas divirtiéndome en realidad con todo aquello.
- ¡Mirad la luna! Ese rayo de luz que ilumina el castillo de Mapleburg es la señal inequívoca de que el Inmortal prepara su ataque definitivo para exterminarnos. Tenemos poco tiempo, y muchos obstáculos por delante. ¡Olvidad vuestras diferencias por esta noche, pues todos corremos un gran peligro! Juntaos en grupos y avancemos hacia el castillo. Probablemente ni todos juntos podamos derrotar a tiempo a su mayor guerrero, Neso, así que debemos avanzar divididos para que al menos un grupo llegue a Hades y detenga su ritual.
Mi mirada se volvió seria mirando al resto de personas que había a mi alrededor, buscaba a Dexter con la mirada y al tipo árbol de antes, pero al tardar unos segundos en encontrarlos sonreí de lado y alcé la voz mas alto de lo normal.
- Ese Neso es mío ¿Está claro? Pienso acabar con su vida yo solo, si es su mayor guerrero será una mala bestia, y de serlo, superare el no haber matado a ese dragón... ¡Morirá bajo mi espada! Y luego iré a por Hades.
Miré a mi grupo y les envié una sonrisa algo extraña y quizás hasta preocupante.
- Bueno chicos ¿Queréis divertiros?
Sin esperar respuesta me volví hacia el castillo y comencé a andar en linea recta hacia esta, poniendome ahora mas serio.
- Aplicaremos lo mismo de antes, despacio pero atento con todo ¿De acuerdo? Enfrentarse a un Yonkô no es moco de pavo, y este tipo parece que casi es uno de ellos... y esto tiene pinta de que será peligroso... quizás no hice bien trayendo a los más novatos, si queréis iros al barco junto a Kogáto jamás os lo reprochare, vuestras vidas son mas importantes que una aventura donde podréis perderla. Recordad, si morís no podréis cumplir vuestros sueños.
Los muertos vivientes y el resto de bichos raros de aquella isla comenzaron a irse hacia el castillo, y por un momento me plantee seguirlos de una manera divertida haciéndome pasar por uno de estos, sin embargo eso sería inútil ya que existía una diferencia vital entre ellos y yo... yo estaba vivo.
Suspirando por la decepción volví rápido con los de mi banda saludándolos con desganas.
- Eeeeeeh... vaya mierda, no me divertí con ese dragón...- Dije asqueado al tiempo que miraba a Kogáto. - ¡Vete al barco a dormir la mona! Te agotaste muy rápido, así que descansa y ya volverás cuando estés bien ¿De acuerdo? Así tendremos un apoyo sorpresa al final de esta locura pero aburrida isla.
En ese momento sonó una voz algo lejana pero claramente entendible, me giré y pude ver a un tipo negro con ropa negra, aunque quizás fuese efecto de la noche y solo lo aparentase.
- A ti camuflarte se te da bien ¿No?- Comenté con cierto humor en voz baja al mismo momento en el que me cruzaba de brazos y le miraba atento para escuchar que decía.
- ¡Escuchadme todos! - dijo con voz grave y severa - Todos habéis caído en una trampa.
- Siempre lo hacemos viejo, es una forma diferente de correr aventuras, no nos juzgues por ello... ¡ME ENCANTA REVENTAR TRAMPAS DESDE DENTRO!- Contesté de inmediato sin poder frenarme.
- Las noticias sobre un tesoro en Sunaba eran una trampa para atraer gente. Esta noche ha sido resucitado, o tal vez sea más correcto decir "despertado" un peligroso enemigo: Hades el Inmortal.
- Pues no será tan famoso cuando es la primera vez que oigo hablar de él.- Interrumpí rápido riéndome. Al parecer hoy estaba respondón y gracioso, solo esperaba que la factura que me pasase la vida por eso no fuese muy cara.
-Mi nombre es Brendaric, y llevo toda mi vida dedicándome a combatir a las tropas de Hades.
Tosí fuerte y entre tosido y tosido dejé escapar unas palabras rápidamente: "Obseso, estás obsesionado con Hades". Si me escuchaba ese hombre, acabaría odiándome.
