Hamlet
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Apenas duró un momento, pero la lluvia de metralla causada por los cañones daría de lo que hablar a los cadetes durante toda su vida. Me horroricé al ver el casco dañado de forma tan atroz, y, de no ser por el aviso de uno de los reclutas, habría perecido aplastado por el mástil que se desplomaba. Jadeé, confuso.
En ese mismo instante, Sirio el Ardiente se puso en pie y se convirtió en una feroz bestia, un can llameante de soberbio tamaño. Con su rabo, la bestia fue capaz de alzarme en vilo y lanzarme de un coletazo contra algunos soldados, que se hallaban agazapados detrás de mí. Caí pesadamente, clavándome todas las junturas de la armadura en la espalda y derribando a los marines, como si de un cruel juego de bolos se tratara. Me levanté tan rápido como pude y gruñí, apretando los dientes de una forma notablemente menos feroz que la fiera, pero cargada de una mayor frustración.
"Por supuesto" pensé. "No lo íbamos a tener nada fácil. No iba a ser una misión cualquiera. ¿Quién habrá sido el inepto encargado de ajustarle las esposas de kairoseki?".
Sin pensármelo dos veces, activé los cohetes de la armadura y me propulsé en dirección al cánido. Cubrí mi codo en Haki de Armadura, preparándome para lo peor. En cuanto me hubiera posicionado por encima del criminal, cambiaría la dirección de la propulsión para caer sobre él con el codo por delante, tratando de infligirle algo de daño. Esperaba que la armadura pudiera protegerme algo del fuego.
-¡No huirás...! ¡Perro! -bramé mientras descendía.
En ese mismo instante, Sirio el Ardiente se puso en pie y se convirtió en una feroz bestia, un can llameante de soberbio tamaño. Con su rabo, la bestia fue capaz de alzarme en vilo y lanzarme de un coletazo contra algunos soldados, que se hallaban agazapados detrás de mí. Caí pesadamente, clavándome todas las junturas de la armadura en la espalda y derribando a los marines, como si de un cruel juego de bolos se tratara. Me levanté tan rápido como pude y gruñí, apretando los dientes de una forma notablemente menos feroz que la fiera, pero cargada de una mayor frustración.
"Por supuesto" pensé. "No lo íbamos a tener nada fácil. No iba a ser una misión cualquiera. ¿Quién habrá sido el inepto encargado de ajustarle las esposas de kairoseki?".
Sin pensármelo dos veces, activé los cohetes de la armadura y me propulsé en dirección al cánido. Cubrí mi codo en Haki de Armadura, preparándome para lo peor. En cuanto me hubiera posicionado por encima del criminal, cambiaría la dirección de la propulsión para caer sobre él con el codo por delante, tratando de infligirle algo de daño. Esperaba que la armadura pudiera protegerme algo del fuego.
-¡No huirás...! ¡Perro! -bramé mientras descendía.
- Resumen:
- Me lanzo a toda velocidad a por Sirio, tratando de caer sobre él dando un codazo con Haki de Armadura.
- Cosas:
- Haki de Armadura:
- Nivel 2: Haki Competente: Puede concentrar su haki en puntos concretos de su cuerpo(una mano, un dedo, la frente…) a cambio de dejar el resto del cuerpo desprotegido para que este resista un rango adicional de fuerza. Mientras sus armas estén recubiertas de Haki, solo alguien con un Haki igual podría dañarlas.
Tiempo de uso: 8 asaltos (4 turnos de recuperación)
Resistencia de la armadura: Fuerza 3 para destruir la armadura.
Haki en armas: Un arma.
Poder de arma: +50% de poder.
Haki predilecto: ambas aptitudes.
Armadura: Están caracterizados por tener un gran poderío físico, y mientras estén imbuidos de Haki de armadura sus ataques cuentan como si tuviesen un nivel más de Haki armadura a efectos de superar el rival.
Armamento: Están caracterizados por usar el Haki en sus armas de forma innata, pudiendo usarlo al mínimo de su capacidad (Haki despertado) al margen de su tiempo de uso.
- Potencia:
- Rango 7: Es una increíble masa de fuerza bruta. Podría derribar una casa lanzándole un elefante africano. Casi sin pretenderlo, sus puños generan pequeñas ondas de choque que alargan el alcance de sus puñetazos cerca de treinta centímetros
Kia Sekai
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-Dime que al menos me comprarás algo bonito.- Pestañeas de forma divertida, aunque sabes de sobra que las cosas están escalando a un ritmo que no te gusta demasiado. Ya habías pagado la cuenta, así que dejas que la parte de Ral cuente como propina extra por los servicios del muchacho. Te levantas rápidamente, tiras de la capucha para colocarla en su lugar mientras guardas todo tu cabello dentro, acomodándolo con calma. Las katanas siguen en una posición fácil de sacar, es el momento de hacer algo más que tomar un café y eso lo hace todavía más divertido, al menos a tus ojos lo parece.
Enseguida empezasteis a callejear, nada de calles principales o rincones con demasiadas personas. En tu cabeza se va guardando todo como si fuera un laberinto, sabes que de ser un sistema de seguridad o alguna cosa extraña sería más sencillo, pero de momento no te quejas del guía turístico que te ha tocado.- No te preocupes, como todo buen cantante tengo el oído increíblemente fino.- En tu caso es algo casi sobrenatural con lo que has nacido desde que tienes uso de razón, pero oye, todo en esta vida es útil cuando mucha gente intenta matarte y te odia.
Relajas la respiración y te centras en el oído, esperas a que cualquier cosa rara que pase antes de preocuparte realmente por lo que anda pasando. Es cierto que todo es muy conveniente, increíblemente sencillo y que joder, no todos los camareros son tan inteligentes, ni tú tan increíblemente convincente. Tienes su información como algo valiosa, pero la zona del centro comercial es ahora mismo lo que más te importa. Estás deseando ver qué demonios han podido esconder y que te pueden haber preparado.
Como no sea algo grande, no saben lo que está por caerles encima.- Por el bien de ellos espero que no… No hice mi ejercicio de esta mañana.- La verdad es que has hecho ejercicio, como cada mañana, noche y tarde, casi hasta matarte, pero ese es un tema que no debemos de tratar en este momento. Si tal y como dicen no hay un bando claro que iniciara todo aquello, es tan sencillo como saber que un tercer bando está deseando meter las manos en la masa para que los dos primeros se peguen entre ellos.
Cuantos más piratas, revolucionarios, marines y agentes del gobierno se mataran entre ellos, más sencillo sería hacer lo que fuera que quisieran hacer. Aunque de momento no tengas mucha idea de que se supone que quieren.
Enseguida empezasteis a callejear, nada de calles principales o rincones con demasiadas personas. En tu cabeza se va guardando todo como si fuera un laberinto, sabes que de ser un sistema de seguridad o alguna cosa extraña sería más sencillo, pero de momento no te quejas del guía turístico que te ha tocado.- No te preocupes, como todo buen cantante tengo el oído increíblemente fino.- En tu caso es algo casi sobrenatural con lo que has nacido desde que tienes uso de razón, pero oye, todo en esta vida es útil cuando mucha gente intenta matarte y te odia.
Relajas la respiración y te centras en el oído, esperas a que cualquier cosa rara que pase antes de preocuparte realmente por lo que anda pasando. Es cierto que todo es muy conveniente, increíblemente sencillo y que joder, no todos los camareros son tan inteligentes, ni tú tan increíblemente convincente. Tienes su información como algo valiosa, pero la zona del centro comercial es ahora mismo lo que más te importa. Estás deseando ver qué demonios han podido esconder y que te pueden haber preparado.
Como no sea algo grande, no saben lo que está por caerles encima.- Por el bien de ellos espero que no… No hice mi ejercicio de esta mañana.- La verdad es que has hecho ejercicio, como cada mañana, noche y tarde, casi hasta matarte, pero ese es un tema que no debemos de tratar en este momento. Si tal y como dicen no hay un bando claro que iniciara todo aquello, es tan sencillo como saber que un tercer bando está deseando meter las manos en la masa para que los dos primeros se peguen entre ellos.
Cuantos más piratas, revolucionarios, marines y agentes del gobierno se mataran entre ellos, más sencillo sería hacer lo que fuera que quisieran hacer. Aunque de momento no tengas mucha idea de que se supone que quieren.
- Resumen:
- Asimilo info, sigo Ral por los callejones y afino el oído por si nos siguen, especulo sobre un tercer bando que ande metiendo y continuamos con nuestra aventura por los callejones.
- Fortaleza:
- -Sensibilidad auditiva: Ya sea por su exposición desde pequeña al ruido y toda clase de sonidos profundos o al hecho de que ha tenido que sobrevivir en la calle desde que tiene uso de razón, Kia posee un oído más sensible que el de la media, permitiendole con facilidad diferenciar voces y otras cosas entre el ruido
William White
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Continuamos siguiendo al grupo desde una distancia prudencial, los tres hombres de aspecto ligeramente rudo cargaban las cargas con bastante liviandad y a paso presto. El camino que siguieron fue prácticamente recto y sin muchos giros ni movimientos extraños, lo que daba entender de qué o bien no se habían percatado, o de que no temían que les siguieran. Fuera como fuera no tardamos mucho más de cinco minutos en llegar a la entrada de lo que parecía ser un enorme edificio que prácticamente rodeaba toda la manzana.
-Tiene pinta que es aquí- respondí en una primera instancia a Kaito, el cual ya estaba haciendo de las suyas trayendo a una de sus mascotas, aunque ciertamente tampoco se lo iba a recriminar después de ver lo que había hecho estas con varios jefes del mar del este -Dile que se esconda por si las cosas se ponen feas- le mascullé, a sabiendas de que no pasaríamos mucho más tiempo desapercibidos con una criatura como esa al lado, y de que tendría muchas mas chances de ser letal si se ocultaba en un entrono natural como le resultaba el manglar.
El lugar no era muy distinto a lo que recordaba de la última vez, un conglomerado de almacenes de diferentes indoles se agolpaba en una calle que discurría en paralelo a toda la hilera de almacenes, siendo los mas cercanos uno que parecía vender herramientas y otro que parecía almacenar frutas y verduras frescas.
Los hombres se detuvieron delante de la puerta, y el primero de ellos un muchacho algo mayor que él dio cuatro sonoros golpetazos a la puerta de forma completamente rítmica, el chico parecía que iba a detenerse a que le abrieran la puerta cuando volvió a dar tres sonoros golpes a la puerta. En esta ocasión la puerta se abrió de golpe de manos de un extraño gyojin bastante alto y musculosos lo cual era una contraposición a su aplanado rostro lo cual lo dotaba de un aspecto de lo más bizarro, los tres hombres desfilaron y entraron sin mucha dilación, cerrando la puerta tras de sí.
-Antes de meternos no estaría de mas dar un rodeo antes de saber donde nos metemos- le indiqué apenas habían pasado -Aun así, por si las moscas, no estaría de más adoptar ciertas precauciones, hazme un poco de tinta y vigila mientras no miro- ordené mientras me deshacía de mi gabardina metiéndola entre una un pequeño pilar de cajas, aunque no es que tuviera muchas esperanzas de recuperarla. Eso me dejaba con una camisa de lino bastante fina y un pantalón vaquero oscuro bastante ajustado, y si bien mi aspecto no era idéntico a los de los sujetos, era lo suficientemente similar, una vez que el sireno me hubiera proporcionado la tinta saque una de mis dagas y manchando la punta de una de ellas tracé como buena mente pude dibuje un símbolo similar al anzuelo que había visto en los ropajes de los trabajadores.
Tras hacer lo propio sobre el delantal blanco que me proporciono el cocinero, indiqué que tomará al igual que yo una de las cajas de fruta que se apilaban en el callejón donde nos ocultábamos, entre tanto yo tomé dos notas de dos cajas cercanas y modificando levemente la nota de entrega pretendí que realmente se dirigían al local al que nos dirigíamos, así como la fecha de entrega.
-Se han dejado estas y nos hemos perdido ¿De acuerdo? - le susurré mientras ultimaba el último de los trazos, tras lo cual rápidamente comencé a retorcer mi rostro adoptando una nueva cara menos conocida -Vamos, tampoco es que tengamos mucho tiempo- mascullé mientras tomaba otra caja y nos poníamos en marcha.
Rápidamente salimos del callejón y yo comencé a mirar de un lado para otro, mirando ocasionalmente la nota como haciéndome el perdido, para acto seguido meterme por el callejón que rodeaba el almacén, rodeándolo y observando las diferentes entradas y salidas que había, si bien yo me podía escurrir por una rendija fácilmente, debía pensar en una forma de que Black también logrará salir.
No tardamos ni un par de minutos en dar una vuelta completa, tras lo cual, y mirando la nota de entrega una vez más, fingí un gesto de asombro al comprobar que efectivamente se correspondía. Sin mucha mas dilación di cuatro sonoros golpes, una pausa y otros tres esperando de que se abriera la puerta.
-Hola jefe, mira que nos hemos dejado estas dos cajas ¿Por dónde te las dejamos? - dije con un acento sala y chabacano. En caso de que le preguntará algo de indumentaria dirían que eran el cocinero y el nuevo, y que a él aún no le había llegado el uniforme. En caso de que las cosas se pusieran feas, dejaría la caja en el suelo, pedirá la firma y se marcharía, buscando otra forma de meterse.
En caso de que la artimaña colará, entraría en el interior con los ojos y orejas bien abiertos, esperaba que todo aquel embrollo acabará mereciendo la pena.
-Tiene pinta que es aquí- respondí en una primera instancia a Kaito, el cual ya estaba haciendo de las suyas trayendo a una de sus mascotas, aunque ciertamente tampoco se lo iba a recriminar después de ver lo que había hecho estas con varios jefes del mar del este -Dile que se esconda por si las cosas se ponen feas- le mascullé, a sabiendas de que no pasaríamos mucho más tiempo desapercibidos con una criatura como esa al lado, y de que tendría muchas mas chances de ser letal si se ocultaba en un entrono natural como le resultaba el manglar.
El lugar no era muy distinto a lo que recordaba de la última vez, un conglomerado de almacenes de diferentes indoles se agolpaba en una calle que discurría en paralelo a toda la hilera de almacenes, siendo los mas cercanos uno que parecía vender herramientas y otro que parecía almacenar frutas y verduras frescas.
Los hombres se detuvieron delante de la puerta, y el primero de ellos un muchacho algo mayor que él dio cuatro sonoros golpetazos a la puerta de forma completamente rítmica, el chico parecía que iba a detenerse a que le abrieran la puerta cuando volvió a dar tres sonoros golpes a la puerta. En esta ocasión la puerta se abrió de golpe de manos de un extraño gyojin bastante alto y musculosos lo cual era una contraposición a su aplanado rostro lo cual lo dotaba de un aspecto de lo más bizarro, los tres hombres desfilaron y entraron sin mucha dilación, cerrando la puerta tras de sí.
-Antes de meternos no estaría de mas dar un rodeo antes de saber donde nos metemos- le indiqué apenas habían pasado -Aun así, por si las moscas, no estaría de más adoptar ciertas precauciones, hazme un poco de tinta y vigila mientras no miro- ordené mientras me deshacía de mi gabardina metiéndola entre una un pequeño pilar de cajas, aunque no es que tuviera muchas esperanzas de recuperarla. Eso me dejaba con una camisa de lino bastante fina y un pantalón vaquero oscuro bastante ajustado, y si bien mi aspecto no era idéntico a los de los sujetos, era lo suficientemente similar, una vez que el sireno me hubiera proporcionado la tinta saque una de mis dagas y manchando la punta de una de ellas tracé como buena mente pude dibuje un símbolo similar al anzuelo que había visto en los ropajes de los trabajadores.
Tras hacer lo propio sobre el delantal blanco que me proporciono el cocinero, indiqué que tomará al igual que yo una de las cajas de fruta que se apilaban en el callejón donde nos ocultábamos, entre tanto yo tomé dos notas de dos cajas cercanas y modificando levemente la nota de entrega pretendí que realmente se dirigían al local al que nos dirigíamos, así como la fecha de entrega.
-Se han dejado estas y nos hemos perdido ¿De acuerdo? - le susurré mientras ultimaba el último de los trazos, tras lo cual rápidamente comencé a retorcer mi rostro adoptando una nueva cara menos conocida -Vamos, tampoco es que tengamos mucho tiempo- mascullé mientras tomaba otra caja y nos poníamos en marcha.
Rápidamente salimos del callejón y yo comencé a mirar de un lado para otro, mirando ocasionalmente la nota como haciéndome el perdido, para acto seguido meterme por el callejón que rodeaba el almacén, rodeándolo y observando las diferentes entradas y salidas que había, si bien yo me podía escurrir por una rendija fácilmente, debía pensar en una forma de que Black también logrará salir.
No tardamos ni un par de minutos en dar una vuelta completa, tras lo cual, y mirando la nota de entrega una vez más, fingí un gesto de asombro al comprobar que efectivamente se correspondía. Sin mucha mas dilación di cuatro sonoros golpes, una pausa y otros tres esperando de que se abriera la puerta.
-Hola jefe, mira que nos hemos dejado estas dos cajas ¿Por dónde te las dejamos? - dije con un acento sala y chabacano. En caso de que le preguntará algo de indumentaria dirían que eran el cocinero y el nuevo, y que a él aún no le había llegado el uniforme. En caso de que las cosas se pusieran feas, dejaría la caja en el suelo, pedirá la firma y se marcharía, buscando otra forma de meterse.
En caso de que la artimaña colará, entraría en el interior con los ojos y orejas bien abiertos, esperaba que todo aquel embrollo acabará mereciendo la pena.
- resumencillo:
- Pues mas o menos nos tratamos de “disfrazar” por miembros del comité del anzuelo (con cambio de rostro incluido), tras explicar el plan a Kaito y dar un rodeo (haciéndonos los perdidos y para ver por si hay salidas/entradas por si hay que salir por patas) llamamos a la puerta de igual forma que los anteriores y tratamos de hacer el clásico lió.
pd: Las cosas están apalabradas con Kaito, entiendo que no me puede ceder ese derecho, así que no lo he usado(que al menos no se lo consuma al chico).- chetomaxia usada:
- Lingüista [Rango 9 + 1 Humano]
Infiltrado [Rango 12 + 1 Excelencia]
Investigador [Rango 12 + 1 Excelencia]
Destreza al 8, por lo que el trazo debería ser Gucci.- The man with many names:
- Nombre de la técnica: The man with many names
Categoría: Genuina
Naturaleza: Akuma
Descripción: Gracias a los poderes de su fruta del diablo, White es capaz de modificar tanto su cuerpo como rostro para tomar el aspecto de una persona de complexión similar, pudiendo copiar culaquier tipo de rasgo o detalle de la persona siempre que sea conocido y recordado por el usuario. en esta nueva forma, el usuario puede seguir usando sus habilidades siempre que estas no sean incompatibles con la forma tomada.
