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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Jue 31 Ago 2017 - 8:23}

Pudo sentir que la gravedad se había anulado, pero eso no era lo que le importaba ahora. No, quería una respuesta por parte de ella. La conocía muy bien y lo que hizo podría considerarse como una rara conducta, teniendo en cuanta como era su personalidad. Sin embargo, la pelirroja no respondió de inmediato. Simplemente lo miró con unos ojos que hicieron que su corazón diera un pequeño vuelvo. Obviamente no era literal, pero se entendía. Abrió su boca para decir algo, pero Milena lo tomó de las mejillas y lo besó por algunos segundos. Se separaron y Eichi miró directamente a sus ojos. Nunca antes vio una expresión así en el rostro de su pelirroja y... lo alegraba mucho. Fue lo que se prometió a sí mismo cuando la vio en aquel estado en Síderos y, luego, Water Seven. Nunca más dejaría que volviera a ocurrir algo así, de eso se aseguraría personalmente. La haría feliz costara lo que costara, aun sabiendo lo difícil que era. Viéndola ahora, como el fruto que su trabajo, amor y cariño tenía efecto... Fue suficiente para que el joven temblara y sollozara un poco debido al mar de emociones que azotaron su mente.

Milena empezó con su discurso y Eichi cerró sus ojos, esperando a que terminara. Cuando terminó, el joven no dijo nada por un tiempo considerable. Intentaba procesar todo lo que escuchó y no pudo evitar bajar la mirada. En aquel momento en Water Seven no actúo solo por ser una persona honorable. Ese imbécil nunca se mereció a alguien como ella, pero no podía hacer nada. El príncipe siempre tuvo la esperanza de que, cuando se hubieran vuelto a encontrar luego de lo sucedido del lago, la pelirroja estuviera totalmente libre, pero las cosas no se dieron como quería. Contra todo pronóstico había vuelto con el intento del espadachín y eso ocasionó que una pena desconocida lo invadiera. Esa fue la razón por la que no pudo reaccionar bien a sus insinuaciones, y luego escuchar eso de que no pasaría más allá de ser un hermanito... La verdad fue que esa noche lloró, pero nadie lo sabía. No fue hasta que conoció a Madara y tuvo esa charla extraña con él, que las cosas se le aclararon.

Soy un idiota... – susurró, para luego abrazar a Milena y poner su cabeza en su hombro, para ocultar que estaba llorando. – Si no hubiera sido por mi estúpido honor, hubiera mandado todo a la mierda y te habría tomado en Water Seven. Quizá así no hubiera tenido que verte así de destrozada en Sideros y... – niega con la cabeza y suspira. – No, no vale la pena pensar en el pasado. Pese a que siempre pensaré en que habría pasado si te hubiera conocido antes que ese imbécil, ahora te tengo conmigo y eso es lo único que me importa.

Eichi separó su cabeza del hombro de Milena y esta vez fue él quien la besó. Lentamente fue retirando sus ropas, hasta que nuevamente se encontraba desnuda. Podía sentir que sus sexos estaban rozando, pero aun no terminaba con lo que quería decir. Juntó su frente con la de ella y acarició tiernamente su mejilla mientras sonreía suavemente.

Te amo con toda mi alma, Milena, y eso nadie lo va a cambiar. Nunca me alejaré de ti y no volveré a dejarte sola. Ya cumplí todos mis objetivos, pero ahora tengo otro... Hacerte reír de alegría para el resto de lo que queda de nuestra vida y que nunca estés triste. Es una promesa – declaró firmemente el joven.

Probablemente habría reaccionado distinto a su risa en otra ocasión, pero ahora su sensibilidad estaba a tope y no procesaba con claridad las cosas. Suspiró y entró lentamente en ella. Seguía abrazándola y no se separaría en toda la noche. Cada minuto que pasaba, el príncipe iba aumentando más el ritmo, pero no se quedaba solo con eso. Cada vez que tenía la oportunidad, buscaba la boca de Milena y jugaba dulcemente con su lengua mientras se mantenía unida a ella y gemía. Nunca antes se había sentido tan feliz como ahora, y se aseguraría se seguir siempre así... Además de proteger la sonrisa de Milena para siempre...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Vie 1 Sep 2017 - 8:58}

Milena soltó una pequeña carcajada sincera al escucharle. Habría sido muy gracioso el hecho de que ella hubiese mandado a paseo al moreno por su querido pelirrojo. De hecho, si se tiró a Zane fue tal vez por su color de cabello, para pensar en Eichi debido al despecho que sintió. Al ser también un pájaro, podía ser la causa. De hecho, no recordaba, pero hubiera jurado llamar al pirata Eichi en algún momento. Estaba claro que ella amaba a aquella persona. Dulce, listo, sensible, con detalles, una bestia en la cama y muy lindo. No como el otro picha corta que era sucio, tonto, débil, frío y solo pensaba en él. Seguro que el mamón tenía un amante en cada isla. Algún día le cortaría el cuello a aquella rata mujeriega y patética. Siguió el beso de forma feliz y después de unos segundos se preparó para lo que venía a continuación.

Cuando el pelirrojo entró en ella no pudo evitar soltar un profundo gemido que ahogó enseguida en su boca. Rodeó el cuello de él con sus manos y ella empezó a moverse al ritmo del pelirrojo. Ahora estaba disfrutando de aquello muchísimo y pensaba parar hasta que ambos hubiesen terminado. Lo quería, lo amaba, era suyo. Se separó de sus labios solo para soltar un gemido y abrazarle con fuerza mientras jadeaba una y otra vez. Esperaba que a él no le importase escuchar aquellos gritos. De hecho, no pasó mucho hasta que ella empezó a gritar de puro placer. Sus gemidos parecían gritos y ladeó el cuello a un lado mientras cerraba los ojos y continuaba. Ella misma empezó a mover la pelvis lo más rápido posible hacia arriba, pues él estaba encima.

- N-no pares…

Fue lo único que susurró la pelirroja al mismo tiempo que algo de saliva caía de sus comisuras. Volvió a besarle con fuerza y trató de ahogar más quejidos en su boca. No se recordaba tan ruidosa, pero la bestia de su pelirrojo la estaba volviendo loca. Después de tanto tiempo sin sentirlo dentro, quería todo para ella sola. Milena entonces agarró la lengua del luchador con sus labios y empezó a degustarla. Hubo un momento en el que abrió sus ojos y se quedó observándole fijamente, para después soltar su lengua y seguir gimiendo.

- Supongo que pedirte que no lo hicieses dentro sería cruel… No te contengas, puedes desahogarte conmigo al máximo y terminar dentro, cariño… ¡Aaaah! – Gimió en último lugar pegando su frente a la de él.

Estar debajo era algo que nunca había probado y le estaba encantando. Los dedos de sus pies temblaban y el gusto que sentía al cabo de los minutos iba aumentando. Esperaba estar logrando el mismo efecto en su pelirrojo.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Sáb 2 Sep 2017 - 7:20}

Si existía un paraíso en el cielo, entonces sería similar a lo que estaba haciendo con su amada ahora mismo. Hacerle el amor de esa forma, al tiempo que daba rienda suelta a sus sentimientos... Era la sensación más hermosa del mundo, tanto que no podía describirlo con palabras. Mientras seguía embistiendo a Milena, el joven usaba sus manos para acariciar cada rincón de su cuerpo, sin desatender ninguna de sus zonas. Quería que se sintiera querida y protegida, porque eso era lo que merecía alguien como ella. Luego de tanto que sufrió, ya era hora que al fin tuviera una vida feliz... Y de eso se encargaría él. Miraba tiernamente a su pelirroja, aunque estaba mucho más ruborizado de lo normal. Algo le decía que esos gritos eran a propósito, pero no ponía pegas. Que no se contuviera le gustaba... aunque luego tendrían que recibir todo el descontento de la clientela. Si hubiera estado normal, probablemente estaría muy tímido, pero como estaba en su otro modo... Le importaba una mierda. Eso si, mañana temprano la llevaría al barco. Era muy espacioso y tenía equipamiento de última tecnología. Realmente le importaba bien poco tener un navío así, pero tuvo que llevar ese para que sus subordinados dejaran de insistir.

N-no pensaba hacerlo – se las arregló para decir, jadeando.

Vio la saliva que caía por la comisura de sus labios y sin pudor alguno lamió ese sector de su cara. Varias veces haciendo eso y aún seguía sin creerse lo adictivo que era la saliva de su pelirroja. Podría beberse un vaso entero del líquido si se lo proponía... O simplemente podía besarla con intensidad mientras succionaba la mayor cantidad de eso, como lo estaba haciendo ahora. Jugó delicadamente con su lengua, enrollándola con la suya y explorando cada rincón de aquella cavidad. Tras varios minutos, el joven se separó de su prometida, dejando un hilo de saliva que los conectaba. Luego, juntó su mejilla a la de ella y siguió embistiendo con intensidad.

En eso escuchó sus palabras y sus ojos se abrieron de forma exagerada por algunos momentos. Luego, una suave sonrisa se formó en su rostro y decidió tomar otra posición. Tomando a su amada de la cintura, la depositó suavemente en la cama, colocando su cabeza en la almohada. Eichi se recostó encima de ella y aumentó más el ritmo, jadeando y gimiendo. Podía sentir como estaba punto de irse, por lo que dio un pequeño grito y depositó todo dentro de ella, al tiempo que la besaba en sus labios. Cerró sus ojos por algunos segundos, intentando recuperar la respiración.

Te amo con toda mi alma, mi princesa carmesí – declaró suavemente mientras acariciaba su mejilla.

En eso recordó la risa de hace varios minutos atrás y un rubor cubrió sus mejillas. Ahora que no estaba emocionalmente conflictivo, pudo reaccionar por completo ante eso. Verdaderamente, fue lo más hermoso que había escuchado en su vida...

