Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El gyojin sonrió al ver que la opción era la del combate, sacó un mando de un bolsillo de su pantalón, rápidamente me puse a la defensiva sacando el bo para defenderme de un posible ataque cuando el hombre pez presionase el botón. Sin embargo, parecía ser que nos querían entretener un poco, al igual que ellos por lo que dijo, al apretar el botón se escuchó un “click” y agua en movimiento, de pronto apareció una carpa como la que vimos al entrar.
Parecía ser uno de los hijos del Gyojin, parecía que iba a ser el primero en juzgar que fuésemos merecedores de controlar la central, y para más inri el gyojin le dijo a su hijo que fuese bueno, acaso no nos creía capaces de ganar el combate. Y dio el comienzo la prueba, el pez carpa pequeño, lanzó un chorro de agua que dejó empapado el suelo cerca de nuestros pies.
Casi me dio la risa al verlo, pero por mi cabeza pasó el pensamiento de que a lo mejor esa agua tenía algún tipo de sustancia pegajosa que nos haría quedarnos ahí pegados o algo así de raro, me centré un poco y usando el brazo derecho sin el bo, lancé un puñetazo creando una ráfaga de viento con toda la potencia que pude con la intención de hacer que el agua del suelo se dispersase o volviera hacia los gyojins, además comencé a cargar el brazo derecho por si necesitaba detener algún tipo de ataque.
Tras hacer el ataque sonó de pronto al transmisor que nos habían dado, parecía que las tropas de Zal habían pasado la bahía y se dirigían a la central que se situaba cerca de R15, tenía poco tiempo para ir, pero sabía que me daría tiempo en caso de necesitarlo, pero primero ahora era la central.
-No sé si lo habéis escuchado vosotros también, pero no tenemos tiempo que perder, espero que las pruebas sean rapiditas, nos necesitan en otro lugar – les dije a los gyojin en tono serio
Parecía ser uno de los hijos del Gyojin, parecía que iba a ser el primero en juzgar que fuésemos merecedores de controlar la central, y para más inri el gyojin le dijo a su hijo que fuese bueno, acaso no nos creía capaces de ganar el combate. Y dio el comienzo la prueba, el pez carpa pequeño, lanzó un chorro de agua que dejó empapado el suelo cerca de nuestros pies.
Casi me dio la risa al verlo, pero por mi cabeza pasó el pensamiento de que a lo mejor esa agua tenía algún tipo de sustancia pegajosa que nos haría quedarnos ahí pegados o algo así de raro, me centré un poco y usando el brazo derecho sin el bo, lancé un puñetazo creando una ráfaga de viento con toda la potencia que pude con la intención de hacer que el agua del suelo se dispersase o volviera hacia los gyojins, además comencé a cargar el brazo derecho por si necesitaba detener algún tipo de ataque.
Tras hacer el ataque sonó de pronto al transmisor que nos habían dado, parecía que las tropas de Zal habían pasado la bahía y se dirigían a la central que se situaba cerca de R15, tenía poco tiempo para ir, pero sabía que me daría tiempo en caso de necesitarlo, pero primero ahora era la central.
-No sé si lo habéis escuchado vosotros también, pero no tenemos tiempo que perder, espero que las pruebas sean rapiditas, nos necesitan en otro lugar – les dije a los gyojin en tono serio
- resumen Zilda:
- prepararme para el combate, ver al hijo del gyojin, limpiar el suelo con una ráfaga de viento, escuchar el mensaje de ir a R15 (de momento no voy)
Tsang Yue
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El camino se hace algo más ameno y menos aburrido y monótono que estando solo, si bien el joven Yue nunca está realmente solo, pues miles, incluso se podría decir que millones, de almas y espíritus viven hablándole, apareciéndosele, algo que realmente puede llegar a serle molesto, pues no tiene más remedio que ayudarles cuando puede, al fin y al cabo, siempre que le pasa algo así recuerda las palabras de su abuelo. -“Tsang, cuando niegas la ayuda a un alma en pena, le niegas la posibilidad de descansar, de dejar de vagar por un mundo al que ya no pertenece y la condenas al eterno sufrimiento de la desubicación y el no descansar.”- Y no puede evitar sentir una culpa por traicionar todo aquello que su abuelo le enseñó y defendió, por traicionar el sacrificio de sus padres por unir su isla natal.
Las cavilaciones del joven se ven interrumpidas por la apresurada muchacha que le acompaña, alguien que solo parece interesada en sí misma, un ego que rivaliza con el de muchos muertos que el joven se encuentra por ahí, que llegaron a un destino que podrían haber evitado de ser un poco más inteligentes y no vanagloriarse de lo que no debían en frente de quien no debían. -“Menuda muchacha, si sus dioses solo valoran la fuerza capaz de quitar vidas no valen la pena…”- Dice para sí en un susurro recordando las enseñanzas de su querido abuelo, que le decía que un sirviente de un dios que ansía la muerte no es un sirviente de un dios, sino de un ser maligno.
Pero en algo Tsang coincide con la muchacha, el deambular por la isla sin hacer nada le resulta realmente molesto, y al oeste de donde se encuentra se escucha el fragor de la batalla, y lo único que se interpone entre el joven y la batalla es la muralla. Realmente es molesto, pues no se ve una puerta ni nada por donde el joven pueda pasar al otro lado de la muralla. Pero eso no es impedimento para el moreno. Sin dudarlo ni un solo segundo desenvaina sus guadañas, y al tiempo que busca un punto adecuado, gira la guadaña de su mano derecha. Al encontrar el punto que desea lanza la guadaña tratando de engancharla entre dos cornisas, por si acaso no lo logra hace lo propio con la otra guadaña, de modo que una u otra le sirviera de gancho para escalar la muralla como si de una montaña se tratara.
Las cavilaciones del joven se ven interrumpidas por la apresurada muchacha que le acompaña, alguien que solo parece interesada en sí misma, un ego que rivaliza con el de muchos muertos que el joven se encuentra por ahí, que llegaron a un destino que podrían haber evitado de ser un poco más inteligentes y no vanagloriarse de lo que no debían en frente de quien no debían. -“Menuda muchacha, si sus dioses solo valoran la fuerza capaz de quitar vidas no valen la pena…”- Dice para sí en un susurro recordando las enseñanzas de su querido abuelo, que le decía que un sirviente de un dios que ansía la muerte no es un sirviente de un dios, sino de un ser maligno.
Pero en algo Tsang coincide con la muchacha, el deambular por la isla sin hacer nada le resulta realmente molesto, y al oeste de donde se encuentra se escucha el fragor de la batalla, y lo único que se interpone entre el joven y la batalla es la muralla. Realmente es molesto, pues no se ve una puerta ni nada por donde el joven pueda pasar al otro lado de la muralla. Pero eso no es impedimento para el moreno. Sin dudarlo ni un solo segundo desenvaina sus guadañas, y al tiempo que busca un punto adecuado, gira la guadaña de su mano derecha. Al encontrar el punto que desea lanza la guadaña tratando de engancharla entre dos cornisas, por si acaso no lo logra hace lo propio con la otra guadaña, de modo que una u otra le sirviera de gancho para escalar la muralla como si de una montaña se tratara.
- Zal:
- -Divagar.
- Recordar a su abuelo.
- Despreciar la actitud de Liv y sus dioses
- Tratar de escalar la muralla usando las guadañas a modo de gancho.
Silver
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al atravesar la puerta y entrar en la central nos encontramos con una enorme habitación. En un principio no alcanzo a comprobar el tamaño de la misma, ya que está prácticamente a oscuras. La luz que se cuela por la puerta abierta a nuestra espalda apenas ilumina la entrada del lugar. Y lo único que podemos ver es, justo en el centro, a unos cuantos frente a nosotros, un solitario panel metálico con un enorme botón de color rojo en el centro. Un foco, convenientemente situado sobre el panel, lo ilumina, dando a la situación un aire propio de una mala película.
- Tienen que estar de coña - bromeo en voz alta.
Por mera curiosidad decido utilizar el modo de visión nocturna del que dispongo gracias a los implantes oculares. Al hacerlo, mis pupilas pasan a ser de un color verde intenso, y adquieren cierto brillo, destacando así en mitad de la oscuridad que nos rodea. Me tomo unos instantes para mirar a nuestro alrededor, por si hubiese algo más que pudiese sernos de utilidad, pero no parece que haya suerte.
Me encojo de hombros, al tiempo que devuelvo mis ojos y vista a su estado normal. Me siento decepcionado por no encontrar nada más, pero al mismo tiempo no puedo evitar curiosidad por el maldito botón. Y a juzgar por la mirada de Kai, diría que tiene tantas ganas como yo de pulsarlo.
- Bueno, alguno de los dos tiene que hacerlo.
Resignado, doy unos cuantos pasos. Avanzo lentamente, como si quisiese darle más dramatismo al momento. Enseguida me encuentro frente al panel. Mi compañero hace lo propio y se sitúa a mi lado, quedando ambos mirando el dichoso botón durante unos segundos más. Finalmente, trago saliva y alzo la mano, para enseguida dejarla caer sobre el botón, pulsándolo de una vez por todas.
- Tienen que estar de coña - bromeo en voz alta.
Por mera curiosidad decido utilizar el modo de visión nocturna del que dispongo gracias a los implantes oculares. Al hacerlo, mis pupilas pasan a ser de un color verde intenso, y adquieren cierto brillo, destacando así en mitad de la oscuridad que nos rodea. Me tomo unos instantes para mirar a nuestro alrededor, por si hubiese algo más que pudiese sernos de utilidad, pero no parece que haya suerte.
Me encojo de hombros, al tiempo que devuelvo mis ojos y vista a su estado normal. Me siento decepcionado por no encontrar nada más, pero al mismo tiempo no puedo evitar curiosidad por el maldito botón. Y a juzgar por la mirada de Kai, diría que tiene tantas ganas como yo de pulsarlo.
- Bueno, alguno de los dos tiene que hacerlo.
Resignado, doy unos cuantos pasos. Avanzo lentamente, como si quisiese darle más dramatismo al momento. Enseguida me encuentro frente al panel. Mi compañero hace lo propio y se sitúa a mi lado, quedando ambos mirando el dichoso botón durante unos segundos más. Finalmente, trago saliva y alzo la mano, para enseguida dejarla caer sobre el botón, pulsándolo de una vez por todas.
- Zilda:
- Uso la visión nocturna para ver si hay algo más en la sala. Pulso el botón y espero a ver que pasa.
Tobías Thorn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Al parecer llegué justo a tiempo para parar a aquel tipo con rasgos reptilianos que quería sonarme de algo, pero antes de que pudiese decir nada llegó Kimura interrumpiéndonos a todos diciendo que parásemos para coger y lanzarse él al vacío en vez de Yoshi. Parecía que todo el mundo estaba dispuesto a no dejar a la muchacha intentarlo, aunque viendo el resultado que consiguió el pelirrojo mejor que hubiese sido así. Al principio imaginé lo peor, pero terminé suspirando aliviado al ver el resultado final.
Todo parecía preparado para quien se lanzase terminase cayendo en lugar estratégicamente preparado y quizás Yoshi hubiese querido huir utilizando sus poderes y hubiese terminado despeñándose por las fuertes corrientes, asique mejor que hubiese sido así. Me giré buscando las reacciones de mis compañeros que aún permanecían perplejos y entonces fue cuando la vi. Una pelirroja con unos iris helados estaba allí, dirigiéndome una mirada furibunda. Tardé unos segundos en averiguar de que me sonaba, pero terminé por reconocer aquel rostro que había visto en los más buscados. Incluso la información de su paradero estaba bien pagada, por no hablar de que era buscada por varios delitos.
Estuve a punto de dar la alarma a mis compañeros, pero entonces me percaté en sus ropaje blancos. Habíamos venido por propósitos ajenos a nuestros deberes normales, pero era difícil apartar a un lado los ideales. Por no mencionar que seguramente sería una enemiga temerosa, ya que había sido capaz de huir ID y eso no era moco de pavo. Temía que mis nakamas más débiles fueran heridos porque yo me pusiese cabezón con mi deber moral, además de que Kimura aún estaba en la zona de la central y el cabeza loca de Gusi no estaba, los cuales eran los más fuertes y experimentados en combate. Tragué saliva auto resignándome y me conformé con fotografiarla con mi ojo ciborg para tener pruebas, porque al menos pensaba usar mi den den mushi para informar a la Agencia de su paradero cuando estuviese seguro de que no me escucharía. Cosa que por suerte no tuviese que esperar, puesto que el medio reptil apremió a la pelirroja que lo siguiera mientras se iba igual que había venido. Con unas pocas palabras y volando al alejarse un poco.
Me daban igual aquellos dos, asique me acerqué a Bizvan para hablar con él mientras Kimura buscaba la forma de volver.
- Puede que tuvieses razón y esto sea una pérdida de tiempo. Deberíamos avanzar cuanto antes hacia el grueso de la batalla si queremos participar, ¿aunque tú que opinas? - pregunté al espadachín.
