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Brynn
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El pirata siguió manteniéndose al margen de lo que los Arashi decidían. Seguía pensando que aquella no era su guerra, pero retroceder en aquél momento sería una gran derrota, tanto para él como para la gente del norte. No es que le importase demasiado, pero tenía una gran serie de negocios allí, y si desaparecían, también lo harían sus posibles ganancias.
Cuando Marc, Nailah y Spanner atravesaron el muro, el negro observó al frente, y se percató de un detalle que hasta en la fecha no había reparado. Había más sombras a parte de la que cayó tras el disparo de la agente, y parecían llevar armas. Sin parar a pensar ni un segundo, el asesino transformó sus brazos en alas, y al instante sus piernas adoptaron una forma de pata, pasando sus pies a ser finas garras. Su cuerpo adelgazó y creció en altura. También cogió un plumaje marrón oscuro. Instintivamente y lo más ágil que pudo, se inclinó y salió en la dirección de Scarlett y Steve, y si no oponían resistencia, cogería a cada uno con una de sus garras. Durante el trayecto oyó un clack, que siempre era sinónimo de problemas.
Se movería rápidamente hacia un lateral, siempre volando a una altura de no más de cuatro metros, en la cual sus dos posibles pasajeros estarían a poca distancia del suelo. Si conseguia evadir los disparos, dejaría a ambos viajeros a mitad del trayecto. Sabía que a la agente le vendría bien, así podría disparar desde más cerca. Sin embargo no había visto al otro pelear aún. Sin embargo, si las balas seguían dirigiéndose hacia ellos, intentaría proteger a los dos compañeros con sus enormes alas.
En cualquiera de las dos situaciones, haría un esfuerzo por llegar hasta las sombras, y, una vez llegase, caería al suelo en forma humana, agarrando su SAIGO NO SENSHI y lanzaría tres tajos por cada una de las tres primeras sombras que viese, no sin antes intentar averiguar qué tipo de seres eran aquellos.
Cuando Marc, Nailah y Spanner atravesaron el muro, el negro observó al frente, y se percató de un detalle que hasta en la fecha no había reparado. Había más sombras a parte de la que cayó tras el disparo de la agente, y parecían llevar armas. Sin parar a pensar ni un segundo, el asesino transformó sus brazos en alas, y al instante sus piernas adoptaron una forma de pata, pasando sus pies a ser finas garras. Su cuerpo adelgazó y creció en altura. También cogió un plumaje marrón oscuro. Instintivamente y lo más ágil que pudo, se inclinó y salió en la dirección de Scarlett y Steve, y si no oponían resistencia, cogería a cada uno con una de sus garras. Durante el trayecto oyó un clack, que siempre era sinónimo de problemas.
Se movería rápidamente hacia un lateral, siempre volando a una altura de no más de cuatro metros, en la cual sus dos posibles pasajeros estarían a poca distancia del suelo. Si conseguia evadir los disparos, dejaría a ambos viajeros a mitad del trayecto. Sabía que a la agente le vendría bien, así podría disparar desde más cerca. Sin embargo no había visto al otro pelear aún. Sin embargo, si las balas seguían dirigiéndose hacia ellos, intentaría proteger a los dos compañeros con sus enormes alas.
En cualquiera de las dos situaciones, haría un esfuerzo por llegar hasta las sombras, y, una vez llegase, caería al suelo en forma humana, agarrando su SAIGO NO SENSHI y lanzaría tres tajos por cada una de las tres primeras sombras que viese, no sin antes intentar averiguar qué tipo de seres eran aquellos.
- Resumen:
Intentar coger a Scarlett y Steve e intentar evadir las balas. Si no se consigue, protegerles con las alas.
Dejarles a mitad de trayecto e ir hasta las sombras.
Atacar a tres de ellas.
- Stats:
Agilidad: x4
Sigilo: x2
Reflejos: x4
Puntería: x2
Poder de destrucción: x1
- Transformación:
Hummingbird form: Al igual que en su forma híbrida, los brazos del usuario se transforman en dos enormes alas cuya envergadura ronda los cinco metros, sus piernas se transforman en garras y todo su cuerpo se vuelve considerablemente más delgado; en esta forma su agilidad se incrementa en un 200%.
Su plumaje torna un color marrón más oscuro.
Ellie
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La mink observó cómo Giotto se decidía a seguir hacia delante mientras veía con buenos ojos la idea de que los liberados fuesen subiendo. Sonriente, se acercó hacia los que quedaban y los fue dirigiendo hacia el ascensor.
Muchos le preguntaban que qué se encontrarían, a lo que la loba contestaba con muchas incógnitas. Probablemente nada de lo que nosotros vimos. Entre los ruidos y las sacudidas… . Sin embargo, otros seres le preguntaban que en qué podían ayudar. Intentó localizar un médico, sin mucha fortuna, y después lanzó evasivas. Ni ella misma tenía claro qué hacer. Bueno, el qué hacer era sencillo, lo complicado era trazar un plan y, sobre todo, responder a la pregunta de cómo debía hacerse.
Una vez terminó de mandar a todos hacia el ascensor, siguió al hombre de llamas, y por un momento pensó en Carmena. ¿Qué había pasado con ella? No sabía dónde estaba, pero quiso pensar que el pueblo liberado la había ayudado a subir. O eso esperaba.
La loba siguió los pasos de Giotto mientras miraba a Iulio, que no había hablado desde hacía bastante. Intentó conversar con él, aunque no sabía si le vendría bien hablar.
- Ánimo Iulio, hemos conseguido muchas cosas hoy. Derrotar al calvo ese, entender nuestros poderes de manera conjunta y liberar a un pueblo que a saber qué hacía aquí. Ahora tenemos un ejército. No sabemos su fuerza, y están magullados y doloridos, pero seguro que nos son de ayuda, ya verás. Ahora toca trepar -comentó, dándole una palmadita y agarrándose con sus patas a cualquier recoveco que podía, y, sobre todo, no mirando hacia abajo por lo que pudiera pasar.
Cuando ascendió hasta la cuarta planta, se dió cuenta de que todo aquello en lo que había pensado se había hecho realidad. Todo estaba destrozado. En la sala había una moneda reluciente, la cual no dudó en coger y guardársela. Un simple recuerdo para saber que seguía viva y, si salía de allí de un trozo, recordarlo por siempre.
En ese momento, cuatro bestias llegaron con Carmena. La mink respiró aliviada y se acercó a ella.
- ¿Estás bien Carmena? Nos tenías preocupados, no sabíamos si seguías con nosotros.
Esperando una respuesta de la mujer con la cadera rota, la loba se acercaría a Giotto y Iulio, e intentaría trazar un plan con ellos.
- Tenemos gente, y parecen fuertes. Y tenemos poco tiempo, lo que tarden todos en llegar. Creo que deberíamos romper todos los cables que hay por aquí, aunque la mayoría ya están rotos. Pero después de que vengan, claro, que igual alguno es del ascensor. ¿Alguno tiene algún artilugio del gobierno para ver qué ocurre abajo? ¿O alguna manera de saber dónde hacemos falta? Yo tenía un walkie con mi brigada, pero lo he debido perder por el camino. O igual se me ha quemado alguna de las veces que me he transformado en lava, no es la primera vez que me pasa. Bueno, pues eso, ¿qué deberíamos hacer?
Muchos le preguntaban que qué se encontrarían, a lo que la loba contestaba con muchas incógnitas. Probablemente nada de lo que nosotros vimos. Entre los ruidos y las sacudidas… . Sin embargo, otros seres le preguntaban que en qué podían ayudar. Intentó localizar un médico, sin mucha fortuna, y después lanzó evasivas. Ni ella misma tenía claro qué hacer. Bueno, el qué hacer era sencillo, lo complicado era trazar un plan y, sobre todo, responder a la pregunta de cómo debía hacerse.
Una vez terminó de mandar a todos hacia el ascensor, siguió al hombre de llamas, y por un momento pensó en Carmena. ¿Qué había pasado con ella? No sabía dónde estaba, pero quiso pensar que el pueblo liberado la había ayudado a subir. O eso esperaba.
La loba siguió los pasos de Giotto mientras miraba a Iulio, que no había hablado desde hacía bastante. Intentó conversar con él, aunque no sabía si le vendría bien hablar.
- Ánimo Iulio, hemos conseguido muchas cosas hoy. Derrotar al calvo ese, entender nuestros poderes de manera conjunta y liberar a un pueblo que a saber qué hacía aquí. Ahora tenemos un ejército. No sabemos su fuerza, y están magullados y doloridos, pero seguro que nos son de ayuda, ya verás. Ahora toca trepar -comentó, dándole una palmadita y agarrándose con sus patas a cualquier recoveco que podía, y, sobre todo, no mirando hacia abajo por lo que pudiera pasar.
Cuando ascendió hasta la cuarta planta, se dió cuenta de que todo aquello en lo que había pensado se había hecho realidad. Todo estaba destrozado. En la sala había una moneda reluciente, la cual no dudó en coger y guardársela. Un simple recuerdo para saber que seguía viva y, si salía de allí de un trozo, recordarlo por siempre.
En ese momento, cuatro bestias llegaron con Carmena. La mink respiró aliviada y se acercó a ella.
- ¿Estás bien Carmena? Nos tenías preocupados, no sabíamos si seguías con nosotros.
Esperando una respuesta de la mujer con la cadera rota, la loba se acercaría a Giotto y Iulio, e intentaría trazar un plan con ellos.
- Tenemos gente, y parecen fuertes. Y tenemos poco tiempo, lo que tarden todos en llegar. Creo que deberíamos romper todos los cables que hay por aquí, aunque la mayoría ya están rotos. Pero después de que vengan, claro, que igual alguno es del ascensor. ¿Alguno tiene algún artilugio del gobierno para ver qué ocurre abajo? ¿O alguna manera de saber dónde hacemos falta? Yo tenía un walkie con mi brigada, pero lo he debido perder por el camino. O igual se me ha quemado alguna de las veces que me he transformado en lava, no es la primera vez que me pasa. Bueno, pues eso, ¿qué deberíamos hacer?
- Resumen:
Ayudar a los esclavos y mandarlos al ascensor.
Trepar y llegar a la cuarta planta.
Preocuparse por Carmena.
Intentar trazar un plan con Giotto y Iulio.
Luka Rooney
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El tiburón notó cómo por primera vez desde que empezó a usar el gyojin kárate, la materia se resistía a ser controlada. Percibió cómo oponía una cierta resistencia al principio, para acabar cesando su empeño tras ello. Afortunadamente, consiguió crear la esfera y meter al ser en su interior, y cuando se disponía a finalizar su trabajo, Vile, el compañero que les seguía desde el principio en aquella instancia, se le adelantó. Lanzó un tajo que provocó una onda cortante y acabó partiendo por la mitad al ser, aunque éste se transformó en la misma sustancia que se dirigía hacia ellos desde hacía un rato.
- Buen trabajo -comentó, tendiéndole la mano-. Pero ahora, necesito que te marches, lo que voy a hacer es peligroso para mí y para quien esté cerca -finalizó, observando hacia atrás, y viendo cómo alguien había irrumpido en escena, atacando a Alviss y Nox-. Ayuda a aquellos.
El gyojin, si Vile se lo permitía, le agarraría del brazo y lo lanzaría con fuerza hacia allí. Probablemente fuese la forma más rápida de que llegase, y con suerte, podría ayudar a sus compañeros. Pero ahora le tocaba a él salvar a toda la gente que se encontrase por allí de aquella extraña miasma. Aunque iba a poner su vida en riesgo.
Aquella sustancia negruzca ya había llegado hasta él sin que apenas se percatara, y entonces, la sufrió en sus carnes. Sus tobillos -la zona por la que rondaba- le empezaron a arder, y sintió como si se fueran a desvanecer. Rápidamente, dió unos cuantos pasos hacia un lateral, intentando ganar algo de tiempo. Lo iba a necesitar.
A sabiendas de que la niebla se le había resistido y aquella sustancia podía hacer lo mismo, se centró exclusivamente en lo que iba a hacer en aquél momento. Concentrando ambas palmas de las manos, intentó agrandar la esfera previa, mientras, a su vez, intentaba mandar el miasma -primeramente intentando controlarlo como si fuera un líquido, y en caso de no funcionar, amontonándolo en pequeñas esferas de agua que se irían juntando con la mayor-. Confiaba en que la niebla le bastase para ir creando las esferas, en caso contrario, emplearía el agua que aún seguía almacenada en su anillo.
Si conseguía almacenar toda la sustancia negruzca en la esfera, la comprimiría al máximo y pensaría qué hacer con ella. Se fijaría en todo lo que tenía alrededor, buscando algún sitio donde depositarla y sellarla -algo así como un tanque- o algo con lo que poder quemarla. Aunque aquello, con la aguja reventada por todos sitios, lucía complejo.
- Buen trabajo -comentó, tendiéndole la mano-. Pero ahora, necesito que te marches, lo que voy a hacer es peligroso para mí y para quien esté cerca -finalizó, observando hacia atrás, y viendo cómo alguien había irrumpido en escena, atacando a Alviss y Nox-. Ayuda a aquellos.
El gyojin, si Vile se lo permitía, le agarraría del brazo y lo lanzaría con fuerza hacia allí. Probablemente fuese la forma más rápida de que llegase, y con suerte, podría ayudar a sus compañeros. Pero ahora le tocaba a él salvar a toda la gente que se encontrase por allí de aquella extraña miasma. Aunque iba a poner su vida en riesgo.
