Dexter Black
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Dexter se sentó en una silla cercana, cruzando la pierna derecha sobre su muslo izquierdo y dejando los brazos cruzados, con la fotografía aún en la mano. Era una chica muy guapa a decir verdad, pelirroja y de ojos vivos, grandes pechos... En otras situaciones le habría resultado muy agradable intentar ganarse su compañía, pero ya estaba cogida por un compañero. Una sonrisa amarga surcó su rostro, ceñudo, pensando. "Si tanto te importa, sobrevive", le había dicho. ¿Había sido demasiado duro? Estaba claro que cumpliría su petición, pero no quería que al espadachín le sucediera nada, y menos haciendo alguna estupidez para cuidarla. En cualquier caso, ¿Por qué ser tan duro con él? ¿Por qué no decírselo directamente? ¿Se había vuelto cínico en cierto modo? No, quería protegerlo. ¿Quería protegerlo? De sí mismo, tal vez. Que sus miedos lo alimentaran en lugar de frenarlo era ideal, pero que conservase la cautela siempre estaba bien. "En fin, quién sabe...".
Bajó del barco lentamente tras ver volar a Kai, Madara y contemplar con calma la marcha de muchos otros. No tenía por qué darse prisa, Beros no moriría todavía, y si era inteligente, su táctica de batalla debería ser protegerlo hasta el final. "Al fin y al cabo, quien sobreviva ganará, ¿No?". Caminó unos diez metros mientras las alas surgían a su espalda. ¿Objetivo? Localizar un pueblo sobrevolando la zona en los alrededores. ¿Por qué? Había muchos motivos, pero sería la población local la que supiera qué era lo correcto. El Pretor de Zilda era un anciano harapiento recorrido por tubos y soporte vital, mientras que los demás no debían ser muy diferentes. Más fuertes, más débiles, lo que fuera; sólo poder. ¿Pero quién lo haría mejor? Necesitaba una opinión real, de alguien neutral y que no pareciera pretender ser el bueno. Sólo podía ser un habitante de Encuentro.
-Entendido. Date toda la prisa que puedas- dijo, con cierta calma, en tono neutro-. Pero luego vente. Me localizarás fácilmente con el rastreador del Midorima.
Deathstroke tenía una idea opuesta a la de Kai, y tras escuchar las palabras del tipo que antes había preguntado, asintió sin decir palabra. Era terriblemente lógico, casi artificial, verlo de esa forma. Entendía perfectamente por qué estaba allí, pero era tal vez una forma demasiado analítica de ver las cosas. Tal vez la que necesitaban, en cualquier caso. ¿Por qué era todo tan complicado?
-Ushio- dijo, acercándose al espadachín, sin dejar de pensar en todo lo que tenía en mente-, tengo un plan- hizo una pausa. Tenía que explicarse a la perfección, y hablar suficientemente bajo como para que nadie más lo escuchara-. Tenemos que encontrar un pueblo, una ciudad, una aldea... Lo que sea. De aquí al Norte y al Este- comentó, señalando el mapa en su pulsera-. Para enterarnos de qué opina la población local sobre esto. Qué hay tras Zilda, y tras toda esta guerra. Quiero saber quién va a sentarse en el trono, y no me voy a enterar aquí. Dudo que Beros me lo cuente, la verdad, y no sabemos nada de él. Suerte.
Tras aquellas palabras sus alas batieron con violencia y se alzó en el aire, comenzando a volar. Una vez allí, buscaría una zona habitada y pondría rumbo, avisando a Ushio que se dirigiera al lugar. Para cuando el chico llegara hasta él, con suerte ya se habría enterado de algo. Si no la tenía... Bueno, Tal vez a Ushio le diera por buscar también, o hacer algo.
Bajó del barco lentamente tras ver volar a Kai, Madara y contemplar con calma la marcha de muchos otros. No tenía por qué darse prisa, Beros no moriría todavía, y si era inteligente, su táctica de batalla debería ser protegerlo hasta el final. "Al fin y al cabo, quien sobreviva ganará, ¿No?". Caminó unos diez metros mientras las alas surgían a su espalda. ¿Objetivo? Localizar un pueblo sobrevolando la zona en los alrededores. ¿Por qué? Había muchos motivos, pero sería la población local la que supiera qué era lo correcto. El Pretor de Zilda era un anciano harapiento recorrido por tubos y soporte vital, mientras que los demás no debían ser muy diferentes. Más fuertes, más débiles, lo que fuera; sólo poder. ¿Pero quién lo haría mejor? Necesitaba una opinión real, de alguien neutral y que no pareciera pretender ser el bueno. Sólo podía ser un habitante de Encuentro.
-Entendido. Date toda la prisa que puedas- dijo, con cierta calma, en tono neutro-. Pero luego vente. Me localizarás fácilmente con el rastreador del Midorima.
Deathstroke tenía una idea opuesta a la de Kai, y tras escuchar las palabras del tipo que antes había preguntado, asintió sin decir palabra. Era terriblemente lógico, casi artificial, verlo de esa forma. Entendía perfectamente por qué estaba allí, pero era tal vez una forma demasiado analítica de ver las cosas. Tal vez la que necesitaban, en cualquier caso. ¿Por qué era todo tan complicado?
-Ushio- dijo, acercándose al espadachín, sin dejar de pensar en todo lo que tenía en mente-, tengo un plan- hizo una pausa. Tenía que explicarse a la perfección, y hablar suficientemente bajo como para que nadie más lo escuchara-. Tenemos que encontrar un pueblo, una ciudad, una aldea... Lo que sea. De aquí al Norte y al Este- comentó, señalando el mapa en su pulsera-. Para enterarnos de qué opina la población local sobre esto. Qué hay tras Zilda, y tras toda esta guerra. Quiero saber quién va a sentarse en el trono, y no me voy a enterar aquí. Dudo que Beros me lo cuente, la verdad, y no sabemos nada de él. Suerte.
Tras aquellas palabras sus alas batieron con violencia y se alzó en el aire, comenzando a volar. Una vez allí, buscaría una zona habitada y pondría rumbo, avisando a Ushio que se dirigiera al lugar. Para cuando el chico llegara hasta él, con suerte ya se habría enterado de algo. Si no la tenía... Bueno, Tal vez a Ushio le diera por buscar también, o hacer algo.
- Zilda:
- Pensar, sentarme en plan badass, volar para buscar civiles.
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Las palabras de su capitán no hicieron más que hacerle sacar una sonrisa. ”Debo sobrevivir y verla una vez más” – pensó con confianza. Habían pasado por tantas cosas juntos, que no podía darse el lujo de morir y hacerla sufrir por ello. No, ya no iba a derramar sus lágrimas. ”Tú también sobrevive” – quizá si tenía suerte, podía encontrarla. La vivre card que tenía los unía a distancias kilométricas. Escuchó el plan de su capitán y asintió con calma mientras lo veía alzar el vuelo. Sabía que él iba a estar bien y ahora solo tenía que sobrevivir hasta que bueno… Toda esta locura acabara. A él poco y nada le interesaba lo que sucediera en aquel lugar, pero si era cierto que Milena estaba aquí, tenía dos cosas que hacer: Buscar civilización y encontrar a la pelirroja. Se puso el auricular para estar en contacto con sus nakamas y empezó a caminar con ambas manos en el bolsillo.
– Guíame. – Susurró mientras sacaba la vivre card. La dejó en su mano y vio que se movía en alguna dirección. ”Aquí voy” – podría encontrar la población local y a la pelirroja en la misma dirección si tenía suerte, si no… Solo tocaba ir con ella y encontrar lo primero. Ya luego sería encontrarse con Dexter, para ello tenía la pulsera y uno que otro aparato extraño.
– Solo debo evitar a los tipos malos y poderosos y todo andará bien. No arriesgaré mi vida por algo que no me interesa.
Su paso era bastante tranquilo. Tenía la certeza que, llegado el momento, su capitán cumpliría su promesa. ”No le voy a dejar esa responsabilidad a él” – de vez en cuando miraba su vivre card, para rectificar su camino. ¿A dónde llegaría? ¿Qué tan lejos estaría Milena? ¿Qué facción estaría apoyando? Estaba bastante preocupado y su corazón, por alguna razón, le dolía un poco. Suspiró con calma. Sabía que iba a estar bien, era lista y bastante fuerte, podría hacerle frente a muchos de los enemigos. ¿La estaba sobreprotegiendo? Quizá. ”No te pienso perder una segunda vez, Milena” – apretó su puño derecho y solo siguió su camino. Guiado por la vivre card y recordando el plan de su capitán. ”Gracias, Dexter”
– Guíame. – Susurró mientras sacaba la vivre card. La dejó en su mano y vio que se movía en alguna dirección. ”Aquí voy” – podría encontrar la población local y a la pelirroja en la misma dirección si tenía suerte, si no… Solo tocaba ir con ella y encontrar lo primero. Ya luego sería encontrarse con Dexter, para ello tenía la pulsera y uno que otro aparato extraño.
– Solo debo evitar a los tipos malos y poderosos y todo andará bien. No arriesgaré mi vida por algo que no me interesa.
Su paso era bastante tranquilo. Tenía la certeza que, llegado el momento, su capitán cumpliría su promesa. ”No le voy a dejar esa responsabilidad a él” – de vez en cuando miraba su vivre card, para rectificar su camino. ¿A dónde llegaría? ¿Qué tan lejos estaría Milena? ¿Qué facción estaría apoyando? Estaba bastante preocupado y su corazón, por alguna razón, le dolía un poco. Suspiró con calma. Sabía que iba a estar bien, era lista y bastante fuerte, podría hacerle frente a muchos de los enemigos. ¿La estaba sobreprotegiendo? Quizá. ”No te pienso perder una segunda vez, Milena” – apretó su puño derecho y solo siguió su camino. Guiado por la vivre card y recordando el plan de su capitán. ”Gracias, Dexter”
- Resumen Zilda:
- Pensamientos varios. Seguir su vivre card. Esperar encontrar a Milena y cumplir con la misión de Dexter.
Yarmin Prince
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Akuma no mi
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La cosa es sencilla. Lo único que tenía que hacer era salir de allí y unirme a los que fueron mis captores. Lógicamente, esto no debía quedar sin venganza, pero lo que fui escuchando a lo largo de la cena me hizo desear estar con ellos. El llamarlos monstruos, débiles y malvado me hizo pensar que, muy probablemente, eran la clase de persona con la que me podría llevar bien. De hecho, la clase de persona que me limpiaría las botas.
Cené solo, pero observé cada detalle estuve atento a Teravan. Aún creía que era mi amigo, y podía ser mi mejor baza para sobrevivir. Al fin y al cabo, el poder de su Akuma no mi parece realmente espectacular, y si puede acelerar las cápsulas con tanta facilidad... Puede defenderme, eso casi seguro. Teravan habló con un tal Ivan Roux, un hombre que parecía la viva imagen de Derian Markov, vivo y coleando, ocultándose a simple vista. Por las fotos que circulaban de él, apenas había diferencias entre ellos más allá del pelo, aunque esto era, sin duda, mera casualidad. Todo el mundo sabía que Derian Markov había muerto ante el resucitado Byakuro, que después de muerto se llevó a su asesino a la tumba. No pude evitar reírme.
Me habría acercado, pero era tarde y decidí optar por lo más práctico: Ir a dormir. Ni siquiera me fijé en mi cama, y tras desnudarme me tiré sin encender la luz. Parecía algo pegajosa y abultada, pero no le di importancia hasta la mañana siguiente, cuando descubrí, entre el gorjeo de los ruiseñores y el romper del Sol al Este, qué había sido mi cama durante toda la noche.
-¡Maki!- mi grito debió oírse en Hallstat, y tras ducharme lo más rápido que pude para quitarme el olor a pescado rancio del cuerpo me dirigí a las embarcaciones de Zal. Era hora de actuar.
Una vez allí, decidí que lo más práctico era llegar hasta un emisario de Meln, pero resultaba poco práctico. Al fin y al cabo, si todo era como el mapa indicaba no me daría tiempo. Qué se le iba a hacer. El único problema era que Ruk parecía extremadamente fuerte, y dejar que fuera el último en morir... Estropearía los planes que tenía para la isla. Al final todo lo que bañaba la luz del sol sería mío. Excepto ese lugar entre las sombras que veía más adelante.
Seguí a Teravan según me percaté de su avance, tratando de alcanzarlo. Tampoco escapó a mi vista que Derian Júnior (así iba a llamar a Ivan a partir de ahora, al menos hasta cerciorarme de que no era el Monarca) tenía dos tipos muertos como séquito. Un motivo más para hacerme su amigo. Iba a hacerme amigo de todos ese día. Aunque no quisieran.
Cené solo, pero observé cada detalle estuve atento a Teravan. Aún creía que era mi amigo, y podía ser mi mejor baza para sobrevivir. Al fin y al cabo, el poder de su Akuma no mi parece realmente espectacular, y si puede acelerar las cápsulas con tanta facilidad... Puede defenderme, eso casi seguro. Teravan habló con un tal Ivan Roux, un hombre que parecía la viva imagen de Derian Markov, vivo y coleando, ocultándose a simple vista. Por las fotos que circulaban de él, apenas había diferencias entre ellos más allá del pelo, aunque esto era, sin duda, mera casualidad. Todo el mundo sabía que Derian Markov había muerto ante el resucitado Byakuro, que después de muerto se llevó a su asesino a la tumba. No pude evitar reírme.
Me habría acercado, pero era tarde y decidí optar por lo más práctico: Ir a dormir. Ni siquiera me fijé en mi cama, y tras desnudarme me tiré sin encender la luz. Parecía algo pegajosa y abultada, pero no le di importancia hasta la mañana siguiente, cuando descubrí, entre el gorjeo de los ruiseñores y el romper del Sol al Este, qué había sido mi cama durante toda la noche.
-¡Maki!- mi grito debió oírse en Hallstat, y tras ducharme lo más rápido que pude para quitarme el olor a pescado rancio del cuerpo me dirigí a las embarcaciones de Zal. Era hora de actuar.
Una vez allí, decidí que lo más práctico era llegar hasta un emisario de Meln, pero resultaba poco práctico. Al fin y al cabo, si todo era como el mapa indicaba no me daría tiempo. Qué se le iba a hacer. El único problema era que Ruk parecía extremadamente fuerte, y dejar que fuera el último en morir... Estropearía los planes que tenía para la isla. Al final todo lo que bañaba la luz del sol sería mío. Excepto ese lugar entre las sombras que veía más adelante.
Seguí a Teravan según me percaté de su avance, tratando de alcanzarlo. Tampoco escapó a mi vista que Derian Júnior (así iba a llamar a Ivan a partir de ahora, al menos hasta cerciorarme de que no era el Monarca) tenía dos tipos muertos como séquito. Un motivo más para hacerme su amigo. Iba a hacerme amigo de todos ese día. Aunque no quisieran.
- Resumen Zal:
- Cenar y mirar. Percatarme de Ivan, dormir sobre Maki y bañarme. Tras eso, seguir a Teravan y fijarme en los Minions de Ivan.
