La sombra de la guerra [CAPÍTULO]

Una vez mis queridos compañeros decidieron hacia donde querían ir, les seguí. Nos acercábamos a unas inmensas puertas, casualmente abiertas, quizás demasiada casualidad. Ya que justo antes de llegar, vimos a unos chicos que parecían de Sarka, como nosotros. Zack le comentó algo al zorro sangriento, el cual dio a entender que el peliazul tenía razón. Le dijo que era mejor ir al tajo, puesto que se nos adelantaron, el zorro asintió a la idea de seguir adelante.

Yo les seguía por detrás, con mi mano en mi arma, atenta a cada ruido, y a cada movimiento, no me fiaba nada de que la puerta estuviese abierta. A pesar de que nadie nos impide el paso, entramos, pues aunque lo hubiera, el zorro ya los habría matado.

-Tened cuidado, no me fio nada de este lugar, es mucha casualidad que hayan dejado abierto el rastrillo -dije con precaución, susurrando levemente a mis compañeros. A pesar mi altura y fuerza, puede ser que haya gente más fuerte que yo, incluso que Arribor.

Sin más dilación, nos adentramos en aquel lugar, pues nadie nos detenía el paso. Nos adentramos todos juntos. Miraba a mi alrededor, escuchaba, sentía, palpaba con toda mi piel que algo no iba bien.

-En serio, tened cuidado -dije, mientras pisaba cada vez con más cuidado, hasta que finalmente dando vueltas muy leves sobre mí, comencé a agacharme. Sentía que debía protegerme así de mi misma. Pues no me gustaba la idea de ser pillada por sorpresa. Odiaba con toda mi alma que fuesen tan ratas de poder hacer algo así, incluso en parte, me costaba confiar en mis propios compañeros. Suponía que era una forma de protección, si no confías en alguien, ya no te duele si te fallan. Algo muy obvio que aprendí de cierta gente, de eso ya hace muchos años.

-Si veis algo avisadme -dije buscando algo a mi alrededor.

SARKA:

Mi exploración del portón no fue para nada fructuosa, pues lo único que logré encontrar fue una gran cantidad de polvo en las estatuas. Me resultaba muy pero que muy extraño no haber hallado nada por la zona, esperaba encontrar algún arma o algo por el estilo en la zona, pero al parecer los alrededores de la muralla habían sido vaciados junto con la ciudad. No necesitaba entrar para saber que la capital estaba desierta, el silencio de esta ante la guerra que se disputaba a su alrededor era suficiente. Tras esto comencé a replantearme si examinar la ciudad era lo más inteligente. Seguro que ya había sido saqueada varias veces, sería muy difícil encontrar algo útil allí. Además el tiempo se me estaba echando encima, si quería frustrar los planes de Zal debía moverme rápido.

Instantes después un gran grupo se formó frente al portón. Parecía que no iba a poder librarme de los miembros de Zal tan fácilmente. Al menos su aparición no me supuso ningún problema, les daba igual lo que estuviese haciendo allí tan sólo querían seguir su camino, cosa de lo que yo me pensaba aprovechar. La banda de salvajes no me decepcionó, pues uno de ellos, aunque haciéndome echar a un lado para evitar el golpe, lanzó un tremendo ataque que hizo ceder el portón. Era increíble la potencia de aquel guerrero, sin duda debería buscar un apoyo fuerte si quería frenar a alguien como él. En cualquier caso ahora la entrada estaba abierta, por lo que rápidamente me dispuse a atravesarla para seguir avanzando.

No me sorprendió mucho lo que encontré en el interior de la muralla. Tan sólo las ruinas de lo que antes fue una nación poderosa. Aquel parecía un buen lugar para probar la runa que me habían dado, por lo que antes de continuar me detuve un momento a ver cual era su efecto. Tras esto con algo más de información me dispuse a seguir. Realmente tenía ganas de explorar aquel lugar a fondo. Sin embargo ya había tomado mi decisión. Tenía que contactar con los enemigos de Zal cuanto antes, aunque el camino hacia el otro lado de la ciudad era largo y la horda se movía rápidamente, debía pensar algo. No tardé mucho en darme cuenta, la ciudad estaba construida entre dos bahías, si encontraba alguna embarcación sería capaz de atajar y moverme rápidamente por mar hasta el otro lado.

