Osuka Sumisu
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Tsk, los cañones no tienen suficiente potencia - expresso desganado por el frustrante resultado de dispararle a aquella nave voladora-. Podría lanzarles un pedrolo de los gordos… Ni hablar, es una tontería como una casa.
Pese a aquello, del forma de un dragón con una melena bicolor antinatural empezó bloquear los disparos enemigos y así minimizar las bajas de los helicópteros, pero aun así, se habían estrellados algunos. De todas formas, la aparición tan rápida del Younkou era como un milagro en el día de Navidad.
- El hielo que rodea la isla nos complica el usar el submarino. Y si las fuentes son ciertas, esa cosa la ha hecho el mismo individuo que consiguió derrotar a Legim. No voy a dejar que ninguno de mis hombres toque ese hielo-. Le comento a su segundo al mando. Los tripulantes, aquellos que no aplaudían a Dexter por su heroicidad, mostraban respeto a los caídos. El sargento hizo lo mismo, dándose con el puño dos veces en el pecho-. Nunca os olvidaremos…
- Osu, puede ser útil recogiendo revolucionarios caídos al mar con esas explosiones -. le comento Valia-. Los supervivientes estarán demasiado conmocionados como para poder sobrevivir mucho tiempo en estas embravecidas aguas, podríamos minimizar las bajas.
- Muy bien, tu y yo nos dedicaremos a rescatar a los naufragados-. Se giró y se dirigió a sus otros compañeros-. Ed, Fred, centraos en los heridos de gravedad primero. ¿De acuerdo?
El demonio carmesí cogió unos cuantos salvavidas que estaban atados al carriers. Pillo carrerilla y empezó a saltar por el mismísimo aire mientras iba repartiendo los salvavidas a los revolucionarios que podía ver flotando en el embravecido y eran remolcados por los tripulantes que tiraban de las cuerdas.
Tras rescatar a todos los que pudo ver se preparó para despegar ahora con sus muchachos para el asalto.
Pese a aquello, del forma de un dragón con una melena bicolor antinatural empezó bloquear los disparos enemigos y así minimizar las bajas de los helicópteros, pero aun así, se habían estrellados algunos. De todas formas, la aparición tan rápida del Younkou era como un milagro en el día de Navidad.
- El hielo que rodea la isla nos complica el usar el submarino. Y si las fuentes son ciertas, esa cosa la ha hecho el mismo individuo que consiguió derrotar a Legim. No voy a dejar que ninguno de mis hombres toque ese hielo-. Le comento a su segundo al mando. Los tripulantes, aquellos que no aplaudían a Dexter por su heroicidad, mostraban respeto a los caídos. El sargento hizo lo mismo, dándose con el puño dos veces en el pecho-. Nunca os olvidaremos…
- Osu, puede ser útil recogiendo revolucionarios caídos al mar con esas explosiones -. le comento Valia-. Los supervivientes estarán demasiado conmocionados como para poder sobrevivir mucho tiempo en estas embravecidas aguas, podríamos minimizar las bajas.
- Muy bien, tu y yo nos dedicaremos a rescatar a los naufragados-. Se giró y se dirigió a sus otros compañeros-. Ed, Fred, centraos en los heridos de gravedad primero. ¿De acuerdo?
El demonio carmesí cogió unos cuantos salvavidas que estaban atados al carriers. Pillo carrerilla y empezó a saltar por el mismísimo aire mientras iba repartiendo los salvavidas a los revolucionarios que podía ver flotando en el embravecido y eran remolcados por los tripulantes que tiraban de las cuerdas.
Tras rescatar a todos los que pudo ver se preparó para despegar ahora con sus muchachos para el asalto.
- RESUMEN:
- Rescatar a todos los náufragos posibles de los helicópteros derribados y ahora sí, prepararse en esas tostadoras con helices para despegar(?)
Cosas usadas:
Air ride: Muy parecida a su versión de la Cipher Pol (Geppo), permite al usuarios saltar en el propio aire, lo que le deja permanecer flotando en el aire mientras sus piernas no sean sujetas o bloqueadas.
Tobías Thorn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mis compañeros y otros tantos marines fueron llegando y desfilando junto al Vicealmirante Naion y Kimura. Unos venían a saludar al primero, los que no conocía, y otros tantos a ver y a recibir órdenes del pelirrojo, mis nakamas. A todos los saludé con una leve inclinación de cabeza, ya que esta se encontraba pensando a miles de revoluciones y no me dio tanta capacidad como para saludar verbalmente, ni si quiera al nuevo que acaba de llegar y al que Kimura denominó como miembro de la banda. No entendía como los mandos de la Marina habían sido capaz de personar a reclutas sin un entrenamiento adecuado para la batalla... Y esperaba que ni por asomo fuese cosa de Kimura. No quería creer que este se hubiese vuelto descuidado desde lo de Jiro y Yoshi, aunque poco tiempo tuve para seguir reflexionando sobre el tema.
En un abrir y cerrar de ojos los dos bandos comenzaron a actuar, cada uno usando sus poderes y armamentos para defender en lo que realmente creían... O simplemente para crear el caos.
La banda nos quedamos a cargo de la plaza de la prisión rocosa, mientras el resto se internaba cada uno en una cruenta lucha. Con un poco de suerte, si estos hacían bien su trabajo, nosotros no tendríamos muchos problemas, o si lo hacían, esperaba que ya llegasen con algún desgaste. Así que tras las pesimistas palabras de Ciaran, la preocupación de Biz por el nuevo y las órdenes de Kimura, me dispuse a realizar lo que se nos había encomendado... O eso al menos era la intención hasta que llego un terrorífico ataque aéreo que consiguió dañar varios de los cañones que llevaban rato rugiendo.
No quería impartir órdenes porque Kimura estaba presente y yo había estado demasiado ausente mientras todo se desarrollaba, pero una parte de mí deseaba que el pelirrojo mandase al menos a Ciaran a que atendiese a los heridos. Bizvan seguramente fuese aún mejor que ella, pero al activar mi haki de observación y sentir tantas presencias tan oscilantes y poderosas, no pude evitar pensar que íbamos a necesitar la espada de Bizvan cuanto antes, ya que quien había llegado desde los cielos portando un arma terrorífica y carmesí no era otro que uno de los piratas más temibles del mundo, Arribor Neus. Un ser tan buscado como temido... Y habíamos tenido la gran suerte de toparnos de lleno con él en nuestro primer embate.
-¡Wyrm! No dudes en ponerte la armadura que te está proporcionando Bizvan. Ese tipo puede acabar con todos nosotros, así que protégete y aléjate de él cuanto antes. Limítate a ayudar a los que aún sigan en pie en los cañones e intenta no morir hoy - dije sintiendo la obligación de decirle eso al recién llegado. Esta era una pelea para la que ni siquiera yo estaba preparado, pero no podíamos permitir que ese vil pirata acabase con toda la base por que persiguiese algún tipo de motivo egoísta por el que despreciaba tantas vidas. Me había consagrado a luchar por el orden y la justicia... Y ante nosotros se encontraba uno de los tipos que más la despreciaban.
Me alejé unos metros de mis compañeros y comencé a generar sirope en el suelo para crear un charco a mi alrededor que luego pudiese usar, mientras que por otro lado alcé las manos y comencé a transformarlas en dos enormes puntas de flecha que llegaron a medir los dos metros. Activé mi ojo robot para calcular mejor su distancia y posicionamiento y endurecí el sirope hasta equipararlo al mejor de los aceros con mi técnica Control, y aumentando aún más su tenacidad cuando los recubrí con mi haki armadura.
Una vez estuve seguro de controlar el tiro, activé mi técnica Propulsión y lancé mis dos brazos transformados y endurecidos hacia el tuerto a la velocidad de un disparo. Uno de ellos iba buscando la parte superior del vientre, mientras que la segunda iba buscando su pierna izquierda. Con un poco de suerte no se esperaría el ataque y podríamos comenzar el embate con algo de ventaja.
- Demostremos que somos una manada nakamas. Saquemos uñas y dientes para defender nuestros ideales.
En un abrir y cerrar de ojos los dos bandos comenzaron a actuar, cada uno usando sus poderes y armamentos para defender en lo que realmente creían... O simplemente para crear el caos.
La banda nos quedamos a cargo de la plaza de la prisión rocosa, mientras el resto se internaba cada uno en una cruenta lucha. Con un poco de suerte, si estos hacían bien su trabajo, nosotros no tendríamos muchos problemas, o si lo hacían, esperaba que ya llegasen con algún desgaste. Así que tras las pesimistas palabras de Ciaran, la preocupación de Biz por el nuevo y las órdenes de Kimura, me dispuse a realizar lo que se nos había encomendado... O eso al menos era la intención hasta que llego un terrorífico ataque aéreo que consiguió dañar varios de los cañones que llevaban rato rugiendo.
No quería impartir órdenes porque Kimura estaba presente y yo había estado demasiado ausente mientras todo se desarrollaba, pero una parte de mí deseaba que el pelirrojo mandase al menos a Ciaran a que atendiese a los heridos. Bizvan seguramente fuese aún mejor que ella, pero al activar mi haki de observación y sentir tantas presencias tan oscilantes y poderosas, no pude evitar pensar que íbamos a necesitar la espada de Bizvan cuanto antes, ya que quien había llegado desde los cielos portando un arma terrorífica y carmesí no era otro que uno de los piratas más temibles del mundo, Arribor Neus. Un ser tan buscado como temido... Y habíamos tenido la gran suerte de toparnos de lleno con él en nuestro primer embate.
-¡Wyrm! No dudes en ponerte la armadura que te está proporcionando Bizvan. Ese tipo puede acabar con todos nosotros, así que protégete y aléjate de él cuanto antes. Limítate a ayudar a los que aún sigan en pie en los cañones e intenta no morir hoy - dije sintiendo la obligación de decirle eso al recién llegado. Esta era una pelea para la que ni siquiera yo estaba preparado, pero no podíamos permitir que ese vil pirata acabase con toda la base por que persiguiese algún tipo de motivo egoísta por el que despreciaba tantas vidas. Me había consagrado a luchar por el orden y la justicia... Y ante nosotros se encontraba uno de los tipos que más la despreciaban.
Me alejé unos metros de mis compañeros y comencé a generar sirope en el suelo para crear un charco a mi alrededor que luego pudiese usar, mientras que por otro lado alcé las manos y comencé a transformarlas en dos enormes puntas de flecha que llegaron a medir los dos metros. Activé mi ojo robot para calcular mejor su distancia y posicionamiento y endurecí el sirope hasta equipararlo al mejor de los aceros con mi técnica Control, y aumentando aún más su tenacidad cuando los recubrí con mi haki armadura.
Una vez estuve seguro de controlar el tiro, activé mi técnica Propulsión y lancé mis dos brazos transformados y endurecidos hacia el tuerto a la velocidad de un disparo. Uno de ellos iba buscando la parte superior del vientre, mientras que la segunda iba buscando su pierna izquierda. Con un poco de suerte no se esperaría el ataque y podríamos comenzar el embate con algo de ventaja.
- Demostremos que somos una manada nakamas. Saquemos uñas y dientes para defender nuestros ideales.
- Resumen (Arri lee):
- Divagar fuertemente y percatarse de que Arribor está reventando los cañones donde nos encontramos, por lo que tras separarme un poco del grupo para tener mejor tiro lanzarle dos enorme "flechas" de sirope endurecido.
- Otros datos:
- -Endurecer el sirope con Haki Armadura Superior y la técnica Control: Tobías a comprendido parte del control sobre su akuma y ha sido capaz de manipular la consistencia del sirope equiparándolo a la del acero, pudiendo así crear armas y cosas por el estilo.
-Lanzar mi ataque de sirope con mi técnica Propulsión: Tobías es capaz de expulsar o lanzar el sirope que genera a altas velocidades. (Misma velocidad que una pistola).
- Y a tener en cuenta que poseo el Tiers de puntería al lv 7
Shingetsu Nyx
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Primero el hielo, luego el agua, el trueno… Y finalmente el silencio de la densa niebla. Todo ocurre a una velocidad y con tal intensidad que solo soy capaz de observar sorprendido por lo que mis ojos me muestran, teniendo que esforzarme para creerlos.
Asiento ante las palabras de Rexair, volviendo a la normalidad y sonrío oculto por la cobertura. No dejo de otear el horizonte, pero nadie parece estar lo suficientemente cerca como para siquiera tocar la costa... Y luego está el tema del ejército del aire. Algo parece haberles detenido de continuar el asalto, al menos por el momento, de modo que tengo un tiempo para supervisar el resto del entorno que nos rodea.
Me pongo en posición de cuclillas con lentitud, sin alertar demasiado de mi posición. Con sigilo, me muevo entre las rocas procurando no levantar polvo, ni crear un solo reflejo con mi arma; así termino supervisando la parte "trasera" de mi posición... Los piratas o revolucionarios no deberían ser capaces de sortear la defensa marine, pero con los últimos hechos acontecidos... No debería apresurarme a sacar conclusiones aceleradas. «Lo último que necesito es otra pifia como la de la isla… Espera lo imposible Nyx».
Empiezo por otear con rapidez el horizonte… Algunos marines hablando con civiles, algunos soldados como nosotros esperando con tensión para ver si las cosas cambian… Estoy demasiado lejos de la costa contraria como para ver poco más que una línea difuminada, pero lo suficiente como para distinguir manchas en el mar si se acercaran por la misma… Por el momento no hay nada de lo que alarmarse.
– Por ahora las dos costas están despejadas –. Comento en un susurro lo suficientemente alto como para que mi acompañante pueda escucharlo –. Pero no sería mala idea seguirlas vigilando.
Luego empiezo a rastrear el resto de la isla, esta vez con más cuidado… Un ciudadano hablando con un marine, los mismos agentes posicionados… «¿Qué es eso?» Mis ojos se detienen sobre el patíbulo, entrecerrándose al ver algo que no debería estar ahí. Un hombrecillo solitario parece bastante entretenido trasteando. ¿Como exactamente ha burlado la seguridad de la isla?
– Rexair… Dame el Den den mushi por favor –. Alargo la mano en su dirección, esperando a que me entregue lo solicitado. Una vez tengo el micrófono en mano, acciono el botón de trasmisión y me comunico directamente con nuestro departamento –. Base. Aquí el agente Nyx… Tenemos un problema, un intruso. Hay un loco haciendo agujeros en el patíbulo y colocando cosas dentro… Solo puedo imaginar que sea algún tipo de trampa o explosivo. Solicito una comprobación directa de un agente más cercano, dados los problemas que podría suponer en caso de estar en lo correcto.
«Son este tipo de cosas las que me recuerdan por qué siempre debo vigilar el cielo y la retaguardia... Es sorprendente como casi nadie lo hace». Pienso mientras espero respuesta de base, completamente oculto mientras apunto al cuerpo del hombre, sin emitir instinto asesino o reflejo alguno.
Asiento ante las palabras de Rexair, volviendo a la normalidad y sonrío oculto por la cobertura. No dejo de otear el horizonte, pero nadie parece estar lo suficientemente cerca como para siquiera tocar la costa... Y luego está el tema del ejército del aire. Algo parece haberles detenido de continuar el asalto, al menos por el momento, de modo que tengo un tiempo para supervisar el resto del entorno que nos rodea.
Me pongo en posición de cuclillas con lentitud, sin alertar demasiado de mi posición. Con sigilo, me muevo entre las rocas procurando no levantar polvo, ni crear un solo reflejo con mi arma; así termino supervisando la parte "trasera" de mi posición... Los piratas o revolucionarios no deberían ser capaces de sortear la defensa marine, pero con los últimos hechos acontecidos... No debería apresurarme a sacar conclusiones aceleradas. «Lo último que necesito es otra pifia como la de la isla… Espera lo imposible Nyx».
Empiezo por otear con rapidez el horizonte… Algunos marines hablando con civiles, algunos soldados como nosotros esperando con tensión para ver si las cosas cambian… Estoy demasiado lejos de la costa contraria como para ver poco más que una línea difuminada, pero lo suficiente como para distinguir manchas en el mar si se acercaran por la misma… Por el momento no hay nada de lo que alarmarse.
– Por ahora las dos costas están despejadas –. Comento en un susurro lo suficientemente alto como para que mi acompañante pueda escucharlo –. Pero no sería mala idea seguirlas vigilando.
Luego empiezo a rastrear el resto de la isla, esta vez con más cuidado… Un ciudadano hablando con un marine, los mismos agentes posicionados… «¿Qué es eso?» Mis ojos se detienen sobre el patíbulo, entrecerrándose al ver algo que no debería estar ahí. Un hombrecillo solitario parece bastante entretenido trasteando. ¿Como exactamente ha burlado la seguridad de la isla?