Tiene un tiempo de canalización de tres segundos, tanto en la transformación como en la vuelta a la normalidad.
Los barcos que nos habían atacado habían sido enviados al fondo del mar mucho antes de lo que jamás hubieran deseado, pero ese hecho no implicaba que todo hubiese salido a pedir de boca. El muy condenado de Sirio había conseguido liberarse de las ataduras que le habían mantenido cautivo durante todo el viaje. No había dudado en transformarse de nuevo en el monumental perro negro al que ya había tenido la desgracia de enfrentarme en el pasado.
En aquel entonces él había hecho de mí su objetivo, mas en aquellos momentos la huida se había convertido en su principal prioridad. No estaba seguro de poder retenerle solo, pero por fortuna me encontraba acompañado. El vicealmirante no tardó en adoptar una forma repiliana antes de lanzarse a por él. Acababa de comprobar que Wyrm se encontraba en buenas condiciones cuando el aviso de auxilio inundó mi mente. No terminaba de acostumbrarme a que la voz de mi superior retumbase en mi interior sin que éste moviese los labios, aunque tampoco era momento para incomodidades.
Di dos largos saltos hacia el marine más cercano a mí, arrebatándole sus esposas con cuidado de que fuesen las largas mangas de mi túnicas las que entrasen en contacto con el brillante metal. Un instante después, me había desmaterializado y había vuelto a recuperar mi forma sobre la bestia. Arrojé las esposas a Zuko, apuntando a continuación al cánido con los dedos de mis manos. Shining Machine Gun cobró forma, vomitando una violenta e incesante ráfagas de proyectiles lumínicos en dirección al reo. Probablemente no fuesen suficientes para detenerle, pero confiaba en que nos brindasen el tiempo que necesitábamos.
Sin dejar de disparar con una mano, me dejé caer sobre él y extraje mis propias esposas de un bolsillo interior de mi túnica. Procurando de nuevo hacerlo de modo que no me viese afectado por los efectos del kairoseki, intenté caer lo más cerca posible de sus zarpas para, consciente de que el diámetro de sus muñecas impediría que las esposas se acercasen a rodearlas pro completo siquiera, tratar de que la menos entrasen en contacto con ellas.
En aquel entonces él había hecho de mí su objetivo, mas en aquellos momentos la huida se había convertido en su principal prioridad. No estaba seguro de poder retenerle solo, pero por fortuna me encontraba acompañado. El vicealmirante no tardó en adoptar una forma repiliana antes de lanzarse a por él. Acababa de comprobar que Wyrm se encontraba en buenas condiciones cuando el aviso de auxilio inundó mi mente. No terminaba de acostumbrarme a que la voz de mi superior retumbase en mi interior sin que éste moviese los labios, aunque tampoco era momento para incomodidades.
Di dos largos saltos hacia el marine más cercano a mí, arrebatándole sus esposas con cuidado de que fuesen las largas mangas de mi túnicas las que entrasen en contacto con el brillante metal. Un instante después, me había desmaterializado y había vuelto a recuperar mi forma sobre la bestia. Arrojé las esposas a Zuko, apuntando a continuación al cánido con los dedos de mis manos. Shining Machine Gun cobró forma, vomitando una violenta e incesante ráfagas de proyectiles lumínicos en dirección al reo. Probablemente no fuesen suficientes para detenerle, pero confiaba en que nos brindasen el tiempo que necesitábamos.
Sin dejar de disparar con una mano, me dejé caer sobre él y extraje mis propias esposas de un bolsillo interior de mi túnica. Procurando de nuevo hacerlo de modo que no me viese afectado por los efectos del kairoseki, intenté caer lo más cerca posible de sus zarpas para, consciente de que el diámetro de sus muñecas impediría que las esposas se acercasen a rodearlas pro completo siquiera, tratar de que la menos entrasen en contacto con ellas.
- Resumen:
- Quitarle las esposas a un marine del barco para dárselas a Zuko, atacar con Shining Machine Gun y usar las mías para intentar, junto a Zauko y Wyrm, detener a Sirio antes de que termine de escapar.
El agente Kusanagi había estado mucho más rápido que yo, lo que no hacía sino responder a una muy dilatada experiencia en operaciones como aquélla. Al igual que ocurría con muchos de los agentes que engrosaban las filas del Cipher Pol, contaba con identidades secretas completamente sólidas que le permitían moverse por todo tipo de situaciones sin llamar demasiado al atención. No era mi caso, pero tal vez fuese el momento de comenzar a dar forma a una.
―Claro, disculpe ―dije cuando mi compañero le tendió la mano―. Estoy acostumbrado a que todo el mundo le reconozca y no me acuerdo de presentarme. Mi nombre es Rashid Ahmed y soy su representante. Alguien tiene que gestionar sus asuntos. Es una cara bonita, pero todo lo que tiene de guapo lo tiene de torpe en muchos aspectos ―sonreí, mostrando mi rostro con toda claridad.
No le tendí la mano, pues a todas luces no podría tendérmela si hacía lo propio con mi compañero. En vez de eso realicé una leve de inclinación de cabeza, tan educada como lenta, para a continuación guardar silencio durante algunos segundos.
―Estamos aquí para firmar un contrato para una nueva campaña publicitaria. Nos extrañó mucho que nos citasen aquí, pero ¿quiénes somos nosotros para cuestionar la forma de proceder de nuestros socios? Previsiblemente estaremos aquí varios días, de ahí que te hayamos preguntado por algún lugar en el que quedarnos. El dinero no debería ser un problema, pero nos gustaría que fuese un lugar discreto. Shawn tiene mucho aprecio a sus seguidores, pero nunca está de más intentar buscar un poco de calma.
―Claro, disculpe ―dije cuando mi compañero le tendió la mano―. Estoy acostumbrado a que todo el mundo le reconozca y no me acuerdo de presentarme. Mi nombre es Rashid Ahmed y soy su representante. Alguien tiene que gestionar sus asuntos. Es una cara bonita, pero todo lo que tiene de guapo lo tiene de torpe en muchos aspectos ―sonreí, mostrando mi rostro con toda claridad.
No le tendí la mano, pues a todas luces no podría tendérmela si hacía lo propio con mi compañero. En vez de eso realicé una leve de inclinación de cabeza, tan educada como lenta, para a continuación guardar silencio durante algunos segundos.
―Estamos aquí para firmar un contrato para una nueva campaña publicitaria. Nos extrañó mucho que nos citasen aquí, pero ¿quiénes somos nosotros para cuestionar la forma de proceder de nuestros socios? Previsiblemente estaremos aquí varios días, de ahí que te hayamos preguntado por algún lugar en el que quedarnos. El dinero no debería ser un problema, pero nos gustaría que fuese un lugar discreto. Shawn tiene mucho aprecio a sus seguidores, pero nunca está de más intentar buscar un poco de calma.
- Resumen:
- Presentarme como Rashid Ahmed, el representante de Shawn, e intentar profundizar un poco en la coartada que nos lleva a estar en Sabaody.
Blacco Giacco
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fuerza
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Agilidad
Destreza
Precisión
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Akuma no mi
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Sirio el ardiente fue capturado, y yo tuve el honor de ser reclutado por Zuko e Iulio, con quien ya he tenido el honor de estar, para escoltar al criminal hasta el Archipiélago Sabaody para que vaya directo a Impel Down, donde deberían estar los de su calaña.
Yo me encontraba en mi camarote, como siempre. Quería ver si Ascuas podía hacer mas cosas, como por ejemplo poder abrir puertas o encriptar den den mushis, aunque no creo que pueda conseguirlo sin la ayuda del equipo de investigación y robótica. Me gusta hacer cosas por mi cuenta, pero tengo miedo de tocar lo que no debo y tener que reiniciar a Ascuas, ya que eso le borraría la memoria del disco duro, y no recordaría nada, ni siquiera quien soy...
Tenía a Ascuas descansando en mi escritorio, y mientras yo estaba tumbado en la cama, pensando en como estará Silvia y si le está yendo bien en este momento. Empecé a escuchar gritos y alertas, pero como seguro que sería una bronca o algo así me puse mis auriculares a todo volumen y cerré los ojos, cabeceando al ritmo de la música del género hip-hop que me había puesto.
Me estaba quedando dormido por el cabeceo del barco, cuando de repente el barco tembló de forma muy brusca como por un golpe enorme, y eso me hizo despertarme de sopetón. Me levanté sobresaltado de la cama y fui directo a la cubierta a ver que sucedía. Cuando salí, vi dos barcos cerca de los nuestros destrozados y hundiéndose, y compañeros míos correr en dirección opuesta a la que iba yo. No comprendí lo segundo por que tenía la música a tope, pero cuando me quité los cascos escuché claramente: -¡El mástil se cae, se cae!-. Miré hacia donde se escuchaba el chirrido desagradable y vi un palo enorme de madera maciza cayéndose justo hacia mi, como no...
Corrí hacia la izquierda para evitar ser aplastado, pero ni lanzándome conseguí librarme de daños. El mástil me pilló el pie, y dolió menos de lo que pensaba que sería que un mástil se te caiga en el pie, pero no podía sacarlo. Miré a mi alrededor, jadeando, pero nadie se paraba a ayudarme a sacar el pie de ahí. Desesperado, me puse a gritar: -¡Ayuda, por favor! ¡Estoy atrapado, joder!-. A la espera de que alguien viniera, mas me iba impacientando y, por alguna extraña razón, mas me enfadaba.
Yo me encontraba en mi camarote, como siempre. Quería ver si Ascuas podía hacer mas cosas, como por ejemplo poder abrir puertas o encriptar den den mushis, aunque no creo que pueda conseguirlo sin la ayuda del equipo de investigación y robótica. Me gusta hacer cosas por mi cuenta, pero tengo miedo de tocar lo que no debo y tener que reiniciar a Ascuas, ya que eso le borraría la memoria del disco duro, y no recordaría nada, ni siquiera quien soy...
Tenía a Ascuas descansando en mi escritorio, y mientras yo estaba tumbado en la cama, pensando en como estará Silvia y si le está yendo bien en este momento. Empecé a escuchar gritos y alertas, pero como seguro que sería una bronca o algo así me puse mis auriculares a todo volumen y cerré los ojos, cabeceando al ritmo de la música del género hip-hop que me había puesto.
Me estaba quedando dormido por el cabeceo del barco, cuando de repente el barco tembló de forma muy brusca como por un golpe enorme, y eso me hizo despertarme de sopetón. Me levanté sobresaltado de la cama y fui directo a la cubierta a ver que sucedía. Cuando salí, vi dos barcos cerca de los nuestros destrozados y hundiéndose, y compañeros míos correr en dirección opuesta a la que iba yo. No comprendí lo segundo por que tenía la música a tope, pero cuando me quité los cascos escuché claramente: -¡El mástil se cae, se cae!-. Miré hacia donde se escuchaba el chirrido desagradable y vi un palo enorme de madera maciza cayéndose justo hacia mi, como no...
Corrí hacia la izquierda para evitar ser aplastado, pero ni lanzándome conseguí librarme de daños. El mástil me pilló el pie, y dolió menos de lo que pensaba que sería que un mástil se te caiga en el pie, pero no podía sacarlo. Miré a mi alrededor, jadeando, pero nadie se paraba a ayudarme a sacar el pie de ahí. Desesperado, me puse a gritar: -¡Ayuda, por favor! ¡Estoy atrapado, joder!-. A la espera de que alguien viniera, mas me iba impacientando y, por alguna extraña razón, mas me enfadaba.
- Resumen:
- Inferno por fin entra en escena, y como no, haciendo el ridículo sin posibilidad de ayudar a nadie y, lo que es peor, necesitando ayuda. Vaya marine esta hecho...
Normas del capítulo:
Moderación
Las cosas parece que se están complicando por momentos en el archipiélago. Se puede ver llamas negras y un humo denso y oscuro ascendiendo en la zona del puerto. Aquellos que tengan un sentido del oído un poco más desarrollado o se encuentren cerca del manglar 30 podrán escuchar fuertes explosiones que provienen del manglar. Por toda la isla se mueve el rumor de que un perro enorme negro y envuelto en llamas ha aparecido en el puerto y se está enfrentando a un sujeto con pinta de dragón.
Las explosiones se suceden alrededor del manglar treinta, no solamente en el centro comercial si no en los alrededores. Se ha convertido en una especie de campo de batalla donde tienen que escapar no solamente de las explosiones si no de los escombros que van cayendo en picado sobre los individuos presentes en aquel lugar lo que puede resultar mucho más engorrosos que las explosiones en sí mismas. El lugar se llena de humo y nuevamente este llama la atención de todos aquellos que sean capaces de levantar la vista y admirar aquel hermoso y grotesco espectáculo.
Rumores de extraños individuos vestidos con capas negras acudiendo todos al mismo lugar resuenan por la isla. Los ciudadanos asustados se encierran en sus casas intentando en vano encontrar un lugar seguro, en el archipiélago ya nada es seguro y por desgracia nadie está a salvo. En las calles tan solo se ven piratas, marines o incluso algún que otro revolucionario que ha acudido al lugar en busca de algo interesante. Todos aquellos que conozcan o que hayan sentido alguna vez la presencia de Dexter Black o que tengan mantra activo en estos momentos deberían saber que está presente en la isla y que seguramente haya venido a armar un poco de jaleo.
- Se moderará lunes y jueves entre las 22:00 y las 23:59.
- No se puede postear los lunes o jueves antes de la moderación.
- Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
- Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
- A más riesgo, más premio.
- Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
- Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
- Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
- Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
- Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Se puede postear varias veces en una ronda, siempre que hayan posteado al menos dos personajes antes.
- Mapa:
Moderación
Las cosas parece que se están complicando por momentos en el archipiélago. Se puede ver llamas negras y un humo denso y oscuro ascendiendo en la zona del puerto. Aquellos que tengan un sentido del oído un poco más desarrollado o se encuentren cerca del manglar 30 podrán escuchar fuertes explosiones que provienen del manglar. Por toda la isla se mueve el rumor de que un perro enorme negro y envuelto en llamas ha aparecido en el puerto y se está enfrentando a un sujeto con pinta de dragón.
Las explosiones se suceden alrededor del manglar treinta, no solamente en el centro comercial si no en los alrededores. Se ha convertido en una especie de campo de batalla donde tienen que escapar no solamente de las explosiones si no de los escombros que van cayendo en picado sobre los individuos presentes en aquel lugar lo que puede resultar mucho más engorrosos que las explosiones en sí mismas. El lugar se llena de humo y nuevamente este llama la atención de todos aquellos que sean capaces de levantar la vista y admirar aquel hermoso y grotesco espectáculo.
Rumores de extraños individuos vestidos con capas negras acudiendo todos al mismo lugar resuenan por la isla. Los ciudadanos asustados se encierran en sus casas intentando en vano encontrar un lugar seguro, en el archipiélago ya nada es seguro y por desgracia nadie está a salvo. En las calles tan solo se ven piratas, marines o incluso algún que otro revolucionario que ha acudido al lugar en busca de algo interesante. Todos aquellos que conozcan o que hayan sentido alguna vez la presencia de Dexter Black o que tengan mantra activo en estos momentos deberían saber que está presente en la isla y que seguramente haya venido a armar un poco de jaleo.
- Meneror - 50:
- Parece que no se fían demasiado de ti, te miran de arriba abajo y te analizan un poco. Uno de ellos deja salir una frase que tal vez te guste escuchar. No tiene pinta de marine, los demás simplemente te observan un rato más y luego dan un paso hacia atrás, aún no confían en ti lo suficiente como para alejar sus manos de sus armas pero se les ve un poco más relajados al menos.
Ante tu pregunta te miran como si tuvieras un cuerno saliéndote de la frente. — Estamos en guerra, creo que es bastante evidente — su tono fue algo jocoso y burlón. Que estaban en guerra era algo que saltaba bastante a la vista, pero justo cuando iba a abrir la boca nuevamente una mujer rubia con un aspecto regio y elegante se acercó a vosotros. No parecía ser conocida de aquellos hombres, por que rápidamente se pusieron nuevamente en alerta.
— ¿Es usted el empresario de Toussaint? Le estábamos esperando, sígame por favor — tras aquellas cortas y rápidas palabras se dio la vuelta y comenzó a caminar hacía una de las calles más angostas de aquel manglar. Al parecer habían tenido que cambiar el lugar de la reunión, pero eso no debería importarte demasiado ¿Verdad? Si sigues a la mujer rubia, acabaras en un bonito local, decorado de forma exquisita y donde hay sentadas nueve personas, contigo hacen diez. Parece que dentro de poco dará comienzo la tan esperada reunión.
— Tomen asiento, dará comienzo esta reunión, mi nombre es Sophie y hoy seré vuestra anfitriona, todos ustedes han sido convocados por una razón, han demostrado ser muy capaces y en este momento buscamos una alianza de empresarios para ayudarnos unos a otros y apoyarnos económicamente — la joven se movía de un lado a otro mientras iba explicando los motivos de aquella reunión. Puedes darte cuenta de que un par de muchachos te observan de forma intensa y te pasan un papel de forma disimulada que pone “Cuidado con las estrellas”
- Dexter, Nassor, Gabi - 33:
- El pequeño se quedó completamente asombrado y maravillado cuando vio al pelirrojo convertirse en un enorme ciervo. Desde luego eso era algo que no se veía todos los días. Si no fuera por la preocupación que sentía por su madre, seguramente el niño estaría dando saltos y riendo de lo más contento ante el espectáculo. Una vez sobre el hermoso animal comienza a decirle el camino que debe seguir.
No tardáis más de un par de minutos en llegar a lo que parece ser la entrada de un local, en la entrada podéis ver un cartel de neón que anuncia El Burdel estelar. El niño señala la puerta y os indica que los hombres se llevaron a su madre al interior de aquel garito. Al ver la puerta se puede ver como el pequeño empieza a temblar, está realmente asustado, pero confía en que vosotros podáis ayudarle.
Suponiendo que entréis por la puerta como si fuerais unos clientes normales y corrientes, podréis ver que se trata del típico burdel donde hombres van a en busca de mujeres con las cuales pasar un rato divertido. Las paredes del lugar son negras y están decoradas con diversas luces a modo de constelaciones. En la barra un par hombres bastante musculosos se encargan de preparar las bebidas de los clientes y por todo el lugar se pueden ver jóvenes ligeritas de ropa que las sirven y que se llevan a algunos clientes a la zona superior de aquel local.
Una de las chicas se acerca, una joven despampanante de mirada coqueta y ojos azules, con un precioso pelo negro que le llega hasta los hombros y una sonrisa encantadora — bienvenidos al burdel estelar, ¿es la primera vez que vienen? Puedo ofrecerles algunos de nuestros mejores servicios, estoy segura de que nuestras estrellas les harán disfrutar esta noche — mientras la joven os da la bienvenida, podéis notar ciertas miradas sobre vuestra nuca. Un par de hombres de apariencia relajada, se encuentran en una mesa no muy lejos de la puerta y se dedican a vigilar a todo aquel que entra.
