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– Mierda… – Se dijo al momento que se veía forzado a detener su vuelo. La vivre card no había mostrado ningún cambio, pero sentía que algo estaba mal. Suspiró con calma y empezó a correr por el suelo. ”Debo estar cerca” – su respiración era agitada y se empezaba sentir un poco cansado. Solo era impulsado por el fuerte deseo de ver a Milena. Por unos momentos se preguntaba si de verdad estaba aquí o no. ¿Qué pasaría en el caso de que la Vivre Card lo llevara a otra isla? Si ese fuera el caso… Quizá hasta se terminaba de relajar y se podía encargar de la misión de Dexter.
– Espero que estés bien, Hinori.
Susurró al viento. No había logrado contactar con ella y casi estaba seguro que ella había apagado su comunicador. ¿Estaría en peligro? No, ella era bastante fuerte. ¿Por qué lo apagaría? Negó con la cabeza, una vez estuviera con su pelirroja se encargaría de otras cosas. Su ritmo era bastante rápido, se secó el sudor con una manga. Su mantra iba detectando muchas presencias, pero ninguna era la que buscaba. ”¿Qué tan lejos estarás?” – su rango era bastante amplio, lo suficiente para abarcar varios metros a la redonda. ”¡Al fin!” – pensó al sentir su presencia cerca. La vivre card apuntaba a la misma dirección donde la sentía, era ella… Sin duda era ella. Empezó a caminar, mientras trataba de relajarse. Al fin la había encontrado.
– ¿Qué mierda te pasó, Mile? – le preguntó bastante preocupado. Sus heridas y su espada rota… No había lugar a equivocaciones, había entrado en un combate y él no pudo hacer nada para protegerla. Apretó el puño con fuerza. – Lo siento… No pude protegerte, lo siento – agachó su mirada. Quería abrazarla, pero en ese estado solo le haría más daño. – De ahora en adelante, no me separaré de ti, te lo prometo – su tono era bastante serio. Ahora que la había encontrado, no se pensaba separar de ella. – Ya no te pasará nada, ten – sacó su espada de Kairoseki, con vaina incluida y se la pasó. Ahora podría volver a pelear. – La hoja es de Kairoseki, cuando acabe todo esto me la puedes devolver o si no encontramos una, te la quedas – no se contuvo las ganas y trató de darle un apasionado beso en sus labios. Si lo lograba, no pensaba separarse por un buen par de minutos. – Te amo, Mile. – Le diría aún si su intento de besarla fallaba. Sus ojos no se separaban de los suyos…
– Capitán – dijo por el comunicador, dándole la espalda a Milena unos segundos. – La encontré, pondremos rumbo a la capital en breves – su tono volvió a ser el de antes y la volvió a mirar con calma. Era hora de ir a Encuentro, si por el camino encontraban otra cosa interesante, se detendrían, seguramente, a ver. Si no… Solo mantendrían su rumbo. – ¿Vamos, Mile? ¿O quieres descansar un poco más? – Su mantra estaba activado, así que estaba pendiente a todo lo que pasaba a su alrededor.
– Espero que estés bien, Hinori.
Susurró al viento. No había logrado contactar con ella y casi estaba seguro que ella había apagado su comunicador. ¿Estaría en peligro? No, ella era bastante fuerte. ¿Por qué lo apagaría? Negó con la cabeza, una vez estuviera con su pelirroja se encargaría de otras cosas. Su ritmo era bastante rápido, se secó el sudor con una manga. Su mantra iba detectando muchas presencias, pero ninguna era la que buscaba. ”¿Qué tan lejos estarás?” – su rango era bastante amplio, lo suficiente para abarcar varios metros a la redonda. ”¡Al fin!” – pensó al sentir su presencia cerca. La vivre card apuntaba a la misma dirección donde la sentía, era ella… Sin duda era ella. Empezó a caminar, mientras trataba de relajarse. Al fin la había encontrado.
– ¿Qué mierda te pasó, Mile? – le preguntó bastante preocupado. Sus heridas y su espada rota… No había lugar a equivocaciones, había entrado en un combate y él no pudo hacer nada para protegerla. Apretó el puño con fuerza. – Lo siento… No pude protegerte, lo siento – agachó su mirada. Quería abrazarla, pero en ese estado solo le haría más daño. – De ahora en adelante, no me separaré de ti, te lo prometo – su tono era bastante serio. Ahora que la había encontrado, no se pensaba separar de ella. – Ya no te pasará nada, ten – sacó su espada de Kairoseki, con vaina incluida y se la pasó. Ahora podría volver a pelear. – La hoja es de Kairoseki, cuando acabe todo esto me la puedes devolver o si no encontramos una, te la quedas – no se contuvo las ganas y trató de darle un apasionado beso en sus labios. Si lo lograba, no pensaba separarse por un buen par de minutos. – Te amo, Mile. – Le diría aún si su intento de besarla fallaba. Sus ojos no se separaban de los suyos…
– Capitán – dijo por el comunicador, dándole la espalda a Milena unos segundos. – La encontré, pondremos rumbo a la capital en breves – su tono volvió a ser el de antes y la volvió a mirar con calma. Era hora de ir a Encuentro, si por el camino encontraban otra cosa interesante, se detendrían, seguramente, a ver. Si no… Solo mantendrían su rumbo. – ¿Vamos, Mile? ¿O quieres descansar un poco más? – Su mantra estaba activado, así que estaba pendiente a todo lo que pasaba a su alrededor.
- Zilda:
- Encontrarse con Milena. Preocuparse por ella. Pasarle su espada de Kairoseki y tratar de darle un beso. Contactar con Dexter. Esperar respuesta por parte de ella. Con mantra activado (Superior), estar atento a todo lo que le rodeaba.
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La pelirroja avanzaba echando chispas verdes por su cuerpo, el cual estaba tomando aquella enorme velocidad y huía del maldito psicópata. De vez en cuando miraba hacia atrás por si la estaba siguiendo. No tener haki de observación era la mayor de las putadas e iba a tener que entrenarlo cuanto antes, pues debía de tener cerca muchísimas presencias que no detectaba. Tosió un poco mientras avanzaba y finalmente pudo ver a una persona frente a sus ojos. No pudo evitar quedar impresionada cuando se dio cuenta de que se trataba de Ushio. Una broma de muy mal gusto para ese cabrón. Trató de echar mano a su espada, pero estaba destrozada. Frunció el ceño unos momentos y entonces jadeó con bastante fuerza. No podía creer que la hubiese alcanzado y quisiera matarla con aquel aspecto. Ese tipo era de lo peor y no iba a dudar en defenderse hasta el último momento, como una buena guerrera.
Entonces aquel asesino sacó una katana y se la ofreció. También se fijó en que tenía los dos brazos y eso era señal de que tal vez podía ser el verdadero. Con cuidado cogió la espada y la metió en su funda, sintiendo una extraña sensación en el pecho. Tal vez podía ser el verdadero Ushio y además sus palabras lo mostraron. Trató entonces de hacer un poco de memoria para verificarlo, pues en aquella isla de locos no se fiaba de nadie. Justo entonces trató de hablarle, pero los labios del espadachín se chocaron en los suyos. Los ojos de la pelirroja se abrieron como platos y entonces fue cuando mostro un sonrojo impresionante. Aunque se hubiese desfogado con el pájaro, no sentía lo mismo claramente. Ella quería a aquel capullo que no le daba lo suyo y eso solo significaba que iba a tener que violarlo después de aquello.
La chica continuó aquel beso por bastante tiempo, incluso estuvo jugando unos momentos con la lengua del joven. Era como si el miedo hubiese desaparecido por completo al estar con aquel espadachín que incluso ella podía vencer. Cuando se separaron le sonrió de lado y después lo observó darse la vuelta. Lo escuchó hablar con su capitán y sin pensárselo trató de quitarle aquel chisme al moreno de la mano y hablar ella como si fuese lo más normal del mundo.
- Tú, emperador de la piratería-chan. Más te vale que tengas dinero, debes organizar la un banquete en honor a la boda de Ushio. También quiero una casa enorme en vuestra base. Si te niegas, te cortaré un dedo.
Y así fue como amenazó al supuesto capitán de Ushio con total normalidad. Cuando escuchó las palabras de Ushio, la pelirroja sonrió de lado y después de unos momentos lo tomó de la cabeza como si de un juguete se tratase. Le dio un enorme beso, el cual terminó en un intenso lametón y después le guiñó un ojo.
- Ya he tenido mi despedida de soltera. En cuanto esta guerra termine nos iremos al Ojo ese a vivir. Pediré un traslado de laboratorio ¿Vamos a casarnos no? Está bien, si insistes, acepto.
Dijo sin dejarle responder para después sonreír de lado y empezar a caminar hacia la dirección al Oeste. Debía salir de la zona de Meln cuanto antes, pues aquel asesino debía continuar por allí. Había notado que la katana era de kairouseki y eso la hizo sonreír de lado. Tras terminar la guerra se la devolvería a su dueño.
- Meln U10:
- Hablar con Ushio, absorverle la saliva, amenazar a Dexter, declaración, avanzar al Oeste.
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Finalmente, la pelirroja llegó a lo que parecía ser el final de la gruta junto al chico de cabellos plateados, el cual había dicho unas palabras que la hicieron sonreír. La alegraba que confiase en ella de aquella forma y lo siguiente que hizo fue mirar hacia aquella cosa. La verdad es que se sentía un poco atraída por aquellos lamentos, pero entonces empezó a sentir una tristeza enorme invadirla. Era similar a cuando perdió a su padre adoptivo a manos de los revolucionarios. La chica cayó de rodillas al suelo y empezó a temblar un poco. Era muy doloroso estar frente a aquella cosa que se había formado en el suelo. Quería dar media vuelta enseguida, pero entonces observó los tentáculos acercarse. Debía admitir que se sentía mucho mejor. Entonces simplemente cerró los ojos esperándolos.
Un sonrojo invadió el rostro de la joven, pues en algunos libros de un colega de su padre, había leído historias de seres con tentáculos que usaban a las mujeres como objetos de placer. En esos libros, ellas se resistían, pero terminaban satisfechas, seducidas y devoradas. La verdad es que la situación daba su morbo y todo, pero negó bastantes veces. Ella no era de esa clase de chicas, pero debía admitir que la sensación de tranquilidad era increíble. Tal vez por eso en los libros terminaban siendo las sumisas sexuales de aquellas cosas. Galia entonces notó de nuevo algo de pena, era como si su cuerpo no le respondiese. La chica notó aquellas cosas más cerca de ella, y por un momento decidió rendirse ante aquellas cosas alargadas.
- “Yo te ayudaré a vengarle, a partir de ahora eres mi alumna, Galia.” – Las palabras de Dranser resonaron en su cabeza y justo después las que había dicho Ryuken.
La pelirrosa se llevó la mano derecha a la boca y se mordió de forma violenta. Algunas gotas de sangre cayeron al suelo y un dolor increíble la hizo abrir los ojos y dar un pequeño salto. Sus ojos se volvieron de un tono dorado y la joven desenvainó a Light, su espada. A continuación, un par de metros a la redonda tomaron una temperatura más baja y la joven frunció el ceño. En su mano libre empezó a formarse un hacha de hielo de un tamaño pequeño, del tipo arrojadiza. Lo primero que hizo fue lanzarla al pólipo con intención de atravesarlo de forma violenta. Después se colocó en pie tratando de contener aquella pena y miró a su compañero con una sonrisa ladeada.
- Yo también confío en ti, Ryuken. Dranser-sensei nos mataría si muriésemos aquí o nos violasen esas cosas. Por ello ¡Combatamos juntos!
Gritó con fuerza al mismo tiempo que se colocaba en guardia con su espada, mirando aquella cosa con el ceño fruncido y el gesto serio.
- Meln V9:
- Pena, pensar en porno tentaculos, casi sucumbir, recordar cosas emotivas, lanzar un hacha de hielo al pólipo, hablar con Ryuken y ponerme en guardia.
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Krauser continuó avanzando en línea recta y olvidando las palabras que le habían dicho los demás. Osuka tenía razón en que la chica era fuerte… Bueno, eso entre comillas. Le faltaba muchísimo entrenamiento, pero el sargento de piedra no entendía que si era capturada pondría en peligro a toda la división. Soltó un enorme suspiro y continuó cabreado por el camino. Ahora eran cuatro y algo le decía que la cosa se iba a complicar. No tardaron en llegar a un enorme acantilado y pudo ver las murallas de la zona. Tal vez podía pasarlas por encima, pero sus hombres no podrían hacerlo. Maldito el día en que la chica pez dejó de poder nadar. En esos momentos sería la mejor idea del mundo. Entonces el demonio de la niebla se frenó en el borde y se quedó mirando la situación. Dar un rodeo iba a ser complicado y entonces pensó en reventar aquel portón que tenía frente a sus ojos.
- Chicos, si podéis atacar a aquel puto portón a esta distancia, hacedlo. De lo contrario estaos quietos. Os llevaré al otro lado de uno en uno si es necesario.
Entonces trató de coger primero a Ed y cargarlo a su espalda sin permiso, diciéndole que se agarrase bien. El demonio de la niebla entonces convertiría su cuerpo en niebla de cintura para abajo y saldría volando hacia la enorme puerta. Estiró su brazo derecho hacia arriba y comenzó a canalizar energía de forma increíble. Un enorme brillo blanco se formó en sus dedos y en poco tiempo había creado un enorme shuriken de cinco puntas, las cuales medían siete metros de largo. La enorme aspa giraba sobre sus cabezas a una velocidad increíble y haciendo un sonido metálico incómodo. Entonces fue cuando el oficial lanzó contra el portón su potente ataque. En el momento en que impactase contra él, el objeto con forma de estrella estallaría en una explosión cortante que se expandiría a siete metros a la redonda. Además había usado su haki armadura (superior) para hacerlo más poderoso.
- Energi shuriken… ¡Demon Storm! – Gritó con fuerza.
En ese momento aumentaría la velocidad y saldría disparado con Ed hacia la muralla, tratando de dejarlo por encima. Si lo lograba, volvería hacia los demás, pero esta vez intentaría cargar a Osu y la chica al mismo tiempo. Krauser tenía bastante fuerza y por un esfuerzo rápido no creía morirse, aunque si cansarse muchísimo.
