Tsang Yue
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El avance del joven sigue igual, no se apresura pese a estar aburrido de caminos sin encuentros, peleas ni nada por el estilo, harto de pasear por las tierras de aquella nación sin un objetivo claro, la verdad es que de no ser porque le apresaron en aquella cápsula no estaría en aquel lugar, sino lo más seguro caminando y buscando otros quehaceres más interesantes para él. La batalla está más cerca que antes, a su derecha se puede ver la muralla y en el horizonte se intuyen figuras varias, seguramente los grandes batallones en combate, como los envidia Tsang en esos momentos, pues se encuentra solo en un país que no conoce y sin nada que hacer, no se le puede ocurrir nada peor. Sí, estar atrapado aún en una extraña cápsula, pero eso ya es cosa del pasado. La relajación del joven es tal que ya no porta las guadañas en las manos, sino que las tiene en la espalda, sin temor a que se vea metido en una pelea sin estar preparado. La verdad es que aquella tranquilidad le ayuda a pensar, piensa en su hermana, la cual no sabe dónde se encuentra, no sabe que paradero tiene ni que intenciones tiene ahora mismo. Sus pensamientos se ven interrumpidos por el sonido de alguien acercándose por su espalda. Tsang se alerta, pero no hace señal de ofensiva, está preparado para defenderse, pero no dará pie a que se tomen su actitud como un ataque, al menos no hasta saber quién es la persona que se le acerca.
La voz que se escucha es conocida, además, sabe su nombre. -“¿Cómo conoce mi nombre?”- Se pregunta mientras se gira para ver quien le ha hablado, y es cuando ve a la chica que estaba sobre la bestia y que anteriormente estaba con él contra los pulpos, otra agente del gobierno. Al saber eso se tranquiliza un poco. -Está lista para el combate, ten cuidado- Dice una voz a Tsang, y es un espíritu que anda por la zona, y cuando Yue se fija, se percata de que la chica tiene una postura tensa, su saludo es cordial, pero la energía que emana es claramente tensa, no se fía demasiado, pero tensarse solo afianzaría la actitud de la chica. -“Buenos días Liv, al fin me encuentro con alguien, estaba ya cansado de los paseos. ¿A dónde te dirigías?”- Pregunta Tsang con un tono serio pero tranquilo, característico en él, sabiendo que le había echado la bronca en la arena está seguro que la muchacha no guarda una buena opinión de él.
La voz que se escucha es conocida, además, sabe su nombre. -“¿Cómo conoce mi nombre?”- Se pregunta mientras se gira para ver quien le ha hablado, y es cuando ve a la chica que estaba sobre la bestia y que anteriormente estaba con él contra los pulpos, otra agente del gobierno. Al saber eso se tranquiliza un poco. -Está lista para el combate, ten cuidado- Dice una voz a Tsang, y es un espíritu que anda por la zona, y cuando Yue se fija, se percata de que la chica tiene una postura tensa, su saludo es cordial, pero la energía que emana es claramente tensa, no se fía demasiado, pero tensarse solo afianzaría la actitud de la chica. -“Buenos días Liv, al fin me encuentro con alguien, estaba ya cansado de los paseos. ¿A dónde te dirigías?”- Pregunta Tsang con un tono serio pero tranquilo, característico en él, sabiendo que le había echado la bronca en la arena está seguro que la muchacha no guarda una buena opinión de él.
- Zal (Liv):
- Cavilaciones varias. Girarme con atención por si es atacante. Responder tranquilo a Liv y preguntarle a donde se dirige.
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Kasai ya se hacía una idea de todo, pero las palabras de aquel tipo, sumadas a su imparcialidad en el tema de las almas y todo eso, terminaron de convencer al cazador. No existía ningún grupo limpio entre aquellas personas. Quizás Zilda podían ser los más tranquilos. Sin duda era una guerra de idiotas que ninguno merecía hallar la victoria. El rubio entonces se quedó callado unos momentos. Las rimas no eran el punto fuerte de aquel tipo, de eso sí estaba bastante seguro. Se rascó un momento la barbilla y terminó de escuchar sus palabras. Todo estaba saliendo demasiado mal y estaba seguro de que Xemnas ya sospecharía algo. Taiga debía de estar muy emocionado con el tema y seguramente no estaba haciendo lo correcto, por lo que el pistolero debía actuar después.
- Será un placer, amigo. Justo después tendremos que darnos prisa y solucionar este absurdo conflicto que se ha montado. No te haré el feo de rechazar.
Le dijo con una sonrisa amigable. Después observó la senda que tenían que seguir y lo primero que hizo el miembro del Saigo fue activar su haki de observación. De esa forma podría proteger a los tres de cualquier cosa que pudiese pasar por el camino. Esperaba alguna bebida refrescante con gas o algo así. Caminó tranquilamente con ambas manos en los bolsillos y sonriendo en todo momento.
- “Me temo que este tío no va con nadie. Podremos fiarnos de él, pero más te vale no emborracharte o algo por el estilo, no es el sentido de la justicia.”
Dijo el serafín en la mente de Kasai. El rubio no pudo contener las ganas de suspirar, y así lo hizo. Se sentía muy vigilado por aquel ser protector que lideraba su alma. Tenía huevos la cosa, pues nunca le había hablado hasta hacía muy poco. Aquello era una tortura en lugar de una ayuda.
- Será un placer, amigo. Justo después tendremos que darnos prisa y solucionar este absurdo conflicto que se ha montado. No te haré el feo de rechazar.
Le dijo con una sonrisa amigable. Después observó la senda que tenían que seguir y lo primero que hizo el miembro del Saigo fue activar su haki de observación. De esa forma podría proteger a los tres de cualquier cosa que pudiese pasar por el camino. Esperaba alguna bebida refrescante con gas o algo así. Caminó tranquilamente con ambas manos en los bolsillos y sonriendo en todo momento.
- “Me temo que este tío no va con nadie. Podremos fiarnos de él, pero más te vale no emborracharte o algo por el estilo, no es el sentido de la justicia.”
Dijo el serafín en la mente de Kasai. El rubio no pudo contener las ganas de suspirar, y así lo hizo. Se sentía muy vigilado por aquel ser protector que lideraba su alma. Tenía huevos la cosa, pues nunca le había hablado hasta hacía muy poco. Aquello era una tortura en lugar de una ayuda.
- Balt M4:
- Hablar con el hombre y seguirle.
Alice Branwen
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Seguimos avanzando cautelosamente mientras escuchábamos los ruidos que provocaba aquella criatura desconocida. Por el momento no teníamos idea de lo que era, pero por la forma en la que se movía... suponía que era algo largo. De todas formas, al cabo de unos minutos los ruidos desaparecieron, como si nunca hubiesen estado aquí en primer lugar. ¿Qué habrá sido esto? ¿Por qué se marchó de repente? Varias preguntas se formaban en mi mente, pero ninguna tenía respuesta clara. Suspiré y puse una mano en mi barbilla mientras pensaba en lo que podía hacer. La central estaba un poco más allá, pero... No sé, como que todo era demasiado sencillo. Se que todavía no estábamos en el campo de batalla, pero uno podía esperarse cualquier cosa en medio de una guerra. Dejé la mano a mi costado y, mientras caminábamos, esperaba las ordenes de Taiga para saber como proseguir.
– Bueno, supongo que podría hacer algo al respecto – pensé con decisión.
Inmediatamente, desactivé el Mantra y entré a mi forma completa, consiguiendo que sus sentidos aumentaran nuevamente, especialmente el del olfato. Cerré mis ojos y empecé a olfatear el ambiente, captando todos los olores que podía. Fauna, flora, el resto de los combatientes... Un momento. Parpadeé algo perpleja y concentré mi olfato en una dirección en específico. Si... hasta ahora no me había dado cuenta de ese detalle. A unos metros más allá, podía percibir con mi olfato a tres presencias. Suponía que dos de ellas eran personas, pero la otra... era similar al de lo que sea que nos hubiera estado acosando desde que nos acercamos a la central.
– Taiga-san, hay dos presencias a unos pocos metros más allá... además creo que lo que nos estaba acosando, fue a por ellos. ¿Qué hacemos? – pregunté mientras volvía a la humana. Personalmente yo iría a ayudarlos, pero todo quedaba en manos del rubio. De todas formas, si daba la orden para ir hasta allí, volveré a la humana y aceleraría usando el Soru para llegar lo antes posible al lugar.
– Bueno, supongo que podría hacer algo al respecto – pensé con decisión.
Inmediatamente, desactivé el Mantra y entré a mi forma completa, consiguiendo que sus sentidos aumentaran nuevamente, especialmente el del olfato. Cerré mis ojos y empecé a olfatear el ambiente, captando todos los olores que podía. Fauna, flora, el resto de los combatientes... Un momento. Parpadeé algo perpleja y concentré mi olfato en una dirección en específico. Si... hasta ahora no me había dado cuenta de ese detalle. A unos metros más allá, podía percibir con mi olfato a tres presencias. Suponía que dos de ellas eran personas, pero la otra... era similar al de lo que sea que nos hubiera estado acosando desde que nos acercamos a la central.
– Taiga-san, hay dos presencias a unos pocos metros más allá... además creo que lo que nos estaba acosando, fue a por ellos. ¿Qué hacemos? – pregunté mientras volvía a la humana. Personalmente yo iría a ayudarlos, pero todo quedaba en manos del rubio. De todas formas, si daba la orden para ir hasta allí, volveré a la humana y aceleraría usando el Soru para llegar lo antes posible al lugar.
- Miembro de Balt, Resumen:
- Pasar a completa y captar los olores del ambiente con el olfato de un oso polar. Luego de captar a Ai y Al (ella no sabe que se trata de ellos), volver a su forma humana y preguntarle a Taiga si ir a ayudar o no. Si es la primera opción, usar el Soru para ir donde se encuentran Al y Ai.
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Cuando parecía que iban a tener que dar el rodeo del siglo, unas balsas usadas por los miembros de Balt comenzaron a pasar. El rubio sonrió de lado al ver que tenían una buena oportunidad y entonces decidió cruzar junto a la capitana. Las palabras de ella le hicieron sonreír, pero no podía quitarse su preciosa armadura hasta que hubiesen terminado la guerra. Debía mantenerla intacta para proteger a la chica en todo momento. Su deber ahora era reunirse con algún marine más o al menos continuar con los planes de Al. Ir a la ciudad principal sería el objetivo y entonces allí podrían averiguar más cosas. Xemnas notó un leve escalofrío por el cuerpo cuando la joven le dijo lo de ir a por la pretora. Aquella mujer ara la jefa del ejército y su poder debía de ser monstruoso. Podía ser un suicidio si le caían mal.
El rubio entonces negó un poco con la cabeza y se mantuvo alerta hasta que los demás soldados estuviesen un poco por delante. No se arriesgaría a que le escuchasen. De todas formas, Misa estaba a su lado y protegerla sería lo más importante en ese momento. Analizó con la mirada la situación y después de unos momentos, soltó un pequeño suspiro. Se veía capaz de enfrentar a muchos del ejército si llegaba el momento, pero no haría el suicida. Entonces miró a la chica con calma, pero mostrando algo de seriedad.
- Si la vemos nos quedaremos cerca, pero no entableremos relación directa. Puede ser peligroso después de todo. Continuemos siguiendo a los soldados y sigamos las órdenes de Al-san.
Mencionó en un tono calmado para después continuar andando. Su mirada era seria y su haki de observación estaba activado en todo momento por si pasaba alguna cosa. Siempre era bueno tener todo vigilado.
El rubio entonces negó un poco con la cabeza y se mantuvo alerta hasta que los demás soldados estuviesen un poco por delante. No se arriesgaría a que le escuchasen. De todas formas, Misa estaba a su lado y protegerla sería lo más importante en ese momento. Analizó con la mirada la situación y después de unos momentos, soltó un pequeño suspiro. Se veía capaz de enfrentar a muchos del ejército si llegaba el momento, pero no haría el suicida. Entonces miró a la chica con calma, pero mostrando algo de seriedad.