Un par de mesas más hacía la izquierda, en esta ocasión podéis ver dos mujeres, algo que llama bastante más la atención teniendo en cuenta que son las dos únicas clientas femeninas y que además son gemelas. Dos mujeres pelirrojas y de ojos ambarinos que observan con curiosidad a los hombretones que acaban de entrar por la puerta y cuchichean entre ellas. Si alguno tiene el oído un poquito más afilado, podría llegar a entender ciertas palabras coquetas que provienen de ambas jovencitas.
Si alguno de vosotros intenta entrar por la parte de atrás debe saber que hay un par de hombres que la custodian, si aun así consigue entrar dará con la bodega, un lugar oscuro y bastante frío donde guardan las botellas de vino. Tras la puerta de la misma un entresijo de pasillos se abre camino ante el aventurero. Un camino hacia delante y otro a cada lado ¿Cuál tomarás? Si alguno tiene sentidos mejorados podrá escuchar y oler el sexo, el alcohol y las drogas por todos lados, puede que incluso sea desagradable y abrumador.
Además de eso, Dexter recibe ciertos informes de sus soldados, al parecer un perro gigante y negro ha salido huyendo de un barco marine en el puerto aunque los marines intentan detenerlos, entre ellos un hombre que parece un lagarto. De igual modo, se te informa de una gran explosión en la zona del centro comercial de Sabaody y cierto movimiento sospechoso por los manglares centrales. Parece que todos son problemas últimamente.
- Justice Raiders - 60:
- Si había algo que el perro quería en aquel momento, era salir de aquel barco. No le gustaba demasiado estar en territorio enemigo y menos cuando están aún sobre las aguas salinas del mar. Pudo sentir como uno de aquellos hombres se impulsaba contra él y no dudo en agarrar a un cadete con la cola y lanzarlo contra el hombre que caía en picado contra su espalda. Si el chico chocaba contra el marine seguramente acabarían los dos cayendo sobre el barco rodando contra la madera.
Al mismo tiempo que lanzaba al cadete saltaba del barco hacía el puerto, dejando tras de sí unas marcas de sus garras que comenzaron a arder, las llamas negras comenzaron a devorar rápidamente el barco y se acercaban peligrosamente al joven Inferno que se encontraba atrapado bajo el mástil, el cual, seguramente le habría destrozado algún que otro hueso, tal vez alguien debería ayudarlo.
En medio de su salto, una nueva presencia se hizo eco en sus sentidos, dejo que chocara contra él pero giro la cabeza lo suficiente como para clavar sus dientes, más específicamente sus muelas en la carne del brazo hasta el punto de atravesarlo de lado a lado. Los dos llegáis al puerto con la fuerza del salto de Sirio y el impulso que tú mismo has tomado hasta llegar hasta él y rodáis un par de veces por el suelo lo que seguramente provoque grandes daños en tu brazo e incluso la posibilidad de que este mismo acabe siendo arrancado por el perro.
Sirio buscará levantarse con su cuerpo completamente cubierto en llamas negras y huir de aquel escenario, seguramente con el brazo de Zuko colgando de su boca si no haces nada para impedirlo. Tendría un rico tentenpie para luego. Intenta ir esquivando los láseres de Iulio aunque alguno va rozando su pelaje lo que le provoca algunas heridas que comienzan a sangrar dejando un rastro tras de sí en su posible huida.
- Ral y Kia - 30:
- Vuestro camino hacía el manglar número treinta parece que va sin mucho contratiempo. Al llegar hasta el centro comercial podéis ver que ha sido completamente arrasado. La estructura sigue en pie, al menos casi toda, exceptuando la zona noroeste del mismo. El interior ha sido desvalijado completamente y varias bandas lo usan como centro de operaciones para orquestar sus ataques y sus conquistas.
Al veros aparecer, una banda de cuatro individuos de aspecto bastante duro no dudan en desenvainar sus armas y esperar a que os acerquéis un poco para interceptaros. — ¿Quiénes sois vosotros? ¿Qué hacéis aquí? — se nota que no tiene muy buenas pulgas, sin embargo, mientras habla, Kia puede escuchar un ruido ligeramente extraño. Algo así como un ruido sordo que proviene del suelo, a un par de metros del lugar donde estáis situados y al parecer se va acercando cada vez más a vosotros.
Sin embargo, ese no es el único de vuestros problemas, de repente y sin saber muy bien el motivo, una fuerte explosión emerge justo en el centro de aquella edificación provocando que una marea de escombros salga por los aires y comiencen a descender sobre los presentes junto a una llamarada de fuego que comienza a consumir todo a su alrededor. Varias rocas llameantes se dirigen hacía vosotros y hacía los hombres que os han interceptado.
- Eden - 30:
- La chica por un momento se puso un poco nerviosa, si sois chicos avispados podeis daros cuenta de que incluso se ha sonrojado ligeramente. Claro que conoce al modelo, pero intentará hacerse un poco la loca. Carraspeo un poco y entonces con una sonrisa algo más relajada en la cara sostuvo fuertemente aquella tela negra con la otra mano, lo que os permite daros cuenta de que tiene capucha, así que puede ser o una túnica o una sudadera tal vez. Estrecha la mano del modelo y suspira un poco — disculpad, las cosas últimamente están un poco tensas por el archipiélago, si os digo la verdad no estoy segura de que ningún sitio sea cien por cien seguro o tranquilo pero por si seguís recto por aquella calle y luego giráis a la derecha podréis encontrar una posada — mientras la joven hablaba os iba haciendo gestos con la mano ahora libre.
Una vez termina de daros indicaciones da un paso atrás lista para despedirse — ha sido un placer conocerlos y de nuevo disculpen por tan forzada presentación, pero debo marcharme, hasta otra y buena suerte — tras aquellas palabras la joven simplemente volvería a tomar el camino que había dejado atrás. No quería llegar tarde a su “cita” así que hagáis lo que hagáis no podréis detenerla de nuevo.
Como Ellie no cogió el papel, este salió volando y se perdió por el archipiélago, nunca más se supo sobre él. Tal vez deberíais reuniros con ella o hacer que vaya con vosotros, el caso es que vuestra única pista, marcha caminando tranquilamente por uno de los callejones en dirección norte. Además de eso podéis escuchar una fuerte explosión a lo lejos, donde se supone que debería estar el centro comercial, la chica ni si quiera se inmuta y simplemente sigue caminando, ¿extraño verdad?
- Oppen - 21:
- Vaya, cuanta agresividad, a lo mejor estas siendo demasiado agresivo con unos pobres piratillas que tan solo estaban haciendo sus maldades rutinarias. Pero bueno, consigues deshacerte de ambos individuos y sales del lugar en busca de los restantes. Sin embargo, ante tu sorpresa, se encuentran ya bastante lejos de tu alcance.
Parece que realmente están muy acostumbrados a huir y salir por piernas cuando son atrapados por algún tipo de autoridad o algo por el estilo. Tras de sí van dejando algunos rastros de las cosas que han ido robando ya que al parecer con las prisas no habían terminado de cerrar alguna de las bolsas y esto está generando un camino de objetos robados.
Si decides seguirles, terminarás por encontrarlos descansando en una especie de plaza. Sentados en una fuente intentando recuperar el aliento. En cuanto te vean, se pondrán en alerta y volverán a sacar sus armas para hacerte frente. Después de todo eres un cazador y no se fían en absoluto de la gente de tu calaña, suelen ser tramposo y embusteros y teniendo en cuenta tus amenazas, prefieren destrozarte antes que decir nada que pueda llegar a comprometerlos.
— Tío ¿de qué vas? Pirate de una vez y déjanos en paz, no tenemos nada que ver contigo — estaban todos en alerta, dispuestos a acabar contigo de ser preciso y aunque puede que antes fueran cuatro o cinco, puedes ver que se les han sumado unos cuantos piratas más que se encontraban saqueando otros locales. Ahora serán unos diez, ¿seguro que quieres meterte en ese problemón?
- William y Kaito - 21:
- No tengo muy claro cómo se ha materializado un almacén-tienda de herramientas en una zona de restauración, mira que es curioso. A la gente también le resulta extraño, porque hace cinco segundos no estaba ahí. Qué cosas.
En cualquier caso, lleváis a cabo vuestro pequeño plan. Mientras dais la vuelta al almacén podéis ver corriendo a algunos de los piratas que asaltaron el restaurante de antes. Veis que hay una puerta además de por la que entraron los repartidores, cerrada con candado por fuera. Además de esto, hay ventanas en lo más alto del almacén, a primera vista inalcanzables.
Os abren la puerta y os recibe el mismo pez ballesta, esta vez con un pulpo en una mano y el cuchillo todavía en la otra. Os mira un poco molesto.
-No había más cajas destinadas para hoy. ¿Quiénes sois?
Vuestro cuento del cocinero y el chico sin uniforme no solo no le convence, sino que Will, te apunta con el cuchillo.
-Dime quién te manda ahora mismo. Cuando dejas la caja en el suelo da un paso hacia ti, cerrando a su espalda la puerta del almacén y soltando el pulpo al suelo.
-Al señor Fidgetti no le gusta que indaguen en sus asuntos.-tiene un brillo extraño en la mirada.- Sus restaurantes son los mejores entre los manglares gracias a nuestra política de discreción ¡y tú no vas a echar eso a perder!
Os sigue apuntando con el cuchillo para que os larguéis. Por el rabillo del ojo podéis ver a los verdaderos repartidores. Han regresado a su pequeño barquito y están… quietos. Miran fijamente la que se está armando, sin marcharse o decir nada.
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Parecía que no se fiaban demasiado de mi, que cosas...yo tampoco me fiaba un pelo de las intenciones que pudieran tener conmigo ahora mismo. Afortunadamente recularon, a pesar de que sus manos seguían acariciando el mango de sus espadas. Estaban alerta, pero yo también...así que ni se les ocurra jugármela porque lo iban a pasar muy mal.
Parecía que mi "duda" sobre la situación de la isla les había pillado en "baños menores", sin embargo, lo mejor es aparentar siempre no saber nada ante el público, que te subestimen y piensen que no eres una amenaza. Obviamente sabía del conflicto en la isla, eso si, no con todos los matices. Pero como había dicho, dicho conflicto me daba igual totalmente, pues yo venía a hacer dinero y a forjarme una reputación que trascendiera más allá de mis negocios o de mis andanzas por Sakura cuando había robado mi akuma.
Sin embargo algo si que había captado mi atención, y fue la presencia de una mujer que preguntó si era aquel "Empresario de Toussaint".
-Así es- dije tajante mientras exhalaba un poco de humo del puro por la boca antes de comenzar a seguirla pasando por el lado de aquellos tipos, ignorándolos y caminando hacia adelante junto a a la dama.
Según fuimos caminando ya pude denotar que se había cambiado el lugar de reunión, pues nos habíamos desviado del manglar de reunión. En su lugar acabé en bonito local, decorado de forma exquisita. Debía haber dinero a punta pala allí dentro...¿Era lo que esperaba no?. Según continué caminando llegué a una sala donde había sentadas nueve personas. Parece ser que había llegado a mi ansiada reunión.
Con un aceno de cabeza saludé a aquellos que hubieran torcido la vista al verme entrar. Tomaría asiento y escucharía las palabras de la mujer, que ahora respondía al nombre de Sophie y parecía ser nuestra anfitriona. Parecía que esta tenía un objetivo que yo no tenía previsto: alianzas empresariales. No me gustaba trabajar en equipo y menos poniendo mis negocios a manos de otros, principalmente porque quién es tu aliado hoy, podrá ser tu enemigo mañana. Y no era conveniente que nadie supiera del manejo de mis negocios, y menos ante gente que no conocía. De todos modos escuché la propuesta de Sophie a pesar de que dos personas estaban mirándome y a mis manos llegó rulando un papel que ponía "Cuidado con las estrellas". No sabía muy bien que significaba eso, y tampoco el porqué me lo habían dado a mi concretamente. Sabía que los que estábamos allí reunidos éramos peligrosos, y tampoco me fiaba de nuestra anfitriona...al fin y al cabo todos somos criminales...digo "hombres de negocios".
Tras ver la nota con disimulo la guardé en mi bolsillo y volví a mirar a Sohpie mientras charlaba caminando hacia el otro lado de la mesa.
-¿Y "quién" busca dicha alianza?-dije rompiendo el silencio en alusión al "buscamos". ¿Se refería a los revolucionarios, piratas, marines, criminales, ciudadanos? ¿A quién en concreto había que apoyar? La respuesta era obvia, pero como dije antes...pregunta, pregunta y asiente aunque sepas de que pie cojea.
Parecía que mi "duda" sobre la situación de la isla les había pillado en "baños menores", sin embargo, lo mejor es aparentar siempre no saber nada ante el público, que te subestimen y piensen que no eres una amenaza. Obviamente sabía del conflicto en la isla, eso si, no con todos los matices. Pero como había dicho, dicho conflicto me daba igual totalmente, pues yo venía a hacer dinero y a forjarme una reputación que trascendiera más allá de mis negocios o de mis andanzas por Sakura cuando había robado mi akuma.
Sin embargo algo si que había captado mi atención, y fue la presencia de una mujer que preguntó si era aquel "Empresario de Toussaint".
-Así es- dije tajante mientras exhalaba un poco de humo del puro por la boca antes de comenzar a seguirla pasando por el lado de aquellos tipos, ignorándolos y caminando hacia adelante junto a a la dama.
Según fuimos caminando ya pude denotar que se había cambiado el lugar de reunión, pues nos habíamos desviado del manglar de reunión. En su lugar acabé en bonito local, decorado de forma exquisita. Debía haber dinero a punta pala allí dentro...¿Era lo que esperaba no?. Según continué caminando llegué a una sala donde había sentadas nueve personas. Parece ser que había llegado a mi ansiada reunión.
Con un aceno de cabeza saludé a aquellos que hubieran torcido la vista al verme entrar. Tomaría asiento y escucharía las palabras de la mujer, que ahora respondía al nombre de Sophie y parecía ser nuestra anfitriona. Parecía que esta tenía un objetivo que yo no tenía previsto: alianzas empresariales. No me gustaba trabajar en equipo y menos poniendo mis negocios a manos de otros, principalmente porque quién es tu aliado hoy, podrá ser tu enemigo mañana. Y no era conveniente que nadie supiera del manejo de mis negocios, y menos ante gente que no conocía. De todos modos escuché la propuesta de Sophie a pesar de que dos personas estaban mirándome y a mis manos llegó rulando un papel que ponía "Cuidado con las estrellas". No sabía muy bien que significaba eso, y tampoco el porqué me lo habían dado a mi concretamente. Sabía que los que estábamos allí reunidos éramos peligrosos, y tampoco me fiaba de nuestra anfitriona...al fin y al cabo todos somos criminales...digo "hombres de negocios".
Tras ver la nota con disimulo la guardé en mi bolsillo y volví a mirar a Sohpie mientras charlaba caminando hacia el otro lado de la mesa.
-¿Y "quién" busca dicha alianza?-dije rompiendo el silencio en alusión al "buscamos". ¿Se refería a los revolucionarios, piratas, marines, criminales, ciudadanos? ¿A quién en concreto había que apoyar? La respuesta era obvia, pero como dije antes...pregunta, pregunta y asiente aunque sepas de que pie cojea.
- Resumen:
-Acompaña a la mujer a la reunión.
-Escucha la presentación de Sophie
-Recibe una nota misteriosa de dos de los participantes en al reunión
-Pide a Sophie que concrete más sobre el motivo por el que están todos allí, ya que Meneror, no sabe con certeza si Sophie trabaja a su vez para alguien.
Kaito Takumi
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Yo no era muy dado a los disfraces. Y creo que todo se iba un poco a la puta cuando era un bicho tope largo con una capucha negra como el abismo que surfeaba un cocodrilo.... pero bueeeno. Will era el jefe. Un gargajitode tinta aquí, un tatuaje allá. Una mancha más sobre el delantalillo que se me había olvidado de quitarme -qué cómodo era- desde la última sesión de cocina.
Total. Todo, incluida las vueltas al edificio, para nada. Solté la caja en el suelo a la primera amenaza, ¿para qué iba a cargarla más tiempo? Necesitaba todos los brazos para la que iba a armarse. Entre la situación en la que nos encontrábamos, las explosiones a lo lejos y la inconfundible presencia del bocadito de zafiro, Shabaody iba a convertirse en un infierno.
Eso sí, no iba a permitir que ese gyojin cometiese semejante error. Mi tentáculo se lanzó rápido y a ras de suelo sin emitir sonido alguno -aunque, de haberlo hecho, hubiera quedado silenciado por el ruido de las explosiones- y allí cumplió su cometido. ¡Ni de coña iba a tocar el sucio suelo de la parte de atrás de un callejón de mierda semejante pulpo! ¡Anda que no! Aquí, tirando comida en perfecto estado al suelo. Ni muerto vamos. Además, Will se podía proteger solito.
Aunque...No, no era mala idea aquello. Coloqué mi mano sobre el hombro de Will, como pidiéndole en secreto con aquel gesto que me dejase tomar el liderazgo.
—Yo. Le mando yo —dije en voz baja quitándome la capucha—. Profesor Mangle, también conocido como Señor Black, dueño de MERKAITO sociedad limitada —revelé a medias—. Pasábamos por aquí y nos pareció interesante cómo traían los ingredientes. Como proveedor de exquisitas materias primas y conjunto a mi buen amigo Mr.White queríamos hacer un pequeño estudio de mercado para nuestro siguiente movimiento. ¿No es así, Mr.White? Tú llevas mejor eso de buscar socios comerciales y tal, yo solo sé de la bondad de mis productos.
Con un amable gesto sin violencia alguna oculta, devolví el octópodo a su dueño. ¡Qué desagradable era su tacto, con la firmeza perdida tras una congelación que ha roto sus delicadas fibras musculares! Casi mejor que se hubiera caído al suelo.
Reticente, y cómo no estarlo, tal como había sido la primera mala impresión, el gyojin recogió la pieza. Me miró de arriba a abajo, y quizá sintiéndose algo aliviado por encontrar bajo aquella capucha a un ser del mar contestó:
—Eso tendréis que hablarlo con el jefe. Y no creo que le haga ni pizca de gracia que hayáis querido colarse en el local.
—¿Cómo coño íbamos a saber quién vale la pena y quién no sin un poco de espionaje empresarial? ¿Verdad White?
Uy, a lo mejor no debería haber dicho espionaje. Qué feo suena. Ya me lo confirmará la miradita del blancucho.
Total. Todo, incluida las vueltas al edificio, para nada. Solté la caja en el suelo a la primera amenaza, ¿para qué iba a cargarla más tiempo? Necesitaba todos los brazos para la que iba a armarse. Entre la situación en la que nos encontrábamos, las explosiones a lo lejos y la inconfundible presencia del bocadito de zafiro, Shabaody iba a convertirse en un infierno.
