Ryuken Shirou
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Al parecer, el nombre de aquel pelinegro era Elliot, pero eso no era lo más importante en este momento. Nuestras amatistas empezaron a brillar con intensidad, y al horizonte se podía ver un espectáculo algo aterrador. Una nube negra cubría ese lugar y avanzaba hasta... el oeste, suponía. El caso, esa anomalía estaba dejando grandes destrozos por donde pasaba, lo cual no era exactamente normal. ¿Por qué unas nubes provocaban tal destrucción? No lo sabía y tampoco me apetecía acercarme para averiguarlo. De todas formas, había otra cosa de lo que había que preocuparse, y era lo que teníamos en frente. Mientras ascendíamos una cuesta, llegamos a un punto donde una grieta oscura nos separaba de nuestro camino. Aquello no terminaba allí... también se podían escuchar lamentos que provenían de aquel lugar desconocido y peligroso. Mi primera opción fue rodear el lugar junto a los otros dos y evitar esa grieta... pero no se pudo dar debido a mi compañera pelirrosa.
Entrecerré los ojos al ver cierto tono en la voz de Galia. Desde que la conoció, nunca le había oído tartamudear, ni aunque estuviera en situaciones peligrosas. Naturalmente sospechaba, ¿qué había pasado para que la chica actuase de esa forma? No lo sabía, y dada la situación tampoco era lo más importante. Chasqueé la lengua al oír que ella entraría primero a ese lugar, y no pude detenerla antes que hiciera su cometido. Maldije por lo bajo e intenté calmarme. Una ves logrado eso, le hablaría al pelinegro antes de seguir a mi compañera.
– ¿Vienes? – Fuese cual fuese su respuesta, de todas formas entraría.
Inhalé y exhalé tres veces, para luego entrar a lo desconocido. Aceleré lo más que pude para alcanzar a Galia, afortunadamente no había pasado mucho tiempo desde que entró, por lo que pude alcanzarla con relativa facilidad. Una vez allí, me puse a su lado mientras desvainaba a Gram y me preparaba para cualquier situación peligrosa.
– Me temo que no podía dejarte sola. Desde que nos conocimos, juré lealtad hacia ti y a Sensei, por lo que te protegeré como pueda, aunque tu no quieras – bueno, al menos hasta que ambos mostrasen sus verdaderos colores y lo traicionaran. Si, estaba demasiado roto todavía, pese a que había mejorado. De todas formas, no le importaría mucho si sucedía eso. Ya estaba bastante acostumbrado para que le afectase.
Entrecerré los ojos al ver cierto tono en la voz de Galia. Desde que la conoció, nunca le había oído tartamudear, ni aunque estuviera en situaciones peligrosas. Naturalmente sospechaba, ¿qué había pasado para que la chica actuase de esa forma? No lo sabía, y dada la situación tampoco era lo más importante. Chasqueé la lengua al oír que ella entraría primero a ese lugar, y no pude detenerla antes que hiciera su cometido. Maldije por lo bajo e intenté calmarme. Una ves logrado eso, le hablaría al pelinegro antes de seguir a mi compañera.
– ¿Vienes? – Fuese cual fuese su respuesta, de todas formas entraría.
Inhalé y exhalé tres veces, para luego entrar a lo desconocido. Aceleré lo más que pude para alcanzar a Galia, afortunadamente no había pasado mucho tiempo desde que entró, por lo que pude alcanzarla con relativa facilidad. Una vez allí, me puse a su lado mientras desvainaba a Gram y me preparaba para cualquier situación peligrosa.
– Me temo que no podía dejarte sola. Desde que nos conocimos, juré lealtad hacia ti y a Sensei, por lo que te protegeré como pueda, aunque tu no quieras – bueno, al menos hasta que ambos mostrasen sus verdaderos colores y lo traicionaran. Si, estaba demasiado roto todavía, pese a que había mejorado. De todas formas, no le importaría mucho si sucedía eso. Ya estaba bastante acostumbrado para que le afectase.
- Resumen Meln:
- Preguntarle a Ichi si va a entrar, alcanzar a Galia dentro de la gruta y mantener su guardia en alto durante todo momento.
Sasaki
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Había conseguido acercarme al pozo, sin embargo un látigo me había atrapado, este pertenecía a Heaten quien intentaba llevarme “por el buen sendero” pero sentía curiosidad por lo que emitía los sonidos, ¿y si era una doncella que estaba en apuros?. Este hecho realizado por la teniente comandante había provocado que el Den Den Mushi se me cayese y se colgase la llamada al capitán y lo más impresionante de esto fue que realizó una llamada a una línea que tenía muy especial. La había llamado línea caliente pero en realidad llamaba al pequeño Arthur quien seguro que estaba hasta arriba de papeleo y con total de preguntar seguí con la llamada.
-Arthur, Arthur, aquí Jack, estoy en una isla extraña que dicen tener una guerra civil, quería hacerte una pregunta – pregunte por el aparato a mi compañero de brigada – veras me he encontrado con un pozo del que sale un ruido extraño, ¿debería sacar de ahí lo que provoque el ruido o lo dejo como está?
No sabía que respondería Arthur pero igualmente iba a hacer lo que quisiese así que me giré hacia mi compañera y con el rostro serio le ordené que usase su habilidad para sacar a la pobre criatura que ahora estaba haciendo un ruido melodioso con voz dulce, ¿había una mujer en el fondo del pozo?.
-Heaten usa tu habilidad para sacarla del pozo con una escalera – le ordené, en caso de que no me hiciese caso lo haría yo mismo y después hablaría con ella sobre su castigo por insubordinación a un superior.
Para evitar algún posible sobre salto mantuve el mantra activado y una mano preparada para sacar de mi interior el mango que sacaba filo a partir del azúcar que absorbiese de su usuario en caso de necesitarlo, aunque esperaba que no pasase nada.
-Arthur, Arthur, aquí Jack, estoy en una isla extraña que dicen tener una guerra civil, quería hacerte una pregunta – pregunte por el aparato a mi compañero de brigada – veras me he encontrado con un pozo del que sale un ruido extraño, ¿debería sacar de ahí lo que provoque el ruido o lo dejo como está?
No sabía que respondería Arthur pero igualmente iba a hacer lo que quisiese así que me giré hacia mi compañera y con el rostro serio le ordené que usase su habilidad para sacar a la pobre criatura que ahora estaba haciendo un ruido melodioso con voz dulce, ¿había una mujer en el fondo del pozo?.
-Heaten usa tu habilidad para sacarla del pozo con una escalera – le ordené, en caso de que no me hiciese caso lo haría yo mismo y después hablaría con ella sobre su castigo por insubordinación a un superior.
Para evitar algún posible sobre salto mantuve el mantra activado y una mano preparada para sacar de mi interior el mango que sacaba filo a partir del azúcar que absorbiese de su usuario en caso de necesitarlo, aunque esperaba que no pasase nada.
- resumen meln, Arthur, deberías leerlo:
- seguir en el pozo, llamar a Arthur para preguntarle lo mismo que a Al, ordenarle a Heaten que saque al ser con una escalera y en caso de no hacerlo ella lo haré yo, estar preparado por si acaso
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– Entendido. – Respondió ante las palabras de Dexter. Él lo iba a encontrar llegado el momento. Así que no iba a tener muchos problemas. ”Sigue, Ushio” – su vuelo no presentaba problemas e iba a corrigiendo su rumbo a medida que la vivre card cambiaba de dirección. ¿Qué tan lejos estaría ella? ¿Cuánto le faltaba por llegar? Suspiró con calma y cerró sus ojos unos momentos. ”Por favor, que este bien.” – pensó mientras aceleraba. Miles de preguntas se asomaban en su cabeza. Además, las palabras de Beros, líder de Zilda, lo habían inquietado bastante. ¿Una pelea entre Meln y Balt? Además, era justo en la dirección donde estaba Milena. ”Maldición. Si solo pudiera volar más rápido” – batió sus alas con ferocidad y volvió a acelerar.
– Hinori – dijo mientras empezaba a descender, tratando de contactarse con ella. Había visto una de las centrales. – Voy en dirección noroeste, sí… Justo a donde se van enfrentar Meln y Balt. No tengo intenciones de interrumpir su pelea – tomó una leve pausa y se quedó viendo aquella infraestructura. – Según tengo entendido, Dexter va a la capital. Si puedes, por favor, reunámonos – su tono era tranquilo mientras se acercaba a esa cosa. ”Debo capturarla para Zilda…” – pensó dubitativo. – Hagas lo que hagas, cuídate. Tenemos que sobrevivir a esto y volver a navegar juntos – sonrió de medio lado mientras se detenía. – No dudes en contactarme por si necesitas algo. – Finalizó y desactivó su técnica.
¿Qué debía hacer? El plan era mantenerse neutros, pero… ¿Qué pasaría si la tomaba para su bando? Se quedó pensando unos segundos, con su mantra activado por si las moscas. ”¿Qué debería hacer?” – se cruzó de brazos. Negó con la cabeza, no podía perder más tiempo y menos si no tenían claro a quien apoyar. Además, él tenía una misión muy diferente a la de Zilda. ¿Le dirían algo por no tomar la central? Por lo que había notado, a todos los tenían vigilados con esas pulseras. ¿Acaso habían escuchado sus conversaciones? ¿Lo tacharían de traidor? Ya iba a pensar en eso luego, primero debía encontrar a Milena. Volvió a activar su técnica Sky.
– No más detenciones inútiles. – Se dijo con calma mientras se volvía a elevar por los cielos, siguiendo su vivre card.
– Hinori – dijo mientras empezaba a descender, tratando de contactarse con ella. Había visto una de las centrales. – Voy en dirección noroeste, sí… Justo a donde se van enfrentar Meln y Balt. No tengo intenciones de interrumpir su pelea – tomó una leve pausa y se quedó viendo aquella infraestructura. – Según tengo entendido, Dexter va a la capital. Si puedes, por favor, reunámonos – su tono era tranquilo mientras se acercaba a esa cosa. ”Debo capturarla para Zilda…” – pensó dubitativo. – Hagas lo que hagas, cuídate. Tenemos que sobrevivir a esto y volver a navegar juntos – sonrió de medio lado mientras se detenía. – No dudes en contactarme por si necesitas algo. – Finalizó y desactivó su técnica.
¿Qué debía hacer? El plan era mantenerse neutros, pero… ¿Qué pasaría si la tomaba para su bando? Se quedó pensando unos segundos, con su mantra activado por si las moscas. ”¿Qué debería hacer?” – se cruzó de brazos. Negó con la cabeza, no podía perder más tiempo y menos si no tenían claro a quien apoyar. Además, él tenía una misión muy diferente a la de Zilda. ¿Le dirían algo por no tomar la central? Por lo que había notado, a todos los tenían vigilados con esas pulseras. ¿Acaso habían escuchado sus conversaciones? ¿Lo tacharían de traidor? Ya iba a pensar en eso luego, primero debía encontrar a Milena. Volvió a activar su técnica Sky.
– No más detenciones inútiles. – Se dijo con calma mientras se volvía a elevar por los cielos, siguiendo su vivre card.
- Zilda:
- No tomar la
banderacentral. Pensamientos varios, tratar de contactar con Hinori. Continuar siguiendo la vivre card
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– ¿Estás bien, Xemnas? – Le preguntó mientras se limpiaba del polvo la armadura. Su plan había fallado. ¿Malos cálculos? Era probable, pero ahora no era lo que interesaba. Necesitaban pensar en algo y rápido. Suspiró con calma mientras ayudaba a Xemnas a levantarse. ¿Qué podían hacer? El rio era bastante grande y no había alguna forma segura de cruzarlo. ¿Rodearlo? ¿Buscar algún puente salido de la nada? Negó con la cabeza mientras trataba de idear algo más… Lógico. ”Podríamos ir siguiendo la corriente hasta encontrar como cruzar” – sonaba, definitivamente, lo más lógico que se le ocurría.
– Amor – le empezó a decir. Ella no tenía heridas graves y estaba segura que él tampoco, pero todo dependería de su respuesta. Si decía que no, no iba a dudar en atenderlo ahí mismo. – Creo que lo mejor es ir río abajo y luego ver como cruzar – su tono era bastante tranquilo. Se limpió un poco de tierra de su rostro. – No vamos a cruzar nunca de esta forma y necesitamos avanzar. ¿Qué opinas?
Suspiró con calma. La idea de quedarse debatiendo no era de lo mejor, pero tampoco se negaba a escuchar otras ideas. De reojo miraba el cráter que habían formado. ¿Por qué no había funcionado? La idea era… Bastante sencilla como para no avanzar ni siquiera un centímetro. Quizá era lo mejor, después de todo, a saber, si era de verdad posible nadar. ”Tiene que haber otra forma de cruzar, menos suicida y más sencilla.” – sí, estaba convencida de eso. Esperaría la respuesta del vicealmirante y lo ayudaría en lo necesario. ¿Qué más podrían hacer? Su haki de observación estaba activado, pero aun así se sentía bastante… Extraña. No se sentía con confianza o con la seguridad de siempre. Tenían que encontrar la verdad rápido y despejar sus dudas.
