Worgulv
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Akuma no mi
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El pequeño muchacho también irradiaba una furia y una rabia venidas de la humillación y las ganas de venganza. Pareció coincidir en la idea que entrar en sigilo en un edificio deshabitado y lleno de sustos dignos de un bebe, no era un plan acorde a las opiniones de ninguno.
Cuando ambos salieron de la central, el hombre contemplo la entrada al paraíso prometido por los dioses, el humo se extendía por los aires, las explosiones se sucedían en segundos, los gritos de los hombres, el choque de los metales, eso era lo que el hombre ansiaba, la batalla de proporciones gigantescas que había ansiado desde que era pequeño. Sin decir una palabra, se formaron unas alas a su espalda, que le hicieron despegar con fuerza del suelo, su camarada también había pensado lo mismo pues su artilugio también se formó en su espalda, raudos se dirigieron hacia la batalla.
Los hombres gritaban, las bestias rugían, los motores y las explosiones los enmudecían, todo era un caos de carne y metal, el hombre no puedo evitar una carcajada, cuando llegaron al campo de batalla el hombre grito con alegría sus oraciones, enarbolando sus dos armas, preparado para hacer gala de lo que podía hacer con ellas. Arthur se lanzó directamente al ojo del huracán, invocando el poder de la voluntad, pero en él era de otro color, curioso. El chico aterrizo cerca de donde lo que parecía un humanoide y su líder estaban en una batalla que se podía llevar por delante a cualquiera en su camino, el hombre invoco también la fuerza de su voluntad y se propuso a bajar en picado.
Tenía dos opciones, mermar las fuerzas enemigas o… bajar a toda velocidad hacia un reto de verdad y aprovechar una apertura en la batalla de los lideres e intentar clavar el hacha gélida en el cuerpo de esa bestia verde lo más rápido que pudiese y alejarse, parecía tener bastante fuerza y no quería acabar aplastado, por alguna extraña razón, escuchaba abajo los gritos inspiradores de su camarada, tenía razón, dejarse arrollar no era una opción, quien ataca primero, puede atacar dos veces.
Worgulv cayó en picado con el hacha gélida preparada para asestar un golpe rápido, pero con fuerza a la parte trasera de las extremidades inferiores, y remontar el vuelo, si era necesario se protegería con el martillo. Si se reduce la movilidad de la bestia, se pueden aumentar sus posibilidades de caer en combate. Toda su voluntad estaba en poder cortar con su hacha, no abandonaría sin una batalla digna, esta vez no.
Cuando ambos salieron de la central, el hombre contemplo la entrada al paraíso prometido por los dioses, el humo se extendía por los aires, las explosiones se sucedían en segundos, los gritos de los hombres, el choque de los metales, eso era lo que el hombre ansiaba, la batalla de proporciones gigantescas que había ansiado desde que era pequeño. Sin decir una palabra, se formaron unas alas a su espalda, que le hicieron despegar con fuerza del suelo, su camarada también había pensado lo mismo pues su artilugio también se formó en su espalda, raudos se dirigieron hacia la batalla.
Los hombres gritaban, las bestias rugían, los motores y las explosiones los enmudecían, todo era un caos de carne y metal, el hombre no puedo evitar una carcajada, cuando llegaron al campo de batalla el hombre grito con alegría sus oraciones, enarbolando sus dos armas, preparado para hacer gala de lo que podía hacer con ellas. Arthur se lanzó directamente al ojo del huracán, invocando el poder de la voluntad, pero en él era de otro color, curioso. El chico aterrizo cerca de donde lo que parecía un humanoide y su líder estaban en una batalla que se podía llevar por delante a cualquiera en su camino, el hombre invoco también la fuerza de su voluntad y se propuso a bajar en picado.
Tenía dos opciones, mermar las fuerzas enemigas o… bajar a toda velocidad hacia un reto de verdad y aprovechar una apertura en la batalla de los lideres e intentar clavar el hacha gélida en el cuerpo de esa bestia verde lo más rápido que pudiese y alejarse, parecía tener bastante fuerza y no quería acabar aplastado, por alguna extraña razón, escuchaba abajo los gritos inspiradores de su camarada, tenía razón, dejarse arrollar no era una opción, quien ataca primero, puede atacar dos veces.
Worgulv cayó en picado con el hacha gélida preparada para asestar un golpe rápido, pero con fuerza a la parte trasera de las extremidades inferiores, y remontar el vuelo, si era necesario se protegería con el martillo. Si se reduce la movilidad de la bestia, se pueden aumentar sus posibilidades de caer en combate. Toda su voluntad estaba en poder cortar con su hacha, no abandonaría sin una batalla digna, esta vez no.
- Sarka:
- Volar hacia la batalla - evaluar situación - activar haki - inspirado por su camarada, tomar la arriesgada decisión de atacar a un pretor
Bizvan
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Akuma no mi
Varios
No pude hacer nada al ver al capitán caer por el vacío.* ¿Está muerto? *no era posible, no él. Por unos momentos permanecía absorto de todo a mi alrededor, mis piernas no querían moverse para mirar por el borde. No estoy seguro de cuánto tiempo permanecí de esa manera, era como si el tiempo hubiese dejado de fluir de la manera normal.
Un sonido extraño comenzó a escucharse, justo cuando comenzaba a preguntarme qué clase de cosa podía hacer eso, para mi asombro Kimura parecía haber activado algún mecanismo extraño y se encontraba a salvo.
Solté un suspiro de alivio y esperé a que el hombre terminara de subir de nuevo.
Miré a mí alrededor, buscando al marine que nos había acompañado, pero este se encontraba en compañía de una mujer de cabello rojo. Estaba seguro de haber visto su rostro en alguna parte, pero ahora mismo no era capaz de recordar donde fue.
La mujer y el marine se marcharon, creo que no se sentía cómodo entre nosotros o tenía otros planes ahora que se encontraba con su compañera.
Tobías se acercó para hablar un poco conmigo.- Muh… Las fuerzas de Balt parecían ser lo bastante numerosas como para soportar una lucha a largo plazo, es probable que para cuando lleguemos la batalla esté por acabar… Aunque en el peor de los casos, puede que las tropas enemigas sean más fuertes y nos dirijamos a la boca del lobo. –no conocía el poder de nuestros enemigos, así que solo estaba especulando.
Kimura por fin regresó y lo primero que realizó fue dar otro discurso. Me sentía feliz de que el pelirrojo se encontrara bien. Tras terminar de hablar comenzó a caminar rumbo al sur.
No había necesidad de indicarnos que era hora de movernos. Tomé la posición que me había asignado hace unos minutos y caminé en compañía de mis nakamas.
Un sonido extraño comenzó a escucharse, justo cuando comenzaba a preguntarme qué clase de cosa podía hacer eso, para mi asombro Kimura parecía haber activado algún mecanismo extraño y se encontraba a salvo.
Solté un suspiro de alivio y esperé a que el hombre terminara de subir de nuevo.
Miré a mí alrededor, buscando al marine que nos había acompañado, pero este se encontraba en compañía de una mujer de cabello rojo. Estaba seguro de haber visto su rostro en alguna parte, pero ahora mismo no era capaz de recordar donde fue.
La mujer y el marine se marcharon, creo que no se sentía cómodo entre nosotros o tenía otros planes ahora que se encontraba con su compañera.
Tobías se acercó para hablar un poco conmigo.- Muh… Las fuerzas de Balt parecían ser lo bastante numerosas como para soportar una lucha a largo plazo, es probable que para cuando lleguemos la batalla esté por acabar… Aunque en el peor de los casos, puede que las tropas enemigas sean más fuertes y nos dirijamos a la boca del lobo. –no conocía el poder de nuestros enemigos, así que solo estaba especulando.
Kimura por fin regresó y lo primero que realizó fue dar otro discurso. Me sentía feliz de que el pelirrojo se encontrara bien. Tras terminar de hablar comenzó a caminar rumbo al sur.
No había necesidad de indicarnos que era hora de movernos. Tomé la posición que me había asignado hace unos minutos y caminé en compañía de mis nakamas.
- Resumen Balt:
- Hablar con Tobí. -Seguir a Kimura.
Normas del Capítulo:
- Se podrá postear cuantas veces se desee, dejando tres mensajes entre envío y envío. Sin embargo, sólo se tendrá en cuenta el último de estos.
- Cada post debe ir acompañado de un Spoiler titulado como la facción a la que pertenecéis. En él debéis resumir el transcurso de vuestras acciones (incluyendo posts anteriores). Si un post no tiene resumen, no será tenido en cuenta a la hora de moderar.
- Se moderará cada 48-72 horas. Sin embargo, se pide que no posteéis más allá de las 48.
- Se obtiene lo merecido según el riesgo y la calidad de las acciones.
- No se tendrá en cuenta la longitud de los posts a la hora de determinar la experiencia.
- Cada post debe tener un mínimo de 300 palabras.
- Si un post tiene más de quince faltas de ortografía por párrafo, no se tendrá en cuenta.
- A pesar de que ya no exista, el barco de Sons of Anarchy podría ser destruido de nuevo.
- Existe la ley del plot, pero no funciona si no sigues la personalidad de tu personaje. No va a haber avisos.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Tres saltos consecutivos de turno implican la retirada del capítulo o la muerte del personaje, según si la situación era de riesgo o no.
- Mucha gente ha pedido despertar Haki del Rey. Sólo uno lo despertará. Trabajáoslo.
- El metarrol se paga con hierro.
- En general, si os portáis bien, se os recompensa. Si no... Bueno, no queréis saberlo. En serio, no queréis.
- En futuras moderaciones podrían añadirse normas según se vea necesidad.
- El mapa de la Isla será el siguiente:
- Mapa de la Isla:
- El espacio que se puede recorrer por moderación es el de un "Cuadradito". Si utilizáis Power Ups activamente podéis ir más deprisa, pero podríais cansaros.
- Mapa en malla:
- Balt está en blanco, Meln en Negro, Zilda en azul, Zal en verde y Sarka en rojo. En el centro de la Isla está la ciudad Imperial (el gran cuadrado blanco), y en amarillo las 35 centrales de Abastecimiento. Cada central tiene al lado un círculo que determina su pertenencia.
- Si nos hemos olvidado de algo, avisad por favor.
- Poned, por favor, vuestras coordenadas de destino en los Spoilers (no es obligatorio).
- Las acciones cerradas sólo cuando se os indique que podéis realizarlas, por favor.
- Cada Maná corresponde al gasto de una unidad energética, que todos compartís. El signo de girar implica que gastáis todo vuestro asalto en utilizar esa habilidad.
- La próxima moderación, y con ella la segunda parte del capítulo, se iniciará el el 26 de Enero.
Moderaciones Generales:
- General Sarka y Zal:
- La batalla continúa, parece que la cosa sigue igual, de no ser por algún loco que se ha puesto a cargar en medio de las filas de Zal.
-Nosotros nunca enviamos tropas al palacio, no para acabar con vosotros, nos informaron de que tus tropas las interceptaron a las nuestras y luego vinieron a por nosotros.- Dice Grum entre golpe y golpe.
-No seas ridículo fueron a nosotros a los que nos informaron de que vuestras tropas nos emboscaron. - Replicó Ruk.
-Espera... ¿Quién os informó? - Preguntó Grum al ver cierto patrón en lo que había ocurrido.
-Fue... ARGH. - Gritó al ver como un guerrero alado le había cortado con una hacha a la altura del muslo, la sangre salía entre las placas de hueso aunque no parece que hubiera desequilibrado al pretor. -Esto... Esto es cosa tuya otra vez. Voy a aplastar a esa pequeña mosca y luego te sacaré las respuestas a golpes. - Sentenció el hombre bestia antes de que un par de enormes alas de murciélago salieran de debajo de las placas óseas de su lomo. Tras eso cargó volando hacia el guerrero de Sarka (Worgulv)
- General Balt y Meln:
- Continúa la batalla, a presar de la trampa puesta por Meln las tropas de Balt regresan con fuerzas renovadas, ahora evitando las zonas con sangre y rematando bien a los muertos. Aunque no hay que confiarse, puede que Yoai trame algo más.
- General Zilda:
- Escucháis las palabras de Dexter por el comunicador. El personal de Zilda parece alterado. Pero no tarda en pronunciarse Beros.
-Dexter Black. Sabía que no tardarías en meter tus narices en asuntos que no tienen importancia. Si, es cierto que movimos ciertos hilos, pero ¿Cual era nuestra razón? Síderos estaba condenada a la decadencia desde hace tiempo, necesitaba un cambio... y nosotros hemos creado el escenario perfecto para hacerlo posible. Con esta guerra podremos librarnos del tumor que amenazaba con matar a esta gran nación, es cierto que mucha gente ha sufrido, pero cuando nos alcemos con la victoria comprenderán que esto es lo mejor para ellos. ¿Quién sino traerá la estabilidad a esta nación?, los fanáticos religiosos, los salvajes de Zal, los locos de Sarka, Meln, aquellos que no saben hacer nada fuera de las sombras. Nosotros somos el mal menor. No esperaba que lo entendieses, sólo que colaborases, y has fallado en eso, en fin, es una gran pérdida, al igual que aquellos que te sigan, pero las pérdidas a veces son necesarias.
Y tras eso se corta la conexión.
Moderaciones Individuales:
- T9. Galia, Ichizake y Ryuken:
- Parece que avanzáis deprisa por el camino, que poco a poco pasa de ser roca viva a una zona completa y artificialmente lisa, que os lleva a una especie de sala amplia, aunque no demasiado, con una escalerilla de hierro que os lleva hacia arriba. En la parte alta hay una escotilla metálica, a unos diez metros de altura. Sin embargo, también hay una grotesca figura en el techo, que parece una araña, aunque parece tallada en la piedra. ¿Qué vais a hacer?
- X7. Jin:
- Encuentras una cueva. Huele a oso, pero no hay animales en el interior. Supongo que te tumbas y eso. No sé. Te aviso si hay novedades. ¡Mucha suerte guapi!
- T9. Haruka:
- La tercera pista no te consume ningún intento, así que tal vez no sea cuestión de ayudarte, sino de lo que tardas en decidirte… En fin, sale una luz roja parpadeando por un instante y tras dos segundos aparece una imagen en la pantalla. Es una mujer voluptuosa, de cabello azul y vestimenta poco apropiada para entornos fríos. La respuesta siguen siendo cuatro caracteres, y tus intentos sólo uno.