Corriendo me dirigí a la zona de costa para empezar a buscar. No esperaba que me costase mucho encontrar lo que buscaba, pero sabía que era posible encontrar pelea también, por lo que decidí andarme con cuidado. Activé mi haki de observación para notar si alguien se me acercaba demasiado y volví a activar mi cubierta protectora. Así podría moverme de forma relativamente segura por el momento.

Finalmente desertor de Zal (?) :

Bien, parecía que íbamos a avanzar a buen ritmo después de todo. Ya nos habíamos puesto en marcha cuando de repente noté un fuerte dolor en el cuello, como una irritación especialmente intensa, pero al llevarme la mano a la zona me detuve instintivamente. No notaba sangre, no se trataba de una herida, y eso lo hubiera notado mucho antes... No, el dolor era intenso pero lo sentía por dentro de la carne, lo que implicaba alguna especie de hemorragia interna, puede que incluso alguna infección. Considerando el tipo de enemigo al que me había enfrentado, no me extrañaría, pero... ¿En qué momento...?

Entonces caí en la cuenta. Fue antes de decapitarlo, seguro, en ese momento que tanto se acercó a mí noté un roce pero no le di mucha importancia. Apenas había sido un "beso" pero fue suficiente para dejarme marca al parecer. Apreté los dientes con fuerza, soportando el dolor, y pensé en lo que debía hacer al respecto. Dudaba que Micaiah fuera la solución, pero lo intenté de todas formas, comprobando efectivamente que el dolor no desaparecía. Al fin y al cabo no se trataba de una herida normal... Y lo siguiente que pensé fue en crear una espada con la hoja muy caliente para desinfectar la zona cauterizándola y matando lo que fuera que me había metido aquel bicho en el cuerpo... Pero no iba a tener tiempo de eso. Los Melnianos nos habían descubierto, y ya nos rodeaban mientras soltaban algo sobre haber matado a "Pulgares."

Noah se giró para preguntar lo que íbamos a hacer, y por acto reflejo giré la cabeza para ocultar la infección. No quería que aquellas dos personas pensaran que iba a ser una molestia, o corría el riesgo de que decidieran dejarme tirado en mi vulnerabilidad. Después de todo no podía confiar en nadie que estuviera con Meln, aunque ahora estuvieran poniéndose en su contra... Tenía la certeza de que la naturaleza de aquellos hombres era egoísta, y no dudarían en usarme como cebo si veían beneficio en ello.

- Yo evitaría un enfrentamiento abierto. - Murmuré para que solo ellos dos me entendieran. - Nos superan en número.

Miré hacia las mujeres, situadas entre el dúo frontal y yo mismo, y me preocupé un poco. No estaba seguro de que fuera buena idea tampoco pelear con ellas cerca, podrían ser víctimas de un ataque. Joder, y cómo dolía aquella extraña pústula... Desde luego no estaba en mis mejores condiciones para luchar, menos aún después de apenas haber descansado tras el combate de antes. "Esto se pone feo de narices." Pensé, angustiado de verdad por primera vez desde que llegué a Encuentro. "Espero que esta cosa no se extienda demasiado rápido... Mierda, en serio que no podían llegar en peor momento estos tíos..." No podía llamarlos realmente descerebrados, parecían bastante similares a los soldados de la Marina. Podía notar su marcialidad a simple vista, estaríamos en serios problemas de luchar contra ellos.

Al final, el Gyojin se lanzó sin pensarlo mucho más contra el grupo, y aunque admirable también me pareció una acción suicida. Pero bueno, no pensaba preocuparme demasiado por su seguridad, seguro que él tampoco lo haría de estar intercambiados nuestros papeles. De hecho, pensaba aprovechar la distracción.

