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No podía perder mas tiempo. Las alarmas comenzaron a sonar apenas salieron por la entrada de la marina. Aquello sería un hervidero de guardias armados con kairoseki junto a cazarrecompensas de la zona que querrían cobrarse la cabeza del revolucionario.
Hiren se perdió por el bosque, corriendo todo lo que podía, huyendo de aquel lugar. Ahora lo prioritario era encontrar una embarcación en la que subirse y escapar del lugar. Pensó en robar algún buque de la marina, pero llevaría demasiado tiempo y sería muy costoso; sin duda estaría custodiado por guardias poderosos y, por que no, quizás algun almirante que se dirigiese a Loguetown.
EScuchó decir a su compañero que deberían avisar a sus camaradas. Hiren sacó un den-den mushi y se dispuso a llamar a Azumi lo antes posible.
PORO PORO PORO PORO...PORO PORO PORO PORO...-¿Diga?-inquirió una voz al otro lado de la línea.
-"Todavía pienso en como unos malditos caracoles sirven de teléfono".
-Soy Hiren. Estoy en la isla de Kumate y...no hemos encontrado nada, todo funciona correctamente. El compañero Silvers y yo nos quedaremos por aquí para seguir investigando la zona, y cuando podamos iremos a Loguetown, aunque tardaremos bastante.
El comandante colgó sin decir palabra. Hiren continuó su camino con Silvers corriendo tras él. La rodilla de Hiren comenzó a dolerle y por ello se obligó a pararse un momento para descansar.
-Descansemos un momento, te lo pido.
Antes de que Jack preguntanse el por que de aquella respuesta a Azuma, Hiren prefirió explicárselo.
-No me fio de Azuma. De ti tampoco me fiaría, pero si no me has matado por la espalda en la oscuridad y me has salvado la vida con el guardia escondido es que puedo confiar en tí-dijo sonriendo. -La razón de que no confie en él son variadas; la primera, es que tenemos muchos infiltrados en la armada, y la segunda, que justo cuando he colgado han empezado a aparecer enemigos en nuestra posición. ¿Curioso, no?-pregunto irónicamente.
Los guardias se lanzaron hacia ellos furiosamente, pero se deshicieron de ellos con un simple movimiento de espadas y sin usar sus habilidades de usuario. Cuando el camino estuvo más despejado y Hiren hubo descansado un poco, se puso en marcha de nuevo.
-Iremos al puerto, ahí tengo una lancha escondida.
El recorrido le llevó media hora hacerlo, pero no hubo más incidentes. "-Demasiado tranquilo todo" pensó. Escuchaba los ladridos de perros a lo lejos, así que no se preocupó de que estuvieran en la zona. Hiren se montó en la lancha y se dispuso a dirigirse hacia Logetown...
Hiren se perdió por el bosque, corriendo todo lo que podía, huyendo de aquel lugar. Ahora lo prioritario era encontrar una embarcación en la que subirse y escapar del lugar. Pensó en robar algún buque de la marina, pero llevaría demasiado tiempo y sería muy costoso; sin duda estaría custodiado por guardias poderosos y, por que no, quizás algun almirante que se dirigiese a Loguetown.
EScuchó decir a su compañero que deberían avisar a sus camaradas. Hiren sacó un den-den mushi y se dispuso a llamar a Azumi lo antes posible.
PORO PORO PORO PORO...PORO PORO PORO PORO...-¿Diga?-inquirió una voz al otro lado de la línea.
-"Todavía pienso en como unos malditos caracoles sirven de teléfono".
-Soy Hiren. Estoy en la isla de Kumate y...no hemos encontrado nada, todo funciona correctamente. El compañero Silvers y yo nos quedaremos por aquí para seguir investigando la zona, y cuando podamos iremos a Loguetown, aunque tardaremos bastante.
El comandante colgó sin decir palabra. Hiren continuó su camino con Silvers corriendo tras él. La rodilla de Hiren comenzó a dolerle y por ello se obligó a pararse un momento para descansar.
