La sombra de la guerra [CAPÍTULO]

Continué mi vuelo con un ritmo tranquilo, tratando de no perder de vista el río. Al poco rato pude ver como el terreno se elevaba y formaba una colina plana, casi como una meseta no muy baja. Había poca vegetación y la visibilidad era buena. A los pocos minutos pude distinguir un edificio en la lejanía, a poco más de un kilómetro. Tenía unos pocos edificios con forma de bloque, un par de chimeneas, una bastante alta y estrecha y otra no muy alta pero bastante voluminosa. No salía nada de ellas por lo que parecía que estaba inactiva.

Cuando estábamos a unos 50 metros de la entrada al recinto le hice una señal a Wolgulv para que aterrizásemos. No me fiaba de esta isla y en medio de una guerra toda precaución era poca. La estructura era sólida, había visto mejores días pero estaba claro que la guerra la había respetado. El potencial para generar energía convertían ese sitio en un objetivo prioritario, y en un refugio bastante efectivo. El hecho de que hubiese tantos edificios hacía fácil atrincherarse o hacer una emboscada, quizás nos encontrásemos supervivientes de Encuentro.

-Ten cuidado Worgulv, no conocemos este lugar, el enemigo podría haber llegado antes que nosotros. - Dije mientras me adentraba entre los edificios de la central, buscando una entrada o un lugar desde el cual poder activarla y que generase energía para nuestro bando.

Mis palabras se perdían entre las paredes de hormigón, las cueles me las devolvían en forma de eco lejano, el silencio que reinaba me hacía dudar si mi compañero me seguía. Empezaba a dudar que hubiese alguien allí, puede que sólo estuviese siendo paranoico, o puede que precavido, nunca he sido capaz de ver la diferencia entre ambos términos.

Sarka:

Tardaron en movilizarse, mucho más de lo que esperaba, y todo ello a causa de la persona que les había ordenado hacerlo. Era increíble como a la mayoría le gustaba perder el tiempo y divertirse. Obviamente, a ella también le gustaba, a su manera, pero no anteponía sus actividades lúcidas a su deber. Vale, sí. No hubiera ido a aquel lugar si no fuera porque podría descubrir cosas interesantes, así como observar una vez más el sufrimiento de las personas, el miedo, el dolor físico; pero eso no quitaba que primero fuese a ocuparse de obtener las centrales con la mayor rapidez posible. Si caía alguien a quien poder torturar por el camino, eso sería otro tema. Una vez hubiera cumplido con su parte podría ocuparse de sus propios intereses. Había cosas que ella no comprendía... O que no terminaba de entender, y esperaba que aquello cambiase tras estar en un terreno como aquel, una guerra. "¿Crees que encontraras tu respuesta aquí, Eco?" La pregunta resonó en su cabeza, mientras la chica aumentaba su ritmo un poco más,  caminando sobre superficies de corindón que iba formando y que también se movían adelante. Nepu se mantenía agarrado a ella como un cinturón ancho, de modo que pudiera protegerla en caso de amenaza, además, era la forma más cómoda de llevarle.  "No lo sé. Puede que sea algo que no descubramos nunca, porque no somo humanas. Pero eso no importa ahora". Contestó su parte intelectual, ante lo que Noise asintió. Su rostro, en la cabeza de Heaten, similar a una niña, se tornó un tanto triste al tiempo que asentía, murmurando "porque no somos humanas...", antes de cerrar los ojos. Se mantendría callada hasta que le tocase actuar, o pasase algo.