Después de Kimura a él lo tenía como el más sensato y siempre confiaba en sus palabras.
Todo parecía preparado para quien se lanzase terminase cayendo en lugar estratégicamente preparado y quizás Yoshi hubiese querido huir utilizando sus poderes y hubiese terminado despeñándose por las fuertes corrientes, asique mejor que hubiese sido así. Me giré buscando las reacciones de mis compañeros que aún permanecían perplejos y entonces fue cuando la vi. Una pelirroja con unos iris helados estaba allí, dirigiéndome una mirada furibunda. Tardé unos segundos en averiguar de que me sonaba, pero terminé por reconocer aquel rostro que había visto en los más buscados. Incluso la información de su paradero estaba bien pagada, por no hablar de que era buscada por varios delitos.
Estuve a punto de dar la alarma a mis compañeros, pero entonces me percaté en sus ropaje blancos. Habíamos venido por propósitos ajenos a nuestros deberes normales, pero era difícil apartar a un lado los ideales. Por no mencionar que seguramente sería una enemiga temerosa, ya que había sido capaz de huir ID y eso no era moco de pavo. Temía que mis nakamas más débiles fueran heridos porque yo me pusiese cabezón con mi deber moral, además de que Kimura aún estaba en la zona de la central y el cabeza loca de Gusi no estaba, los cuales eran los más fuertes y experimentados en combate. Tragué saliva auto resignándome y me conformé con fotografiarla con mi ojo ciborg para tener pruebas, porque al menos pensaba usar mi den den mushi para informar a la Agencia de su paradero cuando estuviese seguro de que no me escucharía. Cosa que por suerte no tuviese que esperar, puesto que el medio reptil apremió a la pelirroja que lo siguiera mientras se iba igual que había venido. Con unas pocas palabras y volando al alejarse un poco.
Me daban igual aquellos dos, asique me acerqué a Bizvan para hablar con él mientras Kimura buscaba la forma de volver.
- Puede que tuvieses razón y esto sea una pérdida de tiempo. Deberíamos avanzar cuanto antes hacia el grueso de la batalla si queremos participar, ¿aunque tú que opinas? - pregunté al espadachín.
Después de Kimura a él lo tenía como el más sensato y siempre confiaba en sus palabras.
- Resumen Balt:
- - Asustarme al principio cuando veo caer a Kimura y luego preguntarme como saldrá de allí.
- Fijarme en Aki tras notar como me mira fijamente y aprovechar para realizarle fotos con mi ojo robot. Esperar a que se vaya para informar de que la he visto a través de mi DDM.
- Hablar con Bizvan sobre nuestro siguiente paso.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Castor continuaba con una mirada seria en todo momento y las palabras de Azula hicieron que el asesino negase un poco con la cabeza y después se centrase en lo que estaban. Malditas guerras de mierda. Las presencias de alrededor eran notadas por el asesino plateado con facilidad, pues su haki de observación era realmente increíble. Pasó de eso y continuó centrándose en cómo activar aquella cosa. Si había personas por allí, lo mejor era que se quedasen quietas y no molestasen de ninguna forma. Así no las matarían los demás miembros de aquel lugar. El asesino soltó un pequeño suspiro y tras escuchar las palabras de Azula, miró la nota con un poco de curiosidad.
- Nosotros no podremos hacerlo a la forma usuario y habrá que intentarlo de forma manual. No es que mi fuerza física sea increíble, pero tal vez puede apañármelas.
El asesino entonces se dio cuenta de que había una maquina en tierra, la cual parecía conectada al último molino. Troy se acercó a ella con cuidado y después de acariciarla unos segundos, se quedó un poco pensativo. A lo mejor iba a tener que dejarse los brazos allí o algo por el estilo o incluso la chica podía activarla con electricidad. El miembro del gobierno sonrió de lado y trató de activarla o encenderla de alguna forma. Pese a que era un gran descodificador, aquello iba a estar difícil. Pensó en sacar uno de sus cigarrillos para calmarse un poco, pero después pensó en que no era el momento adecuado.
- Azula, ven aquí. Tal vez podamos activar esto con tus rayos. A ver si nuestro compi también sabe algo sobre cómo funcionan estos cacharros.
Dijo con un tono de voz serio mientras continuaba tocando aquella cosa y tratando de averiguar el modo correcto de ponerla en marcha sin liarla.
- Nosotros no podremos hacerlo a la forma usuario y habrá que intentarlo de forma manual. No es que mi fuerza física sea increíble, pero tal vez puede apañármelas.
El asesino entonces se dio cuenta de que había una maquina en tierra, la cual parecía conectada al último molino. Troy se acercó a ella con cuidado y después de acariciarla unos segundos, se quedó un poco pensativo. A lo mejor iba a tener que dejarse los brazos allí o algo por el estilo o incluso la chica podía activarla con electricidad. El miembro del gobierno sonrió de lado y trató de activarla o encenderla de alguna forma. Pese a que era un gran descodificador, aquello iba a estar difícil. Pensó en sacar uno de sus cigarrillos para calmarse un poco, pero después pensó en que no era el momento adecuado.
- Azula, ven aquí. Tal vez podamos activar esto con tus rayos. A ver si nuestro compi también sabe algo sobre cómo funcionan estos cacharros.
Dijo con un tono de voz serio mientras continuaba tocando aquella cosa y tratando de averiguar el modo correcto de ponerla en marcha sin liarla.
- Zal M12:
- Tratar de encender la maquina que está en tierra conectada al molino, encenderla si se puede o tratar de ver cómo funciona. No creo, pero si ser descodificador 60 sirve de algo, aplicarlo (?)
Pyros Silver
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ya empezaba a sudar de la inmensa cantidad de ejercicio que estaba haciendo, primero empecé con unos abdominales y luego fui haciendo un par de flexiones para acabar con un par de sentadillas. Al parecer estaba tan a mi bola que no me había dado cuenta de que se estaba armando un escándalo delante de mía, uno de los misteriosos personajes que había llegado a donde estábamos tenía la intención de ocupar el puesto de Yoshi y lanzarse hacia el abismo para resolver el misterio de la central. Tobías le estaba haciendo frente al individuo de la cara quemada que quería saltar en vez de Yoshi, pero Tobi no estaba dispuesto a que este tocara a Yoshi. Fue entonces cuando el capitán Kimura se interpuso antes de que el ambiente se caldeara de gran manera. Kimura pone orden y con la misma se lanza hacia el vacío en vez de los otros dos dispuestos a ello. Sentí un arrebato de pánico y dejé escapar un pequeño grito. *- Ojalá que no le ocurra nada malo y salga vivo de esta-* pensé mientras rezaba desde lo más profundo de mi alma. Me quedé pensando en cómo sería perder a alguno de mis nakamas en la guerra y un sentimiento de tristeza y dolor invadió mi corazón de caballero, soltando un par de lágrimas por los ojos de sólo imaginarme el peor de los escenarios. -*Hablando de la guerra… ¿cómo les irá a los soldados de Balt y a los demás aliados de esta facción? Nos hemos alejado mucho del campo de batalla, temo que no llegaremos a tiempo para prestarles nuestra ayuda-* me quedé absorta en mis pensamientos. El hombre extraño se empezó a retirar y se iba a marchar con la mujer pelirroja que, extrañamente, me resultaba vagamente familiar. Me acerqué a los demás Crimson para discutir cual iba a ser nuestro próximo destino.
- Balt:
- Entrenar un poco, prestar atención al numerito de Zuko y Tobi, asustarme por la acción de Kimura, pensar en la guerra y reunirme con mis compañeros para discutir nuestro próximo destino.
Ivan Markov
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
¿Era en serio? Aún en shock, observó al hombre del tutú alejarse frotándose la mejilla. ¿Qué diablos acababa de pasar? Bueno, al menos la central había sido activada. ¿Qué sería lo siguiente? Recordó que las runas podían acumular energía en su interior y lo lógico era que lo hicieran estando cerca de una central, ¿no? Activó la runa para comenzar a cargar energía y se puso a pensar en su siguiente movimiento. Sacó el mapa y lo observó, murmurando de vez en cuando para sí. Tenían otras dos centrales cerca... ¿deberían ir tal vez a la que tenían al oeste? No... sus aliados pronto llegarían a ella desde el sur, seguramente. Tal vez deberían asegurar primero la del oeste y luego pasarse por la otra a ver si había sido o no tomada. Dio una orden mental a sus ghouls para que lo siguieran, y se acercó al lobo blanco.
- Nos dirigiremos a esta otra central - dijo, señalándole el punto del mapa - Por cierto, aún no hemos tenido un momento para hablar. Es un placer y una inesperada alegría poder combatir al lado del mejor guerrero de mi padre.
Mientras hablaba, esbozó una media sonrisa y le dedicó una leve inclinación de cabeza. Tras eso se dirigió de nuevo al exterior y olisqueó el ambiente, en busca de olores de enemigos. No captó ningún olor que le llamara peculiarmente la atención, aparte de el del tipo del tutú y el de ellos, claro. Chasqueó la lengua y esperó a que Drake volviera a transformarse, momento en que volvería a subir a su lomo junto a sus ghouls y se acomodaría en su grupa. Algo aburrido, se agarró al pelaje y dijo:
- A ver si encontramos un desafío interesante de una vez... esto empieza a ser terriblemente aburrido.
Había ido a la guerra a encontrarse con rivales a su altura, alimentarse hasta atiborrarse y disfrutar en general de la violencia gratuita y las matanzas, pero de momento todo lo que había hecho desde la prueba del día anterior había sido ir de central en central sin oposición ninguna. ¿Dónde diablos estaban los enemigos? Tal vez debería haber seguido con la horda a unirse a la batalla principal con Sarka en lugar de hacer aquello.
- Nos dirigiremos a esta otra central - dijo, señalándole el punto del mapa - Por cierto, aún no hemos tenido un momento para hablar. Es un placer y una inesperada alegría poder combatir al lado del mejor guerrero de mi padre.
Mientras hablaba, esbozó una media sonrisa y le dedicó una leve inclinación de cabeza. Tras eso se dirigió de nuevo al exterior y olisqueó el ambiente, en busca de olores de enemigos. No captó ningún olor que le llamara peculiarmente la atención, aparte de el del tipo del tutú y el de ellos, claro. Chasqueó la lengua y esperó a que Drake volviera a transformarse, momento en que volvería a subir a su lomo junto a sus ghouls y se acomodaría en su grupa. Algo aburrido, se agarró al pelaje y dijo:
- A ver si encontramos un desafío interesante de una vez... esto empieza a ser terriblemente aburrido.
Había ido a la guerra a encontrarse con rivales a su altura, alimentarse hasta atiborrarse y disfrutar en general de la violencia gratuita y las matanzas, pero de momento todo lo que había hecho desde la prueba del día anterior había sido ir de central en central sin oposición ninguna. ¿Dónde diablos estaban los enemigos? Tal vez debería haber seguido con la horda a unirse a la batalla principal con Sarka en lugar de hacer aquello.
- Zal:
- - Ordenar a Drake poner rumbo a la central en 011 y quejarse.
Meneíllos
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Se guardó el den den mushi con un chasquido. Cuando acabase con todo aquello iba a tener que pasar a un par de oficiales por la quilla por no estar pendientes de la llamada de su capitán. También era posible que estuvieran en batalla y por eso no hubieran llamado, pero en principio la guerra se estaba desatando al sur de ellos, no al norte. No deberían haberse encontrado enemigos en su posición, salvo que los de Zal u otra facción hubieran enviado una avanzadilla a esas centrales. En fin... por otro lado, ahora que se daba cuenta sus hombres no podrían tomar las centrales sin su colgante, ¿no? Hubiese estado bien que el pretor le hubiese informado de aquel detalle antes de enviarlos a la batalla. Mientras estaba sumido en sus pensamientos, a punto de activar la central, una trampa se activó. Meneror frunció el ceño observando las salidas cerradas y el contador de tiempo descendiendo. ¿Una bomba? Con sus poderes de logia eso no sería un problema, pero no le apetecía que perdiesen una central. Serían necesarias para utilizar sus dispositivos.
- Ban, te encargo esto.
Dijo, poniéndose el colgante al cuello de nuevo y alejándose unos pasos. Pasó a su forma de logia para evitar salir dañado si de verdad todo explotaba. Él era un mafioso y capitán pirata, no un ingeniero. No tenía ni idea de cual cable debía cortar y sólo podía especular. Dado que no sabía quién había puesto eso ahí, tampoco podía adivinar más datos en base a eso. El responsable tanto podría haber puesto las flechas para hacerles desconfiar y que cortasen los que no eran como para que se fiaran y cortasen el incorrecto. Se terminó su puro, lo tiró al suelo y observó con un amago de sonrisa a Ban. Ahora le tocaba a él decidir, con las consecuencias que tocaran. Si la cagaba, la culpa sería del joven de magma por fallar, no suya.
- No te retrases mucho... podría estallar.