-Descansemos un momento, te lo pido.
Antes de que Jack preguntanse el por que de aquella respuesta a Azuma, Hiren prefirió explicárselo.
-No me fio de Azuma. De ti tampoco me fiaría, pero si no me has matado por la espalda en la oscuridad y me has salvado la vida con el guardia escondido es que puedo confiar en tí-dijo sonriendo. -La razón de que no confie en él son variadas; la primera, es que tenemos muchos infiltrados en la armada, y la segunda, que justo cuando he colgado han empezado a aparecer enemigos en nuestra posición. ¿Curioso, no?-pregunto irónicamente.
Los guardias se lanzaron hacia ellos furiosamente, pero se deshicieron de ellos con un simple movimiento de espadas y sin usar sus habilidades de usuario. Cuando el camino estuvo más despejado y Hiren hubo descansado un poco, se puso en marcha de nuevo.
-Iremos al puerto, ahí tengo una lancha escondida.
El recorrido le llevó media hora hacerlo, pero no hubo más incidentes. "-Demasiado tranquilo todo" pensó. Escuchaba los ladridos de perros a lo lejos, así que no se preocupó de que estuvieran en la zona. Hiren se montó en la lancha y se dispuso a dirigirse hacia Logetown...
Llego al Logetown, muchos barcos llegan a puerto y las tropas se organizan. Miles de soldados y otros batalladores preparados para evitar que otro gran número de piratas llegue hasta al patíbulo. ¿De verdad era necesario hacer una ejecución pública para crear una situación como esta? ¿El gobierno no piensa en todas la personas desalojadas de las casas que serán destruidas en una batalla que se podría evitar? El miedo y la humillación pública es su arma contra la piratería, pero no se dan cuenta que eso fortalece su espíritu de lucha y liberación. Una guerra como esta convierte a los piratas en una gran comunidad. Todos se unen para salvar sus ideales representados en una mujer que será ejecutada por sus crímenes. Barrerán con cualquiera que se les ponga por el camino, almas inocentes. Y ahí entra mi trabajo, proteger y preservar las vidas de la gente que no se merece algo así. Pero claro, había una motivación mayor. Dinero. Y eso fue exactamente al tipo que pretende dejarme fuera.
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Y allí estaba, de cuclillas en la cubierta del barco, mirando atentamente y como si se fuera a romper el mástil del barco. No pensaba en nada en particular, más bien era como si me hubiera quedado en blanco... Durante casi más quince minutos.
Émile me había pedido permiso para navegar el buque, y yo se lo había concedido; los reclutas al principio se negaron, pero les convencí, nadie mejor que yo sabía de su valía como navegante aunque ninguno de ellos se fiara.
Tras un rato de pesca totalmente mental me fijo de un par de cosas: una, hay un intruso en el barco, un chico que desde mi posición parece ciego; y lo segundo y más importante, había un trozo de melón por el suelo. ¡Melón! Ignoré totalmente al chico, el cuál casi ya estaba siendo interrogado por Émile mientras casi a gatas a por mi almuerzo.
Lo vi todo desde una buena perspectiva, mirando a ambos sentado con los pies cruzados. Ya estaba saboreando aquel delicioso melón, de dulce sabor y bien jugosa. Estaba preparado para intervenir por si tenía problemas, pero mientras tanto seguiría ahí, observándolo todo y disfrutando del verano.
Émile me había pedido permiso para navegar el buque, y yo se lo había concedido; los reclutas al principio se negaron, pero les convencí, nadie mejor que yo sabía de su valía como navegante aunque ninguno de ellos se fiara.
Tras un rato de pesca totalmente mental me fijo de un par de cosas: una, hay un intruso en el barco, un chico que desde mi posición parece ciego; y lo segundo y más importante, había un trozo de melón por el suelo. ¡Melón! Ignoré totalmente al chico, el cuál casi ya estaba siendo interrogado por Émile mientras casi a gatas a por mi almuerzo.