- X7. Vinnie:
- -¿Y tú quién eres?- pregunta uno, que se para delante de ti. Tras eso, el resto caminan en busca de Jin. El último de todos espera a que te unas y avanza detrás de ti. Algo te dice que no dan buena espina, pero puedes observar que llevan implantes nada discretos por todo el cuerpo. En fin, llegáis a un bosquecillo, y podéis buscar por ahí. Con suerte encontráis algo.
- S8. Zane:
- No alcanzas a la silueta, que se desvanece ante ti, pero empiezas a escuchar una voz lejana y grave, que resuena con eco y en la parte de arriba. Junto a Spanner…
- S8. Spanner:
- -Puedo olerte… Puedo verte… Puedo tocarte… ¡Muere!
Tras eso, ante ti aparece una persona con cara de malas pulgas. Muy malas, de hecho. Tiene una espada. Que va hacia ti. Hacia tu cara. Uy.
- Gusi:
- El corazón deja de dolerte cuando recupera su colgante, y te mira con ojos de corderito degollado. Parece que va a echarse a llorar. De repente una lágrima cae por sus ojos, y entre sollozos con la cara tapada habla:
-No eres un peón- inspira con fuerza-. Yo te quiero, pero este colgante es demasiado preciado. Me lo regaló mi madre, lo siento.
Solloza sin descanso mientras delante de ella las tropas se matan. Por cierto, tardas unos instantes, pero contra toda voluntad regurgitas una especie de gusano negro con nevosas y púas, que se retuerce ante ti.
-Ahí tienes una muestra de mi amor. Tu corazón es libre, ahora elige libremente.
Sientes un cosquilleo en la entrepierna, pero igual es que estás cachondo.
- R9. Heaten:
- Ves a lo lejos un enorme molino de agua, y sobre él parece haber una especie de armadura flotante… O un mono de hierro, o… Yo qué sé. Una cosa metálica en el cielo, la central funcionando… Esto parece tener vigilancia.
- N5. Kaito:
- -Correcto- responde, sonriente.
Tras un momento llegáis a la orilla, y ves en la lejanía una especie de lagarto luchando contra gente. Mientras tanto, el hombre quita el hacha de la barca, y empieza a hundirse. Te da tiempo de sobra para bajarte, pero igual te mojas.
-Bien, tercera y última pregunta. Sólo hay una respuesta correcta, y si la fallas mi deber es encargarme de que mueras. No puedo darte más información al respecto que ésta: No tiene que ser inmediatamente.
Saca una pipa y la enciende. Se hace un poco coñazo este hombre, igual quieres largarte corriendo en lo que está distraído… Si te quedas, no obstante:
-El acertijo es, sabiendo lo que sabes, ¿Adónde te diriges?- exhala un aro de humo que vuela hacia el cielo.
- N5. Aki y Zuko:
- Cruzáis por medio de una central, viendo cómo bajo vosotros hay un grupo de gente luchando contra extraños reptiles de gran tamaño, y a lo lejos un tipo hablando con un… No sé, ¿anciano? Parece mayor, y se lleva algo a la boca. Aki, no lo malinterpretes; lo más probable es que sea tabaco. Si queréis podéis seguir dirigiéndoos hacia el sur, o podéis curiosear.
- N5. Crimson Wolves:
- Tobías:
- Tobi… Que tienes una erección que te valdría como poste de una carpa, y se te nota mucho. Y lo peor de todo es que ese ardor instintivo e irrefrenable procede de Kimura. ¿Lo estás empezando a ver con otros ojos?
Corréis con mucha prisa todos hacia el sur, y termináis frente a un río. En él hay un puente de hielo comenzando a derretirse y, Kim, sabes quién lo ha hecho. ¿Os arriesgáis a cruzarlo o buscáis un método alternativo? Por cierto, relajad el ritmo, que ese esprín no ha sido ni medio normal.
- A10 Zero:
- - ¿Tito? ¿Qué extraño mote es ese, hu… ma… noo..?
Curiosamente, el gusano se calla y ronronea, sí, ronronea, ante tus caricias. Parece que le gusta. Llegáis a la última de las centrales y tu gusano parece impaciente por entrar y terminar con esta tarea.
- J13 Rezvan y Kotaro:
- Rezvan, uno de tus kunais da en el blanco mientras que el otro yerra el tiro, clavándose en el brazo de una de las bestias que se cruzó en su trayectoria. Te metes al combate y pronto la bestia de Zal se gira hacia ti, tratando de saltarte encima y desgarrarte.
Kotaro, distingues sus miedos. No quieren morir, no quieren morir deshonrados. Alguno tiene cuestiones pendientes, a otro le asusta que le ataquen por la espalda. Hay un miedo menos inmediato también que parecen compartir, al fuego. Entretanto, la batalla se desarrolla a tu alrededor. Mientras te concentras recibes un rasguño en el hombro y otro en la cadera, pero nada grave, apenas un par de roces.
- J13 Corvo:
- Te llega un mensaje de Sarka dando las gracias por la información. Es breve, se nota que no hay tiempo para charlas. Los Ares comienzan a atacar a tu alrededor con asombrosa precisión. A veces yerran el tiro y los proyectiles se hunden en la piel de las bestias, es lo que tiene el caos de la batalla. Los cohetes, sin embargo, logran derribar a la criatura que te habías propuesto. Cae al suelo ensangrentada y esté viva o no no parece tener ganas de moverse. La granada explota también, aunque cuando se disipa el humo puedes ver que entre las bajas de Zal hay una de Sarka; se ve que todas esas bestias se estaban cebando en el pobre. Llegaste tarde, pero al menos no harán más. La batalla continúa a tu alrededor.
- J11 Meneror y Ban:
- De repente toda la sala comienza a temblar bajo vosotros. Los paneles del techo comienzan a caer sobre vuestras cabezas y todo se llena de polvo. Las flechitas de neón parpadean como locas y de repente, las válvulas de las paredes salen disparadas. Un sonido estridente llena vuestros oídos repitiéndose una y otra y otra vez… hasta que os dais cuenta de que es una trompeta. Y eso que sale de las paredes es… ¿Confeti? Una extraña voz metálica resuena: ‘¡Enhorabuena!’ y la central se activa. Yay.
- J13 Arthur:
- Varios guerreros se te quedan mirando, de ambos bandos. La gente de Sarka grita contigo, enarbolando sus armas y redoblando sus esfuerzos. Por desgracia aquellos de Zal que te han oído parecen cabreados y se dedican a ir a por vosotros con saña y alevosía. La batalla sigue su curso, más violenta que antes.
- O10 Power Rangers Ninja Gordos:
- Seguís caminando y según os acercáis al centro vais notando como poco a poco los edificios aumentan. Sin embargo no hay rastro de ciudadanos y todavía no distinguís más que escombros. Quizás algo menos desastrados, pero igualmente ruinas y restos. Gracias a los cuidados de Valia Krauser ahora odia un poquito menos a todo el mundo.
- M4 Kasai y Nostariel:
- Albert llega hasta ti, Kasai, y te pega con el bastón en la cabeza. El haki te protege, pero te dan ganas de mentar a la madre de Albert. Te mira confuso y te da una segunda vez. Entonces se gira indeciso hacia el juglar. Este llega a correr y se le cuelga del brazo. Literalmente, levanta un par de centímetros del suelo.
- ¡Albert! Te dije que no volvieras a hacer… ¡Albert, no!
Tercer bastonazo en la cabeza. Al final, el juglar parece controlar a su amigo, que se sienta frente a un árbol. Nosta, trata de convencerte de que bajes y sin esperar respuesta os trae una bebida verde humeante en unas deliciosas tazas de té.
- Que aproveche… lamento lo de antes.
Os dice compungido.
- N5 NEO, YOKO, AL, AI, TAIGA, ALICE Y EL MOSQUITO QUE PASABA POR AHÍ:
Taiga, interceptas el ataque a Neo. Dejas fuera de combate a dos pequeños y el lagarto grande parece medio tocado. Alice, das cuenta de otro y logras proteger a Ai frente a un nuevo ataque. Entretanto, Al parece salir del trance y estar bastante cabreado. Avanza y mientras el lagarto enorme echa las garras hacia él, lo degüella sin titubear. Cabeza y hielo caen al suelo con un sonido sordo, espantando a otro de los lagartos. Os quedan cuatro en pie, que se miran unos a otros y desaparecen en un abrir y cerrar de ojos. No parecéis valer la pena como para arriesgar sus vidas. La entrada a la central queda despejada.
- O5 Xemnas y Misa:
- Los sonidos de batalla van aumentando en volumen, y eso que todavía no está a la vista. No parece ser un enfrentamiento pequeño. ¿Estará Balt en problemas? Misa, deberías decidir… Xemnas se está alejando.
- P6 Kodama:
- Das llegado a la linde de la batalla. Te encuentras detrás de todo, pero rápidamente avanzas entre las tropas de Balt y antes siquiera de darte cuenta te encuentras en una encarnizada batalla contra Meln. Aun así hay algo raro, el suelo por el que avanzan las tropas está demasiado ensangrentado incluso para una batalla. Te das cuenta de que algunos de tus contrarios contra los que estás luchando no están vivos… son cadáveres, de ambos bandos… y atacan a Balt con denuedo.
- O5 Maximilian:
- Pues... la hierba sigue verdeando y el sol brillando. Frente a ti ves como varios soldados se dirigen también a la batalla. Una pareja a pocos pasos de ellos se despide y el chico acompaña a los soldados.
- M7 Alwyn:
- Por favor, apresúrate al campo de batalla. Ve al este, siempre al este. Necesitamos que la fuerza de vuestra fe nos ayude en esta cruzada.
El mensaje es apresurado y corto, conciso. Se ve que no tienen mucho tiempo de hablar. Yo que tú me daría prisa en llegar y ver qué ocurre.
- Q7 Danio y Joseph:
- Pronto, la guerra llega hasta vosotros. Por suerte y pese a no estar completamente terminadas, las trincheras son perfectamente funcionales y os sirven de apoyo. Los soldados de Balt se refugian tras estas y tenéis la oportunidad de batiros con la gente de Meln.
- N7 Gera:
- Caminando caminando, llegas a la orilla de un río. No es precisamente pequeño, vadearlo no es buena idea. Más allá de él, a lo lejos, contemplas las murallas de la ciudad… pero vas a tener que buscar una forma de llegar hasta allá.
- V18. Sans:
- Parece que has llegado a tocar el corazón de hojalata del robot quien te da la espalda por un momento, antes de echarse a reír, tras aquello se vuelve a mirarte otra vez. “Creo que has olvidado el motivo por el que estás aquí. ¿Sabes qué no podrás encender la central si me voy? ¿Acaso crees que un robot puede tener ese tipo de sentimiento? Hehehehehe… Me has caído bien, aunque no seas tan maravilloso como yo. Me de momento me quedaré aquí. Salir sería un gran bombazo para la audiencia, aunque no uno agradable. Oh, y activaré esta cosa para ti. Aunque espero que a cambio vengas a visitarme mínimo una vez a la semana.” Te dice y tras pulsar sus propios botones, un mensaje en tu pulsera te indica que la central ha sido activada. ¿Y ahora?
- R16. Adam:
- Las palabras que has introducido no tienen nada que ver con la respuesta. Tal vez porque no es algo relacionado con Zilda y su forma de ver el mundo. ¿Y si pruebas pensando en cosas que a ti te resultan más superficiales que a los demás?
- X20. Enra:
- “Lo siento pero me niego. No creo que ningún humano pueda hacer las cosas para bien de la naturaleza. ¿Qué no participan de forma activa? ¿No han llegado aquí con barcos de guerra? ¿Para que querían la energía si no?” El calamar parece apiadarse de ti. “Debes ser my joven e inocente… No te culpo por ello… Pero no, no voy a dejarte pasar”.
- R10. Vilya y Madera:
- Llegas al principio caminando sobre tus pasos y vas avanzando siguiendo el mapa hasta que te encuentras otra vez con el mismo muro, sin embargo, si has decidió atravesarlo te percataras de que era solo una ilusión óptica. Continúas el camino y llegas a una sala con un botón en el centro de un panel, lo pulsas y la central se activa, tras ello, sales. Al hacerlo, casi por los pelos, te topas con un Madara muy molesto, quien te mete prisa para ir a otro sitio, que no es el cuadrado con el marine.
- R9. Kai, Bleyd y Silverdude:
- Apretáis el botón y… esperáis… y nada pasa, salvo que el comunicador os avisa de que habéis capturado la central. ¿Os dirigiréis a R10, dónde os espera, en teoría, Madara?
- W18. Deathstroke y Elya:
- “¡Papá, les he dejado helados con mi poder!” Exclamó el niño pez antes de que Deathstroke le devolviera el ataque con una ráfaga de agua. “Oh, no…” Y el niño se echó a llorar, empezando a llenar la sala con agua. Por suerte estaba ahí su padre para alentarle. Tras hacerlo, le coge en brazos y os mira.
-Parece que sois fuertes… Y tú pareces una señorita agradable, no como aquí el caballero. Está bien, os dejaré pasar… - Os dice justo antes de que el comunicado de Dexter se escuche en vuestras pulseras. ¿Sigue siendo buena idea capturar la central?
- S13. Hinori, Mapache y Aslaug:
- Seguís avanzando, sintiendo presencias bajo vosotros, alguna más poderosa, otras más débiles…En cierto punto creéis ver a una chica que anda sola entre la maleza, aunque no la divisáis bien por las ramas de los árboles. Si os interesa, podéis acercaros a saludarla, aunque eso implicaría atrasar vuestro avance.
- P11. Dranser:
- N12. Ivan, Drake y la pandilla:
- Según salís de la central, escucháis un ruido a vuestras espaldas. Poco a poco, de los torreones empiezan a desplegarse una serie de piezas colosales, que terminan formando una especie de pájaro. Es metálico, y sus ojos brillan con un tono azulado. Cuando despliega las alas tapa el sol que os llega, y de pronto, chilla. Notáis cómo poco a poco vuestros oídos, sobre todo los más sensibles, empiezan a arder de dolor.
- J20. Slicerin y Corinna:
- El pequeñin pulsa el botón. Durante unos segundos reina un silencio tenso. De pronto os sobresalta el sonido de una detonación, luego otra y otra, pero no podéis ver fuego ni humo. Los estruendos se hacen más frecuentes y rítmicos hasta que os dais cuenta de que en realidad era la propia maquinaria de la central poniéndose en marcha. Bien hecho, ahora a lo mejor os interesa volver al norte a por un poco de acción, Zal ya ha asegurado la zona así que no pasará nada si vais rápido. O a lo mejor os apetece explorar un poco, aunque no parece que haya mucho que ver.