El avance continuó con calma y sin interrupciones, por lo que si seguían así, según los cálculos de la chica, pronto alcanzarían la primera central, pero claro, siempre pasa algo. Caso parecía una ley universal. El mar se había dejado de escuchar hacia un rato, por lo que debían estar adentrándose en la zona boscosa en la que se encontraba la central. -Parece que pronto...- La teniente, que había retirado la mascarilla que llevaba cubriéndole la mitad del rostro para hablar con más claridad, se detuvo en seco, activando su mantra y afinando el oído, al tiempo que dirigía su mirada hacia un punto en el sur, de donde creía haber escuchado algo. -Puede que solo sean animales salvajes. No creo que debamos detenerlos.- Dijo, aunque sabía que no era así,  o al menos, ella no había detectado calor con su vista infrarroja. Lo único que había visto era una construcción, algo derruida, o eso creyó ver. Si sus datos eran correctos, aquello era un pozo.  Un agujero realizado en la tierra, de bastante profundidad, normalmente. Se hacían para extraer agua  de los afluentes subterráneos, así que no valía la pena darle importancia. Según su criterio, sería una perdida de tiempo y esperaba que Jack, opinase igual.

-Creo que lo mejor sería avanzar.- Dijo, al  tiempo que echaba a andar, sin esperar respuesta. Esperaba que el capitán hiciera lo mismo o le tocaría tratar de llevárselos, tanto a él como a su mono, a la fuerza, seguramente intentando capturarle con su espada-látigo, activando su haki de armadura y recubriendo el arma para no herirle... "Aunque al final creo que no le castigue cuando aún era un recluta..." Pensó por un momento, negando con la cabeza después.

Meln:

Edward avanzaba con su grupo viendo como su líder soltaba un suspiro por los que estaban hablando por Den Den Mushi. Se estaba aguantando la risa, era un momento bastante cómico y se le escapó una pequeña sonrisa cuando Krauser le habló a Ai de su novio y está se sonrojó sin saber muy bien qué decir.
Después se puso serio, intentando mantener la compostura mientras el demonio de la niebla organizaba la manera en la que cruzarían el río. A él le tocaba ir en la espalda de Krauser y lo cruzarían con su niebla... qué raro suena dicho en voz alta ¿no?

No sabía si era normal que el diablo hablara de qué pasaría si le pasaba algo, pero por la reacción de los demás parecía que no. No le gustó nada eso, sabía que él daría la vida gustoso por los demás, pero él también lo haría de ser necesario. El comentario de la gyojin sin embargo fue capaz de sacarle una carcajada, Krauser se había olvidado de que ella era usuaria de una akuma y no podría nadar.

Rápidamente, el vicealmirante saltó con lo que, según él, sería la solución, su violín.

-"¿Pero qué demonios? Debe estar de broma... ¿verdad?"- Pensó Edward mientras veía atónito cómo ciertamente estaba sacando un violín.

Fina escarcha apareció a los pies de Al y en unos instantes estaba tocando y unos caballos de hielo se formaron debajo de cada uno de nosotros. El de los ojos dorados no sabía que era más impresionante, si las figuras móviles de hielo o que avanzaran al ritmo de la música. Todo cobró más o menos sentido cuando, tras llegar al río y hacer desaparecer los caballos, dijo ser usuario de la Hie Hie no mi y que, de algún modo que Edward no entendía, la música le permitía dar vida a sus creaciones.

Impresionado, Edward se quedó mirando con los ojos como platos al marine, que creaba un puente de hielo muy detallado y aparentemente firme. Ai se apresuró a cruzar y le dirigió algunas palabras a Al cuando ambos estaban al otro lado. Edward, helado de frío, caminó a paso ligero por el puente. No había podido oír qué le había dicho la chica, pero por su forma un poco vergonzosa de hablar y su suave sonrisa, seguramente se estaría disculpando.

Ya al otro lado le dirigió unas palabras de agradecimiento a Al:

-Guau, tus poderes son increíbles, eres un máquina, espero nunca tener que enfrentarme a alguien tan hábil- Dijo con una amplia sonrisa y dándole una palmadita en la espalda (si se deja).

Balt:

Antes de dejar a la pretora de Meln esta intentó darme un beso en la mejilla, sin embargo por hecho que ocurrieron muy rápido y de forma caótica no llegó a hacerlo, por lo que me fui con Heaten, tras ir flotando durante un poco en mi plataforma de azúcar en ese tiempo el sonido del mar se dejó de escuchar, tenía la sensación de que nos habíamos introducido mucho en la isla, pero al no tener mapa me resultaba difícil orientar, aunque sabía que cerca había una de las centrales de las que nos habían mencionado en las reuniones.

