William White
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No tarde mucho en darme cuenta de que el cadáver no tenía nada de valor, suponía que los hombres que hubieran pasado antes que yo ya habrían puesto a buen recaudo sus pertenecías. Pero lo más sorprendente aún estaba por llegar, cuando el camarero en cuestión se giró, tragué saliva. Se trataba del propio Viktor, rápidamente me giré para mirar a mi espalda comprobando que el cadáver seguía allí.
-Como es posible… -musité impresionado.
Activando el mantra comprobé la presencia tanto del cadáver como del hombre que tenía delante, no había lugar a dudas aquel hombre estaba muerto y que el que tenía delante no era otra persona que Viktor. Una idea fugaz sobrevoló mi cabeza, recordando la capacidad del espía con el que me había entrevistado hacia escasos minutos. Sería el mismo hombre, podría emular presencias de otras personas, llegaría hasta ese punto su poder. Por lo que yo sabía su presencia era distinguible y no era igual que la del emperador, pero tampoco podía garantizarlo. Trate de observar a mi alrededor tratando de ver si había alguien familiar que estuviera observándome, en caso de que notará algún tipo de hostilidad tan solo pediría una copa, en caso contrario seguiría con el plan, después de todo solo estaría en peligro si aquellos hombres contaban con un mayor número de gente como ellas y habían informado de mi presencia.
-Bueno la verdad es que me gustaría hablar con usted, aunque tengo algo de prisa- dije mirando el reloj - ¡Qué diablos¡ Póngame una copa- dije tratando de hacer algo de tiempo – la verdad es que he pasado un mal trago en unos almacenes aquí al Norte, el primero estaba abandonado, en el segundo había un cartel muy gracioso por cierto ¿Supongo que sabrá que ponía en él, no? -dije esperando una respuesta, ya que suponía que mis interrogadores desconocían y no estaban enterados de ese tipo de detalles, en caso de que reaccionará afirmativamente me acercaría para susurrarle al oído -El caso es que en el tercero encontré a unos de esos invitados inesperados ¿Supongo que estará interesado en saber más, no?- finalicé esperando la reacción del hombre.
En caso de que afirmará trataría de comenzar a negociar con el hombre, principalmente pretendía logar unas pocas cosas, información sobre todas las pruebas, contrastar la información de mi escucha con lo que tuviera que decir Viktor y finalmente asegurarme algún tipo de protección por parte del hombre o algún tipo de reconocimiento.
La actividad del restaurante no era ni de lejos como la primera vez que había estado allí, después de todo la gran parte de caras conocidas habían marchado del lugar. Finalmente volví a comprobar el reloj, no quería llegar tarde a la prueba por nada del mundo.
-Como es posible… -musité impresionado.
Activando el mantra comprobé la presencia tanto del cadáver como del hombre que tenía delante, no había lugar a dudas aquel hombre estaba muerto y que el que tenía delante no era otra persona que Viktor. Una idea fugaz sobrevoló mi cabeza, recordando la capacidad del espía con el que me había entrevistado hacia escasos minutos. Sería el mismo hombre, podría emular presencias de otras personas, llegaría hasta ese punto su poder. Por lo que yo sabía su presencia era distinguible y no era igual que la del emperador, pero tampoco podía garantizarlo. Trate de observar a mi alrededor tratando de ver si había alguien familiar que estuviera observándome, en caso de que notará algún tipo de hostilidad tan solo pediría una copa, en caso contrario seguiría con el plan, después de todo solo estaría en peligro si aquellos hombres contaban con un mayor número de gente como ellas y habían informado de mi presencia.
-Bueno la verdad es que me gustaría hablar con usted, aunque tengo algo de prisa- dije mirando el reloj - ¡Qué diablos¡ Póngame una copa- dije tratando de hacer algo de tiempo – la verdad es que he pasado un mal trago en unos almacenes aquí al Norte, el primero estaba abandonado, en el segundo había un cartel muy gracioso por cierto ¿Supongo que sabrá que ponía en él, no? -dije esperando una respuesta, ya que suponía que mis interrogadores desconocían y no estaban enterados de ese tipo de detalles, en caso de que reaccionará afirmativamente me acercaría para susurrarle al oído -El caso es que en el tercero encontré a unos de esos invitados inesperados ¿Supongo que estará interesado en saber más, no?- finalicé esperando la reacción del hombre.
En caso de que afirmará trataría de comenzar a negociar con el hombre, principalmente pretendía logar unas pocas cosas, información sobre todas las pruebas, contrastar la información de mi escucha con lo que tuviera que decir Viktor y finalmente asegurarme algún tipo de protección por parte del hombre o algún tipo de reconocimiento.
La actividad del restaurante no era ni de lejos como la primera vez que había estado allí, después de todo la gran parte de caras conocidas habían marchado del lugar. Finalmente volví a comprobar el reloj, no quería llegar tarde a la prueba por nada del mundo.
- resumen:
- Cosas varias, hablar con Viktor y tras asegurarme de que es él tratar de hacer que se interese por lo que se de los almacenes para tratar de negociar con el y sonsacarle cosas. Utilizó el mantra y trato de ver si estoy bajo vigilancia,(alguien hostil o que no me quite el ojo de encima)
Si no fuera mucho pedir, me gustaría un tema a parte para poder avanzar con el dialogo más rápido(como si fuera un combate), en caso de que Viktor acceda al mismo, ya que la conversación en principio es algo más fluido que el resto de acciones de jugadores.
Aki D. Arlia
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Parecía que todos se estaban divirtiendo. Gritos, explosiones, humo y hasta fuego estaban esparcidos por toda la ciudad. Caos, no había otra forma de llamarlo. Pese a que la destrucción la rodeaba, la pelirroja sonreía. Eran piratas, ¿Qué se podía esperar? Era todo un espectáculo contemplarlo, pero la hora estaba llegando. Debía apresurarse.
Dio por finalizado su paseo al acercarse a la plaza. Descendió y sin decir una palabra empuñó la espada que le habían regalado y caminó entre los aspirantes. A su paso dejaba huellas de fuego en el suelo que pisaba. Había dos guardias comprobando que las armas para las pruebas fueran válidas, pero en cuanto la aprobaron se fijó en varias cosas.
Había claramente más de 16 personas en la plaza y desde luego más de 16 habían sido aprobadas por los guardias. Muchas de las armas eran réplicas baratas, algunas ni siquiera eran espadas. Alzó una ceja, pero sin inmutarse más suspiró. Por supuesto. De nuevo, ¿Qué se podía esperar? Pero ella había hecho una promesa.
Todavía en forma completa, volvió a alzarse un par de metros sobre los concursantes. Concentrándose, generó varios orbes en su mano y
los tiró a los pies de todos aquellos que hubiesen intentado colarse. Por dios, muchos ni siquiera tenían una banda ¿Qué hacían allí? No eran más que ratas callejeras.
- No pasará nadie que no sea ni pueda llegar a ser digno. Largaros antes de que me enfade de verdad.
Las explosiones no habían sido muy grandes, lo justo para chamuscarlos un poco y con suerte espantarlos de una sola vez. No iba a permitir que el nuevo Yonkou fuera un oportunista o una marioneta. No era eso lo que se necesitaba y ella lo sabía.
Dio por finalizado su paseo al acercarse a la plaza. Descendió y sin decir una palabra empuñó la espada que le habían regalado y caminó entre los aspirantes. A su paso dejaba huellas de fuego en el suelo que pisaba. Había dos guardias comprobando que las armas para las pruebas fueran válidas, pero en cuanto la aprobaron se fijó en varias cosas.
Había claramente más de 16 personas en la plaza y desde luego más de 16 habían sido aprobadas por los guardias. Muchas de las armas eran réplicas baratas, algunas ni siquiera eran espadas. Alzó una ceja, pero sin inmutarse más suspiró. Por supuesto. De nuevo, ¿Qué se podía esperar? Pero ella había hecho una promesa.
Todavía en forma completa, volvió a alzarse un par de metros sobre los concursantes. Concentrándose, generó varios orbes en su mano y
los tiró a los pies de todos aquellos que hubiesen intentado colarse. Por dios, muchos ni siquiera tenían una banda ¿Qué hacían allí? No eran más que ratas callejeras.
- No pasará nadie que no sea ni pueda llegar a ser digno. Largaros antes de que me enfade de verdad.
Las explosiones no habían sido muy grandes, lo justo para chamuscarlos un poco y con suerte espantarlos de una sola vez. No iba a permitir que el nuevo Yonkou fuera un oportunista o una marioneta. No era eso lo que se necesitaba y ella lo sabía.
- Spoiler:
- Llegar a la plaza, entregar mi espada y atacar solo a los NPC's que hubiera en la plaza para liberar espacio a la gente importante (?)
El seco golpe que escuchó en la pared que había tras el tipo confirmó a Therax que había dado en el blanco… o eso pensaba él. Se disponía a continuar con su carga, pero había algo que no le permitía avanzar. Su espada parecía no querer seguir en la misma dirección que él y, al mirar el filo de ésta, comprobó que estaba atascado. «¿Pero qué», pensó, contrariado, al ver que el tipo había usado su propio cuerpo para frenar la trayectoria del sable.
Unos instantes después, su Haki de observación le indicó que otro de los enemigos se encontraba a sus espaldas. Sin embargo, no ejecutaba ningún movimiento en su contra. Era evidente que el que le retenía también estaba alerta a cualquier acción, pero tampoco hacía nada a primera vista. ¿Acaso no querrían acabar con ellos después de todo?
Desde su posición observó a Zane, que había salido disparado tras el choque de las ondas. No obstante, se encontraba mejor parado que su oponente, el cual lucía maltrecho tras estamparse contra la pared.
La sorpresa del rubio fue mayúscula al ver cómo uno de los misteriosos individuos dejaba inconsciente al que se había estado enfrentando al pelirrojo. ¿En serio pretendía hacer pasar todo por un malentendido? El espadachín no terminaba de ver el sentido a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, pero era un hecho que ninguno de los sujetos que se encontraban junto a él habían hecho nada más.
-¡Eh! ¿Cómo que novato que no sabe cuándo acatar órdenes? Te van a hacer falta muchos barriles de whiskey de Ériu Land para que se me olvide… y tendrán que ser de allí, no como la vez que me intentaste engañar con ron barato. A saber de dónde lo sacarías –dijo en voz alta Therax al oír uno de los primeros comentarios de su capitán.
No obstante, no dijo nada más. Escuchó todo lo que éste tenía que decir sin volver a abrir la boca, atónito ante lo que proponía. Zane no era un hombre que se amedrentara ante enemigos poderosos, y si proponía aquello era sin lugar a dudas por la situación en la que se encontraba él. Entonces, una firme determinación se asentó en su mente: si salían de allí con vida, se aseguraría de que nada como aquello volviera a ocurrir.
Si todo saliese bien, no opondría resistencia y permitiría que el pelirrojo lo sacara de allí, pero una vez fuera se liberaría y él mismo volaría hasta Mock Town. Si los tipos no aceptasen el ofrecimiento, trataría de aprovechar la distracción generada por Zane para actuar. Atento frente a cualquier movimiento hostil en previsión de tratar de esquivarlo o detenerlo con su otro sable, se esforzaría por extraer la espada atrapada en la extremidad del desconocido y trataría de alcanzar a cualquier enemigo que hubiera sobrevivido al ataque del pelirrojo. Al mismo tiempo, en cuanto el capitán comenzase a moverse, aparecería un círculo luminoso de quince metros de radio en torno a él. Al mismo tiempo, desde el momento en que el pelirrojo comenzase a moverse, Therax crearía sendas corrientes de viento en dirección a sus enemigos. El objetivo sería, si no desplazarlos, dificultar cualquier movimiento.
Unos instantes después, su Haki de observación le indicó que otro de los enemigos se encontraba a sus espaldas. Sin embargo, no ejecutaba ningún movimiento en su contra. Era evidente que el que le retenía también estaba alerta a cualquier acción, pero tampoco hacía nada a primera vista. ¿Acaso no querrían acabar con ellos después de todo?
Desde su posición observó a Zane, que había salido disparado tras el choque de las ondas. No obstante, se encontraba mejor parado que su oponente, el cual lucía maltrecho tras estamparse contra la pared.
La sorpresa del rubio fue mayúscula al ver cómo uno de los misteriosos individuos dejaba inconsciente al que se había estado enfrentando al pelirrojo. ¿En serio pretendía hacer pasar todo por un malentendido? El espadachín no terminaba de ver el sentido a todo lo que estaba sucediendo a su alrededor, pero era un hecho que ninguno de los sujetos que se encontraban junto a él habían hecho nada más.
