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Re: Un Poco Más Tonto Y No Naces... Pero Te Quiero. [Privado] [Galia-Ryuken] {Dom 1 Oct 2017 - 5:57}
No pudo evitar sonreír feliz cuando él le dijo que también quería pasar la vida junto a ella. Era justo lo que su cuerpo le pedía escuchar, además de los mimos que se estaban dando de la otra forma. Ella miró a los ojos de su amante y no tardó en darle ligeros mordiscos mientras jugaba de forma dulce. Notó el beso y rápidamente cerró los ojos al mismo tiempo que rodeaba su cuello con las manos. Acarició con mucho cariño sus cabellos y ahogó algún que otro gemido en la boca de su chico, pues era totalmente suyo y de nadie más. No iba a dejar que nadie le tocase si no era ella. Solo Black tenía derecho a besarlo, violarlo y a alimentarse de él como su deliciosa nevera. Justo entonces el peliplateado entró dentro de ella y preguntó aquello.
- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! – Gritó con fuerza al mismo tiempo que le abrazaba y soltaba un gemido enorme. En ese momento al darse cuenta de lo que había hecho y que su grito fue por la penetración más que por la pregunta tosió avergonzada. – Quiero decir, claro que sí, mi vida.
Había sentido bastante vergüenza por ese gemido que la hizo sentir tan bien en su zona íntima. Ahora que él estaba dentro de ella no tardó mucho en quedarse sobre él mientras le miraba a los ojos. Estaba dispuesta a darle todo el placer posible a su chico ante todo. Pensaría en él y trataría de hacerle sentir lo mejor posible. Podía ser muy sumisa realmente, pero también complaciente. Unió sus labios a los suyos al mismo tiempo que colocaba ambas manos en sus mejillas. Después de eso cerró sus ojos despacio y comenzó a darle mimos de forma suave a sus dientes. Su lengua se movía muy despacio contra la de él, dándole esa sensación de humedad que ella buscaba. Al mismo tiempo no pudo evitar empezar a mover sus caderas sobre él. Esta vez con toda la intención de que Yami gimiese ante ella, quería ver eso antes de morir.
Sin decir ni una sola palabra siguió moviéndose sabiendo que ahora notaría el calor corporal de la joven, tal y como ella estaba sintiendo el suyo. Abrió levemente los ojos para encontrarse con los suyos y mirarle con cariño y dulzura. Tras unos momentos empezó a besar su cuello, dándole después mordiscos fuertes, pero sin intención de desgarrar la carne. Ella también deseaba que su chico se sintiese su víctima y no se resistiese a ella. Ahogó gemidos en su boca, en su cuello, en sus hombros y finalmente dejó escapar uno bastante sonoro. Su respiración se agitó y no pudo evitar girar para dejar encima a su amado. Le miró de nuevo con una expresión tierna y mostró sus colmillos de forma inocente mientras su carita estaba sonrojada. Sus orejas de felino se movían muchísimo y su cola también.
- A-aah… Y-yami-kun… – Susurró entre jadeos sin casi poder hablar.
- ¡Siiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii! – Gritó con fuerza al mismo tiempo que le abrazaba y soltaba un gemido enorme. En ese momento al darse cuenta de lo que había hecho y que su grito fue por la penetración más que por la pregunta tosió avergonzada. – Quiero decir, claro que sí, mi vida.
Había sentido bastante vergüenza por ese gemido que la hizo sentir tan bien en su zona íntima. Ahora que él estaba dentro de ella no tardó mucho en quedarse sobre él mientras le miraba a los ojos. Estaba dispuesta a darle todo el placer posible a su chico ante todo. Pensaría en él y trataría de hacerle sentir lo mejor posible. Podía ser muy sumisa realmente, pero también complaciente. Unió sus labios a los suyos al mismo tiempo que colocaba ambas manos en sus mejillas. Después de eso cerró sus ojos despacio y comenzó a darle mimos de forma suave a sus dientes. Su lengua se movía muy despacio contra la de él, dándole esa sensación de humedad que ella buscaba. Al mismo tiempo no pudo evitar empezar a mover sus caderas sobre él. Esta vez con toda la intención de que Yami gimiese ante ella, quería ver eso antes de morir.