Lo vi todo desde una buena perspectiva, mirando a ambos sentado con los pies cruzados. Ya estaba saboreando aquel delicioso melón, de dulce sabor y bien jugosa. Estaba preparado para intervenir por si tenía problemas, pero mientras tanto seguiría ahí, observándolo todo y disfrutando del verano.
Rainbow662
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-“Tiene que ser una broma.”- pensó Arribor al ver el barco que se alzaba ante ellos. Se trataba de una carabela bastante grande, pintada con distintas tonalidades de rosa y blanco y con varias flores negras pintadas en los laterales. Pero lo más llamativo sin duda era el mascarón de proa, una especie de sirena que surgía de una flor. El pirata pensó que si existía un barco hecho para su capitana, debía ser ese. Aunque a él no terminaba de gustarle del todo, navegar en él debía ser como flotar sobre un pastel de fresa. Sin embargo no estaban en situación de elegir, necesitaban un barco y lo necesitaban ya. Al final, ningún miembro del grupo se había marchado por su cuenta, ya que el joven peliazul, que resultó ser un marine, invocó una especie de lobo que acabó mordiendo a Sting. Irónicamente, este terminó apoyándose en el animal.
El luchador ya estaba preparado para saltar al barco y hacerse con él, cuando un nuevo invitado apareció. Nada menos que Crimson, el antiguo capitán de la banda, quien por lo visto no había perdido facultades. Nada más llegar se cargó a Rose al hombro y comenzó a dar indicaciones a diestro y siniestro. Arribor no reaccionaba precisamente bien a las órdenes, pero dada la situación lo dejó pasar. Lo único que no terminó de convencerle fue lo de subir a los heridos al barco, ya no sabían que o a quien se encontrarían allí.
Cuando quiso darse cuenta, Midorima ya había abordado el barco y se había puesto a dar voces para que todos los tripulantes salieran pacíficamente. No era la opción que más le agradaba al de parche, pera supuso que sería lo mejor. No tenía muy claro que fuesen a hacerle caso, aunque tal vez sí que escucharan al chico del lobo, quien usó a su favor el hecho de pertenecer a la Marina para pedir que todos bajasen. Arribor por su cuenta, subió al barco impulsándose en uno barriles, dejó a un inconsciente Hardo apoyado contra el lateral del barco y se colocó delante por si acaso recibían un ataque inesperado. Como precaución, ató en la cintura del bufón una cuerda que había encontrado en el muelle. No sabía cómo iban a reaccionar los tripulantes, ni siquiera si se trataba de piratas, por lo que en caso de que las cosas se pusieran feas haría descender al payaso hasta el suelo y se haría cargo de aquella gente.
El luchador ya estaba preparado para saltar al barco y hacerse con él, cuando un nuevo invitado apareció. Nada menos que Crimson, el antiguo capitán de la banda, quien por lo visto no había perdido facultades. Nada más llegar se cargó a Rose al hombro y comenzó a dar indicaciones a diestro y siniestro. Arribor no reaccionaba precisamente bien a las órdenes, pero dada la situación lo dejó pasar. Lo único que no terminó de convencerle fue lo de subir a los heridos al barco, ya no sabían que o a quien se encontrarían allí.
Cuando quiso darse cuenta, Midorima ya había abordado el barco y se había puesto a dar voces para que todos los tripulantes salieran pacíficamente. No era la opción que más le agradaba al de parche, pera supuso que sería lo mejor. No tenía muy claro que fuesen a hacerle caso, aunque tal vez sí que escucharan al chico del lobo, quien usó a su favor el hecho de pertenecer a la Marina para pedir que todos bajasen. Arribor por su cuenta, subió al barco impulsándose en uno barriles, dejó a un inconsciente Hardo apoyado contra el lateral del barco y se colocó delante por si acaso recibían un ataque inesperado. Como precaución, ató en la cintura del bufón una cuerda que había encontrado en el muelle. No sabía cómo iban a reaccionar los tripulantes, ni siquiera si se trataba de piratas, por lo que en caso de que las cosas se pusieran feas haría descender al payaso hasta el suelo y se haría cargo de aquella gente.
