¡10 años en activo! Hace ya 10 años que esta comunidad, todavía más antigua, encontró su lugar en OPD. Los tiempos han cambiado y los usuarios más antiguos han dado paso a las nuevas generaciones que hoy rolean, pero siempre con el mismo espíritu que nos vio nacer: Construir juntos la historia más grande jamás contada. Da igual si acabas de llegar o llevas una vida; si te quedas o te vas: Gracias por hacer de este foro un lugar mejor.
27/02La actualización ha terminado con éxito casi completo. Quedan cosas por pulir, pero en breves se solventarán.
27/02Hemos tenido un pequeño problema con las afiliaciones al cambiar de skin. Rogamos comprensión y un poco de paciencia.
27/02La lotería ha terminado. Ya no se pueden intercambiar más premios por este evento; gracias a todos por participar.
Búsquedas
Últimos Temas
Últimos temas
Alekséi Sokolov Miér 28 Ago 2024 - 2:12Joseec293
Whisky 'The Risky'Vie 21 Jun 2024 - 10:13Whisky the Risky
Derramando sangreJue 13 Jun 2024 - 23:53Raulgamerlol11
Petición de experiencia y premiosJue 13 Jun 2024 - 18:54Lumin Maj
La luna, la sombra y el bufónJue 13 Jun 2024 - 17:19Mako
¡Me prometió que no le contaría a nadie! [Ely - Prometio]Miér 5 Jun 2024 - 23:13Charlotte Prometio
Petición de moderación de técnicasVie 31 Mayo 2024 - 18:35El Gremio OPD
Rhea Jue 30 Mayo 2024 - 22:19El Gremio OPD
Berry [ID]Jue 30 Mayo 2024 - 19:45El Gremio OPD
Salem NizarJue 30 Mayo 2024 - 19:41El Gremio OPD
Prometeo, El Fénix [ID]Jue 30 Mayo 2024 - 19:34El Gremio OPD
Siguiente ronda


Ir abajo
Syxel
Azote del paraíso
Syxel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Vie 28 Jul 2017 - 3:00}

Nada más poner un pie en la galería los piratas allí presentes repararon en nuestra presencia. Paseé la vista entre ellos hasta toparme con el cabrón al que buscaba. Nuestras miradas se cruzaron y el desprecio que sentimos el uno por el otro podía intuirse con tan solo ver nuestras expresiones. Fue el primero en romper el silencio soltando una estupidez a la que ni tan siquiera presté atención, al tiempo que alzaba su mano, mostrando el anillo que me había robado.

- Te advertí que volvería a por el - pronuncié con seriedad y cierta indiferencia. - Y si no recuerdo mal, te dije me cuando lo hiciese me llevaría también tu brazo.

Mi comentario pareció molestarle, al menos más que a mí el suyo, pues la burlona expresión de su rostro enseguida dio paso a un semblante más serio. Mientras, a nuestro alrededor ya había comenzado la batalla, iniciada por la carga de Taito. Sin prestarle mayor atención a todo aquello comencé a avanzar lentamente, empuñando con decisión la espada negra que ya había desenvainado. La llevaba en la izquierda, pues la herida en la otra mano me impediría luchar con la soltura que iba a necesitar. Después de todo, aquel imbécil no era un oponente al que pudiese subestimar.

Cuándo apenas había avanzado un par de metros el hizo lo propio y comenzó a andar en mi dirección. Pero antes de poder tenerle en frente uno de sus hombres se me abalanzó, empuñando lo que parecía ser un cuchillo de gran tamaño. Me limité a desviar su arma con la mía golpeándola desde el interior con un sencillo giro de muñeca para, aprovechando el breve momento en el que se desestabilizó lanzarle un puñetazo con la mano libre, directo a su mandíbula. El golpe fue suficiente para lanzarle a un lado, aturdido, librándome así de él. No iba a perder el tiempo con ningún otro.

Por su parte, el capitán enemigo aprovechó la oportunidad generada por su hombre para lanzar su ofensiva, propinándome un puñetazo que por culpa del primer tipo no vi venir. Aun así, pude reaccionar a tiempo, desplazándome rápidamente hacia la derecha y evitando el ataque. Situación que aproveché para dirigir un tajo su costado.

El sonido del acero al chocar entre si resonó en la estancia, y me fijé en el sable que empuñaba y había interpuesto en la trayectoria de mi arma. Ambos retrocedimos un paso, midiendo al adversario que teníamos en frente. No pude evitar preguntarme de donde había sacado la espada, ya un sable de semejante tamaño habría podido verlo a simple vista. Pasaron algunos segundos más y ninguno tomó la iniciativa, pero debió darse cuenta de los pensamientos que se me pasaban por la cabeza pues me dirigió una sonrisa de superioridad al tiempo que lo blandía.

- Después de todo, parece que no eres más que palabrería - comentó.

Estaba tratando de provocarme, eso lo tenía claro. Pero, aunque intentaba mantener la calma, su mera presencia bastaba para hacerme hervir la sangre. Y aún sin caer en su juego me dejé llevar, lanzándome a la ofensiva con una sucesión de tajos y estocadas, esperando encontrar algún punto que aprovechar en su defensa.
Dharkel Asrai Nymraif
Dharkel Asrai Nymraif
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Vie 28 Jul 2017 - 3:26}

No tardé en quedarme rezagado. Si realmente planeaban entrar a matar y sin dar cuartel no me interesaba lo más mínimo ir en vanguardia. Rebusqué en la penumbra durante varios minutos, maldiciendo para mis adentros un par de veces durante el proceso. ¿Dónde había ido a parar el saco de esparto que tan “hábilmente” había sustraído de la cocina? Me agaché, eché un poco de agua sobre la tierra para humedecerla y me la puse en la cara. Sin duda no sería tan eficaz como una máscara o el saco mismo, pero mientras hiciese el apaño de alterar mi rostro y hacerlo irreconocible…

Al llegar al destino el rubiales no tardó en salir disparado, transformándose en una extraña criatura con seis brazos y repartiendo ostias a su paso sin discriminación alguna. Entrecerré los ojos y le observé lo suficiente para concretar que las puyas hacia su persona debían ser reducidas, pero no eliminadas. El que parecía ser el hombre al mando se dirigió hacia nuestro propio capitán, levantando lo que supuse que sería el trofeo que Syxel buscaba en aquellas cuevas. Tras el intercambio de palabras Balagus cargó una de sus lanzas y tensó la balista de mano.

Me deslicé ágilmente a través de uno de los laterales del gigantón para poder observar la contienda más de cerca. Me apoyé en la pared a la izquierda del arco por el que habíamos entrado, manteniendo una cómoda postura con un pie en la pared y el otro en el suelo. En apenas unos segundos conseguí liarme otro cigarro y lo encendí con la misma gracia.

Uno de los esbirros se abalanzó hacia Syxel, el cual avanzaba cauto y con su arma preparada. No obstante, su ofensiva se vio truncada cuando los aceros chocaron, siendo derribado casi al instante por el puño del moreno. Cuando recobró la compostura decidió evitar aquella pelea, probablemente debido a un momento de lucidez en el que consideró que sus habilidades no eran pares. En su lugar, me tomó como objetivo, acercándose a mi posición a toda velocidad.

- ¡Ggggrrrraaaaawwww!

Le miré fijamente mientras inhalaba el humo del cigarro y cuando estuvo a cinco metros de mí paralicé su arma en el aire. El pirata cayó de espaldas sobre el suelo junto a su arma y miró hacia arriba extrañado. Tras levantarse intentó reanudar la carga, mas una vez más su arma se encontraba congelada, inmóvil. La soltó confuso y esta cayó nuevamente al suelo. Me miró inquisitivo, buscando respuestas a tan extraño suceso. Por mi parte me limité a encogerme de hombros mientras exhalaba el humo. Finalmente se dio por vencido e intentó cargar con sus puños, pero con lo que no había contado el hombre es con que tuve el tiempo suficiente para atar los cordones de sus botas de forma que al intentar dar un paso volvió a yacer en la tierra.

- Dicen que los duendes favorecen a quienes les rinden tributo – dije mientras me acercaba con una daga en la mano -. Huye mientras puedas. No dejes que el ego de dos capitanes acabe con tu vida – concluí mientras cortaba los cordones. El hombre se levantó temeroso y echó a correr, pero no alcanzó si quiera los tres metros. Mi daga se clavó entre sus costillas perforando el pulmón izquierdo, lanzada por puro postureo y guiada por mi telekinesis. Extraje el filo de su carne y tras limpiarlo le susurré al oído -. No eres digno de mi Haka no Hana.

Volví a mi posición original con intención de terminar el cigarro sin más incidencias. Tenía que estudiar los movimientos de Taito y Syxel, pero sobre todo tenía que comprender sus habilidades sobrenaturales. Sin duda eran usuarios, pero no usuarios cualquiera ¿Quizá serían de mi mismo tipo?
Nailah
Azote del paraíso
Nailah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Vie 28 Jul 2017 - 16:04}

No, no no. ¡Todo el plan se había ido al garete! ¿Por qué habían tenido que subir? Ella misma podía haberse librado de todos, lo que pasa es que no le dieron una oportunidad. Ahora tenía a un tío al lado que intentaba detenerla y, como no, eso llamaría la atención. Nailah suspiró con pesadez. Ahora se quedaría sin barco... Miró al hombre que estaba junto a ella, tenía el cabello blanco y su rostro era extraño, tan pálido que daba mal rollo.

- ¡Aléjate! - Exclamó sin intentar no alzar mucho la voz mientras hacía un aspaviento con las manos -. Harás que nos descubran.

Por desgracia, no tardaron en descubrirlos y el albino hizo caso omiso a las órdenes de la morena. En un acto de inconsciencia, la espadachina estiró su pierna para intentar darle una patada, pero su cuerpo era lo suficientemente grande como para que no le afectase y su espada... esa si que intimidaba. La chica se giró enfurruñada. No solo había estropeado su estrategia, sino que también el alboroto que había entre los dos hizo que llamaran la atención. Nailah consiguió ver al hombre que se acercaba a toda prisa. A simple vista parecía bastante fuerte, esperaba poder escapar antes de meterse en problemas.

- ¿Papeles, por favor?

Esa maldita sonrisa sarcástica hizo que la morena frunciera el ceño. Se mordió el labio inferior y apretó su puño con fuerza. Sin embargo, el tripulante ya se estaba preparando para darles un buen golpe. La morena se puso de pie y desenvainó su espada. Pronto vendrían más tripulantes. Aquel barco se estaba convirtiendo en una batalla campal, pero ella no caería ante ellos.

¡Ni hablar! ¡Ella sí que había terminado con él! ¿Por qué mostraba tanto orgullo? Sería gracioso que el tripulante le diera una buena paliza,
pero en cierto modo siempre tenía suerte. De no ser así ahora mismo estaría ella sola enfrentándose a él. Ahora eran dos contra uno o más personas del barco. Con su espada en la mano no iba a permitir que le hiciesen algún daño.

-¡Preocúpate por ti mismo! ¡Vas a necesitar ayuda! - Tras eso esbozó una sonrisa.

El jaleo hizo que llegara otro tripulante armado con dos espadas. Nailah alzó el arma y corrió directamente hacia él, para otorgarle un tajo en el pecho, pero el hombre sabía esquivar y devolver todos sus golpes.


Última edición por Nailah el Dom 30 Jul 2017 - 21:34, editado 1 vez
Anon K. Noah
Anon K. Noah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 30 Jul 2017 - 6:32}

Al ser el primero en adentrarme en la boca del lobo, no tuve dificultades para seguir el único rastro de olor que había específicamente alrededor de aquel agujero, y el cual se alejaba barco adentro permitiéndome ignorar la multitud de puertas cerradas que encontré. Fue tan fácil como seguir una gota de sangre en medio de una piscina olímpica... bueno, casi, pero el esfuerzo habría sido más o menos el mismo.