-¡Eh! ¿Cómo que novato que no sabe cuándo acatar órdenes? Te van a hacer falta muchos barriles de whiskey de Ériu Land para que se me olvide… y tendrán que ser de allí, no como la vez que me intentaste engañar con ron barato. A saber de dónde lo sacarías –dijo en voz alta Therax al oír uno de los primeros comentarios de su capitán.
No obstante, no dijo nada más. Escuchó todo lo que éste tenía que decir sin volver a abrir la boca, atónito ante lo que proponía. Zane no era un hombre que se amedrentara ante enemigos poderosos, y si proponía aquello era sin lugar a dudas por la situación en la que se encontraba él. Entonces, una firme determinación se asentó en su mente: si salían de allí con vida, se aseguraría de que nada como aquello volviera a ocurrir.
Si todo saliese bien, no opondría resistencia y permitiría que el pelirrojo lo sacara de allí, pero una vez fuera se liberaría y él mismo volaría hasta Mock Town. Si los tipos no aceptasen el ofrecimiento, trataría de aprovechar la distracción generada por Zane para actuar. Atento frente a cualquier movimiento hostil en previsión de tratar de esquivarlo o detenerlo con su otro sable, se esforzaría por extraer la espada atrapada en la extremidad del desconocido y trataría de alcanzar a cualquier enemigo que hubiera sobrevivido al ataque del pelirrojo. Al mismo tiempo, en cuanto el capitán comenzase a moverse, aparecería un círculo luminoso de quince metros de radio en torno a él. Al mismo tiempo, desde el momento en que el pelirrojo comenzase a moverse, Therax crearía sendas corrientes de viento en dirección a sus enemigos. El objetivo sería, si no desplazarlos, dificultar cualquier movimiento.
- Resumen:
- Quejarme por el comentario de Zane mientras me quedo quieto y lo escucho. Si los tipos aceptan su ofrecimiento, dejarme arrastrar hasta el exterior y una vez allí liberarme y moverme por mis propios medios. En caso de que no acepten, tratar de valerme de la posible “conmoción” generada por la acción de Zane para liberar mi otra espada y tratar de rematar a quiénes él no haya podido (si es el caso).
- Nota:
- Mi nivel en el evento es 50. Por otro lado, doy por hecho que en la anterior moderación no se me permitió emplear “Luna de invierno” al no haberme podido alejar, así que si la idea de Zane no surte efecto me gustaría que éste se considerase como su primer turno. Si no es así, fallo mío por entenderlo mal y me disculpo.
- PU’s:
- Poder de destrucción x4 (+300%) // Resistencia x4 (+300%) // Reflejos x4 (+300%) // Velocidad x3 (+200%) // Agilidad x4 (+300%)
- Stats en forma híbrida:
- Reflejos (x20) // Velocidad (x15) // Resistencia (x15).
- Poder de destrucción (nivel 5 de clase): x4.
- Reflejos (nivel 5 de clase): x80.
- Velocidad (nivel 2 de clase): x45.
- Resistencia (nivel 2 de clase): x60.
- Agilidad (nivel 3 de clase): x4.
- Poder de destrucción (nivel 5 de clase): x4.
- Haki de observación:
- Décimas de segundo de antelación: 3.8 segundos.
Máximo de personas en área a prever: 30.
Distancia Máxima de percepción: 200 metros.
- Haki de armadura:
- Nivel de Desarrollo: Entrenado
- Furia de la manada (en cuanto comience a moverme): una inmensa furia invade a Therax, provocando que el poder de destrucción y la velocidad de sus armas principales aumenten un +100% durante 2 posts, con una recarga de uso de otros 2.
- Viento a favor: de forma activa, es capaz de aumentar su velocidad de desplazamiento +100% durante 2 posts, con otros 2 de recarga (turno 2). Velocidad x60.
- Luna de invierno: de forma activa, alrededor del espadachín aparece un círculo de energía blanquiazul de cuyo interior emana el mismo vaho que aparece al desenvainar las espadas. El círculo tiene un radio de 15 metros en torno al espadachín.
El vaho no tiene ningún tipo de cualidad de por sí y la función del círculo es delimitar un radio de acción: mientras se encuentre dentro de éste, los reflejos de Therax se ven aumentados +100% durante 2 turnos (siempre y cuando no lo abandone). El tiempo de recarga son otros 2 posts (turno 1).
- Corrientes de viento a nivel 40 (Akuma): las corrientes de viento que genera alcanzan los 100 km/h y tiene un radio de influencia de 100 metros.
- Recarga:
- En recarga:
- Surgimiento helado: 2/3.
- Blitzkrieg: 1/2.
- Lluvia afilada: 1/2.
- Forro estático: 1/2.
- Surgimiento helado: 2/3.
Luka Rooney
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Akuma no mi
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El frenesí de la batalla era único. Jamás había experimentado una sensación mejor que la de combatir, y al lado de aquél honorable gigante la impresión aumentaba. Por primera vez en mi vida había sido el arma de un guerrero. No podía negar haber pasado miedo en los primeros instantes, pero éste se disipó rápidamente al notar lo efectivo de la técnica, que iba dejando cadáveres a su paso.
”Deberíamos ponerle nombre a esta combinación. Enorme ira. Gigante del mar. Pececillo gigantón. Lugus”
De repente, pese a mi sed de sangre, el gigante me depositó en el suelo. Toqué tierra firme con la misma alegría que tocaba el mar, y miré el cementerio que habíamos creado en un momento. El gigante recogió una espada, por lo que el único que parecía no tener era Marc.
- Admirable la batalla, Balagus. Recordaré tu nombre si no vuelvo a verte. - Espeté mientras miraba los alrededores. - Claro, soy médico. En cuanto lleguemos a la taberna te curaré. - Respondí a su petición de mirar sus heridas.
Nos acercamos a Syxel, quien recibió una extraña llamada vía den den mushi y poco después ordenó a Balagus irnos y, si algo salía mal, actuaríamos según “el plan”.
”Pese a ser aliados parece que hay planes que no quieren compartir” Pensé ciertamente dubitativo sobre nuestra alianza.
Me limité pues a andar dirección donde habíamos venido, siguiendo a Balagus y Marc.
- Quizá puedas entrar con nosotros, Marc. No sé cuantas espadas habría, pero… Igual con sobrevivir cuenta. - Espeté algo desilusionado. Todo había salido medianamente bien hasta la fecha, pero tenía esa preocupación de qué ocurriría con el otro gigante con el que, de algún modo, había un vínculo algo menor que con Balagus, pero demasiado grande como para el tiempo que habíamos pasado juntos.
No nos costaría mucho llegar pese a la oscuridad. Entonces, me pregunté si el resto de mis compañeros tendrían espadas o si estarían bien.
Aquello de separarnos no me gustó mucho, pero Zane le hizo caso a sus instintos primarios, saliendo a luchar contra aquel extraño ser cuya fuerza parecía bastante superior a la de mi capitán, y Therax había ido con la compañera de Syxel, por lo que su estado ahora era una incógnita también.
”No sé cuántos de nosotros estaremos en la siguiente ronda, pero si esta es la primera… ¿Cómo será la segunda?”
Proseguí sin mediar más palabra, esperando llegar a la tabarna para mirar las heridas de Balagus y Marc, así como las mías propias.
La aventura parecía sólo haber comenzado.
”Deberíamos ponerle nombre a esta combinación. Enorme ira. Gigante del mar. Pececillo gigantón. Lugus”
De repente, pese a mi sed de sangre, el gigante me depositó en el suelo. Toqué tierra firme con la misma alegría que tocaba el mar, y miré el cementerio que habíamos creado en un momento. El gigante recogió una espada, por lo que el único que parecía no tener era Marc.
- Admirable la batalla, Balagus. Recordaré tu nombre si no vuelvo a verte. - Espeté mientras miraba los alrededores. - Claro, soy médico. En cuanto lleguemos a la taberna te curaré. - Respondí a su petición de mirar sus heridas.
Nos acercamos a Syxel, quien recibió una extraña llamada vía den den mushi y poco después ordenó a Balagus irnos y, si algo salía mal, actuaríamos según “el plan”.
”Pese a ser aliados parece que hay planes que no quieren compartir” Pensé ciertamente dubitativo sobre nuestra alianza.
Me limité pues a andar dirección donde habíamos venido, siguiendo a Balagus y Marc.
- Quizá puedas entrar con nosotros, Marc. No sé cuantas espadas habría, pero… Igual con sobrevivir cuenta. - Espeté algo desilusionado. Todo había salido medianamente bien hasta la fecha, pero tenía esa preocupación de qué ocurriría con el otro gigante con el que, de algún modo, había un vínculo algo menor que con Balagus, pero demasiado grande como para el tiempo que habíamos pasado juntos.
No nos costaría mucho llegar pese a la oscuridad. Entonces, me pregunté si el resto de mis compañeros tendrían espadas o si estarían bien.
Aquello de separarnos no me gustó mucho, pero Zane le hizo caso a sus instintos primarios, saliendo a luchar contra aquel extraño ser cuya fuerza parecía bastante superior a la de mi capitán, y Therax había ido con la compañera de Syxel, por lo que su estado ahora era una incógnita también.
”No sé cuántos de nosotros estaremos en la siguiente ronda, pero si esta es la primera… ¿Cómo será la segunda?”
Proseguí sin mediar más palabra, esperando llegar a la tabarna para mirar las heridas de Balagus y Marc, así como las mías propias.
La aventura parecía sólo haber comenzado.
- ”Resumen”:
Tras acabar la batalla, escuchar lo que dice Syxel y marcharme con Balagus y Marc en dirección a la taberna.
Marc Kiedis
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Cuando se quiso dar cuenta, Marc tenía un par de cuerpos atravesados en su espadón llameante. No sabía qué contenía aquel brebaje que Helkan le había dado, pero por un lado había resultado milagroso, haciéndole sentir mucho más fuerte, mientras que por otro le había invadido un incontenible éxtasis guerrero. Suponía que debería agradecérselo cuando todo aquello acabara, aunque claro, también había sido el causante de sus lesiones, así que no sabía muy bien qué pensar.
Entonces, Syxel recibió una llamada y se marchó, diciendo primero a Balagus que se dirigiera a la plaza con los demás. Marc era el único que no tenía espada, pero no le importaba en absoluto. Sabía que alguien que acababa de empezar su aventura como él no tenía la menor posibilidad de ser nombrado Yonkou, y de todas formas aquella reunión estaba resultando muy entretenida. Había conocido gente muy interesante, había luchado junto a varios nuevos amigos, incluso había visto con sus propios ojos a famosos piratas de la talla de Dexter Black o Arribor Neus. ¿Qué más podía pedir?
El grandullón comenzó entonces a caminar en dirección al puerto junto a Balagus y Luka. Este último, consciente de que Marc era el único que no había conseguido una espada, trató de animarle, a lo que el semigigante respondió, sonriente:
- No te preocupes, amigo. Me lo estoy pasando muy bien en esta reunión, y sé que un novato como yo no tiene ninguna posibilidad contra todos los monstruos que hay por aquí. Así que si me dejan seguir por aquí y ver cómo acaba todo esto, perfecto, y si no, por lo menos he tenido una buena aventura, y he hecho varios nuevos amigos. Sobre lo que pasará después, no lo sé, pero no me imagino una competición entre piratas sin un torneo de lucha. Sería divertido, ¿no crees?
Dicho esto, Marc continuaría andando junto a su congénere y al gyojin hasta llegar al pueblo de nuevo.
Entonces, Syxel recibió una llamada y se marchó, diciendo primero a Balagus que se dirigiera a la plaza con los demás. Marc era el único que no tenía espada, pero no le importaba en absoluto. Sabía que alguien que acababa de empezar su aventura como él no tenía la menor posibilidad de ser nombrado Yonkou, y de todas formas aquella reunión estaba resultando muy entretenida. Había conocido gente muy interesante, había luchado junto a varios nuevos amigos, incluso había visto con sus propios ojos a famosos piratas de la talla de Dexter Black o Arribor Neus. ¿Qué más podía pedir?
El grandullón comenzó entonces a caminar en dirección al puerto junto a Balagus y Luka. Este último, consciente de que Marc era el único que no había conseguido una espada, trató de animarle, a lo que el semigigante respondió, sonriente:
- No te preocupes, amigo. Me lo estoy pasando muy bien en esta reunión, y sé que un novato como yo no tiene ninguna posibilidad contra todos los monstruos que hay por aquí. Así que si me dejan seguir por aquí y ver cómo acaba todo esto, perfecto, y si no, por lo menos he tenido una buena aventura, y he hecho varios nuevos amigos. Sobre lo que pasará después, no lo sé, pero no me imagino una competición entre piratas sin un torneo de lucha. Sería divertido, ¿no crees?