- Syxel, ¿crees poder ganarme algo de tiempo? - Le pregunté al tío de pelo gris, aguantando una mueca de agonía, mientras gotas de sudor comenzaban a formarse en mi frente. - Querría alejar a los civiles del campo antes de inmiscuirme en el conflicto...

Si me daba el visto bueno y conseguía tal propósito, yo intentaría escoltar a las mujeres a varios metros de distancia, dentro del callejón a nuestra espalda. Allí no deberían tener problemas para evitar ser pilladas en el "fuego cruzado." De lo contrario crearía varias espadas largas clavadas en el suelo a su alrededor, como una jaula circular que las cubriera a modo de muro. En cualquiera de los casos, respiraría hondo y trataría de suprimir mi propia sensación de dolor durante un rato, al menos el suficiente como para poder pelear en condiciones decentes, antes de situarme en una posición estratégica desde la cual bombardear con dagas (para evitar fatigarme demasiado) a nuestros enemigos. Era triste, pero en esos momentos apenas podía hacer otra cosa que no fuera actuar de apoyo.

Resumen Meln:

Después de un rato caminando, habiendo dejado atrás a su capitán, quien había decidido satisfacer su curiosidad en vez de cumplir su misión, la chica de cabellos violáceos llegó a su primer objetivo y comenzó a inspeccionarlo, buscando una forma de entrar en el lugar. No tardó mucho en encontrar lo que parecía un interruptor, seguramente para poder acceder al edificio. "Ya podrían haberse esmerado un poco más. ¿Y si alguien llegaba y se colaba dentro?" Se preguntó Noise, diciendo algo lógico, para sorpresa de Eco, quién alzo las cejas sorprendida, mientras observaban como los mecanismos se accionaban, abriéndose una puerta para ellas. "Seguramente haya un mecanismo de defensa dentro... Por muy antiguas que sean estas construcciones, dudo que las dejasen desprotegidas. Debemos estar atentas". Dicho aquello, Heaten se quedó unos segundos frente a la central, observando el interior. Este se encontraba únicamente iluminado por la entrada que había abierto ella, por lo que tendría que emplear su visión nocturna cuando se fuese adentrando en el edificio, una vez pasara lo que tenía enfrente. "¡UN BICHO! ¡Es un enorme bicho peludo! Tenías razón, están protegidos. ¡Protegidos por una de las criaturas más asquerosas del mundo!" Gritó Noise dentro de su cabeza. Eco asintió, echándose varios pasos hacia atrás al ver que la criatura se balanceaba, posiblemente para coger impulso y abalanzarse contra ellas.

Mientras retrocedía, llevó la mano hasta su espada, desenvainado en un rápido movimiento, para usar la parte roma de esta como escudo. -Nepu, trampolín.- Exclamó Heaten al hacerlo, esperando que la criaturita que llevaba agarrada al cinto entendiese lo que quería. Con suerte, había calculado bien y detendría el ataque, siendo impulsada hacia atrás, donde Nepu se habría situado entre la maleza, estirándose y sirviendole de apoyo para volver a llegar hacia el bicho. De lograrlo, procuraría coger altura, imbuyendo su cuerpo en Haki de armadura. Esperaba ser capaz de evitar las patas de la criatura, cortar la seda con la que se mantenía colgante, si es que no se había descolgado aún, e intentar penetrar dentro del lugar, creando un muro de corindón para que esta no pudiera seguirla y activando su visión oscura. Ya se ocuparía de el bicho al salir.

Si no lo lograba saltar lo suficiente, intentaría atravesar el exoesqueleto del ser con su arma, en el abdomen... Y en caso de que solo lograra amortiguar la caída con Nepu, cosa que dudaba pues no era la primera vez que le usaba de esa forma, pues ya vería como continuaría, tal vez empezando por ponerse en pie.