La cosa es que enseguida pillé a nuestra infiltrada sorpresa intentando ocultarse entre unos barriles, a lo que no tardé en reaccionar con mi "sutileza" de siempre:

-¡Oye tú! ¡Que te veo!

Exclamé aquello mientras me metía entre los barriles yo también, imponiéndome en toda mi altura por encima de la oculta chica, en un intento de intimidarla. Mi torso asomaba por completo, claro, no era yo quien se intentaba esconder. Solo quería dejar claro que era el que mandaba allí.

Un plan perfecto, sin fisuras. La tipa (que para los humanos quizá habría estado de buen ver, pero eso a mí sinceramente me la traía floja) respondió a su vez que me alejara, que nos descubrirían... Lo que ella no contaba, era que yo esperaba precisamente eso. Me parecía raro que no hubiera visto a nadie durante aquella corta carrera, por lo que sería más sencillo atraer a los piratas y lidiar con ellos allí mismo, que ponerme a buscarlos y arriesgar a fastidiar la infiltración del resto del equipo. ¿Veis? Si lo tenía todo pensado, yo sería la distracción y ellos tomarían el barco sin que nadie se enterara.

No, no es una excusa que me acabo de inventar sobre la marcha. Para nada. Que va. Por favor, ¿cómo se te ocurre pensar que podría estar improvisando razones para no quedar mal en esa situación? ¿Por quién me tomas?... Bueno, mejor no respondas.

El que sí respondió fue el hombre que apareció a nuestro lado, pidiendo nosequé de un papel. ¿Acababa de ir al baño y no le quedaba para el culo o qué? ¡Que estaba ocupado tratando con aquella tía! No, si encima iba a intentar pegarme, el muy desgraciado. Hay que ver, estos piratas de hoy en día...

Ya me estaba llevando la mano a la espalda para tomar el espadón y cortarle el brazo de cuajo, cuando algo se posó en mi barriga y me empujó hacia atrás. Bueno, digo "posar" porque fue más o menos lo que noté, aunque juraría que se trataba de un intento de patada por parte de aquella desconocida agachada. Quizás mi encantador rostro no le pareció muy agradable mirándola desde arriba, o quizás fuera su forma de apartarme de la trayectoria de aquel puñetazo. Quién sabe.

Tras trastabillar un poco y lograr mantener el equilibrio a duras penas, observé cómo el golpe del (asumo) oficial destrozaba por completo aquellos barriles, sacándome un silbido de admiración. Parecía que el guante no estaba de adorno después de todo.

Sonriendo con suficiencia y de forma confiada, terminé de desenganchar mi arma de las correas a mi espalda. Le di un par de tragos a una de mis cantimploras de agua, tras lo cual mi cuerpo creció ligeramente en musculatura como si se hubiera hinchado, y apunté usando una sola mano (la libre) el espadón hacia el hombre con pintas de responsable del barco.

-Por suerte para ti, me interesa que el barco quede lo menos dañado posible, así que... me contendré un poco, ¿de acuerdo? -solté con fanfarronería-. ¡Y tú no te alejes! ¡Que aún no he terminado contigo! -le solté inmediatamente después de forma algo más agresiva a la mujer.

Casi simultáneamente daría un paso hacia mi oponente, usando un movimiento con el codo para retroceder mi espadón hasta mí de nuevo, donde lo tomaría con ambas manos y lanzaría un potente tajo horizontal con las mismas, realizándolo todo en una fracción de tiempo antinatural para el peso de aquel arma. Para mi fuerza, sin embargo... apenas era el comienzo. Solo esperaba que no me estuviera pasando de la raya, sabía que era capaz de causar ondas destructivas solo con el aire si blandía con demasiada potencia, y eso podía ocasionar... daños colaterales innecesarios.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Miér 2 Ago 2017 - 1:05}

Niveles:
Anotación:

Mi golpe hendió el aire, privándome de la dulce satisfacción de la carne serrada en dos. Sendas balas impactaron contra mi brazo izquierdo, en respuesta a mi fallida embestida, y me confirmaron la posición del molesto oficial.

Sin necesidad ya de cubrirme, desenfundé mi segunda hacha de filo serrado mientras ejecutaba un barrido hacia mi siniestra, obligando a retroceder a trompicones a mi presa. El pequeño pirata se afanaba en recargar sus armas, sensiblemente intimidado por mi tamaño y la aparente ineficacia que las balas tenían sobre mis recios músculos.

Tan débil, tan pequeño, tan asustado… la imagen que se había formado en mi cabeza de la criatura frente a mí me hizo aflorar instintos primitivos que, en otro contexto, habría reprimido sin dudarlo. No obstante, los desgraciados a los que nos enfrentábamos no podían importarme menos y tenía que acabar cuanto antes con la situación para poder enfrentarme a otro enemigo o evitar verme superado en número.

A medida que mi mandíbula se tornaba en una cruel y monstruosa sonrisa y mi visión se teñía de rojo, sólo pude pensar en una disculpa: “Lo siento, madre.”

Entregado a la furiosa ansia de sangre, salté sobre mi enemigo. Mis hachas trazaron mortales y veloces trayectorias en el aire y, por la sangre que pude entrever a través de aquel velo carmesí, en el cuerpo del oficial. Noté también varios disparos impactando sobre mí, mas mi propia seguridad era ya una minucia sin importancia frente a la posibilidad de conseguir una muerte a mi cuenta.

En algún momento, desde el límite de mi visión me encontré con el oficial del hacha enorme cargando para asistir a su compañero. Girándome de súbito, le rechacé con un fuerte contraataque de mi propia arma, obligándole a retroceder para recuperar el equilibrio.

Mi euforia se disipó en cuanto una bala se abrió paso a través de mi hombro derecho en medio de un destello y se estrelló contra el techo de la estancia, liberando una pequeña cantidad de llamas con ello. Entre la bruma sanguinolenta que dominaba mi cerebro, pude preguntarme cómo era que un disparo podía haberme atravesado con semejante facilidad.

De inmediato, me torné de vuelta al pistolero, que ahora carecía de un brazo y mantenía levantada su arma, humeante y oscurecida, a la par que mantenía un gesto desafiante y cargado de odio.

Desconocía qué clase de técnica había ejecutado o qué tipo de munición había usado. Lo único que sabía en ese momento era el origen del aura oscura en el arma y que yo necesitaba oír la satisfactoria melodía del acero desgarrando la carne. Y en realidad, lo primero tan sólo lo intuía.

Sentado en el suelo, privado de una de sus extremidades superiores pero no del dolor que ello le infligía, el pobre diablo no tuvo posibilidad de apartarse de la violenta mole sedienta de sangre que se le echó encima.

Dharkel parecía satisfecho al haberse encargado del oficial del cuchillo tan rápidamente. Sin embargo, apenas tuvo unos instantes para reaccionar cuando, de improviso, el supuesto cadáver se levantó, enarbolando su arma contra su “asesino” en un tajo que podía haber sido fatal. A través del roto en su impermeable podía verse una capa de filetes crudos, atados a una cota de malla con hilo metálico.

- ¡Ja ja! ¡Siempre funciona! –Exclamó el sujeto, dibujando una desfigurada mueca de satisfacción maníaca.- Ahora, comprobemos a qué sabe la tuya, ¿quieres?

Y sin ningún reparo, se abalanzó contra el mendigo, arma en ristre.

El oficial de la maza al que se enfrentaba Taito parecía divertirse incluso más que el carnicero loco, pues no dejaba de reírse y burlarse de su contrincante. Sus burlas no cesaron ni al ver su siguiente ataque detenido por cuatro de los cinco brazos de Taito ni al recibir un poderoso puñetazo en el vientre.

- Oh, vaya, pero si el rebeldillo me hace cosquillas…

El abdomen donde habían ido a parar los nudillos del pirata de Silver, ahora estaba oscuro y ennegrecido, protegido por un Haki que el agresor no había previsto.

Sin conceder un solo segundo para procesar la situación, el oficial derribó a su enemigo de un empujón con su arma y una patada, devolviéndole a la zanja.  Sin dejar de sonreír, ejecutó un par de florituras con la enorme maza como si pesase apenas un par de kilos, y saltó sobre el revolucionario blandiendo la maza de manera que su extremo cayera de pleno en su pecho.

Cabía resaltar que dicha maza vibraba con energía extraña, como si llevara mucha más potencia de que se supone que portaban aquellas monstruosidades al impactar.

Alejado del resto de refriegas, el oficial del hacha que había intentado atacarme, permanecía aturdido junto a una pared de roca, recuperándose tras chocar con ella al haber sido derribado. Cuando pudo aclarar su vista, todo lo que vio por delante fue a su compañero, el tirador, siendo desmembrado sin compasión por mí. Con un iracundo grito, removió las tumbas de mis ancestros y arremetió una vez más, pero con mucha más potencia.

Finalmente, los capitanes de ambas bandas mantenían su duelo perfectamente acompasado y ajeno al caos circundante. Sin que Silver se diera cuenta, su enemigo había hecho uso de su extraño brazalete transformándolo en un imponente sable en un abrir y cerrar de ojos.

El intercambio de golpes de espada dio comienzo, y aunque el capitán local parecía tener dificultades para mantenerse a la velocidad y fuerza de su contrincante, en ningún momento torció el gesto en su mueca de tranquila y calculada superioridad. Hasta que, por fin, decidió mostrar sus cartas, y el sable se transformó ante los ojos de Silver en un hacha de mano, atrapando su espada entre los huecos de la hoja con el mango.

- Vamos, chico. –Dijo, destilando condescendencia en su tono al tiempo que, con toda parsimonia, sacaba una naranja de un bolsillo oculto en sus ropajes y empezaba a pelarla con el filo del hacha.- Sabías lo que iba a pasar cuando decidiste hacerme frente. Ahora sé un hombre y acepta tu destino.

Y con un fuerte tirón, intentó arrebatarle el arma a Silver al tiempo que le escupía jugo de la naranja a medio masticar a los ojos.

------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------

Noah y Nailah estuvieron muy cerca de recibir el potente derechazo de Marshall, el subcapitán pirata, que terminó destrozando los barriles y cajas en los que la pareja había permanecido. Airok, providencialmente, hizo acto de presencia y realizó su mejor intento de intimidar al oficial con su pistola. Sin embargo, tras la breve conversación, la suboficial de Silver trató de disparar, y su enemigo reaccionó instantáneamente, apartándose de la trayectoria de la bala antes de que esta saliera del cañón.

- Lástima. –Se lamentó, agarrando la mujer por el cuello y alzándola sin esfuerzo.- Una belleza así no debería desperdiciarse de esta manera.

Y con una sonrisa lasciva, empezó a apretar la mano para ahogar a Airok. Afortunadamente para la damisela en apuros, Noah había desenganchado su arma y se había incorporado, llamando la atención de Marshall más por el tamaño desproporcionado de la espada que blandía que por sus palabras arrogantes.

El gyojin inició su acometida, que el subcapitán no dudó en responder arrojando a su “rehén” contra el atacante, para acto seguido prepararse él mismo para responder con los puños en ristre.

Naliah, por su lado, dio de bruces contra uno de los grumetes locales armado con dos espadas. Sin embargo, no tardó en descubrir que necesitaría algo más que habilidad en el combate para acabar con él, pues era claramente superior y las tornas no tardaron en volverse contra ella en forma de asalto implacable de tajos y estocadas.