– Amor – le empezó a decir. Ella no tenía heridas graves y estaba segura que él tampoco, pero todo dependería de su respuesta. Si decía que no, no iba a dudar en atenderlo ahí mismo. – Creo que lo mejor es ir río abajo y luego ver como cruzar – su tono era bastante tranquilo. Se limpió un poco de tierra de su rostro. – No vamos a cruzar nunca de esta forma y necesitamos avanzar. ¿Qué opinas?
Suspiró con calma. La idea de quedarse debatiendo no era de lo mejor, pero tampoco se negaba a escuchar otras ideas. De reojo miraba el cráter que habían formado. ¿Por qué no había funcionado? La idea era… Bastante sencilla como para no avanzar ni siquiera un centímetro. Quizá era lo mejor, después de todo, a saber, si era de verdad posible nadar. ”Tiene que haber otra forma de cruzar, menos suicida y más sencilla.” – sí, estaba convencida de eso. Esperaría la respuesta del vicealmirante y lo ayudaría en lo necesario. ¿Qué más podrían hacer? Su haki de observación estaba activado, pero aun así se sentía bastante… Extraña. No se sentía con confianza o con la seguridad de siempre. Tenían que encontrar la verdad rápido y despejar sus dudas.
- Balt:
- Preguntar por el estado de Xemnas, ayudarlo si es necesario y curarlo, de paso. Sugerir ir río abajo para encontrar una forma de cruzarlo. Pensamientos varios y dudas, muchas dudas.
Bizvan
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Ciaran parecía ser una mujer agradable, la plática que llevamos a cabo no tenía nada de especial y aun así actuó de manera amigable. En un principio su semblante serio me recordó al de cierta mujer de mi pasado, la cual me había provocado un ligero trauma.
Yoshi pasó cerca de nosotros, nos observó por unos segundos, para luego apresurarse a alcanzar a Tobías. Poco después el capitán se aproximó para indicarnos que habría una pequeña reunión.
* Parece que Kimura ha regresado a la normalidad. *hubiera sido preocupante que él actuara de esa manera durante toda la guerra.
Seguí a Ciaran hasta el lugar donde Tobi se encontraba con la ex-cazadora. El capitán comenzó a hablar sobre la situación actual y la formación que llevaríamos a cabo. No tenía problemas con seguir las órdenes de mi superior.- Puede confiar en nosotros señor. –desconocía el nivel en las habilidades bélicas de Ciaran, pero tras charlar con ella comprendí que podía contar con su ayuda durante las batallas.
Procuré no verme afectado al escuchar de nuevo la ausencia del teniente.* Él estará bien, sabe cuidarse por sí mismo. *era lo único que podía repetirme para no preocuparme en exceso.
Mencionar los botones en los uniformes me ayudó a enfocar mis pensamientos en otra cosa. Tenía mucha curiosidad por saber qué pasaría si lo presionaba, sin embargo no quería ir en contra de las indicaciones de Kimura, por lo cual opté por esperar al momento más oportuno para activarlo.
Coloqué mi mano en señal de confianza hacia mis nakamas. No había necesidad en preguntar si contarían con mi ayuda, estaba claro que pelearía por mis compañeros hasta el final.
Fue turno de hablar del agente del gobierno, su tono de voz serio y la seguridad con la cual hablaba lo hacían ver como el segundo al mando en esta situación. Tras expresar su desconfianza, ofreció la opción de ir hacía una de las centrales ubicada en el norte.
No soy una persona muy lista que digamos, sin embargo ir a ese lugar parecía buena idea. Técnicamente estaríamos sirviendo como defensa en caso de que enemigos decidieran realizar un ataque sorpresa desde la retaguardia. Aunque a decir verdad no tenía mucha esperanza en encontrar información útil en aquel lugar.
- Tengan en cuenta que si esa mujer decidió no enviar a ninguna de sus tropas ahí, es probable que esa central no tenga mucho valor táctico para ella y por ende no encontremos nada de utilidad. –claro que podía estar equivocado y mi intención no era ir en contra de mi compañero, solo ofrecía mi punto de vista acerca de ese lugar.
Yoshi pasó cerca de nosotros, nos observó por unos segundos, para luego apresurarse a alcanzar a Tobías. Poco después el capitán se aproximó para indicarnos que habría una pequeña reunión.
* Parece que Kimura ha regresado a la normalidad. *hubiera sido preocupante que él actuara de esa manera durante toda la guerra.
Seguí a Ciaran hasta el lugar donde Tobi se encontraba con la ex-cazadora. El capitán comenzó a hablar sobre la situación actual y la formación que llevaríamos a cabo. No tenía problemas con seguir las órdenes de mi superior.- Puede confiar en nosotros señor. –desconocía el nivel en las habilidades bélicas de Ciaran, pero tras charlar con ella comprendí que podía contar con su ayuda durante las batallas.
Procuré no verme afectado al escuchar de nuevo la ausencia del teniente.* Él estará bien, sabe cuidarse por sí mismo. *era lo único que podía repetirme para no preocuparme en exceso.
Mencionar los botones en los uniformes me ayudó a enfocar mis pensamientos en otra cosa. Tenía mucha curiosidad por saber qué pasaría si lo presionaba, sin embargo no quería ir en contra de las indicaciones de Kimura, por lo cual opté por esperar al momento más oportuno para activarlo.
Coloqué mi mano en señal de confianza hacia mis nakamas. No había necesidad en preguntar si contarían con mi ayuda, estaba claro que pelearía por mis compañeros hasta el final.
Fue turno de hablar del agente del gobierno, su tono de voz serio y la seguridad con la cual hablaba lo hacían ver como el segundo al mando en esta situación. Tras expresar su desconfianza, ofreció la opción de ir hacía una de las centrales ubicada en el norte.
No soy una persona muy lista que digamos, sin embargo ir a ese lugar parecía buena idea. Técnicamente estaríamos sirviendo como defensa en caso de que enemigos decidieran realizar un ataque sorpresa desde la retaguardia. Aunque a decir verdad no tenía mucha esperanza en encontrar información útil en aquel lugar.
- Tengan en cuenta que si esa mujer decidió no enviar a ninguna de sus tropas ahí, es probable que esa central no tenga mucho valor táctico para ella y por ende no encontremos nada de utilidad. –claro que podía estar equivocado y mi intención no era ir en contra de mi compañero, solo ofrecía mi punto de vista acerca de ese lugar.
- Resumen Balt:
- -Escuchar con atención las indicaciones de Kimura y hacerle saber que las seguiré. -Ofrecer mi punto de vista sobre ir a la central.
Al suspiró mientras todos iban llegando. La perspectiva de una Gyojin que no podía nadar se le hacía sumamente graciosa, más conociendo a Danio. ¿Quién en su sano juicio consumiría una Akuma no mi teniendo ya acceso a unos poderes tan increíbles? Casi se echó a reír, aunque no sabía si por la gracia que le hacía o por la pena que le daba. Al nunca disfrutó mucho de los baños, pero sabía bien que su compañero necesitaba refrescarse cada cierto tiempo, y el no poder entrar a un simple río dificultaba mucho solventar la deshidratación. ¿Tendría algún sistema alternativo para poder recuperar fluidos? O mantenerlos. Si así era, tal vez pudiera convertirse en un buen sujeto de estudio. Aunque a él eso de trabajar como médico... Sólo cuando era imprescindible.
Ai fue la primera en llegar. "La detective Ai está de guardia", pensó con una risa al recordar aquellas palabras. Un logia... Nada más cerca y más lejos de la realidad. Un Usuario, un espadachín, un músico, pero un Logia resultaba sumamente incompleto, y al mismo tiempo totalmente acertado. Luego, cuando la muchacha le pidió disculpas hubo un cruce de emociones que no sabría cómo describir. Ella era, al fin y al cabo, una revolucionaria. Iba contra cualquier código moral en la Marina aliarse con ellos, y si los vieran juntos necesitaría una buena excusa. Ya se las ingeniería.
-No te confundas- le dijo en un susurro-. Todo esto es parte de mi malvado plan- místicos aspavientos con las manos, mientras sus dedos se movían haciendo una suave ondulación. Incluso alargó la última palabra mientras aumentaba la intensidad de su voz y agravaba el tono. Tras eso no pudo contenerse y rió.
Una palmada en la espalda lo devolvió a la normalidad. Era el chico llamado Ed, o algo así, y la acompañó de palabras bastante aduladoras. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien le daba mérito por algo, aunque conviviendo con Arthur, Kai, Jack y los demás tampoco podía esperar mucho. De Arthur porque, aunque no fuera así, lo odiaba; de Kai porque si no era comida no le importaba nada y de Jack porque... Bueno, Jack tenía un mono y se metía truchas como si fuera una nevera en el cuerpo, obviamente no contaba como persona sana.
-Gracias, aunque no te acostumbres- dijo con seriedad-. Cuando esto termine yo seguiré siendo Marine y vosotros Revolucionarios. Estamos destinados a chocar en algún momento...
Su tono se fue apagando poco a poco. Krauser representaba todo lo bueno de la Marina, pero estaba en su contra. Honor, lealtad, sentido del deber... Eran palabras que en pocos lugares se respetaban ya, y fuera de las Divisiones Especializadas, Crimson Wolves y Kiritsu, el gran ejército del Gobierno Mundial era una agrupación segregada de soldados con alguien que, de vez en cuando, les daba una orden. Pero eso no quitaba que los asaltos del ex-almirante fueran un delito, y sus camaradas eran, a todos los efectos, cómplices. Por un lado entendía sus motivos, pero su deber era enfrentarlos. Esperaba perder, si llegaba el momento. Perder y vivir para contarlo, de hecho.
-Calor no, es una pena- contestó, y comenzó a caminar hacia la central energética que veía en la lejanía. Era un molino de agua enorme, con varias ruedas de distintos tamaños para aprovechar al máximo la energía del agua sin perder el cauce del río. Bueno, algo así debía ser-. Yo voy a la central. Mientras no tengamos más información, hemos prometido ayuda a esta gente. Y un Marine siempre cumple su palabra.
En ese momento no sacó el violín. Tampoco era cuestión de estar tocando frívolamente, pues sus manos se cansaban y no era plan de, si llegaban a combatir, no poder utilizarlo. No obstante cuando comenzó a correr su cuerpo estalló en miles de pequeños pedazos de hielo y decidió adelantarse hasta la central, para poder activarla antes de que el Gran Espada diese orden de no hacerlo. Bajo él un camino de escarcha se iba formando, dejando un rastro perfecto tras él. ¿Iban a seguirlo? En realidad no importaba mucho, aunque así lo preferiría. Estaban formando un equipo interesante y tal vez uniendo las habilidades de todos resolver el conflicto fuera más sencillo. Una vez llegara buscaría el método de activación de la central. Esperaba que no fuese muy complicado.
Ai fue la primera en llegar. "La detective Ai está de guardia", pensó con una risa al recordar aquellas palabras. Un logia... Nada más cerca y más lejos de la realidad. Un Usuario, un espadachín, un músico, pero un Logia resultaba sumamente incompleto, y al mismo tiempo totalmente acertado. Luego, cuando la muchacha le pidió disculpas hubo un cruce de emociones que no sabría cómo describir. Ella era, al fin y al cabo, una revolucionaria. Iba contra cualquier código moral en la Marina aliarse con ellos, y si los vieran juntos necesitaría una buena excusa. Ya se las ingeniería.
-No te confundas- le dijo en un susurro-. Todo esto es parte de mi malvado plan- místicos aspavientos con las manos, mientras sus dedos se movían haciendo una suave ondulación. Incluso alargó la última palabra mientras aumentaba la intensidad de su voz y agravaba el tono. Tras eso no pudo contenerse y rió.
Una palmada en la espalda lo devolvió a la normalidad. Era el chico llamado Ed, o algo así, y la acompañó de palabras bastante aduladoras. Era la primera vez en mucho tiempo que alguien le daba mérito por algo, aunque conviviendo con Arthur, Kai, Jack y los demás tampoco podía esperar mucho. De Arthur porque, aunque no fuera así, lo odiaba; de Kai porque si no era comida no le importaba nada y de Jack porque... Bueno, Jack tenía un mono y se metía truchas como si fuera una nevera en el cuerpo, obviamente no contaba como persona sana.
-Gracias, aunque no te acostumbres- dijo con seriedad-. Cuando esto termine yo seguiré siendo Marine y vosotros Revolucionarios. Estamos destinados a chocar en algún momento...