Resumen Meln:

Con el mantra activo no veo noto a nadie más que la gente del exterior, por lo que avanzo rápido por las calles devastadas. Mi objetivo sigue siendo el mismo, llegar a las centrales y atravesar la zona rápidamente para ir hacia el este. Además, esperaba encontrarme con Dexter pronto en esa dirección. Su vivre card me indicaba la dirección a seguir, pero no sabía la distancia a la que podía estar mi capitán. Según avanzaba hacia el interior de la ciudad, mayor número de edificios empezaba a ver. Aunque todos ellos estaban en un estado tan lamentable como los primeros, y no me servirían de nada.

Empezaba a preguntarme que le había pasado a la ciudad, y por qué solo se veían restos de los edificios, y ninguno de seres vivos. Era bastante raro pensar que todas las perdidas en una destrucción así fueran materiales, a menos que después de lo que pasara, cada uno pudiera recoger los restos de sus compatriotas. si encontraba un edificio en mejor estado, que no pareciera una central, pues de momento las evitaría, entraría a echar un vistazo a ver que encontraba dentro. Seguía con la idea del DDM en mente, pero también quería ver si dentro del mismo había alguna pista más de lo sucedido allí.

Quería contarle a Dex lo que había vivido en Zal, pues no estaba seguro del todo que fuera la mejor forma de gobernar un pueblo. Además, él era mi capitán, y tomaba la decisión de a quien apoyaríamos, yo solo había ido a ver cómo era esa otra facción. Sinceramente, las luchas entre ellos no parecían la mejor forma de hacer crecer una sociedad, a menos que esta solo evolucionara hacía la guerra. Esperaba no encantarme muchos problemas entre mi posición y la del emperador pirata.

Zal:

En cuanto los soldados comunican que no les pertenecen, y por su actitud hostil, los animales reciben multitud de ataques. Muriendo rápidamente, lo que sin duda era mejor que morir de hambre o sed, en aquel sitio sin agua ni comida. Al ser el que se había tratado de lanzar al combate cuerpo a cuerpo, aunque no lo había logrado, estaba más cerca para activar la central. Por lo que puso el botón, capturando la central para nuestro bando. Trato de recoger mis armas del animal, dedicándole una caricia de despedida. Cuando me doy la vuelta me dirijo al hombre de los robots.

-Si estos hombres no tienen otro cometido les voy a pedir que me lleven al frente, necesitaran de mucha ayuda, y por lo que veo tú tienes una buena potencia de fuego para apoyarnos. Por no hablar que veo complicado que tengan demasiados contingentes antiaéreos en medio de esa batalla. Por lo que si gustas en acompañarnos sería de gran ayuda. – Le dije a aquel hombre encerrado en armadura. No era la forma más deshonorable de combatir, pero había que reconocer que para aquella situación les podía venir muy bien contar con él.

Viniera o no, les preguntaría a los soldados si podían llevarnos hasta el frente, o si debían quedarse a custodiar la central. En caso de que nos pudieran llevar, montaría en el transporte y esperaría a Kotaro hiciera lo mismo, aunque no lo obligaría a venir al frente, esto era una decisión muy particular. Cada uno debía sopesar con que honor llevar esta guerra, y cuanto nivel de implicación en la misma deseaba tener. Yo me había comprometido a ayudar en todo lo que pudiera, y tras capturar una de las centrales, tocaba afrontar la lucha. No sabía demasiado de nuestros enemigos, pero les preguntaría a aquellos soldados de camino al frente. Si no podían llevarnos por tenerse que quedar defendiendo la central, Les preguntaría por donde se iba a librar la batalla, pidiendo indicaciones y preguntando por cómo serían los enemigos.

sarka:

Ante la negativa de los soldados a nuestra pregunta procedimos con la eliminación de aquellos dos animales que amenazaban con atacarnos si nos acercábamos demasiados. Tendría que diseñar algún tipo de bala que solo durmiera para futuras misiones. Aquellos animales no habían hecho nada a parte de estar en lugar y momento equivocados. Anotado aquel pensamiento, abrí la armadura, pues necesitaba salir para medir los niveles de combustible. Escuché como aquel joven de pelo blanco me invitaba a unirse a ellos en el frente de batalla, del que parecía tener más información que yo, o estaba haciendo demasiadas suposiciones. De cualquier forma, no era mala idea dado que las centrales más cercanas ya se encontraban dentro de las ciudades.