- Probablemente nadie de los que estáis aquí hayáis oído hablar de él; en los bajos fondos del Nuevo Mundo se le conoce como el "Quinto Yonkou" por el gran poder que posee. No busca la fama, tan sólo meras riquezas, y por el poder de su akuma es teóricamente inmortal. Hace siete años logré envenenar a Hades en una pelea con un veneno que lo ha mantenido sumido en un coma del que sus médicos no han sabido despertarle. Sin embargo, han encontrado la cura ¡que se hallaba en esta isla!
- Perfecto, no se te ocurrió matar a sus médicos y sus aliados para evitar esto ¿No? Viejo, no eres mas que otro novato mas.
- Ahora Hades está despierto de nuevo, y nosotros somos el "tributo" que le ofrecen sus hombres como bienvenida a su despertar, porque esta isla, en esta precisa noche, reúne las condiciones perfectas que Hades querría para su despertar: riquezas que saquear, o sea, las propiedades que hayáis traído con vosotros y gente que asesinar y sumar a sus filas de tropas no muertas.
- Jajajaja, pues conmigo se han equivocado, somos pobres ahora mismo, veniamos a hacernos un poco ricos.- Dije entre risas divirtiéndome en realidad con todo aquello.
- ¡Mirad la luna! Ese rayo de luz que ilumina el castillo de Mapleburg es la señal inequívoca de que el Inmortal prepara su ataque definitivo para exterminarnos. Tenemos poco tiempo, y muchos obstáculos por delante. ¡Olvidad vuestras diferencias por esta noche, pues todos corremos un gran peligro! Juntaos en grupos y avancemos hacia el castillo. Probablemente ni todos juntos podamos derrotar a tiempo a su mayor guerrero, Neso, así que debemos avanzar divididos para que al menos un grupo llegue a Hades y detenga su ritual.
Mi mirada se volvió seria mirando al resto de personas que había a mi alrededor, buscaba a Dexter con la mirada y al tipo árbol de antes, pero al tardar unos segundos en encontrarlos sonreí de lado y alcé la voz mas alto de lo normal.
- Ese Neso es mío ¿Está claro? Pienso acabar con su vida yo solo, si es su mayor guerrero será una mala bestia, y de serlo, superare el no haber matado a ese dragón... ¡Morirá bajo mi espada! Y luego iré a por Hades.
Miré a mi grupo y les envié una sonrisa algo extraña y quizás hasta preocupante.
- Bueno chicos ¿Queréis divertiros?
Sin esperar respuesta me volví hacia el castillo y comencé a andar en linea recta hacia esta, poniendome ahora mas serio.
- Aplicaremos lo mismo de antes, despacio pero atento con todo ¿De acuerdo? Enfrentarse a un Yonkô no es moco de pavo, y este tipo parece que casi es uno de ellos... y esto tiene pinta de que será peligroso... quizás no hice bien trayendo a los más novatos, si queréis iros al barco junto a Kogáto jamás os lo reprochare, vuestras vidas son mas importantes que una aventura donde podréis perderla. Recordad, si morís no podréis cumplir vuestros sueños.
Zombienrelleno
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Cuando ven el medallón dejan su actitud hostil y empiezan a llorar, el que parecía ser el jefe me empieza a hablar. En cuanto terminasen los problemas le darían un entierro digno, aunque algo que dijeron me llamó la atención. Resultaba que aquel Vicealmirante no tenía hermana, y nadie conocía a una tal "Azuka"... Yo estaba seguro que si esa era su última voluntad, debía cumplirla y encontrar a su hermana como fuese, aunque nadie la conociese. Me preguntó sobre como podría encontrarme, así que saqué algo del bolsillo, era una vibre card que tendí a aquel marine. Le miré con una sonrisa, la verdad es que me daba igual que un marine tuviese una vibre card mía.
- Ten, es una vibre card. Cuando descubras algo sobre Azuka, solo búscame. Nadie más debe tener acceso a esta vibre card, confío en ti. Ahora, si me disculpas... - Después de esas palabras, empecé a correr hacia el poblado, ya que empecé a escuchar la voz de un hombre misterioso.