Aquella sustancia negruzca ya había llegado hasta él sin que apenas se percatara, y entonces, la sufrió en sus carnes. Sus tobillos -la zona por la que rondaba- le empezaron a arder, y sintió como si se fueran a desvanecer. Rápidamente, dió unos cuantos pasos hacia un lateral, intentando ganar algo de tiempo. Lo iba a necesitar.
A sabiendas de que la niebla se le había resistido y aquella sustancia podía hacer lo mismo, se centró exclusivamente en lo que iba a hacer en aquél momento. Concentrando ambas palmas de las manos, intentó agrandar la esfera previa, mientras, a su vez, intentaba mandar el miasma -primeramente intentando controlarlo como si fuera un líquido, y en caso de no funcionar, amontonándolo en pequeñas esferas de agua que se irían juntando con la mayor-. Confiaba en que la niebla le bastase para ir creando las esferas, en caso contrario, emplearía el agua que aún seguía almacenada en su anillo.
Si conseguía almacenar toda la sustancia negruzca en la esfera, la comprimiría al máximo y pensaría qué hacer con ella. Se fijaría en todo lo que tenía alrededor, buscando algún sitio donde depositarla y sellarla -algo así como un tanque- o algo con lo que poder quemarla. Aunque aquello, con la aguja reventada por todos sitios, lucía complejo.
- Resumen:
Felicitar a Vile y agradecérselo con un lanzamiento hacia la ubicación de Alviss y Nox.
Usar el Gyojin Kárate para intentar juntar el miasma en la esfera de agua.
- Cosas usadas:
- Chinokawaki: La fiereza de Luka se ve incrementada cuando éste ve sangre, ya sea suya o de su rival, logrando así un 500% de fuerza extra durante dos turnos.
- Tiempo de canalización: 0.5 segundo.
- Duración: 2 posts. Post 2/2
- Tiempo de reutilización: Una vez por batalla.
- Bonificadores: Fuerza 11 (9 Clase + 2 Gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3 | En el resto 2
- Bonificadores pasivos Fuerza x10 - Resistencia x4
- Hakis:
- Haki de observación: Opuesto. Tier 6. (Empatía 6)
- Haki de armadura: Predilecto. Tier 7.- Caracteristicas haki observación:
[/b]- Nivel 5 ->Nivel 5: Haki Extendido: Se alcanza el nivel extendido en el Haki de observación cuando se desarrolla un quinto Tier de Haki. Debe desarrollar obligatoriamente la aptitud con la que tiene sintonía, alcanzando el tercer Tier, el cuarto o incluso el quinto, si no ha entrenado la otra aptitud. Su sintonía mejora:
Sensibilidad: Los usuarios con sintonía en empatía desarrollan una gran capacidad de liderazgo, pudiendo entender cómo piensa la gente que les rodea y aprovechándolo para guiar mínimamente sus actos. - Tier 5 en Empatía: Si se concentra activamente puede detectar a todas las personas en un radio de cincuenta metros, y con relativa concentración (puede atacar y defenderse) detecta a cualquier persona en un radio de diez metros. Puede sentir animales y localizarlos con facilidad, así como empieza a sentir la presencia de las plantas. Puede mantener la concentración hasta quince asaltos.
- Nivel 5 ->Nivel 5: Haki Extendido: Se alcanza el nivel extendido en el Haki de observación cuando se desarrolla un quinto Tier de Haki. Debe desarrollar obligatoriamente la aptitud con la que tiene sintonía, alcanzando el tercer Tier, el cuarto o incluso el quinto, si no ha entrenado la otra aptitud. Su sintonía mejora:
- Caracteristicas haki armadura:
- Nivel 6 ->Haki Desarrollado: Se alcanza el nivel desarrollado en el Haki de armadura cuando se desarrolla un sexto Tier de Haki. Éste puede ser el sexto de la aptitud con la que posee sintonía (si sólo ha subido esa aptitud) o el correspondiente al entrenamiento que haya llevado a cabo hasta el momento. Alcanza el segundo nivel de su modalidad de Haki de armadura.
Sintonía:
Bastión: Los usuarios con sintonía en armadura se caracterizan por su gran envergadura física y su poderío. Mientras permanecen imbuidos en Haki de armadura, sus impactos son el triple de potentes.
Tizona: Los usuarios con sintonía en armamento poseen una habilidad innata para liberar su Haki. Son capaces de utilizarlo de forma casi inconsciente, pudiendo usarlo un tercio de su capacidad (redondeando hacia abajo) sin agotarse en absoluto. - Armadura tier 6:Aprende a utilizar el endurecimiento, pudiendo tornar su Haki de un tono negro metalizado. Se desgastará al cuádruple de velocidad, pero nadie sin endurecimiento podrá hacerle daño físico, necesitando un Haki igual o superior o el triple de fuerza que él resistencia. Aprende a generar una barrera de Haki a tres metros, tan potente como su propia armadura, pero se desgasta al doble de velocidad usando esta habilidad.
- Armamento tier 6: Cuando canaliza su Haki a través de las armas duplica la potencia de sus impactos. Podría desgastar su Haki al triple de velocidad para duplicar este efecto (multiplica la potencia por cuatro).
- Nivel 6 ->Haki Desarrollado: Se alcanza el nivel desarrollado en el Haki de armadura cuando se desarrolla un sexto Tier de Haki. Éste puede ser el sexto de la aptitud con la que posee sintonía (si sólo ha subido esa aptitud) o el correspondiente al entrenamiento que haya llevado a cabo hasta el momento. Alcanza el segundo nivel de su modalidad de Haki de armadura.
- Chinokawaki: La fiereza de Luka se ve incrementada cuando éste ve sangre, ya sea suya o de su rival, logrando así un 500% de fuerza extra durante dos turnos.
- Cosas cargadas:
- Carga pulsera: 5 turnos de 5 max.
- Carga Espiritu de Poseidón: 3 turnos de 3 max. (Usados 200 de los 1000 litros)
- Parmigiano: de fuerte sabor y tremendamente nutritivo, este queso otorgará a quien lo consuma un x3 activo (acumulable con activas del consumidor) a la Fuerza durante 3 posts.
- Carga pulsera: 5 turnos de 5 max.
—Algún defecto tenía que tener —le respondió a Dexter, indicándole con la cabeza que era hora de que se marchara de allí—. ¿Perder? Solo he perdido una vez y no pienso volver a hacerlo. Y ahora, ¡vete!
La sonrisa de su rostro se marchó tan rápido como lo hizo el dragón hacia a saber dónde. Sus brazos comenzaban a notar la fuerza del ataque del gigantesco oponente que tenía sobre él; verdaderamente era grande, mientras agitaba sus alas con fuerza para no ceder ni un centímetro de su terreno. Había oído rumores de la fuerza bruta de aquel que había sido conocido como el demonio de la niebla, así como de sus habilidades en combate, no obstante, todas esas historias tenían algo en común, y era que todo lo que tenía de fuerte lo tenía de poco perspicaz.
«Quizás si…»
El pelirrojo comenzaba a planear la primera jugada en aquella partida de ajedrez que era ese combate, cuando algo a gran velocidad impacto de repente contra la acanaladura de la espada de energía, ayudándole en su intento de romper el arma. Ese algo no era otro que Deathstroke, el segundo de a bordo del Zafiro negro. Apenas había escuchado rumores sobre él, pero lo poco que sabía era algo digno de admirar, es por eso que siempre había tenido la duda de si era fuerte o, simplemente, vivía de la fama de su capitán. Sin embargo, acababa de comprobar que sería un gran aliado en batalla si conseguían trabajar bien en equipo.
—¿Distraerle? Dalo por hecho —le respondió Zane—. Y no te preocupes. Solo estaba midiendo su…
Se calló de golpe al ver como los restos de la espada de energía comenzaban a hacer cosas extrañas. Empezaron fluctuando y luego cambiaron de forma, adoptado una apariencia parecida a esas estrellas de metal que usaban algunos ninjas en Wano, y se aproximaron hacia ellos a gran velocidad. Ante eso, el pelirrojo no tardó en envolverse en fuego, mientras todo su cuerpo iba cubriéndose de una fina capa de plumas de color rojizo carmesí con las puntas en dorado, otorgándole un brillo áureo casi divino. Sus manos adoptaron la forma de unas garras negras, al igual que sus pies, y las alas de su espalda aumentaron de tamaño, así como el resto de su cuerpo.
Tras eso, el suzaku comenzó a girar sus katanas, creando un muro de energía con el que intentó bloquear o desviar el ataque de las estrellas de energía. A medida que éstas se acercaban, la velocidad a las que hacía girar sus aceros era mayor, aumentando de esa forma el grosor y la eficacia de su defensa. Una vez lo hiciera, a sabiendas de que esos ataques podían fracturar su escudo —aunque si lo hacía, aún mantenía su Dansetsu no Samurai para protegerse—, agitaría sus alas con fuerza para impulsarse hacia el lugar donde sintiera con más intensidad la presencia de Krauser.
—¡Al menos nosotros no hemos sido títere de nadie! —le respondió Zane—. ¿No es eso lo que has dicho antes como un llorón? —la voz del suzaku cada vez era más alta, esperando que todo el mundo le escuchara. Su genial idea era hacerle salir, que lo tomara como el foco de su ataque para que Deathstroke pudiera hacer aquello que tenía en mente—. ¿O acaso has visto que vas a perder y estás haciendo méritos para tu rendición? Si tan fuerte eres porque no te muestras y luchas contra nosotros sin tanto rollo. ¡Y ahora dime! ¿Porqué querías arremeter contra mi banda? Contra mi lo puedo llegar a comprender, pero ¿contra ellos?
Y tras eso, saliera o no, se concentraría en el punto donde la presencia del demonio de la niebla y comenzaría a lanzar una consecución de ondas cortantes impregnadas en haki de armadura con la intención de darle.
La sonrisa de su rostro se marchó tan rápido como lo hizo el dragón hacia a saber dónde. Sus brazos comenzaban a notar la fuerza del ataque del gigantesco oponente que tenía sobre él; verdaderamente era grande, mientras agitaba sus alas con fuerza para no ceder ni un centímetro de su terreno. Había oído rumores de la fuerza bruta de aquel que había sido conocido como el demonio de la niebla, así como de sus habilidades en combate, no obstante, todas esas historias tenían algo en común, y era que todo lo que tenía de fuerte lo tenía de poco perspicaz.
«Quizás si…»
El pelirrojo comenzaba a planear la primera jugada en aquella partida de ajedrez que era ese combate, cuando algo a gran velocidad impacto de repente contra la acanaladura de la espada de energía, ayudándole en su intento de romper el arma. Ese algo no era otro que Deathstroke, el segundo de a bordo del Zafiro negro. Apenas había escuchado rumores sobre él, pero lo poco que sabía era algo digno de admirar, es por eso que siempre había tenido la duda de si era fuerte o, simplemente, vivía de la fama de su capitán. Sin embargo, acababa de comprobar que sería un gran aliado en batalla si conseguían trabajar bien en equipo.
—¿Distraerle? Dalo por hecho —le respondió Zane—. Y no te preocupes. Solo estaba midiendo su…
Se calló de golpe al ver como los restos de la espada de energía comenzaban a hacer cosas extrañas. Empezaron fluctuando y luego cambiaron de forma, adoptado una apariencia parecida a esas estrellas de metal que usaban algunos ninjas en Wano, y se aproximaron hacia ellos a gran velocidad. Ante eso, el pelirrojo no tardó en envolverse en fuego, mientras todo su cuerpo iba cubriéndose de una fina capa de plumas de color rojizo carmesí con las puntas en dorado, otorgándole un brillo áureo casi divino. Sus manos adoptaron la forma de unas garras negras, al igual que sus pies, y las alas de su espalda aumentaron de tamaño, así como el resto de su cuerpo.
Tras eso, el suzaku comenzó a girar sus katanas, creando un muro de energía con el que intentó bloquear o desviar el ataque de las estrellas de energía. A medida que éstas se acercaban, la velocidad a las que hacía girar sus aceros era mayor, aumentando de esa forma el grosor y la eficacia de su defensa. Una vez lo hiciera, a sabiendas de que esos ataques podían fracturar su escudo —aunque si lo hacía, aún mantenía su Dansetsu no Samurai para protegerse—, agitaría sus alas con fuerza para impulsarse hacia el lugar donde sintiera con más intensidad la presencia de Krauser.
—¡Al menos nosotros no hemos sido títere de nadie! —le respondió Zane—. ¿No es eso lo que has dicho antes como un llorón? —la voz del suzaku cada vez era más alta, esperando que todo el mundo le escuchara. Su genial idea era hacerle salir, que lo tomara como el foco de su ataque para que Deathstroke pudiera hacer aquello que tenía en mente—. ¿O acaso has visto que vas a perder y estás haciendo méritos para tu rendición? Si tan fuerte eres porque no te muestras y luchas contra nosotros sin tanto rollo. ¡Y ahora dime! ¿Porqué querías arremeter contra mi banda? Contra mi lo puedo llegar a comprender, pero ¿contra ellos?
Y tras eso, saliera o no, se concentraría en el punto donde la presencia del demonio de la niebla y comenzaría a lanzar una consecución de ondas cortantes impregnadas en haki de armadura con la intención de darle.
- Resumen (Gente que está con Krauser, leed):
- Narrar cosas, usar forma hibrida, defenderse, hacer el cafre para que el plan de Deathstroke funcione y tratar de atacar a Krauser.