- Si la vemos nos quedaremos cerca, pero no entableremos relación directa. Puede ser peligroso después de todo. Continuemos siguiendo a los soldados y sigamos las órdenes de Al-san.
Mencionó en un tono calmado para después continuar andando. Su mirada era seria y su haki de observación estaba activado en todo momento por si pasaba alguna cosa. Siempre era bueno tener todo vigilado.
- Balt M4:
- Cruzar el río, seguir a los soldados y hablar con Misa, un poco apartados.
Corinna Athenais
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Aquellos seres creados por el marine eran algo parecido a perros. Por algún motivo, Hypolita no había reaccionado a ellos como con el animal de tres cabezas que acabábamos de ver desaparecer. No debían representar una amenaza inminente, o a pesar de su aspecto no ser parientes de los sabuesos. Las monturas comenzaron a desplazarse hacia el sur con nosotros encima, mientras mi compañera nos seguía corriendo. Esperaba que aquellas criaturas no tuvieran más aguante que el de un animal normal, o tendría que retrasarme con respecto a mi compañero, pues no dejaría a mi pantera allí por nada.
-No me da buena espina que nadie del ejercito de bestias se haya dirigido hacía aquí. Si estas centrales son tan importantes para ellos, qué sentido tiene dejarles a unos extranjeros todo el trabajo sin supervisarlos. Puede que tengas razón y encontremos algo para calentar en ese lugar. – Le respondí a Venom cuando dijo lo de tranquilo. - ¿Dónde será mejor ir al regresar, a la ciudad o hacia el oeste donde parecía ir el grueso del ejercito con el Pretor?
Ahora que lo mencionaba mi compañero, sí que era verdad que era una zona bastante bonita. No se podía comparar con los bosques de mi tierra natal, o sus praderas, pero no estaba nada mal. Su posición, además era una zona estratégica desde la que atacar la fortaleza de Zal en esa isla. Me tenía consternada el hecho de que no hubiera defensas, ni soldados ni nada por allí. ¿Acaso Ruk ya sabía que no les atacarían desde la retaguardia? Aquel pensamiento me inquietó bastante, pues de ser así, los líderes ya tenían ciertos encuentros en mente al salir, y claramente no los habían compartido con nosotros. Descarté esos pensamientos, centrándome en lo que me ocupaba, conseguir la maldita central energética y volver a la batalla real.
-No me da buena espina que nadie del ejercito de bestias se haya dirigido hacía aquí. Si estas centrales son tan importantes para ellos, qué sentido tiene dejarles a unos extranjeros todo el trabajo sin supervisarlos. Puede que tengas razón y encontremos algo para calentar en ese lugar. – Le respondí a Venom cuando dijo lo de tranquilo. - ¿Dónde será mejor ir al regresar, a la ciudad o hacia el oeste donde parecía ir el grueso del ejercito con el Pretor?
Ahora que lo mencionaba mi compañero, sí que era verdad que era una zona bastante bonita. No se podía comparar con los bosques de mi tierra natal, o sus praderas, pero no estaba nada mal. Su posición, además era una zona estratégica desde la que atacar la fortaleza de Zal en esa isla. Me tenía consternada el hecho de que no hubiera defensas, ni soldados ni nada por allí. ¿Acaso Ruk ya sabía que no les atacarían desde la retaguardia? Aquel pensamiento me inquietó bastante, pues de ser así, los líderes ya tenían ciertos encuentros en mente al salir, y claramente no los habían compartido con nosotros. Descarté esos pensamientos, centrándome en lo que me ocupaba, conseguir la maldita central energética y volver a la batalla real.
- Zal:
- Divagar, hablar con Venom, divagar.
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La chica del cabello blanco no tardó mucho en usar su forma completa y volverse una auténtica osa. Eso hizo que el rubio mostrase una sonrisa alegre. Ella no parecía avergonzarse pese a aquel extraño aspecto, tan grande y gordo. El lobo se relamió un poco y acto seguido escuchó las palabras que ella había dicho. Su mantra también le había avisado y las palabras de ella lo habían convencido del todo. Entonces fue cuando el rubio dijo de ir hacia la central y la presencia, pues parecían estar en el mismo punto. El chico esperó a que la joven estuviese lista y después activó el soru. Se movió a gran velocidad y se dirigió hacia al central a una velocidad considerable. En cuanto llegó, se frenó en seco y observó el panorama un poco. Todo parecía indicar que se iba a desarrollar una batalla.
Sus ojos observaron a una chica de estatura baja y de ojos penetrantes, a un hombre que le sonaba muchísimo y por su capa, debía ser un Vice-Almirante. También había un grupo de lagartos que no parecía querer ser amistosos con ellos. El agente caminó hasta colocarse cerca del marine rubio y entonces se mantuvo con una sonrisa calmada en su rostro. Apretó un poco los puños y después de aquello le habló en un tono calmado.
- ¿Necesitáis ayuda por aquí, Marine-san? – Preguntó de forma respetuosa.
Él mismo era un agente especial, pero no quería desvelar aquel dato tan rápido. Si el hombre necesitaba ayuda, atacaría sin pensárselo. Si quería divertirse solo, no se metería en la pelea de ninguna manera, pero sí iría por la central. Pudo ver entonces el enorme reptil, el cual era más grande que los demás y simplemente alzó una ceja. Estaba algo confuso, pero de todas formas se mantuvo con una calma y una relajación impresionantes. Miró a su compañera para asegurarse de que habían llegado sin problemas y entonces se presentó.
- Me llamo Taiga Redfield, es un placer. – Mencionó al rubio y a la chica bajita con una sonrisa amable.
Sus ojos observaron a una chica de estatura baja y de ojos penetrantes, a un hombre que le sonaba muchísimo y por su capa, debía ser un Vice-Almirante. También había un grupo de lagartos que no parecía querer ser amistosos con ellos. El agente caminó hasta colocarse cerca del marine rubio y entonces se mantuvo con una sonrisa calmada en su rostro. Apretó un poco los puños y después de aquello le habló en un tono calmado.
- ¿Necesitáis ayuda por aquí, Marine-san? – Preguntó de forma respetuosa.
Él mismo era un agente especial, pero no quería desvelar aquel dato tan rápido. Si el hombre necesitaba ayuda, atacaría sin pensárselo. Si quería divertirse solo, no se metería en la pelea de ninguna manera, pero sí iría por la central. Pudo ver entonces el enorme reptil, el cual era más grande que los demás y simplemente alzó una ceja. Estaba algo confuso, pero de todas formas se mantuvo con una calma y una relajación impresionantes. Miró a su compañera para asegurarse de que habían llegado sin problemas y entonces se presentó.
- Me llamo Taiga Redfield, es un placer. – Mencionó al rubio y a la chica bajita con una sonrisa amable.
- Balt N5:
- Ir hacia Al y Ai, hablarles y ofrecer ayuda.
Nostariel
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Escuchó al hombre intentar cantar, hablar, era algo extraño y sonaba muy mal. Reprimo las ansias de taparme los oídos con las manos por respeto hacía alguien que no conozco. Sus intentos de cuadrar las palabras, parecen más sus pensamientos resumidos acerca de las facciones que combaten en aquel lugar. Hacía tiempo que todos les habían pasado, por lo que ya debían de estar carca de la capital, o peleando en algún lugar. También cabía la posibilidad de que las dimensiones del mapa engañaran y aún quedara mucho para el primer cruce de espadas. Cuando el hombre terminó de su intento de canción, nos invitó a pasar al interior del bosque a tomar algo. Miré a Kasai esperando su respuesta, ya que era el jefe y el que decidía hacía donde nos dirigiríamos. Además, con su habilidad para ver las almas, la que sin duda ya había usado, vería si nos podíamos fiar. Cuando el ángel aceptó la invitación, comenzó a andar hacia el pasadizo.
-Le agradezco mucho la invitación, señor… - No sabía su nombre, así que terminé repitiendo lo de señor, aunque sonara algo raro. Bueno, comparado con sus rimas, casi hasta pegaba. – Señor
Tras esto, entre detrás del joven activando el mantra, pues no quería que me pillara nada por sorpresa, aunque tenía muy poco desarrollada esa habilidad. Tendría que entrenarla cuando esto acabara, ya que me estaba dando cuenta que me resultaría muy útil en muchas situaciones. Ir acompañada por el Yonkaikyo, saber que tenía las armas cargadas con los fantasmas y aquella habilidad para percibir si querían hacerme daño, me tranquilizaba bastante. El túnel, formado por las ramas de los árboles era la mar de chulo, y en ocasiones me recordaba a lugares del lugar donde nací. Si me encontraba con alguna planta que no llegaba a distinguir, le preguntaría al hombre si sabía cuál era su nombre, y sus propiedades de conocerla.
-Le agradezco mucho la invitación, señor… - No sabía su nombre, así que terminé repitiendo lo de señor, aunque sonara algo raro. Bueno, comparado con sus rimas, casi hasta pegaba. – Señor
Tras esto, entre detrás del joven activando el mantra, pues no quería que me pillara nada por sorpresa, aunque tenía muy poco desarrollada esa habilidad. Tendría que entrenarla cuando esto acabara, ya que me estaba dando cuenta que me resultaría muy útil en muchas situaciones. Ir acompañada por el Yonkaikyo, saber que tenía las armas cargadas con los fantasmas y aquella habilidad para percibir si querían hacerme daño, me tranquilizaba bastante. El túnel, formado por las ramas de los árboles era la mar de chulo, y en ocasiones me recordaba a lugares del lugar donde nací. Si me encontraba con alguna planta que no llegaba a distinguir, le preguntaría al hombre si sabía cuál era su nombre, y sus propiedades de conocerla.
- Balt:
- Tratar de agradecer la invitación, y averiguar el nombre. Seguir a Kasai por el túnel. Preguntar al hombre por alguna planta si no la llego a reconocer.
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Todo era maravilloso. La joven se había metido en un laberinto y al parecer iba a tardar un poco. Él se habría dedicado a echar las paredes abajo. Ese tiempo perdido podrían dedicarlo a jugar sobre un árbol a cosas de mayores o algún acto porno interesante, pero no, ella ahora estaba lejos. Pudo ver su mensaje con facilidad y el devastador entonces aterrizó en el suelo, ocultando sus alas negras y sentándose en la base de un árbol. Pegó su espalda al tronco y después de unos momentos soltó un enorme suspiro. Empezaba a aburrirse bastante y lo mejor sería quedarse fuera por si alguien trataba de entrar a aquella central o encerrarlos. Lo siguiente que hizo fue escupir a una piedra de su lado, la cual empezó a desintegrarse debido a su ácido. Se rascó un poco la nariz con ganas y después soltó un enorme bostezo.
- Tengo unas ganas de dormir impresionantes. Necesito algo de ejercicio cuanto antes o me temo que me va a dar algo del aburrimiento.
El dragón entonces tomó su pulsera rara y empezó a jugar con ella. Lo primero que hizo fue enviar un mensaje al tal Kai. Se puso a escribir despacio y después de unos momentos lo envió con calma. Era por mero aburrimiento, pero también empezó a acostumbrarse a manejar aquella cosa por si necesitaba usarla en momentos más oportunos.
“Estamos tomando la central de la R9. En cuanto terminemos, nos gustaría reunirnos contigo para poder tener más posibilidades ¿Qué opinas de todo esto, chico? “
En cuanto envió aquel mensaje, se mantuvo callado y mirando al cielo. Cerró los ojos y soltó un inmenso suspiro. El aburrimiento le invadía cada vez más, pero entonces soltó un bostezo enorme y chasqueó los dedos. El cielo comenzó a oscurecerse por su zona, como si una tormenta se estuviese aproximando de forma rápida y de la nada.