Ese hombre estaba en lo alto de un edificio y dando un discurso sobre lo que pasaba en esa isla y, hablaba de Neso, lo cierto es que ese nombre me sonaba bastante. Llegué abajo del edificio y empecé a subir como pude, mientras el hombre misterioso nombraba también al "Quinto Yonki" o algo así. Subí hasta arriba una vez acabó su discurso y, ya que tenía toda la atención del poblado, me puse a su lado y cogí aire lo más que pude. Entonces recordé, Neso era el hombre caballo...
- ¡¡¡Shiooooon!!! - Grité de una para luego volver a coger aire. - ¡¡¡Raioooon!!! ¡¡¡Axys!!! - Volví a gritar con fuerzas para llamar a mis compañeros. - ¡¡Venid a la Aldea!! - Parecía que todo iba a quedar en un loco gritando en lo alto del edificio, pero yo empecé con mi discurso, mientras cogía aire para gritar con fuerza. - ¡¡Vengo de enfrentarme a Neso junto a un Vicealmirante!! ¡Si nos reunimos todos podremos acabar con ese hombre caballo y después, terminar con el "Quinto Yonki"! ¡¡Se como derrotar a Neso, si alguien quiere venir conmigo, que suba aquí ahora!! ¡Juntos machacaremos a esos idiotas! ¡¡Por cierto demonio en llamas!! ¡Ya sabes por que te diré esto! ¡¡¡Pero te derrotaré, traidor!!! - Empecé a jadear después de gritar con fuerza, esperaba que alguien se uniese a mi, yo sabía como podíamos derrotar a ese tal Neso. Me senté en el tejado y seguí gritando, para llamar la atención y así, tal vez Shion y Raion vinieran al escucharme, al igual que Axys. Volví a coger fuerzas, pero ahora más que antes, debía completar la última voluntad del Vicealmirante. - ¡¡¡Si alguien de aquí se llama Azuka, que suba, debo hablar con la hermana del Vicealmirante!!! ¡¡Tú hermano es un héroe, debes estar orgullosa!! ¡Ahora todos, suban aquí y vayamos a por el maldito Hombre caballo apestoso y a por el "Quinto Yonki" dormilón, les daremos una lección! ¡¡Si nadie quiere venir, lo entenderé, cobardes hay en todos lados, iré solo si eso ocurre!! ¡¡YO cortaré la cabeza de Neso, nadie más!!
Me quedé esperando en lo alto del tejado, sentado, con las ropas destrozadas y preparado para la batalla, no había acabado aquí, iba a derrotar a Neso con o sin ayuda, no tenía miedo. En cuanto se reunieran todos iríamos en busca de Neso, hacia el castillo, pero antes les explicaría todo, como derrotar a Neso, usando Kairoseki y las técnicas que usa ese maldito hombre caballo con armadura.
- Ten, es una vibre card. Cuando descubras algo sobre Azuka, solo búscame. Nadie más debe tener acceso a esta vibre card, confío en ti. Ahora, si me disculpas... - Después de esas palabras, empecé a correr hacia el poblado, ya que empecé a escuchar la voz de un hombre misterioso.
Ese hombre estaba en lo alto de un edificio y dando un discurso sobre lo que pasaba en esa isla y, hablaba de Neso, lo cierto es que ese nombre me sonaba bastante. Llegué abajo del edificio y empecé a subir como pude, mientras el hombre misterioso nombraba también al "Quinto Yonki" o algo así. Subí hasta arriba una vez acabó su discurso y, ya que tenía toda la atención del poblado, me puse a su lado y cogí aire lo más que pude. Entonces recordé, Neso era el hombre caballo...
