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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 25 Ene 2021 - 20:30}

No hace falta que intervenga en la pelea que se ha montado en el corredor, además tampoco quiero que me llegue una bola de fuego por la espalda y acabe como el pobre Lothric. Como tengo el visto bueno de los líderes del escuadrón de fuga comienzo a revisar todo lo que hay en suelo y, de paso, echarme una cucaracha a la boca. ¿Qué? Son feas y no parecen apetitosas, la verdad es que ni siquiera lo son, pero ese «crack» que hacen mis dientes al aplastar su cuerpecito es divertido. A todo esto… Sé muy bien que la higiene no es lo mío, pero incluso yo necesito un cepillo de dientes. Como no encuentre uno no tendré más opción que improvisar algo con mis pelos.

Me alejo de la señora escándalos y reviso una de las lanzas. Parece un arma ordinaria con su respectivo mango de madera y punta de metal. Sin embargo, lo interesante se encuentra en esta última. Me toma un par de intentos romper el mango a la medida que yo quiero, y eso que romper cosas es mi especialidad. Como soy pequeña, incuestionablemente más débil que el vomita-fuego y mi único rol es acechar a las presas desde las sombras, una lanza me vendría tan bien como un lápiz a un pez. He dejado intencionalmente una sección lo suficientemente grande para poder empuñarla y así tener un cuchillo improvisado. Veamos, sé lo mismo de herrería que un ciego de colores, así que no espero gran cosa. Como sea, repito el proceso unas cinco veces más y ahora tengo en mi poder un set de seis cuchillos mortales.

Ahora mi objetivo son los cadáveres. Luego le prestaré atención a las armaduras, lo importante es ver si llevan algo de valor: dinero, joyas, una oportuna carta que revele la ubicación del mandamás de Hallstat, una foto en tanga de la señora escándalos para chantajearla más tarde… Me gustaría encontrar un reloj de bolsillo, a poder ser de plata y con retoques de oro. Si es de madera y funciona de vez en cuando, también me vale. Luego de mi exhaustiva inspección paso a las armaduras. Pese a recibir un chorro de fuego de manera directa están frías. Pero yo qué sé, no tengo puta idea de herrería ni metales.

Lo más llamativo es la pechera, pero creo que limitaría demasiado mis movimientos y, como no tengo ningún lugar donde dejarla, acabará siendo peso muerto. Los guanteletes sí que me llaman la atención. Acostumbro a defenderme con los brazos y tener algo de protección extra vendría bien. Lo mismo con las grebas. El casco no me servirá de nada porque pronto me colocaré la máscara de cuervo, y las reglas dicen que es o máscara o casco, pero ambas al mismo tiempo no. ¿Encontraré una capa que no haya sido calcinada por el fuego? Igual más rato me convierto en superheroína solo por diversión.

Una vez terminada la inspección, informaría a la señora escándalos sobre mis descubrimientos y marcharía con ella, siempre manteniéndome en la posición más segura: la retaguardia.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 25 Ene 2021 - 21:34}

Me le quede mirando de manera escéptica a mi compañera de armas por el escandalo que estaba desatando en las inmediaciones de la plaza en el exterior de la taberna, cosa que solo me hizo lanzar un largo suspiro por saber de que esto solo seria algo mas problemática de lo que solía ser realmente. De todas maneras, mire la escena como transcurría y me parecía bastante extraño que solo una persona realmente hiciera tal espectáculo por nada, o por lo menos, eso parecía ser lo que estaba viendo a simple vista porque desde la taberna no se podía apreciar mucho mas, mas cuando nos acercamos al lugar en cuestion, uno de esos soldados nos grito de que le ayudaramos con el muchacho cuyo rostro no aparecia en mi mente mas que nada por que estaba de espaldas.

Deje que Helga se encargara directamente del problema para pasar de largo del "peligro" que correspondia la pelea de los soldados y aquel hombre para ver que era exactamente la fuente por la cual peleaba porque claramente no habia podido escuchar el grito que habia escuchado anteriormente de aquel joven hombre por estar "encerrado" en la taberna y por esta razon camine directamente hacia el escenario en cuestion para asegurarme que no estuviese pasando nada "malo"



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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 25 Ene 2021 - 22:59}

Tal vez fuera por la euforia del momento, el carácter confiado del muchacho o el hecho de que se hubiera alzado los brazos soltando la crin del caballo, fuera como fuera, la celebración del muchacho se vio interrumpida por una inoportuna caída contra el suelo.

-¡Ay! Eso doler- masculló en un tono lo suficientemente alto como para considerarlo un pensamiento en voz alta, a la vez que se flexionaba para evitar la coz -¡Eh, Perico¡-increpó al caballo por el nombre que le habían puesto los tripulantes a la bestia -Tu necesitar tener mas cuidado- increpó a su caballo, con la creencia de que efectivamente aquel ser era capaz de comprender lo que decía.

Tras meter los dedos en los ojos al pobre guardia y reincorporarse, el primer instinto del muchacho fue girarse hacia la escalera que le permitía escalar el patíbulo, más se freno en seco al ver al hombre que se interponía entre él y el inmenso tesoro que debía resguardar aquella espalda de hombros anchos y de rostro oculto por aquel extraño sombrero de pescador, y es que Adam ya había dispuesto a dar el primer paso izquierdo para lanzar un sorpresivo puñetazo en la geta del hombre que se encontraba a un paso cuando una sorpresiva voz le advirtió de peligro.

Observando por el rabillo del ojo, el niño vio a una inmensa mole de dos metros que representaba aquella mujer, aunque los codiciosos ojos del niño fueron rápidamente al extraño brillo que surgía en la cabeza de la mujer,  frenándose en seco y agachándose posteriormente al ver qué y flexionando sus rodillas dejando que la sorpresivo “tesoro” le pasara por encima de la cabeza, aunque no fue hasta que el muchacho agachó la cabeza que volvió a reparar en el guardia, aunque la pregunta realmente era ¿Habría reparado el guardia a tiempo de la bola que había parecido tras agacharse?

Aprovechando el respiro que eso pudiera darle, el muchacho se fijó en la mujer creyendo en una primera instancia que esta se trataba de una enemiga, más al ver el aspecto de la mujer otra idea surgió en la cabeza del crio. Y es que aquella altura, pelos rojos del mismo color que los de Keiran y los del “Napo” no podía ser casualidad, y es que en la mente del muchacho aquello no podía significar otra cosa que Helga debía tratarse de un miembro de la manada de Keiran, uno al que todavía no conocía.

-Oh, tu deber ser amiga de Keiran- dijo el muchacho señalando a la mujer -Yo Adam, yo también amigo de Keiran- diría antes de propinar un profundo silbido para llamar a su animal, sin llegar a esperar una respuesta de la mujer. Después de todas esas fragantes pruebas, la respuesta era obvia para el muchacho que apenas alcanzaba a tapar sus vergüenzas con aquella mullida hoja.

Sin un instante que perder y tomando prestada la espalda del hombre que aún se encontraba compareciente por el mal de ojo, brincó como si de un trampolín se tratará para de un salto de regresar a lomos de su caballo, donde tras un par de caricias y susurros trataría de retomar las riendas de Perico a la vez que hacia que este se revolviera un poco sobre donde se situaba antes de mandarle galopar y alejarse momentáneamente de los guardias y atizaba un puñetazo a cualquiera que se acercará demasiado a su animal. Una vez hubiera recuperado algo de espacio, volvería a encaminar a su bestia con otro silbido, galopando de frente de nuevo contra la maltrecha formación que pudiera quedar, a la vez que agitaba su varazo izquierdo de forma violenta, como si fuera una especie de maza, tomando una velocidad y fuerza considerables para tratarse de un niñato.

-¡TRAIDORES, TRAIDORES HIJOS DE PUTA! – gritó de nuevo, no solo haciendo gala de una completa carencia de compresión oral, sino demostrando una capacidad de aprobación del folclore local digan de un pirata.

DE BUENA ONDA CON LA PRIMA DEL KEIRAN A.K.A: HELGA:
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 25 Ene 2021 - 23:18}

La primera apuesta había sido todo un éxito, y aunque eso hizo que mi adrenalina subiese y me incitase a apostar más y probar más suerte, conseguí reprimirme pensado constantemente en mi objetivo. Acercarme a alguien del bajo mundo.

Cuando me acercó las ganancias de mi apuesta, pude ver como en las fichas había un símbolo que antes no había visto. Una Jolly Roger. Pero no era cualquiera, ya la había visto antes. Si no recordaba mal, la había visto en algún den den mushi que portaba Spirelly hacía un par de semanas.

“Bueno, no voy del todo desencaminado, pero me acerco hacia un lado que no me gusta” pensé al lanzar la ficha al aire y luego cogerla cuando caía. Volví a hacer una apuesta con un par de fichas, aunque esta vez a un solo color. Mientras jugábamos pasaron alguna vez más a ofrecernos más bebida, pero apenas le había dado un par de sorbos pequeños desde que la pedí. Me extrañaba aquello dado que hacía muy poco tiempo que nos las había servido. Miré al camarero de reojo “espero que no intente emborracharnos” pensé volviendo la mirada al juego.

El ruido entró por un momento en el salón tras abrirse la puerta durante un momento, trayendo sonidos de guerra, había estallado nuevamente, aunque no presté atención fingiendo más interés por el juego. Y unos segundos después apareció un hombre a mi lado vestido de forma extraña y me habló.

-Bueno, si quiere jugar. Creo que deberá conseguir algunas fichas primero. Won Sung, por cierto – le dije tendiéndole una mano a modo de saludo. – Encantado.

Había sido extraña la forma de actuar de aquel tipo, pero no podía ser descortés dado que no me había dicho nada ofensivo.

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Velkan Byrne
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Mar 26 Ene 2021 - 1:32}

No sabía qué le había molestado más: lo estúpido de aquella llamada o que estuviese comportándose como un insubordinado. ¿Por qué llamaban al general DIRECTAMENTE para hablarle de las acciones de un grupo no alineado, en lugar de comunicárselo al encargado de inteligencia y que este decidiese qué cosas merecían la atención del general? Bueno, mejor pensado eso no era lo importante. Lo importante era que aquel tipo pretendía que Iliana se rebajase a aceptar una alianza con la gente que le había jurado lealtad. La reina nunca aceptaría eso; si él aceptaba aquella opción en su nombre, lo destituiría y rompería el pacto, probablemente. Sin embargo Iliana necesitaba desesperadamente tropas. No iba a recuperar su trono con diez caballeros y una manada de lobos. Aquel era el ejército de los Markov. No podía dejar que un noble menor venido a más lo usurpase y renegase de sus juramentos a la reina.