- ¡Osu, como te conviertas ahora en piedra te tiro al agua! – Dijo por si las moscas. No quería caer por el sobrepeso de la vaca de piedra.
- Balt N8 para N9:
- Tratar de reventar el porton con el poderoso energi shuriken nivel maximo imbuido en haki superior. Después llevar a Ed a lo alto de la muralla. Volver y tratar de llevar a Osu y la chica pez de una vez, sufriendo por el sobrepeso pero echandole huevos a pensar de quedar hecho mierda después.
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Tras conseguir orientarme con el panel de la pulserita, siguiendo la flecha acabé con mis huesos en una gran sala llena de espejos y polvo. Parecía que hubieran pasado siglos desde que alguien barría aquel sitio, aunque considerando el tamaño del lugar pues no me extrañaba tanto. Hacia el centro había una caja, o al menos lo que parecía ser una... Porque en cuanto cerré la pulsera y me adentré en la sala, una luz enfocó el suelo desde lo alto, cegándome por un instante.
Al momento, de la caja habían salido manos y pies, formando alguna especie de robot extraño... Aunque claro, ¿qué voy a saber yo de cosas raras? Solo soy un esqueleto andante, ¿no? El... vamos a llamar "ser mecánico" a falta de un nombre mejor... se puso a hacer algo similar a poses mientras me hablaba:
- Bienvenido… - Dijo. - Ha pasado mucho tiempo desde que nadie viene a visitar mi central. Imagino que has venido para tratar de activarla y yo soy la llave para hacerlo… Pero no lo haré sin más… ¿Por qué? Bueno, después de tanto tiempo, ¡quiero poder mostrarle mi majestuosidad al mundo otra vez! Aunque me tendré que conformar contigo.
Me pareció que para ser un robot tenía una personalidad bastante bien definida. Definida por su ego, al parecer. Hablaba mucho y se veía a sí mismo como "alguien" magnífico, y en ese momento entendí por qué habían tantos espejos en las paredes. Mi permanente sonrisa se acentuó, mientras yo me divertía con su actitud. Me recordaba a alguien, aunque no podía estar seguro de a quién en particular... Lo que sí me parecía era algo como nostálgico, un calor en mi invisible corazón que hacía tiempo que no sentía. Lo único que tuve ganas de hacer en ese momento, era socializar con aquella extraña "persona", olvidándome de la central, de la guerra y de cualquier otra cosa con la que yo no tenía demasiado que ver de todas formas. Me apetecía simplemente charlar un rato, bromear un poco, comprobar si la IA de aquella máquina estaba tan bien programada como parecía...
- ¡Qué sorpresa! - Exclamé, aprovechando que estaba sorprendido de verdad. - Pensaba que la central estaría vacía, pero me encuentro con que había alguien tan genial dentro... Realmente tenía que haber pensado un poco más fuera de la caja*. - Sopesé la reacción de mi interlocutor para ver si le gustaban las bromas, porque de lo contrario lo mismo tendría que tomar un enfoque de aproximación menos cómico. Por desgracia no pareció reaccionar en absoluto, tal vez no tuviera sentido del humor programado. Sin dejar nunca de sonreír, me aventuré a continuar: - En fin, olvidémonos de la central por un momento, compadre. Pareces un tío chachi y me gustaría oír tu historia. - Me encogí de hombros, sentándome en el suelo a pocos metros de la caja andante. Me había percatado de que había dicho "otra vez", lo que significaba que seguramente hubiera estado presente en alguna otra guerra anterior. Mi curiosidad por saber lo que podría contarme creció aún más.- Adelante, muéstrame tu majestuosidad, colega. Háblame de tus hazañas...
*:En inglés, "think outside the box." Significa pensar algo en lo que no se suele pensar, ser original y descartar las opciones a simple vista a favor de otras más ocurrentes y exóticas.
Al momento, de la caja habían salido manos y pies, formando alguna especie de robot extraño... Aunque claro, ¿qué voy a saber yo de cosas raras? Solo soy un esqueleto andante, ¿no? El... vamos a llamar "ser mecánico" a falta de un nombre mejor... se puso a hacer algo similar a poses mientras me hablaba:
- Bienvenido… - Dijo. - Ha pasado mucho tiempo desde que nadie viene a visitar mi central. Imagino que has venido para tratar de activarla y yo soy la llave para hacerlo… Pero no lo haré sin más… ¿Por qué? Bueno, después de tanto tiempo, ¡quiero poder mostrarle mi majestuosidad al mundo otra vez! Aunque me tendré que conformar contigo.
Me pareció que para ser un robot tenía una personalidad bastante bien definida. Definida por su ego, al parecer. Hablaba mucho y se veía a sí mismo como "alguien" magnífico, y en ese momento entendí por qué habían tantos espejos en las paredes. Mi permanente sonrisa se acentuó, mientras yo me divertía con su actitud. Me recordaba a alguien, aunque no podía estar seguro de a quién en particular... Lo que sí me parecía era algo como nostálgico, un calor en mi invisible corazón que hacía tiempo que no sentía. Lo único que tuve ganas de hacer en ese momento, era socializar con aquella extraña "persona", olvidándome de la central, de la guerra y de cualquier otra cosa con la que yo no tenía demasiado que ver de todas formas. Me apetecía simplemente charlar un rato, bromear un poco, comprobar si la IA de aquella máquina estaba tan bien programada como parecía...
- ¡Qué sorpresa! - Exclamé, aprovechando que estaba sorprendido de verdad. - Pensaba que la central estaría vacía, pero me encuentro con que había alguien tan genial dentro... Realmente tenía que haber pensado un poco más fuera de la caja*. - Sopesé la reacción de mi interlocutor para ver si le gustaban las bromas, porque de lo contrario lo mismo tendría que tomar un enfoque de aproximación menos cómico. Por desgracia no pareció reaccionar en absoluto, tal vez no tuviera sentido del humor programado. Sin dejar nunca de sonreír, me aventuré a continuar: - En fin, olvidémonos de la central por un momento, compadre. Pareces un tío chachi y me gustaría oír tu historia. - Me encogí de hombros, sentándome en el suelo a pocos metros de la caja andante. Me había percatado de que había dicho "otra vez", lo que significaba que seguramente hubiera estado presente en alguna otra guerra anterior. Mi curiosidad por saber lo que podría contarme creció aún más.- Adelante, muéstrame tu majestuosidad, colega. Háblame de tus hazañas...
- Resumen Zilda:
- Encontrar a la caja parlante, decidir entablar conversación, hacer un chiste muy malo, mostrar mucho interés y ser agradable. Pedirle al "ser" que me cuente cosas del pasado, hazañas suyas y cosas sobre su historia de las que quiera presumir.
*:En inglés, "think outside the box." Significa pensar algo en lo que no se suele pensar, ser original y descartar las opciones a simple vista a favor de otras más ocurrentes y exóticas.
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Zero sonrió de lado cuando aquel bicho lamió su mano como si fuese arroz. En serio, tenía un problema con el arroz. Su sonrisa aumentó de forma siniestra, pues aquel precioso bicho ahora podría ser su colega del alma y entonces se unirían en una amistad suprema. Pensaba alimentarlo con pollo y arroz y nadie se lo impediría. Se relamió despacio y entonces pensó en continuar conquistando centrales a su paso. Justo entonces aquel ser habló y los ojos del luchador se abrieron como platos. Su voz era bastante molona y eso provocó que el chico sonriera de lado. Quería combatir contra emperadores y robots. Seres que pusieran su verdadera fuerza a prueba, por lo que se relamió despacio al mismo tiempo que miraba a aquel gusano con calma y tranquilidad.
El precioso gusano se enroscó en su brazo y eso le hizo pensar varias cosas. Golpear con él no podía ser buena idea, por lo que lucharía usando el otro. No estaba acostumbrado a hablar con animales y mucho menos con insectos que le decían que había completado su prueba. Alzó la ceja derecha un poco confuso, pero después lo dejó estar. El ser entonces le pidió que le llevase hasta la siguiente central y eso le hizo un poco de gracia. A lo mejor se alimentaba de la energía de aquellas cosas. Se olvidó de Ivan por completo y entonces mostró una expresión un poco tétrica incluso para ser él.
- Eres la caña ¿Tienes nombre? ¿Debo ponerte yo uno? – Le dijo el felino mientras caminaba hacia la siguiente central del Oeste.
Ahora quería saber más de su preciado y nuevo compañero. Esperaba que le dejase a él ponerle nombre y además cuidarlo. Derian podía ser el ideal en honor a su tío. También podía probar con Jung o con otro, pero eso lo pensaría si la respuesta era positiva. El luchador empezó a reír de forma macabra mientras continuaba caminando.
- Luego te daré un suculento bol de arroz con trozos de pollo. – Terminó de decir.
El precioso gusano se enroscó en su brazo y eso le hizo pensar varias cosas. Golpear con él no podía ser buena idea, por lo que lucharía usando el otro. No estaba acostumbrado a hablar con animales y mucho menos con insectos que le decían que había completado su prueba. Alzó la ceja derecha un poco confuso, pero después lo dejó estar. El ser entonces le pidió que le llevase hasta la siguiente central y eso le hizo un poco de gracia. A lo mejor se alimentaba de la energía de aquellas cosas. Se olvidó de Ivan por completo y entonces mostró una expresión un poco tétrica incluso para ser él.
- Eres la caña ¿Tienes nombre? ¿Debo ponerte yo uno? – Le dijo el felino mientras caminaba hacia la siguiente central del Oeste.
Ahora quería saber más de su preciado y nuevo compañero. Esperaba que le dejase a él ponerle nombre y además cuidarlo. Derian podía ser el ideal en honor a su tío. También podía probar con Jung o con otro, pero eso lo pensaría si la respuesta era positiva. El luchador empezó a reír de forma macabra mientras continuaba caminando.
- Luego te daré un suculento bol de arroz con trozos de pollo. – Terminó de decir.
- Sarka y pequeño error de letra:
- Creo que sería D10 rumbo a C10, pues si he conquistado la de D1O no tendría sentido que estuviese más atras XD
Hablar con el gusano mientras camino y le hago caso.
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Finalmente llegamos al, supuestamente, final de aquella gruta. Durante el camino notamos que los lamentos se iban haciendo cada vez más fuertes, y al llegar a esta sala, notamos del porqué. Dentro había lo que parecía ser un pólipo púrpura. Tardé en averiguar de que los lamentos provenían de aquel ser, y lo pagué caro. Esos tentáculos parecía que provocaban un sentimiento extraño en mi psicología...¿Era esto la melancolía? No pude evitar que unas pequeñas lágrimas empezaran a salir de mis cuencas. Empecé a recordar a mi madre, esa persona que me amó más que nadie en éste mundo... a la que luego asesiné sin piedad alguna. No solo eso, los gritos de todas las víctimas que asesiné por culpa de obsesión empezaron a resonar en mi mente. Deténganlos... que alguien mate a esa cosa púrpura o le cortase los tentáculos, porque no sabía cuanto duraría con todo ese martirio. Cerré los ojos y apreté los dientes con fuerza, sentía como las fuerzas me estaban abandonando y las voces me decían que me rindiera para que me fuera de una vez al infierno.
– Gracias por permitirme ser tu madre. Gracias por ser mi hijo. Gracias... muchas gracias… Recuerda, siempre te amaré, mi pequeño. Te estaré cuidando del otro lado y te apoyaré en todo, sea cual sea el camino que elijas – abrí de golpe los ojos al escuchar esas palabras entre las de mis víctimas.
Cerré con fuerza mis puños y recordé todo lo que había sucedido hasta ahora. Conocer a Lilia, Galia, Dranser... jurarme a mi mismo que no moriría hasta haber pagado todos mis pecados en vida. De lo contrario, no podría volver a verle la cara a mamá nunca más. No, no dejaría que todo terminase aquí por culpa de un estúpido pólipo purpura con poderes. Llevó sus dientes a sus labios y los mordió con fuerza, provocando que sangre empezase a salir de su boca, pero no importaba. Gracias a inducirme el dolor, pude escapar de aquella sensación de melancolía y tristeza.
– No voy a dudar nunca más – pensé con determinación.
Con Gram en mi mano, canalicé energía en el mango de la hoja y lancé una onda cortante en dirección aquella cosa. Luego retrocedí unos pasos hasta quedar al lado de la pelirrosa y puse una mano en su hombro. Era hora de terminar con eso, y hacer pagar a esa cosa morada por revivir recuerdos dolorosos.
– Terminemos con esto, Galia. Esta noche cenaremos bien – dije mientras mantenía mi guardia en alta en todo momento. La verdadera pelea... comenzaba ahora.
- Miembro de Meln, Resumen:
- Caer bajo los efectos de esa cosa, pensar en cosas del pasado y escuchar las voces de todas las personas que ha asesinado, recordar las últimas palabras de su madre, inducirse dolor para escapar de los efectos y lanzar una onda cortante a esa cosa púrpura (Manual Excalibur).
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– Nunca lo he sentido necesario – tomó una leve pausa mientras respondía a la misión que le estaba dando Xemnas. – Hasta ahora. Supongo que deberé hacerlo – dijo restándole toda la importancia a ese punto. – De todos modos, no puedo tocarte si estas con esa armadura. Esa cosa me hace imposible abrazarte – llevo sus manos detrás de su nuca. – Incluso darte algún beso me es difícil. – Cambió su tono a uno un poco más sensual y pícaro. Luego soltó una leve carcajada y siguió su camino. ¿Qué tanto tendrían que caminar para poder atravesar al otro lado? Esperaba que no mucho. Una parte de su cuerpo quería luchar, otra quería frenar esa tontería, otra quería irse de aquella isla. Las palabras del vicealmirante la sacaron de sus pensamientos e incluso, que mostrara un leve sonrojo.