Tienes una risa muy tierna y adorable – murmuró mientras acariciaba su rojizo cabello. – Bien, a partir de ahora mi objetivo será hacerte reír la mayor cantidad de veces posible, mi amada – declaró, con decisión, Eichi.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Sáb 2 Sep 2017 - 7:54}

El cambio de postura había sido inesperado. De estar besando a su chica sobre él, había pasado a estar debajo y siendo sometida por él. Sus gemidos continuaron aumentando tanto en sonido como en dulzura. Gemía con una voz muy suave e impropia de ella, como si su tono sádico hubiese desaparecido y solo hubiese una chica dulce y sensible. Era una voz bastante femenina y adorable. Rodeó la cintura de él con sus piernas y empezó a sentir las embestidas. Ahogó sus gemidos en los labios de su rey y empezó a jugar con él. Unos minutos pasaron desde que la danza húmeda había comenzado y debía admitir que no se cansaba lo más mínimo. El dulce sabor de su boca la tenía hipnotizada y no paraba de lamer una y otra vez.

Llegado el momento sus ojos se abrieron como platos. Los labios de él taponaron los suyos y gritó con fuerza en su boca. Notó su interior llenarse totalmente de algo cálido y líquido. Su cara estaba roja como un tomate y debido a la sensación tan excitante y morbosa no pudo evitar venirse también. Continua sintiéndose llena de él y eso hizo que en todo momento su rostro fuese parecido al de un pimiento en color. Jadeó un poco y le miró muerta de vergüenza. Se notaba que el pelirrojo por narices quería embarazarla.

- Yo también te amo, mi rey carmesí. Si tantas ganas tienes te daré todos los bebés que desees. Se te nota que has ido hasta el fondo, mi vida. – Respondió de forma dulce mientras le miraba a los ojos ilusionada.

De repente, el pelirrojo empezó a hablar sobre su risa y el rostro de la muchacha volvió a enrojecer más. Ese día iba a morir desangrada a ese paso. Negó con la cabeza muchas veces y decidió no reírse si le era posible. Si no lo había hecho nunca antes, le sería fácil, pero es que con él era muy feliz… Notó las caricias a su cabello y tras unos segundos tragó saliva. Notaba ya los restos de Eichi saliendo de ella, deslizándose desde su entrepierna hasta su parte trasera y eso la hizo morirse de vergüenza. Sus muslos también estaban siendo víctimas de aquellas gotas que bajaban desde su intimidad.

- C-cielo… E-estoy inundada de tu…

La pelirroja tragó saliva sin ser capaz de moverse por miedo a que las sábanas quedasen llenas del líquido vital de su rey. Se mantuvo quieta y alzó un poco la pelvis. Aun estando Eichi haciendo de tapón con su herramienta, la cantidad era tanta que empezaba salir más. Su rostro entonces cambió. Sus ojos se entrecerraron y le miró a él de forma atontada, como si aquella la estuviese manteniendo excitada. Dejaría que él fuese el que arreglase el problema… Aunque si sacaba su cosa… Quizá todo salía del tirón… Pero si no… Que pensara él.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Sáb 2 Sep 2017 - 9:10}

Se sonrojó más cuando escuchó ese comentario acerca de bebes. Puede que la tristeza de perder a su primer hijo, sumado a los comentarios de su madre acerca de nietos, le hubieran pasado la cuenta. Cómo resultado, no pudo evitar venirse con todo dentro de su pelirroja, con la esperanza de que volviera a suceder. Naturalmente, sabía que fue una decisión egoísta de su parte, pero pensar que podría formar una familia con ella mientras vivían en la misma casa... Era un sueño hecho realidad. Negó con la cabeza, mientras sonreía suavemente. Seguía acariciando la cabeza de su prometida mientras le daba otro tipo de mimos al mismo tiempo. En eso escuchó su comentario y bufó con algo de diversión. Había notad que seguía en su interior, pero su justificación era que la cantidad que disparó fue considerable. Incluso más que cuando se vino en la ducha. Dos años sin tener orgasmo alguno realmente terminaron por pasarle la cuenta, porque estaba seguro que hubiera durado muchísimo más si tuviera toda la resistencia a su disposición, pero ya daba igual. Tendrían muchos momentos así cuando volvieran a Péndragon...

Y fue allí cuando todo le vino encima. Vivirían juntos... Pese a que lo había pensado y dicho varias veces, recién ahora el tema terminó siendo procesado por la mente del pelirrojo. El hecho que ahora se verían las caras la mayoría de los días, que sentiría su calor corporal todas las noches y que, literalmente, ahora compartirían todo... Eichi parpadeó y sonrío cálidamente. Y envejecer con ella... Si, realmente no podía esperar para volver a Péndragon. Aparte... le tenía una sorpresa esperando allí. Acarició dulcemente su mejilla y la pegó junto a la suya por algunos segundos. Luego se separó y la miró directamente a los ojos, con todo el amor que pudiera expresar en ese momento.

Tuviera toda mi resistencia a disposición y no hubiera parado – bromeó el joven mientras inflaba sus mejillas. – Pero bueno, tenemos toda una vida por delante, y despertar a tu lado todas las mañanas... Realmente no puedo esperar para mudarnos – río un poco, para luego besarla nuevamente.

Bueno, tiempo de limpiar. Se levantó de la cama con Milena en sus brazos y lentamente fue separando su herramienta de ella. ¿Resultado? Una mancha en el piso que tendría que limpiar mañana. Depositó suavemente el cuerpo de su pelirroja en la cama nuevamente y puso marcha en dirección al baño. Allí sacó una caja de toallas húmedas y volvió a la habitación principal.

No te muevas, amor – dijo dulcemente el joven.

Empezó a limpiar con delicadeza todos los rincones de su cuerpo, usando una toalla por vez. Naturalmente, se concentró en limpiar todos los restos de su esencia que quedaban en su intimidad, muslo y trasero, pero no paró solo allí. Ya que estaba, se aseguró de dejar reluciente a su amada, aunque no lo necesitaba. Con sudor y todo, era la mujer más hermosa del mundo.

Listo – declaró, para luego echarse a la cama nuevamente. Abrazó a su pelirroja y acarició su cabello nuevamente luego de poner las sábanas sobre sus cuerpos.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 3 Sep 2017 - 6:10}

Una sonrisa se formó en el rostro de la pelirroja cuando Eichi le habló de aquellas cosas. La verdad, despertar a su lado debía de ser algo hermoso. Después de horas de intenso sexo desayunar, pasar el día entrenando riendo o viendo lugares… Tenía muchas ganas. Se rascó un poco el cabello y después suspiró de gusto. Por un momento incluso se olvidó de que él continuaba dentro de ella. Ahora que tenían tanto tiempo para estar juntos a saber lo que hacían. Ella ya había avisado a Taiga de que iba a reunirse con él, por lo que podría cubrirla perfectamente en el gobierno mundial. El lobo era un amigo genial, pocos había como él. Castor por su parte se fue de putas, por lo que no pudo decirla nada. Miró a los ojos de su amado y asintió con la cabeza.

Se dejó hacer y cuando él sacó su herramienta de ella, notó gran parte salir y eso la hizo mirar a otro lado avergonzada. Cuando la depositó en la cama se dejó limpiar y cuidar. No pudo evitar morirse de vergüenza, pues Eichi la estaba tratando como una diosa. Le dedicó una mirada llena de dulzura y esperó a que terminase. Cuando él se tumbó a su lado y los tapó, ella se le abrazó de forma mimosa. Pegó su pecho al de él y pegó su cintura a la suya. Aunque estuvieran desnudos y sintiese eso de nuevo… Estaba muy cómoda. Le miró a los ojos entonces de forma dulce.

- He soñado con volver a verte cada noche, cielo. Me gustaría que me contases como fue todo. No sé lo que has hecho estos dos años. – Susurró acariciándole la mejilla y mirándole.

Le dio un nuevo beso en los labios de forma cariñosa y después colocó su cabeza en el cuello de él, hundiendo su nariz en él y dándole leves mordiscos. Rodeó su torso con los brazos y sonrió. Esperaba que le contase todo, ella tan solo había hecho tonterías. Le había esperado y había realizado un par de misiones. Taiga había desbaratado los planes de Revólver y ella estuvo entrenando la mayoría del tiempo. Tal vez… Una sonrisa pícara se formó en su rostro. Sonrió y activó su energía. Los cabellos de la chica cambiaron a dorados entonces. Su onda de expansión lanzó algunos objetos por los aires, pero debido a que le abrazaba, a él no le pasaría nada. Clavó sus rojizos ojos en él y una leve aura eléctrica inofensiva la rodeó.

- ¿Te gusto de rubia, cielo? – Bromeó mirándole con aquella apariencia y dándole un leve mordisco en la mejilla mientras después reía de nuevo de forma tierna. – ¡Hehehehehe! – Estaba demasiado feliz.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 3 Sep 2017 - 7:57}

Eichi suspiró de felicidad al sentir el cuerpo de Milena abrazado al suyo. Pensar que despertaría todos los días así ahora... Realmente era un sueño hecho realidad. Ahora nada podría salir mal... No, no debía decir eso. El famoso refrán que pronosticaba malos resultados luego de una racha de cosas buenas. El karma era una verdadera perra, de eso no había duda, pero no dejaría que le quitara a su pelirroja... No de nuevo, ya que casi la perdió luego de la estupidez que hizo en Water Seven. Ya estaba decidido, y supuso que le debía una Madara por abrirle los ojos. Pese a eso, igual creyó que ya no tenía nada que hacer, pero era una suerte que ese intento de espadachín fuera un completo imbécil. Ahora era su prometida y nada cambiaría eso. Una sonrisa se formó en su rostro y acarició la cara de Milena de forma delicada. Era hermosa... la mujer más hermosa que podía existir en este planeta, aunque su opinión no contaba debido a que no era imparcial. Solo tenía ojos para ella y nadie conseguiría apartar su mirada de Milena.

Escuchó sus palabras y su sonrisa desapareció instantáneamente. No era que no le quisiera contar. No tenía secretos con ella, después de todo. La cosa era que... no quería hacerla llorar por todo lo que pasó. Su depresión, las pruebas, el combate final, su muerte y resurrección... Todos los temas eran bastante fuertes y no quería preocuparla por algo que ya pasó, aunque su cuerpo aún no estaba recuperado del todo. Era una de las razones por la cual su proeza física estaba algo deteriorada, después de todo. Acarició el cabello de su prometida y negó con la cabeza. No, prometió no ocultarle nada a Milena y lo cumpliría, por muy doloroso que fuera.

