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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 11:55}

Por un momento se sintió cornudo. Su cadete había estado trabajándose a otro almirante, con el que compartía una unión muy especial y profunda. Incluso había utilizado la palabra "impotencia", lo que aunque no tenía nada que ver con la conversación le hizo pensar más en los dobles sentidos sexuales que podría estar teniendo todo aquello. ¿Era Kurookami un poquito sarasa? Le costaba imaginarlo, en cualquier caso, aunque las largas horas jugando al strip-tute podían hacer a cualquiera tener dudas. Y alguien con una concepción tan rígida de la justicia seguro que era flexible en otros aspectos. Bien por Galhard, aunque esperaba que por lo menos él fuese el activo. Al fin y al cabo, a los perros les gustaba estar a cuatro patas.

Miró a su espalda para asegurarse de que el espíritu no seguía por el lugar. Galhard estaba hablando tal vez demasiado y habían tenido mucha suerte, pero aun así lo reprendió con la mirada. Tenían un código para hablar esas cosas, y aunque se sintiese seguro y todo pareciese estar en orden podían estar rodeados de enemigos sin saberlo. En momentos de guerra, solo podían confiar en los miembros de la ochenta y tres; al resto era obligado tratarlo con la sana paranoia que Arthur siempre los incitaba a mantener. Normalmente no hacía demasiado caso, claro, pero en aquellas circunstancias debía admitir que era lo más sensato. Al fin y al cabo, solo eran paranoicos hasta que detectaran un traidor: Luego habrían sido precavidos.

- No he olvidado lo que han hecho, Galhard -le dijo-. De hecho, estoy casi seguro de que han enviado a ese espíritu hasta aquí por pura desesperación. Debían tener un plan mejor, pero se les ha ido al garete; por eso no ha intentado negociar o regatear el tiempo para devolvernos a Douglas. Si simplemente dejamos que la guerra siga su curso...

Dio un salto cuando Arthur apareció por su espalda. Sí, habían ocultado alguna que otra cosa, pero había sido apenas lo justo para evitar que el carácter explosivo del chiquitín jugase en su contra durante la negociación. Aunque tampoco había ningún problema en explicarle su idea ahora que tenían una ligera ventaja en la batalla. Solo esperaba que no se volviese loco y lo primero que hiciera al ver al Almirante cautivo fuese atravesarle el pecho con su glaive.

- Hemos recuperado a Douglas. -El tono de su voz fue ceremonioso, calmado y profundo-. Katharina von Steinhell nos lo va a devolver, y a cambio nosotros cubriremos su retaguardia mientras ellos luchan y debilitan a Hipatia y a Iulius. Si mueren, nos encontraremos con un enemigo debilitado al borde de la captura, y si ganan la tregua habrá terminado e inmediatamente procederemos a su detención y arresto. Además, hemos herido su orgullo.

La bruja debía presentarse en el lugar ella misma, con una carta de disculpa y el Almirante a su lado. Seguramente no fuese un gran documento, probablemente ni siquiera un perdón sentido. Era probable que lo volviese a hacer en el futuro, pero aunque fuese metafóricamente, tenía que doblegarse ante la Marina. Y había pocos placeres más dulces que ver a un delincuente tan infame humillarse pidiendo piedad y clemencia. Porque, aun si lo había camuflado con palabras bonitas y una lengua de serpiente que no daba pie a mostrar debilidad, Al podía oler el miedo. Ese miedo que hacía a una traidora arrastrarse por su ayuda.

- A todo esto, deberíamos ir montando una base aquí, ¿no? -preguntó-. Para poder movernos y asegurar nuestro control en todo el este.

Comenzó a avanzar hacia el fortín cuando notó una presencia conocida. Hacía mucho tiempo que no la sentía, desde Gray Rock. No pudo evitar sonreír cuando detectó, casi sin darse cuenta, a Katharina aparecer en las inmediaciones. "Qué pena que seas una criminal", pensó mordiéndose el labio. Las más guapas siempre eran las más sanguinarias al final, y aunque Al no era la clase de persona que se dejase guiar por su pene, su pene tenía mucha personalidad y siempre discutía enérgicamente todas sus decisiones. Comenzó a caminar en su dirección, haciendo hielo su entrepierna bajo los pantalones para evitar que nada inapropiado apareciese.

- ¿Y bien? -preguntó, por único saludo, sin siquiera dirigir la mirada a Kurookami.

Esperó a que le diese lo que tenía que darle y se alejase despacio y sin hacer nada raro. Douglas estaba a segundos de ser libre, y podría tratar sus notables heridas para que diese guerra cuanto antes. De los demás heridos... Ya daría cuenta.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 13:38}

El emperador del mar era incapaz de apartar la mirada de la supernova. No porque fuera una preciosidad, porque era una cría de pocos años, si no porque su comportamiento era demasiado extraño. Algo ocultaba, pero ¿el qué? Cabía la posibilidad de que quisiera unirse a su banda junto a su amiguito, muchos otros novicios en la piratería lo habían intentado, ¿por qué no ella? Podrían tener al cara-cerdo de mascota y a ella como futura oficial. Sin embargo, también estaba la opción de que se tratara de uno de esos piratas que buscaba medir sus fuerzas con un yonkou para ver cuanto de lejos estaba de la cumbre. «Yo era de estos últimos…, y perdí una espalda», reflexionó para sus adentros.

Akita respondió a su pregunta, mas sus palabras rebosaban una preocupación que no había sido capaz de detectar en su primera charla con él. Fue en ese momento cuando dejó de prestar atención a la supernova y clavó una cálida mirada sobre el habitante de Wano.

—No te preocupes por la comida —le dijo con voz calmada, tratando de tranquilizarlo, aunque fuera un poco—. Entre todos mis territorios puedo conseguiros suministros suficientes para que podía subsistir durante varias semanas, y en lo que concierne a la fertilidad del terreno… Conozco a un hombre con la habilidad necesaria para arreglar los campos en pocos días —le puso la mano sobre el hombro—. Y no te preocupes por el devenir de esta guerra…, porque si he venido aquí es por una razón: salvar a Wano y a su gente

Era consciente que sus palabras no iban a calmar las incertidumbres del habitante de Kuri, pero si no lo intentaba no sería él. Y fue en ese momento, cuando la pareja de pesados volvió a intentarlo. La supernova apareció frente a él, con el gesto serio y tratando de ser intimidante, parecía que iba a decirle algo sumamente importante, pero lo que soltó por su boca no hizo, si no, hacer que Zane comenzara a reírse a carcajada durante un buen rato. Su rostro se enrojeció y en sus ojos comenzaron a surgir lágrimas, aunque no era de la emoción de la noticia, si no de lo absurdo que era lo que estaba diciendo.

—Ay…, ay…, que no puedo —Y continuó riendo—. ¿Que Katharina qué? —Volvió a reír, hiperventilando entre risas hasta que retomó la compostura—. Buen intento, muchacha —le dijo—. No sé cuanto tiempo llevas con Kath, pero como bien sabrás formó parte de mi banda durante mucho tiempo, y la conozco mejor de lo que ella cree. Katharina nunca habla de sus sentimientos, porque cree que eso le haría parecer débil a sus semejantes. Ella es de pequeños gestos, como dejarte el último trozo de carne con queso en uno de los festines de Marc, por ejemplo —le dijo, recordando como Kath le había cedido, más de una vez, algún trozo de la comida a Nailah—. Así que voy a darte un consejo, pequeña, si lo que quieres es mentir no pienses en la mentira misma, si no en quien va dirigida. Y si me permites, tengo que hablar una cosa con mi amigo Akita, ¿vale?

Dicho aquello sacó el den den mushi del interior del bolsillo de su haori y trató de ponerse en contacto con los tripulantes que mando evacuar del barco, mientras se alejaba de Kaya, porque de no hacerlo se vería formado a dejarla dormida, y eso estaba feo.

—Aquí Zane —dijo, una vez los miembros de comando Okama respondió—. Escuchadme. Necesito que vengáis a la región de Kuri, al pueblecito de… —esperó a que Akita le dijera el nombre—. Venid aquí y preguntad por Akita, ¿entendido? Os quiero aquí para ayer. Proteged al pueblo y sus gentes. El barco se encuentra en la costa, coged cualquier objeto que os identifique como miembros de mi tripulación y encargos de ayudad a la gente.

No guardó su den den mushi, pues aún tenía que hacer una llamada, pero antes de eso volvió a hablar con el habitante de Kuri.

—Van a venir varios de mis hombres para ayudarte en lo que necesitéis —le dijo—. Son gente competente, un poco rara, pero buena gente —mostró una sonrisa que duró muy poco—. Ahora he de ir a otro lado a tratar de ayudar, ¿lo comprendes verdad?

Y los problemas no parecían terminar… Justo en el pueblo apareció un pterodáctilo pequeñito, un dinosaurio volador del tamaño con un palomo con una cría de rey marino entre sus zarpas. «Vamos, no me jodas», pensó, deslizando su mano desde su frente hasta la sien, acariciando su sedosa y pelirroja cabellera. El animalejo parecía ser muy amigo del cabeza de cerdo, así que no se molestó mucho en hacer nada al respecto.

—¿Quieres venir conmigo, entonces? —le preguntó a Kaya, acercándose a ella, mientras revisaba los bolsillos internos de su haori a cada paso. Tenía algunos regalices rojos, una pequeña petaca con whisky de Eriu Land y nada más. Concentró el poder de su mantra sobre el colgante que colgaba de su cuello para impedir que la persona que tuviera en frente, de intentarlo, fuera capaz de prever sus intenciones y se quitó el haori. Lo extendió y se lo lanzó encima, aprovechando sus habilidades de ilusionista casi experto para desaparecer, aprovechando su gran velocidad para luego irse volando de allí—. Lo siento muchacha, pero no me fío de ti —susurraría, mientras se alejaba de allí.  

Volaría a gran velocidad en línea recta hacia el cielo unos cuantos metros, para luego tratar de sentir el aura de Berthil e ir a encontrarse con él. No había recibido noticias de Therax, así que una vez pudiera le llamaría para que le explicara en que situación se encontraba.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 14:54}

- Recuerdo la guerra de Mary Geoise -respondió, sin dejar de mirar por la ventana-. Era solo un niño, pero todo comenzó con el asesinato de Krabbo Pinzanegra. Estaba como shichibukai para afianzar las buenas relaciones con el Gobierno Mundial, pero este prefirió defender a Drake Lars antes de entregarlo para que se hiciese justicia con él.