Conteniendo una risa, creó un brazo de humo y arrancó con este la sirena de la pared para silenciarla. Estaba empezando ya a ponerlo nervioso.
- Ban, te encargo esto.
Dijo, poniéndose el colgante al cuello de nuevo y alejándose unos pasos. Pasó a su forma de logia para evitar salir dañado si de verdad todo explotaba. Él era un mafioso y capitán pirata, no un ingeniero. No tenía ni idea de cual cable debía cortar y sólo podía especular. Dado que no sabía quién había puesto eso ahí, tampoco podía adivinar más datos en base a eso. El responsable tanto podría haber puesto las flechas para hacerles desconfiar y que cortasen los que no eran como para que se fiaran y cortasen el incorrecto. Se terminó su puro, lo tiró al suelo y observó con un amago de sonrisa a Ban. Ahora le tocaba a él decidir, con las consecuencias que tocaran. Si la cagaba, la culpa sería del joven de magma por fallar, no suya.
- No te retrases mucho... podría estallar.
Conteniendo una risa, creó un brazo de humo y arrancó con este la sirena de la pared para silenciarla. Estaba empezando ya a ponerlo nervioso.
- Sarka:
- - Ser un capullo y ordenar a Ban tomar la decisión, mientras yo entro en forma logia :yao:
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kai observó sus alrededores con cierta desconfianza, sacándose las gafas de sol para ver mejor en la penumbra. Entonces vio el brillo de los ojos de Silver, y lo comprendió. ¡Su compañero era un robot! Eso era... JODIDAMENTE BRUTAL. Súper emocionado, se acercó al marine y le dio una palmada a la espalda
- ¡GENIAL! ¿Sabes lanzar rayos láser? ¿Disparar misiles? ¿Volar echando fuego por cohetes? ¡Eso sería muy épico! - dijo, olvidando que él mismo podía hacer eso con su akuma - Hmmm... ¿crees que deberíamos pulsar ese botón? Espera, dame un momento. ¡Tenemos que celebrar este encuentro!
Abrió su bolsa de viaje y sacó su traje de combate, colocándose las piezas. Poco a poco fue transformándose en un coloso de metal embutido en una armadura robótica negra y blanca. En cuanto acabó, se levantó y se acercó a Silver, haciendo brillar sus ojos robóticos también. Estaba bastante emocionado, pues al fin iba a estrenar su armadura. Lástima que no fuese roja... molaría bastante más que con esos colores feúchos.
- Iron Kai listo para patear culos. ¡Vamos a pulsar ese botón!
Se acercaron al panel, mientras Kai hacía movimientos teatrales y muy exagerados al caminar, como si se estuviera recreando con la escena. Y era lo que pasaba, el marine estaba encantado de estrenar al fin su traje nuevo y estaba deseando presumir de él. Lástima que no hubiesen podido mejorarlo aún y meterle las piezas que quería, pero eh, seguía molando un huevo. Y para fardar bien le servía igual. Al llegar junto al botón contuvo la tentación de pulsarlo, decidiendo dejarle los honores a su amigo.
- ¡Adelante, Silverdude! Te dejo a ti pulsarlo.
Se cruzó de brazos y observó la escena con una sonrisa, esperando a ver qué pasaba. ¿Activarían la central? ¿Saldría un guardia robótico y tendrían una híper-mega-ultra-molonérrima batalla de mechas con muchas explosiones y dramatismo? La hiperactiva mente del marine comenzó a imaginarse toda clase de situaciones épicas, mientras Kai asentía para sí mismo, contento.
- ¡GENIAL! ¿Sabes lanzar rayos láser? ¿Disparar misiles? ¿Volar echando fuego por cohetes? ¡Eso sería muy épico! - dijo, olvidando que él mismo podía hacer eso con su akuma - Hmmm... ¿crees que deberíamos pulsar ese botón? Espera, dame un momento. ¡Tenemos que celebrar este encuentro!
Abrió su bolsa de viaje y sacó su traje de combate, colocándose las piezas. Poco a poco fue transformándose en un coloso de metal embutido en una armadura robótica negra y blanca. En cuanto acabó, se levantó y se acercó a Silver, haciendo brillar sus ojos robóticos también. Estaba bastante emocionado, pues al fin iba a estrenar su armadura. Lástima que no fuese roja... molaría bastante más que con esos colores feúchos.
- Iron Kai listo para patear culos. ¡Vamos a pulsar ese botón!
Se acercaron al panel, mientras Kai hacía movimientos teatrales y muy exagerados al caminar, como si se estuviera recreando con la escena. Y era lo que pasaba, el marine estaba encantado de estrenar al fin su traje nuevo y estaba deseando presumir de él. Lástima que no hubiesen podido mejorarlo aún y meterle las piezas que quería, pero eh, seguía molando un huevo. Y para fardar bien le servía igual. Al llegar junto al botón contuvo la tentación de pulsarlo, decidiendo dejarle los honores a su amigo.
- ¡Adelante, Silverdude! Te dejo a ti pulsarlo.
Se cruzó de brazos y observó la escena con una sonrisa, esperando a ver qué pasaba. ¿Activarían la central? ¿Saldría un guardia robótico y tendrían una híper-mega-ultra-molonérrima batalla de mechas con muchas explosiones y dramatismo? La hiperactiva mente del marine comenzó a imaginarse toda clase de situaciones épicas, mientras Kai asentía para sí mismo, contento.
- Zilda:
- - Desvaríos y hype por los ojos robóticos de Silver.
- Ponerse la armadura de combate.
- Ver a Silver pulsar el botón.
Teravan Zallen
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La horda se alejó de la ciudad, que en aquel momento había quedado completamente desolada. Esperaba poder recabar un poco de información de los supervivientes, pero todos ellos habían desaparecido... si es que habían existido alguna vez. Siguiendo a la horda no iban a conseguir gran cosa, pues no eran de los que dejaban cabos sueltos. Una de las opciones posibles era acercarse a alguna aldea cercana, ajena a la guerra, tal y como había pensado anteriormente, aunque tal vez no fuese buena idea alejarse de quien tenía la capacidad de protegerlos.
Miró con cierto desapego el papel que le había tendido el curioso personaje que los acompañaba. Su olor característico seguía acómpañándolo allá a donde fuese y, por alguna razón, a Yarmin no parecía ni siquiera molestarle. Tiró el tosco garabato que le había dedicado, dirigiéndose a continuación a su acompañante. - Creo que esto está comenzando a superarnos, señor Prince. - Caminó un tramo en la dirección por la que Augustus había ido. - No creo que merezca la pena seguirle, creo que contamos con protección suficiente con la horda a la que estamos siguiendo. Además, ¿creéis que podrá protegernos de algo en su estado?
Evidentemente se refería a su estado mental, pues algo, sin ninguna duda, debía estar aquejando su maltrecho pensamiento. Su habilidad para mantener la calma estaba siendo sobrepasada por su falta de paciencia. Comenzó a caminar hacia donde se había dirigido la horda, intentando alcanzarla lo antes posible, no parecía un lugar seguro para quedarse aquel en el que se encontraban. - Hemos de irnos, no es seguro permanecer aquí. - Añadió sin mirar hacia atrás, esperando que Yarmin le acompañase. Buscó con la mirada, mientras tanto, algún modo de transporte alternativo para trasladarse con mayor rapidez. - Sería de agradecer que encontrásemos algo para movernos más deprisa, podríamos acabar perdiendo el grupo si nos seguimos entreteniendo.
Miró con cierto desapego el papel que le había tendido el curioso personaje que los acompañaba. Su olor característico seguía acómpañándolo allá a donde fuese y, por alguna razón, a Yarmin no parecía ni siquiera molestarle. Tiró el tosco garabato que le había dedicado, dirigiéndose a continuación a su acompañante. - Creo que esto está comenzando a superarnos, señor Prince. - Caminó un tramo en la dirección por la que Augustus había ido. - No creo que merezca la pena seguirle, creo que contamos con protección suficiente con la horda a la que estamos siguiendo. Además, ¿creéis que podrá protegernos de algo en su estado?
Evidentemente se refería a su estado mental, pues algo, sin ninguna duda, debía estar aquejando su maltrecho pensamiento. Su habilidad para mantener la calma estaba siendo sobrepasada por su falta de paciencia. Comenzó a caminar hacia donde se había dirigido la horda, intentando alcanzarla lo antes posible, no parecía un lugar seguro para quedarse aquel en el que se encontraban. - Hemos de irnos, no es seguro permanecer aquí. - Añadió sin mirar hacia atrás, esperando que Yarmin le acompañase. Buscó con la mirada, mientras tanto, algún modo de transporte alternativo para trasladarse con mayor rapidez. - Sería de agradecer que encontrásemos algo para movernos más deprisa, podríamos acabar perdiendo el grupo si nos seguimos entreteniendo.
- Zal [L13]:
Buscar algún medio de transporte sin aminorar el paso. Seguir a la horda, intentando alcanzarla.
Gareth Silverwing
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Ah... el olor de la batalla, hacía tanto tiempo que no disfrutaba de eso. Sin duda habíamos terminado en un buen lugar, que digo, un muy buen lugar. Con asientos de primera para ver como Grum luchaba y discutía con una especie es enorme hombre bestia. No sabía de qué hablaban, algo que traicionar su confianza y gobernar juntos blablabla... todo eso no importaba ahora, lo importante era la batalla, era ganar, era liberarme un poco.
Sin esperar a que llegase mi compañero, o por lo menos ver si estaba ahí, me lancé en medio de una tropa de Zal que cargaba directa a un escuadrón de Sarka en retirada. La hoja de Zinogre se movió trazando amplios arcos rápidamente, cortando la carne y rompiendo los huesos. Dos enemigos cayeron hechos trizas, el resto me miraba tratando de entender que había pasado, aunque no tardaron ni dos segundos en lanzarse a por mí. Prefecto, era el centro de atención. Con movimientos rápidos y precisos bloqueaba sus golpes y respondía con brutales cortes que no tardaban en terminar con sus vidas. Tal y como pude comprobar, la horda de Zal se basaba en grandes números de soldados mutados los cuales prestaban poca o ninguna atención a su integridad, tratando de usar esta ventaja para sobrepasar las líneas enemigas. Una espada de doble filo fácil de usar en su contra.
-Worgulv, cargaré al frente, en medio de sus filas, si la mi plan sale bien puede decidir la victoria de este bando.- Le dije a mi compañero que esperaba estuviese disfrutando de una gloriosa batalla, o ensimismado viendo la pelea de enamorados, me daba igual.
Corrí y me alejé un poco de Grum y su oponente, necesitaba un lugar algo más "tranquilo". Una bestia salió a mi encuentro, tratando de devorarme con sus fauces, en las cuales cabía un hombre adulto. La oportunidad perfecta sin duda. Sin pensarlo me dejé engullir por el monstruo, su interior era oscuro, caliente, húmedo, apestoso y vulnerable. Sin pensarlo dos veces absorbí todo el calor del animal, solidificándolo desde dentro casi al instante. Tras eso golpeé hacia arriba con todas mis fuerzas para hacer estallar su lomo. Ante la mirada de los presentes emergí victorioso de su interior, ahora tanto aliados como enemigos cercanos me prestaban atención, o eso esperaba.
-¡SOLDADOS! - Grité desde lo alto de lo que quedaba de la bestia muerta. - Esta batalla la podemos ganar, pero no lo haremos si nos quedamos aquí esperando a que sus fuerzas nos arrollen. Necesitamos asestar un golpe directo, uno que importe, que decida la batalla. No os voy a pedir que me acompañéis, pero todo aquél que quiera morir que cargue, que cargue conmigo y os aseguro que Sarka ganará esta batalla. ¡SEREMOS EL RELÁMPAGO QUE ATRAVIESE EL CORAZÓN DEL ENEMIGO! - Y con esas palabras traté de inspirares coraje, con ese grito de guerra traté de encender la llama de su valor, con mi voluntad los inspiraría para cargar a una misión casi suicida.
Traté que mis palabras y mi voluntad llegasen a todos los que pudiese, y si salía bien, no sólo lucharían mejor, puede que incluso me siguiesen. Tras eso salté de la bestia y comencé a correr con todas mis fuerzas, a su vez una serie de placas de cristal rojo comenzaron a formarse sobre mi cuerpo en forma de armadura parcial. Sería una fuerza que arrasase con lo que me encontrase, que cortaría, aplastaría y atravesaría a los enemigos que se me cruzasen, como un meteorito implacable que cruza el campo de batalla, con las tropas de Sarka como si estela.
Si mi plan salía bien, lograría generar una brecha en las líneas de Zal, si a la vez atraía la atención de los enemigos hacia nosotros podríamos reducir considerablemente la presión sobre el frente de Sarka. Si la cosa salía excepcionalmente bien podríamos, incluso, asegurar posiciones en medio de su ejército antes incluso de que pudiesen movilizarse de forma efectiva.