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La chica por fin había logrado su objetivo y había podido entrar en la ciudad. Por suerte estaba ilesa y no había tenido que luchar con nadie, ahora varias opciones rondaban su cabeza. No sabía si dirigirse a la plaza o investigar un poco por ahí. La segunda opción era mejor, de ese modo podría buscar pistas sobre el gremio que estaba buscando. No sabía por dónde empezar, solo entendía el nombre del grupo y sabía que el líder era un ex Shichibukai. Por lo demás no tenía ni idea. Miraba al cielo tranquilamente mientras pensaba en que hacer o por donde buscar más a fondo, por el momento tan solo se dedicaba a pasar con calma mientras sonreía atenta a todo lo que pudiera pasar.
- Bueno bueno, a ver por donde empiezo a buscar pistas sobre el gremio, aún parece ser temprano y podre estar más tranquila y sin prisas.
Dijo con una sonrisa más amable mientras silbaba felizmente. No se imaginaba la idea de tener que haber tenido que hacer nada con aquel tipo. Había tenido suerte y estaba agradecida por ello, pero ahora debía seguir su camino y buscar información. Aunque no sabía por dónde empezar ni perder mucho tiempo pues también estaba atenta por si veía a algún pirata o revolucionario famoso al que atacar. Estaba deseando tener un poco de acción pues no había peleado desde hacía bastante tiempo y estaba un poco oxidada.
Sus ojos celestes miraban todo alrededor cuanto podían, analizaban todo de forma calmada y tranquila. Esperaba que los cazadores de Ghost Leviatan estuvieran por allí, lo malo era diferenciarlos y preguntarles por la ubicación del líder para poder unirse, era algo que le molestaba debían tener una residencia para ir o algo así, sino era imposible encontrarles en alguna parte.
- Bueno bueno, a ver por donde empiezo a buscar pistas sobre el gremio, aún parece ser temprano y podre estar más tranquila y sin prisas.
Dijo con una sonrisa más amable mientras silbaba felizmente. No se imaginaba la idea de tener que haber tenido que hacer nada con aquel tipo. Había tenido suerte y estaba agradecida por ello, pero ahora debía seguir su camino y buscar información. Aunque no sabía por dónde empezar ni perder mucho tiempo pues también estaba atenta por si veía a algún pirata o revolucionario famoso al que atacar. Estaba deseando tener un poco de acción pues no había peleado desde hacía bastante tiempo y estaba un poco oxidada.
Sus ojos celestes miraban todo alrededor cuanto podían, analizaban todo de forma calmada y tranquila. Esperaba que los cazadores de Ghost Leviatan estuvieran por allí, lo malo era diferenciarlos y preguntarles por la ubicación del líder para poder unirse, era algo que le molestaba debían tener una residencia para ir o algo así, sino era imposible encontrarles en alguna parte.
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El chico no tardó mucho en llegar al barco, su intención era ir preparándose para después no tardar en sus cosas. El chico lobo se dirigió nada más llegar a su camarote y lo primero que hizo fue coger sus guanteletes de acero con aquel pincho en el nudillo central. También cogió su guadaña negra atándosela a la espalda y sus nunchakus negros de titanio. Las crántulas prefirió dejarlas allí guardadas, conservaría siempre aquellas armas, eran las que le había regalado aquel chico Uslex. Ahora sonrió alegremente saliendo de su camarote y dirigiéndose a la cubierta. Tranquilamente se puso a hacer ejercicios como patadas o puñetazos al aire, no usaba mucha fuerza para no levantar ondas de choque.
- Espero poder seguir entrenando en esta isla cuando volvamos.