Moloch seguramente ya conociera esa historia, pero lo importante no era el relato: Era el discurso. Los sobretonos, el ceño fruncido, las palabras quedas... Buscaba aparentar que veía la injusticia del Gobierno Mundial en aquellos actos, y lo interpretaba bastante bien. Realmente estaba convencido de que los nobles mundiales habían actuado terriblemente mal al no presentar una disculpa, y tanto desde un punto de vista moral como estratégico habían cometido un error. Al fin y al cabo, que él no se viese frenado por la moral no significaba que no poseyese moral alguna, e incluso si no tuviese -lo cual, en términos terrenales, era muy probable-, la conducta de sus jefes le parecía bastante reprochable.

- En lugar de pedir una disculpa al final de la guerra -prosiguió- o de tratar a los pueblos del mar como iguales, se prohibió su ingreso a la Marina o al Cipher Pol; también a cualquier cargo gubernamental. La marginación que ha sufrido tu pueblo es responsable de todo esto, y desde luego demostráis mucha más humanidad de la que habéis recibido. Yo... Solo puedo pedir disculpas por lo que me toca, pero quiero ayudar a reparar el daño.

Sus ojos percibían muchas cosas, pero las más interesantes no estaban a través del ventanal. Podía ver a Moloch a través del rabillo del ojo, y se había posicionado disimuladamente en el ángulo justo para tener la perspectiva de su expresión a medida que hablaba. Esperaba que sus emociones fuesen acercándose algo más y más a la camaradería a medida que hablaba, y buscaba en todo su lenguaje no verbal cuanta información pudiese obtener. De él, pero también del calamar.

Saber que era ciego, sordo y mudo ya decía mucho. Que percibía a través de la vibración, mucho más. Si necesitaba utilizar el suelo era probable que no captase la onda de sonido sino el rebote que transmitía su cuerpo a través de los pies. Aunque no era experto en sonido, y no podía descartar nada -si bien ahora podía elucubrar que un poco de fuego en sus ventosas y todo se arreglaría-, tenía la sensación de estar mucho más cerca de poder trabajarse al calamar. Porque se comunicaba, eso estaba claro, y percibía. Si aprendía a hablar ese extraño idioma, podía controlarlo. Resultaba estúpidamente complicado, sumamente enrevesado y no tenía sentido aquello: O bien había viajado en el tiempo con ella y nadie debería conocerlo, o era demasiado joven como para haber coincidido por Hipatia -por lo que ambos deberían tener el mismo peso como consejeros- o tenía más de doscientos años. Lo cual siendo sordo, ciego y mudo no terminaba de resultar descabellado, si bien era extremadamente rara su supervivencia.

¿Habría esperado Oc doscientos años el regreso de su reina? Podía ser, si planteaba el tablero como un tapete voluble que se movía a cada instante, cambiante. Pero si así era, su estrategia no valdría de nada. Pero se resistía a creerlo, así que simplemente trató de plantearse los secretos de longevidad de un animal así. ¿Tal vez la química? Algún medicamento, o... ¿Habría dado pequeños saltos en el tiempo? Los suficientes como para vivir apenas cincuenta años de los supuestos doscientos y ser recordado como un héroe. ¿Era eso factible? Si lo era, lo sabría.

- ¿Hay alguna forma de comunicarse con sir Oc, entonces? -preguntó, con fingida inocencia y un deje de ilusión, mirándole a la cara-. Si ha vivido tantas batallas podrá enseñarme un sinfín de cosas, y podremos conseguir un mundo mejor para todos. -"Más o menos"-. Así se romperá la cadena del odio, y podremos vivir todos como merecemos...

Moloch no parecía supremacista. No al menos por lo que dejaba ver de sí. Seguramente fuese un militar convencido de sus acciones, pero no un seguidor de la "raza superior". Ese discurso había quedado atrás, o eso esperaba, entre la mayoría de seguidores de la reina. De hecho, podía sentir mucho odio, pero no tanta superioridad racial... Iba a trabajar sobre eso, al menos por el momento.

- ¿Podrías enseñarme? -terminó solicitando. No quería utilizar sus poderes por el momento dado que quería conocer el grado en que el hombre empatizaba con él, aunque ya vería qué acababa haciéndole si las cosas no empezaban a tomar un cariz algo más amistoso.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 16:31}

Piel pálida, ojos claros... ¿albinismo tal vez? Una de las cosas más reveladoras era su ropa. Tejido de gran calidad, y la elección de colores daba a entender que formaban parte de la nobleza. El morado era un color típicamente asociado a la realeza, la magia y el espiritismo. El dorado solía representar el oro, el ser una persona más "valiosa" que el resto, mientras que el blanco habitualmente representaba la pureza del alma. Si tuviera que juzgarlos solo por su ropa, diría que eran como mínimo de la clase noble.

Espera... ¿Como que llegan provisiones desde todo Fuji? ¡Pero si vivían en un estercolero! Había otra cosa que le resultaba muy extraña y es que, a pesar de que Katharina había llegado antes, estaban limitándose a responder a sus propias palabras, ignorando totalmente a su capitana. Esta vez no era por manía como podía ocurrir en la isla gyojin, realmente daban la impresión de que, por el motivo que fuera, no veían a Katharina. O no eran conscientes de que estaba allí, o lo que fuera.

Ante el repentino ruido se giró, ah... mierda, ¿se había derrumbado parte del túnel? Iba a darle una pequeña reprimenda a la jefa por deshacer el portal antes de tiempo, pero las palabras del anciano llamaron más aún su atención. ¿Sus muros eran los más altos? ¿cómo podía ser eso si estaban bajo tierra? Recordando la información que Kath e Ivan les habían dado, Blackhole y sus compañeros eran gente de hace dos siglos, ¿podría ser que esa gente fuera de un pasado más lejano aún?

Finalmente señalaron con la mirada el suelo. Suponiendo que estuvieran diciendo la verdad, porque no tenían por qué mentir, ese agua podría ser el alcantarillado real de esa tal Shirakawa, o el sitio de donde extraían el agua.

Y... un día tendrían que hablar del problema de control de ira que parecía tener la jefa.

Mientras Katharina se dedicaba a atemorizarlos y amenazarlos, Alexandra puso a trabajar sus neuronas. ¿Por qué la habían ignorado si había llegado primero? En aquel momento, dejando a un lado estatus y nivel de poder, únicamente había tres diferencias entre ellas dos. La primera era que Alexandra se había puesto una máscara tradicional de Wano para cubrirse el rostro, mientras que la capitana iba con el rostro medio cubierto. La segunda era que Alexandra no contaba con el Haki del color de la conquista. La tercera era que ella misma no tenía poderes diabólicos. Pensó en la posibilidad de que fueran una aparición "personalizada", pero las dos habían podido oirlos y no era que Kath no pudiera verlos, era el caso contrario.

Tampoco se habían preocupado del túnel colapsando... eso daba igual realmente, aún quedaban dos salidas más.

Por suerte, el Den Den Mushi de Katharina sonaría y, si la pareja había sobrevivido hasta ese momento, aprovecharía la conversación para hablar un poco más con ellos. Intentaría seguirles el "juego" un poco más.

¿Cuáles son esas otras criaturas? Perdonad tantas preguntas, pero quiero saberlo todo sobre Shirakawa. ¿Qué hay abajo? —preguntó, usando la clásica táctica de mostrar interés repitiendo la última palabra que decían. Sin embargo, antes de poder indagar más, se vio obligada a intervenir en la conversación que estaban teniendo Ivan y katharina.

Psst, Kath, déjame el DDM un momento —pidió, antes de decirle tres cosas al vampiro—. Eh, Ivan, Xan aquí, he tomado prestado el Den Den mientras la jefa aterroriza a dos fantasmas que están ignorándola como si fuera un sugus de piña. El tacto no es lo mío pero ahí va. Confía en Bri, coño, es perfectamente capaz de apañarse y sobrevivir y en una hora no te da tiempo de llegar ni a la Red Line, eso si no te encuentra a ti alguien por el camino. Es una tía dura, lista y hábil, créeme, es mi cirujana de cabecera y no dejo mi cuerpo inconsciente en manos de cualquiera. Cuando acabemos de patear culos y pedir nombres aquí te acompaño a Hallstat si quieres, pero dale un voto de confianza a la muchacha —dijo. Después, ya con su trabajo hecho, le entregó el DDM de nuevo a su legítima dueña.

Ahora solo quedaba ver qué había pasado con esa pareja después de tener que soportar una pequeña muestra de la ira de Kath en forma de Haki.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 16:41}

Chasqueé la lengua, nos teníamos que aliar con la banda de Katharina para poder seguir adelante en esta guerra y recuperar al almirante. A pesar de que el plan parecía bien hilado y con la ventaja de recuperar a Douglas sin tener que recurrir a... quitarlo de la ecuación para que no se volviera un valor en nuestra contra, no podía evitar sentir que había demasiados agujeros.

- Una vez venga comprobad que no nos han dado gato por liebre, Katharina es capaz de cambiar el aspecto de lo que le de la gana, aseguraros de que sea el verdadero. Yo voy a comprobar el estado de la fortaleza y ver que hago con el 12% de un plan que tenemos.

Lo que pude comprobar en el rato que estuve me obligó a volver a llamar a la flota y reescribir las órdenes, la bienvenida no sería cálida, la cantidad de personas inocentes refugiadas dentro eran demasiadas para evacuarlas, pero las suficientes para volver a fortificar esta zona con un poco de ayuda. El comodoro debía de estar hasta las narices de mis cambios de planes, pero ni yo ni ellos teníamos ganas de que la vida de inocentes pesara sobre nuestras conciencias, además estábamos en guerra si no lo estaba ya debería acostumbrarse a los constantes cambios. Justo cuando estaba en medio de la llamada pude ver desde los muros de la fortaleza aquella melena tan familiar, acompañada de quien parecía ser el almirante. Sin colgar la llamada informé de que habíamos logrado recuperar a Kurookami y que este estaría en la fortaleza tomada.

Dejé unos cuantos hombres al cargo de volver a organizar las defensas y preparar la llegada de los barcos, les di órdenes de tratar de encontrar cualquier tipo de trampa que pudieran haber puesto los hombres pez por si acaso, así como buscar si había algún especialista entre los soldados que pudiera comprobar que los agujeros hechos no comprometían la integridad de la estructura. Tras eso caminé rumbo al encuentro de mis compañeros, Katharina y el almirante. No dije ni una palabra al llegar, manteniéndome todo el rato en guardia por si intentaban algo, dirigiendo una única y fulminante mirada a aquella mujer y acercándome a Douglas. Su silueta coincidía con la marca térmica, no habían tomado a otra persona y la habían cubierto de un espejismo, todo indicaba a que se trataba de la persona correcta.