Sin esperar a que llegase mi compañero, o por lo menos ver si estaba ahí, me lancé en medio de una tropa de Zal que cargaba directa a un escuadrón de Sarka en retirada. La hoja de Zinogre se movió trazando amplios arcos rápidamente, cortando la carne y rompiendo los huesos. Dos enemigos cayeron hechos trizas, el resto me miraba tratando de entender que había pasado, aunque no tardaron ni dos segundos en lanzarse a por mí. Prefecto, era el centro de atención. Con movimientos rápidos y precisos bloqueaba sus golpes y respondía con brutales cortes que no tardaban en terminar con sus vidas. Tal y como pude comprobar, la horda de Zal se basaba en grandes números de soldados mutados los cuales prestaban poca o ninguna atención a su integridad, tratando de usar esta ventaja para sobrepasar las líneas enemigas. Una espada de doble filo fácil de usar en su contra.
-Worgulv, cargaré al frente, en medio de sus filas, si la mi plan sale bien puede decidir la victoria de este bando.- Le dije a mi compañero que esperaba estuviese disfrutando de una gloriosa batalla, o ensimismado viendo la pelea de enamorados, me daba igual.
Corrí y me alejé un poco de Grum y su oponente, necesitaba un lugar algo más "tranquilo". Una bestia salió a mi encuentro, tratando de devorarme con sus fauces, en las cuales cabía un hombre adulto. La oportunidad perfecta sin duda. Sin pensarlo me dejé engullir por el monstruo, su interior era oscuro, caliente, húmedo, apestoso y vulnerable. Sin pensarlo dos veces absorbí todo el calor del animal, solidificándolo desde dentro casi al instante. Tras eso golpeé hacia arriba con todas mis fuerzas para hacer estallar su lomo. Ante la mirada de los presentes emergí victorioso de su interior, ahora tanto aliados como enemigos cercanos me prestaban atención, o eso esperaba.
-¡SOLDADOS! - Grité desde lo alto de lo que quedaba de la bestia muerta. - Esta batalla la podemos ganar, pero no lo haremos si nos quedamos aquí esperando a que sus fuerzas nos arrollen. Necesitamos asestar un golpe directo, uno que importe, que decida la batalla. No os voy a pedir que me acompañéis, pero todo aquél que quiera morir que cargue, que cargue conmigo y os aseguro que Sarka ganará esta batalla. ¡SEREMOS EL RELÁMPAGO QUE ATRAVIESE EL CORAZÓN DEL ENEMIGO! - Y con esas palabras traté de inspirares coraje, con ese grito de guerra traté de encender la llama de su valor, con mi voluntad los inspiraría para cargar a una misión casi suicida.
Traté que mis palabras y mi voluntad llegasen a todos los que pudiese, y si salía bien, no sólo lucharían mejor, puede que incluso me siguiesen. Tras eso salté de la bestia y comencé a correr con todas mis fuerzas, a su vez una serie de placas de cristal rojo comenzaron a formarse sobre mi cuerpo en forma de armadura parcial. Sería una fuerza que arrasase con lo que me encontrase, que cortaría, aplastaría y atravesaría a los enemigos que se me cruzasen, como un meteorito implacable que cruza el campo de batalla, con las tropas de Sarka como si estela.
Si mi plan salía bien, lograría generar una brecha en las líneas de Zal, si a la vez atraía la atención de los enemigos hacia nosotros podríamos reducir considerablemente la presión sobre el frente de Sarka. Si la cosa salía excepcionalmente bien podríamos, incluso, asegurar posiciones en medio de su ejército antes incluso de que pudiesen movilizarse de forma efectiva.
- Cosas usadas:
- Trans Am: Arthur se concentra para redirigir la energía que absorbe del ambiente a sus músculos, logrando de ésta manera una mejora de x3 a la velocidad y a la fuerza durante un tiempo indefinido, pero dejándolo cansado tras un uso prolongado. Cuando Arthur usa esta técnica se rodea de un tenue brillo rojizo y deja un rastro de partículas brillantes (Escénico)
Soul Forge: Knight Armor: Arthur emplea su control sobre la temperatura para crear una serie de placas a su alrededor que actúan como una armadura parcial. Estas placas están hechas de capas de hielo endurecido con cristales de Zinogre para darle consistencia y se mantienen flotando sobre la superficie de su cuerpo.
Poder de la Termo Termo no mi
Memoria muscular (Pasiva): Tras el entrenamiento en el interior de su mente Arthur posee la memoria de cientos de batallas en sus músculos. A efectos de rol obtiene un X4 a sus reflejos y X2 a velocidad (que no sea desplazamiento)
Haki del Rey: Inspiración: PU de haki del rey en el cual lo uso para dar coraje a mis aliados en vez de intimidar a mis enemigos. Efecto: los aliados afectados por esta presencia verán aumentada en un 10% su fuerza y resistencia, así como reducir en un 30% los efectos psicológicos negativos. En caso de ser usado en NPC irrelevantes por debajo del nivel 30 (Tropas, ejércitos aliados...) aumentarán en 10 sus niveles.
- Sarka:
- Matar NPCs varios, discurso inspirador con un poquito de haki, cargar en medio de las filas de Zal (J13) esperando que por lo menos algunos soldados inspirados me sigan a la batalla.
Elya Edelweiss
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me quedé helada al ver la escena que se estaba desarrollando frente a mi. El hijo de la criatura había tratado de atacarnos, fracasando estrepitosamente en el proceso. Sin embargo el padre parecía orgulloso mientras miraba la escena. Contemplé el triste charco de agua frente a nosotros, algo avergonzada. No quería explicar que eso para nada nos haría daño y estropear la ilusión de la extraña criatura, pero lo cierto es que nos estaba retrasando y no parecía buena idea seguirles la corriente; corríamos el riesgo de quedarnos allí atrapados durante... a saber cuantos hijos tenían los de su clase.
Mi compañero decidió por mí. Lanzando un puñetazo al aire obtuvo una potente ráfaga de viento que hizo que el agua del suelo se dispersase. Observé a nuestros contrincantes, algo preocupada. No nos convenía que el guardián de la central se enfadase. Fui a replicar cuando un sonido proveniente de nuestras pulseras me interrumpió. Lo escuché, inmóvil.
Las órdenes estaban claras. Sin vacilar pasé al lado de la pequeña carpa e hinqué la rodilla en el suelo, frente al guardián. Me mantuve alerta pero confiada, sabiendo que mi compañero cubriría mis espaldas.
- Señor, lo lamento mucho pero el tiempo apremia. Hemos soportado el ataque de su vástago y hemos de apresurarnos en capturar esta central. Le ruego reconozca nuestra valía y nos permita hacernos con aquello que necesitamos.
Ojalá el extraño ser fuera razonable. Si no, todo lo que nos quedaría sería dejarle fuera de combate... o matarlo, si se resistía. Apreté mi arma, todavía bajada, aguardando una respuesta.
Mi compañero decidió por mí. Lanzando un puñetazo al aire obtuvo una potente ráfaga de viento que hizo que el agua del suelo se dispersase. Observé a nuestros contrincantes, algo preocupada. No nos convenía que el guardián de la central se enfadase. Fui a replicar cuando un sonido proveniente de nuestras pulseras me interrumpió. Lo escuché, inmóvil.
Las órdenes estaban claras. Sin vacilar pasé al lado de la pequeña carpa e hinqué la rodilla en el suelo, frente al guardián. Me mantuve alerta pero confiada, sabiendo que mi compañero cubriría mis espaldas.
- Señor, lo lamento mucho pero el tiempo apremia. Hemos soportado el ataque de su vástago y hemos de apresurarnos en capturar esta central. Le ruego reconozca nuestra valía y nos permita hacernos con aquello que necesitamos.
Ojalá el extraño ser fuera razonable. Si no, todo lo que nos quedaría sería dejarle fuera de combate... o matarlo, si se resistía. Apreté mi arma, todavía bajada, aguardando una respuesta.
- Zilda:
- Contemplar el ataque del pez carpa con cara de .___., dejar que mi Deathstroke haga splash al pez carpa y arrodillarme frente al guardián de la central para pedirle que nos de la energía de una fruta vez, pero más educadamente (?)
Heaten
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Una sonrisa de satisfacción se dibujó en el rostro de la pelimorada al ver que su plan había funcionado a la perfección, como la mayoría de las veces. Su salto no había llegado a cortar el hilo, sin embargo, pero aquello ya se lo esperaba y, a decir verdad, Noise hasta había murmurado una oración pidiendo que acabaran con la desagradable criatura. Aquello había molestado a Eco notoriamente, pues era poco razonable por parte de su gemela, pero no le llamó la atención en aquella ocasión... No porque no quisiera, sino porque no tuvo tiempo. Su sonrisa se esfumó, cambiando por una mirada de asco en cuanto apartó la espada y una sustancia verdosa comenzó a surgir. Normalmente a la chica le divertía ver sangre...El color rojo de esta le parecía precioso... Pero siendo verde... Aunque al menos hubo algo bueno en todo ello. Del cuerpo del animal no solo brotó aquella sustancia, sino que también lo hizo lo que parecía una llave... Podía ser importante. "Hay que cogerla..." Afirmó Eco, ante lo que Noise comenzó a gritar... "¡No! ¡Me niego! Olvídalo. La estúpida central no vale la pena. Vamonos." Repetía esta, sin querer atender a razones. "¡NI PIENSES QUE VAS A TOCAR ESA COSA CON NUESTRO CUERPO! ¿ME HAS ESCUCHADO?"
Eco suspiro, antes de que de sus labios salieran las palabras: -Nepu... Recogelo.- La bola de gelatina salió corriendo... o, en su defecto por no tener piernas, saltando y se detuvo al ponerse a la altura de la joven, miró a esta para ver donde estaba señalando y saltó al charco verde en el que estaba la llave y comérsela para escupirla después, reluciente. "No puedo creer que hayas usado a Nepu para eso". Se quejó Noise. "No había más remedio... ¿Quieres salir ilesa de esto y sembrar el caos? Pues es necesario hacer este tipo de cosas". Tras aquello no volvieron a conversar en lo que duró su tiempo en la central. Heaten se adentró en la instalación, buscando la hendidura en la que entraría la llave, cosa que no le llevó demasiado. La giro y la central pareció activarse. Tras aquello, la sacó y verificó si esta se apagaba o no al hacerlo. De no apagarse, se llevaría la llave consigo, si lo hacía, la dejaría puesta. Una vez hecho aquello, se alejaría del lugar y seguiría avanzando, dirigiéndose a la siguiente hacia el oeste, no sin antes tapiar la entrada con corindón para dificultar que el enemigo la tomase de vuelta con facilidad. Esto lo haría lograra o no llevarse la llave.
Eco suspiro, antes de que de sus labios salieran las palabras: -Nepu... Recogelo.- La bola de gelatina salió corriendo... o, en su defecto por no tener piernas, saltando y se detuvo al ponerse a la altura de la joven, miró a esta para ver donde estaba señalando y saltó al charco verde en el que estaba la llave y comérsela para escupirla después, reluciente. "No puedo creer que hayas usado a Nepu para eso". Se quejó Noise. "No había más remedio... ¿Quieres salir ilesa de esto y sembrar el caos? Pues es necesario hacer este tipo de cosas". Tras aquello no volvieron a conversar en lo que duró su tiempo en la central. Heaten se adentró en la instalación, buscando la hendidura en la que entraría la llave, cosa que no le llevó demasiado. La giro y la central pareció activarse. Tras aquello, la sacó y verificó si esta se apagaba o no al hacerlo. De no apagarse, se llevaría la llave consigo, si lo hacía, la dejaría puesta. Una vez hecho aquello, se alejaría del lugar y seguiría avanzando, dirigiéndose a la siguiente hacia el oeste, no sin antes tapiar la entrada con corindón para dificultar que el enemigo la tomase de vuelta con facilidad. Esto lo haría lograra o no llevarse la llave.
- Resumen Meln:
- Dirigirse hacia la el oeste tras capturar la central (seguramente hacia R9 para capturar la siguiente). Antes de irse, tapar la entrada con corindón y, en caso de poder, llevarse la llave de activación consigo.
Nocturne93
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Es todo tan rápido que realmente no me dio tiempo. Una corriente de aire me desestabilizó mientras caía al vacío y me vi prácticamente volcado boca abajo, sentí un pequeño mareo, con ello no contaba, debía de hacer algo o caería al vacío. Me concentré en mi técnica de energía, pero cuando quise liberarla me choque contra algo que, a diferencia de ser un duro golpe, resultó ser una superficie elástica que me lanzó contra el muro. O al menos lo que debía de serlo, puesto que realmente había una especie de cueva a la que entré como despedido hacia adelante, tuve que apoyarme con los brazos y las rodillas, las cuales me magullé un poco. Me incorporé y por la caída vertiginosa no pude evitar sentir un mareo que hizo que prácticamente me estampara contra una pared lateral, todo estaba muy a oscuras.