Su tono se fue apagando poco a poco. Krauser representaba todo lo bueno de la Marina, pero estaba en su contra. Honor, lealtad, sentido del deber... Eran palabras que en pocos lugares se respetaban ya, y fuera de las Divisiones Especializadas, Crimson Wolves y Kiritsu, el gran ejército del Gobierno Mundial era una agrupación segregada de soldados con alguien que, de vez en cuando, les daba una orden. Pero eso no quitaba que los asaltos del ex-almirante fueran un delito, y sus camaradas eran, a todos los efectos, cómplices. Por un lado entendía sus motivos, pero su deber era enfrentarlos. Esperaba perder, si llegaba el momento. Perder y vivir para contarlo, de hecho.
-Calor no, es una pena- contestó, y comenzó a caminar hacia la central energética que veía en la lejanía. Era un molino de agua enorme, con varias ruedas de distintos tamaños para aprovechar al máximo la energía del agua sin perder el cauce del río. Bueno, algo así debía ser-. Yo voy a la central. Mientras no tengamos más información, hemos prometido ayuda a esta gente. Y un Marine siempre cumple su palabra.
En ese momento no sacó el violín. Tampoco era cuestión de estar tocando frívolamente, pues sus manos se cansaban y no era plan de, si llegaban a combatir, no poder utilizarlo. No obstante cuando comenzó a correr su cuerpo estalló en miles de pequeños pedazos de hielo y decidió adelantarse hasta la central, para poder activarla antes de que el Gran Espada diese orden de no hacerlo. Bajo él un camino de escarcha se iba formando, dejando un rastro perfecto tras él. ¿Iban a seguirlo? En realidad no importaba mucho, aunque así lo preferiría. Estaban formando un equipo interesante y tal vez uniendo las habilidades de todos resolver el conflicto fuera más sencillo. Una vez llegara buscaría el método de activación de la central. Esperaba que no fuese muy complicado.
- Balt:
- Divagaciones varias, me separo del grupo y voy hacia la central de M5 para activarla.
Nota: No he roleado mi llegada por si hay algo en la puerta o lo que sea, pero me da de sobra para llegar.
Teravan Zallen
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Nuestras filas parecían empezar a desperdigarse. A pesar de que nunca fui un experto en el arte de la guerrra, sabía a ciencia cierta que eso no era una buena idea. UN ejército debería atacar de forma coordinada y si ha de separarse ha de ser para hostigar de forma planificada. No era su trabajo dirigir a las tropas, por lo que no le dio mayor importancia, sin embargo, en ese momento parecían más una horda de bárbaros que un ejército real.
Al menos Yarmin no había desaparecido como el resto. Le había molestado especialmente que Ivan ni siquiera le ofreciese acompañarle´. Había sido una imperdonable falta de cortesía, ¿tendría alguna explicación al respecto? Dada la situación, tal vez no fuese tan importante, mas son las pequeñas cosas las que forman una realidad de facto, y ¿no reside ahí la verdadera naturaleza de las cosas? La respuesta... es no.
Teravan se acercó a Yarmin en un intento de establecer una acción coherente. No albergaba grandes esperanzas de que aquello fuese posible, aunque tal vez el misterioso caballero tuviese alguna brillante idea al respecto. Había algo en él que incitaba a confiar en su juicio y en su creatividad, y eso que era la primera vez que sentía esa corazonanda en alguien que acababa de conocer.
Lo que le atormentaba por dentro era la siguiente pregunta... ¿Cómo era posible que todo el mundo, no contentos con creerse todo lo que les dijo el hombre que les metió en una arena a luchar por sus vidas, se aventurase a ciegas en una tierra que, por supuesto, no conocían? ¿Ni siquiera iban a reconocer el terreno o preguntar a las gentes de los alrededores qué demonios sucedía? ¿Acaso tenían alguna información que él desconocía? ¿No iban a contrastar lo que les dijo el hombre que calmó a la bestia?
- Señor Prince, ¿sabéis por qué estamos luchando de esta forma? - Dijo sin que Augustus pudiese escucharle. - Parecemos una horda de bárbaros, y eso, a mí, por lo menos, no me satisface en absoluto. Tal vez deberíamos recabar algo de información antes de actuar como nuestro compañeros, ¿no os parece?
Esperó su respuesta, le seguiría si quisiese luchar con el resto de la horda, mas preferiría estar seguro de qué estaban haciendo antes de dar un paso y alzar las armas.
Al menos Yarmin no había desaparecido como el resto. Le había molestado especialmente que Ivan ni siquiera le ofreciese acompañarle´. Había sido una imperdonable falta de cortesía, ¿tendría alguna explicación al respecto? Dada la situación, tal vez no fuese tan importante, mas son las pequeñas cosas las que forman una realidad de facto, y ¿no reside ahí la verdadera naturaleza de las cosas? La respuesta... es no.
Teravan se acercó a Yarmin en un intento de establecer una acción coherente. No albergaba grandes esperanzas de que aquello fuese posible, aunque tal vez el misterioso caballero tuviese alguna brillante idea al respecto. Había algo en él que incitaba a confiar en su juicio y en su creatividad, y eso que era la primera vez que sentía esa corazonanda en alguien que acababa de conocer.
Lo que le atormentaba por dentro era la siguiente pregunta... ¿Cómo era posible que todo el mundo, no contentos con creerse todo lo que les dijo el hombre que les metió en una arena a luchar por sus vidas, se aventurase a ciegas en una tierra que, por supuesto, no conocían? ¿Ni siquiera iban a reconocer el terreno o preguntar a las gentes de los alrededores qué demonios sucedía? ¿Acaso tenían alguna información que él desconocía? ¿No iban a contrastar lo que les dijo el hombre que calmó a la bestia?
- Señor Prince, ¿sabéis por qué estamos luchando de esta forma? - Dijo sin que Augustus pudiese escucharle. - Parecemos una horda de bárbaros, y eso, a mí, por lo menos, no me satisface en absoluto. Tal vez deberíamos recabar algo de información antes de actuar como nuestro compañeros, ¿no os parece?
Esperó su respuesta, le seguiría si quisiese luchar con el resto de la horda, mas preferiría estar seguro de qué estaban haciendo antes de dar un paso y alzar las armas.
- Zal:
Desilusionarse profundamente sobre el comportamiento inapropiado de Ivan al abandonarle. Ahora tiene una mala imagen de él hasta que le de una explicación satisfactoria.
Preguntarse por qué están actuando de esa forma, y poner a juicio su lealtad.
Buscar en el mapa aldeas cercanas que visitar para recabar información.
Preguntar a Yarmin sobre un plan de acción.
Ai Nanasaki
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– Eres el tonto de los violines, Al. – Le dijo con una calma mientras escuchaba sus palabras. El resto ya había llegado y todos habían cruzado. Se quedó pensando unos instantes en que debería hacer. Soltó un ligero suspiro y se quedó esperando a Krauser y sus órdenes. Las palabras del vicealmirante le habían llamado la atención… ¿Por qué tenían que luchar? No era una obligación y muchos menos algo que debía pasar. Él era un formidable enemigo y no quería llegar a enfrentarlo. Negó con la cabeza, ¿acaso lo estaba viendo como un amigo? Quizá, no había dado signos de qué debían desconfiar mucho de él. Lo vio marcharse mientras esperaban, iba a la central que se veía en la lejanía. No… No podía quedarse así.
– Iré con Al – le dijo al grupo. ¿Qué estaba diciendo? Ni siquiera ella entendía mucho, pero tenía algo que decirle. – Luego los alcanzo, los puedo detectar con mi olfato. Cuídense. – Sonrió de medio lado y acto seguido se transformó en su forma completa. Un tigre de unos cinco metros de alto se formó, era blanco con algunas rayas azules, además, en sus cuatro patas se formaron unas llamas azules. ”Lo puedo alcanzar” – Se dijo mientras empezaba a seguir el olor de Al. No estaba tan lejos y no le había dado mucho tiempo para alejarse demasiado.
– Tonto de los violines – le dijo al montón de escarcha de hielo que se movía a gran velocidad. Su tono había sido amable. – Que sepas que no estoy de acuerdo con tus palabras – nunca había estado de acuerdo en la forma de hacer las cosas de la marina. – Yo también fui marine hace un tiempo y nunca estuve de acuerdo en cómo hacía las cosas – suspiró con calma mientras seguía su camino. Directo a la central que se alzaba en el horizonte. – No tengo ninguna obligación de luchar contra ti y ninguno de nosotros te ha dado motivos – ni siquiera se había dado cuenta que le estaba mostrando una parte… Más personal de ella. – Dime, Al, ¿qué es para ti la justicia? ¿Seguir órdenes a destajo y hacer el bien común? – tomó una leve pausa y se quedó mirando al horizonte. – Tanto la Marina como el Gobierno Mundial están podridos. Algún día, Al, alguien irá en contra de las órdenes preestablecidas y moldeará el mundo a su manera – ¿Desde cuándo filosofaba tanto acerca de ese tema? – Puede ser un revolucionario, un pirata, un marine aburrido de la forma de hacer las cosas o algún sirviente del Gobierno Mundial. Si quieres un verdadero cambio, debes hacerlo tú mismo. Tendrás que luchar contra tus ideales y enfrentarlos – sonrió de forma tranquila. – Pero, ¿por qué me debes escuchar? Seremos enemigos en un futuro, ¿no? – Finalizó.
Estaría atenta a sus palabras o a sus acciones, quizá sus palabras lo habrían molestado y decidía, finalmente, atacarla. Estaba preparada para todo y su haki de observación a punto. ”Aunque ahora estamos en una especie de tregua.” – pensó. ¿Qué le iba a responder? ¿Qué pensaría acerca de ese tema?
– Iré con Al – le dijo al grupo. ¿Qué estaba diciendo? Ni siquiera ella entendía mucho, pero tenía algo que decirle. – Luego los alcanzo, los puedo detectar con mi olfato. Cuídense. – Sonrió de medio lado y acto seguido se transformó en su forma completa. Un tigre de unos cinco metros de alto se formó, era blanco con algunas rayas azules, además, en sus cuatro patas se formaron unas llamas azules. ”Lo puedo alcanzar” – Se dijo mientras empezaba a seguir el olor de Al. No estaba tan lejos y no le había dado mucho tiempo para alejarse demasiado.
– Tonto de los violines – le dijo al montón de escarcha de hielo que se movía a gran velocidad. Su tono había sido amable. – Que sepas que no estoy de acuerdo con tus palabras – nunca había estado de acuerdo en la forma de hacer las cosas de la marina. – Yo también fui marine hace un tiempo y nunca estuve de acuerdo en cómo hacía las cosas – suspiró con calma mientras seguía su camino. Directo a la central que se alzaba en el horizonte. – No tengo ninguna obligación de luchar contra ti y ninguno de nosotros te ha dado motivos – ni siquiera se había dado cuenta que le estaba mostrando una parte… Más personal de ella. – Dime, Al, ¿qué es para ti la justicia? ¿Seguir órdenes a destajo y hacer el bien común? – tomó una leve pausa y se quedó mirando al horizonte. – Tanto la Marina como el Gobierno Mundial están podridos. Algún día, Al, alguien irá en contra de las órdenes preestablecidas y moldeará el mundo a su manera – ¿Desde cuándo filosofaba tanto acerca de ese tema? – Puede ser un revolucionario, un pirata, un marine aburrido de la forma de hacer las cosas o algún sirviente del Gobierno Mundial. Si quieres un verdadero cambio, debes hacerlo tú mismo. Tendrás que luchar contra tus ideales y enfrentarlos – sonrió de forma tranquila. – Pero, ¿por qué me debes escuchar? Seremos enemigos en un futuro, ¿no? – Finalizó.
Estaría atenta a sus palabras o a sus acciones, quizá sus palabras lo habrían molestado y decidía, finalmente, atacarla. Estaba preparada para todo y su haki de observación a punto. ”Aunque ahora estamos en una especie de tregua.” – pensó. ¿Qué le iba a responder? ¿Qué pensaría acerca de ese tema?
- Balt:
- Separarse del grupo y transformarse en su forma completa. Ir con Al. Filosofar de forma extraña. Como él, no digo que llegamos a la central, pero me debería dar.
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Me situé en cuclillas para obtener una mejor visión de la sustancia morada que rezumaban los soldados, mientras esperaba que alguien tomase una decisión. Si decidían atacar, o decidían ayudar a los indefensos civiles, entonces yo decidiría que no me interesaba seguir en su compañía.
Trazaba un plan en mi cabeza al tiempo que las voces y los gritos resonaban a mi alrededor, y se escuchaba el batir de los aceros en la lejanía.