- Deja la comida ahí Jack, ahora me encargo de ella. Hay más personas en el interior de la fortaleza, mira a ver si quieren un poco. Pero antes... - Alcé mi mano y la hoja de mi arma se elevó sobre la cabeza de Douglass, reflejando sus rojizos brillos sobre le maltrecho cuerpo del almirante. Tan débil, tan indefenso, era mi oportunidad de matarlo aquí y evitarnos problemas, mandar un mensaje firme a ese grupo de piratas, de decirles que no pueden esperar negociar con nosotros.

Mi arma descendió a la velocidad del relámpago, descargando un poderoso tajo cuya fuerza levantó una fuerte corriente de viento, arena y polvo. Había tratado de cortar la cadena que lo unía a su captora, simbolizando el fin de su cautiverio en sus manos.

- Nosotros nos encargamos a partir de aquí. Katharina. - Traté de remarcar su nombre con una fría familiaridad, con un tono sin honoríficos ni preferencias. Esperaba que no tuviera ningún problema.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 19:19}

A pesar de que su haki le dijo que el corte no iba dirigido a nadie, no pudo evitar sentir un escalofrío cuando Arthur, o Smileyman, movió su glaive y reventó la cadena. Su presencia seguía desprendiendo una violencia que le había hecho difícil mantener el tipo. Espera, ¿por qué sentía calor en...? Ah, parecía que el Almirante no era el único que tenía figuras de admiración en el bando contrario. Era Smileyman, ¿qué iba a hacerle? Dejo caer la cadena partida y se cruzó de brazos, poniendo su mejor mirada fría y condescendiente, digna de la propia bruja.

- Arthur - replicó, con un tono similar al suyo.

Se apartó de él y se acercó a Al, tendiéndole la carta. Casi le hubiese gustado quedarse a ver qué cara ponía, pero tenía deberes en otros sitios y no se encontraba de humor. Había sido un pequeño sobresalto y alegría volver a ver a Smileyman, pero eso era todo. Seguía teniendo otras cosas en qué pensar. Xandra tenía razón en parte, pero eso no impedía que siguiese preocupándose por Brianna. Y aunque Brianna fuese hábil, ¿qué había de Iliana? Se dio media vuelta y se dispuso a irse.

- Nosotros hemos cumplido. Espero que sea recíproco, marines - dijo como despedida.

Se alejó de ellos a paso rápido y esperó a estar fuera de su vista antes de hacer otras acciones. Una vez estuvo lo bastante lejos se ocultó en una sombra y volvió a su aspecto original. Entonces sacó el den den mushi, pues le tocaba una ronda de conversaciones antes de poder seguir moviéndose. Primero llamó a Katharina.

- Está hecho. Podemos pasar a la siguiente fase. ¿Sabes dónde están Inosuke y Kaya? Iré con ellos, no me gusta la idea de que estén paseándose solos por Wano en mitad de una guerra.

Su capitana tampoco sabía dónde estaban, solo que seguían en Kuri. Pero tenía el número del den den mushi que Kaya se había llevado. Ivan suspiró y dijo:

- Me las apañaré con eso. Dime dónde estás e iremos a buscarte.

Una vez tuvo la respuesta, colgó y llamó a Berthil. Debía informarle del asunto:

- Berthil, soy Ivan. Está hecho, la Marina ha aceptado la tregua y ayudar a derrotar a la Estrella y sus aliados.

Esperó a su respuesta, aunque no esperaba que le dijera gran cosa. De momento llamaba para informar. Una vez terminase con él, tocaría la tercera llamada, Kaya.

- Kaya, soy Ivan. ¿Dónde estáis? Voy a ir a buscaros.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Sáb 31 Oct 2020 - 20:26}

Cómo odio a este tipo. No puedo pensar en otra cosa cuando lo veo alejarse volando haciendo caso omiso de mis palabras. Se arrepentirá, ya lo creo que sí. Puede que sea más fuerte que yo, pero haré que reciba su justo castigo. Algún día. Primero, a sobrevivir en Wano.

Ahora que el Yonko ya no está, el asunto del Inosuke negro ocupa el primer lugar en el ranking de asuntos de los que ocuparse. Aunque lo cierto es que cada vez me preocupa menos. Es decir, ya está totalmente cubierto por esa cosa y parece estar perfectamente. A lo mejor se le va con el tiempo. O quizás incluso se quite con agua. Si fuésemos sobrados usaría la de las cantimploras para probar esa hipótesis, pero no quiero quedarme varada por Kuri con escasez de agua. Ya lo lanzaré a un arroyo o algo cuando demos con uno.

-Supongo que tendremos que ir a buscar a Kath y decirle que hemos espantado a Kenshin. Inosuke, recuerda no decirle nada sobre a última mentira que he contado, ¿eh? -Si no aviso al salvaje es capaz de contarle la verdad a la bruja y hacer que nos mate-. Pienso vengarme de ese garrulo sin camiseta, ya lo verás.

Cuando ya estoy calculando la dirección aproximada en la que tendremos que andar para encontrarnos con Kath y Xandra, el Den Den Mushi suena. Saco el caracol, que está en mi bolsa comiéndose uno de mis sandwiches, y compruebo divertida la forma que tiene de imitar la cara de Ivan. Markov viene a recogernos. Yupi. Por fin sabremos lo que ha estado haciendo desde que se escaqueó de la expedición de Blackhole. Tal vez sepa tenga algo de información jugosa que compartir. Y sino, por lo menos nos ahorraremos una pesada caminata. Bendito sea ese come-arterias volador.

Le doy unas indicaciones lo más precisas que puedo para que llegue hasta aquí. No le será muy difícil encontrarnos desde el aire, y menos si usa su haki. Solo espero que no nos haga volar sobre una nube de murciélagos o sangre coagulada. A veces su sentido del drama puede ser un poco asqueroso.

Supongo que algo tendré que hacer mientras esperamos, así que me acerco a los aldeanos, la gran y poderosa milicia del Descamisetado.

-Así que... Kenshin, ¿eh? -Esta vez no les ayudo en nada. Estoy cansada, y tampoco es que sea una maldita organización benéfica-. ¿Qué os ha hecho exactamente? ¿Ha metido el sol en un tarro? -añado burlona. Vale, vale, igual no debería reírme de esta gente, pero es que esperar me consume los nervios. Además, se me hace raro ir por ahí sin parche.

A ver si llega pronto Ivan, que de él sí puedo reírme.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Dom 1 Nov 2020 - 1:21}

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  • Se moderará lunes y jueves entre las 22:00 y las 23:59.
  • No se puede postear los lunes o jueves antes de la moderación.
  • Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
  • Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
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  • Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
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Moderación

El tiempo va pasando a medida que la batalla se recrudece. El tronar de los cañones se extiende por todo Wano mientras el crepitar de las llamas de Kuri suena como un lamento lejano allá donde uno pueda escuchar, triste y quedo. Bajo el agua, y cerca de los ríos, llegan los profundos cantos de los reyes marinos que parecen llorar. En cada rincón del archipiélago se oye, a lo lejos, el sonido de la guerra y los estertores de muerte. En el mar ruge la pólvora mientras se astilla la madera, estalla el mar e hierven las costas a medida que la Luna va, poco a poco, acercándose a su apogeo.

El brillo cegador del cometa dorado desaparece por un instante, y toda la tierra se oscurece de pronto cuando el sol parece apagarse por un momento. Y entonces, llega el silencio.

Los reyes marinos han detenido su llanto, y parece que durante unos instantes ni siquiera el fuego chasquea, y un viento gélido se levanta desde el oeste, moviendo las nubes de humo negro hasta el extremo oriental de Wano, dejando las islas en completa y total oscuridad mientras la ceniza comienza a extenderse por todas partes, ennegreciendo con su mácula hasta las más impolutas construcciones. Pero no se escucha nada. El viento puede sentirse, pero es como si las hojas de los árboles no sisearan por él, como si el susurro de la vida se hubiese apagado por unos instantes.

No hay sonido de pisadas en la hierba, ni de barcos cortando las olas. En las bocas de los cañones no queda más que una balada silenciosa de humo y olor a pólvora, y en el cielo ni siquiera los pájaros ahogándose en ceniza emiten un lamento lejano. Y entonces, de pronto, el cometa comienza a brillar con luz propia. Es mortecina y débil, pero permite ver… Y aúllan las bestias.

El silencio poco a poco va dando paso a débiles sonidos, todos ellos tenues y apagados, como una marcha lenta y angustiosa. Se escuchan gritos de forma generalizada, el fuego vuelve a brillar con menos fuerza de la que podría, emitiendo una luz más verde que anaranjada. No parece un eclipse normal, y el batir de la tierra silente bajo vuestros pies empieza a ser incómodo. Algo acompaña a la guerra, algo que nadie quería despertar… Pero ha despertado.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Dom 1 Nov 2020 - 12:18}

Pronto el rastro de pisadas comenzó a acompañarse de otro mucho más preocupante formado por gotas de sangre que, como rojas señales de alarma, mostraban el camino a seguir. El samurái, con el corazón encogido pensando en lo que podría encontrarse de conseguir alcanzar a quienes perseguía, continuó sin detenerse un solo instante. Tanto en su semblante como en los de sus dos amigos podía verse la profunda preocupación que sentían.

Así, cuando lograron llegar hasta la posición de quienes perseguían, el panorama que se encontraron fue, pese a que se habían preparado mentalmente para algo así durante el camino, desolador. Su querido maestro yacía en el suelo, aún vivo pero gravemente herido, rodeado por los cadáveres de dos gyojin. Un tercero, probablemente el que había logrado derrotar al maestro, se acercaba hacia su madre y su hermana, quienes erguidas en posición desafiante y fundidas en un fuerte abrazo, parecían esperar que el fin les llegase con honor.

En ese instante todo sonido se detuvo, y una extraña oscuridad se adueñó del ambiente. De repente el cometa que desde hacía meses surcaba los cielos comenzó a brillar con luz propia, dando a la isla un aspecto macabro y mortecino. No parecía algo natural, ni mucho menos, pero... ¿qué o quién podría estar provocando algo así?

Lo que sucedió a continuación dejó al joven de piedra. Los dos hombres pez derrotados por su maestro volvieron a la vida, levantándose con unos movimientos que no parecían ser naturales y que resultaban considerablemente más torpes de lo esperable. No sabía cómo, pero algo o alguien había devuelto la vida, si es que se podía llamar así a eso, a sus cadáveres.