-Mientes- sonrió. Se le caían los párpados, y a punto estuvo de quedarse dormido un par de veces, pero no lo creía. Ni quería ni podía. Tampoco tenía ninguna lógica, si a él le hubiera importado eso alguna vez-. Vi lo que hizo Karl desde primera línea; estuve allí. Tú sólo te retiraste, como un soldado que ha cumplido su misión- se le fue la cabeza hacia atrás, y fue consciente de que estaba a punto de dormirse. Con un violento movimiento, volvió la cabeza a su posición natural y siguió hablando-. Y nadie estaría en la Revolución para cambiar la Marina tras matar a un almirante...
De nuevo su cabeza cayó hacia atrás, y sólo el miedo a romper la disciplina del demonio lo mantuvo despierto. Tal era su necesidad de dormir que para evitarlo sacó el violín y comenzó a tocar, muy bajito, una vez Krauser le hubiera respondido. El sonido era melódico, pero mantenía su mente ocupada, y poco a poco el sueño fue desapareciendo. Volvería en unas horas, pero por lo menos podía aliiarlo un rato... En cuanto llegara al cuartel de vuelta iba a dormir como un ceporro. ¡Y ese estúpido de Arthur haría todo el papeleo!
-No es buen momento para llamar, Xemnas- dijo Al, al tiempo que Krauser sacaba su Den Den mushi-. Estoy con la división de Krauser, haciendo amigos- sonrió con su pose más sexy, posando para Ai, y continuó hablando-. No se fían de Balt, y no me extraña. Todo está demasiado limpio y pulcro, y hay capillas allá donde mires. No me da buena espina en absoluto, pero es lo mejor que tenemos. Tú de momento conquista lo que haga falta, y si te doy una señal destruye completamente todo tu trabajo. Sé que es duro, pero en principio haz eso. Te aviso del cambio de planes.
Tras aquello simplemente esperó órdenes más concretas de Krauser.
De nuevo su cabeza cayó hacia atrás, y sólo el miedo a romper la disciplina del demonio lo mantuvo despierto. Tal era su necesidad de dormir que para evitarlo sacó el violín y comenzó a tocar, muy bajito, una vez Krauser le hubiera respondido. El sonido era melódico, pero mantenía su mente ocupada, y poco a poco el sueño fue desapareciendo. Volvería en unas horas, pero por lo menos podía aliiarlo un rato... En cuanto llegara al cuartel de vuelta iba a dormir como un ceporro. ¡Y ese estúpido de Arthur haría todo el papeleo!
...
-No es buen momento para llamar, Xemnas- dijo Al, al tiempo que Krauser sacaba su Den Den mushi-. Estoy con la división de Krauser, haciendo amigos- sonrió con su pose más sexy, posando para Ai, y continuó hablando-. No se fían de Balt, y no me extraña. Todo está demasiado limpio y pulcro, y hay capillas allá donde mires. No me da buena espina en absoluto, pero es lo mejor que tenemos. Tú de momento conquista lo que haga falta, y si te doy una señal destruye completamente todo tu trabajo. Sé que es duro, pero en principio haz eso. Te aviso del cambio de planes.
Tras aquello simplemente esperó órdenes más concretas de Krauser.
- Balt:
- Krauser, Krauser, Krauser, hablar con Xemnas, esperar órdenes de Krauser.
Aoi Sasaki
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Tras el ataque del chico, un hombre gigantesco descendió del cielo para tranquilizar, a lo que parecía ser, su mascota. Se presentó como Ruk, alguien importante de Zal, nos explicó por qué estábamos en este coliseo y nos invitó a su reino, donde nos esperaba un banquete con más gente que le apoyaba.
Al llegar al comedor, ya había personas que estaban empezando a comer. Se podía oler varios tipos de platos, pero todos llevaban carne ya que nos alimentaria para la batalla que nos esperaba. No sabía muy bien el porqué de esta guerra, pero mientras generamos y nos diesen lo que les pidamos, me parecía un trato justo.
En la mesa me senté junto a la cazadora para ver si podríamos ir juntas en la batalla, necesitaba de alguien que pudiese saber lo mínimo de orientación y a lo mejor ella lo tenía.
-Hola, soy Aoi encantada, antes no pudimos presentarnos correctamente.- le dije mientras sonreía levemente.
La noche pasaba y la comida no se acababa, ya me había bebido varios vasos de aquel licor que nos habían invitado, era algo fuerte pero estaba rico. Ya me sentía un poco mareado por causa del alcohol, por lo que decidí irme a las cabañas a descansar.
Al día siguiente nos llevaron al puerto, pero antes de subirnos a los barcos nos dieron tres piedrecitas y que deberíamos de ir a recargarlas a unas centrales que están repartidas por la isla. Tras el viaje, que no tardo mucho, nos dieron unos mapas con varias cosas marcadas. Los hombres de Zal empezaron a correr hacia la batalla, parecían hombres bien preparados para la guerra.
Alcance a ver a la cazadores y empecé a caminar hacia ella, tenía un presentimiento de que con ella encontraría varias cosas interesantes. Cuando me enfrente a Vi la derrote, pero el tiempo a paso y espero que allá mejorado desde aquella vez. Llevaba conmigo una mochila con todo lo que necesitaba: armas, agua, comida y mis objetos para poder pelear. Esperaba no olvidarme de nada.
Al llegar al comedor, ya había personas que estaban empezando a comer. Se podía oler varios tipos de platos, pero todos llevaban carne ya que nos alimentaria para la batalla que nos esperaba. No sabía muy bien el porqué de esta guerra, pero mientras generamos y nos diesen lo que les pidamos, me parecía un trato justo.
En la mesa me senté junto a la cazadora para ver si podríamos ir juntas en la batalla, necesitaba de alguien que pudiese saber lo mínimo de orientación y a lo mejor ella lo tenía.
-Hola, soy Aoi encantada, antes no pudimos presentarnos correctamente.- le dije mientras sonreía levemente.
La noche pasaba y la comida no se acababa, ya me había bebido varios vasos de aquel licor que nos habían invitado, era algo fuerte pero estaba rico. Ya me sentía un poco mareado por causa del alcohol, por lo que decidí irme a las cabañas a descansar.
Al día siguiente nos llevaron al puerto, pero antes de subirnos a los barcos nos dieron tres piedrecitas y que deberíamos de ir a recargarlas a unas centrales que están repartidas por la isla. Tras el viaje, que no tardo mucho, nos dieron unos mapas con varias cosas marcadas. Los hombres de Zal empezaron a correr hacia la batalla, parecían hombres bien preparados para la guerra.
Alcance a ver a la cazadores y empecé a caminar hacia ella, tenía un presentimiento de que con ella encontraría varias cosas interesantes. Cuando me enfrente a Vi la derrote, pero el tiempo a paso y espero que allá mejorado desde aquella vez. Llevaba conmigo una mochila con todo lo que necesitaba: armas, agua, comida y mis objetos para poder pelear. Esperaba no olvidarme de nada.
- Zal:
- Comer, presentarme de nuevo a Vi, escuchar por encima la charla de Ruk antes de la batalla y revisar mis cosas.
Eichi Tsukasa
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Al entrar, observé la construcción del barco. Lo que vi, me impresionó de verdad. Como siempre había estado en barcos chicos, era normal que estuviese sorprendido por ver el tamaño de un barco de guerra. De todas formas, la sorpresa se me pasó rápido; debía acostumbrarme si quería unirme a la guerra civil en Péndragon. Al escuchar las palabras de Alex, simplemente me crucé de hombros y la miré seriamente. No negaba que quería luchar con ella nuevamente, pero esta no sería la ocasión, y suspiré mentalmente por aquello. Una guerra no era el momento oportuno para pelear, simplemente era ahora en más cuando debían estar unidos. Por supuesto, eso no lo dije en voz alta. No tenía idea de lo que estaba pensando Alex, pero tampoco quería estallar en una discusión en medio de esto. Suspiré y noté, por el rabillo del ojo, como una persona con una caja en sus brazos, tropezaba.
Fruncí el ceño y me dispuse a ayudarle, pero Alex me ganó. Viendo que ya no había necesidad, simplemente me acerqué para recoger la caja. Curiosamente, lo que había dentro era armamento del más fino. En eso, escuché las palabras de la pelirroja y simplemente le asentí. Una guerra era así, no discriminaba de nadie, por lo que era importante terminar con esto lo más pronto posible. Cuando escuché que Alex se iba del barco a explorar, simplemente asentí. Debía pensar en cual sería mi próximo movimiento ahora. Podría ir a mi ritmo mientras permanecía en el barco, pero considerando lo lejos que estábamos... No llegaríamos nunca a nuestro destino.
Entrecerré los ojos y me decidí. Quería respuestas... y solo había un lugar donde podía lograr aquello. Me crují los nudillos y me concentré. Inmediatamente, asumí mi forma voladora y un aura me rodeó. Sin decir nada, salí del barco en dirección hacia donde se fue Alex. Las respuestas estarían en la Ciudad Imperial, por lo que fui a toda velocidad hacia allá, al tiempo que tenía mi Mantra activo a cada momento. Si lo que oía no me gustaba... Bueno, ya vería que hacer, pero mis sospechas hacia Balt y hacia la reina no iban a desaparecer como así.
Fruncí el ceño y me dispuse a ayudarle, pero Alex me ganó. Viendo que ya no había necesidad, simplemente me acerqué para recoger la caja. Curiosamente, lo que había dentro era armamento del más fino. En eso, escuché las palabras de la pelirroja y simplemente le asentí. Una guerra era así, no discriminaba de nadie, por lo que era importante terminar con esto lo más pronto posible. Cuando escuché que Alex se iba del barco a explorar, simplemente asentí. Debía pensar en cual sería mi próximo movimiento ahora. Podría ir a mi ritmo mientras permanecía en el barco, pero considerando lo lejos que estábamos... No llegaríamos nunca a nuestro destino.
Entrecerré los ojos y me decidí. Quería respuestas... y solo había un lugar donde podía lograr aquello. Me crují los nudillos y me concentré. Inmediatamente, asumí mi forma voladora y un aura me rodeó. Sin decir nada, salí del barco en dirección hacia donde se fue Alex. Las respuestas estarían en la Ciudad Imperial, por lo que fui a toda velocidad hacia allá, al tiempo que tenía mi Mantra activo a cada momento. Si lo que oía no me gustaba... Bueno, ya vería que hacer, pero mis sospechas hacia Balt y hacia la reina no iban a desaparecer como así.
- Cosas usadas:
- - Forma Voladora
- La Zona Perfecta: Duplica mi velocidad por dos post y necesita dos de recarga.
- Velocidad x6 (En forma voladora)----> x12 (Con Zona Perfecta)
- Kenbunshoku Haki
- Miembro de Balt, Resumen:
- Darle el visto bueno a Alex, pensar en lo que debo hacer, pasar a forma voladora y pone marcha hacia la Ciudad Imperial, siguiendo a Alex en el proceso.
Tobías Thorn
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Otro resoplido de indignación salió de mi interior tras escuchar el nuevo discurso de la pretora cuando atracamos. No me gustaba con el fanatismo que hablaba, parecía dispuesta a arrasar con todo aquel que no siguiese su dogma y me llevó a preocuparme por mi propia integridad y la de mis compañeros, ya que parecía que todos pensábamos más o menos lo mismo y temía que aquel "Fuego Sagrado" que tenía que guiar nuestras acciones fuese algún tipo de juego de palabras traicionero, por no mencionar que eso de la Ascensión también sonaba demasiado místico para mi forma de pensar. Dudaba que fuese algo del todo bueno.
Todo me daba mala espina, pero la última palabra la tenía Kimura.
- No me gusta tanto misticismo capitán, pero tú dirás. Creo que deberíamos movernos ya, puesto que la mayoría ya ha desembarcado - dije tras acercarme a mi capitán. Ya había visto a varios moverse y a otros incluso volar. Pude ver como dos grandes siluetas aladas, que emanaban un gran poder, se alejaban juntas hasta desaparecer de la vista. - ¿Tienes pensado que vayamos todos juntos hasta que sepamos más de Gusi o tienes otra cosa en mente? Sabes que puedes contar conmigo para cualquier misión de infiltración o de cualquier otra índole – me ofrecí de forma seria al marine. En el fondo no quería separarme de ellos en esta tierra que no sabíamos que nos iba a deparar, pero siempre estaba dispuesto a ser de utilidad para la causa.
La verdad es que la ausencia del peliblanco me incomodaba, pero no sabía si el marine estaba desempeñando algún tipo de misión en solitario, aunque en parte lo dudaba ya que el capitán solía aconsejarnos que mínimo fuésemos en pareja y el maldito de Gusi solía ser la mía. Asique no podía evitar pensar que ya estaría liándola allí donde estuviese.
- ¿Crees que deberíamos ir a por una de esas estaciones o deberíamos intentar dar con alguna población y averiguar más de nuestros anfitriones? Ya sabes que para conocer los trapos sucios de alguien hay que investigar en las tabernas y calles bajas, donde los filtros de la nobleza no cuentan. Estoy seguro de que estas personas tan obsesionadas con la pureza tienen algo que esconder.
En realidad con cualquier opción me conformaba, ya que quería comenzar a hacer algo. La tensión que precedía a la batalla me comenzaba a agobiar. Necesitaba comenzar a moverme cuanto antes.
Todo me daba mala espina, pero la última palabra la tenía Kimura.
- No me gusta tanto misticismo capitán, pero tú dirás. Creo que deberíamos movernos ya, puesto que la mayoría ya ha desembarcado - dije tras acercarme a mi capitán. Ya había visto a varios moverse y a otros incluso volar. Pude ver como dos grandes siluetas aladas, que emanaban un gran poder, se alejaban juntas hasta desaparecer de la vista. - ¿Tienes pensado que vayamos todos juntos hasta que sepamos más de Gusi o tienes otra cosa en mente? Sabes que puedes contar conmigo para cualquier misión de infiltración o de cualquier otra índole – me ofrecí de forma seria al marine. En el fondo no quería separarme de ellos en esta tierra que no sabíamos que nos iba a deparar, pero siempre estaba dispuesto a ser de utilidad para la causa.
La verdad es que la ausencia del peliblanco me incomodaba, pero no sabía si el marine estaba desempeñando algún tipo de misión en solitario, aunque en parte lo dudaba ya que el capitán solía aconsejarnos que mínimo fuésemos en pareja y el maldito de Gusi solía ser la mía. Asique no podía evitar pensar que ya estaría liándola allí donde estuviese.
- ¿Crees que deberíamos ir a por una de esas estaciones o deberíamos intentar dar con alguna población y averiguar más de nuestros anfitriones? Ya sabes que para conocer los trapos sucios de alguien hay que investigar en las tabernas y calles bajas, donde los filtros de la nobleza no cuentan. Estoy seguro de que estas personas tan obsesionadas con la pureza tienen algo que esconder.
En realidad con cualquier opción me conformaba, ya que quería comenzar a hacer algo. La tensión que precedía a la batalla me comenzaba a agobiar. Necesitaba comenzar a moverme cuanto antes.