– Quizá fue lo que hicimos la noche anterior – le respondió con una sonrisa atrevida. – Tú también me tienes totalmente enamorada. – Suspiró con calma y se giró para verlo a los ojos, esos hermosos ojos azulados que él tenía. Se mantuvo callada unos instantes antes de darse vuelta y caminar con la vista al frente. ”¿Las batallas ya habrán empezado?” – se preguntó algo incómoda. ¿Qué tanto tardarían en empezar a ver la gente morir? ¿A sentir como las voces se iban apagando? ¿Qué tanto iban a tardar en escucharse el choque de los filos? ¿Las explosiones? ¿Los gritos desgarradores? ¿Cuánto iba a durar esta guerra? Notó como algunos soldados de Balt usaban… ¿Balsas? Sí, era lo que parecían. Lo importante era que le iban a poder cruzar el río con esas cosas.
– Sigamos, Xemnas.
Fue la primera en cruzar, ignorando a los soldados de su bando. Eran aliados, pero no tenía nada que decirles. Prefería callar antes que decir algo inapropiado. Una vez llegó al otro lado, esperaría a Xemnas por si él si hablaba con ellos. ”¿Qué me diría la pretora de Balt si la encaro?” – se preguntó con cierta curiosidad. ”¿Qué me dirían los altos cargos si los encaro?” – sonrió de medio lado. Ya sabía qué hacer, solo esperaba que el vicealmirante estuviera de acuerdo. Su haki no le había podido decir con exactitud la fuerza de la reina de Balt, pero no era algo que le interesara mucho. Solo iba a ser una conversación tranquila, quería respuestas y era la única que se las podía dar.
– Xemnas, creo que ya sé que debemos hacer – le diría una vez cruzara con un tono bastante seria. – Debemos hablar con la pretora de Balt. Ella tiene las respuestas que necesitamos, de eso estoy segura.
– Quizá fue lo que hicimos la noche anterior – le respondió con una sonrisa atrevida. – Tú también me tienes totalmente enamorada. – Suspiró con calma y se giró para verlo a los ojos, esos hermosos ojos azulados que él tenía. Se mantuvo callada unos instantes antes de darse vuelta y caminar con la vista al frente. ”¿Las batallas ya habrán empezado?” – se preguntó algo incómoda. ¿Qué tanto tardarían en empezar a ver la gente morir? ¿A sentir como las voces se iban apagando? ¿Qué tanto iban a tardar en escucharse el choque de los filos? ¿Las explosiones? ¿Los gritos desgarradores? ¿Cuánto iba a durar esta guerra? Notó como algunos soldados de Balt usaban… ¿Balsas? Sí, era lo que parecían. Lo importante era que le iban a poder cruzar el río con esas cosas.
– Sigamos, Xemnas.
Fue la primera en cruzar, ignorando a los soldados de su bando. Eran aliados, pero no tenía nada que decirles. Prefería callar antes que decir algo inapropiado. Una vez llegó al otro lado, esperaría a Xemnas por si él si hablaba con ellos. ”¿Qué me diría la pretora de Balt si la encaro?” – se preguntó con cierta curiosidad. ”¿Qué me dirían los altos cargos si los encaro?” – sonrió de medio lado. Ya sabía qué hacer, solo esperaba que el vicealmirante estuviera de acuerdo. Su haki no le había podido decir con exactitud la fuerza de la reina de Balt, pero no era algo que le interesara mucho. Solo iba a ser una conversación tranquila, quería respuestas y era la única que se las podía dar.
– Xemnas, creo que ya sé que debemos hacer – le diría una vez cruzara con un tono bastante seria. – Debemos hablar con la pretora de Balt. Ella tiene las respuestas que necesitamos, de eso estoy segura.
- Balt:
- Cruzar por el puente que hacen los soldado de Balt. Ignorarlos. Proponer ir a hablar con la pretora de Balt.
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Para mi alivio Tobias no parecia estar enfadado, tal vez aún seguía un poco molesto por aquello pero sin duda agradecía mis disculpas y que me hubiese molestado ne hablar con él puesto que en seguida se puso a hablarme sobre sus razones, sus pensamientos y en definitiva a deshaogarse conmigo y liberar toda aquella tensión que apostaría a que todos teniamos en aquellos momentos.
Agradecí mucho la confianza que mi compañero depositaba en mi para contarme aquellas cosas y simplemente no dije nada me limitaba a asentir mientras le dejaba hablar sin interrumpirle, me daba la sensación de que simplemente necesitaba eso alguien que le escuchara.
Finalmente concluyó diciendome que no me preocupara y haciendome prometer que estaria más atenta a partir de aquel momento. -Te lo prometo, nada de distracciones.- Le dije con una sonrisa mientras me reía por su golpecito en la nariz, me llevaba muy bien con Tobias le consideraba uno de mis maestros y el primer Crimson al que había conocido, era imposible que no le tuviese respeto y cariño a partes iguales.
Nuestra pequeña conversación fue interrumpida por la llegada de los demás incluyendo a Kimura que ya parecia concentrado y dispuesto a enfrentarse a todo lo que le echaran, aquello me puso de buen humor imponiendo ese sentimiento a los nervios que sentía, si todos estabamos concentrados y el capitán tenia un gran plan nada podía salir mal.
Y por supuesto tenia un gran plan, nadie mejor que él para equilibrar nuestras fuerzas en equipo. Yo iría con Tobías, Bizavan con Ciaran y él iria solo, seguramente Gusi sería su compañero en caso de aparecer ¿Donde estaba aquel peliblanco? De verdad que esperaba que no le hubiese pasado nada.
Me habría gustado ir con Kimura eso sin ninguna duda pero era el capitán, si alguien debia quedarse solo era él y aquello lo sabía perfectamente, además no podia negar que desde siempre Tobias y yo haciamos un buen equipo y me gustaba estar con aquel pelinegro. Junté mi mano con la de los demás y dije decidida. -¡Vamos a por ello!-
Pronto nos pusimos en marcha, habíamos decidido aceptar el rumbo que había propuesto Tobias el cual había tomado la palabra después de Kimura, se notaba que era un gran estratega, confiable y que sabía manejar aquel tipo de situaciones bastante bien.
Tambien Bizvan aportó su punto de vista sobre el plan, a mi parecer todos tenian razón aunque preferia quedarme callada, en cuanto a estrategias de grupo se referia no tenia demasiada idea y al menos en ese aspecto prefería que se ocuparan ellos, yo ya sería más útil en otros aspectos. Así que finalmente y a pesar de las objecciones de Biz todos nos pusimos en marcha hacía el norte donde según nuestro querido agente del gobierno no había ido nadie.
No tardamos mucho en llegar a nuestro destino, el camino parecia estar algo desierto como había dicho tobias no mucha gente se había puesto en marcha hacía esa dirección y tan solo pudimos ver a unos soldados de Balt que se dirijian al mismo lugar que nosotros aunque no tardamos mucho en adelantarlos, a pesar de ser muchos ibamos en la formación indicada por el capitán y a paso ligero, demasiado ligero para mi gusto que donde todos los demás daban un paso yo tenia que dar dos o tres para poder igualarlos.
Estabamos apunto de llegar a la central del norte pero antes nos aguardaba una pequeña sorpresita, la central se encontraba al otro lado de un gran acantilado ¿A que clase de genio se le había ocurrido instalar allí una maldita central? Desde luego bien protegida estaba eso sin ninguna duda pero estaba protegida de los enemigos y de los aliados, era algo maravilloso.
Tras bastantes caras y expresiones de desesperación tanto por mi parte por la de mis compañeros nos pusimos a idea formas y maneras de poder cruzar aquello, tambien examinamos el borde y los alrededores por si se nos había pasado alguna especie de puente, rampa, árbol caído... cualquier cosa que nos permitiese pasar al otro lado.
No encontramos nada parecido a lo que estabamos buscando pero si una roca en el borde de la vista. Al principio con una mirada superficial parecia una piedra normal y corriente al borde de la muerte pero escrito en ella había unas palbras "Camina" ¿Una maldita prueba de confianza? ¿En serio? Leí aquellas palabras en voz alta y me giré para mirar a mis compañeros, realmente incluso antes de mirarlos y ver sus expresiones ya había tomado una decisión, había que caminar.
Me encantaba leer relatos, historias y cuentos y en algunos de ellos aparecian pruebas similares a esta en las que el protagonista salía ileso por el simple hecho de confiar y hacer lo que le mandaban, en parte aquello era el principio para ser marine.
-Bien, pone que hay que caminar así que vamos a caminar.- Tenía que ser yo, era la más ligera y aunque el aire parecia revuelto la que más posibildiades tenia de sobrevivir si algo salía mal y terminaba precipitandome al vacío, aunque bueno seguramente Tobias tampoco tendria muchos problemas para sobrevivir a esa caida. Gracias a este pensamiento se me ocurrió una idea, me acerqué al pelinegro y alzando los brazos le pedí como un favor. -Tobi ¿Puedes crear una especie de cuerda con tu sirope alrededor de mi cintura?- Una vez hecho esto me acerqué de nuevo al borde donde estaba la roca y cerré los ojos, si sobrevivia a todo eso Kimura se iba a encargar de matarme el mismo.
-Nos vemos al otro lado.- Y con una mano sujetando la imrpovisada cuerda pegagosa y la otra apretada intenté controlar mi pulso mientras con la cabeza bien en alto y los ojos cerrados avanzaba hasta más allá del borde del acantilados, por favor que aquello funcinara y hubiese un puente como en mis historias.
Agradecí mucho la confianza que mi compañero depositaba en mi para contarme aquellas cosas y simplemente no dije nada me limitaba a asentir mientras le dejaba hablar sin interrumpirle, me daba la sensación de que simplemente necesitaba eso alguien que le escuchara.
Finalmente concluyó diciendome que no me preocupara y haciendome prometer que estaria más atenta a partir de aquel momento. -Te lo prometo, nada de distracciones.- Le dije con una sonrisa mientras me reía por su golpecito en la nariz, me llevaba muy bien con Tobias le consideraba uno de mis maestros y el primer Crimson al que había conocido, era imposible que no le tuviese respeto y cariño a partes iguales.
Nuestra pequeña conversación fue interrumpida por la llegada de los demás incluyendo a Kimura que ya parecia concentrado y dispuesto a enfrentarse a todo lo que le echaran, aquello me puso de buen humor imponiendo ese sentimiento a los nervios que sentía, si todos estabamos concentrados y el capitán tenia un gran plan nada podía salir mal.
Y por supuesto tenia un gran plan, nadie mejor que él para equilibrar nuestras fuerzas en equipo. Yo iría con Tobías, Bizavan con Ciaran y él iria solo, seguramente Gusi sería su compañero en caso de aparecer ¿Donde estaba aquel peliblanco? De verdad que esperaba que no le hubiese pasado nada.
Me habría gustado ir con Kimura eso sin ninguna duda pero era el capitán, si alguien debia quedarse solo era él y aquello lo sabía perfectamente, además no podia negar que desde siempre Tobias y yo haciamos un buen equipo y me gustaba estar con aquel pelinegro. Junté mi mano con la de los demás y dije decidida. -¡Vamos a por ello!-
Pronto nos pusimos en marcha, habíamos decidido aceptar el rumbo que había propuesto Tobias el cual había tomado la palabra después de Kimura, se notaba que era un gran estratega, confiable y que sabía manejar aquel tipo de situaciones bastante bien.
Tambien Bizvan aportó su punto de vista sobre el plan, a mi parecer todos tenian razón aunque preferia quedarme callada, en cuanto a estrategias de grupo se referia no tenia demasiada idea y al menos en ese aspecto prefería que se ocuparan ellos, yo ya sería más útil en otros aspectos. Así que finalmente y a pesar de las objecciones de Biz todos nos pusimos en marcha hacía el norte donde según nuestro querido agente del gobierno no había ido nadie.
No tardamos mucho en llegar a nuestro destino, el camino parecia estar algo desierto como había dicho tobias no mucha gente se había puesto en marcha hacía esa dirección y tan solo pudimos ver a unos soldados de Balt que se dirijian al mismo lugar que nosotros aunque no tardamos mucho en adelantarlos, a pesar de ser muchos ibamos en la formación indicada por el capitán y a paso ligero, demasiado ligero para mi gusto que donde todos los demás daban un paso yo tenia que dar dos o tres para poder igualarlos.
Estabamos apunto de llegar a la central del norte pero antes nos aguardaba una pequeña sorpresita, la central se encontraba al otro lado de un gran acantilado ¿A que clase de genio se le había ocurrido instalar allí una maldita central? Desde luego bien protegida estaba eso sin ninguna duda pero estaba protegida de los enemigos y de los aliados, era algo maravilloso.
Tras bastantes caras y expresiones de desesperación tanto por mi parte por la de mis compañeros nos pusimos a idea formas y maneras de poder cruzar aquello, tambien examinamos el borde y los alrededores por si se nos había pasado alguna especie de puente, rampa, árbol caído... cualquier cosa que nos permitiese pasar al otro lado.
No encontramos nada parecido a lo que estabamos buscando pero si una roca en el borde de la vista. Al principio con una mirada superficial parecia una piedra normal y corriente al borde de la muerte pero escrito en ella había unas palbras "Camina" ¿Una maldita prueba de confianza? ¿En serio? Leí aquellas palabras en voz alta y me giré para mirar a mis compañeros, realmente incluso antes de mirarlos y ver sus expresiones ya había tomado una decisión, había que caminar.
Me encantaba leer relatos, historias y cuentos y en algunos de ellos aparecian pruebas similares a esta en las que el protagonista salía ileso por el simple hecho de confiar y hacer lo que le mandaban, en parte aquello era el principio para ser marine.
-Bien, pone que hay que caminar así que vamos a caminar.- Tenía que ser yo, era la más ligera y aunque el aire parecia revuelto la que más posibildiades tenia de sobrevivir si algo salía mal y terminaba precipitandome al vacío, aunque bueno seguramente Tobias tampoco tendria muchos problemas para sobrevivir a esa caida. Gracias a este pensamiento se me ocurrió una idea, me acerqué al pelinegro y alzando los brazos le pedí como un favor. -Tobi ¿Puedes crear una especie de cuerda con tu sirope alrededor de mi cintura?- Una vez hecho esto me acerqué de nuevo al borde donde estaba la roca y cerré los ojos, si sobrevivia a todo eso Kimura se iba a encargar de matarme el mismo.
-Nos vemos al otro lado.- Y con una mano sujetando la imrpovisada cuerda pegagosa y la otra apretada intenté controlar mi pulso mientras con la cabeza bien en alto y los ojos cerrados avanzaba hasta más allá del borde del acantilados, por favor que aquello funcinara y hubiese un puente como en mis historias.
