Aki D. Arlia
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Iba unos metros por detrás de Zuko. Cuando este se desestabilizó y aterrizó a duras penas, frené en seco en el aire y examiné la zona. Ahí delante había una especie de corriente que le había hecho perder el equilibrio... y no parecía ser la única de la zona. Con cuidado, volví a forma humana y me dejé caer a tierra con algo más de gracia, sin soltar mi sai.
Uno, dos, tres, cuatro y... cinco. Cinco marines a mi alrededor. Además de... ¿Zuko? No me sonaba de nada, pero al parecer se llamaba así. Sargento... y el otro Teniente. Le di un cabezazo en señal de que le había oído y me quedé algo detrás del dragón, observando la escena. Puede que en la guerra todos estuviéramos de parte de Balt, pero mi cabeza todavía tenía un precio y no me gustaba como me había mirado él. Si decidían atraparme más me valdría salir volando, porque contra cinco no estaba segura de no hacer un pequeño desastre. No, lo mejor era observar por el momento. Sin embargo...
- Mi nombre es Aki, por cierto. Encantada, aunque sea tarde.
Necesitaba saber si me atacarían de reconocerme. No quería estar preocupándome de evitar a la marina durante toda la guerra. No iba con disfraz y había dado mi nombre, cualquiera con dos neuronas en la cabeza sería capaz de reconocerme por el Wanted. Esto despejaba cualquier duda restante que pudiera quedar sobre mi paradero, pero de cualquier manera al final sería noticia que estaba entre los voluntarios de Balt. Mejor hacerlo a conciencia y examinar las posibles reacciones de a una. Siempre podía huir volando, al fin y al cabo. Si el dragón me seguía... bueno. Alguien que se pierde en una línea recta no puede ser un gran adversario. Bastaría con ir en zig zag para despistarlo.
Me quedé mirándoles, lo cierto es que eran todo un espectáculo. Todos parecían tener la fiebre del mártir, curiosamente. Para llegar a la central había que realizar una... ¿Prueba de fe? Caminar por el aire esperando que milagrosamente hubiera algo bajo tus pies. Cerrar los ojos y confiar en la nada, pues por saber no sabíamos ni quién era el autor del cartel. ¿Aliado o enemigo? Una chica rubia fue la primera en ofrecerse. Trató de avanzar con una cuerda de... ¿Sirope? ¿Qué clase de fruta inútil era esa? Desde luego había visto cosas raras y extrañas por doquier, pero esta era sin duda una de las más estrambóticas con las que me había topado.
Por desgracia no dejaron que la chiquilla avanzase. Primero Zuko intentó apartarla. Luego otro apareció de la nada para pararle a él, desbordando testosterona e intentando proteger a la rubia de un peligro inexistente. Solté un bufido, sin hacer más comentarios. Y por último pero no menos importante, el señor Teniente se adelantó a todos y frenó a la chica para intentarlo él. Y como caminar hacia delante era demasiado fácil, dio un pequeño paso hacia atrás.
- Desde luego si se cae espero que pueda volver a subir o todo este espectáculo habrá sido por nada. Y si no... Creo que a lo mejor va siendo hora de ir yendo hacia el centro.
Uno, dos, tres, cuatro y... cinco. Cinco marines a mi alrededor. Además de... ¿Zuko? No me sonaba de nada, pero al parecer se llamaba así. Sargento... y el otro Teniente. Le di un cabezazo en señal de que le había oído y me quedé algo detrás del dragón, observando la escena. Puede que en la guerra todos estuviéramos de parte de Balt, pero mi cabeza todavía tenía un precio y no me gustaba como me había mirado él. Si decidían atraparme más me valdría salir volando, porque contra cinco no estaba segura de no hacer un pequeño desastre. No, lo mejor era observar por el momento. Sin embargo...
- Mi nombre es Aki, por cierto. Encantada, aunque sea tarde.
Necesitaba saber si me atacarían de reconocerme. No quería estar preocupándome de evitar a la marina durante toda la guerra. No iba con disfraz y había dado mi nombre, cualquiera con dos neuronas en la cabeza sería capaz de reconocerme por el Wanted. Esto despejaba cualquier duda restante que pudiera quedar sobre mi paradero, pero de cualquier manera al final sería noticia que estaba entre los voluntarios de Balt. Mejor hacerlo a conciencia y examinar las posibles reacciones de a una. Siempre podía huir volando, al fin y al cabo. Si el dragón me seguía... bueno. Alguien que se pierde en una línea recta no puede ser un gran adversario. Bastaría con ir en zig zag para despistarlo.
Me quedé mirándoles, lo cierto es que eran todo un espectáculo. Todos parecían tener la fiebre del mártir, curiosamente. Para llegar a la central había que realizar una... ¿Prueba de fe? Caminar por el aire esperando que milagrosamente hubiera algo bajo tus pies. Cerrar los ojos y confiar en la nada, pues por saber no sabíamos ni quién era el autor del cartel. ¿Aliado o enemigo? Una chica rubia fue la primera en ofrecerse. Trató de avanzar con una cuerda de... ¿Sirope? ¿Qué clase de fruta inútil era esa? Desde luego había visto cosas raras y extrañas por doquier, pero esta era sin duda una de las más estrambóticas con las que me había topado.
Por desgracia no dejaron que la chiquilla avanzase. Primero Zuko intentó apartarla. Luego otro apareció de la nada para pararle a él, desbordando testosterona e intentando proteger a la rubia de un peligro inexistente. Solté un bufido, sin hacer más comentarios. Y por último pero no menos importante, el señor Teniente se adelantó a todos y frenó a la chica para intentarlo él. Y como caminar hacia delante era demasiado fácil, dio un pequeño paso hacia atrás.
- Desde luego si se cae espero que pueda volver a subir o todo este espectáculo habrá sido por nada. Y si no... Creo que a lo mejor va siendo hora de ir yendo hacia el centro.
- Balt:
- Quedarme a la defensiva, presentarme y observar el espectáculo de a ver quién se tira por el precipicio. Bufar ante la acción de Tobias y esperar a ver si Kimura se muere o qué (?)
Valia Gyliel
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Recorrimos un buen trecho en formación rombo, hasta llegar a un acantilado. Desde este se podía ver la ciudad enfrente de nosotros, bueno, la muralla de la ciudad. Una estructura inmensa que se elevaba desde el mar hasta unos cincuenta metros por encima de la tierra. Un portón en medio del mar debía dejar paso a los barcos cuando la ciudad estuviera en época de paz. Todo aquello era una locura, y más cuando el demonio de la niebla dijo que nos pasaría a todos por encima de la muralla. ¿No sería más sencillo que Osuka creara una escalera de piedra hasta arriba que hacer eso? Aunque viendo que no estaba el horno para bollos, tras la desobediencia de Ai, decidí que lo mejor sería quedarme callada y ayudar en lo que pudiera.
Si conseguían romper las puertas, con los ataques combinados sería más fácil pasar por ellas, al menos, en teoría. Si no, me dejaría llevar por el líder de la división, intentado no moverme demasiado, y dejando todo lo que no fuera imprescindible al otro lado. Bastante cansancio debía tener ya el hombre, como para encima hacerlo cargar con cosas inútiles. Toda aquella situación, el no poder pasar el río, y la muralla, me hizo plantearme muy seriamente la necesidad de crear alguna técnica que me permitiera volar. Lo mismo, podía obtenerla gracias a mi fruta, aunque no estaba segura de cómo. Consumir aquella fruta había sido un accidente, y de momento solo daba problemas, no sabía por qué tanta gente las buscaba para ingerirlas.
Si nos subía Krauser a la muralla miraría la ciudad desde allí. Esperaba encontrarme una gran ciudad, jardines, fuentes, preciosos edificios, algo así como la zona donde estuvimos en Balt. No tenía esperanza de encontrar población civil, y menos con una guerra tan cercana. Sería una grave negligencia por parte de todas las facciones haber dejado ciudadanos normales en medio de todo aquello.
Si conseguían romper las puertas, con los ataques combinados sería más fácil pasar por ellas, al menos, en teoría. Si no, me dejaría llevar por el líder de la división, intentado no moverme demasiado, y dejando todo lo que no fuera imprescindible al otro lado. Bastante cansancio debía tener ya el hombre, como para encima hacerlo cargar con cosas inútiles. Toda aquella situación, el no poder pasar el río, y la muralla, me hizo plantearme muy seriamente la necesidad de crear alguna técnica que me permitiera volar. Lo mismo, podía obtenerla gracias a mi fruta, aunque no estaba segura de cómo. Consumir aquella fruta había sido un accidente, y de momento solo daba problemas, no sabía por qué tanta gente las buscaba para ingerirlas.
Si nos subía Krauser a la muralla miraría la ciudad desde allí. Esperaba encontrarme una gran ciudad, jardines, fuentes, preciosos edificios, algo así como la zona donde estuvimos en Balt. No tenía esperanza de encontrar población civil, y menos con una guerra tan cercana. Sería una grave negligencia por parte de todas las facciones haber dejado ciudadanos normales en medio de todo aquello.
- Balt:
- Pensar que Osu es un vago por no hacer un puente. Dejar cosas inútiles, como mudas y demás. Mirar a ver como es la ciudad de llegar a la muralla.
Elya Edelweiss
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Nos adentramos en la central. A las afueras, chapoteando en el agua había una especie de... criatura. Un pez con piernas, sacudiéndose entre la tierra y el mar en medio de extrañas convulsiones. Un escalofrío me recorrió y miré de reojo a mi acompañante, aunque él no parecía preocupado. Pero podría ser un lugar contaminado, esa cosa no era normal... Tragué saliva y le seguí bien aferrada a mi arma. De todas maneras si lo que fuera que había causado eso estaba en el aire ya era tarde para retroceder. Y el agua no pensaba tocarla.
Entramos a una sala metálica, con tubos con agua recorriéndola y un extraño tanque al fondo. ¿Pero qué...? Todo el lugar me daba escalofríos y me recordaba a la sede de Zilda, con su fría arquitectura. Sin embargo, con algo de suerte podríamos activarla y largarnos de allí en cuanto...
Un chapoteo interrumpió la cadena de mis pensamientos. Di un salto hacia atrás, poniéndome en guardia agazapada y preparada para atacar con mi lanza. Del tanque lleno de agua emergió una criatura similar a la que habíamos visto afuera. Esta era más grande, más musculosa... y al menos parecía sana y no producto de un horrible experimento. Sin embargo, nunca había visto algo así. Habló, exigiéndonos demostrarle nuestra valía antes de entregarnos la central. ¿Todas estarían igual de custodiadas? Era un poco contraproducente. Retrasaría a los enemigos, si, pero también a los aliados...
Mi compañero pareció decidir antes que yo. Estaba tranquilo, no parecía extrañarle el curioso pez. ¿Habría más como él? Me quedaba demasiado por ver. Oí el transmisor, pero mi mente no registró lo que decía. Todos mis sentidos estaban alerta, concentrados en la escena que tenía lugar delante de mí.
- Si no hay otra manera, combatir me parece también buena opción. - Miré a mi compañero de reojo, sin dejar de vigilar al pez.- Te cubriré las espaldas, no vaya a ser que aparezca algo... alguien más.
Entramos a una sala metálica, con tubos con agua recorriéndola y un extraño tanque al fondo. ¿Pero qué...? Todo el lugar me daba escalofríos y me recordaba a la sede de Zilda, con su fría arquitectura. Sin embargo, con algo de suerte podríamos activarla y largarnos de allí en cuanto...
Un chapoteo interrumpió la cadena de mis pensamientos. Di un salto hacia atrás, poniéndome en guardia agazapada y preparada para atacar con mi lanza. Del tanque lleno de agua emergió una criatura similar a la que habíamos visto afuera. Esta era más grande, más musculosa... y al menos parecía sana y no producto de un horrible experimento. Sin embargo, nunca había visto algo así. Habló, exigiéndonos demostrarle nuestra valía antes de entregarnos la central. ¿Todas estarían igual de custodiadas? Era un poco contraproducente. Retrasaría a los enemigos, si, pero también a los aliados...
Mi compañero pareció decidir antes que yo. Estaba tranquilo, no parecía extrañarle el curioso pez. ¿Habría más como él? Me quedaba demasiado por ver. Oí el transmisor, pero mi mente no registró lo que decía. Todos mis sentidos estaban alerta, concentrados en la escena que tenía lugar delante de mí.
- Si no hay otra manera, combatir me parece también buena opción. - Miré a mi compañero de reojo, sin dejar de vigilar al pez.- Te cubriré las espaldas, no vaya a ser que aparezca algo... alguien más.
- Zilda:
- Asustarme por el magikarp deforme, ponerme alerta y esperar a ver si ataca el pez o ataca Deahstroke para meter baza (?)
Worgulv
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El hombre estaba en completa tensión, no sabía que podía provocar la colocación del emblema en esa repisa, y el sobresalto anterior no había ayudado para nada a calmar la situación, más bien la había agravado. Arthur estaba de espaldas a él, con lo cual no podía saber cuándo colocaría el emblema.
Cuando de repente una melodía comenzó a sonar en la sala, esto no podía pillar al hombre más desprevenido, ¿una canción? ¿Qué demonios? El hombre no quería imaginarse que tipo de persona había programado ese mecanismo, cuando entonces el estruendo de unas explosiones acallo esa melodía, cuatro figuras salieron disparadas hacia ambos. AL FIN.
Worgulv salto impulsándose para poder girar en el aire, lanzando su martillo y hacha gélida para trazar un giro donde poder alcanzar a lo que quiera que hubiese salido de las paredes. Como resultado dos muñecos de payaso yacían en el suelo partidos por la mitad a la altura de la cintura, y otro dos estaban estrellados contra una pared, parecía que las explosiones fueron reales, pero para Worgulv eso no era más que una ofensa, ¿se estaban burlando de un acto tan lleno de honor como la guerra? ¿pretendían decir que no eran más que bufones?
Una vena en la frente del hombre empezó a hincharse, ``Pequeño hombre, necesito saciar mi furia. Busquemos un combate de verdad, y dejemos este chiste para otros, esto no es más que una herejía para con la guerra´´ dijo el hombre en una falsa calma `` Busquemos algo de gloria y dejémonos de sigilo, ¿qué me dices? ´´ dejando su martillo en el suelo y levantando un puño cerrado en dirección a Arthur.
Cuando de repente una melodía comenzó a sonar en la sala, esto no podía pillar al hombre más desprevenido, ¿una canción? ¿Qué demonios? El hombre no quería imaginarse que tipo de persona había programado ese mecanismo, cuando entonces el estruendo de unas explosiones acallo esa melodía, cuatro figuras salieron disparadas hacia ambos. AL FIN.