Sin decir ni una sola palabra siguió moviéndose sabiendo que ahora notaría el calor corporal de la joven, tal y como ella estaba sintiendo el suyo. Abrió levemente los ojos para encontrarse con los suyos y mirarle con cariño y dulzura. Tras unos momentos empezó a besar su cuello, dándole después mordiscos fuertes, pero sin intención de desgarrar la carne. Ella también deseaba que su chico se sintiese su víctima y no se resistiese a ella. Ahogó gemidos en su boca, en su cuello, en sus hombros y finalmente dejó escapar uno bastante sonoro. Su respiración se agitó y no pudo evitar girar para dejar encima a su amado. Le miró de nuevo con una expresión tierna y mostró sus colmillos de forma inocente mientras su carita estaba sonrojada. Sus orejas de felino se movían muchísimo y su cola también.
- A-aah… Y-yami-kun… – Susurró entre jadeos sin casi poder hablar.
Ryuken Shirou
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Re: Un Poco Más Tonto Y No Naces... Pero Te Quiero. [Privado] [Galia-Ryuken] {Dom 1 Oct 2017 - 7:03}
Yami no lo admitiría nunca, pero se sobresaltó un poco al escuchar ese grito. Se alarmó por algunos segundos, hasta que notó el tono de placer y éxtasis en su voz. Quizá no fue una buena idea lanzar la pregunta mientras entraba dentro de ella, pero fue la mejor forma que se le ocurrió sin recurrir a algo vergonzoso. La amaba, simplemente eso. ¿Entonces por qué hacer tanto drama para preguntar lo inevitable? Yami Shirou simplemente no era ese tipo de personas, por mucho que hubiera cambiado desde su despertar hace dos años. De todas formas, volviendo a lo anterior, el joven se detuvo para escuchar la respuesta de la pelirrosa. Pese a todo lo que había sucedido, aún tenía la duda dentro de él. ¿Qué haría si la ex vampiresa lo rechazaba? El solo pensar en ello hacía que un estremecimiento de miedo recorriera su espalda, pero se mantuvo firme. Fuera cual fuera su respuesta, Yami lo acataría... Por mucha tristeza que le ocasionara perder a su amante. Probablemente volvería a sus inicios, o simplemente perdería la voluntad de vivir. Habían demasiadas variables, e incluso él no sabía como actuaría en caso de respuesta de negativa. De lo que si estaba seguro, era que sería malo y terminaría auto destruyéndose por dentro.
Escuchó sus palabras y una sonrisa de alivio se formó en su rostro. Sin poder aguantarse más, juntó sus labios con los de ella y la besó frenética y amorosamente. Aquella respuesta lo hizo muy feliz, como nunca antes en su vida. Ni cuando fue rescatado sintió algo igual.
– Te amo – declaró con sinceridad.
No pudo decir nada más, puesto que Black nuevamente juntó sus labios con los de él. Sin poder evitarlo, y debido a todas las emociones que estaba sintiendo, Yami gimió un poco. Por suerte, no se escuchó demasiado porque su boca estaba aprisionada por la de la ex vampiresa. Jugaba con su lengua y exploraba cada rincón de su interior, al tiempo que movía las caderas y la penetraba con gentileza. Sin embargo, debido a la pasión del momento, cada vez iba aumentando más su intensidad. Yami gruñía por lo bajo, sin despegarse ningún segundo de ella. Aparte, el calor corporal lo superaba. Cuantas veces deseó ese momento, creyéndolo imposible debido a la naturaleza de Black. Que volviera a ser humana, era la máxima felicidad. Ahora no tendría que buscar métodos para extender su vida, puesto que crecería junto a ella hasta la vejez.
– No sé como alguien puede ser tan tierna, pero ahora lo noto con solo verte – le susurró en el oído, para luego mordisquearlo un poco.