- Cosas Bélicas:
- Clase: Actuales (+5 por raza): Reflejos: 12 | | Poder de destrucción: 12 | Agilidad: 8 | Resistencia: 12 | El resto: 3
- Stats (Pasivos + Raciales forma híbrida):
- Fuerza/P. Destrucción x7
Velocidad x6
Resistencia x8
Agilidad x3
Reflejos x6
- Técnica usada este turno:
- Nombre de la técnica: Myoga
Naturaleza de la técnica: Canalización espiritual
Descripción de la técnica: Zane canaliza energía espiritual en sus manos y las lleva a sus katanas, tras eso empieza a girar con gran velocidad sus armas creando un escudo de energía espiritual capaz de repeler y desviar ataques. Mientras más energía espiritual utilice y más rápido gire sus katanas mayor es el grosor del escudo que es capaz de crear, siendo esta más impenetrable. Sin embargo, no es indestructible, una persona con una fuerza superior a la resistencia de Zane sería capaz de contrarrestar su defensa.
Tiempo de canalización: 1 Segundos
Armadura expansiva: Escénicamente el haki de Zane recubre todo su cuerpo por completo, haciendo que se torne de color negro con reflejos verdosos y es capaz de propagarlo en su fuego y sus ondas cortantes.
- Hakis:
- Haki de Armadura (Predilecto): Turno 1 de 35.
- Armadura: Tier 11: Es capaz de mantener el Haki de manera continuada hasta treinta y cinco asaltos. Durante ellos, puede generar una armadura transparente con brillo metálico alrededor de su cuerpo, que resiste los golpes siempre y cuando el atacante no posea cinco veces más fuerza que el usuario resistencia o lo iguale en Haki.
- Armamento: Tier 11: Si concentrase su Haki en una sola arma podría golpear con cuatro veces más potencia. En sus manos un arma normal podría superar a una mítica.
- Armadura: Tier 11: Es capaz de mantener el Haki de manera continuada hasta treinta y cinco asaltos. Durante ellos, puede generar una armadura transparente con brillo metálico alrededor de su cuerpo, que resiste los golpes siempre y cuando el atacante no posea cinco veces más fuerza que el usuario resistencia o lo iguale en Haki.
- Técnicas activas:
- Dansetsu no Samurai: la energía que emana el espadachín se materializa y adopta un armazón (armadura) de samurái que le recure todo el cuerpo. Ésta tiene todos los componentes de la una armadura clásica, a excepción del casco que es algo así como una máscara. Las propiedades de dicha armadura son equivalentes a las de los materiales de calidad épica, presentando una tenacidad, resistencia y plasticidad increíbles, además, al ser energía, le otorga la capacidad de imbuir sus armas y sus ataques en la misma, así como cortar otras canalizaciones.
Tiempo activa 3 TURNO 1 de 3
Tiempo de recarga: 2.
Giotto Leblanc
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Resulto una tarea fácil subirlos a todos al piso superior, pero demasiado entretenida y con la que habían perdido una gran cantidad de tiempo, pues eran muchos. Giotto se había fijado en la forma de actuar que tenían los supuestos nativos de la isla que en ese momento era la aguja. Pese a su aspecto no eran muy distintos de los humanos. Se trataban de padres y madres de familia que tenían mucho que perder si todo salía mal, aunque si todo salía bien y detenían aquel artefacto lo más seguro es que el gobierno instalara allí una base, y muchos de sus compañeros estaban a favor de la supremacía humana sobre el resto de razas, por lo que debía pensar que hacer con ellos rápido. Primero ganar la guerra, luego buscarles un hogar pasara lo que pasara.
Se fijó en lo derruida que estaba la sala, y una moneda llamó su atención no muy lejos de donde se encontraba. Quiso acercarse para cogerla, pero la mink se adelantó a ella y se la guardó. "Quien lo encuentra se lo queda", se dijo para sus adentros. Entretanto, el último envío de bestias humanoides llegó, cargados con la vieja pelleja de Carmena, y uno de ellos les hizo una pregunta.
—Yo creo que antes deberíamos investigar esta sala —dijo Giotto—. Todo el mundo ha combatido en lugares cerrados, y sino recordad los estragos que hicimos algunos pisos más abajo. Si hubieran combatido aquí habría otro tipo de marcas. Esto parece que ha sido revuelto intencionadamente, pero ¿por qué? Si queréis destruir cables y tuberías antes de subir a los pisos superiores podéis hacerlo, pero antes investiguemos un poco —Giotto se puso a investigar un poco la sala en busca de a saber qué. Entonces se le vino a la mente la aguja, ¿Cómo habían construido algo como eso en tan poco tiempo y sin ser visto? Necesitarían mucha mano de obras, y que mejor mano de obra que gente esclavizada con mucho que perder—. Oye, una pregunta —le dijo a un hombre-bestia que estaba allí—. Vuestro líder nos dijo que habíais sido apresados, pero ¿por qué lo hicieron?
Se fijó en lo derruida que estaba la sala, y una moneda llamó su atención no muy lejos de donde se encontraba. Quiso acercarse para cogerla, pero la mink se adelantó a ella y se la guardó. "Quien lo encuentra se lo queda", se dijo para sus adentros. Entretanto, el último envío de bestias humanoides llegó, cargados con la vieja pelleja de Carmena, y uno de ellos les hizo una pregunta.
—Yo creo que antes deberíamos investigar esta sala —dijo Giotto—. Todo el mundo ha combatido en lugares cerrados, y sino recordad los estragos que hicimos algunos pisos más abajo. Si hubieran combatido aquí habría otro tipo de marcas. Esto parece que ha sido revuelto intencionadamente, pero ¿por qué? Si queréis destruir cables y tuberías antes de subir a los pisos superiores podéis hacerlo, pero antes investiguemos un poco —Giotto se puso a investigar un poco la sala en busca de a saber qué. Entonces se le vino a la mente la aguja, ¿Cómo habían construido algo como eso en tan poco tiempo y sin ser visto? Necesitarían mucha mano de obras, y que mejor mano de obra que gente esclavizada con mucho que perder—. Oye, una pregunta —le dijo a un hombre-bestia que estaba allí—. Vuestro líder nos dijo que habíais sido apresados, pero ¿por qué lo hicieron?
- Resumen:
- Investigar un poco la zona
Vile Spectre
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Vile sonrió al ver como su víctima caía partida en dos, ayudado por la esfera de agua que había creado el hombre pez. No le pareció tan gracioso el hecho de que se disolviera en el líquido, del que ya parecía empezar a apoderarse, mientras seguía extendiendo su miasma por toda la plataforma. "Joder", fue lo único que pudo pensar Vile antes de que sus pies chocasen con el suelo.
Una enorme mano le salvo de pisar el suelo, no obstante, agarrándole de su huesudo brazo de modo que quedaría colgando y sin tocar el miasma. Era el mismo gyojin. Vile suspiró, aliviado. Con rostro preocupado -o eso creyó el neófito Vile- le indicó que debía marcharse a ayudar a Alviss y a un tal Nox, que supuso que era el enmascarado. Sonriendo, Vile respondió:
-Gyojin hijo de mala madre... -guiñó el ojo mientras buscaba algo en el abrigo con su mano libre-. Lánzame.
Con enorme fuerza, Vile fue lanzado hacia atrás, donde se encontraba aquel malogrado fortín que habían creado Nox y Alviss hacía segundos. Le resultó difícil acostumbrarse a la velocidad con la que había sido lanzado, mas sabía que no podía fallar y que tenía que hacerlo si realmente quería ser de ayuda en aquel escenario. En menos tiempo del que esperaba -apenas milisegundos-, su vista se enfocó para observar a un asesino enmascarado atacando a Nox y Alviss, al primero con su puño envuelto en la infecciosa ponzoña que se había hecho con el lugar y al último arrojándole un cuchillo. Cambio de planes.
Sacó tan pronto como pude la pistola de chispa de su abrigo, apuntando tan bien como le permitía la velocidad a la que volaba. Con el ojo malo cerrado, se fijó en la trayectoria del cuchillo y disparó. Esperaba desviarlo, porque si aquello salía mal Vile entraría en los Arashi no Kyoudai en calidad de sustituto y no de nuevo integrante, todo por un cuchillo arrojado a la espalda del pobre Alviss.
Aquello solo iba a ganar tiempo, claro, por lo que aproveché la inercia del descenso para caer con toda mi fuerza sobre el enmascarado, dando un tajo vertical que causaría otra onda de viento. Pero esta vez, la recibiría a quemarropa y por sorpresa, por lo que le sería difícil de esquivar. Más le valía haber rezado todas las plegarias que supiera.
Una enorme mano le salvo de pisar el suelo, no obstante, agarrándole de su huesudo brazo de modo que quedaría colgando y sin tocar el miasma. Era el mismo gyojin. Vile suspiró, aliviado. Con rostro preocupado -o eso creyó el neófito Vile- le indicó que debía marcharse a ayudar a Alviss y a un tal Nox, que supuso que era el enmascarado. Sonriendo, Vile respondió:
-Gyojin hijo de mala madre... -guiñó el ojo mientras buscaba algo en el abrigo con su mano libre-. Lánzame.
Con enorme fuerza, Vile fue lanzado hacia atrás, donde se encontraba aquel malogrado fortín que habían creado Nox y Alviss hacía segundos. Le resultó difícil acostumbrarse a la velocidad con la que había sido lanzado, mas sabía que no podía fallar y que tenía que hacerlo si realmente quería ser de ayuda en aquel escenario. En menos tiempo del que esperaba -apenas milisegundos-, su vista se enfocó para observar a un asesino enmascarado atacando a Nox y Alviss, al primero con su puño envuelto en la infecciosa ponzoña que se había hecho con el lugar y al último arrojándole un cuchillo. Cambio de planes.
Sacó tan pronto como pude la pistola de chispa de su abrigo, apuntando tan bien como le permitía la velocidad a la que volaba. Con el ojo malo cerrado, se fijó en la trayectoria del cuchillo y disparó. Esperaba desviarlo, porque si aquello salía mal Vile entraría en los Arashi no Kyoudai en calidad de sustituto y no de nuevo integrante, todo por un cuchillo arrojado a la espalda del pobre Alviss.
Aquello solo iba a ganar tiempo, claro, por lo que aproveché la inercia del descenso para caer con toda mi fuerza sobre el enmascarado, dando un tajo vertical que causaría otra onda de viento. Pero esta vez, la recibiría a quemarropa y por sorpresa, por lo que le sería difícil de esquivar. Más le valía haber rezado todas las plegarias que supiera.
- Resumen (Luka, Nox y Alviss):
- Ser lanzado hacia atrás por Luka, disparar en el aire al cuchillo que iba a por Alviss e intentar aterrizar sobre el atacante con una onda cortante.
- Cosas usadas:
- Poder de Destrucción 0, Puntería 0
- Ghastly Homicide:
- Pasivamente, Vile sabe lanzar ondas cortantes desde su dao, con un alcance de 10 metros y una velocidad de 15 m/s. Activamente, es capaz de aumentar su poder de destrucción en un 100% durante 2 turnos, con una recarga de uso de otros 2.
Hamlet
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Al entrar en la sala, pudo distinguir por fin a las figuras que allí estaban. Sus dos compañeros de flota, Nakajima y Zor-El. Acompañados, sin embargo, por aquella apestosa e insolente rata de los Blue Rose. Aunque no iban en calidad de enemigos, no, sino unidos contra un rival común. Cuando quise observar a dichos contrincantes encontré... ¿Tres críos engominados? ¿En serio? ¿Podrían hacer frente a lo mejor de la Marina?
Tratando de encontrar alguna trampa en la habitación -pues no creía posible que aquellos adolescentes fueran lo único a lo que se enfrentaban- vislumbré a una niña. Allí, en mitad de la habitación, contemplando la fiera batalla entre mis compañeros y los clónicos idols de la torre. Sabía que tanto Zor-El como Nakajima eran combatientes recios y competentes en el arte de la pelea, y me daba francamente igual lo que le pasase al tejón. Es más, prefería que aquel fuera su fin. Por este motivo, decidí correr hacia la niña y poner mi mano en su hombro, de modo que se giraría para verme.
-¡Vamos, niña! -exclamé, mirándola a los ojos- ¡Este sitio es muy peligroso para ti!
Lo que la niña no vería sería mi otra mano, pues la tenía oculta tras mi espalda. Comencé a cubrirla con la energía que los marines llamaban "Haki". No iba a tomar riesgos innecesarios. Una niña inocente no podía estar en la torre, no en este momento. Aquella era una criminal, una delincuente aliada con los que estaban en lo alto de la torre, como los rebeldes sin causa que combatían con mis camaradas. Esperaba que se dejase escoltar, porque de lo contrario tendría que dar una paliza a aquella infante. Por joven que fuera, aquella niña podía resultar peligrosa. No. Ya era un peligro. Y yo solo era la boca muda que pronunciaba las palabras de la Justicia.
Tratando de encontrar alguna trampa en la habitación -pues no creía posible que aquellos adolescentes fueran lo único a lo que se enfrentaban- vislumbré a una niña. Allí, en mitad de la habitación, contemplando la fiera batalla entre mis compañeros y los clónicos idols de la torre. Sabía que tanto Zor-El como Nakajima eran combatientes recios y competentes en el arte de la pelea, y me daba francamente igual lo que le pasase al tejón. Es más, prefería que aquel fuera su fin. Por este motivo, decidí correr hacia la niña y poner mi mano en su hombro, de modo que se giraría para verme.
-¡Vamos, niña! -exclamé, mirándola a los ojos- ¡Este sitio es muy peligroso para ti!