- ¡¡¡Shiooooon!!! - Grité de una para luego volver a coger aire. - ¡¡¡Raioooon!!! ¡¡¡Axys!!! - Volví a gritar con fuerzas para llamar a mis compañeros. - ¡¡Venid a la Aldea!! - Parecía que todo iba a quedar en un loco gritando en lo alto del edificio, pero yo empecé con mi discurso, mientras cogía aire para gritar con fuerza. - ¡¡Vengo de enfrentarme a Neso junto a un Vicealmirante!! ¡Si nos reunimos todos podremos acabar con ese hombre caballo y después, terminar con el "Quinto Yonki"! ¡¡Se como derrotar a Neso, si alguien quiere venir conmigo, que suba aquí ahora!! ¡Juntos machacaremos a esos idiotas! ¡¡Por cierto demonio en llamas!! ¡Ya sabes por que te diré esto! ¡¡¡Pero te derrotaré, traidor!!! - Empecé a jadear después de gritar con fuerza, esperaba que alguien se uniese a mi, yo sabía como podíamos derrotar a ese tal Neso. Me senté en el tejado y seguí gritando, para llamar la atención y así, tal vez Shion y Raion vinieran al escucharme, al igual que Axys. Volví a coger fuerzas, pero ahora más que antes, debía completar la última voluntad del Vicealmirante. - ¡¡¡Si alguien de aquí se llama Azuka, que suba, debo hablar con la hermana del Vicealmirante!!! ¡¡Tú hermano es un héroe, debes estar orgullosa!! ¡Ahora todos, suban aquí y vayamos a por el maldito Hombre caballo apestoso y a por el "Quinto Yonki" dormilón, les daremos una lección! ¡¡Si nadie quiere venir, lo entenderé, cobardes hay en todos lados, iré solo si eso ocurre!! ¡¡YO cortaré la cabeza de Neso, nadie más!!
Me quedé esperando en lo alto del tejado, sentado, con las ropas destrozadas y preparado para la batalla, no había acabado aquí, iba a derrotar a Neso con o sin ayuda, no tenía miedo. En cuanto se reunieran todos iríamos en busca de Neso, hacia el castillo, pero antes les explicaría todo, como derrotar a Neso, usando Kairoseki y las técnicas que usa ese maldito hombre caballo con armadura.
- Resumen:
- Hablo con los marines y le doy una vibre card al jefe, después subo donde estaba el cazador dando la charla y llamo a mis compañeros y también intento reunir a las máximas personas posibles, al igual que a la hermana del Vicealmirante
Haine Rammsteiner
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Su habilidad tuvo éxito, la puerta poseída se abrió pero por alguna razón -quizás porque el mecanismo detectó que la puerta había sido forzada- la trampa se activó de nuevo y atravesó el aire de aquella cueva sin piedad alguna. Si hubiera estado ahí encima habría muerto irremediablemente, menos mal que era precavido o mejor dicho desconfiado. Uno de los Dugongs lamió una de las estacas, no era demasiado listo, pues se quedó pegado a esta como si se tratara de alguna clase de estalagmita de hielo. Algo bastante absurdo, pero más absurdo fue ver a otros dos Dugongs intentando liberarlo tirando de su cuerpo. Suspiró, pero su sentido del mantra le avisó de que había alguien a tan solo unos metros de él, al otro lado de las estacas.
—¡Eh tú!— dijo Haine tratando de llamar su atención, por si acaso aún no lo había visto. Tardó unos segundos en decir sus siguientes palabras pues las estaba pensando al no saber qué hacer. —¿Sabes algo de ruinas y civilizaciones antiguas?— le preguntó simplemente, aunque añadió unas palabras después. —O de medicina, eso también le vendría bien a mis costillas.— Sus intenciones eran simples, sacar el máximo provecho de esa persona y luego, si al final de aquel pasillo había un tesoro, ver cómo lo compartiría con él. Le dejó unos segundos para asimilar la información mientras las estacas volvían a introducirse en la tierra tanto en el suelo como en el techo. No iba a ser él el que avanzara primero por aquel lugar lleno de posibles trampas, para algo era un genio constructor de drones.
—Jackal, avanza por el pasillo.— mencionó simplemente, haciendo que la máquina reconociera la orden y entrara en aquel pasillo que se había abierto con la puerta. —Es extraño que haya antorchas encendidas ahí dentro... Quiero decir, eso demuestra que hay oxígeno ahí dentro, pero ¿Cómo es que están encendidas? ¿Las ha encendido alguien hace poco? ¿Están hechas de un material que no se consume nunca? ¿Un mecanismo las ha prendido al abrirse la puerta? ¿O ha sido una habilidad mágica encerrada en runas arcanas?— dijo Haine planteando todas las posibilidades que asolaban su cabeza. En cualquier caso y salvo que Vongola lo detuviera, aquella máquina iba a entrar por el pasillo y recibir directamente cualquier trampa, una forma de descubrir qué clase de amenazas le esperaban. Al fin y al cabo si lo destruía no pasaba nada, tenía el dron araña en el barco y ese era bastante más potente que el Jackal.