El jaleo se extendía por el barco alrededor de Jish, que había conseguido sembrar la semilla de la duda una vez más entre un grupo de piratas. Desafortunadamente, estos resultaron ser mucho más escépticos y sobrios que sus amigos de la playa, y sólo uno se atrevió a defender que debían hacer caso del recién llegado.

- ¡Tú lo que necesitas es la marca de los nudillos de Marshall en el cerebro, imbécil! –Gritó uno de los piratas.- ¿De verdad estás sugiriendo que nos fiemos de este piltrafa?

Y tras una acalorada discusión de varios segundos durante la que los cinco bajaron brevemente sus armas, el único que abogaba por la idea del timador recibió un balazo en la barbilla que se alojó en su cráneo y acabó con él en el suelo.

Jish sabía que, si quería actuar, no tendría mejor momento. Y en la cocina-comedor había muchas cosas peligrosas, como cuchillos, sartenes, y gas.



Anon K. Noah
Anon K. Noah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 13 Ago 2017 - 13:20}

Desgraciada Airok... Mira que puede llegar a ser inoportuna. Su intervención resultó en un riesgo innecesario para ella, y una verdadera molestia para mí, que ya estaba dispuesto a rebanar por la mitad aquel tipo. De verdad, ¿tanto cuesta pensar un poco las cosas antes de hacerla? No soy el mejor del mundo en cuanto a planificar se refiere, lo reconozco, pero al menos yo tengo un señor arma conmigo y la fuerza para blandirla. Puedo, hasta cierto punto, solucionar mis problemas a lo bruto. ¿Pero nuestra intendente? Pensaba que era del tipo de persona que actuaban con astucia y aprovechándose de las vulnerabilidades del enemigo... Imaginé que tal vez le dispararía por la espalda, o desde un punto ciego.

Pero bueno, de nada sirve lamentarse y seguir echando bilis sobre la que acababa de joderme la diversión. Aunque me encantaría seguir haciéndolo, ciertamente.

Al ser arrojada por aquel hombre en mi dirección, me vi en un dilema: ¿Debía soltar mi arma para atraparla al vuelo? ¿Ignorarla y dejar que se empotrase contra algún barril perdido? ¿Cortar a través de ella para pillar a mi oponente por sorpresa? Seguro que eso último no se lo esperaba nadie.

Pero claro, ¿luego qué les digo al resto? ¿"Se me escapó la espada"? Si fuera un grumete cualquiera no dudaría, pero siendo ella estaba seguro de que era importante mantenerla más o menos con vida. Al menos para Syxel. Es la única razón por la que me preocuparía por su bienestar.

Así pues, ralenticé mi acometida, desviando mi ataque para no golpearla por accidente, al mismo tiempo que soltaba una mano del mango de mi espadón para sujetarla antes de que volara más lejos. Creo que la logré atrapar por el cuello de su chaqueta, pero en cualquier caso la soltaría a mi espalda sin ninguna delicadeza para poder reanudar mi ataque.

Por desgracia, todo aquel tiempo perdido le permitió al subcapitán enemigo leer mis movimientos, y evitó el tajo vertical que lancé sobre su cabeza con facilidad. Seguidamente bloqueó el impacto horizontal que intenté darle de inmediato, usando sus guantes de combate y las piezas de armadura en su brazo.

Desde aquella posición, estaba jodido.

Segundos más tarde me encontraba retrocediendo un poco, con un hilo de sangre resbalándome por la comisura de los labios, y el moflete enrojecido. ¿Cuánto tiempo hacía que no probaba mi propia sangre?

El puñetazo recibido me había borrado la sonrisa de la cara. Ya no se trataba de una simple caza. No era por diversión. Por primera vez en mucho tiempo, me puse serio y enarbolé mi arma con lo que parecía ser una minúscula muestra de guardia. Miré a mi oponente con ojos ardientes por dentro, emocionado por una pelea real.

-Ahora ya me siento motivado... -murmuré para mis adentros mientras activaba ambos Hakis-.

Esperé a que el hombre se decidiera a venir a por mí, puños en ristre, para poder dejar que mi instinto me guiara. Momentos antes de recibir un nuevo puñetazo, me deslicé con una flexibilidad y fluidez poco frecuentes en alguien con mi estilo de combate, pasando por debajo del brazo atacante mientras giraba sobre mi propio eje.

Usando aquel impulso rotatorio, intenté darle un impacto directo en el pecho, ya que parecía ser la parte de su cuerpo menos protegida. El tajo vendría de forma diagonal y descendente, por lo que evitarlo por completo desde aquella corta distancia sería extremadamente complicado. Como mínimo, esperaba rebanarle el brazo a la altura de la articulación. Aunque con suerte le hundiría la gran hoja entre las costillas directamente.

Fuera como fuere, con un giro de muñeca y codo separaría mi arma de lo que sea que encontrase y cortase, para poder dar un par de pasos y posicionarme tras la vulnerable espalda del pirata, nuevamente en guardia.
Aridam H. Taito
Aridam H. Taito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 13 Ago 2017 - 14:05}

Extrañas magias arcanas estaba conjurando mi oponente. Al encajar de lleno mi ataque, este había resultado ser infructuoso, pues la zona golpeada estaba tan dura como la piedra y negra como el carbón. ¿Era eso lo que la gente llamaba "Haki"? Si había visto alguna vez antes tal manifestación de aquella supuesta "fuerza de voluntad solidificada", no era capaz de recordarlo en esos momentos.

Mas, sabía lo que era. Me lo habían explicado. Y también me habían dicho que incluso la férrea defensa que proporciona aquella técnica, era susceptible de ser sobrepasada.

Por eso no tuve miedo aunque supiera la clase de trucos que usaba ahora mi oponente. En aquella ocasión, de haberse tratado de un simple duelo, podría haber llevado la batalla a una duración extendida y haber ganado en un enfrentamiento a la larga. Sería bien sencillo, de hecho, esperar a que se pasaran los efectos de aquel Haki antes de continuar mis agresiones...

Pero no tenía ese lujo. No tenía tiempo de sobra. Debía terminar rápido y apoyar al resto de mis compañeros.

Cuando la maza del pirata buscó aplastarme desde arriba, la evité a la par que buscaba retroceder. Una y otra vez después de eso, el arma continuó trazando mortales arcos en el aire, amenazando con golpear las partes más vulnerables de mi guardia si no iba con cuidado.

Sobra decir que aquel tipo no tenía nada que envidiar a nuestro capitán. Tras ver la veloz espada de Syxel en múltiples ocasiones, reaccionar a aquel arma de aspecto poderoso pero igualmente tosco, no era la mayor de mis preocupaciones. Sin duda, de llegar a darme me vería en problemas, pero mientras no llegara a hacerlo podía estar tranquilo.

Y además, el enemigo estaba tan ocupado intentando presionarme y no dejarme espacio para contraataque, que no se había percatado de un detalle: mi brazo faltante estaba de vuelta. Y como todos los demás, se había tornado totalmente rojo. En aquellos túneles y con la escasa iluminación, tal vez ni siquiera fuera un cambio apreciable desde su punto de vista... Pero tarde o temprano se daría cuenta de que no era lo único que cambiaba.

Para cuando reaccionó a mi transformación, ya era demasiado tarde para él. Su actitud socarrona e insistencia por intentar humillarme le habían dejado completamente a merced de mi Forma Completa.

Las tres cabezas de Asura tenían diversas muecas horripilantes de puro odio y furia salvaje en sus rostros, infundiendo miedo por un segundo en mi atacante.

-Venganza...

Aunque intentó retroceder, tres brazos carmesíes como la sangre salieron disparados, dos sujetándole por los brazos y otro manteniendo su maza inmovilizada.

-Venganza-nganza... -hicieron eco las otras cabezas-.

Intentó patearme, pero otro brazo impidió aquella maniobra antes de que se llevara a cabo. Ahora podía notarse que, de hecho, mi tamaño había crecido considerablemente. Tanto, que tenía que encorvarme ligeramente para no dar con mi cabeza en el techo, como Balagus mientras caminábamos hacia allí.

Un quinto brazo del tamaño de su torso agarró su pierna restante, y habiéndolo sujetado por completo procedí a elevarlo en el aire, dejándolo a merced de mi voluntad. Por más que se sacudía, no podía soltarse... Tarde se daría cuenta de que no solo mi físico había crecido, sino también mi fuerza, la cual era ahora más del doble que antes gracias a la rabia acumulada.

-Castigo... -la grave voz de ultratumba resonaría entre las paredes como una cacofonía infernal-.

Al mismo tiempo, el sexto y último brazo se lanzaría a por la cabeza del desgraciado, cubriéndola por completo entre mis dedos y acallando los gemidos de terror de la víctima. Aquella mano entonces ardería repentinamente, mi chackra siendo canalizado en un fuego inofensivo para mí mismo, pero agónicamente asfixiante para el pirata. Mientras era quemado vivo, sus aullidos se incrementaron en intensidad y volumen, quedando acallados por la presión de mi demónica carne sobre su boca.

El Haki no podía defenderle de eso. Incluso si su resistencia pudiera compararse a la fuerza bruta que podía emplear en aquella forma, se decía que el daño elemental no podía ser mitigado por aquella energía de la voluntad. E incluso de no ser cierto, por muy resistente que fuera el objetivo, no había forma de defenderse de la falta de aire.

De todas formas, como dije, tampoco tenía todo el tiempo del mundo. Por lo que mientras sucedía esto y la mente del pirata estaba ocupada intentando zafarse, los otros cinco brazos aumentarían aún más la presión ejercida, para luego tirar en diferentes direcciones a la vez. La maza fue la primera en soltarse de la mano del hombre. Luego un brazo se separó de su cuerpo en un sanguinoliento espectáculo. Y después las dos piernas emitieron un crujido al terminar como la primera extremidad.

Para entonces, los gritos habrían cesado. El shock habría causado un infarto al hombre, que moriría como forma de escape antes de poder experimentar más insufrible dolor. Habiendo terminado así mi tarea, dejaría caer los restos del pirata en medio del canal, con mirada impasible y actitud indiferente, como si hiciera eso todos los días.

Y sin perder más tiempo, me adentraría de nuevo a la zona donde el resto debían estar peleando, mis múltiples ojos buscando dónde sería más necesaria mi presencia.
Airok Bonny
Airok Bonny
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Lun 14 Ago 2017 - 17:36}


Para mi sorpresa, aquel suboficial esquivó con gran destreza y en un abrir y cerrar de ojos ya lo tuve con la mano en mi cuello dejándome prácticamente sin aliento.

Definitivamente no era suboficial por nada. Había inmobilizado mi otra mano, por lo que no podía utilizar la segunda pistola. Mi posición y orgullo me impedían ponerme a propinarle patadas cual loca histérica desesperada por respirar, así que traté de mantener la calma mientras trataba de alcanzar la pequeña daga que tenía en el pantalón. "Hecho".

En el momento en el que conseguí tirar mi mano para cortar aquel torso, me tiró con fuerza contra Noah haciéndome caer al suelo.

En lo que tardaba en levantarme, lo que parecía un simple grumete se acercó corriendo hacia mí tratando de frenar mi movimiento. Por desgracia para él, el no calcular que aún llevaba mi daga en la mano le costó un buen tajo en el estómago tan profundo como la daga me lo permitía. Una vez estuve completamente de pié e incorporada, uno de los reclutas se acercó a mi tímidamente y con actitud desoladora.

-- Imponte -- Dije hablándole duramente y con mirada de desaprobación ante su actitud de queja -- Acabad con toda la tripulación y volved aquí. Que no quede ni uno sólo para defender este navío más que este canalla --

Se retiró corriendo con los otros a cumplir la orden y seguir con el plan, entrando en cada uno de los camarotes de aquel barco y sin dejar ni una sola escotilla por revisar.