Los dos muertos vivientes se lanzaron sobre ellos con el rostro desencajado, movidos aparentemente tan solo por el impulso del cazador que busca acabar con su presa para alimentarse. El semigyojin aguardó hasta el último momento, manteniéndose firme en su posición para, cuando ya prácticamente tuviera a los dos encima, agacharse al tiempo que se desplazaba hacia delante, haciendo un medio giro en el proceso. Trataría de contraatacar con su espada, buscando separar las piernas de uno de ellos de su tronco.

Acto seguido, consciente de que su madre y su hermana le necesitaban y de que aquellos cadáveres probablemente no fueran rivales ni de lejos tan poderosos como el gyojin que las amenazaba, decidió que lo más conveniente era crear su clon de agua. De este modo tanto aquella copia de sí mismo como sus dos amigos podrían enfrentar en superioridad numérica a los muertos vivientes, y él podría dedicarse a medirse en combate singular al enorme hombre pez que había vencido a su maestro.

- Déjalas en paz. - Ordenó al gyojin con tono amenazador. - No voy a permitir que les toques un solo pelo.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Dom 1 Nov 2020 - 14:54}

Las locuras de Kaya se iban apoderando de su enfermiza mente. ¿Ahora Katharina estaba enamorada de Zane? Parecía algo surrealista. Aunque si lo pensaba bien, tampoco era imposible. Entre mujeres se contaban mucho cotilleos, y tal vez en las "noches de chicas" que hacían Xandra, Katharina y Kaya se contaran esas cosas. Es más, aquello daba lugar a un mundo de posibilidades en el que incluso la misma Kaya podría estar enamorada de mí y saberlo toda la tripulación menos yo. El solo pensarlo me daba escalofríos, pero eso podría explicar su actitud ininteligible cuando estaba a mi lado, como llevaba sucediendo desde que nos separamos del grupo. Maldición, solo a mí me ocurrían estas desgracias.

Me alejé de la zona de conflicto y dejé a Kaya con sus dotes diplomáticas, aunque a juzgar por lo rápido que se marchó Zane, me pareció que no habían salido las cosas bien. ¿Habría rechazado a Katharina? Pobrecita. Le llevaría una anguila aún mayor que la que me había traído Cazapeces para mi ritual.

Bien, tú dejar ahí —indiqué al pterodáctil mientras señalaba una zona llana entre la hierba—. No, más a derecha. Ahora más a izquierda. Eso, bien, ahí ser perfecto.

Ya tenía el sacrificio. Por esta vez había optado por una versión reducida del ritual chamánico. No quería provocar la ira de los dioses al no complacerlos por completo, pero debía correr el riesgo si quería continuar con mi misión y ayudar a mi capitana. Esperaba que los dioses lo comprendieran y fueran piadosos. Ellos nunca me habían fallado.

Encendí dos ramitas de madera, la cuáles prendieron con facilidad. Las llamas en sus extremos parecían pequeñas, pero enseguida alcanzaron un tamaño más que adecuado. Cuando estuvieron listas, comencé con el ritual.

El baile empezó, y mi cuerpo se movió casi empujado por una fuerza divina. Las ramas en mis manos parecían dos abanicos de fuego, y bailé alrededor del sacrificio entonando todos los cánticos religiosos que conocía en mi lengua natal. «Oh dioses de mí, yo pedir clemencia para siervo de vosotros Inosuke. Librar a mí del maldición, librar a mí que haber sido fiel creyente. Por gloria y gracia de vosotros los Ocho Salvajes» pedía en silencio a los dioses.

Y casi como una respuesta, todo se oscureció, dando lugar a un vórtice de luz negra que no parecía tener fin. Siento como si la piel de mi cuerpo se desprendiera, pero sin dolor alguno, y lo más hondo de mi ser comprendo que es la respuesta de los dioses. Ellos, grandes y todopoderosos, habían conseguido hacer lo que yo hasta ahora no había logrado. Cuando volvió la luz, aunque mucho más débil que hacía un instante, observé como mi cuerpo había recuperado su color natural, dando gracias a los altísimos, pero para mi desconcierto no todo había acabado. Enfrente mío se alzaba una silueta que ya había visto antes. Su cuerpo era tan oscuro como lo había sido el mío segundos atrás, y el brillo carmesí de sus ojos penetraba mi mente provocando sentimientos encontrados. Su grito resultaba desagradable y perturbador, y se lanzó hacia mí sujetando a la anguila gigante que había atrapado Cazapeces.

«Dioses, ¿ser esto una prueba de valor por recurrir a vosotros? —Todo milagro tenía sus consecuencias. Si quería librarse de la maldición negra, debía enfrentarse a ella en un combate limpio, y los dioses le habían dado la oportunidad—. Pues así ser. Gracias por brindar a mí tal oportunidad. Yo estar agradecido por eternidad.»

En cuanto la maldición se abalanzó sobre mí con todo su poderío, lancé contra él las ramas ardientes que seguía teniendo en mis manos y, desenvainando a Kibatora y Hebikiba arremetí también contra aquella mancha negra que me había arrebatado la forma. Alzando mis dos espadas, busqué atravesarlo con ellas con un ataque frontal, como si fuéramos auténticos jabalíes enzarzados en un combate de colosales dimensiones para poseer el título de macho alfa. Pero todo iba más allá, se trataba de un combate en el que no solo me jugaba la vida, sino mi propia alma. Por mí, por mis compañeros y por los mismísimos dioses, debía alzarme como el ganador de la contienda. La derrota no era una opción.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Mar 3 Nov 2020 - 23:43}

Miré al cielo con expresión seria, el ceño fruncido y los labios tensos en un morro achatado, con una expresión ante el fenómeno de elementos, naturales o no, que se estaba desplegando ante nosotros y que cualquiera que me conociese mínimamente podría traducir como "Oh, joder ¿Y ahora qué?"... Esa expresión de silencioso hastío que suelo poner cuando las cosas parecen ir bien, parecen, pero siempre se tuercen. Y cuando piensas que lo has controlado absolutamente todo y has dejado impresa en las mentes de todos tus subordinados y compañeros la inconfundible marca de una sana dosis de paranoia, el mudo parece responderte con un "Pues te jodes" en toda la cara, abrir el cajón de la mierda sobrenatural y los sucesos inexplicables que solamente logran protagonizar los artículos que comienzan con "Esto es una historia real". Ya me estoy hartando de esta mierda.

Respiré profundamente y procuré ignorar el preocupante hecho de que un cometa estuviera emitiendo la suficiente luz como para iluminar más que el sol. Me volví a mis compañeros y pude ver la expresión del almirante Douglas. Los síntomas estaban claros, y tras saber por lo que había pasado era más que normal. Levanté la mano que en un principio pareció que estaba llamando la atención de todo el mundo, hasta que la palma se extendió y la mano descendió con disciplinaria fuerza. La soberana bofetada que descargué sobre la cara del almirante rompió el sobrenatural silencio que nos rodeaba con un sonido seco y potente.

- ¡¿Pero quieres mantener la compostura?! - Grité ante su cara. - Eres el almirante Kurookami por el amor de... ¿Qué crees que pasará si te ven así? - Le señalé las caras de los hombres que quedaban y que estaban afanándose por organizarse. - No creo que tu orgullo te permita seguir siendo almirante una vez volvamos. - Comenté con una voz más baja mientras le ayudaba a levantarse. - Pero tu decides cómo quieres que te recuerden, si como el almirante al que los Sinners rompieron... o el almirante que regresó de sus captores y lideró a sus hombres en la guerra de Wano. - Le di una palmada en la espalda para que avanzara con nuestros hombres. - Y ahora come y recupera fuerzas, nosotros nos encargamos de los chuchos. - Terminé ofreciéndole el sushi que había preparado Jack antes de lanzarme contra esas bestias.

Traté de parar a aquella bestia con la hoja de mi arma, ya fuera su boca o sus garras, ejercería la fuerza suficiente como para impedir que siguiera avanzando y nos arrollasen. Si había logrado recuperar la compostura del almirante podía confiar en que se encargase de dar las órdenes para que nos apoyasen. Agarré el poco calor que me quedaba y lo concentré en la hoja de mi arma, el filo solar brilló con un fulgor como el del propio astro rey entre las tinieblas. Se hubiera apartado la bestia o no lanzaría un tajo hacia ella y empujaría par apartarla, de todas formas no me alejaría del resto, si su objetivo era Kurookami no podíamos permitirnos el lujo de romper la formación.

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Shinobu Yamamoto
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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 4:09}

El ruido de los pasos entre la oscuridad y la pesada atmósfera no presagian nada bueno. Mi corazón empieza a latir cada vez más deprisa e intento aguzar los sentidos para ver lo que se esconde entre las sombras. Mi sudorosa mano busca a Oni Sakon casi de manera instintiva, es como si mi cuerpo supiera que estoy en peligro. Y no queda duda de ello cuando la luz disipa las tinieblas, dejando ver un medio centenar de figuras enmascaradas que parecen custodiar el sendero. Esas extrañas máscaras… ¿A qué criaturas intentan representar? He visto toda clase de yokais, pero ninguno se parece… Lo único que tengo claro es que no puedo confiar en alguien que lleva túnica y máscara: supersticiones de la guerra.

¿Monsieur… Gausu? ¡Ni siquiera puedo pronunciarlo bien! ¡¿Cómo voy a estar involucrada con un señor así?! Tampoco es la pregunta adecuada para el momento en el que estoy. Tengo miedo, no pretendo negarlo, pero los tiempos de quedarme paralizada como una niña inútil quedaron en el pasado. Las palabras del señor del anillo no suenan las de un hombre, sino más bien las de un demonio. Tengo fe en Izanagi-sama, él es el único que puede complacer los deseos del hombre: el resto sólo son mentiras.

—¡Jamás le daré a Hitomi-chan! —sentencio, reuniendo todo el valor que puedo. Mi mano cada vez se aferra con más fuerza al frío acero de Oni Sakon—. Además, usted está mintiendo: sólo Izanagi-sama puede hacer realidad los sueños de una persona. No entregaré a una niña a cambio de respuestas. ¡Las buscaré por mi propia cuenta!

Tal vez mis palabras han hecho enfadar al señor puesto que de repente todo se ha tornado tan oscuro que no consigo ver nada. Por instinto, volteo la cabeza hacia la derecha y luego hacia la izquierda, intentando visualizar alguna sombra cerca de mí. Sin embargo, la oscuridad sólo ha durado un instante y algo extraño ha sucedido: ¿En qué momento hemos llegado al bosque? Las figuras de las máscaras nos rodean, formando un círculo que no augura nada positivo. Y nuevamente el señor del anillo comienza a decir cosas raras. ¿La súcubo? ¿Qué es una súcubo? ¿Y por qué no tiene salvación? Ay, este hombre ha perdido la razón.