Eso sí, no iba a permitir que ese gyojin cometiese semejante error. Mi tentáculo se lanzó rápido y a ras de suelo sin emitir sonido alguno -aunque, de haberlo hecho, hubiera quedado silenciado por el ruido de las explosiones- y allí cumplió su cometido. ¡Ni de coña iba a tocar el sucio suelo de la parte de atrás de un callejón de mierda semejante pulpo! ¡Anda que no! Aquí, tirando comida en perfecto estado al suelo. Ni muerto vamos. Además, Will se podía proteger solito.
Aunque...No, no era mala idea aquello. Coloqué mi mano sobre el hombro de Will, como pidiéndole en secreto con aquel gesto que me dejase tomar el liderazgo.
—Yo. Le mando yo —dije en voz baja quitándome la capucha—. Profesor Mangle, también conocido como Señor Black, dueño de MERKAITO sociedad limitada —revelé a medias—. Pasábamos por aquí y nos pareció interesante cómo traían los ingredientes. Como proveedor de exquisitas materias primas y conjunto a mi buen amigo Mr.White queríamos hacer un pequeño estudio de mercado para nuestro siguiente movimiento. ¿No es así, Mr.White? Tú llevas mejor eso de buscar socios comerciales y tal, yo solo sé de la bondad de mis productos.
Con un amable gesto sin violencia alguna oculta, devolví el octópodo a su dueño. ¡Qué desagradable era su tacto, con la firmeza perdida tras una congelación que ha roto sus delicadas fibras musculares! Casi mejor que se hubiera caído al suelo.
Reticente, y cómo no estarlo, tal como había sido la primera mala impresión, el gyojin recogió la pieza. Me miró de arriba a abajo, y quizá sintiéndose algo aliviado por encontrar bajo aquella capucha a un ser del mar contestó:
—Eso tendréis que hablarlo con el jefe. Y no creo que le haga ni pizca de gracia que hayáis querido colarse en el local.
—¿Cómo coño íbamos a saber quién vale la pena y quién no sin un poco de espionaje empresarial? ¿Verdad White?
Uy, a lo mejor no debería haber dicho espionaje. Qué feo suena. Ya me lo confirmará la miradita del blancucho.
Dexter Black
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El camino se antojó un poco raro. Si ya era raro ver a un ciervo corretear por Sabaody, más raro aún era que lo montasen dos infantes. Curioso, cuanto menos, que un hombre corriese a su lado sin mayor complicación, pues aun despacio en relación a todo lo que Nassor podía dar implicaba rápido en comparación al resto. Extraño, e incluso sorprendente, era que ese hombre fuese Dexter Black. Desde luego el sigilo no estaba siendo la marca de la casa en la Armada, pero al final estaban allí para llamar la atención, y la sombra de un árbol cobijaba a los otros. Aunque le daba pena Gabi; si bien Nassor y él podían enfrentar amenazas, no sabía cómo una simple niña podría hacerlo. Aunque los informes hablasen bien de ella y su enorme, duro, incombustible y poderoso espadón, tenía la sensación de que para la gente normal cualquiera que despuntase ligeramente era excepcional.
Una llamada cortó el torrente de pensamientos. Al parecer un lagarto se estaba luchando con un perro y este había escapado. No eran dos ratas peleando por un churro, pero resultaba igualmente llamativo. ¿Podía ser que el lagarto fuese Zuko? Al fin y al cabo, él era marine. Sin embargo, dado que Zuko tenía cuernos de ciervo y mostacho negó con la cabeza; el vicealmirante podía ser antes confundido con una saiga que con un lagarto. Aun así no dudó en preguntar:
- ¿El lagarto tenía alas, echaba fuego y parecía pedir mi aprobación sin reconocerlo?
Se fijó en el nombre del local mientras esperaba su respuesta: "El burdel estelar". Sabaody era una tierra prácticamente sin ley, a pesar de la fuerte presencia marine, pero jamás habría esperado que un prostíbulo fuese tan de cara ni siquiera allí. También, analizando las palabras del niño, en ese momento pensó que bien podría ser el día de "lleva a tu hijo al trabajo" y el muchacho estar bastante confundido con lo que podían significar las adultas frases de "te voy a hacer ver la luna" o "ponte mirando a Dressrosa". Aun así intentó desviar la atención del parentesco del niño y entró sin dudarlo ya que, al final del día, el nombre incitaba a pensar que estaba relacionado con la astronomía. Eso, o que tenían viejas glorias de Ballywood trabajando allí, aunque no sabía cuál era más perturbadora.
- Este no es lugar para una niña -dijo, cayendo en la cuenta de Gabi-. No mires.
Casi como si le hubiese leído la mente, Nassor le tapó un ojo mientras Dexter hacía lo propio con el otro. Allí había... Mujeres. Y hombres. Y en aquella mesa, estaba seguro que dos proxenetas. Aparte de eso, dos mujeres que catalogar como trabajadoras o no dependía de su atuendo algo más recatado, así que para no pecar de elitista asumió que también eran trabajadoras hasta que no tuviese más información. Sin embargo, delante de ellos se plantó una señorita que, cual camarera tomando nota, ofreció los servicios de las "consumiciones". Miró al ciervo arqueando una ceja, evitando decir que se sentía bastante insultado con el ofrecimiento. ¿De verdad parecía la clase de hombre que necesitara pagar por eso? Con Gabi al lado en un burdel podría parecer un pederasta, pero aislando eso no había nada que pudiese incitarle a pensar que quería... Espera un momento.
- Quiero ver a la más brillante. -Sirio era la estrella más luminosa del firmamento, vista desde la Tierra, y en un burdel había perras. Aunque no le gustaba ese término para referirse a las jóvenes estudiantes de derecho estaba claro que si toda la marea de sucesos estaba relacionada con la astronomía, el burdel estelar debía acoger a perras mayores y menores. ¡Un momento! De verdad lo habían confundido con un pederasta-. Y mi joven amigo está buscando un servicio muy concreto.
Señaló al niño. Seguramente no hubiese sido la forma de decirlo, pero en el lugar parecían tener muy pocos escrúpulos e incluso si la madre trabajaba en el local igual conocía a la muchacha. De todos modos, había otra cosa que quería investigar.
- Y... Aparte, mande una botella de su mejor vino a esas señoritas. -Las jóvenes que podían, o no, ser compañeras de trabajo pero que, aun así, tenían algo llamativo resultaban interesantes. Igual podía sacar algo de ellas, pero esperaba no quedar como un putero delante de sus hombres. Bueno, de su hombre y su niña.
Una llamada cortó el torrente de pensamientos. Al parecer un lagarto se estaba luchando con un perro y este había escapado. No eran dos ratas peleando por un churro, pero resultaba igualmente llamativo. ¿Podía ser que el lagarto fuese Zuko? Al fin y al cabo, él era marine. Sin embargo, dado que Zuko tenía cuernos de ciervo y mostacho negó con la cabeza; el vicealmirante podía ser antes confundido con una saiga que con un lagarto. Aun así no dudó en preguntar:
- ¿El lagarto tenía alas, echaba fuego y parecía pedir mi aprobación sin reconocerlo?
Se fijó en el nombre del local mientras esperaba su respuesta: "El burdel estelar". Sabaody era una tierra prácticamente sin ley, a pesar de la fuerte presencia marine, pero jamás habría esperado que un prostíbulo fuese tan de cara ni siquiera allí. También, analizando las palabras del niño, en ese momento pensó que bien podría ser el día de "lleva a tu hijo al trabajo" y el muchacho estar bastante confundido con lo que podían significar las adultas frases de "te voy a hacer ver la luna" o "ponte mirando a Dressrosa". Aun así intentó desviar la atención del parentesco del niño y entró sin dudarlo ya que, al final del día, el nombre incitaba a pensar que estaba relacionado con la astronomía. Eso, o que tenían viejas glorias de Ballywood trabajando allí, aunque no sabía cuál era más perturbadora.
- Este no es lugar para una niña -dijo, cayendo en la cuenta de Gabi-. No mires.
Casi como si le hubiese leído la mente, Nassor le tapó un ojo mientras Dexter hacía lo propio con el otro. Allí había... Mujeres. Y hombres. Y en aquella mesa, estaba seguro que dos proxenetas. Aparte de eso, dos mujeres que catalogar como trabajadoras o no dependía de su atuendo algo más recatado, así que para no pecar de elitista asumió que también eran trabajadoras hasta que no tuviese más información. Sin embargo, delante de ellos se plantó una señorita que, cual camarera tomando nota, ofreció los servicios de las "consumiciones". Miró al ciervo arqueando una ceja, evitando decir que se sentía bastante insultado con el ofrecimiento. ¿De verdad parecía la clase de hombre que necesitara pagar por eso? Con Gabi al lado en un burdel podría parecer un pederasta, pero aislando eso no había nada que pudiese incitarle a pensar que quería... Espera un momento.
- Quiero ver a la más brillante. -Sirio era la estrella más luminosa del firmamento, vista desde la Tierra, y en un burdel había perras. Aunque no le gustaba ese término para referirse a las jóvenes estudiantes de derecho estaba claro que si toda la marea de sucesos estaba relacionada con la astronomía, el burdel estelar debía acoger a perras mayores y menores. ¡Un momento! De verdad lo habían confundido con un pederasta-. Y mi joven amigo está buscando un servicio muy concreto.
Señaló al niño. Seguramente no hubiese sido la forma de decirlo, pero en el lugar parecían tener muy pocos escrúpulos e incluso si la madre trabajaba en el local igual conocía a la muchacha. De todos modos, había otra cosa que quería investigar.
- Y... Aparte, mande una botella de su mejor vino a esas señoritas. -Las jóvenes que podían, o no, ser compañeras de trabajo pero que, aun así, tenían algo llamativo resultaban interesantes. Igual podía sacar algo de ellas, pero esperaba no quedar como un putero delante de sus hombres. Bueno, de su hombre y su niña.
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De todas las cosas que podían pasarte, definitivamente aquella es la que menos te apetece, pestañeas algo molesta por todo eso y no puedes evitar pensar que quizás los que han tenido toda la mala suerte del mundo, son ellos. El lugar está totalmente destrozado, antes de que te des cuenta y por mucho que busques no hay rastro de nada que te pueda parecer interesante, es una molestia haber llegado allí para nada.
Aunque aquellos cuatro sujetos te hacen pensar que quizás no habéis perdido tanto el tiempo como crees, después de todo es mucho más interesante que encargaros de investigar y buscar pistas. Matar siempre ha sido tu pequeño punto caliente en una marea donde siempre te domina el frio.- Pues verás hemos venido…- Te quedas en silencio, te acercas a Ral y le haces retroceder, sabes lo que estas escuchando y no tiene demasiado sentido. Se acerca, se acerca como si fuera alguien, pero no tiene sentido, prefieres pensar que sea algo y sacas tus dos katanas para enfrentar lo que sea.
-Algo se acerca, puedo oírlo, por el suelo.- No sabes si tiene sentido lo que andas diciendo, pero se lo dices por si acaso, no vaya a ser que luego se queje de que no le has avisado, pero en fin, es el momento de ponerse serios.
La explosión es lo que si te hace ponerte tensa y aprietas los dientes, que lentamente se han convertido en colmillos y tu cabello se vuelve blanco por un instante. El hielo comienza a salir de tu cuerpo y lanzas una rafaga de cuatrocientos litros de hielo contra las rocas y las rocas llameantes que intentan llegar hasta vosotros. Es la manera que tienes de decirle a Ral que bueno, que tú los cubres y todo eso, pero también es tu forma de ver que demonios hay en el suelo.
Después de todo intentas congelar todo a tu paso en una línea recta, es la mejor forma de frenar su avance o por lo contrario de que salga y acabe de avanzar.- Sea lo que sea, tenemos que salir de aquí, esta mierda de lugar se va a venir abajo.- Y aunque puedes repetir el proceso varias veces, no te apetece demasiado convertir todo aquello en una especie de paraíso helado, tienes otras prioridades.
De momento era mejor ponerse en marcha y asegurarse que aquellos cuatro estaban muertos, si Ral se había centrado en ellos no debería de haber problema, pero de todas formas se prepararía por si acaso.
Aunque aquellos cuatro sujetos te hacen pensar que quizás no habéis perdido tanto el tiempo como crees, después de todo es mucho más interesante que encargaros de investigar y buscar pistas. Matar siempre ha sido tu pequeño punto caliente en una marea donde siempre te domina el frio.- Pues verás hemos venido…- Te quedas en silencio, te acercas a Ral y le haces retroceder, sabes lo que estas escuchando y no tiene demasiado sentido. Se acerca, se acerca como si fuera alguien, pero no tiene sentido, prefieres pensar que sea algo y sacas tus dos katanas para enfrentar lo que sea.
-Algo se acerca, puedo oírlo, por el suelo.- No sabes si tiene sentido lo que andas diciendo, pero se lo dices por si acaso, no vaya a ser que luego se queje de que no le has avisado, pero en fin, es el momento de ponerse serios.
La explosión es lo que si te hace ponerte tensa y aprietas los dientes, que lentamente se han convertido en colmillos y tu cabello se vuelve blanco por un instante. El hielo comienza a salir de tu cuerpo y lanzas una rafaga de cuatrocientos litros de hielo contra las rocas y las rocas llameantes que intentan llegar hasta vosotros. Es la manera que tienes de decirle a Ral que bueno, que tú los cubres y todo eso, pero también es tu forma de ver que demonios hay en el suelo.
Después de todo intentas congelar todo a tu paso en una línea recta, es la mejor forma de frenar su avance o por lo contrario de que salga y acabe de avanzar.- Sea lo que sea, tenemos que salir de aquí, esta mierda de lugar se va a venir abajo.- Y aunque puedes repetir el proceso varias veces, no te apetece demasiado convertir todo aquello en una especie de paraíso helado, tienes otras prioridades.
De momento era mejor ponerse en marcha y asegurarse que aquellos cuatro estaban muertos, si Ral se había centrado en ellos no debería de haber problema, pero de todas formas se prepararía por si acaso.
- Resumen:
- Kia llega, le dice a Ral que escucha algo en el suelo, tira cuatrocientos litros de hielo hacia delante para cubrirlos de escombros y piedras llameantes que puedan caerle, tambien buscando congelar todo a su paso por si sale algo del suelo. Le dice de salir por patas(?
— Nivel 40:
-Hielo eterno: Es capaz de manejar ochocientos litros en forma completa, cuatrocientos en forma híbrida y humana.
Se mostró calmado, animado incluso, mientras observaba los cambios de expresión en las facciones de su recién descubierta admiradora. Un rubor en sus mejillas, un leve temblor en los labios, el nerviosismo que toda su esencia parecía manifestar; todo cuanto necesitaba para saber que había dado en el blanco y que, por ende, su coartada se mantendría intacta. La rápida reacción de su compañero había sido de evidente ayuda, tanto como sorprendente para el parcheado que, desde luego, no esperaba que fuera a hilar de aquel modo. Tuvo que reprimir que su sonrisa se ensanchara al escucharle: ya no era el iniciado que había operado a su lado en Amazon Lily meses atrás, sino que se había convertido en todo un agente hecho y derecho.
Ante el apuro de la mujer, que se vio en la necesidad de excusarse, el pelirrojo negó con la cabeza.
—No hay necesidad de disculpa si no hay ofensa, no se preocupe —se apresuró a responder, soltando su mano poco después tras el saludo—. Son tiempos difíciles y más aquí, donde parecen concentrarse todos los problemas del mundo.
Atendió después a sus indicaciones, en silencio, mientras cavilaba en sus adentros. Había podido ver con más detalle la oscura prenda que portaba, diferenciando en ella una capucha bastante similar a las suyas. No fue suficiente como para garantizar que fuera otra túnica, pero estaba bastante seguro de que no podía tratarse de mera casualidad: esa mujer estaba allí por la misma razón que ellos aunque, evidentemente, no con el mismo objetivo. En cierto sentido le pareció una verdadera lástima y hasta habría deseado que hubieran errado en su objetivo, ya que parecía una mujer agradable y, más allá de eso, una posible admiradora de Shawn. Por desgracia, bien sabía que detrás de una cara bonita podía esconderse un verdadero monstruo, así que tendría que procurar ceñirse al papel. Lo que resultaba evidente era que la señorita tenía prisa por marcharse de allí e ir a donde fuera que tuviera que presentarse, algo que pudo apreciar en sus apresuradas indicaciones. Parecía que había una posada cerca, pero poco les importaba si no era el mismo sitio al que se dirigiría ella.
Con la idea de seguir sus directrices descartada tocaría pasar al plan B, no sin antes despedirse de la forma apropiada.
—Le agradecemos de corazón la ayuda. Si volvemos a cruzarnos con menos prisas y en una situación más tranquila, recuérdeme que le invite a algo por las molestias —le pidió, ensanchando su sonrisa y haciendo un ademán a modo de despedida.
En cuanto la mujer se giró, Kus se llevó la mano al antebrazo izquierdo para, en apariencia, rascarse un poco. Durante este movimiento y de forma sutil, sus dedos se aproximaron hasta la pulsera metálica que cubría su muñeca, como si fuera un reloj, antes de activar su mecanismo y disparar con R4nd-A11 el diminuto localizador. Este se pegaría a la ropa de la muchacha y les permitiría mantenerla localizada e incluso escucharla en un radio bastante generoso.
Tras esto suspiró, rascándose la nuca y buscando con la mirada a Ellie mientras apoyaba la mano libre sobre la empuñadura de Yūjō. Podía resultar sospechoso que un civil fuera armado en primera instancia pero, teniendo en cuenta la situación del archipiélago y la mala fama del lugar, nadie debía sorprenderse por verle con una espada. Después de todo, debía garantizar su propia seguridad de alguna forma, aunque fuera intimidatoria. No tardaría en localizar a su peluda compañera, ataviada con la túnica. Parecía haber perdido de vista al hombre nervioso de antes, así que tan solo les quedaba tirar del hilo que creían haber encontrado. Sin embargo, antes siquiera de poder darle indicaciones, una explosión proveniente de la zona del centro comercial sobresaltó al agente y le hizo dar un respingo en el sitio, abriendo mucho los ojos mientras miraba en aquella dirección. Desvió la mirada para observar a la mujer, dándose cuenta rápidamente de que había decidido seguir su camino, imperturbable. Aquello tan solo aportaba más motivos para creer que estaba relacionada con la reunión.
—Ellie —se concentró para generar un susurro en el oído de su compañera empleando su Fruta del Diablo—. Necesito que sigas a la mujer con la que hemos hablado. Lleva un localizador, pero prefiero asegurarme y no perderla. ¿Puedes encargarte? A Ruffo y a mí ya nos ha visto, pero de ti no debería sospechar.
Una vez recibiera la confirmación de su compañera, seguiría.
—Contacta conmigo por den–den cuando lo necesites, nosotros iremos a ver qué demonios ha sido esa explosión. Quizá averigüemos algo más.