Noté dar un golpe con la cabeza, pero no en la pared, sino a algo que había por ahí que no me dio tiempo a ver. Caí de bruces al suelo mientras comenzaba a escuchar un sonido extraño. Más que eso, todo comienza a iluminarse, algo cruje a mi espalda y veo que lo que me había lanzado contra la pared ahora caía al vacío y se podía ver una especie de... Lo cierto es que no sabría decir que era, aparte de una plataforma perfectamente pulida.
Observé a mi alrededor, lo que había golpeado con mi cabeza no era más que un botón, lo cual había provocado que se encendieran esas luces seguramente. Me planté en aquella especie de plataforma para observar más hacia el vacío, ante mi asombro esta comenzó a ascender. No entendía qué diantres acababa de pasar, pero estaba claro que algo había hecho. Comencé a subir y no quería ni mirar arriba, tan solo pensaba una cosa.
-Algo me dice que no estarán muy contentos con esto -me asusté al pensar en la reacción de Yoshi.
Me quedé entonces pensando en las dos personas que habían llegado, el sargento y esa chica pelirroja. Cerré los ojos y me quedé pensando, ese rostro lo conocía, lo había visto en alguna parte, pero no alcanzaba a recordarlo. De pronto como un flash me vino su imagen, ya sabía dónde diantres la había visto, su rostro lucía en un wanted con un nombre "Aki D. Arlia", era una pirata peligrosa por la recompensa que se ofrecía por su cabeza. No obstante no me dio esa sensación de peligro al estar cerca de ella.
Llegué arriba del todo, me planté nuevamente en tierra firme y pude comprobar como el dragón nuevamente se alejaba, los miré a todos, uno por uno, pude ver que estaban bien, y no veía a la pirata. Ni siquiera me percaté del rapapolvo que seguramente me estaría cayendo, al menos por parte de Yoshi. Nada más comprobar que estaba bien tan solo la abracé y le di un beso en la frente. Realmente al acordarme de esa pirata, había temido por todos ellos durante un instante. Me sentí realmente reconfortado al verles así. Lo extraño era que se trataba de un miembro del ejército de Balt, tal y como nosotros.
Me di la vuelta y pude ver que la central había sido activada, estaba en funcionamiento. ¿Era eso lo que había logrado con ese cabezazo a la pared? Había sido más sencillo de lo que me había imaginado. Una cosa estaba clara, no podíamos seguir por aquí. El fragor de la batalla estaba bastante al sur, nos encontrábamos muy lejos y no habíamos logrado hacer nada todavía, más que activar este lugar, esperaba que por lo menos tuviese algún tipo de utilidad para la batalla, aunque lo dudaba. Me planté frente a mis camaradas.
-Aquí no hay nada que hacer chicos. No podemos llegar allí adelante, además que ahí abajo he encontrado algún tipo de mecanismo que parece que ha activado aquello. No hay nada más que hacer en este lugar, deberíamos volver hacia el sur, si no hacemos nada más no habrá servido de nada llegar hasta aquí. Necesito saber qué esta ocurriendo en realidad -dudé unos instantes pero al final-. Y perdonad por esto que acabo de hacer, pero no pienso permitiros arriesgaros de esa forma -miré a Yoshi-. Aunque hubieras salido volando, esas corrientes te habrían mandado lejos, te podrían haber arrastrado contra el acantilado y haber caído hacia abajo. Y no me fio de alguien que acabo de conocer como ese sargento. Debía hacerlo yo mismo.
No dejaba de pensar en esa pirata, apreté los puños. Me había estado descuidando demasiado. Era el momento de ponerse serio, y se lo di a entender a mis compañeros. Avancé serio entre ellos, les indiqué que era el momento de continuar hacia abajo, y en la formación que había nombrado antes de llegar al lugar. A partir de ese momento se acabarían las tonterías, habíamos llegado hasta allí para contribuir a una guerra y saldarla, y aunque no me convencía las intenciones de Balt, debía seguir adelante, cumpliendo mi palabra. A menos que viera algo que no me gustara nada, en cuyo caso ya tomaría otras medidas.
Noté dar un golpe con la cabeza, pero no en la pared, sino a algo que había por ahí que no me dio tiempo a ver. Caí de bruces al suelo mientras comenzaba a escuchar un sonido extraño. Más que eso, todo comienza a iluminarse, algo cruje a mi espalda y veo que lo que me había lanzado contra la pared ahora caía al vacío y se podía ver una especie de... Lo cierto es que no sabría decir que era, aparte de una plataforma perfectamente pulida.
Observé a mi alrededor, lo que había golpeado con mi cabeza no era más que un botón, lo cual había provocado que se encendieran esas luces seguramente. Me planté en aquella especie de plataforma para observar más hacia el vacío, ante mi asombro esta comenzó a ascender. No entendía qué diantres acababa de pasar, pero estaba claro que algo había hecho. Comencé a subir y no quería ni mirar arriba, tan solo pensaba una cosa.
-Algo me dice que no estarán muy contentos con esto -me asusté al pensar en la reacción de Yoshi.
Me quedé entonces pensando en las dos personas que habían llegado, el sargento y esa chica pelirroja. Cerré los ojos y me quedé pensando, ese rostro lo conocía, lo había visto en alguna parte, pero no alcanzaba a recordarlo. De pronto como un flash me vino su imagen, ya sabía dónde diantres la había visto, su rostro lucía en un wanted con un nombre "Aki D. Arlia", era una pirata peligrosa por la recompensa que se ofrecía por su cabeza. No obstante no me dio esa sensación de peligro al estar cerca de ella.
Llegué arriba del todo, me planté nuevamente en tierra firme y pude comprobar como el dragón nuevamente se alejaba, los miré a todos, uno por uno, pude ver que estaban bien, y no veía a la pirata. Ni siquiera me percaté del rapapolvo que seguramente me estaría cayendo, al menos por parte de Yoshi. Nada más comprobar que estaba bien tan solo la abracé y le di un beso en la frente. Realmente al acordarme de esa pirata, había temido por todos ellos durante un instante. Me sentí realmente reconfortado al verles así. Lo extraño era que se trataba de un miembro del ejército de Balt, tal y como nosotros.
Me di la vuelta y pude ver que la central había sido activada, estaba en funcionamiento. ¿Era eso lo que había logrado con ese cabezazo a la pared? Había sido más sencillo de lo que me había imaginado. Una cosa estaba clara, no podíamos seguir por aquí. El fragor de la batalla estaba bastante al sur, nos encontrábamos muy lejos y no habíamos logrado hacer nada todavía, más que activar este lugar, esperaba que por lo menos tuviese algún tipo de utilidad para la batalla, aunque lo dudaba. Me planté frente a mis camaradas.
-Aquí no hay nada que hacer chicos. No podemos llegar allí adelante, además que ahí abajo he encontrado algún tipo de mecanismo que parece que ha activado aquello. No hay nada más que hacer en este lugar, deberíamos volver hacia el sur, si no hacemos nada más no habrá servido de nada llegar hasta aquí. Necesito saber qué esta ocurriendo en realidad -dudé unos instantes pero al final-. Y perdonad por esto que acabo de hacer, pero no pienso permitiros arriesgaros de esa forma -miré a Yoshi-. Aunque hubieras salido volando, esas corrientes te habrían mandado lejos, te podrían haber arrastrado contra el acantilado y haber caído hacia abajo. Y no me fio de alguien que acabo de conocer como ese sargento. Debía hacerlo yo mismo.
No dejaba de pensar en esa pirata, apreté los puños. Me había estado descuidando demasiado. Era el momento de ponerse serio, y se lo di a entender a mis compañeros. Avancé serio entre ellos, les indiqué que era el momento de continuar hacia abajo, y en la formación que había nombrado antes de llegar al lugar. A partir de ese momento se acabarían las tonterías, habíamos llegado hasta allí para contribuir a una guerra y saldarla, y aunque no me convencía las intenciones de Balt, debía seguir adelante, cumpliendo mi palabra. A menos que viera algo que no me gustara nada, en cuyo caso ya tomaría otras medidas.
- balt:
- Pegarme el toñazo en la cueva, activar de un cabezazo el mecanismo y salir. Reconocer a Aki mientras subo y comprobar que todos esten bien. Discursito y caminito hacia abajo.
Tenebrex
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Su ataque conjunto con Krauser había funcionado, aunque Edward no estaba seguro de haber sido de ayuda. Ahora ya estaban en la capital, pero esta estaba bastante... vacía y ruinosa, a diferencia de lo que el joven esperaba. En parte era lógico, es una zona de guerra y probablemente lleven muchísimo tiempo envuelto en ella, pero aún así... ¿peleaban por unas ruinas?
La reacción de Krauser fue un poco... decepcionante para el de los ojos dorados. Jamás lo había visto hacer nada lo más mínimamente injusto, como lo era enfadarse con ellos por... ¿su peso? Ni siquiera estaba claro el motivo del cabreo. Aún así, supuso que era lógico, estaban en una situación complicada y él era el que más presiones tenía que soportar, todas las responsabilidades recaían en él.
-"No estoy seguro de cómo lo haré... pero el jefe necesita un poco de ayuda psicológica, quizás después de esta guerra podría comentárselo... Uff, bien pensado, no sé cómo se lo voy a decir. ¿Quizás debería intentar ayudarlo sin que se dé cuenta? Una conversación amistosa podría ayudarle."
Intentó meter el oído en la conversación de Valia con Osuka, pero solo oyó la parte final: "todos saben que las señoritas no pesamos".
-"Oye, es verdad, vaya motivo que nos ha dado, pero si yo estoy súper delgado, ¿adónde va con eso de que estamos gordos? Si le duele la espalda que no lleve la espada esa, que debe pesar mucho más que yo, además, seguro que Krauser es bastante hábil incluso sin armas." Tras esto y otras reflexiones sin gran importancia decidió que le pediría un entrenamiento al demonio de la niebla y de paso lo aprovecharía para intentar hablar con él. No sabía si Osu estaría dispuesto o no, pero también le atraía la idea de que él le enseñara algo o entrenaran juntos.
Después de observar como Valia curaba un poco a Krauser, dejó sus distracciones mentales y se puso ojo avizor, eso de las minas no sonaba muy bien, aunque no podía evitar creer que el Gran Espada estaba exagerando un poco, parecía una medida demasiado radical... pero quién sabe.
La reacción de Krauser fue un poco... decepcionante para el de los ojos dorados. Jamás lo había visto hacer nada lo más mínimamente injusto, como lo era enfadarse con ellos por... ¿su peso? Ni siquiera estaba claro el motivo del cabreo. Aún así, supuso que era lógico, estaban en una situación complicada y él era el que más presiones tenía que soportar, todas las responsabilidades recaían en él.
-"No estoy seguro de cómo lo haré... pero el jefe necesita un poco de ayuda psicológica, quizás después de esta guerra podría comentárselo... Uff, bien pensado, no sé cómo se lo voy a decir. ¿Quizás debería intentar ayudarlo sin que se dé cuenta? Una conversación amistosa podría ayudarle."
Intentó meter el oído en la conversación de Valia con Osuka, pero solo oyó la parte final: "todos saben que las señoritas no pesamos".
-"Oye, es verdad, vaya motivo que nos ha dado, pero si yo estoy súper delgado, ¿adónde va con eso de que estamos gordos? Si le duele la espalda que no lleve la espada esa, que debe pesar mucho más que yo, además, seguro que Krauser es bastante hábil incluso sin armas." Tras esto y otras reflexiones sin gran importancia decidió que le pediría un entrenamiento al demonio de la niebla y de paso lo aprovecharía para intentar hablar con él. No sabía si Osu estaría dispuesto o no, pero también le atraía la idea de que él le enseñara algo o entrenaran juntos.
Después de observar como Valia curaba un poco a Krauser, dejó sus distracciones mentales y se puso ojo avizor, eso de las minas no sonaba muy bien, aunque no podía evitar creer que el Gran Espada estaba exagerando un poco, parecía una medida demasiado radical... pero quién sabe.
- Balt:
- Bla, bla, bla, pensar en entrenar y hablar con Krauser y Osu, bla, bla, bla.
Cruzó los brazos, pensativo ante las preguntas de Ai. Se limitó a reflexionar sobre todas las posibles respuestas a sus preguntas, y todas terminaban, casi seguro, en una confrontación. Tal vez no en un combate, pero sí en una mujer ofendida. En cualquier caso, no pensaba ser partícipe de ninguno de ellos. ¿Qué sabía ella de él, en cualquier caso? Un Vice-almirante siguiendo a un gobierno podrido... Menuda novedad. Un hombre fiel en sus principios debía cumplir con sus promesas, devolver los favores que se le habían hecho. ¿Cuánto valía una vida? Laura no habría sobrevivido mucho en su hogar, y sólo la Marina le dio a él un propósito en la vida. Un motivo, una seguridad... Debía sus momentos de felicidad a aquella organización, y la gente a la que había conocido. A pesar de los enfados podía contar con Arthur, Kai, Jack, Xemnas y Danio. Sus hombres, más que compañeros sus amigos. Joseph todavía no había asistido a ninguna misión con ellos, y a pesar de su aire de misterio parecía un buen tipo. También había conocido a Kimura Hayate, y a Kyle antes de su muerte. ¿Pero la Marina eran sólo sus amigos? No, la Marina era un instrumento, una maquinaria vastamente poderosa capaz de hacer tanto un mal atroz como remediarlo. Kiritsu Ryodan sería la nueva cara de la Marina; pero aquello no era algo que pudiese compartir con un revolucionario, mucho menos con una desertora de la Marina.