Worgulv salto impulsándose para poder girar en el aire, lanzando su martillo y hacha gélida para trazar un giro donde poder alcanzar a lo que quiera que hubiese salido de las paredes. Como resultado dos muñecos de payaso yacían en el suelo partidos por la mitad a la altura de la cintura, y otro dos estaban estrellados contra una pared, parecía que las explosiones fueron reales, pero para Worgulv eso no era más que una ofensa, ¿se estaban burlando de un acto tan lleno de honor como la guerra? ¿pretendían decir que no eran más que bufones?
Una vena en la frente del hombre empezó a hincharse, ``Pequeño hombre, necesito saciar mi furia. Busquemos un combate de verdad, y dejemos este chiste para otros, esto no es más que una herejía para con la guerra´´ dijo el hombre en una falsa calma `` Busquemos algo de gloria y dejémonos de sigilo, ¿qué me dices? ´´ dejando su martillo en el suelo y levantando un puño cerrado en dirección a Arthur.
- Sarka:
- Neutralizar falsa amenaza, proponer un plan mas agresivo
Dexter Black
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La encontró, y él también había topado con lo que buscaba. Temerosos y pobres, entre la maleza intentaban ocultarse un par de personas. Por lo que el lugar dejaba ver, debían ser refugiados o algo similar. Tal vez eso explicaba que los Señores de Zilda hubieran decidido no contestar a las preguntas de Adam; ellos sabían el estado de la población y pretendían ignorarlos. ¿Realmente a Beros le importaba toda esa gente? No lo parecía. Escasez de tropas dedicadas a la toma de energía, ninguna a un fin humanitario. Control y medida, pero nada de alma, ¿Era él el único que intentaba hallar respuestas?
-Si me vas a amenazar hazlo en persona, guapa- respondió, antes dar señales a los nativos de que los había visto. Parecer estúpido siempre venía bien, y ante esa gente era aún mejor. Dudaba que se abalanzasen sobre él, al menos sin mostrar primero hostilidad. Al fin y al cabo, los supervivientes suelen ser los que se esconden en vez de luchar-. De todos modos, ¿Qué dedo prefieres? Para hacer de regalo de bodas.
Escuchó el resto de la conversación, en la que la pelirroja decidió pedir un traslado al Ojo, vivir allí, y esas cosas normales en una vida de casados. Sin embargo había algo con lo que no estaba contando o, peor, ignoraba deliberadamente: Él era un pirata, y sus terrenos estaban en guerra con el Gobierno Mundial. Había dos posibilidades a partir de ahí, una de ellas que saliese mal para la mujer y la otra que resultase en un verdadero desastre para él, el Ojo y probablemente toda Fiordia.
-Respecto a eso de tu laboratorio... Ya lo iremos hablando. O mejor no. No montes tu laboratorio en el Ojo, demasiado lío.
Avanzó lentamente tras aquello, con cierta parsimonia, hacia los nativos. Fingía no verlos, pero los olía. Su escondite era bueno, pero no lo suficiente para ocultarse totalmente de él... O ella. O eso. Tuvo que contener su sorpresa cuando se topó con un musculoso hombre calvo, con un único mechón de pelo rubio y viril rostro... O sería viril si no fuera pintado como una puerta. ¿Es que no se iba a librar? En fin, qué se le iba a hacer. Hizo de tripas corazón y abrió la boca, dispuesto a hablar:
-Hola, me llamo Dexter. ¿Sabes algo de la guerra en esta isla? Es que quieren mi ayuda y no sé a quién dársela.
Esperaría la respuesta, sentándose delante de él, para que viera que no estaba en peligro.
-Si me vas a amenazar hazlo en persona, guapa- respondió, antes dar señales a los nativos de que los había visto. Parecer estúpido siempre venía bien, y ante esa gente era aún mejor. Dudaba que se abalanzasen sobre él, al menos sin mostrar primero hostilidad. Al fin y al cabo, los supervivientes suelen ser los que se esconden en vez de luchar-. De todos modos, ¿Qué dedo prefieres? Para hacer de regalo de bodas.
Escuchó el resto de la conversación, en la que la pelirroja decidió pedir un traslado al Ojo, vivir allí, y esas cosas normales en una vida de casados. Sin embargo había algo con lo que no estaba contando o, peor, ignoraba deliberadamente: Él era un pirata, y sus terrenos estaban en guerra con el Gobierno Mundial. Había dos posibilidades a partir de ahí, una de ellas que saliese mal para la mujer y la otra que resultase en un verdadero desastre para él, el Ojo y probablemente toda Fiordia.
-Respecto a eso de tu laboratorio... Ya lo iremos hablando. O mejor no. No montes tu laboratorio en el Ojo, demasiado lío.
Avanzó lentamente tras aquello, con cierta parsimonia, hacia los nativos. Fingía no verlos, pero los olía. Su escondite era bueno, pero no lo suficiente para ocultarse totalmente de él... O ella. O eso. Tuvo que contener su sorpresa cuando se topó con un musculoso hombre calvo, con un único mechón de pelo rubio y viril rostro... O sería viril si no fuera pintado como una puerta. ¿Es que no se iba a librar? En fin, qué se le iba a hacer. Hizo de tripas corazón y abrió la boca, dispuesto a hablar:
-Hola, me llamo Dexter. ¿Sabes algo de la guerra en esta isla? Es que quieren mi ayuda y no sé a quién dársela.
Esperaría la respuesta, sentándose delante de él, para que viera que no estaba en peligro.
- Zilda:
- Pregunto al refugiado travesti (me han dado permiso) sobre la guerra.
Gareth Silverwing
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¿Esto era un chiste? Nos habían tomado el pelo, nos tomaban por payasos. Toda esta tensión para que al final acabase en una broma pesada por parte de algún gracioso. Mi paciencia se estaba agotando, siendo sustituida por pura y simple ira homicida. De todas formas el sonido de maquinaria en marcha inundó la estancia, dándonos a entender que habíamos activado la central. De todas formas el que hubiera planeado todo esto ¿Lo hizo antes de que estallase la guerra? ¿Instaló todo esto sólo para tomarle el pelo al siguiente que viniese a activar la central. Ahora mismo era una pregunta que se ahogaba en un mar de furia.
Mi compañero tampoco se lo tomó demasiado bien. Era cierto, necesitábamos una batalla de verdad para desahogar nuestra ira, y no la encontraríamos conquistando centrales. Estábamos en medio de una maldita guerra, ¿Tan difícil es encontrar una batalla?
Salí fuera y miré al horizonte, no era difícil de encontrar, nubes de humo y polvo, luz, fuego, destrucción, por no hablar del ruido de las explosiones; estaba claro que por ahí se estaba librando una batalla de cojones.
-Worgulv, se dónde podemos ir. - Dije señalando en dirección al lugar donde, claramente se estaba librando una batalla.
Tras eso volví a activar mi 0 Raiser para volar en dirección a la guerra, esta vez a toda velocidad, esperaba que el guerrero pudiera seguirme el ritmo. Desde lo alto no tardé mucho en poder confirmar mis sospechas, mi sangre hervía, tanto por la broma que antes habíamos sufrido como por la emoción de una batalla después de tanto tiempo. Sin pensarlo dos veces activé mi Trans-Am y mi Haki de Armadura (superior), mi cuerpo adquirió un brillo rojizo y descendí en picado en medio de lo que suponía eran las líneas enemigas. Con mi velocidad esperaba que el impacto generase una onda de choque capaz de abrir un agujero es sus filas y llamar la atención del enemigo.
-Es un plan de mierda.- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Te equivocas... No es siguiera un plan.- Le respondí a la vez que una sonrisa ansiosa se dibujaba en mi rostro.
Mi compañero tampoco se lo tomó demasiado bien. Era cierto, necesitábamos una batalla de verdad para desahogar nuestra ira, y no la encontraríamos conquistando centrales. Estábamos en medio de una maldita guerra, ¿Tan difícil es encontrar una batalla?
Salí fuera y miré al horizonte, no era difícil de encontrar, nubes de humo y polvo, luz, fuego, destrucción, por no hablar del ruido de las explosiones; estaba claro que por ahí se estaba librando una batalla de cojones.
-Worgulv, se dónde podemos ir. - Dije señalando en dirección al lugar donde, claramente se estaba librando una batalla.
Tras eso volví a activar mi 0 Raiser para volar en dirección a la guerra, esta vez a toda velocidad, esperaba que el guerrero pudiera seguirme el ritmo. Desde lo alto no tardé mucho en poder confirmar mis sospechas, mi sangre hervía, tanto por la broma que antes habíamos sufrido como por la emoción de una batalla después de tanto tiempo. Sin pensarlo dos veces activé mi Trans-Am y mi Haki de Armadura (superior), mi cuerpo adquirió un brillo rojizo y descendí en picado en medio de lo que suponía eran las líneas enemigas. Con mi velocidad esperaba que el impacto generase una onda de choque capaz de abrir un agujero es sus filas y llamar la atención del enemigo.
-Es un plan de mierda.- Dijo Zinogre en mi cabeza.
-Te equivocas... No es siguiera un plan.- Le respondí a la vez que una sonrisa ansiosa se dibujaba en mi rostro.
- Sarka:
- Cagarme en todo por la bromita de la central y volar a la batalla más cercana, cayendo en medio de las líneas enemigas.
Normas del Capítulo:
- Se podrá postear cuantas veces se desee, dejando tres mensajes entre envío y envío. Sin embargo, sólo se tendrá en cuenta el último de estos.
- Cada post debe ir acompañado de un Spoiler titulado como la facción a la que pertenecéis. En él debéis resumir el transcurso de vuestras acciones (incluyendo posts anteriores). Si un post no tiene resumen, no será tenido en cuenta a la hora de moderar.
- Se moderará cada 48-72 horas. Sin embargo, se pide que no posteéis más allá de las 48.
- Se obtiene lo merecido según el riesgo y la calidad de las acciones.
- No se tendrá en cuenta la longitud de los posts a la hora de determinar la experiencia.
- Cada post debe tener un mínimo de 300 palabras.
- Si un post tiene más de quince faltas de ortografía por párrafo, no se tendrá en cuenta.
- A pesar de que ya no exista, el barco de Sons of Anarchy podría ser destruido de nuevo.
- Existe la ley del plot, pero no funciona si no sigues la personalidad de tu personaje. No va a haber avisos.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Tres saltos consecutivos de turno implican la retirada del capítulo o la muerte del personaje, según si la situación era de riesgo o no.
- Mucha gente ha pedido despertar Haki del Rey. Sólo uno lo despertará. Trabajáoslo.
- El metarrol se paga con hierro.
- En general, si os portáis bien, se os recompensa. Si no... Bueno, no queréis saberlo. En serio, no queréis.
- En futuras moderaciones podrían añadirse normas según se vea necesidad.
- El mapa de la Isla será el siguiente:
- Mapa de la Isla:
- El espacio que se puede recorrer por moderación es el de un "Cuadradito". Si utilizáis Power Ups activamente podéis ir más deprisa, pero podríais cansaros.
- Mapa en malla:
- Balt está en blanco, Meln en Negro, Zilda en azul, Zal en verde y Sarka en rojo. En el centro de la Isla está la ciudad Imperial (el gran cuadrado blanco), y en amarillo las 35 centrales de Abastecimiento. Cada central tiene al lado un círculo que determina su pertenencia.
- Si nos hemos olvidado de algo, avisad por favor.
- Poned, por favor, vuestras coordenadas de destino en los Spoilers (no es obligatorio).
- Las acciones cerradas sólo cuando se os indique que podéis realizarlas, por favor.
- Cada Maná corresponde al gasto de una unidad energética, que todos compartís. El signo de girar implica que gastáis todo vuestro asalto en utilizar esa habilidad.
Moderaciones generales
- General Sarka:
- El frente sigue recibiendo tropas que siguen luchando contra Zal, los que estén en las casillas (I-J13, I-J14) estarán en medio de todo el meollo así que a matar soldados de Zal y cuidado con las bestias de guerra. Se pueden ver las estelas de los proyectiles surcando el aire antes de estallar tras las líneas enemigas, y las bestias de Zal cargando contra los soldados que luchas por mantenerlos a raya. Entre tanto Grun y Ruk chocan para enzarzarse en un combate épico. El hombre bestia levanta por los aires la moto del pretor, mientras éste lanza un tajo descendente con su espada moto-sierra. Las chispas saltan con el chocar del hueso y el metal, ambos con haki de armadura. Tras eso el pretor de un solo brazo y el pretor bestia comienzan a intercambiar tajos y golpes sin que ninguno parezca decidir el resultado de la batalla.
- ¿Traición?- Grita Grum mientras lanza otro tajo.- Yo esperaba que tus tropas vinieran a ayudar mis hombres cuando nos enfrentamos al enemigo, pero fueron las mismas las que lideraron la carga. Yo nunca traicioné a Síderos, fuiste tú.
- General Zal:
- La horda interminable se sigue estrellando contra el frente de Sarka, sus cañones mantienen a las grandes bestias de Zal a raya de penetrar demasiado en sus defensas haciendo de esta una batalla bastante equilibrada sin una ventaja clara para ninguno de los dos. Ruk, por su parte, se ha enzarzado en un épico combate con el pretor de Sarka, intercambiando golpes y tajos tan potentes que ningún soldado de ninguno de los bandos quiere o puede acercarse para intervenir.
-Traidor... Tú eras mi mano derecha, eras aquél a quien confié la seguridad de mi reino ¿Para qué? Para que fueras el primero en traicionarme. Pensaba que eran alguien fuerte digno de gobernar Síderos a mi lado, pero no eras más que otro traidor.- Ruge Rik entre golpe y golpe.
En otra parte (P15.) Una tropa de asalto de Zal se ha adentrado cerca del territorio de Zilda, ayudándose de una serie de bestias anfibias.
- General Zilda:
- El pretor Beros termina de cruzar la muralla, apareciendo en medio de las calles de la antigua capital. Dos soldados embutidos en armaduras salen a su encuentro, pero se quedan quietos por un momento antes de darse la vuelta de forma casi automática. El pretor hace lo más parecido que puede a una sonrisa y se dispone a continuar, pero una llamada interrumpe el pacífico silencio de su marcha.
-Señor Beros, hemos detectado fuerzas de Zal acercándose a una de las centrales en el cuadrante P15.
-Ese Ruk... sabía que no era tan simple como parecía.- Dice entre dientes antes de iniciar una comunicación general. -A todas las fuerzas cercanas, necesitamos establecer un perímetro en los cuadrantes R 15 y 16, Zal nos ataca. Que se desplacen sólo aquellos que puedan llegar en poco tiempo a esa posición.
- General Balt:
- Lar tropas de Balt avanzan poco a poco, aunque cada metro de tierra parece pagarse con un alto precio de sangre. En una esquina la caballería se ha quedado enzarzada en un combate contra unas bestias acorazadas de Meln. De todas formas, parece que, si las cosas siguen así Meln acabará teniendo que retirarse.