Dadas las indicaciones, Kusanagi le dio una suave palmada en el hombro a su compañero —¿o debería decir mánager?— mientras se encaminaba, una vez la mujer desapareció de su vista, hacia la zona de la explosión. Quizá fuera alguna medida para llamar la atención en la zona y dificultar que alguien pudiera dar con la reunión secreta, pero prefería asegurarse. Además, si era cosa de las mismas personas, seguramente pudieran enterarse de algo más. No debían inmiscuirse demasiado: ir, averiguar lo que estaba ocurriendo y regresar junto a la mink, pan comido.
—Será rápido —le aseguró a su compañero, mirándole de reojo—. Prometo que no nos entretendremos más de la cuenta, Rashid, pero tienes que dejarme ver los escombros al menos. Luego podemos ir a la posada —sugirió en clave, esperando que su compañero captara el mensaje.
Ante el apuro de la mujer, que se vio en la necesidad de excusarse, el pelirrojo negó con la cabeza.
—No hay necesidad de disculpa si no hay ofensa, no se preocupe —se apresuró a responder, soltando su mano poco después tras el saludo—. Son tiempos difíciles y más aquí, donde parecen concentrarse todos los problemas del mundo.
Atendió después a sus indicaciones, en silencio, mientras cavilaba en sus adentros. Había podido ver con más detalle la oscura prenda que portaba, diferenciando en ella una capucha bastante similar a las suyas. No fue suficiente como para garantizar que fuera otra túnica, pero estaba bastante seguro de que no podía tratarse de mera casualidad: esa mujer estaba allí por la misma razón que ellos aunque, evidentemente, no con el mismo objetivo. En cierto sentido le pareció una verdadera lástima y hasta habría deseado que hubieran errado en su objetivo, ya que parecía una mujer agradable y, más allá de eso, una posible admiradora de Shawn. Por desgracia, bien sabía que detrás de una cara bonita podía esconderse un verdadero monstruo, así que tendría que procurar ceñirse al papel. Lo que resultaba evidente era que la señorita tenía prisa por marcharse de allí e ir a donde fuera que tuviera que presentarse, algo que pudo apreciar en sus apresuradas indicaciones. Parecía que había una posada cerca, pero poco les importaba si no era el mismo sitio al que se dirigiría ella.
Con la idea de seguir sus directrices descartada tocaría pasar al plan B, no sin antes despedirse de la forma apropiada.
—Le agradecemos de corazón la ayuda. Si volvemos a cruzarnos con menos prisas y en una situación más tranquila, recuérdeme que le invite a algo por las molestias —le pidió, ensanchando su sonrisa y haciendo un ademán a modo de despedida.
En cuanto la mujer se giró, Kus se llevó la mano al antebrazo izquierdo para, en apariencia, rascarse un poco. Durante este movimiento y de forma sutil, sus dedos se aproximaron hasta la pulsera metálica que cubría su muñeca, como si fuera un reloj, antes de activar su mecanismo y disparar con R4nd-A11 el diminuto localizador. Este se pegaría a la ropa de la muchacha y les permitiría mantenerla localizada e incluso escucharla en un radio bastante generoso.
Tras esto suspiró, rascándose la nuca y buscando con la mirada a Ellie mientras apoyaba la mano libre sobre la empuñadura de Yūjō. Podía resultar sospechoso que un civil fuera armado en primera instancia pero, teniendo en cuenta la situación del archipiélago y la mala fama del lugar, nadie debía sorprenderse por verle con una espada. Después de todo, debía garantizar su propia seguridad de alguna forma, aunque fuera intimidatoria. No tardaría en localizar a su peluda compañera, ataviada con la túnica. Parecía haber perdido de vista al hombre nervioso de antes, así que tan solo les quedaba tirar del hilo que creían haber encontrado. Sin embargo, antes siquiera de poder darle indicaciones, una explosión proveniente de la zona del centro comercial sobresaltó al agente y le hizo dar un respingo en el sitio, abriendo mucho los ojos mientras miraba en aquella dirección. Desvió la mirada para observar a la mujer, dándose cuenta rápidamente de que había decidido seguir su camino, imperturbable. Aquello tan solo aportaba más motivos para creer que estaba relacionada con la reunión.
—Ellie —se concentró para generar un susurro en el oído de su compañera empleando su Fruta del Diablo—. Necesito que sigas a la mujer con la que hemos hablado. Lleva un localizador, pero prefiero asegurarme y no perderla. ¿Puedes encargarte? A Ruffo y a mí ya nos ha visto, pero de ti no debería sospechar.
Una vez recibiera la confirmación de su compañera, seguiría.
—Contacta conmigo por den–den cuando lo necesites, nosotros iremos a ver qué demonios ha sido esa explosión. Quizá averigüemos algo más.
Dadas las indicaciones, Kusanagi le dio una suave palmada en el hombro a su compañero —¿o debería decir mánager?— mientras se encaminaba, una vez la mujer desapareció de su vista, hacia la zona de la explosión. Quizá fuera alguna medida para llamar la atención en la zona y dificultar que alguien pudiera dar con la reunión secreta, pero prefería asegurarse. Además, si era cosa de las mismas personas, seguramente pudieran enterarse de algo más. No debían inmiscuirse demasiado: ir, averiguar lo que estaba ocurriendo y regresar junto a la mink, pan comido.
—Será rápido —le aseguró a su compañero, mirándole de reojo—. Prometo que no nos entretendremos más de la cuenta, Rashid, pero tienes que dejarme ver los escombros al menos. Luego podemos ir a la posada —sugirió en clave, esperando que su compañero captara el mensaje.
- Resumen:
- » Despedirse amablemente de la señorita, no sin antes ofrecerle una futura invitación a tomar algo si vuelven a encontrarse.
» En cuanto se da la vuelta, usar su pulsera R4nd-A11 para ponerle una baliza y mantenerla localizada en todo momento.
» Indicarle a Ellie con sus poderes que la siga, por si acaso, ya que a ella no la ha visto todavía, y guiar a Ruffo hacia la zona de la explosión para ver qué está pasando. Una vez lo averigüen, el plan será volver a encontrarse con Ellie.
- R4nd-A11:
- Nombre del objeto: R4nd-A11 (Calidad Mítica)
Descripción: Se trata de un dispositivo diminuto, apenas de medio milímetro cuadrado, que sirve a los agentes más capaces del Cipher Pol como localizador y punto de escucha. Por norma general, los agentes disponen de una pulsera modificada que permite dispararlo hacia su objetivo discretamente.
Habilidades y efectos: Como hemos comentado, se trata de un dispositivo de localización y escucha. En este caso, una modificación más en la pulsera MRT-4D3L0 que lleva Kusanagi encima. A través de un sensor de presión, es capaz de disparar uno de estos pequeños localizadores adhesivos, el cual saldrá hasta una distancia efectiva de cincuenta metros. Una vez colisione en el blanco se pegará a él, ya sea en ropa, una superficie plana o cualquier otro lugar. El dispositivo está configurado para transferir la información al chip-comunicador que Kusanagi posee en su cráneo y, de este, pasa a su ojo cyborg, mostrándole una visual de la localización del objetivo. El alcance efectivo de este radar es de hasta diez kilómetros, mientras que las escuchas tan solo son nítidas a una distancia de dos kilómetros El aparato está preparado para resistir la humedad y las temperaturas ambientes extremas, aunque no podría soportar el fuego, la congelación o sumergirse en agua, ya que se trata de un dispositivo electrónico.
Hayden Ashworth
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Akuma no mi
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La bestia resultó ser más fuerte de lo que parecía. Y más rápida también. Siendo capaz de atravesar con sus dientes la dura coraza del dragón, el dolor a Zuko se le hizo ajeno. Ambas bestias rodaron por el suelo y el dragón no resistió su extremidad. En aquel instante su brazo era un bien prescindible y con sus poderes una amputación era más fácil de resolver que una herida que atravesase su extremidad. Por mucho que pudiese resistir el dolor, la pérdida de sangre es otra cosa. El animal arrancó el brazo con sus fauces y enseguida empezó a huir. El dragón hizo ademán de perseguirlo, pero... La gente del barco estaba en peligro.
«Perseguidlo Wyrm y tú, enseguida me uno a vosotros» —le dijo mentalmente a Iulio.
Recogió las esposas que le habían tirado con el único brazo que le quedaba y se las colgó del cinturón. Enseguida volvió a saltar y empezó a volar de nuevo en dirección al barco. El mástil había caído y estaba ardiendo, y por si fuera poco uno de los cadetes estaba atrapado bajo el mástil. Aterrizó a su lado y clavó las uñas en el pesado mástil, aunque con su fuerza no debería ser complicado levantarlo. Se concentró unos segundos y, de manera isntantánea, su brazo volvió a crecer, sin manga y con la ropa rota, pues se la había llevado el perro.
Ahora sí, con ambas manos, levantó el mástil y se lo colocó al hombro, esperando a que el cadete saliese de ahí abajo. En cuanto lo hubiese hecho, dejaría caer el mástil detrás de él. Entonces cogió al cadete y se lo colocó a la espalda, sin tardar nada en pasar a su forma completa. Esperó a que cualquier marine superviviente llegase hasta el dragón y se subiese. Cualquiera que estuviese en su brigada debería saber ya que su vicealmirante era un dragón y no debería asustarse. En cuanto todos hubiesen subido, alzaría de nuevo el vuelo hacia tierra, para poner a los marines a salvo.
«Perseguidlo Wyrm y tú, enseguida me uno a vosotros» —le dijo mentalmente a Iulio.
Recogió las esposas que le habían tirado con el único brazo que le quedaba y se las colgó del cinturón. Enseguida volvió a saltar y empezó a volar de nuevo en dirección al barco. El mástil había caído y estaba ardiendo, y por si fuera poco uno de los cadetes estaba atrapado bajo el mástil. Aterrizó a su lado y clavó las uñas en el pesado mástil, aunque con su fuerza no debería ser complicado levantarlo. Se concentró unos segundos y, de manera isntantánea, su brazo volvió a crecer, sin manga y con la ropa rota, pues se la había llevado el perro.
Ahora sí, con ambas manos, levantó el mástil y se lo colocó al hombro, esperando a que el cadete saliese de ahí abajo. En cuanto lo hubiese hecho, dejaría caer el mástil detrás de él. Entonces cogió al cadete y se lo colocó a la espalda, sin tardar nada en pasar a su forma completa. Esperó a que cualquier marine superviviente llegase hasta el dragón y se subiese. Cualquiera que estuviese en su brigada debería saber ya que su vicealmirante era un dragón y no debería asustarse. En cuanto todos hubiesen subido, alzaría de nuevo el vuelo hacia tierra, para poner a los marines a salvo.
- Resumen:
- Dejar que me arranque el brazo, regenerarlo, pasar a completa y salvar a la pipol (concretamente a Blacco(?))
Nombre de la técnica: Un nuevo yo
Categoría: Mítica
Naturaleza: Akuma no mi
Descripción: El usuario se concentra para maximizar su regeneración de reptil y que le vuelva a crecer de forma instantánea una extremidad perdida. Sin embargo esto requiere una concentración muy alta y tarda unos tres segundos en hacer efecto, por lo que mientras se esté concentrando en ello es susceptible a ataques y no puede hacer otras cosas que requieran concentración (por ej. usar Haki de observación). Además, esta técnica hace que, durante el resto del combate, el dragón no pueda acceder a sus habilidades regenerativas (lo cual incluye utilizar esta técnica una vez más) y además el esfuerzo le cansa bastante.
Gabriel Von Wilhelm
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Un burdel. El niño les señaló el lugar donde supuestamente estaba su madre y era... un burdel. Hizo una mueca pensativa, pensando en las posibilidades. Tal vez la madre del niño había sido secuestrada y estaba siendo obligada a trabajar de prostituta en aquel lugar, o tal vez su madre ya lo era y estaba teniendo problemas con un cliente demasiado violento. Fuera como fuese, no iban a negarle la ayuda a un niño. Una mujer los invitó a pasar, lo cual le pareció extraño. ¿Por qué los invitaba a pasar estando un niño con ellos? Hay pasaba algo, muy seguramente algo horrible.
Siguió a su jefe, que pareció querer entrar. Al hacerlo, comentó que ese no era sitio para una niña y tanto él como Nassor le taparon los ojos. Normalmente a Gabi le divertía cuando la gente confundía su género. Le hacía sentir bien, pues si lo confundían con una chica joven es porque era adorable, sin duda. Pero en aquella situación... no podía evitar tener la sensación de que justo por ello su jefe no lo tomaba en serio. No era un chico fuerte, claro, acababa de empezar su camino, pero... No era un niño pequeño.
Mientras Dexter hacía su propia investigación, pidiendo vino, Gabi se centró en el pequeño. Lo miró intentando transmitir una mirada tranquilizadora y entonces le susurró:
—Si ves a tu madre dime cual es, ¿de acuerdo? La ayudaremos, te lo prometo. ¿Sabes dónde está?
Siguió a su jefe, que pareció querer entrar. Al hacerlo, comentó que ese no era sitio para una niña y tanto él como Nassor le taparon los ojos. Normalmente a Gabi le divertía cuando la gente confundía su género. Le hacía sentir bien, pues si lo confundían con una chica joven es porque era adorable, sin duda. Pero en aquella situación... no podía evitar tener la sensación de que justo por ello su jefe no lo tomaba en serio. No era un chico fuerte, claro, acababa de empezar su camino, pero... No era un niño pequeño.
Mientras Dexter hacía su propia investigación, pidiendo vino, Gabi se centró en el pequeño. Lo miró intentando transmitir una mirada tranquilizadora y entonces le susurró:
—Si ves a tu madre dime cual es, ¿de acuerdo? La ayudaremos, te lo prometo. ¿Sabes dónde está?
- Resumen:
- Sentirse un poquito mal por como le habla su jefe :c y tratar de tranquilizar al niño mientras busca a su madre
RAL
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Esto... no era bueno. El centro comercial estaba en peor estado del que esperaba, completamente desvalijado y saqueado, aunque la estructura la habían respetado, seguramente la estuvieran usando. Si lográbamos infiltrarnos dentro podríamos llegar al quiosco, no creía que nadie hubiera desvalijado las revistas y los periódicos. Si tenía acceso a los sucesos de los últimos días, las direcciones y la hora podría elaborar una teoría más precisa. Pero primero tendríamos que pasar la primara prueba. Cuatro individuos con aspecto amenazador avanzaban hacia nosotros de manera hostil, de todas formas teníamos la ventaja de las armas y seguramente de la experiencia.
De todas formas no era eso lo que le parecía preocupar a Kia, con un gesto me hizo retroceder y me dijo que había algo en el suelo. Y un momento después la estrategia de los periódicos se fue volando por los aires, al igual que la mayoría del centro comercial, engullidos en llamas y escombros. Mi compañera no tardó en reaccionar, lanzando hielo a los escombros para protegernos, o por lo menos lograr que las llamas no fueran un peligro. De todas formas, había algo que me mosqueaba, si alguien se había tomado tantas molestias en destruir ese sitio era que ahí había algo interesante o que no deseaba que nadie descubriese. Pero ahora que había sido destruido poco podía quedar dentro de interés, así que tendría que recurrir al plan B.
Lo más rápido que pude me acerqué a aquellos hombres, seguramente distraídos y sorprendidos con la explosión. Si era capaz pondría una mano en el hombro de uno de ellos y lo miraría a los ojos.
- No hay tiempo para explicaciones, seguidnos si queréis vivir. - Y con esas palabras trataría de agarrar por lo menos a uno de ellos del brazo y llevarlo con nosotros a un lugar seguro.
Corrí del fuego y los escombros, tratando de encontrar una esquina segura o un lugar resguardado, Kia se estaba encargando de eso, pero no sabía si sería suficiente para detener los escombros. Si veía que estaba en peligro también la ayudaría a ponerse a salvo en un lugar seguro cuando pasase a su lado. Además, era conveniente no quedarnos quietos mucho tiempo en ese sitio, y más sabiendo que había algo bajo el suelo que podía darnos problemas. Una vez llegásemos a un lugar seguro podríamos interrogar a los supervivientes, colaborasen o no eran los únicos que podían saber lo que estaba pasando en esta zona, y la primera buena impresión nos facilitaría el trabajo.
De todas formas no era eso lo que le parecía preocupar a Kia, con un gesto me hizo retroceder y me dijo que había algo en el suelo. Y un momento después la estrategia de los periódicos se fue volando por los aires, al igual que la mayoría del centro comercial, engullidos en llamas y escombros. Mi compañera no tardó en reaccionar, lanzando hielo a los escombros para protegernos, o por lo menos lograr que las llamas no fueran un peligro. De todas formas, había algo que me mosqueaba, si alguien se había tomado tantas molestias en destruir ese sitio era que ahí había algo interesante o que no deseaba que nadie descubriese. Pero ahora que había sido destruido poco podía quedar dentro de interés, así que tendría que recurrir al plan B.
Lo más rápido que pude me acerqué a aquellos hombres, seguramente distraídos y sorprendidos con la explosión. Si era capaz pondría una mano en el hombro de uno de ellos y lo miraría a los ojos.
- No hay tiempo para explicaciones, seguidnos si queréis vivir. - Y con esas palabras trataría de agarrar por lo menos a uno de ellos del brazo y llevarlo con nosotros a un lugar seguro.
Corrí del fuego y los escombros, tratando de encontrar una esquina segura o un lugar resguardado, Kia se estaba encargando de eso, pero no sabía si sería suficiente para detener los escombros. Si veía que estaba en peligro también la ayudaría a ponerse a salvo en un lugar seguro cuando pasase a su lado. Además, era conveniente no quedarnos quietos mucho tiempo en ese sitio, y más sabiendo que había algo bajo el suelo que podía darnos problemas. Una vez llegásemos a un lugar seguro podríamos interrogar a los supervivientes, colaborasen o no eran los únicos que podían saber lo que estaba pasando en esta zona, y la primera buena impresión nos facilitaría el trabajo.
- Resumen:
- Lamentarme por los periódicos perdidos, tratar de salvar a al menos uno de aquellos hombres y a Kia si veo que su hielo no detiene los escombros. Tratar de ir a un lugar seguro.
Prisas, prisas y más prisas. Todo el mundo que se dignaba a pararse frente a mí a lo largo de mi vida parecía tener prisa, lo que resultaba bastante frustrante. Tal vez en aquella ocasión nos viniese bien, pues cuanto más escuetos fuesen los contactos más fácil sería pasar inadvertidos, pero no dejaba de resultar en cierto modo molesto. Incliné de nuevo la cabeza en señal de despedida cuando la muchacha se marchó por un callejón en dirección norte, aproximándome a continuación a mi superior y escuchando cómo hablaba con Ellie.
—Claro —respondí en relación a la fugaz visita que Kusanagi estimaba que debíamos hacer al origen de la explosión. Como no podía ser de otro modo, le seguí sin perder de vista los alrededores. Los civiles corrían despavoridos y los escombros y cascotes continuaban aterrizando por doquier.