-Tengo algunos ajustes que hacer aquí. Cuando termine de ellos me dirigiré a la ciudad. Si por el camino me encuentro con la batalla, supongo que echaré una mano. Aunque por los avisos que he recibido puede que tengan medidas antiaéreas bastante eficaces si voy demasiado rápido. Supongo, que podría tratar de usar las mismas contra ellos, pero para ello necesitaría antes ver el campo de batalla. Ya nos veremos, espero. – Le respondí al joven que tenía tantas ganas de batalla.

En cuanto terminé comprobé los niveles de las baterías, no estaban a punto de acabarse, peor para no tener que parar, dediqué unos minutos a recargarlas. La de los drones, eran algo más pequeñas que las de las armaduras, y por tanto se agotaban antes. Aun así, había sido un gran descubrimiento, que le solucionaba mucho la vida. Recargar los depósitos apenas le consumía fuerzas. No había tratado nunca de probar su límite, y aquellos depósitos en total no contenían más de dos metros cúbicos, tirando al alza. En cuanto los hubiera rellenado, despegaría en dirección este. Preguntaría por las fuerzas de Sarka, y donde estaban luchando actualmente, así como, por si había alguna tarea importante para realizar, parte de ganar la batalla.

Sarka:

Los perros demoníacos continuaban corriendo sin parar al mismo tiempo que emitían gruñidos violentos y se miraban entre ellos. Venom se mantenía serio y callado. Las bestias no iban a hacer nada si su dueño no lo ordenaba y por ello el pelirrojo pasaba de todo. Soltó un enorme bostezo y entones pudo ver a lo lejos lo que parecía ser la central. Iban a ser los primeros en llegar y eso le hizo sonreír de lado. Tan solo tenían que activar aquella cosa y después podrían irse rumbo a la batalla cuando todo estuviese medio decidido y destacar. Era un plan genial para quedar bien con la marina si había superiores por la zona y cumplir también su deber como supuesto miembro de Zal. Akaihebi era de lo más escurridizo y astuto para aquellas cosas.

- Pronto llegaremos a la central. Lo mejor será ir calentando motores para la batalla del Norte, pero primero disfrutaremos de un viaje cómodo y sin sobresaltos. – Mencionó de forma siniestra al mismo tiempo que se relamía.

Venom entonces llevó la mano derecha hasta el cabello de su perro demonio y lo acarició despacio, escuchándolo soltar un rugido. Su técnica de vomitarse así mismo ya casi estaba lista de nuevo para usarse y eso le garantizaba una supervivencia casi absoluta. Adoraba el poder de su fruta del diablo. Pensar que apenas estaba desarrollada le hacía sentir una sensación demasiado rica y deliciosa. No podía dejar de amar el poder y eso era bueno hasta cierto punto. Tras la guerra pensaba empezar con sus experimentos en la marina, aunque la mayoría fuesen ilegales. Nadie tenía que enterarse de lo que planeaba hacer y si alguien entraba en su laboratorio sin permiso, moriría de la forma más horrible posible. Tras un suspiro, los animales continuaron avanzando.

Zal K18:

Según entramos en las central pude ver en el agua una especie de carpa con piernas con las que estaba chapoteando en el agua, no le presté mucha más atención y me centré en lo que me podía encontrar dentro de la central. La tensión se notaba en el aire y a nuestro alrededor se escuchaba el ruido del agua fluyendo, imaginaba que era de la central pues era con lo que generaba la energía estando en medio del mar.