Lo que la niña no vería sería mi otra mano, pues la tenía oculta tras mi espalda. Comencé a cubrirla con la energía que los marines llamaban "Haki". No iba a tomar riesgos innecesarios. Una niña inocente no podía estar en la torre, no en este momento. Aquella era una criminal, una delincuente aliada con los que estaban en lo alto de la torre, como los rebeldes sin causa que combatían con mis camaradas. Esperaba que se dejase escoltar, porque de lo contrario tendría que dar una paliza a aquella infante. Por joven que fuera, aquella niña podía resultar peligrosa. No. Ya era un peligro. Y yo solo era la boca muda que pronunciaba las palabras de la Justicia.
- Resumen:
- Acercarme a la niña e instarle a irse. Cubrir mi puño con Haki (a escondidas).
Bizvan
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Tras lo sucedido con la voz, me quedé un poco atrás, no creía que el daño fuese sumamente grave, pero quería asegurarme de que nada de esa cosa continuara dentro de mis pulmones. Lo único bueno de esta situación fue que la sensación de tener rastros del vapor extraño de los baños.
Era probable que para Tobi y el hombre fuese igual.
Tras recuperar el aliente, reanudé el avance. Por fortuna el camino no parecía complicado y el resto no había avanzado tan rápido como para perderles de vista.
Levanté mi mirada, ya no había más pisos, este era el tramo final y quien sabe que cosas podríamos encontrar más adelante, pero a juzgar por la voz, no sería nada agradable.
No conocía el poder bélico de Taylor o su compañero, pero debería ser el necesario para poder deambular por estos lugares solos. Tobí podría arreglárselas sin muchos problemas, y yo… Bueno, yo tenía salud.
De ser posible me gustaría pelear lo menor posible, claro que ellos sería inevitable tarde o temprano estaría peleando contra alguien, pero no podía imaginar qué clase de individuo buscaría problemas en este lugar. Quizás algún secuaz de aquella voz, serían los únicos que podrían buscar pelear sin motivo aparente.
Al cabo de unos minutos de avance, fuimos rodeados por figuras encapuchadas que sostenían armas de todo tipo.
Esto era malo, de un momento a otro nos vimos superados en gran medida y a juzgar por la manera en como apuntaban sus armas hacia nosotros, era evidente que nos consideraban enemigos, no obstante, ¿cuál era el motivo para esta reacción? Personalmente no era de los que daba el primer golpe, mientras no me atacaran, el dialogo era la mejor opción a seguir… Claro que solo hablaba por mi parte, no podía saber cómo reaccionarían los demás ante esta situación.
Si estuviera solo trataría de entablar el diálogo, pero en este momento podía poner en peligro a mi nakama o a las otras tres personas, por tanto no podía arriesgarme a ser hacer un movimiento que los provocara jalar del gatillo.
Decidí activar mi mantra como medida de seguridad, no sería capaz de anticipar los movimientos de todos ellos, pero sería un apoyo a mis reflejos.
En caso de comenzar un ataque, activaría mi brazalete para desplegar mi armadura, así como crear una espada de electricidad (Balboa) con la cual ser capaz de combatir sin llegar a matar a mis enemigos, al menos aún no.
Era probable que para Tobi y el hombre fuese igual.
Tras recuperar el aliente, reanudé el avance. Por fortuna el camino no parecía complicado y el resto no había avanzado tan rápido como para perderles de vista.
Levanté mi mirada, ya no había más pisos, este era el tramo final y quien sabe que cosas podríamos encontrar más adelante, pero a juzgar por la voz, no sería nada agradable.
No conocía el poder bélico de Taylor o su compañero, pero debería ser el necesario para poder deambular por estos lugares solos. Tobí podría arreglárselas sin muchos problemas, y yo… Bueno, yo tenía salud.
De ser posible me gustaría pelear lo menor posible, claro que ellos sería inevitable tarde o temprano estaría peleando contra alguien, pero no podía imaginar qué clase de individuo buscaría problemas en este lugar. Quizás algún secuaz de aquella voz, serían los únicos que podrían buscar pelear sin motivo aparente.
Al cabo de unos minutos de avance, fuimos rodeados por figuras encapuchadas que sostenían armas de todo tipo.
Esto era malo, de un momento a otro nos vimos superados en gran medida y a juzgar por la manera en como apuntaban sus armas hacia nosotros, era evidente que nos consideraban enemigos, no obstante, ¿cuál era el motivo para esta reacción? Personalmente no era de los que daba el primer golpe, mientras no me atacaran, el dialogo era la mejor opción a seguir… Claro que solo hablaba por mi parte, no podía saber cómo reaccionarían los demás ante esta situación.
Si estuviera solo trataría de entablar el diálogo, pero en este momento podía poner en peligro a mi nakama o a las otras tres personas, por tanto no podía arriesgarme a ser hacer un movimiento que los provocara jalar del gatillo.
Decidí activar mi mantra como medida de seguridad, no sería capaz de anticipar los movimientos de todos ellos, pero sería un apoyo a mis reflejos.
En caso de comenzar un ataque, activaría mi brazalete para desplegar mi armadura, así como crear una espada de electricidad (Balboa) con la cual ser capaz de combatir sin llegar a matar a mis enemigos, al menos aún no.
- Resumen:
- Activar mi mantra para estar mejor preparado.
Estar listo a desplegar mi armadura usando mi brazalete.
Crear una espada de electricidad con la cual luchar sin matar a mis enemigos.
(Sé que podría iniciar el combate, pero ahora mismo algo acaba de pasar por aquí, espero no tener que dejar el evento.)
Marc Kiedis
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Tras atravesar el muro gracias a los particulares poderes de Spanner los piratas se encontraron en un pasillo similar al previo, salvo por una sutil diferencia. Cinco objetos que parecían shurikens de energía se dirigían hacia ellos. Marc, cuya falta de movilidad le dificuitaba esquivarlo, decidió por el contrario bloquearlo o incluso tratar de hacer que volviese por donde había venido. Para esto desenvainó rápidamente a Kotai-Hi y preparó un fuerte mandoble mientras la hoja de la espada se tornaba más brillante al concentrar el semigigante en ella su voluntad.
Cuando el shuriken que iba hacia su posición estuvo lo suficientemente cerca, descargó con potencia el golpe. Si lograba devolver el shuriken a quien lo había lanzado mejor, pero cortarlo y librarse de su amenaza también sería recibido como una buena noticia.
Una vez pasado el peligro continuaría avanzando mientras apremiaba a los demás, pues debían llegar hasta Zane cuanto antes. El combate en el que este andaba metido parecía muy serio, y seguramente la ayuda de varios de sus nakamas le vendría más que bien.
- Chicos, tenemos que ir con nuestro capitán. Parece que donde él se encuentra necesitan ayuda, y qué mejor para él que la nuestra. Vamos, daos prisa.
Era irónico, pues si sus compañeros echaban a correr quien iba a quedarse atrás era él, pero no quería perder más tiempo. El pelirrojo les necesitaba y, como buenos nakamas, debían acudir en su auxilio. Así que el grandullón se puso en marcha de nuevo, tratando de espolear a sus amigos para hacer lo propio. Los Arashi no Kyoudai, o al menos una parte de ellos, se reunirían de nuevo con su capitán para intentar que aquella batalla por la salvación del mundo.
Cuando el shuriken que iba hacia su posición estuvo lo suficientemente cerca, descargó con potencia el golpe. Si lograba devolver el shuriken a quien lo había lanzado mejor, pero cortarlo y librarse de su amenaza también sería recibido como una buena noticia.
Una vez pasado el peligro continuaría avanzando mientras apremiaba a los demás, pues debían llegar hasta Zane cuanto antes. El combate en el que este andaba metido parecía muy serio, y seguramente la ayuda de varios de sus nakamas le vendría más que bien.
- Chicos, tenemos que ir con nuestro capitán. Parece que donde él se encuentra necesitan ayuda, y qué mejor para él que la nuestra. Vamos, daos prisa.
Era irónico, pues si sus compañeros echaban a correr quien iba a quedarse atrás era él, pero no quería perder más tiempo. El pelirrojo les necesitaba y, como buenos nakamas, debían acudir en su auxilio. Así que el grandullón se puso en marcha de nuevo, tratando de espolear a sus amigos para hacer lo propio. Los Arashi no Kyoudai, o al menos una parte de ellos, se reunirían de nuevo con su capitán para intentar que aquella batalla por la salvación del mundo.
- Resumen:
- - Relleno, bloquear un shuriken y avanzar hacia el meollo.
Julianna M. Shelley
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No se encontraba muy bien. La niebla le había asustado y había terminado sentada esperando a que pasara, con los ojos cerrados y Adahír dándole palmaditas metafóricas en la espalda. La primera voz le helaba la sangre y el cuerpo, pero la segunda le había aterrorizado. No se creía alguien fácilmente impresionable, pero estaba claro que tenía cosas que replantearse.
Cuando por fin todo acabó, esperó un par de segundos antes de ponerse en pie. Estaba temblando, pero consiguió controlarlo. El sabor de la sangre en su boca era menos remediable, pero no le disgustaba. Ya la había saboreado antes y era un mal con el que había aprendido a convivir. Sin embargo, le hizo caer en el tiempo que hacía desde la última vez que había caído tan bajo como para toser sangre. Tenía mucho que agradecer a la persona que le había dado sus nuevos medicamentos. Cogió una pastilla del bolsito y se la llevó a la boca. Apenas había terminado de cerrarlo cuando uno de los hombres a su lado le cogió del brazo y de repente estaba volando.
Vio colores y formas que desconocía y que estaba casi segura de que no estaban ahí Adahír corría a su lado, pero ella era la única que podía verle. Le sonreía, le daba ánimos. Jul sonrió a su vez, más curiosa que preocupada. La carrerita por el aire sirvió para templar sus nervios y cuando al fin puso los pies en el suelo estaba más compuesta. Se recogió el pelo en una coleta y examinó la situación. Tenían un muro delante y tras él una escalera. Estaban en el borde de la aguja, también. Veía barcos, olía a mar por debajo de la pólvora y el metal. ¿Eso eran animales corriendo? Esperaba que estuvieran bien. De todas formas, había prioridades. El objetivo era llegar hasta arriba... ¿no?
Se paró un momento antes de hablar. Había visto muchas cosas en la aguja, y muchas de ellas no le habían asustado. Estaba segura de que las personas que habían hablado entre la niebla estaban arriba y era un hecho que Jul no podía hacer nada contra ellas. Sin embargo... no habían visto por ningún lado botones o controles de la aguja. Si estaban en algún lado tenía pinta de ser ahí arriba. Y de todas formas, si nadie hacía nada tenía muy claro que ni ella ni nadie saldrían vivos de ese lugar. Curiosamente, ese pensamiento fue lo que terminó de decidirla. Se giró hacia Edward completamente seria:
- Ayúdame a llegar a la escalera. Subiremos al siguiente piso y buscaremos los controles. No estoy segura de que vaya a salir bien, pero es lo que tenemos que hacer.
Esperó a que le aupara, aunque si por algún motivo no lo hacía intentaría subir ella misma.
Cuando por fin todo acabó, esperó un par de segundos antes de ponerse en pie. Estaba temblando, pero consiguió controlarlo. El sabor de la sangre en su boca era menos remediable, pero no le disgustaba. Ya la había saboreado antes y era un mal con el que había aprendido a convivir. Sin embargo, le hizo caer en el tiempo que hacía desde la última vez que había caído tan bajo como para toser sangre. Tenía mucho que agradecer a la persona que le había dado sus nuevos medicamentos. Cogió una pastilla del bolsito y se la llevó a la boca. Apenas había terminado de cerrarlo cuando uno de los hombres a su lado le cogió del brazo y de repente estaba volando.
Vio colores y formas que desconocía y que estaba casi segura de que no estaban ahí Adahír corría a su lado, pero ella era la única que podía verle. Le sonreía, le daba ánimos. Jul sonrió a su vez, más curiosa que preocupada. La carrerita por el aire sirvió para templar sus nervios y cuando al fin puso los pies en el suelo estaba más compuesta. Se recogió el pelo en una coleta y examinó la situación. Tenían un muro delante y tras él una escalera. Estaban en el borde de la aguja, también. Veía barcos, olía a mar por debajo de la pólvora y el metal. ¿Eso eran animales corriendo? Esperaba que estuvieran bien. De todas formas, había prioridades. El objetivo era llegar hasta arriba... ¿no?
Se paró un momento antes de hablar. Había visto muchas cosas en la aguja, y muchas de ellas no le habían asustado. Estaba segura de que las personas que habían hablado entre la niebla estaban arriba y era un hecho que Jul no podía hacer nada contra ellas. Sin embargo... no habían visto por ningún lado botones o controles de la aguja. Si estaban en algún lado tenía pinta de ser ahí arriba. Y de todas formas, si nadie hacía nada tenía muy claro que ni ella ni nadie saldrían vivos de ese lugar. Curiosamente, ese pensamiento fue lo que terminó de decidirla. Se giró hacia Edward completamente seria:
- Ayúdame a llegar a la escalera. Subiremos al siguiente piso y buscaremos los controles. No estoy segura de que vaya a salir bien, pero es lo que tenemos que hacer.
Esperó a que le aupara, aunque si por algún motivo no lo hacía intentaría subir ella misma.
- Resumen: Edward lee:
- Bla bla bla, mirar alrededor, serenarse y pedirle a Edward que le ayude a llegar a la escalera para liarla parda arriba.