—No sé quiénes serán, pero mejor alejarnos de ellos —susurró una mujer a un anciano al que ayudaba a abandonar la zona—. Ni siquiera se les veían las caras y todos se dirigían al lugar de la explosión; no me da buena espina.
—¿Señor? —dije sin dejar de correr para asegurarme de que el agente hubiese podido escuchar la información. Y es que tal vez no fuese necesario que continuásemos esforzándonos por encontrar el lugar de celebración de la reunión. ¿Acaso iría por una vez la montaña a Mahoma? Claro que no tenía la menor idea de quién era ese señor... ¿Algún otro modelo famoso como Shawn? A saber, pero cuando finalmente me detuve fue para esquivar saltando a un lado el último resto de la explosión que caía desde el cielo.
—Claro —respondí en relación a la fugaz visita que Kusanagi estimaba que debíamos hacer al origen de la explosión. Como no podía ser de otro modo, le seguí sin perder de vista los alrededores. Los civiles corrían despavoridos y los escombros y cascotes continuaban aterrizando por doquier.
—No sé quiénes serán, pero mejor alejarnos de ellos —susurró una mujer a un anciano al que ayudaba a abandonar la zona—. Ni siquiera se les veían las caras y todos se dirigían al lugar de la explosión; no me da buena espina.
—¿Señor? —dije sin dejar de correr para asegurarme de que el agente hubiese podido escuchar la información. Y es que tal vez no fuese necesario que continuásemos esforzándonos por encontrar el lugar de celebración de la reunión. ¿Acaso iría por una vez la montaña a Mahoma? Claro que no tenía la menor idea de quién era ese señor... ¿Algún otro modelo famoso como Shawn? A saber, pero cuando finalmente me detuve fue para esquivar saltando a un lado el último resto de la explosión que caía desde el cielo.
- Resumen:
- Ir junto a Kus al manglar número 30 e incorporar lo referente a todos los encapuchados que acuden al manglar que aparece en la moderación general en boca de civiles.
Nassor
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Tras una veloz carrera con Dexter corriendo a su lado (a la mierda las precauciones y el elemento de la sorpresa), llegaron al local. El Ciervo no se fijó en el cartel, ocupado atendiendo a su olfato y las otras impresiones sensoriales que le llegaban del interior. Había un ligero olor a alcohol, otro a perfume y un pestazo a sudor y humanidad. ¿Una taberna? ¿Entonces por qué olía tanto a persona? Más parecía que fuese alguna clase de bar-gimnasio o algo así, por los olores. También le llegaban ruidos muy amortiguados de jadeos de algún piso superior. La teoría del gimnasio cobraba sentido. Se recostó para dejar que Gabi y el niño se bajasen. Tras eso mientras se levantaba volvió a su forma humana, levantándose del todo y mirando a Dexter, esperando a que abriese la marcha.
- Creo que podré entenderme con los lugareños.
Y entonces entraron. Oh dios, vaya si entraron. Le rodeaban la perversión, la decadencia y la degeneración humana. ¡A esa mujer se le veían los... y a la otra...! Si aquello no era un bar gimnasio y era en realidad un antro de degenerados lujuriosos, entonces los jadeos que había escuchado y el olor a sudor... oh, no. Se estaba poniendo malo solo de pensarlo. Mirase a donde mirase veía carne y turgentes curvas. ¡Ni siquiera podía mirar al suelo y sentirse cómodo! Habían puesto una alfombra con temas horrendos y pervertidos. Se sentía enfermo solo de estar pisándola. En aquel sitio todo estaba corrupto y contaminado. Seguro que hasta la botella de licor de plátano tenía algún significado siniestro que se le escapaba. Se apresuró a taparles los ojos a Gabi y al chico, aunque en el caso de la primera solo llegó a taparle un ojo porque Dexter se le había adelantado en el otro.
- No deberíais contemplar este sitio. No son cosas que debáis ver a vuestra edad. Ni a ninguna, siendo correctos.
Seguía sin saber a dónde mirar y empezaba a sentir mucho calor. Oh, no. Estaban contagiándole su perversión. Empezaba a notar mucho calor en sus bajos y una presión contra sus calzoncillos. Incómodo y sintiéndose observado, se arrebujó la capa tapándose bien con ella. Entonces su líder, su maestro, traicionó su confianza cedió a las impías tentaciones de aquel sitio. ¡Y para colmo pretendía no solo llevarse a una, sino pervertir al inocente chiquillo que se habían llevado con ellos! Nassor intentó cogerlo en brazos y ponerle la cabeza contra su pecho para que no viese lo que ocurría. No iba a dejar que le hiciesen esas... guarradas. ¡Y aún encima prentendía ligar con las prostitutas mandándoles alcohol, otro de los vicios en que un guerrero no debía caer! Un soldado que se preciase no debía tomar ninguna clase de alcohol. Le dirigió una fría mirada de decepción a Dexter, negando con la cabeza. Tras eso suspiró y cerró los ojos.
- Esto va a ser horrible.
Y entonces activó su Dai San no Me, tratando de ignorar... las escenas de aquel templo de degeneración, en busca de una mujer que estuviese siendo retenida contra su voluntad. Probablemente no estaría en las habitaciones, donde... ¿era eso una mujer con pene? Trató de ignorar esa clase de horripilantes imágenes y seguir buscando, echando un vistazo al sótano y la trastienda.
- Creo que podré entenderme con los lugareños.
Y entonces entraron. Oh dios, vaya si entraron. Le rodeaban la perversión, la decadencia y la degeneración humana. ¡A esa mujer se le veían los... y a la otra...! Si aquello no era un bar gimnasio y era en realidad un antro de degenerados lujuriosos, entonces los jadeos que había escuchado y el olor a sudor... oh, no. Se estaba poniendo malo solo de pensarlo. Mirase a donde mirase veía carne y turgentes curvas. ¡Ni siquiera podía mirar al suelo y sentirse cómodo! Habían puesto una alfombra con temas horrendos y pervertidos. Se sentía enfermo solo de estar pisándola. En aquel sitio todo estaba corrupto y contaminado. Seguro que hasta la botella de licor de plátano tenía algún significado siniestro que se le escapaba. Se apresuró a taparles los ojos a Gabi y al chico, aunque en el caso de la primera solo llegó a taparle un ojo porque Dexter se le había adelantado en el otro.
- No deberíais contemplar este sitio. No son cosas que debáis ver a vuestra edad. Ni a ninguna, siendo correctos.
Seguía sin saber a dónde mirar y empezaba a sentir mucho calor. Oh, no. Estaban contagiándole su perversión. Empezaba a notar mucho calor en sus bajos y una presión contra sus calzoncillos. Incómodo y sintiéndose observado, se arrebujó la capa tapándose bien con ella. Entonces su líder, su maestro, traicionó su confianza cedió a las impías tentaciones de aquel sitio. ¡Y para colmo pretendía no solo llevarse a una, sino pervertir al inocente chiquillo que se habían llevado con ellos! Nassor intentó cogerlo en brazos y ponerle la cabeza contra su pecho para que no viese lo que ocurría. No iba a dejar que le hiciesen esas... guarradas. ¡Y aún encima prentendía ligar con las prostitutas mandándoles alcohol, otro de los vicios en que un guerrero no debía caer! Un soldado que se preciase no debía tomar ninguna clase de alcohol. Le dirigió una fría mirada de decepción a Dexter, negando con la cabeza. Tras eso suspiró y cerró los ojos.
- Esto va a ser horrible.
Y entonces activó su Dai San no Me, tratando de ignorar... las escenas de aquel templo de degeneración, en busca de una mujer que estuviese siendo retenida contra su voluntad. Probablemente no estaría en las habitaciones, donde... ¿era eso una mujer con pene? Trató de ignorar esa clase de horripilantes imágenes y seguir buscando, echando un vistazo al sótano y la trastienda.
- resumen:
- Sufro mucho y muy fuerte por mi inocencia y trato de buscar a la madre con mi modalidad de haki de observación.
Dai San Me
Naturaleza de la técnica: Modalidad de haki de observación
Descripción de la técnica: Puede "ver" dentro de su radio de mantra como si tuviese vista de 360º. Esta visión no es precisa ni en color; es más como si fuera un radar. Percibe más nítidamente las cosas con "voz". Mientras mantenga la concentración, puede mantener la técnica, pero si la desactiva tendrá que recargarla. De manera pasiva, siente las presencias más cercanas a él (a un par de metros) aunque no use el haki activamente. No las percibe como si estuviese con el haki activo (no siente sus emociones ni posibles ataques), sólo sabe que están ahí.
Tiempo de canalización: Un segundo.
Tiempo de recarga: Un post.
No tenía demasiado claro qué demonios había sucedido. Sirio había arrojado a un cadete en mi dirección, probablemente olvidando la naturaleza de los poderes que le había mostrado durante nuestro enfrentamiento pasado. El cuerpo del marine me había atravesado sin más, por supuesto, lo que no debería haber supuesto modificación u obstáculo alguno de mi trayectoria. No obstante, por simple azar y mala fortuna el cánido ejecutó un movimiento inesperado en el último momento que me impidió caer donde había previsto.
Maldije por lo bajo, recibiendo a continuación las instrucciones del vicealmirante y localizando a Wyrm de un rápido vistazo. Nada hacía pensar que no podría continuar con la ofensiva, así que gruñí en voz baja y me desmaterialicé para volver a recuperar mi forma normal en el puerto, justo frente a la bestia.
—Me costó demasiado atraparte. No creas que voy a dejarte escapar sin más —espeté mientras mis manos comenzaban a brillar con fuerza. Era un blanco fácil debido a su tamaño, de forma que apunté al centro de su pecho y dejé que Shining Bullet devorase la distancia que nos separaba. Si pensaba que por haber pisado tierra firme se libraría de nosotros no podía estar más equivocado.
Maldije por lo bajo, recibiendo a continuación las instrucciones del vicealmirante y localizando a Wyrm de un rápido vistazo. Nada hacía pensar que no podría continuar con la ofensiva, así que gruñí en voz baja y me desmaterialicé para volver a recuperar mi forma normal en el puerto, justo frente a la bestia.
—Me costó demasiado atraparte. No creas que voy a dejarte escapar sin más —espeté mientras mis manos comenzaban a brillar con fuerza. Era un blanco fácil debido a su tamaño, de forma que apunté al centro de su pecho y dejé que Shining Bullet devorase la distancia que nos separaba. Si pensaba que por haber pisado tierra firme se libraría de nosotros no podía estar más equivocado.
- Resumen:
- Buscar explicación alternativa al choque con el cadete (soy Logia y no tendría que suponerme impedimento alguno) para no alcanzar a Sirio y seguir las órdenes de Zuko, persiguiéndole.
- Nota para el moderador:
- Tanto Wyrm como yo nos dejamos caer sobre él, pero no sé a cuál de los dos se refiere la moderación al no aclararse a quién le lanza el marine. Asumiré que soy yo por eso de que voy bastante rápido.
William White
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Akuma no mi
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Por lo general, me había acostumbrado a tratar con varios matones o puertas como el gyojin que tenía enfrente a lo largo de mi relativamente corta carrera criminal, experiencia gracias a la cual me había percatado de que por lo general que aquellas moles de musculo no eran muy dadas a pensar, aunque era la excepción que confirmaba la regla. Ya que no solo se trataba de un puerta, sino que parecía estar al corriente de todos las entregas que debían entrar y salir del local, algo que teniendo en cuenta el tamaño del lugar no debía ser para nada sencillo, y era algo que sabía de primera mano ya que había estado varios meses gestionando las finanzas de sus almacenes en Baristan y siempre debías tener en cuenta que algunos pedidos llegaban más tarde de lo pensado o simplemente no llegaban, en especial si había conflictos armados entre medias.
Fuera como fuera, aquel pequeño tropezón no iba a impedir que pudiera camelar a aquella mente del fondo del mar con mi palabrería y mi labia, incluso a pesar de la lluvia de preguntas que nos estaba lanzando la puerta. Aun así, todo sufrió un brusco cambio cuando el sireno pareció tomar la iniciativa, alterando completamente mi plan, una vez más di gracias a mi fisonomía por no traicionarle en momentos como esos, ya que de lo contario no había podrido arquear la ceja en una señal de perplejidad o nota como un pequeño sudor frio recorría mi frente. Aunque si bien aquello no le terminaba de pillar de sorpresa debido a que no era la primera ni la última en la que Black se salía del plan, me quede aún más anonadado al ver la reacción de su compatriota, el cual asumía que debía ser racista o algo por su reacción. El dialogo continuó hasta que Kaito volvió a tener otra de sus habituales salidas de tono.
-Lo que quiere decir mi jefe- dije fingiendo una sonrisa de aprobación mirando a mi supuesto jefe, como si estuviera tratado de corregirle de una forma diplomática -Es que debido a la complicada situación de la isla necesitamos tener un socio de confianza con una posición bien asentada en el mercado, no deseamos riesgos comerciales innecesarios, por lo que consideramos que tal vez podría ser una buena idea hacer una investigación de la infraestructura y de la mano de obra del señor Fidgetti es la adecuada para nuestros estándares empresariales, en especial su famosa política de indiscreción y seguridad- masculló tratando de salir del paso como buenamente podía -En lo personal creo que el señor Fidgetti podría ver nuestra oferta con muy buenos ojos, y respecto a la confianza, tal y como están las cosas, creo que vuestro jefe verá con buenos ojos una mano amiga como la nuestra, una vez que demostremos nuestra valía, claro- finalicé intentando de embaucar y enredarlo con más palabrería.
Reaccionará cómo reaccionará el maldito hombre pez, observé como el resto de los hombres a los que habían tratado de usurpar andaban de regreso a lo lejos en su barco, los cuales se mantenían expectantes a ver como se desarrollaba la acción ¿Serían también miembros de la familia de ese tal señor Fidgetti? La verdad es que, pese a que había estado operando en el mar del este y el oeste, jamás había escuchado un nombre como ese, o al menos no lo recordaba, algo que no le extrañaba del todo al ver como se las gastaban sus trabajadores. Fuera como fuera, lleva consigo su fiel espada, “La susurradora de estrellas” había sido hasta ahora el único aliado que hasta ahora jamás le había fallado, y junto con ella varias dagas ocultas distribuidas por diferentes partes le hacía sentirse más seguro por si se diera el caso en el que las negociaciones con el pez o su jefe se torcieran en algún momento, después de todo, la forma más sencilla de adquirir una base era desplazando al jefe de turno, aunque por el momento lo ideal era ver como se desarrollaba la complicada situación que tenían ante ellos y ver si finalmente tocaba abrirse paso con la lengua o con la espada.
Si finalmente lograba entrar, procuraría estar atento y con la guardia alta, después de todo, no sería descabellado que les tendieran una trampa ahí dentro, y sino, se prepararía, ya que dudaba que aquel tipejo les fuera a dejar irse de rositas.
Fuera como fuera, aquel pequeño tropezón no iba a impedir que pudiera camelar a aquella mente del fondo del mar con mi palabrería y mi labia, incluso a pesar de la lluvia de preguntas que nos estaba lanzando la puerta. Aun así, todo sufrió un brusco cambio cuando el sireno pareció tomar la iniciativa, alterando completamente mi plan, una vez más di gracias a mi fisonomía por no traicionarle en momentos como esos, ya que de lo contario no había podrido arquear la ceja en una señal de perplejidad o nota como un pequeño sudor frio recorría mi frente. Aunque si bien aquello no le terminaba de pillar de sorpresa debido a que no era la primera ni la última en la que Black se salía del plan, me quede aún más anonadado al ver la reacción de su compatriota, el cual asumía que debía ser racista o algo por su reacción. El dialogo continuó hasta que Kaito volvió a tener otra de sus habituales salidas de tono.
-Lo que quiere decir mi jefe- dije fingiendo una sonrisa de aprobación mirando a mi supuesto jefe, como si estuviera tratado de corregirle de una forma diplomática -Es que debido a la complicada situación de la isla necesitamos tener un socio de confianza con una posición bien asentada en el mercado, no deseamos riesgos comerciales innecesarios, por lo que consideramos que tal vez podría ser una buena idea hacer una investigación de la infraestructura y de la mano de obra del señor Fidgetti es la adecuada para nuestros estándares empresariales, en especial su famosa política de indiscreción y seguridad- masculló tratando de salir del paso como buenamente podía -En lo personal creo que el señor Fidgetti podría ver nuestra oferta con muy buenos ojos, y respecto a la confianza, tal y como están las cosas, creo que vuestro jefe verá con buenos ojos una mano amiga como la nuestra, una vez que demostremos nuestra valía, claro- finalicé intentando de embaucar y enredarlo con más palabrería.
Reaccionará cómo reaccionará el maldito hombre pez, observé como el resto de los hombres a los que habían tratado de usurpar andaban de regreso a lo lejos en su barco, los cuales se mantenían expectantes a ver como se desarrollaba la acción ¿Serían también miembros de la familia de ese tal señor Fidgetti? La verdad es que, pese a que había estado operando en el mar del este y el oeste, jamás había escuchado un nombre como ese, o al menos no lo recordaba, algo que no le extrañaba del todo al ver como se las gastaban sus trabajadores. Fuera como fuera, lleva consigo su fiel espada, “La susurradora de estrellas” había sido hasta ahora el único aliado que hasta ahora jamás le había fallado, y junto con ella varias dagas ocultas distribuidas por diferentes partes le hacía sentirse más seguro por si se diera el caso en el que las negociaciones con el pez o su jefe se torcieran en algún momento, después de todo, la forma más sencilla de adquirir una base era desplazando al jefe de turno, aunque por el momento lo ideal era ver como se desarrollaba la complicada situación que tenían ante ellos y ver si finalmente tocaba abrirse paso con la lengua o con la espada.
Si finalmente lograba entrar, procuraría estar atento y con la guardia alta, después de todo, no sería descabellado que les tendieran una trampa ahí dentro, y sino, se prepararía, ya que dudaba que aquel tipejo les fuera a dejar irse de rositas.
- resumencillo:
Pues básicamente tratar de ceñirme al giro de Kaito tratando de ser lo más diplomático posible.
Blacco Giacco
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Son todos unos cobardes y unos inútiles. Nadie ha tenido la decencia o la fuerza de voluntad de quedarse a ayudarme, y yo hubiera hecho lo contrario por ellos. Yo hubiera ayudado, aunque me pusiera en peligro a mi mismo. Nada ni nadie sería capaz de pararme si mi objetivo es salvar a mis compañeros, ni siquiera el fuego negro este... Espera, ¡¿Fuego negro?!
Un fuego rarísimo se extendía hacia mi a toda velocidad, y yo no podía sacar el pie de donde estaba. Forcejeé pero era inutil, era incapaz de levantar un pilar de semejante buque. Esperé ayuda de forma impaciente hasta que por fin, alguién vino, y no alguién cualquiera...