Me marcharía en dirección este, tal y como habíamos planeado al principio, y me escabulliría de batallas innecesarias hasta llegar a alguna central. Allí, me abriría paso por donde hiciese falta, e investigaría su interior en busca de respuestas.
No parecía un plan tan malo y, aunque estaba lleno de lagunas, me encantaba improvisar. Para qué engañarnos, podía cambiar de opinión en unos minutos y decidir que era más divertido matar gente. Bueno, quizá eso era exagerar. Nunca me había parecido "divertido" asesinar y manchar mis manos de sangre.
Inmersa en mis propias cavilaciones e ignorando completamente al grupo y sus comentarios, me vi de pronto sujeta por una especie de garra, que me alzó en el aire y echó a volar conmigo.
Me sobresalté y miré hacia atrás con el instinto asesino activado, dispuesta a clavar mis dagas en lo que fuese que me había cogido, para ver al pollo en llamas en su forma favorita ya mencionada.
Emití un gruñido y le propiné un ligero puñetazo en la garra a modo de queja. No podía dispararle ni atacarle en esos momentos porque, si lo hacía, caería al suelo. Y no tenía ganas de hacer una demostración de mis poderes allí, con tantas potenciales miradas innecesarias.
Tras unos segundos de vuelo, en los que pude ver que también había apresado a Spanner sin permiso, algo rozó una de las alas del pájaro amorfo, lo que le hizo perder el equilibrio.
Nos soltó y comenzamos a caer, así que intenté crear una ráfaga de aire que me sirviese para amortiguar el golpe, dirigiendo ambas manos hacia el suelo que se encontraba cada vez más cerca, pero no me dio tiempo. La ráfaga sólo me despeinó al tiempo que caía de bruces contra el suelo.
Tenía que intentar mejorar el control de mis poderes...
Me levanté enseguida, frotándome las zonas afectadas por el golpe por inercia, a pesar de no sentir dolor alguno. Esa manía se me había quedado desde pequeña, cuando aún podía sentir.
- ¡Aprende a volar! Inútil pajarraco... -mascullé mientras echaba un vistazo a mi alrededor, no sin antes dirigir una gélida mirada al pelirrojo, que ahora recuperaba forma humana.
Habíamos caído en una... ¿Central? Mi estado de ánimo cambió drásticamente al tiempo que veía mis objetivos más cerca de cumplirse.
Esbocé una sonrisa, di un par de saltitos y estiré los brazos y piernas con entusiasmo antes de echar a caminar hacia el interior de aquel lúgubre lugar que daba mala espina como si fuese un parque de atracciones.
- ¡Vamos! -apremié a los otros dos, con una sonrisa infantil en el rostro.
Trazaba un plan en mi cabeza al tiempo que las voces y los gritos resonaban a mi alrededor, y se escuchaba el batir de los aceros en la lejanía.
Me marcharía en dirección este, tal y como habíamos planeado al principio, y me escabulliría de batallas innecesarias hasta llegar a alguna central. Allí, me abriría paso por donde hiciese falta, e investigaría su interior en busca de respuestas.
No parecía un plan tan malo y, aunque estaba lleno de lagunas, me encantaba improvisar. Para qué engañarnos, podía cambiar de opinión en unos minutos y decidir que era más divertido matar gente. Bueno, quizá eso era exagerar. Nunca me había parecido "divertido" asesinar y manchar mis manos de sangre.
Inmersa en mis propias cavilaciones e ignorando completamente al grupo y sus comentarios, me vi de pronto sujeta por una especie de garra, que me alzó en el aire y echó a volar conmigo.
Me sobresalté y miré hacia atrás con el instinto asesino activado, dispuesta a clavar mis dagas en lo que fuese que me había cogido, para ver al pollo en llamas en su forma favorita ya mencionada.
Emití un gruñido y le propiné un ligero puñetazo en la garra a modo de queja. No podía dispararle ni atacarle en esos momentos porque, si lo hacía, caería al suelo. Y no tenía ganas de hacer una demostración de mis poderes allí, con tantas potenciales miradas innecesarias.
Tras unos segundos de vuelo, en los que pude ver que también había apresado a Spanner sin permiso, algo rozó una de las alas del pájaro amorfo, lo que le hizo perder el equilibrio.
Nos soltó y comenzamos a caer, así que intenté crear una ráfaga de aire que me sirviese para amortiguar el golpe, dirigiendo ambas manos hacia el suelo que se encontraba cada vez más cerca, pero no me dio tiempo. La ráfaga sólo me despeinó al tiempo que caía de bruces contra el suelo.
Tenía que intentar mejorar el control de mis poderes...
Me levanté enseguida, frotándome las zonas afectadas por el golpe por inercia, a pesar de no sentir dolor alguno. Esa manía se me había quedado desde pequeña, cuando aún podía sentir.
- ¡Aprende a volar! Inútil pajarraco... -mascullé mientras echaba un vistazo a mi alrededor, no sin antes dirigir una gélida mirada al pelirrojo, que ahora recuperaba forma humana.
Habíamos caído en una... ¿Central? Mi estado de ánimo cambió drásticamente al tiempo que veía mis objetivos más cerca de cumplirse.
Esbocé una sonrisa, di un par de saltitos y estiré los brazos y piernas con entusiasmo antes de echar a caminar hacia el interior de aquel lúgubre lugar que daba mala espina como si fuese un parque de atracciones.
- ¡Vamos! -apremié a los otros dos, con una sonrisa infantil en el rostro.
- Resumen Meln:
Cavilar cosas, ser secuestrada por Zane, caer al suelo, quejarme, ver la central, decidir unilateralmente investigarla.
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La joven miró con el ceño fruncido a su superior, a quien parecía no importarle nada que no fuera satisfacer su curiosidad, atrasandoles en su tarea y haciendo su llegada a la batalla aún más lenta. Además, estaban desaprovechando toda ventaja que hubieran tenido hasta ese momento sobre sus enemigos, para llegar a la centrar a la que se dirigían. Ambas personalidades de la pelimorada comenzaban a plantearse si no deberían dejarle ahí abandonado o acabar con él y marcharse, en vez de intentar que entrase en razón, al fin y al cabo, estaban en una guerra, la gente muere. Cosas de la vida, pero estando este en medio de una conversación, sería estúpido hacerlo, al menos según Eco. El marine terminó su conversación y se volvió hacia ella, ordenandole que usase sus habilidades para liberar a lo que fuera que se encontrase en ese agujero. Heaten le miró ladeando la cabeza. -¿No sería más lógico qué me hubieras pedido que te soltara?- Preguntó, tratando de comprender que problema tenía aquella persona. ¿Acaso le gustaba esa situación? ¿Era algún tipo de fetiche extraño como los de Kuro o, simplemente, era tan despistado que ni se le había ocurrido?
Como fuese, la respuesta de la chica fue un sencillo, tras preguntarle aquello, fue un simple "no"... Seguido de muchas preguntas. -¿Por qué debería liberarlo? Es sospechoso. ¿Y si es una trampa del enemigo? Además, si fuera un civil...¿No estaría más seguro ahí metido? Su petición no tiene sentido, capitán. Si quiere liberar a lo que sea que hay ahí no cuente conmigo. Además, en esta guerra no creo que los rangos importen. No veo necesidad de obedecer según los rangos de la marina cuando hay revolucionarios y piratas entre nuestras filas.- Concluyó antes de soltarle. -Si quiere ir a por ese ser, puede hacerlo por su cuenta. Yo seguiré y cumpliré con mi misión. No quiero seguir siendo atrasada. Si es un civil, bien por usted, sino, espero que no muera.- Realmente eso último le daba un poco igual, pero Kuro le dijo que tenía que ser educada, y supuso que eso era parte de ser educada.
Tras aquello, se alejaría, con o sin Jack; procurando ir rápido para evitar quedar envuelta en lo que fuera a empezar ahí, y tratar de llegar a la central más cercana, topándose en su camino con el ejercito de Meln. Creyó distinguir un monstruo gigante y de color negro entre sus filas, en el que iba montada Yoai, seguida de un hombre flotando, quien no parecía tener muchas luces, pero prefirió no prestar atención a cosas que no le resultaban relevantes. Ignorando las filas a las que quizás se uniera después, se dirigió a la central, la cual le pareció divisar y esperaba poder alcanzar de una condenada vez. De lograrlo, inspeccionaría la entrada antes de intentar penetrar en su interior. Seguramente no bastase con presionar un botón para logar adueñarse de ella.
Como fuese, la respuesta de la chica fue un sencillo, tras preguntarle aquello, fue un simple "no"... Seguido de muchas preguntas. -¿Por qué debería liberarlo? Es sospechoso. ¿Y si es una trampa del enemigo? Además, si fuera un civil...¿No estaría más seguro ahí metido? Su petición no tiene sentido, capitán. Si quiere liberar a lo que sea que hay ahí no cuente conmigo. Además, en esta guerra no creo que los rangos importen. No veo necesidad de obedecer según los rangos de la marina cuando hay revolucionarios y piratas entre nuestras filas.- Concluyó antes de soltarle. -Si quiere ir a por ese ser, puede hacerlo por su cuenta. Yo seguiré y cumpliré con mi misión. No quiero seguir siendo atrasada. Si es un civil, bien por usted, sino, espero que no muera.- Realmente eso último le daba un poco igual, pero Kuro le dijo que tenía que ser educada, y supuso que eso era parte de ser educada.
Tras aquello, se alejaría, con o sin Jack; procurando ir rápido para evitar quedar envuelta en lo que fuera a empezar ahí, y tratar de llegar a la central más cercana, topándose en su camino con el ejercito de Meln. Creyó distinguir un monstruo gigante y de color negro entre sus filas, en el que iba montada Yoai, seguida de un hombre flotando, quien no parecía tener muchas luces, pero prefirió no prestar atención a cosas que no le resultaban relevantes. Ignorando las filas a las que quizás se uniera después, se dirigió a la central, la cual le pareció divisar y esperaba poder alcanzar de una condenada vez. De lograrlo, inspeccionaría la entrada antes de intentar penetrar en su interior. Seguramente no bastase con presionar un botón para logar adueñarse de ella.
- Resumen de Meln:
- Intentar hacer entrar en razón a Jack y, lo logrará o no, soltarle y ponerse en camino a la central a la que se dirigían (8S), encontrándome con Yoai y su ejercito de camino, intentar llegar a la entrada, inspeccionarla y entrar (en caso de llegar)
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Los demás habían pasado el puente sin apenas dificultades. Las habilidades de aquel marine parecían ser impresionante con el control del hielo. Debía ser un usuario del tipo logia o mitológico y eso le daba unos poderes impresionantes. De todas formas estaba de parte de ellos, por lo que era un colega supremo de hielo. Una sonrisa ladeada se formó en el rostro del Gran Espada, el cual estaba tranquilo mientras pudiese estar cerca de Al. No dejaba de ser un marine pese a todo y aunque era un gran tipo, era mejor ir con él en todo momento en el grupo. El castaño avanzaba tranquilamente con aquel ritmo tranquilo y después de unos momentos soltó un suspiro. Esperaba llegar a la jodida ciudad central cuanto antes o reunirse con Dranser de inmediato. La cosa estaba tardando bastante.
Finalmente el joven marine dijo que iba a tomar la central y eso significaba separar de momento del grupo. Aquello puso alerta al demonio de la niebla. Esperaba que no hiciera nada con el comunicador, pero no iba a impedírselo. Al era un tío genial y de puta madre, pero joder, continuaban siendo un oficial y un vice-almirante. Los espías eran lo más natural del mundo. De todas formas, el demonio lo acogería con los brazos abiertos en cuanto volviese. Entonces fue cuando soltó un pequeño suspiro y asintió a las palabras del hombre de hielo.
- Nosotros nos adelantamos, no tardes, Al. Terminaremos esta guerra luchando juntos.
En cuanto el marine se fue, el Gran Espada continuó corriendo tranquilamente junto a sus hombres. Su haki de observación continuaba activado para prevenir cualquier peligro. En ese momento detectó una presencia alejarse y escuchó las palabras de Ai ¿Estaba bromeando? El castaño giró el rostro y se dio cuenta de que se iba con el marine de verdad. Los ojos del asesino se abrieron como platos al ver aquello ¿Quién coño le había dado permiso? ¿Era idiota? No es que no se fiase de Al, pero joder, era un puto marine y ella una revolucionaria. Encima el nivel de poder del hombre de hielo era impresionante.
- ¡¿Qué cojones haces?! ¡Ai, vuelve! – Gritó dejándose los pulmones y frunciendo el ceño de forma bastante notoria. Se notaba mosqueado.
El demonio se frenó en seco y entonces apretó los puños. Ai era una simple cadete en la rebelión y acaba de abandonar una formación de un oficial sin pedir permiso. Incluso Osuka que era un rango mayor se había mantenido disciplinado. Aquello podía poner en peligro a la división de la Quimera. Krauser entonces pegó una potente patada al suelo, haciendo añicos una pequeña parte de él y soltando un gruñido.