- He venido con la mano de la amistad tendida. La reina estaba dispuesta a ser generosa y ofreceros una recompensa a cambio de que demostraseis lealtad. Lealtad que no merecía recompensa, porque la habéis JURADO en el pasado. Renegando de vuestro deber y vuestros vínculos feudales, renegáis también de todo lo que la Corona os aseguró en un pasado.

Mientras hablaba, la rabia alimentaba sus palabras. Un fuego feroz y temible brillaba en sus ojos, la mirada de un fanático. Nubes de oscuridad brotaban de su cuerpo, deshaciéndose cerca del techo, mientras el caballero se ponía el casco y sacaba a Kataklysmus para prepararse para la probable pelea. Apuntó a Marius en una actitud desafiante y declaró:

- En nombre de Iliana de la casa Markov, reina de Hallstat, Emperatriz del Norte, Condesa de Markovia y Soberana de los Tres Pueblos, yo, Velkan Byrne, caballero de las Hojas Palatinas y emisario de la Corona, os despojo a vos, sir Marius, de todos vuestros títulos, vuestros honores, vuestros cargos y del nombre de vuestra familia. Por los crímenes de insubordinación, perjurio y ofensas a la Corona os sentencio a morir. Si os entregáis ahora mismo a la Justicia de la Reina y traspasáis pacíficamente el mando del ejército, vuestra pena de muerte será perdonada y se os mantendrá bajo arresto domiciliario. La Corona recibirá noticia de vuestra cooperación y arrepentimiento y valorará restituiros vuestros títulos y honores. Resistíos, y la pena será ejecutada.

Aguardó a su reacción. Si hacía cualquier cosa que no fuese rendirse y entregarse, atacaría. Si, en cambio, aceptaba sus palabras, ordenaría a uno de sus caballeros acercarse, quitarle sus pertenencias y hacerle firmar un papel declarando el paso del poder a él como emisario de la reina. En el primer caso (si no aceptaba), la oscuridad que había generado se fundiría en un enorme brazo. Primero usaría la gravedad para atraerlo hacia la mano gigante mientras simultáneamente con esta lo empujaría brutalmente para aplastarlo contra la pared. Lo retendría contra esta empleando el brazo de oscuridad y se acercaría con la lanza, preparado para atravesarle la cabeza.

- Entonces habéis escogido la muerte - declararía, de ser el caso.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Miér 27 Ene 2021 - 1:36}

Normas del capítulo:


  • Se moderará los martes entre las 22:00 y las 23:59.
  • No se puede postear los martes antes de la moderación.
  • Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
  • Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
  • A más riesgo, más premio.
  • Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
  • Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
  • Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
  • Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
  • Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
  • La ley del plot no es a prueba de idiotas.


Moderación:

La situación parecía estar en descontrol por toda la ciudad… Y fuera de esta, donde los ojos de nuestro artífice no llegaban a centrar la mirada. Pero eso poco importaba. El telón estaba a punto de caer en Hallstatt. Una isla… ciertamente entretenida para mercurio. Una sonrisa burlona se dibujó en su rostro mientras observaba como las cucarachas y ratas bajo sus pies hacían lo posible para llevar a cabo sus pequeñas ambiciones, utilizando para ello tanto las cámaras del propio zepelín como las que había dejado posicionadas dentro del castillo, en algunas de las vías principales y, obviamente, en los establecimientos que controlaban desde hacía ya casi un año. Había sido una suerte que el país estuviera tan desestabilizado, al fin y al cabo: Con su monarca desaparecida y la guerra civil prolongándose desde antes de su llegada. Solo hizo falta empujar una pieza para que todo el dominó comenzara a caer. Divertido… Y fugaz. Pronto ese lugar no tendría más valor para el hombre y los propósitos de su banda que una cerrilla mojada, y es que sus hombres estaban observando ya la parabólica trazada por el astro que con tantas ansias estaban esperando, y no parecía que esa isla de poca monta fuera a ser el lugar correcto. Lástima. Al menos había podido sustraer una cantidad más que suficiente de aquel peculiar metal frío que podrían usar para sus propósitos y comprobar los efectos de «Prixos».

—Id haciendo los preparativos para la hora de partir —espetó a sus subordinados que asintieron, dejándole a solas frente a las pantallas. En estas se podían ver varias imágenes, algunas en movimiento, así como otras congeladas: La huida de los encarcelados en las mazmorras del castillo llamó su atención soberanamente, dibujando una sonrisa perversa al ver como los caballeros eran calcinados por las llamas de uno de los enormes prisioneros—. Interesante, muy muy interesante —dijo para sí mismo. ¿Cómo habían escapado? Había podido observar en grabaciones anteriores que una figura les hacía entrega de los útiles necesarios para dirigirse a la armería del palacio. ¿Debería avisar a su buen amigo Anthony? Se mesó la barbilla, planteándoselo por un momento antes de negar con la cabeza—. No, todavía no… Sería una pena no dejar que el caos reinara un poco más —siguió hablando solo, soltando una carcajada al pensar en que sucedería con vistas al futuro. Quizás pudiera entretenerse el mismo en persona viendo como el hombre perdía la cabeza.  ¿Sería cosa de la princesa? Se había fijado en Erica lo suficiente como para notar su cautela a la hora de mandar órdenes y recaudar información, algo sorprendente para una mujer criada sin una instrucción para el liderazgo. Parecía que el títere era en realidad un titiritero. Sin duda, valdría la pena ir a saludar antes de marcharse.

—Por otro lado... —Sus ojos se clavaron ahora en la gris imagen del laboratorio de Spirelli, donde Altair se encontraba jugando al gato y al ratón con una muchacha a la que le habían dado unos juguetes que le iban, aparentemente, algo grandes—. Ay, Altair, querida… Montando tal escándalo por una sola mujer… ¿o se debe al destino de su hija? Spirelli sí que es una persona cruel… Pensar que usaría a su propia hija como receptáculo para su mente privilegiada… Por cierto, ¿está la doctora lista? —Preguntó, aparentemente al aire, antes de que a sus espaldas se presentara Anna, la asistente de la científica muerta.

—No, señor. Todavía necesitamos que la señorita Altair traiga lo que le pedimos para terminar el recipiente y devolver a Spirelli a la vida.
—Ya veo… ¿recordará su muerte? —La mujer asintió—. Habrá que preguntarle que se siente luego… ¿Y sobre los perpetuadores? ¿No podríamos haber sacado sus nombres de esa forma?  

—No podíamos negarnos a perder la información, pero…

—Lo sé, uno está ahora en buenas manos. Relajese señorita Anna. Acompañeme a ver el espectáculo.

Mientras tanto y, entre tanto caos, el ruido ha hecho que la bestia herida decida levantarse y mostrar los colmillos una vez más.

Helga, Shiro y Adam:
Keiran, Cass y Anna:
Napolean y Samvel:
Morgoth:
Velkan:
Tomoe:
Napolean
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Napolean
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Miér 27 Ene 2021 - 16:41}

Lo que hubo comenzado como un leve enfriamiento en su gemelo izquierdo, se había convertido en una sensación dolorosa y muy extraña. Sentía como la parte afectada le latía, y con cada latido se volvía más rígida; seguramente debido al poder que emanaba de la lanza del caballero. Ciertamente, tal y como había podido sentir, el metal que empleaban en aquella isla parecía presentar unas propiedades dignas de estudio, que le hacían tener ganas de saber cómo lo habían hecho. «Armas que congelan al contacto… ¡Sacre bleu! Podría sernos útil en el futuro», pensó, dando un taconazo hacia otro sobre el suelo para recuperar la sensibilidad de su extremidad. Lo más probable era que aquella sensación terminara pronto, dejándole solo una herida, cuyo dolor sería mitigado gracias a la adrenalina que recorría su hercúleo cuerpo.

Su taconeo parecía algún tipo de baile regional, con el que, sin querer, acabó pisando a uno de los dos soldados y aplastando algunas partes de su cuerpo. «Espero que le den una buena paguita», pensó Napo, poniendo los ojos en la lanza que había en el suelo. Guardó su revolver, se agachó para coger la lanza y la agrandó con su poder, volviéndola apta para su tamaño durante un instante.

Parfait —dijo, volviéndola a su estado inicial y colocándola con sus pertenencias, mientras contemplaba como dos soldados más, aparentemente los últimos de la comitiva de bienvenida, se acercaban a él.

Daban pasos lentos y seguros, como si estuvieran buscando una apertura con la que atacar con facilidad al viejo capitán de Mythil y ser sus jueces y verdugos. En sus miradas podía verse miedo y repulsión a partes iguales, como si en su interior fueran conscientes de que Alexander era un vil asesino, en lugar del adorador del pigcoteo que pretendía ser; aunque también sus gestos de pánico podrían haber surgido al ver como aplastaba los huesos de su compañero de varios pisotones, cabía esa posibilidad.

Sin embargo, eso da igual, y Alexander dio el primer paso. Se abalanzó sobre ellos, dejando caer el peso de su cuerpo sobre su pierna diestra, aquella que no tenía dolor alguno e hizo un barrido con su rifle, usándolo de mamporra. Trataría de lanzar una línea horizontal a la altura del torso de los humanos con rodas sus fuerzas, agrandando el rifle a su paso para abarcar más de sus diminutos cuerpos. «Mientras más abarques más daño haces», se dijo. Para luego, volver a darle un uso normal a su mosquete y disparar a muerte a los soldados. No podía dejarlos con vida para que siguieran incordiando.

Suspiró, y puso rumbo hacia la plaza, habiendo cambiado el rifle por la lanza, que agrandó de nuevo.  

«Poco a poco va parando el entumecimiento», se dijo.

Sin embargo, uno de los tripulantes del barco le alcanzó. Era un individuo gracioso y de nombre extraño, que solía canturrear alegremente cuando fregaba la cubierta. Su cuerpo estaba ligeramente tostado, por no decir quemado por el vivo fuego. No eran quemaduras muy graves, pero lo suficientemente como para dejarle una merca de por vida.

—Contramaestre —dijo, con voz entrecortada—. Un hombre de metal nos está masacrando. Necesitamos su ayuda.