- ”Resumen Balt”:
- -Desconfiar de la pretora una vez más tras sus palabras, observar a las “bestias aladas” alejarse y hablar con Kimura para diseñar un plan
Moderaciones Generales
- General Sarka:
- -Mi señor. Uno de los voluntarios ha… -
-Lo sé perfectamente. Déjalo, tenemos docenas como ese. Una pequeña pérdida a cambio de sus servicios. Además… si nos traiciona tenemos el sistema de seguridad. – Dice Grum a uno de sus soldados mientras indica con su brazo para que las máquinas de guerra más pesadas avancen. Tras eso monta en un vehículo parecido a una moto enorme. Uno de los mandos está pensado para acoplarse al muñón de su armadura. Da unas últimas indicaciones y arranca su vehículo, el cual ronronea como un millón de gatitos antes de perderse a toda velocidad en el frente, junto a sus tropas.
En poco tiempo Sarka ha asegurado la zona de desembarco, dejando algunas máquinas algo más pequeñas que F.R.A.N.C.I.S. apostadas en trincheras. La mayoría de los hombres ya está llegando a las primeras centrales, algunas de las cuales ya habéis conquistado. En todas aquellas que han sido conquistadas, las tropas dejarán un destacamento para defenderlas y continuarán su avance.
- General Zal:
- Las tropas de Zal son una marabunta que cubre el campo. Una horda imparable que avanza hacia el norte, hacia un paso entre las imponentes murallas de la capital y la costa. De todas formas un pequeño grupo parte hacia el sur, seguramente a asegurar la central que se encuentra en esa dirección.
Por otra parte una serie de bestias de batalla, de aspecto algo rechoncho y torpe, como una mezcla entre un cocodrilo y un sapo gigante avanzan en dirección Este. Por lo habéis visto antes de embarcar pueden ser más rápidas corriendo que un humano, y tienen una plataforma al lomo en la que están montando tropas. A lo mejor alguno quiere unirse y ver a donde se dirigen.
Mientras tanto Ruk sobrevuela el lugar, parece complacido con lo que ve y pone rumbo al norte junto con el frente principal.
- General Meln:
- Muchos extraños alrededor de una pretora, y los guardias no parece que quieran intervenir. O bien no hacen muy bien su trabajo, o bien saben no quieren interrumpir a la joven que parece divertirse con tantas atenciones, dejando atrás aquella faceta siniestra que os mostro antes.
Tras atender a sus seguidores y casi agradecerle el detalle a Jack con un beso en la mejilla hace una señal con su mano. A los pocos segundos las compuertas de uno de los barcos se abre y una especie de crustáceo gigante emerge de su interior. Su cuerpo es alargado, posee seis patas completamente acorazadas que hacen retumbar el suelo a cada paso, su caparazón es grueso y negro como la obsidiana. La criatura se detiene ante Yoai, bajando la cabeza para que esta pueda subir sobre su coraza a un asiento que, más bien, parece un trono situado sobre su abdomen.
-Hm… que raro, esta no es su forma de hacer las cosas. – Dice la pretora casi para sí, antes de hacer un gesto casi teatral a la flota. Un segundo después una serie de proyectiles salen disparados, explotando al borde del horizonte y llenando la zona de una extraña nube negra. –Eso les parará los pies. En fin. En marcha Cupcake. – Le dice a su montura antes de que esta comience a marchar hacia el Oeste para alcanzar a sus tropas.
- General Zilda:
- Mientras las escasas pero preparadas tropas de Zilda se despliegan por la zona, un par de contenedores de gran tamaño salen de la base. De pronto sus paredes se abren y un sinnúmero de artefactos, engranajes, pistones y demás filigranas crean un pequeño centro de control en el exterior. El pretor y otros tres “hombres” parecidos a él se sientan en sus respectivos asientos de dicho artilugio y, tras una serie de comandos comienza a transformarse más, si cabe. Seis patas salen de debajo de la estructura, haciendo que esta se eleve 5 metros por encima del suelo. Tras eso un compartimento en la parte trasera del constructo se abre, dejando salir un enjambre de drones que se dispersan por el cielo para cumplir una tarea, la cual no estáis muy seguros de cual será.
-Hemos completado el despliegue de la red de vigilancia. Dentro de poco podremos saber cómo va la batalla en los diferentes puntos de encuentro y podremos actuar en respuesta. – Os dice Beros a través de la pulsera con su voz carente de emoción. –Señor Kai… tenga cuidado, Meln no es uno de nuestros objetivos prioritarios, estoy seguro de que ellos ya han… desplegado contramedidas.
- General Balt:
- Las tropas de Balt avanzan y pronto han afianzado su posición en un cuadrante bastante amplio, llegando a las dos primeras centrales y dejando un destacamento en cada una. Tras eso el frente comienza a avanzar hacia el Sur, sorteando el río hasta llegar al paso más cercano.
Por otro lado una serie de tropas salen de los barcos. Visten elegantes armaduras y portan lanzas de caballería bastante más largas de lo normal. Montan sobre aquellas extrañas aves que visteis en el desfile. A una señal de su capitán, las aves levantan el vuelo, son unos 40 jinetes en total, los cuales se pierden entre las nubes volando en formación.
Tras eso un portón del barco de Balarad se abre, dejando salir una rampa por la que desciende un enorme carruaje tirado por dos bestias parecidas a osos blancos, pero con aquellas placas óseas tan típicas en Balt. A bordo está la pretora sentada en el trono. Aquellos que decidan ir con el carruaje se sentirán más motivados, incluso menos fatigados si han realizado algún esfuerzo.
Moderaciones Grupales
- W8. Jin:
- -Bueno, es muy sencillo saberlo- comenta-. Si sobrevives te lo contaré.
Ambos te sonríen con suficiencia, y cuando Yoai termina de hablar con sus demás invitados se sienta en un trono. Muy pausadamente, te sonríe mientras sus ojos cambian a una mirada bastante más siniestra.
-Lo sabemos todo, Jin Surfer. Tus sueños, tus emociones. ¿Lo poco a lo que aspiras? También lo sabemos. Conocemos el talento y la virtud de cada hombre y mujer que ha venido a luchar por nuestra causa, y también el nombre de cada ser querido, cada jefe, cada amante y amigo. Esto es… Un experimento.
Cuando mencionas tu propuesta, sin embargo, te mira con recelo.
-Tú… Haz tu trabajo. El pago, como en las mejores familias, es un misterio que te mantendrá despierto.
- V8. Zane, Spanner, Milena, Haruka, Amaiar, Syxel, Noah, Vinnie, la abuela, la vecina del tercero, la prima zorra, la cuñada del primo del hermano de la novia del tío de su puta madre y Juan Cuesta, presidente de ésta nuestra comunidad:
- Una vez todos estáis juntos comenzáis a avanzar hacia el Este de la isla. Por vuestro camino veis como una horda descerebrada, pero no os hace nada. Sólo va por ahí manchando todo de morado. Qué asco.
Según avanzáis, veis a lo lejos un pequeño pueblecito. Hay humo de las casas, se escucha ajetreo… Y vuestra horda va hacia ahí. Igual queréis llegar antes, o no habrá mucho ahí… O igual sí, quién sabe.
- U8. Jack y Heaten:
- Después de que Yoai estuviera a punto de dar un besito a Jack y fuera interrumpida por Jin, decidís marchar en busca de aventuras. Mucha gente sigue vuestra dirección, pero vosotros tomáis la línea de costa y os alejáis. Sin aglomeraciones podéis avanzar deprisa, y poco a poco dejáis de escuchar corriente. ¿Ya estáis tan al interior? No, seguro que no es eso. De todas formas, al sur de vuestra posición hay una especie de pozo, y de éste surge un sonido extraño. ¿Seguís u os paráis a investigar?
- W9. Ichizake:
- Tras pasar de toda esa gente pones rumbo a la central térmica. Según tomas distancia de Yoai, poco a poco tu cabeza va recuperando una sensación de relajación tremenda, y con la cercanía a la torre notas calor. Es una central eléctrica, no hay duda… Y un mendigo pide dinero en la puerta. Está tirado en el suelo, y parece como si tiritase… ¿Qué diablos pinta un pedigüeño ahí? En fin, tu problema no es. ¿O sí es?
- W8. Gusi:
- La Emperatriz te sonríe, y notas un dolor intenso en tu pecho cuando alzas la mano, estando ella aparentemente distraída con el té de Jack. Tras eso, llega Jin y habla con ella (escuchas sus palabras, si lo deseas). ¿Vas a hacer algo? Esa mujer es muy peligrosa, y parece un serio problema.
- T9. Bleyd:
- Respecto a la Moto:
- con 40 toneladas 400, no 800. Y no puede superar los 800-900 yendo sin carga.
Consigues arrancar, y en menos de un minuto has llegado allí. Aún no te haces con el freno, y tardas casi medio minuto completo en el que te alejas casi trescientos metros del centro de recolección. Nada más acercarte, escuchas un estruendo y empieza a llegar un montón de gente. Ah, y al poco una miasma se expande hacia tu posición, devorando la vida de todo lo que alcanza a su paso.
- W9. Galia y Ryuken:
- Entráis ignorando a un tipo tirado al lado de la puerta, pero cuando vais a tocar nada el panel se activa solo. Qué raro todo. El primer botón de vuestras calaveras de amatista se ilumina por un instante. ¿Qué se supone que acaba de pasar? Por cierto, el tipo de fuera… ¿Ahora os interesa?
Nota: Fuera anda Ichizake.
- T9. Madara, Vilya, Kai, Silver:
- No veis gran cosa, un panel de control polvoriento, pero no parece responder a vuestros comandos. Vuestras puseras brillan, parece ser que hay un comando de activación remota, no era necesario entrar.
De pronto el cielo se oscurece y unas extrañas nubes cubren el firmamento. A lo lejos podeis ver como una nube de miasma se acerca peligrosamente rápido hacia vosotros. Las plantas que toca van muriendo rápidamente hasta quedar reducidas a una masa gelatinosa oscura. Puede que no sea buena idea quedarse.
- L15. Drake, Ivan, Maki, Kedra, Teravan y Martin Prince:
- Pues avanzáis con la horda. Es impresionante los ánimos que tienen esos tíos, corriendo y gritando como si les fuese la vida en ello (que lo más seguro es que sea así). No tardáis en llegar a la central del norte, vuestras piedras brillan y en ellas aparece un comando para activarla. Si uno de vosotros le da la central funcionará para Zal.
- K16. Slicerin:
- Avanzáis con la horda hasta la central más cercana. No tardáis mucho en llegar, parece una central eólica normal y corriente. Te acercas a la caseta de mandos y tu piedra rúnica brilla, mostrando un holograma con un comando de activación. Si le das la central se activará para Zal, parece fácil no?
Ahora bien, puedes continuar con la horda o quedarte a investigar.
- L15. Castor y Azula:
- Avanzáis hacia el noroeste. La horda no ha tardado en llegar y asegurar la zona. Parece que una pareja ya está a punto de activar la central, aunque mira la estructura con cierta curiosidad.
- L15. Barbazul:
- Bueno, por lo que descubres, los niños de Zal nacen genéticamente dispuestos para aceptar ciertos agentes mutágenos. Por lo tanto durante la infancia son como niños normales, pero según maduran sus cuerpos son expuestos a estos agentes, el tipo y la cantidad depende en gran medida de los que se ganen en ciertas pruebas de madurez.
Tras eso sigues a la horda y llegas a la primera central, parece que ya hay gente conquistándola, ¿quieres decirles hola?
- K16. Tsang Yue:
- Avanzas hacia el Oeste junto a la horda que no tarda en asegurar el territorio circundante a las centrales. Ya hay un destacamento protegiendo esta central y un tipo raro junto con otra mujer algo ausente que parecen mirar con curiosidad la estructura.
- L15. Lothar Dan:
- Llegas a la central del Norte y ves a un grupo bastante nutrido de gente variopinta, parece que esa central está asegurada. Puedes unirte a ellos o bien ir a la ciudad. Aunque desde ahí puedes ver que los muros son imponentes, sin ningún hueco aparente.
- L15. Liv:
- Llegas a la central del norte, y ya hay un grupo bastante variopinto de gente, parecen fuertes, incluso tienen un perro gigante ¿O es un lobo? Lo mismo sabe dar la pata ¿Por qué no te acercas a ver?
- L15. Raghersir:
- Te separas del grueso del ejército y llegas a una central situada al norte. Ya hay bastante gente en ella, un destacamento de Zal (por lo que la deserción sin que te vean no es muy probable, aunque no sé si les importa que te largues) y un grupo bastante extraño con animales gigantes y todo. Puedes ir con ellos o seguir tu camino.
- M16. Aoi:
- La horda se va. Tú sigues en tu sitio y tus cosas parecen estar en orden.
- F9. Piratas Sin Corazón:
- Para vuestra sorpresa y la de otras personas que viajan en el barco, Grum no parece tener especial interés en deteneros. ¿Puede que osdeje quedaros con el barco sin más?
- G11. Meneror y Ban:
- No tenéis problemas en vuestro avance. Por cierto, estáis en un lugar arrido y rocoso, así que al poco de salir del puerto podéis imaginar que no encontrareis nada que atracar, y efectivamente, así ha sido. Al cabo de un rato avistáis la central, hora de empezar a actuar. Por cierto, la tripulación sigue tus ordenes, pero de momento no ha llegado a ninguna de las tres bases.
- H13. Corvo:
- Recibes un aviso a mitad de tu viaje a través del colgante. Por lo visto, ir tan rápido no es buena idea, podrían detectarte… Tal vez lo mejor sería reducir tu velocidad, pues no pueden asegurar tu seguridad de seguir así, pero tú verás.
- E10. Zero:
- A pesar de tu velocidad y las capacidades que tienes en tu forma de gato, parece que el terreno te hace ir un poco más despacio, aunque hasta te viene bien, no queremos encender radares. Ya puedes ver la central y pronto estarás frente a su entrada, pero aún te queda por avanzar. Tampoco es que necesites darte mucha prisa, es decir, la pelea empezara en el lado contrario al que has ido.
- I11. Rezvan y Kotaro:
- Has conseguido tu objetivo y parece que no vas a andar en una temporada. Has acabado subido en un vehículo de guerra, en el que te encuentras ahora, parece estar avanzando hacia el este, aunque no puedes calcular tu posición desde ahí, pero por lo visto iban hacia una de las zonas conflictivas, así que debes estar dirigiéndote al corazón de la isla. Avanzas lo que en el mapa serían dos cuadrados, hacia el sur este. Escuchas un paso de agua, pero lo cruzáis y dejáis atrás. ¿Dónde acabaréis? Siempre podéis pedir que os bajen antes y seguir a pie. Podéis ver una central algo al oeste de vuestra posición en el mapa.
- H10. Arthur y Worgulv:
- Alzáis el vuelo y comenzáis a dirigiros a vuestro primer objetivo. Con vuestro ritmo puede que logréis recorrer lo que en vuestro mapa equivaldría a un cuadrado y medio, si no os perdéis, aunque dudo que lo hagáis a no ser que decidáis poneros a perseguir a algún animal salvaje, cosa difícil de encontrar. De momento no avistáis enemigos... Por cierto, al cabo de un rato empezáis a escuchar una corriente de agua. No tardáis mucho en vislumbrar un río, el cual tiene se bifurca, parece que vais por buen camino.
- N2. Los Power Rangers Ninja y Al Naion:
- Salís del puerto siguiendo a Krauser. Al, notas que no eres bienvenido por la mayoría… Y parece que la desconfianza aumenta cuando tu den den mushi empieza a sonar. Si descuelgas escucharas las preguntas de Xenmas, quien espera que le ordenes hacer algo tras terminar de contarte lo que sabe. Esperemos que tus compañeros no malinterpreten.