- Tengo unas ganas de dormir impresionantes. Necesito algo de ejercicio cuanto antes o me temo que me va a dar algo del aburrimiento.
El dragón entonces tomó su pulsera rara y empezó a jugar con ella. Lo primero que hizo fue enviar un mensaje al tal Kai. Se puso a escribir despacio y después de unos momentos lo envió con calma. Era por mero aburrimiento, pero también empezó a acostumbrarse a manejar aquella cosa por si necesitaba usarla en momentos más oportunos.
“Estamos tomando la central de la R9. En cuanto terminemos, nos gustaría reunirnos contigo para poder tener más posibilidades ¿Qué opinas de todo esto, chico? “
En cuanto envió aquel mensaje, se mantuvo callado y mirando al cielo. Cerró los ojos y soltó un inmenso suspiro. El aburrimiento le invadía cada vez más, pero entonces soltó un bostezo enorme y chasqueó los dedos. El cielo comenzó a oscurecerse por su zona, como si una tormenta se estuviese aproximando de forma rápida y de la nada.
- Zilda R9:
- Aterrizar cerca de la central y sentarme. Enviar mensaje a Kai, hacer que el cielo se oscurezca con un PU.
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Parecía que mi compañero Kodama deseaba entrar en batalla por Balt, algo nada desdeñable desde luego, pero parecía que nuestra aventura juntos se separaba en ese instante. A pesar de todo, todavía Gera estaba con nosotros pero si elegía el mismo camino que Kodama, yo , me iría sola a mi libre albedrío. Al menos había logrado que me acercaran hasta la central.
-Está bien Kodama, yo me bajo aquí, me quedaré con esta guarnición a ayudar, seré más útil aquí que en batalla, posiblemente nos veamos en la gran ciudad si seguimos avanzando tan favorablemente.
Me bajé de su mano, y cogiendo mi mosquete, el cual me llevé a la espalda a través de mi correa de cuero al hombro y mi látigo de zarzas atado a mi cintura, los cuales, me hacían sentirme medianamente segura, aunque estuviera en territorio de Balt.
-Gracias por todo Kodama, espero que no te hagan daño Dije sonriéndole y dirigiéndome a la entrada de la central mientras levantaba mi brazo izquierdo, el que tenía libre, a modo de despedida de él.
Me dirigí hacia la entrada de la central junto al resto de la guarnición de Balt. Quería saber porque tenían tanta importancia dichas centrales, a pesar de que Balt las custodiaba y las necesitaba como un yonki la metadona para avanzar en la guerra. La guerra la verdad me daba igual, estaba allí para hacerme más fuerte...podía acudir a la batalla, pero francamente, soy valiente no una kamikaze. Prefería que los bandos se debilitaran antes de llegar a la capital, así que pregunté a los dos guardias si había algún laboratorio, región botánica por la zona. De no haberla, pregunté por el camino más corto a un guardia para llegar al siguiente punto de avance de Balt, y al menos ir acompañada el siguiente trecho nuevamente.
-Está bien Kodama, yo me bajo aquí, me quedaré con esta guarnición a ayudar, seré más útil aquí que en batalla, posiblemente nos veamos en la gran ciudad si seguimos avanzando tan favorablemente.
Me bajé de su mano, y cogiendo mi mosquete, el cual me llevé a la espalda a través de mi correa de cuero al hombro y mi látigo de zarzas atado a mi cintura, los cuales, me hacían sentirme medianamente segura, aunque estuviera en territorio de Balt.
-Gracias por todo Kodama, espero que no te hagan daño Dije sonriéndole y dirigiéndome a la entrada de la central mientras levantaba mi brazo izquierdo, el que tenía libre, a modo de despedida de él.
Me dirigí hacia la entrada de la central junto al resto de la guarnición de Balt. Quería saber porque tenían tanta importancia dichas centrales, a pesar de que Balt las custodiaba y las necesitaba como un yonki la metadona para avanzar en la guerra. La guerra la verdad me daba igual, estaba allí para hacerme más fuerte...podía acudir a la batalla, pero francamente, soy valiente no una kamikaze. Prefería que los bandos se debilitaran antes de llegar a la capital, así que pregunté a los dos guardias si había algún laboratorio, región botánica por la zona. De no haberla, pregunté por el camino más corto a un guardia para llegar al siguiente punto de avance de Balt, y al menos ir acompañada el siguiente trecho nuevamente.
- Balt:
- Despedirme de Komada y de Gera si no me acompaña, preguntar por instalaciones botánicas u laboratorios en la central, preguntar por el camino más rápido para llegar al siguiente punto con la guarnición de Balt.
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Esa jodida humareda había retrasado al espadachín más de lo que pensaba y encima de todo, tuvo que subir a una altura considerable. Se sentía un poco cansado, pues nunca había volado tan alto en su vida y no estaba acostumbrado. Entonces bajó a una velocidad normal y se dio cuenta de que estaba sobre las murallas. El depredador aterrizó sobre ellas y se sentó unos momentos en aquella enorme cosa de piedra. Pegó su espalda a la pequeña pared y después soltó un pequeño suspiro. Llevaba mucho volando y lo mejor sería dejar de hacerlo unos momentos. Se miró aquella pulsera que tenía consigo y después de unos momentos empezó a trastearla tranquilamente. Parecía tener un mapa bastante curioso y si el demonio había avanzado, podría estar en otro sitio. El chico debía admitir que aquello era duro. Esperaba que la pelirosa estuviese bien.
- Esto está resultado ser un rompecabezas considerable…
Susurró de forma calmada para después colocarse en pie. Esperaba que la nube no continuase acercándose y por ello empezó a caminar por la muralla. El líder de los demonios tal vez ya estaba por aquel lugar y por ello decidió avanzar un poco más en aquel camino. Usando su habilidad de volar de nuevo, se coló en el interior de aquel sitio. Su mirada era calmada en todo momento y por el momento no planeaba hacer nada malo. En cuanto estuviese dentro empezaría a caminar hacia el Sur. Era el momento de saber un poco más del lugar y después reanudar la búsqueda del Gran Espada. Después le pensaba llamar de todas formas por el Den den mushi para ver donde estaba. Era complicado localizarle en la mayoría de las veces.
- Espero que esos dos estén bien… – Susurró refiriéndose claramente a Galia y Ryuken. Los dos eran fuertes, pero faltos de experiencia.
- Esto está resultado ser un rompecabezas considerable…
Susurró de forma calmada para después colocarse en pie. Esperaba que la nube no continuase acercándose y por ello empezó a caminar por la muralla. El líder de los demonios tal vez ya estaba por aquel lugar y por ello decidió avanzar un poco más en aquel camino. Usando su habilidad de volar de nuevo, se coló en el interior de aquel sitio. Su mirada era calmada en todo momento y por el momento no planeaba hacer nada malo. En cuanto estuviese dentro empezaría a caminar hacia el Sur. Era el momento de saber un poco más del lugar y después reanudar la búsqueda del Gran Espada. Después le pensaba llamar de todas formas por el Den den mushi para ver donde estaba. Era complicado localizarle en la mayoría de las veces.
- Espero que esos dos estén bien… – Susurró refiriéndose claramente a Galia y Ryuken. Los dos eran fuertes, pero faltos de experiencia.
- Zilda P10:
- Ir hacia P11 una vez sobrevolada la muralla, descansado sobre ella y aterrizado en el suelo.
Ban Midou IV
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El mafioso estaba descansando un poco después de todo, cuando escuchó las palabras del peliblanco, las cuales le hacían sentir un poco mal. No podía igualar a aquel hombre en velocidad y por eso mismo apretó los dientes. Recibió la orden de volver a usar el soru y entonces soltó un leve suspiro. Se ajustó un poco la camisa blanca y después de unos momentos aterrizó en el suelo con la cabeza agachada. Escupió algo de lava a un lado y después tomó todo el aire posible. Activó el soru y volvió a salir detrás de su jefe a toda pastilla. Aquella rutina le iba a matar, no habían hecho más que correr desde que habían salido de la base de Sarka. El espadachín se limpió un poco el sudor que recorría su frente y después continuó con su camino.
- Qué prisas…
Susurró mientras avanzaba con una expresión seria. Ya le daba todo igual. Su única meta era cumplir su venganza y simplemente obedecía cualquier orden por dura que fuese. Ahora trató de ir lo más rápido posible siguiendo la estela del humo negro del peliblanco y manteniéndolo fijado con el haki de observación. Se relamió un poco y después soltó un enorme suspiro. Recordó lo que había pasado con Ai y eso le hizo sentir bastante mal. Ahora ella le odiaría de por vida y eso era un riesgo que estaba dispuesto a asumir. Si ella trataba de dar con él podía morir a manos del albino. Continuó avanzando como pudo y dejó de pensar en aquello, pues todo estaba hecho ya.
- ¡Soru!
Gritó con fuerza y tratando de avanzar lo más rápido posible. Si daba con otro río, lo evadiría con el geppou y volvería a correr detrás del pirata a una velocidad considerable. Pronto iba a necesitar un descanso.
- Qué prisas…
Susurró mientras avanzaba con una expresión seria. Ya le daba todo igual. Su única meta era cumplir su venganza y simplemente obedecía cualquier orden por dura que fuese. Ahora trató de ir lo más rápido posible siguiendo la estela del humo negro del peliblanco y manteniéndolo fijado con el haki de observación. Se relamió un poco y después soltó un enorme suspiro. Recordó lo que había pasado con Ai y eso le hizo sentir bastante mal. Ahora ella le odiaría de por vida y eso era un riesgo que estaba dispuesto a asumir. Si ella trataba de dar con él podía morir a manos del albino. Continuó avanzando como pudo y dejó de pensar en aquello, pues todo estaba hecho ya.
- ¡Soru!
Gritó con fuerza y tratando de avanzar lo más rápido posible. Si daba con otro río, lo evadiría con el geppou y volvería a correr detrás del pirata a una velocidad considerable. Pronto iba a necesitar un descanso.
- Sarka H11:
- Ir tras Meneror en todo momento con el soru y si hay más rios evadirlos con el geppou.
Osuka Sumisu
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Krauser intentaría echar abajo uno de los portones de la gran muralla que custodiaba la capital. El muro era inmensamente grandes como para escalarlas e incluso con la akuma de Osu y la única entrada parecía el portón que daba entrada a los barcos. El demonio de la niebla empezó a crear con mano derecha uno de sus famosos y destructores shurikens gigantes.
Aquella cosa daba miedo, pero en el fondo Osu quería saber hacer una de esas cosas molonas, ya que, su combate a distancia era bastante… pésimo. Por mucho que utilizase sus poderes de akuma, cualquier proyectil pétreo que lanzase, se quedaría a mitad de trayecto. Aunque, si el ataque conjunto de Krau y Edward no terminase de destruir la puerta gigantesca, el demonio plateado podría hacer la forma golem y terminar de destrozar la puerta como si se tratase de un ariete gigante o si pudiera directamente hacer un agujero al muro si estaba hecho de piedra.
El portón quedase destruido o no, el ex almirante cargo a Ed a su espalda sin previo aviso y salió disparado contra la muralla, que incluso parecía que volase. La condición física del Oficial era absurda comparada con la de un ser humano normal e incluso pudo llevarse tanto a el como a la gyojin en un segundo viaje que hizo.
- Te prometo que no hace nada, nadie aquí es buen nadador, sobre todo yo.- Comento.
Por supuesto que no iba a convertirse en piedra; primero, porque necesitaría estar en contacto con materia, y segundo, si lo hicieran posiblemente terminaría de cargarse la pobre espalda del ex almirante que parecia sufrir por llevar a dos personas encima suya.
Una vez llegados a lo alto de la muralla, Osu podía ver gran parte de la isla junto al resto del grupo. La capital parecía inmensa y posteriormente se podría convertir en el campo de batalla también junto al resto de la isla.
