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Habían conseguido alejarse de aquel lugar, pero la canción de Crock había avisado a todos los gyojin de la zona. Los muros que crearon cayeron al suelo y los gyojin se acercaban. Parecían más fuerte de lo normal por lo que lo mejor no era luchar. Madara se transformó en un dragón enorme, lanzando un cañonazo de ácido a los Gyojin, mientras, Crock creaba una gran unidad de pinchos de Osmio que lanzó sin pensarlo hacia ellos, aquello debía retrasar a los hombres peces.
- ¡Tomad!
La bronca a Crock había sido enorme, y con razón. ¿Que loco se pondría a tocar y cantar en mitad de una pelea? Solo un borracho como él... Se agarró de las patas de Madara y se creó una silla de osmio en ellas, para así estar cómodo y no marearse. Todos sabemos que ocurre cuando alguien borracho se marea, y es que acaba vomitando y, ante todo, Crock debía evitar eso. Estaba cómodo mientras su líder hacía el trabajo, seguramente cuando llegasen, entre todos le acabarían golpeando por hacer tal estupidez, pero él no pensaba en nada más que en llegar a un bar y tomar unas copas. Tenía ganas de ponerse a tocar la guitarra de nuevo, aunque no era la ocasión indicada...
- ¡Tomad!
La bronca a Crock había sido enorme, y con razón. ¿Que loco se pondría a tocar y cantar en mitad de una pelea? Solo un borracho como él... Se agarró de las patas de Madara y se creó una silla de osmio en ellas, para así estar cómodo y no marearse. Todos sabemos que ocurre cuando alguien borracho se marea, y es que acaba vomitando y, ante todo, Crock debía evitar eso. Estaba cómodo mientras su líder hacía el trabajo, seguramente cuando llegasen, entre todos le acabarían golpeando por hacer tal estupidez, pero él no pensaba en nada más que en llegar a un bar y tomar unas copas. Tenía ganas de ponerse a tocar la guitarra de nuevo, aunque no era la ocasión indicada...
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Todos los gyojin habían llegado al puerto, los Trilobites habían tomado gran parte de aquella zona y los ataques entre humanos y gyojin, no cesaban. Una enorme máquina robótica de guerra estaba luchando a lo lejos, con sus cañones increíbles. Mientras Kamemaru observaba aquella máquina, fascinado, una lluvia de flechas se acercaba a su posición. Estaba a punto de ser atravesado sin darse cuenta, pero entonces Cánabar utilizó su haki para protegerlos a todos de las flechas y después, salir corriendo al agua, para atacar a una ballena gigante. Empezaron a correr todos hacia los elevadores por obligación, ya que Kaiser, el líder, ordenó que todos corriesen hacia allí.
Kamemaru agarró su bastón y empezó a golpear a todo humano mediocre que se le cruzaba en medio, mientras corrían hacia los elevadores. No tardarían mucho en llegar y en poner uno de ellos en marcha, para salir de aquel lugar plagado de la escoria humana.
Kamemaru agarró su bastón y empezó a golpear a todo humano mediocre que se le cruzaba en medio, mientras corrían hacia los elevadores. No tardarían mucho en llegar y en poner uno de ellos en marcha, para salir de aquel lugar plagado de la escoria humana.
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¡Dios mío, enorme disparo! Ese tío ha debido de caer muerto al sue... Espera, aún se mueve, y su rival está en el suelo inconsciente. Bueeeno, parece que el CP ha ganado, si es que somos la repera, los mejores, no hay quien nos gane. Aunque la herida de ese tipo... No tiene muy buena pinta que digam... ¡¡Fuera gyojin, toma lanzazo al pecho!! Ala, uno menos. ¿Por donde iba? Ah, si, ya se... Todo se está plagando de estos malditos hombres peces y yo no voy a aguantar mucho más, si sigo así, acabaré siendo devorado por estas bestias... Mamá, ayúdame... Mierda, mierda, no llores Leoshiro, no pasa nada, eres fuerte, eres muy fuerte. ¿Que? ¿Que cargue yo con el tío ese? Mierda, si le digo que no me podrá aplastar, incluso en su estado... Bueno... Tendré que ir a ayudarle. A ver... Lo primero de todo será guardar mis Lanzas.
- Inventario.
- Desequipar Lanzas.
Perfecto, ahora puedo moverme mejor... Cojo al tío este raro, lo apoyo a mi espalda, paso sus brazos por mis hombros y lo sujeto bien fuerte. Bueno, creo que ya está, creo que es hora de salir de este lugar. Puedo notar los 50 de STR, tengo bastante fuerza, sin esta fruta, seguramente no podría ni levantarlo... "Hayai 80 m/s." Buah, es increíble lo bien que viene la maldita armadura que me ha regalado mi padre, es fantástica, fabulosa... Mientras el almirante Minato y mi compañero del CP me limpian el paso, yo me salvo y salgo como un héroe, es un plan perfecto.
Ufff, hemos llegado a un maldito ascensor. ¿Que le aguante la cabeza al tonto este? Perfecto, pues nada... A ver... ¿Qué está haciendo? Ni que le fuera a leer la mente... Que idiota. Un momento... A ver si puede leer la mente y me está leyendo la mía ahora mismo... Mierda... ¡Mierda, mierda mierda! No he dicho nada, a ver, Leoshiro, piensa en cosas normales, en culos, pech... ¡¡No, eso no!! A ver si de verdad me puede leer la mente... Bla bla bla bla bla lalalala larararalalalararalala. Liloliilililoooo lo looololiiiii. Así no me podrás leer la mente~ Tetas, culos, vagi... ¡¡Mierda!! Deja la perversión para otro día, cabeza.
- Inventario.
- Spoiler:
- Desequipar Lanzas.
Perfecto, ahora puedo moverme mejor... Cojo al tío este raro, lo apoyo a mi espalda, paso sus brazos por mis hombros y lo sujeto bien fuerte. Bueno, creo que ya está, creo que es hora de salir de este lugar. Puedo notar los 50 de STR, tengo bastante fuerza, sin esta fruta, seguramente no podría ni levantarlo... "Hayai 80 m/s." Buah, es increíble lo bien que viene la maldita armadura que me ha regalado mi padre, es fantástica, fabulosa... Mientras el almirante Minato y mi compañero del CP me limpian el paso, yo me salvo y salgo como un héroe, es un plan perfecto.
Ufff, hemos llegado a un maldito ascensor. ¿Que le aguante la cabeza al tonto este? Perfecto, pues nada... A ver... ¿Qué está haciendo? Ni que le fuera a leer la mente... Que idiota. Un momento... A ver si puede leer la mente y me está leyendo la mía ahora mismo... Mierda... ¡Mierda, mierda mierda! No he dicho nada, a ver, Leoshiro, piensa en cosas normales, en culos, pech... ¡¡No, eso no!! A ver si de verdad me puede leer la mente... Bla bla bla bla bla lalalala larararalalalararalala. Liloliilililoooo lo looololiiiii. Así no me podrás leer la mente~ Tetas, culos, vagi... ¡¡Mierda!! Deja la perversión para otro día, cabeza.
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Para una vez que el líder se pira y le ordena no matar a nadie, eso era trampa. Trató de aguantar las ganas de comerse a Lugh y suspiró. Las palabras de Cánabar le habían impresionado y le provocaron una pequeña risa. Ahora se dirigió a los ascensores tras ver como el tiburón blanco había repelido aquellas flechas, siguió su camino y una vez llegó pudo ver como traían consigo a un tío en la espalda. Las palabras de la orca eran imponentes pero el pelirrojo miró a otro lado con su expresión sonriente de siempre mientras se relamía mirando a aquel tipo musculoso “Hnhnhnhn… yo tan solo veo un sucio humano… le arrancaré la cabeza cuando esté con él a solas… Hnhnhn…”
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El disparo del negro había dado en el clavo y la resina al igual que los cristales de THC, habían funcionado. El perro ahora se encontraba en el suelo tumbado, muerto, seguramente, mientras Rob se revisaba la herida de la pierna. Por suelte no tenía una herida profunda, tan solo un rasguño, así que era hora de salir de aquel lugar, pero antes envolvería la cachimba en una especie de bolsa de THC resinoso y se la pegaría a la espalda, mientras buscaba cosas de valor. Si no encontraba nada más, ni dinero, ni joyas, ni nada, saldría de aquel lugar. Lo que le importaba era el dinero y sacarse algo de valor, nadie debía sospechar, así que intentaría llegar a la ciudad y esconder aquello donde nadie lo encontrase.
Iba a disponerse a salir de aquel lugar, pero entonces abrió su maletín. En el había una capa negra que se puso sin pensar, y también tenía una máscara extraña. Era una máscara que parecía una calavera, pero con la parte de la boca y barbilla visible, como si no tuviese mandíbula la máscara. Esa máscara estaba hecha de THC cristalino, blanco y dejaba ver sus ojos. La capa cubría todo su cuerpo, incluso su pelo, tan solo dejaba ver sus ojos oscuros y sus labios y barbilla. Daba un poco de miedo, pero aquella era su identidad en los bajos fondos. No le gustaba usar el su propia identidad, pero esta situación lo requería, no podían saber de él, y mientras no fuese famoso, no correría peligro en usar a "Black Berry".
Iba a disponerse a salir de aquel lugar, pero entonces abrió su maletín. En el había una capa negra que se puso sin pensar, y también tenía una máscara extraña. Era una máscara que parecía una calavera, pero con la parte de la boca y barbilla visible, como si no tuviese mandíbula la máscara. Esa máscara estaba hecha de THC cristalino, blanco y dejaba ver sus ojos. La capa cubría todo su cuerpo, incluso su pelo, tan solo dejaba ver sus ojos oscuros y sus labios y barbilla. Daba un poco de miedo, pero aquella era su identidad en los bajos fondos. No le gustaba usar el su propia identidad, pero esta situación lo requería, no podían saber de él, y mientras no fuese famoso, no correría peligro en usar a "Black Berry".
Isma
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-Hey hey, hey, hey, ¿¡Pero qué es esto!?- Isma estaba impresionado ante el movimiento de Shun. Estaba flotando en el aire gracias a su poder. Él y todos los del gremio. A pesar de que se sentía protegido al lado de aquel samurai, no podía dejar de pensar que podía caerse de un momento a otro y acabar aplastado contra el suelo, o lo que es peor, agonizando y con un montón de gyojin sanguinarios y con ganas de torturar su cuerpo. -(Que no se caiga, por favor, por lo que más quieras, que no se caiga).- Había pasado de evadir bestias gigantes a sobrevolarlas. ¿Qué le quedaba por hacer en aquel lugar?
Se detuvieron en un tejado para que el comandante atendiese la llamada de su capitán. Este pedía las coordenadas y al parecer, estaban más cerca de lo que esperaban. El samurai los vio desde su posición y les dijo que irían hacia ellos. Esta vez el vuelo fue más corto, aunque el miedo no dejó de acompañar al cazador que tenía grabado a fuego en su mente, imágenes de sus sesos desparramados por toda Mariejoa. Mientras llegaban, un resplandor amarillo aparecía y desaparecía como si nada. Para colmo, estaba dejando varias cosas sobre el tejado. -(¡Un fantasma!)- Pensó Isma, gritando y corriendo en círculos. Mientras daba vueltas, Shun le explicó la situación a Alex y el destello volvió a aparecer. Isma se cayó rodando y se agarró al filo del tejado. ¿A quién se le podía ocurrir ponerse a correr en lugar así? Por suerte, el pánico le dio una fuerza sobrehumana y rápidamente se subió y se puso junto a sus compañeros, algo exhausto. Poco después volvió el destello amarillo, pero tomó forma. Por un momento hubo calma para el gallina.
-Ah, tan solo es el almirante Kurotora.- Dijo este soltando un suspiro. -¡El almirante Kurotora! ¡Y al lado de Alex está el almirante Samegure! ¡Vamos a morir!- Una vez más empezó a correr en círculos hasta que se detuvo de golpe, con la pierna derecha en el aire y los brazos flexionados en ángulos de cincuenta grados uno hacia atrás y uno hacia adelante. Una gota de sudor bajó por su frente y se sintió bastante absurdo. -Ah, pero si no somos delincuentes...- Tras estas palabras se tranquilizó y fue a ver a su líder. Pudo ver que estaba herido, al igual que el almirante Krauser. -¿¡Quién coño ha podido herir a estas bestias!? ¡Estamos condenados!- Y una vez más, empezó su ataque de pánico.
¿Qué podía hacer semejante personaje en medio de una batalla tan importante? ¿Había algo que no le diese miedo? Pero... lo más importante ¿Por qué se había hecho cazador de recompensas si no era capaz de luchar voluntariamente sin salir corriendo? Eran preguntas que no tenían respuesta o que era mejor no saberlas.
-No pasa nada. Estoy con Alex, con Shun y con dos almirantes. ¿Qué podría pasarme?- Empezó a pensar en voz alta, buscando el lado positivo de la situación después de tantas contras.
Se detuvieron en un tejado para que el comandante atendiese la llamada de su capitán. Este pedía las coordenadas y al parecer, estaban más cerca de lo que esperaban. El samurai los vio desde su posición y les dijo que irían hacia ellos. Esta vez el vuelo fue más corto, aunque el miedo no dejó de acompañar al cazador que tenía grabado a fuego en su mente, imágenes de sus sesos desparramados por toda Mariejoa. Mientras llegaban, un resplandor amarillo aparecía y desaparecía como si nada. Para colmo, estaba dejando varias cosas sobre el tejado. -(¡Un fantasma!)- Pensó Isma, gritando y corriendo en círculos. Mientras daba vueltas, Shun le explicó la situación a Alex y el destello volvió a aparecer. Isma se cayó rodando y se agarró al filo del tejado. ¿A quién se le podía ocurrir ponerse a correr en lugar así? Por suerte, el pánico le dio una fuerza sobrehumana y rápidamente se subió y se puso junto a sus compañeros, algo exhausto. Poco después volvió el destello amarillo, pero tomó forma. Por un momento hubo calma para el gallina.