Noah se enfrentaba cara a cara con el subcapitán, una mujer a la que no había visto nunca estaba a mi derecha cara a cara con lo que parecía ser un cabo y, a pesar de no saber si era amiga o enemiga, al menos tenía seguridad de que un cabo menos iba a tocar las narices.

Una vez Noah y el subcapitán estaban enfrentados pero a cierta distancia el uno del otro, volví a disparar con la pistola que me quedaba hacia aquel oficial, esta vez apuntando directamente a la zona del pecho. Ahora estaba entretenido y ya me daba exactamente igual qué parte del cuerpo le fuera dañada.

Jish
Desconocido
Jish
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Jue 17 Ago 2017 - 19:14}

No pude evitar contener una mueca de desprecio al contemplar el desenlace de mi pequeño discurso. Sin duda no esperaba que me obedecieran con fe ciega, al fin y al cabo, me acababan de conocer. Pero la forma en la que habían acabado con uno de sus camaradas… ¿Qué clase de idiota mataba a un aliado durante un enfrentamiento? Me costaba demasiado entender las motivaciones de aquellos tipos.

“¡Idiotas testarudos! ¡La supervivencia de un individuo es lo más importante! ¡¿De qué sirve el honor si estáis muertos!?” – pensé lleno de furia, cada vez que me esforzaba por salvar vidas útiles ocurría lo mismo – “Es inútil negociar vosotros, parece que ciertamente no somos iguales”

- Es tradición entre los nuestros elogiar y admirar al más fuerte y poderoso. Ninguno de nosotros estaríamos satisfechos teniendo a un debilucho bueno para nada como líder – se excusó Hau, que al parecer se había percatado de mi reacción.

Comencé a caminar absorto en mis pensamientos alrededor de la mesa del improvisado comedor. Siempre había confiado en mi palabra y ahora esta me había fallado estrepitosamente. Me detuve frente al fogón y gire repentinamente sobre los talones para volver a encarar a aquellos grumetes.

- No te falta razón, nadie en su sano juicio se dejaría dirigir por mí – admití –  Yo siempre he sido un paria, una gota de agua sucia en un cristalino mar. No inspiro temor, no poseo ningún poder sobrehumano, ni me respalda mi reputación o la de mis ancestros. En toda mi vida jamás conseguí algo de lo que realmente estuviera orgulloso… Excepto el camino que elegí, el de la astucia – confesé mientras me daba un par de golpecitos en el labio inferior barajando mis opciones.

- Tch… ¡Maldito, mocoso maligno! ¡Haré que te des cuenta del lugar al que perteneces! ¡No permitiré que digas una sola palabra más! ¡Cortémosle la lengua! – exigió Ima, el individuo que había apretado el gatillo, al resto de sus camaradas.

Nuestras miradas se cruzaron durante unos instantes. Reconocía esa mirada, prácticamente podía verme reflejado en ella. Aquel tipo ejercía algún tipo de influencia sobre el resto y por ello mis palabras no habían podido calar en aquellos sujetos.

- Cuando las personas hacen lo que tú quieres porque las estas presionando no son dueñas de sus decisiones y cuando las personas no creen que sus decisiones vienen de su propia voluntad… Si, pueden hacer lo que tú quieres por un tiempo, pero es poco probable que sigan haciéndolo a largo plazo. Uno de los principales motores de todas las acciones humanas es la necesidad de sentir que tenemos el control. No insistiré más, si mis palabras no os convencen, entonces hare lo que otros antes que yo hicieron… ¡Me ganaré vuestro respeto derrotándoos uno por uno! ¿Eso os parece mejor?

Una sonrisa socarrona se dibujó en el rostro de los cuatro piratas.

- Podéis pensar que tenéis la victoria asegurada. Siempre que mis oponentes empiezan a pensar así… Siempre logro encontrar una manera de sorprenderlos ¿Y bien? ¿Ninguno quiere desafiarme? – fue entonces cuando se percataron del fuerte olor a gas que se concentraba en la habitación - ¿No estabais a punto de matarme hace unos segundos?

“Que irritante… Acabo de salir de una paliza y ya tengo que luchar, y encima con el estómago vacío”
Dharkel Asrai Nymraif
Dharkel Asrai Nymraif
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Jue 17 Ago 2017 - 20:24}

Apenas tuve unos instantes para frenar la cuchillada que se cernía sobre mis carnes llevando el haki de armadura a la suela de mi bota y posicionándola en la trayectoria del cuchillo. Posteriormente di un pequeño salto hacia atrás.

- ¡Ja ja! ¡Siempre funciona! - Exclamó el sujeto, dibujando una desfigurada mueca de satisfacción -. Ahora, comprobemos a qué sabe la tuya, ¿quieres?

Incliné levemente la cabeza hacia la derecha mientras estudiaba la extraña armadura de aquel bucanero, extrañado. Asentí en silencio mientras daba otra calada al cigarro.

- ¿Por algún casual no tendrás la idea registrada? Sería una putada tener que andar con papeleo y demás nimiedades burocráticas para conseguir una de esas.

- ¡ja ja! ¡Como si fueses a salir vivo de aquí! – comentó el carnicero manteniendo su mueca antes de arremeter. Su arma volvió a quedarse congelada en el aire.

- ¿En serio? – Pregunté dando un suspiro de decepción - ¿Pensabas que esta vez te iba a funcionar?

Ojeé rápidamente al resto de mis compañeros. Sin ninguna duda todos y cada uno de ellos parecían concentrados en sus propios combates como para prestarme atención. Impulsé el cuchillo del hombre hacia el techo, dejándolo clavado e inalcanzable.

- Tengo curiosidad… ¿Qué puede motivar a una persona a luchar por otra hasta la muerte? Si yo estuviese en tu situación habría permanecido en el suelo sin hacer ruido – concluí.

- ¡Puto cobarde! – Espetó, escupiendo al suelo y sacando otros dos cuchillos de las mismas proporciones.

- Las ratas engordan mientras los valientes mueren…

Una estalagmita se precipitó sobre el hombro del pirata, incrustándose varios centímetros y derrumbándolo al momento. Me acerqué con cautela, daga en mano. A juzgar por la longitud de la piedra debería haber hecho un destrozo lo suficientemente considerable como para que no se levantase nuevamente. Mi preciada diosa Suerte parecía seguir conmigo. Deslicé mi daga sobre su cuello y la limpié. Como volviese a levantarse después de aquello tendría que empezar a replantearme demasiadas cosas.
Syxel
Azote del paraíso
Syxel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Jue 31 Ago 2017 - 2:38}

Mientras intercambiábamos tajos y acometidas con nuestras espadas, poco a poco le fui ganando terreno a mi oponente, obligándole a retroceder gracias a la superioridad física con la que contaba. Ya que, aunque su corpulencia diese a entender lo contrario, le superaba en fuerza y, sobre todo, en velocidad. No obstante, logró tomarme por sorpresa cuando su arma cambió de forma. Transformándose en un hacha con la que fue capaz de atrapar mi espada y, pegando un tirón a la misma al tiempo que me escupía la naranja, pudo desarmarme y obligarme a retroceder de un salto al tiempo que me cubría los ojos, casi por instinto.

Pude oír cómo se reía a carcajadas mientras me limpiaba el rostro y lanzaba los restos de fruta al suelo. Alcé la vista una vez más, encontrándome nuevamente con su mirada. Y en mi cabeza repetí lo que acababa de decirme sobre aceptar mi destino. En ese momento toda la presión que sentía, y la ira que poco a poco me había ido invadiendo, desaparecieron. Pues recordé el momento en el que, hacía ya años, había aceptado mi destino. Y precisamente el primer paso para seguir adelante lo estaba dando en aquel lugar, en aquel preciso instante, enfrentando a quien tanto me había arrebatado.

Dejé escapar una sonrisa, y el cambio en mi expresión debió de molestarle porque en cuanto lo vio dejó de reír como un imbécil. Alzó el brazo hacia delante con el hacha al frente, amenazante, esperando a ver que hacía a continuación. Y no le hice esperar mucho, pues enseguida me concentré en llevar al máximo mis sentidos y hakis. Al hacerlo, mis brazos se volvieron completamente negros, con un ligero fulgor morado. Y de alguna forma fui consciente de todo cuanto sucedía a mi alrededor.

Comencé a avanzar en su dirección y en cuanto me tuvo a su alcance alzo el brazo para descargar sobre mí el hacha. Cuando su arma descendió, sin mayor dificultad y ante su atónita mirada, detuve la hoja de la misma con mi mano desnuda. Acto seguido, antes de darle tiempo para que pudiese reaccionar, envolví ambos brazos en fuego oscuro y lancé un puñetazo directo a su pecho.

Tras recibir el golpe de lleno retrocedió varios pasos, tambaleándose, mientras el hacha se deshacía en una amalgama metálica que adoptó de nuevo la forma de un brazalete en su brazo y él se daba ligeros golpes para extinguir las pequeñas llamas que se habían prendido en su ropa tras mi ataque.

El fuego no había llegado más que a calentar su piel y el dolor del golpe era soportable, pero la situación había cambiado. Fue entonces cuando un extraño sonido llegó hasta nosotros, el de carne y hueso desprendiéndose, y la sangre salpicó hasta nuestros pies. Ambos dirigimos la mirada al lugar del que provenía, encontrándonos con la figura de Taito y el cuerpo desmembrado de uno de sus hombres. No muy lejos de esa misma escena yacían otros pocos de los suyos, los mineros sobre los que Taito había cargado antes de comenzar la refriega.

- Parece que a tus hombres no les queda mucho - comenté con voz neutra, como si no me importase lo más mínimo, y dando por sentado que Balagus y Dharkel no tardarían en ocuparse del resto.

En esta ocasión fue su mirada la que buscó la mía, y por primera vez desde que nos habíamos reencontrado pude ver la duda en su rostro. Quizás al fin se había dado cuenta de su error, de la situación en la que se encontraba, o quizás solo le había sorprendido mi último movimiento. Fuese cual fuese el caso, ya no importaba.

Volví a avanzar hacia él, a mayor velocidad en esta ocasión, y en cuanto lo tuve delante alcé el brazo y lancé otro puñetazo envuelto en fuego. Esta vez lo detuvo con su mano, conteniendo el dolor de las quemaduras para no ceder ni un centímetro, y enseguida contraatacó lanzando el puño contra mi vientre. Recibí el golpe de lleno, pero gracias a la resistencia que me proporcionaba el busoshoku haki pude soportarlo. Le sujeté por la muñeca con la mano libre, inmovilizando su brazo y llevándolo hacia un lado, para acto seguido impulsarme hacia delante de un salto y propinarle un cabezazo en la mandíbula. El golpe le aturdió lo suficiente para hacerle retroceder un paso más y soltarme la mano, lo cual aproveché para agacharme ligeramente y, aprovechándome de la inercia, encajar un golpe con el codo directo a su vientre.

Su rodilla chocó con el suelo, golpe que resonó considerablemente debido a su peso, y escupió algo de sangre sobre la tierra mientras tosía y trataba de recuperar el aliento.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Mar 5 Sep 2017 - 23:26}

Un hachazo, y otro, y otro más. Mis brazos ascendían y descendían en diferentes direcciones y a distintas velocidades, troceando satisfactoriamente al pobre hombre a mis pies y liberando regueros y salpicones de sangre cada vez que yo las zarandeaba.

Habiendo perdido la cuenta de las salvajes cuchilladas que había propinado, tan inmerso como estaba en mi grotesco divertimento, no advertí la presencia del pirata que intentó atacarme antes hasta que el filo de su arma se clavara en mi espalda, golpeando mis costillas y quebrándolas levemente.