Torció el rostro levemente para mirar a Vongola con aparente amabilidad. —Por cierto, mi nombre es Haine.— le dijo observándolo con desconfianza, si aquel hombre intentaba algo contra él se encargaría de hacerle sentir dolor personalmente, aunque los Dugongs bien podrían darle una buena paliza si se mosqueaban pese a que su honor les hiciera ir uno a uno. —Si no intentas nada te dejaré investigar esto conmigo, pero a la mínima te llenaré el pecho de plomo.— añadió con determinación. No iba a dejar que le robaran su tesoro, podía compartirlo si había suficiente pues al fin y al cabo Haine con sus drones iba a poder cargar más. Pero si representaba alguna amenaza utilizaría su poder para hacerle lamentar sus acciones.
—¡Eh tú!— dijo Haine tratando de llamar su atención, por si acaso aún no lo había visto. Tardó unos segundos en decir sus siguientes palabras pues las estaba pensando al no saber qué hacer. —¿Sabes algo de ruinas y civilizaciones antiguas?— le preguntó simplemente, aunque añadió unas palabras después. —O de medicina, eso también le vendría bien a mis costillas.— Sus intenciones eran simples, sacar el máximo provecho de esa persona y luego, si al final de aquel pasillo había un tesoro, ver cómo lo compartiría con él. Le dejó unos segundos para asimilar la información mientras las estacas volvían a introducirse en la tierra tanto en el suelo como en el techo. No iba a ser él el que avanzara primero por aquel lugar lleno de posibles trampas, para algo era un genio constructor de drones.
—Jackal, avanza por el pasillo.— mencionó simplemente, haciendo que la máquina reconociera la orden y entrara en aquel pasillo que se había abierto con la puerta. —Es extraño que haya antorchas encendidas ahí dentro... Quiero decir, eso demuestra que hay oxígeno ahí dentro, pero ¿Cómo es que están encendidas? ¿Las ha encendido alguien hace poco? ¿Están hechas de un material que no se consume nunca? ¿Un mecanismo las ha prendido al abrirse la puerta? ¿O ha sido una habilidad mágica encerrada en runas arcanas?— dijo Haine planteando todas las posibilidades que asolaban su cabeza. En cualquier caso y salvo que Vongola lo detuviera, aquella máquina iba a entrar por el pasillo y recibir directamente cualquier trampa, una forma de descubrir qué clase de amenazas le esperaban. Al fin y al cabo si lo destruía no pasaba nada, tenía el dron araña en el barco y ese era bastante más potente que el Jackal.
Torció el rostro levemente para mirar a Vongola con aparente amabilidad. —Por cierto, mi nombre es Haine.— le dijo observándolo con desconfianza, si aquel hombre intentaba algo contra él se encargaría de hacerle sentir dolor personalmente, aunque los Dugongs bien podrían darle una buena paliza si se mosqueaban pese a que su honor les hiciera ir uno a uno. —Si no intentas nada te dejaré investigar esto conmigo, pero a la mínima te llenaré el pecho de plomo.— añadió con determinación. No iba a dejar que le robaran su tesoro, podía compartirlo si había suficiente pues al fin y al cabo Haine con sus drones iba a poder cargar más. Pero si representaba alguna amenaza utilizaría su poder para hacerle lamentar sus acciones.
- Resumen:
- Veo la puerta abierta, mando al dron "Jackal" por el pasillo para que reciba cualquier trampa en lugar de Haine y amenazo sutilmente a Vongola.