- En un lugar tan grande vamos a tardar el horror en encontrar algo.
Aquella cosa daba miedo, pero en el fondo Osu quería saber hacer una de esas cosas molonas, ya que, su combate a distancia era bastante… pésimo. Por mucho que utilizase sus poderes de akuma, cualquier proyectil pétreo que lanzase, se quedaría a mitad de trayecto. Aunque, si el ataque conjunto de Krau y Edward no terminase de destruir la puerta gigantesca, el demonio plateado podría hacer la forma golem y terminar de destrozar la puerta como si se tratase de un ariete gigante o si pudiera directamente hacer un agujero al muro si estaba hecho de piedra.
El portón quedase destruido o no, el ex almirante cargo a Ed a su espalda sin previo aviso y salió disparado contra la muralla, que incluso parecía que volase. La condición física del Oficial era absurda comparada con la de un ser humano normal e incluso pudo llevarse tanto a el como a la gyojin en un segundo viaje que hizo.
- Te prometo que no hace nada, nadie aquí es buen nadador, sobre todo yo.- Comento.
Por supuesto que no iba a convertirse en piedra; primero, porque necesitaría estar en contacto con materia, y segundo, si lo hicieran posiblemente terminaría de cargarse la pobre espalda del ex almirante que parecia sufrir por llevar a dos personas encima suya.
Una vez llegados a lo alto de la muralla, Osu podía ver gran parte de la isla junto al resto del grupo. La capital parecía inmensa y posteriormente se podría convertir en el campo de batalla también junto al resto de la isla.
- En un lugar tan grande vamos a tardar el horror en encontrar algo.
- Balt:
Volar con tito Krau(?)
Quejarse que la ciudad es to grande
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El asesino plateado aterrizó cerca de aquella central tras escuchar las palabras de Azula y se dio cuenta de que el hombre invisible ya estaba dentro activándola. Él por su parte se había fijado en la brutalidad de aquel lobo derribando la puerta y eso le hizo soltar un suspiro. Un golpe de aquellos podía hacerle muchísimo daño y esperaba no tener que pasar nunca por aquel tipo de cosas. Se llevó la mano a la cabeza escuchando las palabras de Azula y después de unos momentos pensó en ir a la siguiente a toda prisa. Aunque habiendo tres de ellas, ya era mucho que uno de los cinco bandos tuviese una. Ir por dos podía ser un suicidio y la avaricia rompía el saco. Eso estaba clarísimo en todos los aspectos. Soltó un pequeño quejido mientras se estiraba y después se relamió despacio.
- La guerra es algo horrible, estoy seguro de que no es ningún secreto para ti, Azula. Esto es lo que pasa cuando estallan. Mueren personas que no tienen nada que ver con los problemas de dos gilipollas que las causan. Las victimas abundan y todo termina en un caos infinito. Cosas así dan mucho asco.
Troy estaba hablando muy seriamente al decir aquello. Él mismo lo sabía a la perfección debido a su oculto pasado. El loco mantenía una expresión sonriente pese a sus palabras y parecía hablar en un tono muy serio. Pateó un pedrusco con fuerza y entonces recordó a Kiogre, su amigo. Se llevó la mano a la cabeza y soltó un suspiro. Le habría encantado que hubiese estado allí también. Pero el hijo de puta de Jin se lo había arrebatado. Entonces fue cuando miró al cielo unos momentos y después cerró los ojos.
- ¿Tú también opinas lo mismo, amigo? Sí, supongo que sí.
Castor sacó su pistola dorada y entonces se voló la cabeza por los aires. En lugar de sangre salió un buen chorro de plata y el hueco de su sien se regeneró al instante. El agente del gobierno frunció el ceño y guardó su arma, mirando a la princesa del rayo con una expresión seria.
- No querrás descubrir la verdad. No hay nadie bueno en una guerra. Lo mejor será que esperemos aquí a la horda. Debes de tener en cuanta una cosa, Azula.
Dijo en un tono algo más bajo, para después alzar la voz.
- Las personas que disfrutan matando inocentes son basura. La verdadera paz no existe y si no la puede lograr el gobierno, no la harán cinco naciones de bárbaros. Mi cometido aquí es salvar todas las vidas inocentes que pueda de los cinco grupos. Puede que no sea el más guapo, el más fuerte o el más rápido, pero tengo gente que me protege ¿Verdad, Kiogre?
Dijo lo último hablando solo y dándole la espalda a la chica. Su decisión estaba tomada y lo primero que hizo fue sacar sus dos pistolas doradas y recargarlas con algunas balas. El verdadero Castor Troy era esa clase de persona. Tenía sus defectos, como todos, pero no era alguien corrupto ni servidor del mal. Quería un mundo mejor y no iba a pasar hasta lograrlo. Por su amigo, por la familia que perdió y por el hijo que le arrebataron.
- Dame fuerzas… Maiki… – Terminó de decir.
- La guerra es algo horrible, estoy seguro de que no es ningún secreto para ti, Azula. Esto es lo que pasa cuando estallan. Mueren personas que no tienen nada que ver con los problemas de dos gilipollas que las causan. Las victimas abundan y todo termina en un caos infinito. Cosas así dan mucho asco.
Troy estaba hablando muy seriamente al decir aquello. Él mismo lo sabía a la perfección debido a su oculto pasado. El loco mantenía una expresión sonriente pese a sus palabras y parecía hablar en un tono muy serio. Pateó un pedrusco con fuerza y entonces recordó a Kiogre, su amigo. Se llevó la mano a la cabeza y soltó un suspiro. Le habría encantado que hubiese estado allí también. Pero el hijo de puta de Jin se lo había arrebatado. Entonces fue cuando miró al cielo unos momentos y después cerró los ojos.
- ¿Tú también opinas lo mismo, amigo? Sí, supongo que sí.
Castor sacó su pistola dorada y entonces se voló la cabeza por los aires. En lugar de sangre salió un buen chorro de plata y el hueco de su sien se regeneró al instante. El agente del gobierno frunció el ceño y guardó su arma, mirando a la princesa del rayo con una expresión seria.
- No querrás descubrir la verdad. No hay nadie bueno en una guerra. Lo mejor será que esperemos aquí a la horda. Debes de tener en cuanta una cosa, Azula.
Dijo en un tono algo más bajo, para después alzar la voz.
- Las personas que disfrutan matando inocentes son basura. La verdadera paz no existe y si no la puede lograr el gobierno, no la harán cinco naciones de bárbaros. Mi cometido aquí es salvar todas las vidas inocentes que pueda de los cinco grupos. Puede que no sea el más guapo, el más fuerte o el más rápido, pero tengo gente que me protege ¿Verdad, Kiogre?
Dijo lo último hablando solo y dándole la espalda a la chica. Su decisión estaba tomada y lo primero que hizo fue sacar sus dos pistolas doradas y recargarlas con algunas balas. El verdadero Castor Troy era esa clase de persona. Tenía sus defectos, como todos, pero no era alguien corrupto ni servidor del mal. Quería un mundo mejor y no iba a pasar hasta lograrlo. Por su amigo, por la familia que perdió y por el hijo que le arrebataron.
- Dame fuerzas… Maiki… – Terminó de decir.
- Zal M12:
- Llegar a la central y dejar que Lothar la active, hablar con Azula, desvelar su proposito en la guerra y pensar en su pasado.
Syxel
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No habíamos avanzamos mucho, cuando los guerreros de Meln comenzaron a agruparse a nuestro alrededor, cercándonos de espaldas a un pequeño callejón sin salida aparente. Parecían realmente molestos por la muerte de, según pude suponer, su compañero o mascota. Que debía de ser la criatura que Amaiar había enfrentado, y cuyos restos yo había incinerado hacía un momento con mi fuego, a petición del muchacho. Me consolé pensando que al menos no perderíamos tiempo buscando. Y Noah pensaba exactamente lo mismo, cosa que dejó clara con un sarcástico comentario, justo antes de blandir su espadón con decisión.
Mientras daba vueltas en mi cabeza sobre cuál sería la mejor manera de afrontar la situación actual, nuestro joven compañero se dirigió a mí, preguntándome si podía ganar algo de tiempo, mientras él trataba de poner a salvo a las civiles que nos acompañaban. En circunstancias normales, probablemente le habría ignorado, para que engañarnos. Pero la situación distaba mucho de ser normal. Además de él estaba en juego la vida de esas dos mujeres, y eso lo cambiaba todo. Al menos para mi.
- Cuenta con ello. - Le respondí con una sonrisa de seguridad dibujada en el rostro. Sujeté con firmeza la katana que llevaba en la diestra, mientras con la zurda desenvainaba la segunda espada. Sin duda alguna mi maestría era mucho mayor empuñando tan solo una, pero nos superaban en número, así que pensé que un segundo filo me sería de utilidad.
Con el pie izquierdo ligeramente adelantado, y ambas hojas cruzadas frente a mi, me mantuve en silencio, sin bajar la guardia. Quería aprovechar hasta el último instante. Observé con detenimiento a nuestros oponentes. Tratando de calcular cuántos habría y hasta qué punto llegarían sus habilidades de combate. Sin perder de vista a Amaiar, por si acaso le atacaban mientras evacuaba a los civiles, y a la espera de ver quien daba el primer paso. Que, como era previsible, fue Noah, cargando hacia el frente con un barrido de su arma.
Mientras daba vueltas en mi cabeza sobre cuál sería la mejor manera de afrontar la situación actual, nuestro joven compañero se dirigió a mí, preguntándome si podía ganar algo de tiempo, mientras él trataba de poner a salvo a las civiles que nos acompañaban. En circunstancias normales, probablemente le habría ignorado, para que engañarnos. Pero la situación distaba mucho de ser normal. Además de él estaba en juego la vida de esas dos mujeres, y eso lo cambiaba todo. Al menos para mi.
- Cuenta con ello. - Le respondí con una sonrisa de seguridad dibujada en el rostro. Sujeté con firmeza la katana que llevaba en la diestra, mientras con la zurda desenvainaba la segunda espada. Sin duda alguna mi maestría era mucho mayor empuñando tan solo una, pero nos superaban en número, así que pensé que un segundo filo me sería de utilidad.
Con el pie izquierdo ligeramente adelantado, y ambas hojas cruzadas frente a mi, me mantuve en silencio, sin bajar la guardia. Quería aprovechar hasta el último instante. Observé con detenimiento a nuestros oponentes. Tratando de calcular cuántos habría y hasta qué punto llegarían sus habilidades de combate. Sin perder de vista a Amaiar, por si acaso le atacaban mientras evacuaba a los civiles, y a la espera de ver quien daba el primer paso. Que, como era previsible, fue Noah, cargando hacia el frente con un barrido de su arma.
- Meln:
- Avanzamos por el pueblo junto a Noah y Amaiar, escoltando a los civiles, hasta vernos rodeados por los guerreros de Meln. Accedo a la petición de Amaiar de cubrirle mientras trata de ponerlos a salvo. Y trato de ver cuántos enemigos hay y como de peligrosos serán (no cuento con Haki, pero puedo fijarme en muchas otras cosas: su estado físico, cicatrices de anteriores batallas o sus armas y como las empuñan).
Ivan Markov
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Se tuvo que agarrar con fuerza al pelaje para no salir despedido cuando Drake aceleró. Dejaron atrás a la horda bastante rápido y pronto también el suelo. ¿Estaban volando? ¿En qué mente cabía aquello? Con el viento aullando con fuerza en sus oídos, se giró para comprobar que sus ghouls seguían con ellos. Efectivamente, ligeramente inquietos, pero en perfectas condiciones. Al poco rato vieron una gigantesca muralla que se extendía durante kilómetros y a lo lejos la capital. En otros tiempos debió ser un lugar digno de visitarse y posiblemente una gran ciudad en la que Ivan podría haber disfrutado bastante de... diversos placeres. Ahora sin embargo era un lugar donde muy pocos desearían estar, salvo locos y guerreros. "O lo que es lo mismo... presas no muy listas y cazadores." Estaba deseando encontrarse a un oponente digno de sus habilidades para derrotarlo y darse un festín con su sangre, pues lo del día anterior apenas había sido un aperitivo.