Una vez dijo eso, el joven se levantó y la llevó hasta el agua, aún estando dentro de ella. Hizo que sus piernas se aferraran a su cadera y sus torsos quedaran pegados. Sin romper contacto visual, se sentó en las cálidas aguas. No era lo suficiente para sumergirse, tan solo para formar una pequeña manta de dicho elemento. Sabía lo doloroso que podía ser si seguían haciéndolo en tierra, por lo que esa fue la mejor solución que se le ocurrió. Yami besó a su prometida nuevamente y embistió con mucha más fuerza. Vagamente pensó en jugar con su otro agujero también (viendo que ya estaba acostumbrada... supuestamente), pero no lo hizo. Sus contrapartes acordaron ello, pero hasta que Black no le diera el permiso... Él no embestiría en el otro lado, por mucho que tuviera curiosidad por experimenta esa sensación también.
Escuchó sus palabras y una sonrisa de alivio se formó en su rostro. Sin poder aguantarse más, juntó sus labios con los de ella y la besó frenética y amorosamente. Aquella respuesta lo hizo muy feliz, como nunca antes en su vida. Ni cuando fue rescatado sintió algo igual.
– Te amo – declaró con sinceridad.
No pudo decir nada más, puesto que Black nuevamente juntó sus labios con los de él. Sin poder evitarlo, y debido a todas las emociones que estaba sintiendo, Yami gimió un poco. Por suerte, no se escuchó demasiado porque su boca estaba aprisionada por la de la ex vampiresa. Jugaba con su lengua y exploraba cada rincón de su interior, al tiempo que movía las caderas y la penetraba con gentileza. Sin embargo, debido a la pasión del momento, cada vez iba aumentando más su intensidad. Yami gruñía por lo bajo, sin despegarse ningún segundo de ella. Aparte, el calor corporal lo superaba. Cuantas veces deseó ese momento, creyéndolo imposible debido a la naturaleza de Black. Que volviera a ser humana, era la máxima felicidad. Ahora no tendría que buscar métodos para extender su vida, puesto que crecería junto a ella hasta la vejez.
– No sé como alguien puede ser tan tierna, pero ahora lo noto con solo verte – le susurró en el oído, para luego mordisquearlo un poco.
Una vez dijo eso, el joven se levantó y la llevó hasta el agua, aún estando dentro de ella. Hizo que sus piernas se aferraran a su cadera y sus torsos quedaran pegados. Sin romper contacto visual, se sentó en las cálidas aguas. No era lo suficiente para sumergirse, tan solo para formar una pequeña manta de dicho elemento. Sabía lo doloroso que podía ser si seguían haciéndolo en tierra, por lo que esa fue la mejor solución que se le ocurrió. Yami besó a su prometida nuevamente y embistió con mucha más fuerza. Vagamente pensó en jugar con su otro agujero también (viendo que ya estaba acostumbrada... supuestamente), pero no lo hizo. Sus contrapartes acordaron ello, pero hasta que Black no le diera el permiso... Él no embestiría en el otro lado, por mucho que tuviera curiosidad por experimenta esa sensación también.
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Re: Un Poco Más Tonto Y No Naces... Pero Te Quiero. [Privado] [Galia-Ryuken] {Lun 2 Oct 2017 - 8:14}
La joven estaba ruborizada totalmente. No solo era debido a que la había puesto nerviosa diciendo que la amaba, lo de tierna no se lo esperó y terminó negando muchas veces. Ella era una asesina ante todo y que le dijese eso la avergonzó de una forma increíble. Tembló un poco y continuó gimiendo con fuerza mientras le abrazaba y le notaba dentro de ella. Estar con su chico era lo más delicioso del mundo sin duda alguna y no quería volver a separarse de él en la vida. Esperaba que ningún idiota fuese para allá a espiarlos o le cortaría los brazos. Ella en ese momento estaba en una situación donde estaba siendo dominada y recibiendo placer por parte de su chico. Era demasiado delicioso y no tardó en soltar un nuevo gemido más sonoro que el anterior. Lo deseaba con todas sus fuerzas.