Un destello de luz me obliga a voltearme y mis ojos observan horrorizados el altar de piedra que ha aparecido… de la nada. Y enseguida unas cadenas salen disparadas, aunque no consigo verlas. Sólo sé que lo han hecho porque he visto el reflejo de la luz en el metal. Con el ceño fruncido vuelvo a voltearme, pero esta vez en busca del señor del anillo: ya no me queda ninguna duda de que es un demonio. No es la primera vez que me enfrento a uno, de eso estoy segura. Preferiría usar esto en otra ocasión, pero por el bien de las tres no dudaré.

Saco una pequeña caña de bambú en la que conservo Agua Sagrada del Templo de Onigashima y, tras destaparla, se la lanzo al señor del anillo mientras convoco el nombre de Izanagi-sama. Esto debe hacerse rápido, así que saco la bolsa de sal gruesa (es la más fuerte de todas) y se la tiro a la cara. Si es un demonio fuerte resistirá las herramientas sagradas de Izanagi-sama, pero quedará debilitado para el momento de enfrentarlo.

—¡Déjanos en paz, demonio! —le ordeno, mirándole completamente determinada—. ¡Vuelve al infierno de donde has salido!

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 4:40}

Por si todo lo que sucedía en Wano no fuera mierda suficiente, ahora la hermana/examante/psicópata de su mejor amigo estaba a punto de ser ejecutada por un antiguo enemigo de la familia. ¡Y la madre de todas las ironías había hablado! Por supuesto, no podía faltar la muy perra. ¿Quién imaginaría que la novia actual del vampiro se empeñaría en una misión con el fin de rescatar a su rival amorosa? Por un lado… Bien, es decir, había muchísimo material para las futuras novelas de «Una historia de verano». Sin embargo, dejando las bromas aparte, cabía la posibilidad de que Ivan perdiera todo cuanto amaba en muy poco tiempo. Se sentía impotente por no poder ayudar, por no poder crear un maldito portal y aparecer en Hallstat para patearle el culo al enemigo de los Markov.

Obviamente nunca había suficiente mierda. ¿Por qué? Bueno, los fantasmas de Shirakawa nuevamente habían ignorado a la bruja, o eso en principio. Quería reducirlos a cenizas y luego dárselas a algún drogadicto de Jaya para que se las fumase, pero por muy enfadada que estuviera (cosa que ya había dejado claro) no podía perder por completo el control. «Tsk, las enseñanzas de la jodida Orden siempre estarán ahí». No obstante, todo enfado se transformó inmediatamente en preocupación cuando el hombre de avanzada edad pronunció esas últimas palabras: «Nunca deben salir». Tenía experiencia suficiente para saber que nada bueno sucedería.

Sólo movió el ojo (porque ahora era tuerta, punto importante) en busca de las lámparas encendidas, frunciendo el ceño ante ese fantasmagórico color verde. Tenía la sensación de que estaba en uno de los rarísimos velos que conectaban ambos mundos: el más allá, donde residían los espíritus en una constante guerra, y el cálido reino de los vivos. Aferró con fuerza su mano en la empuñadura de Fushigiri cuando distinguió a las personas sentadas en los cojines. Todos parecían… nobles. «Todo ente con vida emite una Voz, pero estas personas son más bien como un profundo silencio. Pueden no estar vivas, o tratarse de alguna jodida ilusión», reflexionó sin dejar de prestar atención a lo que ocurría a su alrededor.

«¿Eh? ¿Me han mirado? No sé si sentirme agradecida con ellos por dignarse a prestarme atención o reventarlos por haberme ignorado a propósito todo este tiempo», se dijo a sí misma sin perder los nervios.

—¿Quién querría quedarse en este sitio de mierda? Me he cansado ya, los voy a-

Las palabras de Katharina fueron cortadas por la repentina aparición de Ivan, atravesándole su pecho con Vanator. Por querer aparentar ser una chica dura no esbozó ninguna mueca, pero lo cierto es que la estocada le dolió. Sin embargo, hacía falta un poco de preparación para hacerle caer en una ilusión. Putos fantasmas desactualizados, quizás cuánto tiempo llevaban muertos. No había ninguna manera de que su mejor amigo apareciera allí de la nada: olía tan a mentira como que Alexandra se cambiaba la ropa interior a diario. Pero lo más aberrante de todo fue la presencia de Vanator: la hechicera la había visto romperse en el combate con Kurookami.

—Una bruja de mi nivel no caería en un truco tan mediocre como este —susurró y luego miró hacia el que se suponía que era Ivan—. No sé quién eres, pero te arrepentirás de haber usado la imagen de mi mejor amigo.

«Oh, ahora sigue un nuevo juego de luces… Qué repetitivo», se dijo a sí misma cuando todo se sumió en la más absoluta oscuridad. Ni siquiera ella, con sus sentidos agudizados, podía ver a través de las sombras. Pero de pronto la luz volvió a la estancia y las piratas se hallaban rodeadas de esas asquerosas figuras que se degeneraban conforme se movían. «Afortunadamente tengo la herramienta adecuada para comprobar si efectivamente se trata de una ilusión». Buscó La Ilusión, la daga que le entregó La Mano como recompensa, y entonces la imbuyó de haki para ver de qué iba todo eso.

—No te alejes demasiado, Alexandra. Quién sabe lo que pueden ser estas criaturas…

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 5:52}

Con gusto Galhard saboreó el sushi que le ofreció Jack, incluso aunque fuese consciente de donde venía aquello no habría cbiado el resultado y se relamio mientras lo engullia. Su felicidad pero, no duró mucho, Al le miraba con aquella extraña expresión que solía adoptar cuando tenía algún pensamiento extraño.

—Oi, oi... ¿No estarás imaginando alguna cosa rara? Capaz eres de tirarme tu piercing a la cara como hiciste con el gato, estás con esa misma expresión— la mente de Gal encajó los pensamientos de Al en último momento —O-oye, aquello que ocurrió en aquel bar después de jugar al strip-tute no tiene nada que ver con Kurookami...— El marine habría intentado añadir más justificantes para disuadir de pensamientos profanos a Al pero era como intentar secar el mar con una cubeta.

A lo lejos pudo ver como Douglas era devuelto a ellos, en un estado lamentable, habría ido a recogerle personalmente pero la inquisitiva mirada de Al le mantuvo en el sitio, era el último clavo que su superior necesitaba para hilar su pensamiento mal encaminado.

Mientras mantuvo la compostura no pudo evitar mirar con asombro lo que en el cielo acontecía. ¿Tanto era pedir una pequeña victoria? Parecía que el mundo se estaba acabando y aquel horror en el cielo hacia palidecer lo acontecido en la aguja en los ojos de Galhard.

Cuando parecía que al menos podían asegurar a Douglas cuatro canes hicieron presencia, cogiendo de imprevisto al pobre Galhard que sólo pudo desenfundar su sable, posicionándose por delante de los hombres que trasladaban a Douglas y sin poderse cubrir la cara.

Defendería la posición como pudiese, pues él era alérgico al pelaje de perros y gatos, esperaba que aquellas bestias fuesen hipoalergénicas y mientras que sus tres guardaespaldas se unieron a su posición miró al frente.

—A todos nuestros efectivos en pie ¡Mantened la posición y proteged al almirante Kurookami!— Tomó una gran calada de aire temiendo que sería el último respiro sin alergia que tendría en todo el encuentro y añadió. —Las bestias tratarán de sortear nos, avanzando en círculos cuál depredadores en pos de sus víctimas, no dejéis que se muevan libremente y forzarles a romper su formación de caza... Mantened la compostura y apuntar a los oídos y hocicos de esas bestias, no les daremos muerte con nuestros proyectiles así que démosle donde más duele y donde más podemos desorientarles—
Gal mantuvo su posición, debía servir de barrera para que aquellos canes no se avalanzasen contra kurookami, no podría hacer fuego de cobertura ya que sería una invitación a que le atacasen cuando muy seguramente esquivas en su ataque, debía hacerse fuerte en la posición.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 11:03}

Rodó los ojos cuando empezaron a hablar de yokais. Genial, un par de fumados. Bueno, al menos ya no ignoraban a Katharina, eso era bueno, ¿no? El problema eran los seres extraños que habían aparecido, inicialmente con aspecto de nobles pero como si estuvieran fuera de sí y, además, estaban degenerando a una velocidad que... lejos de darle miedo, estaba resultándole fascinante. Estaba preguntándose si podría aplicar esa degeneración o si podría invertir esa función biológica para conseguir regeneración.

¿Las bestias no son bien recibidas? —preguntó antes de soltar un par de carcajadas. Alexandra se quitó la máscara, dejando ver su rostro rosado y sus facciones, que estaban entre ferales y demoníacas; dejó ver sus ojos negros y rojos, sus orejas puntiagudas. Al mismo tiempo dejó salir su cola por uno de los pliegues del kimono y dio un azote en el suelo con ésta. Katharina había sido capaz de mantener a Alexandra bajo control porque de momento no había encontrado nada interesante, este... este no era el caso. Tenía unas criaturas extrañas delante y, si no eran una ilusión, sería complicado hacer que se fuera de allí sin usar la fuerza.

¡Yo diría que a mí me habéis recibido bastante bien, si hasta me habéis puesto un comité de bienvenida! —gritó, dejando salir sin querer algunas chispas por su cuerpo de la pura emoción.
No sabía qué iba a hacer Katharina porque no conocía todo su arsenal, pero suponía que querría averiguar si estaban lidiando con algo real o no antes de liarla demasiado.
Lo que yo deseo... no me lo podéis conceder —su sonrisa se ensanchó un poco más—. Pero podéis ayudar dejando que os diseccione —dijo mientras hacía crujir sus manos. Había estado sin trabajar mucho tiempo... sí, había gastado cierto tiempo en coser los kimonos y vestimentas que llevaban puestos Ino y Kaya, pero no había podido poner a punto su propio cuerpo tanto como le hubiera gustado. Esos bicharracos, si eran reales, serían un buen calentamiento.

Entonces, Kath, ¿son reales? quiero despedazar algo, y quiero empezar a recolectar genes extraños —preguntó antes de hacer nada. Sus planes a futuro necesitaban muchos genes distintos, y podía empezar a recolectar muestras interesantes en Wano. ¿Muestras pseudofantasmales? Oh sí, eso sería fascinante. ¿Podría llegar a aislar el factor linaje de unas apariciones? ¿podría llegar a aplicarlo? Ardía de emoción.