- Resumen Balt:
-Hablar con Tobias y escuchar sus dudas
-Escuchar el plan de Kimura y los comentarios de Bizvan y Tobias y simplemente hacer lo que la dicen
-Avanzar hacia donde había dicho Tobias hasta llegar a un acantilado
-Ver una Roca al lado del acantilado donde pone "Camina" y tras asegurarse con una cuerda improvisada hecha del sirope de Tobías lanzarse al vacio en un impulso suicida.
Krieg
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Inútil, no como insulto, sino como definición de aquella muchacha. Aunque su ausencia de utilidad esté limitada a la toma de centrales y a la escasez de juicio en una guerra. Todos pueden aprender, aunque ahora no hay momento para ello.
-…las centrales pueden ser reconquistadas por otras facciones, Agente alfa.- información confirmada. Queda la respuesta de la pregunta sobre las capas, pero ya encontrará el momento para responder, debo dar las órdenes.
- Soldados. Tomen posiciones de defensa, francotiradores apostados por las estructuras de la central y asalto en disposición sobre el claro de la edificación - aunque ya lo hice anteriormente no está de más asegurar la posición de los agentes- . Las probabilidades de enfrentar a un enemigo que venga por aire son relativamente bajas debido a la espesura del bosque, es más plausible que hayan aterrizado en alguno de los claros en la costa y avancen hacia nuestra posición. Presten principal atención a los accesos de nuestra cuadrícula por las posiciones este, sureste y sur; riesgo de flanqueo y disperse de enemigos hacia zona suroeste de la isla para la toma de centrales distales. Aposten algunas cargas de C4 en los límites del bosque de las posiciones vulnerables para tener una contramedida. Ya saben cómo proceder. Segundo al mando, conmigo para la toma de la central.
Avanzo hacia la torre introduciéndome en su interior con la compañía del soldado, él me dará asistencia en la captura del edificio. Siendo de Zilda debe tener algún conocimiento técnico, y habiendo sido entrenado en sus especialidades como grupo de infiltración y captura… es imperativo en todos ellos y en especial en él como exlíder del escuadrón.
- La red de vigilancia ha sido establecida, ahora podremos controlar la batalla. Deberíais poder tener acceso a una nueva función en vuestros terminales.- nuestro líder nos regala una nueva ventaja.
Compruebo el comando..
Siendo llamada “red de vigilancia” debe darnos información sobre el territorio que seleccionemos… Seleccionaré la vía más probable de llegada de nuestros enemigos. Q16. Si la información que me da es visual comprobaré el estado de la playa para la búsqueda de huellas evidentes o rastros en el movimiento, además la casilla me da el punto más próximo de viaje de los enemigos.
- Vamos soldado, tomemos la central- digo una vez dentro, dispuesto a ser yo quien acate las órdenes mientras inspeccionamos con el conocimiento de mi subalterno.
-…las centrales pueden ser reconquistadas por otras facciones, Agente alfa.- información confirmada. Queda la respuesta de la pregunta sobre las capas, pero ya encontrará el momento para responder, debo dar las órdenes.
- Soldados. Tomen posiciones de defensa, francotiradores apostados por las estructuras de la central y asalto en disposición sobre el claro de la edificación - aunque ya lo hice anteriormente no está de más asegurar la posición de los agentes- . Las probabilidades de enfrentar a un enemigo que venga por aire son relativamente bajas debido a la espesura del bosque, es más plausible que hayan aterrizado en alguno de los claros en la costa y avancen hacia nuestra posición. Presten principal atención a los accesos de nuestra cuadrícula por las posiciones este, sureste y sur; riesgo de flanqueo y disperse de enemigos hacia zona suroeste de la isla para la toma de centrales distales. Aposten algunas cargas de C4 en los límites del bosque de las posiciones vulnerables para tener una contramedida. Ya saben cómo proceder. Segundo al mando, conmigo para la toma de la central.
Avanzo hacia la torre introduciéndome en su interior con la compañía del soldado, él me dará asistencia en la captura del edificio. Siendo de Zilda debe tener algún conocimiento técnico, y habiendo sido entrenado en sus especialidades como grupo de infiltración y captura… es imperativo en todos ellos y en especial en él como exlíder del escuadrón.
- La red de vigilancia ha sido establecida, ahora podremos controlar la batalla. Deberíais poder tener acceso a una nueva función en vuestros terminales.- nuestro líder nos regala una nueva ventaja.
Compruebo el comando.
Siendo llamada “red de vigilancia” debe darnos información sobre el territorio que seleccionemos… Seleccionaré la vía más probable de llegada de nuestros enemigos. Q16. Si la información que me da es visual comprobaré el estado de la playa para la búsqueda de huellas evidentes o rastros en el movimiento, además la casilla me da el punto más próximo de viaje de los enemigos.
- Vamos soldado, tomemos la central- digo una vez dentro, dispuesto a ser yo quien acate las órdenes mientras inspeccionamos con el conocimiento de mi subalterno.
- RESUMEN ZILDA AGENTE ALFA:
- Mentalmente no tener muy buena fé de la chica (aslaugh). Mandar soldados para tomar posiciones de defensa de la central, con especial atención al avance posible de enemigos por este, sureste y sur (Atentos a casillas Q15, Q16, R16) Cargas de C4 (les dejo a su bola a los soldados que sabrán como y cuantas poner) en los límites del bosque (la central tendrá un espacio desde donde ha sido construida por lógica) para prevenir la llegada de gente de estos sitios . Posiciones de ataque: Asalto delante (pero obviamente no encima de los C4,a una distancia prudencial , esta gente no es tonta) , francos apostados por la central con su cobertura (siendo una torre debería haber accesos para mantenimiento o lo que fuera). Ir con el segundo al mando a la toma de la central , ya que siendo Zildariano , Zildense o como fuera, y con sus conocimientos como soldado especializado debe saber cómo se captura. Intentar tomar central. Comprobar posición por la nueva función (Q16) para comprobar si hay muestras de que algo haya llegado por la cala (razonamiento anterior de que un alguien volador no iría volando para que se le matara a tios si no que aterrizaría en alguna de las dos posibles calitas y luego vendría con cobertura boscosa
Teravan Zallen
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Acompañé a Yarmin en cuanto me lo propuso. Él tampoco tenía un plan elaborado, sin embargo, sí que disponía de una pauta de actuación: seguir a la masa de pescado. No parecía muy difícil de convencer, y la ventaja era que podría ahorrarnos muchos problemas. Tal vez incluso fuese un individuo con el que se pudiese dialogar con tranqulidad, aunque no residía ahí su utilidad, indudablemente.
Siguieron el camino hasta la siguiente fortaleza, dispuestos a ayudar a quienes les habían salvado. Lo único que movía a Teravan a continuar era su sentimiento de deuda, pues le habían liberado de un incierto destino. La gratitud es una característica fundamental para un caballero. No tuvo la suerte de encontrar ninguna aldea lo suficientemente grande para recabar información, por lo que lo dejó pasar, de momento. El camino no fue muy extenso, y ausente de cualquier contratiempo, salvo el desagradable y penetrante olor de Augustus. Intentó entablar conversación con Yarmin, sobre sus gustos o sus aficiones, pero su mente estaba absorta en otros pensamientos que impidieron que la conversación llegase a buen fin. De todos modos, escuchó sus respuestas y las tuvo en cuenta, sin saber muy bien por qué.
No tardaron en llegar a las murallas de una ciudad. No parecía muy accesible, debido a la solidez de sus muros. Este hecho solo aumentó la sorpresa del agente al observar cómo una especie de lunático emitía un grito y abría el portón por la fuerza. Habían alcanzado al ejército, por lo que deberían echar una mano. Tal vez fuese una buena oportunidad para obtener algún tipo de información sobre el lugar donde se encontraban.
Una vez la horda entró en la ciudad, Teravan se dispuso a acceder sin llamar demasiado la atención. No quería entablar combate ni encontrarse en problemas, mas si Yarmin insistía en utilizar a su nueva mascota para combatir, no tendría más remedio que seguirlo. Sería un desperdicio permitir que le pasase algo a su nuevo compañero. En la ciudad aprovecharía para observar el comportamiento del ejército enemigo, así como del propio, mientras intento buscar alguna pista sobre la identidad de todos los participantes de esta guerra.
- Deberíamos aprovechar la situación para averiguar lo máximo posible sobre los que se sientan ante este tablero, señor Prince. - Señaló mientras caminaba a su lado. Con suerte Augustus no sabría el significado de esas palabras, o no les daría importancia. - Si tenéis alguna otra idea estaré encantado de escucharla. - Esperaba que así fuese, nunca antes había estado en una situación como aquella.
Siguieron el camino hasta la siguiente fortaleza, dispuestos a ayudar a quienes les habían salvado. Lo único que movía a Teravan a continuar era su sentimiento de deuda, pues le habían liberado de un incierto destino. La gratitud es una característica fundamental para un caballero. No tuvo la suerte de encontrar ninguna aldea lo suficientemente grande para recabar información, por lo que lo dejó pasar, de momento. El camino no fue muy extenso, y ausente de cualquier contratiempo, salvo el desagradable y penetrante olor de Augustus. Intentó entablar conversación con Yarmin, sobre sus gustos o sus aficiones, pero su mente estaba absorta en otros pensamientos que impidieron que la conversación llegase a buen fin. De todos modos, escuchó sus respuestas y las tuvo en cuenta, sin saber muy bien por qué.
No tardaron en llegar a las murallas de una ciudad. No parecía muy accesible, debido a la solidez de sus muros. Este hecho solo aumentó la sorpresa del agente al observar cómo una especie de lunático emitía un grito y abría el portón por la fuerza. Habían alcanzado al ejército, por lo que deberían echar una mano. Tal vez fuese una buena oportunidad para obtener algún tipo de información sobre el lugar donde se encontraban.
Una vez la horda entró en la ciudad, Teravan se dispuso a acceder sin llamar demasiado la atención. No quería entablar combate ni encontrarse en problemas, mas si Yarmin insistía en utilizar a su nueva mascota para combatir, no tendría más remedio que seguirlo. Sería un desperdicio permitir que le pasase algo a su nuevo compañero. En la ciudad aprovecharía para observar el comportamiento del ejército enemigo, así como del propio, mientras intento buscar alguna pista sobre la identidad de todos los participantes de esta guerra.
- Deberíamos aprovechar la situación para averiguar lo máximo posible sobre los que se sientan ante este tablero, señor Prince. - Señaló mientras caminaba a su lado. Con suerte Augustus no sabría el significado de esas palabras, o no les daría importancia. - Si tenéis alguna otra idea estaré encantado de escucharla. - Esperaba que así fuese, nunca antes había estado en una situación como aquella.
- Zal:
Entrar en la ciudad con cautela, sin llamar demasiado la atención y evitando el combate.
Recabar información sobre las intenciones de ambos bandos, el comportamiento de sus ejércitos y sobre los integrantes de esta guerra, buscando el bando con el fin más legítimo.
Ayudar a Yarmin si se separa.
Rainbow662
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Tal y como Zack había dicho, lo mejor sería continuar hacia el centro de la isla. Alguien parecía habérseles adelantado ya con esa central, así que no tenía mucho sentido perder el tiempo ahí. Ya encontrarían otras y podrían... Bueno, no tenía muy claro lo que se hacía con esos edificios pero para algo servirían, ¿no?
Continuaron avanzando al mismo ritmo, aunque Arribor permaneció pensativo un rato. Viajaba dando grandes saltos para así equiparar su ritmo al de los grandes pasos de la giganta y la velocidad de mofeta de Zack, de forma que desde el aire gozaba de una amplia panorámica de la isla. Obviando las nubes negras que cubrían parte del cielo, su vista se centraba en la batalla que parecía haberse desatado no muy lejos de allí. Seguramente se tratase de la gente de Sarka.
Recordaba perfectamente que había garantizado su ayuda a esa facción y por un momento incluso se planteó ir a socorrerles en la lucha. Luego se lo pensó mejor y decidió que podían ocuparse de sus propios asuntos. No dudaba que tomar la ciudad sería más beneficioso para aquellos con los que colaboraba. Y más divertido para él, que era lo más importante.
No tardaron en llegar a las imponentes murallas de la ciudad imperial. Eran altas y robustas, seguramente incluso habrían resistido el primero de sus golpes antes de ceder ante su fuerza. La puerta ante la que se encontraban estaba custodiada por dos colosos de roca de aspecto siniestro. El rastrillo que debía sellar la entrada no estaba bajado a pesar de la guerra, lo que solo podía significar una cosa: la gente que vivía ahí era estúpida.
-Bueno, me esperaba algo más difícil pero en fin. Adentro -exclamó Arribor, mientras traspasaba el umbral de las puertas. Tenía entendido que había una central cerca de allí, así que esa sería su primer objetivo. Eso si no encontraba un ejército airado al que destrozar.
- Sarka:
- Entrar por las puertas abiertas que seguro que no ocultan ninguna trampa. En dirección a la central de L11
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El puñetazo del lobo negro arrasó con aquel portón tal y como tenía planeado. Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del luchador, el cual se relamió despacio. Los enormes restos de piedras caían a su alrededor como si de una lluvia se tratase, y el polvo acumulado subía un poco hacia el cielo. Había permitido la entrada a los miembros de Zal y ahora continuaría avanzando aquel sitio. Lentamente fue volviendo a la forma humana, hasta quedar en su aspecto de siempre y anular el haki armadura. Todo estaba saliendo bien por el momento y no había tenido problemas con sus compañeros de equipo. Ahora se suponía que debían de ir al frente para ver lo que pasaba y eso hizo que Kedra alzase una ceja. Ahí iba a haber un nivel de batalla brutal y tendría desventaja a puño.
- De todas formas tenía planeado derrotar a mi hermano en este juego.