El mástil se levantó y pude arrastrarme para sacar el pie. Cuando me moví pude ver bien de quien se trataba, era mi heroe: Zuko, el dragón de la marina. Dejó el mástil detrás mia y se transformó en un dragón del todo, poniéndome en su espalda. Era la primera vez que estaba allí, y es una sensación de la que no me olvidaré nunca, en el lomo de Zuko, el dragón. Zuko esperó a mas compañeros mios, y les ayudé a subir a su lomo con mirada de desprecio total hacia ellos, ya que ellos no me ayudaron a mi.
Un fuego rarísimo se extendía hacia mi a toda velocidad, y yo no podía sacar el pie de donde estaba. Forcejeé pero era inutil, era incapaz de levantar un pilar de semejante buque. Esperé ayuda de forma impaciente hasta que por fin, alguién vino, y no alguién cualquiera...
El mástil se levantó y pude arrastrarme para sacar el pie. Cuando me moví pude ver bien de quien se trataba, era mi heroe: Zuko, el dragón de la marina. Dejó el mástil detrás mia y se transformó en un dragón del todo, poniéndome en su espalda. Era la primera vez que estaba allí, y es una sensación de la que no me olvidaré nunca, en el lomo de Zuko, el dragón. Zuko esperó a mas compañeros mios, y les ayudé a subir a su lomo con mirada de desprecio total hacia ellos, ya que ellos no me ayudaron a mi.
Roland Oppenheimer
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Akuma no mi
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El sonido del metal contra la carne fue desgarrador. Acabar con aquellos dos esbirros había resultado tan sencillo que el mink empezó a reírse descaradamente ante sus cadáveres.
—Hatajo de desgraciados —pronunció entre carcajadas—. No es culpa vuestra, habéis tenido la mala suerte de encontraros conmigo.
Tras aquel momento de narcicismo volvió a centrarse en su objetivo inicial, que era perseguir al cabecilla del grupo para extraerle toda la información que pudiera tener. Se acercó hasta la ventana rota, la cruzó de un salto y buscó a su alrededor. Al ver que habían huido pies en polvorosa, afinó la vista hasta que encontró un sendero creado por cubertería y migas de pan. «¿Quién es tan gordo para ir comiendo mientras huye? Putos incompetentes» pensó mientras seguía las migas de pan, nunca mejor dicho.
Creó un espejo, que se quedó flotando de forma horizontal, y se subió sobre él, usando sus poderes para moverlo cual tabla voladora. Por el camino guardó en el interior de sus espejos, extrayendo a Dyplon y a Vrontí. Al poco rato llegó a una plaza donde encontró a los hombres que habían huido. Ahora, junto a ellos se encontraban más hombres, llegando a alcanzar las diez personas.
—Cierto, no tenéis nada que ver conmigo... —empezó a decir—. Pero mi olfato me dice que sabéis más de lo que decís.
Los amenazó señalando con la lanza al cabecilla, buscando intimidarlos.
—A ver, panda de inútiles. No sois más que unos mentecatos que no valéis ni para robar. Sois tan estúpidos que habéis dejado un rastro que podría seguir hasta un ciego sin piernas. A lo mejor también estáis sordos, porque en esta puta isla he escuchado más explosiones que en una jodida Buster Call. Haced el puto favor de obedecerme y será mucho más fácil para todos —dijo, con una mueca de arrogancia—. O si no morid.
Los miró a todos, uno por uno, intentando identificar al eslabón más débil.
—¿Quién está organizando los ataques piratas? ¿Dónde se encuentra? Desembuchad de una maldita, no me hagáis perder más el tiempo.
—Hatajo de desgraciados —pronunció entre carcajadas—. No es culpa vuestra, habéis tenido la mala suerte de encontraros conmigo.
Tras aquel momento de narcicismo volvió a centrarse en su objetivo inicial, que era perseguir al cabecilla del grupo para extraerle toda la información que pudiera tener. Se acercó hasta la ventana rota, la cruzó de un salto y buscó a su alrededor. Al ver que habían huido pies en polvorosa, afinó la vista hasta que encontró un sendero creado por cubertería y migas de pan. «¿Quién es tan gordo para ir comiendo mientras huye? Putos incompetentes» pensó mientras seguía las migas de pan, nunca mejor dicho.
Creó un espejo, que se quedó flotando de forma horizontal, y se subió sobre él, usando sus poderes para moverlo cual tabla voladora. Por el camino guardó en el interior de sus espejos, extrayendo a Dyplon y a Vrontí. Al poco rato llegó a una plaza donde encontró a los hombres que habían huido. Ahora, junto a ellos se encontraban más hombres, llegando a alcanzar las diez personas.
—Cierto, no tenéis nada que ver conmigo... —empezó a decir—. Pero mi olfato me dice que sabéis más de lo que decís.
Los amenazó señalando con la lanza al cabecilla, buscando intimidarlos.
—A ver, panda de inútiles. No sois más que unos mentecatos que no valéis ni para robar. Sois tan estúpidos que habéis dejado un rastro que podría seguir hasta un ciego sin piernas. A lo mejor también estáis sordos, porque en esta puta isla he escuchado más explosiones que en una jodida Buster Call. Haced el puto favor de obedecerme y será mucho más fácil para todos —dijo, con una mueca de arrogancia—. O si no morid.
Los miró a todos, uno por uno, intentando identificar al eslabón más débil.
—¿Quién está organizando los ataques piratas? ¿Dónde se encuentra? Desembuchad de una maldita, no me hagáis perder más el tiempo.
- Resumen:
- Perseguir a los piratas y amenazarlos.
Normas del capítulo:
Moderación
- Se moderará lunes y jueves entre las 22:00 y las 23:59.
- No se puede postear los lunes o jueves antes de la moderación.
- Hay un reloj que marca el tiempo restante. Cuando acaba los temas se cierran.
- Está prohibido metarrolear, powerrolear y demás actitudes tóxicas.
- A más riesgo, más premio.
- Como es tradición, el barco de Sons of Anarchy se hundirá en algún momento.
- Cada post debe ocupar entre 250 y 1.200 palabras. Si no se está en estos límites, el post podría ser ignorado.
- Es responsabilidad de un usuario comunicarse con la gente con la que interactúa.
- Si un post tiene más de 15 faltas ortográficas por párrafo podría ser ignorado.
- Hacer un resumen de acciones relevantes es obligatorio independientemente de la extensión.
- La ley del plot no es a prueba de idiotas.
- Se puede postear varias veces en una ronda, siempre que hayan posteado al menos dos personajes antes.
- Mapa:
Moderación
- Meneror - 50:
- Mejor que escondieras la nota, en el momento en que lo haces Sophie clava la mirada en ti. Ante tu pregunta deja salir una leve sonrisa, parece que de los allí presentes solo tú y los dos jóvenes que se te han quedado mirando y te enviaron la nota tienen alguna duda o se les nota un poco molestos o incomodos con la situación. El resto simplemente sonríen y asienten como si fueran meros muñecos de trapo.
— Verás, Júpiter es quien busca esta alianza entre empresarios, no hay nada mejor que tener un gremio de gente dispuesta en la que confiar ¿no crees? Es tan sencillo como saber que siempre vas a tener a alguien que te respalde y que ellos te tendrán a ti para lo mismo — sonaba todo demasiado bonito, demasiado idílico para ser cierto, pero los allí presentes asintieron con una enorme sonrisa como si todo en la vida se solucionara tras aquella reunión.
La mujer se acerca un poco a ti y con esa sonrisa de lo más extraña vuelve a dirigirse hacia a ti — si has venido hasta aquí es porque estás dispuesto a unirte a nosotros ¿verdad? Aunque si tienes algunas dudas más, por favor, eres libre de preguntar para poder despejar tu mente de cualquier tipo de duda — según su voz va sonando se mete en tu cabeza, resuena como una melodía dulce que poco a poco parece enturbiar tus sentidos y nublar tu razón. Tu capacidad de raciocinio se ve comprometida y a lo mejor deberías plantearte que está ocurriendo realmente en ese momento.
Si miras a alguno de los dos chicos, te estarán mirando con terror en los ojos mientras que los demás simplemente siguen sonriendo como muñecos sin alma que tan solo están allí para seguir odenes.
- Dexter, Nassor, Gabi - 33:
- Al principio el niño se aferró a Gabi intentando controlar el miedo que le provocaba aquel sitio. Se aferró al cuerpo de Nassor cuando este lo tomó en brazos y escondió su carita en el pecho del pelirrojo, no quería ver todo eso. Nadie parecía estar extrañado por ver a dos niños dentro del burdel, la verdad es que los ignoraban bastante.
Ante la petición de Dexter, la joven que se había acercado a daros la bienvenida sonrió y se acercó al barman para darle las instrucciones. Mientras tanto las dos jóvenes pelirrojas tomaron la botella de vino y os hicieron un gesto para que os acercarais a la mesa. Una vez allí y con una sonrisa encantadora os invitaron a sentaros — nunca imagine que el gran Dexter Black acabase aquí metido, es más guapo de lo que cuentan los rumores — habló una de las gemelas mientras que la otra asentía ante sus palabras.
— Espero que disfrutéis de vuestra estancia aquí, debo admitir que tu acompañante me resulta de lo más apetecible, pero decidme ¿Qué es eso que busca ese jovencito exactamente? — en esta ocasión fue la otra gemela la que habló refiriéndose al niño que Nassor aún tenía colgado. Se podría decir que eran prácticamente iguales, lo único que las diferenciaba era una cosa, el colgante que llevaba cada una de ellas. Una llevaba una cadena con una constelación que cuenta con tres estrellas y la otra lleva en la cadena con otra constelación diferente, mucho más elaborada y con una cantidad de estrellas bastante mayor.
Mientras hablan, Nassor además puede escuchar perfectamente una conversación, aunque el sonido parece algo embotellado y parece que viene de la zona inferior. Parece ser que un hombre está hablando con una mujer sobre algo que se ha “perdido” y entre medias de la conversación, se escuchan golpes y llantos. La mujer pide disculpas y clemencia ya que al parecer tiene un hijo pequeño del que cuidar, pero el hombre no tiene ninguna intención de parar con lo que está haciendo.
La camarera que os dio la bienvenida no tarda en volver con una joven despampanante, pelo rubio hasta los hombros, ojos azules como el claro cielo de una mañana despejada, grandes y llamativos. Una sonrisa encantadora y un rostro de muñequita de porcelana, además de un cuerpo de infarto tapado únicamente con un par de prendas de lo más reveladoras — aquí tiene a nuestra estrella más brillante señor Black, Vega — la presentó y ni corta ni perezosa la mujer no dudo en tomar asiento en las piernas del buen revolucionario colocando una mano sobre su pecho.
— Es usted realmente grande señor Black, escuche rumores de que es igual en todos lados ¿es eso cierto? — la sonrisa de la prostituta no tardo en asomar en sus labios mientras se dedicaba a juguetear un poco con sus dedos en el pecho del moreno. Las gemelas simplemente sonrieron y la dejaron hacer. Una de ellas miro a Gabi y le dedico una sonrisa peculiar, de esas que a cualquiera consiguen ponerle la piel de gallina.
- Justice Raiders - 60:
- Buen trabajo Vicealmirante, consigues rescatar al pobre Inferno que casi es pasto de las llamas allí metido bajo el mástil. Seguramente se resienta bastante del golpe recibido por la madera, puede que tenga algún que otro hueso roto pero tampoco le impide caminar del todo, tan solo le resulta bastante molesto. Por otro lado parece que Hamlet se ha quedado paralizado en el sitio donde cayó tras impactar contra el cadete. Sin embargo consigue abandonar el barco e ir a puerto antes de que este sea completamente pasto de las llamas negras de aquel perro.
Por otro lado Iulio busca disparar al pecho del gran perro, no obstante este hace que su cuerpo cambie para pasar de forma completa a forma híbrida siendo ahora una especie de licántropo. No parece estar dispuesto a dejarse atrapar nuevamente tan fácilmente, en aquella forma es bastante más rápido y ágil y no duda un solo momento en salir corriendo para perderse entre los árboles. Mientras el gran perro escapa o lo intenta, podéis ver como el humo negro que han creado las llamas de dicho perro se mueve hacía vosotros inundando completamente el puerto e intentando así ocultar y ayudar a Sirio a escapar dificultando vuestra visión.
El movimiento del humo es cuanto menos sospechoso, no parece ser natural y el viento que lo mueve y lo lleva hasta allí tampoco. Ahora mismo os encontráis en una difícil situación, no podéis ver más allá de que lo tenéis delante de la nariz, incluso diría que ni siquiera eso debido a la espesura del humo que os rodea, además de eso, resulta asfixiante intentar respirar dentro de esa nube, tal vez sería mejor salir de allí. Entre el humo, podéis escuchar las voces de los civiles que andaban por el puerto intentando salir, sobretodo la voz de una niña pequeña que pide ayuda, parece estar cerca de Iulio o eso indica la voz, parece que se está ahogando.
- Ral y Kia - 30:
- Por suerte el hielo de Kia hace que las llamas desaparezcan de aquellos escombros pero se convierten en bolas de hielo que caen a una velocidad considerable así que resultan igualmente bastante peligrosos para aquellos que se encuentran debajo y pueden terminar por ser aplastados por ellos. Ral consigue tirar de uno de los piratas y el resto simplemente les siguen buscando un lugar seguro donde resguardarse de aquella locura que se ha formado en un momento en el centro comercial.
Ante el hielo en el suelo Kia puede escuchar como lo que sea que se mueve por el suelo cambia de trayectoria y simplemente rodea la zona helada para continuar con su camino. No parece que tenga intención de ir en contra vuestra simplemente continua removiéndose bajo tierra, siguiendo un camino que parece marcado. Por otro lado las explosiones paran y aquella llama que había surgido del centro comercial simplemente deja de arder, no obstante los resquicios de esas llamas permanecen en la infraestructura o lo poco que queda de ella quemando lo poco que quede.
Los piratas miran a Ral sin entender que está pasando, se les nota confundidos e incluso asustados — ¿Qué cojones ha sido eso? — uno de ellos alza la voz intentando comprender que es lo que había sucedido. Después vuelve a miraros y a arquear una ceja sin saber tampoco quienes sois vosotros — ¿Quiénes sois? ¿Habéis venido a avisarnos o algo? — Desde luego era lo que parecía y siendo sinceros tras lo ocurrido los piratas no tenían muchas ganas de dudar de alguien que acababa de salvarles la vida. De todos modos Kia aún puede escuchar ese sonido tan molesto bajo tierra que sigue rondando de vez en cuando, por un momento para, pero después vuelve a removerse como si fuera una especie de culebra que se remueve entre las hojas de un arbusto.
- Eden - 30:
- Chicos chicos chicos, ¿Qué vamos a hacer con vosotros? No creo que a vuestros superiores les haga mucha gracia que ignoréis vuestras ordenes explicitas para iros de fiesta a investigar cosas que no tienen que ver con vosotros, pero que le vamos a hacer. Ellie por desgracia, sigue en el limbo y pierde de vista a vuestra única pista entre las calles. Una pena desde luego, seguro que os hubiera llevado hasta un lugar de lo más interesante, por desgracia para vosotros, habéis decidido ignorar vuestro cometido e ir en dirección contraria.
Siguiendo las explosiones os encontráis con lo que parece ser el centro comercial de Sabaody completamente en llamas y destruido, a lo lejos podéis ver un grupo de seis personas, cuatro hombres, una mujer de melena rubia y algo o alguien con una máscara blanca de lo más peculiar. Además de eso, si alguno de vosotros posee algún sentido desarrollado como puede ser el olfato, el oído o algo similar, podréis escuchar o sentir como algo se mueve bajo el suelo. Una especie de ligero temblor se hace presente en la suela de vuestros zapatos y parece que algo está listo para saltar sobre vosotros en cualquier momento. De hecho eso es lo que ocurre, una especie de mano o garra emerge del suelo y sujeta con fuerza el tobillo de uno de vosotros tirando con fuerza hacía abajo con intención de meterle bajo la tierra.
Mientras tanto, los sujetos encapuchados continúan reuniéndose en un lugar concreto del archipiélago, que no, no está cerca del centro comercial en absoluto, de hecho se encuentra en dirección contraria. La reunión a la que deberíais asistir dará comienzo pronto, parece que casi todos los invitados ya están presentes, faltan un par, pero tampoco pueden detener algo así simplemente porque un par de asistentes no se presenten. Después de todo, nadie les dice que sigan vivos o que merezcan estar allí. Fuese como fuese, van entrando y preparándose para dar comienzo a su reunión secreta. Kus aún puede percibir una ligera señal por parte del localizador que logró ponerle a la chica. Sin embargo es muy débil y no puede escuchar nada. Parece que está en un lugar donde las señales sufren interferencias de alguna manera para evitar espionaje por lo que solamente puede recibir la señal GPS de dónde se encuentra.
- Oppen - 21:
- —La verdadera pregunta aquí es ¿Quién te crees que eres para hablarnos así? Eres un caza de mierda que ni si quiera es famoso ¿y te crees que vas a poder con todos nosotros? — me parece que a lo mejor te estás pasando un poco de brabucón. Los piratas no parece que estén intimidados por ti o por tus amenazas y no dudan un solo momento en rodearte por completo haciendo un circulo perfecto alrededor tuya. Todos ellos sacan sus armas, algunos tienen espadas, otros tienen dagas, puñales, etc y se preparan para abalanzarse contra ti.
No dudan en abalanzarse los diez contra ti y aunque puedas esquivar unos cuantos golpes aprovechando tu haki y tu habilidad, siguen siendo diez, así que te llevas algún que otro corte, puñalada y si no tienes cuidado a lo mejor hasta te quedas tuerto. Ante el barullo formado con aquella pelea entre los piratas y tú, un grupo de marines que estaba haciendo una ronda por la zona buscando posibles enemigos que abatir se acerca a vuestra posición. Al ver semejante espectáculo no dudan en sacar sus armas y dar la voz para que los piratas se detengan.
— ¡Quietos, quedáis todos arrestados! — los piratas ante el grito de los marines se alejan de ti y miran en dirección de aquellos hombres, no todos claro, aún hay alguno que se queda vigilándote por si acaso. Los bandidos no tienen intención de dejarse capturar, así que ni cortos ni perezosos se lanzan contra algunos marines mientras que otros salen corriendo con el botín conseguido esperando que sus compañeros se reúnan con ellos en otro momento. La batalla se complica un poco cuando comienza a haber disparos, algunos piratas caen muertos y otros tantos marines. Al final, cuatro marines quedan en pie y te miran mientras te apuntan con sus pistolas.
— Vas a explicarnos ahora mismo que está pasando aquí o serás tú quien pague la muerte de mis hombres — parece que el mandamás es quien te está hablando y no parece que este de buen humor.
- Kaito y Will:
- El gyojin os mira con bastante desconfianza, pero al final baja el cuchillo mientras menea la cabeza.
-Aquí no hacemos así las cosas. Podéis hablar con el jefe allá.