Pasó el tiempo, tanto que ni se dio cuenta de lo que sucedía. Y, de pronto, estaba rodeado de gente. Un tipo rubio, una muchacha pelirroja, un chico bajito y una mujer de largo vestido negro. Estaban luchando contra lo que parecían ser lagartos, o alguna clase de reptil extraño. Bueno, esperaba que fueran reptiles, en otro caso la próxima vez que se cruzase con un filete de ternera debería hacerse muchas preguntas. "Y tienen las garras muy afiladas", dijo su mente mientras con sumo desprecio agarró con las yemas de los dedos la cola de uno de esos bichos y lo lanzó lejos.
-Au- se quejó, al tiempo que pasaba las manos por su mejilla. No pasaba nada, el hielo que había dejado en los cortes se encargarían de que la herida no molestara-. Creo que es buen momento para una presentación.
Dio pasos al frente, mientras a sus pies, con cada golpe de tacón, el suelo se iba congelándose, tratando de expandirse a las patas de todo lo que estuviera allí salvo sus improvisados compañeros. Al menos por el momento, hasta poder identificarlos. Desenvainó la hoja con la mano izquierda mientras con la derecha empujaba la chaqueta de sus hombros, haciéndola caer al suelo, y quedando congelada como una estatua de movimiento fluido, detenida en el tiempo de forma imposiblemente natural. En su cadera izquierda daba botes una funda de cuero reforzado, y sobre su trasero colgaban, empuñadura hacia abajo, dos dagas cuya hoja ocultaba el bléiser. Para aquella ocasión esperaba que fueran suficientes.
-Mi nombre es Al Naion- comentó con voz queda, al tiempo que, ya adelantado de sus compañeros, la hoja de Fuego Helado comenzaba a aparentemente alargarse hasta parecer un enorme filo. Tras eso movió el arma con ambas manos, intentando degollar al gigantesco animal en un único y feroz movimiento. Al contrario de lo que pudiera parecer inicialmente, el movimiento no dejaría ver una hoja cortar el aire, sino que se iría generando hielo hacia delante al ritmo del golpe, formando un abanico de cristal gélido, que caería una vez realizado ese ataque, no sin antes aplastar a alguna alimaña suelta que quedara por ahí, como la hija de puta que lo arañó.
Pasó el tiempo, tanto que ni se dio cuenta de lo que sucedía. Y, de pronto, estaba rodeado de gente. Un tipo rubio, una muchacha pelirroja, un chico bajito y una mujer de largo vestido negro. Estaban luchando contra lo que parecían ser lagartos, o alguna clase de reptil extraño. Bueno, esperaba que fueran reptiles, en otro caso la próxima vez que se cruzase con un filete de ternera debería hacerse muchas preguntas. "Y tienen las garras muy afiladas", dijo su mente mientras con sumo desprecio agarró con las yemas de los dedos la cola de uno de esos bichos y lo lanzó lejos.
-Au- se quejó, al tiempo que pasaba las manos por su mejilla. No pasaba nada, el hielo que había dejado en los cortes se encargarían de que la herida no molestara-. Creo que es buen momento para una presentación.
Dio pasos al frente, mientras a sus pies, con cada golpe de tacón, el suelo se iba congelándose, tratando de expandirse a las patas de todo lo que estuviera allí salvo sus improvisados compañeros. Al menos por el momento, hasta poder identificarlos. Desenvainó la hoja con la mano izquierda mientras con la derecha empujaba la chaqueta de sus hombros, haciéndola caer al suelo, y quedando congelada como una estatua de movimiento fluido, detenida en el tiempo de forma imposiblemente natural. En su cadera izquierda daba botes una funda de cuero reforzado, y sobre su trasero colgaban, empuñadura hacia abajo, dos dagas cuya hoja ocultaba el bléiser. Para aquella ocasión esperaba que fueran suficientes.
-Mi nombre es Al Naion- comentó con voz queda, al tiempo que, ya adelantado de sus compañeros, la hoja de Fuego Helado comenzaba a aparentemente alargarse hasta parecer un enorme filo. Tras eso movió el arma con ambas manos, intentando degollar al gigantesco animal en un único y feroz movimiento. Al contrario de lo que pudiera parecer inicialmente, el movimiento no dejaría ver una hoja cortar el aire, sino que se iría generando hielo hacia delante al ritmo del golpe, formando un abanico de cristal gélido, que caería una vez realizado ese ataque, no sin antes aplastar a alguna alimaña suelta que quedara por ahí, como la hija de puta que lo arañó.
- Balt N5:
- Ataco a Piecito.
Dexter Black
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En un principio se revolvió y huyó de él, pero con un poco de espacio se calmó y decidió contestar a sus preguntas... Bueno, incluso contestó más de lo que habría esperado. Definitivamente Zilda había conspirado para provocar ese conflicto, y aunque desde el principio Balt le dio muy mala espina... Era una gente que intentaba hacer ver el pueblo de Meln como los únicos culpables de todo. ¿Cómo los adalides del bien y la verdad se atrevían a formar parte de una conspiración semejante? Se sentía ultrajado, tanto por Beros como por Balarad, que habían puesto su inteligencia en tela de juicio. Pero la poca gente que vivía ya en Síderos no merecía pasar por eso. Tenía que haber una opción más allá de esos tres. Y, lógicamente, los locos guerreros del Oeste eran una opción cuanto menos desafortunada... A no ser que Grum y Ruk aceptasen ayuda a cambio de ciertos cambios en su política. Pero, lo más importante, al fin y al cabo, era que se basaba sólo en rumores.
-¿A quién debo creer? Todos dicen ser el bueno- preguntó al okama que le había contestado anteriormente. Con suerte los que habían escapado habrían dejado de verlo un peligro inminente y se acercarían para también poder responder a sus dudas. Eran muchas, difíciles y tenía prisa. No quería dar un paso en falso, y la única opción que tenía, tras todo lo que sabía, era una. Sabía muy poco, pero con seguridad había algo que convertiría la isla en un lugar seguro y relativamente pacífico.
Suspiró, y sacó un par de Den Den mushis del bolsillo. Ambos azules, pero uno de caparazón gris y otro negro como la noche. Uno vendado, mientras que los ojos del otro tenían dorada la pupila. Mientras esperaba la respuesta del nativo marcó el primer botón. Krauser y Kedra. Si habían acudido a Síderos y llevaban el aparato encima tenían todo el derecho a saber. Activó su comunicador para dirigirse a los demás miembros de Zilda. Una vez los Den Den mushis fueran contestados o se colgaran, hablaría en cuatro vías: El comunicador de Zilda, el auricular de Blue Rose y los caracolófonos de la Pesadilla y el ex-Almirante. Si luego tenía tiempo era momento de llamar a más gente.
-Mi nombre es Dexter Black...
Empezó con aquellas palabras y respiró profundamente, meditando muy bien cada palabra que iba a decir a continuación. Todo podía torcerse o cambiar en un instante, y podía estar arriesgando la vida de muchos por una corazonada. Muchos, de hecho, lo más probable era que no lo creyesen.
-Este mensaje va dirigido a todos los valientes que han decidido ayudar al pueblo de Síderos luchando en Encuentro- ¿Kedra estaría? Dudaba que se molestase en ir, pero tenía la oportunidad de acometer matanzas gratuitamente y con suerte no la habría desaprovechado-. Quiero anunciar que hoy mi lealtad ha sido puesta a prueba, y ha perdido. He encontrado supervivientes de la guerra, y han acusado a la facción de Zilda de provocar este conflicto- de rumor a constatación había una larga distancia, pero por el momento iba a dejar ese detalle oculto-. Propongo a todos los aliados de Zilda que se replanteen su lealtad, y no sólo a ellos. Los miembros de la legión de Balt o la horda de Zal también, para que Síderos pueda tener un futuro que no marque la guerra- se relamió los labios un instante. Se le habían secado-. Kai, Madara, necesito pediros un favor. Krauser, no podría confiar en nadie tanto como en ti, así que te espero junto a los demás- No se dirigió a Kedra, pero tras uno o dos segundos decidió que sería lo mejor-. Si quieres demostrar algo es el momento, Pesadilla- miró el mapa por un instante, tratando de buscar un lugar cómodo para todos-. Os insto a todos a reunirnos en el naciente más oriental de Encuentro. T12, para aliados de Zilda. Kai, tengo algo que ofrecerte. Madara, no sé cuál es tu precio, pero puedo duplicarlo. Os espero a todos en cinco minutos en las coordenadas que os he dado. Los que no vengáis... Bueno, no puedo culparos por no creerme.
¿Que cuál era el plan? Necesitaba antes a sus propios generales para trazarlo. Sin saber si alguien iría al lugar escucharía lo que el Okama tuviera que decirle y marcharía hacia la ruta prevista. Zilda ya era consciente de que tenía un enemigo más.
-¿A quién debo creer? Todos dicen ser el bueno- preguntó al okama que le había contestado anteriormente. Con suerte los que habían escapado habrían dejado de verlo un peligro inminente y se acercarían para también poder responder a sus dudas. Eran muchas, difíciles y tenía prisa. No quería dar un paso en falso, y la única opción que tenía, tras todo lo que sabía, era una. Sabía muy poco, pero con seguridad había algo que convertiría la isla en un lugar seguro y relativamente pacífico.
Suspiró, y sacó un par de Den Den mushis del bolsillo. Ambos azules, pero uno de caparazón gris y otro negro como la noche. Uno vendado, mientras que los ojos del otro tenían dorada la pupila. Mientras esperaba la respuesta del nativo marcó el primer botón. Krauser y Kedra. Si habían acudido a Síderos y llevaban el aparato encima tenían todo el derecho a saber. Activó su comunicador para dirigirse a los demás miembros de Zilda. Una vez los Den Den mushis fueran contestados o se colgaran, hablaría en cuatro vías: El comunicador de Zilda, el auricular de Blue Rose y los caracolófonos de la Pesadilla y el ex-Almirante. Si luego tenía tiempo era momento de llamar a más gente.
-Mi nombre es Dexter Black...
Empezó con aquellas palabras y respiró profundamente, meditando muy bien cada palabra que iba a decir a continuación. Todo podía torcerse o cambiar en un instante, y podía estar arriesgando la vida de muchos por una corazonada. Muchos, de hecho, lo más probable era que no lo creyesen.
-Este mensaje va dirigido a todos los valientes que han decidido ayudar al pueblo de Síderos luchando en Encuentro- ¿Kedra estaría? Dudaba que se molestase en ir, pero tenía la oportunidad de acometer matanzas gratuitamente y con suerte no la habría desaprovechado-. Quiero anunciar que hoy mi lealtad ha sido puesta a prueba, y ha perdido. He encontrado supervivientes de la guerra, y han acusado a la facción de Zilda de provocar este conflicto- de rumor a constatación había una larga distancia, pero por el momento iba a dejar ese detalle oculto-. Propongo a todos los aliados de Zilda que se replanteen su lealtad, y no sólo a ellos. Los miembros de la legión de Balt o la horda de Zal también, para que Síderos pueda tener un futuro que no marque la guerra- se relamió los labios un instante. Se le habían secado-. Kai, Madara, necesito pediros un favor. Krauser, no podría confiar en nadie tanto como en ti, así que te espero junto a los demás- No se dirigió a Kedra, pero tras uno o dos segundos decidió que sería lo mejor-. Si quieres demostrar algo es el momento, Pesadilla- miró el mapa por un instante, tratando de buscar un lugar cómodo para todos-. Os insto a todos a reunirnos en el naciente más oriental de Encuentro. T12, para aliados de Zilda. Kai, tengo algo que ofrecerte. Madara, no sé cuál es tu precio, pero puedo duplicarlo. Os espero a todos en cinco minutos en las coordenadas que os he dado. Los que no vengáis... Bueno, no puedo culparos por no creerme.
¿Que cuál era el plan? Necesitaba antes a sus propios generales para trazarlo. Sin saber si alguien iría al lugar escucharía lo que el Okama tuviera que decirle y marcharía hacia la ruta prevista. Zilda ya era consciente de que tenía un enemigo más.
- Zilda (T12?). Krauser y Kedra, leedlo:
- La lío parda intentando una traición masiva a Zilda. Luego intento volar a R12.
Aki D. Arlia
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
De repente sonó un sonoro 'Boing' en la zona. Miré a mi alrededor, la central estaba activada. Escuché al dragón detrás de mi hablar acerca de que no nos necesitaban. En verdad, volver al centro parecía ser la mejor de las ideas. Iba a seguirlo cuando me percaté de que había alguien observándome. Era otra vez ese chico, el que se había empeñado en salvar a la marine rubia.