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Midorima sonrió al escuchar las palabras de Dexter mientras notaba que se iba a juntar con su querido hermano, sin más siguió lanzando golpes a diestra y siniestra a los zombies que caían como tablas al suelo, incluso estaba tan concentrado que por poco ignora el ataque de su “aliado” al que el Zafiro Negro había llamado Meneror Vaya es un supernova bastante famoso…al parecer solo me he encontrado con tipos interesantes. pensaba mientras hacía fuerza en sus piernas para evitar que el ataque del peli blanco y salir disparado, pasaron unos minutos y al final la pesadilla había acabado…o por lo menos en parte ya que la luna roja ahora iluminaba con fuerza algún lugar, seguramente en ese sitio es donde estaría la mayor parte de los problemas y por ende, la mayor diversión.
Shintaro desactivo su Haki y se concentró nuevamente, desconfiaba totalmente en que los caídos se levantaran de nuevo, aunque en cuanto la luna empezó a brillar fue que todos desaparecieron y corrieron hacía algún lugar, en todo ese enredo casi espectral aparece de la nada otro sujeto…lo analizó de forma calmada, un traje rojo con la capucha destrozado, aquel tipo era muy corpulento y en sus manos llevaba dos guantes de acero, pero lo que definitivamente se robaba la película era la insignia que portaba, Midorima la conocía…era un contralmirante Vaya, la marina…solo espero que no cause problemas, escucharé atento sus palabras para luego tomar una decisión. pensaba con calma, suspiro tranquilamente y dejo que el marine hablará tranquilamente, después de todo necesitaba información de lo que pasaba en esta isla del infierno.
Escuchó con atención las palabras del Contralmirante, y todo indicaba que el supuesto tesoro no existía y que todo era una trampa, pero que había alguien en el castillo que si era eliminado esta locura iba a ser frenada, en pocas palabras, el jefe de jefazos estaba en ese lugar, el contralmirante cerró su discurso con una amenaza de que si no ayudaban los iba a arrestar. Shintaro suspiro y no iba a perder el tiempo esperando alguna respuesta por parte del supernova, su compañero, ya que no pertenecía a lo que sea que el supernova pertenecía o tenía bajo su mando.
Esta bien, yo te ayudaré. Tengo interés de saber quién es el maldito detrás de todo esto, no perdamos tiempo, vamos….suena muy divertido.
Mencionó de forma tranquila, al parecer todo iría bien, o eso aparentaba…nuevamente no espero respuesta por parte del supernova para empezar a seguir al Contralmirante, al parecer el destino era el castillo y todo indicaba que ese era el lugar en donde la luna roja brillaba con fuerza, apuntando tal rayo laser ese lugar…definitivamente el jefe estaría ahí y Shintaro iría a darle una pequeña visita. Ya luego vería como escapar de ser necesario, pero antes tendría que acabar con el jefe y a saber con quien se encontraba en el camino. Mantendré vigilado al Contralmirante, no es que confíe mucho en este tipo, pero sabe llegar y tiene mucha información…de momento es de utilidad. pensaba mientras mantenía sus manos en los bolsillos, caminaba con todos los sentidos en alerta, el bosque estaba en un silencio sepulcral como prácticamente toda la isla…nada de esto tenía buena pinta.
Shintaro desactivo su Haki y se concentró nuevamente, desconfiaba totalmente en que los caídos se levantaran de nuevo, aunque en cuanto la luna empezó a brillar fue que todos desaparecieron y corrieron hacía algún lugar, en todo ese enredo casi espectral aparece de la nada otro sujeto…lo analizó de forma calmada, un traje rojo con la capucha destrozado, aquel tipo era muy corpulento y en sus manos llevaba dos guantes de acero, pero lo que definitivamente se robaba la película era la insignia que portaba, Midorima la conocía…era un contralmirante Vaya, la marina…solo espero que no cause problemas, escucharé atento sus palabras para luego tomar una decisión. pensaba con calma, suspiro tranquilamente y dejo que el marine hablará tranquilamente, después de todo necesitaba información de lo que pasaba en esta isla del infierno.
Escuchó con atención las palabras del Contralmirante, y todo indicaba que el supuesto tesoro no existía y que todo era una trampa, pero que había alguien en el castillo que si era eliminado esta locura iba a ser frenada, en pocas palabras, el jefe de jefazos estaba en ese lugar, el contralmirante cerró su discurso con una amenaza de que si no ayudaban los iba a arrestar. Shintaro suspiro y no iba a perder el tiempo esperando alguna respuesta por parte del supernova, su compañero, ya que no pertenecía a lo que sea que el supernova pertenecía o tenía bajo su mando.