Cuando Yamir se colocó en pie, la chica se aferró con sus piernas a él y le miró a los ojos un poco confundida. Se sentó en el lago en la zona que no cubría y ella tragó un poco de saliva. De nuevo se vio atrapada por los besos de su chico y cerró los ojos sintiéndolos y dejándose llevar por ellos. Tras unos momentos soltó un enorme quejido contra su boca al ver que aumentaba de nuevo la intensidad allí abajo. Ella misma aferrada a él daba ligeros botes para hacer la sensación mucho más cómoda y deliciosa. Humo un momento en el que empezó a acariciar su cuello despacio con las yemas de los dedos y mucha dulzura. La joven vampira entonces se colocó en pie saliendo aquella pieza de ella y después le miró estando en pie. Se sentó en el borde del lago, quedando su trasero en el suelo. Después de eso miró a su chico y lentamente le acarició la cabeza.
- Agáchate un momento, cielo. Creo que me apetece sentir un poco de tu boca en un sector algo más inferior. – Mencionó la joven mirándole con una mirada realmente provocativa.
La vampira abrió las piernas muy lentamente para dejar expuesta su zona íntima. Si él seguía dentro de lago estaría por debajo y le sería más cómodo. Se notaba que estaba deseando que él jugase con ella en aquella zona tan especial. Estiró su pie desnudo hacia él y lo posó despacio en sus labios, después le acarició el rostro con él, pues estaba limpio. Lo retiró y llevó la mano de forma delicada allí abajo. Se acarició un poco para provocarlo y después se mordió el labio inferior despacio.
- Vamos, por favor. – Dijo guiñándole el ojo.
Cuando Yamir se colocó en pie, la chica se aferró con sus piernas a él y le miró a los ojos un poco confundida. Se sentó en el lago en la zona que no cubría y ella tragó un poco de saliva. De nuevo se vio atrapada por los besos de su chico y cerró los ojos sintiéndolos y dejándose llevar por ellos. Tras unos momentos soltó un enorme quejido contra su boca al ver que aumentaba de nuevo la intensidad allí abajo. Ella misma aferrada a él daba ligeros botes para hacer la sensación mucho más cómoda y deliciosa. Humo un momento en el que empezó a acariciar su cuello despacio con las yemas de los dedos y mucha dulzura. La joven vampira entonces se colocó en pie saliendo aquella pieza de ella y después le miró estando en pie. Se sentó en el borde del lago, quedando su trasero en el suelo. Después de eso miró a su chico y lentamente le acarició la cabeza.
- Agáchate un momento, cielo. Creo que me apetece sentir un poco de tu boca en un sector algo más inferior. – Mencionó la joven mirándole con una mirada realmente provocativa.
La vampira abrió las piernas muy lentamente para dejar expuesta su zona íntima. Si él seguía dentro de lago estaría por debajo y le sería más cómodo. Se notaba que estaba deseando que él jugase con ella en aquella zona tan especial. Estiró su pie desnudo hacia él y lo posó despacio en sus labios, después le acarició el rostro con él, pues estaba limpio. Lo retiró y llevó la mano de forma delicada allí abajo. Se acarició un poco para provocarlo y después se mordió el labio inferior despacio.
- Vamos, por favor. – Dijo guiñándole el ojo.
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Yami no tenía intención alguna de detenerse. Lo estaba disfrutando demasiado como para hacer algo como eso, más de lo normal. Realmente, ¿cómo pudo soportar estar dos años sin su preciosa pelirrosa? Era una suerte que no se volvió loco... Vale, si lo hizo. La prueba irrefutable era la masacre que cometió cuando su frustración y enfado había llegado a niveles peligrosos. Internamente suspiró al pensar en ello y decidió dejar el tema en el pasado. No había caso con ello, además tampoco sentía demasiado remordimiento. Así era el asesino, y era imposible que cambiara... Aunque si existían las personas que trataba de una forma muy diferente, y el ejemplo más que claro era Black. Negó con la cabeza y fijó su vista en la mujer, volviendo a lo que estaba haciendo anteriormente. Sonrío levemente y se mordió la lengua, para luego tomar firmemente el trasero de Black y ayudarla dándole leves impulsos. Tenía unas ganas enormes de soltar un gemido, pero se contuvo. Aquello era el paraíso, y Yami deseaba quedarse así para siempre... Lástima que no era posible, salvo que ambos hicieran la locura del siglo.