Susurró mientras soltaba un pequeño suspiro. Al aura roja de su brazo desapareció también, dejando su mano tal cual estaba anteriormente. No había necesidad de mantener sus técnicas activas salvo el haki de observación. Escupió a un lado y después de agitar un poco la cabeza continuó avanzando despacio en línea recta. Si se topaba con el agua, rodearía dicho estorbo por el Oeste. Pasó su lengua por los colmillos lentamente apreciando el delicioso sabor que tenía. Era curioso, pero tenía restos de carne que le hicieron sonreír de lado. Al final iba a terminar comiendo de todas formas y eso le agradaba. Después de unos momentos decidió ir a un paso más lento para no perder mucha energía por el camino. Debía reservarse para lo que se estaba avecinando.
- Qué aburrimiento. Esto de ir de un lado para otro solo es de lo peor. Maldito Émile… – Dijo al mismo tiempo que continuaba caminando.
- De todas formas tenía planeado derrotar a mi hermano en este juego.
Susurró mientras soltaba un pequeño suspiro. Al aura roja de su brazo desapareció también, dejando su mano tal cual estaba anteriormente. No había necesidad de mantener sus técnicas activas salvo el haki de observación. Escupió a un lado y después de agitar un poco la cabeza continuó avanzando despacio en línea recta. Si se topaba con el agua, rodearía dicho estorbo por el Oeste. Pasó su lengua por los colmillos lentamente apreciando el delicioso sabor que tenía. Era curioso, pero tenía restos de carne que le hicieron sonreír de lado. Al final iba a terminar comiendo de todas formas y eso le agradaba. Después de unos momentos decidió ir a un paso más lento para no perder mucha energía por el camino. Debía reservarse para lo que se estaba avecinando.
- Qué aburrimiento. Esto de ir de un lado para otro solo es de lo peor. Maldito Émile… – Dijo al mismo tiempo que continuaba caminando.
- Zal M14:
- Rumbo M13 por el lado ese de tierra y con tranquilidad.
Alwyn
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Aterrizo frente a un edificio de tamaño considerable. Camino en busca de la puerta del mismo, hasta que mi uniforme brilla por un momento y la puerta a central me deja camino despejado al interior. El edificio no parece estar aún activado, o al menos, no parece en funcionamiento. Es probable que sea la primera en llegar, aunque también puede que el anterior lo estropeara y ya no se pudiera usar. De cualquier forma, debía entrar a comprobarlo. No conozco muchos los edificios de este tipo, pero esa parte alta y redonda seguramente tuviera que estar echando humo, o vapores o lo que fuera.
Una vez entro me sorprende la cantidad de tubos, aparatos y contenedores que hay en su interior. Quién las inventará debía ser un genio. Se podría comparar a un laberinto de metal, aunque en este, no sería fácil perderse. Todo seguía un orden, además los tubos más gordos debían llevar al corazón de la central. Finalmente, tras un corto paseo, llegué al centro de control de la misma. Allí había un anciano dormitando, un mono sobre el este haciendo lo mismo y una fregona tras ellos. Traté de acercarme lo más sigilosamente posible para evitar despertarlos, pero el anciano comenzó a hablarme. Era una especie de conserje, y me propuso un juego de azar para poder activar la central o no. Metió unos dados en un cubilete, agitándolos un poco para luego darle la vuelta sobre el suelo.
-Ya veo que no tengo más remedio, elijó pares entonces. – Le dije al anciano, estaba preparada ya para usar el Kami-e Kempo de ser necesario para evitar las posibles consecuencias de fallar en la decisión. En principio trataría de evitar cualquier ataque sin responder a los mismos. Aquel hombre podía información útil y quería averiguarlo.
De acertar, activaría la central con el permiso del hombre y luego le preguntaría por la última vez que fue activada la central y que paso en aquella ocasión. Me interesaba sobretodo, conocer que habían hecho las facciones y como había acabado la cosa y las centrales desactivadas.
Una vez entro me sorprende la cantidad de tubos, aparatos y contenedores que hay en su interior. Quién las inventará debía ser un genio. Se podría comparar a un laberinto de metal, aunque en este, no sería fácil perderse. Todo seguía un orden, además los tubos más gordos debían llevar al corazón de la central. Finalmente, tras un corto paseo, llegué al centro de control de la misma. Allí había un anciano dormitando, un mono sobre el este haciendo lo mismo y una fregona tras ellos. Traté de acercarme lo más sigilosamente posible para evitar despertarlos, pero el anciano comenzó a hablarme. Era una especie de conserje, y me propuso un juego de azar para poder activar la central o no. Metió unos dados en un cubilete, agitándolos un poco para luego darle la vuelta sobre el suelo.
-Ya veo que no tengo más remedio, elijó pares entonces. – Le dije al anciano, estaba preparada ya para usar el Kami-e Kempo de ser necesario para evitar las posibles consecuencias de fallar en la decisión. En principio trataría de evitar cualquier ataque sin responder a los mismos. Aquel hombre podía información útil y quería averiguarlo.
De acertar, activaría la central con el permiso del hombre y luego le preguntaría por la última vez que fue activada la central y que paso en aquella ocasión. Me interesaba sobretodo, conocer que habían hecho las facciones y como había acabado la cosa y las centrales desactivadas.
- Balt:
- Entrar a la central, jugar a los dados y preguntar al anciano.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t10688p600-tiradas-random#185201
Anon K. Noah
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- Spoiler:
- En el anterior turno, Noah fue encontrado por Syxel, y tras limpiarse usando un poco de agua de su cantimplora le siguió hasta dar con Amaiar. Su capitán quemó algo que había en el suelo, y luego se dispusieron a salir del lugar en formación cuando fueron rodeados de soldados de Meln.
- ¿Sigues queriendo sangre? Pues queda abierta la temporada de caza de descerebrados.
Jamás me había alegrado tanto de oír hablar a mi capitán. Me encantaba saber que opinaba lo mismo que yo sobre Meln y su rollo vudú raro, y más aún que acababa de declarar su deseo de acompañarme a la batalla. Casi pude sentir lágrimas en mis ojos... casi. Lo que salió realmente fue una sonrisa en mi boca, amplia y llena de afilados dientes de tiburón.
- Hombre, no creo que sean los más sabrosos del mundo, pero mi espada aún no ha sido saciada del todo... - Dije sujetando con firmeza el espadón que descansaba en mi hombro. Lo cierto es que incluso para la fuerza que tenía me resultaba un poco incómodo de cargar a veces, pero no lo cambiaría por nada del mundo. - Eh, niño lindo. ¿Te encuentras bien? - Le pregunté al otro peliblanco. Tenía cara de estar sufriendo, y aunque no me importaba de verdad si lo estaba pasando mal, me interesaba saber si se iba a apuntar.
En ese momento a nuestro alrededor empezaron a congregarse soldados de Meln, de pintas algo menos "descerebradas" pero inmundas aun así. Murmuraban algo sobre haber acabado con "Pulgares" o algo similar, y me pregunté si se referían a la cosa que había en el callejón cuando llegamos Syx y yo... ¿Sería eso lo que había quemado él con su fuego negro?
- Bueno, no importa... - Dije mientras calculaba distancias así a ojo. - ¡Debemos regocijarnos, pues nuestras plegarias han sido escuchadas! - En una burda y satírica parodia de lo que pensaba que era la fe humana, exclamé. - Esto nos ahorra el trabajo de salir a buscarlos.
Confirmé una vez más el estado de mis compañeros. Syxel parecía dispuesto a darlo todo, mientras Amaiar no se veía del todo convencido. Creo que se preocupaba demasiado de las civiles que lo acompañan... Una pena, tenían pinta de ser sabrosas también. Me tendré que conformar con los feos estos de enfrente... Le dí un largo trago a mi cantimplora, terminando de vaciarla, con lo que mis músculos crecieron en consecuencia. Era solo un tema de aspecto, no me había hecho más fuerte, pero sí más guapo. Guardé la cantimplora vacía en su sitio junto a las otras, aún llenas, y no me lo pensé más:
- ¡Jerónimo! - Exclamé mientras me lanzaba a por ellos de frente, intentando barrer a cuantos más pudiera de ellos con un movimiento horizontal de mi enorme hoja.
- Resumen Meln:
- Blablabla, pitos y flautas, mucho pensar, bebo agua en abundancia y me lanzo de cabeza contra los Melnianos, intentando abarcar a tantos como pueda con mi espadón en un corte lateral.
Gusi
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Escuche atentó las palabras de mi amada emperatriz, la cual me daba respuestas vacías y carentes de sentido, a excepción de ser elegido por mi pelo. Sin duda era bonito y esponjoso, haciéndome sentir bien al saber que había algo de mí que por lo menos le gustaba. Me puse algo coqueto ante sus palabras y la sonreí tocándome el pelo con la punta de los dedos-¿Te gustaría tocarlo?- Las veces que había preguntado eso, pero refiriéndome a otra parte de mi cuerpo. Yoai en ese momento acaricio a su enorme montura y esta parecía disfrutar. ¿Cómo habría conseguido dominar a tal bicho? Tal vez la tiene desde que era pequeña y se han cogido cariño. Sin duda los niños adinerados tienen regalos de lo más pintoresco.
-¿Puedo tocarlo?- dije acercándome y colocando la mano con intención de tocar al enorme cangrejo, mientras la miraba directamente a los ojos, con una mirada tan seductora que la había apodado “la moja bragas”.- ¿Cómo has conseguido que este pequeñajo te quiera tanto? Sin duda es un animal precioso. ¿Cupcake? ¿Te llamas así?-dije hablando al animal, como si esperará que me contestara.-¿Cómo se te ocurrió ese nombre? - sonreí cálidamente a la emperatriz, mientras se lo preguntaba. Tenía que conquistarla, era un reto que me había propuesto, pero lo más importante era acercarme a ella lo suficiente para quitarla ese peculiar collar sin que se diera la cuenta, pero necesitaba una oportunidad, un momento exacto en el que ella no se dé cuenta de que se lo he quitado. Como buen espía que era solo me quedaba esperar el momento adecuado aunque para ello implicara estar en medio de una guerra.
Continuamos avanzando mientras la batalla estaba a punto de avanzar. Nos colocamos a una distancia prudente donde podíamos observar todo el combate y dirigir con facilidad, aunque eso último lo hacía la emperatriz. El bando enemigo ataco con fiereza las filas de Meln, haciendo que cayeran como monigotes de barro, lo cual hizo que me tapara la cara un poco avergonzado por lo mal luchadores que eran los miembros de Yoai. Separé los dedos y seguí observando tal estruendo de batalla. Siempre había luchado en combates o asaltos, pero ninguno se podía comparar con esa batalla, esa guerra. Mientras más observaba más me daba cuenta que Meln parecía estar en desventaja y mas al observar como los hombres caían con facilidad, pero de repente los heridos se pusieron en pie. Abrí mucho los ojos sin comprender que estaba pasando ¿Cómo era posible que siguieran luchando con la gravedad de sus heridas? Eso era imposible, a no ser que fuera…- Zombies- dije mirando a Yoai en busca de una respuesta, pero esta parecía estar concentrada en la batalla. En ese momento una lluvia de proyectiles cayó sobre el ejército enemigo, dando una pequeña ventaja a Meln, pero eso era de esperar, pues ¿cómo ganarías a un ejército de hombres que no pueden morir? Estaba tan asombrado por la batalla que no tenía respuesta para tal acontecimiento.
En ese momento, el rostro de Yoai fue cambiando poco a poco hasta acabar con una mirada llena de rabia y los puños apretados mostrando una ira descomunal. Se volteó con fiereza y ordeno a uno de los soldados que hubiera por allí cerca que mandara a la tropa de los desolladores, un nombre que acojona con tan solo oírlo, pero parecía estar centrada en conseguir a alguien vivo ¿De quién se trataría? En ese momento recordé a mis nakamas y me temí lo peor, preguntando con algo de tartamudeo en mi voz-¿Contra quién estamos enfrentándonos?- pregunte a la emperatriz con la esperanza de colaborar mis mayores temores, Balt. Busque con la mirada a mis nakamas, por si se encontraban en la batalla, pero allí había demasiada gente y no era capaz de distinguirlos a todos, poniéndome algo nervioso, sintiendo un nudo en la garganta que apenas me dejaba hablar. Pero confiaba en el criterio de Kimura y sabía que era lo suficientemente listo para no meterse de cabeza en esa guerra sin sentido. Además seguro que Yoshi iría con él y estoy seguro que no la dejaría ni pisar un ápice del campo de batalla. Empecé a calmarme poco a poco mientras observaba como la batalla transcurría y los enemigos se atacaban de forma muy peculiar, dándome nuevas ideas de combate. En ese momento me percaté de algo extraño.- Yoai, cariño.- ¿Qué?¿Realmente había dicho eso? Se me había escapado por completo, esperaba que la pretora no se lo tomara a mal.- ¿Dónde se encuentra el que se hizo pasar por pretor? El hombre mayor que la acompañaba en todo momento.- dije intentando tapar el momento tan extraño que había creado y esperando que no se hubiera dado cuenta, aunque eso era raro porque estaba tan cerca de ella que podía sentir su olor y calor.
-¿Puedo tocarlo?- dije acercándome y colocando la mano con intención de tocar al enorme cangrejo, mientras la miraba directamente a los ojos, con una mirada tan seductora que la había apodado “la moja bragas”.- ¿Cómo has conseguido que este pequeñajo te quiera tanto? Sin duda es un animal precioso. ¿Cupcake? ¿Te llamas así?-dije hablando al animal, como si esperará que me contestara.-¿Cómo se te ocurrió ese nombre? - sonreí cálidamente a la emperatriz, mientras se lo preguntaba. Tenía que conquistarla, era un reto que me había propuesto, pero lo más importante era acercarme a ella lo suficiente para quitarla ese peculiar collar sin que se diera la cuenta, pero necesitaba una oportunidad, un momento exacto en el que ella no se dé cuenta de que se lo he quitado. Como buen espía que era solo me quedaba esperar el momento adecuado aunque para ello implicara estar en medio de una guerra.