Seguíamos en esa dirección mientras mi acompañante iba murmurando algo para sí misma que no le entendía, aunque tampoco me preocupaba “Cuando las voces de tu cabeza te hablan es de mala educación no responderles, así que niños hablad con ellas que os ayudarán, si no pues id al médico y decírselo” dije en voz alta girando la cabeza hacia un lado, lo que me hizo darme cuenta de algo que era posible que no hubiese visto de otra forma. Era un pozo, parecía abandonado y de él salía un sonido extraño, la curiosidad me podía pero no sabía si ir o no. Y en apenas un segundo más lo decidí, debía de ir. Heaten tras ver el pozo dijo que debíamos avanzar, y haciendo caso giré la plataforma y me dirigí hacia el pozo con el haki de observación activado y mientras sacaba un Den Den Mushi.

-Tienes razón Heaten, avancemos – le dije cuando puse rumbo al pozo y llamaba a mi capitán Al Naion – Dan-cho, estoy en una isla en la que no sé lo que está pasando pero me han dicho que vaya a unas centrales, la cosa es que me he encontrado un pozo del que están saliendo ruidos raros no sé si se escuchan, debería acercarme o lo dejo pasar?.

resumen Meln, Al Naion, deberías leerlo:

Venom presionó el botón indicado por aquella cosa, para de esa forma poder activar aquella central para Zal. Su trabajo estaba hecho y no tardó en mostrar una sonrisa ladeada. Por fin comenzaba la verdadera diversión y el cazador no estaba por allí. Había dejado de sentir su molesto olor. Una vez terminó con aquella central, se quedó mirando a la marine que iba junto a él. Ahora lo mejor era terminar la que faltaba y según el mapa, estaba abajo del todo. Deberían dirigirse al Sur cuanto antes y después cambiar el rumbo a la batalla. De esa forma podrían llegar cuando los demás se estuviesen matando y pudiesen rematar a los heridos. El pelirrojo era un poco sádico en aquellos pensamientos.

- Creo que ahora deberíamos ir a por la central que nos queda al Sur. No he visto a nadie ir hacia ella y si podemos tener más poder en estas cosas, mucho mejor. Yo al menos tengo ese plan.

Dijo en un tono serio para después ajustarse bien la bandana de su frente, el chaleco táctico de la marina y los pantalones. A continuación mostró una sonrisa ladeada y le indicó a la chica de la lanza que podía ir con él si así lo deseaba. Tosió un poco y después continuó avanzando con ambas manos en los bolsillos. No tenía ninguna prisa y no iba a darse un acelerón para nada. Se rascó un poco la cabeza y entonces se estiró unos momentos. Sintió una sensación deliciosa recorrer su cuerpo y por ello mostró una agradable expresión. Hacía tiempo que no se sentía tan bien. Era su primera guerra y él sin embargo estaba calmado y a su bola. La marina tendría motivos para liarla contra los piratas, pero aquellas cinco facciones le daban un poco igual. Él había escogido aquel bando al azar y buscaba poder simplemente.

- Estoy ansioso por saber qué clase de recompensa nos espera cuando termine esto. Necesito dinero y artilugios para comenzar con mis experimentos. Pronto convertiré a los reclutas en súper reclutas…

Zal:

Parecía ser que no había sido la única en coger esa dirección y muchas de las personas que habían ido en las barcas a la isla habían subido también hacia allí, formando un grupo bastante grande y variopinto incluso había algún animal entre ellos, la central parecía que la controlarían ellos, así que bordeando la central la pasé de largo y seguí mi dirección hacia el norte.