En eso notó que la pelirrosa se colocaba de pie y Yami la miró confusamente, sin entender el por qué había hecho eso. Con lo a gusto que estaba... En eso notó que se sentaba al borde del lago, haciendo que el joven se rascara la cabeza. Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal al ver lo que hizo e inconscientemente se relamió al ver tal imagen erótica. Mojada y de piernas abiertas... Yami no pudo evitar que un escalofrío de placer recorriera su espalda. Escuchó sus palabras y tragó en seco al notar el tono provocativo. ¿Qué hacer? ¿Hacerlo de inmediato, o tomarse su tiempo para que le suplicara más? Volvió a mirarla y bufó por lo bajo. ¿A quién quería engañar? Si el también se aguantaba las ganas de abalanzarse salvajemente sobre ella. El pie en sus labios, y ahora su mano en su intimidad... No ayudaba en lo más mínimo.
– Eres demasiado seductora para tu propio bien... – se las arregló para decir al cabo de unos segundos.
Se acercó lentamente hacia ella y bajó su rostro hacia la intimidad de su mujer. La miró por algunos segundos y, luego, se puso manos a la obra. Acercó su lengua y lamió despacio la zona prohibida de Black, tomándose su tiempo para saborear, y al mismo tiempo molestar un poco a la ex vampiresa. A medida que pasaba el tiempo, sus lamidas aumentaba de rapidez, hasta llegar al punto de tener toda su boca succionando aquella flor. Lo hacía con muchas ganas, y no parecía que fuera a detenerse. Además, metió dedo al cabo de unos segundos, estimulando más la intimidad de la chica. No terminaría hasta que se viniera completamente, ese era su objetivo.
– Vamos... vente por mi...
En eso notó que la pelirrosa se colocaba de pie y Yami la miró confusamente, sin entender el por qué había hecho eso. Con lo a gusto que estaba... En eso notó que se sentaba al borde del lago, haciendo que el joven se rascara la cabeza. Sus ojos se abrieron un poco más de lo normal al ver lo que hizo e inconscientemente se relamió al ver tal imagen erótica. Mojada y de piernas abiertas... Yami no pudo evitar que un escalofrío de placer recorriera su espalda. Escuchó sus palabras y tragó en seco al notar el tono provocativo. ¿Qué hacer? ¿Hacerlo de inmediato, o tomarse su tiempo para que le suplicara más? Volvió a mirarla y bufó por lo bajo. ¿A quién quería engañar? Si el también se aguantaba las ganas de abalanzarse salvajemente sobre ella. El pie en sus labios, y ahora su mano en su intimidad... No ayudaba en lo más mínimo.
– Eres demasiado seductora para tu propio bien... – se las arregló para decir al cabo de unos segundos.
Se acercó lentamente hacia ella y bajó su rostro hacia la intimidad de su mujer. La miró por algunos segundos y, luego, se puso manos a la obra. Acercó su lengua y lamió despacio la zona prohibida de Black, tomándose su tiempo para saborear, y al mismo tiempo molestar un poco a la ex vampiresa. A medida que pasaba el tiempo, sus lamidas aumentaba de rapidez, hasta llegar al punto de tener toda su boca succionando aquella flor. Lo hacía con muchas ganas, y no parecía que fuera a detenerse. Además, metió dedo al cabo de unos segundos, estimulando más la intimidad de la chica. No terminaría hasta que se viniera completamente, ese era su objetivo.
– Vamos... vente por mi...