- N3. Xemnas y Misa:
- Según la velocidad a la que avancéis puede que no tardéis mucho en llegar a un lugar cercano a una corriente de agua, tal vez un río. Si miráis el mapa veréis qué vais bien encaminados y qué hay una central cerca… ¿Intentareis destruirla?
- N3. Joseph Leto:
- Vas avanzando de forma tranquila. No avanzas mucho pero tampoco tienes ningún encuentro con enemigos al hacerlo, tan solo algún bicho que se las ha apañado para sobrevivir y que no te hace mucho caso.
- N2. Kodama y Dafne:
- Bueno, pues parece que la chica de piel fantasmal que cambia de color se ha encariñado contigo y quiere ser tu amiga. Estaría bien ser amable con ella, y vigilarla para que no se haga daño o no acabe actuando como contigo, pero con el enemigo... Por cierto, una mujer se dirige hacia vosotros.
- O4. Danio Rerio:
- Llegas a la desembocadura del río y te dispones a nadar contracorriente. Al principio no parece gran cosa, pero después de un rato notas como el caudal es bastante fuerte. A lo mejor van más rápido andando, o por lo menos te cansas menos. Sea como sea has adelantado al frente del ejército de Balt, y la central ya no queda muy lejos.
- L6. Alwyn:
- Vas a toda velocidad por las praderas de Encuentro. De pronto, escuchas un silbido que proviene del cielo. Tras un par de segundos algo se estrella con un gran estruendo a unos 30 metros de ti. Ha estado cerca, parecía fuego de artillería.
-Aquí control de Balt. Ten cuidado, todas las facciones están equipadas con sistemas de detección a larga distancia. Parece que los de Sarka te han detectado, tienes suerte de que no hayan puesto bien las coordenadas, pero seguro que la siguiente ronda no fallarán. Estos sistemas se centran en la detección de movimiento así que desplázate más despacio y no creo que tengas problemas.
- M2. Neo y Yoko:
- Bueno, seguís a Neo y… os perdéis… Neo normalmente te guías bastante bien el bosque, pero el haber comido de forma tan descontrolada y el que la chica confiara en tu instinto os ha llevado a ir en lado contrario al que quisierais ir, cualquiera que fuese. Habéis acabado en la costa. Mirar el mapa sería una buena idea (estáis solo una casilla más debajo del puerto de Balt).
- O1. Aki y Zuko:
- Tras ni siquiera despedirte de tu compañera, quien tampoco parecía muy interesada en tu historia, pero no te interrumpió por no ser maleducada, te diriges al noreste, y te das cuenta de que solo ves agua, aunque habías creído fijar tu objetivo de forma clara. Tal vez debiste ir al noroeste o al sureste y te desviaste por alguna ráfaga. Aki, tú le sigues, así que también te diriges al océano. Zuko, parece que vas a pasar un mal rato… O uno endemoniadamente agradable, según como lo mires. Pero primero deberíais volver a tierra.
- N3. Alice y Taiga:
- Comenzáis a avanzar a un ritmo normal, al menos de momento, no avanzáis una barbaridad, pero tampoco parecéis llamar la atención del enemigo, cosa que no está mal.
- M4. Kaito y Kasai:
- Felicidades, has llegado a la central sin problemas, y eso que ni has mirado el mapa. Aprietas los botones, pero no ocurre nada espectacular, tal vez por falta de energía. Lo único que sucede es que uno de ellos empieza a brillar y ante tus ojos aparece un holograma que dice “¿Desea activar la central?” Por cierto, no has sido el único que ha llegado a esa central. El mensaje de Kaito también ha surgido al acercarte. Bueno, tenéis dos opciones… O vais a ver de quien es la presencia contraria, o capturáis primero la central y luego lo que surja, aunque si la señal no ha desaparecido no deben ser enemigos... ¿No?
- N7. Alexandra:
- Cuando estas por encima del río, cerca del punto donde se reúne con un afluente, comienzas a escuchar una extraño silbido que se acerca a tu posición. Tras unos segundos hay una explosión a unos metros por debajo de ti. La nube de humo tiene estelas de algo que ha salido disparado, seguramente metralla. Tras eso otras cinco explosiones se suceden a cada cual más cerca. Si has sido lo suficientemente sensata de alejarte podrás escuchar una voz que sale de uno de los emblemas de tu uniforme.
-Aquí control de Balt. Ten cuidado, todas las facciones están equipadas con sistemas de detección a larga distancia. Parece que los de Sarka te han detectado, tienes suerte de que no hayan puesto bien las coordenadas, pero seguro que la siguiente ronda no fallarán. Estos sistemas se centran en la detección de movimiento así que vuela más despacio y no creo que tengas problemas.
- M4. Nostariel:
- Para cuando alcanzas a Kasai, te das cuenta de que aparece un mensaje holográfico, con el que puedes activar la central. A él le ha aparecido también. Si despiertas tu mantra notaras otras presencias cercanas, también. ¿Serán enemigos?
- M4. Maximilian:
- El espadachín va más rápido que tú y le pierdes de vista. Sin embargo, pasado un rato llegas al lugar al que se dirigía. Tal vez le encuentres usando el mantra, si lo tienes despertado.
- N2. Gera:
- Ves que Kodama va caminando acompañado de una chiquilla de piel pálida. No parece tener mucha prisa así que no tardaras en alcanzarles.
- T16. Dranser:
- Olisqueas el aire pero no puedes encontrar su rastro ya que tu compañero no ha pasado por ahí. Aunque siempre puedes dirigirte hacia el lugar marcado en el mapa como “puerto enemigo de Balt”. Solo tienes que ir al norte y un poco al oeste.
- T16. Aslaug:
- La lluvia ha amainado y va siendo hora de empezar a moverse.
- U18. Enra:
- Tu color cambia y tu piel se torna en un color verde pardo. Perfecto para camuflarse entre la maleza. Vas avanzando a un ritmo normal.
- T18. Deathstroke y Elya:
- Vais hacia una zona tranquila. Al parecer los miembros del bando de Sarka aún no han llegado a cruzar o no han intentado saltar el trecho de mar que os separa. Tal vez no se les haya ocurrido. Avanzáis sin problemas.
- T15. Hinori y Mapache:
- Comenzáis a caminar y… Todos han tomado su camino en busca de una central o de enemigo al que aniquilar… Parece que tocará avanzar por vuestra cuenta e ir encontrándoos con los demás al paso.
- T16. Dexter:
- Asciendes y fuerzas la vista buscando pueblos o lo que sea, pero apenas logras ver algún escombro o edificio en ruinas, entre la maleza, que despuntan por haber sido construcciones “altas” en su momento, también ves alguna central a lo lejos, pero poco más.
- T16. Ushio:
- La Vivre Card parece dirigirse hacia el centro desde el noreste, desde tu posición de salida, parece que desde el punto en el que se encuentra la base de Meln. Supongo que tratarás de interceptarla.
- R15. Agente Alfa:
- La chica no parece muy amigable, aunque no le das casi tiempo a molestarte y te vas por tu lado, te has disculpado pero no parece que a ella le haya parecido una disculpa. Por cierto… Parece ser que tus palabras han sido escuchadas con atención y se ha hecho caso a tus propuestas y te han asignado un pequeño grupo de unas seis personas. Empezáis a avanzar hacia el noroeste.
- U16. Sans:
- Parece que tu sentido de orientación no está muy bien. Has salido del puerto de Zilda y al poco de caminar te has dado cuenta de que solo hay mar para avanzar. Tal vez hubiera sido buena idea revisar el mapa. La central está al oeste.
- Tobías:
- Kimura no te responde. Parece estar metiéndole mano a Yoshi. Qué descarados, vaya por dios. ¿Qué vas a hacer mientras poco a poco este par se funde en mimos y cosas muy, muy, muy desagradables? Quedarte a mirar es una opción, pero poco profesional.
- Mapa:
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Era un buen día para la batalla que estaba por llegar, el sol se elevaba en lo alto y era un día despejado y sin nubes aparentes en el cielo. Todos los "aliados" de Balt estábamos esperando el momento de llegar a tierra y lanzarnos contra nuestros enemigos para acabar de una vez con esta guerra. Yo me encontraba en la cubierta de uno de los barcos, junto a mis nakamas de flota, ya que por nada del mundo pensaba alejarme de ellos porque soy bastante débil como para ir por mi cuenta. Detestaba tener que ser protegida y vigilada, normalmente soy yo la que proteje a la gente de los peligros y esa situación me estaba incomodando de gran manera. *- Tengo que volverme más fuerte para no estar pendiente de que mis compañeros me salven-* pensé mientras escuchaba como hablaban sobre que la actitud de la pretora y de la facción a la que ayudábamos era bastante sospechosa. Hagan lo que hagan el capitán Kimura y los otros, yo les seguiría hasta la muerte si hiciera falta, aunque nos conocemos poco los considero como una familia. *- De todas formas siempre he detestado a los fanáticos religiosos, si estos religiosos de Balt hicieran algo que dañase a la verdadera justicia que planeo llevar a la Marine o matasen algún inocente, no tendría duda alguna en volverme contra ellos-* me llevé la mano al hombro donde tenía una de las cicatrices que me recordaba mi pasado.
De repente, la pretora volvió a dar otro discurso más antes de la guerra. ¿ No se cansaba de soltar tantas chorradas religiosas? No me quedó de otra que escucharla con los brazos cruzados y de mala gana. Cuando terminó, varias personas se prepararon para lanzarse al campo de batalla. ¿ Los Crimson Wolves? Nos quedamos en cubierta decidiendo cual iba a ser nuestro próximo paso a llevar a cabo. El teniente Gusi había estado ausente mucho tiempo, miré al horizonte mientras deseaba que estubiera sano y salvo mientras aguardaba órdenes de Kimura.
De repente, la pretora volvió a dar otro discurso más antes de la guerra. ¿ No se cansaba de soltar tantas chorradas religiosas? No me quedó de otra que escucharla con los brazos cruzados y de mala gana. Cuando terminó, varias personas se prepararon para lanzarse al campo de batalla. ¿ Los Crimson Wolves? Nos quedamos en cubierta decidiendo cual iba a ser nuestro próximo paso a llevar a cabo. El teniente Gusi había estado ausente mucho tiempo, miré al horizonte mientras deseaba que estubiera sano y salvo mientras aguardaba órdenes de Kimura.
- Balt:
- Pensar cosas varias, escuchar a la pretora y a mis nakamas. Aguardar órdenes de Kimura.
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– Supongo que por aquí.
La Vivre Card apuntaba al noreste de su ubicación actual. ”¿Qué tan lejos estará?” – desplegó su mantra a todo poder, así todas las presencias iban a ser reconocidas por él. Conocía a la perfección la de la pelirroja, así que ya iba a tener un modo de encontrarla, además de su propia vivre card. ”Es lo único que la puede diferenciar de Jin” – no tenía la certeza de que él estuviera dando vueltas por ahí, pero iba a ser sensato. Quizá era eso lo que quería decirle Dexter con esas palabras, quizá solo, en muy entre líneas, quiso decirle que debía ser cuidadoso y no morir por alguna estupidez. ¿Proteger a Milena era una estupidez? Dependería de la situación, pero, en la mayoría de los casos, no, no lo era. ”¿En qué caso lo sería?” – se encogió de hombros.
– Tengo que acortar distancias – se iba a demorar mucho caminando. Además, podría pasar desapercibido si volaba. – Sky. – Dos hermosas alas verdes surgieron en su espalda. No tardó en elevarse por los cielos y dirigirse a donde lo guiaba la vivre card.
– Una vez la encuentre, no me separaré de ella. – Sonrió de medio lado. ¿Qué estaría haciendo ella? Su personalidad la podría ayudar para hacerse de un buen grupo, quizá no estaba sola caminando por ahí. Quizá era todo lo contrario y estaba sola. ¿Acaso si los veían juntos no sería un problema? No estaban en la seguridad de dónde ambos vivían. Aquella hermosa casita en el South Blue. Estarían expuestos a qué cualquiera los viera. ”Si no hacemos nada raro, debería estar bien. No te preocupes” – debía aprender a relajarse y no pensar tanto. En pleno vuelo, trató de contactar con Dexter gracias al auricular.
– Por cierto, capitán – empezó a hablar. Seguramente, más de uno de sus nakamas le escuchara, pero poco importaba. – ¿Qué vamos a hacer si, en el hipotético caso, los habitantes nos dicen que ninguna de las cinco facciones debería gobernar? – suspiró con calma mientras de reojo, miraba la vivre card para no desviarse ni un solo centímetro. – ¿Cómo apoyamos a alguien que nadie quiere? – Finalizó con calma.
La Vivre Card apuntaba al noreste de su ubicación actual. ”¿Qué tan lejos estará?” – desplegó su mantra a todo poder, así todas las presencias iban a ser reconocidas por él. Conocía a la perfección la de la pelirroja, así que ya iba a tener un modo de encontrarla, además de su propia vivre card. ”Es lo único que la puede diferenciar de Jin” – no tenía la certeza de que él estuviera dando vueltas por ahí, pero iba a ser sensato. Quizá era eso lo que quería decirle Dexter con esas palabras, quizá solo, en muy entre líneas, quiso decirle que debía ser cuidadoso y no morir por alguna estupidez. ¿Proteger a Milena era una estupidez? Dependería de la situación, pero, en la mayoría de los casos, no, no lo era. ”¿En qué caso lo sería?” – se encogió de hombros.
– Tengo que acortar distancias – se iba a demorar mucho caminando. Además, podría pasar desapercibido si volaba. – Sky. – Dos hermosas alas verdes surgieron en su espalda. No tardó en elevarse por los cielos y dirigirse a donde lo guiaba la vivre card.
– Una vez la encuentre, no me separaré de ella. – Sonrió de medio lado. ¿Qué estaría haciendo ella? Su personalidad la podría ayudar para hacerse de un buen grupo, quizá no estaba sola caminando por ahí. Quizá era todo lo contrario y estaba sola. ¿Acaso si los veían juntos no sería un problema? No estaban en la seguridad de dónde ambos vivían. Aquella hermosa casita en el South Blue. Estarían expuestos a qué cualquiera los viera. ”Si no hacemos nada raro, debería estar bien. No te preocupes” – debía aprender a relajarse y no pensar tanto. En pleno vuelo, trató de contactar con Dexter gracias al auricular.
– Por cierto, capitán – empezó a hablar. Seguramente, más de uno de sus nakamas le escuchara, pero poco importaba. – ¿Qué vamos a hacer si, en el hipotético caso, los habitantes nos dicen que ninguna de las cinco facciones debería gobernar? – suspiró con calma mientras de reojo, miraba la vivre card para no desviarse ni un solo centímetro. – ¿Cómo apoyamos a alguien que nadie quiere? – Finalizó con calma.
- Zilda:
- Pensamientos varios. Activar mantra (superior). Activar Sky, para poder volar y avanzar más rápido. Tratar de contactar con Dexter y hacerle un par de preguntas. Seguir el curso de la vivre card.