Ruk el pretor también había tomado rumbo al norte con todos sus soldados, pero en vez de correr había ido volando, parecía casi que nos vigilaba por si alguno hacía algo que no debía y castigarle él mismo por lo que me tenía que andar con ojo. Los dioses parecían haberse relajado, tras el gran combate que me habían brindado el día anterior en el que hice bastantes “amigos” y en el cual me habían echado la bronca por hacer frente a la mascota del pretor, la cual se había estado centrando en mí ignorando al resto “pero yo soy la que solo se protegía a sí, y no era yo la que tenía al bicho detrás de mí por alguna razón” pensaba aun algo frustrada por los acontecimientos del día anterior.

Moví la cabeza hacia los lados para despejarme la cabeza de esos pensamientos, no me servirían para el combate más que para distraerme y hacerme cometer un error, qué diría Worgulv su mentor de todo eso, seguro que él le hubiese provocado más daño al animal que cualquiera de los que allí estábamos, de hecho esperaba encontrarme con él, me había parecido alguien deseoso de guerra y combate, algo que me había contagiado a mí.

resumen Zal:

El pistolero se quedó un poco confuso cuando aquel holograma apareció frente a sus ojos y lo siguiente que hizo fue sonreír de lado. No podía ser muy difícil reaccionar ahora después de que lo tuviesen tan fácil. El cazador se quedó unos instantes callado y fue entonces cuando después se coscó que había pasado una especie de dragón sobre él. Aquello le daba lo mismo, pues ni le iba ni venía. No se iba a impresionar sabiendo que había todo tipo de frutas. Se relamió despacio y después de unos momentos aclaró un poco su voz con algo de tos. Soltó un suspiro y contestó en un tono alto y claro.

- Si, deseo activar la central.

Una vez lo hiciera, era el momento de cambiar el rumbo. Eran muchas personas y las demás deberían hacerlas el resto. Se rascó un poco la cabeza y se pasó la mano por la barbilla. Una escalofrió le recorrió cuando notó algo de barba. Esa jodida cabrona volvía de las sombras para eliminarle. Negó un momento de forma violenta y después apretó los puños. Esa cabrona no iba a molestarle más. Debía encontrar un jodido remedio para que desapareciera para siempre. Encima Dark no daba señales de vida y no podía ayudarle con su laser especial. Tenía que dejar de pensar en aquello en mitad de una guerra.

- Nos vamos hacia el Sur. Veamos qué podemos hacer durante esta batalla. Por el momento miraremos, pues mi control de las almas me dice que Balt está limpio y sucio al mismo tiempo.

Nada más decir aquello empezó a caminar hacia el Sur tranquilamente, esperando a que la pelirroja fuese con él. Todavía no había tenido que gastar nada de munición y eso le alegraba bastante. Quería reservarla toda para una ocasión especial. Se limpió el sudor de la frente con su manga derecha y continuó silbando.

- Mmmm que ganas tengo de una ración de almejas con un refresco de limón.

Balt:

Ese maldito demonio no aparecía por ningún lado. No podía sentir su olor de ninguna forma y eso estaba enfureciendo al espadachín. Entonces pensó que dirigirse a la base de Balt. Si él estaba allí infiltrado, podría encontrarlo por el camino. Con su haki de observación listo decidió avanzar todo lo posible volando. Su ceño se frunció levemente mientras apretaba los puños. Ese jodido campo de batalla era enorme y él por su parte no iba a estar cómodo hasta que todo aquello hubiese terminado. La misión parecía complicarse por momentos. El depredador de la revolución notó entonces su bolsillo vibrar. Le estaban llamando y esperaba que esta vez fuese una pista más clara. Descolgó aquella cosa y entonces escuchó las palabras de aquella persona, que no era quien pensaba.

No podía creerse que Galia estuviese por aquel sitio con Ryuken ¿Qué cojones pintaban los dos allí? No pudo evitar mosquearse bastante. Eran demasiado débiles por el momento y no iban a durar mucho. Encima infiltrados en Meln, de todas las bandas, la que tenía peor pinta. Al menos no habían cometido locuras, o eso pensaba y quería. La bronca que les iba a caer después iba a ser enorme. Fue entonces cuando Dranser tomó aire y le respondió con un tono alto y que mostraba claramente un enfado considerable.