La devastación de la guerra era evidente. Cráteres de explosivos, trincheras quemadas y abandonadas, casas en ruinas... y pronto habría más. Aunque estaban demasiado lejos para apreciar bien los detalles (y la molesta luz del sol entorpecía su aguda vista) podía ver a ambos ejércitos chocando en el oeste. Zal desde el sur y desde el norte presumiblemente Sarka. El ruido de la artillería le confirmó esto último... por lo que tenía entendido los de la otra facción tenían una industria de la guerra muy desarrollada en la que centraban casi todo su potencial bélico. Frente al ejército de humanos bestializados, ellos preferían armas móviles muy grandes y con muchos cañones. Si hacían mucho ruido y muchas explosiones, mejor. Se rumoreaba que hasta habían contratado al experto mundialmente famoso en explosivos Miguel Eduardo de la Bahía y Juárez. Mientras sobrevolaban el agua, Ivan avistó algo.
- Dirígete hacia allá, Drake - dijo, señalando a una estructura metálica - Esa es la central.
Así como llegasen y se posaran, bajaría de un salto y le daría una orden mental a Thrask y Goarth: "Entrad primero en la central." Él avanzaría unos metros por detrás, a una distancia prudencial, seguido de Drake. Intentaría activar la estructura con su runa y si no funcionaba verían si quedaba algo por hacer dentro. Si en algún momento notaba algo raro o percibía que perdía la conexión con sus ghouls, se pondría alerta y trataría de salir (o de alejarse si aún no había entrado).
La devastación de la guerra era evidente. Cráteres de explosivos, trincheras quemadas y abandonadas, casas en ruinas... y pronto habría más. Aunque estaban demasiado lejos para apreciar bien los detalles (y la molesta luz del sol entorpecía su aguda vista) podía ver a ambos ejércitos chocando en el oeste. Zal desde el sur y desde el norte presumiblemente Sarka. El ruido de la artillería le confirmó esto último... por lo que tenía entendido los de la otra facción tenían una industria de la guerra muy desarrollada en la que centraban casi todo su potencial bélico. Frente al ejército de humanos bestializados, ellos preferían armas móviles muy grandes y con muchos cañones. Si hacían mucho ruido y muchas explosiones, mejor. Se rumoreaba que hasta habían contratado al experto mundialmente famoso en explosivos Miguel Eduardo de la Bahía y Juárez. Mientras sobrevolaban el agua, Ivan avistó algo.
- Dirígete hacia allá, Drake - dijo, señalando a una estructura metálica - Esa es la central.
Así como llegasen y se posaran, bajaría de un salto y le daría una orden mental a Thrask y Goarth: "Entrad primero en la central." Él avanzaría unos metros por detrás, a una distancia prudencial, seguido de Drake. Intentaría activar la estructura con su runa y si no funcionaba verían si quedaba algo por hacer dentro. Si en algún momento notaba algo raro o percibía que perdía la conexión con sus ghouls, se pondría alerta y trataría de salir (o de alejarse si aún no había entrado).
- Zal:
- - Pensamientos varios.
- Ordenar a Drake ir a la central en N12.
- Tratar de activarla con la runa y ordenar a mis ghouls ir por delante y entrar. Si no funciona, entro con ellos y Drake.
Rylanor
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Al escuchar las palabras del moreno, sonrió. Menuda coincidencia, no esperaba encontrarse a otro marine justo allí y menos que fuera el tipo al que había elegido como su compañero. Y aquel nombre... le recordaba a alguien. ¿Amaiar? Sí, a él. Aunque era evidente que no eran familia y de todos modos sus apellidos eran similares, no iguales. Con una risa alegre, le puso el puño delante para chocarlo con el suyo en lugar de estrecharle la mano como el otro pretendía.
- ¡Otro marine! Me alegro de tenerte a mi lado, compañero - sonrió y le dio una fuerte palmada en el hombro - Tu apellido se parece mucho al de otro marine que conozco, Silverfag. Para no confundiros, a partir de ahora te llamaré Silverdude. ¡Bien! Manos a la obra.
Se aproximó a la central, listo para capturarla manipulando su pulsera. Parecía que no bastaría con eso... ¿tenía que entrar en la central? Eso explicaría por qué no capturaron la anterior sólo con utilizar los controles del aparato. ¿Pero entonces por qué no había visto nada al entrar, salvo un panel de mando que no respondía? Con un suspiro, se aproximó a la nueva dispuesto a encargarse de hacerla funcionar como fuera, cuando de repente con su mantra percibió una presencia acercándose a toda velocidad. Rápidamente se giró con una mirada fiera y envolviéndose en llamas, poniéndose en una guardia de combate.
- ¡Ponte detrás de mí, Silverdude! No estamos solos. ¡En guardia!
El fuego de su brazo se intensificó y lo envolvió por completo. Entonces comenzó a crecer, formándose una extremidad de fuego de varios metros de largo. El Vicealmirante observó la moto voladora acercándose y se dispuso a golpear, cuando se dio cuenta de algo. "Por todos los diablos, ¡yo conozco a ese hombre!" Deshizo su técnica y todo el fuego se apagó de golpe y echó a correr al paso de la moto.
- ¡El mismísimo Bleyd en persona! ¿Qué diablos haces aquí? Hace años que no te veo, desde aquella endiablada pesca.
Se aproximó a él escuchando sus palabras y con una sonrisa comenzó a acariciar a Fluffle. Hacían ya... ¿tres? ¿cuatro años? que no se veían. Al escuchar sus palabras frunció el ceño. Así que aquella nube era un poder de la pretora de Meln en persona... y la ayudaba nadie menos que el propio Jin Surfer. Aquello era preocupante, muy preocupante. Entonces llegó una comunicación de Beros que escuchó por encima, algo de una nueva función... ya la leería después. Activó su pulsera y transmitió un mensaje a los de Zilda:
- Aquí Kai. Acabo de recibir una noticia que creo que os interesa: el asesino en serie Jin Surfer está ayudando a los de Meln. Creo que para nadie aquí es desconocida su fama sobre su habilidad para el disfraz; estad alerta - acto seguido cortó comunicación y se volvió a Bleyd - Será un placer recibirte en Zilda. Ahora mismo estamos a punto de tomar esta central. Vigila mientras la tomamos Silverdude y yo. ¡Vamos colega! - dijo, girándose hacia el marine.
Una nueva comunicación. ¿Es que no iban a terminar nunca? Esta vez era Madara. Abrió nuevamente el canal, esta vez con él y dijo:
- Estamos a punto de tomar la central en R10. Si venís hacia aquí, podemos poner rumbo a la capital una vez hayamos acabado.
Acto seguido se giró a la central, listo para hacer... lo que diablos tuviera que hacer para activarla, vaya. De momento intentaría hacerlo con la pulsera, si le aparecían instrucciones las seguiría, y si no entraría e improvisaría. Mientras fuchicaba en la pulsera decidió probar la nueva función, tratando de ver lo que pasaba en el centro de la capital.
- ¡Otro marine! Me alegro de tenerte a mi lado, compañero - sonrió y le dio una fuerte palmada en el hombro - Tu apellido se parece mucho al de otro marine que conozco, Silverfag. Para no confundiros, a partir de ahora te llamaré Silverdude. ¡Bien! Manos a la obra.
Se aproximó a la central, listo para capturarla manipulando su pulsera. Parecía que no bastaría con eso... ¿tenía que entrar en la central? Eso explicaría por qué no capturaron la anterior sólo con utilizar los controles del aparato. ¿Pero entonces por qué no había visto nada al entrar, salvo un panel de mando que no respondía? Con un suspiro, se aproximó a la nueva dispuesto a encargarse de hacerla funcionar como fuera, cuando de repente con su mantra percibió una presencia acercándose a toda velocidad. Rápidamente se giró con una mirada fiera y envolviéndose en llamas, poniéndose en una guardia de combate.
- ¡Ponte detrás de mí, Silverdude! No estamos solos. ¡En guardia!
El fuego de su brazo se intensificó y lo envolvió por completo. Entonces comenzó a crecer, formándose una extremidad de fuego de varios metros de largo. El Vicealmirante observó la moto voladora acercándose y se dispuso a golpear, cuando se dio cuenta de algo. "Por todos los diablos, ¡yo conozco a ese hombre!" Deshizo su técnica y todo el fuego se apagó de golpe y echó a correr al paso de la moto.
- ¡El mismísimo Bleyd en persona! ¿Qué diablos haces aquí? Hace años que no te veo, desde aquella endiablada pesca.
Se aproximó a él escuchando sus palabras y con una sonrisa comenzó a acariciar a Fluffle. Hacían ya... ¿tres? ¿cuatro años? que no se veían. Al escuchar sus palabras frunció el ceño. Así que aquella nube era un poder de la pretora de Meln en persona... y la ayudaba nadie menos que el propio Jin Surfer. Aquello era preocupante, muy preocupante. Entonces llegó una comunicación de Beros que escuchó por encima, algo de una nueva función... ya la leería después. Activó su pulsera y transmitió un mensaje a los de Zilda:
- Aquí Kai. Acabo de recibir una noticia que creo que os interesa: el asesino en serie Jin Surfer está ayudando a los de Meln. Creo que para nadie aquí es desconocida su fama sobre su habilidad para el disfraz; estad alerta - acto seguido cortó comunicación y se volvió a Bleyd - Será un placer recibirte en Zilda. Ahora mismo estamos a punto de tomar esta central. Vigila mientras la tomamos Silverdude y yo. ¡Vamos colega! - dijo, girándose hacia el marine.
Una nueva comunicación. ¿Es que no iban a terminar nunca? Esta vez era Madara. Abrió nuevamente el canal, esta vez con él y dijo:
- Estamos a punto de tomar la central en R10. Si venís hacia aquí, podemos poner rumbo a la capital una vez hayamos acabado.
Acto seguido se giró a la central, listo para hacer... lo que diablos tuviera que hacer para activarla, vaya. De momento intentaría hacerlo con la pulsera, si le aparecían instrucciones las seguiría, y si no entraría e improvisaría. Mientras fuchicaba en la pulsera decidió probar la nueva función, tratando de ver lo que pasaba en el centro de la capital.
- Zilda:
- - Hablar con Silver
- Hablar con Bleyd y enviar mensaje a toda Zilda alertando de la presencia de Jin Surfer en Meln.
- Hablar con Madara y decirle que venga.
- Usar la nueva función para ver lo que ocurre en el centro de la capital (dejo la casilla a elección del moderador, supongo que entre M12, N12 y O11 dado que son las que tienen central. No elijo yo mismo por evitar el metarrol y porque realmente Kai lo hace medio con prisas y no se fija mucho de en cuál pulsa).
- Activo la central con la pulsera. Si no funciona, sigo las instrucciones que aparezcan en la interfaz (de haberlas) y sino, entro en la estructura.
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El lobo blanco continuaba avanzando por los cielos con toda la calma del mundo. Sus dorados ojos estaban clavados en la triste escena de caos y destrucción que había allí abajo. Era como si una terrible explosión hubiese terminado con la vida de todos. No se movió lo más mínimo de su ruta y continuó en línea recta. Notaba que faltaba poco para llegar de una vez hasta su objetivo. Su olfato le decía que ya había personas por las inmediaciones y unas cuantas auras invadieron su mente. Ninguna se le acercaba en poder y por ello mostró una sonrisa calmada. No tenía problema alguno con lo que pudiera pasar contra ellas. Últimamente se estaba haciendo más poderoso de la cuenta con todos sus entrenamientos y eso le encantaba sinceramente. Se relamió despacio y después de unos momentos escuchó las palabras de Ivan.