Antes que pudiera decir algo, sin embargo, el joven escuchó su siguiente comentario y observó como su cabello se tornaba rubio. Se tensó un poco al ver la electricidad, pero al notar que era escénico se relajó. Una suave sonrisa se formó en su rostro y besó amorosamente su frente.

Cambia como quieras, igual te seguiré amando para siempre – dijo suavemente, para luego besarla en ese estado por algunos segundos.

Al apartarse, frunció el ceño y suspiró. Se preparó mentalmente para pensar en lo que podía decir, para finalmente decidirse en un resumen. Ya le contaría todo después, pero lo esencial era lo importante ahora.

Convoqué una reunión cuando llegué y decidí hacer unas pruebas para ganarme la corona y nadie pueda oponerse... Pero ese rito tiene un cien por ciento de fatalidad y nadie ha conseguido salir vivas de ellas. Entrené un año y tuve una depresión que casi me hizo suicidarme por tu sabes que... pero te recordé y supe que iba hacer una estupidez, y me niego a dejarte sola. Voy a envejecer contigo, es una promesa – declaró suavemente el joven, para luego suspirar. – Hice las pruebas, mi tío ataco en medio de ellas y Tsubasa me arrebató el ojo durante el combate final. Mi tío era demasiado fuerte para vencerlo... así que tuve que usar una técnica prohibida. Gané, pero... Destruí todos mis huesos y... morí – reveló finalmente.

Había muerto, pero la verdad era que Eichi no recordaba nada de lo sucedido. Estar en coma lo dejó un poco... atontado. Pese a eso, si bien no recordaba el limbo o lo que fuera que hubiera visto mientras estaba muerto, si estaba seguro de una cosa..

No iba a dejarte sola, eso jamás... Así que me rehusé a morir tan fácilmente y ahora me tienes aquí – finalizó su historia mientras pegaba su frente en la de Milena, esperando una reacción por parte de ella...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 3 Sep 2017 - 8:27}

El beso en su estado de rubia fue algo más salvaje que de costumbre, pero era la emoción de sentir tanto poder en ella. Soltó un pequeño bostezo indicando que tenía sueño y después de unos momentos se rascó la cabeza despacio. Empezó a escuchar la historia de su amado y estuvo analizándola totalmente. Ella sabía que él vencería, siempre lo supo. Castor se lo confirmó personalmente. La fuerza del pelirrojo había aumentado bastante, y aunque no estaba a la altura de los demonios del mar, como los yonkous, estaba escalando a mucha velocidad. Eso a ella le daba igual, sabía que su habilidad con la espada era monstruosa y la usaría para ayudarle en todo lo posible. Soltó una pequeña risa y después le miró a los ojos despacio. Tal vez él pensaba que estaba enfadada.

- Ya habría ido yo al otro mundo a reunirme contigo. Pero me alegro que decidieras quedarte en este, así me ahorro la bala. – Comenzó mirándole con cariño.

No le habría importado matarse para ir con él. Era la única persona que la hacía tener ganas de vivir al fin y al cabo. Continuó abrazada a él y cerró sus ojos despacio. Estaba demasiado cómoda y eso no era difícil de adivinar. Le sacó la lengua despacio y lo siguiente que hizo fue retornar su cabello a rojizo. Le lamió la mejilla un par de veces y rio al mismo tiempo que lo hacía. Después de eso juntó su nariz con la suya y jugó con ella.

- Sabía que volverías, amor mío. Me gustaría continuar hablando contigo toda la noche y darte mimos… Y repetir lo de antes… Pero me estoy muriendo de sueño. El viaje hasta aquí fue duro y llevo cuarenta horas sin pegar ojo por los nervios. – Confesó mirándole con los ojos un poco cansados.

La isla encima era helada, pero por suerte, ella tenía el cuerpo del pelirrojo para calentarse con él. Le dio un último beso en los labios y pegó su cabeza al pecho de él. Se aferró como si fuese una almohada y se quedó totalmente quieta. Estaba agotada y el hecho de estar en una cama tan cómoda y bien tapada la hacía sentir genial. Además, estaba totalmente desnuda y eso la hacía estar más segura. Bueno, tal vez al contrario, pero no creía que Eichi fuese a tomarla mientras ella dormía. Bueno, aunque lo hiciese, no le importaría. Soltó una última risa imaginándolo y después lo abrazó también con las piernas. Finalmente cerró los ojos quedándose totalmente dormida.

Lo que pasase al día siguiente ya se veía. Eichi tendría que ser el que la levantase, pues ella iba a dormir más de la cuenta. Llevaba demasiadas horas en pie y después de semejante sesión con su marido no podía ni dar un paso. Dormida era incluso adorable, pues su boquita estaba abierta y su rostro totalmente relajado.  

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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Mar 5 Sep 2017 - 6:41}

Esa fue una de las razones por la cual de rehusó a morir tan fácilmente. Milena recién empezaba, realmente, a vivir su vida como debió haber sido en un principio. No sería justo para ella que terminara así como así por culpa de él. Por eso mismo se encargaría de sobrevivir, hacerla feliz y morir naturalmente junto ella llegado el momento. Ya no tenía mas sueños, salvo el de estar con ella por el resto de sus días. Negó divertidamente con la cabeza y siguió acariciando el suave cabello de su pelirroja. Era eso lo que quería observar. Verla actuar como una niña finalmente sin que nada la detuviera, era el mejor regalo que podría haber tenido. Rio levemente y besó su frente con delicadeza, como si fuera lo más delicado del mundo... Que, la verdad, no se alejaba de la realidad. Al menos, para él, Milena era su mayor tesoro y la trataba como tal: con fragilidad y delicadeza. Observó que junto su nariz con la de él y el pelirrojo aceptó gustosamente. Estuvieron así durante algunos minutos, hasta que escuchó las palabras de Milena.

Realmente... también volvería a tomarte por toda la noche, pero mi cuerpo aún no esta recuperado totalmente – reveló mientras se rascaba la cabeza.

Le lamió la mejilla luego de que volviera la normalidad, riendo feliz mientras lo hacía. Era genial liberarse así, sin tener la presión de un reino entero sobre sus hombros. Solo eran él y Milena, como siempre debió haber sido. Acarició la cabeza de su pelirroja, dándole así el golpe de gracia para que se durmiera finalmente. Una vez que ocurrió eso, el joven miró atentamente el rostro de su prometida por algunos minutos. Sus delicadas facciones, su nariz, su cabello, su cuerpo, su personalidad... Todo eso era perfecto para el pelirrojo. Ella era la mujer más hermosa, tanto física como psicológicamente, que había visto en su vida. Era muy afortunado de poder tener a una persona como ella a su lado. Negó con la cabeza y le dio un pequeño beso en los labios, pese a que se encontraba dormida.

Duerme todo lo que quieras, amor. Yo estaré aquí para cuando despiertes – susurró, para luego cerrar sus ojos.

No se demoró mucho, la verdad. El cansancio del viaje, sumado a lo que hicieron y a la baja actividad física que tenía. Eso sumado a que tenía a su amada abrazado a su cuerpo... Eichi nunca tuvo la oportunidad. Un minuto más tarde y se había unido a su prometida en los brazos de Morfeo.

A la mañana siguiente, el joven fue el primero en abrir los ojos. Tenía la costumbre de despertarse temprano, pero al ver el reloj que estaba en una mesa de al lado... Casi se cae de al impresión. Era casi el medio día, casi cuatro horas más de la hora en la que solía despertarse. Negó con la cabeza y miró a la mujer que tenía en sus brazos. Una suave sonrisa se formó en su rostro mientras acariciaba lentamente sus cabellos, esperando a que despertara.

Buenos días, amor – le diría una vez que despertara, para luego besa su frente con delicadeza.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Mar 5 Sep 2017 - 7:56}

Los rojizos ojos de la pelirroja fueron abriéndose muy lentamente. Había dormido bastante y eso la hizo estar muy relajada. Lo primero que vio fue a Eichi mimarla como de costumbre. Sonrió de forma dulce pensando en si verdad merecía a una persona como él. Escuchó sus palabras y le dio un suave beso en los labios. Después de eso se le abrazó con fuerza.

- Buenos días, cielo. – Respondió contenta mientras daba gracias porque todo fuese real y no un sueño. Ahora estaba segura de que era verdad.

Sabía que ambos estaban desnudos, pero era algo que le daba igual. La científica se estiró y después de morderle un poco a su pareja el cuello para provocarle se colocó en pie. Le dedicó una suave sonrisa a su chico y después le sacó la lengua. Se le ocurría provocarle un poco y de paso luego jugar con él, pero tenía una forma de hacerlo de forma cruel y dulce al mismo tiempo.

- Amor mío, mientras limpias la macha de tus fluidos… Yo voy a darme una ducha rápida… Para limpiarme también y de paso estar húmeda y limpita…

Sin darle tiempo a responder le dio la espalda y se fue al baño. Cerró la puerta, pero sin pestillo, le encantaba ser así de cabrona con él. Una vez dentro activó la ducha con aguan caliente y empezó a limpiarse despacio. El agua calentita cayendo por su desnudo y suave cuerpo era una bendición y estaba muy cómoda. Le encantaba sentir aquel líquido vital. Tomó un bote de gel con olor a coco y empezó a lavarse el cabello despacio. Se frotó los pechos, la entrepierna, el estómago, las axilas, los brazos, las piernas… Todo. Una vez llena de aquella cremosa crema anaranjada se empezó a dar suaves roces con la esponja.

- Se está demasiado a gusto. – Susurró sonriendo mientras continuaba llenándose todo el cuerpo de espuma y enjabonándose. Era el paraíso en verdad.

Decidió tumbarse un poco en la bañera y quedó bocarriba. No había nada de agua, pero se encontraba muy cómoda y había tanta espuma por su cuerpo que apenas se le veía algo. Al cabo de unos momentos activó el agua y sintió su cuerpo quedar limpio e impecable. Aunque fuese así, volvió a frotarse todo el cuerpo con gel, pero ahora de vainilla. Esperaba que nadie entrase, bueno, solo alguien podía y no quería matarlo de un derrame nasal. Las gotas viscosas bajaban por sus senos y abdomen, dándole un aire bastante erótico.