Dicho esto, Marc continuaría andando junto a su congénere y al gyojin hasta llegar al pueblo de nuevo.
Nailah
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Precisión
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Nailah permanecía atenta al den den mushi todo el rato. Su capitán no se había molestado en responderle, pero si había escuchado lo que le dijo a Balagus. Interpretó eso como que sí vendría, pero aun estaba intranquila. Se giró y miró el almacén, el jaleo que había allí dentro la tenía en vilo y, sobre todo, la estructura. Con los últimos ataques había quedado para el arrastre. Sin embargo, había algo extraño en el lugar.
La pirata miró todo a su alrededor. ¿Cuándo se había llenado todo de niebla? Dio unos giros sobre sí misma para observarlo todo. Estaba extrañada, no conocía los fenómenos meteorológicos de las islas, pero sabía que cambiaban muy rápido, pero aquella niebla no era normal. La morena alzó la mano intentando acariciarla. Era demasiado espesa y no se podía ver mucho más de tres palmos.
Nailah bajó el den den mushi y anduvo un poco por el alrededor esperando a que salieran sus compañeros. Sin embargo, se fijó en una figura a través de la niebla. Era muy parecida a la de su capitán, ¿tan rápido había llegado? ¿Y por qué vendría caminando?
-¿Syxel? - Inquirió agudizando la vista. Frunció el ceño, estaba malhumorada porque no respondía al aparato. - Al fin apareces.
No hizo falta que se moviera del sitio, pues el hombre llegó hasta ella con unas palabras un tanto bruscas. Era él, eso lo tenía claro, sus ropajes, su pelo, su cara. La morena se echó hacia atrás, no comprendía su comportamiento.
-No me hables así, soy Nailah ¿Te ha pasado algo para no reconocerme? - lo miró de arriba abajo -. No sé de qué me hablas, pero no tengo ninguna forma que cambiar. Nuestros amigos están en peligro y tu estás muy raro.
La pirata se fijó en la mirada del capitán. Una mirada de odio y furia, ¿era él? Era peor que la de Zane cuando se enfadaba. Ella también tenía que tener una de enfado algún día para intimidar tanto como ellos. No le gustaba que la mirase así, le daba muy mal rollo y ella no era asustadiza, pero cuando conocía a las personas sabía que algo bueno no podía ser.
-¡No me mires así! - Exclamó apretando los puños con fuerza - Das miedo. Mira no sé lo que te ha pasado para que te comportes así, pero no tenemos tiempo para esto. Hay que pensar algo rápido.
La pirata miró todo a su alrededor. ¿Cuándo se había llenado todo de niebla? Dio unos giros sobre sí misma para observarlo todo. Estaba extrañada, no conocía los fenómenos meteorológicos de las islas, pero sabía que cambiaban muy rápido, pero aquella niebla no era normal. La morena alzó la mano intentando acariciarla. Era demasiado espesa y no se podía ver mucho más de tres palmos.
Nailah bajó el den den mushi y anduvo un poco por el alrededor esperando a que salieran sus compañeros. Sin embargo, se fijó en una figura a través de la niebla. Era muy parecida a la de su capitán, ¿tan rápido había llegado? ¿Y por qué vendría caminando?
-¿Syxel? - Inquirió agudizando la vista. Frunció el ceño, estaba malhumorada porque no respondía al aparato. - Al fin apareces.
No hizo falta que se moviera del sitio, pues el hombre llegó hasta ella con unas palabras un tanto bruscas. Era él, eso lo tenía claro, sus ropajes, su pelo, su cara. La morena se echó hacia atrás, no comprendía su comportamiento.
-No me hables así, soy Nailah ¿Te ha pasado algo para no reconocerme? - lo miró de arriba abajo -. No sé de qué me hablas, pero no tengo ninguna forma que cambiar. Nuestros amigos están en peligro y tu estás muy raro.
La pirata se fijó en la mirada del capitán. Una mirada de odio y furia, ¿era él? Era peor que la de Zane cuando se enfadaba. Ella también tenía que tener una de enfado algún día para intimidar tanto como ellos. No le gustaba que la mirase así, le daba muy mal rollo y ella no era asustadiza, pero cuando conocía a las personas sabía que algo bueno no podía ser.
-¡No me mires así! - Exclamó apretando los puños con fuerza - Das miedo. Mira no sé lo que te ha pasado para que te comportes así, pero no tenemos tiempo para esto. Hay que pensar algo rápido.
- Resumen:
- -Dejar el den den mushi encendido.
-Observar la niebla y la estructura de los almacenes.
-Hablar con el hombre que tiene el aspecto de Syxel.
barbazul
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Me había acercado demasiado y ahora era el blanco de miradas curiosas, aunque nadie parecía querer decirme nada. Poco a poco fui recuperando mi forma humana mientras veía a la joven con la que había parado a hablar Dexter en el restaurante convertirse en una extraña criatura y lanzar bolas de fuego a los que decían eran indignos de estar allí. También me fijé en la espada del torneo que portaba, la que yo había conseguido y hecho entregar en la herrería al capitán. ¿Cómo la habría obtenido? Lo más probable es que por alguna apuesta absurda o por que el dragón se la hubiese dejado olvidada en la herrería. Esa última opción explicaría por qué lo había sentido volver tan rápido a aquel edificio.
De momento me pasearía por allí siguiendo evaluando a los allí congregados. Mis espadas seguían en sus vainas y ni siquiera me iba a molestar en marcarlas, eran algo demasiado valioso como para mancillarlas de esa manera. Traté de encontrar por la plaza piratas con altas recompensas, si vale, a los piratas también nos gusta ver los carteles de los demás para saber a qué nos enfrentamos en nuestro ascenso o al encontrarnos por el mar. También era posible que alguno de aquellos rufianes simplemente fuera como yo, un pasota y no hubiera acumulado recompensa, pero si poder.
Esperaba también que la joven bajara de los cielos para poder hablar con ella, en especial preguntarle por cómo había conseguido la espada que debían haberle entregado a Dexter, pero no sería una de mis prioridades, simplemente me quedaría allí. También me fijaría en la liada de hacía un rato que se estaba extendiendo como la pólvora, así éramos los piratas.
De momento me pasearía por allí siguiendo evaluando a los allí congregados. Mis espadas seguían en sus vainas y ni siquiera me iba a molestar en marcarlas, eran algo demasiado valioso como para mancillarlas de esa manera. Traté de encontrar por la plaza piratas con altas recompensas, si vale, a los piratas también nos gusta ver los carteles de los demás para saber a qué nos enfrentamos en nuestro ascenso o al encontrarnos por el mar. También era posible que alguno de aquellos rufianes simplemente fuera como yo, un pasota y no hubiera acumulado recompensa, pero si poder.
Esperaba también que la joven bajara de los cielos para poder hablar con ella, en especial preguntarle por cómo había conseguido la espada que debían haberle entregado a Dexter, pero no sería una de mis prioridades, simplemente me quedaría allí. También me fijaría en la liada de hacía un rato que se estaba extendiendo como la pólvora, así éramos los piratas.
- resumen:
- Recobrar mi forma y pasear por la plaza mientras veo a Aki jugar.
Pensar en hablar con ella si baja o me habla ella antes para preguntar por cómo consiguió su espada.
Fijarme en el alboroto generado por mi causa.
El sol comienza asomar por el horizonte marcando los últimos minutos de la prueba. La luz de la mañana empieza a disipar la oscuridad de la noche y los daños a Mock Town se empiezan a hacer evidentes. Los incendios han arrasado una pequeña parte de la ciudad y ahora hay mas gente corriendo por sus vidas que para unirse a la pelea. Una explosión resuena por toda la isla, puede que los incendios alcanzasen un polvorín clandestino o una licorería, el caso es que nadie parece querer poner fin al conflicto.
Pero vamos a lo que nos interesa. De pronto una voz es retransmitida a través de megáfonos por toda la isla.
- Bueno, bueno bueno. Veo que ha llegado mucha gente y algunos tramposillos entre ellos. Gente avispada por lo que veo, aunque faltan bastantes. Quedan 10 minutos damas y caballeros, quien no esté en la plaza para entonces puede que pierda la oportunidad de seguir con las pruebas. - Dicho esto corta la retransmisión.
En la plaza Aki hace lo que parece extraño que nadie haya hecho hasta ahora, todos esos piratas ¿y no luchan entre ellos? Ridículo.
Barbazul, en la plaza ves algunos piratas con recompensas altas, entre ellos uno que se ha hecho bastante famoso últimamente. Deiki Led Kenny, con una recompensa de más de 200.000.000 por su cabeza, aunque no se sabe mucho más sobre él. Oh, ha sido alcanzado por una de las bolas de Aki y ahora está ardiendo sin control, corre se retuerce y se revuelve gritando hasta llegar a un barril en el que se sumerge... una pena que sea de alcohol y lo hace estallar en pedacitos ante la atónita mirada de todos. Algunos de sus ataques aciertan a otras personas que, o bien las evitan o bien las bloquean. Unos cuantos deciden no tomar el riesgo y escapar sin que nadie parezca querer detenerlos.
Ahora hay más o menos la mitad de personas que antes, aunque sigue siendo un número algo elevado. Los ánimos se han caldeado y se nota que muchos de ellos están dispuestos a combatir. Otra pelea multitudinaria va a surgir en la plaza y, justo en el momento en el que todos están dispuestos a lanzarse a por Aki, o a por el cuello de otro, unas sonoras palmadas llaman la atención de los presentes. Viktor ha aparecido en medio de la plaza ante la atónita mirada de todos. Lleva su indumentaria y su mascara habitual. Camina hacia una plataforma de madera construida en un extremo de esta y saca un micrófono de uno de los bolsillos.
- Damas y caballeros por favor calmaos. - Dice con un tono despreocupado. - Reservad vuestra violencia para la próxima prueba. Agradezco el intento de la señorita por desalentar a los candidatos menos aptos, pero os aseguro que a partir de ahora las cosas no serán como un paseo por la playa, si alguien no está preparado para seguir adelante seguro que se da cuenta los primeros minutos. Pero os daré los detalles en breves, solo esperad... nueve minutos más. - Dirige una mirada al público que no se ha calmado, su presencia ahora es inquietante, dando incluso escalofríos... como cuando una madre coge la zapatilla y cuenta hasta tres.
Última moderación de la primera parte, los que no hayan llegado a la plaza tienen hasta la siguiente para llegar. Entre ambas partes se dejará 5 días de descanso.
Pero vamos a lo que nos interesa. De pronto una voz es retransmitida a través de megáfonos por toda la isla.
- Bueno, bueno bueno. Veo que ha llegado mucha gente y algunos tramposillos entre ellos. Gente avispada por lo que veo, aunque faltan bastantes. Quedan 10 minutos damas y caballeros, quien no esté en la plaza para entonces puede que pierda la oportunidad de seguir con las pruebas. - Dicho esto corta la retransmisión.
En la plaza Aki hace lo que parece extraño que nadie haya hecho hasta ahora, todos esos piratas ¿y no luchan entre ellos? Ridículo.
Barbazul, en la plaza ves algunos piratas con recompensas altas, entre ellos uno que se ha hecho bastante famoso últimamente. Deiki Led Kenny, con una recompensa de más de 200.000.000 por su cabeza, aunque no se sabe mucho más sobre él. Oh, ha sido alcanzado por una de las bolas de Aki y ahora está ardiendo sin control, corre se retuerce y se revuelve gritando hasta llegar a un barril en el que se sumerge... una pena que sea de alcohol y lo hace estallar en pedacitos ante la atónita mirada de todos. Algunos de sus ataques aciertan a otras personas que, o bien las evitan o bien las bloquean. Unos cuantos deciden no tomar el riesgo y escapar sin que nadie parezca querer detenerlos.
Ahora hay más o menos la mitad de personas que antes, aunque sigue siendo un número algo elevado. Los ánimos se han caldeado y se nota que muchos de ellos están dispuestos a combatir. Otra pelea multitudinaria va a surgir en la plaza y, justo en el momento en el que todos están dispuestos a lanzarse a por Aki, o a por el cuello de otro, unas sonoras palmadas llaman la atención de los presentes. Viktor ha aparecido en medio de la plaza ante la atónita mirada de todos. Lleva su indumentaria y su mascara habitual. Camina hacia una plataforma de madera construida en un extremo de esta y saca un micrófono de uno de los bolsillos.