El repentino asalto a traición sacudió mi mente como un trueno entre la bruma carmesí. Como una bestia queacaba de ser despertada, dejé de prestar atención a mi víctima y me erguí, obligando a mi nuevo contrincante a sacar su hacha de la herida para no perderla.

Aunque su postura y su gesto reflejaban la seguridad que le había dado propinar el primer golpe por sorpresa, sus dudas a la hora de reanudar sus ataques me confirmaron que, en parte, se empezaba a preguntar seriamente si habría sido una buena idea cargar contra la masa de más de cuatro metros de músculo y rabia que ahora clavaba la mirada sobre él.

Eso, y que la visión de su compañero convertido en puré con tropezones detrás de mí no debía ser, precisamente, buena para la moral.

Con un bramido desmesurado, lancé mis hachas contra mi enemigo y el hizo lo propio para defenderse. La potencia del golpe lo sorprendió, pero pudo aguantarlo y contraatacar. Con una de mis armas desvié rápidamente el tajo y con la otra volví a atacar, encontrando poco más que aire a mi paso.

El intercambio fue más duradero de lo que yo había esperado, pues mi contrincante utilizaba su agilidad y su hacha a dos manos para evitar o detener mis embistes, y en dos ocasiones volvió a herirme, en sendos brazos. No obstante, y a pesar del cansancio y el dolor que empezaban a abrirse paso en mi cerebro, un delator crujido me indicó que el brazo del oficial había cedido a la presión del último bloqueo.

Además, Taito, que acababa de destrozar hace unos segundos a su enemigo de una manera tan creativa como aterradora, estaba ahora muy cerca de mi propia lucha, dirigida hacia allí sin quererlo por mis sucesivos asaltos inmisericordes.

En el otro extremo de la caverna, los caprichosos hados de la fortuna favorecieron a Dharkel al derrumbar una estalagmita sobre su hombro. Tras silenciar definitivamente los histéricos gritos dementes de su desesperada víctima, dirigió su mirada hacia los tesoros desperdigados por la zona. Encogiéndose de hombros, se dirigió hacia ellos para saquear todo lo posible mientras sus compañeros terminaban y, con suerte, apropiarse de algo para sí mismo.

Entre la posibilidad de rapiñar riquezas y el regresar de cabeza al intercambio de golpes y violencia, la balanza se decantaba casi demasiado rápido para él.

Silver contempló desde lo alto al capitán de la banda rival, evidenciando cada vez más la brecha de poder que se acababa de abrir entre ambos. El hombre, parcialmente arrodillado y tratando de sobreponerse al agudo dolor de los golpes recibidos.

Por supuesto, un curtido lobo de mar como él no descartaba tener que enfrentarse, en algún momento, contra un usuario de akuma no mi. Sin embargo, que fuera aquel capitanucho el portador de semejante poder era lo que no había incluido en sus cálculos.

- Puede que no. –Respondió, por fin, al comentario que Silver realizó sobre sus subordinados hace un rato.- Pero ellos no son como yo. Ellos se inclinarían ante un pobre diablo como tú si eso salvara su mísera vida. –Los ojos del capitán centelleaban con mayor odio según escupía las palabras.- Yo no inco la rodilla ante nadie.

En aquella posición, el hombre pudo ocultar hábilmente sus movimientos y hacerse con una pistola sujeta en su cinturón, una muy especial y particular. Usando el haki de observación para asegurarse no errar en su ataque, alzó su último recurso hacia el pecho de Silver, cargado con una única bala de kairouseki, y apretó el gatillo.

-----------------------------------------------------------------------------------------------------------

Noah comenzó a intercambiar golpes con el subcapitán en la cubierta del barco, comprendiendo, tras un puñetazo en la cara, que este sujeto no sería, precisamente, fácil de reducir.

Haciendo uso de toda su agilidad y habilidad, el gyojin logró evadir los ataques de su contrincante y lanzar un gran tajo a su costado desprotegido. Lamentablemente, su espadón no logró alcanzar plenamente su objetivo, pues se encontró con un apresurado bloqueo por parte de las placas protectoras del brazo del suboficial.

No obstante, el golpe tuvo la suficiente fuerza como para deformar un poco el metal y clavar algunas juntas en la carne, así como para desequilibrar al agredido y dejarle la extremidad un poco dormida.

Sorprendido por el despliegue de capacidades de su oponente, el luchador decidió zanjar lo antes posible el enfrentamiento: potenciando la velocidad y la fuerza de sus brazos, dirigió varios puñetazos hacia el vientre y la cara del gyojin. Acto seguido, aprovechó la explosión de violencia para agarrar a Noah y alzarlo sobre su hombro, listo para ejecutar una llave de lucha libre.

O así hubiera sido, si una bala vengativa de la intendente de Silver no hubiera perforado la axila del subcapitán. Con el gyojin fuera de peligro inminente, y el pirata herido y enfrentando dos enemigos a la vez, la lucha parecía favorecer rápidamente hacia uno de los dos bandos.

Esta era una suerte que Nailah no parecía compartir, pues eventualmente fue superada y capturada por su oponente. Al menos hasta la llegada por sorpresa de varios de los reclutas atacantes, quienes eliminaron rápidamente al sujeto y apresaron a la joven para llevarla frente a Airok y les dijera qué hacer con ella.

Nadie parecía encontrar a Nassor en el navío, y Jish continuaba “desparecido” dentro de la cocina. Cocina inundada de gas, gracias al artero charlatán. Ahora, sus agresores se planteaban seriamente cómo debían acabar con el molesto intruso.

- Yo no voy a disparar esto aquí.

- Pues carguemos contra él. ¡Somos cuatro, estúpidos!

- ¡Cállate! Tal vez podríamos hacerle caso a él en vez de a ti, por una vez.

- ¿Eres imbécil? ¡Si el subcapitán nos pilla, estamos MUY muertos!

- ¿Tú te has fijado en este tipo? El subcapitán es un memo comparado con él. Seguro que puede…

La acalorada discusión terminó abruptamente en una serie de puñetazos que pasaron a ser una trifulca entre los cuatro piratas en cuestión de segundo. Todo un milagro fue que ninguna de las armas se dispararan, y aún más que las cuatro quedaran desperdigadas sobre el suelo, al alcance del liante profesional.
Anon K. Noah
Anon K. Noah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Jue 14 Sep 2017 - 4:54}

Algo duro y metálico bloqueó la enorme hoja de mi espadón. Al fijarme, el pirata contra el que me enfrentaba había usado uno de sus antebrazos cubiertos por placas para bloquear apresuradamente el impacto, aunque no salió indemne de ello. Pero seguía siendo un bloqueo, y no me gustaba que las peleas se extendieran más de lo necesario.

Seguidamente, cuando me hube reposicionado, el mismo se giró para encararme y descargar una serie de puñetazos sobre mí. Logré bloquear casi todo el impacto con la parte roma de mi arma, la cual al ser casi más ancha que mi cuerpo me cubrió perfectamente, pero aun así mis manos quedaron algo entumecidas por tener que soportar aquel asalto inesperado. Encima pude oír un leve sonido crujiente y ferroso, signo inequívoco de que el espadón estaba cerca de romperse si tenía que soportar más golpes.

Por suerte o por desgracia, no fue ese el caso. Aprovechando su recién adquirida ventaja el subcapitán decidió sujetarme y levantarme por encima de su cabeza. El entumecimiento me impidió reaccionar a tiempo, y observé incrédulo cómo el suelo se alejaba de mis pies... O más bien, cómo mis pies se separaban de este, y el mundo se ponía patas arriba, literalmente. ¿Qué pretendía? Por más que me intenté zafar del agarre no me fue posible desde aquella postura, por lo que estaba a su merced... Posiblemente a punto de ser violentamente golpeado contra el suelo en alguna especie de movimiento marcial.

Ah, pero la fortuna estaba de mi lado, como siempre que mi integridad era puesta en peligro. Aún no era capaz de comprender qué reglas no escritas había en el mundo para que mi suerte fuera tan milagrosa en aquellas situaciones, y tan horrible en el resto de mi vida.

Un disparo certero por parte de Airok, la cual el pirata había perdido de vista al darse la vuelta, deshizo el intento de convertirme en alfombra del susodicho, y aprovechando el momento me solté de su agarre con un fuerte tirón. Creo que escuché un "clack" también, el gesto debió de recolocarme algún hueso del hombro o algo.

Moviendo un tanto aquella articulación para asegurarme de que estaba en buen estado, sonreí con soberbia.

-Tío, estás que apestas. ¿Hace cuánto que no te bañas, loco? -lo provoqué-. Espera, que te ayudo con eso.

Como esperando a mi señal, un tentáculo acuático se levantó por encima de la baranda a mi lado, rodeando mi brazo. Usé mi técnica de control del Gyojin Karate para concentrar el agua en una gran masa, que actuando como extensión de mi extremidad adoptó la forma de una garra.

Mientras ocurría todo esto, nuevos disparos provenientes del otro lado de la cubierta distrajeron al hombre. Parecía que Airok aún tenía guerra que dar, y su fuego de supresión me proporcionaba el tiempo y cobertura perfectos para lo que tenía en mente.

Inmediatamente, corté la escasa distancia que aún me separaba de mi enemigo, extendiendo dicha concentración líquida hacia adelante y rodeando al herido subcapitán con una velocidad abrumadora. Enseguida se formó alrededor de este una compacta esfera de agua, aprisionándolo y ahogándolo.

-¡No te quedes ahí parada! -exclamé entonces a mi Intendente-. ¡Remátalo!

Aunque le costaría debido a la angustia de la falta de aire, si el gran hombre forcejeaba un poco cabía la posibilidad de que se liberase. La posibilidad era extremadamente baja, tendría que ser más Fuerte que yo, un Gyojin dedicado a enarbolar un enorme espadón como si fuera un simple florete, pero seguía existiendo. Concentré todo mi esfuerzo en mantener encerrado en la prisión acuática a mi víctima, para darle así la oportunidad a la mujer para que se acercara y le diera un último disparo con su pistola, esta vez entre ceja y ceja a ser posible.

-------------------------------------

Técnica utilizada: Prisión de Agua:
Airok Bonny
Airok Bonny
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Sáb 23 Sep 2017 - 22:53}

Al fin, el segundo disparo había hecho su función y había dado de lleno a la axila del pirata. "Debería protegerse mejor" pensé. Mientras daba tiempo para que Noah se librara de su posición y pudiera contraatacar, trataba de recargar mis pistolas lo más rápido posible. Una de las ventajas te aquel corset tan duro que llevaba, era que podía enganchar las balas en los cordones de manera que podía cargar cada pistola utilizando sólo una mano, llegando el punto en el que con la suficiente destreza, podría cargarlas a la vez. De momento me centraba en cargarlas de una en una pero me era suficiente para aquella situación.

Comencé a tirar disparos, uno tras otro, con la puntería que me caracterizaba esquivando a Noah fuera cual fuera su movimiento. La mayoría de la metralla topaba con un escudo o algún tipo de armadura del uniforme de aquel tipo, pero mis balas no pudieron evitar encontrar algunas zonas desprotegidas o ya melladas de tanto golpe. Justo cuando Noah me lo había puesto a tiro, me había quedado sin balas, o al menos, las que tenía colocadas para carga rápida. No había tiempo que perder rebuscando para cargar de nuevo, por lo que me dirigí hacia uno de los reclutas sin apartar la vista de la escena, y le cogí una de sus pistolas mientras el gioying gritaba para apurarme. Entonces me acerqué al subcapitán, mirando sus ojos mientras se ahogaba con la burbuja de agua en la que el gioying lo tenía atrapado, y una vez frente a él, estiré la mano y disparé en su cien a quemaropa, perforando sus sesos de lado a lado.