- ¡Qué bien se siente! – Gritó para que su chico la escuchase y muriese de envidia en el salón. Empezaba a sentirse culpable, pero… No, disfrutaba torturándolo.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Mar 5 Sep 2017 - 9:25}

Sonrío y correspondió al beso matutino de su futura esposa, al tiempo que pegaba su cuerpo al de ella. Esos labios seductores serían su ruina, pero le importaba bien poco. Con tal de saborear todos los días eso, el resto podía irse a la mierda. Se separaron y Milena se estiró, lo que hizo que Eichi pudiera tener una muy buena vista de sus dotados atributos. Pese a eso, el joven tan solo sonrío. Ya se había acostumbrado al cuerpo desnudo de su prometida y, lejos de mirarla con lujuria, la observaba con amor y ternura. Probablemente si alguien miraba a esos dos pelirrojos, sufrirían un tremendo ataque de azúcar. El joven ladeó su cabeza en señal de diversión al pensar en eso. Pese a que sería algo chistoso de ver, antes muerto que dejar que otro viera así a Milena. Ella era su tesoro y nadie más que él, tendría el derecho de observar a su pelirroja en traje de nacimiento.

Pero igual tengo mi límite – murmuró mientras veía se alejaba. – Y ese límite es frágil si hablamos de Milena – finalizó para sí mismo, mientras se reía un poco.

Oh, bueno. Era tiempo de limpiar este desastre, antes que el dueño del hostal los matara... Mas de lo que ya lo hará. Milena fue muy vocal ayer, después de todo. Imposible que los de abajo no hayan oído eso. Se ruborizó un poco y negó con la cabeza. Había avanzado mucho en el tema de su timidez, pero seguía teniendo algo de lo que definía al antiguo Eichi... Y probablemente se mantendría así para siempre. No era como si le importara, de todas formas. Bostezó un poco, agarró unas toallas húmedas y se puso a limpiar a toda velocidad para que, luego, pudiera unirse a su amada en el baño. Ni de joda pensaba dejar pasar una oportunidad así.

Unos pocos minutos después, la mancha había desaparecido. Ahora... solo quedaba aclamar su tesoro, pero lo haría de otra forma. Cerró sus ojos por algunos segundos y se concentró. Entrenar su fruta actual era difícil, teniendo en cuenta su naturaleza, aunque se las estaba apañando. Uno de los poderes era la invisibilidad, y podía ser muy útil... Pero se le podían dar algunos usos eróticos. Tan solo debía imaginarse a sí mismo desaparecer y su cuerpo desaparecería, aunque seguía siendo detectable por medio de Haki. El problema era la duración, puesto a penas podía mantenerla por un tiempo, así que estaba contra el tiempo.

Bueno, vamos allá – murmuró mientras una sonrisa algo siniestra se formaba en su rostro. Se notaba que algunos rasgos de Milena se le habían pasado a él, pero no le importaba demasiado.

Lentamente y sin hacer ruido, entró hacia el baño. Por algunos segundos contempló a la perfección que tenía delante, para luego ponerse manos a la obra. Se acercó hasta la bañera, pero no se metió dentro de ella. No, viendo que su pelirroja estaba demasiado ocupada frotándose gel ella misma, supo que debía actuar. Acercó sus manos al cuerpo de Milena y empezó a frotar sus extremidades por su cuerpo, ayudándola a esparcir más el gel que llevaba encima. ¿Qué cara tendría Milena, al ver que sentía placer sin que hubiera nadie en el baño más que ella? Pensaba averiguarlo, por lo que aumentó más la intensidad. Pasó su mano por sus axilas, senos estómago, piernas y pezones; dejando lo mejor para el final...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Miér 6 Sep 2017 - 5:25}

Milena continuaba con su propio masaje de mimos con los geles de la ducha mientras continuaba disfrutando en silencio. Pasados unos momentos empezó a sentir caricias que la hicieron sonreír de forma dulce. Incluso unas que la sonrojaron y abrió los ojos. Esperaba ver a su impaciente marido jugando con su cuerpo de forma pícara y dispuesto a tomarla de nuevo. Entonces se dio cuenta de que no había nadie, pero las manos… Milena le costó un poco asimilarlo. Su sonrojo y mirada cariñosa de amante caliente desapareció. Su ceño se frunció al máximo y su mirada se ensombreció. Sin pleno avisó imbuyó el puño derecho en un color negro metálico y trató de impactar un puñetazo al frente con toda su mala leche. Iba a la altura de la cara de una persona de estatura media.

- ¡Hya! – Gritó colocando el pie en la pared y saltando por encima.

Salió de la bañera y quedó de espaldas a la puerta. No le dejaría llegar a donde su chico. Activó su gravedad en el baño a la máxima potencia y con la mano libre repelió la puerta, la cual salió disparada hacia fuera chocándose contra una pared. Sus ojos brillaban con odio y malicia, pero entonces cuando activó su haki de observación la cosa cambió. No lo tenía muy avanzado, pero lo justo para reconocer auras. Puso una cara que inspiraba estar confusa y después echó un ojo al salón. No había nadie, según su haki, Eichi estaba frente a ella. No lo veía ¿Alguna técnica aprendida en aquellos años? La pelirroja dejó de fruncir el ceño y lentamente fue dándose cuenta de que quizás le había hecho daño con su puñetazo.

- ¿Cielo? Si eres tú vuelve a ser visible… N-no quería…

Esperaba no haberle hecho daño. Tragó saliva y decidió esperar a que se descubriese por sí acaso. Justo entonces se dio cuenta de que ella misma estaba desnuda e impregnada de gel en algunas zonas de su cuerpo. La espuma tapaba sus senos totalmente. Se colocó de rodillas y con ambas manos en la entrepierna para cubrirse. Sentía mucha vergüenza y aunque fuese su pelirrojo, tenía aquellos ataques de timidez. Esperó paciente allí arrodillada mientras las gotas de agua bajaban por todo su cuerpo. Deseaba volver a la bañera, pues tenía bastante frío. Se abrazó a sí misma y después de unos momentos soltó un pequeño suspiro.

- D-deseo volver a la bañera… C-contigo…

No había intención pervertida en sus palabas, tan solo quería bañarse echada sobre su pelirrojo y de paso hablar con él como una pareja feliz. Aunque si surgía algo, ella no sería la que le pusiera quejas a su hombre.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Miér 6 Sep 2017 - 6:23}

¿Acaso había hecho algo malo? Milena tenía una sonrisa dulce por unos momentos, pero luego, por alguna razón, frunció el ceño y su mirada se ensombreció. Tragó en seco un poco y se apartó un poco, al tiempo que activaba su mantra. No sabía que hizo para que su pelirroja se pusiera así, pero ahora estaba enojada. Estuvo a punto de volverse visible de nuevo y disculparse ante su prometida, cuando su Haki le advirtió del peligro. Sus ojos se abrieron de forma exagerada y alcanzó esquivar justo a tiempo su golpe, aunque resbaló un poco y terminó golpeándose levemente con la pared del baño. Era una suerte que su cabeza fuera dura por tanto entrenamiento, puesto que solo sintió algo de inconformidad y nada de dolor. Suspiró un poco y se levantó, dándose cuenta que algunas cosas se estaban cayendo de la nada, como si algo de presión estuviera tirándolas al piso. Se mostró algo confuso, pero luego vio a Milena y entendió. Estaba usando su gravedad, aunque de alguna forma... Ahora no le afectaba. No sabía si estaba usando toda su potencia o no, de todas formas.

Se sobó un poco la cabeza y escuchó las palabras de Milena. Sabía que no debía, pero en cierto modo le dio un poco de gracia su reacción. Negó con la cabeza y colocó la ducha en modo chorro para que la bañera se llenara con el agua tibia. Luego, se acercó hacia su pelirroja y quedó en frente de ella. Una vez allí, se inclinó hasta quedar al nivel de su rostro, aunque ella no lo podía ver debido a que seguía invisible. Sonrío con ternura y acarició su mejilla, para luego volver a ser visible una vez que se le acabo del tiempo. Distraídamente pensó que fue poco, pero ya se aseguraría de aumentar el tiempo. Suspiró un poco y, de un movimiento, colocó a Milena en sus brazos y se levantó. La miró por algunos segundos y movió parte de su flequillo, para luego besar con delicadeza su frente.

Lo siento si te asusté, pero no pude resistirme – río un poco y se dirigió a la bañera con su pelirroja en brazos.

Puso un pie en el agua para regular su temperatura y asintió para si mismo. Lentamente fue sentándose para poder acomodarse bien. La bañera era simple, por lo que tendría que hacer un esfuerzo para que su pelirroja cupiera. Al final, ella terminó sentada frente a él y con su espalda apoyada a su torso. Rápidamente la abrazó de la cintura y una pequeña sonrisa se formó en su rostro, para luego tomar algo de gel para el cabello con uno de sus brazos y empezar a masajear lentamente el de Milena.

Es uno de mis nuevos poderes. Puedo hacerme invisible por un corto periodo de tiempo – le explicó en el oído. – Por cierto... cancela tu gravedad, que a este ritmo se vendrá todo abajo – bromeó el joven, a la vez que le daba a entender que ya no le afectaba. Suspiró de alegría y siguió jabonando el suave cabello de su prometida...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Miér 6 Sep 2017 - 7:04}

El hecho de que Eichi tuviese esa resistencia abrumadora y fuese invisible era síntoma claro que se había cambiado su poder al de una zoan seguramente y por lo que veía, mitológica. Milena no era una de las científicas más inteligentes del gobierno por nada. Notó su mirada en la de ella y no pudo evitar ruborizarse por la vergüenza. Su puño volvió a su color normal y se alegró al ver que no había dañado a su pareja de ninguna forma. El beso en la frente, su maldita sonrisa… No podía enfadarse con él. Se dejó coger por sus brazos y le miró a los ojos en todo momento haciendo un puchero con los labios, indicándole que había sido un poco capullo con aquello, pero después le sacó la lengua despacio.