– Rexair… Dame el Den den mushi por favor –. Alargo la mano en su dirección, esperando a que me entregue lo solicitado. Una vez tengo el micrófono en mano, acciono el botón de trasmisión y me comunico directamente con nuestro departamento –. Base. Aquí el agente Nyx… Tenemos un problema, un intruso. Hay un loco haciendo agujeros en el patíbulo y colocando cosas dentro… Solo puedo imaginar que sea algún tipo de trampa o explosivo. Solicito una comprobación directa de un agente más cercano, dados los problemas que podría suponer en caso de estar en lo correcto.
«Son este tipo de cosas las que me recuerdan por qué siempre debo vigilar el cielo y la retaguardia... Es sorprendente como casi nadie lo hace». Pienso mientras espero respuesta de base, completamente oculto mientras apunto al cuerpo del hombre, sin emitir instinto asesino o reflejo alguno.
- Resumen:
- Observar todo lo que ocurre, sorprendido.
- Importante: Detectar la presencia de alguien en el patíbulo que está preparando lo que parece un plan de sabotaje.
- Solicitar confirmación a base, así como que envíen tropas a comprobar el lugar.
- Mantenerme apuntando, para no perder de vista al sujeto en ningún momento. Procurando no delatar mi posición en ningún momento.
No llego a disparar o hacer nada que me delate en ningún momento.- Observar todo lo que ocurre, sorprendido.
- Cosas usadas:
- Rail Viper:
- Nombre del objeto: Rail Viper
Descripción del objeto: Rifle de francotirador desmontable. Sus especificaciones son mas altas de lo normales. Puede ser usado cualquier tipo de munición "normal" en el mismo. Consta con un cañón personalizado de alta calidad, el cual elimina gran parte del sonido emitido por proyectiles con pólvora. Su alcance está ligeramente por encima de la media. Formado por un 'sandwich' reforzado de capas múltiples que consta de fibra de carbono, kevlar y fibra de vidrio.
Usos comunes: Cargar, apuntar, disparar.
Habilidades especiales o destacables: Ha sido diseñado para ser usado con casi cualquier tipo de munición, pero es con la mas potente con la que muestra su verdadera capacidad; al dispararla hará acelerar a la misma hasta los 1.100 metros por segundo, gozando de un alcance efectivo de hasta 4.000 metros, si bien acertar depende de su tirador. Su mira, algo mas moderada, permite apuntar correctamente hasta una distancia de 700 metros, dependiendo nuevamente de la precisión de su tirador.
- Munición de larga distancia x100 (Un paquete): Versión para fusil de francotirador (Aumenta la distancia efectiva de disparo un 30%).
AEG93
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La petición de Hachiro de que le informase de la situación llegó justo en el momento en el que mi dedo se adentró en el gelatinoso cuerpo del gyojin. Sorprendido, comencé a retransmitirle en tiempo real lo ocurrido:
- Un extraño y horrendo gyojin que podría ser miembro de la Armada Revolucionaria, aunque no estoy seguro de que así sea, ha abordado el barco y dejado inconsciente al oficial de cubierta. Le he atacado, pero su cuerpo parece estar hecho de una sustancia viscosa que absorbe bastante los golpes. Parece que no es demasiado hábil en combate, porque su reacción a mi ataque ha consistido en hacerse el muerto.
No entendía nada, la actitud de mi deforme adversario era todo menos combativa. ¿Sería algún tipo de truco para que me confiara? Si así era, resultaba bastante creíble, pero no iba a conseguir que me relajase. Al fin y al cabo, el gyojin se las había ingeniado para dejar KO al oficial de cubierta antes de que este alertara a nadie de su presencia, y el Haki de Observación me decía que su poder debía ser tenido en cuenta, pues no era muy diferente al mio. Tal vez incluso fuese algo mayor. Así que no, no iba a caer en su engaño.
- ¿Pero qué hace? Ahora se ha levantado, me ha lanzado algo ridículamente pequeño y ha echado a correr. No sé qué se propone,
pero no pienso dejar que se salga con la suya. No te preocupes, yo me encargo de esto. Un tipo de pelo balnco ha subido al barco siguiendo al gyojin. Tiene aspecto salvaje, aunque el Mantra me dice que no es muy poderoso. Si lo ves necesario ocúpate de él. Si no, una vez me haya encargado del pez lo haré yo. - dije al peliblanco a través de nuestro vínculo telepático.
En ese momento, pronunciando entre dientes el nombre de la técnica de velocidad del Cipher Pol, inicié la persecución. Comencé a moverme a tal velocidad que prácticamente parecía que me teletransportaba de un punto a otro. No me fue difícil adelantar al gyojin y, con un veloz gesto, ponerme delante de él para cerrarle el paso al tiempo que imbuía mi puño izquierdo en Haki e intentaba descargarlo sobre su cara. Mi ataque iría acompañado de una poderosa onda de choque que, sumada al Haki y a la propia inercia de la carrera de mi enemigo, esperaba que fuera suficiente para sobrepasar su gelatinosa piel.
Si le golpeaba, probablemente el gyojin saldría despedido por los aires en dirección opuesta a la que llevaba su carrera. No sabía si con eso pondría fin al combate o si verdaderamente aquel extraño pez tendría algún as bajo la manga, pero si de algo estaba seguro era de que no iba a permitir que campase a sus anchas por el barco.
- Un extraño y horrendo gyojin que podría ser miembro de la Armada Revolucionaria, aunque no estoy seguro de que así sea, ha abordado el barco y dejado inconsciente al oficial de cubierta. Le he atacado, pero su cuerpo parece estar hecho de una sustancia viscosa que absorbe bastante los golpes. Parece que no es demasiado hábil en combate, porque su reacción a mi ataque ha consistido en hacerse el muerto.
No entendía nada, la actitud de mi deforme adversario era todo menos combativa. ¿Sería algún tipo de truco para que me confiara? Si así era, resultaba bastante creíble, pero no iba a conseguir que me relajase. Al fin y al cabo, el gyojin se las había ingeniado para dejar KO al oficial de cubierta antes de que este alertara a nadie de su presencia, y el Haki de Observación me decía que su poder debía ser tenido en cuenta, pues no era muy diferente al mio. Tal vez incluso fuese algo mayor. Así que no, no iba a caer en su engaño.
- ¿Pero qué hace? Ahora se ha levantado, me ha lanzado algo ridículamente pequeño y ha echado a correr. No sé qué se propone,
pero no pienso dejar que se salga con la suya. No te preocupes, yo me encargo de esto. Un tipo de pelo balnco ha subido al barco siguiendo al gyojin. Tiene aspecto salvaje, aunque el Mantra me dice que no es muy poderoso. Si lo ves necesario ocúpate de él. Si no, una vez me haya encargado del pez lo haré yo. - dije al peliblanco a través de nuestro vínculo telepático.
En ese momento, pronunciando entre dientes el nombre de la técnica de velocidad del Cipher Pol, inicié la persecución. Comencé a moverme a tal velocidad que prácticamente parecía que me teletransportaba de un punto a otro. No me fue difícil adelantar al gyojin y, con un veloz gesto, ponerme delante de él para cerrarle el paso al tiempo que imbuía mi puño izquierdo en Haki e intentaba descargarlo sobre su cara. Mi ataque iría acompañado de una poderosa onda de choque que, sumada al Haki y a la propia inercia de la carrera de mi enemigo, esperaba que fuera suficiente para sobrepasar su gelatinosa piel.
Si le golpeaba, probablemente el gyojin saldría despedido por los aires en dirección opuesta a la que llevaba su carrera. No sabía si con eso pondría fin al combate o si verdaderamente aquel extraño pez tendría algún as bajo la manga, pero si de algo estaba seguro era de que no iba a permitir que campase a sus anchas por el barco.
- Resumen:
- - Fliparlo con la táctica de Maki mientras comento la jugada mentalmente con Hachiro.
- Perseguirle con Soru hasta cortarle el paso y lanzarle un puñetazo con Haki y Hasshoken a la cara.
- Cosas usadas:
- - Haki Observación Desarrollado.
- Haki Armadura Desarrollado (post 1), Endurecimiento (post 1)
- Hasshoken: El duro entrenamiento al que fue sometido desde niño, unido a su control de su propio cuerpo, han dado a Thawne la capacidad de controlar las vibraciones alrededor de su cuerpo, permitiéndole crear ondas de choque con sus golpes capaces de romper escudos o armaduras de hasta dureza 7. Puede usarlo cada 2 post.
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El espadachín esquivó la patada, haciendo que el marine girara sobre si mismo con la fuerza de esta, volviendo a mirar a su enemigo enseguida. Este no tardó en volver a la ofensiva, siendo movido por aire hacia atrás y… ¿Enviando ondas cortantes a partir de su cuerpo hacia todas direcciones? El dragón aleteó y se movió hacia atrás. Entonces, encogió su propio cuerpo y se cubrió con ambas alas por delante, mientras estas se tornaban del negro brillante que representaba al haki de armadura. Aunque aquello no fue lo único.
─¡Tekkai!
Ondas cortantes chocaron contra él, empujándolo en el aire. Eran fuertes. El sargento apretó los dientes, intentando mantener su defensa y sus alas, en aquel momento, duras como el acero. Podía sentir como, de seguir presionando, aquellas ondas habrían podido atravesar por completo su tekkai de no ser por el haki y sus escamas. Abrió las alas de golpe, estirando sus brazos y piernas, esparciendo por fin las ondas cortantes. Aun así, podía notar cierto escozor en sus alas. Aquel pirata no era un don nadie con la espada, pues había conseguido…
No le dio tiempo a pensar. Ya venía volando dispuesto a atacar. La respuesta del dragón fue rápida. Su brazo derecho se recubrió de haki. Lo puso en medio, deteniendo el ataque. Aquello de su espada era… ¿hielo? Aplicó su propia fuerza al empujar, buscando quebrar el hielo, a la par que lo intentaba debilitar aplicando fuego y calor a su propio brazo. Los hakis de ambos luchadores chocaron, creando una onda expansiva de imponente aspecto, mientras el dragón intentaba superar la fuerza del espadachín.
En aquel momento podría abrasarle la cara escupiendo fuego o incluso llenarle los pulmones de gas somnífero… Pero, ¿no sería aquello una falta de respeto hacia el que ahora era su enemigo? Tal vez aquella era la forma errónea de pensar. Era una guerra, no tenía que pensar en el honor ni en el respeto de sus enemigos, sin embargo… No, no era así como le habían criado. Aquella era una batalla de hombres. Le dolía el brazo. Podía notar como la hoja había empezado a cortar sus escamas endurecidas por el haki y una gota de sangre se deslizaba hasta su codo. Dio un fuerte empujón, buscando romper de una vez por todas aquel choque y el recubrimiento de hielo que había hecho sus armas más gruesas y, seguramente, mortíferas.
De ser su contraataque efectivo, pasaría a la ofensiva, dirigiendo un puñetazo que dispararía una onda de choque de una enorme bola de fuego, directa al pecho del espadachín.
─¡Tekkai!
Ondas cortantes chocaron contra él, empujándolo en el aire. Eran fuertes. El sargento apretó los dientes, intentando mantener su defensa y sus alas, en aquel momento, duras como el acero. Podía sentir como, de seguir presionando, aquellas ondas habrían podido atravesar por completo su tekkai de no ser por el haki y sus escamas. Abrió las alas de golpe, estirando sus brazos y piernas, esparciendo por fin las ondas cortantes. Aun así, podía notar cierto escozor en sus alas. Aquel pirata no era un don nadie con la espada, pues había conseguido…
No le dio tiempo a pensar. Ya venía volando dispuesto a atacar. La respuesta del dragón fue rápida. Su brazo derecho se recubrió de haki. Lo puso en medio, deteniendo el ataque. Aquello de su espada era… ¿hielo? Aplicó su propia fuerza al empujar, buscando quebrar el hielo, a la par que lo intentaba debilitar aplicando fuego y calor a su propio brazo. Los hakis de ambos luchadores chocaron, creando una onda expansiva de imponente aspecto, mientras el dragón intentaba superar la fuerza del espadachín.
En aquel momento podría abrasarle la cara escupiendo fuego o incluso llenarle los pulmones de gas somnífero… Pero, ¿no sería aquello una falta de respeto hacia el que ahora era su enemigo? Tal vez aquella era la forma errónea de pensar. Era una guerra, no tenía que pensar en el honor ni en el respeto de sus enemigos, sin embargo… No, no era así como le habían criado. Aquella era una batalla de hombres. Le dolía el brazo. Podía notar como la hoja había empezado a cortar sus escamas endurecidas por el haki y una gota de sangre se deslizaba hasta su codo. Dio un fuerte empujón, buscando romper de una vez por todas aquel choque y el recubrimiento de hielo que había hecho sus armas más gruesas y, seguramente, mortíferas.
De ser su contraataque efectivo, pasaría a la ofensiva, dirigiendo un puñetazo que dispararía una onda de choque de una enorme bola de fuego, directa al pecho del espadachín.
- Resumen:
- Pelear con Therax
- cosas:
- Paro las ondas cortantes, recibiendo cortes superficiales en las alas, con: Resistencia Tier 3 x4'5 (Forma híbrida), Haki Armadura Superior y Tekkai.
Paro las espadas de Therax con el brazo (de nuevo, recibiendo un corte superficial) con la misma resistencia, Haki Armadura Superior y las escamas de mi forma híbrida. Además, aplico empuje y fuego para intentar romper el hielo que recubre las espadas de Therax. Fuerza Tier 7 x9 (pasivo) + x5'5 (Forma híbrida).
Después, de conseguirlo, atacar con una onda de choque de mi maestría acompañada de una enorme bola de fuego de mi Firebending Class III.
Nivel 60: Lanza ondas de choque a cuarenta y cinco metros por segundo, que se disipan a los cincuenta metros. Su potencia es tan descomunal que el tamaño de la onda deja de ser poco más que el puño hasta el medio metro de radio.
y
Fire Bending Class III: Rocket Fire: Zuko aprende a controlar mucho mejor el fuego, pudiendo crear grandes cantidades que anteriormente lo dejarían agotado, así como hacerlas a la potencia suficiente como para propulsarse, lo que le permite dar saltos más altos, deslizarse a gran velocidad a ras de suelo o dar golpes más fuertes propulsando la parte del cuerpo con la que quiere atacar.
Además, hay un choque de haki guapo guapo, de esos epiquisimos del manga(?)- Spoiler:
La opción de abrirse paso derritiendo el hielo era buena, quizás la más coherente ya que el fuego derretía el hielo, no obstante, también eso implicaba un esfuerzo físico que le dejaría agotado, después de todo la distancia que los separaba de aquella gran roca que era Gray Rock era de algo más de un kilómetro. ¿Qué debía hacer? Se mantuvo en silencio, intentando pensar algo, incluso esperando que su fiel segundo de abordo, quien solía tener las ideas más coherentes le diera la respuesta, pero eso no ocurría. Fue entonces, cuando decidió apoyarse en la baranda del castillo de popa a meditar con su yo interior. «¿Qué deberíamos hacer Kenny?» le preguntó a su otro yo, a sabiendas de que no sabía si le contestaría. «Ve volando y mátalos a todos» le respondió, haciendo que el pirata negara con la cabeza. «¿Volando? Sería un suicidio» aclaró. «Es algo más de mil metros ¿mil doscientos? Si vas lo suficientemente rápido no serán más de treinta o cuarenta segundos de vuelo, eso se pasa en nada. Y sabes tan bien como yo que es la opción más factible. La rubita de caderas curiosas puede volar, que ella lleve a la bruja y a tu novio y tú llevas al gordito»
Tras esas palabras de Kenny, el capitán pirata se dio la vuelta y observó como un barco estaba muy pegado al suyo, acechándolos de forma sutil y descarada. No sabía sus intenciones, pero podrían ser hostiles. ¿Quiénes serían? ¿Amigos o enemigos? Amigos lo dudaba, porque los amigos del espadachín solían ser de todo salvo sutiles.
Sin más dilación, Zane bloqueó el timón del barco con fuerza y echó el ancla. Tras ello, bajó del castillo de popa y se puso frente a sus compañeros.
-Tengo un plan –dijo al fin-. No es el mejor, pero creo que tenemos un sesenta o setenta por ciento de salirnos con la nuestra –aclaró con tono burlón-. Annie, tú vas a llevarte a Spanner a la isla, mientras que yo me llevaré a Marc. Iremos volando por la zona occidental, la dirección en la que va la niebla, de tal forma que intentaremos pasar desapercibidos. Mientras tanto, Kath, tú vas a encargarte de unos sujetos que están a sobándonos la trasera del barco y luego reunirte con nosotros, ¿podías volar no es así? - «No entiendo que les pasa hoy a todo el mundo. ¿tenemos pinta de perrera u ONG?» se dijo a sí mismo con cierto mosqueo-. Y por dios, deshaceos ya del bicho este –dijo, señalando el cuerpo del gato amarillo-. Pero con cariño.
Nuevamente, se acercó al semigigante y le miró con malicia.
-¿Alguna vez has visto cómo caza un pájaro? –le preguntó, dándole a entender que iba a cogerle al vuelo. Marc era avispado, así que no le costaría mucho pillar las intenciones de su capitán en funciones.