- Revisad cada centímetro del buque, todo superviviente amarradlo y traedlo a cubierta - Dije en voz alta al resto de reclutas y le tiré la pistola al que me la había dado para devolvérsela. - Vosotros - me dirigí a los desarmados - alzad anclas y preparad las velas, que nos vamos.- Mi intención era que todo aquel que quedase en pie, entendiera que el navío ya había sido tomado.-

Entonces, dos reclutas se interpusieron en mi camino y empujaron frente a mi a una morena la cual había pasado desapercibida para mí. Era la que estaba discutiendo con Noah antes de que llegara el subcapitán, pero con el revuelo no le había prestado el más mínimo asunto.

- Atadla con el resto, ya veremos qué hacer con todos ellos una vez lleguemos a puerto -

Seguí mi camino hacia el timón, no sin antes mirar a Noah y asentir con la cabeza "buen trabajo" pensé. Ninguno de los dos por separado habría podido con aquel tipo, sólo el trabajar en equipo había solucionado aquello. Me gustaba trabajar sola, y era bastante independiente, pero sé reconocer cuando trabajar en equipo sirve para algo.
Dharkel Asrai Nymraif
Dharkel Asrai Nymraif
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 24 Sep 2017 - 20:17}

Un ligero brillo dorado tintineó tímido por el rabillo del ojo, desde el lugar en el que se estaba llevando a cabo la refriega. Quizás habría sido tan solo el destello de los aceros al chocar o simplemente mi propia imaginación ante el tedio de la espera. Como fuere, tenía que comprobarlo por mí mismo. Después de todo quizás el camino hasta el interior de la caverna no habría sido en vano. Me encogí de hombros y encaminé mis pasos hacia la piscina de sangre, carne y huesos.

A medida que me acercaba tuve que esquivar alguna que otra extremidad que salía despedida desde el centro de la trifulca. Una forma dolorosa y lamentable de morir si me preguntaban. ¿Pero qué era la sangre en comparación con el glorioso botín que estaba esperando a penas a unos metros más adelante? Además, los restos le darían a mi maltrecha capa una apariencia aún más lamentable. ¿Quién osaría golpear a un mendigo que estaba lleno de sangre? A parte de alguien con más de dos dedos de frente, claro.

Durante mi camino me choqué inoportunamente con el brazo extendido del capitán enemigo, aparentemente desviando el disparo que iba dirigido hacia Syxel. Miré a ambos lados, hice un gesto de disculpa y proseguí mi camino hacia el tesoro. No era por naturaleza un ser despistado, y no debería haber llegado a aquella situación en medio de una encarnizada lucha de egos, pero la visión de riquezas me había cegado momentáneamente.

Quité uno de los torsos del cofre y limpié las extrañas y los restos de fluidos de la cerradura. Tras examinarla detenidamente saqué mis herramientas y me puse manos a la obra. Unos minutos después el cerrojo cedió haciendo un leve chasquido y revelando su contenido: un puñado de piedras, telas mugrientas, restos de papel y algún que otro insecto que había decidido anidar entre el polvo y la suciedad. Ante tal circunstancia no pude evitar mostrar una mueca de decepción.

No tardé en atisbar otro par de cofres, aún medio enterrados a varios metros de profundidad. Sin dudar salté sobre ellos, con la mala fortuna de que uno de ellos reventó por el peso, exponiendo esta vez una riqueza inusual. La humedad y el paso del tiempo le habrían pasado factura. Miré hacia arriba, haciéndome el despistado por si hubiese algún observador curioso, pero nadie estaba presente para vigilarme. Me llené las manos de joyas y monedas y comencé a esconderlas por los múltiples bolsillos de mi capa, pantalones, botas e incluso hasta llenando mi “intimidad” de ellas. Por suerte la cuerda de esparto que hacía las veces de cinturón se mantuvo firme. Una vez hube terminado de lucrarme así una pala y comencé a echar las riquezas fuera del agujero sin ningún tipo de control u orden. Cuando terminé con mi noble labor de saqueador, discerní bajo los cofres una enorme hacha que contra todo pronóstico estaba intacta y afilada, sin ningún indicio de oxido o desgaste.

- Eh, Balagus, tengo un regalo para ti – comenté empuñando el arma con ambas manos. Podría medir fácilmente los dos metros de altura.
Jish
Desconocido
Jish
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 24 Sep 2017 - 21:02}

Tú serás mi adversario – desafié a Elsau, el tipo que trataba de influenciar al resto – ¿Oh? ¿No esperabas que fuera a luchar? Lamento decepcionarte una vez mas.

Desenvainé mi katana, la hoja estaba roída por el óxido y el paso del tiempo. Aquel trozo de metal llevaba cerca de cuarenta años en mi poder y había visto más batallas que aquellos cuatro tipos juntos.

Una sonrisa socarrona se dibujó en la cara del tipo, era evidente que era su día de suerte.

Cogió uno de los cuchillos de la cocina y se abalanzó sin ningún reparo contra mí, sin embargo, por desgracia para él no era consciente de que aquella cocina hacía rato que se había convertido en mi pequeño escenario. Antes de que llegará a aproximarse a una distancia peligrosa levante con un golpe seco y fuerte de rodilla la superficie de la mesa de la cocina, de tal forma que esta quedo orientada hacia Elsau a modo de escudo.

- ¡Tú lo pediste, Elsau! ¡No me culpes! ¡MUERE! –rugí.

Empujé la mesa con todas mis fuerzas contra el grumete, hasta que su cuerpo quedó atrapado entre la mesa y una de las paredes. Lentamente la vieja espada comenzó a filtrase entre los tablones de la mesa hasta quedar incrustada en la pared.

- Elsau… - dejo escapar Ima.

Sin embargo, Elsau dejó escapar una bocanada de aire, estaba totalmente pálido.

- ¡E- Está vivo! – gritó aliviado Hau.

- Haah… redirigiste la estocada en el último momento ¿Por qué…? – preguntó fatigadamente Elsau.

- Elsau parece que yo gane la pelea ¿Ahora tengo tu respeto?

- No debiste haberte contenido mocoso ¡La esencia de un duelo consiste en que sus participantes den todo lo que tienen contra sus oponentes! ¡Lo que acabas de hacer es un insulto!

- ¿Qué? ¿Mostrar piedad es un insulto? ¿Entonces matarse los unos a los otros significa respeto? ¿Qué lógica es esa? - respondí con gesto serio.

- Esa es la costumbre de los piratas. Los débiles no tienen derecho a vivir. Cuando nuestro capitán nos recluto para su tripulación teníamos un sueño en común. Tu oferta no se le compara en nada.

- Tsk… Los conservadores siempre utilizan los mismos argumentos… cultura, valores, como solían ser las cosas antes… ¡Esas malditas tradiciones son barbáricas! ¡Idiotas! ¡Crueles! ¡Ilógicas! ¡Pasadas de moda! ¡Una basura total! – espeté colérico –¡Ya han pasado muchas generaciones desde que se coronó el último Rey de los Piratas ¡¿Por qué seguís aferrándoos a esos anticuados ideales?! ¿Por qué rehusáis a avanzar? ¡Si siguiera la tradición que supuestamente respeta al oponente, tú ya estarías muerto! ¡Pero en cambio, ambos seguimos vivos para ver otro día! ¿No puedes ver la diferencia?

Me erguí en toda mi estatura y saqué bruscamente la vieja espada de la mesa

- ¡Elsau! ¿Deseas pelear a muerte conmigo aquí y ahora? ¿O puedes seguir las reglas del juego? Si lo haces ambos podremos seguir viviendo y trabajar por el bien de la piratería, tu decides.

-

- ¿Ya lo comprendes? ¿Entiendes ya la magnitud de mi oferta? ¡Si no es así vuelve para que te golpeé hasta que lo entiendas!

Parecía que Elsau había captado el mensaje, ignoré al resto y emprendí el camino hacia la cubierta.
Syxel
Azote del paraíso
Syxel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Mar 3 Oct 2017 - 0:29}

La sensación de un peligro inminente invadió mi cuerpo, probablemente gracias al haki de observación. De manera fugaz, como si de un destello se tratase, vi a mi rival empuñando una pistola con el cañón aún humeante. Podía reaccionar a tiempo sin mucho problema, y me preparé para ello, pero no fue necesario pues el accidental choque de Dharkel con el capitán enemigo desvió el disparo.

Dejó caer la pistola y golpeó el suelo con su puño repetidas veces, tratando de descargar la rabia que debía de invadirle. Sin apartar la vista de él, le rodeé dando pasos lentos, hasta llegar junto a mi espada. La recogí, y entonces le hablé.

- Aunque no hubiese intervenido, el resultado habría sido el mismo - sentencié tajante.

Continué andando sin cambiar el ritmo, hasta situarme justo frente a él. Aún de rodillas en el suelo, su cabeza casi llegaba hasta la altura de mi pecho. Pero su gran tamaño y fuerza, de los que sacó ventaja en nuestro anterior encuentro, no le habían servido de nada en esta ocasión. Durante unos segundos ninguno dijo palabra alguna. Hasta que, en un último y desesperado intento alzó el brazo derecho tratando de agarrar mi cuello.

Le sujeté por la muñeca antes de que pudiese lograrlo. Y al igual que había hecho hacía unos minutos la retorcí hacia fuera para inmovilizarlo, dejando de nuevo su rostro al descubierto, y propinándole un golpe directo con la rodilla.

Alcancé a oír el crujir de su tabique nasal al recibir el golpe, y este empezó a sangrar a borbotones. Al igual que el labio, que también se le había roto. Con el rostro ligeramente hinchado y cubierto de sangre, tosiendo por la dificultad para respirar, a cualquiera que hubiese conocido al imponente capitán pirata en el pasado le costaría reconocerle en el estado en el que se encontraba.

Realmente no estaba disfrutando de aquella situación, aunque la hubiese ansiado durante años creyendo que si lo haría. Por lo que, decidido a ponerle fin, empuñé con fuerza mi espada sin perder más tiempo y descargué un tajo contra su brazo. Gracias a la calidad de mi arma el corte fue limpio, y el pobre desgraciado cayó de espaldas al suelo, tratando de taponar la herida con la mano que le quedaba mientras reprimía el dolor.

Me quedé sujetando el que hasta hacía unos segundos era su brazo derecho, comprobé que en el dedo llevaba el anillo que había venido a recuperar, y también el extraño brazalete en la muñeca. Sería un añadido interesante a mi colección.

- He cumplido mi palabra. - Fue lo último que le dije.

Finalizado el enfrentamiento, miré a mi alrededor para comprobar que todo había resultado como esperaba. Hasta el último de los hombres de la otra tripulación yacía muerto en el suelo, algunos en más de un pedazo, otros ni tan siquiera podrían considerarse cadáveres. Taito y Balagus se encontraban de pie, expectantes al final de mi encuentro, esperando órdenes. Mientras por su parte Dharkel se había adelantado y se encontraba ya desenterrando el resto del tesoro, que había resultado ser tan real como los rumores que oímos sobre el mismo. No podía culparle, dado que su reacción fue exactamente la esperada, y además nos había adelantado trabajo.

- Cargad hasta la última moneda - ordené, regocijándome de haber elegido correctamente a mis acompañantes para tan importante encuentro. - Aquí ya no nos queda nada que hacer, volvemos a la playa... - hice una breve pausa - nuestro nuevo barco nos espera.
Nailah
Azote del paraíso
Nailah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Mar 3 Oct 2017 - 22:20}

La cosa se estaba poniendo mal en el barco. Peleas por todas partes, sangre y el sonido metálico de las espadas chocar. Nailah ya no tenía ni idea de qué hacer. Siempre podía escapar con su pequeño bote y que nadie se diera cuenta, pero el gyojin ya la había calado y parecía que no iba a permitir que la morena se marchase tan fácilmente. Sin embargo, antes de poder huir, un grumete arremetió contra ella. Esta intentó echarse hacia atrás y esquivó hacia un lado, pero tropezó y se dio de bruces contra el suelo.