- Damas y caballeros por favor calmaos. - Dice con un tono despreocupado. - Reservad vuestra violencia para la próxima prueba. Agradezco el intento de la señorita por desalentar a los candidatos menos aptos, pero os aseguro que a partir de ahora las cosas no serán como un paseo por la playa, si alguien no está preparado para seguir adelante seguro que se da cuenta los primeros minutos. Pero os daré los detalles en breves, solo esperad... nueve minutos más. - Dirige una mirada al público que no se ha calmado, su presencia ahora es inquietante, dando incluso escalofríos... como cuando una madre coge la zapatilla y cuenta hasta tres.
- Todos los que se encuentran en los almacenes:
- El ambiente parece relajarse un poco a pesar de que todos siguen en guardia.
- Bien, parece que sois unos chicos listos. - Hace una señal con la mano y los dos individuos que estaban con Therax se apartan soltando su espada y reuniéndose con quien parece ser su lider, o por lo menos su portavoz. - ¿Espadas? Oh creo que hablas de esta. - Dice sacando una espada plateada de entre sus ropajes. - Nos llamó mucho la atención cuando la encontramos, parecía estar escondida como si fuese algo valioso, pero nada. Es una espada normal y corriente con un baño de plata en la hoja y la guarda. Si la quieres quédatela. - Dice lanzándola a tus pies. - En fin, nos estamos quedando sin tiempo. Me alegra que hayamos podido resolver esto sin dejar ningún cadáver.
Tras esas palabras la estructura comienza a crujir. La niebla comienza a meterse dentro del almacén envolviendo a todas esas misteriosas personas y enmascarando sus presencias. Pero no tenéis tiempo de quedaros mirando. Salís rápidamente del almacén a pocos segundos de que este colapse.
Nailah, ves como Syxel se transforma en Drake justo cuando la niebla se retira, Drake tu ves como Nailah vuelve a tener su aspecto normal.
Justo en ese momento se escucha algo caer a gran velocidad, un instante después un grupo de cuerpos aterrizan en el suelo de forma violenta. Ante vuestra mirada hay un grupo de lo que parecen robots armados de unos dos metros de alto liderados por otro más grande de unos tres metros. Rápidamente y con precisión militar se dispersan y aseguran el área, no parecen muy preocupados por vuestra presencia. El más grande se acerca a Drake.
- Supongo que eres Drake. - Dice con una voz artificial, pero con un tono más humano de lo que cabe esperar. - Soy Gusion, uno de los hombres de Viktor. Veo que llegamos tarde, no es la primera vez que tratamos con ellos. Sospechábamos que el Cp estaba investigando el evento, pero no esperamos una intervención directa. No es la primera vez que tratamos con esa célula, cuentan con un operativo capaz de crear ilusiones que pueden engañar incluso a nuestros sensores. - Dice con un tono que puedes interpretar como frustración. - De todas formas no creo que anden lejos, no pueden escapar sin un barco y ya hemos establecido un perímetro. Dado que Viktor te lo ha pedido directamente puedes unirte a nosotros y darles caza, si gustas.- Los "pequeños":
- El grande:
- Los huérfanos de Syxel:
- Emprendéis rumbo al pueblo, el cual parece estar más en llamas que antes, y llegáis sin problemas a la taberna. Hay un cadáver de un viejo con el cuello partido con los mismos pantalones y camisa que Viktor, aunque a nadie parece importarle mucho. Hay un tío hablando con un camarero con la misma cara que el fiambre. Que raro todo.
Por cierto mucha gente parece dirigirse a la plaza.
- Willy:
- - Osea que has estado ahí ¿eh? bueno, me hago una idea de quienes son los que han estado ahí y mis hombres ya se están encargando de ello. Si son quienes creemos, y has salido vivo, o bien eres uno de ellos, o bien no te consideraban una amenaza para sus planes en lo más mínimo. - Dice mientras te pone un copazo de Whisky. - ¿Te gustó lo del cartel?, fue idea de Vidar... ese granuja, siempre le han gustado las bromas y sacar el paranoico que todos tenemos dentro, recuerdo que cuando era joven no paraba quieto y era un dolor de cabeza controlarlo, pero oye, así son los críos. Hay que tiempos. Recuerdo cuando era joven y salí a los mares lleno de sueños y esperanzas para luego darme cuenta de que lo mió estaba en los negocios más que en las aventuras, pero supongo que todos maduramos como la buena bebida ¿no crees? Hablando de bebida ¿Te gusta este whisky?, es uno de mis favoritos, lo uso para darle un chispazo a... bueno todo, la comida siempre sabe mejor con un poco de "magia" no se si me entiendes. ¿Por donde iba? Ah si,
el whisky... - A lo mejor él no está interesado en saber más, pero dar si que te está dando conversación mientras divaga durante un rato sobre temas varios y te sirve copa tras copa esperando que la bebas.
Última moderación de la primera parte, los que no hayan llegado a la plaza tienen hasta la siguiente para llegar. Entre ambas partes se dejará 5 días de descanso.
Balagus
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La voluntad de mi capitán me pilló desprevenido, pero no desagradecido. Había recibido mucho daño en la multitudinaria reyerta con los piratuelos, sumado al que Helkan me dejó como recuerdo: no estaba en situación de meterme en más líos excesivamente gordos como en los que acostumbraba Silver a vivir envuelto.
Con adusta seriedad, bajé la cabeza un poco más de lo que tenía que hacer para mirarle, centrando mis ojos en el suelo tras apartarlos de los suyos. Aquel extraño lenguaje no verbal que nos gastábamos, sumbado a su tono inflexible, era todo lo que necesita para saber que hablaba en serio y no había lugar a las discrepancias.
Respetando su criterio, giré sobre mis talones y me llevé conmigo a Luka y a Marc de vuelta a la población, que había permanecido de lejos de mi visión y mis pensamientos durante largo tiempo. Fue por ello que me sorprendió, con cierta satisfacción, ver un halo de luz anaranjada y humo negro sobre las casas y edificios, señal inequívoca de la presencia de un fuego.
Pensar en semejante dechado de inmundicia e infección humana siendo pasto de las llamas consiguió alegrarme el ánimo y dibujarme un amago de sonrisa divertida en el rostro, sustituida de manera casi inmediata por un pinchazo de dolor en el costado.
"Eso dejará una huella..."
- Es reconfortante saber que aún existen verdaderos guerreros con honor como tú, Luka. -Le concedí al valeroso gyiojin. mientras apretábamos el paso para no demorarnos.- Yo tampoco olvidaré lo que hemos hecho hoy, y menos aún si consigues evitar que me siga desangrando. Ahora sigamos en movimiento: tengo ganas de ver cómo arde toda ese intento de ciudad.
Después de ello, mis dos compañeros aprovecharon para hablar entre ellos sobre la situación y las posibles implicaciones de que Marc no hubiera conseguido una espada. Sin detenerme, miré ligeramente hacia atrás y alenté al semigigante del queso.
- Así es como se habla. No es el fin lo que importa, sino el viaje en sí. La muerte en sí misma no es gloriosa, sino la batalla que conduce hasta ella.
Sentencié aquel extraño y lúgubre paralelismo con una risotada jovial y contenta. Me hubiera gustado tener a sujetos como estos dos en la tripulación de Silver, en vez de a Jish, Dharkel o Noah.
Mock Town se abrió ante nosotros en poco tiempo, y con ella su acostumbrado caos y desorden. En realidad, mucho más del habitual, pero no era sorpresa si pensábamos en que parte de la propia ciurdad permanecía en llamas. La gente a nuestro alrededor no se paró a contemplarnos en absoluto y nos dejaron paso sin problema, lo que aceleró nuestra marcha más de lo que yo había pensado. Ciertamente, la discreción con la que trasnportábamos las armas de plata nos volvió blancos menos apetecibles ante posibles oportunistas.
Ni siquiera los guardias intentaron pararnos cuando pasamos junto a ellos y llegamos al restaurante. Allí paramos a descansar y a que el gyojin me remendara rápidamente las heridas. Ninguno pasamos por alto la presencia del cadáver de Viktor, con el cuello claramente roto. O, al menos, de quien se suponía que debía ser Viktor, a juzgar por sus ropas. El que hubiera otro tipo del local con la misma cara exacta que el muerto encendió varias alarmas cautelares en mi cerebro.
- Deberíamos marcharnos pronto. -Interrumpí a Luka en sus cuidados, alzando una mano para indicarle que parara y me dejara levantarme.- No tenemos tiempo que perder, y quedarme aquí con... todo esto, me inquieta.
Miré a mis dos compañeros, consciente de que compartían mi desconfianza por aquel misterioso escenario, y salimos del lugar, rumbo a la plaza como mi capitán me indicó. Llegar no fue complicado en absoluto, pues un gran gentío se afanaba por llegar al mismo sitio que nosotros.
- Recordad ser discretos y no lanzarnos a cualquier lío que nos encontremos. -Les susurré, agachándome para que el gyojin me oyera.- No creo que estemos en la más favorable de las situaciones allí.
Y con aquel pensamiento firmemente asentado en la mente, alcanzamos nuestro objetivo. Desconocía si habíamos llegado a tiempo, pero por la situación reinante y la postura de... ¿otro Viktor? en el centro de la plaza, parecía ser así.
"No me gusta nada todo esto. Nada de nada."
Con adusta seriedad, bajé la cabeza un poco más de lo que tenía que hacer para mirarle, centrando mis ojos en el suelo tras apartarlos de los suyos. Aquel extraño lenguaje no verbal que nos gastábamos, sumbado a su tono inflexible, era todo lo que necesita para saber que hablaba en serio y no había lugar a las discrepancias.
Respetando su criterio, giré sobre mis talones y me llevé conmigo a Luka y a Marc de vuelta a la población, que había permanecido de lejos de mi visión y mis pensamientos durante largo tiempo. Fue por ello que me sorprendió, con cierta satisfacción, ver un halo de luz anaranjada y humo negro sobre las casas y edificios, señal inequívoca de la presencia de un fuego.
Pensar en semejante dechado de inmundicia e infección humana siendo pasto de las llamas consiguió alegrarme el ánimo y dibujarme un amago de sonrisa divertida en el rostro, sustituida de manera casi inmediata por un pinchazo de dolor en el costado.
"Eso dejará una huella..."
- Es reconfortante saber que aún existen verdaderos guerreros con honor como tú, Luka. -Le concedí al valeroso gyiojin. mientras apretábamos el paso para no demorarnos.- Yo tampoco olvidaré lo que hemos hecho hoy, y menos aún si consigues evitar que me siga desangrando. Ahora sigamos en movimiento: tengo ganas de ver cómo arde toda ese intento de ciudad.
Después de ello, mis dos compañeros aprovecharon para hablar entre ellos sobre la situación y las posibles implicaciones de que Marc no hubiera conseguido una espada. Sin detenerme, miré ligeramente hacia atrás y alenté al semigigante del queso.
- Así es como se habla. No es el fin lo que importa, sino el viaje en sí. La muerte en sí misma no es gloriosa, sino la batalla que conduce hasta ella.
Sentencié aquel extraño y lúgubre paralelismo con una risotada jovial y contenta. Me hubiera gustado tener a sujetos como estos dos en la tripulación de Silver, en vez de a Jish, Dharkel o Noah.
Mock Town se abrió ante nosotros en poco tiempo, y con ella su acostumbrado caos y desorden. En realidad, mucho más del habitual, pero no era sorpresa si pensábamos en que parte de la propia ciurdad permanecía en llamas. La gente a nuestro alrededor no se paró a contemplarnos en absoluto y nos dejaron paso sin problema, lo que aceleró nuestra marcha más de lo que yo había pensado. Ciertamente, la discreción con la que trasnportábamos las armas de plata nos volvió blancos menos apetecibles ante posibles oportunistas.
Ni siquiera los guardias intentaron pararnos cuando pasamos junto a ellos y llegamos al restaurante. Allí paramos a descansar y a que el gyojin me remendara rápidamente las heridas. Ninguno pasamos por alto la presencia del cadáver de Viktor, con el cuello claramente roto. O, al menos, de quien se suponía que debía ser Viktor, a juzgar por sus ropas. El que hubiera otro tipo del local con la misma cara exacta que el muerto encendió varias alarmas cautelares en mi cerebro.