- M12. Barbazul:
- A pesar de tus palabras tranquilizadoras la mujer sigue en guardia, parece más relajada al ver que no tienes intenciones hostiles directas pero se nota que no se fía de ti.
-Hm... Muy desesperados están para pedir ayuda a otros antes que dárnosla a los que la necesitamos.- Dice con una voz algo ronca y cansada antes de sentarse en una silla, sin soltar el cuchillo. - Hace tiempo Síderos era una gran nación, esta misma capital resplandecía con luz propia. Pero las grandes naciones tienen sus sombras. No fue sólo culpa de Meln, está claro que ellos solos no pudieron hacer todo esto. Todos aportaron su granito, puede que Meln lo iniciara, pero gracias a eso las tensiones entre todos los diferentes bandos salieron a la luz. Llevan años tratando de establecer de nuevo su poder, pero nosotros nos quedamos atrás, el pueblo de la capital no apoya a ningún bando en concreto, sólo al que prometa acabar con esta guerra y nuestro sufrimiento.
Por su tono parece bastante convencida de sus palabras, por lo que no parece que te esté mintiendo. De pronto escucháis pasos, como botas metálicas, se acercan y la mujer parece alterarse. Por una de las ventanas que da a la calle aparece una figura, parece una persona, como un caballero con armadura de un metal oscuro. Se detiene en silencio y mira hacia el interior del edificio. La mujer palidece, pero las palabras no le salen, o no quiere que salgan. ¿Qué harás? puedes confrontar a aquel caballero, o esconderte, o salir corriendo o... ¿Yo que se? No soy tu madre, haz lo que quieras.
- M13. Kedra:
- Continúas caminando y llegas a lo que parece un puerto. Las calles están igual de desiertas pero comienzas a escuchar un ruido, como de metal contra metal, procedente de lo que parece un almacén. Cuando te asomas podrás ver una especie de insecto mecánico gigante, está desensamblando otra máquina para soldar parches metálicos a sus propias partes, o apartando componentes en concreto para guardarlos en un compartimento. Al percatarse de tu presencia para lo que sea que estaba haciendo y te "mira", se escuchan una serie de sonidos metálicos mientras ladea la cabeza. No parece hostil. ¿Qué harás?
- El bicho:
- M12.Azula, Castor y Lothar:
- Seguís pensando en cual es la mejor forma de activar la central cuando. De pronto, comenzáis a notar un estruendo que se dirige hacia vosotros, como pasos de algo gigantesco. De entre los edificios aparece una especie de bestia metálica, su piel parecen parches y jirones de metal soldados o fundidos. Os mira y parece dispuesto a cargar.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t19224-a-ver-quien-torea-azula-lothar-y-castor#185768
- P14. Raghersir:
- No parece una distancia exagerada a nado, de hecho no tardarías más de unos minutos en cruzara, además no tiene pinta de haber corrientes peligrosas. Puede que al otro lado encuentres gente que quiera pararle los pes a Zal.
- K14.Liv y Tsang Yue:
- Tras un análisis minucioso descubres que es un muro... y que las paredes son difíciles sino imposibles de escalar, pero tras unos matorrales encuentras una grieta en la pared. Es estrecha, pero parece que puedes entrar. Algo es algo.
Por su parte Tsang lanza una de sus guadañas, la guadaña se eleva, se eleva... parece que el muro es alto, muy alto. La perspectiva te ha jugado una mala pasada. Pero Liv parece haber encontrado algo a lo mejor es una idea mejor que escalar.
- N12. Ivan, Drake y la pandilla:
- Según salís de la central, escucháis un ruido a vuestras espaldas. Poco a poco, de los torreones empiezan a desplegarse una serie de piezas colosales, que terminan formando una especie de pájaro. Es metálico, y sus ojos brillan con un tono azulado. Cuando despliega las alas tapa el sol que os llega, y de pronto, chilla. Notáis cómo poco a poco vuestros oídos, sobre todo los más sensibles, empiezan a arder de dolor.
https://www.onepiece-definitiverol.com/t19226-the-bird-is-the-world-ivan-y-drake#185775
- L12. Yarmin, Teravan y Maki:
- Yarmin y Teravan parecen estar a lo suyo decidiendo qué hacer. La libélula se mete en lo que parece un edificio abandonado. Si la seguís encontraréis que algunos de los tablones del suelo están apartados, con la luz natural se pueden ver unas escaleras, por las que la libélula ha bajado. A lo mejor queréis seguirla o seguir de cháchara.
- Dexter:
- Tras escuchar el discurso del pretor tu dispositivo se apaga, ya no responde a tus órdenes, quedando en sólo una pulsera un poco hortera. Una serie de luces desciende de entre las nubes, los refugiados corren asustados y se esconden. Cuatro drones con forma de platillo te rodean, apuntándote con sus armas las cuales comienzan a cargarse con un zumbido eléctrico. Si, la has liado parda.
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El asesino continuaba caminando con su ojo entrecerrado en todo momento. Era el momento de salir de una jodida vez de aquel maldito sitio lleno de enemigos y asesinos. Nadie tuvo los huevos para ir por él desde el principio, pero ahora que estaba herido, eran todos muy valientes. Ya los pillaría en un estado mejor y terminaría con las vidas de todos. El moreno entonces encontró una especie de cueva y a juzgar por el olor, iba a tener mucho cuidado. Frunció el ceño y miró unos momentos hacia atrás. Era como un animal acorralado y los animales acorralados podían ser mucho más peligrosos. No paraba de pensar en comerse un par de rumbles y de esa forma terminar con todos. Negó un par de veces y continuó avanzando despacio por la oscuridad de aquel sitio.
- Malditos imbéciles…
Susurró al mismo tiempo que fruncía el ceño de forma notoria. Entonces cuando estaba por la mitad de la cueva, cerró los ojos y realizó un pequeño símbolo con la mano. Su tamaño cambió hasta convertirse en una especie de chacal negro, el cual se relamió despacio. El animal entonces se ocultó detrás de unas rocas y se agachó manteniendo su haki de observación alerta. Entrecerró los ojos y finalmente se tumbó, empezando a descansar en la oscuridad de aquel sitio. Tendría ante todo sus sentidos bien activados. Al menos no había tenido que correr en un rato y esperaba poder mejorarse un poco más. Continuaba herido, pero al menos no estaba en las últimas. Mínimamente podría defenderse con su haki y su guadaña. Controló su respiración y no hizo ningún ruido. Debido a su sigilo, había podido llegar hasta allí con facilidad.
- Hmmm…
El chacal oscuro mantenía el ojo izquierdo cerrado y el derecho abierto, siendo un perro oscuro con un orbe rojo sangre. Era un ser tétrico, pero por el momento estaría a salvo de sus perseguidores. Él no creía en los milagros ni en tonterías, pero salía de aquella ileso, se pensaría un poco más lo de matar a los demás… Ni de coña, continuaría haciéndolo sin piedad. Pero si entrenaría como un jodido loco para poder evitar aquellas estupideces como las pérdidas de sangre. Era un puto demonio, algo podría hacer.
- Malditos imbéciles…
Susurró al mismo tiempo que fruncía el ceño de forma notoria. Entonces cuando estaba por la mitad de la cueva, cerró los ojos y realizó un pequeño símbolo con la mano. Su tamaño cambió hasta convertirse en una especie de chacal negro, el cual se relamió despacio. El animal entonces se ocultó detrás de unas rocas y se agachó manteniendo su haki de observación alerta. Entrecerró los ojos y finalmente se tumbó, empezando a descansar en la oscuridad de aquel sitio. Tendría ante todo sus sentidos bien activados. Al menos no había tenido que correr en un rato y esperaba poder mejorarse un poco más. Continuaba herido, pero al menos no estaba en las últimas. Mínimamente podría defenderse con su haki y su guadaña. Controló su respiración y no hizo ningún ruido. Debido a su sigilo, había podido llegar hasta allí con facilidad.
- Hmmm…
El chacal oscuro mantenía el ojo izquierdo cerrado y el derecho abierto, siendo un perro oscuro con un orbe rojo sangre. Era un ser tétrico, pero por el momento estaría a salvo de sus perseguidores. Él no creía en los milagros ni en tonterías, pero salía de aquella ileso, se pensaría un poco más lo de matar a los demás… Ni de coña, continuaría haciéndolo sin piedad. Pero si entrenaría como un jodido loco para poder evitar aquellas estupideces como las pérdidas de sangre. Era un puto demonio, algo podría hacer.
- Meln:
- Esconderme en la mitad de la cueva o así, cambiar mi forma a la de un chacal negro de tamaño medio y mantenerme alerta, tumbado, descansando y con el mantra activado, mirando a la entrada.
Krieg
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El primer zumbido de la pantalla niega la validez de la contraseña. El segundo le hace eco. El tercero golpea mis oídos como si se mofara de mi intelecto, pero la única verdad es que es un tono harto desagradable. Lo inanimado carece de emoción, yo soy, en ese sentido, inanimado.
¿Qué clase de contraseña es esta? Esas son las respuestas más plausibles, y aun así no son válidas. ¿Qué clase de homínido sin perspectiva ha designado esta central?
Pensemos como alguien que no se ha detenido a pensar. ¿Qué quiere obtener la gente común y desdichada en un mundo que no controlan? Vida eterna, amor, dinero, poder sin ejecutarlo con un correcto juicio… No... Estoy viendo las cosas con el sesgo de la verdad, de mi propia perspectiva de lo que he decidido que está “bien”, o al menos, mejor y más lógico.
Respiro dándole vueltas al asunto y al alongado lápiz electrónico.
“PODER” Escribo, pues trae todo lo demás. “DINERO” Escribo, pues en una sociedad monetaria trae el poder. “ONE PIECE” Escribo, pues es de saber común que encaja en la repuesta.
Analicemos el acertijo. “El tesoro más grande de la historia”
No sé mucho de historia, nunca me ha interesado demasiado por una innegable verdad. Puede cambiarse, se cambia. Cuando una sociedad llega a otra y se enfrentan, será la vencedora la que creará los nuevos textos. Justificará su postura ante los barbáricos enemigos a los que se enfrentó, probablemente metiendo algún que otro detalle sobre como este, aunque malvado, también tendría cierto heroísmo… Si no, el cambio sería demasiado evidente. El tesoro más grande de la historia es ESCRIBIR LA HISTORIA.
Ahora, analicemos la escena. Una pantalla y muchos lápices cuando solo se necesita uno. ¿Por qué? ¿Es algún tipo de acopio fetichista? ¿Y si cada uno tuviera un dueño? ¿Y si esta central no tiene un solo creador? La unión de los débiles hace la fuerza, porque al ser débiles necesitan unirse. Esa es la sociedad. No tenemos garras, ni caparazones, ni colmillos… quizás Zal esté en contra de esta frase. Probemos con… “AMISTAD” y “UNIÓN”.
Dejo a la pantalla operar entre pruebas de contraseña. Compruebo la misma posición anterior para tener una perspectiva del avance de los enemigos, necesitamos toda la ayuda táctica posible ahora que Dexter ha llamado a la deserción. Espero que mis palabras hayan sido también escuchadas. Mejor dicho, espero que mis palabras hayan calado más hondo. Esto es improbable.
Si consigo activar la central saldré a reunirme con mis tropas en la cobertura del edificio, así podré informarles de la información que recopile gracias al dispositivo sobre el avance enemigo. Si no... habrá que seguir probando.
¿Qué clase de contraseña es esta? Esas son las respuestas más plausibles, y aun así no son válidas. ¿Qué clase de homínido sin perspectiva ha designado esta central?
Pensemos como alguien que no se ha detenido a pensar. ¿Qué quiere obtener la gente común y desdichada en un mundo que no controlan? Vida eterna, amor, dinero, poder sin ejecutarlo con un correcto juicio… No... Estoy viendo las cosas con el sesgo de la verdad, de mi propia perspectiva de lo que he decidido que está “bien”, o al menos, mejor y más lógico.
Respiro dándole vueltas al asunto y al alongado lápiz electrónico.
“PODER” Escribo, pues trae todo lo demás. “DINERO” Escribo, pues en una sociedad monetaria trae el poder. “ONE PIECE” Escribo, pues es de saber común que encaja en la repuesta.
Analicemos el acertijo. “El tesoro más grande de la historia”
No sé mucho de historia, nunca me ha interesado demasiado por una innegable verdad. Puede cambiarse, se cambia. Cuando una sociedad llega a otra y se enfrentan, será la vencedora la que creará los nuevos textos. Justificará su postura ante los barbáricos enemigos a los que se enfrentó, probablemente metiendo algún que otro detalle sobre como este, aunque malvado, también tendría cierto heroísmo… Si no, el cambio sería demasiado evidente. El tesoro más grande de la historia es ESCRIBIR LA HISTORIA.
Ahora, analicemos la escena. Una pantalla y muchos lápices cuando solo se necesita uno. ¿Por qué? ¿Es algún tipo de acopio fetichista? ¿Y si cada uno tuviera un dueño? ¿Y si esta central no tiene un solo creador? La unión de los débiles hace la fuerza, porque al ser débiles necesitan unirse. Esa es la sociedad. No tenemos garras, ni caparazones, ni colmillos… quizás Zal esté en contra de esta frase. Probemos con… “AMISTAD” y “UNIÓN”.
Dejo a la pantalla operar entre pruebas de contraseña. Compruebo la misma posición anterior para tener una perspectiva del avance de los enemigos, necesitamos toda la ayuda táctica posible ahora que Dexter ha llamado a la deserción. Espero que mis palabras hayan sido también escuchadas. Mejor dicho, espero que mis palabras hayan calado más hondo. Esto es improbable.
Si consigo activar la central saldré a reunirme con mis tropas en la cobertura del edificio, así podré informarles de la información que recopile gracias al dispositivo sobre el avance enemigo. Si no... habrá que seguir probando.
- Agente Alfa Zilda:
- Probar esta vez con (En orden). Poder. Dinero. One piece. Escribir la historia. Amistad. Unión.
Comprobar la misma posición por la red de vigilancia que en el post anterior [Q15]
Si consigo activarla > Salir para ir con mis tropas e informar.