Esta bien, yo te ayudaré. Tengo interés de saber quién es el maldito detrás de todo esto, no perdamos tiempo, vamos….suena muy divertido.
Mencionó de forma tranquila, al parecer todo iría bien, o eso aparentaba…nuevamente no espero respuesta por parte del supernova para empezar a seguir al Contralmirante, al parecer el destino era el castillo y todo indicaba que ese era el lugar en donde la luna roja brillaba con fuerza, apuntando tal rayo laser ese lugar…definitivamente el jefe estaría ahí y Shintaro iría a darle una pequeña visita. Ya luego vería como escapar de ser necesario, pero antes tendría que acabar con el jefe y a saber con quien se encontraba en el camino. Mantendré vigilado al Contralmirante, no es que confíe mucho en este tipo, pero sabe llegar y tiene mucha información…de momento es de utilidad. pensaba mientras mantenía sus manos en los bolsillos, caminaba con todos los sentidos en alerta, el bosque estaba en un silencio sepulcral como prácticamente toda la isla…nada de esto tenía buena pinta.
- Resumen bonito:
- Resistir el ataque de Meneror, aceptar unir fuerzas con el Contralmirante, sin esperar respuesta del supernova, empezar a seguir al marine rumbo al castillo.
Lykanrock94
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Todas las criaturas desaparecieron, los perros el hombre-lobo que estaba peleando contra Krauser, y el Vice-Almirante también. ¿Qué habría sido de él? Hubo un gran revuelo. El dragón esquelético cuando fue golpeado se volvió un humano. ¿Quizás era un Zoan? No entendía nada. Dos dragones, un chico que se enfrentaba a uno de ellos... Luego un tipo que se subió a un tejado y nos describió perfectamente la situación y nos habló de un tal Hades, que era "inmortal" y tenía una akuma que era teóricamente inmortal. Eso nos dijo el tipo ese que se subió al tejado de un edificio. Brendaric creo que dijo que se llamaba. Si nos íbamos a enfrentar a un tipo como Hades, tendríamos que hacer lo que dijo Brendaric, olvidarnos de quienes somos y que aparquemos nuestras diferencias para acabar con el "inmortal" si queríamos salir de aquí con vida.
Yo aún seguía con el sargento que me salvó al vida antes. Le había preguntado que si podía ir con él a partir de ahora. El sargento respondió afirmativamente a mi petición, diciéndome:
- Te prometí que podías acompañarme, así que vayamos juntos. ¿Qué me dices?
Me quedé mirándole y asentí con la cabeza aunque se lo dejé claro respondiendole con palabras:
- Si, me parece una idea magnífica. Ya que estamos, te diré mi nombre. Me llamo Gajeel Redfox, y soy Recluta de la Marina. No tenemos que perder. Si vamos juntos seguro que no tenemos nada que perder.
Le miré y luego esperé su respuesta para empezar a ir cuanto antes.
Yo aún seguía con el sargento que me salvó al vida antes. Le había preguntado que si podía ir con él a partir de ahora. El sargento respondió afirmativamente a mi petición, diciéndome:
- Te prometí que podías acompañarme, así que vayamos juntos. ¿Qué me dices?
Me quedé mirándole y asentí con la cabeza aunque se lo dejé claro respondiendole con palabras:
- Si, me parece una idea magnífica. Ya que estamos, te diré mi nombre. Me llamo Gajeel Redfox, y soy Recluta de la Marina. No tenemos que perder. Si vamos juntos seguro que no tenemos nada que perder.
Le miré y luego esperé su respuesta para empezar a ir cuanto antes.