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Me encontraba volando cómodamente, hasta que escuché el sonido de lo que parecían ser... ¿Bombas? O algo parecido a eso, pero por lo que pude ver, estos no iban en mi contra. Fruncí el ceño y llevé el Mantra al máximo, sintiendo la presencia de Alex más adelante. Al parecer eso iba dirigido a ella, pero no debía preocuparme. La pelirroja era fuerte y astuta, dudaba mucho que pudiera caer con algo como eso. De todas formas, eso iba a ser un problema. Si seguían disparando, era muy probable que algún disparo terminase por alcanzarlo, y una caída desde esta altura... No era muy bonito que digamos. Me estremecí un poco y pensé en lo que debía hacer. Tenía que llegar a la ciudad imperial lo más rápido posible, y esos asaltos le iban a atrasar si seguían así. Fruncí el ceño y miré hacia abajo; podía ver que había un río desde donde se encontraba, pero aún no divisaba lo que sería la capital de Síderos.
– Mierda, no tengo otra – pensé mientras suspiraba mentalmente.
A regañadientes, desactivé el aura azulada que tenía a mi alrededor. Al contrario de Alex, el se encontraba transformado completamente en un animal, por lo que podía pasar desapercibido si volaba a velocidad normal. ¿Qué quería decir eso? Pues... ¿Quién sospecharía de un pájaro? De todas formas, me aseguré de ir intercalando mi posición en el cielo, para no quedarme situado en un mismo lugar siempre. Eso si, mi destino siempre sería el mismo. Debía llegar a la ciudad imperial lo más pronto que pueda, ya que necesito respuestas para saber a quien apoyar exactamente. Si hablaban desfavorablemente de Balt... entonces no me quedaría otra, aunque igual dudo. ¿Qué es lo que sucederá con Alice? No lo sabía, pero tengo hasta, por lo menos, llegar a la ciudad para tomar una decisión.
– Mierda, no tengo otra – pensé mientras suspiraba mentalmente.
A regañadientes, desactivé el aura azulada que tenía a mi alrededor. Al contrario de Alex, el se encontraba transformado completamente en un animal, por lo que podía pasar desapercibido si volaba a velocidad normal. ¿Qué quería decir eso? Pues... ¿Quién sospecharía de un pájaro? De todas formas, me aseguré de ir intercalando mi posición en el cielo, para no quedarme situado en un mismo lugar siempre. Eso si, mi destino siempre sería el mismo. Debía llegar a la ciudad imperial lo más pronto que pueda, ya que necesito respuestas para saber a quien apoyar exactamente. Si hablaban desfavorablemente de Balt... entonces no me quedaría otra, aunque igual dudo. ¿Qué es lo que sucederá con Alice? No lo sabía, pero tengo hasta, por lo menos, llegar a la ciudad para tomar una decisión.
- Miembro de Balt, Resumen:
- Divisar los disparos, cancelar la Zona Perfecta y seguir volando tal cual ave normal. Eso sí, intercalando su posición en el cielo. El destino sigue siendo el mismo: llegar a la Ciudad Imperial.
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Jin no tardó mucho en alzar una ceja cuando escuchó las palabras de aquella persona. Aspirar a poco… Quemar el mundo entero ¿era poco? Pobres infelices. A él le daba lo mismo que conociera todo sobre él, pues no tenía seres queridos de ninguna clase. Para él, todos debían arder en llamas. Sus sentimientos habían muerto desde hacía muchísimos años y por ello no temía nada de lo que pudieran hacer esos tipos. No tardó en soltar un pequeño bostezo, clavando sus rojizos ojos en los de aquellos hombres. Tenía ganas de terminar con sus vidas sin duda alguna. Apretó los puños un poco y después de unos momentos entrecerró los ojos. No podía medir el nivel de poder de aquellos idiotas, pero le daba lo mismo. Enfrentaría a todo el que hiciese falta sin pensárselo.
- Las mejores familias son las que deben arder primero. La recompensa me es indiferente una vez termine todo ¿Quién me dice que no eliminaréis al resto cuando termine la guerra? Estáis perdidos, Meln.
Unas llamas negras envolvieron al asesino totalmente, haciéndole algo más tétrico de lo que ya era de por sí. El crustáceo que salió de aquel sitio le era indiferente, pues podía cocerlo en su propio caparazón si así lo deseaba. Por el momento tenía pensada su estrategia en cuanto todo aquello. De todas formas, esperaría a que la mujer se marchara con aquel bicho, fingiendo que se largaba hacia el Este. Empezó a volar tranquilamente hasta que pudo percibir que se alejó lo suficiente. Entonces se giró y activó el kamisori, lanzándose a una velocidad increíble hacia el anciano que había dicho ser el pretor anteriormente. Lo primero que hizo fue tratar de partirlo en dos con su guadaña de kairouseki sin temor alguno. Le diese o no, saltaría hacia atrás y de su mano contraria surgiría un cañonazo de llamas oscuras a dos mil grados, con las que trataría de freírlo.
Una vez realizara aquel ataque se alejaría un poco con el geppou y se quedaría mirándolo de forma seria. A continuación se quitó aquella cosa con botones que les habían dado y lo siguiente que hizo fue mantenerla en su mano izquierda. Sus rojizos ojos se clavaron de nuevo en aquel tipo y una sonrisa se formó en su rostro. Esperaba haberle causado graves heridas debido a su buena velocidad y ataques ígneos. Si ese anciano había aguantado su ataque, significaba que era el momento perfecto para empezar una batalla a muerte. Movió su guadaña de un lado a otro y esperó alguna reacción. Su haki estaba activado y de esa forma estaría atento a las demás presencias. Miraba de vez en cuando al suelo y a los lados por si acaso, pues no permitiría ser atacado por detrás. Cualquier persona que se metiera entre él y aquel tipo, lo mataría sin piedad.
- Es el momento esperado, no tiene sentido que explique nada cuando estás a punto de morir. Supongo que no te interesa que los demás sepan donde se halla esta base ¿Verdad?
Jin entonces lanzó un terrible cañonazo de llamas doradas hacia el cielo, tratando de usar toda la cantidad posible y llamar la atención de todo el mundo. Si entretenía a los ejércitos con aquello, sería una ventaja para él. A continuación se quitó su máscara, ocultándola en la chaqueta y quedando con aquel aspecto de cabellos rubios y ojos verdes. Se relamió un poco y se preparó para continuar luchando.
- Las mejores familias son las que deben arder primero. La recompensa me es indiferente una vez termine todo ¿Quién me dice que no eliminaréis al resto cuando termine la guerra? Estáis perdidos, Meln.
Unas llamas negras envolvieron al asesino totalmente, haciéndole algo más tétrico de lo que ya era de por sí. El crustáceo que salió de aquel sitio le era indiferente, pues podía cocerlo en su propio caparazón si así lo deseaba. Por el momento tenía pensada su estrategia en cuanto todo aquello. De todas formas, esperaría a que la mujer se marchara con aquel bicho, fingiendo que se largaba hacia el Este. Empezó a volar tranquilamente hasta que pudo percibir que se alejó lo suficiente. Entonces se giró y activó el kamisori, lanzándose a una velocidad increíble hacia el anciano que había dicho ser el pretor anteriormente. Lo primero que hizo fue tratar de partirlo en dos con su guadaña de kairouseki sin temor alguno. Le diese o no, saltaría hacia atrás y de su mano contraria surgiría un cañonazo de llamas oscuras a dos mil grados, con las que trataría de freírlo.
Una vez realizara aquel ataque se alejaría un poco con el geppou y se quedaría mirándolo de forma seria. A continuación se quitó aquella cosa con botones que les habían dado y lo siguiente que hizo fue mantenerla en su mano izquierda. Sus rojizos ojos se clavaron de nuevo en aquel tipo y una sonrisa se formó en su rostro. Esperaba haberle causado graves heridas debido a su buena velocidad y ataques ígneos. Si ese anciano había aguantado su ataque, significaba que era el momento perfecto para empezar una batalla a muerte. Movió su guadaña de un lado a otro y esperó alguna reacción. Su haki estaba activado y de esa forma estaría atento a las demás presencias. Miraba de vez en cuando al suelo y a los lados por si acaso, pues no permitiría ser atacado por detrás. Cualquier persona que se metiera entre él y aquel tipo, lo mataría sin piedad.
- Es el momento esperado, no tiene sentido que explique nada cuando estás a punto de morir. Supongo que no te interesa que los demás sepan donde se halla esta base ¿Verdad?
Jin entonces lanzó un terrible cañonazo de llamas doradas hacia el cielo, tratando de usar toda la cantidad posible y llamar la atención de todo el mundo. Si entretenía a los ejércitos con aquello, sería una ventaja para él. A continuación se quitó su máscara, ocultándola en la chaqueta y quedando con aquel aspecto de cabellos rubios y ojos verdes. Se relamió un poco y se preparó para continuar luchando.
- Meln:
- Traicionar a Meln. Atacar a matar al anciano que dijo ser el pretor al principio una vez parte la niña con el cangrejo. Lanzar una cañonazo de fuego al cielo para que todo el mundo pueda verlo. Quitarme la máscara con un aspecto falso. Quitarme el brazalete de botones y mantenerlo en la mano izquierda.
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Ahora a todo el mundo le había dado por ponerse a hablar con el Den den mushi. Lo hacía él y ya querían todos. Una gota de sudor le cayó al ex almirante por la cabeza cuando escuchó las palabras de Al hacia aquella persona. Haciendo amigos con la división de Krauser, un resumen perfecto, pero cierto. Escuchó lo que dijo y continuó corriendo tranquilamente. Entonces se dio cuenta de que Ai también estaba hablando y aquello le hizo soltar un suspiro. Era increíble lo que estaba sucediendo con aquel equipo. Estuvo a nada de requisar todos los aparatos de llamada, pero decidió ser bueno y dejarlos. Él había sido el primero en llamar para conocer la ubicación de Dranser. Se rascó un poco la cabeza y después de unos momentos se puso algo pensativo. Debía encontrar a aquel capullo.
- Ai, deja de llamar al novio y céntrate en lo que estás. Al, yo soy tu gran amigo.
Dijo en un arrebato para confirmarle sus palabras. Ese tipo era un marine de los que no quedaban y no le parecía mala persona. El demonio pudo ver al fondo una especie de rio. Les quedaba un poco para llegar, pero iría haciendo los planes para no retrasarse. Se puso a recordar las habilidades de sus hombres y cerró los ojos despacio. El marine era un jodido Vice-Almirante, estaba seguro de que tendrías sus propios métodos. Entonces comenzó a hablar en un tono alto, pero haciendo pausas para ir controlando la respiración en todo momento y no cansarse.
- En unos cinco minutos o menos llegaremos a un rio por lo que veo. Ed montará en mi espalda y lo cruzaremos con mi niebla. Valia, ocúpate de Osuka. Ai, forma completa y salta con fuerza. Si te caes, nuestra querida demonio celeste te ayudará. Al, si no tienes método de cruzar agárrate a mi hombro.
En cuanto hubo hecho el plan continuó tranquilamente. El demonio soltó un pequeño suspiro y después de unos momentos ojeó un poco a sus hombres para comprobar sus estados. Con su haki de observación activado, esperó a detectar presencias que le supusieran un problema. Por el momento no había ninguna de ese tipo y por ello no pudo evitar soltar un suspiro. Se mantuvo alerta y continuó corriendo tranquilamente. Pronto sacaría algunas cosas de comer y las repartiría entre los demás.
- Señores, quiero que sepan que es un honor trabajar con ustedes. En caso de que a mí me pasase algo me gustaría darle el mando a Al, pero no sería lo correcto. Todos quedáis bajo el mando de Osuka. Y en cuanto termine la guerra, bajo el de Dranser. Espero que no olviden estas palabras…
Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del oficial ¿Iba a matarse? Puede que en batalla y contra aquel demonio de fuego. El dolor de haber perdido a su mujer y su hija continuaba siendo muy duro. Cargaba con aquello y no lo llevaba muy bien, pero era capaz de fingir sangre fría ante todo. Entrecerró los ojos y continuó a lo suyo, pensando en lo que el Vice-Almirante que iba con ellos le había dicho la noche anterior.
- Ai, deja de llamar al novio y céntrate en lo que estás. Al, yo soy tu gran amigo.
Dijo en un arrebato para confirmarle sus palabras. Ese tipo era un marine de los que no quedaban y no le parecía mala persona. El demonio pudo ver al fondo una especie de rio. Les quedaba un poco para llegar, pero iría haciendo los planes para no retrasarse. Se puso a recordar las habilidades de sus hombres y cerró los ojos despacio. El marine era un jodido Vice-Almirante, estaba seguro de que tendrías sus propios métodos. Entonces comenzó a hablar en un tono alto, pero haciendo pausas para ir controlando la respiración en todo momento y no cansarse.
- En unos cinco minutos o menos llegaremos a un rio por lo que veo. Ed montará en mi espalda y lo cruzaremos con mi niebla. Valia, ocúpate de Osuka. Ai, forma completa y salta con fuerza. Si te caes, nuestra querida demonio celeste te ayudará. Al, si no tienes método de cruzar agárrate a mi hombro.
En cuanto hubo hecho el plan continuó tranquilamente. El demonio soltó un pequeño suspiro y después de unos momentos ojeó un poco a sus hombres para comprobar sus estados. Con su haki de observación activado, esperó a detectar presencias que le supusieran un problema. Por el momento no había ninguna de ese tipo y por ello no pudo evitar soltar un suspiro. Se mantuvo alerta y continuó corriendo tranquilamente. Pronto sacaría algunas cosas de comer y las repartiría entre los demás.
- Señores, quiero que sepan que es un honor trabajar con ustedes. En caso de que a mí me pasase algo me gustaría darle el mando a Al, pero no sería lo correcto. Todos quedáis bajo el mando de Osuka. Y en cuanto termine la guerra, bajo el de Dranser. Espero que no olviden estas palabras…
Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del oficial ¿Iba a matarse? Puede que en batalla y contra aquel demonio de fuego. El dolor de haber perdido a su mujer y su hija continuaba siendo muy duro. Cargaba con aquello y no lo llevaba muy bien, pero era capaz de fingir sangre fría ante todo. Entrecerró los ojos y continuó a lo suyo, pensando en lo que el Vice-Almirante que iba con ellos le había dicho la noche anterior.
- Balt:
- Planear el cruzamiento del río cuando lleguemos. Hablar con los miembros de la Quimera y Al. Pensar en liar la locura suprema en forma suicidio (?) y correr.
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Mientras volaba hacia mi objetivo, la Ciudad Imperial, un silbido me avisó (quizá demasiado tarde) del proyectil que tenía como intención interceptarme. Por suerte explotó por debajo de mí, a varios metros. El susto me lo llevé, desde luego, pero no pasó de… ¡BUM! Otra explosión, esta vez más cerca. Fruncí el ceño mientras cogía altura, y las explosiones se iban repitiendo, cada vez más arriba, hasta llegar al punto donde estaba segundos antes. Decidí hacer maniobras evasivas, pero parecía que sabían exactamente hacia dónde me dirigía, y poco a poco los proyectiles estaban más cerca de impactarme. Chasqueando la lengua y frunciendo el ceño, me detuve en seco y retrocedí unos metros, siendo testigo de cómo el último disparo explotaba donde inevitablemente hubiera estado yo de no haberlo hecho.