Cuando fue introducida en el interior de aquella bañera junto a él no pudo evitar ruborizarse. Pegó su espalda al torso de él y notó su juguete en su trasero, pero no le dio importancia. Era un momento mágico con él. Cerró los ojos relajada y empezó a notar el masaje en sus cabellos mientras dejaba su cabeza en el hombro de él. Soltó un pequeño gemido seguido de un suspiro debido al gustazo. Encima él le hablaba susurrándole al oído y eso la hizo sentirse algo nerviosa, cosa que le gustó mucho. Canceló su gravedad y después sonrió feliz.

- Cielo, entre el masaje, los susurros a los oídos, estando desnudos y tu miembro acariciando mi trasero… Vamos a terminar gimiendo y entre fluidos de nuevo. – Dijo sacándole la lengua con dulzura y dándole un leve lametón en los labios.

Cerró los ojos relajándose al sentir el delicado masaje que él le estaba haciendo en su cabeza y de nuevo soltó un jadeo. Le recordó a aquella vez que se conocieron y eso la hizo ser la persona más feliz del mundo. Tragó un poco de saliva y trató de recordar. Cuando él se sentó a su lado, cuando ella lo usó como “cebo” para alejar al camarero pervertido… Sonrió. Se giró mirando a Eichi y algo pasaba. Los ojos de ella estaban bastante húmedos. Un par de lágrimas resbalaron desde sus ojos a las mejillas y no pudo evitar abrazarle entre sollozos, girándose y quedando sobre él.

- G-gracias por haber existido… Te quiero. De no ser por ti yo no querría vivir. Solo estar a tu lado me hace querer levantarme cada mañana. – Dijo con una voz inocente mientras pegaba su cuerpo al suyo y cerraba los ojos con fuerza. – Eichi…

De nuevo empezó a llorar al haber recordado aquello. Eran lágrimas de felicidad, pues estaba en un momento bastante sensible y no sabía demostrar lo tanto que le amaba.

- ¡Te quiero! – Gritó mientras continuaba llorando como una niña pequeña.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Jue 7 Sep 2017 - 6:52}

Escuchó sus palabras y ladeó su cabeza hacia un lado, para luego sonreír suavemente. Lo cierto era que había notado que su intimidad estaba frotando el trasero de su mujer, pero el joven lo tenía controlado. Pese a que quería tomar a Milena nuevamente y hacerla disfrutar del acto de amor, el joven tenía sus prioridades claras. Acarició lentamente su cabeza, para luego bajar la llave de la ducha y cambiarlo a modo chorro. Lentamente fue limpiando los restos de espumas, hasta que su rojizo cabello quedó reluciente. Lo dejó a un lado y abrazó a su prometida por la cintura de nuevo. Realmente, ahora se sentía tranquilo y en paz. Nunca antes había experimentado algo así, pero le agradaba mucho.

Si bien la idea es tentadora, y no sabes como me gustaría de nuevo... También aprecio momentos así, sin preocupaciones. Solo tu y yo, abrazados y disfrutando del momento – respondió suavemente, para luego darle un beso en la mejilla.

Tampoco quería que pensara que solo la amaba por su cuerpo, puesto que eso era algo secundario. Aparte, había muchas mas cosas que solo hacerle el amor a su pelirroja... y eso que se saltaron varias etapas de todo esto. Primero vino esa noche en el lago, luego la frustración en Water Seven, volvieron a reencontrarse en Sideros y finalmente empezaron su relación en Water Seven. Pese a las dificultades que ambos habían tenido, ahora podían disfrutar de todo lo que ocurría ahora. La paciencia era una virtud y quedó demostrado en su caso. Lo único que lamentaba, era que su pelirroja había salido muy lastimada psicológicamente luego de Síderos. Era una suerte que la volvió a encontrar, y no quería pensar en lo que hubiera sucedido si llegaba solo un par de horas más tarde. Y pensar que todo empezó en un restaurante cuando ella lo usó de cebo, para luego él llamarla hipócrita por cierto suceso que ocurrió. Era una lástima que no estuviera en el mejor de sus momentos ese día, puesto que le habría encantado hablar con ella siendo él mismo. Solo después de Síderos que pudo volver a ser el de antes, sin que sufriera la influencia de Akashi.

¿Qué ocurre?

Preguntó eso con preocupación al notar que su futura esposa se daba la vuelta y lo miraba con ojos húmedos. Se alarmó, puesto que no quería hacer llorar a su tesoro. Antes muerto que hacer algo como eso. Escuchó sus palabras y una suave sonrisa se formó en su rostro. El que debería agradecer era él, puesto que no sabía lo que había hecho para que Milena se fijara en alguien como él. Socialmente no era la mejor de las personas, y cuando la conoció le tenía miedo hasta su propia sombra.

Realmente no sé porque te fijaste en un inepto social como yo, pero... Eres la persona que más quiero y la razón por la cual mi corazón sigue latiendo – respondió suavmenente mientras acariciaba su espalda. – Pienso protegerte y a cuidarte, y nunca te dejaré sola. Te amó demasiado, mi princesa – declaró mientras la apartaba un poco, para luego besarla. Fue más bien un contacto de labios, sin lengua incluida. Simplemente era para transmitirle todo el amor que le tenía.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Jue 7 Sep 2017 - 7:22}

La joven no paraba de sollozar debido a las palabras que le estaba dedicando el pelirrojo. No podía evitar sentirse feliz. Siguió pegada a él mirándole a los ojos con cariño. Un inepto, eso no pensaba consentírselo. Antes de quejarse recibió aquel dulce beso en los labios que la hizo sentirse tan querida. Lo siguió con mucho cariño, disfrutándolo al máximo y sintiendo ganas de no irse nunca de esa bañera. Jugó en sus labios dándole suaves lamidas y acariciándole un poco las mejillas. Cuando se separó de él le observó estando echada sobre él y le miró con muchísimo cariño.

- Pues si eres un inepto social tengo un problema con ellos, porque te amo con toda mi alma. Estaré siempre a tu lado, mi rey. – Le susurró mimosa y limpiándose las lágrimas.

La joven cogió el gel y se los echó a él en la cabeza, después lo pasó sus manos. Usando sus largas uñas comenzó a rascar la cabeza de su chico. Lo hacía por detrás de la cabeza, tras las orejas, en la nuca, le daba todo el cariño posible. Al mismo tiempo le estaba besando para mantenerlo distraído y de vez en cuando se le escapaba alguno que otro mordisco que iba directo a su lengua. Teniendo una mano libre la bajó rascando su espalda. Son sus uñas, rascarle en toda la espalda debía ser algo placentero que le hiciera sentirse bien. De nuevo en esa postura estaban ambos sexos pegados, pero ella no paraba de sonreír. Dejó de besarle después de cinco minutos sin parar de hacerlo, tomando aire y volviéndolo a hacer una y otra vez. Activó el agua y empezó a enjuagar el pelo de él.

- Pienso quedarme aquí un par de horas contigo. Ahora cielo, ya me has contado todo y vamos a vivir juntos. Dime ¿Qué fruta has consumido? Puedes soportar mis poderes muy bien, aunque más te vale dejarte de vez en cuando. – Mencionó mientras continuaba rascando detrás de sus orejas.

Esperando una posible respuesta del pelirrojo, ella desvió su atención al cuello de él y clavó sus dientes de forma juguetona en él. Al mismo tiempo con su rodilla frotaba la zona prohibida de Eichi para ponerlo contento allí también, aunque no pretendiese nada más. Calentar a su chico debía ser algo maravilloso. Siguió mordisqueando su cuello despacio y dando leves lamidas.

- Te ha quedado el cabello bastante suave, mi rey. Te lo voy a dejar así cada día. – Nombró mientras seguía rascándole la cabeza.

Se dio cuenta de que con los mordiscos, la mano y la rodilla estaba dándole tres placeres al mismo tiempo. Esperaba tenerlo pronto tímido como de costumbre. Amaba verle nervioso ante ella, siempre le había gustado.

- Her-ma-ni-to…
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Vie 8 Sep 2017 - 9:24}

Eichi seguía acariciando el cabello de Milena con la intención de tranquilizarla. Pese a que le desagradaba verla llorar, al mismo tiempo le alegraba que de desquitara con él de esa forma. Eso demostraba que había confianza entre ellos y no se ocultarían nada. Escuchó sus palabras y miró hacia otro lado, aguantando las lágrimas. Ella fue la primera persona (fuera de Saiba y el resto de los cocineros) que lo trató de forma normal, sin sentir disgusto o respeto exagerado hacia él. Si le hubieran dicho en ese entonces que terminaría con una persona como ella, probablemente se habría reído. Su autoestima era muy baja en ese entonces, tanto que a penas podía pensar en positivo. Ahora que lo meditaba mejor, conocer a su pelirroja fue el desencadenamiento de su despertar verdadero. Se alegraba de haberla conocido, y ahora sería su esposa... Realmente, el destino era muy caprichoso para estas cosas.

Creo que tengo una debilidad para las pelirrojas científicas, jajajajajaja – se ríe y le da un beso. – Te amo con toda mi alma, Milena Péndragon – declaró con una sonrisa, poniéndole su apellido a posta. Sería su esposa, al fin y al cabo, así que no lo veía como algo malo.

Notó que Milena tomaba el bote de gel y ahora era ella quien lo jabonaba. Instintivamente cerró sus ojos y se relajó al sentir las uñas de su amada en su cabeza. Si seguía así, probablemente terminaría dándole sueño debido a la sensación tan satisfactoria. Joder, su pelirroja lo tenía completamente loco... Loco de amor, eso sí. Respondía lentamente al beso de Milena, dejándose llevar por el momento. Exploraba toda su cavidad bucal, aunque tenía cuidado para no cortarla. Gracias a su fruta, sus caninos se habían alargados, por lo que podían ser un poco peligrosos si su amante no se daba cuenta. Al cabo de unos cinco minutos, finalmente se separaron. Sintió el agua en su cabello y sonrío levemente.

Inu Inu no Mi: Modelo Kitsune – le respondió a su pelirroja. – Invisibilidad, ilusiones y vuelo son parte de mis poderes iniciales y... – Eichi cerró sus ojos y tomó una bocanada de aire. – Control de fuego es la cuarta – le reveló suavemente mientras acariciaba su mejilla.