Dicho aquello, el pelirrojo dio un salto y se transformó en su forma completa. Un fantástico suzaku de color rojo carmesí con destellos dorados, con unas garras prominentes y fuertes, con las que, tras tomar impulso, agarró a Marc por los hombros, mientras él usaba sus manos para sujetarse. Había sido inteligente, creando unas hombreras de queso que le cubrían toda la zona de los hombros. El maldito semigigante pesaba lo suyo, pero el suzaku podía con él. Sobrevoló el hielo a una velocidad prudencial que oscilaba entre los ochenta y los cien kilómetros hora, con la que esperaba sobrepasar el hielo y llegar al suelo de Gray Rock.
Tras esas palabras de Kenny, el capitán pirata se dio la vuelta y observó como un barco estaba muy pegado al suyo, acechándolos de forma sutil y descarada. No sabía sus intenciones, pero podrían ser hostiles. ¿Quiénes serían? ¿Amigos o enemigos? Amigos lo dudaba, porque los amigos del espadachín solían ser de todo salvo sutiles.
Sin más dilación, Zane bloqueó el timón del barco con fuerza y echó el ancla. Tras ello, bajó del castillo de popa y se puso frente a sus compañeros.
-Tengo un plan –dijo al fin-. No es el mejor, pero creo que tenemos un sesenta o setenta por ciento de salirnos con la nuestra –aclaró con tono burlón-. Annie, tú vas a llevarte a Spanner a la isla, mientras que yo me llevaré a Marc. Iremos volando por la zona occidental, la dirección en la que va la niebla, de tal forma que intentaremos pasar desapercibidos. Mientras tanto, Kath, tú vas a encargarte de unos sujetos que están a sobándonos la trasera del barco y luego reunirte con nosotros, ¿podías volar no es así? - «No entiendo que les pasa hoy a todo el mundo. ¿tenemos pinta de perrera u ONG?» se dijo a sí mismo con cierto mosqueo-. Y por dios, deshaceos ya del bicho este –dijo, señalando el cuerpo del gato amarillo-. Pero con cariño.
Nuevamente, se acercó al semigigante y le miró con malicia.
-¿Alguna vez has visto cómo caza un pájaro? –le preguntó, dándole a entender que iba a cogerle al vuelo. Marc era avispado, así que no le costaría mucho pillar las intenciones de su capitán en funciones.
Dicho aquello, el pelirrojo dio un salto y se transformó en su forma completa. Un fantástico suzaku de color rojo carmesí con destellos dorados, con unas garras prominentes y fuertes, con las que, tras tomar impulso, agarró a Marc por los hombros, mientras él usaba sus manos para sujetarse. Había sido inteligente, creando unas hombreras de queso que le cubrían toda la zona de los hombros. El maldito semigigante pesaba lo suyo, pero el suzaku podía con él. Sobrevoló el hielo a una velocidad prudencial que oscilaba entre los ochenta y los cien kilómetros hora, con la que esperaba sobrepasar el hielo y llegar al suelo de Gray Rock.
- Resumen:
- Pensar como ir hacia Gray Rock + Mandar a todos + Usar la forma completa y “cazar” a Marc para llevarlo volando hacia Gray Rock
PD: Lo de las hombreras de queso y tal, es algo que habíamos planeado previamente por privado, por eso lo añadí.
Gareth Silverwing
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Esperé unos segundos tras el trozo de hielo... nada. ¿Tan fácil había sido?, si no la había tocado. No era capaz de verla, pero dudaba que solo con eso hubiera recibido un daño que la dejara fuera de combate. Hice una pausa y miré a mi alrededor. El hielo estaba resquebrajado por todas partes y, lo que en su momento era una superficie congelada perfecta, ahora parecía más bien los restos de una avalancha. Puede que tuviera cierta tendencia a destrozar el lugar en el que luchaba, y a la gente con la que luchaba, y la gente junto a la que luchaba y la ropa con la que luchaba. Puede que necesitase unas vacaciones y relajarme un poco.
De todas formas, a pesar de lo que hubiera pensado mi contrincante apareció por encima del trozo de hielo. Me mantuve en guardia, no se movía rápido ni tampoco se molestaba en mostrarse en guardia, acercándose sin prudencia ninguna, de una forma que podría denotar exceso de confianza o una temeridad desmedida. Por su bien esperaba que lo que fuera a hacer respaldara sus acciones o se arriesgaba a recibir una reprimenda digna de primaria.
Extendió la mano con gracia y me dirigió unas palabras. Su voz era suave y dulce, su tono sugerente de una forma que las palabras hilaban conceptos en sí que se colaban en lo más profundo de mi mente, despertando sentimientos que sospechaba que tenía pero que nunca me había molestado en buscar. Por un momento me sentí atontado, como si un cálido abrazo me embriagase y me hiciese ver el trozo de hielo que tenía en frente con ojos distintos. Clavé mi arma en el suelo y me acerqué, abrí los brazos de par en par para estar en contacto con ese pedazo de agua congelada.
- ¿Se puede saber qué estás haciendo? - Preguntó Zinogre en mi cabeza.
- Abrazar el hielo. - Contesté de forma atontada.
- Esa mujer te ha hecho algo.
- ¿Eso crees?
- Y te ha llamado pequeño antes.
Súbitamente el pedazo de hielo estalló en mil pedazos ante la fuerza de mi agarre y mi repentina ira. La furia que siempre me acompañaba me devolvió a la normalidad mientras recuperaba el control sobre mi cuerpo y mis deseos. Ahora sabía una cosa con claridad, esa mujer era peligrosa. Si podía usar esa habilidad en alguien normal podría hacer que mis propios aliados...
De pronto lo vi todo claro, llegaron a mi mente memorias del extraño comportamiento de Kai en Síderos. Si estaba en lo cierto aquella persona podía causar muchos problemas, no, ya los había causado. Era mi deber pararle los pies. Antes mi motivación era por deber, ahora era un asunto personal.
Me di la vuelta y caminé lentamente para volver a agarrar mi arma con firmeza, mis movimientos comunicaban a primera vista la misma calma que ella había mostrado al lanzarme su hechizo. Giré la cabeza lentamente a la vez que volvía a encararla con el resto del cuerpo, en ese instante liberé toda mi furia y mi instinto agresivo en una penetrante mirada. Tenía los músculos tensos, y a la vez estaba más calmado que de costumbre, normalmente a estas alturas me hubiese lanzado a por ella gritando y tratando de partirla en cachitos. Pero esto requería un punto diferente de aproximación. No sabía si todavía se guardaba un as bajo la manga.
- Ya entiendo, así que fuiste tú. Me parecía extraño que de pronto se comportase de esa manera, y ese comportamiento fue lo que enfrentó a dos de mis com...- Dudé un momento, no estaba acostumbrado a decir esas palabras, pero ellos no estaban ahí para escucharlas.- A dos de mis amigos. He de detenerte aquí y ahora, te guste o no. - Me aseguré de que cada palabra que salía de mi boca llevase tanto peso como fuera posible, no quería que me tomase a la ligera.
Avancé tranquilamente en su dirección, con cada paso comunicaba un poco más de la energía que tenía acumulada unos metros por debajo de ella, notaba como primero se generaba una balsa de agua no muy grande, luego esta comenzaba a hervir. Cuando estaba a poco más de un par de metros de ella notaba como el vapor a presión luchaba por escapar, y la superficie era la dirección que ofrecía menos resistencia. Primero el hielo se combó ligeramente y unas grietas aparecieron en él por las cuales salía vapor. Un segundo después un géiser se abría paso por debajo de sus pies rompiendo el hielo y lanzando vapor y agua hirviendo a varios metros de altura.
Esquivase o no saltaría sobre ella para luego descender y propinarle un puñetazo en el estómago. No quería matarla, no a ser posible. Necesitaba un culpable, una prueba viviente de lo ocurrido, aunque el daño estuviese hecho, podría dormir tranquilo sabiendo que quien hizo daño a la brigada recibió su merecido.
De todas formas, a pesar de lo que hubiera pensado mi contrincante apareció por encima del trozo de hielo. Me mantuve en guardia, no se movía rápido ni tampoco se molestaba en mostrarse en guardia, acercándose sin prudencia ninguna, de una forma que podría denotar exceso de confianza o una temeridad desmedida. Por su bien esperaba que lo que fuera a hacer respaldara sus acciones o se arriesgaba a recibir una reprimenda digna de primaria.
Extendió la mano con gracia y me dirigió unas palabras. Su voz era suave y dulce, su tono sugerente de una forma que las palabras hilaban conceptos en sí que se colaban en lo más profundo de mi mente, despertando sentimientos que sospechaba que tenía pero que nunca me había molestado en buscar. Por un momento me sentí atontado, como si un cálido abrazo me embriagase y me hiciese ver el trozo de hielo que tenía en frente con ojos distintos. Clavé mi arma en el suelo y me acerqué, abrí los brazos de par en par para estar en contacto con ese pedazo de agua congelada.
- ¿Se puede saber qué estás haciendo? - Preguntó Zinogre en mi cabeza.
- Abrazar el hielo. - Contesté de forma atontada.
- Esa mujer te ha hecho algo.
- ¿Eso crees?
- Y te ha llamado pequeño antes.
Súbitamente el pedazo de hielo estalló en mil pedazos ante la fuerza de mi agarre y mi repentina ira. La furia que siempre me acompañaba me devolvió a la normalidad mientras recuperaba el control sobre mi cuerpo y mis deseos. Ahora sabía una cosa con claridad, esa mujer era peligrosa. Si podía usar esa habilidad en alguien normal podría hacer que mis propios aliados...
De pronto lo vi todo claro, llegaron a mi mente memorias del extraño comportamiento de Kai en Síderos. Si estaba en lo cierto aquella persona podía causar muchos problemas, no, ya los había causado. Era mi deber pararle los pies. Antes mi motivación era por deber, ahora era un asunto personal.
Me di la vuelta y caminé lentamente para volver a agarrar mi arma con firmeza, mis movimientos comunicaban a primera vista la misma calma que ella había mostrado al lanzarme su hechizo. Giré la cabeza lentamente a la vez que volvía a encararla con el resto del cuerpo, en ese instante liberé toda mi furia y mi instinto agresivo en una penetrante mirada. Tenía los músculos tensos, y a la vez estaba más calmado que de costumbre, normalmente a estas alturas me hubiese lanzado a por ella gritando y tratando de partirla en cachitos. Pero esto requería un punto diferente de aproximación. No sabía si todavía se guardaba un as bajo la manga.
- Ya entiendo, así que fuiste tú. Me parecía extraño que de pronto se comportase de esa manera, y ese comportamiento fue lo que enfrentó a dos de mis com...- Dudé un momento, no estaba acostumbrado a decir esas palabras, pero ellos no estaban ahí para escucharlas.- A dos de mis amigos. He de detenerte aquí y ahora, te guste o no. - Me aseguré de que cada palabra que salía de mi boca llevase tanto peso como fuera posible, no quería que me tomase a la ligera.
Avancé tranquilamente en su dirección, con cada paso comunicaba un poco más de la energía que tenía acumulada unos metros por debajo de ella, notaba como primero se generaba una balsa de agua no muy grande, luego esta comenzaba a hervir. Cuando estaba a poco más de un par de metros de ella notaba como el vapor a presión luchaba por escapar, y la superficie era la dirección que ofrecía menos resistencia. Primero el hielo se combó ligeramente y unas grietas aparecieron en él por las cuales salía vapor. Un segundo después un géiser se abría paso por debajo de sus pies rompiendo el hielo y lanzando vapor y agua hirviendo a varios metros de altura.
Esquivase o no saltaría sobre ella para luego descender y propinarle un puñetazo en el estómago. No quería matarla, no a ser posible. Necesitaba un culpable, una prueba viviente de lo ocurrido, aunque el daño estuviese hecho, podría dormir tranquilo sabiendo que quien hizo daño a la brigada recibió su merecido.
- Resumen:
- Cabrearme y dirigir una cantidad relativamente pequeña de la energía que tengo acumulada para generar un géiser no muy grande debajo de Aki, para luego atacar.
- Cosas usadas:
- Aura de Violencia: Arthur emite constantemente un aura de violencia perceptible por todos los usuarios de mantra. Arthur no puede esconder esta aura, pero los que la perciban no pueden distinguir otra cosa que no sea un instinto agresivo hacia todo en general.
Trans Am: Arthur se concentra para redirigir la energía que absorbe del ambiente a sus músculos, logrando de ésta manera una mejora de x3 a la velocidad y a la fuerza durante un tiempo indefinido, pero dejándolo cansado tras un uso prolongado. Cuando Arthur usa esta técnica se rodea de un tenue brillo rojizo y deja un rastro de partículas brillantes (Escénico)
Unchained Rage: La experiencia reunida en los combates ha enseñado a Arthur que, es mejor, dejar de concentrarse en contener su ira y usarla en su beneficio para mantenerse centrado en el combate. Como resultado los efectos de control tanto físicos (Presas, agarres, parálisis...) como mentales (Miedo, provocaciones, distracciones, ansiedad...) afectan a Arthur como si tuviese 10 niveles más (este efecto se incrementa en 1 nivel cada 4 niveles del personaje a partir de nivel 30.) Este ambito no afecta a haki del rey.
Como uso activo, si Arthur ha pasado tres turnos o más en un combate podrá usar su ira para librarse de un efecto de control 20 niveles superior a él una vez por combate. Si lo hace se volerá inmune a éstos durante el resto del turno y su siguiente golpe será un 25% más fuerte.
Syxel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
De entre los restos, las llamas y el humo resultante de la destrucción de las dos embarcaciones surgió un tipo de aspecto tan imponente como peculiar. Un caballero a bordo de una pequeña barca aparentemente motorizada, ataviado con su reluciente armadura. Pese a acabar de atravesar un barco, provocando la destrucción del mismo con pasmosa facilidad, su coraza relucía cómo reflejando la luz del sol. Algo extraño dado que las nubes de tormenta cubrían el cielo por completo. Aunque eso no era, ni de lejos, lo más raro de la escena que estaba contemplando.
Así pues, allí se encontraba el que asumí sería un oficial de la marina. En pie sobre su extravagante lancha, desafiante, con la mirada alta y alzando su lanza en nuestra dirección. Si tenía lo que hay que tener para plantarse allí de esa manera estaba claro que no sería un marine cualquiera, y tras ver como había destruido aquel barco con tanta facilidad, podía suponer que haría lo mismo con los nuestros si no le deteníamos. Eché la vista atrás brevemente para comprobar que la flota estaba ya peligrosamente cerca, con nuestro acorazado aún a la cabeza, así que no había tiempo para dudas ni planes complejos.
- Empieza la fiesta - volví a pensar en voz alta, esbozando una media sonrisa. - Seguid con el plan, yo me encargo de este... - informé mentalmente a mi tripulación.
Me adelanté varios metros, encarándome al que parecía que iba a ser mi primer oponente del día, aunque guardando aún las distancias. Me llevé la mano a la cadera y mis dedos abrazaron la empuñadura de la espada, despertándola de su letargo al desenvainarla. Alcé entonces mi único brazo y lo extendí en su dirección, emulando la amenaza que pretendía presentar con su lanza, al tiempo que concentraba mi kenbunshoku haki en él. La presencia que sentía, la voz de aquel individuo, se incrementó de manera considerable, hasta el punto de que me vi incapaz de hacerme una idea de cuál sería su nivel de poder. Ante semejante situación no pude sino volver a sonreír.
- Lo contrario no sería divertido - exclamé, tan satisfecho como emocionado, mientras alzaba aún más el brazo, apuntado ahora con la hoja hacia el cielo mientras esta se envolvía en sombras. Acto seguido descargué un corte vertical hacia el frente y, al cortar el aire con el filo liberé una onda cortante de gran tamaño y tan oscura como la misma noche. Esta avanzaría en dirección al caballero buscando impactar tanto en él cómo en su embarcación al mismo tiempo.
Así pues, allí se encontraba el que asumí sería un oficial de la marina. En pie sobre su extravagante lancha, desafiante, con la mirada alta y alzando su lanza en nuestra dirección. Si tenía lo que hay que tener para plantarse allí de esa manera estaba claro que no sería un marine cualquiera, y tras ver como había destruido aquel barco con tanta facilidad, podía suponer que haría lo mismo con los nuestros si no le deteníamos. Eché la vista atrás brevemente para comprobar que la flota estaba ya peligrosamente cerca, con nuestro acorazado aún a la cabeza, así que no había tiempo para dudas ni planes complejos.
- Empieza la fiesta - volví a pensar en voz alta, esbozando una media sonrisa. - Seguid con el plan, yo me encargo de este... - informé mentalmente a mi tripulación.