Aun así hay algo raro, el suelo por el que avanzan las tropas está demasiado ensangrentado incluso para una batalla. Al poco de que avancen las tropas algunos cadáveres, tanto amigos como enemigos, se levantan para luchar contra Balt, algunos parecen unirse en una amalgama de carne y acero que avanza a tajos, y mordiscos. Las tropas de Balt han caído en una trampa, y las tropas enemigas, con renovadas fuerzas cargan a por las desprevenidas tropas de Balt, algunas de las cuales se retiran para refugiarse en las trincheras. La batalla todavía no está decidida.
- Meln:
- Durante un tiempo parece que las tropas de Meln retroceden, incapaces de soportar el avance de sus enemigos y su formación más eficiente. Yoai parece molesta por algo, pero no por la batalla precisamente. Llegado cierto punto hace una señal con la mano y algo parece que se mueve por el suelo ensangrentado. Al poco los gritos de los soldados de Balt comienzan a escucharse mientras tocan la señal de retirada. Las tropas de Meln ahora avanzan hacia un enemigo que acaba de caer en su trampa.
Moderaciones Individuales
- X7. Jin:
- Al poco de largarte del lugar te quedas apenas sin energía. Tienes que dejar de correr y notas que en breves tu invisibilidad se desvanecerá. Sin embargo, ése es el menor de tus problemas. Ter minas dándote cuenta de que el puerto, con su único y gigantesco barco, está en donde ahora se ubica la base de Meln. De hecho, el barco es la base. Cerca de ti pasan soldados que jurarías, por su olor, no están vivos, y tienes problemas. Igual es buen momento de buscar una cueva.
- Dispositivo:
- LO ROMPISTES WEBÓN
- V9. Ichizake, Galia y Ryuken:
- Partís por la mitad al extraño ser, que derrama un líquido rosado similar a la mermelada sobre vosotros. Es desagradable, pero no parece tener ningún efecto adverso. Parece que ese río de moco se licua y evapora. En la zona seca, un espadón de dos metros aparece. Tras lo que el pólipo cubría ahora veis una grieta, suficientemente ancha como para atravesarla y continuar desde ahí, pero tal vez prefiráis
- Dispositivos:
- X8. Syxel, Noah y Amaiar:
- Ami, duele mucho, aunque de momento no te rompe la concentración. Por lo demás, empieza el combate.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t19203-somos-legion#185496- Dispositivos:
- Gusi:
- Cuando preguntas sobre el anciano, por un momento te fulmina con la mirada. Tras eso su expresión vuelve a ser el de una inocente chiquilla y sonríe, con los ojos entrecerrados.
-No importa- dice sonriendo, aunque se le nota la tensión en el rostro-. Está ya muy mayor para combatir, y da mejor apoyo desde la retaguardia. ¿Y tú, mi apuesto caballero? No voy a decir que no goce de tu compañía, pero ¿Y si llegan hasta mí?- un airado esto en el que se lleva la mano al pecho le hace darse cuenta de que le falta algo. Algo que tú tienes en las manos. Te empieza a doler el corazón, como si te lo apretaran-. ¿Puedes devolverme eso, cielito? Lo necesito para jugar…
Su tono ha sido meloso, y se inclina hacia ti dejando que veas su escote. Sin embargo, sabes que la culpa de lo que te sucede es suya. ¿Qué irás a hacer?- Dispositivo:
- X8. Vinnie:
- Esquivas a duras penas las lanzas, excepto una que te roza el cuello y te escuece a rabiar, pero lo soportas. Te quedará una linda cicatriz, eso sí. Y ahora, ante ti, un grupo de gente vestida de soldado de élite con zarpas metálicas sobre los puños de su armadura, así como diversos cuchillos serrados y lisos, algo que identificas con un pelador pero te duele sólo de imaginar su filo…
-¡Jin Surfer!- te gritan. Parecen enfadados-. ¿Dónde está?- por lo menos parecen saber que no eres tú.- Dispositivo:
- T9. Haruka:
- Tras un rato, la amatista que llevas brilla, y al pasar un largo rato ahí sin hacer nada se ilumina por un momento con un tono violáceo, y añade una nueva palabra. Del mismo modo, se consume uno de los intentos. La palabra que surge es “Regina”.
- Dispositivo:
- S8. Heaten:
- Cortas por la mitad a la araña, que derrama un moco verde terriblemente asqueroso sobre todas partes, y una especie de llave. Una vez metas la llave en su ranura, la central quedará activada.
- Dispositivo:
- S8. Zane y Spanner:
- Cuando llegáis arriba no hay nada, sólo una presencia oscura que os rodea y envuelve, y unos pasos resuenan en la escalera metálica, hacia abajo. ¿Qué demonios será eso?
- Dispositivo:
- U8. Jack:
- Sigues combatiendo.
- Dispositivo:
- M5. Kaito:
- -Respuesta incorrecta- te dice, y en un abrir y cerrar de ojos ha desenfundado su hacha y la clava en la barca. No la levanta, pero ves cómo la mitad del arma se ha hundido en la madera, y una muy escasa cantidad de agua empieza a colarse por ahí-. ¿Deseas intentarlo de nuevo o te rindes?
Cada vez el potro de ejecuciones y la horca están más cerca, y el tipo se ve increíblemente interesado en tu respuesta mientras sigue remando para ti, aunque lentamente.- Dispositivo:
- Crimson Wolves, Zuzú y Aki:
- Kimura:
- Todo sucede demasiado deprisa. Te caes al vacío, giras sin querer hasta caer casi de cabeza y de nuevo, de espaldas. Por suerte hay una cama elástica al fondo a 45 grados de inclinación, con lo que vas a dar a una cueva en la que hay un único botón. Lo pulsas y parece que todo se ilumina. De hecho, se aparta la lona y hay una pequeña plataforma para volver a subir.
- Dispositivo:
- O9 Power Rangers Ninja:
- Krauser, el portón cede a tu ataque y se comba hacia dentro mientras las puertas se salen parcialmente de sus goznes, dejando una buena abertura por la parte superior. Consigues transportarlos a todos al otro lado sanos y salvos… ¿Y ahora? Ya estáis en la capital, pero salvo un par de edificios de aspecto ruinoso aquí y allá no parece gran cosa.
- Dispositivo Krau:
- Dispositivo Osu:
- Dispositivo Ed:
- Dispositivo Chica Pez:
- N4 Misa y Xemnas:
- Observáis como las tropas de Balt dejan un destacamento al lado del río, antes de proseguir su camino. Seguís a los soldados, en dirección sureste. El ambiente es tenso y expectante, pronto deducís que se dirigen a la batalla.
- Dispositivo Misa:
- Dispositivo Xemnas:
- K7 Alwyn:
- El anciano sonríe y junta las palmas mientras te mira radiante.
-¡Lo has logrado a la primera! Qué maravilla, señorita. Tiene usted una buena estrella, sin duda.
Escucha tus preguntas pacientemente, pero al final esboza una sonrisa triste y te comenta: - Lo siento, guapa… hace demasiado de esos sucesos y mi memoria ya no es lo que era… La central queda activada para ti. Sigue tu camino y que nada le detenga, señorita.- Spoiler:
- Dispositivo:
- Q7 Danio, Joseph:
- Avanzáis en la construcción de las trincheras y pronto la primera línea va tomando forma. Danio, la gente te obedece sin cuestionarse nada y gracias a tus precisas órdenes el trabajo es despachado de forma rápida y eficiente. Quizás cuando terminéis vuestra tarea se sientan inclinados a seguirte, pero de momento no sería mala idea apresurarse.
- Dispositivo Danio:
- Dispositivo Joseph:
- O6 Kodama:
- Te diriges hacia la batalla. Lo oyes mucho antes de llegar, ambos ejércitos acaban de chocar. Meln y Balt se funden en una caótica marabunta de ruido, sangre y violencia. Es complicado distinguir quién va en cabeza desde tu posición, quizás si te acercaras más conseguirías intervenir u obtener una mejor vista.
- Dispositivo Kodama:
- N5 Neo, Yoko, Al, Ai, Taiga, Alice y el mosquito que pasaba por ahí:
- Yoko dispara a un par de lagartos, librándose de ellos. Sin embargo, varios de los pequeños se acercan al resto y comienzan a tirarse a vuestra cara buscando morderos allí donde haya carne. El grande se mantiene algo apartado, observando cómo sus pequeños manejan la escena. Vais a tener un gran dolor de cabeza y un par de marcas de mordiscos de lagarto para recordar.
Taiga, Alice, al llegar veis la escena… parecen necesitar ayuda. Dais cuenta de otros tres reptiles, pero aún os quedan unos cuantos.- Dispositivo Neo:
- Dispositivo Yoko:
- Dispositivo Al:
- Dispositivo Ai:
- Dispositivo Taiga:
- Dispositivo Alice:
- M4 Kasai y Nostariel:
- El viejo sonríe y os guía por el camino. Tras un breve paseo os encontráis en un claro y al fondo… vaya. Es una seta. Una seta gigante con una puerta en el tronco. El viejo corretea un poquito a través del prado y llama con los nudillos.
-Albert, ya estoy en casa.
La puerta se abre y aparece un señor bastante alto, al menos dos metros y medio, apoyado en un bastón. Tiene una barba blanca y un gorro puntiagudo rojo. Parece contento, aunque por alguna razón no detectas su presencia. Se gira hacia vosotros y de repente pone cara de enfado. Oís un WAAAAA y lo siguiente que sabéis es que corre hacia vosotros con el bastón en el aire.
-¡Albert, nooo! ¡Son amigos, vienen a por un trago!
No parece escuchar.- Dispositivo Kuro:
- Dispositivo Nostariel:
- N5 Gera y Dafne:
- Pedís información a uno de los soldados, que os mira de arriba abajo. Al final parece tomar una decisión y os explica de manera concisa antes de irse:
-Mirad, allí están estableciendo la cadena de alimentos. A no ser que queráis quedaros para ayudar con la comida, ha comenzado la batalla al suroeste. Por lo que aquí no hay gran cosa que hacer. En cuanto a laboratorios…- Se rasca la cabeza, confuso.- Quizás en la ciudad imperial podáis encontrar algo así, ahora que lo pienso.
Se encoge de hombros y se aleja para seguir con sus tareas, dejándoos libertad para decidir a dónde ir o qué hacer.- Dispositivo Gera:
- Dispositivo Dafne:
- N4 Maximilian:
- El sol es precioso y la hierba a tus pies todavía más. La mala noticia es que te has quedado sin galletas. La otra mala noticia es que estás solo, aunque puedes ver a los soldados de Balt arremolinados alrededor de un puente improvisado hecho con balsas. Parece un punto de reposo.
- Dispositivo:
- L13Yarmin, Teravan, Maki :
- Avanzáis calmadamente entre los edificios desolados. La horda pronto os sobrepasa y se pierde en el horizonte… lo que os deja sin nadie a quien preguntar. A vuestro alrededor veis los restos de una guerra batallada hace mucho. Escombros y ruinas miréis donde miréis. Sin embargo, a algún lugar ha de estarse dirigiendo la hora… seguirla parece buena idea. Perdéis de vista a Maki por un momento, instantes después de que le dedique un autógrafo a Teravan. Qué gyojin tan aplicado, ¿No, Yarmin? Qué pena que tú no tengas uno. El caso es que cuando la horda desaparece le veis correteando entre los escombros, un poco por delante de vosotros. Hay una especie de libélula revoloteando sobre su cabeza.
- Dispositivo Yarmin:
- Dispositivo Teravan :
- Dispositivo Maki:
- M14 Kedra:
- Avanzas hacia el centro y poco a poco la cantidad de edificios aumenta, aunque todos siguen igual de desastrados que los primeros. La guerra se ha cobrado sus víctimas, sin duda.
- Dispositivo:
- N14 Raghersir:
- Avanzas en dirección al agua, apartándote de la horda. A tu alrededor todo son escombros, ruinas, edificios desolados. La guerra se ha cobrado su precio aquí.
- Dispositivo:
- M12 Barbazul:
- Sigues avanzando y los edificios se vuelven más y más juntos. No hay gente por las calles y reina un silencio escalofriante, todo lo que oyes son los ruidos distantes de las batallas. No hay gente por la calle, pero más de una vez has notado presencias y la sensación de unos ojos en la espalda. Está claro, los ciudadanos están escondidos. Descubres lo que parece una casita razonablemente en pie y, cual forajido, te cuelas en ella.
Llegas a la cocina y ves a una mujer apuntándote con un cuchillo, parada delante de un armario. Está temblando y parece asustada pero resuelta.- Dispositivo:
- M12 Azula, Lothar, Castor:
- Llegáis a la central. Por el camino, os fijáis en la ciudad. No hay gente por las calles y reina un silencio escalofriante, todo lo que oís son los ruidos distantes de las batallas. No hay gente por la calle, pero más de una vez habéis notado presencias y la sensación de unos ojos en la espalda. Está claro, los ciudadanos están escondidos… no parece que hayan huido bajo tierra. Pero tiempo al tiempo, os encontráis en la central hidroeléctrica. Delante de vosotros, en el río, veis cinco molinos algo rudimentarios completamente parados. El último parece conectado a una extraña máquina en tierra, de aspecto más moderno. Os acercáis y hay una nota en ella. ‘’ Chicos, el superconsejito del día es activar mis fantabulosos molinos para que la maquinita furrule y os de energía. Chauuu’’. Os quedáis mirando al río. La corriente es demasiada como para nadar, y al parecer hay que activarlos de manera manual. Auch.
- Dispositivo Azula:
- Dispositivo Lothar:
- Dispositivo Castor:
- K18 Slicerin, Corinna:
- Tras una larga caminata llegáis a la central. Un edificio en mitad de una llanura, de aspecto sobrio. La puerta está abierta, como invitándoos a entrar. Si lo hacéis, descubriréis a un hombre apoyado sobre una máquina con un enorme botón azul, leyendo un libro. Al veros sonríe y lo tira por ahí. En su lugar, presiona con ambas manos el botón azul. Este se hunde y en su lugar aparecen uno naranja y uno rosa. Vuelve a girarse y os hace una exagerada reverencia:
-Joven dama, apuesto caballero; imagino que venís por la energía. Uno de estos dos botones activará la central, el otro la incendiará por medio de una explosión. Dicen que el truco está en el color… y que no es oro todo lo que reluce. Buena suerte. – Añade antes de desvanecerse con una sonrisa. Vaya. Debe de tener sangre de mago.- Dispositivo Slicerin:
- Dispositivo Corinna:
- K14 Liv, Tsang:
- Hace un buen día. Os paráis a hablar. Algo al oeste oís el fragor de la batalla… todo indica que dos ejércitos han chocado.