No era un idiota, sabía perfectamente lo que significaba el fuego para Milena. El intento de espadachín se había atrevido a quemar a su pelirroja, sin medir las consecuencias. Como resultado, la joven ahora tenía vestigios de eso en su cuerpo. No era tan malo como hace dos años, pero seguía notándose un poco. Cerró sus ojos por algunos segundos y sonrío suavemente, al tiempo que escuchaba sus palabras. No quería incomodarla con ese último comentario que hizo, así que decidió desviar su atención hacia otro lado.

Otro poder que puedo entrenar es la polmorfia. Podría hacer que tenga dieciséis años y dejaría que me violaras. ¿Qué se sentiría que violaras a tu hermano menor por seis años? – mordió su lóbulo y le lamió la mejilla. – O mejor aún... Convertirme en mujer, y estoy seguro que pareceríamos gemelas. ¿Qué se sentiría hacer el amor así? – Pese a que le divertía y excitaba hacer esos comentarios, su intención era desviarse del tema anterior.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Sáb 9 Sep 2017 - 6:33}

Maldito Eichi. Llamarla por el mismo apellido que él la hizo abrir los ojos como platos y sonrojarse como nunca. Estaba totalmente segura de que lo había hecho a posta para avergonzarla. Desvió la mirada evitando reír de forma nerviosa. Su apellido igualmente no le gustaba para nada, por lo que no le importaba. Ella no era una Slicerin tan orgullosa como el indeseable de su hermano. Esa serpiente con complejo de Dios. Negó un poco con la cabeza y se quedó mirándole a él directamente a los ojos para después sacarle la lengua. Eso de llamarla así avergonzarla sería un fuerte golpe que pensaba devolverle multiplicado por cinco. Ella era así de rencorosa en aquel tipo de cosas y no iba a cambiar nunca.

- Sospechaba que se trataría de algo parecido. De modo que has pasado de mi pollito a mi zorrito. Te pega más, eres mucho más mono. – Mencionó acariciando su nariz con el dedo pulgar.

Miró sus afilados dientes y se relamió. Le gustaban bastante y sus poderes le hicieron pensar en cosas extrañas. Igualmente, se rascó un poco la cabeza al escuchar lo del fuego y miró las quemaduras que todavía tenía. Sonrió sin darle importancia y le abrazó. Él no era un payaso y sabía hacer todo perfecto.

Una gota de sudor bajó por la cabeza de la joven cuando escuchó sus palabras. Ella no iba por ahí violando gente, bueno… Lo del lago no contaba. Soltó una pequeña carcajada y después le lamió la oreja imitando lo que él hizo. Pensó unos momentos y lo de la mujer le hico ladear un poco la cabeza. No se sentía muy segura de aquello. La verdad, incluso el tema la atemorizaba un poco y le daba vergüenza.

- La primera opción cuando quieras… La segunda… ¡Moooooo! – Hundió la cabeza en el agua y pegó su frente al abdomen de él algo nerviosa.

Tras sacarla a los pocos segundos se rio y continuó mirándole a los ojos. Entonces tuvo una pequeña idea para comprobarlo, se la diría y dejaría que él fuese la persona que lo ejecutase en el momento deseado. Se relamió despacio y después colocó sus labios pegados a su oreja.

- Te conviertes en mujer, usas un dial de feromonas y vemos lo que ocurre. – Tras decir aquello le mordió despacio la mejilla y después de colocó en pie.

Le miró desde arriba dejando que las gotas de agua cayeran desde sus cabellos hasta el rostro de él. Le estaba dedicando una sonrisa dulce y llena de alegría. Confiaba en él y no le daba vergüenza estar desnuda. Colocó su pie derecho sobre el hombro de él y después le guiñó el ojo. Estaba demasiado juguetona.

- ¿Qué desea mi rey? Podemos bajar a desayunar juntos y tener una cita. – Le dijo con un tono alegre y cruzándose de brazos allí de pie.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 10 Sep 2017 - 7:35}

Sonrío un poco al verla reír de forma nerviosa. No necesitaba tener el Mantra activado para saber que tanto le afectó su comentario. Bueno, no era como si fuera raro. Cuando se casaran, eso se volvería una realidad. Notó que le sacaba la lengua y el pelirrojo aprovechó para acortar distancia y besarla nuevamente. Esta vez jugó un poco con su lengua, además de succionar un poco. Culpa suya por dejarle en bandeja algo así. La pelirroja ya debería saber a estas alturas que Eichi aprovechaba la mas mínima oportunidad para darle mimos o muestras de afecto. Se separó al cabo de unos segundos y escuchó su comentario. Se ruborizó un poco, pero no dijo nada al respecto. La verdad, le hubiera dado lo mismo la fruta que le hubiera tocado. Cualquier cosa era mejor que ser un pollo con problemas de retención de líquidos... Bueno, no. Si le hubiera tocado un insecto, fijo terminando muriendo de desesperación e injusticia... Aunque debía admitir que hubiera dado algo de risa eso.

¿Eso no te hace mi zorrita ahora? – preguntó inocentemente el joven, con un tono de broma. Nunca insultaría a su preciosa pelirroja. Antes muerto que hacer algo así. – No lo decía enserio, por cierto... Bueno, si hay algo de verdad. Eres mi hermosa futura esposa y voy a hacerte feliz por el resto de nuestras vidas – declaró el príncipe con una sonrisa.

No sabía si Milena se tomaría mal eso, pero el joven en verdad no iba enserio con lo de zorrita. Suspiró un poco y sintió su aliento en su oído, provocando que un escalofrío recorriera su cuerpo. Lástima que la polimorfía no fuera una habilidad inicial, puesto que le hubiera gustado probar aquello. Lo de tener una cita... Si, era una buena opción, sobre todo porque ambos se saltaron las etapas de una relación. Por unos instantes una sonrisa divertida se formó en su rostro, pero luego volvió a la normalidad. Antes de hacer eso, Eichi iba a hacer una cosa. Se levantó de la ducha y tomó a Milena en sus brazos nuevamente. Sonrío un poco y le dio un corto beso en los labios.

Hay algo que quiero hacer primero. Ayer dijiste que estabas cansada, por lo que es la oportunidad perfecta... Aunque el plan no resultó como quería – susurró en su oído.

Salió del baño, no sin antes agarrar dos toallas para secarse. Tendió una de ellas de la cama y depositó suavemente el cuerpo de su amada allí. Por otro lado, el se amarró la otra en su cintura. Se colocó encima de ella y puso sus manos en la espalda de su mujer. Luego de ese encuentro fortuito, el joven le hizo varios masajes a Milena a lo largo de su relación. ¿Qué diferenciaba este con los demás? Algo que solo podía lograr gracias a su memoria absoluta.

El plan original era reunirme contigo unos días antes, para celebrar el aniversario de lo sucedido en... el lago.

Para Eichi eso fue algo que lo terminó marcando, después de todos. Sin decir otra cosa, el joven empezó a masajear. Gracias a su memoria eidética, el príncipe pudo replicar a la perfección el que le hizo en Baterilla el día que se conocieron. No pudo evitar sonreír con algo de nostalgia mientras hacía eso. Pese a que no estaba en el mejor de sus cabales aquel día, Eichi podía recordar a la perfección lo sucedido. Al cabo de unos minutos, el joven cambió su patrón y esta vez replicó a la perfección el que le hizo en el lago. Al terminar, la levantó y la puso en su regazo, para luego mirarla fijamente a los ojos. Sin poder evitarlo, recortó distancia y la besó nuevamente en sus labios.

Realmente... eres lo mejor que me ha ocurrido en mi vida, y nunca me voy a arrepentir de haberte conocido aquel día. Te amo con todo mi corazón, Mile – murmuró, para luego pegar su frente a la suya.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 10 Sep 2017 - 8:02}

Lo de zorrita hizo a la pelirroja sonreír y ocultar su rostro en el hombro de él. Debía admitir que el comentario había sido doloroso, pese a que viniese después el arreglo. Muchos la llamaban así por meterse con ella y por su físico, y le daba igual. Pero que el amor de su vida hubiese dicho aquella palabra contra ella la hizo sentir un pinchazo en el pecho algo violento. Tragó saliva abrazándole algo dolida y después negó con la cabeza. Él no podía haberlo sabido, no era esa clase de persona y se refería a la fruta simplemente. Continuó abrazada con los ojos cerrados y tratando de olvidar esa palabras de la boca de su chico en su mente.

Notó cómo era cogida en el aire y tras el beso le dedicó una mirada dulce. Esperaba con curiosidad lo que él deseaba hacerle. Cuando fue echada en la cama quedó bocabajo y un poco sonrojada por tenerle encima. Aunque la toalla ayudó, su mente pervertida no podía evitar sentirse ligeramente perturbada. Pensó en un masaje erótico con final feliz y eso la hizo morderse el labio inferior. La confesión de lo del lago la hizo chasquear la lengua. Quería borrar aquella mierda de su pasado de una vez. Amaba a Eichi y estuvo a punto de hacer el error de su vida. Quería compensarle de alguna forma y tenía clara cuál era. La dejaría caer en los siguientes momentos. El masaje fue el mismo que el de aquella vez y eso la hizo sonrojarse muchísimo. Cuando la agarró siguió el beso unos leves segundos y tras sus palabras le lamió la mejilla con calma.

- Eichi-Kun, ve alquilando un sitio bonito para la luna de miel. Quiero casarme contigo lo antes posible. – Le declaró en su cara con una sonrisa dulce.

Con aquello esperaba no haberlo matado. Se libró del agarre y tras darle un beso intenso se colocó en pie. Se puso unas braguitas blancas con rayas negras, un pantalón negro largo, un sujetador blanco con rayas a juego con la inferior y una sudadera negra. En los pies unos calcetines y unas botas, pues hacía bastante frío en la isla. Después le dedicó una mirada amable y le tendió la mano.

- Vamos, me muero de hambre, cariño. – Dijo riendo un poco mientras esperaba que él cogiese su mano y fuese con ella a comer algo, pues deseaba desayunar.