Dijo el chico lobo mientras observaba atentamente la dirección por la que había llegado. No había entendido aquella traición, pero solo hacía falta una palabra del vampiro y de repente el caos comenzaría. Sus verdosos ojos seguían observando atentos mientras seguía con sus ejercicios. De repente una sonrisa amable surgió de su rostro mientras soltaba una pequeña carcajada y ahora empezaba a hacer abdominales tranquilamente. El aire no vino solo en su siguiente ráfaga, el olor del vampiro llegó al olfato del chico, seguramente ya estaba de camino al barco pues de todos los olores que conocía. Había cuatro que nunca olvidaría, el de su amada, el de Derian, el de Alex y el de su hermanito Nat. A este último le tenía especial cariño, hacía algo de tiempo que no le veía y no sabía cómo le iría. Debía buscarlo pronto, lo apreciaba demasiado, aunque incluso si alguna vez tuvieran un riña por alguna tontería, trataría de arreglarlo pues para el lobo, no era solo un amigo más, era su hermano mayor.
- Espero poder seguir entrenando en esta isla cuando volvamos.
Dijo el chico lobo mientras observaba atentamente la dirección por la que había llegado. No había entendido aquella traición, pero solo hacía falta una palabra del vampiro y de repente el caos comenzaría. Sus verdosos ojos seguían observando atentos mientras seguía con sus ejercicios. De repente una sonrisa amable surgió de su rostro mientras soltaba una pequeña carcajada y ahora empezaba a hacer abdominales tranquilamente. El aire no vino solo en su siguiente ráfaga, el olor del vampiro llegó al olfato del chico, seguramente ya estaba de camino al barco pues de todos los olores que conocía. Había cuatro que nunca olvidaría, el de su amada, el de Derian, el de Alex y el de su hermanito Nat. A este último le tenía especial cariño, hacía algo de tiempo que no le veía y no sabía cómo le iría. Debía buscarlo pronto, lo apreciaba demasiado, aunque incluso si alguna vez tuvieran un riña por alguna tontería, trataría de arreglarlo pues para el lobo, no era solo un amigo más, era su hermano mayor.
Worick L. Arcangelo
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Parecía que las cosas se empezaban a complicar por momentos. La capitana K.O a causa de una fruta misteriosa que se había comido, el payasete que estaba inconsciente desde que habían tenido el accidente con el Red Love Machine y por si no bsatase con estos dos se había unido al grupo de lisiados el tonto de Sting que había sido mordido por el lobo de nuestro acompañante. Mi reacción habría sido bastante más violenta de no ser por la situación en la que estábamos, con semejante cantidad de heridos lo que menos necesitaba ahora era ponerme a pelear con nadie así que siguiendo al grupo me encamine hacia el puerto donde se supone que íbamos a asaltar un barco para marchar hacia Loguetown.
Tras un rato andando llegué al puerto y aquella escena quedó grabada en mi mente a fuego. Un barco que iba a juego con la capitana parecía estar esperándonos en el puerto. Midorima no tardo en asaltarlo y empezar a desalojar a la gente de allí a base de gritos. Tras este pude ver como a Arribor subir al barco con Hardo a sus espaldas y como el maldito pajarraco llegaba hacía nuestra posición. Parecía que incluso el maldito de Crimson nos iba a acompañar en esta aventura y por fin nos iba a ayudar. Para variar el fue a lo que más le interesaba y en cuanto llego cargo a la capitana en sus brazos. " Maldito Crimson no piensa en otra cosa... " Pensaba mientras me dirigía hacia el que iba a ser nuestro nuevo barco, menuda horterada pero no nos quedaba otra. Subí y me senté entre un par de cajas en la popa del barco.
Tras un rato andando llegué al puerto y aquella escena quedó grabada en mi mente a fuego. Un barco que iba a juego con la capitana parecía estar esperándonos en el puerto. Midorima no tardo en asaltarlo y empezar a desalojar a la gente de allí a base de gritos. Tras este pude ver como a Arribor subir al barco con Hardo a sus espaldas y como el maldito pajarraco llegaba hacía nuestra posición. Parecía que incluso el maldito de Crimson nos iba a acompañar en esta aventura y por fin nos iba a ayudar. Para variar el fue a lo que más le interesaba y en cuanto llego cargo a la capitana en sus brazos. " Maldito Crimson no piensa en otra cosa... " Pensaba mientras me dirigía hacia el que iba a ser nuestro nuevo barco, menuda horterada pero no nos quedaba otra. Subí y me senté entre un par de cajas en la popa del barco.