- Será gilipollas… ¿Quién ve esto normal? Me cago en todo lo que se menea. Ahora tengo que interrumpir la puta misión para ir por ella y no quiero dejaros solos…
Krauser no sabía lo que hacer. No entendía por qué era el líder si algunos pasaban de sus órdenes. Decidió no joder al resto del equipo y continuar con su misión. Si la chica volvía, que viendo a Al era lo más seguro, se iba a cagar, puede que incluso fuese expulsada de la Quimera. Que tuviese mucha confianza con el demonio no quería decir que hiciese lo que le diese la gana. Y si no volvía, tendría que presentarse en Marineford él solo. Esta vez sin avisar a Karl y morir matándose contra toda la marina entera.
- ¡Formación rombo! – Dijo comenzando a correr hacia el Sur mientras él encabezaba el equipo. Su ceño estaba fruncido y cualquiera con un mantra potente notaría su enfado e inquietud.
Finalmente el joven marine dijo que iba a tomar la central y eso significaba separar de momento del grupo. Aquello puso alerta al demonio de la niebla. Esperaba que no hiciera nada con el comunicador, pero no iba a impedírselo. Al era un tío genial y de puta madre, pero joder, continuaban siendo un oficial y un vice-almirante. Los espías eran lo más natural del mundo. De todas formas, el demonio lo acogería con los brazos abiertos en cuanto volviese. Entonces fue cuando soltó un pequeño suspiro y asintió a las palabras del hombre de hielo.
- Nosotros nos adelantamos, no tardes, Al. Terminaremos esta guerra luchando juntos.
En cuanto el marine se fue, el Gran Espada continuó corriendo tranquilamente junto a sus hombres. Su haki de observación continuaba activado para prevenir cualquier peligro. En ese momento detectó una presencia alejarse y escuchó las palabras de Ai ¿Estaba bromeando? El castaño giró el rostro y se dio cuenta de que se iba con el marine de verdad. Los ojos del asesino se abrieron como platos al ver aquello ¿Quién coño le había dado permiso? ¿Era idiota? No es que no se fiase de Al, pero joder, era un puto marine y ella una revolucionaria. Encima el nivel de poder del hombre de hielo era impresionante.
- ¡¿Qué cojones haces?! ¡Ai, vuelve! – Gritó dejándose los pulmones y frunciendo el ceño de forma bastante notoria. Se notaba mosqueado.
El demonio se frenó en seco y entonces apretó los puños. Ai era una simple cadete en la rebelión y acaba de abandonar una formación de un oficial sin pedir permiso. Incluso Osuka que era un rango mayor se había mantenido disciplinado. Aquello podía poner en peligro a la división de la Quimera. Krauser entonces pegó una potente patada al suelo, haciendo añicos una pequeña parte de él y soltando un gruñido.
- Será gilipollas… ¿Quién ve esto normal? Me cago en todo lo que se menea. Ahora tengo que interrumpir la puta misión para ir por ella y no quiero dejaros solos…
Krauser no sabía lo que hacer. No entendía por qué era el líder si algunos pasaban de sus órdenes. Decidió no joder al resto del equipo y continuar con su misión. Si la chica volvía, que viendo a Al era lo más seguro, se iba a cagar, puede que incluso fuese expulsada de la Quimera. Que tuviese mucha confianza con el demonio no quería decir que hiciese lo que le diese la gana. Y si no volvía, tendría que presentarse en Marineford él solo. Esta vez sin avisar a Karl y morir matándose contra toda la marina entera.
- ¡Formación rombo! – Dijo comenzando a correr hacia el Sur mientras él encabezaba el equipo. Su ceño estaba fruncido y cualquiera con un mantra potente notaría su enfado e inquietud.
- Balt:
- Comentario a Al antes de irse. Mosqueo supremo con Ai por insubordinación y continuar corriendo en formación rombo.
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El cazador avanzaba tranquilamente junto a la pelirroja, estando alerta a todo lo que pasaba y disfrutando de la naturaleza de aquel hermoso lugar. Era una pena que se fuese a liar una terrible guerra, pero era lo que tenían que evitar y ver con corrección. Al menos ya habían activado una de las centrales. Tan solo les faltaba dirigirse a la ciudad central y ver cómo estaban las cosas. El resto de sus compañeros habrían ido por su propio camino y debía admitir que estaba preocupado. Soltó un pequeño suspiro y continuó caminando tranquilamente con ambas manos en los bolsillos. Se relamió un poco y finalmente se estiró unos momentos. Estaba algo oxidado y deseaba moverse un poco para combatir, pero la cosa estaba difícil. Ahora aumentaría un poco el ritmo para ir más de prisa, pero esperaba que la joven pudiese seguir su ritmo.
Justo entonces fue cuando una figura hizo acto de presencia. Era un hombre con un instrumento de cuerda, y además parecía hacer rimas que no eran rimas. Kasai al escucharle mostró una sonrisa ladeada. Lo primero que hizo el tirador su activar el poder del Serafín y mirar su alma para ver si se trataba de un buen tipo. Entonces le dedicó una sonrisa y después de unos momentos se acercó un poco a él de forma calmada. No había motivo para sospechar de esa persona por aquel instante. Si su aura resultaba azulada o negra, se lo pensaría.
- Resolver esta guerra cuanto antes por la justicia de los Dioses. Tú mismo lo has dicho, caballero ¿Sabes algo sobre las cinco naciones que combaten entre ellas? Tal vez puedas ayudarme en mi camino, amigo.
Dijo de forma amable mientras se frenaba para hablar con él de forma tranquila. Esperaba que la pelirroja también lo hiciese y no continuase andando por su cuenta.
Justo entonces fue cuando una figura hizo acto de presencia. Era un hombre con un instrumento de cuerda, y además parecía hacer rimas que no eran rimas. Kasai al escucharle mostró una sonrisa ladeada. Lo primero que hizo el tirador su activar el poder del Serafín y mirar su alma para ver si se trataba de un buen tipo. Entonces le dedicó una sonrisa y después de unos momentos se acercó un poco a él de forma calmada. No había motivo para sospechar de esa persona por aquel instante. Si su aura resultaba azulada o negra, se lo pensaría.
- Resolver esta guerra cuanto antes por la justicia de los Dioses. Tú mismo lo has dicho, caballero ¿Sabes algo sobre las cinco naciones que combaten entre ellas? Tal vez puedas ayudarme en mi camino, amigo.
Dijo de forma amable mientras se frenaba para hablar con él de forma tranquila. Esperaba que la pelirroja también lo hiciese y no continuase andando por su cuenta.
- Balt:
- Mirar el alma del juglar para ver su color y hablar con él
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El oficial continuaba volando con una mirada tranquila. Estaba avanzando más de lo que esperaba y eso le estaba haciendo sonreír de forma calmada. No había olvidado la gilipollez de Galia al haberse metido en aquel sitio, pero por el momento tenía otros problemas. Su deber era reunirse con el demonio de la niebla cuanto antes y tenía cojones la cosa, pues estaban muy lejos el uno del otro. Lo siguiente que hizo fue soltar un enorme bostezo. Se empezaba a aburrir y un delicioso combate podía venirle de perlas para despertarle. Mientras volaba notaba la brisa en su rostro y eso le agradaba bastante. No iba a ser él quien se quejase del hermoso viento que se notaba en las alturas.
- ¿Qué diablos es eso? – Susurró al ver aquella nube oscura.
Estuvo a punto de cruzarla, pero cuando vio a los pobres pájaros morir a causa de ella, los ojos del castaño se abrieron como platos. Debía de ser algún tipo de veneno y eso no iba con él. Evitaría aquella cosa cuanto antes y sin despeinarse. Aceleró el ritmo y subió a las alturas de forma considerable, entonces continuaría por encima de las nubes. Si aquella cosa también estaba por arriba daría un rodeo por el Oeste, todo dependía de cómo se desarrollara la cosa. Su expresión era algo seria, pues un protector de los animales como él odiaba aquel tipo de cosas. Frunció un poco el ceño y después avanzó.
- Eso debe de ser obra de algún imbécil…
Dijo lamentándose un poco por los pobres animales. Aumentó todo lo posible su mantra para poder detectar presencia y reconocer la de Krauser si podía. También olisqueaba con el poder del lobo por si las moscas. Empezaba a cansarse un poco y se estaba pensando en bajar a tierra firme tras unos momentos más.
- ¿Qué diablos es eso? – Susurró al ver aquella nube oscura.
Estuvo a punto de cruzarla, pero cuando vio a los pobres pájaros morir a causa de ella, los ojos del castaño se abrieron como platos. Debía de ser algún tipo de veneno y eso no iba con él. Evitaría aquella cosa cuanto antes y sin despeinarse. Aceleró el ritmo y subió a las alturas de forma considerable, entonces continuaría por encima de las nubes. Si aquella cosa también estaba por arriba daría un rodeo por el Oeste, todo dependía de cómo se desarrollara la cosa. Su expresión era algo seria, pues un protector de los animales como él odiaba aquel tipo de cosas. Frunció un poco el ceño y después avanzó.
- Eso debe de ser obra de algún imbécil…
Dijo lamentándose un poco por los pobres animales. Aumentó todo lo posible su mantra para poder detectar presencia y reconocer la de Krauser si podía. También olisqueaba con el poder del lobo por si las moscas. Empezaba a cansarse un poco y se estaba pensando en bajar a tierra firme tras unos momentos más.
- Zilda:
- Evitar la nube de humo y continuar buscando a Krauser hacia el Norte.
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El dragón alzó una ceja ante las palabras de la arquera. Eso de que si no terminaba muy rápido le hizo inflar los mofletes. Esa pequeña no conocía la legendaria fama de Madara el Galán en toda Galuna. Debía conocer las artes ocultad del mercenario en los temas sexuales con las damas. Encima debido a su tamaño, era un perfecto amante en el tema de dejar satisfechas a las demás. Lo peor era en las épocas de frío, donde su amigo de encogía como acto de defensa. Dejó de pensar en aquellas cosas y soltó una carcajada tranquila. Por muy malo que fuese en un principio, el dragón negro era un buen tío en el fondo. Lo demostró siempre con sus hombres pese a ser traicionado por ellos. Se relamió despacio y después se relajó como pudo.
La chica entonces le comunicó lo que decían los pesados de los jefes y después le comunicó algo que le hizo sentir un escalofrío. Como le pasara algo se liaría a hostias con todo el mundo. El polvo con la arquera era su sueño por el momento y la defendería con su vida. Entonces el enorme dragón pasó a la forma humana dejándose caer. Dos alas surgieron de su espalda y se quedó sobrevolando la zona en aquella forma. Podía sacar partes individuales con toda la calma del mundo. Se cruzaría de brazos y esperaría a que la chica terminase de conquistar aquella central. Se relamió un poco y después de unos momentos se estiró.
- Es el momento de ir por otra… Joder como molaría un casquete en forma híbrida con mi preciosidad favorita. – Dijo pensando en la arquera.
En cuanto ella terminase le haría una señal y pondrían rumbo a la central que tenían al Oeste. Era el momento de continuar acumulando pasta por el duro trabajo que estaba haciendo el dúo de Kyofu No Yohei.
- Es una promesa ¿eh? Cuando esto termine tenemos un casquete pendiente, amor mío. Y rodeados de billetes. – Dijo entre risas y en forma humana mientras volaba hacia el siguiente objetivo.
La chica entonces le comunicó lo que decían los pesados de los jefes y después le comunicó algo que le hizo sentir un escalofrío. Como le pasara algo se liaría a hostias con todo el mundo. El polvo con la arquera era su sueño por el momento y la defendería con su vida. Entonces el enorme dragón pasó a la forma humana dejándose caer. Dos alas surgieron de su espalda y se quedó sobrevolando la zona en aquella forma. Podía sacar partes individuales con toda la calma del mundo. Se cruzaría de brazos y esperaría a que la chica terminase de conquistar aquella central. Se relamió un poco y después de unos momentos se estiró.
- Es el momento de ir por otra… Joder como molaría un casquete en forma híbrida con mi preciosidad favorita. – Dijo pensando en la arquera.
En cuanto ella terminase le haría una señal y pondrían rumbo a la central que tenían al Oeste. Era el momento de continuar acumulando pasta por el duro trabajo que estaba haciendo el dúo de Kyofu No Yohei.
- Es una promesa ¿eh? Cuando esto termine tenemos un casquete pendiente, amor mío. Y rodeados de billetes. – Dijo entre risas y en forma humana mientras volaba hacia el siguiente objetivo.
- Zilda:
- Una vez se active la central ir hacia la que está a dos casillas al Oeste de nuestra posicion. Cambio a forma humana, pero volando con alas parciales de dragón y tirandole a Vylia (?)