De pronto un gyojin salió de un tanque de agua, se parecía a la carpa que estaba chapoteando fuera solo que esta tenía brazos y tronco, estaba bien musculada y no parecía muy agresiva dad su actitud. Nos preguntó por si íbamos a por la energía de la fábrica, a lo que asentí moviendo la cabeza sin decir nada, gracias a mi mantra notaba que posiblemente le superase en poder, pero no quería subestimar a esa criatura, ya había tenido un enfrentamiento con otros gyojin y no eran precisamente débiles. Continuó proponiéndonos combatir, echar un pulso o jugar a las cartas, solo para demostrar que merecíamos la energía.

Abrí la boca para contestar, pero en ese momento sonó el transmisor de la pulsera, parecía que ya teníamos la red de vigilancia en perfecto estado para ver el mapa cuando quisiésemos, el mensaje me había asustado provocándome un escalofrío que me recorrió toda la espada, me clamé y contesté.

-¿Nos das tres opciones?, si eres alguien que guarda la energía de una central ¿no debería ser tu quien ponga las condiciones?, por mi parte las aceptaré – le contesté de forma amigable al pez – pero si es por mí un combate estaría bien – terminé contestándole preparado por si decidía atacar de repente.

resumen Zilda:

Atravesar la muralla fue fácil, y ni tan siquiera tuvimos que considerar mi plan, pues el lobo negro atravesó con un golpe, dejando que la horda comenzara a entrar en la ciudad. El espectáculo era algo grotesco, y ni siquiera estaba seguro de hacia dónde iban todos aquellos seres ferales. Daba igual, haciéndole caso a azula continuamos volando hacia la primera de las centrales de energía. Esperaba poderlas tener bajo control cuando llegara toda la tropa. Aunque eso dependía de la velocidad de todos ellos, y de lo que nos encontráramos por el camino nosotros.

Todo lo que pasaba bajo nosotros eran edificios derruidos, calles llenas de cascotes y ruinas de las estructuras ornamentales. Aquello difícilmente se podía haber hecho con armas comunes, y menos aún con las que poseían los miembros de Zal. Me podía imaginar al pretor a puñetazos con las edificaciones, como hizo con la plataforma, pero los edificios que sobrevolábamos tenían otros patrones distintos. No habían derribados a golpes, sino reducidos a escombros, esparcidos por los alrededores. Esta visión me hacía preguntarme qué guardaría aquella ciudad a parte de escombros para que todos la quisieran de esa forma.

Si llegábamos a la central de energía, trataría de entrar a activar la misma. No estaba seguro de sí tendría puerta o no, si habría alguien guardándola, o siquiera si existiría, viendo como estaban el resto de edificios. Una explosión conjunta de las tres centrales que había allí en medio, bien podían haber causado toda aquella destrucción. Aunque si era el caso, ¿Qué quedaba allí dentro que interesara si todo eran ruinas? Puede que lo buscáramos no estuviera en la superficie siquiera, al llegar, de estar todo derruido, buscaría entradas a subterráneos o bunkers. Esperaba no encontrar problemas de camino a las centrales, o la chica se cabrearía mucho por el retraso.

Zal:

Seguí a avanzando hacia el este un poco, cuando encontré el giro de la muralla que andaba buscando que subía hacia el norte, de pronto vi a lo lejos una silueta, no la distinguía bien por lo que aceleré un poco el paso y me fui escondiendo con cuidado para acercarme a esa persona, y descubrir quién era, quizás los dioses me dieran otro combate digno de mención.

-Creo que no deberías ir con tanto cuidado, simplemente ir y cortarle la cabeza – me dijo Trece.

-No, primero me quiero asegurar de que me podría dar un buen combate, siendo un civil desarmado no supondría la menor amenaza – le respondí.

No tardé mucho en poder distinguirlo con claridad, era un chico, que iba con dos guadañas, algo que ya había visto antes, en algún lado, aunque no sabía de qué, mantuve mi marca activada y oculta de la vista y salí de donde me encontraba, con las manos en las empuñaduras de las espadas preparada para saltar al ataque y acabar con esa persona.

-No creo que debas hacerlo – me dijo Trece.

-¿Por qué? – le pregunté en un susurro.

-Porque es un agente del gobierno, lo conociste en aquella isla extraña, ibais con un panda parlante también.