¡Merde! —exclamó en voz alta, viendo como frente a él había un sujeto con habilidades extrañas que estaba haciéndole daño a la infantería ligera de la banda pirata a la que pertenecía—. ¿Es que uno no puede intentar convertir en rey a su capitán sin que estén molestándole? —preguntó retóricamente—. Alambrito, escúchame

—Puede llamarme Alan, señor —le interrumpió.

—Como sea —le replicó Napo—. Ve en línea recta hacia la plaza. No te entretengas y dile a Keiran lo siguiente…

Alexander le dijo con voz clara y firme lo que tenía que decirle al capitán. No era mucho, pero sí suficiente como par que el cánido de su jefe comenzara el plan que tan poco habían organizado y así comenzar a tomar ventaja en el caso que habían creado.

Inmediatamente después, agarró el cuerpo desfallecido de uno de los soldados, deshaciéndose de la armadura que recubría su torso con rapidez, y caminó hacia donde estaba el rubito de las llamas. No los separaba mucha distancia a paso de semigigante, pero cuando estuvo lo suficientemente cerca, lanzó el cuerpo del soldado con todas sus fuerzas sobre el sujeto, para luego lanzar con todas sus fuerzas la lanza y arrojarla también hacia él, de forma que el cuerpo le tapara la suficiente visibilidad como para que no la fuera a ver; después de todo, su fruta no solo agrandaba lo que tocaba, si no que también la velocidad de lo que era capaz de lanzar.

—¡Eh, vous ,monsieur! —exclamó en voz alta—. Le agradecería que dejara en paz a mes camarades, que tan solo están ganándose la vida humildemente.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Sáb 30 Ene 2021 - 17:51}

El sabueso alzó una ceja ante el tono de la princesa merciana, mirándola con una sonrisa torcida.

—No recuerdo haber escuchado quejas cuando quería hacer rodar cabezas en la plaza —puntualizó, soltando una breve pero sonora carcajada—. ¿Sabes, Cass? Creo que te puede más intentar guardar la compostura que seguir lo que realmente te interesa. ¿Dónde está ese hambre de caos del otro día? Te pega más.

Sonaba incoherente, pero estaba más que seguro de todo cuanto había visto durante la batalla por Astelia. Ese brillo voraz en los ojos de la subcapitana, hambrienta de destrucción. Que la malicia desbordaba por cada poro de su cuerpo no era ningún secreto, pero aquel instante parecía... distinto; como si hubiera dado un paso más hacia la piratería, alejándose de esos hábitos tan redimidos que tendía a mostrar. ¿Quién sabe? Tal vez con el tiempo dejara salir el palo que tenía metido en el culo.

Por el momento se limitaría a seguir a su segunda por los largos pasillos de palacio, contemplando que estos se encontraban particularmente poco vigilados. Cabía la posibilidad de que estuvieran tendiéndoles otra burda trampa, aunque dudaba que fueran a cometer el mismo error dos veces. ¿O sí? La verdad, no sabía qué esperar de gente tan inepta. En cualquier caso, parecía más probable que los guardias estuvieran lidiando con el caos que el grandullón verde estaba causando a lo largo y ancho del lugar, y es que se podían escuchar desde allí los gritos del servicio e incluso las pisadas apresuradas de los guardias que iban en su auxilio. Aquello, como había supuesto, jugaría a su favor para no tener que lidiar con más obstáculos antes de dar con la armería. Una vez allí, el pelirrojo le indicaría a los dos caballeros que quedaban que vigilasen los pasillos: si alguien trataba de detenerlos quería estar seguro de vérselo venir.
Tuvo que hacer un esfuerzo por aguantar las ganas de derribar aquella puerta de una patada, esperando a que su compañera diera con la llave adecuada antes de adentrarse en la estancia.

Soltó un silbido por la impresión.

—Pero mira qué de juguetes tienen aquí guardados. —Sus ojos recorrieron con rapidez el lugar, dando con que el sitio estaba repleto de armas y armaduras de todo tipo. Había más que de sobra para armar a todo su grupo, tal vez incluso a varios bastante más grandes.

Le hizo un gesto a los que no estaban vigilando para que les siguieran al interior y tomaran equipo tanto para ellos como para los dos caballeros que esperaban en el pasillo; él iba a estar demasiado ocupado buscando a Ocras. No tardó demasiado en dar con el voluminoso mandoble, y es que un arma así hacía de todo menos pasar desapercibida a la vista. Parecía intacta, por suerte para sus captores. ¿Que si eso iba a evitar que los desmembrara uno por uno? No, claro que no, pero tal vez hubiera buscado formas más crueles de quitarles la vida. La tomó por la vaina y se ajustó la correa para que quedara colgada a su espalda, su sitio habitual, antes de continuar echando un vistazo por la sala. El extraño brillo de las armas de aquellos guardias no había pasado desapercibido para él, así que quizá encontrasen otras con esas mismas características ahí. Claro está, él necesitaba algo más pesado que unas simples lanzas, así que agudizó la mirada para intentar dar con algo voluminoso; un martillo de guerra o una gran hacha podría hacer el apaño, siempre y cuando contasen con alguna propiedad interesante.

Diera con algo o no, tras unos minutos saldría al pasillo y esperaría a que el resto del grupo estuviera completamente equipado. Aún no habían tenido que lidiar con más guardias, pero prefería aplazar los enfrentamientos hasta volver a reunirse con su banda. Prudencia, le sonaba que lo llamaban.

—Vamos a abrirnos paso hasta la salida. Me encantaría ir a por Anthony directamente, pero aún tenemos que reunirnos con los demás. Alexander y el resto ya deberían haber irrumpido en la ciudad —aseguró, mirando a su segunda y después al resto—. Después nos cobraremos la revancha. Cassandra —clavó su mirada en la subcapitana—, ¿está muy lejos la salida?

Ella tenía el mapa, así que ella tendría que indicar la vía a seguir. Una vez estuviera todo decidido, se pondrían en marcha lo más directamente posible hacia el exterior. Cuanto antes dieran con los piratas antes podrían empezar a moverse.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Dom 31 Ene 2021 - 18:48}

Cassandra caminó con paso firme hasta la armería, sus tacones de obsidiana resonando cada vez que entraban en contacto con el suelo, haciéndola pensar que quizá para intrusiones en territorio enemigo necesitaba comprarse unas botas nuevas, que no hiciesen tanto ruido. Quizá algo elegante, pero con tacón de goma, donde podía esconder un filo en caso de emergencia y clavarle un puñal en la cara a alguien con una patada alta. Sonaba eficiente, al menos en su cabeza. Tendría que hablarlo con Rose cuando terminase todo aquello.

Pero por ahora seguía con sus botas de tacón ruidosas y no le quedaba otra que aguantarse y esperar que la distracción creada por el señor planta fuese suficiente para mantener a los guardias alejados de ellos durante unos minutos. Los gritos que procedían de la dirección opuesta, y el sonido metálico de las armaduras al correr los guardias para auxiliar al servicio le indicaban que, al menos, el grosso de la guardia estaría ocupada con otros asuntos mientras ellos asaltaban la armería. Además, algunos de los soldados que habían decidido seguir a Keiran tenían armaduras que hacían más ruido con cada movimiento del que sus tacones pudiesen generar. La princesa buscó las llaves en el otro bolsillo de su abrigo y las cogió antes de llegar a la puerta que debía ser, según el mapa, la armería, para proceder a probar cual llave abriría aquella cerradura en concreto, procurando probar las llaves con la mayor eficiencia y velocidad posible para ganar unos segundos de ventaja. A la cuarta llave, la cerradura cedió y la puerta de la armería se abrió sin problemas, por lo que la noble se apresuró a quitar la llave del cerrojo y volver a guardarse el manojo en el bolsillo, para luego.

La puerta abrió paso a una sala relativamente amplia, iluminada por unas cuantas ventanas alargadas que les permitían ver todo un repertorio de escudos, espadas, lanzas, espadones, arcos, flechas, ballestas, cuchillos, dagas, armaduras pesadas y menos pesadas... Había un poco de todo. Ya que Keiran se encargó de ordenar a los soldados lo que hacer, Cassandra se limitó a buscar a Firenze y Zeus con la mirada, deteniéndose en cada resplandor rojizo, en cada empuñadura dorada, hasta que finalmente encontró a sus queridas espadas metidas de cualquier manera en un barril con otras tantas, que la chica solo podía asumir serían armas de otros prisioneros. Fue entonces cuando soltó su espada "mágica", y la hizo desvanecerse con un chasquido de sus dedos, provocando que el arma desapareciese en un fogonazo de luz que probablemente cogió a más de uno desprevenido, similar al que lo convocaba pero ajeno a su cuerpo.

La princesa procedió a coger sus espadas y frotar las empuñaduras con la manga sucia del abrigo, en un vano intento por desinfectarlas de las sucias manos que las habían tocado. Estaba claro que toda ella necesitaba una limpieza profunda, y todo lo que llevaba encima también. Pero por ahora tendría que aguantarse. Al tiempo que revisaba que las fundas no habían sufrido daños y los filos seguían intactos, Cassandra se decidió a entablar conversación con Anna, con el tono autoritario que la caracterizaba.

—Dime, Anna... ¿De dónde vienes exactamente? ¿Cómo terminaste en aquella celda? ¿Cuánto tiempo llevas aquí? ¿Eres extranjera? Y, de ser así, ¿qué te ha traído a Hallstat? ¿Tienes alguna habilidad que pueda sernos útil? He visto que has adaptado las armas de los guardias a tus preferencias... ¿Estás entrenada en el arte del combate armado? ¿Son las dagas tu arma de preferencia, quizá? ¿Podrás defenderte por ti misma una vez hayamos salido de palacio? —interrogó, sin detenerse ni darle tiempo a responder—. No te voy a exigir que respondas a todas estas preguntas de golpe porque contamos con escaso tiempo para salir de aquí, y tampoco necesito que me cuentes la historia de tu vida, pero te las hago para que te vayas pensando las respuestas. Ten en cuenta que no te hemos sacado de esa celda por compasión, y que tampoco vamos a dedicar nuestro tiempo y esfuerzo a defenderte o cuidar de ti. Una vez salgamos de aquí, eres responsable de defender tu propia vida. Así que, si no te ves preparada para enfrentarte a lo que hay fuera —Cassandra enfundó ambas espadas en su cinturón y echó a caminar hacia el exterior de la armería, volviendo a revisar su mapa en busca de la ruta más directa, antes de volver a clavar la mirada en los ojos de la muchacha—, quizá sea mejor que te quedes aquí. Si decides seguir, no obstante, quedaré a la espera de tus respuestas.