Si no > Tendré que quedarme ahí a probar más cosas en el siguiente post (tampoco pongo muchas por post por no abusar) (
Teravan Zallen
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Su mente había dado una especie de vuelco. Era la especie de sensación que esperaría observar en un hombre tras la propuesta desesperada de una mujer hermosa. El curso de los acontecimientos comenzaban a crear una duda sobre su sexualidad cada vez más evidente. Intentó, en la medida de lo posible, apartar esos pensamientos de su cabeza. Se había precipitado, eso era evidente, y gracias a Yarmin pudo conservar la calma. Tendría que recordar que estar a su lado resulta, al fin y al cabo, ser una buena idea.
Sin saber muy bien la razón, habían acabado siguiendo al gyojin mientras conversaban. Los recuerdos de las conversaciones con Yarmin siempre eran difusos, como si tuviesen un carácter más onírico de lo normal. En esa situación no había sido diferente, pues tan solo una guía de lo que debía hacer permanecía en su cabeza, un conjunto de palabras confusas y entremezcladas que se repetían constantemente. Cada sílaba consistía en un clavo que se adentraba cada vez más en sus pensamientos, un clavo con la voz del inimitable señor Prince.
- Tenéis razón, señor Prince. Es posible que me haya precipitado, disculpadme. - Dijo Teravan con convicción y calma, una vez se desprendió de la esponjosa sensación en la que se hallaba sumido. Siguieron al gyojin al interior de una casa de aspecto desvencijado. Augustus se había detenido a hablar con Yarmin, que le transmitió unas palabras un tanto extrañas. Teravan siguió con su mirada a la libélula, mientras tanto. Unos tablones apartados llamaron su atención, ya que dejaban el espacio suficiente para que una persona se colara por ellos. Pensó si sería una buena idea persistir en la persecución de la libélula. Tal vez la constancia, esta vez, diese frutos satisfactorios.
- Creo que nuestra amiga ha encontrado algo interesante. - Dijo en voz alta, mirando la abertura. Miró a Yarmin con actitud interrogante, sugiriendo con la mirada que tal vez, y solo tal vez, sería interesante adentrarse en un lugar oscuro, potencialmente peligroso y totalmente desconocido.
Sin saber muy bien la razón, habían acabado siguiendo al gyojin mientras conversaban. Los recuerdos de las conversaciones con Yarmin siempre eran difusos, como si tuviesen un carácter más onírico de lo normal. En esa situación no había sido diferente, pues tan solo una guía de lo que debía hacer permanecía en su cabeza, un conjunto de palabras confusas y entremezcladas que se repetían constantemente. Cada sílaba consistía en un clavo que se adentraba cada vez más en sus pensamientos, un clavo con la voz del inimitable señor Prince.
- Tenéis razón, señor Prince. Es posible que me haya precipitado, disculpadme. - Dijo Teravan con convicción y calma, una vez se desprendió de la esponjosa sensación en la que se hallaba sumido. Siguieron al gyojin al interior de una casa de aspecto desvencijado. Augustus se había detenido a hablar con Yarmin, que le transmitió unas palabras un tanto extrañas. Teravan siguió con su mirada a la libélula, mientras tanto. Unos tablones apartados llamaron su atención, ya que dejaban el espacio suficiente para que una persona se colara por ellos. Pensó si sería una buena idea persistir en la persecución de la libélula. Tal vez la constancia, esta vez, diese frutos satisfactorios.
- Creo que nuestra amiga ha encontrado algo interesante. - Dijo en voz alta, mirando la abertura. Miró a Yarmin con actitud interrogante, sugiriendo con la mirada que tal vez, y solo tal vez, sería interesante adentrarse en un lugar oscuro, potencialmente peligroso y totalmente desconocido.
- Zal (L13)::
Dudar de su propia sexualidad y recrearse en la sensación que le produce la voz de Yarmin.
Observar con curiosidad la abertura, dispuesto a entrar.
Kaito Kazuki
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La segunda respuesta del joven espadachín parece ser la adecuada, tras darle el veredicto, con una sonrisa, el verdugo sigue remando, como si aquello fuera parte de su razón de ser. Kaito por su parte mantiene su vista al frente, clavada en aquél hombre, una mirada fría, penetrante, como si quisiera robarle el alma al hombre que se encuentra ante él. No se tarda mucho en llegar a la orilla del río, algo que el cazador ya estaba deseando, pues estar tanto rato a mitad del río no le agrada, no porque no pueda nadar, sino porque dada la corriente sería imposible que él pueda vencerla teniendo un solo brazo, que por cierto está relajado, pero listo para desenfundar su espada en caso de verlo necesario. A la lejanía se puede ver a un lagarto, o algo que le asemeja una barbaridad, luchando contra una gran cantidad de personas. |~ ¿Qué demonios hace un lagarto aquí? ~| Piensa el joven mientras el barquero extrae el hacha del barco, que comienza a hundirse. Kaito se apresura en salir, es perfectamente consciente de que disponía de tiempo, pero mojarse no era mucho de su agrado, la verdad es que prefiere no mojarse, al menos no tontamente. La tercera prueba parece ser la definitiva y decisiva, solo una respuesta correcta y en caso de fallar la muerte a manos de ese hombre sería el destino de Kaito. La verdad es que eso le parece realmente amenazador a cualquiera de las personalidades más conservadoras de Kaito, pero como la que está controlando en ese momento es amante del riesgo y el peligro, lo toma como una mera broma.
|~ ¿Con que matarme? Y no ha de ser inmediatamente… ¿Un combate? ~| Piensa el cazador con una sonrisa cínica y sedienta de sangre y sudor en el rostro. El hombre se pone a fumar una pipa, algo que al joven no le agrada demasiado, pero lo deja pasar, está ansioso por saber cuál será la tercera prueba. Tras superar las dos primeras no considera dejarlo ahí, si bien es cierto que el lagarto también llama la atención del espadachín, pero quiere terminar lo que comenzó.
Y cuando se plantea el acertijo el joven cazador se queda atónito, sabe demasiado, pero no está seguro de discernir la información útil de la pura morralla que estorba en la conclusión del acertijo. El joven cierra un segundo los ojos y trata de hacer memoria. |~Por lo que sé ahora mismo, estoy frente a un verdugo que tiene encargado matarme caso no supere la prueba, una horca y un hacha… Dice en un susurro tratando de poner en orden sus pensamientos, aquello está más complicado de lo que el cazador pudiera imaginarse, pero es lo que busca, algo de riesgo.
|~Mmm…. ~| Se escucha la voz del cazador en una especie de suspiro, no tiene idea de cómo responder a eso. |~Maldita personalidad de mierda, nos costará la vida.~| Dicen en la cabeza de Kaito las demás personalidades mientras Kaito bebe un poco del sake de la calabaza que porta su tortuga. El tiempo parece estancarse, los latidos del corazón del joven cazador se ralentizan, o al menos eso siente el joven. |~Mierda, ¿Qué le digo? ~| Piensa, ya casi desesperado por no tener idea de cómo continuar con lo que había empezado al subirse al maldito barco. Hasta que la personalidad que dio la respuesta en el barco, la que dominaba hasta el momento, toma la decisión de hablar. |~Me dirijo a la batalla, no tengo otro objetivo que ese. Tenía que cruzar el río para llegar hasta aquí y seguir hasta la misma. ~| Responde firme y seguro Kazuki con una voz siniestra mientras su cuerpo se prepara para lo que pueda ocurrir.
|~ ¿Con que matarme? Y no ha de ser inmediatamente… ¿Un combate? ~| Piensa el cazador con una sonrisa cínica y sedienta de sangre y sudor en el rostro. El hombre se pone a fumar una pipa, algo que al joven no le agrada demasiado, pero lo deja pasar, está ansioso por saber cuál será la tercera prueba. Tras superar las dos primeras no considera dejarlo ahí, si bien es cierto que el lagarto también llama la atención del espadachín, pero quiere terminar lo que comenzó.
Y cuando se plantea el acertijo el joven cazador se queda atónito, sabe demasiado, pero no está seguro de discernir la información útil de la pura morralla que estorba en la conclusión del acertijo. El joven cierra un segundo los ojos y trata de hacer memoria. |~Por lo que sé ahora mismo, estoy frente a un verdugo que tiene encargado matarme caso no supere la prueba, una horca y un hacha… Dice en un susurro tratando de poner en orden sus pensamientos, aquello está más complicado de lo que el cazador pudiera imaginarse, pero es lo que busca, algo de riesgo.
|~Mmm…. ~| Se escucha la voz del cazador en una especie de suspiro, no tiene idea de cómo responder a eso. |~Maldita personalidad de mierda, nos costará la vida.~| Dicen en la cabeza de Kaito las demás personalidades mientras Kaito bebe un poco del sake de la calabaza que porta su tortuga. El tiempo parece estancarse, los latidos del corazón del joven cazador se ralentizan, o al menos eso siente el joven. |~Mierda, ¿Qué le digo? ~| Piensa, ya casi desesperado por no tener idea de cómo continuar con lo que había empezado al subirse al maldito barco. Hasta que la personalidad que dio la respuesta en el barco, la que dominaba hasta el momento, toma la decisión de hablar. |~Me dirijo a la batalla, no tengo otro objetivo que ese. Tenía que cruzar el río para llegar hasta aquí y seguir hasta la misma. ~| Responde firme y seguro Kazuki con una voz siniestra mientras su cuerpo se prepara para lo que pueda ocurrir.
- Balt:
- - Mantenerle la mirada al barquero.
- Extrañarse por el lagarto.
- Bajar antes de mojarse.
- Escuchar al verdugo.
- Cerrar los ojos e intentar poner en orden sus pensamientos.
- Cavilar sobre las posibles respuestas.
- Beber.
- Responder preparándose para defenderse de ser necesario.
Hayden Ashworth
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El vuelo se mantuvo estable. Por suerte, la pelirroja había decidido seguirlo. Lo cierto era que el dragón agradecía aquella compañía. Siempre estaba bien andar con un aliado al lado durante una batalla y, como punto extra, lo cierto es que la chica estaba de buen ver. Aunque fuera del alcance del dragón, claro está. Su corazón lo tenía otra. Durante el vuelo no pudo evitar mirar hacia abajo y ver como la guerra empezaba a hacerse presente. Un grupo de personas peleaba contra lagartos. Una de ellas era... ¿Yoko? Paró en seco durante el vuelo un segundo, haciendo zoom con sus lentillas a aquella posición. Sí, era ella. Y estaba con el vicealmirante Al Naion, el cual Zuko no conocía personalmente pero si había leído varios informes sobre él.
"¿Cuántos marines hay en esta guerra?"
Pensó en bajar a ayudar a Yoko, pues era su amiga, y al vicealmirante Naion, pues era su superior. Sin embargo, no tardaron en bastarse ellos mismos con los lagartos. El chico sonrió, algo aliviado. No, no necesitaban su ayuda.
- Perdona, Aki... Reconocí a alguien -dijo a Aki si esta se preguntase porque se había detenido.
El dragón entonces volvió a batir sus alas hacia delante, propulsándose con fuego con el objetivo de llegar pronto al centro de la isla.
"¿Cuántos marines hay en esta guerra?"
Pensó en bajar a ayudar a Yoko, pues era su amiga, y al vicealmirante Naion, pues era su superior. Sin embargo, no tardaron en bastarse ellos mismos con los lagartos. El chico sonrió, algo aliviado. No, no necesitaban su ayuda.
- Perdona, Aki... Reconocí a alguien -dijo a Aki si esta se preguntase porque se había detenido.
El dragón entonces volvió a batir sus alas hacia delante, propulsándose con fuego con el objetivo de llegar pronto al centro de la isla.
- Balt N5:
- Observar al grupo que combate con lagartos y después seguir volando hasta el centro
Mist D. Spanner
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El chico se mantuvo quieto. Algo iba mal. La persona que habían seguido no estaba allí, y... Zane no estaba. ¿Qué había pasado? Era como si por un momento todo se hubiese vuelto oscuro para el pirata y no había escuchado al capitán. Algo ocurría con el chico, algo...
De golpe una voz y luego... una espada atravesó su cráneo. No, no lo hizo. Era su mantra avisándole. Las manos del muchacho se vieron rodeadas por llamas semi-transparentes de color morado. La espada de aquel que lo intentaba asesinar atravesó su cabeza como si de aire se tratase, como si nada hubiese allí. Al mismo tiempo que aquel... ser hacía su ataque y Spanner se volvía intangible, llevó la mano hasta el mango de Taiyo, la espada que Zane le dio. No pudo evitar alardear.
- Fallaste.
Moviéndose a un lado, apartando la espada del interior de su cabeza, volvió a hacerse tangible y, con un rápido movimiento, desenvainó la espada y, en el mismo movimiento, dirigió un corte horizontal al estómago de aquello que tenía delante, cargado de llamas moradas que no quemaban. Aquel era el arte del iaijitsu. Atacar velozmente con el mismo movimiento que es desenvainar. Debería ser suficiente contraataque hasta que llegara Zane... o al menos eso esperaba el muchacho.
De golpe una voz y luego... una espada atravesó su cráneo. No, no lo hizo. Era su mantra avisándole. Las manos del muchacho se vieron rodeadas por llamas semi-transparentes de color morado. La espada de aquel que lo intentaba asesinar atravesó su cabeza como si de aire se tratase, como si nada hubiese allí. Al mismo tiempo que aquel... ser hacía su ataque y Spanner se volvía intangible, llevó la mano hasta el mango de Taiyo, la espada que Zane le dio. No pudo evitar alardear.
- Fallaste.
Moviéndose a un lado, apartando la espada del interior de su cabeza, volvió a hacerse tangible y, con un rápido movimiento, desenvainó la espada y, en el mismo movimiento, dirigió un corte horizontal al estómago de aquello que tenía delante, cargado de llamas moradas que no quemaban. Aquel era el arte del iaijitsu. Atacar velozmente con el mismo movimiento que es desenvainar. Debería ser suficiente contraataque hasta que llegara Zane... o al menos eso esperaba el muchacho.
- Meln S8:
>Intentar explicar el porque me saltaron turno con un blackout temporal(?)
>Predecir ataque con mantra
>Evitarlo haciéndome intangible y atacar con Taiyo
He usado esto:
Ámbito Aura III:
El usuario puede manifestar su aura de forma física. Esta se manifiesta como una llama morada semitransparente que va de su cuerpo hasta su espada. Cuando se activa, el usuario tiene un 50% más en velocidad, pero esta solo se aplica a su movimiento con la espada.