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Taiga consiguió cruzar el río con la chica sin problema alguno, pero entonces escuchó lo que parecía ser una especie de siseo. Lo primero que le vino a la mente fue la imagen de una serpiente o algo por el estilo, por lo que activó su haki de observación y lo extendió lo máximo posible. Lo primordial era ver lo que ocurría, pues si una jodida cobra gigante o algo por el estilo estaba libre, podía ser un peligro para los demás miembros de Balt. Entonces se frenó en seco y le hizo una señal a la chica oso para que se frenase. La había puesto aquel mote debido a que tenía el poder de convertirse en aquel animal. Eran dos zoan por lo que se veía y eso les daba un aumento físico considerable.
- ¿Has escuchado eso? Lo mejor será averiguar qué demonios es.
Dijo en un tono serio para después empezar a olisquear el ambiente con el poder de su fruta. Con eso y su haki de observación, pensó que podría averiguar de qué se trataba en poco tiempo. Entonces el rubio sonrió de lado y miró un poco a su alrededor, empezando a investigar de la mejor forma posible. Estaba un poco ansioso por ver de qué se trataba. Era muy curioso y de repente dejaba las cosas para ponerse a explorar todo. Se relamió despacio y después de unos momentos aumentó un poco la velocidad, esperando que la chica fuese con él, pues sería peligroso que se separasen en aquel momento.
- Alice-chan, no te separes de mí y estate alerta. Juntos podremos vencer cualquier cosa que se entrometa en nuestro camino. – Le diría guiñándole el ojo con una dulce sonrisa. Estaba seguro de sus palabras. Aunque la osita no pudiera defenderse bien, confiaba mucho en sus propios puños para realizar aquella investigación sin peligro alguno en el camino.
- ¿Has escuchado eso? Lo mejor será averiguar qué demonios es.
Dijo en un tono serio para después empezar a olisquear el ambiente con el poder de su fruta. Con eso y su haki de observación, pensó que podría averiguar de qué se trataba en poco tiempo. Entonces el rubio sonrió de lado y miró un poco a su alrededor, empezando a investigar de la mejor forma posible. Estaba un poco ansioso por ver de qué se trataba. Era muy curioso y de repente dejaba las cosas para ponerse a explorar todo. Se relamió despacio y después de unos momentos aumentó un poco la velocidad, esperando que la chica fuese con él, pues sería peligroso que se separasen en aquel momento.
- Alice-chan, no te separes de mí y estate alerta. Juntos podremos vencer cualquier cosa que se entrometa en nuestro camino. – Le diría guiñándole el ojo con una dulce sonrisa. Estaba seguro de sus palabras. Aunque la osita no pudiera defenderse bien, confiaba mucho en sus propios puños para realizar aquella investigación sin peligro alguno en el camino.
- Balt:
- Investigar el siseo con haki observación desarrollado y olfato de lobo. [PU]
Syxel
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Traté de hablar con varios civiles, pero cada vez que lograba acercarme a uno, o interceptarle en su intento de huida, uno de esos descerebrados se les abalanzaba encima, silenciándolos antes de que pudiesen contarme nada. Aunque en ningún momento me atacaran a mí directamente, empezaba a estar harto de ellos.
Mientras continuaba en vano con mi búsqueda, me encontré de frente con Noah, que salía del interior de una de las casas, con la boca algo aún ensangrentada, y mirándome como si nada hubiese pasado. Exhalé, resignado nuevamente, pues sin mediar palabra alguna ya sabía lo que había ocurrido. Y si bien no podía culparle por su actitud dado su pasado, tampoco estaba satisfecho. Pero era es un problema que ya trataríamos en el futuro.
- Límpiate - le indiqué mientras con un gesto le pedía que me acompañase - No accedí a participar en esta guerra para masacrar civiles sin motivo alguno. Y creo que ya va siendo hora de obtener algunas respuestas.
Recorrimos un par de calles. Por las cuales ya habían pasado los de Meln, hecho constatado por los cadáveres y destrozos que habían dejado a su paso. Finalmente nos detuvimos al doblar en un callejón, justo a tiempo de ver como Amaiar, en compañía de dos jóvenes y un muchacho, se disponían a alejarse del mismo.
- ¿Qué ha pasado aquí? - Pregunté intrigado, observando con curiosidad el charco de sangre en el suelo, y los restos de lo que parecía ser una amalgama de fibras correosas y palpitantes.
- No tenemos tiempo para explicaciones ahora - Me apremió - Tenemos que quemar esa cosa y poner a salvo a esta gente.
- Déjamelo a mí…
Di un paso al frente, envainando la espada para tener ambas manos libres. Luego las extendí, con las palmas orientadas a los restos sanguinolentos que se extendían frente a nosotros. Tras unos segundos, dos pequeñas bolas de fuego negro se manifestaron en sendas manos, las cuales lancé contra dichos restos para extinguirlos.
- Creo que ya hemos visto más que suficiente. No sé vostros, pero yo ya me he cansado del secretismo y las formas de hacer las cosas de estos de Meln. A partir de ahora, voy a hacerlas a mi manera. - Me dirigí a Noah, al tiempo que desenvainaba nuevamente una de mis katanas - ¿Sigues queriendo sangre? Pues queda abierta la temporada de caza de descerebrados.
Mientras continuaba en vano con mi búsqueda, me encontré de frente con Noah, que salía del interior de una de las casas, con la boca algo aún ensangrentada, y mirándome como si nada hubiese pasado. Exhalé, resignado nuevamente, pues sin mediar palabra alguna ya sabía lo que había ocurrido. Y si bien no podía culparle por su actitud dado su pasado, tampoco estaba satisfecho. Pero era es un problema que ya trataríamos en el futuro.
- Límpiate - le indiqué mientras con un gesto le pedía que me acompañase - No accedí a participar en esta guerra para masacrar civiles sin motivo alguno. Y creo que ya va siendo hora de obtener algunas respuestas.
Recorrimos un par de calles. Por las cuales ya habían pasado los de Meln, hecho constatado por los cadáveres y destrozos que habían dejado a su paso. Finalmente nos detuvimos al doblar en un callejón, justo a tiempo de ver como Amaiar, en compañía de dos jóvenes y un muchacho, se disponían a alejarse del mismo.
- ¿Qué ha pasado aquí? - Pregunté intrigado, observando con curiosidad el charco de sangre en el suelo, y los restos de lo que parecía ser una amalgama de fibras correosas y palpitantes.
- No tenemos tiempo para explicaciones ahora - Me apremió - Tenemos que quemar esa cosa y poner a salvo a esta gente.
- Déjamelo a mí…
Di un paso al frente, envainando la espada para tener ambas manos libres. Luego las extendí, con las palmas orientadas a los restos sanguinolentos que se extendían frente a nosotros. Tras unos segundos, dos pequeñas bolas de fuego negro se manifestaron en sendas manos, las cuales lancé contra dichos restos para extinguirlos.
- Creo que ya hemos visto más que suficiente. No sé vostros, pero yo ya me he cansado del secretismo y las formas de hacer las cosas de estos de Meln. A partir de ahora, voy a hacerlas a mi manera. - Me dirigí a Noah, al tiempo que desenvainaba nuevamente una de mis katanas - ¿Sigues queriendo sangre? Pues queda abierta la temporada de caza de descerebrados.
- Meln:
- Encontrarme con Noah, y posteriormente con Amaiar, cuando este ya ha terminado su combate. Quemar los restos del ser al que se enfrentó con mi fuego oscuro. Si aún estamos a tiempo, atacar a los descerebrados y tratar de salvar a los civiles que queden.
Nivel 10: Puedo crear y controlar pequeñas cantidades de fuego oscuro (en su cuerpo y a dos metros a su alrededor). Este es similar al fuego común, pero de color negro y arde a mayor temperatura.
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Xemnas notó una ligera presión en la espalda, pero lo único que pudo sentir además de eso, fue un poco de humo. Ni de coña iba a activar el haki armadura pese a las palabras de Misa, pues no lo veía necesario. Al darse la vuelta pudo ver una especie de cráter y a la chica abrazada a él. Una gota de sudor le cayó por la cabeza. Parecía ser que las explosiones de Misa eran más débiles de lo que pensaba. Soltó un suspiro y miró el río despacio. Si fuese solo podía cruzarlo por su cuenta, pero su amorcito en esta ocasión le estaba estorbando. Tampoco era culpa de ella, pero bien podía aprender alguna técnica para volar o moverse en grandes distancias. Fue entonces cuando el rubio le colocó a ella la mano en el pelo de forma calmada y dulce, mirándola a los ojos.
- Sí, lo mejor será que bordeemos el río, aunque tardaremos lo suyo. Tu próxima misión es aprender una técnica que te permita desplazarte por el aire, amor mío. – Dijo con una sonrisa en su rostro.
A continuación empezó a caminar hacia el Oeste, pues lo mejor según el mapa era ir por esa zona. Se rascó un poco la cabeza y después fue mirando a su alrededor de la mejor forma posible por si veía algo extraño. Siempre era bueno vigilar las cosas de forma detallada. Tenía cojones la cosa que no pudiese avanzar por un maldito río. Él también pensaba aprender una técnica que le ayudase a desplazarse por el… Vale, él podía saltar con su técnica de salto. Pero la chica era el problema. Misa debería entrenar un poco más. Él no pensaba dejarla sola, por lo que iría con ella pese a todo.
- Mmmm… oye ¿Estás más guapa hoy? Normal que me tengas enamorado... – Le preguntó mirándola fijamente a los ojos. La notaba algo más dulce y bella de lo normal. Tal vez porque cada vez le gustaba más.
- Sí, lo mejor será que bordeemos el río, aunque tardaremos lo suyo. Tu próxima misión es aprender una técnica que te permita desplazarte por el aire, amor mío. – Dijo con una sonrisa en su rostro.
A continuación empezó a caminar hacia el Oeste, pues lo mejor según el mapa era ir por esa zona. Se rascó un poco la cabeza y después fue mirando a su alrededor de la mejor forma posible por si veía algo extraño. Siempre era bueno vigilar las cosas de forma detallada. Tenía cojones la cosa que no pudiese avanzar por un maldito río. Él también pensaba aprender una técnica que le ayudase a desplazarse por el… Vale, él podía saltar con su técnica de salto. Pero la chica era el problema. Misa debería entrenar un poco más. Él no pensaba dejarla sola, por lo que iría con ella pese a todo.
- Mmmm… oye ¿Estás más guapa hoy? Normal que me tengas enamorado... – Le preguntó mirándola fijamente a los ojos. La notaba algo más dulce y bella de lo normal. Tal vez porque cada vez le gustaba más.
- Balt:
- Tratar de rodear el río por el Oeste.
Corinna Athenais
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Tras activar la central me giro y veo a un tipo la mar de raro con un perro de tres cabezas frente a él. Hypolita no parece tener en gran estima al can, pues esta agazapada con el pelaje medio erizado. El chico, y su compañero parecen pasar de nosotros, activando lo que parece una runa como la nuestra. Compruebo si se produce algún cambio en la mía, no está de más comprobar si ese extraño la ha cambiado de bando. De no notar diferencia, pasaría de él, justo como el moreno estaba actuando.
-Me parece una fantástica idea la del sur, seguramente la batalla continuará al norte cuando regresemos. Lo único que me preocupa es ese joven y su mascota. No parece de otro bando, pero que nos ignore de esa manera me da mala espina. ¿Tú que piensas? – Le echo otro vistazo al chico. – No vale la pena perder el tiempo con el si es de nuestro bando, sigamos lo más rápido que podamos, no quiero quedarme sin participar.
Si Venom no ataca al joven, en cuyo caso le ayudaría, comenzaría a andar hacía el sur en dirección a la central. Tendría que arrastrar a mi pantera, convenciéndola que el otro animal no era una amenaza inminente. Una vez algo más alejados, pasaría a una carrera no demasiado rápida, pues no quería cansarme. Aún nos quedaría la vuelta, y eso era bastante tiempo corriendo para gastar todas nuestras fuerzas tan rápido. El terreno no era malo para el desplazamiento, al menos de momento. Habría que ver más adelante como estaba, pues íbamos a pasar por una zona de tierra algo estrecha para poder llegar a la siguiente central. Me preguntaba qué valor estratégico tenía una central tan alejada, quitando el hecho de proveer energía. Si es zona era suya, por qué no hacerla más cerca, más accesible, más defendible.
-Me parece una fantástica idea la del sur, seguramente la batalla continuará al norte cuando regresemos. Lo único que me preocupa es ese joven y su mascota. No parece de otro bando, pero que nos ignore de esa manera me da mala espina. ¿Tú que piensas? – Le echo otro vistazo al chico. – No vale la pena perder el tiempo con el si es de nuestro bando, sigamos lo más rápido que podamos, no quiero quedarme sin participar.