- Resumen:
- En la aldea - Estoy con el tipo que me salvó la vida - Comenzaremos a avanzar al castillo
Rainbow662
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El pirata se levantó y se dispuso a registrar la casa discretamente. Mientras tanto, entre unas cosas y otras se había quedado solo con la mujer de la cabaña. No sabía porque pero había algo extraño en ella. No estaba seguro de si era el hecho de que viviese en mitad de un bosque infestado de fantasmas o que las pastas no estaban muy allá. Aunque a lo mejor era una aficionada a los fantasmas que no tenía ni ida de repostería, que sería lo más "lógico". Sin embargo no tardó en descubrir que había algo más extraño todavía en todo aquello.
Nada más levantarse notó como algo iba mal, muy mal. Era como si un tremendo sueño se apoderase de él y le obligara a sentarse. De hecho incluso parecía estar delirando, pues creyó ver como la mujer se desvestía y se daba la vuelta mientras su larga melena se movía agitadamente. No sabía que demonios estaba pasando, pero ni en sus borracheras más brutales se había visto en algo como aquello. Era como si en la nuca de la mujer hubiese surgido una especie de boca monstruosa llena de afilados colmillos dispuestos a devorarle. ¿En qué demonios se había metido?
Fuera lo que fuera, en cuestión de segundos se vio amarrado por el pelo de la mujer o lo que diablos fuese mientras notaba como iba perdiendo la consciencia. En ese momento cayó en la cuenta de lo que ocurría, más o menos. Era imposible que esa loca viviese allí como si nada, evidentemente era una trampa, algo que a cualquiera le hubiese resultado bastante más fácil de asimilar que a él. Sin pararse a preguntarse porqué, notó algo en su sangre gracias a sus poderes. Había algo que no debería estar allí y no tenía intención de dejarlo campar a sus anchas.
Mientras la monstruosa criatura se aproximaba hacia él, el pirata se mordió la lengua y comenzó a mover la sustancia extraña por su sangre hasta llegar a ella, concentrándola en una compacta esfera de sangre que luego lanzó junto con su Haki hacia el torso de aquel monstruo. Una vez libre de los efectos de lo que fuera que le adormilaba, Arribor por fin pudo recuperar sus fuerzas. Activando las púas de sus anillos, se hizo un par de cortes en las manos desde los que generó varias cuchillas de sangre con las que se liberaría de sus extrañas ataduras. Después solo tendría que destrozar la cabaña y obligar a aquella cosa a decirle lo que ocurría allí y el motivo por el que había intentado comerle.
Bloody Alchemy: Bullet + Haki armadura Nivel 2 [AIF]
Nada más levantarse notó como algo iba mal, muy mal. Era como si un tremendo sueño se apoderase de él y le obligara a sentarse. De hecho incluso parecía estar delirando, pues creyó ver como la mujer se desvestía y se daba la vuelta mientras su larga melena se movía agitadamente. No sabía que demonios estaba pasando, pero ni en sus borracheras más brutales se había visto en algo como aquello. Era como si en la nuca de la mujer hubiese surgido una especie de boca monstruosa llena de afilados colmillos dispuestos a devorarle. ¿En qué demonios se había metido?
Fuera lo que fuera, en cuestión de segundos se vio amarrado por el pelo de la mujer o lo que diablos fuese mientras notaba como iba perdiendo la consciencia. En ese momento cayó en la cuenta de lo que ocurría, más o menos. Era imposible que esa loca viviese allí como si nada, evidentemente era una trampa, algo que a cualquiera le hubiese resultado bastante más fácil de asimilar que a él. Sin pararse a preguntarse porqué, notó algo en su sangre gracias a sus poderes. Había algo que no debería estar allí y no tenía intención de dejarlo campar a sus anchas.
Mientras la monstruosa criatura se aproximaba hacia él, el pirata se mordió la lengua y comenzó a mover la sustancia extraña por su sangre hasta llegar a ella, concentrándola en una compacta esfera de sangre que luego lanzó junto con su Haki hacia el torso de aquel monstruo. Una vez libre de los efectos de lo que fuera que le adormilaba, Arribor por fin pudo recuperar sus fuerzas. Activando las púas de sus anillos, se hizo un par de cortes en las manos desde los que generó varias cuchillas de sangre con las que se liberaría de sus extrañas ataduras. Después solo tendría que destrozar la cabaña y obligar a aquella cosa a decirle lo que ocurría allí y el motivo por el que había intentado comerle.
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