-Ah, tan solo es el almirante Kurotora.- Dijo este soltando un suspiro. -¡El almirante Kurotora! ¡Y al lado de Alex está el almirante Samegure! ¡Vamos a morir!- Una vez más empezó a correr en círculos hasta que se detuvo de golpe, con la pierna derecha en el aire y los brazos flexionados en ángulos de cincuenta grados uno hacia atrás y uno hacia adelante. Una gota de sudor bajó por su frente y se sintió bastante absurdo. -Ah, pero si no somos delincuentes...- Tras estas palabras se tranquilizó y fue a ver a su líder. Pudo ver que estaba herido, al igual que el almirante Krauser. -¿¡Quién coño ha podido herir a estas bestias!? ¡Estamos condenados!- Y una vez más, empezó su ataque de pánico.
¿Qué podía hacer semejante personaje en medio de una batalla tan importante? ¿Había algo que no le diese miedo? Pero... lo más importante ¿Por qué se había hecho cazador de recompensas si no era capaz de luchar voluntariamente sin salir corriendo? Eran preguntas que no tenían respuesta o que era mejor no saberlas.
-No pasa nada. Estoy con Alex, con Shun y con dos almirantes. ¿Qué podría pasarme?- Empezó a pensar en voz alta, buscando el lado positivo de la situación después de tantas contras.
- Resumen:
- Miedo por volar en la cúpula de Shun. Miedo por ver a Karl en forma de destello. Miedo por ver a Karl y percatarse de Krauser. Miedo por pensar en criaturas poderosas que habían sido capaces de dañar a Alex y Krauser. Búsqueda de un solo punto positivo para no venirse abajo.
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Tanto Xira y Xemnas caminaban por aquellas calles, cuando de pronto flechas empezaron a llegar a la posición de ambos. Xemnas, con su espadón, empezó a desviar los proyectiles que venían desde el cielo. Xira sacó su escopeta futurista de su espalda y empezó a lanzar ondas explosivas a las flechas, protegiéndose de ellas. Corrían mientras se defendían hasta que ambos llegaron a donde estaban los ascensores y era hora de coger alguno.
- Hermanito. Vamos a coger el del centro, los demás me dan mala espina...
En su mente solo pensaba en una cosa, en llegar a la ciudad y encontrar o a los Almirantes o al Gorosei. Tenía que acabar y conseguir el billón para poder darle una buena vida a su hermano. Estaban en el ascensor, mientras Xira se abrazaba del brazo de su hermano, sus enormes pechos se veían apretados en el codo de Xemnas.
- Hermanito. Vamos a coger el del centro, los demás me dan mala espina...
En su mente solo pensaba en una cosa, en llegar a la ciudad y encontrar o a los Almirantes o al Gorosei. Tenía que acabar y conseguir el billón para poder darle una buena vida a su hermano. Estaban en el ascensor, mientras Xira se abrazaba del brazo de su hermano, sus enormes pechos se veían apretados en el codo de Xemnas.
Derian Markov
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El vampiro se levantó, empuñando a Basilisk. Aspiró el aire, notando el aroma a pólvora y sangre. Olía a guerra... de un salto, pasó al al tejado de al lado, y comenzó a desplazarse. Había captado algo interesante y quería confirmarlo. Se fijó en que Meneror abandonaba el combate para ascender volando hacia la Red Line. ¿Qué estaría tramando? Tal vez debería ascender tras él, pues el mafioso no solía hacer nada sin una buena razón para ello... y una buena razón en el lenguaje de Il Bianco implicaba un negocio sucio. Por otro lado no estaba bien que dejara su puesto. Bastante peligroso era ya que lo hubiera hecho el yonkaikyo. Aun no había llegado el momento de ceder los puertos a aquellas malas bestias.
Notaba una presencia que le resultaba muy familiar. Y si tenía razón y era él, le debía explicaciones. Llevaba demasiado intentando contactar con él. Le había prometido su apoyo, y ahora que la invasión estaba casi preparada y a punto de suceder, desaparecía sin más. Comenzó a atravesar la ciudad portuaria por los tejados. "Tal vez me haya precipitado con mis deducciones iniciales. Parece que finalmente sí que es él quien está aquí. En ese caso, Miszvat Graxa sí que sigue vivo y me ha dejado tirado." Entrecerró los ojos, bastante molesto. Notó que estaba ya casi sobre él. Envainó a Basilisk y desenvainó a la Shushui. "No he podido comenzar aun la invasión por su culpa. Se merece un castigo... nadie rompe un trato con Derian Markov." Aumentó brutalmente su velocidad, llegando hasta la calle donde estaba él en un instante y cayendo al suelo como una exhalación. El suelo se agrietó en la caída por la potencia y la velocidad que llevaba. Con expresión sombría, clavó sus ojos en él.
- Miszvat Graxa, teníamos un trato y te has escaqueado. Lo cumplirás quieras o no - alzó la Shushui y se puso en una pose de esgrima - Aunque... por otro lado siempre había querido pelear contra ti. Te agujerearé hasta la muerte.
Dos enormes alas se desplegaron a la espalda de Derian, al tiempo que sus orejas se volvían más estilizadas. Un aura rojiza salió de él y se extendió en toda la zona en un radio de veinte metros. La Shushui comenzó a brillar, y el vampiro comenzó a dar estocadas al aire en dirección a Miszvat a tal velocidad que su brazo parecía desaparecer. Con cada estocada, un pequeño proyectil de energía pura condensada imbuido en haki era propulsado contra Miszvat, a una velocidad no mucho menor a la de las estocadas. Mientras lo hacía, siguió todos los movimientos del Shichibukai con su mantra. Lo olisqueó, pero no reconocía su olor. El característico aroma a azufre de Miszvat... ¿no estaba? En su lugar captaba una fragancia como de perfume. "Raro, muy raro... En fin, sea Miszvat u otro, ahora es mi presa."
Gin Buyo: Shichibukai al Gruyère [Haki Armadura nvl. 3] [Haki Observación nvl. 3] [AF]
Notaba una presencia que le resultaba muy familiar. Y si tenía razón y era él, le debía explicaciones. Llevaba demasiado intentando contactar con él. Le había prometido su apoyo, y ahora que la invasión estaba casi preparada y a punto de suceder, desaparecía sin más. Comenzó a atravesar la ciudad portuaria por los tejados. "Tal vez me haya precipitado con mis deducciones iniciales. Parece que finalmente sí que es él quien está aquí. En ese caso, Miszvat Graxa sí que sigue vivo y me ha dejado tirado." Entrecerró los ojos, bastante molesto. Notó que estaba ya casi sobre él. Envainó a Basilisk y desenvainó a la Shushui. "No he podido comenzar aun la invasión por su culpa. Se merece un castigo... nadie rompe un trato con Derian Markov." Aumentó brutalmente su velocidad, llegando hasta la calle donde estaba él en un instante y cayendo al suelo como una exhalación. El suelo se agrietó en la caída por la potencia y la velocidad que llevaba. Con expresión sombría, clavó sus ojos en él.
- Miszvat Graxa, teníamos un trato y te has escaqueado. Lo cumplirás quieras o no - alzó la Shushui y se puso en una pose de esgrima - Aunque... por otro lado siempre había querido pelear contra ti. Te agujerearé hasta la muerte.
Dos enormes alas se desplegaron a la espalda de Derian, al tiempo que sus orejas se volvían más estilizadas. Un aura rojiza salió de él y se extendió en toda la zona en un radio de veinte metros. La Shushui comenzó a brillar, y el vampiro comenzó a dar estocadas al aire en dirección a Miszvat a tal velocidad que su brazo parecía desaparecer. Con cada estocada, un pequeño proyectil de energía pura condensada imbuido en haki era propulsado contra Miszvat, a una velocidad no mucho menor a la de las estocadas. Mientras lo hacía, siguió todos los movimientos del Shichibukai con su mantra. Lo olisqueó, pero no reconocía su olor. El característico aroma a azufre de Miszvat... ¿no estaba? En su lugar captaba una fragancia como de perfume. "Raro, muy raro... En fin, sea Miszvat u otro, ahora es mi presa."
Gin Buyo: Shichibukai al Gruyère [Haki Armadura nvl. 3] [Haki Observación nvl. 3] [AF]
- Resumen:
- Ver a Meneror -> Localizar a Miszvat e ir hacia él -> Amenazarlo y atacarle
AlexEmpanadilla
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SITUACIÓN GENERAL
15:50, Puerto Paraíso
Las nubes empiezan a apartarse, posiblemente por influencia de los tornados en las alturas, y un sol deslumbrante se deja ver entre los negros nubarrones, iluminando el puerto. Los gyojins avanzan por las calles a sus anchas, cercando a la gente en la zona de los ascensores.
El arma de destrucción masiva que es el enorme robot con aspecto de dinosaurio dispara los dos cañones de su espalda con una potencia devastadora.
El gigante del puerto es atravesado de lado a lado por el láser, y en su pecho se forma un enorme boquete, por el que podría pasar un barco pequeño. El gigante se lleva las manos al agujero que solía ser su pecho y se derrumba, levantando unas olas de varios metros. El aire crepita alrededor de la zona de los almacenes, la potencia del láser hace reventar todas las ventanas de los edificios cercanos a la máquina. Sin duda, esa potencia de fuego por sí sola es capaz de destruir el ejército de los trilobite.
Cualquier usuario de haki mantra a nivel 3 detectará cómo un enorme grupo de poderosos gyojins se están colocando a unos cientos de metros del puerto, en semicírculo. De pronto, todos esos gyojins alzan las manos, “agarrando” el agua, y la envían contra el puerto. Realizan esto varias veces, con lo que generan olas de cada vez mayor altura. Las olas del mar son cada vez mayores, como anunciando el triunfo de los seres de las profundidades. Las primeras se cuelan por las calles, pero las que les siguen llegan a rebasar la altura de los edificios portuarios más altos. Estas olas de pesadilla llegan a alcanzar los cincuenta metros de altura.
15:50, Puerto Nuevo Mundo
Parece que los monstruos marinos han desaparecido, pero entonces, el enorme barco volador pasa sobre los edificios del puerto. Parece un barco normal, salvo porque posee unas hendiduras en su casco de las que salen enormes alas insectoides. ¿Qué demonios es esa cosa? Cualquier persona con haki mantra de nivel 2 o más que se fije, verá varias auras dentro de la embarcación. Algunas más fuertes que otras. El barco se eleva, dirigiéndose a la cima del continente.
Mientras tanto, unas enormes olas empiezan a formarse en el mar, de forma bastante antinatural, y empiezan a moverse hacia el puerto a toda velocidad. Las calles se anegan en momentos. Y después de que las calles se inunden, una segunda tanda de olas sumerge también los edificios, destrozando todo a su paso.
El sol, saliendo de entre las nubes, provoca un contraste grotesco con la guerra y el caos que reina abajo, mientras la gente que no ha sido rápida es arrastrada por la corriente.
15:50, Mariejoa
Las nubes se disipan a ambos lados del continente, dejándoos ver con dificultad lo que ocurre en los puertos (desde la zona de los ascensores). Las olas gigantes que empiezan a destruir todo a su paso. Y entonces un enorme barco volador aparece por el lado del Nuevo Mundo. ¿Un ataque de los Trilobite? ¿Revolucionarios? ¿O tal vez sean otra cosa?
COMENTARIOS PERSONALES
MAPAS VARIOS
NOTA: Cualquiera que no esquive las olas, se considerará que recibe un [AP] (Ataque Perfecto), y por ello morirá. Al terminar esta moderación, dará comienzo la Parte 2 del capítulo.
15:50, Puerto Paraíso
Las nubes empiezan a apartarse, posiblemente por influencia de los tornados en las alturas, y un sol deslumbrante se deja ver entre los negros nubarrones, iluminando el puerto. Los gyojins avanzan por las calles a sus anchas, cercando a la gente en la zona de los ascensores.
El arma de destrucción masiva que es el enorme robot con aspecto de dinosaurio dispara los dos cañones de su espalda con una potencia devastadora.
El gigante del puerto es atravesado de lado a lado por el láser, y en su pecho se forma un enorme boquete, por el que podría pasar un barco pequeño. El gigante se lleva las manos al agujero que solía ser su pecho y se derrumba, levantando unas olas de varios metros. El aire crepita alrededor de la zona de los almacenes, la potencia del láser hace reventar todas las ventanas de los edificios cercanos a la máquina. Sin duda, esa potencia de fuego por sí sola es capaz de destruir el ejército de los trilobite.
Cualquier usuario de haki mantra a nivel 3 detectará cómo un enorme grupo de poderosos gyojins se están colocando a unos cientos de metros del puerto, en semicírculo. De pronto, todos esos gyojins alzan las manos, “agarrando” el agua, y la envían contra el puerto. Realizan esto varias veces, con lo que generan olas de cada vez mayor altura. Las olas del mar son cada vez mayores, como anunciando el triunfo de los seres de las profundidades. Las primeras se cuelan por las calles, pero las que les siguen llegan a rebasar la altura de los edificios portuarios más altos. Estas olas de pesadilla llegan a alcanzar los cincuenta metros de altura.
15:50, Puerto Nuevo Mundo
Parece que los monstruos marinos han desaparecido, pero entonces, el enorme barco volador pasa sobre los edificios del puerto. Parece un barco normal, salvo porque posee unas hendiduras en su casco de las que salen enormes alas insectoides. ¿Qué demonios es esa cosa? Cualquier persona con haki mantra de nivel 2 o más que se fije, verá varias auras dentro de la embarcación. Algunas más fuertes que otras. El barco se eleva, dirigiéndose a la cima del continente.
Mientras tanto, unas enormes olas empiezan a formarse en el mar, de forma bastante antinatural, y empiezan a moverse hacia el puerto a toda velocidad. Las calles se anegan en momentos. Y después de que las calles se inunden, una segunda tanda de olas sumerge también los edificios, destrozando todo a su paso.
El sol, saliendo de entre las nubes, provoca un contraste grotesco con la guerra y el caos que reina abajo, mientras la gente que no ha sido rápida es arrastrada por la corriente.
15:50, Mariejoa
Las nubes se disipan a ambos lados del continente, dejándoos ver con dificultad lo que ocurre en los puertos (desde la zona de los ascensores). Las olas gigantes que empiezan a destruir todo a su paso. Y entonces un enorme barco volador aparece por el lado del Nuevo Mundo. ¿Un ataque de los Trilobite? ¿Revolucionarios? ¿O tal vez sean otra cosa?