Yo sé lo que son, Kath. ¡Son mi almuerzo! —exclamó, preparándose para el ataque si eran criaturas de verdad y no solo ilusiones fantasmales.
Si sueltan ectoplasma de ese es mío, me lo pido —dijo, llevándose la mano a la cintura, ¿se había traído la E-Nucleus? no le había prestado atención hasta ahora y necesitaba mucho tiempo de carga... bueno, ya la usaría al salir de aquellas catacumbas o lo que fuera eso, de momento la dejaría cargando más tiempo y recurriría a su propio cuerpo para atacar.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 17:49}

«Todo ha salido a pedir de Zane»

Pensó el pirata, viendo como su plan de escape había sido un retundo éxito. Había sido capaz de dejar atrás a la pesada de la tripulante de Katharina sin necesidad de usar el haki del rey sobre ella y tratar de dejarla dormidita en el suelo. Tras eso, se dispuso a llamar a Therax para ver como se encontraba y si había sido capaz de hablar con el gitano de Berthil, mas cuando descolgó el caracol algo extraño comenzó a suceder: todo se volvió oscuro, impidiendo que pudiera ver mucho más allá de lo que alcanzaba su vista. Era como si la absoluta oscuridad hubiera absorbido la propia isla, impidiendo que sintiera nada de lo que hubiera allí. Llevó su mirada al firmamento y no fue capaz de ver nada, la llevó al suelo y más de lo mismo… Tan solo oscuridad.

—¿Qué demonios está pasando? —se preguntó durante un breve instante, en el que parecía que algo le estuviera robando el oxígeno y le impedía respirar con normalidad.

Trató de usar su mantra para sentir algo, pero no era capaz de hacerlo. No podía notar escuchar ni un alma, ni tan siquiera la presencia más fuerte que pudiera haber en la isla de sus ancestros. Descendió lentamente has pisar tierra, y en ese momento fue capaz de contemplar algo gracias a su vista de pájaro. Era un resplandor muy débil, que parecía apagarse, el cual le enseñaba una masacre digna del mayor de los genocidas. Todo estaba plagado de cuerpos sin vida de samuráis, hombres de Berthil y ciudadanos de Kuri. Tragó saliva, impotente. El cuerpo le temblaba y en su interior comenzaba a surgir una ira que hacía mucho que no sentía. Quería encontrar al culpable de todo aquello, sin embargo, alguien llamó su atención. Se trataba de una persona peinado con una molona cresta de color rojiza, aunque era claramente teñida.

—¿Huir? —preguntó con tono irónico—. Ese no es mi estilo, colega —le respondió.

No era capaz de sentir nada, pero frente a él se encontraba al presunto culpable de aquella matanza. Un bigardo de cuatro metros, vestido con unos pantalones de camuflaje de tonalidades tostadas y una cadena de kairoseki. «Para ser un mineral tan raro cualquiera lo tiene», pensó con desgana el yonkou, llevando la mano a la empuñadura de su espada.

Trató de nuevo de sentir el nivel de poder de aquel hombre, mas seguía sin poder sentir nada de nada. Aquello era extraño, no obstante, también le era familiar. No era la primera vez que se enfrentaba a alguien que no podía sentir, aunque también cabía la posibilidad de que hubiera entrado en el efecto de una fruta del diablo, o tal vez estaba siendo la victima de una ilusión muy potente que nublaba sus sentidos.

Fuera lo que fuere, cerró los ojos, respirando hondo y haciendo que su propia voluntad emanara de él y lo sacara de cualquier tipo de alucinación, gracias a su Gi, rectitud. De no serlo, simplemente se alzaría de nuevo en el aire y trataría de lanzarle una senda onda cortante al grandullón, pues si realmente había hecho todo eso no podía dejarlo suelto por la isla.

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Aki D. Arlia
Terror de los siete mares
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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 18:27}

Oh, no. Lysbeth tenía que reconocer algo y es que había subestimado el lío en el que estaban metidas. De repente la oscuridad se había apoderado del mundo y aunque estaba segura de que eso no era directamente culpa de esos hombres, desde luego habían sabido aprovecharla. Lo primero que hizo fue mirar al cielo y la visión del eclipse hizo que algo se removiera dentro de ella. Estaba mal. No sabía cómo, ni por qué, pero no auguraba nada bueno. Sin embargo, no podía preocuparse por eso ahora. Abajo, en la tierra, tenían problemas más acuciantes.

Estaban rodeadas. Un montón de figuras encapuchadas y ataviadas con máscaras les rodearon y el hombre del anillo interpeló a Shinobu como si acabara de descubrir toda su historia. A juzgar por la reacción de la chiquilla, no era así. De repente, la oscuridad las atrapó. No era la penumbra convocada por el eclipse, todo estaba negro. Lys se puso en guardia, activando su haki mantra y agarrando dos de sus cuchillos. En cuanto la luz regresó  comprobó que no estaban en donde se encontraban un momento atrás. Los árboles se alzaban amenazantes a su alrededor, cobijando a todas las personas que formaban un círculo en torno a ellas. Máscaras, antorchas… cultistas, no tenía ninguna duda. Lys se estremeció. No le gustaban los cultistas. No tenía buen recuerdo de ellos y no creía que pudiera llegar a tener ninguno bueno.

Contempló con preocupación cómo Shinobu trataba de enfrentarse al hombre, intentando reprimir una carcajada a medio camino entre la risa y el pánico. ¿Estaba intentando exorcizarlos? La pobre estaba intentando combatir demonios y no tenía ni idea de que llevaba un buen rato viajando con uno. En cuanto lograran salir de allí tendría que sincerarse un poco con ella, aunque solo fuera para dejarle ser consciente de la situación en la que se había metido. Por otro lado, el agua y el sal poco iban a hacer. Necesitaban algo más contundente.

En cuanto las cadenas saltaron a por ella dio una potente patada en el suelo y apretando a Hitomi contra su pecho se elevó en el aire de un poderoso aletazo, tratando de evitarlas alzándose diez metros sobre el suelo. Por si acaso, colocó un muro de energía debajo de ella para que las cadenas que lograran llegar se estrellaran contra ahí y le dedicó una pequeña sonrisa a la aterrorizada niña.

-Ahora vas a hacer una cosa por mi, ¿de acuerdo? Vas a hundir la cara contra mí y no vas a mirar hasta que yo te lo diga. Saldremos de aquí.

No iba a dejar a Shinobu entre esa gente. Se posó en una rama de uno de los árboles del borde del círculo y alargó la mano. Sonrió, apuntando al hombre del anillo.

-Bu.

Su intención era hacer que una columna de fuego surgiera bajo sus pies. Dudaba que le dejase fuera de combate, pero con suerte le daría unos segundos para meterse en el medio del fregado, caminar hasta Shinobu incendiando todo a su paso y agarrarla para montarla en su espalda de nuevo antes de salir volando. Claramente la ruta de tierra no era la más eficaz. Si todo salía bien y lograba ponerlas a ambas a salvo, movería suavemente a Hitomi para asegurarse de que todavía estaba de una pieza.

-Ya está, peque. Ya puedes mirar.
Sasaki
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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 18:27}

Un lapso de tiempo en el que no me enteré de lo que había pasado pasó. El almirante secuestrado ya estaba con nosotros. Y por alguna razón Arthur le dio una bofetada de esas que el sabía dar. Elegante, educativa y moralmente dolorosa. Una buena torta como no había dos iguales. Luego de eso, cogió el sushi que había preparado y le ofreció para que el almirante cogiese fuerzas nuevamente.

De pronto noté como algo miraba en nuestra dirección desde las sombras. Como si esperase algo para darse a conocer. Y cuando sucedió, cuatro perros de un tamaño gigantesco salieron corriendo en nuestra dirección. Evidentemente sin ganas de jugar, más bien de cazar y nosotros éramos las presas. Galhard comenzó a dar ordenes cuando los animales se acercaron y Arthur preparó su arma para detener por lo menos a uno. “Es curioso, uno por cabeza de la brigada en el lugar. Ni que hubiese alguien mirándonos y espiando, ¿eh? Y sí te lo digo a ti.” Dije mirando a un lado en el que no había nadie.

Volví a poner mi atención al frente y en el perro que tenía más en frente mío. Extendí mis manos hacia el animal y salieron un par de gruesas cuerdas de azúcar que parecieron dirigirse a agarrar al animal por las patas, pero aquello no fue con tales intenciones, era simplemente generar material. Cuando lo tuve más cerca manipulé todo el azúcar que tenía a mi alrededor para crear una esfera e intentar encerrar en esta al animal.

El azúcar vendría de todas las direcciones, lo que esperaba que complicase el escape del animal. Y si quedaba dentro de la esfera, sus paredes tendían un metro de profundidad, con la dureza y tenacidad de mayor calidad que podía concederle. Por otra parte, la capa media de la esfera, de unos veinte centímetros de espesor, sería caramelo líquido a máxima temperatura. Activaría el haki de observación y lo centraría en el animal dentro de la esfera para notar su estado.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 18:52}

Ya con el autoestopista a bordo, Maki se sumergió en su lectura, en la conducción y en sus tareas de anfitrión con una moderada afición a hablar. Le preguntó al tipo quién era y qué hacía por allí, procurando no chocarse contra ese árbol tan mal puesto y tan poco visible. El ruido que metía ese gallo era condenadamente continuo y le distraía más que todas las otras cosas a las que estaba prestando atención a la vez.

Antes de que se diera cuenta ya tenía que forzar la vista. La luz empezaba a faltar, como si se estuviera haciendo de noche muy rápido. La luz del sol desapareció prácticamente por completo al poco rato. El cielo estaba cubierto de una capa de negrura inquietante y seguramente maligna. Ni siquiera el cometa del fin del mundo se dejaba ver. Igual eso era bueno. O malo, a saber. Maki solo estaba seguro de que acababa de atropellar algo.

Mandó encender unos faroles y la luz del aceite en llamas le reveló la fea cara de una gallina a todas luces -”Jeje, a todas luces”, pensó Maki- demasiado grande. Por lo que podía ver, los árboles de los alrededores estaban a reventar de pájaros. Todos les miraban con esos ojos negros y bobos, llenos de maldad. Mal momento para llevar el Derian hasta los topes de maíz. Ese maldito descuento le costaría caro al final.

-Vale, chicos, no hagáis ruido ni movimientos bruscos -advirtió en un susurro-. Fingid que sois pollos, eso los confundirá.

Mientras hablaba, echó mano a su bolsa de aperitivos. La tensión le daba hambre. Pero no era tonto. Descartó de inmediato los burritos de pollo y optó por un inofensivo aunque exótico montadito de serpiente.

Entonces las gallinas atacaron.