- Dispositivo Liv:
- Dispositivo Tsang:
- N12 Ivan, Drake:
- Llegáis a la central. Ivan, tus ghouls se adelantan y pese a intentarlo, no consigues activar la central. Entras, seguido por Drake y antes de que te des cuenta, un hombre vestido de rosa de la cabeza a los pies aparece a tu lado. Tiene un tupé rubio altísimo, te saca una cabeza solo con él. Chilla exaltado y sin que puedas hacer nada te quita la runa de las manos.
-Ay ay ay ay, ¡Por fin! Ya me estaba quedando molidito de esperar, que tengo que volver a mi central. Con esto servirá, guapísimo. -Dice con entusiasmo.
Te pega un beso en la mejilla mientras presiona la runa en un botón en la pared. Algo hace piiii y la central se activa. Te devuelve la runa y desaparece rumbo al horizonte a todo correr, deteniéndose tan solo para tirarle un beso a Drake.- Dispositivo Ivan:
… Vale, ahora en serio.- Dispositivo Ivan:
- Dispositivo Drake:
- C10. Zero:
- Camináis en dirección a la siguiente central, a pesar de estar en el territorio de Sarka y estarse librando una guerra parece que la cosa está bastante tranquila. El gusano te mira y te vuelve a hablar.
-Mi nombre es FGJWRYJAR$KEYA$RYKWT$TRAJTYWEU, que en tu lengua significa "El Gran Rey impresionantemente apuesto y terriblemente poderoso que es el mayor peligro para sus enemigos y además es vampiro". Esto último no sé por qué me lo pusieron, pero seguro que nos divertimos averiguándolo.
Al Sur podéis ver una central no muy lejos, conquístala y cumple los deseos del gusano parlante.- Dispositivo:
- K11. Piratas Sin Kokoro:
- En cuanto Arribor se dispone a poner el pie las dos gigantescas estatuas interponen las espadas en su camino. La velocidad de estas y su masa hace que se levante una gran ráfaga de viento seguida de una nube de polvo. La parte que se ha movido parece agrietarse para luego pelarse, revelando metal debajo de lo que parecía piedra.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t19204-por-eso-la-reja-estaba-abierta-piratas-sin-corazon#185500- Dispositivos:
- J11. Meneror y Ban:
- Llegáis a la central sin problemas, todo parece normal, salas de control, paneles polvorientos que hace años que no se usan, nada fuera de lo común. Llegas a un panel con la forma del colgante y lo vas depositar sobre él, pero justo antes de eso el panel se da la vuelta para revelar un reloj digital que os muestra una cuenta atrás de un minuto con enormes números rojos. Una sirena comienza a sonar con un ruido estridente y todas las salidas se cierran con paneles metálicos. Debajo del reloj aparecen tres cables y, junto a ellos unos alicates. Hay un cable rojo, un cable azul y un cable verde con un montón de flechas de neón apuntando hacia él e iluminándose de forma intermitente. Y bien ¿Qué hacéis?
- Dispositivos:
- I14. Rezvan y Kotaro:
- Revzan le pregunta a uno de los soldados si los llevan a la batalla, uno de ellos te dice "Por supuesto, no tiene pérdida", y con un gesto de su mano señala la batalla que se está librando a unos pocos cientos de metros. La línea del frente parece un poco más alejada pero a pata se llega en poco tiempo. Según te dicen ellos se quedarán y asegurarán la central. De todas formas podéis avanzar junto a un vehículo que se dirige a la batalla al ritmo de los soldados que lo escoltan. Antes de que os queráis dar cuenta estáis inmersos en la guerra, una tropa de Zal se abalanza sobre vosotros y los soldados y el vehículo abren fuego, pero la cosa no tarda en convertirse en un combate a corta distancia. Supongo que os toca ayudar.
- Dispositivos:
- J13. Corvo:
- Bueno, te informan que el objetivo prioritario, dado que te queda cerca es... luchar contra Zal, así que si quieres bajar y echar una mano no vendría mal, o ayudar desde lo alto, hay muchos enemigos y todos parecen un blanco fácil.
- Dispositivo:
- Arthur y Worgulv:
- ¡A la Carga! Durante este post, podéis realizar acciones cerradas contra los NPC más básicos.
Entráis en batalla, y os metéis en medio de una horda salvaje, bastante cercanos a Ruk y Grum, y quien dice cerca dice DEMASIADO cerca, pero probablemente ahora que os hierve la sangre no queréis abandonar el lugar. Adelante, luchad con honor y masacrad.- Dispositivos:
- T11 Ushio y Milena:
- Una vez os encontráis y hacéis todas esas cosas que hacen las parejas felices, como proponerse en medio de una guerra, comenzáis vuestro avance, Ushio por cumplir las órdenes de Dexter, y Milena… Supongo que te interesaba tanto Meln, así que por ahora te tocará hacer lo que el jefe de tu novio te diga. Avanzáis con lentitud, escuchando murmuros siniestros provenientes de los árboles. Si os da por usar el Haki notareis que en principio, son solo criaturas inofensivas.
- Dispositivos:
- Deathstroke y Elya:
- Cuando decís que quieres combatir con él, el guardián hace lo que aparenta ser un intento de sonrisa, antes de llevar la mano al bolsillo interno de su pantalón, sacando de este un mando. “Hace mucho que mis pequeños y yo no nos divertimos de verdad.” Comenta antes de apretar el botón, al hacerlo, oís un “Click” y el sonido de agua corriendo. De repente aparece una carpa como la que visteis antes de entrar.” Este es uno de mis hijos. El os juzgara primero.” Dice, antes de susurrarle al niño que no sea muy duro. Podéis notar que no es especialmente fuerte, si usáis mantra. “Seré bueno papá”. Contesta, en otras circunstancias hasta sería tierno. El pez lanza su primer ataque, un chorro de agua que salpica y deja empapado el suelo a vuestros pies, pero poco más. ¿Devolverá alguno el ataque?
- Dispositivo:
- P11 Dranser:
- Vas caminando tranquilamente, alejándote sin saberlo de lo que hubiera podido ser un encuentro con Krauser. Sin embargo, te encuentras con otra persona. Frente a ti se encuentra lo que podría ser una armadura decorativa, en pose firme y sujetando un mandoble. Esta, al verte, se pone en guardia. Tal vez debiste llamar a la puerta antes de entrar. Si usas tu mantra notaras que es un guerrero por encima de la media, aunque seguro que puedes con él.
- Dispositivo:
- S14 Aslaug:
- Las lianas que entorpecen tu camino y hacen que retrases, desaparecen según te alejas de la central, abriéndote paso a un sendero demasiado definido como para ser obra de la naturaleza, tal vez sean los restos de un camino antiguo o el rastro dejado por una máquina de guerra, si lo sigues quizás llegues a algún lugar divertido.
- Dispositivo:
- T16 Hinori y Mapache:
- Tras un rato acabáis sobrevolando el punto del que habéis partido Parece que solo andabais de un lado a otro sin cabeza, pero al menos ya tenéis un rumbo. Por cierto, mientras volabais escuchasteis también la conversación amorosa de vuestro nakama. Oh, mapache. Deberías tener más cuidado con esas cosas. La granada ha caído cerca de la base y no ha causado problemas, pero podía haberle caído a alguien en la cabeza.
- Dispositivos:
- V18 Sans:
- El robot se queda mirándote en silencio durante unos segundos. Si tuviera cara, seguramente, su expresión sería de desesperación; pero su ánimo cambió cuando notó el interés que sentías por él. “Bien, te contaré. Hace años, cuando los humanos aún vivía con normalidad y sin el rollo ese de las guerras y la búsqueda del poder… Cosas de humanos. Supongo que… Es igual. El caso es que yo fui creado, como la mayor de las maravillas del mundo. La estrella que niños y adultos admiraban. Tenía fans que se desmayaban y suspiraban por mis actuaciones….” Y así se extiende durante lo que te parece una eternidad, de la que solo sacas que le crearon con fines lúdicos pero acabaron modificándole al empezar la guerra, primero para controlar la central y después para defenderla.
- Dispositivo:
- R9 Vilya y Madara:
- Al cotillear en K11, puedes ver que dos tipos de enemigos, entran en conflicto junto a la muralla. Respecto a tu pregunta, te contestan diciéndote que no pueden darte una imagen actualizada porque esa es la imagen actualizada. Te recomiendan también que vuelvas atrás e intentes hacer exactamente lo que dice en el mapa. Si dice ue avances avanzas… Eso siempre que no te hayas perdido, aunque para algo tienes el mapa. Si no, puedes intentar seguir a tu bola o destruir algún muro. Madara, parece que tendrás que seguir esperando.
- Dispositivos:
- R9 Kai, Silver y Bleyd:
- Los marines os adentráis en la nave mientras que Bleyd se queda vigilando. Al entrar, os encontráis rodeados de paredes, está todo oscuro, salvo el centro y vuestros pasos retumban con cada pisada a causa del eco. En medio de la sala hay un único panel, iluminado con un foco, el cual posee tan solo un gran botón de color rojo. ¿Lo pulsáis?
- Dispositivos:
- S16 Adam:
- Tus soldados toman posición como les ordena, mientras el segundo al mando te sigue al interior de la central. Dentro de esta, podéis ver lo que parece una pantalla enorme con un escritorio en frente. Sobre este hay varios “lápices”. Estos, según te comenta tu compañero, sirven para escribir en la pantalla. También hay un papel con una frase que dice “El tesoro más grande de la historia”, seguramente algo relacionado con esa frase y los útiles, sirvan para encender la central.
- Dispositivo:
- X20 Enra:
- El calamar te mira y parece asentir con la cabeza, cerrando los ojos. “Así es, yo soy el guardián de estás puertas, pero no ayudo a ningún bando. Las guerras no son buenas, si se usa la energía para hacer daño no solo los humanos sufrirán. Dime, murciélago. ¿Por qué quieres capturar esta central?” Parece que no hará falta que realices la última pregunta, y menos mal pues esta te hubiera costado como mínimo y chorro de tinta en la cara. Parece ser un animal razonable, tal vez te escuche… O puedes decidir matarle para no perder el tiempo.
- Dispositivo:
- R10 Dexter:
- La mayoría de los refugiados salen corriendo mientras tú les vas buscando con tu olfato, pero hay uno que parece distraído. En cuanto le hablas, se sobresalta y da un brinco, cayendo al suelo rodando, con lágrimas en los ojos. Te pide entre sollozos, con la voz de una dulce damisela. Tras varios segundos, se calma y te dice lo siguiente: “Oh, un extranjero. ¿De verdad la guerra ha escalado a tanto? Aquí no nos llegan muchas noticias, y cuando lo hacen no suelen ser buenas. Hace años que estalló la guerra, y nos vimos obligados a elegir un bando. Algunos apoyaron al gobierno y otros vieron la oportunidad para rebelarse, aunque de los que quedamos atrás ninguno tenía claro cual era el mal menor. Meln fue el causante de todo, pero hay rumores que dicen que Zilda lo ayudó, incluso Balt parecía conspirar para que esto ocurriese. Sea lo que sea lo que te han dicho, no creas del todo sus palabras extranjero, todos intentarán manipularte y utilizarte para sus fines.
- Dispositivo:
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Aquellos fluidos cayeron sobre el cuerpo de la chica, manchándola totalmente de aquella extraña sustancia. No pudo evitar soltar un pequeño quejido y caer al suelo de espaldas, tratando de cubrirse de algo que no había. Aquella sensación era bastante incómoda, aunque hacía que su piel estuviese algo más suave. El mero hecho de lo que había pasado la hizo sonrojarse un poco, pues había parecido otra cosa. Finalmente miró a su compañero y le dedicó una sonrisa. Después trató de darle un abrazo con fuerza, pero tampoco sin pasarse mucho, pues conocía bien el poder que tenía en ese momento.
- Lo hemos conseguido, Ryuken.
A continuación trataría dar revolverle un poco el pelo. Entonces miró al moreno soltando un pequeño suspiro. Había llegado tarde para la batalla, pero de todas formas, parecía demasiado calmado. Ella entonces se fijó en la espada que había clavada en el sitio donde había muerto aquella cosa. Se acercó despacio para después estirar su mano derecha hacia el mango y después empuñarla. Sus ojos tomaron un leve brillo debido a lo bella que resultaba semejante arma. Le había gustado mucho y por ello decidió quedársela, por lo que tras un suspiro mostró una sonrisa calmada.
- Te llamarás Zeths.
En cuanto dijo eso se quedó mirando la grieta que había en el suelo. Parecía de un tamaño razonable para pasar por ella. Entonces la joven le dedicó una sonrisa al hombre moreno y después dio un par de pasosa hacia él.
- ¿Vendrás con nosotros? Aunque hayas llegado tarde, creo que eres un buen tipo y podríamos ayudarnos mutuamente.
Una vez le dijo aquello, se dio la vuelta y sin pensárselo trató de meterse por aquella grieta, guiñándole antes el ojo a Ryuken. Entonces la joven pelirosa empezó a descender con su nueva arma en las manos, la cual pretendía quedarse debido a su bonita forma. Nada en el mundo podría hacerla pensar en lo contrario.
- Lo hemos conseguido, Ryuken.
A continuación trataría dar revolverle un poco el pelo. Entonces miró al moreno soltando un pequeño suspiro. Había llegado tarde para la batalla, pero de todas formas, parecía demasiado calmado. Ella entonces se fijó en la espada que había clavada en el sitio donde había muerto aquella cosa. Se acercó despacio para después estirar su mano derecha hacia el mango y después empuñarla. Sus ojos tomaron un leve brillo debido a lo bella que resultaba semejante arma. Le había gustado mucho y por ello decidió quedársela, por lo que tras un suspiro mostró una sonrisa calmada.
- Te llamarás Zeths.
En cuanto dijo eso se quedó mirando la grieta que había en el suelo. Parecía de un tamaño razonable para pasar por ella. Entonces la joven le dedicó una sonrisa al hombre moreno y después dio un par de pasosa hacia él.
- ¿Vendrás con nosotros? Aunque hayas llegado tarde, creo que eres un buen tipo y podríamos ayudarnos mutuamente.
Una vez le dijo aquello, se dio la vuelta y sin pensárselo trató de meterse por aquella grieta, guiñándole antes el ojo a Ryuken. Entonces la joven pelirosa empezó a descender con su nueva arma en las manos, la cual pretendía quedarse debido a su bonita forma. Nada en el mundo podría hacerla pensar en lo contrario.
- Meln V9:
- Coger la espada, ser feliz con Ryuken, hablarle a Ichi y cruzar la grieta en primer lugar.