COMENTARIOS PERSONALES
- 1) Ryuta, Roy, Max, Mellanie:
- Avanzáis por las calles, parece que esa zona es medianamente tranquila. Veis cerca una calle completamente destrozada, con agujeros aquí y allá, pero ni rastro de los combatientes. En cualquier caso, llegáis a la zona de los ascensores. Un montón de gente empieza a subir hacia la tierra santa, abandonando el puerto. Tal vez deberíais hacer lo mismo.
- 2) Flea:
- Ves el disparo de la máquina en primer plano, y el estallido de energía te deja medio sordo durante unos momentos. Puedes sentir el calor que desprenden sus cañones, que humean tras el ataque. Tal vez deberías salir de ahí. Empiezan a escucharse ruidos de gyojins acercándose desde el muelle. Bueno, la misión de desactivación de la máquina ha sido un auténtico fracaso. Aunque, a decir verdad, ha resultado de utilidad, mientras ese chisme no esté fuera de servicio, el resto de la flota revolucionaria no podrá llegar a la ciudad.
- 3) Bleyd:
- Bien, los hombres han llegado a salvo al ascensor, y empezáis a subir, cuando de pronto se escucha el sonido de un Den-Den Mushi sonando. Uno de los hombres que te acompañan lo enciende, y suena una voz al otro lado, visiblemente enfadada:
- ¿Dónde os habéis metido?¡Maldita sea, os necesitamos en el frente! –la voz es de un hombre-. ¡Y quiero que encontréis al tipo que me ha robado mi chaqueta! –algunas miradas se posan en ti. Parece que se ha descubierto el engaño…
- 4) Derian:
- Mizsvat sonríe con una mueca, y esquiva el ataque, aunque le cortas en el hombro. De pronto, su expresión cambia y se pone pálido de miedo. Echa a volar a toda prisa usando geppou y de pronto dejas de detectarlo con tu haki mantra. Ha huido, aunque herido. Tal vez, huyendo de esas enormes olas que parecen haber aparecido de la nada. Oh, mierda, esa ola está a tu lado... ¿Podrás esquivarla?
- 5) Date Musashi, Anglesey, Yumiko:
- Llegáis a la zona alta de los ascensores. Frente a vosotros parece haber una especie de calle con muros a ambos lados y sin edificios. Según podéis leer en un cartel esa es la “Calle Vulgar”. Frente a vosotros hay dos enormes puertas de metal oscuro. Tal vez podáis ver qué hay al otro lado si las abrís… aunque dado su tamaño (aproximadamente 15 metros de altura) no es una tarea fácil
- Date:
- Crees detectar el aura de Ame Sora en ese lugar, aunque no sabes muy bien dónde exactamente. Si te esfuerzas un poco, crees sentirla más fuertemente al otro lado de las puertas, en lugar de por el “pasillo” que es la calle.
- 6) Rhaegel:
- Entre los cazadores del lugar, lográis repeler a los gyojin y montar en los ascensores del módulo. Ascendéis hasta la zona alta. Por el camino, Maxi se pone a tararear una animada canción. Cualquiera diría que estáis en una guerra.
- 7) Kaito, Guldrik, Sinclair, Furukawa:
- Os protegéis de las flechas y seguís avanzando para llegar a una especie de barriada de casas lujosas. No hay ni un alma en el lugar. Tal vez podáis rebuscar por los edificios y callejuelas. O tal vez prefiráis moveros a otro sitio. La ciudad es grande, al fin y al cabo, y buscar posiciones ventajosas nunca está de más.
- 8) Krauser, Alex, Karl, Shun, Satou, Isma, Jesaix:
- Karl logra extirpar el metal del brazo de Krauser. Y menos mal, porque esas heridas podían llegar a gangrenarse, lo que implicaría una amputación. La herida de Alex, por desgracia, es más complicada de tratar. Tras inmovilizar la zona, al menos puede moverse un poco, aunque su movimiento se ve dificultado. Véis el barco pasar justo sobre vosotros. ¿Qué clase de artefacto es ese? En ese momento llegan las primeras olas.
- Karl y Krauser:
- Vuestros Den-Den Mushis se encienden, y una voz que reconocéis como la de Ivanovich suena al otro lado.
- Jijijijiji… la habéis liado buena. El Almirante Samegure ha activado hace unos minutos su Den-Den Mushi. –la conexión se cierra de golpe.
Parece que Krauser ha activado sin querer su aparato durante la pelea contra las tortugas… tal vez cuando salió disparado por la explosión.
- 9) Kaishi Tora, Garland, Joseph Leto:
- El calamar revienta, llenando todo de vísceras, sangre y tinta ácida [AMF]. Por suerte, no se moverá más. Sin embargo, tenéis otro problema muy grave ahora. Deberíais correr.
El grupo de Roy, Ryuta, Mellannie y Maximillian están por las calles cercanas. Podéis encontrarlos o no.
- 10) Midorima, Hinori:
- Camináis lastimosamente por las calles. Por desgracia, un gyojin de aspecto amenazador, con púas naranjas por todo el cuerpo, y armado con unas lanzas se lanza contra vosotros, intentando empalaros con ellas [AIF]. Y entonces, escucháis el ruido de las olas.
Si os da a cualquiera de los dos, las lanzas poseen veneno de pez león, que os provocará náuseas, visión borrosa, y en unos treinta minutos, la muerte.
- 11) Deathstroke, Worgulv, Uracha, Nemo:
- Vaya… subir cuesta más de lo que pensabais. Al fin y al cabo son diez kilómetros. Cuando llegáis a la zona alta, Deathstroke os deja resoplando por el esfuerzo. Y en ese momento, las olas empiezan a invadir el puerto, destrozándolo todo a su paso.
- Deathstroke:
- Si bajas de nuevo, debes saber que la altura aproximada es de 10.000 metros. Eso quiere decir que en cuanto veas las primeras olas, tienes un margen muy pequeño para bajar antes de que el agua arrase con todo. Eso contando con que además estás cansado por cargar con Uracha y Worgulv (no son precisamente peso pluma).
- 12) Vongola, Kyogre, Ugetsu, Ushi:
- Bueno, parece que habéis encontrado una puerta secundaria que lleva al interior de la ciudad. Es pequeña, de un metal oscuro, y no parece vigilada. El caso es que no tenéis llave, obviamente. ¿Qué haréis ahora? Al otro lado hay un barrio de residencias de los Tenryubittos.
- 13) Kyros:
- La puerta por la que ha entrado el hombre se abre. Te hace una seña para que te acerques a él.
- Kyros Blight, de la noble familia Blight… -masculla-. Bien, tu familia ha abandonado la isla. ¿Qué haces tú aquí? No podemos garantizar tu seguridad en este lugar. Desde luego, las fuerzas a las que nos enfrentamos no son débiles… ni pocas.
Te mira con interés y te hace pasar a una sala. Hay una zona con sillones y seis sofás, tres de ellos ocupados. Hay dos hombres y una mujer. El hombre que te ha abierto la puerta se sienta en uno de los asientos libres, y comenta a los demás:
- Bien, ¿qué hacemos?¿Colmillo, Garra? –se dirige a uno de los hombres y a la mujer.- Imagen del “mayordomo”:
- http://media.animevice.com/uploads/0/270/133760-gido_large.jpg
- Imagen de Colmillo:
- http://img-cache.cdn.gaiaonline.com/55fc70fe53cd311b9d7e6db6e7a196af/https://2img.net/h/i20.photobucket.com/albums/b213/AnimeFan824/unknown%20anime%20vampires/gfxfordh5.jpg
- Imagen de Garra:
- http://www.wallpaperfo.com/thumbnails/detail/20120621/angels%20clouds%20wings%20beach%20dress%20blue%20eyes%20halo%20long%20hair%20feathers%20braids%20skyscapes%20anime%20girls%20black_www.wallpaperfo.com_55.jpg
- Imagen del otro:
- http://img2.wikia.nocookie.net/__cb20120504232021/naruto/es/images/5/59/Shinnou_Viejo.jpg
- 14) Kasan, Vagadus:
- Llegáis a la zona de los ascensores del Nuevo Mundo. Y véis el panorama. Vaya, el puerto es un hervidero de actividad hasta que llegan las olas y lo anegan todo. Podéis ver como los ascensores se ponen en movimiento. La gente se retira a la ciudad santa. Tal vez habéis tardado demasiado… Y en ese momento, un barco volador pasa justo sobre vosotros. ¿Qué demonios…?
- 15) Sawn:
- Estás tranquilamente en la zona de los ascensores, recargando energías cuando de pronto un hombre cae del cielo, cargando a otro en la espalda, y empieza a pegar patadas a diestro y siniestro, acabando con los pocos gyojins que se han acercado hasta allí.
- 16) Meneror:
- Empiezas a elevarte hacia lo más alto, cuando un montón de olas empiezan a asolarlo todo bajo tu gaseoso cuerpo. Vaya… allá va el cuartel del Nuevo Mundo, y su armería… y… oh venga ya, ¿por qué? Tanto dinero desperdiciado. Llegas a lo más alto de la ciudad y ves ante ti la Tierra Santa. Sabes dónde está el cuartel de la marina. Es un buen sitio para empezar a buscar. Vuelas y lo ves a unos cientos de metros.
- 17) Shiki, Gyreed:
- Las olas de los tsunamis empiezan a romper contra la embarcación. Si no os dais prisa, moriréis aplastados contra el continente. Aunque moriréis felices, ¿no?
- 18) Kaede, Shi:
- Bueno, llegáis a la zona de los ascensores con los últimos rezagados. Y las olas pisándoos los talones. Lo malo es que el último de los ascensores parece haber subido con un montón de gente. Y el agua está ahí al lado. No tenéis forma de huir… ¿o sí? Tal vez esa fruta os salve el culo a los dos.
- 19) Asderdeker:
- Vuelas sin rumbo por el puerto del Nuevo Mundo cuando el barco volador casi te arrolla.
- 20) Dexter, Kogato, León:
- Bueno, estáis los tres en la zona alta de Mariejoa… ¿y ahora qué vais a hacer?
- 21) Hiren:
- Pese a que intentas abrirte paso, los gyojins aparecen demasiado rápido para ti, y te rodean. Estás aislado y rodeado por un montón de hombres pez… ¿qué harás ahora?
- 22) Deivid, Issei, Minato, Leoshiro, Shiroi, Kidah, Fear:
- Lográis subir en la última plataforma tras taponar el túnel.
- Minato:
- Tu Den-Den Mushi se enciende, y una voz que reconoces como la de Ivanovich suena al otro lado.
- Jijijijiji… la habéis liado buena. El Almirante Samegure ha activado hace unos minutos su Den-Den Mushi. –la conexión se cierra de golpe.
Parece que Krauser ha activado sin querer su aparato durante la pelea contra las tortugas… tal vez cuando salió disparado por la explosión.
- Issei:
- Además de lo que ya has dicho, has visto un par de imágenes... una enorme sombra de serpiente, y un montón de mochilas en una esquina, apilados. Y grandes telas blancas.
Oh, por cierto, el ataque de vuelta te ha astillado una de las vértebras lumbares. Te duele horrores.
El marine al que le pides que contacte con un superior se pone a hablar por un Den-Den Mushi.
- Fear:
- El golpe de Shiroi te da en el pie, pero logras apartar el zapato lo suficiente como para que no se te clave. Sin embargo, tu calzado ahora tiene un rasguño muy antiestético.
- 23) Eoghan, Rowan:
- Pasáis por delante del robot en el momento que dispara su enorme arma. Algo más allá, llegáis a los ascensores cuando la primera de las olas llega hasta vosotros, mojándoos hasta los tobillos. La siguiente os va a dar de lleno, y entonces estaréis en problemas. Hay unos pocos ascensores cerca.
- 24) Elkilian:
- Tienes la armadura puesta, pero escuchas ruidos cerca de ti. Parecen los marines, pero no puedes estar seguro. De lo que si estás seguro es de que esas olas que vienen del mar no son normales. Una revienta contra la primera línea de edificios del puerto.
- 25) Vrask:
- El gyojin te ha desnucado. Has muerto.
- 26) Dranser, Lugh Feargas, Virginia:
- Escucháis una serie de ruidos con cada botón que pulsáis. De pronto, una puerta corredera de un edificio cercano se abre. Parece una especie de “garaje” donde os espera un extraño vehículo. Parece un waver, pero tiene capacidad para cinco personas. Un vehículo anfibio, para tierra y agua, y con una potencia considerable. Os ha tocado el gordo. Y más con todo el agua que está llegando del mar. Podíais correr y… acercaros a los ascensores cuanto antes.
- 27) Goliat:
- Corres hacia el muro, y escuchas algo al otro lado. Un ascensor acaba de llegar. Frente a ti hay unas puertas negras de metal muy pesado. Tal vez si te agachas un poco quepas sin problema.
- 28) Seryu Erunan:
- Uffff… no has visto a ese gyojin camaleónico aparecer detrás de ti. Es mitad hombre, mitad pulpo. Y te intenta atrapar con sus seis manos para romperte el cuello [AF].
- 29) Bale, Liam:
- Dexter os ha dejado solos, y en el edificio que has visto hay poca cosa. Parece una especie de tienda de alimentos, pero no puedes estar seguro. Si Liam despertase la cosa sería mucho más fácil.
- 30) Johnny Raikov:
- Te alejas de la zona del puerto, y ahora es el mar el que se acerca a ti. ¿Qué demonios está pasando? El agua revienta en el muelle, y empieza a inundar las calles. Mierda, eso no puede ser bueno. La primera ola no te ha alcanzado, pero la segunda está al caer… oh, oh…
- 31) Genos:
- Mueres. Tu cabeza vuela al lado de Aileen y Etsu.
- 32) Drake, Kaiser, Cánabar, Bisutomaru, Sawaki, Lugh Eibhear, Abraham, Shio Kamemaru, Habu:
- Estáis en la zona de los ascensores, subiendo lentamente cuando el agua llega hasta vosotros. Desde otro de los ascensores os disparan con rifles. No les debe gustar que los gyojin quieran subir a la ciudad.
- Cánabar:
- Tu espada se parte al golpear el “frágil” vientre del animal. Es demencial. Ves hundirse el metal en el agua del mar cuando Kaiser llega a tu lado y hace que le sigas a los ascensores, donde tratas a los heridos.