A continuación, regresó su atención al mapa y se acercó a Keiran, que ya estaba dando órdenes de nuevo. Siguió los diferentes recorridos desde la armería hasta alguna de las salidas con el dedo para asegurarse de que escogía la ruta más adecuada, y terminó por esbozar una media sonrisa.

—Parece que la ruta más directa es salir por la puerta servicio, atravesando las cocinas. Sugiero apurar el paso y arremeter contra quien se ponga en nuestro camino, por efectividad —informó, guardándose de nuevo el mapa en el bolsillo ahora que había memorizado la ruta, y desenvainando a Firenze y Zeus antes de echar a caminar, con todos sus sentidos agudizados en un intento por escuchar venir las pesadas armaduras de los guardias.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Dom 31 Ene 2021 - 21:57}

Aquel hombre parecía estar tomándome el pelo o tenía unas intenciones extrañas hacia mi persona. Me llamó divertido y bonito, algo extraño dado que no había dicho nada fuera de la normalidad. El hombre siguió hablando con la cabeza apoyada en sus manos mientras se apoyaba con los codos en la mesa. Volví a mirar a la mesa dado que parecía que aquel hombre no tenía muchas intenciones de jugar.

De pronto, sacó de un bolsillo una ficha de juego, pero era extraña. Tenía un color dorado que no había visto cuando me enseñaron las monedas, como si aquella fuese especial y lo que le dejaba a él como alguien importante para el casino, algo que me imaginaba dado que había sido traído aquí por el camarero, quizás el jefe del lugar. Y sus siguientes palabras me lo confirmaron, el dueño del local. Miré a aquel hombre, y me levanté de la mesa. Hice una pequeña inclinación llevándome apoyando la palma de mi mano derecha en el pecho.

-Discúlpeme por mi atrevimiento – le dije mientras me inclinaba – No sabía que trataba con el gerente del salón. – añadí sentándome a la mesa nuevamente.

Tras esto dijo algo sobre la hora blanca. Miré hacia la puerta del salón y aunque cerrada y sin ventanas, pude ver claramente que fuera todo estaría completamente cubierto por la niebla que siembre descendía una vez al día. “Una hora, debemos aguantar una hora aquí sin llamar la atención demasiado” pensé. Le dirigí una sonrisa al señor Frapuchino.

-Jugando junto al gerente del salón, estoy seguro de que no habrá ningún problema. – le respondí amablemente. – Disculpe mi atrevimiento nuevamente, pero, y si no es indiscreción. ¿Cómo es que decidió abrir un local aquí? Por lo que tengo entendido están en una guerra civil y eso reduce mucho la posibilidad de jugadores que dejen dinero aquí. – Pregunté apostando una vez más al ochenta y dos.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 1 Feb 2021 - 2:02}

El muchacho al que le había lanzado el puño de oro sólido había esquivado el golpe de alguna manera. Aquella reacción, como si fuera un instinto salvaje, le había permitido el evitar ser golpeado. Sin embargo, el guarda junto a él no había corrido la misma suerte. Con un sonido hueco, el pobre diablo cayó al suelo. Bueno, tampoco me preocupaba. Total, se suponía que trabajaba para el nuevo tirano de la isla. Aunque quizás aquello... podría molestar a Antoine y a la mierda mi tapadera. Hmm... decisiones. De todas formas, aquel hombre me parecía muy raro. ¿Por qué andaba desnudo con solo una hoja tapándole la herramienta? Había visto cosas en el campo de batalla, pero esto era muy surrealista.

-¿Keiran? Me suena ese nombre... - Dije intentando hacer memoria cuando el sujeto me confundió con, aparentemente, uno de su tripulación o grupo.

Aparte de mi propia Wanted, había ojeado algunas más de forma aleatoria para formarme una idea de que piedras tenía en el camino. Pero no conseguía acordarme. El jinete desnudo llamó  a su caballo y se dispuso a seguir combatiendo con los guardias. Me caía bien ese chico, me recordaba a mí misma cuando me ponía modo "hacer lo que me dé la gana". Iba a volver a lanzar otro golpe, esta vez con dos puñetazos de oro a la vez. Sin embargo, algo andaba mal.

No habían venido más guardias y las calles se sentían muy solas para que un ataque se estuviera llevando a cabo. Aquello me daba mala espina, me recordaba a algo que pasó en el primer día. ¿Pero qué era? Algo sobre no sé que blanca. Por dentro, mi intuición me gritaba que no permaneciera en la calle más tiempo. Recordando mi objetivo principal, más que nada por la pasta y conseguir información,  decidí ir al casino antes de que pasara algo.

- Shiro, algo me dice que no es seguro quedarse en la calle a esta hora. Deberíamos ir al casino, aunque me lo estaba pasando bien con el amigo desnudo - Sonreí viendo como aquel muchacho que parecía una estatua de una escultura antigua, se empeñaba en seguir a lo suyo.

- Volveremos a vernos, seguramente - Dije saludando con la mano - Pero primero, he de hacer una cosa -

Si todo iba bien y mi instinto era falso, iría hasta el casino a ver si estaba ahí el tal Morgoth.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 1 Feb 2021 - 11:41}

Tch. Tenía que practicar más su manejo de armas no-pesadas. Era consciente de que era más torpe con armas "normales", pero no esperaba que su tiempo de reacción fuese tan diferente. Había debilitado una de las paredes, su objetivo "secundario" de aquella batalla. Tras atacar, Tomo envainó de nuevo su arma solo para ver como aquella mujer era más ágil de lo que parecía a simple vista. Había evadido el corte y la proyección, pero no había impedido que debilitara la estructura de parte del laboratorio.

«Creo que así será suficiente» pensó antes de volver a poner sus ojos sobre la mujer.

Escuchó los disparos. Que qué pretendía hacer ahí... A su mente vino el estado en el se encontró a Matheus, el estado en el que acabaron aquellos dos que se transformaron en moles híbridas de humano y planta, el estado del reino, cómo sus jóvenes tenían que vender droga para poder sobrevivir y ayudar a sus familias. Su Voluntad de mejorar el reino, aunque solo fuera un poquito, encendería el corazón de la revolucionaria.

Intentó con todo su corazón volver a sentir lo mismo que cuando su alma le salvó la vida protegiendo su cuerpo de aquel corte en el cuello. Un par de disparos no eran nada, nada de nada. Intentando llamar a la armadura que una vez salvó su vida para reducir los daños que pudiera comerse, Tomoe decidió priorizar la seguridad de su antebrazo, moviéndolo para evitar ese disparo más que nada. Si impactaba en su hombro o en cualquier otro lado que no fuera vital le daba igual, tener un brazo inutilizado ahora mismo significaría tener muy muy difícil sobrevivir.

Por otro lado, el de su muslo... trató de girarse para evadirlo, pero no estaba tan segura de poder evitarlo. Su poco uso de su ambición hacía bastante difícil concentrarse en las dos a la vez, la de predicción y la de defensa.

Recibiera o no el disparo del muslo, Tomoe mantendría el tipo. Con sus manos vacías hizo el gesto de sujetar una odachi y, entonces, la mujer pelirroja entendería por qué se hacía llamar revolucionaria. No podía arriesgarse demasiado con la katana, necesitaba algo más. Necesitaba algo que esa mujer no se esperaría. Necesitaba avivar y utilizar las justas llamas blancas de su corazón.

Sus manos se recubrieron de una capa blanca que parecía resplandecer. En sus ojos, como si representara el mismo instinto de la Armada Revolucionaria, dos llamas blancas se mostraron. Vivas, sin quemar, como el espíritu constructivo, no destructivo, que debería tener la Revolución. Acto seguido se formó una odachi etérea pero sólida entre sus manos, ya preparadas para el ataque. Esperaba que no la conociera de nada de verdad, solo había mostrado esa habilidad una vez, y en principio no habían quedado testigos.

Mi trabajo —dijo al ver que volvía a la carga.

Desenvainó de nuevo, esta vez con bastante más fuerza que con su último ataque. Aquello era el poder de su alma, un arma espiritual que representaba su tradición, su culto, su dignidad y su voluntad, el Alma de Bishamonten. La hoja, del tamaño estándar para una odachi -100cm de largo- se desenvainó de forma horizontal, de una forma bastante parecida a la de antes. La principal diferencia estaba en el alcance. Con una hoja el doble de larga alcanzaría el doble de distancia y, aunque por norma general no la usaba en interiores por motivos obvios, ya había debilitado una de las paredes. La otra diferencia estaba en la fuerza bruta que utilizó, más alta con esa nueva hoja que con la katana de antes.

Si se había incorporado ya, el corte debería llegarle más o menos a la altura de la cintura. Al contrario que esa mujer, Tomoe no tenía muchas opciones no-letales. Como antes, descargó una proyección de su corte que cargaría la misma fuerza durante los primeros diez metros. Si la pared se había dañado con su corte más débil, esta vez buscaría echar abajo ella misma el laboratorio, empezando por esa pared.

Necesitaba espacio, y el pasillo se le había hecho pequeño.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 1 Feb 2021 - 22:11}

Los criminales, recelosos del fuego, comenzaron a retirarse, y aún así consiguieron lanzar un cuchillo que alcanzó de pleno la espalda de uno de los niños, matándolo en el acto. El resto de criminales se reían, se burlaban o hacían ambas cosas, de forma despectiva, menospreciando las sinceras palabras del cyborg.

¿Por qué...? —alcanzó a decir, estupefacto—. ¿Por qué hacéis esto? Ese niño... ese niño pequeño... no os había hecho nada.

Sam sintió como si todo el peso del mundo cayera sobre sus hombros. Sintió impotencia, junto con la frustración que conlleva, y a la vez sintió rabia. Querer proteger a los demás mientras los veía morir enfrente suyo sin poder evitarlo le resultaba devastador, sobre todo cuando se trataba de un niño pequeño que se encontraba en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Levantó la vista y observó a aquellos hombres, criminales consumados con ansias de matar y saquear. Bestias inmundas que harían lo que fueran por unos pocos berries, sin escrúpulos, capaces de traicionar a sus madres si con ello sacaban algún beneficio. Y aún así, Sam siempre se encontraba dispuesto a perdonarlos, ofrecerles una segunda oportunidad, y ayudarles a retomar sus vidas por el sendero de la honradez y la rectitud. Pero nunca nadie se redimía. Y aquellas burlas no eran nada comparado a otras ocasiones. ¿Por qué se esforzaba tanto por lo demás?