Alcé una ceja, curiosa. ¿Tenía monos en la cara? Miraba mi ropa como si hubiera algo extraño con ella. Sonreí ligeramente mientras pasaba de largo detrás del dragón. Lo más seguro es que me hubiera reconocido... no iba a dejarlo estar. No me gustaba su actitud y no me gustaba que me mirase tan fijamente como si yo fuera una atracción de feria. Pirata o no, estábamos todos en el mismo bando. Pasé a mi forma completa y me elevé unos metros en el aire sin acelerar todavía, pensando qué hacer. Por suerte, en ese mismo momento la casualidad decidió por mi.
El héroe que antes se había sacrificado por su equipo estaba sano y salvo de vuelta con ellos. Se acercó a la chica rubia para confortarla; al verlos juntos quedaba más que claro que eran pareja. Les dirigí una última mirada y me di la vuelta tras haber activado el poder de mi akuma. El chico moreno iba a sentir mucho, mucho calor por su capitán en apenas unos segundos. Ojalá le interrumpiera en mitad de su discurso. Tan solo lo sentía por la chica rubia... y por no quedarme a ver el espectáculo. Aunque de hacerlo solo llamaría la atención, pintaba divertido. Sin embargo, aceleré y perseguí al dragón.
- Vamos hacia la batalla, seguramente nos necesiten. Tú guías, yo te controlo. A por ello.
Mientras volaba por el aire, dejé que la sonrisa se extendiera libremente por mi rostro. Oh, se lo merecía. Seguramente lo relacionaran conmigo, no es que entre las alas y la cola pudiera disimular mi naturaleza demoníaca. Pero de todas maneras era un precio pequeño por divertirme un rato. Zuko también era marine, ¿No? Seguramente después de la guerra pudiera enterarse de lo que había ocurrido en alguna... sala de reuniones... o donde fuera que intercambiaran chismes en el cuartel. Tendría que acordarme de comentárselo, pero de momento lo importante era llegar pronto a la batalla.
Alcé una ceja, curiosa. ¿Tenía monos en la cara? Miraba mi ropa como si hubiera algo extraño con ella. Sonreí ligeramente mientras pasaba de largo detrás del dragón. Lo más seguro es que me hubiera reconocido... no iba a dejarlo estar. No me gustaba su actitud y no me gustaba que me mirase tan fijamente como si yo fuera una atracción de feria. Pirata o no, estábamos todos en el mismo bando. Pasé a mi forma completa y me elevé unos metros en el aire sin acelerar todavía, pensando qué hacer. Por suerte, en ese mismo momento la casualidad decidió por mi.
El héroe que antes se había sacrificado por su equipo estaba sano y salvo de vuelta con ellos. Se acercó a la chica rubia para confortarla; al verlos juntos quedaba más que claro que eran pareja. Les dirigí una última mirada y me di la vuelta tras haber activado el poder de mi akuma. El chico moreno iba a sentir mucho, mucho calor por su capitán en apenas unos segundos. Ojalá le interrumpiera en mitad de su discurso. Tan solo lo sentía por la chica rubia... y por no quedarme a ver el espectáculo. Aunque de hacerlo solo llamaría la atención, pintaba divertido. Sin embargo, aceleré y perseguí al dragón.
- Vamos hacia la batalla, seguramente nos necesiten. Tú guías, yo te controlo. A por ello.
Mientras volaba por el aire, dejé que la sonrisa se extendiera libremente por mi rostro. Oh, se lo merecía. Seguramente lo relacionaran conmigo, no es que entre las alas y la cola pudiera disimular mi naturaleza demoníaca. Pero de todas maneras era un precio pequeño por divertirme un rato. Zuko también era marine, ¿No? Seguramente después de la guerra pudiera enterarse de lo que había ocurrido en alguna... sala de reuniones... o donde fuera que intercambiaran chismes en el cuartel. Tendría que acordarme de comentárselo, pero de momento lo importante era llegar pronto a la batalla.
- Balt:
- Mirar todo, utilizar mi habilidad Manipulaciónpara que Tobias sienta un deseo irrefrenable por Kimura y salir volando detrás de Zuko
Yarmin Prince
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Estábamos siguiendo a una libélula. A. Una. Puta. Libélula. Parece que tanto Teravan como yo estamos hartos de seguir a este idiota, pero con él seguimos estando más seguros que... Un momento, estamos ante toda la horda. Pero, aún así... ¿Entrar en combate directo? No sé hasta qué punto podría compensarnos. Y desde luego, mucha información no vamos a obtener de una horda descerebrada y una horda descerebrada con lanzamisiles. Aunque la lógica dicta que podríamos conseguir lanzamisiles... No compensa. ¿Debería explicárselo a Teravan, ahora que se supone mi amigo, o debería dejarlo seguir su estúpido plan de encontrar un sentido a esto? Es una buena pregunta, y la respuesta más sencilla era la tercera opción.
-Estamos muy cerca de la puerta ya, y si estamos buscando información el mejor proveedor será uno que no esté ocupado arrancándole el cuello a su amigo del alma, ¿No crees?- hice una pausa mientras me encaminaba a seguir al hombre pez-. Además, seguro que si se lo pedimos educadamente nos ayuda... Bueno, eso espero. Pero tengo una idea por si acaso.
Me acerqué al gyojin rápidamente y traté de poner la mano sobre su hombro.
-Maki, ¿Serías tan amable de escoltarnos, por favor? Da puntos de experiencia- "Encantado, señor", esperaba que dijese, aunque no sabía cuál sería su respuesta. La verdad, nunca lo había visto de traje y deseaba verlo algún día. Sería grotescamente perfecto.
Me acerqué de nuevo a Teravan, y entonces le susurré al oído:
-En la ciudad estamos más seguros, y cuando uno de los bandos gane sólo tenemos que hacernos los idiotas. Con Augustus al lado será sencillo. ¿Qué te parece?
-Estamos muy cerca de la puerta ya, y si estamos buscando información el mejor proveedor será uno que no esté ocupado arrancándole el cuello a su amigo del alma, ¿No crees?- hice una pausa mientras me encaminaba a seguir al hombre pez-. Además, seguro que si se lo pedimos educadamente nos ayuda... Bueno, eso espero. Pero tengo una idea por si acaso.
Me acerqué al gyojin rápidamente y traté de poner la mano sobre su hombro.
-Maki, ¿Serías tan amable de escoltarnos, por favor? Da puntos de experiencia- "Encantado, señor", esperaba que dijese, aunque no sabía cuál sería su respuesta. La verdad, nunca lo había visto de traje y deseaba verlo algún día. Sería grotescamente perfecto.
Me acerqué de nuevo a Teravan, y entonces le susurré al oído:
-En la ciudad estamos más seguros, y cuando uno de los bandos gane sólo tenemos que hacernos los idiotas. Con Augustus al lado será sencillo. ¿Qué te parece?
- Zal:
- Intento camelarme a Maki con un please y a Teravan con el uso de razón.
Krieg
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por mucho que esté en guerra, por mucho que siga moviéndome hacia los soldados y mandando las órdenes… no puedo ignorar ese mensaje. Me niego a que mi bando sucumba a la deserción.
- Supongamos que los refugiados que ha encontrado, señor Black, digan la verdad. Supongamos que este conflicto ha sido causado inicialmente por Zilda. Tomemos ese axioma –nunca se me han dado bien las palabras, no demasiado, no cuando tengo que competir contra esa presencia-.¿Qué lo provocó? ¿Una diferencia racial? ¿Un dominio injusto? No se ha planteado ninguna de estas preguntas, o al menos no lo parece. Estamos en guerra contra unos bárbaros que proclaman la superioridad racial en base a mutaciones, insertos animales y atentados contra la naturaleza. Estamos en guerra contra gente que parece llevarse por dioses… DIOSES- recalco con sarcasmo- . Criaturas de ficción diseñadas para salvaguardar las psiques de humanos asustados incapaces de aceptar la inevitabilidad del sufrimiento, del paso del tiempo, de la muerte. Estamos en guerra con personas que usan la ingeniería para la guerra en vez de para el bien del mundo, para gente cuyo apasionado líder comete el acto de amputarse un brazo para inspirar legiones en su nombre. Estamos en guerra con aquellos que alaban a la muerte… aunque de estas personas, sin conocer su grado de fanatismo, no tengo tantas quejas. Y luego está Zilda, una ciudad que busca el saber, cuyos seres humanos han dejado el arte a un lado por la ciencia, para un futuro mejor sacrificando su… - disfrute- parte de su humanidad. Supongamos…- tragué- Supongamos que Zilda ha causado esta guerra, por una razón u otra. Supongamos que cometió un error hace tantos años y que quiere arreglar las cosas. Podemos suponer muchas cosas y tomar cuantos axiomas queramos ante los rumores y susurros… pero no podremos saber si son más que una ilusión. Tenemos pocas verdades de las que fiarnos. La razón más importante para no desertar es que las demás facciones no son tan… razonables como esta, y que si paramos ahora ellas tomarán esta isla. Un reino en base a uno de las otras facciones me parece mucho más… menos humano. Claro que habrá cosas que discutir si Zilda gana esta guerra, pero son los únicos con los que parece que se pueda hablar. Ellos persiguen el saber. Eso es lo bueno del conocimiento, que cambia, que se adapta y que mejora. El conocimiento no es una filosofía, no es una religión, no es algo apasionado… El conocimiento es una verdad, una verdad mutable según las condiciones del entorno, según la realidad en la que se encuentre. Pero cuyo fin siempre ha sido bueno, simplemente entender, aunque, a veces, se haya torcido por los intereses. - ¿Cómo expresarlo cuando las palabras no se corresponden a tus pensamientos, cuando la idea es más poderosa que la palabra?
Miro hacia el bosque. Pronto llegará gente con la que no se puede… No. Con quien se niega a razonar. Vuelvo a activar el comunicador.
- Por favor, no abandone esta guerra. Sirva a la razón, hasta que haya una verdadera razón para abandonarla. Agente Alfa, esperando los refuerzos de defensa de la primera torre al este del desembarco. – No tengo fe. No tengo esperanza. Deberé adaptarme, sea cual sea el resultado. Debo prevalecer.
- Supongamos que los refugiados que ha encontrado, señor Black, digan la verdad. Supongamos que este conflicto ha sido causado inicialmente por Zilda. Tomemos ese axioma –nunca se me han dado bien las palabras, no demasiado, no cuando tengo que competir contra esa presencia-.¿Qué lo provocó? ¿Una diferencia racial? ¿Un dominio injusto? No se ha planteado ninguna de estas preguntas, o al menos no lo parece. Estamos en guerra contra unos bárbaros que proclaman la superioridad racial en base a mutaciones, insertos animales y atentados contra la naturaleza. Estamos en guerra contra gente que parece llevarse por dioses… DIOSES- recalco con sarcasmo- . Criaturas de ficción diseñadas para salvaguardar las psiques de humanos asustados incapaces de aceptar la inevitabilidad del sufrimiento, del paso del tiempo, de la muerte. Estamos en guerra con personas que usan la ingeniería para la guerra en vez de para el bien del mundo, para gente cuyo apasionado líder comete el acto de amputarse un brazo para inspirar legiones en su nombre. Estamos en guerra con aquellos que alaban a la muerte… aunque de estas personas, sin conocer su grado de fanatismo, no tengo tantas quejas. Y luego está Zilda, una ciudad que busca el saber, cuyos seres humanos han dejado el arte a un lado por la ciencia, para un futuro mejor sacrificando su… - disfrute- parte de su humanidad. Supongamos…- tragué- Supongamos que Zilda ha causado esta guerra, por una razón u otra. Supongamos que cometió un error hace tantos años y que quiere arreglar las cosas. Podemos suponer muchas cosas y tomar cuantos axiomas queramos ante los rumores y susurros… pero no podremos saber si son más que una ilusión. Tenemos pocas verdades de las que fiarnos. La razón más importante para no desertar es que las demás facciones no son tan… razonables como esta, y que si paramos ahora ellas tomarán esta isla. Un reino en base a uno de las otras facciones me parece mucho más… menos humano. Claro que habrá cosas que discutir si Zilda gana esta guerra, pero son los únicos con los que parece que se pueda hablar. Ellos persiguen el saber. Eso es lo bueno del conocimiento, que cambia, que se adapta y que mejora. El conocimiento no es una filosofía, no es una religión, no es algo apasionado… El conocimiento es una verdad, una verdad mutable según las condiciones del entorno, según la realidad en la que se encuentre. Pero cuyo fin siempre ha sido bueno, simplemente entender, aunque, a veces, se haya torcido por los intereses. - ¿Cómo expresarlo cuando las palabras no se corresponden a tus pensamientos, cuando la idea es más poderosa que la palabra?
Miro hacia el bosque. Pronto llegará gente con la que no se puede… No. Con quien se niega a razonar. Vuelvo a activar el comunicador.