- Drake:
- Tu super ataque apenas ha hecho nada al enorme cetáceo. Es inútil, apenas una mínima abolladura, un roce imperceptible. Esa cosa está terriblemente blindada. Es impresionante que no le hayas hecho nada con tu mejor ataque. Kaiser llega y te agarra, llevándote con él a la zona de ascensores.
- 33) Kaín:
- Las olas se alzan frente a ti. Tal vez deberías volar, hormiguita.
- 34) Kodama, Sora:
- Llegáis a la zona de ascensores donde un comodoro está dirigiendo el movimiento de los marines hacia la zona alta de la ciudad. Os hace un gesto para que subáis rápidamente a los ascensores, mientras las olas se acercan a una velocidad alarmante.
- 35) Erik:
- ¡Eureka! Una especie de despacho o sala de proyectos en el segundo piso. Encuentras un cajón lleno de planos de todo tipo. Algunos parecen ser los planos de la enorme máquina de ahí afuera. Tal vez sean útiles. También hay otro de una máquina extraña que sirve para calentar rebanadas de pan de forma individual para luego untarlas en mantequilla y mermelada. Verdaderamente revolucionario. En ese momento escuchas agua. El agua ya está llenando el piso bajo.
- 36) Rob Marney:
- En la casa encuentras un par de objetos de valor: un candelabro de plata, un fajo de billetes (aproximadamente 50.000 berries)… y una pequeña caja fuerte. Ya probarás a descubrir la combinación más tarde. Porque el agua empieza a llenar las calles.
- 37) Kurotabo:
- Logras abrirte paso, pero los problemas no terminan ahí. Unas enormes olas chocan con el puerto y empiezan a inundarlo todo. Tal vez correr hacia los ascensores sea la mejor opción, al fin y al cabo. Y seguramente tu padre esté en la zona alta de la ciudad.
- 38) Madara, Ayane, Etsu, Akai, Al Naion, Crock:
- Voláis a la zona alta, sin más, y aterrizáis en uno de los muros entre la zona comercial y la zona residencial. Tenéis tiempo para pensar qué hacer.
- 39) Rainbow, Rose:
- Corréis hacia el interior del muelle cuando una sombra se cruza en vuestro camino: un joven pelimorado, con un extraño bastón y un ojo de color rojo incandescente. Lleva una chaqueta marrón, unos pantalones negros y unas botas marrones con motivos de alas. Además, un extraño collarín verde le rodea el cuello. Sin previo aviso, se lanza contra vosotros, blandiendo el bastón con ambas manos [AM].
https://www.onepiece-definitiverol.com/t12467-rainbow-y-rose-contra-el-ilusionista
- 40) Abel:
- Llegas a la zona de los ascensores. Hay bastante gente tratando de abrirse paso para montarse. Tal vez tiempo sea precisamente lo que haga falta, porque esas olas ya casi están encima de ti.
- 41) Haine, Eris, Ban Midou, Mark:
- Os llama la atención un edificio del lugar. Parece una armería. ¡Qué bien! Seguro que ahí hay algo chulo. Armas de todo tipo se amontonan ahí. Hay una que destaca sobre las demás. Una espada
- 42) Drako, Noc:
- Deberíais moveros, esas olas gigantes no tienen buena pinta… y estáis en el límite.
- 43) Etsu Rui, Aileen:
- Vais acercándoos a la zona de los ascensores. Ahí parece haber un comodoro. Tal vez podáis entregarle la cabeza. Y la katana de kairoseki que ha caído con ella... o tal vez prefiráis guardárosla.
- 44) Break:
- Vaya, ese ataque de plasma apenas ha provocado una mancha desagradable en la cubierta de la ballena. Sí, parece un poco fundido, pero el grosor de la capa es tal que apenas has arañado la superficie. El animal ni se inmuta. Y entonces llegan las olas.
- 45) Xira, Xemnas:
- El aparato empieza a ascender, mientras el agua se acerca a toda prisa.
- 46) Jack Dralion Stark:
- Detectas algo extraño. Tu satélite ha detectado una extraña fuente de energía unos cuantos kilómetros al oeste, hacia el Nuevo Mundo, sobre el mar. No sería importante si no fuera porque esa fuente de energía está acercándose a la ciudad a una velocidad de espanto… y porque su nivel de poder se sale de tus gráficas. Tal vez deberías ir a ver de qué se trata. Esa cosa es mucho más fuerte que cualquier otra cosa que haya aparecido hasta el momento en tu lado del continente.
- 47) Krigan:
- Los gyojins saltan al agua de nuevo sin motivo aparente. De pronto, el hielo se quiebra bajo el navío y el agua lo zarandea. Enormes olas empiezan a hacer zozobrar el barco de forma peligrosa. Si sigue así, se estrellará contra el océano.
MAPAS VARIOS
NOTA: Cualquiera que no esquive las olas, se considerará que recibe un [AP] (Ataque Perfecto), y por ello morirá. Al terminar esta moderación, dará comienzo la Parte 2 del capítulo.
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-No voy a morir por esta causa- dijo el cazador, guardando sus cestus de Nemea, dejando ver el muñón en su brazo-. Me voy.
Tomó su forma completa, y comenzó a volar lejos. Si había que perder algo, mejor un título que la vida. Aunque la pregunta acuciaba... ¿Mejor la vida o el honor?
Sin duda la vida, el honor ya lo recuperaría.
Tomó su forma completa, y comenzó a volar lejos. Si había que perder algo, mejor un título que la vida. Aunque la pregunta acuciaba... ¿Mejor la vida o el honor?
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Ese momento de descanso era el mejor, me notaba un poco cansado de la pelea contra la langosta gigante que se había quedado allí tirada en medio del puerto. A mi alrededor podía ver a varios tipos de CP, lo podía notar por el traje que tenían puesto, y también a mucha gente intentando subir en los ascensores para ir a la tierra santa. Me quedé allí mirando el panorama hasta que vi a un tipo subido en otro que daba patadas a los enemigos que se acercaban.
Se podía ver claramente que los tritones estaban ganando terreno, no sabía como iban las otras partes de la tierra santa, pero en ésta los tritones poco a poco se iban apoderando más de la zona, haciendo que la gente tuviese prisa para subir en el ascensor y llegar al centro de lo que era la tierra santa. Una parte de mi (la parte tranquila) quería subir en el ascensor como todos, la otra parte quería actuar de otra manera la ver un barco sobrevolando la zona. No se me ocurrió otra cosa que crear una cuerda de hierro (tipo cadena) no muy gruesa ni pesada. Cuando ya estaba creada la lancé hacia la zona superior de lo que era la muralla que dividía la zona habitada de los puertos.
De esa forma conseguiría llegar arriba sin tener que empujar ni ser empujado por la gente. Clavé la cuerda a la fachada y empecé a trepar la pared con ayuda de un tipo de pinchos que había creado en las punas de las botas con el hierro para clavarlos y tener una "base" segura donde poner los pies para poder escalar. Desde allí arriba habían unas vistas espectaculares, se podía ver todo el puerto del Nuevo Mundo y a todo el mundo que luchaba contra los tritones y los que querían subir por el ascensor.
De repente pude ver que el mar se volvía bravo, se habían creado unas grandes olas que iban a impactar de un momento a otro contra todo el puerto, seguramente era una obra de los tritones, que los tenía que felicitar por ese movimiento, era un movimiento muy astuto querer quitarse de en medio a todo el mundo de una sola vez. Me giré, mirando el interior d la isla, el barco que había visto antes con alas se estaba alejando, además que no sabía como seguir el camino sin tener que tirarme desde gran altura. En ese momento se me ocurrió una gran idea, con la misma cuerda, la alargué lo suficiente para lanzar contra el barco (la zona trasera) y poder utilizar el barco para llegar a otro punto de la isla.
Se podía ver claramente que los tritones estaban ganando terreno, no sabía como iban las otras partes de la tierra santa, pero en ésta los tritones poco a poco se iban apoderando más de la zona, haciendo que la gente tuviese prisa para subir en el ascensor y llegar al centro de lo que era la tierra santa. Una parte de mi (la parte tranquila) quería subir en el ascensor como todos, la otra parte quería actuar de otra manera la ver un barco sobrevolando la zona. No se me ocurrió otra cosa que crear una cuerda de hierro (tipo cadena) no muy gruesa ni pesada. Cuando ya estaba creada la lancé hacia la zona superior de lo que era la muralla que dividía la zona habitada de los puertos.
De esa forma conseguiría llegar arriba sin tener que empujar ni ser empujado por la gente. Clavé la cuerda a la fachada y empecé a trepar la pared con ayuda de un tipo de pinchos que había creado en las punas de las botas con el hierro para clavarlos y tener una "base" segura donde poner los pies para poder escalar. Desde allí arriba habían unas vistas espectaculares, se podía ver todo el puerto del Nuevo Mundo y a todo el mundo que luchaba contra los tritones y los que querían subir por el ascensor.
De repente pude ver que el mar se volvía bravo, se habían creado unas grandes olas que iban a impactar de un momento a otro contra todo el puerto, seguramente era una obra de los tritones, que los tenía que felicitar por ese movimiento, era un movimiento muy astuto querer quitarse de en medio a todo el mundo de una sola vez. Me giré, mirando el interior d la isla, el barco que había visto antes con alas se estaba alejando, además que no sabía como seguir el camino sin tener que tirarme desde gran altura. En ese momento se me ocurrió una gran idea, con la misma cuerda, la alargué lo suficiente para lanzar contra el barco (la zona trasera) y poder utilizar el barco para llegar a otro punto de la isla.
- Resumen:
- Estoy en la zona de ascensores, veo que hay mucha gente alrededor de esa misma zona. Miro al cielo y veo a un barco volador y a un hombre encima de otro que daba patadas a los enemigos. Al ver que la zona de ascensores esta congestionada, cojo una cuerda, la lanzo a lo alto de la pared y empiezo a escalar la pared con ayuda de unos pinchos que creo para poder apoyar los pies.
Ya arriba me quedo mirando el panorama desde allí arriba, en ese momento una ola gigante aparece desde le mar dirigiéndose al puerto, no me preocupo mucho porque no creo que llegue a la zona donde este. En es momento pongo toda mi atención en el barco volador, con la misma cuerda, la alargo y la lanzo contra la quilla del barco (ahora es ver si tu me dejas hacer esa acción y si la consigo)
Steve
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[color=#000000]Agh, ¿Por qué me había puesto a correr? Ni si quiera tenía ganas, todo esto era una maldita locura, todos peleando, el ahora sí bastante visible, barco volador, que prefería que fuera un unicornio con estelas arcoíris anales, aunque al menos no parecía un peligro, pero aquellas alas sí que daban mala primera impresión ¿Qué era? ¿El barco de la increíble raza de los insectoides, y su estrategia era huir al ver la luz del sol? Suspire porque aunque me estaba dando mucho asco, el esfuerzo de correr había valido la pena, pues habíamos llegado a la enrome pared, que se tornaba titánica frente a mis ojos, haciendo involuntariamente un gesto con la mano dejando ver que estaba impresionado por la altitud de este.
Mire hacia los demás, que habían llegado junto a mí tras estar corriendo por las calles desoladas y destrozadas debido a las peleas que hasta hacía pocos momentos ocurrían por todos los lugares del puerto. Delante de nosotros, un montón de gente se montaba en un aparato mecánico que parecía hecho para ascender por aquella enorme pared, el hecho de ver algo nuevo me había despertado esa ilusión de niño pequeño que hacía que me brillasen los ojos, por lo que me gire a donde estaban mis acompañantes y con esta expresión de niño me puse a hablar.
-¡Tenemos que montarnos en eso, tenemos que hacerlo, vamos, vamos, vamos!-Solté antes de echarme a correr a este mientras me reía de forma absurda y esperaba a que toda la gente que estaba allí subiese para ponernos en marcha, un ascenso hasta el mismísimo cielo, esta idea me hacía emocionarme tras recordar una antigua aventura sobrevolando los cielos.-
¿Podría ver esta vez por encima de las nubes? La anterior vez simplemente había estado volando, pero esta vez quería comprobar cómo eran las nubes, su consistencia, su tacto, si se podía caminar por ellas y aun mas importante, si pudiese dormir sobre una de estas, porque si se pudiera dormir sobre las nubes… oh, dormir sobre una nube debe ser increíble, no hay nada que parezca más esponjoso que una nube, seguro que era una cama y una almohada perfecta, pero solo lo vería si ese cacharro ascendía de una vez y todos se montaban encima ya, malditos vagos. A parte de eso, uno de estos empezó a subir por la pared como si estuviera escalándola, algún día lo haría yo también, pero ahora me daba pereza y no tenía un buen equipo de escalada, por desgracia.
Mire hacia los demás, que habían llegado junto a mí tras estar corriendo por las calles desoladas y destrozadas debido a las peleas que hasta hacía pocos momentos ocurrían por todos los lugares del puerto. Delante de nosotros, un montón de gente se montaba en un aparato mecánico que parecía hecho para ascender por aquella enorme pared, el hecho de ver algo nuevo me había despertado esa ilusión de niño pequeño que hacía que me brillasen los ojos, por lo que me gire a donde estaban mis acompañantes y con esta expresión de niño me puse a hablar.
-¡Tenemos que montarnos en eso, tenemos que hacerlo, vamos, vamos, vamos!-Solté antes de echarme a correr a este mientras me reía de forma absurda y esperaba a que toda la gente que estaba allí subiese para ponernos en marcha, un ascenso hasta el mismísimo cielo, esta idea me hacía emocionarme tras recordar una antigua aventura sobrevolando los cielos.-
¿Podría ver esta vez por encima de las nubes? La anterior vez simplemente había estado volando, pero esta vez quería comprobar cómo eran las nubes, su consistencia, su tacto, si se podía caminar por ellas y aun mas importante, si pudiese dormir sobre una de estas, porque si se pudiera dormir sobre las nubes… oh, dormir sobre una nube debe ser increíble, no hay nada que parezca más esponjoso que una nube, seguro que era una cama y una almohada perfecta, pero solo lo vería si ese cacharro ascendía de una vez y todos se montaban encima ya, malditos vagos. A parte de eso, uno de estos empezó a subir por la pared como si estuviera escalándola, algún día lo haría yo también, pero ahora me daba pereza y no tenía un buen equipo de escalada, por desgracia.