Vinnie Estacado
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- Vincento Roberto Estacado, de Sicilia. Podéis llamarme Vinnie. Intenté detener a ese cabrón, pero me atacó... -dijo, contestando a quien le preguntó quien era.
Aquel grupo de gente era extraña, todo había que decirlo. Extravagantes implantes por todas partes. Sin embargo, el mafioso no juzgaba. No era ese su cometido. Su cometido era dar a entender al mundo entero que nadie jode a los Estacado. Avanzó junto a la muchedumbre. Ojalá tuviera un modo de poder rastrear a sus presas, como un verdadero cazador... Necesitaría encontrar el modo. Sino... Sacudió la cabeza. No podía pararse a pensar en lo que no tenía.
- HAMBRE... -gritó la voz de la gula, furiosa.
"Silencio... pronto comeremos."
Llegaron a un pequeño bosque. Vinnie maldijo al aire. Un lugar perfecto para que alguien pudiese esconderse. Por suerte eran bastantes en aquella partida de búsqueda. Jin Surfer iba a pagar por herirle, por impedirle comer y... por mancharle el traje de sangre. Sí, eso también. Nadie le mancha el traje de sangre a un Estacado excepto el propio dueño del traje.
Aquel grupo de gente era extraña, todo había que decirlo. Extravagantes implantes por todas partes. Sin embargo, el mafioso no juzgaba. No era ese su cometido. Su cometido era dar a entender al mundo entero que nadie jode a los Estacado. Avanzó junto a la muchedumbre. Ojalá tuviera un modo de poder rastrear a sus presas, como un verdadero cazador... Necesitaría encontrar el modo. Sino... Sacudió la cabeza. No podía pararse a pensar en lo que no tenía.
- HAMBRE... -gritó la voz de la gula, furiosa.
"Silencio... pronto comeremos."
Llegaron a un pequeño bosque. Vinnie maldijo al aire. Un lugar perfecto para que alguien pudiese esconderse. Por suerte eran bastantes en aquella partida de búsqueda. Jin Surfer iba a pagar por herirle, por impedirle comer y... por mancharle el traje de sangre. Sí, eso también. Nadie le mancha el traje de sangre a un Estacado excepto el propio dueño del traje.
- Meln X7:
Presentarme y unirme a la partida de búsqueda de Jin
Rocket Raccoon
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Los ojos del mapache se abrieron como platos mientras escuchaba el discurso de Dexter. Todo estaba saliendo mal. Por lo visto el bando al que habían decidido unirse los Blue Rose eran los responsables de aquella guerra. No era algo que molestara demasiado al mapache, sin embargo debía seguir las órdenes y el mismo camino que su capitán. Pero... Sobre todo debía velar por él. El discurso del dragón fue cortado por una segunda voz, una voz que admitía que Zilda había estado moviendo sus hilos, excusándose bajo el escudo de "el mal menor". Y, finalmente, amenazó al capitán. No podía permitir aquello.
- ¡Hinori! ¡El capitán está en peligro! ¡Debemos ir hasta él! ¡T12!
El mapache no solía ser nunca la voz de la razón, sin embargo no podía evitar que el hombre que había puesto su fe en él muriese aquel día, en aquel lugar. No, el camino de Dexter aún no había terminado. Esperaba de corazón que Hinori le hiciese caso o llegase a su misma conclusión, pues de no querer moverse ella hasta T12... debería bajar de aquel vuelo y marcharse solo. Y no quería abandonarla después de su fuga anterior.
- ¡Hinori! ¡El capitán está en peligro! ¡Debemos ir hasta él! ¡T12!
El mapache no solía ser nunca la voz de la razón, sin embargo no podía evitar que el hombre que había puesto su fe en él muriese aquel día, en aquel lugar. No, el camino de Dexter aún no había terminado. Esperaba de corazón que Hinori le hiciese caso o llegase a su misma conclusión, pues de no querer moverse ella hasta T12... debería bajar de aquel vuelo y marcharse solo. Y no quería abandonarla después de su fuga anterior.
- Zilda S13:
Escuchar el discurso de Dex así como aquel que le corta y amenaza, para después instar a Hinori a moverse hasta T12
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La pantalla dio paso a una luz roja parpadeante, y seguidamente mostró a una mujer. Parpadeé sin comprender, hasta que el monitor regresó a su estado original.
Intentos restantes: 1.
Invictus Regina.
Me quedé paralizada unos segundos. Aquella imagen había sido sin duda una pista. Y no tenía nada que ver con Kuma, así que la respuesta tampoco era PX-0. Tampoco Gold. Una mujer...
Fruncí el ceño, intentando comprender, atando cabos en mi mente.
Invictus Regina. Una mujer. Peliazul. Ropas... esas ropas las había visto antes en alguna parte...
- Ah. Arabasta -recordé. ¿Una mujer de Arabasta?
"Yo sé quién es.", me molestó de nuevo Kuramitsuha, la personificación de Kuraokami. Fruncí el ceño todavía más, frustrada por no saber la respuesta. Me saqué un libro del bolso y lo coloqué sobre la mesa con brusquedad, para empezar a buscar.
Arabasta, Arabasta...
"Menos mal que me dio por robarle el estúpido libro de leyendas al pelirrojo...", reflexioné para mis adentros, al tiempo que pasaba páginas a toda velocidad. En realidad se lo había quitado con el simple propósito de ver cuándo se daría cuenta de que le faltaba.
Se lo había robado en nuestro último encuentro, y el libro llevaba conmigo al menos una semana. El pollo ardiente aún no se había dado cuenta.
Encontré las leyendas e historias referidas a Arabasta y, por suerte o desgracia, había una recopilación de sus reyes y reinas.
- Nefertari Vivi -leí, para luego situarme frente a la pantalla de nuevo y mirar los cuatro caracteres-. Así que era eso... -subí los pies a la silla, esbocé una ligera sonrisa que enseguida se convirtió en una mueca de enfado, y empecé a balancearme de delante hacia atrás, sujetándome a la mesa-. ¡¿PERO QUIÉN?! ¡¿NARICES?! ¡¿SABE?! ¡¿ESO?! ¡¿QUIÉN ES ESA SEÑORA?! ¡A ESA SEÑORA NO LA CONOCEN NI EN SU CASA! ¡¿REINO INVICTO?! ¡¿REINO INVICTO?! ¡Y UNA P*** COMO UNA OLLA! ¡PUES CLARO QUE TUVO UN REINADO INVICTO! ¡NADIE INTENTÓ CONQUISTARLA! ¡¿CÓMO PRETENDEN QUE SEPA QUIÉN ES ESA SEÑORA QUE NO HA HECHO NADA IMPORTANTE EN SU P*** EXISTENCIA! ¡¿CÓMO PONEN DE CONTRASEÑA A UNA SEÑORA QUE NO SALIÓ DE SU CASA Y NO CONOCEN NI EN SU BARRIO?! -bramé con exasperación, para luego calmarme de golpe-. Ah, claro. Por eso es una buena contraseña.
Introduje las cuatro letras. V. I. V. I. Emití un suspiro de resignación y me eché hacia atrás, bajando los pies de la silla.
- Como no sea eso... me cargo el ordenador y la central entera -amenacé al aire, intentando calmar el tic que tenía en la ceja.
*Nota: Debido al contenido malsonante de algunos de los comentarios de Haruka, el diálogo ha sido debidamente censurado. La user no se hace responsable de los comentarios de su personaje, a sabiendas de que a Vivi la conocen en su casa. Aunque sólo la conozcan en su casa.
Intentos restantes: 1.
Invictus Regina.
Me quedé paralizada unos segundos. Aquella imagen había sido sin duda una pista. Y no tenía nada que ver con Kuma, así que la respuesta tampoco era PX-0. Tampoco Gold. Una mujer...
Fruncí el ceño, intentando comprender, atando cabos en mi mente.
Invictus Regina. Una mujer. Peliazul. Ropas... esas ropas las había visto antes en alguna parte...
- Ah. Arabasta -recordé. ¿Una mujer de Arabasta?
"Yo sé quién es.", me molestó de nuevo Kuramitsuha, la personificación de Kuraokami. Fruncí el ceño todavía más, frustrada por no saber la respuesta. Me saqué un libro del bolso y lo coloqué sobre la mesa con brusquedad, para empezar a buscar.
Arabasta, Arabasta...
"Menos mal que me dio por robarle el estúpido libro de leyendas al pelirrojo...", reflexioné para mis adentros, al tiempo que pasaba páginas a toda velocidad. En realidad se lo había quitado con el simple propósito de ver cuándo se daría cuenta de que le faltaba.
Se lo había robado en nuestro último encuentro, y el libro llevaba conmigo al menos una semana. El pollo ardiente aún no se había dado cuenta.
Encontré las leyendas e historias referidas a Arabasta y, por suerte o desgracia, había una recopilación de sus reyes y reinas.
- Nefertari Vivi -leí, para luego situarme frente a la pantalla de nuevo y mirar los cuatro caracteres-. Así que era eso... -subí los pies a la silla, esbocé una ligera sonrisa que enseguida se convirtió en una mueca de enfado, y empecé a balancearme de delante hacia atrás, sujetándome a la mesa-. ¡¿PERO QUIÉN?! ¡¿NARICES?! ¡¿SABE?! ¡¿ESO?! ¡¿QUIÉN ES ESA SEÑORA?! ¡A ESA SEÑORA NO LA CONOCEN NI EN SU CASA! ¡¿REINO INVICTO?! ¡¿REINO INVICTO?! ¡Y UNA P*** COMO UNA OLLA! ¡PUES CLARO QUE TUVO UN REINADO INVICTO! ¡NADIE INTENTÓ CONQUISTARLA! ¡¿CÓMO PRETENDEN QUE SEPA QUIÉN ES ESA SEÑORA QUE NO HA HECHO NADA IMPORTANTE EN SU P*** EXISTENCIA! ¡¿CÓMO PONEN DE CONTRASEÑA A UNA SEÑORA QUE NO SALIÓ DE SU CASA Y NO CONOCEN NI EN SU BARRIO?! -bramé con exasperación, para luego calmarme de golpe-. Ah, claro. Por eso es una buena contraseña.
Introduje las cuatro letras. V. I. V. I. Emití un suspiro de resignación y me eché hacia atrás, bajando los pies de la silla.
- Como no sea eso... me cargo el ordenador y la central entera -amenacé al aire, intentando calmar el tic que tenía en la ceja.
- Resumen Meln:
Ver la nueva pista, no tener ni idea de quién es, usar el libro de leyendas de Zane para averiguarlo, introducir "Vivi" y esperar.
*Nota: Debido al contenido malsonante de algunos de los comentarios de Haruka, el diálogo ha sido debidamente censurado. La user no se hace responsable de los comentarios de su personaje, a sabiendas de que a Vivi la conocen en su casa. Aunque sólo la conozcan en su casa.
Roland von Klauswitz
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Akuma no mi
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El hombre árbol entró en batalla como un tsunami. Con sus gruesas ramas golpeaba a todos los adversarios que se topaba, abriendo un camino allá por donde pasaba. Intentaba ayudar a los soldados de Balt en la medida de lo posible, auxiliando a alguno cuando lo veía en apuros y enfrentando a los grupos de adversarios más numerosos. Su intención era terminar cuanto antes con aquello, si es que podía. Aunque no tardó en percatarse de lo difícil que iba a ser eso.
No estaba seguro de qué facción era a la que estaban oponiéndose, pero estaba claro que la batalla no era para nada normal. Kodama veía a hombres de Balt apulañar repetidamente a rivales claramente ya muertos, o cortarles la cabeza a aquellos que ya habían caído. Por otro lado, cada vez con mayor frecuencia veía como los soldados enemigos estaban plagados de heridas que, desde el punto de vista médico, debían haberles causado la muerte. Empezó a plantearse la inquietante posibilidad de que él no fuese el único ser no humano allí.
Su tamaño dismiunyó cuando decidió adoptar de nuevo su forma humana. Desenvainó ambas espadas y comenzó su mortífera danza entre las filas de Meln. O al menos creía que luchaba contra Meln, a juzgar por algunas de las exclamaciones que oía por ahí. Sus espadas sajaban por doquier, tiñéndose cada vez más de sangre, y con sus ramas evitaba quedar rodeado. Pero a pesar de todo ese esfuerzo, los cadáveres seguían de ambos bandos continuaban levantándose de nuevo para luchar. Era un ejercicio inútil. No importaba a cuántos enemigos derrotase, siempre había más. Y continuaría habiendo más mientras los combatientes siguieran muriendo.
El marine optó por la opción más arriesgada y directa: buscar al líder enemigo y someterle bajo su acero. Creó una burbuja de jabón a su alrededor y se elevó hasta quedar flotando sobre el campo de batalla. Desde las alturas buscaría al pretor o a la pretora de Meln -seguramente destacaría bastante- y le enseñaría que el poder de la justicia no había abandonado Síderos.
- Balt:
- Luchar un ratejo - Hacer una burbuja de jabón para elevarse sobre el campo de batalla - Buscar a la líder de Meln para afilar las espadas en sus tripas
Joseph Leto
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Mientras los soldados de Balt se baten en retirada Joseph y los soldados que se encuentran bajo su dirección prosiguen con la construcción de las trincheras, algo que fue un acierto pues, pese a no estar totalmente terminadas las trincheras son totalmente funcionales y sirven para que los soldados que se retiraban puedan descansar resguardados tras las mismas. Mientras los soldados descansan Joseph observa los cuerpos que pelean como si no hubiesen muerto mientras piensa en lo que puede haber producido ese extraño fenómeno ya que no es normal que los cadáveres vuelvan a la vida, o se muevan de forma más o menos organizada. Sus ojos color escarlata observan la zona viendo como la gente se pelea de forma caótica debido a lo peculiar de la situación. Pese al terreno perdido por la repentina incorporación de los difuntos a la batalla Balt empieza a recuperar terreno con el avance de las tropas con energías renovadas. Entre eso, las trincheras y el hecho de que las tropas ya no se llevan la sorpresa de que los cadáveres estén peleando, la batalla vuelve a un punto neutral en donde cualquier cosa puede ocurrir.