Abrió la ventana y la persiana dejando entrar la luz y al ver el desastre de habitación no pudo evitar reírse con más fuerza. Unas lágrimas salieron de sus ojos y una carcajada también. Después de eso tomó aire y le habló con un tono nunca visto en ella. Hablaba con cariño, como si nunca hubiese sido una sádica.

- Cómo hemos dejado el cuarto, amor mío. Nos va a caer una buena cuando el de la limpieza venga al final de nuestra estancia. – Mencionó esperándole.
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Dom 10 Sep 2017 - 10:24}

Mientras la abrazaba, escuchó sus palabras y parpadeó, para luego asentir delicadamente. Lo cierto era que el pelirrojo era un poco lento para estas cosas. Le había costado procesar que vivirían juntos, y ahora ocurría exactamente lo mismo. Sonrío suavemente y la besó en los labios, para luego acariciar dulcemente su mejilla. En verdad amaba a la pelirroja con toda su alma y quería tenerla feliz para el resto de sus días, aun si debía sacrificar la suya propia. Milena se levantó y el joven hizo lo mismo, para luego rebuscar algo limpio entre sus cosas. Al final, terminó con una camisa roja, pantalones negros, botas verdes y una bufanda naranja. Encima de todo, se puso un suéter gris y finalizó con unas botas de nieve negras. Hacía bastante frío afuera, por lo que debían ir vestidos para la ocasión. Ahora... ¿Dónde podría llevar a su pelirroja? Lo cierto era que esta isla tenía pocos lugares de entretenimiento al ser un lugar minero, pero ahí vería que hacer. Por ahora comerían el desayuno para afrontar el día con energías, puesto que mañana y hoy en la noche pensaba marcharse junto a su prometida.

Mmm, vamos. También muero  de hambre – asintió, dándole la razón a su pelirroja.

Iba a tomarle la mano, pero luego vio lo que hizo y cerró sus ojos, mientras una suave sonrisa se formaba en su rostro. Esa era la Milena que quería ver siempre, y se aseguraría que siempre tuviera esa sonrisa en su rostro. Quedaba poco para que se casaran y una vez que ocurriera... Estarían finalmente unidos para toda la eternidad. "Esperen... ¿Casarnos?". La mente del pelirrojo trabaja a una gran velocidad, para luego finalmente procesar lo que dijo antes su prometida. Miró hacia el suelo, logrando sin expresión en su rostro por algunos segundos. Su cuerpo empezó a temblar y Eichi tomó una bocanada de aire, para luego mirar fijamente a los ojos de Milena. Estaba llorando, pero estas eran lágrimas de alegría.

Casarnos lo más pronto posible... – murmuró para sí mismo, una vez más.

Lentamente una sonrisa fue formándose en su rostro y se acercó hacia donde estaba su prometida. Sin decirle una palabra, la tomó del a cintura y la elevó por los aires, para luego girarla por algunos segundos. Eichi se reía como un niño pequeño, pero no podía evitarlo. Lo que dijo lo había dejando en un estado de euforia y felicidad. Tanto que no lo podía controlar. Pocos minutos después, bajó a su prometida y juntó su frente con la de su prometida. Aún quedaba rastros de lágrimas en su rostro, aunque se entendía. Negó con la cabeza y la besó intensamente, una mezcla entre dulzura y pasión. Jugó con su lengua durante varios segundos hasta que se separó, dejando un pequeño hilo de saliva en el camino.

También me quiero casar lo más pronto posible, nada me haría más feliz que eso. Quiero unirme eternamente a ti de una vez por todas, mi amor – respondió dulcemente luego de que su euforia se viera apaciguada un poco. – Eres mi amada, mi futura esposa, la futura madre de mis hijos...Eres simplemente mi Mile. No tengo ninguna duda que quiero estar contigo hasta que mi corazón deje de latir. – Luego de decir eso, nuevamente la besó mientras rodeaba su cintura con sus brazos...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Lun 11 Sep 2017 - 6:02}

La ropa elegida por el pelirrojo le gustaba bastante. Así no tendría frío en aquella maldita isla helada, donde los mineros debían de ir incluso con seis abrigos a trabajar seguramente. No era algo que podía afirmar y tampoco se iba a molestar en comprobarlo. Por el momento quería comer algo junto a su rey tranquilamente. Continuaba con la mano extendida hacia él y una sonrisa calmada en todo momento. Se fijó en que él se había frenado y parecía estar… ¿Llorando? Ella frunció el ceño y se acercó a él lo más rápido posible para comprobar que estaba bien. Si le pasaba algo malo sería la primera en estar a su lado para ayudarle siempre en cualquier cosa que necesitase. Sus rojizos ojos estaban algo más iluminados de lo normal, como si estuviese bastante enfadada.

Notó que se abalanzó sobre ella y no tardó mucho en alzar una ceja y abrir los ojos más de la cuenta. Cuando se vio en el aire y le escuchó reír no pudo evitar ruborizarse un poco y tragar saliva. Tal vez había pillado lo de la luna de miel de una maldita vez. Eichi parecía ser bastante lento para aquel tipo de cosas, pero tampoco le importaba. Algo le decía que los regalos o sorpresas serían bastante raros.

Tras unos momentos la pelirroja fue bajada y besada con intensidad. Cerró los ojos pegándose a él con una sonrisa y de nuevo se sonrojó. Eichi tenía la manía de violar su lengua en cada beso, por lo que en cada roce perdía saliva o se quedaba anonadada. Con razón que tuviese ganas de acostarse con él en cada momento, él la provocaba con sus besos. Tras haber escuchado sus palabras no pudo evitar ponerse un poco nerviosa. Le sonrió de forma dulce y le siguió el beso despacio. Lo llevó hasta el sillón de la estancia y lo sentó, sentándose ella en sus piernas y besándole. Colocó cada pierna a un lado de su cintura y pegó su torso al de él mientras lo besaba de forma intensa. Rodeó su cuello despacio con las manos y le devolvió el favor. Trató de violar su boca a lo bestia, rebuscando entre sus dientes, muelas. Tuvo cuidado con sus caninos, los cuales sacó brillo a base de lengüetazos. Tras unos segundos se rio en su boca y después le miró.

- Cielo vamos a comer anda, que al final terminamos de nuevo sin ropa. – Dijo entre risas mordiéndole el cuello y dándole un leve toque con la rodilla en su entrepierna.

Se levantó de él planeando tenerlo excitado y de paso bajar abajo teniendo él un problema ahí abajo. Se rio sin esperar respuesta y lo cogió por la mano sin permiso. Entonces caminó hacia fuera y abrió la puerta. Cerró después y empezó a bajar las escaleras con él cogido de la mano. Se había asegurado de coger su espada por lo que pudiera pasar. En cuanto vio una mesa con dos sillas la cogió y se sentó en una. Notó las miradas de los camareros sobre ella y no pudo evitar sonrojarse. Habrían escuchado todo, pero que se jodieran.

- ¿Qué vas a tomar tú, cariño?
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Mar 12 Sep 2017 - 9:23}

Lo que fue un beso derivado de la emoción y euforia, terminó transformándose en algo mucho más apasionado... Aunque tratándose de Milena, era esperable un resultado de ese estilo. Sentado y con Milena encima suyo, el joven pasó sus brazos por si cintura y profundizó más el beso. Eso, sumado al hecho que tenía el delicioso trasero de su pelirroja encima suyo y, al pegar más hacia él, tuviera sus considerables pechos haciendo presión con su torso... Provocó cierta reacción natural en él. Estuvo apunto de subir al siguiente nivel, lo que significaba que iba a retirar su prenda superior. Pero, en eso, su prometida se levantó y lo dejó con toda la calentura. Normalmente lo hubiera dejado pasar, pero... Luego de tantos encuentros y momentos con su chica, el joven ahora tenía mucha más confianza en la relación, y ya no se dejaba dominar tan fácilmente. Prueba de ello, fue lo sucedido en la ducha el día de ayer. Cuando la pelirroja lo cogió de la mano, Eichi se resistió a eso y jaló suavemente con algo de fuerza, logrando que nuevamente quedara en sus brazos. Sin decir nada, rodeó su cuerpo con sus brazos y la besó con más intensidad que antes. Recorrió dentro de su boca usando su lengua y, en un acto de valentía, subió su mano por debajo de la ropa de su mujer hasta llegar a uno de sus senos. Tomó delicadamente eso y lo masajeó por algunos segundos, para luego separarse de ella.

Ahora si, vamos – dijo inocentemente mientras pasaba su brazo por el suyo y empezaba a caminar hacia el bar de abajo. Si iba a quedar con la calentura, entonces Milena también tendría que aguantarlo.

Al llegar abajo, el joven notó las miradas que le dirigían los camareros a ambos. Instantáneamente enrojeció y ocultó su cara en el cuello de su mujer. Mucha confianza podía tener estando solo con Milena o con su gente en Péndragon, pero seguía siendo tímido para cosas de este estilo estando frente a un público desconocido. Realmente, debía ser chistoso para su pelirroja al ver los cambios de humor que tenía. Podía pasar de ser alguien confianza, a un tímido sin remedio. Estuvo así hasta que se sentaron en una de las mesas. Pese a su estado actual, igual se las arregló para mover la silla para que Milena se sentara. Seguía siendo un caballero con modales, después de todo.

Mmm... Creo que voy a querer una tortilla con queso, jamón y orégano – le respondió a su prometida, aún con algo de rubor en sus mejillas.

Pese a que no tenía activado su mantra actualmente, igual podía sentir las miradas de los camareros a sus espaldas. Puede que se hubieran pasado un poco ayer, pero no pudo evitarlo. Dos años sin ver a su pelirroja, terminaron por pasarle la cuenta. Al cabo de unos segundos, vinieron a tomarles la orden. Durante ese rato, los ojos del pelirrojo no se apartaron por ningún instante de su pelirroja. ¿Para que hacerlo? La mejor vista, la tenía justo delante suyo. No pudo evitar reírse un poco y negar con la cabeza. Realmente estaba muy enamorado (y la palabra quedaba chica), y se sentía feliz, como nunca antes en su vida.