Simo
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Tsk.- Refunfuñaba. Tenía a aquél marine donde yo quería, pero sus amiguitos no me dejaron terminar de golpearle, ni arrearle el golpe de gracia. Tuve que evadirme de todos los reclutas que se abalanzaron sobre mi. Se me hacía tarde, ya había estado mucho tiempo en esta batalla. Por suerte al parecer los piratas no eran moco de pavo, se las podrían arreglar sin mi, aunque ya estaba todo prácticamente hecho. Me quité la cinta del pelo, y me la volví a atar al brazo.- Disculpa Graland.- Le gritaba al peliazul desde la lejanía, mientras acababa con reclutas a manos de mi katana.- Pero me temo que tendremos que terminar nuestra charla en otra ocasión.- Le dije de manera burlesca y con una sonrisa que no se me iba de la cara. Finalmente corrí hasta el borde del barco, desde el cual saltaría para llegar a mi pequeña embarcación de alquiler que no entendía cómo tras todos esos ataques seguía flotando. Miré a Garland, que se levantaba del suelo, y le hice un gesto con los dedos índice y corazón de mi mano derecha, que daban un significado de “Hasta Luego” al hacer que esos dedos juntos salieran desde mi frente.
Tras ello me lancé valiente hacia mi navío, donde aterricé en cubierta, donde caí mal y empecé a rodar. Me di de golpes con un par de melones mientras intentaba esquivar varias espadas que se encontraban peligrosamente clavadas allí. Como me “ensuciaban el camino” decidí ir quitando las espadas, pistolas, escopetas y demás armas que me encontraba tirándolas por la borda. Excepto los melones, los melones me los comía. Llegó un momento en el que para poder desclavar una espada tenía que agarrarla desde el filo y no desde el mango. Al intentarlo, pude notar como levemente eso me estaba provocando cansancio y sofoco entre otras debilidades.- No puede ser.- Me decía para mi. Mis sospechas no estaban del todo confirmadas hasta que me corté con el filo. Lo extraño del corte es que sucedió mientras yo estaba con el “modo cenizo on”, por lo cual… ¡Espada de kairoseki! Era increíble como alguno de esos estúpidos marines había tirado algo tan valioso como era una espada de kairoseki. Tras desclavarla, y haberme dejado las manos en el intento, decidí hacer una excepción y guardar esta espada junto a mi katana en la cintura, es posible que me sirviera en el futuro. La batalla campal aún seguía, así que no me detuve tampoco mucho a inspeccionar el arma, pero parecía una simple espada, hecha de un peculiar material.
Finalmente cogí los mandos del navío y salí de aquél encontronazo. Cerca pude divisar dos barcos, uno enorme, con bandera conocida. Era “otro de los míos”, el Supernova Kedra. Como de costumbre, seguía sin estar muy atento a las últimas noticias, pero a excepción de mi, estaba seguro de que los demás no se hicieron supernovas por nada. Ni quería, ni me hacía falta, ni tenía intención de pasarme por allí, aunque sea para saludar. Al lado del barco mencionado, había otro más pequeño, en el cual divisaba reclutas y… ¿¡Émile!? Mi segundo al mando estaba de timonel allí, así pues mis sospechas eran ciertas y no me esperó, había tardado demasiado. Por suerte, también pude distinguir a Kyle, un amigo. Y menos mal que lo hice, pues sino el pobre después se sentiría mal debido a que “le olvidé”. No podía gritarle a Émile y a los cuatro vientos que nos escucharían que fuera a Loguetown, o hablarle con confianza, eso arruinaría su tapadera de Yonkaikyo, y aun la necesitaba. Así pues lo único que se me ocurrió fue gritar e intentar que solamente Émile me viera, ya que era el único que estaba en el timón. Y después intentar hacerle señas hacia Loguetown, de la cual ya se veía cerca y su difuminada figura en el horizonte. Sin saber si me vio Émile o no, decidí enviarle algo de ceniza, casi invisible, con el viento, para que se diera cuenta si no lo hizo, y si fuera necesario, un rastro.