- Resumen:
- Resumen"]Llegar a los ascensores, subirme y fantasear de forma absurda sobre lo increible que seria dormir sobre una nube.
Deathstroke
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Aliento, es lo que más me faltaba en ese momento tras una subida de ese calibre. No sentía los brazos, el viaje había sido más lago de lo que me esperaba, y con el peso de mis compañeros todavía más largo y arduo. Después de llegar arriba, ya no sabía los metros que habíamos ascendido, pero más de 5000 metros seguro, casi me atrevería a decir que el doble, pero eso no era lo peor, aun tenía que bajar a por dos de mis nakamas.
-Capi, aaassh, estamos arriba ya casi todos, eessh aaash, faltan Midorima e hinori, voy a bajar a buscarlos ahora, eeesh aaash, que Uracha se adelante para que le ayude- dije por el pinganillo con gran dificultad entre bocanadas grandes de aire- aash, le facilitaría la tarea si viniese al ascensor del puerto del nuevo mundo, eessh aash, el que está más al sur de la ciudad- terminé de decir costosamente, mientras tomaba de referencia el sol.
Mientras terminaba de hablar volví a mi forma humana, para que las alas descansasen mejor, terminé de coger un poco más de aire, me coloqué en el borde del muro preparado para saltar, cuando de repente, la cosa se puso tan mal que ni yo me lo quería creer, parecía ser que una ola gigantesca se acercaba hacia el puerto, y por las dimensiones lo arrasaría todo casi sin inmutarse, “no creo que me vaya a dar tiempo, a bajar y a volver a subir sin que me golpee esa tremenda ola” pensé para mis adentros, pero aun así lo tenía que intentar lo único que tenía bajo mi manga era el brazo derecho pero solo era un uso y no creía que me fuese a librar.
-Dexter, se acerca una gigantesca ola que arrasará el puerto, no creo que me dé tiempo a rescatar a Midorima y a Hinori, pero lo intentaré- dije por el auricular.
Dicho esto, salté al vacío en mi forma humana, y me coloqué en la posición más aerodinámica que pude para coger más velocidad y así poder llegar antes al suelo y rescatar a nuestros camaradas, y siempre preparado para pasar a mi forma híbrida en caso de ser necesario. Estaba seguro de que el capitán sería bastante más rápido que yo, pero se encontraba lejos y era posible que no le diese tiempo a ir, aun así acataría las órdenes que me diese sin rechistar y aunque no me gustasen, confiaba en él.
-Capi, aaassh, estamos arriba ya casi todos, eessh aaash, faltan Midorima e hinori, voy a bajar a buscarlos ahora, eeesh aaash, que Uracha se adelante para que le ayude- dije por el pinganillo con gran dificultad entre bocanadas grandes de aire- aash, le facilitaría la tarea si viniese al ascensor del puerto del nuevo mundo, eessh aash, el que está más al sur de la ciudad- terminé de decir costosamente, mientras tomaba de referencia el sol.
Mientras terminaba de hablar volví a mi forma humana, para que las alas descansasen mejor, terminé de coger un poco más de aire, me coloqué en el borde del muro preparado para saltar, cuando de repente, la cosa se puso tan mal que ni yo me lo quería creer, parecía ser que una ola gigantesca se acercaba hacia el puerto, y por las dimensiones lo arrasaría todo casi sin inmutarse, “no creo que me vaya a dar tiempo, a bajar y a volver a subir sin que me golpee esa tremenda ola” pensé para mis adentros, pero aun así lo tenía que intentar lo único que tenía bajo mi manga era el brazo derecho pero solo era un uso y no creía que me fuese a librar.
-Dexter, se acerca una gigantesca ola que arrasará el puerto, no creo que me dé tiempo a rescatar a Midorima y a Hinori, pero lo intentaré- dije por el auricular.
Dicho esto, salté al vacío en mi forma humana, y me coloqué en la posición más aerodinámica que pude para coger más velocidad y así poder llegar antes al suelo y rescatar a nuestros camaradas, y siempre preparado para pasar a mi forma híbrida en caso de ser necesario. Estaba seguro de que el capitán sería bastante más rápido que yo, pero se encontraba lejos y era posible que no le diese tiempo a ir, aun así acataría las órdenes que me diese sin rechistar y aunque no me gustasen, confiaba en él.
- resumen:
- dejar a Worgulv y a Uracha en la cima - contactar con Dexter - tomo aire unos segundos - contarle la situación a Dexter - saltar para rescatar a Midorima e Hinori (a no ser que me den otra orden)
Derian Markov
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Parecía que su rival había conocido el miedo. Sí... aquello era sólo el principio. Le infligiría dolor y terror hasta que se arrodillase ante él pidiendo clemencia. No había hecho más que empezar, y ese era apenas uno de sus golpes más débiles. Derian estaba tan convencido de que había sido él el que había hecho huir de terror a Miszvat que se relajó, y no se fijó en su entorno hasta que... "¿Qué será ese ruido? ¿Aplausos?" Entonces la vio. Alta como la muralla de su castillo, y bastante más amenazadora. Suspiró, meneando la cabeza medio resignado.
- Y aquí es cuando el gran cazador se ve obligado a huir... patético.
Comenzó a correr en dirección contraria esprintando a una velocidad de quinientos kilómetros por hora, pero durante un período de tiempo muy corto. Lo hizo únicamente para tomar carrerillas y de un salto propulsarse a los aires, comenzando a volar. ¿Dónde estaría Miszvat? Tenía que enseñarle quién mandaba. Ya no lo detectaba con su mantra, así que comenzó a ascender en dirección a Mariejoa. Un destello amarillo pasó a su lado a gran velocidad, agitando el aire. Parecía que no era el único que había decidido sabiamente retirarse del puerto. Sin perder el tiempo, aceleró el ritmo. Tardó un buen rato en subir hasta arriba. Mariejoa estaba a demasiada altura. Cuando al fin subió, se situó en una de las calles designadas para visitantes y activó su mantra. Con suerte encontraría a Miszvat... o eso esperaba.
- Volveremos a ajustar cuentas tú y yo, Miszvat. Ya lo verás.
- Y aquí es cuando el gran cazador se ve obligado a huir... patético.
Comenzó a correr en dirección contraria esprintando a una velocidad de quinientos kilómetros por hora, pero durante un período de tiempo muy corto. Lo hizo únicamente para tomar carrerillas y de un salto propulsarse a los aires, comenzando a volar. ¿Dónde estaría Miszvat? Tenía que enseñarle quién mandaba. Ya no lo detectaba con su mantra, así que comenzó a ascender en dirección a Mariejoa. Un destello amarillo pasó a su lado a gran velocidad, agitando el aire. Parecía que no era el único que había decidido sabiamente retirarse del puerto. Sin perder el tiempo, aceleró el ritmo. Tardó un buen rato en subir hasta arriba. Mariejoa estaba a demasiada altura. Cuando al fin subió, se situó en una de las calles designadas para visitantes y activó su mantra. Con suerte encontraría a Miszvat... o eso esperaba.
- Volveremos a ajustar cuentas tú y yo, Miszvat. Ya lo verás.
- Resumen:
- Huir de la ola y volar hasta Mariejoa.
Worgulv
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Worgulv tenia que reconocerlo, su camarada tenia la fuerza de un par de hombres, no sin esfuerzo levanto al hombre y a su compañero, y logro elevarlos lo suficiente como para alcanzar la cima, donde demonios estaban?, quien sino los dioses o herejes que se creían ellos podían vivir tan alto?, el hombre de la armadura estaba casi exhausto, no le culpaba, ese hombre de armadura se había ganado el respeto de worgulv, si no lo hizo en el pasado ya.
Las vistas desde el precipicio donde se encontraba eran fastuosas, podía verlo todo, y ese fue el problema, grandes cuerpos de bestias marinas adornaban la zona donde se habían encontrado tiempo atrás, el usualmente apacible rostro del hombre ahora estaba surcado por amplias arrugas, toda esa batalla y muerte, con bestias gigantes y casi mitológicas, habían sucedido, y el no había formado parte de ellas???!!!, ``herejía´´ dijo en un susurro el hombre, reprimió el impulso de saltar al vació y buscar combate con alguna bestia cuando vio una enorme ola que amenazaba con arrasarlo todo a su paso, quien sabe si la ola salvaría los cientos de metros que les separaban del piso que había abandonado. Problemas, no todos los camaradas estaban a salvo, el hombre de armadura salto al vació, según su transmisión para salvar a los otros dos integrantes de la banda, no parecía muy seguro de ser lo suficientemente rápido para lograrlo, comprensible después del sobres fuerzo, ojala tuviese alas para poder arrojarse el mismo al vació, lanzo un rugido alzando un hacha al cielo para dar ánimos a su compañero, lo único que pudo hacer fue rezar a los dioses para que el hombre con honor que se había tirado para salvar a sus compañeros lograse ser raudo como el viento, si no, el mismo se lanzaría a nado para recuperarles, mientras espero ordenes del compañero al cargo, que estaba a su lado.
Las vistas desde el precipicio donde se encontraba eran fastuosas, podía verlo todo, y ese fue el problema, grandes cuerpos de bestias marinas adornaban la zona donde se habían encontrado tiempo atrás, el usualmente apacible rostro del hombre ahora estaba surcado por amplias arrugas, toda esa batalla y muerte, con bestias gigantes y casi mitológicas, habían sucedido, y el no había formado parte de ellas???!!!, ``herejía´´ dijo en un susurro el hombre, reprimió el impulso de saltar al vació y buscar combate con alguna bestia cuando vio una enorme ola que amenazaba con arrasarlo todo a su paso, quien sabe si la ola salvaría los cientos de metros que les separaban del piso que había abandonado. Problemas, no todos los camaradas estaban a salvo, el hombre de armadura salto al vació, según su transmisión para salvar a los otros dos integrantes de la banda, no parecía muy seguro de ser lo suficientemente rápido para lograrlo, comprensible después del sobres fuerzo, ojala tuviese alas para poder arrojarse el mismo al vació, lanzo un rugido alzando un hacha al cielo para dar ánimos a su compañero, lo único que pudo hacer fue rezar a los dioses para que el hombre con honor que se había tirado para salvar a sus compañeros lograse ser raudo como el viento, si no, el mismo se lanzaría a nado para recuperarles, mientras espero ordenes del compañero al cargo, que estaba a su lado.
- Resumen:
- Dar ánimos a dead y sentirse impotente+ esperar ordenes
Mellanie Grim
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Durante todo el camino observamos que las casas estaban demasiado destruidas para buscar algún refugio en ellas. Aquello me trajo recuerdos del pasado. El día que mis padres murieron, el día en que mi pueblo fue destruido, todo se parecía mucho a eso. Estaba algo cansada cuando llegamos a los ascensores. Una multitud de personas intentaba subir al elevador pero este pronto comenzó a alejarse del puerto. No podía creer que la única posibilidad de escapar de los Gyojin se estuviera esfumando. Había mucha gente ahí y cuando me gire vi una ola inmensa acercarse rápidamente a nuestra posición.
-Esto va mal – pensé mientras trataba de pensar en alguna forma de salir de aquella situación tan peligrosa
De pronto, vi que Maximilian se quitaba la ropa. Confundida no entendí que estaba haciendo pero cuando vi que algo comenzó a cambiar en él, casi me desmayó de la impresión de ver lo que estaba pasando. Maximilian se estaba transformando en una especie de animal. Su cuerpo se envolvió en un pelaje naranja con rayas y en su pecho apareció un pelaje blanco mientras que su rostro tomaba la forma de un tigre.
-Acaso eso es…
Rugió con fuerza y nos cargó a Roy y a mí en sus hombros. Parecía no serle muy difícil pero cuando vi lo que intentaba hacer fue aún más impresionante. Corrió a toda velocidad y estampo con el gran muro de tierra sus garras bien afiladas. Empezamos a alejarnos del suelo rápidamente, parecía que Maximilian había pensado en escalar por su propia cuenta por todo aquella gran muralla de tierra pero por la velocidad tan rápida que avanzábamos no pareció lógico. El barco que había pasado volando por encima de nosotros estaba encima de nosotros y Maximilian apresuró la subida. Sentí el impulso que dio contra el muro de tierra. Cerré los ojos ya que no quería ver nuestro final pero fue todo lo contrario. Cuando los abrí casi me suelto y caigo hacia abajo. Estábamos elevándonos en el aire. Maximilian se sostenía con una garra del barco y con la otra clavó su katana. Sabía que en cualquier momento se iba a cansar así que yo al estar en su hombro izquierdo, estiré mi mano y sujete el mango de la katana. Sentí la mano peluda de Maximilian y él comprendió lo que iba hacer. Sabiendo que mis brazos eran fuertes, me deslice por debajo de su brazo y me quede por un segundo colgada con una sola mano en aire. Maximilian había soltado el mango de su katana y ahora tenía su otra garra clavada en el barco. Yo con algo de dificultad logre colocar mi otra mano en el mango de la katana y me sentí un poco más segura a pesar de que mis pies tocaba solo el aire.
-Esto va mal – pensé mientras trataba de pensar en alguna forma de salir de aquella situación tan peligrosa
De pronto, vi que Maximilian se quitaba la ropa. Confundida no entendí que estaba haciendo pero cuando vi que algo comenzó a cambiar en él, casi me desmayó de la impresión de ver lo que estaba pasando. Maximilian se estaba transformando en una especie de animal. Su cuerpo se envolvió en un pelaje naranja con rayas y en su pecho apareció un pelaje blanco mientras que su rostro tomaba la forma de un tigre.