- Ya hablaremos cuando esto termine. Os vais a enterar los dos de lo que es bueno. Por el momento dirigíos a ciudad central y buscadme a mí y a Krauser.

En cuanto dijo aquellas palabras colgó aquel chisme. Dranser activó la habilidad del escarabajo tigre y sin pensárselo salió disparado a una velocidad de cien metros por segundo hacia la base de Balt. Con aquella velocidad esperaba llegar pronto junto al demonio de la niebla. Iría atento a cualquier cosa que pasase para no pasarse, pues para algo tenía su haki de observación.

Zilda:

Madara frunció el ceño cuando observó aquella jodida cosa negra avanzar a toda velocidad hacia ellos. No pudo evitar escupir a un lado y después de unos momentos escuchar las palabras del chico de fuego. Asintió con la cabeza y después puso rumbo al Oeste, empezando a volar lo más rápido posible. Antes de nada bajaría a recoger a la arquera lo más rápido posible, después sonreiría de lado. Muy rápido iban las cosas y debido a su enorme resistencia, podía hacerlo sin cansarse. La enorme bestia rugió con fuerza y después de unos momentos entrecerró los ojos despacio.

- No tardaremos mucho en llegar a la siguiente, esto es bastante divertido. Por cierto, aun no me has respondido ¿Un polvo después? – Dijo con una voz infernal, pero claramente no iba con ánimo de ofender.

Se olvidó de la comida del marine y lo siguiente que hizo fue suspirar. Ya se hincharía a comer después con el dinero que le diesen. Esperaba una cantidad generosa o se liaría a cañonazos de ácido con las malditas centrales. Su mirada había cambiado a seria, pues esa vez debía de haber mucha pasta en juego. No se había frenado casi nada y si alguien le había hablado fuera de Kai o la chica, no se había dado cuenta. Tenía en mente muchas cosas y no tenía tiempo que perder. Se relamió despacio y lo siguiente que hizo fue disminuir un poco la velocidad mientras activaba su haki de observación.

- Con lo que cobremos pienso comprarme dos mil kilos de vino solo para mí.

Mencionó entonces haciéndose una deliciosa idea de todo aquel precioso licor. Movió un poco la cola de un lado otro y entonces pensó en Ushi. Ese capullo no había ido con ellos, el enano prefería quedarse ligando. Su jodida suerte. Como le quitara sus dos gemelas iba a comérselo vivo. Madara soltó un suspiro y continuó volando.

Zilda:

Castor sonrió de lado cuando aquella chica dijo aquellas palabras. Azula quería ir a la del Noroeste y él se puso a seguirla con el Geppou. En cuanto llegaron ya había un par de personas allí. Él por lo menos se acercó y la activaría si el resto no lo hacían. Entonces fue cuando el tipo invisible se acercó a ellos, diciéndoles aquellas palabras. El asesino se llevó la mano a la cabeza y después de unos momentos sacó un cigarro. Lo prendió con un mechero plateado y se lo llevó a la boca, dándole una enorme calada. Entonces fue cuando le dedicó una sonrisa amable a aquel tipo, aunque más que amable parecía enferma.

- No hacemos tríos, estás avisado. Bienvenido al dúo “Tormenta plateada”, Mi nombre es Castor, ella es Azula. Ahora será mejor que nos dirijamos al centro de todo esto para ver qué diablos está pasando.

En cuanto dijo aquellas palabras le hizo un gesto a la chica eléctrica para que fuese andando. No sabía si ese hombre podía volar y no iban a dejarlo atrás. Si iban más, la cosa podía salir muchísimo mejor. Se relamió despacio y soltó una enorme bocanada de humo. Entonces fue cuando el agente del gobierno miró hacia el frente y empezó a trotar. Su ritmo era bueno, pero tampoco muy exagerado. Era de los más rápidos del gobierno, pero no quería dejar atrás al nuevo. De esa forma tampoco llegarían muy cansados. Activó su potente haki de observación y lo expandió a unos ciento ochenta metros a la redonda. De esa forma tendría todo vigilado a la perfección. Se relamió despacio y después miró un poco hacia atrás.