Me alegra saber que todavía queda gente con sentido co... —empezó a decir cuando aquel hombre acercó, extendiendo la mano. Un pequeño rayo de esperanza iluminó el rostro del joven cazador, pero la sombra del cuchillo acabó con toda ilusión.

El hombre tiró con fuerza de él e intentó clavarle el acero. La punta de la navaja se rompió al impactar con el brazo metálico de Sam. De haberse tratado de otra persona, podría haberle causado un profunda herida, pero hacía falta algo más para romper su cuerpo de robot.

Y aquello fue la gota que colmó el vaso. Aquella traición, aunque nimia e imprevisible, fue lo que le hizo enfadar de verdad. Tenía que aprender que existían personas que no cambiaban nunca, y que esas personas no merecían piedad. Y mucho menos una segunda oportunidad. Por primera vez en mucho tiempo, sin pararse a pensar, se dejó llevar por sus sentimientos más profundos, y asestó un poderoso golpe con toda su fuerza con el que descargó el peso de su cuerpo en la cara de aquel hombre. Se llevó la mano a la funda de la pistola, cogió el arma, y con ella apuntó a los criminales.

Primero disparó a la rodilla del vil traidor, incapacitándolo por una buena temporada. Después vació el cargador sobre el resto de sus compañeros, siempre apuntando a zonas no vitales. Seguía sin creer que se merecieran la muerte, pero debía hacerse respetar, y la única palabra que aquellos rufianes entendían era la violencia.

¡¿Y tú qué quieres?! —preguntó airado. Observó un cuerpo volando hacia él, a lo que reaccionó usando sus partes cyborg para dar un gran salto hacia un lado, evadiendo el cuerpo. En mitad del aire observó como una gigantesca lanza atravesó la carne, destrozando los huesos y desgarrando los músculos. Una lluvia de sangre inundó la zona, manchando su ropa. «Por el mismísimo Vegapunk, espero que no estuviera vivo» llegó a pensar.

Tras la conmoción de ver los efectos de aquel ataque que iba destinado hacia él, pudo observar su origen: aquel hombre gigantesco que hacía poco estaba luchando contra los guardias. Aquello lo explicaba todo; le había visto agrandar un cañón durante su pelea, así que, por algún extraño motivo, podía agrandar cosas. ¿Usuario de las frutas del diablo? Era posible. Pero si era así, le volvía un enemigo temible.

¡¿Tus camaradas?! —preguntó, exaltado, tras entender las palabras ocultas en aquel extraño acento— Esos amigos tuyos están matando a placer a diestro y siniestro. Y no lo voy a permitir, al igual que no pienso permitir que sigas atemorizando la ciudad. ¡Mientras yo esté aquí, haré lo posible para que rufianes de tu calaña acaben pudriéndose en los calabozos más fríos y oscuros del castillo!

Alzó el arma y disparó dos balas, dirigidas a su brazo derecho. Con lo grande que era, solo una no le haría demasiado daño, pero dos balas bien disparadas podrían llegar a inmovilizar su brazo dominante, reduciendo potencialmente el peligro. Además, activó nuevamente los propulsores implantados en las plantas de sus pies a la vez que desenfundaba la porra eléctrica y voló directo a su cara, buscando atizarle un golpe certero en la mandíbula que le dejara grogui. Así se haría respetar.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 1 Feb 2021 - 23:07}

Intento hacer un apaño, apretando las correas de los guanteletes para que se mantengan medianamente firmes. Las armaduras pesadas nunca han sido mi estilo, basta mirarme para darse cuenta por qué, pero algo de protección adicional siempre está bien. Si por alguna razón debo defenderme con el antebrazo, mejor que se rompa el hueso a perder la extremidad completa. Si no consigo hacer este hábil arreglo con mis diestras manos, dejaré las piezas de metal en este lugar y marcharé. Tampoco puedo perder eternamente el tiempo.

Ahora mismo, mientras camino con esta gente escandalosa y genocida, me cuestiono qué debería hacer. El vagabundo tiene un objetivo más o menos claro y puedo oler lo peligroso que es. Mi misión en el mundo exterior es hallar información sobre el Ejército Revolucionario, no unirme a una estúpida guerra que ni siquiera entiendo ni me interesa entender. Sin embargo, tampoco puedo negar que, por el momento, este grupo funciona como un escudo perfecto. Si las cosas se vuelven aún más peligrosas, puedo escapar y usarlos como distracción. Quizás no soy tan fuerte como el escupe-fuego o la señora-espadas-de-luz, pero soy ágil y silenciosa. No tendría problemas en esconderme y luego echar corriendo de Hallstat.

Una vez en la armería sonrío cuando encuentro el traje de cuervo que he estado usando para esconder mis crímenes. Al parecer, el Gobierno Mundial, una especie de país-potencia hiper poderosa, coloca recompensas exageradas por las cabezas de la gente que se porta mal. A mí no me interesa llevarme mal con algo que puede borrar mi existencia con un solo suspiro. Me acomodo las prendas e intento adaptarlas a mi nueva e improvisada armadura, recojo unas cuantas armas (cuchillos arrojadizos sobre todo) y busco artefactos útiles como, por ejemplo, bombas incendiarias y bombas de humo. Sería maravilloso encontrar una buena dosis de veneno, pero esto no es la habitación de los deseos.

Me estoy poniendo la capa del traje cuando escucho una salva de preguntas. Espera, señora escándalos, ¿no puedes ir más lento? Igual debió haberme hecho estas preguntas cuando abrió mi celda y no ahora cuando no me sobran las opciones. Como sea, este es un momento importante para mí. Puedo continuar cuidando mi fachada de niña inútil, o demostrar alguna habilidad decente para que esta gente decida confiar un poco más en mí. Es un momento importante porque ahora mismo yo decido cuánta información entregarle a esta gente, y todo ser mínimamente listo sabe que la información es poder.

—Soy del North Blue, pero sucedieron cosas y terminé en Hallstat. Un guardia me confundió con el enemigo y terminé en esa celda —respondo, acercándome a la espadachina para que me oiga bien. Hablo casi en un susurro, pero procuro que ella pueda escucharme—. Mira, no soy ninguna princesita que espera a ser salvada. No necesito la ayuda de nadie, puedo sobrevivir por mi cuenta.

La señora escándalos no necesita saber que mis padres me cambiaron por tres cachos de pan ni que crecí en un orfanato a punta de latigazos. No necesita saber que soy una inquisidora preparada para exterminar cualquier cosa que amenace a la Iglesia de Yhardum. No necesita saber que fui traicionada y sentenciada a muerte. No, no necesita saber nada de mí salvo lo que yo crea conveniente contarle.

—Caminar a ciegas nunca es buena idea. Puedo explorar y darles información sobre las posiciones de los soldados —le propongo a la señora escándalos, esperando encontrar un DDM en esta habitación—. Si les mantengo informados podrán decidir cuándo y dónde pelear. A veces es mejor rodear un muro que echarlo abajo a puñetazos. Sólo necesito un número de contacto.

En caso de que decidan aceptar mi propuesta, tomaré la delantera (algo que definitivamente no me gusta hacer) y aprovecharé las sombras de la prisión. Todo está oscuro y, por fortuna para nuestro equipo, puedo ver bien en la oscuridad. Me mantendré pendiente de los sonidos. Si los soldados llevan armaduras, podré dar un rápido aviso a mi equipo. Y, si bien esta estrategia no funcionará de maravillas en un lugar tan cerrado como este, nos ayudará una vez estemos fuera. Si me usan correctamente, los conduciré por los caminos más seguros y, si las peleas son inevitables, me aseguraré de estar preparados y tender trampas.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Mar 2 Feb 2021 - 1:50}

Me parecia extremadamante raro la escena que estaba apreciando con un hombre parcialmente desnudo que a penas tenia algo que cubrirse sus partes bajas como tambien el que estuviese haciendo ese pequeño espectaculo con Helga y los guardias que claramente me hacia pensar que habia sido muy mala idea de que salieramos de la taberna, y no irnos directamente al casino. Mas cuando note que los guardias estaban demasiado distraidos para ver que diablos pasaba en la tarima, note que el lugar en particular realmente estaba vacio y tan solo me hizo sentir algo incomodo por que no habiamos podido obtener nada realmente fructifero de ese tipo de salida.

Mas al escuchar las palabras de Helga y notar aquel detalle tan solo suspire de lado - Me parece correcto mi Lady, no hay ni un alma cerca y ein el palestre no hay nada ni nadie interesante que podamos sacar y ... Iugh no sabia que tenias ese tipo de gustos - digo pasando mis manos por mi nuca habiendo hecho una expresion de desagrado, no porque me parecia feo aquel joven hombre sino que el grado de excibicionimo me hacia recordar demasiado al okama que me habia entrenado en el arte del combate, y con ello, acompañe a la pelirroja hacia los casinos antes de que nos atrapara esa hora rara donde no se veia nada mas que una neblina blanca.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Miér 3 Feb 2021 - 0:11}

Normas del capítulo:


  • Se moderará los martes entre las 22:00 y las 23:59.
  • No se puede postear los martes antes de la moderación.
  • Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
  • Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
  • A más riesgo, más premio.
  • Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
  • Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
  • Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
  • Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
  • Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
  • La ley del plot no es a prueba de idiotas.


Moderación:

La niebla empieza a cubrirlo todo de golpe. El ruido parece mitigarse con la caída súbita del espeso manto blanco. Es difícil caminar sin perderse o golpearse siquiera con la farola que tenías cinco segundos atrás a dos palmos de la cara. Tan solo alguien que conociera de memoria el camino por el que anda o tuviera sus otros sentidos desarrollados al nivel de una bestia sería capaz de orientarse si se encuentra fuera.

Las cámaras comunes tampoco sirven y las infrarrojas tendrán dificultades de todos modos para diferenciar algo, distorsionada la temperatura por la húmeda película que lo envuelve todo. Parece que hasta el hombre que se encontraba observando cómodamente desde el Zeppelin se le ha acabado el entretenimiento con las calles, quedándole solo los interiores: Los casinos no mostraban nada especialmente interesante, aunque no pudo evitar dibujar un gesto de sorpresa al ver a Frapuccino —uno de los escasos hombres en los que Altair confiaba—, hablando con un hombre de cabellos castaños. No le veía la cara, pero supuso que esa pieza iba a acabar entrando en juego de alguna forma para la subordinada de su amante, quien parecía estar tardando más de la cuenta en tratar con aquella pequeña peste revolucionaria, por cierto.