Os señala el restaurante que, bueno, acaban de atracar, con el cuchillo. Acto seguido se mete de vuelta en el almacén y os cierra la puerta en las narices. Llegáis a ver por el rabillo del ojo al velero de los repartidores de blanco empezar a marcharse alejándose de ahí.
Si vais al restaurante os encontraréis una escena curiosa. Hay cristales rotos, la caja registradora ha sido directamente arrancada de su sitio y tanto las mesas como las sillas están tiradas sin cuidado. Y… escucháis a un hombre. Está silbando en la parte de atrás. Si os adentráis, le veréis en una cocina bastante amplia y mucho más ordenada que la parte del restaurante. Un hombre cangrejo se encuentra terminando de lavar una serie de platos con tranquilidad, como si no hubiera sucedido nada. ¿No sabe qué ha ocurrido… o no le importa?
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Akuma no mi
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Aquello olía mal a leguas. Todos parecían estar muy conformes ante lo que la mujer nos había contado. Yo parecía ser el único que no entendía del todo, o desconocía lo que realmente estábamos firmando con aquel "Júpiter". ¿Quién es Júpiter? Quizás no era el mejor momento para preguntarlo ni para mostrar flaquezas, así que opté por seguirles el "rollo" a aquella panda de personajes. Nunca es buena idea aparentar ser el cordero entre lobos.
Así que opté por asentir con al cabeza a las palabras de la mujer, sin darle más chance a que pudiera dudar de mi o de mis intenciones. De algo estaba seguro, mucho beneficio tenía que otorgar aquel "Júpiter" para que todos sonrieran de esa forma....todos menos aquellos dos chicos. Sin duda hay gato encerrado así que trataría de buscar respuestas.
La mujer se acercó a mi, y aún a riesgo de meter la pata decidí preguntarle. ¿Qué podía salir mal? ¿ No me ha preguntado ella acaso?. De todas maneras estuve alerta por si decidía jugármela. Sin embargo comencé a sentirme "raro" ante la sonora voz de la mujer.
Entonces me di cuenta de que aquella mujer no era normal, o al menos no lo aparentaba así. ¿Tendría su voz algún tipo de brujería? O lo que es más normal ¿Sería una usuario?. Algo de esto debía de ser, ya que los dos muchachos me miraban con cara de terror según la mujer me hablaba. Así que opté por que se callara hablando yo rápidamente.
-Así es, Sophie, estoy dispuesto a unirme a vosotros. ustedes contractaron conmigo para este gran proyecto, sería de muy mala educación por mi parte ser un entrometido. Contad con mi brazo para lo que necesitéis- dije tratando de evadir a la mujer. Prefería que escuchara una mentira, y así salvar el tipo, a ser "hipnotizado" o lo que demonios sucediera con aquella rara voz.
Si esto funcionaba, esperaría sentado a ver si tenía algo más que decirnos, pero lo único que quería ahora mismo era salir de aquel lugar y charlar a solas con aquellas dos personas, que parecía que eran las únicas con "voluntad" propia ahora mismo.
Así que opté por asentir con al cabeza a las palabras de la mujer, sin darle más chance a que pudiera dudar de mi o de mis intenciones. De algo estaba seguro, mucho beneficio tenía que otorgar aquel "Júpiter" para que todos sonrieran de esa forma....todos menos aquellos dos chicos. Sin duda hay gato encerrado así que trataría de buscar respuestas.
La mujer se acercó a mi, y aún a riesgo de meter la pata decidí preguntarle. ¿Qué podía salir mal? ¿ No me ha preguntado ella acaso?. De todas maneras estuve alerta por si decidía jugármela. Sin embargo comencé a sentirme "raro" ante la sonora voz de la mujer.
Entonces me di cuenta de que aquella mujer no era normal, o al menos no lo aparentaba así. ¿Tendría su voz algún tipo de brujería? O lo que es más normal ¿Sería una usuario?. Algo de esto debía de ser, ya que los dos muchachos me miraban con cara de terror según la mujer me hablaba. Así que opté por que se callara hablando yo rápidamente.
-Así es, Sophie, estoy dispuesto a unirme a vosotros. ustedes contractaron conmigo para este gran proyecto, sería de muy mala educación por mi parte ser un entrometido. Contad con mi brazo para lo que necesitéis- dije tratando de evadir a la mujer. Prefería que escuchara una mentira, y así salvar el tipo, a ser "hipnotizado" o lo que demonios sucediera con aquella rara voz.
Si esto funcionaba, esperaría sentado a ver si tenía algo más que decirnos, pero lo único que quería ahora mismo era salir de aquel lugar y charlar a solas con aquellas dos personas, que parecía que eran las únicas con "voluntad" propia ahora mismo.
- resumen:
-Se huele los problemas en esa "reunión"
-Trata de "cortar" a Sophie para que cierre la boca y vea que Meneror es un aliado natural, sin necesidad de lo que la voz de la mujer haga en la mente de la gente.
-Si esto no funcionaba optaría por cortar igualmente a Sophie y luego se iría de la sala de buen grado con los objetivos que Sophie había dicho, aunque sea mentira.
Roland Oppenheimer
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Akuma no mi
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Si no soy famoso, es porque no he querido —susurra el mink a la vez que su rostro cambia a una expresión más sombría—. Pero yo solo me basto y me sobro para acabar con diez desgraciados sin talento como vosotros.
El grupo se debió sentir molesto, tal vez ultrajado, antes las amenazas del ex-agente, pues hicieron un círculo en torno a él. Todos iban armados, algunos con armas más grandes que otras, pero preparados para pelear después de todo. Roland no iba a ser menos; tenía preparada la lanza y el escudo, listo para enfrentarse a quién hiciera falta.
Los piratas dieron el primer paso. El grupo al completo le atacó a la vez, sin piedad, pero el mink, tampoco la tuvo. Con el escudo alzado evadía los golpes que le venía del frente, mientras con la lanza hacía frente a los otros a la par que lanzaba ataques por doquier. Todavía sin deshacer su Tekkai Kenpo, podía dejarse golpear sin recibir daños, de forma que, sumado a su haki de observación, pudo hacer frente al desdichado grupo sin dificultad, dando más de lo que recibía. Pero poco a poco el Kenpo del Rokushiki fue perdiendo efectividad, hasta llegar el punto en el que los ataques empezaron a causarle heridas.
Por cada herida realizada el mink comenzaba a irritarse cada vez más, haciendo movimientos más amplios y dejando su defensa más abierta. Uno de los ataques casi le sacó un ojo, pero lo pudo esquivar a tiempo gracias a sus reflejos, agachando la cabeza y recibiendo un corte en su frente que extendía por su sien, desgarrando ligeramente la capucha. Otros golpes se sucedieron, tales como cortes más profundos que otros en los brazos y piernas, e incluso uno de los piratas llego a clavarle un puñal cerca del hombro. El mink estaba preparado para ponerse serio y desatar toda su ira cuando les interrumpieron.
No sabía cuántos eran, pero una patrulla de marines que rondaba la zona apareció, espantando a parte de los piratas. El grupo militar hizo frente a los piratas restantes, y en un abrir y cerrar de ojos, junto a la ayuda de Roland que aprovechó la situación para atravesar la espalda de algún que otro pirata, los criminales se encontraban por el suelo, sin vida, junto a unos pocos marines. Tal vez fuera la muerte de sus hombres lo que había irritado al líder del pelotón, porque cuando habló, lo hizo airadamente.
«Mierda, ¿ahora qué le digo? —Clavó la lanza en el suelo y se acercó al cabecilla— Ahora hay una recompensa por mi cabeza. A pesar de estar disfrazado, si le suelto un patraña poco convincente esto podría llenarse de marines. Tal vez...» estuvo pensando hasta que se le ocurrió que, por una vez en la vida, no necesitaba mentir. No mucho.
—Me encontré a estos piratuchos de tres al cuarto atracando un restaurante cerca de aquí —dijo mientras se arrancaba del hombro el puñal que aún seguí allí clavado—. Los estaba cazando para entregarlos a la ley e interrogarlos. Si tenían información, la hubiera usado para intentar poner fin a esta locura de ataque en la isla. Esos desgraciados no se van a salir con la suya.
Cuando terminó de explicar lo sucedido, empezó a buscar sus credenciales de cazarrecompensas. Lógicamente, cuando creó la identidad secreta de Dnalor Remiehneppo, lo había hecho todo de una forma legal para evitar precisamente esta clase de problemas, así que estaba completamente convencido de que su tapadera seguiría intacta por el momento.
—¿Y vosotros qué hacéis por aquí? Se han escuchado explosiones por todo el Groove, pero veo que vuestro pequeño grupo no se está encargando de ese asunto —se acercó aún más al marine, dejando unos pocos centímetros entre ellos—. No hacía falta que estuvierais aquí, podría haberme encargado yo solo... —tras terminar la frase se retiró, más relajado y haciendo gestos despreocupados con los brazos—. Pero supongo que me he ahorrado un par de cortes gracias a vuestra intervención. Ahora bien, ¿sabéis si alguno de estos piratas tiene recompensa? Quiero entregar sus cuerpos. Y además, si sabéis algo sobre los que escaparon podría atraparlos con más facilidad. O si sabéis algos sobre algún pirata peligroso para la paz de esta isla. ¿Qué me dices, Señor Marine? Tú me das información, y yo me encargo del asunto por mis propios medios. Hasta estoy dispuesto a dejarte a ti el mérito —Por supuesto, aquello último era mentira, pero nadie tenía que saberlo—. ¿Qué me dices?
El grupo se debió sentir molesto, tal vez ultrajado, antes las amenazas del ex-agente, pues hicieron un círculo en torno a él. Todos iban armados, algunos con armas más grandes que otras, pero preparados para pelear después de todo. Roland no iba a ser menos; tenía preparada la lanza y el escudo, listo para enfrentarse a quién hiciera falta.
Los piratas dieron el primer paso. El grupo al completo le atacó a la vez, sin piedad, pero el mink, tampoco la tuvo. Con el escudo alzado evadía los golpes que le venía del frente, mientras con la lanza hacía frente a los otros a la par que lanzaba ataques por doquier. Todavía sin deshacer su Tekkai Kenpo, podía dejarse golpear sin recibir daños, de forma que, sumado a su haki de observación, pudo hacer frente al desdichado grupo sin dificultad, dando más de lo que recibía. Pero poco a poco el Kenpo del Rokushiki fue perdiendo efectividad, hasta llegar el punto en el que los ataques empezaron a causarle heridas.
Por cada herida realizada el mink comenzaba a irritarse cada vez más, haciendo movimientos más amplios y dejando su defensa más abierta. Uno de los ataques casi le sacó un ojo, pero lo pudo esquivar a tiempo gracias a sus reflejos, agachando la cabeza y recibiendo un corte en su frente que extendía por su sien, desgarrando ligeramente la capucha. Otros golpes se sucedieron, tales como cortes más profundos que otros en los brazos y piernas, e incluso uno de los piratas llego a clavarle un puñal cerca del hombro. El mink estaba preparado para ponerse serio y desatar toda su ira cuando les interrumpieron.
No sabía cuántos eran, pero una patrulla de marines que rondaba la zona apareció, espantando a parte de los piratas. El grupo militar hizo frente a los piratas restantes, y en un abrir y cerrar de ojos, junto a la ayuda de Roland que aprovechó la situación para atravesar la espalda de algún que otro pirata, los criminales se encontraban por el suelo, sin vida, junto a unos pocos marines. Tal vez fuera la muerte de sus hombres lo que había irritado al líder del pelotón, porque cuando habló, lo hizo airadamente.
«Mierda, ¿ahora qué le digo? —Clavó la lanza en el suelo y se acercó al cabecilla— Ahora hay una recompensa por mi cabeza. A pesar de estar disfrazado, si le suelto un patraña poco convincente esto podría llenarse de marines. Tal vez...» estuvo pensando hasta que se le ocurrió que, por una vez en la vida, no necesitaba mentir. No mucho.
—Me encontré a estos piratuchos de tres al cuarto atracando un restaurante cerca de aquí —dijo mientras se arrancaba del hombro el puñal que aún seguí allí clavado—. Los estaba cazando para entregarlos a la ley e interrogarlos. Si tenían información, la hubiera usado para intentar poner fin a esta locura de ataque en la isla. Esos desgraciados no se van a salir con la suya.
Cuando terminó de explicar lo sucedido, empezó a buscar sus credenciales de cazarrecompensas. Lógicamente, cuando creó la identidad secreta de Dnalor Remiehneppo, lo había hecho todo de una forma legal para evitar precisamente esta clase de problemas, así que estaba completamente convencido de que su tapadera seguiría intacta por el momento.
—¿Y vosotros qué hacéis por aquí? Se han escuchado explosiones por todo el Groove, pero veo que vuestro pequeño grupo no se está encargando de ese asunto —se acercó aún más al marine, dejando unos pocos centímetros entre ellos—. No hacía falta que estuvierais aquí, podría haberme encargado yo solo... —tras terminar la frase se retiró, más relajado y haciendo gestos despreocupados con los brazos—. Pero supongo que me he ahorrado un par de cortes gracias a vuestra intervención. Ahora bien, ¿sabéis si alguno de estos piratas tiene recompensa? Quiero entregar sus cuerpos. Y además, si sabéis algo sobre los que escaparon podría atraparlos con más facilidad. O si sabéis algos sobre algún pirata peligroso para la paz de esta isla. ¿Qué me dices, Señor Marine? Tú me das información, y yo me encargo del asunto por mis propios medios. Hasta estoy dispuesto a dejarte a ti el mérito —Por supuesto, aquello último era mentira, pero nadie tenía que saberlo—. ¿Qué me dices?
- Resumen:
- Pelear contra los piratas, cagarse en sus muertos por la aparición de los marines, evitar que descubran su tapadera diciendo la verdad e intentar negociar de forma discreta con el líder marine de turno.
Nassor
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A pesar de las horripilancias que estaba viendo, concentrarse en su tarea le ayudó a calmarse. Notó el calor y la hinchazón desaparecer poco a poco mientras buscaba su objetivo. Entonces captó una conversación y logró localizar su procedencia: debajo de él. Un hombre estaba amenazando y maltratando a una mujer y le reclamaba algo que había perdido. Ella lloraba. Parecía la única persona que estuviese siendo retenida contra su voluntad en el lugar, así que asumió que había encontrado a su objetivo. Pero primero debía hacer algo en lo que no había pensado hasta ahora y en realidad era importante. Apartó un poco al chico de su pecho y le preguntó al oído, en voz baja.
- ¿Cómo te llamas, chico? ¿Y cómo se llama tu madre? Voy a ir a buscarla.
Una vez tuvo la respuesta, se agachó y lo dejó con delicadeza al lado de Gabi, haciendo que le diese la mano. Entonces miró a la chica con seriedad. Sería pequeñita, pero habría sido admitida en la Revolución y elegida por Dexter por algo en concreto. Además llevaba una espada consigo, y, qué diablos. Alpha también era muy pequeño y sin embargo era un guerrero hábil.
- Cuida de él - le dijo - Tengo algo que hacer.
Esperaba por su mirada que entendiese que se olía que allí ocurría algo raro y que tenía que andarse alerta. A continuación fue a dirigirse a Dexter para informarle, pero... ¡le dijo que tenía que controlarse! Se detuvo atónito, avergonzado y algo molesto, sin mostrar sin embargo más cambios en su expresión que una ceja ligeramente arqueada. Dexter estaba demostrando ser un auténtico pervert... oye, ¿y si simplemente estaba tratando de mezclarse con el ambiente? Eso tenía sentido. Bastante sentido de hecho, y es lo que debería haber intentado él, si no fuera porque la situación le había pillado con la guardia baja. Conteniendo su frustración, se acercó a él y le susurró al oído en voz muy baja.
- La he localizado. Está en el sótano. ¿Quieres que vaya a buscarla?
Por segunda vez, Dexter dijo algo que estuvo a punto de sacarlo de sus casillas. Por motivos totalmente distintos, claro. Comprar a alguien era algo que iba contra todo lo que creía Nassor. Las personas no eran bienes a los que se pudiese asignar un precio, vender y comprar como quien cogía un armario. Él había pasado por esa situación. Pero no dejó que su odio le cegase y volvió a entender que Dexter estaba tratando de evitar llamar la atención lo máximo posible. Asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta trasera, mientras manteniendo su Dai San no Me miraba a través de las paredes y el suelo para localizar el camino hacia la zona donde estaban la mujer y su captor. Si la prostituta que parecía al mando intentaba pararlo, se limitaría a darle un puñado bien gordo de billetes y decir:
- Yo encontraré lo que quiero. No molestaré a nadie. Ahora déjame.
- ¿Cómo te llamas, chico? ¿Y cómo se llama tu madre? Voy a ir a buscarla.
Una vez tuvo la respuesta, se agachó y lo dejó con delicadeza al lado de Gabi, haciendo que le diese la mano. Entonces miró a la chica con seriedad. Sería pequeñita, pero habría sido admitida en la Revolución y elegida por Dexter por algo en concreto. Además llevaba una espada consigo, y, qué diablos. Alpha también era muy pequeño y sin embargo era un guerrero hábil.
- Cuida de él - le dijo - Tengo algo que hacer.
Esperaba por su mirada que entendiese que se olía que allí ocurría algo raro y que tenía que andarse alerta. A continuación fue a dirigirse a Dexter para informarle, pero... ¡le dijo que tenía que controlarse! Se detuvo atónito, avergonzado y algo molesto, sin mostrar sin embargo más cambios en su expresión que una ceja ligeramente arqueada. Dexter estaba demostrando ser un auténtico pervert... oye, ¿y si simplemente estaba tratando de mezclarse con el ambiente? Eso tenía sentido. Bastante sentido de hecho, y es lo que debería haber intentado él, si no fuera porque la situación le había pillado con la guardia baja. Conteniendo su frustración, se acercó a él y le susurró al oído en voz muy baja.
- La he localizado. Está en el sótano. ¿Quieres que vaya a buscarla?
Por segunda vez, Dexter dijo algo que estuvo a punto de sacarlo de sus casillas. Por motivos totalmente distintos, claro. Comprar a alguien era algo que iba contra todo lo que creía Nassor. Las personas no eran bienes a los que se pudiese asignar un precio, vender y comprar como quien cogía un armario. Él había pasado por esa situación. Pero no dejó que su odio le cegase y volvió a entender que Dexter estaba tratando de evitar llamar la atención lo máximo posible. Asintió con la cabeza y se dirigió a la puerta trasera, mientras manteniendo su Dai San no Me miraba a través de las paredes y el suelo para localizar el camino hacia la zona donde estaban la mujer y su captor. Si la prostituta que parecía al mando intentaba pararlo, se limitaría a darle un puñado bien gordo de billetes y decir:
- Yo encontraré lo que quiero. No molestaré a nadie. Ahora déjame.
- resumen:
- Le pregunto al niño su nombre, lo dejo con Gabi, hablo con Dexter y me voy a buscar a la madre del niño. Si la mujer al cargo intenta pararme, la soborno para que me deje pasar.
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