El lobo aterrizó cerca de aquella central y una vez se bajaron todos de él, volvió a su forma humana, mostrando una sonrisa ladeada. Era el momento de tomar aquella cosa para el bando de Zal. Su deliciosa pelea contra aquel tipo fuerte estaba a punto de suceder tras la guerra y eso le mantenía bastante feliz. Quería enfrentarlo con todas sus ganas y mostrarle quién era el más fuerte físicamente de aquel sitio. Se quedó mirando un poco a su alrededor y después se cruzó de brazos. Observó a aquellos seres entrar dentro para activarla y si no lo lograrían, se dirigiría también al interior junto al vampiro. Los ojos del luchador estaban fijos en lo que pasaba y la verdad, es que de nuevo se estaba aburriendo. La guerra estaba tardando en llegar y con ella los golpes que deseaba dar y recibir. Pronto podría satisfacer sus ganas de combate y nadie se lo impediría.
El lobo aterrizó cerca de aquella central y una vez se bajaron todos de él, volvió a su forma humana, mostrando una sonrisa ladeada. Era el momento de tomar aquella cosa para el bando de Zal. Su deliciosa pelea contra aquel tipo fuerte estaba a punto de suceder tras la guerra y eso le mantenía bastante feliz. Quería enfrentarlo con todas sus ganas y mostrarle quién era el más fuerte físicamente de aquel sitio. Se quedó mirando un poco a su alrededor y después se cruzó de brazos. Observó a aquellos seres entrar dentro para activarla y si no lo lograrían, se dirigiría también al interior junto al vampiro. Los ojos del luchador estaban fijos en lo que pasaba y la verdad, es que de nuevo se estaba aburriendo. La guerra estaba tardando en llegar y con ella los golpes que deseaba dar y recibir. Pronto podría satisfacer sus ganas de combate y nadie se lo impediría.
- Zal N12:
- Ir con Ivan
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Rápidamente cerré el puño y lo choqué contra el suyo, extrañamente aliviado por su reacción al presentarme. Me sorprendió además el hecho de que conociera a Amaiar, y estaba a punto de contarle que éramos compañeros en el North Blue, cuando de un salto se situó frente a mí, advirtiéndome que tuviese cuidado, pues alguien se acercaba. Estando tras su espalda apenas podía ver nada, realmente era un tipo algo. Y mi empeño se complicó aún más cuando su brazo se envolvió en un mar de llamas y comenzó a crecer, haciéndome retroceder varios metros por el calor que estas desprendían, y cubrirme el rostro con los brazos cruzados.
Para cuando abrí los ojos de nuevo, el gigantesco brazo de fuego se había extinguido, y en su lugar me encontré a Kai saludando a otro individuo. Le observé con curiosidad, pues se trataba de alguien muy llamativo. Era alto, quizás incluso más que el vice-almirante, y notablemente corpulento. Había llegado montado en una especie de motocicleta, y acompañado por lo que, lo mirase como lo mirase, era una enorme bola de pelo rosada que Kai acariciaba cariñosamente. ¿Se trataría de otro aliado? No recordaba haberlo visto en las reuniones de Zilda, aunque me resultaba extrañamente familiar.
En cuanto comenzaron a hablar escuché con atención, entendiendo al fin la situación. Se había unido a la guerra como miembro de otro de los bandos, el de Meln, que al perecer eran tan horribles como habíamos oído. O quizás incluso peores, por como los describía. Como fuera, ahora parecía estar de nuestro lado, cosa que me tranquilizó.
Para cuando terminaron de hablar, nuestros comunicadores se activaron. Recibimos un mensaje de Beros, con el cual nos informaba de que la red de vigilancia se había desplegado por completo, y que ahora podríamos utilizar las pulseras para observar lo que ocurría en diferentes puntos de la isla. Algo bastante útil, sin duda. En cuanto escuchamos el mensaje, Kai transmitió otro a todos los miembros de Zilda, informando de nuestra situación. Para acto seguido enviar un mensaje a Madara, del cual nos habíamos separado al salir de la anterior central, para que se reuniese con nosotros.
- Puedes llamarme Jack - Alcancé a decirle al recién llegado, después de que Kai me presentase. Este se quedó fuera, a petición de mi compañero, mientras nosotros nos adentrábamos en la central. Una vez dentro, buscaría de nuevo un panel de control, o cualquier otra cosa que nos permitiese activarla, dado que por lo visto no valía solo con acercarnos, como erróneamente había supuesto antes.
Para cuando abrí los ojos de nuevo, el gigantesco brazo de fuego se había extinguido, y en su lugar me encontré a Kai saludando a otro individuo. Le observé con curiosidad, pues se trataba de alguien muy llamativo. Era alto, quizás incluso más que el vice-almirante, y notablemente corpulento. Había llegado montado en una especie de motocicleta, y acompañado por lo que, lo mirase como lo mirase, era una enorme bola de pelo rosada que Kai acariciaba cariñosamente. ¿Se trataría de otro aliado? No recordaba haberlo visto en las reuniones de Zilda, aunque me resultaba extrañamente familiar.
En cuanto comenzaron a hablar escuché con atención, entendiendo al fin la situación. Se había unido a la guerra como miembro de otro de los bandos, el de Meln, que al perecer eran tan horribles como habíamos oído. O quizás incluso peores, por como los describía. Como fuera, ahora parecía estar de nuestro lado, cosa que me tranquilizó.
Para cuando terminaron de hablar, nuestros comunicadores se activaron. Recibimos un mensaje de Beros, con el cual nos informaba de que la red de vigilancia se había desplegado por completo, y que ahora podríamos utilizar las pulseras para observar lo que ocurría en diferentes puntos de la isla. Algo bastante útil, sin duda. En cuanto escuchamos el mensaje, Kai transmitió otro a todos los miembros de Zilda, informando de nuestra situación. Para acto seguido enviar un mensaje a Madara, del cual nos habíamos separado al salir de la anterior central, para que se reuniese con nosotros.
- Puedes llamarme Jack - Alcancé a decirle al recién llegado, después de que Kai me presentase. Este se quedó fuera, a petición de mi compañero, mientras nosotros nos adentrábamos en la central. Una vez dentro, buscaría de nuevo un panel de control, o cualquier otra cosa que nos permitiese activarla, dado que por lo visto no valía solo con acercarnos, como erróneamente había supuesto antes.
- Zilda:
- Después de mi presentarme a Kai llega Bleyd, al cual no reconozco. Nos da información acerca de Meln, que Kai transmite al resto de nuestra facción. Luego entramos en la central, y ambos buscamos una forma de poner en marcha la misma.
Tobías Thorn
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Al parecer mi idea pareció bien a la gran mayoría de la banda y avanzamos hacia el norte en busca de una de aquellas centrales. La verdad es que el terreno no nos entorpeció en el avance a pesar del gran número de personas que íbamos, pero todos mantuvimos nuestra posición hasta llegar a nuestro destino. Incluso adelantamos por el camino a varios soldados de Balt haciéndonos ver a todos que me confundí en mi suposición.
Al llegar todos nos quedamos sorprendidos por la ubicación de la dichosa central, ya que no había ninguna manera de acceder al lugar. La estructura se erigía en un enorme peñasco en mitad del mar, parecía algo erosionado por el paso del tiempo, pero seguramente se mantendría allí por bastantes años más. Me giré buscando la opinión de Kimura mientras los demás buscaban una forma de llegar, cuando de repente me percaté de que había llegado un tipo con capa y estaba hablando con él. La situación me mosqueó bastante a pesar de que vistiese del color blanco de Balt, no lo había visto aparecer por ningún lado y decidí ir a ver que pasaba. Quizás fuese un aliado o quizás un enemigo, pero de momento no lo sabría. Yoshi se me acercó primero dirigiéndome unas palabras ajenas a la escena. Casi no la escucho porque tenía mis ojos clavados en el recién llegado, pero la alerta que crearon sus palabras en mí hizo que mi cerebro reaccionase ante ellas.
- Tobi ¿Puedes crear una especie de cuerda con tu sirope alrededor de mi cintura?
Si la joven me hubiese dado tiempo a responderla le hubiese dicho que no, ya que nunca antes había probado nada así por la fragilidad de mi elemento y no quería que confiase en esa salvaguarda, pero la muy terca se puso encima de una losa de piedra. Por si acaso había hecho lo que la rubia me había pedido, pero entonces fue cuando vi un movimiento extraño por parte de la zona del recién llegado, al cual no había dejado de vigilar en ningún momento. Seguramente mis compañeros habrían visto como aquel tipo desaparecía antes sus ojos, pero mi vista acostumbrada a aquella misma técnica que no tardé en reconocer hizo que reaccionase de la misma manera.
Utilizando el Soru me moví a 20 m/s e intenté cruzarme en el camino de aquel tipo tan rápido. Llegué a él justo cuando ponía una mano encima del hombro de mi compañera y no dudé en intentar apartar su extremidad de un manotazo mientras me colocaba entre ellos dos. Escuché que el tipo hablaba, pero no entendí ninguna de sus palabras. En el transcurso de mi movimiento noté como mi compañera había sido ligeramente empujada y seguía su trayecto decidida a caminar por el aire. Seguramente confiaba en lo que estaba haciendo y no iba a dejar que nadie tocase a la rubia en mi presencia sin que ella quisiese.
-No sé quien eres tío, pero creo que para hablar con mi compañera puedes hacerlo de otra manera - diría al tipo con aquella peculiar marca en la cara.
Al llegar todos nos quedamos sorprendidos por la ubicación de la dichosa central, ya que no había ninguna manera de acceder al lugar. La estructura se erigía en un enorme peñasco en mitad del mar, parecía algo erosionado por el paso del tiempo, pero seguramente se mantendría allí por bastantes años más. Me giré buscando la opinión de Kimura mientras los demás buscaban una forma de llegar, cuando de repente me percaté de que había llegado un tipo con capa y estaba hablando con él. La situación me mosqueó bastante a pesar de que vistiese del color blanco de Balt, no lo había visto aparecer por ningún lado y decidí ir a ver que pasaba. Quizás fuese un aliado o quizás un enemigo, pero de momento no lo sabría. Yoshi se me acercó primero dirigiéndome unas palabras ajenas a la escena. Casi no la escucho porque tenía mis ojos clavados en el recién llegado, pero la alerta que crearon sus palabras en mí hizo que mi cerebro reaccionase ante ellas.
- Tobi ¿Puedes crear una especie de cuerda con tu sirope alrededor de mi cintura?
Si la joven me hubiese dado tiempo a responderla le hubiese dicho que no, ya que nunca antes había probado nada así por la fragilidad de mi elemento y no quería que confiase en esa salvaguarda, pero la muy terca se puso encima de una losa de piedra. Por si acaso había hecho lo que la rubia me había pedido, pero entonces fue cuando vi un movimiento extraño por parte de la zona del recién llegado, al cual no había dejado de vigilar en ningún momento. Seguramente mis compañeros habrían visto como aquel tipo desaparecía antes sus ojos, pero mi vista acostumbrada a aquella misma técnica que no tardé en reconocer hizo que reaccionase de la misma manera.
Utilizando el Soru me moví a 20 m/s e intenté cruzarme en el camino de aquel tipo tan rápido. Llegué a él justo cuando ponía una mano encima del hombro de mi compañera y no dudé en intentar apartar su extremidad de un manotazo mientras me colocaba entre ellos dos. Escuché que el tipo hablaba, pero no entendí ninguna de sus palabras. En el transcurso de mi movimiento noté como mi compañera había sido ligeramente empujada y seguía su trayecto decidida a caminar por el aire. Seguramente confiaba en lo que estaba haciendo y no iba a dejar que nadie tocase a la rubia en mi presencia sin que ella quisiese.
-No sé quien eres tío, pero creo que para hablar con mi compañera puedes hacerlo de otra manera - diría al tipo con aquella peculiar marca en la cara.