- Deberíamos marcharnos pronto. -Interrumpí a Luka en sus cuidados, alzando una mano para indicarle que parara y me dejara levantarme.- No tenemos tiempo que perder, y quedarme aquí con... todo esto, me inquieta.
Miré a mis dos compañeros, consciente de que compartían mi desconfianza por aquel misterioso escenario, y salimos del lugar, rumbo a la plaza como mi capitán me indicó. Llegar no fue complicado en absoluto, pues un gran gentío se afanaba por llegar al mismo sitio que nosotros.
- Recordad ser discretos y no lanzarnos a cualquier lío que nos encontremos. -Les susurré, agachándome para que el gyojin me oyera.- No creo que estemos en la más favorable de las situaciones allí.
Y con aquel pensamiento firmemente asentado en la mente, alcanzamos nuestro objetivo. Desconocía si habíamos llegado a tiempo, pero por la situación reinante y la postura de... ¿otro Viktor? en el centro de la plaza, parecía ser así.
"No me gusta nada todo esto. Nada de nada."
- Resumen:
- Acato las órdenes de mi capitán, charlo brevemente con mis compañeros mientras regresamos a Mock Town, paramos un momento en el restaurante para remendarnos un poco y descansar,
y reanudamos el trayecto hasta llegar a la plaza. Nótese que tuve que incluir el viaje de antes de la moderación sólo para darle algo de coherencia narrativa al post.
Luka Rooney
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Y tras tanto caminar, entre conversación y conversación, acabamos llegando a donde se suponía que teníamos que llegar. La taberna.
Tras pedir amablemente a los dos fornidos luchadores que se sentasen, me paré a ver a un tipo, bueno, siendo estrictos… A un cadáver que tenía exactamente la misma ropa que aquél extravagante orador que nos había conducido hasta la situación en la que nos encontrábamos actualmente.
Empecé primero por Marc, quien aparentemente estaba en mejores condiciones que Balagus. Saque los utensilios médicos de la mochila y los deposité sobre el banco, a la par que ojeaba a los dos gigantes.
”Pensar en racciones médicas para humanos quizá haya sido un error”
Apliqué desinfectante sobre la muñeca de Marc, para después sanar usando yodo. Tras ello realicé un vendaje liviano.
- Si salimos viva de esta, yo mismo me encargaré de curártela mejor. Probablemente notes un escozor que te durará unos minutos. Será buen síntoma - Espeté a Marc a la par que me dirigía a Balagus. - Y tú… Tú estás peor, intentaré hacer lo mejor en el menor tiempo.
Y es que su costado diestro estaba hecho polvo así como sus brazos y piernas. Empecé por ver los cuatro agujeros de bala, notando como solo una de ellas seguía en su interior. Aproveché para, usando unas pinzas, sacarla y mostrársela y, tras ello, desinfectar todos los cortes que tenía, aplicando después yodo también.
- Un valeroso guerrero lo es también en la inevitable lucha con el médico. - Espeté, haciéndole ver que no debía quejarse.
Finalmente, cuando me disponía a coser uno de los cortes más grandes, Balagus me instó a levantarme, al igual que a Marc, y alejarnos de aquél dantesco panorama.
Asentí y recogí todos los utensilios, siguiendo a los dos gigantes hacia la plaza, donde parecía haber un alboroto bastante patente.
Balagus me advirtió, poniendo en evidencia que debíamos pasar inadvertidos-
- Dos gigantes y un Gyojin. Muy inadvertidos no vamos a pasar. - Esbocé con una ligera sonrisa. - Pero intentaré no meterme en líos, prometido.
”Seguro que Zane y Therax ya están allí”
Y, tras llegar, no pude reprimir un semblante de asombro a ver a Viktor de nuevo. Pese al cadáver de aquél viejo, algo me hacía pensar que estaba muerto. Aunque bien es sabido, que mala hierba nunca muere.
Por su posición en el centro de la plaza, pensé que habíamos llegado justo a tiempo.
- Va a ser un poco difícil no meterse en líos si monta otra función teatral como en la taberna, Balagus. - Espeté cambiando el semblante e intentando divisar al resto de piratas conocidos en la taberna. ¿Donde estarían el resto?
Tras pedir amablemente a los dos fornidos luchadores que se sentasen, me paré a ver a un tipo, bueno, siendo estrictos… A un cadáver que tenía exactamente la misma ropa que aquél extravagante orador que nos había conducido hasta la situación en la que nos encontrábamos actualmente.
Empecé primero por Marc, quien aparentemente estaba en mejores condiciones que Balagus. Saque los utensilios médicos de la mochila y los deposité sobre el banco, a la par que ojeaba a los dos gigantes.
”Pensar en racciones médicas para humanos quizá haya sido un error”
Apliqué desinfectante sobre la muñeca de Marc, para después sanar usando yodo. Tras ello realicé un vendaje liviano.
- Si salimos viva de esta, yo mismo me encargaré de curártela mejor. Probablemente notes un escozor que te durará unos minutos. Será buen síntoma - Espeté a Marc a la par que me dirigía a Balagus. - Y tú… Tú estás peor, intentaré hacer lo mejor en el menor tiempo.
Y es que su costado diestro estaba hecho polvo así como sus brazos y piernas. Empecé por ver los cuatro agujeros de bala, notando como solo una de ellas seguía en su interior. Aproveché para, usando unas pinzas, sacarla y mostrársela y, tras ello, desinfectar todos los cortes que tenía, aplicando después yodo también.
- Un valeroso guerrero lo es también en la inevitable lucha con el médico. - Espeté, haciéndole ver que no debía quejarse.
Finalmente, cuando me disponía a coser uno de los cortes más grandes, Balagus me instó a levantarme, al igual que a Marc, y alejarnos de aquél dantesco panorama.
Asentí y recogí todos los utensilios, siguiendo a los dos gigantes hacia la plaza, donde parecía haber un alboroto bastante patente.
Balagus me advirtió, poniendo en evidencia que debíamos pasar inadvertidos-
- Dos gigantes y un Gyojin. Muy inadvertidos no vamos a pasar. - Esbocé con una ligera sonrisa. - Pero intentaré no meterme en líos, prometido.
”Seguro que Zane y Therax ya están allí”
Y, tras llegar, no pude reprimir un semblante de asombro a ver a Viktor de nuevo. Pese al cadáver de aquél viejo, algo me hacía pensar que estaba muerto. Aunque bien es sabido, que mala hierba nunca muere.
Por su posición en el centro de la plaza, pensé que habíamos llegado justo a tiempo.
- Va a ser un poco difícil no meterse en líos si monta otra función teatral como en la taberna, Balagus. - Espeté cambiando el semblante e intentando divisar al resto de piratas conocidos en la taberna. ¿Donde estarían el resto?
- Resumen:
Curo superficialmente a Balagus y Marc para después acercarnos a la plaza.
Marc Kiedis
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El camino hasta el pueblo fue tranquilo y sin incidentes. Al llegar a la taberna, los semigigantes y el gyojin pudieron ver que estaba casi vacía. Lo que más llamó la atención de Marc fue el cadáver de un anciano que, sospechosamente, llevaba la misma ropa que Víctor, el organizador de la reunión. Y, para mayor sorpresa del grandullón, el camarero tenía la misma cara que el muerto. Desde luego, en aquella isla pasaban cosas muy raras, y el panorama en el restaurante era, cuanto menos, inquietante.
Los tres compañeros se demoraron allí un rato para que Luka tratase las heridas de los dos semigigantes. Primero se ocupó de la mano de Marc, diciéndole que, al terminar todo aquello, volvería a echarle un vistazo.
- Muchas gracias, Luka. Y claro que sobreviviremos, ya lo verás. - contestó, optimista, el grandullón.
Después, el gyojin paso a atender a Balagus. Sin embargo, antes de que pudiera terminar, el bravo semigigante se levantó y propuso marcharse a la plaza, recordando a los demás que el tiempo para llegar allí estaba a punto de agotarse. Tenía razón, y Marc le siguió en aquella dirección. Esperaba que todavía estuvieran a tiempo, ya que aunque él no hubiera conseguido ninguna espada, sus compañeros si, y no quería que fueran descalificados. Ante la advertencia de Balagus, el grandullón respondió:
- Si, será mejor no buscarnos problemas. Seguro que la plaza está llena de gente muy poderosa y que nos supera en número y fuerza.
En caso de llegar a tiempo a la plaza, y de que, al no tener espada, no le dejaran participar en la siguiente ronda, Marc se despediría de sus compañeros deseándoles la mejor de las suertes y, en caso de que alguien tuviera que abandonar aquella isla, les prometería que se volverían a encontrar.
Los tres compañeros se demoraron allí un rato para que Luka tratase las heridas de los dos semigigantes. Primero se ocupó de la mano de Marc, diciéndole que, al terminar todo aquello, volvería a echarle un vistazo.
- Muchas gracias, Luka. Y claro que sobreviviremos, ya lo verás. - contestó, optimista, el grandullón.
Después, el gyojin paso a atender a Balagus. Sin embargo, antes de que pudiera terminar, el bravo semigigante se levantó y propuso marcharse a la plaza, recordando a los demás que el tiempo para llegar allí estaba a punto de agotarse. Tenía razón, y Marc le siguió en aquella dirección. Esperaba que todavía estuvieran a tiempo, ya que aunque él no hubiera conseguido ninguna espada, sus compañeros si, y no quería que fueran descalificados. Ante la advertencia de Balagus, el grandullón respondió:
- Si, será mejor no buscarnos problemas. Seguro que la plaza está llena de gente muy poderosa y que nos supera en número y fuerza.
En caso de llegar a tiempo a la plaza, y de que, al no tener espada, no le dejaran participar en la siguiente ronda, Marc se despediría de sus compañeros deseándoles la mejor de las suertes y, en caso de que alguien tuviera que abandonar aquella isla, les prometería que se volverían a encontrar.
- Resumen:
- - Ser curado por Luka en la taberna y hablar con optimismo.
- Dirigirme a la plaza con Balagus y Luka.
- Si no me dejan seguir participando, desearles suerte y despedirme de ellos.
Maze
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Sumire se movía a gran velocidad por el aire, con Mura subida en su lomo. Su reptiliano rostro no parecía demostrar nada, pero la dragona se encontraba preocupada... Muy preocupada por su compañera, que se encontraba ardiendo de rabia, casi literalmente. Su aura desprendía un claro equiparable a su frustración. La pelinaranja se mantenía en silencio, aparentemente tranquila, pero su cuerpo no dejaba de temblar de rabia mientras observaba impasible la ciudad de la vergüenza. Esta se encontraba en llamas, pero ni esa visión que se reflejaba en sus ojos, en aquel momento de color rojo, lograba sacar a Mura de su estado de rabia.
"Deberías calmarte niña. Ya eres mayorcita". Le espetó molesto Kouga. La chica tardó varios minutos en, tras un largo suspiro, darle la razón al espíritu. No ganaba nada siguiendo con ese comportamiento, por molesta que estuviese. Si quería desahogarse ya lo haría en un rato. Sus ojos volvieron a la normalidad al tiempo que el aire a su alrededor se enfrió de nuevo, haciendo que la dragona se relajase también. La ciudad ya estaba suficientemente caldeada por lo que podía observar.
-Lo siento...- Murmuró la pelinaranja, cuyo rostro paso de la impasiblidad causada por el enfado a la pena. "No deberías enfadarte así para luego arrepentirte". Fue la única respuesta de Kouga. Y tenía razón. No debía volver a actuar como cuando los Demon se separaron. Cuando todo acabará hablaría con Aka para disculparse y asegurarse de que seguía entero, por ahora, sobrevolaría el lugar, buscando a Dexter para que le devolviese su espada. También aprovecharía para pedirle a Sumire que lanzase bocanadas de aliento helado a las zonas en llamas. Con suerte esto ayudaría a detener en parte la destrucción de la ciudad.
No gastaría mucho tiempo, en cambio, pues al poco de llegar a las periferias de la ciudad pudo escuchar una voz indicando que quedaban diez minutos. -Plan B, si no encontramos a Dexter nos colamos con una espada mía.- Proclamó al tiempo que en su mano una maraña de hilos tomaba forma de una espada similar a la que había conseguido antes, aunque obviamente no tenía nada que ver, salvo el número, en esa ocasión un siete en vez de un tres que no era más que un hueco en su arma con escasos relieves. No podía hacer cosas complejas con su habilidad. -Tendrá que servir hasta que encuentre al capitán.-
"Deberías calmarte niña. Ya eres mayorcita". Le espetó molesto Kouga. La chica tardó varios minutos en, tras un largo suspiro, darle la razón al espíritu. No ganaba nada siguiendo con ese comportamiento, por molesta que estuviese. Si quería desahogarse ya lo haría en un rato. Sus ojos volvieron a la normalidad al tiempo que el aire a su alrededor se enfrió de nuevo, haciendo que la dragona se relajase también. La ciudad ya estaba suficientemente caldeada por lo que podía observar.