Si Venom no ataca al joven, en cuyo caso le ayudaría, comenzaría a andar hacía el sur en dirección a la central. Tendría que arrastrar a mi pantera, convenciéndola que el otro animal no era una amenaza inminente. Una vez algo más alejados, pasaría a una carrera no demasiado rápida, pues no quería cansarme. Aún nos quedaría la vuelta, y eso era bastante tiempo corriendo para gastar todas nuestras fuerzas tan rápido. El terreno no era malo para el desplazamiento, al menos de momento. Habría que ver más adelante como estaba, pues íbamos a pasar por una zona de tierra algo estrecha para poder llegar a la siguiente central. Me preguntaba qué valor estratégico tenía una central tan alejada, quitando el hecho de proveer energía. Si es zona era suya, por qué no hacerla más cerca, más accesible, más defendible.
- Zal:
- Desconfiar de Tsung y el perro. Decirle a Venom que no merece la pena pelear con gente de nuestro bando. Si no inicia la pela comenzar a alejar en dirección sur, hacia la única central.
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La chica continuaba alejándose hacia el Sureste, rumbo a las estaciones que había en la parte inferior del mapa. No pensaba activar su comunicador, pues ya estaba apagado y no había motivo para hacerlo. Se limpió como pudo algunas lágrimas y continuó. Estaba demasiada acostumbrada a que pasaran de ella. Ya habían sido bastantes años y eso no lo veía normal. De todas formas no pensaba buscar a nadie e iría a su bola. Si nadie le hablaba, menos iba a hablar ella. Tan solo asentiría con la cabeza a las palabras de los demás en el barco o directamente haría el vacío con todos, justo como hacían con ella. Soltó un suspiro y metió ambas manos en los bolsillos, caminando tranquilamente de forma recta. Soltó un pequeño bostezo y a continuación se relamió despacio. Pensaba ir un poco más rápido y lo siguiente que hizo fue concentrarse un poco.
- Bueno, aumentemos la velocidad.
La joven canalizó su energía en la espalda mientras apretaba los puños despacio. Lentamente, unas alas blancas se formaron en ella. Entonces alzó el vuelo y comenzó a volar hacia aquellas estaciones. Ella haría su trabajo pasando de los demás y entrenando para ser la pirata más fuerte de la historia. No necesitaría una fruta para mostrar sus poderes y podría bastarte con sus técnicas especiales simplemente. Era su voluntad y el camino que había escogido. Se rascó un poco la cabeza y continuó volando a toda velocidad.
- Parece que están bastante juntas, no me costará mucho. – Dijo entonces para sí misma.
Si lograba activar una, ya sabría hacerlo con el resto y aquello terminaría más rápido de lo que hubiese pensado. Después se iría por su cuenta a la batalla. Ya estaba planeando estrategias distintas para enfrentar a sus oponentes sin peligro alguno para su salud. El método pensaba ser bastante violento, pero le daba lo mismo.
- Bueno, aumentemos la velocidad.
La joven canalizó su energía en la espalda mientras apretaba los puños despacio. Lentamente, unas alas blancas se formaron en ella. Entonces alzó el vuelo y comenzó a volar hacia aquellas estaciones. Ella haría su trabajo pasando de los demás y entrenando para ser la pirata más fuerte de la historia. No necesitaría una fruta para mostrar sus poderes y podría bastarte con sus técnicas especiales simplemente. Era su voluntad y el camino que había escogido. Se rascó un poco la cabeza y continuó volando a toda velocidad.
- Parece que están bastante juntas, no me costará mucho. – Dijo entonces para sí misma.
Si lograba activar una, ya sabría hacerlo con el resto y aquello terminaría más rápido de lo que hubiese pensado. Después se iría por su cuenta a la batalla. Ya estaba planeando estrategias distintas para enfrentar a sus oponentes sin peligro alguno para su salud. El método pensaba ser bastante violento, pero le daba lo mismo.
- Zilda:
- Pasar de todo y continuar esta vez colando hacia el Sureste y esas estaciones.
Nostariel
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Mientras caminábamos por aquella tierra en dirección a la ciudad, me fui fijando en el paisaje. Me hubiera gustado poder venir antes de todo este jaleo. Después de todo, si tenía plantas tan peculiares como la gente que vivía allí, sería un sitio la mar de interesante. Seguramente, también tendrían unas buenas fraguas, de las que podía haber aprendido algún secreto de fabricación, pero ahora, solo pensaban en grandes maquinas, centrales de energía y en el poder. Seguía resultándome raro, tras veinte años que se suponía que llevaban en guerra, porque no estaba todo más destruido. Por cualquier sitio que pasáramos, ni siquiera la ciudad de la que veníamos, parecían tener el más mínimo rastro de batallas.
Llegados a un punto, cerca de un bosquecillo, comienzo a escuchar el sonido de la música. Otro motivo más a añadir a la lista de rarezas. ¿Cómo puede alguien estar tocando música tranquilamente en medio de una guerra? De cualquier forma, el hombre que la tocaba, de aspecto extraño, y de forma de hablar aún más rara si cabía, nos paró con una pregunta. ¿Acaso aquella persona no sabía que estábamos en guerra? Dejé hablar a Kasai, pues para algo era el líder, y además podía ver las auras de la gente.
La respuesta del ángel a la pregunta del músico fue algo rara, ¿La justicia de los dioses? ¿Había más de un dios? Sin duda era un dato revelador. Me había parado un poco por detrás del líder, pues no me di cuenta en principio de que se había detenido. Esperaría allí hasta que terminaran la charla, si ya íbamos calmados, esto solo hacía que retrasarnos más con respecto al grueso de las tropas. Aunque, si conseguíamos información útil, sería tiempo bien gastado. No tenía pensado intervenir en la conversación, a menos que se me hiciera una pregunta directa, o me surgiera una duda de gran relevancia.
Llegados a un punto, cerca de un bosquecillo, comienzo a escuchar el sonido de la música. Otro motivo más a añadir a la lista de rarezas. ¿Cómo puede alguien estar tocando música tranquilamente en medio de una guerra? De cualquier forma, el hombre que la tocaba, de aspecto extraño, y de forma de hablar aún más rara si cabía, nos paró con una pregunta. ¿Acaso aquella persona no sabía que estábamos en guerra? Dejé hablar a Kasai, pues para algo era el líder, y además podía ver las auras de la gente.
La respuesta del ángel a la pregunta del músico fue algo rara, ¿La justicia de los dioses? ¿Había más de un dios? Sin duda era un dato revelador. Me había parado un poco por detrás del líder, pues no me di cuenta en principio de que se había detenido. Esperaría allí hasta que terminaran la charla, si ya íbamos calmados, esto solo hacía que retrasarnos más con respecto al grueso de las tropas. Aunque, si conseguíamos información útil, sería tiempo bien gastado. No tenía pensado intervenir en la conversación, a menos que se me hiciera una pregunta directa, o me surgiera una duda de gran relevancia.
- Balt:
- Seguir a Kasai, pensar en las plantas cercanas. Pararme y ver qué ocurre con el juglar(el Pj no sabe que es un juglar, ni ha visto ninguno antes)
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Venom observó también al perro de tres cabezas y al jinete que había montado en él. El pelirrojo podía invocar bestias como aquella con facilidad, pues el gran poder de su fruta se lo permitía. Si tenían que luchar, se lo comería con facilidad. Mostró una sonrisa siniestra y después miró el mapa. La central parecía ser de ellos, por lo que no tardó en darse cuenta de que se trataba de un aliado. Entonces no le dio mucha importancia y soltó un tremendo bostezo que le hizo estirarse un poco. Se relamió despacio y después de unos instantes hizo crujir los huesos de sus nudillos. Pensó que podría ser un enemigo y terminar con su vida, pero no había necesidad de luchar. La chica ya lo había notado también y fue entonces cuando el pelirrojo comenzó a caminar hacia el Sur con calma.
- Me temo que no hace falta que nos hable para luchar juntos. Por el momento iremos a lo nuestro… No es necesario malgastar energías por ahora.
Venom se relamió despacio y después colocó las manos en el suelo. Una explosión de humo surgió de la nada y entonces se formaron dos perros algo más grandes de lo normal. Eran de color rojo, con larga cabellera negra y ojos verdosos. Tenía un tercer ojo azulado en la frente. Slicerin se montó en uno y le hizo un gesto a la chica para que también lo hiciera. Con eso podrían ir muchísimo más rápido y no cansarse ellos. La pantera podría correr por su propio pie, o al menos eso pensó el marine.
- Monta y prepárate para la batalla.
En cuanto dijo aquello los perros correrían hacia la estación del Sur. Era el momento de tomarla y después dirigirse a la batalla. El luchador estaba demasiado ansioso para poder esperar mucho más aquel delicioso combate.
- Me temo que no hace falta que nos hable para luchar juntos. Por el momento iremos a lo nuestro… No es necesario malgastar energías por ahora.
Venom se relamió despacio y después colocó las manos en el suelo. Una explosión de humo surgió de la nada y entonces se formaron dos perros algo más grandes de lo normal. Eran de color rojo, con larga cabellera negra y ojos verdosos. Tenía un tercer ojo azulado en la frente. Slicerin se montó en uno y le hizo un gesto a la chica para que también lo hiciera. Con eso podrían ir muchísimo más rápido y no cansarse ellos. La pantera podría correr por su propio pie, o al menos eso pensó el marine.
- Monta y prepárate para la batalla.
En cuanto dijo aquello los perros correrían hacia la estación del Sur. Era el momento de tomarla y después dirigirse a la batalla. El luchador estaba demasiado ansioso para poder esperar mucho más aquel delicioso combate.
- Zal:
- Invocar dos perros demonios, montarme en uno e ir corriendo a la estación del Sur a toda velocidad. Hay otro por si Corinna viene.
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Castor mostró una sonrisa ladeada cuando se fijó en que el otro tipo podía volar. Eso les iba a dar una ventaja enorme a la hora de cruzar aquella muralla. Los dos miembros del CP no tendrían problemas al disponer del precioso rokushiki. Entonces fue cuando el asesino de plata observó a una especie de perro negro gigante tratar de derribar la puerta. Su aura era poderosa cuanto menos y eso le hizo soltar un suspiro. Lo siguiente que hizo el castaño fue hacerles una señal a los otros dos y activar el geppou. Empezó a patear el aire y entonces se relamió despacio. Era el momento de continuar con aquel juego tan divertido. Se rascó un momento la cabeza, soltando una especie de jadeo por el gusto y después se ajustó la corbata de su precioso traje.
- Que abran ellos la puerta como puedan. Lo mejor será que nos demos prisa y conquistemos las centrales principales nosotros, de esa forma habremos cumplido con nuestro objetivo a la perfección. – Mencionó al mismo tiempo que suspiraba.
Esperaba que ambos le siguiesen, pero si no era de esa forma, él mismo se dirigiría hacia el centro de aquella ciudad. Empezó a desplazarse con el geppou y volvió a extender todo su haki de observación en la zona para tener todo controlado. Esperaba no tener problemas de aquella forma. Se relamió despacio y sus ojos empezaron a analizar todo. El objetivo serían las tres centrales del medio. Si llegaban antes que los demás tendrían todo hecho, si no lo hacían sería una batalla intensa. Al menos disponían de velocidad suficiente para salir cagando leches. El rayo y su astuta forma de moverse. Esperaba que el tío de la invisibilidad tuviese métodos para ir a una velocidad abrumadora o tendrían problemas también en aquella zona.
- Que abran ellos la puerta como puedan. Lo mejor será que nos demos prisa y conquistemos las centrales principales nosotros, de esa forma habremos cumplido con nuestro objetivo a la perfección. – Mencionó al mismo tiempo que suspiraba.
Esperaba que ambos le siguiesen, pero si no era de esa forma, él mismo se dirigiría hacia el centro de aquella ciudad. Empezó a desplazarse con el geppou y volvió a extender todo su haki de observación en la zona para tener todo controlado. Esperaba no tener problemas de aquella forma. Se relamió despacio y sus ojos empezaron a analizar todo. El objetivo serían las tres centrales del medio. Si llegaban antes que los demás tendrían todo hecho, si no lo hacían sería una batalla intensa. Al menos disponían de velocidad suficiente para salir cagando leches. El rayo y su astuta forma de moverse. Esperaba que el tío de la invisibilidad tuviese métodos para ir a una velocidad abrumadora o tendrían problemas también en aquella zona.
- Zal:
- Volar con el geppou sobre la muralla e ir a por las 3 estaciones centrales si azu y lothar me siguen volando.
Gareth Silverwing
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-¿Estás seguro de esto?
-Si
-Parece muy obvio.