En cuanto paré, también dejaron de dispararme. Y justo en ese momento una voz salió de la insignia en mi peto, avisándome de la situación. Extrañada con la tecnología que tenía aquella pieza de ropa, deshice la armadura de Fulgor para poder oír mejor las instrucciones. “Entonces solo tengo que ir más despacio, ¿no?” Pensé, mientras miraba a mi alrededor. Debajo mío había un río y varios árboles, y también me pareció entrever algún animal volador. Como pensaba, Eichi no me había podido alcanzar, y aún me quedaba la mitad del camino (si no recordaba mal el mapa y la disposición de los elementos más cercanos a nuestro punto de despliegue, este río debería estar justo a la mitad de mi trayecto hacia el centro de la isla).
Como parecía que nuestros enemigos tenían el cielo controlado, decidí continuar el camino que me quedaba a pie. Seguiría llevando buena velocidad, pero supuestamente debería ser más seguro así. De todas formas, si encontraba una muralla me costaría poco pasarla por encima.
En cuanto paré, también dejaron de dispararme. Y justo en ese momento una voz salió de la insignia en mi peto, avisándome de la situación. Extrañada con la tecnología que tenía aquella pieza de ropa, deshice la armadura de Fulgor para poder oír mejor las instrucciones. “Entonces solo tengo que ir más despacio, ¿no?” Pensé, mientras miraba a mi alrededor. Debajo mío había un río y varios árboles, y también me pareció entrever algún animal volador. Como pensaba, Eichi no me había podido alcanzar, y aún me quedaba la mitad del camino (si no recordaba mal el mapa y la disposición de los elementos más cercanos a nuestro punto de despliegue, este río debería estar justo a la mitad de mi trayecto hacia el centro de la isla).
Como parecía que nuestros enemigos tenían el cielo controlado, decidí continuar el camino que me quedaba a pie. Seguiría llevando buena velocidad, pero supuestamente debería ser más seguro así. De todas formas, si encontraba una muralla me costaría poco pasarla por encima.
- Resument Balt:
- Evito el fuego enemigo y me detengo, aterrizando. Luego continúo en dirección Ciudad Imperial, pero a pie (no voy corriendo pero sí a buen paso así que más o menos a un x5/x6 de Velocidad). Si encuentro algún obstáculo o muralla, lo sobrevuelo de nuevo.
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“Hmm… Llamame loco, pero juraría que no era por aquí” Pensé mientras observaba el bello mar frente a mí. ¿Qué carajos? Si se supone que debía de haber ido hacia la central, ¿no? Confuso como nunca, estiré el brazo con la pulsera de Zilda y desplegué de nuevo el mapa holográfico frente a mí para observarlo, pudiendo ver en el mismo varios puntitos brillantes que representaban a mis compañeros ya dispersos. Me pasé un buen rato mirando hasta que por fin caí en dónde estaba el problema, momento en el que no pude sino llevarme la mano a la cara avergonzado. “Gilipo… ¡Estaba mirando el mapa al revés!”
No estaba seguro de cómo había ocurrido, pero la teoría que me pareció más plausible era que debido a mi falta de carne la pulsera se había rodado, o algo así. Definitivamente aquel mapa estaba completamente dado la vuelta. Habiendo perdido bastante tiempo, me di cuenta de que intentar regresar en ese momento solo me haría perderlo aún más. Ya que estaba donde estaba, por lo menos podría corregir mi rumbo y acercarme a la otra central, al menos que parezca que soy útil y esas cosas. De todas formas estaba convencido de que mis acciones no tendrían una repercusión real en el destino de la guerra, igual que esa misma guerra no suponía nada realmente relevante para el destino del universo.
Filosofando en mi cabeza cosas como “Del polvo venimos, y al polvo volveremos…” puse rumbo hacia donde mi mapa indicaba que sería el Norte, es decir, al Sur. Alejándome de la costa, vaya, a ver si esta vez sí que llego.
Por el camino me pareció ver que nadie más estaba en las inmediaciones, así que tal vez fuera un buen momento para hacer aquello que llevaba tiempo deseando, pero que entre pitos y flautas nunca pude por H o por B. Sin dejar de caminar, saqué la moneda dorada que tenía en el bolsillo. Si todo lo de aquella isla no había sido más que un sueño, ¿cómo era que había conservado aquel artilugio? Mi memoria no daba ni siquiera para recordar cómo me habían atrapado… ¿Tal vez la pusieran en mi poder en ese momento? Lanzándola al aire y recogiéndola al estilo “cara o cruz” varias veces, terminé por sujetarla firmemente entre mis huesudos dedos.
En la otra mano, la de la pulsera, aún estaba extendido aquel tinte dorado tan extraño y su maldito botón a la altura de la muñeca. “¿Qué es lo peor que puede pasar?” Pensé mientras lo pulsaba.
No estaba seguro de cómo había ocurrido, pero la teoría que me pareció más plausible era que debido a mi falta de carne la pulsera se había rodado, o algo así. Definitivamente aquel mapa estaba completamente dado la vuelta. Habiendo perdido bastante tiempo, me di cuenta de que intentar regresar en ese momento solo me haría perderlo aún más. Ya que estaba donde estaba, por lo menos podría corregir mi rumbo y acercarme a la otra central, al menos que parezca que soy útil y esas cosas. De todas formas estaba convencido de que mis acciones no tendrían una repercusión real en el destino de la guerra, igual que esa misma guerra no suponía nada realmente relevante para el destino del universo.
Filosofando en mi cabeza cosas como “Del polvo venimos, y al polvo volveremos…” puse rumbo hacia donde mi mapa indicaba que sería el Norte, es decir, al Sur. Alejándome de la costa, vaya, a ver si esta vez sí que llego.
Por el camino me pareció ver que nadie más estaba en las inmediaciones, así que tal vez fuera un buen momento para hacer aquello que llevaba tiempo deseando, pero que entre pitos y flautas nunca pude por H o por B. Sin dejar de caminar, saqué la moneda dorada que tenía en el bolsillo. Si todo lo de aquella isla no había sido más que un sueño, ¿cómo era que había conservado aquel artilugio? Mi memoria no daba ni siquiera para recordar cómo me habían atrapado… ¿Tal vez la pusieran en mi poder en ese momento? Lanzándola al aire y recogiéndola al estilo “cara o cruz” varias veces, terminé por sujetarla firmemente entre mis huesudos dedos.
En la otra mano, la de la pulsera, aún estaba extendido aquel tinte dorado tan extraño y su maldito botón a la altura de la muñeca. “¿Qué es lo peor que puede pasar?” Pensé mientras lo pulsaba.
- Resumen Zilda:
- Darme cuenta de que tengo la pulsera al revés (y por tanto el mapa), corregir rumbo para ir hacia la central del Sur (en mi mapa saldría al Norte), por el camino tener varias dudas y pensamientos filosóficos, recordar la moneda de la Isla Fantasma y pulsar el botón de la muñeca.
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El rubio avanzaba tranquilamente junto a aquella albina. Los azulados ojos del lobo estaban fijos al frente, para de esa forma poder controlar todo lo posible la situación. Con su olfato también se bastaba para poder asegurarse de que no había enemigos cerca. Sus pasos eran calmados, hasta que decidió usar más velocidad. No podían quedarse atrás y por ello se quedó mirando a la chica peliblanca. Esperaba que al menos dominase una de las técnicas más básicas del rokushiki, el soru. Por ello soltó un pequeño suspiro y después de unos momentos le dedicó una sonrisa amable. Solía ser así con todo el mundo, pero si ella no podía, igualmente la llevaría en peso, pues su fuerza había aumentado bastante.
- Usaremos el soru para avanzar más de prisa.
Dijo empezando a acelerar mientras dejaba su haki de observación activado. De esa forma podría saber las posiciones de los demás en un radio de unos cien metros a la redonda o así. Sus cabellos rubios ondeaban por el viento, pero no eran algo que le molestasen mucho. Entonces pudo ver una especie de río. Mostró una sonrisa tranquila y miró de reojo a la joven. Si era una agente auxiliar, era posible que no dominase la capacidad de moverse por el aire. Se quedó unos momentos pensativo y después de unos momentos pensó en qué hacer. Cerró los ojos tranquilamente y finalmente los abrió mostrando un tono dorado. Sin el permiso de la joven, trató de cogerla en brazos con una fuerza sobrehumana. Para él era como llevar un saco de arroz. Si lo había logrado, saltaría usando el geppou y atravesaría aquel río. A continuación la dejaría en tierra para que no se sintiese molesta, o al menos eso pensaba. Desde que conoció a Misa, sabía que había mujeres muy tontas y egocéntricas.
- Siento no haber avisado, pero tenemos algo de prisa. – Dijo en un tono calmado.
El lobo entonces pudo ver una especie de ¿central? Justo frente a ellos. Mostró una sonrisa ladeada y activó el soru de nuevo para ir a una velocidad mucho mayor. Esperaría a que la joven también lo hiciera, pues si usaba la técnica especial la dejaría muy atrás. Taiga en su forma completa y con su técnica Aoneko era capaz de moverse a más de cien metros por segundo y aquello podía ser mucho para la joven. Comprobó que su taco de villar estaba en su espalda y continuó corriendo con una sonrisa en su rostro.
- Aquella central nos pilla más cerca.
- Usaremos el soru para avanzar más de prisa.
Dijo empezando a acelerar mientras dejaba su haki de observación activado. De esa forma podría saber las posiciones de los demás en un radio de unos cien metros a la redonda o así. Sus cabellos rubios ondeaban por el viento, pero no eran algo que le molestasen mucho. Entonces pudo ver una especie de río. Mostró una sonrisa tranquila y miró de reojo a la joven. Si era una agente auxiliar, era posible que no dominase la capacidad de moverse por el aire. Se quedó unos momentos pensativo y después de unos momentos pensó en qué hacer. Cerró los ojos tranquilamente y finalmente los abrió mostrando un tono dorado. Sin el permiso de la joven, trató de cogerla en brazos con una fuerza sobrehumana. Para él era como llevar un saco de arroz. Si lo había logrado, saltaría usando el geppou y atravesaría aquel río. A continuación la dejaría en tierra para que no se sintiese molesta, o al menos eso pensaba. Desde que conoció a Misa, sabía que había mujeres muy tontas y egocéntricas.
- Siento no haber avisado, pero tenemos algo de prisa. – Dijo en un tono calmado.
El lobo entonces pudo ver una especie de ¿central? Justo frente a ellos. Mostró una sonrisa ladeada y activó el soru de nuevo para ir a una velocidad mucho mayor. Esperaría a que la joven también lo hiciera, pues si usaba la técnica especial la dejaría muy atrás. Taiga en su forma completa y con su técnica Aoneko era capaz de moverse a más de cien metros por segundo y aquello podía ser mucho para la joven. Comprobó que su taco de villar estaba en su espalda y continuó corriendo con una sonrisa en su rostro.
- Aquella central nos pilla más cerca.
- Balt:
- Usar el soru para ir más rapido, cruzar el rio con geppou. Dirigirse a la central de en frente entre N/M 5 con el soru también.
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Una gotita de sudor bajó por el rostro del marine cuando escuchó que su jefe estaba con la división del demonio de la niebla ¿Qué hacía con los revolucionarios? Haciendo amigos no era una respuesta coherente, pero supo enseguida que si ellos estaban escuchando, no iba a decir nada que pusiera en peligro su vida. Xemnas era listo y enseguida captó las órdenes de su líder. Conquistar todo a su paso y después destruirlo si se lo indicaba el jefe. Con una sonrisa tranquila decidió contestarle con toda la calma del mundo.
- Entendido, señor.
En cuanto colgó su comunicador continuó caminando junto a la rubia. Sus palabras le hicieron sonreír de lado y lo próximo que hizo fue observar que frente a ellos había un enorme río. Él no tenía ninguna forma de cruzarlo, pero su fuerza podía servir para hacerlo a nado. No podía volar y no sabía si la joven podía. Lo que sí hizo fue atarse su arma lo más fuerte posible a la espalda. Después de unos momentos se le ocurrió una idea, pero podía ser peligrosa para su novia. Ella no podía tocarle con aquella armadura tan peligrosa para usuarios que tenía. Su mente no tardó mucho en formar una especie de plan improvisado. Xemnas se colocó en la misma orilla del río y se puso a mirar al frente. Después habló en un tono alto para que la joven pudiese escucharlo.
- Escúchame bien, amor mío. Necesito que te alejes mucho, corras con fuerza hacia mí y cuando estés prácticamente a mi lado, formes una explosión en tus pies. La más fuerte que poseas. Abrázame y el impulso hará el resto. Aunque quedes debilitada, la explosión se habrá formado. Me va a doler un poco, pero es la mejor forma de cruzar. Si no llegásemos al otro extremo, yo mismo me ocuparé de nadar contigo en peso.
Una vez dijo aquello, se preparó y estiró un poco. Iba a recibir un buen golpe y le iba a doler, pero era la mejor forma de poder hacerlo. Tenía otro plan extra, y cuando la chica se abalanzase sobre él, imbuiría su puño izquierdo en llamas y lanzaría un cañonazo de fuego hacia atrás, con una potencia impresionante. Eso sumado al impulso de la explosión de la joven debía ser más que suficiente para que pudiesen cruzar el enorme río. De lo contrario, nadaría hasta la orilla con ella, su fuerza era bastante considerable. Cargar con ella y su armadura no le iba a costar demasiado.
- ¡Vamos, preciosa! – Gritó mostrando una sonrisa amable.
- Entendido, señor.
En cuanto colgó su comunicador continuó caminando junto a la rubia. Sus palabras le hicieron sonreír de lado y lo próximo que hizo fue observar que frente a ellos había un enorme río. Él no tenía ninguna forma de cruzarlo, pero su fuerza podía servir para hacerlo a nado. No podía volar y no sabía si la joven podía. Lo que sí hizo fue atarse su arma lo más fuerte posible a la espalda. Después de unos momentos se le ocurrió una idea, pero podía ser peligrosa para su novia. Ella no podía tocarle con aquella armadura tan peligrosa para usuarios que tenía. Su mente no tardó mucho en formar una especie de plan improvisado. Xemnas se colocó en la misma orilla del río y se puso a mirar al frente. Después habló en un tono alto para que la joven pudiese escucharlo.
- Escúchame bien, amor mío. Necesito que te alejes mucho, corras con fuerza hacia mí y cuando estés prácticamente a mi lado, formes una explosión en tus pies. La más fuerte que poseas. Abrázame y el impulso hará el resto. Aunque quedes debilitada, la explosión se habrá formado. Me va a doler un poco, pero es la mejor forma de cruzar. Si no llegásemos al otro extremo, yo mismo me ocuparé de nadar contigo en peso.
Una vez dijo aquello, se preparó y estiró un poco. Iba a recibir un buen golpe y le iba a doler, pero era la mejor forma de poder hacerlo. Tenía otro plan extra, y cuando la chica se abalanzase sobre él, imbuiría su puño izquierdo en llamas y lanzaría un cañonazo de fuego hacia atrás, con una potencia impresionante. Eso sumado al impulso de la explosión de la joven debía ser más que suficiente para que pudiesen cruzar el enorme río. De lo contrario, nadaría hasta la orilla con ella, su fuerza era bastante considerable. Cargar con ella y su armadura no le iba a costar demasiado.
- ¡Vamos, preciosa! – Gritó mostrando una sonrisa amable.