Me adelanté varios metros, encarándome al que parecía que iba a ser mi primer oponente del día, aunque guardando aún las distancias. Me llevé la mano a la cadera y mis dedos abrazaron la empuñadura de la espada, despertándola de su letargo al desenvainarla. Alcé entonces mi único brazo y lo extendí en su dirección, emulando la amenaza que pretendía presentar con su lanza, al tiempo que concentraba mi kenbunshoku haki en él. La presencia que sentía, la voz de aquel individuo, se incrementó de manera considerable, hasta el punto de que me vi incapaz de hacerme una idea de cuál sería su nivel de poder. Ante semejante situación no pude sino volver a sonreír.
- Lo contrario no sería divertido - exclamé, tan satisfecho como emocionado, mientras alzaba aún más el brazo, apuntado ahora con la hoja hacia el cielo mientras esta se envolvía en sombras. Acto seguido descargué un corte vertical hacia el frente y, al cortar el aire con el filo liberé una onda cortante de gran tamaño y tan oscura como la misma noche. Esta avanzaría en dirección al caballero buscando impactar tanto en él cómo en su embarcación al mismo tiempo.
- Resumen:
- Blablabla y ataco a
T-Bone
Sombra de luna: Onda cortante imbuida en energía, de un color tan negro como la noche más oscura y que desprende un intenso brillo rojo. Tiene la misma potencia de corte que el propio usuario, y avanza a una velocidad de veinte metros por segundo. La peculiaridad de esta onda cortante es que su tamaño se va incrementando a medida que avanza, hasta que esta sea bloqueada o se disipe (recorre hasta treinta metros).
Kaori Nanami
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era hora de entrar a la acción. Era hora de… Hacer algo para intentar cambiar el curso de la batalla a favor de los suyos. Estaba atenta a lo que le rodeaba y la extraña neblina más el humo que se generaba en los diferentes campos de batalla, le dieron el camuflaje perfecto. No tardaron nada en llegar a la retaguardia de la imponente formación de piratas que habían venido al rescate del Yonkou Legan Legim. ¿Por qué alguien salvaría a alguien como él? ¿Tan importante era en el mundo pirata? No tenía alguno, de hecho, se contradecían. Había leído una parte del archivo del ex emperador del mar y era… Una basura de ser humano. Violador, asesino y muchas otras cosas más. ¿Quién querría salvarlo? Suspiró de forma pesada, no debía pensar en eso ahora. Los motivos no le importaban y aunque se los dijeran, difícilmente se los iba a creer o aceptar.
Escuchó la conversación entre Dretch y Eric. Aparte de Neus, estaban Syxel y Zane. Dos piratas que se estaban haciendo de un nombre, pero que todavía no alcanzaban la fama del Sin Corazón. Finalmente, escuchó el plan. Le parecía… Extraño, pero tenía una gran chance de que funcionara si lo hacían de manera correcta y su actuación era perfecta. Empezó a descender a la par que lo hacía el que se había apoderado del cargo de líder. ”Al fin podré librarme de los lloros de Eric” – pensó de forma divertida mientras recordaba que hace pocos segundos era él quien estaba más deseoso de bajar. Mientras iba bajando, aleteaba con bastante fuerza para generar poderosas ondas de vientos para remecer el barco donde ya se estaba instalando el estratega del grupo. Finalmente, llegó. Escuchó como Dretch se presentaba como el contramaestre de la banda de Neus y exigía hablar con el capitán de ese barco. Volvió a su forma humana y respiró de forma profunda, después de todo, aún no se acostumbraba a estar transformada en su forma completa y volar con dos personas sobre su lomo, aunque no lo pareciera, le restaba bastante resistencia.
– Bien, cabrones – empezó a decir con bastante seriedad. Incluso su mirada era bastante fría. Había notado la mirada de reojo de Dretch, entendió el mensaje. ¿Una demostración de fuerza? En su estado, tratando de regular su respiración, era una hazaña que le costaría. Miró de la misma forma a Eric, para que él hiciera de las suyas. – Dejémonos de juego. Ahora nosotros tres estamos al mando de este barco. A menos claro, que quieran enemistarse de forma directa con los Sin Corazón – prosiguió mientras se ganaba al lado del pelinegro. – Queremos ver al capitán de ustedes ahora mismo. – Sentenció en un tono burlón y arrogante. Por suerte para ella, al venir de una familia de la realeza, no le costaba mucho trabajo mostrar arrogancia y desprecio por otras personas.
Se cruzó de brazos y miró a cada uno de los piratas de aquel navío. Si no funcionaba el plan original, solo debían reducir cada barco a cenizas usando el nombre de la banda de Neus. No había posibilidad de fallar, pero estaba atenta a cada cosa que pasaba. Estaba, en cierto grado, confiada en que ellos no dudarían si alguien venía diciendo ser parte de la banda de él. Ahora solo les tocaba ser convincentes, pero su parte ya estaba hecha… El resto dependía de Dretch y su actuación para manipularlos como quisieran.
Escuchó la conversación entre Dretch y Eric. Aparte de Neus, estaban Syxel y Zane. Dos piratas que se estaban haciendo de un nombre, pero que todavía no alcanzaban la fama del Sin Corazón. Finalmente, escuchó el plan. Le parecía… Extraño, pero tenía una gran chance de que funcionara si lo hacían de manera correcta y su actuación era perfecta. Empezó a descender a la par que lo hacía el que se había apoderado del cargo de líder. ”Al fin podré librarme de los lloros de Eric” – pensó de forma divertida mientras recordaba que hace pocos segundos era él quien estaba más deseoso de bajar. Mientras iba bajando, aleteaba con bastante fuerza para generar poderosas ondas de vientos para remecer el barco donde ya se estaba instalando el estratega del grupo. Finalmente, llegó. Escuchó como Dretch se presentaba como el contramaestre de la banda de Neus y exigía hablar con el capitán de ese barco. Volvió a su forma humana y respiró de forma profunda, después de todo, aún no se acostumbraba a estar transformada en su forma completa y volar con dos personas sobre su lomo, aunque no lo pareciera, le restaba bastante resistencia.
– Bien, cabrones – empezó a decir con bastante seriedad. Incluso su mirada era bastante fría. Había notado la mirada de reojo de Dretch, entendió el mensaje. ¿Una demostración de fuerza? En su estado, tratando de regular su respiración, era una hazaña que le costaría. Miró de la misma forma a Eric, para que él hiciera de las suyas. – Dejémonos de juego. Ahora nosotros tres estamos al mando de este barco. A menos claro, que quieran enemistarse de forma directa con los Sin Corazón – prosiguió mientras se ganaba al lado del pelinegro. – Queremos ver al capitán de ustedes ahora mismo. – Sentenció en un tono burlón y arrogante. Por suerte para ella, al venir de una familia de la realeza, no le costaba mucho trabajo mostrar arrogancia y desprecio por otras personas.
Se cruzó de brazos y miró a cada uno de los piratas de aquel navío. Si no funcionaba el plan original, solo debían reducir cada barco a cenizas usando el nombre de la banda de Neus. No había posibilidad de fallar, pero estaba atenta a cada cosa que pasaba. Estaba, en cierto grado, confiada en que ellos no dudarían si alguien venía diciendo ser parte de la banda de él. Ahora solo les tocaba ser convincentes, pero su parte ya estaba hecha… El resto dependía de Dretch y su actuación para manipularlos como quisieran.
- Resumen:
- Empezar a descender batiendo fuertemente sus alas para mover el barco donde están los piratas. Seguir a Dretch. Volver a su forma humana en el barco. Exigir lo mismo que Dretch, que aparezca el capitán de ese barco y recalcar que ellos son parte de la banda de Arribor. Autoproclamarse al mando de ellos.
Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parecía que la suerte estaba de nuestra parte, aquella forma de avance nos ayudó a evadir a la flota marine, casi llegando a una capa de hielo que rodeaba la isla. En el camino hacia este hubo varios barcos de otros piratas que al vernos acercarnos se fueron apartando, dejando paso sin dar ningún problema. El capitán ya me había dicho lo que necesitaba, y aunque no me gustó terminé por aceptarlo.
-De acuerdo – le dije mentalmente de forma seria.
Pude ver el barco en el que volvía el capitán por uno de nuestros lados. Sin embargo, esto duró poco, pude ver como el capitán salía despedido hacia el cielo y debajo suyo el barco se destruía.
-Necesitarás un barco nuevo – dije por el comunicador.
Dejé de prestar atención al capitán nos estábamos acercando peligrosamente al hielo, reduje más la velocidad e hice una aproximación lenta para que el barco quedase junto al hielo sin que llegase a tocarlo. El resto de los barcos fue haciendo lo mismo, una vez todos los barcos se detuvieron seguí dando órdenes.
-Mura, llévate soldados ligeros y poco a poco ir revisando que el hielo es seguro para caminar, tened cuidado. – le ordené a la joven. – Cuando sea seguro bajar, desembarcarán la mayoría de los soldados, quedarán doscientos en los barcos para protegerlos de cualquier insensato que se acerque, yo me quedaré con ellos. Rocket, Worgulv, Berthil, Mura, os encargareis de dirigir al resto.
De pronto las palabras del capitán sonaron de nuevo por el comunicador, me pedía que apuntase a Émile en su dirección, bueno, hacia la enorme nave que sobrevolaba el lugar. Viéndolo, hasta la Joya era pequeña en comparación. Mientras seguía en el puesto de mando, hice caso al capitán y apunté el cañón hacia la nave. Pero se me ocurrió algo mejor.
-Worgulv, se te daba bien volar ¿no? – le pregunté al vikingo. – Sube a una catapulta, te mandaré como apoyo del capitán, y así aprovechas y le llevas su juguete.
Si el vikingo hacia lo que le pedía y se subía a la catapulta, cuando estuviese preparado lo lanzaría hacia el barco gigante, suponía que aquello entretendría al hombre, más aun pudiendo destrozar un montón de armas “profanas” como el las llamaba.
-De acuerdo – le dije mentalmente de forma seria.
Pude ver el barco en el que volvía el capitán por uno de nuestros lados. Sin embargo, esto duró poco, pude ver como el capitán salía despedido hacia el cielo y debajo suyo el barco se destruía.
-Necesitarás un barco nuevo – dije por el comunicador.
Dejé de prestar atención al capitán nos estábamos acercando peligrosamente al hielo, reduje más la velocidad e hice una aproximación lenta para que el barco quedase junto al hielo sin que llegase a tocarlo. El resto de los barcos fue haciendo lo mismo, una vez todos los barcos se detuvieron seguí dando órdenes.
-Mura, llévate soldados ligeros y poco a poco ir revisando que el hielo es seguro para caminar, tened cuidado. – le ordené a la joven. – Cuando sea seguro bajar, desembarcarán la mayoría de los soldados, quedarán doscientos en los barcos para protegerlos de cualquier insensato que se acerque, yo me quedaré con ellos. Rocket, Worgulv, Berthil, Mura, os encargareis de dirigir al resto.
De pronto las palabras del capitán sonaron de nuevo por el comunicador, me pedía que apuntase a Émile en su dirección, bueno, hacia la enorme nave que sobrevolaba el lugar. Viéndolo, hasta la Joya era pequeña en comparación. Mientras seguía en el puesto de mando, hice caso al capitán y apunté el cañón hacia la nave. Pero se me ocurrió algo mejor.
-Worgulv, se te daba bien volar ¿no? – le pregunté al vikingo. – Sube a una catapulta, te mandaré como apoyo del capitán, y así aprovechas y le llevas su juguete.
Si el vikingo hacia lo que le pedía y se subía a la catapulta, cuando estuviese preparado lo lanzaría hacia el barco gigante, suponía que aquello entretendría al hombre, más aun pudiendo destrozar un montón de armas “profanas” como el las llamaba.
- resumen:
- llegar hasta el hielo, ordenar el desembarco, a la espera de que Mura y algunos hombres confirmen que es seguro bajar, Hablar con Dexter, y Hablar con Worgulv sobre la posibilidad de lanzare en una catapulta hacia la posición del capitán.
Brynn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El asesino frunció el ceño. ¿Qué estaba pasando? Pese a que no entendía nada, dejó el timón y observó cómo alguien estaba disparando cañones hacia los barcos marines, ayudándose de la espesa niebla. ¿Sería Balagus de nuevo? Aquél grandullón tenía más de honorable combatiente que él, desde luego. Se había limitado a mover el timón y a observar, quizá eso debiese cambiar.
- Nailah, es nuestro momento -comentó cuando ésta estaba cerca-. Estamos bastante próximos a la orilla, creo que es el momento de volar. Consigue una tela lo suficientemente grande como para cubriros a tí a tus acompañantes, después, ven aquí.
Brynn salió corriendo y se obligó a frenar, recibiendo de nuevo un vínculo telepático que venía de Syxel. Decía que siguieran con el plan.
A buenas horas, Syxel. Da igual lo que me ordenes, el plan a está en marcha
Sin rostro bajó hasta la bodega y dió un contundente trago del ron obtenido en Cliff island. Era el mejor que jamás había probado, y aún no había tenido tiempo de compartirlo con el resto de acompañantes. Quizá sería un buen presagio si unas horas después se encontraban brindando con él.
Tras dar el trago se sentó y rezó de nuevo a su diosa, para ascender por la cubierta y volver al sitio donde Nailah le debía aguardar. Esperó a que ésta le diese la tela y se acercó hasta su oído. Ella sería la única que conociese su plan.
- Me pondré la tela en la espalda -le susurró-, y me transformaré en forma completa. Pero lo haré siendo invisible. Vosotros os pondréis entre la tela y mi espalda y os cubriréis completamente. Confío que con la niebla la marina no nos vea, pero si lo hace, quizá se lo piense dos veces antes de disparar a algo que no ve.
Se puso la tela alrededor de la espalda, cubriéndose por completo, y tras ello se transformó lentamente hasta alcanzar sus increíbles dimensiones como argentavis. Portando su daga con la garra derecha, se concentró hasta observar que se había vuelto invisible y esperó a que todos estuvieran en su espalda. Una vez allí, saldría volando a toda velocidad hasta alcanzar la orilla, y allí buscaría un sitio donde poder realizar su plan.
- Nailah, es nuestro momento -comentó cuando ésta estaba cerca-. Estamos bastante próximos a la orilla, creo que es el momento de volar. Consigue una tela lo suficientemente grande como para cubriros a tí a tus acompañantes, después, ven aquí.
Brynn salió corriendo y se obligó a frenar, recibiendo de nuevo un vínculo telepático que venía de Syxel. Decía que siguieran con el plan.
A buenas horas, Syxel. Da igual lo que me ordenes, el plan a está en marcha
Sin rostro bajó hasta la bodega y dió un contundente trago del ron obtenido en Cliff island. Era el mejor que jamás había probado, y aún no había tenido tiempo de compartirlo con el resto de acompañantes. Quizá sería un buen presagio si unas horas después se encontraban brindando con él.
Tras dar el trago se sentó y rezó de nuevo a su diosa, para ascender por la cubierta y volver al sitio donde Nailah le debía aguardar. Esperó a que ésta le diese la tela y se acercó hasta su oído. Ella sería la única que conociese su plan.
- Me pondré la tela en la espalda -le susurró-, y me transformaré en forma completa. Pero lo haré siendo invisible. Vosotros os pondréis entre la tela y mi espalda y os cubriréis completamente. Confío que con la niebla la marina no nos vea, pero si lo hace, quizá se lo piense dos veces antes de disparar a algo que no ve.
Se puso la tela alrededor de la espalda, cubriéndose por completo, y tras ello se transformó lentamente hasta alcanzar sus increíbles dimensiones como argentavis. Portando su daga con la garra derecha, se concentró hasta observar que se había vuelto invisible y esperó a que todos estuvieran en su espalda. Una vez allí, saldría volando a toda velocidad hasta alcanzar la orilla, y allí buscaría un sitio donde poder realizar su plan.
- Resumen:
Pedir a Nailah que consiga una tela muy grande.
Transformarme en forma completa y cubrirme con la tela, esperando que todos se suban encima y se tapen con la tela.
Volverme invisible (propiedad de la daga)
Salir volando hacia la orilla y buscar algún edificio donde poder llevar a cabo el plan de recoger información o robar objetos valiosos.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La mirada del tiburón hacia el Gyojin marine no dejó de generar tensión en el ambiente. Durante unos segundos dudó en qué hacer, hasta que a lo lejos vio un submarino con un jolly roger.
Así que ese es el de verdad
Había visto cómo su compañero de raza abatía uno algo más pequeño de un puñetazo, y aquello le había llamado la atención, pero bien era cierto que parecía haber sido demasiado sencillo. Observó el que parecía el verdadero y tras ello volvió su mirada hacia el tipo de la enorme capa.
No obtuvo respuesta por parte de su compañero de raza, pero en ese momento ya tenía dos motivos para atacarle; su incomprensible movimiento de pertenecer a la marina y el ayudar a que otros piratas lograsen alcanzar tierra.