-Lo siento...- Murmuró la pelinaranja, cuyo rostro paso de la impasiblidad causada por el enfado a la pena. "No deberías enfadarte así para luego arrepentirte". Fue la única respuesta de Kouga. Y tenía razón. No debía volver a actuar como cuando los Demon se separaron. Cuando todo acabará hablaría con Aka para disculparse y asegurarse de que seguía entero, por ahora, sobrevolaría el lugar, buscando a Dexter para que le devolviese su espada. También aprovecharía para pedirle a Sumire que lanzase bocanadas de aliento helado a las zonas en llamas. Con suerte esto ayudaría a detener en parte la destrucción de la ciudad.
No gastaría mucho tiempo, en cambio, pues al poco de llegar a las periferias de la ciudad pudo escuchar una voz indicando que quedaban diez minutos. -Plan B, si no encontramos a Dexter nos colamos con una espada mía.- Proclamó al tiempo que en su mano una maraña de hilos tomaba forma de una espada similar a la que había conseguido antes, aunque obviamente no tenía nada que ver, salvo el número, en esa ocasión un siete en vez de un tres que no era más que un hueco en su arma con escasos relieves. No podía hacer cosas complejas con su habilidad. -Tendrá que servir hasta que encuentre al capitán.-
- Dexter, lee:
- Regresar a Mock Town. Intentar aplacar un poco los incendios con el aliento helado de Sumire y buscar a Dexter para recuperar su espada. De no encontrarle, crear una espada falsa con energía e ir a la plaza.
Ivan Markov
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Tras comerse una buena ración de arroz para recuperar fuerzas, salió del restaurante con una sonrisa de felicidad y silbando alegremente. A su alrededor la ciudad estaba sumida en el caos con edificios ardiendo y los ruidos de las últimas peleas concluyendo. Debía faltar muy poco para que el plazo marcado se terminara, pero aún así no le extrañaría que algún iluminado pretendiera obtener un arma de última hora. Así pues aprovechó la oscuridad de la noche para volver a activar el Manto de Sombras y ocultarse de miradas indiscretas. No tardó mucho en llegar a la plaza y la visión lo sorprendió.
- Qué coj...
Bolas de fuego volaban de un lado a otro haciendo saltar en pedazos trozos de plaza y a algunos piratas. El, o más bien la causante, no era otra que Aki. No tenía muy claro por qué le había dado por ahí, pero mientras no le hiciese objetivo o daño colateral tampoco le importaba demasiado. Se fue a un lado de la plaza y se puso a observar a los presentes. Ya habían vuelto bastantes, como Balagus o Syxel, pero faltaban algunos de los grandes nombres. En fin, ya no quedaba mucho que hacer hasta que les explicaran en qué consistiría la siguiente prueba. Tocaba esperar.
- Qué coj...
Bolas de fuego volaban de un lado a otro haciendo saltar en pedazos trozos de plaza y a algunos piratas. El, o más bien la causante, no era otra que Aki. No tenía muy claro por qué le había dado por ahí, pero mientras no le hiciese objetivo o daño colateral tampoco le importaba demasiado. Se fue a un lado de la plaza y se puso a observar a los presentes. Ya habían vuelto bastantes, como Balagus o Syxel, pero faltaban algunos de los grandes nombres. En fin, ya no quedaba mucho que hacer hasta que les explicaran en qué consistiría la siguiente prueba. Tocaba esperar.
- resumen:
- Pues eso, que voy a la plaza y espero.
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A medida que la niebla se fue disipando, o más bien retirando, la extraña presencia que envolvía el lugar la siguió hasta desaparecer. Gracias a que finalmente podía sentir a mis compañeros, y al ruido producido por un edificio al derrumbarse, no tardé en llegar hasta donde se encontraban.
Una vez les tuve frente a mí, posé los pies en el suelo sin llegar a hacer desaparecer las alas de mi espalda. Zane y Therax acababan de reunirse con Nailah, y no muy lejos de ellos se encontraba Drake, charlando con lo que parecían ser unas enormes máquinas. Todos parecían estar alterados, pero no había ningún peligro inminente. Supuse que ya se habrían encargado de lo que fuera que hubiese preocupado a Nailah, pero tampoco teníamos tiempo para hablar del tema. Pues el sol había comenzado ya su ascenso.
- Me has dado un buen susto - reprochó a su compañera - aunque me alegra que estés bien. Ya nos pondremos al día luego - les corté tajante - Tenemos que dirigirnos a la plaza.
Di varios pasos al frente, hasta situarme frente Nailah. La tomé en brazos sin darle tiempo a protestar y, batiendo las alas con fuerza, volví a alzar el vuelo. El pelirrojo y el rubio hicieron lo propio, y enseguida nos encontrábamos ya sobrevolando la zona, de vuelta a Mock Town. A pesar del revuelo y el caos reinantes en la ciudad, no nos costó demasiado ubicar la plaza a la que debíamos dirigirnos, pues tan solo teníamos que seguir la mayor concentración de presencias.
Una vez allí, presentamos las espadas para poder acceder sin problemas. Y luego buscamos al resto de nuestros compañeros, tarea que no resultó un problema dada su estatura. En cuanto les tuve a la vista intercambié una mirada con Balagus, aunque guardando las distancias. Separados cubriríamos mayor terreno si ocurría cualquier cosa. Además de las locuras que ya estaban teniendo lugar, claro está. Concentrándome en el haki de observación hice un barrido del lugar, buscando presencias conocidas o que debiesen preocuparme, mientras me mantenía atento al nuevo discurso que Viktor nos tuviese preparados. Si la primera prueba de su elaborado plan había sido un juego tan infantil, realmente me preocupaba lo que tuviese en mente. Cualquier cosa podía ocurrir a continuación.
Una vez les tuve frente a mí, posé los pies en el suelo sin llegar a hacer desaparecer las alas de mi espalda. Zane y Therax acababan de reunirse con Nailah, y no muy lejos de ellos se encontraba Drake, charlando con lo que parecían ser unas enormes máquinas. Todos parecían estar alterados, pero no había ningún peligro inminente. Supuse que ya se habrían encargado de lo que fuera que hubiese preocupado a Nailah, pero tampoco teníamos tiempo para hablar del tema. Pues el sol había comenzado ya su ascenso.
- Me has dado un buen susto - reprochó a su compañera - aunque me alegra que estés bien. Ya nos pondremos al día luego - les corté tajante - Tenemos que dirigirnos a la plaza.
Di varios pasos al frente, hasta situarme frente Nailah. La tomé en brazos sin darle tiempo a protestar y, batiendo las alas con fuerza, volví a alzar el vuelo. El pelirrojo y el rubio hicieron lo propio, y enseguida nos encontrábamos ya sobrevolando la zona, de vuelta a Mock Town. A pesar del revuelo y el caos reinantes en la ciudad, no nos costó demasiado ubicar la plaza a la que debíamos dirigirnos, pues tan solo teníamos que seguir la mayor concentración de presencias.
Una vez allí, presentamos las espadas para poder acceder sin problemas. Y luego buscamos al resto de nuestros compañeros, tarea que no resultó un problema dada su estatura. En cuanto les tuve a la vista intercambié una mirada con Balagus, aunque guardando las distancias. Separados cubriríamos mayor terreno si ocurría cualquier cosa. Además de las locuras que ya estaban teniendo lugar, claro está. Concentrándome en el haki de observación hice un barrido del lugar, buscando presencias conocidas o que debiesen preocuparme, mientras me mantenía atento al nuevo discurso que Viktor nos tuviese preparados. Si la primera prueba de su elaborado plan había sido un juego tan infantil, realmente me preocupaba lo que tuviese en mente. Cualquier cosa podía ocurrir a continuación.
- Resumen:
- Me encuentro con Nailah, Zane y Therax junto al almacén derrumbado. Les digo que no tenemos tiempo y los cuatro nos dirigimos volando, literalmente, a la plaza para reunirnos con el resto de nuestros compañeros.
Nailah
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Nailah ladeó la cabeza extrañada. La niebla comenzaba a disiparse y todo se podía ver con claridad. ¡Incluido su capitán! Aunque técnicamente... no lo era, en cuanto aquel hombre recuperó su rostro la pirata entendió todo. Reconoció al instante el rostro del muchacho, lo conocía por carteles de se búsqueda que había visto al embarcarse en su aventura por el mar. ¿Cuál era su nombre? ¿Dreka, Dreik? Oh si, Drake, el famoso pirata.
Un fuerte sonido captó su atención. Unas máquinas voladoras aterrizaron en la zona. La morena se sorprendió al ver como trabajaban sellando todo de un momento a otro y un robot gigante se acercó hasta ellos, aunque solo parecía prestarle atención a Drake. Sin embargo, ella escuchó en todo momento de qué se trataba aquello. Las personas del almacén eran los agentes del gobierno que estaban buscando y, como no, lo que creía que pasaba con la niebla al ver la transformación fue confirmado.
Nailah se echó hacia atrás, observando el almacén derruido. Al menos Zane y Therax estaban sanos, aunque por el rostro de su amigo notaba demasiado cansancio. En el fondo se preocupaba por él. En cuanto escuchó la voz de su capitán se giró sonriente, se alegraba de verlo.
-Si me hubieras respondido al aparato no tendría que haber montado un numerito con aquel de allí - dijo con cierto reproche y burla mientras señalaba a Drake.
No le dio tiempo a decir nada más. En un abrir y cerrar de ojos estaba en el aire. Su capitán se la había llevado en brazos y sus otros compañeros les seguiría. Rápidamente llegaron a Mock Town. La pirata observó la situación de la ciudad, la cual no estaba en muy buen estado. El caos parecía reinar más fuerte que nunca en esos momentos. Nailah tenía muchas ganas de contarle a su capitán todo lo que se había perdido con su ausencia, pero pronto aterrizaron y tuvo que contener sus ganas.
Una vez presentadas las espadas y localizados a los demás miembros de la banda, ambos se quedaron apartados entre la muchedumbre. La pirata estaba ansiosa por saber cual sería la siguiente prueba aunque por el rostro de sus compañeros, algo indicaba que no iba bien. Ya estaba casi todo el mundo en la plaza y un montón de rostros conocidos en la taberna llegaban. Un nuevo día comenzó en Jaya y ahora solo tocaba esperar.
Un fuerte sonido captó su atención. Unas máquinas voladoras aterrizaron en la zona. La morena se sorprendió al ver como trabajaban sellando todo de un momento a otro y un robot gigante se acercó hasta ellos, aunque solo parecía prestarle atención a Drake. Sin embargo, ella escuchó en todo momento de qué se trataba aquello. Las personas del almacén eran los agentes del gobierno que estaban buscando y, como no, lo que creía que pasaba con la niebla al ver la transformación fue confirmado.
Nailah se echó hacia atrás, observando el almacén derruido. Al menos Zane y Therax estaban sanos, aunque por el rostro de su amigo notaba demasiado cansancio. En el fondo se preocupaba por él. En cuanto escuchó la voz de su capitán se giró sonriente, se alegraba de verlo.
-Si me hubieras respondido al aparato no tendría que haber montado un numerito con aquel de allí - dijo con cierto reproche y burla mientras señalaba a Drake.
No le dio tiempo a decir nada más. En un abrir y cerrar de ojos estaba en el aire. Su capitán se la había llevado en brazos y sus otros compañeros les seguiría. Rápidamente llegaron a Mock Town. La pirata observó la situación de la ciudad, la cual no estaba en muy buen estado. El caos parecía reinar más fuerte que nunca en esos momentos. Nailah tenía muchas ganas de contarle a su capitán todo lo que se había perdido con su ausencia, pero pronto aterrizaron y tuvo que contener sus ganas.
Una vez presentadas las espadas y localizados a los demás miembros de la banda, ambos se quedaron apartados entre la muchedumbre. La pirata estaba ansiosa por saber cual sería la siguiente prueba aunque por el rostro de sus compañeros, algo indicaba que no iba bien. Ya estaba casi todo el mundo en la plaza y un montón de rostros conocidos en la taberna llegaban. Un nuevo día comenzó en Jaya y ahora solo tocaba esperar.