Continuamos avanzando mientras la batalla estaba a punto de avanzar. Nos colocamos a una distancia prudente donde podíamos observar todo el combate y dirigir con facilidad, aunque eso último lo hacía la emperatriz. El bando enemigo ataco con fiereza las filas de Meln, haciendo que cayeran como monigotes de barro, lo cual hizo que me tapara la cara un poco avergonzado por lo mal luchadores que eran los miembros de Yoai. Separé los dedos y seguí observando tal estruendo de batalla. Siempre había luchado en combates o asaltos, pero ninguno se podía comparar con esa batalla, esa guerra. Mientras más observaba más me daba cuenta que Meln parecía estar en desventaja y mas al observar como los hombres caían con facilidad, pero de repente los heridos se pusieron en pie. Abrí mucho los ojos sin comprender que estaba pasando ¿Cómo era posible que siguieran luchando con la gravedad de sus heridas? Eso era imposible, a no ser que fuera…- Zombies- dije mirando a Yoai en busca de una respuesta, pero esta parecía estar concentrada en la batalla. En ese momento una lluvia de proyectiles cayó sobre el ejército enemigo, dando una pequeña ventaja a Meln, pero eso era de esperar, pues ¿cómo ganarías a un ejército de hombres que no pueden morir? Estaba tan asombrado por la batalla que no tenía respuesta para tal acontecimiento.
En ese momento, el rostro de Yoai fue cambiando poco a poco hasta acabar con una mirada llena de rabia y los puños apretados mostrando una ira descomunal. Se volteó con fiereza y ordeno a uno de los soldados que hubiera por allí cerca que mandara a la tropa de los desolladores, un nombre que acojona con tan solo oírlo, pero parecía estar centrada en conseguir a alguien vivo ¿De quién se trataría? En ese momento recordé a mis nakamas y me temí lo peor, preguntando con algo de tartamudeo en mi voz-¿Contra quién estamos enfrentándonos?- pregunte a la emperatriz con la esperanza de colaborar mis mayores temores, Balt. Busque con la mirada a mis nakamas, por si se encontraban en la batalla, pero allí había demasiada gente y no era capaz de distinguirlos a todos, poniéndome algo nervioso, sintiendo un nudo en la garganta que apenas me dejaba hablar. Pero confiaba en el criterio de Kimura y sabía que era lo suficientemente listo para no meterse de cabeza en esa guerra sin sentido. Además seguro que Yoshi iría con él y estoy seguro que no la dejaría ni pisar un ápice del campo de batalla. Empecé a calmarme poco a poco mientras observaba como la batalla transcurría y los enemigos se atacaban de forma muy peculiar, dándome nuevas ideas de combate. En ese momento me percaté de algo extraño.- Yoai, cariño.- ¿Qué?¿Realmente había dicho eso? Se me había escapado por completo, esperaba que la pretora no se lo tomara a mal.- ¿Dónde se encuentra el que se hizo pasar por pretor? El hombre mayor que la acompañaba en todo momento.- dije intentando tapar el momento tan extraño que había creado y esperando que no se hubiera dado cuenta, aunque eso era raro porque estaba tan cerca de ella que podía sentir su olor y calor.
- Meln:
- Acercarme a la emperatriz sin parecer sospechoso- Realizar preguntas - Intentar intimar con Yoai - Observar la batalla- Buscar momento para robar el collar
Danio Rerio
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Aquellos paneles, botones y demás mandos de la central eran bastante complicados. Por suerte, llegaron las tropas de Balt hasta mi posición. Gracias a ellas, por no decir que hicieron todo el trabajo, la central se activó para nuestro bando. Ya en la zona de construcción de las trincheras, el encargado me da permiso para dirigir las operaciones. Antes de irse, me avisa de que antes o después se acabaran usando. Claramente, es un aviso para que no me relaje y meta prisa para su finalización. Con el otro marine por allí cerca, trataría de hacer llegar las ordenes lo más rápido posible a todos los puntos.
-Veamos, - Les dije a los pocos mensajeros y Joseph. - El parapeto delantero de las trincheras debe tener algo más de pendiente. Usaremos un modelo con forma de dientes de sierra, lo que hará que los enemigos reciban ataques por más de un lado. No tenemos materiales para hacer puentes, por lo que tendremos que dejar huecos de al menos cuatro metros para el paso de maquinaria de guerra y caballería. Si da tiempo, después de tener todo listo, haremos túneles bajo estos pasos para el movimiento de tropas. Tendremos que dejar un paso libre para el movimiento de tropas. En cuanto la primera esté lista pasaremos a hacer una segunda tras esta, unos cien metros más atrás y la comunicaremos con la primera. Los pasos en diferentes lugares que los primeros, que se tenga que hacer zigzag.
Dicho esto, señale donde iría cada mensajero, indicándole a mi compañero donde ir si quería colaborar en esa tarea. Mientras, yo iría a otro grupo, dando las instrucciones pertinentes. Les había señalado la distribución de las trincheras con la mano a cada uno de ellos para que supieran y supervisaran esas zonas. Una vez diera las ordenes a los trabajadores que me tocaban, cogería una pala, o lo que usaran para cavar, poniéndome a ayudarles para agilizar los trabajos.
-Veamos, - Les dije a los pocos mensajeros y Joseph. - El parapeto delantero de las trincheras debe tener algo más de pendiente. Usaremos un modelo con forma de dientes de sierra, lo que hará que los enemigos reciban ataques por más de un lado. No tenemos materiales para hacer puentes, por lo que tendremos que dejar huecos de al menos cuatro metros para el paso de maquinaria de guerra y caballería. Si da tiempo, después de tener todo listo, haremos túneles bajo estos pasos para el movimiento de tropas. Tendremos que dejar un paso libre para el movimiento de tropas. En cuanto la primera esté lista pasaremos a hacer una segunda tras esta, unos cien metros más atrás y la comunicaremos con la primera. Los pasos en diferentes lugares que los primeros, que se tenga que hacer zigzag.
Dicho esto, señale donde iría cada mensajero, indicándole a mi compañero donde ir si quería colaborar en esa tarea. Mientras, yo iría a otro grupo, dando las instrucciones pertinentes. Les había señalado la distribución de las trincheras con la mano a cada uno de ellos para que supieran y supervisaran esas zonas. Una vez diera las ordenes a los trabajadores que me tocaban, cogería una pala, o lo que usaran para cavar, poniéndome a ayudarles para agilizar los trabajos.
- Balt, Josh deberías leer:
- Recibir la ayuda de los soldados en la central. Comunicar las modificaciones y las zonas a usar. Ayudar donde me dirigiera yo.
- Mapa esquemático:
Vinnie Estacado
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Por fin se hubo alejado de aquel caos en el que él mismo se había visto inmerso sin querer. Sin embargo, parecía haberse metido en un segundo caos aún más grande. Un hombre de aspecto demacrado, manco, rubio y con barba. Detrás de él había un grupo de personas que gritaba, uno de ellos llevando un brazo en la mano. Un rostro de preocupación convincente se dibujó en la cara del mafioso.
- Joven ¿No viste lo que pasó? -preguntó el tipo.
- Pues... no... -dijo con un tono preocupado-. ¿Está usted bien? No parece que pueda... Permítame, soy médico.
El mafioso se acercó a él, dejando el maletín en el suelo. Colocó una mano en el hombro del manco y dirigió una mirada hacia dónde debería estar su brazo.
- Siento mucho que te hayan hecho esto, amigo... -comentó. Su tono de preocupación empezaba a desaparecer-. Aunque pronto tú dejarás de sentir nada.
De su espalda brotó una de las negras serpientes que el mafioso utilizaba. Sus dientes fueron directos y a gran velocidad a sujetar la muñeca del rubio con fuerza, de forma que, de conseguirlo, el rubio solo podría zafarse dejándose media mano detrás. De conseguirlo, la segunda serpiente iría directa a clavar sus colmillos en el cuello del rubio. Si lo conseguía... ya tendría comida para un buen rato.
- Joven ¿No viste lo que pasó? -preguntó el tipo.
- Pues... no... -dijo con un tono preocupado-. ¿Está usted bien? No parece que pueda... Permítame, soy médico.
El mafioso se acercó a él, dejando el maletín en el suelo. Colocó una mano en el hombro del manco y dirigió una mirada hacia dónde debería estar su brazo.
- Siento mucho que te hayan hecho esto, amigo... -comentó. Su tono de preocupación empezaba a desaparecer-. Aunque pronto tú dejarás de sentir nada.
De su espalda brotó una de las negras serpientes que el mafioso utilizaba. Sus dientes fueron directos y a gran velocidad a sujetar la muñeca del rubio con fuerza, de forma que, de conseguirlo, el rubio solo podría zafarse dejándose media mano detrás. De conseguirlo, la segunda serpiente iría directa a clavar sus colmillos en el cuello del rubio. Si lo conseguía... ya tendría comida para un buen rato.
- Meln:
> Fingir preocupación y amabilidad al acercarme a Jin
> Atacarle directo al brazo y cuello con las serpientes de mi Akuma no mi.
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El asesino se quedó mirando a aquella persona que avanzaba hacia él. De modo que un médico que iba a curarle. Cuando notó la mano en su hombro, el haki de observación le advirtió de las intenciones de aquel hombre. Jin frunció el ceño y entonces activó el haki armadura totalmente, formando unas costillas rojizas a su alrededor. Las serpientes chocaron contra el escudo entonces. El rubio colocó la mano que tenía en la pared y unas cinco lanzas de fuego negro sólido imbuido en haki armadura salieron de él. Trataron de atravesar su cabeza, el corazón, las rodillas y la entrepierna. Le diese o no, el ifrit sonreiría de lado y entonces desaparecería. El escudo desapareció de la nada y usando moderadamente la energía que le quedaba, activó la invisibilidad de su fruta.
- “Hasta nunca…”
Pensó al mismo tiempo que cambiaba su aura y salía de allí trotando. Gracias a su habilidad como asesino no provocaba ruido y además su invisibilidad era magnifica. Esperaba haberse cargado al idiota de las serpientes, pero si no era así, ya se había quedado con su cara. Jin cambió el color de su pelo a uno rojizo. Tomó la apariencia de Akashi y después continuó moviéndose. Activó su kamisori para ir mucho más veloz y por el aire además. Se dirigía al puerto para largarse de una vez de aquella isla. No podía continuar luchando con sus heridas y la energía que le quedaba tras el escudo de fuego era mínima. Al menos ahora contaba con la ventaja de no ser visto. Su mirada se puso bastante seria y entonces chasqueó la lengua.
- Eso ha estado muy cerca… Necesito llegar a la base cuanto antes…
Susurró al mismo tiempo que notaba el dolor provocado por la electricidad molestarle. Su misión en aquella isla y guerra había terminado. Al menos tenía la satisfacción de haber eliminado a aquel tipo.
- “Hasta nunca…”
Pensó al mismo tiempo que cambiaba su aura y salía de allí trotando. Gracias a su habilidad como asesino no provocaba ruido y además su invisibilidad era magnifica. Esperaba haberse cargado al idiota de las serpientes, pero si no era así, ya se había quedado con su cara. Jin cambió el color de su pelo a uno rojizo. Tomó la apariencia de Akashi y después continuó moviéndose. Activó su kamisori para ir mucho más veloz y por el aire además. Se dirigía al puerto para largarse de una vez de aquella isla. No podía continuar luchando con sus heridas y la energía que le quedaba tras el escudo de fuego era mínima. Al menos ahora contaba con la ventaja de no ser visto. Su mirada se puso bastante seria y entonces chasqueó la lengua.
- Eso ha estado muy cerca… Necesito llegar a la base cuanto antes…
Susurró al mismo tiempo que notaba el dolor provocado por la electricidad molestarle. Su misión en aquella isla y guerra había terminado. Al menos tenía la satisfacción de haber eliminado a aquel tipo.
- Meln rumbo al puerto:
- Bloquear el ataque con haki armadura superior e Impakuto. Intento de asesinato rapido a Vinni. Hacerme invisible, cambiar mi aura y usa el sigilo para huir, ya más lejos usar el kamisori un poco y tratar de huir al puerto.
Ichizake
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Su poder funcionó tal y como había esperado. La tal Galia parecía dispuesta a entrar en aquella grieta tan siniestra sin importar lo que hubiera en ella; su compañero la siguió inmediatamente después. Gerald aguardó unos segundos. Conectó su mente con la de Galia para saber si continuaba con vida y al ver que así era se preparó para descender a la oscuridad. Sabía por experiencia que en los sitios más oscuros solían esconderse grandes tesoros.
Echó un vistazo a su alrededor antes de entrar. Hacia el oeste alcanzaban a verse columnas de humo oscuro y espeso. Gerald reconoció la indudable y negra huella de la guerra en el cielo, y seguramente los monstruosos guerreros de Meln estuvieran dejando su propia huella también en aquella tierra. No quería ni pensar en cómo quedarían sus enemigos, ni tampoco en lo que podría pasar si la batalla le alcanzaba.
El espadachín echó a andar hacia el oscuro abismo. Llevaba la espada desenvainada, un acero negro tan afilado como sus propios poderes.
Según se adentraba en aquel lugar el suelo iba oscureciéndose cada vez más, hasta que dio con los dos revolucionarios. Por el camino trató de ignorar los sonidos que provenían del interior de la grieta y luchó con la extraña sensación en su interior. Se sentía extraño, como si no pudiera evitar recordad aquellas cosas que prefería no recordar. Por suerte, su habilidad se basaba precisamente en eso, por lo que no fue un gran problema. Podía sentir lo que deseara, y así lo hizo.
Tanto Galia como Ryuken estaban frente a una roca violácea. ¿O no era una roca? Bien mirado, esa cosa tenía una especie de tentáculos alargados extendidos hacia la pareja. Gerald pensó que había tomado la decisión correcta al hacer que fuesen delante, aunque fuese solo porque le habría asqueado tocar esas cosas. Su color le recordaba demasiado al rastro que dejaban tras de sí los soldados de Yoai y preferiría no acercarse de ser posible.
-¿Necesitáis ayuda? -dijo Gerald aún sin acercarse demasiado. El eco repitió sus palabras antes de que éstas se perdieran. Con la espada en alto, se ofreció para echarles una mano si fuera necesario. Claro que, pensaba mantenerse siempre dentro de los límites de su conservador sentido común.