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No podía creerse que Yami la mirase de aquella forma, como quien observaba un tesoro legendario. Ella misma se mordió el labio al pensar en que él la deseaba con todas sus ganas y eso la puso muy feliz. La mirada del chico era simplemente deliciosa para ella. Disfrutó haber posado su pie en la boca de su peliplateado, el que cada vez parecía más un tigre salvaje avanzando hacia ella. Era gracioso teniendo en cuenta quién era el felino. Estuvo a punto de echar a correr, pero negarle lo que era suyo podía ser cruel. Se mantuvo expectante hasta que él se acercó del todo a ella. Nerviosa, le sacó la lengua y después iluminó sus ojos en un tono rojizo e intenso mientras miraba hacia otro lado.
Los gemidos no tardaron mucho en llegar. La pobre tigresa llevó ambas manos hacia la cabeza de su chico y empezó a acariciar con mimos mientras cerraba los ojos y tragaba saliva. Jadeaba con fuerza mientras sus piernas temblaban de gusto y escuchaba los sonidos del espadachín hurgando allí abajo. Movía los pies despacio y agitaba el agua mientras notaba al chico continuar a lo suyo. Cuando metió su dedo ella no pudo evitar alzar la voz y gemir más fuerza. Encima, él empezó a usar palabras bastante más excitantes y ella negó con fuerza. Se pasó así unos minutos y tras aquello se lanzó a por él, impidiéndole seguir comiendo. Se abrazó a su chico en el agua que no cubría y miró a sus ojos entre jadeos.
- Si quieres eso tendrás que hacerlo de forma que sea mutuo. – Terminó apartando la mirada levemente enrojecida y pidiéndole que él también entrase dentro de ella.
No quería otra cosa más jugosa en aquel momento que eso. Esperó a que él hiciese el trabajo de tomarla de nuevo, pero antes besó con intensidad sus labios. Después de unos momentos clavó su mirada en él y no tardó en sonreírle de forma dulce, cosa muy rara en ella. Lo abrazó como si fuera de su propiedad y lo pegó a ella mientras cerraba los ojos.
- Eres lo que más quiero en el mundo, Yami… Poder estar contigo de nuevo hace que sonría como una imbécil cada momento. – Le confesó de forma dulce mientras le seguía dando besos en los labios. – Como me llames cursi te enteras.
Soltó una leve carcajada y clavó sus dientes en el cuello de su amor. Empezó a beber de su sangre despacio mientras abrazada a él se movía provocándole para que la cogiese en brazos y terminase lo que habían empezado.
Los gemidos no tardaron mucho en llegar. La pobre tigresa llevó ambas manos hacia la cabeza de su chico y empezó a acariciar con mimos mientras cerraba los ojos y tragaba saliva. Jadeaba con fuerza mientras sus piernas temblaban de gusto y escuchaba los sonidos del espadachín hurgando allí abajo. Movía los pies despacio y agitaba el agua mientras notaba al chico continuar a lo suyo. Cuando metió su dedo ella no pudo evitar alzar la voz y gemir más fuerza. Encima, él empezó a usar palabras bastante más excitantes y ella negó con fuerza. Se pasó así unos minutos y tras aquello se lanzó a por él, impidiéndole seguir comiendo. Se abrazó a su chico en el agua que no cubría y miró a sus ojos entre jadeos.
- Si quieres eso tendrás que hacerlo de forma que sea mutuo. – Terminó apartando la mirada levemente enrojecida y pidiéndole que él también entrase dentro de ella.
No quería otra cosa más jugosa en aquel momento que eso. Esperó a que él hiciese el trabajo de tomarla de nuevo, pero antes besó con intensidad sus labios. Después de unos momentos clavó su mirada en él y no tardó en sonreírle de forma dulce, cosa muy rara en ella. Lo abrazó como si fuera de su propiedad y lo pegó a ella mientras cerraba los ojos.
- Eres lo que más quiero en el mundo, Yami… Poder estar contigo de nuevo hace que sonría como una imbécil cada momento. – Le confesó de forma dulce mientras le seguía dando besos en los labios. – Como me llames cursi te enteras.
Soltó una leve carcajada y clavó sus dientes en el cuello de su amor. Empezó a beber de su sangre despacio mientras abrazada a él se movía provocándole para que la cogiese en brazos y terminase lo que habían empezado.
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