Rei Arslan
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Annie se quedó mirando al pobre cantante rodeado de niños. Quizá se había pasado con el señor, ella no estaba acostumbrada a responder de tan mala manera a los desconocidos. Eso si, no podía negar que la canción que tarareaba el susodicho tenía ritmo. De hecho, se quedó en su cabeza durante un buen rato mientras caminaba.
Una vez dejó atrás al cantante y al grupillo de niños arrastró a Maki con ella para que no se quedara atrás. No quería perderle de vista por seguridad, encima de que se había separado de Osuka, Edward y la niña no quería quedarse más sola todavía. Aunque... un pensamiento fugaz pasó por su mente. ¿Por qué no continuar por sí misma? A sus compañeros les iría bien sin ella, parecían haberlo demostrado o eso creía.
Un sonido de algo rebotando captó su atención, miró hacia todos los lados hasta que su mirada se detuvo hacia el estrellado cielo, pero con un detalle peculiar. La torre parecía seguir subiendo, con huecos que daban al exterior y en el interior formaba anillos. Dentro de estos anillos alguien estaba subiendo gracias al vuelo, pero aunque no parecía resultar herida si estaba siendo atacada con... ¿bolas?
Volar no era una opción. Si bien en el interior solo tiraban una especie de bolas, por el exterior no tenía conocimiento y podía ser el doble de peligroso. Mientras avanzaba caminando llegó hasta un pequeño tontatta que parecía estar llorando al lado de un coche. La arquera seguía dubitativa sobre qué hacer hasta que se giró hacia Maki.
-Pregúntale que le pasa y hazte su amigo, quizá pueda llevarte en el coche hasta lo alto - tras eso se giró - Yo iré adelantándome así que ten cuidado, ¡nos vemos en lo más alto!
Y corrió. Corrió por el pasillo mientras una cúpula de viento la rodeaba y después, de un salto, comenzó a elevarse con la intención de superar a la persona que estaba volando también. La intención de su cúpula era evitar que las bolas de goma la golpearan y así, al llegar contra su viento, rebotarían debido a la potencia de este. Su intención era llegar lo más alto posible dentro de los anillos.
Una vez dejó atrás al cantante y al grupillo de niños arrastró a Maki con ella para que no se quedara atrás. No quería perderle de vista por seguridad, encima de que se había separado de Osuka, Edward y la niña no quería quedarse más sola todavía. Aunque... un pensamiento fugaz pasó por su mente. ¿Por qué no continuar por sí misma? A sus compañeros les iría bien sin ella, parecían haberlo demostrado o eso creía.
Un sonido de algo rebotando captó su atención, miró hacia todos los lados hasta que su mirada se detuvo hacia el estrellado cielo, pero con un detalle peculiar. La torre parecía seguir subiendo, con huecos que daban al exterior y en el interior formaba anillos. Dentro de estos anillos alguien estaba subiendo gracias al vuelo, pero aunque no parecía resultar herida si estaba siendo atacada con... ¿bolas?
Volar no era una opción. Si bien en el interior solo tiraban una especie de bolas, por el exterior no tenía conocimiento y podía ser el doble de peligroso. Mientras avanzaba caminando llegó hasta un pequeño tontatta que parecía estar llorando al lado de un coche. La arquera seguía dubitativa sobre qué hacer hasta que se giró hacia Maki.
-Pregúntale que le pasa y hazte su amigo, quizá pueda llevarte en el coche hasta lo alto - tras eso se giró - Yo iré adelantándome así que ten cuidado, ¡nos vemos en lo más alto!
Y corrió. Corrió por el pasillo mientras una cúpula de viento la rodeaba y después, de un salto, comenzó a elevarse con la intención de superar a la persona que estaba volando también. La intención de su cúpula era evitar que las bolas de goma la golpearan y así, al llegar contra su viento, rebotarían debido a la potencia de este. Su intención era llegar lo más alto posible dentro de los anillos.
Taylor Fitzgerald
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Taylor se giró para ver como se encontraba su superior, apegado a la pared hasta que este por fin se separó. Aquella extraña niebla le había resultado peculiar e intuía que aquel que había hablado hacía apenas unos minutos, era el causante de tal fenómeno. Alguien así engendraba un gran poder si era capaz de expandir la niebla por toda la torre. Taylor se frotó la barbilla, pensativa. Sin embargo, en cuanto Dretch estuvo cerca de ella salió de su ensimismamiento.
Sabía que él tendría preguntas dado que vio como no le pasaba nada mientras ellos se ahogaban, pero no era el momento para contarle algo así. Ni el momento, ni el lugar, así que lo que tuviera que decir debería esperar por el bien de todos. Quería preguntarle como se sentía y si ya se encontraba mejor, incluso que efectos había notado en su cuerpo al respirar la niebla, pero no era capaz de hablarle después de lo que él había visto.
Los otros dos marines parecían haberse recuperado sin problemas también, así que Taylor guardó silencio y siguió avanzando. Sin embargo, su andadura se detuvo al ver como numerosos hombres descendían hasta rodearlos. La autómata se puso en guardia, mirando a su alrededor y enseguida supo que eran revolucionarios enviados para detenerles. Aun así, les superaban en número con creces.
-No vamos a poder con todos... - masculló.
Pero no fue excusa para ella. Taylor corrió hacia el gran grupo pegando un salto y dándole un puñetazo a uno de los revolucionarios que lo lanzaría lejos. Su entrenamiento siempre había sido basado en la lucha tanto a distancia para armas de fuego, como para el cuerpo a cuerpo. Se deshizo de unos cuantos mediante combos de golpes y, luego, regresó a su posición inicial para sacar la pistola. Los tiros resonaron con fuerza en el lugar y en su cabeza se materializaba el sonido de los gritos de cada revolucionario.
Los reportes que le llegaban desde Kern solicitaban que se les interrogara y después matarlos, pero a Taylor le bastaba con uno. Por culpa de esos criminales la vida de miles de personas inocentes estaba en juego y no iba a parar hasta ver todo destruido. Cuando paró de luchar, se acercó hasta uno de los primeros revolucionarios que golpeó y este estaba quejándose en el suelo. Lo agarró por los ropajes y lo arrastró hasta junto a Dretch, mientras este terminaba de luchar. Tras eso, lo empujó por el suelo y se agachó, mirándolo de arriba abajo con odio.
Sabía que él tendría preguntas dado que vio como no le pasaba nada mientras ellos se ahogaban, pero no era el momento para contarle algo así. Ni el momento, ni el lugar, así que lo que tuviera que decir debería esperar por el bien de todos. Quería preguntarle como se sentía y si ya se encontraba mejor, incluso que efectos había notado en su cuerpo al respirar la niebla, pero no era capaz de hablarle después de lo que él había visto.
Los otros dos marines parecían haberse recuperado sin problemas también, así que Taylor guardó silencio y siguió avanzando. Sin embargo, su andadura se detuvo al ver como numerosos hombres descendían hasta rodearlos. La autómata se puso en guardia, mirando a su alrededor y enseguida supo que eran revolucionarios enviados para detenerles. Aun así, les superaban en número con creces.
-No vamos a poder con todos... - masculló.
Pero no fue excusa para ella. Taylor corrió hacia el gran grupo pegando un salto y dándole un puñetazo a uno de los revolucionarios que lo lanzaría lejos. Su entrenamiento siempre había sido basado en la lucha tanto a distancia para armas de fuego, como para el cuerpo a cuerpo. Se deshizo de unos cuantos mediante combos de golpes y, luego, regresó a su posición inicial para sacar la pistola. Los tiros resonaron con fuerza en el lugar y en su cabeza se materializaba el sonido de los gritos de cada revolucionario.
Los reportes que le llegaban desde Kern solicitaban que se les interrogara y después matarlos, pero a Taylor le bastaba con uno. Por culpa de esos criminales la vida de miles de personas inocentes estaba en juego y no iba a parar hasta ver todo destruido. Cuando paró de luchar, se acercó hasta uno de los primeros revolucionarios que golpeó y este estaba quejándose en el suelo. Lo agarró por los ropajes y lo arrastró hasta junto a Dretch, mientras este terminaba de luchar. Tras eso, lo empujó por el suelo y se agachó, mirándolo de arriba abajo con odio.
Dretch
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El viento era helado y traía consigo ecos tan distantes como ininteligibles. Una vez más, el agente se arrebujó el rostro bajo los pliegues de su bufanda y se abrochó algunos de los botones de su gabardina. Aunque había logrado encaramarse al muro con éxito, allí la niebla parecía más densa que en el propio pasillo y, de haber algo notorio en su entorno que le pudiese ayudar a comprender la situación, el norteño lo pasó inevitablemente por alto. Al menos no podía quejarse, aquella parecía una neblina de lo más común. Hastiado, dirigió su vista hacia abajo, hasta el pasillo donde se suponía que se encontraban Fitzgerald y sus dos desconocidos acompañantes, pero al hacerlo su mirada se topó con la de una miríada de encapuchados que habían surgido por ambos extremos del pasillo y les habían rodeado. Una emboscada.
Casi parecía un milagro que el joven búho se hubiese separado del resto de sus compañeros pues, aunque técnicamente seguía estando en el pasillo, no eran muchos los encapuchados que habían reparado en su presencia. Desde lo alto, un confundido Dretch no para de buscar entre los bolsillos de su gabardina en busca de su revolver. Sabía que lo había guardado en alguna parte. De hecho, lo había usado para amenazar a Shintaro en la primera planta.
Mientras este confiaba plenamente en sus compañeros y se dedicaba a gastar el tiempo, unos cuantos rebeldes abrieron fuego contra el agente. los proyectiles comenzaron a silbar por el aire en torno a su figura, pero todos parecían desviarse de él. Al cabo de unos minutos, más y más de estos mercenarios se unieron al festival de la asociación del rifle y el olor a pólvora comenzó a inundar el corredor. A pesar de lo estrepitoso del envite, para desgracia de los asaltantes, solo podían observar como la regia figura del agente, que por cierto recortaba de una forma espectacular en silueta y cuya gabardina y bufanda ondeaban al viento aun cuando hacía tiempo que este había dejado de soplar, parecía mantenerse de brazos cruzados. Cuando el ruido cesó, ya fuera por el desánimo general o por la ausencia de munición, se empezó a escuchar un eco distante en la lejanía. En apenas unas décimas de segundos, decenas de proyectiles perdidos de sus propias armas comenzaron a impactar de forma indiscriminada en el grupo de encapuchados.
- Un momento… – el norteño miró en la palma de su mano derecha y descubrió que, efectivamente, siempre había estado sujetando el revolver con su brazo biónico. Al carecer de sensibilidad en dicha extremidad, solía olvidarse de echarle un vistazo. Al centrar de nuevo su atención en sus enemigos, se percató de que la mayoría del trabajo ya había sido realizado – Menuda habéis liado, espero que halláis dejado a alguno con vida – se quejó.
Peinando la zona con su ojo sano se percató de que Taylor había cumplido con las ordenes y eso que ni tan siquiera le había dado tiempo a darle ninguna. Trató de acercarse al rehén, pero ni tan siquiera eso fue necesario. La iniciada arrastró al rebelde por los ropajes con la misma facilidad con la que podría cogerse a un cachorrillo asustado y lo dejo a un palmo del agente. Dretch asintió ante su actuación y centró su atención en el reo, comenzando por retirarle la capucha de su rostro.
- Creo que ha habido un pequeño error aquí… camarada pasillista – improvisó mientras comenzaba a dar pequeños paseos frente al revolucionario – tenemos ordenes de neutralizar a todo aquel que manifieste algún tipo de relación con la armada revolucionaria o con Krauser. No lo digo yo, lo ha dicho el almirante de la flota ni más y menos y, como puedes observar, tu estas vivo y a mí me da igual que nuestro buen amigo el almirante pueda pensar. Llamémosle a este modus operandi “no pensar con el culo”, no quisisera yo insinuar que la Marina… En fin, tu estas vivo gracias a que no nos apetece seguir las ordenes de un patán… – comenzó a argumentar mientras hacia un ademan con la mano señalando al prisionero – … Por lo tanto ¿Qué lección has aprendido esta noche? Efectivamente, que seguir a un idiota nunca puede salir bien. Ahora dime, camarada pasillista ¿Cómo podemos desactivar el jinete?
Casi parecía un milagro que el joven búho se hubiese separado del resto de sus compañeros pues, aunque técnicamente seguía estando en el pasillo, no eran muchos los encapuchados que habían reparado en su presencia. Desde lo alto, un confundido Dretch no para de buscar entre los bolsillos de su gabardina en busca de su revolver. Sabía que lo había guardado en alguna parte. De hecho, lo había usado para amenazar a Shintaro en la primera planta.
Mientras este confiaba plenamente en sus compañeros y se dedicaba a gastar el tiempo, unos cuantos rebeldes abrieron fuego contra el agente. los proyectiles comenzaron a silbar por el aire en torno a su figura, pero todos parecían desviarse de él. Al cabo de unos minutos, más y más de estos mercenarios se unieron al festival de la asociación del rifle y el olor a pólvora comenzó a inundar el corredor. A pesar de lo estrepitoso del envite, para desgracia de los asaltantes, solo podían observar como la regia figura del agente, que por cierto recortaba de una forma espectacular en silueta y cuya gabardina y bufanda ondeaban al viento aun cuando hacía tiempo que este había dejado de soplar, parecía mantenerse de brazos cruzados. Cuando el ruido cesó, ya fuera por el desánimo general o por la ausencia de munición, se empezó a escuchar un eco distante en la lejanía. En apenas unas décimas de segundos, decenas de proyectiles perdidos de sus propias armas comenzaron a impactar de forma indiscriminada en el grupo de encapuchados.