- Por favor, no abandone esta guerra. Sirva a la razón, hasta que haya una verdadera razón para abandonarla. Agente Alfa, esperando los refuerzos de defensa de la primera torre al este del desembarco. – No tengo fe. No tengo esperanza. Deberé adaptarme, sea cual sea el resultado. Debo prevalecer.
- Zilda. AGENTE ALFA:
En el anterior post.
Escribir CONOCIMIENTO, luego SABER si no lo acepta. En tercera instancia PAZ.
Dar protocolo de acción a mi segundo al mando para que informe a sus hombres (aguantar primera oleada con potencia de fuego, cuando la segunda se pegue a la primera por la espalda activar los explosivos para crear el caos en sus tropas, aprovechar esto para seguir diezmando las oleadas con potencia de fuego) Solicitarle información sobre ZAL (tácticas y eso, bélica), PREGUNTAR CUALES SON LOS GENTILICOS (llevo comiéndome la cabeza con ZILDENSE O ZILDARIANO) de cada facción.
Comprobar la toma de la torre (quedándome en su interior para seguir probando códigos a ver qué tal)( de ser tomada ir a tomar posiciones con el equipo de asalto).
Compruebo[Q15] por la red de información mediante mi dispositivo.
Solicitar los refuerzos que ya pedí en post anteriores. Decir que informen de los explosivos (posicones este a sur del claro de la central) a quien venga de refuerzos (que luego la gente se mete y se convierte en chocapic)
EDIT" Añadido al final la info de que no había nada en la casilla que comprobé (que lo omitieron y he preguntado respecto a esto)
Y entonces (Post respuesta del maldito Dexter que me va a dejar solo en Zilda)
Responder al mensaje de Dexter mientras continuo con mis acciones de mi previo post
Ban Midou IV
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Los ojos del mafioso se entrecerraron unos momentos cuanto el peliblanco le dio aquella orden. No podía estar hablando en serio. Le estaba dejando a él un trabajo sucio y peligroso, pero ya se lo esperaba. El peliblanco era un tipo listo después de todo, pero antes no contaba con Midou en sus filas. Ahora la cosa le iba a salir bien o bien por narices, pues él estaría a salvo la liase el príncipe serpiente o no. El joven se ajustó unos momentos la camisa blanca y después empezó a caminar despacio hacia aquellos cables de colores. Se quedó mirando los tres con una expresión seria y tomó los alicates con toda la tranquilidad del mundo. Sabía que no lo haría explotar, el otro anular, pero el tercero no le cuadraba. De todas formas, no tardó mucho en mirar a su líder con una expresión calmada.
- Sarka confía en sus máquinas y en los leales hombres que las usan. No creo que fichen personas rebeldes o que hagan lo que les dé la gana. Si están señalándonos el cable con flechitas, está claro que es ese. No serían tan idiotas como para perder una central cerca de su territorio.
El espadachín apretó un poco el cable verde, pero sin llegar a cortarlo. Después de unos momentos se mantuvo callado y le echó una rápida ojeada al tiempo que había señalado en aquellos números rojos. Quedaba poco y estaba seguro de que algo malo iba a pasar si no tomaban una decisión. Una sonrisa ladeada se formó en su rostro y finalmente volvió a mirar a su jefe con toda la calmada del mundo.
- El verde es el color de la esperanza…jefe…
Y sin pensárselo cortó el verde con fuerza. Activó su forma intangible por si las moscas y después decidió que fuese el destino quien juzgase sus actos.
- Sarka confía en sus máquinas y en los leales hombres que las usan. No creo que fichen personas rebeldes o que hagan lo que les dé la gana. Si están señalándonos el cable con flechitas, está claro que es ese. No serían tan idiotas como para perder una central cerca de su territorio.
El espadachín apretó un poco el cable verde, pero sin llegar a cortarlo. Después de unos momentos se mantuvo callado y le echó una rápida ojeada al tiempo que había señalado en aquellos números rojos. Quedaba poco y estaba seguro de que algo malo iba a pasar si no tomaban una decisión. Una sonrisa ladeada se formó en su rostro y finalmente volvió a mirar a su jefe con toda la calmada del mundo.
- El verde es el color de la esperanza…jefe…
Y sin pensárselo cortó el verde con fuerza. Activó su forma intangible por si las moscas y después decidió que fuese el destino quien juzgase sus actos.
- Sarka:
- Hablar con Meneror, cortar el verde tras la teoría de Ban y creer en su destino. Activar forma intangible por sí las moscas.
Gera
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Gera se siente confusa haber estado mirando cada parte de aquel lugar la había dejado un poco trastocada. No había nada que hacer allí, al menos para ella no. Su ceño se frunce y mira a la chica que está con ella. ¿Qué debería hacer? se pregunta mientras camina por la central.
A medida que el tiempo iba corriendo, la muchacha se sentía indecisa. Un soldado le dio la información que necesitaba. En el suroeste están librando una gran batalla, pero si ella podía ayudar de otra manera, lo haría. La lucha no es su fuerte, quizá tenga más posibilidades asistiendo a los heridos y no, arriesgándose a morir, al fin y al cabo había caído en ese lugar de una manera extraña.
La ciudad imperial... repite la muchacha tras haber escuchado al soldado referirse a ella. Quizá podría intentar ir hasta allí y ver qué hay, arriesgarse es una buena manera de encontrar lo que necesita para su cometido. Lo cierto es que Gera no tenía muy claro dónde estaba ni qué podría encontrarse allí, pero ¿qué otra posibilidad tenía? Debía buscar una solución y dada su escasez de plantas y provisiones quizá fuese la mejor solución. La ciudad imperial, con ese nombre tenía que ser grandiosa, solo esperaba que estuviese tomada por las tropas de Balt... lo cierto era que temía que fuese a meterse en la boca del lobo.
Al menos, debía intentarlo.
Gracias señor, tendré en cuenta sus palabras y todo lo que me ha dicho. Cuide su cabeza, no querríamos perder a muchos de los nuestros.
Con la misma se giró y se marchó por la puerta de la central, un nuevo destino estaba esperándola. Con miedo, incertidumbre y un poco de inquietud se giró hacia la muchacha y le preguntó: ¿Vendrás conmigo o harás tu propio camino? Si quieres venir serás bien recibida y sino, te deseo lo mejor y que volvamos a vernos.
A medida que el tiempo iba corriendo, la muchacha se sentía indecisa. Un soldado le dio la información que necesitaba. En el suroeste están librando una gran batalla, pero si ella podía ayudar de otra manera, lo haría. La lucha no es su fuerte, quizá tenga más posibilidades asistiendo a los heridos y no, arriesgándose a morir, al fin y al cabo había caído en ese lugar de una manera extraña.
La ciudad imperial... repite la muchacha tras haber escuchado al soldado referirse a ella. Quizá podría intentar ir hasta allí y ver qué hay, arriesgarse es una buena manera de encontrar lo que necesita para su cometido. Lo cierto es que Gera no tenía muy claro dónde estaba ni qué podría encontrarse allí, pero ¿qué otra posibilidad tenía? Debía buscar una solución y dada su escasez de plantas y provisiones quizá fuese la mejor solución. La ciudad imperial, con ese nombre tenía que ser grandiosa, solo esperaba que estuviese tomada por las tropas de Balt... lo cierto era que temía que fuese a meterse en la boca del lobo.
Al menos, debía intentarlo.
Gracias señor, tendré en cuenta sus palabras y todo lo que me ha dicho. Cuide su cabeza, no querríamos perder a muchos de los nuestros.
Con la misma se giró y se marchó por la puerta de la central, un nuevo destino estaba esperándola. Con miedo, incertidumbre y un poco de inquietud se giró hacia la muchacha y le preguntó: ¿Vendrás conmigo o harás tu propio camino? Si quieres venir serás bien recibida y sino, te deseo lo mejor y que volvamos a vernos.
- Balt:
- hablar con el soldado, dirigirse a Dafne y preguntarle si la acompaña, irse hacia la puerta y marcharse a la ciudad imperial.
Lothar Dan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Durante el camino por las ruinas de esa monumental ciudad pude notar varias veces como si me miraran desde las ruinas y las sombras. No veía a nadie cuando me giraba, pero estaba seguro que la sensación era real. También era curioso no ver animales por allí, ¿Hasta a ellos se habían cargado en esos veinte años? Cuando íbamos de camino Castor soltó un profundo discurso sobre la guerra y lo que está bien y mal. Parecía estar en un momento de transcendencia bastante profunda. La joven no parecía estar muy afectada por aquel discurso, parecía distraída.
Cuando llegamos hasta las centrales, nos dimos cuenta de que había una nota. Según la misma, debíamos activar molinos uno a uno. Los molinos estaban en el río, y por lo tanto no eran accesibles a nosotros por ser usuarios. Al chico se le ocurrió una idea, que Azula usara sus rayos para activar aquel mecanismo. No tenía mucha idea de mecánica, pero si se parecía algo a los robots, esa descarga podía freír los circuitos y destruir todo.
-No creo que sea buena idea, si se pasa con la descarga, podemos salir volando por los aires. Sin embargo, si pudieras hacer un camino con ese material que generas, con un poco de esfuerzo, más la ayuda del agua no debería ser muy difícil comenzar a activar cada molino. Además, puede que una descarga lo active de forma momentánea y no de forma indefinida.
Con esta pequeña aclaración comentada en alto, esperaba que pudiéramos hacer esto rápido y avanzar a la siguiente estación antes de que lo hicieran nuestros enemigos. Esperaba que ambos confiaran en mi criterio como científico. De no ser así, no estaría cerca de aquel aparato cuando le dieran la descarga. Les sería más útil si seguía consciente y eso explotaba para salvarles la vida.
Cuando llegamos hasta las centrales, nos dimos cuenta de que había una nota. Según la misma, debíamos activar molinos uno a uno. Los molinos estaban en el río, y por lo tanto no eran accesibles a nosotros por ser usuarios. Al chico se le ocurrió una idea, que Azula usara sus rayos para activar aquel mecanismo. No tenía mucha idea de mecánica, pero si se parecía algo a los robots, esa descarga podía freír los circuitos y destruir todo.
-No creo que sea buena idea, si se pasa con la descarga, podemos salir volando por los aires. Sin embargo, si pudieras hacer un camino con ese material que generas, con un poco de esfuerzo, más la ayuda del agua no debería ser muy difícil comenzar a activar cada molino. Además, puede que una descarga lo active de forma momentánea y no de forma indefinida.
Con esta pequeña aclaración comentada en alto, esperaba que pudiéramos hacer esto rápido y avanzar a la siguiente estación antes de que lo hicieran nuestros enemigos. Esperaba que ambos confiaran en mi criterio como científico. De no ser así, no estaría cerca de aquel aparato cuando le dieran la descarga. Les sería más útil si seguía consciente y eso explotaba para salvarles la vida.
- Zal:
- Divagar, advertir que no es buena idea y sugerir otra. Alejarme si van a continuar con el rayo.
Invitado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Un escalofrío recorrió la espalda del luchador cuando aquel tipo enfermizo hizo aquello. Vestir de rosa era demasiado raro incluso para él. Se rascó un momento la cabeza y se dio cuenta de que aquello estaba activado. Soltó un pequeño suspiro y después se cruzó de brazos. Pasó la lengua por sus dientes y después de unos momentos esperó las órdenes que tuviese en ese preciso momento. En ese momento escuchó sus palabras y una sonrisa calmada se mostró en su rostro, inclinando él también la cabeza hacia aquella persona.
- Lo mismo puedo decir, Ivan-san. Cualquiera que tenga la sangre de Lord Derian será protegido por mí hasta que muera. – Mencionó de forma amistosa.
En ese momento se quedó mirando el chisme que tenía en su mano. Era lo que le habían dado los de su grupo para que les ayudase en sus misiones. Al parecer podría darles algún tipo de arma, poder o cualquier cosa rara. El lobo blanco ladeó un poco la cabeza y en ese momento soltó un enorme suspiro. Acto seguido tendió aquel objeto hacia Ivan y después habló en un tono relajado y tranquilo.
- Puedes quedártelo si quieres. Va en contra de mi forma de vida el usar objetos para pelear. Mis propios puños serán los que decidan mi camino.
La bestia se transformó en su forma completa y dejó que los demás montasen en su espalda, escuchando después las palabras del vampiro. Debía darle la razón, pues él mismo estaba deseando terminar la guerra para enfrentarse a aquella bestia que lideraba a los miembros de Zal. El cánido aceleró su velocidad por el cielo mientras entrecerraba los ojos y hablaba en un tono bastante tranquilo, aunque su ojo derecho continuaba emitiendo aquel destello rojo.
- En eso estamos de acuerdo. En cuanto termine esta idiotez, terminaré mi batalla con el pretor. Creo que es la única motivación que tengo en esta isla… No hay nadie con quien pueda batirme en combate hasta que mi cuerpo me pida parar…
- Zal:
- Hablar con Ivan, darle mi chisme y poner rumbo a la central que ordena.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.