Aquello no iba a ser tan fácil para el tripulante. Sacó su espada y desvió el tajo que iba directa hacia su pecho. Se levantó apoyando el filo de la espada en el suelo y enseguida estuvo se colocó en una posición defensiva. Un montón de golpes se libraron entre aquellos dos sujetos y ambos iban perdiendo, pues se hacían el mismo daño. Rasguños por allí, alguna herida por allá... Sin embargo, la morena perdió esa suerte tan característica que siempre la acompañaba. El tripulante empezó a tener mucha más energía que ella y sus golpes eran el doble de potentes.

Estaba cansada y débil, ya no tenía fuerzas para seguir defendiéndose como hace unos momentos así que lo único que le pidió es que parara. Se lo suplicó hasta que este se detuvo con la espada. Jadeó y guardó su espada. Por primera vez en su vida se había rendido y contra un mindundi, que era lo que más le dolía. Este la apresó y ella no opuso resistencia, aunque de vez en cuando le echaba una mirada llena de ira y odio.

La llevaron hasta una pelirroja. Nailah estuvo con la cabeza gacha hasta que la mujer habló. Alzó un poco la cabeza, asustada y sintió como intimidaba su mirada. Las palabras se le atragantaban por no saber qué decir. Sin embargo, su subconsciente habló por si sola, en un acto de impulsividad.

-¿Dónde está vuestro capitán? - Inquirió mirando a la pelirroja - Exijo parlamentar y antes de nada debo dar una explicación. Yo solo me estaba defendiendo de uno que me atacó. En ningún momento quise haceros daño... Ni siquiera sabía que este barco iba a ser abordado por una banda. Yo solo le había seguido la pista para poder hacerme a la mar con mi propio barco y librarme de la estúpida tripulación pirata con la que viajaba, que lo único que hacían era aprovecharse de mí - Posó su mirada en los ojos de la pelirroja y continuó. - Podéis dejarme ir y no volveréis a saber nada de mí. Pero me he fijado en los que estabais en cubierta, trabajando en equipo y... me gustaría formar parte de ese equipo. Permitidme formar parte de vuestra banda, quiero surcar los mares y ganar un renombre poderoso, pero en solitario sé que seré incapaz. Hablar de mis habilidades sería echarme flores encima así que prefiero que las comprobéis con el tiempo si son necesarias o no.

La muchacha volvió a agachar la cabeza, esperando la reacción de los piratas. En su cabeza ya se estaba imaginando lo peor, pero si llegaba a salir con vida era más que suficiente. Por primera vez había decidido hablar con sinceridad y con el corazón, en vez de ser una fantasma por naturaleza. Suspiró y esperó. Estaba nerviosa por la respuesta.

-Además... siempre puedo conseguir alcohol gratis - la morena se encogió de hombros. No por algo era una gran ladrona.
Nassor
Teniente General
Nassor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Vie 13 Oct 2017 - 0:14}

El cuello del pirata hizo un desagradable ruido al partirse. Con ese ya debía ser el último de lo que había bajo cubierta, con lo que su trabajo se había terminado por el momento, hasta que subieran a bordo los otros. Entonces escuchó ruidos y tiros provenientes de la parte superior. "El resto debe haber llegado." Entrecerró los ojos y comenzó a avanzar a paso ligero, subiendo las escaleras apresuradamente. El subcapitán estaba a bordo y era posiblemente la mayor amenaza que podían esperar encontrar en aquel momento en el barco. Si no llegaba a tiempo para ayudar a sus compañeros... habría fallado en su labor y lo que era más, a su capitán. Frunció el ceño y salió a cubierta, saltando al alcázar y de ahí al palo de mesana, subiéndose ágilmente a este. Airok y Noah se enfrentaban en un uno contra uno a Marshall tal y como había temido, pero no parecían estar desempeñándose mal. Manipulando agua con su karate gyojin, el peliblanco encerró al enemigo en una esfera de agua. La intendente se preparó para eliminarlo pero Nassor ya se suponía que aquello no bastaría para retenerlo. Había visto al subcapitán enemigo arrancar árboles jóvenes de raíz con su hercúlea fuerza. Pero que el tritón hubiese usado precisamente aquel método para atraparlo era perfecto, pues serviría para poner en práctica su nueva técnica y dejárselo en bandeja a Airok.

- Sabaku no Arashi...

Emitiendo una corriente de aire desde sus pies, se impulsó hacia la zona mientras chispas azules comenzaban a brotar de su cuerpo, concentrándose en su mano derecha. Marshall luchaba por liberarse y parecía que estuviera a punto de lograrlo, aunque Airok estaba ya frente a él. Nassor aterrizó a su lado flexionando las rodillas e introdujo la mano derecha en el agua, soltando una descarga eléctrica.

- ¡Denken!

No parecía realmente que su intervención hubiera sido necesaria, pues al poco la bala de la pelirroja perforó la cabeza del capitán y salió por su nuca. Sin embargo no consideraba que su acción hubiese estado de más. Era mejor prevenir que curar. Ya había visto a gente morir en el pasado por no tomar todas las precauciones posibles en batalla. Cerró los ojos y respiró hondo relajando su cuerpo y las chispas se dispersaron.

- Perdonad por tardar. Estaba encargándome de los últimos de la bodega cuando escuché los disparos. ¿Estáis bien?

Entonces dos hombres, supuso que parte de la tripulación, llegaron con una mujer morena. Airok ordenó atarla,
pero esta comenzó a argumentar que no era parte de la banda y que deseaba viajar con ellos. El pelirrojo
se rascó el cuello con un rostro inexpresivo mientras la evaluaba con la mirada. ¿Por qué iban a fiarse de una ladrona de barcos? Ella misma había confesado que iba a robar a aquella banda antes de que ellos llegaran.
Por otro lado, ellos no eran mucho mejores. Pero él mismo no se habría fiado demasiado de una panda de patanes como en la que se habían convertido.

- Lo que dices es cuanto menos extraño. ¿Por qué íbamos a fiarnos de una mujer de aspecto dudoso que llega de la nada y dice que quiere unirse a nosotros porque nos ha visto combatir? Es cuanto menos sospechoso.

Sus palabras habían sido secas y severas, sin una pizca de agresividad o mal genio, casi asépticas. La postura del luchador no era muy diferente, salvo por su mano derecha que reposaba en la empuñadura de su khopesh.
Balagus
Balagus
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Vie 13 Oct 2017 - 0:46}

Sin que yo hubiera llegado a verlo venir, el ya desgastado oficial con el que me batía fue aferrado por los brazos del transformado revolucionario, y sostenido con firmeza hasta que pude ejecutar un último ataque frontal, separando sus extremidades de su torso con mis hachas. Taito, que había esperado poder hacer algo más contra aquel inesperado intruso, dejó caer las piernas y brazos amputados y regresó a su forma humana habitual, al ver que no había más enemigos que eliminar.

En mi cerebro, la niebla roja comenzó a deshacerse con rapidez. El combate había finalizado y la calma regresaba a la caverna. Incluso Silver, que aún hablaba con el capitán de la otra banda, parecía tenerlo todo completamente bajo control. Empecé a buscar con la mirada al mendigo, que había desaparecido misteriosamente, hasta que oí su voz llamándome.

Inmediatamente me giré hacia él, justo para ver cómo me mostraba una interesante hacha de gran tamaño y buena calidad, forjada para parecer tener una boca en mitad de la hoja. Con un par de pasos lentos cubrí la distancia que nos separaba, mientras dejaba que mi mente de despejase a su propio ritmo. Agachándome, acepté el obsequio que me tendía y lo sopesé en mis manos.

“Parece buena… debería probarla en el futuro.”

- Espero que no estés intentando quedarte con más botín del que te corresponde, listillo. –Le advertí, imaginándome las verdaderas razones por las que habría llegado hasta allí tan rápido.- No me importaría tener que cortarte una mano con esta pequeña preciosidad.

Solté una risotada para terminar la amenaza no tan velada y le insté a que terminara de comprobar el resto de baúles. Mientras lo hacía, nuestro capitán se reunió con nosotros, estudiando sus nuevas adquisiciones y dándonos las últimas órdenes en cuanto pudimos tener todos los cofres abiertos y accesibles.

Finalizada nuestra labor, me fijé como pude la nueva hacha a la espalda, cargué con un baúl en cada brazo, y salimos todos de las cavernas, llevando cada uno una parte del tesoro saqueado según sus capacidades. Atrás dejamos al capitán enemigo, intentando no morir a causa de las heridas y del brazo amputado en medio de la carnicería que eran sus antiguos oficiales. Un capitán que, de sobrevivir, no cabría duda que juraría vengarse de Silver y sus subordinados aunque le costase la vida.

Nuestro camino al barco fue tranquilo y libre de incidentes. Allí, nuestra tripulación había hecho un buen trabajo y los guardias del navío a robar habían sido eliminados o reducidos con eficacia, contando sólo unos cuantos heridos en nuestro bando, aunque más de uno de gravedad.

Airok y Noah habían logrado acabar conjuntamente con el subcapitán contrario en un alarde de ingenio y trabajo en equipo, así como con un poco de ayuda en el momento exacto por parte del desaparecido Nassor, regresado de las profundidades del navío tras asegurarlo. Los tres se detuvieron para recuperar fuerzas y comprobar si todos estaban bien, cuando los reclutas de Silver trajeron a la intrusa que ya habían detectado antes intentando colarse en el escenario de tan destacado robo, y empezaron a preguntarse qué hacer con ella en lo que tardaba en volver el capitán.

Jish, de alguna manera, había conseguido sobrevivir a su aciago encuentro en la cocina, y con cuatro nuevos reclutas fieles a él, nada más y nada menos. O en realidad, tres, pues uno de ellos todavía no parecía estar muy seguro del nuevo rumbo a tomar, y Hau tuvo que aplicarle un rápido correccional en la garganta en forma de cuchillo jamonero, no sea que fuera a liar todavía más la situación. Qué excusas y extravagantes historias iba a dar el maestro de la palabrería y las fogatas cuando Airok le pidiese explicaciones, era algo que sólo dependía de él.

De una forma u otra, la banda no tardamos en reunirnos en nuestro nuevo barco, listos para salir, recoger a los compañeros que aún permanecían en nuestra vieja embarcación y celebrar nuestro primer gran éxito durante varios días y noches seguidos.
Syxel
Azote del paraíso
Syxel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Miér 18 Oct 2017 - 0:42}

No tardamos mucho en abandonar los túneles, deshaciendo el camino que habíamos tomado al entrar. Y aunque ahora íbamos cargados con el merecido, y sobre todo generoso, botín, a ninguno parecía molestarle el esfuerzo extra. Salvo quizás Dharkel, que comparando su constitución con la de Balagus o Taito debía de resultarle una pesada carga. Quizás eso explicaría el extraño y repentino cambio en su forma de caminar. O tal vez eso estaría relacionado con el sonido metálico proveniente del interior de sus pantalones.

Enseguida divisamos el barco, que parecía relativamente tranquilo, por lo que supuse que el enfrentamiento ya habría terminado. Y confiaba en que favorablemente para nosotros. Cuando nos encontramos cerca de la costa agudicé el oído, aprovechando mis desarrollados sentidos, y pude escuchar lo que hablaban a bordo del mismo.

