Legim
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Akuma no mi
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El tirador estaba inconsciente en el suelo y me procedía a registrarlo cuando percibí rápido que el revolucionario Leonel venía hacia mi posición. Cabreado por esta acción cogí el rifle y se lo tiré a Leonel con fuerza al tiempo que desenvainaba mi katana apuntando hacia su rostro.
- Leonard... ¿Qué haces aquí? Te pedí que cuidases de los míos en mi ausencia, y lo primero que haces es seguirme... si no ibas a aceptar, habérmelo dicho allí y no me marchaba, pero te lo pedí, y no te negaste. ¿Qué pasa? ¿Te puede más el ansia por robar a un pobre inconsciente que llevar a cabo el favor que te pedí? Si es así, has de saber que no eres muy diferente del enemigo que tienes, el gobierno. Ahí tienes el rifle, ahora vete si tanto quieres robar, pero como suceda algo a los míos, será tu culpa por abandonarlos para robar... y por último, él no está muerto, sigue con vida. Voy a interrogarlo, y cuando saque la información, dependiendo de cual sea, le dejare con vida o le matare. Ten cuidado con robar a los vivos porque pueden querer venganza algún día.
Sin esperar respuesta cogí del cuello de la camiseta al desconocido individuo y lo apoyé contra un árbol lejos de Leonel, quería estar solo con el desconocido. Desenfundé una de mis katanas y apunté hacia él mientras que con la otra mano soltaba una ráfaga de alcohol hacia su rostro.
- Despierta tirador, si no quieres morir aquí y ahora, cuéntame todo lo que sepas de esta isla, y créeme, no me importaría matarte, solo eres una pieza más de todo este juego.
- Leonard... ¿Qué haces aquí? Te pedí que cuidases de los míos en mi ausencia, y lo primero que haces es seguirme... si no ibas a aceptar, habérmelo dicho allí y no me marchaba, pero te lo pedí, y no te negaste. ¿Qué pasa? ¿Te puede más el ansia por robar a un pobre inconsciente que llevar a cabo el favor que te pedí? Si es así, has de saber que no eres muy diferente del enemigo que tienes, el gobierno. Ahí tienes el rifle, ahora vete si tanto quieres robar, pero como suceda algo a los míos, será tu culpa por abandonarlos para robar... y por último, él no está muerto, sigue con vida. Voy a interrogarlo, y cuando saque la información, dependiendo de cual sea, le dejare con vida o le matare. Ten cuidado con robar a los vivos porque pueden querer venganza algún día.
Sin esperar respuesta cogí del cuello de la camiseta al desconocido individuo y lo apoyé contra un árbol lejos de Leonel, quería estar solo con el desconocido. Desenfundé una de mis katanas y apunté hacia él mientras que con la otra mano soltaba una ráfaga de alcohol hacia su rostro.
- Despierta tirador, si no quieres morir aquí y ahora, cuéntame todo lo que sepas de esta isla, y créeme, no me importaría matarte, solo eres una pieza más de todo este juego.
Uracha
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Akuma no mi
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Legim se fue y Dexter también había tomado su camino, yo por mi parte me había quedado con Lyonel, pero este parecia que le llamo la atención algo y también se dirigió a donde estaba mi capitán, no sabia muy bien por que motivo se dirigía allí, pero bueno yo por mi parte me quede observando todo ami alrededor y por alguna razón, tenia la sensación de que todo el grupo acabaría separándose, no era algo que me molestara en gran parte, ademas estar un poco cada uno por nuestro lado no nos haría nada malo.
Tras un rato pensando fui también junto a Lyonel y Legim y observe como nuestro compañero revolucionario había robado el francotirador de nuestro rival que parecía estar desmayado.
-Tíos, tengo la sensación extraños deberíamos estar juntos.- dije acercándome a ambos, aunque siendo sincero me gustaría enfrentarme a alguien yo solo, hace tiempo que no estiro bien los músculos.
-De todas formas, se que nos volveremos a encontrar en el castillo, no tiene mucha perdida.-
Dije observando el cuerpo desmayado de aquel tío.
Tras un rato pensando fui también junto a Lyonel y Legim y observe como nuestro compañero revolucionario había robado el francotirador de nuestro rival que parecía estar desmayado.
-Tíos, tengo la sensación extraños deberíamos estar juntos.- dije acercándome a ambos, aunque siendo sincero me gustaría enfrentarme a alguien yo solo, hace tiempo que no estiro bien los músculos.
-De todas formas, se que nos volveremos a encontrar en el castillo, no tiene mucha perdida.-
Dije observando el cuerpo desmayado de aquel tío.
- Resumen:
- Seguir con Lyonel y Legim y decir lo que pienso.
Xiba Jundo
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Vaya, no encontré nada. En la parte superior sólo había más libros. Busqué libros sobre orbes, zafiros, piedras preciosas y de artes oscuras por si acaso en ellos hubiera algún hueco secreto o llave pegada. Sin embargo... Todos, o al menos todos los que llegué a ver eran sobre artes oscuras y resurreciones... Lo de la "secta" de esos tipos creo que era más enfermizo de lo que pensaba. En fin, no encontraba nada para poder abrir lo que ahora poseía, así que supuse que la llave se encontraría en otro lado. No sabía que había en su interior, pero si iba a venderlo necesitaría esa llave. Además, si me lo llegara a quedar, también querría tener la llave.
Me disponía a bajar cuando de repente entraron a la sala otros dos tipos de eso que parecía una secta. Estaban bastante risueños y ni siquiera se molestaron en ayudar a sus compañeros caídos, hasta parecía qhe se reían de ellos. ¿Acaso serían fuertes? Al menos esa experiencia no fue vacía. Hablaron de un tesoro y de que eso era importante para no se qué. También decían cosas sobre que la gente no saldría viva de esta isla y no sé qué más historias, pero lo del tesoro captó toda mi atención.
Parece ser que se encontraba esa "clave" en la segunda planta de este lugar. Era perfecto, con mi habilidad llegaría en nada y menos, y no sé por qué, parecía qhe en esa clave también podría encontrar mi amada llave.
Mi plan era sencillo. No tenía ganas de pelear. Para empezar lanzaría libros, o puede que estanterías para hacer ruido en mi posición y causar una distracción. Haría que ello subieran y mientras tanto bajaría de un salto desde otra posición para que no me vieran y pueda salir del lugar. Después usaría mis poderes para "arrancar" el techo de la planta y subir base a saltos y parkour hacia el siguiente nivel, vamos, de la misma forma en que entré aquí, hasta llegar a la segunda planta.
-Es hora de la acción.- Dije antes de empezar con la distracción.
Me disponía a bajar cuando de repente entraron a la sala otros dos tipos de eso que parecía una secta. Estaban bastante risueños y ni siquiera se molestaron en ayudar a sus compañeros caídos, hasta parecía qhe se reían de ellos. ¿Acaso serían fuertes? Al menos esa experiencia no fue vacía. Hablaron de un tesoro y de que eso era importante para no se qué. También decían cosas sobre que la gente no saldría viva de esta isla y no sé qué más historias, pero lo del tesoro captó toda mi atención.
Parece ser que se encontraba esa "clave" en la segunda planta de este lugar. Era perfecto, con mi habilidad llegaría en nada y menos, y no sé por qué, parecía qhe en esa clave también podría encontrar mi amada llave.
Mi plan era sencillo. No tenía ganas de pelear. Para empezar lanzaría libros, o puede que estanterías para hacer ruido en mi posición y causar una distracción. Haría que ello subieran y mientras tanto bajaría de un salto desde otra posición para que no me vieran y pueda salir del lugar. Después usaría mis poderes para "arrancar" el techo de la planta y subir base a saltos y parkour hacia el siguiente nivel, vamos, de la misma forma en que entré aquí, hasta llegar a la segunda planta.
-Es hora de la acción.- Dije antes de empezar con la distracción.
Worgulv
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Akuma no mi
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El enemigo que se escondía en el árbol parecía ser una híbrido, una mujer de la cual su forma humana acababa en la cintura dando lugar a un abdomen de araña, una aberración del mundo de hel, cuando esta empezó ha hablar, una sombra le partió el cuello con rapidez, Worgulv dejo caer sus hombros, era la segunda vez en la noche le que privaban de la batalla.
La figura que acabo con la vida del híbrido, que ahora era el cadáver de una mujer a los pies del árbol, reclamo un reto al hombre dragón que les había traído hasta ese árbol, este sin dudar marcho con el, el hombre quedo a solas con el hombre de la armadura, en ese claro tranquilo INADMISIBLE, el hombre hincho el pecho, no podía permitir que una batalla estuviese en curso, y el no formase parte, era un insulto indudable a los dioses, cogió el cuerno de su cinturón, y soplo con todas sus fuerzas.
El rugido del cuerno de batalla de su pueblo retumbo en el bosque, sus latidos sonaban fuerte en su cabeza, rendiría culto a los dioses, de una manera u otra, el bosque empezó a moverse, algo se acercaba, una sonrisa de oreja a oreja se formo en el rostro del gran hombre, este dirigió un hacha al hombre de la armadura `` Prepárate para honrar a los dioses, amigo de armadura´´, cuando acabo la frase, un perro con armadura al que le faltaba la mitad del hocico salto desde uno de los arbustos que daba al pequeño claro donde se encontraban.
Replegó lo que le quedaba de piel en la nariz, gruñendo, los ojos de la criatura estaban podridos, por desgracia para el hombre no tenia la cantidad de piel que quería para cubrirse los hombros como trofeo, sin embargo, el hombre beso sus hachas, alzo sus brazos formando una cruz con sus hachas, el perro ladro y se lanzo hacia Worgulv a la carrera, el hombre le lanzo un su hacha arrojadiza, mientras desenfundaba su otra hacha de batalla, cuando el lobo salto hacia su cabeza, el gran hombre se agacho y con un movimiento giratorio de la cintura, descargo un hachazo que secciono por completo las patas delanteras del animal, el siguiente hachazo le rebano la cabeza, dejando caer a los pies del hombre de la armadura, una edición desmontable de un enemigo canino.
Sus hachas estaban por fin manchadas de ..era negro y viscoso, pero supuso que igualmente era una especie de sangre para la criatura, los dioses no estarían complacidos solo con eso, pero era un comienzo, unos cuantos hombres torpes entraron al claro acompañados por un par de perros como el que acababa de caer a sus pies, el hombre no dudo ni un segundo en lanzarse contra el perro que mas piel tenia y que en apariencia parecía normal, el seria su trofeo. Los hombres torpes entre quejidos se lanzaron alzando sus armas, y los perros salieron a la carrera ladrando, cuando este ya estaba cargando otro giro, los perros pasaron por ambos flancos y se dirigieron al hombre de armadura, Worgulv fijo su mirada en su trofeo ``ese es mio, amigo de armadura´´ dijo descargando sus hachas contra uno de los hombres torpes que callo troceado en el suelo, el hombre planto sus pies en el suelo, con las piernas abiertas, para cubrir mas acción de giro, cargo ambas hachas en el hombro derecho, preparado para hacer una descarga a la izquierda, ¨¨ que los dioses estén orgullosos¨¨
La figura que acabo con la vida del híbrido, que ahora era el cadáver de una mujer a los pies del árbol, reclamo un reto al hombre dragón que les había traído hasta ese árbol, este sin dudar marcho con el, el hombre quedo a solas con el hombre de la armadura, en ese claro tranquilo INADMISIBLE, el hombre hincho el pecho, no podía permitir que una batalla estuviese en curso, y el no formase parte, era un insulto indudable a los dioses, cogió el cuerno de su cinturón, y soplo con todas sus fuerzas.
El rugido del cuerno de batalla de su pueblo retumbo en el bosque, sus latidos sonaban fuerte en su cabeza, rendiría culto a los dioses, de una manera u otra, el bosque empezó a moverse, algo se acercaba, una sonrisa de oreja a oreja se formo en el rostro del gran hombre, este dirigió un hacha al hombre de la armadura `` Prepárate para honrar a los dioses, amigo de armadura´´, cuando acabo la frase, un perro con armadura al que le faltaba la mitad del hocico salto desde uno de los arbustos que daba al pequeño claro donde se encontraban.
Replegó lo que le quedaba de piel en la nariz, gruñendo, los ojos de la criatura estaban podridos, por desgracia para el hombre no tenia la cantidad de piel que quería para cubrirse los hombros como trofeo, sin embargo, el hombre beso sus hachas, alzo sus brazos formando una cruz con sus hachas, el perro ladro y se lanzo hacia Worgulv a la carrera, el hombre le lanzo un su hacha arrojadiza, mientras desenfundaba su otra hacha de batalla, cuando el lobo salto hacia su cabeza, el gran hombre se agacho y con un movimiento giratorio de la cintura, descargo un hachazo que secciono por completo las patas delanteras del animal, el siguiente hachazo le rebano la cabeza, dejando caer a los pies del hombre de la armadura, una edición desmontable de un enemigo canino.
Sus hachas estaban por fin manchadas de ..era negro y viscoso, pero supuso que igualmente era una especie de sangre para la criatura, los dioses no estarían complacidos solo con eso, pero era un comienzo, unos cuantos hombres torpes entraron al claro acompañados por un par de perros como el que acababa de caer a sus pies, el hombre no dudo ni un segundo en lanzarse contra el perro que mas piel tenia y que en apariencia parecía normal, el seria su trofeo. Los hombres torpes entre quejidos se lanzaron alzando sus armas, y los perros salieron a la carrera ladrando, cuando este ya estaba cargando otro giro, los perros pasaron por ambos flancos y se dirigieron al hombre de armadura, Worgulv fijo su mirada en su trofeo ``ese es mio, amigo de armadura´´ dijo descargando sus hachas contra uno de los hombres torpes que callo troceado en el suelo, el hombre planto sus pies en el suelo, con las piernas abiertas, para cubrir mas acción de giro, cargo ambas hachas en el hombro derecho, preparado para hacer una descarga a la izquierda, ¨¨ que los dioses estén orgullosos¨¨
Deathstroke
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Akuma no mi
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Apareció una “mujer” enfrente nuestro, que al parecer era el enemigo que se escondía, la “mujer” tenía hasta la cintura el cuerpo de persona pero a partir de ahí se transformaba en una especie de araña. Esa criatura abrió la boca para hablar, pero antes de que pudiese salir tono alguno de su boca, algo le partió el cuello matándola al instante. Esta persona que acabo con la vida de la criatura retó al dragón que nos había llevado hasta el lugar, que sin pensarlo dos veces aceptó y se largó persiguiéndole.
Hay estábamos Worgulv y yo en medio de una explanada, apoyé mi arma sobre el hombro y eché un suspiro, estaba siendo un día de locos y de pocas cosas que poder hacer. Cuando me giré para preguntarle a mi nakama por lo que quería hacer pude ver casi a cámara lenta como se llevaba a la boca un cuerno y lo hacía sonar. “Bueno ya sé que es lo que quiere hacer, ahora a ver qué pasa” pensé mientras me ponía en posición de ataque, mientras en mi cabeza resonaba aun ligeramente el sonido del cuerno.
Un perro de los de antes salió de un de los arbustos directo a por mi compañero, quien no pareció temblar ni lo más mínimo y tras lanzarle un hacha saltó a por él para matarlo. Fue bastante rápido, ya que de un corte limpio la cabeza del can cayo a mis pies. No tardaron en aparecer un par de perros más como el anterior seguidos de las personas torpes, tanto mi amigo como los enemigos corrieron hacia sí reduciendo la distancia que los separaba. Sin embargo, los perros pasaron los lados de Worgulv y se dirigieron a mí. de pronto Worgulv me grito para decirme que quería a uno de los dos. El no lo pudo ver, pero en mi cara tras la máscara esbocé una sonrisa burlona.
-¿Ohhh? ¿Qué es tuyo? pues tendrás que ser más rápido que yo para matarlo- le dije a mi nakama en tono burlón.
Los perros no eran igual de rápidos por lo que uno llegó ligeramente antes, con un salto intentó morderme, pero con un pequeño salto hacia un lado lo esquivé sin problemas, en ese momento llegó también el otro perro que en lo que había esquivado al primero aumentó su ritmo y llegó hasta donde me encontraba, y lanzó un mordisco a mi pierna izquierda, rápidamente sujetando el Bo con fuerza golpee el suelo y levanté las piernas, de forma que evité el mordisco en la pierna y en lugar de eso el perro mordió el arma. Antes de que la soltase bajé las piernas y con casi toda mi fuerza levante el Bo como si fuese un martillo y aplasté la cabeza del animal como si lo hubiese hecho con un martillo, de forma que trozos del cráneo y vísceras se dispersaron por el suelo dejando un color negro de la sangre, me incorporé y haciendo girar el Bo delante de mí como lo hace las aspas de un ventilador observé al otro perro quien se volvía a lanzar a la carrera a por mí mientras guía haciendo girar mi arma le di in par de vueltas alrededor de mí para que cogiese inercia, el perro volvió a saltar a por mí de la misma forma que la primera vez, hice que el Bo dejase girar y de dar vueltas a mí en el momento preciso para que lo pudiese coge como un bate y darle en la cabeza al perro.
-Te lo mando por correo exprés Worgulv– dije, mientras veía volar al animal hacia mi compañero.
Hay estábamos Worgulv y yo en medio de una explanada, apoyé mi arma sobre el hombro y eché un suspiro, estaba siendo un día de locos y de pocas cosas que poder hacer. Cuando me giré para preguntarle a mi nakama por lo que quería hacer pude ver casi a cámara lenta como se llevaba a la boca un cuerno y lo hacía sonar. “Bueno ya sé que es lo que quiere hacer, ahora a ver qué pasa” pensé mientras me ponía en posición de ataque, mientras en mi cabeza resonaba aun ligeramente el sonido del cuerno.
Un perro de los de antes salió de un de los arbustos directo a por mi compañero, quien no pareció temblar ni lo más mínimo y tras lanzarle un hacha saltó a por él para matarlo. Fue bastante rápido, ya que de un corte limpio la cabeza del can cayo a mis pies. No tardaron en aparecer un par de perros más como el anterior seguidos de las personas torpes, tanto mi amigo como los enemigos corrieron hacia sí reduciendo la distancia que los separaba. Sin embargo, los perros pasaron los lados de Worgulv y se dirigieron a mí. de pronto Worgulv me grito para decirme que quería a uno de los dos. El no lo pudo ver, pero en mi cara tras la máscara esbocé una sonrisa burlona.
-¿Ohhh? ¿Qué es tuyo? pues tendrás que ser más rápido que yo para matarlo- le dije a mi nakama en tono burlón.
Los perros no eran igual de rápidos por lo que uno llegó ligeramente antes, con un salto intentó morderme, pero con un pequeño salto hacia un lado lo esquivé sin problemas, en ese momento llegó también el otro perro que en lo que había esquivado al primero aumentó su ritmo y llegó hasta donde me encontraba, y lanzó un mordisco a mi pierna izquierda, rápidamente sujetando el Bo con fuerza golpee el suelo y levanté las piernas, de forma que evité el mordisco en la pierna y en lugar de eso el perro mordió el arma. Antes de que la soltase bajé las piernas y con casi toda mi fuerza levante el Bo como si fuese un martillo y aplasté la cabeza del animal como si lo hubiese hecho con un martillo, de forma que trozos del cráneo y vísceras se dispersaron por el suelo dejando un color negro de la sangre, me incorporé y haciendo girar el Bo delante de mí como lo hace las aspas de un ventilador observé al otro perro quien se volvía a lanzar a la carrera a por mí mientras guía haciendo girar mi arma le di in par de vueltas alrededor de mí para que cogiese inercia, el perro volvió a saltar a por mí de la misma forma que la primera vez, hice que el Bo dejase girar y de dar vueltas a mí en el momento preciso para que lo pudiese coge como un bate y darle en la cabeza al perro.
-Te lo mando por correo exprés Worgulv– dije, mientras veía volar al animal hacia mi compañero.
Pato Tamashi
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¿Tanto iba a costar? Ni siquiera pudimos entrar en el combate. Era una batalla tan ceñida y difícil para "el grandioso shichibukai" que el imbécil de Hulk era incapaz de encontrar un hueco para meterse en ella. -Vámonos, no tenemos tiempo que perder aquí. -Le decía al furioso compañero. La verdad es que yo también lo estaría si alguien se entrometerse en uno de mis experimentos, pero realmente aún no era momento como para luchar. -Es mi lucha... -Decía entre dientes el que ahora poseía el cuerpo. Por suerte, conseguí ir convenciendole por dentro. Y el hecho de que el shichibukai saliera disparado hacia nosotros ayudó, aunque se pudo haber ahorrado eso que soltó.
Reorganizamos la guadaña para apoyarla en el hombro. -Si no me lo va a decir, no encontraré yo mismo. -Dijo Hulk, tras haber recapacitado, pero sin dejarlo notar, dirigiéndose a la salida, siguiendo al tipo que le hubo lanzado esa bola de arena. No habría problema, ese tipo estaba ocupado haciendo que otro ocupará el lugar que dejó en la tumba. Suerte fue que no seríamos nosotros. Y de forma inexplicable, decidí alentar un poco a mi "otro yo". -Si encontramos a ese tipo, acabaremos con él. -Le dije, provocándole una sonrisa. -Pero antes encuentrale y transmiteme imágenes para investigar, este asunto me ha dado algo de curiosidad.
-Sí, tu tranquilo, encontraré a esa rata.
Reorganizamos la guadaña para apoyarla en el hombro. -Si no me lo va a decir, no encontraré yo mismo. -Dijo Hulk, tras haber recapacitado, pero sin dejarlo notar, dirigiéndose a la salida, siguiendo al tipo que le hubo lanzado esa bola de arena. No habría problema, ese tipo estaba ocupado haciendo que otro ocupará el lugar que dejó en la tumba. Suerte fue que no seríamos nosotros. Y de forma inexplicable, decidí alentar un poco a mi "otro yo". -Si encontramos a ese tipo, acabaremos con él. -Le dije, provocándole una sonrisa. -Pero antes encuentrale y transmiteme imágenes para investigar, este asunto me ha dado algo de curiosidad.
-Sí, tu tranquilo, encontraré a esa rata.
- Resumen:
- Cuento lo que veo y decidimos salir de la sala, siguiendo al tipo que nos tiró la bola. Salimos y mientras simplemente hablamos las dos almas.
William White
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Entre en la capilla, hacía un frio aterrador, que te helaba y helaba lentamente la piel, la carne el hueso. El lugar era cuanto menos tétrico, había una cantidad ingente de estatuas de piedra, grisácea, que parecían a punto de cobrar vida en cualquier momento, todo estaba rodeado de motivos religiosos, aunque la verdad el lugar parecía saqueado, ya que el altar estaba como apartado del lugar que le correspondía, en su lugar o el que pensaba que le correspondía había unas misteriosas escaleras que conducían al interior de la caverna.
-"Creo que primero investigare un poco la capilla"-pensé para mis adentros, planeando paso a paso lo que deseaba hacer.
Observe el lugar buscando algo interesante, algo que me ayudara saber el tipo de religión se practicaba en esa capilla, a saber o tratar de entender el porque del lugar. Todo allí parecía estar fuera del sentido común. Tras investigar el lugar y guardarme todo aquello que me parecía importante busque una fuente de luz, una antorcha o semejante, que me iluminara el camino por las escaleras, a las cuales estaba dispuesto adentrarme, con o sin luz.
-"Creo que ya estoy listo, entremos"-pensé antes de entrar y chequear lo que llevaba encima.
- resumen:
- Investigo el lugar-guardo cosas de interés-busco antorcha o semejante-bajo por las misteriosas escaleras
Rylanor
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Akuma no mi
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Situación general: Una intensa luz proveniente del lado oeste del bosque ilumina toda la isla. A continuación se escucha una potentísima detonación y un poderoso viento se levanta, azotando la isla. La ráfaga de aire termina tan rápido como ha comenzado. Sin embargo, del lugar de la explosión llega una luz rojiza. Un gigantesco incendio comienza a quemar parte del bosque. Casi al mismo tiempo, en el lado oriental comienzan a aparecer algunos focos de llamas sin motivo aparente, generando un segundo incendio más pequeño. Pero la noche depara más sorpresa. De repente, en la zona central del bosque se levanta un coloso que parece estar echo de árboles. El ser levanta sus brazos de madera, y de repente todo el bosque (al menos las partes no incendiadas) acude a su llamada, elevándose en el aire y volando hacia él. Las plantas se fusionan con él, haciéndole crecer y convirtiéndolo en un gigante de cientos de metros de altura. Ahora el bosque se ha convertido en una llanura yerma y sin plantas, sin contar las zonas del incendio.
Os fijáis en que el cielo parece despejado. Las nubes han desaparecido. Y en mitad de la noche, la luna ilumina una figura: un pájaro gigantesco con una figura en su espalda. El ave desciende velozmente hacia el hombre árbol y vuela hacia él, acercándose al suelo lo suficiente para que el jinete se vuelva reconocible: ¡es el comandante revolucionario Azumi Kento! El héroe de la Revolución salta hacia el monstruo y le da un poderoso puñetazo en el equivalente al estómago. Se escucha un sonido de madera resquebrajándose muy fuerte en toda la zona del antiguo bosque, y el ser emite un sonido profundo y retumbante, una especie de gruñido. Trata de golpear al hombre y al pájaro, pero con un hábil movimiento el animal evita el gigantesco puño. Una brutal batalla comienza entre ambos contendientes.
En el suelo del yermo, lleno de los diferentes miembros de la alianza contra Hades, aparece de repente una figura: un hombre con una túnica morada y la cara vendada. Este empieza a reírse, mientras una ligera tormenta de arena comienza a desatarse en un pequeño radio en torno a él.
- Todos vuestros esfuerzos son inútiles. ¡Ya es demasiado tarde! El plan ha sido completado, y pronto el ataque definitivo de Hades os exterminará a todos. Observad esa luz: llegado a ese punto, ya es imposible parar el golpe - el hombre comienza a reírse como un loco de nuevo - Mi nombre es Galiared. ¡Recordadlo el poco tiempo que os queda de vida! Es el nombre del futuro señor del Gran Line. Tontos... en esta isla se oculta de verdad un gran tesoro: un objeto con el poder equivalente a un arma ancestral. Y ahora es nuestra.
- No si aun podemos evitarlo. Tú plan tiene un gran fallo; ya hay gente en el castillo. Si logran matar a Hades, será el final. Y dado que nos has rebelado tu plan, ¡yo mismo evitaré que lo cumplas!
De repente aparece la persona que ha dicho estas palabras: es Brendaric, el viejo cazarecompensas. El hombre saca sus dos pistolas y apunta a Galiared:
- Viejo idiota... Hades no es más que mi peón. Si en años no has podido con él, ¿quién te dice que podrás conmigo? Igor, deshazte de ese imbécil.
De repente un hombre se hace visible al lado de Galiared. Todos los que tengan un buen dominio del mantra (Off: 2 o superior) notaron previamente su presencia. Es un tipo corpulento y chepudo, vestido con harapos. Lleva una pala de cavar en su mano derecha. De repente levanta su mano derecha y tres pelotitas blancas aparecen flotando sobre esta. En pocos segundos, las pelotas se convierten en fantasmas.
- ¡Soul Chain! - exclama, con voz grave y rasposa.
Los fantasmas se lanzan hacia el anciano de piel oscura. Brendaric trata de dispararles, pero estos evaden los tiros y lo "envuelven" volviéndose más etéreos aun y deformando sus cuerpos inmateriales. Entonces se convirtieron en cadenas que atraparon al cazador. Unos de los marines grita de repente "¡fuego!" y todo el mundo comienza a disparar y atacar a los dos enemigos. Sin embargo los ataques parecían rebotar sin más sobre ellos. De repente Galiared hace un gesto y varias bolas de arena aparecen golpeando a diferentes revolucionarios, piratas y marines.
- Soy el usuario de la Hito Hito no mi modelo Arenero. ¡Cualquiera que sea tocado por mi arena entrará en el mundo de los sueños, cayendo bajo mi control! ¡Ahora atacad, soldados míos!
Siguiendo las órdenes del hombre de la túnica, los golpeados se giran y se lanzan sobre sus antiguos compañeros, atacándolos sin piedad. Galiared se ríe ante la escena y se acerca al indefenso Brendaric.
- Es hora de decir buenas noches. Lamento informarte que no esperaré al ataque de Hades. Eres demasiado peligroso para dejarte vivo. Sayonara.
Una lanza de arena imbuida en haki se materializa en la mano del Arenero, que atraviesa el pecho del anciano con ella. La sangre mancha el suelo. Mientras tanto, de fondo se escucha un rugido de triunfo. El monstruo de madera acaba de atrapar a Azumi y su ave, y parece dispuesto a aplastarlos entre sus manos. Y la luz proveniente del castillo se apaga. Al instante siguiente un rayo de energía verde sube desde este hacia la luna. El color de esta cambia, pasando del rojo a aquel mismo tono. Todo parece perdido. La luz se vuelve tan intensa como si fuera de día. El ataque de Hades se ha completo, y de un instante a otro todos moriréis. Dicen que la gente antes de morir ve pasar su vida por delante de sus ojos. ¿Os ocurre lo mismo?
GAME OVER
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¿O tal vez no?
Morir no parece doloroso. ¿O seguís vivos? De repente se escucha un sonido similar al que ocurre cuando alguien corta papel, pero a una escala mayor. Mucho mayor... el suelo de la isla tiembla, y de repente esta se divide en dos mitades, una oriental y otra occidental. Es un corte tan perfecto que casi parece que haya sido más bien "separada". El mar ruge y comienza a llenar el hueco dejado por el corte. De hecho os fijáis que el corte había "separado" el mar en dos mitades, dejando a la vista el suelo oceánico por unos instantes. En mitad del aire, al norte de la isla, veis erguida a una orgullosa figura: un hombre con una elegante espada en la mano y un sombrero cónico (un kasa). Su presencia es tan intensa que todos los usuarios de mantra de la isla pueden percibirla. El bestial ataque ha partido por la mitad el castillo, pillando en su trayectoria a Igor y a Galiared sin herir a nadie más. Galiared sigue vivo, pero el ataque le ha cortado el brazo derecho. Mientras, Igor cae al mar con una pierna menos y un terrible grito de muerte. Varios cientos de metros más al norte, otra figura caía por la brecha: un hombre cadavérico, de tamaño gigantesco y con un bastón: Hades. Las aguas se tragan a ambos, que desaparecen para siempre en las profundidades del océano. La luna vuelve a estar normal, y en el horizonte se empieza a ver una fina línea de luz: el amanecer. La pesadilla parecer haber concluido.
- No... ¡NO! ¡Mi plan! Mierda... pero aun me queda una esperanza - dice Galiared, con los ojos inyectados en sangre y sujetándose el muñón.
En medio de la brecha se puede ver una cueva que va virtiendo oro al mar. Es el tesoro de Sunaba sumergiéndose entre las aguas. Parece que la cámara del tesoro estaba en la trayectoria del corte. Entre las enormes montañas de monedas hay una estatua de un ídolo con forma de hombre sentado en un trono. Es totalmente de oro también, y el tesoro la va arrastrando hacia el mar.
- ¡HAYATO! ¡El arma! ¡Salva el arma! - grita el Arenero.
La bestia de madera alarga el brazo hacia la grieta, y varias raíces crecen rápidamente desde este a la estatua. En ese momento todos los usuarios de mantra notan una presencia con un poder enorme, aunque no tan grande como el del "cortador de islas", acercándose a toda velocidad. Con un feroz grito de guerra, el Almirante de Flota de la Marina aparece empuñando una espada bastarda, y cortando con varios veloces movimientos al coloso de madera en pedazos. Los cachos de este caen por la isla, pudriéndose casi al momento. El arma ancestral cae definitivamente al mar.
- No... ¡Malditos seáis todos! ¡OS MATARE! - gimotea Galiared, llorando.
De repente unos pocos reclutas marines le rodean. Son sólo cuatro. El rabioso hombre se lanza hacia ellos, pero estos le corresponden rodeándolo y atravesando su torso con sus dedos índice. La sangre brota de las heridas y la boca del Arenero. Este saca un puñal siniestro y trata de atacar al más cercano mientras empieza a generar arena, pero de repente uno de los marines lo inmoviliza con una llave y le parte el cuello. Este se desploma en el suelo. Los supuestos reclutas se quitan sus uniformes, revelando la ropa que llevan por debajo: smokings negros. Se arrancan el rostro, que resulta ser una máscara que se adapta a la forma de la cara, y se tapan rápidamente con otras máscaras blancas de aspectos extraños. Se trata de agentes del CP0. Uno de ellos saca una manzana y otro coloca su dedo en la yugular de Galiared. Espera unos segundos, tras lo cual proclama:
- Muerte del objetivo confirmada. Misión concluida.
Al mismo tiempo, la manzana se convierte en otra fruta que rápidamente el CP esconde entre sus ropajes. Los hombres se alejan rápidamente empleando kamisori, y se pierden en dirección norte, donde una flota del Gobierno ha aparecido. Sobre el buque insignia de esta desciende el hombre que cortó la isla, el del sombrero cónico. En cubierta le recibe un hombre trajeado.
- Gran golpe, Almirante en Jefe Mishine. ¿Ordenamos detener a todos los de la isla?
- No... en ellas hay muchos enemigos del Gobierno, pero hoy nos han prestado un gran servicio. Si hubiesen obtenido el arma antes de nuestra llegada, los resultados hubiesen sido catastróficos. Que se les deje partir.
- Pero el Gorosei...
A una mirada del gigantesco espadachín, el hombre enmudeció. Acto seguido, Kawahiro Mishine entró en el castillo de proa. Pocos minutos después se anunciaba por megáfonos que se permitía a todos los criminales, excepto a la banda de Hades, salir de la isla indemnes. Además, todos los cazadores recibirían un pago de 5.000.000 de berries a mayores de lo que hubiesen cazado, y todos los marines participantes dos medallas al mérito. Y así, con el sol saliendo en la lejanía, finalizó la historia del tesoro de Sunaba.
[En lugar de responder a todo el mundo, lo haré con los que necesiten información adicional]
- Arribor, Ryohei y Haine:
- Tras un rato merodeando por las cavernas, te encuentras una zona donde la roca está tallada. Una especie de pasillo lleno de grabados antiguos. Sigues un ruido de pelea lejano, cruzando los abandonados corredores y llegas a un portón de piedra gigantesco. Este conduce a un pasillo más donde ves los restos de una estatua humanoide con cabeza de lagarto. Este está iluminado por antorchas. Y en el fondo hay varias figuras, dos hombres acompañados por un cánido gigantesco, varios robots y una manada de kung fu dugongs.
Con un crujido, la puerta se abre antes Haine y Ryohei, revelando un hermoso destello dorado. Esta vez no hay ninguna clase de trampa. A vuestra espalda aparece un joven de pelo castaño con un parche. Sin embargo ahora mismo el tesoro es todo lo que cabe en vuestros ojos. La estancia del tesoro tiene un tamaño descomunal. Decenas de metros de montañas de monedas, joyas, cofres y estatuas de valor incalculable. La que más destaca es la de un ídolo humanoide sentado sobre un trono enjoyado. Esta colocada hacia el lado derecho de la sala. Estáis a punto de reclamar vuestro premio cuando la isla tiembla, y de repente una brecha divide la cámara del tesoro en dos partes. Una gran cantidad del fantástico tesoro cae, surmergiéndose entre las olas (incluido el ídolo dorado). Sin embargo aun hay una buena montaña de oro. Aun repartiéndola entre los tres (si lo hacéis y encontráis un modo de sacarlo) hay suficiente como para que vosotros y varias generaciones de vuestros descendientes viváis toda vuestra vida sin problemas y rodeados de lujos.
Off: en total el tesoro restante equivale a 2.100.000.000 :berris2:
- Midorima y Meneror:
- El bosque desaparece, "absorbido" por el gigante de madera. Habéis quedado expuestos a Neso, el cual se gira hacia vosotros y comienza a avanzar en vuestra dirección amenazadoramente. Pero mira la escena de la llanura y se lo piensa mejor. Con una risotada fantasmagórica señala a la batalla y dice:
- Este es vuestro fin. Contemplad y desesperaos, mortales. Ya es inevitable que Hades-sama complete su golpe final y aniquile a todos nuestros enemigos en esta isla. Nadie sobrevivirá.
Se para y se pone a observar el combate, sin dejar de vigilaros (leed la parte larga de arriba. Mene, vago, nos conocemos. Léelo). Cuando se abre la brecha y Hades cae a las aguas, da un grito de dolor y muerte y exclama:
- ¡AMO! ¡NOOOO!
Su figura brilla, y de repente desaparece como si nunca hubiese existido. De repente la ropa de Midorima pesa más. De hecho el pantalón se le rompe. Al parecer llevaba una baya silvestre o alguna fruta pequeñita que se le coló entre la ropa y ahora ha crecido de golpe... felicidades, acabas de conseguir una akuma no mi. Pero necesitarás pantalones nuevos. Ah, bonitos calzoncillos.
Off: Hito Hito no mi modelo centauro.
- Deivid y Legim:
- Logras espabilar al tirador, el cual abre los ojos lentamente. Tose algo de sangre y se ríe débilmente, mientras a vuestro alrededor el bosque desaparece engullido por el gigante de madera. Este está lejos de vosotros, pero es tan grande que lo veis perfectamente. Ahora veis además a todos los otros grupos que avanzaban por el bosque.
- Jejeje... ese es el ataque final del comandante Hayato. Y Hades-sama casi ha completo su ataque. Pronto todos moriréis. ¡Habéis perdido! ¡Jajajajajaja!
Sus risas pronto se convierten en lamentos ante los sucesos posteriores. Pronto toda la situación cambia. Un final apropiado para una historia extraña.
Off: Esto es lo que Deivid obtiene: Rifle de francotirador semiautomático con un alcance de tres kilómetros, sistema de cambio rápido de municiones, mira con zoom adaptable con varios aumentos y un trípode acoplable. Kumo Kumo no mi modelo viuda negra europea.
- Kaito, Furukawa y Sinclair:
- Sois gente muy afortunada. Habéis sobrevivido a la batalla, y aunque al llegar a lo que antes era un bosque tuvisteis que batallar con algunos esbirros de Hades, no os costó deshaceros de ellos (roleadlo si queréis, todo cuenta para la experiencia). Más aun, entre los cadáveres encontrasteis el de Jean-Luke el forajido, cuya cabeza vale 80.000.000 de :berris2:. Una buena oportunidad para conseguir dinero fácil, si no os importa atribuiros el mérito de otro. Y en el camino de regreso al barco encontráis algo en lo que no habíais reparado: en las cercanías al lugar de la batalla con Tartaroth veis una akuma que ha brotado de un arbusto.
Off: es la Kyoru Kyoru no mi modelo triceratops.
- Xiba:
- Se ha armado un caos enorme. El ruido de la batalla de fuera te ha dejado paso libre, pues los sectarios se han marchado. En tu camino hacia el siguiente piso llegas a una estancia donde hay dos cosas remarcables: un pilar con un gema verde que emite un rayo de energía del mismo color hacia el techo y una llave sobre un estante. Si la usas con el recipiente de porcelana, comprobarás que encaja y lo abre, mostrando una especie de collar con un pesado medallón con el símbolo del ying y el yang. Tras un rato, el castillo tiembla y escuchas un estruendo brutal.
Off: El medallón es en realidad una petaca con cinco dosis de esencia de skypia. La pieza que lo une con el collar es el "tapón" (se desenrosca para abrirlo). Además de eso, el orbe-recipiente tiene un precio de 40.000.000 de berries.
- Worgulv y Deathstroke:
- Heroicamente derrotáis a los perros de guerra. No ha sido una batalla fácil, y estáis heridos y cansados, pero victoriosos. Ganáis el derecho a solicitar una técnica especial equivalente a un 7,5 en un diario por haber sobrevivido al capítulo y la batalla.
- La pandilla patatilla (Asder, Etsu, Jesaix, Drako, Arbolito y Flema):
- Los golpes dejan al licántropo herido y magullado, resoplando en el suelo. El hombre árbol logra salir mejor parado, pero parece asustado. Koldan se levanta, enfadado, y os apunta con su espada mientras esta empieza a brillar. De repente llega un marine recluta tranquilamente. Se para al ver la escena, y en un instante aparece frente al licántropo. Ejecutando un perfecto rankyaku lo parte por la mitad a la altura de la cadera. A continuación atraviesa el pecho de Hayato apareciendo frente a él y realizando un shigan. El hombre árbol cae al suelo, sangrando, y murmura:
- Koldan... - las lágrimas invaden sus ojos - Sois unos monstruos. Vengaré a mi amigo
De repente salta hacia un árbol con sus últimas fuerzas y se fusiona con él. Pero la cosa no se queda ahí. Todos los árboles cercanos comienzan a separarse del suelo y ser absorbidos por este, el cual se convierte en un coloso de madera. El supuesto recluta fruñe el entrecejo y dice:
- Esto no es bueno. Será mejor que os alejéis.
(El resto de esta parte continúa arriba)
Off: Ganáis todos una técnica especial de hasta 8 en diario, canjeable por un nivel de haki armadura o mantra.
- Pato:
- Al fin te has largado. Estás merodeando por el castillo, cuando todo empieza a temblar y las piedras a brillar con un fulgor verde. Tras un rato, la luz se apaga y de repente todo el castillo tiembla de golpe.
Off: Tu recompensa es sobrevivir. Más sentido común en el próximo capítulo. Te has salvado porque me has dado pena y he sido bueno.
- Aki y Byakuro:
- Me olvidaba de vosotros. No os di nada por la pelea contra el hipnotista, así que os lo doy ahora: ganáis una técnica de hasta nota 8 en diario intercambiable por un nivel de haki mantra (dada la pelea que tuvisteis es más apropiado que armadura)
- N:
- Fuera de la estructura se escucha un ruido brutal, pero tú desciendes. Recoges un farol que encuentras al pie de las escaleras y lo enciendes. Este ilumina una pequeña cripta subterránea. No hay demasiado que ver y el lugar es siniestro. Hay tumbas y mausoleos por doquier, pero algo llama tu atención: una estatua sosteniendo una katana: es la Ryo Wazamono Hayai; una espada increíblemente ligera y veloz. Reconoces el arma por una ilustración de un libro que has leído hace tiempo. A pesar de que parece llevar abandonada bastante tiempo, está en perfecto estado y lista para ser empuñada.
- Kogáto:
- Otro que se me había olvidado. Sobreviviste a la pelea contra Neso y mataste a un Vicealmirante (aunque herido), nada mal. Te daré una recompensa por ello. Ganas una técnica de hasta 8 de nota en diario.
- A todos los participantes:
- Muchas gracias por todo. A pesar de que me he retrasado mucho para concluir el capítulo, me he divertido muchísimo escribiendo y leyendo muchas de vuestras respuestas (a pesar de que el momento de releerlas para responder sufría horrores y maldecía todo lo maldecible XD). Momentos como el del "Arcano Completo" o "¡sigamos a ese caballito!" no se me olvidarán fácilmente. De paso os pido mis más sinceras disculpas por mis errores como narrador: primero el haber querido abarcar yo solo en época de estudios un evento demasiado grande, que me ha llevado a contestar a un ritmo mucho más lento del que hubiese querido. Segundo, el haber tardado tantísimo con esta respuesta final. Primero no encontraba la inspiración, y cuando la encontré tardé demasiado en lograr tener una tarde tranquila en que no tuviese ningún compromiso. También quiero pedir perdón a todos a los que no he tenido tiempo para darles un momento de gloria o una recompensa más apropiada por el capítulo. Lo siento sinceramente, pero ya se había alargado demasiado y no me dio la cabeza (ni el horario) para contestar a un ritmo más constante.
Espero que os hayáis divertido tanto más que yo. Un abrazo a todos, y nos veremos de nuevo en los mares del Grand Line.
Byakuro Kyoya
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Byakuro empezó a caminar cuando el bosque pareció desaparecer a su alrededor. Un enorme gigante vegetal apareció a lo lejos, y empezó a pelear con un enorme pájaro que lo hostigaba. Un combate que valdría la pena ver... si no fuera porque su imoto estaba herida. Echó a correr por el sendero hacia el castillo, que ahora mismo estaba frente a él, sin ningún árbol a su alrededor. Byakuro empezó a gritar:
- ¡Ayuda! ¡Traigo una herida! -gritó mientras corría todo lo que podía. No le importaba el cielo de color cambiante, ni los gritos. Estaba a apenas un centenar de metros cuando el castillo se dividió en dos. Byakuro salió despedido hacia atrás por la potencia de aquel fenómeno, y rápidamente creó un grueso colchón para evitar que Aki se hiciera daño. Algo le cayó en la cabeza: un grueso libro negro. Byakuro gritó, desesperado. El caserón al que iba a pedir ayuda, destruido. Hincó las rodillas en el suelo y maldijo en voz alta. Giró su mirada hacia Aki. No parecía estar muy herida, pero seguía inconsciente. Metió el extraño libro en la bolsa y volvió a cargar con Aki, dirigiéndose a la costa. La llevaría a un médico, costase lo que costase.
Ironías del destino, o no, aquel libro era un artefacto legendario, cuya información vendría muy bien a Byakuro en el futuro. En su portada, con letras rojas, podía leerse: "Libro de la Oscuridad Vil".
- ¡Ayuda! ¡Traigo una herida! -gritó mientras corría todo lo que podía. No le importaba el cielo de color cambiante, ni los gritos. Estaba a apenas un centenar de metros cuando el castillo se dividió en dos. Byakuro salió despedido hacia atrás por la potencia de aquel fenómeno, y rápidamente creó un grueso colchón para evitar que Aki se hiciera daño. Algo le cayó en la cabeza: un grueso libro negro. Byakuro gritó, desesperado. El caserón al que iba a pedir ayuda, destruido. Hincó las rodillas en el suelo y maldijo en voz alta. Giró su mirada hacia Aki. No parecía estar muy herida, pero seguía inconsciente. Metió el extraño libro en la bolsa y volvió a cargar con Aki, dirigiéndose a la costa. La llevaría a un médico, costase lo que costase.
Ironías del destino, o no, aquel libro era un artefacto legendario, cuya información vendría muy bien a Byakuro en el futuro. En su portada, con letras rojas, podía leerse: "Libro de la Oscuridad Vil".
- PU:
- Primera Flamma di Pecatto: Orgoglio ---> Nota de 8
Mi justificación es el orgullo que sentí de no dejar atrás a Aki y de pelear en mano a mano con el viejo... oh, y la enorme cantidad de ilusiones empleadas en el transcurso del capítulo. (?)
https://www.onepiece-definitiverol.com/t8075p540-peticion-de-tecnicas#122455
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Haine Rammsteiner
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Estruendos, fuertes ruídos que se escuchaban a pesar de estar a quizás docenas de metros bajo tierra. El suelo temblaba y se podía percibir como tras aquella puerta varias piezas de metal tintineaban las unas con las otras, estaba claro que ahí estaba el tesoro. El maldito tesoro por fin. Las estatuas de tamaño considerables abrieron la puerta mientras el albino se preparaba para cualquier tipo de trampa que pudiera salir, pues si las anteriores habían sido peligrosas las siguientes... Pero no, no hubo ningún mecanismo secreto ni nada que hiciera que el "sentido arácnido" del albino se disparara. Suspiró relajándose un poco pero mantuvo los nervios para que no se confiara demasiado, aún no estaba en su barco con el tesoro en su bodega. Dio unos pasos hacia adelante y entró en aquella estancia, siendo deslumbrado por las grandes montañas de oro y múltiples objetos de valor que podía contemplar. No pudo evitar abrir la boca, y hasta los Dugongs se sorprendieron por los destellos de aquel mineral a pesar de que no estaban interesados en el dinero.
Caminó hacia adelante contemplando aquel lugar. Su atención fue captada por una estatua que sin duda tenía un "halo" extraño sobre sí misma, quizás algún tipo de presentimiento pero sabía que era más valiosa que el resto. Se acercó para tocarla y verla más de cerca, pero antes de que pudiera hacerlo su sentido del Haki mantra se activó denotando una presencia muy lejos en aquella isla y, acto seguido, la imperiosa necesidad de saltar hacia atrás. La isla fue cortada en dos mitades estando a punto de pillar a Haine en el proceso. Si hubiera caminado un par de pasos más ahora estaría tirado en el suelo en dos pedazos, pero por suerte supo quedarse quieto ante ese peligro. Observó cómo parte de aquel tesoro se caía por un precipicio que llegaba hasta el mar, incluyendo así la estatua que le había parecido tan valiosa. Alzó la mano pero la detuvo dudando cuando una voz se escuchó por toda la isla. Estuvo a punto de poseer aquella estatua pero no lo hizo, dejando que se cayera por el precipicio perdiéndose para siempre.
Una mano gigante se abalanzó contra él o contra la estatua pero fue detenida por un hombre, podía sentir la presencia de esos dos individuos con su mantra perfectamente. Tras unos segundos de lo que parecía ser una furiosa pelea todo volvió a "la normalidad", dejando a Haine de pie justo delante de la falla y observando cómo algunas monedas del tesoro se caían hasta el infinito. —Tenemos que darnos prisa. Si son listos habrán visto la cámara del tesoro, nos lo llevaremos todo ahora mismo.— mencionó Haine sin girar su cuerpo, todavía sorprendido por aquel enorme ataque que había partido la isla en dos. Entonces algo llamó su atención, una nueva presencia que se acercaba por el pasillo de las estatuas. Se dio la vuelta con prisa y lo interceptó en la entrada a la cámara con su pistola indestructible en la mano, apuntándole. Lo miró detenidamente, estaba solo con alguna clase de ser viviente a su lado. Era Arribor Neus, aunque no tenía la intención de conocerlo ni tiempo para dar explicaciones.
—Evitemos transformar esto en una guerra por el tesoro y larguémonos antes de que venga más gente.— comenzó a decir Haine, guardando la pistola. Shiro, con sus cinco metros y algo más cómodo en aquella estancia pues era bastante más grande, gruñía sujetando su gran espada que era difícil cuestionarse cómo había entrado por aquel corredor. —Vale, tú me has ayudado a vencer al guardián por lo que no tengo problemas en darte una parte.— le dijo a Vongola. —Pero tú simplemente has encontrado esto de casualidad... Te daré una parte, más pequeña, con la única intención de que todos salgamos ganando y contentos. Yo me llevaré la mayor parte pues, aunque quisierais, no podréis cargar con todo este tesoro. Si alguno no está de acuerdo, podemos discutir los términos y condiciones ahora.— concluyó Haine, haciendo que Shiro se mostrara más agresivo y que el sonido de su gruñido resonara por toda la habitación.
Tras sus palabras los dos guardianes de granito (estatuas que había poseído) desanudaron una bolsa que el animal cargaba desde que había salido del barco y que estaba llena de maniquíes. Arrojaron los maniquíes por aquella falla y con ayuda de los Dugongs bajo una orden de Haine comenzaron a llenar dicha bolsa con todos los tesoros posibles, acuñando una gran parte. El dron Jackal estaba dañado, pero todavía podía llevar parte del tesoro encima suyo por lo que también fue cargado. Seis Dugongs y un jefe Dugong también se cargaron con todo lo que pudieron que, si bien sus cuerpos no eran muy grandes, su fuerza era mucho mayor que la de Haine por lo que podrían transportar una cantidad decente. Haine tomó el aerodeslizador Typhoon bajo su brazo, al fin y al cabo tendría que repararlo más tarde. Shiro tomó la bolsa más grande del tesoro y las dos estatuas recogieron todo el oro posible sin dejar de estar poseídas por el poder del albino. De hecho una tercera estatua fue a ayudarles, de modo que pudieran cargar con casi todo. Probablemente hubiera tapices, banderas o alfombras que les servirían para transportar el tesoro.
Trató de tomarlo todo, pero dejando una parte para Vongola y el recién llegado. Evidentemente él había cogido bastante más, pero se lo merecía. Si alguno de los dos se volvía demasiado codicioso solo tendría que activar la trampa mortal de las estacas con su poder en la entrada cuando menos se lo esperaran. Inesquivable y completamente letal. Si todo salía bien volvería al barco donde su improvisado timonel lo esperaba y, por fin, partiría a Johota para volver a ver a Eris tras casi tres años sin verla.
Resumen: No posee el arma legendaria y deja que caiga en las profundidades del mar. Con 3 estatuas poseídas, 1 perro gigante, 7 dugongs y 1 dron se lleva el 70% del tesoro y, si los demás no pueden cargar el resto, se lleva eso también (siempre y cuando el mod lo vea apropiado).
Caminó hacia adelante contemplando aquel lugar. Su atención fue captada por una estatua que sin duda tenía un "halo" extraño sobre sí misma, quizás algún tipo de presentimiento pero sabía que era más valiosa que el resto. Se acercó para tocarla y verla más de cerca, pero antes de que pudiera hacerlo su sentido del Haki mantra se activó denotando una presencia muy lejos en aquella isla y, acto seguido, la imperiosa necesidad de saltar hacia atrás. La isla fue cortada en dos mitades estando a punto de pillar a Haine en el proceso. Si hubiera caminado un par de pasos más ahora estaría tirado en el suelo en dos pedazos, pero por suerte supo quedarse quieto ante ese peligro. Observó cómo parte de aquel tesoro se caía por un precipicio que llegaba hasta el mar, incluyendo así la estatua que le había parecido tan valiosa. Alzó la mano pero la detuvo dudando cuando una voz se escuchó por toda la isla. Estuvo a punto de poseer aquella estatua pero no lo hizo, dejando que se cayera por el precipicio perdiéndose para siempre.
Una mano gigante se abalanzó contra él o contra la estatua pero fue detenida por un hombre, podía sentir la presencia de esos dos individuos con su mantra perfectamente. Tras unos segundos de lo que parecía ser una furiosa pelea todo volvió a "la normalidad", dejando a Haine de pie justo delante de la falla y observando cómo algunas monedas del tesoro se caían hasta el infinito. —Tenemos que darnos prisa. Si son listos habrán visto la cámara del tesoro, nos lo llevaremos todo ahora mismo.— mencionó Haine sin girar su cuerpo, todavía sorprendido por aquel enorme ataque que había partido la isla en dos. Entonces algo llamó su atención, una nueva presencia que se acercaba por el pasillo de las estatuas. Se dio la vuelta con prisa y lo interceptó en la entrada a la cámara con su pistola indestructible en la mano, apuntándole. Lo miró detenidamente, estaba solo con alguna clase de ser viviente a su lado. Era Arribor Neus, aunque no tenía la intención de conocerlo ni tiempo para dar explicaciones.
—Evitemos transformar esto en una guerra por el tesoro y larguémonos antes de que venga más gente.— comenzó a decir Haine, guardando la pistola. Shiro, con sus cinco metros y algo más cómodo en aquella estancia pues era bastante más grande, gruñía sujetando su gran espada que era difícil cuestionarse cómo había entrado por aquel corredor. —Vale, tú me has ayudado a vencer al guardián por lo que no tengo problemas en darte una parte.— le dijo a Vongola. —Pero tú simplemente has encontrado esto de casualidad... Te daré una parte, más pequeña, con la única intención de que todos salgamos ganando y contentos. Yo me llevaré la mayor parte pues, aunque quisierais, no podréis cargar con todo este tesoro. Si alguno no está de acuerdo, podemos discutir los términos y condiciones ahora.— concluyó Haine, haciendo que Shiro se mostrara más agresivo y que el sonido de su gruñido resonara por toda la habitación.
Tras sus palabras los dos guardianes de granito (estatuas que había poseído) desanudaron una bolsa que el animal cargaba desde que había salido del barco y que estaba llena de maniquíes. Arrojaron los maniquíes por aquella falla y con ayuda de los Dugongs bajo una orden de Haine comenzaron a llenar dicha bolsa con todos los tesoros posibles, acuñando una gran parte. El dron Jackal estaba dañado, pero todavía podía llevar parte del tesoro encima suyo por lo que también fue cargado. Seis Dugongs y un jefe Dugong también se cargaron con todo lo que pudieron que, si bien sus cuerpos no eran muy grandes, su fuerza era mucho mayor que la de Haine por lo que podrían transportar una cantidad decente. Haine tomó el aerodeslizador Typhoon bajo su brazo, al fin y al cabo tendría que repararlo más tarde. Shiro tomó la bolsa más grande del tesoro y las dos estatuas recogieron todo el oro posible sin dejar de estar poseídas por el poder del albino. De hecho una tercera estatua fue a ayudarles, de modo que pudieran cargar con casi todo. Probablemente hubiera tapices, banderas o alfombras que les servirían para transportar el tesoro.
Trató de tomarlo todo, pero dejando una parte para Vongola y el recién llegado. Evidentemente él había cogido bastante más, pero se lo merecía. Si alguno de los dos se volvía demasiado codicioso solo tendría que activar la trampa mortal de las estacas con su poder en la entrada cuando menos se lo esperaran. Inesquivable y completamente letal. Si todo salía bien volvería al barco donde su improvisado timonel lo esperaba y, por fin, partiría a Johota para volver a ver a Eris tras casi tres años sin verla.
Resumen: No posee el arma legendaria y deja que caiga en las profundidades del mar. Con 3 estatuas poseídas, 1 perro gigante, 7 dugongs y 1 dron se lleva el 70% del tesoro y, si los demás no pueden cargar el resto, se lleva eso también (siempre y cuando el mod lo vea apropiado).
- Tesoro:
- ¿Qué os parece...?
70% - Haine
20% - Vongola
10% - Arribor
Un 10% puede parecer poco, pero siguen siendo 210 Millones. En cualquier caso tendréis que ver cómo lo transportáis, imagino que podéis decir que tomáis una alfombra o algo para enrroscarlo. En cualquier caso, si sobra algo de tesoro no os preocupéis, que mi barco está atracado en la costa y tengo muchos drones para transportarlo.
William White
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Tras comenzar a descender los primeros escalones de la estancia, un fuerte ruido se escucho fuera, parecía como si un rayo hubiera partido la isla en dos, el sonido sin duda podría indicar que estábamos ante el final del mundo, pero pese a que yo podía quedar sepultado en la estancia continúe caminando encendiendo un farol con gran cautela, el cual estaba al pie de la escaleras. Tras fallar en dos ocasiones conseguí encender el farol, y comnce a caminar por el pasillo.
Tras caminar durante menos de 10 segundos parecí entrar en lo que era una cripta, todo estaba lleno de polvo y bichos, era una tumba y yo era un curioso asaltatumbas, comencé a leer los nombres de los que yacían allí enterrados, tal vez perturbando un poco su eterno sueño. Tras abrir un par de tumbas y no encontrar nada reseñable salvo los restos de unos pocos mortales, me fije un poco más en la estancia, era siniestra tétrica, aunque esa palabra allí carecía de sentido, todo en aquella isla era así, por lo que ya era hasta normal. Había un gran numero de estatuas, pero una estaba en el centro y parecía custodiar algo, tras acercarme para estudiarla, comprobé que sostenía religiosamente una espada. Tras mirarla con detenimiento me vino un flash, el cual me hizo recordar el nombre de lo que acababa de encontrar.
-Su nombre significa "rápido". Es una de las espadas más versátiles y rápidas conocidas, ligera como pocas. Perteneció muchos años a un legendario Marine, pero la perdió en una batalla y ahora me pertenece, sin duda esto es obra del Destino, ¿No crees Ryo Wazamono Hayai?- le susurre a la estancia y a la katana en particular, mientras al desenvainaba y veía el tenue brillo de su filo.
Su estado era inmejorable, tras observarla con detenimiento y escuchar más temblores decidí salir aprisa, del la capilla, el lugar comenzó a caerse abajo y saliendo algo apurado del lugar salí a la superficie. El bosque que rodeaba a la capilla estaba completamente desaparecido, y la isla, el mar y el cielo, parecían haber sido cortadas por la mitad.
En la superficie había un gran número de presencias. Todas fuertes, unas cuantas parecían desaparecer...Un gran número de agentes del gobierno pasaron a toda prisa a mi lado esfumándose, tan rápido como habían aparecido, un repentino aviso de evacuación sonó proveniente de unos barcos pertenecientes a la marina:
-"Parece que me he perdido toda la acción, aún así el viaje a merecido la pena, me temo que esta vez no seré yo quien escriba esta historia"-pensé para mis adentros mientras me subía a uno de los barco de la marina mientras miraba con admiración mi recien adquirida katana.
Tras caminar durante menos de 10 segundos parecí entrar en lo que era una cripta, todo estaba lleno de polvo y bichos, era una tumba y yo era un curioso asaltatumbas, comencé a leer los nombres de los que yacían allí enterrados, tal vez perturbando un poco su eterno sueño. Tras abrir un par de tumbas y no encontrar nada reseñable salvo los restos de unos pocos mortales, me fije un poco más en la estancia, era siniestra tétrica, aunque esa palabra allí carecía de sentido, todo en aquella isla era así, por lo que ya era hasta normal. Había un gran numero de estatuas, pero una estaba en el centro y parecía custodiar algo, tras acercarme para estudiarla, comprobé que sostenía religiosamente una espada. Tras mirarla con detenimiento me vino un flash, el cual me hizo recordar el nombre de lo que acababa de encontrar.
-Su nombre significa "rápido". Es una de las espadas más versátiles y rápidas conocidas, ligera como pocas. Perteneció muchos años a un legendario Marine, pero la perdió en una batalla y ahora me pertenece, sin duda esto es obra del Destino, ¿No crees Ryo Wazamono Hayai?- le susurre a la estancia y a la katana en particular, mientras al desenvainaba y veía el tenue brillo de su filo.
Su estado era inmejorable, tras observarla con detenimiento y escuchar más temblores decidí salir aprisa, del la capilla, el lugar comenzó a caerse abajo y saliendo algo apurado del lugar salí a la superficie. El bosque que rodeaba a la capilla estaba completamente desaparecido, y la isla, el mar y el cielo, parecían haber sido cortadas por la mitad.
En la superficie había un gran número de presencias. Todas fuertes, unas cuantas parecían desaparecer...Un gran número de agentes del gobierno pasaron a toda prisa a mi lado esfumándose, tan rápido como habían aparecido, un repentino aviso de evacuación sonó proveniente de unos barcos pertenecientes a la marina:
-"Parece que me he perdido toda la acción, aún así el viaje a merecido la pena, me temo que esta vez no seré yo quien escriba esta historia"-pensé para mis adentros mientras me subía a uno de los barco de la marina mientras miraba con admiración mi recien adquirida katana.
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Midorima quedó helado al ver cómo es que de la nada, el bosque donde se encuentran es absorbido y entonces se inicia una cruenta batalla entre grandes poderes, estaba pegado al suelo sin posibilidad de moverse, en el aire un pájaro con un hombre a sus espaldas luchaba contra el árbol gigante mientras que a lo lejos lograba ver humo que le indicaba que había fuego. Midorima planeaba escapar y dejar todo atrás, pero el destino es cruel, de la nada el centauro que custodiaba la entrada del castillo los ve, habían perdido su único escudo para evitar una pelea directa, estaban perdidos. Pero nota como es que se frena, dice algunas palabras y se queda viendo la cruenta batalla que ocurre en la isla, era la oportunidad para escapar pero entonces siente como es que la isla es partida en dos, y al final ve como varias personas caen en el agua…el centauro da un grito de muerte y desaparece en el acto, al parecer todo había acabado. Midorima de la impresión dio un gran suspiro antes de hacer que su corazón volviera a la normalidad.
Vaya a eso le llamo suerte…creo.
Dice en un leve susurro mezclado con risas nerviosas, de repente, siente un gran peso en sus pantalones y de hecho, estos se rompen quedando así en sus bóxer de patito que llevaba, no le interesaba y ve una fruta con aspecto extraño botada en el suelo, seguramente era una akuma no mi…pero aun así era extraño encontrarla, la recogió del suelo para analizarla mejor, no tenía intenciones de comerse una fruta que podría ser una perdición en vez de un beneficio, suspiró tranquilamente mientras que agarraba lo que quedaba de su pantalón, hizo una pequeña bolsa y la guardó ahí, la iba a tener mientras pensaba que hacer con esa cosa. Luego de eso escucha como como es que le daban permiso para irse de la isla, al parecer, la batalla al fin había acabado ahora solo debía volver a su barco e irse de aquí, esta pesadilla al fin había acabado.
Midorima empezó a caminar rumbo a su barco, necesitaba bañarse, dormir y luego tomarse unas merecidas vacaciones, no tenía idea de cómo es que había quedado aquí pero sumando y restando la aventura había sido divertida, aparte se había hecho más fuerte y también tenía una akuma no mi en su poder, había ganado muchas cosas. Ahora era hora de irse de esta isla. Ya no tenía nada más que hacer en esta isla, caminaba tranquilamente dudaba mucho que saliera algún enemigo más y ahora podía bajar al fin la guardia, podía relajarse al fin. Ya todo había acabado.
Vaya a eso le llamo suerte…creo.
Dice en un leve susurro mezclado con risas nerviosas, de repente, siente un gran peso en sus pantalones y de hecho, estos se rompen quedando así en sus bóxer de patito que llevaba, no le interesaba y ve una fruta con aspecto extraño botada en el suelo, seguramente era una akuma no mi…pero aun así era extraño encontrarla, la recogió del suelo para analizarla mejor, no tenía intenciones de comerse una fruta que podría ser una perdición en vez de un beneficio, suspiró tranquilamente mientras que agarraba lo que quedaba de su pantalón, hizo una pequeña bolsa y la guardó ahí, la iba a tener mientras pensaba que hacer con esa cosa. Luego de eso escucha como como es que le daban permiso para irse de la isla, al parecer, la batalla al fin había acabado ahora solo debía volver a su barco e irse de aquí, esta pesadilla al fin había acabado.
Midorima empezó a caminar rumbo a su barco, necesitaba bañarse, dormir y luego tomarse unas merecidas vacaciones, no tenía idea de cómo es que había quedado aquí pero sumando y restando la aventura había sido divertida, aparte se había hecho más fuerte y también tenía una akuma no mi en su poder, había ganado muchas cosas. Ahora era hora de irse de esta isla. Ya no tenía nada más que hacer en esta isla, caminaba tranquilamente dudaba mucho que saliera algún enemigo más y ahora podía bajar al fin la guardia, podía relajarse al fin. Ya todo había acabado.
- Último resumen :D:
- Cojo la fruta, la guardó en una bolsita hecha de mi pantalón y luego me voy hacía mi barco para irme de la isla. Karl, fue un gran capítulo. Gracias por esta aventura, estuvo siempre interesante. Eres genial.
Flea
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Los golpes fueron efectivos en el lobo, pero no fueron lo suficientemente fuertes como para hacerlo caer. Un recluta de la Marine llegó a nosotros y cortó de una patada al hombre-lobo. Yo me coloqué en guardia, por las dudas de que el Marine nos descubriera. El otro enemigo, el árbol, fue atravesado por un dedo del mismo recluta y luego se fusionó con todos los árboles del bosque, haciéndose gigante. Lo primero que hice fue sostener a nuestro compañero árbol para que no fuera arrastrado.
Acto seguido, el árbol enorme era un peligro para la isla entera, por suerte el Comandante Azumi Kento estaba allí para defendernos. Mi cabeza comenzaba a dar vueltas, no sabía que me ocurría, hasta que me desmayé, quizás al cansancio, o debido a semejante pelea, no lo sé. Fui despertado por una intensa luz verde, proveniente del castillo. ¿Sería ese Hades? Cuanto misterio había, sinceramente no tenía ni idea de qué estaba pasando.
[...]
Lo cierto es que al final de todo, los Marines y miembros del Cipher Pol dejaron escapar a los criminales como yo, por lo que transformé a mi espada en el rinoceronte negro que su Akuma le dejaba, y me subí a él. Rhino corrió hasta el puerto, donde volvió a su forma de espada. La cogí, y me subí a un bote desalojado que había en el puerto. Una lástima no haberme quedado con el tesoro, ni siquiera haber cumplido la misión que la revolución nos dio a mí y a Leonel, pero por suerte había terminado vivo.
Acto seguido, el árbol enorme era un peligro para la isla entera, por suerte el Comandante Azumi Kento estaba allí para defendernos. Mi cabeza comenzaba a dar vueltas, no sabía que me ocurría, hasta que me desmayé, quizás al cansancio, o debido a semejante pelea, no lo sé. Fui despertado por una intensa luz verde, proveniente del castillo. ¿Sería ese Hades? Cuanto misterio había, sinceramente no tenía ni idea de qué estaba pasando.
[...]
Lo cierto es que al final de todo, los Marines y miembros del Cipher Pol dejaron escapar a los criminales como yo, por lo que transformé a mi espada en el rinoceronte negro que su Akuma le dejaba, y me subí a él. Rhino corrió hasta el puerto, donde volvió a su forma de espada. La cogí, y me subí a un bote desalojado que había en el puerto. Una lástima no haberme quedado con el tesoro, ni siquiera haber cumplido la misión que la revolución nos dio a mí y a Leonel, pero por suerte había terminado vivo.
- The Last Summary:
- Luego de lo narrado por Karl, transformé a mi espada en Rinoceronte y me llevó al puerto, donde robé un bote y escapé de la isla. Gran capítulo Karl, la he pasado de maravillas.
Vongola Ryohei
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Haine logra abrir la puerta que anteriormente guardaba la estatua y, al igual que él, yo me mantengo atento a cualquier posible trampa que se encuentre tras las mismas. Sin embargo y para mi sorpresa no hay ninguna trampa tras las mismas y todo lo que puedo ver son monedas, objetos, estatuas y muchos otros tesoros de valor incalculable lo que significa que al salir de la estancia podremos vivir el resto de nuestra vida sin hacer nada y aún nos sobraría el dinero. Haine se adelanta caminando hacia el tesoro y parece interesarse por una estatua en particular pero algo parece preocuparle ya que de pronto retrocede y acto seguido un enorme boquete se abre frente a nosotros dejándome con los ojos abiertos de par en par. El que haya causado semejante destrucción es realmente formidable y además, la rapidez con la que se movió mi compañero temporal ya que una persona normal hubiese muerto, incluso puede que yo no hubiese reaccionado con la suficiente rapidez para salir ileso.
Muy pronto se ve un efecto secundario del enorme agujero que partió la cámara por la mitad, gran cantidad del tesoro empieza a caer al mar incluyendo la estatua que parece ser la más valiosa de todo lo que se encuentra en el lugar. Al mismo tiempo se escucha una extraña voz y luego el peliblanco dice que hay que irse y llevarse todo el tesoro ya que es muy probable que los demás hayan visto la cámara y quieran reclamar su parte del botín. Justo cuando me decido a comenzar a reunir mi parte del botín cuando noto una nueva presencia cerca por lo que me giro para comprobar de qué o quién se trata y veo a un joven de pelo castaño y un parche en el ojo. Tras un pequeño recordatorio de la premura de largarse Haine repartió los beneficios diciendo que se lleva la mayor parte y otorgándome parte del tesoro por ayudarlo y dice no tener problemas en ello y que solo le otorgará una pequeña parte al otro para evitar conflictos enfatizando que aunque quisiéramos no podríamos cargar más. Miro con tranquilidad a Haine y digo Me parece bien lo que dices, es más, no me interesa un conflicto y mucha carga ahora mismo ya que dependo de gente desconocida para irme así que con una parte del tesoro me vale. Por cierto, cuídate las costillas y reposa que aunque te haya hecho curativos fueron muy básicos y te esforzaste en una pelea. Sin más cojo uno de los tapices y empiezo a llenarlo de monedas de oro, joyas, coronas y otros objetos de pequeño tamaño hasta que el tapiz se encuentre casi desbordado. Para evitar pérdidas me deshago de mi cinta y mis pantalones para atar bien el tapiz y empiezo a caminar hacia la salida ya que no me interesa tener que lidiar con los buitres que aparecerán pronto, mi destino es claro, mi isla natal donde me haré una revisión de mis implantes y a lo mejor el maestro Yasha me otorga alguna mejora.
Muy pronto se ve un efecto secundario del enorme agujero que partió la cámara por la mitad, gran cantidad del tesoro empieza a caer al mar incluyendo la estatua que parece ser la más valiosa de todo lo que se encuentra en el lugar. Al mismo tiempo se escucha una extraña voz y luego el peliblanco dice que hay que irse y llevarse todo el tesoro ya que es muy probable que los demás hayan visto la cámara y quieran reclamar su parte del botín. Justo cuando me decido a comenzar a reunir mi parte del botín cuando noto una nueva presencia cerca por lo que me giro para comprobar de qué o quién se trata y veo a un joven de pelo castaño y un parche en el ojo. Tras un pequeño recordatorio de la premura de largarse Haine repartió los beneficios diciendo que se lleva la mayor parte y otorgándome parte del tesoro por ayudarlo y dice no tener problemas en ello y que solo le otorgará una pequeña parte al otro para evitar conflictos enfatizando que aunque quisiéramos no podríamos cargar más. Miro con tranquilidad a Haine y digo Me parece bien lo que dices, es más, no me interesa un conflicto y mucha carga ahora mismo ya que dependo de gente desconocida para irme así que con una parte del tesoro me vale. Por cierto, cuídate las costillas y reposa que aunque te haya hecho curativos fueron muy básicos y te esforzaste en una pelea. Sin más cojo uno de los tapices y empiezo a llenarlo de monedas de oro, joyas, coronas y otros objetos de pequeño tamaño hasta que el tapiz se encuentre casi desbordado. Para evitar pérdidas me deshago de mi cinta y mis pantalones para atar bien el tapiz y empiezo a caminar hacia la salida ya que no me interesa tener que lidiar con los buitres que aparecerán pronto, mi destino es claro, mi isla natal donde me haré una revisión de mis implantes y a lo mejor el maestro Yasha me otorga alguna mejora.
- resumen:
- Me quedo perplejp ante el corte y acepto las condiciones de Haine partiendo posteriormente a la salida para dirigirme a mi isla natal. En total me llevé un 20% del tesoro, lo que son unos 420 millones.
Kokonoe Toru
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Seguía caminando tras Kaito hacia el castillo mientras una intensa luz ilumina la isla. Varios acontecimientos se siguen, aparecen grandes luchadores y una feroz batalla empieza pero eso no me afecta, ahora lo importante es que nos deshicimos de varios enemigos sin muchas complicaciones con combinaciones potentes entre los tres miembros del gremio. Entre los cuerpos de los enemigos que vencimos pude ver el cuerpo de Jean-Luke, un criminal buscado con unos 80 millones por su cabeza. Sin esperar a que alguien se hiciera con el cuerpo apoyo las manos en el suelo y creo alrededor de su cuerpo una especie de carro de piedra unido a una vara que acababa en mi mano. Al empezar a caminar miro a un lado en una especie de arbusto un fruto de extraño aspecto por lo que por simple curiosidad la recogí y dije a Kaito Creo que es mejor irnos ya, las cosas se están descontrolando. Sin esperar la respuesta de Kaito me di la vuelta y me encaminé al barco ya que me interesaba reunirme con Mia y entregar al cadáver por su recompensa.
Roland von Klauswitz
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En un instante todo cambió a su alrededor. El hombre-lobo y el árbol tenían aparentemente las de perder, lo que llevó al lobo a enfurecerse. Aquella bestia levantó su espada y preparó un nuevo ataque, presumiblemente más devastador que los anteriores. Kodama ya se encaminaba hacia él dispuesto a poner fin al combate, cuando un marine apareció de entre la maleza. A juzgar por su uniforme parecía no ser más que un mero recluta, un soldado totalmente fuera de lugar en un sitio como aquel. Y o peor era que ni siquiera mostraba signos de ser consciente de la situación. El marine se paró a mirar con curiosidad lo que ocurría, como si todo aquello fuese algo de lo más normal. Sin embargo no tardó en mostrar sus verdaderas intenciones.
El hombre-árbol ya iba a ordenarle que se alejara cuando este desapareció. Un instante después se encontraba despedazando al gran hombre-lobo con una patada que apenas llegó a ver, para luego atravesar con su propio dedo al otro enemigo un segundo más tarde. El Roble se quedó perplejo ante aquella repentina muestra de salvajismo. Era imposible para un recluta hacer algo así, por lo que no tardó en venirle algo a la mente. Sin duda se trataba de uno de esos misteriosos agentes secretos. Debido a su rango tenía conocimiento de la existencia del grupo conocido como Cipher Pol, especializado en las misiones más sucias del Gobierno Mundial, pero no esperaba ver a uno de ellos allí. Supuso que el gobierno se había cansado de esperar y había decidido intervenir en la isla.
En ese momento, el hombre que se fusionaba con los árboles se levantó y saltó hacia otro de ellos, absorbiendo con él todos los árboles de las proximidades para aumentar su tamaño a una escala absurda. Mientras tanto, una súbita y violenta explosión se escucha a lo lejos, seguida de una ráfaga de aire tan potente como breve. Ante el curioso grupo allí formado se alzaba un gigantesco ser formado por árboles. Cientos de metros de altura formado por lo que antes había sido un frondoso bosque. Una tragedia natural en sí mismo. El hombre-árbol contempló espantado lo que sucedía con su especie y visualizaba mentalmente alguna forma de poder hacer frente a esa bestia. En su mente no había espacio para nada más que no fuese vengarse de quien había dañado al bosque, hasta el extremo de no darse cuenta siquiera de la aparición de uno de los líderes revolucionarios ni de la tormenta de arena desatada cerca de allí. Lo único que le sacó de sus pensamientos fue el inmenso rayo de luz proyectado hacia el cielo, cegándole con su potencia.
Entonces abrió los ojos. Sin duda debía estar soñando, lo que sucedía no podía ser real. Como por arte de magia , una inmensa grieta, tan grande que parecía que separaba la propia isla, había aparecido a poca distancia de allí, dividiendo el castillo en dos. Aunque fue consciente de la realidad al ver como el coloso de árboles era despedazado. Durante unos segundos le invadió una calma extrema, como si todo a su alrededor se hubiese detenido. Kodama se acercó a la grieta y contempló la enorme cantidad de oro que caía al mar, pensando en si todo aquello había valido la pena. Luego vio el amanecer y supo que habían acabado allí para bien o para mal. No parecía que fuesen a surgir más monstruos infernales ni más criaturas siniestras. La noche había llegado a su fin y con ella su misión. Solo quedaba regresar.
El hombre-árbol ya iba a ordenarle que se alejara cuando este desapareció. Un instante después se encontraba despedazando al gran hombre-lobo con una patada que apenas llegó a ver, para luego atravesar con su propio dedo al otro enemigo un segundo más tarde. El Roble se quedó perplejo ante aquella repentina muestra de salvajismo. Era imposible para un recluta hacer algo así, por lo que no tardó en venirle algo a la mente. Sin duda se trataba de uno de esos misteriosos agentes secretos. Debido a su rango tenía conocimiento de la existencia del grupo conocido como Cipher Pol, especializado en las misiones más sucias del Gobierno Mundial, pero no esperaba ver a uno de ellos allí. Supuso que el gobierno se había cansado de esperar y había decidido intervenir en la isla.
En ese momento, el hombre que se fusionaba con los árboles se levantó y saltó hacia otro de ellos, absorbiendo con él todos los árboles de las proximidades para aumentar su tamaño a una escala absurda. Mientras tanto, una súbita y violenta explosión se escucha a lo lejos, seguida de una ráfaga de aire tan potente como breve. Ante el curioso grupo allí formado se alzaba un gigantesco ser formado por árboles. Cientos de metros de altura formado por lo que antes había sido un frondoso bosque. Una tragedia natural en sí mismo. El hombre-árbol contempló espantado lo que sucedía con su especie y visualizaba mentalmente alguna forma de poder hacer frente a esa bestia. En su mente no había espacio para nada más que no fuese vengarse de quien había dañado al bosque, hasta el extremo de no darse cuenta siquiera de la aparición de uno de los líderes revolucionarios ni de la tormenta de arena desatada cerca de allí. Lo único que le sacó de sus pensamientos fue el inmenso rayo de luz proyectado hacia el cielo, cegándole con su potencia.
Entonces abrió los ojos. Sin duda debía estar soñando, lo que sucedía no podía ser real. Como por arte de magia , una inmensa grieta, tan grande que parecía que separaba la propia isla, había aparecido a poca distancia de allí, dividiendo el castillo en dos. Aunque fue consciente de la realidad al ver como el coloso de árboles era despedazado. Durante unos segundos le invadió una calma extrema, como si todo a su alrededor se hubiese detenido. Kodama se acercó a la grieta y contempló la enorme cantidad de oro que caía al mar, pensando en si todo aquello había valido la pena. Luego vio el amanecer y supo que habían acabado allí para bien o para mal. No parecía que fuesen a surgir más monstruos infernales ni más criaturas siniestras. La noche había llegado a su fin y con ella su misión. Solo quedaba regresar.
AlexEmpanadilla
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Alex sobrevolaba el bosque observando el panorama, cuando de repente todos los árboles empezaron a moverse hacia un punto del bosque. Sería lo que llamaban migración anual. Aquello no le preocuparía de no ser porque los árboles parecieron crear una especie de ser gigantesco y vegetal, que se alzó varias decenas de metros. Era bastante grande. Algo frío cayó en la nariz del doctor, y éste alzo la vista ¿un copo de nieve? Pero si estaban en otoño... ¿no? El médico observó la luz volviéndose verde por momentos. Aquello sí que era raro, y no tenía nada que ver con un evento natural. Empezó a volar hacia el ser gigantesco de árboles, cuando un rayo antinatural de energía verdosa cayó sobre él, fulminándolo al instante.
Abrió los ojos. Estaba un poco dolorido. ¿Dónde estaba? ¿Y por qué le dolía tanto la cabeza? El sol brillaba en el cielo. Trató de incorporarse y recoger sus cosas: "Oh, dios... es la última vez que ceno picante antes de dormir. No, espera..." el médico se llevó la mano a la barriga, que le rugía del hambre. Aquel dolor de cabeza le resultaba familiar. Como cuando... cuando...
- ¡OH, MIERDA! -el médico trató de elevarse en el aire transformado en cloro, pero no lo logró. Había vuelto a perder su akuma. Se llevó la mano a la cara, con exasperación, y metió la mano en su maletín, de donde sacó un racimo de uvas. Sacó una que tenía unas extrañas espirales y se la llevó a la boca. Aquel asqueroso sabor le llenó la boca. Odiaba comer aquella mierda, pero no le quedaba otra. Si Derian le veía volver sin su fruta, posiblemente se pusiera pesado en salir a buscarla. Y no quería aguantarlo después de aquella noche. Sin duda, había sido una noche para olvidar. Se levantó y empezó a caminar por el bosque sin árboles. Frente a él, unas ruinas que no logró reconocer, al otro lado de un abismo. Entonces se dio cuenta de que toda la isla estaba... ¿separada? como si alguien la hubiera cortado en dos.
- Vaya... -el médico se llevó la mano a la cabeza, y se rascó. ¿Dónde habría dejado a Derian? En serio, aquel hombre era incorregible, siempre metiéndose en líos. Todo lo contrario a él, un médico respetable que no había hecho nada peligroso en toda la noche. voló hacia el caserón. Lo había sentido por última vez allí. Empezó a buscar por las salas arrasadas. Nada interesante. Reconoció aquella sala en la que acababa de entrar. Con temor, giró la cabeza hacia un lado. Entonces lo vio. Tan hortera como siempre. El estúpido tapiz. Maldita sea. Voló hacia él y lo observó de cerca. Ni un rasguño. ¿En serio la bomba no le había hecho daño? Suspiró y murmuró para sí:
- Bueno, seguro que con una capa de tinte hasta hace una buena capa. -lo agarró y se lo llevó. Al fin y al cabo, ahí no iba a hacer nada. Salió volando por la ventana, en dirección a la costa, para encontrar el barco de Derian.
Abrió los ojos. Estaba un poco dolorido. ¿Dónde estaba? ¿Y por qué le dolía tanto la cabeza? El sol brillaba en el cielo. Trató de incorporarse y recoger sus cosas: "Oh, dios... es la última vez que ceno picante antes de dormir. No, espera..." el médico se llevó la mano a la barriga, que le rugía del hambre. Aquel dolor de cabeza le resultaba familiar. Como cuando... cuando...
- ¡OH, MIERDA! -el médico trató de elevarse en el aire transformado en cloro, pero no lo logró. Había vuelto a perder su akuma. Se llevó la mano a la cara, con exasperación, y metió la mano en su maletín, de donde sacó un racimo de uvas. Sacó una que tenía unas extrañas espirales y se la llevó a la boca. Aquel asqueroso sabor le llenó la boca. Odiaba comer aquella mierda, pero no le quedaba otra. Si Derian le veía volver sin su fruta, posiblemente se pusiera pesado en salir a buscarla. Y no quería aguantarlo después de aquella noche. Sin duda, había sido una noche para olvidar. Se levantó y empezó a caminar por el bosque sin árboles. Frente a él, unas ruinas que no logró reconocer, al otro lado de un abismo. Entonces se dio cuenta de que toda la isla estaba... ¿separada? como si alguien la hubiera cortado en dos.
- Vaya... -el médico se llevó la mano a la cabeza, y se rascó. ¿Dónde habría dejado a Derian? En serio, aquel hombre era incorregible, siempre metiéndose en líos. Todo lo contrario a él, un médico respetable que no había hecho nada peligroso en toda la noche. voló hacia el caserón. Lo había sentido por última vez allí. Empezó a buscar por las salas arrasadas. Nada interesante. Reconoció aquella sala en la que acababa de entrar. Con temor, giró la cabeza hacia un lado. Entonces lo vio. Tan hortera como siempre. El estúpido tapiz. Maldita sea. Voló hacia él y lo observó de cerca. Ni un rasguño. ¿En serio la bomba no le había hecho daño? Suspiró y murmuró para sí:
- Bueno, seguro que con una capa de tinte hasta hace una buena capa. -lo agarró y se lo llevó. Al fin y al cabo, ahí no iba a hacer nada. Salió volando por la ventana, en dirección a la costa, para encontrar el barco de Derian.
- Y bueno...:
- El tapiz va a ser la capa que voy a poner en mi ficha ahora (objeto de poder menor obtenido en la lotería de navidad)
Lykanrock94
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Con las heridas vendadas y apoyado sobre un árbol uno de los pocos que quedaban, me encontraba yo viendo como la noche de la isla de Sunaba tocaba a su fin. Estando casi un poco alejado de la entrada del bosque en el cuál podías acceder a través de la aldea, pude oír un ruido como si un tipo de madera se resquebrajaba. Alcé la vista al cielo y allí estaba un gran coloso de madera, en combate con un pájaro y un tipo. Había que estar muy loco para enfrentarse con un engendro así, pero si lo hacía es que estaba muy seguro de sus habilidades. Un tormenta de arena azotaba aquella zona pero en seguida me puse a pensar. Yo había derrotado al tipo de la logia de Arena y tras derrotarlo ingerí su Akuma no mi. ¿Como era posible que hubiera otro ser que no fuera yo que podía invocar así a la Arena tan fácilmente?
Me levanté como pude ya que estaba lleno de magulladuras y de heridas por el combate contra el traidor de Subaku. Con la mano puesta en la altura del abdomen, comencé a andar y mientras lo hacía note como si la isla se separaba en dos, haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo. Me volví a levantar y miré hacia donde había escuchado ese estruendo. Era por la altura del castillo si no me equivoco. El sonido era como si una grita separase la isla, de mitad a mitad. Comencé a andar de nuevo hacia la aldea para que con suerte viera a algún compañero Marine. Algo me decía que esta misión había tocado a su fin.
Quince minutos mas tarde ya en la aldea, escuche por unos megáfonos que todos los criminales a excepción de la banda de Hades, se les permitía irse. A los cazadores se les dieron 5.000.000 de berries por lo que hubieran cazado y que a nosotros los Marines, los que hubiéramos participado en esta misión nos darían dos medallas al mérito. Dos medallas al mérito para mi, era algo que aún no había podido conseguir. Las luciría con orgullo pues era un tesoro para mi, aunque el mayor tesoro fue conseguir una Akuma no mi.
- Por fin nos vamos, ahora toca reposar para curar bien las heridas y poder arrestar a la escoria pirata.
Dije aliviado, pues así no tendría que luchar contra nadie más en este estado hasta la próxima misión que debamos hacer. Así ya estaría recuperado del todo para dar caza a esa escoria que decían ser libres, los piratas.
Me levanté como pude ya que estaba lleno de magulladuras y de heridas por el combate contra el traidor de Subaku. Con la mano puesta en la altura del abdomen, comencé a andar y mientras lo hacía note como si la isla se separaba en dos, haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo. Me volví a levantar y miré hacia donde había escuchado ese estruendo. Era por la altura del castillo si no me equivoco. El sonido era como si una grita separase la isla, de mitad a mitad. Comencé a andar de nuevo hacia la aldea para que con suerte viera a algún compañero Marine. Algo me decía que esta misión había tocado a su fin.
Quince minutos mas tarde ya en la aldea, escuche por unos megáfonos que todos los criminales a excepción de la banda de Hades, se les permitía irse. A los cazadores se les dieron 5.000.000 de berries por lo que hubieran cazado y que a nosotros los Marines, los que hubiéramos participado en esta misión nos darían dos medallas al mérito. Dos medallas al mérito para mi, era algo que aún no había podido conseguir. Las luciría con orgullo pues era un tesoro para mi, aunque el mayor tesoro fue conseguir una Akuma no mi.
- Por fin nos vamos, ahora toca reposar para curar bien las heridas y poder arrestar a la escoria pirata.
Dije aliviado, pues así no tendría que luchar contra nadie más en este estado hasta la próxima misión que debamos hacer. Así ya estaría recuperado del todo para dar caza a esa escoria que decían ser libres, los piratas.
sinclair moon
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Grandes seres con malas intenciones se alzaban y caían, a manos de grandes héroes, otros seres caían porque entre los tres miembros del gremio que aun seguíamos allí, lográbamos deshacernos de ellos. Las cosas se estaban descontrolando y estaba a favor de la idea de mi compañero ed, lo mejor sería irse de aquella isla.
- Kaito yo estoy a favor de Ed, deberíamos irnos ya de esta isla, pero tu eres nuestro líder, tu tienes la última palabra.
- Kaito yo estoy a favor de Ed, deberíamos irnos ya de esta isla, pero tu eres nuestro líder, tu tienes la última palabra.
Etsu
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Por fin había terminado todo, pero no gracias a nosotros, sino por ayuda externa. Pero al menos supuse que algo habíamos hecho, aunque solo fuese entretenerlos. Estaba cansado, pero notaba una extraña sensación a mi alrededor, como si se tratase de murmullos silenciosos. Era una sensación extraña y un tanto desagradable, si me concentraba en una persona intuía segundos antes de que moviese un pie o un brazo que lo haría, pero solo era una leve intuición, sin llegar a mucho más.
Envainé mi katana, la cual estaba algo ensangrentada tras todo el combate. La herida de mi brazo empezaba a sangrar nuevamente, necesitaría seguramente algunos puntos. Por lo demás todo estaba bien, no me moví mucho de dónde me encontraba, solo me senté a esperar que todo pasase, que viniesen a recogernos y volver a casa.
Finalmente pensé que lo mejor era volver a algún sitio donde pudiesen encontrarme más fácilmente, por lo que me levante a la vez que tapaba la herida con la mano y ande con cuidado y lentitud hacia la playa donde habíamos desembarcado, donde seguramente seguirían los barcos.
Todo ello me ayudó, separarme un poco de la gente, caminar en solitario y dejar de escuchar aquellas voces mudas, mi cabeza parecía que iba a estallar de un momento a otro y solo quería hacer una cosa, llegar a casa y dormir. Dormir hasta estar cansado de hacerlo.
Envainé mi katana, la cual estaba algo ensangrentada tras todo el combate. La herida de mi brazo empezaba a sangrar nuevamente, necesitaría seguramente algunos puntos. Por lo demás todo estaba bien, no me moví mucho de dónde me encontraba, solo me senté a esperar que todo pasase, que viniesen a recogernos y volver a casa.
Finalmente pensé que lo mejor era volver a algún sitio donde pudiesen encontrarme más fácilmente, por lo que me levante a la vez que tapaba la herida con la mano y ande con cuidado y lentitud hacia la playa donde habíamos desembarcado, donde seguramente seguirían los barcos.
Todo ello me ayudó, separarme un poco de la gente, caminar en solitario y dejar de escuchar aquellas voces mudas, mi cabeza parecía que iba a estallar de un momento a otro y solo quería hacer una cosa, llegar a casa y dormir. Dormir hasta estar cansado de hacerlo.
Worgulv
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Los perros llegaban en manada, el hombre de armadura y Worgulv, podrían verse sobrepasados, los dos presentaban ciertas heridas, mientras amontonaban carne podrida a sus pies, sin embargo el hombre estaba encantado de ofrecer ese espectáculo a los dioses, con lo que una sonrisa iluminaba su cara. En medio de la refriega algo pareció elevarse a los cielos, todos los arboles fueron arrancados del suelo y mandados volando a ese amasijo de roca, tierra y madera, parecía que el mismísimo árbol del mundo había tomado forma física, eso les superaba, de pronto una figura lo combatió, un hombre montado en una bestia alada, seria su amigo?, el campo había quedado desierto después de la retirada del bosque, miro a su alrededor, no había mas enemigos, ya estaban cansados y heridos, y ahora una fuerza elemental enor... cortando el pensamiento del hombre, la isla se partió en dos, lo que casi desestabiliza al hombre y su compañero, Worgulv miro al cielo, y vio como ese amasijo de fuerza del bosque se partía en pedazos y caía a la tierra, `` por los dioses..´´ no sabia que se estaba fraguando en la isla, pero estaba muy por encima de un nivel convencional, parecía que el combate había terminado, el hombre agarro a un lobo, el que a su parecer tenia el mejor pellejo, no se quedaría sin trofeo, `` Hombre de armadura, tenemos que buscar amigo legim´´ , con ese pensamiento en la cabeza , se dirigió al lugar donde se habían dividido sus camaradas, de no encontrar a nadie tomaría rumbo al barco, con sus otros compañeros
Kaito Kazuki
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Akuma no mi
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El joven cazador se encuentra caminando hacia el castillo, todo marcha bien hasta que de pronto se desata una cruenta batalla entre seres horrendos, aves y héroes que acaba con un tajo impresionante en el suelo, que parte la isla en dos mitades, y eso indica el momento de marchar para el joven cazador. Así piensan también sus compañeros, Edward, que carga una carretilla con un cuerpo, y Sinclair, que los acompaña. |~Bueno, chicos, es momento de marchar, vayámonos a casa que hemos tenido un buen día de caza...~| Dice el espadachín mientras encabeza la comitiva.
Rainbow662
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Akuma no mi
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Su camino se iluminaba levemente al paso de su extraño transporte. De la boca de la morsa-dial surgía una luz lo bastante intensa como para poder ver por donde iba y fijarse en los múltiples grabados e iconos tallados en los pasillos de piedra. No estaba seguro de porqué alguien se tomaría tantas molestias solo para decorar un túnel oscuro, aunque supuso que si al final del mismo se escondía un gran tesoro, lo adecuado era ornamentar un poco el camino hasta él. Eso mismo le hizo pensar, algo raro en él, que si de verdad había un tesoro debería estar protegido de alguna forma. No creía que aquella loca de la cabaña fuese la única medida de protección contra los ladrones así que puso atención a donde pisaba. Más bien donde pisaba Franklin, pues Arribor había decidido utilizarlo como medio de transporte en compensación por los problemas que le había causado.
Durante unos minutos caminaron en la penumbra, siguiendo los ruidos lejanos que venían de los pasillos de delante. Sonaba como una pelea o tal vez se tratase de alguien que había caído en las trampas del sistema de seguridad. La verdad es que era tranquilizador pensar que si había trampas ocultas ya habían sido activadas por alguien más, aunque no le gustaba la idea de que se le hubiesen adelantado. Supuso que no le quedaría más remedio que seguir adelante y llevarse el oro a base de golpes. O eso o robárselo a quien lo cogiera. Tras pasar por un portón custodiado por los restos de una siniestra estatua, se encontraron en un pasillo iluminado por antorchas y el pirata azuzó a la morsa para que avanzase más deprisa, no quería perder el tiempo mirando rocas.
Al fondo del pasillo debía encontrar el tesoro, pues a había gente allí. Se trataba de un grupo bastante raro: un par de tipos con un perro enorme, varios robots y un montón de focas, al que se sumaba ahora el tuerto cabalgando sobre una morsa. Nada más llegar a su altura, el pirata observó con desconfianza a los desconocidos. -¿Pero cuanta gente ha llegado ya aquí? -exclamó el pirata en voz alta. -Esa loca de la cabaña no sabe tener la boca cerrada. -dijo pensando en que la mujer monstruosa también les había indicado el camino hasta el tesoro. Aun así no le importó tras ver la inmensa cantidad de oro que le esperaba. El tamaño del tesoro era tal que la luz de las antorchas se reflejaba en el oro e iluminaba la estancia. Ya se disponía a entrar cuando una especie de terremoto sacudió la isla. Por un momento pensó que la montaña se iba a venir abajo. En ese instante una gigantesca grieta dividió la estancia en dos, una grieta tan profunda que parte del oro caía hacia abajo sin un final aparente. Era algo imposible, como si el suelo hubiese sido cortado en dos o algo así. Incluso podía el cielo desde allí, ahora despejado de nubes.
La situación no tardó en tranquilizarse, aunque él tardó un poco más en salir de su desconcierto. Sin que tuviese tiempo a decir nada, los otros dos tipos comenzaron a llevarse todo el oro que podían, usando alfombras, tapices y todo lo que tenían a mano. Por un momento estuvo tentado de patear a ambos y a su extraño séquito y llevarse todo el tesoro, pero no era un tipo codicioso y aún quedaba una parte bastante importante. Supuso que lo mejor sería dejarse de líos y largarse de una vez de esa isla tan rara. Para cargar el oro tuvo que improvisar una especie de saco usando tanto su sangre como su larga chaqueta, además de varias plataformas que construyó pobremente con algunas rocas. No fue fácil sacarlo de allí, ni mucho menos la parte en que ascendía de nuevo por el acantilado, aunque por suerte a su estúpida mascota ya no le apetecía molestarle más, lo que facilitó la tarea. Tardó bastante más de lo que esperaba en sacar el tesoro de allí y cuando quiso darse cuenta ya estaba amaneciendo. Arribor decidió tomarse un descanso antes de volver al barco. Se paró en lo alto del acantilado contemplando el Sol y los primeros barcos que ya se alejaban de la isla. Luego respiró profundamente y se relajó unos segundos. La noche había acabado por fin.
Durante unos minutos caminaron en la penumbra, siguiendo los ruidos lejanos que venían de los pasillos de delante. Sonaba como una pelea o tal vez se tratase de alguien que había caído en las trampas del sistema de seguridad. La verdad es que era tranquilizador pensar que si había trampas ocultas ya habían sido activadas por alguien más, aunque no le gustaba la idea de que se le hubiesen adelantado. Supuso que no le quedaría más remedio que seguir adelante y llevarse el oro a base de golpes. O eso o robárselo a quien lo cogiera. Tras pasar por un portón custodiado por los restos de una siniestra estatua, se encontraron en un pasillo iluminado por antorchas y el pirata azuzó a la morsa para que avanzase más deprisa, no quería perder el tiempo mirando rocas.
Al fondo del pasillo debía encontrar el tesoro, pues a había gente allí. Se trataba de un grupo bastante raro: un par de tipos con un perro enorme, varios robots y un montón de focas, al que se sumaba ahora el tuerto cabalgando sobre una morsa. Nada más llegar a su altura, el pirata observó con desconfianza a los desconocidos. -¿Pero cuanta gente ha llegado ya aquí? -exclamó el pirata en voz alta. -Esa loca de la cabaña no sabe tener la boca cerrada. -dijo pensando en que la mujer monstruosa también les había indicado el camino hasta el tesoro. Aun así no le importó tras ver la inmensa cantidad de oro que le esperaba. El tamaño del tesoro era tal que la luz de las antorchas se reflejaba en el oro e iluminaba la estancia. Ya se disponía a entrar cuando una especie de terremoto sacudió la isla. Por un momento pensó que la montaña se iba a venir abajo. En ese instante una gigantesca grieta dividió la estancia en dos, una grieta tan profunda que parte del oro caía hacia abajo sin un final aparente. Era algo imposible, como si el suelo hubiese sido cortado en dos o algo así. Incluso podía el cielo desde allí, ahora despejado de nubes.
La situación no tardó en tranquilizarse, aunque él tardó un poco más en salir de su desconcierto. Sin que tuviese tiempo a decir nada, los otros dos tipos comenzaron a llevarse todo el oro que podían, usando alfombras, tapices y todo lo que tenían a mano. Por un momento estuvo tentado de patear a ambos y a su extraño séquito y llevarse todo el tesoro, pero no era un tipo codicioso y aún quedaba una parte bastante importante. Supuso que lo mejor sería dejarse de líos y largarse de una vez de esa isla tan rara. Para cargar el oro tuvo que improvisar una especie de saco usando tanto su sangre como su larga chaqueta, además de varias plataformas que construyó pobremente con algunas rocas. No fue fácil sacarlo de allí, ni mucho menos la parte en que ascendía de nuevo por el acantilado, aunque por suerte a su estúpida mascota ya no le apetecía molestarle más, lo que facilitó la tarea. Tardó bastante más de lo que esperaba en sacar el tesoro de allí y cuando quiso darse cuenta ya estaba amaneciendo. Arribor decidió tomarse un descanso antes de volver al barco. Se paró en lo alto del acantilado contemplando el Sol y los primeros barcos que ya se alejaban de la isla. Luego respiró profundamente y se relajó unos segundos. La noche había acabado por fin.
- Acciones:
- Llega a la sala del tesoro y se lleva lo que le han dejado los otros dos abusones xD
Deathstroke
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Akuma no mi
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No dejaron de llegar manadas de perros en un buen rato, pero eso no nos desanimo a mi amigo y a mí ya que seguimos luchando, de vez en cuando recibíamos algún arañazo, pero era divertido. Algo empezó a alzarse en el cielo y a la vez los arboles fueron arrancados del suelo en medio de la pelea creando algo en el cielo, tras lo cual apareció una figura subida directamente en un ave “¿podría ser Legim?” pensé mientras devolvía la mirada al desierto suelo que había quedado tras la retirada de los arboles, y además parecía que no había más enemigos cerca, guardé mi arma y me senté en una de las rocas que había cerca para descansar; pero no tuve tiempo de eso, pues de pronto un corte perfecto partió la isla en dos. Tras recomponernos del golpe que sufrió la isla, Worgulv buscó algo entre los lobos cuando estuvo listo salimos a buscar a nuestros amigos al lugar donde nos separamos, “de no encontrar nada ahí deberíamos de ir al barco como punto de reunión” pensé de camino.
Uracha
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Akuma no mi
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Mientras estaba junto a Legim y Lyonel, observe como mi capitán se puso a hablar con el y tras pasar un bien rato escuche como la tierra empezó a temblar y acto seguido la isla se partió en dos esto me preocupo por que no sabia como estarían Worgulv y Deathstroke
-Capitán Lyonel, iré a ver como se encuentras los novatos, si me necesitáis avisarme de cualquier forma, vendré lo mas pronto posible.-
A continuación salí corriendo hacia e lugar donde nos separemos y por suerte justamente allí, se encontraban los dos. -Espero que estáis bien tíos, no se bien que ha sucedido pero lo mejor seria no separarnos.-
dije acercándome a ellos y observando como parecía que había empezado una gran batalla.
-Capitán Lyonel, iré a ver como se encuentras los novatos, si me necesitáis avisarme de cualquier forma, vendré lo mas pronto posible.-
A continuación salí corriendo hacia e lugar donde nos separemos y por suerte justamente allí, se encontraban los dos. -Espero que estáis bien tíos, no se bien que ha sucedido pero lo mejor seria no separarnos.-
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