- Resumen Balt. Zuko debería leerlo(?):
- -Llegar a la central con mis nakamas sin problemas.
- Asombrarme con su ubicación.
-Desconfiar de la llegada de Zuko (a Aki no la menciono porque creo que no ha posteado y no sé si aterrizará).
- Ceder ante el plan de Yoshi, aunque desconfío de que funcione(?)
- Usar el Soru para intentar ponerme entre Zuko y Yoshi ya que no me fio de él. Hago alusión a que mi compañera avanza porque me ha dado permiso para hacerlo. Si se modera esta madrugada no tiene forma de contestar y así me lo ha pedido.
Énra Kelter
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Comienzo a sobrevolar el mar en dirección a la central energética. La vista es buena desde el acantilado, y puedo ver todo alrededor. Cuando empiezo a sobrevolar el mar, varías especies de animales comienzan a saltar en la superficie. Parecen algún tipo de serpiente, y no saltan bajo que digamos, o eso me parece a mí. Debo mantener la altura para no ser alcanzado por las mismas. Mientras recorro el cacho que me separa de mi objetivo pienso que alguna de esas criaturas alrededor de nuestra base serían una buena defensa. Aunque está el inconveniente de amaestrarlas para que no nos ataquen a nosotros, o aliados. Podría pedir una o varias a Beron como recompensa por mis servicios, aunque seguramente tenga cosas mejores. Me doy cuenta de los desvaríos y me obligo a centrarme, he venido por contratos, no por animales.
Cuando aterrizo en aquella estructura veo un calamar gigante, rodeado por una burbuja de agua en medio de mi camino. Esa burbuja no es natural, por lo que el calamar debe estar allí por mandato de alguien. ¿qué facción podría amaestrar animales así para defender las centrales de los otros? De cualquier forma, voy a tener que pasar, sea de quien sea. No sé si entendería si le hablo, pero por probar no pierdo nada.
-Hola, vengo a activar la central que guardas tras de ti, si puedes apartarte para hacer mi trabajo sería de gran ayuda. De verdad espero que me entiendas y me hagas caso, ya voy con retraso en esta tarea.
Justo cuando acabo escucho la voz del líder de la facción comunicando que tenemos una nueva función, y que la red está activa. No me sirve de mucho eso ahora, pero al menos el animal puede reconocer la voz y apartarse.
-Aquí Énra, tengo un calamar gigante frente a la puerta. Tiene alguna contraseña para permitir el paso, o he de eliminarlo. – Esta última pregunta la haría de no reaccionar el animal a mi presencia.
Cuando aterrizo en aquella estructura veo un calamar gigante, rodeado por una burbuja de agua en medio de mi camino. Esa burbuja no es natural, por lo que el calamar debe estar allí por mandato de alguien. ¿qué facción podría amaestrar animales así para defender las centrales de los otros? De cualquier forma, voy a tener que pasar, sea de quien sea. No sé si entendería si le hablo, pero por probar no pierdo nada.
-Hola, vengo a activar la central que guardas tras de ti, si puedes apartarte para hacer mi trabajo sería de gran ayuda. De verdad espero que me entiendas y me hagas caso, ya voy con retraso en esta tarea.
Justo cuando acabo escucho la voz del líder de la facción comunicando que tenemos una nueva función, y que la red está activa. No me sirve de mucho eso ahora, pero al menos el animal puede reconocer la voz y apartarse.
-Aquí Énra, tengo un calamar gigante frente a la puerta. Tiene alguna contraseña para permitir el paso, o he de eliminarlo. – Esta última pregunta la haría de no reaccionar el animal a mi presencia.
- Zilda:
- Llegar, hablar al animal, sino responde, preguntar por la muñequera.
Zack Suky
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Nos marchamos de allí dirección sur dejando a aquella extraña pareja sin incidente alguno. En el cual tras unos minutos de avance sin nada más que reseñar que el sonido de batalla que llegaba desde la lejanía. Varias columnas de humo se podían ya vislumbrar por doquier haciéndonos saber que las escaramuzas ya habían comenzado, pero nosotros avanzamos siguiendo una misma dirección hasta que llegamos a otra de aquellas centrales. Esta enseguida llamó mi atención, no por su estructura ni porque la puerta estuviese abierta de par en par, sino por las dos grandes estatuas que se encontraban custodiando la entrada.
Claramente todo aquello daba mala espina como sugerían mis compañeros, pero me sentí intrigado por aquellas esculturas. Parecían hechas de un material bastante peculiar y pensé en si podría fundirlo para darle otra utilidad. Quizás tuviese alguna peculiaridad útil, pero parecía que no tendría tiempo para comprobarlo. Ni siquiera pude olerlo por muchas ganas que me entraron, ya que mi capitán y compañera se dirigían al interior sin esperarme.
Como no quería quedarme atrás aligeré el paso hasta ponerme al lado de la semigiganta para dirigirle unas simples palabras mientras sacaba otro cigarrillo.
- Me gustan esas cosas de la entrada - comenté quien habla del tiempo.
La verdad es que para ser una guerra no estábamos teniendo demasiado movimiento a pesar de claras señales de lucha no muy lejos de nuestra posición. Sino fuese por la actitud en alerta de Sarah quizás me hubiese hasta terminado relajando, pero al verla pertrechada con todas sus armas y volver a escuchar su preocupación, terminé emulándola y desenfundé mi nodachi por si acaso era verdad eso que se decía del sentido extra de las mujeres. Había llegado a confiar en aquella enorme mujer y mantuve en alerta sólo por tenerla contenta mientras seguíamos los pasos de Arribor.
- No te preocupes pequeña, si veo algo te lo haré saber.
Claramente todo aquello daba mala espina como sugerían mis compañeros, pero me sentí intrigado por aquellas esculturas. Parecían hechas de un material bastante peculiar y pensé en si podría fundirlo para darle otra utilidad. Quizás tuviese alguna peculiaridad útil, pero parecía que no tendría tiempo para comprobarlo. Ni siquiera pude olerlo por muchas ganas que me entraron, ya que mi capitán y compañera se dirigían al interior sin esperarme.
Como no quería quedarme atrás aligeré el paso hasta ponerme al lado de la semigiganta para dirigirle unas simples palabras mientras sacaba otro cigarrillo.
- Me gustan esas cosas de la entrada - comenté quien habla del tiempo.
La verdad es que para ser una guerra no estábamos teniendo demasiado movimiento a pesar de claras señales de lucha no muy lejos de nuestra posición. Sino fuese por la actitud en alerta de Sarah quizás me hubiese hasta terminado relajando, pero al verla pertrechada con todas sus armas y volver a escuchar su preocupación, terminé emulándola y desenfundé mi nodachi por si acaso era verdad eso que se decía del sentido extra de las mujeres. Había llegado a confiar en aquella enorme mujer y mantuve en alerta sólo por tenerla contenta mientras seguíamos los pasos de Arribor.
- No te preocupes pequeña, si veo algo te lo haré saber.
- Resumen Sarka:
- -Viajar con mis compañeros sin incidencias.
-Observar atentamente las estatuas preguntándome cosas sobre ellas.
-Hablar con Sarah cosas varias mientras seguimos de cerca a Arribor y entrar por la puerta abierta poca sospechosa.
Pyros Silver
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Al final todos empezamos a marchar rumbo hacia la central del Norte, justo como lo había planeado Tobías. Aún así, yo estaba con unas ganas terribles de empezar a luchar ya que me estaba aburriendo un poco de tanto caminar de un lado a otro, quería desenvainar mi espada y empezar a luchar junto a mis nakamas de flota contra nuestros supuestos enemigos. De camino hacia la central, nos encontramos con algunos soldados de Balt que también se dirigían hacia el mismo lugar que nosotros. *- Al parecer han pensado lo mismo que Tobi-* pensé mientras me quedaba mirándolos. Aún me preguntaba la razón de que Balt llamase a tanta gente, cuando tenían ya de por sí un importante poder militar, que seguro era superior a las otras facciones. Me quedé observando sus blancas armaduras ya que el color blanco es mi color favorito. Después de un largo rato andando por los caminos, llegamos a nuestro destino. Sin embargo, había un gran problema ante los Crimson Wolves, aparentemente no había por donde cruzar y una gran corriente impedía que Yoshi pudiera usar su fruta o que Tobi usara su Geppo. Extrañados ante tal suceso, vimos una señal que indicaba que caminásemos por el vació. Yoshi se presentó voluntaria pidiendo a Tobi que le hiciese una cuerda de sirope por si esta se caía. Sin darnos cuenta, un par de aliados de Balt hicieron acto de presencia, me puse en guardia por si querían problemas pero al ver que no era así , volví a desenvainar la espada y me quedé mirando a aquellas personas. Ignoré todo aquello y me puse a hacer abdominales para entrar en calor para la guerra, que seguramente, pronto tendríamos que empezar a luchar contra alguien o eso es lo que me decía el instinto. Lo del camino inexistente no era nada comparado a lo que estaba por llegar, la calma antes de la tempestad estaba a punto de romperse.
- Balt:
- Ir a la central con los Crimson, divagar, ver el misterio del camino a la central, pasar de la movida con los recién llegados y empezar a hacer abdominales para entrar en calor para la guerra
Nocturne93
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Fuimos caminando a buen paso, incluso adelantamos a unos soldados de Balt, eran demasiado lentos, tal vez simplemente nosotros íbamos muy rápidos, pero estando en mitad de terreno de batalla no hay que ser tan confiados. Finalmente llegamos a una zona donde podíamos divisar una estructura a lo lejos, era el punto que buscábamos, no obstante, había un pequeño problema llamado acantilado.
Un descenso vertiginoso y una distancia a salvaguardar para poder alcanzar nuestro destino. La cosa se complicaba. Podríamos pasar flotando, la gran mayoría de nosotros teníamos alguna forma de lograrlo, no obstante las corrientes de aire eran demasiado potentes, bien podría contrarrestarlas creando otras corrientes de aire en sentido opuesto para que no estorbaran, pero necesitaría estar muy concentrado para mantener el viento constante. Antes de darme cuenta, Yoshi comenzó a hacer algo que no me hizo mucha gracia.
Bien es cierto que pensaba que habría algo que nos permitiría cruzar, bien por una razón o por otra, no obstante la forma de actuar de esta chica siempre logra provocarme un micro-infarto por lo impulsivo de sus reacciones. Una voz llamó mi atención y pude ver una criatura mirándome y presentándose como un marine. Parecía como si fuera un dragón, nunca había visto tal criatura frente a mí, no pude evitar mostrarme algo sorprendido por la imagen, no obstante me puse en guardia cuando desapareció de golpe. Conocía esa técnica, era de los agentes del gobierno.
Me giré asustado y pude ver a Tobías apareciendo al lado del tal Zuko y apartando la mano que iba hacia Yoshi. Llevé mi mano hacia la empuñadura de la espada maestra y di unos pasos hacia adelante, pero tras escuchar las palabras de ese supuesto marine, el cual no conocía, o por lo menos no recordaba, me relajé un poco y me puse al lado de ellos. Tras asegurarme de que no pasaba nada recordé que Zuko había presentado a una chica pelirroja, no le quité el ojo de encima tras activar mi haki de observación. Me había estado descuidando pensando que no podía pasar nada grave, y aunque llevaban los uniformes de Balt no sabía hasta qué punto podría fiarme de nadie. Me plante delante de todos, incluído de Zuko, con la mano extendida, indicando que se detuvieran.
-Parad todos por un momento. Yo también pienso que debe haber gato encerrado en esto, pero tomar acciones sin pensar no nos ayudará en nada -Parecía como si Yoshi fuera a ignorarnos a todos, pero la agarré con cuidado del brazo para que no continuase-. Confiad en mí por un momento chicos. Bizvan, tienes razón, no obstante no hay mejor forma que comprobarlo por uno mismo. Con las corrientes que hay, cualquier objeto que lances será llevado por el aire. Hay que probarlo en uno mismo, y aunque muchos podemos hacerlo. Es algo muy arriesgado. ¿Confiáis en mí? Tengo un plan, pero necesito saber que puedo contar con vosotros.