Todas a la vez se arrojaron contra el casco del barco de tierra, como tratando de volcarlo. Un siniestro coro de graznidos las animaba a asaltarlos sin piedad. Las plumas volaban por doquier mientras los Centellas no dejaban de ir de acá para allá pensando qué hacer. ¿Qué había cabreado tanto a esos bichos? Dio un bocado para ver si eso le aclaraba las ideas.

-Ah, claro, la serpiente sabe como a pollo. Ya lo entiendo.

Pero eso no ayudó. Todo un tropel de gallinas locas empezó a amontonarse para asaltar la cubierta. Maki dejó a su segundo al Aro de Control con instrucciones de arrancar y salir cagando leches y se lanzó a repeler el ataque, pateando pollos como un loco según asomaban la cabeza por encima de la borda.

-¡Lanzadles lo que encontréis! -chilló-. ¡Que no lleguen a la despensa!

Esperaba que los Centellas dieran la talla contra tan formidable adversario. Porque lo que era a él, las aves se le daban fatal.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 19:32}

El semigigante escuchó la intervención de Therax, sin perder las formas en ningún momento pero firme y decidido, dejando claro que ni Zane ni Berthil iban a permitir que el chiringuito que esos piratas se habían montado allí continuara. Asintió con la cabeza, dando a entender que corroboraba por completo las palabras dichas por su compañero, y miró a su alrededor para observar las reacciones de sus interlocutores a ellas.

Entonces uno de ellos comenzó a responder, y las luces se apagaron por completo. La voz del tipo, que poseía un timbre extraño que no parecía el de una persona mentalmente sana, se escuchó mientras disertaba acerca del rencor, los piratas, la libertad... A Marc le daba la sensación de que hablaba metafóricamente de lo que había ocurrido con los piratas que habían asolado la isla y Zane en los meses previos, pero claro, nunca se le había dado bien entender las metáforas, por lo que bien podría estar refiriéndose a cualquier otra cosa. Además, aquella frase del final con esa pregunta y lo de que le daba risa... El cocinero estaba profundamente desconcertado.

A sus palabras les siguió una estridente y aguda carcajada que, por alguna razón, puso al semigigante los pelos de punta. Poco después se encendió una lámpara y pudieron ver bien a quien les hablaba. Iba vestido de una forma cuanto menos curiosa y totalmente de color blanco, y llevaba el rostro maquillado de una forma que le hacía parecer alguna macabra y retorcida clase de payaso. El resto de personas a su alrededor habían desenvainado cuchillos y armas similares que, sin excepción, apuntaban hacia los dos miembros de los Arashi.

El grandullón, pese a su buen talante, era perfectamente consciente de que llegados a ese punto el combate iba a resultar prácticamente inevitable, por lo que se preparó para ello. Dado que la tenue luz de la lámpara era lo único que iluminaba la estancia el suelo con total probabilidad resultaría muy difícil de ver para los piratas que les rodeaban. Por lo tanto el cocinero comenzó a expandir queso por el mismo desde sus pies, haciendo que se extendiera a su alrededor con el objetivo de endurecerlo en torno a sus pies, tobillos y pantorrillas antes de que pudieran darse cuenta e impedirles moverse. Gracias a su capacidad para sentir cuándo algo o alguien entraba en contacto con alguna parte de su queso podría dejar una pequeña área en torno a Therax libre del mismo, de forma que no limitara sus movimientos y su amigo pudiera atacar y defenderse sin dificultad.

En caso de que por un casual aquellos corsarios cambiaran de opinión y se rindieran antes de estar atrapados, el semigigante podría reabsorber el queso como si nada hubiera ocurrido.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 19:33}

El suelo se partió mientras el gigante pétreo golpeaba el suelo como un meteoro caído del cielo. Al  levantar estos, el samurái no estaba debajo, sino en su hombro. Aun herido, pues seguía siendo mortal, levanto su espada, sujetándola con ambas manos. La esencia de su resplandecía con la forma de un gran tigre. Este salió disparado contra el coloso y con potentes garras penetro en parte la piel de roca. Este soltó un lamento, que era más bien el crujido de las rocas tras el impacto, pero la sensación era la misma.

El samurái volvió a ponerse en posición de combate, espeto unas últimas palabras contra el oficial y cargo de nuevo contra él. O al menos eso es lo que quiso hacer. Pues todo el lugar se quedó sin luz, quedando solo la oscuridad y el silencio de la incertidumbre hasta tal punto de no saber hacia dónde se estaba mirando. Cuando la luz volvió, el samurái ya no sostenía la espada con la misma intensidad que la mirada del mismo. Su filo había caído al suelo al igual que sus rodillas y sus ojos estaban impactados. El revolucionario no entendía que ocurría, hasta que vio al guerrero desplomándose y relevando así las numerosas flechas en su espalda.

El oficial fulmino con la mirada a aquellos tiradores traidores por hacer un acto tan cobarde. Se dispuso a cargar con las murallas el mismo y aplastar a aquellos malnacidos, pero algo ocurrió. El cuerpo del coloso se partió por la mitad, dejándolo inmóvil debido a los daños. Delante suyo, un individuo de pelo y ropajes esmeralda, armado con una espada de madera. Antes de que Osuka pudiera asimilar lo que había pasado fue golpeado de nuevo. El oficial salió disparado, cayendo contra el suelo y rodando varios metros.

- Los débiles no tienen cabida en el nuevo shogunato – dijo-.

Osuka intento incorporarse, sangre emanaba de pequeños cortes del aterrizaje. Se limpió con un dedo la que salía de la comisura de los labios, manchándose de un rojo intenso y a su vez la sangre le empezó a hervir.

- Definitivamente voy a destrozarte. –espeto el revolucionario-.

El suelo se volvió arremolinar alrededor de Osu de nuevo, pero ahora era diferente, más agresivo, más caótico. La roca se teñía de rojo y los crujidos sonaban como una bestia henchida de dolor. Con larga melena, imponentes cuernos y grandes brazos acabados en afiladas garras, el ser doblaba la altura de su contrincante.

Rugió al cielo, con la potencia de mil leones y cargo contra el espadachín usando sus brazos como soporte, como si cargase más un gorila que un humano. Cuando estuvo lo suficientemente cerca, apretó el puño y cogió impulso. Del antebrazo surgió pequeñas turbinas que empezaron a acelerar e impulsaron a gran velocidad para potenciar aún más el contundente ataque.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 19:40}

Al activó su Haki de observación para cerciorarse de que se trataba de ella. Efectivamente, era la misma Katharina que en Gray Rock había intentado agenciarse el mérito de entregar a Legan Legim para ganar una segunda oportunidad en la Marina. Parecía haber optado por un camino diferente tras su rechazo, pero le consoló saber que seguía siendo una buena muchacha capaz de arrepentirse de sus crímenes. La carta, directa y sincera, declaraba que no volvería a hacerlo. No era tan optimista como para creer que dejaría de delinquir, pero esperaba que al menos su nuevo máximo pasasen a ser los robos con violencia y abandonase definitivamente los secuestros, las ejecuciones sumarias y los asesinatos a sangre fría. Y de ser una gorda idiota, claro.

- Me alegro de que hayas logrado controlar tus problemas de peso -fue lo que le dijo al verla-. Ya sabes, un cuerpo sano es el primer paso para una moral sana.

No sabía en qué momento Katharina había engordado, claro, pero si todos los analistas e historiadores del Gobierno Mundial habían coincidido en que la pirata tenía o bien un problema de tiroides o un metabolismo extraordinariamente lento que le había ocasionado un aumento de peso, por algo sería. Él había visto los carteles y le seguía pareciendo que estaba buena, aunque no descartaba que hubiese algún que otro retoque encima o que, una vez más, todo aquello fuese un recorte sensacionalista de la prensa liberal. Pero bueno, lo hecho hecho estaba,así que se contentó con saber que todavía era material para la fantasía. Hasta que se volviese a poner como una vaca, al menos.

Arthur tomó la delantera cuando la pirata se alejó con cierta frialdad, cortando las cadenas del almirante y acercándose a él justo en el momento en que un infernal eclipse llegó a oscurecer la totalidad del lugar. Nada raro, un fenómeno astronómico extraordinario al que podrían haber prestado atención de haber llevado el instrumental óptico requerido, pero en lugar de intentar contemplarlo tuvo que centrarse en los cuatro perros gigantes que decidieron aparecer de pronto.

- Se ve que es hora de reaccionar a esto -comentó a Galhard, sacando un billete de mil berries y metiéndolo de un puñetazo en el cuerpo de Jack, sacando a cambio un termo metálico que contenía café aún caliente.

Creó una taza de hielo mientras Arthur levantaba la mano. No, no estaba pidiendo turno para hablar, y cuando dio la bofetada empezó a servir café en ella. Mientras hablaba esperó, perplejo, y parpadeó un par de veces. Dio un largo trago de café y lo expulsó, como si se tratase de un atomizador. El pequeño pelirrojo estaba echándole la bronca a Douglas, y aunque sabía de antemano que aquello iba a pasar la inclemencia del chiquitín seguía sorprendiéndolo. En cualquier caso, tenían algo importante de lo que ocuparse. Ya más tarde podrían hablar largo y tendido sobre si Kurookami debía retirarse o un fallo táctico no debía acabar con su carrera.

Desenvainó la espada. Uno de los animales intentaba llegar hasta el almirante a través de él, y no le apetecía demasiado consentírselo. A ver, que igual el pobre tenía hambre, pero no eran ni las formas ni... Un momento. Esa mierda era enorme. ¿Cómo se supone que debía pararla? Un paso en falso y su espada podía correr muy mal destino, pero igualmente se mantuvo en posición. Imbuyó su arma en Haki de armadura, trató de prever por dónde llegaría el embate y canalizó su voluntad en el contragolpe, trazando un arco perfecto que detuvo en seco al animal.

Su brazo temblequeó ligeramente, pero se mantuvo firme. Tenía que pensar la forma de acabar con él.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 19:42}

Poco debe quedar de Kuri si se ha generado tal cantidad de ceniza como para oscurecer el cielo por completo. De un horizonte a otro no hay rastro de luz, tan solo una monótona y enfermiza cortina de polvo que apesta a incendio y muerte. O quizás sea tan solo mi imaginación.

Me doy la vuelta para no encarar al viento. Escupo la ceniza que se me ha metido en la boca y me restriego la nariz y los ojos intentando aliviar el escozor de la que han recibido. Aún le doy vueltas a lo de la bombilla gigante, pero creo que el hecho de estar prácticamente a oscuras en mitad del final de Wano se ha ganado su justo primer lugar en la lista de problemas prioritarios.