- Un momento… – el norteño miró en la palma de su mano derecha y descubrió que, efectivamente, siempre había estado sujetando el revolver con su brazo biónico. Al carecer de sensibilidad en dicha extremidad, solía olvidarse de echarle un vistazo. Al centrar de nuevo su atención en sus enemigos, se percató de que la mayoría del trabajo ya había sido realizado – Menuda habéis liado, espero que halláis dejado a alguno con vida – se quejó.
Peinando la zona con su ojo sano se percató de que Taylor había cumplido con las ordenes y eso que ni tan siquiera le había dado tiempo a darle ninguna. Trató de acercarse al rehén, pero ni tan siquiera eso fue necesario. La iniciada arrastró al rebelde por los ropajes con la misma facilidad con la que podría cogerse a un cachorrillo asustado y lo dejo a un palmo del agente. Dretch asintió ante su actuación y centró su atención en el reo, comenzando por retirarle la capucha de su rostro.
- Creo que ha habido un pequeño error aquí… camarada pasillista – improvisó mientras comenzaba a dar pequeños paseos frente al revolucionario – tenemos ordenes de neutralizar a todo aquel que manifieste algún tipo de relación con la armada revolucionaria o con Krauser. No lo digo yo, lo ha dicho el almirante de la flota ni más y menos y, como puedes observar, tu estas vivo y a mí me da igual que nuestro buen amigo el almirante pueda pensar. Llamémosle a este modus operandi “no pensar con el culo”, no quisisera yo insinuar que la Marina… En fin, tu estas vivo gracias a que no nos apetece seguir las ordenes de un patán… – comenzó a argumentar mientras hacia un ademan con la mano señalando al prisionero – … Por lo tanto ¿Qué lección has aprendido esta noche? Efectivamente, que seguir a un idiota nunca puede salir bien. Ahora dime, camarada pasillista ¿Cómo podemos desactivar el jinete?
Hayden Ashworth
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El golpe impactó y su gigantesca cabeza absorbió el fuego, hinchándose como un globo por la deflagración. Sin embargo, pronto el fuego y la fuerza del impacto salieron de esta hasta impactar en la superficie solida que hizo resonar lo que quedaba de la estructura. Apretó la mandíbula. Sabía que su golpe sería inútil debido a que era niebla, pero esperaba que el calor del fuego que emitía su cuerpo, junto al de Zane, pudiesen mitigar la humedad de la niebla y reducir su poder. Parecía que, si eso ocurría, tardaría aún un poco. La gigantesca espada del revolucionario se partió en mil pedazos con forma de estrella que impactaron con los muros y el suelo, aunque dos de ellos fueron directos hacia él. Se movió a un lado para esquivar el primero, pero sintió el calor de la sangre cuando se dio cuenta de que no había estado a tiempo. La estrella había pasado girando a toda velocidad justo por su cara, haciéndole un corte diagonal que iba desde su pómulo a su frente, pasando por su ojo izquierdo. Se aguantó las ganas de gritar de dolor, centrando su atención en la otra estrella.
Utilizando el geppou saltó en el aire para ponerse en horizontal, saliendo de la trayectoria del proyectil giratorio, que salió volando por debajo de él. Se reincorporó, batiendo las alas y manteniéndose en el aire... y dándose cuenta de que ya no podía ver por el ojo izquierdo. Apretó los dientes, sintiendo el cálido líquido rojo en su cara. No tuvo tiempo para descansar, cuando la potente voz de Krauser resonó como un tambor, llena de odio e ira. A su espalda sintió la presencia, girándose de golpe para observar como venía hacia él la propia muerte con una gigantesca espada. Como si todo fuese a cámara lenta, durante un instante el dragón vio su propio cuerpo cortado en dos mitades y su vida terminando de forma abrupta.
"No..." —pensó—". ¡¡Aquí no!!"
Saltó hacia atrás, quitándose en el último momento de la trayectoria del arco horizontal que dibujaba la gigantesca arma. La punta cortante de esta rajó su uniforme justo por el estómago. Y el dragón gritó. Como no había gritado nunca. Un aura salió de él como una onda de fuego expansiva en todas direcciones. Su pelo negro era ahora dorado y bailaba hacia arriba como una llama recién encendida. Entonces, empezó a botar. Sus piernas botaron en el aire hasta ponerse al lado izquierdo del revolucionario y volver a botar de nuevo, directo hacia él, con el puño hacia atrás cargándolo de haki y fuego tal cual había hecho antes con el gigantesco Krauser, pero esta vez a la sien de su versión en miniatura.
La boca le sabía a sangre. Su sangre, derramada hasta sus labios desde el corte en su ojo. La herida recién hecha latía, como si de un segundo corazón se tratase, aunque el primero le iba a mil en aquel instante. Por un lado sentía la imparable adrenalina del combate que bloqueaba su capacidad de hacerle caso al dolor. Por el otro, sabía que tenía que detener a ese hombre. Un traidor, que tantas batallas y guerras había causado, poniendo en peligro las vidas de marines y revolucionarios por igual. Alguien que, si bien no era el responsable de aquella monstruosidad que amenazaba con destruir un mar entero, si era alguien que merecía ser detenido y castigado. Era muy posible que el dragón muriese en aquella torre, era muy posible que el dragón no volviese a ver a nadie más. Sin embargo, se había hecho una promesa: No iba a morir hasta que viese aquella aguja inutilizada y que todo el mundo estaba a salvo.
Utilizando el geppou saltó en el aire para ponerse en horizontal, saliendo de la trayectoria del proyectil giratorio, que salió volando por debajo de él. Se reincorporó, batiendo las alas y manteniéndose en el aire... y dándose cuenta de que ya no podía ver por el ojo izquierdo. Apretó los dientes, sintiendo el cálido líquido rojo en su cara. No tuvo tiempo para descansar, cuando la potente voz de Krauser resonó como un tambor, llena de odio e ira. A su espalda sintió la presencia, girándose de golpe para observar como venía hacia él la propia muerte con una gigantesca espada. Como si todo fuese a cámara lenta, durante un instante el dragón vio su propio cuerpo cortado en dos mitades y su vida terminando de forma abrupta.
"No..." —pensó—". ¡¡Aquí no!!"
Saltó hacia atrás, quitándose en el último momento de la trayectoria del arco horizontal que dibujaba la gigantesca arma. La punta cortante de esta rajó su uniforme justo por el estómago. Y el dragón gritó. Como no había gritado nunca. Un aura salió de él como una onda de fuego expansiva en todas direcciones. Su pelo negro era ahora dorado y bailaba hacia arriba como una llama recién encendida. Entonces, empezó a botar. Sus piernas botaron en el aire hasta ponerse al lado izquierdo del revolucionario y volver a botar de nuevo, directo hacia él, con el puño hacia atrás cargándolo de haki y fuego tal cual había hecho antes con el gigantesco Krauser, pero esta vez a la sien de su versión en miniatura.
La boca le sabía a sangre. Su sangre, derramada hasta sus labios desde el corte en su ojo. La herida recién hecha latía, como si de un segundo corazón se tratase, aunque el primero le iba a mil en aquel instante. Por un lado sentía la imparable adrenalina del combate que bloqueaba su capacidad de hacerle caso al dolor. Por el otro, sabía que tenía que detener a ese hombre. Un traidor, que tantas batallas y guerras había causado, poniendo en peligro las vidas de marines y revolucionarios por igual. Alguien que, si bien no era el responsable de aquella monstruosidad que amenazaba con destruir un mar entero, si era alguien que merecía ser detenido y castigado. Era muy posible que el dragón muriese en aquella torre, era muy posible que el dragón no volviese a ver a nadie más. Sin embargo, se había hecho una promesa: No iba a morir hasta que viese aquella aguja inutilizada y que todo el mundo estaba a salvo.
- Cosas:
Daños asumidos hasta el momento:
-Ojo izquierdo herido (posiblemente perdido)
Cosas usadas:
Nivel 80: Agilidad 8, Velocidad 5, Fuerza 8, Reflejos 3, Resistencia 4
Fuerza: x9
Resistencia: x6
Velocidad: x5
Agilidad: -
Geppou: Esta técnica especial, propia del Rokushiki, permite al usuario caminar por el aire. Durante su uso no puede dejar de caminar, pero con práctica puede llegar a combinar esta técnica con otras.
El Dragón Interior: El usuario recibe, de forma temporal, un x2 en Fuerza, velocidad y resistencia durante un tiempo limitado. Sus habilidades de dragón (fuego y gas somnífero) también se ven mejorados. Cuando pasa a este modo, un aura dorada recorre el cuerpo de Zuko y hace que su pelo se vuelva dorado y brillante, poniéndose de punta. [3 Post de Duración, 2 de recarga] 1/3
Forma híbrida: Fuerza x5'5 Resistencia x4'5
Suma total de Modificadores de fuerza: x9 + x5 = 14 x 2 = x28
Haki armadura Sobresaliente [Predilecto]
Rainbow662
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Arribor maldijo a Krauser de muchas y muy variadas formas en los escasos minutos en que intentó matarle. Mientra la niebla de aquel bastardo chiflado se le colaba hasta por debajo del parche, una sarta de improperios brotaban sin descanso de su garganta, entre toses, con la misma hiriente intención con la que una cobra escupía veneno. De hecho, lo primero que hizo Arribor cuando pudo volver a respirar con normalidad, fue precisamente eso, escupir. Le sabía la boca a niebla. Notarla en la lengua era de lo más raro. Tenía la textura del algodón de azúcar frío, mojado y muy suave, pero sin azúcar y sin ese olor dulzón. Lo único bueno era que la bruma no era pegajosa, pero eso no salvaría a Krauser de su ira.
Más allá de la puerta no se veía un pimiento, pero eso daba igual. La maldita torre se estaba derrumbando como si de repente estuviera hecha de corcho. Las rampas, el techo y las paredes amenazaban con caérseles encima. Arribor hizo ademán de agarrar al rubio y pasar con él a la siguiente habitación, esa que estaba tan llena de niebla que notaba húmedo hasta lo blanco del ojo. En cuanto a la otra... bueno, a la tipa de los colmillos ya podían ir dándole. Si acababa enterrada entre los escombros a lo mejor aparecía en el mundo otro vampiro un poco menos canijo.
No tenía ni idea de qué habría entre la niebla. A lo mejor había un agujero en el suelo o una trampa para osos, o tal vez una mesa con los picos afilados. En cualquier caso, debía de haber una puerta, ¿no? Fue hacia un lado hasta que se topó con una pared y fue siguiéndola con la mano mientras caminaba. Se colaría por el primer camino que encontrase.
Más allá de la puerta no se veía un pimiento, pero eso daba igual. La maldita torre se estaba derrumbando como si de repente estuviera hecha de corcho. Las rampas, el techo y las paredes amenazaban con caérseles encima. Arribor hizo ademán de agarrar al rubio y pasar con él a la siguiente habitación, esa que estaba tan llena de niebla que notaba húmedo hasta lo blanco del ojo. En cuanto a la otra... bueno, a la tipa de los colmillos ya podían ir dándole. Si acababa enterrada entre los escombros a lo mejor aparecía en el mundo otro vampiro un poco menos canijo.
No tenía ni idea de qué habría entre la niebla. A lo mejor había un agujero en el suelo o una trampa para osos, o tal vez una mesa con los picos afilados. En cualquier caso, debía de haber una puerta, ¿no? Fue hacia un lado hasta que se topó con una pared y fue siguiéndola con la mano mientras caminaba. Se colaría por el primer camino que encontrase.
Maki
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Maki no había estado tan cerca de asfixiarse desde la vez que probó el tabaco. La niebla no le raspaba tanto la garganta como hiciera el humo en su momento, pero tampoco le proporcionaba esa extraña sensación de venenoso éxtasis. No creía que fuese a aficionarse a los chutes de niebla.
La subida en ascensor fue de lo más divertida. Luces, confeti y adrenalina, la combinación perfecta. Lo malo fue que se acabó muy deprisa. Aún estaba cayendo el confeti al suelo cuando las puertas ya empezaban a abrirse. Al otro lado les esperaba un grupo de gente muy pintoresca, y Maki no pudo evitar sacar conclusiones. Confeti, luces de colores, invitados inesperados...
-¡Bien, una fiesta sorpresa! -exclamó.
Luego llegó la niebla y se acabó la fiesta.
Cuando quiso darse cuenta ya quedaban solo Annie y él. Maki protestó para sus adentros. Esa chica estaba coladita por él. No la culpaba, claro. El tango podía enamorar a cualquier mujer, humana o pez, pero seguro que se hacía ideas equivocadas ahora que estaban a solas. ¿Intentaría besarle? ¿Tocarle? ¿Le pasaría el brazo por los hombros disimuladamente? Tendría que tener cuidado si la veía bostezar.
Tras la siguiente puerta les esperaba otra fiesta, aunque bastante más sosa. No sabía si esos niños vivían allí, pero sería trágico que destruyesen la torre con ellos dentro. La salvación del mundo implicaría una cruel y trágica muerte para esos niños... Una pena.
Annie fue muy borde con el cantante, y también con él. En cuanto se encontraron con el enanito, pasó de ellos y se fue volando. "¿Por qué no me llevas volando a mí también?", quiso preguntarle, pero tan solo le salió un eructo fuerte y prolongado. Al final se quedó solo con el enano de cola peluda. Era como una ardilla con cara humana. Siniestro...