-Lo se.
-Puede ser una trampa.
-¿Se te ocurre algo mejor?
-No haber venido a esta maldita guerra en un principio.
-Ya no hay vuelta atrás así que vamos a procurar hacer esto y acabar lo antes posible.
-Como veas pero si es una trampa que conste que te lo dije.
Por fuera parecía que estaba analizando ese extraño panel con la forma del colgante y debatiendo mis posibilidades, aunque en realidad estaba discutiendo mentalmente con Zinogre si era una buena idea o no activar la central. Sabía de sobra que podía ser una trampa, pero tampoco me agradaba la idea de quedarme aquí sin hacer nada, esperando a que llegase el enemigo.
Tragué saliva, miré a Worgulv para asegurarme de que me cubría las espaldas, me quité el colgante y lo aproximé al panel de mando. Tenía todos los sentidos alerta, si nos atacaban o se activaba alguna trampa procuraría reaccionar a tiempo. El colgante estaba a escasos dos centímetros del panel cuando, de pronto, un sonido me sobresaltó. El den den mushi... Era Jack. Ese inútil no da señales de vida cuando lo necesito y ahora tiene que darme un susto de muerte. Cogí enfadado el aparato y lo descolgué.
-¡¿QUÉ QUIERES PROYECTO DE GAÑÁN INUTILIZADO?! - Grité olvidando por completo todo el cuidado, sigilo y discreción que había empleado hasta ahora. Me dijo que estaba en una guerra y no se qué de un pozo. ¿Será posible? Había acabado en la misma guerra pero en otro bando. Si lo veía le daría de hostias hasta quedarme sin mano. -¡INTENTA TIRARTE, A LO MEJOR ENCUENTRAS TU CEREBRO!- y tras eso colgué la llamada para volver a lo que estaba.
Una vez más me mentalicé para lo que pudiese ocurrir, sólo esperaba que no me interrumpiesen de nuevo. Acerqué el colgante y lo encajé en su sitio. Ahora sólo quedaba esperar y ver qué ocurría.
-Si
-Parece muy obvio.
-Lo se.
-Puede ser una trampa.
-¿Se te ocurre algo mejor?
-No haber venido a esta maldita guerra en un principio.
-Ya no hay vuelta atrás así que vamos a procurar hacer esto y acabar lo antes posible.
-Como veas pero si es una trampa que conste que te lo dije.
Por fuera parecía que estaba analizando ese extraño panel con la forma del colgante y debatiendo mis posibilidades, aunque en realidad estaba discutiendo mentalmente con Zinogre si era una buena idea o no activar la central. Sabía de sobra que podía ser una trampa, pero tampoco me agradaba la idea de quedarme aquí sin hacer nada, esperando a que llegase el enemigo.
Tragué saliva, miré a Worgulv para asegurarme de que me cubría las espaldas, me quité el colgante y lo aproximé al panel de mando. Tenía todos los sentidos alerta, si nos atacaban o se activaba alguna trampa procuraría reaccionar a tiempo. El colgante estaba a escasos dos centímetros del panel cuando, de pronto, un sonido me sobresaltó. El den den mushi... Era Jack. Ese inútil no da señales de vida cuando lo necesito y ahora tiene que darme un susto de muerte. Cogí enfadado el aparato y lo descolgué.
-¡¿QUÉ QUIERES PROYECTO DE GAÑÁN INUTILIZADO?! - Grité olvidando por completo todo el cuidado, sigilo y discreción que había empleado hasta ahora. Me dijo que estaba en una guerra y no se qué de un pozo. ¿Será posible? Había acabado en la misma guerra pero en otro bando. Si lo veía le daría de hostias hasta quedarme sin mano. -¡INTENTA TIRARTE, A LO MEJOR ENCUENTRAS TU CEREBRO!- y tras eso colgué la llamada para volver a lo que estaba.
Una vez más me mentalicé para lo que pudiese ocurrir, sólo esperaba que no me interrumpiesen de nuevo. Acerqué el colgante y lo encajé en su sitio. Ahora sólo quedaba esperar y ver qué ocurría.
- Sarka:
- Paranoia, rage vía telefónica, acercarme para poner el colgante en su sitio.
Alice Branwen
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Conseguimos cruzar el río y ahora fuimos hacia la central que se encontraba un poco más allá, pero entonces escuchamos algo que parecía ser algo arrastrándose por el suelo y siseando. Un siseo... el único animal que conocía que hiciera eso, era la serpiente, aunque si considerábamos el mundo en el que vivíamos... entonces podía tratarse de cualquier cosa. Al ver la señal de Taiga, paré en seco y me puse a observar los alrededores para ver de que se trataba. Para poder detectar lo que había alrededor de nosotros de mejor forma, pasé a la híbrida para hacer uso del poderoso sentido del olfato del oso polar. Vamos, podría oler un cuerpo en descomposición a kilómetros de distancia en completa, por lo que bastaría con usar solo la híbrida para esta situación, o eso creía. Nunca me había pasado aquello, y esperaba que nunca me sucediera. De por si odiaba matar si podía evitarlo, por lo que no estaba acostumbrada aún a ver cadáveres tirados por ahí, lo cual era malo considerando que nos encontrábamos en medio de una guerra.
– Entendido, Taiga-kun – le respondí seriamente mientras mantenía mi guardia en alto. Fuese lo que fuese, estaría lista para cualquier situación peligrosa.
Aún en forma híbrida, fruncí el ceño y decidí probar una cosa. Activé mi Mantra limitado para poder tener una mejor oportunidad de ver un ataque de la nada. Mi kenbunshoku a penas fue despertado, por lo que no lo usaba más de lo necesario hasta que lograra entrenarlo. De momento solo podía predecir con un cuarto de segundo de antelación, y la parte detección lo tenía algo cubierto gracias a mi fruta. Con el olfato podía detectar los olores a mi alrededor, por lo que, a menos que el animal o cosa en cuestión no tuviera olor, podría averiguar donde se encontraba.
– Taiga-kun, ¿seguimos hasta la central o averiguamos el origen de esos sonidos? – le pregunté mientras aceleraba el paso para no quedarme atrás. Prefería la primera opción, pero era el rubio quien mandaba. Solo esperaba que aquella cosa que se encontraba alrededor no fuera tan peligrosa.
– Entendido, Taiga-kun – le respondí seriamente mientras mantenía mi guardia en alto. Fuese lo que fuese, estaría lista para cualquier situación peligrosa.
Aún en forma híbrida, fruncí el ceño y decidí probar una cosa. Activé mi Mantra limitado para poder tener una mejor oportunidad de ver un ataque de la nada. Mi kenbunshoku a penas fue despertado, por lo que no lo usaba más de lo necesario hasta que lograra entrenarlo. De momento solo podía predecir con un cuarto de segundo de antelación, y la parte detección lo tenía algo cubierto gracias a mi fruta. Con el olfato podía detectar los olores a mi alrededor, por lo que, a menos que el animal o cosa en cuestión no tuviera olor, podría averiguar donde se encontraba.
– Taiga-kun, ¿seguimos hasta la central o averiguamos el origen de esos sonidos? – le pregunté mientras aceleraba el paso para no quedarme atrás. Prefería la primera opción, pero era el rubio quien mandaba. Solo esperaba que aquella cosa que se encontraba alrededor no fuera tan peligrosa.
- Miembro de Balt, Resumen:
- Pasar forma híbrida para captar lo olores usando la mitad total de la capacidad del olfato del oso polar y usar el kenbunshoku de forma limitada (nivel despertado).
Zack Suky
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El avance fue rápido a pesar de las condiciones del terreno, pero por fin llegamos a una zona donde se encontraba una de aquellas centrales de las que tanto hablaban la gente de Sarka. Era una edificación que suscitó mi curiosidad, aunque más lo hizo las dos personas que se veían a la lejanía.
Cambié a mi forma humana mientras me colocaba al lado de mi capitán para dirigirles unas palabras.
-A esos tipos los vi en la capital de Sarka cuando fuimos, pero aún así no sé si deberíamos fiarnos.
Sabía que el capitán era extremadamente fuerte y no tenía problemas para luchar casi con nadie, pero su actitud ante el peligro solía rayar lo infantil. Era demasiado despreocupado y aún no teníamos un plan como tal. Simplemente había aceptado luchar por Sarka porque nos dieron el barco sin pelear, pero bien sabía que podía cambiar de opinión en cualquier momento.
-¿Qué te parece si hablas con ellos y los entretienes un poco? Así puedo intentar echar un vistazo yo primero y tomar la central - seguí exponiéndole mi idea mientras encendía otro pitillo. El puto vicio un día iba a matarme.
Tras ver que Arribor asentía ante mis palabras, esperé unos segundos mientras el capi se disponía para hacer de las suyas, pero de repente uno de nuestros vecinos se puso a gritar como un loco. Me quedé pasmado por las palabras que emitía el pelirrojo hacia un artefacto que tenía, el tipo parecía bastante enfadado y con el numerito que estaba montando se nos fue a todos el santo al cielo, quedándonos perplejos viendo como el tipo terminaba de hablar y se disponía a hacer algo mientras se quedaba esperando.
- Capi, creo que aquí ya no hacemos nada. Se nos han adelantado y no quisiera que por casualidad empezasen "fuegos artificiales" que pudiesen llegar hasta aquí. Lo mejor será avanzar hasta el meollo - terminé cambiando de opinión cuando recordé las palabras del Pretor Grum.
Nos había hablado del botón que hacía explotar las centrales y no quería salir volando con aquel lugar por un torpe descuido. Asique tras ver que mi capitán volvía asentir a mis palabras, volvimos a usar el mismo método de transporte y nos dirigimos hacia la ubicación central. La verdad es que el pirata estaba poco hablador y no es que me importase mucho tampoco, pero sabía que aquel extraño comportamiento tranquilo que mostraba duraría poco, asique aproveché que me estaba haciendo caso para no tenernos que comer el "marrón" de tener que conquistar esta central. Lo más seguro es que la central tuviese algún tipo de defensa y por suerte no íbamos a ser nosotros quien lo averiguáramos.
Cambié a mi forma humana mientras me colocaba al lado de mi capitán para dirigirles unas palabras.
-A esos tipos los vi en la capital de Sarka cuando fuimos, pero aún así no sé si deberíamos fiarnos.
Sabía que el capitán era extremadamente fuerte y no tenía problemas para luchar casi con nadie, pero su actitud ante el peligro solía rayar lo infantil. Era demasiado despreocupado y aún no teníamos un plan como tal. Simplemente había aceptado luchar por Sarka porque nos dieron el barco sin pelear, pero bien sabía que podía cambiar de opinión en cualquier momento.
-¿Qué te parece si hablas con ellos y los entretienes un poco? Así puedo intentar echar un vistazo yo primero y tomar la central - seguí exponiéndole mi idea mientras encendía otro pitillo. El puto vicio un día iba a matarme.
Tras ver que Arribor asentía ante mis palabras, esperé unos segundos mientras el capi se disponía para hacer de las suyas, pero de repente uno de nuestros vecinos se puso a gritar como un loco. Me quedé pasmado por las palabras que emitía el pelirrojo hacia un artefacto que tenía, el tipo parecía bastante enfadado y con el numerito que estaba montando se nos fue a todos el santo al cielo, quedándonos perplejos viendo como el tipo terminaba de hablar y se disponía a hacer algo mientras se quedaba esperando.
- Capi, creo que aquí ya no hacemos nada. Se nos han adelantado y no quisiera que por casualidad empezasen "fuegos artificiales" que pudiesen llegar hasta aquí. Lo mejor será avanzar hasta el meollo - terminé cambiando de opinión cuando recordé las palabras del Pretor Grum.
Nos había hablado del botón que hacía explotar las centrales y no quería salir volando con aquel lugar por un torpe descuido. Asique tras ver que mi capitán volvía asentir a mis palabras, volvimos a usar el mismo método de transporte y nos dirigimos hacia la ubicación central. La verdad es que el pirata estaba poco hablador y no es que me importase mucho tampoco, pero sabía que aquel extraño comportamiento tranquilo que mostraba duraría poco, asique aproveché que me estaba haciendo caso para no tenernos que comer el "marrón" de tener que conquistar esta central. Lo más seguro es que la central tuviese algún tipo de defensa y por suerte no íbamos a ser nosotros quien lo averiguáramos.
- Resumen Sarka:
- - Tras nuestro avance desde el barco llegamos a J10. Allí hay una central y otras dos personas de Sarka(Arthur y Worgluv), a los cuales vemos como intentan interactuar con la central tras una escenita de Arthur.
- Hablo con mis compañeros y avanzamos hacia el centro del mapa dejando a la pareja allí
-Tengo permiso de Arribor para mover su pj, ya que cree que no podrá contestar antes de la próxima moderación.
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