- resumen:
- -Escuchar lo que dicen los robots.
-Irse volando con Syxel.
-Llegar a la plaza.
El pirata tomó la espada de plata y la puso en su cinto, para justo después salir del almacén que no tardó mucho en desplomarse. Estaba cansado, y una buena jarra de cerveza acompañada de algo de comer era lo único de lo que tenía ganas. Therax, estaba a su lado y no parecía muy contento por lo ocurrido.
-No te piques, socio –le dijo-. Pero la próxima vez estate más atento; algo me dice que esos hombres tenían más de lo que nos han mostrado.
Dichas esas palabras, se percató de que estaba fuera con Nailah, Drake y un recién llegado Syxel.
-A buenas horas mangas verdes –añadió Zane, envainando su katana y apoyándose sobre el rubiales-. Sí, tío Syx –dijo con cierta ironía, ante la actitud dirigente de su aliado.
Tras eso, desplegó sus alas y voló hacia la ciudad lo más rápido que pudo, muy cerca de sus compañeros y sin perder mucho el tiempo. Tardaron poco menos de cinco minutos en llegar, y durante el trayecto pudo ver como el verdoso paisaje de la isla se había tornado más oscuro y desolado, posiblemente por las batallas que allí habían ocurrido. La ciudad estaba más o menos igual, habiendo indicios de peleas y confortamientos muy recientes; aunque eso era lo más normal en aquella isla. Al tomar tierra, el pelirrojo se reunió con Luka y el precioso Bálagus.
-¿Todo bien, Luka? –le preguntó.
-No te piques, socio –le dijo-. Pero la próxima vez estate más atento; algo me dice que esos hombres tenían más de lo que nos han mostrado.
Dichas esas palabras, se percató de que estaba fuera con Nailah, Drake y un recién llegado Syxel.
-A buenas horas mangas verdes –añadió Zane, envainando su katana y apoyándose sobre el rubiales-. Sí, tío Syx –dijo con cierta ironía, ante la actitud dirigente de su aliado.
Tras eso, desplegó sus alas y voló hacia la ciudad lo más rápido que pudo, muy cerca de sus compañeros y sin perder mucho el tiempo. Tardaron poco menos de cinco minutos en llegar, y durante el trayecto pudo ver como el verdoso paisaje de la isla se había tornado más oscuro y desolado, posiblemente por las batallas que allí habían ocurrido. La ciudad estaba más o menos igual, habiendo indicios de peleas y confortamientos muy recientes; aunque eso era lo más normal en aquella isla. Al tomar tierra, el pelirrojo se reunió con Luka y el precioso Bálagus.
-¿Todo bien, Luka? –le preguntó.
- Resumen:
- blablabla + volar a la plaza
William White
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El hombre arrancó sorprendido de que hubiera salido de los almacenes llegando incluso a insinuar que podría incluso pertenecer a ellos.
-La duda ofende- musité con tono tranquilo, incluso divertido mientras tomaba y daba un pequeño trago a la copa.
Luego el hombre continuó hablando tranquilo, tratando de transmitir la sensación de que lo tenían todo controlado. Luego comentó que la idea del cartel era de un tal Vida con el objetivo de sacar al paranoico que llevamos dentro, ¡Y vaya si lo había había conseguido! Luego el hombre comenzó a divagar mencionando que le también fue un romántico que persiguió sus sueños. El hombre continuó divagando acerca del Whisky demás asuntos cuando su misma voz le interrumpió, pero el caso es que el hombre seguirá hablando, eran dos mismas personas o simplemente el altavoz tenía un distorsionador de voz que emulaba la voz del hombre. Probablemente fueran varios hombres, sería la clonación algo que existía realmente o sería otro de esos poderes de akuma no mi tan frecuentes por estos mares.
-Ciertamente es usted un hombre tan curioso como su extraña habilidad- interrumpí al hombre -Pero parece que me reclaman su alter ego en la plaza, si me disculpa- finalicé dejándole la copa a tres cuartos.
Levantándome pesadamente del asiento, agarrando fuertemente la bolsa del asa, comencé a encaminarme a la plaza. Tan solo restaban 9 minutos por lo que decían los altavoces por lo que aligerando levemente el paso me fui aproximando a la plaza, ciertamente esta no distaba demasiado, por lo que tampoco me fue un problema excesivo llegar a la plaza, mucho menos pasar desapercibido con todos esos incendios y peleas por los alrededores. Aún no terminaba de entender que ganaban aquellos hombres generando tanto caos y demostrando aquel desproporcionado acto de fuerza. Una vez irrumpí en el lugar me di cuenta de que aún faltaban algunas caras conocidas en el lugar, aunque muchas otras esperables habían alcanzado el lugar.
-La duda ofende- musité con tono tranquilo, incluso divertido mientras tomaba y daba un pequeño trago a la copa.
Luego el hombre continuó hablando tranquilo, tratando de transmitir la sensación de que lo tenían todo controlado. Luego comentó que la idea del cartel era de un tal Vida con el objetivo de sacar al paranoico que llevamos dentro, ¡Y vaya si lo había había conseguido! Luego el hombre comenzó a divagar mencionando que le también fue un romántico que persiguió sus sueños. El hombre continuó divagando acerca del Whisky demás asuntos cuando su misma voz le interrumpió, pero el caso es que el hombre seguirá hablando, eran dos mismas personas o simplemente el altavoz tenía un distorsionador de voz que emulaba la voz del hombre. Probablemente fueran varios hombres, sería la clonación algo que existía realmente o sería otro de esos poderes de akuma no mi tan frecuentes por estos mares.
-Ciertamente es usted un hombre tan curioso como su extraña habilidad- interrumpí al hombre -Pero parece que me reclaman su alter ego en la plaza, si me disculpa- finalicé dejándole la copa a tres cuartos.
Levantándome pesadamente del asiento, agarrando fuertemente la bolsa del asa, comencé a encaminarme a la plaza. Tan solo restaban 9 minutos por lo que decían los altavoces por lo que aligerando levemente el paso me fui aproximando a la plaza, ciertamente esta no distaba demasiado, por lo que tampoco me fue un problema excesivo llegar a la plaza, mucho menos pasar desapercibido con todos esos incendios y peleas por los alrededores. Aún no terminaba de entender que ganaban aquellos hombres generando tanto caos y demostrando aquel desproporcionado acto de fuerza. Una vez irrumpí en el lugar me di cuenta de que aún faltaban algunas caras conocidas en el lugar, aunque muchas otras esperables habían alcanzado el lugar.
- resumen:
- Termino de habla con Viktor y me dirijo a la plaza tratando de pasar desapercibido entregando la hoja cuando me fuera requerido por la autoridad pertinente
Todo sucedió alrededor de Therax sin que éste apenas prestase atención. Sí, los tipos del almacén le regalaron una espada a Zane y lograron abandonar el lugar sanos y salvos. Algo positivo había que sacar de todo aquello después de todo: al menos habían salido con vida. La determinación que había aparecido en su mente al verse impotente se volvió aún más fuerte, e inconscientemente se juró que no volvería a sucederle nada como aquello.
Volviendo a centrarse en lo que tenía ante sus ojos, observó que Drake había llegado. ¿Qué demonios hacía allí? Nailah no se encontraba demasiado lejos de él, pero nada indicaba que hubiera habido algún tipo de enfrentamiento ni disputa entre ellos. ¿Qué le había llevado hasta allí entonces? Tal vez fueran los tipos que parecían haber desaparecido a sus espaldas, llevándose con ellos la molesta niebla que reinaba en la zona cuando habían llegado.
El metálico sonido de las pisadas de unas máquinas de lo más extraño sacó al espadachín de sus conjeturas, pero decidió no hacerles caso y centrar su atención en Syxel, que acababa de llegar. Se sintió tentado de espetarle un "ya era hora" o algo por el estilo, mas decidió no decir nada. Si todo había acabado del modo en que lo había hecho y la situación se había vuelto tan peligrosa había sido por su propia culpa.
-Sí, bueno... -fue la vaga respuesta de Therax a su capitán, que se apoyó en él en señal de cansancio. Tenía pensado ofrecerse para llevarlo en el camino de vuelta, pero la fatiga del pelirrojo se evaporó o fue escondida en algún lugar, porque desplegó sus alas y alzó el vuelo.
El tío de Zane había hecho lo propio, cogiendo antes a Nailah para llevarla hasta el punto de encuentro. Los primeros rayos del sol despuntaban cuando el rubio desplegó de nuevo sus alas y se elevó hacia el cielo en último lugar. Hizo el recorrido entero en silencio, siempre un poco por detrás de los dos piratas y observando todo lo que había bajo sus alas.
La isla parecía un lugar diferente, como si una catástrofe natural o una guerra devastadora hubiesen asolado Jaya en el tiempo que él había estado fuera de Mock Town. No obstante, lo contempló todo con gesto serio y casi indiferente. No había estado a la altura de las circunstancias y, para colmo, no había conseguido ninguna de las dichosas espaditas... Eso era lo que ocupaba por completo su mente en aquellos momentos.
Terminaron por llegar a la plaza que servía como punto de encuentro. Allí había un gran número de piratas. Muchos de ellos parecían haber logrado el objetivo que tenían cuando abandonaron el restaurante, mientras que otros iban con las manos vacías al igual que él. Ese hecho no le reconfortó en absoluto.
Se dirigieron hacia donde se encontraban Luka y Balagus, y el tipo que había hecho aparecer queso de la nada el día anterior se encontraba junto a ellos. Therax lo contempló cuan largo era, notando lo llamativo que era que tres sujetos tan grandes estuvieran tan cerca unos de otros.
-Espero no tener que curarte de nuevo -comentó en dirección al gyojin, tratando de emplear un tono de burla para ello. «No me volverá a suceder», se repitió por enésima vez desde que los misteriosos individuos le liberasen, dejando definitivamente a un lado la autocompasión que había venido arrastrando durante todo el camino-. Por cierto, ¿qué pasa con los que no hemos conseguido el dichoso pincho? -preguntó al aire al tiempo que señalaba a la primera espada plateada que vio.
Volviendo a centrarse en lo que tenía ante sus ojos, observó que Drake había llegado. ¿Qué demonios hacía allí? Nailah no se encontraba demasiado lejos de él, pero nada indicaba que hubiera habido algún tipo de enfrentamiento ni disputa entre ellos. ¿Qué le había llevado hasta allí entonces? Tal vez fueran los tipos que parecían haber desaparecido a sus espaldas, llevándose con ellos la molesta niebla que reinaba en la zona cuando habían llegado.
El metálico sonido de las pisadas de unas máquinas de lo más extraño sacó al espadachín de sus conjeturas, pero decidió no hacerles caso y centrar su atención en Syxel, que acababa de llegar. Se sintió tentado de espetarle un "ya era hora" o algo por el estilo, mas decidió no decir nada. Si todo había acabado del modo en que lo había hecho y la situación se había vuelto tan peligrosa había sido por su propia culpa.
-Sí, bueno... -fue la vaga respuesta de Therax a su capitán, que se apoyó en él en señal de cansancio. Tenía pensado ofrecerse para llevarlo en el camino de vuelta, pero la fatiga del pelirrojo se evaporó o fue escondida en algún lugar, porque desplegó sus alas y alzó el vuelo.
El tío de Zane había hecho lo propio, cogiendo antes a Nailah para llevarla hasta el punto de encuentro. Los primeros rayos del sol despuntaban cuando el rubio desplegó de nuevo sus alas y se elevó hacia el cielo en último lugar. Hizo el recorrido entero en silencio, siempre un poco por detrás de los dos piratas y observando todo lo que había bajo sus alas.
La isla parecía un lugar diferente, como si una catástrofe natural o una guerra devastadora hubiesen asolado Jaya en el tiempo que él había estado fuera de Mock Town. No obstante, lo contempló todo con gesto serio y casi indiferente. No había estado a la altura de las circunstancias y, para colmo, no había conseguido ninguna de las dichosas espaditas... Eso era lo que ocupaba por completo su mente en aquellos momentos.
Terminaron por llegar a la plaza que servía como punto de encuentro. Allí había un gran número de piratas. Muchos de ellos parecían haber logrado el objetivo que tenían cuando abandonaron el restaurante, mientras que otros iban con las manos vacías al igual que él. Ese hecho no le reconfortó en absoluto.
Se dirigieron hacia donde se encontraban Luka y Balagus, y el tipo que había hecho aparecer queso de la nada el día anterior se encontraba junto a ellos. Therax lo contempló cuan largo era, notando lo llamativo que era que tres sujetos tan grandes estuvieran tan cerca unos de otros.