Cambié rumbo y fui todo a babor, hasta tener a la isla enfrente de mi. Ya era hora de llegar.- Rumbo a Loguetown.- Dije sonriente.
Tras ello me lancé valiente hacia mi navío, donde aterricé en cubierta, donde caí mal y empecé a rodar. Me di de golpes con un par de melones mientras intentaba esquivar varias espadas que se encontraban peligrosamente clavadas allí. Como me “ensuciaban el camino” decidí ir quitando las espadas, pistolas, escopetas y demás armas que me encontraba tirándolas por la borda. Excepto los melones, los melones me los comía. Llegó un momento en el que para poder desclavar una espada tenía que agarrarla desde el filo y no desde el mango. Al intentarlo, pude notar como levemente eso me estaba provocando cansancio y sofoco entre otras debilidades.- No puede ser.- Me decía para mi. Mis sospechas no estaban del todo confirmadas hasta que me corté con el filo. Lo extraño del corte es que sucedió mientras yo estaba con el “modo cenizo on”, por lo cual… ¡Espada de kairoseki! Era increíble como alguno de esos estúpidos marines había tirado algo tan valioso como era una espada de kairoseki. Tras desclavarla, y haberme dejado las manos en el intento, decidí hacer una excepción y guardar esta espada junto a mi katana en la cintura, es posible que me sirviera en el futuro. La batalla campal aún seguía, así que no me detuve tampoco mucho a inspeccionar el arma, pero parecía una simple espada, hecha de un peculiar material.
Finalmente cogí los mandos del navío y salí de aquél encontronazo. Cerca pude divisar dos barcos, uno enorme, con bandera conocida. Era “otro de los míos”, el Supernova Kedra. Como de costumbre, seguía sin estar muy atento a las últimas noticias, pero a excepción de mi, estaba seguro de que los demás no se hicieron supernovas por nada. Ni quería, ni me hacía falta, ni tenía intención de pasarme por allí, aunque sea para saludar. Al lado del barco mencionado, había otro más pequeño, en el cual divisaba reclutas y… ¿¡Émile!? Mi segundo al mando estaba de timonel allí, así pues mis sospechas eran ciertas y no me esperó, había tardado demasiado. Por suerte, también pude distinguir a Kyle, un amigo. Y menos mal que lo hice, pues sino el pobre después se sentiría mal debido a que “le olvidé”. No podía gritarle a Émile y a los cuatro vientos que nos escucharían que fuera a Loguetown, o hablarle con confianza, eso arruinaría su tapadera de Yonkaikyo, y aun la necesitaba. Así pues lo único que se me ocurrió fue gritar e intentar que solamente Émile me viera, ya que era el único que estaba en el timón. Y después intentar hacerle señas hacia Loguetown, de la cual ya se veía cerca y su difuminada figura en el horizonte. Sin saber si me vio Émile o no, decidí enviarle algo de ceniza, casi invisible, con el viento, para que se diera cuenta si no lo hizo, y si fuera necesario, un rastro.
Cambié rumbo y fui todo a babor, hasta tener a la isla enfrente de mi. Ya era hora de llegar.- Rumbo a Loguetown.- Dije sonriente.
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*Meneror no dudó en acompañar a aquel gato junto a Altair, a pesar de que, todavía le resultaba extraña esta situación. Por otro lado, no quedaba alternativa y coger un navío era necesario, el tiempo se acababa. Una vez logrado salir de aquella prisión tan endeble Il bianco miró al Sol con cierto Rencor, debido a su cautiverio. En ese omento le señalaron lo único que podía ser la salvación de aquella isla, un navío.*
-Movámonos pues hacia esa tartana...