- ¿Eres un marine, un agente del gobierno o una especie de cazador? Tal vez un ciudadano ejemplar. Cuenta, estás en confianza. – Dijo con un tono calmado.

Zal:

Me había quedado un poco atrás, pensando en mis cosas. Cuando quise darme cuenta Kasai ya había entrado en la central. Mientras estaba llegando se me activo un comando de la armadura preguntando si quería activar la central, que desapareció cuando entre en la sala. La debía de haber activado ya él. No tardamos mucho en salir de allí, tras lo cual me comentó el plan de ir hacia el sur. Parecía ser, que la gente de Balt era buena y mala al mismo tiempo. No entendía cómo podía pasar aquello. Como se puede ser bueno y malo a la vez, ¿Haciendo cosas buenas y malas al mismo tiempo?

-Kasai, como puede ser posible que sean buenos y malos a la vez, quiero decir, ¿Cómo pueden hacer cosas malas y buenas a la vez? - Le pregunté al arcángel en cuanto lo pillé al salir de la central. – De camino a la ciudad hay una central pegando a la costa, desde allí se debería ver bien la ciudad, según el mapa ocupaba todo el centro de la isla.

Seguimos avanzando a paso normal, en esa dirección había un río y una central. Sin duda, habría algunos matorrales y, muy posiblemente, algo de bosque en las inmediaciones. Me gustaría mucho pasar por allí, pero había visto seguir ese camino, por lo que la central ya habría sido capturada y lo mejor era ir a la costa como había expuesto. Me apetecía mucho ver cómo era la ciudad central. La esperaba como una mezcla de las culturas de la isla, con algunos templos a los dioses de Balt, zonas para los más tecnológicos, oscuros edificios góticos de Meln y grandes zonas de entrenamiento para los guerreros.

-¿Qué haremos cuando lleguemos? Es raro, no se ven pueblos ni ruinas de los mismos cerca. ¿Crees que solo tenían esa gran ciudad antes de dividirse?

Balt:

Tras el debate, acordamos dirigirnos hacia el Este, tomando un pequeño desvío antes de ir a la Capital para pasar por un pueblo que vimos a lo lejos. Yo me mordí el labio, algo inquieto, aunque decidí no quejarme demasiado porque igualmente nos estábamos alejando de la costa y de las tropas de Meln… O eso pensaba. Poco después de nuestra marcha, durante la cual no hablé ni presté demasiada atención a lo que dijeron los demás, un grupo de soldados morados apareció al lado nuestro, esparciendo su corrupción sobre la tierra que pisaban.

Nos detuvimos un momento, mientras Zane parecía haberse autodenominado el líder del grupo y pasaba a observar el terreno. Y antes de que pudiéramos tomar una decisión trascendental, el tío de los colmillos (Noah) salió corriendo también, al parecer en la misma dirección que aquellos tíos de Meln: el poblado. Casi pude notar cómo se me ensombrecía el rostro, debido a la gravedad de la situación que intuí que estaba pasando aquel pueblo, en parte gracias al ya presente humo y ajetreo.

El tal Syxel se encogió de hombros y salió detrás, imagino que fue el que más se esperaba esa reacción por parte del otro peliblanco y estaba preparado para seguirle. Y después salió el pelirrojo corriendo detrás del pescado, a una velocidad inhumana, poco antes de que yo decidiera ponerme en marcha también.

- ¡¿A qué esperáis?! – Exclamé a los que aún no se habían movido del sitio, antes de esprintar para tratar de alcanzar al dúo dinámico.