- Meln:
- Conectar con Galia y al ver que está viva aún, entrar a al grieta - Notar los efectos del pulo, pero contrarrestarlos con su poder (no sé si estará muerto, pero la cosa es que entra en la grieta poco después que los dos revos, así que me parece coherente que los note) - Ofrecer su ayuda a los dos revos (confiando un poco en que esté todo hecho ya xD)
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Edward iba a seguir las órdenes del Gran Espada sin pensárselo demasiado, pero este entonces se apresuró a coger al joven y cargarlo a sus espaldas. No sabía si lanzar su ataque desde el aire, pero al ver que Krauser canalizaba energía el hizo lo mismo. Cuando el gran shuriken salió disparado, la cobra de Edward se enganchó a este.
-¡Hebi Kosen! -Dijo al lanzar la cobra eléctrica. No sabía si llegaría al portón, el alcance normalmente es de unos veinte metros, pero teniendo en cuenta que iba a más velocidad al ir con el shuriken del demonio de la niebla, seguramente recorrería más distancia.
Rápidamente ascendieron el muro y Krauser volvió a por los demás. La verdad es que le impresionó que intentara llevar a ambos a la vez... además de por el enorme esfuerzo que era necesario, porque no había sido la opción más lógica... él era el más ligero, así que llevar a Edward junto con Valia y luego coger a Osu por separado tendría mucho más sentido... pero bueno, ¿quién se iba a atrever a decírselo después del cabreo de hace un rato?
Desde allí las vistas eran bastante impresionantes, era una gran altura que Edward se preguntaba cómo Krauser había sido capaz de subir y bajar en tan poco tiempo.
-"Ahora que lo pienso... No sé muy bien que puede hacer Osu con su fruta, pero podría haber subido solo ¿no?... Mejor no lo digo, no vaya a ser que ahora Krau la tome con él y entonces ya si que la liamos." -Pensó mirando a Osuka.
-¡Oh! Por cierto... no sé si os lo he dicho, pero recuerdo haber leído sobre la historia de este país. No recuerdo nada muy concreto, pero sabed que siempre ha sido bastante... oscuro. No es que no tengan motivos para luchar y esto sea un tapadera... pero puede haber mucho más detrás. El resultado de esta guerra quizás tenga más influencia de la que nos imaginamos.
No pretendía meterles miedo en el cuerpo, aunque tampoco creía ser capaz de hacerlo, sobre todo a Krauser, pero si quería que tuvieran en cuenta la envergadura de la situación. Él era el primero que se desconcentraba y se reía con las cosas que pasaban, así que puede que el mensaje fuera más bien dirigido a sí mismo que a los demás, quién sabe.
-¡Hebi Kosen! -Dijo al lanzar la cobra eléctrica. No sabía si llegaría al portón, el alcance normalmente es de unos veinte metros, pero teniendo en cuenta que iba a más velocidad al ir con el shuriken del demonio de la niebla, seguramente recorrería más distancia.
Rápidamente ascendieron el muro y Krauser volvió a por los demás. La verdad es que le impresionó que intentara llevar a ambos a la vez... además de por el enorme esfuerzo que era necesario, porque no había sido la opción más lógica... él era el más ligero, así que llevar a Edward junto con Valia y luego coger a Osu por separado tendría mucho más sentido... pero bueno, ¿quién se iba a atrever a decírselo después del cabreo de hace un rato?
Desde allí las vistas eran bastante impresionantes, era una gran altura que Edward se preguntaba cómo Krauser había sido capaz de subir y bajar en tan poco tiempo.
-"Ahora que lo pienso... No sé muy bien que puede hacer Osu con su fruta, pero podría haber subido solo ¿no?... Mejor no lo digo, no vaya a ser que ahora Krau la tome con él y entonces ya si que la liamos." -Pensó mirando a Osuka.
-¡Oh! Por cierto... no sé si os lo he dicho, pero recuerdo haber leído sobre la historia de este país. No recuerdo nada muy concreto, pero sabed que siempre ha sido bastante... oscuro. No es que no tengan motivos para luchar y esto sea un tapadera... pero puede haber mucho más detrás. El resultado de esta guerra quizás tenga más influencia de la que nos imaginamos.
No pretendía meterles miedo en el cuerpo, aunque tampoco creía ser capaz de hacerlo, sobre todo a Krauser, pero si quería que tuvieran en cuenta la envergadura de la situación. Él era el primero que se desconcentraba y se reía con las cosas que pasaban, así que puede que el mensaje fuera más bien dirigido a sí mismo que a los demás, quién sabe.
- Balt :
- -Intentar ser de ayuda con el portón, impresionarme con las vistas (no he puesto nada de lo que veo para que me lo digáis vosotros), cuestionar a Krauser y contar lo que los historiadores sabemos.
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Al tiempo que comenzaba a caminar en dirección al interior de la central, Zane cambió de parecer y Spanner enseguida lo persiguió como el pollito a la gallina.
Di media vuelta para observarlos con escepticismo al tiempo que se alejaban de mí.
- Vale, id a hacer manitas, pero luego no os quejéis si yo me quedo con toda la diversión -dije en tono no muy alto, a sabiendas de que el pollo ardiente escucharía el mensaje con su oído pajaril. O al menos eso creía.
"Algo más interesante llamó su atención. ¿O es que eres tan estúpida que no notas esa presencia? ¿Tienes el haki de observación de adorno?"
Ah, esa molesta vocecilla en mi cabeza otra vez.
Emití un gruñido y volví a dirigirme al interior de la central.
Lo sabía perfectamente. Yo también había notado esa presencia. Me había llamado la atención la bala, y había sentido curiosidad por su procedencia así que había activado el haki de observación y había podido percibir aquella presencia desagradable.
Pero perseguir a una presencia desconocida que nos atacaba por algún motivo no estaba entre mis prioridades.
¡Estábamos en una guerra, por todos los tornillos! ¡Por supuesto que nos iban a atacar! Éramos un blanco fácil en medio del aire.
Me interné en solitario en la central sin problemas, y sin encontrar ningún tipo de resistencia.
Caminé durante unos metros y terminé encontrándome a mí misma en lo que parecía ser una cabina de control.
Unos cuantos monitores hacían las veces de receptores de cámaras situadas en lo que parecían ser los molinos circundantes. Dos de los molinos parecían haber sido desmantelados por algún motivo. No tenían láminas, ni aerogenerador.
Cuántos botones que pulsar...
Pero eso no fue lo que captó mi atención.
Me acerqué a la mesa de mandos para ver un teclado bajo un monitor en el que parpadeaban las palabras "Intentos restantes: 3". Bajo aquella información, cuatro líneas sobre las que se supone debería ir algún tipo de código o contraseña.
Y, bajo estos huecos, una única palabra: "Invictus".
Me llevé una mano al mentón en pose meditativa, al tiempo que examinaba los demás monitores en busca de información. Pude vislumbrar a Zane pateando la puerta de uno de los molinos entonces, y emití un suspiro de resignación.
"¿Y este es el hombre al que decidí convertir en mi capitán? ¿Cuán borracha estaría ese día? No recuerdo haber bebido hasta perder el juicio..."
Me senté en una silla giratoria y me crucé de brazos y piernas frente a la pantalla con la contraseña, para mirarla fijamente al tiempo que exprimía las neuronas.
"Lo más divertido sería empezar a pulsar botones aleatoriamente para ver qué pasa, pero... sólo tengo tres intentos. Si fallo, ¿qué pasará? ¿Y qué pasará si acierto? Necesito saberlo."
Empecé a hacer girar la silla valiéndome del pie que todavía estaba en el suelo, pensativa.
- Invictus... Invictus... Cuatro caracteres... Pueden ser letras, números, o una combinación de ambas... Invictus... Invictus... Algo que nunca haya perdido... Si nos paramos a pensar en ello desde un punto de vista abstracto, sería la muerte. La muerte nunca ha perdido. Pero no cabe. Lo mismo sucede con el mal. El mal nunca pierde. El mal siempre está ahí, presente, reminiscente en las entrañas de la humanidad. ¿Evil? Demasiado sencillo quizá. Invictus... Invictus... ¿Dios? ¿Serán tan fanáticos como para poner eso? Esperemos que no. Invictus... Invictus... -continué impulsándome para girar a mayor velocidad, al tiempo que todo se emborronaba a mi alrededor-. ¿Qué diría Elliot en una situación como esta? Mmm... "Si gano, soy un genio. Si pierdo, estoy loco. Así es como se escribe la historia." Eso es. La historia es la que decide quién es el vencedor. La historia es la que decide quién es el invicto. Aunque quizá no lo haya sido... Mmm... Historia... No es mi fuerte... Invictus... Cuatro caracteres... Invictus... Sólo tres intentos...
Continué mascullando las mismas palabras al tiempo que intentaba sopesar todas las posibilidades, o al menos atisbar alguna.
"¿Y si le pregunto a Spanner? Quizá las cámaras tienen altavoces, y quizá haya algún tipo de comunicador que me deje hablar con los molinos... Pero...", me estremecí ligeramente al tiempo que visualizaba el rostro lleno de condescendencia, superioridad y jolgorio de Spanner. Meneé la cabeza con fuerza y dejé de girar. "¡No, no! No quiero tener que aguantarlo. No podría perdonármelo... Tendría material para meterse conmigo durante semanas..."
Y quizá tampoco averiguaría la respuesta.
Estaba sola en aquello.
¿Y por qué quería averiguar la contraseña de todas maneras?
Pues porque era un reto mental, por supuesto.
- Invictus... Invictus... Cuatro caracteres... Alguien o algo que no haya sido vencido nunca... ¿Por qué nunca me interesé por la historia? Ah, porque es aburrida y la ciencia era mucho más interesante. ¡Pero ahora la ciencia no me sirve! invictus... Invictus... ¿Gol D. Roger? Mmm... Si tomamos la suposición errónea de que su nombre era Gold Roger... Gold cabe... ¿Pero acaso murió invicto? Alguien más... Alguien más...
Invictus. Cuatro caracteres. Gol D. Roger. Gold Roger. Otro personaje invicto de la historia. Kyros. ¿Vegapunk? ¡Vegapunk! ¡Kuma!
El cyborg que dio comienzo a la era de los Pacifistas. Bartholomew Kuma, el Tirano. El primer cyborg que me interesó. Por todo lo que podía hacer. Por todo en lo que Vegapunk y el Gobierno consiguieron convertirlo. ¿Pero acaso había muerto Kuma invicto?
No tenía ni la más remota idea.
Y, en caso de que estuviese acercándome a la respuesta con alguno de ellos... Gold no era su nombre real. Y Kuma también era conocido como PX-0. Cuatro caracteres...
"¿Piensas en pedirle ayuda a tu enemigo intelectual antes que a mí? Ofendida me hallo."
- Cállate, Diva. Ah... Diva, cuatro caracteres. No, pero no cuenta...
"Pues a mí no me han vencido nunca."
- No te creo. Ahora desaparece de mi cabeza y déjame pensar. Tu vocecilla de diva es un incordio.
Ah, una de las cosas malas de ser usuaria de akuma no mi.
Tener a la estúpida manifestación de la estúpida diosa de las estúpidas tormentas, que resulta ser una estúpida diva.
"Nota mental: Trabajar más en mi léxico en cuanto salga de aquí."
Di media vuelta para observarlos con escepticismo al tiempo que se alejaban de mí.
- Vale, id a hacer manitas, pero luego no os quejéis si yo me quedo con toda la diversión -dije en tono no muy alto, a sabiendas de que el pollo ardiente escucharía el mensaje con su oído pajaril. O al menos eso creía.
"Algo más interesante llamó su atención. ¿O es que eres tan estúpida que no notas esa presencia? ¿Tienes el haki de observación de adorno?"
Ah, esa molesta vocecilla en mi cabeza otra vez.
Emití un gruñido y volví a dirigirme al interior de la central.
Lo sabía perfectamente. Yo también había notado esa presencia. Me había llamado la atención la bala, y había sentido curiosidad por su procedencia así que había activado el haki de observación y había podido percibir aquella presencia desagradable.
Pero perseguir a una presencia desconocida que nos atacaba por algún motivo no estaba entre mis prioridades.
¡Estábamos en una guerra, por todos los tornillos! ¡Por supuesto que nos iban a atacar! Éramos un blanco fácil en medio del aire.
Me interné en solitario en la central sin problemas, y sin encontrar ningún tipo de resistencia.
Caminé durante unos metros y terminé encontrándome a mí misma en lo que parecía ser una cabina de control.
Unos cuantos monitores hacían las veces de receptores de cámaras situadas en lo que parecían ser los molinos circundantes. Dos de los molinos parecían haber sido desmantelados por algún motivo. No tenían láminas, ni aerogenerador.
Cuántos botones que pulsar...
Pero eso no fue lo que captó mi atención.
Me acerqué a la mesa de mandos para ver un teclado bajo un monitor en el que parpadeaban las palabras "Intentos restantes: 3". Bajo aquella información, cuatro líneas sobre las que se supone debería ir algún tipo de código o contraseña.
Y, bajo estos huecos, una única palabra: "Invictus".
Me llevé una mano al mentón en pose meditativa, al tiempo que examinaba los demás monitores en busca de información. Pude vislumbrar a Zane pateando la puerta de uno de los molinos entonces, y emití un suspiro de resignación.
"¿Y este es el hombre al que decidí convertir en mi capitán? ¿Cuán borracha estaría ese día? No recuerdo haber bebido hasta perder el juicio..."
Me senté en una silla giratoria y me crucé de brazos y piernas frente a la pantalla con la contraseña, para mirarla fijamente al tiempo que exprimía las neuronas.
"Lo más divertido sería empezar a pulsar botones aleatoriamente para ver qué pasa, pero... sólo tengo tres intentos. Si fallo, ¿qué pasará? ¿Y qué pasará si acierto? Necesito saberlo."
Empecé a hacer girar la silla valiéndome del pie que todavía estaba en el suelo, pensativa.
- Invictus... Invictus... Cuatro caracteres... Pueden ser letras, números, o una combinación de ambas... Invictus... Invictus... Algo que nunca haya perdido... Si nos paramos a pensar en ello desde un punto de vista abstracto, sería la muerte. La muerte nunca ha perdido. Pero no cabe. Lo mismo sucede con el mal. El mal nunca pierde. El mal siempre está ahí, presente, reminiscente en las entrañas de la humanidad. ¿Evil? Demasiado sencillo quizá. Invictus... Invictus... ¿Dios? ¿Serán tan fanáticos como para poner eso? Esperemos que no. Invictus... Invictus... -continué impulsándome para girar a mayor velocidad, al tiempo que todo se emborronaba a mi alrededor-. ¿Qué diría Elliot en una situación como esta? Mmm... "Si gano, soy un genio. Si pierdo, estoy loco. Así es como se escribe la historia." Eso es. La historia es la que decide quién es el vencedor. La historia es la que decide quién es el invicto. Aunque quizá no lo haya sido... Mmm... Historia... No es mi fuerte... Invictus... Cuatro caracteres... Invictus... Sólo tres intentos...