*Se dirigió al navío de aspecto marine aparentemente, pues para salir les sería de buena ayuda. Meneror quería llegar cuanto antes a la guerra, pues a sus oídos llegaron la vacante de Shichibukai, algo que él siempre ansió.
-Movámonos pues hacia esa tartana...
*Se dirigió al navío de aspecto marine aparentemente, pues para salir les sería de buena ayuda. Meneror quería llegar cuanto antes a la guerra, pues a sus oídos llegaron la vacante de Shichibukai, algo que él siempre ansió.
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Me encontraba con mis nakamas, y teníamos varios heridos, entre ellos estaba Hardo, al que le tenía que dar su muñeco, después estaba la capitana que parecía haberse comido una fruta normal y corriente pero picante y no se podía levantar. Pero sin olvidarnos de alguien, Sting, que estaba jugueteando con un lobo cuando acabó mordido por este en la pierna. Me sentía un poco inútil entre mis nakamas porque no estaba haciendo nada para ayudar, estaba pensando como podría ayudar a la capitana y no encontraba ninguna solución. Mis pensamientos se desvanecieron de golpe cuando alguien importante apareció ante nuestros ojos, era el Ex-Capitán, Crimson. Nada más verle una sonrisa se formó en mi cara por si sola, ahora estábamos reunidos todos menos uno, pero eramos suficientes y podríamos hacer lo que quisiésemos.
Midorina nos había dicho que robasemos un barco y ahí estabamos, ante un barco hecho para la capitana, era de su estilo y por si fuera poco no parecía tener mucha tripulación. Vi a Midorina subir con el cuerpo de Sting y salté en modo guepardo sobre la cubierta, para infundir algo de miedo al enemigo si hiciese falta. Esperaba con ansias alguna pelea en la que pudiese ayudar, ya que ahora teníamos a Midorina, Arribor, Crimson, Kuroi, Ikaru y yo dispuestos para luchar. Me quedé esperando en modo guepardo la respuesta de los tripulantes del barco, y mientras estaba esperando el marine hizo otro de sus numeritos. Gritó en voz alta que salgan los tripulantes, que no se que de la marina. Solo decía cosas sin sentido para mis oídos, pero puede habernos resultado útil para algo, aunque aun asi, ese tipo no me inspiraba confianza alguna.
Le grité a Midorina cuando estaba al lado: -Mido, estoy dispuesto a dar todo de mi por la banda y por la capitana. Se que no he hecho mucho hasta ahora y puede que parezca que paso de vosotros, pero no es así, soy un nakama más y no voy a dejar que toquen a nuestra banda fácilmente.-
Midorina nos había dicho que robasemos un barco y ahí estabamos, ante un barco hecho para la capitana, era de su estilo y por si fuera poco no parecía tener mucha tripulación. Vi a Midorina subir con el cuerpo de Sting y salté en modo guepardo sobre la cubierta, para infundir algo de miedo al enemigo si hiciese falta. Esperaba con ansias alguna pelea en la que pudiese ayudar, ya que ahora teníamos a Midorina, Arribor, Crimson, Kuroi, Ikaru y yo dispuestos para luchar. Me quedé esperando en modo guepardo la respuesta de los tripulantes del barco, y mientras estaba esperando el marine hizo otro de sus numeritos. Gritó en voz alta que salgan los tripulantes, que no se que de la marina. Solo decía cosas sin sentido para mis oídos, pero puede habernos resultado útil para algo, aunque aun asi, ese tipo no me inspiraba confianza alguna.
Le grité a Midorina cuando estaba al lado: -Mido, estoy dispuesto a dar todo de mi por la banda y por la capitana. Se que no he hecho mucho hasta ahora y puede que parezca que paso de vosotros, pero no es así, soy un nakama más y no voy a dejar que toquen a nuestra banda fácilmente.-
Hasta aquí el prólogo. El día 28 comienza el capítulo de verdad.1 hora para la ejecución.
Tengo que retrasarlo por culpa de mi internet, lo siento.
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