—Es como un bestia que no sabe que está mal jugar con la comida —dijo para sí mismo, observando de nuevo los pasillos del palacio. Las celdas estaban vacías, eso podía ser interesante. ¡Oh! Habían conseguido llegar a la armería y ahora pudo confirmar sus sospechas. Esas llaves no habían podido llegar solas a sus manos—. ¿Qué hacer? ¿Qué hacer? ¿Debería mandar a alguien? Avisar a Anthony de lo de las llaves podría causar problemas a la princesita… O no. Tal vez ejecute a todos en el castillo salvo a ella… Hmmm… Oh, pero van hacia la salida. Supongo que habrá que alargar la diversión un rato más, si se van me perderé la segunda parte a este ritmo. —La elegante mano no tardó en buscar su caracolófono, descolgar y llamar al número de su… “asociado”.

Por otra parte, en las calles de Astelia la calma parece inundar todo durante unos escasos cinco minutos. En algún lugar de la ciudad el filo de una espada se ve reflejando la luz en la escasa penumbra del umbral. Su portadora parece sonreír con el brillo de esta. No va a esperar más. Sus hombres y las bestias que prometieron lealtad se preparan para ir con ella. Son un grupo pequeño pero poderoso que cuentan con la ventaja del olfato animal y la percepción de la cabecilla del grupo. Los lobos se dividen para cumplir su labor y su objetivo aprovechando los estragos que llegan sucediéndose en la ciudad durante casi una hora ya. Saben que los guardias han roto sus filas y pasaran desapercibidos. Mientras el grupo principal se encamina hacia el castillo, resonando el metal de sus armaduras y las zarpas sobre la piedra, el otro pone sus ojos en el extraño edificio blanco, ajeno a lo que es el aspecto rustico de la ciudad.

Las calles se llenan de escalofriantes aullidos. ¿Será que la niebla viene a devoraros?

Helga, Shiro, Morgoth:
Keiran, Cassandra y Anna:

Napolean y Samvel:
Adam:
Velkan:

Tomoe:
Napolean
Marinero
Napolean
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Sáb 6 Feb 2021 - 12:02}

La movilidad de aquel individuo de brazos ardientes era memorable, aunque Alexander no se sorprendió para nada. Era un hecho que mientras más pequeño fuera un ser vivo, independientemente de si era un insecto, un animal o un triste humano, era más escurridizo y difícil de atrapar. Pero que fuera complicado, no implicaba que fuera a ser imposible.

¡Sacre bleu! —exclamó Alexander—. ¿Mes amies? No, no, no, no… Se podría decir, señor, que nuestra relación es estrictamente profesional. Personalmente me importa un comino que les ocurra, pero no creo que mi superior opine de esa forma, así que me toca protegerlos si un abusón con tú decide atacarlos de esa forma tan deshonorable.

De pronto, sacó un arma de fuego y disparó dos veces. La posición del brazo de su contrincante, el ángulo que parecía estar buscando y la distancia que los separaba, fue suficiente para Alexander como para intuir que estaba buscando su flanco más diestro. Es por eso, que dejó caer su peso sobre su otro lado y dio un pequeño salto, con el que esquivó parcialmente el ataque, pues una de las balas rozó su hombro haciéndole un rasguño que picó como la picadura de un insecto.

Mientras tanto, el ambiente en la ciudad estaba cambiando súbitamente. Una espesa niebla comenzó a emerger a su alrededor, imposibilitando varias de sus habilidades de combate como tirador. Primero pensó que era cosa de aquel hombrecillo, pero entonces sintió una presión sobre su cuerpo que procedía de todas partes, como si una jauría de fieras quisiera acabar con su vida, así que lo descartó. Apenas era capaz de ver nada más allá de sus narices, sin embargo, aunque para muchos fuera une salope, a Alexander tan solo le hizo surgir una sonrisa, que se desdibujó al pensar en Adam.

«¿Dónde coño se habrá metido el salvaje?», pensó durante un instante, mientras centraba sus sentidos en el sujeto que hacía unos segundos estaba frente a él.

Era capaz de sentir, no con mucha claridad, su presencia. No estaba seguro de que fuera la suya, pero hasta hace poco tan solo estaba él, así que tendría que dejarse convencer de que era él. Fue capaz de escuchar como algo se movía a gran velocidad hacia él, era como una especie de cohete que se le acercaba con firmeza. Disparar no era una opción, así que tenía que optar por un combate en distancias cortas. Se puso en guardia, centrándose en sus oídos, elevando los brazos para cubrir con las manos su rostro y los costados con sus codos, y flexionando sus piernas un poco. Entonces los escuchó, como algo parecía agitar el viento aún con más fuerza también por la derecha.

«Trois, deux, un…»

Alexander separó su brazo de la cara, sintiendo un calambrazo en su antebrazo que se propagó por todo el brazo y parte de su rostro, que quedó paralizada y algo caída. Aunque eso no le impidió usar su mano buena para tratar de agarrar por alguna parte a su oponente, girar sobre sí mismo y lanzarlo hacia el frente para que se perdiera entre la niebla y así poder buscar a Adam.

«¡Oh, mon dieu! ¡No siento el braso!», pensó.

De nuevo usaría su haki, tratando de sentir a alguno de sus compañeros e ir con ellos. En el caso de que no consiga enviar lejos al sujeto raro —Samvuel—, continuaría el combate.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Dom 7 Feb 2021 - 10:45}

Con las balas no llegó a hacer gran cosa; el pirata actuó con presteza para alguien de su tamaño, recibiendo únicamente un rasguño. Sin embargo, aquello no detuvo a Samvel, quién se lanzó de cabeza a un combate cuerpo a cuerpo, buscando inmovilizar al gigantesco hombre a base de calambrazos. En cuanto se acercó a él, le propinó un fuerte golpe con la porra eléctrica, pero mostró ser tan fuerte como parecía, sobreponiéndose al ataque y contraatacando.

Se encontraba en el aire, a la suficiente altura como para no tocar el suelo, incapaz de maniobrar. Su enemigo aprovechó la ocasión y agarró su brazo. Casi sin darse cuenta, comenzó a girar. Una, dos, tres... Perdió la cuenta de los giros. Hubo un momento en que llegó a sentirse mareado. Fue lanzado con más fuerza de la que esperaba, rebotando sobre el suelo como una piedra bien lanzada sobre el mar, provocando el chirrido del acero sobre la piedra.

Cuando Sam se recompuso, la misma niebla blanca que había observado en su primer día en Hallstat le había engullido por completo. Sin poder hacer uso de su sentido de la vista, se puso en guardia, esperando un ataque enemigo. Aguardó lo suficiente como para darse cuenta de que estaba solo. ¿El pirata había escapado? ¿Y qué había sido de sus compañeros? Empezaba a encontrarse perdido, sin un objetivo claro. Se había desviado de su camino para detener la amenaza que asolaba la ciudad, pero... ¿Seguiría siendo una amenaza con la niebla? En aquel no momento Samvel no estaba seguro de nada, salvo de una cosa: el asalto enemigo se había detenido, seguramente gracias a las condiciones atmosféricas, y él tenía una misión que cumplir.

Caminando a tientas con los brazos extendidos, con cuidado de no tropezar con piedras en el camino, adoquines sueltos y demás obstáculos, buscó una pared, un muro o algo que le ayudara a orientarse ligeramente, o al menos, a andar en alguna dirección sin temor a caminar en círculos. No sabía qué se encontraría, y aquellos aullidos resultaban más escalofriantes de lo que le gustaría, pero seguía cejado en su empeño de encontrar una forja y prepararse para lo que se iba a avecinar. Al fin y al cabo, había una ciudad que salvar.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 0:55}

-Bueno, tengo una educación de primera, aunque siempre que estaba mi padre delante no lo demostré – Le confesé al ver su apuesta. – Bueno, no considero los orígenes de alguien algo relevante para lo que ha logrado, no todos los hijos de padres poderosos e influentes consiguen ser ni la sombra de estos y hay gente que ha nacido en la pobreza absoluta y ha conseguido cosas impresionantes. – di mi opinión al ver como el croupier lanzaba la bola – La verdad es que una guerra no es que enriquezca a la isla. Vendrá menos gente y todo irá a peor hasta que termine.

La conversación me estaba distrayendo de la mesa y no me di cuenta de que el regente del local había ganado la apuesta esta vez. “es una mesa bastante buena, dado que la casa apenas ha conseguido beneficios” pensé poniendo un par de monedas en el negro. Mientras Frapuchino hizo su apuesta. Volvió a hablar de los negocios, esta vez los que había cuando abrieron aquel local él y la tal Altair.

-Bueno, la verdad es que venía a hacer turismo a la isla, aunque como intuirá no sabía nada de esta guerra. Craso error el no haberme informado bien con anterioridad dada la situación. Mi estancia en esta ciudad se ha visto incrementada en días. Salir es peligroso porque se intuye la guerra que está en ciernes y no creo que tarde en estallar si no lo ha hecho ya mientras hablamos. – Conté mientras veía la bola girar. – En estos días busco evadirme de esta situación y cada día me muevo por sitios diferentes, conociendo jovencitas diferentes que me ayuden a ello o jugando en sitios que de casualidad estén abiertos, como este. Por cierto, ¿Su superior tiene solo este tipo de negocios? Lo pregunto por si me los encuentro en otras islas o si puedo probar por mi cuenta o para algún conocido algún otro ocio que pueda ofrecer.

Hablé lo más casual que pude. Por fin creía haber conseguido algo de información que podía ser de interés, aunque debería de esperar un buen rato para poder comunicársela a mis compañeras, a las que les eché un vistazo rápido cuando mencione el buscar jovencitas todos los días. Intentaba aparentar ser el típico chico rico que no sabe en que gastar el dinero de la familia. Básicamente en mujeres, en vicios y en juegos diseñados para perder dinero y no ganarlo.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 2:44}

Realmente mi instinto me sorprendía a veces, no pensaba que fuera a pasar nada. Pero nada más llegar a la puerta del casino, la niebla lo cubrió todo y no se veía absolutamente nada. Aquello me dio mala vibra y más cuando se escucharon unos aullidos en la lejanía. Abrí la puerta del casino y fue entonces cuando me dio el mono. Descubrí algo tan maravilloso que me hacía sentir como si me hubiera tomado la mejor de las drogas. Una sensación de calidez arrasaba mi cuerpo y mi cabeza daba vueltas al ver las mesas de juego. Ruletas y Blackjack. Sabía poco de como jugar, pero me sentía completamente atraída. Habían algunas personas jugando. Pero en ese momento, el encontrar a mi objetivo por el paripé me dejó de importar. Una vocecita en mi cabeza comenzó a retumbar y solo decía una cosa: juega, juega, apuesta, juega. Sentía un cosquilleo en las manos. Rápidamente, pedí al camarero que me diera fichas.