-Acaso eso es…
Rugió con fuerza y nos cargó a Roy y a mí en sus hombros. Parecía no serle muy difícil pero cuando vi lo que intentaba hacer fue aún más impresionante. Corrió a toda velocidad y estampo con el gran muro de tierra sus garras bien afiladas. Empezamos a alejarnos del suelo rápidamente, parecía que Maximilian había pensado en escalar por su propia cuenta por todo aquella gran muralla de tierra pero por la velocidad tan rápida que avanzábamos no pareció lógico. El barco que había pasado volando por encima de nosotros estaba encima de nosotros y Maximilian apresuró la subida. Sentí el impulso que dio contra el muro de tierra. Cerré los ojos ya que no quería ver nuestro final pero fue todo lo contrario. Cuando los abrí casi me suelto y caigo hacia abajo. Estábamos elevándonos en el aire. Maximilian se sostenía con una garra del barco y con la otra clavó su katana. Sabía que en cualquier momento se iba a cansar así que yo al estar en su hombro izquierdo, estiré mi mano y sujete el mango de la katana. Sentí la mano peluda de Maximilian y él comprendió lo que iba hacer. Sabiendo que mis brazos eran fuertes, me deslice por debajo de su brazo y me quede por un segundo colgada con una sola mano en aire. Maximilian había soltado el mango de su katana y ahora tenía su otra garra clavada en el barco. Yo con algo de dificultad logre colocar mi otra mano en el mango de la katana y me sentí un poco más segura a pesar de que mis pies tocaba solo el aire.
- Resumen:
- Llegamos al ascensor. Me desesperó por que el elevador se va. Me sorprendo mucho al ver que Maximilian usa su Akuma. Nos llevaba a cuestas escalando el muro de tierra mientas yo aun sigo congelada por verlo. Saltamos hacia el barco volador que habíamos visto antes y me las arregló para que Maximilian ya no me cargue sosteniéndome del mango de su katana.
Mark Kjellberg
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Al fin pude ver algo que nos llamaría la atención sin duda alguna. Una armería o algo que se asemejaba a tal, sin tener la necesidad de que Haine ayudara con ello. Bajé haciendo desaparecer mis alas, sentándome al lado de Eris mientras le miraba de reojo, notaría mi presencia si hacía uso de su Haki Mantra por lo que tampoco es que le fuera a caer de imprevisto. Esperaría a que ella también me mirara, para poder hacer que leyera mis labios con facilidad, al menos era uno de los pocos en el grupo que se dignaba a hablarle mirándole fijo a la cara, algo con lo que yo ya me había acostumbrado a hacer luego de la reunión en Johota, donde tuvimos tiempo suficiente para acostumbrarnos el uno al otro, actualizarnos con los cambios sucedidos y obviamente, saber que ella era sorda; — "No muy a lo lejos hay una armería o lo que parece ser una... Hay que informarle a los demás, pero... ¿no sientes algo extraño en el aire? Como una fuerte presencia, algo malo está sucediendo." — murmuraba antes de denotar que los cielos se empezaban a despejar de forma abrupta, aparte de que un barco volador sobrevolaba nuestras cabezas a una velocidad bastante abrupta, dirigiéndose al centro y cima de Mariejoa. ¿De qué se trataba todo aquello? — Cada vez entiendo menos lo que sucede en esta isla... Barcos voladores, tormentas que se desvanecen de repente, rayos laser que pasan sobre mi cabeza. ¿Acaso tú comprendes algo, Eris? De todos modos, sígueme por favor. — decía siempre mirándola a la cara, dejando en claro lo que le decía.
Estaba claro que algo demasiado gordo estaba por suceder en aquel lugar, en esa isla donde los nobles mundiales se bufan de aquellos que consideran inferiores a su "raza", esos que desde que fue creado el tratado de los 20 Reyes nunca han bajado de su maldita nube de egocentrismo y superioridad, ¿cómo era posible aquello? Cuando no hay nadie más perfecto que yo; arrugué un poco el ceño y palmeé uno de los hombros de Eris, señalando luego al suelo donde estaban Haine y Ban para dejarle claro que bajaría. Me dejé caer de aquel edificio en el que estábamos sentados, desplegando mis alas a último momento para aminorar la marcha y tener una caída más que silenciosa, gracias a mis prendas que evitaban que mis acciones no fueran escuchadas, como si fuese una especie de fantasma. Una vez aterrizado, me dirigí hacia aquel par de jóvenes, mirándoles fijamente con una clara expresión de querer decirles algo. — Haine, Ban... no muy a lo lejos por esta calle doblando a la izquierda en la próxima esquina hay una Armería... iré a revisar, vengan si quieren. — les decía mientras se notaba una sonrisa ciertamente emocionada en mi rostro. — Por cierto, ¿no vieron ese enorme barco pasar sobre nuestras cabezas? Me da mala espina... se va a armar una gorda en la isla y no es broma... — agregué a la conversación. Pero me importaba tan poco aquello por el hecho de haber encontrado una armería, más que nada por el hecho de que se trataba de un local que yo comprendía perfectamente, solo esperaba que no fuese una simple tienda para vender armas y utensilios varios hechos previamente; quería una fragua, una buena fragua en donde seguro encontraría tesoros que, personalmente, valían la pena saquear.
Sin mucha pausa y espera me dirigí hacia dicho lugar, obviamente esperando a los demás sin dejarles demasiado atrás. Revisé si la herradura estaba rota o trancada, pero al girar el pestillo la puerta estaba abierta como si nada. — Raro... — susurré yo hablando conmigo mismo, sin verme en la obligación y/o necesidad de romperla con un simple puñetazo. Una vez dentro, empecé a revisar todo el local el cual se encontraba iluminado por la luz que pasaba por la vitrina del local, gracias al cielo recientemente despejado. En el suelo una circular y algo gastada alfombra, entre armas que se encontraban dentro de barriles y una estantería llena de artilugios variados hechos con un sistema más bien rupestre, simplista de engranajes y poleas, pero había algo en especial, allá a unos metros de distancia, colgada en una pared y enmarcada de manera sumamente elegante, resaltaba en el local. Con un marco negro, parecía ser una espada... ¿de qué tipo? Hasta allí llegaban mis conocimientos, aunque supiera hacerlas nunca había tenido interés en aprender el nombre de dichas armas de filo... siempre que me las pedían traían una de ejemplo para hacerles copia y afilarlas a gusto del comprador, pero nada más allá de ello... Esta irradiaba un aura extraña, como si fuese más especial que todas las demás, buscando atención; miré de reojo tanto a Haine, como a Ban y a Eris si habían venido conmigo a dicho lugar. Ya allí señalé esta y mirándoles -principalmente a Eris para que pudiese leer mis labios- les hablé.
— Eh, miren... ¿no les parece curioso? Yo no entiendo de espadas aunque las haga, a alguno de ustedes tal vez pueda interesarles... mientras yo buscaré la fragua si es que este local la tiene, o algo así... — todos los herreros tienen sus secretos, y como si fuera poco, empecé a dar leves pisotones en el piso mientras andaba por todo el lugar, recorriendo de pies a cabeza la habitación u habitaciones que hubiera allí -tampoco es que supiéramos mucho de un lugar desconocido como aquel-, ¿pero qué intenciones tenía yo al hacer eso? Claramente, buscar alguna escotilla secreta, un doble suelo en donde escondieran cosas, o un pasadizo secreto que llevara a alguna parte de la ciudad... las posibilidades eran infinitas, pero no sería la primera vez que sucedía de encontrar algo así en una ciudad tan cuidadosa y prestigiosa como Mariejoa, al final de cuentas... inclusive los mejores lugares tienen oscuros secretos que ocultar; — Anden con cuidado... la puerta estaba sin seguro, puede ser que no estemos solos... — murmuré, advirtiendo a mis compañeros por si las dudas, volteando a verles al decir aquello, siempre con Mantra activo por si las dudas.
Estaba claro que algo demasiado gordo estaba por suceder en aquel lugar, en esa isla donde los nobles mundiales se bufan de aquellos que consideran inferiores a su "raza", esos que desde que fue creado el tratado de los 20 Reyes nunca han bajado de su maldita nube de egocentrismo y superioridad, ¿cómo era posible aquello? Cuando no hay nadie más perfecto que yo; arrugué un poco el ceño y palmeé uno de los hombros de Eris, señalando luego al suelo donde estaban Haine y Ban para dejarle claro que bajaría. Me dejé caer de aquel edificio en el que estábamos sentados, desplegando mis alas a último momento para aminorar la marcha y tener una caída más que silenciosa, gracias a mis prendas que evitaban que mis acciones no fueran escuchadas, como si fuese una especie de fantasma. Una vez aterrizado, me dirigí hacia aquel par de jóvenes, mirándoles fijamente con una clara expresión de querer decirles algo. — Haine, Ban... no muy a lo lejos por esta calle doblando a la izquierda en la próxima esquina hay una Armería... iré a revisar, vengan si quieren. — les decía mientras se notaba una sonrisa ciertamente emocionada en mi rostro. — Por cierto, ¿no vieron ese enorme barco pasar sobre nuestras cabezas? Me da mala espina... se va a armar una gorda en la isla y no es broma... — agregué a la conversación. Pero me importaba tan poco aquello por el hecho de haber encontrado una armería, más que nada por el hecho de que se trataba de un local que yo comprendía perfectamente, solo esperaba que no fuese una simple tienda para vender armas y utensilios varios hechos previamente; quería una fragua, una buena fragua en donde seguro encontraría tesoros que, personalmente, valían la pena saquear.
Sin mucha pausa y espera me dirigí hacia dicho lugar, obviamente esperando a los demás sin dejarles demasiado atrás. Revisé si la herradura estaba rota o trancada, pero al girar el pestillo la puerta estaba abierta como si nada. — Raro... — susurré yo hablando conmigo mismo, sin verme en la obligación y/o necesidad de romperla con un simple puñetazo. Una vez dentro, empecé a revisar todo el local el cual se encontraba iluminado por la luz que pasaba por la vitrina del local, gracias al cielo recientemente despejado. En el suelo una circular y algo gastada alfombra, entre armas que se encontraban dentro de barriles y una estantería llena de artilugios variados hechos con un sistema más bien rupestre, simplista de engranajes y poleas, pero había algo en especial, allá a unos metros de distancia, colgada en una pared y enmarcada de manera sumamente elegante, resaltaba en el local. Con un marco negro, parecía ser una espada... ¿de qué tipo? Hasta allí llegaban mis conocimientos, aunque supiera hacerlas nunca había tenido interés en aprender el nombre de dichas armas de filo... siempre que me las pedían traían una de ejemplo para hacerles copia y afilarlas a gusto del comprador, pero nada más allá de ello... Esta irradiaba un aura extraña, como si fuese más especial que todas las demás, buscando atención; miré de reojo tanto a Haine, como a Ban y a Eris si habían venido conmigo a dicho lugar. Ya allí señalé esta y mirándoles -principalmente a Eris para que pudiese leer mis labios- les hablé.
— Eh, miren... ¿no les parece curioso? Yo no entiendo de espadas aunque las haga, a alguno de ustedes tal vez pueda interesarles... mientras yo buscaré la fragua si es que este local la tiene, o algo así... — todos los herreros tienen sus secretos, y como si fuera poco, empecé a dar leves pisotones en el piso mientras andaba por todo el lugar, recorriendo de pies a cabeza la habitación u habitaciones que hubiera allí -tampoco es que supiéramos mucho de un lugar desconocido como aquel-, ¿pero qué intenciones tenía yo al hacer eso? Claramente, buscar alguna escotilla secreta, un doble suelo en donde escondieran cosas, o un pasadizo secreto que llevara a alguna parte de la ciudad... las posibilidades eran infinitas, pero no sería la primera vez que sucedía de encontrar algo así en una ciudad tan cuidadosa y prestigiosa como Mariejoa, al final de cuentas... inclusive los mejores lugares tienen oscuros secretos que ocultar; — Anden con cuidado... la puerta estaba sin seguro, puede ser que no estemos solos... — murmuré, advirtiendo a mis compañeros por si las dudas, volteando a verles al decir aquello, siempre con Mantra activo por si las dudas.
- Resumen:
- Charlar con Eris sobre los tejados, haciendo notar aquel enorme barco que pasa sobre ellos > Bajar al suelo y comunicarles a Haine y Ban que hay una Armería cerca, dirigirse hacia allí y proponerles que le sigan > Entrar a dicho lugar notando que la puerta estaba sin seguro, algo raro al menos para Mark > Decirles sobre la espada colgada en la pared, tal vez alguno de ellos se interese en dicha arma > Dar pisotones en el suelo para ver si hay algún subsuelo u suelo escondido con escotilla, por mera curiosidad ya que es algo que un digno Herrero haría, esconder sus más valiosas pertenencias en su lugar de trabajo, en un sitio secreto para todos que solamente él conozca. > Advertir a sus compañeros sobre la puerta sin seguro, tal vez no están solos.
- Armería:
- Ya que no se nos fue proporcionada una descripción detallada de dicho local, me he tomado las molestias de hacer una yo, no muy detallada pero sí con un mapa bien hecho de la ubicación de cada cosa; Si el Moderador que lleva el capítulo no permite tal acción, ignorar esto; no he puesto ubicaciones de cada uno de los miembros de Morgenstern porque eso lo pondrán ellos en su turno he de suponer.
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Una puerta abierta y un vehículo perfecto para lo que se avecinaba, el castaño sin embargo tenía un mal presentimiento. Miró a sus hombres de forma seria se dio la vuelta mientras les dirigía la palabra de forma seria.
- Seguid sin mí, chicos…
Dicho eso Salió de la sala y echó a volar observando lo que pasaba, debía de informar de aquello a la revolución cuanto antes, por lo que salió volando a toda velocidad de aquella isla de pesadilla.
- Seguid sin mí, chicos…
Dicho eso Salió de la sala y echó a volar observando lo que pasaba, debía de informar de aquello a la revolución cuanto antes, por lo que salió volando a toda velocidad de aquella isla de pesadilla.
- Re:
- Salgo del cap
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Ya no podía más, esos pobres esclavos debían de estar solos en el barco, debía ir con ellos y predicarles la palabra de Dios. De modo que ahora sonrió mientras les enviaba un saludo a sus tres compañeros.
- Señores Dios me llama, debo ir con los esclavos y guiarlos.
Dicho eso se dio la vuelta y salió corriendo.
- Señores Dios me llama, debo ir con los esclavos y guiarlos.
Dicho eso se dio la vuelta y salió corriendo.
- Re:
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Bisutomaru no tardó mucho en darse cuenta de que aquello iba a ir a peor, aún estaba mosqueado con los malditos espadachines que huyeron, esos payasos se habían metido con Kaiser, los seguiría hasta el fin del mundo y los mataría. Miró a Sawaki y le hizo burlo mientras soltaba una carcajada.