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Zero caminaba con una sonrisa siniestra en el rostro. Se lo estaba pasando en grande con su nuevo amigo y conquistando aquellas cosas. Entonces fue cuando escuchó las palabras de aquella cosa decirle que además le llamaban vampiro. Encima un rey, eso ya era demasiada casualidad. Las piezas estaban encajando a un ritmo alarmante y los ojos del luchador se abrieron como platos. Entonces se relamió y el pensamiento de una corona hecha de arroz empezó a ascender hasta su cerebro. En él estallaba y se convertía en la figura de un pollo bailando con una mancuerna en la boca. Era como si estuviese teniendo una alucinación y entonces fue cuando abrió la boca para gritar con fuerza lo que pensaba desde el interior de su alma de guerrero.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Tito!
Gritó pensando que su colega era Derian reencarnado. Tenía ganas de ponerse a bailar, pero lo que hizo fue acariciar a aquel ser supremo con cariño. Entonces Zero pudo ver otra de aquellas centrales y comenzó a trotar hacia ella, soltando carcajadas intensas y con la boca bastante abierta. Era como si hubiese enloquecido por la felicidad. Su querido tito estaba en su brazo y por fin podía conocerlo. Lo primero que hizo fue relamerse y tratar de colocar aquel collar en la central como hizo con la anterior. Gritó con fuerza al mismo tiempo que alzaba el puño con una pose de victoria.
- ¡Conquistaré todas las centrales que me pida mi tito!
Una vez estuviese esa también terminada, el luchador pondría rumbo a la última que le faltaba de aquella zona. La que estaba más al Oeste. Una vez lo hiciera, podría seguir escuchando las palabras proféticas de su maravilloso amigo. Era demasiado bueno para ser cierto y pensaba quedárselo de un modo u otro. Era demasiado perfecto.
- ¡Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Tito!
Gritó pensando que su colega era Derian reencarnado. Tenía ganas de ponerse a bailar, pero lo que hizo fue acariciar a aquel ser supremo con cariño. Entonces Zero pudo ver otra de aquellas centrales y comenzó a trotar hacia ella, soltando carcajadas intensas y con la boca bastante abierta. Era como si hubiese enloquecido por la felicidad. Su querido tito estaba en su brazo y por fin podía conocerlo. Lo primero que hizo fue relamerse y tratar de colocar aquel collar en la central como hizo con la anterior. Gritó con fuerza al mismo tiempo que alzaba el puño con una pose de victoria.
- ¡Conquistaré todas las centrales que me pida mi tito!
Una vez estuviese esa también terminada, el luchador pondría rumbo a la última que le faltaba de aquella zona. La que estaba más al Oeste. Una vez lo hiciera, podría seguir escuchando las palabras proféticas de su maravilloso amigo. Era demasiado bueno para ser cierto y pensaba quedárselo de un modo u otro. Era demasiado perfecto.
- SARKA C10 rumbo A10:
- Pensar que el gusano es mi tito derian reencarnado, conquistar con el colgante la central e ir a por la última en extasis de alegría.
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Los pasos del revolucionario continuaban llevándole más adentro de aquel sitio y tenía la esperanza de encontrar al líder o algo de información valiosa. Sus azulados ojos observaban el frente con toda la calma del mundo. Su haki le iba guiando correctamente, hasta que se dio cuenta de una presencia algo más poderosa de lo normal. Tampoco parecía ser alguien que pudiese pararle y por ello simplemente soltó un suspiro. Esperaba que no fuese un enemigo ni nada parecido, pues no tenía muchas ganas de ponerse a debatir. Soltó un enorme bostezo y entonces se rascó un poco la cabeza. Esa maldita guerra le estaba volviendo loco y eso que por el momento no había entrado en combate. Sus piernas se movieron algo más de prisa y entonces consiguió llegar a una posición que le hizo frenarse en seco.
- No puedo creerlo…
Dijo al mismo tiempo que observaba a aquella armadura. Era como si fuese una decoración de algún templo samurái o algo por el estilo. Debía admitir que estaba algo impresionado y se acercó un poco a ella. Al ver a aquella cosa ponerse en guardia, el espadachín frunció el ceño. Su punto débil estaba frente a sus ojos. Cuando alguien tenía la osadía de amenazarle con una espada, se activaba su vena del honor. Su alumno Ushio lo sabía bien. La ley de Dranser era simple. Si alguien le atacaba con un arma de filo que él pudiese considerar una espada, o moría él o el otro. Apretó los puños con rabia y entonces desenvainó a Shiro Kiba. Su espada realizó un sonido metálico y la mirada del castaño mostró concentración.
- Voy a advertírtelo. Déjame pasar por las buenas y ambos nos iremos vivos de este sitio. Si osas dar un paso hacia mí con una espada en mano o atacarme, uno de los dos morirá y no pretendo serlo ¡Quedas avisado!
Gritó algo mosqueado. Sabía que su forma de ser le iba a impulsar a matarlo, pues los duelos de espadachines debían terminar en muerte salvo los entrenamientos. Era su forma de ver las cosas y no iba a cambiarla de ninguna manera. Dranser entonces dio un par de pasos hacia los lados y miró aquella cosa con detenimiento. Estaba en guardia y preparado para empezar un nuevo combate por su vida o simplemente pasar si aquella armadura mostraba tener algo de inteligencia.
- No puedo creerlo…
Dijo al mismo tiempo que observaba a aquella armadura. Era como si fuese una decoración de algún templo samurái o algo por el estilo. Debía admitir que estaba algo impresionado y se acercó un poco a ella. Al ver a aquella cosa ponerse en guardia, el espadachín frunció el ceño. Su punto débil estaba frente a sus ojos. Cuando alguien tenía la osadía de amenazarle con una espada, se activaba su vena del honor. Su alumno Ushio lo sabía bien. La ley de Dranser era simple. Si alguien le atacaba con un arma de filo que él pudiese considerar una espada, o moría él o el otro. Apretó los puños con rabia y entonces desenvainó a Shiro Kiba. Su espada realizó un sonido metálico y la mirada del castaño mostró concentración.
- Voy a advertírtelo. Déjame pasar por las buenas y ambos nos iremos vivos de este sitio. Si osas dar un paso hacia mí con una espada en mano o atacarme, uno de los dos morirá y no pretendo serlo ¡Quedas avisado!
Gritó algo mosqueado. Sabía que su forma de ser le iba a impulsar a matarlo, pues los duelos de espadachines debían terminar en muerte salvo los entrenamientos. Era su forma de ver las cosas y no iba a cambiarla de ninguna manera. Dranser entonces dio un par de pasos hacia los lados y miró aquella cosa con detenimiento. Estaba en guardia y preparado para empezar un nuevo combate por su vida o simplemente pasar si aquella armadura mostraba tener algo de inteligencia.
- Zilda P11:
- Advertencia a la armadura, prepararme.
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El oficial cayó al suelo con los ojos en blanco. Su espalda rugía con fuerza, o al menos eso pensaba el pobre hombre que se hallaba allí tirado. Había logrado derribar el portón y llevarlos a todos al otro lado. Estaba hecho mierda y sentía sus hombros gritarle que se detuviese. Estiró los brazos a los lados, quedando bocabajo y en una posición de “cruz”. Unas lágrimas salían por sus ojos y su respiración era agitada. Entonces se dio la vuelta, mirando al cielo y mostrando su rostro, el cual inspiraba dolor. Esos cabrones se habían pasado al comer dulces en las últimas semanas y el demonio sabía que eso no iba a quedar ahí. La ira con Ai parecía haberse esfumado y ahora sentía rencor hacia sus compañeros.
- Estado:
- Putos gordos…
Susurró mientras las lágrimas caían por su rostro y se levantaba de la mejor forma posible. El sonido de un crujido le hizo soltar un gruñido de dolor y después trató de relajarse. Miró con rabia a todos sus hombres y empezó a tronar los huesos de su cuello. Después de unos momentos escupió a un lado y avanzó despacio. Pudo ver aquellos edificios hechos una ruina y eso provocó que chasquease un poco la lengua. La tigresa y el hombre de hielo no aparecían y eso le hizo apretar los puños unos momentos. Después continuó caminando con la mirada al frente. Era el momento de llegar a la zona principal de aquel sitio. Allí podrían ver lo que hacer y todavía esperaba que Dranser se pusiera en contacto con él.
- Avanzaremos con calma a partir de ahora. Ya estamos en territorio enemigo y no quiero que volemos por los aires al pisar una mina o algo así, de modo que iré primero que mi fruta activada.
También quería descansar su pobre espalda de aquellas morsas. Maldito momento en que la chica había perdido el poder de nadar, Osu había engordado y Ed no tenía culpa, pero Krauser lo incluía también sin motivo. Se rascó un poco la cabeza y empezó a avanzar despacio. El rumbo destinado era el Sur.
- Balt O10:
- Ir rumbo al Sur, cagarme en mi equipo.
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El demonio tuvo que frenarse en seco al darse cuenta de que apenas tenía energía después de aquello. El dolor no le era problema, pero la falta de vitalidad le estaba molestando demasiado. Continuaba con sus rumbles guardadas por si debía comerse las dos restantes y liberar el peor de los infiernos, pero por el momento tenía que continuar escapando. Frunció el ceño sabiendo que le quedaba poco tiempo de invisibilidad y entonces cerró los ojos relajándose. Debía actuar de prisa y para ello necesitaba la mente fría como de costumbre. Se mantuvo callado en todo momento y analizó la situación. Tenía frente a sus ojos un enorme barco en el que huir, pero esa un jodido suicidio teniendo en cuenta que estaría lleno de enemigos. Encima comenzaron a pasar soldados cerca suya ¿Estaban pudriéndose? Sus aromas daban incluso algo de asco al demonio.
Jin frunció el ceño y entonces se dirigió un poco al bosque del Este, tratando de buscar refugio por los árboles por el lugar. Encontrar una cueva o algo por el estilo podía funcionar. No entendía cómo esos jodidos seres habían llegado allí tan rápido. Debería buscar un sitio donde vigilar la posición del barco desde allí o mínimo recuperarse un poco. Caminaba despacio, tratando de alejarse o más posible.
- Maldita sea…
Pensó mientras apretaba el puño con rabia. Notó una sensación incómoda recorrer su cuerpo pero pasó de ella y continuó alejándose lo más rápido posible mientras buscaba algo en el entorno que pudiese serle se utilidad. Trataba al menos de no cansar sus brazos para de esa forma al menos poder defenderse con las guadañas en caso de muchísimo peligro. Notó algo de sudor bajar por su frente y entonces mantuvo su mantra atento a lo que pasaba. Debía de escapar de allí lo antes posible para ser feliz.
Jin frunció el ceño y entonces se dirigió un poco al bosque del Este, tratando de buscar refugio por los árboles por el lugar. Encontrar una cueva o algo por el estilo podía funcionar. No entendía cómo esos jodidos seres habían llegado allí tan rápido. Debería buscar un sitio donde vigilar la posición del barco desde allí o mínimo recuperarse un poco. Caminaba despacio, tratando de alejarse o más posible.
- Maldita sea…
Pensó mientras apretaba el puño con rabia. Notó una sensación incómoda recorrer su cuerpo pero pasó de ella y continuó alejándose lo más rápido posible mientras buscaba algo en el entorno que pudiese serle se utilidad. Trataba al menos de no cansar sus brazos para de esa forma al menos poder defenderse con las guadañas en caso de muchísimo peligro. Notó algo de sudor bajar por su frente y entonces mantuvo su mantra atento a lo que pasaba. Debía de escapar de allí lo antes posible para ser feliz.
- Meln X7:
- Huir al Este mientras busco una cueva desesperado.
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Cuanto más me contaba, más interés mostraba yo. Era una historia harto simple, casi incluso infantil, pero precisamente por eso tal vez... fue que me sentí tan atraído por ella. Una historia bonita, después de tantas noticias horribles y de ver en qué dirección iba el mundo. ¿Acaso mi vena cómica no había surgido precisamente por esa razón? ¿Para ofrecer un refugio de diversión en el que olvidarse por un momento de lo mierda que es la vida? Donde otros se habrían aburrido y largado, yo asentía con ganas cada vez que el robot hablaba maravillado sobre su pasado como estrella. Incluso me entristecí un poco al enterarme de que luego de todo el esfuerzo que había puesto en sus admiradores, lo modificaron para participar en una guerra.
- Tronco, debe de haber sido duro... - Le dije, genuinamente preocupado por él. Incluso me olvidé de usar mi tono cómico de siempre. - ¿Te obligaron a abandonar a tus fans para quedarte aquí cogiendo polvo hasta que, Dios sabe cuándo, alguien volviera a poner un pie aquí? Cuánta crueldad...
Indignado, me levanté del suelo y sacudí la ropa, pues se me habían llenado los pantalones de polvo. Luego le dije al robot exáctamente lo que pensaba. Mi sonrisa disminuyó varios grados, hasta casi el punto en que dejaba de ser una.
- No te mereces este trato. ¿No te parece que deberías estar ahí fuera, siguiendo tus sueños, y convirtiéndote en la admiración de niños y adultos por igual que siempre amaste ser? - Volví a sonreír. - ¿Defender la central? ¿Realmente es eso lo que quieres hacer por el resto de tu existencia? - Tras una breve pausa para dejar que lo pensara, continué: - Lo importante no es si creíste en quedarte o en irte. Lo importante es que fueras honesto contigo mismo. Y ahora, sabiendo la respuesta, puedes tomar una decisión. Tu destino no está en otras manos que en las tuyas propias...
Si pensaba seguir su papel de guardian, no estaba en ningún derecho de intentar cambiar eso. Al menos sería lo que él había elegido hacer, o lo que su programación le obligaba a hacer. No podía interferir en ese tipo de cosas. Pero si tenía un atisbo de libre albedrío... Si podía rebelarse contra su función impuesta hace tanto, y deseaba hacerlo... Bueno, no podría dejar pasar una injusticia como la que estaba ocurriendo justo delante de mí, así porque sí.
- Hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, quiero que sepas que te apoyo, amigo mío. - Levanté un esquelético pulgar en señal de "ok", y le dediqué mi más sincera sonrisa. Cuando hablé de nuevo, volvía a tener mi tono amigable: - Así pues, ¿qué será? ¿Nos quedamos aquí contando batallitas del pasado? ¿O salimos a escribir nuestro futuro? Cualquiera de las opciones me parece válida.
- Tronco, debe de haber sido duro... - Le dije, genuinamente preocupado por él. Incluso me olvidé de usar mi tono cómico de siempre. - ¿Te obligaron a abandonar a tus fans para quedarte aquí cogiendo polvo hasta que, Dios sabe cuándo, alguien volviera a poner un pie aquí? Cuánta crueldad...
Indignado, me levanté del suelo y sacudí la ropa, pues se me habían llenado los pantalones de polvo. Luego le dije al robot exáctamente lo que pensaba. Mi sonrisa disminuyó varios grados, hasta casi el punto en que dejaba de ser una.