La voz de una joven desconocida queriendo hablar con el capitán captó mi atención, y me detuve en el sitio para concentrarme en escuchar el resto de la conversación. Esperé a que hubiese terminado de hablar, y también a Nassor dejando constancia de su desconfianza. El momento me pareció de lo más oportuno para hacer una puesta en escena, por lo que decidí aprovechar la ocasión para divertirme un poco.

- Nos vemos en el barco - alcancé a comentar a mis acompañantes, justo antes de desvanecerme en la playa para aparecer a bordo de nuestro nuevo barco. Materializándome a partir de un revuelo de sombras hice mi aparición justo entre Airok y Nassor, frente a la atónita mirada la mayoría de los prisioneros y alguno de nuestros reclutas. Incluyendo, por supuesto, a la que enseguida identifiqué como la dueña que la voz que acaba de escuchar.

Apoyé la mano sobre el hombro de mi pelirrojo amigo, esperando calmarle, al tiempo que daba un par de pasos al frente. Me detuve justo delante de aquella peculiar muchacha, y me tomé unos segundos para estudiarla con la mirada.

- Soltadla - sentencié tras darle algunas vueltas en la cabeza.

Mis hombres obedecieron enseguida, dando un paso atrás para dejarnos espacio. Esperé a que se pusiese en pie, y cuando lo hizo me encontré con su mirada clavada en mí. Debía de estar apretando tanto los dientes que parecía que se le iba a desencajar la mandíbula y las piernas le temblaban tanto que parecía que no podría mantenerse en pie. Pero en sus ojos podía ver un derroche de valor y determinación.

- Dejaremos que nos acompañe por el momento - indiqué a mis camaradas, para luego dirigirme a ella. - Mi nombre es Syxel, aunque supongo que puedes llamarme capitán. - Me presenté, ofreciéndole una sonrisa al tiempo que le tendía la mano. - Además, tengo curiosidad por saber cómo pensabas tomar este barco tu sola.

Solucionado el asunto, eché a andar de nuevo, dirigiéndome al centro de la cubierta, donde nuestra tripulación continuaba reuniendo a todos los prisioneros. Y allí permanecí durante un rato, observándoles en silencio mientras esperaba a que el llegasen los demás con el botín.
Jish
Desconocido
Jish
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 22 Oct 2017 - 16:12}

Avancé, con el paso desgarbado propio de aquel que ha pasado demasiado tiempo en el mar, mientras comprobaba el estado de la bodega de carga. Pese al gran jolgorio del exterior parecía que había una gran provisión de agua dulce, aparejos y jarcias suficientes, una notable cantidad de tablones de madera y al menos siete barriles de brea y otros tantos de pólvora.

- ¿Qué hay de la comida y del alcohol? – inquirí, mirando hacia atrás de soslayo – No podemos ponernos en marcha sin provisiones. Estoy seguro de que no habéis llegado a esta isla alimentándoos de sopas de piedras y cuero hervido.

Ima se rascó la cabeza perezosamente.

- La mayoría del alcohol y los alimentos frescos fueron enviados al campamento para la celebración – el grumete se encogió de hombros al sostenerme la mirada - ¿Qué? Teníamos intención de reabastecernos en los próximos días en Kurohana.

- No todo fue llevado a la playa – intervino Elsau – deberían quedar algunos sacos legumbres, arroz, patatas y cebollas en despensa de la cocina. Si, esa cocina que casi vuelas por los aires – el grumete aun tenia ciertas reticencias y no dudaba en mostrar cierto rechazo.

- Nimiedades, fruslerías y bagatelas, eso es agua pasada ¿Qué ganaría explotando el barco que quiero robar? – atajé cortante – Hau ¿Eras Hau verdad? Haz inventario de todo, si vamos cortos de alimentos quiero hasta el último grano de arroz anotado, cuando acabes con eso sube a la cubierta y dale el papel a la pelirroja.

El muchacho asintió sin demasiada convicción.

- ¿Y nosotros? ¿Esperas que te sigamos como perritos obedientes? – protestó Elsau.

- Para nada, actuareis en nombre de vuestro capitán ¿Quién mejor que una cara conocida para poner en jaque a vuestros viejos camaradas? Imagino que a estas alturas la lucha ya habrá terminado, tan solo tenéis que hacerles la misma oferta que yo os he hecho.

- ¿Y si rehúsan? - preguntó ceñudo.

Saqué la vieja espada oxidada de su funda, se la tendí a Elsau en la palma de su mano y le di un par de palmaditas en el hombro. Al fin y al cabo, era su oportunidad de demostrar verdadera lealtad si superaban aquella prueba podría bajar la guardia durante algún tiempo. Continué avanzando hacia la cubierta, pude ver como un pelirrojo salía de una de las salas laterales y ascendía por la escalerilla hacia el exterior ¿Nassor? El tipo había sobrevivido a la infiltración con bastante solvencia, le miré de reojo por un instante antes de que este desapareciera de su rango de visión.

Una vez en el exterior, ya estaba todo el pescado vendido. Tal y como había intuido, los prisioneros se encontraban en hilera a lo largo del mamparo de estribor vigilados de cerca por marinos de nuestra tripulación. Señalé sutilmente con la barbilla para que los rufianes hicieran su trabajo.

Acto seguido, busqué a Dharkel con la mirada, pero al no encontrarlo desistí y me reuní con Syxel y Airok. Chaqué los dedos de mi mano derecha y una daga apareció entre mis dedos índice y corazón como por arte de magia, comencé a juguetear con ella mientras inclinaba ligeramente la cabeza haciendo un ademan exagerado de reverencia.

- Capitán, Intendente… - me quedé mirando durante unos instantes a la mujer que los acompañaba, tratando de darle un rango - ¿trofeo? Me he tomado la libertad de tomar prestados a algunos grumetes de la tripulación anterior, nada como unas palabras amables de un corazón bondadoso para que la gente te siga ciegamente. Nunca te agradecí el haberme ascendido a subintendente, Syxel… Estoy aprendiendo mucho – deje escapar con ironía aguda y, sin duda alguna, malintencionada mientras la daga volvía a desaparecer dejando un tenue rastro de humo rojo.
Dharkel Asrai Nymraif
Dharkel Asrai Nymraif
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 22 Oct 2017 - 18:17}

Tras hacer un gesto de que me sentía ofendido ante el comentario de Balagus y terminar de revisar los cofres aún medio enterrados llené uno de los sacos del primer baúl de dinero y joyas y me lo eché a la espalda. Esperaba que la salida de aquella caverna no estuviese muy lejos, pues si me costaba mantener el paso con las riquezas que me había apropiado, con aquel saco sobre mis hombros el camino se haría interminable.

- Me he hecho un esguince en la muñeca mientras me enfrentaba a mi temible oponente. No voy a poder cargar más aparte de esto – dije mientras me encogía de hombros con una ligera y fingida mueca de dolor al mover una mano.

Una vez llegamos a la nueva embarcación, la cual para mi sorpresa no se encontraba en llamas ni destrozada, me deshice del morral sobre la cubierta y moviéndome como un pingüino mareado entre las sombras conseguí llegar hasta las hamacas. Hice uso de mi extraña magia para cerciorarme de que no había nadie en las cercanías y comencé a depositar todas las ganancias sobre ella. Una vez hube finalizado, asentí con un gesto de satisfacción, la enrolle y la escondí donde sabía que nadie iría a buscarlas: las profundidades de la despensa. Quizás después de todo ser un pirata no estaba tan mal pagado. Seguidamente me dirigí a cubierta y lancé una moneda al mar. Debía mantener a mi diosa contenta, y más si íbamos a volver al mar.
Nassor
Teniente General
Nassor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Dom 22 Oct 2017 - 18:44}

La oscuridad comenzó a tomar forma y de esta salió la figura de su capitán. Arqueó una ceja ligeramente sorprendido, pero no hizo ningún otro gesto al respecto. Ya sabía que Syxel poseía los increíbles poderes de una zoan mitológica, el tipo más raro de akuma no mi, y aunque no se hubiese esperado que pudiese materializarse de una sombra se esperaba prácticamente cualquier cosa. Más lo sorprendió que decidiera aceptar a la chica abordo sin más, ordenando soltarla y hablándole amistosamente. En fin, aquellas rarezas eran las que hacían al viejo pirata ser quien era, y no iba a cuestionar la decisión de su capitán. Se limitó a inclinar ligeramente la cabeza y apartarse, dirigiéndose a la cocina del barco. Tras la batalla y trasnochar estaba algo cansado, así que puso una tetera al fuego y se puso a buscar té, leche y azúcar. No hubo suerte con lo primero, así que tuvo que sacarlo de su propia reserva.

Poco después salió con una bandeja con té rojo para todos. Cuando vivía en Arabasta nunca había tenido que preparárselo él mismo, pero llevaba ya tantos años apañándoselas por su cuenta que había aprendido a hacer todas las cosas que como noble no necesitaba saber. Y como aficionado al té, no le había quedado más remedio que aprender a prepararlo de manera aceptable. Cualquier imbécil podía poner un poco de agua a hervir y unas bolsitas, pero prepararlo correctamente para exprimir su sabor y fragancia al máximo usando té suelto era un arte. Y aunque Nassor no fuese un maestro del mismo, le salía bastante bien. Pasó junto a todos ofreciéndoles silenciosamente una taza y para cuando hubo acabado, dejó la bandeja en la cocina y volvió con una para él.

- Veo que todo ha ido bien - dijo, acercándose a Syxel - ¿Ha sido bueno el botín?

Se acercó junto con el resto a ver los frutos del trabajo. Nunca le habían interesado especialmente las riquezas, él era pirata para ser libre y combatir junto a su capitán, pero el dinero nunca estaba de más. No dejaba de ser un simple medio para otros fines pero por desgracia era uno indispensable en buena medida.
Nailah
Azote del paraíso
Nailah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {Lun 23 Oct 2017 - 13:48}

¿De aspecto dudoso? Nailah arqueó una ceja como si se sintiera ofendida aunque no lo estaba. Es más, en comparación a lo que la llamaban en Arabasta incluso podría ser un halago. De todas formas, aquel pelirrojo no era el indicado para decirle algo así, aquello si que le molestó, pero tampoco podía enfurruñarse en una situación como esa. Atada e interrogada, qué maravilla. Un hombre irrumpió en aquel breve interrogatorio. Por la primera impresión y palabra que dijo parecía ser el capitán.

Nailah estaba atónita ante la repentina llegada del capitán. No se molestó en repetir todo el tostón, pero se alegraba de que la soltaran y acarició las muñecas una vez libre. Las cuerdas habían dejado marca en su morena piel. Que brutos eran, pensó durante un momento. Sabía que era necesario atar así a los prisioneros, pero ella ni siquiera había hecho nada.

¿Capitán Syxel? La morena esbozó una sonrisa de oreja a oreja y aceptó la mano del pirata para poder levantarse.

-Nailah - Dijo a modo de presentación.

La pirata observó a todos los tripulantes del barco. Esperaba ser aceptada como era debido, sin reticencias ni malas palabras. Si fuera como en su otra banda se arrepentiría de haber soltado aquel discurso. A pesar de que el principio de la llegada a esa banda fuera un poco repentino y alocado, esperaba tener buenas anécdotas. Aunque solo fuera por el momento su estancia, trataría de dar lo mejor de sí para que se dieran cuenta de quién era Nailah Evezyan.

-Cuando quieras te la cuento, pero tendrá que haber mucho ron porque irá para largo - rio.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios

El que roba a un ladrón...  [Privado - Jigoku no Kaizoku] - Página 3 Empty Re: El que roba a un ladrón... [Privado - Jigoku no Kaizoku] {}

Volver arriba
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.