- Hueles a atún, a ver si nos duchamos más que para eso eres un Gyojin, ya mismo hueles peor que el monito Lugh. Kaiser-sama buscare a los tontos de antes.
Sin pensárselo salió corriendo hasta llegar al mar, tirarse a este y salir nadando hacia el Sur, buscando a sus presas, que mal sentido de la orientación.
- Hueles a atún, a ver si nos duchamos más que para eso eres un Gyojin, ya mismo hueles peor que el monito Lugh. Kaiser-sama buscare a los tontos de antes.
Sin pensárselo salió corriendo hasta llegar al mar, tirarse a este y salir nadando hacia el Sur, buscando a sus presas, que mal sentido de la orientación.
- Re:
- Abandono el capitulo
Kaito Kazuki
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Se libran de la lluvia de flechas, algo bueno, pero como Kaito pille al desgraciado que lanzó eso se las pagará…El grupo de cazadores sigue avanzando hasta llegar a la zona de arriba, justo a tiempo para evitar que una serie de grandes olas los alcance y acabe con todos pues todos son usuarios de akuma. El joven espadachín aterriza y toma su forma humana nuevamente, no tiene mucho interés en seguir en forma híbrida, así por lo menos tendría un as bajo la manda. |~Sin, Guldrik, no uséis vuestras akuma ahora que llegamos a la zona residencial, tener ese poder oculto es una baza a nuestro favor, y no quiero perderla.~| Dice el líder de aquél grupo con un tono serio lo que denotaría su liderazgo ante cualquiera que supiera apreciar la diferencia de tonos de una conversación normal a una orden de líder. Por suerte el lugar parece estar desierto, pero Kaito no se fía demasiado y activa su kenbunshoku para rastrear la zona, en un principio no percibe a nadie, lo que es una buena señal, al menos por el momento. Es hora de empezar a distribuir al gremio en posiciones ventajosas para el combate, no los separaría del todo, simplemente los ubicaría en zonas en las que sus habilidades fueran de provecho. |~Ed, busca una posición desde la cual puedas emboscar con tu habilidad a cualquier atacante. Dado que tienes Kenbunshoku podrás diferenciarnos de los intrusos.~| Dice Kazuki mirando a los ojos color miel de su rubio compañero y miembro del consejo. No es habitual en el jefe de Legendary empezar a dar órdenes tal y como hace en ese momento, pero la situación lo requiere, no quiere cometer errores, y si hay errores prefiere saber dónde están porque así podrá protegerlos sin muchos problemas, al fin y al cabo, él es el líder y se supone que debe proteger a los suyos y no usarlos como escudo.
|~Sin, tú has de buscar una zona elevada en la que no te vean pero tú los puedas ver, tu habilidad de tirador vendrá bien en esta zona llena de edificios y cubrirás una zona que nosotros no podemos.~| Dice el samurái mientras mira a su pelirrojo compañero a los ojos sangre. |~Guldirk, tengo entendido que posees el kenbunshoku, acompáñalo, podrás identificar la presencia de los aliados y diferenciarla de los enemigos, solo se consideran aliados los 4 que estamos aquí, cualquier presencia fuera de esa se considerará enemigo y amenaza.~| Le dice al albino que se encuentra junto a él, uno de los más noveles del grupo, pero que demuestra lealtad y eso le agrada a Kaito. |~Yo me quedaré aquí en las calles, me escabulliré entre callejuelas y edificios para poder estudiar la zona con mayor facilidad, de ese modo podré daros las indicaciones. Tened todos a mano los Den Den Mushi que os regalé, de ese modo no tendremos dificultad de comunicación.~| Dice ahora dirigiéndose a todos los miembros justo antes de ponerse a moverse por las calles en busca del camino hacia la zona más central, sabe perfectamente que permanecer allí no es buena idea. |~Moveros siempre, no os quedéis siempre en el mismo sitio y alejaos del borde, el oleaje me preocupa, pero siempre que os mováis que el lugar al que os dirijáis cumpla con los requisitos que os encomendé. Nos mantendremos informados por DDM. Ed, tu clave será “Earth”, Sin y Guldirk la vuestra será “Wind” y la mía…”Fire”. De ese modo podremos ocultar nuestra identidad mayormente, no nos pillarán con nuestros nombres. ¿Entendido?~| Dice justo antes de desaparecer en una callejuela.
|~Sin, tú has de buscar una zona elevada en la que no te vean pero tú los puedas ver, tu habilidad de tirador vendrá bien en esta zona llena de edificios y cubrirás una zona que nosotros no podemos.~| Dice el samurái mientras mira a su pelirrojo compañero a los ojos sangre. |~Guldirk, tengo entendido que posees el kenbunshoku, acompáñalo, podrás identificar la presencia de los aliados y diferenciarla de los enemigos, solo se consideran aliados los 4 que estamos aquí, cualquier presencia fuera de esa se considerará enemigo y amenaza.~| Le dice al albino que se encuentra junto a él, uno de los más noveles del grupo, pero que demuestra lealtad y eso le agrada a Kaito. |~Yo me quedaré aquí en las calles, me escabulliré entre callejuelas y edificios para poder estudiar la zona con mayor facilidad, de ese modo podré daros las indicaciones. Tened todos a mano los Den Den Mushi que os regalé, de ese modo no tendremos dificultad de comunicación.~| Dice ahora dirigiéndose a todos los miembros justo antes de ponerse a moverse por las calles en busca del camino hacia la zona más central, sabe perfectamente que permanecer allí no es buena idea. |~Moveros siempre, no os quedéis siempre en el mismo sitio y alejaos del borde, el oleaje me preocupa, pero siempre que os mováis que el lugar al que os dirijáis cumpla con los requisitos que os encomendé. Nos mantendremos informados por DDM. Ed, tu clave será “Earth”, Sin y Guldirk la vuestra será “Wind” y la mía…”Fire”. De ese modo podremos ocultar nuestra identidad mayormente, no nos pillarán con nuestros nombres. ¿Entendido?~| Dice justo antes de desaparecer en una callejuela.
- Resumen:
- Llegar a la zona residencial. Distribuir al gremio en equipos de emboscada. Nombrar a los equipos. Callejear en busca de camino o cualquier cosa interesante.
Dexter Black
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El bote navegaba los vientos, andante como una buena canción de primavera, a un par de metros de altura. El aire era más puro, las vistas mejores y los sonidos y olores, más vivos. Todo ello lo llevó a prevenir instantes antes de su asalto a la barca dos presencias, que, para su sorpresa, conocía. Una era Jin, el loco pirómano de la banda del Shirokami, y la otra... La otra no sabía de qué, aunque cuando escuchó su voz recordó una alucinación que tuvo un día, un día bastante perdido en Baterilla con perros sentados en sillones y y columnas que aparecían mágicamente en medio del aire. Pero oyendo aquellas palabras no podía sino dudarlo, porque... ¿No era aquella voz exactamente? Extrañado y sorprendido se giró, y ambos se sorprendieron en demasía, al parecer. Aquel día había sido inolvidable, aunque no lo recordaran. Y tras las palabras del trajeado, definitivamente lo supo, era él. Aquello había sucedido.
Su presencia era mucho más poderosa que hacía años, y su pelo brillaba más, además de lucir limpio. Se podría decir que el tiempo lo había tratado bien, y los años en él habían trabajado bien. Según hablaba recordaba más y más detalles de aquella anécdota del South Blue, y sentía la necesidad de dar un abrazo a aquel hombre, embargado en una sonrisa.
-Todo era cierto, caballero- dijo, con la voz algo cogida, en su hombro, y miró hacia Jin, que balbuceaba un poco y, al parecer, decía que odiaba a Jin Surfer. "Vaya, además de pirómano se odia a sí mismo...", pensó, pero comprendió lo que decía cuando recibió el guiño de su ojo. Estaba en algún tipo de misión secreta o algo así, o sería un infiltrado en los Shirokami... No, aquello era imposible, Jin era un pirata de pura cepa, pero... ¿Qué hacía siendo amigo de un tipo que sin lugar a dudas era adente del Cipher Pol? Se liberó del abrazo y dijo un par de palabras más al hombre-. Mi nombre es Dexter Black, eto... Amigo- no sabía su nombre, esperaba que se lo dijera, aunque "Amigo" era un apelativo tan bueno como cualquier otro, excepto Timmothy.
Se llevó una mano a la parte negra del cabello, cubriéndola para la vista, y guiñando un ojo a Jin. Si estaba infiltrado, no podía ser él quien se cargara su identidad, y si se había infiltrado en la banda, tener rencor ahora no serviría de nada.
-Entonces... ¿Os han puesto aquí para ayudarme o venís de visita? Sé que es divertido navegar en el aire, pero...- hizo una pausa. Algo lo había turbado-. ¿Qué ha sido eso?
Se concentró en el sonido, y notó el renquear de una puerta algo vieja ¿Alguien robando en medio de una guerra? Era extraño que alguien subiera diez kilómetros sólo para asaltar una casa, arriesgándose a ser ejecutado sólo por pisar la alta meseta o asesinado por haber llegado en medio de una guerra. Pero escuchar a alguien hablando de llevarse espadas era, como mínimo, una invitación a intervenir. Su deber era defender la Tierra sagrada, y si estaban atacándola antes de la llegada de los Trilobites debía detenerlos. Hasta la menor de las armas podía significar la diferencia entre victoria y derrota, además estaba seguro de que, puestos a robar, no se conformarían con un par de cachos de metal. Los Tenryuubitos estarían muy, pero muy enfadados si alguien robaba algo en sus hogares, y no pensaba arriesgar aquella promesa de libertad que le habían hecho por un par de ladrones. Aunque tal vez fueran un grupo de marines que habían entrado a por repuestos, pero entrar a hurtadillas... Vaya por dios.
-Yo voy hacia ahí- dijo, señalando la zona que sus compañeros no eran capaces de vislumbrar, pero pronto detectarían-. Si alguien está robando debo impedírselo. Venid conmigo.
Elevó el bote sobre los edificios hasta estar en la calle de donde provenía el ruido, descendiendo sobre ésta y dejando la madera chocar contra el suelo con un "plock", tras el que saltó al momento. Estaba seguro de que los "agentes" lo seguirían, pues al fin y al cabo si no era su deber ayudarlo, lo era mantener el orden en la ciudad, y entró por la puerta, viendo una figura que, definitivamente, no era un Marine. Ni aquella casa de Tenryuubito una casa de Tenryuubito. Debió haberse fijado, estando en el barrio comercial, en que aquello no sería una casa. Era una armería. Pero aquello no era lo importante, sino la persona que allí se convertía en el centro de atención: Enorme, cubierto por una larga capa oscura y a un lado abultaba lo que podría ser o bien una gigantesca arma o el botín de un robo. ¿Qué demonios significaba aquello?
-¡¿Qué demonios hacéis?!- preguntó a voz de grito, liberando su Haki del rey contra los intrusos, dejando fuera de su alcance los agentes, si es que estaban-. Robando en medio de una...
Sus palabras se vieron interrumpidas por lo que le llegó del auricular. Deathstroke parecía agotado, pero se iba a lanzar al abismo de nuevo para recoger a Hinori y Midorima. No podía consentir aquello. Dio la espalda a la gente del interior y se dirigió a sus improvisados compañeros, si es que lo acompañaban:
-Interrogadlos, yo tengo algo que hacer. Deathstroke me necesita- Jin entendería lo que significaba aquello, y con suerte se lo explicaría a su compañero.
Salió corriendo hacia el nuevo mundo, y dio un salto que se transformó en planeo, mientras tomaba su forma de Dios de los Dragones. En aquella forma había notado cómo todas sus características sufrían un aumento exagerado, y su velocidad de vuelo sería suficiente para alcanzarlos en instantes. Deathstroke ya se había ganado el pan por hoy, era momento de ejercer como capitán.
-¡Sube de vuelta, loco!- gritó con una voz atronadora, gutural, mientras seguía acelerando y llegaba al acantilado, descendiendo en un picado casi absoluto, incrementando su velocidad gracias a la gravedad. "Uno, dos, tres...", iba contando mientras forzaba su cuerpo, y notó la barrera del sonido romperse cuatro veces. ¿Casi 5.000 kilómetros por hora? Era absurdo, y comenzó a frenar cuando llevaba cinco segundos en caída. Aún así por los pelos no se estampó contra el suelo. Cerca de diez segundos de bajada, el cuerpo le dolía, se había forzado, pero tenía a esos dos locos al lado.
Sin mediar palabra los agarró a cada uno con una garra y comenzó a subir. Para reponerse él mismo, que se había excedido con aquella velocidad, y para proteger a sus Nakamas. Si lograba alcanzar cinco mil en aquella forma, mil sería un ritmo casi relajado, aunque por el esfuerzo su corazón acabaría palpitante, y Uracha tendría que encargarse de darle algo para reponerse.
"Ni un minuto", dijo para sí el agotado dragón, mientras dejaba a Midorima y a Hinori en el suelo, y regresaba a su forma humana arrodillado en el suelo, junto a su gente.
-¿Qué... Demonios...-trató de decir, extenuado, agarrándose los brazos. Le dolían por la presión, y sentía su corazón salirse del pecho. Necesitaba unos instantes para respirar y recuperarse. Uno, dos, tres segundos en silencio sin terminar la frase, pero con una voz débil pudo hilarla-. ¿Qué demonios habéis hecho, inconscientes?
Miró a esos dos, quemados y heridos. ¿A qué demonios se habían enfrentado? ¿Qué armas estaban usando los peces? No podían ganar si de buenas a primeras aquello se tornaba tan negro. Necesitaban un milagro.
-Hmffffp- sonó de su boca, sin que hablara, sólo por el esfuerzo de levantarse, pero lo consiguió. Cualquiera que lo mirara podría ver cómo poco a poco su cuerpo volvía a la normalidad, pero un par de capilares le habían reventado, dejándole una hermosa marca en el brazo derecho, aunque la forma era realmente reveladora. Era un dragón. Definitivamente no iba a morir aquel día, todas las señales lo decían. Con un esfuerzo inhumano, alzó la voz, de forma que se escuchara en Mariejoa-. ¡Hoy no es el día de nuestra muerte!- casi se cayó del esfuerzo, pero consiguió aguantar. Caer en aquel momento habría hecho del grito algo inolvidable, pero ganar la batalla lo sería más.