-Espero no tener que curarte de nuevo -comentó en dirección al gyojin, tratando de emplear un tono de burla para ello. «No me volverá a suceder», se repitió por enésima vez desde que los misteriosos individuos le liberasen, dejando definitivamente a un lado la autocompasión que había venido arrastrando durante todo el camino-. Por cierto, ¿qué pasa con los que no hemos conseguido el dichoso pincho? -preguntó al aire al tiempo que señalaba a la primera espada plateada que vio.
- Resumen:
- Autocompadecerse un ratito, recuperar el ánimo, ir a la plaza y ver la vida pasar.
Dexter Black
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Y así termina la vida de Dexter Black, el hombre más poderoso del mundo, nunca derrotado, atrapado entre las débiles llamas de un horno apagado. Final estúpido para una vida de mierda...
-¡¿Qué?!
Su grito restalló en medio del sepulcral silencio que se había formado en su mente. Bueno, en realidad estaba tarareando una canción mientras observaba con la mirada perdida las llamas extenderse por la cortina, formando un perfecto anillo de fuego. Y ardía ardía ardía, el anillo de fuego.
-Para- dijo- de- continuó- mirar. El. ¡Fuego!
Esa vez sí, su bramido llegó hasta los confines de la isla. Tal vez muchos se asustasen cuando escucharan su voz gritar fuego en medio de la isla, con tono furioso. Tal vez pensasen que planeaba volar la isla o algo así. ¿Debería hacerlo para no decepcionar? Si lo lograba no quedaría nadie a quien recordarle que, efectivamente, lo había hecho. Y... Bueno, no quería matar a su tripulación. Ni a Aki. Ni a Arribor. Ni siquiera a Elrik. No otra vez.
Alejó la palma todo lo que pudo de su cuerpo mientras adoptaba la postura propia de un lanzador de disco, o un efebo borracho, y tan pronto como hizo esto dio un veloz zarpazo seguido de una marea de viento que apagó el fuego. Afortunadamente, la corriente de aire había sido lo bastante potente como para asfixiar al fuego. Si no lo hubiera sido sólo habría logrado extenderlo, aunque... Bueno, todo estaba en llamas. Un edificio más no se iba a notar. Espera, todo estaba en llamas.
-Bueno, hasta aquí hemos llegado.
Salió volando del local mientras todo su cuerpo se estiraba en una larga masa serpentiforme, brillante hasta en la más absoluta oscuridad. Sus ojos dorados resplandecían al alba, mientras nubes negras de tormenta formaban un anillo, y un rayo dorado impactó en su cabeza. No se detuvo, y mientras todo su ser tomaba la forma del dragón espiritual su rugido partió las nubes que en apenas unos segundos, para que una tormenta se abalanzase sobre todo el mundo, calando la ciudad hasta sus entrañas. Mantuvo su forma todo lo que pudo, hasta que todos los fuegos fueron sofocados, pero cuando iba a frenar aquella lluvia de goterones tan grandes como dedos, quedó agotado y volvió, sin pretenderlo, a su forma humana.
De repente, mientras caía, vio su vida pasarle por delante de los ojos. La primera vez que había navegado, la primera vez que reparó un barco, aquella vez que se metió el dedo en la nariz... Había sido una vida plena. Pero no podía morir ahí... Había tantas cosas por hacer, tanto mundo que aún lo aguardaba, tantos chistes de bajitos y pelirrojos que contarle a Berthil... Definitivamente, no podía morir ahí.
Estaba cayendo sobre la plaza, no podía morir entre una multitud, y menos en medio de un grupo de gente que saquearía su cadáver. Su cuerpo empezó a brillar con un tono violáceo y se sintió recuperado, lo suficiente para utilizar su Haki de Armadura. Habría jurado que el suelo estaba más frágil de lo que recordaba, pues contó cerca de ochenta y siete metros de caída una vez atravesó la primera capa de tierra batida. Era un agujero desde luego enorme, y ahora le costaría salir de ahí. Bueno, de hecho, no le costaba. Simplemente saltó.
-¡Ha llegado el alma de la fiesta!- gritó una vez aterrizó en medio de la plaza, junto al insondable agujero que había dejado. En su hombro, clavadas, dos espadas de plata. No estaban muy profundas, pero sí lo suficiente para que se mantuviesen por sí solas. Era el punto justo para denunciar a alguien en Jaya-. ¡Cantad conmigo!
Y empezó a bailar, cómo no, de puta madre, mientras cantaba The Ring of Fire...
El sol brilla de nuevo en Mock Town durante unos segundos, antes de que las nubes volvieran a cubrir el cielo para descargar un diluvio que sofoca los incendios, calma los ánimos, cala hasta los huesos a los que no estén bien cubiertos y arrastra a los borrachos y heridos calle abajo en un pequeño torrente de agua hasta el olvido. Todo muy normal.
Los numerosos participantes y varios curiosos se congregan en la plaza para pasar a la siguiente fase del evento. Para sorpresa de algunos han comprobado quien lleva espadas, pero no se las han quitado a nadie, ni han hecho nada con los tramposos que tratan de entrar con espadas falsas. Una vez ha llegado un número considerable de gente Viktor vuelve hablar.
- Bien, veo que ya han llegados todos... o por lo menos la mayoría. Me agrada ver que esta fase ha concluido sin muchos percances. Si.. si... Se que muchos estáis ansiosos por que empiece la acción de verdad y os estaréis preguntando ¿De qué irá la siguiente fase? - Hace una pausa y una pantalla se despliega a sus espaldas en donde aparece un mapa de Grand Line. - Algunos de vosotros pensaréis que sólo por no obtener una espada en esta primera parte estáis fuera, pero nada más lejos de la realidad. El fracaso es una parte fundamental en el camino del éxito, y un pirata que se precie no es nada sin sus nakamas. Para la siguiente fase todos los que obtuvieron una espada plateada tienen derecho a escoger un compañero, la espada dorada te da derecho a dos y el resto... supongo que estáis solos, aunque bueno, siempre podéis aliaros. En cuanto al tema, será algo grande, y no me interesa que arraséis más Jaya, así que tendrá lugar en otra isla no muy lejos, siguiendo la misma ruta en Grand Line. Long Ring Long Land, lo suficientemente espaciosa para que podáis destrozar todo lo que queráis sin consecuencias, porque aquí, si que va a tocar luchar. Procurad escoger a vuestro compañero sabiamente durante el viaje. Al llegar se os dará cierto objeto que deberéis de proteger, y llegar a cierto lugar antes de que se acabe el tiempo. Los dos grupos que completen el recorrido y que arrebaten el mayor número de objetos clave de los rivales pasarán a la última fase. Hay más detalles, pero prefiero teneros con la intriga hasta que llegue el momento. - Dicho esto una nube de humo sale de debajo de sus pies, cuando esta se disipa, ha desaparecido. - Nos vemos allí, en tres días, hasta entonces divertíos... - Resuena su voz en la lejanía.
Fin de la primera parte del evento. Los que no tengan transporte se les proporcionará uno.
Aquellos que tengan espada que posteen en este tema el compañero que escogen, si pueden, pero no hay usuarios disponibles, o prefieren no escoger a un usuario, que pongan que escogen a un NPC, siguiendo el siguiente código.
Los numerosos participantes y varios curiosos se congregan en la plaza para pasar a la siguiente fase del evento. Para sorpresa de algunos han comprobado quien lleva espadas, pero no se las han quitado a nadie, ni han hecho nada con los tramposos que tratan de entrar con espadas falsas. Una vez ha llegado un número considerable de gente Viktor vuelve hablar.
- Bien, veo que ya han llegados todos... o por lo menos la mayoría. Me agrada ver que esta fase ha concluido sin muchos percances. Si.. si... Se que muchos estáis ansiosos por que empiece la acción de verdad y os estaréis preguntando ¿De qué irá la siguiente fase? - Hace una pausa y una pantalla se despliega a sus espaldas en donde aparece un mapa de Grand Line. - Algunos de vosotros pensaréis que sólo por no obtener una espada en esta primera parte estáis fuera, pero nada más lejos de la realidad. El fracaso es una parte fundamental en el camino del éxito, y un pirata que se precie no es nada sin sus nakamas. Para la siguiente fase todos los que obtuvieron una espada plateada tienen derecho a escoger un compañero, la espada dorada te da derecho a dos y el resto... supongo que estáis solos, aunque bueno, siempre podéis aliaros. En cuanto al tema, será algo grande, y no me interesa que arraséis más Jaya, así que tendrá lugar en otra isla no muy lejos, siguiendo la misma ruta en Grand Line. Long Ring Long Land, lo suficientemente espaciosa para que podáis destrozar todo lo que queráis sin consecuencias, porque aquí, si que va a tocar luchar. Procurad escoger a vuestro compañero sabiamente durante el viaje. Al llegar se os dará cierto objeto que deberéis de proteger, y llegar a cierto lugar antes de que se acabe el tiempo. Los dos grupos que completen el recorrido y que arrebaten el mayor número de objetos clave de los rivales pasarán a la última fase. Hay más detalles, pero prefiero teneros con la intriga hasta que llegue el momento. - Dicho esto una nube de humo sale de debajo de sus pies, cuando esta se disipa, ha desaparecido. - Nos vemos allí, en tres días, hasta entonces divertíos... - Resuena su voz en la lejanía.
- Drake:
- Tras aceptar la misión, os informan de que han perdido el rastro de los intrusos, pero que los barcos de los alrededores han visto a un navío sospechoso salir del perímetro rápidamente. Vikor da las órdenes de no perseguirlos, una fuente fiable le ha informado de que seguramente permanezcan cerca de los acontecimientos, bien sea para vigilarlos o para sabotearlos. Vuestro trabajo, una vez lleguéis a Long Ring Long Land será vigilar el evento y cazar a los intrusos. Si lo prefieres puedes ir con los hombres de Viktor o puedes ir con Arribor.
Fin de la primera parte del evento. Los que no tengan transporte se les proporcionará uno.
Aquellos que tengan espada que posteen en este tema el compañero que escogen, si pueden, pero no hay usuarios disponibles, o prefieren no escoger a un usuario, que pongan que escogen a un NPC, siguiendo el siguiente código.
- Código:
[b]Nombre del personaje:[/b]
[b]Espada que tienen:[/b]
[b]Compañero/os que escogen[/b]
[b]¿Te gustan los Muffins?[/b]
La siguiente parte se abrirá el Domingo 12. Un saludo y buena suerte.
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Nombre del personaje: Silver D. Syxel
Espada que tienen: La número 8 (no tengo descripción de la misma).
Compañero/os que escogen Ivan Markov
¿Te gustan los Muffins?Prefiero las magdalenas.
Espada que tienen: La número 8 (no tengo descripción de la misma).
Compañero/os que escogen Ivan Markov
¿Te gustan los Muffins?
Nombre del personaje: Zane D. Kenshin
Espada que tienen: Plateada
Compañero/os que escogen Therax Palatiard
¿Te gustan los Muffins? Bueeh... si son gratis (?)
Espada que tienen: Plateada
Compañero/os que escogen Therax Palatiard
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Luka Rooney
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Nombre del personaje: Luka Rooney
Espada que tienen: Plateada. Más bien el mango :)
Compañero/os que escogen Marc Kiedis
¿Te gustan los Muffins? ¿Ti gistin lis Miffins?
Espada que tienen: Plateada. Más bien el mango :)
Compañero/os que escogen Marc Kiedis
¿Te gustan los Muffins? ¿Ti gistin lis Miffins?
Maze
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Akuma no mi
Varios
Nombre del personaje: Murasaki
Espada que tienen: Si Dexter me ha devuelto la mía, plateada (nº 3)
Compañero/os que escogen Bakagami
¿Te gustan los Muffins? ¿Supongo?
Espada que tienen: Si Dexter me ha devuelto la mía, plateada (nº 3)
Compañero/os que escogen Bakagami
¿Te gustan los Muffins? ¿Supongo?
Balagus
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Akuma no mi
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Nombre del personaje: Balagus Hakem
Espada que tienen: Plateada, más bien estándar.
Compañero/os que escogen: Dharkel Asrai Nymraif
¿Te gustan los Muffins? Acompañados de un entrecot de 3 kilos, todo pasa chupi.
Espada que tienen: Plateada, más bien estándar.
Compañero/os que escogen: Dharkel Asrai Nymraif
¿Te gustan los Muffins? Acompañados de un entrecot de 3 kilos, todo pasa chupi.
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