Luka no tenía muy claro que fuesen a liberar a ningún pirata en aquella isla, ni siquiera pensaba que fuesen a ganar la guerra, pero lo que sí tenía claro era que quería que la marina pagase su osadía de ejecutar a un pirata, así como para saldar sus innumerables deudas que tenía con ellos. Aquello no iba a cambiar, y probablemente el resultado de su lucha sería lo de menos. Pero… era lo que tocaba. Ser fiel a sus principios.
El tiburón resistía el frío con menor dificultad que sus compañeros, pero aún así, el agua cada vez tenía una temperatura más baja, por lo que se decidió a intentar adaptarse al entorno de la manera más eficaz que se le pasó por la mente. Generar calor para sí mismo calentando los fluidos de su interior. Aquella técnica que tanto le había costado dominar y que gracias a Tom había conseguido perfeccionar. Notó cómo su ira hacia el otro Gyoin se iba calmando, pero aún así sentía de nuevo el ardor en la muñeca, procedente de aquella pulsera que el propio dueño del dojo de la isla Gyojin le había dado. Pronto te usaré pensó visualizando el panorama.
Tras ello, se impulsó a toda velocidad hacia su objetivo, aquél Gyojin de dudosos principios, intentando realizarle un golpe a la altura del estómago, aunque el tiburón estaba más concentrado en un posible contraataque que en su propia ofensiva. Tras ello, le haría señas al submarino para que pasara. El Gyojin era tema suyo.
Así que ese es el de verdad
Había visto cómo su compañero de raza abatía uno algo más pequeño de un puñetazo, y aquello le había llamado la atención, pero bien era cierto que parecía haber sido demasiado sencillo. Observó el que parecía el verdadero y tras ello volvió su mirada hacia el tipo de la enorme capa.
No obtuvo respuesta por parte de su compañero de raza, pero en ese momento ya tenía dos motivos para atacarle; su incomprensible movimiento de pertenecer a la marina y el ayudar a que otros piratas lograsen alcanzar tierra.
Luka no tenía muy claro que fuesen a liberar a ningún pirata en aquella isla, ni siquiera pensaba que fuesen a ganar la guerra, pero lo que sí tenía claro era que quería que la marina pagase su osadía de ejecutar a un pirata, así como para saldar sus innumerables deudas que tenía con ellos. Aquello no iba a cambiar, y probablemente el resultado de su lucha sería lo de menos. Pero… era lo que tocaba. Ser fiel a sus principios.
El tiburón resistía el frío con menor dificultad que sus compañeros, pero aún así, el agua cada vez tenía una temperatura más baja, por lo que se decidió a intentar adaptarse al entorno de la manera más eficaz que se le pasó por la mente. Generar calor para sí mismo calentando los fluidos de su interior. Aquella técnica que tanto le había costado dominar y que gracias a Tom había conseguido perfeccionar. Notó cómo su ira hacia el otro Gyoin se iba calmando, pero aún así sentía de nuevo el ardor en la muñeca, procedente de aquella pulsera que el propio dueño del dojo de la isla Gyojin le había dado. Pronto te usaré pensó visualizando el panorama.
Tras ello, se impulsó a toda velocidad hacia su objetivo, aquél Gyojin de dudosos principios, intentando realizarle un golpe a la altura del estómago, aunque el tiburón estaba más concentrado en un posible contraataque que en su propia ofensiva. Tras ello, le haría señas al submarino para que pasara. El Gyojin era tema suyo.
- Resumen:
Debate interior.
Calentar sus fluidos (ver técnica en el spoiler de abajo) para combatir mejor el frío del agua
Lanzarse a por Danio.
Hacer señas al submarino con el Jolly Roger para que pase.
- Cosas:
Ondo seigyo: Luka puede controlar los fluidos de su interior, calentándolos o enfriándolos a su gusto en función de cómo de rápido los mueva, con la peculiaridad de la sangre. Teniendo en cuenta que la temperatura normal de la sangre son 37º, Luka tiene la posibilidad de aumentar y disminuir un 30% ésta (Posibilidad de aumentar hasta 48 y disminuir hasta 28). Una vez los fluidos salgan de su cuerpo, saldrán a su temperatura “normal”.- Sangre caliente:
- : Cuando eleva la temperatura de sus fluidos es capaz de permanecer en casi cualquier ambiente, aunque consume más energía. Además, gana unos bonificadores de x1.5 en velocidad, agilidad y reflejos. Dura dos posts, con tres de recarga.
PU pasivo: resistencia al frío 25%
Carga pulsera superchuli: 2
- Para Danio:
Sorry por postear antes que tú, he intentado esperar hasta el último momento, pero hoy estaré fuera y no podré postear. He puesto que no respondes a la pregunta, pero hazlo si quieres, era solo porque no podía inventármelo xD
Nailah
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nailah, con todo el caos que había surgido en cuestión de segundos había olvidado por completo lo que debía hacer. En un principio debía obedecer las órdenes de su capitán, bastante había tardado en cumplirlas por culpa del cazador, pero ahora, Brynn, quería poner en marcha su plan. Por suerte el mensaje telepático de Syxel llegó justo en el momento en que iban a prepararse.
La pirata rápidamente hizo caso al hombre y se adentró en el interior del acorazado en busca de una tela lo suficientemente grande. Rebuscó entre armarios y cajones, pero había cosas demasiado llamativas hasta que finalmente sacó varias sábanas de una cómoda, una era tan grande y de color beis que probablemente con la niebla marina no fuesen percatados.
La envolvió y salió corriendo hacia la cubierta, no sin antes buscar a cinco miembros sigilosos de la tripulación. Brynn le había pedido que pidiera ayuda a unos cuantos desde hacía un buen rato, pero no había tenido oportunidad de hacerlo. Fue uno por uno, desde hacía tiempo conocía bien a la banda y sabía quienes eran más audaces a la hora de asesinar o ser sigilosos. Varios se negaron y la pirata se llenó de rabia por que eran unos cobardes, pero en cuanto la siguieron los cinco tripulantes se dirigió hacia el pirata.
Él se transformó en el ave que una vez le había salvado la vida y después, con la tela por encima, Nailah la levantó para meterse. Ella fue primera y los demás detrás. Con la tela veía borroso, pero desde cerca podía distinguir a las personas. Tras eso, el cuerpo del ave se volvió invisible y la pirata se sorprendió al ver como iba a volar. Sentía como si se fuera a caer viendo el mar.
La pirata rápidamente hizo caso al hombre y se adentró en el interior del acorazado en busca de una tela lo suficientemente grande. Rebuscó entre armarios y cajones, pero había cosas demasiado llamativas hasta que finalmente sacó varias sábanas de una cómoda, una era tan grande y de color beis que probablemente con la niebla marina no fuesen percatados.
La envolvió y salió corriendo hacia la cubierta, no sin antes buscar a cinco miembros sigilosos de la tripulación. Brynn le había pedido que pidiera ayuda a unos cuantos desde hacía un buen rato, pero no había tenido oportunidad de hacerlo. Fue uno por uno, desde hacía tiempo conocía bien a la banda y sabía quienes eran más audaces a la hora de asesinar o ser sigilosos. Varios se negaron y la pirata se llenó de rabia por que eran unos cobardes, pero en cuanto la siguieron los cinco tripulantes se dirigió hacia el pirata.
Él se transformó en el ave que una vez le había salvado la vida y después, con la tela por encima, Nailah la levantó para meterse. Ella fue primera y los demás detrás. Con la tela veía borroso, pero desde cerca podía distinguir a las personas. Tras eso, el cuerpo del ave se volvió invisible y la pirata se sorprendió al ver como iba a volar. Sentía como si se fuera a caer viendo el mar.
- Resumen:
- -Buscar una tela para Brynn, localizar cinco miembros de la tripulación para llevar y echar a volar con ellos.
Danio Rerio
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Había conseguido derribar aquella cosa, pero ahora me encontraba con que solo era la punta del iceberg. Poco a poco se fueron encendiendo las luces de un submarino mucho mayor que se encontraba ya a una distancia intermedia de mi posición. En el frente de este una jolly roger, disipando todas mis dudas acerca de si sería enemigo o amigo. Y por si fuera poco un gyojin había aparecido en escena desde un lateral, lo más seguro que como ayuda para el submarino. Aunque al parecer estaba más interesado en cómo me habían aceptado en la marina, por lo que lo mismo era un posible aliado.
Antes de responderle me giré hacía el submarino grande, que había preparado dos torpedos, esperando a lo mejor que así lo dejara pasar de rositas. Que equivocados estaban, mientras yo estuviera allí no dejaría pasar a nadie mientras pudiera moverme. Con dos rápidos movimientos, lancé dos ondas imbuidas con mi técnica de hielo en dirección al submarino. Normalmente no hubieran sido lo suficiente potentes como para helar el agua de mar, pero con la temperatura a la que estábamos quizás lo lograba. De todas formas, eso era secundario, una cobertura por si tenían más torpedos tras esos. El ataque principal en sí eran las ondas, que por lo que había estado practicando eran capaces de hender metales y suponía que serían capaces de detonar esos expuestos torpedos sin mucho problema.
Aunque algo pasó de repente, un golpe en mi estomago que me hizo retroceder unos cuantos metros, mi haki había absorbido la mayor parte del impacto, quedando todo en el desplazamiento. Al parecer el gyojin no estaba preguntando por entrar el también a la marina, algo que encantado hubiese intentado, sino que lo estaría preguntado como si fuera algo malo o antinatural. Eso me encendió.
-Pensaba que era diferente, que eras un miembro de nuestra raza intentado alistarte para ayudarme a cambiar las cosas, pero ya veo que no. Que eres como todos los demás que luchan en contra el gobierno, asaltando ciudades, cometiendo delitos y perpetuando nuestra mala fama en el mundo. Veo que eres de esos que dicen ser los abanderados de nuestra raza, pero que solo ayudan a hundirla más con sus actos en contra del pueblo y gobierno. ¡Sois una vergüenza para todo nuestro pueblo! – Mi ira iba en aumento, lo que era malo para mis dos rivales pues cuanto más aumentara, menos me controlaría contra ellos. – Los malditos piratas Trilobite comenzaron esta decadencia y seré yo quien la pare. Aunque me cueste la vida haré que la escoria como tú, gyojins desviados y pervertidos convertidos en piratas y destructores, seáis los parias de entre nosotros. Mientras el resto nos alzamos como aliados de todos los pueblos y razas ayudando al gobierno y la marina. Te doy la oportunidad, ríndete, acepta el castigo por tus crímenes y trataré de ayudarte a empezar de cero como marine bajo mi mando. Se el principio del cambio, el primero en ver que ese camino está mal y volver al recto, ¡Se un ejemplo para nuestra raza! O te prometa que te pudrirás en prisión.
Antes de responderle me giré hacía el submarino grande, que había preparado dos torpedos, esperando a lo mejor que así lo dejara pasar de rositas. Que equivocados estaban, mientras yo estuviera allí no dejaría pasar a nadie mientras pudiera moverme. Con dos rápidos movimientos, lancé dos ondas imbuidas con mi técnica de hielo en dirección al submarino. Normalmente no hubieran sido lo suficiente potentes como para helar el agua de mar, pero con la temperatura a la que estábamos quizás lo lograba. De todas formas, eso era secundario, una cobertura por si tenían más torpedos tras esos. El ataque principal en sí eran las ondas, que por lo que había estado practicando eran capaces de hender metales y suponía que serían capaces de detonar esos expuestos torpedos sin mucho problema.
Aunque algo pasó de repente, un golpe en mi estomago que me hizo retroceder unos cuantos metros, mi haki había absorbido la mayor parte del impacto, quedando todo en el desplazamiento. Al parecer el gyojin no estaba preguntando por entrar el también a la marina, algo que encantado hubiese intentado, sino que lo estaría preguntado como si fuera algo malo o antinatural. Eso me encendió.
-Pensaba que era diferente, que eras un miembro de nuestra raza intentado alistarte para ayudarme a cambiar las cosas, pero ya veo que no. Que eres como todos los demás que luchan en contra el gobierno, asaltando ciudades, cometiendo delitos y perpetuando nuestra mala fama en el mundo. Veo que eres de esos que dicen ser los abanderados de nuestra raza, pero que solo ayudan a hundirla más con sus actos en contra del pueblo y gobierno. ¡Sois una vergüenza para todo nuestro pueblo! – Mi ira iba en aumento, lo que era malo para mis dos rivales pues cuanto más aumentara, menos me controlaría contra ellos. – Los malditos piratas Trilobite comenzaron esta decadencia y seré yo quien la pare. Aunque me cueste la vida haré que la escoria como tú, gyojins desviados y pervertidos convertidos en piratas y destructores, seáis los parias de entre nosotros. Mientras el resto nos alzamos como aliados de todos los pueblos y razas ayudando al gobierno y la marina. Te doy la oportunidad, ríndete, acepta el castigo por tus crímenes y trataré de ayudarte a empezar de cero como marine bajo mi mando. Se el principio del cambio, el primero en ver que ese camino está mal y volver al recto, ¡Se un ejemplo para nuestra raza! O te prometa que te pudrirás en prisión.
- Resumen/Lee Luka:
- Ver lo que pasa con el submarino y dudar de las intenciones de luka cuando me pregunta cómo me uní a la marina.
Atacar al submarino con dos ondas de choque heladas (técnica) y recibir el impacto del ataque de luka que me manda hacía atrás, pero sin daños (yo haki perfecto, él ni lo usa parece).
Discurso a Luka soltando todo lo que llevo dentro y al final arengándolo a cambiar de vida.
Reflejos 8, resistencia 7, velocidad 7, fuerza 7 y agilidad 2
Fuerza X5 Velocidad X4
Haki armadura perfecto y haki mantra superior (turno 2)
Onda de choque helada: Es una onda de choque normal (20 m/s, 30 metros de máximo y que deja marca en acero) con la diferencia de que gracias a los ámbitos de Danio se propaga por el agua y se encuentra a 0º.
Eric Zor-El
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mareado y ansioso por bajar del lomo de aquella dragona del gobierno, así estaba. No podía aguantar más allí arriba. Él era un hombre que navegaba porque era necesario, pero no podía seguir aguantado tan poca maniobrabilidad en el aire. Fue entonces cuando, no muy lejos de allí, se toparon con una flota de piratas que se acercaban a Gray Rock viento en popa. «Ojazos Dretch», como el salvaje solía llamarle algunas veces, empezó a idear un plan que, en teoría podría resultar efectivo, aunque no terminaba de convencer al shandiano.
-¿Hacernos pasar por piratas? No parecemos piratas –se quejó Eric, cruzándose de brazos.
Aquel barco olía mal, pero que muy mal. Él era considerado un salvaje por ir vestido como solía hacerlo: con un pantalón y una capa, sin zapatos y sin camiseta, pero era pulcro y recatado como el más digno de los nobles del mar azul. Habían tocado la madera de aquel barco hacía poco menos de cinco segundos y ya muchos piratas le apuntaban con sus armas, observándoles con mucha cautela.
-¿Alguna idea, lumbreras? –le susurró con sarcasmo a Dretch.
Sin recibir una respuesta clara, el agente del gobierno dio un discurso digno del político más demagogo. Resulta que su plan era hacernos pasar una de las flotas pertenecientes al conocidísimo pirata Arribor Neus. Al decir aquello muchos corsarios bajaron sus armas, mientras otros no terminan de fiarse. Y fue entonces cuando llegó su momento, la hora de demostrar a esa panda de desgraciados sin honor de que pasta estaban hechas, los dos agentes le estaban pidiendo una muestra de fuerza al shandiano, el cual no pudo evitar mostrar una sonrisa.
-¿Queréis una muestra del amplio poder de heartless? –preguntó en voz alta, dando un pequeño paseo por el circulo que habían creado los piratas para rodearlos-. ¿Algún voluntario para medirse conmigo? –preguntó en voz alta, sin recibir respuesta. Entonces, cargando el poder de su akuma en su mano golpeó el pecho de uno de los tripulantes que allí habían con la potencia de un terremoto de grado cuatro en la escala ritcher, con la intención de quebrarlo por dentro y matarlo. Echo aquello, sonreiría y clavaría su mirada en otro de los tripulantes, intentando asustarle.
-¿Hacernos pasar por piratas? No parecemos piratas –se quejó Eric, cruzándose de brazos.
Aquel barco olía mal, pero que muy mal. Él era considerado un salvaje por ir vestido como solía hacerlo: con un pantalón y una capa, sin zapatos y sin camiseta, pero era pulcro y recatado como el más digno de los nobles del mar azul. Habían tocado la madera de aquel barco hacía poco menos de cinco segundos y ya muchos piratas le apuntaban con sus armas, observándoles con mucha cautela.
-¿Alguna idea, lumbreras? –le susurró con sarcasmo a Dretch.
Sin recibir una respuesta clara, el agente del gobierno dio un discurso digno del político más demagogo. Resulta que su plan era hacernos pasar una de las flotas pertenecientes al conocidísimo pirata Arribor Neus. Al decir aquello muchos corsarios bajaron sus armas, mientras otros no terminan de fiarse. Y fue entonces cuando llegó su momento, la hora de demostrar a esa panda de desgraciados sin honor de que pasta estaban hechas, los dos agentes le estaban pidiendo una muestra de fuerza al shandiano, el cual no pudo evitar mostrar una sonrisa.