- No te mereces este trato. ¿No te parece que deberías estar ahí fuera, siguiendo tus sueños, y convirtiéndote en la admiración de niños y adultos por igual que siempre amaste ser? - Volví a sonreír. - ¿Defender la central? ¿Realmente es eso lo que quieres hacer por el resto de tu existencia? - Tras una breve pausa para dejar que lo pensara, continué: - Lo importante no es si creíste en quedarte o en irte. Lo importante es que fueras honesto contigo mismo. Y ahora, sabiendo la respuesta, puedes tomar una decisión. Tu destino no está en otras manos que en las tuyas propias...
Si pensaba seguir su papel de guardian, no estaba en ningún derecho de intentar cambiar eso. Al menos sería lo que él había elegido hacer, o lo que su programación le obligaba a hacer. No podía interferir en ese tipo de cosas. Pero si tenía un atisbo de libre albedrío... Si podía rebelarse contra su función impuesta hace tanto, y deseaba hacerlo... Bueno, no podría dejar pasar una injusticia como la que estaba ocurriendo justo delante de mí, así porque sí.
- Hagas lo que hagas, decidas lo que decidas, quiero que sepas que te apoyo, amigo mío. - Levanté un esquelético pulgar en señal de "ok", y le dediqué mi más sincera sonrisa. Cuando hablé de nuevo, volvía a tener mi tono amigable: - Así pues, ¿qué será? ¿Nos quedamos aquí contando batallitas del pasado? ¿O salimos a escribir nuestro futuro? Cualquiera de las opciones me parece válida.
- Resumen Zilda:
- Escucho, siento empatía, trato de hacer que el robot se replantee su situación y le apoyo en la decisión que tome: tanto si significa quedarnos en la Central charlando hasta el aburrimiento; como si quiere salir a mostrarle al mundo de lo que es capaz.
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Kasai caminaba detrás de aquel hombre y con una sonrisa amable en el rostro. Observaba todo a su alrededor y debía admitir que era genial. Ojalá los demás pensasen de aquella forma y evitaran las malditas guerras. El tipo al que seguían parecía ser buena persona. El tirador por unos momentos se quedó mirando a la fiel pelirroja. Lo primero que hizo fue darle un toquecito en el hombro a modo de juego y después sonreírle. Agradecía su compañía después de haberse quedado solo con la traición de todos los miembros de la banda. Era curioso que la chica con el alma más neutral fuese más razonable que todos los que tenían un alma pura. Se relamió despacio y después continuó caminando tranquilamente con aquel hombre.
Llegaron en poco tiempo a una especie de seta enorme con una puerta en su base. Era un sitio bastante curioso para vivir y tenía buena pinta. El rubio entonces avanzó un poco más de prisa para poder examinarla mejor. De hecho, se preguntaba si sería comestible. Cualquier hambriento podía comerse la casa de aquel pobre hombre. Entonces fue cuando un hombre salió de allí con un gorrito interesante y una enorme barba. Aquello hizo a Kasai erizarse los pelos del cuello y sentir un escalofrío. Tenía fobia a su propia barba y temía por la seguridad de ese pobre hombre al tenerla de aquella forma. Entonces observó al tipo lanzarse contra ellos. Tenía un jodido bastón y el pistolero empezó a gruñir.
- Parece fuera de control. No le hagas nada, Nosta-chan.
Dijo con un tono serio. Se colocó el primero, esperando a que estuviese cerca y entonces sonrió de forma amable. Trató de extender los brazos buscando una especie de abrazo.
- Albert, somos amigos.
Mencionó con calma. Aquel tipo estaba más cerca, pero el cazador se quedó quieto. Si tenía que llevarse un varazo, pensaba hacerlo. No quería dañar a una persona que parecía ser amigo del juglar y que encima estaba fuera de control. Imbuyó su cuerpo en haki armadura y entonces entrecerró los ojos despacio. Si aquella arma tenía un filo peligroso se movería, de lo contrario se dejaría pegar, rezando por qué su haki bloqueara el golpe.
- Albert…
Llegaron en poco tiempo a una especie de seta enorme con una puerta en su base. Era un sitio bastante curioso para vivir y tenía buena pinta. El rubio entonces avanzó un poco más de prisa para poder examinarla mejor. De hecho, se preguntaba si sería comestible. Cualquier hambriento podía comerse la casa de aquel pobre hombre. Entonces fue cuando un hombre salió de allí con un gorrito interesante y una enorme barba. Aquello hizo a Kasai erizarse los pelos del cuello y sentir un escalofrío. Tenía fobia a su propia barba y temía por la seguridad de ese pobre hombre al tenerla de aquella forma. Entonces observó al tipo lanzarse contra ellos. Tenía un jodido bastón y el pistolero empezó a gruñir.
- Parece fuera de control. No le hagas nada, Nosta-chan.
Dijo con un tono serio. Se colocó el primero, esperando a que estuviese cerca y entonces sonrió de forma amable. Trató de extender los brazos buscando una especie de abrazo.
- Albert, somos amigos.
Mencionó con calma. Aquel tipo estaba más cerca, pero el cazador se quedó quieto. Si tenía que llevarse un varazo, pensaba hacerlo. No quería dañar a una persona que parecía ser amigo del juglar y que encima estaba fuera de control. Imbuyó su cuerpo en haki armadura y entonces entrecerró los ojos despacio. Si aquella arma tenía un filo peligroso se movería, de lo contrario se dejaría pegar, rezando por qué su haki bloqueara el golpe.
- Albert…
- Balt M4:
- Seguir al juglar, jugar con Nostariel, activar el haki armadura superior y tratar de hacer entrar en razón a Albert, dejandome pegar si el arma no tiene filo y rezando porque el haki lo pare o mis palabras.
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El rubio se quedó un poco confuso cuando no recibió palabras de ninguna de aquellas personas. Soltó un pequeño suspiro y se dio cuenta de que aquellas cosas atacaban también a una pelirroja y a otro chico. Su haki de observación le decía que él era uno de los más fuertes allí junto a la mujer y el marine. No tardó mucho en avanzar un poco hacia ellos para no dejarlos muy solos. Entonces le indicó a la peliblanca que le siguiese y después mostró una sonrisa calmada. Lanzó un par de patadas al aire, provocando algunos rankyakus que fueron directos hacia los lagartos pequeños. Observó que aquellas cosas también atacaban al resto y lo siguiente que hizo el rubio fue tratar de ayudarlos. Se interpuso en la trayectoria de los que saltaron hacia uno de aquellos chicos (Neo) y entonces metió el brazo en medio.
- Tekkai…
Susurró al notar aquella cosa morderle. El agente del gobierno mostró una expresión amable y calmada, pues ahora tenía una dureza considerable. Trató de lanzar a aquella cosa por los aires y justo después lanzó dos patadas más, tratando de impactar dos rankyakus contra el lagarto grande. Le diera o no, se quedaría cerca del resto, en especial del joven con la presencia menor. Sonrió de forma ladeada y después tronó un poco los huesos de sus nudillos, indicando que estaba listo para continuar combatiendo sin problema.
- Vamos, compañeros. Mostremos a estos lagartos que no tienen posibilidad de vencernos. Juntos podremos derrotarlos sin muchos problemas.
Mencionó al mismo tiempo que se mantenía calmado y mirando al frente. Esperaba que aquella gente reaccionara. Se relamió unos momentos y entonces entrecerró los ojos, esperando el momento adecuado para defenderse o atacar de ser requerido. La central estaba a nada de ellos y esas cosas eran las únicas que se interponían entre ellos y su objetivo.
- Tekkai…
Susurró al notar aquella cosa morderle. El agente del gobierno mostró una expresión amable y calmada, pues ahora tenía una dureza considerable. Trató de lanzar a aquella cosa por los aires y justo después lanzó dos patadas más, tratando de impactar dos rankyakus contra el lagarto grande. Le diera o no, se quedaría cerca del resto, en especial del joven con la presencia menor. Sonrió de forma ladeada y después tronó un poco los huesos de sus nudillos, indicando que estaba listo para continuar combatiendo sin problema.
- Vamos, compañeros. Mostremos a estos lagartos que no tienen posibilidad de vencernos. Juntos podremos derrotarlos sin muchos problemas.
Mencionó al mismo tiempo que se mantenía calmado y mirando al frente. Esperaba que aquella gente reaccionara. Se relamió unos momentos y entonces entrecerró los ojos, esperando el momento adecuado para defenderse o atacar de ser requerido. La central estaba a nada de ellos y esas cosas eran las únicas que se interponían entre ellos y su objetivo.
- Balt N5 Neo, Nat y compañía leedlo :
- Al ver que no hay contestación meterse en medio de la trayectoria del que trata de morder a Neo. Meter el brazo en medio con el tekkai, lanzas dos rankyakus al lagarto grande, otros dos a pequeños y hablar.
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Al parecer, ambos habían sido llevados a un destacamento de los soldados de Balt. Si necesitaban ayuda en batalla, el rubio iba a tener que prestarla por las órdenes de su líder. Confiaba de sobra en él y lo primero que hizo fue dar un enorme suspiro. Después se limpió el sudor de la frente y se quedó mirando a Misa. Aquello podía ser demasiado peligroso para ella y por ello estaba pensando en si dejar que ella fuese o que le esperase allí. La decisión era complicada y debía admitir que ambos casos le dolían. El chico se frotó despacio los ojos unos momentos y después recordó algunas palabras de la chica. Dejaría que ella fuese quien eligiese ir o quedarse por allí a salvo, pero él tenía que cumplir su deber. Tosió un poco de forma violenta y después de unos momentos suspiró con fuerza.
- Cielo, será mejor que apoye a estos soldados. Tú deberías ir a la ciudad central, pero sí deseas venir conmigo no pienso impedírtelo, de modo que decide.
Una vez le dijese aquello, el devastador empezaría a caminar con los demás soldados tras besarla. El marine apretó los puños y puso rumbo con todos aquellos hombres. Debía ayudar por el momento al ejército de Balt y su armadura y técnicas de combate le hacían alguien peligroso. Su mirada era seria en todo momento y lo siguiente que hizo fue fruncir el ceño. No podía permitir que las tropas de Meln avanzasen hacia allí y atacaran a su jefe, amada y compañeros. Debía asumir la responsabilidad de protegerlos a todos con su vida si era necesario. Se colocó cerca de los que eran más fuertes, pues su mantra se lo indicaba y después aceleró el ritmo con una mirada seria.
- No dudéis en que los contendremos con éxito, chicos.
- Cielo, será mejor que apoye a estos soldados. Tú deberías ir a la ciudad central, pero sí deseas venir conmigo no pienso impedírtelo, de modo que decide.
Una vez le dijese aquello, el devastador empezaría a caminar con los demás soldados tras besarla. El marine apretó los puños y puso rumbo con todos aquellos hombres. Debía ayudar por el momento al ejército de Balt y su armadura y técnicas de combate le hacían alguien peligroso. Su mirada era seria en todo momento y lo siguiente que hizo fue fruncir el ceño. No podía permitir que las tropas de Meln avanzasen hacia allí y atacaran a su jefe, amada y compañeros. Debía asumir la responsabilidad de protegerlos a todos con su vida si era necesario. Se colocó cerca de los que eran más fuertes, pues su mantra se lo indicaba y después aceleró el ritmo con una mirada seria.
- No dudéis en que los contendremos con éxito, chicos.
- Balt N4:
- Darle a Misa opcion de escoger, ir a la guerra con los soldados y hablar con ellos mientras avanzo.
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Diré la verdad... aquel encuentro fue muy anti climático. Con todo lo que esa cosa me hizo recordar, pensé que derrotarlo sería cosa difícil, pero me equivoqué. Solo bastó con un golpe mio y de Galia para destruir esa cosa infernal. Luego de eso, la cosa reventó y un líquido morado raro cayó sobre nosotros. Me estremecí al contacto y una mueca de disgusto apareció en mi rostro. Si bien no era dañino para el cuerpo, eso no quería decir que no me sintiera gustoso con tener eso que parecía moco recorriendo mi cuerpo. Genial, ahora todo mi cuerpo se encontraba resbaladizo por culpa de esa cosa. Hubiera seguido maldiciendo ese pólipo en mi mente... de no ser porque Galia me abrazó con fuerza y alegría, para luego revolverme el cabello. Aquello me dejo atónito durante algunos segundos, luego me sonrojé a más no poder al sentir ciertas... partes. El hecho que su cuerpo también se encontraba resbaladizo, no ayudaba en lo más mínimo en calmar mis alocadas hormonas. ¿Por qué mierda me sentía así de incómodo? Solo pasaba con Galia, e intuía que era porque fue la única mujer, a parte de mi madre, en abrazarme de esa forma.
Para mi alivio y descontento, la pelirrosa se separó y se dirigió a cierto lugar que pasé por alto debido a la posición en la que me encontraba anteriormente. El líquido morado se había secado y un espadón se encontraba en el sitio más seco. Fruncí el ceño, pero no hice nada para tomarla. Armas así no eran de mi estilo, por lo que era mejor que se lo quedase Galia. A continuación se dirigió a la grieta con el objetivo se seguir, no sin antes preguntarle al pelinegro sobre si venir con nosotros o no.
– Honestamente, me había olvidado de ese tipo debido a todo lo sucedido – pensé mientras un sonrojo leve volvía aparecer en mis mejillas.
Una vez que me calmé, miré al pelinegro y seguí a Galia por la grieta. Dudé o no si hacer lo que tenía en mente, pero luego recordé el episodio de los tentáculos y me llené de determinación. Pese a que me hicieron recordar cosas que prefería olvidar, hizo que me diera cuenta de lo mucho que había mejorado. Cuando antes parecía más un cuerpo andante que una persona normal, ahora sentía que tenía un futuro prometedor por delante y todo gracias esas dos personas, más Galia que Dranser.
– Espera, Galia – le dije mientras me acercaba. Antes que pudiese responder, la abracé con suavidad y le susurré al oído. – De verdad... gracias por todo – luego de eso me separé rápidamente y adelanté a mi compañera para que ésta no viera el sonrojo de mi rostro. Casi me morí abrazando a la pelirrosa, pero valió la pena.
Para mi alivio y descontento, la pelirrosa se separó y se dirigió a cierto lugar que pasé por alto debido a la posición en la que me encontraba anteriormente. El líquido morado se había secado y un espadón se encontraba en el sitio más seco. Fruncí el ceño, pero no hice nada para tomarla. Armas así no eran de mi estilo, por lo que era mejor que se lo quedase Galia. A continuación se dirigió a la grieta con el objetivo se seguir, no sin antes preguntarle al pelinegro sobre si venir con nosotros o no.
– Honestamente, me había olvidado de ese tipo debido a todo lo sucedido – pensé mientras un sonrojo leve volvía aparecer en mis mejillas.