Si él no me las daba, iría corriendo a la mesa más cercana a mí para pedírselas al crupier. El dinero que llevaba encima me quemaba. Tenía grandes deseos de gastar y sentir el maldito subidón de las apuestas. Me daba igual ganar o perder, todo era por el instinto. El sonido de la bolita en la ruleta, clang, clang. Era jodidamente hipnótico. No podía aguantar más. Iba a apostar.

- ¡Apuesto al 23 rojo! - Grité ansiosa. Si no ganaba, seguiría apostando cambiando el color al número 2 negro.

Ignoraba si el tal Morgoth se encontraba en la sala. Todo dependería de mi compañero, pues mi espíritu se había quebrado por culpa del demonio del juego. O Shiro me sacaba de ahí o me lo gastaría todo. Pero era mejor acabar el trabajo. Total, sería más dinero para apostar. El sonido de las cartas mezclándose y otra vez, el retumbar de la bolita. Cling, cling. No podía parar. Quería más emoción. Era como comer la más deliciosas de las comidas y querer repetir una y otra vez.

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Tomoe Asai-Asakura
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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 14:07}

De alguna forma su cuerpo había resistido bien los disparos y su ataque había logrado derribar parte de la estructura del edificio. Ahora sí tenía espacio para moverse a gusto incluso con su odachi. Por otra parte, la pelirroja lo había vuelto a evitar pero lo había hecho de una forma algo extraña. Había sido demasiado precisa

«Huh, serán imaginaciones mías, pero parecía que estaba... ¿puede ser?»

Se agachó sin pensarlo demasiado, evitando un nuevo ataque de aquella mujer extraña. Por otra parte, ¿cómo había llegado a su espalda tan rápido?La cabeza de la revolucionaria trabajó un poco más y, aunque eran solo conjeturas, veía algo extraño en la forma de atacar y de moverse que tenía. Se movió hacia delante para crear distancia de nuevo entre ella y la pelirroja, levantándose luego mientras envainaba su arma etérea.

Desde que llegué a la ciudad solo he matado a una criatura humana-vegetal que creó un hombre con una especie de... aceite, eso es obra de tu querida científica, ¿verdad? —no iba a revelar sus órdenes, pero éstas no incluían matar a nadie. Solo se había librado hasta ahora de las amenazas hacia su propia integridad. Miró entonces a su alrededor. Todo lleno de jaulas vacías que, asociándolo a las cápsulas vacías de antes lo único que conseguían era empezar a encender las llamas de su alma. Cómo podían... cómo podían jugar así con vidas humanas, cómo podían encerrar a seres vivos en esas jaulas para sus experimentos, ¿no se les revolvían las tripas ni un poquito?. Sentía verdaderas ganas de echar abajo el edificio a tajos, de imponer más aún el poder de su alma, de llevar a cabo la justicia que los marines parecían ser incapaces de traer a Hallstat.

El experimento... ¿tendría algo que ver con aquellas dos bestias? ¿y se enfadaba porque alguien hubiera matado a esa científica? Enfadada debía estar la revolucionaria, que se veía incapaz de detener
No he sido yo, pero viendo el daño que habéis hecho al pueblo de Hallstat y las criaturas horrorosas que he visto... no habría dudado de tenerla delante. Transformar a gente en esas cosas, obligar a niños a vender droga y apalearlos cuando no cumplen... sois abominaciones incluso para ser criminales, merecéis el peor de los destinos —no la subestimaba, pero su enfado era demasiado sincero como para contener sus palabras. Si no lo lograba ella daba igual, pensaba llevar toda esa información a sus superiores. El éxito de los usurpadores del trono era algo temporal. Si sobrevivía pensaba presionar a la Armada para asaltar y liberar Hallstat.
Aún si es imposible debo... debo deteneros. Se lo debo. Os detendré, conseguiré vuestras fórmulas y pondré fin a los daños que habéis causado. Haré que nadie tenga que relacionarse con vuestras drogas para sobrevivir —volvió a recordar al chaval, a todos aquellos que, como él, se veían obligados a traficar para sobrevivir. No podía fallarles, no podía permitírselo. En sus manos estaba hacer que pudieran tener una vida digna sin tener que vivir a base de drogas y palizas.

Su corazón, lleno de justicia e ideales, seguía ardiendo, pero aún no era suficiente para despertar por completo. Había encendido la chispa, pero aún faltaba combustible. Faltaba combustible para despertar el alma de conquistadora que tenía dentro.

Había repetido dos veces el mismo ataque y lo había esquivado de una forma muy extraña. Esta vez probaría algo ligeramente distinto, tenía que aprovechar ahora que aún duraba su hoja etérea. Bajó el brazo que sostenía la espada completa, agarró la empuñadura con firmeza y, siguiendo sus extraños rituales, susurró el nombre completo de su movimiento para darle algo más de... fuerza moral, por decirlo de alguna forma. Flexionó las rodillas, esta vez estaba fuera del alcance de su hoja, pero su intención no era realmente dañarla. No sabía qué estaba buscando pero si se negaba a darle cualquier tipo de información... entonces su única opción era reducir el edificio a escombros y buscar ella misma. Cosa que, por cierto, haría con mucho gusto.

Shirotsukiryū... Mikazukichiku —al pronunciar la habilidad, desenvainó con fuerza para realizar un tajo vertical ascendente que descargaría, de nuevo y a riesgo de estar siendo demasiado repetitiva, una onda cortante que viajaría de frente pero en un ángulo que la haría subir. Si la pelirroja no se movía, el tajo le llegaría desde la cintura hasta la cabeza más o menos. El peligro no era tanto el corte, si no la posibilidad de derrumbar el techo sobre la mujer.

«Hay algo raro en cómo se mueve, puede que así descubra algo más» pensó.

Su espada y las llamas de sus ojos se disiparon tras su ataque, y ahora tocaba echar mano de la odachi que tenía en su espalda, pegaba igual de fuerte pero impresionaba menos.

¿Aullidos? ¿Es que había lobos invadiendo la ciudad ahora?

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 18:04}

La Pendragon esperó lo suficiente para asegurarse de que todos estaban armados, antes de tomar la decisión de escoger la ruta que los llevaría hacia las cocinas y la salida lateral del servicio, ya que parecía más fácil y seguro salir por allí que atravesar la puerta principal probablemente vigilada por más soldados con armaduras extrañas.
Por su parte, Anna le había respondido exactamente a lo que ella había preguntado, ni más, ni menos, lo que se había ganado un ligero aumento en la aprobación de la noble hacia la pequeña mugrienta.Y no solamente había respondido de manera sucinta a sus preguntas, sino que había propuesto un plan que no implicaba lanzarse de cabeza hacia el enemigo —como el 99% de los planes del capitán— y demostraba iniciativa, experiencia e inteligencia. Quizá aquella niña podía ser una adición extremadamente útil a la banda pirata, especialmente si tendía a metodologías más similares a las de Cassandra. La sutileza, en los Ravenous Hound, solía brillar por su ausencia, y no era por el esfuerzo de la subcapitana por pararse a pensar las cosas antes de actuar.

—No suena a mal plan, pero no tenemos otro DDM, así que no podemos llevarlo a cabo. Al menos era una opción más inteligente que la de...  —carraspeó y bajó el tono de voz— el bruto pelirrojo que nos lidera —terminó por susurrar, casi esperando a que Keiran la escuchase y se enfadase de nuevo. Tocarle la moral al capitán se había convertido en su pasatiempo favorito, después de todo.

Tras aquel comentario, se dirigiría espada en mano de vuelta al pasillo, y lideraría al grupo hasta la entrada de las cocinas, sin toparse con ningún soldado por el camino. Aquello era extremadamente extraño. A aquellas alturas, teniendo en cuenta los ataques aleatorios del señor planta que les habían servido como distracción, los soldados de palacio debían saber ya que los prisioneros habían escapado. Y, sin embargo, no se escuchaba ningún paso metálico en su dirección, ningún sonido de armadura moviéndose a toda prisa de aquí para allá.
El palacio estaba completamente en silencio. Y aquello solo le producía desconfianza.
Cassandra se guardó el mapa en el bolsillo, sabiendo ya por donde tenía que ir, y desenvainó a Zeus para acompañar a Firenze con su otra mano, agudizando los sentidos, con el cuerpo en tensión, esperando un ataque por sorpresa en cualquier momento.
Pero el ataque no llegó, y la noble ya estaba empezando a despotricar de nuevo de Hallstat en su cabeza mientras abría la puerta de la cocina, cuando lo vio.

Un tipo de grandes dimensiones, vestido con armadura pesada, apostado frente a la puerta que llevaba al exterior, arrastrando al señor planta como si pesase menos que una hoja de papel, para luego tirarlo directamente en su dirección.
La princesa calculó que el cuerpo del hombre se dirigía directamente hacia ella y le daría de lleno, por lo que tiró del soldado a su derecha e intercambió su posición con él, empujándolo hacia el proyectil humano y obligándolo a impactar con este. El soldado salió despedido unos metros y chocó contra la pared del pasillo con un sonoro crujido, el cuerpo del hombre-planta aterrizando sobre él.

A Cassandra casi se le cayeron las espadas por hacer semejante maniobra, y ahora estaba sujetándolas de nuevo con más fuerza, activando los mecanismos ocultos de ambas para envolverlas en llamas y electricidad y calculando mentalmente la desproporcionada fuerza que debía tener aquel tipo, en base al lanzamiento del cuerpo. Keiran ya estaba lanzándose directamente a por él, por lo que Cassandra se encargó de ordenar a los soldados que quedaban en pie.

—¡Tras esa puerta está nuestra libertad, muchachos! ¡Solo tenemos que quitarnos a este tipo de en medio! ¡Pero no os metáis en el camino de Keiran! O acabaréis probando su acero —les dijo, a modo de orden y advertencia.