-¿Queréis una muestra del amplio poder de heartless? –preguntó en voz alta, dando un pequeño paseo por el circulo que habían creado los piratas para rodearlos-. ¿Algún voluntario para medirse conmigo? –preguntó en voz alta, sin recibir respuesta. Entonces, cargando el poder de su akuma en su mano golpeó el pecho de uno de los tripulantes que allí habían con la potencia de un terremoto de grado cuatro en la escala ritcher, con la intención de quebrarlo por dentro y matarlo. Echo aquello, sonreiría y clavaría su mirada en otro de los tripulantes, intentando asustarle.
- Resumen:
- Narrar cosas + pensar + golpear a un NPC con un golpe de grado 4 en la escala ritcher para demostrar el poder de Eric (MEDIDA DE P****)
Ummak Zor-El
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Cuando Ummak saltó con su tabla sobre la cubierta del navío, estaba dispuesto a morir por la causa. Con una soltura digna de mención, golpeó la parte trasera de su tabla para ponerla en posición vertical, metió su antebrazo por las correas de sujeción y se colocó la Burn Board a modo de escudo. Con su Kamihageshii ahora en su diestra, barrió con la mirada la cubierta en busca de pelea. Pero los acontecimientos le sobrepasaron, había esperado encontrarse a Maki rodeado de los guerreros del Clan de la Gaviota y al gyojin ejerciendo como el temerario líder que aparentaba ser. Sin embargo, no fue eso lo que presenció. Un tipo vestido de negro, y con agudos problemas capilares, había salido de la nada atacando a traición a su líder. No había podido hacer nada. Todo había sucedido tan rápido.
Gruñó, notando como un fuego atravesaba su estómago y que ya anunciaba la perdida de la poca paciencia que le quedaba. Notaba el golpeteo de sus pulsaciones en las venas de su cuello, las gotas de sudor que caían por su frente, escuchó el sonido de su respiración apresurada y tuvo que hacer un esfuerzo para producir y un poco de saliva que aliviara la sequedad de su garganta. Espiró con fuerza con la boca y dio un par de bruscos pasos hacia adelante. Giró medio cuerpo lentamente hacía el individuo que se había atrevido a lastimar a Maki, sintiendo como empezaba a regurgitar la cólera almacenada en su estómago y como la rabia iba desde su estómago a sus dedos.
Orgulloso, alzó su Kamihageshii hacia la altura de la frente del agente y se dispuso a gritar a los cuatro vientos su desafío a aquel tipo. Sin embargo, su gritó murió en su boca antes de que este se hiciera audible por toda la cubierta del navío. Contempló como Maki, aparentemente ileso, lanzaba los restos de un roedor y huía como pollo sin cabeza rompiendo todo a su paso. Acto seguido, contempló como su agresor iniciada la persecución y desaparecía también en cuestión de segundos.
Y allí estaba él, solo, con la palabra en la boca y completamente ignorado.
Aquello fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Todo el tormento que se revolvía en su pecho y que abrumaba su cabeza se trasformó en furia e ira al instante. Todo eso se batió dentro de su pecho y estalló como una botella de champán. Su boca se contorsiono formando una sonrisa aún más siniestra, lleno de ese odio que iba creciendo más y más por momentos. Su pelo comenzó a alargarse y trenzarse formando un único mechón hacia el cielo de forma violenta y desmesurada, hasta formar un enorme látigo de cinco metros de altura. Y mientras profería un salvaje grito de guerra, comenzó a fustigar cada uno de los rincones de la cubierta a los que su pelo tenia alcancé, de forma similar a como lo haría un látigo. Una vez que se hubo aliviado de parte de su tensión con el barco, inició su propia persecución para dar caza al tipo que había atacado a Maki.
Gruñó, notando como un fuego atravesaba su estómago y que ya anunciaba la perdida de la poca paciencia que le quedaba. Notaba el golpeteo de sus pulsaciones en las venas de su cuello, las gotas de sudor que caían por su frente, escuchó el sonido de su respiración apresurada y tuvo que hacer un esfuerzo para producir y un poco de saliva que aliviara la sequedad de su garganta. Espiró con fuerza con la boca y dio un par de bruscos pasos hacia adelante. Giró medio cuerpo lentamente hacía el individuo que se había atrevido a lastimar a Maki, sintiendo como empezaba a regurgitar la cólera almacenada en su estómago y como la rabia iba desde su estómago a sus dedos.
Orgulloso, alzó su Kamihageshii hacia la altura de la frente del agente y se dispuso a gritar a los cuatro vientos su desafío a aquel tipo. Sin embargo, su gritó murió en su boca antes de que este se hiciera audible por toda la cubierta del navío. Contempló como Maki, aparentemente ileso, lanzaba los restos de un roedor y huía como pollo sin cabeza rompiendo todo a su paso. Acto seguido, contempló como su agresor iniciada la persecución y desaparecía también en cuestión de segundos.
Y allí estaba él, solo, con la palabra en la boca y completamente ignorado.
Aquello fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Todo el tormento que se revolvía en su pecho y que abrumaba su cabeza se trasformó en furia e ira al instante. Todo eso se batió dentro de su pecho y estalló como una botella de champán. Su boca se contorsiono formando una sonrisa aún más siniestra, lleno de ese odio que iba creciendo más y más por momentos. Su pelo comenzó a alargarse y trenzarse formando un único mechón hacia el cielo de forma violenta y desmesurada, hasta formar un enorme látigo de cinco metros de altura. Y mientras profería un salvaje grito de guerra, comenzó a fustigar cada uno de los rincones de la cubierta a los que su pelo tenia alcancé, de forma similar a como lo haría un látigo. Una vez que se hubo aliviado de parte de su tensión con el barco, inició su propia persecución para dar caza al tipo que había atacado a Maki.
- resumen:
- Subir a la cubierta dispuesto a entrar en batalla, pero encontrarse con que Maki ha sido atacado a traición y enfadarse mucho.
- Tratar de desafiar a Aeg pero ser totalmente ignorado por este y frustrase aún más.
- Hacer crecer su pelo cinco mentros y pagar su frustración fustigando al barco con todas sus fuerzas.
- Echar a correr tarde y mal detrás de Aeg con malas intenciones (?).
- Subir a la cubierta dispuesto a entrar en batalla, pero encontrarse con que Maki ha sido atacado a traición y enfadarse mucho.
"Bien, al menos ha dudado", pensó, justo antes de interponer su espada entre el puño de Patitas y él. Echaba chispas, y en su cabeza no parecía una buena idea dejar que aquello le diese, pero tampoco esperaba que una vez frenado el puño una explosión rugiese para rematar la faena que el pirata había iniciado.
Su cabeza salió volando, despedida desde un cuerpo que estalló en mil pedazos y cayó sobre una fina capa de hielo que quebró al instante, perdiéndose para siempre en la infinidad del océano. Esa fue la última vez que alguien vio a Al Naion con vida... Hasta cinco segundos después, cuando desde una esquirla a la espalda del pirata de largas piernas se reformó. No había todavía motivos para tomarlo en serio, más allá de un agudo caso de explosiones, aunque no era momento para tratar temas médicos. Eso sí, debido al juramento hipocrático estaba obligado a recomendarle reducir su consumo de picante.
Mantuvo la guardia mientras miraba brevemente a su alrededor, buscando con los ojos a Arthur y Jack, aunque sólo vio al segundo con una especie de oso de caramelo que desprendía furia por cada poro. ¿Cómo se había dejado Arthur convencer para eso? En cualquier caso, no fue tan perturbador como verlo abrazando durante un breve instante un carámbano. Sabía que el pequeño vivía su sexualidad de forma distinta, aunque esperaba que fuese un depravado como Kai, no que tuviese gustos tan peculiares. Sólo lo habría sorprendido más si hubiese sacado una fusta mientras cantaba "Crazy in love". No, espera. Acababa de decir algo que sí era chocante.
-¡Lo he oído!- gritó. Arthur no estaba a más de unos cincuenta metros, y su oído estaba perfectamente entrenado. En medio del frío el sonido se transmitía mucho mejor, y en el hielo reverberaba cualquier frase que dijese. Arthur Silverwing, capitán de la Marina, Oficial Disciplinario de la Brigada Indisciplinada, amante del café, osito de caramelo y probablemente única persona en el mundo que miraba con deseo un carámbano de hielo lo había llamado amigo. No tenía claro qué sentía al respecto, pero estaba seguro que en el debate interno iba ganando la vergüenza ajena. ¿De verdad tenía que declarar su amistad en aquel preciso instante? Seguro que podría, no sé, habérselo dicho alguna vez en lugar de lanzarle una puerta a la cabeza. O un pomo. O un buque de guerra sin estrenar. Arthur tenía problemas de ira y mucha fuerza. Mala combinación.
Pero, más que pensar en Arthur, tenía un problema delante. ¿Cómo podía encargarse de Patitas? No quería matarlo, pero tampoco podía dejar que siguiera avanzando... ¿O sí podía?
-¡Que te diviertas! ¡Chao!- gritó como despedida al piernas largas. Era un luchador digno para que se enfrentasen los cachorritos, pero él tenía cosas más importantes que hacer. Entre otras, volver a verle las tetas a la pelirroja.
Hacía ya dos años, pero todavía la recordaba. Pelirroja y exuberante, con una sonrisa de hija de puta de esas que se hacen imposibles de olvidar, siempre cerca de los acontecimientos sexuales más extraños. Primero Kai intentando derretirle el ojal, ahora Arthur llamándolo amigo... La maldad de esa mujer no conocía límites. Se trataba de la infame pirata Aki D. Arlia, famosa por... Famosa por... Bueno, por los deplegables de algunas revistas. Y por algunas fantasías... No suyas, claro, pero había escuchado demasiadas veces al estúpido de Kusanagi hablar de ella.
Empezó a correr en dirección al barco. Debía ayudar a Arthur antes de que siguiese haciendo cosas de las que luego se arepentiría, como llamar hermano a Jack. Y no al mono.
Su cabeza salió volando, despedida desde un cuerpo que estalló en mil pedazos y cayó sobre una fina capa de hielo que quebró al instante, perdiéndose para siempre en la infinidad del océano. Esa fue la última vez que alguien vio a Al Naion con vida... Hasta cinco segundos después, cuando desde una esquirla a la espalda del pirata de largas piernas se reformó. No había todavía motivos para tomarlo en serio, más allá de un agudo caso de explosiones, aunque no era momento para tratar temas médicos. Eso sí, debido al juramento hipocrático estaba obligado a recomendarle reducir su consumo de picante.
Mantuvo la guardia mientras miraba brevemente a su alrededor, buscando con los ojos a Arthur y Jack, aunque sólo vio al segundo con una especie de oso de caramelo que desprendía furia por cada poro. ¿Cómo se había dejado Arthur convencer para eso? En cualquier caso, no fue tan perturbador como verlo abrazando durante un breve instante un carámbano. Sabía que el pequeño vivía su sexualidad de forma distinta, aunque esperaba que fuese un depravado como Kai, no que tuviese gustos tan peculiares. Sólo lo habría sorprendido más si hubiese sacado una fusta mientras cantaba "Crazy in love". No, espera. Acababa de decir algo que sí era chocante.
-¡Lo he oído!- gritó. Arthur no estaba a más de unos cincuenta metros, y su oído estaba perfectamente entrenado. En medio del frío el sonido se transmitía mucho mejor, y en el hielo reverberaba cualquier frase que dijese. Arthur Silverwing, capitán de la Marina, Oficial Disciplinario de la Brigada Indisciplinada, amante del café, osito de caramelo y probablemente única persona en el mundo que miraba con deseo un carámbano de hielo lo había llamado amigo. No tenía claro qué sentía al respecto, pero estaba seguro que en el debate interno iba ganando la vergüenza ajena. ¿De verdad tenía que declarar su amistad en aquel preciso instante? Seguro que podría, no sé, habérselo dicho alguna vez en lugar de lanzarle una puerta a la cabeza. O un pomo. O un buque de guerra sin estrenar. Arthur tenía problemas de ira y mucha fuerza. Mala combinación.
Pero, más que pensar en Arthur, tenía un problema delante. ¿Cómo podía encargarse de Patitas? No quería matarlo, pero tampoco podía dejar que siguiera avanzando... ¿O sí podía?
-¡Que te diviertas! ¡Chao!- gritó como despedida al piernas largas. Era un luchador digno para que se enfrentasen los cachorritos, pero él tenía cosas más importantes que hacer. Entre otras, volver a verle las tetas a la pelirroja.
Hacía ya dos años, pero todavía la recordaba. Pelirroja y exuberante, con una sonrisa de hija de puta de esas que se hacen imposibles de olvidar, siempre cerca de los acontecimientos sexuales más extraños. Primero Kai intentando derretirle el ojal, ahora Arthur llamándolo amigo... La maldad de esa mujer no conocía límites. Se trataba de la infame pirata Aki D. Arlia, famosa por... Famosa por... Bueno, por los deplegables de algunas revistas. Y por algunas fantasías... No suyas, claro, pero había escuchado demasiadas veces al estúpido de Kusanagi hablar de ella.
Empezó a correr en dirección al barco. Debía ayudar a Arthur antes de que siguiese haciendo cosas de las que luego se arepentiría, como llamar hermano a Jack. Y no al mono.
- Resumen:
- Huir de patitas para enfrentarme a la tetas.
Marc Kiedis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras contemplar el escaso efecto que la onda cortante lanzada por el Antiguo Supernova había tenido sobre el hielo, la idea de ir derritiéndolo y avanzando comenzó a no parecer ya tan idónea. Teniendo el cuenta el grosor de la capa de hielo, era posible que de ese modo para cuando llegasen a tierra la batalla hubiese terminado. Así que tocaba pensar en mejores soluciones.
Si algo tenía claro Marc era que, como había dicho cuando Zane les preguntó, no pensaba echar a correr como quien no quiere la cosa sobre el hielo. Por muy gruesa que fuese aquella capa, para alguien con su tonelaje sería una gran insensatez aventurarse en ella. Además de que, dada su escasa agilidad, no podría moverse especialmente bien en un terreno tan resbaladizo. Así que cuando, tras varios minutos de devanaciones, el pelirrojo sugirió ir volando, al semigigante no le pareció mala idea.
Una vez el barco estuvo detenido, Zane indicó a la bruja que se ocupase del pequeño navío que les perseguía y se reuniera con ellos en tierra. Acto seguido, cuando avisó al grandullón sobre lo que iba a hacer, este captó rápidamente la idea. Por lo tanto, mientras el Antiguo Supernova se transformaba en una especie de gigantesco pájaro de fuego, Marc decidió hacer su viaje algo más cómodo y seguro. De esta forma, hizo aparecer en sus hombros dos gruesas capas de queso sólido que actuarían a modo de hombreras. Estas tendrían en sus extremos superior e inferior una capa de queso derretido cuya función sería mantener todo unido cual pegamento.
Además, cuando el enorme ave bajó y clavó sus garras en el queso, el semigigante subió ambos brazos y agarró con sus grandes manos los tobillos del pájaro, de forma que el peso de su cuerpo quedase repartido entre las patas de Zane y sus propios brazos.
La sensación de avanzar por el aire resultaba ciertamente placentera. El reparto del peso hacía que ninguno de los dos tuviese que realizar un esfuerzo demasiado grande, y el calor que emanaba de Zane combatía el frío de aquella niebla. Emocionado ante la batalla que se avecinaba, el grandullón estaba deseoso de llegar a tierra. Además, por muy cómodo que estuviera siendo el viaje, la altura no dejaba de ser una posición de desventaja en aquella situación.
Si algo tenía claro Marc era que, como había dicho cuando Zane les preguntó, no pensaba echar a correr como quien no quiere la cosa sobre el hielo. Por muy gruesa que fuese aquella capa, para alguien con su tonelaje sería una gran insensatez aventurarse en ella. Además de que, dada su escasa agilidad, no podría moverse especialmente bien en un terreno tan resbaladizo. Así que cuando, tras varios minutos de devanaciones, el pelirrojo sugirió ir volando, al semigigante no le pareció mala idea.
Una vez el barco estuvo detenido, Zane indicó a la bruja que se ocupase del pequeño navío que les perseguía y se reuniera con ellos en tierra. Acto seguido, cuando avisó al grandullón sobre lo que iba a hacer, este captó rápidamente la idea. Por lo tanto, mientras el Antiguo Supernova se transformaba en una especie de gigantesco pájaro de fuego, Marc decidió hacer su viaje algo más cómodo y seguro. De esta forma, hizo aparecer en sus hombros dos gruesas capas de queso sólido que actuarían a modo de hombreras. Estas tendrían en sus extremos superior e inferior una capa de queso derretido cuya función sería mantener todo unido cual pegamento.