-Entonces... ¿me llevas a cuestas o cómo lo hacemos?
La subida en ascensor fue de lo más divertida. Luces, confeti y adrenalina, la combinación perfecta. Lo malo fue que se acabó muy deprisa. Aún estaba cayendo el confeti al suelo cuando las puertas ya empezaban a abrirse. Al otro lado les esperaba un grupo de gente muy pintoresca, y Maki no pudo evitar sacar conclusiones. Confeti, luces de colores, invitados inesperados...
-¡Bien, una fiesta sorpresa! -exclamó.
Luego llegó la niebla y se acabó la fiesta.
Cuando quiso darse cuenta ya quedaban solo Annie y él. Maki protestó para sus adentros. Esa chica estaba coladita por él. No la culpaba, claro. El tango podía enamorar a cualquier mujer, humana o pez, pero seguro que se hacía ideas equivocadas ahora que estaban a solas. ¿Intentaría besarle? ¿Tocarle? ¿Le pasaría el brazo por los hombros disimuladamente? Tendría que tener cuidado si la veía bostezar.
Tras la siguiente puerta les esperaba otra fiesta, aunque bastante más sosa. No sabía si esos niños vivían allí, pero sería trágico que destruyesen la torre con ellos dentro. La salvación del mundo implicaría una cruel y trágica muerte para esos niños... Una pena.
Annie fue muy borde con el cantante, y también con él. En cuanto se encontraron con el enanito, pasó de ellos y se fue volando. "¿Por qué no me llevas volando a mí también?", quiso preguntarle, pero tan solo le salió un eructo fuerte y prolongado. Al final se quedó solo con el enano de cola peluda. Era como una ardilla con cara humana. Siniestro...
-Entonces... ¿me llevas a cuestas o cómo lo hacemos?
Mist D. Spanner
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La batalla de titanes estaba cada vez más cerca y sus efectos eran cada vez más notorios. Un impacto con la forma de una bola de fuego golpeó una columna que hizo resonar toda la estructura. Spanner tan solo esperaba que su capitán, y fuesen quienes fuesen sus aliados en aquella batalla, estuviesen ganando. Vio venir los shuriken que hacia ellos se dirigían, recordándole a las armas que solía utilizar su hermana. Aunque las de ella no eran tan grandes. El pirata se hizo intangible y las estrellas pasaron por él como si pasaron por aire, impactando contra el primer obstáculo que encontrasen al otro lado, mientras Marc bloqueaba las que iban hacia él. Llegaron por fin, y vio la situación.
Zane, aquel marine con escamas que se enfrentó a Therax en Gray Rock y el segundo al mando de los Blue Rose le estaban dando guerra a Krauser en el aire. Chasqueó la lengua, dándose cuenta enseguida de que si intervenían en aquella batalla de monstruos no harían más que estorbar. Bajó la vista para ver que la otra mitad de los Arashi se encontraba combatiendo con otra persona. El espadachín señaló en aquella dirección.
—¡El capitán y los demás pueden solos! ¡Ahí, Marc!
Y en cuanto el gigante se moviese en esa dirección, saltaría de su hombro al suelo y empezaría a correr a toda velocidad a la pelea. Justo cuando llegó, una daga volaba directa hacia el cuello de Alviss. El espadachín pasó corriendo junto a Vile dispuesto a desviar el cuchillo con su propia katana y, sin pararse un solo segundo, dirigió un corte directo que congeló el aire al hombre que atacaba a Nox, dispuesto a cortarle el brazo que dirigía a su rostro.
Zane, aquel marine con escamas que se enfrentó a Therax en Gray Rock y el segundo al mando de los Blue Rose le estaban dando guerra a Krauser en el aire. Chasqueó la lengua, dándose cuenta enseguida de que si intervenían en aquella batalla de monstruos no harían más que estorbar. Bajó la vista para ver que la otra mitad de los Arashi se encontraba combatiendo con otra persona. El espadachín señaló en aquella dirección.
—¡El capitán y los demás pueden solos! ¡Ahí, Marc!
Y en cuanto el gigante se moviese en esa dirección, saltaría de su hombro al suelo y empezaría a correr a toda velocidad a la pelea. Justo cuando llegó, una daga volaba directa hacia el cuello de Alviss. El espadachín pasó corriendo junto a Vile dispuesto a desviar el cuchillo con su propia katana y, sin pararse un solo segundo, dirigió un corte directo que congeló el aire al hombre que atacaba a Nox, dispuesto a cortarle el brazo que dirigía a su rostro.
- Cosas:
- Nivel 60: Reflejos 6, Poder de Destrucción 6, Agilidad 4, Resistencia 3, Velocidad 3
Roland von Klauswitz
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Su intuición fue correcta, pues en cuanto se dispuso a seguir a lo que quiera que pudiese haber visto, una presencia poderosa y extraña e envolvió. Había algo allí, en la oscuridad del silencioso pasillo. Algo que era incapaz de identificar o ubicar, como si estuviese en todas partes y en ninguna a la vez. Resultaba antinatural, misterioso.
La torre parecía haberse rendido. Ya no había pruebas ni personajes extraños haciéndole preguntas fuera de lugar, tan solo puertas y salas vacías que demostraban que la temible arma destructora de mares pendía de un hilo. O tal vez era la prueba de que estaba a punto de ponerse en marcha. No tenía ni idea de si alguien habría logrado detener el proceso de activación de alguna manera. De hecho, no tenía ni idea de dónde se encontraba ninguno de los que habían entrado allí hacía unas horas. Solo esperaba que alguno llegase al final.
Se topó con gente poco después. Dos marines y... ¿su mascota? No reconocía a ninguno, pero tampoco se le daba muy bien recordar las caras. En fin, al menos podrían compartir información y... y... Y, de repente, unas sillas se los llevaron volando.
-Eso sí que no me lo esperaba -murmuró Kodama para sí mismo.
Se habría preocupado por ese singular fenómeno de no haber sido por sus propios asuntos fantasmales y misteriosos. Un aterrador grito que le heló la savia en las venas salió de algún lugar. Kodama era incapaz de localizar de dónde venía. Daba la sensación de que no era un sonido que saliese de parte alguna, tan solo que brotara en su cabeza. Era absurdo, un sinsentido. Aun así, empuñó sus dos espadas como un acto reflejo en cuanto oyó el grito.
-¿Quién eres? -dijo a la nada.
La torre parecía haberse rendido. Ya no había pruebas ni personajes extraños haciéndole preguntas fuera de lugar, tan solo puertas y salas vacías que demostraban que la temible arma destructora de mares pendía de un hilo. O tal vez era la prueba de que estaba a punto de ponerse en marcha. No tenía ni idea de si alguien habría logrado detener el proceso de activación de alguna manera. De hecho, no tenía ni idea de dónde se encontraba ninguno de los que habían entrado allí hacía unas horas. Solo esperaba que alguno llegase al final.
Se topó con gente poco después. Dos marines y... ¿su mascota? No reconocía a ninguno, pero tampoco se le daba muy bien recordar las caras. En fin, al menos podrían compartir información y... y... Y, de repente, unas sillas se los llevaron volando.
-Eso sí que no me lo esperaba -murmuró Kodama para sí mismo.
Se habría preocupado por ese singular fenómeno de no haber sido por sus propios asuntos fantasmales y misteriosos. Un aterrador grito que le heló la savia en las venas salió de algún lugar. Kodama era incapaz de localizar de dónde venía. Daba la sensación de que no era un sonido que saliese de parte alguna, tan solo que brotara en su cabeza. Era absurdo, un sinsentido. Aun así, empuñó sus dos espadas como un acto reflejo en cuanto oyó el grito.
-¿Quién eres? -dijo a la nada.
Nailah
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Marc había obedecido la orden de Nailah al mirar que había al otro lado e incluso se atrevían a cruzarla gracias a los poderes de Spanner. El subcapitán había tenido la idea de traspasar el muro, pero a Nailah no le parecía del todo bien abandonar a aquellas personas a su suerte. Por si fuera poco, Brynn se encontraba entre el repartidor y la agente, y dejarlo atrás recaía en su conciencia.
Nailah se detuvo antes de subir sobre Marc y miró hacia atrás. Envainó su espada y le hizo una seña a los piratas para que esperaran un momento. Al parecer iban a reunirse ya con Zane y no podían seguir esperando más. Tenía ganas de reunirse con sus compañeros por fin tras todo el revuelo de subir en la torre y, sobre todo, comprobar como estaban estos.
La pirata se acercó junto al repartidor, que había sido traído por Brynn y tiró de su brazo con fuerza. Aunque se detuvo, mirando al ave mientras luchaba.
-¡Brynn! - Exclamó -. ¡Debemos ir con Zane, tienes que quedarte con Scarlett! ¡Ten cuidado!
Tras eso, echó a caminar junto con el repartidor, indicándole que se subiera sobre Marc para que los cuatro pudieran atravesar el muro. No podía llevarse a todos con ella, pero sabía que la agente y Brynn podían arreglárselas solos. Además, contaba con poder ver al pirata cuando todo esto terminara, tenían una pequeña charla pendiente entre ambos.
-Tu tenías un paquete que entregar, es mejor que vengas con nosotros - comentó de manera tajante -. Por lo que he visto, no pareces alguien preparado para luchar y tanto a ella como a Brynn -señaló hacia atrás -, seguramente se le compliquen las cosas.
Cuando atravesaron el muro, parecía que iban a ser atacados por unos shurikens, pero gracias a Marc pudieron evitarlos. Estos pertenecían a la pelea que estaba teniendo Zane junto con más gente. Nailah se bajó de Marc, desenvainando la espada, pero no avanzó tan rápidamente como sus dos compañeros, los cuales se dirigían a atacar y se giró hacia el repartidor.
-Yo misma accedí a protegerte cuando te encontré en esta torre, así que te recomiendo que estés a mi lado mientras dure la batalla.
Nailah se detuvo antes de subir sobre Marc y miró hacia atrás. Envainó su espada y le hizo una seña a los piratas para que esperaran un momento. Al parecer iban a reunirse ya con Zane y no podían seguir esperando más. Tenía ganas de reunirse con sus compañeros por fin tras todo el revuelo de subir en la torre y, sobre todo, comprobar como estaban estos.
La pirata se acercó junto al repartidor, que había sido traído por Brynn y tiró de su brazo con fuerza. Aunque se detuvo, mirando al ave mientras luchaba.
-¡Brynn! - Exclamó -. ¡Debemos ir con Zane, tienes que quedarte con Scarlett! ¡Ten cuidado!
Tras eso, echó a caminar junto con el repartidor, indicándole que se subiera sobre Marc para que los cuatro pudieran atravesar el muro. No podía llevarse a todos con ella, pero sabía que la agente y Brynn podían arreglárselas solos. Además, contaba con poder ver al pirata cuando todo esto terminara, tenían una pequeña charla pendiente entre ambos.
-Tu tenías un paquete que entregar, es mejor que vengas con nosotros - comentó de manera tajante -. Por lo que he visto, no pareces alguien preparado para luchar y tanto a ella como a Brynn -señaló hacia atrás -, seguramente se le compliquen las cosas.
Cuando atravesaron el muro, parecía que iban a ser atacados por unos shurikens, pero gracias a Marc pudieron evitarlos. Estos pertenecían a la pelea que estaba teniendo Zane junto con más gente. Nailah se bajó de Marc, desenvainando la espada, pero no avanzó tan rápidamente como sus dos compañeros, los cuales se dirigían a atacar y se giró hacia el repartidor.
-Yo misma accedí a protegerte cuando te encontré en esta torre, así que te recomiendo que estés a mi lado mientras dure la batalla.
Noximilien
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El sistema de defensa comestible del dúo de piratas parecia funcionar. Por una vez, Nox le pareció que por fin había usado como era debido su akuma. A veces era reacio a usarla, o simplemente se olvidaba de que poseía aquel poder y solo lo utilizaba para evitar heridas feas y caídas dolorosas. Cosas que eran muy comunes cuando eras parte de los Arashis.
Pese a todo, aquella defensa no iba a durar mucho, pues aquella miasma era como el aire y traspasaba en parte su muralla de sal. El chocolate empezaba a pudrirse de una forma desagradable a la vez que emitía un desagrable olor a leche cortada. Ni siquiera sabía que el chocolate podía ponerse así, no al menos de esa manera.
Demasiado concentrado en aquella miasma tan espeluznante, no se percato en que los flanqueaban. Atacaron al pequeño rubio con un objeto afilado arrojadizo, mientras que el lanzador intento poner en la cara del enmascarado una mano completa de aquel gas mortal.
Fue gracias a la llegada de Spanner, que con un contraataque, le dieran tiempo a Nox para esquivar. Se tiro de espaldas y cuando cayó contra el suelo, se disolvió en una nube de sal que vcolvia a convertirse en el enmascarado tras alejarse unos metros.
- Gracias chaval –suspiro aliviado mientras se dirigía a Spanner-. Te debo una.
Desenfundo de su espalda “Yukion’na”, que empezó a emitir una clara nueve helada nada más salir de su funda.
- Eh, aquí el único viejales enmascarado soy yo –apunto con su filo que dejaba una estela de aire frio a su paso-. ¡Y no voy a dejar que me quites el puesto!
Tras aquello, dio un giro sobre sí mismo para coger inercia, y lanzo una onda cortante contra aquel individuo.