Una vez que me calmé, miré al pelinegro y seguí a Galia por la grieta. Dudé o no si hacer lo que tenía en mente, pero luego recordé el episodio de los tentáculos y me llené de determinación. Pese a que me hicieron recordar cosas que prefería olvidar, hizo que me diera cuenta de lo mucho que había mejorado. Cuando antes parecía más un cuerpo andante que una persona normal, ahora sentía que tenía un futuro prometedor por delante y todo gracias esas dos personas, más Galia que Dranser.
– Espera, Galia – le dije mientras me acercaba. Antes que pudiese responder, la abracé con suavidad y le susurré al oído. – De verdad... gracias por todo – luego de eso me separé rápidamente y adelanté a mi compañera para que ésta no viera el sonrojo de mi rostro. Casi me morí abrazando a la pelirrosa, pero valió la pena.
- Meln V9:
- Pensar cosas indebidas acerca de Galia(?), pensar en el encuentro con el pólipo y abrazar a Galia. Luego adelatarla un poco para que ésta no vea su rostro.
Alice Branwen
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Pese a que estaba usando el Soru, igual terminé quedándome un poco atrás. Para cuando llegué, Taiga ya se había presentado y se lanzó por los lagartos o lo que fuesen aquellas cosas. Antes de unirme, le eché una mirada rápida a las personas que se encontraban en el lugar. Una mujer pelirroja y aquí. Uno era un tipo rubio, y por su capa pude deducir que se trataba de un vicealmirante. Curioso, esta era la segunda vez que veía a un vicealmirante en persona y, coincidentemente, ambos era rubios. La otra persona que llamó mi atención fue el pequeñito, que lo reconocí por haber chocado con Kasai la noche anterior. Eso y que además su apariencia me resultaba muy mona. No podían culparme, solía ponerme así con las personas o cosas que consideraba como bonitas y tiernas.
– Ara, si tan solo no estuviéramos en una situación como la de ahora, probablemente lo hubiese abrazado – pensé con desgana mientras un puchero aparecía en mi rostro.
Suspiré pesadamente y observé que aún habían unos lagartos libres. De un movimiento retiré mis dos tantos de mi espalda y me puse en posición de combate. Normalmente no usaría ambos, pero dado que el oponente no era exactamente humano... significada que podía luchar con todo. Además, ahora eramos muchas personas, por lo que no podía darme el lujo de no pelear al cien por ciento. No podría vivir conmigo misma si es que alguien resultaba herido por mi negligencia.
– Bueno, empecemos – pensé con determinación.
Usando el Soru, me coloqué detrás del reptil más cercano e intenté cortarlo con mis dos armas filosas en forma de cruz. Le diese o no, volvería a usar el Soru para aparecer detrás de la mujer pelinegra. ¿Por qué de eso? Simplemente fue porque, por alguna razón, no parecía moverse del sitio. No quedaba otra que protegerla hasta que espabilase. Sostuve con fuerza mis dos tantos y miraba atentamente a esas cosas que se iban acercando.
– Ara, si tan solo no estuviéramos en una situación como la de ahora, probablemente lo hubiese abrazado – pensé con desgana mientras un puchero aparecía en mi rostro.
Suspiré pesadamente y observé que aún habían unos lagartos libres. De un movimiento retiré mis dos tantos de mi espalda y me puse en posición de combate. Normalmente no usaría ambos, pero dado que el oponente no era exactamente humano... significada que podía luchar con todo. Además, ahora eramos muchas personas, por lo que no podía darme el lujo de no pelear al cien por ciento. No podría vivir conmigo misma si es que alguien resultaba herido por mi negligencia.
– Bueno, empecemos – pensé con determinación.
Usando el Soru, me coloqué detrás del reptil más cercano e intenté cortarlo con mis dos armas filosas en forma de cruz. Le diese o no, volvería a usar el Soru para aparecer detrás de la mujer pelinegra. ¿Por qué de eso? Simplemente fue porque, por alguna razón, no parecía moverse del sitio. No quedaba otra que protegerla hasta que espabilase. Sostuve con fuerza mis dos tantos y miraba atentamente a esas cosas que se iban acercando.
- Balt (N5):
- )"]Llegar al frente de la central, ver la apariencia de las personas del lugar, cortar al lagarto más cercano con sus tantos y ponerme detrás de Ai con el Soru.
Krieg
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La arquitectura del mobiliario eléctrico es sin duda Zildariana… o Zildense… he de preguntar el gentilicio antes de que ese resquemor en mi cerebro ocupe suficiente hueco como para ser una distracción. El escritorio se parece a una de esas mesas de dibujo de los artistas, y según mi acompañante me informa parece tener una misma función que su contraparte arcaica… arcaica y obsoleta si se pone a esto en perspectiva claro.
Tomo el lápiz, pues la respuesta me es clara como el agua.
Este método de escritura ahorraría en tinta y papel, aunque quizás el mantenimiento energético de esto sea más costoso en recursos. Habría que hacer un balance.
Tal y como dijo Beros “Hace cincuenta años las creamos para época de guerra, sólo funcionando para el código que las decodifique.”, así que la respuesta tiene que estar fuertemente arraigada en el alma que se oculta en aquellos cuerpos pálidos y mortecinos.
“CONOCIMIENTO” escribo, y “SABER” de tener que recurrir a un sinónimo si no lo acepta de primeras.
Aunque realmente, si uno se para a pensar que esas centrales fueron creadas para la guerra el verdadero propósito, y por ende la contraseña, debería ser “PAZ”.
Si me hubieran dado a escoger a mí crear este código, esto sería otra cosa… hubiera escrito ARTE, por el simple hecho de englobar la MÚSICA. Aunque está realmente cerca del conocimiento… ¿pero qué haría yo con todo el conocimiento del mundo y sin el disfrute de mi pequeño placer? Suicidarme, seguro. Aunque quizás podría crear algo para satisfacerme con el siguiente conocimiento… o eliminar esa pequeña “necesidad”.
Beros nos informa por la muñeca del inminente ataque por el este. Hubiera preferido que nos informara del contingente que se acerca, sus fuerzas o su velocidad… pero no, claro que no. Zilda no es, a mi juicio, una nación de guerra, por mucho que se haya visto forzada a participar en ella.
Hacemos lo que debemos, al fin y al cabo.
- Nuestra ventaja táctica se basa en los explosivos y la cobertura que nos ofrece la estructura. Aguantaremos la primera oleada con las armas de fuego y cuando la segunda se aproxime a la espalda de la primera activaremos los explosivos para ocasionar el caos entre sus tropas, creando además una cierta barrera con los cuerpos destrozados de nuestros enemigos. Debería ser fácil aguantar unos minutos a los refuerzos. ¿Hay alguna información respecto a las tácticas y armamento de Zal? Lo poco que sé es que son bioingenieros.- de utilizar alguna enfermedad como arma estaremos todos muertos. Espero que hayan llegado a la conclusión de que esa táctica es inhumana hasta para la guerra, uno no controla la evolución de un ser vivo… ¿o han llegado a ese punto? Confío que de hacerlo no se dediquen a usarlo para actos bélicos. Pero nosotros también tenemos abracadabras científicos, aunque sean menos orgánicos- ¿Cuáles son los gentilicios de cada facción ya que estamos?
-
Compruebo la toma de la central antes de marcharnos, cerrando su puerta, para tomar posiciones y oculto los lápices en mi abrigo para asegurar que la torre no pueda ser reconquistada en caso de que perdamos. Tomo posiciones con el equipo de asalto posteriormente.
Si la torre no ha aceptado las contraseñas deberé quedarme dentro dándole vueltas al asunto buscando la respuesta mientras confío en la superioridad táctica de mis soldados.
Compruebo el perímetro proximal del este mediante nuestra red de información, para alertar del avance a mis soldados.[Q15] Al menos parece que la casilla que comprobé antes está vacía de enemigos, no parece haber signos de que estén dividiendo sus tropas para un ataque flanqueado.
- Agente alfa solicitando refuerzos. En especial los robóticos y de artillería que pedí hace unos minutos.- comento con voz áspera para que sepan de su incompetencia en ignorarme. El perímetro este a sur del claro que rodea la central ha sido regado con explosivos, de tener refuerzos eviten la aproximación cuerpo a cuerpo a esta zona. Informen a los agentes que avancen a nuestra posición de esta información. Defenderemos cuanto podamos la central.
Tomo el lápiz, pues la respuesta me es clara como el agua.
Este método de escritura ahorraría en tinta y papel, aunque quizás el mantenimiento energético de esto sea más costoso en recursos. Habría que hacer un balance.
Tal y como dijo Beros “Hace cincuenta años las creamos para época de guerra, sólo funcionando para el código que las decodifique.”, así que la respuesta tiene que estar fuertemente arraigada en el alma que se oculta en aquellos cuerpos pálidos y mortecinos.
“CONOCIMIENTO” escribo, y “SABER” de tener que recurrir a un sinónimo si no lo acepta de primeras.
Aunque realmente, si uno se para a pensar que esas centrales fueron creadas para la guerra el verdadero propósito, y por ende la contraseña, debería ser “PAZ”.
Si me hubieran dado a escoger a mí crear este código, esto sería otra cosa… hubiera escrito ARTE, por el simple hecho de englobar la MÚSICA. Aunque está realmente cerca del conocimiento… ¿pero qué haría yo con todo el conocimiento del mundo y sin el disfrute de mi pequeño placer? Suicidarme, seguro. Aunque quizás podría crear algo para satisfacerme con el siguiente conocimiento… o eliminar esa pequeña “necesidad”.
Beros nos informa por la muñeca del inminente ataque por el este. Hubiera preferido que nos informara del contingente que se acerca, sus fuerzas o su velocidad… pero no, claro que no. Zilda no es, a mi juicio, una nación de guerra, por mucho que se haya visto forzada a participar en ella.
Hacemos lo que debemos, al fin y al cabo.
- Nuestra ventaja táctica se basa en los explosivos y la cobertura que nos ofrece la estructura. Aguantaremos la primera oleada con las armas de fuego y cuando la segunda se aproxime a la espalda de la primera activaremos los explosivos para ocasionar el caos entre sus tropas, creando además una cierta barrera con los cuerpos destrozados de nuestros enemigos. Debería ser fácil aguantar unos minutos a los refuerzos. ¿Hay alguna información respecto a las tácticas y armamento de Zal? Lo poco que sé es que son bioingenieros.- de utilizar alguna enfermedad como arma estaremos todos muertos. Espero que hayan llegado a la conclusión de que esa táctica es inhumana hasta para la guerra, uno no controla la evolución de un ser vivo… ¿o han llegado a ese punto? Confío que de hacerlo no se dediquen a usarlo para actos bélicos. Pero nosotros también tenemos abracadabras científicos, aunque sean menos orgánicos- ¿Cuáles son los gentilicios de cada facción ya que estamos?
-
Compruebo la toma de la central antes de marcharnos, cerrando su puerta, para tomar posiciones y oculto los lápices en mi abrigo para asegurar que la torre no pueda ser reconquistada en caso de que perdamos. Tomo posiciones con el equipo de asalto posteriormente.
Si la torre no ha aceptado las contraseñas deberé quedarme dentro dándole vueltas al asunto buscando la respuesta mientras confío en la superioridad táctica de mis soldados.
Compruebo el perímetro proximal del este mediante nuestra red de información, para alertar del avance a mis soldados.[Q15] Al menos parece que la casilla que comprobé antes está vacía de enemigos, no parece haber signos de que estén dividiendo sus tropas para un ataque flanqueado.
- Agente alfa solicitando refuerzos. En especial los robóticos y de artillería que pedí hace unos minutos.- comento con voz áspera para que sepan de su incompetencia en ignorarme. El perímetro este a sur del claro que rodea la central ha sido regado con explosivos, de tener refuerzos eviten la aproximación cuerpo a cuerpo a esta zona. Informen a los agentes que avancen a nuestra posición de esta información. Defenderemos cuanto podamos la central.
- AGENTE ALFA ZILDA:
Escribir CONOCIMIENTO, luego SABER si no lo acepta. En tercera instancia PAZ.
Dar protocolo de acción a mi segundo al mando para que informe a sus hombres (aguantar primera oleada con potencia de fuego, cuando la segunda se pegue a la primera por la espalda activar los explosivos para crear el caos en sus tropas, aprovechar esto para seguir diezmando las oleadas con potencia de fuego) Solicitarle información sobre ZAL (tácticas y eso, bélica), PREGUNTAR CUALES SON LOS GENTILICOS (llevo comiéndome la cabeza con ZILDENSE O ZILDARIANO) de cada facción.
Comprobar la toma de la torre (quedándome en su interior para seguir probando códigos a ver qué tal)( de ser tomada ir a tomar posiciones con el equipo de asalto).
Compruebo[Q15] por la red de información mediante mi dispositivo.
Solicitar los refuerzos que ya pedí en post anteriores. Decir que informen de los explosivos (posicones este a sur del claro de la central) a quien venga de refuerzos (que luego la gente se mete y se convierte en chocapic)
EDIT" Añadido al final la info de que no había nada en la casilla que comprobé (que lo omitieron y he preguntado respecto a esto)
Roland von Klauswitz
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El sonido de la batalla era inconfundible y atronador. Aunque aún no había llegado podía sentir como retumbaba en sus oídos el sonido del acero y los gritos. Casi le parecía poder oír cada gota de sangre que era derramada y cada vida que se perdía. Por suerte, no era así. Según se acercaba a grandes zancadas, el estruendo crecía en intensidad y Kodama comenzó a ver a los combatientes más cercanos.
Sabía que las tropas de Balt estaban en combate contra alguien, pero no estaba seguro de que facción enfrentaban. En cualquier caso, tampoco importaba mucho. Su única preocupación sería distinguir a los marines que quizás pudiesen estar combatiendo en colaboración con el ejército enemigo. A ellos, obviamente, no les dañaría. La lealtad que profesaba hacia sus compañeros de la Marina era mucho mayor que la que pudiera sentir hacia los belicosos gobernantes de Síderos.
El roble continuó corriendo, apretando un poco el paso. No quería que fuese demasiado tarde cuando llegara, a pesar de que tal vez su presencia no cambiase en absoluto las tornas de la batalla. Por otra parte, sabía que Balt contaba con el apoyo de numerosos oficiales de la Marina, por lo que decidió buscarlos durante la refriega. No creía que le costase excesivamente dar con ellos y se sentiría mucho mejor si combatía junto a sus camaradas que junto a unos extraños.
Activó su mantra y se preparó para eliminar a los primeros adversarios que se fuese cruzando en su camino. Estaba bastante confiado en su poder como para tener la seguridad de que no serían un problema. Quizás fuese buena idea localizar al líder de sus enemigos y cortarle la cabeza a la serpiente. Claro que él nunca le cortaría la cabeza a ningún animal. Los humanos y sus metáforas...