Si ya recordaba de que había visto a aquella persona, es la que combatió conmigo contra los pulpos enormes, luego se había separado cuando hubo el enorme temblor y el mismo que estando en la arena se había acercado al bicho mientras yo estaba encima de este para echarme la bronca, “como si llevase razón, encima” pensé al recordar ese momento que me cabreó bastante, solté las empuñaduras de las espadas y me acerqué a él como si no pasase nada.

-Buenos días, Tsang – le dije en voz alta para no asustarle y con los músculos en tensión por si decidía atacar, pero dudaba que lo hiciese.

resumen Zal Tsang leelo:

Kotaro observó a los pobres bichos morir en un agónico sufrimiento y eso le provocó un pequeño suspiro. Sus agujas podrían haber sido dolorosas e incómodas al atravesar los puntos de aquellos carnívoros que se hallaban atados. Él se dejó guiar por los otros dos y el plan parecía haber sido bueno, pues las centrales habían sido activadas de forma perfecta. Lo primero que hizo el asesino fue acercarse despacio hacia donde estaban los cuerpos. Sacó las agujas de los ojos y de las caras de aquellos mamíferos y después de unos segundos se relamió despacio. Ocultó sus armas en el interior de los bolsillos de su traje y entonces fue cuando se estiró un poco. No había sido muy interesante, pero igualmente había servido para mostrar un poco sus dotes con la puntería de objetos afilados.

Pudo ver que el peliblanco se puso a hablar con el tipo robot, mientras tanto él, se subió al transporte anterior y simplemente silbó un poco con ambas manos en los bolsillos. Soltó un pequeño suspiro y después dejó que el sombrero tapase su rostro. Le apetecía dormir un poco hasta que llegasen, pero sabía que eso no iba a ser posible en mitad de una guerra. Mostró una expresión siniestra y después se mantuvo callado y cerca del chico peliblanco. Ahora iría junto al transporte a donde le llevasen. Si ya iban directos a la guerra, la cosa iba a ponerse interesante y tendría que ir analizando bien la situación. Se relamió un poco y después simplemente alzó la voz para que el otro hombre le pudiese escuchar tranquilamente.

- Mis agujas están manchadas con sangre de animal. Agradecería que la próxima fuese humana, pues es mucho más divertida y excitante. De todas formas, no creo que tardemos mucho más en llegar a la zona de la batalla.

Sarka H13:

Bueno parece que he alcanzado a Kai pero parece que hay alguien con el la verdad es que no lo conozco, en fin... Valor y al toro de fuego.

-He.... Kai que tal no se si te acuerdas de mi, Bleyd bleyd_master, hace mucho que no nos vemos, la verdad desde el hexodromo, aunque no pude saludarte, bueno iré al grano, estamos aquí en medio de otra puñetera guerra y que quieres que te diga, mi bando son una pandilla de cretinos asquerosos, pensé que igual eran habladurías y rumores pero esa gente tiene de todo menos bondad. si te interesa te diré lo que se de Meln. Para empezar parece que su jefe es una niña pequeña y puede mandar una especie de lluvia ácida que se come todo con un colgante que lleva. La gente que trabaja para ellos, no se mucho excepto un par de cosas. No son muy numerosos y uno de ellos pelirrojo va en manada, seguramente sea un jefe o capitán, no llegue a oír su nombre. El que si puedo decirte es el de Jin Surfer no se si lo conocerás.

Yo por mi parte paso de ayudar a esa escoria, corrompen el suelo allá por donde pasan, como si fueran un cáncer y no es una metáfora. No se que harás tu pero yo personalmente prefiero intentar salvar vidas que quitarlas. Si quieres mi ayuda la tendrás, si no me marchare a ver si puedo ayudar a alguien.


Espero junto a Fluffle la respuesta de Kai, sigo creyendo que es un buen tío y aunque no quiera mi ayuda me dejara marchar sin darme de ostias. Aun asi no puedo evitar sentirme preocupado en su presencia.

Meln: