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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 0:05}

La ciudad de Mock Town, una próspera urbe en la cual se reúne la mayor escoria de los siete mares. Un lugar de ensueño lleno de esperanzas, vicios y vómito de los criminales más buscados. Sin duda una isla de reunión y de culto para piratas y delincuentes, donde la ley brilla por su ausencia. Una ciudad normalmente con cierto ambiente desenfrenado, hoy parece especialmente ajetreada. Es un día que, ocurra lo que ocurra, pasará a la historia como una de las mayores reuniones de piratas.

La ciudad tiene un ambiente vivo y peligrosamente alegre, ya sabéis cuál es el rollo de este sitio y lo que pasa cuando mezclas tantas bandas, alcohol y negocios de dudosa reputación. Durante el día parece casi un festival, un festival que ni siquiera la noche parece poder extinguir. Tras la puesta de sol, los festejos continúan por toda la ciudad, pero hay una zona algo más tranquila, una zona que los borrachos y pendencieros procuran evitar, puede que sea porque es el barrio “lujoso” de la ciudad, puede que sea por los semi-gigantes que guardan ambas entradas.

A uno de los lados de la calle se encuentra un local bastante grande y llamativo, La Gorgona Roja. Por lo que sabéis el restaurante más lujoso de la isla… y puede que el más peligroso. A la entrada de la calle, entre los dos guardias, se encuentra un hombrecillo enmascarado con traje y sombrero pidiendo invitaciones. Por lo que sabéis, aquellos que las tengan, habéis sido convocados dentro en una media hora. Podéis usar el tiempo para lo que os apetezca, pero no os entretengáis.

Los que ya estéis dentro del restaurante os habrán informado de que esa noche todas las consumiciones van a cuenta de la casa, puede que llevéis un rato cenando y haciendo tiempo. Es un restaurante de estilo oriental con comida tan deliciosa como exótica. Os parece haber visto a un par de camareros brazos-largos. La madera y el terciopelo de colores oscuros contrastan con el papel, los vidrios tintados y la moqueta de tonos rojizos, decorados con motivos geométricos.

Bueno, por ahora parece que no ocurra gran cosa. Disfrutad de la noche hasta la hora acordada, pero no demasiado.
Syxel
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 2:39}

Nada más recibir aquella extraña carta pusimos rumbo a Jaya, lugar donde según indicaba la misma tendría lugar la misteriosa reunión. Un concilio pirata... ni tan siquiera podía recordar la última vez que se había convocado uno, al menos uno que no fuese un absoluto desastre. No era algo que pudiese ignorar, y lo cierto es que realmente había despertado mi curiosidad. Por lo que no dudé demasiado, a pesar de que desviar nuestro rumbo ahora que al fin nos habíamos reunido no fue una decisión fácil.

Como tampoco lo fue hacernos con un Eternal Pose que nos permitiese ir directos a nuestro destino, tarea que requirió de un par de paradas en diferentes puestos hasta dar con el que buscábamos Por suerte el clima había sido favorable durante casi todo el trayecto, hecho bastante insólito dado el mar en el que nos encontrábamos, así que llegamos con algo de antelación.

Mientras atracábamos, me tomé algo de tiempo para repartir órdenes muy específicas entre la tripulación. Puesto que Balagus vendría conmigo, Airok quedaba al mando del barco. Y me aseguré de que Jis entendiera lo que debía hacer para ayudarla y lo que no. Después de todo, no sabía lo que nos esperaba en aquel lugar, pero era consciente de los peligros que implicaba permanecer en esa isla. Y por ello quería estar preparado para cualquier eventualidad.

Una vez que todo estuvo claro desembarqué. Acompañado por Balagus, mi fiel contramaestre, y Nailah, la más reciente de nuestros reclutas, quienes habían recibido la misma invitación. Debía de ser mediodía, pues el sol se encontraba en su cénit mientras recorríamos las bulliciosas calles de Mock Town. Y aunque en circunstancias nórmales me habría detenido para llevar a cabo un riguroso control de calidad de cada una de las muchas tabernas que dejábamos atrás, la ocasión requería que me mantuviese sobrio el mayor tiempo posible.

Así pues, mis compañeros y yo no tardamos en llegar al lugar que buscábamos, un lujoso restaurante en la zona más decente, si no la única, de la ciudad. Un pequeño hombrecillo, flanqueado por dos guardias casi tan altos como Balagus, aparecieron frente a nosotros. Mostré la invitación al primero, y los otros dos se echaron a un lado sin tan siquiera mirarnos, permitiéndonos el paso. Sin dudar ni un instante entramos en el local, deteniéndonos una vez dentro para observarlo con tranquilidad. Aparte de los trabajadores, no parecía haber nadie relevante, por lo que asumí que éramos los primeros en llegar. Nos habían citado por la noche, y aún era temprano, así que que no me resultó extraño.

Sin nada que llamase mi atención, me dirigí a una de las mesas más alejadas de la entrada y tomé asiento. Enseguida se nos acercó una de las camareras, que nos atendió con excesiva amabilidad.

- Tráiganos un par de botellas de ron y algo de comer.

Mi petición pareció extrañarla, aunque no dijo nada mientras se retiraba. Supuse que quiénes visitaban un local así serían algo más explícitos con sus peticiones. Pero sinceramente, mientras pudiese comer y el sabor fuese bueno, me daba bastante igual lo que nos sirviese.

Tras intercambiar un par de miradas con mis camaradas, y mientras esperábamos a que nos trajesen la bebida, me llevé la mano al interior de la chaqueta y saqué de esta un pequeño montón de papeles. Comencé a pasar uno a uno aquellos carteles de “Se busca” que los perros del gobierno se empeñaban en repartir por ahí con nuestras caras. Sabiendo a donde me dirigía, y para que, me había asegurado de reunir toda la información posible sobre los miembros más probables del concilio.
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 13:09}

Cuando la Reina Roja echó el amarre en aquel puerto mugriento dejado de la mano del creador, apenas había espacio para que el navío cupiera. Decenas de barcos abarrotaban las aguas que rodeaban la isla de Jaya: grandes galeones, galeras destartaladas, bergantines innecesariamente adornados y de vivo colorido... Muchos de ellos, por no decir todos, mostraban la bandera negra con la calavera, aunque cada una con sus pecualiares variaciones. ¿Por qué habría tanta gente allí?

"Ah, sí, la reunión ésa", recordó. Si, de hecho, estaba allí por eso. Parecía que había bastante gente. ¿Habrían sido invitados todos, o simplemente vivían allí? No sería raro que hubiese algunas bandas de público para ver a los grandes nombres de la piratería. Quizás incluso a verle a él. ¿Tendría un club de fans? ¿Cómo sería firmar un autógrafo?

"Te estás yendo por las ramas, idiota".

-Procurad que mi barco siga entero a la vuelta, ¿vale? -les dijo a sus tripulantes. Drake y él iban a desembarcar, por lo que el riesgo de que la embarcación terminase destrozada en el fondo del mar disminuiría enormemente, pero nunca venía mal recordarlo.

Caminar por las calles de Mocktown era casi como caminar sobre las aguas. Charcos de todo tipo y condición plagaban las calles menos recomendadas -puede que alguno fuera incluso de agua-, y el olor era mortífero. ¿Es que ningún pirata limpiaba por allí? 

No tenía muy claro a donde debía ir, así que se dedicó a buscar a un grupo de piratas. Entró en las tabernas más repulsivas que encontró en su camino, en las más ruidosas y en aquellas en las que alguien salía volando por la ventana. A un par de esos tipos los lanzó él mismo. Al final, se encontró frente a unos enormes vigilantes que parecían custodiar una calle. Un lujoso restaurante destacaba en uno de los laterales. 

-Si no es ahí, al menos podremos comer algo -caviló en voz alta.

-¿Quién eres tú? -pregunto uno de los guardias cuando se acercó.

-¿Que quién soy? -exclamó Arribor, indignado-. ¿Cómo puedes no saber quién soy?

¿Acaso todo el mundo se había olvidado de él? Vale que llevaba un tiempo sin hacer nada muy destacable, pero era una falta de respeto no reconocer su rostro. ¿Iba a tener que llevar pegado al pecho el cartel de Se Busca? En fin, no tenía ganas de discutir. No se rebajaría a eso. Sacó la invitación a esa cosa de la Hermandad y preguntó de malos modos si era allí. 

-Es increíble. Voy a tener que hacer que la gente se acuerde de mí. 

Menos mal que en el restaurante lo compensaron. ¿Bebida gratis? Muy buen detalle, sí señor. La comida era odiosa, por otra parte; si comía allí, volvería a tener hambre al cabo de un rato. Pero no se quejaría mientras le llenasen la copa. Claro que, ¿por qué conformarse con una copa?

-Si es gratis... 

Así que saltó al otro lado de la barra, hurgó por todas partes ignorando las protestas de los trabajadores, y se sentó en una mesa con un barril más grande que él y un vaso. Mira que no saber quién era...
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 13:44}

En todas las tabernas pasaba lo mismo, hostias y más hostias. Por desgracia, ningún aura era lo bastante interesante como para atraer al lobo. Drake se hallaba en su forma completa, convertido en un enorme lobo de color blanco como la nieve, el cual avanzaba junto a Arribor tranquilamente. Al final había sido invitado junto a su capitán a una reunión de patatas o algo así. Tampoco es que hubiera prestado mucha atención, pero mientras hubiese comida todo iba bien. No tardaron mucho en llegar a un sitio custodiado por dos hombres, los cuales tenían pinta de tener un cuarto hostia como mucho. “Tanto músculo para nada” Pensó hipócritamente el lobo. Él mismo tendió su invitación desde la boca, la cual estaba llena de babas, pero se distinguía bien. Era mucho más cómodo andar a cuatro patas que sobre dos piernas, o eso le parecía al menos a él.

Cuando entraron al lugar se veía que estaba el ambiente muy muerto. Habían llegado de los primeros. El lobo vio a su colega empezar a servirse él solo el vino pese a las quejas de las personas. A él le daba muchísima pereza. Saltó con fuerza y quedó sobre la barra. El hombre al otro lado dio un paso atrás y miró al enorme animal algo confuso. Drake entonces mostró sus afilados dientes al mismo tiempo que movía la cola de un lado a otro.

- ¿Cuál es la hamburguesa más grande que hay?

- La décima burguer, vienen diez en total, más los demás ingredientes. Es una de nuestras más grandes obras de arte, señor lobo que habla.

- Muy bien, humano que habla. Pues quiero una de esas, pero que vengan veinte. Como puede ver, carezco de brazos, por lo que tráiganla a la mesa en cuanto sea posible.

Pudo ver entonces a su capitán sentarse y no tardó en seguirle. El animal saltó a la silla de en frente y se sentó como pudo. Cuando le trajeron su comida no tardó en empezar a devorar su hamburguesa ignorando las miradas ajenas. Al fin un sitio donde su deseo podía cumplirse. Con aquello llenaría un cinco por ciento de su estómago. Mientras masticaba se preguntaba lo que hacía allí dentro. Había muy poca gente y eso por el momento no le gustaba. Esperaba que no fuera otra liada como la pasada en la isla del Doctor Chocolate. Miró entonces a Arribor con calma y tras arrancar un pedazo de pan con huevo frito empezó a hablar con un tono calmado.

- ¿Vas a ponerte ebrio antes del acontecimiento? En ese barril coge Sarah por lo menos. Aunque ella creo que es más ancha. – Pensó unos segundos. – Bueno ¿De qué va todo esto de la reunión de las patatas?

Abrió sus fauces para morder y llevarse dos hamburguesas del tirón. Notó el queso fundido en su boca y empezó a masticar con ansia mientras observaba fijamente a su capitán. Ese amante del alcohol ya había empezado a beber. Tan solo no esperaba tener que llevárselo al barco a rastras o algo. Aunque si podía hacer cosas con la sangre, quizás no era necesario. Ya no recordaba la última vez que ambos entrenaron luchando, años habían pasado.

- Oye, Arri, a ver cuándo tenemos un combate.  Hace mucho que no combatimos como nosotros sabemos. De hecho, han pasado años desde la última vez. – Mencionó moviendo la cola de un lado a otro y con las orejas en punta. De nuevo devoró otro trozo de su deliciosa hamburguesa.

Tras unos segundos se fijó en que en una mesa había un tío de cuatro metros y otras dos personas. Una sonrisa divertida se formó en su rostro y alzó una pata para saludarlos.
Luka Rooney
Terror de los siete mares
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 15:45}

Habíamos decidido ir a aquella extraña reunión, a pesar de no saber con certeza quién más iría. Según el viejo del archipiélago, irían los piratas con mayor reputación y cuyos wanteds eran más elevados. Sería un tanto irónico llegar y ver a cuatro matados sin ningún nombre. Aunque por otro lado, tanto Therax como yo no habíamos tenido tiempo de labrarnos una reputación o infundir algo de miedo al mundo, por lo que puede que gente como nosotros fuese allí.

Ya hacía un par de semanas que habíamos navegado por el mar tranquilamente, sin ningún percance importante. Habíamos robado un bergantín del puerto justo antes de que Haruka nos dijera que había cambiado de opinión y no venía. Aquella mujer era tan rara como impredecible.

El bergantín pertenecía a una banda pequeña e íbamos con una bandera peculiar; Una calavera con un látigo de fondo y un par de ases en extremos opuestos.

Durante el viaje habíamos hablado sobre algunas técnicas de huida, en caso de necesitarlas, como sobre la posible gente que iría viendo los wanteds del último periódico, aunque esto era una incógnita total. Zane no parecía nada preocupado, por lo que intuí que no habría palos de primeras. Bien es sabido que si algo deseaba un pirata, era oro, reputación y ser el mejor en lo suyo, y eso conllevaba pasar por encima del resto.

Ya estábamos tan cerca de la isla que empecé a ponerme algo nervioso.

- Zane, ¿hay algún protocolo que seguir? ¿Algo que no hacer? - Pregunté con toda mi buena fe e ignorancia. Era relativamente nuevo en esto de la piratería, y no quería quedar mal respecto al protocolo. Aún recuerdo aquella cena en la que me comí el pan de mi compañero por no saber cual coger…


Nos tomamos un par de minutos para recoger todo lo que necesitábamos y lo introdujimos en nuestras mochilas. Tras ello, yo fuí el primero en bajar del barco y pisar tierra firme.

“Bueno, así que esta isla formará parte de un nuevo capítulo en mi vida”

Caminamos sin rumbo durante un rato hasta dar con lo que parecía el lugar más selecto de la isla. Había un hombre custodiandolo y, justo delante de nosotros, pasó un lobo a toda velocidad, parándose frente al hombre y enseñándole la acreditación.

- Creo que es por ahí.- Comenté al grupo antes de esbozar un bufido de arrepentimiento.

Le enseñamos la acreditación y el hombre nos indicó con la mano el camino, aunque era obvio.
Cuando entramos, no pude evitar sorprenderme. En una esquina, estaba el lobo con un hombre que tenía un barril entero a su lado. En el otro, un hombre sentado se alimentaba mientras una especie de gigante de unos cuatro metros parecía custodiarlo.

“Eh, eh, eh. Ese tío merece morir. ¿Desde cuando hay alguien más alto que yo?” Ojalá pudiéramos pelear. Ese gigante debía ser fuerte.

- Creía que esto sería una reunión Zane, no que vendríamos al Zoo. - Espeté ante la pintoresca imagen que se estaba formando. Y eso que aún éramos pocos...

Marc Kiedis
Lobo de los 7 mares
Marc Kiedis
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 17:30}

Al llegar a Mock Town Marc no pudo evitar sorprenderse. La famosa ciudad sin ley hacía honor a su nombre. Mirases a donde mirases había hombres con aspecto rudo bebiendo, fumando, jugando y peleando. Los gritos, insultos y ruidos eran una constante. Se podía decir que aquel lugar era un caos.

El grandullón se dirigió hacia la zona más tranquila. Al llegar se fijó en que un par de semigigantes custodiaban la entrada al barrio. Eran muy grandes, pero no tanto como él. Sus 5 metros de altura le hacían destacar incluso entre los que eran de su especie. Siguió caminando hasta llegar a La Gorgona Roja, un restaurante con muy buena pinta desde fuera. Al entrar un diminuto hombre con una máscara le tocó la rodilla pidiéndole su invitación. Marc, despreocupado, se agachó y se la entregó diciendo:

- Tome, buen hombre.

El grandullón entró entonces al restaurante, y su sorpresa fue mayúscula. Reconocía a algunos de los presentes como grandes piratas, famosos en el mundo entero y con grandes recompensas. Sobre todo, llamó su atención la mesa en la que se encontraba sentado uno de los corsarios más buscados del mundo, Arribor Neus, capitán de los Piratas Heartless, acompañado por un gigantesco lobo blanco que devoraba con ansia una enorme hamburguesa. También distinguió a Zane, “el Descamisetado”, que estaba rodeado por varias personas más, probablemente sus compañeros de banda. Y entre ellos había… ¡Un gyojin tiburón! Había otro pequeño grupo en una mesa al fondo, en el cual destacaba un semigigante como él mismo, solo que ligeramente más pequeño.

Marc no sabía muy bien qué hacer, estaba nervioso y emocionado de encontrarse rodeado de piratas tan grandes. Aunque físicamente el más grande del lugar fuese él. Sentía deseos de hablar con todo el mundo, pero tampoco quería parecer un idiota, y además tenía mucha hambre. Por lo tanto, decidió pedir una hamburguesa como la que estaba comiendo el lobo que estaba con Heartless, y una botella grande de agua. Una vez hecho esto, se sentó en la barra y dijo en voz alta y con una sonrisa de oreja a oreja:

- Buenos días a todos, soy Marc Kiedis. ¿Qué tal?
Therax Palatiard
Ju senshi
Therax Palatiard
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 20:36}

Therax caminaba... Bueno, intentaba caminar por Mock Town. No obstante, los infelices que rompían las cristaleras de las tabernas como consecuencia de las típicas peleas de borrachos no le dejaban. «No sé de dónde sacan el dinero para seguir con sus negocios. ¿Quién se quedaría aquí?», se preguntó al tiempo que se detenía por enésima vez. Un tipo particularmente feo había salido despedido del establecimiento que se encontraba a su derecha, y casi había impactado de pleno en él en el proceso.

Luka y Zane no se habían detenido, así que aceleró un poco el paso, pisó la barriga del pirata y se puso a la altura de sus compañeros. La carta que el pelirrojo había recibido les había llevado hasta allí, "la cuna del mal", término que el domador había escuchado hacía tiempo de un marine a punto de caer inconsciente. En aquel momento se había preguntado si realmente sería así, pero lo que veía ante sus ojos le hacía comprender que cualquier persona ajena a su mundo viera el lugar de ese modo. Por algún motivo, Haruka había decidido no acompañarles al final. «Está demasiado malcriada», se quejó en su fuero interno al recordarlo.

Conforme iban avanzando, terminaron por dejar atrás el escándalo y el bullicio para adentrarse en una zona más relajada. Therax no sabía cómo tomarse aquello, ni si sería buena señal o mala, pero igualmente continuó caminando junto a su capitán y el gyojin. «¿Quién habrá veni...?», comenzó a preguntarse el espadachín, pero entonces un gigantesco lobo apareció ante sus ojos. No pudo evitar dirigirle una mirad a Tib, su mascota, antes de volver a fijar su vista en el animal. ¿Qué o quién era aquel bicho?

Entonces lo recordó, la imagen de la bestia con una suculenta suma de dinero bajo su nombre se materializó en su mente: era Drake. No obstante, a quien sí pudo reconocer a la primera fue al hombre que caminaba junto a él y que entró en primer lugar. No lo había visto jamás en persona, pero era difícil olvidar el cartel de "Se busca" con la cara de Arribor Neus. Tragó saliva tras asegurarse de que nadie le miraba. «¿Dónde me he metido?», pensó.

Therax seguía perdido en sus cavilaciones cuando accedió al interior de "La Gorgona Roja". La escasez de clientela le devolvió al mundo real. Teniendo como referente los tugurios que habían ido dejando atrás en su camino hasta allí, esperaba que al menos hubiese cierto estruendo en su interior.

Sin embargo, el ambiente era justo lo contrario a lo que esperaba. Heartless se encontraba en una mesa y bebía de un... ¿barril? ¿De dónde demonios había sacado eso? A su lado, el lobo engullía hamburguesas. Therax las miró durante unos segundos, valorando si sería capaz de llegar a comerse dos de ellas siquiera.

Sus compañeros siguieron andando, así que se obligó a dejar de mirar y seguirles. Un grupo de tres personas comían en otro lugar. Uno de ellos era extremadamente alto, y el rubio no pudo evitar sonreír ante el comentario del gyojin. Junto a él había otro tipo y una muchacha.

-Medio millón de berries a que Zane está tirándose encima de ella en menos de diez minutos -comentó el rubio al tiempo que tomaba asiento en una mesa cercana a la barra. No tardó mucho en levantarse y aproximarse al camarero-. Dame un plato como el que le has puesto al lobo, y un whiskey que no sea veneno. -Estaba más que dispuesto a comprobar cómo de grande era el estómago del cánido en comparación con el suyo.
Ivan Markov
Guerrero del Nuevo Mundo
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 20:47}


Un órgano sonaba en la cubierta del Taranis. El gran galeón surcaba las olas acompañado por sus dos gemelos, Poseidón y Enlil. Los tres navíos lucían el jolly roger de los Piratas de la Tormenta, una nube con forma de calavera con dos rayos cruzados tras ella. El instrumento era acompañado por una voz masculina de barítono, en perfecta coordinación con la música que le hacía más de acompañamiento. Los marineros de los barcos trabajaban a bordo, preparando todo para el desembarco mientras se aproximaban a la isla, con gestos mecánicos y sin hablar entre ellos. El viaje hasta Jaya había sido algo complicado, pues se habían topado con una tormenta, pero gracias a la experiencia de los oficiales y la habilidad de Ivan como navegante habían logrado sortearla. Sin embargo habían perdido a algunos marineros y los barcos algo tocados. Era irónico que una banda que se autodenominara "de la Tormenta" encontrarán problemas con una. El cazador esbozó una sonrisa al ver la costa y continuó tocando y cantando, como una ominosa introducción para sus negros designios. Cuando estaban a un centenar de metros de la costa dejó de tocar y se levantó aún cantando por lo bajo la canción, y se acercó a una de las oficiales, Helena.

- Recordad, tenéis que mantener a los indeseables lejos del barco. Y que algunos de los oficiales se paseen por la isla echando un vistazo a qué bandas hay presentes. Ya me informaréis al respecto.

Los tripulantes de los tres barcos iban con ropa bastante larga, algunos incluso con pañoletas cubriéndoles el cuello o la mitad inferior del rostro. En cuanto terminaron sus labores y los barcos estuvieron en el puerto, comenzaron a bajar a la cubierta inferior en completo silencio. Por su parte los oficiales comenzaron a hablar entre ellos en voz baja, y mientras que algunos se quedaban en cubierta o descendían bajo esta, un grupo de estos bajó de los barcos. Junto con estos bajó un semigigante rubio bastante pálido, acompañado de un hombre joven de ojos color azabache, pelo corto negro y ropas también de tonos apagados y oscuros. Vestía con una chaqueta de capitán de barco y un sombrero pirata con el jolly roger de la banda, y su mano derecha reposaba en la empuñadura de una katana. Ambos avanzaron por la ciudad directos hacia el barrio donde sería la reunión.

- Dime Mac, ¿es por aquí? - dijo alegremente Ivan.

- Sí, capitán. Es ese restaurante.

Era un edificio de tamaño considerable con un elegante letrero que rezaba "La Gorgona Roja." No parecía precisamente de una isla de piratas con su aspecto de restaurante de caro, y se asemejaba más al tipo de local que frecuentarían ricachones de una isla decente. Si la comida era la mitad de buena de lo que prometía el aspecto comenzaría a replantearse su visión de los piratas como una pandilla de bárbaros desorganizados y sin gusto ni estético ni de ningún tipo. Se acercó a la puerta dándose aires de importancia y le tendió a uno de los tres guardias la invitación, al que tenía menos pinta de gorila portero, un tipo con una máscara y traje.

- ¿Y la otra? - preguntó, alzando la cabeza hacia el semigigante.

- Es mi primer oficial y guardaespaldas - dijo, cruzándose de brazos.

Miró directamente a los ojos del hombre a través de los agujeros de la máscara. Al instante el hombre adoptó una actitud más relajada.

- Bien. Bienvenidos, Piratas de la Tormenta.

Entraron en el local (McGaian agachándose para pasar por la puerta) y observó el ambiente. Ya se habían reunido varias bandas, y al momento pudo identificar algunos nombres de gran importancia. Arribor Neus, Heartless, uno de los señores de la piratería más temidos del Grand Line. En aquel momento se encontraba un poco... indispuesto. Parecía tener una amistosa charla con un barril, si es que podía llamársele así a lo que estaba pasando en su mesa. Junto a él se sentaba un lobo blanco que devoraba ávidamente una insana cantidad de hamburguesas. Mierda... era una de las pocas personas que podría desvelar su tapadera. Fingiendo normalidad, avanzó hacia la barra con paso firme mientras echaba un vistazo al resto. "Descamisetado" Zane también estaba presente junto con sus Hermanos de la Tormenta. Era una curiosa coincidencia que los nombres de ambas bandas se parecieran tanto. Se acercó al camarero y declaró:

- Quiero un blanco de Toussant y la especialidad del cheff. ¿Mac? - miró al semigigante.

- Carne y cerveza. Los detalles me dan igual - contestó.

No era como si un ghoul como él tuviera que alimentarse, pero podía probar el sabor al menos. Tras eso se acercó a una mesa alejada a la de Drake y siguió mirando a los presentes disimuladamente. Había un hombre joven de pelo negro mirando carteles de "se busca" y echando un vistazo a la zona. Era raro ver a un pirata con carteles de wanted... o eso pensaba. No sabía de ninguno que lo hiciera, aunque no es que tuviese muchos amigos piratas. Por lo menos McGaian cuando era capitán no tenía ninguno en su camarote, pero ahora que lo pensaba tenía bastante sentido hacerlo. Era extraño de todos modos, y le hizo sospechar de él. ¿Tal vez se tratara de otro cazador como él? Merecía la pena tantearle con cuidado. Se acercó a este y se sentó en una mesa libre como si le hubiera invitado, con una sonrisa. Se fijó detalladamente en él esperando reconocer el rostro del hombre si tenía recompensa, y lo miró los ojos mientras trataba de ejercer su influencia sobre él.

- Buenas compañero. ¿Os apetece que os invite a una ronda? - dijo, mirando a sus acompañantes, una mujer y un tipo con pinta de hombre jabalí - ¿Qué clase de reunión pirata es una sin aprovechar para beber juntos y establecer lazos de camaradería? Mi nombre es Helkan, capitán de los Piratas de la Tormenta.

Resumen:
Nailah
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 21:11}

Nailah leyó la carta de nuevo. Que invitación más extraña, pensó. ¿Un concilio pirata? En el fondo le gustaba la idea, sería el primero al que asistiría y esperaba que no fuera el último. El rumbo había cambiado drásticamente y la trayectoria no fue fácil. Paradas innumerables hasta llegar al deseado destino. Por suerte el clima fue favorable en casi todo el viaje y eso aumentó el tiempo de llegada.

Jaya era aquel destino al que mandaba ir la invitación. Un pequeño paraíso criminal para toda la gente del mar, o de tierra. Nailah tenía curiosidad por saber como era aquella tierra exótica. Cuando estaba en Sabaody atendiendo la taberna escuchaba numerosas historias sobre valientes piratas o cazadores que habían ido a por sus cabezas. Todas eran épicas y alucinantes. La joven pirata siempre se las imaginaba en su cabeza tal y como serían, pero no sabía si distaban mucho de la realidad.

El viento meció sus cabellos con suavidad. Una brisa fresca rozó su piel y el olor a sal se expandía por todo el lugar. Se apoyó en la barandilla y, mientras el barco amarraba, se fijó en las pomposas calles del paraíso pirata. Nailah arqueó las cejas. Fiesta por doquier y un ambiente que no se imaginaba. Por alguna razón creía que todo estaría en mal estado y con cierta decadencia.

Los tres caminaron por las calles de Mock Town hasta llegar a una taberna llamada "La Gorgona Roja". Por su fachada parecía un edificio muy estiloso. Sin embargo, unos tipejos extraños los pararon antes de entrar. Era allí donde habían sido convocados los de las invitaciones. Lo mejor de lo mejor, pensó Nailah extrañada. Esta le tendió la invitación después de su capitán y el pequeño hombre enmascarado la revisó con detenimiento.

Una vez les dio vía libre para entrar vio que eran los primeros en llegar a la reunión. Se sentaron en unas mesas alejadas del centro y la pirata se cruzó de piernas dando suaves toquecitos sobre la barnizada mesa. Antes de que les trajeran las bebidas aprovechó para revisar su nuevo cartel de recompensa sobre su cabeza. Era demasiado... aun no se acostumbraba a ver su imagen por ahí y, lo peor, dudaba de si había hecho lo correcto.

Al menos durante toda la noche todas las consumiciones eran gratis. Se iba aprovechar demasiado de tanta amabilidad. La camarera trajo las botellas que se pidieron y Nailah cogió un vaso dejándolo con fuerza sobre la mesa y empezó a echar el ron, vertiendo un poco por fuera. Después, le dio un buen trago hasta dejarlo casi por el final.

Poco a poco el local fue llenándose de caras conocidas. Los mayores criminales buscados por todos los tiempos. Un hombre se les acercó con la intención de invitarles, pero la morena hizo oídos sordos, pues estaba más pendiente de su vaso y de quien entraba por la puerta. Hasta que entró un pequeño grupo que captó su atención. El comentario del muchacho rubio hizo que arqueara las cejas, pero lo peor fue escuchar el nombre de Zane.

¿Era él? ¿En persona? ¿El verdadero? Pensó nerviosa. Su entrada fue triunfal. Estaba obvio que los dos señoritos que habían decidido apostar sobre quien se tiraba sobre ella iban a perder. Nailah dejó caer el vaso de golpe sobre la mesa y se levantó a las prisas. Abalanzándose sobre el pelirrojo con los ojos cerrados mientras gritaba su nombre. Le dio un fuerte abrazo y finalmente se separó, apoyándose con los brazos en la barra mientras esbozaba una cálida sonrisa.
Zane D. Kenshin
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 22:25}

El dulce viento de levante azotaba las velas de un pequeño bergantín llamado Rosamel Forrito, cuyo destino le iba a llevar de los astilleros del archipiélago Sabaody al  abarrotado puerto de la isla de Jaya, el lugar favorito para cualquier persona que tuviera una cuantiosa suma por su cabeza. A sus mandos estaba Zane, un capitán pirata que manejaba el timón con la delicadeza que una madre lanza su zapatilla a su hijo travieso.
El pelirrojo no estaba contento, es más, durante el primer día de viaje estuvo quejándose por la actitud de Haruka que, de la noche a la mañana, había decidido no ir a la reunión de piratas que habría en Mock Town. ¿Los motivos de su ausencia? No los sabía, aunque tampoco es que ella las supiera tampoco, pues no se le veía muy convencida de su decisión.

-¡¿Protocolo?! –preguntó con sorpresa el pirata, soltando una carcajada justo después-. Somos piratas, Luka, no personas de la alta alcurnia.

Nada más estacionar el barco en el puerto de la isla, Zane bloqueó el timón y bajó de él, no sin a priori pedirle al gyojin que amarrara el barco con fuerza en el bolardo.  Antes de salir revisó sus tres katanas - Supuringugeiru , Aki no Hikari y Kuroi Taiyo-, se puso su haori ceremonial de Wano, en cuya espalda estaba bordado el kanji del shinsengumi al que pertenecía, y puso rumbo hacia la ciudad junto a sus compañeros.

“Todo sigue igual”, se dijo, contemplando el camino a la ciudad. Hacía más de dos años que no ponía un pie en la isla, concretamente desde que tuvo que combatir contra la viceamirante y el capitán suicida, y todo estaba exactamente igual: caminos repletos de botellas y hedor a vómito. Algunos cuerpos malheridos mezclados entre la maleza y el inconfundible sonido de la carne chocando con brusquedad en la oscuridad, acompañado de algún gemido espontaneo.

-Señores, bienvenidos a la mejor ciudad del mundo, Mock Town –dijo, nada más entrar por sus puertas.

Caminaron hacía el restaurante la Gorgona Roja, uno de los lugares que nunca había frecuentado el pelirrojo en aquel lugar. Él solía ir a lugares donde la limpieza era una leyenda urbana, el alcohol era de segunda categoría y un saludo era un buen puñetazo en la cara –eso en el mejor de los casos-.

-¡Alto! ¿Quién va? –dijo uno de los guardias, interponiéndose entre nosotros y la entrada.

-El tristemente célebre conocido en estos lares como el capitán Zane D. Kenshin, portada del playpirate en el mes de abril y amante egoísta –contestó, consiguiendo que los guardias fruncieran el entrecejo, mostrando la invitación.

-¿Zoo? Hombre, son gente fea, pero tampoco –cuchicheó, respondiendo al gyojin.

Y de pronto, una persona se abalanzó sobre Zane con fuerza mientras gritaba su nombre. Aquello hizo que varios en la taberna los miraran, pero no supo hasta que se soltó que se trataba de Nailah, su vieja amiga y primer amor de la infancia.

-¡Nai! –se sorprendió, ruborizándose durante unos segundos-. ¿Qué demonios haces aquí? Esto es peli… -la joven le interrumpió con una fuerte bofetada-. Sí, lo sé, te debo una explicación.

Nailah llevó a Zane y sus compañeros con ella, a su mesa, y allí estaba otro conocido del pelirrojo, junto a un grandullón de belleza oculta y un joven de cabellos oscuros.

-¿Tío Syx? –inquirió Zane, sorprendido-. Por lo que veo esta va a ser una noche de reencuentros... ¡POSADERO! –alzó la voz, llamando la atención de todos los que estaban en la taberna-. ¡TRAIGA DOS BARRILES DE CERVEZA PARA MÍ Y LO MISMO PARA MIS COMPAÑEROS! ¡Y NO SE OLVIDE DE PONER LA MÚSICA!

Unieron un par de mesas y se sentaron. Desde allí se podía contemplar a todos los que estaban en la taberna, pero sin duda los que más llamaban la atención eran Aribor “Heartless” Neus y Drake “la bestia”, posiblemente dos de los piratas más fuertes en aquel lugar.

“Habrá que tener cuidado con esos dos”, se dijo. Poco después trajeron los barriles de cerveza y sonó de fondo una musiquita animada.

Música de fondo:

-Nailah estás muy cambiada –dijo el pelirrojo con los ojos iluminados. La verdad era que tenía muchas ganas de volver a verla, sobre todo por lo que ocurrió la última vez que se vieron-. Por cierto, que no os he presentado. Luka, Therax, ella es Nailah, una vieja amiga de la infancia, y el parguela éste –le di un golpe en la espalda a Syxel-. Es mi tío Syx, que no os engañe su aspecto juvenil, es un viejales –bromeé, para darle un sorbo a mi cerveza-. ¿Y vosotros sois…? –pregunté, haciendo referencia al hombre de aspecto dantesco y al otro muchacho.
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 23:19}

Hoy era el día del estreno, hoy sería finalmente el día que se abriría el telón y comenzaría la función. No eran pocos los participantes que tenía entendido que irían, más aún si finalmente acudían visitas inesperadas, cosa que no dudaba que ocurriría. Pero empecemos por el viaje, ¿No?

Durante esa semana había permanecido bajo la identidad del papel que desempeñaría en la obra. Una semana le había bastado para aprenderse la cronología del sir, después de todo ser cronista tenía sus ventajas. Una vez memorizada la vida del hombre aprender su metodología había sido más llevadero, sus buenos modales, su actitud adaptativa casi camaleónica, su don de gentes y la extraña forma de actuar. De hecho, me había asustado el enorme parecido que tenía con mi “alter ego”, más si pensaba en la forma que habían acabado su vida. Afortunadamente para mí no tuve que atar muchos cabos sueltos, ya que el hombre carecía de amigos y de conocidos habituales. Sus relaciones por lo general habían sido de usar y tirar y casi siempre que se reencontraba con alguien parecía que lo hubiera olvidado por lo que después de todo no tendría que fingir que conocía a nadie, o al menos eso esperaba, ya que la ofensa a un pirata no solía salir gratis.

-Diez minutos para el comienzo- pensó mientras miraba su reloj de bolsillo -Seiscientos segundos- musitó mientras lo guardaba en el interior de su gabardina.

Su disfraz era cuanto menos logrado, para empezar Colins le había teñido el pelo hasta la raíz con un tono muy parecido al granate de los frutos, enseñándole a peinárselo para que quedará tal y como lo llevaba el hombre. También había aprendido a ponerse lentes de contacto para cambiar el iris de sus ojos a aquel tono ámbar. Se había dejado la barba algo desaliñada, aunque aquello le molestaba profundamente ya que le picaba con bastante frecuencia. Respecto al cambio de armario al que se había tenido que someter era cuanto menos drástico, los gustos barrocos del sir eran cuanto menos poco prácticos y sobre todo muy agobiante.  El fino jersey de cuello largo, la bufanda naranja enroscada en el cuello que llevaba a modo de pañuelo acabado en forma de triángulo y la gabardina me resultaba cuanto menos sofocante, incluso aquellos pantalones rayados me resultaban incomodos.

-Acaso Zaphir nunca había probado lo prácticos que eran los pantalones harem- me preguntaba mientras encaminaba en dirección al local.Al menos las botas del disfraz habían resultado cuanto menos oportunas, ya que así evité empaparme por los charcos de las calles.

Sin darle muchas vueltas, me encaminé con cierta parsimonia hacia el restaurante en cuestión, en la entrada del local de estilo oriental. Entregó la invitación a hombre sin tan siquiera dignarse a mirarles al rostro, si se quejaban simplemente se quitaría el sobrero con su mano izquierda y les haría un saludo más o menos cordial, después de todo tenía la condición de un sir.

Una vez dentro me tomé con calma el análisis de la situación, no sin antes sentarme en alguna de las mesas más distantes respecto a la barra y por tanto más alejadas de miradas indiscretas. Tumbándome sobre uno de los terciopelados sillones rojos del restaurante pedí una copa del vino favorito de Zaphir, un rosado de Baratilla, a uno de esos hombres de brazos largos que tanto interés habían despertado en mí, había oído que ofrecían buenas sumas de dinero por ese tipo de mercancías en las casas de subastas. Pero tras dejar mis ideas a un lado, me dediqué a analizar cuanto pude el local, salidas, entradas, número de clientes, posibles matones de incógnito y demás información que me pudiera resultar útil. Y por supuesto, no bebería del vino, después de todo ya me habían intentado envenenar una vez.

resumen chachi pistachi:


Última edición por William White el Mar 3 Oct 2017 - 23:36, editado 1 vez
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Mar 3 Oct 2017 - 23:35}

La desagradable visión de Mock Town aproximándose a nuestro barco habría sido suficiente como para replantearme seriamente el desembarcar, y la posibilidad de que Noah volviera a adueñarse de las reservas de comida, gracias a la incapacidad de Airok para controlarle y de la pasividad casi crónica de Jish y Dharkel, no me ayudaba a digerir la idea.

Pero tras semejante travesía vertiginosa desde la misma Reverse Mountain, mi ánimo no estaba como para permanecer sobre embarcación alguna durante más tiempo. Al menos, no sin haber pisado tierra firme antes. Cierto era que no habíamos tenido un mal contratiempo, y que el viento había soplado a nuestro favor demasiado a menudo, mas mi aversión por el mar seguía estando allí, agazapada, esperando un buen momento para recordarme su poder.

Bufé, avergonzado por mi propia debilidad, y me concentré en comprobar que llevase conmigo mi exiguo equipo. Mis dos hachas, fieles compañeras, seguían a mi lado como siempre, así como Misha, mi osa compañera. Además, me había tomado la libertad de traerme dos boleadoras colgadas del cinto y otras dos lanzas de hueso en la espalda. Aunque los tipos que, supuestamente, habían de acudir a la cita, fueran tan fuertes como Silver afirmaba, me sentía algo más seguro llevando mis enseres de caza conmigo.

Y finalmente, llegó el momento. El muelle de la ciudad se abría bajo nuestros pies. Multitud de barcos diversos descansaban perezosamente en él y el constante bullicio se tornaba un infierno deleznable en mi cabeza. Decidido a acabar lo antes posible con aquel extraño cometido, descendí sin vacilar nada más atracar.

Desde la cubierta, Misha gruñó para llamarme la atención. Deteniéndome un momento, levanté un dedo en advertencia y emití un suave silbido descendente. Con resignación, la osa gigante retornó al buque para cumplir con su misión: vigilar a nuestro voraz gyojin.

Con paso firme, Silver, Nailah y yo nos adentramos en la sórdida y esperpéntica urbe. Con tanto ruido y desenfreno pueril a nuestro alrededor, la necesidad de regresar comenzó a urgirme sin siquiera haber conocido aún el propósito real de nuestra visita.

“Espero que Silver sepa lo que hace. No me apetece quedarme en este deshecho de la civilización un maldito segundo más de la cuenta.”

Afortunadamente, los ladrones y liantes locales parecieron no prestarnos demasiada atención. o retrocedieron apresuradamente al ver la cara de pocos amigos de mi capitán o la piel de lobo blanco que lucía sobre mi cabeza. O tal vez su evidente embriaguez tuviera un papel en ello, quién sabría.

Casi nada más entrar en la zona más rica, cuyo cuidado pavimento y seguridad en forma de gorilas fornidos evidenciaban su naturaleza, la taberna “La Gorgona Roja”, en la que se nos había citado, apareció en todo su esplendor. Dos guardias de altura y complexión muy similares a la mía flanqueaban a un tipo mucho más pequeño, guarnecido con una máscara, que bloqueaba el acceso a la puerta.

Aunque se me pasó por la cabeza la idea de reventar a puñetazos a aquellos cantamañanas, decidí que no era ni el momento ni el lugar para iniciar una trifulca sin sentido y acepté de buen grado enseñar mi invitación.

“Muy bien.” Pensé en cuanto supe que la bebida corría de cuenta de la casa. “Creo que va siendo hora de enseñarles a estos memos cuánto alcohol puede ingerir un semigigante de verdad.”

Aparte de nosotros y de unos cuantos parroquianos bastante adinerados, el local no presentaba más invitados, por lo que procedimos a sentarnos en el mejor sitio para estudiar a los que fueran llegando. La camarera fue rápidamente despachada por Silver, quien pasó a estudiar una vez más los carteles Wanted que había logrado agenciarse hasta la fecha.

Con la ventaja de mi altura a mi favor, pude atender sin problemas al resto de asistentes según entraban. Aunque no recordaba bien sus nombres, había visto antes sus caras en todos aquellos carteles. Caras con sumas y crímenes a sus espaldas muy dispares, que me daban una idea de su peligrosidad.

El primero en llegar, por ejemplo, fue un tipo al que no convenía molestar, así como el enorme lobo albino parlante que le seguía. Entre el aspecto de aquel animal, su tamaño y su capacidad de comunicarse en lenguaje humano, mi cabeza no tardó en darse cuenta de la evidente naturaleza y cuantía de su poder. Un semigigante de aspecto afable, un paliducho de esos que llevaban la palabra “noble engreído” en la mirada, un gyojin de importante tamaño, un rubiales que le hacía compañía y un pelirrojo con la actitud más egocéntrica que había visto en muchos años.

Y Nailah se lanzó a sus brazos. Mientras la camarera traía nuestro pedido, sirviéndome una mera botellita ridícula. Y el paliducho se acercó a Silver para susurrarle algo de lo que, sinceramente, prefería mantenerme lo más ajeno posible.

Con un gruñido insatisfecho, la chica se dio cuenta de su error al haberme servido tan irrisoria bebida y, entre disculpas, regresó para cambiarla por una más apropiada. Ciertamente, aquella “reunión” se antojaba desmesuradamente larga y agónica.

Para mejorar las cosas, el pelirrojo se aproximó, movió un par de mesas y comenzó a hacerse el encontradizo. Apreté el puño y la mandíbula a partes iguales, conteniendo mis ganas de partirle la boca al chaval. “Otro charlatán más… ¿Es que no existe selección natural ya?”

Afortunadamente, un empleado del local se apresuró en traer una jarra, que prácticamente era un barril pequeño muy bien construido y con un asa, servida hasta arriba de ron. Con la bebida en mis manos, pude negarme a responder a la pregunta sobre mi identidad con un trago a la misma.
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 0:19}

Dormir era magnífico. ¿Cuánto llevaba sin hacerlo? ¿Dos semanas, quizá tres? Cuando el tiempo se convertía en algo tan trivial no podía saberlo con certeza, pero estaba seguro de que había dormido como mínimo dieciséis horas. Tal vez no tanto por la posición de las estrellas como por su reloj, pero lo cierto era que había logrado por fin librarse de todo aquel agotamiento que lo atenazaba los últimos días. ¿Era estrés lo que había sentido? No tanto, más bien ansia y algo de nervio, pero siempre le pasaba. Se había embarcado antes de partir en una investigación increíble y fascinante: Un rayo antigravedad. Era un paso más en su comprensión del universo, y al mismo tiempo un juguete más para el mapache, que había permanecido finalmente en la isla vigilando que la Joya IV, el "Topacio", estuviera en plenas condiciones una vez él se pusiera al frente de su tripulación. Poco a poco la gran Flota para enfrentar al Gobierno Mundial se estaba formando, y tras subir al barco simplemente había caído rendido. Muchas emociones, mucho por contar... Mucho por soportar. Pero Deathstroke y Akagami habían sido capaces de llegar sanos y salvos hasta Jaya y, lo que era más importante, llevar a la tripulación con ellos.

Se levantó con calma mientras escuchaba el sonido de las anclas bajar, y cogió un pantalón del armario. Al simple tacto notaba que era lana Oberon, y podía ver su color negro reluciente, como si centellease con luz propia. Suave y algo elástico, se ajustaba perfectamente a sus piernas sin parecer una malla, dando una ligera apariencia de elegancia. Tras los calcetines unas botas de cuero tostadas, y sin camisa un enorme chaquetón de Frankston rojo con hombreras plateadas y puñeta negra. También se ciñó el cinturón y colocó en su lugar cada arma, desde las dos viejas dagas que no usaba hacía tiempo hasta el Filo del Destino y un par de rayos maestros, aunque nunca se había visto en la necesidad de utilizarlos. En la pared reposaba Nadia, y lo cogió sin pensarlo dos veces. Era Dexter Black, y por una vez iba a hacer que el mundo viese de qué era capaz.

Se agachó ligeramente al pasar por la puerta. No era tan alto como para darse, pero había cogido la costumbre en otros tantos sitios donde sí se golpeaba. Miró a la cubierta principal y el ajetreo reinaba. Berthil y Slade preparando el atraque, Neo y Mura rondando... ¿Dónde estaba Barbazul? Mejor dicho, ¿Y Worgulv? Había parecido muy interesado en aparecer, pero finalmente tal vez le hubieran surgido asuntos más importantes o urgentes... Quién sabe, cosas de vikingos.

-Bien, bien, bien- dijo, aplaudiendo con fuerza para que todos supiesen que él también estaba listo. Y para que se acercasen a conocer el plan de acción, claro-. Perdonad por estar algo indispuesto durante el viaje, han sido días duros para todos. Pero en fin, supongo que recordáis la última vez que estuvimos- tenía recuerdos muy borrosos de aquella época, pero habían liberado Jaya del control del Gobierno Mundial, aún cuando los Red Demons existían... Qué tiempos aquellos-. La ciudad ha cambiado mucho con los años, pero sigue siendo un nido de conflictos y peleas callejeras, así que una serie de normas que todos debemos cumplir: No meterse en líos. Y norma número dos, si os metéis en líos aseguraos de ganar. Tenemos una reputación que mantener. Y ahora bien, recordad que estamos aquí para saber qué demonios pasa y puede que un poco por mi ego, no para formar parte de una competición desestructurada y probablemente improvisada, letal y llena de trampas y acusaciones cruzadas. ¿Entendido?

Fue el primero en abandonar el barco, saltando del mascarón al puerto, y miró al cielo. "Demasiado despejado", pensó, y con cada paso que daba las pocas nubes que había en el lugar comenzaron a arremolinarse en torno al centro de la isla, expandiéndose más y más. Si le hubiese tenido miedo a la oscuridad probablemente por un instante se hubiese asustado, pero pronto chispas doradas comenzaron a fluir como sangre por las arterias de la tormenta, dándole vida.

-Lluvia, maestro- susurró, como si de un concierto se tratara, y un suave trueno hizo al cielo estremecerse, para justo después el repiquetear del agua sobre los tejados y cristales retumbase por doquier. Pero eso era sólo el principio.

La lluvia se convirtió en poco menos que un baño, apenas siendo capaz de ver a través de los goterones que formaba. La oscuridad de nubes negras como la noche lo cubría, y un manto de lluvia lo hacía invisible. Algunos creían verlo y casi lo señalaban, pero para cuando su dedo tembloroso trataba de apuntar en su dirección ya se había desvanecido, como una quimera onírica. Una quimera con un destino, la parte rica de Mock Town, el único lugar que podría acoger la reunión de los más peligrosos. Si el instinto no le fallaba estarían en el local frente al que había luchado contra Zero junto a Byakuro... Y así era.

Una ilusión lo hizo parecer simple sombra, y los dos semigigantes dudaban que fuera real la visión que contemplaban. Esperaba que los demás hubiesen cumplido con su parte para entrar. Sonrió. Era genial estar de vuelta.

Los vio parpadear por un instante, y entonces todo cayó. Era un haz de luz no tan poderoso como el que en Síderos todos habían podido contemplar, pero igual de luminoso. La tormenta a su alrededor se detuvo de golpe, y Dexter, completamente seco, apareció ante tres personas totalmente empapadas, con sus compañeros listos para entrar en escena. Sin esperar disculpa ni saludo, simplemente evitó a quienes cortaban el paso.

-Yo también me alegro de estar aquí- dijo alegremente mientras avanzaba, directo al local, donde lo que vio se acercaba a la herejía tanto que no pudo evitar un inconmensurable chillido de horror. ¿Qué estaba haciendo toda esa gente? ¿Por qué servían hamburguesas en un oriental?

La música se detuvo por completo cuando él entró en escena. Parecía que se habían asustado, pero no lo entendía. Arribor Neus borracho en una esquina, Zane D. Kenshin en otra, Syxel, Drake Lars... Una infinidad de piratas famosos y algunos desconocidos que como mínimo habían merecido estar entre los más infames, y todo se detenía cuando él aparecía. Bueno, al menos era una suerte tener esa capacidad para imponer no sabía si temor o respeto.

-Buenas tardes, caballeros. ¿Se ha dado cuenta alguien de que esto es un PUTO RESTAURANTE ORIENTAL?- necesitaba gritarlo-. ¡Aquí sólo os sirven hamburguesas porque creen que si no vais a tirar abajo el edificio, la isla y a organizar una masacre!- se giró hacia los camareros-. Si veo una sola hamburguesa más os quemo el local. Si alguien quiere comer mierda que vaya a Mcdowells. ¿Entendido?

-S-sí, señor. ¿Y qué desea tomar el señor?

-Ya que invita la casa, arroz con cerdo agridulce. Con extra de piña, si no es molestia.

Avanzó entre la multitud hasta un puesto de importancia en el lugar, la mesa central donde los respaldos eran ligeramente más altos, y se sentó cómodamente. Tal vez acabase de provocar que el lobo intentase comérselo o algo, pero no le importaba lo más mínimo. Que pidiera un filete de vaca y aprendiese a comer de una vez. Eran piratas, no bárbaros.

-¿Y bien? ¿Qué es lo que se cuece aquí?

Resumen:
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 0:49}

Me despedí de mis compañeros de travesía, sin duda una banda bastante simpática y con un futuro prometedor. Había visto nuestro barco incluso antes de amarrar, algo bastante normal por su tamaño. Tardé un poco en terminar las despedidas, sobre todo por las promesas de volvernos a ver y de ver algún día como casi todos habíamos cumplido nuestros sueños. Una tormenta comenzó a formarse sobre la isla mientras avanzaba hacía nuestro navío, seguramente cosa del capitán y sus poderes mitológicos. La lluvia no era de los elementos que más me gustaran, y menos desde que ingerí la logia de tinta, yo hubiera elegido una nevada copiosa en su lugar.

-Chicos ya estoy aquí. -Dije nada más entrar al barco. - ¿Qué planes tenemos para esta isla y cómo ayudar? Ya sabéis que me apunto a lo que sea, incluso un bombardeo. Por cierto, ¿dónde está el capitán? Eran muchas cosas en muy poco tiempo, incluyendo la gracia del bombardeo, pero hacía mucho que no los veía, habían pasado más de dos años.

Esperaría a ver que me contestaban y a partir de ahí veríamos que hacer. Lo que estaba claro era que no me quedaría solo en el barco, si todos se marchaban iría con ellos. Cualquier medio de transporte sería válido para mí en aquellos momentos, aunque si pudiera ser cubierto para evitar continuar mojándome. Conocía bastante a aquella gente, y las entradas a lo grande eran su sello de identidad, algo que nunca olvidaría el gobierno tras lo ocurrido en Impel Dawn.
Deathstroke
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 1:13}

Desde mi llegada al ojo había tenido poco tiempo para descansar, pues ese mismo día zarpamos hacia la isla de Jaya. Por su parte, durante el viaje, el capitán había estado durmiendo, quizás la información de lo que se iba a organizar en la isla y el que no le hubiesen dicho nada tuviese algo que ver. Había guardado la invitación por si acaso, aunque ponía el nombre del pirata al que se la había quitado. “Quizás debería de haberle dado algún tranquilizante al capitán” pensé cuando noté con el mantra como su presencia se comenzó a mover por el barco.

En el momento en el que Dexter salió y nos llamó la atención me encontraba poniendo a punto las armas, estábamos llegando al destino. Desplegué la armadura y me puse la túnica encima, en ella guardé algo de instrumental médico, las pistolas, las dagas, y Aeglos, una naginata con dos hojas, una en cada extremo y la cual se podía separar, por lo que guardé por separada el arma. El capitán entonces nos dio unas normas de convivencia, consideraba que no debíamos de meternos en líos y de hacerlo debíamos de ganar. En parte me entristeció aquello, me apetecía probar el arma. Finalmente, tras sus palabras fui a mi camarote y saqué el maletín, un arma que no había llegado a usar nunca, quizás ahora fuese el momento, sino, se la regalaría al pequeño Rocket, que siempre apreciaba que le diesen armas.

El capitán fue el primero en tomar tierra una vez llegamos a puerto, como segundo al mando podía haber bajado el segundo, pero prefería esperar a que el resto siguiesen al capitán, además vería quien se quedaba en el barco. Tras unos minutos, noté las presencias de mis nakamas bastante lejos, así que, aprovechando la tormenta que había creado el capitán hice que un rayo cayese sobre mí y me “trasnporté” hasta donde estaban el resto, frente a la puerta de un restaurante oriental.

Nada más entrar pudimos ver todo el caso que estaba formado, aunque, la música dejó de tocar al momento en el que entramos, momento en el que activé el haki de observación y la centré en mis compañeros por si recibían algún tipo de ataque estar preparado para defenderles. Tras una bronca de Dexter al personal, tanto pirata, como del restaurante pidió algo de comer y se fue a la mesa central. Le seguí, pidiendo antes un plato de berenjenas con miel y salsa de soja, además de una ración de pollo agridulce. Me senté junto a Dexter, dejé el maletín sobre la mesa y luego saqué el primer libro de la colección que me había dado el genio, lo había empezado ya, pero solo un par de páginas, por lo que decidí empezarlo desde cero.

resumen:
Aki D. Arlia
Terror de los siete mares
Aki D. Arlia
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 1:14}

Estaba cómoda, muy cómoda. Cuando escuchó la suave voz llamándola, no quiso hacerle caso. Se dio media vuelta y enterró la cabeza bajo la almohada, ignorándole olímpicamente.

-Ehem... capitana... ya es la hora.

Todavía acurrucada entre las sábanas, se hizo de rogar varios minutos antes de abrir los ojos. Ambas pupilas se clavaron en el chico que la había despertado. Estaba nervioso y no parecía ser capaz de mirarla a la cara. Quizás que solo la sábana cubriera su piel fuera la razón. O tal vez el asesinato a sangre fría de su padre, seis días antes. De cualquier manera, había mejorado mucho. Ya no vomitaba y ya hacía más de 48 horas desde el último intento de tirarse por la borda. Si seguía así quizás esos piratuchos de tres al cuarto a los que ahora comandaba tuvieran una oportunidad de sobrevivir.

-Ven.

-¿E-Eh?

En un abrir y cerrar de ojos, la pelirroja se incorporó y lo lanzó al colchón situándose encima. Le sujetó las muñecas con una mano, pese a que no hacía ninguna falta. Se acercó a su cara poco a poco, sonriendo. Podía ver el miedo en la cara del chico; estaba aterrado.

-Hoy es el último día. Vas a librarte de mi, Kevin. ¿Estás contento?

-N-no, por supuesto que... que no.

Se rió para sí mientras lo soltaba y se alejaba de la cama desperezándose. El sol comenzaba a ponerse, podía verlo por la ventana. Ya quedaba poco.

-Venga, lárgate de aquí.  Y más te vale sacar el barco de este puerto enseguida; no podéis andar ocupando espacio.

Oyó la puerta al cerrarse y volvió a sonreír. Hoy era un gran día.

Veinte minutos más tarde, caminaba con calma por las calles de Mock Town. Era una ciudad desagradable, pegajosa, maloliente y pendenciera. Cuna de piratas y bandidos, hogar de aquellos perseguidos por la justicia y... vaya, estaba hecha un asco. Aki esquivaba los charcos en el suelo con soltura, casi como si bailara. El sonido de sus tacones contra la piedra resonaba en sus oídos, en contrapunto con la lluvia. Se había acordado de coger un paraguas antes de abandonar el barco, al igual que el resto de sus efectos personales. Aunque sin duda mientras paseaba apreciaba más lo primero. No quería llegar oliendo a gato mojado.

Sin embargo y para su sorpresa, la lluvia se detuvo poco antes de que ella alcanzase el local. Le quedaba una curva por tomar cuando el cielo decidió dejar de llorar. Encogiéndose de hombros, se recolocó la capa  y tiró el paraguas por ahí. No importaba. Le mostró la invitación entre dos dedos al guardia, que la miró de arriba abajo sin hacer amago de intentar detenerla. ¿Por qué iba a hacerlo, al fin y al cabo? Tenía más derecho a estar ahí que la mitad de los presentes estaba segura. Pero vamos a ver, ya se oían gritos y todavía faltaba media hora para que empezara la reunión. ¿Qué demonios?

Cuando entró al local, no sonaba la música. Un cabreado Dexter Black vociferaba algo de unas hamburguesas, mientras a su alrededor se desenvolvían multitud de escenas curiosas. Un enorme lobo en una mesa, Arribor Neus amorrado a un barril, un gyojin, un gigante a lo lejos... desde luego habían llamado a gente de todo tipo. Reconocía algunos rostros, por supuesto. Parpadeó un par de veces observando todo con cautela. ¿A dónde dirigirse? No quería pensarlo. Pasó al lado del dragón, dedicándole una sonrisa a modo de saludo antes de llamar la atención de un camarero.

- Unos tallarines, por favor. Con ternera, sí. Ya lo llevo yo misma, no se preocupe.

Mientras esperaba a que su orden estuviera lista, se dirigió a una de las pocas mesas libres que quedaban. No muy alejada del centro, pero más cercana a la parte de atrás del local. Tendría una buena vista de las cosas interesantes, y las cosas interesantes tendrían una buena vista de ella. Eso era lo importante. Se deshizo de la capa negra, revelando un vestido largo y ajustado hasta la cadera, adornado en rojo aquí y allá. Cuando caminaba, los granates repiqueteaban contra la tela llamando la atención de quien posara su vista en ellos. Entre paso y paso, se advertían entre los pliegues del vestido, abierto en los laterales, dos botas de caña alta que abrazaban dos aún más largas piernas. La pelirroja tomó los tallarines del hombre de la barra y tras darle las gracias se dirigió a su mesa.  

Otorgó sonrisas y miradas a cuanto conocido se encontraba, sin saludar a nadie todavía. En la mesa que ocupaba todavía quedaban tres asientos trágicamente vacíos. ¿Quién sería el valiente que intentara ocuparlos?

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 4:00}

«El paso del tiempo ha hecho mella. Muchas cosas han cambiado. ¿Cuándo fue la última vez?». Sobre la isla se posaron los ojos del moreno, perdidos en la inmensidad de su extensión y en el resultado final de sus actos. La Jaya que observaba era indudablemente diferente a la que había visitado años atrás. Liberada del dominio Marine, el hogar de la piratería y las fechorías volvía a ser lo que era en un principio: un nido de criminales, malhechores y lobos de mar. Casi podía percibir el olor del alcohol, el tabaco y la decadencia desde allí. ¿Debía considerar Mock Town un posible hogar? Una breve risa brotó de su garganta al tiempo que se obligaba a negar con la cabeza. Era un pirata, pero no ansiaba ese tipo de vida. Algo más tranquilo podría ser apropiado, especialmente cuando llegase el momento de brindarle a Anna la vida que merecía haber vivido, no la que les tocó sobrevivir. Suspiró con pesadez, pasando las yemas de los dedos por la madera de la Joya. «Aún era capitán cuando di mis primeros pasos en esta isla. Aún había Red Demons». Se pasó una mano por el rostro, tratando de apartar aquellos pensamientos de su mente. Hacía mucho de aquello, pero el tiempo no era capaz de sanar todas las heridas.

─ En fin, vamos a ello ─se dijo al sentir la presencia de Dexter extenderse a lo largo de toda la cubierta, dando media vuelta y acercándose al resto.

Todo estaba preparado para el desembarco, aunque en principio no debía ser nada complicado. No podía, sin embargo, dejar de darle vueltas al tema. Una reunión de hermanos. Un Parlamento de la Piratería. La caída de Legim debía ser el motivo principal por el que se había concertado aquella congregación. Criminales de todas las aguas debían acudir a la llamada. Todos peligrosos, aunque estaba claro que algunos lo eran más que otros.

─ Sabes que el primero en provocarlos serás tú ─bromeó el dragón tras escuchar la normativa que el Yonkou había instaurado para la excursión. En cualquier caso, parecía que su paso por allí iba a ser tranquilo o, más bien, pretendía serlo. Berthil hizo una mueca, no sabiendo si le agradaba la idea o si le decepcionaba. «Paso demasiado tiempo con él» se dijo ante aquel conflicto de sentimientos─. Descuida... Después de la que liamos en Impel Down no creo que haya mucha gente dispuesta a incluirnos en sus problemas.

No hubo más discurso. No hacía falta, a decir verdad. Quizá estuviera bien limitarse a espectar por una maldita vez. El capitán desembarcó y, momentos después, el cielo comenzó a oscurecerse. El contramaestre puso los ojos en blanco por un instante. No debían meterse en líos, pero estaba claro que el dragón bicolor no se quedaría tranquilo si no hacía una entrada a lo grande. «Es un Emperador del Mar, después de todo. Supongo que es lo suyo», intentó autoconvencerse, poco antes de seguirle bajando de un salto y pisando tierra. Deathstroke parecía tener intención de esperar a que el resto decidiera antes de moverse. Era el segundo de abordo, después de todo. Debía asegurarse de que todo quedara en orden.

El día se había ensombrecido a un nivel que rallaba lo paranormal, gracias a los poderes de Dexter. Pronto entre aquellas nubes negras comenzaron a rugir truenos y relámpagos, casi como si los mismísimos dioses estuvieran combatiendo ahí arriba. «Debería hablar menos con Worgulv». Precedida por la electricidad llegó la lluvia y, como todo aquello que convocaba el dragón azul, vino a lo grande. Pareciera que fuera a caer un diluvio universal por unos instantes, empapando por completo las ropas, el cabello y el cuerpo en general del Ju Senshi. Cómo no, el capitán no se veía afectado lo más mínimo por el clima, ni su ropa tampoco. Pocos instantes después comenzó a formarse vapor alrededor del cuerpo del pirata. No estaba dispuesto a presentarse en aquella reunión como un vagabundo buscando refugio. Él también quería mantener cierta imagen. La temperatura en un área cercana a él comenzó a incrementarse hasta tal punto que las gotas de agua se evaporaban al entrar en contacto con su piel o su ropa. Tras un breve paseo por lo que conformaba el barrio "decente" de Mock Town, llegaron al lugar del cónclave criminal. Las puertas estaban custodiadas, aunque los encargados de ello no parecían predispuestos a cortarle el paso al temible Dexter Black y a los dos Ju Senshis que se habían convertido en los oficiales de su tripulación. Especialmente cuando Death había aparecido junto a ellos de forma tan inesperada. Se adentraron en el lugar, pudiendo así ver con sus propios ojos lo que habían venido buscando.

─ Ruido, comida, alcohol y piratas. No está mal para empezar, ¿no? ─dijo en voz alta una vez se hizo el silencio tras la repentina aparición de la tripulación, mostrando una actitud confiada, intimidante quizá para aquellos que les hubieran reconocido. Aguardó mientras el capitán reprendía a los presentes, tanto clientes como trabajadores, por el menú que se estaba distribuyendo por las mesas. Una vez concluyó la escenita y se hubieron asegurado de que toda alma descarriada hubiera reparado en su llegada, siguió a Dexter─. Yo tomaré lo mismo... Y ya que estáis, traed algo de sake. Pediría una pinta, pero quizá eso despertase la cólera de mi capitán.

El dragón siguió a su congénere, dejando que fuera abriendo paso entre la chusma. Pudo reconocer algunos rostros entre los presentes, más por los carteles que había visto en El Ojo que por conocerles personalmente. Drake "La Bestia"; el capitán de los Piratas Sin Corazón Arribor "Heartless" Neus, algunos piratas de menos renombre y, entre todos los demás, un individuo cuyo rostro recordaba demasiado bien debido a cierto incidente con los carteles de "Se Busca". Zane D. Kenshin, un viejo supernova de las generaciones más recientes. Quizá pudiera encontrar entretenimiento allí después de todo. Mientras ganase no importaba meterse en líos, ¿no?

Tomó asiento en la misma mesa que Dexter, dejando un hueco para Death por si quería tomar asiento junto a ellos como segundo al mando. Berthil, por su parte, inclinó levemente la silla hacia atrás y apoyó ambos pies sobre la mesa manteniendo un equilibrio perfecto, sin darle demasiada importancia a la situación y con una calma inquietante. Se limitaría a escuchar y observar por el momento... Y a comer, claro está.

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 4:30}

Casi sin perder la costumbre, Neo estaba llegando a una isla llena de piratas subido en un barco que no era suyo —aunque, en cierta forma, sí que lo estaba empezando a ser— a punto de meterse, lo más probable, en algún lío de dimensiones exageradas. Y es que sin comerlo ni beberlo —casi literalmente, pues Dexter le había engañado al decirle que la chimichanga estaría en el barco— se había embarcado en una aventura con los Blue Roses hasta Jaya. Hacía un par de días, o quizá semanas, quién sabe con la capacidad de procesamiento del tiempo de Neo, Dexter se había propuesto el ir a una reunión que se celebraba en la isla con el simple pretexto de "es que no me han invitado"; posiblemente si lo hubieran hecho hubiera quemado la invitación, pero así es el ego, señores.

Así que ahí estaba, en el puesto vigía del barco insignia de la tripulación haciendo más bien nada. Se había presentado ante los miembros presentes, exceptuando a Murasaki, que ya la conocía; la mayoría le miró de forma extraña al principio, quizá por su estatura y su parecido a un crío de doce años, pero sobretodo Berthil, el cual había susurrado "Yo lo mato..." cuando le escuchó decir al pequeño que estaba ahí porque Dexter le debía una chimichanga. Pero bueno, quitando los pensamientos sobre asesinatos, el resto había ido bastante bien. Shiro no paraba de ir y volver, de hablar con este y con aquel y casi no había pasado tiempo con el pelinegro; a este tampoco le molestaba, pero le resultaba raro andar por ahí sin ese peso extra en el hombro o la cabeza.

Quizá fue por esto por lo que le sorprendió despertarse, tumbado en la parte oriental del mástil del barco, con la pequeña rata saltándole en el estómago. Por un segundo casi perdió el equilibrio, pero se mantuvo estable y consiguió no partirse la cara contra el suelo desde aquella altura.

—¡Hemos llegado! ¡Venga, vamos, vístete! —dijo para, justo después, tirarse de cabeza hacia la cubierta y, a los pocos metros, caer suavemente con las orejas abiertas.

Neo sonrió y, antes de poder siquiera pensar en lo feliz que estaba Shiro, rompió el silencio con un sonoro bostezo. Tras eso todo se convirtió en un hervidero por la zona. Él tampoco tenía nada que hacer, y nadie, por lo menos aún, lo consideraba un miembro pleno de la banda; bueno, quizá Dexter, pero nadie sabía del todo bien lo que se le pasaba a aquel hombre por la cabeza hasta que ya era demasiado tarde para detener el posible efecto mariposa de desastres que hubiera causado. Se levantó tras un buen rato y fue a prepararse. Dormía en ropa interior, así que tendría que ir a buscar su ropa —la cual esperaba estuviera en el sitio que la había dejado— y despejarse un poco. Por suerte allí estaba, justo donde la había dejado, bien dobladita y sin arder, lo cual, en aquel lugar, era totalmente posible.

Cuando salió, aún ajustándose a Rose, su querida capa, ya estaba casi todo lo listo; y, para cuando él también lo estaba, salió el capitán de aquella panda de locos. Y, como no podía ser de otra forma, todos escucharon en silencio sepulcral su pequeño discurso.

—No, yo no me acuerdo —diría Neo con una sonrisa irónica cuando comentó lo de haber visitado la isla, sonrisa que sería respondida con otra parecida de Dexter antes de que siguiera hablando.

"Entendido", sonó casi al unísono en la cubierta del barco, sabiendo perfectamente todos y cada uno de los que allí estaban que no iba a ser, en absoluto, de aquella forma. Dexter sonrió con suficiencia y se dio la vuelta al momento, preparado para liderar la marcha. "Lluvia, maestro", hubiera susurrado ya en tierra, después de que todos —o, al menos, Dexter y él— hubieran saltado y aterrizado sin problema en el puerto. Neo sonrió y pensó en todos esos momentos en los que hacía un movimiento coordinado con algún compañero temporal, casi improvisado, que habría impresionado a cualquiera presente en el lugar: Kyle, Liam, Leiren... Siempre había hecho buenos dúos. Y no iba a ser distinto en ese momento.

—Viento después —susurraría él, levantando una pequeña brisa al crear sus glifos.

Todos los Blue sentirían un leve cosquilleo, casi como el de una hoja al rozar la piel, cuando Neo les rodeó con una armadura invisible que los libraría de la lluvia; si iban a una reunión de aquel calibre no podían permitirse llegar mojados por una pequeña tormenta. Los truenos entonces retumbaron y, mientras el grupo llegaba, cada uno relumbró con un haz de luz plateado. Después de que Dexter esquivara a los guardias le siguió Neo, que por su tamaño se zafó con facilidad y, detrás de él, el resto.

El ambiente se apagó durante unos instantes; casi literalmente, pues hasta la música había cesado. Neo sonrió mientras sus ojos, argénteos por naturaleza, brillaban con una extraña luz sobrenatural.

—Yo tomaré ternera con pimientos, suele estar deliciosa. ¿Zumo de lichi, por favor? Gracias.

Con una parsimonia típica en él seguiría a su capitán y se sentaría en la misma mesa que él, aunque en el lado contrario; los sitios cercanos a él debían ser para los verdaderos miembros de su tripulación. Aunque bueno, sentarse quizá no era la palabra más acertada, o por lo menos no del todo: él se sentaría en el respaldo —debido a su tamaño casi no habría diferencia con otros de la banda— y mantendría los pies cruzados en el asiento. A partir de ahí lo único que restaba era esperar a ver cómo se sucedían los acontecimientos y, obviamente, comer.

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Miér 4 Oct 2017 - 8:40}

El viaje estaba siendo tranquilo, casi demasiado. Durante todo el tiempo que habían estado en el barco, una vez zarpasen dirección a Jaya, cada uno se había perdido en sus pensamientos y en sus quehaceres. Bakagami estaba demasiado ocupado dirigiendo el barco, mientras que Deathsroke preparaba sus armas y distintos útiles "en caso de que hubiese problemas". Por favor, era obvio que iba a haber problemas. Por su parte, Neo, el nuevo integrante de la banda, se encontraba tirado en la vigía. Su pequeño compañero resultó ser más sociable que él esos días. Aunque bueno, siempre será más fácil para los animales. Respecto al capitán...al parecer había estado dormido durante gran parte del viaje. "Supongo que todos los lagartos duermen lo mismo". Pensó la chica de cabello naranja mientras observaban el horizonte desde la cubierta, pasando a observar de vez en cuando a Aka cuando ya estaban llegando a la isla (de forma disimulada). Suspiró. conociéndole debía estar pensando en los Demons. La única vez que fue con él a ese lugar fue para ayudar a Dexter a liberarla del control de un marine.

"No vas a decirle nada". Preguntó Kouga en mi mente, como le leyese la mente a la felina. Esta negó y apartó la mirada. -No creo que deba...- Murmuró, antes de apartarse de la barandilla e ir a por sus pertenencias, notando al fin la presencia de su capitán moviéndose por el barco. -Va siendo hora.- Dijo para sí misma y al instante apareció en cubierta la figura del dragón azul. Este se disculpó por la indisposición sufrida los últimos días y ordeno no meterse en líos. Por favor. ¡Qué estaban en una reunión de piratas! Era imposible que no se metiesen en líos. Sin embargo, todos asintieron. Mura hizo una mueca, una sonrisa divertida, antes de estirarse y saltar del barco, como los demás. Faltaban miembros de la tripulación y había alguno al que la chica no reconocía. ¿Acaso el tal Barba Azul era miembro de los Blue de verdad? Se encogió de hombros.

Al posar los pies en el suelo, con una gracia felina, la chica abrió el paraguas que llevaba consigo. Las palabras del capitán habían causado que las nubes se nublasen y el aire tomase un olor a lluvia, la cual no tardó demasiado en descargar, junto con rayos y truenos. -Así que una entrada a lo grande.- Se dijo. Notó también la brisa provocada por Neo y la ausencia del agua repiqueando en su paraguas.  Ante eso, no pudo evitar la tentación de tratar de despeinar al que a sus ojos era como un niño. Siendo parte de la tripulación bien podría verle como un hermano pequeño, aunque en verdad fuese mayor que ella. -Gracias, pero creo que con esto voy bien. ¿Quieres echar una carrera?-  Dijo moviendo levemente su paraguas para que el chico comprendiese a que se refería. Viendo que los demás ya se habían puesto en marcha, lo mejor sería darse prisa, y una carrera amistosa era una buena opción.

No le dio tiempo a contestar, puesto que en menos de un parpadeo ya había echado a correr, con su cuerpo medio transformado en el de un felino, para poder ir más rápido y sus auras activadas. Se movía a una velocidad increíble. La cual aumentó cuando decidió cerrar el paraguas y dejar a su aura el problema de las gotas de lluvia, que se evaporaban antes de tocar su cuerpo. Sumire, la seguía volando con sus alas plateadas, al estar cerca suya, la lluvia tampoco la empapó Al final, a pesar de que Akane le había dicho que se quedase en el ojo, había decidido acompañarla. Cuando llegó, ni se molestó en preocuparse por si Neo la había adelantado o no. Había demasiadas cosas llamando su atención: El olor a comida, las quejas de Dexter, algunas presencias conocidas. Le pareció reconocer la presencia de la chica-tigre que conoció en Nanami, antes de encontrarse con Bakagami la primera vez, y al domador de lobos. ¿Seguiría Tibb con él? El otro cascarrabias le daba igual, no le había caído bien.

Con sus orejas en alto, y su cola de felino a la vista, la chica pasó al interior, siguiendo a los demás. Al pasar junto al camarero le dijo que  llevara a la mesa un plato de todo lo que tenían en el menú, o varios platos pero quería todo el menú sobre la mesa. Además de algo para beber. Después, considerando que tardarían lo suyo en preparar las cosas, decidió darse una vuelta por las mesas. Sumire fue a sentarse al lado de Aka, dejando un hueco vacío a su lado para la felina. Literalmente, pasó frente a la mesa de Therax, el cual parecía estar acompañado por alguien, un pelirrojo al que ignoró descaradamente y, al ver que el chico no la reconocía, trató de abalanzarse sobre él, pegando un salto con intención de tirarle al suelo. También vio a Aki a lo lejos y la saludó con la mano. Ya se pasaría a verla cuando acabase con este.

-¿Cuánto tiempo, no?-

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 0:02}

Según pasa el tiempo los invitados… y no tan invitados van llegando al restaurante, llenando en cuestión de minutos el amplio comedor. Algunos diríais que, fácilmente podría haber cerca de un centenar de comensales, caras conocidas, algunas que deberían serlo y otras no tan famosas, pero si están ahí es por algo. Lo sorprendente es que, dentro de lo que cabe esperar en una reunión de diferentes bandas de este calibre, es que el edificio no haya estallado… de momento.

Llega la hora acordada, dos guardias cierran las puertas y la iluminación se vuelve algo más tenue. De pronto un sonido de mecanismos inunda la sala y una enorme estantería situada en la pared derecha del local (tomando como referencia la entrada) empieza a rotar. Un pequeño escenario emerge en su lugar y dos focos iluminan una figura que a todos os resulta familiar.

- Buenas noches piratas, bucaneros y criminales de dudoso prestigio. – Saluda el mismo hombre con traje y máscara que os pedía las invitaciones a la entrada de la calle. – Veo que estáis todos, o bueno, casi todos. Hay muchas caras conocidas entre los invitados, y otras que espero que pasen a serlo. Veo que también tenemos comensales no invitados pero… ¿Qué sería una reunión pirata de este calibre sin asistentes no invitados? – El hombre hace una pequeña pausa, más teatral que formal antes de continuar con su discurso. – ¿Pero qué modales son los míos? Todavía no me he presentado, aunque creo que algunos me conocen. Son Viktor Elrik para servirles. – Dice tras hacer una exagerada reverencia.

A algunos os sonará como uno de los magnates más pudientes, e influyentes, del bajo mundo. Un hombre que ha amasado una fortuna a base de comercio en el mercado negro, una agenda de “selectos” contactos y amistades, y un servicio de “chapuzas” bastante famoso entre aquellos que pueden permitírselo. Contadas son las personas que le han visto la cara tras esa máscara, o por lo menos que dicen habérsela visto. No es de extrañar que alguien tan pudiente como él haya sido capaz de contactar a tantas personas, como tampoco es de extrañar que esté interesado en la elección de un nuevo Yonkou.

- Supongo que todos sabréis por qué os he reunido hoy aquí. – Dijo a la vez que chasqueaba los dedos y una pantalla que ocupaba gran parte de la pared descendía a sus espaldas mostrando una foto de Legim. – Como ya sabréis, la figura de los Yonkous se ha debilitado bastante últimamente, algo que a muchos debería beneficiar está generando un caos innecesario dentro de la hermandad de la bandera negra. Necesitamos una figura que estabilice las cosas y la necesitamos pronto. Señor Black, se preguntará la razón de que no haya sido invitado, no se ofenda, pero comprenderá que no deseaba que la elección de un Yonkou estuviese condicionada por la presencia de otro. Su opinión de bien recibida de todas formas, siempre y cuando se abstenga de intervenir directamente.

Viktor hace una pequeña pausa antes de darle al botón de un pequeño mando, mostrando una nueva diapositiva en la cual se puede ver un mapa de Jaya bastante detallado con una espada clavada en él, concretamente en South Grave.

EL MAPA:

- Pero basta de disculpas y pasemos al tema que nos interesa. Como os imagináis no vamos a elegir este cargo de forma tan aburrida como una votación. Me he tomado la libertad de plantear una serie de pruebas en las cuales podremos comprobar quién es el más apto. La primera es sencilla ¿Qué serían los piratas sin la búsqueda de la fama y, para qué engañarnos, sobre todo la fortuna? La búsqueda de las espadas es la primera de las pruebas.

Un texto aparece en la pantalla por encima del mapa en el cual puede leerse:

“Hay 15 espadas plateadas con un número grabado escondidas por toda la isla, pueden estar en cualquier parte, aquellos que las encuentren y las lleven a la plaza central de Mock Town antes del alba pasan. Sólo una espada por persona. Está permitido cualquier cosa con tal de obtenerlas, cualquier cosa MENOS la violencia en y hacia el restaurante. Las espadas pueden ser escondidas, guardadas e incluso usadas de arma, aunque puede que una espada rota no garantice que se pase a la siguiente fase. En caso de que la espada se rompa el que tenga el mango tiene prioridad. También hay otras espadas que permiten pasar, como la espada dorada la cual da… cierta ventaja en la siguiente prueba.

Tras leer el texto en voz alta Viktor se da la vuelta y se dirige a vosotros.

- Espero que no haya muchas dudas porque el tiempo… - Hace una pausa para sacar un reloj de bolsillo. – Ya ha empezado.

Dichas estas palabras los asistentes se levantan de forma apresurada dirigiéndose a la salida y esparciéndose por la isla en busca de las espadas.

Y otra cosa...:
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 1:41}

El pelirrojo no era capaz de apartar su mirada de la de su vieja amiga Nailah, perdido completamente en la belleza y el misterio que encerraban sus intensos ojos esmeraldas. Era como si hubiera hecho un viaje al pasado y volvieran a ser esos críos que soñaban con ser piratas y surcar los mares, encontrando tesoros y haciendo eco en la eternidad. Pero todo se desvaneció cuando un individuo entró dando voces e imponiendo su ley en el restaurante. Instintivamente, Zane bufó y fue a levantarse, pero la persona que estaba frente a él era un muro que todavía no podía saltar. Se trataba del emperador del mar más poderoso, aquel que consiguió la paz hacía ya dos años en la lejana tierra de Sideros, el dragón azul, Dexter Black. Poco después vino el resto de su banda, posiblemente el grupo más variopinto que había visto en toda su vida, pero a cada cual más poderoso. Su vista se clavó sobre Berthil S. Kyrios, el cual estaba mirando descaradamente al antiguo supernova. No parecía mal tipo, o eso se decía Zane. «Luego le diré de tomar una copa, y le preguntaré porqué lleva mechas»

-Pensaba pedirte algo de cous cous con pollo, pero el mandamás ha dicho que nanai –señaló con la cabeza a Dexter, que estaba sentado en la mesa central-. ¿Te apetece algo de pato a la pekinesa y arroz tres delicias? ¡Ah! Y rollitos de primavera.

La respuesta de la joven no fue lo que esperaba el pirata, que declinó su oferta. Pero antes de poder quejarse si quiera, una joven de cabello carmesí se abalanzó sobre Therax, derramando parte de la bebida sobre la mesa.

-Más cuidado –soltó, mirando a la muchacha-. ¡Eh, Rooney! Medio millón a que Therax se la lleva al barco en menos de diez minutos –bromeó el pelirrojo, mofándose de lo que dijo su compañero varios minutos antes-. Dime, Rooney, ¿te apetece pato a la pekinesa? –inquirí de nuevo.

Un par de minutos después, Zane se levantó y se dirigió a la barra, pasando muy cerca de la mesa en la que estaba el yonkou y sus compañeros, mirándolo nuevamente y guiñando un ojo al moreno de bote, mostrando la mejor de sus sonrisas.

-Camarero, póngame tres raciones de pato a la pekinesa, tres de arroz tres delicias y tres rollitos de primavera, por favor.  Y llévelo a la mesa del fondo cuando pueda.

Tiempo después de volver a la mesa, estando comiendo su ansiado pato, la estantería que estaba a su derecha desapareció de golpe, y en su lugar emergió un proscenio sobre el que se encontraba el hombre enmascarado de la entrada. Las luces se volvieron más suaves, amenizando la velada; a excepción del ruido que hacía la bestia a la hora de masticar. Unos potentes focos de luz rojiza apuntó al hombre, que no tardó en presentarse y dar la razón por la que estábamos allí reunidos.

-Así que Viktor –susurró a Syxel, que estaba sentado a tu lado-. Mi padre me contó historias sobre este tipo, y pocas son buenas. ¿Qué opinas sobre esto? –preguntó Zane, echándose hacia atrás en su asiento, reposando perfectamente su espalda sobre el respaldo de madera acolchada.

Proyectada en la pared apareció un mapa de la isla, y Viktor explicó que la elección del nuevo emperador del mar no iba a ser nuestra decisión, sino que se daría tras realizar una serie de pruebas, siendo la primera conseguir unas espadas de plata y una de oro. ¿Este hombre estaba buscando conseguir un nuevo emperador del mar o acabar con la mayoría de los piratas con potencial del grand line? Se preguntó Zane, que cada vez sospechaba más de todo lo que estaba ocurriendo. Dieciséis espadas para más de medio centenar de piratas a cada cual más peligroso y sanguinario. «Esto no va a acabar bien»

Como si de una carrera se tratase, casi todos se fueron del local, quedando unos pocos maleantes. Nuevamente el silencio ocupó el lugar, la música había cesado, y el juego estaba en marcha.

-¿Algún plan? –comentó, llevándose después el último trozo de pato a la boca. Debatieron durante unos pocos minutos, el tiempo apremiaba, pero sabían que cualquier error podía costarles la vida. Así que decidieron separarse en tres grupos de dos personas: Syxel con Balagus, Rooney con Therax y Nailah con Zane. El reparto lo hicieron conforme a sus habilidades y escala de poder actual-. Tomad esto –el antiguo supernova les entregó un den den mushi, al que él llamaba den den Zane, el cual tenía una melodía curiosa cuando sonaba y cierto parecido con su dueño-. Con esto nos comunicaremos si encontramos alguna espada o algo sale mal, ¿de acuerdo? Y recordad la más antigua y noble de las tradiciones piratas –el pelirrojo mostró una sonrisa e hizo brotar en su espalda dos grandiosas alas de color carmesí-. Señorita… -hizo una pequeña reverencia a Nailah para que se subiera a su espalda,  y cuando lo hizo saltó con fuerza y echó a volar.

Estando en el cielo, a unos quinientos metros de altura, el pelirrojo alado usó su vista de pájaro para vislumbrar con todo detalle la superficie de la isla, mientras viajaba hacia el south grave yendo por el camino más largo, por el sur, con la intención de inspeccionar más zonas de la isla.

-La primera espada que encontremos es mía, que lo sepas –dijo Zane, intentando provocar a la muchacha.

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 2:28}

¿Qué cojones? El actual Yonkou había entrado prohibiendo las hamburguesas, fue lo único que le llamó la atención de hecho. Pasó de todo hasta que escuchó aquellas palabras. Justo entonces el lobo blanco abrió la boca para morder su comida y tragarse otras cuatro burguer del tirón. Saltó sobre la mesa quedando mirando en dirección al dragón azul. Al final era posible que tuviera su lucha, pero con el poderoso dragón. Sus dorados ojos estaban fijos en él por aquellas palabras que había dicho. Se relamió despacio y movió la cola de un lado a otro. Se había fijado en la enorme cantidad de gente que había entrado y eso lentamente le incomodaba. Sabiendo que su compañero estaría en su mundo con el alcohol, fue el lobo blanco el que alzó su voz en dirección al camarero.

- Como me prohíbas una hamburguesa soy yo el que quema este local. Si hay una delicia así en la carta a mí no me la prohíbe ni Dios ¡Tus orientadas contra mis hamburguesas! ¡Aquí y ahora y ganaré! – Gritó el lobo desafiante.

Justo entonces la situación pareció relajarse un poco más. Más gente entró al local y llegó un tipo llamado Viktor. La bestia desvió la mirada estando en su forma completa y sobre la mesa por el momento. Escuchó todo lo que dijo aquel tipo y eso provocó que una vena se le inflase en la frente ¿Aquello iba en serio? Drake no podía creerse la mala suerte que estaba teniendo. Le habían hecho ir a una reunión de patatas para decidir a un puto Yonkou. En ese caso no sabía qué diablos hacía allí la mayoría de gente. El lobo entonces saltó de la mesa y subió a otra más cercana. Clavó sus dorados ojos en aquella persona y no tardó en alzar su voz.

- A parte de ese mapa que muestra a dos tortugas apareándose, tengo algo que decir. He venido desde lejos, el hombre del rayo me indigna con sus comentarios, mi capitán se dedica a tragar vino y ahora vienes tú, un hombre que dice ser del mundo bajo… ¿Y pretendes que nos pongamos a buscar espadas? ¿Qué clase de tontería es esta? Es curioso que sea el perro quién se queja de no buscar el palo, pero me temo que esto me huele muy mal.

El animal saltó entonces de la mesa cambiando a su forma humana. Su cabello largo ondeó un poco, su ojo derecho era verde, mientras que el izquierdo rojo. Iba vestido con una sudadera negra y un pantalón del mismo tono. En sus pies unas sandalias. Sus dientes estaban afilados y su musculatura era considerable, pero nada tenía que ver con el Drake de hacía dos años. Mostró una sonrisa siniestra al mismo tiempo que daba un paso al frente.

- No voy a faltar a nadie al respeto, ni voy a despreciar nada, pero… ¿Nos has tomado por tontos? ¡Esto es una reunión de piratas y no un juego de buscar la bandera! ¿Tú vas a decidir quién tiene ese rango? No me interesa la jerarquía de la “hermandad”, pero me temo que quiero una explicación más completa, Viktor-san. – Terminó de decir mirándole fijamente a los ojos y con una expresión seria.

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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 12:06}

Marc observaba la escena con los ojos como platos. La cantidad de piratas famosos que había acudido a la reunión era increíble, pero todo el mundo quedó eclipsado en el momento en que el gran Yonkou, Dexter Black, hizo su aparición. Su sola presencia bastaba para imponer un respeto distinto al que cualquier otra persona era capaz de provocar. Y más aún si aparecía acompañado de su banda, entre los que destacaban los dos Ju-Senshi, Deathstroke y Berthil S. Kyrios. Sin duda, se trataba de la banda pirata más famosa y poderosa del mundo, y más aún tras lo ocurrido hacía pocas semanas en Impel Down. Sin embargo, algo llamó aún más la atención del grandullón. ¡Barbazul, el pirata que conoció en Cocoyasi, estaba con ellos! Marc no podía creerlo, ¡había conocido a un miembro de los Blue Rose!

Las palabras del Yonkou no le gustaron, cada uno debía poder comer lo que quisiera. Por suerte, él ya había acabado su hamburguesa. Sin embargo, hubo alguien que se tomó realmente mal aquella prohibición, el gran lobo blanco que se encontraba junto a Arribor Neus, que respondió desafiante a Dexter. De nuevo el grandullón se sorprendió al oír al animal hablar. Ahora le quedaba claro que no era un lobo, sino un usuario de Akuma no mi. Sus sospechas sobre la identidad del hombre que había desafiado la prohibición del Dragón aumentaron mucho.

En ese momento, el diminuto hombrecillo de la máscara que me pidió la invitación al llegar comenzó a hablarnos a todos. Su nombre no me sonaba de nada, pero a juzgar por sus palabras debía de ser alguien poderoso. Dijo que el motivo de la reunión era elegir un nuevo Yonkou, y que para ello había que buscar unas espadas por la isla y traerlas de nuevo a Mock Town. Marc era consciente de que no tenía ninguna posibilidad, y tampoco quería ser un Yonkou en estos momentos. No estaba preparado para un puesto así de momento, ni muchísimo menos.

Mucha gente abandonó el restaurante a la carrera. Cuando Marc se disponía a partir también, sin prisa alguna, eso si, el gran lobo se transformó en humano, revelando su verdadero aspecto y confirmando las sospechas del grandullón. Se trataba de Drake "La Bestia", el segundo al mando de Arribor Neus. Una vez transformado, se plantó ante el hombrecillo y le desafió también, exigiéndole más explicaciones. Parecía que Drake no aceptaba órdenes de nadie, y que en verdad tenía la fiereza de un lobo.

Marc decidió quedarse a escuchar lo que Viktor tenía que decir en respuesta a las palabras de La Bestia, y aprovechó para intentar calmar el ambiente. Preguntó en alto, para que todos le oyeran:

- ¿A alguien le apetece un poco de queso para acompañar la bebida mientras escuchamos lo que Viktor-san tiene que decirnos?
Está muy rico, os lo recomiendo.


Y acto seguido comenzó a crear entre sus manos una enorme rueda de queso, de unos 5 kilos. La posó en la barra y pidió al camarero un cuchillo para cortarlo. En cuanto lo tuvo en sus manos, comenzó a cortar trozos de tamaño respetable, y se comió un de ellos. Era delicioso, tenía mucho sabor pero no hasta el punto de ser demasiado fuerte, y era duro, pero no lo suficiente como para que costara morderlo. Se relamió de gusto y, con una enorme sonrisa en la cara, fue ofreciendo a todos sus camaradas piratas uno por uno, empezando por Drake, ya que le vio más alterado que al resto.
Syxel
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 14:43}

Sentado a la mesa junto a mis compañeros, disfrutando de una botella de el mejor ron mientras me llevaba a la boca algún pedazo de pollo de la fuente que nos habían traído, revisaba con tranquilidad los rostros y sumas de los carteles que había reunido. Mientras trataba de recordar los hechos más relevantes de cada uno de aquellos individuos, no dejé de prestar atención a la puerta del local con el fin de ver quienes se presentarían.

Cuando finalmente esta se abrió dejé caer el trozo de pollo que tenía entre las manos. Incluso me atrevería a decir que, durante unos segundos, me olvidé hasta de respirar. Me invadió una extraña sensación, mezcla de admiración y cierto temor, por las figuras que acababan de atravesar el umbral de aquel restaurante. Arribor Neus, sin duda uno de los piratas más relevantes de la actualidad, acompañado por un enorme lobo blanco que no me resultó difícil suponer que se trataba de Drake, la bestia.

Con el paso de las horas a estos les fueron siguiendo otros muchos, piratas de todo tipo y condición, algunos más relevantes que otros, iban atravesando aquella misma puerta y tomando asiento en el interior del enorme local.

Llevaba ya unas cuantas horas allí cuando otro capitán apareció. Su rostro no me resultaba familiar, pero tampoco es que hubiese podido memorizarlos todos, así que no le di importancia. Hasta que este se acercó a la mesa donde nos encontrábamos sentados y, muy amablemente, se ofreció invitarnos.

- La casa invita a todo lo que tomemos - le respondí, aunque no pretendía ser descortés. Al fin y al cabo, era el primero que se nos acercaba de todos los que allí habían. - Pero siéntate con nosotros - le invité mientras volvía a guardar los carteles. Al dirigirme a aquel hombre tuve una sensación extraña, como si me encontrase junto a un viejo amigo con el que podía charlar. Sensación que achaqué a mi instinto para juzgar a las personas, en el que siempre había confiado.

Charlamos durante un rato, quizás otra hora, hasta que las puertas del local se abrieron una vez más y, de nuevo, me encontré con un rostro conocido. No pude evitar sonreír al ver al condenado pelirrojo, pavoneándose como si el local fuese suyo.

- Definitivamente es hijo del gañán de su padre - pensé en voz alta, dejando escapar una leve carcajada. Y cuando uno de sus compañeros, un joven al que no conocía, fijó la vista en nuestra mesa e hizo un comentario sobre la promiscuidad de Zane estuve a punto de responder aceptando la apuesta. Mas para mi sorpresa, Nailah se levantó de la mesa y se abalanzó sobre el pelirrojo. ¿Se conocían? Eso sí que no me lo hubiera imaginado.

Pero si a mí me había sorprendido ese detalle, más se sorprendieron todos nuestros acompañantes cuando el antiguo supernova se dirigió a mi como “Tío Syx”. Aún tras tanto tiempo se me hacía raro oírle llamarme así, aunque no podía negar que con el paso de los años había desarrollado por aquel chaval un afecto muy familiar.

- Recuerda, más sabe el diablo por viejo que por diablo - respondí al comentario sobre mi edad, como ya era costumbre en nuestros encuentros, citando un viejo refrán que siempre me había resultado curioso.

El pelirrojo y sus camaradas se unieron a nosotros, acercando varias mesas para tener suficiente espacio, y junto a nuestro número se había incrementado también la cantidad de bebida y la música, por lo que el ambiente enseguida se tornó mucho más festivo de lo que habría esperado dada la naturaleza de la reunión para la que estábamos allí. Bebimos, reímos, recordamos buenos tiempos y bebimos aún más. Hasta que el silencio se hizo en el local.

Absolutamente todos los presentes dirigieron sus miradas a la entrada, donde precedido por el sonido de un trueno, que captó nuestra atención, acababa de aparecer Dexter Black. Sinceramente, no habría imaginado ver a un Yonkou en una reunión cuyo objetivo sería escoger a otro, pero si lo pensaba detenidamente podía entender por qué estaba allí.

De nuevo sonreí, satisfecho. Y en el momento en que nuestras miradas se cruzaron traté de imaginar por su rostro si se acordaría de mí. Habían pasado muchos años desde nuestro último encuentro, más aún desde la última vez que pudimos hablar. Uno a uno los oficiales de los Blue Rose Pirates fueron siguiendo a su capitán, tomando asiento junto a él en la mesa más grande del restaurante, que se encontraba junto en el centro del mismo. Definitivamente, aquella noche prometía cada vez más.

Poco después apareció una joven pelirroja, cuyo aspecto… cualquier adjetivo que se me pudiese ocurrir para describirla se quedaba corto. Mientras recorría el local no pude apartar la vista de ella, probablemente igual que la mayoría de los allí presentes, hasta que en silencio se sentó sola a otra mesa. De no encontrarme ya saturado por la cantidad de encuentros en tan poco tiempo y tantos notables nombres allí presentes, me habría olvidado por completo del motivo de mi presencia en aquel lugar me habría dirigido a ella sin dudarlo. Pero por algún extraño motivo que ni yo mismo alcanzo a imaginar no lo hice.

*****

Al cabo de un rato las puertas se cierran y un ruido capta de nuevo la atención de la mayoría. Puedo ver como una de las paredes del local desaparece, dando paso en su lugar a un pequeño escenario, notablemente iluminado. Sobre el mismo, frente a todos los presentes, se encuentra un peculiar hombrecillo, el mismo que nos había requerido las invitaciones a la entrada del restaurante.

Parece que la hora finalmente ha llegado, y comienza a dar su discurso, que no está falto de teatralidad. Cuando se presenta por su nombre, la sala se inunda de sonidos de sorpresa y algún que otro cuchicheo, y en mi cabeza todo comienza a cobrar sentido.

- Viktor Elrik… - murmuré. Un hombre como aquel sin duda poseía los medios necesarios para organizar semejante evento. Aunque no terminaba de comprender cuales podrían ser sus motivos para querer llevarlo a cabo. - Cualquier cosa que te haya podido contar tu padre, se habrá quedado corta - respondí a Zane con seriedad, sin apartar la vista de aquel hombre en el escenario.

El discurso continuó, exponiendo la situación que había desencadenado la captura del Yonkou Legan Legim. Y hasta cierto punto podía estar de acuerdo con casi todo lo que comentaba, al menos hasta que comenzó a explicar las reglas del absurdo juego que había ideado. Quizás coincidía con él en que una votación no sería la mejor opción, pero tampoco es que la idea de que nos pusiese a prueba con semejante estupidez, fuese mucho mejor.

Mientras terminaba de especificar algunos detalles, yo ya había dejado de prestarle atención, absorto en la diversidad de pensamientos que me invadían. Sí, había asistido a aquel concilio porque consideraba que la hermandad necesitaba un cambio y, para que engañarnos, también porque la idea de darnos a conocer y ganar mayor fama había calado hondo en mi ego. Pero una vez allí, viéndome rodeado de auténticos titanes, de alguna forma ese afán me había abandonado, escabulléndose por la puerta de atrás sin dejar ni una nota de despedida.

Por ello, cuando mis camaradas y yo nos reunimos junto a Zane, Therax y Luka, para planear cual debía ser nuestro siguiente movimiento, no hice ningún comentario sobre lo que realmente estaba pensando. La propuesta de dividirnos en tres grupos me pareció razonable, pues de ir todos juntos sería complicado encontrar suficientes espadas, pero ir cada uno por su lado podría resultar peligroso. Estando todos de acuerdo, Zane y Nailah fueron los primeros en abandonar el local. Seguidos poco a poco por otros muchos piratas que, tras planear sus propias estrategias, fueron marchando también.

Me puse en pie y dirigí una mirada de complicidad a Balagus, quién vendría conmigo, al tiempo que daba un último trago a la botella que sostenía. El semigigante se puso en pie y juntos nos encaminamos a la salida del local. Acompañados por Therax y Luka. Pero antes de que mi mano tocase el pomo de la puerta unas palabras a mi espalda captaron mi atención.

Me giré justo a tiempo de ver cómo, tras saltar a una mesa, el lobo se transformaba en humano tomando el aspecto del joven cuyo rostro si podía reconocer, de modo que la identidad de la que ya estaba bastante seguro, quedaba ahora confirmada.

Escuché cuanto dijo con atención, más incluso de la que había prestado al discurso de nuestro anfitrión, y cada palabra que pronunciaba se clavaba en mi cabeza, como queriendo mostrarme lo cobarde que había sido al no dejar claro que todo aquello era una estupidez.

- Therax - llamé la atención del joven, que aún se encontraba a mi lado - llama a Zane y dile que vuelva. El ambiente aquí está a punto de caldearse.

Sin darle tiempo a responderme eché a andar, pero esta vez en dirección contraria a la puerta, hacia el centro de la sala. Avanzaba con tranquilidad, dando pasos lentos, mientras en mi interior no dejaba de repasar lo que debía decir mientras una voz me gritaba que debía detenerme. Voz a la que, por supuesto, ni hice ni puto caso. Mientras caminaba, fue Luka quien tomó la palabra. Compartiendo mi opinión de la situación continuó lo que había empezado el lobo, tratando de que todos viesen con la misma claridad la situación y espabilaran. Cuando me encontré frente a la mesa principal, la misma a la que se encontraban sentados Dexter y su tripulación, me subí a esta. Esperé unos seguntos a que el gyojin terminase de hablar. Y cuando lo hizo, supe que era mi turno.

Permaneciendo allí en pie, ya había dejado de ser consciente de lo que sucedía a mi alrededor, por lo que no sabía si me estarían mirando o no. Pero si noté que el local se había quedado en absoluto silencio, y supe que debía llamar la atención de cuantos quedasen allí. Así pues, desenvainé mi espada y clavé la mirada en Viktor. No pretendía que interpretase mi acción como un acto hostil, tan solo captar las miradas de los presentes. Pero si se daba el primer caso ya poco importaba, pues para mí solo quedaba una opción.

- Creo que todos estaremos de acuerdo con lo que nuestro hermano aquí presente acaba de decir. - Alcé la mano libre, señalando a Drake.

Su discurso había sido el detonante para que yo mismo despertase, y lo que me había llevado a la situación en la que me encontraba. Además, creo que subconscientemente consideré que apoyarme en sus palabras daría algo más de peso a las mías, así que lo consideré una buena forma de comenzar.

- Es muy posible que la mayoría ni tan siquiera sepáis quien soy. Mi nombre es Syxel, Capitán Syxel, y es para mí un placer y un honor haber sido invitado a esta reunión, y encontrarme aquí rodeado de los más relevantes de todos mis hermanos piratas. Y si, coincido con nuestro distinguido anfitrión en que nuestra situación actual necesita un cambio. Pero esto no solo atañe a una vacante en la figura de los Yonkou, ni mucho menos afecta únicamente a los que nos encontramos aquí.

Hice una breve pausa, mientras giraba sobre mí mismo en la mesa, paseando la mirada entre todos los oyentes del lugar. Ni tan siquiera me atreví a imaginar lo que se les estaría pasando por la cabeza, y di gracias de que no me hubiesen silenciado ya a hostias. Además, las miradas de mis camaradas junto a la puerta sí que me dejaban claro su apoyo, hecho que me dio fuerzas para continuar.

- Lo que decidamos aquí hoy, más allá de quién se siente en un imaginario trono, afecta a cada hombre y mujer que navegan bajo la bandera negra por cualquiera de estos mares. Desde que el último Rey de los Piratas nos dejó, nuestra hermandad se ha ido desmembrando lentamente, hasta convertirnos en lo que el resto del mundo cree que somos a día de hoy. Un montón de canallas que viajan por el mar haciendo lo que les da la gana. - Al decir esto último acompañé mis palabras de una sonrisa, y estoy seguro de haber oído alguna carcajada a mi alrededor. - Pero somos mucho más que eso. Somos hombres y mujeres libres, que no dependen de un rey que los guíe, y mucho menos tenemos por qué aguantar que un individuo que ni tan siquiera es de los nuestros decida lo que debemos hacer. - De nuevo, clavé la mirada en Viktor, desafiante. - Corregidme si me equivoco, pero creo que nos hemos reunido aquí esta noche, no para matarnos entre nosotros por un juego absurdo, sino para decidir nuestro destino como los hombres y mujeres libres que somos.

La voz estuvo a punto de fallarme en un par de ocasiones, pero me aseguré de mantenerme firme, alzándola incluso para pronunciar aquellas últimas palabras casi que gritando a pleno pulmón. Las piernas me temblaron ligeramente, el sudor frío bajaba por mi espalda haciendo que se me erizara la piel y hasta el último músculo de mi cuerpo se había estremecido. Bajé los brazos y la punta de la espada se apoyó sobre la madera de la mesa. Ahora solo podía esperar.

No habían pasado ni dos segundos desde que pronuncié las últimas palabras del discurso y la puerta se abrió de par en par, apareciendo de nuevo en el local la figura del pelirrojo.

“Justo a tiempo”.

Resumen:


Última edición por Syxel el Jue 5 Oct 2017 - 15:08, editado 1 vez
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {Jue 5 Oct 2017 - 15:00}

Volar por el cielo nocturno era fantástico, y hacerlo en compañía más aún. De vez en cuando hacía algún movimiento brusco intentando notar las protuberancias de Nailah sobre su espalda, era increíble lo que habían crecido en poco más de un lustros; y eran blanditas. Zane estaba sonrojado, pero en su cara de podía vislumbrar una sonrisa de pervertido, y bajo sus pantalones la sangre estaba alimentando a la bestia que todo hombre tiene entre las piernas. Pero todo eso se desvaneció cuando su den den mushi sonó. La muchacha de cabellos castaños accionó el botón, y no era otro que Therax, el oficial de cubierta de la banda del pelirrojo, diciéndole que volviera al restaurante. «Maldito temerario. Me voy cinco minutos y ya la está liando», se dijo así mismo, negando con la cabeza.

-Agárrate –aconsejó a su compañera, dando media vuelta en dirección al restaurante. No podía creer que Syxel estuviera a punto de formarla, ¿en serio no había ningún amigo de su padre con dos dedos de frente? Quizás el cabeza piña, pero ese era rarito, así que no contaba. El aparato seguía encendido, y se podía escuchar como su tío estaba comenzando a dar un discurso digno del más grande de los demagogos, con una oratoria que dejaba que desear; al menos desde su punto de vista. No tardó mucho en volver a pisar tierra. En las calles ya había más de un pirata que estaba en la reunión peleándose, mientras muchos otros formaban alianzas a cada cual más extraña; aunque Zane no era el más apropiado para quejarse de eso.

Al acabar el discurso, Syxel le miró hacia la salida, y mostró una sonrisa de alivio al ver a su aliado allí, de pie en la entrada observando con detenimiento todo lo ocurrido. Ya sin Nailah en la espalda, entró en la taberna haciendo desvanecer sus alas en una nube de fuego que no tardó en desvanecerse, mientras aplaudía con parsimonia en el silencio del local.

-Veo que no puedo dejarte solo, Syxel –dije, acercándome a la mesa central, mirando al emperador del mar y haciéndole algo parecido a una reverencia con la cabeza. No debía hacerlo, pero Zane respetaba a aquellos que consideraba sus rivales. Durante el camino le robó una jarra de cerveza de una mesa cercana, bebiéndosela de golpe y tirando la jarra al suelo. Tras eso, se subió a la mesa junto a Syxel y clavó su mirada sobre el enmascarado-. Primero de todo, voy a presentarme. Mi nombre es Zane D. Kenshin, aunque muchos otros me conoceréis como “descamisetado” o, simplemente, como picha brava, si es que me conocéis, que es lo más seguro porque hubo un lío de carteles que todos tenían mi foto y… -el pelirrojo se calló durante un par de segundos-. Bueno, eso no viene al caso. Yo no voy a ser tan educado como el viejo este, y tampoco tengo tanto talante. Así que voy al grano. A mí todo eso me huele a chamusquina, ¿dieciséis espadas para más de cien personas? ¿Estamos comios de la cabeza o qué? Y encima no invitaron el pez gordo –señalé a Dexter sutilmente con la mano-, para que no influyera en la elección del yonkou. ¿De verdad es por eso? ¿O es porque es uno de los pocos que podrían joderte los planes? –se atrevió a preguntar-. Si algo he aprendido en mis viajes es que no puedes fiarte de una mujer que tapa su cuello, pues puedes encontrar una nuez del tamaño de una piedra, y que tampoco puedes fiarte de un hombre que oculta su rostro. Así que venga, Vicktor, muéstranos tu cara.

Dichas esas palabras, el pelirrojo usó su haki del rey intentando intimidar al enmascarado, únicamente a él. No tenía intención de que se desmayara y dejarlo inconsciente, solo hacerle saber quiénes eran lo que mandaban allí: la comunidad pirata.
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[Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento Empty Re: [Reunión Pirata] El código de los hermanos: Parlamento {}

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