Su presencia era mucho más poderosa que hacía años, y su pelo brillaba más, además de lucir limpio. Se podría decir que el tiempo lo había tratado bien, y los años en él habían trabajado bien. Según hablaba recordaba más y más detalles de aquella anécdota del South Blue, y sentía la necesidad de dar un abrazo a aquel hombre, embargado en una sonrisa.
-Todo era cierto, caballero- dijo, con la voz algo cogida, en su hombro, y miró hacia Jin, que balbuceaba un poco y, al parecer, decía que odiaba a Jin Surfer. "Vaya, además de pirómano se odia a sí mismo...", pensó, pero comprendió lo que decía cuando recibió el guiño de su ojo. Estaba en algún tipo de misión secreta o algo así, o sería un infiltrado en los Shirokami... No, aquello era imposible, Jin era un pirata de pura cepa, pero... ¿Qué hacía siendo amigo de un tipo que sin lugar a dudas era adente del Cipher Pol? Se liberó del abrazo y dijo un par de palabras más al hombre-. Mi nombre es Dexter Black, eto... Amigo- no sabía su nombre, esperaba que se lo dijera, aunque "Amigo" era un apelativo tan bueno como cualquier otro, excepto Timmothy.
Se llevó una mano a la parte negra del cabello, cubriéndola para la vista, y guiñando un ojo a Jin. Si estaba infiltrado, no podía ser él quien se cargara su identidad, y si se había infiltrado en la banda, tener rencor ahora no serviría de nada.
-Entonces... ¿Os han puesto aquí para ayudarme o venís de visita? Sé que es divertido navegar en el aire, pero...- hizo una pausa. Algo lo había turbado-. ¿Qué ha sido eso?
Se concentró en el sonido, y notó el renquear de una puerta algo vieja ¿Alguien robando en medio de una guerra? Era extraño que alguien subiera diez kilómetros sólo para asaltar una casa, arriesgándose a ser ejecutado sólo por pisar la alta meseta o asesinado por haber llegado en medio de una guerra. Pero escuchar a alguien hablando de llevarse espadas era, como mínimo, una invitación a intervenir. Su deber era defender la Tierra sagrada, y si estaban atacándola antes de la llegada de los Trilobites debía detenerlos. Hasta la menor de las armas podía significar la diferencia entre victoria y derrota, además estaba seguro de que, puestos a robar, no se conformarían con un par de cachos de metal. Los Tenryuubitos estarían muy, pero muy enfadados si alguien robaba algo en sus hogares, y no pensaba arriesgar aquella promesa de libertad que le habían hecho por un par de ladrones. Aunque tal vez fueran un grupo de marines que habían entrado a por repuestos, pero entrar a hurtadillas... Vaya por dios.
-Yo voy hacia ahí- dijo, señalando la zona que sus compañeros no eran capaces de vislumbrar, pero pronto detectarían-. Si alguien está robando debo impedírselo. Venid conmigo.
Elevó el bote sobre los edificios hasta estar en la calle de donde provenía el ruido, descendiendo sobre ésta y dejando la madera chocar contra el suelo con un "plock", tras el que saltó al momento. Estaba seguro de que los "agentes" lo seguirían, pues al fin y al cabo si no era su deber ayudarlo, lo era mantener el orden en la ciudad, y entró por la puerta, viendo una figura que, definitivamente, no era un Marine. Ni aquella casa de Tenryuubito una casa de Tenryuubito. Debió haberse fijado, estando en el barrio comercial, en que aquello no sería una casa. Era una armería. Pero aquello no era lo importante, sino la persona que allí se convertía en el centro de atención: Enorme, cubierto por una larga capa oscura y a un lado abultaba lo que podría ser o bien una gigantesca arma o el botín de un robo. ¿Qué demonios significaba aquello?
-¡¿Qué demonios hacéis?!- preguntó a voz de grito, liberando su Haki del rey contra los intrusos, dejando fuera de su alcance los agentes, si es que estaban-. Robando en medio de una...
Sus palabras se vieron interrumpidas por lo que le llegó del auricular. Deathstroke parecía agotado, pero se iba a lanzar al abismo de nuevo para recoger a Hinori y Midorima. No podía consentir aquello. Dio la espalda a la gente del interior y se dirigió a sus improvisados compañeros, si es que lo acompañaban:
-Interrogadlos, yo tengo algo que hacer. Deathstroke me necesita- Jin entendería lo que significaba aquello, y con suerte se lo explicaría a su compañero.
Salió corriendo hacia el nuevo mundo, y dio un salto que se transformó en planeo, mientras tomaba su forma de Dios de los Dragones. En aquella forma había notado cómo todas sus características sufrían un aumento exagerado, y su velocidad de vuelo sería suficiente para alcanzarlos en instantes. Deathstroke ya se había ganado el pan por hoy, era momento de ejercer como capitán.
-¡Sube de vuelta, loco!- gritó con una voz atronadora, gutural, mientras seguía acelerando y llegaba al acantilado, descendiendo en un picado casi absoluto, incrementando su velocidad gracias a la gravedad. "Uno, dos, tres...", iba contando mientras forzaba su cuerpo, y notó la barrera del sonido romperse cuatro veces. ¿Casi 5.000 kilómetros por hora? Era absurdo, y comenzó a frenar cuando llevaba cinco segundos en caída. Aún así por los pelos no se estampó contra el suelo. Cerca de diez segundos de bajada, el cuerpo le dolía, se había forzado, pero tenía a esos dos locos al lado.
Sin mediar palabra los agarró a cada uno con una garra y comenzó a subir. Para reponerse él mismo, que se había excedido con aquella velocidad, y para proteger a sus Nakamas. Si lograba alcanzar cinco mil en aquella forma, mil sería un ritmo casi relajado, aunque por el esfuerzo su corazón acabaría palpitante, y Uracha tendría que encargarse de darle algo para reponerse.
"Ni un minuto", dijo para sí el agotado dragón, mientras dejaba a Midorima y a Hinori en el suelo, y regresaba a su forma humana arrodillado en el suelo, junto a su gente.
-¿Qué... Demonios...-trató de decir, extenuado, agarrándose los brazos. Le dolían por la presión, y sentía su corazón salirse del pecho. Necesitaba unos instantes para respirar y recuperarse. Uno, dos, tres segundos en silencio sin terminar la frase, pero con una voz débil pudo hilarla-. ¿Qué demonios habéis hecho, inconscientes?
Miró a esos dos, quemados y heridos. ¿A qué demonios se habían enfrentado? ¿Qué armas estaban usando los peces? No podían ganar si de buenas a primeras aquello se tornaba tan negro. Necesitaban un milagro.
-Hmffffp- sonó de su boca, sin que hablara, sólo por el esfuerzo de levantarse, pero lo consiguió. Cualquiera que lo mirara podría ver cómo poco a poco su cuerpo volvía a la normalidad, pero un par de capilares le habían reventado, dejándole una hermosa marca en el brazo derecho, aunque la forma era realmente reveladora. Era un dragón. Definitivamente no iba a morir aquel día, todas las señales lo decían. Con un esfuerzo inhumano, alzó la voz, de forma que se escuchara en Mariejoa-. ¡Hoy no es el día de nuestra muerte!- casi se cayó del esfuerzo, pero consiguió aguantar. Caer en aquel momento habría hecho del grito algo inolvidable, pero ganar la batalla lo sería más.
- Resumen:
- Me reencuentro con León, oigo voces sospechosas, neutralizo saqueadores y los dejo a merced de mis acompañantes. Salvo a Midorima y Hinori en la velocidad record de un minuto, quedando algo indispuesto durante un rato. Puede considerarse el rescate como mi [AB]. Me miro el brazo y veo una marca roja de los capilares que me han reventado y pego un grito porque he visto un dragón en la marca.
- Lo que veo en mi brazo:
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Tras el ataque conjunto, aquél ser explosiona, con lo que llueven vísceras, sangre, y tinta, tinta muy mala para los marines que si reciben esa tinta acabarían con serios problemas. Por suerte Su sigue convocado y lanza un vendaval que aparta la tinta del lugar, así pues el joven se sube a su enorme ave, esta lo llevará lejos del agua y lo subirá al continente, más rápido que ir en ascensor. El joven capitán mira desde lo alto de aquella espléndida ave de color carmesí a sus compañeros. |~Vamos, subid y os llevaré a la cima del continente, correr es una solución, pero no creo que las olas que se acercan alcancen el vuelo de este pájaro.~| Dice a sus compañeros. Que no tardan en subir al ave, no hay problema, caben los tres y no le pesan, al menos no demasiado a su amigo Su que emprende el vuelo rápidamente hacia el continente cogiendo alturas realmente asombrosas, una altura a la que el marine de cuernos no pensaba que podría alcanzar en su vida, pero allí estaba, observando el caos que se extiende bajo en el puerto, un contraste con la cálida y luminosa luz solar que se cuela por las nubes ahora que se han retirado del cielo…
- Resumen:
- Apartar la tinta con un vendaval de Su. Subirme a Su y hacer que Garland y Joseph se suban para luego volar hacia el continente.
Eris Takayama
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OFF. MI POST FUE MODIFICADO. Espero que Dexter sepa perdonarme pero después me dijo que nos habíamos encontrado y me pareció muy muy mal saltárnoslo a la torera así. Por tanto, he tomado parte lógica de mi post antiguo y modificado para engancharme con el de él.
Miraba hacia todos lados perdiendo de vista a Haine y a Ban, pero nunca a Mark. No se fiaba de cuanto podría llamar la atención un hombre con alas de dragón. Espera, ¿eso era un puto barco volador? Por eso cuando se sentó a su lado ni siquiera se imitó, mirándole de soslayo hasta que se decidió por hacerlo de forma completa. Aquel hombre había resultado, desde los últimos instantes, una gran ayuda para la comprensión de lo que estaba pasando. Porque ahora, en la mente de Eris, todo estaba rezumbando. Sí, como suena, rezumbando. Leyó los labios del peliazul y asintió, ladeando la cabeza. ¿Rayos laser? No se había fijado en ellos, pero la verdad es que había tenido pocos ojos para lo que no fueran los miembros de su equipo. Y así, cuando el hombre se deslizó para bajarse del tejado, como había asentido, ella le siguió. Pero no se acercó a donde estaba la otra pareja, sino que se quedó con las manos pegadas al suelo, agachada. Sentía… ¿Qué diantres sentía? Cerró los ojos, necesitaba concentrarse aún más. Aislar lo que quería escuchar. Y le recordó algo familiar, puesto que a fin de cuentas, ella no había vivido tan lejos de mar. —Espera, Mark— dijo en alto, antes de que avanzase hacia aquella armería. —Algo raro pasa, con el mar. No se en qué dirección porque todo se mueve muy… Muy raro. No se explicarlo. Quizás después de ojear el sitio donde indicó Mark podríamos buscar un lugar para ver que está pasando— advirtió ella, haciendo un gesto al peliazul, de manera posterior, para indicar que ya había terminado de hablar.
Siguió entonces a Mark en silencio, no tanto como él era capaz de desplazarse, pero sí deprisa. La rapidez no produce tanto sonido. Le dejó entrar primero, asomando ella la cabeza y dejando examinar el lugar. Quería comprobar que no hubiera ningún sistema de alarma y, dado que la cerradura estaba forzada, no creía que fuera demasiado efectiva. Pero Eris temió dar el primer paso. Pero entonces escuchó una voz y lo sintió. Sintió una maldita fuerza que la atenazaba los pulmones y, cual somnifero, cayó al suelo nada más dar un paso en la puerta, quedándose en un estado de semi-inconsciencia.
Miraba hacia todos lados perdiendo de vista a Haine y a Ban, pero nunca a Mark. No se fiaba de cuanto podría llamar la atención un hombre con alas de dragón. Espera, ¿eso era un puto barco volador? Por eso cuando se sentó a su lado ni siquiera se imitó, mirándole de soslayo hasta que se decidió por hacerlo de forma completa. Aquel hombre había resultado, desde los últimos instantes, una gran ayuda para la comprensión de lo que estaba pasando. Porque ahora, en la mente de Eris, todo estaba rezumbando. Sí, como suena, rezumbando. Leyó los labios del peliazul y asintió, ladeando la cabeza. ¿Rayos laser? No se había fijado en ellos, pero la verdad es que había tenido pocos ojos para lo que no fueran los miembros de su equipo. Y así, cuando el hombre se deslizó para bajarse del tejado, como había asentido, ella le siguió. Pero no se acercó a donde estaba la otra pareja, sino que se quedó con las manos pegadas al suelo, agachada. Sentía… ¿Qué diantres sentía? Cerró los ojos, necesitaba concentrarse aún más. Aislar lo que quería escuchar. Y le recordó algo familiar, puesto que a fin de cuentas, ella no había vivido tan lejos de mar. —Espera, Mark— dijo en alto, antes de que avanzase hacia aquella armería. —Algo raro pasa, con el mar. No se en qué dirección porque todo se mueve muy… Muy raro. No se explicarlo. Quizás después de ojear el sitio donde indicó Mark podríamos buscar un lugar para ver que está pasando— advirtió ella, haciendo un gesto al peliazul, de manera posterior, para indicar que ya había terminado de hablar.
Siguió entonces a Mark en silencio, no tanto como él era capaz de desplazarse, pero sí deprisa. La rapidez no produce tanto sonido. Le dejó entrar primero, asomando ella la cabeza y dejando examinar el lugar. Quería comprobar que no hubiera ningún sistema de alarma y, dado que la cerradura estaba forzada, no creía que fuera demasiado efectiva. Pero Eris temió dar el primer paso. Pero entonces escuchó una voz y lo sintió. Sintió una maldita fuerza que la atenazaba los pulmones y, cual somnifero, cayó al suelo nada más dar un paso en la puerta, quedándose en un estado de semi-inconsciencia.
- Resumen:
- Eris avisó de que había algo raro en el mar, porque las ondas subían por la tierra de una manera muy rara, provocando cierto zumbido en su radar -oído-. Después sigue a Mark, pero escucha la voz de Dexter, siente su Haki Rey, y se cae al suelo, en lo que he narrado un estado de semi-inconsciencia. (Gustaría de saber del narrador si me puedo ir moviendo en el siguiente post).
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