- Balt:
- Plan suicida con 2 técnicas para cruzar el río con Misa (?)
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Mientras me desplazo hacía la central, paso cerca de una zona de río, según el mapa que había visto, por allí cerca debe haber otra central de energía. Es un buen desvío de la que tengo en mente, y está más expuesta. Desecho finalmente esta idea y sigo adelante, cruzando el campo abierto en dirección a mi objetivo. La velocidad a la que avanzo se nota, hacía mucho que no la aprovechaba y daba gusto poder hacerlo. Los bichos y demás pequeñas partículas, que normalmente serían una molestia, atraviesan mi cuerpo como si no estuviera allí. El consumir la fruta del diablo había sido una buena decisión.
Llegado un momento escucho como un silbido, que cada vez es más alto. No lo reconozco hasta que a una buena distancia de mi impacta un proyectil. A pesar de hacerlo algo lejos, activo el haki armadura. La onda provocada por el impacto me desvía algo de la trayectoria que seguía. Por si fuera poco, una voz me da un susto de muerte. Proviene del traje y según me cuentan, son del control de Balt. Al parecer, disponen de tecnología que rastrea según la velocidad, de la que sin duda podían habernos hablado antes. Me recomiendan que disminuya la velocidad, para no volver a ser fijada. Les hago caso, disminuyendo mi avance a la mitad.
Esperando que fuera suficiente disminución como para no volver a ser rastreada, me sigo dirigiendo a la central, que debe estar ya bastante cerca. Lo que no sé, es como voy a activarla, o conquistarla. Nunca se me dieron esas cosas, aunque puede que ese taje, que guarda más cosas de las que esperaba me ayudara con el problema. No sabía si podía comunicarme con el control, lo que sería la mar de útil para pedir información y situación del campo de batalla.
Llegado un momento escucho como un silbido, que cada vez es más alto. No lo reconozco hasta que a una buena distancia de mi impacta un proyectil. A pesar de hacerlo algo lejos, activo el haki armadura. La onda provocada por el impacto me desvía algo de la trayectoria que seguía. Por si fuera poco, una voz me da un susto de muerte. Proviene del traje y según me cuentan, son del control de Balt. Al parecer, disponen de tecnología que rastrea según la velocidad, de la que sin duda podían habernos hablado antes. Me recomiendan que disminuya la velocidad, para no volver a ser fijada. Les hago caso, disminuyendo mi avance a la mitad.
Esperando que fuera suficiente disminución como para no volver a ser rastreada, me sigo dirigiendo a la central, que debe estar ya bastante cerca. Lo que no sé, es como voy a activarla, o conquistarla. Nunca se me dieron esas cosas, aunque puede que ese taje, que guarda más cosas de las que esperaba me ayudara con el problema. No sabía si podía comunicarme con el control, lo que sería la mar de útil para pedir información y situación del campo de batalla.
- Balt:
- Avanzar, sorprenderme con la artillería. Darme un susto con la voz que sale del traje. Reducir a la mitad la velocidad y seguir hacía la central mientras divago.
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La lejanía con Yoai resultó ser más beneficiosa de lo que había pensado en un principio. Hasta que no hubo puesto distancia de por medio con esa extraña... lo que fuera no comenzó a sentirse nuevamente como él mismo. A cada paso que daba se encontraba mejor, notaba como su cabeza se liberaba de una carga que ni siquiera había notado que portaba. Sus pensamientos eran ahora tan fluidos como de costumbre, aunque muchas veces se desviaban hacia los misterios de la pretora y su gente.
Esquivar las zonas de tierra púrpura fue su máxima prioridad su viaje hasta la central. No sabía qué clase de sustancia emanaba de los cuerpos corruptos de los guerreros de Meln y no tenía la menor intención de tocarla. Ni siquiera se sentía cómodo respirando cerca de esa cosa.
El edificio de la central emitía calor. Gerald sospechaba que se trataba de un efecto de las máquinas que operaban en su interior, aunque él no tenía la más mínima idea del funcionamiento de cualquier tipo de máquina. A pesar de la calidez que provenía de la central, un hombre tiritaba en sus cercanías. Vestía como un mendigo y olía como tal. Gerald sonrió. La mejor fuente de información de cualquier lugar del mundo son sus mendigos. Vienen y van, moviéndose entre la gente sin importarles a nadie y sin que nadie les preste atención.
El espadachín se sacó un par de monedas del bolsillo y se las tendió al hombre.
-Un mal sitio para descansar. Y un peor momento. Procuraos abrigo y comida con esto. Mas sería mejor si fuese lejos de aquí -Gerald extendió los tentáculos invisibles de su mente hasta tocar la del hombre. Buceó en sus recuerdos al mismo tiempo que le preguntaba por aquello que quería saber, confiando en que eso despertara memorias sobre esto-. Decidme, buen hombre. ¿Qué podéis decirme de la pretora Yoai?
- Meln:
- Hablar con el mendigo después de darle unas monedas y ver si puedo explorar su mente para encontrar información sobre Yoai y Meln
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El trayecto a través del mar es rápido y sin complicaciones. Me voy fijando en la orografía submarina de la isla según voy pasando por la costa. Ya no solamente por hacerme una idea más fija de cómo es la isla, sino, además, por las plantas y peces que la habitan. No es un camino aburrido, tengo mucho que ver, aunque no pueda pararme a admirarlo detenidamente. Pronto llego a la desembocadura del rio, desde la cual espero llegar nadando hasta la central. Se nota bastante el cambio de las aguas, pasando de la salada a la mixta, y luego a la dulce.
Durante la remontada, me pareció que era bastante fácil, lo que me haría llegar muy pronto. Aunque, como debí imaginar, solo ser fácil la parte baja del rio, donde era más ancho y calmado. En cuanto ascendí un poco más, se encajonaba, aumentando la velocidad de las aguas y mi gasto de energía. Finalmente decidí salir del mismo. La central no debía quedar lejos ya, y siguiendo el curso no me resultaría complicado. Escogí la orilla sur del río para salir, ya que la central se encontraba de ese lado y podría atajar un poco de camino, sino había demasiados accidentes geográficos.
En tierra no era tan rápido como en el agua, lo que no quitaba para que siguiera siendo más rápido que muchos. A pesar de eso, no usé toda mi velocidad. No quería cansarme antes de llegar y estar cansado en caso de que tuviera que pelear por el control de la misma. No esperaba resistencia, estaba lejos de todo en teoría, y a menos que el resto hubieran llegado antes a la isla, no tendría que tener guardias. Aunque no me fiaba de aquella gente, sus métodos y costumbres eran raros, bestiales en algunos casos por lo que me había informado, o visto. Por lo que nada más salir del río activé el mantra.
Durante la remontada, me pareció que era bastante fácil, lo que me haría llegar muy pronto. Aunque, como debí imaginar, solo ser fácil la parte baja del rio, donde era más ancho y calmado. En cuanto ascendí un poco más, se encajonaba, aumentando la velocidad de las aguas y mi gasto de energía. Finalmente decidí salir del mismo. La central no debía quedar lejos ya, y siguiendo el curso no me resultaría complicado. Escogí la orilla sur del río para salir, ya que la central se encontraba de ese lado y podría atajar un poco de camino, sino había demasiados accidentes geográficos.
En tierra no era tan rápido como en el agua, lo que no quitaba para que siguiera siendo más rápido que muchos. A pesar de eso, no usé toda mi velocidad. No quería cansarme antes de llegar y estar cansado en caso de que tuviera que pelear por el control de la misma. No esperaba resistencia, estaba lejos de todo en teoría, y a menos que el resto hubieran llegado antes a la isla, no tendría que tener guardias. Aunque no me fiaba de aquella gente, sus métodos y costumbres eran raros, bestiales en algunos casos por lo que me había informado, o visto. Por lo que nada más salir del río activé el mantra.
- Balt:
- Observar la isla desde debajo del mar, darme cuenta de la corriente y salir. Seguir a pie activando el mantra, usando la mitad la mitad de la velocidad para no cansarme.
Valia Gyliel
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Akuma no mi
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Al parecer todos estaban recibiendo llamadas en aquellos pequeños caracoles. La que más me preocupaba era la del vicealmirante de la marina, pero nada de lo que llegué a oír lo pude interpretar como una amenaza a nuestra seguridad. Además, con las siguientes palabras del demonio de la niebla, dejé de desconfiar de él. Nos estábamos acercando a un río, Krauser dio órdenes para que lo cruzáramos, pero, por unas cosas y otras, yo ya no podía nadar, y por tanto seguir las ordenes. No sabía si aquella fruta era una bendición, o un fastidio.
-Jefe, no puedo cruzar nadando, consumí la fruta de paladín. Quizás un puente de piedra, o que nos pasará Ai de un lado a otro montados sería una buena forma de solucionarlo. Cualquier otra idea sería bienvenida también.
No me había dado cuenta de compartirlo antes con Krauser, tampoco nos habíamos visto en mucho tiempo. Esperaba que no le sentara mal, mejor dicho, esperaba que no fuera mi capacidad de nado lo único que me mantenía en aquella división y me echara de la misma. La mentalidad humana era muy rara, y ya no estaba segura de cómo podían llegar a reaccionar aquellas criaturas. Llegados un poco más adelante el revolucionario nos dio unas ordenes muy extrañas, parecía estar muy seguro de no poder volver de su tarea, lo que me preocupaba.
Además de las palabras del ex marine, dejando al mando a Osuka, y luego a Dranser, lo que era una decisión más que justa, me di cuenta que podría ser un problema para le marine que nos acompañaba. Lo único que parecía evitar que todos se abalanzaran sobre él, era el demonio, y si este desaprecia, bueno, no lo quería pensar. Sin duda alguna, sería un golpe para la revolución, para la banda y en general, para todos los que lo respetaban que muriera matando a aquel despreciable ser, o a sus manos.
-Jefe, no puedo cruzar nadando, consumí la fruta de paladín. Quizás un puente de piedra, o que nos pasará Ai de un lado a otro montados sería una buena forma de solucionarlo. Cualquier otra idea sería bienvenida también.
No me había dado cuenta de compartirlo antes con Krauser, tampoco nos habíamos visto en mucho tiempo. Esperaba que no le sentara mal, mejor dicho, esperaba que no fuera mi capacidad de nado lo único que me mantenía en aquella división y me echara de la misma. La mentalidad humana era muy rara, y ya no estaba segura de cómo podían llegar a reaccionar aquellas criaturas. Llegados un poco más adelante el revolucionario nos dio unas ordenes muy extrañas, parecía estar muy seguro de no poder volver de su tarea, lo que me preocupaba.
Además de las palabras del ex marine, dejando al mando a Osuka, y luego a Dranser, lo que era una decisión más que justa, me di cuenta que podría ser un problema para le marine que nos acompañaba. Lo único que parecía evitar que todos se abalanzaran sobre él, era el demonio, y si este desaprecia, bueno, no lo quería pensar. Sin duda alguna, sería un golpe para la revolución, para la banda y en general, para todos los que lo respetaban que muriera matando a aquel despreciable ser, o a sus manos.
- Balt:
- Mirar a todos llamar, responder a todos que no puedo nadar y dar alternativas. Divagar con el destino de Al y Krauser.
—Siempre es bueno tener a viejos conocidos cerca –dijo Zane a Vinnie, mientras se acercaba a él para abrazarlo de forma cordial–. Pero te aconsejo que tengas tus serpientes guardaditas, ¿entendido? Ya no soy ese criajo de sabaody, así que no intentas jugármela –le susurró al oído a modo de advertencia.
Al final, después de un buen rato intentando idear un plan que complaciera a todos los miembros del improvisado grupo que había surgido en aquella batalla, fueron hacia el este, en dirección al castillo. Aquella isla estaba muy calmada para estar en guerra, no se podía oír muchos ruidos, ni se podía apreciar ese inconfundible olor a sangre fresca. Zane andaba al final del todo, al lado de Spanner, como siempre, observando a todos los de aquel grupo. Sabía más o menos el nivel de fuerza de cada uno, además de que clase de habilidades usaba. Su fiel mano derecha, Spanner, era buen espadachín y un as infiltrándose. Haruka tenía un peculiar estilo de batalla, que unido a su instinto y cara de niña buena, le hacía alguien mortal. Luego estaba Vinnie, ¿qué decir de ese maldito psicópata? Un mafioso de tres al cuarto con una extraña akuma no mi. Y por último, estaban los otros tres, Amaiar, Hoah y Syxel, de los cuales no sabía nada, aunque éste último había tenido combates con su padre, lo que indicaba que era buen espadachín, o un tipo con mucha suerte.
“Espero que nos vaya bien” –pensaba el pirata, llevándose las manos entrelazadas a la nuca.
Recorrieron un largo camino, casi siempre en silencio, sin apenas hablar nada. Cuando llevaban andado más de dos kilómetros, se toparon con un grupo armado, uniformados con unos extravagantes trajes compuesto por un pantalón muy ajustado, similar a unas mallas y una especie de chaqueta muy holgada; y desprendían un extraño líquido morado. Todos parecían ir armados, ya fueran con sables o hachas, aunque era probable que alguno de ellos no llevara nada. Entonces, Zane se adelantó e hizo una señal para que se pararan, aunque fueron vistos por aquella horda, los cuales miraron y siguieron su camino. Aquello era extraño, o eso fue lo que pensó el pelirrojo. Desde su posición, ya parados, se podía contemplar unas columnas de humo provenientes de un pequeño pueblecito de casas blancas, además de distinguirse una gran algarabía.
Zane utilizó su vista de pájaro e hizo un pequeño análisis del entorno. Aquella aldea no era muy grande, unos veinte kilómetros cuadrados como mucho, incluyendo zonas de cultivo. Como mucho habría un total de diez casas, de un color blanco con techos de tejas de un color marrón anaranjado, todas alrededor de una plazoleta central con una estatua derruida frente al concejo del lugar. De algunas de las viviendas salían mucho humo, ¿qué habría pasado? Puede que hayan sido atacados, pero ¿porqué no escucharon explosiones? ¿Habría sido Yoai con algunas de sus extrañas armas? No lo sabía, pero el pelirrojo quería descubrirlo.
No tardó en contarle todo lo que había podido ver a sus compañeros.
—Bueno, ¿qué hacemos? Yo por mi iba para allá, se encuentra a unos doscientos metros y quizás encontremos algo de valor –la codicia se podía apreciar en su mirada–. Y a unas malas podríamos patear algunos traseros, que para ser una guerra está todo muy tranquilo.
“Espero que no sea la calma que preceda a la tormenta”
Antes de darse cuenta y decidir si ir hacia la aldea, el puto-pez de Noah echó a correr hacia el pueblo, justo en la dirección que se encontraban los sujetos de morado con los que se habían encontrado hacía escasos minutos.
—Ahí, a lo sutil –comentó Zane, emitiendo después un sonido de resignación, para echar correr hacia allá también.
En la entrada del pueblo se encontraron los tipejos de morados y el grupo del pelirrojo, con Noah a la cabeza.
—Buenos días caballeros –saludó el pelirrojo, colocándose al lado de Noah–. ¿Conocéis de alguna tienda en el pueblo en la que abastecer nuestra despensa y poder marcharnos de este sombrío lugar? –preguntó con un tono de voz convincente, al mismo tiempo que posaba su mano sobre el mango de su aki no hikari.