Pese a todo, aquella defensa no iba a durar mucho, pues aquella miasma era como el aire y traspasaba en parte su muralla de sal. El chocolate empezaba a pudrirse de una forma desagradable a la vez que emitía un desagrable olor a leche cortada. Ni siquiera sabía que el chocolate podía ponerse así, no al menos de esa manera.
Demasiado concentrado en aquella miasma tan espeluznante, no se percato en que los flanqueaban. Atacaron al pequeño rubio con un objeto afilado arrojadizo, mientras que el lanzador intento poner en la cara del enmascarado una mano completa de aquel gas mortal.
Fue gracias a la llegada de Spanner, que con un contraataque, le dieran tiempo a Nox para esquivar. Se tiro de espaldas y cuando cayó contra el suelo, se disolvió en una nube de sal que vcolvia a convertirse en el enmascarado tras alejarse unos metros.
- Gracias chaval –suspiro aliviado mientras se dirigía a Spanner-. Te debo una.
Desenfundo de su espalda “Yukion’na”, que empezó a emitir una clara nueve helada nada más salir de su funda.
- Eh, aquí el único viejales enmascarado soy yo –apunto con su filo que dejaba una estela de aire frio a su paso-. ¡Y no voy a dejar que me quites el puesto!
Tras aquello, dio un giro sobre sí mismo para coger inercia, y lanzo una onda cortante contra aquel individuo.
- COSIS:
Nombre del objeto: Yukion'na uta
Cualidades del material: Tenacidad y Dureza
Cualidades excepcionales:
Descripción del objeto: Congelada desde hace decadas en un glaciar, la espada ha ido absorbiendo el frio hasta convertirse en uno con el hielo. Cualquier superficie alrededor de 10 metros que toque esta espada, hará que se disminuya la temperatura hasta a niveles de congelación(entre -50 y -100 grados). Un corte producida con esta arma, congelara la zona afectada durante 3 post, a menos que se utilize algún recurso de alta temperatura. A pesar de su poder, es inofensiva para el que empuña la espada y todo aquel que el portador considere aliado. En caso de que alguien que el dueño considere enemigo, cogiese la espada, la arma se rodearía de púas de hielo en sistema de defensa.
De calidad Saijo O Wazamono
Ryuichi Ichiban
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Llegaron a una sala donde estaba la muchacha que estaban siguiendo... y oscuridad. En la oscuridad dos ojos rojos brillaban, observándolos fijamente y... gruñendo. Cuando Braud los vio sintió un escalofrío que recorrió su enorme espalda como un reguero de hormigas rojas que devoraban su carne. Y aquello le hizo sonreír. Por fin, algo que le hacía sentir miedo, algo que le hacía ser consciente de su propia mortalidad y su fragilidad. Ya estaba poniéndose en posición de combate cuando los ojos, y la oscuridad, desaparecieron delante de si mismo. Su sonrisa se borró, transformada en una mueca de desagrado y rabia.
—¡Eh, vuelve aquí! —gritó, ignorando la presencia de todo el mundo a su alrededor.
Empezó a correr hacia delante, intentando no empujar a la joven que acababan de encontrar. En ese instante no tenía ganas ninguna de hablar con esa persona, pues no era el monstruo de ojos rojos. Vio escaleras, que empezó a subir de cinco en cinco a grandes zancadas, buscando a esa cosa que bien podría ser aquello que le quitase el aburrimiento que llevaba encima desde que se enfrentó al monstruo de los tentáculos.
—¡Ven aquí, ojazos, ven!
—¡Eh, vuelve aquí! —gritó, ignorando la presencia de todo el mundo a su alrededor.
Empezó a correr hacia delante, intentando no empujar a la joven que acababan de encontrar. En ese instante no tenía ganas ninguna de hablar con esa persona, pues no era el monstruo de ojos rojos. Vio escaleras, que empezó a subir de cinco en cinco a grandes zancadas, buscando a esa cosa que bien podría ser aquello que le quitase el aburrimiento que llevaba encima desde que se enfrentó al monstruo de los tentáculos.
—¡Ven aquí, ojazos, ven!
Deathstroke
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Akuma no mi
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Entre Zane y yo, no solo pudimos detener la enorme espada, sino que además la conseguimos romper. No estaba mal, sin embargo, aquello no había terminado para nada, seguíamos teniendo que derrotar a aquel gigante de niebla. Por suerte, tenía el haki de observación activado, que notó que se acercaban unos shurikens de energía formados a partir de la espada rota. Se acercaban dos a gran velocidad y una idea se me pasó por la cabeza.
Extendí el brazo que tenía libre hacia las armas de energía y a unos diez metros de mi posición creé una corriente de aire que iba haciéndose más ancha a medida que se acercaba a mi posición, esta hice que girase en espiral. El inicio de la corriente lo haría en una posición que quedase entre los dos shurikens de forma que cuando estos llegasen, esperaba que cambiasen su trayectoria. En caso de que no lo lograse, esperaba que me diese tiempo apara con un rápido movimiento esquivar uno de los dos y detener el otro con Aeglos.
Tras esto vi como Zane comenzaba a girar a gran velocidad a la vez que generaba un montón de fuego. Quizás aquello ayudase a secar el ambiente, pero necesitaría una escala mucho mayor, concentrándome un poco en el aire que había cerca del palomo ardiente comencé a generar una corriente de viento que comenzaría a ascender con todo ese calor, y si me era posible hacía con el fuego lo mismo que con los shurikens, intentaría cambiar su trayectoria de forma que se acabase formando casi un tornado de fuego.
Aprovecharía esto junto con la ayuda de Zane que había intentado llamar su atención con insultos para seguir reduciendo la humedad del aire. Había notado que antes había funcionado levemente, pero ahora, con el fuego y con mi habilidad secaría el ambiente tanto que el efecto debería de ser mayor, o eso esperaba.
Extendí el brazo que tenía libre hacia las armas de energía y a unos diez metros de mi posición creé una corriente de aire que iba haciéndose más ancha a medida que se acercaba a mi posición, esta hice que girase en espiral. El inicio de la corriente lo haría en una posición que quedase entre los dos shurikens de forma que cuando estos llegasen, esperaba que cambiasen su trayectoria. En caso de que no lo lograse, esperaba que me diese tiempo apara con un rápido movimiento esquivar uno de los dos y detener el otro con Aeglos.
Tras esto vi como Zane comenzaba a girar a gran velocidad a la vez que generaba un montón de fuego. Quizás aquello ayudase a secar el ambiente, pero necesitaría una escala mucho mayor, concentrándome un poco en el aire que había cerca del palomo ardiente comencé a generar una corriente de viento que comenzaría a ascender con todo ese calor, y si me era posible hacía con el fuego lo mismo que con los shurikens, intentaría cambiar su trayectoria de forma que se acabase formando casi un tornado de fuego.
Aprovecharía esto junto con la ayuda de Zane que había intentado llamar su atención con insultos para seguir reduciendo la humedad del aire. Había notado que antes había funcionado levemente, pero ahora, con el fuego y con mi habilidad secaría el ambiente tanto que el efecto debería de ser mayor, o eso esperaba.
- resumen:
- Responder a los shurikens (intentando crear una técnica para ello), potenciar el efecto del fuego de Zane (vuelvo a intentar la sacar la técnica de antes para ello), seguir reduciendo la humedad del ambiente ayudado por el calor del fuego.
Ellanora Volkihar
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Cuando Nora todavía se estaba recuperando del dolor en los pulmones, todo a su alrededor pareció derrumbarse. Se transformó de nuevo, perdiendo así su necesidad para respirar además de ganando la capacidad de ver en la oscuridad. Animó a Adam a seguirla, aunque justo en el momento en el que estiró el brazo para coger de la muñeca al rubio vio que otro se le había adelantado y ya se lo estaban llevando. La vampiresa chasqueó la lengua en su enfado y se subió a los hombros de Adam, mientras le gritaba órdenes para que continuase adelante, siguiendo el olor del hombre que olía a sangre más que ningún otro.
A no ser que aquel hombre fuese especial, él no debería de poder ver como ella en la oscuridad, lo cual era una ventaja a la hora de poder seguirlo. Y si bien Adam tampoco veía muy bien, seguía las indicaciones de la no-muerta a la perfección. Era grande y un poco tonto, pero era obediente, cosa que pedía en todos aquellos que decidiesen seguirla.
A no ser que aquel hombre fuese especial, él no debería de poder ver como ella en la oscuridad, lo cual era una ventaja a la hora de poder seguirlo. Y si bien Adam tampoco veía muy bien, seguía las indicaciones de la no-muerta a la perfección. Era grande y un poco tonto, pero era obediente, cosa que pedía en todos aquellos que decidiesen seguirla.
Liv L Astrid
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Akuma no mi
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Había encontrado a mi objetivo, al fondo del pasillo pude ver un par de puntos rojo que notaba como me observaban rodeados de una profunda oscuridad. Sostuve aquella mirada durante y continué avanzando con un paso más firme que antes a pesar de haber sentido un ligero escalofrío recorriéndome la espalda.
En ese momento aparecieron tres tipos detrás de mi y mi oponente se retiró sin decir nada. “No, no puede ser” pensé a ver que retrocedía. Miré a los lados para ver quienes eran los causantes de aquella perdida de honor por el combate que iba a tener. Uno de los tipos siguió avanzando hacia unas escaleras por las que había marchado el oponente.
-Imperdonable – dije a la vez que las marcas rúnicas cubrieron mi cuerpo en apenas un parpadeo - ¡Imperdonable! – grité avanzando lo más rápido que pude hasta las escaleras y cortándole el paso a tipo que me había ignorado para ir tras mi presa.
Si había conseguido superarle colocaría mi hacha apuntando hacia su cuello en señal de amenaza si seguía avanzando.
-Perdeos, u os mato aquí mismo – les dije en un tono agresivo a la vez que amenazante. – No permitiré que nadie me quite mi presa o me robe la gloria de un buen combate. No lo diré dos veces.
Esperé su respuesta y con ello su retirada para que se buscasen otro camino. En caso de que no lo hiciesen combatiría contra ellos. Lo cual tampoco me disgustaba. Sería un combate en desventaja numérica, por lo que los dioses no lo verían tampoco mal.
En ese momento aparecieron tres tipos detrás de mi y mi oponente se retiró sin decir nada. “No, no puede ser” pensé a ver que retrocedía. Miré a los lados para ver quienes eran los causantes de aquella perdida de honor por el combate que iba a tener. Uno de los tipos siguió avanzando hacia unas escaleras por las que había marchado el oponente.
-Imperdonable – dije a la vez que las marcas rúnicas cubrieron mi cuerpo en apenas un parpadeo - ¡Imperdonable! – grité avanzando lo más rápido que pude hasta las escaleras y cortándole el paso a tipo que me había ignorado para ir tras mi presa.
Si había conseguido superarle colocaría mi hacha apuntando hacia su cuello en señal de amenaza si seguía avanzando.
-Perdeos, u os mato aquí mismo – les dije en un tono agresivo a la vez que amenazante. – No permitiré que nadie me quite mi presa o me robe la gloria de un buen combate. No lo diré dos veces.
Esperé su respuesta y con ello su retirada para que se buscasen otro camino. En caso de que no lo hiciesen combatiría contra ellos. Lo cual tampoco me disgustaba. Sería un combate en desventaja numérica, por lo que los dioses no lo verían tampoco mal.
- resumen:
- Ver como retrocede mi presa al ver como llegan invitados indeseados; intentar cortarles el paso y amenzarles con matarlos si no se marchaban por otro lado.
Scarlett F. Jones
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Me mantuve apuntando hacia las sombras después del disparo. Aquella sombra desapareció de la nada, no parecía ser un cuerpo físico. Llegué a pensar que podría ser fruto de alguna Akuma no Mi. Algunos de los piratas se desvanecieron detrás del muro dejándonos al hombre pájaro, al mensajero y a mí atrás. En un instante, surgieron más sombras que nos tendieron una emboscada. Aproximadamente habían como una docena de aquellos seres que llevaban... ¿armas entre sus brazos? Se escuchó como un ruido mecánico y entonces varios virotes vinieron volando hacia nosotros. De no ser por el hombre pájaro, que se había transformado, hubiéramos tenido serios problemas el mensajero y yo misma. Apareció la chica que me había echado la bronca por lo del desnudo con la intención de llevarse a Steve si este accedía. Eso sería un alivio, así no tendría que estar pensando en atacar y defender al chico a la misma vez. Pasara lo que pasara, me puse a echar una mano como pude al tal Brynn que andaba atacando a tres sombras por un lado. En vez de usar mi rifle, pasé a usar mis pistolas duales ya que me venían mejor en combate a media distancia.
- Espero que no aparezcan más de estas sombras, tienen pinta de ser un verdadero dolor de muelas, Y por cierto, gracias por la ayuda - Dije desenfundando las pipas. Posteriormente, intentaría disparar a las demás sombras que Brynn no estuviera atacando para que estas no le atacasen por detrás. Luego, recargaría cuando me quedase sin balas para seguir intentando "matar" a las sombras de la otra dirección.
- Espero que no aparezcan más de estas sombras, tienen pinta de ser un verdadero dolor de muelas, Y por cierto, gracias por la ayuda - Dije desenfundando las pipas. Posteriormente, intentaría disparar a las demás sombras que Brynn no estuviera atacando para que estas no le atacasen por detrás. Luego, recargaría cuando me quedase sin balas para seguir intentando "matar" a las sombras de la otra dirección.
- Resumen sombras:
- Reaccionar a lo que ha pasado, agradecer a Brynn por la ayuda y ponerme a luchar junto a él para intentar acabar con las sombras
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