- Balt:
- Dirigirse a la batalla, a ver si llega ya xD, y buscar a los marines que haya apoyando a Balt para luchar junto a ellos.
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Al parecer el calamar tenía cierto grado de inteligencia al igual que yo, lo que hacía mucho más fácil la comunicación y llegar al entendimiento. Por desgracia, no debía lealtad a ningún bando. Bueno, por desgracia y por suerte. Si hubiera formado parte de Zilda aquello hubiera sido súper fácil, si fuera de alguna de las otras facciones tendría que haberlo matado. Aunque, matarlo todavía estaba como posibilidad de no poder convencerlo de que me dejara pasar. A juzgar por sus palabras, le interesaba que no hubiera guerra para que no sufrieran animales y plantas las consecuencias. Debía tratar de aprovechar eso para ganarme su favor.
-Veras, no pretendo usarla para hacer daño. Quiero conseguirla para Zilda, la única facción que no está en guerra abierta, y que por tanto es, ahora mismo, la única que no está destruyendo nada. Si conseguimos las centrales, el resto no podrá usarlas en sus armas destructivas, y, por tanto, no podrán hacer daño gracias a ellas. – Le dije al calamar. No estaba muy seguro de que Beron no usara la energía para destruir todo, pero al menos, estaba diciendo la verdad pues apenas teníamos soldados y no participaríamos en guerras abiertas.
Mirando alrededor mientras esperaba la contestación del calamar me di cuenta de una cosa, había sido buena idea no combatir. Estaba demasiado expuesto en esa zona, y rodeado por el mar como estaba, todo era mucho más complicado. Si caía al mismo, podía darme por perdido. Por lo que sabía los usuarios se hundían como si fueran de metal, y allí debía haber mucha profundidad. Ciertamente podía volar, pero sabía que los clamares podían echar tinta, y si era capaz de lanzarla fuerte, estaría en serios problemas.
Sino convencía al calamar y atacaba, lo primero que haría, sería tratar de esquivarlo volviéndome mercurio, aplanándome contra el suelo, para luego tratar de despegar. Si lo convencía, activaría la central y volaría de nuevo hacía la tierra en busca de la siguiente central.
-Veras, no pretendo usarla para hacer daño. Quiero conseguirla para Zilda, la única facción que no está en guerra abierta, y que por tanto es, ahora mismo, la única que no está destruyendo nada. Si conseguimos las centrales, el resto no podrá usarlas en sus armas destructivas, y, por tanto, no podrán hacer daño gracias a ellas. – Le dije al calamar. No estaba muy seguro de que Beron no usara la energía para destruir todo, pero al menos, estaba diciendo la verdad pues apenas teníamos soldados y no participaríamos en guerras abiertas.
Mirando alrededor mientras esperaba la contestación del calamar me di cuenta de una cosa, había sido buena idea no combatir. Estaba demasiado expuesto en esa zona, y rodeado por el mar como estaba, todo era mucho más complicado. Si caía al mismo, podía darme por perdido. Por lo que sabía los usuarios se hundían como si fueran de metal, y allí debía haber mucha profundidad. Ciertamente podía volar, pero sabía que los clamares podían echar tinta, y si era capaz de lanzarla fuerte, estaría en serios problemas.
Sino convencía al calamar y atacaba, lo primero que haría, sería tratar de esquivarlo volviéndome mercurio, aplanándome contra el suelo, para luego tratar de despegar. Si lo convencía, activaría la central y volaría de nuevo hacía la tierra en busca de la siguiente central.
- Zilda:
- pensar un poco antes de hablar. Tratar de convencer al Clamar de que es lo mejor para evitar muertes. Mirar a mi alrededor. Si me ataca, hacerme mercurio contra el suelo, y si me deja pasar, activar la central.
Vilya sûlceleb
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Me enseñan lo que está pasando en K11, dos fuerzas chocan una contra otra al lado de lo que debe ser la muralla de la ciudad. Es bastante alta, aunque para ella y el jefe eso no sea un problema. Las fuerzas que se enfrente entre sí, sin embargo, son extrañas. Unos poseen rasgos ferales, y otros parecen acorazados a no más poder. Responden a mi pregunta rápidamente. Al parecer, ese es el mapa actualizado de la central. Me recomiendan volver sobre mis pasos y seguir las instrucciones al pie de la letra. Seguro que nos están controlando todo el rato y esto ya lo sabían, porque no simplificar las cosas y avisar antes.
Con un suspiro giré en redondo, tratando de llegar de nuevo a la entrada. No había avanzado demasiado, y usando la posición de Madara, tenía clara la dirección a la que ir. Gracias a las marcas de las flechas, unido a lo anterior, conseguí llegar al punto de partida. No sin antes encontrarme varios pasillos sin salida, ni varios sin marcar entre dos marcados. A pesar de lo que dijeran aquellos tipos, seguir instrucciones predefinidas en un laberinto cambiante, no parecía buena idea. A pesar de este pensamiento, les hice caso, al fin y al cabo, eran las mentes pensantes de esa maldita isla.
Partiendo desde la zona inicial, seguí los giros como se indicaban en el mapa holográfico. Esperando llegar hasta el centro de control. De conseguirlo, lo activaría, si no había más cosas que hacer. De conseguirlo, volvería siguiendo los pasos indicados en el mapa en orden inverso. Si ni siquiera siguiendo las instrucciones llegaba hasta el lugar indicado, pasaría a forma híbrida y me liaría a golpes con los muros en línea recta. Estaban bien esos juegos, pero hasta cierto límite. A fin de cuentas, había mucho más que hace en esa guerra y esa maldita central no marcaría la victoria.
Con un suspiro giré en redondo, tratando de llegar de nuevo a la entrada. No había avanzado demasiado, y usando la posición de Madara, tenía clara la dirección a la que ir. Gracias a las marcas de las flechas, unido a lo anterior, conseguí llegar al punto de partida. No sin antes encontrarme varios pasillos sin salida, ni varios sin marcar entre dos marcados. A pesar de lo que dijeran aquellos tipos, seguir instrucciones predefinidas en un laberinto cambiante, no parecía buena idea. A pesar de este pensamiento, les hice caso, al fin y al cabo, eran las mentes pensantes de esa maldita isla.
Partiendo desde la zona inicial, seguí los giros como se indicaban en el mapa holográfico. Esperando llegar hasta el centro de control. De conseguirlo, lo activaría, si no había más cosas que hacer. De conseguirlo, volvería siguiendo los pasos indicados en el mapa en orden inverso. Si ni siquiera siguiendo las instrucciones llegaba hasta el lugar indicado, pasaría a forma híbrida y me liaría a golpes con los muros en línea recta. Estaban bien esos juegos, pero hasta cierto límite. A fin de cuentas, había mucho más que hace en esa guerra y esa maldita central no marcaría la victoria.
- Zilda:
- volver a la salida tras perderme un poco usando referencias. Seguir las instrucciones del mapa. Activar la central y salir de no haber más pruebas. Liarme a hostias con los muros de no funcionar las indicaciones.
Rezvan Markov
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Los soldados indican en una dirección en respuesta a mi pregunta. La batalla ha alcanzado rápidamente estas posiciones, por suerte hemos sido más rápidos al capturar la central y ahora tenemos cierta ventaja. Respondiendo a mi segunda pregunta, me dicen que se quedaran allí a proteger la central de posibles ataques y que un transporte va hacía la batalla. El vehículo avanza al paso de unos soldados que los escoltan. Señaló el vehículo para que Kotaro lo vea. Y voy hacía él mismo. Uniéndome como otro cualquiera a la comitiva que avanza hacia el frente.
Pronto, un contingente de Zal se dirige hacia nosotros. Los soldados que nos acompañan, y el propio vehículo abren fuego contra los agresores. Yo mismo lanzo dos de los Kunais hacia los enemigos tratando de perforarles el cuello. A pesar de la potencia de fuego, el número de aquellos enemigos hace que pronto el combate sea cuerpo a cuerpo. Me acercó a alguno de los soldados, dagas en mano y me preparó para comenzar a atacar a esos animales que se acercaba. Ahora que me fijaba, los enemigos tenían unos rasgos ferales, como si en lugar de humanos vinieran de alguna raza de animal.
Tras la conmoción inicial de ver como desgarraban a unos de los hombres de Sarka entre varios de aquellos seres, me lancé hacía uno de ellos que no estaba combatiendo. No caería en la deshonra de pelear en un uno contra varios sin necesidad. Sabía que estábamos en una guerra, y que el honor desparecía en las mismas, pero trataría de llevarlo hasta donde pudiera. Solo tenía una cosa muy clara, no moriría allí. Aquellas bestias no tenían honor como acababa de ver, por lo que, para evitar la mayor de las deshonras, morir a manos de un deshonrado sin ser un duelo, podría tomarme ciertas libertades dentro de mi código. Al menos, eso nos habían enseñado.
Pronto, un contingente de Zal se dirige hacia nosotros. Los soldados que nos acompañan, y el propio vehículo abren fuego contra los agresores. Yo mismo lanzo dos de los Kunais hacia los enemigos tratando de perforarles el cuello. A pesar de la potencia de fuego, el número de aquellos enemigos hace que pronto el combate sea cuerpo a cuerpo. Me acercó a alguno de los soldados, dagas en mano y me preparó para comenzar a atacar a esos animales que se acercaba. Ahora que me fijaba, los enemigos tenían unos rasgos ferales, como si en lugar de humanos vinieran de alguna raza de animal.
Tras la conmoción inicial de ver como desgarraban a unos de los hombres de Sarka entre varios de aquellos seres, me lancé hacía uno de ellos que no estaba combatiendo. No caería en la deshonra de pelear en un uno contra varios sin necesidad. Sabía que estábamos en una guerra, y que el honor desparecía en las mismas, pero trataría de llevarlo hasta donde pudiera. Solo tenía una cosa muy clara, no moriría allí. Aquellas bestias no tenían honor como acababa de ver, por lo que, para evitar la mayor de las deshonras, morir a manos de un deshonrado sin ser un duelo, podría tomarme ciertas libertades dentro de mi código. Al menos, eso nos habían enseñado.
- Sarka, kotaro lee:
- Señalar el transporte, e ir con él. Lanzar varios kunais antes del combate cuerpo a cuerpo. Divagar un poco y lanzarme por un enemigo que no estuviera luchando de frente al mismo.
Kotaro: Miedos a Okamas y deshonor
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Seguía pensando de brazos y piernas cruzados, ahora con los ojos cerrados al tiempo que emitía un gruñido constante, casi un mantra que me ayudaba a concentrarme, y seguía girando en la silla sin cesar, tratando de averiguar la palabra acertada.
Si bien Gol D. Roger había sido uno de los piratas más famosos de la historia, el que había dado comienzo a una era de piratería que se extendería durante muchos años... Se quedaba un poco obsoleto teniendo en cuenta que ahora nos encontrábamos sumergidos en una nueva, que había dado comienzo por otros motivos. Aunque los piratas seguían buscando sin descanso el One Piece. Al menos... algunos de ellos.
Por otro lado, Kuma había dado comienzo a su propia era del terror, convirtiéndose en el Adán de los Pacifistas, que aún daban bastantes problemas a día de hoy. Que me lo dijesen a mi...
Entonces, el colgante que llevaba al cuello emitió un destello violeta, llamando mi atención. Algo sucedió y, para cuando volví a mirar, el contenido de la pantalla había cambiado ligeramente. Intentos restantes: 2.
Pista: Invictus Regina.
Abrí los ojos con sorpresa para echar un nuevo vistazo al colgante.
- ¿Estás intentando... ayudarme? -le pregunté al objeto, con el ceño fruncido. Aquel dispositivo... ¿funcionaba a control remoto? Y, sin duda, su funcionamiento era electrónico, si tenía el poder de alterar el monitor-. ¡No te he pedido ayuda, estúpida calavera! ¡Por tu culpa ahora sólo tengo dos intentos! -me quejé, ligeramente molesta, al tiempo que arrastraba la silla para situarme frente al teclado y echaba un nuevo vistazo a la pantalla. Invictus Regina. Reina invicta. O Reino invicto. ¿El Gobierno Mundial? No cabía. Había llegado la hora de apostar. Acerqué los dedos al teclado y pulsé las cuatro teclas. K. U. M. A-. Vamos a suponer que no son lo suficientemente ignorantes como para referirse a Roger como Gold. Si no es Kuma, y nada referente al Gobierno Mundial cabe... Entonces sólo me queda PX-0 -reflexioné para mí misma al tiempo que pulsaba las teclas.
Me eché hacia atrás y observé la pantalla con avidez, esperando una respuesta.
Si bien Gol D. Roger había sido uno de los piratas más famosos de la historia, el que había dado comienzo a una era de piratería que se extendería durante muchos años... Se quedaba un poco obsoleto teniendo en cuenta que ahora nos encontrábamos sumergidos en una nueva, que había dado comienzo por otros motivos. Aunque los piratas seguían buscando sin descanso el One Piece. Al menos... algunos de ellos.
Por otro lado, Kuma había dado comienzo a su propia era del terror, convirtiéndose en el Adán de los Pacifistas, que aún daban bastantes problemas a día de hoy. Que me lo dijesen a mi...
Entonces, el colgante que llevaba al cuello emitió un destello violeta, llamando mi atención. Algo sucedió y, para cuando volví a mirar, el contenido de la pantalla había cambiado ligeramente. Intentos restantes: 2.
Pista: Invictus Regina.
Abrí los ojos con sorpresa para echar un nuevo vistazo al colgante.
- ¿Estás intentando... ayudarme? -le pregunté al objeto, con el ceño fruncido. Aquel dispositivo... ¿funcionaba a control remoto? Y, sin duda, su funcionamiento era electrónico, si tenía el poder de alterar el monitor-. ¡No te he pedido ayuda, estúpida calavera! ¡Por tu culpa ahora sólo tengo dos intentos! -me quejé, ligeramente molesta, al tiempo que arrastraba la silla para situarme frente al teclado y echaba un nuevo vistazo a la pantalla. Invictus Regina. Reina invicta. O Reino invicto. ¿El Gobierno Mundial? No cabía. Había llegado la hora de apostar. Acerqué los dedos al teclado y pulsé las cuatro teclas. K. U. M. A-. Vamos a suponer que no son lo suficientemente ignorantes como para referirse a Roger como Gold. Si no es Kuma, y nada referente al Gobierno Mundial cabe... Entonces sólo me queda PX-0 -reflexioné para mí misma al tiempo que pulsaba las teclas.
Me eché hacia atrás y observé la pantalla con avidez, esperando una respuesta.
- Resumen Meln:
Ser "ayudada" por la amatista, volver a cavilar las opciones con la nueva pista, introducir la palabra "Kuma" y esperar a ver qué pasa.
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