Al final, después de un buen rato intentando idear un plan que complaciera a todos los miembros del improvisado grupo que había surgido en aquella batalla, fueron hacia el este, en dirección al castillo. Aquella isla estaba muy calmada para estar en guerra, no se podía oír muchos ruidos, ni se podía apreciar ese inconfundible olor a sangre fresca. Zane andaba al final del todo, al lado de Spanner, como siempre, observando a todos los de aquel grupo. Sabía más o menos el nivel de fuerza de cada uno, además de que clase de habilidades usaba. Su fiel mano derecha, Spanner, era buen espadachín y un as infiltrándose. Haruka tenía un peculiar estilo de batalla, que unido a su instinto y cara de niña buena, le hacía alguien mortal. Luego estaba Vinnie, ¿qué decir de ese maldito psicópata? Un mafioso de tres al cuarto con una extraña akuma no mi. Y por último, estaban los otros tres, Amaiar, Hoah y Syxel, de los cuales no sabía nada, aunque éste último había tenido combates con su padre, lo que indicaba que era buen espadachín, o un tipo con mucha suerte.
“Espero que nos vaya bien” –pensaba el pirata, llevándose las manos entrelazadas a la nuca.
Recorrieron un largo camino, casi siempre en silencio, sin apenas hablar nada. Cuando llevaban andado más de dos kilómetros, se toparon con un grupo armado, uniformados con unos extravagantes trajes compuesto por un pantalón muy ajustado, similar a unas mallas y una especie de chaqueta muy holgada; y desprendían un extraño líquido morado. Todos parecían ir armados, ya fueran con sables o hachas, aunque era probable que alguno de ellos no llevara nada. Entonces, Zane se adelantó e hizo una señal para que se pararan, aunque fueron vistos por aquella horda, los cuales miraron y siguieron su camino. Aquello era extraño, o eso fue lo que pensó el pelirrojo. Desde su posición, ya parados, se podía contemplar unas columnas de humo provenientes de un pequeño pueblecito de casas blancas, además de distinguirse una gran algarabía.
Zane utilizó su vista de pájaro e hizo un pequeño análisis del entorno. Aquella aldea no era muy grande, unos veinte kilómetros cuadrados como mucho, incluyendo zonas de cultivo. Como mucho habría un total de diez casas, de un color blanco con techos de tejas de un color marrón anaranjado, todas alrededor de una plazoleta central con una estatua derruida frente al concejo del lugar. De algunas de las viviendas salían mucho humo, ¿qué habría pasado? Puede que hayan sido atacados, pero ¿porqué no escucharon explosiones? ¿Habría sido Yoai con algunas de sus extrañas armas? No lo sabía, pero el pelirrojo quería descubrirlo.
No tardó en contarle todo lo que había podido ver a sus compañeros.
—Bueno, ¿qué hacemos? Yo por mi iba para allá, se encuentra a unos doscientos metros y quizás encontremos algo de valor –la codicia se podía apreciar en su mirada–. Y a unas malas podríamos patear algunos traseros, que para ser una guerra está todo muy tranquilo.
“Espero que no sea la calma que preceda a la tormenta”
Antes de darse cuenta y decidir si ir hacia la aldea, el puto-pez de Noah echó a correr hacia el pueblo, justo en la dirección que se encontraban los sujetos de morado con los que se habían encontrado hacía escasos minutos.
—Ahí, a lo sutil –comentó Zane, emitiendo después un sonido de resignación, para echar correr hacia allá también.
En la entrada del pueblo se encontraron los tipejos de morados y el grupo del pelirrojo, con Noah a la cabeza.
—Buenos días caballeros –saludó el pelirrojo, colocándose al lado de Noah–. ¿Conocéis de alguna tienda en el pueblo en la que abastecer nuestra despensa y poder marcharnos de este sombrío lugar? –preguntó con un tono de voz convincente, al mismo tiempo que posaba su mano sobre el mango de su aki no hikari.
- Resumen:
- -Amenazar al Vinnie e ir hacia el este, donde los encontramos con unos sujetos uniformados.
-Ver un pueblo a unos doscientos metros, el cual describo usando mi forma parcial únicamente en los ojos (vista de pájaro)
-Ir hacia la entrada de aquella aldea y encontrarme con los tipejos de morado
PD: Pongo que Noah se va hacia adelante corriendo, con permiso de su usario, porque posteo antes que él.
Corvo
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Avanzó rápidamente a través de ese erial. No hay mucho que ver en el mismo, y las tropas de a pie quedan atrás enseguida. Por suerte no he traído las torretas de ataque, o hubieran retrasado mucho la marcha. Mis drones, aunque sin ser tan rápidos como la armadura, tienen una buena movilidad. El terreno escarpa va pasando y diviso una de las centrales de las que nos hablaron. Tiene una pinta extraña, y la esperaba algo más defendible. De todas maneras, no cambiaré la estrategia a estas alturas.
Una voz me hace dar un respingo. La voz es de alguien de Sarka, hablándome a través del collar. Al parecer debería ir más despacio. Por algún motivo, que no llego a comprender, están preocupados de mi seguridad. Durante unos segundos le doy vueltas, la advertencia es por dejar atrás a las tropas, o por otro motivo. De cualquier modo, reduzco la velocidad a la mitad. Tardaré algo más en llegar al objetivo, pero ahorraré en combustible. Intentó comunicarme con quien sea que me habló a través del collar.
-¿Hola? ¿Hola? Si alguien me escucha, por favor explicar el motivo de la preocupación. Velocidad reducida a la mitad. Y ya de paso, ¿Tienen informes de actividad en la central de la costa?
No trasteo con el collar, ya que eso implicaría perder uno de los propulsores y desestabilizarme. Sino conseguía comunicación, esperaría a llegar hasta la torre. Las pilas no deberían agotarse antes de llegar a la torre y que la tomara, sino teníamos resistencia. Si la teníamos, tendría que recargar algunos de los aparatos durante la pelea, o prescindir de su uso. Aunque eso, ya lo vería cuando estuviera en la situación. Pedí una comprobación de estado de todos mis aparatos, para evaluar niveles de combustible, estados y si todas las funciones respondían.
Una voz me hace dar un respingo. La voz es de alguien de Sarka, hablándome a través del collar. Al parecer debería ir más despacio. Por algún motivo, que no llego a comprender, están preocupados de mi seguridad. Durante unos segundos le doy vueltas, la advertencia es por dejar atrás a las tropas, o por otro motivo. De cualquier modo, reduzco la velocidad a la mitad. Tardaré algo más en llegar al objetivo, pero ahorraré en combustible. Intentó comunicarme con quien sea que me habló a través del collar.
-¿Hola? ¿Hola? Si alguien me escucha, por favor explicar el motivo de la preocupación. Velocidad reducida a la mitad. Y ya de paso, ¿Tienen informes de actividad en la central de la costa?
No trasteo con el collar, ya que eso implicaría perder uno de los propulsores y desestabilizarme. Sino conseguía comunicación, esperaría a llegar hasta la torre. Las pilas no deberían agotarse antes de llegar a la torre y que la tomara, sino teníamos resistencia. Si la teníamos, tendría que recargar algunos de los aparatos durante la pelea, o prescindir de su uso. Aunque eso, ya lo vería cuando estuviera en la situación. Pedí una comprobación de estado de todos mis aparatos, para evaluar niveles de combustible, estados y si todas las funciones respondían.
- Sarka:
- Ver el terreno. Asustarme por la voz, reducir la velocidad y tratar de preguntar varias cosas. Comprobar estado de las máquinas y nivel de combustible.
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Alzó una ceja al escuchar la conversación entre Xemnas y el vicealmirante. ¿Estaba junto a Krauser? ¿Haciendo amigos? Tenía sus dudas de si Al tenía algún plan o no, pero al no estar junto a ellos, poco podía dilucidar. Suspiró con calma y se quedó callada mientras seguía avanzando con su novio. Iban a un paso bastante tranquilo, nadie los apuraba y tampoco sentía que debía ir con mucha prisa. Lo mejor siempre llegaba de últimos, ¿no? ”Además, juntos podremos derrotar a muchos enemigos” – se dijo con una sonrisa calmada. Nunca había luchado con Xemnas, pero sabía que los dos juntos eran un peligro andante. Él con su armadura de kaoriseki, su enorme espada y su fuerza sobrehumana. Ella, con sus píldoras y mucha fuerza, además de conocimientos médicos. Eran un equipo bastante completo. ”Por si fuera poco, nos conocemos y nos entendemos con solo una mirada”
Llegaron a un rio. Estaba por decir alguna forma de cruzarla, pero el vicealmirante se adelantó e ideó un plan… Suicida cuanto menos. Ella sería la más afectada si todo salía mal. No solo por el hecho de que tendría que tocar la armadura y eso la debilitaría, sino que también, si fallaban y caían al agua no podría hacer nada. ”No pienses. Sabes que él hará lo imposible para que funcione” – asintió con la cabeza y se empezó a alejar con calma.
– Aunque tu armadura te proteja, cúbrete con tu haki, Xemnas – le dijo a modo de sugerencia. Ella sabía que sus explosiones le hacían daño, pero con su haki podría disminuir el daño. – Que sepas que, de todas tus ideas, esta es la más loca – sonrió de medio lado mientras se alejaba un poco más. ¿Cinco? No, fueron casi diez metros en total. – Pero aún así, te amo.
Cerró sus ojos unos segundos… Al abrirlos, empezó a correr a gran velocidad. ”Espero que funcione” – la idea de caer en el rio no le gustaba para nada, así que iba a generar la explosión más poderosa que podía. Le hizo una seña a Xemnas para que este se preparara. Una vez estuvo a un metro de distancia, usó su poder. El sonido fue horrible y el humo que se generó también. Abrazó a Xemnas y notó como ambos empezaban a volar. Sintió la debilidad del kairoseki de la armadura del vicealmirante.
– No me sueltes, Xemnas. – Le dijo mientras se abrazaba a él con fuerza.
Llegaron a un rio. Estaba por decir alguna forma de cruzarla, pero el vicealmirante se adelantó e ideó un plan… Suicida cuanto menos. Ella sería la más afectada si todo salía mal. No solo por el hecho de que tendría que tocar la armadura y eso la debilitaría, sino que también, si fallaban y caían al agua no podría hacer nada. ”No pienses. Sabes que él hará lo imposible para que funcione” – asintió con la cabeza y se empezó a alejar con calma.
– Aunque tu armadura te proteja, cúbrete con tu haki, Xemnas – le dijo a modo de sugerencia. Ella sabía que sus explosiones le hacían daño, pero con su haki podría disminuir el daño. – Que sepas que, de todas tus ideas, esta es la más loca – sonrió de medio lado mientras se alejaba un poco más. ¿Cinco? No, fueron casi diez metros en total. – Pero aún así, te amo.
Cerró sus ojos unos segundos… Al abrirlos, empezó a correr a gran velocidad. ”Espero que funcione” – la idea de caer en el rio no le gustaba para nada, así que iba a generar la explosión más poderosa que podía. Le hizo una seña a Xemnas para que este se preparara. Una vez estuvo a un metro de distancia, usó su poder. El sonido fue horrible y el humo que se generó también. Abrazó a Xemnas y notó como ambos empezaban a volar. Sintió la debilidad del kairoseki de la armadura del vicealmirante.
– No me sueltes, Xemnas. – Le dijo mientras se abrazaba a él con fuerza.
- Balt:
- Seguir el plan suicida de Xemnas. Rezar para cruzar. Pedirle que no me suelte. Volver a rezar para cruzar.
Rezvan Markov
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Mientras buscaba el transporte, un chico joven como yo, pero enfundado en un traje oscuro, con sombrero se me presento haciendo una reverencia. ¿Acaso conocía mi procedencia? ¿Lo habrían enviado para mantenerme vigilado? Aunque, en ese caso quién, aliados de mi padre o sus enemigos. También estaba la posibilidad que simplemente fuera educado y yo me estuviera volviendo un paranoico con mi ascendencia. Finalmente, poniendo mi mejor cara, la de aquí no pasa nada, me presenté.
-Por supuesto, estaba tratando de montarme en uno de estos transportes, que es mucho más cómodo y rápido que ir andando a donde este la acción. Me llamo Rezvan, y es un placer encontrar gente tan educada en un lugar así. -En ese momento un transporte paró al lado nuestro, y subiéndome en él, le hice una seña al chico para que me acompañara. – Vamos, al menos así no llegaremos cansados al combate.
Me acompañara o no Kotaro, me subiría al transporte. El vehículo no tenía demasiada suspensión, y el viaje sería movidito en ese aspecto, pero era mucho más veloz que yo corriendo, y me cansaría una ínfima parte. Me daría oportunidad de hablar con alguno de los soldados de Sarka, sino me gruñían y seguían a los suyo, o con educado chico, si se unía al medio de transporte.
Atravesamos varias zonas, parecíamos llevar una ruta fija y que el conductor ya la sabía. ¿Cuántas veces abrían recorrido ya ese camino? Pasamos cerca de una corriente de agua, dato importante a recordar en caso de soparme del convoy en una zona cercana. Mientras seguíamos avanzando, pude divisar una de aquellas centrales a lo lejos. Si nosotros habíamos llegado hasta allí, otras tropas ya la estarían ocupando en ese momento.
-Oye, ¿Cuántas veces habéis hecho ya este recorrido, parece que lo sabéis muy bien? Y acerca de la ciudad, me podéis dar algo de información, para hacerme una ligera idea al menos. – Les pregunté a los soldados. Esperaba algo de información de la gente y de la ciudad.
-Por supuesto, estaba tratando de montarme en uno de estos transportes, que es mucho más cómodo y rápido que ir andando a donde este la acción. Me llamo Rezvan, y es un placer encontrar gente tan educada en un lugar así. -En ese momento un transporte paró al lado nuestro, y subiéndome en él, le hice una seña al chico para que me acompañara. – Vamos, al menos así no llegaremos cansados al combate.
Me acompañara o no Kotaro, me subiría al transporte. El vehículo no tenía demasiada suspensión, y el viaje sería movidito en ese aspecto, pero era mucho más veloz que yo corriendo, y me cansaría una ínfima parte. Me daría oportunidad de hablar con alguno de los soldados de Sarka, sino me gruñían y seguían a los suyo, o con educado chico, si se unía al medio de transporte.
Atravesamos varias zonas, parecíamos llevar una ruta fija y que el conductor ya la sabía. ¿Cuántas veces abrían recorrido ya ese camino? Pasamos cerca de una corriente de agua, dato importante a recordar en caso de soparme del convoy en una zona cercana. Mientras seguíamos avanzando, pude divisar una de aquellas centrales a lo lejos. Si nosotros habíamos llegado hasta allí, otras tropas ya la estarían ocupando en ese momento.
-Oye, ¿Cuántas veces habéis hecho ya este recorrido, parece que lo sabéis muy bien? Y acerca de la ciudad, me podéis dar algo de información, para hacerme una ligera idea al menos. – Les pregunté a los soldados. Esperaba algo de información de la gente y de la ciudad.
- Sarka:
- Hablar con Kotaro, subirme al transporte y decirle que se una. Tratar de conversar con Kotaro o los soldados. Preguntar acerca de la ciudad y sus visitas anteriores.
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