En eso, todo rastro de timidez desapareció de su rostro. Eichi estaba serio y apretaba fuertemente sus dientes. ¿Razón de ello? Varios tipos repartidos en el bar, reía perversamente mientras miraban el cuerpo de su mujer. El joven sabía muy bien lo que estaban pensando y eso le provocó un disgusto extremo. Su mirada se ensombreció y cerró sus ojos por algunos segundos. Dos años atrás, el pelirrojo hubiera aguantado esas miradas en su prometida y simplemente pasaría el tiempo con ella. Después de todo, personas así no valían la pena. Sin embargo, luego de enterarse de su hijo... Un sentimiento de posesión surgió en el luego que la depresión pasara. Antes no le incomodaba tanto, pero ahora que lo recibía... Por primera vez, desde lo ocurrido con ese malnacido, el joven se encontraba realmente celoso.

Sin decir palabra alguna, el joven se levantó de su asiento, fue hacia el de Milena, la levantó y volvió a sentarse, pero con ella encima de su regazo. Antes que pudiera decir algo, Eichi besó intensamente a su pelirroja delante de todo el mundo, superando su timidez de dar muestras de afecto en público por algunos segundos. Al separarse, el joven desvió su cabeza y fulminó con la mirada a todo los hombres que observaron con intenciones perversas a su prometida.

Ella es mía, mi querida esposa... Y no tolero que la miren de esa forma – dijo posesiva y celosamente, aún fulminando con la mirada.

Al parecer, eso fue suficiente, puesto que los hombres se aterrorizaron y huyeron del lugar. Eichi suspiró cuando vio eso y, al ver a Milena sentada encima de él, se dio cuenta de lo que había hecho. En menos de un segundo, se volvió tímido y ocultó nuevamente su rostro en el cuello de su mujer...
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Mar 12 Sep 2017 - 9:56}

Milena estaba bastante calmada comparada al momento en el que había salido por la puerta. En un acto de venganza el pelirrojo la había acorralado y apretado uno de sus pechos, además de jugar un poco con él. Eso la hizo en el momento soltar un gemido contra su boca, pero ahora ella también estaba con el calentón de nuevo por su culpa. Nunca diría que sus pechos eran su parte más sensible debido al tamaño. Si Eichi se enterase la tendría todo el día dominada y lo dejaría. Gemía a la mínima que le apretasen en aquella zona tan sensibilizada para ella. Debería devolverle el favor más tarde o en algún momento del desayuno. Aunque cuando ella disfrutaba de su vaso de leche con tostadas nada la separaba de su pasión por comer. Ahora esperaba allí sentada expectante para ver lo que su chico iba a pedirse. Cuando lo hizo no pudo evitar inflar los mofletes.

De esa forma no iba a poder robarle comida, pues no le hacía gracia el alimento. Los huevos eran mejor estando fritos, con su yema en el punto exacto, no maltratados y convertidos en algo liado y sin sabor. Se mantuvo callada unos segundos dándose cuenta de que él no miraba al pobre camarero, la observaba a ella y eso la hizo sonrojarse un poco. Tuvo que desviar la mirada para no tener un ataque de azúcar allí mismo y se quedó mirando al hombre que esperaba para tomar nota de su pedido. El tipo parecía estar incómodo debido a la pareja y a los ruidos en la noche. Ella simplemente usó un tono de voz amable.

- Un vaso de leche con cacao y dos tostadas grandes de tomate triturado con sal y aceite. – Parecía bastante hambrienta, normal, después de tanto ejercicio con él…

Milena entonces notó al chico cogerla en brazos y sentarse con ella allí. No era una postura adecuada para comer en un sitio público y por ello cerró los ojos. Se moría de vergüenza y sabía que eso era demasiado. Lo mejor, le daba igual. Lo amaba tanto que incluso se sentía feliz que hiciese aquello con ella. Descubrió el motivo cuando aquella gente huyó. Él estaba celoso de las miradas y eso la hizo sonreír como una niña tonta. Estaba muy orgullosa de él. Notó el beso y cerró los ojos dejándose hacer. Cuando terminó lo miró con cariño. Él hundió su rostro en el cuello de ella en un ataque de timidez y no pudo evitar sentir mucho más amor. Lo abrazó con felicidad y se dio cuenta de que mucha gente miraba. Se sintió muy querida y protegida. Definitivamente, pensaba pedirle ayuda a Corvo y hacer desaparecer de su mente a aquel payaso de Ushio. Ella solo quería tener recuerdos carnales de la única persona que lo merecía, su verdadera mitad, Eichi. El camarero trajo todo y ella le agradeció asintiéndole con la cabeza.

Milena levantó la barbilla del pelirrojo con dos dedos y le hizo mirarla a los ojos. Pegó su frente a la de él y esta vez no hubo beso. Sus rojizos orbes miraban a milímetros los del pelirrojo. Se mantuvo en silencio con su mirada clavada en él. Era una escena un poco rara, pero quería mostrarle toda su sinceridad hacia él. Pasaron un par de minutos en el que no dijo nada y se dedicó a mirarle de forma amable. Pasados unos momentos más le besó sin poder contenerse más. Después de aquello se quedó sentada en sus piernas y tomó el tenedor. Partió un trozo de tortilla y después de agarrarlo bien lo pasó un poco por encima del tomate de la tostada de ella. Acercó el cubierto a la boca de su rey y le guiñó el ojo para que abriese la boca. Si lo hacía introduciría el alimento en ella y esperaría a que él lo comiese. Después sacaría el tenedor y mordería una de sus tostadas. Masticó despacio y después de tragar por fin rompió el silencio.

- ¿Por qué siento que el tiempo a tu lado pasa tan rápido? Hace unas horas estaba sola, sentada en una mesa y esperándote. Ahora me doy cuenta de lo que es la felicidad de verdad, querido. – De nuevo le dio un corto beso en los labios y después le sonrió con una mirada sincera y llena de cariño.

Pudo escuchar el viento soplar desde su posición. Debía de hacer muchísimo frío fuera, pero iban bien abrigados por suerte. Estaba segura de que en la isla de su rey no habría tanto frío, por lo que podría ir ligera de ropa por la casa para provocarle. Entonces pensó en que era un castillo y habría gente… No, nunca vestiría así con tantas personas. Ella decidió que su cuerpo solo lo vería y tomaría Eichi. Era de su propiedad. Aunque ella pensaba lo mismo del suyo. Cada centímetro de su piel le pertenecía a ella y partiría en dos a toda la que intentase algo con él. Le dio su tostada a él y abrió la boca después con un ligero sonrojo, esperando a que también le diese de comer.
Eichi Tsukasa
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Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] - Página 2 Empty Re: Una Dulce Melodía. [Privado] [Milena-Eichi] {Vie 15 Sep 2017 - 9:24}

Al cabo de unos segundos, Eichi quitó su cabeza del hombro de Milena y miró hacia otro lado, aún algo sonrojado. Pese a que lo había hecho, seguía sin poder creer lo posesivo que fue. Era la primera vez que se comportaba así, en contraste a su personalidad introvertida habitual. Pensar en ello provocó que una sonrisa irónica se formara en su rostro, puesto que no entendía como alguien tan extrovertida y abierta como Milena se fijara en él, pero ya daba igual a estas alturas. Le haría un monumento a cualquier deidad que gobernara el cielo por hacer que su pelirroja se metiera en su vida. El resto solo fue cosa suya, y ahora se encargaría de consentirla y amarla para siempre. Sentía las miradas de las personas quedaba en el comedor, pero de alguna forma se las arregló para mantener la compostura. Tosió un poco y se dio cuenta que el camarero había traído las comidas que pidieron. Suspiró de alivio y mentalmente saltó de alegría. Había sido salvado por la campana, o en este caso por el mozo. A veces su suerte era de las buenas, vaya. Una vez al millón no le hacía mal a nadie... Bueno, no. Milena era la excepción, pero a ella lo consideraba como suerte permanente.

Tomó el tenedor y se llevó un pedazo de la tortilla hacia la boca. Cerró sus ojos por algunos segundos y asintió para si mismo. Para ser un bar pequeño, servían comida lo suficientemente decente. El podría hacerlo mejor, sin embargo. Silenciosamente siguió comiendo mientras veía, por el rabillo del ojo, como su pelirroja hacía lo mismo. En eso, se fijó en que Milena lo tomaba de la barbilla y le hacía mirar hacia sus ojos. Eichi parpadeó, sin entender el por qué de ello. Pese a eso, tenía que admitir que no le molestaría mirarla y perderse en esos rojizos orbes para toda la eternidad. Realmente, eran demasiado adictivos... Como todo lo que tuviera que ver con ella, ahora que lo pensaba. Pasaron varios minutos, y el joven no mostraba muestra de incomodidad alguna. Seguía viéndola fijamente, con una sonrisa en su rostro.

Mmm...

Eichi gimió un poco, sin esperarse ese movimiento por parte de ella. Pese al sonrojo monumental y a que todas las personas los miraba, el pelirrojo pasó sus brazos por la cintura de su mujer y correspondió intensamente aquel gesto amoroso. Podría haberlo hecho más pasional, pero ni siquiera él tenía el control suficiente para evitar hacer otras... cosas. Aunque, en esa posición, podría hacer cosas y nadie se daría cuenta... "¡No! Debo vencer a la perversión". Negó violentamente con la cabeza, intentando olvidar esos pensamientos. Para su (mala) fortuna, la fantasía ya había quedado guardada en sus memorias. Tragó en seco, sonrojado. Por suerte, la misma Milena dejó eso de lado y lo sacó, de momento, de su mente corrompida.

Rió nerviosamente, pero aceptó de forma gustosa el tenedor con la tortilla. Lo que antes era un alimento pasable, de alguna forma ahora le parecía una completa delicia. ¿Tanta era la diferencia con que ella le diera de comer? Escuchó sus palabras y su semblante se relajó. Lentamente subió una mano y acarició suavemente la parte superior de su cabeza.

Porque pasar el tiempo con la persona que amas, provoca ese efecto, mi princesa carmesí – le respondió dulcemente.

Abrazó a su pelirroja con un brazo, y con el otro le dio de comer. Volvió a sonrojarse, teniendo un pequeño ataque de timidez nuevamente. Se sentía... bien. No era algo que pudiera describir con palabras.

¿Qué haremos luego, querida?
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