Tardo un poco, pero encuentro a Inosuke entre la ceniza en movimiento. Al principio lo tomo como un efecto de luz, pero no es así. Ha perdido esa extraña tinta negra que lo cubría por completo. ¿Cómo ha pasado eso? Un sonoro gruñido como respuesta. Me giro y me topo con un segundo Ino, bastante más grande, cabreado y negro que el original. De su máscara de cerdo emanan graves ruidos animales. Esa cosa es más jabalí que hombre y más monstruo que jabalí.

-Mierda, Ino, ¿qué has hecho ahora?

Está claro que la aparición monstruosa tiene que ver con esa mancha que se dejó poner tontamente y no ha conseguido quitarse. Vaya engorro. Como sino tuviéramos suficientes. Espero que se ocupe de esto. De momento se ha lanzado a por él como un loco sin pensárselo dos veces. Supongo que no querrá que llegue Ivan y vea que una copia suya le está dando problemas. Esas cosas de hombres...

Algo me golpea en la cara. No he podido ver bien si ha sido un papel, un trozo de tela al viento o cualquier otra cosa -ya poco me extrañaría, visto lo visto-. Trato de apartarlo y es entonces cuando lo distingo. ¡El maldito parche! ¡¿Es una broma?! Ese estúpido genio le puso todo su esfuerzo, está claro. El parche no escupe esta vez, por suerte, sino que ondea y se expande para cubrirme la cara. Esta vez lo haré pedazos. Me llevo las manos a la cara dispuesta a destrozarlo como un papel viejo.

Y lo haré con una gran sonrisa.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 20:09}

Prometeo consiguió evadir la salva de cañonazos, aunque la rápida maniobra lo condujo directo a una nube de humo proveniente de los incontables incendios de Kuri. De un instante a otro, el respirar se había convertido en una tarea molesta, sin embargo, lo peor era el picor de ojos: ya no los podía mantener abiertos. Golpeó el cielo con más fuerza y aceleró para salir de la cortina de ceniza, pero esta no parecía tener fin, así que en un intento poco menos desesperado buscó un aterrizaje forzado.

El impacto le hizo soltar un alarido. Por mucho que confiara en las capacidades curativas de su fruta del diablo, estas no le volvían inmune al dolor. El revolucionario sacudió la cabeza, todavía desorientado. Se sentía mojado y confuso, pero poco a poco el panorama comenzó a esclarecerse. Frunció el ceño al darse cuenta de que estaba en un campo de arroz. «¿Cuánto habré afectado el bienestar de las personas con este aterrizaje?», se preguntó, sintiendo la culpa fluir por sus venas. Quizás no era el momento para hacerse tales preguntas, en cualquier caso, pues el paisaje distaba mucho de uno normal. Los innumerables espantapájaros lo volvían terrorífico, y la sinfonía susurrante, como un canto macabro entre las sombras, no ayudaba en lo absoluto.

Antes de volver a su forma humana, Prometeo concentró la fuerza de las Llamas de la Inmortalidad en su ala herida. Pronto el dolor desaparecería. Una vez se hubiera sanado, regresaría a ser el muchacho de más de dos metros de alto.

—¡Isamaru! ¡Konda! ¡¿Están bien?! —les preguntó a lo lejos cuando por fin los encontró. Parecían distraídos, casi atraídos por… ¿Qué era ese canto? No, más bien parecía ser una clase de poema horrorosa.

El espíritu del revolucionario aceptó la invitación de la voz e inconscientemente comenzó a caminar hacia ella, hacia el espantapájaros. «¿Qué estoy haciendo?», se preguntó sin poder dejar de avanzar. «¿He perdido el control de mi cuerpo?». Sus ojos se percataron de las diminutas pozas de luz azul que dejaban los pasos de los samuráis. «Esto… ¡Esto es peligroso!». Una expresión mezcla de pánico y horror se dibujó en su cara, ordenándole a su cuerpo una y otra vez que dejara de moverse. «Esa cosa… ¡¿Esa cosa acaba de abrir los ojos?!». Tanto el revolucionario como los samuráis estaban sumidos en un completo trance, muy seguramente motivado por la voz que cantaba el tétrico poema.

Sin embargo, el fénix no volvería a dejar que un compañero cayera estando él para evitarlo. Había aprendido ya lo doloroso que era dejar a un amigo atrás, haría hasta lo imposible para que no hubiera más casos como el de Katsu. Teniendo en mente la promesa que se hizo a sí mismo, se aunó de valor y rugió como una bestia en un intento de zafarse de la maldición del espantapájaros. De conseguirlo, se transformaría en un híbrido entre fénix y hombre para echar a correr con la intención de interponerse en el avance de los samuráis. Y una vez lo hiciera, vería una figura tan alta como él mismo, pero muchísimo más imponente. El rostro pálido y la aterradora armadura que llevaba daban más miedo que el propio espantapájaros. Prometeo había visto a ese hombre en los periódicos: Ivan Markov, uno de los piratas más poderosos del mundo. Si no hubiera ofrecido su ayuda, seguramente habría tomado a los samuráis para huir inmediatamente de ese lugar. Sin tiempo a reaccionar, tal vez por la adrenalina del vuelo o del momento, se voltearía hacia Isamaru y Konda.

—Usted es ese famoso pirata: Ivan Markov, ¿no? —confirmaría primero, mirándole a los ojos. No era como ninguna de los humanos que había conocido hasta ahora, guardaba algo… oscuro. Sin embargo, Prometeo no era la clase de persona que juzgaba a los demás—. Si tuviera un arma se la entregaría, pero peleo con los puños. —Se voltearía hacia sus compañeros—. ¡Isamaru! ¡Konda! Debemos encontrar a Hitomi-sama, ella sigue en peligro y no podemos perder tiempo aquí. Aceptemos la ayuda de este señor.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {Miér 4 Nov 2020 - 20:54}

¿Un eclipse? ¿Justo ahora? Un cometa en el cielo, un eclipse, piratas del pasado con nombres relacionados con la astronomía... alguien con un macabro gusto había planeado todo aquello. Y seguramente que el plan de la Estrella y de la banda de Kepler ser desarrollase exactamente cuando sucedían esos eventos no era coincidencia. Formaban parte de su plan de alguna manera que aún no atisbaba a discernir. Entonces la oscuridad de volvió muy más profunda y pesada de lo que debía. Sobrenatural, incluso. Se le pegaba como ceniza y le impedía ver nada en absoluto. Con la artillería disparando ciegamente de fondo, y ya solo por el hecho de que no veía tres en un burro, seguir en el cielo era muy peligroso. Comenzó a descender planeando en círculos, con cuidado, empleando su aguzado oído de murciélago para detectar obstáculos y buscar el mejor lugar para posarse. Entonces, como si hubiese salido de una masa de agua, notó el aire fresco en su rostro y volvió a ver.

Confuso al comienzo, dio un par de vueltas sobre el arrozal, observando la situación. Dos hombres con aspecto de lugareños, probablemente samuráis por sus ropas y armas, observaban un espantapájaros siniestro con aire ausente, mientras un tercero intentaba comunicarse con ellos, un hombre que parecía extranjero, alto y albino como él. Era un tipo raro: sus ropas no parecían absoluto las de un luchador o alguien que fuese a la guerra. Parecía más alguien de vacaciones. Si hacía caso a la correlación poder-excentricidad, aquel tipo debía ser increíble. Entonces lo escuchó: la canción del espantapájaros. Cargada de desidia, calma y ensoñación. Le susurró al oído que todo estaba bien, que no tenía que seguir luchando. Que simplemente se acercase y descansara. En otra persona hubiera funcionado... pero más sabe el diablo por viejo que por diablo. No iban a pillarle usando sus propios trucos contra él.

- Mala idea elegirme a mí...

Entonces se dio cuenta de que no era el objetivo primario, o eso supuso. Los dos samuráis caminaban hacia el espantapájaros, dejando una estela azul en sus pisadas: fuego. Un escalofrío recorrió la espalda del murciélago. ¿A qué se estaba enfrentando? Usó su olfato y su oído: percibía un leve olor a hombre, o al menos a una criatura viva, en el espantapájaro. Sin embargo no oía corazón alguno ni tampoco percibía Voz en él. Aquel ser no estaba vivo en el sentido estricto del término. Era alguna clase de engendro, un truco de algún cazador o un constructo. Podría simplemente haber dejado a los samuráis acercarse a su funesto destino, pero entonces vio al albino transformarse e intentar ir a hacerles reaccionar. Un usuario de akuma... de alguna clase de zoan modelo Tori. ¿Fuego azul? Su mente hizo conexión y entendió lo que era. Ahora sí que tenía interés.

Giró un ala para hacer un quiebro brusco, situarse y lanzarse hacia los samuráis, convirtiéndose en vampiro en pleno vuelo y aterrizando frente a ellos. Su impacto contra el suelo salpicó agua del arrozal en todas direcciones y, esperaba, despejando a los ronins. El vampiro se irguió alto como era, mirando fijamente al hombre fénix. Se dio cuenta entonces de que el extraño era de una altura similar a la suya.

- Dame un arma. Estáis en peligro y he perdido mi espada. Si me dais una, eliminaré la amenaza.

La reacción del tipo no fue... bueno, no fue la que esperaba, pero muy agradable. ¡Por fin alguien reconocía quién era! ¡Eso merecía una celebración! Sin embargo no tenía armas que darle, así que dependería de los samuráis. El tipo intentó hablar a sus hipnotizados compañeros, pero no creía que eso fuese a funcionar sin más. Empleando su Unterweltausbruch, le dio una bofetada lo más suave que pudo a cada uno para hacerlos espabilar. Es decir, lo más suave que pudo teniendo en cuenta que estaba usando haki. Si hubiese usado su haoshoku sin más probablemente solo los desmayaría, pero usando aquella técnica esperaba que su interferencia los despertase de la hipnosis.

- Voy a asumir que aceptas pues mis condiciones, así que despertaré a tus amigos - dijo al albino mientras daba las bofetadas. A continuación miró al samurái de la katana - Acabo de salvaros la vida. Estáis en una... ¿deuda de honor lo llamáis aquí? Dame tu espada y terminaré con el enemigo.

Si no se despejaban ni con esas... simplemente suspiraría y tomaría él mismo el arma del samurái para enfrentarse al espantapájaros. Ya si eso que luego su camarada albino se lo explicase. Si conseguía la espada por las buenas o por las malas, se aproximaría a la amenaza en una pose defensiva. Volver a sentir el peso de un acero en las manos sentaba muy bien.

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[CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] - Página 9 Empty Re: [CAPÍTULO] Un brillo cegador [Wano] {}

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