Para cuando llegué a la entrada, no podía ver al Gyojin por ningún lado, lo cual me preocupó sobremanera. Y no podía pararme a ver cómo moría gente inocente (o al menos así los consideraría hasta que se demostrase lo contrario), así que me interné, atravesando los pasillos entre las casas de piedra y madera que tanto me recordaban a mi isla natal. Busqué con mi Mantra el aura más cercana, dirigiéndome hacia ella con premura con la intención de poner a salvo a la persona a quien perteneciera.

“Antes que Marine, y mucho antes que Melniano, ¡soy una persona que no soporta que los civiles sufran!” Pensé, para darme ánimos.

Resumen Meln:

Milena soltó un enorme bostezo. Eso de dar vueltas no iba con ella y después de unos momentos ya estaba aburrida. Se frotó un poco los ojos y después de unos instantes se estiró. La situación empezaba a ser poco interesante. Zane estaba muy bueno y todo había que decirlo, pero sentía que debía continuar con sus cosas. Gracias al pelirrojo tuvo su relajación completa y ahora estaba lista. Había recibido su gasolina y estaba que ardía. Necesitaba combatir, pero cuando ella luchaba, todos los demás caían. No iba a activar su gravedad para joderlos a ellos, por lo que decidió dejarlos por el momento. Si ella se iba del grupo, podrían luchar sin tener que sentirse exageradamente pesados o besar el suelo. La pelirroja entonces se dio la vuelta y después alzó la mano.

- Por el momento me separaré. No me interesa un pueblecito con posibles personas inocentes, eso se los dejo a los demás. Prefiero ir a por un pez gordo y enseñarle a jugar con la espada. – Aquella última frase la dijo relamiéndose.

La científica del gobierno empezó entonces a trotar separándose de ellos y dirigiéndose con rapidez hacia el centro de la guerra. Al menos pensaba que aquella ciudad situada en mitad de todo debería ser lo mejor para combatir. Procuró no acercarse mucho a los tipos que emitían aquel extraño color y después de unos momentos acarició el mango de su espada. Sentía la necesidad de liarse a espadazos y de ver a Ushio. De repente tenía ganas de morrearle con intensidad y continuar cargándose enemigos. Pese a todo lo que había hecho, ella sabía bien cuáles eran sus ideales.

- ¡Hyahahahahaha! ¡Hyahahahahaha!

Su risa era siniestra cuanto menos, pero no podía evitarlo. Se estaba divirtiendo demasiado y ahora iba a hacerlo el doble. Apretó los puños un poco y después entrecerró los ojos despacio. Era el momento de divertirse como era debido.

Meln:

El lobo oscuro escuchó las palabras de aquel Gyojin y del tipo rubio que iba al lado ¿Un juego de realidad virtual? Bueno, cada cual era libre de hacer lo que le diese la gana. La pesadilla entonces entrecerró los ojos y continuó mirando al frente. Activaría la central si no lo hacía nadie y si no, continuaría avanzando. Se relamió despacio y entonces decidió avanzar más rápido para no perderse la batalla. No le interesaba, pero el poder luchar un poco contra un luchador de su nivel podía devolverle las ganas de todo. No pudo evitar sonreír de lado y entonces se despidió de todo aquel grupo que se había formado.

- Os dejaré las sobras…

Mencionó en un tono sádico para después saltar y en pleno aire convertirse en un enorme perro oscuro de ojos rojizos. Su velocidad ahora era mayor y como tal, trato de acelerar al máximo y dejar a los demás atrás. Su haki de observación y su olfato estaban preparados para actuar de cualquier forma. Tampoco iba a permitir que su hermano llegase antes que él. Ya se había divertido bastante con el tipo de los de Zal. Ahora era su momento y por ello avanzó a una velocidad rápida.

- Espero que al menos los oponentes sean capaces de aguantar mis puños…

Susurró para sí mismo mientras la bestia sonreía de lado. La diversión que quería obtener debía de ser épica y memorable. Tal vez podía morir y todo, de esa forma sería feliz. Dexter no le culparía de ello, pese a que estaba insoportable con él. El jodido dragón azul continuaba recriminándole todo lo que había liado en el pasado. Kedra soltó un intenso rugido y continuó con la mirada fija en el horizonte. Esperaba que no tardarse mucho en llegar, pues sabía bien que aquel sitio debía de ser enorme. Tenía toda la pinta.