El comandante que se encuentra en la zona de las trincheras se cansa de simplemente estar de apoyo a las tropas y observar cómo la gente se mata sin conseguir ningún tipo de avance sale de las trincheras de un salto y se coloca frente a las mismas observando el cuerpo del ejército enemigo. La verdad es que la pelea es sangrienta y muy feroz y las filas parecen estar bien organizadas para que cada ejército aprovecha su fuerza al máximo, sin embargo, no son del todo perfectas y Joseph piensa aprovecharse de ello. El joven de ojos carmesí actualmente tiene una mente ideada para la guerra por lo que no piensa desaprovechar una fantástica oportunidad de asestar un importante golpe al enemigo. Para ello sujeta su enorme cruz con la parte menos extensa apuntando al enemigo y, apuntando a la mitad de uno de los flancos, aprieta un gatillo que hace salir volando un misil que al impactar provocará una explosión de 50m de radio en donde cualquier cosa puede ser destruida si no es lo suficientemente resistente. Obviamente está todo calculado para que ningún soldado vivo de Balt sea alcanzado por dicho misil o su onda expansiva ya que no sería algo provechoso para su bando.
El comandante que se encuentra en la zona de las trincheras se cansa de simplemente estar de apoyo a las tropas y observar cómo la gente se mata sin conseguir ningún tipo de avance sale de las trincheras de un salto y se coloca frente a las mismas observando el cuerpo del ejército enemigo. La verdad es que la pelea es sangrienta y muy feroz y las filas parecen estar bien organizadas para que cada ejército aprovecha su fuerza al máximo, sin embargo, no son del todo perfectas y Joseph piensa aprovecharse de ello. El joven de ojos carmesí actualmente tiene una mente ideada para la guerra por lo que no piensa desaprovechar una fantástica oportunidad de asestar un importante golpe al enemigo. Para ello sujeta su enorme cruz con la parte menos extensa apuntando al enemigo y, apuntando a la mitad de uno de los flancos, aprieta un gatillo que hace salir volando un misil que al impactar provocará una explosión de 50m de radio en donde cualquier cosa puede ser destruida si no es lo suficientemente resistente. Obviamente está todo calculado para que ningún soldado vivo de Balt sea alcanzado por dicho misil o su onda expansiva ya que no sería algo provechoso para su bando.
- balt:
- -Observar el campo tras avanzar con las trincheras.
-Cansarse de esperar y salir al campo de batalla.
-Empezar con el ataque.
Sasaki
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Tras usar sobre el bicho el haki del rey este se volvió dócil, podría decirse que hasta manso, pero tampoco me relajé demasiado, por lo que mantuve las precauciones y el haki de observación activado por si volvía al ataque. Había creado un montón de azúcar que no iba a usar en un principio, pero sabiendo que había una guerra, por qué no usarla para ello, miré al bicho le hablé.
-Desde ahora te llamaré Rudolf, ¿vale? – no esperaba que me contestase, pero a lo mejor tenía algún tipo de reacción al escucharlo – bien, voy a crear un cinturón de azúcar alrededor de tu “cuerpo” sin que te haga daño al caminar o correr, y desde ese cinturón a un trineo que haré también, después iremos junto al grueso del ejercito donde imagino que estará la pretora dirigiéndolas.
Dicho esto al bicho, comencé a hacerlo, tardé un poco en hacerlo ya que no quería que quedase mal hecha la estructura, y que lo que le iba a poner al pequeño Rudolf no le hiciese nada, una vez lo terminé me subí al trineo.
-Rudolf avante todo, hacia el oeste, a la mayor velocidad que puedas, antes de ir a la batalla quiero buscar a Heaten, y no, no es comida, lo siento, cuando lleguemos a la batalla tendrás toda la que quieras.
- resumen meln:
- crear un trineo para ir subido en él mientras Rudolf (el bicho con muchas patas) tira de él cuan reno y con Jack (el mono) subido en el hombro, la dirección es donde está Heaten ahora mismo. U8 a R9
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El dragón volaba con el ceño fruncido, sabiendo que iba a tener que liarse a golpes con el Ifrit. Ese capullo otra vez liándola. Si el gilipollas no había tenido bastante en el imperio de los tenryubito, ahora encima estaba en aquella jodida guerra. Ese palurdo por huevos debía de estar en todos lados o no era feliz. La bestia notó a la joven en su espalda y entonces soltó un suspiro. A lo mejor se estaba adelantando demasiado y que ella conociera la existencia de Jin no le convenía nada. Al final se quedó algo pensativo mientras se rascaba un poco la cabeza con su enorme garra. El dragón estaba dando vueltas como un subnormal, hasta que escuchó las palabras del pirata en el comunicador. Dexter había perdido la cabeza, pero eso de que podía duplicar su precio hizo que sus ojos se pusieran verdes y el símbolo del berri apareciera en ellos. Era su jodido punto débil.
- Acepto la oferta, colega. Un mercenario nunca rechaza su elixir de la vida.
Mencionó el enorme lagarto con una voz bastante grave al mismo tiempo que se giraba y cambiaba el rumbo. Pudo detectar el olor del pirata y encima su aura, por lo que no debía estar muy lejos al parecer. Aumentó su velocidad y en ese momento escuchó por el comunicador a otra persona hablar. Le aburría aquello y encima usaba palabras raras. Madara alzó la ceja sin saber quién cojones era aquella persona. Sus palabras estaban siendo pesadas y no pudo evitar soltar un enorme suspiro. Entonces el dragón alzó la voz a través del comunicador que la arquera sostendría, dejando claro que estaba harto.
- Calla ya coooooooooño. Joder tío, que pesado. Vylia, apaga la radio de una vez, que me estoy mareando.
Dijo esperando que la chica hiciera lo que le dijo. Entonces pudo ver por fin al dragón, a continuación observó lo que parecían unas cosas extrañas surgir de la nada. Eran como los pechos de una de sus amigas, planos, pero exquisitos. El mercenario voló a ras de suelo y ordenó a la arquera bajar. Entonces cambió a la forma humana, pero permaneció con sus alas en la espalda para volar. Se lanzó a por uno de ellos y desenvainó su espadón de kairouseki puro. De un potente tajo trató de hacer pedazos uno de ellos a base de mala leche, después abrió la boca soltando un cañonazo de ácido hacia otro. Una carcajada salió de su boca y entonces miró al yonkou con unos ojos exageradamente abiertos.
- ¡Dinerooooooooooooooooooooo! ¡Si! Oh yeah, Dexter-san. El dragón negro está listo para patear unos cuantos traseros. Ahora tumbemos estas chatarras.
Dijo refiriéndose claramente a aquellas cosas voladoras. Por fin tenía un poco de diversión y no pensaba desaprovechar aquel momento tan delicioso.
- Acepto la oferta, colega. Un mercenario nunca rechaza su elixir de la vida.
Mencionó el enorme lagarto con una voz bastante grave al mismo tiempo que se giraba y cambiaba el rumbo. Pudo detectar el olor del pirata y encima su aura, por lo que no debía estar muy lejos al parecer. Aumentó su velocidad y en ese momento escuchó por el comunicador a otra persona hablar. Le aburría aquello y encima usaba palabras raras. Madara alzó la ceja sin saber quién cojones era aquella persona. Sus palabras estaban siendo pesadas y no pudo evitar soltar un enorme suspiro. Entonces el dragón alzó la voz a través del comunicador que la arquera sostendría, dejando claro que estaba harto.
- Calla ya coooooooooño. Joder tío, que pesado. Vylia, apaga la radio de una vez, que me estoy mareando.
Dijo esperando que la chica hiciera lo que le dijo. Entonces pudo ver por fin al dragón, a continuación observó lo que parecían unas cosas extrañas surgir de la nada. Eran como los pechos de una de sus amigas, planos, pero exquisitos. El mercenario voló a ras de suelo y ordenó a la arquera bajar. Entonces cambió a la forma humana, pero permaneció con sus alas en la espalda para volar. Se lanzó a por uno de ellos y desenvainó su espadón de kairouseki puro. De un potente tajo trató de hacer pedazos uno de ellos a base de mala leche, después abrió la boca soltando un cañonazo de ácido hacia otro. Una carcajada salió de su boca y entonces miró al yonkou con unos ojos exageradamente abiertos.
- ¡Dinerooooooooooooooooooooo! ¡Si! Oh yeah, Dexter-san. El dragón negro está listo para patear unos cuantos traseros. Ahora tumbemos estas chatarras.
Dijo refiriéndose claramente a aquellas cosas voladoras. Por fin tenía un poco de diversión y no pensaba desaprovechar aquel momento tan delicioso.
- Zilda:
- Hablar por el comunicador de Zilda, responderle a Dexter, a Adam, apagarlo e ir con Dexter. Atacar a dos de esas cosas que amenazan al yonkou.
Ichizake
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"¿Qué se supone que es este lugar? ¿Es una especie de acceso subterráneo a alguna parte?", caviló Gerald. El eco en la sala vacía hacía reverberar cada paso y cada mínimo roce de sus ropas. Se encontraba, junto con los dos revolucionarios, en una amplia y oscura estancia. Aún se hallaba bajo tierra, solo que había dejado atrás las toscas aberturas en la roca para adentrarse en un túnel claramente obra del hombre. En lo alto de la habitación alcanzaba a verse una escotilla metálica que daba a algún nivel superior. ¿Sería otra habitación como aquella, algún edificio de la isla, o simplemente conducía al exterior? La verdad, cualquiera de las tres opciones le resultaba preferible a continuar ahí abajo.
El espadachín avanzó hasta la delgada escalerilla de hierro por la que se llegaba a la escotilla. No se fiaba mucho de que los peldaños, de apariencia frágil y que llevaban allí a saber cuántos años, aguantasen su peso. Tanteó los de abajo, apoyando un pie en ellos y dejando caer su peso durante unos segundos. Claro que, en realidad, mo tenía muchas opciones más a parte de subir por ahí. Hacia arriba o hacia atrás eran los únicos destinos que le eran posibles en ese momento.
Decidió que valía la pena comprobar qué había al otro lado de la escotilla del techo, por lo que empezó a ascender con cuidado. Fue durante su ascenso que se dio cuenta de la presencia de la escultura. Un ser de piedra con apariencia arácnida, de tamaño lo bastante grande y aspecto lo bastante inquietante como para hacerle cuestionar seriamente la sensibilidad artística de los habitantes de Síderos. "No me extraña que la colocasen aquí abajo", pensó. Pero, ¿qué motivo había para esculpir una araña de ese calibre en el techo de una sala subterránea. Quizás sería buena idea no perderla de vista.
- Meln:
- Subir por la escalerilla sin perder de vista la araña que seguro que es totalmente inofensiva
Maki
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La libélula ejerció su poder de guía llevando a Maki allá a donde le placía. El gyojin seguía sin cuestionárselo la voluntad del insecto, atravesando las ruinosas calles de la ciudad y dejando atrás escombros y suciedad. Daba la sensación de que alguien hubiese montado la fiesta más gigantesca de la historia en aquel lugar pero que nadie se molestase en limpiar después. Menos mal que era un juego.
Además de seguir a la Gran Libélula, Maki cumplía otra misión. Su amigo Sonrisas le había pedido ayuda para sobrevivir al juego, necesitaba su escolta para... bueno, para ser escoltado. Sin duda había oído hablar de sus proezas como salvador del mundo y por eso le había escogido para esa misión. Ya había servido como protector, en aquella ocasión como guardián de Su Majestad la reina Derian, y en cierto modo le gustaba rememorar esas experiencias.
-No te preocupes, soy un experto protector. Conmigo no te pasará nada -le dijo a Sonrisas, y acto seguido le palmeó la espalda con fuerza.
Entró a un edificio abandonado siguiendo a la Gran Libélula, concentrado y atento al mismo tiempo a todos los posibles peligros. Sonrisas y su mayordomo mudo le seguían y debía estar seguro de que nada les dañase. Pero en ese momento... "¡Oh no!". Una enorme cucaracha voladora se dirigía hacia Sonrisas. Y a nadie le gustaban las cucarachas; eran feas y transmitían enfermedades como la cucharachosis. Maki se abalanzó sobre Sonrisas para tirarlo al suelo y salvarlo, mientras gritaba "¡Nooooo!" a todo pulmón.
-Cuidado, esas cosas son peligrosas.
Luego el gyojin se levantó satisfecho y volvió a seguir al insecto. Se había metido bajo el suelo, entre unos tablones de madera tras los cuales acertaba a verse una escalera. Maki apartó los tablones como si nada y siguió su camino, iluminado por la luz de la sabiduría de la Gran Libélula.
- Zal:
- Proteger a su Sonrisas y a su mayordomo mudo y seguir a la libélula
Dafne
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Parecía que poco más podía hacer en aquel momento, ya que, el guardia me dijo que si quería encontrar algo de lo que buscaba, probablemente, estuviera en aquella ciudad. Me quedé pensativa durante unos segundos para llegar a la conclusión de que todavía tenía el tiempo suficiente como para poder llegar a tiempo a dicha ciudad.
En el momento que me disponía a salir de la central para ir por mi cuenta hasta la ciudad imperial, me entró algo de sueño, posiblemente debido a los días previos donde apenas había pegado ojo entre fiestas y preparación para esta gran guerra. Así que, decidí tumbarme cerca de la central, junto a los lindes del bosque para echar allí una pequeña siesta, no más de 15 minutos, para después levantarme y no quedar retrasada con respecto al resto del grupo.
Después de aquella siesta, me desperté algo confundida posiblemente de haberme levantado de imprevisto debido a los ruidos de la batalla cercana a mi posición. Debía darme prisa pues parecía que la batalla se recrudecía y no me interesaba estar ahí por el momento. A pesar de todo, no vi ya a mi compañera Gera por aquellos lares, por lo cual deduje que o bien se había marchado o bien se había largado a la batalla. Me preguntaba si estaría bien.
Preparé de nuevo mis cosas para salir, no sin antes preguntar a un guardia por la dirección hacia la ciudad imperial diciéndome este que pusiera rumbo sur desde mi posición. Salí corriendo como alma que lleva al diablo, no sin antes darle las gracias, para llegar cuanto antes. Necesitaba encontrar algo que me diera la fuerza necesaria para no ser un lastre en aquella guerra, y si llegaba antes que algún enemigo fuerte mejor.
"Ya me he demorado bastante" "Debes de llegar allí pero ya" " ¿Como se te ocurre dormir con todos los problemas que hay cerca?" Pensaba todo el rato para mis adentros.
Corrí y corrí rumbo hacia la ciudad imperial, saltando arbustos, troncos caídos, apartando maleza y corriendo por los caminos de grava para llegar lo más rápido posible, sin detenerme por nada del mundo. Pero a pesar de todo otras preguntas pasaban por mi cabeza.