A continuación, aprovechando el ataque de Keiran, Cassandra intentaría deslizarse por un costado del hombre armado y buscar un trozo de cuerpo descubierto para hacerle probar el sabor del fuego y la electricidad de sus espadas, evitando en todo caso meterse en la trayectoria del capitán para evitar sufrir daños colaterales.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 20:07}

Su búsqueda dio resultados mucho más prometedores de los que esperaba y es que allí, en mitad del polvo y el abandono, encontró un premio que se aseguraría de atesorar y emplear a conveniencia. El tamaño de aquel arma era similar al de Ocras, casi igualando el suyo propio, con la diferencia de que esta vez no era un mandoble lo que empuñaba sino un hacha de guerra. Una que, debía reconocer, le resultaba excesivamente bella. Casi pudo sentir la agonía que podría desatar con ella en el momento mismo de tocarla, afianzando su agarre en torno al mango, viéndose incapaz de apartar su ambarina mirada de la temible y oscura que adornaba la cabeza del arma. Tampoco pasó desapercibido el extraño fulgor que la recorría, ni fue ajeno al horror que le inspiraba lo que debía ser el pasado de aquella reliquia.

«Sería un desperdicio abandonarla aquí, a su suerte», se dijo, antes de adoptarla para sí y hacer algunos movimientos con ella para comprobar su balance, peso y estabilidad; nada a lo que no pudiera adaptarse rápidamente. Estaba acostumbrado a combatir con armas cuyo tamaño escapaban de las posibilidades de soldados ordinarios, así que blandir el hacha no debía suponer ningún desafío para él. Tan solo quedaba pendiente bautizarla con un nombre apropiado, y es que un arma como esa merecía un nombre acorde. ¿Cuál sería? Ocras representaba el Hambre de Keiran; su voracidad y su ansia insaciable de destrucción plasmados en aquella palabra propia de su idioma materno. Aquel hacha había sido concebida por sus enemigos; aquellos que habían tenido la osadía de desafiarlo a él y a su tripulación, subestimándolos y tratándolos como basura desechable. No se le ocurría un castigo mejor a su osadía que emplear sus propias obras contra ellos. Sí, ese arma representaría su revancha. Su Venganza.

Díoltas —la llamó, apenas en un susurro, y casi pudo sentir cómo el metal que la componía vibraba. Tan solo salió de su ensimismamiento cuando las palabras de Cassandra llegaron a sus agudos oídos, haciéndole alzar una ceja y mirarlas a Anna y a ella de reojo—. ¿Y desde cuándo te supone eso un problema? —se quejó—. Como he dicho antes, no parecías en desacuerdo cuando estábamos en la plaza.

Procuró controlar su pronto lo suficiente como para no darle el gusto a su segunda. No era ningún idiota y sabía bien que le gustaba buscarle las cosquillas, encontrándoselas normalmente. En aquella situación se mordería la lengua: había alguien en quien debía volcar toda su ira antes de poder dejarse llevar por los juegos de otros. Debía centrarse en la muerte de Anthony.

Sin mucho más que decir y, de nuevo, observando a la cría que se había ataviado con nuevas y extrañas vestiduras, se echó la colosal arma al hombro y salió de la armería para reunirse con el resto del grupo, siguiendo después a su segunda mientras los guiaba por las distintas galerías del castillo.
Los minutos pasaban más lentos de lo que cabría esperar para alguien que debía llevar una sobredosis de adrenalina en el cuerpo, o al menos eso aplicaría la lógica en gente que se encontraba en mitad de una fuga. Los pasillos se encontraban inusualmente tranquilos y, sala tras sala, fueron incapaces de divisar guardia alguno. No solo eso, sino que tampoco se escuchaba el alboroto de antes, lo que probablemente implicara que el caballero–vegetal debía haberse fugado por sus propios medios o, en su defecto, haber sido reducido por los soldados. Cualquiera de las dos opciones resultarían ser una verdadera lástima para el capitán, y es que esperaba poder darle alcance al grandullón más adelante y alistarlo en su tripulación o, en su defecto, ofrecérselo como regalo a Cassandra. Sabiendo de eso que ella llamaba «interés científico», supuso que tendría ganas de echarle el guante.

La respuesta no tardaría en llegar y es que, una vez se adentraron en las cocinas, un nuevo obstáculo se interpuso en el camino del grupo. Su amigo verde se encontraba derrotado por el caballero que se había plantado entre ellos y la libertad, aferrado por su mano como si no fuera más que una piedrecilla en el camino, apodo que le venía a dedo tras lo que haría su nuevo amigo con él. Ni siquiera prestó atención al crujido que provocó uno de los hombres que lo acompañaban cuando la merciana lo usó a modo de protección, habiéndose echado Keiran a un lado para evitar que aquella mole lo golpeara. En su lugar se quedó mirándolo con interés, y por momentos su diestra incrementaba el agarre sobre el mango de su nuevo juguete.

Dicen que los perros son capaces de oler el miedo de la gente, pero lo que captaba el sabueso infernal no era temor sino una seguridad absoluta. Ansiaba, con todo su ser, que no fuera infundada.

—¿Volver? No... —El pelirrojo le mostró sus afilados dientes en una sonrisa, claramente emocionado—. Nuestra cita con Anthony no puede esperar tanto. Dime: ¿serías tan amable de ¡apartarte de mi puto camino!?

No esperó respuesta alguna, sino que se lanzó frenéticamente contra el caballero mientras echaba mano a Díoltas con ambas manos. Su cuerpo comenzó a verse envuelto en aquellas llamas infernales, justo antes de que estas salieran proyectadas contra su oponente. No esperaba quitárselo de en medio, aunque esperaba que sirviera de distracción para que el verdadero ataque no errara en su objetivo. Inmediatamente después blandió su hacha en dos amplios arcos, el primero ascendente y el segundo descendente, intentando traspasar la coraza del guardián envuelto en aquel frenesí.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 20:37}

Cuando entramos al casino en cuestión simplemente me quede algo estupefacto que aun hubiese personas que estuviese perdidas en el juego en cuestión de haber pasado una "guerra" con todas las letras pero al parecer, las personas de ese reinado claramente no entendían ese tipo de palabras e incluso pensaba que los varios prostíbulos seguramente estarían casi igual de llenos que este casino. Por lo que solo suspire por segunda vez en ese momento, escuchando los aullidos de fondo que me dio un pequeño escalofrió de aquello que se escondía tras las sombras de la neblina pero no fue hasta que mire a la barra donde el mozo nos hacia seña de acércanos, que note que Helga había ido directamente hacia la zona donde estaban las ruletas y solo me hizo caer un goterón cuando escuche como esta apostaba a un numero al azar.

De todas maneras, suspire por tercer vez y me acerque un poco a donde estaba Helga, dándole un suave golpe en el hombro para que me prestara atención - Termina este juego y nos vamos a trabajar querida, perder dinero no es nuestro objetivo y sin dinero no vas a poder jugar tranquila no - Le dije en un tono sereno pero bastante bajo para acércame al oído de esta - Además el juego esta arreglado para que se pierda y te diría donde caerá la pelotita pero ahora no es el momento, así que te lo pido querida termina y nos vamos a trabajar - le digo al oído a este en forma de susurro para que nadie mas escuchara para apresurar las cosas y llevarla directamente a la barra para ver que quería ofrecernos el barman en cuestión.

Si ella llegara a prestarme la atención necesaria, la llevaría directamente hacia donde estaba el barman y sentarme con esta a mi lado para ver que nos estaba por ofrecer el hombre que estaba frente a la barra.


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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {Lun 8 Feb 2021 - 21:55}

Hemos avanzado sin ningún problema hasta encontrarnos en un ancho pero corto pasillo, frente a las puertas del castillo. ¿En serio ninguno se ha preguntado cómo es que esto nos está saliendo tan ridículamente bien? A menos que el señor de estas tierras sea un completo imbécil (algo que no creo), estamos haciendo justamente lo que desea: avanzar. Vamos camino a una trampa, eso es lo que dice mi instinto. Y cuando veo a un hombre aparecer tras la entrada, cuando veo que sostiene como un trapo al hombre-planta, chasqueo la lengua: hemos caído de lleno.

Ruedo hacia la derecha cuando el caballero lanza el cadáver hacia nosotros. Vale, he quedado como una estúpida al esquivar algo que en ningún momento iba a darme, pero mejor prevenir que curar. Supongo que, si queremos continuar, tenemos que deshacernos de este problemón. La pregunta es cómo. Asumiré por un momento que el señor del castillo no es un idiota con deficiencia neuronal, asumiré que todo esto es parte de su plan, que lo tiene todo calculado. Y, si es así, ese hombre de ahí debe ser lo suficientemente hábil como para que la ventaja numérica no sea, bueno, una ventaja.

Estudio al enemigo: tiene una armadura de cuero con unas pocas piezas de metal. Debe confiar en su capacidad de reacción y agilidad para esquivar los ataques del contrario. También posee una fuerza física sobrehumana; creo que no podría bloquear ninguno de sus golpes sin romperme un hueso. Ahora bien, cualquiera se centraría más en el gigantón que lleva dos armas proporcionales a su tamaño y a una señora gritona que clama la libertad.

La batalla comienza, caótica y desorganizada. Mis “compañeros” se abalanzan hacia el caballero y yo tampoco pierdo el tiempo. En vez de una trayectoria en línea recta, directa y prepotente, realizo una especie de parábola para alejarme de su rango de visión, basándome en la mano con la que no empuña el arma. Me muevo en silencio y aprovechando los obstáculos que figuran los cuerpos de mi equipo. Cuando comienzo a acercarme desde el flanco del enemigo siento las llamas infernales del vagabundo. Y enseguida se suma la señora escándalo. Es hábil con la espada, eso es innegable.

Mi intención es sincronizarme a la perfección con los movimientos de la señora escándalo. Mi ataque sucedería tras el del vagabundo y en compañía con el de Cassandra. Me deslizaría desde el otro flanco para cortar con mis nuevas dagas la zona trasera de las rodillas. Podría intentar un golpe mortal, pero reducir su movilidad es lo mejor para una batalla que tomará más de un asalto. Además, no quiero quedarme con el crédito de haber matado a este hombre, eso me haría ver innecesariamente peligrosa.

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[Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] - Página 3 Empty Re: [Capítulo] Una estrella rutilante [Hallstat] {}

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