Continué mascullando las mismas palabras al tiempo que intentaba sopesar todas las posibilidades, o al menos atisbar alguna.
"¿Y si le pregunto a Spanner? Quizá las cámaras tienen altavoces, y quizá haya algún tipo de comunicador que me deje hablar con los molinos... Pero...", me estremecí ligeramente al tiempo que visualizaba el rostro lleno de condescendencia, superioridad y jolgorio de Spanner. Meneé la cabeza con fuerza y dejé de girar. "¡No, no! No quiero tener que aguantarlo. No podría perdonármelo... Tendría material para meterse conmigo durante semanas..."
Y quizá tampoco averiguaría la respuesta.
Estaba sola en aquello.
¿Y por qué quería averiguar la contraseña de todas maneras?
Pues porque era un reto mental, por supuesto.
- Invictus... Invictus... Cuatro caracteres... Alguien o algo que no haya sido vencido nunca... ¿Por qué nunca me interesé por la historia? Ah, porque es aburrida y la ciencia era mucho más interesante. ¡Pero ahora la ciencia no me sirve! invictus... Invictus... ¿Gol D. Roger? Mmm... Si tomamos la suposición errónea de que su nombre era Gold Roger... Gold cabe... ¿Pero acaso murió invicto? Alguien más... Alguien más...
Invictus. Cuatro caracteres. Gol D. Roger. Gold Roger. Otro personaje invicto de la historia. Kyros. ¿Vegapunk? ¡Vegapunk! ¡Kuma!
El cyborg que dio comienzo a la era de los Pacifistas. Bartholomew Kuma, el Tirano. El primer cyborg que me interesó. Por todo lo que podía hacer. Por todo en lo que Vegapunk y el Gobierno consiguieron convertirlo. ¿Pero acaso había muerto Kuma invicto?
No tenía ni la más remota idea.
Y, en caso de que estuviese acercándome a la respuesta con alguno de ellos... Gold no era su nombre real. Y Kuma también era conocido como PX-0. Cuatro caracteres...
"¿Piensas en pedirle ayuda a tu enemigo intelectual antes que a mí? Ofendida me hallo."
- Cállate, Diva. Ah... Diva, cuatro caracteres. No, pero no cuenta...
"Pues a mí no me han vencido nunca."
- No te creo. Ahora desaparece de mi cabeza y déjame pensar. Tu vocecilla de diva es un incordio.
Ah, una de las cosas malas de ser usuaria de akuma no mi.
Tener a la estúpida manifestación de la estúpida diosa de las estúpidas tormentas, que resulta ser una estúpida diva.
"Nota mental: Trabajar más en mi léxico en cuanto salga de aquí."
- Resumen Meln:
Dejar que Zane y Spanner vayan a hacer manitas, entrar sola en la central, dirigirme a la cabina de control, ver la pantalla, comerme el coco intentando averiguar la respuesta, ser molestada por la personificación de Kuraokami.
Vilya sûlceleb
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Entro en la central sin ver ni notar a nadie, lo que es un alivio. En forma humana llegó a un punto en el que un holograma, como los usados por Zilda en su sala de reuniones, aparece ante mí. Al parecer, esta central, tiene una prueba laberinto para poder activarla. No esperaba encontrar estas cosas aquí, y estaba entre encantada y molesta. Molesta era por el hecho de estar perdiendo el tiempo allí mientras el resto avanzaba. Bueno, la dragona tenía sentimientos parecidos a los míos. Por algún motivo, llegaron hasta mi mente recuerdos de ella usando lugares así para jugar con sus presas, humanas o de otras razas.
Me quedé con lo que el mapa indicaba para llegar al punto rojo, que debía ser el control de activación. Cuando comencé a caminar por dentro del laberinto, este no parecía tener la misma configuración mostrada por el holograma. Comencé a marcar las paredes con una de aquellas flechas más resistentes. Me interrumpió una retransmisión del líder de la facción. Al parecer, teníamos una nueva función disponible. Podíamos usar la red de espionaje para ver que estaba pasando en algún lugar concreto del mapa. Aproveché el momento para preguntar por la central.
-Hola, me encuentro en la central entre R9 y 8, me gustaría información actualizada del laberinto de su interior, pues parece que el mapa holográfico está desfasado. – Pregunté usando el brazalete.
Mientras esperaba contestación, use la nueva función para ver cómo iba, elegí como punto K11, así vería como iban las fuerzas enemigas y si mostraba imagen, como eran las murallas de la ciudad. Lo de las flechas para marcar resultó ser una gran idea, y más que habían demostrado ser más duras que las otras, incluso las normales. Aquel juguete tecnológico molaba bastante, cuando esto acabara pediría que nos los regalasen.
-Madara, esto es como un laberinto cambiante, puede que tarde un poco. Puede que debieras bajar hasta la entrada para no gastar muchas energías a lo tonto. Tenemos función nueva en el brazal, yo he mirado k11, ya te informaré. – Le escribí a mi jefe por el apero.
Me quedé con lo que el mapa indicaba para llegar al punto rojo, que debía ser el control de activación. Cuando comencé a caminar por dentro del laberinto, este no parecía tener la misma configuración mostrada por el holograma. Comencé a marcar las paredes con una de aquellas flechas más resistentes. Me interrumpió una retransmisión del líder de la facción. Al parecer, teníamos una nueva función disponible. Podíamos usar la red de espionaje para ver que estaba pasando en algún lugar concreto del mapa. Aproveché el momento para preguntar por la central.
-Hola, me encuentro en la central entre R9 y 8, me gustaría información actualizada del laberinto de su interior, pues parece que el mapa holográfico está desfasado. – Pregunté usando el brazalete.
Mientras esperaba contestación, use la nueva función para ver cómo iba, elegí como punto K11, así vería como iban las fuerzas enemigas y si mostraba imagen, como eran las murallas de la ciudad. Lo de las flechas para marcar resultó ser una gran idea, y más que habían demostrado ser más duras que las otras, incluso las normales. Aquel juguete tecnológico molaba bastante, cuando esto acabara pediría que nos los regalasen.
-Madara, esto es como un laberinto cambiante, puede que tarde un poco. Puede que debieras bajar hasta la entrada para no gastar muchas energías a lo tonto. Tenemos función nueva en el brazal, yo he mirado k11, ya te informaré. – Le escribí a mi jefe por el apero.
- Zilda, Madara lee:
- Mirar los hologramas, ser interrumpida por Beron. Pedir información del laberinto y usar una punta de flecha para hacer marcas en las paredes. Avisar a Madara de que puedo tardar y de que usé la nueva función.
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La chica continuaba volando tranquilamente rumbo a activar alguna de aquellas estúpidas centrales por las que Zilda peleaba. La verdad, es que no tenía muchas ganas de nada y pese a tener el poder de volar por los cielos, se sentía más en tierra. Fue entonces cuando se fijó que tenía en una de sus piernas al pequeño mapache. No se dio cuenta de su presencia y decidió subirlo a sus brazos para ver si estaba bien. Trató de acariciarle la cabeza con cuidado y después de unos momentos soltó un suspiro. Al menos había alguien en aquella banda que no pasaba de ella como de la nada. No pensaba volver a aquella estúpida guerra en la que cada uno había salido disparado a un lado sin ayudarla. Ella no podía tener la velocidad que los otros miembros, pues a diferencia de los demás no era dueña de una fruta del diablo.
Entonces escuchó las palabras del dragón en la pulsera del mapache, pues la suya estaba totalmente apagada y no pensaba encenderla. Si tanta falta les hacía en el Norte, podrían haberla llevado antes de largarse. Chasqueó la lengua y frunció un momento el ceño. Pensaba inventarse una excusa tonta antes de decir que se notaba ignoraba. Encima durante tantos años. Simplemente soltó un suspiro y después contestó.
- Iba a ver las centrales del Sur. Enseguida iré, Dexter-san. – Dijo con un tono serio.
Lo siguiente que hizo fue activar los comunicadores y después miró a un lado con rabia. Abrazó con fuerza al mapache y puso rumbo al Norte con su técnica alada, suspirando un poco y sin decir nada. No tenía ganas de hablar con nadie y simplemente se dedicó a acelerar con el gesto serio. Parecía que hubiese cambiado un poco su forma de ver las cosas. No pensaba ser la chica inocente y tonta que parecía ser.
Entonces escuchó las palabras del dragón en la pulsera del mapache, pues la suya estaba totalmente apagada y no pensaba encenderla. Si tanta falta les hacía en el Norte, podrían haberla llevado antes de largarse. Chasqueó la lengua y frunció un momento el ceño. Pensaba inventarse una excusa tonta antes de decir que se notaba ignoraba. Encima durante tantos años. Simplemente soltó un suspiro y después contestó.
- Iba a ver las centrales del Sur. Enseguida iré, Dexter-san. – Dijo con un tono serio.
Lo siguiente que hizo fue activar los comunicadores y después miró a un lado con rabia. Abrazó con fuerza al mapache y puso rumbo al Norte con su técnica alada, suspirando un poco y sin decir nada. No tenía ganas de hablar con nadie y simplemente se dedicó a acelerar con el gesto serio. Parecía que hubiese cambiado un poco su forma de ver las cosas. No pensaba ser la chica inocente y tonta que parecía ser.
- Zilda T18:
- Contestar con un tono serio e ir al Norte con el mapache en brazos.
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Podía escuchar el distante sonido de la artillería y la explosiones. La batalla había comenzado en el sur. De acuerdo a su mapa en aquella zona estaba el puerto controlado por Zal, la potencia del heredero legítimo. Si bien le había llamado la atención sus planes, no los consideró unos aliados interesantes. Mientras que Sarka valoraba la industria (y donde había industria, había dinero), Zal tan solo la fuerza bruta y el poder de lo salvaje. Meneror comprendía y respetaba el poderío de los fuertes, pero no era lo que regía el mundo por mucho que aquellos bárbaros insistieran en ellos. "El mundo lo mueve el dinero. Quien más tiene, es el que manda." Ya había visto a gente (presumiblemente de Sarka) en la central más cercana, así que se dirigiría a otra un poco más alejada nada más llegara Ban. Le dio unos instantes y aprovechó para tomarse un pequeño descanso y seguir disfrutando de su puro. Finalmente vio llegar a su subordinado sobrevolando el río con su geppou. Una habilidad envidiable... pero débil y lenta comparada con su forma gaseosa.
- Eres lento, Ban. Ya han capturado la central cercana otros aliados nuestros. Nos dirigiremos a otra cercana. Esta vez no tienes río que te entorpezca, así que vuelve a usar tu soru.
Su cuerpo volvió a deshacerse en humo y a elevarse, desplazándose a gran velocidad siguiendo el río hacia el este. Esta vez esperaba que Ban pudiera seguirle el ritmo algo mejor, aunque ya suponía que volvería a llegar primero. Esperaba llegar antes que los otros tipos y así hacer algo interesante en aquella guerra de una vez. Mientras avanzaba volvió a otear el horizonte en busca de aldeas o algo similar, pero algo más desesperanzado. Aquella isla parecía estar totalmente despoblada... o al menos aquella zona. Finalmente localizó la estructura: una central hidroeléctrica. Comenzó a descender, posándose en el suelo a una decena de metros del lugar y se aproximó con cautela apoyándose en su bastón. Mientras lo hacía, sacó su den den mushi y llamó a su nave insignia.
- Informe de situación, oficial - masculló con un tono ligeramente frustrado - ¿Habéis avanzado posiciones en las centrales ya?
Aunque la vida le había enseñado a ser paciente, de base no estaba en su naturaleza serlo. Por ello estaba un poco frustrado por cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Se aproximó a la central totalmente alerta y a una distancia prudencial activó el colgante, esperando que esta vez también llegara con eso para ponerla en funcionamiento. Si no era suficiente, se acercaría en forma gaseoso para minimizar los riesgos.
- Eres lento, Ban. Ya han capturado la central cercana otros aliados nuestros. Nos dirigiremos a otra cercana. Esta vez no tienes río que te entorpezca, así que vuelve a usar tu soru.
Su cuerpo volvió a deshacerse en humo y a elevarse, desplazándose a gran velocidad siguiendo el río hacia el este. Esta vez esperaba que Ban pudiera seguirle el ritmo algo mejor, aunque ya suponía que volvería a llegar primero. Esperaba llegar antes que los otros tipos y así hacer algo interesante en aquella guerra de una vez. Mientras avanzaba volvió a otear el horizonte en busca de aldeas o algo similar, pero algo más desesperanzado. Aquella isla parecía estar totalmente despoblada... o al menos aquella zona. Finalmente localizó la estructura: una central hidroeléctrica. Comenzó a descender, posándose en el suelo a una decena de metros del lugar y se aproximó con cautela apoyándose en su bastón. Mientras lo hacía, sacó su den den mushi y llamó a su nave insignia.
- Informe de situación, oficial - masculló con un tono ligeramente frustrado - ¿Habéis avanzado posiciones en las centrales ya?
Aunque la vida le había enseñado a ser paciente, de base no estaba en su naturaleza serlo. Por ello estaba un poco frustrado por cómo se estaban desarrollando los acontecimientos. Se aproximó a la central totalmente alerta y a una distancia prudencial activó el colgante, esperando que esta vez también llegara con eso para ponerla en funcionamiento. Si no era suficiente, se acercaría en forma gaseoso para minimizar los riesgos.
- Sarka:
- - Divagaciones varias y esperar a Ban (como parte de lo que hubiese hecho en la moderación anterior)
- Avanzar hacia la central de J11 volando (debería darme tiempo a llegar con mi velocidad)
- Llamar a mi primer oficial y pedir un informe.
- Tratar de activar la central con el colgante. Sino funciona, entro en forma logia a ver qué falta por hacer.
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