Con la primera respuesta tan solo sonreiría y daría un paso hacia atrás, me había puesto justamente en el borde, pero tenía un plan. Ya había plantado un pie en el vacío, si había algo sólido quedaría como suspendido en el aire seguramente, tal vez hasta se revelase si hay algo ahí. Si por el contrario caía al vacío lo tenía todo planeado, pues por más que confiase que vaya a haber algo ahí, siempre hay que estar preparado para cualquier cosa.
Si comenzaba el descenso vertiginoso, crearía una cadena de eslabones enrollada a su brazo derecho y sujetada a una lanza que aparecería en mi mano izquierda, golpearía el borde del acantilado para dejarla clavada y quedar así suspendido en el aire. Después utilizaría mi ámbito viento para generar una corriente ascendente desde mi posición, me llevaría la mano izquierda al bolsillo y sacaría cierto artilugio que me permitiría volar durante unos instantes y volver a ubicarme en la zona superior del acantilado sin problemas.
Un descenso vertiginoso y una distancia a salvaguardar para poder alcanzar nuestro destino. La cosa se complicaba. Podríamos pasar flotando, la gran mayoría de nosotros teníamos alguna forma de lograrlo, no obstante las corrientes de aire eran demasiado potentes, bien podría contrarrestarlas creando otras corrientes de aire en sentido opuesto para que no estorbaran, pero necesitaría estar muy concentrado para mantener el viento constante. Antes de darme cuenta, Yoshi comenzó a hacer algo que no me hizo mucha gracia.
Bien es cierto que pensaba que habría algo que nos permitiría cruzar, bien por una razón o por otra, no obstante la forma de actuar de esta chica siempre logra provocarme un micro-infarto por lo impulsivo de sus reacciones. Una voz llamó mi atención y pude ver una criatura mirándome y presentándose como un marine. Parecía como si fuera un dragón, nunca había visto tal criatura frente a mí, no pude evitar mostrarme algo sorprendido por la imagen, no obstante me puse en guardia cuando desapareció de golpe. Conocía esa técnica, era de los agentes del gobierno.
Me giré asustado y pude ver a Tobías apareciendo al lado del tal Zuko y apartando la mano que iba hacia Yoshi. Llevé mi mano hacia la empuñadura de la espada maestra y di unos pasos hacia adelante, pero tras escuchar las palabras de ese supuesto marine, el cual no conocía, o por lo menos no recordaba, me relajé un poco y me puse al lado de ellos. Tras asegurarme de que no pasaba nada recordé que Zuko había presentado a una chica pelirroja, no le quité el ojo de encima tras activar mi haki de observación. Me había estado descuidando pensando que no podía pasar nada grave, y aunque llevaban los uniformes de Balt no sabía hasta qué punto podría fiarme de nadie. Me plante delante de todos, incluído de Zuko, con la mano extendida, indicando que se detuvieran.
-Parad todos por un momento. Yo también pienso que debe haber gato encerrado en esto, pero tomar acciones sin pensar no nos ayudará en nada -Parecía como si Yoshi fuera a ignorarnos a todos, pero la agarré con cuidado del brazo para que no continuase-. Confiad en mí por un momento chicos. Bizvan, tienes razón, no obstante no hay mejor forma que comprobarlo por uno mismo. Con las corrientes que hay, cualquier objeto que lances será llevado por el aire. Hay que probarlo en uno mismo, y aunque muchos podemos hacerlo. Es algo muy arriesgado. ¿Confiáis en mí? Tengo un plan, pero necesito saber que puedo contar con vosotros.
Con la primera respuesta tan solo sonreiría y daría un paso hacia atrás, me había puesto justamente en el borde, pero tenía un plan. Ya había plantado un pie en el vacío, si había algo sólido quedaría como suspendido en el aire seguramente, tal vez hasta se revelase si hay algo ahí. Si por el contrario caía al vacío lo tenía todo planeado, pues por más que confiase que vaya a haber algo ahí, siempre hay que estar preparado para cualquier cosa.
Si comenzaba el descenso vertiginoso, crearía una cadena de eslabones enrollada a su brazo derecho y sujetada a una lanza que aparecería en mi mano izquierda, golpearía el borde del acantilado para dejarla clavada y quedar así suspendido en el aire. Después utilizaría mi ámbito viento para generar una corriente ascendente desde mi posición, me llevaría la mano izquierda al bolsillo y sacaría cierto artilugio que me permitiría volar durante unos instantes y volver a ubicarme en la zona superior del acantilado sin problemas.
- Resulmen Balt:
- Ver el acantilado, fliparme con el dragón, acojonarme y ponerme en guardia cuando desaparece, plantarme delante de todos, decirles palabras muy bonitas y dar un paso hacia atrás, quedando ya donde sospechamos todos que hay algo.
Si no caigo al vacío, tan solo he utilizado mi asombroso carisma para hacer que nadie se arriesgue tontamente.
Si caigo al vacío uso ambito viento, taron volador y técnica de "Maestría enérgica". Además de mi asombroso carisma de puto amo.
Gera
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Kodama corrió a través del campo hasta que finalmente llegó a la central. Gera y la otra muchacha continuaban encima de sus ramas mientras él llegaba allí. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la central ya estaba tomada por las propias tropas de Balt, por ello, Gera decidió quedarse en la central mientras Kodama le proponía quedarse o irse con él al campo de batalla. Lo cierto era que Gera no iba a ser de muy buena ayuda en el campo, era pequeña y delicada si la comparábamos con el ser árbol.
Una vez que Gera le dijo la decisión que había tomado, la otra muchacha también había decidido quedarse en la central. La miró y le preguntó si no le importaba que la acompañase, al fin y al cabo, habían pasado bastante rato juntas encima del árbol.
Gera quiso saber qué se hacía exactamente en la central con lo que entró en ella y se puso a observar todo lo que acontecía alrededor. Pensó que podría ser de ayuda en el caso de que llegase algún herido ya que Gera tenía ciertos conocimientos de curandera usando plantas. Quiso saber si allí había dichas plantas, cosas que le serían útiles en el caso de que algo así pasase.
Miró a la mujer espiritual y le preguntó si conocía los beneficios de las plantas mientras ella, intentaba buscar en aquel lugar algo que le pudiese servir para ayudar, si fuese requerido.
Mientras tanto continuó moviéndose por la central, observando y anotando cada uno de los lugares que allí había mientras encontraba el lugar que le correspondía. Supo que algún trabajo podría haber allí para ella, obviamente, el campo de batalla no era el lugar idóneo para una muchacha como ella. Pero tenía una cosa bien clara, si tenía que combatir, no dudaría ni un segundo en hacerlo y no dejarse machacar por nadie. Al fin y al cabo, en el uniforme había algún tipo de vía de escape. Kodama corrió a través del campo hasta que finalmente llegó a la central. Gera y la otra muchacha continuaban encima de sus ramas mientras él llegaba allí. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la central ya estaba tomada por las propias tropas de Balt, por ello, Gera decidió quedarse en la central mientras Kodama le proponía quedarse o irse con él al campo de batalla. Lo cierto era que Gera no iba a ser de muy buena ayuda en el campo, era pequeña y delicada si la comparábamos con el ser árbol.
Una vez que Gera le dijo la decisión que había tomado, la otra muchacha también había decidido quedarse en la central. La miró y le preguntó si no le importaba que la acompañase, al fin y al cabo, habían pasado bastante rato juntas encima del árbol.
Gera quiso saber qué se hacía exactamente en la central con lo que entró en ella y se puso a observar todo lo que acontecía alrededor. Pensó que podría ser de ayuda en el caso de que llegase algún herido ya que Gera tenía ciertos conocimientos de curandera usando plantas. Quiso saber si allí había dichas plantas, cosas que le serían útiles en el caso de que algo así pasase.
Miró a la mujer espiritual y le preguntó si conocía los beneficios de las plantas mientras ella, intentaba buscar en aquel lugar algo que le pudiese servir para ayudar, si fuese requerido.
Mientras tanto continuó moviéndose por la central, observando y anotando cada uno de los lugares que allí había mientras encontraba el lugar que le correspondía. Supo que algún trabajo podría haber allí para ella, obviamente, el campo de batalla no era el lugar idóneo para una muchacha como ella. Pero tenía una cosa bien clara, si tenía que combatir, no dudaría ni un segundo en hacerlo y no dejarse machacar por nadie. Al fin y al cabo, en el uniforme había algún tipo de vía de escape.
Una vez que Gera le dijo la decisión que había tomado, la otra muchacha también había decidido quedarse en la central. La miró y le preguntó si no le importaba que la acompañase, al fin y al cabo, habían pasado bastante rato juntas encima del árbol.
Gera quiso saber qué se hacía exactamente en la central con lo que entró en ella y se puso a observar todo lo que acontecía alrededor. Pensó que podría ser de ayuda en el caso de que llegase algún herido ya que Gera tenía ciertos conocimientos de curandera usando plantas. Quiso saber si allí había dichas plantas, cosas que le serían útiles en el caso de que algo así pasase.
Miró a la mujer espiritual y le preguntó si conocía los beneficios de las plantas mientras ella, intentaba buscar en aquel lugar algo que le pudiese servir para ayudar, si fuese requerido.
Mientras tanto continuó moviéndose por la central, observando y anotando cada uno de los lugares que allí había mientras encontraba el lugar que le correspondía. Supo que algún trabajo podría haber allí para ella, obviamente, el campo de batalla no era el lugar idóneo para una muchacha como ella. Pero tenía una cosa bien clara, si tenía que combatir, no dudaría ni un segundo en hacerlo y no dejarse machacar por nadie. Al fin y al cabo, en el uniforme había algún tipo de vía de escape. Kodama corrió a través del campo hasta que finalmente llegó a la central. Gera y la otra muchacha continuaban encima de sus ramas mientras él llegaba allí. Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la central ya estaba tomada por las propias tropas de Balt, por ello, Gera decidió quedarse en la central mientras Kodama le proponía quedarse o irse con él al campo de batalla. Lo cierto era que Gera no iba a ser de muy buena ayuda en el campo, era pequeña y delicada si la comparábamos con el ser árbol.
Una vez que Gera le dijo la decisión que había tomado, la otra muchacha también había decidido quedarse en la central. La miró y le preguntó si no le importaba que la acompañase, al fin y al cabo, habían pasado bastante rato juntas encima del árbol.
Gera quiso saber qué se hacía exactamente en la central con lo que entró en ella y se puso a observar todo lo que acontecía alrededor. Pensó que podría ser de ayuda en el caso de que llegase algún herido ya que Gera tenía ciertos conocimientos de curandera usando plantas. Quiso saber si allí había dichas plantas, cosas que le serían útiles en el caso de que algo así pasase.
Miró a la mujer espiritual y le preguntó si conocía los beneficios de las plantas mientras ella, intentaba buscar en aquel lugar algo que le pudiese servir para ayudar, si fuese requerido.
Mientras tanto continuó moviéndose por la central, observando y anotando cada uno de los lugares que allí había mientras encontraba el lugar que le correspondía. Supo que algún trabajo podría haber allí para ella, obviamente, el campo de batalla no era el lugar idóneo para una muchacha como ella. Pero tenía una cosa bien clara, si tenía que combatir, no dudaría ni un segundo en hacerlo y no dejarse machacar por nadie. Al fin y al cabo, en el uniforme había algún tipo de vía de escape.
- Balt:
- bajar de la rama de Kodama, hablarle a la chica espiritual, entrar en la central, buscar alguna tarea apropiada a sus capacidades y mirar lo que allí había.
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