Además, cuando el enorme ave bajó y clavó sus garras en el queso, el semigigante subió ambos brazos y agarró con sus grandes manos los tobillos del pájaro, de forma que el peso de su cuerpo quedase repartido entre las patas de Zane y sus propios brazos.
La sensación de avanzar por el aire resultaba ciertamente placentera. El reparto del peso hacía que ninguno de los dos tuviese que realizar un esfuerzo demasiado grande, y el calor que emanaba de Zane combatía el frío de aquella niebla. Emocionado ante la batalla que se avecinaba, el grandullón estaba deseoso de llegar a tierra. Además, por muy cómodo que estuviera siendo el viaje, la altura no dejaba de ser una posición de desventaja en aquella situación.
- Resumen:
- - Pensar en que, si el hielo es tan grueso, derritiéndolo no nos daría tiempo a llegar a tierra.
- Escuchar la idea de Zane, crear unas hombreras especiales de queso y volar con el pelirrojo en dirección a Gray Rock.
Rei Arslan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Annie observó como el capitán de los Arashi ponía a prueba su plan de deshacerse del hielo junto a la pelirroja. Sin embargo, no tuvo muchos efectos positivos. Al parecer el hielo no se derretía lo suficientemente rápido y a aquel ritmo habría acabado la guerra antes de que llegaran a la orilla. La arquera, antes de convocar los vientos a su merced para poder impulsar el pequeño barco, desde la popa pudo comprobar la calidad del navío. Si bien era bueno, no lo suficientemente potente como para romper el hielo y lo más probable era que terminara con un agujero en la proa.
Su plan de mover las velas no tenía mucho sentido así que en cuanto Zane se acercó hacia el centro de la cubierta, ella también fue, fijándose de nuevo en el bicho que había decidido asaltarlos. Ahora estaba profundamente dormido debido a la... ¿imponente presencia del pelirrojo? Annie era demasiado inculta como para conocer las fuerzas del universo, pero si de algo estaba segura es que ella también quería hacer eso con la gente que le caía mal. Parecía divertido y tentador.
La muchacha escuchó con el atención el nuevo plan, "seguro que es la mitad de otro" pensó sonriendo, luego miró a la niebla que rodeaba todo, esperaba que si pudieran pasar desapercibidos. Las tácticas no tenían mucho efecto desde que había subido a aquel barco. En cuanto todos decidieron que hacer, ella quedó encargada de llevar a Spanner, el chico que parecía un robot. Annie se acercó hasta él, aunque no mucho, dejando unos cuantos metros de distancia para que el pudiera acceder a su lomo.
-Seré delicada, pero procura no arrancarme ninguna pluma - rio.
En cuestión de segundos se transformó en la bella serpiente emplumada, desprendiendo una ligera brisa a medida que su cuerpo tomaba aquella forma. Esperó a que el hombre se subiera y despegó, siguiendo al ave de fuego que cargaba con el semigigante, a medida que se adentraban en la espesa niebla.
Su plan de mover las velas no tenía mucho sentido así que en cuanto Zane se acercó hacia el centro de la cubierta, ella también fue, fijándose de nuevo en el bicho que había decidido asaltarlos. Ahora estaba profundamente dormido debido a la... ¿imponente presencia del pelirrojo? Annie era demasiado inculta como para conocer las fuerzas del universo, pero si de algo estaba segura es que ella también quería hacer eso con la gente que le caía mal. Parecía divertido y tentador.
La muchacha escuchó con el atención el nuevo plan, "seguro que es la mitad de otro" pensó sonriendo, luego miró a la niebla que rodeaba todo, esperaba que si pudieran pasar desapercibidos. Las tácticas no tenían mucho efecto desde que había subido a aquel barco. En cuanto todos decidieron que hacer, ella quedó encargada de llevar a Spanner, el chico que parecía un robot. Annie se acercó hasta él, aunque no mucho, dejando unos cuantos metros de distancia para que el pudiera acceder a su lomo.
-Seré delicada, pero procura no arrancarme ninguna pluma - rio.
En cuestión de segundos se transformó en la bella serpiente emplumada, desprendiendo una ligera brisa a medida que su cuerpo tomaba aquella forma. Esperó a que el hombre se subiera y despegó, siguiendo al ave de fuego que cargaba con el semigigante, a medida que se adentraban en la espesa niebla.
- resumen:
- Seguir volando a Zane con Spanner al lomo y adentrarnos en la niebla.
Rylanor
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Kai miró a un lado y a otro, observando las extrañas armas de los piratas. Parecía como si alguien hubiera cogido a Jack, le hubiese dado un título en ingeniería armamentística y lo hubiera puesto a trabajar. Porque desde luego no parecía que se hubieran matado mucho en el diseño ni en los materiales, pero en todo caso eficaces parecía que eran. "Definitivamente, Jack no las habría hecho. Él hubiera hecho el amago de que crear armas y estarían vacías por dentro, o algo." Entonces apareció el notas con aires de jefecillo. Siempre era igual; llegaban con su sonrisilla prepotente creyéndose los dueños del cotarro, soltaban su frase u ocurrencia molona y luego comenzaban las tortas. La verdad es que comenzaba a volverse una repetición cansina y aburrida, y el Vicealmirante no estaba para tonterías:
- Corta el rollo, ¿quieres? Si vamos a empezar con las mediciones de polla os humillo a todos, payasos - se giró hacia Silver para dar órdenes, pero no viéndolo señaló al de las vendas - ¡Tú, momia! Dirige a estos y encargaos del resto de matados. Yo le parto la cara a Chocolate.
Entonces escuchó un grito acercándose y algo cayó sobre el barco, atravesando la cubierta. Oh, ahí estaba Silver. Eso debía doler... bueno, él era un cyborg. Seguro que estaría bien, o algo. Centró su Kenbunshoku sobre el capitán, y lo que percibió le sorprendió. No sólo escuchó una Voz de poder cercano al suyo, sino que, ¿venía del cubo de lejía? ¿Qué diablos estaba pasando ahí? Comenzó a caminar hacia el tipo mientras apretaba su puño metálico, pensando en cómo afrontar la situación. No tenía ni idea de lo que significaba aquello, pero definitivamente aquel cubo era algo importante. ¿Y cuál era la mejor manera de afrontar una situación desconocida? Probablemente prenderle fuego no, pero en ese momento Kai no estaba para pensar.
- Akai ken, ¡Bakuhatsu!
Dio un puñetazo al aire en dirección al negro, y de brazo surgió un gran estallido de llamas impregnadas en su voluntad. Era tan grande que probablemente daría a muchos de los que le rodeaban, pero si les quitaba algo de trabajo al resto, ¿qué había de malo? Tendrían menos problemas de los que preocuparse.
- Corta el rollo, ¿quieres? Si vamos a empezar con las mediciones de polla os humillo a todos, payasos - se giró hacia Silver para dar órdenes, pero no viéndolo señaló al de las vendas - ¡Tú, momia! Dirige a estos y encargaos del resto de matados. Yo le parto la cara a Chocolate.
Entonces escuchó un grito acercándose y algo cayó sobre el barco, atravesando la cubierta. Oh, ahí estaba Silver. Eso debía doler... bueno, él era un cyborg. Seguro que estaría bien, o algo. Centró su Kenbunshoku sobre el capitán, y lo que percibió le sorprendió. No sólo escuchó una Voz de poder cercano al suyo, sino que, ¿venía del cubo de lejía? ¿Qué diablos estaba pasando ahí? Comenzó a caminar hacia el tipo mientras apretaba su puño metálico, pensando en cómo afrontar la situación. No tenía ni idea de lo que significaba aquello, pero definitivamente aquel cubo era algo importante. ¿Y cuál era la mejor manera de afrontar una situación desconocida? Probablemente prenderle fuego no, pero en ese momento Kai no estaba para pensar.
- Akai ken, ¡Bakuhatsu!
Dio un puñetazo al aire en dirección al negro, y de brazo surgió un gran estallido de llamas impregnadas en su voluntad. Era tan grande que probablemente daría a muchos de los que le rodeaban, pero si les quitaba algo de trabajo al resto, ¿qué había de malo? Tendrían menos problemas de los que preocuparse.
- Resumen:
- - Divagaciones varias
- Insultar al pirata y dar órdenes
- Lanzar una explosión de fuego contra el tipo de la lejía
Akai Ken: Bakuhatsu: Con sus golpes, Kai puede generar estallidos de fuego concentrados en una línea recta de medio metro de ancho. Son bastante veloces, y su alcance máximo será de el nivel de Kai dividido entre diez. De manera pasiva aumenta ligeramente la vibración de sus golpes.
True Fire: El fuego generado por Kai puede imbuirse en haki y afectar al cuerpo verdadero de los usuarios de logia.
Corvo
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-¡Señor algo se ha interpuesto en nuestros disparos y viene directamente hacia nosotros!
Entre el aviso del oficial y la comunicación que había dado Kemmei, al que indiqué la dirección de la flota revolucionaría, solo se me ocurrían dos personas con ese poder y hasta hace unos instantes estaban las dos en lo que parecía un parlamento con la marina. Que habría hecho cambiar de opinión a alguno de los dos lagartos de la banda del Yonkou para interponerse en el fuego a las naves revolucionarias y ahora venir a por nosotros. De cualquier forma, no podía dejar simplemente que aquello hiciera que el asalto revolucionario fuera más fácil.
-Activar el resto de RVYB y Ω, además de los drones Apache y Ares. Los quiero desplegados en Grey Rock con los paracaídas, incluidos los que están ahora en cubierta ¡Ya! Activa las armaduras y mándalas a la cubierta, excepto la III que me la voy a poner yo.
En lo que había dado las ordenes Dexter Black había aparecido en la cubierta, parecía bastante desilusionada por mi ataque a los revolucionarios, cosa que en realidad me extrañaba ¿Qué tratos tendría el dragón con la armada? De cualquier forma, parecía ir en serio, puesto que con un solo puñetazo había provocado un buen agujero en la cubierta de vuelo y en la siguiente. No tenía posibilidad alguna contra él, pero si que podía ganar tiempo para ver si se me ocurría algo para salvar la nave. Aunque estaba bastante cabreado con él yonkou en esos momentos.
-Que todo el personal no esencial evacue, que los Tesla guarden toda la información de la nave, junto con una copia de la IA y luego la borren antes de descender a la isla. Corregir el rumbo, quiero que descendamos a la parte contraria de la isla a donde está la batalla. Mantener el fuego en esa nave pirata hasta que sea posible. Yo iré a cubierta.
Mientras caminaba en dirección a la cubierta de vuelo me uní a la APCI III, la armadura estaba diseñada como la primera, pero podía soportar inmersiones a gran profundidad, lo que me podía ser útil. Los pasillos estaban abarrotados de gente que avanzaban rápido hacía las rutas de evacuación. El temblor se había sentido en toda la nave, y sin duda el Dragón derribaría la nave si se lo proponía. Aunque no podía permitir que lo hiciera sobre la isla marine, demasiadas bajas y destrozos. En un par de minutos estaba al aire libre acompañado por las otras armaduras, aunque estas estuvieran siendo manejadas por la IA.
-Kemmei, estoy haciendo descender toda la tropa mecanizada a la isla, voy a llevar la base a la parte de atrás, estamos siendo atacados por Dexter Black, no quiero provocar la muerte de todos ahí abajo si la logra derribar. Buena suerte, puede que sea la última vez que hablemos. – Tras esta corta charla, me centraría en la persona que tenía frente a mí, toda una leyenda. No solo en la piratería, sino en los avances científicos. – Dexter Black, me sorprende ver a alguien como tú ayudando a piratas y revolucionarios. Conozco tu recompensa y los delitos por los que es, no eres un monstruo como el que hoy debería ser ejecutado. Por eso no entiendo la motivación que tienes por salvar a un “ejercito del pueblo” que esta luchando por liberar un cáncer para la gente de bien. Ahora mismo esos hipócritas solo piensan en como sacar ventaja frente al gobierno para “liberar al pueblo”, pero ¿a qué coste? ¿Serán ellos, tras encumbrarse gracias a él, los que luego atrapen a Legim cuando vuelva a matar y violar? No, no tienes derecho a decirme si está bien o mal atacarlos. Puede que no lo sepas, pero yo viví mi infancia con la revolución. Están más podridos que el gobierno, están corroídos por sus ansias de poder y hace tiempo que olvidaron cual era esa su meta. No me interpretas mal, todos podemos llegar a cometer errores e imprudencias, pero hace tiempo que los dirigentes de ese movimiento sobrepasaron el límite. Dicho esto, has ganado. Estamos descendiendo, no voy a permitir que derribes a mi niño sobre toda la isla matando a los que allí estén con el impacto. Aunque si sigues con la intención tendré que tratar de evitarlo con todos mis medios.
Entre el aviso del oficial y la comunicación que había dado Kemmei, al que indiqué la dirección de la flota revolucionaría, solo se me ocurrían dos personas con ese poder y hasta hace unos instantes estaban las dos en lo que parecía un parlamento con la marina. Que habría hecho cambiar de opinión a alguno de los dos lagartos de la banda del Yonkou para interponerse en el fuego a las naves revolucionarias y ahora venir a por nosotros. De cualquier forma, no podía dejar simplemente que aquello hiciera que el asalto revolucionario fuera más fácil.
-Activar el resto de RVYB y Ω, además de los drones Apache y Ares. Los quiero desplegados en Grey Rock con los paracaídas, incluidos los que están ahora en cubierta ¡Ya! Activa las armaduras y mándalas a la cubierta, excepto la III que me la voy a poner yo.
En lo que había dado las ordenes Dexter Black había aparecido en la cubierta, parecía bastante desilusionada por mi ataque a los revolucionarios, cosa que en realidad me extrañaba ¿Qué tratos tendría el dragón con la armada? De cualquier forma, parecía ir en serio, puesto que con un solo puñetazo había provocado un buen agujero en la cubierta de vuelo y en la siguiente. No tenía posibilidad alguna contra él, pero si que podía ganar tiempo para ver si se me ocurría algo para salvar la nave. Aunque estaba bastante cabreado con él yonkou en esos momentos.
-Que todo el personal no esencial evacue, que los Tesla guarden toda la información de la nave, junto con una copia de la IA y luego la borren antes de descender a la isla. Corregir el rumbo, quiero que descendamos a la parte contraria de la isla a donde está la batalla. Mantener el fuego en esa nave pirata hasta que sea posible. Yo iré a cubierta.
Mientras caminaba en dirección a la cubierta de vuelo me uní a la APCI III, la armadura estaba diseñada como la primera, pero podía soportar inmersiones a gran profundidad, lo que me podía ser útil. Los pasillos estaban abarrotados de gente que avanzaban rápido hacía las rutas de evacuación. El temblor se había sentido en toda la nave, y sin duda el Dragón derribaría la nave si se lo proponía. Aunque no podía permitir que lo hiciera sobre la isla marine, demasiadas bajas y destrozos. En un par de minutos estaba al aire libre acompañado por las otras armaduras, aunque estas estuvieran siendo manejadas por la IA.
-Kemmei, estoy haciendo descender toda la tropa mecanizada a la isla, voy a llevar la base a la parte de atrás, estamos siendo atacados por Dexter Black, no quiero provocar la muerte de todos ahí abajo si la logra derribar. Buena suerte, puede que sea la última vez que hablemos. – Tras esta corta charla, me centraría en la persona que tenía frente a mí, toda una leyenda. No solo en la piratería, sino en los avances científicos. – Dexter Black, me sorprende ver a alguien como tú ayudando a piratas y revolucionarios. Conozco tu recompensa y los delitos por los que es, no eres un monstruo como el que hoy debería ser ejecutado. Por eso no entiendo la motivación que tienes por salvar a un “ejercito del pueblo” que esta luchando por liberar un cáncer para la gente de bien. Ahora mismo esos hipócritas solo piensan en como sacar ventaja frente al gobierno para “liberar al pueblo”, pero ¿a qué coste? ¿Serán ellos, tras encumbrarse gracias a él, los que luego atrapen a Legim cuando vuelva a matar y violar? No, no tienes derecho a decirme si está bien o mal atacarlos. Puede que no lo sepas, pero yo viví mi infancia con la revolución. Están más podridos que el gobierno, están corroídos por sus ansias de poder y hace tiempo que olvidaron cual era esa su meta. No me interpretas mal, todos podemos llegar a cometer errores e imprudencias, pero hace tiempo que los dirigentes de ese movimiento sobrepasaron el límite. Dicho esto, has ganado. Estamos descendiendo, no voy a permitir que derribes a mi niño sobre toda la isla matando a los que allí estén con el impacto. Aunque si sigues con la intención tendré que tratar de evitarlo con todos mis medios.
- Resumen / Leer Kemmei y Dexter:
- Recibir el aviso de que viene Dexter.
Activar todos los robots que me he traído y aún no lo estaban y mandarlos junto con los ya activos a tierra con paracaídas.
Activar las armaduras y mandarlas a cubiertas, mientras mando a todos evacuar y sacar la información de la nave.
Ordenar descender la nave y seguir disparando a Yuu mientras podamos.
Llegar a cubierta dentro de la APCI III junto al resto de armaduras, contactar con Kemmei y soltarle un discurso a Dexter.
Valia Gyliel
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En cuanto Osuka accedió salté por la borda. La primera pasa la haría bajo el agua, tratando de localizar a los que acabaran de hundirse para sacarlos hasta los retos de las naves en la superficie. No me importaba cuantos viajes tuviera que hacer para conseguir salvar a todos los posibles, solo estaba centrada en hacerlo. Se podía decir que era mi forma de compensar las muertes que causaba en el bando contrario, una vida por otra. Como todo en la vida debía estar equilibrado, acabar con los que hacían el mal y salvar a sus compañeros y los que luchaban por la libertad.
Una de las veces en las que emergí con algún hundido puede ver como Osuka repartía salvavidas entre los supervivientes. Únicamente esperaba que se hubiera acordado de tenerlos bien atados en el otro extremo para poder llevarlos de vuelta al buque, sino me tocaría arrástralos uno a uno. Entre los restos de los aparatos derribados me encontré con más gente, que luchaba por mantenerse a flote. A estos los llevaba directamente hacía los barcos o hasta alguno de los flotadores que mi compañero estaba lanzado desde las alturas.
Me encontré con muchos cadáveres en mi recorrido en busca de supervivientes, que, si bien sabíamos que en batallas así esto podía pasar, levantaba preguntas en mí. ¿Acaso los de inteligencia no sabían nada de armas antiaéreas o de las naves enemigas? Es más, nuestros mandos no se habían llegado a replantear la estrategia al ver esa monstruosa cosa sobre Grey Rock, pero quizás solo vieron una oportunidad de ver el poder que tenia aquella nave. Si no fuera por los contactos que Krauser nos había legado, aquella hubiera acabado antes de empezar para la revolución. Mis pensamientos eran peligrosos, muchos me llamarían traidora, pero las preguntas y las dudas estaban ahí.
Una de las veces en las que emergí con algún hundido puede ver como Osuka repartía salvavidas entre los supervivientes. Únicamente esperaba que se hubiera acordado de tenerlos bien atados en el otro extremo para poder llevarlos de vuelta al buque, sino me tocaría arrástralos uno a uno. Entre los restos de los aparatos derribados me encontré con más gente, que luchaba por mantenerse a flote. A estos los llevaba directamente hacía los barcos o hasta alguno de los flotadores que mi compañero estaba lanzado desde las alturas.
Me encontré con muchos cadáveres en mi recorrido en busca de supervivientes, que, si bien sabíamos que en batallas así esto podía pasar, levantaba preguntas en mí. ¿Acaso los de inteligencia no sabían nada de armas antiaéreas o de las naves enemigas? Es más, nuestros mandos no se habían llegado a replantear la estrategia al ver esa monstruosa cosa sobre Grey Rock, pero quizás solo vieron una oportunidad de ver el poder que tenia aquella nave. Si no fuera por los contactos que Krauser nos había legado, aquella hubiera acabado antes de empezar para la revolución. Mis pensamientos eran peligrosos, muchos me llamarían traidora, pero las preguntas y las dudas estaban ahí.
- Resumen:
- Rescatar gente, ya sea sacándolas a flote desde debajo del mar, hasta arrastrarlas a los barcos.
Divagaciones varias sobre nuestros mandos.
Mist D. Spanner
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Chasqueó la lengua. Ni siquiera le habían dado tiempo al mink a explicarse y ya había sido desmayado por aquel poder del que tanto le gustaba abusar al capitán. Suspiró mientras se movía hasta este y lo intentó coger de la ropa, para arrastrarlo hasta el borde del barco en el caso de que no se resistiera. No tenían tiempo para lidiar con él ni preocuparse en donde acababa. No lo conocían de nada y había decidido irrumpir en el barco así porque sí. Por tanto… De no resistirse, lo levantaría por encima de la baranda y, de un empujón, lo lanzaría al mar.
─Lo siento, pero tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos -dijo, para sí mismo, casi imitando la forma que tenía el mink de hablar solo.
Siguiendo el plan del capitán, se subió a lomos de la enorme serpiente que era Annie en aquel momento. Zoan mitológicas. ¿Cuánta gente poseía ese poder? De todas formas, a él solo le quedaba hacer lo que siempre hacía. Subir a los lomos de una gigantesca criatura alada y volar.
─Estoy acostumbrado a montar… -dijo, en una especie de promesa que no le iba a arrancar ninguna pluma.
─Lo siento, pero tenemos cosas más importantes de las que preocuparnos -dijo, para sí mismo, casi imitando la forma que tenía el mink de hablar solo.
Siguiendo el plan del capitán, se subió a lomos de la enorme serpiente que era Annie en aquel momento. Zoan mitológicas. ¿Cuánta gente poseía ese poder? De todas formas, a él solo le quedaba hacer lo que siempre hacía. Subir a los lomos de una gigantesca criatura alada y volar.
─Estoy acostumbrado a montar… -dijo, en una especie de promesa que no le iba a arrancar ninguna pluma.
- Resumen:
- Intentar tirar a Zord al agua y subirme a lomos de Annie
Kenzo Nakajima
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El panorama en el barco era ciertamente peculiar. Cuando los miembros de Loyal Army, con el Vicealmirante Kai a la cabeza, aterrizaron en cubierta, pudieron ver a muchos tipos con unas extrañas armas. Parecían rifles, pero el espadachín no podía asegurarlo dado su particular aspecto. Y más raro aún era quien parecía ser el capitán, un hombre de aspecto realmente perturbador y que portaba un bote de lejía. Exacto, un maldito bote de lejía del que no paraba de aspirar. << ¿Qué clase de yonki asqueroso dirige a estos putos piratas? >> se preguntó Kenzo, sorprendido.
Rápidamente el Vicealmirante se encaró con el tipo de la lejía para, acto seguido, encargar al brazos largos la dirección de un ataque combinado de los miembros de Loyal Army contra el resto de los piratas. No dejaba de resultar extraño, ya que el espadachín era el que menor rango ostentaba de quienes allí se encontraban, pero se trataba de una orden directa de un Vicealmirante, así que eso poco importaba.
Sin embargo, antes de que pudiesen ponerse en marcha se oyó un gran estruendo. Algo (o alguien) había caído sobre cubierta a tal velocidad que había abierto un enorme agujero en ella. Aprovechando el momento de distracción provocado por el ruido, Kenzo se dirigió a sus compañeros:
- Jason, Iulio, ya habéis oído al Vicealmirante. Es hora de hacer que el nombre de Loyal Army empiece a ser conocido y temido por todos los putos piratas de los siete mares. Jason, ocúpate del lado izquierdo, yo me encargo del derecho. Iulio, no pienses que te vas a escaquear o tendrás que responder ante el Vicealmirante. Ya que puedes volar, ocúpate de los vigías y después préstanos apoyo a Jason y a mí.
Una vez dicho esto, ocho largas patas de araña de colo negro brotaron en la espalda del brazos largos, cuatro a cada lado. Desenvainó una katana con cada una de dichas patas, dejando sus brazos humanos libres por si tenía que hacer uso de sus telarañas y se lanzó a la carrera contra sus enemigos. En cuanto estuviera a menos de diez metros de los enemigos más cercanos, lanzaría una onda cortante con Bottokatta dirigida a uno de ellos sin dejar de correr. Cuando llegara a la posición de los piratas, buscaría pasar entre dos enemigos cortando a ambos a la vez (con cuatro espadas a cada uno). Acto seguido, sin perder un solo segundo, continuaría moviéndose sin parar y atacando con sus armas a diestro y siniestro, en un intento por acabar con la mayor cantidad posible de delincuentes.
Rápidamente el Vicealmirante se encaró con el tipo de la lejía para, acto seguido, encargar al brazos largos la dirección de un ataque combinado de los miembros de Loyal Army contra el resto de los piratas. No dejaba de resultar extraño, ya que el espadachín era el que menor rango ostentaba de quienes allí se encontraban, pero se trataba de una orden directa de un Vicealmirante, así que eso poco importaba.
Sin embargo, antes de que pudiesen ponerse en marcha se oyó un gran estruendo. Algo (o alguien) había caído sobre cubierta a tal velocidad que había abierto un enorme agujero en ella. Aprovechando el momento de distracción provocado por el ruido, Kenzo se dirigió a sus compañeros:
- Jason, Iulio, ya habéis oído al Vicealmirante. Es hora de hacer que el nombre de Loyal Army empiece a ser conocido y temido por todos los putos piratas de los siete mares. Jason, ocúpate del lado izquierdo, yo me encargo del derecho. Iulio, no pienses que te vas a escaquear o tendrás que responder ante el Vicealmirante. Ya que puedes volar, ocúpate de los vigías y después préstanos apoyo a Jason y a mí.
Una vez dicho esto, ocho largas patas de araña de colo negro brotaron en la espalda del brazos largos, cuatro a cada lado. Desenvainó una katana con cada una de dichas patas, dejando sus brazos humanos libres por si tenía que hacer uso de sus telarañas y se lanzó a la carrera contra sus enemigos. En cuanto estuviera a menos de diez metros de los enemigos más cercanos, lanzaría una onda cortante con Bottokatta dirigida a uno de ellos sin dejar de correr. Cuando llegara a la posición de los piratas, buscaría pasar entre dos enemigos cortando a ambos a la vez (con cuatro espadas a cada uno). Acto seguido, sin perder un solo segundo, continuaría moviéndose sin parar y atacando con sus armas a diestro y siniestro, en un intento por acabar con la mayor cantidad posible de delincuentes.
- Resumen:
- - Flipar con las pintas de los piratas.
- Hacer caso a la orden de Kai y dirigir el ataque pese a ser el marine de menor rango en el barco.
- Ver la caída de Silver (aunque Kenzo aún no sabe que se trata de él).
- Pasar a forma híbrida y empezar a intentar matar piratas con ocho espadas a la vez.
- Cosillas:
- - Stats: Poder de Destrucción 2, Reflejos 2 (x2 por forma híbrida), Agilidad 2 (x3 por forma híbrida), Supervivencia 1, Velocidad 0
- Mestría Duelista (nivel 15 dado que soy nivel 26): La habilidad que tiene con su arma es bastante avanzada, pudiendo ser un problema para dos personas a un tiempo.
- Bottokatta: Se trata de una katana calidad O Wazamono. Su hoja está hecha de titanio especialmente tratado para lograr un filo increíblemente afilado, y mide 85 cm. Es de un color negro mate. El mango mide 35 cm, y es de color azul aguamarina, con incrustaciones del mismo negro de la hoja. Está rematado en ese mismo tono. La tsuba es también negra, y consta de seis pequeñas prolongaciones picudas. Por último, la funda es del mismo color de la hoja, y lleva un lazo/adorno del color del mango.
Esta espada posee la habilidad de lanzar ondas cortantes imbuidas en la energía del viento, de dos veces la longitud del filo de la espada. Dichas ondas viajan a 50 m/s y se disipan tras recorrer 25 metros.
Ichimura Hachiro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Aquella situación era cada vez más sospechosa. Su táctica había funcionado, pero los marines no parecían estar aprovechándola. ¿Había problemas en los navíos o es que simplemente no les convenía acabar aún con ellos? Si eso fuese el caso reforzaría la idea de que realmente aquello era sólo un cebo, una cortina de humo. De hecho también era probable que simplemente no hubiera demasiados marines asignados a aquellos barcos y por eso no estuviesen en condiciones para reaccionar a todo... pero eso sería una mala idea a la hora de organizar un engaño creíble. Entonces recibió la comunicación mental de Anders y comenzó a acelerar, rumbo al barco. Lo que le contaba era cuanto menos extraño, pero había tipos raros en todos lados.
- Si notas que su poder es similar al tuyo, no lo subestimes. Podría ser una treta. Y me encargaré de ese otro hombre, descuida.
Llegó al navío y se apoyó sobre unas de las velas del mástil, observando la situación. Efectivamente había un tipo con pintas de haber salido de una tribu de salvajes. No parecía ser mucho más que un chaval, pero no dejó que su edad influyese en su análisis. Ya había conocido a gente joven extremadamente fuerte en el pasado. "Sin embargo si Anders percibió bien, no debería ser una amenaza." Lo que más le llamó la atención fue su arma, de excelente manufactura y aspecto exótico. Una especie de lanza con bordes afilados y dentados... no tenía nada similar en la memoria de Kameleon. Se remangó el traje y dejó el brazal a la vista, dando la orden mental de escaneo. Mientras su arma se ponía a trabajar, el extraño con una mueca bestial se puso en una pose rara, mientras su pelo se alargaba y formaba un látigo que comenzó a destrozar la cubierta. "¿Un usuario?" Aquello era definitivo: no podía subestimarle. Entrecerró los ojos mientras estos emitían un ligero destello verde, al comenzar a estudiar y analizar los movimientos de su rival. Preferiría no haber tenido que activar el Jōkyūsei en aquella situación para evitar el gasto de energía, pero era preferible evitar errores.
- Pero... ¿qué?
El implante cyborg comenzó a pasarle los datos del arma analizada. Aquello no era una lanza corriente; era una obra maestra de artesanía con diales implantados. ¿Tecnología de una isla del cielo? Era posible. Acababa de encontrarse con una pequeña joya... aquel arma iba a serle extremadamente útil en el futuro. Ahora sólo le faltaba encontrar la situación adecuada para reducir al extraño. Esperó con calma a que dejase de "fustigar" al barco, y entonces en total silencio se llevó la mano a la espada corta de su cinto. "Main Slot 2... Sonic Burst" En un rápido movimiento desenvainó y volvió a envainar la espada, generando una onda ultrasónica en dirección al revolucionario con intención de afecta a su sentido del equilibrio. Acto seguido saltó hacia él con intención de caerle con las rodillas sobre la espalda para derribarlo, intentando darle un fuerte puñetazo en la sien para noquearlo.
- Si notas que su poder es similar al tuyo, no lo subestimes. Podría ser una treta. Y me encargaré de ese otro hombre, descuida.
Llegó al navío y se apoyó sobre unas de las velas del mástil, observando la situación. Efectivamente había un tipo con pintas de haber salido de una tribu de salvajes. No parecía ser mucho más que un chaval, pero no dejó que su edad influyese en su análisis. Ya había conocido a gente joven extremadamente fuerte en el pasado. "Sin embargo si Anders percibió bien, no debería ser una amenaza." Lo que más le llamó la atención fue su arma, de excelente manufactura y aspecto exótico. Una especie de lanza con bordes afilados y dentados... no tenía nada similar en la memoria de Kameleon. Se remangó el traje y dejó el brazal a la vista, dando la orden mental de escaneo. Mientras su arma se ponía a trabajar, el extraño con una mueca bestial se puso en una pose rara, mientras su pelo se alargaba y formaba un látigo que comenzó a destrozar la cubierta. "¿Un usuario?" Aquello era definitivo: no podía subestimarle. Entrecerró los ojos mientras estos emitían un ligero destello verde, al comenzar a estudiar y analizar los movimientos de su rival. Preferiría no haber tenido que activar el Jōkyūsei en aquella situación para evitar el gasto de energía, pero era preferible evitar errores.
- Pero... ¿qué?
El implante cyborg comenzó a pasarle los datos del arma analizada. Aquello no era una lanza corriente; era una obra maestra de artesanía con diales implantados. ¿Tecnología de una isla del cielo? Era posible. Acababa de encontrarse con una pequeña joya... aquel arma iba a serle extremadamente útil en el futuro. Ahora sólo le faltaba encontrar la situación adecuada para reducir al extraño. Esperó con calma a que dejase de "fustigar" al barco, y entonces en total silencio se llevó la mano a la espada corta de su cinto. "Main Slot 2... Sonic Burst" En un rápido movimiento desenvainó y volvió a envainar la espada, generando una onda ultrasónica en dirección al revolucionario con intención de afecta a su sentido del equilibrio. Acto seguido saltó hacia él con intención de caerle con las rodillas sobre la espalda para derribarlo, intentando darle un fuerte puñetazo en la sien para noquearlo.
- Resumen:
- - Acecho a Ummak desde encima de una vela.
- Le copio el arma con el poder de mi Kameleon.
- Ataco a su sentido del equilibrio.
- Caigo sobre él intentando derribarlo y noquearlo de un puñetazo en la sien.
Main Slot Two: Sonic Burst: Consiste en enfundar la espada (notōjutsu) con una velocidad sobrehumana. El roce de la espada al entrar a la funda a tal velocidad genera una onda ultrasónica. Causa un daño tremendo en los tímpanos, por esta razón les hacer perder el equilibrio y la coordinación, pero no afecta a quien lo usa pues este puede dirigir la dirección de la onda. (Técnica copiada a Abel durante el torneo)
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.