"¿Estará bien Kodama?, solo podré ayudarle si logro no ser un obstáculo.
En el momento que me disponía a salir de la central para ir por mi cuenta hasta la ciudad imperial, me entró algo de sueño, posiblemente debido a los días previos donde apenas había pegado ojo entre fiestas y preparación para esta gran guerra. Así que, decidí tumbarme cerca de la central, junto a los lindes del bosque para echar allí una pequeña siesta, no más de 15 minutos, para después levantarme y no quedar retrasada con respecto al resto del grupo.
Después de aquella siesta, me desperté algo confundida posiblemente de haberme levantado de imprevisto debido a los ruidos de la batalla cercana a mi posición. Debía darme prisa pues parecía que la batalla se recrudecía y no me interesaba estar ahí por el momento. A pesar de todo, no vi ya a mi compañera Gera por aquellos lares, por lo cual deduje que o bien se había marchado o bien se había largado a la batalla. Me preguntaba si estaría bien.
Preparé de nuevo mis cosas para salir, no sin antes preguntar a un guardia por la dirección hacia la ciudad imperial diciéndome este que pusiera rumbo sur desde mi posición. Salí corriendo como alma que lleva al diablo, no sin antes darle las gracias, para llegar cuanto antes. Necesitaba encontrar algo que me diera la fuerza necesaria para no ser un lastre en aquella guerra, y si llegaba antes que algún enemigo fuerte mejor.
"Ya me he demorado bastante" "Debes de llegar allí pero ya" " ¿Como se te ocurre dormir con todos los problemas que hay cerca?" Pensaba todo el rato para mis adentros.
Corrí y corrí rumbo hacia la ciudad imperial, saltando arbustos, troncos caídos, apartando maleza y corriendo por los caminos de grava para llegar lo más rápido posible, sin detenerme por nada del mundo. Pero a pesar de todo otras preguntas pasaban por mi cabeza.
"¿Estará bien Kodama?, solo podré ayudarle si logro no ser un obstáculo.
- Balt:
- Dormir un poco y quedarme atrás, una vez despierta ir como alma que lleva al diablo hacia la ciudad imperial sin pararme por nada ni por nadie con el objetivo de llegar a esos "laboratorios".
Yoko Littner
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¿Pero de dónde salían? La pelirroja no paraba de plantearse preguntas en su cabeza y apenas tenía tiempo de responderlas. Había un buen número de lagartos. Por suerte lograron contenerlos y espantarlos. Aunque eso no implica que la pelirroja se llevase algún zarpazo en su piel. No llegó a ser nada grave, solo simple irritación. Pasó la mano sobre ella para sanarla y después prestó atención a la gente que allí se había reunido.
Se habían juntado un buen número de personas en tan poco tiempo. Un rubio y una peliblanca aparte de los cuatro que ya estaban. La pelirroja, jadeando, se desplazó un poco del puente. Después escuchó la presentación del otro rubio. Su nombre era Al Naion. Sí, era un buen momento para las presentaciones, al menos ahora ya estaba todo despejado, de momento.
-Soy Yoko Littner.
Tras eso, guardó sus pistolas en el cinturón y miró a la central. Ahora estaba completamente libre, aunque no era de su importancia activar centrales o no. Ella tan solo buscaba salvar el número posible de vidas. Vio si Neo estaba bien y, después de comprobarlo señaló a la central.
-¿Quién hace los honores? - Inquirió con una sonrisa.
Se habían juntado un buen número de personas en tan poco tiempo. Un rubio y una peliblanca aparte de los cuatro que ya estaban. La pelirroja, jadeando, se desplazó un poco del puente. Después escuchó la presentación del otro rubio. Su nombre era Al Naion. Sí, era un buen momento para las presentaciones, al menos ahora ya estaba todo despejado, de momento.
-Soy Yoko Littner.
Tras eso, guardó sus pistolas en el cinturón y miró a la central. Ahora estaba completamente libre, aunque no era de su importancia activar centrales o no. Ella tan solo buscaba salvar el número posible de vidas. Vio si Neo estaba bien y, después de comprobarlo señaló a la central.
-¿Quién hace los honores? - Inquirió con una sonrisa.
- Balt:
- -Defenderse de los lagartos.
-Presentarse.
-Preguntar sobre quién activará la central.
El pelirrojo parpadeo con rapidez al ver como aquel extraño ente desaparecía frente a sus narices. ¿Dónde coño se había metido? Ese maldito ser no solo se estaba riendo de él como persona, sino también como guerrero, pues ni con su haki de observación había sido capaz de captar su posición correcta; y eso le estaba caldeando demasiado. Entonces, escuchó una voz grave y taciturna a través de las paredes del molino procedente de la boardilla.
—¡Mierda, Spanner! –maldijo desenfundando su Aki no Hikari con su zurda.
Inmediatamente, el pirata comenzó a cubrir su cuerpo de un intenso fuego que caldeó toda la sala y su cuerpo se transfiguró hasta tomar la apariencia de un suzaku antropomorfo de un plumaje rojizo muy intenso y cálido, con ligeras motas de un matiz dorado muy brillante. En esta forma Zane dejaba de ser un humano para ser una especie de hombre-pájaro de casi tres metros de altura, con garras en vez de manos y unas majestuosas y fuertes alas en la espalda; además de que sus ojos se rasgan como los de un ave rapaz.
Una vez transformado, cubrió sus katanas de haki y fuego y se impulsó hacia arriba con todas sus fuerzas, atravesando el techo hasta llegar a la boardilla donde estaba Spanner, que estaba manteniendo las distancias con un individuo de gesto serio y amenazante, el cual portaba una espada color negruzco.
—¡Vaya! ¿Llego dos minutos tarde a la fiesta y empezáis a bailar sin mí? –el pirata agarró a Aki no Hikari de forma paralela a su brazo y se puso en guardia neutra, adelantando su pie izquierdo y elevando su brazo derecho, apuntando con la katana a su oponente–. ¡Vergüenza debería darte! A ti y a tu madre.
—¡Mierda, Spanner! –maldijo desenfundando su Aki no Hikari con su zurda.
Inmediatamente, el pirata comenzó a cubrir su cuerpo de un intenso fuego que caldeó toda la sala y su cuerpo se transfiguró hasta tomar la apariencia de un suzaku antropomorfo de un plumaje rojizo muy intenso y cálido, con ligeras motas de un matiz dorado muy brillante. En esta forma Zane dejaba de ser un humano para ser una especie de hombre-pájaro de casi tres metros de altura, con garras en vez de manos y unas majestuosas y fuertes alas en la espalda; además de que sus ojos se rasgan como los de un ave rapaz.
Una vez transformado, cubrió sus katanas de haki y fuego y se impulsó hacia arriba con todas sus fuerzas, atravesando el techo hasta llegar a la boardilla donde estaba Spanner, que estaba manteniendo las distancias con un individuo de gesto serio y amenazante, el cual portaba una espada color negruzco.
—¡Vaya! ¿Llego dos minutos tarde a la fiesta y empezáis a bailar sin mí? –el pirata agarró a Aki no Hikari de forma paralela a su brazo y se puso en guardia neutra, adelantando su pie izquierdo y elevando su brazo derecho, apuntando con la katana a su oponente–. ¡Vergüenza debería darte! A ti y a tu madre.
- Resumen Meln:
- –Me enfado y desenfundo una segunda katana.
-Me transformo en mi forma híbrida y activo mi haki de armadura (y me envuelvo en fuego) para atravesar el techo.
-Intervengo en el combate de Spanner y aquel extraño hombre, soltando un chascarrillo y poniéndome en pose defensiva en el aire.
Gusi
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Nada más sentir como el collar resbalaba de mis manos y se posaban en los dulces y delicados dedos de Yoai, empecé a sentir como el dolor de mi pecho iba aminorando, hasta cesar por completo. Me solté la mano del pecho y alcé la mirada para ver lo que había ocurrido, encontrando con una cara que no me esperaba para nada. ¿Qué le pasaba en los ojos a Yoai? Parecía como si sus pupilas se hubieran dilatado demasiado acompañadas de un montón de brillos que reflejaban que estaba a punto de ponerse a llorar.
Me quede paralizado sin saber muy bien qué hacer, nunca hubiera imaginado que mis palabras hubieran podido llegar a conmover tanto a esa chiquilla. En ese momento una lágrima recorrió su rostro y un dolor más fuerte que el anterior me hizo llevarme la mano del nuevo al corazón. Había hecho llorar a una bella mujer. Me acerque a ella, posándome en su enorme montura, la cual ya me daba igual si se enfadaba conmigo y la coloque la mano en el hombro para que no llorara, pero poco funciono, pues se tapo el rostro y rompió a llorar mientras explicaba que yo no era como el resto, que me quería y que la razón de su enfado era porque el collar era un regalo familiar. No me creía ni una de sus palabras y más sabiendo que aun me podía matar, pero mi instinto de macho alfa no pudo evitar abrazarla con fuerza para que dejara de llorar. Apretándola con fuerza sobre mí pecho, en un tierno y cálido abrazo, esperando que lo soldados que había por allí presente no se lo tomaran como un ataque a la reina, aunque seguro que les parecía un tanto extraña la escenita.
La pretora sollozaba entre mis brazos, notando como los mocos y las lágrimas llenaban mi pecho de aquellas sustancias. Parecía que la había hecho yo más daño que ella a mí, pero aun no podía fiarme.- No llores más, estoy aquí contigo. No tienes nada de qué preocuparte.- a excepción de los soldados enemigos que se iban acercando hacía nosotros. En ese momento, una extraña nausea hizo que regurgitara algo a mi boca. Casi por instinto y al notar que se movía dentro de esta, lo escupí encima del caparazón del cangrejito. Por un momento, temí lo peor. Había escupido algo repugnante delante de la pretora y encima escupiéndoselo casi a los pies, aquello parecía una falta de respeto y había jodido nuestro momento "romántico" de reconciliación.
Mire detenidamente aquella cosa que parecía ser un gusano que no paraba de retorcerse del dolor y con más miedo que otra cosa, lo pise con mi zapato, haciendo que explotara en mil pedazos. En ese momento, Yoai me mostró que era la causante de ese bicho o así lo entendí yo.
-Ahí tienes una muestra de mi amor. Tu corazón es libre, ahora elige libremente.- ¿de verdad me había dejado libre? ¿Había conquistado a aquella joven? Todo parecía indicar que sí, una palabra equivocada y podía romperle el corazón y si eso pasaba ya me podía imaginar lo peor. Pues una mujer herida es más peligrosa que cualquier Yonkou enfadado.
Me coloque detrás de ella y entrelace mis manos con las suyas, la apreté contra mi duro cuerpo, sintiendo su esponjoso culo en mis partes y la susurre al oído.- Siempre estaré a tu lado, mi reina.- La bese en el cuello y la cogí el collar de entre sus dedos para volver a colocárselo, lo cual me costó más de lo esperado. Todo el mundo sabe que poner esos collares con sus mini ganchos era una tarea para gente con las manos pequeñas o con mucha maña.
Cuando termine de colocárselo la volví a apretar contra mi cuerpo, en un abrazo tierno y en ese momento noté como la sangre de mi cuerpo iba a un lugar que no deseaba. Tuve que alejarme un poco de la pretora para que no se ofendiera y sintiera la enorme bestia que quería salir de mis pantalones.-Mi reina, ¿tienes alguna misión para mí?- solo esperaba que tuviera un plan, pues las tropas enemigas parecían controlar la situación y se acercaban precipitadamente hacía nosotros, por no decir que las trampas de Yoai no parecían tener efecto. Solo cabía esperar que tuviera más ases en la manga.
Me quede paralizado sin saber muy bien qué hacer, nunca hubiera imaginado que mis palabras hubieran podido llegar a conmover tanto a esa chiquilla. En ese momento una lágrima recorrió su rostro y un dolor más fuerte que el anterior me hizo llevarme la mano del nuevo al corazón. Había hecho llorar a una bella mujer. Me acerque a ella, posándome en su enorme montura, la cual ya me daba igual si se enfadaba conmigo y la coloque la mano en el hombro para que no llorara, pero poco funciono, pues se tapo el rostro y rompió a llorar mientras explicaba que yo no era como el resto, que me quería y que la razón de su enfado era porque el collar era un regalo familiar. No me creía ni una de sus palabras y más sabiendo que aun me podía matar, pero mi instinto de macho alfa no pudo evitar abrazarla con fuerza para que dejara de llorar. Apretándola con fuerza sobre mí pecho, en un tierno y cálido abrazo, esperando que lo soldados que había por allí presente no se lo tomaran como un ataque a la reina, aunque seguro que les parecía un tanto extraña la escenita.
La pretora sollozaba entre mis brazos, notando como los mocos y las lágrimas llenaban mi pecho de aquellas sustancias. Parecía que la había hecho yo más daño que ella a mí, pero aun no podía fiarme.- No llores más, estoy aquí contigo. No tienes nada de qué preocuparte.- a excepción de los soldados enemigos que se iban acercando hacía nosotros. En ese momento, una extraña nausea hizo que regurgitara algo a mi boca. Casi por instinto y al notar que se movía dentro de esta, lo escupí encima del caparazón del cangrejito. Por un momento, temí lo peor. Había escupido algo repugnante delante de la pretora y encima escupiéndoselo casi a los pies, aquello parecía una falta de respeto y había jodido nuestro momento "romántico" de reconciliación.
Mire detenidamente aquella cosa que parecía ser un gusano que no paraba de retorcerse del dolor y con más miedo que otra cosa, lo pise con mi zapato, haciendo que explotara en mil pedazos. En ese momento, Yoai me mostró que era la causante de ese bicho o así lo entendí yo.
-Ahí tienes una muestra de mi amor. Tu corazón es libre, ahora elige libremente.- ¿de verdad me había dejado libre? ¿Había conquistado a aquella joven? Todo parecía indicar que sí, una palabra equivocada y podía romperle el corazón y si eso pasaba ya me podía imaginar lo peor. Pues una mujer herida es más peligrosa que cualquier Yonkou enfadado.
Me coloque detrás de ella y entrelace mis manos con las suyas, la apreté contra mi duro cuerpo, sintiendo su esponjoso culo en mis partes y la susurre al oído.- Siempre estaré a tu lado, mi reina.- La bese en el cuello y la cogí el collar de entre sus dedos para volver a colocárselo, lo cual me costó más de lo esperado. Todo el mundo sabe que poner esos collares con sus mini ganchos era una tarea para gente con las manos pequeñas o con mucha maña.
Cuando termine de colocárselo la volví a apretar contra mi cuerpo, en un abrazo tierno y en ese momento noté como la sangre de mi cuerpo iba a un lugar que no deseaba. Tuve que alejarme un poco de la pretora para que no se ofendiera y sintiera la enorme bestia que quería salir de mis pantalones.-Mi reina, ¿tienes alguna misión para mí?- solo esperaba que tuviera un plan, pues las tropas enemigas parecían controlar la situación y se acercaban precipitadamente hacía nosotros, por no decir que las trampas de Yoai no parecían tener efecto. Solo cabía esperar que tuviera más ases en la manga.
- Meln:
- Crear un momento de pasión con Yoai y esperar sus ordenes
PD: ¿Cual es mi ubicación exacta?
Tsang Yue
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El intento de escalar aquella edificación defensiva acaba en un asombroso fracaso, al parecer la perspectiva le juega una mala pasada al joven agente, pues, desde donde se encontraba antes daba la impresión de que no era tan alto como realmente es. Pero la suerte del joven no es del todo mala, pues su “acompañante” Liv parece haber encontrado una apertura en el muro, y parece ser una entrada segura, aunque no del todo fiable, al menos para el chamán, que invoca el espíritu de un pequeño colibrí que le informaría de todo lo que les espera en aquella apertura y al otro lado. Cabe destacar que la conexión que los une les permite comunicarse aun sin verse y a grandes distancias, por ello Tsang no se preocupa y se dirige en un ritmo relativamente tranquilo hacia la apertura.
Por el momento no hay rastro de nada que pueda ser un peligro para Yue, al menos eso es lo que entiende el joven ante la ausencia de aviso de su compañero espiritual. El joven sigue su camino hacia el hueco. -“Si quieres ir sola por mi adelante, pero creo que es mejor unirse a querer mostrar poder y acabar sin vida.”- Dice el joven al pasar al lado de la muchacha. -“Ahora si quieres sígueme, pero no acataré órdenes tuyas ni toleraré actuaciones que arriesguen de forma innecesaria mi vida.”- Añade justo en la entrada del hueco haciendo un gesto con la mano para que Liv le siguiera si quisiera.
La mirada de Tsang ahora se fija delante de él, buscando un atisbo de detalles de lo que pueda darle una pista sobre lo que se encuentra más allá del muro y que pudieran ayudarle a prepararse a pelear si fuera necesario. Al mismo tiempo agudiza sus oídos para evitar que se le sorprenda al no ver a alguien que está oculto.
Por el momento no hay rastro de nada que pueda ser un peligro para Yue, al menos eso es lo que entiende el joven ante la ausencia de aviso de su compañero espiritual. El joven sigue su camino hacia el hueco. -“Si quieres ir sola por mi adelante, pero creo que es mejor unirse a querer mostrar poder y acabar sin vida.”- Dice el joven al pasar al lado de la muchacha. -“Ahora si quieres sígueme, pero no acataré órdenes tuyas ni toleraré actuaciones que arriesguen de forma innecesaria mi vida.”- Añade justo en la entrada del hueco haciendo un gesto con la mano para que Liv le siguiera si quisiera.
La mirada de Tsang ahora se fija delante de él, buscando un atisbo de detalles de lo que pueda darle una pista sobre lo que se encuentra más allá del muro y que pudieran ayudarle a prepararse a pelear si fuera necesario. Al mismo tiempo agudiza sus oídos para evitar que se le sorprenda al no ver a alguien que está oculto.
- Zal(Liv lee):
- - Observar como su intento fracasa
- Invocar un colibrí
- Seguirlo hasta el hueco
- Hablar a Liv proponiendo que sigan juntos
- Entrar y prepararse por lo que pudiera pasar.
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Se rascó la cabeza, pensativo. ¿Qué debía responder a eso? Milena de la nada le había propuesto matrimonio… Si es que se podía llamar así, además le había quitado el comunicador para decirle a Dexter todo aquello y pedir un par de cosas. Suspiró de forma calmada mientras, como pensaba, su capitán se negaba a todo eso. ”Me lo esperaba” – no era normal tener un laboratorio del gobierno en una isla de un Yonkou. Iba a acarrear muchos problemas y era natural que él se hubiera negado. Escuchó las palabras de ella y volvió a suspirar. ¿Qué debía hacer? Por si fuera poco, su capitán estaba incitando una revolución por parte de los miembros de Zilda.
– Todo esto es su culpa… Malditos egoístas. – Susurró en un tono apenas audible. Ya estaba claro que no iba a ayudarlos y mucho menos apoyarlos. Iba a hacer lo que su capitán había pedido, así que tenía que ir en su encuentro. ”Aunque ese era el plan desde un principio” – colocó sus dos manos tras su cabeza y empezó a caminar siguiendo a la pelirroja. Su cabeza aún estaba confundida por todo aquello y seguía pensando en alguna respuesta. Decir que sí significa vivir juntos, cosa que ya estaban haciendo y todo lo que el matrimonio conlleva. Por otro lado, decir que no… ¿Cambiaría algo? Lo dudaba, pero que ella fuera la de la idea lo había pillado por sorpresa y no se lo esperaba de ninguna manera.
– Mile – empezó a decir mientras notaba algunas presencias cercanas, pero al no sentir en ellas hostilidad, las ignoraba. – Claro. Sin problemas – le dijo con una sonrisa. Guardó silencio unos segundos. – Déjame hablar con mi capitán y ver qué puedo hacer. Quizá puedo obtener algo, yo me encargo – su tono era tranquilo. – Por el resto, primero salgamos de aquí con vida. Ahora que Dexter se fue en contra de Zilda, todo se pondrá patas para arriba – lo siguiente que diría sabía que podría molestarla un poco, pero… Era lo que debían hacer. – Nos juntaremos con mi capitán y luego veremos qué hacer. Aunque claro, no te obligaré a nada, pero si vamos con él puede que haya gente muy fuerte cerca de él… O en su contra.
Activó el comunicador que le había dado Zilda. Si tenía suerte, Beros, el líder, lo iba a escuchar. Si no… Solo gastaría un poco más de saliva. Estaba enojado y su rostro, lentamente, lo iba demostrando. ¿Armar una guerra solo para generar un cambio? Era, cuanto menos, estúpido. No era la mejor forma, pero ahí estaban ellos, luchando para obtener ese mismo cambio que tanto anhelaban. Chasqueó con la lengua y dudó por unos instantes, armó la frase en su cabeza, sacaba y metía algunas palabras, pero la idea era la misma.
– Beros, eres un estúpido – dijo sin tapujos. – Te aseguro que le pondremos fin a todo esto y que tus planes fallaran – siguió mientras su mirada se iba poniendo un tanto más seria. – Tus juegos infantiles acabarán aquí y ahora. – Suspiró y dejó de hablar. Ya no tenía nada más que decir. ¿Eso iba a traer problemas? No lo dudaba, pero estaba preparado para todo eso. Miró a Milena y trató de calmarse… Un poco.
– Lo siento por eso, Mile – le dijo mirando al frente. – Pero era necesario. Quizá vengan por mí, así que estate atenta – su mirada era seria y un poco fría. – Vamos. Es hora de acabar con todo esto.
– Todo esto es su culpa… Malditos egoístas. – Susurró en un tono apenas audible. Ya estaba claro que no iba a ayudarlos y mucho menos apoyarlos. Iba a hacer lo que su capitán había pedido, así que tenía que ir en su encuentro. ”Aunque ese era el plan desde un principio” – colocó sus dos manos tras su cabeza y empezó a caminar siguiendo a la pelirroja. Su cabeza aún estaba confundida por todo aquello y seguía pensando en alguna respuesta. Decir que sí significa vivir juntos, cosa que ya estaban haciendo y todo lo que el matrimonio conlleva. Por otro lado, decir que no… ¿Cambiaría algo? Lo dudaba, pero que ella fuera la de la idea lo había pillado por sorpresa y no se lo esperaba de ninguna manera.
– Mile – empezó a decir mientras notaba algunas presencias cercanas, pero al no sentir en ellas hostilidad, las ignoraba. – Claro. Sin problemas – le dijo con una sonrisa. Guardó silencio unos segundos. – Déjame hablar con mi capitán y ver qué puedo hacer. Quizá puedo obtener algo, yo me encargo – su tono era tranquilo. – Por el resto, primero salgamos de aquí con vida. Ahora que Dexter se fue en contra de Zilda, todo se pondrá patas para arriba – lo siguiente que diría sabía que podría molestarla un poco, pero… Era lo que debían hacer. – Nos juntaremos con mi capitán y luego veremos qué hacer. Aunque claro, no te obligaré a nada, pero si vamos con él puede que haya gente muy fuerte cerca de él… O en su contra.
Activó el comunicador que le había dado Zilda. Si tenía suerte, Beros, el líder, lo iba a escuchar. Si no… Solo gastaría un poco más de saliva. Estaba enojado y su rostro, lentamente, lo iba demostrando. ¿Armar una guerra solo para generar un cambio? Era, cuanto menos, estúpido. No era la mejor forma, pero ahí estaban ellos, luchando para obtener ese mismo cambio que tanto anhelaban. Chasqueó con la lengua y dudó por unos instantes, armó la frase en su cabeza, sacaba y metía algunas palabras, pero la idea era la misma.
– Beros, eres un estúpido – dijo sin tapujos. – Te aseguro que le pondremos fin a todo esto y que tus planes fallaran – siguió mientras su mirada se iba poniendo un tanto más seria. – Tus juegos infantiles acabarán aquí y ahora. – Suspiró y dejó de hablar. Ya no tenía nada más que decir. ¿Eso iba a traer problemas? No lo dudaba, pero estaba preparado para todo eso. Miró a Milena y trató de calmarse… Un poco.
– Lo siento por eso, Mile – le dijo mirando al frente. – Pero era necesario. Quizá vengan por mí, así que estate atenta – su mirada era seria y un poco fría. – Vamos. Es hora de acabar con todo esto.
- Zilda:
- Hablar con Milena. Desafiar y traicionar al lider de Zilda. Dirigirse a la ubicación donde poder encontrarse con Dexter.
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La pelirroja se alegró cuando el chico aceptó, pero eso de hablar con su capitán ya lo tenía descartado. No había podido cumplir con su prioridad principal y una vez había sido rechazada, su orgullo le impedía volver a preguntar o aceptar. Milena quería respuestas rápidas y a la primera, por lo que ahora no había vuelta atrás. Se llevó unos momentos la mano derecha hacia el cabello y finalmente se lo acarició despacio. Escuchó la amenaza del moreno hacia el tío de su comunicador y sonrió de lado. Ya era hora de que el chico empezase a espabilar de una buena vez. Si venían a por él, ella misma se ocuparía de hacerlos pedazos con la espada que le habían dado. Se relamió un poco y finalmente todo se había calmado.
Lo siguiente que hizo la científica fue ver que su chico cambiaba la dirección y eso la hizo alzar una ceja. No había posibilidad de que ella fuese hacia aquella dirección. No pensaba reunirse con el capitán del moreno y menos con la enorme cantidad de chusma que tendría a su alrededor. Según Ushio habría gente fuerte y algo le dijo que serían más miembros de su banda. Milena frunció el ceño unos momentos y se frenó en seco. No pensaba ir ni de coña, pues ella había puesto rumbo a la ciudad central para conseguir cosas útiles. Apretó el puño derecho unos momentos y lo siguiente que hizo fue mirar al chico de forma bastante seria, como si estuviese incluso molesta por algo.
- A mí las cosas me quedan claras a la primera. He intentado ser lo más amable posible y me he llevado un no. Tengo mi orgullo y no pienso reunirme con esa persona. Primero porque no me hace gracia y segundo porque no me arriesgaré a que un miembro del gobierno me vea cerca de él. Quitando eso, yo he venido aquí por mis propios intereses.
La joven entonces cerró los ojos despacio y soltó un enorme suspiro. Si el moreno quería largarse con el dragón, era libre de hacerlo. Notó un pequeño mareo entonces y un poco de nauseas, pero supuso que sería normal después de la distancia que había recorrido. Soltó un pequeño bufo y lo siguiente que hizo fue caminar en dirección al Oeste, a la ciudad central. No iba a girar ni a cambiar de opinión de ninguna forma.
- Eres libre de ir con quién desees, Ushio. – Mencionó de forma seria para después continuar con su camino tranquilamente. Se llevó la mano al estómago unos momentos y después soltó un suspiro. Ella esperaba que el moreno la siguiese en lugar de irse con aquellos hombres.
Lo siguiente que hizo la científica fue ver que su chico cambiaba la dirección y eso la hizo alzar una ceja. No había posibilidad de que ella fuese hacia aquella dirección. No pensaba reunirse con el capitán del moreno y menos con la enorme cantidad de chusma que tendría a su alrededor. Según Ushio habría gente fuerte y algo le dijo que serían más miembros de su banda. Milena frunció el ceño unos momentos y se frenó en seco. No pensaba ir ni de coña, pues ella había puesto rumbo a la ciudad central para conseguir cosas útiles. Apretó el puño derecho unos momentos y lo siguiente que hizo fue mirar al chico de forma bastante seria, como si estuviese incluso molesta por algo.
- A mí las cosas me quedan claras a la primera. He intentado ser lo más amable posible y me he llevado un no. Tengo mi orgullo y no pienso reunirme con esa persona. Primero porque no me hace gracia y segundo porque no me arriesgaré a que un miembro del gobierno me vea cerca de él. Quitando eso, yo he venido aquí por mis propios intereses.
La joven entonces cerró los ojos despacio y soltó un enorme suspiro. Si el moreno quería largarse con el dragón, era libre de hacerlo. Notó un pequeño mareo entonces y un poco de nauseas, pero supuso que sería normal después de la distancia que había recorrido. Soltó un pequeño bufo y lo siguiente que hizo fue caminar en dirección al Oeste, a la ciudad central. No iba a girar ni a cambiar de opinión de ninguna forma.
- Eres libre de ir con quién desees, Ushio. – Mencionó de forma seria para después continuar con su camino tranquilamente. Se llevó la mano al estómago unos momentos y después soltó un suspiro. Ella esperaba que el moreno la siguiese en lugar de irse con aquellos hombres.
- Meln:
- Negar ir hacia Dexter, hablar con Ushio y poner rumbo a la ciudad central.
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