Zal:

Una materia negra avanzaba consumiendo todo lo que había a su alrededor. Era una especie de gas como el de mi aliento de dragón, pero de color oscuro y que se movía a ras del suelo. Estuve tentada de acercarme hasta el mismo para ver si de verdad era como mi gas, pero un comunicado de Zilda me despistó. Según decían, pronto tendríamos información de todo el campo de batalla. Además, avisaron que Meln no era un objetivo prioritario y que desplegarían contramedidas. ¿Se referiría a la nube que consumía todo? Por algún motivo se me quitaron las ganas de probar. En esos momentos, el chico al que perseguíamos comenzó a volar con fuego, diciéndole algo a Madara que asintió, olvidándose en apariencia de la comida.

-Depende como te portes, y lo rápido que vayas a ser. No me gustaría acabar muy pronto. Aunque contraté, estamos en medio de una guerra. Acaban de avisar que Meln no son objetivos prioritarios y que pronto nos informaran de los avances del resto de facciones. – Le comenté. En parte estaba influenciada por Mornauguth. Por algún motivo la dragona sentía una atracción irracional por el mercenario. Y estando conectadas como estábamos, no podía evitar sentir en parte lo mismo que ella. Bueno, puede que yo también lo deseara algo por mí misma.

Tras decírselo y avanzar algo más el Shichibujai dejó caer que se iba a pillar una burrada de litros de bebida para el solo. Era una afirmación extraña, después de lo esta mañana estaba segura de que elegiría comida antes que bebida. Había algo que me desconcertaba, ¿Cómo se podía haber olvidado de la afrenta del desayuno tan rápido? No sería yo quien se lo recordara, pero era bueno saber que se le podía distraer tan fácilmente. Al perecer seguiríamos con las centrales de esa zona, tendríamos que ser rápidos por si aparecía más materia corrosiva por allí. El jefe era mucho más rápido que yo, que era uno de los motivos por el que no usaba mi forma completa. Aunque puede que la usara después de aquella central para tener algo de movimiento.

Zilda:

El guepardo dio un último sprint y después de unos momentos pudo ver la central. En cuanto estuvo en la entrada mostró una sonrisa siniestra. Ahora debía de activar aquella cosa. El moreno se quedó un momento pensativo y entonces fue cuando sacó su colgante, aquel que les habían dado a los miembros de Sarka. Tenía otras dos preciosidades que activar y por ello no iba a tener prisa en esos momentos. Lo que sí hizo fue tirarse al suelo y empezar a hacer flexiones con toda la calma del mundo. Haría unas diez y después se levantaría con una expresión sádica. Quería ejercitarse antes de activar aquella cosa. No sabía si un bicho gigante iba a surgir de debajo de la tierra o algo así. Ante todo era un tío precavido.

- Me temo que si esto fuese un tazón de arroz, la central sería una bolita negra. Puede ser una jodida pimienta o un delicioso huevo de esturión. La vida en sí, es una bendición hecha por el arroz… – Dijo en voz alta, esperando a que alguien le contestase.

Se dio cuenta de que estaba solo y después de unos momentos se relamió. Soltó una pequeña carcajada y después continuó andando a un ritmo más relajado. Antes que nada activaría aquella central de alguna forma. Fue entonces cuando empezó a silbar despacio con ambas manos en los bolsillos. Si podía continuar con su trabajo, se llevaría tres de aquellas cosas él solo. Se relamió despacio y entonces le dio un hambre voraz.

- Debería parar y comer un poco más de arroz. Esa maravilla me pondría las pilas para continuar con este evento tan delicioso.

Dijo un poco pensativo mientras avanzaba suspirando despacio. Se llevó la mano derecha al cabello y se quitó los mechones de la frente para que no pudiesen estorbarle.

Sarka: